ESCUADRA CHILENA
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GUERRA DEL PACÍFICO.
OPERACIONES
DE LA
ESCUADRA CHILENA
MIENTRAS ESTUVO A LAS ÓRDENES DEL
CONTRA-ALMIRANTE
militante UkbolLelio.
1879.
VALPARAÍSO.
IMPRENTA DEL PROGRESO
Antigua Mccion da Obrai i Eucnadeitiac¡on itel Mibcurio,
y
GUERRA DEL PACÍFICO.
OPERACIONES, fe
DE LA
ESCUADRA CHILENA
MIENTRAS ESTUVO A LAS ÓRDENES DEL
CONTRA-ALMIRANTE
8tEilliam0 fletoMia
1879.
VALPABABO.
IMPRENTA DEL PROGRESO
Antigrut «eceton ds Obraa i Encnadeniacion del Mercurio.
1882.
B'\krí>>no
I.
material mabítiho antes dí! la declaración de guerra.—sü estado.—
Memoria del Comandante db Arsenales.—Memoria del seSoe Minis
tro de Marina,
Principiaré por hacer una sucinta relación del estado de nuestro
material marítimo antes de la declaración de guerra.
El 28 de Febrero de 1879, S. E. el Presidente de la República
espidió el siguiente supremo decreto:
"Nám. 200.—He acordado i decreto:
1 ." Constituyese en escuadra a los siguientes buques de la armada:
Blindados Blanco Encalada
„Almirante Cockrane
Corbetas Chacabuco
„ O'Siggins
„Esmeralda
„ Magallanes
Goleta Covadonga
Vapor Tolten
2.° Nómbrase Comandante eu Jefe de dicha escuadra al Contra-
Almirante don Juan Williams Rebolledo.
3." Autorízase a la Comandancia Jeneral de Marina para que
nombre los ayudantes í demás individuos de estado mayor de la escua
dra, dando cuenta al Ministerio de Marina.
Tómese razón i comuniqúese.Lo trascribo a V. S. para su conocimiento i fines del caso,
Dios guarde a V. S.— Coehelio Saavedea."
Este decreto revelaba mas bien un patriótico deseo, que una reali
dad; pues nadie ignoraba que la situación lamentable en que se encon-
traba la mayor parte de los buques enumerados, los hacia inadecuados
para un servicio regular,La Memoria del Comandante de Arsenales, correspondiente al
afio de 1878, que figura entre los anexos de la Memoria de Marina de
ese ailo, pajina '241, confirmando esto aserto, dice lo siguiente:
"La circunstancia de haberse pedido a cada comandante de buque unamemoria
particular, escusa al infrascrita de tener que hacer mención del estado de cada nave,
limitándose, mientras tanto, a manifestar que de todos los buques que se hallan en
servicio activo, solo lo* blindados, la corbeta Magallanes i el vapor Tollón pue
den reputarse en perfecto estado de servicio, i que las corbetas Chacabuco i OEÍ-
fgvu deben pasar a fines del presente año a la categoría de simples buques de veta,
por euanlo el mal estado de lat calderas de sus máquinas no les permitirá de
sempeñar ninguna comisión importante en su carácter de buque* mistos. Con
tal motivo, el infrascrito es de opinión que debe precederse sin demora a la repara
ción de la goleta Covadonga, a fin de que la estación de Magallanes cuente siquieracon la posibilidad del relevo anual del buque que la sirve. La completa reparaciónde la Covadonga puede llevarle a cabo en el puerto de Constitución, con un gastomínimo de 25,000 pesos."
I el mismo señor Ministro se espresa en estos términos:
"Laa corbetas 0"ffiggint i Chacabuco, que llevan muchos años de continuos
servicios, reclaman desde liace tiempo una reparación estensa i radical. Sus calderas
han llegado al término de su natural duración i deben ser reemplazadas por otrasnuevas cuanto antes sea posible. X.> es menos urjente la retiración de sa casco.
Estas necesidades, que no es dable disimularse, habían doterminado al Gobierno, enel curso del año anterior, a enviara Europa la corbeta Chacabuco i a solicitar del
C'.nigreao lasuma de 105,000 pesos para ejecutar laa reparaciones que eran menea-
ten pero las circunstancias del erario obligaron a aplazar por entonces la realizacióndel provecto. Creo, sin embargo, de mi deber manifestar aquí que la conservación deesos buques demanda imperiosamente el que se proceda a repararlos. Si esta operación se retarda por mas largo tiempo, su costo se hará cada vez mayor i aun se
correr* el peligro de perder por completo loa dos buques No debe aguardarse seme-jante estremidad, i antes que ella llegue i de que el pais se vea privado de las dosnave* que son mas adecuadas para su servicio marítimo, considero necesario resolverse a invertir las cantidades que exija su reparación. Para no imponer al erario nn
desembolso considerable e inmediato, convendría proceder primero a la composturade la Chacabuco, dejando para el año subsiguiente la de la otra corbeta. Con este
objeto se consulta en el presnpuesto la suma que se estima necesaria.Si do fuera dado componer los dos buques referidos, antes de mncho seria ne
cesario habilitar para el servicio la goleta Covadonga, hoi desarmada, cuyo estado
- 9 —
exije una carena jeneral; pero cuya "máquina i calderas ae encuentran en situación
de servir por mucho tiempo. Esa carena, que podría hacerse con ventaja en el puer
to de Constitución, no importarla menos de 25,000 pesos,
En el curso del año a que ae refiere esta Memoria, los buques de la República
que no han sido desarmados por motivo de economías o por otras causas, han de
sempeñado diversas comisiones del servicio público, o han sido enviados en viajesde instrucción para promover el adelantamiento militar i marinero de los oficiales i
de la tripulación,Con motivo de la venta del vapor Ancud i del desarme del Abtao, ha dismi
nuido en proporción la jente de mar que estaba en el servicio de la armada, Ha sido
asimismo necesario llamar a retiro temporal a algunos injsnieros que excedían el
número de loa que debían existir según la dotación reglamentaria de cada buque,i habría habido quo tomar igual medida respecto de cirujanos i contadores si loa
que se hallaban en este caso no hubieran pedido su retiro absoluto con arreglo a la
lei."
II.
ccadbo demostrativo de nuestro personal i material marítimo.—bolrvia
provoca la guerra.— Ocupación de Antofacabta.—Situación de la
república i estado de la escuadra cuando bnakbolk mi insionia.
La tripulación i el andar de estos buques, en la fecba a que me
refiero, eran los siguientes:
Asi las cosas, sobrevinieron laa complicaciones con Bolivia.
No entra en mi propósito esplicar las causas que motivaron aque
llas complicaciones. Todos saben que de anos atrás Bolivia venia
suscitando dificultades i provocándonos con sus actos, basta que, por
ultimo, estableció un nuevo impuesto sobre los salitres que se elaboran
con capitales chilenos en Antofagasta, faltando con este nuevo abuso
a los pactos celebrados entre ambos Gobiernos.
Comprometidos loa intereses del país por aquella falta de lealtad,Chile jestionó, sin embargo, deseoso de no turbar la paz; pero el Go
bierno de Bolivia insistió en bu resolución, i no cabiendo acomodo
posible, nuestro Gobierno procedió a las vías de hecho ocupando con
sus armas el territorio de Antofagasta el 14 de Febrero de 1879.
Como Bolivia no contaba con elementos marítimos, el Gobierno
consagró toda su atención al ejército. Se creía, i con fundamento, que
— Íl
eon los blindados tenia mas de lo necesario para atender a las exijen-cias de una guerra terrestre.
Todavía no eran conocidos los solapados manejos del gabinete de
Lima ni sus propósitos; verdad es que se susurraba algo acerca de un
tratado secreto con Bolivia, pero la jeneralidad ponia en duda su exis
tencia. También se sabia que la cuestión salitre le interesaba, mas
nadie admitia que por este asunto se interrumpieran las buenas
relaciones de ambos países hasta arrastrarnos el Perú a un conflicto
inevitable.
Esta era, en resumen, la situación de la República i el estado de
su material marítimo el 13 de Marzo de 1879 en que volví a tomar
en Antofagasta el mando de la escuadra.
III.
Escasez de víveres i pertrechos.— Incorporación de la "Esmeralda" i
"Chacabuco" a la Escuadra.—Estado de estos buques.—La "O'Hiomss"
en reparación.—Ocupación del litoral hasta el Loa.— Toma de Cala-
ma.—Se establecen autoridades chilenas en los puertos de Bolivia.—
Reoreso de la escuadra a Antofagasta.—Las calderas de la "Chaca-
buco."—Se encargan nuevas calderas paba la "O'Hicwiss."—La repara
ción de las thf-s corbetas.—Escasez de fertrechos i carbón.—Arribo
del "MatIas CouslSo."—El almirante ignora todo movimiento ulterior.
Inmediatamente que enarbolé mi insignia, procedí a inquirir laa
necesidades de los diversos buques que la componian i a solicitar de
la Comandancia Jeneral de Marina los artículos que debian satisfacer
las. Formaban parte de ellos los pertrechos navales del blindado Almirante Cochrane i los víveres que, tanto este buque como el Blanco
Encalada, debian tener a su bordo para completar dos meses de con
sumo.
La Esmeralda i la Chacabuco llegaban por esos días a Antofagastai entraban a formar parte de la escuadra: la primera con sus calderos
saliéndose por todas paru-s, produciendo una lluvia continua de vapor
i agua; i la segunda con fallas en los sujos, según los partes pasados
por sus respectivos comandantes.
Dejando a la CtHiygins eu Antofagasta reparando sus calderos,me dirijí el dia 20, con el resto de la escuadra, a ocupar todo el litoral
hasta el rio Loa, límite norte del territorio boliviano,
Nuestras tropas, entre tanto, operaban en el interior í se apoderaban de Calama i sus inmediaciones.
Después de tomar posesión i constituir autoridades chilenas en
los puertos de Cobija i Tocopilla, regresé a Antofagasta el 28 con el
Blanco i la Magallanes, que formaban con la OHigoins la primen»división.
— 13 —
La segunda división, compuesta del Gochrane, Chacabuco i Esme
ralda, llegaron al dia siguiente.En estos movimientos la escuadra habia casi consumido su car
bón, i tanto el que habia en tierra como el que tenia la barca Ade
laida Rojas, ambos pertenecientes a la Compañía Salitrera, incluso el
existente en el buque Antofagasta, anclado en la bahía, resultó, por
informes periciales, no ser aparente para su consumo.
Los calderos de la Chacabuco habian también sufrido en esos mo
vimientos; fué, pues, preciso tomar activas medidas para repararlos i
acelerar el trabajo que se emprendía en los de la O'Higgins, a fin de
sacar partido de estos dos importantes buques, para los cuales encar
gaba asimismo la construcción de nuevos calderos en Valparaíso.Todas estas reparaciones, no obstante la actividad que se desple
gaba en ellas, no vinieron a terminarse sino en el mes de Majo, en
Iquique, cuando los acontecimientos de la guerra nos llevaron a ese
puerto. Los de la Esmeralda habian demandado la colocación de 40
parches para ser utilizados.
Mientras tanto, la escuadra seguía careciendo en Antofagasta de
combustible, de parte de sus municiones, víveres i pertrechos, i solo
el 31 le llegaban, por el vapor Matías Cousiño, ochocientas toneladas
de carbón.
Esto me obligó a dirijir, en 1.° de Abril, desde Antofagasta, lasi-
guicnte nota al señor Comandante Jeneral de Marina:
"Núm. 58.—Antofagasta, Abril 1." de 1879.—Desde la fecha
de mi última comunicación no ha ocurrido novedad en los buques de
la escuadra, a bordo de los cuales se continúa con toda actividad la
instrucción militar de las tripulaciones. El vapor Tollón se encuentra
en el norte vijilando los puertos de Cobija i Tocopilla.
Ajer a las 11 A. M. fondeó en este puerto el vaporMatías Cou
siño, e inmediatamente se dio principio al trasbordo del carbón para
rellenar los depósitos de todos los buques.A los blindados Cochrane i Blanco Encalada se les dará por
iguales partes de este mismo carbón i del inglés que se espera de un
momento a otro. Con tal motivo, lo que sobre del Matías Cousiño
será depositado en tierra, en las canchas de la Compañía Salitrera i
— 14 —
Ferrocarril de Antofagasta, para cuyo efecto me he puesto de acuerdo
con el jefe de aquel establecimiento.
Suponiendo que V. S. tendrá anticipado conocimiento de los futuros movimientos de la escuadra, si ésta tuviera que operar en los
puertos del Norte, convendría que el mismo vapor Matías Cousiño, o
otro, trajera un nuevo cargamento de carbón de primera clase, asi
mismo el mes de víveres que tengo pedido por telégrafo para que pue
da entregar a la escuadra en el hiirar en qne Be encuentre.
Me permito recomendar a V. S. el pronto despacho i envió de los
pedimentos pendientes."
La nota anterior revela que el Almirante, a la fecha del 1.a de
Abril, no tenia conocimiento de los movimientos que debia emprenderpronto la Escuadra de su mando. I esto cuando los acontecimientos iban
a sucederse con vertijinosa rapidez!
Tratado secreto.—Política del Perú.—Manejos del gabinete de Lima,—
Declaración de guerra.—Telegramas.—Consideraciones sobre los
futuros nombramientos de la escuadra.
Por este tiempo, o con algunos días de anticipación, principió a
tomar consistencia el rumor sobre la existencia del pacto secreto; i a
pesar de que el Gobierno del Perú, por medio de su artera diplomacia, trataba de encubrir sus propósitos, el buen sentido del pais no se
engañó.En efecto, mui luego se descubrió que todas las intrigas del di
plomático peruano no tenían otro objeto que el de ganar tiempo, puesel Perú, engañado en su previsión por la lijereza o aturdimiento de
Daza, vio con desagrado que los sucesos se anticipaban a sus deseos, i
trataba de retardar en lo posible el rompimiento de nuestras relaciones
con Bolivia para terminar sus aprestos bélicos con el fin de apoyarlacon éxito seguro en el conflicto que, desde la administración Pardo,
venia preparando con todo sijilo i doblez, confiado en la superioridadde sus recursos i contando, también, con nuestras complicaciones con la
República del Plata, las cuales abrían ancho horizonte a sus presun
tuosas pretensiones.Definida la situación, toda contemporización habría sido peligrosa;
así lo comprendió la nación i pidió la guerra, i el Gobierno, plenamenteautorizado por las Cámaras, procedió sin mas rodeos ni dilaciones a
declararla el 3 de Abril.
El mismo dia se me comunicó por telégrafo esta noticia i se me
autorizaba para dar principio a las hostilidades.
Dicho telegrama, recibido por mí a las 6 P. M., decia lo si
guiente:"Número 22.—SeñoresWilliams ¡Sotomayor, Antofagasta.
—Se
sabe ya en Lima declaración de guerra. Usted procurará destruir o in-
S ■
— 16 —
habilitar la escuadra peruana, impedir fortificaciones de Iquique o des
truirlas, aprehender trasportes i bloquear puertos, i proceder en todo
con amplias facultades.
Avise su partida i propósitos.—C. Saavedea.ii
Dos horas antes habia llegado a mis manos este otro:
"Número 20.—Moneda ;>.—Señor Williams Rebolledo, Antofa-
gasta.—Valparaiso, Abril 3 de 1879, 3.28 P. M.
nHoi saldrá Callao tercera espedicion para Iquique conduciendo
mü hombres i elementos de fortificaciones.—\. Fierho..i
Atendidos el espíritu i alcance de estos dos telegramas, habia,
pues, o que destruir la escuadra enemiga que se encontraba en el Ca
llao, o que bloquear puertos i apresar trasportes que conducían jentc i
elementos para fortificar a Iquique,Para ejecutarlo primero, nuestra escuadra habría debido estar de
antemano completamente abastecida, lista para obrar, i contar con un
vapor, al menos, que hubiera podido acompañarla en su larga travesía
de 1,874 millas con el combustible necesario para su consumo (1),Lo segundo suponía menos preparación, i entóneos la cuestión
quedaba Bolo reducida a saber sí, adoptando este último partido, queestaba en relación con nuestros recursos, podía llegarse a alcanzar el
mismo resultado que se perseguía con la adopción del primero. Esto
es lo que trataré de dilucidar en los párrafos siguientes,
(I) Es necesario tener presento que no son los tiempos de los buques de vela,
Hoi las cosss han cambiado, i un jefe de escuadra, coa naves como nuestros blinda
dos, que aa mneven impulsados por la acción del vapor, sin combustible es impotente para obrar.
V.
La escuadra zarpa de Antofagasta.—Su estado.—Inconveniente del "Matías
Cousiño" para seguir sus aguas.—La barca "Rimac."—En el mak.—
Se establece el bloqueo de Iquique,—Nota pasada al prefecto.—
Cuando recibí los dos telegramas ya citados, ocupábanse nuestros
buques en recorrer sus máquinas i trasbordar carbón del vapor Matías
Cousiño que, como se ha dicho, habia llegado a Antofagasta a las
11 A. M. del dia 31 de Marzo.
Persuadido de qne todo retardo en abrir la campaña favorecía al
enemigo i podía dar lugar a que se operase en Iquique el desembarque
déjente i elementos anunciados, la misma noche del 3, alas 12.35 P. M.,
i sin esperar la terminación del trasbordo del carbón, lo cual habría re
tardado considerablemente mi salida, me hice ala mar con la escuadra,
compuesta de los dos blindados, las dos corbetas i la Esmeralda; estos
tres buques con sus calderos casi destruidos, no obstante las repara
ciones que hasta ese momento se seguia ejecutando en todos ellos.
La Magallanes, que desempeñaba por entonces una comisión, de
bia reunirse pronto a nosotros.
Para obviar la falta de combustible que la precipitada partida de
la escuadra me imponía, i tener un repuesto con que atender a sus
movimientos futuros, traté de conseguir que el Matías me acompañase;
pero <este vapor navegaba con bandera inglesa, i su capitán no pudo,
por esta causa, acceder a mis deseos.
Tal fué el primer resultado que nos trajo la falta de vapores tras
portes nacionales al dar principio a la campaña marítima. Quedóse,
pues, en Antofagasta el Matías, i con él la barca Rimac, de la misma
nacionalidad, que habia llegado a dicho puerto el 2 de Abril con un
cargamento de buen carbón.
Reunida la escuadra en alta mar, i después de ejecutar algunasevoluciones de táctica i ejercicios de tiro en doble columna, goberné
)
— 18 —
en demanda de Iquique, a donde llegué el 5. El mismo dia establecí
el bloqueo, como estaba ya acordado con el asesor, con la aceptación
tácita del Gobierno, pasando al jefe político ¡ militar del puerto la
siguiente notificación:
«A bordo del Blanco Encalada.—Rada de Iquique, Abril 5
de 1879.—Señor: Acabo de fondear en estas aguas con la escuadra
ilc mi mando, con el objeto de establecer el bloqueo efectivo del puer
to i sus inmediaciones, que principia desde luego.
I como es posible que la marcha de los acontecimientos, que mui
pronto deben desarrollarse, ya sea por la presencia de la escuadra pe
ruana en estas aguas, o ya por otra causa, ine obligue a emplear los
elementos militares de las fuerzas de que dispongo, me anticipo a pre
venirle a V. .S. para su conocimiento i para que así lo haga saber a la
parte indefensa de la población; a cuyo efecto señalo el plazo de veinti
cuatro horas, que deberá contarse desde el momento en que reciba V. i?.
la presente comunicación, haciendo responsable a V. S., pasado aquel
tiempo, del resultado de mis operaciones.—Dios guarde a V. S.—■
Jl'AX WlI.MAMS ReDOLLEDO.ii
I la Bulliente nota al decano del cuerpo consular:
ii Participo a V. S. que con esta fecha he establecido el bloqueode este puerto como medida estratéjica para los futuros acontecimien
tos que tendrán que surjir con motivo de la actitud hostil asumida por
el Gobierno del Perú en nuestra contienda con Bolivia; i tengo el
agrado de manifestara V. 8. que todos los subditos i ciudadanos es-
tranjeros residentes cu este puerto, obtendrán del que suscribe el
apoyo i seguridad do sus personas e intereses, siempre que no estén en
oposición con los intereses que persigo.En consecuencia, si algunos de ellos desean nbandonar el lugar,
trasladándose por mar al Norte o Sur, no pondré inconveniente para
que lo efectúen, con tal que obtengan previamente un pasaporte del
sefior cónsul de la nación a que pertenecen, el cual será visado por el
qne suscribe.
Debo prevenir a V. S. que los vapores déla carrera boIo perma
necerán en el surjidero, sobre vapor, el tiempo preciso para el embarco i
^*jfiíi>^i>- iV
desembarco de la correspondencia i pasajeros que tomen en el sentido
que dejo indicado.
Sírvase V. S., en el carácter de decano del cuerpo consular en este
puerto, poner en noticia de sus honorables colegas el contenido de la presente nota, i admitir los sentimientos de consideración con que me sus
cribo de V. S. A. i S. S.—Juan Williams Rebolledo.u
\
VI.
Observaciones sobre el bloqueo de Iquique.
Se principió la campaña marítima contra el Perú por este acto de
hostilidad, teniendo en vista lo siguiente:
1." La convicción que entonces abrigábamos todos de que hostili
zados los puertos del Perú i agredida la parte mas importante de su
litoral, éste baria efectivas sus altaneras amenazas. Nadie habrá olvida
do que el Perú hacia alarde de su poder naral í que sus gobernantes
aseguraban que desde el primer momento "barrerían nuestras naves
del Pacífico." Después de estas arrogautes declaraciones i de otras no
menos públicas i acentuadas, parecía natural que trataran de reivindi
car su territorio o eiiviarnn su escuadra— tan fuerte como la de Chile—
a batir nuestras naves que les inspiraban tan soberano desden. Vulnerado
en su honra i prestijio, herido en sus intereses, humillado ante la
América, viendo que nuestros cañones contestaban a sus jactanciosasbaladronadas, ¿cómo dudar de que el Perú haria un esfuerzo para
colocarse a la altura que le marcaba su deber?
El curso de la guerra ha venido a enseñarnos la fé que merecen las
declaraciones de la prensa i las mas solemne:; afirmaciones del Gobierno
de ese desgraciado pais; pero en aquella época ¿había antecedentes
para calcular hasta qne punto estaban reñidos las palabras i los hechos
oficiales?
'2." La esperanza de un pronto desembarco de nuestras tropas en
[i¡uii¡uc o sus inmediaciones. La presencia de la escuadra era indis
pensable para secundar al ejército en cualquiera operación militar que
emprendiera.3." La conveniencia de embarazar i destruir las dos principales
fuentes de entradas—el salitre i el guano—con que contaba el enemi
go, a fin de limitar en lo posible sus recursos. Abatido el crédito del
Perú en el estranjero, reinando ya una desconfianza absoluta i un com-
WifcA-v-í-.:' *>"..-:*....■..■:.-.. i,í**fcí.J.«.i-
— 21 —
pleto desconcierto en el interior, a pesar de la vocinglería de su prensa;
mermadas considerablemente sus rentas de Aduana, es indudable quela medida adoptada estaba llamada a producir excelentes resultados.
I si estas razones de conveniencia o de estratejia no hubieran sido
suficientes para justificar la medida, lo habría sido indudablemente
una ante la cual toda observación era inútil; la absoluta imposibilidadde emprender inmediatamente un ataque sobre el Callao.
Prescindiendo del mal estado de las corbetas, (1) en cuyas mas
indispensables i urjentes reparaciones se trabajó con toda actividad
hasta el mes de Mayo, empleando en ellas a los obreros del estableci
miento de salitres de Antofagasta, como consta de las cuentas presen
tadas por ese establecimiento i de las comunicaciones pasadas por los
comandantes de dichos buques, me bastará recordar que, en ese mo
mento, nuestra escuadra se encontraba desprovista de todo, desde los
víveres hasta el carbón, i carecía ademas, como se ha dicho, de un
vapor trasporte para la conducción de este artículo indispensable parasu movilidad; circunstancia que motivó el que nuestros buques saliesende Antofagasta con el combustible indispensablemente necesario en sus
carboneras para llegar a Iquique.
(1) La Esmeralda, llegó a Iquique con sus calderos en tan mal estado, qne se
vaciaban solos, i con tanta prontitud, que el donkey i las bombas eran insuficientes
para alimentarlos. Habían recibido ya 70 parches, según el parte que me paso el
malogrado comandante Thomson el 9 de Abril de 1879, bajo el núm. 17.
A la Chacatmco le habian fallado tres de los suyos, i exijian un trabajo constan
te.— (Nota de 9 de Abril de 1879 pasada por su comandante).
Respecto de la O'Higgins, ésta se encontraba en peor condición que la anterior,como ya lo he manifestado.
J"il|3W
VIL
El "Chalaco."—Arica i sus fobtificaciones.—El "Huáscab" i "Pilcomayo."—
El "Cocheane" i la "Magallanes" zarpan para Antofagasta.—Objsto
de este viaje.—Arribo del ''Copiapó" a Iquique.—Su retardo i conse
cuencias,
Establecido el bloqueo, era necesario proveer a todas las necesi
dades de la situación. El carbón era una de las mas apremiantes, i
mientras el señor asesor, por encargo mió, dirijia al señor comandante
en jefe del ejército en Antofagasta, el dia 6, el siguiente telegrama:
"Señor don Emilio Sotomayor.—Iquique, Abril 6.—Carbón ur
jente,—R. Sotomayor."
yo pedia al señor Comandante Jeneral de Marina la remisión de
todos los artículos que exijia el servicio de la escuadra, agregándole,
respecto de los solicitados con anterioridad, lo siguiente:"Reitero a V. S. la urjente necesidad del pronto despacho i en
vío de los distintos pedimentos hechos por los buques de la escuadra,
porque ya se dejan sentir los inconvenientes que produce la carencia de
algunos artículos a bordo."
Dados estos antecedentes, los primeros días del bloqueo fueron,
como se comprenderá, desesperantes: sabia que el Chalaco desembar
caba en Arica los cañones para fortificar el Morro i construir otras
baterías que estaban destinadas para Iquique, i, sin embargo, no pudemandar uno de los blindados a impedirlo, porque el Blanco, que era
el buque mas provisto de combustible, no podia disponer del suficiente
para emprender el viaje de ida i vuelta a aquel puerto.Intenté, entonces, comprar un cargamento de carbón inglés en
Iquique, por cualquier precio, pero toqué con el inconveniente de la
bandera neutral i otras graves dificultades que paralizaron por com
pleto mí acción. Algunos jóvenes chilenos que en esa época regresabana la patria, pasaron a bordo del Blanco i me manifestaron lo que su
cedí» en Arica: no creí prudente imponerlos de mi situación; i de esta
— 23 —
natural reserva, o aparente indiferencia con que acojí sus informes, se
han deducido después cargos que no creo necesario entrar a refutar.
Así las cosas, tuve noticia de haber salido del Callao los buques
peruanos Huáscar i Pilcomayo; i temiendo que ellos se dirijieran a
Antofagasta u otro puerto de la República con miras hostiles, dispuse
que en la noche del 9 de Abril zarpara el blindado Almirante Cochrane
con la corbeta Magallanes en dirección a Antofagasta, con el objetode rechazar toda hostilidad de parte de esos buques, i aprovechar su
estadía en aquel puerto para llenar sus carboneras; llevando el coman
dante de laMagallanes la'órden de volver con el Cochrane i separarse
de él en su viaje de regreso a la altura de la caleta de Huanillos, a fin
de practicar un prolijo, reconocimiento del puerto, máquinas de desti
lación de agua, muelle, etc., para proceder, en caso necesario, a paralizar todo movimiento.
Dos dias después de la salida de estos buques, es decir, el 11,
llegaba a Iquique el Copiapó con un cargamento de carbón, víveres i
algunos pertrechos que habian sido anunciados por telegrama fecha 3
del señor Ministro de la Guerra.
Este retardo de ocho dias en la llegada del Copiapó, que debió reu
nirse pronto a la escuadra para facilitar sus movimientos, i con el cual
contaba a mi salida de Antofagasta para operar en las costas enemi
gas, lo orijinó su pasada al puerto de Caldera, no sé con qué orden
ni con qué objeto, i el sistema que entonces imperaba de querer
atender con un solo buque a las necesidades del ejército i armada.
Fué preciso que el señor jeneral en jefe del ejército, sabedor por el
telegrama del 6, que le dirijió el asesor, de la falta de combustible que
se hacia sentir en la escuadra, lo llamase coa urjencia para que este
vapor abandonase a Caldera, i, después de tocar en Antofagasta, llegasea Iquique el mencionado día 1 1.
Pero como el buen o mal éxito de las operaciones de una campaña
suele a veces depender de hechos aparentemente insignificantes, suce
dió que el retardo del Copiapó trajo por consecuencia la fortificación
de Arica i el que nuestra escuadra no pudiera evitar en tiempo el
desembarco de los elementos que fueron introducidos en ese puerto,
como queda ya referido.
VIII.
La "Magallanes."—Chipaxa —El "Busco" si dirme al Nortf»—Encuentro
ci.n ei, "Chalaco."—Persecución de este trasporte.—Andar del "Bun
io."— SU REGRESO A Io.UIO.UE.
Anclado el Copiapó, se procedió inmediatamente a llenarlas car
boneras délos buques.Estibamos en esta operación cuando, a las 9.35 P. M., llega la
Magallanes, sola, contrariando mis instrucciones, de regreso de su viaje
a Antofagasta. Recibida la visita de su coinandaute, supe por este
jefe que al dirijiree a Huanillos para hacer efectivo el reconocimiento
que le habia ordenado, tuvo que batirse en retirada con las corbetas
enemigas Union i Pilconuti/o.
Con este motivo, i después de haber conferenciado con el espre
aado comandante acerca de la probable situación de los buques perua
nos i contando conque durante mi ausencia, que no debia durar mas
de '24 horas, el litoral del Sur quedaría vijilado por el bliudado Co
chrane en bu viaje de regreso a Iquique, zarpé aquella misma noche,
con rumbo al Norte, en demanda de las naves enemigas, a las cuales
suponia navengado en unión con el Huáscar.
LUguc hasta la altura de Camarones sin encontrar buque alguno,Cuando me proponía regresar, se avistó como a seis millas un vapor
que resultó ser el Chalaco; pero, desgraciadamente, después de tres ho
ras de caza, tuve que abandonar su persecución: la superioridad de su
marcha i la circunstancia de haberse reventado los tubos de dos calde
ros del Blanco, apartaba cada vez mas la distancia i era inútil seguirlo
por mas tiempo.Esto nos hizo poner proa al Sur en demanda de Iquique, a donde
arribé alas 8 P. SI. del 13.
IX,
Necesidad de un buque lijero.—Se pide el "Amazonas."—Acápite de carta
sobre este asunto.—Abastecimiento del ejercito aliado,
Esta primera caza, preludio de las que debia intentar después con
el mismo mal éxito, me hizo solicitar, por conducto del señor asesor,
en los primeros dias del bloqueo de Iquique, la compra del Amazonas,
pues estaba persuadido de que sin un vapor lijero que diera caza a los
trasportes peruanos, el enemigo podia burlar impunemente nuestro
poder i vijilancia. Nuestras dos naves de combate, sobre todo en el
estado en que se encontraban por la suciedad de sus fondos, no eran
aparentes para ese servicio, i ninguno de los buques que constituían en
aquella fecha la escuadra, podía desempeñar tal comisión,
Esta situación especial, o mejor dicho, esta notoria verdad, no
mereció ser atendida por los escasos recursos de qne entonces disponíamos.
Tres meses después no era mas feliz: mis deseos de obtener un
buque como el que habia solicitado, no se satisfacían; i, sin embargo,
llegaban ya a mis oidos, en forma de observaciones, infundadas quejas
por mi falta de acción para evitar las escursiones de los transportes
enemigos.A este propósito decia el 12 de Julio, a un alto funcionario públi
co, desde Antofagasta, lo siguiente;"Estoi cansado de lidiar con buques viejos i de pesado andar que,
o me son un estorbo, o solo me sirven para tenerlos fondeados i enga
ñar al pais haciéndole creer que tiene una poderosa escuadra.
"Ud. se queja de que hoi, como mas adelante, nuestro material
marítimo será el mismo, i que si ahora no se puede hacer algo, menos
se podra hacer después. Permítame decirle que esta observación es
_ 2fl —
inexacta, porque tan pronto como tenga a la ffHiggins con sus nue
vos calderos i al Loa o al Amazonas armado, este último como lo he
pedido, yo creo que habremos ganado mucho i se podrá abrigar la es
peranza de hacer lo que hoi es imposible, atendido el escaso andar de
nuestros buques."
I así, sin mas naves que nuestros dos trabajados blindados para
protejer a Antofagasta i nuestras costas, sostener el bloqueo de Iqui
que, cuidar el resto de la escuadra i recorrer el litoral enemigo, se ba
llegado a hacérseme cargos porque no impedí en tiempo el abasteci
miento del ejército aliado!
X.
Pabellón de Pica i Huanillos.—Paralización de todo movimiento en estas
caletas.—El "Cochrane" i "Magallanes" se dirijen al Norte.—Ins
trucciones que llevan.
El 14 de Abril volvía el Blanco a tomar carbón, i a la 1. A. M,
del dia siguiente dejaba nuevamente a Iquique acompañado de la
ÜHiggins, Chacabuco i Magallanes.
Avistado poco después el Cochrane, recibía su comandante i el
de la Magallanes instrucciones para dirijirse al Norte, hasta Moliendo, i
hostilizar las costas peruanas sin omitir medio alguno dentro de las
reglas que prescribe el derecho marítimo, mientras yo me dirijia con
los demás buques a las caletas del Sur a ejecutar iguales operaciones.Mui luego los muelles i útiles del Estado en Pabellón de Pica i
Huanillos fueron destruidos; i esas poblaciones i sus radas, ocupadas
por cerca de un centenar de buques de gran porte i de diferentes
nacionalidades, quedaron enteramente desiertas, habiendo sido los
asiáticos, al servicio del Gobierno del Perú, los principales ajentes des
tructores de los aparatos de embarque, i ellos los que aplicaron el
fuego en muchas partes i lo atizaron en todas, destruyendo esas obras
mas allá de mis deseos. La noche me impidió evitarlo,
XI.
La "Chacabuco" i el "Blanco" en Pisagua.—Destrucción de esta población.
—Causas que motivaron este acto de hostilidad.—La escuadra keqre-
■a a Iquique.—Mo llendo.—Resultado de la comisión que 'deseju-eSó'
el "Cochrane."
Desalojado todo el litoral al Sur de Iquique, ordenó que la cor
beta Chacabuco, al amanecer del 18 de Abril, se dirijíera a Pisagua
para destruir los medios de embarque en los puertos del Norte,
Dos horas después zarpaba yo en el Blatwo para protejer sus
movimientos, i llegaba a Pisagua a las 9.30, en circunstancia que la
Chacabuco, sobre su máquina, despachaba sus embarcaciones para to
mar posesión de las lanchas que existían fondeadas en la bahía.
Ajenas á todo otro sentimiento hostil, estas embarcaciones fueron
atacadas violentamente por jente acordonada i resguardada por para
petos a lo largo de la ribera, i también por individuos ocultos en todos
los edificios que daban frente al mar, disparando sobre ellos una lluvia
de proyectiles. Notando que un ataque tan severo como encarnizado,
recibido a cuerpo descubierto, principiaba a causar estragos en las tri
pulaciones, i no divisando otro medio que el de la artillería para deten-
las de una muerte segura, tuve, mui a mi pesar, que hacer uso de ella
mientras la flotilla regresaba a sus respectivos buques.Quince minutos después se producía el incendio en tierra; una
parte de la tropa se retiraba detras de una pequeña eminencia, i el
pabellón peruano era arriado.
En estas circunstancias zarpa por segunda vez una escuadrilla de
botes para posesionarse de las lanchas, í es recibida traidoramente con
un nutrido fuego de fusilería, que me obliga a disparar nuevamente
Bobre los grupos de fuerzas enemigas para protejer la vida do nuestros
marineros,
El castigo de esta imprudente provocación a que recurrió la guar-
— 29 —
nicion i el vecindario del pueblo cuando no contaba con los elemen
tos de defensa qne la justificasen, pareció entonces un tanto severo a
los partidarios de las medidas a medias, que tan fatales son en la
guerra; i sin embargo, si este castigo hubiera sido mas ejemplar, mas
serio, acaso se habría evitado mas tarde el ataque análogo de que fué
víctima el Amazonas en el puerto de Chorrillos.
Debo dejar aquí consignado, no obstante, que el incendio de Pi
sagua fué un acontecimiento que no pudo evitarse por la situación
central que ocupaban en la población las fuerzas enemigas, sobre las
cuales se hacia fuego.A las 5.30 P. M. volvíamos a fondear en Iquique, i el 21, a las
9 P, M., regresaban de su comisión al Norte, hastaMoliendo, el Cochra
ne Ha Magallanes.
Las autoridades de Moliendo i Mejillones del Norte incurrieron
con estos buques en la misma falta que los de Pisagua, comprometiendo inútilmente la existencia i propiedades de sus nacionales i la vida
e intereses de los neutrales que vivían al amparo de la bandera perua
na: tuvieron la poca cordura de provocar nuevos conflictos haciendo
fuego sobre nuestros botes, i sufrieron naturalmente las mismas con
secuencias.
XII.
Prensa del Perl1.—Su estilo.—Apreciaciones acerca de la querrá.
La prensa del Perú estimulaba, como se sabe, estas inútiles resis
tencias, í en seguida protestaba de nuestros procedimientos i nos acu
saba prodigándonos los calificativos mas torpes c indignos.Por mi parte, me habia trazado uu plan do operaciones i estaba
dispuesto a seguirlo hasta el fin; luego, si en la realización de mis pro
pósitos encontraba ri'>istoin:Ías i de ellas resultaban daños i desgracias,esos daños i desgracias solo podian imputarse a la conducta que obser
vaba el enemigo.Como principio, yo acepto i hago la guerra en la forma que se
me hace o pretendo hacerla.
iA caso el jefe supremo del Peni no habia declarado terminante
mente que baria una guerra "tremenda" i sin cuartel?
¿Por qué entonces la nación peruana, teniendo una marina tan
potente como la nuestra, no procedía a los hechos i se limitaba a sim
ples amenazas i a insultar a los agresores al ver sns puertos bombar
deados?
¡Seria talvez porque los hijos de la patria peruana no han naci
do para agredir, siendo sn fuerte la palabra i todo su valor i pujanzalos órganos de la publicidad?
Pero cerremos estas digresiones: el pueblo del Perú, i acaso una
parte del nuestro, han olvidado en la presente contienda que una guerra es tanto mas humanitaria, cuanto mas cruenta es, i que es solo
haciendo sentir todos los rigores de ella a los belijcrantcs, que se llegapronto a la paz.
Será siempre la guerra mas humana la que apresure cuanto antea
el desenlace, obligando al vencido a reconocer la lei inexorable de bu
destino, que le dicta el vencedor.
XIII.
Nuevas operaciones militares,
Llevado del deseo de aprovechar i utilizar en lo posible los ser
vicios de la escuadra, que muchos creían inmóvil en las aguas de Iqui
que, no bien se trasbordó a ella el carbón que, en cantidad de setecien
tas toneladas, le habian llevado en los dias 24 i 26 de Abril los vapores
Copiapói Paquete de Maule, no bastando para llenar sus depósitos,
zarparon el Cochrane i O'Higgins para Pisagua i Mejillones con el fin
de destruir nuevamente los útiles de embarque, i el Blanco i la Maga
llanes con el de interceptar los trasportes peruanos que pudieran con
ducir tropas i elementos de guerra a los puertos situados al Sur de
Moliendo.
Con todos estos movimientos emprendidos para ofender i provo
car al enemigo a «u combate naval, i la destrucción del cable telegrá
fico en los puertos de Iquique i Arica, concluye el mes de Abril
de 1879, primero de la guerra,
XIV.
Abastecimiento de la escuauka.—Nki-esidades apremiantes.—Nota sorbe
el paktiltlar.—Observaciones a los carcos hechos al Jefe de la
escuadra en el Senado
Trazados así, dia por dia, los movimientos de la escuadra en su
doble carácter de escuadra bloqueadora de Iquique, a la vez que hos-
tihzadora de las costas del litoral enemigo, conocidos los elementos de
que ella disponía i el grado de eficiencia i de utilización de cada uno de
sus buques, toca ahora ver la manera cómo se la atendía en sus necesi
dades, i si su Almirante podía dar, con estos elementos, mayor ensanche
a sus operaciones marítimas durante el recordado mes de Abril i los
primeros dias de Mayo.He dicho antes, i no está demás recordarlo aquí, que a mi llegada
a Iquique para establecer el bloqueo, solicité de la Comandancia Jene
ral de Marina el envío de todos los artículos que necesitaba la escua
dra para obviar los inconvenientes que producía ya la falta de algunosde ellos. Entre esos artículos figuraba el aceite para las máquinas, cuyaexistencia a bordo estaba ya para agotarse.
Con tan imperfecto abastecimiento, la situación quo se creaba a
la escuadra no podia ser mas difícil. Esta situación mejoró un tanto
el 11 de Abril eu que llegó el vapor Copiqpó con un cargamento de
carbón, víveres secos i algunos pertrechos; cargamento, sin embargo,que no alcanzó a llenar las carboneras de los buques; i como habia un
consumo permanente en toda la escuadra, mui luego nos volvimos a
encontrar mas escasos que antes de recibir este pequeño auxilio.
Para remediar este mal, fuérae, pues, necesario reiterar con insis
tencia mis pedidos por medio de notas fechadas el 12 i 20 del mismo
mes.
El 23, viendo que el tiempo trascurría i poco aún llegaba, me vi
obligado a dirijir la siguiente comunicación:
"Núm. 100.—A bordo, etc., Iquique, Abril 23 de 1879.—Se
ñor Comandante Jeneral de Marina: Se me hace preciso llamar seria
mente la atención de V. S. hacia el retardo qne sufre el despacho de
los pedimentos i el consiguiente envió de los artículos qne con urjen-cia han sido solicitados para el servicio de los buques de la escuadra.
Esteretardo es tanto mas perjudicial, cua.ito que todos los artícu
los solicitados son de urjente e imprescindible necesidad a bordo, i sufal
ta ocasiona grandes inconvenientes al buen servicio, como se nota ya,
pudiendo, en el curso de losfuturos acontecimientos, ser de graves conse
cuencias i llegar hasta comprometer el buen éxito de la campaña.
Sírvase, pues, V. S., en mérito de lo que dejo espuesto, impartirlas Órdenes que juzgue mas oportunas para que, de preferencia, se atien
da alpronto despacho de los pedimentos i envió de los artículos que por
ellos se solicitan."
Por este tiempo, con motivo de la privación de víveres frescos,
por cerca de cuatro meses en algunos buques, se principió a declarar
el escorbuto; i, a fin de prevenir este mal i sus consecuencias, solicita
del Jeneral en Jefe algunas provisiones frescas, a la vez que un poco de
aceite para las máquinas, de lo que estaba mui escaso. Atendido
este pedido, el 26 de Abril recibí de Antofagasta, por via de auxilio,
para suplir a toda la escuadra, los artículos que se espresan en la nota
que sigue:"Núm. 110.—A bordo, etc., Abril 26 de 1879.—Señor Jeneral
en Jefe: Por el vapor Paquete de Maule se han recibido los seis bueyesi las verduras remitidas por V. S. para el consumo de esta escuadra.
Asimismo, en el mismo buque han llegado doscientos galones de aceite
para el uso de las máquinas,Lo que aviso a V. S. para su conocimiento i en contestación a
sus oficios números 416 i 420 del 24 del actual."
No obstante mis reiteradas exijencias, la escuadra siguió carecien
do de pertrechos i hasta de la dotación de municiones, recibiendo por
toda remesa, el 25 de Abril, un segundo cargamento de carbón que me
llevó el vapor Copiapó, i una cantidad del mismo artículo que con
dujo el Paquete de Maule; todo esto consta de la serie de oficios que
pasé en aquella ocasión i de los cuales copio en seguida los principales;
— 3+ —
"Num. 122.—A bordo, etc., Iquique, Abril 27 de 1879.—Se
ñor Comandante Jeneral de Marina: El señor Comandante en Jefe de
las fuerzas del Norte, desde Antofagasta, me comunica que tiene orden
de hacer regresar al departamento el vapor CopiapÓ, i como supongo
que este viaje tenga por objeto limpiar sus fondos para enviarlonueva
mente al Norte para las necesidades de la escuadra, espero queV. S. se
servirá ordenar que traiga un cargamento de carbón inglés, de primera
clase, i los artículos i pertrechos solicitadospor pedimentos, caso que aun
no hayan sido remitidos ya, como asimismo que su estadía en Valparaíso sea bien corta, a fin de que pueda llegar aquí a la brevedad
posible.
Núm. 123.—Iquique, Abril 27 de 1879.—Señor Comandante
Jeneral: Nada de nuevo ha ocurrido en los buques de la escuadra de
mi mando desde el 24, fecha de mi última comunicación,
El bloqueo de este puerto continúa sin que haya ocurrido inciden
te alguno digno de relatarse,
El vapor Cqpiapó llegó en la mañana del dia 25 con carbón para
la escuadra, con el que se han rellenado las carboneras de los buques,
con escepcion de las de la Chacabuco, que aun no regresa de su comisión,
Mañana zarpará el vapor al Sur, conduciendo algunos heridos a
Antofagasta i enfermos hasta el departamento. Van en ól también los
masteleros i madera de repuesto de los blindados i corbetas, que he
creído conveniente sean depositados en arsenales hasta la conclusión
do la guerra.
El vapor Paguetede Maule fondeó aquí al amanecer del dia de
ayer, i tan luego como haya desembarcado su carga, regresará al Sur.
Reitero a V. S. el pronto despacho de los pedimentos i la remi
sión inmediata de los artículos solicitados.
La salud de las tripulaciones sigue bien i se continúan con regularidad los ejercicios militares i marineros a bordo de todos los buques.
Núm. 128.—A bordo, etc., Iquique, Abril 28 de 1879.—Señor
Comandante en Jefe del Ejército del Norte: Necesito urjentementecarbón para los buques de la escuadra; el que han traído los vapores
Copiapó i Paquete de Maule apenas basta para las exijencias delmomen-
— 35 —
to, i la falta de combustible embaraza hoi los movimientos de la escua
dra.
Sírvase, pues, remitirme a la brevedad posible, por el conducto
mas espedito, quinientas o mas toneladas de carbón de buena clase-
Prevengo a V. S. que el Paquete de Maule, que he retenido aquí,tiene a su bordo cien toneladas, cantidad que apenas bastará para una
de las corbetas.—J. Williams Rebolledo."
En nota del 2 de Mayo, después de dar cuenta de la espedíciondel Cochrane i O'Higgins a Pisagua i Mejillones del Perú, terminaba
con estas palabras:
"Vuelvo a reiterar a V. S. el pronto envío de los artículos soli
citados por pedimentos, i mui particularmente del aceite para las
máquinas i proyectiles."Como los buques se encontraban escasos hasta de sebo para las
máquinas, tuve que dar la siguiente orden:
"Iquique, Mayo 6 de 1879.—Se autoriza al comisario de la
escuadra para que obtenga del capitán del Matías Cousiño los cincuenta
quilogramos de sebo a que se refiere el anterior pedimento, abonando
su valor con fondos de la comisaría o en calidad de préstamo, con
cargo de devolución si su precio fuere excesivo."
I dirijí, con fecha 9 del mismo mes, la siguiente nota:
"Número 141.—Iquique, Mayo 9 de 1879.—Señor Comandante
en Jefe del ejército del Norte: Si por algún evento no hubiera aun lle
gado a ese puerto el aceite para las máquinas, que he solicitado del
departamento, ruego a V. S. se sirva comprar en aquella plaza i remi
tirme por el vapor Matías Cousiño la cantidad de doscientos galones."
Juzgúese ahora con estos datos de la situación en que se encon
traba la escuadra desde el dia en que se le confió la defensa de la
honra nacional; recuérdese el estado en que se hallaba cada uno de
bus buques al darse principio a las hostilidades, ¡hágase en seguida, de
buena fé, el cargo que se quiera a su Almirante, no solo porque no fué
al Callao en los primeros momentos, lo que habría sido una insensatez
de su parte, vistas las circunstancias e inconvenientes que le rodeaban,
— 36 -
sínó también porque no imprimió mayor enerjía a las primeras operaciones de la campaña marítima con los escasos elementos que poseía.
Si es fácil formular cargos después de verificados los aconteci
mientos, no lo es menos avanzarlos, las mas veces injustamente, cuando
Be desconocen antes las causas que los producen.Esta regla de buen criterio, de continua aplicación en los actos
mas ordinarios de la vida, la han abandonado mis gratuitos detractores
para presentarme ante el Sonado de mi patria como culpable do actos
que rechaza el mas vulgar patriotismo, i hacerme, entre otros, el gra
ciosísimo cargo de haberme ausentado para espedicionar sobre el Callao
atando elEjército se encontraba listopara efectuar un desembarco en Iqui
que, sin recordar que el Jeneral en Jefe de este mismo ejército, acanto
nado entonces en Antofagasta, espresaba en telegrama de 15 de Mayo,
precisamente en la víspera del dia en que me disponía a emprendermi viaje, que sin mas tropas i demos cosas que teniapedidas al Gobierno,no podía morerse sobre Iquique. (1)
Cargo será éste de que me ocuparé con mas detención en el párrafo siguiente.
(1) Telegrama inserto en el acta de la sesión del Senado de 30 do Julio de 1879,
publicado en el número 16,319 del Mercurio, fecha 29 de Julio de 1881.
X?.
Bloqueo del Callao.—El Almirante opta por el ataque.—Razones en que
se funda.—Su opinión.—Carta del Ministro db la Guerra.—Nota del
Ministro de laGuerra accidental, señor "Varas.—Opinión del Gobierno
acerca del bloqueo del Callao i un desembarco en Iquique.—Inconve-
ntentes para emprender este último movimiento.—Municiones.—Discur
so del señor Ministro de Justicia.-—Declaración del señor Ministro
Varas en el Senado.—Observaciones a los cargos hechos por el senador
beSor Belisario Peats.—Municiones pedidas por el Jeneral en Jefe.—
Castidad con que contaba el ejercito para espedicionae cuando la
escuadea se dlrijió al callao.
Así las cosas, era necesario activar el desenlace de la campaña
marítima, i para ello no había mas recurso que dar el golpe de graciaa la escuadra peruana en el mismo puerto del Callao, ya que el bloqueode Iquique, como medio para obligarla a aceptar el combate, no habia
dado los resultados que de él se esperaban,I digo que no habia mas recurso, porque el bloqueo del Callao
que se me recomendaba establecer, i al cual yo me opuse por las razo
nes que espresé al Gobierno en nota fechada en Iquique el 9 de Mayode 1879, que va al final de esta esposicion, habría importado, con el
material que constituía entonces la escuadra chilena, dar al enemigotodas las ventajas posibles i comprometer, en consecuencia, mas allá de
lo que aconsejaba la prudencia, la suerte i el porvenir de la República.
Me halagaba, por otra parte, al adoptar el plan de ataque contra
la escuadra peruana, la noble ambición de dar a mi patria un dia de
gloria, i me asistía, ademas, no solo la convicción de que mientras este
moyimiento no se ejecutase, era imposible operar con el ejército, sino
también la persuacion de que este ejército no se encontraba todavía
listo para espedicionar spbre el territorio enemigo,
— 38 —
Para opinar por lo primero, me fundaba, entre otras consideracio
nes, en la dificultad insuperable en que íbamos a encontrarnos para
iprovisionar regularmente dicho ejército, no teniendo enteramente libre
el acceso a él por el lado del mar. Las escursiones de los buques
enemigos i la circunstancia de ser dos de ellos blindados, nos habría
obligado a emplear los dos nuestros en convoyar los trasportes i buques
de madera, al mismo tiempo que a dejar sin defensa las costas del
litoral, sin lograr por eso agredir los del enemigo. Eu una palabra,
habríamos anulado nuestra preponderancia marítima, i quién sabe si
mas tarde hubiéramos tenido que deplorar los efectos de esta malha
dada medida.
Para opinar por lo segundo, tenia los siguientes datos:
El señor Ministro de la Guerra, don C. Saavedra, en carta particular que me escribía el 8 de Abril de 1879, me decia a este propósito,lo qne sigue:
"Entretanto, el momento de obrar con el ejército no ha llegado. No
faltan impacientes que descarian un desembarco en Iquique deBde
luego; pero aun cuando a su debido tiempo la toma de eso puerta
puede ser lo mas conveniente, me parece que antes de saber a que
atenernos en el mar i de contar con un ejército bien organizado i nume
roso, no debe aventurarse un ataque. Esta ha sido mi opinión, i le
aseguro que no poco ha habido que luchar para hacerla prevalecer."
El señor Ministro de la Guerra accidental, don Antonio Varas, en
nota del 25 del mismo mes de Abril, habiéndome de los dos proyectos
que por entonces ocupaban la atención del Gobierno i sobre los cuales
necesitaba conocer mi opinión—el bloqueo del Callao i el ataque pro
bable del puerto de Iquique,—me decia:
"Si el bloqueo del Callao no diere resultado en un cierto tiempo,seria del caso deliberar en un desembarque en Iquique
En la situación actual de esta guerra, bloqueado el Callao, debe
— 39 —
esperarse él resultado de este bloqueo para trazar las operaciones ulte
riores.
Si el bloqueo del Callao requiere ser seriamente estudiado antes
de emprenderse, el ataque de Iquique por un ejército de desembarque,
apoyado por la escuadra, es aun asunto de mas atenta consideración i
que exije elementos i aprestos especiales. Admitiendo, pues, que se acor
dase esta operación, ella no podria, con todo, verificarse sino dentro
de un tiempo suficiente para asegurar un buen éxito...
La preparación de ese acto demandaría uu espacio de tiempomas o menos largo, pero que no me es dado fijar en este momento.
Con todo, creo que él seria sujíciente para que la escuadra de su mando
estableciera el bloqueo del Callao, si V. S. creyese que esta operaciónes conveniente para la consecución de la guerra."
Como se vé, el 25 de Abril, veinte días antes de emprender raí viajeal Callao, el ataque sobre Iquique no pasaba de ser una mera idea,
cuya realización debia demorar todavía tanto, qne me dejaba tiempo
para ir a establecer el bloqueo de aquella plaza i volver en seguida a
ejecutar el acto de guerra que se proyectaba!Pero aun hai mas: el mismo dia de mi viaje, el 17 de Mayo de
1879, el ejército no contaba mas qne con las siguientes municiones:
Tiros Comblain en almacén 838,900
Tiros Winchester para carabina i uso de los Caza
dores i Granaderos: 767 plazas 12,000
I en poder de la tropa para ejercicios i tiro al
blanco con fusil Comblain 305,287
¿Bastaban estas municiones para emprender la campaña?
jEstaba listo el ejército para obrar?
En Antofagasta, donde habia a la sazón mas de 6,000 hombres
de tropa, nadie suponia que con tan escasos elementos pudiera el ejército moverse sobre el territorio enemigo, particularmente cuando se
tenían entonces tan estrañas ideas respecto al consumo de municiones
que exijia el uso de las últimas armas perfeccionadas.
Alguien ha asegurado que en esa época existían 2.349,000 tiros.
Tenemos datos para asegurar que toda la existencia no pasaba de la
— 40 —
cantidad que he señalado; i qne preguntando el Gobierno si se podía
operar sobre Tarapacá, el Jeneral en Jefe drf ejército contestó, en
los dios 4. i 15 de Mayo, que para emprender una operación semejante
necesitaba de 8,000 hombres i de 6.000,000 mas de tiros sobre los
2.000,000 que se le daba entonces como existentes.' (1)
I para concluir con este asunto, sobre el cual nos hemosestendido
talvez demasiado, bástenos citar las palabras del señor Ministro Varas
en la sesión del 30 de Julio, en el Senado, para convencerse una vez
mas de que nuestro ejército, al dirijirnos con la escuadra al Callao el
16 de Mayo de 1879, no estaba listo ni podia espedicionar sobre Iqui
que, por la sencillísima razón de que aunque el señor Jeneral en Jefe
lo tenia todo preparado para la espedicion, solo le faltaban las muni
ciones, los refuerzos i los trasportes que habíapedidopara llevarla a cabo!I
I sin embargo, el honorable senador don Belisario Prats, que de
bia conocer, como jefe del gabinete que llevó su nombre, el estado del
ejército que ese gabinete organizó, no tuvo inconveniente para hacer
cargos a su sucesor, en la sesión que celebró el Senado el 1." de Agos
to de 1879, dos dias después de haber dado lectura en ella al telegrama del Jeneral en Jefe, fecha 15 de Mayo, por haber abandonado el
proyecto, ya ex ejecución, de ocupar a Iquique en los últimos dias de
Abril.
Pero continuemos nuestra relación con la calma i elevación que
abonan siempre una buena causa, qne cuando se oyen cargos que solo
el ínteres político inspira, vale mas oír i pasar, que descender a hacer
una inútil justificación,Solo a mediados de Mayo condujeron los vapores Itata i Huanay
746,500 tiros, i se tuvo con esta remesa un total jeneral de 1.585,400
tiros!
¿Era esta cantidad la pedida por el señor Jeneral?
¿Fué esta la cantidad con que se espedicionó seis meses después?Basta lo espuesto para demostrar que ni antes, ni inmediatamente
(1) Discurso del señor Ministro de Justicia, pronunciado en la sesión del Sena
do el 1.* de Agosto de 1879, publicado en el Mercurio del i de Agosto de 1881,núm. 16,324.
__ 41 —
después de nuestro viaje al Callao, estuvo el ejército listo para espe-
dicionar, i que esta operación marítima no cambió en lo menor
los planes del Jeneral en Jefe del ejército, ni las altas medidas estra
tégicas de los directores de la guerra,
XVI.
Reparaciones de las corbetas.—Se activan los aprestos para el viaje al
Callao.—El "Lámar,"—El "Abtao" i "Covadonga" ingresan a la escua
dra.—El cable de Iquiq"e i Arica.—El "Oroya".—Viaje dkl "Cochrane"
a Antopagasta.—Comisión- que desemteSÓ.—Fortificaciones de nuestros
puertos—El jeneral acepta el vlaje de la escuadra al Norte.—Se
eace a la mab el grueso de la escuadra.—El "Ilo."—El "Lontué."—
Informes de su capitán.—Nota del Ministro de Marina sohre el blo
queo de Iquique.—Carta del Comandante Jenkral participandols
la salida de la escuadra.—xota reservada para el ministro de mari
NA.—El "Blanco" i la "Magallanes" dejan a Iquique.—Ultimas pala-
RRAS DEL COMANDANTE PraT.—UNA CARTA PARA ESTE JEFE.—Sus INSTRUC
CIONES.
Pero si mis deseos de ir al Callao habian encontrado hasta enton
ces serias dificultades para cumplirse, no era menos cierto que entrevóla
ya para ellos una pronta realización: las reparaciones de las corbetas,
que nos ocupaban desde el principio de la campaña, estaban por ter
minarse, merced al intelijente celo i empeño de sus comandantes; la
escuadra iba a encontrarse pronto provista de lo que necesitaba con
la llegada del Lámar el 9 de Mayo de 1879, el cual le llevaba carbón,
víveres, aceite i pertrechos; el Abtao i la Covadonga arribaban a Iquiquee ingresaban a ella el 11, después de algunos accidentes imprevistos enla navegación; el cable de Arica al Norte, así como el de Iquique a
Arica, habian sido cortados por la escuadra en la noche del 8 para
encubrir sus movimientos futuros i aislar al Callao de toda comunica
ción con estos dos puntos.
Preparadas así las cosas í estando todo dispuesto para emprendernuestro viaje al Norte, recibo aviso del señor Jeneral en Jefe del ejércitode haber el trasporte enemigo Oroya salido del Callao para hostilizar
los puertos de nuestro litoral. Temeroso de que esta nave se dírijicsc
- 43 -
con preferencia a atacar a Antofagasta, punto de reunión de todo
nuestro ejército, el jeneral me pedia que un buque menor de la escua
dra fuera a protejer esas aguas,
Concedérselo, era imposible.El Cochrane zarpó, no obstante, aparentemente con ese fin, el dia
10; pero, en realidad, con el de conducir a su bordo al asesor don Rafael
Sotomayor, quien debia imponer al jeneral de las dificultades que tenia
para distraer del grueso de la escuadra uno solo de los buques que la
componían, por la circunstancia de la espedicion proyectada, i hacerle
presente que mi ausencia no pasaría de quince dias; que se lo avisaba
por si necesitaba pronto mi cooperación.
Cinco dias después regresaba el Cochrane a Iquique i me partici
paba que el señor jeneral no tenia inconveniente para autorizar mi
separación.
Tranquilo por este lado, i no obstante los muchos informes que
tenia desde antes para creer que los buques peruanos no pensaban mo
verse del Callao, temía, sin embargo, que terminadas las reparacionesde la Independencia, este blindado i el Huáscar, unidos, emprendiesen
alguna esenrsion a nuestras costas en busca de represalias, i no se me.
ocultaba la profunda impresión que causaría en el pais la presencia deestas naves en nuestros mares
Anticipándome a este caso, me apresuré a manifestar al Gobierno
la absoluta necesidad de fortificar sin pérdida de tiempo los principales puertos de la República.
El 12 de Mayo, en carta dirijida al señor Altamirano, me espresaba también en estos términos:
"El anuncio que se me da del Oroya viene a confirmar la necesi
dad de fortificar nuestros principales puertos del Norte. Si no se piensaseriamente en esto, el dia menos pensado tendremos un bombardeo sin
que la escuadra lo pueda evitar. La estension de costa que domino i
vijilo, teniendo en asecho un enemigo tan fuerte como nosotros, exijela reunión de todos nuestros buques para las operaciones militares que
practico en este litoral. Hoi mismo estoi contrariado con la separacióndel Cochrane, que he tenido que mandar a Antofagasta en resguardo
— 44 —
de aquel puerto. Ignoro por que no se han montado aun los cañones
que deben defenderlo de toda agresión. El jefe de las fuerzas me habia
pedido nn buque pequeño, pero yo he preferido mandar uu blindado.
No negaré que estos temoresme tenían bien mortificado, i espe
raba impaciente el momento de estar listo para emprender el viaje.
Llegó por fin el dia en que todo se encontró preparado, 16 de
Mayo, i los buques principiaron a dejar el fondeadero de Iquique a
distintas horas i en diferentes direcciones, con órdenes terminantes de
reunirse en un punto determinado en alta mar,
El vapor del Sur lio, que debia haber llegado, sufrió un retardo
de 24 horas, lo que demoró hasta el dia siguiente 17, a las 10 A. M.,
ta salida del Blanco y la Magallanes. Me convenia esperarlo para que
llevara la noticia de que la escuadra continuaba tranquila sosteniendo
el bloqueo. En cuanto al Cochrane i las corbetas, que habian ya salido
a la llegada del vapor, se habian tomado las precauciones necesarias
para disipar toda sospecha acerca de su ausencia.
Por eBte tiempo, se esperaba también el vapor del Norte Lontué,
i como todavía no me encontraba bastante satisfecho con las noticias que
tenia, traté do aprovechar esta oportunidad para obtener nuevos in
formes. Este vapor tocó en el puerto a las 3 A. M. del dia 16, para
zarpar una hora después.Movido por la importancia que daba a los informes que quería
adquirir, personalmente me dirijí a él acompañado de algunos jefes.Poniéndome al habla con el capitán don N. Potts, le interrogué sobre
todos los puntos que me interesaba conocer. Este capitán no solo me
confirmó lo que ya sabia, sino que me designó en el plano los lu
gares que ocupaban los buques enemigos, agregándome que estaba
seguro de que ninguno de ellos se movería tan luego, í mui particularmente la Independencia, porque las reparaciones de esta nave no ha
bían terminado.
Las relaciones de familia, antecedentes i otras consideraciones,favorecían a este capitán para ser creído, i a mí para dar entero crédi
to a lo que me aseveraba.
Contando con todas estas seguridades, no vi peligro en dejar ala Esmeralda i Covadonga para qne continuaran sosteniendo el bloqueo
— 45 —
durante mi ausencia. Esperaba, ademas, que esta medida merecería la
aprobación del Gobierno, pues en nota de 25 de Abril, 20 dias antes,
el señor Ministro de Marina, entre otras cosas, me decia lo que copio:
"Si el provocar a la escuadra peruana a buscar a la nuestra fué
"uno de los fines del bloqueo de Iquique, es mas eficaz a ese fin el
"
bloqueo del Callao.
"Este bloqueo, establecido cuando se sepa que todos los buques"de la escuadra peruana están en el Callao, priva desde luego al Perú
"de los servicios que su escuadra le presta."I mas adelante, en la misma nota, me agregaba: "Mientras dure
el bloqueo del Callao, podrá mantenerse el bloqueo de Iquique con los
buques de segunda orden que quedan acá, el Covadonga, Abtao i Tol-
ten.pues aquel bloqueo inhabilita los buques peruanos de mas fuerza
que pudieran combatirlos."
Cumplidas de este modo las instrucciones del Gobierno, con la
sola diferencia de que en lugar de bloqueo, que nunca acepté, preferícombatir i destruir en su cuna a la escuadra peruana, dirijí al señor
Comandante Jeneral de Marina, por el mismo vapor Lontué, de que
intes he hablado, la carta siguiente:
"Iquique, Mayo 15 de 1879.—Mi estimado amigo: Cábeme la"satisfacción de poder anunciar a usted que los buques de la escuadra
"
quedan hoi listos con todos sus pertrechos, víveres, municiones i carbón
"a bordo.
"Por este vapor remito a usted una nota oficial comunicándole el
"
próximo bloqueo de Arica con parte de los buques de la escuadra.
"Mis propósitos son otros; pero, para realizarlos, necesito princi-
"piar por hacer uso de esta estratajema a fin de desorientar a bordo a
"los habladores i corresponsales indiscretos i conseguir, si es posible,"
que los espías oficiosos trasmitan al Perú esta noticia,
"El éxito de una guerra depende muchas veces de un golpe opor-"tuno i audaz. Esperaba verme provisto de todo, como lo estoi, para
"intentar algo mas eficaz de lo que hasta ahora he realizado. Si soi
" afortunado en la ejecución del plan que he meditado, Chile se eleva-
— 46 —
"rá alto en el continente americano; si la fortuna me es adversa, a la
"
República le quedará la gloria de su tradicional heroismo.
"Lo saluda, etc."
I entregué al comandante de la Esmeralda, para ser remitidaal
Gobierno en el primer vapor que zarpase con dirección al Sur, después
de mi salida, la siguiente nota:
"Rada de Iquique.—Abordo, etc., Mayo, 16 de 1879.— Señor
Ministro: Por carta privada fecha 15 del presente comunico al señor
Comandante Jeneral mi inmediata salida de este puerto con el grueso
de la escuadra en dirección al Norte,
Mi viaje tiene por objeto atacar i, si posible es, batir a la flota
peruana surta en la rada del Callao.
Para la realización de este plan, salgo con los dos blindados, las
dos corbetas, el Abtao, la Magallanes i el Matías Cousiño.
En el novilunio anterior había pensado llevar a cabo esta espe-
dicion, pero me fué imposible por no contar todavía con todos los
elementos necesarios; hoi que la escuadra se encuentra lista, cumplocon este propósito i, a no ser por algún contratiempo o circunstancia
imprevista, confio en su buen resultado; de todos modos, puede el Go
bierno descansar en la seguridad de que la escuadra cumplirá con el
deber que le impone su pasado de glorias.No creyéndome autorizado para suspender el Moqueo, dejo a la
Esmeralda i Covadonga que lo continúen con la estrictez establecida,
en la seguridad de que esta medida será de la aprobación de V. S.
Debo prevenir a V. S. que todas las noticias que tengo acerca de
la escuadra peruana, confirmadas por el último vapor que acabo de
risitar, son favorables a los fines de mi viaje. Esta permanece en el
Callao, resguardada por las baterías.
Espero que V. S. se dignará ordenar elpronto envió de un vapor
lijero con un cargamento de carbón. Este vapor debe dírijirse al Norte,
hasta el Callao, navegando con las precauciones debidas, a la vista de
la costa, i al pasar por Iquique convendría que se pusiera al habla con
el comandante de la Esmeralda.
Concluyo rogando a V. S. se sirva escusar b¡ esta comunicación
sufre algún retardo."
-47-
A las 8 A. M. del 17, se despachó el vapor del Sur, i a las diez
se hacían a la mar el blindado, seguido de la cañonera, en busca del
grueso de la escuadra.
Cuando dejaba el puerto, el comandante de la Esmeralda vino
a bordo a pedir las últimas órdenes.
Al despedirse de mí en el portalón, contestando a mis últimas
recomendaciones, me dijo estas únicas palabras: "Si viene el Huáscar,
lo abordo." (1)
El pais sabe como cumplió su promesa.
¡Pobre amigo!... ¡Cuando en esos momentos lo miraba alejarserisueño i tranquilo, no pensé ciertamente en que ya no le volvería a
ver!...
Pero el sacrificio de su bella existencia trazó indudablemente el
camino del heroísmo i la victoria a nuestras armas...
Copio a continuación la carta que le entregué con el compromisode no abrirla antes de cuatro dias. Decia así:
(1) El comandante de la Esmeralda, así como su antecesor, tenía instrucciones
terminantes de no abandonar la rada en el caso de ser atacado por el Huáscar, de
biendo maniobrar de manera que su buque se conservase al amparo de la población,
interponiéndose entre ésta i el monitor, a fin de evitar los fuegos de este último i obli
garlo por este medio a usar de su espolón. Comprometido el combate en esta forma,el abordaje no era difícil, preparada como se encontraba la corbeta para esta clase
de ataque, teniendo a su favor la mayor elevación de su bordo i disponiendo, ademas,de lo necesario para retener a su costado a la nave agresora.
Ahora, por lo que hace al éxito, ni Thomson ni Prat desconfiaban de él, toman
do en cuenta el personal de ambos buques. Por desgracia, las viejas calderas de la
querida corbeta no resistieron a la pequeña presión que hubo necesidad de darles, i
mui luego, con el efecto producido también por su propia artillería, se inutilizaron
mas allá de las espectativas de su malogrado jefe.En cuanto a un ataque combinado de los dos blindados enemigos, ninguno lo es
peraba, porque por este tiempo se sabia en la escuadra que aunque a bordo de la
fndepejtdencia se trabajaba con actividad en la colocación de sus nuevas calderas,la obra era difícil i morosa, i, por consiguiente, nadie creía a dicho buque en estado
todavía de poderse mover del fondeadero que ocupaba,Todos los datos i noticias que se tenían a este respecto estaban conformes para
pensar asi
— 48 —
"Mi viaje tiene por objeto atacar al enemigo en la bahía del
Callao.
He pedido un vapor cargado de carbón, el cual debe tocar en este
puerto. Usted le hará continuar su viaje al Norte, ordenándole que se
dirija directamente a Moliendo i siga navegando a la vista de la costa
basta encontrar la escuadra.
Le adjunto un oficio para el Gobierno, que usted hará llegar a su
destino en primera oportunidad. Trata del viaje i mis propósitos.Ya usted tiene conocimiento de lo que debe hacer con el Lámar.
Usted lo despachará sin pe'rdida de tiempo, i recomendará a su capitán
que emplee todo su celo en el pronto cumplimiento de la comisión que
debe desempeñar,
Por si no nos volvemos a ver, recuerde al amigo que lo distingue."Esta carta i la comunicación para el Ministro—que he copiado—■
corrieron, sin duda, la suerte de su heroico depositario.Como me eran conocidos el celo, intelijencia i discreción del jefe
de la división bloqueadora, me limité a dejarle las siguientes ins
trucciones.
"Iquique, Mayo 16 de 1879.—Núm. 169.—Durante mi ausen
cia de este puerto, observará usted las siguientes instrucciones:
1.* Queda bajo su responsabilidad el bloqueo de Iquique, quemantendrá con el buque de su mando con la misma estrictez que
hasta hoi.
La goleta Covadonga, que también quedará en el puerto, acom
pañará a la Esmeralda para apoyarla en caBO de agresión por partedel enemigo.
2.» No ejercerá acto alguno de hostilidad contra la ciudad i sus
habitantes, a no ser obligado por motivos mui justificados,3." Cuatro dias después de mi salida, despachará el vapor Lámar,
que deberá tocar en Pabellón de Pica i Huanillos para cerciorarse si
aun existen algunas lanchas en' sus fondeaderos. En caso que hayaalgunas, se apoderará de ellas i las conducirá a Antofagasta, donde
las pondrá a disposición del señor Comandante Jeneral del Ejército delNorte.
— 49 —
4.* Todas las familias que por conductodel cónsul de S. M. B.
deseen ser repatriadas, i salgan de la población con tal objeto, las
hará embarcar en el Lámar para que este vapor las conduzca hasta Val
paraíso. El Lámar solo tocará en Antofagasta para desembarcar el
carbón que le quede a bordo en aquella fecha, continuando en seguidasu viaje al Sur.
5.a El mismo vapor conducirá a Antofagasta a los dos vaquéanos
que se encuentran a bordo, i a los individuos de tropa que de exceso, en
número de veinticuatro, existen en la goleta Covadonga, para lo cual
oficiará usted al jefe del cuerpo.6.a Impartirá al capitán del Lámar las instrucciones convenientes
para la seguridad de la navegación, buena vijilancia i demás.
7.a Tratará de hacer salir para Antofagasta a la goleta Peje-Es
pada, asegurándose previamente de la honorabilidad de los individuos
que deberán navegaría.8." Entregará al capitán del vapor Copiapó la adjunta comunica
ción tan luego como llegue a este puerto (la dirijida al Ministro de
Marina de que he dado antes conocimiento).El servicio de recibo i despacho de vapores se hará como hasta
ahora, tratando de que su estadía en el puerto sea la estrictamente
necesaria para la entrega o recibo de la correspondencia i pasajeros, si
los hubiere, los que deberán estar provistos de sus respectivos pasa
portes.
Como adición a las presentes instrucciones, prevendré a usted que
dejo a su prudencia i buen juicio el tomar las medidas que estime conve
nientes, según las circunstancias o emerjencias que pudieran presentarsedurante mi ausencia, confiando a su celo i patriotismo la norma de su
conducta en el presente caso."
XVII.
La "Esmeralda" i la "Covadosoa."-El "Blanco" i la "Magallanes" sk reú
nen- al orurso dr la escuadra.—El "Matías CousiSo."—Su separación,
—Orden del día.
Pronto el Blanco í la Magallanes, gobernando rumbo al Norte,
principiaron a alejarse de las playas de Iquique, donde mui luego iban
a tener lugar escenas luctuosas de valor, de heroísmo i de sangre!...
La vieja i gloriosa Esmeralda quedaba meciéndose suavemente
en la rada, mui ajtnos sus valerosos tripulantes del próximo peligro que
los amenazaba.
lia Covadonga, que hacia la guardia, se divisaba por la serviola
de babor; no tardamos en acercarnos a ella, i con la bandera se le dio
el último adiós a este otro grupo de valientes que cubría el puente.
Gradualmente ambos buques fueron perdiéndose de vista, ocul
tándolos, a la par que nos alejábamos, las lijeras brumas que, a esa
hora, cubrían las riberas de los altos cerros de Tarapacá,
Se continuó navegando a toda fuerza,
Al oscurecer alcanzamos a distinguir los humos de toda la flota; pero
sobrevino una noche tan opaca, que no nos permitía ver los objetos
mas allá de la borda del blindado.
Calculando a las 7 P. M. que habíamos corrido la distancia que
nos separaba del punto de reunión, se pusieron los absolutos con el
farol de destello, presentándose en el acto cinco luces, cada una de las
cuales determinaba uno de los buques i su situación. La Magallanes
seguía nuestra estela.
Scnro va de que toda la escuadra se encontraba reunida, se im
partieron las órdenes de navegar en doble columna, tomando los blin
dados la vanguardia: se fijó el andar de siete millas, que era el andar
— 51 —
máximo de las corbetas, i se gobernó al rumbo que nos conducía al tér
mino de nuestro destino.
Al amanecer del dia siguiente, toda la escuadra navegaba en el
orden establecido, con escepcion del Matías, que no se divisaba en
ninguna parte. Se preguntó por señales a todos los buques si sabían de
él, i todos contestaron negativamente.La noche anterior habia contestado la señal, i era lójico suponer
que se conservaría cerca de alguno de ellos, i seguiría sus aguas, guiado por la luz fija que llevaban todos en la popa.
Persuadido de que contaba con el combustible necesario para el
viaje, esperanzado en que me llegaría en tiempo el vapor con carbón
que habia antes pedido, i viendo por otra parte que el Matías no cor
ría peligro, i que volver a buscarlo importaba una pérdida de tiempoen que no podia incurrir, preparado todo como estaba para llevar a
cabo la espediciou, me resolví a dejarlo atrás i continuar el viaje.Después supe que el capitán, interpretando equivocadamente
las palabras del comandaute del Cochrane, creyó debia quedarsecon su buque en el punto de reunión señalado, i así lo hizo.
Para evitar la repetición de un hecho análogo, dicté la siguienteorden del dia, que fué repartida inmediatamente a los buques:
"BEPÚBLICA LE CHILE.—COMANDANCIA JENERAL DE LA ESCUADRA.
ORDEN JENERAL.
Hacer lo posible por conservar el convoi, i en caso qne por algúnaccidente justificado se vea algún buque obligado a separarse del con
voi, se señala como punto de reunión las Hormigas de Afuera, enlatitud 11° 58' S. i lonjitud 77° 47' O-, conservándose de 3a 4 millas
a barlovento de ella.
En la mar, Mayo 18 de 1879.''
XVIII.
El Morro de Sama.—Se pierde de vista la tierra.—Luces i majinarías.—
Plas de ataque a la escuadra enemiga.—Navegación.—Recalada a las
Hormigas.—Orden Jeneral.—La escuadra se dirije al Callao.—Su an
das.—Punto de reunión.—Dificultades que retardan el ataque.—El
"Abtao" obliga a postergar el ataque.—La escuadra se keplega al
cabezo de la isla de San Lorenzo.
Al aclarar del mismo dia 18 nos encontrábamos a 35 millas de la
costa, pudiéndose distinguir el Morro de Sama no obstante lo nebu
loso del tiempo,Como convenia al plan que rae habia propuesto realizar conser
varme lejos de la tierra para no ser visto de los vijías que el enemigotenia en todo el litoral, creí prudente aumentar inmediatamente la
distancia hasta perderla de vista. Esta no se volvió a ver hasta el dia
de nuestra recalada a las islas de las Hormigas de Afuera.Sin embargo de haber hecho la travesía en esta forma, alguien ha
dicho que una noche se vieron luces en el horizonte. Este dicho carece
de fundamento (1).En la tarde del 18 se comunicó a los jefes de la escuadra el ob
jeto de la espedicion i se les entregó una copia del siguiente
(1) Se aseguró entonces que esas luces imajiuarias pertenecían a la división
peruana que conducía a Arica al jeneral Prado.
Hoi está probado de un modo evidente, con la confrontación de fechas, que talaseveración es inexacta.
La división peruana zarpó del Callo el 16 de Mayo, i como demoró hasta el 20
para llegar al puerto de Arica, resulta, puea, que en la mañana del 18 se encontra
ba todavía mui al Norte del paralelo de Sama. Esta circunstancia i la de navegar la
división mui cerca de la costa, según sus propios partes, hacían de todo punto im
posible el encuentro que se ha supuesto.Ademas hai otra razón qne es necesario tomar en cuenta, i es la de que los bu-
— 53 —
"Plan de ataque de la escuadra contra los buquesde la escuadra del Perú bajo los fuegos de las
baterías del Callao.
EL ATAQUE DEBE TENER LUGAR ENTRE DOS I TRES DE LA MAÑANA 0
ANTES, SI LAS CIRCUNSTANCIAS SON FAVORABLES.
ORDEN I COMBINACIÓN PARA EL ATAQUE,
PRIMERA SECCIÓN.
Se compondrá del Abtao i blindados Blanco i Cochrane, queobrarán en la forma siguiente:
1." "Abtao".—A la hora indicada este buque entrará en acción,
dirijicndose con su andar máximo sobre la línea enemiga i tratará de
forzarla o flanquearla, según convenga a su situación, viendo modo de
tomar su colocación entre las baterías i la línea enemiga. AI eruzar la
línea disparará sus piezas a fin de utilizar por última vez su artillería.
Colocado en aquella situación, que lo cubrirá la intercepción de
ques de guerra de los Estados belijerantes no acostumbran navegar con mas luces
que las indispensables para conservar el convoi, colocadas de manera que limite en
lo posible su ángulo de percepción, i estoi cierto que las naves peruanas observaban
esta regla con toda exactitud.
Se ha hecho mucho incapié sobre las tales luces, i hasta se ha asegurado que al
ser vistas, se dio parte de ellas al mayor de órdenes para que trasmitiera la noticia
al Jefe de la escuadra, a lo que el mayor no prestó atención i se incomodó con los
que se la llevaron. Si esta afirmación es cierta j,por qué no se participó al coman
dante del buqne nna noticia de tan trascendentales consecuencias! I si este jefe, a
bu vez, se desentendía, ¡qué dificultad habia para participar al señor Sotomayor,
que estaba en contacto inmediato con el Jefe de la escuadra, un acontecimiento tan
importante i que indudablemente debia comprometer la situación!
De toda esta historia resulta que si las luces de que me ocupo fueron visibles,
hiñeron mal o no cumplieron con su deber los que las vieron i no tocaron los re
sortes necesarios para que esta noticia llegase a conocimiento de! Jefe de la escua
dra, aunque para trasmitirla se hubiera tenido que faltar a la disciplina militar. Un
hecho de esta naturaleza i sus consecuencias, que cualquiera puede prever, justificaban todo procedimiento,
los fuegos del enemigo, procederá acto continuo aponer fuego al
buque, haciendo uso para ello de los elementos que tiene a su dis
posición. En seguida el comandante Thomson, jefe de este buque,
procederá a aplicar las mechas que comunican con la santa-bárbara,
para efectuar su esplosion, encargando al mismo tiempo al maquinista
adopte todas las medidas del caso para la esplosion simultánea e inme
diata de los calderos. Preparado así el buque, tomará todas las provi
dencias necesarias a fin de abandonarlo con sns tripulantes, i tratará
en seguida, aprovechando la confusión, de sacar el partido que pueda
en aquellos momentos. Imposibilitado de hacer algo, se replegará con
su jente a la 2.» división de la escuadra.
Al penetrar a la línea enemiga, el comandante Thomson cuidará
de orientarse de la situacioa de ella, i si los buques que la componen
presentan su línea de frente a San Lorenzo, o lo que es igual, se en
cuentran calocados de Norte a Sur, disparará uno o mas voladores. El
acto de no disparar ningún volador significará que el enemigo se en
cuentra situado de Oriente a Poniente, o bien agrupado sin línea de
formación.
Se recomienda al comandante Thomson pase a esta Comandancia
en Jefe una relación nominal i clasificada de los individuos de su do
tación que deberán acompaüarlo en el desempeño de esta comisión. Al
abandonar el buque con su jente dará el grito simultáneo:—"Cuidado
con el brulote, hai 200 quintales de pólvora, vamos a volar."
2." Blindados.—Los blindados Blanco i Cochrane, aprovechando la luz que irradiará del vapor Abtao i que hará visible la situación
de los buques enemigos, se lanzarán a toda fuerza, el Blanco primero i
el Cochrane en seguida, atacando uno en pos de otro con la presteza
i ajilidad posibles, empleando para ello el espolón i haciendo uso de la
artillería si así conviniere, usando para este acto balas i granadas res-
friadas.
Al jirar sobre la línea enemiga, el blindado de estribor jirarásobre estribor, i el de babor sobre babor. Se recomienda este movi
miento a los comandantes a fin de evitar una colisión entre ambos
blindados, qne podría fácilmente suceder en aquellos momentos de
confusión i cuyos resultados nos serian muí funestos. Si en los momen-
I^pp? r*y.
tos de confusión alguno de los blindados tiene oportunidad de lanzar
una o mas granadas sobre la población del Callao, tratará de aprove■
charla, pues si con este acto de hostilidad se consigue incendiar la
población, importará para nosotros una gran ventaja.Uno o nk-s cohetes, lanzados desde el buque de mi insignia o
visto en el espacio, indicará la orden de replegarse inmediatamente
sobre la segunda sección de la escuadra para esperar ulteriores ór
denes.
SECCIÓN ESPECIAL.
3." Botes -torpedos.—La sección de botes-torpedos la formarán
las lanchas del Blanco, Cochrane i bote de la Chacabuco, al mando de
los tenientes Señoret, Simpsou i Goñi, respectivamente.Estas embarcaciones, aprovechando el momento de confusión de
la línea enemiga o en el fragor del combate, se deslizarán suavemente
i con todo el sijilo posible entre los buques enemigos i, elijiendo el
momento oportuno, aplicarán sus torpedos, con preferencia contra los
blindados i monitores peruanos.
Para la realización i buen éxito de esta delicada empresa, se reco
mienda a todos i cada uno de los tripulantes la mayor serenidad i cal
ma; toda imprudencia o precipitación nos espondrá a un lamentable
fracaso,
La misma señal de uno o mas cohetes, lanzados desde el buquede mi insignia, determinará el momento de replegarse a sns respectivos
buques, los cuales se habrán reunido a la segunda sección, a no ser que
a alguno de los citados botes-torpedos se le presente una nueva opor
tunidad de aprovechar sus torpedos; pero, terminada esta operación, se
replegará inmediatamente a su buque.
SEGUNDA SECCIÓN.
Buques de madeka.—Esta sección se compondrá de las corbetas
Chacabuco, CHiggins i cañonera Magallanes.
i." Las corbetas CJiacabueo i CHiggins tomarán su colocación a
retaguardia de la primera sección, a distancia conveniente, i durante
— 56 —
el incendio del Abtao, mientras puedan, sin ofender a los blindados
Blanco i CochraM, bombardearán la población o tirarán sobre alguno
de los fuertes, dirijieudo siempre con preferencia sus disparos a la
población. Se recomienda a loa comandantes de las corbetas el cambio
continuo de situación, no debiendo en ningún caso aproximarse menos
de 2,000 metros, salvo que la oscuridad les permita acercarse impu
nemente para dañar con buen éxito,
Este cambio de situación se efectuará a popa i a proa hasta dos
o tres largos de buque, a fin de burlar las punterías fijas de las bate
rías de tierra. Así mismo se recomienda la mayor vijilancia posible a
fin do evitar la aplicación de torpedos por el enemigo.
Si alguna de estas corbetas fuere dañada por la artillería enemiga
i las averías fueren de consideración, se retirará a retaguardia, a una
distancia conveniente, sin dejar por esto de utilizar sus proyectiles,cuidando de no dañar a los blindados Blanco i Cochrane, i Magallanes
i buques de guerra estianjeros i mercantes que se encuentren al Orien
te de la bahía, pues los fuegos deben pasar paralelos a esa línea pu-
diendo herir a estos últimos.
5." La "Mauallanes," acercándose a la línea de buques mer
cantes, tratará de aproximarse lo posible al lugar del combate i cuida
rá de destacar algunas embarcaciones menores para salvar la jente que
flote sobre los fragmentos después del incendio del Abtao, ya sean
amigos o enemigos. Estos botes tomarán toda clase de precauciones
para llevar a término su cometido, quedando a la prudencia í buen
juicio del oficial el número de individuos que sin peligro puede admitir
en su embarcación.
El comandante de la Magallanes queda autorizado para abando
nar su colocación siempre que vea comprometida alguna de laa corbetas.6.a "Matías Cousiño."—Este trasporte permanecerá fuera de
tiro de cañón i esperará el resultado del combate, conservándose a la
vista de los buques de retaguardia, i se recomienda a su capitán el
ocultamiento de todas sus luces. Si alguno de los buques deetellase el
absoluto del Matías Cousiño, significará: acerqúese el Matías, i el ca
pitán de este bnque Be limitará a obedecer sin contestar.
- 57 -
RECOMENDACIONES ADICIONALES.
Los buques que se retiren del combate mostrarán por la proa su
respectivo absoluto, pero de modo que no sea visible para el enemigo.
Esta señal no se contestará en ningún caso por los buques que
forman la segunda sección, i lo mismo harán los botes torpedos quemantuvieren luces en el acto de replegarse a sus respectivos buques, i
si no las tuvieren, se limitarán a la palabra de orden.
AI bote que estando dentro del alcance de la voz no contestara
con la contraseña respectiva a la tercera vez i continuara avanzando
sin hacer alto a la intimación, se le disparará hasta echarlo a pique.Esta orden rejirá en todo caso.
En jeneral, i a fin de desorientar al enemigo, se recomienda la
mayor vijilancia sobre luces, de modo que no haya una sola visible, yasea de cubierta, claraboyas, etc., etc,
PALABRA DE ORDEN.
Queda suprimida hasta segunda orden la palabra ¡Quién vive!, la
qne será reemplazada por la palabra Esmeralda.
Toda otra contestación establecida o de uso a bordo de los buquesde la armada será sustituida por la palabra Covadonga; por consiguien
te, la palabra de orden será para el que pregunta: Esmeralda, ¡ la
contestación Covadonga,Los comandantes de los buques de la escuadra darán lectura a
sus tripulaciones, con las formalidades de estilo, a la adjunta orden
jeneral, el dia que preceda a la noche en que tendrá lugar el ataque.A bordo del Blanco Encalada.—En la mar, Mayo 18 de 1879.—
Williams Rebollledo."
Ademas de este documento, recibieron los comandantes bis si
guientes comunicaciones complementarias:
"comandancia en jefe de la escuadra.
Llegado el momento de recalar i cuando se dé la orden de tomar
colocación, los buques de la escuadra se situarán en la forma indicada
en el croquis qne se acompaña.
— 58 —
Al aproximarse a la costa, la Magallanes se encargará de efectuar
los reconocimientos que se le ordenen, ya sea respecto a la distancia de
la tierra, reconocimientos de bajos o peligros, i finalmente, el del cabezo
de la isla San Lorenzo, etc., etc.
Los demás buques continuarán su marcha midiendo su andar por
el de los blindados i a una distancia conveniente, a fin de evitar coli
siones.
Si la noche es oscura, los comandantes cuidarán de estrechar la
distancia lo mas posible, a fin de que los buques sean visibles unos a
otros al través de la oscuridad. So deja a la prudencia de los coman
dantes medir esta distancia.
Cuando la Migxllaneih&ya. terminado sus reconocimientos i obser
ve que el Abtao avanza a la vanguardia de los blindados, la Magallanes
jirará por estribor i pasará a situarse sobre la aleta de estribor del
Blanco.
Cuando se llegue al paraje en que so dé la orden por el buquede la insignia de "parar," los buques darán cumplimiento a esta orden,
conservando las colocaciones que se indican en el croquis i rectificando
las distancias entre sí,
Situados así, esperan órdenes del Almirante, debiendo todos es
tar en son de combate.
Se reitera el completo ocultamicnto de luces, i cualquiera seflal
por destellos impartida por el buque de la insignia se cumplirá siu con
testación de ninguna clase.
A fin de que no pase desapercibido en aquellos momentos cual
quiera señal de destellos dada por el buque de la insignia, se reco
mienda la mayor vijilancia i atención a las señales que deberá hacer el
buque de la insignia.A bordo del Blanco Encalada, Mayo 18 de 1879.—Williams
Rebolledo.
ORDEN COMPLEMENTARIA AL PLAN JENERAL DE ATAQUE,
1.° El comandante del Blanco hará preparar i tendrá listo para
entregar al comandante de la Magallanes un tubo con sus útiles i 18
— 59 —
cohetes Hale para disparar por el último de estos buques sobre la po
blación del Callao.
2.° El comandante del Blanco hará preparar 1 00 fajas de lona de
cuatro pulgadas de ancho, de manera que tercien del hombro a la
cintura.
Estas fajas servirán de distintivo para una sección de abordaje.Al mismo tiempo hará preparar arpeos i bozas de abordaje.3.° El comandante del Abtao procederá a elejir 50 marineros de
los mas decididos i les distribuirá revólver, sable i cuchillo.
Estos individuos deben estar listos para trasbordarse al Blanco
inmediatamente que se dé la orden.
Si él Abtao no tuviese el número de revólvers que se necesitan,
las corbetas Chacabuco i O'Higgins proporcionarán en cantidades iguales los que se necesiten para completarlos.
4.° Si la suerte nos favorece i conseguimos apoderarnos de alguno de los buques enemigos, éste se distinguirá por una luz verde o roja
que en el acto se colocará en un punto visible para nosotros, a fin de
no confundirlo con el resto de los buques enemigos.5.° Si los botes torpedos notaren qne alguno de los blindados se
encontrare unido a un buque enemigo, antes de aplicar el torpedo se
asegurarán de las causas que motivaron esa unión. Si ve que la causa
es meramente transitoria i que el blindado no tiene interés en abor
darlo le aplicarán sus torpedos.6.° Se recomienda a los comandantes de los blindados que al des
prenderse del centro enemigo, dada la orden de replegarse sobre la
segunda sección de la escuadra, cuiden de hacer este movimiento diri-
jiéndose, si así conviene, al paraje que ocupan los buques de guerra
neutrales o mercantes, continuando a lo largo de la línea que éstos
ocupan en la bahía. Una vez replegados esperarán órdenes,
A bordo del Blanco Encalada—Enlamar, Mayo 19 de 1879.—
Williams Rebolledo.
ORDEN JENERAL.
Mayo 20 de 1879.—Desde la noche en que va a tener lugar el
— 60 —
ataque, todas las embarcaciones menores usarán un farol de luz roja
que harán centellar a cortos intervalos sucesivamente.
Esta luz roja será el distintivo para conocer a los nuestros, de suer
te qne toda otra luz deberá considerarse como de embarcación enemiga,Los comandantes de los buques proveerán a cada una de las em
barcaciones de sus buques respectivos de tales faroles rojos, i los queno los tengan les harán colocar fundas de lanilla roja o pintura del
mismo color a los vidrios blancos de los faroles comunes.—Williams
Rebolledo" (1).Después de algunos contratiempos i retardos en la navegación a
consecuencia del estado de las calderas del Abtao i corbetas, el 21 de
Mayo, alas 12 M., recalaba la escuadra a treinta millas de las Hormigas.Desde este punto se mandó a la Magallanes que se adelantara a
reconocerlas i ver sí habia algunos botes pescadores en sus inmediacio
nes; la escuadra, entre tanto, continuó con su andar ordinario hasta
acercarse a tresmillas de dichas islas. Esto lo consiguió a las 5. 30 P. M.
Allí se hizo alto i se procedió a dar lectura a la siguiente
"ORDEN JENERAL,
Esta noche pienso atacar a la escuadra peruana bajo los fuegosde las baterías del Callao.
En pocas horas mas habrá llegado el momento de prueba.La patria todo lo espera de vosotros.
Un descalabro seria la ruina de la República,Hundir al enemigo o sucumbir con gloria es nuestro deber.
La audacia de Cochrane nos guia.
Seguir su ejemplo es todo lo que deseo,
Confio en vuestro valor jamas desmentido.
(1) Sé muí bien de cuan amarga censura ha sido objeto este plan de parte de
aquellos que solo adoran el éxito; pero confieso que hai dos circunstancias que me
consuelan de esas censuras: es Ja primera, la aceptación unánime i entusiasta que me
reció por parte del personal de la escuadra; i es la segunda, la convicción profunda
que abrigo, por el conocimiento del temple de alma de mis compañeros de armas—
subordinados de entonces—deque, a no haber mediado la coincidencia de todo punto
imprevista, que impidió llevarlo a cabo, el éxito habría correspondido a mis espe
ranzas i el pais habría alcanzada un dia de gloria.
— 61 —
A bordo del blindado Blanco Encalada—Mayo 21 de 1879.—J.
Williams Rebolledo."
El resultado de este acto fué verdaderamente conmovedor. El
espíritu levantado de todo el personal no dejaba qne desear.
Termida la lectura, los buques tomaron la colocación que les
correspondía, estrechando todo lo posible la distancia, de manera que
Be pudiera ver por el bulto a fin de suprimir las luces. Hecho esto, se
aumentó el andar cuanto era posible, i se gobernó para el Callao.
La noche estaba mui oscura i una densa bruma cubría la costa.
El punto de recalada distaba cinco millas del fondeadero de laa
naves peruanas.
Poco después de media noche la escuadra detenia su marcha en
el paraje que se le había designado para los últimos aprestos.
No obstante la mucha oscuridad, las luces de la población se veian
perfectamente, pudiéndose destinguir también con alguna dificultad la
flota de barcos mercantes anclados al Norte de la rada.
Esta vez el andar de la escuadra no correspondió a mis cálculos,
sin embargo de haber tomado en cuenta su estado; de consiguiente era
necesario ver modo de ganar el tiempo perdido activando el pronto
arreglo de las dos únicas cosas que no se habian podido ejecutar en alta
mar.
Todo estaba previsto i solo faltaba trasbordar la tripulación del
Abtao i preparar las dos lanchas torpedos.
Aunque se procedió a estas dos operaciones con la dilijencia que
la situación lo exijia, el trasbordo de los equipajes de la jente del Abtao,
primero, i luego las dificultades que embarazaron el alistamiento de la
lancha torpedo del Cochrane, después, retardaron los arreglos defini
tivos para emprender el ataque hasta las 4.30 A. M.
A pesar de la hora tan avanzada de la noche, se dio -la orden al
Abtao de activar los fuegos, tomar la vanguardia i continuar a toda
fuerza hasta dar cumplimiento a la parte que le correspondía en el
ataque.
Según el plan de operaciones, este vapor debia adelantarse i pe
netrar en el centro de la flota enemiga, antes de empeñar los blinda
dos el combate.
— 62 —
Después de estar todo preparado i de habérsele comunicado al
Abtao la orden de ponerse en marcha, trascurrió todavía cerca de media
hora antes que este buque se moviese (1). Esto nuevo e inesperado
contratiempo, en momentos en que todo dependía de la celeridad, me
persuadió mui luego de que habia pasado ya la hora del ataque, pues
escasamente podía disponer de la oscuridad necesaria para llegar hasta
el lugar que ocupaban los buques enemigos,Perdida en su mayor parte la veutaja de la sorpresa i la de poder
burlar en la oscuridad las punterías de los fuertes que protejian, con
bus inmediatos fuegos, todo el espacio que servia de refujio a la nota
peruana, vi que podría alcanzar mejores resultados postergando para
la noche siguiente mis operaciones militares.
Optando por esta determinación, calculé que podia entonces rea
lizar con toda seguridad el ataque, elijiendo la hora mas oportuna de
la noche i con un exacto conocimiento de las posiciones que ocupabantodos los buques.
No se me ocultaba que el enemigo, al ver la escuadra chilena, se
prepararía para resistir toda agresión; pero también tenia la seguridadde que difícilmente se podria formar una idea exacta de mis propósitos,i con mas razón al observar las medidas que durante el dia pensabatomar con el fin de alejar toda sospecha i hacerle consentir que mi
presencia en las aguas del Callao no tenia mas objeto que establecer
el bloqueo del puerto.En situaciones como la en que me encontraba, toda indecisión es
peligrosa; por lo que en el acto me decidí a suspender toda manifesta
ción hostil, i a replegarme con la escuadra a inmediaciones del cabezo
de la isla de San Lorenzo, desde donde podia orientarme acerca de la
colocación de los buques enemigos i providenciar lo conveniente hasta
la hora del ataque.
(1) Después se supo que el inconveniente que entorpecía la marcha del Abtao
lo motivaba la escases déjente que se le habia dejado para manejar su máquina.
XIX.
Bahía del Callao.—Ausencia de la "Independencia" i el "HuAscae."—Te
mores,—Un pesoadok italiano.—Sos informes.—Consideraciones que
sirvieron de fundamento para no llevak a cabo el ataque proveo-
TADO,
Mui luego apareció la primera luz del dia, i por entre la niebla
que cubria la bahía principiamos a distinguir los objetos,
Lo primero que se nos presentó a la vista fué la numerosa flota
de buques mercantes situados en filas compactas a lo largo de la ribera,
al Norte de la población; en seguida unas cuantas naves de guerra
neutrales fondeadas en el claro que se habia dejado para desembarazar
los frentes de las baterías que defendían aquel lado, i, por último, quetoda la parte Sur de la bahía estaba ocupada únicamente por dos cor
betas, que resultaron ser la Union i la Pilcomayo. Momentos después,una columna de humo a inmediaciones de la dársena, mostraba que
nno de los monitores alistaba su máquina; el otro monitor no se veía.
Todos poníamos nuestro mayor empeño en descubrir a la Inde
pendencia i al Huáscar, punto objetivo del viaje; pero inútilmente los
buscábamos: no estaban en la bahía.
Contrariado por la ausencia de estos buques, meditaba el modo
cómo saber su paradero, cuando la lancha-torpedo del Blanco, qne
regresaba a bordo, encontró en la bahía un bote pescador que condujoal costado. Venia en él un italiano, i por este individuo pude averiguar
algo de lo que habia acaecido. Me refirió que cuatro dias antes se ha-
biau hecho a la mar los blindados Independencia i Huáscar, uuo de los
monitores i uno o dos trasportes, ignorando hasta ese momento la di
rección que tomaron. Bastó esta relación para confirmar mis temores.
Ahora ¿qué me tocaba hacer?
- 64 -
¿Debia insistir en atacar los buquesmas débiles del Perú o regre
sar inmediatamente en busca de los ausentes?
SÍ optaba por lo primero, cometía el error de demorar mi regreso,
cuando debia suponer que los buques enemigos tratarían de aprove
char mi ausencia para hostilizar nuestro litoral; en seguida comprome
tía a la escuadra, i muí particularmente a los blindados, en un combato
ajeno a mi propósito i con grave riesgo para el pais. Mi viaje al Callao
tenia por principal objeto batir a los blindados enemigos, i no encon
trándose estos en la rada, no sufrían las consecuencias del ataque, que
dando, de consiguiente, exentos de todo daño; mientras tanto, a mí no
me era dado graduar las averías de nuestras naves, ni prever los resul
tados de un combate que en ningún tiempo habría podido justificar.Si por el contrario activaba mi vuelta, tomando en cuenta el
andar de la división peruana, que debia ser lento, desde que formaba
parte de ella uno de los monitores, bien podia alcanzar a evitar el peligro que amenazaba a la pequeña división bloqneadora, o, en último caso,
impedir los efectos de una agresión en nuestras costas.
Colocado en esta situación, mi resolución no se hizo esperar (1).
(1) Esta resolución ha sido también, para algunos, motivo de crítica.
tQué habría dicho el pais si yo, obedeciendo a un pueril sentimiento de amor
propio, me hubiese detenido allí para atacar los buques mas débiles del Perú, com
prometiendo nuestros blindados, i con ellos la suerte de la República, en una verdadera calaverada, mientras Jas mas poderosas naves de aquella nación podían ejecutar
impunemente actos de violencia en nuestras costas indefensas'
Después que me separé de la escuadra i cuando ya contábamos con la incon
testable preponderancia del mar ¿no se intentó un ataque al Huáscar en el puerto de
Arical f¡l qué hizo la escuadra cuando uo lo encontró entre los buques enemigos fon.deados en la radal En consejo de Comandantes ¿no se acordó por unanimidad no
atacar a la Filcomayo i al Rimac que se hallaban en el puerto, i a virtud de este
acuerdo se retiró i obró bienl
Todavía podría citar la acerba censura que sirvió de oración fúnebre ala heroi
ca muerte del malogrado comandante Thomson!...
I para que el lector conozca a fondo todo lo que se relaciona con este viaje,creo oportuno copiar aquí los siguientes trozos del parte que acerca de él pasó entonces al Gobierno:
"Felizmente estas dos operaciones (el trasbordo de la tripulación del Abtao i la
XX,
La escuadra emprende su regreso al Sur.—Dificultades en el viaje.—
Arribo a San Nicolás.—Las corbetas emprenden el viaje a la vela.—La
escuadra sigue su derrota.—nüevas dificultades con el "áhtao."—
TJu pequeño vapor costunica la noticia del combate de Iquique —En
cuentro con el "Amazonas."—El señor Godoi confirma la noticia de lo
ocurrido en Iquique eos mas pormenores.—Impresión a bordo de la
escuadra.—Recalada a Mollendo.—El cable.—El "Blanco" toma a
remolque al "Abtao."—Arrtbo de la escuadra a Iquique.—Aspecto de
la bahía.—La población.—El "Huáscar" a la vista.—Su fuga.—Es per
seguido por el "Blanco."—El "Cochrane" se encarga de restablecer
EL BLOQUEO.—Se SUSPENDE LA CAZA.—El "BLANCO" I LA "IIaOALLANES"
regresan a Iquique.
A las 10 A. M. del dia 22 de Majo ponia proa al Sur toda la
escuadra, emprendiendo mi regreso eu el mismo orden de formación
con que antes se habia navegado ¡ con el mayor andar posible.Pronto enfiló la escuadra el cabezo de la isla de San Lorenzo,
penetrando en la línea del viento austral, que soplaba algo fresco en el
mar abierto.
preparación de la lancha-torpedo), que tomaron mas tiempo qne el calculado, juntocon la hora de mi recalada, que tuvo lugar después de las doce de la noche a causa
del poco andar de la Ilota, retardaron mis movimientos, viniéndose encima la clari
dad del dia que frustró mis planes, basados en la oscuridad de la noche.
"En consecuencia, creí conveniente suspender todo procedimiento por el mo
mento, manteniéndome a la vista del puerto para orientarme i estudiar la bahía, a
6n de sacar toda la ventaja posible con conocimiento del lugar, en compensación de
la ocasión perdida, para mis futuras operaciones."En estos momentos, uno de los botes-torpedos condujo a bordo al único tripu
lante de una embarcación pescadora de nacionalidad italiana qne halló en su camino,
el cual me notició que hacia cuatro dias que habían salido al Sur los blindados
5
— C6 —
La resistencia de la marejada i el mal estado de las máquinas de
las corbetas i del Abtao, nos obligaron a hacer una marcha pesada,
variando el andar de dos a cinco millas por hora.
Grandes eran mis deseos de acelerar en lo posible el viaje; pero
las dificultades, lejos de disminuir, continuaron aumentando sin poderlo
remediar. Molesto por el éxito de la espediciou, ¡ mui preocupado por
Huáscar e Independencia con dos buques mas. trasportes o monitores. Esta noticia
corroboraba mis propias observaciones, pues, desde a bordo, solo veía en la bahía a
las corbetas Union i Pücomayo, sin que pudiera esplicarme la ausencia de los blin
dados; por lo que resolví regresar al Sur a toda prisa en demanda de ellos, conside
rando hasta cierto punto una felicidad la frustración de mi plan, desde que no
estaban en la bahía los dos blindados."
Algunos dias después de mi regreso, contestando a un amigo que estimo i que
me hablaba de ciertas apreciaciones hechas con motivo del mal resultado de mi viaje,
le escribí una carta que concluye con estas palabras:
"No se emprende uu viaje hasta el Callao, como lo efectué, sin un deliberado
propósito.
"En las circunstancias porque atravesamos no se hacen farsas, i usted lo cree
rá, estoi seguro, de que si los blindados hubieran estado en el Callao, habría llevada
adelante mi propósito. Feliz o desgraciadamente, esto no sucedió; i en til caso cual
quier jefe habría obrado exactamente como yo: no debia esponer a toda la escuadro
en aquellas circunstancias, porque, aun venciendo, quedaban a note los dos blindados
enemigos, cuya destrucción era el objeto principal de mi viaje."
Seis meses después, el nuevo Comandante de la escuadra intentó atacar a Arica
í los buques enemigos que se encontraban anclados en ese puerto, i desistió de su
propósito, sin tener en su abono las poderosas razones que tuve yo para no llevar a
cabo Ja misma operación en el Callao.
I el Comandante Riveros obró entonces bien,
En un parte pasado ni señor Comandante Jeneral de Marina al 10 de Octubre
de 1879, dice lo siguiente:
''La escuadra se detuvo el dia 3 como a sesenta millas al Oeste de Arica, a fin
de aprestar las dos lanchas-torpedos de los blindados. En aquel punto se incorporó
el Loa trayendo la noticia, tomada en nn vapor de la carrera, de que el Huáscar
i la Union habian salido de Arica conduciendo tropas hasta Iquique i zarpando en
seguida de este puerto, al parecer con rumbo al Sur.
"Debia la escuadra en ese dia emprender la marcha sobre Arica, llegar a ese
puerto en Jas primeras' horas del dia 4, i, oculta en las sombras de la noche, lanaar a
-67-
la suerte de la Esmeralda i Covadonga, mi único pensamiento era lle
gar cuanto antes a Iquique.
Impaciente al ver que la navegación se alargaba mas de lo nece-
la bahía las lanchas-torpedos i operar un ataque sobre los fuertes, si encontraba allí
nave importante de Ja marina de guerra peruana.
"Esta operación tenia que practicarse antes que la claridad del dia revelase al
enemigo la próxima presencia de la escuadra,
"A las 4.30 A. M. de aquel dia la escuadra llegó a la vista del puerto enemigo.Se replegó a ella el Loa, dando noticia de haber soltado las lanchas-torpedos como a
las 3 A, M. i calculando hallarse de la bahía a la distancia de las seis millas conve-
"La claridad del dia, notable ya poco antes de las 5. A. M., vino a revelarme
que Ja aplicación de los torpedos habia fallado,
"Nuestras lanchas volvían, no habiendo podido alcanzar al fondeadero de Arica
sin ser apercibidas. A causa de la bruma densa de la costa, se desprendieron del
Loa a mucha mayor distancia de la acordada, de manera que, aunque forzaron sus
maquinas, no pudieron llegar al sitio donde debian operar antes de que la luz de la
mañana denunciara su presencia,"Frustrado el ataque de torpedos, quedaba el ataque franco a los buques de
guerra enemigos surtos en aquel puerto. Para este fin, la escuadra se aproximó lo
bastante a la bahía i tuvo la completa seguridad de que ni el Huáscar ni la Union
se encontraban en ella. El único buque de guerra peruano allí presente era la Pilco.
mayo. Hallábase también el monitor Manco Capac, al parecer anclado mui cerca de
tierra, como batería flotante.
"La declaración conteste de varios pescadores tomados en aquella bahía, esta
blecía el hecho de que el blindado peruano i la Union habian salido de ese puerta
dos dias antes con rumbo al Sur,
"En estas circunstancias las lanchas-torpedos se habian reunido a la escuadra
i confirmaban las observaciones hechas desde a bordo i las declaraciones de los pes
cadores
"Para tomar una resolución, creE conveniente convocar a consejo a los señores
comandantes de los buques de la escuadra, al mayor de órdenes i al secretario. En
esa deliberación se resolvió no atacar a Arica, considerando que, quedando libres en
el mar el Huáscar i la Union, no habia, como buena operación de guerra, utilidad
practica en empeñar un combate con I03 fuertes, solo con la espectativa de dañar a
nn buque de tan poca importancia como la Pilcomayo. Se hizo presente, ademas,
que aquellas naves peruanas, según todos los datos obtenidos, habían marchado al
Sur i que era mui posible que se hallasen hostilizando la costa de Chile i amenazando
nuestros trasportes."
— 68 —
sario, i receloso de mayores contratiempos, me decidí a recalar a San
Nicolás para tomar algunas medidas que mejoraran eu algo mi difícil
situación. Efectué mi entrada en el puerto en la mañana del 25 de
Mayo.
No bien fondeó la escuadra, dispuse que las dos corbetas, escasas
de combustible, se prepararan para seguir inmediatamente el viaje a
la vela. Estos dos buques recibieron orden de mantenerse juntos hasta
cierta altura, con instrucciones, la O'Higgins, que tenia sus calderas
inútiles i no admitían ya reparación, de dirijirse al departamento para
cambiarlas por las nuevas cu construcción, que suponía listas a la fecha
de su arribo, i la Chacabuco de navegar con todas las precauciones
necesarias hasta aportar a Iquique O bien a Antofagasta, como mas
conviniera a su comandante.
Junto con las corbetas se hizo a la mar el resto de la escuadra,
continuando su anterior derrota.
Con la medida que se habia tomado, se consiguió aumentar un
poco el andar; mas quedaba todavía el Abtao, el cual, por falta de
aparejo, tenia forzosamente que seguir nuestras aguas. Este vapor, con
su máquina mala i provisto de un mal carbón, continuó siendo una
remora que entorpecía el mayor andar de los otros buques.Al oscurecer del 2<> se divisó un humo por la serviola de babor:
so reconoció, i resultó ser un pequeño vapor, el Ballesta, que navegabanimbo al Norte. Por sus tripulantes se tuvo la primera noticia, aunque
muí vaga, del combate de Iquique.
Al principio desconfié de la relación de aquellos individuos; pero
luego me hice cargo de que era un hecho posible, i quedé sumamente
preocupado con tan desagradable nueva. Desde ese momento aumentó
mi ansiedad i mi empeño en activar la marcha de la escuadra.
A la altura de Islai, tuve la fortuna de cruzar el vapor Amazonas,
¡ el señor Godoi, que iba a bordo, nos sacó de toda duda, refiriéndo
nos lo que subía acerca de tan lamentable suceso.
Al saber de un modo evidente lo que habia ocurrido, todos a
bordo nos sentimos profundamente conmovidos por tan irreparable
pérdidn. Veía, sin embargo, que la muerte heroica de esa porción de
— 69 —
valientes era un buen presajio para Chile, i que el Peni, con mengua
de su decantado valor, sufría nna pérdida de consecuencias trascen
dentales para las futuras operaciones de la guerra. Habia perdido, en
efecto, una de sus mejores i mas poderosas naves en cambio de la
vieja Esmeralda, completamente imposibilitada para todo servicio.
Mi espedicion al Callao, este último desastre, i también el mal
estado de mi salud, me colocaban en el caso de elevar mi renuncia del
mando de la escuadra. Para realizar este propósito solo esperaba po
nerme en comunicación con el Gobierno. Me habia embarcado padeciendo una grave enfermedad, i naturalmente sucedió que las malas
noches, la vida de mar, i luego todas las contrariedades, me tuvieron
completamente postrado. Un hombre en este estado no puede por
menos de verse obligado a delegar en otros parte de sus atenciones.
Esto precisamente me sucedía a mí.
Bajo la iufluencia de una impresión bien intensa, despaché el
vapor i continué el viaje, deteniéndome en Moliendo unas pocas horas
para preparar lo necesario, a fin de que el Blanco tomara a remolqueal Abtao que no podia por mas tiempo hacer uso de su máquina porel pésimo estado de sus viejas calderas.
Mi permanencia allí la aproveché en tratar de cortar el cable
submarino.
En la mañana del 29, calculando que el Huasca- se encontraría
al Sur de Iquique, se interrogó al Cochrane si podia continuar con el
remolque para que el Blanco se adelantara a buscarlo. Habiendo obte
nido una contestación negativa por falta de combustible, tuve que
desistir de mi propósito.Al amanecer del 30 de Mayo llegaba la escuadra a la vista de
Iquique.En el puerto nada se notaba que trajera a la memoria el triste
recuerdo del drama sangriento qne pocos dias antes habia tenido lugaren sus aguas. El surjidero estaba ocupado únicamente por la corbeta
de S- M. B. Turquoise; no se veía otra cosa.
La población, media cubierta por una arrastrada niebla, no ma
nifestaba mas signos de vida que las columnas de humo de las máquinas condensadoras, las que mui luego también cesaron de funcionar.
— 70 —
En estos momentos, 7 A. M., se anunció un humo al S. 0. Todos
fijamos nuestra atención en la dirección que se señalaba, i vimos que
era el Huáscar que aparecía por entre la bruma que ocultaba el hori
zonte. Inmediatamente que descubrió a la escuadra emprendió la
fuga.En el acto el Blanco activó los fuegos í lo siguió con el propósito
de darle caza, dejando orden al Cochrane i al Abtao de rastrear el
fondeadero i restablecer el bloqueo con todo rigor. La Magallanes
Beguia al blindado.
El Blanco no tenia en ese momento mas que sesenta toneladas de
carbón a bordo, i para conservar esta cantidad habia necesitado hacer,durante el viaje al Callao, verdaderos prodijios de economía.
Sin embargo, creyendo que el andar del monitor fuera menor qneel de los blindados, pronto esperaba alcanzarlo.
Principió la persecución a las 7. A. M., mediando una distancia
aproximada de seis millas, distancia que visiblemente fué acortando
hasta las 3 P. M. ; pero a esta hora, cuando solo nos separaba un es
pacio de cuatro millas, me vi obligado a suspender la caza por falta de
combustible, pues se me dio parte de que escasamente quedaba a bor
do una existencia de quince toneladas, cantidad que apenas nos alcanzaba para poder regresar al puerto usando do toda economía.
Habia corrido una distancia de noventa i tantas millas, describiendo un arco del S. 0. al N. N. O., cuando emprendí mi vuelta.
Al dia siguiente, 31 de Mayo, nos reuníamos con la Magallanesal reato de la escuadra, teniendo en carboneras el carbón indispensablepara dos dias de consumo en la cocina.
XXI.
Encuenteo del "Huáscah" con el "Matías Coüsino".—El "Matías" burla la
persecución del monitok I se reúne a la escüadka.
Esta vez nos favoreció una feliz casualidad.
Forzado el Huáscar a navegar al Norte, al oscurecer se encontró
con el Matías Cousiño, que permanecía todavía en el sitio designadocomo primer punto de reunión de la escuadra en su viaje al Callao.
Al principio el monitor lo tomó seguramente por uno de los blin
dados, a causa de las lanchas que colgaban de sus costados, i trató de
evitar el encuentro, mientras el trasporte, que también lo habia equivocado con uno de nuestros buques, procuraba acercársele; luego cono
cieron, sin embargo, ambos su error, i el primero principió a perseguiral segundo. La oscuridad salvó alMatías, i el capitán, temeroso de un
nuevo encuentro que habría comprometido a su buque, juzgó llegadoel caso de quebrantar la orden que entendía haber recibido de quedarse en el punto en qne lo sorprendió el Huáscar i emprendió su regreso
a Iquique, a donde encontró la escuadra. Su arribo no podia ser mas
oportuno por el auxilio de carbón que nos iba a proporcionar.
XXII,
El "Blanco" e* Iquique.—Temores en tierra de un bombardeo.— Nota
al prefecto.—Motivo por qué no se bombardeo,
El regreso del Blanco causó la mayor zozobra en Iquique. Todos
temían, i con mucha razón, un bombardeo; la deslealtad con que habian
procedido en el combate del 21 de Mayo, me autorizaba para todo, i
asi lo comprendían también en tierra.
Dispuesto, pues, a ejecutar toda clase de represalias, dirijí la
siguiente nota al prefecto de Iquique:
"A bordo del Blanco Encalada—Rada de Iquique, Mayo 30 de
1879.—Resuelto a destruir este puerto por convenir así a mis opera
ciones militares, lo aviso a V. S. para que se sirva tomar las medidas
del caso, a fin de que los vecinos pongan a salvo sus vidas e intereses.
Hoi a las 3 P. M. daré principio a mis propósitos.Prevendré a V. S. que todo acto de violencia i hostilidad ejerci
do contra ciudadanos chilenos, será devuelto con iguales represaliascontra los ciudadanos i prisioneros peruanos.
Escuso a V. S. de toda contestación a la presente comunica
ción." (1)
(1) Esta intimación no se llevó a efecto, porque llegó a mi conocimiento qne
los heroicos tripulantes de la Esmeralda se encontraban en ese puerto, i temí que
ellos fueran las primeras víctimas en caso de verificarse el bombardeo,
XXIII.
La escuadra se provee de carbón.—El "Blanco" activa esta operación a
la vez que limpia sus fondos para zarpar en busca del "Huáscar".—
Se hace a la mar este blindado en convoi con la "Magallanes" en
dirección a Huanillos.—Encuentro con el "Huáscar".—Segunda per
secución DE ESTE BUQUE-— INCIDENTES EN EL CURSO DE LA CAZA.—El MO
NITOR i nuestros blindados.—Motivo porque se suspextje la caza.—
Una cita a eropósito de esta persecución.
Reunido el Matías Cousiño a la escuadra, todos los buques procedieron sin dilación a embarcar carbón. El Blanco activaba con prefe
rencia esta operación, a la vez que reparaba i limpiaba sus fondos,
porque presumía yo que el Huáscar volvería inmediatamente al Sur,
halagado su comandante con la esperanza de poder apresar algún tras
porte o bien una de las corbetas, las cuales tuvo oportunidad de ver
que no estaban con nosotros, i desde ese momento debió suponer que
las habia dejado atrás i que no tardarían en recalar a Iquique. Calculaba
también que Grau emprendiera esta escursion conociendo ya el andar
de los blindados (1), i convencido de qne nosotros no le creeríamos
capaz de semejante empresa, después de la persecución que acababa de
sufrir.
Debido a los esfuerzos de la tripulación, al dia siguiente de nues
tra llegada el Blanco tenia a bordo doscientas toneladas de carbón.
Con la casi seguridad de encontrar al Huáscar a la misma altura
en que lo suponía, en la noche del 2 de Junio el Blanco i laMagallanes
dejaron el fondeadero i gobernaron rumbo al Sur, navegando a corta
distancia de la costa. Me habia propuesto alcanzar hasta Huanillos i
(1) Grau daba a los blindados el andar de nueve i media millas después de la
primera caía del Blanco.—(Correspondencia de la 1. * división naval, f. 32.)
— 7i —
cruzar en aquel paralelo mientras los otros buques tomaban el carbón
necesario, para mandar inmediatamente despue3 a Valparaíso al Matías
a comunicar mi arribo i el restablecimiento del bloqueo de Iquique.Nos encontrábamos al amanecer del dia 3 mui cerca del término
de nuestro viaje, cuando los serviolas anunciaron un humo demorando
al S. S. O. No bien se me comunicó esta uoticia, al momento dí la
orden de enceder todos los fuegos i activar todo lo posible el andar en
la dirección que se divisaba. No me cabia la menor duda de que aquelhumo pertenecía al monitor enemigo.
Eran las 6.15 A. M. El tiempo estaba tranquilo i el mar en cal
ma; cubrían el cielo lijeros vapores que iban aumentando eu densidad
hasta llegar al horizonte.
Medio confundido el humo con estos vapores, mui luego se hizo
mas visible, presentando al fiu el cuerpo de un buque que se acercaba
con bastante lijereza; seguramente se dirijia a reconocernos, como
nosotros a él; talrcz venía lleno de lisonjeras esperanzas. La marcha
encontrada de ambas naves no tardó en acortar la distancia, i entonces
pudimos descubrir que no me habia engañado.
Pronto el Huáscar advirtió también su error, porque lo vimos ji-rar con toda rapidez i emprender la fuga con la velocidad del miedo
que teme al peligro: había conocido al Blanco (l),En esos momentos, 7 A. M., nos separaba una distancia de 8,000
metros.
Eu las primeras horas el andar del Huáscar era difícil; se conocía
que la marejada de occidente lo ahogaba; observábamos que cortaba
el agua con dificultad, levantando un grau penacho de espuma (2).
(1) Grau, en su parte pasado al director de la guerra i director de marina,
desde Moliendo, con fecha 4 de Junio de 1879, dice, a este respecto, lo siguiente:
"Prevenido por V. E. de rehuir en este caso el combate, hice rumbo al Oeste i
aumenté el andar, a fin de evitar el encuentro de los buques enemigos, que tomaron
las aguas del Huáscar i le perseguían en caza."—(Correspondencia de la Coman
dancia de la 1.a división naval f. 33).
(2) Después se ha sabido que lo que tanto lo fatigaba era el mucho carbón
que tenia a bordo, viéndose obligado, para alijerarsu marcha, a arrojar al mar todc
el qne llevaba sobre cubierta.
Aquí haré notar que esta fué la persecución que dio orijen a la historia del
- 75 -
Durante estas horas se continuó la persecución con el mejor
éxito, acortando la distancia en las proporciones siguientes:
las 7 A. M
las 9 A. SI
las 10 A. M
las 11 A. M
las 11.30 A. SI
Hasta la última hora el Huáscar huía, arrojando botes, fragmentosde madera Í cuanto encontraba a la mano (1).
El Blanco seguía, no obstante, la persecución con tenacidad,
esperando todos a bordo ver mui luego el desenlace del drama que
carbón. Se dijo entonces que cuando el Blanco suspendió Ja caza, soJo le quedabaal Huáscar el combustible necesario para tres horas de consumo.
Consta del diario de bitácora del mismo buque, que existe en el Ministerio de
Marina, que, a mas del que se consumía, le quedaba una reserva de carbón ingles de
primera clase, para navegar treinta horas. Sé positivamente qne en dicho diario se
dice: "A la 1 P. M. se llego al buen carbón i entonces se pudo levantar la
presión. Desde ese momento aumentó el andar del buque..."Grau mismo, en su parte pasado al director de la guerra, hahlándole de este
asunto corrobora lo anterior, así como el mayor andar obtenido por el monitor, di
ciendo: "A la par que logré aumentar la distancia que nos separaba del blindado (el
Blanco), se consiguió activar los fuegos de las hornillas, haciendo uso de un resto
de carbón de buena calidad que quedaba del tomado en el Callao, i levantar suficien
temente la presión, de manera que obtuvo el Huáscar el andar necesario para evadir
nn nuevo encuentro.
"Sin embargo, los buques enemigos continuaron su persecución aprovechandode la claridad producida por la luna, hasta que, frente al morro de Sama, a las 12
P. M., desistieron de su empeño i se dirijieron hacia el Sur, haciendo antes cuatro
tiros de cañón."—(Foja 35, correspondencia de la primera división naval).
(1) Hasta el infortunado Cucalón; i como en el curso de nuestra rápida carrera
encontrábamos muchas plumas de aves de mar flotando sobre la tersa superficie del
agua, a alguien se le ocurrió decir que no teniendo otra cosa que botar, tiraban hasta
las plumas de la cocina por la borda Este dicho, que entonces se celebró a bordo,mas tarde lo aprovechó el enemigo para hacer una burla torpe i sin gracia, dándole
otra interpretación.
8,000 metros.
6,700 „
6,000 „
5,000 „
4,700 „
- 76 -
se preparaba. Su andar fluctuaba esta vez entre diez i diez i media
millas.
Pronto, si n embargo, debia desvanecerseesta esperanza. El Huás
car, al verse perseguido, habia gobernado al Oeste a toda fuerza de
máquina, i alteraba este rumbo gradualmente recorriendo todo elcuar
to cuadrante.
Dada esta circunstancia, a mí no se me ocultaba que la ventaja
obtenida sobre él, es decir, nuestra aproximación, so debia en parte a
la menor distancia que recorríamos navegando dentro de la curva que
el monitor describía para conseguir colocarse en situación de poder
gobernar en seguida al Norte. Cuando esta situación la alcanzó el
Huáscar, cerca de medio dia, i a mas de hallarse lijero de pesos, en
contró que la marejada le era favorable, no le fué difícil principiar a
equilibrar el andar. Grau debió respirar entonces mas tranquilo.
Eu estos momentos la superioridad de nuestra marcha respecto
de la del monitor habia cesado, fluctuando por mas de una hora entre
la distancia de 4,600 a 4,700 metros, que nos separaba. Advirtiendo
esto i viendo que se encontraba dentro del alcance de nuestra artille
ría, creí oportuno intentar una provocación, temeroso de perder la oca
sión que se me presentaba. Con este fin hice disparar uno de loa
cañones de caza de la batería, izando al mismo tiempo la bandera. El
proyectil de 250 fué a caer mui cerca de la popa.
Notando que el andar del blindado disminuía, hice llamar alma
yor de órdenes i le ordené se trasladara al departamento de la máqui
na e hiciera presente a los injenieros lo qne sucedía. Yo me pa
seaba, entre tanto, en el puente impartiendo otras órdenes, según el
caso i las exijencias de la situación,
Calculando que con mayor elevación podia dañar al enemigo i
obligarle a empeñar combate, se elevaronmas las punterías i so le hi
cieron nuevos disparos con la misma clase de proyectiles, empleando la
carga máxima. Algunos tiros alcanzaron a mayor distancia de la ne
cesaria .
Grau se vio forzado a responder a nuestros cañones i afianzó el
pabellón con una bala de 40, que pasó cerca i fué a caer como a
100 metros atrás del blindado, preparándose en seguida para ba
tirse en retirada.
Como nuestros blindados no pueden tirar directamente por la
proa, habia necesidad de desviar el rumbo hasta vinos 30° a babor i
otros tantos a estribor, siendo éste el ángulo mínimo indispensable para
poder hacer uso del segundo canon de cada costado que apunta en esa
dirección; pero este movimiento se hacía con prontitud, volviendo inme
diatamente a la derrota que se seguía, lo que no daba lugar a un
retardo sino de mui poca cosa en la recta que se navegaba. Este re
tardo era común a los dos buques, porque el Huáscar estaba obligado)
como nosotros, a describir un mayor ángulo a fin de poder apuntar con
los cañones de su torre.
En esta especie de escaramuza el Blanco alcanzó a disparar 1 4 ti
ros i el Huáscar 6 de su torre, haciendo esplosion la penúltima granada
que tiró, en la boca del cañón. Después de este accidente emprendióla fuga con mas celeridad, lo que nos hizo creer que habia suce
dido algnna desgracia a bordo. El último cañonazo se disparó a las
2 P. M. (1).
(1) En esta ocasión tuve oportunidad para poder apreciar Ja superioridad de
nuestros blindados respecto de un buque de torre con las condiciones del Huáscar.
Los blindados tienen Jas ventajas siguientes:1.a La estabilidad.
2.a Facilidad para el manejo de las piezas, lo que importa el duplo de disparos
por cañón con relación a los de la torre del Huáscar.
3.a Comodidad para fijar las punterías, requisito que facilita la precisión i
exactitud en el tiro; i
i.a Herir con los fuegos de su artillería casi todos los puntos del horizonte.
Ninguna de estas condiciones tiene el Huáscar; por el contrario, es demasiado
lijero en sus balances, ocasionados por cualquiera mar. Toca, ademas, con muchas
dificultades para la dirección de los cañones de su torre, no siendo la menor el tener
que combinar los movimientos jiratorios de ésta con el gobierno del buque, apartede los inconvenientes que la misma torre presenta para apuntar con acierto. Por
Último, tiene el gran defecto de no poder dirijir mas que a un punto dado los fue
gos de sus dos principales piezas, quedando el resto del buque indefenso, resultando
de aquí una gran desventaja siempre que se vea comprometido a resistir un doble
ataque o la agresión de mayor número de buques.Sobre las ventajas que he apuntado tienen todavía los blindados el mayor espe
sor del blindaje.
El monitor, escnsando el combate, continuaba su fuga acelerada
en mejores condiciones i con mas seguridad que antes. Grau habia
comprendido que podia evitar un conflicto, que indudablemente le ha
bría sido fatal en sus resultados, i lo evitó.
El Blanco, perseverando en su propósito, seguía haciendo todo
esfuerzo para alcanzar la presaa qne tan obstinadamente trataba de
dar caza; mas al oscurecer elHuáscar habia conseguido sacar ventaja,
separándonos nna distancia de cinco mil metros.
Llegó la noche, cubierta por nubes opacas que cruzaban rápidas,
ocultando por momentos laluna que se acercaba al ocaso; soplaba nn
viento suave i caluroso, propio de aquellas rejiones.Todos a bordo estaban cu sus puestos.
Temprano el sueño se apoderó de esos corazones de acero ¡ mui
luego solo se sentía el ruido monótono de la máquina que pugnaba por
dar mayor velocidad al blindado, estremeciéndose éste por la presiónde tanta fuerza.
Cansada la tripulación de las fatigas del dia, solo la jente de
Bervicio velaba: la demás dormía tirada sobre los puentes.
L03 ingleses dicen: "A stern chase is a long chase", i a fe que dicen
Pero si estos buques tienen tanta superioridad sobre el Huáscar, eso no quita
que tengan defectos de mucha consideración. Señalará dos de los principales:
1.* La forma plana del blindaje qne defiende la batería por la parte que da
frente a la proa, donde principalmente se ha de recibir el constante fuego del enemigo.
En mi concepto, esta sección debería tener la forma convexa i así seria menos vulue-
2.a El grave inconveniente de que el blindaje en la parte indicada esté limitado
a la batería i no baje hasta el segundo puente, a fin de prevenir el peligro de que
toda clase de proyectil pueda ofender i causar serios estragos en un lugar tan impor
tante del buque.
Estos buques, por su clase i condiciones especiales, están obligados a batirse
presentando comunmente la proa al enemigo; de consiguiente, toda esta parte debe
ría estar protejida con relación al poder jeneral del casco para resistir con mas efica
cia el ataque.
Aunque estas lijeras observaciones están fuera de lugar aquí, no he querido
prescindir de intercalarlas, movido por esa natural>nclinacion a una carrera que por
tantos años he seguido,
-79 -
una verdad, porque el buque que huye le presta alas el miedo i optará siempre por reventar las calderas antes que dejarse capturar o batir;entre tanto, el que persigue hará lo posible por conseguir su objeto,
halagado indudablemente por la presa; pero entre este esfuerzo i el
anterior hai media milla por lo menos de mayor andar por hora a
favor del primero; i esto es lo mas natural, tanto entre nosotros como
en cualquira parte del mundo. ElHuáscar,persiguiendo al Blanco, es probable que no hubiera alcanzado al Blanco, así como éste no pudo dar
caza al monitor.
Tenia el propósito de continuar la persecución hasta el siguientedia; pero poco antes de media noche subí a cubierta i noté que el
Huáscar habia ganado mas distancia i que la Magallanes no se divisa
ba por nuestra estela; el primero se alejaba por la proa, variando a su
antojo la derrota, mientras la segunda se perdia de vista por la popa
sin rumbo determinado i sin que pudiéramos calcular en ese momento
la dirección que nos forzaría a seguir el monitor.
Colocado en una situación tan embarazosa, impresionado todavía
mí ánimo por los desgraciados sucesos de Iquique, me asaltó el temor
de que, cegado por la mera esperanza de provocar un combate cuyo
éxito me halagaba demasiado, iba a comprometer a la Magallanes mas
de lo que la prudencia aconsejaba, dejándola espuesta a las consecuen
cias de un desvío inevitable, el cual, con el andar que llevábamos, nos
podia separar lo bastante para que se encontrase al amanecer aislada
en la parte mas peligrosa de las costas enemigas, corriendo el riesgode nn encuentro con la Union, que no sabia dónde se encontraba, o con
el mismo Huáscar, que por un accidente u otro motivo podia mui bien
burlar la persecución i desaparecer, favorecido por la lobreguez de la
neclie.
En la alternativa de continuar la persecución sin esperanza de
alcanzar al monitor, dejando abandonada la cañonera, o de reunirme a
ella i evitar los probables resultados que me preocupaban, opté natu
ralmente por lo último.
Faltaba un cuarto de hora para Ua medía noche cuando desistí
de la caza, i se gobernó en la dirección en que esperaba encontrar a la
Magallanes; pronto se distinguió el humo, i tres cuartos de hora mas
Urde se reunían los dos buqnes, despuésde correr la d.stancm de doce
millas que tos separaba, continuandoambos con rumbo a Iquique.
Luego que el Blanco puso proa al Sur, el humo del Huáscar se
perdió de vista, confundiéndose conlas brumas que cubrían
el horizonte,
La caza habia durado dieziocho horas, habiéndose recorrido du
rante ella cerca de doscientas millas, en cuyo largo trayecto pude
notar por secunda vez, que el andar del Blanco i del Huáscar era casi
igual, debido al estado en qne se encontraban los fondos del primero.'
Una caza análoga debia presentarse cuatro meses después, con
idéntico resultado, a no mediar la interposición del Cochrane (1.)
(1) El señor jefe de la división del Norte, hoi Contra-Almirante, don Calva.
riño Riveros, dando cuenta del combate de Aligamos dice al señor Comandante
Jeneral de Marina, con fecha 10 de Octubre de 1879, lo siguiente:
"Como a las 3.30 A. M. del dia 8, i a la altura de Punta Tetas, la guardia del
Blanco Epatada avistó por la proa dos humosde vapores, que parecían salir de
la costa como a reconocer a los que marchaban bajo mi mando. La distancia a que
se presentaban esas naves era como de cinco millas.
"Ordené gobernar inmediatamente sobre los buques avistados, los que comen
zaron a alejarse tan pronto como me dirijí sobre ellos. Esta circunstancia mehizo
comprender que me hallaba en presencia de las naves enemigas, i poco mas tarde la
claridad del dia me trajo la convicción de que el Huáscar i la Union huían del
Blanco Encalada.
"La caza estaba empeñada. A pesar del mal estado de los calderos del Blanco,
ordené dar a la máquina toda su fuerza i seguir rumbo directo sobre el enemigo,
Comprendí mui bien, visto el andar de lasnaves perseguida!, que serian inú
tiles mis esftterios sino acontecía, como lo esperaba confiadamente, que el resto
de las naves de la escuadra chüeta saliese al paso i contuviese al enemigo en
su huida. Para esperarlo, recordaba que el comandante del Cochrane debia a
esas horas cruzar como a 20 millas al Oeste de la Punta Angamos.
"El enemigo huia delante del blindado chileno, a veces inclinando su rumbo
hacia el Oeste, a veces acercándose a tierra; pero siempre en dirección del Norte, El
superior andar de sus naves, aumentaba pormomentos la distancia que nos separaba.
Mi deber era, sin embargo, continuar sin descanso la persecución, como el mejoi
medio de llevar al enemigo hacia un combate inevitable, esperando que al fin se
presentase el crucero de Mejillones.
Como a las 7 A. M. se avistaron hacia el X. O. humos de vapor. Momentos
después podo adquirirse la certezade que se presentaban nuestras naves esperadas
i de que emprendían, por su parte, la caza al enemigo."
XXIV.
Regreso a Iquique.—Se despacha el "Matías" con comunicaciones para el
Gobierno.—Nota al Jeneral en Jefe.—Arribo del "Loa".—Observa
ciones acerca de la llegada de este trasporte.—Mí eenüncia.
Al dia siguiente—4 de Junio—nos incorporábamos al resto de la
escuadra. Inmediatamente despaché al Matías Cousiño con pliegos parael Gobierno, comunicándole mi regreso i el restablecimiento del blo
queo, i en primera oportunidad avisé al Jeneral en Jefe que quedabalisto para secundar con la escuadra cualquiera operación militar que
intentara realizar en el litoral peruano, dirijiéndole la siguiente nota:
"Iquique, Junio 12 de 1 879.—De regreso a este puerto i prepon
derante la escuadra de mi mando en las aguas del litoral con motivo
de la pérdida de la fragata peruana Inde/witde/tcia, queda esta escua
dra, desde luego, en disposición de secundar los planes de V. S.
Lo que comunico a V. S. para su conocimiento i demás fines.—-
J. W. Rebolledo.—-Al señor Comandante en Jefe del ejército del
Norte."
Mientras obtenía contestación, se aprovechó el tiempo en recorrer
las máquinas i limpiar en lo posible los fondos de los blindados. Hasta
esa fecha habían trascurrido cinco meses con los buques en constantes
movimientos, i tomando este tiempo en consideración, fácilmente se
puede calcular el estado en que se encontraban.
El 5 llegó el Loa conduciendo carbón i algunos pertrechos.Por esto buque se supo a bordo la impresión que había causado
en el pais el combate de Iquique i la ausencia de la escuadra.
Con el arribo del trasporte principiaron a circular ciertos rumo
res que no me eran favorables. Luego conocí que las cosas habían cam
biado para mí.
6
Todos estábamos impuestos delelecto qne Ubi» producido en la
República mi viaje al Callao i sos consecuencias.
En estas circunstancias turo lugar laúltima persecución
del Huíis-
car, sin conseguir el resultado quetodos esperábamos, cuando
se contaba
con la superioridad de nuestrosblindados. Esta persecución comentada,
como lo fué entonces, i agravada con la historia do las tres hm,t de
carbón, de que ya lie hablado, era natural que Muyera en debilitar
todavía mas el prestijio del Jefe de la escuadra, i esto sucedió.
Sumamente exilado el pais por la embarazosasituación que atra.
rosaba, encontrábase dispuesto a aceptar cualquiera cosa que llegara a
su noticia, estimulando la impresión que lo dominaba; una palabra
desconsoladora procedente en aquel tiempo de la escuadra, creciendo
en proporciones, se esparcíaen el acto en toda la República.
No obstante mi mala salud, reagravada últimamente, liabiadesis
tido de mi propósito de dejar la escuadra; pero, tan luego como pude
apreciar la situación, meconvencí de que debia llevar a cabo mi pri
mera determinación: consideré que éste era mi deber, i por el primer
vapor elevé mi renuncia i mandó algunas espiraciones a la prensa.Mi
solicitud no fue aceptada i lo último no se publicó.
XXV.
Descontento público.—Dificultades del Gobierno.—Escusas para calma»
la opiHioN.—Mis propósitos.—Obstáculos para realizarlos.
La dirección i lentitud en las operaciones de la guerra aumentaba
cada dia el descontento público; los elementos perturbadores comenza
ban a ajitarse, i los partidos políticos a acriminar al Gobierno acusán
dolo de falta de acierto, de intelijencia i de enerjfa.En el Congreso se dieron esplicaciones sobre las operaciones de la
escuadra; pero, entre tanto, el ejército permanecía acantonado en Anto
fagasta en una completa inacción, i la falta de elementos de todo jénerodificultaba toda clase de movimiento. Para descargar responsabilidadesi calmar algún tanto la impaciencia que todos manifestaban, se aprovechó la ocasión de mi viaje al Norte, i se dijo entonces que la ausencia
de la escuadra habia malogrado una espedicion sobre Iquique. Ya he
demostrado que esta aseveración carecía de fundamento.
No se me ocultaba, sin embargo, que los recientes acontecimien
tos de la escuadra, vistos i juzgados a la distancia, se prestaban a
apreciaciones desfavorables, i era natural que fuera yo el blanco del
descontento. Pero, colocado en un puesto como el que desempeñaba, no
podia hacer otra cosa que callar al oir los cargos que se me hacían.
Esperaba, no obstante—i así lo signifiqué entonces,—
que arreglado el
Cochrane, que exijia urjentes reparaciones, i teniendo a la O'Higgins con
sus nuevas calderas, i al Amazonas, que al fin el Gobierno se resolvió
a comprar, me seria fácil activar las operaciones marítimas, i en situa
ción mas favorable, terminar pronto la campaña por mar: mas nada de
esto pude conseguir. Como se verá mas adelante, ocurrencias inesperadas vinieron a restrinjir mi libertad de acción i a destruir todas mis
espectativas.
XXVI,
Inconvenientes que presentaba el bloqueo de Iquique,—Espectativas de
LN riióXIMO MOVIMIENTO DEL ejército.
Establecido nuevamente el bloqueo de Iquique, mui luego nos
encontramos con dificultades que antes no existían. Hasta entonces se
había podido sosteuer con los buques en la rada, conservando los fuegos
atrás, lo que no los maltrataba mucho ni oiijinaba un mayor gasto;
pero, no bien regresé, fui informado, por personas quemerecían entero
crédito, que el enemigo tenía entierra varias clases de torpedos i algunos
aventureros bien pagados i halagados con fuertes recompensas para
aplicarlos. Aunque no daba gran importancia a estas noticias, convenia,
BÍn embargo, precaverse de este jénero de peligro, i para evitarlo, me
veia precisado a cruzar con todos los buques fuera del puerto durante
las noches. Fácilmente se comprenderá que un servicio como este era
molesto i costoso, aparte del mayor deterioro que sufrían las máquinas
por un uso mas activo.
Mientras el bloqueo no ocasionó daños ni desembolsos mas de los
ordinarios, se podia sostener o tolerar, pero la situación habia cambia
do, i, ademas, mui luego me vi imposibilitado para llevar a cabo mi
propósito de incomunicar a Pisagua, sin lo cual era ineficaz aquel acto
de hostilidad. Esta nueva dificultad me decidió a creer que no con
venia sostenerlo por mas tiempo bajo condiciones tan onerosas, que
importaban un sacrificio sin bastante compensación que lo justificase.
No dudé que el Gobierno pensaría lo mismo que yo a este res
pecto; mas habia, a lo que parece, de por medio una razón bastante
poderosa para no abandonar todavía esa operación militar. Todos
creían entonces que el ejército no tardaría eu moverse sobre el litoral
enemigo; se esperaba que de nn momento a otro estaría listo para abrir
— So
la campaña, i contando con esta seguridad, no convenia suspender el
bloqueo cuando se tenia la certidumbre de que cooperarla eficazmente
en la realización del plan que se proyectaba. Lisonjeados, pues, por
esta espectativa, trascurrían unos tras otros los dias, i siempre algúnnuevo inconveniente venia a embarazar el movimiento de nuestras tro
pas, tan esperado por todos, i mui particularmente por la escuadra,
qne estaba obligada a soportar todo el peso de una situación cargadade responsabilidades.
XXVII.
Nota delseSor Ministro de Marina.—Contestación,
Tal era la situación cuando recibí del Ministerio de Harina, en la
primera quincena de Junio de 1879, la siguiente nota, primera también
que llegaba a mis manos después de mi espedicion al Callao:
"Número 1,0 88.—Santiago, Junio 6 de 1879.—Mientras este
Ministerio recibe comunicaciones de V. S. referentes a las operaciones practicadas por la escuadra desde su salida de Iquique, creo con
veniente recomendar a V. S. no emprender por ahora espediciones
lejanas sin dar cuenta previamente al Gobierno, esponiéndole las cir
cunstancias que las aconsejaren. Esta prevención no obsta para que
V. S. ejecute aquellas operaciones momentáneas que no alejen dema
siado a la escuadra del punto en que se halla situada.
El Gobierno desea que V. S. le trasmita su parecer sobre la
conveniencia de dividir la escuadra, dejando en Iquique uno de los
blindados con algunas de las corbetas para sostener el bloqueo i desti
nar el resto para establecer el bloqueo del Callao u otra operación que
pueda dar resultados semejantes. Cada división de la escuadra debería
ir acompañada de los trasportes que V. S. designara para su servicio.—
Dios guarde a V. S.—Basilio Urrutia."
A. cuya nota contesté en los términos siguientes:
"Número 224.— Iquique, Junio 15 de 1879.—Señor Ministro:
he recibido la nota de ese Ministerio fecha 6 del actual, número 1,088,
por la que se sirve V. S. recomendarme "no emprender por ahora es-
pediciones lejanas sin dar cuenta previamente al Gobierno esponiendo
las circunstancias que las aconsejaren." Esta medida, permítame V. S.
decirlo, lejos de traer los buenos resultados que de ella espera V. S.,
tiene, por el contrario, grandes inconvenientes, particularmente en el
- 87 -
eBtado a que han llegado hoi las cosas, como voi a manifestarlo. Esta
blecida ya la preponderancia de nuestra escuadra sobre la del enemigo,a consecuencia de la pérdida de la fragata Independencia, no hai razón
para decir lo que se ha dicho i repetido sobre las ventajas que el ene
migo ha adquirido con motivo del movimiento últimamente efectuado
por la escuadra, que ha motivado la nota de V. S. que contesto. La
única ventaja, si tal pudiera llamarse, consiste en algunas lanchadas
de víveres que se internaron por este puerto i el desembarco de algunos individuos de tropa durante la suspensión del bloqueo; víveres i
tropa que pudiera llegar hasta aquí por la via de Pisagua, como se
efectuaba hasta ese dia,
En cambio, puedo asegurar a V. S. que en la actualidad no se
nota alteración alguna en este puerto. Las tropas acantonadas aquí,como también los habitantes, no dan muestras de vida: ¡hacen bien!
Bajo la presión de nuestros cañones, después de la conducta aleve que
observaron en el combate del 21, la mas pequeña manifestación hostil
me hubiera autorizado para reducir el pueblo a escombros; si hasta
ahora no lo he efectuado ha sido solo obedeciendo a sentimientos de
humanidad, pues tal era mi propósito al arribar a este puerto.
El mismo Presidente de la República peruana, señor jeneral
Prado, que también llegó a este puerto en aquella época, debió presu
mirlo, pues de otro modo no se esplica su precipitada marcha al Norte,
que tuvo lugar al subsiguiente dia de mi llegada.Establecido esto, no se ocultará a la penetración de V. S. qne
con la disminución que dejo apuntada, la escuadra peruana, cuya única
ventaja sobre la nuestra consiste en su superior andar (pues por las
últimas persecuciones del Huáscar he podido convencerme que aquelmonitor anda mas que nuestros blindados i lo mismo la Union), evitará,a no dudarlo, todo combate mientras no tenga el convencimiento de su
superioridad para atacar, en casos aislados, con probabilidad de buen
éxito.
Tampoco se ocultará a V. S. que esta desventaja en el andar de
nuestros buques hace difícil, si no imposible, un combate decisivo cou
el enemigo, í en tal caso, habría que adoptar otras medidas para com
pelerlo; pero para ello es necesario que se deje al Jefe de la escuadra
toda la amplitud de acción que he tenido antes de recibir la referida
nota de V. S., sin la cual tendría grandes dificultades para obrar efi
cazmente. La larga distancia que me separa del despacho de V. S.
i los tardíos medios de comunicación de que hoi puedo disponer a causa
de la disminución de los vapores de la carrera, hacen hasta cierto
punto imposible la realización de ciertos planes que pudieran combi
narse i ejecutarse según las circunstancias i situación de los buques
enemigos, pues mientras se obtenía de V. S. la aprobación de esos
planes u otros movimientos, el tiempo habría pasado i se habría perdido el momento oportuno para aprovecharlo. 1 aquí me permito llamar
la atención de V. S. hacía la urjente necesidad de obrar pronto i enér-
jícamente contra el enemigo, qne tounrá por debilidad la tardanza
motivada por la restricción que se me impone i que me obliga a man
tenerme en una inacción que tengo el convencimiento seria perjudicial.Tales son, señor Ministro, las principales razones que me obli
gan a insistir, como insisto, en la conveniencia de que se dé al Jefe
de la escuadra amplia libertad de acción para efectuar sus operacionesmilitares, reconociendo la importancia del cargo que se me ha confia
do i la responsabilidad que contraje al aceptarlo, sin perjuicio de
comunicar a ese Ministerio, con la posible oportunidad, las causas queme aconsejan llevarlas a cabo, reproduciendo esta vez lo que tuve el
honor de manifestar a V. S. en mi comunicación de Junio 12, núme
ro 215, respecto de mi última espedicion al Norte.
Pasando ahora al segundo punto de la nota de V. S. sobre esta
blecer el bloqueo del Callao con una parte de la escuadra, me refiero
a lo que tuve el honor de esponer a V. S. en el memorándum que sobre
este mismo asunto dirijí a V. S. contestando los puntos indicados porel señor Ministro de Relaciones Esteriores. Mi pensamiento es por ahoradividir la escuadra en dos secciones, de modo que una mantenga el
bloqueo efectivo de Iquique, puerto estratéjico i centro de las operaciones militares del enemigo, que juzgo de mucha importancia, mientrasla otra vijüa la costa del Norte i Sur para interceptar el tráfico de los
trasportes enemigos i convoyar al ejército, que supongo se ha de poner
pronto en movimiento. Estas dos divisiones llevarán consigo un tras-
— 89 -
porte para proveerlas de carbón, pertrechos, etc., siempre que sea
necesario.
Separar una parte de la escuadra a tan larga distancia i con difí
ciles medios de comunicación, no seria prudente, tanto mas que, fiado
el enemigo en los cañones de sus fortalezas, lanzaria sus buques al Sur,mui particularmente a la Union que, por su gran andar, fácilmente
podría, con mas probabilidades que el Huáscar, -interceptar nuestros
trasportes de aprovisionamiento, tropas, etc., como lo intentaron, aun
que sin éxito, durante nuestra ausencia de este puerto, con motivo del
último viaje al Callao,
Dios guarde a V. 8.—J. Williams Rebolledo.—Al señor
Ministro de Marina."
XXVIII.
Temores en el cuartel jeneral— Exijencias del Jeneral en Jefe.— El
"Blanco'' se traslada a Antofac. asta.—Fortificaciones de este tuerto,
—Inacción de la esc ua oha.—Observaciones a este respecto.
Así las cosas, recibí del señor Jeneral en Jefe, el 18 de Junio de
1879, un oficio en que me espresaba sus temores acerca de un repen
tino ataque al cuartel jeneral por las naves enemigas, i me pedia con
urjencia el pronto envió de uno de los blindados para protejer al ejér
cito i su material de aquel peligro.En la eventualidad de que esto sucediera, i no queriendo asumir
mas responsabilidad de la que 3-0 tenia, dispuse que en el acto se tras
ladase el Blanco a Antofagasta, a donde fondeó el 20. El Cochrane i
tos demás buques quedaron sosteniendo el bloqueo.Forzado a distribuir así la escuadra, quedaban los dos blindados—
que era toda nuestra fuerza efectiva— imposibilitados para todo otro
Bervicio.
Como esta inacción no convenia, puesto que paralizaba toda ope
ración naval, creí oportuno insistir en la imperiosa necesidad de activar
¡ terminar cuanto antes las fortificaciones de Antofagasta, a fin do que
la división que protejia esa población quedara exenta de una obliga
ción tan innecesaria como perjudicial. Solo esperaba esto para conse
guir que uno de los blindados se trasladara al departamento a reparar
sus máquinas í limpiar sus fondos, calculando que estos trabajos se
podrían efectuar en quince dias. Reincorporado a la escuadra, se le des
tinaría como crucero con el objeto de perseguir a los buques enemigosi de impedir, al mismo tiempo, toda comunicación que favoreciera al
ejército peruano. Contaba con la certidumbre de que arreglado cual
quiera de los dos blindados, sin gran esfuerzo daría caza al Huáscar,
no siéndome, por lo demás, difícil encontrar una oportunidad para ba
tirlo.
XXIX.
Mas sobre las fortificaciones.—El Ejercito.—El Delegado del Gobierno
en Antofagasta.—Objeto de su viaje i resultados,
No obstante mi insistencia i los temores que se tenían, los traba
jos de las fortificaciones se hacían con gran lentitud. En cuanto a los
preparativos i demás disposiciones indispensables para poder movilizar
el ejército, también pudo observar que no correspondian a la impaciencia que todos sentían por verlo hollar pronto el suelo enemigo.
Por este tiempo el Ministro de Relaciones Bsteriores, con el ca
rácter de delegado del Gobierno, se trasladó a Antofagasta para ver
modo de combinar un plan de campaña i se pusiera inmediatamente
en ejecución. Mas, con su llegada se descubrió que hasta entonces se
habia vivido halagado por efímeras esperanzas, i que aun habia mucho
que hacer para trasportar nuestras huestes al campo peruano i poderatender a sus necesidades mas indispensables en un suelo ingrato, don
de los principales enemigos eran la falta de agua i sol abrasador del
desierto. Todas aquellas dificultades no se pudieron allanar tan fácil
mente como se creía, i el delegado tuvo que regresar a la capital sin
haber conseguido su objeto.Con el viaje del delegado se pudieron apreciar con mas exactitud
las dificultades qne imposibilitaban todo movimiento militar, i desde
entonces se activaron los aprestos; pero como faltaba tanto que prepa
rar para la ejecución de cualquier plan de invasión, se necesitaron
todavía tres meses de grandes esfuerzos para poder emprender la cam
paña. Todos saben como ésta principió, i nadie ignora hoi que sin el
valor i empuje de nuestros esforzados soldados, un fracaso habría sido
el resultado probable de nuestras primeras operaciones militares en el
litoral peruano.
I se tuvo la audacia de decir que mi espedicion al Callao, en
Abril, estorbó i retardó la inmediata invasión del territorio enemigo!
. PRIMERA DIVISIÓN DE LA ESCUADRA BE DIRITE A iQ.IIIQ.IJE.—E L DELEGADO DEL
GOBIERNO REGRESA A LA CAPITAL.—Una NOTA DE ESTE FUNCIONARIO.—In.
SISTENCIA DEL JENERAL EN Jefe.—CONSIDERACIONES ACERCA DE ESTA INSIS
TENCIA.
Antes que el delegado del Gobierno abandonara laa playas do
Antofagasta, asuntos urjentes del servicio interno de la escuadra es¡-
jieron mi pronta presencia en Iquique Con su aprobación, el 2 deJulio me hice a la mar, i el 4 me reunía a la segunda dirision.
Junto con mi llegada arribaba también ol Loa, que liabia sido
despachado pocas horas después de mi salida, conduciendo una nota
urjente del delegado. En ella me participaba su inmediato regreso a la
capital, i me agregaba que el Jeneral en Jefe insistía en sus temoresdo una agresión, i pedia que inmediatamente volviera a Antofagastauno de los blindados a continuar protejiendo el cuartel jeneral.
Como la nota estaba concebida en términos que toda la responsabilidad recaía en raí persona, consideré lo mas acertado satisfacernuevamente i sin pérdida do tiempo los deseos del Jeneral en Jefe.Con este fin abrevié en lo posible el despacho de los asuntos que mo
tivaron mi viaje, i la misma noche de mi arribo a Iquique emprendími regreso eu convoi con la Chacabuco.
Esta nueva exijencia me convenció de que yo no podia disponerde ninguno de los blindados: uno tenia que permanecer en Antofagasta i otro en Iquique.
Así quedaba completamente imposibilitado para llevar a cabo miidea de preparar una de las divisiones para perseguir con mejor éiitoa los buques enemigos, vijilar las costas de Norte a Sur ¡ poder interceptar el tráfico de los trasportes peruanos, mientras la otra continuabasosteniendo el bloqueo de Iquique, puerto estratéjico i centro de las
operaciones militares de las fuerzas aliadas.
XXXI,
La primera división emprende su regreso a Antofagasta.—La "Pilcomayo"
en Tocopilla.—El "Blanco" la persigue.—Kesultado de la caza.
En este viaje, al pasar por Tocopilla, divisamos un buque que se
ocupaba en hostilizar el puerto. Reconocido, resultó ser la Pilcomayo,
que en esos momentos incendiaba un barco mercante.' Luego que nos
vio, emprendió la fuga en dirección al Sur.
Inmediatamente procedió el Blanco a perseguiría, principiando la
caza a las 11 Á. M,
Reinaba una completa calma, el cielo estaba despejado i la mar
mui tranquila, circunstancia que favorecía a la cañonera.
Encontrándose ésta entre la costa i nosotros, estaba obligada a
describir una curva del Sureste al Oeste, a fin de cruzar la proa del
blindado i evitar el peligro de verse encerrada en ¡a bahía de Mejillones. Esta circunstancia nos permitió estrechar la distancia en las primeras horas; pero no bien consiguió su objeto de ganar al Oeste lo
suficiente para franquear las puntas mas salientes de la costa, fijó su
rumbo al Sur directamente por nuestra proa.
Navegando ambos buques la misma derrota, mui luego pudimosobservar que nos tacaba una pequeña ventaja.
Interesado en apresar este buque, ofrecí a los injenieros una gratificación de mil pesos, de mi propio bolsillo, si, debido a sus esfuerzos,
conseguía mi intento. El andar que habia manifestado en Chipana me
daba motivo para abrigar alguna esperanza en el éxito de la per
secución.
La caza se continuó toda la noche, pero el andar del Blanco no
correspondió a mis deseos. Al amanecer, después de correr una dis
tancia de 180 millas describiendo un cuarto de círculo desde el Sur al
¡
Oeste, la cañonera enemiga apenas se divisaba por nuestra proa, ain
embargo de haber gobernado con exactitud el rumbo que habia ella
seguido durante la oscuridad.
Convencido de que el Blaiu:o se encontraba cu condiciones mui
desfavorables para poder secundar mis propósitos, abandoné la caza i
puse proa a Antofagasta, a donde llegué el 7 de Julio a las 11 P. M.
Allí encontré a la corbeta Chacabuco que había arribado la noche
antes sin novedad,
XXXII.
Situación de la escuadra,—Acápites de carta dirijtda a S. E. el presiden
te de laEepüruca.—Vuelta del delegado a Antofagasta.—Se activan
LA3 OBRAS DE DEFENSA EN ESTE PUESTO.—El VAPOR "Lxi".—CALDERA I
Taltal,
Forzado nuevamente a quedar estacionado defendiendo con la
primera división el cuartel jeneral, mientras la segunda división conti
nuaba sostenieudo el bloqueo de Iquique, esta situación me volvia a
colocar como antes eu la mas completa inacción. Habia trascurrido un
mes i dias desde mi regreso a las costas de Tarapacá, i este orden de
cosas, que no podia evitar, me tenia necesariamente bien mortificado,desde que no me era dado obrar con arreglo a mis deseos. Con este
motivo, el 6 do Julio, escribí a S. E. lo que sigue:
"Por nota oficial que con esta fecha dirijo al Ministro de Marina,
le impongo de las nuevas dificultades que embarazan mis movimientos.
Distribuida la escuadra en dos divisiones, habia arreglado dema
nera que mientras una continuaba con el bloqueo de Iquique, la otra
se ocuparía en recorrer el litoral desde Arica hasta el Loa, con el
objeto de impedir, por todos los medios a su alcance, el abastecimiento
de las fuerzas perú-bolivianas acantonadas en el departamento de Ta
rapacá.Estoi convencido de que obrando así, habria conseguido mi pro-
pó sito, i el enemigo sufrido sus consecuencias; pero he recibido una
nota del señor Santa María, al llegar a Iquique, en la que me hace
presente los temores del jeneral i la necesidad de regresar con e]
Blanco i la Chacabuco a Antofagasta a resguardar el ejército i su
equipo de un nuevo ataque del Huáscar, que aquel jefe cree mui
posible.
— 96 —
Obligado, como Ud. puede ver, a custodiar a Antofagasta con una
de las divisiones i a bloquear a Iquique con la otra, los movimientos
de la escuadra quedan completamente paralizados, permitiendo esta
circunstancia que el enemigo siga proveyéndose por Pisagua de todolo que necesita, lo que yo me proponía evitar.
AI manifestar a Ud., señor, mi situación, lo hago llevado del
deseo de que el Gobierno se sirva recomendar la mayor actividad posible en la ejecución de las obras de defensa que, según entiendo, se intentan realizar en Antofagasta, a fin de que la escuadra quede luego libre
para seguir sus operaciones militares i vijilancia en las costas enemi
gas, hoi mas necesaria que nunca."
Otro párrafo de la carta decia:
"Arreglado como debe quedar uno de esos vapores (me refiero al
Amazonas o al Loa), no dudo que podrá prestar importantes servicios.Por falta de un buque andador, hasta hoi no lie apresado uno o mas
trasportes enemigos, teniéndolos, como los he tenido, casi a tiro decañón.
"
En vista de mis justas observaciones i debido a la presencia del
delegado en Antofagasta, a donde habia regresado por segunda vez, se
activaron las obras de defensa de ese puerto. También se habia adquirido el Loa i se principiaba a armar i equipar en el departamento, sibien meses después de haberlo pedido con marcada insistencia.
Desgraciadamente nada se habia hecho aun para fortificar a Caldera i Taltal a fin de proporcionar a nuestros vaporea trasportes un
refujio seguro.
Jamas se pensaba en el dia de mañana!
Se creia que con tener la escuadra se ponia todo el litoral acubierto de sus cañones, i los buques que la formaban debian poseer lavirtud de encontrarse en todas partes i atender al mismo tiempo a las
múltiples exijencias del servicio!!
XXXIII.
TELEGRAMAS.
Al dia siguiente de mi llegada, 8 de Julio, dirijí al Intendente de
Valparaíso el telegrama que copio:
"Huáscar i Union salieron para el Sur. Union persigue trasportes. Anda doce millas. Cartas interceptadas anuncian movimiento
ejército enemigo pronto al Sur. Pilcomayo incendió un buque en To
copilla. No pudo Blanco apresarla. 20 horas de caza."
Asi mismo dirijí al Presidente de la República el telegramasiguiente:
"Antofagasta, Julio 8 de 1879.—He conferenciado con jeneral
Arteaga. Manifestóme su plan de operaciones, distinto del hasta hoi
acordado, cxijicndo para su realizaciou suspensión bloqueo de Iquique,Este plan será sometido hoi al Gobierno. Impuesto de él resolverá quédebo hacer. Espero órdenes."
S. E. me contestó, con fecha 9, lo siguiente:
"Imposible levantar bloqueo. Una división mantiene bloqueo e
impide desembarco. Otra recorre la costa desde Arica a Antofagastaen la parte que crea conveniente."
A lo cual repliqué:
"Fortificada Antofagasta puede escuadra dar cumplimiento a
telegrama de ayer.
Pero moviéndose ejército por mar, necesita custodiar convoi toda
la escuadra.
Mucho temo apresamiento trasportes por Union. Recomendar
precauciones."
XXXIV.
El "Huáscar" en Iquique.—Causas que motivaron la celada del 9 de Julio.
Lo que sucedió esa noche.—El monitor i nuestros buques de madera.
—El "Cochrane."
En esta situación, el 13 de Julio me llegó la noticia do que el
Huáscar habia intentado sorprender el día 9 a los buques de madera
de la segunda división. Este desagradable suceso tuvo lugar del modo
siguiente:
El Cochrane i Magallanes se veían obligados a abandonar todas
las tardes el fondeadero i a alejarse del puerto, permaneciendo durante
la noche a cierta distancia de la costa, mientras el vapor Abtao quedabasosteniendo la guardia de la bahía, i el Matías Cousiño so conservaba
cruzando a inmediaciones de la entrada,
Apercibidos eu tierra de este movimiento de nuestros buques,combinaron una sorpresa, cuyo buen éxito, sin gran peligro para el
monitor, no era dudoso. Se concertó, pues, el ataque, i el 9
de Julio, a las doce de la noche, aprovechando el Huáscar las
circunstancias que lo favorecían i protejido por la oscuridad,
penetró en la rada de Iquique, consiguiendo su comandante, sin mucha
dificultad, ponerse al habla con las autoridades del lugar, las que lo
orientaron acerca de la situación respectiva de nuestros buques.
Esa noche se cometió en tierra la torpeza de conservar la población en la mas completa oscuridad, circunstancia que llamó la atención
del comandante del Abtao, quien previendo de que algo hostil se
preparaba, en las primeras horas abandonó con el mayor sijilo el fon
deadero i se hizo mar afuera, salvando así su buque.La Magallanes i el Matías, a consecuencia de la oscuridad, no se
apercibieron de los movimientos del A btao, i mui ajenos de una celada,
continuaron cruzando en la boca del puerto.
Impuesto el comandante del Huáscar de todo lo que convenia a
sns fines, se dirijió primero al fondeadero del Abtao con el propósitode echarlo a pique; mas como encontrara el lugar desocupado, este
inesperado incidente—que indudablemente debió contrariar a Grau—
lo dicidió a gobernar inmediatamente para afuera de la bahía. En este
movimiento se encontró con el Matías, al que en el acto conoció i
procuró apresar. Se ocupaba en esta operjcion cuando la Magallanes,
que cruzaba a corta distancia, se aproxima en son de combate atraída
por los disparos del monitor; éste, creyendo que era el blindado, aban
donó su presa i trató de huir; pero luego descubrió su error i acometió
con la cañonera confundiéndola con el Abtao: trábase entonces un
reñido combate entre estos do3 buques, que duró cerca de inedia hora,
sin poder el Huáscar conseguir su intento de herirla con su espolón,hasta que se proyectó en la oscuridad el bulto del Cochrane que iba
guiado por el estampido de los cañones, i su presencia obligó a la nave
peruana a emprender la fuga sin haber obtenido resultado alguno
positivo,Con un poco de mas serenidad de parte del enemigo, esa noche
habríamos tenido que lamentar una seria desgracia en la segundadivisión,
XXXV,
El "Blanco" en Iquique.—Necesidad de su presencia en dicho puerto.—Se
despacha el "Cochrane" a reemplazarlo en Antofagasta.—Estado de
este buque i necesidad de repararlo.
La sorpresa del Huáscar, juuto con una nota del jefe de la se
gunda división, por la cual me anunciaba que el enemigo habia inten
tado aplicar torpedos a los buques bajo sus órdenes, incluyéndome un
sumario que corroboraba este hecho, me obligaron a trasladarme inme
diatamente a Iquique, a donde llegué el 16 de Julio.
Mi viaje fué muí oportuno: la presencia del Blanco on esas aguas
tranquilizó los ánimos un tanto mortificados, restableciendo la confianza
que los recientes acontecimientos habian debilitado.
ConsideranJo que mi presencia en Iquique era mas necesaria que
en Antofagasta, luego que me reuní a la segunda división despaché al
Cochrane a protejer al ejército en reemplazo del Blanco, consultando
con esta medida los deseos del Jeneral en Jefe mientras el Gobierno
me relevaba de una situación que iba haciéndose de dia en dia mas
ci.ib.ii'iwosa.
El Cochrane, mientras tanto, necesitaba urjentes reparaciones,mui particularmente en sus calderas, eu razón de tener una poco menos
qne destruida por el constante uso. Con este objeto debia trasladarse
poco después a Valparaíso i tomar en Antofagasta el carbón que no
liahia alcanzado a embarcar en Iquique.
XXXVI.
Zarpa el "Cochrane" para su destino.—Su encuentro con la "Pilcomayo"
a la altura de Tocopilla.—Persecución de esta cañonera sin resul
tado.—Consecuencia de ESTA CAZA.
En la noche de mi llegada—16 de Julio—zarpó el Cochrane parasu destino, con instrucciones de no demorar en su viaje mas que el
tiempo preciso para reconocer los puertos intermedios i cerciorarse si
ocurría en ellos alguna novedad.
Tocó la casualidad de que al dia siguiente, al pasar por Tocopilla,se encontrara con la Pilcomayo, que por segunda vez se ocupaba en
hostilizar aquella población, segura ya de la superioridad de su andar
comparado con el de todos nuestros buques,El Cochrane, luego que la conoció, trató naturalmente de darle caza,
persiguiéndola por cerca de 24 horas; mas, todos sus esfuerzos resulta
ron inútiles desde que no se encontraba en estado de alcanzar un buen
andar. Llegó, no obstante, la máquina a hacer 82 revoluciones e imprimir al buque una velocidad de 10¿ millas.
Esta persecución retardó un día el viaje del blindado, retardo que
influyó en el apresamiento del Rimac.
XXXVII,
El vapor "Itata".—Una orden verbal de suspender el bloqueo.—Mis ins
trucciones.—Fundadas peesunciones.—Situación desesperante.—Una
nota al señor ministro de relaciones exteriores.—oficio diruido al
Gobierno esponiéndole mi situación' i mis temor ks.—Nota pasada al
delegado representándole con mas acopio de razones las dificultades
EN QUE SE ENCONTRABA LA PRIMERA DIVISIÓN.—Se SUSPENDE EL BLOQUEO
de Iquique.—Causas que motivaron esta determinación.—La primera
división se dirije a antofagasta.
Dos días después de la salida del Cochrane para Antofagasta,arribó a Iquique el vapor Itata con la noticia de que el Huáscar i la
Union se encontraban en Mejillones. Era portador al mismo tiempo de
una orden verbal del Ministro de Relaciones Esteriores, por la cual
me mandaba suspender el bloqueo i despachar uno de los blindados
en persecución de los buques enemigos.Como las instrucciones que tenia por escrito del Supremo Go
bierno de conservar el bloqueo eran tan terminantes:— "Imposible le
vantar bloqueo,"—creí de mi deber hacer presente al Ministro osta
circunstancia, i solicitar por conducto de su emisario, el señor Errá-
zurii don Isidoro, una orden en los mismos términos para poner a cu
bierto mi responsabilidad, antes de dar cumplimiento a su resolución'
Luego hube de convencerme que esta exijencia, a mas de ser justa,era previsora. Por otra parte, habiendo salido ya el Cochrane i teniendo,
por consiguiente, la seguridad de que se encontraría forzosamente en
su travesía con las naves peruanas, i en todo caso, de qne llegaría a
tiempo a Antofagasta para secundar los propósitos del Ministro, no
divisé inconveniente alguno en esperar la orden por escrito de suspen
der el bloqueo.Dicha orden la esperé inútilmente; no solo no se me mandó, sino
— 103 —
que tampoco se me dieron los recursos solicitados, i tuve que continuar
el bloqueo en la situación nías desesperante, pues muí luego me encon
tré escaso de combustible, de víveres i pertrechos, i, lo peor del caso,
con las máquinas de todos los buques en un estado deplorable por el
constante servicio.
Teniendo en vista mi difícil posición, con fecha 27 de Julio diri
jí al señor Ministro de Relaciones Esteriores, que todavía se encontra
ba en Antofagasta con el carácter de delegado del Gobierno, la
siguiente comunicación:
"Iquique, etc.-—
{Número 353).—Desde la salida del vapor Itata
de este puerto, hasta esta fecha, no ha pasado por aquí ningún vapor
de la carrera, por cuya razón estoi sin saber lo que ocurre por el Sur.
-
Obligado como estoi por orden suprema para mantener el blo
queo de este puerto, me encuentro en la imposibilidad de moverme,
como asimismo de mandar el trasporte que me acompaña a causa de
su poco andar, temeroso de que pueda ser apresado por la corbeta
Union .
Las autoridades de tierra siguen ocupándose del asunto torpedos¡ de aprovechar la primera oportunidad para aplicarlos, como ya lo
han intentado. Esta noticia la tengo de fuente que me merece entero cré
dito, por lo que se han tomado las medidas del caso para precaverse
de los efectos de esta clase de hostilidades en lo que sea posible. .
Aprovecho la salida de la fragata inglesa Triumph pitra comuni
carle estos detalles, manifestándole al propio tiempo que ignoro por
completo los movimientos del Cochrane, que supongo habrá recibido
orden de V. S. para diríjírse al Sur en persecución de los buques peruanos que hace dias cruzan en aquellas aguas, persiguiendo nuestros
trasportes i ejerciendo actos de hostilidad en nuestros puertos, como
tuve el honor de manifestarlo por telegrama al señor Comandante Je
neral de Marina con fecha 8 del acnal.n
Dos días después de remitir la presente nota, tocó la casualidad
que pasara el vapor de la carrera, i aprovechando esta oportunidad,envié al Gobierno el oficio que copio a continuación;
"A bordo del Blanco.—Iquique, Julio 29 de 1879.— (Número
— 104 —
35G).—Señor Ministro: En mi carácter de Comandante en Jefe de la
escuadra con que se sirvió honrarme S. E. el Presidente de la Repú
blica, i encargado como tal de su conservación i seguridad, me creo en
el caso, en el indeclinable deber de poner en conocimiento de V. S.,
para su superior resolución, las consideraciones que paso a esponcr, i
qne espero fundadamente serán atendidas por V. S. en vista de su
importancia.
Principiaré por llamar la atención de V. S. a la situación cscep-
cional en que se encuentra actualmente la sección de la escuadra que
bajo mis órdenes bloquea este puerto, situación que se hace mas difícil
por la absoluta incomunicación en que se halla con el resto de la
República, con motivo de la supresión de los viajes de los vapores de
la carrera que antes- tocaban en este lugar, i la falta de envió de tras
portes que podían subsanar esta dificultad. Hace ya 16 dias a que no
tengo la menor noticia del Sur; i aunque al amanecer de hoi crucé al
vapor Colombia, procedente de Valparaiso, no hallé en él comunicación
alguna oficial.
En las graves circunstancias por que atravesamos, esta falta de
comunicación es tanto mas lamentable, cuanto que la segunda división
de la escuadra, encargada de la defensa de Antofagasta, se encuentra
diseminada en el Sur, hasta Valparaiso, sin que tenga noticia de las
causas de tales movimientos.
No se ocultará a V. S. que este estado de aislamiento me coloca
en una situación bien difícil: sin noticias del Gobierno, del Jeneral en
Jefe del ejército, de los buques destacados al Sur, ni de los movi
mientos del enemigo, a los cuales pudiera hostilizar en ciertos casos,
sabedor de su situación.
En el estado a que han llegado las cosas, el bloqueo de Iquiqueva haciéndose insostenible: por la falta de combustible, que está ya al
agotarse, sin que haya hasta ahora como reponerlo; por el constante
uso de las máquinas i calderas de los buques, obligados a estar siempreen movimiento a fin de evitar la aplicación de torpedos que ya se nos
han lanzado en dos ocasiones. A este propósito he sido informado
últimamente, por personas que me merecen entero crédito, que se tienen
preparados nuevos torpedos, mas seguros i perfectos, para destruir a
— 105 —
nuestras naves; i para precavernos de sus desastrosos efectos es forzosa
mantener las máquinas en mayor trabajo, i por consiguiente, con mayor
deterioro, i aumentar el servicio de vijilancia constante, que impone a
las tripulaciones un recargo de fatigas, cuyos efectos se hacen ya sentir.
Por otra parte, el roce continuo de las máquinas en movimiento, exije
que se les dé un descanso para recorrerlas i renovar sua válvulas i
empaquetaduras; ya nuestros buques han mantenido sus máquinas en
cendidas i funcionando diariamente desde antes de mi incorporacióna la escuadra. Este descanso se hace tanto mas imperioso, cuanto que
de no efectuarse pronto, podria suceder que alguno de los buques
quedase de repente imposibilitado para moverse,
Continuando como hasta ahora el bloqueo de Iquique, sin que la
segunda división pueda recorrer hasta Pisagua, como lo he propuesto
ya, su objeto es ineficaz, pues siempre continuará el enemigo prove
yéndose de recursos por la vecina bahía de Pisagua, sin poderlo noso
tros evitar por la imposibilidad de que la división bloqueadora puedaefectuar operación alguna militar contra los buques- ó trasportes perua
nos, obligada como está a no abandonar el bloqueo.Si hasta hoi no habia hecho presente a V. S. los inconvenientes
que dejo indicados, es porque abrigaba el convencimiento de que mni
luego se iba a movilizar el ejército, como me lo aseguró el señor Isidoro
Errázuriz en su carácter de secretario del señor Ministro de Relaciones
Esteriores i a nombre de este señor, i por este motivo creí que el
bloqueo de Iquique debía sostenerse hasta que nuestro ejército se pre
sentara en sus inmediaciones. Hasta ahora esto no ha sucedido, a
pesar de haber trascurrido el plazo señalado para ello; i como aun
ignoro las causas que hayan podido impedir la ejecución de aquel pro
yecto, o si ha sido alterado, pues, como lo dejo dicho mas arriba, no
he recibido comunicación alguna, he creído llegado el momento de
manifestar a V. S., en vista de las enumeradas consideraciones, la ine
ficacia del bloqueo, que sin causar daño al enemigo, ocasiona graves
perjuicios i hasta pone en peligro a nuestros buques.Antes de concluir debo hacer notar a V. S. que las infinitas difi
cultades que me rodean, aumentan aun con la incertidumbre en que
a menudo me encuentro respecto a los movimientos que efectúan los
— 106 —
buques qne, separados de la escuadra en comisión especial, se destinan
a ejecutar otras comisiones, sin mi noticia i en contravención a mis
órdenes, esponiéndolos a correr serios peligros, como sucedió con la
cañonera Magallanes, haciéndola salir de Antofagasta a Iquique, en
enyo viaje salvó milagrosamente de ser capturada en Chipana por las
corbetas peruanas; con el Tolten, enviándolo solo al departamento, i
dos veces con la Chacabuco, esponiéndola a los mismos peligros.Por lo que hace al blindado Almirante Cochrane, tenia instruc
ciones de protejer a Antofagasta i vijilar nuestras costas del Sur, donde
Buponia, con fundamento, que los buques peruanos irian a cruzar con
el objeto de apresar nuestros trasportes i hostilizar nuestros puertos,
como lo manifesté verbalmente al señor Jeneral en Jefe del ejércitoen ocho del actual, i al señor Comandante Jeneral de Marina por tele
grama en la misma fecha.
Según comunicación del comandante del blindado, recibida por el
último vapor, he sabido que este buque se dirijió al puerto de Toco-
pilla, por orden del señor Ministro de Relaciones Esteriorcs, i supongo
que al impartir el señor Ministró esta orden, tuviera fundados motivos
para ello, puerto que por el comandante de la cañonera francesa Hu-
gon, que fondeó en este puerto el 20 del actual, supo que en Antofa
gasta se tenia noticia de que los buques peruanos Huáscar i Union se
encontraban en la bahía de Mejillones, í no dudo que esos buques se
dirijan al Sur con los propósitos que ya he manifestado.
Terminaré manifestando a V. S. mis temores acerca de los movi
mientos de los buqueB de la segunda división, los cuales pueden redundar
en beneficio de los planes del enemigo, cuyas naves tengo la seguridadse dirijen al Sur persiguiendo los fines que dejo indicados."
Viendo que mi incomunicación continuaba i que mi situación
empeoraba cada dia, con grave perjuicio para el pais, el 31 de Julio
pasé al señor delegado del Gobierno otra nota, cuyo tenor es el si
guiente:"Número 361.—Me hago un deber de participar a V. S. que el
bloqueo de este puerto, que lo mantiene la primera división de la escua
dra bajo mi mando, se está haciendo insostenible en las actuales cir
cunstancias: 1.°, por la falta de combustible, que está ya al agotarse;
— 107 —
2.°, por el uso de las máquinas i calderas de los buques, obligados a
estar siempre en movimiento para evitar la aplicación de torpedos, que
ya se han empleado en dos ocasiones, como se ha comprobado por los
sumarios instruidos al efecto por los comandantes de los respectivos
buques; 3,°, por el continuo roce de las máquinas en movimiento, quehace indispensablemente necesario se les dé un descanso para recorrer
las, renovar sus válvulas i empaquetaduras, como lo solicitan urjente-mente los respectivos injenieros por conducto de sus jefes, pues de no
hacerlo así, podrían quedar de repente imposibilitadas para trabajar,estando, como han estado, funcionando diariamente desde antes de mi
incorporación a la escuadra; 4.°, la completa falta de comunicación con
V. S. i demás altos funcionarios de la República, aparte de otras cir
cunstancias qne omito enumerar i que no se ocultarán a la penetraciónde V. S.
Encargado, como estoi, de sostener el bloqueo de este puerto por
disposición de S. E. el Presidente de la República, me dirijo a V. S.
en su carácter de delegado del Supremo Gobierno, a fin de que, tomandoen consideración las observaciones que dejo hechas, se sirva resolver lo
que estime conveniente.
Confio en que V. S . se servirá indicarme su resolución a la breve
dad posible, pues la situación de los buques, como V. S. comprenderá,es bien difícil, amagados como están por los torpedos del enemigo.
Debo prevenir a V. S. que si el bloqueo ha de continuar, conven
dría que el Cochrane, luego qne esté listo, venga a relevar al Blanco
para que éste pueda, efectuar los arreglos que necesita en su máquina,i también la Covadonga i O'Higgins para relevar, con igual objeto, a la
Magallanes i Abtao, particularmente a este último, cuyos calderos es
tán casi inservibles.
Asimismo deberá enviarse, sin pérdida de tiempo, un cargamentode carbón para proveer a los buques efe esta división, a fin de que
puedan continuar sosteniendo el bloqueo i evitar los peligros consi
guientes a la situación en que se encuentran."
Halagado con la esperanza de que estas comunicaciones serian
atendidas, seguí esperando los auxilios que tan encarecidamente habia
solicitado; pero los dias trascurrían i ni la correspondencia particular
3
— 108 —
nos llegaba. Este orden de cosas llamó naturalmente la atención en
todos los buques de la división, i mui luego se creyó que lo que estaba
sucediendo obedccia al propósito de obligarme por este medio indirecto
a suspender el bloqueo; mas yo, que tenia instrucciones en sentido con
trario, no admitía entonces tal pensamiento, persuadido como estaba'
de que si el Gobierno no hubiera creído conveniente continuar con una
operación militar que a todos nos tenia bien mortificados, nada le ha- ¡
bria sido mas sencillo que impartir por escrito la orden para que en el i
acto lo suspendiera, i con mas razón si se tomaba en consideración mis
fundadas observaciones.
Esta situación la soportaba ya diezinueve dias, hasta que, por fin, el ■.!
mal estado de los buques i la falta absoluta de recursos, ine obligarona suspender el bloqueo, lo que efectué en la noche del 2 de Agosto,
dirijiéndome a Antofagasta, a donde arribé el 4 del mismo mes.
Encontrándose el Abtao con la máquina completamente inutiliza
da, tuvo que ser remolcado por el vapor Liman durante el viaje.
XXXVIII.
Serte de comunicaciones dirijidas al delegado esplicando mis últimos proce
dimientos I LAS RAZONES QUE HE TENIDO PARA SUSPENDER EL BLOQUEO DE
Iquique.
Inmediatamente qne fondeó la división me apresuré a poner en
manos del señor delegado las notas que copio a continuación:
"Núm. 363.—En la mar, frente a Tocopilla, Agosto 3 de 1879,
—Señor Ministro: El vapor Abtao ha sufrido una descompostura en su
máquina que la inutiliza para funcionar, i como esta avería no se puede reparar con los elementos de que se dispone a bordo, este buquequeda en situación de no poderse mover. Esta circunstancia, junto con
otras dificultades, me han obligado a suspender el bloqueo de Iquiquei a dirijirme al Sur con los buques de esta división, teniendo el Abtao
que ser remolcado por el trasporte Limarí, i muí posible hasta Valparaiso, a fin de ganar tiempo para proceder a la brevedad posible a
efectuar las reparaciones que urjentemente exije el mal estado de las
máquinas de los demás buques. I)e este triodo quedarán listosparacontinuar la campaña, la cual confio quesera mas eficaz que hasta aho
ra, pues ya no habrá que atender al bloqueo que embarazaba los movi-
mitutos de una i a veces de ambas divisiones.
-Ademas, la segunda división queda en Antofagasta, mientras ésta,terminadas las reparaciones, puede ser utilizada en defender los puer
tos del Sur, convoyar a su regreso los trasportes que deberán emplearseen la movilización del ejército u otros fines, que pudieran sobreveniren el curso de los acontecimientos.
Antes de terminar debo hacer presente a V. S. que, habiendo ce
sado el bloqueo de Iquique, conviene suspender desde luego todo envío
de trasportes a ese puerto."
'Núm. 365.—Antofagasta, Agosto 4 de 1879.—Señor Ministro:-]
A mi paso por Tocopilla tuve el honor de dirijir a V. S. la comunica- «
cion siguiente: (La que precede).Pero después, i con mejor acuerdo, he juzgado conveniente hacer
escala en este puerto para comunicar con V. S. por si no aceptara la 1
medida que habia tomado de dirijirme a Valparaiso directamente, conJ
motivo del mal estado de los buques i demás razones que por nota se- |parada pongo en conocimiento de V. -S.
Sírvase, pues, ai lo tiene a bien, indicarme su resolución sobre
este particular.""Núm. 366.—Antofagasta, Agosto 4 de 1S79.—Señor Ministro:
Tenno el honor de participar a V. S. mi arribo a esto puerto cou la
primera división de la escuadra, compuesta do los buques Blanco Enea- ,
toda, Magallanes i vapor Abtao, después de haber sido compelido a \
abandonar el bloqueo de Iquique, que, como tuve el honor de manifes
tar a V. S. en mi nota del 28 del mes próximo pasado, se hacia ya insostenible por las causas que en ella espresaba a V. tí.
Hoi, señor .Ministro, aquéllas han aumentado con la completainutilización do la máquina del vapor Abtao que no puede funcionar,lo que coloca a este buque en una situación peligrosa que comprometesu seguridad, viéndome, por lo tanto, obligado a hacerlo remolcar desde
Iquique a este puerto por el trasporte Limarí. i
Respecto del Blanco Encalada i Magallanes, se me hace presente¡
qne necesitan urentemente algunos dias de descanso para proceder sin ¡pérdida de tiempo a efectuar en ambos, particularmente en la Maga~
'
llanes, las reparaciones que exíjen sus máquinas, cuyo trabajo no puedepracticarse sin peligro, mientras dure la comisión que hoi desempeñan.
Con estos elementos era, pues, absolutamente imposible mantener
por mas tiempo el bloqueo sin esponer a los buques de esta división a loa
peligros consiguientes a la situación en que se encuentran, obligados aun continuo movimiento para evitar la aplicación de torpedos, que en
buen número i de sistemas perfeccionados posee el enemigo, los cuales,aunque con mal éxito, ha empleado ya en dos ocasiones, como lo ma
nifesté a V. S. en mi citada comunicación; así es que, a pesar de mis
instrucciones, he preferido suspender el bloqueo antes que tener que
— 111 —
deplorar la destrucción de algunos de estos buques, mui particularmente
del Abtao, incapaz de rechazar un ataque por su falta de movilidad
con motivo de la descompostura de su máquina.
Aparte de esta circunstancia i de los inconvenientes que he tenido
el honor de manifestar a V. S. en mi recordada nota, que, como yo,
calificará V. S. de graves, debo repetir a V. S., en apoyo de mi deter
minación, los hechos siguientes que vienen a justificar el procedimiento
que me he visto obligado a adoptar.
1.* La completa incomunicación en quedesde diezinueve dias me
encontraba con el resto de la República sin poderme comunicar con
V. S., con el Gobierno ni con'el señor Comandante Jeneral de Marina,
falta de comunicación que, aparte de las graves consecuencias que po
dia tener en estos momentos, me impedía también hacer notar las
urjentes necesidades de los buques, i por consiguiente que fueran opor
tunamente atendidas, como ha sucedido en efecto, i sin que hubiera
noticia alguna, a pesar de haber comunicado con tres vapores de la
carrera, todos procedentes del Sur,
2." La falta de combustible, sin que hubiera como reponerlo;
pues el dia 2 del actual, que abandoné a Iquique, apenas se tenia a
bordo la dotación incompleta, i el del trasporte Limari, destinado al
servicio de la escuadra, se había agotado.
3.a La escasez de víveres, sin que tampoco hubiera como repo
nerlos; pues, según los estados de fuerza de los buques, el Abtao solo
tenia víveres para cinco dias, para ocho la Magallanes i para quince el
Blanco.
Limitándome, pues, señor Ministro, a los puntos que dejo indica
dos i proponiéndome manifestar a V. S. otros de no menos importancia, espero que esta medida sea de la aprobación de V. S ., fundada
como está en la imposibilidad de continuar el bloqueo sin comprometer
seriamente la seguridad de los buques, de los que en gran parte depende hoi el buen éxito de la presente guerra.
Para terminar, prevendré a V. S. qne, con esta misma fecha, tras
cribo al señor Ministro de Marina el contenido de la espresada comu
nicación para conocimiento del Supremo Gobierno."
— 112 —
Por única contestación a estas notas, se me dijo que «1 Jeueral en
Jefe me facililitaria los medios para arreglar con la maestranza de An
tofagasta las máquinas de todos los buques, ínter el Gobierno resolvía lo
conveniente. Pero lo que yo necesitaba principalmente era reponer el
riñe i limpiar los fondos del Blanco, operación que en Valparaíso podiasolo hacerse, como tuvo lugar después de mi separación.
XXXIX.
Causas que influyeron en mi cambio de situación.—Informes que recihia.—
Mis temores.—Insisto en mi renuncia.—Coao procedió el Gobiebno.
Mientras yo sufria las consecuencias del penoso bloqueo de Iqui
que, en Antofagasta se trataba de hacer recaer sobre mí responsabilidades cuyo alcance no me era posible prever.
Hoi no creo oportuno ocuparme de lo que entonces se habló, ni
de las cosas que acerca de mi persona se contaron; pero sí, diré: que
lo que en aquella ocasión se dijo, i la tirantez en mi trato con una
persona que ya no existe, dio oríjeu a la frialdad que mui luego llegóa caracterizar mis relaciones sucesivas con el señor delegado, que a la
sazón se encontraba en dicho puerto.
I como la vida oficial es una cadena no interrumpida de consecuen
cias, las cartas del Jefe de Estado,.que algunos dias antes eran francas
i amistosas, pasaron a ser igualmente secas i reservadas!
Todo aquello influyó también para que el público mismo se sintie
ra impelido a condenarme. Algunos jefes que llegaban a la escuadra,
cuando esto sucedía, me referían lo mucho que de mí se hablaba en
Valparaiso; mas yo, tranquilo con el cumplimiento de mi deber, nunca
acojia, i sí me reia de estos informes. Pero las cosas fueron tomando
gradualmente un carácter tal de seriedad, que llegué a convencerme
que bien podia la calumnia anónima lograr estraviar momentáneamente
el juicio de mis conciudadanos.
Persuadido de que mi situación se hacia asi cada dia mas difícil,
i viéndome ademas contrariado en todos mis propósitos, no me quedaba mas camino que insistir en mi renuncia del mando de la escuadra,
lo que en efecto hice.
No dudaba de que esta vez, prevenido como estaba el Gobierno,
- 114 —
accedería inmediatamente a mi deseo; pero no sucedió así, i se proce
dió como se verá en el siguiente telegrama:
"Acostó 5.—(2 P. M).—En la primera oportuuidad se vendrá
V. S. a Santiago para dar esplicacíon de sus actos, eu especial de la
suspensión del bloqueo de Iquique; mientras tanto tomará el mando de
la división de la escuadra que existe eu Antofagasta el jefe a quien
corresponda.—B. 1'Rr.üTiA."
En vista de este telegrama i de otras manifestaciones, juzgué que
lo que se quería era revestir mi desaparición del mando de la escuadra,
de ciertas formalidades que pusieran a salvo toda responsabilidad ulte
rior de parte del Gobierno. En cuanto a mi persona, ya se habia con
seguido ajarla lo bastante ante la opinión para que la voz pública llegarahasta negarme lo que nadie se ha atrevido hasta hoi a poner en duda
delante de mí, olvidando hechos muí conocidos en mi borrascosa vida
que pueden abonar un juicio contrario,
XL.
Impresión que causó en el publico la suspensión del rloqueo.—El Gobier
no prohija esta medida i hace responsable al Jefe de la escuadra de
todas las operaciones bélicas.
Mientras se me proporcionaba la oportunidad de presentarme a la
capital a dar cuenta de mis actos, se esparció la noticia de la suspen
sión del bloqueo, i tanto la prensa como el pais aplaudieron aquelhecho.
Apercibido el Gobierno de lo que sucedía, no solo encontró enton
ces prudente aceptar mi procedimiento, sino que, interpelado en la
Cámara el señor Ministro del Iuterior sobre la suspensión de aquel acto
de hostilidad, lo prohijó como medida gubernativa, espresándoseal mis
mo tiempo el señor Ministro en términos bien acres contra el Jefe de la
escuadra, a quien culpó en esta ocasión de todas las operaciones maríti
mas i de sus resultados,—siendo de notar que pocos dias antes lo habia
defendido ante la misma Cámara de los mismos cargos que esta vez re
probaba,—así como de la lentitud que hasta esa fecha se notaba en las
operaciones bélicas de nuestro ejército. Mientras tanto, el Jefe de la es
cuadra, desde su regreso del Callao, se encontraba contrariado por difi
cultades qne ya he manifestado i que lo tenían colocado en la mas
completa impotencia, sin injerencia alguna en la dirección de la guerra.
XLI.
El apresamiento del "Rimac."
A mi arribo a Antofagasta me confirmaron la noticia del apresa
miento del Rimac i pude imponerme de las órdenes impartidas al
comandante del Cochrane (que tengo en mi poder) i demás circunstan
cias que influyeron en la pérdida de ese trasporte.
Nadie ignora la desagradable impresión que causó en el país este
desastre, i no faltó quien me culpara a mi—que me encontrabaa dos
cientas millas obligado a sostener el bloqueo de Iquique,—de las dis
posiciones desacertadas quefavorecieron al enemigo para apoderarse
de aquella presa. Hoi no creo del caso entrar en reminiscencias que
podrían señalar a los verdaderos responsables, aclarando la verdad da
lo que entonces ocurrió. Agregaré, al. qne en esto caso sucedió lo que
es mui corriente: que la cuerda se cortara por lo mas delgado. Había
necesidad de inmolar una víctima para satisfacer elsentimiento publico,
herido por tan inesperada desgracia, i naturalmente, fué sacrificado el
Jefe que solo habia sido nn mero instrumento,
XLII.
Tercera persecución del "Huáscar."
Dos dias después de mi arribo a Antofagasta, esto es, el 6 en la
noche, recibía un telegrama del Gobierno, anunciándome la presenciadel Huáscar en Caldera. A las dos horas de aquel aviso, el Blanco,
seguido del Itata, se dirijia al Sur en su persecución.A las 3.30 P. M. del siguiente dia recalábamos a la vista del
puerto de Taltal. Momentos después divisábamos al monitor peruano
que salía de la bahía a toda fuerza. Recien habia entrado a hostilizar
. esa población cuando avistó al Blanco, i no bien lo reconoció, emprendió la fuga, viéndose forzado, por la configuración de la costa, a nave
gar al Oeste.
Como nos encontrábamos en una situación ventajosa para cruzar
su proa, gobernamos en esto sentido. Esta circunstancia, unida a la
gruesa marejada del S. O., que también era una ventaja para el blin
dado, nos permitió al principio estrechar visiblemente la distancia,
haciéndome concebir la esperanza de que esta vez no se burlaría de
nuestros esfuerzos.
Continuaron ambos buques navegando rumbos conrerjentes hasta
cerca de las 5 P. M., en que llegamos a reducir a cinco millas el espa
cio que nos separaba; pero a esta hora, encontrándose el Huáscar claro
de puntas, pudo alterar su rumbo i gobernar al Sur. Esta alteración
nos obligó a seguirlo directamente por la proa. Navegando entonces
una misma derrota, mui luego me apercibí de que no obstante la grue
sa marejada que lo ahogaba, su andar era mui superior al del Blanco.
Al oscurecer solo podíamos distinguir una pequeña mancha negraen el horizonte, producida por el humo de la chimenea, la que tam-
— 118 —
bien no Urdo cu desaparecer, confundida con la densa oscuridad de
una noche brumosa.
Dada esta situación, supuse que encontrándoseGran libre de toda
persecución, su primera dilijencia seria aprovecharla noche para ganar
el Norte, a fin de evitar un nuevo encuentro con el blindado. Fué lo
qne hizo.
Vista la imposibilidad de continuar la caza i con la segundad de
qne el buque enemigo habia abandonado aquellos mares, no teniendo
de consiguiente objeto la continuación de nn inútil crucero, a las 9 P. M.
emprendí mi regreso a Antofagasta. A la misma hora que fondeaba en
esto puerto el dia 31, el Huáscar pasaba nimbo al Norte a la vista de
Mejillones
XLIII.
Observaciones acerca de esta persecución.—Sustitución maliciosa de una
palabra.
Como ya lo presumía, este viaje díó orijen, como mis anteriores
persecuciones, a comentarios desfavorables; se deseaba ver al Huáscar
apresado o echado a pique: todos se sentían mortificados con sus repe
tidas escursiones en nuestros mares, teniendo, como teníamos, una
superioridad marítima incontestable. Pero si todos estábamos pene
trados de esta verdad, en cambio nadie se hacia cargo del andar del
monitor; ninguno se fijaba en que nuestros blindados, en el estado eu
que se encontraban, eran impotentes para alcanzarlo. Gran, que habia
tenido oportunidad para apreciar esta ventaja, bien seguro de ella, sabia
aprovecharla aventurándose en sus correrías, con la certidumbre de que
siempre podría evitar un combate i burlar la superioridad militar de
nuestras naves. El alto bordo de los blindados le favorecía también
para poderlos reconocer a una gran distancia i prevenir el peligro de
un encuentro inmediato,
Ni a mí ni a ninguno de los marinos de la escuadra podia ocul
társele esta desventaja que lo esplicaba todo; pero, por haber dicho
una vez en Antofagasta que estaba convencido de que los blindados
eran impotentes para alcanzar al Huáscar, se me atribuyó haber asegu
rado qne eran impotentes para batirlo.
Este chisme tan necio i tan absurdo fué, sin embargo, propaladoi creido por muchos, sin tomar en cuenta que, aparte de lo ridículo de
una declaración de esa especie, en mi carácter de jefe de la escuadra
me habria abstenido, por lo menos, de emitir una opinión que natural
mente debia rebajarme al último nivel eu el concepto de mis subordi
nados.
XL1V.
Entrega del mando de la división i regreso al departamento.—Mí despedi
da.—Entrevista con el Jefe del Estado.—Mi renuncia i nombramiento
DB MIEMBRO DE LA JUNTA CONSULTIVA.
El 12 de Agosto tocó en Antofagasta el vapor del Norte. Aprovechando esta oportunidad, entregué el mando de la división anclada
en ese puerto al comandante del Blanco Encalada, i dirijí a la escuadra
la siguiente proclama, que se dio en la orden del dia:
"Motivos de salud i otras consideraciones me obligan en estos
momentos difíciles, en que la patria necesita del concurso de todos sus
hijos, a abandonar el mando de la escuadra. Al separarme de vosotros
llevo consigo el grato recuerdo de que jamas he tenido que castigaruna falta ni reconvenir a nadie, notando siempre un espíritu de orden,
de disciplina i de constante abnegación, propios únicamente de los grandes corazones,
Me despido, pues, de vosotros con todo aquel sentimiento que
solo enjendra el cariño; i al hacerlo, debo recordaros que, donde me
encuentre, allí tendréis siempre al compañero, al amigo,Que la fortuna os sea propicia, es mi único deseo."
Tan pronto como desembarqué en Valparaiso, el dia 16, me trasladé a la capital, i el 17 fui citado por S. E. a su despacho.
Mi entrevista con el Jefe del Estado, fué sencilla i, en cierto
modo, cordial. Me manifestó su sentimiento por el desacuerdo que exis
tía entre el secretario de la escuadra (?) i yo, dejándome comprender,naturalmente, la alta estimación que por él profesaba.
Por mi parte le hice presente que el mal estado de mi salud no
me permitía continuar al mando de la escuadra. Se aceptó mi renun
cia i se me nombró miembro de la junta consultiva de marina.
XLV.
Resumen,
Al terminar esta esposicion, creo oportuno hacer un breve resu
men de los principales cargos que, mas o menos explícitamente, se han
formulado contra mí en el Congreso, por los mismos que, conociendo
el estado en que se encontraba la escuadra cuando estuvieron ellos en
el Gobierno, afectaron desconocerlo cuando estuvieron fuera.
Estos cargos son los siguientes:
"l." Que yo me opuse a ir al Callao al principio de la guerra, en los
días que siguieron a su declaración, ya con el objeto de establecer el blo-
hdeo de esta plaza, ya para atacar o destruir a los buques enemigos,
llegado el caso, sin que el señor rafael sotomayor, que ejercía en la
escuadra el cargo de asesor, pudiese vencer mi resistencia."
El seíior Sotomayor mal podia tratar de influir en mf para lle
var a cabo esta operación, cuando nadie mejor que él sabia que, al
declararse la guerra, nuestra escuadra carecía de todo, i al salir de
Antofagasta, el 4 de Abril de 1879, para apresar la espedicion i los
elementos que se daban salidos del Callao el dia anterior, para guar
necer i fortificar a Iquique, apenas contaba ella con el carbón suficien
te para llegar a este puerto.
_ 122 —
El Gobierno, por otra parte,al decirme en su telegrama del 3 do
Abril: "Usted procurará destruir o inhabilitar la escuadra peruana,
impedir fortificaciones de Iquique o destruirlas, aprehender trasporta
o bloquear puertos," si bien es cierto qne me trataba nn vasto plan de
operaciones que deseaba ver ejecutado,no lo es menos que no me im
ponía prioridad para ejecutar ninguna de ellas, i dejaba a mi juicio
realizarlas sucesivamente, a medida que las circunstancias me lo per
mitieran. Esas operaciones, en una palabra, constituían casi todos los
actos que la escuadradebia emprender durante el curso de la guerra;
tentarlas simultáneamente habría sido imposible, ¡ jamas se lo ocurrió
al Gobierno que debiera ocuparmede todas ellas a la vez.
Por lo demás, basta recordar el mal abastecimiento que tenia
entonces la escuadra, su falta de carbón, de pertrechos, de vapores
trasportes que la sirvieran,i hasta de municiones, aparte del malísimo
estado en que se hallaban las calderas de las corbetas, para alejar la
posibilidad de que hubiera ella podido trasladarse al Callao en los pri
meros dias de la guerra para llevar a cabo las operaciones bélicas que
han sido materia de este cargo.
Se trasladó ahí después, cuando pudo hacerlo, libre de los entor
pecimientos que embarazaban a la sazón su marcha.
El bloqueo del Callao, insinuado, por otra parte, mas tarde por el
Gobierno en nota del 26 de Abril, no lo acepté entonces ni después
por las razones que espuse al señor Ministro del ramo en la nota que
figura en los anexos bajo el número 1.
Por último, todos mis actos eran el resultado de la libertad abso
luta que se me habia dejado para obrar en el sentido que lo juzgase
conveniente, i basta este solo hecho para desestimar cualquier cargo
que pudiese avanzarse contra mi modo de proceder.
Pude alguna vez no ser feliz, pero de seguro que nunca fui cul
pable.
"2.* QUB NO IMPEDÍ QUE EL PUERTO DE AaiCA SE FOKT1FICAHE."
Cuando el Chalaco, trasporte peruano, desembarcó en Arica los
cationes que debian fortificarlo, la escuadra se encontraba tan escasa
de carbón, que el Blanco tenia apenas el necesario para los movimion-
— 123 —
tos de la bahía. I como la operación se efectuó en mui pocos dias,cuando tuvimos combustible ya era tarde,
"$.' QUE TENIENDO TANTOS RUQUES A MI DISPOSICIÓN, PERMITÍA, SIN EMBARGO,
QUE LOS TRASPORTES PERUANOS DESEMBARCAHAN PERTRECHOS I VÍVERES PARA EL
EJÉRCITO ENEMIGO."
No podia impedirlo, porque en ese tiempo solo contaba con los dos
blindados i la Magallanes, i no podia estar con ellos en todas partes;los otros buques, por su deplorable estado, eran mas bien un estorbo
que embarazaba mis movimientos, por no poder dejarlos solos sin pro
tección. Ademas, ninguno de ellos, incluso los blindados, podia dar
caza a los lijeros vapores enemigos.Recuérdese también que el Perú contaba entonces con los telé
grafos i con un espionaje perfectamente organizado, mientras la escua
dra no dominaba mas que el litoral al alcance de sus cañones, i en
materia de noticias recibía únicamente las que la casualidad le propor
cionaba.
jAcaso no indiqué yo desde el primer momento la necesidad de
un vapor lijero, el Amazonas o el Loa, con ese esclusivo objeto?Pero nó: se queria hacer una guerra barata, i ninguno de los
hombres de Gobierno midió en tiempo la suma de sacrificios que debia
imponerse desde luego al país, para terminarla gloriosamente i en
poco tiempo.I sin embargo, un ex-Ministro, todo un Senador, recien bajado
del Gobierno, no trepidaba en increpar la conducta de sus sucesores,
en la sesión celebrada por el Senado el 1.° de Agosto de 1879, por la
inacción completa de una poderosa escuadra, que ni habia defendidoa nuestros trasportes, ni habia mantenido el bloqueo, ni impedido el abas
tecimiento de los puertos enemigos.
Se queria, en una palabra, una multiplicación análoga a la de loa
panes en nuestros buques. Solo desentendiéndose del mal estado de
los elementos navales con que contaba, de la inutilización temporal devarios buques, del casi nulo servicio de otros, i del poco auxilio que
prestaban los demás, han podido mis acusadores formularme cargos
porque estos buques no estaban al mismo tiempo que bloqueando a
— 124 —
Iquique, resguardando el cantón milítAr de Antofagasta, cuartel jene
ral de nuestro ejército, batiéndose en el Callao, persiguiendo traspor
tes enemigos en toda la costa, protejiendo a los nuestros en una osten
sión de seiscientas millas, impidiendo el arribo de las naves enemigas a
los puertos del litoral, apresando armas en Panamá i amparando, por
fin, nuestros cargamentos en el Estrecho de Magallanes!
Pasemos, que contrista el alma oir discurrir a estos almirantes!
"i.° Que debí ser enjuiciado por el desastre de Iquique i separado del
MANDO DE LA ESCUADRA, A CAUSA DE HABER DEJADO ABANDONADOS EN ESA RADA A
DOB DE NUESTRAS MAS DÉBILES NAVES, ESPUESTAS AL GOLPE DE MANO DE QUE FUE
RON VÍCTIMAS."
El señor Ministro de Justicia, don Jorjc Huneeus, se encargó, a
nombre del Gobierno, de desvanecer este cargo en la antes recordada
sesión del Senado del 1." de Agosto de 1879, diciendo;
"Que el Almirante, al dejar a Iquique resguardado por dos naves
de madera, tenia datos sobre la situación de la escuadra peruana en
el Callao que le hacían creer que iba a dar un golpe sobre seguro. Por
otra parte, habia cortado el cable, i este hecho lo daba ciertas garan
tías sobre el éxito del movimiento que emprendía, i que antes de con
denar una operación por los resultados que ella producía, era necesa
rio tener presente que, en el mar sobre todo, no toda empresa que se
frustra era una empresa censurable. Por su parte se honraba de na
haber procedido con lijereza i haber conservado en su puesto al jefe de
la escuadra."
Réstame solo agregar, por último, que no creyéndome autorizado
para levantar el bloqueo de Iquique, dejé, después de haberme asegu
rado que no corrían peligro alguno, a la Esmeralda i Covadonga para
que lo continuasen con la estrictez establecida, obedeciendo también
entonces las instrucciones que el Gobierno me habia dado para el caso
qne tuviera que establecer conjuntamente el bloqueo del Callao.
"5.* Que bn mi viaje al Callao no ataqué a los buques enemigos qui
se encontraban al amfaro de las baterías."
Desvanecido completamente este cargo en otra parte de mi rela
ción, creo inútil entrar de nuevo a ocuparme de ¿I.
— 125 -
¡Ah! Sí cuando ya teníamos dominio absoluto en el mar, se criti
có tan duramente al comandante Thomson porque espuso al Huáscar
en el ataque contra el Morro de Arica, ¿qué no se habria dicho de mí,
si, guiado solo de mi amor propio i sin tomar en cuenta loa grandesintereses que estaban vinculados a la conservación de los blindados,
hubiera espuesto a toda la escuadra en el combate del Callao, supo
niendo, como debía suponer, que el Huáscar i la Independencia recorrían
i ejecutaban impunemente actos de violencia en nuestras costas?
"6." Que debido a mi viaje intempestivo al Callao no se realizó un
plan de desembarco en el territorio enemigo."
Este cargo ha sido ya, como el anterior, refutado en el cuerpo
de este escrito. Basta solo recordar aquí que, al ocuparme de él, he
probado que la operación marítima emprendida por la escuadra el 17
de Mayo de 1879, no cambió en lo menor los planes del Jeneral en
Jefe ni las medidas estratégicas de los directores de la guerra,
I si bien el enemigo aumentó por ese tiempo sus fuerzas con un
batallón i algunos pertrechos de guerra, nadie ignora que ese aumento
no fué la causa qne detuvo a nuestras tropas, sino la falta de elemen
tos, i la prueba mas convincente de ello fueron los meses de constantes
esfuerzos que trascurrieron antes de llevar a cabo la espedicion de
desembarco en Pisagua.
"7.' Que por mi culpa se sostenía el bloqueo de Iquique."
¡Cómol Pormi culpa, i se me ordenaba mantenerlo con dos buquesdébiles cuando se queria establecer el del Callao el 25 de Abril; por
mi culpa, i el Presidente de la República, impuesto de la probabilidadde tener que abandonar dicho bloqueo, me contesta, en telegrama fecha
9 de Julio, que era imposible levantarlo; por mi culpa, i el delegadodel Gobierno en Antofagasta me niega órdenes por escrito que le
pido para hacerlo el 18 del mismo mes después de haber él ordenado
levantarlo de palabra; por mi culpa, i se me arranca de la escuadra el
5 de Agosto para pasar inmediatamente a la capital a dar esplicacio-nes sobre la suspensión del bloqueo, acto llevado solo a cabo por mí
— 126 —
cuando, escaso de recursos, de carbón i otros artículos, era imposible
persistir por mas tiempo en él sin peligro de los buques bloqueadores!
"8/ Que no tratara de batir al "Huáscar."
Permítaseme decir aquí francamente que nunca me imajiné, en
medio del despecho i de la cólera impotente con que volvía de las
inútiles persecuciones al monitor, que hubiera alguien en Chile capaz
de creer que yo no queria batirlo!
¡Cómo! Xo queria batirlo, i siempre era el Blanco el que lo per
seguía. I el Huáscar, al divisarlo, solo huía, huía tan velozmente, que
parecia que tenia alas en su máquina, mientras que yo ofrecí de mi
propio bolsillo gratificaciones a los injenieros porque lo pusieran al
alcance de mis cañones!
A la veidad, es preciso ser mui injusto para creer que un hombre,acostumbrado desde niño a arrostrar los mayores peligros, en un caso
como éste no cumpliese con su deber, estimulado por su alta posicióni halagado, ademas, por la importancia de un hecho que venia a justificar la opinión favorable que sus antecedentes le habian conquistado.
XLVI.
Conclusión,
Concluyamos.
Sorprendido Chile por una guerra inesperada, sucedió que al
principio se encontró falto de elementos i de recursos para hacerla de
una manera activa i eficaz. Creía contar, sin embargo, con nn material
marítimo mui superior eu realidad al que poseia. Aguardaba también
que el valor i actividad de los encargados de defender su honra i dere
chos suplirían en mucho a las necesidades creadas por su nueva situa
ción. Halagado, pues, por estas esperanzas, se inició la campaña ma
rítima contra el Peni.
Encontrándose la escuadra imposibilitada por su estado i necesida
des para emprender inmediatamente un ataque al Callao, tuvo que
principiar sus operaciones militares por establecer el bloqueo de Iquiquei paralizar eu seguida los establecimientos huaneros i salitreros, fuentes
principales de la riqueza del Perú.
Aquellos actos de hostilidad i muchos otros de bastante importancia se realizaron, mientras nuestras naves se preparaban lo mejor
poáble i se equipaban de lo mucho que les faltaba para ir a atacar al
enemigo bajo los fuegos de sus fortificaciones, en el caso de que éste no
viniera a defender sus intereses i la parte de territorio completamentedominada por nuestros cañones,
No negaré que entonces, como he dicho antes, dábase algún cré
dito a las promesas oficiales i baladronadas del Gobierno i prensa de
aquella República, i creíase probable que intentara alguna resistencia.
Conocíase también su poder naval, i no se dudaba que con los elemen
tos de que podia disponer bien podria aventurar un combate en sus
— 128 —
propias aguas, cuyo resultado dependería de la destreza i pujanza de
los adversarios.
Pero el Perú desentendióse de sus petulantes amenazas, i, en vez
de combatir, como indudablemente habría hecho cualquiera otra nación
en su lugar, conformóse con esgrimir la mentira i el insulto procaz con
audacia sin rival
A esta situación era necesario poner remedio, i se aplicó tan
pronto como la escuadra se encontró preparada para dirijirse al Callao
en busca de los buques enenemigos,
He referido ya el resultado de aquel viaje i sus consecuencias.
Si el éxito hubiera coronado mis esfuerzos, lejos de tener que
rebatir los cargos de que he sido víctima, habría merecido los aplausosdel pais entero i nuestra situación no seria hoi lo que es, incierta i
anómala, después de tan brillantes triunfos, sin poder todavía medirse
el tórmiuo de esta prolongada guerra.
En las operaciones de la guerra todo lo hace el éxito. I en ese
viaje anduve desgraciado, por cuya razón presentí desde entonces algo
parecido a lo que me ha pasado,
Conmovido el pais por los sucesos del 21 de Mayo, no bien regre
sé con la escuadra a Iquique principió a manifestar su descontento por
las correrías del Huáscar i las infructuosas persecuciones del Blaiwo.
Mientras yo tocaba con las dificultades que ya he manifestado
para dar caza al monitor peruano, i con el inconveniente de la inmovi
lidad de los blindados que me impedia combinar un plan para poderlobatir, el pais, confiado en la superioridad de sus naves, esperaba aquelhecho,
Nada hai que escite i prevenga mas los ánimos que vivir acari
ciando esperanzas que no se realizan, cuando se cree contar coa los
medios necesarios para conseguir lo que se desea.
La difícil situación que atravesábamos avivaba aquellos senti
mientos.
I aunque todas laa correrías que emprendía el Huáscar, contando
con la superioridad de su andar, no podían, sin embargo, compararsecon el solo viaje de la corbeta Esmeralda cuando, con un andar máximo
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ANEXOS.
COMANDANCIA EN JEFE DE LA ESCUADRA DE LA REPÚBLICA,
OBSERVACIONES AL MEMORÁNDUM DEL SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES ESTERIORES.
BLOQUEO DEL CALLAO,
El bloqueo del Callao i de la escuadra peruana con el material
que constituye la escuadra chilena, amparada la primera por las forti
ficaciones de aquel puerto, mientras la segunda se tendría que conser
var en son de combate, importaría dar al enemigo todas las ventajas
posibles i comprometer, en consecuencia, mas allá de lo que aconsejala prudencia, la suerte i porvenir de la República, lo que paso a
demostrar.
Establecido el bloqueo en la forma indicada, tendríamos a la
escuadra peruana, compuesta de dos blindados, dos monitores (estoscuatro buques con poderosa artillería), una corbeta bien artillada i
una cañonera. Estas fuerzas, que se encontrarían en sus propias aguas
¡ con todos los recursos necesarios a su buen servicio, se conservarían
en la defensiva protejidas, como ya lo he manifestado, por las poderosas baterías del Callao, asechando, como es de suponer, el momento
de un ataque o de una celada con torpedos n otros medios, o bien
dando tiempo a que el enemigo se debilite en su material (que lo
conoce tan bien como nosotros} i lo peor de todo, tratando' talvez de
conseguir que el espíritu que alienta al personal chileno se abata i
decaiga por la impotencia de su situación,
La escuadra bloqueadora, entre tanto, estarla formada de dos
blindados, tres corbetas {todas con sus calderas en mal estado) i de
una cañonera, puesto que el vapor Abtao i goleta Covadonga se necesita
rían para continuar el bloqueo de Iquique. Estos buques tendrían que
estar constantemente sobre todos sus fuegos para en un momento dado
levantar el vapor necesario para el andar máximo de todos ellos (locontrario seria peligroso).
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Las tripulaciones se verían obligadas a permanecer en una vijilancia permanente a fin de prevenir un ataque o bien evitar una sorpresa
(que es mui posible que no se intentase, pero que se debe aguardar).
Aparte de todas estas consideraciones, hai otras de orden inferior
qne también es necesario tenor muí presente: por ejemplo, el trasbor
do de combustible en alta mar, con todas las dificultades que presenta
esta faena a la vista del enemigo; reparaciones parciales en las máqui
nas, que el buque en mejor condición, pero obligado a un constan
te servicio, necesita de vez en cuando; el trasbordo de víveres, pertre
chos, etc., i diferentes otros inconvenientes que considero innecesario
enumerar.
Dada esta situación de ambas escuadras, creo dejar demostrado
las infinitas circunstancias que favorecían a una respecto de la otra.
Resultados:
Eu primer lugar, el bloqueo efectivo seria imposible dadas las
ventajas de la bahía del Callao para el enemigo, desde que cuenta con
dos entradas, lo que haria ineficaz el propósito perseguido por la es
cuadra bloqueadora.
,, Segundo: dada la situación anterior, los buques de la marina
peruana podrían en todo tiempo burlar el bloqueo establecido por las
fuerzas chilenas, lo que nos espondria a una sorpresa o nos podriaobligar a suspender el bloqueo, pues no seria prudente destacar uno o
mas buques en persecución del buque o buques enemigos que se hicie
ran a la mar.
Tercero: suspendido el bloqueo por alguna de estas causas, o
cualquiera otra de las muchas que pudieran sobrevenir, tendríamos
como consecuencia de esta medida, que sus efectos serian perniciososen el ánimo de los tripulantes de la escuadra i de efectos trascenden
tales en los países belijerantes,En conclusión i como regla aceptada, jamas debe establecerse
nn bloqueo con fuerzas iguales o aun superiores, cuando el enemigo se
encuentra protejido por las baterías de un puerto bien fortificado, como
en realidad se encuentra el Callao. Ejemplo: Cronstadt, Charleston,
Wilmington i otros casos recientes en que jefes audaces i esperimen-tados fueron impotentes para lograr su objeto.
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Como las medidas qne hasta hoi se han tomado para provocar a
la escuadra peruana a un combate han resultado ineficaces, i conside
rando que este orden de cosas debe tener un término, es, pues, indis
pensable adoptar algun otro camino que nos permita conseguir el fin
que se persigue. Para llegar a esc resultado no diviso otro medio que
el de ir a buscar al enemigo al Callao i compremeterlo a un combate
por algun acto de hostilidad o de violencia, pero del todo estraño al
propósito de un bloqueo i a las formalidades consiguientes a este acto.
También creo que si se piensa seriamente en la ocupación de
Iquique, es probable que la guerra tome una nueva faz, obligando al
Perú a cambiar radicalmente su actual política de ofertas i vacilaciones-
Es indudable que esta ocupación traeria como consecuencia inevitable
la caida de Prado i el desprestigio de su ejército.A bordo del blindado Blanco Encalada, frente a la rada de Iqui
que, Mayo 9 de 1879.—Juan Williams Rebolledo.
FIN.