Escuela Biblica de Verano 2012
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PRIMER ENCUENTRO 2012
Junto a la Mesa Génesis 48: 10-16
INTRODUCCIÓN
Desde que nacemos nos constituimos parte
activa y vital de una comunidad. De modo, que
nadie se desarrolla en plenitud fuera del arraigo
social. Esto es, ningún ser humano lo es en un
vacío social, todos somos parte de una herencia
cultural compartida con otros que ha ido
evolucionando con el transcurrir de la historia. Así
mismo, todos somos parte integral de una
generación y compartimos con nuestros
congéneres una cosmovisión en particular acerca
de la Iglesia, su función social, su vocación
misional y evangelística y la manera en que se
deben llevar a cabo las actividades administrativas
y litúrgicas.
Ante esto, la Iglesia Cristiana (Discípulos
de Cristo) en Puerto Rico buscó la manera de
facilitar la discusión constructiva acerca de la
necesidad imperante del diálogo intergeneracional.
Este escenario tomó lugar en la 103ra Convención
Anual. El propósito de la pasada Convención
consistió en propiciar el espacio adecuado para
crear vías de comunicación efectivas que nos
conduzcan a superar las tensiones que surgen como
producto de la diferenciación generacional. Para
lidiar con los roces generacionales apuntamos a la
necesidad de transar nuevas y creativas sendas que
fomenten el diálogo intergeneracional.
Este primer Encuentro aspira a que los
participantes tomen conciencia de que son parte
integral e indisoluble de la gran familia de la fe. En
la discusión de los temas se irá descubriendo que
las relaciones intergeneracionales son importantes
en la experiencia de la revelación divina y que
todas las generaciones son importantes para Dios y
tienen algo particular que aportar a la vida de la
Iglesia.
EL DIOS DE LAS GENERACIONES
En las Sagradas Escrituras de Israel el
concepto generación es asociado a la línea de
descendencia familiar. Esto es, la herencia anclada
en las bendiciones y promesas de Dios concedidas
a las primeras generaciones, la cual es transmitida
a toda su descendencia por medio de un proyecto
educativo y religioso. La fe en el Dios verdadero se
constituye en un proyecto pedagógico nacional que
va solidificándose a través tiempo mediante el
legado de padres y madres a hijos e hijas de
generación a generación. Así la bendición de Dios
se constituye en el hilo conductor que da sentido,
coherencia y afirmación a todas las generaciones
por venir.
La tradición familiar basada en la fe en
Dios se origina en el llamamiento a Abram. El
Dios que le saca de Ur de los caldeos promete
revelarse y actuar con prontitud en todas las
generaciones porvenir. El libro del Génesis recoge
la promesa de Dios al patriarca y a su linaje cuando
afirma:
Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu des-
cendencia después de ti en sus generaciones,
por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu
descendencia después de ti.” (Génesis 17: 7)
Diálogo
Intergeneracional Por: Pastor Juan R. Mejías Ortiz
E
El texto base de este Encuentro narra el
momento en que Jacob resuelve bendecir a los
hijos de José. Transitada dos generaciones, el
tercero de los patriarcas nacionales de Israel, en el
ocaso de su vida y consumado el reencuentro con
su hijo José, decide bendecir a sus nietos Manasés
y Efraín en un acto de afirmación de la fe enseñada
por sus padres. En el momento de la bendición
valida con sus palabras el legado que inició con su
abuelo Abraham, el cual continuó con su padre
Isaac, el mismo vigente en su vida y del cual las
futuras generaciones serán copartícipes. Con este
evento, Jacob devela a los presentes la amplitud y
trascendencia de la herencia a otorgar. Al bendecir
a José y a sus hijos declara:
El Dios en cuya presencia anduvieron mis
padres Abraham e Isaac, el Dios que me
mantiene desde que yo soy hasta este día,
el Ángel que me liberta de todo mal,
bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuad en
ellos mi nombre, y el nombre de mis padres
Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran
manera en medio de la tierra.
(Génesis 48:15-16)
El texto bíblico presenta en una misma
escena a tres generaciones diferentes representadas
por Jacob como abuelo, José en su rol de padre y
Manases y Efraín representando a las generaciones
más jóvenes. Además, como acción implícita de la
bendición se recurre a la memoria histórica la cual
afirma y valida el legado que inició con
generaciones previas cuyas acciones y decisiones
los hacen participes de la fe en Dios. Así, las
palabras de Jacob evidencian que la unidad
generacional, desde la perspectiva bíblica,
encuentra su máxima realización en la fe en Dios.
Por ende, es preciso destacar varios puntos claves
recogidos de las palabras del patriarca.
En primer lugar, la bendición descubre el
convencimiento acerca de que la
interconexión generacional subyace en la
revelación de Dios. Así queda establecido
que Jehová no es una deidad distanciada y
mucho menos enajenada de la realidad
generacional de sus adoradores. Es el Dios
de los padres y madres Abraham y Sara e
Isaac y Rebeca.
Segundo, se afirma en que la esencia y la
seguridad de la generación presente
descansa en el Dios que la dirige y liberta
de todo mal.
Tercero, con esta bendición Jacob
incorpora a la descendencia de Efraín y
Manasés a la historia y legado familiar
fundamentado en la fe en Dios.
Cuarto, se insta a las generaciones porvenir
a no olvidar el pacto familiar de fidelidad a
Dios iniciado por Abraham. Así Jacob sella
por medio del pase generacional la
tradición familiar que descansa en la fe en
Dios.
A partir de ese momento las próximas
generaciones conocerán al Dios de sus antepasados
constituyéndose en herederos de sus bendiciones y
promesas. En efecto, el Dios de Israel se revela a
su pueblo y vive en su memoria litúrgica e
histórica como el Señor de todas las generaciones
resumida en la declaración “Dios de Abraham,
Isaac y Jacob”. En dicha expresión se manifiesta
la continuidad de la relación filiar entre Dios y
Abraham a través de toda su descendencia.
La unidad generacional, desde la perspectiva bíblica, encuentra su
máxima realización en la fe en Dios.
APLICACIÓN
Formar parte de una tradición familiar es
una gran bendición. Al ser uno de sus miembros se
va descubriendo la riqueza de hallarse parte
integral de una hermosa herencia espiritual iniciada
por otros. Esta lección motiva a recordar con
ahínco quienes nos han precedido en la fe. Al ver
el cortometraje La Mesa visualizamos que la fe de
las generaciones más jóvenes está precedida por
quienes en su momento emprendieron el caminar.
Esto no implica una superioridad espiritual de las
generaciones adultas sino un reconocimiento de las
personas que Dios utilizó para comenzar a edificar
la cadena de la tradición y bagaje espiritual del que
somos uno de sus eslabones.
Además se puede observar que cada
miembro de la familia posee un medio de
entretenimiento diferente y una preferencia
alimentaria aún más diversa. La enseñanza
principal del cortometraje consiste en el
reconocimiento de las divergencias generacionales
y la centralidad de la experiencia de la fe,
representada por la mesa eucarística, como imán
integrador que nos atrae todos a Cristo Jesús.
Conscientes o no, somos parte de una
tradición de mujeres y hombres que abrazaron con
fuerza el ofrecimiento divino centrando su
quehacer historicocultural en la fe en Dios.
Consecuente, esa herencia fluye por todo el
torrente sanguíneo eclesial, siendo parte de
nuestros genes institucionales.
Así, las nuevas generaciones por medio del
diálogo innovador redescubre su herencia y se
inserta en la tradición familiar anclada en el temor
al Señor. ¿Podemos nosotros reconocer la
aportación de quienes construyeron Iglesia antes de
nuestra aparición? Les invito a redescubrir nuestra
herencia eclesial por medio del estudio de las
aportaciones de mujeres y hombres que han
influenciado en el crecimiento y formación
espiritual personal y de nuestra denominación.
RESUMEN
Los temas cardinales en esta lección son:
Todas las generaciones son importantes
para Dios y tienen su espacio para crecer y
desarrollarse de manera integral y
saludable.
La interconexión generacional subyace en
la revelación de Dios.
La esencia y la seguridad de la generación
presente descansa en el Dios que la dirige y
liberta de todo mal.
Somos parte de una historia y legado
familiar fundamentado en la fe en Dios.
El texto bíblico nos insta a no olvidar el
pacto familiar de fidelidad a Dios iniciado
por generaciones anteriores.
RECOMENDACIONES PEDAGÓGICAS
1. Inició
Lea el texto bíblico en forma grupal.
Presente el tema central de la pasada
Convención y el propósito del encuentro
descrito en la introducción.
2. Desarrollo
Presente las enseñanzas extraídas de la
escena bíblica en donde Jacob bendice a
sus nietos. En especial la importancia de la
conciencia acerca de que la unidad
generación se encuentra en la fe en Dios.
Utilice la técnica de la discusión grupal
para llevar a cabo esta actividad.
Presente el cortometraje La Mesa. Utilice
las ideas desarrolladas en la aplicación para
que dirigir la discusión del vídeo.
Identifique junto al grupo algunas de las
diferencias y preferencias generacionales
que producen roces en la iglesia.
Solicite ideas acerca de cómo trabajar con
los conflictos generaciones.
3. Cierre
Enfatice que somos parte de una hermosa
herencia eclesial compartida con otros.
Invite a los participantes a identificar a las
mujeres y hombres han influenciado en el
crecimiento y formación espiritual personal
y de nuestra denominación.
Jj
SEGUNDO ENCUENTRO 2012
2 Timoteo 1:3-14
INTRODUCCIÓN
En el Encuentro anterior se enfatizó que
somos parte de una hermosa herencia eclesial que
ha ido enriqueciéndose de generación en
generación. De la misma manera, se reconoce las
aportaciones de quienes nos han precedido en la fe
y nos enseñaron amar a Dios y a vivir en plenitud
el Sagrado Evangelio de Jesucristo. En este
Segundo Encuentro analizaremos que esa conexión
hereditaria nos ha ido preparando para la
innovación 4D. Estos es, una experiencia genuina
con Dios, la ruta hacia el Discipulado, la adopción
del Diálogo como instrumento para la
evangelización y el Discernimiento como acción
del Espíritu Santo para conocer sus propósitos en
nuestras vidas y para detectar y combatir las
falsedades doctrinales que nos conducen por
caminos de peligro.
UNA MISMA FE, TRES GENERACIONES
DIFERENTES: LOIDA, EUNICE Y TIMOTEO
El esfuerzo misionero paulino contó con la
valiosa aportación del joven Timoteo como parte
del sequito de colaboradores cercanos al apóstol.
La relación entre Pablo, Timoteo y las
generaciones emergentes de cristianos de su época
son descritas con mayor precisión en las cartas
pastorales (1 y 2 Timoteo y Tito). Estas cartas, son
escritos cercanos al año 100 de la era común que
fueron redactadas por una segunda generación de
discípulos del apóstol. En ellas, los autores
pretendieron sintetizar y transmitir la herencia
teológica paulina a las futuras generaciones de
creyentes. Para propósitos del estudio la atención
recae en la carta 2 de Timoteo. Su trama está llena
de alusiones de índole pedagógicas. En ella, Pablo
siente que está aproximo a culminar la carrera de la
fe (2 Timoteo 4:6-8) y se ocupa en legar al joven
Timoteo y su generación dos disposiciones
hereditarias de gran importancia. En primer lugar,
el Evangelio de Jesucristo; y segundo, sus
instrucciones apostólicas.
Este escrito postpaulino pone al relieve el
llamamiento del apóstol a quienes considera sus
herederos espirituales para que continúen la tarea
misionera que inició. Sus palabras están
enmarcadas en el reconocimiento y exhortación a
un creyente de tercera generación que recibe como
herencia el depósito de la fe en Dios, el llamado a
ejercer con autoridad su discipulado, la
encomienda de transmitir la sana doctrina
apostólica a sus congéneres por medio del diálogo
constructivo y la amonestación de emplear el
discernimiento en contra de la enseñanza de los
falsos maestros.
Veamos como estas cuatros innovaciones
espirituales se hacen presentes en el ministerio y
vocación de Timoteo. El desarrollo de su fe no se
da en un vació, mas bien es un eslabón en la
cadena de la tradición familiar. Nuevamente aflora
la experiencia intergeneracional como puntual para
la enseñanza y modelaje de los valores del reino de
los cielos. La mención de la fe no fingida que
Listos para la Innovación 4D:
Dios, Discipulado, Diálogo y Discernimiento
Por: Pastor Juan R. Mejías Ortiz
habitó primero en su abuela Loida y luego en su
madre Eunice ilustra el proceso saludable de la
transmisión de los valores y principios cristianos
de generación a generación y como las
generaciones más jóvenes se constituyen en
herederos de quienes les han precedido en la fe.
Para propósitos del tema que nos ocupó en
la Convención se desglosará brevemente las
disposiciones apostólicas recogidas a lo largo de la
segunda carta a Timoteo como parte del diálogo
intergeneracional suscitado entre dos miembros de
generaciones diferentes. El apóstol de los gentiles
invita a la nueva generación de fieles a:
1. Optar por DIOS – Esto es perseverar en la
sana doctrina y guardar el buen depósito de
la fe por el Espíritu Santo que mora en
nosotros (2 Tim 1:13-14) – El apóstol insta
a las generaciones emergentes a través de la
persona de Timoteo a enfrentar las crisis y
adversidades de este mundo por medio de
la Palabra de Dios. Es una invitación a la
juventud al rechazo de la “vida loca”,
dirigida por las pasiones y desenfrenos
juveniles. En su lugar emerge una
exhortación a la opción inequívoca por la
vida en el Espíritu del Señor. Queda
establecido que para el apóstol esto solo se
puede lograr reteniendo las verdades que le
fueron anunciadas y viviendo a la luz del
amparo del Espíritu Santo que valida y
certifica la acción ministerial. En resumen,
se llama a las generaciones emergentes a
vivir bajo la constante gracia de Dios.
2. Ejercer con autoridad el
DISCIPULADO – El discipulado cristiano
está relacionado con la respuesta humana
de hacer suyas las enseñanzas ético-
religiosas de Cristo Jesús. Es una opción
por la obediencia al llamado del Señor para
constituirse en sus discípulos y testigos en
un mundo sacudido por el pecado y la
maldad. El ser discípulos de Cristo implica
el abandono de viejos estilos de vida
fundados en la individualidad, el egoísmo,
la depravación moral y el pecado. En su
lugar se escoge por la vida y el servicio
conforme al modelaje de nuestro Señor y
Salvador. Es una opción en favor del
necesitado, del desvalido, del prójimo, del
más cercano a la luz de las enseñanzas del
Divino Maestro recogidas en las
Evangelios canónicos. Ellos motiva al
discípulo a:
Desechar las cuestiones necias
e insensatas (2 Timoteo 2:23) –
Se exhorta a las nuevas
generaciones a tener conciencia
de la brevedad de la vida
terrenal y de la importancia de
la mayordomía del tiempo que
permite ir en pos de la virtud.
No seremos jóvenes por
siempre. Vendrán momentos en
donde la cosecha escasee y el
sol y la luna oscurezcan
(Eclesiastés 12:1-8).
Persistir en la verdad revelada
en las Sagradas Escrituras (2
Timoteo 3:14-17) – Resalta una
exhortación vehemente para
adherirse con firmeza a la
revelación de la Escritura y a
estar consciente de que ellas
instruyen para la salvación por
la fe que es en Cristo Jesús. Es
un llamado a mantener la
firmeza en contraste con la
fragilidad de las valoraciones y
enseñanzas de los falsos
maestros.
No avergonzarse de dar
testimonio de nuestro Señor, ni
de mí, preso suyo, sino
participa de las aflicciones por
el evangelio según el poder de
Dios (2 Timoteo 1:8) – Pablo se
presenta ante las nuevas
generaciones como modelo de
fidelidad a Cristo Jesús. Estas
palabras nos recuerda a las
declaradas en la Epístola a los
Romanos: Porque no me
avergüenzo del evangelio,
porque es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree;
al judío primeramente, y
también al griego (Romanos
1:16). De modo que en el
diálogo intergeneracional
sobresale el llamado a las
nuevas generaciones atesorar el
valor sacramental del evangelio
de Jesucristo.
3. Transmitir la sana doctrina apostólica a
sus congéneres por medio del DIÁLOGO
constructivo – La invitación a las nuevas
generaciones es transmitir a otros lo que
recibieron de sus padres. Es una
exhortación a compartir la herencia
apostólica de pregonar a Jesucristo y su
eterno amor en medio de una sociedad
hastiada por la violencia. El diálogo se
convierte en una herramienta eficaz para
zanjar las diferencias generacionales y
unificar el Cuerpo de Cristo.
Distingamos la relación
intergeneracional saludable a través del
caso de Timoteo. Aunque Pablo ejerció su
función pedagógica en él, su primer
contacto con las enseñanzas de las
Escrituras las recibió en el hogar (2
Timoteo 3:15). De modo que Loida
rememora la bendición de la instrucción
recibida por las abuelas y su capacidad para
constituirse en modelos para las
generaciones venideras.
Como en el caso de Israel, la fe en
Dios comienza con los abuelos. Esto nos
lleva a entender que la concepción
teológica acerca de que Dios es el que da el
don de la fe no exime la responsabilidad
que tienen las generaciones presentes de
instruir a los más pequeños en la verdad del
Evangelio. Ello no aplica solamente a los
adultos, los jóvenes están emplazados a dar
testimonio de su heredad en Cristo a la
niñez. De esta manera continua el ciclo
intergeneracional, los adultos instruyen a
los más jóvenes en la fe cristiana y la
juventud se constituyen en modelos de la
niñez. Así, la semilla sembrada por Loida
tuvo sus frutos en su hija Eunice y a su vez
germinó en una tercera generación, en la
persona de su nieto Timoteo.
4. Don del DISCERNIMIENTO – Es
inevitable la exposición de las
generaciones jóvenes a los tentáculos
doctrinales de los falsos maestros. Mas el
Espíritu de Verdad, que proviene del
Padre, otorga a los seguidores de Cristo el
don del discernimiento para conozcan sin
titubeos los propósitos del Señor en su
vidas y detectar las falsedades doctrinales
de quienes pretenden desviarnos de la
verdad del Sagrado Evangelio.
APLICACIÓN
Quien aspira a vivir bajo la santa cobertura
de Dios se involucra en un viaje espiritual sin igual
que le inspira a ejercer un discipulado responsable
haciendo del diálogo y del discernimiento dos de
sus pilares fundamentales. Así surge la innovación
4D: Dios, discipulado, diálogo y discernimiento.
Como coherederos del legado espiritual en Cristo
Jesús, el cristiano dirige todos sus esfuerzos hacia
la fidelidad a Dios. Optar por la fidelidad a Dios y
vivir conforme a su santa Palabra es la meta
existencial de todo cristiano. A este proceso le
conocemos como discipulado. Este comienza con
un encuentro transformador con Jesús que motiva
al creyente a confesar su señorío, a seguir sus
enseñanzas y a pregonar sus buenas nuevas. De ahí
lo sugestivo del nombre de estas lecciones de
verano.
Como parte integrar de la madurez cristiana
se halla el escudriñar las Sagradas Escrituras para
descubrir sus instrucciones bíblico-teológica que
nos conducen a discernir la verdad evangélica y a
desenmascarar las falsedades doctrinales de los
pseudomaestros cristianos. Estas cuatro
innovaciones espirituales conducen a los jóvenes
hacia la madurez cristiana y a concienciar la
relevancia que tiene el diálogo generacional para el
desarrollo emocional y espiritual de la iglesia.
RESUMEN
La discusión escritural de este encuentro
descubre el llamamiento del apóstol Pablo a sus
herederos espirituales para continuar con la tarea
misional. Las instrucciones apostólicas discutidas
en este encuentro son:
perseverar en la sana doctrina y guardar el
buen depósito de la fe por el Espíritu Santo.
Se insta a enfrentar las crisis y adversidades
que enfrenta la juventud por medio de la
Palabra de Dios que fue transmitida por las
generaciones adultas.
atesorar el valor sacramental del Evangelio
de Jesucristo como nuestro mayor legado.
tener conciencia de la responsabilidad de
ser modelos de vida cristiana para la niñez
a través del acercamiento intergeneracional.
adherirse con firmeza a la revelación de la
Escritura y a estar consciente de que ellas
instruyen para la salvación por la fe que es
en Cristo Jesús.
RECOMENDACIONES PEDAGÓGICAS
1. Inicio:
Presente un resumen del Primer
Encuentro.
Presente el concepto de la innovación 4D.
Comience con un ejercicio de
exploración.
Discute las enseñanzas extraídas del
pasaje bíblico.
2. Desarrollo
Discuta cada uno de los conceptos claves:
fe en Dios, discipulado, diálogo y
discernimiento. Utilice la discusión de la
lección para relacionar el pasaje bíblico
con estos cuatro conceptos.
Presente el ciclo intergeneracional
aludido por el apóstol Pablo. Este es
Loida, Eunice y Timoteo. Utilice la
discusión en la sección de DIÁLOGO
con referencia en el desarrollo del tema.
Presente y discuta el cortometraje
http://www.youtube.com/watch?v=D7D3
qJU3Kvs. Fomente la discusión acerca
del diálogo y la sucesión
intergeneracional y la importancia de
visualizarnos como modelos de la niñez.
3. Cierre
Escriba en una pizarra los cuatro
conceptos claves: Dios, discipulado,
diálogo y discernimiento.
Solicite a los participantes que resuman
los conceptos.
TERCER ENCUENTRO 2012
1 Samuel 3:1-20; Daniel 1:1-17
INTRODUCCIÓN
El estudio de las relaciones
intergeneracionales en la iglesia estaría inconcluso
sin un llamado a la reafirmación de nuestra
herencia eclesial asentada en la fidelidad a Dios.
Cada generación se enfrenta ante la decisión
acerca de a quién servirá y a quién le será fiel.
Semejante al episodio bíblico narrado en Josué
24:15, los padres de nuestra denominación en la
isla optaron por la fidelidad incondicional al Dios
Vivo. Como evidencia acuñaron la expresión
bíblica santidad a Jehová, colocándolo en algún
lugar visible del templo como recordatorio del
pacto de fidelidad contraído. A partir de ese
momento, generación tras generación ha tenido
que tomar su propia decisión en virtud del santo
ofrecimiento de Cristo Jesús. En este encuentro,
se estudiará este proceso decisional en la vida de
las generaciones emergentes representadas por
Samuel y Daniel. El estudio de las decisiones que
enfrentaron estos personajes debe motivar al
participante a descubrir su identidad y a optar por
una vida en conformidad a las pautas divinas.
LA FIDELIDAD A DIOS
Recuerdo que cuando era un joven
maestro de escuela intermedia cobró notoriedad la
canción Livin’ la vida loca. El ritmo era tan
pegajoso que prácticamente todos los estudiantes
la favorecían. Al principio, su tonalidad, ritmo y
calidad sonora me llevaron a considerarla una
buena pieza musical. Impresión que duró hasta
que tuve la letra de la canción ante mi
consideración. La misma hace mención de una
vida desenfrenada dirigida por la sensualidad y el
placer carnal. Al igual que dicha canción, cada día
aumenta el número de voces que invitan a la
juventud a la vida loca. Tal invitación antagoniza
con el llamado divino a la rectitud y fidelidad a su
Santo Nombre.
La fidelidad a Dios es un don y una
decisión. En primer lugar, es un don que proviene
de Dios. Nos habla san Agustín que la fidelidad,
entendida como fe, proviene de la gracia divina y
no de los seres humanos. Es por eso que las
Escrituras atestiguan: Porque Dios es el que en
vosotros produce así el querer como el hacer, por
su buena voluntad (Filipenses 2:13), añadiendo el
apóstol Pablo más adelante, siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús (Romanos 3:24).
En segundo lugar, es una decisión. Es decir, el ser
humano se ocupa por llevar una vida agradable
ante Dios. Es por eso que al apóstol de los gentiles
amonesta a la iglesia en Filipo con esta palabras:
ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor
(Filipenses 3:12). Así mismo, se exhorta al joven
Timoteo para que persevere en una vida recta ante
el Señor: Ocúpate en estas cosas; permanece en
ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto
a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina;
persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a
ti mismo y a los que te oyeren (1 Timoteo 4:15-
16).
Generación NiNi: Ni se contamina, Ni vive a espalda de Dios
Por: Pastor Juan R. Mejías Ortiz
Les invito a ver estas afirmaciones a través
de los lentes de Samuel y Daniel, dos jóvenes que
decidieron mantenerse fiel a Dios.
SAMUEL: PROFETA DE DIOS (1 Samuel 3:1-20)
El caso de Samuel es un muy particular.
Su propia existencia es un milagro de Dios. Ana,
su madre, ante la incapacidad biológica de
procrear hijos, desborda toda amargura ante la
presencia de Dios, quien en su eterna misericordia
le concede la anhelada petición. En la crisis, la
estéril recurre al aposento santo para derramar sus
lágrimas ante la redoma divina. La destellante
acción de Ana, la ubica en el listado de madres
que ejemplarizan un historial de vida fructífero
basado en la confianza y fidelidad a Dios. Samuel
se adentrará en tan preciado legado familiar.
Consumado el tiempo de la crianza, su
madre lo lleva al tabernáculo para prestar
servicios en el santuario y ser instruido por los
sacerdotes, cumpliendo así la palabra prometida
ante el Señor. La transformación de las lágrimas
de la estéril al gozo de la fecunda sirve de puente
para la interconexión generacional. El niño-
profeta será instruido en la fe de sus padres. Es en
tiempo de desasosiego nacional y de escasez
profética que Samuel recibe la revelación divina.
El llamamiento a Samuel se adentra en el
contexto de una ruptura generacional basada en la
infidelidad a Dios. Ofni y Finees, hijos del
sacerdote Elí, optan por comportarse en oposición
al legado de su padre. Esta acción les lleva a
conspirar en contra del sistema sacrificial, al
distanciamiento de la Deidad y a la consumación
de una vida desordenada, a tal extremo de
deshonrar el tabernáculo, lugar de encuentro con
Dios y casa del Arca del Pacto. Ante el anunció a
Elí del mal causado por sus hijos y su inminente
castigo, aflora las palabra explicativas de Yahvé
acerca de las resultados de vivir asiduo de su
palabra y los efectos de caminar en la densidad de
las tinieblas: porque yo honro a los que me
honran, y los que me desprecian serán tenidos en
poco (1 Samuel 2:30).
Los hijos de Elí tuvieron en menosprecio
la tradición familiar fundamentada en la fidelidad
a Dios. Dicha acción, no solo los distancia de la
Deidad sino que lastiman y mancillan el honor
nacional, Israel está en duelo. La figura de Samuel
se presenta como un contraste en el relato.
Mientras los hijos de Elí están inmersos en la
oscuridad, el hijo de Ana crece en estatura y
gracia ante los ojos de Yahvé y del pueblo. La
fidelidad a Dios manifestada tanto por la madre
como el hijo, trae al pueblo un reverdecer y un
nuevo aire de frescura nacional. En otras palabras,
un nuevo tiempo de Dios se avecina. El anuncio
del surgimiento de una nueva generación,
representada en Samuel, que obre conforme al
corazón y la voluntad del Eterno Padre, hacen
resonar notas de esperanzas. Junto a Samuel se
levanta una generación joven que se reafirma en
su identidad nacional anclada en la fe en Dios.
La voz profética resonará con potencia
desenmascarando las ligaduras endémicas
causadas infidelidad de los hijos de Elí. Con
Samuel surge una generación NiNi: Ni se
contamina Ni vive a espaldas de Dios. Samuel,
siendo de escasa edad, toma una decisión de gran
impacto para su vida futura, elige proteger su
integridad y vivir en rectitud ante el Señor.
DANIEL: EL VISIONARIO DE DIOS (Daniel 1:1-17)
La historia de Daniel es un ejemplo
virtuoso para toda juventud que aspira ser fiel al
Dios Eterno. En tierra de aflicción y de cautiverio
nacional, Daniel opta en favor de todo lo que es
agradable al Dios de sus padres, aunque ello
atente contra su vida. El relato comienza con un
prólogo que reseña la desdicha nacional: Jerusalén
es sitiada y sometida por el imperio babilónico,
los utensilios sagrados son tomados como botín,
siendo profanados al ser ubicados en los templos
paganos y los jóvenes de la familia real y de la
nobleza son deportados para fungir como vasallos
en la corte del rey Nabucodonosor. Uno de los
jóvenes deportados de mayor distinción es Daniel.
La directriz imperial es clara, los jóvenes
escogidos deben ser preparados para la tarea
cortesana. Esto implica la adopción de la cultura
imperial, circunscribiendo los estilos de vida, el
lenguaje y la adoración a los dioses de Babilonia.
El plan es sencillo, Daniel y los jóvenes judíos,
recibirán una promoción al ser insertados en la
corte real. Para ello, se enfrentaran a un cambio de
nombre, de idioma, de vestimentas y de
alimentación. Por otra parte, implica una
invitación a la ruptura con sus raíces, la cultura de
sus padres y fe en el Dios de Abraham, Isaac y
Jacob. La pregunta clave que suscita la lectura,
¿optará Daniel por la vida imperial o persistirá en
la fidelidad a Dios?, ¿Dejará a un lado la
adoración al Dios Altísimo para servir a un rey
extranjero?
El autor del libro asemeja la historia de
Daniel en Babilonia con la narrada en el Génesis
acerca de José y su experiencia en Egipto. Este
último prefiere la cárcel ante la imprudencia de
deshonrar a Dios. De igual manera, el repudio de
la dieta real se constituye en signo de que Daniel
no está dispuesto a perder lo más preciado, la
fidelidad al Eterno. El autor expone con claridad
la intención del joven judío: Daniel propuso en su
corazón no contaminarse con la porción de la
comida del rey ni con el vino que él bebía (Daniel
1:8a).
El joven cortesano encuentra en su
corazón la fuerza y el don divino para rechazar el
ser recordado por compueblanos y por la historia
como Beltsasar, el babilónico. En su lugar, afirma
la identidad en Dios que le llevará a ser
reconocido por todas las futuras generaciones
como Daniel, el visionario de Dios.
Semejante a Samuel, la recompensa es la
unción y sabiduría de divina. La palabra de Dios
está en Daniel. El joven judío, a partir del
momento de enfrentamiento entre la fe en Dios y
la adoración de los dioses paganos, vivirá en una
bifurcación constante. Servirá en el palacio real
pero no dejará que su corazón se contamine con
las manifestaciones idolatras. Fungirá como
consejero del rey pero sólo servirá al Dios de sus
padres. Será reconocido por su labor en Babilonia
pero dedicará su vida a fortalecer su experiencia
con el Dios que le revela su palabra por visiones y
sueños.
Dios otorga a Daniel el don de la fe que le
lleva decidir a no contaminarse con los
ofrecimientos mundanales que le rodean. Aún
mayor, se ve así mismo como servidor del Rey
Eterno, quien le inspira a reafirmar su identidad
fundamentada en la fe en Dios. En la búsqueda de
lo eterno descubre que es parte de una nueva
generación de jóvenes que se considera una
generación NiNi: Ni se contamina Ni vive a
espaldas de Dios.
Aunque sufrió calumnias, falsas
acusaciones y castigo mortal, como lo fue el foso
de los leones, siempre encontró en el sustento
divino la fortaleza y virtud para prevalecer. La
palabra de Dios no se apartó de la boca de Daniel,
de tal manera que aún sus detractores reconocía la
mano de Yahvé a su favor. No olvidemos lo
expuesto por el libro de Samuel Dios honra a los
que lo honran. Ser fiel a Dios y esforzarse en ello,
redundan en una hermosa bendición y en la
aprobación divina.
CONCLUSIÓN
Las historias de Samuel y de Daniel nos
inspiran a negarnos abandonar la fe en Dios para
ir en pos de experiencias mundanales, que no
llenan el corazón pero que nos distancian del
amor de Jesucristo. Estos dos jóvenes representan
a las generaciones emergentes cristianas y su
deseo inconmovible de encontrarse fiel ante Dios.
Ambos, en su momento descubrieron que el
llamado a la vida loca no es otra cosa que una
invitación a la ruptura con Dios. Nos recuerda el
evangelista: Ningún siervo puede servir a dos
señores, porque odiará al uno y amará al otro, o
estimará al uno y menospreciará al otro. (San
Lucas 16:13). El reto para la juventud actual es
monumental, se es fiel a Dios o se vive prisionero
de los placeres perecederos. Les invitó a vivir en
rectitud ante los ojos divinos.
Al igual que Samuel y Daniel, a través de
este encuentro, podemos descubrir que somos
parte de una vasta herencia cultural eclesial. A mi
modo de entender, la juventud Discípulos de
Cristo recibe su bagaje hereditario de dos eventos
supremos en nuestro devenir histórico: la Reforma
Protestante y el Avivamiento del 33. La Reforma
nos transmite un entendimiento acerca de la
primacía de las Sagradas Escrituras sobre
cualquier asunto de la tradición dogmática. Por su
parte, la experiencia de avivamiento que tuvieron
nuestros padres en la década de 1930 nos insta a
tener presente la relevancia de la vida en el
Espíritu y la bendición del acercamiento divino en
tiempos de sequedad y de crisis social. Ambos
eventos nos invitan a estar consciente de la
capacidad del ser humano para trascender a la
experiencia divina, teniendo a Dios como centro
de la vida.
La Reforma nos presenta a hombres y
mujeres enfrentando el peligro con el único fin de
ser fiel al testimonio de las Sagradas Escrituras.
Por su parte, nuestros padres y madres en el
avivamiento rompieron con una vida efímera y
pecaminosa para ser fiel a Dios y legar a las
próximas generaciones una iglesia viva. Hoy el
reto es nuestro. Vivimos la vida loca o nos
postramos ante el Dios que nos ama en Cristo
Jesús y seguimos sus caminos, andando en
rectitud.