Estrategias de Desarrollo Rural Integral
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Región Canal del Dique
Este documento fue elaborado en el marco del Programa Nuevos Territorios de Paz, refleja el concepto del autor y no necesariamente el de sus financiadores, Unión Europea y Gobierno de Colombia
Estrategias de Desarrollo Rural Integral
MPDL
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ESTRATEGIAS DE DESARROLLO RURAL
INTEGRAL:
EL CASO DEL PROYECTO PROMODIQUE
NAZLY LOPEZ
GERMAN GALLEGO
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA CATÓLICA DEL NORTE
JUNIO DE 2017
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TABLA DE CONTENIDO
1. SOBRE EL DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE COMO DINAMIZADOR DEL DESARROLLO
TERRITORIAL 3
1.1. CONSTITUIR TERRITORIO A PARTIR DEL DESARROLLO ENDÓGENO LOCAL 3
1.2. DESCIFRANDO LAS ESTRATEGIAS DE DESARROLLO TERRITORIAL A PARTIR DE LA SOCIOLOGÍA DEL
DESARROLLO 9
1.3. UN DESARROLLO TERRITORIAL DIRIGIDO A LA RURALIDAD 14
2. MARCO INSTITUCIONAL A FAVOR DE UNA NUEVA RURALIDAD EN COLOMBIA 17
3. CONTEXTUALIZACIÓN DEL PROYECTO PROMODIQUE 38
3.1. GENERALIDADES DEL TERRITORIO 38
3.2. CARACTERIZACIÓN DEMOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN SOCIA 52
3.3. EL CAMPESINADO DEL CARIBE COLOMBIANO 66
4. EL CASO DE PROMODIQUE COMO ESTRATEGIA DE DESARROLLO RURAL INTEGRAL SOSTENIBLE 74
4.1. ENTENDIENDO A PROMODIQUE 74
4.2. PROMODIQUE Y LA COMUNIDAD DEL CANAL DEL DIQUE Y ZONA COSTERA COMO DINAMIZADORES DEL
DESARROLLO RURAL 77
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1. Sobre el desarrollo rural sostenible como dinamizador del desarrollo
territorial
Abrir el espacio para las discusiones teóricas alrededor del desarrollo rural y la
sostenibilidad de las estrategias impartidas para ello, toma relevancia en la medida que
permite identificar hasta qué punto, las políticas públicas dirigidas hacia la
configuración de la territorialidad, han resultado integralmente efectivas en materia de
los retornos socioeconómicos en el sector, especialmente cuando la pobreza rural se ha
mantenido como una situación latente en las agendas públicas. En vista de ello, para
PROMODIQUE ha sido fundamental reconocerse como una estrategia de desarrollo
definida bajo dicha integralidad, en la que su participación en las dinámicas de
desarrollo haya resultado realmente pertinente, de acuerdo a las necesidades
identificadas alrededor del impulso de las actividades económicas propias del
campesinado, como la participación política y civil, el relevo generacional, la seguridad
alimentaria, la integración y protagonismo en las relaciones mercantiles, el
empoderamiento y la gobernanza local con enfoque étnico y de género, y la
sostenibilidad económica en la subregión del Canal del Dique y Zona Costera.
Con todo, mostrar a PROMODIQUE como una estrategia de desarrollo sostenible,
requiere de una deconstrucción y reconstrucción a partir del examen reflexivo de su
participación como actor local y como impulsor de las potencialidades y habilidades en
la población socia a favor de mecanismos de endogenización de los choques externos y
la creación de estrategias de empoderamiento desde adentro. Ello, basado tanto en una
lógica teórica con respecto a las políticas de desarrollo endógeno local, como en un
análisis de pertinencia de acuerdo a las necesidades y carencias identificadas a nivel
histórico. Así las cosas, se exponen a continuación algunos análisis teóricos útiles para
tal propósito.
1.1. Constituir territorio a partir del Desarrollo Endógeno Local
Al hablar de endógeno, pareciera que inmediatamente se remite a un contexto cerrado o
atomizado, en el que no permean externalidades y en el que las dinámicas son
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originadas exclusivamente desde y para su interior. En cierta medida puede ser cierto,
sin embargo, cuando le anteponemos desarrollo, el significado consigue abarcar
mayores posibilidades que permiten estimular dinámicas complementarias a las
acciones internas. En escenarios de globalización y de economía de mercado, la
autonomía local se convierte en algo irremediablemente relativo al encontrarse
constantemente influenciado por lo que este contexto otorgue y demande. Así, la
diferencia entre lo meramente endógeno y el desarrollo endógeno radica en que, para el
segundo, interiorizar las externalidades de cualquier índole se convierte en una
estrategia ambivalente entre la adaptación y la mitigación, y el acceso a recursos
exógenos que inducen el mejoramiento de las condiciones internas: la capacidad para
hacer y saber (Long, 2007) a favor del bienestar.
Asimismo, cuando se armoniza el desarrollo endógeno con aquello que se concibe como
local, no se está tratando apenas de un aspecto geográfico – que bien podría servir en un
primer momento, para identificar el espacio en el que lo exógeno tiene encuentro con lo
endógeno –, sino que además se reconocen las características propias de una cultura, su
arquitectura social, su estructura física y las redes de actores, sobre las que lo exógeno
podría impactar positiva o negativamente en la constitución de un escenario de bienestar
sostenible.
En este sentido, hablar de Desarrollo Endógeno Local supone el tratamiento de todo
aquello que compone integralmente un territorio y cómo y hasta qué punto esa
composición consigue relacionarse con lo exógeno. A su vez, en ese tratamiento se
contemplan aspectos particulares de los que depende la interpretación de los procesos de
desarrollo, a saber: las instituciones, cuya definición no se limita a la estructura política
sobre la cual los actores locales se rigen, sino que representan, de un modo más general,
“las reglas de juego de una sociedad o, más formalmente, las restricciones
humanamente diseñadas que dan forma a la interacción humana” (North, 1990, p. 3).
Las instituciones no se comprenden como un conjunto de reglas establecidas en cada
gobierno de turno, sino que son el resultado histórico y evolucionado de las reglas
formales y no formales, es decir, las tradiciones y convenciones sociales en un sentido
weberiano, y del tipo de negociación y la capacidad para hacer dichas reglas valer en los
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círculos sociales – enforcement – (North, 1990): una creación colectiva de los actores
mismos.
Destacar la estructura institucional de un territorio es útil en la medida que logra
descifrar cómo y de qué manera los agentes direccionan e invierten sus habilidades
para hacer y saber en la creación de las estrategias de desarrollo, toda vez que de ellas
depende la construcción continua de sus marcos sociales, políticos, culturales,
económicos y ambientales; así, en palabras de North (1990, p. 3), “el cambio
institucional constituye la forma en la cual las sociedades evolucionan a través del
tiempo y por lo tanto, es la clave para entender el cambio histórico”.
En verbigracia, la estructura institucional de un territorio determina en gran parte la
senda de su desarrollo, a través de la funcionalidad que consiga adquirir la
endogenización de los choques externos y de la creación de capacidades de mitigación y
apropiación del territorio por parte de sus agentes. No obstante, el aparato institucional
de una sociedad en ocasiones puede responder más a estrategias de integración en la
economía de mercado y a las dinámicas de globalización que le son propias, en
detrimento del desarrollo local. Tal es el caso del modelo de modernización de la
agricultura, derivado del discurso desarrollista de los países del llamado Primer Mundo
a mediados del siglo XX, como estrategia de reactivación económica posterior al
término de la Segunda Guerra Mundial.
En el examen aquí realizado, el término desarrollista se atribuye a la representación
económica del desarrollo correlacionada con la industrialización, en un escenario que ha
tipificado desde la posguerra la planificación de las economías y la realidad social, a
partir de las necesidades suscitadas en los países del llamado Primer Mundo por el
progreso industrial, y que difieren en su totalidad con las del mal llamado Tercer
Mundo, en aspectos culturales, geográficos, políticos, económicos e institucionales. El
resultado de esta “invención”, como la señala el antropólogo colombiano Arturo
Escobar (2007), es que se ha configurado un imaginario social a nivel histórico en el
que los países que no siguen la senda de desarrollo de Occidente, se denominan y auto
reconocen como subdesarrollados y son tratados como tal.
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Así, con este modelo de modernización, se impulsó la instauración de los monocultivos
industriales, de las economías de escala en la producción rural y, en fin, de la
capitalización del campo, generando un cambio radical en la estructura agraria de los
países latinoamericanos, asiáticos y africanos. Con ello, otras formas de producción que
otorgaban mayores retornos socioeconómicos y socioecológicos a las comunidades,
como la economía campesina, quedaron relegadas a la frontera agrícola y a la
minimización de las políticas direccionadas a su desarrollo; la lógica del capitalismo en
el campo ha sido contradictoria.
A su vez, el discurso desarrollista de Occidente no supuso apenas cambios en la
estructura agraria y agrícola, sino que, según Escobar (2007, p. 11) – y que podría
considerarse mucho más impactante en términos de la construcción social e institucional
–, en estos países, la planificación de sus economías originó que “de la noche a la
mañana, milenarias y complejas culturas se convirtieran en clones de los racionales
occidentales de los países considerados económicamente avanzados”.
En este sentido, la planificación del desarrollo de estos países promovió la modelación
de sociedades que ideológica, cultural, económica y políticamente creó una relación de
desinterés con el campesinado y sus movimientos. Con este cambio estructural en las
instituciones del siglo XX, las estrategias de desarrollo local no consiguieron crear los
mecanismos de mitigación y endogenización de los choques externos, evidenciándose
en bajos indicadores sociales, en el éxodo rural, en el constante endeudamiento externo
e interno y en la ineficiencia de las políticas de apoyo al pequeño y mediano productor,
volcadas más al latifundismo y a la minería.
Específicamente, políticas productivistas como el Desarrollo Rural Integrado (DRI) de
la década de 1970 o la apertura neoliberal de la década de 1990, se reflejaron para
Colombia en el aumento de los costos de producción, concentración y acceso limitado a
tierras, reducción de áreas de producción, aumento de las importaciones, baja
competitividad en los mercados internacionales, pérdida de empleos en la agricultura,
envejecimiento y abandono paulatino del campo; sin que el rubro de las exportaciones
fuera lo suficientemente significativo para soslayar los costos sociales, económicos,
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institucionales e inclusive ambientales de sus efectos. No era posible percibir un
ambiente de desarrollo endógeno local.
Conscientes de ello, autores como Alburquerque (2004) y Vázquez Barquero (2007),
señalan la importancia de los enfoques territoriales para la constitución de escenarios de
desarrollo endógeno local, que abarcan la relación de los sistemas productivos locales
con los sociales y culturales. Alburquerque, por ejemplo, reflexiona al respecto de los
procesos de descentralización y democratización como mecanismos que obligan a crear
las estrategias de desarrollo espontáneas desde los entes territoriales y sus perfiles de
producción interna. De esta forma se incentiva la creación de habilidades para hacer y
saber que posibilitan iniciativas de políticas de abajo para arriba, luego de que las
limitaciones de las políticas centralistas de arriba para abajo, asistencialistas, inducidas
y no negociadas horizontalmente con los actores locales, no se tradujesen en un
desarrollo regional pertinente.
Luego, Vázquez (2007) complementa la visión de desarrollo endógeno local con un
enfoque en el que las características propias de los territorios, definen sus propias
sendas de crecimiento y desarrollo económico, de acuerdo a las formas de acumulación
del capital humano y social y a su organización institucional; es decir, el desarrollo
endógeno “adopta una visión territorial y no funcional de los procesos de crecimiento y
cambio estructural” (p. 187), en donde son las fuerzas del desarrollo las encargadas de
condicionar las dinámicas económicas.
Ahora bien, desde una visión foucaultiana, los territorios son conformados a partir de
relaciones de poder económicas, políticas y culturales (Saquet, 2015), propiciando en
los agentes locales una identidad y una imagen de autoridad constituida a través de
redes de interacción. De acuerdo a ello, y a las visiones de endogeneidad e instituciones,
las fuerzas del desarrollo pueden ser explicadas como a) el tipo de relaciones existentes
entre los actores (interacciones, forcejeos y negociaciones) b) el nivel y mecanismos de
apropiación del espacio y, c) la configuración de territorio a partir de su construcción
social a nivel histórico.
Cuando las fuerzas del desarrollo confluyen, las estrategias de intervención se
encuentran con un escenario de participación activa y de movilización de recursos por
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parte de los propios agentes locales que demandan y ofertan alternativas, dejando de ser
destinatarios pasivos de acciones de arriba para abajo. Cuando los actores
desenvuelven este tipo de actitudes, los impactos a nivel territorial y en sus modos y
medios de vida, dependen más de las acciones que puedan adelantar que de las mismas
externalidades; al mismo tiempo que cuando no las desenvuelven, los impactos
negativos también se atribuyen a su pasividad, construyendo sendas de desarrollo en
contraposición a la reproducción social proveedora de bienestar.
Para la Sociología del Desarrollo, esta dinámica se conoce como enfoque orientado al
actor (Long, 2007), cuyo interés en las acciones de los agentes “se nutre en la
convicción de que es poco satisfactorio basar el análisis en concepto de determinación
externa” (Ibid.). Así, cuando lo externo, pareciera dominar las capacidades internas, los
escenarios de desarrollo endógeno consensuados por los actores locales, no emergen,
adaptando luego el espacio para la imposición de los discursos y recetas desarrollistas,
en detrimento de la construcción de territorialidad.
En tal sentido, no sólo a nivel teórico sino también práctico, comienza a emerger una
nueva visión del desarrollo, en la que los nuevos escenarios de debate y comprensión de
las dinámicas territoriales, instigan a un ambiente de lo que podría titularse como el
posdesarrollo. Al respecto de este panorama, Escobar (2007, p. 12) concluye que:
El desarrollo y el mismo Tercer Mundo están en vías de desmoronarse. Esto
ocurre no tanto porque el Segundo Mundo (las economías socialistas de
Europa del este) haya desaparecido y la sagrada trinidad del orden mundial
de la posguerra esté llegando a su fin, sino por el fracaso rotundo del
desarrollo en términos de sus propios objetivos, y gracias a la creciente
resistencia y oposición a él por parte de un número cada vez mayor de actores
y movimientos sociales de importancia.
Así las cosas, la reinvención de un desarrollo menos discursivo, en donde las relaciones
de poder jerárquicas transmuten en relaciones de cooperación y participación horizontal
por medio de redes, induce el surgimiento de habilidades para hacer y saber a favor de
la autogestión territorial. La creación de capital social y humano y de consecuentes
nuevas formas de gobernanza local, pareciera convertirse entonces en el mayor desafío
de la apropiación territorial y la construcción del bienestar, traducida en la reconversión
de las realidades sociales, desde el discurso y la práctica de una nueva concepción del
desarrollo.
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1.2. Descifrando las estrategias de desarrollo territorial a partir de la Sociología
del Desarrollo
De acuerdo a las discusiones previamente colocadas, pueden descifrarse las estrategias
de desarrollo territorial a partir del tipo de relaciones dadas entre los actores humanos –
no humanos –, al nivel de apropiación del territorio y a la construcción de las
instituciones resultante de los forcejeos, interacciones y negociaciones entre los agentes.
Así las cosas, una concepción weberiana de las dinámicas sociales en el desarrollo,
resulta útil en la medida que son el resultado de las luchas, los intereses y el poder que
desean ejercer los agentes para conformar territorio; en tal sentido, prevalecen códigos
de conducta como las tradiciones y las convenciones, antes que las reglas formales
estipuladas en las leyes, los decretos, los mandatos, o los contratos, pues el castigo y el
señalamiento social – el enforcement para North – afecta en mayor medida las
relaciones de confianza que las violaciones a las instituciones formales; de hecho, el
cumplimiento de éstas últimas evita la reprobación social que implica la desobediencia
civil (Weber, 1922 [2002]).
Con ello, un análisis de las estrategias de desarrollo territorial debe contemplarse a la
luz del orden social, a partir de lógicas teóricas como la sociología y la sociología del
desarrollo de autores como Michel Foucault (2002), Norman Long (2007) y Bruno
Latour (2005), que se complementan con visiones propias de la arquitectura social,
como las de Moscovici (1961), con las representaciones sociales.
Se había mencionado previamente la perspectiva orientada al actor de Long (2007), en
la que el enfoque de análisis se centraba en las acciones de los agentes locales como
gestores del desarrollo territorial, quienes a partir de su capacidad para hacer y saber,
endogenizan los choques externos en beneficio de sus modos de vida. No obstante, este
panorama pareciera ser muy general, pues el autor señala varias particularidades que
deben ser contenidas en el análisis, En primer lugar, expone al respecto de la forma en
que actúan los agentes a través del concepto de agencia, que se encuentra enraizada en
las relaciones sociales y sólo puede ser efectivada a través de ella. Para el autor, con la
agencia las acciones individuales llegan a provocar cambios en situaciones
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preexistentes o curso de eventos, debido a la habilidad de influenciar a otros agentes; ya
que:
La noción de agencia atribuye al actor individual la capacidad de procesar la
experiencia social y diseñar maneras de lidiar con la vida, aún bajo las formas
más extremas de coerción. Dentro de los límites de información,
incertidumbre y otras restricciones (por ejemplo, físicas, normativas o
político-económicas); los actores sociales poseen “capacidad de saber” y
“capacidad de actuar”. Intentan resolver problemas, aprenden cómo
intervenir en el flujo de eventos sociales alrededor de ellos, y en cierta
medida están al tanto de las acciones propias, observando cómo otros
reaccionan a su conducta (p. 48).
En este contexto, con la agencia se construyen las instituciones informales que luego
pueden verse transformados en formales, a partir de la observación de las conductas
entre los agentes – enforcement – y posterior estandarización en las leyes o los contratos
(Polanyi, 1978). Simultáneamente, con la agencia se conforman redes que resultan de
las “traducciones” o interpretaciones de dichas conductas entre los actores, y que
influyen en los “proyectos” de vida de cada uno. No obstante, tal involucramiento no se
da apenas entre actores situados en el mismo espacio, pues las agencias se ven
influenciadas por las de agentes externos, e inclusive atemporales; de aquí que el
cambio institucional y la construcción social sea un hecho histórico y evolutivo.
Una forma de entender la agencia puede encontrarse en el concepto de representaciones
sociales en Moscovici (1961), y pueden ser definidas de dos formas: una como
expresión y otra como estructura. En la primera, las representaciones son entidades casi
tangibles,
circulan, se cruzan y se cristalizan sin cesar en nuestro universo cotidiano a
través de una palabra, un gesto, un encuentro […]. Sabemos que
corresponden, por una parte, a la sustancia simbólica que entra en su
elaboración, y por otra, a la práctica que produce dicha sustancia, así como la
ciencia o los mitos corresponden a una práctica científica y mítica (p. 27).
En la segunda, y como consecuencia de la primera, expresan finalmente un corpus de
conocimientos sobre el que los actores hacen inteligible la realidad social y consiguen
integrarse en un grupo o en relaciones cotidianas, donde liberan los poderes de su
imaginación, o sea, donde surge la agencia. En otras palabras, en este corpus se generan
las acciones y subsecuentes traducciones que se interiorizan en los proyectos de cada
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actor. Así las cosas, en esta estructura comienzan a desarrollarse las redes de actores y
las capacidades de generar una territorialidad.
Análogamente, esta perspectiva, en sus intentos por analizar la pertinencia de las
acciones de los actores en la territorialidad, hace uso de un enfoque diferencial basado
en características antropológicas, etnográficas y/o culturales, que permiten obtener una
visión sobre las experiencias vividas por ellos en su propio contexto de desarrollo. De
acuerdo con esto, Long (2007) expone la importancia de reconocer detrás de los mitos,
modelos y poses del desarrollo, los valores culturales y sociales de las personas que
establecen sus propios modos de vida, y cuando en ello se incluye la conformación de
redes de actores, se logra entender cómo se eslabonan los mundos de vida entre ellos
frente a los cambios en la fabricación de la territorialidad.
Las agencias también pueden entenderse a partir de la Teoría Actor-Red (TAR) de
Latour (2005), quien propone una estructura de sus interrelaciones y de las traducciones
entre los agentes, como se sugiere en el esquema 1 a continuación:
Esquema 1 Estructura de análisis TAR
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Fuente: elaboración propia a partir de Latour (2005)
En el ciclo de la TAR el actante o Actor-Red se concibe como una unidad, es decir, no
representa sólo un individuo, sino que además puede definirse a partir de un grupo
social realmente influenciable en la agencia de otros actores, como “las empresas
capitalistas, agencias estatales, partidos políticos y organizaciones eclesiales” (Long,
2007), sin embargo, no como colectividades, aglomeraciones o categorías sociales que
no tienen capacidad de influenciar o formular decisiones. Tampoco es apenas humano,
sino que también puede ser no-humano, además de ser atemporal, e inclusive, percibirse
por niveles de influencia en los actores, como si un Actor-Red red tuviera más o menos
relevancia dependiendo del contexto.
De igual forma, el Actor es al mismo tiempo Red, en la medida que funciona como un
vehículo de otros actores-red; como su fuera un hibridismo de todo lo que atrae a través
de su agencia o, en otras palabras, como si fuera emisor, receptor y transmisor de
influencias de manera simultánea. Los nodos representan situaciones críticas – por
ejemplo, intervenciones o estrategias de proyectos de desarrollo – en las que, por medio
de una interfaz, las traducciones de las agencias tienen lugar en la formación de
discursos, y es a través de esa interfaz de comunicación donde en las traducciones de los
actantes se desarrollan discrepancias o acuerdos que determinan sus acciones y
actitudes. Finalmente, de acuerdo a esas discrepancias o acuerdos, se conforma una red
interminable de actores que se influencian entre sí, construyen instituciones y
representaciones sociales.
Ahora bien, cuando las redes se configuran a partir de agencias que responden a las
necesidades de los territorios, es decir, cuando son activas y menos pasivas, las
posibilidades de internalizar son mayores que si no lo son; por ejemplo, cuando nos
encontramos en escenarios de guerra, las traducciones de las agencias entre los agentes
se generan alrededor del temor y la desconfianza. En tal caso, las capacidades de los
actores no logran internalizar los efectos negativos de tal escenario y las redes no
funcionan a favor de la territorialidad, muy por el contrario, nos encontraremos ante un
ambiente atomizado y de desarticulación. No obstante, pueden existir “fuerzas sociales
‘remotas’ y a gran escala que alteran las oportunidades de vida y la conducta de
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individuos” (Ibid., p. 42), en donde las capacidades, por más desarrolladas estén para
endogenizar, realmente se encuentran limitadas en la mitigación de los efectos.
Las externalidades también pueden encontrarse expresas en la implementación de las
políticas públicas o de las intervenciones de la cooperación internacional, la empresa
privada u Organizaciones No Gubernamentales (ONGs); sin embargo, no siempre las
intervenciones son aplicadas de acuerdo al enfoque orientado al actor, sino que son
imposiciones de arriba para abajo que chocan con los elementos territoriales. Ahora,
cuando en la intervención se toman en cuenta dichos elementos y se identifican de
manera más acertada las necesidades y carencias de acuerdo a las características
antropológicas, culturales y sociales en los individuos que conforman el territorio, nos
encontramos en un escenario de intervención planeada, como lo llama Long.
La intervención planeada se relaciona con una óptica del desarrollo alternativo al
discurso designado por Occidente, y se encuentra más ligado con el endógeno local. El
concepto es deconstruido a favor de la injerencia de factores característicos de los
territorios, como la cultura, la organización social, la etnicidad y los proyectos de vida
de los actores locales, para no seguir construyéndolo como una inducción de arriba
para abajo.
Esta perspectiva del desarrollo se concibe desde adentro, y no es más determinado por
la industrialización, la creación de grandes empresas o la capitalización en el campo, y
sí por ser un proceso constante de la búsqueda de la libertad humana, entendida desde el
libre acceso a educación, salud, infraestructura física, derechos civiles, justicia y
participación ciudadana (Sen, 1999) mediante la participación activa de los agentes del
territorio. En tal sentido, no se habla más de beneficiarios y proyectistas, sino de
participantes de las estrategias, es decir, de relaciones horizontales entre los agentes.
Dicho de esta forma, en la intervención planeada debe negociarse entre las políticas de
arriba para abajo y de iniciativas de abajo para arriba por parte de los actores locales,
en donde las agencias de todas las partes se traducen en una red de interrelaciones y
uniones sociopolíticas de las que emergen mecanismos de adaptación y acción de los
individuos, volcadas al desarrollo endógeno local en el diseño de la territorialidad y el
engendramiento de procesos de desarrollo sostenibles.
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De otro lado, Long menciona que en una estrategia de intervención planeada no debe
existir más una separación entre la formulación de la política o del proyecto, la
implementación y sus resultados, como tal vez puede ser ideado en el imaginario de los
proyectistas y sus clientes; por el contrario, en las acciones de desarrollo interviene la
reinterpretación o la transformación de políticas durante el mismo proceso de
aplicación, como consecuencia de que los grupos locales formulan activamente y
persiguen sus propios proyectos de vida constantemente, situación que puede chocar
con los de la autoridad central u organismo que implementa acciones arriba para abajo.
De este modo, la intervención es un proceso dinámico, constante y socialmente
construido, negociado, creador de significados y enfocado en las formas de interacción
de sus participantes, en las categorías culturales y etnográficas, en el tipo de
procedimientos empleados y en el modo de configurar los discursos que consigan, de
igual manera, limitar la demagogia propia del clientelismo en los proyectos de
intervención. Sólo en este caso logrará impulsarse una estrategia de desarrollo integral.
1.3. Un desarrollo territorial dirigido a la ruralidad
Ahora bien, tal vez una de las razones más significativas por las cuales los discursos de
desarrollo de Occidente no fueron correctamente adaptados en los países que categoriza
como subdesarrollados, obedece a una estructura agraria y una institucionalidad con
características sociopolíticas, económicas y culturales que distaban de sus propósitos de
industrialización. Con ello, y como ha sido previamente enunciado, el diseño de
políticas enmarcadas en tal propósito, se evidenciaron en el surgimiento de un
desarrollo rural desequilibrado, con impactos negativos sobre aquellos actores
desprovistos de las herramientas suficientes dirigidas a la construcción de habilidades
para hacer y para saber, que respondieran a los consecuentes choques e impactos. Así,
la ausencia de un sistema educativo que abarcase las masas campesinas, las bajas
garantías de acceso a derechos de propiedad, la jerarquización de poderes y un limitado
movimiento campesino carente de legitimidad, se vieron expresos en el aumento de las
brechas de desigualdad configuradas a partir del aumento de la pobreza rural.
En este sentido, es necesaria una mudanza en el imaginario convencional del desarrollo,
e incitar a la edificación conjunta de estrategias enfocadas al actor y a la
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territorialización, fundamentadas en la endogenización de las externalidades. Con ello,
el objetivo de una ruralidad sostenible, no sólo en aspectos económicos, sino en lo que
atañe a los retornos socioculturales, obliga a que las intervenciones sean negociadas
entre los diferentes participantes, apunten a la autogestión y a la participación activa y
constante en beneficio de la reproducción social; pues cuando asuntos como el éxodo
rural, la pobreza y la miseria rural, el envejecimiento y abandono del campo, se
convierten en problemáticas que perseveran en la agenda pública, es imperativo
cuestionar hasta qué punto las estrategias de desarrollo territorial han sido eficientes.
Van der Ploeg et al (2000), en un examen sobre los paradigmas del desarrollo rural
derivados del discurso de Occidente, concluyen seis estrategias para su ruptura desde la
agencia de los actores locales. Una primera propone el abandono de la noción de la
práctica agrícola como mera despensa de la economía industrial, para pasar a integrarse
a todo tipo de dinámicas urbanas y rurales a través de la multiactividad propia del
mundo rural; una segunda presupone la formulación de un desarrollo rural sostenible en
términos de la sinergia entre las actividades rurales agrícolas y no agrícolas, de todas las
clases de agricultores y de ecosistemas sociales; la tercera, se vuelca a un nivel
identitario, por el rescate de la cultura campesina y una ligación de ésta con el mundo
urbano por medio de la configuración de redes.
La cuarta, se relaciona con la implementación de políticas públicas incluyentes, que
rompan con la característica controversial del capitalismo en el campo y del monopolio
del latifundista. Aquí prevalecen todas las formas de hacer una ruralidad, mediante la
inclusión de los grupos que impulsen su desarrollo sostenible. En una quinta estrategia,
y relacionada con la anterior, deben ser identificadas las diferencias culturales,
económicas y sociopolíticas entre los grupos rurales a favor de políticas públicas
pertinentes, en donde se evidencie la correspondencia entre políticas y programas –
intervención planeada –, la sinergia entre las políticas y las características específicas
de los territorios, y los efectos de las instituciones, construidas socialmente, sobre los
procesos que impactan el desarrollo rural.
Finalmente, una sexta estrategia se enfoca en la pluriactividad propia del sector rural, en
la que se diseñen líneas de interrelación entre las estrategias agrícolas y no agrícolas,
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monetarias y no monetarias que impacten la reducción de los costos de producción y el
incentivo al tejido social y el capital humano; en este sentido, el campesino logra
cumplir la triple función de capitalista, empresario y obrero de manera amplia.
Ahora bien, un factor muy importante señalado en esta última estrategia, corresponde a
la creación de capital social, asunto que se encuentra ligado con las iniciativas de
cooperación y solidaridad entre los actores, a raíz de sus agencias y traducciones en las
redes. Tal vez una de las preocupaciones y mayores desafíos del desarrollo rural,
corresponde a la configuración de un sistema asociativo activo en beneficio de la
participación civil al interior de cada una de las esferas de la agenda pública, pues como
será expuesto en la posteridad, el surgimiento del campesinado en Colombia, como
movimiento social, se ha encontrado sumergido en un ambiente de discordias históricas
que dejan sus rezagos en procesos asociativos poco funcionales y representativos para la
actualidad.
Esta situación, tiene su génesis en la arquitectura social formulada desde los tiempos de
la colonización y continuada con la lucha político-económica entre el capitalismo de
Occidente y el socialismo de la antigua URSS, en donde los movimientos direccionados
a la institucionalización del campesinado o fueron vistos como infructuosos, o como
amenazas a la hegemonía de los gobiernos en países de Occidente por causas
izquierdistas. De esta forma, se dificulta pensar en procesos sociales organizados, con
base en la actividad política y civil campesina realmente influyentes en las políticas
públicas, situación que puede verse evidenciada en la ineficiencia de las reformas
agrarias de los países latinoamericanos y en un desarrollo rural desigual.
Así las cosas, y de acuerdo con Gallicchio (2004), el desarrollo local es un proceso más
sociopolítico que económico, pues en el laboratorio de la sociedad los desafíos son
mayores cuando de articular los actores y crear capital social se trata, mucho más si se
considera que de dicha articulación dependen en buena medida de las iniciativas que se
tomen al respecto, al representar un patrimonio de conocimientos y hábitos y
experiencias prácticas que la sociedad acumula, reproduce y transforma a lo largo de su
historia. En palabras del autor:
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No habrá desarrollo económico si no se generan previamente las condiciones
mínimas de desarrollo social local y, más aún, no habrá desarrollo local
sostenible sin construcción de capital social que mantenga y les dé sentido a
los demás procesos (p. 63).
Por otro lado, las acciones volcadas a la disminución de las afecciones socioeconómicas
y políticas en la ruralidad, y en general para el territorio, más que pretender ser
solucionadas en el corto plazo a través de fórmulas inmediatistas de inversión social,
deberán volcarse a la creación de estrategias de largo plazo, continuas, participativas y
pertinentes. Luego, de esta dinámica dependen varios factores de éxito en este sector,
desde el involucramiento de todos los actores a través de procesos asociativos
espontáneos; la configuración paulatina de cambios institucionales, representaciones
sociales y agencias funcionales por la territorialidad; hasta la sostenibilidad de las
estrategias mismas. Es así como inversiones en salud o en escuelas rurales, no surten los
efectos proyectados, si paralela o previamente, no se crean políticas de largo plazo que
incentiven la creación de empleos en la ruralidad, la reactivación de los sistemas
productivos locales y eviten la subsecuente migración en la búsqueda de fuentes de
ingresos.
Finalmente, y de acuerdo a las colocaciones de Van der Ploeg et al (2000), no puede
considerarse entonces un desarrollo rural que sin que se unifiquen en las estrategias de
acción los aspectos económicos, sociales, culturales, institucionales y ambientales de
forma integral, pues de ello depende su sostenibilidad. Dicho de este modo, y dada la
subjetividad que adquiere el término sostenibilidad, la naturaleza de este escrito limita
su examen a la intención de la reproducción social, cultural, económica y política del
campesinado, traducida en las libertades de acceso a los servicios básicos del bienestar,
como expuestos por Sen (1999), en las que son determinantes las acciones ejecutadas
por los agentes del territorio para construir las sendas del desarrollo rural, sin las
limitaciones de la frontera agrícola en la ruralidad.
2. Marco institucional a favor de una nueva ruralidad en Colombia
PROMODIQUE se concibe como una iniciativa de desarrollo y de participación local a
favor de la territorialidad, y en ese sentido, para adquirir un carácter de sostenibilidad,
además de contar con el desarrollo de capacidades y habilidades en la población socia,
18
ha debido enmarcarse en las estrategias institucionales en las que se envuelven las
expectativas de desarrollo rural para el país.
Como resultado de los múltiples cambios a nivel socioeconómico y político en los que
los sistemas de producción local y la composición orgánica de la sociedad se encuentran
inmersos, nuevos escenarios para la ruralidad parecen estar surgiendo como respuesta.
Una combinación de estrategias monetarias y no monetarias en la producción
campesina, una mayor visibilidad de campesinado como movimiento sociopolítico en lo
concerniente al acceso a los derechos civiles y de propiedad, el reconocimiento de una
variedad de sistemas socioproductivos en el desarrollo rural y de la cada vez más
demarcada frontera agrícola, una mayor disparidad entre las características de la
pobreza rural y urbana resultantes de su dicotomía y las necesidades de diseñar, por lo
tanto, capacidades y habilidades diferenciadas para hacer frente a estos choques, han
llevado a que las actividades en las que se desenvuelve la agropecuaria, generen una
negociación con la sociedad de mercado y sus dinámicas.
Las dinámicas sociopolíticas en Colombia atraviesan actualmente por un cambio
institucional relevante, una ruptura de paradigmas sociales que impactan directamente y
en mayor medida a la ruralidad. El Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y
la Construcción de una Paz Estable y Duradera – que más que ser una línea de política
pública, podría bien considerarse como una estrategia transversal del desarrollo
endógeno local colombiano –, pretende terminar con una guerra de más de cincuenta
años vivida en Colombia, entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC, y
construir estrategias de reparación; constituyéndose, por tanto, como una de las mayores
mudanzas institucionales en la historia del país, que no solo atañe aspectos del orden
político y judicial, sino que promueve cambios en la construcción y reproducción de la
sociedad colombiana, especialmente para el mundo rural.
Así las cosas, nos encontramos en una etapa de post-conflicto que requerirá de esfuerzos
por parte de todos los actores locales, para endogenizar las transformaciones venideras.
Esta es la oportunidad perfecta que sitúa a todos los agentes del desarrollo en la misma
mesa, sin presencia de jerarquías sociopolíticas, para efectuar las estrategias
19
correspondientes y construir constantemente las habilidades que, desde adentro,
posibilitarán la configuración de una ruralidad funcional e incluyente; en fin, sostenible.
El primer punto del Acuerdo, firmado en la ciudad de la Habana (Cuba) a finales del
año 2016, propone la Reforma Rural Integral (RRI) como iniciativa para reversar los
efectos del conflicto y cambiar aquellas condiciones que han incentivado la persistencia
de la violencia, especialmente en la zona rural. Esta transformación de corte estructural
comprende un Fondo de Tierras para la RRI, de forma gratuita, en el que se proyecta la
extensión de diez millones de hectáreas durante los próximos diez años, a través de la
recuperación de tierras y propiedades que se han escapado del control de la
formalización, titulación, la asignación y la legalidad, especialmente para el pequeño y
mediano productor. Este escenario obliga a crear estrategias de construcción de
capacidades y habilidades en la población campesina, dirigidas a un proceso paulatina
de empoderamiento territorial a través del diseño de las dinámicas que se avecinan en la
configuración de una nueva ruralidad en Colombia.
De igual forma, y abogando por un contexto integral del desarrollo, este acceso a tierras
se enmarcará en los Programas de Desarrollo Agrario Integral con Enfoque Territorial
(PDET), y se ejecutará a partir de espacios de participación y decisión en la
planificación de los usos del suelo rural y el ordenamiento del territorio, como la
infraestructura física para la instauración de sistemas de producción local funcionales y
la acumulación de capital social y humano; materializados en estímulos a la economía
solidaria y cooperativa y en un mayor y mejor acceso a los bienes y servicios básicos
del bienestar.
Ahora, si bien PROMODIQUE no obedece a mecanismos de asignación o titulación de
tierras, sí logra enmarcarse en las líneas que abarcan la dinámica integral de esta acción,
y que se convierten a la vez en estrategias de creación de territorio que promulgan un
desarrollo endógeno local, preparando a las comunidades para la internalización de la
era del post-conflicto en sus modos de vida, como las iniciativas de construcción de
Planes de Desarrollo Alternativo por parte de las mismas comunidades, como sería
mostrado posteriormente.
20
En otros aspectos que conciernen a la reproducción de la sociedad campesina, los PDET
tienen como objetivo un relacionamiento equitativo entre el campo y la ciudad, por
medio de Planes de acción para la transformación regional, que incluyan todos los
niveles del ordenamiento con enfoque territorial, es decir, desde el tipo de relaciones
entre los actores (interacciones, forcejeos y negociaciones), los mecanismos de
apropiación y la construcción de instituciones desde la arquitectura social. Con estos
planes, entonces, se está apuntando a la generación de redes de actores o de actantes
que, a través de sus agencias y consecuentes traducciones, motivan la creación de
nuevos discursos en el imaginario social de la era de post-conflicto, que posibilitarán la
configuración de instituciones, convenciones o tradiciones, en el sentido de North y
Weber, direccionadas hacia la horizontalización de los poderes y de nuevos escenarios
de desarrollo.
Otras consideraciones del Acuerdo que atañen el apoyo al desarrollo de una nueva
ruralidad se encuentran también orientadas en el punto 2 Participación política:
apertura democrática para construir la paz, especialmente en los componentes 2.2, con
los mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación
directa y 2.3, con las medidas efectivas para promover una mayor participación en la
política nacional, regional y local, de todos los sectores, con sus subcomponentes 2.3.5.
promoción de una cultura política democrática y participativa; 2.3.6. promoción de la
representación política de poblaciones y zonas especialmente afectadas por el conflicto
y el abandono; y 2.3.7. promoción de la participación política y ciudadana de la mujer
en el marco del Acuerdo (ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ DEL GOBIERNO
DE COLOMBIA, 2016)
Por otro lado, los efectos propios del proceso de la sociedad de mercado y su
subsecuente globalización han generado un espacio en donde se logran reconocer las
disparidades socioeconómicas a nivel mundial, y los órdenes socioculturales y
antropológicos diferenciados, que hacen reflexionar al respecto de la ineficiencia en la
estandarización de los modelos de desarrollo de Occidente. Con ello, y conscientes de
las carencias que de forma homogénea impactan a la población mundial – pero que se
manifiestan en particularidades para cada país –, concernientes a la privación del acceso
a los servicios básicos del bienestar, se han conseguido formular metas de desarrollo
21
que, desde las habilidades para hacer y saber propias de las diferentes latitudes, se
pueden adelantar.
En la actualidad, la propuesta gira entorno a agendas globales de desarrollo como la
Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Agenda post 2015, en la que
se realiza una discusión a partir de los resultados que dejan los Objetivos de Desarrollo
del Milenio, y el Marco Decenal sobre Consumo y Producción Sostenibles que
promueve acciones de Cooperación Internacional hacia mudanzas significativas en los
impactos que dejan consigo las formas de consumo y producción, a favor de un
desarrollo integral sostenible.
La importancia de estas agendas globales radica en que al mismo tiempo funcionan
como mecanismos de evaluación y monitoreo, al respecto de la pertinencia de las
políticas públicas en los gobiernos, independientemente de su arquitectura social o
geográfica, y que son transversales a las metas de desarrollo sostenible. En este caso, las
iniciativas ejecutadas por el Proyecto, han logrado realizar una apuesta a la mayoría de
los objetivos enmarcados para la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible,
entre las cuales se resaltan aquellas de mayor impacto o pertinencia como muestra el
cuadro 1 a continuación:
22
Cuadro 1 Acciones de PROMODIQUE orientadas al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Punto de la agenda Objetivos Propuestos relevantes para
el Proyecto Medios de implementación relevantes Acciones resaltadas de PROMODIQUE dirigidas a los ODS
1. Terminar con la
pobreza en todas sus
formas, en todas las
partes
1.2. Para 2030 reducir a menos de la
mitad la proporción de hombres, mujeres
y niños de todas las edades viviendo en
la pobreza en todas sus dimensiones de
acuerdo con las definiciones nacionales
a. Asegurar una movilización significativa de
recursos, de fuentes variadas incluyendo a través
de la profundización de la cooperación para el
desarrollo, para proveer medidas adecuadas y
predecibles para los países en desarrollo, en
particular a PMA*, para la implementación de
programas y políticas para erradicar la pobreza en
todas sus dimensiones; b. Crear marcos
normativos sólidos a nivel nacional, regional e
internacional, basados en estrategias de desarrollo
en favor de los pobres y sensibles al enfoque y las
cuestiones de género, para apoyar la aceleración de
inversiones en acciones para la erradicación de la
pobreza
ACCIÓN TRANSVERSAL DE LA ESTRATEGIA. SE
DESTACAN:
*Al finalizar el proyecto se habrán fortalecido al menos 10
asociaciones mediante subvención a terceros
*En el mes 24 los emprendimientos apoyados se han fortalecido
técnica, administrativa y comercialmente
* El 70% de los emprendimientos apoyados generan ingresos para
sus asociados *Asistencia técnica y procesos de capacitación en las
huertas familiares: Con las familias beneficiarias se implementó una
estrategia de formación de tres talleres con las siguientes temáticas:
Huerta Familiar (Tipos de Huerta, selección del terreno, especies
locales, importancia nutricional de las especies cultivadas), Plan de
Cultivo (Principios de Producción Limpia, siembras, asociación de
hortalizas, rotación de cultivo, cercado de lote), Controles y
Cuidados (control de malezas y plagas, elaboración de abonos
orgánicos, labores culturales, manejo de post cosecha y economía
familiar), Reflexión sobre la importancia el trabajo en equipo
1.4. Para 2030 garantizar que todos los
hombres y mujeres, particularmente los
pobres y vulnerables, tengan los mismos
derechos a recursos económicos, así
como el acceso a servicios básicos, la
propiedad y control de la tierra y otras
formas de propiedad, la herencia, los
recursos naturales, la nueva tecnología
apropiada y los servicios financieros,
incluyendo las microfinanzas
1.5. Para 2030 erigir la resiliencia de los
pobres y aquellos en situaciones
vulnerables, y reducir su exposición y
vulnerabilidad a los fenómenos
climáticos extremos, choques y desastres
económicos, sociales y ambientales
* Articulación entre una de las asociaciones piscícolas de mujeres y
jóvenes estudiantes de la Institución Educativa Técnica
Agropecuaria de Puerto Badel (Arjona), facilitando el trabajo de la
asociación en cuanto a la recolección de los animales y el transporte
de los mismos desde el estanque hacia la zona de eviscerado
*Creada una asociación piscícola de segundo nivel que agrupa a 13
organizaciones para una mejor defensa de sus derechos y una
mejora de la producción, nombrada como Federación Piscícola y
Agropecuaria de la Costa (FEDEPAC)
23
2. Erradicar el
hambre, alcanzar la
seguridad alimentaria
y mejorar la
nutrición, promover
la agricultura
sostenible
2.4. Para 2030 asegurar los sistemas de
producción sostenibles de alimentos e
implementar prácticas agrícolas
resilientes que aumentan la
productividad y producción, que
contribuyan al mantenimiento de los
ecosistemas, que fortalezcan la
capacidad de adaptación al cambio
climático, al clima extremo, sequías,
inundaciones y a otros desastres, y que
progresivamente mejoren la calidad de la
tierra y el suelo
----
*Implementación entre la población focalizada de al menos 200
huertas, con un enfoque de sostenibilidad, buenas prácticas
agrícolas, educación nutricional, organización comunitaria
*Al finalizar el proyecto al menos el 75% de las 200 huertas están
en proceso de producción, sin embargo, se construyeron 226
huertas, de las cuales continuaron en el segundo año el proceso de
resiembra 195 familias, y tuvieron producción hasta finalizar el
proyecto 188.
*Implementación entre las asociaciones focalizadas de al menos 15
emprendimientos productivos agrícolas y pecuarios en sistemas
semiconfinados con especies locales (Aves, Cerdos Codornices,
Conejos, piscicultura entre otros) con un enfoque de sostenibilidad,
buenas prácticas educación nutricional, como apoyo a la seguridad
alimentaria local
*Instalación de Huertas Escolares con sistemas de riego integrados
en forma de parcelas demostrativas implementadas
2.5. Para 2020 mantener la diversidad
genética de las semillas, plantas
cultivadas, animales de granja y
domesticadas y de las especies silvestres
relacionadas, a través de la correcta
gestión de bancos diversificados de
semillas y plantas a nivel nacional,
regional e internacional, y asegurar el
acceso y la distribución justa y equitativa
de los beneficios derivados de la
utilización de los recursos genéticos y
los conocimientos tradicionales
asociados según lo acordado
internacionalmente
*Desarrollo de estrategias en 4 IE agropecuarios que permita
construir parcelas demostrativas, bancos de semillas tradicionales y
elaboración de abonos orgánicos
*Selección de las instalaciones de la Asociación Peces de Sión para
el montaje del laboratorio de alevinaje. En el área de alevinaje se
instalaron las bases de las piscinas, los desagües, el suministro de
agua y la aireación junto con el suministro de energía eléctrica
necesario para el funcionamiento óptimo del área
24
3. Asegurar vidas
sanas y promover el
bienestar para todos
en todas las edades
---- ----
*Huertas familiares, comunitarias y escolares
*Publicación de una cartilla para sistematizar la experiencia de
huertas familiares y generar conocimiento para la replicabilidad de
la metodología en otras familias
La cartilla se elaboró a partir de la metodología y ruta metodológica
para el establecimiento de una huerta, que define espacios,
materiales, variedades y tiempos, y consta de los procesos llevados
a cabo con la familia) *Campañas de promoción y
sensibilización a nivel local y regional-Red de consumidores
responsables, con la puesta en práctica a través de 3 Mercados
Campesinos
4. Asegurar una
educación inclusiva,
de calidad y
equitativa y
promover
oportunidades de
aprendizaje
permanente para
todos
4.4. Para 2030, aumentar en un x% el
número de jóvenes y adultos con
habilidades relevantes incluidas las
aptitudes técnicas y vocacionales, para el
empleo, trabajo decente y el
emprendimiento
----
*Al finalizar el proyecto el 100% de las parcelas de las Instituciones
Educativas funciona y tiene producción al finalizar el proyecto y
las parcelas se encontraban operativas. En todas se instalaron
sistemas de riego, se acondicionaron las parcelas y se procedió al
proceso de resiembra
*Fortalecimiento técnico administrativo de las iniciativas
identificadas y seleccionadas de mercados campesinos
4.5. En 2030, eliminar las disparidades
de género en la educación y garantizar la
igualdad de acceso a todos los niveles de
la educación y la formación profesional
de las personas vulnerables, incluidas
personas con discapacidad, los pueblos
indígenas, y los niños en situación de
vulnerabilidad
25
4.7. En 2013, asegurar que todos los
alumnos adquieran el conocimiento y las
habilidades necesarias para promover el
desarrollo sostenible y estilos de vida
sostenibles y estilos de vida sostenibles,
derechos humanos, igualdad de género,
promoción de una cultura de paz y no
violencia, ciudadanía global y la
apreciación de la diversidad cultural y de
la contribución de la cultura al desarrollo
sostenible
*Al finalizar el proyecto al menos 4 Instituciones Educativas han
integrado prácticas agropecuarias en sus pensum
*Formación en recolección, conservación de semillas y abonos
orgánicos en las Instituciones Educativas
*En el segundo año se dio continuidad a la metodología de trabajo
en el establecimiento de parcelas demostrativas, siguiendo las
temáticas descritas y la práctica de la teoría en dichas parcelass.
Continuó la capacitación en temas como Huertas Escolares,
Introducción a la piscicultura, Buenas prácticas de Producción
Acuícola, Buenas Prácticas Acuícolas y Generalidades e
infraestructura para el manejo de pollos de engorde entre otros.
5. Lograr la igualdad
de género y
empoderar a todas
las mujeres y niñas
5.5. Garantizar la participación plena y
efectiva de las mujeres y la igualdad de
oportunidades para el liderazgo en todos
los niveles de toma de decisiones en la
vida política, económica y pública
a. Emprender reformas para dar a las mujeres la
igualdad de derechos a los recursos económicos,
así como el acceso a la propiedad y el control de la
tierra y otras formas de propiedad, los servicios
financieros, la herencia y los recursos naturales, de
acuerdo con las leyes nacionales; c. Adoptar y
reforzar políticas sólidas y una legislación
aplicable para la promoción de la igualdad de
género y el empoderamiento de las mujeres y niñas
en todos los niveles
TEMA TRANSVERSAL EN LA ACCIÓN DE LA ESTRATEGIA,
SE DESCATAN:
*Temas central de las Escuelas de Formación Ciudadana para todas
las asociaciones de productores y grupos civiles
*Apoyo a la Asociación de Mujeres para el Desarrollo Integral de
Puerto Badel (AMUDIC) con emprendimiento piscícola y enfoque
tranversal de género y empoderamiento territorial
6. Asegurar la
disponibilidad y el
manejo sostenible
del agua y el
saneamiento para
todos
---- ----
*Construcción de pozos que están ayudando a las comunidades a
hacer frente a periodos de sequía que son frecuentes. Construcción
de sistemas de riego en huertas escolares y en emprendimientos
agropecuarios que carecían de acceso continuo y de calidad del
recurso hídrico
*Perforación de un pozo subterráneo para el abastecimiento del
laboratorio de alevinaje.
26
7. Garantizar el
acceso a energía
asequible, confiable,
sostenible y moderna
para todos
---- ----
*Suministro de energía eléctrica contínua para el funcionamiento de
la Asociación de Segundo Nivel piscícola Federación Piscícola y
Agropecuaria de la Costa (FEDEPAC)
8. Promover el
crecimiento
económico
sostenido, inducido y
sostenible, el empleo
pleno y productivo y
el trabajo decente
para todos
8.3. Promover políticas orientadas al
desarrollo para apoyar las actividades
productivas, la creación de empleo
decente, el emprendimiento, la
creatividad y la innovación y fomentar la
formalización y crecimiento de las
micro, pequeñas y medianas empresas a
través del acceso a servicios financieros
*En el mes 24 del proyecto, los Consejos municipales de desarrollo
rural (CMDR) de 12 municipios priorizados cuentan con un Plan de
acción y un Plan de desarrollo rural alternativo para posicionar en la
formulación del Plan de Desarrollo 2016-2019.
*En el mes 24, al menos 3 asociaciones de mercados campesinos
han sido fortalecidas. Desde el inicio del proyecto se trabajó en el
fortalecimiento de 2 asociaciones de mercados campesinos de
Atlántico, mientras que en el segundo año se identificó y fortaleció
una iniciativa en Bolívar. El fortalecimiento ha consistido en
aspectos administrativos, técnicos, de mercadeo y sociales, así
como en la dotación de herramientas de trabajo *Apoyo en el
proceso de comercialización, marketing y proveeduría inclusiva,
mecanismos de venta directamente de las manos del productor al
consumidor final. Se resaltan las ruedas de negocio ICBF oferta
local en Cartagena, Feria de negocios Bolívar Agro en la
gobernación de Bolívar, Feria de iniciativas Nuevos Territorios de
Paz
* Creada una asociación piscícola de segundo nivel (FEDEPAC)
que agrupa a 13 organizaciones para una mejor defensa de sus
derechos y una mejora de la producción.
8.6. Para el 2020, reducir
sustancialmente la proporción de jóvenes
sin empleo, educación o formación.
*Apoyo a la Asociación de Jóvenes Avicultores de Leña
ASOAVIJOLES a través del impulso a emprendimiento pecuario
con la implementación de talleres de formación que buscaran
mejorar las capacidades, habilidades y destrezas en los
componentes técnico, organizacional, administrativo y contable
*Se desarrollaron 70 visitas de asistencia técnica a las Instituciones
Educativas que incluyen visitas de identificación, reuniones de
socialización, talleres técnicos tanto con alumnos como con
docentes y visitas de seguimiento a los proyectos productivos
27
8.8. Proteger los derechos laborales y
promover entornos de trabajo seguros y
protegidos para todos los trabajadores,
incluidos los trabajadores migrantes, en
particular las mujeres migrantes y las
personas con empleos precarios
*Apoyo a Asociación Comunitaria Unión Paraíso Víctimas de la
Violencia, a la Asociación Nacional Agropecuaria Camino Verde
conformada por desplazados de la violencia y a la Asociación de
Desplazados y Víctimas de Repelón ASODEVIERA, con el
impulso a emprendimiento productivo agropecuario, mediante
talleres de formación en las áreas técnica, administrativa,
organizativa y comercialización de especies menores, piña y papaya
9. Construir
infraestructura
resiliente, promover
la industrialización
inclusiva y sostenible
y fomentar la
innovación
9.4. Para 2030, mejorar y actualizar la
infraestructura y readaptar las industrias
para hacerlas sostenibles, con mejor
eficiencia en el uso de los recursos y una
mayor adaptación de tecnología
industriales, limpios y amigables con el
ambiente, con todos los países tomado
estas medidas de conformidad con sus
respectivas capacidades
b. Ayudar al desarrollo de la tecnología local, la
investigación y la innovación en los países de
desarrollo garantizando un entorno normativo
propicio para entre otras cosas, la diversificación
industrial y la adición de valor a los productos
básicos
*Implementación entre las asociaciones focalizadas de al menos 15
emprendimientos productivos agrícolas y pecuarios en sistemas
semiconfinados con especies locales (Aves, Cerdos Codornices,
Conejos, piscicultura entre otros) con un enfoque de sostenibilidad,
buenas prácticas educación nutricional, como apoyo a la seguridad
alimentaria local
*Capacitaciones en administración, inventarios y costos
*Dentro del componente de apoyo a reforestación, se adjudicó un
sistema de riego por micro aspersión, con su electro bomba para la
irrigación del lote de una hectárea del lote perteneciente a
ASOFRUPA, la cual será cultivada con árboles frutales, haciendo
de la asociación un sistema de producción de frutales. Al mismo
tiempo se les hizo entrega de un plan de fertilización a dos años
para el manejo de los árboles
*Construcción de sistemas de riego en huertas escolares y en
emprendimientos agropecuarios que carecían de acceso continuo y
de calidad del recurso hídrico
10. Reducir la
desigualdad dentro y
entre los países
10.2. Para 2030, potenciar y promover la
inclusión social, económica y política de
todos independientemente de la edad,
sexo, discapacidad, raza, etnia, origen,
religión o condición económica de otro
tipo
----
*En el mes 24 de ejecución, 261 representantes de distintas
Organizaciones Sociales de Base (112 hombres y 149 mujeres) de
18 municipios, participaron de 9 núcleos de Escuelas de Ciudadanía
que atendieron todos los municipios en temas de Participación
ciudadana, Organización para la gestión y la incidencia, Conflictos
territoriales y derecho al territorio y Enfoques diferenciales.
28
10.3. Garantizar la igualdad de
oportunidades y reducir las
desigualdades de los resultados, en
particular mediante la eliminación de
leyes, políticas y prácticas
discriminatorias y promover la
legislación adecuada, las políticas y
acciones en este sentido
Intercambio de experiencias enre las escuelas
*Al finalizar el proyecto se han dinamizado al menos 4 espacios de
comercialización directa. Desde el proyecto se han impulsado con
los mercados campesinos 20 espacios de comercialización directa
que funcionan en las plazas y parques de Barranquilla todos los
sábados y domingos * Creada una
asociación piscícola de segundo nivel que agrupa a 13
organizaciones para una mejor defensa de sus derechos y una
mejora de la producción. 10.7. Facilitar una migración y
movimiento de personas ordenada,
segura, regular y responsable, a través de
la implementación de políticas
migratorias planificadas y bien
gestionadas
11. Hacer que las
ciudades y
asentamientos
humanos sean
inclusivos, seguros,
resilientes y
sostenibles
11.4. Fortalecer los esfuerzos para
proteger y salvaguardar el patrimonio
cultural y natural del mundo
a. Apoyar vínculos económicos, sociales y
ambientales positivos entre las zonas urbanas,
periurbanas y rurales mediante el fortalecimiento
de la planificación para el desarrollo nacional y
regional
*Al finalizar el proyecto se han adoptado y se están implementando
estrategias para la promoción de los productos representativos de la
región. La Universidad de Cartagena fue la entidad encargada de
construir participativamente el plan de marketing territorial de tres
productos representativos, como lo son los bollos de Turbana, los
productos lácteos del sur del Atlántico y las artesanías de Usiacurí.
*Incentivo de aspectos identitarios de la Economía Campesina y
fomento del relevo generacional a través del trabajo comunitario
realizado con las Instituciones Educativas
* Impulso a los Sistemas Productivos Locales
* Reforestación de árboles (4783 frutales y 1377 maderables
12. Asegurar
patrones de consumo
y producción
sostenibles
12.1. Aplicar el Marco Decenal de
Programas sobre Consumo y Producción
Sostenibles (10 YFP), en que todos los
países toman medidas con los países
desarrollados tomando la iniciativa,
tomando en cuenta el desarrollo y las
capacidades de los países en desarrollo
----
*Actividades de huertas familiares, comunitarias y escolares
*Potencialización de los mercados campesinos existentes para la
comercialización local de alimentos de la agricultura familiar en
zonas estratégicas
*Campañas de promoción y sensibilización a nivel local y regional-
Red de consumidores responsables
*Elaboración de plan de marketing de al menos 3 productos
29
12.3. En el 2013, reducir a la mitad el
desperdicio de alimentos per cápita a
nivel de punto de venta y consumo y
reducir las pérdidas de alimentos a lo
largo de las cadenas de producción y
suministro, incluyendo las pérdidas,
posterior a la cosecha
representativos de la producción y/o gastronomía local
12.8. Para 2030, asegurar que todas las
poblaciones tengan la información y el
conocimiento relevante para el desarrollo
sostenible y los estilos de vida en
armonía con la naturaleza
* Se destacan trabajos de integración entre la comunidad y las
Instituciones Educativas a través de: una huerta por institución
(sistema de riego instalado con producción de lechuga, pepino,
frijol tomate, pimentón, berenjena, cilantro, cebollín, habichuela),
dos estanque piscícolas y pollos de engorde, con enfoque de Parcela
Demostrativa Implementada
*Elaboración de un documento analítico que reúne y complementa
las investigaciones existentes, focalizado en el sector piscícola
13. Adoptar medidas
urgentes para
combatir el cambio
climático y sus
impactos
13.2. Integrar medidas de cambio
climático en las políticas, estrategias y
planificación nacional
----
*Al finalizar el proyecto, al menos 16 organizaciones productivas
de 12 municipios priorizados han implementado sus Planes
Operativos Anuales Organizativos enfocados a la organización para
la producción y la gestión del riesgo.
*Construcción de pozos que están ayudando a las comunidades a
hacer frente a periodos de sequía que son frecuentes
*Reforestación con árboles (4783 frutales y 1377 maderables
13.3. Mejorar la educación, la
sensibilización y la capacidad humana e
institucional en la mitigación del cambio
climático, la adaptación, la reducción del
impacto y de alerta temprana
30
14. Conservar y
utilizar de manera
sostenible los
océanos, mares y
recursos marinos
para el desarrollo
sostenible
14.4. En 2020, regular de manera
efectiva la cosecha y acabar con la
sobrepesca, la pesca ilegal, no declarada
y no reglamentada (INDNR) y las
prácticas de pesca destructivas y aplicar
planes de gestión basados en la ciencia
para restaurar las poblaciones de peces,
al menos a niveles que puedan producir
el máximo rendimiento sostenible
determinadas por sus características
biológicas en el menos tiempo posible
b. Proporcionar acceso de los pescadores
artesanales de pequeña escala a los recursos
marinos y los mercados
*Apoyo a 8 emprendimientos de estanques piscícolas y de cuerpos
de agua artificiales en toda la cadena productiva, desde la materia
prima (cálculo de densidad de siembra, suministro de cantidades y
tipo de alimento adecuado) hasta la identificación de canales de
comercialización, a través de asesoría técnica y capacitación para la
generación de habilidades *Construcción de
laboratorio de alevinaje en beneficio de la asociación de segundo
nivel (FEDEPAC) a favor del empoderamiento territorial y la
eficiencia de sus sistemas de producción acuícolas 14.7. En 2030 aumentar los beneficios
económicos para los pequeños Estados
insulares y los PMA de la utilización
sostenible de los recursos marinos, en
particular mediante la gestión sostenible
de la pesca, acuicultura y el turismo**
15. Proteger,
restaurar y promover
el uso sostenible de
ecosistemas
terrestres, gestionar
sosteniblemente los
bosques, combatir la
desertificación,
detener y revertir la
degradación de la
tierra y frenar la
pérdida de
biodiversidad
15.2. Para 2020, promover la
implementación de la gestión sostenible
de todos los tipos de bosques, detener la
deforestación, restaurar los bosques
degradados y aumentar la forestación y
reforestación en un porcentaje x% a
nivel global
b. Movilizar de manera significativa los recursos
de todas las fuentes y en todos los niveles para
financiar la gestión forestal sostenible, y
proporcionar incentivos adecuados para los países
en desarrollo para promover la gestión forestal
sostenible, incluida la conservación y
reforestación; c. Aumentar el apoyo mundial a la
caza furtiva y el tráfico de especies protegidas,
incluso mediante el aumento de la capacidad de las
comunidades locales para aprovechar las
oportunidades de medios de vida sostenible
*Apoyo en los procesos de reforestación de frutales en las zonas
focalizadas, que vincule a jóvenes, mujeres y líderes locales;
actividad que deberá ser condicional para la participación en las
estrategias de seguridad alimentaria y en los emprendimientos
locales. En el mes 24, se planeaba reforestar al menos 2000 árboles
frutales, sin embargo, en el desarrollo del proyecto se reforestó con
un total de 6.160 árboles (4783 frutales y 1377 maderables). El
efecto de este trabajo es doble. Por un lado se mejora la seguridad
alimentaria en las zonas atendidas, y al mismo tiempo se mejorarán
las condiciones edáficas de las zonas y habrá mayor protección de
los acuíferos
* Identificación de los frutales de acuerdo a los usos del suelo y
vocaciones productivas municipales
15.3. Para el año 2020, luchar contra la
desertificación y la restauración de la
tierra y los suelos degradados, incluidas
las tierras afectadas por la
desertificación, la sequía y las
inundaciones y esforzarse por lograr un
mundo neutral en la degradación del
suelo
31
15.6. Asegurar la participación justa y
equitativa en los beneficios derivados de
la utilización de los recursos genéticos, y
promover el acceso apropiado a los
recursos genéticos
*Selección de las instalaciones de la Asociación Peces de Sión para
el montaje del laboratorio de alevinaje. En el área de alevinaje se
instalaron las bases de las piscinas, los desagües, el suministro de
agua y la aireación junto con el suministro de energía eléctrica
necesario para el funcionamiento óptimo del área
16. Promover
sociedades pacíficas
e inclusivas para el
desarrollo sostenible,
proveer acceso a la
justicia para todos y
construir
instituciones
efectivas,
responsables e
inclusivas en todos
los niveles
16.1. Reducir significativamente todas
las formas de violencia y las tasas de
mortalidad relacionadas en todas partes a. Fortalecer las instituciones nacionales
pertinentes, incluyendo mediante la cooperación
internacional, para la construcción de capacidades
en todos los niveles, en particular en los países en
desarrollo, para la prevención de la violencia y la
lucha contra el terrorismo y la delincuencia
*Al finalizar el proyecto, las Mesas de víctimas de 6 municipios,
cuentan con Plan de acción, Plan de exigibilidad de cumplimiento
de la política pública para víctimas y Plan de autoprotección. Ya se
han finalizado y han sido aprobados por las Mesas los Planes de
Acción o Planes de Trabajo y los Planes de Exigibilidad o Planes de
Incidencia en Cartagena, Barranquilla, Piojó, Calamar, Repelón,
Turbana y Mahates. De igual manera se cuenta ya con Planes de
Protección en Cartagena, Piojó, Calamar, Turbana y Repelón.
Realización de 12 talleres (2 por municipio) sobre Planeación e
incidencia en la política pública de víctimas, municipal y
departamental. Realización de 18 talleres (3 por municipio) sobre
autoprotección para la incidencia
*Apoyo a Asociación Comunitaria Unión Paraíso Víctimas de la
Violencia, a la Asociación Nacional Agropecuaria Camino Verde
conformada por desplazados de la violencia y a la Asociación de
Desplazados y Víctimas de Repelón ASODEVIERA, con el
impulso a emprendimiento productivo agropecuario, mediante
talleres de formación en las áreas técnica, administrativa,
organizativa y comercialización de especies menores, piña y papaya
16.6. Desarrollar instituciones eficaces,
responsables y transparentes a todos los
niveles
*Ejecución de foros públicos con candidatos a las alcaldías en los
municipios de Mahates, Repelón, Santa Catalina, Manatí, Juan de
Acosta y Tubará, en los que se apoyó la elaboración del Plan de
Desarrollo Alternativo formulado por las OBS de los municipios,
con la participación de 847 personas (468 hombres y 379 mujeres).
* Iniciativa de revisión y cuestionamiento del Plan de Desarrollo
del municipio de Arjona por parte de la comunidad del
corregimiento de Puerto Badel, con enfoque de la inclusión de la
32
16.7. Garantizar la toma de decisiones
receptiva, inclusiva, participativa y
representativa en todos los niveles
actividad acuícola y demás actividades orientadas hacia el bienestar
social y económico *Construcción participativa de los estatutos de
la creación de una asociación de segundo nível que congregó 12
organizaciones piscícolas, quedando registradas las disposiciones
internas, el funcionamiento y desarrollo de los objetivos, toma de
decisiones, designación de administradores y órganos de
fiscalización, su disolución y liquidación. Ante la Cámara de
Comercio se realizó el registro de las firmas autenticadas y las actas
de la asamblea
16.10. Garantizar el acceso público a la
información y proteger las libertades
fundamentales, de conformidad con la
legislación nacional y acuerdos
internacionales
17. Fortalecer los
medios de aplicación
y revitalizar la
alianza global para el
desarrollo sostenible
17.9. Mejorar el apoyo internacional
para la aplicación de creación de
capacidad efectiva y focalizada en los
países en desarrollo para apoyar los
planes nacionales para aplicar todos los
objetivos de desarrollo sostenible,
mediante la cooperación triangular
Norte-Sur y Sur-Sur ----
PROMODIQUE es una iniciativa de la Cooperación Internacional,
ejecutada en el marco del Programa Nuevos Territorios de Paz
articulado entre la Unión Europea y el Gobierno de Colombia. Se
aunaron esfuerzos entre la Delegación de la Unión Europea, el
Movimiento por la Paz (ONG), La Fundación Hogar Juvenil (ONG)
y la Fundación Universitaria Católica del Norte (privado) y que
contó con el apoyo humano de las administraciones locales. La
acción ha demostrado ser coherente con las políticas nacionales de
desarrollo y con la mayoría de los objetivos estipulados en las
agendas de desarrollo global, como los ODS, el Marco decenal de
producción y consumo sostenibles y la agenda post-2015
17.14. Mejorar la coherencia de las
políticas para el desarrollo sostenible
17.17. Incentivar y promover
asociaciones públicas, público-privado y
de sociedad civil eficientes, basándose
en la experiencia y la dotación de
recursos de alianzas estratégicas
* Países Menos Avanzados
** NOTA: Colombia no hace parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM). Tema sensible por los procesos con Nicaragua
Fuente: elaboración propia a partir de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Naciones Unidas, 2016
33
De igual forma, el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, en su intención de
incorporar en su agencia los caminos que proponen una senda de desarrollo territorial,
incluye los objetivos estipulados en las agendas, principalmente en la Agenda post-
2015. Esta agenda realiza una evaluación de las acciones y esfuerzos invertidos en los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), a partir de la percepción de las
comunidades a nivel mundial sobre la gestión de sus gobiernos en virtud del
mejoramiento de las condiciones de vida.
La relevancia de esto es que permite realizar una reflexión sobre la eficiencia del
desarrollo territorial, y cómo iniciativas como PROMODIQUE apuntan a ello,
especialmente cuando en su debate sobre las percepciones, el mensaje más importante
que deja la sociedad es su deseo de estar comprometida: “la gente quiere ser socia de
llena en la implementación de una agenda que directamente afecta sus vidas” (UNITED
NATIONS DEVELOPMENT GROUP, p. 10, 2014).
La Agenda establece seis diálogos de reflexión, a saber, la localización de la Agenda, en
la que se hace un llamado para que los gobiernos creen espacios y mecanismos para el
compromiso y a la inclusión de todos los actores, especialmente los más vulnerables, en
el diseño e implementación de políticas. Luego, está el diálogo sobre las capacidades e
instituciones eficientes, que establece que las instituciones transformativas generan una
agenda transformativa, y que las capacidades desarrolladas en este sentido deben ser
transversales en los planes nacionales de desarrollo.
En tercer lugar, está el monitoreo y la evaluación participativa, en donde invertir en un
sistema estadístico y de indicadores estimulan la evaluación y el seguimiento de los
impactos e implementaciones de la política pública. Un cuarto diálogo, se localiza en la
cultura, que juega un papel importante en los esfuerzos de desarrollo económico
sostenible, relacionados con las alternativas creadas desde las capacidades y habilidades
de los actores sobre sus modos de vida y las oportunidades laborales.
El quinto, apunta hacia la sociedad civil como actor fundamental en la alineación de las
prioridades de los diferentes interesados; así, “asociaciones intersectoriales y el
incremento de oportunidades de compromiso cívico son necesarios para agregar valor a
34
la implementación de los ODS” (Ibid., p. 20). Finalmente, el sexto diálogo señala al
sector privado como movilizador de capacidades para la construcción de un ambiente
asociativo, y para movilizar la sostenibilidad de las finanzas privadas en la inversión.
Un aspecto relevante en la construcción de los ODS, es el consumo y producción
responsables en el Marco Decenal sobre Consumo y Producción Sostenibles (10 YFP),
que representa un marco global de acción para mejorar la cooperación internacional al
respecto de cambios de consumo y producción en los países, además de fomentar el
conocimiento e intercambios de experiencias, y facilita el acceso a recursos técnicos y
financieros. De forma más específica, sus objetivos son:
Acelerar el cambio hacia el Consumo y Producción Sostenibles (CPS),
apoyando iniciativas y políticas regionales y nacionales.
Contribuir a la eficiencia de los recursos y desvincular el crecimiento económico
de la degradación ambiental y del uso de los recursos, a la vez que se crea
trabajos decentes y oportunidades económicas, y contribuye a la erradicación de
la pobreza y a la prosperidad compartida
Incorporar el CPS dentro de las políticas de desarrollo sostenible, programas y
estrategias, como sea apropiado, incluyéndolo en las estrategias de disminución
de la pobreza
Apoyar la construcción de capacidades y facilitar el acceso a la asistencia
técnica y financiera para países en desarrollo, apoyando la implementación de
actividades CPS a los niveles regionales, sub-regionales y nacionales
Permitir que todas las partes interesadas para compartir información y
conocimiento sobre herramientas CPS, iniciativas y mejores prácticas, logrando
sensibilización y mejoramiento de la cooperación y el desarrollo de nuevas
asociaciones, incluyendo las del sector público-privado.
La experiencia de PROMODIQUE, además de ser la prueba tangible de la unión de
esfuerzos a través de la cooperación internacional por el desarrollo endógeno local en
comunidades vulnerables en materia socioeconómica, ha delineado de forma transversal
en sus propósitos la producción de bienes de consumo que garanticen la seguridad
alimentaria y nutricional en el territorio, además de generar fuentes de ingresos en un
35
contexto de sostenibilidad económica, social, institucional, política y ambiental; asunto
que ha sido transversal en la creación de la estrategia y de su puesta en práctica, al
generar con ello capacidades de resiliencia frente a externalidades, que pueden llegar a
modificar los modos y proyectos de vida de los individuos del territorio.
Simultáneamente, se presentan otro tipo de iniciativas a nivel nacional y regional, sobre
las que las estrategias a favor de una nueva ruralidad logran obtener legitimidad en los
espacios de política pública; como el Marco para la Transformación del Campo
Colombiano en el que se pretenden definir, a partir del reconocimiento de las
particularidades propias del espacio rural, los lineamientos de política pública pertinente
y las herramientas de acción, a favor de lo que consideran una transformación del
desarrollo rural.
Es así como en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, con miras a la configuración
de escenarios de legitimidad, en beneficio de las transformaciones estructurales
necesarias para la generación de bienestar en el campo, y conscientes de la inmensa
deuda que el país ha acumulado con su sector rural en diferentes aspectos a lo largo de
su historia, estipula en su VII línea de acción Transformación del Campo, seis objetivos
principales en beneficio de un desarrollo integral, que se combinan con los
planteamientos del Acuerdo de Paz direccionados hacia la reparación de las víctimas –
que han sido en su mayoría rurales –, en temas relacionados con el derecho y acceso a
los derechos de propiedad y a un ambiente de justicia y paz como garante de las
estrategias que pretenden constituir una territorialidad.
Con ello, los objetivos de esta línea del Plan se orientan a: a) Ordenar la ruralidad a
partir del acceso a la tierra y a los derechos de propiedad para los productores rurales,
incluida en un ambiente de seguridad jurídica para la formalización de la tierra y del uso
eficiente del suelo (por sobreutilización y subutilización) y de los recursos; b) La
prestación de servicios sociales básicos para mitigar los efectos migratorios de la
pobreza rural y la dicotomía urbano-rural en términos de desigualdad social; c) Ampliar
la clase media rural a través de intervenciones pertinentes e integrales y de la inclusión
productiva; d) Impulsar la competitividad rural con la provisión de bienes y servicios
sectoriales; e) Generar un arreglo institucional que responda a las necesidades de la
36
territorialidad por parte de los actores locales en temas de justicia agraria, participación
política con enfoque étnico y un sistema de información como insumos para la política
pública y; f) la consolidación de territorio a partir de políticas públicas diferenciales
para grupos indígenas y del pueblo Rrom.
De acuerdo con lo anterior, si bien realizar un análisis al respecto de la pertinencia y
eficacia que han tenido las estrategias de política pública colombiana en el marco de
esta línea, es tedioso y no forma parte esencial de este examen, lo que sí puede
percibirse es un cambio en la concepción de la territorialidad a través de la intención de
incluir en su organización y reproducción la agencia activa de los propios agentes
locales; es decir, se percibe un ambiente que permite una negociación de arriba para
abajo y de abajo para arriba, en donde se pretende, además, un desarrollo de las
habilidades para hacer y saber dirigidas hacia la creación de iniciativas pertinentes de
participación horizontal, que incentiven agencias y traducciones cada vez menos
pasivas. Tal vez, aunque paulatinamente en el imaginario institucional, sí estamos a
puertas de lo que para Escobar representa la era del posdesarrollo.
Posteriormente, y relacionado con reconocer a PROMODIQUE como una estrategia de
desarrollo regional, enmarcarse en la línea XI de Estrategias regionales: ejes
articuladores del desarrollo y prioridades para la gestión territorial, resulta pertinente
en la medida que se apunta a las prioridades que el país tiene en materia de política
pública para el Caribe colombiano – en donde se localiza la subregión del Canal del
Dique y Zona Costera – y al cierre de las disparidades regionales. Esto, no representa
más que una coherencia frente a lo que se ha discutido al respecto del enfoque orientado
al actor, en donde identificar las particularidades propias de los territorios y de los
actantes, incentiva a la reproducción social de acuerdo con su capacidades, habilidades,
necesidades y configuraciones sociales, culturales y antropológicas a favor de la
endogenización de las externalidades en sus mundos de vida.
Caribe próspero, equitativo y sin pobreza extrema es la propuesta resultante de los
elementos aportados por los actores territoriales en el marco de los Diálogos Regionales
para la Construcción del PND 2014-2018, y en donde aspectos como la pobreza
multidimensional, la vulnerabilidad a nivel ambiental y sanitario, y la inseguridad
37
alimentaria y nutricional destacan la región a nivel nacional. En tal escenario, la línea
propone cuatro estrategias de política pública que intervienen en la promoción del
desarrollo endógeno local para la región. La primera se dirige hacia la disminución de
los índices de pobreza, especialmente en zonas críticas como La Guajira, el sur de
Bolívar, Magdalena y Sucre, a partir de la provisión de bienes y servicios sociales y la
inclusión productiva.
Una segunda estrategia pretende implementar un modelo de desarrollo económico
sostenible de acuerdo a las características particulares a nivel territorial y poblacional,
para aumentar la competitividad y la productividad del interior y sur de la región. Ello,
por medio de modelos de desarrollo integrales e incluyentes, el incentivo al rescate de
los factores identitarios y culturales volcados hacia el sector turístico, la conectividad
terrestre, la eficiencia de los sistemas hídricos con fines productivos, la inclusión laboral
y el fomento a la gobernanza local. La tercera estrategia promueve la protección y
conservación de los ecosistemas marinos, costeros y terrestres con el fin de generar
capacidades de adaptación al cambio climático (sequías e inundaciones) y de
mejoramiento de las condiciones de vida; al igual que el repoblamiento de ciénagas
estratégicas para el ordenamiento de la actividad pesquera. Luego, la cuarta estrategia
apuesta al cierre de brechas entre el caribe insular y colombiano y avanzar hacia una
reserva próspera, segura y sostenible.
Finalmente, considerando que la guerra ha dejado impactos considerables en las
dinámicas socioeconómicas, políticas e institucionales desde mediados del siglo XX
hasta iniciado el nuevo milenio, como será evidenciado en apartados posteriores, esta
estrategia también se encuentra enmarcada bajo los lineamientos de la Ley 1448 de
2011, por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación a las víctimas
del conflicto armado interno y demás disposiciones. Con esta Ley, se consigue legitimar
las acciones emprendidas por PROMODIQUE al respecto de las medidas
socioeconómicas que ampara para la generación de un contexto de garantías a la
promoción de medios y modos de vida sostenibles y al desarrollo endógeno local.
En síntesis, poseer un marco institucional que aporte la implementación de estrategias
integrales como PROMODIQUE, establece una base sobre la cual apoyarse en la
38
generación de un ambiente de bienestar unificado con las iniciativas de los gobiernos
locales, y del contexto global en el que constantemente se está interactuando. En
simultánea, la coherencia entre lo que todos los agentes de desarrollo buscan para las
comunidades, promueve en el mediano y largo plazo, mudanzas significativas en la
percepción del desarrollo y en la construcción social de los territorios, a partir y a favor,
de cambios institucionales que generan una territorialidad funcional y apoya los
proyectos de vida de los individuos.
3. Contextualización del proyecto PROMODIQUE
3.1.Generalidades del territorio
Obtener un panorama general sobre la composición sociodemográfica, económica,
cultural, ambiental e institucional del territorio en el que PROMODIQUE – de ahora en
adelante, el Proyecto – ha incidido como un actor del territorio del Canal del Dique y
Zona Costera, conformado por algunos municipios del departamento del Atlántico y
Bolívar, permite conocer de antemano cómo las características tangibles e intangibles de
la subregión han incidido en su nivel de desarrollo socioeconómico, específicamente en
su ruralidad. De esta forma, se posibilita observar la pertinencia del Proyecto y los
posibles impactos generados sobre la organización del territorio, a partir del trabajo
realizado con las comunidades campesinas. Este panorama, apunta a la realización de un
análisis integral concebido a través del localismo, dejando de lado las fronteras políticas
que dividen a los municipios y departamentos de incidencia; no obstante, en algunos
momentos un examen a este nivel, podrá ser necesario para realizar evaluaciones más
puntuales, no se convirtiendo necesariamente en materia de análisis.
El Canal del Dique y Zona Costera – CDZC – es una subregión ubicada al noroccidente
colombiano, perteneciente a la región de la Costa Caribe. Su temperatura promedio es
de 28,3 ºC, con una altura media de 64,28 msnm (CEDEC, 2013) y se caracteriza –
principalmente en el Canal del Dique – por poseer un clima seco tropical-semiárido, con
un régimen de lluvias anuales que oscila entre los 800 mm y los 2000 mm; siendo
septiembre y octubre los meses de mayores precipitaciones – con promedios mensuales
de 111 mm y 128 mm – y entre diciembre y marzo los meses mayor tiempo seco. No
obstante, la combinación de altas temperaturas y numerosos cuerpos de agua y
39
pantanales allí existentes, hacen que la evaporación pueda llegar a ser mayor o igual al
nivel de precipitaciones, generando una alta humedad y un déficit hídrico durante la
mayor parte del año (Díaz, 2006).
De manera más precisa, el Canal del Dique, eje estructurador compartido por los
departamentos del Atlántico y Bolívar, comprende una estructura fluvial artificial de
113 km. que comunica al río Magdalena con la Bahía de Cartagena, uniéndose en su
boca ubicada en el municipio de Calamar (Bolívar). La utilidad de esta infraestructura,
cuya construcción se remonta al siglo XVI, se ha fundamentado históricamente en el
transporte de productos como los hidrocarburos – que adquiere mayor fuerza y
capacidad con la apertura de la refinería de Cartagena en 1956 – y otros propios del
comercio internacional y regional, además de abastecer el recurso hídrico para el
consumo humano y para los distritos de riego de los que dependen las actividades
agropecuarias de la subregión.
En su génesis, la construcción del Canal fue incentivada por la necesidad naciente de los
colonizadores de adentrarse en la zona andina del país, en donde ejecutaban sus
actividades de poblamiento – entre las que se encontraban la Encomienda1 – y de
comercialización de recursos desde y hacia la Nueva Granada. De esta forma, una vía de
comunicación fluvial, que comunicara al interior del país con el puerto, evitaría la
travesía por vía terrestre dispendiosa y peligrosa, particularmente durante el invierno
lluvioso de la llanura (Ibid.). El nuevo puerto, alternativo a los puertos españoles,
resultaba ser una interesante estrategia para participar activamente en el comercio
exterior con los productos del país andino (Bell, 1989). Las figuras 1 y 2 exponen la
composición geomorfológica del Canal y la ubicación de los municipios de la cuenca.
Figura 1 Ubicación del Canal del Dique. Uso y cobertura del área de cuenca
hidrográfica
1 La Encomienda es una institución que consiste en la entrega de tierras e indios que viven en ella a los conquistadores, en mérito de sus servicios a la Corona, cualesquiera sean la extensión territorial y el número de aborígenes que en ella tienen asiento. A juzgar por las disposiciones de la Corona, el fin de la Encomienda era eminentemente el de la creación de poblados, lo que específicamente se señalaba en dichas leyes, con una triple intención: a) la de establecer núcleos tendientes a la agrupación de personas, con vistas a la creación de focos de consumo de los artículos de la economía española; b) la de desarrollar la producción en las zonas mineras, y c) la de impedir el crecimiento agrícola de productos de producción española (Copland, 1978).
40
Fuente: Sitio web Corporación Autónoma Regional del Atlántico CRAUTONOMA
www.crautonoma.gov.co
Figura 2 Municipios de intervención PROMODIQUE CDZC
41
Fuente: Fuente: Google Maps y Sitio web Corporación Autónoma Regional del Atlántico
CRAUTONOMA www.crautonoma.gov.co
La figura 1 expone el cauce del Canal del Dique identificado como una S, de color
verde vivo y azul, que atraviesa algunos municipios de los departamentos de Bolívar y
Atlántico, identificados en la figura 2. Estos colores evidencian una enorme llanura
aluvial compuesta por cuerpos de agua, humedales y ciénagas; una estructura
constantemente propensa a la inundación y que su vez, funciona como amortiguador del
caudal del Canal (Ibid.).
Es menester señalar que el Proyecto no intervino todos los municipios de la cuenca y no
todos de la zona costera, sino en diecisiete de la primera (Turbana, Turbaco, Arjona,
Mahates, Calamar, Santa Lucía, San Estanislao, Repelón, Manatí, Campo de la Cruz,
Suán, Sabanalarga, Piojó, Usiacurí, Candelaria, Soplaviento y Cartagena de Indias) y
cinco de la segunda (Tubará, Juan de Acosta, Barranquilla, Santa Catalina y Santa
42
Rosa), escogidos como área de influencia del Programa Nuevos Territorios de Paz2; una
iniciativa de apoyo a la promoción de estrategias locales y regionales financiada por la
Unión Europea y el Gobierno de Colombia que cuenta con la Corporación Desarrollo y
Paz del Canal del Dique y Zona Costera como aliado estratégico.
La definición de los municipios de intervención de NTP fue realizada por Socios
Estratégicos Territoriales y establecida en el Documento CONPES 3731, basándose en
criterios de participación en la problemática detectada para atender con los componentes
del Programa, y en las posibilidades de organizar respuestas efectivas a partir del acceso
y compromiso de los actores locales (DEPARTAMENTO NACIONAL DE
PLANEACIÓN, 2012).
Ahora bien, la variedad de las propiedades agroecológicas del CDZC, hacen que, según
Sánchez (2011), la fertilidad de los suelos del Atlántico sea en su mayoría Moderada
(61,9%), seguida de Muy Baja (21,4%), mientras que para Bolívar la calidad se
encuentra distribuida entre Muy Baja (30,5%), Baja (21,4%), Moderada (20,0%) y Alta
(19,9%). Si bien existe una importante fuente de recurso hídrico, también es notable, a
partir de la figura 1, una mayor proporción de suelos destinada a pastos para la actividad
ganadera.
Al respecto, Díaz (2006) expone la ineficiente distribución de la tierra de esta subregión
y su uso, que contrasta con la vocación para la Costa Caribe, pues un 82% de la tierra
asociada a la producción agropecuaria se destina a la ganadería, cuando debería ser sólo
del 17,7%; mientras que la forestal podría ser del 50,2% y sólo se utiliza el 17,54%. Lo
anterior puede también evidenciarse a partir de las figuras 3 y 4 a seguir que retratan, de
manera más específica, el conflicto existente entre la sobreutilización y la subutilización
del suelo en la subregión y las actividades a las que mayormente corresponde la
cobertura de su tierra.
2 El Programa Nuevos Territorios de Paz busca apoyar iniciativas locales y regionales que ayuden a promover el desarrollo socioeconómico y la convivencia pacífica ciudadana en regiones afectadas por conflictos armados y que supongan una mejora en la gestión de las instituciones públicas y privadas que deben garantizar el ejercicio formal y legal de una sociedad democrática. El Programa NTP presta atención especial a la problemática alrededor del uso y tenencia de la tierra y el fortalecimiento de capacidades institucionales y organizaciones, así como el desarrollo de proyectos que propendan por una inclusión socioeconómica sostenible (Corporación Desarrollo y Paz del Canal del Dique y Zona Costera, 2017).
43
Figura 3 Conflicto del uso de la tierra. Subutilización y Sobreutilización (2003)
Fuente: sitio web Sistema de Información Geográfica para la Planeación y el Ordenamiento Territorial,
Instituto Geográfico Agustín Codazzi – IGOC – http://sigotn.igac.gov.co (2017).
Figura 4 Cobertura de la tierra para los municipios del CDZC (2008)
44
Fuente: sitio web Sistema de Información Geográfica para la Planeación y el Ordenamiento Territorial,
Instituto Geográfico Agustín Codazzi – IGOC – http://sigotn.igac.gov.co (2017).
Independiente si se depara una situación de subutilización o sobreutilización, lo cierto
es que el suelo de la subregión del CDZC evidencia un desequilibrio importante entre su
uso y su vocación, es decir, la tierra no se está usando para lo que sus condiciones
originalmente habían podido garantizar. Luego, cuando se examina la figura 4, y
contrastándola con las anotaciones previamente hechas por Sánchez (2011), es notable
una predominancia de la cobertura de la tierra para la actividad ganadera que deja
relegada la agrícola a pequeños espacios, provocando finalmente una desestabilización
de la seguridad alimentaria de las familias campesinas y de sus condiciones de vida
dignas.
Pero no sólo el uso inadecuado de la tierra ha resultado ser un escenario desestabilizador
en la subregión; desde la construcción del Canal, al interior de esta zona de la Costa
Caribe se ha desarrollado un historial de manejo inadecuado de la infraestructura,
dejando a su paso impactos negativos para los municipios aledaños, como lo sucedido
en la más reciente y fuerte inundación del año 2010 causada por su ruptura.
45
Bell Lemus (1989) comenta cómo las ventajas que ofrecían las costas de la Nueva
Granada para que los españoles colonizadores operasen en el comercio exterior, se
vieron obstaculizadas en algún momento por carecer de puertos con conexiones a los
ríos y, por tanto, al interior del país andino donde se desarrollaba toda su actividad
colonizadora. Si bien se contaba con dos bahías que podían funcionar como puertos
naturales, a saber, Santa Marta y Cartagena, estas no tenían conexión directa con el río
Magdalena, que atravesaba el país de sur a norte y era medianamente navegable y muy
estratégico para dichas actividades, especialmente para comienzos del siglo XIX cuando
el ambiente mundial del comercio se mostró más dinamizado. Luego, se tenía la
posibilidad de hacer uso del puerto de Barranquilla que sí tenía conexión por la margen
occidental del río, sin embargo, no poseía fácil acceso al mar. La construcción de una
vía alterna era inminentemente necesaria.
En los relatos de El Canal del Dique y su subregión: una economía basada en la
riqueza hídrica, de Díaz (2006), es posible hacer una lectura sobre cómo los comienzos
del uso del Canal como vía de comunicación fueron incipientes; de hecho, se conoce de
los primeros tráficos entre Cartagena y el Magdalena para 1571, cuando aún no podía
hablarse de un Canal como tal, pues su navegación dependía del nivel de las crecientes
que unieran al río con las ciénagas de la subregión y apenas se construían pequeños
caminos de herradura para habilitar el paso por la zona. El Canal del Dique, nombre
atribuido por la ruptura de un dique natural que separaba al Magdalena de algunas
ciénagas adyacentes, comienza a oficializarse en 1650 cuando el entonces Gobernador
de Cartagena don Pedro Zapata de Mendoza ejecuta las acciones pertinentes con el fin
de adquirir recursos monetarios y políticos para poner en marcha las obras que
permitirían un extensión del Canal3 y su reinauguración, pues desde hace un siglo la
estructura se había visto inmiscuida en una cadena de pleitos entre arrendatarios, el
Cabildo de la ciudad y el gobernador, que impidieron realizar el debido mantenimiento,
proporcionando su abandono (Bell, 1989).
3 El canal puso en contacto a las poblaciones de Pasacaballos, Rocha, Gambote, Mahates, San Estanislao y Barranca (Bell, 1989, p. 16); es decir, desde centro a occidente de lo que actualmente se conoce de la extensión del Canal.
46
Sin embargo, la decisión de don Pedro generó desacuerdos por parte de la población
local, como por ejemplo los habitantes que prestaban los servicios de transporte en
mulas y burros por la zona y veían en la obra una fuerte competencia y, por tanto, la
desaparición de su actividad. Por otro lado, y reconociendo la propensión a la
inundación de la zona y la subsecuente amenaza de desastre para sus zonas aledañas,
Vargas & Hernández (2014, p. 84) citando a Lemaitre (1982), apuntan que ya para 1652
el fray Francisco de Herrera advertía al gobernador sobre su intención, que el Canal “no
sólo interrumpiría las comunicaciones entre Santa Marta y Cartagena ‘pues el agua que
se le quitaba al río, le faltaba a las ciénagas de aquella parte’ sino que existía el peligro
de que Cartagena se inundara con el agua del Canal que penetraba a su bahía”.
El fray no estaba equivocado, los autores señalan al menos siete inundaciones de alto
impacto desde el siglo XIX hasta la actualidad, entre las que sobresalen la de 1890 que
ocasionó el total traslado del municipio de San Estanislao, la de 1984 que resultó con la
ruptura del dique cerca al municipio de Santa Lucía y la del 2010-2011 que inundó
totalmente la planicie adyacente al Canal del Dique, la cual abarca 1600 km2 y
“equivale a un décimo de las aguas que deben circular por un área 171 veces más
pequeña que la cuenca que las produce”, pues a la entrada del Dique llegan las
escorrentías de más de 273.000 km2 y de ellas se dirigen al Canal casi la décima parte
(Rubio, s.f., p. 12).
Así, la construcción del Canal del Dique respondió en sus inicios a las necesidades de
los colonizadores por encontrar en la Nueva Granada una fuente de abundantes
recursos, que fueron hallados en ese territorio y otorgados por la Corona con el
incentivo de su poblamiento, y que fueron ampliamente utilizados para dinamizar el
comercio exterior con la aparición de nuevos puertos marítimos, alternativos a los
españoles, que facilitara las relaciones de intercambio. No obstante, predominaron estos
intereses sobre el bienestar de la población local en la decisión de la construcción de
una obra situada en un país que no tendría la capacidad financiera, ni tecnológica y
logística y mucho menos política para desarrollarla con eficiencia; situación que se
agudizó con la independencia de la Nueva Granada y que no encontró muchas
soluciones durante todo el siglo XX.
47
Posterior a la construcción demandada por don Pedro, las dificultades para su
administración y funcionamiento no pararon y fueron muy diversas: sea por los rumores
de la independencia de la Nueva Granada que trababa el patrocinio del reino de España,
por el traspaso de los derechos del Cabildo o de la gobernación a arrendatarios
nacionales y extranjeros, que se encargaban solamente de cobrar los dineros del uso del
Canal, sin realizarse mantenimiento a la estructura; por desencuentros políticos; porque
pasó a jurisprudencia de Barranquilla; porque al representar una amenaza para los
transportadores de mulas y burros, estos arremetían contra la construcción arrojando
material para la sedimentación; por el incumplimiento de los contratos de canalización
por parte de empresarios extranjeros; por la construcción del ferrocarril Cartagena-
Calamar en 1894 que debería ser una vía alternativa al Canal (construcción que se
detuvo por falta de tecnología, maquinaria y financiamiento y cuyos rieles se levantaron
en 1953 sin reparo alguno de la comunidad); o porque su capacidad no soportaba la
navegación de buques de más de 500 toneladas (Bell, 1989; Díaz, 2006).
Bell (1989, p. 23), consigue sintetizar los desaciertos de los inicios de la construcción
del Canal en las siguientes líneas:
Esta historia de intentos fallidos, en la que participaron por igual el municipio
de Cartagena, la provincia, el gobierno central, empresarios nacionales y
extranjeros, habría de repetirse a lo largo del siglo XIX, con los mismos
resultados. La obra era demasiado para un país pobre, que además contaba
con otras alternativas, distintas de Cartagena, para suplir sus necesidades en
materia de comercio exterior. El canal vería desfilar por su irregular surco
varios ingenieros extranjeros, quienes, a pesar de su tenacidad, nunca
lograron estabilizarlo de forma definitiva. Varias compañías se crearon,
algunas de ellas en Nueva York con el fin de rescatar el Dique y la
navegación a vapor por sus aguas, pero ninguna vería coronar sus esfuerzos.
Al final del siglo, un ferrocarril entre Calamar y Cartagena desviaría la
atención sobre el Canal del Dique, el cual volvería a ser abandonado por
varios decenios, totalmente a su suerte.
En la actualidad, pudo registrarse el más reciente desastre de grandes magnitudes,
causado por la inundación del Dique en el periodo 2010-2011, afectando notablemente
las dinámicas socioeconómicas de los municipios del cono sur del Atlántico, como
muestra la figura 5, dejando una considerable proporción de cultivos agrícolas, de
ganado y especies menores como gallinas, pollos, patos y cerdos bajo las aguas del
Canal y de familias campesinas damnificadas, especialmente para los municipios de
Santa Lucía, Campo de la Cruz, Manatí y Repelón que quedaron totalmente inundados
48
(Sánchez, 2010), y en los cuales PROMODIQUE participó con estrategias de
recuperación y fortalecimiento de las comunidades. Los cuadros 1 y 2 enseñan la
cantidad aproximada de afectados y los principales cultivos agrícolas impactados.
Figura 5 Municipios inundados por la ruptura del Canal del Dique (2010)
Fuente: Sánchez (2011, p. 11)
Tabla 1 Número y porcentaje de afectados por diferentes impactos de inundación en el Canal del Dique y zonas aledañas (2010) a nivel municipal
Municipios Personas
afectadas
Afectados del
total
población (%)
Manatí 13456 91,22%
Campo de la Cruz 18354 104,78%
Candelaria 11735 95,49%
Santa Lucía 11947 99,14%
Suán 5380 58,23%
Repelón 22196 90,86%
Sabanalarga (corregimientos
Agua de Pablo y La Peña) 8681 9,38%
49
ZONA AFECTADA POR DESLIZAMIENTOS DE TIERRA
Puerto Colombia 6530 23,70%
Tubará 500 4,55%
Usiacurí 453 4,97%
INUNDACIÓN SÚBITA
Soledad (Cabecera) 8580 1,60%
Palmar de Varela (cabecera) 6500 26,48%
Ponedera (cabecera y
corregimiento La Retirada) 18430 89,51%
Juan de Acosta (cabecera) 295 1,88%
Malambo (cabecera) 8510 7,65%
Sabanagrande (cabecera) 1385 4,87%
Luruaco 3730 14,81%
Piojó (cabecera) 300 5,91%
Polonuevo (cabecera) 750 5,13%
Baranoa (cabecera y
corregimiento Campeche) 20 0,04%
Fuente: OXFAM, 2011, p. 12 y proyecciones del censo poblacional DANE (2005)
Cuadro 1 Pérdidas agrícolas en el sur del Atlántico por inundación 2010 (en hectáreas)
Fuente: Sánchez, 2010, p. 16
Cultivos
potencialmente
afectados
Manatí CandelariaSanta
Lucía
Campo
de la
Cruz
Suán Sabanalarga Repelón Luruaco Ponedera Total
Guayaba 20 25 100 50 80 16 18 16 50 375
Mango 115 12 47 35 40 22 6 20 16 313
Yuca 150 500 350 250 600 125 400 375 63 2813
Maíz tradicional 600 300 600 450 550 125 150 375 88 3238
Melón 25 35 50 38 45 0 6 0 4 203
Guandú 65 75 49 62 86 68 0 0 0 405
Patilla 25 15 40 15 8 0 0 3 4 110
Soya 100 0 0 0 0 0 0 0 0 100
Ahuyama 0 25 40 50 50 13 0 3 0 181
Ají 0 10 0 15 15 0 4 0 1 45
Frijol 0 10 25 0 0 13 18 0 19 85
Maíz tecnificado 0 0 200 370 150 0 0 0 0 720
Pasto 4500 3200 2300 3600 1800 2081 1590 1348 1215 21634
Arroz riego 0 0 0 0 0 0 75 0 20 95
Naranja 0 0 0 0 0 0 0 12 0 12
Plátano 0 0 0 0 0 0 50 0 0 50
Limón 0 0 0 0 0 25 0 35 6 66
Total 5600 4207 3801 4935 3424 2488 2317 2187 1486 30445
50
Las informaciones del cuadro 1 arrojan que doce de los veintidós municipios
intervenidos por el Proyecto se vieron impactados con la última gran inundación, con
una considerable cantidad de cultivos afectados y de personas damnificadas que
asciende al 38,99% en promedio para esos municipios. Sin embargo, es visible cómo los
pertenecientes al cono sur sufrieron los mayores impactos, inclusive quedando sus
poblaciones sumergidas en el agua, con afectaciones por encima del 90%.
De acuerdo con la evaluación de inundaciones del 2010 en el departamento de
Atlántico, realizado por el Oxford Committe for Famine Relief – OXFAM –, se
cuantifica que las áreas de los municipios más perjudicados del cono sur (entre los que
se encuentra Ponedera y Luruaco que no hacen parte de la intervención) ascienden
aproximadamente a 30.440 hectáreas. Según el reporte y de acuerdo con el cuadro 2, los
más afectados fueron los pastos (71,02%) y, en consecuencia, las actividades de
ganadería. Alrededor de 70.578 bovinos se vieron impactados, de los que el 10%
pereció directamente por la inundación, con pérdidas económicas estimadas en
$5.999.143.600 de pesos4. Las reses que no sufrieron mortalidad tuvieron que ser
trasladadas a otras áreas donde pudiesen encontrarse fuentes de alimento5, o vendidas a
tan solo un 30% del valor real. Esto sin contar con que 1.164 especies de porcinos
fueron también afectadas, al igual que una desconocida cifra de especies menores que
no fue menos relevante, dadas las características económicas de la subregión.
El panorama pues, no parece ser menos desalentador, mucho más si se considera que
esta es un área natural e históricamente propensa a las inundaciones, es decir, la
población afectada es consciente de este tipo de eventos. Vargas & Hernández (2014) en
su estudio Caracterización física y análisis sociocultural del riesgo asociado a las
inundaciones del Canal del Dique, Colombia, exponen que, frente a los riesgos de
inundación en el Canal del Dique, la percepción de los pobladores es diversa, así:
Para una personas es algo normal, no debe existir angustia sobre ello “El
agua está bajando por ahí en cinco o seis meses y luego todo vuelve a la
normalidad” (Habitante de Manatí); otras personas lo perciben como algo
que no va a suceder, hasta que las evidencias muestran todo lo contrario
“Desde el primero de noviembre no pensé que se iba a inundar, cuando vi
que el agua estaba alrededor de la casa y la cancha de fútbol” (Habitante de
4 Según el reporte, se estima un costo promedio del animal en $850.000 pesos. 5 El reporte estima el valor de pastaje por mes por animal en $35.000 pesos.
51
Campo de la Cruz); para otras personas las causas de la inundación son
evidentemente de tipo antrópico “Dicen que fueron manos criminales, que de
pronto a la gente le interesaba bajar los precios de las casas” (Habitante de
Manatí); otras personas toman la inundación como un evento de carácter
repentino a pesar de la evidencia de inundación en otras zonas, por tanto la
inundación los toma por sorpresa, lo cual sin duda es un desventaja que no
les permite asegurar sus bienes “Todo se inundó de repente y casi no hubo
tiempo de sacar las cosas” (Habitante de Campo de la Cruz).
La vulnerabilidad socioeconómica y cultural de la población aledaña al Canal del Dique
es visible cuando frente a este tipo de sucesos, no se poseen las herramientas necesarias
para mitigar y prevenir las pérdidas económicas, materiales e inclusive humanas. Ya los
asentamientos humanos históricamente allí situados representan per se una
vulnerabilidad, a lo que se adiciona el establecimiento de cultivos y de cría de animales
que pone constantemente en riesgo la seguridad alimentaria de las familias.
De hecho, la población afectada se concentra en un segmento poblacional perteneciente
a la economía campesina, caracterizada por actividades direccionadas hacia el
autoconsumo y la disposición de la mano de obra familiar no remunerada que, frente a
estas situaciones, muchas de las familias campesinas, en su capacidad de resiliencia, dan
espera a la llegada y retirada de las inundaciones para ejecutar sus labores
agropecuarias. Esto, sin duda alguna, debería representar un aspecto importante de cara
a trabajar con las comunidades rurales del país, dirigidas a la configuración de
escenarios de resiliencia y adaptación, de manera eficiente y planeada frente a los
efectos del cambio climático en la territorialidad.
En tal sentido, este tipo de población presenta carencias tangibles e intangibles que
pueden verse representadas cuantitativamente en indicadores de pobreza y de bajos
niveles de calidad de vida. No obstante, estas carencias también poseen su raíz en otros
aspectos de carácter sociopolítico, como el nivel el nivel de participación ciudadana, las
capacidades generadas para la resolución de conflictos y para la creación de capital
humano y social, la funcionalidad de las asociaciones civiles y de productores locales, el
riesgo de victimización por grupos al margen de la Ley, entre otros. Una caracterización
sociodemográfica que dé cuenta de estas singularidades será desarrollada a continuación
52
3.2.Caracterización demográfica de la población socia
Como se denota en el subtítulo de este apartado, la población con la cual el Proyecto
participó en la instauración de las iniciativas propias de esta intervención, no se
conciben como población objetivo y sí como población socia en el orden de ser
coherentes con las estrategias de desarrollo rural integral, en donde las relaciones entre
los agentes son menos jerarquizadas y más horizontales, intentando ofrecer una visión
de desarrollo territorial enfocado hacia el empoderamiento por parte de quienes lo
conforman y no de quienes pretenden instaurar fórmulas o modelos estandarizados al
respecto.
Para PROMODIQUE ha sido fundamental identificar las características principales del
territorio con el fin de que su participación sea realmente pertinente, y para ello resulta
de gran utilidad reconocer, de primera mano, cuáles son los aspectos que hayan podido
frenar el desarrollo de sus actividades y cómo ello recae finalmente en la calidad de vida
de sus pobladores.
En este sentido, el análisis sociodemográfico tendrá dos niveles; uno en el que se
concibe un examen de los indicadores a nivel general del territorio, y otro que resalta de
manera más específicas las condiciones en las que se encontraba inmersa la población
participante anterior a la intervención del Proyecto; es decir, se generará una línea base
que permita justificar la acción propuesta por PROMODIQUE.
Sin contar con las grandes ciudades capitales, Barranquilla y Cartagena, la subregión del
CDZC abarca una población total de 509.783 habitantes para 2017, según proyecciones
del censo poblacional 2005 del DANE. De ese total, el 77,12% pertenece a las zonas
urbanas o cabeceras, mientras que la rural asciende al 22,8%. No obstante, a nivel
municipal, el análisis entre los dos tipos de poblaciones difiere al existir poblaciones
con mayores y menores proporciones rurales. En este sentido, las tablas 1 y 2 exponen
los porcentajes de población por zona y el Índice de Ruralidad por municipio.
Tabla 2 Porcentaje de población urbana y rural por municipios en la subregión CDZC
(2017) e Índice de Ruralidad (2013)
Municipios Total Cabecera Resto IR Área
km2
Barranquilla 1.228.271 99,65% 0,35% 3,0 166,0
53
Campo de la Cruz 15.482 87,82% 12,18% 34,4 105,0
Candelaria 12.528 77,04% 22,96% 38,9 143,0
Juan De Acosta 17.260 68,31% 31,69% 39,1 176,0
Manatí 16.106 90,39% 9,61% 41,7 206,0
Piojó 5.160 47,71% 52,29% 50,7 258,0
Repelón 26.778 68,02% 31,98% 41,4 363,0
Sabanalarga 100.304 82,47% 17,53% 31,9 399,0
Santa Lucía 11.395 96,51% 3,49% 32,6 50,0
Suan 8.565 96,40% 3,60% 32,4 42,0
Tubará 11.022 59,46% 40,54% 41,1 176,0
Usiacurí 9.486 89,11% 10,89% 38,9 103,0
Cartagena 1.024.882 95,95% 4,05% 17,7 559,0
Arjona 75.271 78,62% 21,38% 38,5 566,0
Calamar 23.928 56,74% 43,26% 40,5 246,0
Mahates 26.461 38,26% 61,74% 43,4 430,0
San Estanislao 16.473 73,93% 26,07% 40,8 208,0
Santa Catalina 12.058 35,78% 64,22% 40,5 139,0
Santa Rosa 23.624 64,16% 35,84% 37,2 151,0
Soplaviento 8.480 97,97% 2,03% 39,2 88,0
Turbaco 74.209 92,92% 7,08% 29,5 196,0
Turbaná 15.193 92,90% 7,10% 39,7 148,0
Fuente: Proyecciones censo poblacional DANE, 2005 y PNUD, 2011
Dar una mirada a los análisis de ruralidad es importante si se considera que el Proyecto
participa con comunidades campesinas y se debe identificar la composición
socioeconómica del mismo. En su mayoría, es posible observar mayores proporciones
urbanas que rurales, no obstante, los análisis de ruralidad no presuponen afirmaciones
basadas en número de habitantes, y sí en características sociales y geográficas de los
municipios, como lo propone el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) con el Índice de Ruralidad (IR). El Programa argumenta que dicho análisis
puede configurarse sobre tres pautas esenciales, a saber, una combinación de la
densidad demográfica del municipio y la proximidad de éste con grandes
aglomeraciones poblacionales; un análisis del municipio como un todo, dejando de lado
las categorías urbano/resto o ciudades y aglomeraciones/rural disperso y, por último,
una ruralidad en niveles, es decir, más o menos rural, y no apenas distinciones entre
urbano y rural.
54
En este sentido, por ejemplo, para el municipio de Manatí es posible percibir que aun
cuando posee tan sólo un 9,61% de población rural, su Índice de Ruralidad (IR) es
equiparable con municipios como Turbarna con un IR similar, pero con una población
rural que llega al 40,54%. Situaciones similares se observan en municipios como
Soplaviento que, pese a que posee un porcentaje de población rural menor al de
Cartagena, éste último arroja un IR considerablemente menor que el primero.
Ahora bien, lo que sería más o menos rural puede interpretarse a través de los resultados
que arrojan la propuesta del PNUD cuando se ejecutaron los análisis para Colombia. En
el informe Colombia Rural. Razones para la Esperanza (2011), el Programa estipula,
con base en las proyecciones del censo poblacional del 2005, un IR6 igual a 40 como
bajo y, por tanto, se concibe como un punto de separación entre lo urbano y lo rural. Lo
anterior, de acuerdo con evaluaciones realizadas que relacionan este índice con el de
Desarrollo Humano (IDH) a nivel municipal, las cuales responden al imaginario
convencional, en el que una menor ruralidad se traduce en una mayor calidad de vida.
Sin embargo, este imaginario se rompe cuando el estudio encuentra que existen
municipios muy rurales con IDH altos, y municipios que no son muy rurales con IDH
bajos, ofreciendo un ambiente de reflexión al respecto de una ruralidad que no se
traduce necesariamente en círculos de pobreza, a la vez que se reconoce también como
un escenario que posibilita el desarrollo humano.
Retomando la evaluación para el CDZC, se perciben una tendencia a IR muy cercano a
40, permitiendo deducir que la subregión se encuentra en un proceso de transición a
dinámicas más activas en cuanto al acceso a mayores servicios comerciales e
industriales, al igual que más proximidades con centros poblacionales mayores; en fin, a
comportamientos de mayor integración regional. El gráfico 1 enseña dicha tendencia.
Gráfico 1 Tendencia del IR para la subregión CDZC, 2011
6 Un índice que se lee de 0 (cero) a 100, siendo 0 perfectamente no rural y 100 perfectamente rural.
55
Fuente: elaboración propia con base en datos del PNUD, 2011
Para complementar el análisis de ruralidad, el Departamento Nacional de Planeación
(DNP) propone una forma de categorizarla como instrumento metodológico para la
implementación de políticas públicas, direccionadas a tomar mejores decisiones para el
desarrollo rural, en el marco de la iniciativa gubernamental Misión para la
Transformación del Campo. En esta Definición de Categorías de Ruralidad se toman
cuatro clasificaciones, a saber, Ciudades y aglomerados, Intermedia, Rural y Rural
disperso; cada una de ellas caracterizadas a partir de tres aspectos: la ruralidad dentro
del Sistema de Ciudades (desplazamiento diario de los habitantes, población mayor a
100mil habitantes o que poseen importancia estratégica a nivel subregional en cuanto al
acceso a servicios), la densidad poblacional y la relación de población en las cabeceras
con la población que no se encuentra en ellas. Dado el carácter espacial del análisis de
las categorías, la figura 6 muestra las clasificaciones a nivel municipal.
Figura 6 Categorías de ruralidad por municipio en la región CDZC, 2014
0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0 Barranquilla
Campo de La Cruz Candelaria
Juan de Acosta
Manatí
Piojó
Repelón
Sabanalarga
Santa Lucía
Suan Tubará
Usiacurí Cartagena
Arjona
Calamar
Mahates
San Estanislao
Santa Catalina
Santa Rosa
Soplaviento
Turbaco Turbaná
56
Fuente: elaboración propia con datos del DNP, 2014
Puede observarse cierto comportamiento tendencioso a nivel espacial, lo cual puede
encontrarse relacionado con las características metodológicas de las categorías; es decir,
existen algunos aspectos en los que las proximidades geográficas a nivel regional,
juegan un papel a favor de la configuración de una integridad en una variedad de
aspectos que recaen en el desarrollo de las dinámicas de los municipios.
Entonces, de acuerdo con las colocaciones del IR es posible observar que la cercanía de
sus puntajes a 40 se encuentra positivamente relacionadas con las categorías arrojadas
por la subregión, con una mayoría de municipios Intermedios e inclusive, con un
considerable número que se encaja en las Ciudades y aglomeraciones.
57
Un caso interesante es el municipio de Piojó, que se encuentra en la categoría Rural7 del
DNP y con el mayor IR de la subregión (50,7), aun cuando su cercanía con
Barranquilla, capital del Atlántico, es similar a la del municipio de Usiacurí que se
clasifica como Ciudades y aglomeraciones (del aglomerado de Barranquilla), al igual
que con Tubará y Juan de Acosta que se clasifican como Ciudades y aglomeraciones
(del aglomerado de Barranquilla) e Intermedio respectivamente. Lo anterior puede
atribuirse a que, según la tabla 2, el número de habitantes del municipio es de 5.160 (el
menor de toda la subregión) y posee un área de 258 km2 que arroja una densidad 20
hab/km2, mayor que la de Tubará que, aunque aglomera una población rural del
40,54%, no muy distante de la de Piojó (52,29%), la densidad para el primero es de 62
hab/km2 en un área de 176 km
2.
Ahora, si realizamos un ejercicio de comparación entre estas características y algunos
indicadores sociales, como lo hace el informe del PNUD, podría percibirse si existe una
relación positiva entre ruralidad y pobreza, como lo muestra el gráfico 2 a continuación.
Gráfico 2 relación entre el Índice de Ruralidad (IR) y el Índice de Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI) para la subregión CDZC, con base en censo poblacional 2005
Fuente: elaboración propia con base en datos del PNUD (2011) y proyecciones del censo poblacional del
DANE (2005)
7 Categoría en la que sus cabeceras son “de menor tamaño (menos de 25mil habitantes) y presentan
densidades poblacionales intermedias (entre 10 hab/km2
y 100 hab/km2)”
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0
NB
I
Índice de Ruralidad
58
La nube de puntos se concentra en niveles medios de necesidades básicas insatisfechas,
sin consideramos que el promedio del índice es de 23,82 para el Atlántico y de 40,26
para Bolívar. Luego, cuando se realiza el examen de acuerdo a la tendencia del IR, hay
dos puntos extremos que cumplen con el imaginario convencional de los círculos de
pobreza en la ruralidad, por un lado, hay dos municipios con bajos IR y bajos NBI, a
saber, las capitales de los departamentos, mientras que existen municipios con NBI
superiores a 70 con IR alrededor de los 40 puntos, a saber, Santa Rosa, Candelaria y
Calamar; no obstante, el primero pertenece a Ciudades y aglomerados (aglomerado de
Cartagena), y es el que posee el mayor NBI de la toda la subregión (91,90) y a los dos
últimos a Intermedios.
Con el ambiente de transición por la cual están atravesando los municipios de acuerdo a
la configuración de su ruralidad, y de acuerdo con los indicadores sociales que
sobrepasan los niveles en la subregión, puede considerarse una aceleración en las
dinámicas de integración regional, que no están marchado al mismo ritmo de las
sociodemográficas. De hecho, en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, de acuerdo
al Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), según categorías de ruralidad en
Colombia, la incidencia de la pobreza en las Ciudades y Aglomeraciones es el 36,4%;
en el nivel Intermedio es del 66%; en el Rural de 74,9% y en el Rural Disperso del
80,8%. En tal sentido, debe cuestionarse si están siendo pertinentes las acciones de
política pública en el país, a favor de un desarrollo rural y territorial sostenibles.
Esto es lo que Giddens denomina reflexividad, en la que el comportamiento humano
está siempre realizando un monitoreo del contexto en el que cada agente se
desenvuelve, creando códigos de conducta e instituciones, y transformando
consecuentemente las tradiciones; siempre se posee un enlace con la modernidad. No
obstante, existen aspectos culturales que predominan sobre la forma en la que se da esa
reflexividad, haciendo que los cambios de ciertas comunidades sucedan a una velocidad
diferente de la sociedad moderna y, por lo tanto, la interrelaciones con ella se den a
distintos niveles.
Así, pese a que se cree cierto grado de interacción con la sociedad de mercado, pueden
prevalecer aspectos históricos que construyeron la organización social de los territorios
59
y aun cuando se esté frente a este ambiente reflexivo acelerado, que ofrece una variedad
de servicios y oportunidades, la adaptación no se genera al mismo paso; en otras
palabras, las dinámicas económicas avanzan rápidamente en el corto plazo, mucho más
en ambientes de globalización, mientras que los cambios culturales y sociales son de
largo plazo. Un argumento a nivel estadístico sobre esta información, puede ofrecerse
con una mayor variedad de indicadores sociales en los que sea posible observar
desventajas en el desarrollo humano, incluso en un ambiente de transición de las
dinámicas rurales a las más urbanas, como se muestra en la tabla 3 a continuación
Tabla 3 Indicadores sociales para la subregión CDZC con base en censo poblacional
2005, por zona
MUNICIPIOS CABECERA RESTO
NBI MISERIA IPM* ICV NBI MISERIA IPM* ICV
Barranquilla 17,70 4,97 37,1% 86,72 21,73 5,90 57,0% 71,75
Campo de la Cruz 63,61 38,45 86,1% 63,06 58,16 19,02 90,2% 55,68
Candelaria 84,99 45,15 91,9% 62,5 44,41 10,10 91,1% 59,33
Juan de Acosta 28,10 8,51 69,7% 72,85 35,81 11,04 67,1% 63,23
Manatí 55,45 21,10 79,4% 66,83 72,17 33,23 98,6% 48,42
Piojó 53,50 14,03 75,0% 63,76 54,56 19,79 88,5% 52,66
Repelón 58,11 27,23 79,0% 66,47 40,60 18,87 80,2% 58,88
Sabanalarga 36,67 11,69 54,5% 77,42 47,62 15,82 82,5% 60
Santa Lucía 60,66 33,41 83,8% 65,07 54,42 9,76 88,2% 58,19
Suan 55,98 23,77 90,4% 71,81 43,82 15,28 82,2% 52,32
Tubará 32,20 7,80 63,0% 71,81 40,62 12,92 74,3% 59,05
Usiacurí 42,00 17,29 77,3% 70,16 55,27 28,12 88,2% 49,51
Cartagena 25,45 9,28 40,8% 84 35,50 8,73 73,2% 62,92
Arjona 61,42 29,63 76,8% 67,05 49,37 23,14 88,4% 55,92
Calamar 71,20 38,82 87,9% 63,57 72,95 47,36 96,7% 47,4
Mahates 66,65 36,29 82,8% 60,92 45,69 14,76 78,6% 58,43
San Estanislao 59,19 31,07 78,1% 65,73 51,94 16,16 89,1% 55,17
Santa Catalina 50,40 23,81 65,5% 61,74 47,16 20,13 87,2% 55,15
Santa Rosa 99,28 59,43 87,8% 62,45 75,97 46,75 91,6% 42,2
Soplaviento 53,08 23,69 66,0% 69,31 60,49 11,11 95,1% 42,18
Turbaco 49,87 13,99 61,0% 75,6 46,90 21,00 84,5% 52,62
Turbaná 64,04 24,42 80,8% 68,37 46,01 8,54 79,6% 58,64
* Porcentaje de población de incidencia
Fuente: proyecciones poblacionales del DANE y DNP, censo 2005
Al considerar que, por ejemplo, para el Índice Multidimensional de Pobreza (IPM), el
porcentaje de incidencia en la población a nivel departamental es del 47,31% para el
60
Atlántico y de 63,42%, que ya es considerablemente alto, y si luego se observa por
municipio en donde se percibe que los porcentajes son mayores que los
departamentales, especialmente para las zonas más rurales, entonces el escenario no es
menos desalentador. Inclusive pueden estimarse porcentajes superiores al 70%, 80% y
90% y no para algunos municipios, sino para su mayoría.
En simultánea, al observar el Índice de Calidad de Vida (ICV), los puntajes a nivel
departamental son 83 para el Atlántico y 73 para Bolívar, mientras que los arrojados por
los municipios del CDZC son evidentemente menores, inclusive para las capitales, aun
cuando a nivel de IPM sus porcentajes eran menores que las medias departamentales.
En la miseria los resultados también son relevantes, máxime cuando las medias
departamentales son de 7,83 puntos para el Atlántico y de 18,05 para Bolívar, y si se
contrastan estos resultados con las categorías de ruralidad del DNP en los municipios
que son mayormente Ciudades y aglomeraciones e Intermedios, puede comprobarse la
hipótesis de un desencuentro entre el crecimiento de las dinámicas regionales y las bajas
condiciones socioeconómicas, especialmente para las zonas más rurales.
Finalmente, para observar otras dimensiones que componen las dinámicas de los
municipios, resulta útil un examen al respecto de su desempeño fiscal (tabla 4), pues de
este componente dependen en gran parte, la capacidad de inversión en planes,
programas y proyectos de política pública con miras al mejoramiento de la calidad de
vida de las comunidades.
De acuerdo a la ley 617 de 2000, a nivel general la subregión CDZC pertenece a la sexta
de las seis categorías de las entidades territoriales en Colombia, a excepción de
Repelón, que pertenece a la quinta8 y las dos capitales que pertenecen a las especiales
9.
Es decir, son en su mayoría municipios con pocos habitantes (menores a 10.000) y con
la más baja capacidad de ingresos corrientes de libre destinación10
que no superan los
8 Todos aquellos distritos o municipios con población comprendida entre veinte mil uno (20.001) y treinta mil habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre destinación sean superiores a quince mil (15.000) y hasta veinticinco mil (25.000) salarios mínimos legales vigentes (Congreso de Colombia, 2017) 9 Todos aquellos distritos o municipios con población superior o igual a los quinientos mil uno (500.001) habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre destinación anuales superen cuatrocientos mil (400.000) salarios mínimos legales vigentes (Congreso de Colombia, 2017) 10 Los ingresos corrientes de libre destinación ICLD son los ingresos tributarios y no tributarios, excluidas las rentas de destinación específica, es decir, aquellas destinadas por Ley o por Acto Administrativo a un fin
61
15.000 salarios mínimos legales vigentes (Congreso de Colombia, 2017). Por lo general,
son municipios con restringida capacidad de ahorro, gasto e inversión en la política
pública, asunto que los hace vulnerables a la no satisfacción de los servicios sociales
básicos: educación, infraestructura, salud, etc., y más dependientes de las transferencias
del ente central gubernamental.
determinado (artículo 3 de Ley 617 de 2000). La Ley ha establecido que NO se pueden financiar gastos de funcionamiento de las entidades territoriales con los siguientes recursos: SGP de forzosa inversión; los ingresos percibidos a favor de terceros que las entidades territoriales estén encargadas de administrar, recaudar o ejecutar; los recursos del balance, conformados por los saldos de apropiación financiados con recursos de destinación específica; los recursos de cofinanciación; las regalías y compensaciones; las operaciones de crédito público, salvo las excepciones que se establezcan en las leyes especiales sobre la materia; la sobretasa al ACPM; otros aportes y transferencias con destinación específica o transitoria; los rendimientos financieros producto de rentas de destinación específica (Portal de Alcaldes y Gobernadores de Colombia, 2017).
62
Tabla 4 Indicadores de desempeño fiscal para los municipios de la subregión CDZC
Nombre
1/ Auto
financiación gastos
funcionamiento
2/Respaldo del
servicio de la
deuda
3/ Dependencia
transferencias de
la nación y
regalías
4/ Generación
de recursos
propios
5/ Magnitud
de la
inversión
6/ Capacidad
de ahorro
Indicador de
desempeño
fiscal 7/
Rango
clasificación11
Atlántico 39,7 5,34 48,83 79,95 85,96 67,59 79,22 Sostenible
Bolívar 59,4 1,13 66,91 89,02 85,61 45,84 75,07 Sostenible
Barranquilla 30,41 12,02 46,43 83,08 86,36 67,63 80,36 Solvente
Cartagena 41,38 10,35 54,93 88,84 82,99 61,39 78,72 Sostenible
Turbaco 38,90 2,75 68,17 90,54 86,89 57,11 78,28 Sostenible
Juan de Acosta 52,71 0,00 52,08 61,43 96,41 57,88 78,28 Sostenible
Suan 12,55 3,45 44,00 23,31 94,88 86,75 76,93 Sostenible
Sabanalarga 44,97 0,00 75,45 80,38 93,38 48,92 75,78 Sostenible
Arjona 48,83 3,40 77,10 71,16 92,15 53,83 73,95 Sostenible
11 1/ autofinanciación del funcionamiento = gasto funcionamiento/ ICLD * 100% 2/ magnitud de la deuda = servicio de la deuda / ingresos disponibles * 100% 3/ dependencia de las transferencias = transferencias + regalías / ingresos totales * 100%. 4/ dependencia de los recursos propios = ingresos tributarios / ingresos corrientes * 100% 5/ magnitud de la inversión = inversión / gasto total * 100% 6/ capacidad de ahorro = ahorro corriente / ingresos corrientes * 100% 7/ indicador de desempeño fiscal: variable que resume los 6 indicadores anteriores en una sola medida, con escala de 0 a 100.
63
Repelon 61,19 0,00 80,00 64,31 93,44 54,93 73,38 Sostenible
Santa Lucía
56,56 3,55
58,43
44,10
94,60
44,92
71,46 Sostenible
Tubara 64,31 0,00 78,08 73,56 84,07 33,53 70,28 Sostenible
Soplaviento 66,51 0,00 61,06 33,78 93,04 43,97 69,60 Vulnerable
Turbana 68,72 7,59 78,82 64,18 85,73 41,64 68,79 Vulnerable
Mahates 71,65 3,12 75,24 53,75 92,28 36,26 68,72 Vulnerable
Santa rosa 52,22 4,06 86,13 53,06 90,89 46,62 68,10 Vulnerable
Santa catalina 53,44 0,00 75,50 39,55 91,39 40,88 67,50 Vulnerable
Campo de la Cruz 79,27 0,00 87,90 42,73 94,55 40,04 66,46 Vulnerable
Usiacurí 48,99 0,00 79,40 29,77 91,66 44,86 65,95 Vulnerable
San Estanislao 53,31 14,87 76,29 44,56 92,34 26,01 63,32 Vulnerable
Calamar 80,69 3,53 88,31 42,03 90,54 21,67 61,50 Vulnerable
Piojó 75,92 0,00 80,63 28,03 85,44 25,71 61,44 Vulnerable
Candelaria 54,14 7,73 90,82 28,24 90,30 36,08 60,88 Vulnerable
Manatí 70,27 0,00 90,04 23,59 89,99 18,85 58,91 Vulnerable
Fuente: Departamento de Planeación Nacional DNP, 2017
64
Doce de los 22 municipios se encuentran en situación vulnerable según la clasificación
del indicador fiscal, y ello se ve reflejado en una base financiera que no consigue cubrir
en su totalidad las actividades planteadas en los programas de gobierno y atender las
necesidades básicas de su población. De los diez restantes, nueve presentan una
situación sostenible, y Barranquilla, en situación solvente; no obstante, de estos nueve
no todos sus indicadores exponen mejores gestiones entre los ingresos y el gasto;
puede percibirse que por ejemplo Suan y Santa Lucía, que son sostenibles, presentan
una baja capacidad de generar recursos propios, asunto que se traduce en una mayor
dependencia de las transferencias del Estado (Santa Lucía) o en una menor condición de
autofinanciar sus gastos de funcionamiento (Suan). En simultánea, se observa en este
grupo una mayoría con baja capacidad de respaldar las deudas adquiridas, y por lo tanto
una baja capacidad de ahorro.
A nivel general se presentan dificultades en la administración del fisco, si se comparan
los municipios con las capitales Barranquilla y Cartagena. Estas dificultades vienen
expresas especialmente tanto en la dependencia que los entes territoriales desarrollan
sobre las transferencias de la Nación y las regalías, como en las bajas capacidades para
generar recursos propios y ahorrar. Lo anterior atribuido en gran parte a una restringida
estructura económica que limita la capacidad de recaudo a través de impuestos a la renta
o a los predios; máxime si se considera que en estos municipios la industria y el
comercio pueden ser incipientes y primariamente eslabonados con las actividades
agropecuarias predominantes.
Ahora, lo que sí es particular en los municipios en situación vulnerable, es la
considerable magnitud de la autofinanciación de los gastos de funcionamiento, es decir,
el pago a los funcionarios públicos y los gastos propios de la estructura física en la que
laboran, una magnitud que depende de los ingresos corrientes de libre destinación; es
decir, que estos ingresos están siendo casi en su totalidad destinados a este tipo de
gastos. Sin embargo, como podrá denotarse en apartados posteriores, este indicador
contrasta cuando la inversión en secretarías de agricultura y en las Unidades
Municipales de Asistencia Técnica (UMATA) es ineficiente, al no contar con
funcionarios, instrumentos y estructuras suficientes para atender municipios en donde
65
las actividades agropecuarias adquieren importancia en sus retornos sociales, pese a su
transición a dinámicas más urbanas.
De acuerdo con las anotaciones previamente realizadas, puede hacerse una lectura más
integral, en la que pese a la proximidad geográfica, las densidades poblacionales, y un
mayor acceso a bienes y servicios, no necesariamente se está garantizando un
mejoramiento en las condiciones de vida de los pobladores, si se encuentran escenarios
de política pública que no responden a las necesidades de los municipios, como el
trabajo decente – en términos de la OIT–, educación de calidad y pertinente, estructura
funcional para el desarrollo de las actividades económicas, coberturas en salud, etc. En
suma, estos asuntos pueden llegar a contrarrestar los efectos positivos de la transición
de los territorios a una ruralidad menos marcada, toda vez que las carencias e
ineficiencias del gasto público recaen en una política pública restringida y los aspectos
socioculturales no se adaptan correctamente a las crecientes dinámicas interregionales.
Es por esta razón que se hace necesaria la creación de estrategias de desarrollo rural
integrales que impliquen una búsqueda alternativa de recursos – como los de la
cooperación internacional, organismos no gubernamentales, iniciativas de gobierno
nacional etc. –, dirigidas al entendimiento de las dimensiones territoriales en las que los
agentes locales se encuentran inmersos, y no apenas por segmentos, es decir, no podría
perfilarse una actividad de impulso económico obviando las condiciones de fondo que
obstaculizarían los resultados esperados, como el nivel de capital social y humano, la
relación entre los agentes y el medio ambiente, el imaginario colectivo de la
institucionalidad que los acoge, la percepción favorable o desfavorable que pueda
formarse con la participación de las intervenciones y las restricciones presupuestales,
entre otros. En este sentido, las estrategias deben apuntar a la participación en todas las
líneas posibles, para por lo menos pensar en la sostenibilidad de los resultados.
De acuerdo con lo anterior, y conscientes de la situación socioeconómica, cultural,
institucional y ambiental presente en la subregión, la participación de PROMODIQUE
ha concentrado sus recursos humanos, físicos y financieros en la implementación de
estrategias que respondan, desde la adaptación de los actores locales, a las transiciones
de las estructuras interregionales, no sólo con el objetivo de la sostenibilidad de la
66
economía campesina y su consecuente retorno social, que es una meta transversal e
incondicional de la acción, sino de germinar en la población socia una percepción de
empoderamiento sobre su entorno a partir de los esfuerzos, que como agentes
plenamente activos en el ejercicio de la configuración del territorio, estén dispuestos a
invertir para el mejoramiento de las condiciones y medios de vida.
3.3.El campesinado del Caribe colombiano
En el apartado anterior pudo ofrecerse un primer panorama al respecto de la
vulnerabilidad socioeconómica, institucional y ambiental en la que se encuentra inmerso
el campesinado del CDZC, situación que recae en una baja sostenibilidad de sus
actividades económicas, al igual que de las socioculturales. Ya su localización
geográfica hace de la agropecuaria una actividad que requiere mayores esfuerzos
humanos, técnicos y financieros, pues la amenaza constante de inundación se constituye
como un factor de riesgo a la sostenibilidad de sus actividades y de la seguridad
alimentaria.
Otros aspectos de vulnerabilidad se encuentran relacionados con las condiciones y
medios de vida, y un mayor desglose del Índice de Pobreza Multidimensional logra
otorgar instrumentos de análisis sobre ello. Según el DANE (2005), este índice se
compone de cinco dimensiones y 15 variables, de las cuales son más relevantes para la
subregión la privación del logro educativo, el analfabetismo, el rezago escolar, el
hacinamiento y la estructura de las viviendas en general, pero con mayor influencia
están la tasa de empleo informal (entre el 90% y el 99%) y la dependencia económica12
(entre el 55% y el 82%).
No obstante, el campesinado de la región Caribe colombiana ha estado inmerso en una
vulnerabilidad política e institucional relevante, asunto que se ha visto reflejado tanto en
el abandono estatal como en el surgimiento de variadas situaciones de tensión social con
la entrada y arremetida de los grupos armados ilegales, las fuerzas armadas del Estado y
el sicariato por el poder y la tenencia de la tierra. Esta región se ha convertido en uno de
los epicentros más influyentes de la organización campesina durante todo el siglo XX,
principalmente porque fue allí donde se iniciaron los primeros y más importantes
12 Número de personas por miembro ocupado en el hogar
67
movimientos sociales a favor del reconocimiento de la sociedad campesina como
actores activos de la política nacional, a partir de la creación de la Asociación Nacional
de Usuarios Campesinos (ANUC) en los años 1970.
Cabe aclarar, que la importancia de reconocer este historial del campesinado caribeño y
sus luchas se convierte en un referente y una reflexión pedagógica, que consigue
reconocer en el pasado, las desarticulaciones del presente en materia de construcción de
capital social del CDZC y de resiliencia. Como podrá evidenciarse en apartados
posteriores, este aspecto ha sido transversal en la sociología del desarrollo rural en la
subregión, pues la intervención del Proyecto logró identificar, como estrategia, que la
unificación comunitaria y las respuestas de verdaderos procesos asociativos, han
resultado en un factor clave para el éxito de sus actividades en materia de sostenibilidad
de la misma.
El Caribe colombiano se reconoce por ser un escenario donde las disputas por la tierra
entre grandes latifundistas de haciendas y fincas ganaderas y pequeños campesinos, ha
funcionado como motor movilizador de las masas. El despojo de tierras a campesinos y
colonos por parte de los terratenientes se convierte en el mayor estructurante
socioeconómico, político y social de la región, motivando, al igual que por los actos
represivos entre patronos y trabajadores de las haciendas, el levantamiento de una unión
en la que se desarrolle la voz que clame por el reconocimiento político del campesino.
Primero bajo la consiga tierra sin patronos y luego tierra pa’l que la trabaja – luego de
reconocer la importancia de la propiedad de la tierra – que continua hasta la actualidad,
la ANUC consigue tocar fibras de la política nacional y de las estructuras jerárquicas
sociales, al respecto de la triple función que desenvuelve el campesino como capitalista,
empresario y obrero.
Durante la década de 1960, el trabajo de la congregación campesina se concentra
primero en el reconocimiento político del país, con el que bajo el gobierno del
presidente Lleras Camargo, se impulsa la primera reforma agraria en la que, además, se
declara oficialmente al movimiento. Luego, entre las décadas de 1970 y 1980, el
movimiento – al que se unifican indígenas, estudiantes universitarios, profesores y
sindicatos – reúne sus esfuerzos por el derecho a la titulación de los predios, iniciativa
68
que se desarrolla tanto desde la participación política, hasta la invasión de tierras que
anteriormente habían pertenecido a los colonos que abrieron monte, y que
posteriormente habían sido tomadas con engaños por terratenientes conocedores de las
leyes de la tierra. Finalmente, para la década de 1990, y motivados por las arrasadoras
olas de violencia rural propiciadas por los desencuentros ideológicos de diferentes
grupos armados, la Asociación actúa por el derecho y respeto a la vida de los
campesinos.
Los continuos cambios en los sistemas productivos han conllevado a que la inversión en
el impulso al desarrollo rural, haya tenido diferentes perspectivas desde la política
colombiana. Así, autores colombianos como Vargas (1987), Fajardo (2002), Forero
(2010) y, Machado, Salgado y Vásquez (2004) entre otros, señalan cómo el modelo de
modernización de la agricultura de mitad del siglo XX, volcó a los países de vocación
agro productiva a la modificación de su estructura agraria a favor de los monocultivos y
la capitalización del campo, por medio de la instauración de la Revolución Verde como
herramienta de avance tecnológico; abriendo de esta forma el camino hacia las
posibilidades de la globalización y la participación en los mercados internacionales.
Pero este cambio estructural, en un país con una capacidad institucional históricamente
limitada para fomentar espacios de equidad e igualdad de condiciones entre los
diferentes sectores sociales y económicos, propició en aquel entonces el desarrollo de
especulación de tierras en el que los grandes terratenientes acapararon y concentraron
grandes cantidades de hectáreas, para cumplir con las expectativas de desarrollo
económico impulsado desde las políticas del mundo occidental.
Colonos y campesinos, desprovistos de herramientas para asegurar sus tierras, se vieron
envueltos en una situación de despojo, que una década después, serviría de bandera de
acción para la reforma agraria propuesta por el presidente Lleras Camargo en la década
de 1960, en la que desde el mismo Estado se institucionalizaría una organización
campesina independiente de cualquier partido, y se impulsaría la iniciativa de
adjudicación de tierras para los campesinos, con la que se pretendía desconcentrar la
estructura agraria del país. Con ello, dar sentido y relevancia política al movimiento
campesino se convertiría en el motor de la reforma, que según Machado et al (2010),
69
funcionó también como una estrategia liberal para presionar la explotación eficiente de
la tierra de los terratenientes, quienes tenían una gran proporción de hectáreas
inutilizadas, a la vez que se disminuía “el riesgo de [incentivar] los sectores dominantes
derivados de la extrema desigualdad económica” (p. 396); en fin, una reforma tributaria
disfrazada de reforma agraria.
No obstante, las invasiones y tomas de grandes fincas y haciendas en la costa Caribe por
parte de los campesinos y colonos de la ANUC, seguirían siendo una herramienta de
recuperación de los terrenos, pues la reforma agraria no se materializaba de forma
efectiva. Los motivos son variados, entre los que se encuentran la falta de voluntad de
los terratenientes por negociar las tierras con el Instituto Colombiano de la Reforma
Agraria (Incora), porque el Incora negociaba las tierras menos fértiles, o porque el
sistema de puntajes era discriminatorio al favorecer factores como el nivel educativo, la
experiencia agrícola y el patriarcado de la época (Machado et al, 2010).
Luego, el proceso llevado a cabo por la reforma entre 1960-1975, da un cambio drástico
con la entrada del gobierno Pastrana Borrero, en donde las confrontaciones políticas
comenzaron a diluir la ANUC, específicamente porque en la filosofía de este nuevo
gobierno, el crecimiento agropecuario estaría yendo en contraposición a los ideales de
distribución de la tierra por los que estaba trabajando la Asociación. Inevitablemente, el
movimiento no podía ser realmente independiente y la adhesión a la política resultaba
inminente.
Esta visión productivista del campo, impulsada además por el programa de Desarrollo
Rural Integrado (DRI), y cuyos “efectos positivos fueron muy discretos en cuanto a las
poblaciones atendidas, a los incrementos en producción y productividad y a la
superación de la pobreza y de las ‘brechas tecnológicas’” (Fajardo, p. 37, 2002), apenas
no socavó la fortaleza de la unión del movimiento campesino durante el periodo 1975-
1990 (Machado et al, 2010), sino que además inicia un proceso de deslegitimación que
lo ubica en el imaginario social que, sobre el comunismo, el socialismo o cualquier otra
corriente ideológica no convencional, la política colombiana concebía como amenaza de
la hegemonía y soberanía nacional. Ello, como resultado de la guerra ideológico-política
entre la Unión Soviética socialista y el poder occidental-capitalista del gobierno de los
70
Estados Unidos, que motivó la defensa de la hegemonía del segundo sobre los países
latinoamericanos en la lucha contra la filosofía del primero.
El panorama anterior se traduce para Colombia en el surgimiento de los grupos de
izquierda, motivados, entre otros asuntos, por incidir en la zona rural como actores
claves en la distribución y tenencia de la tierra a través de la militarización social; no
obstante, con un accionar ambivalente en la defensa de la tierra del terrateniente y de
campesino. Dado el ambiente de discusiones ideológicas por el que atravesaba el mundo
político, los grupos de izquierda tenían como filosofía la defensa de los derechos de las
masas campesinas y la disminución de un Estado señalado como opresor, a la vez que la
extorsión y presión sobre los grandes latifundistas, funcionaba como estrategia de
imposición de poder y simpatía entre la población campesina que trabajaba a favor de la
reforma agraria.
Sin embargo, la penetración que deseaban realizar al interior del movimiento
campesino, no se percibía como una relación de respaldo a la causa, y sí como una
imposición del orden social y de la institucionalización de la justicia privada – ante la
ausencia de un Estado de bienestar –, a través del miedo y la intimidación; situación que
fue más visible con la incursión y persecución paramilitar y del Ejército Nacional hacia
las guerrillas, y luego hacia los mismos campesinos llegados los años 1980.
Para las guerrillas, permear la organización campesina, aliarse y sumarla al movimiento
de izquierda, equivalía a la creación de una estrategia contestataria en contra del Estado
colombiano. La ANUC fue sin lugar a dudas un gran objetivo para ello, sin embargo,
según autores como Machado et al (2010) y Pérez (2010), la Asociación no demostró
interés alguno por la supuesta alianza, toda vez que, desde su constitución como
movimiento independiente, se circunscribía en líneas de acción de clase y no de partido,
como pretendía la guerrilla al instigarlas a formar parte del izquierdismo.
Pérez (2010) asegura que, de cualquier forma, resultó inevitable algún tipo de
intervención de las guerrillas en la Asociación, aunque ínfimo, de un carácter más
relacionado con la demagogia, más no hermanadas con la ilegalidad de las mismas. Sin
embargo, con el socialismo y el comunismo siendo interpretado como una amenaza a la
hegemonía de Occidente, esta escena provocó un señalamiento del movimiento
71
campesino como un movimiento guerrillero. La ANUC comenzaría a perder fuerza ante
la sociedad y la política colombiana, especialmente cuando la pobreza y el
debilitamiento del campesinado como movimiento social fue más evidente a finales de
los años 1980 y las guerrillas sacaron provecho de ello para causar el caos (Pérez,
2010).
Luego, para los años de 1980 llega el paramilitarismo a la zona, siendo de lejos
recordado como el grupo que mayores estragos ocasionó en la población del litoral
Caribe colombiano. La arremetida de este grupo de extrema derecha en la región es
provocada por la búsqueda de tropas guerrilleras, así como la presencia del narcotráfico
en una zona de corredores estratégicos para su comercialización. Con los movimientos
campesinos, y en general con cualquier expresión comunitaria o de filosofía de
izquierda, la población se ve inmersa en un ambiente de incertidumbre ante el encuentro
de los dos grupos.
De esta forma, ser simpatizante de cualquier de los grupos, significaba una sentencia de
muerte por parte de sus adversarios; de hecho, el no ser simpatizante de una u otra
posición surtía el mismo efecto. Los señores de la guerra influyeron fehacientemente en
la organización campesina. El temor por asociarse, los asesinatos colectivos y selectivos
a líderes y lideresas, las masacres, amenazas, extorsiones, el desplazamiento forzado
que crea barrios en las ciudades como respuesta a un campo inseguro, y otros hechos
violentos (tabla 5), hicieron que la ANUC, al igual que otras asociaciones campesinas,
se viera aniquilada y reducida para entrado el nuevo milenio.
Pero la reducción del movimiento no se atribuye única y expresamente a la guerra, que
si bien fue altamente influyente, a esa coyuntura de desaparición también se suman las
dificultades presentes en la eficiencia de la reforma agraria desde la década de 1960, la
división y escisión política al interior del movimiento campesino a partir de la filosofía
del gobierno Pastrana Borrero, el perentorio clientelismo y a la pérdida de legitimidad
del mismo al señalarse como una alianza del izquierdismo ilegal, en un país donde
expresiones ideológico-políticas y sociales alternativas, evocan una distorsionada
imagen que amenaza con la soberanía y el poder hegemónico de poderes políticos
tradicionales.
72
Tabla 5 Víctimas por hecho violento en la subregión CDZC (1984-2015)
Acto
terroristaAmenaza
Delitos
contra la
libertad y la
integridad
Desaparición
forzada Desplazamiento Homicidios
Minas
antipersonal/
munición sin
explotar/Artef
Pérdida
de
bienes
muebles
Secuestro Tortura
Vinculació
n de niños,
niñas y
adolescent
Características
del
desplazamiento
en el municipio
Barranquilla 163 720 24 714 6.109 4.314 1 218 61 10 14 Receptor
Campo de la Cruz 1 8 1 6 161 45 0 0 0 0 0 Receptor
Candelaria 0 0 2 0 96 25 0 0 4 0 0 Receptor
Juan de Acosta 0 1 1 0 66 43 0 0 0 2 0 Receptor
Manatí 0 15 1 10 188 40 0 1 0 0 0 Receptor/Expulsor
Piojó 0 27 1 0 463 29 0 1 0 0 0 Expulsor
Repelón 20 37 4 3 1.207 185 0 18 2 3 0 Expulsor
Sabanalarga 14 53 4 28 972 569 0 5 9 2 1 Receptor
Santa Lucía 1 2 1 1 132 29 0 0 0 0 0 Receptor
Suan 0 10 0 31 114 30 0 2 1 0 0 Receptor
Tubará 2 10 1 0 197 115 0 3 2 0 0 Receptor
Usiacurí 0 2 0 0 36 26 0 0 0 0 0 Receptor
Cartagena 103 622 33 567 14.903 2.682 6 58 55 15 17 Receptor
Arjona 15 164 19 82 2.300 520 0 13 9 2 0 Receptor
Calamar 5 522 24 182 5.097 490 0 28 19 5 0 Expulsor
Mahates 21 332 14 30 6.084 243 0 61 13 6 0 Expulsor
San Estanislao 1 64 4 9 1.400 84 0 7 0 1 0 Expulsor
Santa Catalina 5 64 5 1 1.036 152 0 7 1 0 0 Expulsor/Receptor
Santa Rosa 58 391 60 171 11.692 550 39 54 56 11 16 Expulsor/Receptor
Soplaviento 2 29 1 0 297 28 0 3 0 0 0 Expulsor/Receptor
Turbaco 8 169 10 49 3.352 577 0 33 13 1 0 Receptor/Expulsor
Turbana 0 65 5 38 702 187 0 6 2 0 0 Expulsor
Municipio
Fuente: elaboración propia con datos de la Red Nacional de Información. Unidad para las víctimas, 2017
HECHO
73
El Caribe colombiano, en donde la subregión CDZC se encuentra ubicada, posee un
historial de luchas campesinas, que marcaron hito en la institucionalización de un
movimiento socioeconómico soslayado y excluido de las dinámicas sociopolíticas por
parte de las élites colombianas. La pérdida de fuerza de la organización social
campesina, significa un desinterés a nivel general, de reconocer una de las clases
sociales en las que la pobreza y la miseria se ha visto mayor e históricamente reflejada y
que más luchas ha emprendido, no apenas por la cuestión agraria, sino por ser uno de
los rubros poblacionales en los que los efectos de la guerra y de las políticas de la
economía de mercado, ha surtido un rigor altamente significativo. Al respecto, el
informe del PNUD (2011, p. 244-245), señala que:
Desde sus comienzos, el Estado en Colombia no buscó alterar la organización
de la vida política ni el orden social heredado de la Colonia, especialmente
frente al lugar ocupado por los grupos sociales con más vulnerabilidad. La
justificación ideológica de tal orden se sustentaba en la pretendida
incapacidad de esos grupos para tener representación propia y, por ende, en la
necesidad de tratarlos como menores de edad.
La ANUC, creada en la región Caribe y cuya génesis se remonta al potencial político y
gremial de los Sindicatos Tabacaleros del departamento de Sucre, es una muestra de la
capacidad de unificación de los campesinos de la zona. Sin embargo, una construcción
social formada a partir de una coyuntura sociopolítica realmente desfavorable, ha
logrado que los procesos asociativos, especialmente de la subregión, se encuentren
desestimulados, asunto que se ha visto reflejado en una ausencia de apropiación del
territorio y de construcción de capacidades y conocimientos, que consigan prevenir y
mitigar los efectos de las vulnerabilidades socioculturales, políticas, económicas y
ambientales a los que se enfrenta diariamente la población. PROMODIQUE ha sido
consciente de esta situación, y por lo tanto ha ingresado con una iniciativa de creación
de tejido social como estrategia de sostenibilidad de su acción, como será expuesto
posteriormente.
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4. El caso de PROMODIQUE como estrategia de desarrollo rural integral
sostenible
4.1. Entendiendo a PROMODIQUE
PROMODIQUE se entiende como una estrategia de promoción de oportunidades para
el desarrollo sostenible e incluyente y fortalecimiento de la gobernanza local en el
marco de una cultura de la paz en el Canal del Dique y Zona Costera; el cual se
encuentra enmarcado y financiado por el Programa Nuevos Territorios de Paz (NTP),
cuya génesis se encuentra en las experiencias y aprendizajes provenientes de procesos
apoyados por la Unión Europea (UE) y el Gobierno Nacional.
A través de instrumentos como los Laboratorios de Paz (LP), se han logrado apalancar
iniciativas donde la población civil ha tenido un rol protagónico en el marco de
movimientos amplios y participativos que, apoyados en las herramientas propias del
Estado de Derecho, han favorecido el desarrollo, la paz, la gobernanza y la construcción
de territorio. En tal óptica, PROMODIQUE surge como una estrategia de desarrollo,
que interviene de manera participativa y negociada, al permitir reconocer, desde la voz
de los actores locales, las reales necesidades y composiciones propias de la arquitectura
social de la subregión; una combinación de acciones arriba para abajo y abajo para
arriba.
Es así como desde este instrumento de apoyo de la Unión Europea al Gobierno, se han
pretendido promover experiencias significativas de participación ciudadana y
gobernanza local que, a través de ejercicios prácticos y propuestas metodológicas
innovadoras, contribuyen a la construcción de paz y de territorios, y generan insumos
desde los mismos para el diseño de políticas públicas. Aquí, las diversas expresiones de
la sociedad civil y de la institucionalidad publica, avanzan en la búsqueda de soluciones
a las causas estructurales de la violencia y la desigualdad a partir del proceso de
transición estructural por el que atraviesa la arquitectura social colombiana en la era del
post-conflicto.
Desde los diferentes enfoques de género, étnico, desarrollo territorial sostenible, la
sensibilidad al conflicto, la participación, y gestión comunitaria del riesgo, el Programa
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NTP ha pretendido crear las condiciones de desarrollo en las zonas identificadas como
prioritarias – Departamentos de Guaviare y Caquetá, Canal del Dique y Zona Costera y
Bajo Magdalena –, buscando resultados concretos de acuerdo a sus seis líneas de
intervención estratégica, a saber, Inclusión socioeconómica sostenible, Tierras y
territorio, Creación de capacidades locales, fortalecimiento institucional y redes sociales
e información y gestión del conocimiento.
PROMODIQUE, una iniciativa propuesta por el Movimiento por la Paz (MPDL), la
Fundación Hogar Juvenil y la Fundación Universitaria Católica del Norte, busca
impulsar y dinamizar estrategias de integración social y económica de acuerdo a las
realidades, capacidades y oportunidades existentes en los 22 municipios de la subregión
del CDZC, buscando una participación activa a todos los niveles y una mayor
articulación territorial. Lo anterior mediante el impulso a esquemas de inclusión
socioeconómica sostenibles con la reactivación de los sistemas productivos locales en
beneficio de la territorialidad, gobernanza, fortalecimiento institucional para la cohesión
social y el desarrollo local en los municipios focalizados por la propuesta, con el
objetivo de gestionar el surgimiento de habilidades en los actores como agentes que
piensan y actúan en la configuración de un desarrollo sostenible.
Su objetivo principal se enfoca en promover medios de vida sostenibles a través de
estrategias de inclusión socioeconómica, fortalecimiento del capital social y
gobernanza democrática para el desarrollo participativo y la paz en la zona del Canal
del Dique; cuyos resultados propuestos se definen así:
Resultado 1: Fortalecido el capital social en la subregión a través del apoyo a
espacios de participación, planeación y exigibilidad de derechos que vinculen
autoridades locales, sociedad civil – incluidas las víctimas del conflicto –,
organizaciones de base y redes, mediante ejercicios de planeación local y
acuerdos territoriales para el desarrollo.
Resultado 2: Fomentados desde la población vulnerable, escenarios de economía
familiar y solidaria, y la comercialización de excedentes con un enfoque de
cadenas ecológicamente sostenibles y articuladas al ordenamiento territorial
tradicional.
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Resultado 3: Mejorados los niveles de productividad, competitividad y
sostenibilidad en las iniciativas económicas tradicionales y promisorias en la
zona de intervención, mediante estrategias innovadoras y generación de valor
agregado a las mismas, identificando buenas prácticas y transferencia entre
pares.
En los resultados esperados, puede percibirse a PROMODIQUE como una apuesta a la
integralidad del desarrollo endógeno local, pues pretende generar una senda de
actividades direccionadas a impulsar habilidades para hacer y saber en un marco
dinamizador de los procesos productivos locales; es decir, como si potenciar las formas
de economía solidaria y cooperativa en la subregión, funcionara como una suerte de
pivote en el que giran las fuerzas del desarrollo, a saber, las relaciones entre los actores
(interacciones, forcejeos y negociaciones), los mecanismos de apropiación y
empoderamiento territorial, y la construcción de territorio a partir de una mudanza
paulatina en el arreglo institucional, en las representaciones sociales, las convenciones y
tradiciones.
De este modo, y de acuerdo a la estructura de la Teoría Actor-Red de Latour, cada uno
de los actores locales involucrados en la iniciativa de PROMODIQUE son al mismo
tiempo red, en la medida que las características de participación y no de
dominación/sumisión, hacen que la interacción a través de las agencias de cada uno se
traduzcan en nuevas agencias, más activas y propensas a la generación de habilidades
para hacer y saber a favor de la endogenización de externalidades y las capacidades de
autogestión. Finalmente, las nuevas traducciones se reflejan en discursos que mudan el
imaginario del desarrollo, como un proceso meramente asistencialista.
Otro aspecto demarcado en los resultados proyectados, se dirige hacia un enfoque
diferencial en cuanto a la composición antropológica y cultural, asunto que ofrece una
coherencia de la acción, cuando al tomar los argumentos de Long, dicho enfoque
debería estar orientado al actor, y por tanto a las particularidades propias de su territorio,
que hacen pertinente una intervención planeada deconstruida y construida desde dichas
características. El territorio en el que participa PROMODIQUE, se reflejan aspectos
culturales tales como el campesinado, el patrimonio palenquero, la afrodescendencia y
77
la persistencia del machismo en la organización social, que han sido tomados en cuenta
transversalmente en beneficio de la pertinencia de la acción.
Una reunión de técnicos, profesionales, campesinos, humanistas, administradores
locales, asociaciones y movimientos sociales, agencias de cooperación internacional,
científicos y la empresa privada, se ha visto reflejada en la integralidad de las
propuestas de desarrollo en función de un desarrollo rural sostenible, conformando una
red de gobernanza local y fortalecimiento institucional – instituciones formales,
informales y medios de control (enforcement) –, a favor de la acumulación de capital
humano y social, útiles para hacer frente a los impactos propios de la transición hacia
una nueva ruralidad. De esta forma, PROMODIQUE se presenta como una estrategia de
desarrollo integral volcada a la ruralidad, que genera habilidades para hacer y saber a
través de la multidisciplinariedad.
4.2. PROMODIQUE y la comunidad del Canal del Dique y Zona Costera como
dinamizadores del desarrollo rural
Conscientes de las necesidades y carencias de la subregión del Canal del Dique y Zona
Costera, como fue ilustrado en el apartado anterior, el Proyecto ha concentrado sus
esfuerzos en seis campos de acción y de buenas prácticas; direccionados hacia un
desarrollo sostenible de la ruralidad, en un contexto incluyente y participativo, a saber,
Huertas familiares, Apoyo a emprendimientos pecuarios (piscicultura, ganadería,
porcicultura y avicultura), Escuelas de formación ciudadana, Apoyo a mercados
campesinos, Emprendimientos productivos de transformación, y la intervención en
Instituciones Educativas con enfoque agropecuario.
En adición a lo anterior, y en aras de establecer una coherencia con el enfoque de
sostenibilidad en todas las esferas, PROMODIQUE se ha preocupado por considerar
iniciativas de reforestación de árboles frutales y maderables de doble propósito; es
decir, para mejorar las condiciones edáficas de las zonas y de los emprendimientos en
general, a la vez que se obtienen productos como frutas y maderas en beneficio de la
seguridad alimentaria y nutricional y la sostenibilidad económica. En un principio se
proyectó la siembra de 2.000 árboles, resultando finalmente con la siembra de 6.160
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(4.783 frutales y 1.377 maderables y forrajeros) en emprendimientos y comunidades de
diez municipios.
Este componente también contó con el apoyo y acompañamiento de la asistencia
técnica, especialmente si se consideran las afecciones que dejó la sequía del fenómeno
del Niño, en donde un 30% de la población de árboles logró sobrevivir. Por otro lado,
uno de los trabajos sobresalientes se centró en la asociación ASOFRUPA, con la
adjudicación de un sistema de riego por micro aspersión con electrobomba, para la
irrigación de una hectárea de su lote, en donde se cultivaron árboles frutales en
beneficio de una producción sostenible, con el autoabastecimiento de pulpas de fruta
como su actividad principal.
Estas acciones representan los ejes estructurantes de una estrategia que ha pretendido ir
más allá de la implementación de fórmulas del desarrollo, al plantear detrás de ellos
actividades que generan habilidades para hacer y saber en la población socia, con
miras a la sostenibilidad de los resultados esperados. Así, su agencia se ha direccionado
hacia el establecimiento de escenarios de economía familiar y solidaria, en los que se
fomente un rescate de los valores socioculturales propios de la Economía Campesina y
una negociación con la economía de mercado que se vea reflejado en una organización
socioproductiva sostenible.
De dichos mecanismos se derivan además acciones orientadas a la seguridad alimentaria
y nutricional por medio de las huertas familiares, comunitarias y escolares, y los
mismos emprendimientos productivos, que más que representar una alternativa de
consumo y de optimización de los recursos, orienta una inclusión a nivel
intergeneracional, familiar y comunitario en la práctica agrícola, toda vez que reúne
aspectos como la asociatividad, buenas prácticas en la producción y consumo
responsables y el empoderamiento territorial a partir de una agencia menos pasiva.
Por tal motivo y conscientes de un relevo generacional desmotivado en la ruralidad,
especialmente para la Economía Campesina, el Proyecto contempló y ejecutó acciones
en cuatro Instituciones Educativas Técnicas Agropecuarias seleccionadas, con la
implementación de Parcelas Demostrativas con huertas escolares que incluyeron
sistemas de riego, y emprendimientos agropecuarios de piscicultura y avicultura; cuyo
79
trabajo apuntó a impulsar el interés de niños, niñas y adolescentes por las labores del
campo y el desarrollo de alternativas de seguridad alimentaria y nutricional, estrategia
reforzada con la inclusión participativa y dinamizadora de sus comunidades. No
obstante, esta iniciativa debe ser complementada con la instauración de estrategias de
mediano y largo plazo, razón por la cual, una articulación entre las secretarías de
educación, docentes, alumnos y facilitadores de PROMODIQUE resultó en la
integración de las prácticas agrícolas en la media técnica de sus pensum.
Así las cosas, este tipo de estrategias posibilitan generar un contexto de creación de
capacidades y habilidades, no sólo a nivel escolar, sino comunitario, que impulsa
mecanismos de resiliencia y, sobre todo, pertinencia de acuerdo a las necesidades y
características socioeconómicas y socioecológicas del territorio.
Una situación similar acontece con los mercados campesinos, especialmente en el
protagonismo y valoración del campesino en las relaciones mercantiles, que también
apuesta al empoderamiento territorial a través del desplazamiento paulatino de los
intermediarios, la conformación de un movimiento social activo y la participación en las
dinámicas urbano-rurales que cierra brechas sociopolíticas y culturales propias de su
histórica dicotomía; esto, sin mencionar el potencial latente en la conformación de redes
interregionales/locales que motiva al campesinado a organizarse y asociarse con el fin
de ganar cada vez mayores espacios de representación e inclusión en la agenda pública.
Son muchos los factores transversales contenidos en la iniciativa del Proyecto,
característica propia de los procesos integrales; sin embargo, la acción dirigida a
impulsar procesos de participación ciudadana y gobernanza a partir de las Escuelas de
Ciudadanía y la elaboración participativa de dos pilotos del Plan de Desarrollo
Alternativo (PDA) 2016-2019, se ha podido convertir en su plus o valor agregado.
La implementación continua de las Escuelas en nueve de los 22 municipios, que intentó
abarcar el total de los participantes directos (200), fue evidente cuando en entrevistas
posteriores a la ejecución de la acción en 24 meses, la población socia manifestó
mudanzas significativas en el imaginario convencional, respecto a los procesos de
asociación funcionales desde todas sus áreas y del papel fundamental que juegan como
actores activos en la planificación de su propia territorialidad.
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En este sentido, se resalta el resultado de una de las actividades de participación
ciudadana que congregó dos foros con candidatos a la Alcaldía de Mahates y Repelón,
en donde la comunidad fue activa en el cuestionamiento de las propuestas, y en la
invitación a la inclusión en sus planes de gobierno, los PDA diseñados por ellos
mismos. De igual forma, las víctimas del conflicto armado generaron planes de
exigibilidad del cumplimiento de las políticas públicas direccionadas hacia su
reparación, a partir de los planes de acción de seis Mesas de Víctimas en la subregión,
además de la implementación de los Planes Operativos Anuales en dieciséis
organizaciones productivas de doce municipios priorizados, orientados hacia la
organización productiva y la gestión del riesgo, y la construcción de planes de acción y
PDA que posiciona a los Consejos Municipales de Desarrollo Rural (CMDR) en la
formulación del Plan de Desarrollo 2016-2019.
De igual forma, el acompañamiento continuo de las organizaciones participantes del
proyecto, como el Movimiento MPDL y la fundación Hogar Juvenil, a los grupos
civiles y las asociaciones de productores, incentivó a que en una de las asociaciones del
corregimiento de Puerto Badel se cuestionara la inclusión de la actividad acuícola en el
Plan de Desarrollo Municipal.
“Nosotros como asociación, como comunidad, nunca nos habíamos sentado a mirar el
Plan de Desarrollo de la Alcaldía. Nosotras… nunca, nunca, creo que se haya dado.
Hicimos un taller, nosotros escogimos el Plan de Desarrollo, acá se hicieron unas
mesas de trabajo con la Alcaldía sobre el Plan de Desarrollo y dijeron: no, aquí lo que
ustedes quieran que incluyan aquí en el Plan de Desarrollo... inclusive nosotras como
asociación AMUDIC estuvimos presentes y ahora que nos sentamos a ver la parte del
Plan de Desarrollo, específicamente, fue la parte acuícola, estábamos verificando que
no está en el Plan de Desarrollo. Hay muchas cosas que no están incluidas en el Plan
de Desarrollo, o sea, nos dimos cuenta que a nosotros no nos van a realizar nada a la
comunidad, porque no estamos incluidas, porque si comenzamos punto por punto a
revisar el Plan de Desarrollo que tiene la Alcaldía, nosotras no nos vemos reflejadas
ahí en ninguna parte (…) Entre las mismas organizaciones convocamos otras
reuniones, pero internas con la comunidad, y como garante al Movimiento por la Paz y
también… inclusive hay otras personas que queremos incluir de Hogar Juvenil, como
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garante, como apoyo, y también revisar lo que es el Plan de Desarrollo. La idea es,
después de la reunión, ponerle unas citas con los de la Alcaldía y si no, es con la misma
alcaldesa y que se siente con nosotros” (AMUDIC)
Luego, en un aspecto de unificación alrededor de la actividad productiva, se incentivó el
surgimiento de la asociación de segundo nivel entre las asociaciones acuicultoras del
Proyecto, materializada en la Federación Piscícola y Agrícola de la Costa (FEDEPAC).
A través de FEDEPAC, se ha planeado y construido un laboratorio para adquirir de
primera mano los alevinos o semillas, en función de la independencia de la adquisición
a través de una suerte de monopolio en la región, que no prioriza la venta a los pequeños
y medianos productores con alevinos de menor calidad.
Ahora, si bien las mudanzas institucionales presuponen cambios en las tradiciones,
convenciones y representaciones sociales a través de los discursos de reproducción
social en un territorio; estrategias de corto plazo como PROMODIQUE han logrado
fomentar en la población socia el conocimiento de instrumentos que, desde sus
capacidades y habilidades, pueden adquirir en términos de la participación ciudadana y
la exigibilidad de derechos, especialmente en los asuntos que atañen las dinámicas que
al campesinado le son propias.
Como fue presentado previamente, el territorio del Caribe colombiano – y en general,
del país –, se ha encontrado históricamente inmerso en un contexto limitado a la
participación política e institucional de los movimientos campesinos. Estas situaciones,
han logrado que los procesos asociativos espontáneos y la interacción con las
instituciones públicas se hayan encontrado reprimidos, lo cual incorpora más que
razones de peso para que en las estrategias de desarrollo rural integral, el componente
de participación civil sea transversal con miras a la generación de habilidades para
hacer y saber. Con tales mecanismos, se posibilita una respuesta a las externalidades y
se promueven acciones desde adentro en la configuración de la territorialidad y de
mecanismos de adaptación a una nueva ruralidad.
Este tipo de marcos en los que la sociedad de la subregión se configura, se ha visto
evidenciado en asociaciones poco funcionales tanto a nivel organizacional, como en lo
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correspondiente a la participación activa y continua, en la planificación de las
estrategias de desarrollo territorial y en la rendición de cuentas de los gobiernos locales.
Con ello, las situaciones en las que PROMODIQUE encontró a las asociaciones y otros
grupos civiles de la subregión, se caracterizaron por múltiples ausencias y falencias en
lo socioproductivo, asunto que fue examinado con el ánimo de crear una línea base que
otorgara las herramientas necesarias para la formulación de una estrategia pertinente. El
Proyecto apuntó específicamente a varios segmentos de intervención, a saber:
9 escuelas de Formación Ciudadana (con participación en 6 Mesas de Víctimas)
226 Huertas Familiares
12 emprendimientos de transformación y comercialización
10 emprendimientos pecuarios
2 mercados campesinos
4 instituciones educativas técnicas agropecuarias
De estas iniciativas, fueron partícipes aproximadamente 2.700 personas de la subregión,
de los que 51% son hombre y 49% son mujeres; tres emprendimientos de
transformación y comercialización realizaron intercambios de experiencias con
organizaciones del departamento de Antioquia, y algunos de los emprendimientos
pecuarios, consiguieron avanzar en sus cadenas productivas por medio de la inclusión
en la iniciativa de los emprendimientos de transformación.
La selección de las asociaciones de productores fue un proceso acompañado y guiado
por las administraciones públicas a través de sus UMATAS, secretarías de agricultura o
de planeación, con el ánimo de incentivar un trabajo articulado entre la cooperación
internacional y los gobiernos, menos jerarquizado. Posteriormente, las líneas base
generadas desde las diferentes asociaciones, arrojaron circunstancias en las que
estructuras de organización básicas, como el manejo administrativo y contable,
cronogramas de actividades, instalaciones locativas, canales de comercialización y
reconocimiento de su demanda y potenciales mercados, era incipientes y funcionaban
como trabas de sus objetivos de crecimiento y desarrollo.
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Ello, sin contar con que sus flujos de producción, calidad, Buenas Prácticas
Manufactureras (BPM) y registros sanitarios carecían de eficiencia y efectividad y que
los procesos asociativos, si bien fueron espontáneos y en algunos casos más motivados
por el interés de recibir beneficios económicos de otros proyectos, se identificaron
dificultades de comunicación y convivencia entre los socios, en la delegación de
funciones y en la capacitación técnica y social, que ha detonado la desmotivación por
algunos socios que desertan de la iniciativa.
“La gente no le apuesta a la asociatividad, no le apuesta a tomar iniciativas propias si
no son jalonados (…). Una parte que habría que fortalecer es esa, la autoconfianza, la
claridad de que la gente puede lograr unos resultados importantes” (Docente,
Universidad de Cartagena).
“Lo que nos llevó a formular el tema de participación, en términos de, por un lado,
formación, por el otro, incidencia política y… temas de fortalecimiento organizativo…
fueron los tres pilares que trabajamos en esta parte de fortalecimiento al capital social.
Las comunidades tenían un nivel organizativo bajo… si bien había organizaciones, su
accionar estaba muy limitado, de alguna manera a la actividad productiva (…), no muy
ligadas a la política pública” (MPDL)
No obstante, los criterios de análisis deben ir más allá de estas explicaciones de carácter
organizacional y productivo, y que de cierta forma han estado ligados a una dificultosa
construcción social alrededor de los procesos asociativos espontáneos y funcionales
internamente, y a la vulnerabilidad socioeconómica de la población, como se evidenció
anteriormente.
Así, para una población históricamente inmersa en la pobreza y la miseria por diferentes
causas que ya han sido enunciadas, prevalecen formas inmediatas de obtener ingresos,
como los jornaleos, la albañilería, el comercio – en el mejor de los casos – o el
mototaxismo; de tal forma, la disposición de la mano de obra en el campo responde a
una relación costo/beneficio entre la dedicación exclusiva a la agropecuaria y la rápida y
necesaria generación de rentas por otras vías alternativas, máxime cuando la seguridad
alimentaria está colocando en riesgo la ejecución de otras actividades apremiantes,
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como la disposición para estudiar, para labrar el campo, la asociatividad y
cooperativismo y las subsecuentes formas de Economía Solidaria.
“Hemos escuchado algunos que dicen que ojalá tuvieran todo aquí disponible y ellos
no se dedicaban a otra cosa, sino solamente acá” (ASOGREACAMPO)
“Nosotros en la Cámara de Comercio nos registramos fuimos cuarenta, pero aquí
estamos diecisiete (…), el resto están en la ciudad, algunos manejan moto, otros tienen
su negocito (…). Bueno, ellos a veces como asociados, a veces los invitamos a las
reuniones y vienen a las reuniones, pero no están metidos en el proyecto (…), como que
no les gusta el monte, como que ya están cansados del monte” (Asociación Nacional
Agropecuaria Camino Verde).
Declaraciones de este estilo fueron el común denominador en las entrevistas de las
asociaciones posterior al término del proyecto, es decir, aun después de obtener cambios
positivos y significativos en la organización de las asociaciones, la preocupación por
generar ingresos rápidamente seguía siendo fundamental. Este tipo de actitudes son
pruebas manifiestas de los cambios en la ruralidad colombiana, en las que la
negociación con la economía del mercado es mayor en escenarios de vulnerabilidad
socioeconómica y ambiental en el campo. De esta forma, es visible una mayor
proletarización del campesinado y de pérdida de la vocación agropecuaria, como
resultado de un marco institucional y político incoherente en materia de desarrollo rural
a nivel nacional, entre las necesidades del campo, los proyectos de desarrollo macro del
campo y la política comercial, y que podría verse reflejada en la frustración de un
campo colombiano frente a las mudanzas que a la era del post-conflicto le son propias.
“Todo Repelón era netamente agrícola, y ha cambiado la laboración a lo pecuario (…),
la gente le echa la culpa a la apertura económica, aquí dependía mucho del tomate,
cultivo de tomate, pero ahora llegó una pasta más barata que venía de Chile”
(COPEGAR)
“Acá la pesca se desarrollaba de manera artesanal, en las fuentes naturales, en los
ríos, en las ciénagas. Este es un sector que antes de construir esta carretera era de
muchos cuerpos de agua, acá había muchas ciénagas (...). Muchos cuerpos de agua
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que, en forma natural cuando el río crece, se inundaba trayendo mucho pescado. Aquí
me cuentan mis abuelos que en tiempos de ellos, el pescado era para engordar cerdos,
agarraban los bocachicos, los otros pescados, para engordar cerdos… y los cerdos no
vendían la carne, fritaban y vendían la grasa. La carne era prácticamente regalada.
Pero al construir la carretera, los cuerpos de agua se fueron disminuyendo, fueron
desapareciendo prácticamente, entonces la agricultura fue tomando un papel más
activa, todo mundo se volvió agricultor. Pero la agricultura no es tan rentable, toda
esta región la ha ido acaparando la ganadería” (PECES DE SIÓN)
De otro lado, el examen de las comunidades para la implementación de las Huertas
Familiares, ejecutado en diez de los 22 municipios de intervención, permitió ir más allá
de una actividad relacionada con seguridad alimentaria, para realizar un análisis que
envolviera el contexto de la misma, como el nivel educativo, con una primaria
incompleta generalmente, y la predominancia del trabajador familiar sin remuneración y
del independiente, que no consigue devengar el umbral del Salario Mínimo Mensual
Legal Vigente (SMMLV) en un 79% de la población estudiada.
En simultánea, el examen arrojó cifras relevantes, a saber, que el 96% de la población
destina menos de un salario mínimo a la compra de alimentos, entre el 60% y 100% de
los adultos ha dejado de consumir una de las tres comidas principales del día, entre el
35% y 100% se ha quejado de hambre por falta de dinero, entre el 7% y 43% sólo
comió una vez o dejó de comer, mientras que para los niños, niñas y adolescentes este
porcentaje varía entre el 5% y 19%, con excepción de Tubará y Piojó que alcanzan el
63% y 83% respectivamente. Luego, frente a la pregunta de si alguna vez algún niño o
joven del hogar se ha ido a la cama con hambre porque el dinero fue insuficiente para
adquirir alimento, la mayoría de los municipios presentan porcentajes entre el 31% y el
100%, a excepción de Campo de la Cruz, Mahates y Soplaviento cuyos valores son del
25%, 8% y 13% respectivamente. En este ambiente, los niños, niñas y jóvenes,
difícilmente van a adquirir las condiciones necesarias para rendir en sus espacios
escolares, y se volcarán a la búsqueda de soluciones inmediatistas y poco sostenibles de
generación rápida de rentas.
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“Los paramilitares del Bloque Caribe, se desmovilizaron allí, pero hoy por hoy hay
secuelas de todo eso, o sea, hay bandas criminales y la delincuencia común asociada a
desmovilizados o a herencia de esos desmovilizados que quedaron en la zona, que
siguen vendiendo sus servicios como seguridad privada, limpieza, o grupos de
delincuencia y que son personas que esa es su forma de ganarse la vida prácticamente”
(MPDL)
“Hay un tema de microtráfico impresionante en estos municipios que son herencia
clara del conflicto armado que ha incidido y que está muy evidenciado en los jóvenes
que son consumidores, pero que también son traficantes, microtraficantes y con
herencia de una cultura de la ilegalidad que se instaló en la región” (MPDL)
Por tal situación, y en concordancia con los indicadores sociales ya expuestos, se indagó
sobre la previa creación de iniciativas que apuntasen hacia fuentes alternativas a los
mercados para el abastecimiento de los alimentos, como las huertas familiares, a lo que
se encontró que un 58% de las familias las ha implementado, de las que el 90% usa
abono orgánico; un 67% ha recibido capacitación sobre su implementación, el 42% ha
logrado obtener las semillas de algún programa, un 23% las produce y un 78%
manifiesta que la iniciativa ha dejado algún excedente.
No obstante, las condiciones muestran que las necesidades de consumo son mayores
que las cosechas. Este escenario propició la instauración de un plan de seguridad
alimentaria por parte del Proyecto, alternado con la implementación de Escuelas de
Ciudadanía como mecanismo de asociatividad al interior de las comunidades, aunadas
hacia la solución de las dificultades por el acceso a alimentos, al igual que la
participación de todos los integrantes de cada familia a razón de la creación de
conciencia por la importancia de alimentarse bien, y de generar instrumentos
alternativos desde sus propias capacidades y habilidades.
“Nosotros hicimos parte de una huerta también con el (proyecto del orden Nacional) ...
bueno, para serle honesto, nos fue muy mal porque el (proyecto del orden Nacional)
únicamente entregó las semillas, nos dieron capacitaciones y no dieron como resultado,
nunca visitaban, no hubo acompañamiento. En cambio, con PROMODIQUE, pues
bueno, desde que tenemos a Eliana (facilitadora) acá, es la que ha estado más
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visitándonos al frente del proyecto” (Participante apoyado con el componente de
huertas)
“Aquí por las huertas uno se ayudó mucho, o sea, en el sentido de que… o sea, no para
venderlas sino para el sustento de uno mismo y uno no sabía cómo cultivarlas (…) Uno
iba hasta Sabanalarga porque aquí poco se conseguían las verduras” (Participante
apoyada con el componente de huertas)
“Yo tengo dos hijos, por ejemplo, el esposo mío me ayudó con el acondicionamiento de
la huerta, donde iba a sembrar las semillas y eso; cuando yo salía ellos estaban
pendientes de estar siempre regando las matas” (Participante apoyada con el
componente de huertas)
“Me pareció mejor, porque… o sea, es una comida sana, porque no era… porque yo
me imagino que las verduras y todo eso ya tienen un procesamiento, en cambio aquí
uno veía como la iba… por ejemplo, yo la limpiaba, ya yo las agarraba ya y las
limpiaba y veía como era el manejo de ella y era como más sano, sobre todo porque
uno ya veía el proceso de cada planta” (Participante apoyada con el componente de
huertas)
En este sentido, si bien persisten las falencias a nivel nutricional y del acceso por
alimentos, de una forma completa, digna y continua, la estrategia se orientó a crear
capacidades, que desde los saberes de la población socia, se dirijan a construir un
modelo mental que indique que de ellos depende, en buena medida, la búsqueda por
alternativas propias de mejoramiento de sus condiciones de vida; siempre y cuando
predominen escenarios de economía familiar y comunitarios de participación civil. Es
claro que son muchos los impedimentos para tal escenario, que funcionan como
externalidades que la más de las veces, son más influyentes que las capacidades
desarrolladas de mitigación por parte de los actores locales, como la incoherencia de las
políticas públicas, el orden social, el cambio climático, las dinámicas de la globalización
o la sociedad de mercado en sí misma.
Sin embargo, muchas veces la diferencia se ha encontrado entre una población asociada
y solidaria y otra que no lo es; tales son los casos de la ciudad de Rafaela (Argentina) y
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su exitosa dinámica industrial metal-mecánica, atribuida principalmente a la tradición
gremial y horizontal de asociación y una política fundamentada en el pequeño y
mediano productor; el parque industrial de la Villa El Salvador en Lima (Perú), en la
que la configuración de una cultura alrededor de una Comunidad Urbana
Autogestionaria de abajo para arriba, lideró la iniciativa de reconocimiento
institucional del territorio en temas de vivienda y empleo en la agenda pública local; o
los procesos asociativos alrededor de la producción y exportación de hortalizas de
Almolonga (Guatemala), que ha conseguido mitigar de cierta forma la ausencia de una
política institucional de fomento al sector rural campesino (ROSALES & URRIOLA,
2012), entre otros casos exitosos de Desarrollo Endógeno Local en Latinoamérica que
han tenido como base fundamental la unión comunitaria.
La participación de PROMODIQUE en la subregión, no adquirió sólo un carácter de
intervención sobre sus dinámicas socioeconómicas e institucionales, sino que además
fue un proceso permanente de la identificación del CDZC a partir de sus problemáticas
y dificultades características para desarrollarse en un contexto de territorialidad. En tal
sentido, el aprendizaje fue mutuo, en la medida que la estrategia fue alimentada a través
del reconocimiento de las necesidades reales que definen sus escasos niveles de
empoderamiento territorial y, por tanto, las iniciativas y actividades resultaron ser
pertinentes hasta cierto punto.
“Hay una enorme diferencia (entre proyectos del orden Nacional e iniciativas como
PROMODIQUE) y es el trabajo directo con la gente; PROMODIQUE no dice: yo les
traigo esta máquina porque es la que ustedes necesitan. Es un trabajo coordinado entre
la comunidad, las necesidades de la comunidad y obviamente la parte técnica que debe
ser horizontal, pero no es que el proyecto le impone a la comunidad las necesidades de
acuerdo a la visión propia de PROMODIQUE. Ahí hay una visión concluida desde la
propia gente” (Docente, Universidad de Cartagena)
Empero, se reconoce que dos años y medio de intervención no son suficientes para
generar impactos a grande escala y de forma permanente, es decir, para reformar los
marcos institucionales en beneficio de un desarrollo rural integral. Para ello, como
comentaba previamente Long (2007) es necesaria una intervención planeada continua,
89
de largo plazo e integrada con todos los actores, humanos, no humanos, atemporales y
distantes geográficamente.
“El retiro de los actores no debería ser abrupto, sino ir preparando poco a poco el
terreno para la retirada” (Docente, Universidad de Cartagena)
Uno de los diferenciales en la participación del Proyecto como estrategia de inclusión,
fue el trabajo realizado en la formación de tejido social en todos sus segmentos, pues la
población socia manifiesta una sensación de acompañamiento y preocupación por parte
de los equipos de facilitadores.
“Con PROMODIQUE sentí yo que hubo más acompañamiento y nosotros sentimos
como que esa confianza en ellos, de que uno cualquier cosa que uno no sabía, uno
llamaba y ellos atendían, que estaban así pendientes, para mí fue mucho mejor con
PROMODIQUE” (ASOFRUPA)
“La calidad humana que nos hemos encontrado, que nos han tratado en
PROMODIQUE, nos ha llenado de dignidad, nos sentimos dignos. Nos trataron como
personas diferentes a cuando usted va a la Gobernación para hablar con el secretario,
si tiene suerte. Uno ve en ellos (en PROMODIQUE), ve las ganas de ayudar” (PECES
DE SIÓN)
“El aporte que nos han hecho con las Escuelas Ciudadanas, principalmente, ha sido
sentarnos todos en el mismo espacio. Es muy difícil aquí en la comunidad que tantas
organizaciones diferentes, cuando hay conflictos internos, se sienten en la misma parte.
(…) Les tienen credibilidad porque por medio del trabajo que ustedes están haciendo,
tanto las organizaciones, con la Corporación Desarrollo y Paz y PROMODIQUE,
tienen credibilidad ante el pueblo, o sea, se sienta la gente a creer que están haciendo
algo nuevo, o se sienta la gente a esperar porque saben que ustedes están trabajando
bien” (AMUDIC)
De acuerdo a lo anterior, la calidad de la asistencia técnica se convirtió en uno de los
abordajes especiales de la estrategia de PROMODIQUE, al no limitarse a desempeñar
apenas labores de directrices productivas, sino que también contempló un continuo
90
acompañamiento durante los dos años y medio de ejecución en aspectos organizativos,
administrativos y contables de la estructura productiva, sociales, culturales y políticos
en todas las organizaciones de productores y grupos civiles, que encaminaron a generar
una integralidad de la intervención orientada hacia la sostenibilidad de las acciones
desarrolladas.
“Traté hablarle más como persona y no en representación de un proyecto, explicarles
cuáles eran los pasos por los que teníamos que pasar para cumplir con nuestra
finalidad, realizar un diagnóstico participativo pero creado de manera conjunta”
(Técnico facilitador de los proyectos pecuarios)
“Para realizar una intervención eficiente e integral se debe establecer los criterios de
intervención, es decir, los ejes sobre los cuales se piensa y se dispone la intervención de
la organización rural. Estos ejes son claros y deben ser flexibles durante toda la
intervención y son de carácter técnico, psicosocial, administrativo y comercial. Desde
mi óptica hubo (aciertos) en los cuatro emprendimientos que traté de apoyo
directo…todos fueron aciertos en el componente técnico, de hecho, porque hubo
transferencia de tecnología y conocimiento y los emprendedores lo asumieron así”
(Técnico facilitador de los proyectos agrícolas)
De manera análoga, la implementación de las Escuelas de Formación Ciudadana, a
través de veinticinco réplicas de los talleres en los municipios, se convierte en uno de
los grandes aciertos de la asistencia técnica para la población socia. En ellas se
abordaron diferentes temáticas, a saber, ciudadanía, derechos y deberes; convivencia y
gestión de conflictos; participación ciudadana y mecanismos de exigibilidad del
derecho; formulación de proyectos; elaboración de árboles de problemas, volcados
hacia los cuestionamientos del ambiente de desarrollo juvenil a nivel municipal;
políticas públicas y género; y liderazgo y ciudadanía, derechos y deberes. De igual
forma, fueron realizadas diecisiete campañas de sensibilización que contaron con la
participación de 1029 personas, como se muestra en el cuadro 2:
Cuadro 2 Temas priorizados en los municipios para la ejecución de campañas
Tema Nombre de la campaña Municipio
Incidencia política Yo voto consciente Candelaria
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Foro con organizaciones sociales de
base y Secretaría de Educación Calamar
Foro para la elaboración del Plan de
Desarrollo Municipal Santa Lucía
Convivencia
ciudadana y paz
Caminata por la convivencia y la
unidad ciudadana Juan de Acosta
Caminata por la armonía ciudadana Piojó
Caminata “Unidos construimos
paz” Mahates
Caminata por la reconciliación y la
paz Soplaviento
Infancia Menos golpes, más sonrisas Sabanalarga
Ambiente
Siembra árboles, siembra paz Repelón
Sembrando un mejor ambiente Manatí
Siembra de árboles ornamentales Tubará
Paz ecológica (Documental y
canción sobre la situación
ambiental del municipio)
Turbana
Adulto Mayor
/Educación Nunca es tarde para aprender San Estanislao
Mujer Por los derechos de la mujer: Solas
invisibles, juntas visibles. Campo de la Cruz
Juventud
Sensibilización para el desarrollo
de la juventud Arjona
Valora tu vida y lograrás tus sueños Santa Catalina
Disfruta la vida y lucha por tus
sueños Santa Rosa
Fuente: elaboración del equipo PROMODIQUE
En simultánea, fueron tratados temas esenciales generadores de espacios de apropiación
territorial por parte de la comunidad social con el objetivo de disminuir el ambiente de
vulnerabilidad sociopolítica en el que históricamente se han encontrado inmersos, por
medio del fortalecimiento de los espacios de incidencia y veeduría ciudadana. Los
temas estuvieron relacionados con la formulación de Planes de Desarrollo Municipales,
destacando mecanismos como metodología, tiempos, responsables y la importancia de
92
su participación y de todo tipo de organizaciones sociales en las mesas dispuestas por
las Alcaldías Municipales en la construcción de dichos planes.
Así, curiosamente al cuestionar a la población sobre los vacíos posiblemente dejados
por PROMODIQUE, la petición no se dirigió a asistencia financiera o de insumos de
trabajo, sino a la generación de más capacidades sociales y organizacionales, técnicas y
administrativas. Si bien los recursos financieros indudablemente representan una de las
mayores falencias a nivel productivo, el desarrollo de habilidades y capacidades generan
mecanismos de resiliencia, empoderamiento territorial y Desarrollo Endógeno Local y,
por tanto, de cambios significativos en los proyectos y modos de vida de los actores que
funcionan como una red en las agencias de los demás.
“El campo sí es productivo, yo me siento orgulloso de ser campesino ¿Por qué? Porque
este proyecto a mí me ha demostrado personalmente de que sí se puede y que el estudio
que estamos haciendo es eso, adquirir unos conocimientos para llevar esto a un mejor
nivel, a un rendimiento óptimo, que nosotros podamos darle solución e incluso
implementar cosas mejor” (PECES DE SIÓN)
En otra esfera, un continuo desacuerdo entre el discurso del ente público y en el de la
comunidad se traduce en agencias ambivalentes por parte de los últimos; por un lado, la
población exige y espera continuamente acciones dirigidas hacia el mejoramiento de su
calidad de vida a partir de una política pública eficiente y efectiva – también como
resultado de la figura dibujada sobre el paternalismo y el asistencialismo de los
gobiernos –; por otro lado, la representación de autoridad se traduce en el discurso de la
demagogia propia del clientelismo y el abandono institucional. Empero, la construcción
de una sociedad como la del CDZC, tampoco ha favorecido escenarios de participación
ciudadana que esté permanentemente cuestionado las agencias de la administración
pública. El escaso acceso a educación, el bajo logro educativo, la falta de comunicación
entre los actores y la consecuente ausencia de herramientas de formación crítica, se
reflejan en una agencia pasiva al respecto.
“Yo soy de las que opino, no opino por todas las socias, que ahora se ven otras
oportunidades diferentes, porque inclusive, desde el momento que ustedes vienen acá es
diferente. Aquí en estas comunidades no llegan estas organizaciones, no llegan, no sé si
93
es que estamos muy lejos o que nadie les habla, pero aquí no llegan, no llegan las
Alcaldías, no llega la Gobernación; aquí no llegan no más cuando vienen a recoger
votos” (AMUDIC)
“La institucionalidad no sabe, no tiene, no conoce, no le interesa… no hay esa voluntad
de invertirle al campo. Hay Alcaldías en las que ni siquiera hay UMATAS, e inclusive
mucho menos secretarías de agricultura. No hay quién gestione las iniciativas... las
regalías deben tener una palanca política muy grande a nivel de lo local, con
congresistas... eso es un lobby que tiene que hacer la Alcaldía” (MPDL)
“Comunicarse con la Alcaldía, eso es perder el tiempo, porque pa’ colaborar aquí el
alcalde nunca se encuentra” (ASOAVIJOLES)
Inclusive, procurar alternativas de sostenimiento en otras fuentes, como la banca
comercial, es también reflejo de esa falta de instrumentos de empoderamiento territorial,
pues el bajo acceso a los servicios educativos ha funcionado como trabas en la
comunicación entre este actor y las asociaciones de productores.
“Hubo una época que nos acercamos a dos créditos y como no tuvimos éxito, nos
hemos quedado sin esos créditos (…) Muchos requisitos son… primero, que la
asociación no tenía la experiencia, que no tenía cuatro años de funcionamiento,
entonces nos cerraron las puertas (…), nos quedamos un poco’e letardo ahí, porque no
se nos abrían las puertas” (ASOGRECAMPO)
De aquí la importancia de considerar transversal a toda acción de intervención el
incentivo a la constitución de tejido social, que en el momento de finiquitarse la
participación de alguno de los actores en la organización local, los posibles vacíos que
pueda dejar su ausencia no se deriven en la ruptura de los procesos impulsados por su
estrategia en el desarrollo de una territorialidad; sino que los instrumentos de tal proceso
se sigan potenciando desde las capacidades y habilidades previamente generadas en los
actores locales.
“Sí, fíjese que en el principio por aquí la gente pensaba que eso no iba a seguir más de
aquí, de que eso iba a quedar ahí, y por lo menos, bueno, a mí en mi casa, más que todo
94
mi esposo no me dejaba como que casi venir acá, que na' más ASOFRUPA, que no sé
qué, que nos vas a abandonar (...), total que ahí fue una lucha que tuve ahí con él ya,
como que se ha concientizado de que esto en verdad sí va a salir adelante”
(ASOFRUPA)
“Además de la parte contable, uno de los aportes importantes de PROMODIQUE es
haber creado en nosotros como una conciencia de empresarios, o sea, que las cosas…
ajá… las hace uno de manera artesanal ¿cómo voy yo a criar ese pez? pero si yo no
convierto esto en una empresa, esto no va a funcionar. Esta empresa debe tener una
buena contabilidad, una buena organización... todas estas cosas nos aportó
PROMODIQUE” (PECES DE SIÓN)
“Con PROMODIQUE aprendimos a tratar el cliente, porque aquí había socios que nos
los trataban bien” (ASOMERCASUR, Mercados Campesinos)
“La perspectiva era enseñar a esos pescadores que sembrando pescado sí se da,
enseñarle a la comunidad que nosotras unidas, o sea, el pueblo unido puede trabajar”
(AMUDIC)
Ahora bien, una de las mayores dificultades que ha enfrentado el desarrollo de una
ruralidad integral en Colombia, se concentra en la cuestión agraria, en el acceso a tierra
especialmente para la Economía Campesina; una situación que ha impactado desde la
organización socioproductiva hasta su propia identidad. En la implementación de la
estrategia de PROMODIQUE, este hecho fue más que evidente; la mayoría de las
asociaciones carecían de tierra propia o titulada, situación que funcionó algunas veces
como obstáculo para ampliar el espectro de productividad para asociaciones con un gran
número de productores, situación que se refleja en consecuentes bajos niveles de
rentabilidad.
“El que tiene un pedacito de tierra es el que más vale ahorita, porque hay personas que
quieren tener dónde cultivar y no tienen y tienen que dedicarse a otras cosas, porque la
situación que les tocó no se les presta para lo que ellos quieren hacer”
(ASOGRECAMPO)
95
“Ahorita mismo nosotros estamos con un contrato de comodato, pero ya hemos estado
hablando con el dueño de la tierra, que es miembro también de la otra empresa
(productora de peces a grande escala), y ya se está en promesa de venta. Ya le hicimos
incluso un aporte de cinco millones de pesos, porque la tierra… las tres hectáreas se
evaluaron en setenta millones de pesos” (PECES DE SIÓN)
“Miramos a ver si el muchacho del terreno, porque él está vendiendo esto aquí, porque
aquí van a construir unas casas, y él nos colaboró, o sea, nos dejó un arriendo en
cincuenta mil pesos acá… que es barato porque… entonces nos dijo que por dos años
solamente, y ya estamos a punto de cumplir los dos años (…). Nosotros nos íbamos a
comunicar con la Alcaldía a ver si ellos nos facilitaban un terreno o algo… ellos
pueden contar con la facilidad de regalarnos un terreno o algo” (ASOAVIJOLES)
“No hay un movimiento de restitución, no hay un tema de solicitud general de
restitución en esta zona, como en los Montes de María. No hay. Porque los campesinos
nunca consideraron la tierra como suya, no tuvieron esa sensación de propiedad de la
tierra ... y como llegaron, los despojaron y se fueron y no tenían incluso legalidad sobre
ella, pues no la consideran (…) En algunos casos, muchos de ellos, incluso ven como
un favor que el dueño les está haciendo al prestarles la tierra” (MPDL)
“Colombia es un país de tierra rica, pero no hay campesinos, porque todo es del
terrateniente. La tierra aquí es ajena, sólo algunos tienen algo pero sin titular. Los
campesinos están trabajando en tierra ajena (…) Lo que hacen los terratenientes, le
entregan una montaña, digamolo así, un sector lleno de monte a la gente, con el interés
de que la gente le tumbe el monte de… le tumbe todos los árboles, para cuatro o seis
meses o dos años, de seis meses a dos años… un lapso de tiempo, para que ellos
cultiven allí, con el interés de que ellos cultiven, pero ¿qué gana el campesino allí? Una
cosechita o dos cosechitas y después el terrateniente dice: ya muchachos, se acabó
todo, salgan (…) Mi abuelo tenía alrededor de ocho hectáreas (…) y resulta que mis
tíos dejaron solo a mi abuelo (…) y cuando ellos ya vinieron, ya mi abuelo había hecho
un negocio con un terrateniente, y resulta que esta persona lo engañó diciéndole que sí,
que iba a pagarle la tierra… entonces ¿qué pasaba? Como él no tenía dinero, todos los
días le entregaba una librita’e carne, una librita’e queso, una librita’e carne, una
96
librita’e queso y con eso se lo ganó y le quitó las ocho hectáreas de tierra” (PECES DE
SIÓN)
Análogamente, las políticas macro institucionales de desarrollo rural, como las que se
han enunciado, han afectado notablemente el dinamismo de la Economía Campesina
como oferente de alimentos. El ambiente de competencia es desequilibrado, cuando los
productos de la grande escala representan competidores para pequeños y medianos
productores que desean integrarse a los mercados; que no necesariamente deben ser los
convencionales, sino hasta los mismos locales de pequeña estructura. Esta situación
estuvo fuertemente evidenciada en la estrategia del Proyecto, en donde las iniciativas de
marketing y comercialización en las relaciones mercantiles coadyuvaron al
empoderamiento de las asociaciones a través del protagonismo de sus productores.
“En el asunto del precio de acá, del hombre de la competencia, ese es un problema
serio… lo que dice él, todo el tiempo cuidando esa cosecha y a la hora de esa cosecha,
el precio por abajo. Sin embargo, cuando la cosecha está medio por coger, por ahí
pasan unos camiones, unos camiones llenos de mercancía del mismo producto que se
hace en Suán, llenos de yuca y llenos de maíz ¿cierto? cuando llegan allá a los
restaurantes, allá se monta un montón de gente a bajarles bultos a treinta, treinta y
cinco mil pesos ¿cierto? cuando se enteran de que el hermano está cosechando, ya la
cosecha de él no vale treinta, treinta y cinco mil pesos, ya vale veinte mil por bulto, y
bien lleno, bien pullao'. Entonces en ese aspecto, nosotros también tenemos que
despertar y darle valor a lo que tenemos” (PECES DE SIÓN)
“Tenemos más publicidad, la gente nos compra con más garantías, con más confianza,
porque un ejemplo, el queso está a cinco mil, cuatro mil quinientos y el de uno está a
seis mil, y el de uno se vende… que dicen porque el de uno es más fresco, más bueno,
mejor sabor” (ASOMERCASUR, Mercados Campesinos)
“Lo bonito es que uno tiene bastantes roces con los consumidores, eso es lo más
importante, atenderlos bien” (ASOMERCASUR, Mercados Campesinos)
“Yo le voy a decir una cosa, a mí me han dado trabajo en la Alcaldía y me ha tocado de
dejar ese trabajo y volver con mi mercadito, porque este deja mejor ganancia y no
97
estoy pendiente que nadie me va a pagar a los dos, tres meses, porque yo no voy a
comer a los dos o tres meses, yo como todos los días. Entonces, no, no cambiaría mi
trabajo por un trabajo fijo que me vayan a pagar cada dos meses, cada tres meses, no
cambiaría, no” (ASOMERCASUR, Mercados Campesinos)
La generación de una infraestructura humana y física para el desarrollo de tres
Mercados Campesinos ha sido fundamental para desarrollar las iniciativas de consumo
responsable de los productos originarios de la Economía Campesina, propuestas desde
PROMODIQUE, con el objetivo de una integralidad de su intervención. Además de
establecer un escenario de empoderamiento territorial y protagonismo de los
productores locales en las relaciones mercantiles, mediante la disminución de las
cadenas de intermediarios, esta actividad engloba toda una estrategia de reflexión a
nivel regional sobre la relevancia que adquiere un contacto directo con quienes
producen el alimento; en donde para el consumidor se posibilita identificar aspectos que
incitan al cierre de las brechas urbano-rurales, como las condiciones en las que es
elaborado su producto, el conocimiento y envolvimiento con la cultura campesina, el
intercambio de saberes ancestrales para la transformación del producto, la importancia
de preferir lo local con respecto a los retornos socioeconómicos y socioecológicos en la
edificación de la territorialidad y una concienciación sobre las dificultades por las que
atraviesa el campesinado y su subsecuente poder de resiliencia.
En simultánea, la lógica del consumo responsable al estar encadenada con una
producción responsable en el uso de los recursos naturales, en los procesos de
asociatividad y economía solidaria y en procesos productivos sostenibles, se vincula con
la relevancia que adquiere abarcar espacios en mercados alternativos a los
convencionales, con el impulso de esquemas de marketing territorial de la subregión
que los conecte con la región Caribe y de allí con el centro del país, que llamen la
atención de consumidores cada vez más conscientes de los perjuicios ambientales,
socioeconómicos y culturales que pueden ser provocados por la instauración de
monocultivos y sus economías de escala. Con ello, mitigar los efectos negativos que
trae pertenecer a la frontera agrícola, implica para el campesinado, como movimiento,
un mayor contacto con la comunidad urbana por medio de la creación de redes de
productores y consumidores en los niveles regionales, nacionales e internacionales, que
98
podría conllevar a una visibilización de sus condiciones de vida y al llamado de
políticas públicas con pertinencia para el desarrollo rural.
Esta estrategia pudo ser desarrollada mediante la implementación de campañas de
promoción y sensibilización a nivel local y regional-Red de consumidores responsables,
en las que fueron realizadas consultas a los consumidores de los mercados campesinos,
quienes manifestaron una mayor preferencia por sus productos motivados por la
frescura, calidad y buenos precios, aunque también declararon la falta de una mayor
visibilidad en ciudades capitales como Barranquilla, donde los mercados fueron
apoyados. Con ello, el Proyecto ejecutó todo un esquema de mercadeo como parte del
proceso de fortalecimiento, con actividades de identificación de la demanda en algunos
barrios, promoción y mejoramiento de la imagen de los puntos de venta y grabación de
comerciales emitidos por la radio y el canal local de televisión, dejando como resultado
un mayor reconocimiento de los productos ofrecidos por las asociaciones de mercados
campesinos.
No obstante, la iniciativa de consumo responsable no fue desenvuelta sólo a través de
los Mercados Campesinos, sino que además, con la cooperación de estudiosos de la
Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Cartagena y actores claves de
los municipios de Turbana, Usiacurí, Campo de la Cruz, Candelaria y Repelón, se
generó una propuesta de marketing territorial de tres productos autóctonos de la región,
que a la vez de generar canales bien estructurados de comercialización de productos
como los bollos de maíz de Turbana, los productos lácteos del Cono Sur del Atlántico y
las Artesanías de Usiacurí, visibiliza las potencialidades y características territoriales de
la subregión a nivel de la región Caribe y otros espacios a nivel nacional. En aras de ser
coherentes con una intervención participativa, el documento logró socializarse con cada
una de las alcaldías de los municipios seleccionados y con las organizaciones que se
vincularon a su construcción.
Posteriormente, además de las capacitaciones técnicas a nivel socioproductivo para los
emprendimientos agropecuarios apoyados, fue ejecutado un acompañamiento en la
búsqueda de canales de comercialización que también apuntaran al protagonismo de las
asociaciones en las relaciones mercantiles. Por ejemplo, con las organizaciones avícolas
99
el acompañamiento fue in situ, en donde se implementaron instrumentos de registro de
venta a los consumidores directos por parte de los mismos asociados; para los
emprendimientos piscícolas la venta también consiguió realizarse directamente a los
consumidores, en donde además, para las zonas rurales más alejadas se ha convertido en
un mecanismo asequible de seguridad alimentaria para las comunidades, pues su
producto ha sido escaso generando excesos de demanda que las organizaciones han
intentado suplir, empero, no ha sido totalmente cubierta por la limitada capacidad
instalada de las mismas.
Finalmente, para las asociaciones agrícolas logró configurarse una estructura de registro
de comercialización, además de contar con un intercambio de experiencias en el
municipio de Jardín (Antioquia) y la participación de una de las asociaciones
(ASOFRUPA) en una macro rueda realizada en la ciudad de Bogotá en donde
obtuvieron una oportunidad de exportación de pulpas de frutos exóticos a Chile; sin
embargo, es una exigencia contar con un profesional en Administración de Empresas
que la asociación no posee. Con respecto a ello, ASOFRUPA se encuentra gestionando
recursos humanos para cumplir con tal requerimiento, en cuyo caso no sea adquirido, la
experiencia podrá dejarles reflexiones sobre las oportunidades que han podido adquirir
al asociarse y sobre los esfuerzos que deben desarrollar para su crecimiento como
emprendedores.
Ahora bien, en función de una integralidad, se contemplaron aspectos de intervención
diferenciales, como el empoderamiento de los jóvenes y de las mujeres en las
actividades de la Economía Campesina. Es indudable que la configuración de la
ruralidad colombiana, incluye de manera relevante al machismo en sus bases, razón por
la que el trabajo con comunidades de mujeres fue transversal y llamativo; no sólo en los
resultados de las estrategias de empoderamiento femenino, sino en el reconocimiento de
las dificultades que la mujer posee como actor activo del desarrollo, al desempeñar no
sólo las labores del campo, sino su imprescindible papel en la crianza de las nuevas
generaciones y como pilar de las familias rurales. A partir de este reconocimiento, las
Escuelas Ciudadanas se preocuparon por incluir en sus actividades los temas de género
y juventud, encontrando dificultades a nivel idiosincrático en la horizontalización de las
relaciones de poder entre hombres y mujeres.
100
“El tema de las mujeres, había mucho conocimiento y poco empoderamiento (…). La
mayoría de las organizaciones productivas con las que trabajamos, son de hombres y
hombres mayores (…) Por lo menos haz de cuenta que todos eran hombres en las
organizaciones, y las mujeres ¿qué hacían las mujeres que estaban en estas
organizaciones? ¡Ah! Pues eran las que lavaban los platos, las no sé qué… bueno,
involucrémoslas ya en otras cosas, que cambien el rol, que fueran los hombres los que
lavan los platos, los que pelan la yuca, yo qué sé. Cuando las organizaciones son de
mujeres trabajarle al empoderamiento es más fácil, porque están al mismo nivel y todo,
no tienen la figura prepotente masculina que, aunque no sea prepotente la persona en
sí, el mismo hecho de ser hombre, nosotros lo tenemos ya en el chip, entonces la
prepotencia nos la ponemos a veces nosotras mismas. El tema está más complicado
cuando son tres mujeres y quinientos hombres, ahí sí la presión es más fuerte (…). Yo
creo que hay una intención de reconocimiento, de ese ser, de la mujer con las mismas
capacidades; hay una intención de reconocimiento, pero todavía no está la acción
concreta de hacer ese reconocimiento (…) Hicimos un ejercicio de reestructuración
porque en la mayoría de las que trabajaban eran mujeres, pero el representante legal
era hombre (…), entonces se hizo el ejercicio de reestructuración en la que la mujer
fuera la representante legal, pero cuando llegan las entrevistas y todo más, es él el que
está allí, por instinto” (MPDL)
“Inclusive habían mujeres que daba mucha tristeza, que tenían mucho empuje, que
tenían mucha inteligencia y se quedaron atrás. Tuvieron que retirarse de la asociación
por eso, porque el marido no quería. Inclusive, para una reunión, nosotras ya teníamos
como encasilladas las mismas que iban a la reunión, porque eran las mismas que les
daban los permisos. Las otras no iban porque era difícil, porque el marido les decía:
¡Ah! allá te vas y ahora el hijo mío ¿con quién lo vas a dejar?” (AMUDIC)
““Nosotras amas de casa no hacíamos más nada, solamente como atender a los niños
más na', en la cocina y no salíamos como de esa timidez. Allí como que en la casa y
solamente haciendo oficio, que no sé qué, que la mujer no puede salir adelante.
Estábamos ahí como que sumisas, como que ahí na' más los quehaceres de la casa y
para que los hombres… ¡ah! que las mujeres tienen que quedarse en la casa (...)
entonces como que ya hemos abierto más la mentalidad” (ASOFRUPA)
101
Por el lado de los jóvenes, los esfuerzos estuvieron dispuestos en la implementación de
iniciativas en beneficio del relevo generacional en el campo, y por tal motivo, las
Instituciones Educativas Técnicas Agropecuarias se convirtieron en un segmento
especial de actuación. Las razones por las que se evidencia un campo envejecido en
términos demográficos, resultan en un desinterés de las nuevas generaciones que posee
bases históricas, en las que la ruralidad pareciera ser sinónimo de pobreza y
estancamiento, creando en el imaginario de las tradiciones y convenciones de la
comunidad, que las labores del campo no generan mayores capacidades y habilidades en
sus modos y proyectos de vida.
“Yo recuerdo una profesora de acá cuando uno no sabía algo le decía: ahora le digo a
tu papá para que te vayas a tirar machete al monte” (COPEGAR)
“La misma población, la misma idiosincrasia de la población no les da la motivación
en familia para la continuidad, pero nosotros como institución ya hoy podemos mostrar
un promedio de cien, ciento treinta, ciento cuarenta estudiantes que han seguido una
carrera a nivel técnico, tecnológico de los programas agropecuarios del Sena”
(Instituciones Educativas)
“De pronto lo que nuestros padres nos trajeron a nosotros, fue pobreza. Mi papá toda
la vida fue agricultor y siempre yo le veía necesitando zapatos, necesitando ropa,
necesitando, eh… la comida, necesitando otras cosas. Incluso, hasta el techo de la casa
se llovía por todas partes, entonces ¿qué sucede? que yo veía eso; que los demás que
salían a la ciudad no regresaban y los que se quedaban no progresaban” (PECES DE
SIÓN)
“Yo preferiría quedarme en el campo y mandar a mis hijos para la ciudad. Porque mis
hijos son personas nuevas, ya muchachos; tendrían más oportunidades que yo. Esto nos
ha servido a nosotros (a los jóvenes de la Asociación), o sea, porque estamos sin hacer
nada, porque siempre nos queda algo, nos da para algún sustento, para comprarnos
algunas cositas pa’ nosotros” (ASOAVIJOLES)
De otro lado, la sociedad de mercado y la globalización ha dejado un mensaje cada vez
más claro de integración a modos de vida contemporáneos y modernos de las zonas
102
urbanas, en las que las percepciones conciben un mayor nivel y calidad de vida,
progreso y éxito, en comparación con las zonas rurales representadas por el atraso y el
estancamiento. Regresando al concepto de Reflexividad en Giddens, este es un claro
ejemplo del imaginario colectivo en el que la cultura avanza a pasos agigantados
persiguiendo la senda del crecimiento y el desarrollo económico en un contexto de
globalización.
“Las redes sociales son urbanas, no son rurales” (PECES DE SIÓN)
No obstante, una reflexividad que no se direcciona al reconocimiento de la posibilidades
y oportunidades que el campo dispone, en términos de calidad de vida, empoderamiento
territorial y autonomía relativa de las convenciones y tradiciones en la ruralidad, se ha
visto traducida tanto en el riesgo de amenaza al relevo generacional, como en la
ampliación de las brechas en la dicotomía urbano-rural, que de acuerdo a Van der Ploeg
et al (2000) representa una de las estrategias en beneficio de un desarrollo rural integral.
“Aquí se ha hecho hincapié en que cambie la modalidad de académico por pecuario,
agropecuario y no hemos podido. Digamos, los profesores se chocan entre los mismos
profesores” (COPEGAR)
En este sentido, iniciativas como PROMODIQUE deben incluir en sus iniciativas,
actividades de estímulo en los niños, niñas y jóvenes dirigidas al temprano
empoderamiento territorial y el rescate de las características identitarias de la Economía
Campesina; que funcionen como instrumentos de mitigación y creación de capacidades
frente a externalidades, como la descoordinación entre las políticas macro
institucionales del campo y las verdaderas necesidades de la ruralidad en términos de
los retornos socioeconómicos y socioecológicos. Esto representa todo un desafío a nivel
cultural y transversal de las intervenciones.
“Todos se van para la ciudad, entonces ¿quién produce?” (ASOGREACAMPO)
“Nosotros aquí en Suán tenemos la oportunidad de que nuestros hijos se enamoren del
campo, y es que en Suán ya está funcionando la universidad. Tenemos aquí la
universidad del sur en donde ya se están adelantando las carreras con el Sena y
103
carreras también con la universidad del Atlántico ¿Qué podemos hacer nosotros?
Llevarlos a ellos a través del ejemplo, a que se enamoren del campo, porque la empresa
más productiva es la del campo” (PECES DE SIÓN)
“La parte de los jóvenes de pronto… que eso sí quisiéramos hacer un llamado a
ustedes, que tengan más en cuenta a los jóvenes de esta comunidad. Nuestros hijos no
tienen oportunidades; es muy difícil para nosotros, después de que los hijos terminen,
nosotros llevarlos a una universidad. La idea es que nuestros hijos aprendan mucho de
esto para que nos den la mano” (AMUDIC)
“A mí me gustaría que mi hijo se interesara en el campo, pero no como yo lo hice, a
hacha y machete, sino que fuera un profesional del campo, que las cosas se hicieran
más técnicamente, más profesionalmente, que el maltrato fuera menos. El campo tiene
algo, y es el maltrato físico. El que está en el campo se maltrata mucho físicamente”
(PECES DE SIÓN)
De esta forma, a lo largo del trabajo emprendido por la comunidad y los facilitadores de
PROMODIQUE, logró evidenciarse que un interés por las labores del campo en las
nuevas generaciones persiste, en las que las actividades implementadas han logrado
incidir de cierta manera en la disminución de los índices de deserción escolar.
“Lo que sucede a veces es que cuando trabajamos con comunidades vulnerables lo
que, para otras entidades, un quince, un veinte por ciento de logro en cuanto a lo que
se plantee en estas comunidades, de pronto en otras entidades lo ven como muy poco
avance; los que trabajamos con comunidades vulnerables para nosotros eso es
bastante. A veces nosotros lograr llegar y transformar un pequeño porcentaje, en su
forma de pensar, en su forma de actuar, en la parte del respeto, del respeto al
compañero, la parte de ellos como ser social, como ente transformador de su
entorno...” (Instituciones Educativas)
No obstante, al mantener mayor contacto con las dinámicas de las zonas urbanas, sus
proyectos de vida son influenciados por aquello que ellos encuentran allí llamativo,
como la adquisición de mayores o iguales ingresos con menores esfuerzos físicos.
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“El joven no ve el campo como un atractivo, o sea, para ellos ven en el WhatsApp que
la ciudad es mejor… lo que está ocurriendo, que la sociedad humana se ha ido
globalizando, no sólo a nivel económico solamente, sino a nivel cultural, o sea, las
redes sociales han hecho que los niños del campo se vistan como los de la ciudad, ya
tienen el mismo idioma, la misma música. Ellos se quieren ir pa’ la ciudad” (PECES
DE SIÓN)
“El ochenta por ciento de nuestros estudiantes son diestros en las herramientas, ellos
saben qué están haciendo, ellos saben coger la pica, ellos saben utilizar un azadón,
ellos se desenvuelven porque en alguna época de sus vidas han ido al campo y han ido
a trabajar con sus familiares. Pero entonces tenemos la dinámica de la ciudad de que
ha traído el mototaxismo, resulta una forma más rápida de los papás hacer una
platica” (Institución Educativa)
Sin embargo, lo interesante, es que la población de un grupo etario más avanzado está
retornando al campo en la búsqueda de cambios positivos en su bienestar.
“Mi visión no es de pronto tener grandes fortunas ni plata, de pronto no es hacia allá
encaminado, de pronto a buscar un poco de tranquilidad y aportarle un poco al
desarrollo de los productos, de las cosas que se den y de los proyectos que se den”
(ASOPREDUSI)
La situación en los jóvenes es plenamente comprensible, si observamos que una
ineficiente e inefectiva planificación del campo colombiano requiere de mayores
esfuerzos por parte de sus pobladores para lograr cambios significativos en el
mejoramiento de su calidad de vida. Estas son condiciones que están colocando en
situación de riesgo el relevo generacional, además de la cuestión agraria y la deficiente
prestación de servicios básicos en la ruralidad, como salud, educación, infraestructura y
políticas de fomento por el acceso a alimentos.
Por tal motivo, y como fue mencionado previamente, el trabajo realizado con las
Instituciones Educativas apuntó a una integralidad en términos del incentivo al relevo
generacional en la Economía Campesina, desde una mudanza en el pensum orientado a
una media técnica con enfoque en las prácticas agropecuarias, hasta una inclusión
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participativa de las comunidades alrededor del trabajo realizado con las Parcelas
Demostrativas, quedando en el intermedio de estas acciones el surgimiento de
instrumentos pertinentes de apropiación e identificación de las características
territoriales, por parte de los habitantes, que motivan al relevo generacional.
Así, la iniciativa de PROMODIQUE fue precisamente esa: demostrar a la niñez y la
juventud de la población socia, la existencia de caminos que direccionan a fuentes
alternativas de ingresos en un contexto de sostenibilidad integral desde las salas de aula,
o mejor desde incentivadores e incluyentes granjas escolares en beneficio del desarrollo
socioeconómico y socioecológico en los modos de vida de la ruralidad.
“hubo mayor aceptación (de los jóvenes) gracias a que las capacitaciones se
realizaron en campo, es decir el día que llevamos los alevinos para hacer la
aclimatación y siembra comenzó la capacitación. Estar en terreno los anima más a
trabajar (…) (Motivar a un joven a la ruralidad) La verdad es complejo debido a que
ellos ven que quedarse en el campo es más bien un atraso.... Se los puede incentivar,
pero mostrándoles que hay que estudiar y poner en práctica lo aprendido en el campo”
(Técnico facilitador de emprendimientos piscícolas)
“Incluso, estudiantes que tenían dificultades de comportamiento, con este seguimiento
que les estamos haciendo (…) son hoy unos estudiantes ejemplares… han tenido la
banderita en el tema de liderazgo dentro del programa agropecuario” (Docente,
Instituciones Educativas)
“Pienso que, dentro de todos estos procesos en un año, dos años, avanzamos lo que
veníamos en retroceso como veinte o treinta años. El apoyo de PROMODIQUE…
fabuloso” (Docente, Instituciones Educativas)
“Estratégicamente quisimos invitar a nuestros estudiantes a la ejecución de proyectos
productivos en los patios de sus casas, doble propósito El padre de familia se vincula
directamente en la ejecución del proyecto, así sea mirando, pero ya que le quede en su
retina lo que está haciendo el hijo o la hija, que la comunidad se vincule directamente y
se vaya apropiando, se vaya expandiendo la experiencia como tal a la familia para
mejorar las condiciones alimentarias de la familia” (Docente, Instituciones Educativas)
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En este sentido, aportar al rescate del relevo generacional en la ruralidad se ha traducido
para PROMODIQUE en una de las estrategias de sostenibilidad de sus acciones, que ha
debido ser obligatoriamente complementada con la puesta en práctica de iniciativas de
generación de conciencia en la comunidad como un todo, en la que en la ruralidad sí se
posibilitan alternativas de vida y de ingresos para las familias campesinas, desde el
despliegue de actividades integrales orientadas a su organización socioproductiva, sea
desde la cooperación internacional, desde propuestas de actores privados o desde las
políticas del ente público. La conciencia se dirige hacia una apropiación territorial en
aras de una combinación de estrategias de arriba para abajo y abajo para arriba.
La configuración de un contexto de producción y consumo responsable, por ejemplo,
incita al cierre de la brecha propia de la dicotomía entre lo urbano y lo rural, que aboga
por un mayor reconocimiento del campesinado en los espacios de la agenda pública en
el país; una mayor participación de todos los agentes locales en las decisiones que
atañen la construcción social promueve escenarios de equidad y empoderamiento;
mientras que la implementación de estrategias que apunten a la seguridad alimentaria y
nutricional en el campo se constituye como una actitud de resiliencia eficiente en el
mediano y largo plazo en beneficio del incentivo al relevo generacional.
Si bien, son muchos los aspectos que han quedado por fuera de las posibilidades de
gestión de este proyecto, y que responden más a acciones ejecutadas desde lo público,
como el desarrollo de la cuestión agraria, es innegable que el impulso a capacidades
para hacer y saber en las comunidades, a partir de una intervención horizontal y
plenamente participativa, se ve reflejada en el surgimiento de instrumentos de
internalización de exogenidades y reconocimiento de las potencialidades del territorio,
acciones traducidas en un discurso en el que el desarrollo endógeno local depende los
agentes locales mismos y no de terceros; son ellos los pensantes y actantes de su propio
desarrollo.
Recoger esta experiencia, no presupone mostrar a la acción de PROMODIQUE como
un modelo o metodología que establece lineamientos para la ejecución de actividades
direccionadas al desarrollo territorial con enfoque rural; sino mostrarla como una
estrategia que, en su tentativa de abarcar todos los aspectos que atañen a la ruralidad y
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la territorialidad, consiguió identificar segmentos de la configuración socioeconómica e
institucional en beneficio de la creación de acciones pertinentes e integrales de
intervención, que pretenden recaer en la sostenibilidad de las mismas en el tiempo.
Dicha estrategia, podría verse reflejada en la configuración de redes de actores, actantes
o actores-red con impactos en otros actantes distantes geográficamente o atemporales,
que a partir de la experiencia adquirieron instrumentos que tradujeron, en sus modos de
vida, discursos alternativos de empoderamiento territorial e integración entre los actores
a un nivel más horizontal y menos jerarquizado; es decir, la estrategia de
PROMODIQUE no se basó en una relación benefactor/operador y sí de actores socios y
participativos de una iniciativa de desarrollo territorial volcada a lo rural en un ambiente
de interfaz participativa.
De acuerdo con las afirmaciones previamente colocadas, la subregión del CDZC se ha
desarrollado en difíciles contextos socioeconómicos, políticos y ambientales que han
creado una institucionalidad, en la que los modos y proyectos de vida de sus habitantes,
se han adaptado no precisamente a favor de su bienestar. Así, en concordancia con
autores como North, Weber y Moscovici, en la construcción de toda sociedad se
establecen Normas de Juego en las cuales se basan las conductas, normas formales,
contratos, tradiciones, convenciones y representaciones sociales.
Luego, si se realiza un análisis general de tales Normas, con la intervención
participativa lograron identificarse las siguientes: dificultades para el surgimiento de
procesos espontáneos de asociatividad; ausencia de confianza en las instituciones
públicas; especialmente por parte de los jóvenes; resiliencia frente a los cambios
climáticos con medidas ineficientes a mediano y largo plazo; persistencia del machismo
al interior de la organización socioproductiva de asociaciones; verticalidad en las
relaciones de poder civiles y políticas; preferencia por las actividades citadinas en
detrimento del relevo generacional en la ruralidad, tanto en los modos y proyectos de
vida como en las estructuras educativas; persistencia de las cadenas de intermediación
que rompe el contacto directo entre productores y consumidores; y desmotivación a la
búsqueda de mecanismos alternativos de seguridad alimentaria y nutricional.
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Son muchas las problemáticas que han incidido en el marco institucional de los actores
y en la organización de la sociedad del CDZC y que, según lo encontrado, responden a
agencias pasivas tanto por parte de las comunidades, las asociaciones y la
administración pública. Empero, no pareciera ser per se una voluntad propia el no
actuar, fundamentalmente por parte de las comunidades, sino que, en la configuración
de sus tradiciones, convenciones, códigos de conducta y representaciones sociales, no se
han impulsado agencias más activas. Las dificultades atienden a aspectos históricos y
consecuentemente culturales, que para toda intervención representan un verdadero
desafío.