Escandell Vidal_Introducción a la pragmática_Caps 1 y 2

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    M . V ictoriaE scand e ll V idalIntroducc i6n

    ala" .pragmancaNueva edicion actualizada

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    Disefto cubierta: N acho SorianoI.' ed ici6n en A riel L ingufstica:octubre 1996e 1996: M . V ictoria Escandell V idalDerechos ex clu siv os de edicidn en esp afiolreservados para todo el m undo:e 1996: Editorial A riel. S . A .Corcega, 270 - 08008 BarcelonaIS B N : 8 4-3 44 -8 22 0-7Deposito legal; B . 35.3 J 0 - 1996Impreso en EspanaN ing u n a p arte de esta pu b l icacion, incl u ldo el d isenode la cubie rta, puede ser reproducida, al m acenad a 0 t ra n sm itidaen manera alguna ni por ningiln medio, ya sea electrico,qufmieo. me ce nic o, o pu co , de grabaciiln 0 de f ot oco pia ,sin perm iso previo de I ed i to r.

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    CAPITULO 1LA PRAGMATICA

    I. ,Que es la pragmatica. - 2. Tres problemas de pragmatica, 2.1. EI pro-blema del significado no convencional. 2.2. Sintaxis y contexto. 2.3. Refe-rencia y deixis, - 3. La necesidad de la pragmatica.

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    14 INTRODUCCION A LA PRAGMATICAIan el uso del lenguaje en la comunicaci6n, es decir, las condicionesque deterrninan tanto el empleo de un enunciado concreto por partede un hablante concreto en una situaci6n comunicativa concretas,como su interpretacion por parte del destinatario.La pragmatica es, por tanto, una disciplina que toma en cons ide-raci6n los factores extralinguisticos que determinan el uso del lengua-je, precisamente todos aquellos factores a los que no puede hacer re-ferencia un estudio puramente gramatical: nociones como las de emi-SOY, destinatario, intencion comunicativa, contexto verbal, situacion 0conocimiento del mundo van a resultar de capital importancia, La quesepara a los diferentes enfoques es la decision que cada uno de ellostoma acerca de como debe interpretarse este objetivo: para unos, lapragmatica ha de centrarse, sobre todo, en la relacion del significadogramatical con el hablante y con los hechos y objetos del mundo queintenta describir; para otros, por ejemplo, debe tratar de analizar la re-lacion entre la forma de las expresiones y las actitudes de los usuarios.

    lEn que medida es interesante un estudio de este tipo? lQue ven-tajas puede reportar en el conocimiento y la comprensi6n del lengua-je? Si la pragmatica es realmente necesaria hay que suponer que, sinella, muchos hechos relevantes quedarian sin explicar 0se explicariande manera inadecuada, sobrecargando algun componente de la gra-matica. En las secciones siguientes presentaremos algunos fen6menosque no pueden ser comprendidos de una manera completa y adecua-da si no es haciendo referenda a elementos 0principios de orden ne-tamente pragrnatico. Deeste modo, ejemplificaremos los diferentes aspectos que pueden individualizarse dentro de la caracterizacion ante-rior, y a la vez intentaremos dejar patente la necesidad de tomar enconsideraci6n esta perspectiva dentro del analisis linguistico,

    2. Tres problemas de pragmatica2.1. EL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO NO CONVENCIONAL

    Generalmente solemos dar par sentado que las lenguas naturalesfuncionan como codigos, es decir; como sistemas que emparejan signosy mensajes de una manera constante: la lengua establece una relaciondiadica, convencional y arbitraria entre representaciones fonologicas(significanres) y representaciones semanticas (significados). Tambienhabitualmente partimos de la base de que, cuando nos comunicamospor medio del lenguaje, 10 que hacemos es simplemente codificar in-formacion, esto es, elegimos las representaciones fonol6gicas que co-rresponden al contenido semantico que deseamos transmitir,

    LA PRAGMATICA 15Estas dos ideas -la de que las lenguas son codigos, y la de que co-

    municarse consiste en codificar y descodificar informacion=-, que go-zan de extraordinaria popularidad y difusion, pueden resultar utiles enalgunos momentos y para algunos prop6sitos concretos, pero dibujans610un esquema muy simplificado de la comunicacion, La realidad seencarga pronto de demostrar que las cosas no son tan sencillas.

    Observemos el texto (I):(I) Cuando un diplomatico dice sf, quiere decir 'quiza':cuando dice quizd, quiere decir 'no';

    y euando diceno, no es un diplomatico.Cuando una dama diceno, quiere decir 'quiza':cuando dice quizd, quiere decir 'sf';y euando dicesi, no es una dama.

    VOLTAIRE

    El texto representa un ataque frontal a la consideraci6n de la len-gua como codigo, ya que afirma que las palabras pueden tener un va-lor diferente al que les asigna el sistema. Pero, c:podemos transgredirimpunemente las reglas?Antes de dar respuesta a esta cuesti6n, comparemos el texto (1) concl (2):(2) -Agu! tienes una gloria.-No se que quiere usted decir con una gloria -dijo Alicia.-Por supuesto que no 1 0 sabes ..., a menos que yo te 1 0 diga. Heque-rido decir 'Aquf tienes un argumento bien apabullante'.-jPero gloria no significa 'argumento bien apabullante'!-Cuando yo uso una palabra, esa palabra significa exactamente 1 0

    que yo decido que signifique..., ni mas ni menos,-Lacuestion es si uno puede haeer que las palabras signifiquen co-sas tan diferenres.-La cuestion es, simplernente, quien manda aqui.

    LEWIS CARROLL

    Podria decirse que ambos casos tienen en cornun el presentar usos"110 convencionales de algunas palabras: en (1), quizd significa 'no' en1111. . , ocasi6n y 'sf' en la otra: y en (2), gloria se emplea con el signifi-qtio de 'argumento bien apabullante', Sin embargo, es facil darse'\ll'lllade que existe lin claro contraste entre los dos textos. EI segun-do resulta inaceptable y absurdo, y no reproduce una posibilidad exis-hllIl'en la vida real: todos sabemos que una persona no puede, porunuho que mande, cambiar arbitrariamente y a su antojo el signifi-,.Ido de las palabras, de modo que nos identificamos inmediatamente

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    16 INTRODVCCION A LA PRAGMATICAcon la protesta de Alicia. La afirmaci6n de Voltaire, en cambio, refle-ja una situaci6n muy frecuente en nuestros intercambios comunicati-vos. De hecho, nosotros, como usuarios de la lengua, no sentimos nin-gun rechazo ante tal posibilidad, y comprendemos perfectamente 10que el autor frances quiere decir. Pero, entonces, lc6mo es posible que10que decimos y 10que queremos decir no coincidan en algunos ca-sos? lDe que depende?

    Volvamos a nuestros dos textos. Puesto que s610el primero retratauna posibilidad aceptable, una buena manera de dar respuesta a lascuestiones anterlores consiste en descubrir de que factores dependeesa aceptabilidad lEn que radica la diferencia entre las situacionesdescritas en (1) y en (2)?

    Claramente, en (1) Ia palabra quizd varia de significado en primerlugar de acuerdo con quien sea Ia persona que 10diga: no es 10mis-mo que sea un diplomatico 0 una darna. Pero esto no basta. Tenemos,ademas, que imaginar, al menos, otros dos factores: de un lado, quienes el interlocutor: del otro, cual es la pregunta 0 la peticion que recibeel quiza por respuesta. En el primer caso, suponemos que el interlo-cutor es un diplomatico de otro pais, y que la petici6n afecta a algu-na cuesti6n de Estado; en el caso de la dama, imaginamos facilmenteque el interlocutor es un caballero y que la peticion es amorosa. Conestos elementos, y con nuestro conocimiento del mundo (en particu-lar, con 10que sabemos acerca de las misiones de los diplomaticos, yde las obligaciones de las damas en la epoca de Voltaire) logramos He-gar a una interpretaci6n que conjuga todos estos factores: por razonesdiferentes en cada caso, ni los diplomaticos ni las damas deben hablarabiertamente, de modo que, cuando transmiten su intencion, 10hacende un modo indirecto que les Iibere de la responsabilidad del uso lite-ral. Ahora bien, GPor que imaginamos la situacion asi, y no de otramanera? La respuesta es simple: porque esta contextualizacion es talvez la (mica que restaura Ia inteligibilidad, Esta claro que no tendrfaningun sentido que el diplomatico utilizara quizd para rechazar la cer-veza que Ieofrece un amigo; 0 que la dama pretendiera responder afir-mativamente con quizd a Ja inocente pregunta de su herman a sobre siesta lloviendo ...

    En e I texto de Lewis Carroll, en cambio, ninguna serie de inferen-cias permite encontrar una explicacion razonable a la arbitrariedadque comete Humpty-Dumpty: ser el que manda, 0-como dice masadelante- dar una paga doble a las palabras por su trabajo extra. noautorizan a cambiar las convenciones de una lengua.

    Lo importante del analisis del ejemplo (1) es que muestra que Iaidea de que la lengua en la cornunicacion funciona como un codigono es adecuada. No hay una correspondencia biunfvoca constante en-

    LA PRAGMA TICA 17tre representaciones fonol6gicas e interpretaciones, Y,sin embargo -yen contra de 10 que pudiera esperarse=-, esto no constituye necesaria-mente un obstaculo para la comunicaci6n. De hecho, contamos siern-pre con la posibilidad de que haya una cierta separacion entre 10 quese dice (entre los significados literales de las palabras que se pronun-cian) y 10que se quiere decir (la intencion comunicativa subyacente):por eso hablamos con absoluta naturalidad de leer entre lineas, de Iadiferencia entre el espiritu y fa tetra de un texto; 0 decimos cosas comocuando dije aquello, 1 0 que queria decir en realidad era... Hemos desa-rrollado complejos mecanismos de inferencia que entran en funcio-namiento automaticamente para hacernos recuperar 10 que nuestrosinterlocutores quisieron decir a partir de 10que realmente diieron. Es-tamos usando constantemente estrategias que nos conducen a contex-tualizarlo todo de la mejor manera posible para que encaje y tengasentido.

    A I comentar los textos anteriores hemos utilizado informalmenteterminos como los de interlocutores, contexto, situacion, conocimientodel mundo y del interlocutor. intencion comunicativa, inferencia: sl notenemos en cuenta estas nociones, hay una parte importante del fun-cionamiento de la lengua que queda sin explicar, ya que ----como sa-bemos-Ia gramatica no debe ocuparse de los factores externos at sis-tema linguistico mismo,

    2.2. SINTAXIS Y CONTEXTOExaminemos ahora un segundo hecho. Sabemos que existen len-

    guas que tienen un orden de palabras en Ia frase relativamente Iibre,mientras que el de otras es mas bien fijo. En general. la explicacionmas extendida que suele darse a este fenorneno se funda en el tipo yen el grado de caracterizaci6n formal de las relaciones de dependen-cia estructural entre los constituyentes. Se parte del supuesto de quelas Ienguas tienen al menos dos maneras de marcar estas relaciones:cl orden de palabras y la morfologia (sea por afijacion 0 por medio deadposiciones). Cada lengua decanta sus preferencias hacia uno de esosprocedimientos. Se establece entonces la siguiente correlacion: cuan-to mejor caractcrizadas esten desde el punta de vista morfologico lasrelaciones sintacticas, mcnor necesidad habra de marcarlas con el or-den de palabras. Con estas ideas en mente se dice, por ejemplo, que ellatin era una lengua con orden de palabras libre porque las desinen-cias de casu y de concordancia marcaban suficientemente las relacio-nes grarnaticales; el ingles suele citarse, en cambia, como prototipo delengua en que las relaciones de dependencia estructural viencn indi-

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    18 INTRODUCCION A LA PRAGMATICAcadas por medio de un orden de palabras relativamente fijo. Para mos-trarlo, se aducen ejemplos como los siguientes:(3 ) Latin: Caius amat Liviam CCayo ama a Livia')

    Caius Liviam amatAmat Caius LiviamAmat Liviam CaiusLiviam amat CaiusLiviam Caius amat

    (4) Ingles: John loves Mary (Tuan ama a Maria')*John Mary loves*Loves John Mary*Loves Mary John#Mary loves John (= 'Maria ama a Juan')*Mary John loves

    Las afirmaciones anteriores son basicamente ciertas: pero, nueva-mente, presentan s610una faceta de la realidad, 10que las convierte enuna verdad a medias. En primer lugar, aunque semanticamente equi-valentes, no es del todo seguro que las frases latinas de (3) fueran to-talmente intercambiables entre sf en todos los contextos y situaciones,como no 10son los ejemplos analogos de otras lenguas vivas con ordende palabras libre. En segundo lugar, no deberia dejar de ser inquietan-te el hecho de que en las lenguas consideradas de orden de palabrasfijo haya un numero relativamente elevado de construcciones gramati-cales que parecen destinadas a flexibilizar el orden de palabras: se tra-ta siempre de construcciones que pueden expresar el mismo estado decosas (es decir, que mantienen las mismas condiciones de verdad), peroque, sin embargo, permiten un orden de constituyentes diferente.

    Comencemos ocupandonos del primer aspecto. Los datos del espa-nol y de otras muchas lcnguas de orden de palabras relativamente li-bre, como el polaco 0cI hungaro, muestran con claridad que no todaslas frases que cornparten las mismas condiciones veritativas resultanadecuadas en los mismos contextos. Vearnos un ejemplo muy simple.A prirncra vista se diria que la.sfrases de (5) son equivalentes, ya quedescriben siernprc el mismo cstado de cosas, de modo que no se pue-de decir que una es verdadera y las otras son lalsas sin incurrir en unagrave contradiccion,

    (5) a.b .

    Juan ama a MariaA Maria la ama Juan

    c. Juan a Maria la ama

    LA PRAGMATICA 19Ahora bien, si fueran totalmente equivalentes deberian poder in-

    tercambiarse en todos los contextos; pero esto no es asf. En (6) vemosc6mo las continuaciones propuestas varian en su aceptabilidad deacuerdo con el orden de palabras de la secuencia precedente.

    (6)

    {no Iaodia

    a. Juan ama a Marfa, #no Pedrono a Rosa

    { #no laodiab . AMaria la ama Juan, no Pedro#no a Rosa{ no la odiac . Juan a Maria la ama, #no Pedro#noa Rosa

    Lo que estos contrastes muestran es que cada uno de los diversos("'denes de palabras trata cada constituyente oracional de forma dife-rente desde el punto de vista comunicativo. En cada una de las frasesde (6) hay una parte del contenido informativo que se presenta comoun hecho establecido (como un conocimiento compartido por los in-tcrlocutores), mientras que otra parte se introduce como informacionnueva: en (6)a hablamos de Juan, y la informaci6n que aportamosse refiere a si odia 0 ama a Maria, 0si es a Maria a quien ama; en (6)b1 0 que no se cuestiona es el predicado (que Marfa es arnada), y se in-Iroduce la informaci6n sobre la identidad de la persona que la ama; y\'11 (6)c se da por supuesta una relaci6n entre Juan y Maria, y se pre-dsa que es de arnot: Esta no es, ni mucho menos, una peculiaridad del.'spanol. Las lenguas de orden de palabras libre presentan este mismolipo de efectos.

    Las lenguas de ordcn de palabras menos flexible exprcsan estos,'olilrastes valiendose de otros medios grarnaticales, El ingles, porI'jl'lIlplo. suele utilizar las variaciones en la prominencia con que sepronuncian los constituyentes para marcar eI centro de atenci6n den-Iro de la frase. Los ejemplos de (7) son semejantes a los espafiolesd. (0):

    (7) a. John LOVES Maryh. JOHNloves Maryc. John loves MARY

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    20 INTRODUCCI6N A LA PRAGMATICAA Ia vista de todo ello, parece claro que puede hablarse de orden

    de palabras libre s610si se adopta una perspectiva formal. Efectiva-mente, en espanol no hay ninguna regia sintactica que impida ningu-no de los 6rdenes de (6); sin embargo, el empleo de cada una de lasvariantes esta estrictamente condicionado por el conocimiento previode la situaci6n. Es verdad, por tanto, que hay una relaci6n entre gra-do de caracterizaci6n morfol6gica y orden de palabras. Pero es ilegt-timo extraer de ahf la conclusi6n de que, en las lenguas cuyo orden depalabras no viene fijado de manera estricta por la sintaxis, todas lasvariantes posibles son absolutamente equivalentes en todos los con-textos y situaciones, Lo que ocurre es que, mientras algunas lenguasdeben contentarse con procedimientos fonologicos (prominencia pro-sodica) 0 gramaticales (cambio de construcci6n) como medios paraexpresar diferencias en la estructura infonnativa de las frases, otraspueden servirse tambien del orden de palabras para establecer esas di-ferencias.

    En resumen, si contemplamos los hechos desde un punto de vistageneral, resulta evidente que incluso algunos aspectos tfpicamentegramaticales, como el orden de palabras, estan determinados por fac-tores de tipo contextual 0situacional, especial mente en 10 que se re-fiere al contraste entre la infonnaci6n que se presenta como compar-tida por los interlocutores y Ia que se considera nueva. La cuestion nopuede, pues, plantearse exclusivamente en terrninos de correcci6n gra-matical, sino tambien de adecuaci6n discursiva, Y , puesto que para ex-plicar los contrastes existentes vuelve a ser necesario recurrir a con-ceptos como los de interlocutor, situacion, contexto 0 conocimientocompartido, parece claro que s610 un enfoque pragmatico podra darcuenta de manera completa de las condiciones que regulan la elecci6nentre las diversas variantes.

    2.3. REFERENClA Y DEtXISOcupemonos ahora del tercer tipo de hechos. Desde el punto de

    vista de la comunicaci6n, comprender una Frase no eonsiste simple-mente en reeuperar significados, sino tambien en identificar referen-tes. No basta con entender las palabras; hay que saber a que objetos,hechos 0situaciones se refieren. Si alguien me dice:

    (8) Si no cierras la puerta, Kiko se escaparadebo identificar correctamente los objetos del mundo a los que aludela frase. Si no 10 hago y cierro una puerta equivocada, mi interloeu-

    LA PRAGMATICA 21tor me acusara ---con raz6n- de que no me he enterado de 1 0 que meha dicho; ademas, es probable que tenga que acabar escaleras abajobuscando al gato. Si Kika es un loro, segurarnente seria la puerta desu jaula la que mi interlocutor cree que debo cerrar; y no la de la en-trada. La asignaci6n de referencia constituye, pues, un paso previo eimprescindible para la adecuada comprensi6n de las frases. Es verdadque la lengua proporciona pistas nada desdefiables: nos dice que el ob-jeto que debe cerrarse pertenece a la clase de los que suelen ser desig-nados con el nombre de puerta. Pero, en cualquier caso, s6lo la situa-ci6n puede proporcionar los datos necesarios para decidir que el in-terlocutor se esta refiriendo precisamente a aquella puerta que impidade manera mas eficaz que Kika --quienquiera que sea- se escape.

    Con todo, este no es el caso mas llamativo. Imaginemos que en-contramos un papel en el suelo con el texto que aparece en (9):

    (9) Te espero manana donde siempreComo hablantes nativos del espafiol conocemos todas las palabras

    que aparecen en ese mensaje y somos capaces de caracterizar su sig-nificado sin especiales dificultades. Aun asi, fuera de todo contexto 0situacion, nos veremos obligados a admitir que no sabemos a que serefiere el mensaje, ni cuales pueden ser sus implicaciones. Y es que,para poderlo dotar de todo su contenido, nos falta informaci6n, al me-nos, sobre los siguientes aspectos:

    I) iquien es el yo que promete esperar?II) ia quien va dirigido el mensaje?III) icuando es manana?IV) id6nde es donde siempre?Sin conocer todos esos datos, no podemos decir que estemos encondiciones de interpretar el mensaje hasta sus ultimas consecuen-

    cias.Justamente, todos los elementos que faltan dependen directamen-ie de la situaci6n comunicativa: si he encontrado el papel en la calle,10 mas sensato es suponer que no va dirigido a mf: pero si 10 he en-contrado sobre la mesa de mi despacho, 10 mejor que puedo hacer esernpezar a pensar quien me 10 envia, Si he estado ausente durante unascrnana, probablemente me sera diffcil saber exactamente cual era eldia de la cita; pero si he salido de mi despacho hace diez minutos y alregresar encuentro que han deslizado ese mensaje por debajo de lapucrta, cstoy obligada a creer que la cita sera al dia siguiente ... Y as}con 1odos los dcrnas elementos.

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    22 INTRODUCCION A LA PAAGMATICA

    Todas las lenguas tienen formas especiales para hacer referencia alos diferentes elementos de la situaci6n: son los defcticos. Entre ellosse encuentran no s610 los pronombres personales de primera y segun-cia personas en todas sus formas, los demostrativos, los posesivos, ymuchos adverbios de lugar y de tiempo; debemos contar tambien losmorfemas de tiernpo de la flexion verbal y las formulas de tratamien-to. Ademas, habrfa que afiadir todas las formas anaforicas y catafori-cas, es decir, aquellas que se usan en el discurso para hacer referendaa algunas partes del propio discurso. Por todo ello, no es de extrafiarque mas del 90% de las oraciones de una lengua contengan unidadesde este tipo.

    Una vez mas nos encontramos con que una parte importante de Iainterpretacion de un gran numero de enunciados depende decisiva-mente de los factores extralinguisticos que configuran eI acto comu-nicativo: conocer la identidad del emisor 0del destinatario y conocerlas circunstancias de lugar y tiempo de ernision son requisitos im-prescindibles para conseguir una interpretacion plena. Y una vez mas,tambien, resulta evidente que solo desde una perspectiva pragmaticase podra tener acceso al tipo de informacion necesaria para lograr esteobjetivo,

    3. La necesidad de la pragmatlcaLa distanda que existe a veces entre 10 que literalmente se dice y10 que realmente se quiere decir; la adecuacion de las secuendas gra-

    maticales al contexto y a la situacion, 0 la asignacion correcta de re-ferente como paso previo para la comprension total de los enunciadosson tres tipos de fen6menos que escapan a una caracterizaci6n preci-sa en terrninos estrictarnente gramaticales.

    Hemos visto que en la comunicacion las frases pueden adquirircontenidos significativos que no se encuentran direetamente en el sig-nificado literal de las palabras que las componen, sino que dependende los datos que aporta la situacion comunicativa en que dichas fra-ses son pronunciadas. Deeste modo, quedan puestos de relieve dos he-chos fundamentales:

    I) que hay una parte del significado que logramos cornunicar queno es reductible al modelo de un codigo que empareja con-vencionalrnente significantes y significados: y

    II) que para caracterizar adecuadamente dicho significado hayque tomar en consideracion los factores que configuran la si-tuacion en que las frases son emitidas.

    LA PAAGMATICA 23

    Por otro lado, el ejemplo (9) muestra como una parte muy impor-tante de 10 que se comunica depende directamente de los elementosque configuran Ia situacion. Es cierto que se puede dar una caracteri-zacion del significado abstracto de los deicticos desde un punto de vis-ta sernantico: pero esto no nos perrnitira indicar a que dia se refierela palabra manana en un enunciado concreto si se desconoce el mo-mento de emision, Por tratarse en todos los casos de terminos cuyareferenda se establece por relacion a los elementos de la situacioncomunicativa, solo adoptando una perspectiva de tipo pragmaticopuede darse una interpretacion completa de los enunciados en queaparecen estos terminos.

    Asf las cosas, una teoria general dellenguaje debera dar respuestaadecuada -al menos- a las siguientes preguntas:

    1 ) lComo es posible que 1 0 que decimos y 1 0 que queremos de-cir puedan no coincidir?

    II) lCOmo es posible que, a pesar de todo, nos sigamos entendiendo?III) iQue parte de 10 que entendemos depende del significado de

    las palabras que usamos?IV) lQue parte depende de otra cosa?v) iDe que otra cosa?Estas interrogantes, que ponen de manifiesto la complejidad de lainteraccion verbal, plantean, a su vez, toda una serie de problemas de

    orden teorico de largo alcance y de no siempre facil solucion, Estosproblemas constituyen el centro de interes de Ia pragmatica,

    Los ejemplos anteriores, adernas de haber puesto de relieve algu-!lOS aspectos diferenciales y especfficos de la pragmatica, han tratadode mostrar la utilidad y las posibilidades de un enfoque pragmatico:J.!;raciasa ellos hemos podido comprobar como efectivamente algunosh-nornenos reciben una explicacion mas completa si se adopt a tambien1111 punto de vista pragmatico, No prctendo decir en modo alguno queI" pragmatica pueda ~ deba- sustituir ala reflexion gramatical: niIa111poco que haya que mezclar indiscriminadamentc ambos enfoques:;1 1 contrario, 10 quc me gustaria dejar claro cs que las cxplicacionesquv ofrecen la gramatica y la pragmatica dcben cntenderse siempreIi 11110 cornplementarias.

    La perspectiva pragrnatica aporta diversas ventajas: de un lado,lill11plcmenta y matiza de un modo altarncnte eficaz las consideracio-II('S grarnaticales: del otro, y si se distingucn con nitidez los dos pun-los de vista --el gramatical y cl pragrnatico-e-, contribuye no solo a dar1111;1 vision mas precisa de 1a compleja rcalidad linguist.ica. sino sobreIndo ;1 sirnplificar notablemcnte la descripcion del nivcl estructural.

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    24 INTRODUCC16N A LA PRAGMATICALecturas recomendadas

    Sobre la definicion de pragmdtica pueden consultarse el primer capitulo deLevinson (1983), el clasico Morris (l938), 0 Stalnaker (1972). Los manualesmas conoddos son Levinson (1983) y Leech (1983), pero resultan tambien uti-lfsimos los de Green (1989), Latraverse (1987) -para una perspectiva histori-ca-, Mey (1993), Bertuccelli Papi (1993), y en particular los mas recientes,como Grundy (1995), Thomas (1995), 0Yule (1996). EI estado de la cuestionmas completo y actualizado es el que ofrece el manual de la InternationalPragmatics Association (IPrA, 1994), con sus addenda anuales. Dentro del am-bito hispanico, contamos con las introducciones de Reyes (1990 y 1995). Ac-cesible, pero menos interesante, es Schlieben-Lange (1974). Espedalmente re-comendables son las paginas dedicadas a la pragmatica en Hurford y Heasley(1983) -para un nivel introductorio--, en Lyons (J 977, 1981 Y 1995), Allan(1986), Hom (1988), Hernandez Sacristan (1990) y Moreno Cabrera (1994).Los manuales introductorios de filosofia dellenguaje (y algunos de logicalsuelen incluir capftulos dedicados a ternas de pragrnatica: veanse, por ejemplo,Acero, Bustos y Quesada (1981), Hierro S. Pescador (1980), Garrido Medina(1988) y McCawley (1981).Las antologfas mas importantes sobre esta area de la investigacion lingufs-tica son Cole y Morgan (1975), Cole (1978 y 1981), y la mas reciente Davis(1991). La de Valdes Villanueva (1991) tiene la ventaja de que contiene tra-ducciones al espanol de algunos de los trabajos mas significativos. Nuyts yVerschueren (1987) es la mas extensa bibliografia sobre pragma tica, Moesch-ler y Reboul (1994) es una enciclopedia especializada.En uno de los apartados de este capitulo hemos presentado un problemade organizacion del discurso y de reparto de la informacion en la estructurasintactica. Estos aspectos de la interacci6n entre graznatica y pragmatics novolveran a aparecer en las proxirnas secciones, Sobre el analisis del discursoexiste una bibliografta muy extensa, de la que destacamos van Dijk (I977b),Bernardez (1982), Brown y Yule (1983), Lozano et al. (1981) 0 Prince (1988).Givon (t979) Y Hickey (1989) estan dedicados a la relacion entre sintaxis, dis-curso y estilo. La distinci6n ya clasica entre informacion nueva e informaciondada se estudia en Prince (I 981 ), Jimenez Julia (1986) y Horn (1986).Sobre referencia y defxis, son utiles los capttulos correspondientes de Lyons(1977), Kerbrat-Orecchioni (t980), Levinson (1983), Green (t989), 0 Givon(1989), jun to con las secciones II y III de la antologia de Davis (1991 ), y la obracolect iva de Morel y Danon-Boileau (1991). En espanol contamos con los li-bros de Cifuentes Honrubia (I989) y Vicente Mateu (I 994).

    CAPiTULO 2CONCEPTOS BAsICOS DE PRAGMAnCA

    1. Los componentes materiales, - 1.1. El emisor. 1.2. EI des tinatario.1.3.El enunciado. 1.4. El entorno (0 situacion espacio-temporal). - 2. Loscomponentes relacionales, 2.1. La informacion pragmatica, 2.2. La inten-cion, 2.3. La relaci6n social. - 3. Significado e interpretacion. - 4. Se-mantica y pragrnatica.

    En el capitulo anterior vimos que para explicar algunos hechos eranccesario recurrir a conceptos como los de emisor; destinatario, situa-cion comunicativa, contexto 0 iniormacion compartida. Para en tender1 0 que alli se queria decir, bastaba con una comprensi6n intuitiva detales conceptos. Pero para poder integrarlos en un sistema coherenteque permita dar cuenta de manera sistematica del uso dellenguaje enla cornunicacion, es neccsario proporcionar una caracterizacion masprccisa de los diferentes tipos de elementos que configuran la situa-dt'm comunicativa. Este es el cometido del presente capitulo.

    EI modelo de analisis pragmatico que vamos a proponcr esta cons-tituido por dos clases de elementos:

    r) de naturaleza material, fisica. en cuanto que son entidadesobjetivas, descriptibles externamente; yII) de naturaleza inmateriai, ya que se trata de los diferentes tipos

    de relaciones que se establecen entre los primeros.Unos y otros son parametres de referencia obligada al estudiar Ia

    ~dividad linguistica.

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    26 INTRODUCCI6N A LA PRAGMATICA1. Los componentes materlales1.1. EL EMISOR

    Con el nombre de emisor se designa a la persona que produce in-tencionalmente una expresi6n lingufstica en un momento dado, ya seaoralmente 0por escrito. EI termino seha tornado de la teoria de la in-formaci6n; el concepto, sin embargo, esta aqui entendido de un modoalgo diferente, porque no se refiere a un mero codificador 0un trans-misor mecanico de informaci6n, sino a un sujeto real, con sus cono-cimientos, creencias y actitudes. capaz de establecer toda una red dediferentes relaciones con su entorno.La palabra emisor afiade algunas precisiones importantes desde eJpunto de vista pragmatico al termino hablante, sin duda mas habitualen la gramatica, Un hablante es un sujeto que posee el conocimientode una determinada lengua, independientemente de que en un mo-mento dado actual ice0no ese conocimiento. Cuando un individuo haaprendido a hablar espafiol, se dice de el que es hablante de espaiiol, yse considera que 10es tarnbien en los momentos en que esta callado,Un emisor, en cambio, es el hablante que esta haciendo uso de la pa-labra en un determinado momento, y 10es s610cuando emite su men-saje. Mientras que la condicion de hablante es de caracter abstracto,v usualmente no se pierde nunca, la de emisor es mucho mas concre-ta vesta en funci6n de una situaci6n y un tiempo precisos. Con emi-s o ; no nos referimos a una categorfa absoluta, sino a una posici6n de-terminada por las circunstancias. Esta claro que en la comunicacionen forma de dialogo los interlocutores estan constantemente inter-cambiando sus papeles, de modo que el emisor pasa a ser destinata-rio y viceversa, Incluso si pensamos en tipos de comunicaci6n clara-mente rnonologantc, es evidente que toda intervenci6n tiene un prin-cipio y un final, y que estos dos puntos marcan tambien el inicio y elfin de la condicion de emisor,

    1.2. EL DESTINATARIOCon el nombre de destinatario se designa a la persona (0 personas)

    a la(s) que el emisor dirige su enunciado y con lats) que nonnalmen-te suele intercambiar su papel en la comunicaci6n de tipo dialogantc.

    EI rermino destinatario aporia tarnbien algunas precisiones a otrasdenominacioncs semejantes, Frente a receptor, la palabra destinatarios610 se refierc a sujetos, y no a simples mecanismos de descodifica-ci6n. Por otra parte, destinatario se opone a oyente en el rnismo senti-

    CONCEPTOS BAslCOS DE PRAGMAnCA 27do en que emisor contrasta con hablante: un oyente es todo aquel quetiene la capacidad abstracta de comprender un determinado c6digolingtifstico; el destinatario es la persona a la que se ha dirigido unmensaje, En eI caso de hablante y oyente, al tratarse de dos nocioneste6ricas que se conciben como la cara y la cruz de una misma reali-dad, puede usarse la combinaci6n hablante-oyente para hacer referen-cia al sujeto que posee el conocimiento deuna lengua. En cambio, porrazones obvias, no puede hablarse de emisor-destinatario.

    La intencionalidad se convierte tambien en una nota distintiva, Nopuede considerarse destinatario a un receptor cualquiera, 0 a un oyen-te ocasional: alguien que capta por casualidad una conversaci6n no essu destinatario. EI destinatario es siempre el receptor elegido por elemisor. Pero no s610eso: ademas, el mensaje esta construido especffi-camente para el. Este hecho es de capital importancia, ya que condi-dona en gran medida la forma del mensaje: no es 10mismo hablar aun adulto 0 a un nifio, a un amigo de la infancia 0 a alguien a quienapenas se conoce, a un especialista en una materia 0 a un profano enella... Incluso el escritor, que ni conoee ni tiene ffsicamente presentesa sus posibles receptores, prefigura una imagen ideal del tipo de per-sonas a quienes Ie gustaria que estuviera dirigida su obra, y se cons-truye un modelo de destinatario, Como veremos mas adelante -ypuesto que hemos dicho que el mensaje esta especificamente cons-truido pensando en el destinatario-, una de las tareas del emisor con-sistira en analizar y evaluar adecuadamente las circunstancias queconcurren en su interlocutor para poder calcular con exito su inter-vencion.

    1.3. EL ENUNCIADOEI tercer clemento material que hay que tener en cuenta es el enun-ciado, la expresion lingulstica que produce el emisor, Desde cI punto

    de vista ftsico, un enunciado no cs mas que un estfrnulo, una rnodifi-cacion del entorno, sea el entorno auditive (como en la comunicacionoral), sea el entorno visual (como en la escrita). Frente a otros tcrmi-nos mas generales como mensaje, que pueden designar cualquier tirode informacion transmitida pOl' cualquier tipo de c6digo, el tcrminenunciado se usa especificamcnte pam hacer referenda a un mcnsajcconstruido segun un c6digo linguistico.

    En cuanto a sus Ifmites, estos estan fijados porIa propia dinarnicadel discurso: cada una de las intervenciones de un cmisor es un enun-ciado; dicho de otro modo, su extensi6n es paralda a la de In condi-cion de emisor; EI enunciado esta, por tanto, enmareado entre dos

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    28 lNTRODUCCION A LA PRAGMATICApausas, y delimitado por el cambio de emisor. Segun esta caracteriza-cion, pueden ser enunciados tanto una simple interjeccion como un li-bro entero, tanto un sintagma nominal como un parrafo. Ello implicaque no hay lfmites gramaticales ala nocion de enunciado; 0, mas bien,que no puede individualizarse un enunciado utilizando criterios gra-maticales. Los unicos criterios que resultan validos son los de natura-leza discursiva, los que vienen dados por cada hecho comunicativoparticular.

    Algunos autores han querido establecer un paralelismo entre ora-cion y enunciado, y han sugerido que un enunciado es la realizacionconcreta de una oracion. Esta vision -aunque es claramente inade-cuada- tiene, al menos, la ventaja de diferenciar con claridad entreoracion (unidad abstracta, estructural, definida segun criterios forma-les, y perteneciente al sistema de la gramatica) y enunciado (actuali-zacion de una oracion, unidad del discurso, emitida por un hablanteconcreto en una situacion concreta), es decir, entre 10que perteneceal ambito de la gramatica y 10 que atafie a la pragmatica, Sin embar-go, cuenta con un grave inconveniente: considera como enunciadoss610a aquellas expresiones Iingufsticas con forma estructural de ora-cion, y no da cabida, por tanto, ni a unidades mayores, ni a unidadesmenores. Entre las desventajas de este enfoque pueden considerarselas siguientes:

    r) utiliza un criterio gramatical para definir un concepto prag-matico;sobrecarga innecesariamente el aparato conceptual, al obli-garle a buscar nuevos terminos para designar a los diversostipos de intervenciones que no tienen forma de oracion: yrompe 0fragmenta en oraciones 10que el emisor consideracomo un todo.

    II)

    III)

    EI criterio basico para definir una unidad del discurso debe ser detipo discursivo, y debe basarse en los elementos que configuran la pro-pia comunicacion: una unidad del discurso no puede tener mas limi-tes que los que establece el emisor y su intencion cornunicativa, inde-pendientemente del grado de complejidad de su realizacion formal. Escierto, sin embargo, que en muchas ocasiones un enunciado es, de he-cho, la realizacion concreta de una oracion: pero este es s610un casoparticular, una mas de las situadones posibles. La actualizacion deuna oracion puede constituir en muchos casos un enunciado, pero notodo enunciado es Ia actualizacion de una oracion.

    Se establece, de nuevo, una distincion entre un concepto gramati-cal (oracion) y otro pragmatico ienunciado), EI vocabulario pragrnati-

    CONCEPTOS BAsICOS DE PRAGMATICA 29co va cobrando entidad e independencia frente a la terminologia queusualmente se emplea para describir hechos y fen6menos gramati-cales.Las diferencias entre oraci6n y enunciado pueden resumirse en elsiguiente esquema:

    Oracion entidadabstracta, te6rica,no reali-zada

    Enunciado

    sedefinedentro deuna teorfagra-matical, con arreglo a criterios denaturalezagrarnatical unidad de la gramatica su contenido sernantico dependede su esrructura, no de sus usesposibles seevaluaen terrninosforrnales:escorrecta 0 incorrecta

    secuencia lingufstica concreta,rea-lizadapor un emisoren una situa-cioncomunicativa se define dentro de una teorfapragmatica,de acuerdo con crite-riosdiscursivos unidad del discurso su interpretad6n depende de sucontenidosemanticoy desuscon-dicionesde emision se evalua segun cr iterios pragrnat i-cos: es adecuado 0 inadecuado,efectivo0inefectivo..

    1.4. EL ENTORNO (0 SITUACI6N ESPACIO-TEMPORAL)EI cuarto elemento que configura materialmente el acto comuni-

    cativo es el entorno, que en muchos lugares aparece designado comocontexto 0situacion espacio-temporal. Es el soporte fisico, cI dccora-do en el que se realiza la enunciaci6n. Incluye como factores princi-pales las coordenadas de lugar y tiempo. Pero representa algo mas queun mere escenario. En muchos casos, como vimos en e I capitulo an-terior, la situacion espacio-temporal es un factor determinantc: las cir-cunstancias que imponen el aqui y el ahora influyen decisivamentc entoda una serie de eleccioncs gramaticales y quedan reflcjadas habi-tualmente en la misma forma del enunciado; y, a la VCZ, constituvcnuno de los pilares en que se fundamenta su interpretacion. .

    Es habitual utilizar terrninos como entorno 0 contexto para rclcrir-se a un concepto solo pardalmente coincidente con el que acabamosde definir. Por citar simplemente el caso mas conocido para los lin-guistas, recordemos que Coseriu (1967: 313 ss.) habla de contexte ex-traverbal para referirse al conjunto de circunstancias no lingufsticasque seperciben directamente 0 que son conocidas por cl hablante, esdecir, a todo aquello que, fisica 0 culturalmente, rodea al acto de enun-ciacion. Entre estes factores, Coseriu distingue los siguientes:

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    30 INTRODUCCI6N A LA PRAGMATICA

    Emlsor Enunciado ---- Destinalarlo

    Entarno

    ESQUEMA 2. t. Los componentes maieriales de lasiruaci611 comullicativa.

    I) contexto [isico: las cosas que estan a la vista 0 a las que unsigna se adhiere;

    II) contexto empirico: los estados de cosas objetivos que se co-nocen por quienes hablan en un lugar y en un momento de-terminados, aunque no esten a la vista;

    III) contexto natural: totalidad de contextos empiricos posibles:N) contexto prdctico U ocasional: Ia particular coyuntura objeti-

    va0subjetiva en que ocurre el discurso:v) contexto historico: las circunstancias hist6ricas conocidas

    por los hablantes: .VI) contexto cultural: la tradici6n cultural de una comunidad.Es cierto que todos esos elementos contribuyen de manera decisi-

    va a la comunicaci6n. Sin embargo, 5610el contexto [isico es un fac-tor material, externo y descriptible objetivamente. El resto de loscontextos corresponden, en realidad, a conceptualizaciones delmundo hechas por los hablantes, y determinadas empirica, social 0culturalmente; no son, por tanto, parte del entorna tal y como 10 he-mos definido aqui (esto es, como las coordenadas espacio-temporalesque rodean a la comunicaci6n como acto fisico), sino -10 veremosmas adelante- tipos especiales de relaciones entre los sujetos que secomunican y todo 10 dcrnas.

    Como resumen de 10 dicho hasta aqui puede proponerse el esque-ma 2.1.

    2. Los componentes relacionalesMas signilicativos que los propios elementos son las rclaciones que

    entre ellos se estableccn. De hecho, hemos vista como inc1uso algunosrasgos constitutivos de los elementos materiales derivan precisamentede los puntas de contacto que los enlazan con otros elementos, de talmanera que queda establecido un conjunto de rclaciones que sirvcpara marcar los Iimites de un elemento material.

    CONCEPTOS BAsICOS DE PRAGMATICA 31Las relaciones que se establecen dan lugar a conceptualizaciones

    subjetivas; estas, a su vez, generan principios reguladores de la con-du~ta que se objetivan en forma de leyes empfricas (es decir, de regu-landades observables de naturaleza no prescriptiva), La existencia deestos otros factores se justifica en vista de los resultados que producesu funcionamiento,

    2.1. LA INFORMACION PRAGMAnCAPor informacion pragmatica entenderemos el conjunto de cono-

    cimientos, creencias, supuestos, opiniones y sentimientos de un indi-viduo en un momento cualquiera de la interacci6n verbal. Emisor ydestinatario, en cuanto sujetos, poseen una serie de experiencias an-teriores relativas al mundo, a los demas, a 10 que les rodea ... Hay unainteriorizacion de la realidad objetiva. Pero no se trata s610 de cono-cirnientos: la informacion pragmatica comprende todo 10 que consti-tuye nuestro universo mental. desde 10mas objetivo a las manias maspersonales.

    Siguiendo a Dik (t989), puede decirse que la informaci6n pragrna-tica consta de tres subcomponentes:

    I) general: comprende el conocimiento del mundo, de sus carac-teristicas naturales, culturales ...;

    II) situacional: abarca el conocimiento derivado de 10 que los in-terlocutores perciben durante la interacci6n; y

    JII) contextual: incluye 10 que se deriva de las expresiones linguisti-cas intercambiadas en el discurso inmediatamente prcccdente.

    Hemos dicho que hay una interiorizacion del mundo, y, por tanto,que la informacion pragmatica es de naturaleza claramcnlc subjctiva;ello no implica, sin embargo. que la informacion pragmatica de cadaindividuo sea radicalmente diferente de la de los otros. De hccho, losintcrlocutores suelen compartir enormes parcelas de informacion. quecomprenden los conocimientos cientfficos, las opiniones cstcreotipa-das 0 la vision del mundo que impone la pertenencia a una dctcrrni-nada cultura.

    El lenguajc es, sin duda, otra de esas parcelas que se suponcn co-munes, de modo que los que interactuan suelen partir del supucsto deque su conocimiento coincide basicamente, tanto en 10 que se refiereal sistema gramatical como en 10 relativo a los contenidos sernanticosde las unidadcs que entran en juego, Esta parcela incluve tambiencicrtos conocimientos y crecncias sobre el uso que se presumen com-

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    32 INTRODUCCI6N A LA PRAGMATICApartidos, y especialmente la idea de que tras 10 que se dice hay una in-tencion comunicativa determinada, Ademas de esa parte comun, Iainformacion de cada uno de los interlocutores tambien contiene unateorta sobre el otro, sabre la informacion pragmatica del otro, y sa-bre 10 que se comparte.

    La idea de que los interlocutores comparten una parcela de infor-macion pragmatica, conocida como hipotesis del conocimiento mutuo,no se ha visto libre de crfticas, Sperber yWilson (1986: 1.3), por ejem-plo, sostienen que es practicamente imposible delimitar can precisionesa parcela y, sabre todo, saber exactamente que se comparte y que sesabe que se comparte. Para ellos, uno nunca puede estar plenamenteseguro de 10 que sabe eJ otro, y viceversa, de modo que el exito de laconversacion no puede venir garantizado por la existencia de ese 00-nocimiento compartido. Su propuesta consiste, entonces, en sustituirla hipotesis del conocimiento mutuo por la del entorno cognoscitivocompartido, segun la cual 10 que los interlocutores comparten es unconjunto de hechos cuya representacion mental dan como verdaderapar ser directamente perceptible 0 inferible.

    Ahora bien, 10 que es directamente perceptible 0 inferible es, sinduda, una porcion importante de 10 que comparten los interlocutores,pero no es todo 10 que comparten. Muchas interpretaciones estan ba-sadas en supuestos que se consideran comunes, a pesar de que nosean mutuamente manifiestos: la referenda a un amigo comun au-sente no se apoya en ningun hecho perceptible a inferible, sino en lasimple creencia de que el otro recuerda a la persona en cuestion, Lateo ria del entomo cognoscitivo compartido es, pues, demasiado res-trictiva, porque no da cabida a todo el ambito de informacion prag-matica que se comparte y que puede ponerse en juego en una inter-pretacion.

    Por otro lado, tampoco esta teorta puede ---0pretende- garantizarel exito. De heche, no es ni necesario ni conveniente que una teoriaexplique con absoluta exactitud que comparten los interloeutores, yaque este no seria, ni siquiera, el supuesto del que parten ellos mismos.Como hernos dicho antes, 10 unico que haee e J emisor es avanzar unahipotesis sobre el otro y sobre su informacion pragmatics: es decir, elmismo sabe que no puede confiar en tener plenas garantias de estaren 10 cierto (no es preciso tener una certeza del 100% sobre 10 que secornparte), pero trata de aproximarse en la mayor medida posible. Laque se da par supuesto suele ser suficiente para asegurar la inteligibi-Iidad en la mayoria de los casas; pero tambien sabemos que no faltanlos malentendidos. Ello indica que la cornunicacion no se funda en co-nocimientos falseables, sino en hipotesis gobemadas par una logica detipo probabilistico.

    . CONCEPTOS BASICOS DE PRAGMATICA 33

    In formac/6n -ragmat icade lem isor fn formac/6np!agt1I4tfca de ldest instsr loParoelacomun-tIea del smOOr scbre el desl ioalar io_ Idea del doslioalario SOb,.. 91 emtsor_ Centro de l a comunicaciOn

    ESQUEMA 2.2.

    Puede aceptarse, pues, sin grandes reparos, la idea de que los in-terloc.utores co.mparten una parcela de informacion pragmatica de di-rnensiones variables segun los casas, y que, ademas, cada uno cons-truye una hipotesis sabre dicha pareela y sabre la informacion delotro. De 10 adecuado de estas hipotesis dependera en gran medida elexito y la comprension,

    EI punto central de la comunicacion, en cambia, se situa con mu-cha freeuencia fuera de esa parceJa comun: esto ocurre, por ejernplo,

    -nformaciOnpragmalicade/emisor Parcelacornun Informaci6npragmillica deldes t ln a t a r i oIdea del srn lsor sobre el deslirn ltar iol.IIIIiIII I dea del des liMtar io sco re eI emisor

    _ Centro de la c omunicaci6r1

    ESQUEMA 2.3.

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    34 INTRODUCCI6N A LA PRAGMATlCAen el caso caracteristico de transmisi6n de informaci6n, en el que elemisor informa al destinatario de algo que este ignora, Ahora bien, in-cluso la informacion nueva debe poder ser identificada y situada co-rrectamente a partir de los conocimientos de esa parcela cormin.Como sefiala van der Auwera (1979), si no tuvieramos ningun tipo deinformaci6n previa a la que ligar 10 nuevo que se nos dice, todo enun-ciado resultarfa ininterpretable (vease el esquema 2.2).

    Terminada la comunicaci6n con exito, la nueva informaci6n trans-mitida pasa a formar parte de la parcela comun (vease el esquema 2.3).EI conjunto de conocimientos y creencias de los interlocutores de-sempena, pues, un papel fundamental, ya que hace posible la comu-nicacion. Y decimos que es un principio regulador de la conducta por-que tanto la propia informaci6n pragmatica como las teorias sobre elotro determinan y condicionan el contenido y la forma del enunciado.

    2.2. LA INTENCI6NEI segundo tipo de elemento que consideraremos es la intencion,Se trata de la relaci6n entre el emisor y su informaci6n pragrnatica,

    de un lado, y el destinatario y el entorno, del otro. Se manifiesta siem-pre como una relaci6n dinamica, de voluntad de cambio.En este sentido, se ha hablado mucho de las relaciones entre in-tencion y accion. Parret (1980) sefiala que las perspectivas adoptadas

    han sido muy diversas, Para unos, acciones e intenciones son radical-mente diferentes, en el sentido de que las intenciones no son tipos deacciones, sino mas bien tipos de proposiciones. Otros, en cambio, pre-fieren poner el enfasis en el hecho de que muchas clases de enuncia-dos tienen un caracter de acci6n precisamente porque tras ellos se si-tua una intencion que los organiza. Finalmente -yesta es hoy dfa lapostura mas extendida-, otros ven dicha relaci6n en terminos de cau-sa/efecto: la intenci6n se cxplica a partir del hecho de que todo dis-curso cs un tipo de acci6n; dicho de otro modo, de las marcas y re-sultados de la acci6n se deduce la intencion,

    Efectivamente, toda actividad humana consciente y voluntaria seconcibe siempre como reflejo de una determinada actitud de un suje-to ante su entorno. Por tanto, es legftimo tratar de descubrir que ac-thud hay detras de un determinado acto, es decir, prcguntarse cual esla intencionalidad de los actos y decisiones.

    EI mismo acto de romper el silencio y hacer uso de la palabra esresultado de una decision, de una elecci6n entre hablar y no hablar.La comunicaci6n humana tiene como finalidad fundamental el alcan-zar ciertos objetivos en relaci6n con otras personas: hablamos con una

    CONCEPTOS BAsICOS DE PRAGMATICA 3 .5determinada intenci6n. Por tanto, si en un momento dado utillzamosel lenguaje es porque hemos considerado que puede adaptarse mejora nuestros objetivos. El emisor, al hacer uso de la palabra, pretendeactuar de alguna manera sobre el estado de cosas preexistente, ya seapara modificarlo de manera efectiva, ya sea para impedir que se llevea cabo una modificaci6n previsible. Ese estado de cosas incluye, cla-ro esta, tanto su propia posicion, como la del interlocutor, como el en-torno mismo. En todo caso, el instrumento utilizado para conseguir laintenci6n deseada es ellenguaje.

    El terrnino intencion no debe entenderse en su acepci6n subjetivay psicol6gica. Contra el peligro de hacerlo asf nos advierte Leech(1983: 13): EI termino meta es mas neutro, porque no compromete a1usuario a tratar con problemas como el de la volici6n consciente 0elde la motivaci6n ...

    Sin embargo, parece que tampoco la nocion de meta se libra confacilidad de esas connotaciones no deseadas: no acaba de estar muyclaro como pod ria restarse caracter intencional (incluidas volici6nconsciente y motivaci6n) at hecho de perseguir una meta 0 intentar al-canzar un objetivo. En el termino intencion, en cambio, son intere-santes las ideas etimol6gicas de direccion, de tendencia, de esfuerzopor conseguir algo, que ponen de manifiesto la orientaci6n hacia laconsecuci6n de un determinado fin.

    La intenci6n funciona como un principio regulador de la conduc-ta en el sentido de que conduce al hablante a utilizar los medios queconsidere mas idoneos para alcanzar sus fines. Es interesante la dis-tincion que sugiere Parret (1980) entre intencion y accion intencional:mientras que la primera puede ser simplemente privada, interior, y nolIegar a manifestarse externamente, la acci6n intencional siempre semanifiesta, y debe entenderse como la puesta en practica efectiva deuna intencion.

    Claro esta que el silencio --esto es, la opci6n de permanecer calla-do 0de no seguir hablando-, en cuanto actividad conscicnre y vo-luntaria, puede ser tambien un medio indirecto para conseguir JCIC'-minados objetivos. Alguien podria preguntarse que sentido ricne i- lconferir al silencio alguna clase de valor comunicativo. La rcspuestu aesta cuesti6n parece clara si pensamos en 1 0 dicho antcriormcnte:cuando sc clige el silencio en lugar de la comunicacion, csltl qucclan-do reflejada alguna actitud del sujeto ante el entorno, v . por tanto, po-demos inquirir cual es esa actitud. Ante quien no quicrc coopcrar ha-blando nos preguntaremos enseguida por que 10 haec: (l'S por miedo?,(indiferencia?, (para ocultar alguna cosa? .. El silencio. pucs, ricne au-tcntico valor comunicativo cuando se presenta como alternativa real"I uso de la palabra.

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    36 INTRODUCCION A LA. PRAGMATICA.

    De todos modos, el termino decision no debe entenderse en un sen-tido demasiado limitativo. No hay que interpretar que la decision dehablar deba ser una tarea laboriosa y largamente meditada. Desde lue-go, puede haber casos especiales en que asf sea por una determinadaserie de circunstancias; pero 10 cierto es que habitualmente esto sehace de manera rapida y espontanea; dicho de otro modo, normal-mente es mas lenta la decision de no hablar que Ia de hacerlo. Perode todas formas, en cualquiera de los casos, y sea cual sea la opcionelegida, uno siempre puede alegrarse por la oportunidad de Ia decisiontomada 0, por el contrario, lamentarse por haberla tornado.

    Por otra parte, tampoco debe entenderse en sentido demasiado es-tricto la afirmacion de que se habla con una determinada intencion,porque, aunque la intencion existe siempre, sin embargo no siemprepuede resultar nftida para el sujeto; ni hace falta que sea concebidacon antelacion, ni que sea puesta en practica con arreglo a un plan.Lo que hemos dicho hasta ahora se relaciona con la intenci6n con-templada desde el punto de vista del emisor, es decir, entendida comoel principio que Iemueve a llevar a cabo un determinado acto. Ahorabien, hay una segunda perspectiva desde la que se puede contemplartambien el concepto de intencion, y es aquella que adopta el punto devista del destinatario. En este sentido, el reconocimiento por parte deldestinatario de la intenci6n de su interlocutor constituye, como hanpuesto de manifiesto Ia mayoria de las teorias pragmaticas, un pasoineludible en la correcta interpretaci6n de los enunciados. No basta,pues, con comprender los significados de las formas utilizadas: es ne-cesario tambien tratar de descubrir la intencion concreta con que fue-ron elegidas.

    Por todo ello, parece que queda establecido que el uso del lengua-je como actividad consciente refleja la actitud del hablante ante el en-tome y responde a una determinada intencion, Resulta, por tanto, nosolo perfectamente legitimo, sino incluso necesarlo, el abordar el es-tudio de los enunciados ---esto es, de las emisiones reales-, teniendoen cuenta la intencion del sujeto que los produjo.

    2.3. LA RELACION SOCIALEI tercer tipo de relacion que tomaremos en cuenta es la que existe

    entre los interlocutores por el rnero hecho de pertenecer a una socie-dad (es decir, a una organizacion human a con una estructura social).Su papel en la comunicacion es fundamental, ya que =-como diji-mos- el emisor construye su enunciado a la medida del destinatario.Uno de los factores que debe tener en cuenta, por tanto, es el grado

    " CONCEPTOS BAsICOS DE PRAGMATICA 37de relacion social entre ambos. Deeste modo, la relacion social impo-ne una serie de selecciones que determinan la forma del enunciado,En el capitulo 8 volveremos con mas detalle sobre estos aspectos,

    3, Significadoe interpretacionEI significado (0 contenido semantico) es la informacion codifica-

    da en la expresion lingufstica. Setrata, por tanto, de un significado de-terminado por las reglas intemas del propio sistema linguistico. Comosabemos, las lenguas =-conslderadas como c6digos- establecen rela-ciones constantes entre representaciones fonologicas (los significan-tes) y representaciones semanticas (los sign ificados) , La correlaciones, pues, diadica, y puede expresarse con la formula (QUE significa Xl,que conecta una expresion lingufstica (X) con un contenido semanti-co (que), En este sentido, resulta evidente que es la gramatica la quedebe dar cuenta del significado.La interpretacion, en cambio, pone ya en juego los mecanismospragmaticos, Puede definirse como una funci6n entre el significadocodificado en la expresion lingufstica utilizada (0 contenido seman-tico), de un lado, y la informacion pragmatica con que cuenta el des-tinatario (con todos sus conocimientos, creencias, hipotesis sobre suInterlocutor, etc.), del otro, Puesto que sabemos que una misma se-cuencia lingufstica --

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    38 INTRODUCCION A LA PRAGMATICA. . . . . . . . . . . Aelaciorl social - - . ...... - - . ...

    EMISOR - - - - - - - ~ Expresi6n linguistica - - - - DESTINATARIOSIGNIFICADO

    If

    /

    //+-- IMPLiclTOarllidpa"NTENCION

    IINTERPRETACION\econsnuye

    loformaci6n p r a g m a t l c a InformaciOn pragmaticaESOVEMA 2.4.

    En eonsecuencia, la interpretacion eoncreta de un enunciado en unasituacion dada no podra ser objeto del analisis semantico, ya que paradeterminarlo es necesario haeer intervenir elementos extralinguisticosTodo 10 dicho hasta aqui puede resumirse en el esquema 2.4.

    4. Semantica y pragmaticaEI significado puede, pues, analizarse como una propiedad consti-

    tutiva de los signos linguisticos, es decir, de las expresiones dentro delsistema de una Icngua: a una forma significante Ie correspondera unsignificado. EI codigo establece, por tanto. una intima relacion diadi-ca entre ambos. Esta relacion es de tipo convencional, y esta arbitra-riarnentc establecida. como 10 csta tambien el resto del codigo de lalengua. Esta es la concepcion de la semantica que ha sido tradicio-nalmcntc utilizada para descubrir el sentido de las unidades lexicas.Para analizar el sentido de las estructuras oracionales es impres-cindible utilizar el mismo marco de referencia: dihcilmente podnanmantenerse a la vez Ia tesis de que 1aoracion (como configuracion sin-tagrnatica) cs una unidad gramatical -y, por tanto, un signo linguis-tico-, y la idea de que tal estructuracion carece de un significadoasignado por el sistema. Este sera necesariamente descriptible en ter-minos forrnales: de oposicion entre la presencia y ausencia de deter-minados constituventes. de orden de palabras, de asignacion obligato-ria de una curva entonativa determinada ... EI significado oracionalcsta gobcmado por rcglas y s610 admite explicaciones forrnales, Y

    " CONCEPTOS BAsICOS DE PRAGMATICA 39puesto que se trata de categorias discretas, el cambio en alguna deelias supone un cambio en la estructura completa,

    Frente a esta concepci6n del contenido sernantico se levanta la ideade significado pragmatico, Este establece una funci6n multfvoca entrecI significado gramatical, de un lado, y el emisor, el destinatario y Iasituacion en que tiene lugar el intercambio comunicativo, del otro, Nocs el resultado de usar y aplicar reglas convencionales pertenecientesul sistema, sino de poner en funcionamiento una sene de leyes empi-ricas y de principios motivados por el objetivo al que se dirige el enun-ciado. Por elio, las explicaciones pragrnaticas no son exclusivamenteformales (como ocurre en el caso de las semanticas), sino que debenscr basicamente funcionales. Y la entrada en juego de factores no es-trictamente verbales. que no constituyen un sistema de oposicionesprecise. tiene como consecuencia el hecho de que las diferencias acurnbios no siempre producen un cambio de categorfa 0 de unidad,sino que suponen una gradacion de valores dentro de un continuumtil' lfrnites indeterminados.

    Desde este punto de vista, podemos decir que la pragmatica se ocu-para del estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje enIII comunicacion, entendido como el estudio de todos aquellos aspec-tos del significado que, por depender de factores extralinguisticos,qucdan fuera del ambito de la teoria semantics (es decir, de los signi-Ikados convencionales). Por ello, puede proponerse provisionalmenteIII siguiente ecuacion:

    Pragmaiica = Significado - SemanticaEl l cl capitulo 14 volveremos a examinar las relaciones entre sc-

    Iwill1 lea y pragmatica.

    1.,"" uras recomendadas[ .r oSmanuales generales de pragma t ica no siempre dedicun II nu ,IInc I I1I l

    .hh'III'lli!;a a la definicion de conceptos basicos, pero hay paginas de gran in-to'I