Emociones en la Vejez. Revisión de desarrollos contemporáneos.
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Emociones en la Vejez. Revisión de desarrollos contemporáneos
Lic. María Florencia Giuliani – [email protected] Eje temático: Psicología Básica, Investigación.
El estudio de las emociones se constituye como un campo de renovada vigencia en
la investigación empírica en Psicología, más aún, en la Psicología del Vejez. En la
actualidad existen varios enfoques teóricos que se focalizan en explorar y explicar
distintos aspectos de los procesos de generación y regulación emocional en personas
mayores. Entre ellos, encontramos la propuesta de la Teoría de la Selectividad
Socioemocional de Carstensen, la propuesta de Blanchard Fields respecto de la
Resolución de problemas cotidianos de alta saliencia emocional de y la Inteligencia
Emocional a partir del modelo de Salovey y Mayer. El objetivo de este trabajo consiste
en brindar un panorama de estos tres marcos conceptuales, presentando sus posibles
puntos de complementariedad, similitudes y diferencias en el estudio del
envejecimiento emocional. Se presentan datos de una investigación empírica
desarrollada en Mar del Plata y la discusión de sus resultados a partir de los enfoques
antes mencionados.
Palabras Clave: envejecimiento emocional- Selectividad socioemocional –resolución
de problemas – Inteligencia Emocional.
Introducción
La Psicología como disciplina científica se ha dedicado predominantemente al estudio
e intervención sobre aspectos patológicos del funcionamiento humano. En respuesta
a esta tendencia teórico-investigativa sesgada, dentro del área de la Psicología del
Desarrollo, la teoría del Curso Vital surgió a fines de los años 60 como perspectiva
alternativa al modelo médico en el estudio de la mediana edad y la vejez, concibiendo
al envejecimiento como un proceso normal en el devenir del ciclo evolutivo humano
(Baltes, 1983).
La Psicología del Ciclo Vital considera que todas las etapas de la vida implican tanto
pérdidas como adquisiciones en la adaptación a las nuevas demandas y desafíos
socioculturales y biológicos. El desarrollo es concebido como: a) un proceso constante
durante la vida, que abarca aspectos continuos y discontinuos; b) en que operan la
selección y optimización selectiva en la capacidad adaptativa; c) con una relación
dinámica entre ganancias y pérdidas; d) con constante influencia de múltiples factores
contextuales y e) en la que la edad conlleva cambios asociados a la plasticidad
(Baltes, Lindenberger & Staundinger, 1998).
El enfoque del ciclo vital señala que la vejez no es una etapa del desarrollo que pueda
ser estudiada con parámetros construidos para comprender otros períodos de la vida.
Se la caracteriza como la más heterogénea de todas las etapas vitales, ya que se
produce una acumulación de diferencias que se han desarrollado a lo largo de toda la
vida, tanto normativas respecto de la edad (biológicas y sociales), como de la historia
sociocultural del ambiente en que se ha vivido y de las características específicas de
la vida del sujeto, configurando el estilo personal una totalidad singular y ecológica
(Conde Sala, 2007; Baltes, Lindenberger & Staundinger, 1998).
La convergencia de estos desarrollos ha ampliado el foco en el estudio de estas
etapas vitales desde la preocupación casi exclusiva por curar la enfermedad, hacia la
consolidación del estudio de los recursos, habilidades, capacidades y competencias
que llevan a consolidar y fortalecer las cualidades positivas y el desarrollo de las
potencialidades humanas a lo largo de toda la vida. Al incluir los aspectos que hacen
a la vida saludable se amplían las posibilidades de estudio, abarcando facetas de la
experiencia humana que no habían sido investigadas sistemáticamente hasta
entonces. La producción de este tipo de conocimientos, además, brinda nuevas
posibilidades de intervención orientadas tanto a la asistencia y el tratamiento como a
la prevención y la promoción de la salud. El tema de este trabajo, el denominado
envejecimiento emocional, se constituye como campo de conceptualización e
investigación científica a partir de este cambio paradigmático en el campo de la
psicología del desarrollo.
Desarrollo
El envejecimiento emocional un el área de la psicología de la vejez que se ocupa de
investigar los cambios emocionales en las últimas etapas de la vida de los individuos.
Frente a los estereotipos sociales vigentes (Sanchez Palacios, 2004), las
investigaciones empíricas dan cuenta de que los adultos mayores presentan niveles
similares o superiores de Bienestar psicológico (Giuliani, 2010), Capital psíquico
(Arias, Castañeiras &Posada, 2009), Experiencias de fluidez (Sabatini & Arias, 2010),
etc. Específicamente en lo referido a las características del bienestar emocional, las
competencias y habilidades emociones en la vejez, existen numerosos constructos
teóricos que permiten interpretar los hallazgos empíricos. A continuación
presentaremos tres de las más importantes líneas de investigación al respecto.
1. Carstensen: Teoría de la Selectividad Socioemocional
La teoría de Laura Carstensen, investigadora de la universidad de Stanford, propone
que los adultos mayores presentan altos niveles de bienestar emocional y mejores
habilidades de regulación que los adultos jóvenes debido a un cambio normativo en
las metas motivacionales. Ella propone que en la juventud, los individuos no perciben
en su vida un límite temporal, por lo que se focalizan en obtener metas y objetivos que
permitirán beneficios a largo plazo. A diferencia de estos, los adultos mayores sí
perciben de manera cercana el final de su tiempo vital, por lo que sus metas
motivacionales se focalizan en el aquí y ahora, en obtener bienestar y placer en el
presente. La forma de obtener estas experiencias positivas es a través de las vínculos
íntimos y la focalización deliberada en las emociones positivas. Esta última estrategia
ha sido denominada “efecto de positividad” (Carstensen, Mikels, & Mather, 2006). El
mismo consiste en un patrón de selección de la información ambiental: en la juventud
se prefiere el material emocionalmente negativo, porque favorece la adaptación al
medio, mientras que a lo largo de la adultez el sesgo se transforma en una preferencia
desproporcionada por la información positiva, que se consolida en la vejez
(Carstensen, Fung & Charles, 2003). Esta nueva dirección en la selección de la
información sirve a los fines de profundizar en los significados personales asociados a
las emociones y el bienestar e impacta en una mayor implicación en actividades que
produzcan satisfacción personal. Estos cambios repercuten positivamente en la
capacidad de distinguir las emociones y comprender con mayor riqueza y
complejidad, contemplando diferente perspectivas al mismo tiempo, implicando el
enriquecimiento de las habilidades de regulación emocional en la vejez (Charles
Carstensen, 2007). Específicamente en lo relativo a la regulación emocional, los
adultos mayores utilizan en mayor medida que los jóvenes las estrategias de
selección de situaciones. Es decir, regulan sus emociones de manera preventiva,
eligiendo cuidadosamente en que actividades y vínculos involucrase para evitar
emociones negativas.
Un aporte de importancia de esta línea de investigación es haber comprobado la
importancia de la evaluación del tiempo de vida en la orientación de los recursos
cognitivos y las metas vitales, así como reconocer a la selectividad en cuanto a
situaciones y vínculos como una habilidad y no un indicador de deterioro (Charles
Carstensen, 2007)..
2. Blanchard Fields: Resolución de problemas cotidianos de alta saliencia
emocional
Blanchard Fields (2007) presenta un enfoque de la regulación emocional (RE)
centrado en el estudio de problemas de la vida cotidiana, desestructurados y
dinámicos, en los que se requieren habilidades y conocimientos para aprovechar las
oportunidades y responder a las demandas del ambiente. Los recursos que los
adultos mayores ponen en juego a la hora de resolver estas situaciones
emocionalmente problemáticas –habilidades, conocimientos y experticia- se
mantienen y optimizan con la edad, lo que explicaría los altos niveles de bienestar
emocional y la mayor comprensión de las emociones en esa etapa de la vida.
Blanchard Fieds afirma que la RE en los adultos mayores es cualitativamente distinta
de la otras etapas vitales: los adultos mayores presentan respuestas más flexibles,
más complejas –heterogéneas-, más maduras y más efectivas que los adultos
jóvenes (Coats & Blanchard Fields, 2008). Asimismo, en situaciones de conflicto con
vínculos cercanos, prefieren la utilización de estrategias de regulación emocional
focalizadas en sí mismos, es decir, la reflexión y reevaluación de situaciones, por
sobre la expresión o afrontamiento directo (Blanchard Fields, Stein y Watson, 2004).
En un estudio que indagaba el rol de las metas y la complejidad emocional en
situaciones de conflicto interpersonal, los adultos mayores presentaron estilos
diferenciados de regulación emocional deacuerdo al nivel de complejidad de los
conflictos interpersonales, lo que soporta la hipótesis de mayor flexibilidad y ajuste
situacional a las situaciones de conflicto y lo que repercute en una mayor eficacia de
resolución de los mismos (Coats & Blanchard Fields, 2008).
En síntesis, esta línea de investigación ha abierto el campo de estudio de la
regulación emocional en relación a problemas de alta saliencia emocional y en el seno
de vínculos íntimos. Ha proporcionado datos empíricos de corte cualitativo y
cuantitativo, proveyendo información de gran riqueza y complejidad. Esta, por su
validez ecológica, se constituye como información de fácil transferencia al ámbito de
la intervención y promoción de la salud.
3. Salovey & Mayer: Inteligencia Emocional
La inteligencia emocional consiste en la competencia para reconocer el significado de
las emociones y sus relaciones, razones y resolver problemas mediante su uso.
Incluye la capacidad para percibirlas, comprenderlas y reflexionar sobre ellas, así
como modificarlas para lograr un estado emocional óptimo (Mayer & Ciarrochi, 1994).
Existen variados desarrollos de este concepto, entre ellos el denominado
“Metaconocimiento Emocional” (Mayer & Stevens, 1994). Este constructo que explora
procesos de inteligencia emocional percibida, es decir, con un nivel de procesamiento
conciente, mediados por procesos autorreflexivos. Incluye tres dominios específicos:
1) Atención Emocional, 2) Claridad Emocional y 3) Reparación Emocional. El primero
se define como la predisposición de los individuos a estar pendientes y registrar sus
emociones y estados de ánimo. Este dominio es el más básico, sin un buen desarrollo
de éste resulta poco probable que las otras ramas tengan niveles de funcionamiento
adecuados. El segundo, Claridad Emocional, que implica la capacidad de comprender
las emociones, la capacidad de desglosar las respuestas emocionales complejas y
multimodales, para poder reconocer sus componentes y categorizarlas, comprender
sus posibles combinaciones, dinámicas y transiciones entre diferentes emociones y la
aparición simultánea de afectos contradictorios. En tercer lugar, Reparación
Emocional, es decir, las habilidades de regular las emociones adaptativamente,
decidir si se las considerará relevantes o no en alguna situación específica. Esta
capacidad implica poder incrementar o disminuir tanto las emociones positivas como
las negativas. El manejo de las emociones involucra procesos como el monitoreo y
distinción efectiva de las propias emociones, la motivación para regularlas y la
percepción de autoeficacia en esa tarea, así como la intervención y consecuente
modificación en los estados de ánimo.
El marco conceptual de la Inteligencia Emocional que predice que las habilidades de
Percepción, Facilitación, Comprensión y Manejo de las emociones se incrementan
con la edad (Extremera, Fernandez Berrocal & Salovey, 2006). Katetsios (2004)
encontró que los adultos mayores informaban poseer mejores niveles de facilitación
cognitiva a través de la emoción, de comprensión y regulación emocional. Esto
condice con las predicciones teóricas que afirman que la pericia en las habilidades de
registro, comprensión y regulación emocional se incrementan con la edad, debido a la
acumulación de experiencia y autoconocimiento lograda a lo largo de la vida
(Blanchard Fields, 2007).
Esta línea de investigación aporta una concepción multidimensional y compleja de las
habilidades emocionales, tomando en cuenta, asimismo, las variaciones debidas a la
edad, el género y el contexto cultural. Esta perspectiva permite explorar las
variaciones de este conjunto de habilidades a lo largo de la vida y analizar sus
implicancias para la salud.
4. Algunos resultados en la ciudad de Mar del Plata
Investigaciones previas realizadas en Mar del Plata hallaron que los adultos mayores
presentan niveles similares (Giuliani, 2009) a los adultos jóvenes en cuanto al
Metaconocimiento emocional y superiores en lo referido específicamente a la
dimensión Claridad de Sentimientos (Giuliani, 2011). Estos resultados dan cuenta de
que los adultos mayores pueden comprender adecuadamente sus estados
emocionales, analizar y categorizar las respuestas emocionales complejas, reflexionar
acerca de sus posibles combinaciones, dinámicas y transiciones entre diferentes
emociones y la aparición simultánea de afectos contradictorios.
A partir de las líneas de investigación presentadas podemos pensar en posibles
explicaciones para estos resultados. Desde la perspectiva de Carstensen (Charles &
Carstensen, 2007) es posible pensar que el desarrollo de las habilidades de
comprensión emocional esté relacionado con la modificación de las metas
motivacionales, que en la vejez estarían orientadas a la obtención de bienestar
emocional. Es decir, debido a que en esa etapa de la vida resulta de mayor
importancia el bienestar emocional, se dedican más recursos cognitivos a su
comprensión y búsqueda, lo que podría generar este incremento en la capacidad de
comprender y expresar las emociones.
A su vez, estos podrían explicarse a partir de que las personas mayores poseen
mayor conocimiento sobre sus vivencias emocionales, debido a su mayor experiencia
vital, que repercute en el desarrollo de niveles de experticia en la comprensión, tal
como lo predicen las líneas de investigación de Blanchard Fields (2007) y de Salovey
(Mayer, Salovey & Caruso, 2004)
En lo relativo a la regulación emocional, los resultados obtenidos no concuerdan con
los antecedentes teóricos, ya que los adultos mayores no presentaron diferencias con
los adultos jóvenes. Si bien esto da cuenta de una característica positiva del
envejecimiento, en tanto estas habilidades parecen no deteriorarse, podemos
establecer algunas hipótesis al respecto de la ausencia de diferencias significativas
entre los grupos de edad. Es posible que el instrumento implementado no sea
adecuado para evaluar la regulación emocional en adultos mayores, ya que esta
presenta características diferencias, tal como ya ha señalado Blanchard Fields. En
función de esto, en un estudio posterior, que se está desarrollando actualmente, se
incorporó un nuevo cuestionario de regulación emocional en situaciones de conflicto
interpersonal que evalúa regulación emocional a través del Afrontamiento Pasivo, la
Expresión emocional, la Búsqueda de apoyo y Resolución de problemas (Coats &
Blanchard Fields, 2008), así como la exploración cualitativa de las situaciones en las
que se logra o no una adecuada regulación de las emociones.
Reflexiones finales
A partir de las perspectivas de investigación antes expuestas es posible considerar
que el proceso de envejecimiento emocional no presenta características de deterioro
o pérdidas normativas. Esto coincide con la perspectiva del Curso vital, en la que se
plantea que el desarrollo es un proceso multidimensional y plurideterminado, en el que
se realiza un balance de ganancias y pérdidas en cada etapa, al contrario de la
perspectiva lineal propuestas por otras teorías del desarrollo humano.
Específicamente en lo referido a las habilidades de compresión y regulación
emocional, la vejez parece presentar ganancias en dicha etapa de la vida. Los
hallazgos de investigación presentan factores como la evaluación del tiempo vital
disponible y la experiencia y conocimiento de las pragmáticas de la vida cotidiana que
confluyen de forma sinérgica para producir un impacto positivo en el desarrollo de las
capacidades que hacen la resolución de problemas emocionales en la vejez. A partir
de esto, resulta necesario deconstruir los estereotipos sociales negativos asociados al
envejecimiento, para lograr que tanto jóvenes como viejos puedan vislumbrar los
aspectos positivos y fortalezas propios de esta etapa de la vida.
Bibliografía
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