Estrategias de Desarrollo Rural Integral

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Región Canal del Dique Este documento fue elaborado en el marco del Programa Nuevos Territorios de Paz, refleja el concepto del autor y no necesariamente el de sus financiadores, Unión Europea y Gobierno de Colombia Estrategias de Desarrollo Rural Integral MPDL

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Región Canal del Dique

Este documento fue elaborado en el marco del Programa Nuevos Territorios de Paz, refleja el concepto del autor y no necesariamente el de sus financiadores, Unión Europea y Gobierno de Colombia

Estrategias de Desarrollo Rural Integral

MPDL

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ESTRATEGIAS DE DESARROLLO RURAL

INTEGRAL:

EL CASO DEL PROYECTO PROMODIQUE

NAZLY LOPEZ

GERMAN GALLEGO

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA CATÓLICA DEL NORTE

JUNIO DE 2017

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TABLA DE CONTENIDO

1. SOBRE EL DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE COMO DINAMIZADOR DEL DESARROLLO

TERRITORIAL 3

1.1. CONSTITUIR TERRITORIO A PARTIR DEL DESARROLLO ENDÓGENO LOCAL 3

1.2. DESCIFRANDO LAS ESTRATEGIAS DE DESARROLLO TERRITORIAL A PARTIR DE LA SOCIOLOGÍA DEL

DESARROLLO 9

1.3. UN DESARROLLO TERRITORIAL DIRIGIDO A LA RURALIDAD 14

2. MARCO INSTITUCIONAL A FAVOR DE UNA NUEVA RURALIDAD EN COLOMBIA 17

3. CONTEXTUALIZACIÓN DEL PROYECTO PROMODIQUE 38

3.1. GENERALIDADES DEL TERRITORIO 38

3.2. CARACTERIZACIÓN DEMOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN SOCIA 52

3.3. EL CAMPESINADO DEL CARIBE COLOMBIANO 66

4. EL CASO DE PROMODIQUE COMO ESTRATEGIA DE DESARROLLO RURAL INTEGRAL SOSTENIBLE 74

4.1. ENTENDIENDO A PROMODIQUE 74

4.2. PROMODIQUE Y LA COMUNIDAD DEL CANAL DEL DIQUE Y ZONA COSTERA COMO DINAMIZADORES DEL

DESARROLLO RURAL 77

3

1. Sobre el desarrollo rural sostenible como dinamizador del desarrollo

territorial

Abrir el espacio para las discusiones teóricas alrededor del desarrollo rural y la

sostenibilidad de las estrategias impartidas para ello, toma relevancia en la medida que

permite identificar hasta qué punto, las políticas públicas dirigidas hacia la

configuración de la territorialidad, han resultado integralmente efectivas en materia de

los retornos socioeconómicos en el sector, especialmente cuando la pobreza rural se ha

mantenido como una situación latente en las agendas públicas. En vista de ello, para

PROMODIQUE ha sido fundamental reconocerse como una estrategia de desarrollo

definida bajo dicha integralidad, en la que su participación en las dinámicas de

desarrollo haya resultado realmente pertinente, de acuerdo a las necesidades

identificadas alrededor del impulso de las actividades económicas propias del

campesinado, como la participación política y civil, el relevo generacional, la seguridad

alimentaria, la integración y protagonismo en las relaciones mercantiles, el

empoderamiento y la gobernanza local con enfoque étnico y de género, y la

sostenibilidad económica en la subregión del Canal del Dique y Zona Costera.

Con todo, mostrar a PROMODIQUE como una estrategia de desarrollo sostenible,

requiere de una deconstrucción y reconstrucción a partir del examen reflexivo de su

participación como actor local y como impulsor de las potencialidades y habilidades en

la población socia a favor de mecanismos de endogenización de los choques externos y

la creación de estrategias de empoderamiento desde adentro. Ello, basado tanto en una

lógica teórica con respecto a las políticas de desarrollo endógeno local, como en un

análisis de pertinencia de acuerdo a las necesidades y carencias identificadas a nivel

histórico. Así las cosas, se exponen a continuación algunos análisis teóricos útiles para

tal propósito.

1.1. Constituir territorio a partir del Desarrollo Endógeno Local

Al hablar de endógeno, pareciera que inmediatamente se remite a un contexto cerrado o

atomizado, en el que no permean externalidades y en el que las dinámicas son

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originadas exclusivamente desde y para su interior. En cierta medida puede ser cierto,

sin embargo, cuando le anteponemos desarrollo, el significado consigue abarcar

mayores posibilidades que permiten estimular dinámicas complementarias a las

acciones internas. En escenarios de globalización y de economía de mercado, la

autonomía local se convierte en algo irremediablemente relativo al encontrarse

constantemente influenciado por lo que este contexto otorgue y demande. Así, la

diferencia entre lo meramente endógeno y el desarrollo endógeno radica en que, para el

segundo, interiorizar las externalidades de cualquier índole se convierte en una

estrategia ambivalente entre la adaptación y la mitigación, y el acceso a recursos

exógenos que inducen el mejoramiento de las condiciones internas: la capacidad para

hacer y saber (Long, 2007) a favor del bienestar.

Asimismo, cuando se armoniza el desarrollo endógeno con aquello que se concibe como

local, no se está tratando apenas de un aspecto geográfico – que bien podría servir en un

primer momento, para identificar el espacio en el que lo exógeno tiene encuentro con lo

endógeno –, sino que además se reconocen las características propias de una cultura, su

arquitectura social, su estructura física y las redes de actores, sobre las que lo exógeno

podría impactar positiva o negativamente en la constitución de un escenario de bienestar

sostenible.

En este sentido, hablar de Desarrollo Endógeno Local supone el tratamiento de todo

aquello que compone integralmente un territorio y cómo y hasta qué punto esa

composición consigue relacionarse con lo exógeno. A su vez, en ese tratamiento se

contemplan aspectos particulares de los que depende la interpretación de los procesos de

desarrollo, a saber: las instituciones, cuya definición no se limita a la estructura política

sobre la cual los actores locales se rigen, sino que representan, de un modo más general,

“las reglas de juego de una sociedad o, más formalmente, las restricciones

humanamente diseñadas que dan forma a la interacción humana” (North, 1990, p. 3).

Las instituciones no se comprenden como un conjunto de reglas establecidas en cada

gobierno de turno, sino que son el resultado histórico y evolucionado de las reglas

formales y no formales, es decir, las tradiciones y convenciones sociales en un sentido

weberiano, y del tipo de negociación y la capacidad para hacer dichas reglas valer en los

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círculos sociales – enforcement – (North, 1990): una creación colectiva de los actores

mismos.

Destacar la estructura institucional de un territorio es útil en la medida que logra

descifrar cómo y de qué manera los agentes direccionan e invierten sus habilidades

para hacer y saber en la creación de las estrategias de desarrollo, toda vez que de ellas

depende la construcción continua de sus marcos sociales, políticos, culturales,

económicos y ambientales; así, en palabras de North (1990, p. 3), “el cambio

institucional constituye la forma en la cual las sociedades evolucionan a través del

tiempo y por lo tanto, es la clave para entender el cambio histórico”.

En verbigracia, la estructura institucional de un territorio determina en gran parte la

senda de su desarrollo, a través de la funcionalidad que consiga adquirir la

endogenización de los choques externos y de la creación de capacidades de mitigación y

apropiación del territorio por parte de sus agentes. No obstante, el aparato institucional

de una sociedad en ocasiones puede responder más a estrategias de integración en la

economía de mercado y a las dinámicas de globalización que le son propias, en

detrimento del desarrollo local. Tal es el caso del modelo de modernización de la

agricultura, derivado del discurso desarrollista de los países del llamado Primer Mundo

a mediados del siglo XX, como estrategia de reactivación económica posterior al

término de la Segunda Guerra Mundial.

En el examen aquí realizado, el término desarrollista se atribuye a la representación

económica del desarrollo correlacionada con la industrialización, en un escenario que ha

tipificado desde la posguerra la planificación de las economías y la realidad social, a

partir de las necesidades suscitadas en los países del llamado Primer Mundo por el

progreso industrial, y que difieren en su totalidad con las del mal llamado Tercer

Mundo, en aspectos culturales, geográficos, políticos, económicos e institucionales. El

resultado de esta “invención”, como la señala el antropólogo colombiano Arturo

Escobar (2007), es que se ha configurado un imaginario social a nivel histórico en el

que los países que no siguen la senda de desarrollo de Occidente, se denominan y auto

reconocen como subdesarrollados y son tratados como tal.

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Así, con este modelo de modernización, se impulsó la instauración de los monocultivos

industriales, de las economías de escala en la producción rural y, en fin, de la

capitalización del campo, generando un cambio radical en la estructura agraria de los

países latinoamericanos, asiáticos y africanos. Con ello, otras formas de producción que

otorgaban mayores retornos socioeconómicos y socioecológicos a las comunidades,

como la economía campesina, quedaron relegadas a la frontera agrícola y a la

minimización de las políticas direccionadas a su desarrollo; la lógica del capitalismo en

el campo ha sido contradictoria.

A su vez, el discurso desarrollista de Occidente no supuso apenas cambios en la

estructura agraria y agrícola, sino que, según Escobar (2007, p. 11) – y que podría

considerarse mucho más impactante en términos de la construcción social e institucional

–, en estos países, la planificación de sus economías originó que “de la noche a la

mañana, milenarias y complejas culturas se convirtieran en clones de los racionales

occidentales de los países considerados económicamente avanzados”.

En este sentido, la planificación del desarrollo de estos países promovió la modelación

de sociedades que ideológica, cultural, económica y políticamente creó una relación de

desinterés con el campesinado y sus movimientos. Con este cambio estructural en las

instituciones del siglo XX, las estrategias de desarrollo local no consiguieron crear los

mecanismos de mitigación y endogenización de los choques externos, evidenciándose

en bajos indicadores sociales, en el éxodo rural, en el constante endeudamiento externo

e interno y en la ineficiencia de las políticas de apoyo al pequeño y mediano productor,

volcadas más al latifundismo y a la minería.

Específicamente, políticas productivistas como el Desarrollo Rural Integrado (DRI) de

la década de 1970 o la apertura neoliberal de la década de 1990, se reflejaron para

Colombia en el aumento de los costos de producción, concentración y acceso limitado a

tierras, reducción de áreas de producción, aumento de las importaciones, baja

competitividad en los mercados internacionales, pérdida de empleos en la agricultura,

envejecimiento y abandono paulatino del campo; sin que el rubro de las exportaciones

fuera lo suficientemente significativo para soslayar los costos sociales, económicos,

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institucionales e inclusive ambientales de sus efectos. No era posible percibir un

ambiente de desarrollo endógeno local.

Conscientes de ello, autores como Alburquerque (2004) y Vázquez Barquero (2007),

señalan la importancia de los enfoques territoriales para la constitución de escenarios de

desarrollo endógeno local, que abarcan la relación de los sistemas productivos locales

con los sociales y culturales. Alburquerque, por ejemplo, reflexiona al respecto de los

procesos de descentralización y democratización como mecanismos que obligan a crear

las estrategias de desarrollo espontáneas desde los entes territoriales y sus perfiles de

producción interna. De esta forma se incentiva la creación de habilidades para hacer y

saber que posibilitan iniciativas de políticas de abajo para arriba, luego de que las

limitaciones de las políticas centralistas de arriba para abajo, asistencialistas, inducidas

y no negociadas horizontalmente con los actores locales, no se tradujesen en un

desarrollo regional pertinente.

Luego, Vázquez (2007) complementa la visión de desarrollo endógeno local con un

enfoque en el que las características propias de los territorios, definen sus propias

sendas de crecimiento y desarrollo económico, de acuerdo a las formas de acumulación

del capital humano y social y a su organización institucional; es decir, el desarrollo

endógeno “adopta una visión territorial y no funcional de los procesos de crecimiento y

cambio estructural” (p. 187), en donde son las fuerzas del desarrollo las encargadas de

condicionar las dinámicas económicas.

Ahora bien, desde una visión foucaultiana, los territorios son conformados a partir de

relaciones de poder económicas, políticas y culturales (Saquet, 2015), propiciando en

los agentes locales una identidad y una imagen de autoridad constituida a través de

redes de interacción. De acuerdo a ello, y a las visiones de endogeneidad e instituciones,

las fuerzas del desarrollo pueden ser explicadas como a) el tipo de relaciones existentes

entre los actores (interacciones, forcejeos y negociaciones) b) el nivel y mecanismos de

apropiación del espacio y, c) la configuración de territorio a partir de su construcción

social a nivel histórico.

Cuando las fuerzas del desarrollo confluyen, las estrategias de intervención se

encuentran con un escenario de participación activa y de movilización de recursos por

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parte de los propios agentes locales que demandan y ofertan alternativas, dejando de ser

destinatarios pasivos de acciones de arriba para abajo. Cuando los actores

desenvuelven este tipo de actitudes, los impactos a nivel territorial y en sus modos y

medios de vida, dependen más de las acciones que puedan adelantar que de las mismas

externalidades; al mismo tiempo que cuando no las desenvuelven, los impactos

negativos también se atribuyen a su pasividad, construyendo sendas de desarrollo en

contraposición a la reproducción social proveedora de bienestar.

Para la Sociología del Desarrollo, esta dinámica se conoce como enfoque orientado al

actor (Long, 2007), cuyo interés en las acciones de los agentes “se nutre en la

convicción de que es poco satisfactorio basar el análisis en concepto de determinación

externa” (Ibid.). Así, cuando lo externo, pareciera dominar las capacidades internas, los

escenarios de desarrollo endógeno consensuados por los actores locales, no emergen,

adaptando luego el espacio para la imposición de los discursos y recetas desarrollistas,

en detrimento de la construcción de territorialidad.

En tal sentido, no sólo a nivel teórico sino también práctico, comienza a emerger una

nueva visión del desarrollo, en la que los nuevos escenarios de debate y comprensión de

las dinámicas territoriales, instigan a un ambiente de lo que podría titularse como el

posdesarrollo. Al respecto de este panorama, Escobar (2007, p. 12) concluye que:

El desarrollo y el mismo Tercer Mundo están en vías de desmoronarse. Esto

ocurre no tanto porque el Segundo Mundo (las economías socialistas de

Europa del este) haya desaparecido y la sagrada trinidad del orden mundial

de la posguerra esté llegando a su fin, sino por el fracaso rotundo del

desarrollo en términos de sus propios objetivos, y gracias a la creciente

resistencia y oposición a él por parte de un número cada vez mayor de actores

y movimientos sociales de importancia.

Así las cosas, la reinvención de un desarrollo menos discursivo, en donde las relaciones

de poder jerárquicas transmuten en relaciones de cooperación y participación horizontal

por medio de redes, induce el surgimiento de habilidades para hacer y saber a favor de

la autogestión territorial. La creación de capital social y humano y de consecuentes

nuevas formas de gobernanza local, pareciera convertirse entonces en el mayor desafío

de la apropiación territorial y la construcción del bienestar, traducida en la reconversión

de las realidades sociales, desde el discurso y la práctica de una nueva concepción del

desarrollo.

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1.2. Descifrando las estrategias de desarrollo territorial a partir de la Sociología

del Desarrollo

De acuerdo a las discusiones previamente colocadas, pueden descifrarse las estrategias

de desarrollo territorial a partir del tipo de relaciones dadas entre los actores humanos –

no humanos –, al nivel de apropiación del territorio y a la construcción de las

instituciones resultante de los forcejeos, interacciones y negociaciones entre los agentes.

Así las cosas, una concepción weberiana de las dinámicas sociales en el desarrollo,

resulta útil en la medida que son el resultado de las luchas, los intereses y el poder que

desean ejercer los agentes para conformar territorio; en tal sentido, prevalecen códigos

de conducta como las tradiciones y las convenciones, antes que las reglas formales

estipuladas en las leyes, los decretos, los mandatos, o los contratos, pues el castigo y el

señalamiento social – el enforcement para North – afecta en mayor medida las

relaciones de confianza que las violaciones a las instituciones formales; de hecho, el

cumplimiento de éstas últimas evita la reprobación social que implica la desobediencia

civil (Weber, 1922 [2002]).

Con ello, un análisis de las estrategias de desarrollo territorial debe contemplarse a la

luz del orden social, a partir de lógicas teóricas como la sociología y la sociología del

desarrollo de autores como Michel Foucault (2002), Norman Long (2007) y Bruno

Latour (2005), que se complementan con visiones propias de la arquitectura social,

como las de Moscovici (1961), con las representaciones sociales.

Se había mencionado previamente la perspectiva orientada al actor de Long (2007), en

la que el enfoque de análisis se centraba en las acciones de los agentes locales como

gestores del desarrollo territorial, quienes a partir de su capacidad para hacer y saber,

endogenizan los choques externos en beneficio de sus modos de vida. No obstante, este

panorama pareciera ser muy general, pues el autor señala varias particularidades que

deben ser contenidas en el análisis, En primer lugar, expone al respecto de la forma en

que actúan los agentes a través del concepto de agencia, que se encuentra enraizada en

las relaciones sociales y sólo puede ser efectivada a través de ella. Para el autor, con la

agencia las acciones individuales llegan a provocar cambios en situaciones

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preexistentes o curso de eventos, debido a la habilidad de influenciar a otros agentes; ya

que:

La noción de agencia atribuye al actor individual la capacidad de procesar la

experiencia social y diseñar maneras de lidiar con la vida, aún bajo las formas

más extremas de coerción. Dentro de los límites de información,

incertidumbre y otras restricciones (por ejemplo, físicas, normativas o

político-económicas); los actores sociales poseen “capacidad de saber” y

“capacidad de actuar”. Intentan resolver problemas, aprenden cómo

intervenir en el flujo de eventos sociales alrededor de ellos, y en cierta

medida están al tanto de las acciones propias, observando cómo otros

reaccionan a su conducta (p. 48).

En este contexto, con la agencia se construyen las instituciones informales que luego

pueden verse transformados en formales, a partir de la observación de las conductas

entre los agentes – enforcement – y posterior estandarización en las leyes o los contratos

(Polanyi, 1978). Simultáneamente, con la agencia se conforman redes que resultan de

las “traducciones” o interpretaciones de dichas conductas entre los actores, y que

influyen en los “proyectos” de vida de cada uno. No obstante, tal involucramiento no se

da apenas entre actores situados en el mismo espacio, pues las agencias se ven

influenciadas por las de agentes externos, e inclusive atemporales; de aquí que el

cambio institucional y la construcción social sea un hecho histórico y evolutivo.

Una forma de entender la agencia puede encontrarse en el concepto de representaciones

sociales en Moscovici (1961), y pueden ser definidas de dos formas: una como

expresión y otra como estructura. En la primera, las representaciones son entidades casi

tangibles,

circulan, se cruzan y se cristalizan sin cesar en nuestro universo cotidiano a

través de una palabra, un gesto, un encuentro […]. Sabemos que

corresponden, por una parte, a la sustancia simbólica que entra en su

elaboración, y por otra, a la práctica que produce dicha sustancia, así como la

ciencia o los mitos corresponden a una práctica científica y mítica (p. 27).

En la segunda, y como consecuencia de la primera, expresan finalmente un corpus de

conocimientos sobre el que los actores hacen inteligible la realidad social y consiguen

integrarse en un grupo o en relaciones cotidianas, donde liberan los poderes de su

imaginación, o sea, donde surge la agencia. En otras palabras, en este corpus se generan

las acciones y subsecuentes traducciones que se interiorizan en los proyectos de cada

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actor. Así las cosas, en esta estructura comienzan a desarrollarse las redes de actores y

las capacidades de generar una territorialidad.

Análogamente, esta perspectiva, en sus intentos por analizar la pertinencia de las

acciones de los actores en la territorialidad, hace uso de un enfoque diferencial basado

en características antropológicas, etnográficas y/o culturales, que permiten obtener una

visión sobre las experiencias vividas por ellos en su propio contexto de desarrollo. De

acuerdo con esto, Long (2007) expone la importancia de reconocer detrás de los mitos,

modelos y poses del desarrollo, los valores culturales y sociales de las personas que

establecen sus propios modos de vida, y cuando en ello se incluye la conformación de

redes de actores, se logra entender cómo se eslabonan los mundos de vida entre ellos

frente a los cambios en la fabricación de la territorialidad.

Las agencias también pueden entenderse a partir de la Teoría Actor-Red (TAR) de

Latour (2005), quien propone una estructura de sus interrelaciones y de las traducciones

entre los agentes, como se sugiere en el esquema 1 a continuación:

Esquema 1 Estructura de análisis TAR

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Fuente: elaboración propia a partir de Latour (2005)

En el ciclo de la TAR el actante o Actor-Red se concibe como una unidad, es decir, no

representa sólo un individuo, sino que además puede definirse a partir de un grupo

social realmente influenciable en la agencia de otros actores, como “las empresas

capitalistas, agencias estatales, partidos políticos y organizaciones eclesiales” (Long,

2007), sin embargo, no como colectividades, aglomeraciones o categorías sociales que

no tienen capacidad de influenciar o formular decisiones. Tampoco es apenas humano,

sino que también puede ser no-humano, además de ser atemporal, e inclusive, percibirse

por niveles de influencia en los actores, como si un Actor-Red red tuviera más o menos

relevancia dependiendo del contexto.

De igual forma, el Actor es al mismo tiempo Red, en la medida que funciona como un

vehículo de otros actores-red; como su fuera un hibridismo de todo lo que atrae a través

de su agencia o, en otras palabras, como si fuera emisor, receptor y transmisor de

influencias de manera simultánea. Los nodos representan situaciones críticas – por

ejemplo, intervenciones o estrategias de proyectos de desarrollo – en las que, por medio

de una interfaz, las traducciones de las agencias tienen lugar en la formación de

discursos, y es a través de esa interfaz de comunicación donde en las traducciones de los

actantes se desarrollan discrepancias o acuerdos que determinan sus acciones y

actitudes. Finalmente, de acuerdo a esas discrepancias o acuerdos, se conforma una red

interminable de actores que se influencian entre sí, construyen instituciones y

representaciones sociales.

Ahora bien, cuando las redes se configuran a partir de agencias que responden a las

necesidades de los territorios, es decir, cuando son activas y menos pasivas, las

posibilidades de internalizar son mayores que si no lo son; por ejemplo, cuando nos

encontramos en escenarios de guerra, las traducciones de las agencias entre los agentes

se generan alrededor del temor y la desconfianza. En tal caso, las capacidades de los

actores no logran internalizar los efectos negativos de tal escenario y las redes no

funcionan a favor de la territorialidad, muy por el contrario, nos encontraremos ante un

ambiente atomizado y de desarticulación. No obstante, pueden existir “fuerzas sociales

‘remotas’ y a gran escala que alteran las oportunidades de vida y la conducta de

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individuos” (Ibid., p. 42), en donde las capacidades, por más desarrolladas estén para

endogenizar, realmente se encuentran limitadas en la mitigación de los efectos.

Las externalidades también pueden encontrarse expresas en la implementación de las

políticas públicas o de las intervenciones de la cooperación internacional, la empresa

privada u Organizaciones No Gubernamentales (ONGs); sin embargo, no siempre las

intervenciones son aplicadas de acuerdo al enfoque orientado al actor, sino que son

imposiciones de arriba para abajo que chocan con los elementos territoriales. Ahora,

cuando en la intervención se toman en cuenta dichos elementos y se identifican de

manera más acertada las necesidades y carencias de acuerdo a las características

antropológicas, culturales y sociales en los individuos que conforman el territorio, nos

encontramos en un escenario de intervención planeada, como lo llama Long.

La intervención planeada se relaciona con una óptica del desarrollo alternativo al

discurso designado por Occidente, y se encuentra más ligado con el endógeno local. El

concepto es deconstruido a favor de la injerencia de factores característicos de los

territorios, como la cultura, la organización social, la etnicidad y los proyectos de vida

de los actores locales, para no seguir construyéndolo como una inducción de arriba

para abajo.

Esta perspectiva del desarrollo se concibe desde adentro, y no es más determinado por

la industrialización, la creación de grandes empresas o la capitalización en el campo, y

sí por ser un proceso constante de la búsqueda de la libertad humana, entendida desde el

libre acceso a educación, salud, infraestructura física, derechos civiles, justicia y

participación ciudadana (Sen, 1999) mediante la participación activa de los agentes del

territorio. En tal sentido, no se habla más de beneficiarios y proyectistas, sino de

participantes de las estrategias, es decir, de relaciones horizontales entre los agentes.

Dicho de esta forma, en la intervención planeada debe negociarse entre las políticas de

arriba para abajo y de iniciativas de abajo para arriba por parte de los actores locales,

en donde las agencias de todas las partes se traducen en una red de interrelaciones y

uniones sociopolíticas de las que emergen mecanismos de adaptación y acción de los

individuos, volcadas al desarrollo endógeno local en el diseño de la territorialidad y el

engendramiento de procesos de desarrollo sostenibles.

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De otro lado, Long menciona que en una estrategia de intervención planeada no debe

existir más una separación entre la formulación de la política o del proyecto, la

implementación y sus resultados, como tal vez puede ser ideado en el imaginario de los

proyectistas y sus clientes; por el contrario, en las acciones de desarrollo interviene la

reinterpretación o la transformación de políticas durante el mismo proceso de

aplicación, como consecuencia de que los grupos locales formulan activamente y

persiguen sus propios proyectos de vida constantemente, situación que puede chocar

con los de la autoridad central u organismo que implementa acciones arriba para abajo.

De este modo, la intervención es un proceso dinámico, constante y socialmente

construido, negociado, creador de significados y enfocado en las formas de interacción

de sus participantes, en las categorías culturales y etnográficas, en el tipo de

procedimientos empleados y en el modo de configurar los discursos que consigan, de

igual manera, limitar la demagogia propia del clientelismo en los proyectos de

intervención. Sólo en este caso logrará impulsarse una estrategia de desarrollo integral.

1.3. Un desarrollo territorial dirigido a la ruralidad

Ahora bien, tal vez una de las razones más significativas por las cuales los discursos de

desarrollo de Occidente no fueron correctamente adaptados en los países que categoriza

como subdesarrollados, obedece a una estructura agraria y una institucionalidad con

características sociopolíticas, económicas y culturales que distaban de sus propósitos de

industrialización. Con ello, y como ha sido previamente enunciado, el diseño de

políticas enmarcadas en tal propósito, se evidenciaron en el surgimiento de un

desarrollo rural desequilibrado, con impactos negativos sobre aquellos actores

desprovistos de las herramientas suficientes dirigidas a la construcción de habilidades

para hacer y para saber, que respondieran a los consecuentes choques e impactos. Así,

la ausencia de un sistema educativo que abarcase las masas campesinas, las bajas

garantías de acceso a derechos de propiedad, la jerarquización de poderes y un limitado

movimiento campesino carente de legitimidad, se vieron expresos en el aumento de las

brechas de desigualdad configuradas a partir del aumento de la pobreza rural.

En este sentido, es necesaria una mudanza en el imaginario convencional del desarrollo,

e incitar a la edificación conjunta de estrategias enfocadas al actor y a la

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territorialización, fundamentadas en la endogenización de las externalidades. Con ello,

el objetivo de una ruralidad sostenible, no sólo en aspectos económicos, sino en lo que

atañe a los retornos socioculturales, obliga a que las intervenciones sean negociadas

entre los diferentes participantes, apunten a la autogestión y a la participación activa y

constante en beneficio de la reproducción social; pues cuando asuntos como el éxodo

rural, la pobreza y la miseria rural, el envejecimiento y abandono del campo, se

convierten en problemáticas que perseveran en la agenda pública, es imperativo

cuestionar hasta qué punto las estrategias de desarrollo territorial han sido eficientes.

Van der Ploeg et al (2000), en un examen sobre los paradigmas del desarrollo rural

derivados del discurso de Occidente, concluyen seis estrategias para su ruptura desde la

agencia de los actores locales. Una primera propone el abandono de la noción de la

práctica agrícola como mera despensa de la economía industrial, para pasar a integrarse

a todo tipo de dinámicas urbanas y rurales a través de la multiactividad propia del

mundo rural; una segunda presupone la formulación de un desarrollo rural sostenible en

términos de la sinergia entre las actividades rurales agrícolas y no agrícolas, de todas las

clases de agricultores y de ecosistemas sociales; la tercera, se vuelca a un nivel

identitario, por el rescate de la cultura campesina y una ligación de ésta con el mundo

urbano por medio de la configuración de redes.

La cuarta, se relaciona con la implementación de políticas públicas incluyentes, que

rompan con la característica controversial del capitalismo en el campo y del monopolio

del latifundista. Aquí prevalecen todas las formas de hacer una ruralidad, mediante la

inclusión de los grupos que impulsen su desarrollo sostenible. En una quinta estrategia,

y relacionada con la anterior, deben ser identificadas las diferencias culturales,

económicas y sociopolíticas entre los grupos rurales a favor de políticas públicas

pertinentes, en donde se evidencie la correspondencia entre políticas y programas –

intervención planeada –, la sinergia entre las políticas y las características específicas

de los territorios, y los efectos de las instituciones, construidas socialmente, sobre los

procesos que impactan el desarrollo rural.

Finalmente, una sexta estrategia se enfoca en la pluriactividad propia del sector rural, en

la que se diseñen líneas de interrelación entre las estrategias agrícolas y no agrícolas,

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monetarias y no monetarias que impacten la reducción de los costos de producción y el

incentivo al tejido social y el capital humano; en este sentido, el campesino logra

cumplir la triple función de capitalista, empresario y obrero de manera amplia.

Ahora bien, un factor muy importante señalado en esta última estrategia, corresponde a

la creación de capital social, asunto que se encuentra ligado con las iniciativas de

cooperación y solidaridad entre los actores, a raíz de sus agencias y traducciones en las

redes. Tal vez una de las preocupaciones y mayores desafíos del desarrollo rural,

corresponde a la configuración de un sistema asociativo activo en beneficio de la

participación civil al interior de cada una de las esferas de la agenda pública, pues como

será expuesto en la posteridad, el surgimiento del campesinado en Colombia, como

movimiento social, se ha encontrado sumergido en un ambiente de discordias históricas

que dejan sus rezagos en procesos asociativos poco funcionales y representativos para la

actualidad.

Esta situación, tiene su génesis en la arquitectura social formulada desde los tiempos de

la colonización y continuada con la lucha político-económica entre el capitalismo de

Occidente y el socialismo de la antigua URSS, en donde los movimientos direccionados

a la institucionalización del campesinado o fueron vistos como infructuosos, o como

amenazas a la hegemonía de los gobiernos en países de Occidente por causas

izquierdistas. De esta forma, se dificulta pensar en procesos sociales organizados, con

base en la actividad política y civil campesina realmente influyentes en las políticas

públicas, situación que puede verse evidenciada en la ineficiencia de las reformas

agrarias de los países latinoamericanos y en un desarrollo rural desigual.

Así las cosas, y de acuerdo con Gallicchio (2004), el desarrollo local es un proceso más

sociopolítico que económico, pues en el laboratorio de la sociedad los desafíos son

mayores cuando de articular los actores y crear capital social se trata, mucho más si se

considera que de dicha articulación dependen en buena medida de las iniciativas que se

tomen al respecto, al representar un patrimonio de conocimientos y hábitos y

experiencias prácticas que la sociedad acumula, reproduce y transforma a lo largo de su

historia. En palabras del autor:

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No habrá desarrollo económico si no se generan previamente las condiciones

mínimas de desarrollo social local y, más aún, no habrá desarrollo local

sostenible sin construcción de capital social que mantenga y les dé sentido a

los demás procesos (p. 63).

Por otro lado, las acciones volcadas a la disminución de las afecciones socioeconómicas

y políticas en la ruralidad, y en general para el territorio, más que pretender ser

solucionadas en el corto plazo a través de fórmulas inmediatistas de inversión social,

deberán volcarse a la creación de estrategias de largo plazo, continuas, participativas y

pertinentes. Luego, de esta dinámica dependen varios factores de éxito en este sector,

desde el involucramiento de todos los actores a través de procesos asociativos

espontáneos; la configuración paulatina de cambios institucionales, representaciones

sociales y agencias funcionales por la territorialidad; hasta la sostenibilidad de las

estrategias mismas. Es así como inversiones en salud o en escuelas rurales, no surten los

efectos proyectados, si paralela o previamente, no se crean políticas de largo plazo que

incentiven la creación de empleos en la ruralidad, la reactivación de los sistemas

productivos locales y eviten la subsecuente migración en la búsqueda de fuentes de

ingresos.

Finalmente, y de acuerdo a las colocaciones de Van der Ploeg et al (2000), no puede

considerarse entonces un desarrollo rural que sin que se unifiquen en las estrategias de

acción los aspectos económicos, sociales, culturales, institucionales y ambientales de

forma integral, pues de ello depende su sostenibilidad. Dicho de este modo, y dada la

subjetividad que adquiere el término sostenibilidad, la naturaleza de este escrito limita

su examen a la intención de la reproducción social, cultural, económica y política del

campesinado, traducida en las libertades de acceso a los servicios básicos del bienestar,

como expuestos por Sen (1999), en las que son determinantes las acciones ejecutadas

por los agentes del territorio para construir las sendas del desarrollo rural, sin las

limitaciones de la frontera agrícola en la ruralidad.

2. Marco institucional a favor de una nueva ruralidad en Colombia

PROMODIQUE se concibe como una iniciativa de desarrollo y de participación local a

favor de la territorialidad, y en ese sentido, para adquirir un carácter de sostenibilidad,

además de contar con el desarrollo de capacidades y habilidades en la población socia,

18

ha debido enmarcarse en las estrategias institucionales en las que se envuelven las

expectativas de desarrollo rural para el país.

Como resultado de los múltiples cambios a nivel socioeconómico y político en los que

los sistemas de producción local y la composición orgánica de la sociedad se encuentran

inmersos, nuevos escenarios para la ruralidad parecen estar surgiendo como respuesta.

Una combinación de estrategias monetarias y no monetarias en la producción

campesina, una mayor visibilidad de campesinado como movimiento sociopolítico en lo

concerniente al acceso a los derechos civiles y de propiedad, el reconocimiento de una

variedad de sistemas socioproductivos en el desarrollo rural y de la cada vez más

demarcada frontera agrícola, una mayor disparidad entre las características de la

pobreza rural y urbana resultantes de su dicotomía y las necesidades de diseñar, por lo

tanto, capacidades y habilidades diferenciadas para hacer frente a estos choques, han

llevado a que las actividades en las que se desenvuelve la agropecuaria, generen una

negociación con la sociedad de mercado y sus dinámicas.

Las dinámicas sociopolíticas en Colombia atraviesan actualmente por un cambio

institucional relevante, una ruptura de paradigmas sociales que impactan directamente y

en mayor medida a la ruralidad. El Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y

la Construcción de una Paz Estable y Duradera – que más que ser una línea de política

pública, podría bien considerarse como una estrategia transversal del desarrollo

endógeno local colombiano –, pretende terminar con una guerra de más de cincuenta

años vivida en Colombia, entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC, y

construir estrategias de reparación; constituyéndose, por tanto, como una de las mayores

mudanzas institucionales en la historia del país, que no solo atañe aspectos del orden

político y judicial, sino que promueve cambios en la construcción y reproducción de la

sociedad colombiana, especialmente para el mundo rural.

Así las cosas, nos encontramos en una etapa de post-conflicto que requerirá de esfuerzos

por parte de todos los actores locales, para endogenizar las transformaciones venideras.

Esta es la oportunidad perfecta que sitúa a todos los agentes del desarrollo en la misma

mesa, sin presencia de jerarquías sociopolíticas, para efectuar las estrategias

19

correspondientes y construir constantemente las habilidades que, desde adentro,

posibilitarán la configuración de una ruralidad funcional e incluyente; en fin, sostenible.

El primer punto del Acuerdo, firmado en la ciudad de la Habana (Cuba) a finales del

año 2016, propone la Reforma Rural Integral (RRI) como iniciativa para reversar los

efectos del conflicto y cambiar aquellas condiciones que han incentivado la persistencia

de la violencia, especialmente en la zona rural. Esta transformación de corte estructural

comprende un Fondo de Tierras para la RRI, de forma gratuita, en el que se proyecta la

extensión de diez millones de hectáreas durante los próximos diez años, a través de la

recuperación de tierras y propiedades que se han escapado del control de la

formalización, titulación, la asignación y la legalidad, especialmente para el pequeño y

mediano productor. Este escenario obliga a crear estrategias de construcción de

capacidades y habilidades en la población campesina, dirigidas a un proceso paulatina

de empoderamiento territorial a través del diseño de las dinámicas que se avecinan en la

configuración de una nueva ruralidad en Colombia.

De igual forma, y abogando por un contexto integral del desarrollo, este acceso a tierras

se enmarcará en los Programas de Desarrollo Agrario Integral con Enfoque Territorial

(PDET), y se ejecutará a partir de espacios de participación y decisión en la

planificación de los usos del suelo rural y el ordenamiento del territorio, como la

infraestructura física para la instauración de sistemas de producción local funcionales y

la acumulación de capital social y humano; materializados en estímulos a la economía

solidaria y cooperativa y en un mayor y mejor acceso a los bienes y servicios básicos

del bienestar.

Ahora, si bien PROMODIQUE no obedece a mecanismos de asignación o titulación de

tierras, sí logra enmarcarse en las líneas que abarcan la dinámica integral de esta acción,

y que se convierten a la vez en estrategias de creación de territorio que promulgan un

desarrollo endógeno local, preparando a las comunidades para la internalización de la

era del post-conflicto en sus modos de vida, como las iniciativas de construcción de

Planes de Desarrollo Alternativo por parte de las mismas comunidades, como sería

mostrado posteriormente.

20

En otros aspectos que conciernen a la reproducción de la sociedad campesina, los PDET

tienen como objetivo un relacionamiento equitativo entre el campo y la ciudad, por

medio de Planes de acción para la transformación regional, que incluyan todos los

niveles del ordenamiento con enfoque territorial, es decir, desde el tipo de relaciones

entre los actores (interacciones, forcejeos y negociaciones), los mecanismos de

apropiación y la construcción de instituciones desde la arquitectura social. Con estos

planes, entonces, se está apuntando a la generación de redes de actores o de actantes

que, a través de sus agencias y consecuentes traducciones, motivan la creación de

nuevos discursos en el imaginario social de la era de post-conflicto, que posibilitarán la

configuración de instituciones, convenciones o tradiciones, en el sentido de North y

Weber, direccionadas hacia la horizontalización de los poderes y de nuevos escenarios

de desarrollo.

Otras consideraciones del Acuerdo que atañen el apoyo al desarrollo de una nueva

ruralidad se encuentran también orientadas en el punto 2 Participación política:

apertura democrática para construir la paz, especialmente en los componentes 2.2, con

los mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación

directa y 2.3, con las medidas efectivas para promover una mayor participación en la

política nacional, regional y local, de todos los sectores, con sus subcomponentes 2.3.5.

promoción de una cultura política democrática y participativa; 2.3.6. promoción de la

representación política de poblaciones y zonas especialmente afectadas por el conflicto

y el abandono; y 2.3.7. promoción de la participación política y ciudadana de la mujer

en el marco del Acuerdo (ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ DEL GOBIERNO

DE COLOMBIA, 2016)

Por otro lado, los efectos propios del proceso de la sociedad de mercado y su

subsecuente globalización han generado un espacio en donde se logran reconocer las

disparidades socioeconómicas a nivel mundial, y los órdenes socioculturales y

antropológicos diferenciados, que hacen reflexionar al respecto de la ineficiencia en la

estandarización de los modelos de desarrollo de Occidente. Con ello, y conscientes de

las carencias que de forma homogénea impactan a la población mundial – pero que se

manifiestan en particularidades para cada país –, concernientes a la privación del acceso

a los servicios básicos del bienestar, se han conseguido formular metas de desarrollo

21

que, desde las habilidades para hacer y saber propias de las diferentes latitudes, se

pueden adelantar.

En la actualidad, la propuesta gira entorno a agendas globales de desarrollo como la

Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Agenda post 2015, en la que

se realiza una discusión a partir de los resultados que dejan los Objetivos de Desarrollo

del Milenio, y el Marco Decenal sobre Consumo y Producción Sostenibles que

promueve acciones de Cooperación Internacional hacia mudanzas significativas en los

impactos que dejan consigo las formas de consumo y producción, a favor de un

desarrollo integral sostenible.

La importancia de estas agendas globales radica en que al mismo tiempo funcionan

como mecanismos de evaluación y monitoreo, al respecto de la pertinencia de las

políticas públicas en los gobiernos, independientemente de su arquitectura social o

geográfica, y que son transversales a las metas de desarrollo sostenible. En este caso, las

iniciativas ejecutadas por el Proyecto, han logrado realizar una apuesta a la mayoría de

los objetivos enmarcados para la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible,

entre las cuales se resaltan aquellas de mayor impacto o pertinencia como muestra el

cuadro 1 a continuación:

22

Cuadro 1 Acciones de PROMODIQUE orientadas al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Punto de la agenda Objetivos Propuestos relevantes para

el Proyecto Medios de implementación relevantes Acciones resaltadas de PROMODIQUE dirigidas a los ODS

1. Terminar con la

pobreza en todas sus

formas, en todas las

partes

1.2. Para 2030 reducir a menos de la

mitad la proporción de hombres, mujeres

y niños de todas las edades viviendo en

la pobreza en todas sus dimensiones de

acuerdo con las definiciones nacionales

a. Asegurar una movilización significativa de

recursos, de fuentes variadas incluyendo a través

de la profundización de la cooperación para el

desarrollo, para proveer medidas adecuadas y

predecibles para los países en desarrollo, en

particular a PMA*, para la implementación de

programas y políticas para erradicar la pobreza en

todas sus dimensiones; b. Crear marcos

normativos sólidos a nivel nacional, regional e

internacional, basados en estrategias de desarrollo

en favor de los pobres y sensibles al enfoque y las

cuestiones de género, para apoyar la aceleración de

inversiones en acciones para la erradicación de la

pobreza

ACCIÓN TRANSVERSAL DE LA ESTRATEGIA. SE

DESTACAN:

*Al finalizar el proyecto se habrán fortalecido al menos 10

asociaciones mediante subvención a terceros

*En el mes 24 los emprendimientos apoyados se han fortalecido

técnica, administrativa y comercialmente

* El 70% de los emprendimientos apoyados generan ingresos para

sus asociados *Asistencia técnica y procesos de capacitación en las

huertas familiares: Con las familias beneficiarias se implementó una

estrategia de formación de tres talleres con las siguientes temáticas:

Huerta Familiar (Tipos de Huerta, selección del terreno, especies

locales, importancia nutricional de las especies cultivadas), Plan de

Cultivo (Principios de Producción Limpia, siembras, asociación de

hortalizas, rotación de cultivo, cercado de lote), Controles y

Cuidados (control de malezas y plagas, elaboración de abonos

orgánicos, labores culturales, manejo de post cosecha y economía

familiar), Reflexión sobre la importancia el trabajo en equipo

1.4. Para 2030 garantizar que todos los

hombres y mujeres, particularmente los

pobres y vulnerables, tengan los mismos

derechos a recursos económicos, así

como el acceso a servicios básicos, la

propiedad y control de la tierra y otras

formas de propiedad, la herencia, los

recursos naturales, la nueva tecnología

apropiada y los servicios financieros,

incluyendo las microfinanzas

1.5. Para 2030 erigir la resiliencia de los

pobres y aquellos en situaciones

vulnerables, y reducir su exposición y

vulnerabilidad a los fenómenos

climáticos extremos, choques y desastres

económicos, sociales y ambientales

* Articulación entre una de las asociaciones piscícolas de mujeres y

jóvenes estudiantes de la Institución Educativa Técnica

Agropecuaria de Puerto Badel (Arjona), facilitando el trabajo de la

asociación en cuanto a la recolección de los animales y el transporte

de los mismos desde el estanque hacia la zona de eviscerado

*Creada una asociación piscícola de segundo nivel que agrupa a 13

organizaciones para una mejor defensa de sus derechos y una

mejora de la producción, nombrada como Federación Piscícola y

Agropecuaria de la Costa (FEDEPAC)

23

2. Erradicar el

hambre, alcanzar la

seguridad alimentaria

y mejorar la

nutrición, promover

la agricultura

sostenible

2.4. Para 2030 asegurar los sistemas de

producción sostenibles de alimentos e

implementar prácticas agrícolas

resilientes que aumentan la

productividad y producción, que

contribuyan al mantenimiento de los

ecosistemas, que fortalezcan la

capacidad de adaptación al cambio

climático, al clima extremo, sequías,

inundaciones y a otros desastres, y que

progresivamente mejoren la calidad de la

tierra y el suelo

----

*Implementación entre la población focalizada de al menos 200

huertas, con un enfoque de sostenibilidad, buenas prácticas

agrícolas, educación nutricional, organización comunitaria

*Al finalizar el proyecto al menos el 75% de las 200 huertas están

en proceso de producción, sin embargo, se construyeron 226

huertas, de las cuales continuaron en el segundo año el proceso de

resiembra 195 familias, y tuvieron producción hasta finalizar el

proyecto 188.

*Implementación entre las asociaciones focalizadas de al menos 15

emprendimientos productivos agrícolas y pecuarios en sistemas

semiconfinados con especies locales (Aves, Cerdos Codornices,

Conejos, piscicultura entre otros) con un enfoque de sostenibilidad,

buenas prácticas educación nutricional, como apoyo a la seguridad

alimentaria local

*Instalación de Huertas Escolares con sistemas de riego integrados

en forma de parcelas demostrativas implementadas

2.5. Para 2020 mantener la diversidad

genética de las semillas, plantas

cultivadas, animales de granja y

domesticadas y de las especies silvestres

relacionadas, a través de la correcta

gestión de bancos diversificados de

semillas y plantas a nivel nacional,

regional e internacional, y asegurar el

acceso y la distribución justa y equitativa

de los beneficios derivados de la

utilización de los recursos genéticos y

los conocimientos tradicionales

asociados según lo acordado

internacionalmente

*Desarrollo de estrategias en 4 IE agropecuarios que permita

construir parcelas demostrativas, bancos de semillas tradicionales y

elaboración de abonos orgánicos

*Selección de las instalaciones de la Asociación Peces de Sión para

el montaje del laboratorio de alevinaje. En el área de alevinaje se

instalaron las bases de las piscinas, los desagües, el suministro de

agua y la aireación junto con el suministro de energía eléctrica

necesario para el funcionamiento óptimo del área

24

3. Asegurar vidas

sanas y promover el

bienestar para todos

en todas las edades

---- ----

*Huertas familiares, comunitarias y escolares

*Publicación de una cartilla para sistematizar la experiencia de

huertas familiares y generar conocimiento para la replicabilidad de

la metodología en otras familias

La cartilla se elaboró a partir de la metodología y ruta metodológica

para el establecimiento de una huerta, que define espacios,

materiales, variedades y tiempos, y consta de los procesos llevados

a cabo con la familia) *Campañas de promoción y

sensibilización a nivel local y regional-Red de consumidores

responsables, con la puesta en práctica a través de 3 Mercados

Campesinos

4. Asegurar una

educación inclusiva,

de calidad y

equitativa y

promover

oportunidades de

aprendizaje

permanente para

todos

4.4. Para 2030, aumentar en un x% el

número de jóvenes y adultos con

habilidades relevantes incluidas las

aptitudes técnicas y vocacionales, para el

empleo, trabajo decente y el

emprendimiento

----

*Al finalizar el proyecto el 100% de las parcelas de las Instituciones

Educativas funciona y tiene producción al finalizar el proyecto y

las parcelas se encontraban operativas. En todas se instalaron

sistemas de riego, se acondicionaron las parcelas y se procedió al

proceso de resiembra

*Fortalecimiento técnico administrativo de las iniciativas

identificadas y seleccionadas de mercados campesinos

4.5. En 2030, eliminar las disparidades

de género en la educación y garantizar la

igualdad de acceso a todos los niveles de

la educación y la formación profesional

de las personas vulnerables, incluidas

personas con discapacidad, los pueblos

indígenas, y los niños en situación de

vulnerabilidad

25

4.7. En 2013, asegurar que todos los

alumnos adquieran el conocimiento y las

habilidades necesarias para promover el

desarrollo sostenible y estilos de vida

sostenibles y estilos de vida sostenibles,

derechos humanos, igualdad de género,

promoción de una cultura de paz y no

violencia, ciudadanía global y la

apreciación de la diversidad cultural y de

la contribución de la cultura al desarrollo

sostenible

*Al finalizar el proyecto al menos 4 Instituciones Educativas han

integrado prácticas agropecuarias en sus pensum

*Formación en recolección, conservación de semillas y abonos

orgánicos en las Instituciones Educativas

*En el segundo año se dio continuidad a la metodología de trabajo

en el establecimiento de parcelas demostrativas, siguiendo las

temáticas descritas y la práctica de la teoría en dichas parcelass.

Continuó la capacitación en temas como Huertas Escolares,

Introducción a la piscicultura, Buenas prácticas de Producción

Acuícola, Buenas Prácticas Acuícolas y Generalidades e

infraestructura para el manejo de pollos de engorde entre otros.

5. Lograr la igualdad

de género y

empoderar a todas

las mujeres y niñas

5.5. Garantizar la participación plena y

efectiva de las mujeres y la igualdad de

oportunidades para el liderazgo en todos

los niveles de toma de decisiones en la

vida política, económica y pública

a. Emprender reformas para dar a las mujeres la

igualdad de derechos a los recursos económicos,

así como el acceso a la propiedad y el control de la

tierra y otras formas de propiedad, los servicios

financieros, la herencia y los recursos naturales, de

acuerdo con las leyes nacionales; c. Adoptar y

reforzar políticas sólidas y una legislación

aplicable para la promoción de la igualdad de

género y el empoderamiento de las mujeres y niñas

en todos los niveles

TEMA TRANSVERSAL EN LA ACCIÓN DE LA ESTRATEGIA,

SE DESCATAN:

*Temas central de las Escuelas de Formación Ciudadana para todas

las asociaciones de productores y grupos civiles

*Apoyo a la Asociación de Mujeres para el Desarrollo Integral de

Puerto Badel (AMUDIC) con emprendimiento piscícola y enfoque

tranversal de género y empoderamiento territorial

6. Asegurar la

disponibilidad y el

manejo sostenible

del agua y el

saneamiento para

todos

---- ----

*Construcción de pozos que están ayudando a las comunidades a

hacer frente a periodos de sequía que son frecuentes. Construcción

de sistemas de riego en huertas escolares y en emprendimientos

agropecuarios que carecían de acceso continuo y de calidad del

recurso hídrico

*Perforación de un pozo subterráneo para el abastecimiento del

laboratorio de alevinaje.

26

7. Garantizar el

acceso a energía

asequible, confiable,

sostenible y moderna

para todos

---- ----

*Suministro de energía eléctrica contínua para el funcionamiento de

la Asociación de Segundo Nivel piscícola Federación Piscícola y

Agropecuaria de la Costa (FEDEPAC)

8. Promover el

crecimiento

económico

sostenido, inducido y

sostenible, el empleo

pleno y productivo y

el trabajo decente

para todos

8.3. Promover políticas orientadas al

desarrollo para apoyar las actividades

productivas, la creación de empleo

decente, el emprendimiento, la

creatividad y la innovación y fomentar la

formalización y crecimiento de las

micro, pequeñas y medianas empresas a

través del acceso a servicios financieros

*En el mes 24 del proyecto, los Consejos municipales de desarrollo

rural (CMDR) de 12 municipios priorizados cuentan con un Plan de

acción y un Plan de desarrollo rural alternativo para posicionar en la

formulación del Plan de Desarrollo 2016-2019.

*En el mes 24, al menos 3 asociaciones de mercados campesinos

han sido fortalecidas. Desde el inicio del proyecto se trabajó en el

fortalecimiento de 2 asociaciones de mercados campesinos de

Atlántico, mientras que en el segundo año se identificó y fortaleció

una iniciativa en Bolívar. El fortalecimiento ha consistido en

aspectos administrativos, técnicos, de mercadeo y sociales, así

como en la dotación de herramientas de trabajo *Apoyo en el

proceso de comercialización, marketing y proveeduría inclusiva,

mecanismos de venta directamente de las manos del productor al

consumidor final. Se resaltan las ruedas de negocio ICBF oferta

local en Cartagena, Feria de negocios Bolívar Agro en la

gobernación de Bolívar, Feria de iniciativas Nuevos Territorios de

Paz

* Creada una asociación piscícola de segundo nivel (FEDEPAC)

que agrupa a 13 organizaciones para una mejor defensa de sus

derechos y una mejora de la producción.

8.6. Para el 2020, reducir

sustancialmente la proporción de jóvenes

sin empleo, educación o formación.

*Apoyo a la Asociación de Jóvenes Avicultores de Leña

ASOAVIJOLES a través del impulso a emprendimiento pecuario

con la implementación de talleres de formación que buscaran

mejorar las capacidades, habilidades y destrezas en los

componentes técnico, organizacional, administrativo y contable

*Se desarrollaron 70 visitas de asistencia técnica a las Instituciones

Educativas que incluyen visitas de identificación, reuniones de

socialización, talleres técnicos tanto con alumnos como con

docentes y visitas de seguimiento a los proyectos productivos

27

8.8. Proteger los derechos laborales y

promover entornos de trabajo seguros y

protegidos para todos los trabajadores,

incluidos los trabajadores migrantes, en

particular las mujeres migrantes y las

personas con empleos precarios

*Apoyo a Asociación Comunitaria Unión Paraíso Víctimas de la

Violencia, a la Asociación Nacional Agropecuaria Camino Verde

conformada por desplazados de la violencia y a la Asociación de

Desplazados y Víctimas de Repelón ASODEVIERA, con el

impulso a emprendimiento productivo agropecuario, mediante

talleres de formación en las áreas técnica, administrativa,

organizativa y comercialización de especies menores, piña y papaya

9. Construir

infraestructura

resiliente, promover

la industrialización

inclusiva y sostenible

y fomentar la

innovación

9.4. Para 2030, mejorar y actualizar la

infraestructura y readaptar las industrias

para hacerlas sostenibles, con mejor

eficiencia en el uso de los recursos y una

mayor adaptación de tecnología

industriales, limpios y amigables con el

ambiente, con todos los países tomado

estas medidas de conformidad con sus

respectivas capacidades

b. Ayudar al desarrollo de la tecnología local, la

investigación y la innovación en los países de

desarrollo garantizando un entorno normativo

propicio para entre otras cosas, la diversificación

industrial y la adición de valor a los productos

básicos

*Implementación entre las asociaciones focalizadas de al menos 15

emprendimientos productivos agrícolas y pecuarios en sistemas

semiconfinados con especies locales (Aves, Cerdos Codornices,

Conejos, piscicultura entre otros) con un enfoque de sostenibilidad,

buenas prácticas educación nutricional, como apoyo a la seguridad

alimentaria local

*Capacitaciones en administración, inventarios y costos

*Dentro del componente de apoyo a reforestación, se adjudicó un

sistema de riego por micro aspersión, con su electro bomba para la

irrigación del lote de una hectárea del lote perteneciente a

ASOFRUPA, la cual será cultivada con árboles frutales, haciendo

de la asociación un sistema de producción de frutales. Al mismo

tiempo se les hizo entrega de un plan de fertilización a dos años

para el manejo de los árboles

*Construcción de sistemas de riego en huertas escolares y en

emprendimientos agropecuarios que carecían de acceso continuo y

de calidad del recurso hídrico

10. Reducir la

desigualdad dentro y

entre los países

10.2. Para 2030, potenciar y promover la

inclusión social, económica y política de

todos independientemente de la edad,

sexo, discapacidad, raza, etnia, origen,

religión o condición económica de otro

tipo

----

*En el mes 24 de ejecución, 261 representantes de distintas

Organizaciones Sociales de Base (112 hombres y 149 mujeres) de

18 municipios, participaron de 9 núcleos de Escuelas de Ciudadanía

que atendieron todos los municipios en temas de Participación

ciudadana, Organización para la gestión y la incidencia, Conflictos

territoriales y derecho al territorio y Enfoques diferenciales.

28

10.3. Garantizar la igualdad de

oportunidades y reducir las

desigualdades de los resultados, en

particular mediante la eliminación de

leyes, políticas y prácticas

discriminatorias y promover la

legislación adecuada, las políticas y

acciones en este sentido

Intercambio de experiencias enre las escuelas

*Al finalizar el proyecto se han dinamizado al menos 4 espacios de

comercialización directa. Desde el proyecto se han impulsado con

los mercados campesinos 20 espacios de comercialización directa

que funcionan en las plazas y parques de Barranquilla todos los

sábados y domingos * Creada una

asociación piscícola de segundo nivel que agrupa a 13

organizaciones para una mejor defensa de sus derechos y una

mejora de la producción. 10.7. Facilitar una migración y

movimiento de personas ordenada,

segura, regular y responsable, a través de

la implementación de políticas

migratorias planificadas y bien

gestionadas

11. Hacer que las

ciudades y

asentamientos

humanos sean

inclusivos, seguros,

resilientes y

sostenibles

11.4. Fortalecer los esfuerzos para

proteger y salvaguardar el patrimonio

cultural y natural del mundo

a. Apoyar vínculos económicos, sociales y

ambientales positivos entre las zonas urbanas,

periurbanas y rurales mediante el fortalecimiento

de la planificación para el desarrollo nacional y

regional

*Al finalizar el proyecto se han adoptado y se están implementando

estrategias para la promoción de los productos representativos de la

región. La Universidad de Cartagena fue la entidad encargada de

construir participativamente el plan de marketing territorial de tres

productos representativos, como lo son los bollos de Turbana, los

productos lácteos del sur del Atlántico y las artesanías de Usiacurí.

*Incentivo de aspectos identitarios de la Economía Campesina y

fomento del relevo generacional a través del trabajo comunitario

realizado con las Instituciones Educativas

* Impulso a los Sistemas Productivos Locales

* Reforestación de árboles (4783 frutales y 1377 maderables

12. Asegurar

patrones de consumo

y producción

sostenibles

12.1. Aplicar el Marco Decenal de

Programas sobre Consumo y Producción

Sostenibles (10 YFP), en que todos los

países toman medidas con los países

desarrollados tomando la iniciativa,

tomando en cuenta el desarrollo y las

capacidades de los países en desarrollo

----

*Actividades de huertas familiares, comunitarias y escolares

*Potencialización de los mercados campesinos existentes para la

comercialización local de alimentos de la agricultura familiar en

zonas estratégicas

*Campañas de promoción y sensibilización a nivel local y regional-

Red de consumidores responsables

*Elaboración de plan de marketing de al menos 3 productos

29

12.3. En el 2013, reducir a la mitad el

desperdicio de alimentos per cápita a

nivel de punto de venta y consumo y

reducir las pérdidas de alimentos a lo

largo de las cadenas de producción y

suministro, incluyendo las pérdidas,

posterior a la cosecha

representativos de la producción y/o gastronomía local

12.8. Para 2030, asegurar que todas las

poblaciones tengan la información y el

conocimiento relevante para el desarrollo

sostenible y los estilos de vida en

armonía con la naturaleza

* Se destacan trabajos de integración entre la comunidad y las

Instituciones Educativas a través de: una huerta por institución

(sistema de riego instalado con producción de lechuga, pepino,

frijol tomate, pimentón, berenjena, cilantro, cebollín, habichuela),

dos estanque piscícolas y pollos de engorde, con enfoque de Parcela

Demostrativa Implementada

*Elaboración de un documento analítico que reúne y complementa

las investigaciones existentes, focalizado en el sector piscícola

13. Adoptar medidas

urgentes para

combatir el cambio

climático y sus

impactos

13.2. Integrar medidas de cambio

climático en las políticas, estrategias y

planificación nacional

----

*Al finalizar el proyecto, al menos 16 organizaciones productivas

de 12 municipios priorizados han implementado sus Planes

Operativos Anuales Organizativos enfocados a la organización para

la producción y la gestión del riesgo.

*Construcción de pozos que están ayudando a las comunidades a

hacer frente a periodos de sequía que son frecuentes

*Reforestación con árboles (4783 frutales y 1377 maderables

13.3. Mejorar la educación, la

sensibilización y la capacidad humana e

institucional en la mitigación del cambio

climático, la adaptación, la reducción del

impacto y de alerta temprana

30

14. Conservar y

utilizar de manera

sostenible los

océanos, mares y

recursos marinos

para el desarrollo

sostenible

14.4. En 2020, regular de manera

efectiva la cosecha y acabar con la

sobrepesca, la pesca ilegal, no declarada

y no reglamentada (INDNR) y las

prácticas de pesca destructivas y aplicar

planes de gestión basados en la ciencia

para restaurar las poblaciones de peces,

al menos a niveles que puedan producir

el máximo rendimiento sostenible

determinadas por sus características

biológicas en el menos tiempo posible

b. Proporcionar acceso de los pescadores

artesanales de pequeña escala a los recursos

marinos y los mercados

*Apoyo a 8 emprendimientos de estanques piscícolas y de cuerpos

de agua artificiales en toda la cadena productiva, desde la materia

prima (cálculo de densidad de siembra, suministro de cantidades y

tipo de alimento adecuado) hasta la identificación de canales de

comercialización, a través de asesoría técnica y capacitación para la

generación de habilidades *Construcción de

laboratorio de alevinaje en beneficio de la asociación de segundo

nivel (FEDEPAC) a favor del empoderamiento territorial y la

eficiencia de sus sistemas de producción acuícolas 14.7. En 2030 aumentar los beneficios

económicos para los pequeños Estados

insulares y los PMA de la utilización

sostenible de los recursos marinos, en

particular mediante la gestión sostenible

de la pesca, acuicultura y el turismo**

15. Proteger,

restaurar y promover

el uso sostenible de

ecosistemas

terrestres, gestionar

sosteniblemente los

bosques, combatir la

desertificación,

detener y revertir la

degradación de la

tierra y frenar la

pérdida de

biodiversidad

15.2. Para 2020, promover la

implementación de la gestión sostenible

de todos los tipos de bosques, detener la

deforestación, restaurar los bosques

degradados y aumentar la forestación y

reforestación en un porcentaje x% a

nivel global

b. Movilizar de manera significativa los recursos

de todas las fuentes y en todos los niveles para

financiar la gestión forestal sostenible, y

proporcionar incentivos adecuados para los países

en desarrollo para promover la gestión forestal

sostenible, incluida la conservación y

reforestación; c. Aumentar el apoyo mundial a la

caza furtiva y el tráfico de especies protegidas,

incluso mediante el aumento de la capacidad de las

comunidades locales para aprovechar las

oportunidades de medios de vida sostenible

*Apoyo en los procesos de reforestación de frutales en las zonas

focalizadas, que vincule a jóvenes, mujeres y líderes locales;

actividad que deberá ser condicional para la participación en las

estrategias de seguridad alimentaria y en los emprendimientos

locales. En el mes 24, se planeaba reforestar al menos 2000 árboles

frutales, sin embargo, en el desarrollo del proyecto se reforestó con

un total de 6.160 árboles (4783 frutales y 1377 maderables). El

efecto de este trabajo es doble. Por un lado se mejora la seguridad

alimentaria en las zonas atendidas, y al mismo tiempo se mejorarán

las condiciones edáficas de las zonas y habrá mayor protección de

los acuíferos

* Identificación de los frutales de acuerdo a los usos del suelo y

vocaciones productivas municipales

15.3. Para el año 2020, luchar contra la

desertificación y la restauración de la

tierra y los suelos degradados, incluidas

las tierras afectadas por la

desertificación, la sequía y las

inundaciones y esforzarse por lograr un

mundo neutral en la degradación del

suelo

31

15.6. Asegurar la participación justa y

equitativa en los beneficios derivados de

la utilización de los recursos genéticos, y

promover el acceso apropiado a los

recursos genéticos

*Selección de las instalaciones de la Asociación Peces de Sión para

el montaje del laboratorio de alevinaje. En el área de alevinaje se

instalaron las bases de las piscinas, los desagües, el suministro de

agua y la aireación junto con el suministro de energía eléctrica

necesario para el funcionamiento óptimo del área

16. Promover

sociedades pacíficas

e inclusivas para el

desarrollo sostenible,

proveer acceso a la

justicia para todos y

construir

instituciones

efectivas,

responsables e

inclusivas en todos

los niveles

16.1. Reducir significativamente todas

las formas de violencia y las tasas de

mortalidad relacionadas en todas partes a. Fortalecer las instituciones nacionales

pertinentes, incluyendo mediante la cooperación

internacional, para la construcción de capacidades

en todos los niveles, en particular en los países en

desarrollo, para la prevención de la violencia y la

lucha contra el terrorismo y la delincuencia

*Al finalizar el proyecto, las Mesas de víctimas de 6 municipios,

cuentan con Plan de acción, Plan de exigibilidad de cumplimiento

de la política pública para víctimas y Plan de autoprotección. Ya se

han finalizado y han sido aprobados por las Mesas los Planes de

Acción o Planes de Trabajo y los Planes de Exigibilidad o Planes de

Incidencia en Cartagena, Barranquilla, Piojó, Calamar, Repelón,

Turbana y Mahates. De igual manera se cuenta ya con Planes de

Protección en Cartagena, Piojó, Calamar, Turbana y Repelón.

Realización de 12 talleres (2 por municipio) sobre Planeación e

incidencia en la política pública de víctimas, municipal y

departamental. Realización de 18 talleres (3 por municipio) sobre

autoprotección para la incidencia

*Apoyo a Asociación Comunitaria Unión Paraíso Víctimas de la

Violencia, a la Asociación Nacional Agropecuaria Camino Verde

conformada por desplazados de la violencia y a la Asociación de

Desplazados y Víctimas de Repelón ASODEVIERA, con el

impulso a emprendimiento productivo agropecuario, mediante

talleres de formación en las áreas técnica, administrativa,

organizativa y comercialización de especies menores, piña y papaya

16.6. Desarrollar instituciones eficaces,

responsables y transparentes a todos los

niveles

*Ejecución de foros públicos con candidatos a las alcaldías en los

municipios de Mahates, Repelón, Santa Catalina, Manatí, Juan de

Acosta y Tubará, en los que se apoyó la elaboración del Plan de

Desarrollo Alternativo formulado por las OBS de los municipios,

con la participación de 847 personas (468 hombres y 379 mujeres).

* Iniciativa de revisión y cuestionamiento del Plan de Desarrollo

del municipio de Arjona por parte de la comunidad del

corregimiento de Puerto Badel, con enfoque de la inclusión de la

32

16.7. Garantizar la toma de decisiones

receptiva, inclusiva, participativa y

representativa en todos los niveles

actividad acuícola y demás actividades orientadas hacia el bienestar

social y económico *Construcción participativa de los estatutos de

la creación de una asociación de segundo nível que congregó 12

organizaciones piscícolas, quedando registradas las disposiciones

internas, el funcionamiento y desarrollo de los objetivos, toma de

decisiones, designación de administradores y órganos de

fiscalización, su disolución y liquidación. Ante la Cámara de

Comercio se realizó el registro de las firmas autenticadas y las actas

de la asamblea

16.10. Garantizar el acceso público a la

información y proteger las libertades

fundamentales, de conformidad con la

legislación nacional y acuerdos

internacionales

17. Fortalecer los

medios de aplicación

y revitalizar la

alianza global para el

desarrollo sostenible

17.9. Mejorar el apoyo internacional

para la aplicación de creación de

capacidad efectiva y focalizada en los

países en desarrollo para apoyar los

planes nacionales para aplicar todos los

objetivos de desarrollo sostenible,

mediante la cooperación triangular

Norte-Sur y Sur-Sur ----

PROMODIQUE es una iniciativa de la Cooperación Internacional,

ejecutada en el marco del Programa Nuevos Territorios de Paz

articulado entre la Unión Europea y el Gobierno de Colombia. Se

aunaron esfuerzos entre la Delegación de la Unión Europea, el

Movimiento por la Paz (ONG), La Fundación Hogar Juvenil (ONG)

y la Fundación Universitaria Católica del Norte (privado) y que

contó con el apoyo humano de las administraciones locales. La

acción ha demostrado ser coherente con las políticas nacionales de

desarrollo y con la mayoría de los objetivos estipulados en las

agendas de desarrollo global, como los ODS, el Marco decenal de

producción y consumo sostenibles y la agenda post-2015

17.14. Mejorar la coherencia de las

políticas para el desarrollo sostenible

17.17. Incentivar y promover

asociaciones públicas, público-privado y

de sociedad civil eficientes, basándose

en la experiencia y la dotación de

recursos de alianzas estratégicas

* Países Menos Avanzados

** NOTA: Colombia no hace parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM). Tema sensible por los procesos con Nicaragua

Fuente: elaboración propia a partir de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Naciones Unidas, 2016

33

De igual forma, el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, en su intención de

incorporar en su agencia los caminos que proponen una senda de desarrollo territorial,

incluye los objetivos estipulados en las agendas, principalmente en la Agenda post-

2015. Esta agenda realiza una evaluación de las acciones y esfuerzos invertidos en los

Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), a partir de la percepción de las

comunidades a nivel mundial sobre la gestión de sus gobiernos en virtud del

mejoramiento de las condiciones de vida.

La relevancia de esto es que permite realizar una reflexión sobre la eficiencia del

desarrollo territorial, y cómo iniciativas como PROMODIQUE apuntan a ello,

especialmente cuando en su debate sobre las percepciones, el mensaje más importante

que deja la sociedad es su deseo de estar comprometida: “la gente quiere ser socia de

llena en la implementación de una agenda que directamente afecta sus vidas” (UNITED

NATIONS DEVELOPMENT GROUP, p. 10, 2014).

La Agenda establece seis diálogos de reflexión, a saber, la localización de la Agenda, en

la que se hace un llamado para que los gobiernos creen espacios y mecanismos para el

compromiso y a la inclusión de todos los actores, especialmente los más vulnerables, en

el diseño e implementación de políticas. Luego, está el diálogo sobre las capacidades e

instituciones eficientes, que establece que las instituciones transformativas generan una

agenda transformativa, y que las capacidades desarrolladas en este sentido deben ser

transversales en los planes nacionales de desarrollo.

En tercer lugar, está el monitoreo y la evaluación participativa, en donde invertir en un

sistema estadístico y de indicadores estimulan la evaluación y el seguimiento de los

impactos e implementaciones de la política pública. Un cuarto diálogo, se localiza en la

cultura, que juega un papel importante en los esfuerzos de desarrollo económico

sostenible, relacionados con las alternativas creadas desde las capacidades y habilidades

de los actores sobre sus modos de vida y las oportunidades laborales.

El quinto, apunta hacia la sociedad civil como actor fundamental en la alineación de las

prioridades de los diferentes interesados; así, “asociaciones intersectoriales y el

incremento de oportunidades de compromiso cívico son necesarios para agregar valor a

34

la implementación de los ODS” (Ibid., p. 20). Finalmente, el sexto diálogo señala al

sector privado como movilizador de capacidades para la construcción de un ambiente

asociativo, y para movilizar la sostenibilidad de las finanzas privadas en la inversión.

Un aspecto relevante en la construcción de los ODS, es el consumo y producción

responsables en el Marco Decenal sobre Consumo y Producción Sostenibles (10 YFP),

que representa un marco global de acción para mejorar la cooperación internacional al

respecto de cambios de consumo y producción en los países, además de fomentar el

conocimiento e intercambios de experiencias, y facilita el acceso a recursos técnicos y

financieros. De forma más específica, sus objetivos son:

Acelerar el cambio hacia el Consumo y Producción Sostenibles (CPS),

apoyando iniciativas y políticas regionales y nacionales.

Contribuir a la eficiencia de los recursos y desvincular el crecimiento económico

de la degradación ambiental y del uso de los recursos, a la vez que se crea

trabajos decentes y oportunidades económicas, y contribuye a la erradicación de

la pobreza y a la prosperidad compartida

Incorporar el CPS dentro de las políticas de desarrollo sostenible, programas y

estrategias, como sea apropiado, incluyéndolo en las estrategias de disminución

de la pobreza

Apoyar la construcción de capacidades y facilitar el acceso a la asistencia

técnica y financiera para países en desarrollo, apoyando la implementación de

actividades CPS a los niveles regionales, sub-regionales y nacionales

Permitir que todas las partes interesadas para compartir información y

conocimiento sobre herramientas CPS, iniciativas y mejores prácticas, logrando

sensibilización y mejoramiento de la cooperación y el desarrollo de nuevas

asociaciones, incluyendo las del sector público-privado.

La experiencia de PROMODIQUE, además de ser la prueba tangible de la unión de

esfuerzos a través de la cooperación internacional por el desarrollo endógeno local en

comunidades vulnerables en materia socioeconómica, ha delineado de forma transversal

en sus propósitos la producción de bienes de consumo que garanticen la seguridad

alimentaria y nutricional en el territorio, además de generar fuentes de ingresos en un

35

contexto de sostenibilidad económica, social, institucional, política y ambiental; asunto

que ha sido transversal en la creación de la estrategia y de su puesta en práctica, al

generar con ello capacidades de resiliencia frente a externalidades, que pueden llegar a

modificar los modos y proyectos de vida de los individuos del territorio.

Simultáneamente, se presentan otro tipo de iniciativas a nivel nacional y regional, sobre

las que las estrategias a favor de una nueva ruralidad logran obtener legitimidad en los

espacios de política pública; como el Marco para la Transformación del Campo

Colombiano en el que se pretenden definir, a partir del reconocimiento de las

particularidades propias del espacio rural, los lineamientos de política pública pertinente

y las herramientas de acción, a favor de lo que consideran una transformación del

desarrollo rural.

Es así como en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, con miras a la configuración

de escenarios de legitimidad, en beneficio de las transformaciones estructurales

necesarias para la generación de bienestar en el campo, y conscientes de la inmensa

deuda que el país ha acumulado con su sector rural en diferentes aspectos a lo largo de

su historia, estipula en su VII línea de acción Transformación del Campo, seis objetivos

principales en beneficio de un desarrollo integral, que se combinan con los

planteamientos del Acuerdo de Paz direccionados hacia la reparación de las víctimas –

que han sido en su mayoría rurales –, en temas relacionados con el derecho y acceso a

los derechos de propiedad y a un ambiente de justicia y paz como garante de las

estrategias que pretenden constituir una territorialidad.

Con ello, los objetivos de esta línea del Plan se orientan a: a) Ordenar la ruralidad a

partir del acceso a la tierra y a los derechos de propiedad para los productores rurales,

incluida en un ambiente de seguridad jurídica para la formalización de la tierra y del uso

eficiente del suelo (por sobreutilización y subutilización) y de los recursos; b) La

prestación de servicios sociales básicos para mitigar los efectos migratorios de la

pobreza rural y la dicotomía urbano-rural en términos de desigualdad social; c) Ampliar

la clase media rural a través de intervenciones pertinentes e integrales y de la inclusión

productiva; d) Impulsar la competitividad rural con la provisión de bienes y servicios

sectoriales; e) Generar un arreglo institucional que responda a las necesidades de la

36

territorialidad por parte de los actores locales en temas de justicia agraria, participación

política con enfoque étnico y un sistema de información como insumos para la política

pública y; f) la consolidación de territorio a partir de políticas públicas diferenciales

para grupos indígenas y del pueblo Rrom.

De acuerdo con lo anterior, si bien realizar un análisis al respecto de la pertinencia y

eficacia que han tenido las estrategias de política pública colombiana en el marco de

esta línea, es tedioso y no forma parte esencial de este examen, lo que sí puede

percibirse es un cambio en la concepción de la territorialidad a través de la intención de

incluir en su organización y reproducción la agencia activa de los propios agentes

locales; es decir, se percibe un ambiente que permite una negociación de arriba para

abajo y de abajo para arriba, en donde se pretende, además, un desarrollo de las

habilidades para hacer y saber dirigidas hacia la creación de iniciativas pertinentes de

participación horizontal, que incentiven agencias y traducciones cada vez menos

pasivas. Tal vez, aunque paulatinamente en el imaginario institucional, sí estamos a

puertas de lo que para Escobar representa la era del posdesarrollo.

Posteriormente, y relacionado con reconocer a PROMODIQUE como una estrategia de

desarrollo regional, enmarcarse en la línea XI de Estrategias regionales: ejes

articuladores del desarrollo y prioridades para la gestión territorial, resulta pertinente

en la medida que se apunta a las prioridades que el país tiene en materia de política

pública para el Caribe colombiano – en donde se localiza la subregión del Canal del

Dique y Zona Costera – y al cierre de las disparidades regionales. Esto, no representa

más que una coherencia frente a lo que se ha discutido al respecto del enfoque orientado

al actor, en donde identificar las particularidades propias de los territorios y de los

actantes, incentiva a la reproducción social de acuerdo con su capacidades, habilidades,

necesidades y configuraciones sociales, culturales y antropológicas a favor de la

endogenización de las externalidades en sus mundos de vida.

Caribe próspero, equitativo y sin pobreza extrema es la propuesta resultante de los

elementos aportados por los actores territoriales en el marco de los Diálogos Regionales

para la Construcción del PND 2014-2018, y en donde aspectos como la pobreza

multidimensional, la vulnerabilidad a nivel ambiental y sanitario, y la inseguridad

37

alimentaria y nutricional destacan la región a nivel nacional. En tal escenario, la línea

propone cuatro estrategias de política pública que intervienen en la promoción del

desarrollo endógeno local para la región. La primera se dirige hacia la disminución de

los índices de pobreza, especialmente en zonas críticas como La Guajira, el sur de

Bolívar, Magdalena y Sucre, a partir de la provisión de bienes y servicios sociales y la

inclusión productiva.

Una segunda estrategia pretende implementar un modelo de desarrollo económico

sostenible de acuerdo a las características particulares a nivel territorial y poblacional,

para aumentar la competitividad y la productividad del interior y sur de la región. Ello,

por medio de modelos de desarrollo integrales e incluyentes, el incentivo al rescate de

los factores identitarios y culturales volcados hacia el sector turístico, la conectividad

terrestre, la eficiencia de los sistemas hídricos con fines productivos, la inclusión laboral

y el fomento a la gobernanza local. La tercera estrategia promueve la protección y

conservación de los ecosistemas marinos, costeros y terrestres con el fin de generar

capacidades de adaptación al cambio climático (sequías e inundaciones) y de

mejoramiento de las condiciones de vida; al igual que el repoblamiento de ciénagas

estratégicas para el ordenamiento de la actividad pesquera. Luego, la cuarta estrategia

apuesta al cierre de brechas entre el caribe insular y colombiano y avanzar hacia una

reserva próspera, segura y sostenible.

Finalmente, considerando que la guerra ha dejado impactos considerables en las

dinámicas socioeconómicas, políticas e institucionales desde mediados del siglo XX

hasta iniciado el nuevo milenio, como será evidenciado en apartados posteriores, esta

estrategia también se encuentra enmarcada bajo los lineamientos de la Ley 1448 de

2011, por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación a las víctimas

del conflicto armado interno y demás disposiciones. Con esta Ley, se consigue legitimar

las acciones emprendidas por PROMODIQUE al respecto de las medidas

socioeconómicas que ampara para la generación de un contexto de garantías a la

promoción de medios y modos de vida sostenibles y al desarrollo endógeno local.

En síntesis, poseer un marco institucional que aporte la implementación de estrategias

integrales como PROMODIQUE, establece una base sobre la cual apoyarse en la

38

generación de un ambiente de bienestar unificado con las iniciativas de los gobiernos

locales, y del contexto global en el que constantemente se está interactuando. En

simultánea, la coherencia entre lo que todos los agentes de desarrollo buscan para las

comunidades, promueve en el mediano y largo plazo, mudanzas significativas en la

percepción del desarrollo y en la construcción social de los territorios, a partir y a favor,

de cambios institucionales que generan una territorialidad funcional y apoya los

proyectos de vida de los individuos.

3. Contextualización del proyecto PROMODIQUE

3.1.Generalidades del territorio

Obtener un panorama general sobre la composición sociodemográfica, económica,

cultural, ambiental e institucional del territorio en el que PROMODIQUE – de ahora en

adelante, el Proyecto – ha incidido como un actor del territorio del Canal del Dique y

Zona Costera, conformado por algunos municipios del departamento del Atlántico y

Bolívar, permite conocer de antemano cómo las características tangibles e intangibles de

la subregión han incidido en su nivel de desarrollo socioeconómico, específicamente en

su ruralidad. De esta forma, se posibilita observar la pertinencia del Proyecto y los

posibles impactos generados sobre la organización del territorio, a partir del trabajo

realizado con las comunidades campesinas. Este panorama, apunta a la realización de un

análisis integral concebido a través del localismo, dejando de lado las fronteras políticas

que dividen a los municipios y departamentos de incidencia; no obstante, en algunos

momentos un examen a este nivel, podrá ser necesario para realizar evaluaciones más

puntuales, no se convirtiendo necesariamente en materia de análisis.

El Canal del Dique y Zona Costera – CDZC – es una subregión ubicada al noroccidente

colombiano, perteneciente a la región de la Costa Caribe. Su temperatura promedio es

de 28,3 ºC, con una altura media de 64,28 msnm (CEDEC, 2013) y se caracteriza –

principalmente en el Canal del Dique – por poseer un clima seco tropical-semiárido, con

un régimen de lluvias anuales que oscila entre los 800 mm y los 2000 mm; siendo

septiembre y octubre los meses de mayores precipitaciones – con promedios mensuales

de 111 mm y 128 mm – y entre diciembre y marzo los meses mayor tiempo seco. No

obstante, la combinación de altas temperaturas y numerosos cuerpos de agua y

39

pantanales allí existentes, hacen que la evaporación pueda llegar a ser mayor o igual al

nivel de precipitaciones, generando una alta humedad y un déficit hídrico durante la

mayor parte del año (Díaz, 2006).

De manera más precisa, el Canal del Dique, eje estructurador compartido por los

departamentos del Atlántico y Bolívar, comprende una estructura fluvial artificial de

113 km. que comunica al río Magdalena con la Bahía de Cartagena, uniéndose en su

boca ubicada en el municipio de Calamar (Bolívar). La utilidad de esta infraestructura,

cuya construcción se remonta al siglo XVI, se ha fundamentado históricamente en el

transporte de productos como los hidrocarburos – que adquiere mayor fuerza y

capacidad con la apertura de la refinería de Cartagena en 1956 – y otros propios del

comercio internacional y regional, además de abastecer el recurso hídrico para el

consumo humano y para los distritos de riego de los que dependen las actividades

agropecuarias de la subregión.

En su génesis, la construcción del Canal fue incentivada por la necesidad naciente de los

colonizadores de adentrarse en la zona andina del país, en donde ejecutaban sus

actividades de poblamiento – entre las que se encontraban la Encomienda1 – y de

comercialización de recursos desde y hacia la Nueva Granada. De esta forma, una vía de

comunicación fluvial, que comunicara al interior del país con el puerto, evitaría la

travesía por vía terrestre dispendiosa y peligrosa, particularmente durante el invierno

lluvioso de la llanura (Ibid.). El nuevo puerto, alternativo a los puertos españoles,

resultaba ser una interesante estrategia para participar activamente en el comercio

exterior con los productos del país andino (Bell, 1989). Las figuras 1 y 2 exponen la

composición geomorfológica del Canal y la ubicación de los municipios de la cuenca.

Figura 1 Ubicación del Canal del Dique. Uso y cobertura del área de cuenca

hidrográfica

1 La Encomienda es una institución que consiste en la entrega de tierras e indios que viven en ella a los conquistadores, en mérito de sus servicios a la Corona, cualesquiera sean la extensión territorial y el número de aborígenes que en ella tienen asiento. A juzgar por las disposiciones de la Corona, el fin de la Encomienda era eminentemente el de la creación de poblados, lo que específicamente se señalaba en dichas leyes, con una triple intención: a) la de establecer núcleos tendientes a la agrupación de personas, con vistas a la creación de focos de consumo de los artículos de la economía española; b) la de desarrollar la producción en las zonas mineras, y c) la de impedir el crecimiento agrícola de productos de producción española (Copland, 1978).

40

Fuente: Sitio web Corporación Autónoma Regional del Atlántico CRAUTONOMA

www.crautonoma.gov.co

Figura 2 Municipios de intervención PROMODIQUE CDZC

41

Fuente: Fuente: Google Maps y Sitio web Corporación Autónoma Regional del Atlántico

CRAUTONOMA www.crautonoma.gov.co

La figura 1 expone el cauce del Canal del Dique identificado como una S, de color

verde vivo y azul, que atraviesa algunos municipios de los departamentos de Bolívar y

Atlántico, identificados en la figura 2. Estos colores evidencian una enorme llanura

aluvial compuesta por cuerpos de agua, humedales y ciénagas; una estructura

constantemente propensa a la inundación y que su vez, funciona como amortiguador del

caudal del Canal (Ibid.).

Es menester señalar que el Proyecto no intervino todos los municipios de la cuenca y no

todos de la zona costera, sino en diecisiete de la primera (Turbana, Turbaco, Arjona,

Mahates, Calamar, Santa Lucía, San Estanislao, Repelón, Manatí, Campo de la Cruz,

Suán, Sabanalarga, Piojó, Usiacurí, Candelaria, Soplaviento y Cartagena de Indias) y

cinco de la segunda (Tubará, Juan de Acosta, Barranquilla, Santa Catalina y Santa

42

Rosa), escogidos como área de influencia del Programa Nuevos Territorios de Paz2; una

iniciativa de apoyo a la promoción de estrategias locales y regionales financiada por la

Unión Europea y el Gobierno de Colombia que cuenta con la Corporación Desarrollo y

Paz del Canal del Dique y Zona Costera como aliado estratégico.

La definición de los municipios de intervención de NTP fue realizada por Socios

Estratégicos Territoriales y establecida en el Documento CONPES 3731, basándose en

criterios de participación en la problemática detectada para atender con los componentes

del Programa, y en las posibilidades de organizar respuestas efectivas a partir del acceso

y compromiso de los actores locales (DEPARTAMENTO NACIONAL DE

PLANEACIÓN, 2012).

Ahora bien, la variedad de las propiedades agroecológicas del CDZC, hacen que, según

Sánchez (2011), la fertilidad de los suelos del Atlántico sea en su mayoría Moderada

(61,9%), seguida de Muy Baja (21,4%), mientras que para Bolívar la calidad se

encuentra distribuida entre Muy Baja (30,5%), Baja (21,4%), Moderada (20,0%) y Alta

(19,9%). Si bien existe una importante fuente de recurso hídrico, también es notable, a

partir de la figura 1, una mayor proporción de suelos destinada a pastos para la actividad

ganadera.

Al respecto, Díaz (2006) expone la ineficiente distribución de la tierra de esta subregión

y su uso, que contrasta con la vocación para la Costa Caribe, pues un 82% de la tierra

asociada a la producción agropecuaria se destina a la ganadería, cuando debería ser sólo

del 17,7%; mientras que la forestal podría ser del 50,2% y sólo se utiliza el 17,54%. Lo

anterior puede también evidenciarse a partir de las figuras 3 y 4 a seguir que retratan, de

manera más específica, el conflicto existente entre la sobreutilización y la subutilización

del suelo en la subregión y las actividades a las que mayormente corresponde la

cobertura de su tierra.

2 El Programa Nuevos Territorios de Paz busca apoyar iniciativas locales y regionales que ayuden a promover el desarrollo socioeconómico y la convivencia pacífica ciudadana en regiones afectadas por conflictos armados y que supongan una mejora en la gestión de las instituciones públicas y privadas que deben garantizar el ejercicio formal y legal de una sociedad democrática. El Programa NTP presta atención especial a la problemática alrededor del uso y tenencia de la tierra y el fortalecimiento de capacidades institucionales y organizaciones, así como el desarrollo de proyectos que propendan por una inclusión socioeconómica sostenible (Corporación Desarrollo y Paz del Canal del Dique y Zona Costera, 2017).

43

Figura 3 Conflicto del uso de la tierra. Subutilización y Sobreutilización (2003)

Fuente: sitio web Sistema de Información Geográfica para la Planeación y el Ordenamiento Territorial,

Instituto Geográfico Agustín Codazzi – IGOC – http://sigotn.igac.gov.co (2017).

Figura 4 Cobertura de la tierra para los municipios del CDZC (2008)

44

Fuente: sitio web Sistema de Información Geográfica para la Planeación y el Ordenamiento Territorial,

Instituto Geográfico Agustín Codazzi – IGOC – http://sigotn.igac.gov.co (2017).

Independiente si se depara una situación de subutilización o sobreutilización, lo cierto

es que el suelo de la subregión del CDZC evidencia un desequilibrio importante entre su

uso y su vocación, es decir, la tierra no se está usando para lo que sus condiciones

originalmente habían podido garantizar. Luego, cuando se examina la figura 4, y

contrastándola con las anotaciones previamente hechas por Sánchez (2011), es notable

una predominancia de la cobertura de la tierra para la actividad ganadera que deja

relegada la agrícola a pequeños espacios, provocando finalmente una desestabilización

de la seguridad alimentaria de las familias campesinas y de sus condiciones de vida

dignas.

Pero no sólo el uso inadecuado de la tierra ha resultado ser un escenario desestabilizador

en la subregión; desde la construcción del Canal, al interior de esta zona de la Costa

Caribe se ha desarrollado un historial de manejo inadecuado de la infraestructura,

dejando a su paso impactos negativos para los municipios aledaños, como lo sucedido

en la más reciente y fuerte inundación del año 2010 causada por su ruptura.

45

Bell Lemus (1989) comenta cómo las ventajas que ofrecían las costas de la Nueva

Granada para que los españoles colonizadores operasen en el comercio exterior, se

vieron obstaculizadas en algún momento por carecer de puertos con conexiones a los

ríos y, por tanto, al interior del país andino donde se desarrollaba toda su actividad

colonizadora. Si bien se contaba con dos bahías que podían funcionar como puertos

naturales, a saber, Santa Marta y Cartagena, estas no tenían conexión directa con el río

Magdalena, que atravesaba el país de sur a norte y era medianamente navegable y muy

estratégico para dichas actividades, especialmente para comienzos del siglo XIX cuando

el ambiente mundial del comercio se mostró más dinamizado. Luego, se tenía la

posibilidad de hacer uso del puerto de Barranquilla que sí tenía conexión por la margen

occidental del río, sin embargo, no poseía fácil acceso al mar. La construcción de una

vía alterna era inminentemente necesaria.

En los relatos de El Canal del Dique y su subregión: una economía basada en la

riqueza hídrica, de Díaz (2006), es posible hacer una lectura sobre cómo los comienzos

del uso del Canal como vía de comunicación fueron incipientes; de hecho, se conoce de

los primeros tráficos entre Cartagena y el Magdalena para 1571, cuando aún no podía

hablarse de un Canal como tal, pues su navegación dependía del nivel de las crecientes

que unieran al río con las ciénagas de la subregión y apenas se construían pequeños

caminos de herradura para habilitar el paso por la zona. El Canal del Dique, nombre

atribuido por la ruptura de un dique natural que separaba al Magdalena de algunas

ciénagas adyacentes, comienza a oficializarse en 1650 cuando el entonces Gobernador

de Cartagena don Pedro Zapata de Mendoza ejecuta las acciones pertinentes con el fin

de adquirir recursos monetarios y políticos para poner en marcha las obras que

permitirían un extensión del Canal3 y su reinauguración, pues desde hace un siglo la

estructura se había visto inmiscuida en una cadena de pleitos entre arrendatarios, el

Cabildo de la ciudad y el gobernador, que impidieron realizar el debido mantenimiento,

proporcionando su abandono (Bell, 1989).

3 El canal puso en contacto a las poblaciones de Pasacaballos, Rocha, Gambote, Mahates, San Estanislao y Barranca (Bell, 1989, p. 16); es decir, desde centro a occidente de lo que actualmente se conoce de la extensión del Canal.

46

Sin embargo, la decisión de don Pedro generó desacuerdos por parte de la población

local, como por ejemplo los habitantes que prestaban los servicios de transporte en

mulas y burros por la zona y veían en la obra una fuerte competencia y, por tanto, la

desaparición de su actividad. Por otro lado, y reconociendo la propensión a la

inundación de la zona y la subsecuente amenaza de desastre para sus zonas aledañas,

Vargas & Hernández (2014, p. 84) citando a Lemaitre (1982), apuntan que ya para 1652

el fray Francisco de Herrera advertía al gobernador sobre su intención, que el Canal “no

sólo interrumpiría las comunicaciones entre Santa Marta y Cartagena ‘pues el agua que

se le quitaba al río, le faltaba a las ciénagas de aquella parte’ sino que existía el peligro

de que Cartagena se inundara con el agua del Canal que penetraba a su bahía”.

El fray no estaba equivocado, los autores señalan al menos siete inundaciones de alto

impacto desde el siglo XIX hasta la actualidad, entre las que sobresalen la de 1890 que

ocasionó el total traslado del municipio de San Estanislao, la de 1984 que resultó con la

ruptura del dique cerca al municipio de Santa Lucía y la del 2010-2011 que inundó

totalmente la planicie adyacente al Canal del Dique, la cual abarca 1600 km2 y

“equivale a un décimo de las aguas que deben circular por un área 171 veces más

pequeña que la cuenca que las produce”, pues a la entrada del Dique llegan las

escorrentías de más de 273.000 km2 y de ellas se dirigen al Canal casi la décima parte

(Rubio, s.f., p. 12).

Así, la construcción del Canal del Dique respondió en sus inicios a las necesidades de

los colonizadores por encontrar en la Nueva Granada una fuente de abundantes

recursos, que fueron hallados en ese territorio y otorgados por la Corona con el

incentivo de su poblamiento, y que fueron ampliamente utilizados para dinamizar el

comercio exterior con la aparición de nuevos puertos marítimos, alternativos a los

españoles, que facilitara las relaciones de intercambio. No obstante, predominaron estos

intereses sobre el bienestar de la población local en la decisión de la construcción de

una obra situada en un país que no tendría la capacidad financiera, ni tecnológica y

logística y mucho menos política para desarrollarla con eficiencia; situación que se

agudizó con la independencia de la Nueva Granada y que no encontró muchas

soluciones durante todo el siglo XX.

47

Posterior a la construcción demandada por don Pedro, las dificultades para su

administración y funcionamiento no pararon y fueron muy diversas: sea por los rumores

de la independencia de la Nueva Granada que trababa el patrocinio del reino de España,

por el traspaso de los derechos del Cabildo o de la gobernación a arrendatarios

nacionales y extranjeros, que se encargaban solamente de cobrar los dineros del uso del

Canal, sin realizarse mantenimiento a la estructura; por desencuentros políticos; porque

pasó a jurisprudencia de Barranquilla; porque al representar una amenaza para los

transportadores de mulas y burros, estos arremetían contra la construcción arrojando

material para la sedimentación; por el incumplimiento de los contratos de canalización

por parte de empresarios extranjeros; por la construcción del ferrocarril Cartagena-

Calamar en 1894 que debería ser una vía alternativa al Canal (construcción que se

detuvo por falta de tecnología, maquinaria y financiamiento y cuyos rieles se levantaron

en 1953 sin reparo alguno de la comunidad); o porque su capacidad no soportaba la

navegación de buques de más de 500 toneladas (Bell, 1989; Díaz, 2006).

Bell (1989, p. 23), consigue sintetizar los desaciertos de los inicios de la construcción

del Canal en las siguientes líneas:

Esta historia de intentos fallidos, en la que participaron por igual el municipio

de Cartagena, la provincia, el gobierno central, empresarios nacionales y

extranjeros, habría de repetirse a lo largo del siglo XIX, con los mismos

resultados. La obra era demasiado para un país pobre, que además contaba

con otras alternativas, distintas de Cartagena, para suplir sus necesidades en

materia de comercio exterior. El canal vería desfilar por su irregular surco

varios ingenieros extranjeros, quienes, a pesar de su tenacidad, nunca

lograron estabilizarlo de forma definitiva. Varias compañías se crearon,

algunas de ellas en Nueva York con el fin de rescatar el Dique y la

navegación a vapor por sus aguas, pero ninguna vería coronar sus esfuerzos.

Al final del siglo, un ferrocarril entre Calamar y Cartagena desviaría la

atención sobre el Canal del Dique, el cual volvería a ser abandonado por

varios decenios, totalmente a su suerte.

En la actualidad, pudo registrarse el más reciente desastre de grandes magnitudes,

causado por la inundación del Dique en el periodo 2010-2011, afectando notablemente

las dinámicas socioeconómicas de los municipios del cono sur del Atlántico, como

muestra la figura 5, dejando una considerable proporción de cultivos agrícolas, de

ganado y especies menores como gallinas, pollos, patos y cerdos bajo las aguas del

Canal y de familias campesinas damnificadas, especialmente para los municipios de

Santa Lucía, Campo de la Cruz, Manatí y Repelón que quedaron totalmente inundados

48

(Sánchez, 2010), y en los cuales PROMODIQUE participó con estrategias de

recuperación y fortalecimiento de las comunidades. Los cuadros 1 y 2 enseñan la

cantidad aproximada de afectados y los principales cultivos agrícolas impactados.

Figura 5 Municipios inundados por la ruptura del Canal del Dique (2010)

Fuente: Sánchez (2011, p. 11)

Tabla 1 Número y porcentaje de afectados por diferentes impactos de inundación en el Canal del Dique y zonas aledañas (2010) a nivel municipal

Municipios Personas

afectadas

Afectados del

total

población (%)

Manatí 13456 91,22%

Campo de la Cruz 18354 104,78%

Candelaria 11735 95,49%

Santa Lucía 11947 99,14%

Suán 5380 58,23%

Repelón 22196 90,86%

Sabanalarga (corregimientos

Agua de Pablo y La Peña) 8681 9,38%

49

ZONA AFECTADA POR DESLIZAMIENTOS DE TIERRA

Puerto Colombia 6530 23,70%

Tubará 500 4,55%

Usiacurí 453 4,97%

INUNDACIÓN SÚBITA

Soledad (Cabecera) 8580 1,60%

Palmar de Varela (cabecera) 6500 26,48%

Ponedera (cabecera y

corregimiento La Retirada) 18430 89,51%

Juan de Acosta (cabecera) 295 1,88%

Malambo (cabecera) 8510 7,65%

Sabanagrande (cabecera) 1385 4,87%

Luruaco 3730 14,81%

Piojó (cabecera) 300 5,91%

Polonuevo (cabecera) 750 5,13%

Baranoa (cabecera y

corregimiento Campeche) 20 0,04%

Fuente: OXFAM, 2011, p. 12 y proyecciones del censo poblacional DANE (2005)

Cuadro 1 Pérdidas agrícolas en el sur del Atlántico por inundación 2010 (en hectáreas)

Fuente: Sánchez, 2010, p. 16

Cultivos

potencialmente

afectados

Manatí CandelariaSanta

Lucía

Campo

de la

Cruz

Suán Sabanalarga Repelón Luruaco Ponedera Total

Guayaba 20 25 100 50 80 16 18 16 50 375

Mango 115 12 47 35 40 22 6 20 16 313

Yuca 150 500 350 250 600 125 400 375 63 2813

Maíz tradicional 600 300 600 450 550 125 150 375 88 3238

Melón 25 35 50 38 45 0 6 0 4 203

Guandú 65 75 49 62 86 68 0 0 0 405

Patilla 25 15 40 15 8 0 0 3 4 110

Soya 100 0 0 0 0 0 0 0 0 100

Ahuyama 0 25 40 50 50 13 0 3 0 181

Ají 0 10 0 15 15 0 4 0 1 45

Frijol 0 10 25 0 0 13 18 0 19 85

Maíz tecnificado 0 0 200 370 150 0 0 0 0 720

Pasto 4500 3200 2300 3600 1800 2081 1590 1348 1215 21634

Arroz riego 0 0 0 0 0 0 75 0 20 95

Naranja 0 0 0 0 0 0 0 12 0 12

Plátano 0 0 0 0 0 0 50 0 0 50

Limón 0 0 0 0 0 25 0 35 6 66

Total 5600 4207 3801 4935 3424 2488 2317 2187 1486 30445

50

Las informaciones del cuadro 1 arrojan que doce de los veintidós municipios

intervenidos por el Proyecto se vieron impactados con la última gran inundación, con

una considerable cantidad de cultivos afectados y de personas damnificadas que

asciende al 38,99% en promedio para esos municipios. Sin embargo, es visible cómo los

pertenecientes al cono sur sufrieron los mayores impactos, inclusive quedando sus

poblaciones sumergidas en el agua, con afectaciones por encima del 90%.

De acuerdo con la evaluación de inundaciones del 2010 en el departamento de

Atlántico, realizado por el Oxford Committe for Famine Relief – OXFAM –, se

cuantifica que las áreas de los municipios más perjudicados del cono sur (entre los que

se encuentra Ponedera y Luruaco que no hacen parte de la intervención) ascienden

aproximadamente a 30.440 hectáreas. Según el reporte y de acuerdo con el cuadro 2, los

más afectados fueron los pastos (71,02%) y, en consecuencia, las actividades de

ganadería. Alrededor de 70.578 bovinos se vieron impactados, de los que el 10%

pereció directamente por la inundación, con pérdidas económicas estimadas en

$5.999.143.600 de pesos4. Las reses que no sufrieron mortalidad tuvieron que ser

trasladadas a otras áreas donde pudiesen encontrarse fuentes de alimento5, o vendidas a

tan solo un 30% del valor real. Esto sin contar con que 1.164 especies de porcinos

fueron también afectadas, al igual que una desconocida cifra de especies menores que

no fue menos relevante, dadas las características económicas de la subregión.

El panorama pues, no parece ser menos desalentador, mucho más si se considera que

esta es un área natural e históricamente propensa a las inundaciones, es decir, la

población afectada es consciente de este tipo de eventos. Vargas & Hernández (2014) en

su estudio Caracterización física y análisis sociocultural del riesgo asociado a las

inundaciones del Canal del Dique, Colombia, exponen que, frente a los riesgos de

inundación en el Canal del Dique, la percepción de los pobladores es diversa, así:

Para una personas es algo normal, no debe existir angustia sobre ello “El

agua está bajando por ahí en cinco o seis meses y luego todo vuelve a la

normalidad” (Habitante de Manatí); otras personas lo perciben como algo

que no va a suceder, hasta que las evidencias muestran todo lo contrario

“Desde el primero de noviembre no pensé que se iba a inundar, cuando vi

que el agua estaba alrededor de la casa y la cancha de fútbol” (Habitante de

4 Según el reporte, se estima un costo promedio del animal en $850.000 pesos. 5 El reporte estima el valor de pastaje por mes por animal en $35.000 pesos.

51

Campo de la Cruz); para otras personas las causas de la inundación son

evidentemente de tipo antrópico “Dicen que fueron manos criminales, que de

pronto a la gente le interesaba bajar los precios de las casas” (Habitante de

Manatí); otras personas toman la inundación como un evento de carácter

repentino a pesar de la evidencia de inundación en otras zonas, por tanto la

inundación los toma por sorpresa, lo cual sin duda es un desventaja que no

les permite asegurar sus bienes “Todo se inundó de repente y casi no hubo

tiempo de sacar las cosas” (Habitante de Campo de la Cruz).

La vulnerabilidad socioeconómica y cultural de la población aledaña al Canal del Dique

es visible cuando frente a este tipo de sucesos, no se poseen las herramientas necesarias

para mitigar y prevenir las pérdidas económicas, materiales e inclusive humanas. Ya los

asentamientos humanos históricamente allí situados representan per se una

vulnerabilidad, a lo que se adiciona el establecimiento de cultivos y de cría de animales

que pone constantemente en riesgo la seguridad alimentaria de las familias.

De hecho, la población afectada se concentra en un segmento poblacional perteneciente

a la economía campesina, caracterizada por actividades direccionadas hacia el

autoconsumo y la disposición de la mano de obra familiar no remunerada que, frente a

estas situaciones, muchas de las familias campesinas, en su capacidad de resiliencia, dan

espera a la llegada y retirada de las inundaciones para ejecutar sus labores

agropecuarias. Esto, sin duda alguna, debería representar un aspecto importante de cara

a trabajar con las comunidades rurales del país, dirigidas a la configuración de

escenarios de resiliencia y adaptación, de manera eficiente y planeada frente a los

efectos del cambio climático en la territorialidad.

En tal sentido, este tipo de población presenta carencias tangibles e intangibles que

pueden verse representadas cuantitativamente en indicadores de pobreza y de bajos

niveles de calidad de vida. No obstante, estas carencias también poseen su raíz en otros

aspectos de carácter sociopolítico, como el nivel el nivel de participación ciudadana, las

capacidades generadas para la resolución de conflictos y para la creación de capital

humano y social, la funcionalidad de las asociaciones civiles y de productores locales, el

riesgo de victimización por grupos al margen de la Ley, entre otros. Una caracterización

sociodemográfica que dé cuenta de estas singularidades será desarrollada a continuación

52

3.2.Caracterización demográfica de la población socia

Como se denota en el subtítulo de este apartado, la población con la cual el Proyecto

participó en la instauración de las iniciativas propias de esta intervención, no se

conciben como población objetivo y sí como población socia en el orden de ser

coherentes con las estrategias de desarrollo rural integral, en donde las relaciones entre

los agentes son menos jerarquizadas y más horizontales, intentando ofrecer una visión

de desarrollo territorial enfocado hacia el empoderamiento por parte de quienes lo

conforman y no de quienes pretenden instaurar fórmulas o modelos estandarizados al

respecto.

Para PROMODIQUE ha sido fundamental identificar las características principales del

territorio con el fin de que su participación sea realmente pertinente, y para ello resulta

de gran utilidad reconocer, de primera mano, cuáles son los aspectos que hayan podido

frenar el desarrollo de sus actividades y cómo ello recae finalmente en la calidad de vida

de sus pobladores.

En este sentido, el análisis sociodemográfico tendrá dos niveles; uno en el que se

concibe un examen de los indicadores a nivel general del territorio, y otro que resalta de

manera más específicas las condiciones en las que se encontraba inmersa la población

participante anterior a la intervención del Proyecto; es decir, se generará una línea base

que permita justificar la acción propuesta por PROMODIQUE.

Sin contar con las grandes ciudades capitales, Barranquilla y Cartagena, la subregión del

CDZC abarca una población total de 509.783 habitantes para 2017, según proyecciones

del censo poblacional 2005 del DANE. De ese total, el 77,12% pertenece a las zonas

urbanas o cabeceras, mientras que la rural asciende al 22,8%. No obstante, a nivel

municipal, el análisis entre los dos tipos de poblaciones difiere al existir poblaciones

con mayores y menores proporciones rurales. En este sentido, las tablas 1 y 2 exponen

los porcentajes de población por zona y el Índice de Ruralidad por municipio.

Tabla 2 Porcentaje de población urbana y rural por municipios en la subregión CDZC

(2017) e Índice de Ruralidad (2013)

Municipios Total Cabecera Resto IR Área

km2

Barranquilla 1.228.271 99,65% 0,35% 3,0 166,0

53

Campo de la Cruz 15.482 87,82% 12,18% 34,4 105,0

Candelaria 12.528 77,04% 22,96% 38,9 143,0

Juan De Acosta 17.260 68,31% 31,69% 39,1 176,0

Manatí 16.106 90,39% 9,61% 41,7 206,0

Piojó 5.160 47,71% 52,29% 50,7 258,0

Repelón 26.778 68,02% 31,98% 41,4 363,0

Sabanalarga 100.304 82,47% 17,53% 31,9 399,0

Santa Lucía 11.395 96,51% 3,49% 32,6 50,0

Suan 8.565 96,40% 3,60% 32,4 42,0

Tubará 11.022 59,46% 40,54% 41,1 176,0

Usiacurí 9.486 89,11% 10,89% 38,9 103,0

Cartagena 1.024.882 95,95% 4,05% 17,7 559,0

Arjona 75.271 78,62% 21,38% 38,5 566,0

Calamar 23.928 56,74% 43,26% 40,5 246,0

Mahates 26.461 38,26% 61,74% 43,4 430,0

San Estanislao 16.473 73,93% 26,07% 40,8 208,0

Santa Catalina 12.058 35,78% 64,22% 40,5 139,0

Santa Rosa 23.624 64,16% 35,84% 37,2 151,0

Soplaviento 8.480 97,97% 2,03% 39,2 88,0

Turbaco 74.209 92,92% 7,08% 29,5 196,0

Turbaná 15.193 92,90% 7,10% 39,7 148,0

Fuente: Proyecciones censo poblacional DANE, 2005 y PNUD, 2011

Dar una mirada a los análisis de ruralidad es importante si se considera que el Proyecto

participa con comunidades campesinas y se debe identificar la composición

socioeconómica del mismo. En su mayoría, es posible observar mayores proporciones

urbanas que rurales, no obstante, los análisis de ruralidad no presuponen afirmaciones

basadas en número de habitantes, y sí en características sociales y geográficas de los

municipios, como lo propone el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

(PNUD) con el Índice de Ruralidad (IR). El Programa argumenta que dicho análisis

puede configurarse sobre tres pautas esenciales, a saber, una combinación de la

densidad demográfica del municipio y la proximidad de éste con grandes

aglomeraciones poblacionales; un análisis del municipio como un todo, dejando de lado

las categorías urbano/resto o ciudades y aglomeraciones/rural disperso y, por último,

una ruralidad en niveles, es decir, más o menos rural, y no apenas distinciones entre

urbano y rural.

54

En este sentido, por ejemplo, para el municipio de Manatí es posible percibir que aun

cuando posee tan sólo un 9,61% de población rural, su Índice de Ruralidad (IR) es

equiparable con municipios como Turbarna con un IR similar, pero con una población

rural que llega al 40,54%. Situaciones similares se observan en municipios como

Soplaviento que, pese a que posee un porcentaje de población rural menor al de

Cartagena, éste último arroja un IR considerablemente menor que el primero.

Ahora bien, lo que sería más o menos rural puede interpretarse a través de los resultados

que arrojan la propuesta del PNUD cuando se ejecutaron los análisis para Colombia. En

el informe Colombia Rural. Razones para la Esperanza (2011), el Programa estipula,

con base en las proyecciones del censo poblacional del 2005, un IR6 igual a 40 como

bajo y, por tanto, se concibe como un punto de separación entre lo urbano y lo rural. Lo

anterior, de acuerdo con evaluaciones realizadas que relacionan este índice con el de

Desarrollo Humano (IDH) a nivel municipal, las cuales responden al imaginario

convencional, en el que una menor ruralidad se traduce en una mayor calidad de vida.

Sin embargo, este imaginario se rompe cuando el estudio encuentra que existen

municipios muy rurales con IDH altos, y municipios que no son muy rurales con IDH

bajos, ofreciendo un ambiente de reflexión al respecto de una ruralidad que no se

traduce necesariamente en círculos de pobreza, a la vez que se reconoce también como

un escenario que posibilita el desarrollo humano.

Retomando la evaluación para el CDZC, se perciben una tendencia a IR muy cercano a

40, permitiendo deducir que la subregión se encuentra en un proceso de transición a

dinámicas más activas en cuanto al acceso a mayores servicios comerciales e

industriales, al igual que más proximidades con centros poblacionales mayores; en fin, a

comportamientos de mayor integración regional. El gráfico 1 enseña dicha tendencia.

Gráfico 1 Tendencia del IR para la subregión CDZC, 2011

6 Un índice que se lee de 0 (cero) a 100, siendo 0 perfectamente no rural y 100 perfectamente rural.

55

Fuente: elaboración propia con base en datos del PNUD, 2011

Para complementar el análisis de ruralidad, el Departamento Nacional de Planeación

(DNP) propone una forma de categorizarla como instrumento metodológico para la

implementación de políticas públicas, direccionadas a tomar mejores decisiones para el

desarrollo rural, en el marco de la iniciativa gubernamental Misión para la

Transformación del Campo. En esta Definición de Categorías de Ruralidad se toman

cuatro clasificaciones, a saber, Ciudades y aglomerados, Intermedia, Rural y Rural

disperso; cada una de ellas caracterizadas a partir de tres aspectos: la ruralidad dentro

del Sistema de Ciudades (desplazamiento diario de los habitantes, población mayor a

100mil habitantes o que poseen importancia estratégica a nivel subregional en cuanto al

acceso a servicios), la densidad poblacional y la relación de población en las cabeceras

con la población que no se encuentra en ellas. Dado el carácter espacial del análisis de

las categorías, la figura 6 muestra las clasificaciones a nivel municipal.

Figura 6 Categorías de ruralidad por municipio en la región CDZC, 2014

0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0 Barranquilla

Campo de La Cruz Candelaria

Juan de Acosta

Manatí

Piojó

Repelón

Sabanalarga

Santa Lucía

Suan Tubará

Usiacurí Cartagena

Arjona

Calamar

Mahates

San Estanislao

Santa Catalina

Santa Rosa

Soplaviento

Turbaco Turbaná

56

Fuente: elaboración propia con datos del DNP, 2014

Puede observarse cierto comportamiento tendencioso a nivel espacial, lo cual puede

encontrarse relacionado con las características metodológicas de las categorías; es decir,

existen algunos aspectos en los que las proximidades geográficas a nivel regional,

juegan un papel a favor de la configuración de una integridad en una variedad de

aspectos que recaen en el desarrollo de las dinámicas de los municipios.

Entonces, de acuerdo con las colocaciones del IR es posible observar que la cercanía de

sus puntajes a 40 se encuentra positivamente relacionadas con las categorías arrojadas

por la subregión, con una mayoría de municipios Intermedios e inclusive, con un

considerable número que se encaja en las Ciudades y aglomeraciones.

57

Un caso interesante es el municipio de Piojó, que se encuentra en la categoría Rural7 del

DNP y con el mayor IR de la subregión (50,7), aun cuando su cercanía con

Barranquilla, capital del Atlántico, es similar a la del municipio de Usiacurí que se

clasifica como Ciudades y aglomeraciones (del aglomerado de Barranquilla), al igual

que con Tubará y Juan de Acosta que se clasifican como Ciudades y aglomeraciones

(del aglomerado de Barranquilla) e Intermedio respectivamente. Lo anterior puede

atribuirse a que, según la tabla 2, el número de habitantes del municipio es de 5.160 (el

menor de toda la subregión) y posee un área de 258 km2 que arroja una densidad 20

hab/km2, mayor que la de Tubará que, aunque aglomera una población rural del

40,54%, no muy distante de la de Piojó (52,29%), la densidad para el primero es de 62

hab/km2 en un área de 176 km

2.

Ahora, si realizamos un ejercicio de comparación entre estas características y algunos

indicadores sociales, como lo hace el informe del PNUD, podría percibirse si existe una

relación positiva entre ruralidad y pobreza, como lo muestra el gráfico 2 a continuación.

Gráfico 2 relación entre el Índice de Ruralidad (IR) y el Índice de Necesidades Básicas

Insatisfechas (NBI) para la subregión CDZC, con base en censo poblacional 2005

Fuente: elaboración propia con base en datos del PNUD (2011) y proyecciones del censo poblacional del

DANE (2005)

7 Categoría en la que sus cabeceras son “de menor tamaño (menos de 25mil habitantes) y presentan

densidades poblacionales intermedias (entre 10 hab/km2

y 100 hab/km2)”

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0

NB

I

Índice de Ruralidad

58

La nube de puntos se concentra en niveles medios de necesidades básicas insatisfechas,

sin consideramos que el promedio del índice es de 23,82 para el Atlántico y de 40,26

para Bolívar. Luego, cuando se realiza el examen de acuerdo a la tendencia del IR, hay

dos puntos extremos que cumplen con el imaginario convencional de los círculos de

pobreza en la ruralidad, por un lado, hay dos municipios con bajos IR y bajos NBI, a

saber, las capitales de los departamentos, mientras que existen municipios con NBI

superiores a 70 con IR alrededor de los 40 puntos, a saber, Santa Rosa, Candelaria y

Calamar; no obstante, el primero pertenece a Ciudades y aglomerados (aglomerado de

Cartagena), y es el que posee el mayor NBI de la toda la subregión (91,90) y a los dos

últimos a Intermedios.

Con el ambiente de transición por la cual están atravesando los municipios de acuerdo a

la configuración de su ruralidad, y de acuerdo con los indicadores sociales que

sobrepasan los niveles en la subregión, puede considerarse una aceleración en las

dinámicas de integración regional, que no están marchado al mismo ritmo de las

sociodemográficas. De hecho, en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, de acuerdo

al Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), según categorías de ruralidad en

Colombia, la incidencia de la pobreza en las Ciudades y Aglomeraciones es el 36,4%;

en el nivel Intermedio es del 66%; en el Rural de 74,9% y en el Rural Disperso del

80,8%. En tal sentido, debe cuestionarse si están siendo pertinentes las acciones de

política pública en el país, a favor de un desarrollo rural y territorial sostenibles.

Esto es lo que Giddens denomina reflexividad, en la que el comportamiento humano

está siempre realizando un monitoreo del contexto en el que cada agente se

desenvuelve, creando códigos de conducta e instituciones, y transformando

consecuentemente las tradiciones; siempre se posee un enlace con la modernidad. No

obstante, existen aspectos culturales que predominan sobre la forma en la que se da esa

reflexividad, haciendo que los cambios de ciertas comunidades sucedan a una velocidad

diferente de la sociedad moderna y, por lo tanto, la interrelaciones con ella se den a

distintos niveles.

Así, pese a que se cree cierto grado de interacción con la sociedad de mercado, pueden

prevalecer aspectos históricos que construyeron la organización social de los territorios

59

y aun cuando se esté frente a este ambiente reflexivo acelerado, que ofrece una variedad

de servicios y oportunidades, la adaptación no se genera al mismo paso; en otras

palabras, las dinámicas económicas avanzan rápidamente en el corto plazo, mucho más

en ambientes de globalización, mientras que los cambios culturales y sociales son de

largo plazo. Un argumento a nivel estadístico sobre esta información, puede ofrecerse

con una mayor variedad de indicadores sociales en los que sea posible observar

desventajas en el desarrollo humano, incluso en un ambiente de transición de las

dinámicas rurales a las más urbanas, como se muestra en la tabla 3 a continuación

Tabla 3 Indicadores sociales para la subregión CDZC con base en censo poblacional

2005, por zona

MUNICIPIOS CABECERA RESTO

NBI MISERIA IPM* ICV NBI MISERIA IPM* ICV

Barranquilla 17,70 4,97 37,1% 86,72 21,73 5,90 57,0% 71,75

Campo de la Cruz 63,61 38,45 86,1% 63,06 58,16 19,02 90,2% 55,68

Candelaria 84,99 45,15 91,9% 62,5 44,41 10,10 91,1% 59,33

Juan de Acosta 28,10 8,51 69,7% 72,85 35,81 11,04 67,1% 63,23

Manatí 55,45 21,10 79,4% 66,83 72,17 33,23 98,6% 48,42

Piojó 53,50 14,03 75,0% 63,76 54,56 19,79 88,5% 52,66

Repelón 58,11 27,23 79,0% 66,47 40,60 18,87 80,2% 58,88

Sabanalarga 36,67 11,69 54,5% 77,42 47,62 15,82 82,5% 60

Santa Lucía 60,66 33,41 83,8% 65,07 54,42 9,76 88,2% 58,19

Suan 55,98 23,77 90,4% 71,81 43,82 15,28 82,2% 52,32

Tubará 32,20 7,80 63,0% 71,81 40,62 12,92 74,3% 59,05

Usiacurí 42,00 17,29 77,3% 70,16 55,27 28,12 88,2% 49,51

Cartagena 25,45 9,28 40,8% 84 35,50 8,73 73,2% 62,92

Arjona 61,42 29,63 76,8% 67,05 49,37 23,14 88,4% 55,92

Calamar 71,20 38,82 87,9% 63,57 72,95 47,36 96,7% 47,4

Mahates 66,65 36,29 82,8% 60,92 45,69 14,76 78,6% 58,43

San Estanislao 59,19 31,07 78,1% 65,73 51,94 16,16 89,1% 55,17

Santa Catalina 50,40 23,81 65,5% 61,74 47,16 20,13 87,2% 55,15

Santa Rosa 99,28 59,43 87,8% 62,45 75,97 46,75 91,6% 42,2

Soplaviento 53,08 23,69 66,0% 69,31 60,49 11,11 95,1% 42,18

Turbaco 49,87 13,99 61,0% 75,6 46,90 21,00 84,5% 52,62

Turbaná 64,04 24,42 80,8% 68,37 46,01 8,54 79,6% 58,64

* Porcentaje de población de incidencia

Fuente: proyecciones poblacionales del DANE y DNP, censo 2005

Al considerar que, por ejemplo, para el Índice Multidimensional de Pobreza (IPM), el

porcentaje de incidencia en la población a nivel departamental es del 47,31% para el

60

Atlántico y de 63,42%, que ya es considerablemente alto, y si luego se observa por

municipio en donde se percibe que los porcentajes son mayores que los

departamentales, especialmente para las zonas más rurales, entonces el escenario no es

menos desalentador. Inclusive pueden estimarse porcentajes superiores al 70%, 80% y

90% y no para algunos municipios, sino para su mayoría.

En simultánea, al observar el Índice de Calidad de Vida (ICV), los puntajes a nivel

departamental son 83 para el Atlántico y 73 para Bolívar, mientras que los arrojados por

los municipios del CDZC son evidentemente menores, inclusive para las capitales, aun

cuando a nivel de IPM sus porcentajes eran menores que las medias departamentales.

En la miseria los resultados también son relevantes, máxime cuando las medias

departamentales son de 7,83 puntos para el Atlántico y de 18,05 para Bolívar, y si se

contrastan estos resultados con las categorías de ruralidad del DNP en los municipios

que son mayormente Ciudades y aglomeraciones e Intermedios, puede comprobarse la

hipótesis de un desencuentro entre el crecimiento de las dinámicas regionales y las bajas

condiciones socioeconómicas, especialmente para las zonas más rurales.

Finalmente, para observar otras dimensiones que componen las dinámicas de los

municipios, resulta útil un examen al respecto de su desempeño fiscal (tabla 4), pues de

este componente dependen en gran parte, la capacidad de inversión en planes,

programas y proyectos de política pública con miras al mejoramiento de la calidad de

vida de las comunidades.

De acuerdo a la ley 617 de 2000, a nivel general la subregión CDZC pertenece a la sexta

de las seis categorías de las entidades territoriales en Colombia, a excepción de

Repelón, que pertenece a la quinta8 y las dos capitales que pertenecen a las especiales

9.

Es decir, son en su mayoría municipios con pocos habitantes (menores a 10.000) y con

la más baja capacidad de ingresos corrientes de libre destinación10

que no superan los

8 Todos aquellos distritos o municipios con población comprendida entre veinte mil uno (20.001) y treinta mil habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre destinación sean superiores a quince mil (15.000) y hasta veinticinco mil (25.000) salarios mínimos legales vigentes (Congreso de Colombia, 2017) 9 Todos aquellos distritos o municipios con población superior o igual a los quinientos mil uno (500.001) habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre destinación anuales superen cuatrocientos mil (400.000) salarios mínimos legales vigentes (Congreso de Colombia, 2017) 10 Los ingresos corrientes de libre destinación ICLD son los ingresos tributarios y no tributarios, excluidas las rentas de destinación específica, es decir, aquellas destinadas por Ley o por Acto Administrativo a un fin

61

15.000 salarios mínimos legales vigentes (Congreso de Colombia, 2017). Por lo general,

son municipios con restringida capacidad de ahorro, gasto e inversión en la política

pública, asunto que los hace vulnerables a la no satisfacción de los servicios sociales

básicos: educación, infraestructura, salud, etc., y más dependientes de las transferencias

del ente central gubernamental.

determinado (artículo 3 de Ley 617 de 2000). La Ley ha establecido que NO se pueden financiar gastos de funcionamiento de las entidades territoriales con los siguientes recursos: SGP de forzosa inversión; los ingresos percibidos a favor de terceros que las entidades territoriales estén encargadas de administrar, recaudar o ejecutar; los recursos del balance, conformados por los saldos de apropiación financiados con recursos de destinación específica; los recursos de cofinanciación; las regalías y compensaciones; las operaciones de crédito público, salvo las excepciones que se establezcan en las leyes especiales sobre la materia; la sobretasa al ACPM; otros aportes y transferencias con destinación específica o transitoria; los rendimientos financieros producto de rentas de destinación específica (Portal de Alcaldes y Gobernadores de Colombia, 2017).

62

Tabla 4 Indicadores de desempeño fiscal para los municipios de la subregión CDZC

Nombre

1/ Auto

financiación gastos

funcionamiento

2/Respaldo del

servicio de la

deuda

3/ Dependencia

transferencias de

la nación y

regalías

4/ Generación

de recursos

propios

5/ Magnitud

de la

inversión

6/ Capacidad

de ahorro

Indicador de

desempeño

fiscal 7/

Rango

clasificación11

Atlántico 39,7 5,34 48,83 79,95 85,96 67,59 79,22 Sostenible

Bolívar 59,4 1,13 66,91 89,02 85,61 45,84 75,07 Sostenible

Barranquilla 30,41 12,02 46,43 83,08 86,36 67,63 80,36 Solvente

Cartagena 41,38 10,35 54,93 88,84 82,99 61,39 78,72 Sostenible

Turbaco 38,90 2,75 68,17 90,54 86,89 57,11 78,28 Sostenible

Juan de Acosta 52,71 0,00 52,08 61,43 96,41 57,88 78,28 Sostenible

Suan 12,55 3,45 44,00 23,31 94,88 86,75 76,93 Sostenible

Sabanalarga 44,97 0,00 75,45 80,38 93,38 48,92 75,78 Sostenible

Arjona 48,83 3,40 77,10 71,16 92,15 53,83 73,95 Sostenible

11 1/ autofinanciación del funcionamiento = gasto funcionamiento/ ICLD * 100% 2/ magnitud de la deuda = servicio de la deuda / ingresos disponibles * 100% 3/ dependencia de las transferencias = transferencias + regalías / ingresos totales * 100%. 4/ dependencia de los recursos propios = ingresos tributarios / ingresos corrientes * 100% 5/ magnitud de la inversión = inversión / gasto total * 100% 6/ capacidad de ahorro = ahorro corriente / ingresos corrientes * 100% 7/ indicador de desempeño fiscal: variable que resume los 6 indicadores anteriores en una sola medida, con escala de 0 a 100.

63

Repelon 61,19 0,00 80,00 64,31 93,44 54,93 73,38 Sostenible

Santa Lucía

56,56 3,55

58,43

44,10

94,60

44,92

71,46 Sostenible

Tubara 64,31 0,00 78,08 73,56 84,07 33,53 70,28 Sostenible

Soplaviento 66,51 0,00 61,06 33,78 93,04 43,97 69,60 Vulnerable

Turbana 68,72 7,59 78,82 64,18 85,73 41,64 68,79 Vulnerable

Mahates 71,65 3,12 75,24 53,75 92,28 36,26 68,72 Vulnerable

Santa rosa 52,22 4,06 86,13 53,06 90,89 46,62 68,10 Vulnerable

Santa catalina 53,44 0,00 75,50 39,55 91,39 40,88 67,50 Vulnerable

Campo de la Cruz 79,27 0,00 87,90 42,73 94,55 40,04 66,46 Vulnerable

Usiacurí 48,99 0,00 79,40 29,77 91,66 44,86 65,95 Vulnerable

San Estanislao 53,31 14,87 76,29 44,56 92,34 26,01 63,32 Vulnerable

Calamar 80,69 3,53 88,31 42,03 90,54 21,67 61,50 Vulnerable

Piojó 75,92 0,00 80,63 28,03 85,44 25,71 61,44 Vulnerable

Candelaria 54,14 7,73 90,82 28,24 90,30 36,08 60,88 Vulnerable

Manatí 70,27 0,00 90,04 23,59 89,99 18,85 58,91 Vulnerable

Fuente: Departamento de Planeación Nacional DNP, 2017

64

Doce de los 22 municipios se encuentran en situación vulnerable según la clasificación

del indicador fiscal, y ello se ve reflejado en una base financiera que no consigue cubrir

en su totalidad las actividades planteadas en los programas de gobierno y atender las

necesidades básicas de su población. De los diez restantes, nueve presentan una

situación sostenible, y Barranquilla, en situación solvente; no obstante, de estos nueve

no todos sus indicadores exponen mejores gestiones entre los ingresos y el gasto;

puede percibirse que por ejemplo Suan y Santa Lucía, que son sostenibles, presentan

una baja capacidad de generar recursos propios, asunto que se traduce en una mayor

dependencia de las transferencias del Estado (Santa Lucía) o en una menor condición de

autofinanciar sus gastos de funcionamiento (Suan). En simultánea, se observa en este

grupo una mayoría con baja capacidad de respaldar las deudas adquiridas, y por lo tanto

una baja capacidad de ahorro.

A nivel general se presentan dificultades en la administración del fisco, si se comparan

los municipios con las capitales Barranquilla y Cartagena. Estas dificultades vienen

expresas especialmente tanto en la dependencia que los entes territoriales desarrollan

sobre las transferencias de la Nación y las regalías, como en las bajas capacidades para

generar recursos propios y ahorrar. Lo anterior atribuido en gran parte a una restringida

estructura económica que limita la capacidad de recaudo a través de impuestos a la renta

o a los predios; máxime si se considera que en estos municipios la industria y el

comercio pueden ser incipientes y primariamente eslabonados con las actividades

agropecuarias predominantes.

Ahora, lo que sí es particular en los municipios en situación vulnerable, es la

considerable magnitud de la autofinanciación de los gastos de funcionamiento, es decir,

el pago a los funcionarios públicos y los gastos propios de la estructura física en la que

laboran, una magnitud que depende de los ingresos corrientes de libre destinación; es

decir, que estos ingresos están siendo casi en su totalidad destinados a este tipo de

gastos. Sin embargo, como podrá denotarse en apartados posteriores, este indicador

contrasta cuando la inversión en secretarías de agricultura y en las Unidades

Municipales de Asistencia Técnica (UMATA) es ineficiente, al no contar con

funcionarios, instrumentos y estructuras suficientes para atender municipios en donde

65

las actividades agropecuarias adquieren importancia en sus retornos sociales, pese a su

transición a dinámicas más urbanas.

De acuerdo con las anotaciones previamente realizadas, puede hacerse una lectura más

integral, en la que pese a la proximidad geográfica, las densidades poblacionales, y un

mayor acceso a bienes y servicios, no necesariamente se está garantizando un

mejoramiento en las condiciones de vida de los pobladores, si se encuentran escenarios

de política pública que no responden a las necesidades de los municipios, como el

trabajo decente – en términos de la OIT–, educación de calidad y pertinente, estructura

funcional para el desarrollo de las actividades económicas, coberturas en salud, etc. En

suma, estos asuntos pueden llegar a contrarrestar los efectos positivos de la transición

de los territorios a una ruralidad menos marcada, toda vez que las carencias e

ineficiencias del gasto público recaen en una política pública restringida y los aspectos

socioculturales no se adaptan correctamente a las crecientes dinámicas interregionales.

Es por esta razón que se hace necesaria la creación de estrategias de desarrollo rural

integrales que impliquen una búsqueda alternativa de recursos – como los de la

cooperación internacional, organismos no gubernamentales, iniciativas de gobierno

nacional etc. –, dirigidas al entendimiento de las dimensiones territoriales en las que los

agentes locales se encuentran inmersos, y no apenas por segmentos, es decir, no podría

perfilarse una actividad de impulso económico obviando las condiciones de fondo que

obstaculizarían los resultados esperados, como el nivel de capital social y humano, la

relación entre los agentes y el medio ambiente, el imaginario colectivo de la

institucionalidad que los acoge, la percepción favorable o desfavorable que pueda

formarse con la participación de las intervenciones y las restricciones presupuestales,

entre otros. En este sentido, las estrategias deben apuntar a la participación en todas las

líneas posibles, para por lo menos pensar en la sostenibilidad de los resultados.

De acuerdo con lo anterior, y conscientes de la situación socioeconómica, cultural,

institucional y ambiental presente en la subregión, la participación de PROMODIQUE

ha concentrado sus recursos humanos, físicos y financieros en la implementación de

estrategias que respondan, desde la adaptación de los actores locales, a las transiciones

de las estructuras interregionales, no sólo con el objetivo de la sostenibilidad de la

66

economía campesina y su consecuente retorno social, que es una meta transversal e

incondicional de la acción, sino de germinar en la población socia una percepción de

empoderamiento sobre su entorno a partir de los esfuerzos, que como agentes

plenamente activos en el ejercicio de la configuración del territorio, estén dispuestos a

invertir para el mejoramiento de las condiciones y medios de vida.

3.3.El campesinado del Caribe colombiano

En el apartado anterior pudo ofrecerse un primer panorama al respecto de la

vulnerabilidad socioeconómica, institucional y ambiental en la que se encuentra inmerso

el campesinado del CDZC, situación que recae en una baja sostenibilidad de sus

actividades económicas, al igual que de las socioculturales. Ya su localización

geográfica hace de la agropecuaria una actividad que requiere mayores esfuerzos

humanos, técnicos y financieros, pues la amenaza constante de inundación se constituye

como un factor de riesgo a la sostenibilidad de sus actividades y de la seguridad

alimentaria.

Otros aspectos de vulnerabilidad se encuentran relacionados con las condiciones y

medios de vida, y un mayor desglose del Índice de Pobreza Multidimensional logra

otorgar instrumentos de análisis sobre ello. Según el DANE (2005), este índice se

compone de cinco dimensiones y 15 variables, de las cuales son más relevantes para la

subregión la privación del logro educativo, el analfabetismo, el rezago escolar, el

hacinamiento y la estructura de las viviendas en general, pero con mayor influencia

están la tasa de empleo informal (entre el 90% y el 99%) y la dependencia económica12

(entre el 55% y el 82%).

No obstante, el campesinado de la región Caribe colombiana ha estado inmerso en una

vulnerabilidad política e institucional relevante, asunto que se ha visto reflejado tanto en

el abandono estatal como en el surgimiento de variadas situaciones de tensión social con

la entrada y arremetida de los grupos armados ilegales, las fuerzas armadas del Estado y

el sicariato por el poder y la tenencia de la tierra. Esta región se ha convertido en uno de

los epicentros más influyentes de la organización campesina durante todo el siglo XX,

principalmente porque fue allí donde se iniciaron los primeros y más importantes

12 Número de personas por miembro ocupado en el hogar

67

movimientos sociales a favor del reconocimiento de la sociedad campesina como

actores activos de la política nacional, a partir de la creación de la Asociación Nacional

de Usuarios Campesinos (ANUC) en los años 1970.

Cabe aclarar, que la importancia de reconocer este historial del campesinado caribeño y

sus luchas se convierte en un referente y una reflexión pedagógica, que consigue

reconocer en el pasado, las desarticulaciones del presente en materia de construcción de

capital social del CDZC y de resiliencia. Como podrá evidenciarse en apartados

posteriores, este aspecto ha sido transversal en la sociología del desarrollo rural en la

subregión, pues la intervención del Proyecto logró identificar, como estrategia, que la

unificación comunitaria y las respuestas de verdaderos procesos asociativos, han

resultado en un factor clave para el éxito de sus actividades en materia de sostenibilidad

de la misma.

El Caribe colombiano se reconoce por ser un escenario donde las disputas por la tierra

entre grandes latifundistas de haciendas y fincas ganaderas y pequeños campesinos, ha

funcionado como motor movilizador de las masas. El despojo de tierras a campesinos y

colonos por parte de los terratenientes se convierte en el mayor estructurante

socioeconómico, político y social de la región, motivando, al igual que por los actos

represivos entre patronos y trabajadores de las haciendas, el levantamiento de una unión

en la que se desarrolle la voz que clame por el reconocimiento político del campesino.

Primero bajo la consiga tierra sin patronos y luego tierra pa’l que la trabaja – luego de

reconocer la importancia de la propiedad de la tierra – que continua hasta la actualidad,

la ANUC consigue tocar fibras de la política nacional y de las estructuras jerárquicas

sociales, al respecto de la triple función que desenvuelve el campesino como capitalista,

empresario y obrero.

Durante la década de 1960, el trabajo de la congregación campesina se concentra

primero en el reconocimiento político del país, con el que bajo el gobierno del

presidente Lleras Camargo, se impulsa la primera reforma agraria en la que, además, se

declara oficialmente al movimiento. Luego, entre las décadas de 1970 y 1980, el

movimiento – al que se unifican indígenas, estudiantes universitarios, profesores y

sindicatos – reúne sus esfuerzos por el derecho a la titulación de los predios, iniciativa

68

que se desarrolla tanto desde la participación política, hasta la invasión de tierras que

anteriormente habían pertenecido a los colonos que abrieron monte, y que

posteriormente habían sido tomadas con engaños por terratenientes conocedores de las

leyes de la tierra. Finalmente, para la década de 1990, y motivados por las arrasadoras

olas de violencia rural propiciadas por los desencuentros ideológicos de diferentes

grupos armados, la Asociación actúa por el derecho y respeto a la vida de los

campesinos.

Los continuos cambios en los sistemas productivos han conllevado a que la inversión en

el impulso al desarrollo rural, haya tenido diferentes perspectivas desde la política

colombiana. Así, autores colombianos como Vargas (1987), Fajardo (2002), Forero

(2010) y, Machado, Salgado y Vásquez (2004) entre otros, señalan cómo el modelo de

modernización de la agricultura de mitad del siglo XX, volcó a los países de vocación

agro productiva a la modificación de su estructura agraria a favor de los monocultivos y

la capitalización del campo, por medio de la instauración de la Revolución Verde como

herramienta de avance tecnológico; abriendo de esta forma el camino hacia las

posibilidades de la globalización y la participación en los mercados internacionales.

Pero este cambio estructural, en un país con una capacidad institucional históricamente

limitada para fomentar espacios de equidad e igualdad de condiciones entre los

diferentes sectores sociales y económicos, propició en aquel entonces el desarrollo de

especulación de tierras en el que los grandes terratenientes acapararon y concentraron

grandes cantidades de hectáreas, para cumplir con las expectativas de desarrollo

económico impulsado desde las políticas del mundo occidental.

Colonos y campesinos, desprovistos de herramientas para asegurar sus tierras, se vieron

envueltos en una situación de despojo, que una década después, serviría de bandera de

acción para la reforma agraria propuesta por el presidente Lleras Camargo en la década

de 1960, en la que desde el mismo Estado se institucionalizaría una organización

campesina independiente de cualquier partido, y se impulsaría la iniciativa de

adjudicación de tierras para los campesinos, con la que se pretendía desconcentrar la

estructura agraria del país. Con ello, dar sentido y relevancia política al movimiento

campesino se convertiría en el motor de la reforma, que según Machado et al (2010),

69

funcionó también como una estrategia liberal para presionar la explotación eficiente de

la tierra de los terratenientes, quienes tenían una gran proporción de hectáreas

inutilizadas, a la vez que se disminuía “el riesgo de [incentivar] los sectores dominantes

derivados de la extrema desigualdad económica” (p. 396); en fin, una reforma tributaria

disfrazada de reforma agraria.

No obstante, las invasiones y tomas de grandes fincas y haciendas en la costa Caribe por

parte de los campesinos y colonos de la ANUC, seguirían siendo una herramienta de

recuperación de los terrenos, pues la reforma agraria no se materializaba de forma

efectiva. Los motivos son variados, entre los que se encuentran la falta de voluntad de

los terratenientes por negociar las tierras con el Instituto Colombiano de la Reforma

Agraria (Incora), porque el Incora negociaba las tierras menos fértiles, o porque el

sistema de puntajes era discriminatorio al favorecer factores como el nivel educativo, la

experiencia agrícola y el patriarcado de la época (Machado et al, 2010).

Luego, el proceso llevado a cabo por la reforma entre 1960-1975, da un cambio drástico

con la entrada del gobierno Pastrana Borrero, en donde las confrontaciones políticas

comenzaron a diluir la ANUC, específicamente porque en la filosofía de este nuevo

gobierno, el crecimiento agropecuario estaría yendo en contraposición a los ideales de

distribución de la tierra por los que estaba trabajando la Asociación. Inevitablemente, el

movimiento no podía ser realmente independiente y la adhesión a la política resultaba

inminente.

Esta visión productivista del campo, impulsada además por el programa de Desarrollo

Rural Integrado (DRI), y cuyos “efectos positivos fueron muy discretos en cuanto a las

poblaciones atendidas, a los incrementos en producción y productividad y a la

superación de la pobreza y de las ‘brechas tecnológicas’” (Fajardo, p. 37, 2002), apenas

no socavó la fortaleza de la unión del movimiento campesino durante el periodo 1975-

1990 (Machado et al, 2010), sino que además inicia un proceso de deslegitimación que

lo ubica en el imaginario social que, sobre el comunismo, el socialismo o cualquier otra

corriente ideológica no convencional, la política colombiana concebía como amenaza de

la hegemonía y soberanía nacional. Ello, como resultado de la guerra ideológico-política

entre la Unión Soviética socialista y el poder occidental-capitalista del gobierno de los

70

Estados Unidos, que motivó la defensa de la hegemonía del segundo sobre los países

latinoamericanos en la lucha contra la filosofía del primero.

El panorama anterior se traduce para Colombia en el surgimiento de los grupos de

izquierda, motivados, entre otros asuntos, por incidir en la zona rural como actores

claves en la distribución y tenencia de la tierra a través de la militarización social; no

obstante, con un accionar ambivalente en la defensa de la tierra del terrateniente y de

campesino. Dado el ambiente de discusiones ideológicas por el que atravesaba el mundo

político, los grupos de izquierda tenían como filosofía la defensa de los derechos de las

masas campesinas y la disminución de un Estado señalado como opresor, a la vez que la

extorsión y presión sobre los grandes latifundistas, funcionaba como estrategia de

imposición de poder y simpatía entre la población campesina que trabajaba a favor de la

reforma agraria.

Sin embargo, la penetración que deseaban realizar al interior del movimiento

campesino, no se percibía como una relación de respaldo a la causa, y sí como una

imposición del orden social y de la institucionalización de la justicia privada – ante la

ausencia de un Estado de bienestar –, a través del miedo y la intimidación; situación que

fue más visible con la incursión y persecución paramilitar y del Ejército Nacional hacia

las guerrillas, y luego hacia los mismos campesinos llegados los años 1980.

Para las guerrillas, permear la organización campesina, aliarse y sumarla al movimiento

de izquierda, equivalía a la creación de una estrategia contestataria en contra del Estado

colombiano. La ANUC fue sin lugar a dudas un gran objetivo para ello, sin embargo,

según autores como Machado et al (2010) y Pérez (2010), la Asociación no demostró

interés alguno por la supuesta alianza, toda vez que, desde su constitución como

movimiento independiente, se circunscribía en líneas de acción de clase y no de partido,

como pretendía la guerrilla al instigarlas a formar parte del izquierdismo.

Pérez (2010) asegura que, de cualquier forma, resultó inevitable algún tipo de

intervención de las guerrillas en la Asociación, aunque ínfimo, de un carácter más

relacionado con la demagogia, más no hermanadas con la ilegalidad de las mismas. Sin

embargo, con el socialismo y el comunismo siendo interpretado como una amenaza a la

hegemonía de Occidente, esta escena provocó un señalamiento del movimiento

71

campesino como un movimiento guerrillero. La ANUC comenzaría a perder fuerza ante

la sociedad y la política colombiana, especialmente cuando la pobreza y el

debilitamiento del campesinado como movimiento social fue más evidente a finales de

los años 1980 y las guerrillas sacaron provecho de ello para causar el caos (Pérez,

2010).

Luego, para los años de 1980 llega el paramilitarismo a la zona, siendo de lejos

recordado como el grupo que mayores estragos ocasionó en la población del litoral

Caribe colombiano. La arremetida de este grupo de extrema derecha en la región es

provocada por la búsqueda de tropas guerrilleras, así como la presencia del narcotráfico

en una zona de corredores estratégicos para su comercialización. Con los movimientos

campesinos, y en general con cualquier expresión comunitaria o de filosofía de

izquierda, la población se ve inmersa en un ambiente de incertidumbre ante el encuentro

de los dos grupos.

De esta forma, ser simpatizante de cualquier de los grupos, significaba una sentencia de

muerte por parte de sus adversarios; de hecho, el no ser simpatizante de una u otra

posición surtía el mismo efecto. Los señores de la guerra influyeron fehacientemente en

la organización campesina. El temor por asociarse, los asesinatos colectivos y selectivos

a líderes y lideresas, las masacres, amenazas, extorsiones, el desplazamiento forzado

que crea barrios en las ciudades como respuesta a un campo inseguro, y otros hechos

violentos (tabla 5), hicieron que la ANUC, al igual que otras asociaciones campesinas,

se viera aniquilada y reducida para entrado el nuevo milenio.

Pero la reducción del movimiento no se atribuye única y expresamente a la guerra, que

si bien fue altamente influyente, a esa coyuntura de desaparición también se suman las

dificultades presentes en la eficiencia de la reforma agraria desde la década de 1960, la

división y escisión política al interior del movimiento campesino a partir de la filosofía

del gobierno Pastrana Borrero, el perentorio clientelismo y a la pérdida de legitimidad

del mismo al señalarse como una alianza del izquierdismo ilegal, en un país donde

expresiones ideológico-políticas y sociales alternativas, evocan una distorsionada

imagen que amenaza con la soberanía y el poder hegemónico de poderes políticos

tradicionales.

72

Tabla 5 Víctimas por hecho violento en la subregión CDZC (1984-2015)

Acto

terroristaAmenaza

Delitos

contra la

libertad y la

integridad

Desaparición

forzada Desplazamiento Homicidios

Minas

antipersonal/

munición sin

explotar/Artef

Pérdida

de

bienes

muebles

Secuestro Tortura

Vinculació

n de niños,

niñas y

adolescent

Características

del

desplazamiento

en el municipio

Barranquilla 163 720 24 714 6.109 4.314 1 218 61 10 14 Receptor

Campo de la Cruz 1 8 1 6 161 45 0 0 0 0 0 Receptor

Candelaria 0 0 2 0 96 25 0 0 4 0 0 Receptor

Juan de Acosta 0 1 1 0 66 43 0 0 0 2 0 Receptor

Manatí 0 15 1 10 188 40 0 1 0 0 0 Receptor/Expulsor

Piojó 0 27 1 0 463 29 0 1 0 0 0 Expulsor

Repelón 20 37 4 3 1.207 185 0 18 2 3 0 Expulsor

Sabanalarga 14 53 4 28 972 569 0 5 9 2 1 Receptor

Santa Lucía 1 2 1 1 132 29 0 0 0 0 0 Receptor

Suan 0 10 0 31 114 30 0 2 1 0 0 Receptor

Tubará 2 10 1 0 197 115 0 3 2 0 0 Receptor

Usiacurí 0 2 0 0 36 26 0 0 0 0 0 Receptor

Cartagena 103 622 33 567 14.903 2.682 6 58 55 15 17 Receptor

Arjona 15 164 19 82 2.300 520 0 13 9 2 0 Receptor

Calamar 5 522 24 182 5.097 490 0 28 19 5 0 Expulsor

Mahates 21 332 14 30 6.084 243 0 61 13 6 0 Expulsor

San Estanislao 1 64 4 9 1.400 84 0 7 0 1 0 Expulsor

Santa Catalina 5 64 5 1 1.036 152 0 7 1 0 0 Expulsor/Receptor

Santa Rosa 58 391 60 171 11.692 550 39 54 56 11 16 Expulsor/Receptor

Soplaviento 2 29 1 0 297 28 0 3 0 0 0 Expulsor/Receptor

Turbaco 8 169 10 49 3.352 577 0 33 13 1 0 Receptor/Expulsor

Turbana 0 65 5 38 702 187 0 6 2 0 0 Expulsor

Municipio

Fuente: elaboración propia con datos de la Red Nacional de Información. Unidad para las víctimas, 2017

HECHO

73

El Caribe colombiano, en donde la subregión CDZC se encuentra ubicada, posee un

historial de luchas campesinas, que marcaron hito en la institucionalización de un

movimiento socioeconómico soslayado y excluido de las dinámicas sociopolíticas por

parte de las élites colombianas. La pérdida de fuerza de la organización social

campesina, significa un desinterés a nivel general, de reconocer una de las clases

sociales en las que la pobreza y la miseria se ha visto mayor e históricamente reflejada y

que más luchas ha emprendido, no apenas por la cuestión agraria, sino por ser uno de

los rubros poblacionales en los que los efectos de la guerra y de las políticas de la

economía de mercado, ha surtido un rigor altamente significativo. Al respecto, el

informe del PNUD (2011, p. 244-245), señala que:

Desde sus comienzos, el Estado en Colombia no buscó alterar la organización

de la vida política ni el orden social heredado de la Colonia, especialmente

frente al lugar ocupado por los grupos sociales con más vulnerabilidad. La

justificación ideológica de tal orden se sustentaba en la pretendida

incapacidad de esos grupos para tener representación propia y, por ende, en la

necesidad de tratarlos como menores de edad.

La ANUC, creada en la región Caribe y cuya génesis se remonta al potencial político y

gremial de los Sindicatos Tabacaleros del departamento de Sucre, es una muestra de la

capacidad de unificación de los campesinos de la zona. Sin embargo, una construcción

social formada a partir de una coyuntura sociopolítica realmente desfavorable, ha

logrado que los procesos asociativos, especialmente de la subregión, se encuentren

desestimulados, asunto que se ha visto reflejado en una ausencia de apropiación del

territorio y de construcción de capacidades y conocimientos, que consigan prevenir y

mitigar los efectos de las vulnerabilidades socioculturales, políticas, económicas y

ambientales a los que se enfrenta diariamente la población. PROMODIQUE ha sido

consciente de esta situación, y por lo tanto ha ingresado con una iniciativa de creación

de tejido social como estrategia de sostenibilidad de su acción, como será expuesto

posteriormente.

74

4. El caso de PROMODIQUE como estrategia de desarrollo rural integral

sostenible

4.1. Entendiendo a PROMODIQUE

PROMODIQUE se entiende como una estrategia de promoción de oportunidades para

el desarrollo sostenible e incluyente y fortalecimiento de la gobernanza local en el

marco de una cultura de la paz en el Canal del Dique y Zona Costera; el cual se

encuentra enmarcado y financiado por el Programa Nuevos Territorios de Paz (NTP),

cuya génesis se encuentra en las experiencias y aprendizajes provenientes de procesos

apoyados por la Unión Europea (UE) y el Gobierno Nacional.

A través de instrumentos como los Laboratorios de Paz (LP), se han logrado apalancar

iniciativas donde la población civil ha tenido un rol protagónico en el marco de

movimientos amplios y participativos que, apoyados en las herramientas propias del

Estado de Derecho, han favorecido el desarrollo, la paz, la gobernanza y la construcción

de territorio. En tal óptica, PROMODIQUE surge como una estrategia de desarrollo,

que interviene de manera participativa y negociada, al permitir reconocer, desde la voz

de los actores locales, las reales necesidades y composiciones propias de la arquitectura

social de la subregión; una combinación de acciones arriba para abajo y abajo para

arriba.

Es así como desde este instrumento de apoyo de la Unión Europea al Gobierno, se han

pretendido promover experiencias significativas de participación ciudadana y

gobernanza local que, a través de ejercicios prácticos y propuestas metodológicas

innovadoras, contribuyen a la construcción de paz y de territorios, y generan insumos

desde los mismos para el diseño de políticas públicas. Aquí, las diversas expresiones de

la sociedad civil y de la institucionalidad publica, avanzan en la búsqueda de soluciones

a las causas estructurales de la violencia y la desigualdad a partir del proceso de

transición estructural por el que atraviesa la arquitectura social colombiana en la era del

post-conflicto.

Desde los diferentes enfoques de género, étnico, desarrollo territorial sostenible, la

sensibilidad al conflicto, la participación, y gestión comunitaria del riesgo, el Programa

75

NTP ha pretendido crear las condiciones de desarrollo en las zonas identificadas como

prioritarias – Departamentos de Guaviare y Caquetá, Canal del Dique y Zona Costera y

Bajo Magdalena –, buscando resultados concretos de acuerdo a sus seis líneas de

intervención estratégica, a saber, Inclusión socioeconómica sostenible, Tierras y

territorio, Creación de capacidades locales, fortalecimiento institucional y redes sociales

e información y gestión del conocimiento.

PROMODIQUE, una iniciativa propuesta por el Movimiento por la Paz (MPDL), la

Fundación Hogar Juvenil y la Fundación Universitaria Católica del Norte, busca

impulsar y dinamizar estrategias de integración social y económica de acuerdo a las

realidades, capacidades y oportunidades existentes en los 22 municipios de la subregión

del CDZC, buscando una participación activa a todos los niveles y una mayor

articulación territorial. Lo anterior mediante el impulso a esquemas de inclusión

socioeconómica sostenibles con la reactivación de los sistemas productivos locales en

beneficio de la territorialidad, gobernanza, fortalecimiento institucional para la cohesión

social y el desarrollo local en los municipios focalizados por la propuesta, con el

objetivo de gestionar el surgimiento de habilidades en los actores como agentes que

piensan y actúan en la configuración de un desarrollo sostenible.

Su objetivo principal se enfoca en promover medios de vida sostenibles a través de

estrategias de inclusión socioeconómica, fortalecimiento del capital social y

gobernanza democrática para el desarrollo participativo y la paz en la zona del Canal

del Dique; cuyos resultados propuestos se definen así:

Resultado 1: Fortalecido el capital social en la subregión a través del apoyo a

espacios de participación, planeación y exigibilidad de derechos que vinculen

autoridades locales, sociedad civil – incluidas las víctimas del conflicto –,

organizaciones de base y redes, mediante ejercicios de planeación local y

acuerdos territoriales para el desarrollo.

Resultado 2: Fomentados desde la población vulnerable, escenarios de economía

familiar y solidaria, y la comercialización de excedentes con un enfoque de

cadenas ecológicamente sostenibles y articuladas al ordenamiento territorial

tradicional.

76

Resultado 3: Mejorados los niveles de productividad, competitividad y

sostenibilidad en las iniciativas económicas tradicionales y promisorias en la

zona de intervención, mediante estrategias innovadoras y generación de valor

agregado a las mismas, identificando buenas prácticas y transferencia entre

pares.

En los resultados esperados, puede percibirse a PROMODIQUE como una apuesta a la

integralidad del desarrollo endógeno local, pues pretende generar una senda de

actividades direccionadas a impulsar habilidades para hacer y saber en un marco

dinamizador de los procesos productivos locales; es decir, como si potenciar las formas

de economía solidaria y cooperativa en la subregión, funcionara como una suerte de

pivote en el que giran las fuerzas del desarrollo, a saber, las relaciones entre los actores

(interacciones, forcejeos y negociaciones), los mecanismos de apropiación y

empoderamiento territorial, y la construcción de territorio a partir de una mudanza

paulatina en el arreglo institucional, en las representaciones sociales, las convenciones y

tradiciones.

De este modo, y de acuerdo a la estructura de la Teoría Actor-Red de Latour, cada uno

de los actores locales involucrados en la iniciativa de PROMODIQUE son al mismo

tiempo red, en la medida que las características de participación y no de

dominación/sumisión, hacen que la interacción a través de las agencias de cada uno se

traduzcan en nuevas agencias, más activas y propensas a la generación de habilidades

para hacer y saber a favor de la endogenización de externalidades y las capacidades de

autogestión. Finalmente, las nuevas traducciones se reflejan en discursos que mudan el

imaginario del desarrollo, como un proceso meramente asistencialista.

Otro aspecto demarcado en los resultados proyectados, se dirige hacia un enfoque

diferencial en cuanto a la composición antropológica y cultural, asunto que ofrece una

coherencia de la acción, cuando al tomar los argumentos de Long, dicho enfoque

debería estar orientado al actor, y por tanto a las particularidades propias de su territorio,

que hacen pertinente una intervención planeada deconstruida y construida desde dichas

características. El territorio en el que participa PROMODIQUE, se reflejan aspectos

culturales tales como el campesinado, el patrimonio palenquero, la afrodescendencia y

77

la persistencia del machismo en la organización social, que han sido tomados en cuenta

transversalmente en beneficio de la pertinencia de la acción.

Una reunión de técnicos, profesionales, campesinos, humanistas, administradores

locales, asociaciones y movimientos sociales, agencias de cooperación internacional,

científicos y la empresa privada, se ha visto reflejada en la integralidad de las

propuestas de desarrollo en función de un desarrollo rural sostenible, conformando una

red de gobernanza local y fortalecimiento institucional – instituciones formales,

informales y medios de control (enforcement) –, a favor de la acumulación de capital

humano y social, útiles para hacer frente a los impactos propios de la transición hacia

una nueva ruralidad. De esta forma, PROMODIQUE se presenta como una estrategia de

desarrollo integral volcada a la ruralidad, que genera habilidades para hacer y saber a

través de la multidisciplinariedad.

4.2. PROMODIQUE y la comunidad del Canal del Dique y Zona Costera como

dinamizadores del desarrollo rural

Conscientes de las necesidades y carencias de la subregión del Canal del Dique y Zona

Costera, como fue ilustrado en el apartado anterior, el Proyecto ha concentrado sus

esfuerzos en seis campos de acción y de buenas prácticas; direccionados hacia un

desarrollo sostenible de la ruralidad, en un contexto incluyente y participativo, a saber,

Huertas familiares, Apoyo a emprendimientos pecuarios (piscicultura, ganadería,

porcicultura y avicultura), Escuelas de formación ciudadana, Apoyo a mercados

campesinos, Emprendimientos productivos de transformación, y la intervención en

Instituciones Educativas con enfoque agropecuario.

En adición a lo anterior, y en aras de establecer una coherencia con el enfoque de

sostenibilidad en todas las esferas, PROMODIQUE se ha preocupado por considerar

iniciativas de reforestación de árboles frutales y maderables de doble propósito; es

decir, para mejorar las condiciones edáficas de las zonas y de los emprendimientos en

general, a la vez que se obtienen productos como frutas y maderas en beneficio de la

seguridad alimentaria y nutricional y la sostenibilidad económica. En un principio se

proyectó la siembra de 2.000 árboles, resultando finalmente con la siembra de 6.160

78

(4.783 frutales y 1.377 maderables y forrajeros) en emprendimientos y comunidades de

diez municipios.

Este componente también contó con el apoyo y acompañamiento de la asistencia

técnica, especialmente si se consideran las afecciones que dejó la sequía del fenómeno

del Niño, en donde un 30% de la población de árboles logró sobrevivir. Por otro lado,

uno de los trabajos sobresalientes se centró en la asociación ASOFRUPA, con la

adjudicación de un sistema de riego por micro aspersión con electrobomba, para la

irrigación de una hectárea de su lote, en donde se cultivaron árboles frutales en

beneficio de una producción sostenible, con el autoabastecimiento de pulpas de fruta

como su actividad principal.

Estas acciones representan los ejes estructurantes de una estrategia que ha pretendido ir

más allá de la implementación de fórmulas del desarrollo, al plantear detrás de ellos

actividades que generan habilidades para hacer y saber en la población socia, con

miras a la sostenibilidad de los resultados esperados. Así, su agencia se ha direccionado

hacia el establecimiento de escenarios de economía familiar y solidaria, en los que se

fomente un rescate de los valores socioculturales propios de la Economía Campesina y

una negociación con la economía de mercado que se vea reflejado en una organización

socioproductiva sostenible.

De dichos mecanismos se derivan además acciones orientadas a la seguridad alimentaria

y nutricional por medio de las huertas familiares, comunitarias y escolares, y los

mismos emprendimientos productivos, que más que representar una alternativa de

consumo y de optimización de los recursos, orienta una inclusión a nivel

intergeneracional, familiar y comunitario en la práctica agrícola, toda vez que reúne

aspectos como la asociatividad, buenas prácticas en la producción y consumo

responsables y el empoderamiento territorial a partir de una agencia menos pasiva.

Por tal motivo y conscientes de un relevo generacional desmotivado en la ruralidad,

especialmente para la Economía Campesina, el Proyecto contempló y ejecutó acciones

en cuatro Instituciones Educativas Técnicas Agropecuarias seleccionadas, con la

implementación de Parcelas Demostrativas con huertas escolares que incluyeron

sistemas de riego, y emprendimientos agropecuarios de piscicultura y avicultura; cuyo

79

trabajo apuntó a impulsar el interés de niños, niñas y adolescentes por las labores del

campo y el desarrollo de alternativas de seguridad alimentaria y nutricional, estrategia

reforzada con la inclusión participativa y dinamizadora de sus comunidades. No

obstante, esta iniciativa debe ser complementada con la instauración de estrategias de

mediano y largo plazo, razón por la cual, una articulación entre las secretarías de

educación, docentes, alumnos y facilitadores de PROMODIQUE resultó en la

integración de las prácticas agrícolas en la media técnica de sus pensum.

Así las cosas, este tipo de estrategias posibilitan generar un contexto de creación de

capacidades y habilidades, no sólo a nivel escolar, sino comunitario, que impulsa

mecanismos de resiliencia y, sobre todo, pertinencia de acuerdo a las necesidades y

características socioeconómicas y socioecológicas del territorio.

Una situación similar acontece con los mercados campesinos, especialmente en el

protagonismo y valoración del campesino en las relaciones mercantiles, que también

apuesta al empoderamiento territorial a través del desplazamiento paulatino de los

intermediarios, la conformación de un movimiento social activo y la participación en las

dinámicas urbano-rurales que cierra brechas sociopolíticas y culturales propias de su

histórica dicotomía; esto, sin mencionar el potencial latente en la conformación de redes

interregionales/locales que motiva al campesinado a organizarse y asociarse con el fin

de ganar cada vez mayores espacios de representación e inclusión en la agenda pública.

Son muchos los factores transversales contenidos en la iniciativa del Proyecto,

característica propia de los procesos integrales; sin embargo, la acción dirigida a

impulsar procesos de participación ciudadana y gobernanza a partir de las Escuelas de

Ciudadanía y la elaboración participativa de dos pilotos del Plan de Desarrollo

Alternativo (PDA) 2016-2019, se ha podido convertir en su plus o valor agregado.

La implementación continua de las Escuelas en nueve de los 22 municipios, que intentó

abarcar el total de los participantes directos (200), fue evidente cuando en entrevistas

posteriores a la ejecución de la acción en 24 meses, la población socia manifestó

mudanzas significativas en el imaginario convencional, respecto a los procesos de

asociación funcionales desde todas sus áreas y del papel fundamental que juegan como

actores activos en la planificación de su propia territorialidad.

80

En este sentido, se resalta el resultado de una de las actividades de participación

ciudadana que congregó dos foros con candidatos a la Alcaldía de Mahates y Repelón,

en donde la comunidad fue activa en el cuestionamiento de las propuestas, y en la

invitación a la inclusión en sus planes de gobierno, los PDA diseñados por ellos

mismos. De igual forma, las víctimas del conflicto armado generaron planes de

exigibilidad del cumplimiento de las políticas públicas direccionadas hacia su

reparación, a partir de los planes de acción de seis Mesas de Víctimas en la subregión,

además de la implementación de los Planes Operativos Anuales en dieciséis

organizaciones productivas de doce municipios priorizados, orientados hacia la

organización productiva y la gestión del riesgo, y la construcción de planes de acción y

PDA que posiciona a los Consejos Municipales de Desarrollo Rural (CMDR) en la

formulación del Plan de Desarrollo 2016-2019.

De igual forma, el acompañamiento continuo de las organizaciones participantes del

proyecto, como el Movimiento MPDL y la fundación Hogar Juvenil, a los grupos

civiles y las asociaciones de productores, incentivó a que en una de las asociaciones del

corregimiento de Puerto Badel se cuestionara la inclusión de la actividad acuícola en el

Plan de Desarrollo Municipal.

“Nosotros como asociación, como comunidad, nunca nos habíamos sentado a mirar el

Plan de Desarrollo de la Alcaldía. Nosotras… nunca, nunca, creo que se haya dado.

Hicimos un taller, nosotros escogimos el Plan de Desarrollo, acá se hicieron unas

mesas de trabajo con la Alcaldía sobre el Plan de Desarrollo y dijeron: no, aquí lo que

ustedes quieran que incluyan aquí en el Plan de Desarrollo... inclusive nosotras como

asociación AMUDIC estuvimos presentes y ahora que nos sentamos a ver la parte del

Plan de Desarrollo, específicamente, fue la parte acuícola, estábamos verificando que

no está en el Plan de Desarrollo. Hay muchas cosas que no están incluidas en el Plan

de Desarrollo, o sea, nos dimos cuenta que a nosotros no nos van a realizar nada a la

comunidad, porque no estamos incluidas, porque si comenzamos punto por punto a

revisar el Plan de Desarrollo que tiene la Alcaldía, nosotras no nos vemos reflejadas

ahí en ninguna parte (…) Entre las mismas organizaciones convocamos otras

reuniones, pero internas con la comunidad, y como garante al Movimiento por la Paz y

también… inclusive hay otras personas que queremos incluir de Hogar Juvenil, como

81

garante, como apoyo, y también revisar lo que es el Plan de Desarrollo. La idea es,

después de la reunión, ponerle unas citas con los de la Alcaldía y si no, es con la misma

alcaldesa y que se siente con nosotros” (AMUDIC)

Luego, en un aspecto de unificación alrededor de la actividad productiva, se incentivó el

surgimiento de la asociación de segundo nivel entre las asociaciones acuicultoras del

Proyecto, materializada en la Federación Piscícola y Agrícola de la Costa (FEDEPAC).

A través de FEDEPAC, se ha planeado y construido un laboratorio para adquirir de

primera mano los alevinos o semillas, en función de la independencia de la adquisición

a través de una suerte de monopolio en la región, que no prioriza la venta a los pequeños

y medianos productores con alevinos de menor calidad.

Ahora, si bien las mudanzas institucionales presuponen cambios en las tradiciones,

convenciones y representaciones sociales a través de los discursos de reproducción

social en un territorio; estrategias de corto plazo como PROMODIQUE han logrado

fomentar en la población socia el conocimiento de instrumentos que, desde sus

capacidades y habilidades, pueden adquirir en términos de la participación ciudadana y

la exigibilidad de derechos, especialmente en los asuntos que atañen las dinámicas que

al campesinado le son propias.

Como fue presentado previamente, el territorio del Caribe colombiano – y en general,

del país –, se ha encontrado históricamente inmerso en un contexto limitado a la

participación política e institucional de los movimientos campesinos. Estas situaciones,

han logrado que los procesos asociativos espontáneos y la interacción con las

instituciones públicas se hayan encontrado reprimidos, lo cual incorpora más que

razones de peso para que en las estrategias de desarrollo rural integral, el componente

de participación civil sea transversal con miras a la generación de habilidades para

hacer y saber. Con tales mecanismos, se posibilita una respuesta a las externalidades y

se promueven acciones desde adentro en la configuración de la territorialidad y de

mecanismos de adaptación a una nueva ruralidad.

Este tipo de marcos en los que la sociedad de la subregión se configura, se ha visto

evidenciado en asociaciones poco funcionales tanto a nivel organizacional, como en lo

82

correspondiente a la participación activa y continua, en la planificación de las

estrategias de desarrollo territorial y en la rendición de cuentas de los gobiernos locales.

Con ello, las situaciones en las que PROMODIQUE encontró a las asociaciones y otros

grupos civiles de la subregión, se caracterizaron por múltiples ausencias y falencias en

lo socioproductivo, asunto que fue examinado con el ánimo de crear una línea base que

otorgara las herramientas necesarias para la formulación de una estrategia pertinente. El

Proyecto apuntó específicamente a varios segmentos de intervención, a saber:

9 escuelas de Formación Ciudadana (con participación en 6 Mesas de Víctimas)

226 Huertas Familiares

12 emprendimientos de transformación y comercialización

10 emprendimientos pecuarios

2 mercados campesinos

4 instituciones educativas técnicas agropecuarias

De estas iniciativas, fueron partícipes aproximadamente 2.700 personas de la subregión,

de los que 51% son hombre y 49% son mujeres; tres emprendimientos de

transformación y comercialización realizaron intercambios de experiencias con

organizaciones del departamento de Antioquia, y algunos de los emprendimientos

pecuarios, consiguieron avanzar en sus cadenas productivas por medio de la inclusión

en la iniciativa de los emprendimientos de transformación.

La selección de las asociaciones de productores fue un proceso acompañado y guiado

por las administraciones públicas a través de sus UMATAS, secretarías de agricultura o

de planeación, con el ánimo de incentivar un trabajo articulado entre la cooperación

internacional y los gobiernos, menos jerarquizado. Posteriormente, las líneas base

generadas desde las diferentes asociaciones, arrojaron circunstancias en las que

estructuras de organización básicas, como el manejo administrativo y contable,

cronogramas de actividades, instalaciones locativas, canales de comercialización y

reconocimiento de su demanda y potenciales mercados, era incipientes y funcionaban

como trabas de sus objetivos de crecimiento y desarrollo.

83

Ello, sin contar con que sus flujos de producción, calidad, Buenas Prácticas

Manufactureras (BPM) y registros sanitarios carecían de eficiencia y efectividad y que

los procesos asociativos, si bien fueron espontáneos y en algunos casos más motivados

por el interés de recibir beneficios económicos de otros proyectos, se identificaron

dificultades de comunicación y convivencia entre los socios, en la delegación de

funciones y en la capacitación técnica y social, que ha detonado la desmotivación por

algunos socios que desertan de la iniciativa.

“La gente no le apuesta a la asociatividad, no le apuesta a tomar iniciativas propias si

no son jalonados (…). Una parte que habría que fortalecer es esa, la autoconfianza, la

claridad de que la gente puede lograr unos resultados importantes” (Docente,

Universidad de Cartagena).

“Lo que nos llevó a formular el tema de participación, en términos de, por un lado,

formación, por el otro, incidencia política y… temas de fortalecimiento organizativo…

fueron los tres pilares que trabajamos en esta parte de fortalecimiento al capital social.

Las comunidades tenían un nivel organizativo bajo… si bien había organizaciones, su

accionar estaba muy limitado, de alguna manera a la actividad productiva (…), no muy

ligadas a la política pública” (MPDL)

No obstante, los criterios de análisis deben ir más allá de estas explicaciones de carácter

organizacional y productivo, y que de cierta forma han estado ligados a una dificultosa

construcción social alrededor de los procesos asociativos espontáneos y funcionales

internamente, y a la vulnerabilidad socioeconómica de la población, como se evidenció

anteriormente.

Así, para una población históricamente inmersa en la pobreza y la miseria por diferentes

causas que ya han sido enunciadas, prevalecen formas inmediatas de obtener ingresos,

como los jornaleos, la albañilería, el comercio – en el mejor de los casos – o el

mototaxismo; de tal forma, la disposición de la mano de obra en el campo responde a

una relación costo/beneficio entre la dedicación exclusiva a la agropecuaria y la rápida y

necesaria generación de rentas por otras vías alternativas, máxime cuando la seguridad

alimentaria está colocando en riesgo la ejecución de otras actividades apremiantes,

84

como la disposición para estudiar, para labrar el campo, la asociatividad y

cooperativismo y las subsecuentes formas de Economía Solidaria.

“Hemos escuchado algunos que dicen que ojalá tuvieran todo aquí disponible y ellos

no se dedicaban a otra cosa, sino solamente acá” (ASOGREACAMPO)

“Nosotros en la Cámara de Comercio nos registramos fuimos cuarenta, pero aquí

estamos diecisiete (…), el resto están en la ciudad, algunos manejan moto, otros tienen

su negocito (…). Bueno, ellos a veces como asociados, a veces los invitamos a las

reuniones y vienen a las reuniones, pero no están metidos en el proyecto (…), como que

no les gusta el monte, como que ya están cansados del monte” (Asociación Nacional

Agropecuaria Camino Verde).

Declaraciones de este estilo fueron el común denominador en las entrevistas de las

asociaciones posterior al término del proyecto, es decir, aun después de obtener cambios

positivos y significativos en la organización de las asociaciones, la preocupación por

generar ingresos rápidamente seguía siendo fundamental. Este tipo de actitudes son

pruebas manifiestas de los cambios en la ruralidad colombiana, en las que la

negociación con la economía del mercado es mayor en escenarios de vulnerabilidad

socioeconómica y ambiental en el campo. De esta forma, es visible una mayor

proletarización del campesinado y de pérdida de la vocación agropecuaria, como

resultado de un marco institucional y político incoherente en materia de desarrollo rural

a nivel nacional, entre las necesidades del campo, los proyectos de desarrollo macro del

campo y la política comercial, y que podría verse reflejada en la frustración de un

campo colombiano frente a las mudanzas que a la era del post-conflicto le son propias.

“Todo Repelón era netamente agrícola, y ha cambiado la laboración a lo pecuario (…),

la gente le echa la culpa a la apertura económica, aquí dependía mucho del tomate,

cultivo de tomate, pero ahora llegó una pasta más barata que venía de Chile”

(COPEGAR)

“Acá la pesca se desarrollaba de manera artesanal, en las fuentes naturales, en los

ríos, en las ciénagas. Este es un sector que antes de construir esta carretera era de

muchos cuerpos de agua, acá había muchas ciénagas (...). Muchos cuerpos de agua

85

que, en forma natural cuando el río crece, se inundaba trayendo mucho pescado. Aquí

me cuentan mis abuelos que en tiempos de ellos, el pescado era para engordar cerdos,

agarraban los bocachicos, los otros pescados, para engordar cerdos… y los cerdos no

vendían la carne, fritaban y vendían la grasa. La carne era prácticamente regalada.

Pero al construir la carretera, los cuerpos de agua se fueron disminuyendo, fueron

desapareciendo prácticamente, entonces la agricultura fue tomando un papel más

activa, todo mundo se volvió agricultor. Pero la agricultura no es tan rentable, toda

esta región la ha ido acaparando la ganadería” (PECES DE SIÓN)

De otro lado, el examen de las comunidades para la implementación de las Huertas

Familiares, ejecutado en diez de los 22 municipios de intervención, permitió ir más allá

de una actividad relacionada con seguridad alimentaria, para realizar un análisis que

envolviera el contexto de la misma, como el nivel educativo, con una primaria

incompleta generalmente, y la predominancia del trabajador familiar sin remuneración y

del independiente, que no consigue devengar el umbral del Salario Mínimo Mensual

Legal Vigente (SMMLV) en un 79% de la población estudiada.

En simultánea, el examen arrojó cifras relevantes, a saber, que el 96% de la población

destina menos de un salario mínimo a la compra de alimentos, entre el 60% y 100% de

los adultos ha dejado de consumir una de las tres comidas principales del día, entre el

35% y 100% se ha quejado de hambre por falta de dinero, entre el 7% y 43% sólo

comió una vez o dejó de comer, mientras que para los niños, niñas y adolescentes este

porcentaje varía entre el 5% y 19%, con excepción de Tubará y Piojó que alcanzan el

63% y 83% respectivamente. Luego, frente a la pregunta de si alguna vez algún niño o

joven del hogar se ha ido a la cama con hambre porque el dinero fue insuficiente para

adquirir alimento, la mayoría de los municipios presentan porcentajes entre el 31% y el

100%, a excepción de Campo de la Cruz, Mahates y Soplaviento cuyos valores son del

25%, 8% y 13% respectivamente. En este ambiente, los niños, niñas y jóvenes,

difícilmente van a adquirir las condiciones necesarias para rendir en sus espacios

escolares, y se volcarán a la búsqueda de soluciones inmediatistas y poco sostenibles de

generación rápida de rentas.

86

“Los paramilitares del Bloque Caribe, se desmovilizaron allí, pero hoy por hoy hay

secuelas de todo eso, o sea, hay bandas criminales y la delincuencia común asociada a

desmovilizados o a herencia de esos desmovilizados que quedaron en la zona, que

siguen vendiendo sus servicios como seguridad privada, limpieza, o grupos de

delincuencia y que son personas que esa es su forma de ganarse la vida prácticamente”

(MPDL)

“Hay un tema de microtráfico impresionante en estos municipios que son herencia

clara del conflicto armado que ha incidido y que está muy evidenciado en los jóvenes

que son consumidores, pero que también son traficantes, microtraficantes y con

herencia de una cultura de la ilegalidad que se instaló en la región” (MPDL)

Por tal situación, y en concordancia con los indicadores sociales ya expuestos, se indagó

sobre la previa creación de iniciativas que apuntasen hacia fuentes alternativas a los

mercados para el abastecimiento de los alimentos, como las huertas familiares, a lo que

se encontró que un 58% de las familias las ha implementado, de las que el 90% usa

abono orgánico; un 67% ha recibido capacitación sobre su implementación, el 42% ha

logrado obtener las semillas de algún programa, un 23% las produce y un 78%

manifiesta que la iniciativa ha dejado algún excedente.

No obstante, las condiciones muestran que las necesidades de consumo son mayores

que las cosechas. Este escenario propició la instauración de un plan de seguridad

alimentaria por parte del Proyecto, alternado con la implementación de Escuelas de

Ciudadanía como mecanismo de asociatividad al interior de las comunidades, aunadas

hacia la solución de las dificultades por el acceso a alimentos, al igual que la

participación de todos los integrantes de cada familia a razón de la creación de

conciencia por la importancia de alimentarse bien, y de generar instrumentos

alternativos desde sus propias capacidades y habilidades.

“Nosotros hicimos parte de una huerta también con el (proyecto del orden Nacional) ...

bueno, para serle honesto, nos fue muy mal porque el (proyecto del orden Nacional)

únicamente entregó las semillas, nos dieron capacitaciones y no dieron como resultado,

nunca visitaban, no hubo acompañamiento. En cambio, con PROMODIQUE, pues

bueno, desde que tenemos a Eliana (facilitadora) acá, es la que ha estado más

87

visitándonos al frente del proyecto” (Participante apoyado con el componente de

huertas)

“Aquí por las huertas uno se ayudó mucho, o sea, en el sentido de que… o sea, no para

venderlas sino para el sustento de uno mismo y uno no sabía cómo cultivarlas (…) Uno

iba hasta Sabanalarga porque aquí poco se conseguían las verduras” (Participante

apoyada con el componente de huertas)

“Yo tengo dos hijos, por ejemplo, el esposo mío me ayudó con el acondicionamiento de

la huerta, donde iba a sembrar las semillas y eso; cuando yo salía ellos estaban

pendientes de estar siempre regando las matas” (Participante apoyada con el

componente de huertas)

“Me pareció mejor, porque… o sea, es una comida sana, porque no era… porque yo

me imagino que las verduras y todo eso ya tienen un procesamiento, en cambio aquí

uno veía como la iba… por ejemplo, yo la limpiaba, ya yo las agarraba ya y las

limpiaba y veía como era el manejo de ella y era como más sano, sobre todo porque

uno ya veía el proceso de cada planta” (Participante apoyada con el componente de

huertas)

En este sentido, si bien persisten las falencias a nivel nutricional y del acceso por

alimentos, de una forma completa, digna y continua, la estrategia se orientó a crear

capacidades, que desde los saberes de la población socia, se dirijan a construir un

modelo mental que indique que de ellos depende, en buena medida, la búsqueda por

alternativas propias de mejoramiento de sus condiciones de vida; siempre y cuando

predominen escenarios de economía familiar y comunitarios de participación civil. Es

claro que son muchos los impedimentos para tal escenario, que funcionan como

externalidades que la más de las veces, son más influyentes que las capacidades

desarrolladas de mitigación por parte de los actores locales, como la incoherencia de las

políticas públicas, el orden social, el cambio climático, las dinámicas de la globalización

o la sociedad de mercado en sí misma.

Sin embargo, muchas veces la diferencia se ha encontrado entre una población asociada

y solidaria y otra que no lo es; tales son los casos de la ciudad de Rafaela (Argentina) y

88

su exitosa dinámica industrial metal-mecánica, atribuida principalmente a la tradición

gremial y horizontal de asociación y una política fundamentada en el pequeño y

mediano productor; el parque industrial de la Villa El Salvador en Lima (Perú), en la

que la configuración de una cultura alrededor de una Comunidad Urbana

Autogestionaria de abajo para arriba, lideró la iniciativa de reconocimiento

institucional del territorio en temas de vivienda y empleo en la agenda pública local; o

los procesos asociativos alrededor de la producción y exportación de hortalizas de

Almolonga (Guatemala), que ha conseguido mitigar de cierta forma la ausencia de una

política institucional de fomento al sector rural campesino (ROSALES & URRIOLA,

2012), entre otros casos exitosos de Desarrollo Endógeno Local en Latinoamérica que

han tenido como base fundamental la unión comunitaria.

La participación de PROMODIQUE en la subregión, no adquirió sólo un carácter de

intervención sobre sus dinámicas socioeconómicas e institucionales, sino que además

fue un proceso permanente de la identificación del CDZC a partir de sus problemáticas

y dificultades características para desarrollarse en un contexto de territorialidad. En tal

sentido, el aprendizaje fue mutuo, en la medida que la estrategia fue alimentada a través

del reconocimiento de las necesidades reales que definen sus escasos niveles de

empoderamiento territorial y, por tanto, las iniciativas y actividades resultaron ser

pertinentes hasta cierto punto.

“Hay una enorme diferencia (entre proyectos del orden Nacional e iniciativas como

PROMODIQUE) y es el trabajo directo con la gente; PROMODIQUE no dice: yo les

traigo esta máquina porque es la que ustedes necesitan. Es un trabajo coordinado entre

la comunidad, las necesidades de la comunidad y obviamente la parte técnica que debe

ser horizontal, pero no es que el proyecto le impone a la comunidad las necesidades de

acuerdo a la visión propia de PROMODIQUE. Ahí hay una visión concluida desde la

propia gente” (Docente, Universidad de Cartagena)

Empero, se reconoce que dos años y medio de intervención no son suficientes para

generar impactos a grande escala y de forma permanente, es decir, para reformar los

marcos institucionales en beneficio de un desarrollo rural integral. Para ello, como

comentaba previamente Long (2007) es necesaria una intervención planeada continua,

89

de largo plazo e integrada con todos los actores, humanos, no humanos, atemporales y

distantes geográficamente.

“El retiro de los actores no debería ser abrupto, sino ir preparando poco a poco el

terreno para la retirada” (Docente, Universidad de Cartagena)

Uno de los diferenciales en la participación del Proyecto como estrategia de inclusión,

fue el trabajo realizado en la formación de tejido social en todos sus segmentos, pues la

población socia manifiesta una sensación de acompañamiento y preocupación por parte

de los equipos de facilitadores.

“Con PROMODIQUE sentí yo que hubo más acompañamiento y nosotros sentimos

como que esa confianza en ellos, de que uno cualquier cosa que uno no sabía, uno

llamaba y ellos atendían, que estaban así pendientes, para mí fue mucho mejor con

PROMODIQUE” (ASOFRUPA)

“La calidad humana que nos hemos encontrado, que nos han tratado en

PROMODIQUE, nos ha llenado de dignidad, nos sentimos dignos. Nos trataron como

personas diferentes a cuando usted va a la Gobernación para hablar con el secretario,

si tiene suerte. Uno ve en ellos (en PROMODIQUE), ve las ganas de ayudar” (PECES

DE SIÓN)

“El aporte que nos han hecho con las Escuelas Ciudadanas, principalmente, ha sido

sentarnos todos en el mismo espacio. Es muy difícil aquí en la comunidad que tantas

organizaciones diferentes, cuando hay conflictos internos, se sienten en la misma parte.

(…) Les tienen credibilidad porque por medio del trabajo que ustedes están haciendo,

tanto las organizaciones, con la Corporación Desarrollo y Paz y PROMODIQUE,

tienen credibilidad ante el pueblo, o sea, se sienta la gente a creer que están haciendo

algo nuevo, o se sienta la gente a esperar porque saben que ustedes están trabajando

bien” (AMUDIC)

De acuerdo a lo anterior, la calidad de la asistencia técnica se convirtió en uno de los

abordajes especiales de la estrategia de PROMODIQUE, al no limitarse a desempeñar

apenas labores de directrices productivas, sino que también contempló un continuo

90

acompañamiento durante los dos años y medio de ejecución en aspectos organizativos,

administrativos y contables de la estructura productiva, sociales, culturales y políticos

en todas las organizaciones de productores y grupos civiles, que encaminaron a generar

una integralidad de la intervención orientada hacia la sostenibilidad de las acciones

desarrolladas.

“Traté hablarle más como persona y no en representación de un proyecto, explicarles

cuáles eran los pasos por los que teníamos que pasar para cumplir con nuestra

finalidad, realizar un diagnóstico participativo pero creado de manera conjunta”

(Técnico facilitador de los proyectos pecuarios)

“Para realizar una intervención eficiente e integral se debe establecer los criterios de

intervención, es decir, los ejes sobre los cuales se piensa y se dispone la intervención de

la organización rural. Estos ejes son claros y deben ser flexibles durante toda la

intervención y son de carácter técnico, psicosocial, administrativo y comercial. Desde

mi óptica hubo (aciertos) en los cuatro emprendimientos que traté de apoyo

directo…todos fueron aciertos en el componente técnico, de hecho, porque hubo

transferencia de tecnología y conocimiento y los emprendedores lo asumieron así”

(Técnico facilitador de los proyectos agrícolas)

De manera análoga, la implementación de las Escuelas de Formación Ciudadana, a

través de veinticinco réplicas de los talleres en los municipios, se convierte en uno de

los grandes aciertos de la asistencia técnica para la población socia. En ellas se

abordaron diferentes temáticas, a saber, ciudadanía, derechos y deberes; convivencia y

gestión de conflictos; participación ciudadana y mecanismos de exigibilidad del

derecho; formulación de proyectos; elaboración de árboles de problemas, volcados

hacia los cuestionamientos del ambiente de desarrollo juvenil a nivel municipal;

políticas públicas y género; y liderazgo y ciudadanía, derechos y deberes. De igual

forma, fueron realizadas diecisiete campañas de sensibilización que contaron con la

participación de 1029 personas, como se muestra en el cuadro 2:

Cuadro 2 Temas priorizados en los municipios para la ejecución de campañas

Tema Nombre de la campaña Municipio

Incidencia política Yo voto consciente Candelaria

91

Foro con organizaciones sociales de

base y Secretaría de Educación Calamar

Foro para la elaboración del Plan de

Desarrollo Municipal Santa Lucía

Convivencia

ciudadana y paz

Caminata por la convivencia y la

unidad ciudadana Juan de Acosta

Caminata por la armonía ciudadana Piojó

Caminata “Unidos construimos

paz” Mahates

Caminata por la reconciliación y la

paz Soplaviento

Infancia Menos golpes, más sonrisas Sabanalarga

Ambiente

Siembra árboles, siembra paz Repelón

Sembrando un mejor ambiente Manatí

Siembra de árboles ornamentales Tubará

Paz ecológica (Documental y

canción sobre la situación

ambiental del municipio)

Turbana

Adulto Mayor

/Educación Nunca es tarde para aprender San Estanislao

Mujer Por los derechos de la mujer: Solas

invisibles, juntas visibles. Campo de la Cruz

Juventud

Sensibilización para el desarrollo

de la juventud Arjona

Valora tu vida y lograrás tus sueños Santa Catalina

Disfruta la vida y lucha por tus

sueños Santa Rosa

Fuente: elaboración del equipo PROMODIQUE

En simultánea, fueron tratados temas esenciales generadores de espacios de apropiación

territorial por parte de la comunidad social con el objetivo de disminuir el ambiente de

vulnerabilidad sociopolítica en el que históricamente se han encontrado inmersos, por

medio del fortalecimiento de los espacios de incidencia y veeduría ciudadana. Los

temas estuvieron relacionados con la formulación de Planes de Desarrollo Municipales,

destacando mecanismos como metodología, tiempos, responsables y la importancia de

92

su participación y de todo tipo de organizaciones sociales en las mesas dispuestas por

las Alcaldías Municipales en la construcción de dichos planes.

Así, curiosamente al cuestionar a la población sobre los vacíos posiblemente dejados

por PROMODIQUE, la petición no se dirigió a asistencia financiera o de insumos de

trabajo, sino a la generación de más capacidades sociales y organizacionales, técnicas y

administrativas. Si bien los recursos financieros indudablemente representan una de las

mayores falencias a nivel productivo, el desarrollo de habilidades y capacidades generan

mecanismos de resiliencia, empoderamiento territorial y Desarrollo Endógeno Local y,

por tanto, de cambios significativos en los proyectos y modos de vida de los actores que

funcionan como una red en las agencias de los demás.

“El campo sí es productivo, yo me siento orgulloso de ser campesino ¿Por qué? Porque

este proyecto a mí me ha demostrado personalmente de que sí se puede y que el estudio

que estamos haciendo es eso, adquirir unos conocimientos para llevar esto a un mejor

nivel, a un rendimiento óptimo, que nosotros podamos darle solución e incluso

implementar cosas mejor” (PECES DE SIÓN)

En otra esfera, un continuo desacuerdo entre el discurso del ente público y en el de la

comunidad se traduce en agencias ambivalentes por parte de los últimos; por un lado, la

población exige y espera continuamente acciones dirigidas hacia el mejoramiento de su

calidad de vida a partir de una política pública eficiente y efectiva – también como

resultado de la figura dibujada sobre el paternalismo y el asistencialismo de los

gobiernos –; por otro lado, la representación de autoridad se traduce en el discurso de la

demagogia propia del clientelismo y el abandono institucional. Empero, la construcción

de una sociedad como la del CDZC, tampoco ha favorecido escenarios de participación

ciudadana que esté permanentemente cuestionado las agencias de la administración

pública. El escaso acceso a educación, el bajo logro educativo, la falta de comunicación

entre los actores y la consecuente ausencia de herramientas de formación crítica, se

reflejan en una agencia pasiva al respecto.

“Yo soy de las que opino, no opino por todas las socias, que ahora se ven otras

oportunidades diferentes, porque inclusive, desde el momento que ustedes vienen acá es

diferente. Aquí en estas comunidades no llegan estas organizaciones, no llegan, no sé si

93

es que estamos muy lejos o que nadie les habla, pero aquí no llegan, no llegan las

Alcaldías, no llega la Gobernación; aquí no llegan no más cuando vienen a recoger

votos” (AMUDIC)

“La institucionalidad no sabe, no tiene, no conoce, no le interesa… no hay esa voluntad

de invertirle al campo. Hay Alcaldías en las que ni siquiera hay UMATAS, e inclusive

mucho menos secretarías de agricultura. No hay quién gestione las iniciativas... las

regalías deben tener una palanca política muy grande a nivel de lo local, con

congresistas... eso es un lobby que tiene que hacer la Alcaldía” (MPDL)

“Comunicarse con la Alcaldía, eso es perder el tiempo, porque pa’ colaborar aquí el

alcalde nunca se encuentra” (ASOAVIJOLES)

Inclusive, procurar alternativas de sostenimiento en otras fuentes, como la banca

comercial, es también reflejo de esa falta de instrumentos de empoderamiento territorial,

pues el bajo acceso a los servicios educativos ha funcionado como trabas en la

comunicación entre este actor y las asociaciones de productores.

“Hubo una época que nos acercamos a dos créditos y como no tuvimos éxito, nos

hemos quedado sin esos créditos (…) Muchos requisitos son… primero, que la

asociación no tenía la experiencia, que no tenía cuatro años de funcionamiento,

entonces nos cerraron las puertas (…), nos quedamos un poco’e letardo ahí, porque no

se nos abrían las puertas” (ASOGRECAMPO)

De aquí la importancia de considerar transversal a toda acción de intervención el

incentivo a la constitución de tejido social, que en el momento de finiquitarse la

participación de alguno de los actores en la organización local, los posibles vacíos que

pueda dejar su ausencia no se deriven en la ruptura de los procesos impulsados por su

estrategia en el desarrollo de una territorialidad; sino que los instrumentos de tal proceso

se sigan potenciando desde las capacidades y habilidades previamente generadas en los

actores locales.

“Sí, fíjese que en el principio por aquí la gente pensaba que eso no iba a seguir más de

aquí, de que eso iba a quedar ahí, y por lo menos, bueno, a mí en mi casa, más que todo

94

mi esposo no me dejaba como que casi venir acá, que na' más ASOFRUPA, que no sé

qué, que nos vas a abandonar (...), total que ahí fue una lucha que tuve ahí con él ya,

como que se ha concientizado de que esto en verdad sí va a salir adelante”

(ASOFRUPA)

“Además de la parte contable, uno de los aportes importantes de PROMODIQUE es

haber creado en nosotros como una conciencia de empresarios, o sea, que las cosas…

ajá… las hace uno de manera artesanal ¿cómo voy yo a criar ese pez? pero si yo no

convierto esto en una empresa, esto no va a funcionar. Esta empresa debe tener una

buena contabilidad, una buena organización... todas estas cosas nos aportó

PROMODIQUE” (PECES DE SIÓN)

“Con PROMODIQUE aprendimos a tratar el cliente, porque aquí había socios que nos

los trataban bien” (ASOMERCASUR, Mercados Campesinos)

“La perspectiva era enseñar a esos pescadores que sembrando pescado sí se da,

enseñarle a la comunidad que nosotras unidas, o sea, el pueblo unido puede trabajar”

(AMUDIC)

Ahora bien, una de las mayores dificultades que ha enfrentado el desarrollo de una

ruralidad integral en Colombia, se concentra en la cuestión agraria, en el acceso a tierra

especialmente para la Economía Campesina; una situación que ha impactado desde la

organización socioproductiva hasta su propia identidad. En la implementación de la

estrategia de PROMODIQUE, este hecho fue más que evidente; la mayoría de las

asociaciones carecían de tierra propia o titulada, situación que funcionó algunas veces

como obstáculo para ampliar el espectro de productividad para asociaciones con un gran

número de productores, situación que se refleja en consecuentes bajos niveles de

rentabilidad.

“El que tiene un pedacito de tierra es el que más vale ahorita, porque hay personas que

quieren tener dónde cultivar y no tienen y tienen que dedicarse a otras cosas, porque la

situación que les tocó no se les presta para lo que ellos quieren hacer”

(ASOGRECAMPO)

95

“Ahorita mismo nosotros estamos con un contrato de comodato, pero ya hemos estado

hablando con el dueño de la tierra, que es miembro también de la otra empresa

(productora de peces a grande escala), y ya se está en promesa de venta. Ya le hicimos

incluso un aporte de cinco millones de pesos, porque la tierra… las tres hectáreas se

evaluaron en setenta millones de pesos” (PECES DE SIÓN)

“Miramos a ver si el muchacho del terreno, porque él está vendiendo esto aquí, porque

aquí van a construir unas casas, y él nos colaboró, o sea, nos dejó un arriendo en

cincuenta mil pesos acá… que es barato porque… entonces nos dijo que por dos años

solamente, y ya estamos a punto de cumplir los dos años (…). Nosotros nos íbamos a

comunicar con la Alcaldía a ver si ellos nos facilitaban un terreno o algo… ellos

pueden contar con la facilidad de regalarnos un terreno o algo” (ASOAVIJOLES)

“No hay un movimiento de restitución, no hay un tema de solicitud general de

restitución en esta zona, como en los Montes de María. No hay. Porque los campesinos

nunca consideraron la tierra como suya, no tuvieron esa sensación de propiedad de la

tierra ... y como llegaron, los despojaron y se fueron y no tenían incluso legalidad sobre

ella, pues no la consideran (…) En algunos casos, muchos de ellos, incluso ven como

un favor que el dueño les está haciendo al prestarles la tierra” (MPDL)

“Colombia es un país de tierra rica, pero no hay campesinos, porque todo es del

terrateniente. La tierra aquí es ajena, sólo algunos tienen algo pero sin titular. Los

campesinos están trabajando en tierra ajena (…) Lo que hacen los terratenientes, le

entregan una montaña, digamolo así, un sector lleno de monte a la gente, con el interés

de que la gente le tumbe el monte de… le tumbe todos los árboles, para cuatro o seis

meses o dos años, de seis meses a dos años… un lapso de tiempo, para que ellos

cultiven allí, con el interés de que ellos cultiven, pero ¿qué gana el campesino allí? Una

cosechita o dos cosechitas y después el terrateniente dice: ya muchachos, se acabó

todo, salgan (…) Mi abuelo tenía alrededor de ocho hectáreas (…) y resulta que mis

tíos dejaron solo a mi abuelo (…) y cuando ellos ya vinieron, ya mi abuelo había hecho

un negocio con un terrateniente, y resulta que esta persona lo engañó diciéndole que sí,

que iba a pagarle la tierra… entonces ¿qué pasaba? Como él no tenía dinero, todos los

días le entregaba una librita’e carne, una librita’e queso, una librita’e carne, una

96

librita’e queso y con eso se lo ganó y le quitó las ocho hectáreas de tierra” (PECES DE

SIÓN)

Análogamente, las políticas macro institucionales de desarrollo rural, como las que se

han enunciado, han afectado notablemente el dinamismo de la Economía Campesina

como oferente de alimentos. El ambiente de competencia es desequilibrado, cuando los

productos de la grande escala representan competidores para pequeños y medianos

productores que desean integrarse a los mercados; que no necesariamente deben ser los

convencionales, sino hasta los mismos locales de pequeña estructura. Esta situación

estuvo fuertemente evidenciada en la estrategia del Proyecto, en donde las iniciativas de

marketing y comercialización en las relaciones mercantiles coadyuvaron al

empoderamiento de las asociaciones a través del protagonismo de sus productores.

“En el asunto del precio de acá, del hombre de la competencia, ese es un problema

serio… lo que dice él, todo el tiempo cuidando esa cosecha y a la hora de esa cosecha,

el precio por abajo. Sin embargo, cuando la cosecha está medio por coger, por ahí

pasan unos camiones, unos camiones llenos de mercancía del mismo producto que se

hace en Suán, llenos de yuca y llenos de maíz ¿cierto? cuando llegan allá a los

restaurantes, allá se monta un montón de gente a bajarles bultos a treinta, treinta y

cinco mil pesos ¿cierto? cuando se enteran de que el hermano está cosechando, ya la

cosecha de él no vale treinta, treinta y cinco mil pesos, ya vale veinte mil por bulto, y

bien lleno, bien pullao'. Entonces en ese aspecto, nosotros también tenemos que

despertar y darle valor a lo que tenemos” (PECES DE SIÓN)

“Tenemos más publicidad, la gente nos compra con más garantías, con más confianza,

porque un ejemplo, el queso está a cinco mil, cuatro mil quinientos y el de uno está a

seis mil, y el de uno se vende… que dicen porque el de uno es más fresco, más bueno,

mejor sabor” (ASOMERCASUR, Mercados Campesinos)

“Lo bonito es que uno tiene bastantes roces con los consumidores, eso es lo más

importante, atenderlos bien” (ASOMERCASUR, Mercados Campesinos)

“Yo le voy a decir una cosa, a mí me han dado trabajo en la Alcaldía y me ha tocado de

dejar ese trabajo y volver con mi mercadito, porque este deja mejor ganancia y no

97

estoy pendiente que nadie me va a pagar a los dos, tres meses, porque yo no voy a

comer a los dos o tres meses, yo como todos los días. Entonces, no, no cambiaría mi

trabajo por un trabajo fijo que me vayan a pagar cada dos meses, cada tres meses, no

cambiaría, no” (ASOMERCASUR, Mercados Campesinos)

La generación de una infraestructura humana y física para el desarrollo de tres

Mercados Campesinos ha sido fundamental para desarrollar las iniciativas de consumo

responsable de los productos originarios de la Economía Campesina, propuestas desde

PROMODIQUE, con el objetivo de una integralidad de su intervención. Además de

establecer un escenario de empoderamiento territorial y protagonismo de los

productores locales en las relaciones mercantiles, mediante la disminución de las

cadenas de intermediarios, esta actividad engloba toda una estrategia de reflexión a

nivel regional sobre la relevancia que adquiere un contacto directo con quienes

producen el alimento; en donde para el consumidor se posibilita identificar aspectos que

incitan al cierre de las brechas urbano-rurales, como las condiciones en las que es

elaborado su producto, el conocimiento y envolvimiento con la cultura campesina, el

intercambio de saberes ancestrales para la transformación del producto, la importancia

de preferir lo local con respecto a los retornos socioeconómicos y socioecológicos en la

edificación de la territorialidad y una concienciación sobre las dificultades por las que

atraviesa el campesinado y su subsecuente poder de resiliencia.

En simultánea, la lógica del consumo responsable al estar encadenada con una

producción responsable en el uso de los recursos naturales, en los procesos de

asociatividad y economía solidaria y en procesos productivos sostenibles, se vincula con

la relevancia que adquiere abarcar espacios en mercados alternativos a los

convencionales, con el impulso de esquemas de marketing territorial de la subregión

que los conecte con la región Caribe y de allí con el centro del país, que llamen la

atención de consumidores cada vez más conscientes de los perjuicios ambientales,

socioeconómicos y culturales que pueden ser provocados por la instauración de

monocultivos y sus economías de escala. Con ello, mitigar los efectos negativos que

trae pertenecer a la frontera agrícola, implica para el campesinado, como movimiento,

un mayor contacto con la comunidad urbana por medio de la creación de redes de

productores y consumidores en los niveles regionales, nacionales e internacionales, que

98

podría conllevar a una visibilización de sus condiciones de vida y al llamado de

políticas públicas con pertinencia para el desarrollo rural.

Esta estrategia pudo ser desarrollada mediante la implementación de campañas de

promoción y sensibilización a nivel local y regional-Red de consumidores responsables,

en las que fueron realizadas consultas a los consumidores de los mercados campesinos,

quienes manifestaron una mayor preferencia por sus productos motivados por la

frescura, calidad y buenos precios, aunque también declararon la falta de una mayor

visibilidad en ciudades capitales como Barranquilla, donde los mercados fueron

apoyados. Con ello, el Proyecto ejecutó todo un esquema de mercadeo como parte del

proceso de fortalecimiento, con actividades de identificación de la demanda en algunos

barrios, promoción y mejoramiento de la imagen de los puntos de venta y grabación de

comerciales emitidos por la radio y el canal local de televisión, dejando como resultado

un mayor reconocimiento de los productos ofrecidos por las asociaciones de mercados

campesinos.

No obstante, la iniciativa de consumo responsable no fue desenvuelta sólo a través de

los Mercados Campesinos, sino que además, con la cooperación de estudiosos de la

Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Cartagena y actores claves de

los municipios de Turbana, Usiacurí, Campo de la Cruz, Candelaria y Repelón, se

generó una propuesta de marketing territorial de tres productos autóctonos de la región,

que a la vez de generar canales bien estructurados de comercialización de productos

como los bollos de maíz de Turbana, los productos lácteos del Cono Sur del Atlántico y

las Artesanías de Usiacurí, visibiliza las potencialidades y características territoriales de

la subregión a nivel de la región Caribe y otros espacios a nivel nacional. En aras de ser

coherentes con una intervención participativa, el documento logró socializarse con cada

una de las alcaldías de los municipios seleccionados y con las organizaciones que se

vincularon a su construcción.

Posteriormente, además de las capacitaciones técnicas a nivel socioproductivo para los

emprendimientos agropecuarios apoyados, fue ejecutado un acompañamiento en la

búsqueda de canales de comercialización que también apuntaran al protagonismo de las

asociaciones en las relaciones mercantiles. Por ejemplo, con las organizaciones avícolas

99

el acompañamiento fue in situ, en donde se implementaron instrumentos de registro de

venta a los consumidores directos por parte de los mismos asociados; para los

emprendimientos piscícolas la venta también consiguió realizarse directamente a los

consumidores, en donde además, para las zonas rurales más alejadas se ha convertido en

un mecanismo asequible de seguridad alimentaria para las comunidades, pues su

producto ha sido escaso generando excesos de demanda que las organizaciones han

intentado suplir, empero, no ha sido totalmente cubierta por la limitada capacidad

instalada de las mismas.

Finalmente, para las asociaciones agrícolas logró configurarse una estructura de registro

de comercialización, además de contar con un intercambio de experiencias en el

municipio de Jardín (Antioquia) y la participación de una de las asociaciones

(ASOFRUPA) en una macro rueda realizada en la ciudad de Bogotá en donde

obtuvieron una oportunidad de exportación de pulpas de frutos exóticos a Chile; sin

embargo, es una exigencia contar con un profesional en Administración de Empresas

que la asociación no posee. Con respecto a ello, ASOFRUPA se encuentra gestionando

recursos humanos para cumplir con tal requerimiento, en cuyo caso no sea adquirido, la

experiencia podrá dejarles reflexiones sobre las oportunidades que han podido adquirir

al asociarse y sobre los esfuerzos que deben desarrollar para su crecimiento como

emprendedores.

Ahora bien, en función de una integralidad, se contemplaron aspectos de intervención

diferenciales, como el empoderamiento de los jóvenes y de las mujeres en las

actividades de la Economía Campesina. Es indudable que la configuración de la

ruralidad colombiana, incluye de manera relevante al machismo en sus bases, razón por

la que el trabajo con comunidades de mujeres fue transversal y llamativo; no sólo en los

resultados de las estrategias de empoderamiento femenino, sino en el reconocimiento de

las dificultades que la mujer posee como actor activo del desarrollo, al desempeñar no

sólo las labores del campo, sino su imprescindible papel en la crianza de las nuevas

generaciones y como pilar de las familias rurales. A partir de este reconocimiento, las

Escuelas Ciudadanas se preocuparon por incluir en sus actividades los temas de género

y juventud, encontrando dificultades a nivel idiosincrático en la horizontalización de las

relaciones de poder entre hombres y mujeres.

100

“El tema de las mujeres, había mucho conocimiento y poco empoderamiento (…). La

mayoría de las organizaciones productivas con las que trabajamos, son de hombres y

hombres mayores (…) Por lo menos haz de cuenta que todos eran hombres en las

organizaciones, y las mujeres ¿qué hacían las mujeres que estaban en estas

organizaciones? ¡Ah! Pues eran las que lavaban los platos, las no sé qué… bueno,

involucrémoslas ya en otras cosas, que cambien el rol, que fueran los hombres los que

lavan los platos, los que pelan la yuca, yo qué sé. Cuando las organizaciones son de

mujeres trabajarle al empoderamiento es más fácil, porque están al mismo nivel y todo,

no tienen la figura prepotente masculina que, aunque no sea prepotente la persona en

sí, el mismo hecho de ser hombre, nosotros lo tenemos ya en el chip, entonces la

prepotencia nos la ponemos a veces nosotras mismas. El tema está más complicado

cuando son tres mujeres y quinientos hombres, ahí sí la presión es más fuerte (…). Yo

creo que hay una intención de reconocimiento, de ese ser, de la mujer con las mismas

capacidades; hay una intención de reconocimiento, pero todavía no está la acción

concreta de hacer ese reconocimiento (…) Hicimos un ejercicio de reestructuración

porque en la mayoría de las que trabajaban eran mujeres, pero el representante legal

era hombre (…), entonces se hizo el ejercicio de reestructuración en la que la mujer

fuera la representante legal, pero cuando llegan las entrevistas y todo más, es él el que

está allí, por instinto” (MPDL)

“Inclusive habían mujeres que daba mucha tristeza, que tenían mucho empuje, que

tenían mucha inteligencia y se quedaron atrás. Tuvieron que retirarse de la asociación

por eso, porque el marido no quería. Inclusive, para una reunión, nosotras ya teníamos

como encasilladas las mismas que iban a la reunión, porque eran las mismas que les

daban los permisos. Las otras no iban porque era difícil, porque el marido les decía:

¡Ah! allá te vas y ahora el hijo mío ¿con quién lo vas a dejar?” (AMUDIC)

““Nosotras amas de casa no hacíamos más nada, solamente como atender a los niños

más na', en la cocina y no salíamos como de esa timidez. Allí como que en la casa y

solamente haciendo oficio, que no sé qué, que la mujer no puede salir adelante.

Estábamos ahí como que sumisas, como que ahí na' más los quehaceres de la casa y

para que los hombres… ¡ah! que las mujeres tienen que quedarse en la casa (...)

entonces como que ya hemos abierto más la mentalidad” (ASOFRUPA)

101

Por el lado de los jóvenes, los esfuerzos estuvieron dispuestos en la implementación de

iniciativas en beneficio del relevo generacional en el campo, y por tal motivo, las

Instituciones Educativas Técnicas Agropecuarias se convirtieron en un segmento

especial de actuación. Las razones por las que se evidencia un campo envejecido en

términos demográficos, resultan en un desinterés de las nuevas generaciones que posee

bases históricas, en las que la ruralidad pareciera ser sinónimo de pobreza y

estancamiento, creando en el imaginario de las tradiciones y convenciones de la

comunidad, que las labores del campo no generan mayores capacidades y habilidades en

sus modos y proyectos de vida.

“Yo recuerdo una profesora de acá cuando uno no sabía algo le decía: ahora le digo a

tu papá para que te vayas a tirar machete al monte” (COPEGAR)

“La misma población, la misma idiosincrasia de la población no les da la motivación

en familia para la continuidad, pero nosotros como institución ya hoy podemos mostrar

un promedio de cien, ciento treinta, ciento cuarenta estudiantes que han seguido una

carrera a nivel técnico, tecnológico de los programas agropecuarios del Sena”

(Instituciones Educativas)

“De pronto lo que nuestros padres nos trajeron a nosotros, fue pobreza. Mi papá toda

la vida fue agricultor y siempre yo le veía necesitando zapatos, necesitando ropa,

necesitando, eh… la comida, necesitando otras cosas. Incluso, hasta el techo de la casa

se llovía por todas partes, entonces ¿qué sucede? que yo veía eso; que los demás que

salían a la ciudad no regresaban y los que se quedaban no progresaban” (PECES DE

SIÓN)

“Yo preferiría quedarme en el campo y mandar a mis hijos para la ciudad. Porque mis

hijos son personas nuevas, ya muchachos; tendrían más oportunidades que yo. Esto nos

ha servido a nosotros (a los jóvenes de la Asociación), o sea, porque estamos sin hacer

nada, porque siempre nos queda algo, nos da para algún sustento, para comprarnos

algunas cositas pa’ nosotros” (ASOAVIJOLES)

De otro lado, la sociedad de mercado y la globalización ha dejado un mensaje cada vez

más claro de integración a modos de vida contemporáneos y modernos de las zonas

102

urbanas, en las que las percepciones conciben un mayor nivel y calidad de vida,

progreso y éxito, en comparación con las zonas rurales representadas por el atraso y el

estancamiento. Regresando al concepto de Reflexividad en Giddens, este es un claro

ejemplo del imaginario colectivo en el que la cultura avanza a pasos agigantados

persiguiendo la senda del crecimiento y el desarrollo económico en un contexto de

globalización.

“Las redes sociales son urbanas, no son rurales” (PECES DE SIÓN)

No obstante, una reflexividad que no se direcciona al reconocimiento de la posibilidades

y oportunidades que el campo dispone, en términos de calidad de vida, empoderamiento

territorial y autonomía relativa de las convenciones y tradiciones en la ruralidad, se ha

visto traducida tanto en el riesgo de amenaza al relevo generacional, como en la

ampliación de las brechas en la dicotomía urbano-rural, que de acuerdo a Van der Ploeg

et al (2000) representa una de las estrategias en beneficio de un desarrollo rural integral.

“Aquí se ha hecho hincapié en que cambie la modalidad de académico por pecuario,

agropecuario y no hemos podido. Digamos, los profesores se chocan entre los mismos

profesores” (COPEGAR)

En este sentido, iniciativas como PROMODIQUE deben incluir en sus iniciativas,

actividades de estímulo en los niños, niñas y jóvenes dirigidas al temprano

empoderamiento territorial y el rescate de las características identitarias de la Economía

Campesina; que funcionen como instrumentos de mitigación y creación de capacidades

frente a externalidades, como la descoordinación entre las políticas macro

institucionales del campo y las verdaderas necesidades de la ruralidad en términos de

los retornos socioeconómicos y socioecológicos. Esto representa todo un desafío a nivel

cultural y transversal de las intervenciones.

“Todos se van para la ciudad, entonces ¿quién produce?” (ASOGREACAMPO)

“Nosotros aquí en Suán tenemos la oportunidad de que nuestros hijos se enamoren del

campo, y es que en Suán ya está funcionando la universidad. Tenemos aquí la

universidad del sur en donde ya se están adelantando las carreras con el Sena y

103

carreras también con la universidad del Atlántico ¿Qué podemos hacer nosotros?

Llevarlos a ellos a través del ejemplo, a que se enamoren del campo, porque la empresa

más productiva es la del campo” (PECES DE SIÓN)

“La parte de los jóvenes de pronto… que eso sí quisiéramos hacer un llamado a

ustedes, que tengan más en cuenta a los jóvenes de esta comunidad. Nuestros hijos no

tienen oportunidades; es muy difícil para nosotros, después de que los hijos terminen,

nosotros llevarlos a una universidad. La idea es que nuestros hijos aprendan mucho de

esto para que nos den la mano” (AMUDIC)

“A mí me gustaría que mi hijo se interesara en el campo, pero no como yo lo hice, a

hacha y machete, sino que fuera un profesional del campo, que las cosas se hicieran

más técnicamente, más profesionalmente, que el maltrato fuera menos. El campo tiene

algo, y es el maltrato físico. El que está en el campo se maltrata mucho físicamente”

(PECES DE SIÓN)

De esta forma, a lo largo del trabajo emprendido por la comunidad y los facilitadores de

PROMODIQUE, logró evidenciarse que un interés por las labores del campo en las

nuevas generaciones persiste, en las que las actividades implementadas han logrado

incidir de cierta manera en la disminución de los índices de deserción escolar.

“Lo que sucede a veces es que cuando trabajamos con comunidades vulnerables lo

que, para otras entidades, un quince, un veinte por ciento de logro en cuanto a lo que

se plantee en estas comunidades, de pronto en otras entidades lo ven como muy poco

avance; los que trabajamos con comunidades vulnerables para nosotros eso es

bastante. A veces nosotros lograr llegar y transformar un pequeño porcentaje, en su

forma de pensar, en su forma de actuar, en la parte del respeto, del respeto al

compañero, la parte de ellos como ser social, como ente transformador de su

entorno...” (Instituciones Educativas)

No obstante, al mantener mayor contacto con las dinámicas de las zonas urbanas, sus

proyectos de vida son influenciados por aquello que ellos encuentran allí llamativo,

como la adquisición de mayores o iguales ingresos con menores esfuerzos físicos.

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“El joven no ve el campo como un atractivo, o sea, para ellos ven en el WhatsApp que

la ciudad es mejor… lo que está ocurriendo, que la sociedad humana se ha ido

globalizando, no sólo a nivel económico solamente, sino a nivel cultural, o sea, las

redes sociales han hecho que los niños del campo se vistan como los de la ciudad, ya

tienen el mismo idioma, la misma música. Ellos se quieren ir pa’ la ciudad” (PECES

DE SIÓN)

“El ochenta por ciento de nuestros estudiantes son diestros en las herramientas, ellos

saben qué están haciendo, ellos saben coger la pica, ellos saben utilizar un azadón,

ellos se desenvuelven porque en alguna época de sus vidas han ido al campo y han ido

a trabajar con sus familiares. Pero entonces tenemos la dinámica de la ciudad de que

ha traído el mototaxismo, resulta una forma más rápida de los papás hacer una

platica” (Institución Educativa)

Sin embargo, lo interesante, es que la población de un grupo etario más avanzado está

retornando al campo en la búsqueda de cambios positivos en su bienestar.

“Mi visión no es de pronto tener grandes fortunas ni plata, de pronto no es hacia allá

encaminado, de pronto a buscar un poco de tranquilidad y aportarle un poco al

desarrollo de los productos, de las cosas que se den y de los proyectos que se den”

(ASOPREDUSI)

La situación en los jóvenes es plenamente comprensible, si observamos que una

ineficiente e inefectiva planificación del campo colombiano requiere de mayores

esfuerzos por parte de sus pobladores para lograr cambios significativos en el

mejoramiento de su calidad de vida. Estas son condiciones que están colocando en

situación de riesgo el relevo generacional, además de la cuestión agraria y la deficiente

prestación de servicios básicos en la ruralidad, como salud, educación, infraestructura y

políticas de fomento por el acceso a alimentos.

Por tal motivo, y como fue mencionado previamente, el trabajo realizado con las

Instituciones Educativas apuntó a una integralidad en términos del incentivo al relevo

generacional en la Economía Campesina, desde una mudanza en el pensum orientado a

una media técnica con enfoque en las prácticas agropecuarias, hasta una inclusión

105

participativa de las comunidades alrededor del trabajo realizado con las Parcelas

Demostrativas, quedando en el intermedio de estas acciones el surgimiento de

instrumentos pertinentes de apropiación e identificación de las características

territoriales, por parte de los habitantes, que motivan al relevo generacional.

Así, la iniciativa de PROMODIQUE fue precisamente esa: demostrar a la niñez y la

juventud de la población socia, la existencia de caminos que direccionan a fuentes

alternativas de ingresos en un contexto de sostenibilidad integral desde las salas de aula,

o mejor desde incentivadores e incluyentes granjas escolares en beneficio del desarrollo

socioeconómico y socioecológico en los modos de vida de la ruralidad.

“hubo mayor aceptación (de los jóvenes) gracias a que las capacitaciones se

realizaron en campo, es decir el día que llevamos los alevinos para hacer la

aclimatación y siembra comenzó la capacitación. Estar en terreno los anima más a

trabajar (…) (Motivar a un joven a la ruralidad) La verdad es complejo debido a que

ellos ven que quedarse en el campo es más bien un atraso.... Se los puede incentivar,

pero mostrándoles que hay que estudiar y poner en práctica lo aprendido en el campo”

(Técnico facilitador de emprendimientos piscícolas)

“Incluso, estudiantes que tenían dificultades de comportamiento, con este seguimiento

que les estamos haciendo (…) son hoy unos estudiantes ejemplares… han tenido la

banderita en el tema de liderazgo dentro del programa agropecuario” (Docente,

Instituciones Educativas)

“Pienso que, dentro de todos estos procesos en un año, dos años, avanzamos lo que

veníamos en retroceso como veinte o treinta años. El apoyo de PROMODIQUE…

fabuloso” (Docente, Instituciones Educativas)

“Estratégicamente quisimos invitar a nuestros estudiantes a la ejecución de proyectos

productivos en los patios de sus casas, doble propósito El padre de familia se vincula

directamente en la ejecución del proyecto, así sea mirando, pero ya que le quede en su

retina lo que está haciendo el hijo o la hija, que la comunidad se vincule directamente y

se vaya apropiando, se vaya expandiendo la experiencia como tal a la familia para

mejorar las condiciones alimentarias de la familia” (Docente, Instituciones Educativas)

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En este sentido, aportar al rescate del relevo generacional en la ruralidad se ha traducido

para PROMODIQUE en una de las estrategias de sostenibilidad de sus acciones, que ha

debido ser obligatoriamente complementada con la puesta en práctica de iniciativas de

generación de conciencia en la comunidad como un todo, en la que en la ruralidad sí se

posibilitan alternativas de vida y de ingresos para las familias campesinas, desde el

despliegue de actividades integrales orientadas a su organización socioproductiva, sea

desde la cooperación internacional, desde propuestas de actores privados o desde las

políticas del ente público. La conciencia se dirige hacia una apropiación territorial en

aras de una combinación de estrategias de arriba para abajo y abajo para arriba.

La configuración de un contexto de producción y consumo responsable, por ejemplo,

incita al cierre de la brecha propia de la dicotomía entre lo urbano y lo rural, que aboga

por un mayor reconocimiento del campesinado en los espacios de la agenda pública en

el país; una mayor participación de todos los agentes locales en las decisiones que

atañen la construcción social promueve escenarios de equidad y empoderamiento;

mientras que la implementación de estrategias que apunten a la seguridad alimentaria y

nutricional en el campo se constituye como una actitud de resiliencia eficiente en el

mediano y largo plazo en beneficio del incentivo al relevo generacional.

Si bien, son muchos los aspectos que han quedado por fuera de las posibilidades de

gestión de este proyecto, y que responden más a acciones ejecutadas desde lo público,

como el desarrollo de la cuestión agraria, es innegable que el impulso a capacidades

para hacer y saber en las comunidades, a partir de una intervención horizontal y

plenamente participativa, se ve reflejada en el surgimiento de instrumentos de

internalización de exogenidades y reconocimiento de las potencialidades del territorio,

acciones traducidas en un discurso en el que el desarrollo endógeno local depende los

agentes locales mismos y no de terceros; son ellos los pensantes y actantes de su propio

desarrollo.

Recoger esta experiencia, no presupone mostrar a la acción de PROMODIQUE como

un modelo o metodología que establece lineamientos para la ejecución de actividades

direccionadas al desarrollo territorial con enfoque rural; sino mostrarla como una

estrategia que, en su tentativa de abarcar todos los aspectos que atañen a la ruralidad y

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la territorialidad, consiguió identificar segmentos de la configuración socioeconómica e

institucional en beneficio de la creación de acciones pertinentes e integrales de

intervención, que pretenden recaer en la sostenibilidad de las mismas en el tiempo.

Dicha estrategia, podría verse reflejada en la configuración de redes de actores, actantes

o actores-red con impactos en otros actantes distantes geográficamente o atemporales,

que a partir de la experiencia adquirieron instrumentos que tradujeron, en sus modos de

vida, discursos alternativos de empoderamiento territorial e integración entre los actores

a un nivel más horizontal y menos jerarquizado; es decir, la estrategia de

PROMODIQUE no se basó en una relación benefactor/operador y sí de actores socios y

participativos de una iniciativa de desarrollo territorial volcada a lo rural en un ambiente

de interfaz participativa.

De acuerdo con las afirmaciones previamente colocadas, la subregión del CDZC se ha

desarrollado en difíciles contextos socioeconómicos, políticos y ambientales que han

creado una institucionalidad, en la que los modos y proyectos de vida de sus habitantes,

se han adaptado no precisamente a favor de su bienestar. Así, en concordancia con

autores como North, Weber y Moscovici, en la construcción de toda sociedad se

establecen Normas de Juego en las cuales se basan las conductas, normas formales,

contratos, tradiciones, convenciones y representaciones sociales.

Luego, si se realiza un análisis general de tales Normas, con la intervención

participativa lograron identificarse las siguientes: dificultades para el surgimiento de

procesos espontáneos de asociatividad; ausencia de confianza en las instituciones

públicas; especialmente por parte de los jóvenes; resiliencia frente a los cambios

climáticos con medidas ineficientes a mediano y largo plazo; persistencia del machismo

al interior de la organización socioproductiva de asociaciones; verticalidad en las

relaciones de poder civiles y políticas; preferencia por las actividades citadinas en

detrimento del relevo generacional en la ruralidad, tanto en los modos y proyectos de

vida como en las estructuras educativas; persistencia de las cadenas de intermediación

que rompe el contacto directo entre productores y consumidores; y desmotivación a la

búsqueda de mecanismos alternativos de seguridad alimentaria y nutricional.

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Son muchas las problemáticas que han incidido en el marco institucional de los actores

y en la organización de la sociedad del CDZC y que, según lo encontrado, responden a

agencias pasivas tanto por parte de las comunidades, las asociaciones y la

administración pública. Empero, no pareciera ser per se una voluntad propia el no

actuar, fundamentalmente por parte de las comunidades, sino que, en la configuración

de sus tradiciones, convenciones, códigos de conducta y representaciones sociales, no se

han impulsado agencias más activas. Las dificultades atienden a aspectos históricos y

consecuentemente culturales, que para toda intervención representan un verdadero

desafío.