Elaborado por: Dra. Elisa Saad

DayánIvonne

Sandoval Tavera

Elaborado por: Dra. Elisa Saad

DayánIvonne

Sandoval Tavera

Norma y Paty son dos de once alumnas que, junto con un poco más de veintidós hombres, forman el grupo 5° “A” de la escuela primaria “Hermanos Ferrocarrileros”.

Hace algunos días el grupo ha estado ensayando, dirigidos por la maestra Lulú, lo que será su participación en el festival de fin de curso.

Hoy se encuentran trabajando en la confección de diversos materiales y como el "cuadro" representará la leyenda de los volcanes, la maestra Lulú se las ha ingeniado para que casi todo el vestuario y utilería se haga en el salón.

Este día deben unir las diversas partes de los penachos, faldones y taparrabos para que todo esté listo, así como terminar los garrotes y escudos. Lulú, la maestra, decidió hacer dos equipos de trabajo, uno compuesto por las niñas, entre ellas Norma y Paty y el resto por los hombres.

Al equipo de las niñas les asignó terminar los faldones y taparrabos, ya que de acuerdo a sus palabras, se necesitan cocer con cuidado para que se vean muy bonitos y a los hombres les pidió que trataran de hacer que los escudos y garrotes reflejaran la fuerza y ferocidad de los guerreros aztecas.

El grupo empezó a trabajar y dado que los materiales necesarios para cada actividad eran diferentes, hombres y mujeres se colocaron casi a los extremos opuestos del salón.

Norma veía con sumo interés cómo Manuel se afanaba en colocar pequeños pedazos de foamy, simulando los picos de obsidiana de un garrote azteca, razón por la cual se le antojó trabajar con el silicón y las tijeras; fue entonces cuando se le ocurrió proponerle a la maestra lo siguiente:

Norma: Maestra… ¿no será mejor que entre todos terminemos el vestuario?

Maestra: ¿por qué lo dices Normita?

Norma: Porque hay muchos más hombres y ellos están haciendo sólo lo que van a usar, escudos y espadas.

Maestra: No son espadas Normita, son garrotes aztecas.

Norma: Está bien maestra, garrotes aztecas, pero igual está haciendo sus cosas, en cambio nosotras estamos cosiendo los taparrabos de todos y los faldones de nosotras.

Maestra: Bueno Normita pero es que hay cosas que las niñas hacen mejor que los niños, ya quiero ver a Julián o Pedro, tratando de coser.

Norma (con tono de sarcasmo): Lo que pasa es que no ha visto cómo le están quedando las puntadas a Paty.

Paty, sólo sonríe sin decir nada.

La maestra por su parte no está dispuesta a seguir "perdiendo tiempo" con la plática y les dice un poco molesta.

Maestra Lulú: Todos van a guardar silencio, hoy tenemos que terminar. Junto con sus palabras se acerca a ver el trabajo de Paty, y le dice de forma irónica “No es posible que no sepas ni coser”.

Norma escucha el comentario de la maestra y se molesta, pero lo que más le indigna es la cara roja y a punto de llorar de Paty. Quisiera hacer algo, se da cuenta de que todo el grupo está tenso e incómodo, pero no encuentra las palabras ni la forma de encarar a su maestra. Finalmente guarda silencio y sigue trabajando.

1. Analicen los supuestos en los que se basa la maestra al organizar el trabajo.

2. Analicen los supuestos con

los que los hombres y

mujeres, cada uno por su lado, se

integran al trabajo.

3. Respondan y argumenten. ¿Por qué a Norma se le antoja, trabajar en la otra tarea? ¿Por qué Paty sólo guarda silencio? ¿ Qué significa para el grupo el tono irónico de la maestra al reprender a Paty? ¿ Qué aprendizajes ha introyectado Norma que le impiden seguir adelante?