ESCUELA DE PARTICIPACION CULTURAL CON ÉNFASIS EN …
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ESCUELA DE PARTICIPACION CULTURAL CON ÉNFASIS EN MEDIOS
AUDIOVISUALES EN EL BARRIO POTOSÌ, CIUDAD BOLIVAR
AUTOR
Jacob Suárez Gámez
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE ARQUITECTURA Y DISEÑO
CARRERA DE ARQUITECTURA
Bogotá D.C.
2017
ESCUELA DE PARTICIPACIÓN CULTURAL CON ÉNFASIS EN MEDIOS
AUDIOVISUALES, EN EL BARRIO POTOSÍ, CIUDAD BOLIVAR
AUTOR
Jacob Suárez Gámez
Presentado para optar al título de Arquitecto
DIRECTOR
Sandra Liliana Caquimbo Salazar
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE ARQUITECTURA Y DISEÑO
CARRERA DE ARQUITECTURA
Bogotá D.C.
2017
Artículo 23 de la Resolución N° 13 de Julio de 1946.
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus
trabajos de tesis. Solo velará por qué no se publique nada contrario al dogma y a la moral
católica y por qué las tesis no contengan ataques personales contra persona alguna, antes bien
se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco la culminación de este trabajo de grado:
A mi familia por estar presente en aquellos momentos de dificultad y apuro
A mi directora Arq. Sandra Liliana Caquimbo Salazar por haberme dado la confianza y el apoyo
necesario para desarrollar mi proyecto y por enseñarme valiosos conocimientos para mi
formación como arquitecto y persona.
Tabla de contenido
1. Descripción del Problema
2. Marco Conceptual
3. Justificación
4. Alcance
5. Objetivos
5.1 General
5.2 Específicos
6. Análisis
7. Propuesta
7.1 Criterios de diseño e implantación
7.2 Objeto Arquitectónico
8. Referencias Bibliográficas
9. Anexos
1. Descripción del Problema
La producción informal del hábitat en Bogotá es un fenómeno que ha tenido y sigue
teniendo relevancia en el desarrollo físico de la ciudad. El mercado informal del suelo,
la falta de intervención estatal exitosa y la necesidad de una población migrante por
acceder a condiciones básicas de habitabilidad (vivienda, servicios domiciliarios) son
evidencias claras del por qué este fenómeno continúa vigente y seguirá presente como
forma de producción urbana si no se modifican las políticas de vivienda actuales para
los sectores marginados de la población.
La aproximación al hábitat informal como objeto de estudio requiere formular
preguntas acordes con las actuaciones urbanas implícitas en su proceso: 1. ¿Cómo ha
sido el crecimiento de los asentamientos de origen informal en la ciudad de Bogotá y
cómo han influido en su configuración?; 2. ¿Cuáles son las lógicas de los agentes que
participan en el mercado informal del suelo y la vivienda?; 3. ¿Cómo modifica el
paisaje urbano el desarrollo informal de la ciudad? Las respuestas a cada una de
estas preguntas se abordan cuantitativa y cualitativamente, a partir de datos
recolectados de fuentes secundarias.
Para aclarar la primera de ellas, en referencia a la magnitud, es decir en términos de
área, ¿cuánto de la ciudad Bogotá corresponde a producción de espacio urbano
informal? Según la base de datos del Departamento Administrativo Nacional de
Estadísticas, DANE, se encontró que alrededor del 24% del desarrollo urbano de la
ciudad es de origen informal, dicho de otro modo, de las 38.000 hectáreas de
superficie urbanizada en Bogotá, 8.036 ha se han generado de manera ilegal. Según
el artículo “Urbanización informal en Bogotá: agentes y lógicas de producción del
espacio urbano”(Camargo Sierra y Hurtado Tarazona, 2012), el crecimiento informal
en la ciudad de Bogotá permite identificar 3 piezas urbanas que de acuerdo con la
magnitud de producción del hábitat informal son: 1. Ciudad sur, compuesta por las
localidades de Ciudad Bolívar, Usme, Tunjuelito, Rafael Uribe Uribe y San Cristóbal;
cuenta con un total de 3.650 ha de desarrollo informal y su crecimiento variable se
asocia con la proximidad a la zona rural de Bogotá.2. Borde occidental, compuesto por
las localidades de Bosa, Kennedy, Engativá, Fontibón y Suba; cuenta con un total de
3.596 ha; y su crecimiento informal reproduce una especie de crecimiento por anillos
en torno a los centros históricos tradicionales. 3. Borde oriental, compuesto por las
localidades de Santafé, Usaquén, Chapinero y la suma de algunas otras; cuenta con
un área total de 789,18 ha de desarrollo informal; y en su mayoría esta última pieza
debe su producción espacial a la proximidad que tiene con el sistema orográfico de la
ciudad. (Ver Gráfico No. 1)
Grafico No. 1 Fuente: Elaboración Propia en base a la Revista INVI, Artículo, Urbanización Informal en Bogotá
Con respecto a las lógicas del mercado informal de suelo y vivienda, actualmente
Bogotá, especialmente en la pieza Ciudad Sur, es un ejemplo del fenómeno de
producción del hábitat informal y de su presencia en el desarrollo urbano de la ciudad.
Es un proceso que lleva tiempo para consolidarse y muchas veces es reflejo del
comportamiento de cada uno de los agentes que intervienen para que éste logre
desarrollarse. Son varios los agentes quienes participan en este mercado, el primero
de ellos conocido comúnmente como urbanizador pirata o loteador. Éste, representa la
oferta del suelo que él mismo genera, para lo cual en general y luego de acceder al
terreno, dispone de él de manera muy precaria, es decir, a través de una adecuación
mínima del hábitat: “delimita los terrenos dejando algunos espacios para vías y de ser
posible el acceso a algún servicio básico, y vende los terrenos a la población para que
autoconstruya”(Camargo Sierra y Hurtado Tarazona,2012:32). Así, suple la necesidad
del segundo agente, la demanda o consumidor de un producto inmobiliario. Gran
parte de la población que decide participar del mercado informal del suelo y la vivienda
se caracteriza por ser un sector de bajos ingresos, la mayoría de ellos con una
vinculación informal al trabajo y bajo nivel educativo.
En este escenario, una de las principales causas con las que se puede explicar el
problema de la informalidad urbana en la ciudad de Bogotá es el rol que asume el
Estado frente a la producción d viviendas de interés social para este sector de
población. Este rol subsidiario deja fuera hogares de gran vulnerabilidad
socioeconómica, quienes no tienen un nivel ni una estabilidad salarial que les permita
acceder a créditos hipotecarios con los cuales lograr el cierre financiero para cubrir el
costo de estas viviendas. Por esta razón, deciden participar en el descrito mercado
informal (urbanizaciones piratas), promocionado por urbanizadores ilegales que no
brindan condiciones mínimas de planificación, pero que resulta factible y rentables a la
hora de la comercialización. Normalmente, este tipo de urbanizaciones son
desarrolladas en los bordes de ciudad, presentando algún tipo de riesgo bien sea por
inundación o deslizamiento. Sumado a lo anterior, cuentan con deplorables
condiciones de hábitat en áreas no habilitadas, que como menciona la Secretaria de
Planeación (2010), acumulan factores de hacinamiento, deficiente calidad del suelo
ocupado, inexistente o insuficiente disposición de servicios públicos básicos, así como
carencia de infraestructura y equipamiento comunitario. Dicha situación genera
respuestas por parte del Estado, tales como intervenciones con planes de
mejoramiento barrial y titulación de las viviendas que constituyen estrategias de
consolidación del hábitat informal. La tabla No.1 muestra las hectáreas legalizadas por
la secretaria de Hábitat en la ciudad de Bogotá, y tal como lo muestra “las expectativas
de legalización son cada vez más cercanas, es decir, cada vez el tiempo transcurrido
entre el origen del barrio y su legalización es más corto”. (Alcaldía Mayor de Bogotá,
SDP, 2012: pág. 12)Así, entonces, se puede decir que el Estado o las entidades
estatales encargadas de formular intervenciones orientadas a lograr condiciones
dignas para habitar en la ciudad, se convierten en el tercer y último agente que
participa en el mercado informal del suelo y la vivienda.
Tabla No. 1. Legalización de barrios según número de hectáreas 1950 a 2011. Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, SDP, 2012
La manera en cómo actúan los tres agentes descritos, permite establecer un patrón en
la producción del hábitat informal. Se encuentra que en el hábitat informal primero se
da la parcelación, posteriormente la edificación -por autogestión- y finalmente -a través
de programas de mejoramiento barrial- se completa el proceso de urbanización. “El
proceso de urbanización previo que debería realizarse para generar condiciones
adecuadas de vida se convierte en una muy escasa adecuación del terreno, en la que
intervienen activamente los mismos compradores mediante procesos organizativos y
de autogestión.” (Camargo Sierra y Hurtado Tarazona, 2012:23).
Como se expuso anteriormente, el urbanizador pirata no busca generar condiciones
adecuadas para habitar sino por el contrario aprovechar el espacio para producir más
lotes en los que se pueda autoconstruir vivienda, lo que significa que la dotación
cualitativa de la vivienda está por debajo de los índices requeridos de habitabilidad. De
acuerdo con información del programa Bogotá Cómo Vamos (2016), cerca del 57% de
las viviendas de origen informal presentan déficit cualitativo y cuantitativo. Así mismo,
lo anterior explica porque cerca del 70% de los desarrollos informales tiene menos del
10% destinado para usos públicos, y por qué el 6% de la mayoría de los
asentamientos informales presenta alguna amenaza ambiental y el 33% algún tipo de
riesgo.
Considerando estas problemáticas, entre otras, y reconociendo que la pieza urbana
que mayor índice en producción del hábitat informal es Ciudad Sur, se encontró que
en ella la localidad de Ciudad Bolívar, con algunas excepciones en Usme, es la que
presenta mayores déficits relacionados con esta problemática, por lo que se elige
como lugar de análisis de los sistemas físico espacial y socio cultural. Ciudad Bolívar
es considerada como el sector más marginado y estigmatizado de la ciudad, según las
publicaciones e informes de calidad de vida del Concejo de Bogotá (2015) y el DANE
(2012). En ellos, esta localidad presenta 2.080 casos de violencia intrafamiliar, 29,3%
de su población se encuentra en condiciones de pobreza extrema, 2,0% de la
población en edad escolar deserta de colegios públicos y existen actualmente 7.194
ocupaciones ilegales pertenecientes a desarrollos informales. Los datos anteriores son
sólo una muestra de la exclusión física y efectiva que afecta a la población que habita
en esta localidad.
De acuerdo con lo anterior, se formula como pregunta problema para el análisis y el
desarrollo de la propuesta espacial que se quiere desarrollar: ¿Cómo plantear
soluciones físico-espaciales más coherentes con las problemáticas socio-culturales
particulares presentes en un territorio, a causa de las formas de exclusión?
2. Marco Conceptual
Las condiciones de urbanización, la magnitud en términos de crecimiento espacial, los
agentes involucrados en la economía informal del suelo y el espacio producido en el
hábitat informal, posibilitan hablar de tres condiciones generadas en estos sectores. La
primera de ellas, hace alusión al fenómeno localizado en la periferia de los cascos
urbanos donde se han ido formando áreas de asentamiento a través de los años, en
su mayoría por el desplazamiento de personas desde zonas rurales, y que son
conocidas como Cinturones de Miseria, o Barrios Subnormales.
Otra condición es la Vulnerabilidad, que corresponde a la probabilidad de que un
sujeto este expuesto a una amenaza natural (zonas de remoción en masa o
inundación), antrópica (relacionadas con el peligro generado por la actividad humana)
y/o socio natural (presenta un peligro asociado a la probable ocurrencia de fenómenos
físico-naturales cuya existencia es dada por la intervención directa del hombre), y que
como consecuencia sufra daños, pérdidas materiales o de la vida en el momento del
impacto del fenómeno, teniendo además dificultad en recuperarse de ella a corto,
mediano o largo plazo. Lo que significa que la vulnerabilidad se considera antes,
durante y después de ocurrido el evento (Chardón, 2010).
Las dos condiciones anteriores marcan la producción de un hábitat informal, pero es
La Marginalidad, aquella que permite entender las problemáticas ocasionadas en el
territorio. Según Alicia Valladares (2005), en su libro “Ciudades latinoamericanas:
modernización y pobreza”, la marginalidad ocasiona en los campesinos (reconocidos
como personas recientemente urbanizadas que migran a la ciudad) la falta de
adaptabilidad al modo de vida que la ciudad les ofrece, “lo cual genera su aislamiento,
que a su vez empieza a configurar un modo de vida basado en la desorganización
social” (Torres, 2007:28). Esto es algo que no resulta en total concordancia con los
modelos actuales de ciudad. Un ejemplo de ello puede observarse en Bogotá, que, al
no contar con una estructura fuerte en modelos de planeación y al no integrar
realmente a los sectores de población marginados a un modelo formal, ocasiona que
existan brechas notorias entre sus grupos poblacionales (desigualdad e inequidad).
Así mismo, y para lograr comprender desde una postura propia este término, se optó
por buscar en un sentido más amplio qué es la marginalidad. De acuerdo con la Real
Academia Española (RAE), ésta se define como “una situación de exclusión social de
una persona o colectividad, así como de la falta de relación de algo con la materia en
que se trata” (2013). A partir de las dos definiciones anteriores se construyó una
propia, que explica cómo se entiende la marginalidad en el contexto de este trabajo:
Un Fenómeno que hace alusión a los sectores de población segregados
en áreas no incorporadas al sistema de servicios urbanos,
extendiéndose a las condiciones de trabajo y a los niveles de vida de
este sector de la población.
Este fenómeno genera formas de exclusión e invisibilización de sectores de la
población desde un componente físico-espacial, es decir en su hábitat o territorio, y
desde un componente socio-cultural, es decir en las personas que habitan ese
territorio, entre otros componentes como los políticos y económicos, que para el caso
específico de este análisis no fueron considerados particularmente. Así, las formas de
exclusión e invisibilización resultaron ser el puente para conocer problemáticas
“puntuales” que se encuentran en el hábitat autoproducido. Dicho de otra manera,
desde los componentes físico-espacial y socio-cultural se logró identificar una serie de
problemas entre los cuales se escogieron aquellos que desde la arquitectura pudieran
ser resueltos, estos son: desarticulación con la trama formal de la ciudad, falta de
acceso vial, falta en dotación de servicios públicos domiciliarios, informalidad en las
conexiones domiciliarias, déficit cuantitativo y cualitativo de la vivienda, equipamiento
inadecuado o insuficiente, déficit de espacio público. Así mismo, existen muchos otros
que se identificaron al entender que la arquitectura puede contribuir a la solución de
los mismos como el mal manejo de los recursos naturales, analfabetismo, desempleo
de larga duración, pobreza, falta de acceso a la educación (cultura, arte), recreación y
salud, violencia intrafamiliar, consumo, microtráfico, deserción escolar, morbilidad y
mortalidad infantil; lo que permitiría dar una posterior solución espacial desde la
arquitectura.
3. JUSTIFICACIÓN
Una de las principales consecuencias generada por la producción informal de ciudad y
vivienda es la poca calidad de vida con la que cuentan los habitantes de estos
sectores, es decir, un hábitat que no surge desde procesos planificados de ciudad, que
no atiende adecuadamente necesidades de vivienda, servicios, infraestructura vial,
equipamientos comunitarios, etc. Por lo tanto, es necesario hacer de la arquitectura
una herramienta factible para mitigar y aminorar dichas consecuencias, en busca de
mejores condiciones de calidad de vida urbana para la población que habita estos
sectores urbanos.
En este sentido, y con interés personal en conocer y aportar a una mejor lectura del
sector informal en Bogotá, desarrollando una propuesta arquitectónica a partir de la
cual se logran conocer los procesos de organización de una comunidad estigmatizada
y marginalizada. Se espera favorecer una discusión sobre la evolución informal de las
ciudades como parte del proceso de urbanización de las mismas. Esta investigación,
se suma la vez, a la misión que tiene la Pontificia Universidad Javeriana de participar
en problemas que afecten la realidad actual del país desde una aproximación
académica. Así mismo, se espera que sea el primer paso de un camino profesional
orientado a temas que aporten al mejoramiento de la sociedad, con base en principios
de equidad e igualdad.
4. ALCANCE
Diseño de un equipamiento cultural enfocado en medios audiovisuales, que permita
afianzar la red existente de equipamientos culturales del Barrio Potosí e incrementar la
actividad cultural en su comunidad y su territorio.
5. OBJETIVOS
a. GENERAL Diseñar un equipamiento que permita empoderar
culturalmente, desde los medios audiovisuales, a la comunidad del
Barrio Potosí de la Localidad de Ciudad Bolívar, sobre todo a niños
y a jóvenes, para potenciar sus procesos creativos y transformar sus
imaginarios negativos sobre el territorio.
b. ESPECIFICOS
• Analizar y determinar las consecuencias que produce el fenómeno de la
marginalidad en los procesos de habitar el territorio de la comunidad del Barrio Potosí
• Conocer las visiones de los actores que han marcado los procesos de
organización de la comunidad del barrio Potosí: Ojo al Sancocho (colectivo de cine
comunitario), No le saque la piedra a la montaña (Escuela Ambiental), Airu Bain, La
escuela de rap;, así como las demandas físico-espaciales de estos procesos, como
método para establecer los requerimientos de diseño para el desarrollo del proyecto.
• Estudiar diferentes referentes espaciales, programáticos, ambientales y
normativos para el diseño de un equipamiento cultural, con enfoques dirigidos a la
educación no convencional
• Plantear un sistema de espacio público que apoye el diseño del objeto
arquitectónico, articulándose funcional y físicamente al sistema urbano del barrio, y
potenciando la estructura ecológica del mismo.
• Diseñar una escuela de participación cultural con énfasis en medios
audiovisuales, que permita que las actividades culturales y los procesos de
organización comunitarios logren desarrollarse en espacios especializados para su
uso.
6. ANÁLISIS
Para aproximarse a la pregunta problema es necesario detectar una pieza a escala
barrial que refleje las problemáticas socio-culturales y físico-espaciales anteriormente
nombradas, y conocer cuáles han sido las respuestas de ese hábitat para
solucionarlas. Por lo anterior, se escogió el Barrio Potosí ya que es allí donde se
evidencian estas problemáticas, pero además donde se materializa una búsqueda por
resolverlas. Y es que Potosí ha sido referencia de los procesos auto gestionados y de
organización de la comunidad que, por falta de programas de estatales para el
desarrollo de estos sectores de ciudad, buscan mejorar desde el barrio las condiciones
de su territorio.
Además, allí se encuentra uno de los referentes espaciales y de carácter simbólico
más fuerte del Barrio e incluso podría decirse de Ciudad Bolívar, el Instituto Cerros del
Sur (ICES).Esta Institución es un claro ejemplo de la organización de una comunidad,
dado que nació como un proceso de organización de la misma, pero además permite
que el resto de procesos se realicen allí, es decir presta los espacios para que
colectivos como No le saque la piedra a la montaña, Airu Bain, Ojo al Sancocho, y
muchos otros más puedan desarrollar sus actividades. El ICES nace como un proyecto
que ve la necesidad de interactuar con la comunidad para conocer los procesos de
organización de las personas, dado que, para la época, 1980, el sector apenas
empezaba a crecer, los promotores del proyecto consideraron que era un buen lugar
para acrecentar estos mismos procesos.
Como el colegio está ubicado en una zona informal, sabían que la educación tenía que
estar concebida desde lo popular y hacia la comunidad, que se refiere a enseñar a
niños y jóvenes desde los problemas de la comunidad y posteriormente con ellos
mismos plantear propuestas para solucionarlos. La noción de acompañar los procesos
de organización de la comunidad y de “no suplantar a la población en la
transformación de sus condiciones sociales” (Educación, Proyecto Escuela
Comunidad, Galindo Cortes, 2002) es propia de la educación popular, como una base
conceptual o marco de referencia propuesto: ESCUELA – COMUNIDAD.
En el ICES se estudia la realidad socio-espacial:
“Se basaron en los parámetros de la educación popular: estaba orientada
no como un mecanismo para transmitir información y adoptar a la persona
a un ordenamiento social, sino concebido como un proceso para
apropiarse de los métodos que promueven la crítica y el análisis de los
diferentes momentos del desarrollo social”
Gonzales Terrero , 2002
“A pesar de que el proyecto se centró en la parte educativa, el trabajo
abarcaba varios campos: consecución de servicios públicos, la
organización de la comunidad, la búsqueda de recursos para que
funcionara el ICES y la creación de grupos de base: red de juntas de
acción comunal y la creación de lazos organizativos comunitarios”
Gonzales Terrero, 2002: 16.
Son éstos algunos de los ejemplos de porque el ICES se convirtió en el núcleo de la
organización del barrio, además de dar cobertura educativa formal a las personas que
querían estudiar y de convertirse en el sitio principal para la discusión y la planeación
de las actividades comunitarias.
Actualmente, el ICES es el equipamiento educativo en donde con mayor fuerza se
siente la vida del barrio. Son varios los actores que allí participan, Ojo al Sancocho
(colectivo de cine comunitario y popular), No le saque la piedra a la Montaña (Escuela
Ambiental), Airu Bain (Colectivo cultural, Cocinol), Escuela de Rap, y las jornadas
diurna y nocturna del centro educativo, además de una sede de la Uniminuto. Y es por
esto que la carga programática de este recinto es tan fuerte, pero a la vez no tan
conveniente para el desarrollo de las actividades de los colectivos ya que la
especialización espacial para los mismos no existe.
Así, al encontrar que en Potosí los procesos de organización de comunidad y de
autogestión son tan sólidos, se busca identificar qué problemática físico espacial y
socio cultural puntual se puede resolver y que además permita indirectamente atender
otras problemáticas. Por este motivo y en relación con los procesos culturales que se
dan actualmente en el barrio, desde sus actores, se consideró que brindar un espacio
para mejorar y fomentar este tipo de actividades sería lo indicado, dado que estos
procesos de participación cultural y comunitaria buscan transformar la realidad del
barrio, a través del acompañamiento en la organización de la comunidad sin cambiar o
“suplantar a la población en la transformación de sus tradiciones sociales” (Educación,
Proyecto Escuela Comunidad, 2002:28). Un ejemplo de ello es Ojo al Sancocho, que
al apostarle a la cultura desde los medios audiovisuales busca “promover procesos de
reflexión, dialogo, crítica constructiva y resolución de conflictos, sobre las realidades y
problemáticas locales, a través del descubrimiento y reconocimiento de
otras estéticas, narrativas, historias, personajes y protagonistas de la realidad
cotidiana” (Ojo al Sancocho, Colectivo de cine popular y comunitario,
www.ojoalsancocho.org).
A partir de lo anterior, entran en consideración cuatro criterios de porqué empoderar y
educar desde la cultura y sobre todo desde las artes audiovisuales a una comunidad,
en particular en el barrio Potosí: 1. La formación cultural permite romper las
preconcepciones y barreras existentes en la comunidad. 2. A través de los medios
audiovisuales la comunidad cuenta sus historias generando un discurso audiovisual. 3.
Generar oportunidades para potenciar los procesos creativos de niños y jóvenes. 4.
Transformar los imaginarios negativos del territorio, lo que permitirá disminuir la
exclusión física y simbólica desde lo formal o de preconcepciones existentes sobre un
sector marginado de la ciudad y de la comunidad sobre su territorio.
7. Propuesta
Apostarle a educar desde la cultura y entender que ya existen procesos comunitarios
en el barrio Potosí que actualmente lo están realizando, como Airu Bain u Ojo al
Sancocho permite conocer que el desarrollo de esas actividades necesita de espacios
especializados de acuerdo con lo que este tipo de programa demanda, ya que a pesar
de contar con el apoyo del ICES, en el préstamo de espacios para el intercambio de
saberes, las condiciones de esos espacios no cumplen con los requerimientos
adecuados.
Grafico No. 2, Elaboración Propia
Es así como se pensó proponer la Escuela de Participación Cultural con Énfasis en
Medios Audiovisuales, como una escuela que integre los diferentes procesos
culturales que están naciendo y otro que a futuro puedan surgir en el barrio, pero a su
vez dando las condiciones espaciales para el desarrollo de las actividades de
contenido audiovisual.
Para ello, fue necesario realizar un análisis del sistema de equipamientos existentes
en el sector teniendo en cuenta la cobertura y la capacidad que tiene cada uno de
ellos (ver Gráfico No. 3), para posteriormente proponer la posible ubicación e
implantación de la escuela de participación cultural.
A partir de lo anterior, es decir de entender que existe una concentración de
equipamientos en el costado sur de Potosí y de identificar los vacíos existentes del
barrio (ver Gráfico No. 4), se decide ubicar el objeto arquitectónico en el lote que de
acuerdo con lo analizado afianzara la red existente de equipamientos, fortalecerá e
incrementara la actividad cultural en la comunidad y su territorio, creara lazos con los
equipamientos culturales existentes (ICES, Cocinol, Potocine) y generara mayor
apropiación social del hábitat.
Al conocer la zona en la que se localizaría el proyecto, se trabajó la construcción del
programa arquitectónico buscando que respondiera tanto a una escuela con énfasis en
medios audiovisuales, es decir que entendiera el proceso de las artes audiovisuales
Grafico No. 3, Elaboración propia
Grafico No. 4, Elaboración Propia
(pre-producción, producción, post-producción) y a su vez, al enfoque educativo hacia
el que iba a estar dirigido, es decir una educación popular vinculada a la idea de
EDUCACIÓN – COMUNIDAD, que para el caso de la escuela de participación cultural,
se denominará CULTURA - COMUNIDAD.
Para la aproximación programático arquitectónica tanto de su componente
convencional como del no convencional se analizaron referentes con requerimientos
específicos en su programa funcional que permitieron la construcción del que iba a
desarrollarse en el proyecto. Dichos referentes fueron la cinemateca Distrital y la
Escuela de Cine y Televisión de la Universidad Nacional. A partir de su estudio se
articulo una estructura formal y convencional de la especialización de los espacios
presentes en una escuela de cine, con una no convencional en la que se analizaron
los procesos de cine comunitario y colectivo de tres organizaciones, Cine en
Movimiento (San juan, Argentina), Visiones Periféricas (Sao Paulo, Brasil) y Ojo al
Sancocho ( Ciudad Bolívar, Bogotá, Colombia), dando como resultado el programa
arquitectónico requerido (ver Gráfico No.5).
7.1 Criterios de diseño e implantación
Al realizar un análisis del lugar para el emplazamiento del objeto arquitectónico, se
busco reconocer el contexto inmediato en el que se imbricaría posteriormente,
tomando como determinantes las alturas, los usos, los niveles de consolidación de las
edificaciones y la normativa, de manera que la propuesta se vinculara eficazmente y
lograra dialogar con su entorno.
Desde el aspecto normativo, se encontró que actualmente existe un flujo vehicular y
peatonal que no está legalmente reconocido y, al contrario, que existen flujos que
expone la norma pero que no existen realmente. Esto implicó tomar una posición al
plantear el emplazamiento y respetar el flujo existente y, a su vez, proponer
conectarlos con los planteados por la norma.
Grafico No. 5 Elaboración Propia
Al implantar la escuela de participación cultural se activará la zona y el contexto
inmediato, dado que la mayoría de los usos corresponden a residencias y son pocas
las que cuentan con comercio en primer nivel. A su vez se extenderá la actividad
cultural en el barrio, por lo se realizará todo un tratamiento en el espacio público que
acompañará el diseño del objeto arquitectónico. Lo anterior representa uno de los tres
criterios de implantación que se tuvieron en cuenta en el diseño, 1. El espacio público
como medio de aprendizaje, 2. Integrar a la comunidad en los procesos de aprendizaje
CULTURA – COMUNIDAD, 3. El objeto arquitectónico desde un carácter Físico y
Simbólico (ver gráfico No.6). Este último hace referencia al impacto y al significado
cultural que puede llegar a tener la Escuela de participación Cultural con énfasis en
medios audiovisuales.
Al aclarar los criterios de implantación y reconociendo el entorno, se buscó una forma
para concebir el diseño del objeto arquitectónico a partir de la cual se trabajó con una
pieza estética, que reconoce y entiende estética y perceptualmente la composición del
lugar.
Para el área escogida se generó una retícula que responde a los ejes, los flujos y los
ritmos principales que marcan la configuración de la pieza. Se realizaron cuatro
aproximaciones para llegar al diseño del objeto (ver Gráfico No. 7), la última
aproximación desde la pieza fue el resultado más contundente desde el cual se diseñó
tanto la edificación como el espacio público que acompaña y sustenta el sistema
propuesto.
Tener los principios de diseño también requirió conocer la población objetivo a la cual
se dirige el proyecto. Ello tratando de entender como generar oportunidades para
potenciar los procesos creativos de estos niños y jóvenes desde las artes
audiovisuales. El enfocarse en este sector de la población, sin querer segregar al resto
Grafico No. 7, Elaboración propia
Grafico No. 6, Elaboración propia
de la comunidad, se da básicamente porque son ellos la generación futura que contara
sus historias, quienes hablaran desde el DISCURSO AUDIOVISUAL, que además
será la base para transformar los imaginarios negativos de un barrio tan estigmatizado
como lo es Potosí.
7.2 Objeto Arquitectónico
Sumar los criterios de implantación y diseño, el programa arquitectónico y el diseño
desde la pieza estética permitió traducir los espacios identificados a los espacios
necesarios en el objeto arquitectónico, tanto los especializados; laboratorios de
fotografía, talleres de edición de sonido e iluminación, entre otros como de los dirigidos
a la CULTURA – COMUNIDAD, como los talleres de crítica de los medios
audiovisuales, los de comunicación comunitaria, o el taller de intercambio de saberes y
experiencias.
Así, el funcionamiento de la escuela de participación cultural se desarrolla al
espacializar los criterios propuestos anteriormente, uno de ellos en el espacio público
a partir de: 1. Generar recorridos (con intervención de paisaje), 2. Extender el Espacio
Público (hacia el objeto arquitectónico) y 3. Activar a través de otros usos (comercio,
galería, parque). (ver Gráfico No. 8). Así mismo, al entender el proceso de las artes
audiovisuales mencionadas en la construcción programática, el objeto se compone por
dos volúmenes, uno en respuesta al funcionamiento de los medios audiovisuales
(talleres, laboratorios, mediateca y salas de proyección) y otro que responde a un uso
de carácter más administrativo como soporte a la educación (oficinas, administración,
sala de talleristas); amarrados por un brazo que funciona como terraza de conexión
entre ambos.
Grafico No. 8, Elaboración propia
Cuando se mencionó el análisis del lugar, se habló de la existencia desde la norma de
dos flujos vehiculares que debían ser reconocidos para afianzar la malla vial del sector
(costado occidental) y de uno existente pero no reconocido que decidió respetarse
para no romper con el funcionamiento del mismo, el que a su vez marca la
independencia de los dos volúmenes propuestos y que termina armando todo el
planteamiento del espacio público propuesto.
Como el objeto arquitectónico funciona básicamente como dos objetos unidos por un
brazo, la estructura se pensó consecuentemente como dos cajas estructurales igual de
independientes que soportaran la carga de cada uno de los volúmenes anteriormente
descritos pero que a su vez lograran funcionar como un macro-pórtico rematado en la
cubierta y apoyado por las vigas vierendeel de la terraza de conexión. (ver Gráfico No.
9)
Al dirigir la forma de educar desde la cultura y de entender los procesos comunitarios y
de autogestión como base para su desarrollo se planteó un esquema de gestión para
la escuela de participación Cultural, que incluyera tanto planes de inversión de las
entidades estatales encargadas de este tipo de proyectos (Secretaria de Educación,
Secretaria de Cultura), pasando por las organizaciones que por el tipo de propuesta
que se maneja con el espacio público y el uso estarían involucradas (IDU, IDRD,
Jardín Botánico).Estas últimas encargadas del adecuación de vías, el parque y el
espacio público respectivamente, y finalizando con la participación activa tanto de la
comunidad como de los grupos sociales organizados (Ojo al Sancocho, VER
(Talleristas),Vidas Móviles (Programa Universidad Javeriana)), como motor clave para
el funcionamiento del proyecto (ver Gráfico No. 10).Se propone entonces, una
inversión de los recursos proveniente de las primeras entidades mencionadas, y la
vinculación de la comunidad desde la siembra de vegetación para la configuración del
paisaje propuesto y/o apoyando en el manejo de las actividades desarrolladas dentro
de la misma Escuela.
Grafico No. 9, Elaboración Propia
Grafico No. 10, Elaboración propia
Por otra parte, al entender que el uso que se está proponiendo es el de una
escuela con énfasis en medios audiovisuales, se plantea un sistema de fachadas
que permita tanto la proyección, como medio de divulgación de este tipo de
actividades para el conocimiento de toda la comunidad, como el control de la
iluminación y ventilación dentro de los espacio propuestos para la escuela de
participación cultural. Para ello, se decidió proponer unos paneles de cierre y
apertura que a partir de rieles permiten controlar movimientos cada 15°. (Ver
gráfico No. 11)
La misma forma del objeto arquitectónico permitió pensar también, tanto en la
gestión del recurso hídrico, es decir de poder recolectar el agua lluvia como
estrategia para el tratamiento de este elemento, como en la gestión de los
residuos, a partir de la ubicación de diferentes puntos que promovieran el reducir,
el reutilizar y el reciclar de los residuos. Sumado a lo anteriormente mencionado,
es decir, al requerimiento de zonas de proyección y al sistema de fachadas se
Grafico No. 11, Elaboración propia
desarrolló un análisis de incidencia del sol (asoleación) de la flexibilidad del
espacio público y del objeto como escenarios de proyección. (Ver Gráfico No. 12)
Poder conocer los procesos comunitarios y de organización de una comunidad como
la del barrio Potosí, y poder formular un espacio que apoye y responda a la necesidad
de empoderar culturalmente a una comunidad permitió enriquecer cada fase del
proyecto expuesto.
Grafico No. 12, elaboración Propia
Grafico No. 13, 14 y 15, elaboración Propia
10. ANEXOS
8. Referencias Bibliográficas
10.1 Libros
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8.2 Artículos
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Escuela Popular; Recuperado de: http://www.ojoalsancocho.org/proyectos/
8.3 Normas
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Cartilla Espacio público total por Habitante, Observatorio Espacio Público de
Bogotá, 2017
Proyecto de Acuerdo 301 de 2010 Concejo de Bogotá D.C.; Recuperado de:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=25459
Documento 04 de 2016 Alcaldía Mayor de Bogotá; Recuperado de:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=22071
Informe de Calidad de Vida, Interactivo Localidades como vamos 2015;
recuperado de: http://www.bogotacomovamos.org/interactivo-como-vamos-en-
localidades-2016/