EL YO EN UN MUNDO SOCIALAutoconcepto: ¿quién soy yo?

Alejandra Andrea Meléndez RuizFlor Andrea Ramírez Chávez

Denisse Toral Rios

A continuación se muestran algunos experimentos que los estudiosos del ser humano y la psicología social han llevado a cabo para poder estudiar y sustentar los siguientes temas del AUTOCONCEPTO:1. En el centro de nuestros mundos: nuestro sentido

del yo.

2. Desarrollo del yo social.

3. El yo y la cultura.

4. Autoconocimiento.

Efecto del centro del universo

Thomas Gilovich, Victoria Medvec y Kenneth Savitsky (2000) exploraron el efecto del centro del universo al pedir a estudiantes de la Universidad Cornell que vistieran ridículas camisetas de Barry Manilow antes de entrar a una habitación con otros estudiantes.

Los autoconscientes portadores de las prendas especularon que casi la mitad de sus compañeros las notaria, aunque en realidad solo lo hizo 23%.

1. EN EL CENTRO DE NUESTROS MUNDOS:

NUESTRO SENTIDO DEL YO

AutorreferenciaSi alguien nos pregunta si una palabra específica, como extrovertida, nos describe, posteriormente la recordaremos mejor que sí nos hubieran inquirido si define a alguien más. Si nos piden que nos comparemos con el personaje de una historia breve, lo recordamos bien. Dos días después de una conversación con alguien nos acordamos más de lo que esa persona dijo acerca de nosotros. Por lo tanto, los recuerdos se forman alrededor de nuestro interés principal: nosotros mismos (Kahan y Johnson, 1992).

Posibles yo

Hazel Markus y sus colegas señalan que nuestros posibles yos incluyen la imagen del yo que anhelamos ser, es decir el yo rico, el yo delgado, el yo amado y que ama apasionadamente.

2. DESARROLLO DEL YO SOCIAL

Identidad social

En Canadá, la mayoría de la gente se identifica como "canadiense", excepto que en Quebec, donde la minoría de origen francés se considera más "provinciana" (Kalim y Berry, 1995).

En el libro de huéspedes de un hotel escocés todos los huéspedes ingleses reportaron una nacionalidad "británica" y todos los escoceses ( que también lo son) "una escocesa". ( David Myers)

La mayoría de los estudiantes de universidades inglesas se identifican como británicos y la minoría como europeos (Cinnirella, 1997).

Comparaciones sociales

Cuando enfrentamos una competencia, a menudo protegemos nuestra vulnerable autoestima al percibir como aventajado al competidor; por ejemplo, en un estudio de nadadores colegiales todos consideraban que el competidor tenía un mejor entrenamiento y más tiempo de práctica (Shepperd y Taylor, 1999).

Los juicios de los demás Shinobu Kitayama (1996) reporta que los japoneses

que visitan Norteamérica se sorprenden continuamente por la gran cantidad de elogios que se dicen entre amigos. Cuando el y sus colaboradores le preguntaron a la gente cuanto tiempo había pasado desde la última vez que había elogiado a alguien, la respuesta más común de los estadounidenses fue un día. En Japón, donde la socialización de las personas les hace sentir menos orgullo por los logros personales, la respuesta fue de cuatro días.

Los estadounidenses perseveran más si se les dice que están haciendo bien una tarea que sí no se les afirma. En el caso de los japoneses, la perseverancia aumenta por el fracaso (Heine y cols., 2001).

3. EL YO Y LA CULTURA

Pensamiento asiático y occidental Cuando se les muestra una escena submarina, los asiáticos

suelen describir el entorno y las relaciones entre los peces. Los estadounidenses ponen mayor atención a un solo animal grande (al objeto focal). Autor Nisbett, 2003.

Shinobu Kitayama y sus colegas también descubrieron que los japoneses responden más al contexto perceptual. Mostraron a un grupo de personas un estímulo como el anterior, después les pidieron que reprodujeran en un recuadro más pequeño o más grande, una línea de la misma longitud o de la misma proporción. Los estudiantes estadounidenses fueron más precisos al plasmar líneas de la misma longitud; los japoneses, al dibujar líneas de la misma proporción.

4. AUTOCONOCIMIENTO

Explicación de nuestro comportamiento

Richard Nisbett y Stanley Schachter (1966) demostraron que las personas interpretan de manera errónea su propia mente cuando pidieron a estudiantes de la Universidad de Columbia que recibieran una serie de choques de intensidad creciente. Antes de la prueba algunos tomaron una píldora falsa que según se les dijo produciría palpitaciones cardíacas, respiración irregular y mariposas en el estómago, las típicas reacciones al recibir choques eléctricos. Ellos anticiparon que los participantes atribuirían estas sensaciones a las pastillas y por lo tanto tolerarían más los choques eléctricos que otros a quienes no se les suministró. Quienes ingirieron la píldora toleraron 4 veces más los choques. Cuando se les preguntó porque habían soportado más no mencionaron la pastilla, cuando se les menciono el efecto del medicamento aseguraron que tal vez otros pudieron haberse visto afectados por el pero negaron su influencia sobre ellos; "ni siquiera pensé en el" fue la respuesta típica.

En uno de los experimentos de Wegner, dos personas controlan en conjunto el ratón de una computadora que se desliza sobre un tablero de juego (espías cubierto con pequeñas imágenes). Conforme el ratón se mueve, los participantes escuchan los nombres de los Burgos en audífonos y se detienen en la imagen que elijan. Algunas personas son cómplices y obligan al que ratón se dirija a una imagen en particular, los participantes reales generalmente perciben que ellos dirigieron el ratón a la imagen elegida. En esta situación el cerebro genera una sensación de eficacia personal.

Predicción de nuestro comportamiento

Sidney Shrauger (1983) descubrió al pedirle a estudiantes universitarios que predijeran la posibilidad que tenían de experimentar docenas de eventos distintos en los siguientes dos meses (romance, enfermar, fiesta). Sus auto predicciones difícilmente eran más precisas que las basadas en una experiencia de una persona promedio. Así mismo, los individuos se equivocan frecuentemente al predecir el destino de sus relaciones.

Tara Macdonald y Michael Ross a partir de sus estudios reportan que a menudo los amigos y familiares saben más al respecto. A predecir conductas negativas como llorar o mentir las auto predicciones son más exactas que las hechas por la propia madre o los amigos. Pero podemos decir sobre su futuro individual es que a veces es difícil pronosticar.

Predicción de nuestros sentimientos

Las personas predicen de una manera equivocada como se sentirán algún tiempo después del rompimiento de una relación romántica, de recibir un regalo, de ganar un juego, y de ser insultadas. "Cuando un sentimiento estaba ahí, sintieron que nunca se iría; cuando se había ido, sintieron que nunca había estado; cuando regreso, sintieron que nunca se había ido" (George Macdonald).

Por ejemplo: sólo uno de 7 fumadores ocasionales ( que consumen menos de un cigarrillo al día) predice que consumirá tabaco dentro de 5 años. Pero subestima el poder de sus deseos sobre la droga, ya que casi la mitad seguirá fumando (Lynch y Bonnie, 1994).

La sabiduría y las ilusiones del autoanálisis

En nueve experimentos, Wilson y sus colegas encontraron que las actitudes expresadas hacia las cosas o hacia las personas solían predecir bastante bien el comportamiento posterior. Primero pedían a los participantes que analizarán sus sentimientos, los reportes de sus actitudes se volvían inútiles. Por ejemplo, la gente que se sentía feliz con su relación de pareja predijo que continuaría en ella varios meses después. Pero otros antes de calificar su felicidad, hicieron una lista de todas las razones que se les ocurrieron sobre porque su relación era buena o mala. Después de esto sus reportes fueron inútiles para predecir el futuro de la relación.

CONCLUSIÓN

Básicamente, estos experimentos demuestran y explican la forma de pensar y opinar sobre nuestra propia persona; es decir, los esquemas de referencia que tenemos y nos formamos sobre nosotros mismos. Así como la manera en que estos influyen en nuestras actitudes y comportamientos ante los demás.

Si bien, es importante recalcar que es mas común que las personas recordemos información que se relacione a nuestra propia persona, y que nuestra autoestima siempre se verá influenciada por la forma en que evaluemos lo que somos capaces de hacer. No obstante, la manera de actuar y pensar de las personas también se ve influenciada por la cultura a la que pertenecen.

Es decir, una persona de una cultura individualista tendrá otras aspiraciones y opiniones que otra de una cultura colectivista.

Finalmente, es muy difícil que alguien se conozca a si mismo de manera eficaz y completa. Es decir, no somos capaces de explicar todas nuestras formas de actuar y reaccionar ante situaciones específicas.