Empédocles. Purificaciones (HFAI)

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Las Purificaciones Seguiremos para la exposición de este poema el orden seguido por Kirk y Raven en (1983), el segundo volumen. Este poema comienza con los siguientes versos: Oh amigos, que vivís en la gran ciudad de la dorada Acragas, en las alturas de la ciudadela, ciudadanos de buenas acciones, salve. Como un dios inmortal, no ya mortal, camino honrado como merezco por todos vosotros, ceñida mi cabeza de bandeletas y coronas floridas. Cuando entro en las prosperas ciudades, todos, hombres y mujeres a quienes me acerco, me tributan honores divinos; me siguen en número incontable, preguntándome por la vía del provecho; unos buscan los vaticinios y otros, afligidos desde mucho tiempo por atroces dolores, desean oir la palabra que cura toda clase de enfermedades. Vemos que es un poema dirigido a un gran número de gente. Parece no estar escrito en Acragas, siendo que relata a los habitantes de la misma cómo le honran todos, hombres y mujeres, allí por donde va. Se manifiesta aquí también el carácter profético y divino, “inmortal” (se considera a sí mismo un daimon) que él mismo atribuía a su figura. En Kirk y Raven (1983) relaciona este fragmento: “Su pretension a una pertenencia divina (v. 3) evoca la autorreve-lacionde Hermes a Priamo en el último libro de la Iliada (xxiv, 460); cf. También las palabras proclamatorias de Demeter, Himno Dem. 120)”. En el cuerpo central del poema habla sobre los daimones. Hay un oráculo de la Necesidad, antiguo decreto de los dioses, eterno, sellado con amplios juramentos: siempre que alguno de los demones cuyo lote es una vida de larga duración, ha manchado inicuamente sus queridos miembros con derramamiento de sangre, anda errante, desterrado de los bienaventurados por tres veces diez mil estaciones, naciendo durante dicho tiempo en toda clase de especies de seres

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Las PurificacionesSeguiremos para la exposicin de este poema el orden seguido por Kirk y Raven en (1983), el segundo volumen.Este poema comienza con los siguientes versos:

Oh amigos, que vivs en la granciudad de la dorada Acragas, en lasalturas de la ciudadela, ciudadanos debuenas acciones, salve. Como un diosinmortal, no ya mortal, camino honradocomo merezco por todos vosotros, ceidami cabeza de bandeletas y coronas floridas.Cuando entro en las prosperas ciudades,todos, hombres y mujeres a quienes meacerco, me tributan honores divinos; mesiguen en nmero incontable,preguntndome por la va del provecho;unos buscan los vaticinios y otros,afligidos desde mucho tiempo por atrocesdolores, desean oir la palabra que curatoda clase de enfermedades.Vemos que es un poema dirigido a un gran nmero de gente. Parece no estar escrito en Acragas, siendo que relata a los habitantes de la misma cmo le honran todos, hombres y mujeres, all por donde va. Se manifiesta aqu tambin el carcter proftico y divino, inmortal (se considera a s mismo un daimon) que l mismo atribua a su figura. En Kirk y Raven (1983) relaciona este fragmento: Su pretension a una pertenencia divina (v. 3) evoca la autorreve-lacionde Hermes a Priamo en el ltimo libro de la Iliada (xxiv, 460); cf. Tambin las palabras proclamatorias de Demeter, Himno Dem. 120).

En el cuerpo central del poema habla sobre los daimones.Hay un orculo de la Necesidad,antiguo decreto de los dioses, eterno,sellado con amplios juramentos: siempre quealguno de los demones cuyo lote es unavida de larga duracin, ha manchadoinicuamente sus queridos miembros conderramamiento de sangre, anda errante, desterradode los bienaventurados por tres vecesdiez mil estaciones, naciendo durante dichotiempo en toda clase de especies de seresmortales y cambiando un penoso sendero devida por otro. La fuerza del aire [lit. eter] lepersigue hasta el mar, que lo escupe de nuevohacia tierra firme; esta lo lanza dentro de losrayos del sol abrasador y el a su vez en lostorbellinos del ter. Va pasando de unos a otrosy todos le odian. Yo soy ahora uno de ellos,desterrado de los dioses y errabundo, yo quepuse mi confianza en la furiosa Discordia.

Vemos aqu que el derramamiento de sangre tiene castigo para los daimones, siendo este andar vagabundo por tres veces diez mil estaciones. Relata cmo cada una de las fuerzas (races en Per physeos) lo rechaza sistemticamente: Va pasando de unos a otros y todos le odian. Se proclama como uno de ellos, que ha puesto su confianza en la discordia.Hay una serie de fragmentos inconexos, que siguiendo la gua de Kirk y Raven, quienes consideran su pertenencia a la misma seccin del poema, vamos a comentar juntos. Estos son:Llore y gem cuando vi el lugardesacostumbrado, donde el Asesinato, el Odio yotras clases de Keres ... ellos vagan en la obscuridad por las praderas de Ate.

!Ah, desgraciada y pobre raza de losmortales, de que discordias y lamentosnacisteis!

De que gran honor y de que altura defelicidad...

Llegamos bajo esta cueva cubierta...

All estaba Ctonia y la longevidenteHeliope, la sangrienta Disputa y la Harmoniade amable rostro, la Hermosura y la Fealdad, laRapidez y la Lentitud, la amable Verdad y laciega Obscuridad.

...vestido con una tnicaajena de carne

Segn Kirk y Raven[footnoteRef:1] : Estos fragmentos inconexos constituyen la mayor parte de los trozos [1: Kirk y Raven (1983) Volumen 2; p. 139]

subsistentes de un pasaje en que parece que Empedocles cuenta, enprimer lugar, su descenso a un lugar de penalidades en donde estabanreunidos otros daimones cados y su conduccin, posteriormente, a unacaverna en la que los daimones vestan carne ajena y estaban sometidos alas fuerzas opuestas que rigen la existencia mortal. Este conjunto de fragmentos podra referirse de manera metafrica a la existencia humana, a la transmutacin de las almas, o bien al destino que espera a los daimones, diferentes de las almas.

Nacen de entre las fieras, bajo forma deleones que acechan en sus montaraces guaridasy de los arboles de hermoso follaje en figura delaureles.

Y al final llegan a ser adivinos, cantoresde himnos, medicos y principes entre loshombres de la tierra; de aqui surgen comodioses col modos de honores, participes de latierra y de la mesa con los demas diosesinmortales, carentes de las pesadumbres y delas fatigas humanas.

Es posible que estos fragmentos hagan referencia a cmo los daimones pueden pasar a estadios superiores de la creacin, siguiendo este camino hasta readquirir la condicin de dioses (cmo l mismo haba conseguido).

Ni tenan un dios Ares, ni gritode guerra, ni Zeus era su rey ni Krononi Posidon, sino Cipris (i. e. Afrodita)era su reina. Los hombres lapropiciaban con imgenes piadosas,con pinturas de seres vivos, conperfumes de variada fragancia, consacrificios de mirra pura y de olorosoincienso, derramando sobre el suelolibaciones de dorada miel. Nohumedecan su altar abominablesmatanzas de toros, sino que seconsideraba como la ms grandeodiosidad entre los hombres elarrancar violentamente la vida de susmiembros y comerlos.

Todos los seres eran dciles yacogedores para con los hombres, lasfieras y las aves y resplandeca sudisposicin amistosa.

Se ve aqu cmo rechaza los sacrificios sangrientos, que ms arriba hemos visto suponan un castigo horrendo para los daimones que los realizaban. En su lugar, el Amor (Cipris) era quien rega y quien reciba los sacrificios, que nada tenan que ver con el derramamiento de sangre que era considerada la ms grande odiosidad entre los hombres.Este reinado del Amor recuerda al perodo en que este rige las cuatro races (Per physeos).

Mas la ley para todos se extiendeindefinidamente a travs del aire de vastosdominios y la luz inmensa (del sol).

No cesareis con la horriblematanza? Es que no veis que os estisdevorando mutuamente en vuestrainsensata locura?

El padre, pobre necio, tras levantaren alto a su propio hijo, mudadodeforma, lo degella en actitud orante,mientras este grita lastimosamente ysuplica al sacrificador; pero el, sordo asus gritos, lo degella y prepara en susmansiones un macabro festn. De igualguisa el hijo coge con violencia a supadre y los nios a sus madres y,despus de quitarles violentamente lavida, se comen la carne de sus seresqueridos.

!Ay de m, por qu no me mato el da sincompasin, antes de que maquinara la funestaaccin de comer con mis labios!

Porque yo fui ya, en otro tiempo, unjoven y una joven, un arbusto y un pjaro y unpez viajero y saltador.

En estos fragmentos se justifica la aversin que le tiene Empedocles a los sacrificios; siguiendo la doctrina de la reencarnacin, cualquier alma puede tomar la posesin de cualquier ser vivo una vez que ha acabado su vida en uno de ellos. As pues al sacrificar un animal puede uno estar sacrificando a sus propios seres queridos y luego comindolos, convirtindose en un antropfago (algo abominable).

...abstenerse por completo de las hojas delaurel.

Desgraciados,desgraciadsimos, apartad vuestrasmanos de las habas.

Vemos aqu una actitud que recuerda a la pitagrica: las habas son sagradas, debido probablemente a la forma de feto humano que tienen.

Es probable que finalizara el poema con una descripcin de los rituales de purificacin (de aqu el ttulo)[footnoteRef:2] [2: Cf. Kirk y Raven (1983) V.2; p. 148]

(Bibliografa: G. S. Kirk y J. E. Raven, Los filsofos presocrticos V. 2, Gredos (1983)J. C. Garca-Borrn, Historia de la Filosofa. I. La Antigedad, Ediciones del Serbal (1998)