Espacialidades Verano 2015

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Espacialidades Revista oficial del Colectivo Puertorriqueño de Geografía Verano 2015 Volumen 1 Entre el muro y el puente: El Mall of San Juan y la transformación del espacio Siembra de nubes en Puerto Rico: ¿Solución viable? Campamento Playas Pa’l Pueblo: 10 años de resistencia

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Revista oficial del Colectivo Puertorriqueño de Geografía.

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Espacialidades

Revista oficial del Colectivo Puertorriqueño de Geografía

Verano 2015 Volumen 1

Entre el muro y el puente: El Mall of San Juan y la transformación del

espacio

Siembra de nubes en Puerto Rico: ¿Solución viable?

Campamento Playas Pa’l Pueblo:

10 años de resistencia

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ÍndiceIntroducción 4

Campamento Playas Pa’l Pueblo: 10 años de resistencia 6

Asere, ¿Qué bolá? 10

Estudiantes y profesores de la UPR exploran la geografía del paseo boricua en Chicago 16

Entre el Caño y Vistamar Marina: un claroscuro 18

La geografía en la conceptualización en la insurrección de 1950 22

Una playa volcánica en Vieques 27

Entre el muro y el puente: El Mall of San Juan y la transformación del espacio 28

Limpieza de la playa Mar chiquita en Manatí 34

Imágenes 36

Reducción como solución al problema del plástico 46

¡Por ahí no! 50

Siembra de nubes en Puerto Rico ¿solución viable? 54

CréditosArte Jeffrey Carrasquillo Vázquez Joseph Géigel

Edición

Jeffrey Carrasquillo Vázquez Joseph Géigel Dariana Mattei Ramos Leidymee Medina Joshua Sierra Rolón

Cartografía

Joseph Géigel

Entrevistadores

Jeffrey Carrasquillo Vázquez Joseph Géigel Dariana Mattei Ramos

Joshua Sierra Rolón

Publicidad

Jeffrey Carrasquillo Vázquez Robin Torres

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El Colectivo Puertorriqueño de Geografía es un conjunto de egresados y estudiantes de geografía de la Universidad de Puerto Rico con un objetivo en común: afirmar en la importancia de la disciplina geográfica para comprender la espacialidad de la cotidianidad y los problemas sociales. El Colectivo comenzó a formarse en mayo de 2015 cuando varios geógrafos y geógrafas entablaron una serie de discusiones sobre el estado de la geografía en Puerto Rico. Surgió la preocupación de que a la disciplina no se le da la importancia y atención que merece y ante esta preocupación nació una interrogante: ¿qué podemos hacer? A partir de ese momento nos reunimos periódicamente para forjarnos como Colectivo y crear un plan de trabajo que cuenta con varios proyectos que tienen como propósito dar a conocer la importancia de la geografía más allá de los límites de la Universidad.

Entre los proyectos que el Colectivo ha incluido en su plan de trabajo hay talleres de di-versos temas geográficos en comunidades y escuelas del país, actividades que promuevan la conciencia ambiental, viajes de campo, foros de temas espaciales y muchos más. Uno de los más importantes proyectos es la nueva revista geográfica Espacialidades. Los lectores y lec-toras de la revista encontrarán artículos, crónicas geográficas, noticias, columnas, datos cu-riosos y mucho más. Esta revista busca ser un espacio para la publicación de contenido de to-das las disciplinas, pero siempre desde una perspectiva espacial. La publicación de la revista será cada tres meses en formato digital con ediciones especiales también disponibles en papel.

Estamos muy emocionados con presentarle esta revista y agradecemos a todos y a todas quienes han colaborado de alguna forma u otra en hacer Espacialidades una realidad. Esperamos que disfrute esta revista tanto como nosotros hemos disfrutado crearla y presentársela el día de hoy.

Si desea conocer más sobre el Colectivo Puertorriqueño de Geografía o la revis-ta Espacialidades o si desea colaborar con nosotros puede visitar nuestra página web www.facebook.com/geografiapr o puede comunicarse con nosotros a [email protected].

¿Quiénes somos?

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Campamento Playas Pa’l Pueblo: 10 años de resistencia

Por Colectivo Puertorriqueño de Geografía18°26’39” N 66°00’25 ‘ W

Foto tomada por Jeffrey Carrasquillo

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Campamento Playas Pa’l Pueblo: 10 años de resistencia

Era un domingo del año 2005, el coraje y la frustración se hacían notar entre los manifes-tantes quienes habían iniciado una movilización tanto marítima como terrestre. La movilización se extendió desde Boca de Cangrejos (colindan-cia entre el municipio de Loíza y Carolina) hasta los predios cercanos al Hotel Marriott Courtyard de Isla Verde. El hotel amenazaba con expand-irse construyendo sobre los terrenos del Bal-neario de Carolina. Para empeorar el panorama, el municipio de Carolina arrendó cinco cuerdas de terreno (parte integral de las 51 cuerdas de terreno que conforman el Balneario de Carolina) por un periodo de casi 100 años al hotel Mar-riott Courtyard privatizando así gran parte del balneario público. Estas 5 cuerdas se encuen-tran dentro de la zona marítimo terrestre que es catalogada según la ley 151 del 28 de junio de 1968 y la ley de muelles y puertos del 1968 como zona de bien de dominio público. El Sr. Alberto de Jesús conocido como “Tito Kayak” (en repre-sentación del grupo ambientalista Amigos del Mar) en compañía de estudiantes de la Univer-sidad de Puerto Rico, de varias organizaciones ambientales y de individuos en su carácter per-sonal que se sentían de alguna forma u otra

vinculados a la lucha, fundaron la Coalición Playas Pal’ Pueblo. Esta coalición que comen-zó con el establecimiento de lo que hoy día se conoce como el Campamento Playas Pa’l Pueblo. Este campamento fue creado con el ob-jetivo de proteger nuestras playas y costas para garantizar el libre acceso a las mismas. Su plan de lucha y de oposición ha sido llevado a cabo mediante actos de ocupación física, de protesta, de protección y monitoreo del ciclo de anidaje del tinglar en la zona marítimo-terrestre y me-diante la impugnación de un procedimiento le-gal que pone en duda la validez del contrato de arrendamiento de los terrenos del balneario de Carolina (Caso Civil Núm. FPE2005-0268).Esta es una lucha que sin lugar a dudas ha requeri-do de estrategias y apoyo de profesionales tales como: ingenieros, abogados especializados en leyes ambientales, científicos, entre otros.

En entrevista con el activista “Tito Kay-ak”, éste nos comenta que: “Ha llegado mucha gente de diferentes organizaciones. No porque se les haya pedido, sino porque ellos se han in-teresado. Por ejemplo: los hostosianos, la clínica legal de la Universidad, abogados en su carácter

Foto tomada por Jeffrey Carrasquillo

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personal, iglesias y muchas otras personas y/o organizaciones. Han sido procesos bien eclécti-cos y en su momento tuvieron la notoriedad nec-esaria para que estas personas llegaran por el tipo de causa que es: una causa ambiental y de espacio. Una garantía de un espacio público que se iba a perder así como se han perdido muchos espacios en el litoral norte. Nos limitan el acceso a disfrutar de nuestros recursos y sobre todo de los espacios públicos, porque estas cinco cuer-das le pertenecen al balneario público y se iban a perder completamente por un alquiler. ¡Que es peor! Porque, como municipio, tienes la solvencia económica, pero después de cien años tienes que hacerte cargo de un complejo hotelero completo.” A raíz de las expresiones del activista, po-demos determinar que hay muchos ojos pendi-entes a esta situación y que existe consenso de que se debe dar un proceso de lucha para que continúe siendo un espacio público. Como parte de los trabajos llevados a cabo en este espacio, los miembros voluntarios del campamento de resistencia concientizan a las comunidades so-bre la importancia de proteger nuestros recur-sos naturales y “recuperar ese sentido de perte-nencia que hemos perdido”. Además de esto, los miembros del campamento se han dado a la tarea de tomar adiestramientos (ofrecidos por el Departamento de Recursos Naturales y Am-bientales) para proteger y monitorear los nidos de tortugas marinas. Para fomentar la visita de los bañistas existe un grupo de voluntarios que se encarga de mantener el estacionamien-to y asegurarse de que éste sea libre y gratuito. En ocasiones se hacen brigadas de limpieza de playas y se procura constantemente darle man-tenimiento al campamento realizando tareas de poda, siembra y limpieza. Además, la basura que se genera es clasificada para recopilar material reciclable. Estas tareas se cumplen con la colab-oración de personas que contribuyen de forma voluntaria. Tito enfatiza que: “La gente que se quiera quedar a dar la mano lo puede hacer. Es importante que tengan conciencia ambiental y que no vengan sólo a festejar. El campamento tiene que ser de apariencia, es decir, que se en-víe el mensaje, que las personas que pasen por el área vean lo que se está haciendo, que se in-teresen por la lucha y entiendan porque es tan Foto tomada por Jeffrey Carrasquillo

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importante. No ha sido fácil el proceso, pero el campamento ha seguido en pie de lucha y se ha convertido en el campamento de desobediencia civil más duradero en la historia de Puerto Rico.”

Como parte fundamental del proceso de lucha, la Coalición se ha dado a la tarea de elab-orar una propuesta de uso de las 5 cuerdas de terreno que se entiende puede ser buena alter-nativa para resolver la controversia. La misma consiste en la creación de un parque ecológico costero para fines de recreación, educación, turismo y de investigación. Este proyecto sería manejado mediante acuerdos colaborativos en-tre agencias gubernamentales, el Municipio de Carolina y organizaciones civiles protectoras del ambiente. Esto permitiría que las cinco cuerdas de playa contiguas al Hotel Marriott Courtyard en Isla Verde permanezcan siendo de libre ac-

ceso para el uso y disfrute del pueblo. Según Forman (1997) “los cambios en la estructura del paisaje son ampliamente reconocidos como fac-tores causantes de la disminución del número de especies y la calidad ambiental” de manera que, la propuesta de crear un Parque Ecológico Costero, no solamente garantiza el libre acceso a un espacio que es público, sino que embellece y provee herramientas legales para salvaguard-ar el paisaje, la flora y la fauna en ese espacio. Sin duda alguna, el proceso de lucha que se ha estado llevando a cabo durante los últimos 10 años en el Campamento Playas Pa’l Pueblo ha sido uno consistente y firme a pesar de todos los retos que los voluntarios han tenido que enfrentar. Entendemos que esta es una lucha justa y necesaria que al igual que otras luchas ambientales y por la protección de espacios públicos debe contar con el apoyo del pueblo.

2005

2015

Tomada de G

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Tomada de G

oogle Ea

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Foto comparativa desde el comienzo del campamento hasta 2015

Foto tomada por Robin Torres

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Asere ¿qué bolá?Dariana M. Mattei Ramos23°05’17.50”N 82°27’19.15”W

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Asere ¿qué bolá?

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Llegamos al aeropuerto nacional José Martí, mientras nos acercábamos a Migración más crecía la tensión en el lugar. ¿Qué escribi-mos en estos documentos? ¿Nos poncharán el pasaporte? ¡Y todo pasó! Lo que parecían horas fueron minutos y en un momento... ¡estábamos en Cuba! Luego de la tensión, había que ir al baño. Primer choque cultural… el papel higié-nico es controlado. Esto será tremenda aven-tura, pensé. Mientras nos acostumbrábamos a cambiar a la moneda internacional y luego a la moneda nacional nos tomábamos unas Bucan-eros (una de las cervezas nacionales). En una guagua comenzamos nuestro recorrido de bien-venida. Parada tras parada para cambiar dine-ro, pudimos escuchar distintas opiniones sobre la vida en Cuba, la vida en Miami y las posibili-dades de salir o la decisión de quedarse. Luego de horas de paseos, paradas e historias llega-mos a la casa particular (así le llaman a las ca-sas en las cuales rentan cuartos para turistas). Nos recibieron con chistes y mucha alegría de tener como visitantes a hermanos y hermanas boricuas. Sentimiento de hermandad que di-ariamente todo cubano y cubana que conocía-mos nos lo expresaba de manera directa al re-citar aquel poema escrito por la revolucionaria puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió, “Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas”. Hambrientos y cansados como llegamos, tuvi-mos una rica cena preparada por mexicanos y un jugo natural de papaya que nos supo a gloria. Al cabo de unos minutos nos sentíamos a gusto.

La folclórica ciudad de La Habana es conocida por su vida musical, nocturna y di-urna. Siempre se encuentra que hacer: bailar, caminar, aprender sobre su historia, dar un recorrido en bici, tomar cuba libre o mojito o admirar su arquitectura a pesar de su deteri-oro. Tal deterioro mancha la imagen de la capi-tal ya que se presenta como una ciudad pobre que el gobierno no atiende, pero a la vez le da una identidad única. La realidad es que Cuba no tiene tanto dinero para proteger las edifica-ciones tan maltratadas por el salitre. Sin em-bargo, se están realizando mejoras a edifica-ciones. ¿Pero qué pasa con estas mejoras? No son necesariamente para el bien cubano sino

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para el ojo del turista, ya que dichas mejoras se llevan a cabo en lugares visitados mayor-mente por turistas o “yumas” como los y las cubanas se refieren a las y los extranjeros.

Si estudiamos un poco la historia cuba-na, encontramos que cuando la Revolución tri-unfó, el gobierno se apropió de las tierras para repartirlas equitativamente y con ello junto a otros muchos factores, lograr alcanzar a ser un país socialista sin división de clases. Aseguran que nadie muere de hambre en Cuba, pero hay que ingeniárselas para conseguir dinero, ya que al no ser un país capitalista no cree en la aglom-eración del capital en un solo sector. Hoy día el gobierno ha permitido que personas puedan tener un ingreso adicional al de su profesión, ya que se les permite ser dueños y dueñas de pal-adares (restaurantes pequeños y económicos), de las casas particulares (casas para alquiler a turistas a bajo costo) y de las máquinas (carros que funcionan como taxis pero a menor costo).

No soy creyente de las ideas románticas que se mantienen sobre épocas y/o lugares, así que hablemos de la realidad de Cuba así como la pude percibir de las conversaciones que tuve en mi visita. Viviendo en una colonia de una de las potencias del capitalismo veo a Cuba estable; se tiene lo necesario para disfrutar la vida. Pero va más allá de eso. El capitalismo promueve entre otras cosas la avaricia, el in-dividualismo y la división de clases. Muchas personas dicen que si Puerto Rico se hubiese liberado junto a Cuba sus historias hubieran sido similares. No hay certeza de ello, pero sí de que al día de hoy el vínculo cultural entre Cuba y Puerto Rico sigue vigente. Los cubanos y cu-banas se refieren a nosotros y nosotras como los hermanos y hermanas boricuas, aunque no consideran a Puerto Rico para vivir una vez salen de Cuba. ¿Por qué? Uno de los jóvenes con los que conversé me explicó que si se fu-era a ir, se iría para Miami porque “es la op-ción real”, ya que allá tiene una hermana que lo puede “mandar a pedir” y pagarle el pasaje.

Hora de montarnos en la guagua públi-ca. En Puerto Rico nos dijeron que el transporte público no era de confiar, pero como queríamos

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vivir dos semanas lo más cercano a cómo viv-en los cubanos y cubanas decidimos utilizarlo. Además, era mucho más económico. Fuimos a la parada que se encontraba frente a la heladería Coppelia. Preguntamos para asegurarnos y efec-tivamente, estábamos equivocados. Caminamos hacia la Facultad de Geografía de la Universidad de La Habana en la cual podríamos tomar la gu-agua hacia nuestro destino. Pasan las guaguas y personas corren para alcanzarlas. Pasan los minutos hasta que llega la que nos toca, pero re-sulta que no está recogiendo personas. ¡Tremen-da suerte la de nosotros! Sigue la espera… Final-mente llega, entonces le preguntamos al chofer si nos lleva hasta el Palacio de las Convenciones y éste queda en avisarnos al llegar a la parada que nos corresponde. Parados cerca del chofer comienza la travesía. A medida que avanzamos, más gente se monta y nos empujan hacia el cen-tro de la guagua. No hay cortesía, quien llegó primero tiene asiento y quien llegó luego tendrá que permanecer de pie. Muchos suben y pocos bajan. Seguimos apretados mientras vigilamos nuestras mochilas, ya que supuestamente acos-tumbran a robar rompiendo la parte inferior de la mochila o cartera. Llegamos a la parada de la playa donde se baja la mayoría de las personas. Nuestra parada fue la última, allí agradecimos, nos bajamos y comienza la caminata. Al cami-nar, observamos nuestro alrededor y vemos la

vida ajetreada en la última parada. Hay varios kioskos y tiendas que mantienen el área viva. Seguimos por el paseo peatonal en donde su-puestamente hay wifi, pero este nunca lo con-seguimos y tampoco había personas conectadas como ocurre en cada espacio con wifi en Puerto Rico. Continuamos la caminata, no conocíamos exactamente la ruta, pero estábamos en el mejor

ánimo para explorar y caminar. Las aceras eran algo difíciles para caminar, ya que en partes estaban rotas por las raíces de árboles u ob-struidas por ramas caídas y en algunos lugares eran inexistentes. Luego de varios kilómetros caminados, llegamos a lo que parecía nues-tro destino, para encontrarnos con que habían cambiado el lugar en el cual nos inscribiría-mos para el evento por el cual visitamos Cuba.

Al otro día logramos llegar al XV Encuen-tro de Geógrafos de América Latina, allí comenzó la interacción como sólo los y las geógrafas sa-ben hacerlo. América Latina se hacía tan peque-ña a la vez que países como México, Colombia, Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Costa Rica y Puerto Rico estrechaban lazos de confianza en Cuba. En ese momento supe que había tomado la decisión correcta de conocer la geografía lati-noamericana fuera de los libros. El exponerme a diferentes temas geográficos abordados desde distintas perspectivas por colegas de diferentes países fue una experiencia enriquecedora a niv-el personal y profesional; al igual que explicar mi tema de investigación y preocupación social a personas de la región del Caribe y América Latina. La dinámica del encuentro se basó en secciones de afiches y presentaciones orales. Dividimos nuestro tiempo entre las presen-taciones que nos interesaban y las de amigos y amigas que conocimos allí. Participando en esta dinámica pude aprender que Latinoamérica no está nada atrasada como Estados Unidos nos quiere hacer pensar. La profundidad de los te-mas estudiados y la utilización de tecnología era evidente. La manera en que los y las geógrafas explicaban los problemas de cada uno de sus países y sus soluciones nos hizo entender lo es-tancada que se encuentra la disciplina en Puer-to Rico. Acá optamos por conformarnos con investigaciones superficiales que se quedan en los salones de clases y luego salimos al mundo sin saber utilizar la geografía como herramienta para comprender y solucionar los problemas que enfrentamos. Es importante que la Univer-sidad brinde la opción y no le ponga barreras a sus estudiantes para salir a conocer el mundo más allá de Puerto Rico y Estados Unidos, ya que tener experiencias como éstas, enriquecen al estudiante y por consiguiente a la institución.

XV Encuentro de Geógrafos de América LatinaFoto tomada por Jeffrey Carrasquillo

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Además de participar del XV Encuentro de Geógrafos de América Latina no nos podía-mos ir de Cuba sin “hacer geografía” así que nos fuimos a explorar fuera de La Habana. A diferen-cia de Puerto Rico, en Cuba se puede salir de la ciudad capital sin necesidad de alquilar un carro. Había varias opciones y nosotros experimenta-mos dos de ellas, pagar una excursión para turis-tas y tomar una guagua por nuestra cuenta en el terminal de autobuses. Obviamente la excursión para turistas nos resultó mucho más costosa que tomar la guagua en el terminal. De camino a nuestro destino podíamos notar como cambiaba el entorno, salíamos de las edificaciones y entra-bamos a un área con casas pequeñas y mucho más verdor. Otra de las similitudes en la historia de Puerto Rico y Cuba es la cosecha del tabaco, aunque esta industria perdió mucho auge en la Isla, se mantiene viva en Cuba. En la provincia

de Pinar del Río al oeste de Cuba, se encuentra la fábrica Fernando Donatien y varias fincas de ta-baco. Al escuchar a agricultores hablar, me sentí más cerca de Puerto Rico, ya que el acento de los guajiros (lo equivalente a jibaros en Puerto Rico) es muy parecido al de los y las puertorriqueñas

del centro de la isla. En esa misma Provincia se encuentra un pueblo llamado Viñales que se distingue por sus impresionantes mogotes. Para cambiar de punto cardinal, nos fui-mos al sur de Cuba a Playa Larga en la provincia de Matanzas. Al sur de esta provincia se encuen-tra la Ciénaga de Zapata la cual es el humedal más grande del Caribe insular. La parada de la gua-gua te daba una sensación de que habías llegado al medio de la nada. Un lugar tranquilo, caluroso y con muchos ecosistemas para explorar. Llega-mos a una oficina de manejo de recursos natu-rales, la cual estaba a cargo de los recorridos por las áreas naturales. El atento intérprete ambien-tal nos explicó los distintos puntos de interés y hasta nos consiguió hospedaje. La diferencia en-tre la gente de la ciudad y la gente del campo era evidente. Explorando el humedal vimos distintas especies de aves y vegetación. La conciencia am-biental de los cubanos y de las cubanas los lleva a cuidar el humedal de forma admirable, ya que lo mantienen lo más virgen posible. Al otro día, madrugamos para avistar aves, adentrarnos en cavernas, darnos un chapuzón en cenotes y bu-cear en las maravillosas aguas del Mar Caribe.

Y con todas estas experiencias, re-cuerdos, amistades, y lugares para tachar del “bucket list” regresamos a Puerto Rico.

Mogotes en Viñales, CubaFoto tomada por Jeffrey Carrasquillo

Un cenote en la Ciénaga de Zapata en CubaFoto tomada por Jeffrey Carrasquillo

Confección de cigarros.Foto tomada por Jeffrey Carrasquillo

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Estudiantes y profesores de la UPR exploran la geografía del Paseo Boricua en Chicago

Por Rafael R. Díaz Torres41°54’10.55” N 87°41’52.70” W

El pasado mes de abril, el trabajo de campo y estudio de la historia puertorriqueña se trasladó a la ciudad de Chicago, cuando estudiantes y profesores del Departamento de Geografía de la Uni-versidad de Puerto Rico (UPR) visitaron el emblemático Paseo Boricua ubicado en la Calle División de la denominada Ciudad de los Vientos.

Lo que comenzó como un peregri-naje organizado con los propósitos de compartir experiencias con integrantes de la diáspora puertorriqueña en Illinois y explorar parte del trabajo comunitario gestado en el pasado por el preso político independentista Oscar López Rivera, tomó un giro de rico valor didáctico y culminó ofreciendo una gran lección magistral de geografía.

Rodeados por las áreas verdes que engalanan la facilidad recreativa de Humboldt Park - nom-brada con el apellido del geógrafo alemán Alexander von Humboldt -, los académicos y académicas de la UPR alimentaban cada paso de este recorrido urbano con la obtención de nuevos saberes sobre las luchas y celebraciones culturales de los y las boricuas de Division Street y otras áreas aledañas.

El Paseo Boricua de Chicago es custodio de un historial de resistencia ante las constantes ame-nazas de desplazamiento de residentes y planes de gentrificación. Las dos gigantescas banderas de

metal que distinguen esta sección de la Calle División representan mucho más que un adorno de orgullo y reafirmación cultural puertorriqueña. Estas dos estruc-turas fueron colocadas con el propósito de reclamar un espacio de solidaridad puer-torriqueña y latina capaz de romper con el movimiento de capital que propulsa la gentrificación urbana y eventual destruc-ción de esta comunidad. Ambas banderas trazan de manera simbólica los límites geográficos del Paseo Boricua, invitando así a una lucha y hermandad capaz de oponer todo intento de borrar las aporta-ciones y vigencia de este barrio puertor-riqueño.

El centro “El Rescate” brinda ayuda a jóvenes LGBTTIQ que carecen de hogar en Chicago.

Foto tomada por el autor.

Bandera de Puerto Rico a la entrada del Paseo Boricua en Chicago.Foto tomada por el autor.

¿Sabí

as que...

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El área urbana encabezada por Humboldt Park sobresale por la presencia de diversos co-mercios y servicios dirigidos a la comunidad puertorriqueña y otros grupos minoritarios en la ciudad de Chicago. Cuenta, además, con varios centros solidarios de ayuda a integrant-es de las comunidades LGBTTIQ que han sido rechazados por sus familias y carecen de recursos económicos para sobrevivir y desarrollar sus vidas como profesionales.

De igual manera, el Paseo Boricua ha sido refugio y centro de organización política en defensa de la descolonización de Puerto Rico y la reivindicación de los derechos de los puertorriqueños en los Estados Unidos. Durante la visita de geógrafos y geógrafas de la UPR el pasado mes de abril, se observaron varios men-sajes a favor de la excarcelación de López Rivera, quien fue residente, líder comunitario y gestor cul-tural en el área de Humboldt Park.

Una de las instituciones educativas de esta comunidad es la Escuela Superior Pedro Albizu Campos. Este centro académico cuenta con un huerto urbano escolar. Además, su currículo resalta la historia de Puerto Rico y el himno que se entona en la institución es la versión original de La Borin-queña de la autoría de la poetisa puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió. Este recorrido educativo de abril fue dirigido por el líder comunitario José López Rivera, quien es hermano de Oscar López Rivera. El evento coincidió con la participación de geógrafas y geógrafos boricuas en la Convención Anual de la Asociación de Geógrafos Americanos, celebrada el pasado mes de abril en la ciudad de Chicago, Illinois.

Salón de clases de la escuela superior Pedro Albizu Campos.Foto tomada por Joseph Géigel

¿Sabí

as que...

el 12 de junio de 1966 una gran cantidad de puertorriqueños se lanzaron a protestar en la calle Division en Chicago a raíz del asesinato de un joven

boricua a manos de la policía de la ciudad?

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Entre el Caño y Vistamar Marina: Un claroscuroPor Joseph Y. Géigel18°26’12.86” N 66°02’06.59” W

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“Lo primero que saltó a la vista fue el cambio en el color de las aguas, ya no eran negras como las de San José o Los Corozos, ahora tenía un color azul claro.”

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Era una mañana de verano, zarparon cuatro embarcaciones de un muelle de pesca que se encuentra al norte del Residencial Las Marga-ritas en San Juan. El muelle miraba al norte y era bañado por las oscuras aguas de la Laguna Los Corozos. La flota emprendió viaje desde la parte más oriental de una región compuesta por ocho comunidades de escasos recursos que yacen en las orillas del Caño Martín Peña. Yo era parte de la tripulación de una de las embarcaciones que era conocida como “La Flaca”, el capitán era un pescador a quien conocían como Gilligan. Nave-gamos rumbo al este por aquellas aguas cuya tranquilidad era interrumpida por el estruendo de un avión que cada siete minutos despega-ba o aterrizaba en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Saliendo de la Laguna Los Corozos entramos a la Laguna San José, en el horizonte aparecía un islote cubierto por los mangles y acariciado por la basura que flotaba en las aguas de la laguna. Este islote lleva por nombre Guachinanguita, ya que va hermanado con lo que fue la Isla de Guachinanga antes de convertirse en la Península de Guachinanga al ser conectada a tierra con la basura acumulada. En Guachinanguita tuvimos nuestra primera parada para hablar sobre algunos asuntos rela-cionados al Caño Martín Peña. El asunto princi-pal era que el Caño está muy tapado y necesita un dragado con gran urgencia. Dejaré al lector que se informe más sobre el problema, pero es

necesario exponer la magnitud de esta situ-ación. El agua que entra a la laguna tarda

17 días en salir al mar por el a g u a

estar estancada, la contaminación provoca que los niveles de oxígeno en el agua disminuyan y los peces mueran en masa. Si el caño se dragara, el agua tardaría 4 días en circular hasta el mar y tanto la vida acuática como las vidas de los residentes de áreas aledañas se beneficiarían. La realidad es que no hay que ser científico para darse cuenta de que hay un problema serio de contaminación cuando observas que el agua es oscura como la noche y que en ella flotan padri-nos de refresco y neveritas de “foam”.

Continuamos la travesía rumbo al este, era ineludible ver el Puente Teodoro Moscoso que partía la Laguna San José de norte a sur. No quedaba más opción que navegar bajo el puente para continuar atravesando la laguna y eso mismo hicimos. A toda velocidad nos acer-cábamos a la boca del Canal Suárez que conecta la Laguna San José con la Laguna de la Torre-cilla en Carolina. Apenas entrábamos al Canal Suárez observé las casas de la Urbanización Los Ángeles, un proyecto residencial que hace varias décadas destruyó gran parte del manglar de esta región. El canal es estrecho hasta un punto en el que se ensancha en un área que en el pasado se consideró para la construcción de una marina con fines turísticos. Continuando el trayecto se alzaba entre los mangles la gran torre de la Ig-lesia de Fuente de Agua Viva. Aquellos cristales rotos y pintura desmerecida que adornaban la torre parecían imitar la condición maltrecha de algunas partes del manglar, es decir las partes que quedaron y no fueron destruidas por la construcción de aquella magna estructura. Fue

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triste ver tanta construcción sobre terrenos que deberían estar ocupados por los mangles. La tristeza y el enojo se acentúan cuando conoc-es la importancia del mangle que funciona como protección contra la erosión de las costas, que nutre las aguas con vitaminas y que es el lugar de desove del 90% de los peces tropicales. Luego seguimos el viaje, pasamos bajo los puentes del Expreso Román Baldorioty de Castro y sus call-es marginales. Allí pescaban algunos mientras el capitán de La Flaca los saludaba por ser amigos cercanos. Entramos en la Laguna de la Torrecil-la y lo primero que saltó a la vista fue el cam-bio en el color de las aguas, ya no eran negras como las de San José o Los Corozos, ahora tenía un color azul claro. La Laguna de la Torrecilla es más limpia, debido a que el agua fluye me-jor desde el mar y devuelta al mar. En la parte sur de la Laguna de la Torrecilla se encuentra un interesante proyecto residencial que lleva por nombre Vistamar Marina. En esta urbanización habitan personas de altos ingresos en man-siones que cuentan con su propio muelle en los patios, ya que el proyecto residencial es atrave-sado por una serie de canales que conectan con la laguna. Obviamente, estos canales no están tapados con basura como el Caño Martín Peña. Vistamar Marina está en un área tan bella como lo que podría ser el Caño Martín Peña, entre mangles, tijeretas y aguas claras. Este hecho me trae una preocupación y una interrogante: ¿Qué pasaría si el Caño se draga y por consecuencia

se vuelve un espacio bello y atractivo? Mi preo-cupación es que se gentrifique, que entren los desarrolladores y sustituyan las comunidades por proyectos residenciales y comerciales para una población de altos recursos como pasó en el Viejo San Juan y en Santurce. Me preocupa que comiencen las expropiaciones y que la opin-ión pública se vuelque una vez más en contra de los pobres por oponerse a desalojar lo que ha sido su hogar por un siglo. Me queda esperanza, porque existen programas que buscan proteger a las comunidades del Caño y porque confío en la capacidad que tienen las comunidades para defender lo suyo con uñas y dientes. Un ejemplo de los programas comunitarios es el Fideicomiso de las Tierras que persigue el objetivo de una tit-ularidad colectiva de los terrenos en donde las tierras pasarán a ser de pertenencia comunitaria de manera que las comunidades decidan el tipo de desarrollo que se autoriza en el área.

Saliendo de Vistamar Marina llegó el mo-mento de regresar al muelle del Caño Martín Peña por el mismo camino que tomamos ante-riormente. Las aguas se oscurecían nuevamente a medida que nos acercábamos a la Laguna San José y a la Laguna Los Corozos. La Flaca arribó al muelle luego de un viaje de aproximadamente dos horas y la tripulación desembarcó en tierra firme. Allí cerramos nuestro viaje almorzando una diversidad de frituras preparadas por las manos laboriosas de algunos residentes bajo la refrescante sombra de un frondoso panapén.

Canales de acceso en Vistamar Marina. Foto tomada por el autor.

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La geografía en la conceptualización de la Insurrección Nacionalista de 1950

Por Carlos J. Guilbe López18°13’06” N 66°35’29” W

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La historia que apren-demos en la escuela adolece de un manejo eficiente de herramientas geográficas. En muy pocas oca-siones, los historiadores utilizan la cartografía o las destrezas básicas de razonamiento espacial como mecanismo metodológico e ilustra-tivo en sus análisis y descripciones. La ausencia de la geografía dentro de la investigación histórica evi-dencia el desfase metodológico que permea entre ambas disciplinas en Puerto Rico.

Por otro lado, la crisis fiscal y estructural que enfrenta el gobi-

erno local y la indiferencia de los Estados Unidos hacia la isla ha dejado al descubierto el andamiaje colonial que existe entre ambos países. Los debates que afloran sobre el desarrollo económico de la isla gravitan hacia una re-con-ceptualización de las alternativas del futuro político en Puerto Rico. Este escenario ha metamorfos-eado la alternativa de la independencia de Puerto Rico en donde se ha comenzado a revaluar toda la historia local, particularmente desde el crisol soberanista. La viabilidad de esta alternativa de-pende, en gran medida, de su exposición dentro de la historia escrita. Lamentablemente, los textos sobre la historia de Puerto Rico no exponen a cabalidad los eventos relacionados con los eventos relacionados con esta opción de desarrollo nacional.

Este artículo cartografía las intenciones del Partido Nacionalista de Puerto Rico y su líder, Dr. Pedro Albizu Campos, en el diseño de la sub-levación que comenzó el 28 de octubre de 1950. Para los Nacionalistas fue La Revolución Nacionalista pero la historia la ha minimizado como la “insurrección de Jayuya” o “la revuelta nacionalista”. In-tentamos construir los planes de acción desde una perspectiva espacial para proveer una dimensión más amplia para la dis-cusión y análisis de los eventos que ocurrieron durante el 30 de octubre de 1950. El “mapeo” de este evento está asentado en las descripciones de Nelson Denis en el capítulo Revolution de su di-aléctico libro “War Against All Puerto Ricans; Revolution and Ter-ror in America’s Colony” (Nation Books, Nueva York, 2015). Por otro lado, la infraestructura militar fue tomada de las descripciones del libro Puerto Rico en la Segunda Guerra Mundial: Baluarte del Caribe, editado por Jorge Rodríguez Beruff y José Bolívar Fresneda (2012)

La espacialidad conceptualizada durante la planificación de la sedición armada coincide geográficamente con lugares en los cuales en los pasados 100 años se intentaron realizar actividades similares. Las montañas occidentales de la Cordillera Central resaltan como un lugar central de las luchas armadas por la independencia de Puerto Rico. Esta región es conocida económicamente por su cubierta boscosa y la produc-

Zona montañosa occidental de la Isla. Preparado por Carlos J. Guilbe (2015)

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ción de café. Este producto es un símbolo icónico del espacio rural nacional. Su presencia y asocia-ción con los valores patrios están presentes en la música folclórica, literatura nacional y en otras manifestaciones artísticas puertorriqueñas. En cierta medida, los cafetales han representado el refugio natural de los que han tratado de levantar el discurso de un Puerto Rico libre y soberano.

El libro “War Against All Puerto Ricans; Revolution and Terror in America’s Colony” ha pro-ducido discusiones abiertas en todo el mosaico político partidista de la isla. Es un análisis polémi-co, inclusive dentro de las redes que favorecen la independencia de Puerto Rico. Las descripciones en las historias de vida de Luis Muñoz Marín y Pedro Albizu Campos han abierto amplios frentes de discusión dentro de las trincheras académicas y literarias tanto en la isla como en la diáspora. Nelson Denis combina una extensa cantidad de fuentes primarias para (re)construir las historias del nacionalismo y el estadolibrismo durante la primera mitad del siglo XX.

Albizu Campos, como ex oficial del ejército estadounidense, reconoció que era imposible desplegar una batalla frontal frente al ejército de los Estados Unidos, pero había que confrontarlos. Esta disyuntiva es expresada por Denis como sigue:

“In a twentieth-century version of David versus Goliath, Albizu Campos and the nationalists were waging a revolu-

tion against the most powerful nation in history” (página 190).

Con el reconocimiento de esta desventaja obvia, los Nacionalistas elaboraron un plan buscando alcanzar el siguiente objetivo:

“The Nationalists did not need to win a war against America, which was impossible. They only needed to get the world’s attention so that the United Nations and other international organizations would pressure the United

States to give up its colony” (página 196)

Esta visión quedó estampada en la conciencia nacionalista. “Estamos tratando de llamar la atención internacional sobre el caso de Puerto Rico”. Estas fueron las palabras de José Antonio

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Negrón, nacionalista veterano de la Segunda Guerra Mundial en su arresto en el barrio Palo Alto, Corozal varias semanas después de los hechos.

El plan diseñado por el Partido Nacionalista de Puerto Rico era sencillo y se dividió en las siguientes acciones:

1. Ataques simultáneos al mediodía del 30 de oc-tubre de 1950 en las ofi-cinas de correo, policía insular y centro de re-clutamiento militar en los centros urbanos de Jayuya, Peñuelas, Are-cibo, Mayagüez, Naran-jito, Ponce y Utuado. En San Juan se atacaría la residencia del Goberna-dor de Puerto Rico en La Fortaleza.

2. Movimiento de los participantes de los ataques a Utuado para refugiarse en la zona boscosa de la región.

Geográficamente, los ataques se centraron en las ciudades principales de la isla (San Juan, Ponce, Arecibo y Mayagüez) para acaparar la atención y en los centros urbanos de los municipios con extensas áreas boscosas y agrícolas que sirvieran de refugio y aseguraran la alimentación de los nacionalistas por, al menos, un mes. Naranjito no era parte de la región boscosa occidental de la Cordillera Central pero representaba un excelente refugio natural para los Nacionalistas que atacarían San Juan y proseguirían por las montañas hasta Utuado. Albizu Campos entendía que muchos agricultores serían aliados de los Cadetes de la República que buscarían albergue en los extensos campos agrícolas de la isla.

Como en muchos eventos a lo largo de la historia, los planes de insurrección llegaron a oídos de las autoridades insulares. El FBI y la Policía Insular pudieron penetrar las estructuras gerencial-es del Partido Nacionalista de Puerto Rico y todo el plan se erosionó. La Fortaleza y Washington DC, la prensa local y la estadounidense despacharon este evento como un “asunto entre puertorrique-ños”. Evidentemente, también ha sido esculpido de esta forma en la historia oficial de Puerto Rico. Claramente, los nacionalistas aplicaron los principios geográficos manejados por Sun Tzu (The Art of War) y reproducidos posteriormente por Erwin Rommel en África y Europa, Ernesto Guevara en América y Ho Chi Minh en el sureste Asiático entre muchos otros. La estrategia era evitar batal-las abiertas y frontales en campos abiertos utilizando las montañas para realizar ataques laterales sincronizados y esporádicos en lugares escarpados.

La pertinencia del razonamiento geográfico aplicado en la historia estriba en asociar los eventos cronológicos con el entorno natural. Las relaciones espaciales visibles en el mapa hacen

Preparado por Carlos J. GuilbeDepartamento de Geografía - Universidad de Puerto Rico

(2015)

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evidente la lógica sencilla del plan. La historia adquiere otra tonalidad más abarcadora y atractiva en su análisis. Un mapa cambia la magnitud de todo un momento histórico. Constituye una de las herramientas más poderosas de análisis y de divulgación de información. Este poder de construir imágenes en la mente humana para (des)construir eventos ha sido discutido extensamente por Monmonier (1996), Klinghoffer (2006), Kurgan (2013) entre muchos otros. ¿Por qué nunca se han cartografiado los eventos relacionados con las luchas por independencia en Puerto Rico?

En la actualidad, los planes de ordenación territorial de los municipios del occidente de nuestra Cordillera Central, al igual que la propuesta del Plan de Usos de Terrenos, están orientados a la preservación de esta región montañosa como área de conservación natural y preservación de recursos. Las iniciativas ambientales como el Bosque Modelo Nacional de Puerto Rico (Bosque del Pueblo) y las voces de alerta a la faraónica construcción de la PR 10 son acciones que no solo resguardan la belleza natural sino que conservan el paisaje de una historia que todavía no ha sido reconocida; las luchas que miles de puertorriqueños han realizado en la búsqueda de la soberanía para su país.

Bibliografía

Denis, Nelson. 2015. War Against All Puerto Ricans; Revolution and Terror in America’s Colony. Nueva York. Nation Books.

Junta de Planificación de Puerto Rico. 2014. Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico. Borrador Preliminar. San Juan.

Kaplan Robert. 2001. The Revenge of Geography; What the Maps Tell Us about Coming Conflicts and the battle Against Fate. Nueva York. Randon House Trade Paperworks

Klinghoffer, Arthur. 2006. The Power of Projections; How Maps Reflects Global Politics and History. Londres. Praeger Kurgan Laura. 2013. Close Up at a Distance; Mapping, Technology and Politics. Zone Books.

Nonmonier, Mark. 1996. How to Lie with Maps. Chicago. University of Chicago Press.

Rodríguz Beruff, Jorge y José L. Bolivar Fresned. 2012 Puerto Rico en la Segunda Guerra Mundial: Baluarte del Caribe. San Juan. Ediciones Callejón.

Rommel, Erwin. 2003. Rommel and His Art of War. Nueva York. The Military Book Club.

Tzu Sum. 2014. The Art of War. Nueva York. Rockland Press.

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Era un día de verano y habíamos decidido tomar la lancha de Fajardo hasta Vieques. Previamente habíamos elegido los lugares que queríamos visitar ya que era nuestra prim-era vez en la isla. Fuimos a varios lugares históricos y naturales, pero el lugar que mas quería visitar era la Playa Negrita. El chofer de la guagua nos dejó en una carretera bastante soli-taria cerca de un camino que tenía una flecha en madera y que decía “Hacia Playa Negrita”. Aunque nos dijo que no siempre la playa tenía arena negra decidimos verlo por nuestra cuenta.

Caminamos aproximadamente media hora. El camino era llano y se podía observar claramente el cambio de tierra a arena dorada mientras nos acercábamos más a la costa. Había una vegetación densa, las ramas de los arboles parecían formar un túnel por todo el camino. Finalmente comenza-mos a ver la playa al final del recorrido. Aquí el camino se volvía mas lodoso debido a los rastros del río que nutre la playa. Caminamos un poco más y comenzamos a ver como contrastaba el color dorado de la arena con el color negro que se concentraba más en la orilla. La playa era un poco escarpada al lado izquierdo con dunas cubiertas de vegetación. En la parte derecha era plana y se podía apreciar más la concentración de arena negra, que según los pocos estudios que se han realizado, se infiere que provienen de orígenes volcánicos en Monte Pirata (uno de los lugares volcánicos de la isla).

La textura de la arena era muy suave y fina, y por tener depósitos de magnetita (un mineral de hierro), esta también se podía pegar a un imán. En fin, estuvimos aproximada-mente una hora en la playa y a pesar de que no pudimos bañarnos en la misma debido al fuerte oleaje, pudimos disfrutar de un día soleado en un paisaje ideal para una fotografía.

Una playa volcánica en ViequesPor Neysha Jiménez Rodríguez

18°05’44.86” N 65°29’32.64” W

Fotos tomadas por la autora

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Entre el muro y el puente:El Mall of San Juan y la transformación del espacioPor Colectivo Puertorriqueño de Geografía 18°24’44” N 66°01’32” W

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Entre el muro y el puente:El Mall of San Juan y la transformación del espacio

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mal PR-8, justamente frente al Mall of San Juan.Habrá quien quede deslumbrado ante los enormes pasillos, techos de cristal, pisos bril-losos y diversidad de tiendas caras que bus-can satisfacer los más exquisitos gustos. Sin embargo, basta con un paseo por el área para darse cuenta de que el centro comercial contras-ta profundamente con el entorno que lo rodea. Ante esta observación surgen interrogantes. Si este es un centro comercial para turistas y per-sonas de clase alta, ¿por qué fue construido entre comunidades de clase trabajadora? ¿Por qué construir un centro comercial tan próximo a una población que no puede beneficiarse de éste? En entrevista con El Nuevo Día uno de los ejecutivos del centro comercial planteó que a pesar de las limitaciones económicas del País, “poca gente consume tanto como los puertor-riqueños”. Este artículo busca hacer un análi-sis crítico breve sobre el Mall of San Juan, contestar estas preguntas y descubrir la interac-ción del centro comercial con las comunidades aledañas en términos económicos y espaciales.

Según datos censales del año 2010, a un radio de un kilómetro alrededor del centro co-mercial habitan aproximadamente 14,000 perso-nas. Se trata de residentes de las comunidades: Villa Olímpica, el Residencial Manuel A. Pérez, el Residencial Ernesto Ramos Antonini, Villa Prades, Las Virtudes y las Parcelas Falú. Inte-resantemente, esas 14,000 personas promedian un ingreso de $11,140 anuales. Ante esta reali-

Foto 2010 Junta de Planificación Foto 2015 Google Earth

Bordeado por varias comunidades al este y al sur y por vías primarias al norte y al oeste, se alzó el Mall of San Juan el pasado mes de marzo luego de largos meses de con-strucción. Este centro comercial, localizado en la intersección entre la PR-8 y la PR-17 en los antiguos terrenos de la Villa Panamericana, es descrito como uno de lujo que introduce tien-das como Nordstrom, Saks Fifth Avenue y una amplia gama de perfumerías, joyerías y tiendas de ropa y accesorios de primer orden. Desde la década del 1990 el gobierno estatal buscaba re-vitalizar el área de la Villa Panamericana. Em-presarios como Frank Trogolo y Luis Rivera Siaca evaluaron la posibilidad de construir un centro comercial de tipo “high-end”, es decir, uno que sirviera a turistas y a personas de altos ingresos. Fue el Mall of San Juan el resultado de este largo proceso de planificación y evaluación. Con la llegada del Mall of San Juan, ocur-rió una transformación de las redes viales para mejorar la accesibilidad al nuevo centro comer-cial. Se hizo una inversión millonaria para reno-vación y mejoras geométricas a la infraestructu-ra vial en diversas partes del área metropolitana de San Juan. Algunas de las vías involucradas en este proceso de renovación fueron: la PR-17 desde la intersección con la avenida Martínez Nadal hasta la salida de la PR-8, el expreso a Trujillo Alto desde su intersección con la PR-175 hasta su intersección con la PR-17 y el Ra-

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dad, ¿pueden los residentes de áreas cercanas al centro comercial adquirir los artículos lujo-sos que ofrece el Mall of San Juan? Si ellos no pueden, entonces ¿para quién es este centro co-mercial? El Mall of San Juan está localizado muy cerca del Puente Teodoro Moscoso que brinda conectividad entre el área de Río Piedras y las áreas de Isla Verde y el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Podría argumentarse que el centro comercial está dirigido a un público con mayores in-gresos compuesto por clientes locales (del área de Isla Verde y los demás condominios del litoral en San Juan y Carolina) e internacionales (vía aero-puerto). Desde esta perspec-tiva, la localización del centro comercial tiene más sentido. Si se observa una fo-tografía aérea del área del Mall of San Juan es posible darse cuenta de que el centro com-ercial está orientado hacia el Puente Teodoro Moscoso hasta en términos espaciales. Los la-dos norte y oeste del centro co-mercial miran hacia la Laguna San José, la PR-8 y la PR-17 y

lucen una estética que invita a los clientes (principalmente a los que viajan en automóvil) a entrar y consumir. Colores llamativos, ventanas y puer-tas de cristal, automóviles de exhibición y enormes bal-cones con múltiples plantas decorativas intentan agradar a la vista de posibles consu-midores. Sin embargo, la otra cara del centro comercial no es igual. Los lados este y sur del Mall of San Juan miran ha-cia Villa Olímpica y el residen-cial Ernesto Ramos Antonini. Estos lados consisten de mu-rallas de aproximadamente diez pies de altura y grandes estacionamientos de múl-

tiples niveles que dificultan la entrada peatonal al centro comercial y funcio-nan como zona de amortiguamiento entre el centro comercial y las comunidades aledañas.

Quedan claras algunas contradicciones entre el centro comercial y su entorno, pero ¿cuál ha sido la reacción de las comunidades ante el establecimiento del Mall of San Juan? Compañeros del Colectivo Puertorriqueño de

ingreso promedio anual en tractos censales dentro de un radio de 1 km del Mall of San Juan. Tractos con >50% de su área dentro del radio de 1 km. Por J. Géigel (2015) con datos censales del 2010

Comunidades y vías cercanas al mall of sj. Se ilustran zonas de amortiguamiento entre el mall y las comunidades.Preparado por J. Géigel (2015) Imágenes satelitales de Google Earth. Lugares identificados en visita de campo.

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Geografía nos dimos a la tarea de dialogar con varios vecinos del área para recibir su insumo y descubrimos gran diversidad de opiniones. Algunos vecinos se manifestaron muy a favor del nuevo centro comercial planteando que éste: “Le devolvía vida al área”, “Es muy hermoso” o simplemente diciendo “Lo bueno es que ten-emos un lugar para coger aire acondicionado”. Por otro lado, hubo vecinos que se manifestaron en contra del centro comercial indicando que: “Ese mall es carísimo, ahí nosotros no tenemos nada que buscar”, “Eso no es para los pobres, eso es un shopping para la gente de chavos” y “Esa gente lo que ha hecho es un revolú aquí con tanta construcción”. Fueron varios también quienes se expresaron con indiferencia, descono-cimiento o desinterés sobre el centro comercial.

Respecto a la comunidad, notamos algo muy difícil de ignorar. Se trata de la transfor-mación estética que han atravesado algunas de las casas en Villa Olímpica. Cualquier persona que transite a través de la PR-8 puede observar

fácilmente como las casas en la calle Paseo #1 de la urbanización Villa Olímpica lucen colores brillantes y alegres, como jugando a ser casa del Viejo San Juan. Varias cosas resultan interesantes de esta observación. La pintura de todas las ca-sas de la calle parece ser muy reciente y además de esto, casualmente son colores que coinciden con los del Mall of San Juan y también con los de la nueva verja del parque Adolfo Dones que bor-dea la Laguna de San José. En nuestra visita de campo, esta observación nos causó intriga y de-cidimos hablar con algunos vecinos sobre esto, para enterarnos de un interesante proceso de transformación que ha ocurrido en la comuni-dad desde la construcción del Mall of San Juan.

Tras el establecimiento de este centro co-mercial ocurrió un proceso de organización entre algunos vecinos de la comunidad Villa Olímpica. Uno de los objetivos de la junta vecinal era que la administración del Mall of San Juan provey-era pintura para las casas de la urbanización. Dialogamos con la presidenta de la junta veci-

Puente Teodoro Moscoso desde el estacionamiento del Mall of San Juan. Foto tomada por Joseph Géigel

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nal, quien nos expresó que estaba interesada en que mejorara la apariencia de la comunidad. Ella entendía que el mejoramiento estético de la urbanización era beneficioso para los resident-es y para el Mall of San Juan, ya que el deteri-oro de las casas podría arruinar la experiencia de los clientes que visitan el centro comercial.

La administración del centro comercial, en colaboración con el gobierno municipal de San Juan y la empresa Master Paints, accedió a proveer la pintura para las casas. Sin em-bargo, solamente serían pintadas las casas que podían ser vistas desde el centro comercial o desde la PR-8. Las demás casas de la comuni-dad permanecen deterioradas al día de hoy. Es importante mencionar que el trabajo de pin-tura fue llevado a cabo de forma gratuita por participantes del programa de Hogares Crea. Este programa ha sido señalado recientemente como uno que humilla, castiga y explota a los adictos, sin promover su rehabilitación. El Mu-

nicipio de San Juan tuvo un papel de intermedi-ario en todo el proceso de negociación entre el centro comercial y los vecinos de Villa Olímpica. Entendemos que existen profundas difer-encias entre las comunidades cercanas al Mall of San Juan y el tipo de público al que este cen-tro comercial aspira a servir. La construcción del Mall of San Juan en los antiguos terrenos de la Villa Panamericana no hubiera sido viable sin la existencia del Puente Teodoro Moscoso y las demás redes viales que brindan acceso entre el centro comercial y comunidades con mayores ingresos. Resulta evidente que este centro com-ercial no busca ser parte integral de las comuni-dades aledañas y aún así en este espacio se erigió este gigantesco edificio que materializa las con-tradicciones socioeconómicas que vivimos en nuestro país. El Mall of San Juan es un ejemplo más de cómo ocultamos la pobreza y la desigual-dad, así como se ocultó el deterioro de las casas de Villa Olímpica con una fina capa de pintura.

Residencias en la comunidad Villa Olímpica lucen nuevos colores tras la construcción del mall of San Juan.Fotografía tomada por Jeffrey Carrasquillo

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Limpieza de la playa Mar Chiquita en Manatí

Por Dariana Mattei Ramos18°28’23.83” N 66°29’07.11”W

A los y las puertorriqueñas nos encanta visitar la playa y no es para menos, si vivi-mos en una isla caribeña con hermosas playas para zambullirse, hacer “snorkeling”, bu-cear o solo pasar el día en familia y amistades. Hay unas fechas en las cuales nuestras playas son más concurridas, tales como el 4 de julio (Independencia de Estados Unidos), la noche de San Juan y el 25 de julio (Constitución del Estado Libre Asociado). En estas fechas es también cuando más basura se genera en las playas. Se pueden observar latas de refresco y cerveza, bo-tellas de plástico y vidrio, bolsas plásticas, neveritas de “foam”, cubiertos desechables, bolsas de comida chatarra, restos de comida, jeringuillas, condones, tampones, ropa, entre otros artículos.

Diferentes grupos ambientalistas, individuos, escuelas y otras organizaciones se ocupan por limpiar las playas y educar sobre la conservación ambiental y la importancia de la reducción de la basura y el reciclaje. Se ha visto una mejoría respecto al problema, pero todavía falta mucho trabajo por hacer. Hace falta más educación y conciencia ambiental ya que no importa donde se tire la ba-sura, ya sea en la playa o en el parque, ésta llega eventualmente a nuestro suelo y cuerpos de agua. Es necesario aceptar y entender la seriedad del problema y buscar soluciones a corto y largo plazo.

El Colectivo Puertorriqueño de Geografía (CPG) está consciente del problema de la basura y de las repercusiones que tiene en el ambiente. Además de empobrecer la belleza de nuestra naturale-za, el mal manejo de la basura contamina directamente nuestros cuerpos de agua, suelo, y aire, afec-

Tomada por Jeffrey Carrasquillo

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tando así a los seres vivos. Para aportar a la solución del problema, el CPG realizó una limpieza en la playa Mar Chiquita en el municipio de Manatí con la ayu-da de Scuba Dogs Society, quienes donaron los mate-riales para que fuera posible. La basura recogida se dividió entre material reciclable (plástico, aluminio, y cartón) y basura general. El vidrio también se rec-ogió ya que el programa de reciclaje del municipio lo recoge. En medio día se recogió alrededor de diez bolsas que se dividieron entre seis de basura regular y cuatro de reciclaje. Además de realizar la limpieza fue un buen pasadía entre geógrafos y geógrafas e in-dividuos preocupados por el problema de la basura.

El Colectivo Puertorriqueño de Geografía planifica seguir realizando este tipo de trabajo en distintos cuerpos de agua como también organizar proyectos para la educación geográfica y conci-

entización ambiental. El próximo sábado 19 de septiembre de 2015 nos estaremos uniendo a la Limpieza Internacional de Costas. Estaremos anunciando los detalles de localización en nues-tra página web. Habrá refrigerios, pero se promueve que cada voluntario(a) lleve su propio ter-mo de agua para evitar generar más basura. Para conseguir más información y registrarse en el evento puede contactar la página de Facebook del CPG www.facebook.com/geografiapr.

¡El Colectivo Puertorriqueño de Geografía espera contar con su participación!

Tomada por Jeffrey Carrasquillo

Tomada por Jeffrey Carrasquillo

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Imágenes

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Atardecer en Luquillo, Puerto RicoPor Paula C. Sánchez Colón

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Vista nocturna de París desde la Torre eiffel.Por Dariana Mattei Ramos

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Hotel Inglaterra en La Habana Vieja, CubaPor Jeffrey Carrasquillo

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Terminal de Azúcar de Aguadilla, también conocido como “El Muelle de Azúcar” en Aguaddilla, Puerto Rico

Por Eduardo Rivera Minaya

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Vista de Chicago, Illinois desde el piso 94 de la torre John HancockPor Joseph Y. Géigel

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La reducción como solución al problema del plástico

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Millones de toneladas de plástico se encuentran en nuestros océanos, suelos, cuerpos de agua dulce y vertederos. Este es un problema bien conocido por todo el mundo, especialmente por todos aquellos que gustamos de salir a recorrer y conocer espacios naturales, ya que es posible observar el impac-to de la basura tanto en estos lugares como en los espacios urbanos. Aun así, sabiendo que existe un problema relacionado al uso y desperdicio del plástico, continuamos observándolo en la gran mayoría de los productos que utilizamos a diario. De esta manera, la cantidad de basura que se produce a nivel mundial continúa aumentando al igual que la cantidad de desperdicios encontrados en lugares como el Océano Pacífico. En éste se encuentra el gran parcho de basura compuesto de plásticos, que no son biodegrad-ables, y que circulan el área luego de romperse en pedazos pequeños. Para muchos la imagen de este parcho de ba-sura puede ser una similar a una isla flotante, pero debe-mos tomar en cuenta que los desperdicios más densos también se encuentran allí pero en el fondo del océano. Esta situación no sólo se observa en el Pacífico sino que en todos los océanos, por lo mismo es que han surgido discusiones sobre la posibilidad de limpi-arlos. En el artículo investigativo Plastic Pollution in the World’s Oceans: More than 5 Trillion Plastic Piec-es Weighing over 250,000 Tons Afloat at Sea realizado por Marcus Eriksen , et al, en el 2014 se estimó que “al menos 5.25 trillones de partículas de plástico con un peso de 268,940 toneladas están flotando en los océ-anos.” En adición, estiman que las “regiones oceáni-cas del Hemisferio Norte contienen el 56.6% de las partículas y el 56.8% de la masa plástica, mientras que el Hemisferio Sur y el Pacifico Norte contienen 37.9% y 35.8% de partículas y masa plástica respectivamente.” También concluyen que en el área de los márgenes oceánicos ocurre la migración del plástico, mientras que en las áreas de convergencia subtropical se acumula. Tales discusiones también han llevado a grupos e in-dividuos a hablar sobre la gran necesidad de reducir el plás-tico consumido. Más allá de limpiar y reciclar, es necesario que comencemos a detener la cadena de desperdicios y otros problemas ambientales que conlleva la producción y consumo de este producto. Para tener una idea de la magnitud del problema, según el periódico El Clarín, en una investigación realizada por la Universidad de Georgia y la Universidad de California, en el período del 1975 a 2013 “la producción mundial de plásticos aumentó un 647%.” En “Argentina se generaron 157.777 toneladas de basura plástica sólo en el año 2010” en ese mismo año “a nivel mundial, se reveló que 8 millones de tonela-das de residuos plásticos llegaron a los océanos”. Por otro lado, según la revista La Jornada Ecológica, en una investigación realizada por el Centro de Investigación en

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Biotecnología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) en México “para el año 2000, la producción mundial

–de plástico- alcanzó los 160 millones de toneladas y en Méx-ico para el año 2006, superó los 4 millones de toneladas.” En adición, “se calcula que anualmente cada persona en México consume 49 kg –alrededor de 108 libras- de plás-ticos.” Si lo llevamos a escala mundial “se calcula que 25 millones de toneladas de plásticos se acumulan en el am-biente cada año y pueden permanecer inalterables por un

periodo de entre 100 y 500 años.” (Ortíz, 2013). Estos datos nos dan una perspectiva de cuan serio es el problema del

sobreconsumo y mal manejo del plástico a través de los años.

Existen alternativas para reducir significativamente el uso del plástico y aun así continuar con una vida cómoda y accesible.

Una de ellas se logra, simplemente, evitando el uso de muchos de los materiales que utiliza-mos diariamente y que son innecesarios en muchas partes del planeta. Entre los ejemplos que se pueden destacar se encuentran las envolturas plásticas individuales para frutas y veg-etales, para lascas de queso y para muchos otros artículos de consumo diario que se empacan para llevar, cuando podríamos estar utilizando materiales reusables para el mismo propósito. El agua embotellada es un clásico ejemplo de plástico consumido de manera innecesaria. Éste producto, trae consigo una gran cantidad de problemas ambientales y sociales, que al final son causa-dos por algo que podemos obtener en nuestros propios hogares y a muy bajo costo. Entre la lista de problemas relacionados al agua embotellada, se encuentra el principal y más observado: la basura. En Puerto Rico se recicla muy poco y se continúa con la tendencia global donde lo que se desecha ter-mina en los suelos, océanos y cuerpos de agua. Por ejemplo, en la Universidad de Puerto Rico Recin-to de Río Piedras podemos observar los contenedores de reciclaje llenos de material mixto (plástico, aluminio, basura regular, etc) o si no llenos a capacidad y pasan los días sin ser recogidos. Así mismo podemos observar material reciclable en el zafacón de basura regular. Este problema se agrava cuan-do no se tiene conciencia ambiental o cuando si se tiene por parte del individuo, pero el sistema no le permite reciclar inteligentemente. Esto es uno de los motivos por lo que reducir nuestro consumo es la mejor opción para evitar el impacto que tienen estos materiales hacia el ambiente. Adicionalmente, la producción de agua embotellada, continúa afectando al ambiente mediante el consumo de grandes cantidades de combustibles fósiles en el proceso de transportación y fabricación del producto. En el asunto del consumo y embotellamiento de agua, se pueden evaluar también temas éticos. Puesto que, dicho pro-ducto trae consigo un gran gasto de dinero de parte del con-sumidor y no es uno regulado constantemente como lo es el agua de la llave. Debido a esto, muchas personas pagan mucho por un producto de calidad cuestionable y por algo que es una necesidad básica humana. La ética tam-bién influye en el factor de la privatización y venta de los recursos acuáticos, ya que, muchas de estas compañías extraen agua de nuestros acuíferos a muy bajo costo y la llevan de vuelta a las personas quienes compran el pro-ducto a un valor elevado generando ganancias millonarias para las empresas. En Puerto Rico existen alrededor de 11 embotelladoras de agua, las cuales extraen el líquido de lugares

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como Trujillo Alto, Luquillo, Jayuya, entre otros.

Es a raíz de estas situaciones que muchas in-stituciones de educación superior alrededor del mundo han decidido tomar la iniciativa de eliminar o reducir el consumo de agua em-botellada dentro de sus recintos. Por varios años movimientos de estudiantes universi-tarios trabajaron extensamente para alcanzar estos logros en Estados Unidos, Canadá, Re-ino Unido y Australia. A esta lista se le unió recientemente la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, la cual a través de una campaña titulada “No más botellas” fue un ejemplo de liderazgo estudiantil al convertirse en la primera institución en Latinoamérica en alcanzar esta meta y comenzar el proce-so transitorio hacia cero agua embotellada.Los centros educativos que deciden reducir el uso de éste producto plástico, también of-recen alternativas para la hidratación que pueden aplicarse a muchos otros ambi-entes. Un enfoque principal, es resaltar el uso de termos entre la comunidad para que cada persona tenga su botella personal. Adi-cionalmente se ofrece educación sobre el tema, se provee la posibilidad de rellenar el termo de agua en establecimientos de ali-mentación y se lleva a cabo la instalación am-plia de fuentes de agua y estaciones de relleno que cumplen con los estándares de sa-lubridad. De esta forma se crean las condiciones para que haya disponibilidad y accesibilidad al agua para así poder satisfacer la necesidad de toda la comunidad universitaria.

En adición al agua embotellada, universidades alrededor del mundo también aplican otros ejemplos como el utilizar platos y cubiertos reusables o compostables, eliminar las tazas de sty-rofoam (material del cual están hechos los vasos en donde sirven el café para la venta), exhor-tar a la gente a llevar su propia taza y ofrecer cursos y educación extensa sobre la importancia de reducir aquello que consumimos. Más allá de estos ejemplos institucionales, también es po-sible aplicar y expandir los esfuerzos de varias ciudades al eliminar las bolsas plásticas y mo-tivar a más supermercados a vender productos sin empaques. Movimientos que impulsan éstas medidas se han comenzado a observar en Alemania y Chile. Esta iniciativa como política pública se ha llevado a cabo en países de África como Eritrea, Somalia, Zanzíbar y Rwanda y en país-es de Asia como China, Bangladesh, Taiwán, Tailandia, Papua Nueva Guinea, Nepal, y Filipinas.

La reducción del uso de plásticos es muy necesaria para nuestro ambiente y es una meta accesible para alcanzar como grupos y como individuos. Es posible lograr una gran diferencia, ya sea creando una nueva iniciativa comunitaria, tomando la de-cisión personal de utilizar un termo, no usando sorbetos y utilizando bolsas de tela. Los ejemplos de reducción se encuentran presentes alrededor del mundo. Tenemos en nues-tras manos la posibilidad de hacer un cambio real por nuestra salud y por la naturaleza.

Todas las fotos fueron sumisnistradas por las autoras

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¿Pero tú estás loca? ¡Eso ahí es bien malo! ¡No te acerques! ¡¿Pero tú eres anormal?! ¡No le hables a esa gente rara! ¡Te puedes meter en problemas! Así tradicionalmente la gente re-acciona cuando nos acercamos ante lo descono-cido o ante lo que no es del todo cómodo y agradable a simple vista. Como si evadiéramos una realidad. No me gusta evadir. Me gusta cues-tionar. Me gusta enfrentar. Me gusta corromper con lo que tradicionalmente la gente cree, dice y piensa; me gusta romper prejuicios. Cuando me topo con situaciones como éstas, siento una adrenalina inexplicable que me fuerza a crear una necesidad de establecer mi propia perspec-tiva de las cosas. Así que, para hacer esto, me armo de valor (ya que implica echar a un lado mi timidez, hecharme a un lado a mí misma y romp-er con cosas con las que yo creía o con las que fui educada desde niña), me pongo en mi papel de presentá y lo averiguo todo. Detalle a detalle. Es un proceso desesperante pero hermoso. ¿Qué si uno duda de hacerlo por miedos? ¡Pues claro!

Es como un reto a mí misma. Cuando lo hago, siento que crezco como persona, que me educo, que me hace feliz y sobretodo, que me hace libre. ¿Lo más impactante de todo? Que la mayoría de las cosas no pasan por lo que la gente cree, que la mayoría de las personas no son como la gente piensa y que la mayoría de los lugares tampoco lo son.

Así me pasó la primera vez que entré a la comunidad de La Perla. Entré sola y bien chamaquita, durante mis primeros jangueos en las primeras noches de galería. Entré sola, como cuando acostumbro cada vez que voy a romper con un prejuicio; para irónicamente luego de aprender, encontrarme conmigo misma. ¿Que por qué hago esto? Porque una vez rompo con los mitos, con los prejuicios y con el patrón que establece la sociedad siento otra necesidad: la necesidad de educar a la gente. Pero no sólo me limito a educar, si no que invito a que lo vivan, a que pasen su propia experiencia, a que vean las cosas de otra manera y a que cambien su forma

Foto tomada por Joseph Geigel

Por Nelmari Escudero18°28’07.76” N 66°06’58.01” W

¡Por

ahí no

!

Por Nelmari Escudero 18°28’07.76” N 66

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de pensar. Esto sin duda es una herramienta necesaria para lograr uno de mis propósitos: cambiar la realidad de nuestro país.

En todo esto pensaba mientras daba aquel recorrido interesante que si no hubiese sido en grupo, hubiese sido muy difícil hacerlo. Comenza-mos el mismo desde nuestras raíces, la UPR; región e s t u d i a n t i l . Nuestra zona de confort. Lu-ego de cruzar el puente de la Avenida Piñero, caímos en la zona médica. Rodeada de bancos de sangre, ofici-nas médicas y lugares de comida rápida. Toda actividad que tenía lugar allí tenía cierta relación con el hospital Auxilio Mutuo. Si-guiendo el recorrido, me di cuenta que cambia-mos de zona cuando estaba rodeada de oficinas de abogados, la Asociación de Maestros y el edi-ficio del Sistema de Retiros. Estábamos ya en la zona gubernamental. Todo estaba vacío. Aban-donado. Se percibía decaído. Si lo traducimos a lo político, es lo que exactamente está pasando en nuestro país. Es curioso el hecho de que la zona gubernamental esté justamente al lado de la zona bancaria. Es como un junte representa-tivo de todo el daño que ambos sectores le han hecho al país. De cómo la banca y los grandes in-tereses se han aprovechado constantemente de nuestros recursos y de cómo los políticos los han vendido para llenarse los bolsillos. Irónicamente esta zona bancaria representa para mí la reafir-mación de la puertorriqueñidad. No sólo por las manifestaciones que allí han ocurrido; si no por las cosas que allí han sucedido a través de la his-toria. Después de leer aquel pequeño letrero, que se encontraba en un cruce peligroso en medio de la avenida, me di cuenta de cuán importante es esta zona para la historia de Puerto Rico. Más allá de las malas decisiones financieras, el nom-bre de Hato Rey representa “el camino del Rey” y precisamente éste era el camino que el rey uti-lizaba para llegar hacia San Juan. Antiguamente

era un camino de hacendados y manglares. Recorriendo este camino, llegamos al puente del Caño Martín Peña. Lo que muchos no saben es que en este puente se desató una batalla muy im-portante: fue allí donde le ganamos a los ingleses y fue allí, donde a raíz de esa batalla, surgió un

gran sentido de pertenencia y comenzamos a llamar-

nos puertorriqueños y puertorriqueñas.

L a m e n t a b l e -mente esto está olvidado. Como mismo ten-emos olvidado

a las comuni-dades que lo ro-

dean. Sí, porque cuando nos referimos

al Caño, es precisamente ahí donde decimos: “¡Uy, por ahí

no!”, y entablamos prejuicios y como la mayoría de la gente, lo seguimos de largo. Ya cruzando el puente, vi más densidad poblacional que en las regiones anteriores. Habíamos entrado en la zona de Santurce. En esta zona, tocamos un tema muy interesante: la prostitución. Baluarte de la economía subterránea. Pero más interesante fue notar cómo los humanos hasta la regionaliza-mos. Si queremos encontrar una transexual, nos vamos para una calle en específico; si queremos encontrarnos con una jovencita, pero mujer desde el nacimiento, nos vamos para otra calle y así seguimos. Este es otro de los sectores por los cuales pasamos de largo y decimos “por ahí no” sin saber que por más absurdo, innecesario o

Foto tomada por Robin Torres

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inmoral que nos parezca, cada persona tiene su motivo y su historia del por qué estar allí. Cruza-mos Miramar. Lo fui notando porque el camino se fue elitizando. Seguimos hasta el Puente Dos Hermanos. Visitamos San Jerónimo (muchos recuerdos de lucha vinieron a mi mente en ese momento); pasamos el Escambrón y subimos aquella infernal cuesta. Obvié el Capitolio; no me interesa brindarle importancia a quienes a la hora de la verdad no hacen nada para el benefi-cio de nuestro país. Subimos la Norzagaray y lle-gando al Castillo San Cristóbal, me dije: “¡Por fin estamos llegando a uno de mis lugares favoritos en Puerto Rico! ¡La Perla!”.

¡La Perla! Comunidad de bella historia y de mucha lucha. Cuna de prejuicios de muchos puertorriqueños y puertorriqueñas. El “¡Por ahí no!” de mucha gente. Comunidad que no me vió crecer, pero que me hizo crecer. Fuimos hasta la Garita del Diablo y caminando por esas calles recordé que fue allí donde di mis primeros pa-sos en trabajos comunitarios. Actividades como el Festival de Coco de Oro y la Jornada Eco- De-

portiva fueron mi escuela. Visitar a mi hermana y amiga Lauritza, compartir con mi pana Larregui (uno de los mejores artistas plásticos de Puerto Rico), vacilar con Carlos el mecánico y conocer y compartir allí con gente con la cual hoy en día todavía mantengo lazos fuertes, son momentos invaluables. Pasamos por el Bowl de La Perla y vi el mural dedicado a mi pana Luiggi; quien murió por cáncer. Bajamos por el malecón hasta el ce-menterio. Allí descansan muchos próceres. De vez en cuando, cuando quiero aprender cosas nuevas de la historia de Puerto Rico, me meto allí sin importar si es de día o de noche y nue-vamente, me pongo en mi papel de presentá. Es una experiencia enriquecedora. Pienso que de mejor forma no pudimos haber terminado el recorrido: cerca de la tumba de Lolita Lebrón y frente a la tumba de Don Pedro Albizu Cam-pos. Considero que en cuanto a los prejuicios se refiere, lo único que nos queda recordar de sus sabias palabras es que: “El triunfo de puertor-riqueños sobre puertorriqueños es la derrota de la patria”.

Foto tomada por Joseph Géigel

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¿Sabías que...

El ave nacional de Cuba es el tocororo (Priotelus temnurus). Además de ser endémico, su plumaje es rojo, azul y blanco al igual que la bandera cubana?

Tomada por Jeffrey Carrasquillo

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Siembra de nubes en Puerto Rico

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¿Soluc

ión via

ble?

Por Colectivo Puertorriqueño de Geografía

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Por su localización en el trópico, en Puerto Rico no se observan grandes diferencias entre las estaciones del tiempo. Se puede decir que nuestro verano es caluroso y en el invierno refresca un poco. No son cambios drásticos, pero estas fluctuaciones sí tienen efecto en el clima. Según nos explica el climatólogo y también profesor de la UPR de Río Piedras Amílcar Vélez, la temporada seca en Puerto Rico es el invierno, ya que hay una merma en la precipitación, pero al haber menos calor hay menos evaporación por lo que no se pierde tanta agua. En cambio, en verano el calor es mayor, hay más evaporación y más agotamiento del agua y si a eso le sumamos que está lloviendo menos, el resultado es la sequía por la que estamos pasando hoy día. La National Oceanic & Atmospheric Administration (NOAA) define el término sequía como la “deficiencia en precipitación en un perio-do extendido, usualmente una estación del año, resultando en escasez de agua causando impactos adversos en la vegetación, animales, y/o personas” (NOAA, 2008). Wilhite y Glantz en el 1985 iden-tificaron tres tipos de sequías: la hidrológica, la meteorológica y la agrícola. A grandes rasgos, la sequía hidrológica se refiere a una merma en el caudal o volumen de las aguas superficiales, la me-teorológica se refiere a una disminución en la precipitación y la agrícola ocurre “cuando no hay su-ficiente humedad en el suelo para permitir el desarrollo de un determinado cultivo” (Valiente, 2001).

Según Vélez el origen de la sequía por la que estamos pasando es hidrológico, causado princi-palmente por la mala gestión del agua en la Isla, pero al registrarse una notable disminución en la precipitación pasó a ser una sequía meteorológica (o climatológica). Algunos factores climáticos que afectan la sequía en Puerto Rico según Vélez son: el clima tropical, el fenómeno del anticiclón (área de alta presión atmosférica) y las cuencas hidrográficas estrechas (la mayor de todas las cuencas en la Isla es la del río grande de Loíza y en su punto más ancho tiene una distancia aproximada de tan sólo 20km). La sequía ha sido tan extrema en este año que el bosque lluvioso El Yunque, el lugar con la mayor cantidad de precipitación en Puerto Rico, tiene un déficit de 20 pulgadas de lluvia. A nivel mundial la NOAA ha registrado al mes de julio 2015 como el decimocuarto más húmedo durante el periodo de 1895-2015. Por otro lado, el hidrólogo Gregory Collins en el foro Sequía en Puerto Rico: Causas y posibles soluciones, al comparar la sequía del 2015 con la sequía del 1967-68 argumenta que ambas sequías son similares, ya que afectaron sólo la zona metropolitana. Esta sequía alcanzó un nivel en el cual fue necesario implantar un racionamiento que duró 18 meses, ya que no hubo

Tomada por Leidymee Medina

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eventos de lluvia significativos. Ese es uno de los mayores retos que enfrenta Puerto Rico, el mal manejo del agua nos lleva a repetir nuestra historia una y otra vez. La famosa sequía de 1994 fue diferente, de-bido a que ésta afectó a toda la Isla. Luego de esta sequía se creó el conocido “Su-peracueducto”, el cual suple agua desde Utuado a algunos municipios del norte y la zona metropolitana. Según explica Vé-lez, actualmente este supertubo envía 100 millones de galones de agua para la zona metropolitana de los cuales 80 se utilizan en San Juan. El problema de los salideros a lo largo de esta construcción genera un gran desperdicio de agua que es crucial en tiempos de sequía. Según Collins la Au-toridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) no tiene la capacidad para reparar filtraciones por lo que se imposibilita el máximo uso del preciado recurso. Para el mes de agosto los únicos dos municipios que no se encontraban en ningún tipo de sequía fueron Adjuntas y Las Marías, el resto del país se encontraba en distintos grados de sequía. Debido al descenso de los niveles de los embalses de Carraízo y La Plata, la Autoridad de Acueductos y Al-cantarillados estableció un plan de racio-namiento que afectó a los municipios de San Juan, Carolina, Trujillo Alto, Guayna-bo, Canóvanas, Gurabo, Loiza, Bayamón, Cataño, Toa Alta, Toa Baja, Naranjito, Do-rado, Vega Alta, Corozal, Luquillo, Jun-cos, y Río Grande. También por la sequía que afecta a la parte sur de Puerto Rico, el municipio de Salinas se encuen-tra bajo racionamiento. (AAA, ac-cedido en septiembre, 2015). Recientemente se ha generado toda una controversia por el método que ha utilizado el gobierno desde julio 2015 para atacar la sequía: la “siembra de nubes”. Comencemos por explicar algo en lo que todos los entrevistados coinciden, el té-rmino “siembra de nubes” es incorrec-to. Según el biólogo y profesor de la UPR de Mayagüez Arturo Massol, el término correcto es “manipulación climática”. Por

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otro lado, Amílcar Vélez plantea que el término correcto es “estimulación”, ya que se necesita una nube para generar la lluvia y no se trata realmente de crear una nube de la nada. Además, nos in-forma que este proceso consiste básicamente en inducir con hielo seco, cloruro de sodio o yoduro de plata a una nube que tiene la capacidad de captar agua. Los factores que se necesitan para estimular las nubes son: aire ascendente, humedad y formación de nubes con potencial de pre-cipitación. Existe mucha incertidumbre respecto a la efectividad de este método. Vélez explica que existe base científica que evidencia cómo este proceso actúa sobre la microfísica de la nube, pero no existe suficiente base científica sobre los resultados. ¿Realmente genera la precipitación deseada? La incertidumbre sobre el tema de la siembra de nubes crece, ya que no existe suficiente base científica que certifique los resultados. Los primeros ensayos fueron entre el 1946 y 1947 y tuvieron lugar mayormente en latitudes medias y altas, donde se aplicaron procedimientos de estimulación en nubes frías continentales. Lugares como Estados Unidos, Rusia, Australia, Chile y México han realizado diversos experimentos de estimulación. Vélez argumenta que en este último país, se han realizado investigaciones al respecto y no han sido igual de exitosas como en las latitudes altas. En el 2012 se realizó un monitoreo en las estaciones meteorológicas y se encontró que no hubo cambios significativos en los patrones de precipitación. En 1978 se realizó un estudio en el área de la cuenca Nazas en la región de la Caguna en México y se encontró que los niveles de los embalses aumentaron gracias a la estimulación de las nubes. Supuestamente ha habido prácticas exitosas pero no hay récord científico publicado en revistas internacionales para apoyarlo. Rafael Méndez, climatólogo y profe-sor en la UPR Carolina explica que en el Caribe no ha habido experimentos sobre la estimulación de nubes, sí han habido varias incursiones, pero no como experimento científico. En términos científi-cos, no hay evidencia en el Caribe de la productividad del método en cuestión. Según el climatólogo, en Puerto Rico se ha utilizado la estimulación de nubes en la década del 70, en la del 80 y actualmente. Además de lo ya mencionado, otra de las preocupaciones que genera la estimulación de nubes son los posibles efectos de los químicos que se utilizan para generar la lluvia. Como mencionamos anteriormente, para estimular las nubes se utiliza el hielo seco, el cloruro de sodio o el yoduro de plata. La compañía encargada de llevar a cabo este proceso en Puerto Rico es la Seeding Operations & Atmospheric Research (SOAR) la cual utiliza el yoduro de plata y el cloruro de sodio para inyectar

Tomada por Jeffrey Carrasquillo

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las nubes. Al igual que los resultados de la estimulación, los efectos de estos químicos al ambiente y la salud de los humanos son inciertos. Según Massol “en nada contribuye a la dieta de una planta, a la fisiología de un ser humano exponerse a yoduro de plata. Hay quienes dicen que puede causar mortandad en peces pequeños, otros dicen que las concentraciones son tan diluidas que no habría consecuencias.” Por otro lado, Olga Mayol, química atmosférica de la Facultad de Ciencias Naturales de la UPR Río Piedras, expone que según lo que ella ha investigado sobre el tema, el yoduro de plata no es nocivo, ya que es insoluble en agua. Además las cantidades que se utilizan son mínimas y en estudios realizados en cuerpos de agua donde ha habido precipitación generada por este proceso, se han medido los niveles de yoduro de plata y éstos han sido muy bajos. Así mismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que no es nocivo a la salud del ser humano. Por otro lado, el cloru-ro de sodio se ha estudiado menos, pero Mayol explica que tampoco es nocivo, ya que es un material que se utiliza para diversos propósitos y no genera efectos negativos si es utilizado moderadamente.

Otro aspecto controversial de este método es el costo del proyecto. Según los periódicos prin-cipales del país (El Nuevo Día, Primera Hora y el Vocero) el costo operacional de la compañía SOAR es de $66,500 mensuales por un contrato de 3 meses, pero el Vocero informa que la AAA considera extender el proyecto 3 meses más de ser necesario. A esto se le suma el precio de combustible y ben-galas el cual ronda entre $116,000 dependiendo de los vuelos que se realicen. En el ámbito internacio-nal E. Linacre and B. Geerts (1998) en el artículo Cloud Seeding argumentan que en 1994 se realizó un proyecto de estimulación de nubes en Tasmania (estado de Australia) el cual rondó entre los $645,000. Para solucionar el problema de la sequía y evitar el racionamiento en Puerto Rico, todas las fuentes consultadas coinciden en que es necesario fomentar un mejor manejo del agua. La gestión del agua incluye mejorar la infraestructura (arreglar salideros), dragar correctamente y a tiempo los embalses y mediante reforestación captar el sedimento para evitar la concentración de éste en los embalses. Así mismo tenemos que pensar a largo plazo, planificar mejor y mejorar la conectividad entre embalses. Otros argumentan que la sequía actual se minimiza con el uso de pozos para que así los acuíferos se mantengan llenos. Méndez argumenta que el racionamiento actual no funciona. Explica que el gobierno debió haber comenzado a disminuir la presión del agua desde hace mucho tiempo en vez de racionar, esto se debió haber llevado a cabo en conjunto con una buena campaña de educación para que las personas entiendan el valor del agua. Otras soluciones son: creación de políticas públicas, mejorar la captación de agua de lluvia, reducir tasa de extracción de Carraízo y La Plata y crear pozos en reserva que trabajen cuando el embalse comience a bajar su nivel.

¿Sabías que...en la sequía de 1994 fue posible ver la Capilla Sagrado Corazón que usualmente está sumergida en las aguas del Lago Caonillas en Utuado?

1936 1994Tomada de www.beto.net/archivo3.htm Tomada de www.sandraenriquezseiders.com/Trabajos/Utuado/lagocaonillas.html

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