Escuela Pública y Educación Popular

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  Paulo reiré Brasil Si, jo  -  í 5 T m *í'É  1 1 _  * -f*t\ m m l   .•*•. •Sí? '  ¿ í'rl í¿ ¡  l í j  Afe ;. Paulo  Freiré  escribió  y discutió e n  Brasil  éste artículo  cuyos  fragmentos  principales presentamos  a  nuestros  lectores.  Ésta directtímenté asociado  a l  teína  que nos preocupa e n  este  numero  de la  revista el de la  relación  entre  l a  educación  popular  y la  educación  oficial.  . . .  -  <  Es una  reflexión  político  pedagógica  sobre  eUtemáy  u n a  incitación  a  la  pmfimdización  de l  mismo. S i  a  fuera estaríamos honrando  a l  maestro  cuya  ausencia  definitiva es una  realidad.  practicaeducativa ste  enunciado propone  una.  reflexión  en torno a la  rel ación entre educación pública  y educación  popular.  Nppropoioe-un-pensar aisladamente  sobre  telJucjciórj^ublica^  eri  misma  ni  tampoco sobre  la  ^educación popular?,  sino sobre  cada  una en relación coTTKfcítra.  _ _ En  el  fondo,  el  .enunciado lleva  jmmHcIta^una indagación  qu e  podría  hacerse explícita  asi:  ¿E s  posi- ble  hacer  educación popular  en la red  pública?  O por el  contrario afirmando:  la  educación popular solo puede  realizarse  en el espacio.de la  informalidad,  en la  practica  político-pedagógica  fuera  de la  escuela,  en el  interior  de los  movimientos populares.  Mi  punto  de partida  par a responde r  a  estas indagaciones  es la  com- prensión  critica de la  practica  educativa,  sobre.la  qu e un a  vez mas voy a  hablar  un  poco.  No hay  practica educativa ni por lo demás ninguna practica, que escape  de los  limites.  Limites  ideológicos, episte- mológicos,  políticos,  económicos,  culturales.  Creo que la  mejor  afirmación  para  definir  el  alcance  de la  practi- ca  educativa  frente  a los  limites  a que se  somete  es la siguiente:  aunque  no lo  pueda  todo,  la  practica  educa- tiva  puede  algo. ..^Esa  afirmación  rechaza,  por un  lado,  el  opti- mismo  ingenuo  que ve en la educación  .l a  llave de las transformaciones  sociales,  la  solución para todos  los problemas. Por el o tro, e l pesimismo igualmente fcnfi- cg  yifHecaiiicisjtajde  acuerdo  con el  cual  la  educación  en cuanto superestructura, solo puede algo  después  de las  transformaciones  in  fraes  tructurales.  Eljigotamien- to  de estas ingenuidades,  ambas  pñtidialéc ticai  termi- naría  por  plantear  su  superaciónTñTIá~rTé]picion  pura de la  educación,  subordinada siempre  a la  infraestruc- tura productiva,  ni  tampoco  su  iOjnnr£ptéT[aá^   La visión  mecanicista  de la  historia que  guarda  en sí la certeza  de que el  futuro  esjmgxoTlbTli  de que el  futuro viene como  está  dicho  que  vendrá, nie ga todo poder  a la  educación  antes de la transformación de las  condi- cione s materiales  de la  sociedad.  D el  mismo mod o  que niega toda importancia  mayor  a la  subjetividad  en la historia.  ontra  la  corriente Uno de los  equívocos  de los que  exageraron  e n el  reconocimiento  del papel  de la  educación como reproductora  de la  ideología  dominante  fue  que, atra- pados  en la  explicación  mecanicista  de la  historia,  no percibieron  que Ja  subjetividad desempeña  un  papel importante  en la  lucha.histórica.  N o  reconocieron  que como  seres  condicionados, programados para  apren- der no  somos  sin embargo^ej^s^determinados. La tarea  que nos  cabe  a los  progresista^  es  esa,  y no cruzarnos  de  brazos  en  actiFuoTafalSfa.  Si la  repro- ducción  ide oló gica dominante imp lica f undamental- mente  la  ocultación  de  verdades/  la  distorsión  de la razón  de ser de  hechos que, explicados,  revelados  o desvelados  trabajaría  en  contra  de los  intereses domi- nantes,  la  tarea  de las  educadoras  y los  educadores  ..  »>-  «»  -.—.—-•«.

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Paulo Freiré escribió y discutió, en B r a s i l éste,artículo cuyos fragmentos principalespresentamos a nuestros lectores. Ésta,dire cttímenté asociado a l teína que nos preocupa

en este numero de la revista , el de la relación entre la educación popular y la educación oficial.'•'.'•' •* ' '. . . - < *

Es una reflexión políticopedagógica sobre eUtemáy una incitación a la pmfimdización del mismo.

Si a s í fuera, estar íamos honrando a l maest ro cuya ausencia definitiva, es una real idad.

L L a practica educativa;

ste enunciado propone una. reflexión en

torno a la relación entre educación pública yeducación popular. Nppropoioe-un-pensaraisladamente sobre telJucjciórj^ublica^ erisí misma ni tampoco sobre la ^educaciónpopular?, sino sobre cada una en relacióncoTTKfcítra. _ _

En el fondo, el .enunciado lleva jmmHcIta^unaindagación que podría hacerse explícita asi: ¿Esposi-ble hacer educación popular en la red pública? O porel contrario afirmando: la educación popular solopuede realizarse en el espacio.de la informalidad, enla practica político-pedagógica fuera de la escuela, enel interior de los movimientos populares. Mipunto departida para responder a estas indagacioneses la com-prensión critica de la practica educativa, sobre.la que

un a vez mas voy a hablar un poco. No hay practicaeducativa, ni por lo demás ninguna practica, queescape de los limites. Limi t e s ideológicos, episte-mológicos, políticos, económicos, culturales. Creo quela mejor afirmación para def in i r el alcancede la practi-ca educativa frente a los limites a que se somete es lasiguiente:aunque no lo p u e d a todo, la practica educa-tiva puede algo.

..̂ Esa afirmación rechaza, por un lado, el opti-mismo ingenuo que ve en la educación .la llave de lastransformaciones sociales, la solución para todos losproblemas. Por el otro, el pesimismo igualmente fcnfi-cg yifHecaiiicisjtajde acuerdocon el cual la educación encuanto" superestructura, solo puede algo después de

las transformaciones infraes tructurales. Eljigotamien-

to de estas ingenuidades, a m b a s pñtidialécticai termi-naría por plantear su superaciónTñTIá~rTé]picion purade la educación, subordinada s iempre a la infraestruc-tura productiva, ni tampoco su iOjnnr£ptéT[aá^ • Lavisión mecanicista de la historia, que guarda en sí lacerteza de que el fu tu ro esjmgxoTlbTli de que el futuroviene como está dicho que vendrá, niega todo poder ala educación antes de la transformación de las condi-ciones materiales de la sociedad. Delmismo modo queniega toda importancia m a y o r a la subjetividad en lahistoria.

Contra la corriente

Uno de los equívocos de los que exageraron en

el reconocimiento del papel de la educación comoreproductora de la ideo logía dominantefue que, atra-pados en la explicación mecanicista de la historia, nopercibieron que Ja subjetividad desempeña un papelimportante en la lucha.histórica. No reconocieron quecomo seres condicionados, "programados para apren-der" no somos sin embargo^ej^s^determinados. Latarea que nos cabe a los progresista^ es esa, y nocruzarnos de brazos en actiFuoTafalSfa. Si la repro-ducción ideológica dominante implica fundamental-mente la ocultación de verdades/ la distorsión de larazón de ser de hechos que, explicados, revelados odesvelados trabajaría en c on t r a de los intereses domi-nantes, la tarea de las educadoras y los educadores

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paraprogresistas esdesocultar verdades, jamas mentir.

De hecho la -desocultación- no es tarea rlos educadores al serviciodel sistema-

Evidentemente, en una sociedad de clasescomo lanuestra, esmuchomas difícil trabajar en favorde la -desocultacíón- lo que es nadar contra lacorriente, que trabajar -ocultando- lo que es nadar enfavor de la corriente. Esdifícil, pero posible.

Educación popular para leerla realidad

A ésta altura de la reflexiónme parece impor-tante dejar claro que la educación popular- cuy_a_pj¿as-ta_erj_p_nactica, en términos amplios, profundos y radi-cales, en una sociedad declases,seconstituye comounnadar contra la corriente-, esprecisámentela qüiTsüs-tiñüvamente democrática, jamas separa de la enseñan-za de los contenidos el desvelamiento de la realidad.Es ¡a que estimula lapresencia organizada de las clasessociales populares en la Jucha en favor de las transfor-maciones democráticas de 4

la sociedad, -enel sentido dela superación de las injusti-cias sociales. Es la que

«/respeta a los educandoscualquiera que sea su posi-ción declase, y por eso tomaseriamente enconsideraciónsu saber hecho de experien-cia, a partir del cual trabajaelconocimientocon rigor deaproximación a los objetos.Es la que trabaja incansable-mente por la buena calidadde la enseñanza, la que seesfuerza por znejorar losíndices de aprobación medí-ante un riguroso trabajo

• docente y no con flojerasasistencialistas-, es la quecapacita científicamentea sus profesoras a la luz de losrecientes descubrimientos en materia de adquisición

• de lenguaje,de la enseñanza de la escritura y la lectura.Formación científica y claridad política que las edu-cadoras y los educadores necesitan para superardesvíos que, si no son experimentados por la mayoría,se encuentran presentes en una minora significativa.Corno por ejemplo la ilusión de que los índices de losreprobados revelan cierto rigor_ necesario del edu-cador;comopor ejemplcíVafacinaj'en losprimeros díasdel curso que tales o cuaTélfaluTñnos serán reprobados,como si los profesores fueran además -videntes-.

Es la que, en lugar de negar la importancia dela presencia de los padres, de la comunidad,' de losmovimientos populares en la escuela, se aproxima aesas fuerzasy aprende conellas para poder enseñarlestambién. Es la que entiende la escuela como un centroabierto a la comunidad y no como un espacio cerrado,atrancado con siete llaves, objeto del ansia posesiva deldirector o la directora, que quisieran tener -su escuela-virgen de la presencia amenazadora de extraños. Es laque supera los prejuicios de raza, de clase y de sexo yse racíicaliza en la defensa de la sustantividaddemocrática. Por eso rfmgnajpor una crecientedemocratización de las feTáoones que se traban entrela escuela y el mundo fuera de ella. Es la que no con-sidera suficiente cambiar tan solo las relaciones entrela profesora y los educandos, suavizándolas, sino que

Silvia Lungo

al criticar y tratar de ir mas allá de las tradicionesautoritarias de la -escuela vieja- critican tambiénlanat-uraleza autoritaria y explotadora del capitalismo. Y alrealizarse así, como practica eminentemente política,tan política como la que oculta-, no convierte sinembargo la escuela donde se procesa en" sindicato opartido. Es que los conflictos sociales, el juego deintereses, las contradicciones que se dan en elcuerpode la sociedad,se reflejan necesariamente en el espaciode las escuelas. Y no podía dejar de ser así. L a s :escuelas y la practica educativa que se da en ellas no ;

podrían estar inmunes a lo que ocurre en las calles del •mundo. . ¡

Educación popular y neutralidad educativa

Sin embargo, desde el punto de vista de losintereses dominantes es fundamental defender unapractica educativa neutra, que se contente con la pura ,<enseñanza, si es que eso existe, o conlapura trans-

misión ^sepTIca/ de con-tenidos, como si fuera posi-ble, por ejemplo, hablar de ¡

la "hinchazón" de los cen- ;

tros urbanos brasileños sindiscutir la reforma agrariayla oposición a ella por lasfuerzas retrogradas delpaís. Como si fuera posibleenseñar no importa quélavándose la manos, conindiferencia, ante el cuadrode la miseria y la aflicciónaque se halla sometida lamayoría de nuestrapoblación.

La educaciónpopulara la que me refiero, es la quereconoce la presencia de lasclases populares como un -

sine queno:para la practica realmente democráticade *la escuela publica progresista en la medida en queposibilita el necesario aprendizaje de esapractica.

' Contra el reduccionismoeducativo

Para finalizar, quisiera subrayar un equivoco:el de los que consideran que la buena -educaciónpopular- de hoy es la que, preocupada por el desve-lamiento de los fenómenos, por la razón de ser de loshechos, reduce lapractica educativa a la pura enseñan-za de los contenidos, entendida esta comoel acto de -cubrir- la cognoscitividad de los educandos. Esteequivoco es tan carente de tdialéctica}como su con-

trario: el que reduce la practicTecTücativa a puro ejer^ciclo ideológico. Es típico d^_cieríQjlisci:.irsof:íeSíber-a§también llamado a vecespósmqdjrnQ}pero de unaposmodemídad reaccionariar^paraTa cual lo queimporta es la enseñanza puramente técnica, la trans-misión de un conjunto x- de conocimientos necesariosa las clases populares para su supervivencia. Mas queuna postura políticamente conservadora, es esta unapolítica epistemológicamente insostenible y queademás agrede la naturaleza misma del ser humano,"programado para aprender", algo mas serio y masprofundo que adiestrarse.

Paulo Freiré \ Pablo

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