EL JOVEN ACTOR GANÓ RECONOCIMIENTO POR SU TRABAJO EN LA TELENOVELA VIDAS ROBADAS Y EN LAS OBRAS TEATRALES TODOS ERAN MIS HIJOS Y AGOSTO. ESTE MES SE LO VERÁ EN CINE, EN LAS HERMANAS L.

Esteban Meloni era muy pequeño cuando se enteró de que algunas personas dedicaban su vida a la actuación. Enseguida supo que ése sería su destino. A los 18 años dejó Bahía Blanca y se instaló en Buenos Aires. Aunque cursó ma-terias de Diseño de Imagen y Sonido y Artes Combinadas, su principal objetivo era estudiar teatro. Se formó como actor con Helena Tritek, a quien reconoce como su maestra, Julio Chávez y Raúl Serrano, entre otros.Hoy, a los 34 años, está entre las grandes revelaciones del ámbito local. En 2008 recibió un Premio Clarín por su trabajo en la telenovela Vidas roba-das y este año ganó un ACE como mejor actor de reparto en drama por su papel en Todos eran mis hijos, la obra de Arthur Miller dirigida por Claudio Tolcachir.También formó parte del elenco de Agosto, aclamada obra del mismo director, y actúa en Cielo rojo, de Helena Tritek. Además, participa en el unitario Para vestir santos y este mes llega al cine con Las hermanas L, una comedia de Santiago Giralt en la que conforma un triángulo amoroso con Silvina Acosta y Florencia Braier.Al hablar, elige las palabras con cuidado. Busca transmitir una verdad en la que cree. “Siento mucha responsabilidad con respecto a lo que hago. Apenas me levanto, empiezo a pensar en la función de la noche”.¿Cómo elegís los proyectos en los que te involucrás?Busco identificarme con lo que hago y encontrar una estética propia. Me gusta que los proyectos en los que participo hablen del ser humano, que movilicen a la gente. Cada día me convenzo más de que los artistas deben tener ideología. Quiero compartir una mirada esperanzadora para que el público sienta que siempre hay una salida. Es un modo de transformar las cosas.¿Cuándo empezaste a elegir tus trabajos con este criterio?Hace un par de años. Me pasó algo muy fuerte a partir de Vidas robadas. La novela trataba, desde la ficción, un tema vinculado a la realidad. Me movilizó ver lo que generaba el programa en la gente. En esa época estaba empezando a trabajar en Cielo rojo. Después llegaron Agosto y Todos eran mis hijos. De a poco fui entendiendo adónde quiero ir.

¿Qué diferencias hay entre el trabajo del teatro off y el del circuito comercial?Las obras del teatro independiente se presentan una vez por semana. En ese período de tiempo, uno puede cambiar; por lo tanto, antes de cada función te ponés nervioso como si estuvieras en el estreno. Las obras del teatro comercial se presentan de miércoles a domingo y corrés el peligro de ac-tuar en forma mecánica. El gran desafío es no caer en eso. Se trata de un trabajo hermoso, pero durísimo. Te obliga a estar muy vivo, muy despierto.¿Cómo lográs darle nueva fuerza a un texto en cada función?Todo el tiempo busco maneras de no caer en la rutina. Antes de las funciones nos concentramos, hacemos ejercicios de respiración, vocalizamos o leemos textos que nos inspiren o se relacionen con lo que cuenta la obra. Eso nos ayuda a conectarnos y a estar unidos cuando salimos a escena. Trato de impregnarme de distintas emociones para sentir algo nue-vo cada noche. De todos modos, no sé si está bien lo que hago. Me pregunto cómo lo lograrán los grandes actores [risas].¿Qué sentiste al filmar Las hermanas L?La película se filmó en dos semanas, en 2007. Hicimos todo en un departamento, casi sin presupuesto. En ese sentido, se trata de una película muy chiquita. El rodaje fue una experien-cia de trabajo muy exigente. La historia es caótica, tiene una trama jugosa y mucho humor. La gente que la pudo ver se divirtió muchísimo.¿Cuáles son tus proyectos para el próximo año?En teatro, seguiré con las dos obras y seguramente haremos alguna gira. Además, hice el piloto de un programa de tele-visión que se llama Un año para recordar, con Carla Peterson y Leonardo Sbaraglia. Está buenísimo.

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ESTEBAN MELONI

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TEXTOMARU DROZD

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