Entrevista Iñaki Martínez

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«Tener el colesterol alto no es una enfermedad, sino un factor de riesgo que la mayoría de veces no precisa de fármacos», señala el médico :: ANE URDANGARIN SAN SEBASTIÁN. Para un médi- co de familia un paciente es algo más que el infarto que ha sufrido. «Es tam- bién su vida en el barrio, sus apoyos familiares...». Iñaki Martínez Nima- tuj no se dio cuenta hasta una rota- ción en sexto de carrera de que la rea- lidad de los centros de atención pri- maria «era muy diferente a lo que pensaba». Conoció una medicina «cer- cana, humana, de coger la mano al paciente, de acompañarle en la en- fermedad. Se viven situaciones que van más allá de lo clínico, te mueven como persona desde el punto de vis- ta vital», cuenta. Desde hace dos me- ses Martínez preside Osatzen, la So- ciedad Vasca de Medicina de Familia y Comunitaria, que agrupa a un mi- llar de médicos. – ¿Qué objetivos se plantea al fren- te de Osatzen? – Desde el punto de los ciudadanos, de los medios y de los colectivos so- ciales nos gustaría convertirnos en un referente de salud al que dirigir- se y del que se sepa que van a obte- ner una opinión independiente, cien- tífica y libre de influencias como la que, por ejemplo, ejerce la industria farmacéutica en los médicos y en las sociedad científicas. – Se presentan como «garantes de la independencia y de la transpa- rencia», lo que incluso les ha lleva- do a hacer «una declaración de los conflictos de intereses» de los miem- bros de su directiva. – Es impresionante saber que la ma- yoría de la formación que recibe un médico una vez que haya termina- do su residencia está patrocinada por la industria farmacéutica. Ha sido un proceso largo de toma de conciencia y de posicionarse de esta manera, de tal forma que hoy en día Osatzen no recibe ningún tipo de patrocinio de la industria farmacéutica. – ¿Y sugerencias o propuestas? – La industria farmacéutica siempre va a intentar sugerirte y proponer- te, porque vender fármacos es un ne- gocio. – ¿Nos llegan a hacer sentirnos en- fermos para consumir? ¿Vivimos sobremedicalizados? – Ninguna duda de que vivimos so- bremedicalizados y de que somos uno de los lugares del mundo donde más fármacos consumimos. Estamos en el momento de la historia en el que vivimos más años que nunca y con la mejor calidad de vida posible, y sin embargo la percepción parece la con- traria, la sensación de enfermedad está en la calle. Uno ve los programas de salud de la televisión y hablan de la hipertensión, el colesterol, la dia- betes... ¿Quién no tiene hoy en día la cifra del colesterol o la glucosa al- terada? Tener el colesterol más o me- nos alto no es una enfermedad, sino un factor de riesgo al que habrá que prestarle la atención que correspon- de, pero la mayoría de las veces no precisa de un tratamiento medica- mentoso. Y en este momento lo que ocurre es lo contrario: la sociedad está sobremedicalizada y expuesta a los efectos secundarios. – ¿Somos conscientes de esos efec- tos adversos? – Ese es uno de nuestros trabajos como sociedad científica. En las jor- nadas que hicimos en noviembre en Donostia Joan Ramon Laporte expli- có cómo hoy en día en los países oc- cidentalizados los efectos secunda- rios de los fármacos se han converti- do en la tercera causa de muerte des- pués del cáncer y de las enfermeda- des cardiovasculares. Es un dato atroz. – No obstante, parece que todos te- nemos que salir con una receta de la consulta... – Es verdad que hoy en día se hace raro contar el problema de salud al médico y que eso no implique una prescripción. Eso es fruto de la socie- dad en la que vivimos. Explicarle a alguien que tiene un catarro, que no precisa antibiótico y que la mayoría de los antitusígenos tienen una efi- cacia muy relativa... se le hace muy raro al paciente, porque lo que quie- re es restablecerse cuanto antes. En cuanto perdemos un poco la salud, queremos rehabilitarnos enseguida. Vivimos en una sociedad tan privi- legiada en su salud que hemos per- dido esa capacidad de decir ‘esto van a ser un par de días.’ Hoy en día so- mos capaces de cambiar un corazón, un pulmón o poner una prótesis de cadera y, sin embargo, no tenemos una pastilla que cure el catarro de un día para otro. Y te suelen demandar: ‘Pero algo habrá, córtamelo ya’. – ¿Y la cantidad de fármacos que to- man mayores y crónicos? – Hay estudios que señalan que a par- tir del cuarto, quinto fármaco, y hay gente que puede tener recetadas seis, siete u ocho, el riesgo de interaccio- nes y efectos secundarios es muy alto. En este sistema centrado en el hos- pital uno va al cardiólogo, al nefró- logo... y se va perdiendo la coordina- ción que se precisa de la atención pri- maria. Uno de nuestros trabajos es evaluar continuamente esas interac- ciones e intentar priorizarlos, ver cuáles se pueden retirar teniendo en cuenta también el contexto social del paciente, dónde vive, quiénes son sus familiares, cómo está vivien- do la enfermedad, cuáles son sus prio- ridades... – Los afectados de hepatitis C se han movilizado para solicitar fár- macos de última generación. ¿Cómo debería actuar la sanidad pública? – Con transparencia. El de la hepati- tis C es muy buen ejemplo, sobre todo por los costosísimo de los fár- macos. Primero, habría que entrar en si realmente ese fármaco cuesta lo que dicen que cuesta. Y luego están las estrategias de la industria farma- céutica, entre otras dirigirse a las aso- ciaciones de pacientes, porque aho- ra parece políticamente incorrecto dirigirse a un médico, que se sigue haciendo. Les presentan todas las bondades de su fármaco y, lógica- mente, el enfermo lo demanda. Para nosotros la solución es muy sencilla: como implica dinero público ese tipo de fármacos han de ser evaluados por gente experta, médicos de la sanidad Iñaki Martínez Nimatuj Presidente de Osatzen Iñaki Martínez, presidente de Osatzen, en su consulta de atención primaria en Vitoria. :: LOBO ALTUNA «Vivimos en una sociedad sobremedicada y expuesta a efectos secundarios» SALUD Lunes 23.02.15 EL DIARIO VASCO 4 AL DÍA

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«Tener el colesterol altono es una enfermedad,sino un factor de riesgoque la mayoría de vecesno precisa de fármacos»,señala el médico

:: ANE URDANGARINSAN SEBASTIÁN. Para un médi-co de familia un paciente es algo másque el infarto que ha sufrido. «Es tam-bién su vida en el barrio, sus apoyosfamiliares...». Iñaki Martínez Nima-tuj no se dio cuenta hasta una rota-ción en sexto de carrera de que la rea-lidad de los centros de atención pri-maria «era muy diferente a lo quepensaba». Conoció una medicina «cer-cana, humana, de coger la mano alpaciente, de acompañarle en la en-fermedad. Se viven situaciones quevan más allá de lo clínico, te muevencomo persona desde el punto de vis-ta vital», cuenta. Desde hace dos me-ses Martínez preside Osatzen, la So-ciedad Vasca de Medicina de Familiay Comunitaria, que agrupa a un mi-llar de médicos.

– ¿Qué objetivos se plantea al fren-te de Osatzen?– Desde el punto de los ciudadanos,de los medios y de los colectivos so-ciales nos gustaría convertirnos enun referente de salud al que dirigir-se y del que se sepa que van a obte-ner una opinión independiente, cien-tífica y libre de influencias como laque, por ejemplo, ejerce la industriafarmacéutica en los médicos y en lassociedad científicas.– Se presentan como «garantes dela independencia y de la transpa-rencia», lo que incluso les ha lleva-do a hacer «una declaración de losconflictos de intereses» de los miem-bros de su directiva.– Es impresionante saber que la ma-yoría de la formación que recibe unmédico una vez que haya termina-do su residencia está patrocinada porla industria farmacéutica. Ha sido unproceso largo de toma de concienciay de posicionarse de esta manera, detal forma que hoy en día Osatzen norecibe ningún tipo de patrocinio dela industria farmacéutica.– ¿Y sugerencias o propuestas?– La industria farmacéutica siempreva a intentar sugerirte y proponer-te, porque vender fármacos es un ne-gocio.– ¿Nos llegan a hacer sentirnos en-fermos para consumir? ¿Vivimossobremedicalizados?– Ninguna duda de que vivimos so-bremedicalizados y de que somos unode los lugares del mundo donde másfármacos consumimos. Estamos enel momento de la historia en el quevivimos más años que nunca y conla mejor calidad de vida posible, y sinembargo la percepción parece la con-traria, la sensación de enfermedadestá en la calle. Uno ve los programasde salud de la televisión y hablan dela hipertensión, el colesterol, la dia-betes... ¿Quién no tiene hoy en díala cifra del colesterol o la glucosa al-terada? Tener el colesterol más o me-nos alto no es una enfermedad, sinoun factor de riesgo al que habrá queprestarle la atención que correspon-de, pero la mayoría de las veces no

precisa de un tratamiento medica-mentoso. Y en este momento lo queocurre es lo contrario: la sociedad estásobremedicalizada y expuesta a losefectos secundarios.– ¿Somos conscientes de esos efec-tos adversos?– Ese es uno de nuestros trabajoscomo sociedad científica. En las jor-nadas que hicimos en noviembre enDonostia Joan Ramon Laporte expli-có cómo hoy en día en los países oc-cidentalizados los efectos secunda-rios de los fármacos se han converti-do en la tercera causa de muerte des-pués del cáncer y de las enfermeda-des cardiovasculares. Es un dato atroz.– No obstante, parece que todos te-nemos que salir con una receta dela consulta...– Es verdad que hoy en día se haceraro contar el problema de salud almédico y que eso no implique unaprescripción. Eso es fruto de la socie-dad en la que vivimos. Explicarle aalguien que tiene un catarro, que noprecisa antibiótico y que la mayoríade los antitusígenos tienen una efi-cacia muy relativa... se le hace muyraro al paciente, porque lo que quie-re es restablecerse cuanto antes. Encuanto perdemos un poco la salud,queremos rehabilitarnos enseguida.Vivimos en una sociedad tan privi-legiada en su salud que hemos per-dido esa capacidad de decir ‘esto vana ser un par de días.’ Hoy en día so-mos capaces de cambiar un corazón,un pulmón o poner una prótesis decadera y, sin embargo, no tenemosuna pastilla que cure el catarro de undía para otro. Y te suelen demandar:‘Pero algo habrá, córtamelo ya’.– ¿Y la cantidad de fármacos que to-man mayores y crónicos?– Hay estudios que señalan que a par-tir del cuarto, quinto fármaco, y haygente que puede tener recetadas seis,siete u ocho, el riesgo de interaccio-nes y efectos secundarios es muy alto.En este sistema centrado en el hos-pital uno va al cardiólogo, al nefró-logo... y se va perdiendo la coordina-ción que se precisa de la atención pri-maria. Uno de nuestros trabajos esevaluar continuamente esas interac-ciones e intentar priorizarlos, vercuáles se pueden retirar teniendo encuenta también el contexto socialdel paciente, dónde vive, quiénesson sus familiares, cómo está vivien-do la enfermedad, cuáles son sus prio-ridades...– Los afectados de hepatitis C sehan movilizado para solicitar fár-macos de última generación.¿Cómo debería actuar la sanidadpública?– Con transparencia. El de la hepati-tis C es muy buen ejemplo, sobretodo por los costosísimo de los fár-macos. Primero, habría que entrar ensi realmente ese fármaco cuesta loque dicen que cuesta. Y luego estánlas estrategias de la industria farma-céutica, entre otras dirigirse a las aso-ciaciones de pacientes, porque aho-ra parece políticamente incorrectodirigirse a un médico, que se siguehaciendo. Les presentan todas lasbondades de su fármaco y, lógica-mente, el enfermo lo demanda. Paranosotros la solución es muy sencilla:como implica dinero público ese tipode fármacos han de ser evaluados porgente experta, médicos de la sanidad

Iñaki Martínez Nimatuj Presidente de Osatzen

Iñaki Martínez, presidente de Osatzen, en su consulta de atención primaria en Vitoria. :: LOBO ALTUNA

«Vivimos enuna sociedadsobremedicaday expuesta a efectossecundarios»

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pública, que tengan conocimiento ymanejo en ese tipo de medicamen-tos. Y que antes de formar parte deun comité o consejo de expertos, ha-gan una declaración de conflicto deintereses con la farmacéutica quevende ese fármaco. Creo que cual-quier ciudadano vería lógico que sehaga esto. A las asociaciones de pa-cientes claro que hay que escuchar-las, pero una decisión de este calado,que implica este gasto, es una cues-tión que atañe a gente experta en eltema e independiente en su criterio.– Cambiando de tema, en Osatzentienen en marcha el ‘MovimientoNOSInprimaria’ en referencia a lanueva estructura de Osakidetza,de organización de servicios inte-grados (OSI) que persigue superarla división en centro de salud y hos-pitales. ¿Por qué?– Tenemos una mirada escéptica anteel nuevo modelo de gestión. No en-tramos en si es mejor o peor, sino siel cambio está basado en evidencias,y si es mejor que el que tenemos. Contodo, siempre se dice que la atenciónprimaria debe ser el eje del sistema,pero vemos que a la hora de tomardecisiones importantes no lo es. Hayestudios robustos que muestran queuna sanidad pública que apuesta poruna atención primaria fuerte se tra-duce en un modelo más eficaz y jus-to. Nosotros no tenemos la percep-ción de estar siendo los directores deorquesta de las OSI y es lo que noslleva a trabajar y a ponernos a dispo-sición a la Administración para que

cuenten con nosotros para este cam-bio.– ¿Se sienten los porteros de la sa-nidad pública, como dicen?– No somos un conserje que a la per-sona que entra se le dice: a la izquier-da, derecha, suba la piso de arriba...Somos mucho más que eso. Está de-mostrado que entre un 80-90% delas demandas las resuelve atenciónprimaria. Hay que pensar que cadapaciente puede llevar de media 3-4motivos de consulta, y cuanto mássube la edad, más complejo se vuel-ve todo. En este sentido, hay que pro-porcionar al médico las herramien-tas para que deje de estar inundadode burocracia y de papeles.– ¿Los médicos se pasan demasia-do tiempo tecleando en vez de ha-

blando con sus pacientes?– Hay una burocracia inherente alhecho de ejercer ser médicos de aten-ción primaria, pero hay otra que noses trasladada del hospital sin que ten-gamos ninguna obligación de tenerque asumirla. Por ejemplo, un pa-ciente va a Urgencias, se le receta unantibiótico y se le dice que lo tome10 días pero le hacen una receta paraque le dure 4. Entonces viene a aten-ción primaria. Hay situaciones en lasque no hacemos ningún acto clíni-co.– ¿Qué me dice de la tramitaciónde las bajas y altas?– Es un acto burocrático al que hayque dar una vuelta, hay que abando-nar este modelo paternalista que con-siste en que alguien está en su casa,no ha podido ir a trabajar porque estácon fiebre, con catarro, tosiendo ycongestionadísimo y tenga que pe-dir cita en el médico para que justi-fique su ausencia en el trabajo. Porél no iría, porque se toma paraceta-mol y hace reposo y en un día o unpar de días se recupera. En Inglate-rra, cuando uno se pone enfermo losprimeros 7 días se autojustifica, paralo que existe un modelo que tieneque rellenar para entregar a la em-presa. Para procesos comunes de unpar de días no hay necesidad de ha-cer una evaluación clínica. Otra cosaes que los síntomas se demoren eltiempo. En este sentido hemos dadoun paso, porque había centros esco-lares que solicitaban justificante delmédico.

«Hay que abandonar laburocracia de las bajas deuno o dos días. En Inglaterrase autojustifican»

«Vivimos más y mejorque nunca, sin embargola percepción en la callees la contraria»

«Decidir sobre losfármacos de la hepatitis Catañe a expertos concriterio independiente»

:: A.U.–¿Consultamos demasiado al ‘doc-tor Google’?– Todos utilizamos Google paranuestras dudas, pero hay que te-ner el sentido común de comen-tarle al médico aquello que se habuscado, porque casi siempre tevas a encontrar con algo tremen-do. Muchas veces lo que sucede esque el paciente se asusta, bien porlo que ha visto en televisión, haleído en medios o en Google, por-que todo el mundo piensa que leestá pasando aquello que lee. En-tonces, a veces, la respuesta del ex-perto no parece suficiente y aun-que el médico le diga que esté tran-quilo, que no es su caso, te pregun-tan: ‘¿Pero no me va a hacer unaanalítica para descartarlo?’ Le da-mos mucho valor a lo tecnológi-co, hace falta una analítica, unaimagen, un número que esté enun rango que diga que es normal.– Los dichosos asteriscos...– Nos pasa con las revisiones deempresas. No está demostrado quepor hacer una analítica o explora-ción anual a una persona entre los20 y 40 años, por decirlo de algu-na manera, se detecte más o me-nos enfermedad o se prolongue la

vida. Pero en una de esas puede su-ceder que algún número se salgadel rango, y entonces esa personaque se siente sana y que no tieneningún problema viene a consul-ta diciendo que tiene algo altera-do. Es el día a día, un motivo rela-tivamente frecuente en el que sele dice que ese asterisco no tieneninguna importancia y te dicen:‘¿y si repetimos la analítica den-tro de una semana para ver si esnormal?’. Así se generan más ana-líticas, más consultas y más gastoque no tiene razón de ser porqueel paciente en origen estaba bien.– Para finalizar, ¿por qué un es-tudiante de medicina debería op-tar por la medicina de familia?– Para poder llegar a entender esto,lo primero que tiene que ocurrires que la universidad, la UPV/EHU,abra sus puertas a una asignaturafuerte y robusta de medicina defamilia, que no tiene. Mientras nose incorpore esta asignatura, el es-tudiante nunca podrá sentirse atraí-do por una especialidad que, porcierto, muchos de ellos acabaránhaciendo. Este es otro de los obje-tivos de Osatzen, y en los últimosdos años ya hemos realizado jor-nadas con los estudiantes.

«Hoy se da mucho valor a lotecnológico, al número en elrango que diga que es normal»

SALUD 5AL DÍALunes 23.02.15EL DIARIO VASCO