El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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El Transporte Sagrado Sociabilidad, Control Social y Modernidad en el Metro de Caracas Pablo Quintero Centro Alternativo de Estudios Sociales Interculturales – Editorial Parábola Buenos Aires 2007

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Pablo Quintero El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en el Metro de Caracas. Parábola, Buenos Aires, 2007

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El Transporte Sagrado Sociabilidad, Control Social y Modernidad en el Metro de Caracas

Pablo Quintero

Centro Alternativo de Estudios Sociales Interculturales – Editorial Parábola

Buenos Aires

2007

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INTRODUCCIÓN

“Arrastrado por la fiebre de los imanes, los cálculos astronómicos,

los sueños de transmutación y ansias de conocer

las maravillas del mundo. No faltó quien lo considerara

víctima de algún extraño sortilegio.

Pero hasta los más convencidos de su locura

abandonaron trabajo y familias para seguirlo,

cuando se echó al hombro sus herramientas de desmontar,

y pidió el concurso de todos para abrir una trocha

que pusiera a Macondo en contacto con los grandes inventos”.

Gabriel García Márquez

En estos turbulentos días de principios de siglo XXI se habla constantemente del

paradigma emergente o de la nueva era que engloba al planeta. Varias han sido

las maneras por medio de las cuales las ciencias sociales han tratado de

caracterizar el presente momento histórico, la sociedad de la información, la

sobremodernidad; o teorías más osadas que sustentan ya el fin del estado

actual del mundo, entre éstas, la postmodernidad es sin duda la más significativa

de estas posiciones que declara el fin de los metarelatos, la muerte del sujeto

cartesiano, el deceso de la tradición fonologocéntrica, entre otros pensamientos.

Inclusive en los últimos lustros se ha presenciado el surgimiento de ideas

apegadas al pensamiento neoliberal que declaran la muerte de la historia y el

final de la geografía. Sin embargo, también es patente, en estos tiempos, la

defensa de la modernidad como proyecto vigente e inacabado.

Aunque las diferencias existentes entre estas propuestas son en apariencia

irreconciliables, todas ellas poseen una serie de coincidencias sobre las inéditas

características del mundo sociocultural contemporáneo. Así, parte de los

paradigmas cognitivos actuales han dirigido su mirada al estudio de la sociedad

actual, con la finalidad de comprender y analizar sus aceleradas

transformaciones.

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Al contrario de las tendencias actuales más populares, que van en pos del

detrimento de la modernidad, afirmando su disolución, creemos que los

metarelatos modernos son todavía ideas/fuerzas vigentes y eficaces, que

conservan casi intacta su efectividad simbólica. Sin embargo, nos oponemos

también a la popular idea de una modernidad autogenerada por Europa que se

cierne sobre el mundo como un proyecto aún por realizar y como la encarnación

de la mejor forma de existencia que el ser humano puede desear.

Los aportes de la crítica postmoderna, aunque importantes, no han podido

superar la eficacia de la modernidad, y más aun, no han podido plantear un

modelo cultural, político e histórico distinto al paradigma moderno1, por lo menos

en lo que tiene que ver con las pretensiones universalistas y eurocéntricas2 a las

que responde la modernidad. La incapacidad que ha demostrado la

postmodernidad para superar el paradigma moderno está también signada por la

imposibilidad de la primera de plantear un modelo de organización geopolítica

distinto al de la modernidad. De esta manera, la organización del mundo social

desde la epistemología moderna-postmoderna consiste en la separación

geográfica del mismo, de acuerdo a su nivel de desarrollo. Así, existe un primer

mundo tecnológicamente avanzado, libre para el ejercicio del pensamiento

utilitario y sin restricciones ideológicas; un segundo mundo también

tecnológicamente avanzado pero provisto de un cúmulo ideológico que impide el

pensamiento utilitario; y finalmente un tercer mundo tecnológicamente

subdesarrollado, y con una mentalidad (tradicional) que obstruye la posibilidad

del pensamiento utilitario3.

1 Fredric Jameson: Teoría de la Postmodernidad. Editorial Trotta, Madrid, 2001. 2 Para una discusión de estos temas ver el completo artículo de Edgardo Lander: “Modernidad, Colonialidad y Postmodernidad”, Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales. Vol. 3, N° 4 (octubre-diciembre) Caracas, 1997. 3 Walter Mignolo: “Herencias Coloniales y Teorías Postcoloniales”. En Beatriz González Stephan [comp.]: Cultura y Tercer Mundo. 1 cambios en el saber académico. Editorial Nueva Sociedad, Caracas, 1996. Pág., 116.

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Bajo esta perspectiva las investigaciones y las diversas prácticas de producción

de conocimientos académicos de las ciencias sociales deben estar orientadas a

la búsqueda de la superación de las estructuras4 (tradicionales o no) que hacen

al segundo y tercer mundo atrasados; en palabras de Emeterio Gómez:

Cuando se trata de producir bienes y servicios, el realismo mágico no puede

competir con la lógica aristotélica y mucho menos contra las lógicas mucho más

desarrolladas a las que el mundo anglosajón ha logrado acceder (…) nuestra

manera de ser es hermosa, pero lamentablemente no se puede exportar, por mucho

que devaluemos la moneda; ni con ella se puede pagar la deuda, ni puede ser el

punto de partida o el aliciente que nos permita producir o exportar otras cosas5.

La superación del modelo desarrollista en las ciencias sociales debe ser

emprendida desde una mirada teórica que pueda comprender los cambios y

transformaciones que desde el proyecto de modernidad han experimentado las

sociedades mundiales, desde la socavación de las formas de vida y orden social

tradicionales hasta el establecimiento de interconexiones sociales mundiales6.

Esta pretensión de superar el paradigma cognitivo moderno “exige un esfuerzo

de deconstrucción del carácter universal y natural de la sociedad capitalista-

liberal”7. Son dos las vertientes que suelen tomar estos multifacéticos esfuerzos,

por una parte los estudios históricos que dan cuenta de la conformación del

sistema mundo moderno y sus estructuras, y por otra los trabajos de la

4 Para una discusión de la historia del surgimiento de las ciencias sociales, sus funciones y cometidos originales dentro del proyecto europeo de modernidad, ver Immanuel Wallerstein [coord.]: Abrir las Ciencias Sociales. Informe de la comisión Gulbenkian para la reestructuración de las ciencias sociales. Siglo XXI Editores, México D.F., 2001. Para apreciar de qué forma las ciencias sociales impulsan su interés cognitivo a partir de creencias y metarelatos externos a ellas, ver Alvin Gouldner: La Crisis de la Sociología Occidental. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2000. 5 Emeterio Gómez: El Imperio del Realismo Mágico. Editorial Futuro, San Cristóbal, 1990. Pág., 54. 6 Anthony Giddens: Consecuencias de la Modernidad. Alianza Editorial, Madrid, 2002. Pág., 18. 7 Edgardo Lander: “Ciencias Sociales: saberes coloniales y eurocéntricos”. En Edgardo Lander [comp.]: La Colonialidad del Saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Ediciones del CLACSO, Buenos Aires, 2000. Pág., 12.

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contemporaneidad que intentan descifrar las características del estado actual del

mundo cultural y social.

Dentro de la última se enmarca esta investigación, que tratará de desentrañar

uno de los íconos más acabados del mundo contemporáneo, los sistemas de

transporte masivo: instalaciones necesarias para la circulación veloz de

personas y mercancías. Dichos medios se encuentran instalados en las

ciudades industrializadas del “primer mundo”, desde principios del siglo XX. El

ideario del desarrollo y la modernidad en América Latina conllevó, entre otros

muchos planes, a la instalación en nuestras latitudes de estos sistemas

predeterminados de transporte.

La ciudad de Caracas como concentración central de los ejercicios económicos

del Estado venezolano, a partir del auge petrolero de la época de posguerra,

sufrió unos índices de crecimiento demográficos jamás registrados, y ya para la

segunda mitad de la década de 1950 los problemas de tránsito en la capital eran

una de las preocupaciones principales del gobierno nacional. La solución que

adoptó el poder central fue la de instalar un medio de transporte que resolviera

los problemas de viabilidad existentes en Caracas, tal medio de transporte fue

diseñado entre los años de 1960 y 1961, a partir de los sistemas que ya existían

en las ciudades europeas y estadounidenses. El resultado fue un sistema de

comunicación subterráneo: El Metro de Caracas, que presta servicio comercial

desde el año 1983.

A simple vista el metro de Caracas, se nos presenta como un organismo sencillo

y coherente, que basa su razón de ser, en el fin de trasladar los usuarios del

sistema a lo largo de las líneas que lo conforman. Sin embargo, su existencia se

apoya en un extenso y complejo código normativo, que restringe y encauza la

conducta de los usuarios. Por ende, dentro del universo cognitivo que pueda

generar el sistema del metro de Caracas, como objeto antropológico, nos

interesa en particular analizar el espectro de la sociabilidad a través de los

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artificios de control social que utiliza dicho sistema, y que lo hace tan eficaz en

cuanto al mantenimiento del orden social. Como bien lo percibió un usuario

primerizo del Metro de Caracas que venía del estado Trujillo y del cual tomamos

el título de esta investigación “en esta vaina…todo prohibido y la gente como

boba, como si fuera un lugar sagrado”.

Así, el propósito de esta investigación es determinar cómo los mecanismos de

control social establecidos por la compañía anónima Metro de Caracas actúan

sobre la sociabilidad de los usuarios del sistema. Al hablar de control social, nos

referimos al conjunto de procedimientos o medios por los cuales un grupo, una

institución, un organismo, un estado, un sistema mundial, etcétera consigue la

adecuación de la conducta de los individuos que conforman una sociedad,

fijando pautas de comportamiento a través de prácticas diversas como la

educación, el castigo, la segregación, entre otras. A su vez, con el término

sociabilidad, queremos abarcar la capacidad que posee el individuo humano de

relacionarse con sus semejantes, posibilidad que constituye el eje fundamental

de la vida en sociedad. A partir de aquí, pretendemos también: a) explorar de

qué manera se efectúa la sociabilidad de los usuarios en el Metro de Caracas b)

identificar y reconocer bajo qué formas se articulan los mecanismos de control

social en el Metro de Caracas, c) determinar cómo se transmiten dichos

dispositivos a los usuarios del sistema, d) explorar los resultados que tienen en

el comportamiento de los usuarios los mecanismos de control social, y e)

considerar las implicaciones de la instauración del sistema Metro en la sociedad

venezolana.

Se manifiesta la utilidad y pertinencia de la investigación por el interés e

importancia antropológica que genera el estudio de la contemporaneidad, en

nuestro caso por el análisis del metro de Caracas como objeto antropológico,

pero también como espacio de producción y reproducción de sociabilidad, como

institución que mantiene y preserva un orden social distinto e incluso opuesto al

existente en el resto de la ciudad de Caracas. Asimismo, nos brinda la

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posibilidad de analizar los proyectos de desarrollo y modernización de la

infraestructura estatal que han sido promovidos por el imaginario del progreso en

América Latina, y que han actuado “cambiando formas de vida”8, encauzando y

normando la conducta de los usuarios a través de pautas y estrategias de

control social, que incluyen el diseño/construcción de un cuerpo ciudadano. Los

artefactos generados por la tecnología moderna no son artilugios puramente

utilitarios o funcionales, revelan formas de pensar y de actuar, son símbolos

culturales transmisores de significados.

La investigación que presentamos tiene un carácter cualitativo, pues trata de

aproximarse a aspectos poco visibles de los fenómenos sociales que

abordamos, a partir de la recolección de datos elaborados y extraídos por medio

del método etnográfico y aplicadas en el Metro de Caracas; el nuestro no es un

estudio que sopese variables cuantificables, sino por el contrario, se sumerge en

el arqueo de fenómenos sociales complejos: la sociabilidad y el control social,

que son descritos de manera narrativa a través del registro sistemático de las

acciones sociales. Nuestra investigación es a la vez de un nivel exploratorio,

puesto que representa un acercamiento antropológico a un espacio social que

ha sido poco trabajado, si bien en los últimos años se han producido aportes

importantes en el campo de los estudios de la modernidad, estos temas no han

sido suficientemente investigados, quizás por la atadura que tiene hoy en día a

las ciencias sociales ancladas al modelo desarrollista. Así mismo las nociones

de sociabilidad y control social, aunque sondeadas, han sido paulatinamente

olvidadas por nuestras disciplinas antes de que estas ideas alcanzaran su

completa madurez. Por ello nuestra investigación pretende ser un aporte

exploratorio al estudio de la sociabilidad y del control social, así como también al

examen de la modernidad en el caso particular del Metro de Caracas.

8 Como lo hace notar con orgullo un cartel publicitario en los andenes de todas las estaciones del metro de Caracas, que conmemora los veinte años de servicio comercial del sistema.

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Este trabajo, está conformado por tres partes principales, la primera “Cultura,

Sociedad y Modernidad. Hacia una Propuesta Teórica”, es una indagación

teórica que fundamenta las bases conceptuales del trabajo explorando las

categorías y conceptos que utilizaremos a lo largo de la investigación. El primer

capítulo, “Naturaleza, Cultura y Sociabilidad” (I.1), de este apartado versa sobre

la noción de sociabilidad que ha sido un tanto olvidada por las ciencias sociales

en los últimos lustros, empezamos por recorrer algunas corrientes clásicas de la

antropología que discurren acerca de la separación entre la naturaleza y la

cultura para luego remontarnos a los aportes más importantes en las ideas del

contrato social y finalmente proponer un concepto propio de sociabilidad que de

cuenta de su conformación, presencia e importancia dentro de las sociedades

humanas. El segundo capítulo, “Las Fronteras de la Sociabilidad: Límite, Orden

y Control Social” (I.2), examina las limitaciones de la sociabilidad y cómo ésta es

regulada dentro de las sociedades humanas; a partir de la definición que se

brinda de control social, se identifican los elementos que realizan esta regulación

y de qué forma se articulan y actúan. El capítulo siguiente, “Construyendo la

Sociedad: La Percepción de los Componentes Sociales” (I.3), explora por una

parte las formas en que puede presentarse la sociabilidad, distinguiendo a partir

del tipo de interacción social que se realiza, diferentes niveles de sociabilidad, al

mismo tiempo que explica, por otra parte, la forma en que se exhiben los

mecanismos de control social diferenciándolos por la manera en que estos se

articulan, y en último lugar, analizando cómo pueden percibirse estos

componentes sociales. El último capítulo de esta primera parte, “El Metro de

Caracas como Proyecto de Modernidad: El Mito del desarrollo y la Esperanza

del Progreso” (I.4), se detiene en la historia del Metro de Caracas, desde su

origen hasta la actualidad, tratando de dar con los motivos de su construcción y

mantenimiento, considerando su conformación como cuerpo institucional dentro

del ideario del desarrollo y el progreso en América Latina, y a su vez, indagando

en las características de su arraigo en el imaginario de la sociedad venezolana.

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La segunda parte del trabajo, “El Metro de Caracas como Objeto Antropológico.”,

es el recorrido metodológico de la investigación, y por ende, donde se exponen

los métodos y procedimientos que seguimos para alcanzar los objetivos

planteados en la construcción de esta exploración cualitativa. Su primer capítulo

“La Cuestión del Método y la Antropología de la Modernidad” (II.1), ahonda

sobre los objetos de estudio clásicos de la antropología y cómo en los últimos

lustros se han redimensionado estos objetos, al igual que los locus enunciativos

de la disciplina; asimismo realiza un balance crítico sobre la práctica etnográfica

que transita entre los caminos de la etnográfica cientificista y la literatura

etnográfica; de esta forma se presenta la etnografía como el método

investigativo más adecuado para nuestra disertación, a partir de este punto se

expone la observación participante como técnica de campo, tomando en cuenta

las nuevas tendencias que renuevan esta noción, a la vez, se desarrollan otras

herramientas de registro y recolección de datos. El segundo y último apartado de

esta sección “Hacia una Descripción Densa del Metro de Caracas” (II.2), realiza

un relato etnográfico de corte narrativo que sitúa el entramado espacial y social

del Metro de Caracas, a través del recorrido común que realizan los transeúntes

por el sistema, incorporando imágenes particulares del Metro captadas por el

registro fotográfico.

La tercera y última parte de nuestra exploración, “La Vida Humana en el Metro

de Caracas: Acción Simbólica, Utilidad Espacial y Órdenes Sociales.”, se

conforma de un capítulo “Sociabilidad, Control Social y Modernidad en el Metro

de Caracas” (III.1) que expone y analiza los resultados de nuestra investigación

a través de la convergencia en él de las ideas teóricas y metodológicas que

desarrollamos en las dos secciones anteriores, lo que encontramos en este

capítulo es la contrastación de nuestras nociones conceptuales generales con el

trabajo etnográfico particular que realizamos en el Metro de Caracas. Para una

mejor comprensión hemos dividido este capítulo en tres apartados que discurren

por los objetivos específicos de la investigación que nos hemos planteado. El

primer apartado “Niveles y Frecuencias de Sociabilidad en el Metro de Caracas.

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La determinación social de los Espacios” (III.1.1) muestra qué niveles de

sociabilidad se recrean en el Metro de Caracas. A partir de una diferenciación

temporal y espacial de los distintos lugares del sistema se expone en forma de

frecuencias cuáles son las sociabilidades preponderantes que efectúan los

usuarios del Metro al tiempo que describe cómo se presentan estas

sociabilidades. El segundo apartado “Encauzamiento y Control de la Sociabilidad

los Usuarios del Metro de Caracas: Un Discurso Institucional Autodefinido”

(III.1.2) examina cuáles son los mecanismos de control social que encauzan la

sociabilidad de los usuarios del Metro de Caracas, cómo se transmiten dichos

mecanismos, de qué forma se articulan a través de la autoproducción del

sistema Metro a partir de su discurso institucional, y finalmente de qué manera

estos mecanismos restringen la sociabilidad de los usuarios mostrando patrones

particulares que recogimos en el trabajo etnográfico. El tercer y último apartado

“Resultados Socioculturales del Metro de Caracas: Entre la Ciudadanía y la

Alienación” (III.1.3) es una aproximación interpretativa a la luz de la modernidad,

de las implicaciones que ha tenido para la sociedad venezolana la instauración

del Metro de Caracas, esta aproximación muestra y revisa, por una parte, las

explicaciones que evalúan como positiva la instauración del sistema justificando

la creación de ciudadanía, y por la otra, las inclinaciones que valoran como

negativa su construcción alegando la anulación de la condición humana.

Por último, en las “Conclusiones” (IV), se sintetiza la investigación en su

totalidad haciendo un repaso sistemático del desarrollo de nuestro trabajo y

deambulando por los resultados que ésta arrojo, dilucidando el ejercicio

investigativo de los objetivos que nos planteamos, y examinando con insistencia

la importancia de los estudios antropológicos de la modernidad.

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I. CULTURA, SOCIEDAD Y MODERNIDAD. HACIA UNA PROPUESTA TEORICA

La idea central de este apartado es desarrollar un marco conceptual que siente

las bases teóricas de nuestra investigación. Pese a lo que pudiera, a primera

vista, inferirse de su nombre, esta sección tiene límites claros y pretensiones

precisas, los temas que le sirven de plataforma son amplios y complejos, las

discusiones sobre las nociones de cultura, sociedad y modernidad se han

desplegado desde hace más de un siglo produciendo diversos debates que lejos

de despejar las dudas del panorama de las ciencias sociales lo han enrevesado.

No obstante, tratar de plantear una investigación sin abordar estos temas sería

negar la riqueza misma de sus contenidos, así como la función primigenia de las

ciencias sociales.

Lo que emprendemos aquí, es el despliegue de algunas nociones sociológicas y

antropológicas (principalmente) que conforman el interés central de nuestra

investigación: la sociabilidad y el control social; términos acuñados por estas

disciplinas que han sido olvidados y desdeñados en los últimos lustros. Afrontar

estos conceptos requiere un esfuerzo analítico que implica, por una parte, la

revisión de las ideas clásicas sobre el contrato social y, por la otra, el examen de

los aportes contemporáneos más significativos. El desarrollo de estos términos

ofrece una reproducción de la vida social y material humana, que se halla en el

espectro del orden social, tanto en el nivel microsociológico a lo interno de una

sociedad, como a la altura macrosociológica de las relaciones interculturales del

sistema mundo.

A su vez, discurrir entre la sociabilidad y el control social hace necesaria la

construcción de un modelo perceptivo que permita captar estas nociones

abstractas en el devenir de la vida cotidiana de las sociedades humanas,

enmarcándolas en los espacios socialmente construidos en los cuales se

desarrollan esas nociones, en nuestro caso: El Metro de Caracas como una idea

de la modernidad.

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I.1. Naturaleza, Cultura y Sociabilidad

“El propósito que lo guiaba no era imposible, aunque sobrenatural.

Quería soñar un hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e

imponerlo a la realidad… En el sueño del hombre que soñaba, el soñado

se despertó… Con alivio, con humillación, con terror, comprendió

que el también era una apariencia, que otro estaba soñándolo”.

Jorge Luís Borges

En Las estructuras elementales del parentesco Claude Lévi-Strauss, sostiene

que la oposición entre naturaleza y cultura tiene un gran valor lógico que justifica

plenamente su utilización como instrumento metodológico por parte de la

sociología moderna9. Pero, más adelante, reconoce que ningún análisis real,

permite captar el punto en que se produce el pasaje de los hechos de la

naturaleza a los hechos de la cultura10. No obstante, enuncia una aproximación:

todas las estructuras universales en el hombre corresponden al orden de la

naturaleza, mientras que todas las estructuras que estén sujetas a normas

pertenecen al orden de la cultura11, destacando empero, la prohibición del

incesto como el hecho social por excelencia que constituye la unión entre dos

órdenes opuestos.

La prohibición del incesto presenta, sin el menor equívoco y reunidos de modo

indisoluble los dos caracteres en los que reconocimos los atributos contradictorios

de dos órdenes excluyentes: constituye la regla, pero la única regla social que

posee, a la vez, un carácter de universalidad12.

Por su parte, el antropólogo norteamericano Marvin Harris, se ocupa de este

problema teórico-metodológico dando prioridad a la infraestructura como

9 Claude Lévi-Strauss: Las Estructuras Elementales el Parentesco. Editorial Paidós, Barcelona, 1998. Pág., 35. 10 Claude Lévi-Strauss, Las Estructuras Elementales del Parentesco…op. cit., Pág., 41. 11 Ibidem., Pág., 41. 12 Ibidem., Pág., 42.

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principal punto de conexión entre la naturaleza y la cultura, oponiéndose,

enérgicamente, a la concepción estructuralista que acabamos de observar13.

Para el materialismo cultural de Harris, basado en las teorías clásicas del

marxismo, las sociedades humanas deben hacer frente, en primer lugar a los

problemas de producción, es decir, satisfacer los requisitos mínimos de su

subsistencia. De esta forma, deben también atender los problemas de la

reproducción, evitando aumentos o decrementos que puedan destruir los

efectivos demográficos14.

La infraestructura, representa la principal zona interfacial entre naturaleza y cultura,

la región fronteriza en la que se produce la interacción de las restricciones

ecológicas, químicas y físicas a las que está sujeta la acción humana con las

principales prácticas socioculturales destinadas a intentar superar o modificar dichas

restricciones.15

Otro autor, esta vez el filósofo polaco Leszek Kolakowski, trata de resolver el

problema de la oposición entre naturaleza y cultura, formulando una tesis un

tanto audaz. Para él, la unión de la naturaleza y la cultura se da a través de un

puente que ha sido oscurecido gracias a las “…mentes inocentes de seres

cínicos”: la desnudez16. Analizando el efecto que causa en las sociedades la

desnudez, Kolakowski la define como el origen de la cultura en oposición a la

naturaleza, basándose en el doble carácter del strip-tease:

El conocimiento de que la desnudez cubre de ignominia no surge de la naturaleza

sino que se debe aprender; la apropiación de este conocimiento es el primer acto de

13 “Otorgar prioridad estratégica a la superestructura mental, como preconizan los idealistas culturales, es apostar mal. A la naturaleza le da lo mismo que dios sea un padre amantísimo o un sanguinario caníbal.” Marvin Harris: El Materialismo Cultural. Alianza Editorial, Madrid, 1994. Pág., 73. 14 Marvin Harris, El Materialismo Cultural…op. cit., Pág., 67. 15 Ibidem., Pág., 73. 16 Leszek Kolakowski: Tratado sobre la Mortalidad de la Razón. Monte Ávila Editores, Caracas, 1993. Pág., 31.

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desnaturalización del hombre. La identificación de la desnudez como distinta al

estar vestido es el fundamento de la cultura (en contraposición a naturaleza)17.

Llegado a este punto, se hace pertinente preguntarnos cuál es la razón de que

tantos autores (filósofos, sociólogos, psicólogos, antropólogos) ocupen su

tiempo en plantearse qué es lo que enlaza a la pareja dicotómica naturaleza y

cultura. La respuesta reside en el paradigma18cognitivo de la modernidad, que

descansa sobre la base de la tradición renacentista principalmente, René

Descartes, Nicolás Copernico, Erasmo de Rótterdam, y sobre el proyecto de la

ilustración (Emmanuel Kant, G.W. Leibniz, G.W.F Hegel, entre otros)19.

Cuando René Descartes expone en su Discurso del Método, la capacidad

natural del hombre (res cogitans) de conocer objetivamente la totalidad del

mundo físico (res extensa)20, está edificando, la estructura del pensamiento

moderno. Esto nos permite dar con dos de las principales características de este

paradigma, por un parte, la sublimación de la humanidad como esfera distinta de

y opuesta a otras esferas (como la esfera natural, por ejemplo), y por la otra, la

posibilidad y necesidad de los hombres de hacer objeto de su reflexión a todo su

entorno con la finalidad última de dominarlo. No es de extrañar que en este

periodo histórico caracterizado por el encuentro de América y la globalización de

17 Leszek Kolakowski, Tratado sobre la Mortalidad de la Razón… op. cit., Pág., 34. 18 Utilizamos el término paradigma principalmente como lo enuncia Thomas Kuhn: La Estructura de las Revoluciones Científicas. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1992. Un estilo de percibir, conocer y pensar, que es producido predominantemente por las comunidades académicas (sean estas científicas, eclesiásticas, etc.), que recoge creencias anidadas en el pensamiento que no es académico, y que se traduce en lenguaje principalmente escrito, consagrado oficialmente en manuales y que se establece institucionalmente en organizaciones que se forman a su alrededor. 19 Para un análisis más detallado sobre la importancia de la tradición renacentista y del proyecto de la ilustración en la conformación del cuerpo de la modernidad, ver Enrique Dussel: “Europa, Modernidad y Eurocentrismo”. En Edgardo Lander [comp.]: La Colonialidad del Saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Ediciones del CLACSO, Buenos Aires, 2000. 20 René Descartes: Discurso del Método. Editorial Alfaguara, Barcelona, 1981 [1637].

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las rutas comerciales21, surjan las primeras tesis filosóficas que oponen la idea

de naturaleza a la idea de cultura o sociedad.

Asimismo, ya en el proyecto de la ilustración, bastión del pensamiento europeo-

moderno, la oposición entre naturaleza y cultura es una idea inobjetable que se

trasmite en las universidades europeas donde comienza a gestarse los estudios

en ciencias sociales22. Cabe destacar en este punto, que contrario a lo que se

pueda creer, la modernidad no es el resultado inexorable de la evolución de las

sociedades, sino más bien, un estilo de percibir, conocer y pensar el mundo, es

decir, un paradigma particular23, que desde su perspectiva concibe a la

naturaleza como un bien inagotable del cual apropiarse24.

Para sintetizar nuestros argumentos, podemos tomar la oposición entre

naturaleza y cultura que hace el paradigma cognitivo moderno y compararlo con

otro paradigma cognitivo, por ejemplo, con la tradición andina, donde no existe

en lo absoluto una dicotomía entre naturaleza y cultura, y donde la percepción

propia de la antropología que sostiene que las sociedades deben lidiar a través

de la cultura con el mundo natural tampoco existe25. Esta sociedad agrocéntrica

piensa su entorno (mundo físico) como parte de sí misma, y a los hombres como

producto natural26.

21 Para una exposición más acuciosa de esta idea, ver, Immanuel Walerstein: El Moderno Sistema Mundial I: La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI. Siglo XXI Editores, México D.F., 1999. 22 Immanuel Wallerstein [coor.]: Abrir las Ciencias Sociales. Informe de la comisión Gulbenkian para la reestructuración de las ciencias sociales. Siglo XXI Editores, México D.F., 2001. 23 El problema con este paradigma particular reside en la pretensión de imponerlo a todas las sociedades del mundo. Imposición que se ha producido casi siempre con la intervención de la violencia (discursiva, física, epistémica, etc.). 24 Fernando Coronil: El Estado Mágico: Naturaleza, Dinero y Modernidad en Venezuela. CDCH-UCV / Editorial Nueva Sociedad, Caracas, 2002. 25 Arturo Escobar: “El Lugar de la Naturaleza y la Naturaleza del Lugar: ¿globalización o postdesarrollo?”. En Edgardo Lander [comp.]: La Colonialidad del Saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Ediciones del CLACSO, Buenos Aires, 2000. 26 Eduardo Grillo [ed.]: Cultura Andina Agrocéntrica. Ediciones del PRATEC, Lima, 1991.

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Por lo tanto, el problema antropológico que genera esta separación bipolar, debe

ser entendido como un problema teórico-metodológico de una tradición de

pensamiento específico, y no como una cuestión trascendental que todas las

sociedades han tratado de resolver.

Para establecer una discusión sobre naturaleza y cultura un tanto más

abarcante, es necesario enfocar nuestra atención en otro concepto que ha sido

olvidado por las ciencias sociales en los últimos lustros y que abarca el incesto

de Lévi-Strauss, la infraestructura de Harris y la desnudez de Kolakowski, nos

referimos a la idea de sociabilidad27. Este concepto aunque ha sido tratado por

una buena cantidad de académicos, han sido muy pocos los que se han

encargado de definirlo; de esta manera, se ha perdido un tanto el sentido crítico

del término, así como todas sus posibilidades de argumentación, al estar

sometido al olvido de la indefinición.

La sociabilidad ha sido tratada con cierto rigor por la tradición filosófica griega,

especialmente por Aristóteles, que la entiende como una necesidad natural de

las sociedades, y de los individuos que las conforman “…que no pueden nada

sin los otros”28, y que por ende, se organizan en varias agrupaciones, que

forman una línea unidireccional de complejidad, en la cual, en primer lugar está

la familia, después el pueblo y finalmente el Estado. Así, el Estado se basa en la

unión de varios pueblos y los pueblos en la unión de varias familias29.

Así el Estado procede siempre de la naturaleza, lo mismo que las primeras

asociaciones, cuyo fin último es aquel; porque la naturaleza de una cosa es

precisamente su fin, y lo que es cada uno de los seres cuando ha alcanzado su

completo desenvolvimiento se dice que es su naturaleza propia (…) De donde se

27 Este término también ha sido utilizado bajo la forma de socialidad y algunas veces de socialización, sin embargo este último es un concepto que desde hace tiempo ha pertenecido al argot de los psicólogos. 28 Aristóteles: Política. Ediciones Universales, Bogotá, 1990. Pág., 24. 29 Aristóteles, Política… op. cit., Pág., 25.

Page 18: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

25

concluye evidentemente que el Estado es un hecho natural, que el hombre es un

ser naturalmente sociable, y que el que vive fuera de la sociedad por organización y

no por efecto del azar es, ciertamente, o un ser degradado, o un ser superior a la

especie humana.30

La enunciación aristotélica de la sociabilidad como un rasgo de la naturaleza

humana, será una idea que influenciará profundamente el pensamiento filosófico

escolástico y en el posterior pensamiento filosófico moderno31. La filosofía social

de los siglos XVI, XVII y XVIII, responderá a esta premisa de formas diferentes

pero manteniendo su sentido primigenio: el origen natural de las formas de

organización social, que hasta ahora hemos denominado sociabilidad.

En este punto es prioritario efectuar una revisión de las ideas filosóficas más

importantes que contribuyeron a definir la poco clara concepción de sociabilidad

que hoy en día poseemos, para tratar de desglosar al final de este capítulo una

noción de sociabilidad que sirva a nuestro propósito. Repasaremos, pues, las

ideas de algunos filósofos sociales desde el renacimiento pasando por la época

de consolidación de la modernidad, hasta llegar a la época contemporánea con

las contribuciones que se han hecho en este debate en los últimos años32.

Nos ocuparemos, en primera instancia de Nicolás Maquiavelo, en lo que

concierne a su antropología filosófica. Para Maquiavelo, la organización social

de los individuos es el resultado de su propia naturaleza, gobernados por sus

30 Ibidem., Pág., 26. 31 Para una revisión de la influencia de Aristóteles y los filósofos estoicos en general, en el pensamiento moderno, ver Anthony Pagden: La Caída del Hombre. El indio americano y los orígenes de la etnología comparativa. Alianza Editorial, Madrid, 1988. 32 Creemos con Thomas Kuhn op. cit. y con Paul Feyerabend: Contra el Método (esquema de una teoría anarquista del conocimiento). Ediciones Orbis, Barcelona, 1984., que el pensamiento de un filósofo, académico, campesino, etc. representa en mayor o menor grado las creencias de su época y las formas de percepción del paradigma al cual pertenece, por lo tanto, vemos innecesaria la revisión de todos y cada uno de los filósofos sociales de los siglos antes expuestos.

Page 19: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

26

“humores los mueve el lucro y la avaricia”33, por lo que, el origen de su

sociabilidad reside únicamente en la subsistencia. Dilucidando si es mejor para

un príncipe ser amado o ser temido dice:

Porque de los hombres se puede decir generalmente esto: que son ingratos,

volubles, simuladores y disimuladores, rehuidores de los peligros, ávidos de lucros;

y mientras les haces el bien son todos tuyos, ofreciéndote la sangre, las

pertenencias, la vida, los hijos, como antes dije, cuando la necesidad es distante;

pero, cuando ésta se te acerca, ellos se rebelan (…) Y los hombres tienen menos

cuidado de ofender a una que se hace amar que a uno que se hace temer; porque

el amor es tenido por un vínculo de obligación, el cual, por ser los hombres por

naturaleza perversos, en cada ocasión de la propia utilidad es roto; pero el temor se

tiene por un pavor a la pena que no te abandona nunca.34

Queda claro aquí, cuál es para Maquiavelo el único mecanismo que contiene el

orden social y por ende las relaciones entre los hombres. Esta concepción,

antropológica está presente también en el ideólogo de la teoría del pacto social,

Thomas Hobbes; éste señala como inclinación general de la humanidad entera,

un perpetuo e incesante afán de poder35, y justifica una monarquía absoluta

como único mecanismo de gobierno que puede mantener el orden social, porque

representa los derechos transferidos de toda la sociedad (libre por naturaleza)

que se organizan en el Estado para evitar la condición de conflicto entre

ellos36.De esta manera el pacto o contrato social entre los hombres, regula la

sociabilidad entre los mismos, aligerando sus conflictivas relaciones en pos del

dominio de una autoridad superior.

33 Nicolás Maquiavelo: El Príncipe. El Nacional / Editorial CEC, Caracas, 1999 [1513]. Pág., 20. 34 Nicolás Maquiavelo, El Príncipe… op. cit., Pág., 79. 35 Thomas Hobbes: Leviatán: o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1998 [1651]. Pág., 79. 36 Thomas Hobbes, Leviatán… op. cit., 292.

Page 20: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

27

Otro que se encargará de tratar el problema de la sociabilidad a la sombra de la

noción de contrato social37es el filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau, para

quien, la necesidad de favorecer la voluntad común está por encima del benéfico

individual38.

Encontrar un forma de asociación capaz de defender y proteger con toda la fuerza

común la persona y bienes de cada uno de los asociados; pero de modo que cada

uno de estos, uniéndose a todos, sólo obedezca a sí mismo y quede tan libre como

antes. Este es el problema fundamental cuya solución se encuentra en el contrato

social.39

Vemos también en Rousseau la idea de la sociabilidad como un principio natural

en el hombre, pero hasta cierto límite. Para Rousseau el ser humano es

bondadoso por naturaleza, pero la sociedad ejerce sobre él su acción corruptora.

Los males y vicios que afligen al hombre proceden, por consiguiente, de la

permanente oposición entre la naturaleza y la sociedad que la niega40. Este

pensamiento se contrapone con la idea, primero de Maquiavelo y luego de

Hobbes de la naturaleza malvada del hombre, donde la creación del contrato

social alivia las tensiones políticas entre ellos. Para otro filósofo, esta vez el

inglés John Locke, la creación del contrato social está determinada por el interés

natural del hombre de crear una organización social coherente41.

37 Podemos entender, por ahora, por contrato social, un acuerdo o convenio entre los miembros de un grupo cualquiera con el fin de establecer garantías, derechos, obligaciones, privilegios, etc., en los que se fundamenta el orden político de los individuos que conforman dicho grupo, así como de normar su conducta y su sociabilidad. 38 Jean-Jacques Rousseau: El Contrato Social. Ediciones Universales, Bogotá, 1990 [1762]. Pág., 19. 39 Jean-Jacques Rousseau, El Contrato Social, op. cit. Pág., 18. 40 Ver, Jean-Jacques Rousseau: Emilio o de la Educación. Ediciones Universales, Bogotá, 1991 [1761]. 41 John Locke: Ensayo sobre el Entendimiento Humano. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1963 [1690].

Page 21: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

28

Hasta este momento, nos hemos ocupado de los aportes más importantes de la

filosofía europea clásica a nuestro debate sobre sociabilidad, y hemos visto

cómo todos coinciden en ubicar la sociabilidad dentro de las características

humanas que pertenecen al orden de la naturaleza. Continuaremos, con Karl

Marx, quien pertenece al igual que Rousseau, al proyecto filosófico de la

ilustración.

Para Marx, el eje fundamental de la existencia de las sociedades se basa en la

producción de la vida material de los hombres42, por ello todas las sociedades

humanas se organizan a partir de la necesidad de la producción, es decir,

encauzan su sociabilidad en pos del trabajo, que es la condición natural de la

existencia humana43: el trabajo, como fin primigenio de la organización social,

consiste en la lucha del hombre por apropiarse de la naturaleza44.

(…) el carácter social es el carácter general de todo movimiento: la sociedad misma,

así como produce al hombre como hombre, es producida por él. La actividad y el

goce, tanto por su contenido cuanto por su género de origen, son sociales; son

actividad social y goce social. La esencia humana de la naturaleza está allí sólo

para el hombre social; porque sólo en la sociedad es donde la naturaleza existe

para él como lazo con el hombre, como existencia de él mismo para el otro y del

otro para él (…) Por consiguiente, la sociedad es la consumación de la unidad

esencial del hombre con la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, el

naturalismo cumplido del hombre y el humanismo cumplido de la naturaleza.45

42 Karl Marx: Contribución a la Crítica de la Economía Política. Siglo XXI Editores, México D.F., 2000. Pág., 4. 43 Karl Marx, Contribución a la Crítica de la Economía Política… op. cit. Pág., 19. 44 Ibidem., Pág., 228. 45 Karl Marx: Manuscritos Económico-Filosóficos de 1844. Ediciones Génesis, Bogotá, 1990. Pág., 139.

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29

Está, pues, presente también en Marx la idea de la sociabilidad como algo

propio de la naturaleza del hombre y de su misma existencia46, los fines sociales

son la unión de todos los fines individuales. Existe, entonces, en él una

contraposición clara a las concepciones de Maquiavelo, Hobbes, Locke y

Rousseau. Para estos, como hemos visto, los fines sociales no son el punto de

convergencia de los fines individuales, sino más bien, sus contrarios. Además,

para llevar el individuo a buscarlos, la sociedad debe ejercer sobre él una

coacción, no importa si los hombres son buenos o malos por naturaleza, la obra

social consiste, por ende, en la organización e institucionalización de esta

coacción.

Esta posición crítica, con respecto a las teorías clásicas se ve reflejada en la

producción epistemológica de todo el siglo XIX. Emile Durkheim, ve al igual que

Marx una contradicción en estas ideas.

Ni Hobbes ni Rousseau parecen haberse dado cuenta lo contradictorio que es

admitir que el mismo individuo es el autor de la máquina que tiene como papel

principal su dominación y coacción. Al menos les ha parecido que, para hacer

desaparecer esta contradicción, bastaba con disimularla a los ojos de sus víctimas

mediante el hábil artificio del pacto social.47

Para Durkheim, llevar a cabo la empresa de la sociedad no necesita de ningún

artificio que coaccione a sus individuos; la coacción en si misma no procede de

una maquinaria destinada a ocultar a los hombres las trampas en que ellos

mismos se han atrapado48, se debe simplemente a que el hombre se somete a

46 “En modo alguno existen la actividad social y el goce social en la forma única de una actividad inmediatamente colectiva, aunque la actividad colectiva y el goce colectivo se encuentran doquiera; esta expresión inmediata de la sociabilidad se basa en la esencia de su contenido y corresponde a la naturaleza de éste.” Karl Marx, Manuscritos Económico-Filosóficos de 1844, op. cit. Pág., 139. 47 Emile Durkheim: La Reglas del Método Sociológico. Ediciones Morata, Madrid, 1993 [1896]. Pág., 130. 48 Emile Durkheim, La Reglas del Método Sociológico… op. cit. Pág., 36.

Page 23: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

30

una fuerza que es enteramente natural y que no se origina de ningún acuerdo o

convención entre ellos, sino que proviene de la naturaleza humana.

(…) todo se basa siempre en la naturaleza humana, sea original o adquirido.

También, esta acción que el cuerpo social ejerce sobre sus miembros no puede

tener nada de específica, puesto que los fines políticos no tienen existencia

independiente sino que son una simple expresión resumida de las necesidades

humanas.49

Llegados a este lugar de la revisión de algunos de los aportes a la discusión

sobre sociabilidad podemos generar algunas conclusiones. Primeramente, la

sociabilidad es una característica de los seres humanos, que se ubica en la

esfera natural, es decir, responde a la condición del hombre como ser biológico.

En segundo lugar, la sociabilidad es el medio que hace posible la vida en

sociedad, al mismo tiempo, que la sociedad hace posible la sociabilidad entre

sus individuos. Estas conclusiones nos brindan las bases para diferenciar a la

sociabilidad de la socialización. Esta última es entendida como un proceso

mediante el cual la persona (individuo) adquiere los hábitos sociales propios de

su cultura.

Teniendo presente, estas aseveraciones, es pertinente enunciar detenidamente

un concepto de sociabilidad que sirva al propósito de nuestra investigación. Así

pues, la sociabilidad es: 1) Una capacidad natural y un medio cultural 2) propios

de las sociedades humanas que 3) le otorgan al ser humano la posibilidad de

relacionarse con sus semejantes, 4) constituyendo un orden general de

existencia. Explicaremos esta definición más detenidamente, analizando cada

uno de sus numerales:

1) “Una capacidad natural y un medio cultural...”

49 Ibidem., Pág., 141.

Page 24: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

31

Definir la sociabilidad como una capacidad natural y un medio cultural, reside

primeramente en su doble articulación. Uno de los debates contemporáneos

mas álgidos dentro de la antropología y la psicología, consiste en tratar de definir

si el hombre es un ser social por naturaleza o por aprehensión, es decir, el

individuo humano posee una condición intrínseca que lo lleva a ser sociable o si

por el contrario la sociedad actúa sobre él obligándolo a vivir en sociedad.

El psicólogo Solomon Asch, a lo largo de su Psicología Social50, sostiene la

inexistencia de un impulso de sociabilidad en la conformación biológica de la

especie humana, y propone más bien, la existencia de un interés social de los

hombres por estar en consonancia con los otros. Además “…no poseemos

órganos de sociabilidad”51. Al igual que Asch, otro psicólogo, esta vez un poco

más riguroso, Otto Klineberg sostiene la innaturalidad de la sociabilidad, sin

embargo, expresando las nefastas consecuencias que puede tener para un

individuo que ha estado toda su vida en asociación con otros, una repentina

completa privación de su sociabilidad52.

Los extraños casos de los “niños salvajes” que fueron reportados en Europa

desde el siglo XVIII, sirven para ilustrar nuestra discusión53. Los “niños salvajes”,

son relatos histórico-míticos sobre infantes encontrados en algún bosque o en

una selva viviendo en estado natural, es decir, adaptados perfectamente al

medio ambiente en que residían. Sus edades oscilaban entre los tres y los doce

años de edad aproximadamente. Todos los niños encontrados en este estado

desde el siglo XVIII (que es donde empiezan a hallarse los reportes acerca de

estos casos) hasta el recién pasado siglo XX (1920 específicamente) fueron

50 Solomon Asch: Psicología Social. Editorial Eudeba, Buenos Aires, 1962. 51 Solomon Asch, Psicología Social…op. cit. Pág., 36. 52 Otto Klineberg: Psicología Social. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1954. Pág., 160. 53 Estos casos fueron compilados y presentados por R. M. Zingg: “Feral Man and Extreme Cases of Isolation”, American Journal of Sociology, No. 53, Chicago, 1940.

Page 25: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

32

sustraídos de sus hábitats y llevados casi siempre a algún orfanato donde se les

trató de educar como individuos sociales, aprender el lenguaje, modales

básicos, caminar erguidos54.

El resultado, generalmente es que los niños morían a los pocos meses, quizás

debido al alejamiento del medio natural en el que habían aprendido a convivir, a

su vez, que en su gran mayoría los niños nunca aprendieron ni el lenguaje, ni las

costumbres, ni el desplazamiento bípedo, este último en casi todos los casos,

debido a la deformidad de sus cuerpos al mantener una movilidad cuadrúpeda.

A salvo del caso más famoso “el niño salvaje de Aveyron” encontrado en Francia

en 1799, quien tenía aproximadamente unos doce años de edad y quien pudo

aprender algunos vocablos y vivir hasta los cuarenta años, todos los demás

niños nunca pudieron desarrollar las habilidades propias de los seres humanos,

entre ellas la sociabilidad.

Esto más allá de desilusionar a quienes creían fervientemente en la existencia

de Tarzan, les da en parte la razón a los psicólogos. Sin embargo, faltan por

exponer algunos argumentos. Si tomáramos cómo ejemplo las cortesanas del

emperador Chino Yung-Lo del siglo XV, veríamos como en búsqueda de la

belleza perfecta, desde una edad muy temprana sus pies eran atados a un

sistema de tablas paralelas que impedían su crecimiento. El resultado era que

en la edad adulta muchas no podían trasladar el peso de su cuerpo por sí

mismas, debido al estado atrofiado de sus pies diminutos, por lo que los

eunucos reales debían trasladarlas a los aposentos del emperador y

evidentemente nunca pudieron caminar por si solas.

Alguien que estudiara en ese entonces el movimiento del cuerpo humano

guiándose sólo por la muestra de las concubinas del emperador pudiera intuir la

incapacidad de las mujeres chinas para caminar y concluir que la acción de

54 Al parecer todos los niños encontrados carecían de la postura bípeda al caminar y se desplazaban en cuatro patas.

Page 26: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

33

caminar no es natural al hombre sino aprehendida. Una mente acuciosa como la

de Ausch, pudiera objetar que los pies como parte del cuerpo humano están

biológicamente determinados para realizar la función de caminar en cambio no

hay ninguna zona del cuerpo que esté fabricada de manera biológica para la

sociabilidad. Fallaría su objeción, pues, los estudios cerebrales realizados en las

últimas décadas demuestran lo contrario55.

Al igual que los niños salvajes, las consortes del emperador adolecen del mismo

mal: la brusca interrupción del desarrollo natural de la vida humana. Si los pies

de las concubinas del emperador no hubieran estado sujetos por un instrumento

que impedía su crecimiento o incluso por la concepción particular de belleza de

la sociedad china del siglo XV, seguramente no hubieran tenido inconvenientes

para desplazarse; asimismo los niños salvajes al ser apartados adrede o no, del

entorno social jamás desarrollaron su sociabilidad y por ende, por supuesto,

nunca dominaron las estructuras que la sociabilidad lleva consigo (lenguaje,

instituciones sociales, instrumentos de cultura material, cargas simbólicas, etc.).

La sociabilidad como capacidad natural, se sitúa en nivel del pensamiento

inconsciente, al relacionarnos con nuestros semejantes no tenemos conciencia

de las leyes societales que rigen nuestro comportamiento dentro del grupo

social, evidentemente podemos hacerlas a posteriori objeto de nuestro

pensamiento pero en nuestra vida cotidiana no las tenemos presentes. En este

sentido el lenguaje, como lo hace notar Lévi-Strauss56, nos sirve de ejemplo. De

la misma manera que aprendemos a relacionarnos con nuestros semejantes de

manera casi intuitiva y con las correcciones de nuestro grupo familiar o social,

sin que hagan falta manuales de conducta, de la misma forma, cuando

aprendemos la lengua materna no estamos concientes de las reglas morfo-

55 Leonard Stevens: Exploradores del Cerebro. Barral Editores, Barcelona, 1974. 56 Claude Lévi-Strauss: Antropología Estructural. Editorial Paidós, Barcelona, 1995. Pág., 98.

Page 27: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

34

sintácticas de nuestro dialecto, basta con la repetición y las observaciones de

nuestro entorno social.

Así como hemos definido la dimensión natural de la sociabilidad, se hace clara

su dimensión cultural. La interacción social activa la capacidad natural de la

sociabilidad, que a través del aprendizaje dicta las pautas a seguir por los

individuos, que como enuncia Ágnes Heller, al nacer se encuentran en un

mundo ya existente y constituido57. Conceptualizamos, entonces, a la

sociabilidad, como medio cultural, en el sentido de las formas en que puede

producirse, aprenderse y reproducirse en una sociedad particular. La

universalidad de la sociabilidad en cuanto a capacidad natural, se particulariza

en cuanto a medio cultural. Las formas de asociación y relación que mantienen

los Nuer no son las mismas que sustentan los norteamericanos, y éstas a su vez

se diferencian de las que fomentan los musulmanes. De esta manera, las

particularidades en las formas de sociabilidad están dadas por las propias

diferencias en la estructuración de las etnias, nacionalidades o grupos religiosos.

2)”…propios de las sociedades humanas que…”

Es importante tener en cuenta que la sociabilidad como capacidad natural, de

los individuos no es sólo una característica propia de las sociedades humanas.

Ciertamente, la biología y la etología58 caracterizan también a algunas

agrupaciones de especies animales como sociedades. Esta afirmación se basa

en los vínculos que establecen los individuos de una población animal con sus

semejantes, constituyendo un sistema complejo de relaciones organizadas59. La

57 Ágnes Heller: Sociología de la Vida Cotidiana. Ediciones Península, Barcelona, 1998. Págs., 21-22. 58 Ireänus Eibl-Eibesfeldt: Etología. Introducción al Estudio Comparativo del Comportamiento. Editorial Síntesis, Madrid, 1979. 59 Claude Leví-Strauss, Las Estructuras Elementales del Parentesco… op. cit., Pág., 39.

Page 28: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

35

etología ha llegado incluso, a clasificar las sociedades animales por su

complejidad, simples, y complejas, y por su forma de filiación en monógamas y

polígamas.

El ejemplo más conocido de sociedades en el medio natural lo constituyen las

comunidades de abejas, hormigas y termitas, que están formadas por un

conjunto complejo de castas y rangos, que atribuyen funciones particulares a

cada uno de sus individuos. En una sociedad de termitas, la función de sus

individuos está determinada por el rol que cumplen en la comunidad (obreras,

soldados).

Es menester entonces, diferenciar la sociabilidad humana de la animal. La

segunda basa su existencia única y exclusivamente en la necesidad de

subsistencia. La sociabilidad humana descansa también, en parte, sobre la

premisa de la subsistencia60, sin embargo, se diferencia de la animal por tener la

posibilidad de crear tramas complejas de significados que nada o por lo menos

poco tienen que ver con los problemas de producción. No importa aquí, si, como

reza el materialismo cultural, la infraestructura determina en última instancia toda

la producción cultural de una sociedad, o si como creen los funcionalistas todas

las instituciones sociales tienen el fin de lograr la subsistencia, o que las

estructuras profundas e inconscientes están determinadas por el código genético

humano. Lo importante en este punto es la posibilidad humana de trascender su

mera existencia biológica61.

60 En este punto estamos en completo acuerdo con Marvin Harris cuando afirma que las sociedades humanas deben hacer frente, en primer lugar, a los problemas de la producción, es decir a satisfacer los requisitos mínimos de subsistencia. Marvin Harris op. cit. Pág., 67. 61 Enrique Dussel: Ética de la Liberación en la Edad de la Globalización y la Exclusión. UNAM / Editorial Trotta, Madrid, 1998.

Page 29: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

36

En la introducción de Ética para Amador62, Fernando Savater diferencia a las

sociedades animales de las humanas por la capacidad que tienen los individuos

de las últimas de elegir, de tomar decisiones. Para ello toma como ejemplo,

momentos de crisis en estas sociedades. En la animal, la arremetida de un

elefante contra montículo de termitas; éstas se defienden como pueden a través

de sus individuos soldados a sabiendas que el elefante las aplastara hasta

matarlas. En la humana, la historia de la Iliada en que Héctor el protector de

Troya en defensa de la ciudad le hace frente al aqueo Aquiles (un semidiós)

conociendo de antemano que esta lucha concluirá en su muerte. Mientras que el

único camino que tienen las termitas por su predeterminación biológica, es

enfrentar al elefante, Héctor puede (dice Savater) quizás huir de Troya con su

familia o negarse a combatir contra Aquiles. Pero, su impulso no es biológico

sino ético, y por ende, cultural.

3)”…le otorgan al ser humano la posibilidad de relacionarse con sus

semejantes,…”

La sociabilidad, es el principio mediante el cual los seres humanos crean

vínculos entre sí, es decir, tramas complejas de significados que definen al

mundo y a sí mismos. La idea de la existencia de un ser humano asocial es

imposible, pues, el simple concepto de “ser humano” es indivisible al de

sociedad63. Nada más irreal que el ejemplo de los economistas clásicos de

Robinsón Crusoe, quien logró dominar la naturaleza por décadas, sólo con la

ayuda de sus manos; el proceso de producción de bienes materiales para la

subsistencia o para el estéril consumo, sólo es posible a partir de la vida social,

62 Fernando Savater: Ética para Amador. Editorial Ariel, Barcelona, 1999. 63 Martin Buber: ¿Qué es el Hombre? Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1995.

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37

más aún la forma de organización de los hombres rige la forma en que se

enfrentan a la producción64, pero también, al mundo que los rodea.

Decir que el hombre es un ente genérico, significa afirmar por lo tanto que es un ser

social. Efectivamente, él sólo puede existir en sociedad; e incluso sólo puede

apropiarse de la naturaleza con la mediación de la sociabilidad. El hombre se

objetiva siempre en el interior de su propio género y para el propio género; él

siempre tiene noticia de esta genericidad.65

En este sentido, la asociación del ser humano con sus otros semejantes, como

hemos dicho en oportunidades anteriores, es una característica universal, ahora

bien las formas en que se relacionan las diferentes sociedades forman la

particularidad de cada una. Erving Goffman, estudia las maneras en que se

efectúan los distintos vínculos entre los integrantes que conforman las

sociedades, afirma que el individuo está unido a la sociedad a través de dos

lazos principales: a las colectividades por su condición de miembro de ellas, y a

otros individuos por las relaciones sociales66. Estos lazos conforman la identidad

social y la identidad personal:

Al hablar de identidad social me refiero a las grandes categorías sociales (y a las

organizaciones y grupos que funcionan como categorías) a las que puede

pertenecer, y verse que pertenece, un individuo: un grupo de edades, sexo, clase,

regimiento, etc. Al hablar de identidad personal me refiero a la continuidad orgánica

única que se imputa cada individuo, la cual se establece mediante señas distintivas

como nombre y aspecto y se perfecciona mediante el conocimiento de su biografía y

sus atributos sociales, conocimiento que se llega a organizar en torno a sus señas

distintivas67.

64 Eric Wolf: Europa y la Gente Sin Historia. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1993. Pág., 97. 65 Ágnes Heller, Sociología de la Vida Cotidiana, op. cit. Pág., 31. 66 Erving Goffman: Relaciones en Público (microestudios del orden público). Alianza Editorial, Madrid, 1979. Pág., 194. 67 Erving Goffman, Relaciones en Público…op. cit. Pág., 195.

Page 31: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

38

Sin embargo, las sociedades también poseen relaciones ancladas o anónimas,

que consisten en un trato estructurado mutuo entre dos individuos que se

conocen única y exclusivamente conforme a la identidad social

instantáneamente percibida68. Todos estos tipos estructurados de identidad y de

interacción social, son posibles gracias a la sociabilidad, y son estructurados por

ella, a través de los mecanismos de control social (de los cuales hablaremos

más adelante) que rigen el orden en las sociedades, desde el individuo que le

pregunta la hora a un desconocido, la pandilla que pasea por el boulevard, la

ida al cine de los novios, hasta la señora que toma un autobús para ir al trabajo.

En cualquiera de estos casos, el individuo trata de salir de sí mismo, de

quebrantar el recinto del cuerpo personal e integrarse al colectivo69.

La sociabilidad, también, posee una doble interacción con el lenguaje, ya que se

reproducen mutuamente, el lenguaje como acción comunicativa por excelencia,70

reproduce a la sociabilidad, que si bien es posible sin la existencia del lenguaje,

depende de éste para desarrollar toda su gama de posibilidades. Asimismo, la

idea de un lenguaje sin sociabilidad resulta vacía e inconexa, ¿De que hablarían

unos seres que no pueden establecer la más mínima relación social?,

¿Hablarían siquiera? ¿Cómo conseguirían aprender el lenguaje?

4)”…constituyendo un orden general de existencia.”

Cuando alegamos que la sociabilidad constituye o conforma un orden general de

existencia, nos referimos a la creación de una trama social compleja y coherente

que forma un mecanismo homogeneizante en donde se encajan tanto la

68 Ibidem., Pág., 199. 69 Michel Maffesoli: El Conocimiento Ordinario (compendio de sociología). Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1993. Pág., 123. 70 Jürgen Habermas: Teoría de la Acción comunicativa I: Racionalidad de la acción y racionalización social. Editorial Taurus, Madrid, 1989.

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39

identidad social como la identidad personal de los individuos. El orden general

de existencia no se refiere solamente a la adecuación de la conducta y el

pensamiento de los individuos sino a la producción de un marco colectivo de

sentidos: saberes, reglas y normas, ideologías, memorias histórico-míticas,

representaciones, imaginarios y símbolos. Es decir, la instauración de la cultura.

Entendemos por cultura un concepto interpretativo y abierto; creyendo con

Clifford Geertz, que cultura denota un esquema históricamente transmitido de

significaciones representadas en símbolos, un sistema de concepciones

heredadas y expresadas en forma simbólica por medio de los cuales los

hombres comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento y sus actitudes

hacia la vida71. Pero adherirnos a este concepto72 no representa la negación de

las realidades infraestructurales que enuncia Marvin Harris, ni la oposición a las

estructuras profundas de Claude Leví-Strauss, por ejemplo; simplemente denota

el apego a una teoría del conocimiento abarcante73, en un campo del

conocimiento que se encuentra en profunda crisis teórica, a causa del espectro

de la modernidad y de la encrucijada posmoderna.

Habiendo despejado este punto de la descripción y revisión del concepto de

sociabilidad que ha sido expuesto, sin embargo, aún cabe destacar, la

construcción de ese orden general de existencia. Según Emanuele Amodio, las

sociedades humanas deben reducir necesariamente sus ámbitos perceptivos

frente a la complejidad de la realidad:

71 Clifford Geertz: La interpretación de las Culturas. Editorial Gedisa, Barcelona, 2000. Pág., 88. 72 No obstante, la adhesión a una definición de cultura propia de la antropología simbólica, puede llevarnos, si no lo advertimos, a convertir el mundo en su totalidad en símbolos y a invisibilizar a los sujetos humanos, estas dos consecuencias nos llevarían a reproducir el modelo cognitivo postmoderno, que sostiene no sólo la muerte del sujeto, sino el fin de los metarrelatos modernos, pero la muerte del sujeto cognitivo cartesiano de la modernidad (suponiendo su defunción) no representa la muerte del individuo, asimismo el supuesto fin de los metarelatos que legitiman al sistema-mundo moderno, no equivale al fin del sistema mundo, por lo que, las estructuras de poder que lo componen quedan ocultas. 73 Paul Feyerabend: La Ciencia en una Sociedad Libre. Siglo XXI Editores, México D.F., 1978.

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40

En este proceso, dos oposiciones semánticas intervienen fuertemente para definir la

identidad específica de cada cultura: dentro/fuera, por lo que se refiere a las

categorías espaciales y la definición del territorio; nosotros/ellos por lo que se refiere

a las categorías de identidad cultural. En verdad territorio e identidad cultural

constituyen partes de un todo complejo, donde una categoría reenvía a la otra para

tener sentido. El nosotros no es posible sin un entorno espacial de referencia, de

manera que la constitución del otro impone también la delimitación de un espacio

externo, lugar del otro: el fuera indeterminado debe adquirí sentido.74

Así la constitución del espacio, interno o externo al ámbito cultural de la

sociedad, se produce por la adición y la elaboración de datos empíricos fruto de

la experiencia acumulada de cada sociedad. No obstante, estos elementos no

son organizados sólo con base en determinantes geométricas, sino también, a

partir de determinantes culturales de tipo simbólico75.

La construcción del espacio, va acompañada por una serie de prácticas que

otorgan significado al entorno social, y que organizan a la sociedad misma, a

través de normas, pautas y vínculos diversos76a seguir. Estos mecanismos

componen las figuras sociales del parentesco, los tabúes, los rituales, los mitos,

la magia, la religión, etc.

74 Emanuele Amodio: Formas de la Alteridad (construcción y difusión de la imagen del indio americano en Europa durante el primer siglo de la conquista de América). Ediciones Abya-Yala, Quito, 1993. Pág., 17. 75 Emanuele Amodio, Formas de la Alteridad… op. cit. Pág., 18. 76 Jean Duvignaud: La Solidaridad (vínculos de sangre y vínculos de afinidad). Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1990.

Page 34: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

41

I.2. Las Fronteras de la Sociabilidad: Límite, Orden y Control Social

“No cuento más que fronteras hacia cualquier dirección.

Mi estrella fue de tercera, no mi sol.

Mi cuerpo choca con leyes para cambiar de lugar.

Mi sueño, rey entre reyes, echa a andar…

Fronteras que rigen los sumos lugares,

fronteras tangibles y siempre intocables.

Lo mismo perpetuas que provisionales,

me envuelven fronteras por todas mis partes.”

Silvio Rodríguez

Como hemos visto, la sociabilidad configura la totalidad de la vida social,

creando un tejido complejo de prácticas y representaciones que clasifican y

dotan de significado al mundo. Dar sentido al mundo por parte de las

sociedades, implica, en primer lugar, la organización de las relaciones entre los

individuos que las conforman. De esta forma, la producción de cultura engendra

una estructura de reglas y normas reguladas a través de contratos y leyes77, con

el fin de adecuar la conducta de los individuos.

Estas normas y leyes fueron integradas por el sociólogo norteamericano Edward

Ross, bajo la definición de control social:

Es la influencia que surge directamente de los contactos y relaciones entre las

personas y por la cual se presiona, de una manera racional o irracional, sobre los

individuos, para que se comporten conforme a lo que la sociedad o el grupo espera

de ellos.78

Cabria preguntarse en este punto, ¿Qué es lo que esperan las sociedades de

sus individuos?, la respuesta estaría signada por la particularidad de cada

cultura y sociedad, y ha sido formulada tantas veces como estudios 77 Norberto Bobbio: Estado, Gobierno y Sociedad (por una teoría general de la política). Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1999. Pág., 17. 78 Edward Ross: Social Control. Macmillan Press, New York, 1908. Pág., 82. (la traducción es nuestra).

Page 35: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

42

antropológicos se han hecho. Se advierte entonces, la dificultad de generar una

teoría antropológica del control social que pueda abarcar la particularidad de

todas y cada una de las culturas.

Sin embargo, la contemporaneidad demuestra la amplia gama de relaciones que

existen entre las diferentes sociedades que habitan el planeta. Y que están

interconectadas desde la fundación de la modernidad. La antropología, no

obstante, ha tendido a estudiar a las sociedades como entidades cerradas e

inconexas, creando como enuncia Eric Wolf, un modelo del mundo similar a una

mesa de pool en el cual las sociedades giran una alrededor de la otra como si

fueran bolas de billar duras y redondas79.

La diferencia cultural, es decir, las relaciones de alteridad, son procesos

fundacionales de la identidad de cada sociedad, como hemos visto cuando

analizamos el espectro de la sociabilidad, la autodefinición de una sociedad

pasa por la construcción de una amplia gama de relaciones interétnicas. Una

cultura aislada y autopropulsada, no existe y nunca ha existido. Por lo tanto, y

volviendo a nuestro problema anterior, enunciar un marco conceptual sobre el

control social nos será posible si partimos de la existencia de la conexión entre

culturas, que en la actualidad ha llegado a su punto máximo80, con el

advenimiento de las tecnologías de la información.

Aunque partimos de la existencia de un sistema mundial de relaciones, la noción

de control social actúa a lo interno de las sociedades, en el sentido de que cada

cultura produce los mecanismos que adecuarán la conducta de los individuos

que la conforman. No obstante, los mecanismos de control social pueden ser

producidos desde instancias externas a la sociedad que los utiliza, bien sea de 79 Eric Wolf: Europa y la Gente Sin Historia. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1993 Pág., 19. 80 Govindan Parayil: “Tecnología y Procesos Socioculturales: un acercamiento desde los sistemas mundiales”. En Maria Josefa Santos y Rodrigo Díaz Cruz [comps.]: Innovación Tecnológica y Procesos Culturales. UNAM / Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1997. Pág., 212.

Page 36: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

43

manera impuesta por medio del uso de la violencia, o por la autoelección de

modelos societales externos al grupo, lo que nos colocaría en la dimensión de

las relaciones de poder a nivel interétnico. Para definir estos procesos Guillermo

Bonfil Batalla, ha acuñado el término de control cultural:

Por control cultural entiendo el sistema según el cual se ejerce la capacidad social

de decisión sobre los elementos culturales. Los elementos culturales son todos los

componentes de una cultura que resulta necesario poner en juego para realizar

todas y cada una de las acciones sociales: mantener la vida cotidiana, satisfacer

necesidades, definir y solventar problemas, formular y tratar de cumplir

aspiraciones.81

A partir de esta definición, Bonfil Batalla construye un cuadro que diferencia por

una parte la utilización de elementos culturales propios/ajenos, y por la otra la

toma de decisiones propias/ajenas, esta diferenciación produce categorías

conceptuales que clasifican a las culturas; así, la utilización de elementos

culturales propios y la toma de decisiones propias da origen a una cultura

autónoma, el uso de elementos culturales propios y la toma de decisiones

ajenas produce una cultura enajenada, el aprovechamiento de elementos

culturales ajenos y la toma de decisiones propias genera una cultura apropiada,

y finalmente el empleo de elementos culturales ajenos y la toma de decisiones

ajenas engendra una cultura impuesta82:

81 Guillermo Bonfil Batalla: “La Teoría del Control Cultural en el Estudio de Procesos Étnicos”. Arinsana, N° 10, Caracas, 1989. Pág., 10. 82 Guillermo Bonfil Batalla, “La Teoría del Control Cultural en el Estudio de Procesos Étnicos”… op. cit., Pág., 12.

Page 37: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

44

Decisiones

Elementos

Culturales

Las categorizaciones antes expuestas83, y la noción de control cultural abren la

posibilidad de que el control social o sus mecanismos estén determinados en

mayor o menor grado por relaciones a lo externo de la sociedad. La dominación

Británica en la India impuso unas formas de control social (y cultural) a la

sociedad autóctona, desde un lugar de enunciación externo a la misma; esto no

niega la producción de pautas de conducta (control social) a lo interno de la

sociedad India, pero evidencia marcadas relaciones de poder en el ámbito de la

relación transcultural, en este caso el conocido sistema colonial.

La producción del cuerpo ciudadano en la América Latina del siglo XIX, es un

ejemplo de la cultura enajenada. En Venezuela la construcción de

constituciones, gramáticas, y manuales de conducta constituye un campo de

vigilancia y de adecuación de la conducta de los individuos que se produce a lo

interno de la sociedad, pero copiado de pautas de comportamiento europeo84. En

el caso del Perú la construcción de instituciones educativas y el proceso de la

instrucción en general se formaron a través de la imitación del modelo francés

83 Ibidem., Pág., 12. 84 Beatriz González Stephan: “Economías Fundacionales: diseño del cuerpo ciudadano”. En; Beatriz González Stephan [comp.]: Cultura y Tercer Mundo. 2 Nuevas Identidades y Ciudadanías. Editorial Nueva Sociedad, Caracas, 1996. Pág., 23.

Propias

Ajenas

Propios

Cultura Autónoma

Cultura Enajenada

Ajenos

Cultura Apropiada

Cultura Impuesta

Page 38: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

45

de educación85. Estos ejemplos, evidencian mecanismos de control social

fabricados a lo interno de las sociedades, pero producidos por otros, esto devela

también las tensiones políticas dentro de las sociedades y las diferentes formas

de apropiación del poder político.

Las pautas de control social pueden ser definidas tanto por un vasto colectivo

social como por un pequeño grupo de individuos. Es decir, el contrato social que

rige las conductas de todos los individuos de la sociedad, puede haber sido

adoptado de forma más totalitaria o de manera más democrática, estos

extremos cubren, evidentemente, una amplia gama de posibilidades. En el Reino

Unido del siglo XVIII, el encauzamiento del trabajo manual necesitó un régimen

de disciplina que adecuara a los campesinos recién expulsados de sus tierras al

trabajo en la fábrica, “…la gente no entró a la fábrica alegremente y por su

propia voluntad”86 como han pretendido hacernos creer. En este caso particular,

un grupo minoritario de individuos se apropió del trabajo de un importante

porcentaje de la población social para ese momento, las dos facciones

pertenecen a la misma nacionalidad, configuran el mismo todo social.

Un par de ejemplos, un tanto más actuales, podrán dar cuenta de la gran

variedad de formas y lugares de producción desde donde se pueden generar

normas de control social. Para el primero citaremos la definición de “control

popular” que ofrece el Breve Diccionario Político de la extinta editorial Progreso:

En la URSS, forma de la democracia socialista. El control popular es el sistema de

organismos que conjuga el control estatal con el control social ejercido por los

trabajadores... Actualmente en la URSS trabajan más de 9.000.000 de ciudadanos

que controlan el cumplimiento de los planes estatales de desarrollo económico y

85 José Carlos Mariategui: Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1995 [1928]. Pág., 75. 86 Edgardo Lander: “Ciencias Sociales: Saberes coloniales y eurocéntricos”. En Edgardo Lander [comp.]: La Colonialidad del Saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Ediciones del CLACSO, Buenos Aires, 2000. Pág., 21. y Arturo Escobar: La Invención del Tercer Mundo: Construcción y deconstrucción del desarrollo. Grupo Editorial Norma, Bogotá, 1998. Pág., 121.

Page 39: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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social, procuran aumentar la eficacia de la producción social, sostienen la lucha

contra las infracciones del régimen disciplinario gubernativo, las manifestaciones de

particularismo y de visión departamental de las cosas, la negligencia y el despilfarro,

cualesquiera intentos de engañar al Estado y los atentados contra la propiedad

socialista contribuyen el perfeccionamiento de la labor del aparato estatal (…)87

Está en evidencia, un tipo de control social, en este caso proveniente del Estado

(de organización socialista), impuesto a los ciudadanos de la URSS, y a la

amplia gama de países asociados. Estamos en presencia de un lugar de

producción de normas mixto. Por una parte administra las relaciones sociales

internas de la sociedad y por la otra, controla la sociabilidad de otras sociedades

enmarcadas dentro de su eje de influencia.

La segunda caracterización, la conforma el proyecto Terrorism Information

Awareness (TIA), llevado a cabo por el pentágono, consiste en la compilación de

un promedio de cuarenta páginas de información sobre cada uno de los 6.200

millones de habitantes del planeta tierra, confiando su procesamiento a una

computadora88 que procesará y cruzará los datos disponibles (pagos por tarjetas

de crédito, movimientos bancarios, llamadas telefónicas, consultas de sitios en

internet, correos electrónicos, ficheros policiales, informes médicos y de

seguridad social), con el fin de generar perfiles de la personalidad de cada

individuo. Según el presidente del Arlington Institute, John Petersen:

Habrá menos vida privada pero más seguridad. Vamos a poder anticipar el futuro

gracias a la interconexión de todas las informaciones que les conciernan. Mañana

vamos a saber todo sobre ustedes.89

87 L. Onikov y N. Shishlin: Breve Diccionario Político. Editorial Progreso, Moscú, 1980. Pág., 118. 88 Ignacio Ramonet: “Vigilancia Total”. Le Monde Diplomatique (edición venezolana), N° 14, agosto, Caracas, 2003. Pág., 16. 89 Ignacio Ramonet, “Vigilancia Total”… op. cit., Pág., 17.

Page 40: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

47

No importa aquí, la justificación de esta estrategia de seguridad de la nación

estadounidense, lo fundamental de la cuestión es el lugar privilegiado de

enunciación90, construido a través del entramado de la política internacional, que

le permite diseñar un plan de control social universal.

El control social no está conformado únicamente por mecanismos o pautas que

encauzan la conducta de los individuos vigilados, implica a su vez, un diseño-

construcción de un cuerpo social, que define cómo debe actuar y pensar el

sujeto social para ser reconocido como ciudadano, utiliza para ello, una serie de

discursos y prácticas que pueden ser caracterizados como disciplinarios. Michel

Foucault enunció esta condición.

Puede decirse que la disciplina fabrica a partir de los cuerpos que controla cuatro

tipos de individualidad, o más bien una individualidad que está dotada de cuatro

características: es celular (por el juego de la distribución espacial), es orgánica (por

el cifrado de las actividades), es genética (por la acumulación del tiempo), es

combinatoria (por la composición de fuerzas). Y para ello utiliza cuatro grandes

técnicas: construye cuadros; prescribe maniobras; impone ejercicios; en fin para

garantizar la combinación de fuerzas, dispone tácticas. La táctica, arte de construir,

con los cuerpos localizados, las actividades codificadas y las aptitudes formadas,

unos aparatos donde el producto de las fuerzas diversas se encuentra aumentado

por su combinación calculada, es sin duda la forma más elevada de la práctica

disciplinaria.91

El control social como diseño del cuerpo ciudadano a partir de las disciplinas,

crea un orden general de existencia que regula la sociabilidad entre los

individuos a través de un extenso sistema normativo de orden material e ideal, o

de orden estructural y superestructural92. La dimensión material, está compuesta

por reglas, disciplinas, prohibiciones y castigos, que representan cualquier tipo

90 Para una revisión sobre este tema ver; Edgardo Lander: “Los Civilizados y los Bárbaros”. Nueva Sociedad, N° 177, enero-febrero, Caracas, 2002. 91 Michel Foucault: Vigilar y Castigar. Siglo XXI Editores, México D.F., 2001. Pág., 172. 92 Marvin Harris: El Materialismo Cultural. Alianza Editorial, Madrid, 1994. Pág., 70.

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de prácticas que puedan adecuar la conducta del individuo a partir de

enunciados preestablecidos de tipo punitivo con la amenaza de coacción física o

moral93. Estos enunciados descansan en tratados, leyes y constituciones que

fungen como principios básicos del comportamiento ciudadano. El universo ideal

o superestructural, formado por símbolos, mitos e ideologías actúa como

regulador de la sociabilidad de los individuos a través de estructuras cognitivas

que establecen motivaciones y estados anímicos94 que mantienen las relaciones

sociales establecidas: símbolos sagrados, señales, mitos de origen, relatos

históricos, cosmovisiones, imaginarios colectivos, entre otras. Es importante este

punto, porque tradicionalmente el poder ha sido entendido como lo que se ve, lo

que se muestra, lo que se manifiesta95, pero el poder puede, mediante su

movilidad, hacerse invisible.

Estos elementos en conjunto, administran y resguardan el orden en las

sociedades, diferenciando, clasificando y jerarquizando, trazando límites

defendidos por prohibiciones. En ese marco quedan incluidos papeles y modelos

de conducta. Ese orden de existencia puede ser embrollado, objeto de burla,

invertido simbólicamente, a falta siempre de poder derrocarlo. Su capacidad

reside en sacarle provecho a tales amenazas, haciendo de ellas un instrumento

con que fortalecerse96.

De esta manera, el control social posee dos características particulares que lo

identifican. La primera es su naturalidad; basa su existencia en la configuración

de una amplia gama de mitos y relatos históricos, que lo legitiman como el orden

lógico de toda sociedad, así, las reglas y normas sociales son casi

93 Boaventura de Sousa Santos: La Globalización del Derecho: los nuevos caminos de la regulación y la emancipación. ILSA / Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1998. Pág., 20. 94 Clifford Geertz: La interpretación de las Culturas. Editorial Gedisa, Barcelona, 2000. Pág., 112. 95 Michel Foucault, Vigilar y Castigar…op. cit., Pág., 192. 96 Georges Balandier: El Poder en Escenas. (De la representación del poder al poder de la representación). Editorial Paidós, Barcelona, 1994. Pág., 45.

Page 42: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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inobjetizables, desde las formas de parentesco y filiación hasta las maneras de

producción de bienes materiales. Por lo tanto el control social, es una suerte de

equilibrio naturalizado, producido culturalmente desde la oposición orden/caos.

Como lo demuestran los mitos de origen de cada sociedad, remitiendo a un

tiempo de los comienzos cuando nada existía o donde reinaba el caos97, estos

mitos no deben representar necesariamente la creación del mundo, pueden

bien, atestiguar el origen del pueblo, la sociedad, la nación, la institución, a partir

de un gran escape, una larga guerra o una revolución.

La otra característica particular del control social, proviene de la primera y reside

en su capacidad para hacerse inobjetable; si como hemos visto, el orden social

está naturalizado y es percibido como la forma más lógica y racional de

existencia, las posibilidades de objetarlo y cuestionarlo son sumamente

restringidas98.

Las reglas tienen eficacia (en la medida en que la tienen) porque las personas a las

que son aplicables creen que son correctas y porque esas personas llegan a

concebirse a si mismas tanto en términos de quien y que es lo que el cumplimiento

de ellas les permite ser como en términos de lo que la desviación implica que han

llegado a ser. El sistema de sanción conexo a una regla es eficaz (en la medida en

que lo es) porque proclama la medida en que un individuo ha llegado o no a realizar

lo que él y los otros creen que debería ser y, en términos más abstractos proclama

el cumplimiento o la desviación por el individuo respecto de las reglas en general.99

97 Georges Balandier: El Desorden. Editorial Gedisa, Barcelona, 1999. Capitulo 1. El mito proclama el orden primordial. 98 Karl Marx al definir el término alienación está apuntando en esta dirección, al considerar la imposibilidad del hombre como ser genérico de objetivizar (hacer objeto de su razón) al orden social circundante, Karl Marx: Manuscritos Económico-Filosóficos de 1844. Ediciones Génesis, Bogotá, 1990 y Karl Marx: El Capital: Critica de la economía política. Volumen I. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1973 [1867]. Un ensayo que contiene esta idea es el de Arthur Neal: “Alienation and Social Control”. En John Scott y Sarah Scott [eds.]: Social Control and Social Change. University of Chicago Press, Chicago, 1971. También los trabajos de la Escuela de Franckfurt siguen esta línea, especialmente Herbert Marcuse: El Hombre Unidimensional. Ediciones Orbis, Barcelona, 1984. 99 Erving Goffman: Relaciones en Público (microestudios del orden público). Alianza Editorial, Madrid, 1979. Págs., 110-111.

Page 43: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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Para tomar un ejemplo, el sistema mundial moderno ha producido el discurso de

una modernidad autopropulsada y autogenerada que además es el único e

inexorable camino a seguir por todas las sociedades del planeta, estableciendo

entonces formas de organización política (principalmente la democracia), formas

de organización económica (modo de producción capitalista), formas de

organización social (El individualismo posesivo100), produciendo así un orden

general de existencia, que contiene por supuesto, tanto modelos de sociabilidad

como mecanismos de control social. ¿Es posible acaso en nuestro tiempo

contemporáneo concebir formas organizativas diferentes a las impuestas por la

modernidad?, ¿Cuánto durarían esas formas de organización distintas, sin ser

destruidas por el espectro moderno, o sin acoplarse a él?

La cuestión del control social es el dominio de la vida cotidiana, a través de la

producción de normas sociales101, y sus dos características: la naturalidad y la

inobjetabilidad le permiten restringir, regular e incluso configurar la sociabilidad

de los individuos, sin recibir demasiadas protestas por parte de éstos. Emile

Durkheim102 definió al control social como coacción por su capacidad de

obstaculizar la libertad de acción de los individuos. De todas maneras, entender

los mecanismos de control social como camisas de fuerza que imposibilitan la

libertad humana sería caer en un error, no existen sociedades que no posean en

su interior maneras de adecuar la conducta de sus miembros, la posibilidad de

crear formas que encaucen el comportamiento de los individuos está

íntimamente relacionada con la subsistencia de la sociedad103.

El individuo es sin duda el átomo ficticio de una representación <ideológica> de la

sociedad; pero es también una realidad fabricada por esa tecnología específica de

100 Tomamos esta frase del libro de C.B. Macpherson: La Teoría Política del Individualismo Posesivo. Editorial Fontanella, Barcelona, 1970. 101 Erving Goffman, Relaciones en Público…op. cit., Pág., 108. 102 Emile Durkheim: La Reglas del Método Sociológico. Ediciones Morata, Madrid, 1993 [1896]. 103 Marvin Harris, El Materialismo Cultural, op. cit., Pág., 66.

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poder que se llama la <disciplina>. Hay que cesar de describir siempre los efectos

de poder en términos negativos: excluye, reprime, rechaza, censura, abstrae,

disimula, oculta. De hecho, el poder produce; produce realidad; produce ámbitos de

objetos y rituales de verdad. El individuo y el conocimiento que de él se puede

obtener corresponden a esta producción.104

Podemos entonces enunciar, una noción de control social que resuma nuestros

argumentos. Es un sistema complejo de procedimientos (prácticas y discursos)

empleados por una sociedad, grupo social, organismo, institución, estado o

incluso por un sistema mundial para conseguir que sus miembros se adecúen a

una serie de pautas de comportamiento generalmente aceptadas. Mitos,

símbolos, ideologías, leyes, castigos y disciplinas conforman algunos de los

medios que de manera consciente o inconsciente se utilizan para mantener el

orden. Así, estos procedimientos construyen un cuerpo social que define las

decisiones (acciones y pensamientos) que los individuos del grupo pueden

elegir.

Es posible distinguir, en este punto, entre dos dimensiones en la actuación de

los mecanismos o procedimientos de control social. El de las prácticas estaría

encarnado por la coacción social, entendida como la posibilidad del uso de la

violencia; mientras que los discursos se ubicarían en la persuasión como relatos

argumentativos de carácter racional. Estas dimensiones se presentan en las

sociedades de forma análoga, produciéndose y reproduciéndose entre sí

constantemente; como hemos visto, todas las sociedades humanas cuentan con

mecanismos de control social que encauzan la sociabilidad de sus individuos,

ahora bien, ¿como se articulan estos mecanismos?

Los mecanismos de control social se articulan en las sociedades humanas a

partir de claves conceptuales prefiguradas socialmente, es decir, enunciados

que conforman un entramado cultural y un sistema simbólico confinado a la

104 Michel Foucault, Vigilar y Castigar…op. cit., Pág., 198.

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producción y reproducción de la vida social, estas claves conceptuales actúan

sobre los individuos originando la creación de un código de conducta de orden

ético/moral que configura el deber ser de los individuos.

Esta configuración del deber ser de los individuos por parte de las claves

conceptuales genera los dispositivos que adecúan la conducta social, y por ende

las interacciones sociales de los individuos, a partir de la creación de dos

ejercicios principales del poder. El primer dispositivo, de orden discursivo, lo

constituye la conformación de un orden general de existencia transmitido cultural

y simbólicamente que comunica e instruye a los individuos las reglas y normas

sociales que deben mantenerse, el cumplimiento o no de estas normas crea

estados anímicos y motivaciones que colocan superestructuralmente a los

individuos ante manifestaciones de aprobación o reproche por parte del grupo

social. El segundo dispositivo, de orden práctico, custodia y protege

constantemente a la sociedad, en conjunto, de cualquier intento de violentar sus

reglas y normas, además genera una serie de acciones punitivas como la

vigilancia, el castigo y la sanción que resguardan el orden general de existencia

social que configura el primer mecanismo.

Las formas en las que pueden encarnarse estos mecanismos de control social

son bastante extensas, el primer mecanismo puede presentarse desde formas

sociales muy explicitas como la “cartelera de normas” de nuestras escuelas

primarias o de maneras mucho más implícitas y ocultas como a través de los

hechos mágico-religiosos105. Así mismo, el segundo mecanismo puede

presentarse de una forma visible, precisa y constante como los castigos y

suplicios que sufrían los hombres condenados a muerte en la Europa de los

105 Como analiza, con el ejemplo de los Baruya de Nueva Guinea, Maurice Godelier: Economía, Fetichismo y Religión en las Sociedades Primitivas. Siglo XXI Editores, México D.F., 1974. Págs., 356-360.

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siglos XVI, XVII y XVIII106, o representarse inconstante, impreciso y

prácticamente invisible como en la sociedad del ciberespacio107.

Los dispositivos de control social no siempre tienen que ver, como vimos con el

ejemplo del colonialismo, con el reconocimiento del otro, y mucho menos con la

conformación democrática de un cuerpo normativo que defina el deber ser. Los

mecanismos de control social son, si bien configurados por la propia sociabilidad

entendida como capacidad connatural al hombre, engendrados y desplegados

por los entes detentadores del poder en un grupo, una institución o una

sociedad; cuando hablamos de entes detentadores del poder no nos referimos a

masas antropomórficas, sino a entidades que controlan y administran el ejercicio

del poder, es decir, el control social y por ende sus mecanismos, estas entidades

pueden ser instituciones, tipos de gobierno civil, individuos en particular, etc.

todo aquel que disponga de la potestad de ejecutar la fuerza discursiva y

práctica para mantener el orden en contrapartida al caos. Estos entes,

determinan relaciones sociales diametralmente opuestas que componen roles

individuales desiguales a partir de la formación de sujetos subalternos (donde

recae el poder) y de sujetos principales (quienes detentan el poder), esta

separación puede darse a través de diferentes aplicaciones como el castigo, la

segregación, la educación, entre otras.

Es evidente que los sujetos principales (en oposición a los subalternos) también

pueden ser objeto del ejercicio del poder, y hasta cierto punto los mecanismos

de control social también lo instruyen y vigilan, pero se encuentran en una

posición privilegiada con respecto a los individuos subalternos que no ostentan

las posibilidades coercitivas de los primeros. Quizás las construcciones sociales

verdaderamente democráticas puedan tender a igualar (al menos en la utopía

teórica) estas oposiciones casi binarias.

106 Que explora Michel Foucault, Vigilar y Castigar…op. cit., Págs., 38-74. 107 Como lo indican las indagaciones de Zygmunt Bauman: La Globalización. Consecuencias Humanas. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 2001. Págs., 28-38.

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I.3. Construyendo la Sociedad: La Percepción de los Componentes Sociales

“De reojo se miran, de lejos se tocan,

se huelen, se evitan, se ignoran, se rozan;

y en el traqueteo del vagón hipnótico

cada quien se inventa la suerte del prójimo.”

Joan Manuel Serrat

Hemos definido a la sociabilidad como una capacidad natural y un medio cultural

propios de las sociedades humanas que le otorgan al ser humano la posibilidad

de relacionarse con sus semejantes, constituyendo un orden general de

existencia. Esta capacidad connatural al hombre de carácter social, genera

mecanismos de regulación que guían y restringen las maneras de sociabilidad,

es decir, la sociabilidad misma produce los dispositivos que la encauzarán

estableciendo un código normativo que define las formas de organización

posibles. Las formas de organización abarcan la amplia gama de relaciones que

se establecen dentro de las sociedades humanas, esto incluye, el parentesco

(con todas las reglas que lo delimitan), las maneras de gobierno, los modos de

interacción social, etc. La sociabilidad es el principio básico que permite las

relaciones sociales y al mismo tiempo las regula a través de los mecanismos de

control social que limitan y ordenan a las sociedades.

Como expresa Clifford Geertz, “…el hombre es un animal inserto en tramas de

significación que él mismo ha tejido”108, las relaciones sociales, a partir de la

capacidad de sociabilidad, permiten la elaboración de dichas tramas de sentidos,

es decir, de la cultura como esquema históricamente transmitido109. Asimismo,

las relaciones sociales sostienen pautas de orden y control social que a su vez

dirigen y organizan las relaciones sociales, a través de la producción de

108 Clifford Geertz: La interpretación de las Culturas… op. cit., Pág., 20. 109 Ibidem., Pág., 88.

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55

prácticas, símbolos y discursos de tipo disciplinario110, que se mostrarán de

maneras particulares dependiendo de la dinámica de cada sociedad. Podemos

representar estas relaciones en un diagrama que muestre la movilidad de sus

estructuras.

De esta forma, queda definida la autoproducción de las estructuras de la vida

social. La sociabilidad, entonces, como proceso no racional cubre todos los

espacios de la vida social humana, siendo regulada por los mecanismos de

control social que ella misma ha configurado, esta condición hace posible y

pertinente distinguir las diferentes formas en que puede presentarse o llevarse a

cabo la sociabilidad. Las maneras en que se relacionan los miembros de una

110 En el sentido en que lo entiende Michel Foucault: Vigilar y Castigar. Siglo XXI Editores, México D.F., 2001. Pág., 218-219. Sin embargo el análisis “genealógico” de Foucault no permite comprender la forma en que estos procesos quedan vinculados de manera general a todas las sociedades humanas, especialmente desde el funcionamiento del sistema-mundo moderno.

Relaciones

Sociales

Cultura

Prácticas y

Discursos

Control

Social

Sociabilidad

SER

HUMANO

(Sociedad)

Page 49: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

56

logia de masones, son evidentemente diferentes a los modos de interacción que

se dan entre los miembros de una familia cualquiera, o a los sistemas de

relaciones que se efectúan entre individuos desconocidos en la vía pública. Las

distintas formas en que se presenta la sociabilidad a lo interno de una

sociedad111 nos permite distinguirla en niveles. Los niveles de sociabilidad

pueden identificarse a partir del tipo de interacción social que ésta última

establece, para delimitar cuáles son estos niveles de sociabilidad debemos, en

primer lugar, definir qué es una interacción social, para ello utilizaremos el

concepto que propone Isaac Joseph después de realizar una amplia revisión de

la terminología propuesta por la microsociología.

Acción recíproca que ejercen las partes –individuos o equipos- de un intercambio

cuando están en presencia unas de otras. Las interacciones pueden ser focalizadas,

por ejemplo en las situaciones de cara a cara o en las conversaciones, o no

focalizadas, por ejemplo en las situaciones de copresencia en la calle o en un

espacio público.112

Para Erving Goffman son tres las bases de la interacción social, la actividad,

accidente o ceremonia, que brindan motivos y también racionalizaciones para la

realización de las interacciones113. Las condiciones esenciales para que estas

bases sean posibles son el contacto social y el empalme simbólico, en ambos

intervienen la comunicación y el lenguaje. En este punto, podemos distinguir los

111 Como ya hemos abarcado en un capítulo anterior “Naturaleza, Cultura y Sociabilidad”, la sociabilidad también está particularizada por la producción cultural de cada sociedad, el diagrama antepuesto muestra también esta característica. Salta a la vista que las formas de interacción de las sociedades mundiales pueden ser bastante diferentes entre sí, dos amigos marroquíes de sexo masculino que se encuentran por casualidad en una calle de Rabat, se saludarían con un beso en la mejilla, si los amigos fueran de género opuesto ese tipo de saludo seria inadmisible. Si un par de amigos varones se encuentran en una calle de Caracas, lo más probable en que se den la mano en señal de saludo, un beso en la mejilla es este caso sería, en la sociedad venezolana, un gesto claro de poca masculinidad, sin embargo si los amigos fueran de sexo opuesto el beso en la mejilla sería obligatorio. 112 Isaac Joseph: Erving Goffman y la Microsociología. Editorial Gedisa, Barcelona, 1999. Pág., 120. 113 Erving Goffman: Relaciones en Público… op. cit., Pág., 87.

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niveles de sociabilidad que pueden generarse en un grupo social como

sociabilidad amplia, sociabilidad intermedia, sociabilidad reducida y sociabilidad

mínima.

La sociabilidad amplia, está conformada por relaciones sociales caracterizadas

por el arraigo y la solidaridad, que generan representaciones de cooperativismo

y afecto en interacciones focalizadas o no focalizadas, no es absolutamente

necesaria la presencia de vínculos de fuerte anclaje para estar en presencia de

este nivel. Las interacciones en un grupo familiar, o entre creyentes de una

misma religión puede encarnar esta sociabilidad, al igual que cualquier

interacción que establezca fuertes lazos simbólicos que conlleven a la apertura

casi total del espacio personal114.

La sociabilidad intermedia, es el nivel conformado por interacciones sociales que

efectúan una apertura moderada del espacio personal, no se caracteriza por

relaciones sociales arraigadas, sino más bien se establece por la contigüidad de

los grupos o los individuos en interacciones cotidianas. Una muestra de ello

puede ser el trato entre compañeros de trabajo, o los acercamientos casuales

entre personas que comparten entre sí el gusto por algún equipo deportivo,

partido político, etc., que originen un intercambio de apoyo115.

La sociabilidad reducida, es aquella caracterizada por la presencia normada de

rituales sociales que moderan y resguardan el espacio personal, la evitación, los

114 “El espacio en torno a un individuo, en cualquier punto dentro del cual la entrada de otro hace que el individuo se sienta víctima de una intrusión, lo que lleva a manifestar desagrado y, a veces, a retirarse.” Erving Goffman, Relaciones en Público (microestudios del orden público), op. cit., Pág., 47. 115 “Son liturgias breves que un individuo ofrece para otro, que son testimonios de buena educación y de buena voluntad por parte de quien los realiza y de que el receptor posee un pequeño patrimonio de sacralidad (…) esto es, cuando un individuo da una señal de interés en y de relación con otro, corresponde al receptor demostrar que se ha recibido el mensaje, que se ha apreciado su importancia, que la relación afirmada existe tal como implica el actor”. Erving Goffman, ibidem., Pág., 79.

Page 51: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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intercambios correctivos116 y a lo sumo las frases simples (recursos seguros /

safe supplies117) o banalidades de uso frecuente casi siempre producidas por

contactos no previstos, son propias de este nivel, definido por la evasión de la

interacción. La disculpa ofrecida, luego de un tropiezo fortuito, a un individuo es

un ejemplo de esta condición.

La sociabilidad mínima, es el nivel más bajo de sociabilidad, generado por la

única condición de la interacción más simple de individuos o grupos que se

relacionan entre sí sólo por el hecho de ocupar espacios comunes, el transeúnte

urbano es el mejor patrón para enunciar este estado donde domina la

convención118. La capacidad para evitar los choques entre individuos que

circulan por la acera de una calle en direcciones opuestas es un ejemplo de ello.

Estos niveles de sociabilidad, se encuentran diseñados para caracterizar las

relaciones sociales de la sociedad moderna contemporánea, aunque es posible

hallarlos en algunas sociedades que aún oponen sus formas de vida a la

dinámica de la modernidad119. Desde sus inicios hasta la época actual, la

antropología ha tenido una tendencia constante y sistemática de ubicar los

objetos de estudio de la disciplina en un tiempo diferente al presente del

productor del discurso antropológico, lo que Johannes Fabián denomina

negación de la simultaneidad (negation of coevalness). Asimismo, caracterizar la

contemporaneidad a través de nociones de atraso basadas en criterios de

modernización como lo es la categoría conceptual de “premoderno” tan usada

116 Erving Goffman, ibidem., Pág., 148. 117 Erving Goffman: Ritual de la Interacción. Editorial Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires, 1970. Pág., 98. 118 “Las calles de las ciudades, incluso en tiempos en que tan mal se habla de ellas, brindan un contexto en el cual series de desconocidos se dan constantemente pruebas de confianza mutua. Se logra una coordinación voluntaria de la acción en la que ambas partes tienen una idea de cómo deben manejarse las cosas entre ellas (…) En resumen existen los requisitos previos estructurales para que impere la convención.” Erving Goffman, Relaciones en Público… op. cit., Pág., 36. 119Johannes Fabián: Time and the Other. How Anthropology Makes its Object. Columbia University Press, Nueva York, 1983. Pág., 31.

Page 52: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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hoy por los científicos sociales, es cometer el error de ocultar la existencia del

sistema-mundo y encubrir los acontecimientos actuales que dan muestras de la

simultaneidad120de la experiencia cultural de todas las sociedades del planeta.

Sin embargo, aunque la modernidad es una experiencia global desde la

conquista de América, existen sociedades que mantienen pautas culturales que

difieren e incluso se oponen a la experiencia moderna121.

Llegados a este punto, debemos incluir los factores que intervienen en la

producción de los niveles de sociabilidad, los cuales están conformados por las

dimensiones de espacio y tiempo; para percibir de qué forma estos factores

pueden determinar la sociabilidad, partiremos de la definición que brinda Isaac

Joseph del término contexto.

Marco local y perceptivo en el que se desarrolla una actividad y espacio de palabra

al que los participantes se refieren en el transcurso del intercambio. Desde el punto

de vista de una ecología de las actividades, el término designa el medio y los

recursos disponibles. Desde el punto de vista de la cognición situada, remite a los

índices que permiten a los participantes hacer inferencias sobre la acción o la

conversación en curso.122

Este concepto profundiza en la noción de interacción destacando el momento y

lugar en donde puede ocurrir, estos puntos influyen en la producción de

sociabilidad a través de la configuración de sus niveles. En el eje espacial, por

ejemplo, en la sociedad actual un parque es un sitio más propenso a la creación

de una sociabilidad amplia o intermedia, que un supermercado; de la misma

120 Marc Augé: Hacia una Antropología de los Mundos Contemporáneos. Editorial Gedisa, Barcelona, 1994. 121 En el capítulo “Naturaleza, Cultura y Sociabilidad. Hacia una Propuesta Teórica”, nombramos como ejemplo a los pueblos que algunos antropólogos han denominado “cultura andina agrocéntrica”; otra muestra la brinda el pueblo Tojolabal mexicano, para ello ver, Carlos Lenkersdorf: Los Hombres Verdaderos Voces y Testimonios Tojolabales. Siglo XXI Editores, México D.F., 1997; y también Carlos Lenkersdorf y Gemma Van Der Haar [comps.]: San Miguel Chiptik. Testimonios de una Comunidad Tojolabal. Siglo XXI Editores, México D.F., 1998. 122 Isaac Joseph, Erving Goffman y la Microsociología…op. cit., Pág., 119.

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forma, una pareja de novios preferirá encontrarse en un parque, que en una

entidad bancaria. Los espacios son construidos socialmente, es decir, son

cargados de sentidos que los prefiguran y definen, lo que hace posible la

clasificación de los mismos, la distinción más común la conforma la dicotomía

publico/privado haciendo que las interacciones sociales se configuren también

por el tipo de espacio en donde se encuentren, la pareja de novios que hicimos

de referencia podrá interactuar de algunas formas en un espacio público y de

otras en un espacio privado. El tiempo, variable también construida socialmente,

prefigura asimismo las interacciones sociales123, será difícil entrar a un lugar

caracterizado por la interacción como una taberna en horas de la mañana

cuando éste ha sido preformado como un espacio propio de la nocturnidad, al

igual que es dificultoso acudir a un parque (lugar también caracterizado por la

interacción) en lapsos de la noche. Es evidente que estas construcciones

sociales pueden ser violentadas, y utilizados los espacios y los tiempos para

niveles de sociabilidad para los que no han sido determinados socialmente, no

obstante la existencia de las normas y reglas que los estipulan, los disponen

para usos generalmente aceptados por el colectivo.

La cuestión del espacio es de suma importancia, ya que “…está cargado de

significaciones y de intenciones sociales”124 y su construcción es conducida por

una serie de experiencias que otorgan sentido al entorno social, y que organizan

a la sociedad misma, a través de normas, pautas y vínculos diversos a seguir.

En las sociedades existe una relación tripartita de reproducción recíproca entre

la sociabilidad, los mecanismos de control social y los espacios sociales, esta

relación determina los elementos sociales y configura el orden general de los

sistemas simbólicos. Las interacciones sociales, como hemos visto, se producen

en contextos (espacio/temporales) determinados, a su vez estos contextos 123 Michel Foucault, Vigilar y Castigar, op. cit., Pág., 164. 124 Teresa Ontiveros: “Densificación, Memoria Espacial e Identidad en los Territorios Populares Contemporáneos”. En Emanuele Amodio y Teresa Ontiveros [eds.]: Historias de Identidad Urbana. Composición y Recomposición de Identidades en los Territorios Populares Urbanos. Ediciones FACES-UCV / Fondo Editorial Tropykos, Caracas, 1995. Pág., 31.

Page 54: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

61

codifican a las interacciones sociales que conforman las bases de la

sociabilidad, ésta (la sociabilidad) engendra mecanismos de control social que

configuran a los contextos:

Lo que reivindica (…) una sociedad al apropiarse de un territorio es el acceso, el

control y el uso, tanto respecto a las realidades visibles como a las potencias

invisibles que lo componen, entre lo que parece estar repartido el dominio de las

condiciones de reproducción de la vida de los hombres, de la suya propia y de los

recursos de que dependen. Tal es lo que nos parece que cubre la noción de

propiedad de un territorio. Pero esta propiedad sólo existe plenamente cuando los

miembros de una sociedad utilizan sus reglas para organizar sus concretas

conductas de apropiación.125

Volvamos al ejemplo de la pareja de novios que prefiere encontrarse en un

parque en vez de en una entidad bancaria. El parque al igual que el banco

representa un lugar espacial y como tal es construido socialmente a través de

una serie de experiencias que le otorgan sentido, al poseer sentido se carga de

significaciones que lo definen culturalmente, en este caso como una “zona de

esparcimiento”. La definición de zona de esparcimiento da entender la

prefiguración de ese lugar en una región delimitada por fronteras y órdenes

particulares, definidos por reglas y normas que se articulan en discursos y

prácticas sociales (mecanismos de control social), estos dispositivos determinan

qué tipos de relaciones pueden o no establecerse en el parque, a partir de las

interacciones permitidas, es decir, el significado espacial del parque define las

sociabilidades que en él pueden generarse al tiempo que precisa qué

mecanismos la encauzarán. Lo mismos sucede con el banco que en este caso

no se toma como un lugar público de entretenimiento sino como un espacio

privado de ejercicios económico-administrativos, es también un espacio

prefigurado socialmente que encarna una significación que permite unos niveles

de sociabilidad particulares restringidos por unos mecanismos de control social

precisos.

125 Maurice Godelier: Lo Ideal y Lo Material. Editorial Taurus, Barcelona, 1989. Pág., 108-109.

Page 55: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

62

El parque, el banco, la habitación, América Latina, el planeta tierra, son todas

entidades geoespaciales, no son simples porciones de suelo, sino

construcciones histórico-culturales que cargadas de significados sociales

delimitan de una u otra forma sus usanzas, los seres humanos pueden o no

respetar, recrear o transgredir estos usos, pero estos respetos y transgresiones

serán siempre socioculturales, el uso que los individuos le den a los espacios

determinará en cierta medida también la definición propia del espacio. No existe

ningún motivo intrínseco, natural e inmutable que defina a los espacios, Cuzco

era para los Incas el ombligo del universo, quizás tanto como lo es Grecia para

la modernidad, pero Cuzco y Grecia no representan geoespacialmente el centro

de nada (hablando estrictamente de manera geográfica), conforman ambas el

punto focal de dos culturas específicas que organizaron (como lo hacen todas) el

espacio circundante.

Entramos aquí, en la delimitación del factor que guía a la sociabilidad, a la vez

que regula la construcción social del espacio/tiempo: el control social, que es un

sistema complejo de procedimientos empleados por una sociedad o un grupo

social para conseguir que sus miembros se adecúen a una serie de pautas de

comportamiento generalmente aceptadas. Mitos, símbolos, ideologías, leyes,

castigos y disciplinas conforman algunos de los medios que de manera

consciente o inconsciente se utilizan para mantener dicho orden. Así, estos

procedimientos construyen un cuerpo social que define las decisiones (acciones

y pensamientos) que los individuos del grupo pueden elegir. Los espacios y los

tiempos son configurados por esta condición generando modelos de

comportamiento a seguir en ellos. Quizás un individuo pueda sin problemas

escuchar música a un volumen más que alto, en su apartamento en las horas,

de la tarde, pero esta misma acción al amanecer puede desatar graves

conflictos con sus vecinos.

La percepción del control social, pasa por un proceso de diferenciación que

distingue de qué forma éste opera. Para ello dividimos su encarnación en dos

Page 56: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

63

formas generales126, como sistema general de procedimientos se presenta como

prácticas y como discursos, de las cuales nos hemos ocupado con anterioridad.

Las prácticas representan las manifestaciones materiales o físicas que

mantienen el orden social, mientras que los discursos personifican la articulación

social del poder, que hace posible lo visible y lo expresable, es decir, la

justificación de orden simbólico que sostiene, precede y genera las prácticas, y

que se desarrolla a partir de acciones comunicativas diversas.

Un poder establecido únicamente a partir de la fuerza, o sobre la violencia no

domesticada, padecería una existencia constantemente amenazada; a su vez, un

poder expuesto a la única luz de la razón no merecería demasiada credibilidad. El

objetivo de todo poder es el de no mantenerse ni gracias a la dominación brutal ni

basándose en la sola justificación racional. Para ello, no existe ni se conserva sino

por la transposición, por la producción de imágenes, por la manipulación de

símbolos y su ordenamiento en un cuadro ceremonial.127

Todo mecanismo de control social que preserve un orden, y que se encuentre

codificado a través de lenguaje (escrito, hablado, expresado en símbolos)

pertenece al orden del discurso, la forma discursiva del control social a lo interno

de las sociedades lo representa por excelencia las constituciones nacionales y

sus códigos legislativos. Los discursos se reproducen en prácticas, como

mecanismos sociales coercitivos que conservan el orden de una sociedad, a

través de disciplinas y castigos de naturaleza material.

Para percibir los discursos como mecanismos del control social que se encargan

de modular la sociabilidad, se debe forjar un análisis del lenguaje, en el sentido

de examinar las actividades comunicativas que mantiene dicho discurso y de

qué manera se da a conocer, como códigos de reglas y normas. Un mecanismo

discursivo no es tal si no se presenta en formas inteligibles para los individuos

126 Hemos abordado estos temas de forma más detenida en el capitulo “Las Fronteras de la Sociabilidad: Límite, Orden y Control Social”, definimos de manera extensa la noción de control social y cómo y desde dónde puede producirse. 127 Georges Balandier: El Poder en Escenas… op. cit., Pág., 18.

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que integran una sociedad que se rige por dichos códigos128. Por otra parte,

distinguir las prácticas como mecanismos de control social que regulan la

sociabilidad, pasa por un estudio minucioso de cómo obran éstos para sustentar

y hacer cumplir a los individuos de una sociedad las reglas y códigos

establecidos y comunicados a través de los discursos. En la sociedad moderna

la formación del cuerpo ciudadano se establece a partir de un proceso

escriturario normativo que exige obediencia, trazando claros límites entre las

zonas permitidas y las prohibidas129.

Como ya enunciamos en el capítulo “Las Fronteras de la Sociabilidad: Límite,

Orden y Control Social” los mecanismos de control social se articulan en las

sociedades humanas a partir de claves conceptuales prefiguradas socialmente,

las claves conceptuales son enunciados que conforman un entramado cultural y

un sistema simbólico confinado a la producción y reproducción de la vida social,

éstas actúan sobre los individuos originando la creación de un código de

conducta de orden ético/moral que configura el deber ser de los individuos. Esta

configuración genera los dispositivos que adecúan la conducta social y las

interacciones sociales de los individuos, a partir de la creación de dos ejercicios

principales del poder. El primer ejercicio del poder se presenta como un

dispositivo de orden discursivo, que engendra la conformación de un orden

general de existencia transmitido cultural y simbólicamente que comunica e

instruye a los individuos las reglas y normas sociales que deben mantenerse, el

respeto o no de estas normas crea estados anímicos y motivaciones que

128 El ejemplo que podemos evocar nos ubica en la conquista de América cuando un extenso documento, llamado “El Requerimento” leído en nombre del rey de España exhortaba a los habitantes americanos (que hablaban lenguas muy distintas al español) a rendirse y someterse a las órdenes de los conquistadores, después de la lectura las órdenes de los soldados. Pero ¿Cómo obedecer una leyes que se presentan en un idioma completamente extraño?, más aún ¿Cómo tomar una posición, sea de aceptación u oposición, con respecto a órdenes indescifrables? 129 Beatriz González Stephan: “Modernización y Disciplinamiento. La Formación del Ciudadano: Del espacio publico y privado”. En B. González Stephan, J. Lasarte, G. Montaldo y M. J. Daroqui [comps.]: Esplendores y Miserias del Siglo XIX. Cultura y Sociedad en América Latina. Ediciones de la USB / Monte Ávila Editores, Caracas, 1995. Pág., 436.

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65

colocan superestructuralmente a los individuos ante manifestaciones de

aprobación o reproche por parte de la sociedad. El segundo ejercicio del poder

se muestra como un dispositivo de orden práctico, que custodia y protege

constantemente a la sociedad, en conjunto, de cualquier intento de violentar sus

reglas y normas, además genera una serie de acciones punitivas como la

vigilancia, el castigo y la sanción que resguardan el orden general de existencia

social que configura el primer mecanismo. El diseño de estos dos dispositivos, lo

desarrollan las sociedades a partir de la construcción cultural de los espacios,

configurando así cada lugar simbólico como una zona habitada por claves

conceptuales y mecanismos de control social particulares que dan forma a su

vez a determinados niveles de sociabilidad.

Tomando en consideración la universalidad de la sociabilidad y por ende de los

procedimientos que la encauzan, es pertinente afirmar la operatividad de su

estudio en cualquier contexto social delimitado por la dimensión espacio/tiempo,

lo que permite abordar estos temas a partir de entes determinados. De esta

forma, es posible el estudio de la sociabilidad y del control social en el continente

americano, en la sociedad venezolana, en un estado, en una ciudad, en una

familia, en un organismo, en una institución, etc. Así como en el periodo colonial,

en el siglo XV, en los años de la posguerra, en la década de los 80, en la época

navideña, etc. Nuestro particular interés por realizar una disertación

antropológica de la modernidad nos ha conducido al campo de los medios de

transporte masivos contemporáneos, que representan sin duda uno de los

iconos tecnológicos más acabados de la sociedad actual. Hemos elegido entre

todos estos medios a la compañía anónima venezolana Metro de Caracas, que

surgió como proyecto de diseño/construcción a finales de la década de 1960, en

respuesta a los problemas de congestionamiento que enfrenta la ciudad de

Caracas, ya para ese entonces sobrepoblada, al mismo tiempo que respondía al

ideario de la modernización estructural del Estado venezolano.

Page 59: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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Hallar la sociabilidad y los mecanismos de control social en el Metro de Caracas

exige un esfuerzo de observación sistemática de la conducta de los usuarios, a

partir del examen de los tipos interacciones que éstos realizan se pueden

identificar los niveles de sociabilidad que ellos recrean, al mismo tiempo que se

descubren cómo están representados en el sistema Metro los dispositivos de

control social tanto discursivos como prácticos, y determinar a partir de qué

claves conceptuales se articulan y encarnan estos. Si entendemos la cultura

como acción simbólica que “...lo mismo que la fonación en el habla, el color de la

pintura, las líneas de la escritura o el sonido de la música, significa algo”130,

veremos con claridad en la vida cotidiana de los usuarios del Metro la

presentación de estos elementos sociales, que producen y son producidos por el

espacio, construido socialmente, del sistema de transporte subterráneo de la

capital venezolana.

130 Clifford Geertz: La interpretación de las Culturas… op. cit., Pág., 24.

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I.4. El Metro de Caracas como Proyecto de Modernidad: El Mito del

Desarrollo y la Esperanza del Progreso.

“A América Latina le gusta mucho la palabra esperanza. Nos complace que nos

llamen <continente de la esperanza>. Los candidatos a diputados,

a senadores, a presidentes, se autotitulan <candidatos de la esperanza>.

En la realidad esta esperanza es algo así como el cielo prometido,

una promesa de pago cuyo cumplimiento se aplaza. Se aplaza para

el próximo periodo legislativo, para el próximo año o para el próximo siglo”.

Pablo Neruda

La utopía del progreso y del desarrollo universal, es una de las ideas principales

que impulsa a la edad moderna131. En especial la idea de desarrollo se compone

como cuerpo a partir de la liquidación de la segunda guerra mundial, en esa

misma época se genera como discurso, en los lugares mundiales de

enunciación que Samir Amin132 denomina eurocéntricos, una amplia gama de

relatos que fragmentan al mundo postcolonial en nuevas clasificaciones. Si los

centros de poder renacentistas denominaron a sus otros como salvajes que

debían ser cristianizados, la modernidad del siglo XX designó a sus otros como

subdesarrollados que tenían que progresar. Así, el ordenamiento del mundo fue

ejecutado a partir de divisiones establecidas por el grado de desarrollo o

progreso de las sociedades. Como hemos visto en un apartado anterior, la

identidad cultural de las sociedades humanas está determinada en gran parte

por la producción de diferencias. Las sociedades del renacimiento como las

sociedades de la modernidad contemporánea no escapan a esta circunstancia;

sin embargo, antes de la era moderna ninguna sociedad había podido establecer

sus parámetros clasificatorios e imponer alteridades al resto del planeta.

131 Una descripción más detallada de las ideas que dan fuerza a la modernidad se encuentra en; Edgardo Lander: “La Utopía del Mercado Total y el Poder Imperial”, Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, N° 2, mayo-agosto, Caracas, 2002. 132 Samir Amin: El Eurocentrismo (crítica de una ideología). Siglo XXI Editores, México D.F., 1989.

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De igual manera, la invención del desarrollo como entidad, es el primer discurso

que configura al universo a partir de los parámetros de la economía liberal. No

obstante, el nuevo relato no va a disolver las segmentaciones basadas en las

categorías de raza o religión, que existían ya desde siglos anteriores, sino más

bien va a reconfigurarlas para integrar novedosas nociones que permitan

reconocer la existencia de nuevas potencias hegemónicas, al tiempo que

reproduce el orden del sistema mundial.

Hablar entonces de eurocentrismo, como el único factor determinante de las

relaciones internacionales, o como el umbral primigenio de los lugares de

enunciación contemporáneos es una categorización que aunque no deja de ser

cierta, encierra empero, la invisibilización de otros centros de poder. Por ende,

de aquí en adelante hablaremos no de eurocentrismo, sino de occidentalismo de

la manera en que lo enuncia Fernando Coronil como un conjunto de prácticas

representacionales que participan en la producción de concepciones del mundo,

que dividen los componentes del mundo en unidades aisladas, desagregan sus

historias de relaciones, convierten la diferencia en jerarquía, naturalizan esas

representaciones e intervienen, aunque a veces de forma inconsciente en las

actuales relaciones asimétricas de poder133.

Desde esta perspectiva, el desarrollo es parte del occidentalismo en la medida

que contribuye a configurar las modalidades de representaciones (casi siempre

en términos de oposiciones binarias134), “…que ocultan la violencia del

colonialismo y del imperialismo detrás del embellecedor manto de misiones

civilizatorias y planes de modernización”135.

133 Fernando Coronil: “Del Eurocentrismo al Globocentrismo: La naturaleza del poscolonialismo”. En; Edgardo Lander [comp.]: La Colonialidad del Saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. UNESCO / Ediciones del CLACSO, Buenos Aires, 2000. Págs., 89-90. 134 En el Capitulo “Naturaleza, Cultura y Sociabilidad.” hemos ya abordado el tema de las oposiciones binarias como constructos de la modernidad. 135 Fernando Coronil, “Del Eurocentrismo al Globocentrismo: La naturaleza del poscolonialismo”, op. cit., Pág., 90.

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Desde la conferencia de constitución de las naciones unidas en San Francisco en

1945 y hasta finales de la década, el destino del mundo no industrializado fue tema

de intensas negociaciones. Aún más, las nociones de <subdesarrollo> y <tercer

Mundo> fueron productos discursivos del clima de la segunda posguerra. Estos

conceptos no existían antes de 1945. Aparecieron como conceptos de trabajo

dentro del proceso en el cual occidente, y de formas distintas oriente, se redefinió

así mismo y al resto del mundo. A comienzos de los años cincuenta, la noción de

tres mundos –naciones industrializadas libres, naciones comunistas industrializadas

y naciones pobres no industrializadas que constituían el primer, segundo y tercer

mundos respectivamente- estaba implantada con firmeza.136

La división del mundo a partir de las nociones de industrialización y democracia

es uno de los pilares que sostienen la balanza de poder en el mundo

contemporáneo, como lo afirma Escobar, establecida con firmeza a comienzos

de los años cincuenta. Las consecuencias de la instauración de este imaginario

son diversas, abarcan el surgimiento de doctrinas en las ciencias sociales, la

instauración de planes de modernización provenientes de la Organización de las

Naciones Unidas y de algunos gobiernos del “primer mundo”, y la fundación de

organismos globales encargados del progreso económico de los países

“subdesarrollados” como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

De esta forma, la concepción del desarrollo se convirtió en una poderosa

representación simbólica, sostenida desde las instituciones nacionales e

internacionales y sobre los cuerpos académicos. Los gobiernos latinoamericanos

comenzaron a implantar proyectos de modernización de las estructuras estatales

(instituciones, tecnologías, saberes, etc.), en los que no era posible sostener los

imaginarios tradicionales, era necesario socavarlos a partir de la introducción de

reformas que civilizarían a las sociedades subdesarrolladas.

El tránsito entre lo folk y lo urbano, entre lo tradicional y lo moderno, se postula no

sólo como modelo descriptivo, sino igualmente como normativo (…) Sobre la base

136 Arturo Escobar: La Invención del Tercer Mundo: Construcción y deconstrucción del desarrollo. Grupo Editorial Norma, Bogotá, 1998. Págs., 69-70.

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de estas premisas, es inevitable que lo propio, lo diferente, sea por definición

concebido como negativo, como obstáculo a superar. El reto de la modernización

sería el de lograr que los países de historia y cultura diferentes dejen de ser

diferentes tanto por imposición como por decisión de las propias élites o clases

gobernantes. Todo aquello que les es particular, específico, propio, diferente, tiene

que ser negado, rechazado, reemplazado por ser un impedimento a la

modernización, sea esto religión, cosmología, concepción y utilización del tiempo y

el espacio, ética del trabajo o relaciones entre individuo y comunidad.137

Las primeras transformaciones causadas por la tormenta del progreso en

América Latina, las vivieron sus ciudades, que comenzaron a centralizar el

influjo de producción económica del resto de la nación. Lo primero que había

que desarrollar eran las capitales. Había que edificar una infraestructura

moderna encima de las antiguas construcciones. Esta nueva arquitectura

urbana, amplió el espectro de las actividades sociales y obligó a una distribución

más definida de los espacios públicos y privados, así como de los roles

conductuales de los individuos que transitaban por ese orden recientemente

creado138.

Uno de los centros nacionales de más acelerado crecimiento dentro de

Latinoamérica fue Caracas. Para el año de 1950, era una de las urbes más

convulsionadas del continente. El rápido crecimiento de la ciudad estaba

configurado por la pujanza modernizadora en América Latina, al mismo tiempo

que respondía a la amplia circulación de capitales que recorrían la metrópolis

para ese entonces, producto de la ganancia petrolera que el Estado venezolano

obtenía a través de las concesiones otorgadas a las compañías trasnacionales

que exploraban, extraían y comercializaban el crudo. El movimiento de dinero en

137 Edgardo Lander: “América Latina: Historia, identidad, tecnología, y futuros alternativos posibles”. En Edgardo Lander [ed.]: El Límite de la Civilización Industrial. Perspectivas Latinoamericanas en torno al posdesarrollo. ALAS / FACES-UCV / Editorial Nueva Sociedad, Caracas, 1995. Pág. 105. 138 Beatriz González Stephan: “Modernización y Disciplinamiento. La Formación del Ciudadano: Del espacio publico y privado”…op. cit., Pág., 434.

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71

Venezuela, era congregado por los sectores empresariales y por la organización

política estatal en la capital, una región geográfica escasa en producción de

bienes y servicios, pero especializada en la distribución y consumo de los

mismos, lo que originaba la centralización de las actividades económicas,

sociales y políticas.

Esta concentración de riqueza, era observada al interior de la sociedad

venezolana como un síntoma de su inevitable desarrollo, que conllevaría a la

nación hacia el camino inexorable del progreso universal. La consecuencia

principal de este imaginario fue el éxodo de millones de campesinos atraídos

algunos por las seductoras visiones del futuro, y otros por los bajos indicativos

económicos que les deparaba la producción de unos bienes agrícolas que

paulatinamente comenzaron a ser exportados por el gobierno nacional; además

de dilapidar la autosuficiencia alimentaría del Estado venezolano. De hecho para

1961, la ciudad de Caracas tenia 1.336.000 habitantes139, cifra que muestra ya a

la capital como un centro sobrepoblado, que recibía además anualmente unos

setecientos veinte mil habitantes provenientes del campo venezolano.

La modernización estructural de la capital enfrentaba entonces un problema

grave de crecimiento demográfico que impedía, en cierta medida el necesitado

desarrollo de la urbe. En este sentido, unos de los problemas más agudos de la

explosión demográfica que afectaba la metrópolis era la vialidad: para mediados

de los años sesenta se habían invertido alrededor de 1.200 millones de

Bolívares en la mejora de la red vial del área metropolitana140, sin obtenerse

resultados favorables. Para el área de Caracas, estaba también en juego el buen

encauce del trabajo social, teniendo en cuenta que del total de los habitantes

139 Todos los datos demográficos han sido extraídos de Julio Páez Celis: Ensayo sobre la Demografía Económica de Venezuela. Editorial Educen, Caracas, 1988. 140 Metro de Caracas: Exposición de motivos del proyecto de ley que autoriza al ejecutivo nacional a contratar obras y empréstitos internos y externos pagaderos en varios ejercicios fiscales para la construcción y equipo de la primera línea del Metro de Caracas desde Catia hasta Petare. Oficina Ministerial de Transporte, Caracas, 1967. Pág. 3.

Page 65: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

72

que necesitaban trasladarse por la ciudad, 60 por ciento eran trabajadores y 15

por ciento estudiantes141. Por esta razón la Organización de las Naciones Unidas

envió, a petición del gobierno venezolano, una misión especial para el estudio

del problema y la producción de una eventual solución. La comisión conformada

por dos economistas y un urbanista, todos norteamericanos, propuso la

construcción de un modelo subterráneo de transporte que recorriera al menos el

trecho entre Petare y Catia142.

Es interesante detenerse en este punto para comprobar cómo se efectúan las

prácticas estratégicas del discurso del desarrollo. En primer lugar destaca la

solicitud del Ejecutivo venezolano a las Naciones Unidas del envío de una

misión de apoyo para solucionar el problema de modernización. Por otra parte

resalta, la composición de esta misión por un cuerpo de académicos extranjeros.

He aquí, el plan de instauración (solución) de un modelo preexistente a una

sociedad carente históricamente de este tipo de infraestructura, un

procedimiento además desplegado por especialistas foráneos que nunca antes

habían estado en Venezuela y que desconocían la idiosincrasia de su sociedad.

El desarrollo alimentó esa manera de concebir la vida como un problema técnico

y racional, no había entonces necesidad de conocer al venezolano, bastaba con

la implementación de un sistema basado en las estructuras y funciones de la

modernidad.

La búsqueda de la modernidad en Venezuela, presentada por el discurso oficial

como un objetivo nacional, fue el sentido legitimador de la política y de las

políticas durante la mayor parte del siglo XX143, lo que explica la naturalización

de las soluciones públicas (por ejemplo al problema del tránsito en Caracas),

141 José González Lander: “El Problema del Transporte en Caracas”. Revista el Farol. N° 221, abril-junio, Caracas, 1967. 142 P. Langevin, T. Clark y E. Ribbing: El Transporte en Caracas. Informe TAO/ VEN/ 14. Organización de las Naciones Unidas, Caracas, 1961. 143 Fernando Coronil: El Estado Mágico: Naturaleza, dinero y modernidad en Venezuela… op. cit., Pág., 407.

Page 66: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

73

como la mejor estrategia posible a aplicar. Después de la visita de la comisión

de las Naciones Unidas, se designa al recién creado Ministerio de Obras

Públicas (1963), la responsabilidad de diseñar el sistema subterráneo de

transporte, el cual se presenta como proyecto ante el Congreso Nacional en

1967144. La introducción del proyecto generó álgidos debates en el seno del

congreso venezolano, que se agrupó en torno a dos posiciones, por una parte

diputados, encabezados por el partido nacional COPEI, proponían la

construcción de una red de tranvías que circularán en el área metropolitana por

ser “realmente los medios de transporte modernos”145; la otra postura liderizada

en pleno por el partido nacional Acción Democrática, que defendía el plan

gubernamental de edificación del sistema subterráneo, alegando el buen

rendimiento que han brindando estos medios de transporte en las “ciudades

industrializadas del primer mundo”146.

Llama la atención, en este punto, que la división del Congreso se produzca hacia

dos posturas diferentes en su forma pero iguales en su contenido, en cuanto a

las nociones de desarrollo, progreso y modernidad. Fueron inexistentes posturas

que criticaran estas soluciones o que propusieran modelos basados en otros

supuestos, de la misma forma no hubo oposiciones al modelo desarrollista, ni

cuestionamientos a la centralización de la economía en la capital del país. Esto

revela al sector político institucional venezolano, tanto de derecha como de

izquierda, como sujetos sociales reproductores de una cultura enajenada e

impuesta, si seguimos el análisis de Guillermo Bonfil Batalla147.

144 Metro de Caracas: Exposición de motivos del proyecto de ley que autoriza al ejecutivo nacional a contratar obras y empréstitos internos y externos. Op. cit. 145 El Universal, Caracas, 12 / 5 / 1968. 146 El Universal, Caracas, op. cit. 147 Guillermo Bonfil Batalla: “La Teoría del Control Cultural en el Estudio de Procesos Étnicos”… op. cit., Pág., 12.

Page 67: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

74

La naturalización de las decisiones tomadas en este caso por los poderes

ejecutivo y legislativo, como las formas más lógicas de solucionar el problema de

tránsito y transporte en Caracas, da cuenta del arraigo simbólico de la idea de

desarrollo y modernidad, defendida por los economistas marxistas y liberales de

la época. Este arraigo simbólico, evidentemente, no envolvió (ni envuelve)

únicamente a los sectores políticos venezolanos, sino de forma casi unánime a

todo el conglomerado social, prueba de ello es la carente discusión sobre el

tema en los medios de comunicación nacionales de ese período caracterizado

por una fuerte confrontación política e ideológica148. La sociedad Venezolana

estaba seducida por el nuevo mito del paraíso.

Con la aprobación del proyecto de construcción de un sistema subterráneo de

transporte, se comenzó, en el año 1968 la tarea de organizar y producir la

entidad; se terminó de dar concepto al sistema de transporte masivo,

seleccionándose para ello las compañías norteamericanas Parsons,

Brinckerhoff, Quade & Douglas y Alan Voorhees, quienes concluyeron los

estudios topográficos para la elaboración de la línea 1 que cubriría la distancia

entre Catia y Petare del sistema que desde ese momento fue llamado de

manera oficial El Metro de Caracas, presentado bajo el eslogan de “El metro la

gran solución para Caracas”149. En los años sucesivos 1969 y 1970 se

promulgan los decretos de expropiación de terrenos e inmuebles afectados por

la obras, evidenciándose que dicho embargo tampoco fue tema de discusión en

la opinión pública de la época. Los siguientes períodos fueron también de

estudio y licitación por lo menos hasta 1975, cuando se cierra la pugna

comercial internacional para vender al Estado venezolano los equipos que

funcionarán en el metro, comprendiendo: el material rodante, el sistema de

electrificación para tracción, el sistema de control de trenes y comunicaciones, la

148 Fernando Coronil, El Estado Mágico: Naturaleza, dinero y modernidad en Venezuela, op. cit., Pág., 247. 149 Aun hoy en día es posible distinguir este lema tanto en las estaciones del sistema, como en el lenguaje publicitario institucional de la Compañía Anónima Metro de Caracas.

Page 68: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

75

vía férrea, las escaleras mecánicas, los equipos mecánicos de ventilación y las

plantas de refrigeración150.

Al año siguiente, 1976, se empezó la construcción del Metro de Caracas, a raíz

de la fundación (el 8 de agosto de ese mismo año) de la Compañía Anónima

Metro de Caracas, adscrita al recién creado Ministerio de Transporte y

Comunicaciones, y bajo la dirección del ingeniero José González Lander. Los

trabajos de edificación del sistema continúan hasta que en 1980 se inaugura el

Boulevard de Sabana Grande, y para 1981 se concluyen 12 estaciones de la

línea 1, finalizando la construcción de 6.896 metros de túneles gemelos de los

tramos Propatria - La Hoyada y La Hoyada – Chacaíto. En el mismo año se

fabrican 33 vagones en Francia, y para el 12 de octubre, ya arriban al país los 3

primeros. En el transcurso de 1982, se finalizan las dos últimas estaciones de

las catorce del tramo Propatria- Chacaíto, se termina la colocación de todas las

vías férreas, y se empieza la construcción del Boulevard de Caricuao.

Los trabajos de construcción, suministros, instalaciones y pruebas de los

equipos prosiguieron, permitiendo la puesta en operación el 2 enero de 1984 de

la primera etapa de la línea 1 desde Propatria hasta La Hoyada, con ocho

estaciones. El horario inicial de operación comercial fue desde 10:00 a.m. hasta

las 4:00 p.m. Ese mismo año, se concluye el edificio Centro Control de

Operaciones, iniciado en 1979, ubicado en La Hoyada.151También en ese año se

funda la compañía educativa “formación del ciudadano”152.

150 Metro de Caracas: El Metro: La Gran Solución para Caracas. Metro de Caracas, Caracas, 2003. Pág., 4. 151 Metro de Caracas C.A., El Metro: La Gran Solución para Caracas, op. cit., Pág., 6. 152 Los objetivos de esta compañía adscrita al ministerio de transporte y comunicaciones fueron los siguientes: “1. Entrenar al usuario actual en la utilización más eficiente del sistema rápido de transporte incluyendo en ese entrenamiento las medidas básicas de seguridad y prevención de accidentes, así como la conservación de equipos e instalaciones. 2. Educar a los usuarios potenciales para que obtengan una comprensión clara de los beneficios o ventajas del sistema y su importancia”. Metro de Caracas: Objetivos de la Compañía Anónima Formación del Ciudadano. Ministerio de Transporte y Comunicaciones, Caracas, 1982.

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76

Puesto ya en funcionamiento, el sistema de transporte comenzó la ampliación de

sus líneas y sus estaciones, lo que en 1987 se tradujo en la inauguración de la

línea 2 que comprendía el trecho Las Adjuntas - Zoológico - La Paz, lo que un

año después fue incrementado con la incorporación del intervalo La Paz - El

Silencio, que unió las dos líneas del sistema entre sí a través de un túnel de

transferencia, constituyendo así, la zona suroeste de la ciudad. En ese mismo

año se realiza el proyecto de construcción de una línea de autobuses (metrobus)

que fungen como extensión del alcance del sistema. En 1989, la línea 1 también

fue incrementada con la entrada en operación del vía entre Chacaíto y Palo

Verde, articulando definitivamente el este y el oeste de la ciudad. Finalmente en

1994, comienza a funcionar la tercera línea (sureste) del Metro de Caracas,

entre El Valle y Ciudad Universitaria, que se conecta con la línea 1 por medio de

una escalera mecánica de transferencia.

Page 70: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

77

Actualmente, la red del subterráneo del Metro de Caracas cuenta con 42,5

Kilómetros de extensión y 39 estaciones en total153, que movilizan diariamente

alrededor de un millón de usuarios. Asimismo, está en construcción el Tramo

Capuchinos - Plaza Venezuela de la línea 4 que recorrerá el casco central sur de

Caracas154.

El Sistema de Transporte masivo público Metro de Caracas, posee una historia

en Venezuela tan larga como la democracia, pero quizás sus cimientos sean

más fuertes, como hemos observado, la construcción del sistema no ha sido

interrumpida por casi 40 años a pesar de los cambios de gobernantes, en un

país como Venezuela caracterizado por la incontinuidad de los planes

gubernamentales. Las predicciones del Proyecto Metro se han cumplido en

cuanto movilización de usuarios, y aunque no ha aliviado todos los problemas de

vialidad que padece la capital, ha contribuido a su mejoramiento.

No obstante, los pronósticos de progreso y desarrollo que acompañaron al

proyecto no se han hecho realidad, el Estado venezolano continúa

perteneciendo a la clase poco privilegiada de países del tercer mundo, a pesar

de cinco décadas de planes desarrollistas que seguimos con esperanza, y que

nos prometían que el desarrollo económico sería un proceso natural, que todo lo

que se requería era liberar las fuerzas de producción y permitir el crecimiento de

los elementos capitalistas sin ningún tipo de impedimento. Lo que ocurrió fue el

arrastre y la modificación de patrones culturales y la instauración de nuevos

imaginarios desprendidos directamente de la economía política155del

occidentalismo y no el avance o la mejora de Caracas, de Venezuela o de

América Latina; en palabras de Immanuel Wallerstein:

153 Para observar un mapa más detallado del sistema Metro con respecto a la ciudad de Caracas, ver Anexo 1. 154 Metro de Caracas, ibidem., Pág., 8. 155 Arturo Escobar, La Invención del Tercer Mundo: Construcción y deconstrucción del desarrollo, op. cit., Pág., 382.

Page 71: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

78

Es absolutamente imposible que América Latina se desarrolle, no importa cuales

sean las políticas gubernamentales, porque lo que se desarrolla no son los países.

Lo que se desarrolla es únicamente la economía-mundo capitalista y esta

economía-mundo es de naturaleza polarizadora.156

En la actualidad, es difícil imaginar a la capital venezolana, sin su metro, sin

duda uno de los elementos que hace posible la reproducción de la vida social

urbana en el área metropolitana de Caracas. La dependencia que exhibe la

ciudad con respecto al Metro se ha puesto en evidencia en los paros del servicio

que han realizado en diversas oportunidades los empleados del sindicato de

trabajadores del Metro, quizás superando algún record en cuanto a niveles de

desesperación psicológica de los usuarios, o en lo que concierne a rapidez de

respuesta y atención a sus exigencias por parte del Estado. El sistema Metro

como producto de la modernidad, ha logrado enraizarse en el imaginario

colectivo de la sociedad Venezolana, figurando dentro de manifestaciones

artísticas (como la imagen de la parte inferior157), producciones literarias y

campañas comerciales (anexo 2).

156 Immanuel Wallerstein: “La Estructuración Capitalista y el Sistema-Mundo”, Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, N° 1, enero-marzo, Caracas, 1996. Pág., 11. 157 Publicada en la contraportada de la Revista Encuadre, N° 33, noviembre-diciembre, Caracas, 1991.

Page 72: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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Su arraigo simbólico le ha permitido recrear un orden general de existencia

ordenada y coherente, diferente y tal vez opuesta al del resto de la ciudad,

caracterizada por el caos y el desconcierto, condición que ha logrado gracias a

la introducción de novedosas pautas de conducta y al diseño de un cuerpo

ciudadano controlado por la normativa y el disciplinamiento. La imagen que en la

sociedad venezolana se tiene del sistema está caracterizada por una sólida

efectividad simbólica que lo hace destacar como la única institución seria del

país158, esto se percibe en los términos de progreso, desarrollo y modernización.

Así lo hace notar, esta publicidad de la Corporación Andina de Fomento159.

158 Metro de Caracas: XX Aniversario de la Compañía Anónima Metro de Caracas (1977-1997). Suplemento especial encartado en El Nacional, Caracas, 8/ 8 /1997. Pág., 2. También es posible encontrar esta imagen en la autopercepción del Metro de Caracas: “La razón de ser de nuestro servicio es el usuario, quien nos impone el reto de ser cada vez mejores. Un contingente humano se ocupa además de la operación del sistema, de la información y atención del pasajero, esperando de ustedes su mayor participación, tal como la hemos recibido a lo largo de estos 20 años de operación comercial, en los cuales el cumplimiento de las normas del usuario ha permitido la creación de la cultura Metro y que éste siga siendo la Gran Solución para Caracas. Cada amanecer, los trabajadores del Metro de Caracas, dispuestos a cumplir con su labor y plenos de entusiasmo, con la esperanza de un mejor mañana, abrimos las santamarías de las estaciones para brindarles un excelente servicio”. www.metrodecaracas.com.ve 159 Metro de Caracas, XX Aniversario de la Compañía Anónima Metro de Caracas (1977-1997), op. cit., Pág., 9.

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La fama de las maravillas del metro ha logrado también incentivar a otras urbes

venezolanas a construir su propio sistema subterráneo, incluso a ciudades con

bajos índices demográficos160 y con pocos problemas viales, pero que han

tratado de “caminar con la modernización y el desarrollo”161.

160 Un ejemplo es la propaganda del proyecto Metro de Maracaibo, que felicita al Metro de Caracas por los veinte años de su constitución como compañía anónima. Metro de Caracas, ibidem., Pág., 7. 161 Ibidem., Pág., 8.

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Desde su inicio el proyecto Metro estuvo acompañado, además de resolver el

problema de tránsito en la ciudad, por la responsabilidad de humanizar a

Caracas, de planificarla y en cierta medida de reconstruirla. El Boulevard de

Sabana Grande y de Caricuao, son ejemplos de esta tendencia, al igual que las

obras de arte colocadas a lo largo de la línea 1 del sistema, no obstante el hecho

de que las diferencias estéticas existentes entre las estaciones del Oste (zona

caracterizada por la pobreza y “marginalidad” de sus habitantes162) y del Este

(área de mayor capacidad adquisitiva) saltan a la vista, lo que nos demuestra de

nuevo los contenidos antropológicos que pueden ser sustraídos del

diseño/construcción del sistema Metro de Caracas, dándole una lectura política

a su representación.

162 Para una revisión más acuciosa de la percepción y el estigma que envuelve a las áreas populares de Caracas y a sus habitantes ver Julio de Freitas: “Bárbaros, Armados y Peligrosos. La Eficacia del Discurso sobre Violencia Popular Urbana”. En Emanuele Amodio y Teresa Ontiveros [eds.]: Historias de Identidad Urbana. Composición y Recomposición de Identidades en los Territorios Populares Urbanos. Ediciones FACES-UCV / Fondo Editorial Tropykos, Caracas, 1995.

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82

Page 76: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

83

II. EL METRO DE CARACAS COMO OBJETO ANTROPOLÓGICO

Esta sección de nuestro trabajo, hará referencia al diseño de la investigación, se

compone de una revisión del método, técnicas, herramientas y procedimientos

que se utilizaron en este estudio para dar cuenta de la realización de nuestros

cometidos. Examinamos, en primer lugar, las redimensiones que en materia de

objetos de estudio ha tenido la antropología en los últimos años, conformándose

en cuerpos teórico-metodológicos que tratan de trasladar el locus enunciativo de

la disciplina a través de la constitución de nuevos marcos investigativos. Dentro

de este esfuerzo se enmarca la denominada antropología de la modernidad que

trata de abordar los procesos culturales que dominan el espectro del mundo

social en la actualidad. Abordar a la modernidad se hace posible a través del

emprendimiento de una labor interpretativa que descomponga sus estructuras.

El Metro de Caracas, se yergue como objeto antropológico en este esfuerzo, por

conformar uno de los espacios sociales del mundo contemporáneo más

representativo de sus aceleradas transformaciones, siendo diseñado para el

transporte veloz y masivo de individuos a lo largo de la capital venezolana.

Objetivizar al Metro de Caracas pasa por discurrir acerca del abordaje más

adecuado para cumplir con esa pretensión, de esta manera el método

etnográfico como procedimiento clásico de la disciplina antropológica es

redimensionado aquí para darle un sentido crítico y actual. En este sentido, se

analizan las técnicas y herramientas de la etnografía que conformaron la base

metodológica de esta investigación cualitativa y exploratoria, surgiendo de este

análisis la técnica de la observación participante, tan importante para nosotros,

que rastreamos y transfiguramos a partir de las contribuciones recientes sobre

este tema, asimismo, recreamos las herramientas de recolección de datos de

campo que utilizamos para recopilar las informaciones de interés para nuestro

estudio. A su vez, y por medio de estas técnicas y procedimientos se aborda una

descripción etnográfica de tipo narrativa del Metro de Caracas que denota el

desarrollo de la vida cotidiana dentro de ese sistema.

Page 77: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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II.1. La Cuestión del Método y la Antropología de la Modernidad

“Anímese, y acepte el doble sacrificio de subir al tren

y soportar los ruidos de la capital…

Pero antes prefiero dejar bien establecida la fecha,

para que usted se vaya haciendo a la idea;

ya ve que lo conozco y me preparo

estratégicamente el terreno.”

Julio Cortázar

Desde su existencia a fines del siglo XIX, la antropología como conocimiento

científico ha hecho de la práctica etnográfica su método por excelencia,

adoptando rápidamente la presunción de que el trabajo profesional debía ser

circunscripto, empírico e interactivo163,distinguiéndose así de otros conocimientos

(tendenciosos y superficiales) no científicos como las prácticas de viajes

literarios y periodísticos. Varios de los primeros y más célebres antropólogos

concentraron sus esfuerzos en la explicación sistemática del método etnográfico,

los trabajos de Marcel Mauss en la redacción de su manual etnográfico apuntan

en esta dirección en el sentido de fundamentar un procedimiento de recolección

y análisis de datos culturales:

La etnografía consiste en la observación profunda, y lo más completa y avanzada

posible, sin olvidar nada, de una tribu (…) Las normas aquí contenidas están

destinadas a personas desprovistas de formación profesional. Son instrucciones

para el desbroce, que permiten realizar un trabajo intermedio sobre el estudio

intensivo y extensivo de la población contemplada.164

La construcción de manuales etnográficos acompaña la fundación de la

antropología científica y en general del conocimiento académico moderno. La

antropología como cuerpo teórico encargada del estudio de “los otros” se

desempeñó en la investigación de los pueblos no occidentales, y como las

163 James Clifford: Itinerarios Transculturales. Editorial Gedisa, Barcelona, 1999. Pág., 72. 164 Marcel Mauss: Manual de Etnografía. Ediciones Istmo, Madrid, 1971. Pág., 19-20.

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demás disciplinas constituyó un sistema de control en la producción de discursos

fijando sus límites por medio de la acción de una identidad que adopta la forma

de una permanente reactivación de las reglas. De esta manera el campo de

estudio de la antropología quedó limitado a los pueblos no occidentales

nombrados “tribus” o “razas”165; se conformó así, un modelo de conocimiento que

divide al mundo en esquemas prefabricados primitivos/civilizados,

oriente/occidente, primer mundo/tercer mundo, entre otros, que originó la

subordinación de unos entes por otros a partir de la conformación de lugares

geográficos de enunciación que producen conocimientos sobre “los otros”

subalternos.

La antropología como todos los demás conocimientos modernos, ha mantenido

esta distinción que se rige por la premisa de que unos producimos cultura

(subalternos) para que otros produzcan ciencia (hegemónicos). El ya nombrado

manual de etnografía de Mauss, se produjo con la finalidad de orientar a los

funcionarios franceses en el extranjero en la recolección de datos para el control

social de las poblaciones dominadas. La etnografía ha sido entonces, la práctica

por excelencia desde la fundación de la antropología hasta el mundo

contemporáneo, aún gobernado por las ramas de la ciencia moderna y por sus

dicotomías provenientes de los puntos de producción discursiva.

La antropología se ha desenvuelto con cierta solvencia en el paradigma de la

modernidad, no obstante los paradigmas no son estructuras inamovibles e

invariables, sino más bien sistemas móviles y dinámicos que recogen creencias

anidadas en el pensamiento académico y en el pensamiento no académico y

que se reestructuran y transforman constantemente. Es evidente que el trecho

histórico recorrido por la antropología desde su fundación hasta nuestros días la

ha transformado considerablemente, surgiendo a través de la historia diversas

corrientes que poseen diferentes concepciones sobre la cultura humana, pero

165 Immanuel Wallerstein [coord.]: Abrir las Ciencias Sociales. Informe de la comisión Gulbenkian para la reestructuración de las ciencias sociales… op. cit., Pág., 23-24.

Page 79: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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todas sin embargo coinciden en el método etnográfico como el pilar fundamental

de la disciplina.

Para James Clifford las fronteras de la práctica etnográfica se redefinen

constantemente y al igual que la disciplina su definición es negociada y

renegociada en el tiempo166; si en los inicios de la antropología los trabajos de

campo se caracterizaban por el alejamiento físico del investigador y por la falta

de conocimiento necesario del idioma de la sociedad estudiada167, hoy en día

son cada vez más comunes los antropólogos que investigan en el seno de sus

propias sociedades. Ante esta tendencia se puede o caer en el criticismo de

definir esas prácticas como no antropológicas, o confirmar la importancia de

dichos estudios, así como su necesidad, para la continuidad de una disciplina

que no debe mirarse por la de sus objetos168.

No es la antropología la que, cansada de terrenos exóticos, se vuelve hacia

horizontes más familiares, a riesgo de perder allí su continuidad como teme Louis

Dumont, sino el mundo contemporáneo mismo el que, por el hecho de sus

transformaciones aceleradas, atrae la mirada antropológica, es decir, una reflexión

renovada y metódica sobre la categoría de la alteridad.169

Esta manera de hacer antropología, no está anclada en la noción de salvaje170

de la que dependió la disciplina, pero más importante es que no responde ya

tanto a los intereses de la colonialidad, aunque si bien algunos de los círculos

académicos más preponderantes siguen construyendo una antropología clásica,

166 James Clifford, Itinerarios Transculturales… op. cit., Pág., 86. 167 Bronislaw Malinowski: Los Argonautas del Pacífico Occidental. Editorial Península, Barcelona, 2001. Pág., 41-42. 168 Marc Augé: Los No Lugares. Espacios del Anonimato. Editorial Gedisa, Barcelona, 1998. Pág., 24. 169 Marc Augé, Los No Lugares… op. cit., Pág., 30. 170 Arturo Escobar: El Final del Salvaje. Naturaleza, Cultura y Política en la Antropología Contemporánea. CEREC / Ediciones del Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá, 1999. Pág., 352.

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han aparecido nuevas tendencias que tratan de redimensionar el conocimiento

teórico antropológico y al mismo tiempo sus métodos. Estos estudios recientes

han sido denominados antropología de la modernidad o de la

contemporaneidad, abarcando un gran espectro investigativo; ellos incluyen,

estudios de la urbanidad, trabajos acerca del desarrollo, disertaciones históricas

que dan cuenta de la formación del sistema-mundo, entre otros.

Las críticas propugnadas hacia la antropología clásica, han redimensionado

también el trabajo de campo, ya no sólo en cuanto al lugar de trabajo sino

también a las formas de realizarlo, ha existido un acercamiento constante a

prácticas desdeñadas anteriormente por la disciplina como la literatura, había

que seguir un marco metodológico rígido, que se alejara de las producciones

cognitivas no científicas. En la actualidad es posible encontrar prácticas

etnográficas más cercanas a la literatura que a la ciencia antropológica, tal vez

el mejor ejemplo es el de Carlos Castañeda171, quien realizó sus estudios a partir

de las experiencias con un chamán Yaqui, no desde la perspectiva clásica del

investigador (etic) sino desde la figura de un iniciado en el chamanismo

cualquiera, valiéndose de la fenomenología como método, Castañeda no se

interesa por descubrir las implicaciones socio-culturales del chamanismo sino

por relatar sus experiencias de viaje. Estos trabajos resultan interesantes,

mostrar a la antropología como un relato literario da cuenta del origen ficcionario

de todo texto, al igual que demuestra la delgada línea que puede separar a las

ciencias sociales de la retórica172.

Sin embargo, estos trabajos encierran fuertes contradicciones que no

contribuyen al desplazamiento coherente del locus de la antropología clásica,

Castañeda inventa sucesos constantemente en su libro173 tan afamado, que esa

171 Carlos Castañeda: Las Enseñanzas de Don Juan. Una Forma Yaqui de Conocimiento. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 2000. 172 Un análisis de este tema lo realiza James Clifford: Dilemas de la Cultura. Antropología, Literatura y Arte en la Perspectiva Posmoderna. Editorial Gedisa, Barcelona, 1995.

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forma misma de hacer antropología se ha convertido en un círculo

preponderante. Si la antropología parte de premisas como la de que todos los

textos son una ficción, aceptaría también otras como la de que todos los

discursos son verdaderos, sin importar si es la justificación de los campos de

concentración Nazis, o el requerimiento español, o las excusas de invasión

norteamericana; estos argumentos aunque ciertos no proporcionan ninguna

solución para redimensionar la antropología, incluso tienden a justificar los

mismos procedimientos que intentaron socavar. Construir una práctica

metodológica diferente en antropología pasa primeramente por situarse en una

perspectiva intermedia entre el clasicismo antropológico y la fenomenología

descontrolada; en el caso metodológico implica estar colocado entre los

múltiples espacios intermedios que se generan entre la etnografía exacta

(Malinowski, Mauss, etc.) y la literatura etnográfica (Castañeda, entre otros).

Esta es nuestra pretensión, abordar un terreno antropológico poco utilizado174 y a

veces desdeñado por los antropólogos, desde la metodología investigativa

propia de la disciplina, la etnografía. Emprenderemos el estudio de un sistema

de transporte masivo de una de las capitales de la periferia del sistema-mundo

moderno: el Metro de Caracas, y trataremos de dilucidar cómo se efectúa la

sociabilidad entre los usuarios de ese sistema de transporte, y de qué forma los

mecanismos de control social encauzan dicha sociabilidad. Hemos ya,

categorizado al Metro de Caracas como un producto del imaginario de la

modernización de las estructuras del Estado venezolano, nos falta empero

173 Por ejemplo en cuanto al lugar de su nacimiento y a la profesión de su padre, para esto ver Marvin Harris: El Materialismo Cultural. Alianza Editorial, Madrid, 1994. Pág., 350-354. 174 “La cuestión de las condiciones de realización de una antropología de la contemporaneidad debe desplazarse del método al objeto. No es que las cuestiones de método no tengan una importancia determinante, o inclusive que puedan ser enteramente disociadas de la del objeto. Pero la cuestión del objeto es una cosa previa. Constituye incluso un doble previo, puesto que, antes de interesarse en las nuevas formas sociales, en los nuevos modos de sensibilidad o en las nuevas instituciones que pueden aparecer como características de la contemporaneidad actual, es necesario prestar atención a los cambios que han afectado las grandes categorías a través de las cuales los hombres piensan su identidad y sus relaciones recíprocas.” Marc Augé, ibidem., Pág., 46.

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89

revelar de qué forma afrontaremos la investigación, es decir, que métodos

utilizaremos para inquirir nuestros objetivos.

El metro es un sistema de transporte subterráneo, utilizado en las ciudades más

complejas y pobladas del mundo para trasladar a los habitantes de dichas

ciudades en la realización de su vida cotidiana175. La vida cotidiana en las

ciudades modernas establece un sistema sumamente complejo de relaciones

construidas históricamente por razones económicas, políticas, religiosas, etc.

Este sistema complejo es una de las figuras más emblemáticas del mundo

moderno, precisamente porque representa las transformaciones aceleradas que

se viven en el mundo actual. Marc Augé enuncia la condición de estas

transformaciones como la situación de sobremodernidad, definiendo sus

características. Primeramente, el exceso de tiempo, que se debe a una

superabundancia de acontecimientos en el mundo contemporáneo,

El tema de la historia inminente, de la historia que nos pisa los talones (casi

inmediatamente en la vida cotidiana de cada uno) aparece como previo al del

sentido o el sinsentido de la historia, pues es nuestra exigencia de comprender todo

el presente lo que da como resultado nuestra dificultad para otorgar un sentido al

pasado reciente: la demanda positiva de sentido (…) que se manifiesta en los

individuos de las sociedades contemporáneas, puede explicar paradójicamente los

fenómenos que son a veces como los signos de una crisis de sentido (…).176

En segundo lugar, otra transformación acelerada, es decir un exceso, esta vez el

de espacio:

Del exceso de espacio podríamos decir en primer lugar, aquí otra vez un poco

paradójicamente, que es correlativo del achicamiento del planeta: de este

distanciamiento de nosotros mismos al que corresponden la actuación de los

cosmonautas y la ronda de nuestros satélites. En un sentido, nuestros primeros

pasos en el espacio nos lo reducen a un punto ínfimo, cuya exacta medida nos la

175 Manuel Abejón: El Transporte en la Sociedad Actual. Salvat Editores, Barcelona, 1981. Pág., 47. 176 Marc Augé, op. cit., Pág., 37.

Page 83: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

90

dan justamente las fotos tomadas por satélite. Pero el mundo, al mismo tiempo, se

nos abre. Estamos en la era de los cambios a escala, en lo que se refiere a la

conquista espacial, sin duda, pero también sobre la tierra: los veloces medios de

transporte llegan en unas horas a lo sumo de cualquier capital del mundo a

cualquier otra.177

Estas transformaciones aceleradas, configuran en su totalidad el mundo social

actual, en este sentido todos los elementos de las formas de vida

contemporáneas deben ser estudiados a partir de estos excesos. En este punto

Marc Augé opone a la noción de lugar propuesta por Marcel Mauss y su

tradición etnológica para categorizar la localización en el tiempo y el espacio de

una cultura determinada, el término de no lugar, para identificar locaciones que

no son por sí mismas lugares antropológicos178; lo que no quiere decir que no

exista vida social o producción cultural en dichos espacios.

Los no lugares son tanto las instalaciones necesarias para la circulación acelerada

de personas y bienes (vías rápidas, empalmes de rutas, aeropuertos) como los

medios de transporte mismos o los grandes centros comerciales, o también los

campos de tránsito prolongado donde se estacionan los refugiados del planeta. 179

Está claro que el ya mencionado Metro de Caracas es uno de esos no lugares

que responden a las aceleradas transformaciones de la contemporaneidad.

Ahora bien, ¿Cómo podemos abordar el estudio de la sociabilidad y del control

social en el Metro de Caracas?, y ¿Qué método sería el más adecuado para

realizar este abordaje en un no lugar?

El método etnográfico, se nos reveló como la estrategia más adecuada para

emprender nuestro estudio, no sólo por su condición de herramienta principal de

la antropología, sino por su capacidad de interpretar los flujos del discurso social

177 Ibidem., Pág., 37-38. 178 Ibidem., Pág., 83. 179 Ibidem., Pág., 41.

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91

a la vez que trata de rescatar “lo dicho” y fijarlo en términos susceptibles de

consulta180. Como técnica de trabajo creemos que la más idónea para nuestro

estudio, la constituye la observación participante, ésta posee la virtud de llegar a

percepciones del comportamiento que la gente no verbaliza con facilidad181, lo

que nos hizo abogar por este tipo herramienta para percibir el entramado social

que se desarrolla en el Metro de Caracas. Cualquier investigación cultural que

denote el interés por comprender procesos sociales complejos toma

necesariamente la forma de observación participante porque implica actuar

dentro del mundo social y reflexionar sobre los efectos de esa participación182. La

observación participante que propugnamos es una mirada antropológica desde

el interior del sistema social, en nuestro caso desde el Metro de Caracas,

deteniendo esa mirada en la acción simbólica que realizan los individuos que

recorren el sistema y que al hacerlo dejan de ser simples sujetos para

convertirse en usuarios del Metro, deteniendo la mirada también en sus

interacciones, en sus acciones comunicativas, y tratando de decodificar éstas y

comprender de dónde proceden.

Así mismo, el método etnográfico que practicamos, y más en preciso la

observación participante que realizamos está orientada hacia la dirección que le

da Manuel Delgado183, y que él denomina observación flotante, en donde el

investigador es uno más de los sujetos que son investigados al estar él también

sumergido en la dinámica del sistema social estudiado, por ello el sujeto

investigador pasa desapercibido, nadie capta su observación acuciosa. Realizar

una antropología de los espacios urbanos de la modernidad tiene esta ventaja

180 Clifford Geertz, La interpretación de las Culturas… op. cit., Pág., 32. 181 Ulf Hannerz: Exploración de la Ciudad. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1993. Pág., 343. 182 Martyn Hammersley y Paul Atkinson: Etnografía. Métodos de Investigación. Editorial Paidós, Barcelona, 1994. Pág., 31. 183 Manuel Delgado: El Animal Público: Hacia una antropología de los espacios urbanos. Editorial Anagrama, Barcelona, 1999.

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92

de captar el entramado social sin ocasionar perturbaciones significativas184 en los

sujetos estudiados, ventaja que quizás no podría conseguirse en el estudio de

sociedades diferentes a la propia del investigador, no sólo por las marcadas

disimilitudes culturales, sino también porque precisamente los espacios

contemporáneos del mundo moderno creados para la circulación rápida de

personas configuran a los individuos un estado activo especial que Delgado

denomina trance185 representado como la actitud propia de los transeúntes de las

ciudades contemporáneas, que están sólo de paso, y de los cuales no se sabe

apenas nada “salvo que ya ha salido pero todavía no ha llegado, que antes o

después de su tránsito era o será padre de familia, ama de casa, oficinista,

obrero… pero que ahora, en tránsito, es pura potencia”186.

De esta manera, la particularidad de nuestra búsqueda hizo difícil la utilización

de entrevistas o encuestas, lo que queríamos captar eran las relaciones que se

establecían entre los individuos que utilizan el sistema de transporte masivo

subterráneo y qué controla o adecúa dichas relaciones, es decir, la sociabilidad y

el control social. Estos elementos de la estructura social no son entes fácilmente

objetivizables pues están culturalmente naturalizados, ya explicamos en el

capítulo “Las Fronteras de la Sociabilidad: Límite, Orden y Control Social” cómo

la naturalización de estos elementos hace casi imposible el cuestionamiento o la

reflexión por parte de los individuos acerca de ellos, por lo tanto, lo que se

observa y cómo se observa, constituirá la base de nuestro acercamiento al

Metro de Caracas.

184 No queremos en este punto sugerir que la observación flotante representa una herramienta objetiva que no altera en ninguna medida el “objeto de estudio”, pero sí, apuntar que dentro de la gama de prácticas científicas ésta representa una alteración no significativa del entorno social. 185 Manuel Delgado: El Animal Público: Hacia una antropología de los espacios urbanos… op. cit., Pág., 119-120. 186 Ibidem., Pág., 201.

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93

Durante el trabajo etnográfico, mientras probábamos cómo se presentaban los

mecanismos de control social, fuimos víctimas como cualquier otro usuario

(gracias a la observación flotante) del encauzamiento de la sociabilidad, la

nuestra en este caso, y fuimos detenidos por el personal del sistema, el cual

confiscó nuestros equipos de registro187, tuvimos entonces que justificar nuestro

accionar en el Metro (que había consistido, en ese momento, en violentar

sistemáticamente las normas) y explicar cuál era el motivo de nuestro

comportamiento, dentro de esto el supervisor de la estación Las Adjuntas

accedió a devolvernos nuestros equipos sí y sólo sí le permitíamos darnos una

sesión argumentativa de su labor, en este contexto se hizo factible realizarle una

entrevista a esta supervisora la cual aprovechamos para nutrir los objetivos de

nuestra investigación, al tiempo que recuperábamos nuestros equipos.

Entonces, es así como el trabajo etnográfico, y dentro de él la observación

participante (flotante) es la herramienta más adecuada para percibir la

sociabilidad entre los usuarios y clasificarla según nuestro instrumento de

análisis188. Así,

La importancia eminente de la etnografía dentro de las ciencias humanas, (…), se

debe a que presenta de forma experimental y concreta este ilimitado proceso de

objetivación del sujeto que es tan difícil para el individuo. Las miles de sociedades

que existen o han existido sobre la superficie de la tierra son humanas y por este

título nosotros participamos de ella de manera subjetiva; podríamos haber formado

parte de ellas, y por lo tanto podemos intentar comprenderlas como si fuéramos

parte de ellas.189

187 Esta experiencia se relata con más detalle y precisión en el capítulo “Sociabilidad, Control Social y Modernidad en el Metro de Caracas”, en la sección III.1.2. “Encauzamiento y Control de la Sociabilidad de los Usuarios del Metro de Caracas: Un Discurso Institucional autodefinido”. 188 Para esto ver el capítulo “Construyendo la Sociedad: La Percepción de los Componentes Sociales”. 189 Claude Lévi-Strauss: “Introducción a la obra de Marcel Mauss”. En Marcel Mauss: Sociología y Antropología. Editorial Taurus, Madrid, 1997. Pág., 26.

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94

Ahora bien, captar los mecanismos que adecúan o encauzan la sociabilidad de

los usuarios del sistema requiere un esfuerzo etnográfico más preciso, esto no

quiere significar acaso la poca rigurosidad de la percepción de la sociabilidad,

sino más bien la mayor dificultad que se nos presenta al tratar de identificar los

dispositivos que actúan sobre ella. Para ello en capítulos anteriores hemos

separado las formas en que se presentan estos dispositivos en prácticas y

discursos. Recapitulemos, las prácticas representan las manifestaciones

materiales o físicas que mantienen el orden social, mientras que los discursos

personifican la articulación social del poder, que hace posible lo visible y lo

expresable, es decir, la justificación de orden simbólico que sostiene, precede y

genera las practicas, y que se desarrolla a partir de acciones comunicativas

diversas.

Primeramente, para observar los discursos en los que se presenta el control

social se deben buscar las actividades comunicativas que mantienen estos

discursos y de qué manera se dan a conocer, como códigos de reglas y normas.

Un mecanismo discursivo no es tal si no se presenta en formas inteligibles para

los individuos que integran una sociedad que se rige por dichos códigos, a partir

de los discursos se organizan las prácticas, que hacen cumplir a los individuos

las reglas y códigos establecidos y comunicados en los discursos, divisar la

dimensión de las prácticas pasa por realizar una etnografía institucional que

descubra cómo se articulan dichas prácticas. Esto implica convertir al aparato

del Metro de Caracas en un objeto antropológico, que sea analizado desde las

experiencias rutinarias hasta los contenidos que las sustentan.

Analizar las experiencias rutinarias y los contenidos que las sustentan se nos

hace posible si asumimos la cultura humana como acción simbólica, es decir,

como toda actividad humana que tiene significado, que dota de sentido al

entorno físico-social, bajo esta perspectiva son pocas o ningunas las acciones

de los seres humanos que no posean un sentido, que no signifiquen nada. Así,

los niveles de sociabilidad son captados a través de la observación del

Page 88: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

95

investigador de las interacciones sociales que realizan los individuos que

componen el conjunto social, esas interacciones denotan esquemas culturales

de comportamiento en la medida que los individuos las producen como

respuestas ante el entorno social que los rodea y ante el contacto social con

otros individuos. Asimismo, reconocer cuáles son los mecanismos de control

social que encauzan la sociabilidad y cómo estos se articulan pasa por dirigir la

mirada del observador al código normativo y de conducta que el espacio social

determina, desarrolla y defiende, deteniéndose en descubrir cómo se comunica

este código (educación, represión, publicidad, etc.) , esto es posible porque los

códigos normativos también representan acciones simbólicas que aunque en

este caso son de tipo discursivo se encarnan como los entes productores del

orden general de existencia del sistema social.

El señor que está recostado convenientemente en un asiento de un vagón del

Metro cualquiera del sistema, tiene varias posibilidades de actuar con sus

semejantes que lo rodean en el vagón, puede abrir su espacio personal y buscar

conversación a la joven que está sentada a su lado, puede observar

afablemente a los otros pasajeros, puede encerrarse en si mismo, puede sacar

el periódico del día y revisarlo, puede comenzar a cantar, a pedir limosna, etc.

Esta aquí la jugada de la etnografía y de la observación participante: el observar,

captar qué tipo de solución escoge este pasajero, cuál de las acciones toma y

ejecuta, y también en descubrir por qué.

La única forma de lograr estos objetivos es volcarse en la tarea de asumir una

observación participante que dé cuenta de la complejidad del sistema, y para

ello hemos seleccionado del universo físico total del Metro de Caracas

conformado por 39 estaciones distribuidas en tres líneas190, las siguientes:

190 Dichas estaciones están distribuidas a lo largo de tres líneas de túneles, siendo así su estructura: Línea 1: Propatria, Pérez Bonalde, Plaza Sucre, Gato Negro, Agua Salud, Caño Amarillo, Capitolio, La Hoyada, Parque Carabobo, Bellas Artes, Colegio de Ingenieros, Plaza Venezuela, Sabana Grande, Chacaito, Chacao, Altamira, Parque del Este, Los Dos Caminos, Los Cortijos, La California, Petare, Palo Verde. Línea 2: El Silencio, Capuchinos, Maternidad,

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96

Capitolio, Plaza Venezuela y Petare (línea 1), Silencio (línea 2) y El Valle (línea

3); a fin de realizar en ellas, como hemos dicho, un trabajo etnográfico, hemos

escogido estas estaciones por ser las que movilizan una mayor cantidad de

usuarios diariamente191, así mismo las estaciones del Silencio, Capitolio y Plaza

Venezuela, conforman el entramado de intersecciones entre las líneas por ser

éstas las estaciones de transferencia. De la misma forma, el trabajo etnográfico

también se realizó en los vagones de los trenes que recorren a lo largo las tres

líneas, por ser éstos por excelencia los espacios móviles del sistema.

El Metro de Caracas entra en funcionamiento comercial en un horario

comprendido entre las 5:00 AM y las 11:00 PM, es decir, 18 horas diarias de

actividad que se han dividido para la operatividad del trabajo etnográfico en

cuatro grupos de cuatro horas y media (4:30) cada uno; aunque inferimos que la

sociabilidad y los mecanismos de control de la misma deben ser si no los

mismos, bastante similares, cubrir todo el espectro de funcionamiento nos

permitirá constatar la veracidad de esta idea, así como la realización del trabajo

etnográfico todos los días de funcionamiento del sistema de Domingo a Sábado.

La observación etnográfica no sólo se realizó en las estaciones, sino también en

los vagones del tren que es la estructura dinámica que moviliza a los usuarios de

cada una de las líneas.

Habiendo delimitado los tiempos y espacios de la investigación, explicaremos el

sistema de observación que utilizamos para recaudar la información. Teniendo

en cuenta, como hemos enunciado, que lo que nos interesa es observar el

entramado social y más precisamente la sociabilidad en el Metro de Caracas, es

decir, realizar una microsociología que dé cuenta de este proceso, y por otra

parte cómo ésta es encauzada, atendimos a distinguir las prácticas y los

discursos que se articulan y efectúan. Por ende retomamos a Marcel Mauss,

Artigas, La Paz, La Yaguara, Carapita, Antimano, Mamera, Caricuao, Zoológico, Ruiz Pineda, Las Adjuntas. Línea 3: Ciudad Universitaria, Los Símbolos, La Bandera, El Valle. Ver anexo 1. 191 www.metrodecaracas.com.ve

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97

para quien la primera tarea de un investigador es iniciar y componer un diario de

campo que constituya un repertorio de datos fácil de consultar, en donde se

describe lo que se observó192. Utilizamos esta técnica por ser la más coherente a

la hora de recabar datos etnográficos, Mauss continúa enunciando cómo deben

clasificarse los objetos recabados a fin de construir un inventario de los mismos,

pero no acatamos ésta por la particularidad de nuestro objeto antropológico. Sin

embargo manejamos otras herramientas, que se encuentran englobadas en el

trabajo etnográfico, lo cual vale la pena describirlas.

A primera vista puede resultar extraña la inclusión de Marcel Mauss un

antropólogo del trabajo etnográfico clásico en una investigación que aborda un

medio de transporte masivo contemporáneo, sin embargo, la importancia de

retomar a Mauss es la de utilizar una serie de herramientas de recolección de

datos que fueron sumamente importantes para el desarrollo de nuestro trabajo,

estas herramientas fueron definidas por él en su momento como métodos, pero

que nosotros usaremos como registros por ser un término más acorde con la

discusión metodológica actual.

La primera forma de registro de datos que debemos definir es el que Mauss

denomina morfológico, según ésta, lo primero en el estudio de un fenómeno es

saber de quién se habla, para esto ha de establecerse una cartografía completa

de la sociedad o del fenómeno observado193, de lo que se está hablando en este

punto es de una descripción que denote de forma precisa el objeto el cual se

está abordando194, nosotros aquí hemos abordado una descripción densa del

Metro de Caracas que aborda de forma concisa como es la dinámica del

sistema, teniendo en cuenta como marco a la ciudad capital.

192 Marcel Mauss, Manual de Etnografía, op. cit., Pág., 22. 193 Marcel Mauss, ibidem., Pág., 24. 194 “Hablar del Metro es pues hablar ante todo de lectura y de cartografía”. Marc Augé: El Viajero Subterráneo. Un Etnólogo en el Metro. Editorial Gedisa, Buenos Aires, 1987. Pág., 21.

Page 91: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

98

En segundo lugar, se encuentra el registro fotográfico, que consiste en recabar

de manera fotoeléctrica toda la información en el terreno del trabajo que pueda

sernos de utilidad en la investigación, en nuestro trabajo este registro ha sido

sumamente importante pues hemos podido dar cuenta de los diferentes

espacios del Metro, diversos tipos de interacciones y sociabilidades, publicidad

institucional, instrumentos utilizados por los mecanismos de control, que hemos

capturado en imágenes gracias a este tipo de recolección de datos.

El siguiente en definir es el registro fonográfico, que reside en recabar en forma

de grabación cualquier dato o manifestación que sea pertinente195, a nosotros

nos ha permitido capturar tanto interacciones entre usuarios del sistema como

mensajes institucionales y ejercicios discursivos de control social, todas los

casos que se presentan en la investigación y que reproducen conversaciones y

actos comunicativos fueron recabados de esta manera.

El último registro es el que Mauss llama sociológico y que radica en la anotación

en el diario de campo, de aspectos fundamentales como la historia de la

sociedad o del fenómeno que se está estudiando, así como la anotación de la

conformación social de dicha sociedad o fenómeno, para nuestra investigación

como para toda práctica antropológica ha fungido como base, pues permitió la

mayor cantidad de recolección de datos que se logró dentro del sistema,

interacciones sociales, presentaciones de los mecanismos de control, acciones

comunicativas y hasta imágenes que fueron imposibles capturar con los otros

registros.

195 “No solo hay que grabar la voz humana, sino toda la música, y registrar incluso cada golpe de pies y manos (…) No basta grabar; es preciso poder repetir”. Marcel Mauss, ibidem., Pág., 26.

Page 92: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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Componentes Sociales

Métodos

La tabla anterior da cuenta por una parte de las formas de registro de la

investigación etnográfica que acabamos de describir, y por otra de los

componentes sociales que abordamos en nuestra investigación. La correlación

entre ellas denota cuales técnicas servirán y cuales no para observar los

componentes sociales que percibimos. Es evidente, que con todas estas

técnicas pudimos captar a su manera a cada uno de los componentes sociales,

como hemos dicho, pero algunos en específicos actuaron mejor que otros sobre

dichas unidades. Por ejemplo, el registro fotográfico recopiló sin duda, algunas

manifestaciones de la sociabilidad, pero no fue el registro más adecuado para

reconocer ese componente, en este caso el registro sociológico fue más útil, no

obstante el registro fotográfico fue sumamente importante para captar los

mecanismos de control social en su dimensión simbólica.

Sociabilidad Control Social

Registro

Morfológico

Si

No

Registro

Fotográfico

No

Si

Registro

Sociológico

Si

No

Registro

Fonográfico

No

Si

Page 93: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

100

II.2. Hacia una Descripción “Densa” del Metro de Caracas

“En mi calle el mundo no habla

la gente se mira y

se pasa con miedo.”

Silvio Rodríguez

En Caracas, como en otras partes del mundo, uno de los más importantes

transportes masivos viaja a increíbles velocidades por debajo de la tierra. De

esta manera, la convulsionada vida citadina de la superficie aligera su carga

cotidiana mediante cientos de personas que se trasladan de un lado a otro de la

capital a través de ferrocarriles eléctricos que, libres de colas, transitan veloces

muy por debajo de carros y autobuses. Ahora bien, ¿Cómo es el Metro de

Caracas? Largas escaleras mecánicas y de cemento descienden hasta las

estructuras que anteceden al sistema de transporte en sí. Desde obras de arte y

exposiciones hasta tiendas comerciales se pueden encontrar en estas galerías,

las cuales siempre guardan un amplio espacio para la circulación de los

pasajeros. Las Casetas de Operaciones, las Máquinas de Boletos y una larga

hilera de torniquetes que ocupa todo lo ancho del lugar, conforman el límite entre

las galerías y los trenes que unos metros más abajo dejan y acogen pasajeros.

Page 94: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

101

En las Casetas de Operaciones está centralizado el control de cada estación y

desde ella se cumplen diversas funciones: se realizan comunicaciones entre los

distintos funcionarios de las secciones del Metro; se informa, advierte, previene

o agradece a los usuarios del sistema a través de micrófonos; se brinda atención

personalizada de información u orientación a quienes se acerquen en su

búsqueda; se elaboran tareas de vigilancia mediante la observación a través de

los monitores, etc. Sin embargo, a través de los oscuros vidrios que hacen de

paredes de la caseta se puede ver a los funcionarios del Metro realizando la

función principal: la venta de los tickets que permitirán el acceso al sistema.

En la parte superior de cada caseta se encuentra una especie de mapa que

indica el recorrido total que hace el ferrocarril, mostrando uno a uno los destinos

específicos a los que llega éste en su viaje. A su lado, una leyenda con colores

le explica al usuario qué ticket debe adquirir según la distancia del lugar al que

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102

se desee llegar expresada en cantidad de estaciones por recorrer. Además, se

ofrecen varias opciones como tickets que contienen más de un viaje o que

incluyen traslados en el sistema de autobuses del Metro (Metrobuses) los cuales

circulan por calles, avenidas y autopistas de la superficie de la capital y sus

adyacencias. Las Máquinas de Boletos, por su parte, son sistemas

automatizados que, a diferencia de las casetas, sólo se encargan de

proporcionar tickets al usuario, ésta vez a través de un mecanismo que

intercambia boletos por una cantidad exacta de monedas.

Los torniquetes son los entes autorizados para ceder al paso al corazón del

sistema o, en caso contrario, para salir de éste. Más específicamente son una

serie de máquinas que hacen las veces de línea fronteriza cerrando el paso,

hasta entonces relativamente libre, de los usuarios. Son los encargados de exigir

una verificación que compruebe que se transita por el sistema de manera legal.

Aunque su estructura de metal no sobrepasa la cintura de una persona de

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103

estatura mediana, cuenta con unos tubos rotantes que impiden el paso y que

sólo mostrarán movilidad una vez introducido el ticket en la abertura de la parte

superior. Ello, siempre y cuando la flecha de luz verde indique que está

habilitado en ese momento para el uso que se le pretende dar (entrar o salir) ya

que los que muestran una equis (X) de color rojo indican que funcionan para los

usuarios del otro lado. Una vez que el tubo se mueve con el impulso del cuerpo,

el ticket sale por el extremo contrario del torniquete ya que éste es tan necesario

para entrar como lo es para salir.

Al entrar, una encrucijada espera el usuario. En efecto, dos direcciones distintas,

dos caminos opuestos, son las opciones que se le presentan al pasajero. Los

nombres que llevan cada uno de éstas corresponden a los nombres de las

estaciones en las que finaliza el viaje de los trenes en cada una de las

direcciones. Así, “Palo Verde” y “Propatria” son para los usuarios y los

funcionarios del Metro mucho más que dos de las 39 estaciones que recorre el

sistema, ya que al ser las últimas estaciones de una y otra vía, se convierten en

puntos de referencia, en este caso de la línea 1. El usuario, entonces deberá

conocer hacia cuál de las dos direcciones se ubica el destino al que desea

llegar, lo cual podrá verificar en el mapa ubicado en la Caseta de Operaciones.

Cabe destacar que hay destinos correspondientes a estaciones que no se

encuentran contemplados en las líneas que ofrecen las dos direcciones antes

mencionadas, sino, en otra. Sin embargo, en estos casos se debe llegar primero

a una estación (correspondiente a alguna de las dos direcciones que posee cada

una de las líneas) que sirve como punto de conexión con esta otra línea. De

esta forma, hay estaciones como “Plaza Venezuela” y “Capitolio” que funcionan

como “Estaciones de Transferencia”.

Una vez ubicada la dirección que corresponde tomar de acuerdo con el destino

al que se pretende llegar, el usuario deberá descender por las escaleras a los

andenes correspondientes a dicha dirección. Los andenes de este sistema

subterráneo no se diferencian en mayor medida de los utilizados en otras

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104

estructuras ferroviarias: son lugares de espera del tren. Lo más importante a

resaltar es la gruesa línea de color amarillo que marca el límite que el pasajero

no puede traspasar en su espera. Obviamente el espacio existente detrás de la

línea amarilla es incomparablemente más grande que el que se encuentra entre

ésta y el lugar donde se detendrá el tren.

Los pasajeros colocados a lo largo del andén serán prevenidos de la llegada del

tren por un sonido metálico y el titileo de unas luces que les anuncia su

proximidad. Generalmente este tipo de señales representan una preparación del

pasajero quien se acerca a la línea amarilla, preparándose para ingresar en el

vagón. Cuando el tren se detiene, se abren las puertas, tras lo cual algunos

pasajeros abandonarán el vagón y otros ingresarán. Sólo es entonces que se

está permitido pasar la raya amarilla para abordar el tren. Cabe destacar que

son escasos los minutos que se dedican para la salida y entrada de pasajeros

de los vagones por lo que es importante resaltar que son actividades que se

realizan con rapidez. Una señal sonora es la encargada de anunciar que el

tiempo terminó y que las puertas están próximas a cerrarse.

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105

Ahora bien, el sonido del pito y el cierre de las puertas son principalmente

indicativos de algo: el viaje está a punto de comenzar. En estos momentos los

pasajeros deben ubicarse y distribuirse dentro del vagón lo mejor que puedan

según el espacio disponible de acuerdo a la cantidad de gente. Sillas con formas

rectangulares bordean toda la estructura del metro dejando libre las entradas y

salidas de los vagones y un pasillo espacioso por el que se pueden movilizar los

pasajeros a lo largo de estos; todo, claro está, dentro de un mismo ambiente.

Por lo tanto, además de las personas que puedan sentarse, el vagón ofrece

mucho espacio para viajar de pie, lo que por su puesto permite la movilización

de mucha más gente.

Así, cerca de las puertas unos tubos marcan el final de las sillas funcionando a

la vez como objetos estables, adecuados para que los pasajeros se sostengan

durante el viaje. De la misma manera, agarraderos que cuelgan desde la parte

alta del vagón o que descansan sobre el lado superior de las sillas, ofrecen

seguros instrumentos para sostenerse y disminuir así la pérdida de equilibrio y

de control de la movilidad personal producto del movimiento veloz y en

ocasiones violento del tren. Grandes ventanas de vidrios oscuros cubren gran

parte de las paredes de los vagones así como también una porción mayoritaria

de las puertas, devolviendo rostros reflejados en ellos y proporcionando una

sensación de amplitud.

El tren inicia su movimiento muy poco después de cerradas las puertas, a la vez

que una tonalidad identificativa del metro suena discreta, confundiéndose con el

ruido metálico que hace el tren en su andar. El arranque provoca un brusco

movimiento en el vagón que generará que los pasajeros se sostengan de sus

agarraderos o se mantengan firmes en sus sillas. Sin embargo, pronto la

velocidad se estabiliza sólo modificándose cuando otro fuerte movimiento indica

que el tren va a detenerse. Por los vidrios oscuros entonces se puede vislumbrar

la llegada a otro andén: una próxima estación. Ésta, sin duda, será el destino de

muchos otros pasajeros que abandonarán el vagón, así como nuevamente el

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106

momento de recibir nuevos pasajeros. Para los que no, la llegada a una estación

significará que están un paso más cerca de su destino.

Como es obvio, el proceso de salida es exactamente igual al de entrada, sólo

que en sentido contrario. Una vez arribado a la estación deseada, el usuario

deberá esperar que el tren se detenga por completo, que la señal sonora

anuncie la apertura de las puertas y deberá evacuar el vagón procurando ser lo

más rápido posible para no obstaculizar la entrada de los pasajeros que

esperaban la llegada del tren en el andén. Una vez fuera y alejado de la raya

amarilla, el usuario tendrá que encaminarse a las escaleras mecánicas

guiándose por los letreros que indican la salida, las cuales le permitirán

ascender hasta el espacio en el cual los torniquetes son la frontera con las

galerías.

Page 100: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

107

De la misma manera, como se hizo al acceder al sistema, el usuario procederá a

introducir por el torniquete que indique con la luz verde su disponibilidad, el

mismo ticket que utilizó para ingresar. Los tubos rotantes presentarán movilidad

y con el peso del cuerpo cederán el paso hacia las galerías. El torniquete

reconocerá que se ha cumplido la fase, es decir, que se ha realizado un viaje

completo y que ese boleto era el indicado para el número de estaciones que se

recorrieron. A menos que el ticket adquirido fuese de varios viajes o incluyese un

viaje en Metrobus, la máquina no devolverá el boleto al usuario que ahora se

verá libre para continuar su camino.

Traspasados ya los torniquetes, las Casetas de Operaciones y la Máquina de

Boletos pierden importancia, y un amplio espacio para la circulación se le abre al

usuario, en tanto que tiendas, exposiciones y obras de arte decoran las galerías

para funcionar ésta vez no tanto como bienvenida, sino como despedida de los

usuarios que ya abandonan el sistema por completo. Largas escaleras

mecánicas y de cemento ascienden desde diversos puntos de las galerías a la

superficie en la que la convulsionada vida citadina sigue su ritmo acelerado sin

sorprenderse siquiera de aquellos que emergen de las profundidades de la

tierra.

Page 101: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

108

El sistema del Metro de Caracas forma un todo unitario en cuanto a su

funcionamiento, pero como todo sistema se compone de partes u organismos

disímiles, quizás porque el Metro es en parte una representación de la ciudad

capital. Las estaciones que componen el sistema y que se distribuyen por el

noreste de la ciudad gozan de una infraestructura llena de exquisitos acabados y

de amplias obras artísticas.

Mientras que la gran mayoría de las otras estaciones ubicadas en el noroeste,

en el suroeste y en el sureste de la ciudad parecen haber sido olvidadas por esta

tendencia embellecedora, tal vez, también, porque el diseño de las líneas del

Metro responde a la ordenación de Caracas, que está caracterizada por albergar

en su ordenada y bien planificada ala este a los habitantes con un alto poder

adquisitivo, en tanto que el resto de la ciudad se muestra más caótica y menos

planificada.

Page 102: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

109

Las demás diferencias del Metro de Caracas, que no responden a la estética se

articulan también en torno a las construcciones sociales de los hábitats de la

capital, la gran parte noreste del sistema posee una circulación de usuarios

bastante escasa y solamente colmada en las horas pico del Metro representada

sólo los días hábiles de la semana en dos rangos el primero entre las 6:30am y

las 8:00am y entre las 4:00pm y las 6:30pm. Las tendencias diarias de tránsito

de usuarios es el traslado en horas de la mañana desde las líneas 2, 3 y la parte

noroeste de la 1 hacia la parte noreste de la línea 1 donde se encuentran una

buena cantidad de lugares de empleo y de estudio de la ciudad, y el regreso de

estos usuarios a sus viviendas provenientes del noreste del Metro a sus hogares

a lo largo del sistema.

Page 103: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

110

Page 104: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

111

III. LA VIDA HUMANA EN EL METRO DE CARACAS: ACCIÓN SIMBÓLICA,

UTILIDAD ESPACIAL Y ÓRDENES SOCIALES

La finalidad de este apartado es la de desplegar un modelo analítico que denote

la confluencia entre la metodología y las teorías que han encaminado esta

investigación, es decir, un marco interpretativo que dé cuenta del enlace entre

las nociones desplegadas en el marco teórico y las herramientas utilizadas en la

práctica etnográfica. Lo que realizamos aquí es la consumación de la

investigación, arrojando y examinando los resultados de nuestro estudio

exploratorio de la sociabilidad, el control social y la modernidad en el Metro de

Caracas.

Es en definitiva una interpretación de la vida social en el sistema de transporte

masivo que constituye el Metro de Caracas. Desarrollamos una lectura de los

niveles de sociabilidad que se efectúan diariamente en el sistema a partir de la

observación microsociológica de las interacciones sociales que los usuarios

realizan, y cómo éstos utilizan los espacios del Metro, otorgándoles significados

sociales. Se exploran también, los mecanismos de control social que restringen,

adecúan y encauzan la sociabilidad de los usuarios produciendo patrones de

comportamiento y pautas de interacciones que privilegian a través de la

información, la instrucción, la vigilancia y el castigo la ejecución de unas

sociabilidades por encima de otras. Se discurre también sobre el origen, la

articulación y la transmisión de estos mecanismos de control social.

Abarcar la sociabilidad, el control social y la modernidad dentro del Metro de

Caracas, es ahondar sobre la vida humana en el sistema y divisar, por ende, las

relaciones sociales que en él se gestan, es distinguir las acciones simbólicas de

los usuarios y como éstas utilizan el universo espacial del Metro, algunas veces

reproduciéndolo y otras transgrediéndolo, tomando en consideración las

implicaciones socioculturales de la instauración y manutención de ese modelo

de transporte masivo.

Page 105: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

112

III.1.Sociabilidad, Control Social y Modernidad en el Metro de Caracas

”…los pasadizos seguían paralelos como antes aunque ahora

el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio…

No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía

a ser de piedra negra y entonces yo no sabía que pasaba

del otro lado; y hasta pensaba que toda la historia

de los pasadizos era una ridícula invención mía y que

en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío”.

Ernesto Sabato

La sociabilidad, ha sido entendida por nosotros como una capacidad natural y un

medio cultural propios de las sociedades humanas que le otorgan al ser humano

la posibilidad de relacionarse con sus semejantes, constituyendo un orden

general de existencia. Asimismo, hemos distinguido diversos tipos de

sociabilidad que se caracterizan por el tipo de interacción que en ellas se

efectúan, obteniendo cuatro niveles en los cuales puede presentarse:

sociabilidad amplia, sociabilidad intermedia, sociabilidad reducida y sociabilidad

mínima. Estas categorizaciones dependen de la especificidad de los contextos

temporales o espaciales de cada sociedad, teniendo en cuenta que las

dimensiones de espacio y tiempo son construcciones sociales.

El Metro de Caracas representa de forma evidente un lugar especifico,

construido social y culturalmente como un espacio de tránsito y circulación,

constituido como un medio de transporte masivo. Aunque esta construcción

específica presenta a simple vista un todo coherente y unitario que identifica al

sistema como una institución indisoluble que traslada personas por toda la

capital venezolana, es posible diseccionar este sistema en diferentes espacios o

lugares clasificándolos según su uso, es decir, catalogándolos por la manera en

que los usuarios del sistema los utilizan, ya sea por la existencia de normas

establecidas que definen su usanza o por convenciones y diseños propios de los

usuarios.

Page 106: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

113

Puesto que los niveles de sociabilidad varían de acuerdo a los diferentes

espacios del Metro de Caracas, es pertinente y necesario pasar a describirlos.

Nuestra clasificación y descripción de estos diferentes espacios fue realizada

mediante la observación participante y flotante, la cual nos permitió captar y

distinguir las interacciones sociales que los usuarios realizan en el Metro de

Caracas, además de la producción y reproducción social del espacio del

sistema, por parte de los usuarios.

Así mismo, tomar en consideración la dimensión temporal es también

fundamental, como sabemos el Metro de Caracas presta servicio comercial

desde las 5:00 AM hasta las 11:00 PM, por la extensión de este periodo lo

hemos dividido en cuatro turnos que tomaremos en consideración para la

descripción posterior de las sociabilidades.

Los primeros espacios que podemos distinguir dentro de todo el espectro que

representa el sistema Metro de Caracas son los espacios de tránsito,

conformados por todos los lugares activos del sistema que se utilizan para cubrir

la primera y básica pretensión de la institución que consiste en trasladar

individuos de la manera más rápida posible, así cualquier zona que esté definida

para la circulación de los usuarios representa uno de estos espacios. Hay que

destacar que ningún lugar, zona o espacio dentro del sistema está construido de

forma azarosa, pues toda la estructura representa un todo complejo

delicadamente diseñado y construido para la finalidad del Metro. El territorio por

excelencia de tránsito lo representa el tren en su totalidad conformado por cada

uno de sus vagones, que transportan a los usuarios a lo largo de las líneas del

sistema; otros territorios que también conforman este espacio son las escaleras

mecánicas o no mecánicas, al igual que lo son los pasillos de transferencia que

realizan la conexión entre las líneas y que los usuarios recorren.

Page 107: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

114

De cierta forma el Metro de Caracas en su totalidad conforma un espacio de

tránsito, porque su función reside en el transporte rápido de personas a lo largo

de la ciudad de Caracas, sin embargo, existen espacios dentro de él que son

utilizados con otros fines no tan claros y directos, en ellos no es importante que

de una u otra forma se articulen con la totalidad del sistema, lo fundamental

reside en la usanza que se les da.

La segunda categorización la constituyen los espacios de espera, conformados

por zonas usadas por los usuarios para aguardar su traslado por la ciudad. Los

andenes o el andén dependiendo de la estación integran estos espacios que son

propensos al movimiento y a la circulación de individuos que esperan la llegada

del tren. Los espacios de espera son lugares estáticos, por supuesto que en

ellos los individuos se mueven, los usuarios pueden circular, pero este

movimiento, esta circulación no constituye el traslado definitivo a su lugar de

destino, sino un simple acomodo por el sitio de espera diseñado estrictamente

con esa finalidad.

Page 108: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

115

Los últimos espacios que podemos definir son los espacios de apropiación, que

conforman lugares originalmente diseñados para cometidos diferentes a los que

los usuarios le dan, estos territorios se distribuyen a lo largo y ancho del sistema,

incluso los espacios de transito o los espacios de espera son utilizados por

algunos usuarios de forma improvisada generando la creación de espacios de

apropiación. Las galerías de las estaciones del Metro de Caracas que preceden

a las casetas de operación y a los torniquetes pueden constituir este tipo de

espacio, aunque la gran mayoría de los usuarios que se trasladan por ellos

dándole la usanza para la que fueron diseñados y construidos, otros individuos

las usan como sitios de encuentro. Las entradas al sistema que se ubican en la

superficie de la ciudad suelen ser también utilizadas por los individuos como

sitios de encuentro, es decir, funcionan como espacios de apropiación pero

fueron ideadas con otro cometido, en este caso fundamental, como el de

ingresar al Metro.

Page 109: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

116

Las fronteras de estos espacios no están completamente delimitadas, pero

conforman una división importante de la utilización de los territorios del Metro de

Caracas. Es posible también distinguir estos espacios entre los que son

utilizados según la planificación del proyecto de construcción del sistema y los

que se usan de una forma improvisada o no planificada. Una mirada acuciosa

podría objetar que cualquier espacio de tránsito o espera puede ser

transformado en uno de apropiación, sin embargo la compleja trama de normas

y reglas que conforman el sistema, así como su planificación minuciosa hace

imposible las transformaciones constantes de territorios a espacios de

apropiación.

De todas formas, los lugares más propensos a ser usurpados son los espacios

de espera por su condición de pasividad, así, como veremos a continuación, la

conversión de un espacio de tránsito a uno de apropiación se erige como un

imposible: es difícil, imaginar una pareja de amigos que eligen como sitio de

encuentro una escalera mecánica de una estación cualquiera.

Page 110: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

117

III.1.1.Niveles y Frecuencias de Sociabilidad en el Metro de Caracas.

La Determinación Social de los Espacios

Qué niveles de sociabilidad se expresan en estos diversos espacios del Metro

de Caracas y cómo se efectúan. Efectivamente a lo largo del sistema de

transporte subterráneo podemos percibir todos los tipos o niveles de sociabilidad

que enunciamos en el capítulo “Construyendo la Sociedad: La Percepción de los

Componentes Sociales”, no obstante la frecuencia en que se gestan dichos

niveles nos hace posible enunciarlos en grados de preponderancia.

La sociabilidad mínima, es la más común en el sistema, caracterizada por las

interacciones más simples entre los usuarios del Metro, este nivel se presenta

de forma habitual en los desvíos originados por los individuos que perciben el

peligro de chocar con otra persona. En el Metro cada quien anda en lo suyo, son

raras las manifestaciones de interacciones diferentes a las de este nivel, en

donde la interacción reside en guardarse de los demás. Este nivel se expresa en

todos los espacios del sistema pero es preponderante en los espacios de

tránsito o de espera; cuando el espacio no está unido necesariamente a la

movilidad corporal de los individuos como estar en el anden en espera del tren o

encontrarse en el tren mismo hasta llegar a la estación de destino, los usuarios

realizan diferentes prácticas que los desligan de alguna forma del entorno social:

el buscar conversación es impensable, se recurre a la lectura del periódico, de

alguna revista, o de otro material, pero la lectura más abundante son las

publicaciones hípicas; otros buscan distraerse con los anuncios publicitarios y

otros apelan a un método muy habitual como el ensimismamiento.

El asunto parece encontrarse en la búsqueda de los usuarios del sistema de

proteger su yo interno frente a las demás personas, olvidarse de la sociedad y

transformarse en un individuo solitario, si bien se reconoce la cercanía de otros

dentro del sistema se evitan los intercambios que puedan desembocar en usos

sociales más complejos. En nuestro trabajo etnográfico la búsqueda de

Page 111: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

118

interacciones comunicativas con usuarios se vio siempre restringida por éstos

mediante la utilización de los recursos seguros de la evitación corporal o verbal.

Las repuestas verbales más comunes no podían originar una contrarespuesta

nuestra, sino que más bien marcaban el final de la charla:

- Hace calor verdad.

- Sí.

- Parece que no estuviera funcionando el aire acondicionado

- Sí.

- A usted qué le parece

- Sí, sí.∗

En el caso anterior al menos hubo una respuesta que hizo trabajar el aparato

fonador del usuario, pero en la mayoría de los casos no había respuesta al

intento de entablar una conversación más allá del bloqueo corporal, con bloqueo

corporal nos referimos a prácticas sociales que establecen delimitaciones

tajantes en los territorios personales de los que las ejercen a través de

movimientos culturales (en oposición a fisiológicos) de su cuerpo. Este tipo de

prácticas sociales fueron circunscritas por Erving Goffman dentro de un renglón

más general que él denominó glosa corporal, con lo que se refiere a un medio

por el cual un individuo puede tratar de liberarse de implicaciones

caracterológicas no deseables de lo que él se encuentra haciendo196. Aunque la

definición de bloqueo corporal es nuestra, podemos bien incluirla dentro de la

definición más general de Goffman197.

Podemos así, generar una tabla que dé cuenta de la frecuencia con la cual se

presenta en el Metro de Caracas la sociabilidad mínima, tomando en

∗ Tratamos de sostener conversaciones con varios usuarios en todas las estaciones que seleccionamos para la investigación obteniendo acciones bastante parecidas a ésta que mantuvimos con un señor de mediana edad en la estación El Silencio. 196 Erving Goffman: Relaciones en Público… op. cit., Pág., 140. 197 Erving Goffman, también utiliza la noción de marcas para definir diversos actos que reivindican el espacio personal. Erving Goffman, op. cit., Pág., 206.

Page 112: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

119

consideración las dimensiones de tiempo y espacio que hemos ya enunciado y

clasificado.

Sociabilidad Mínima:

Espacios/Horarios 5:00 - 9:30 9:30 – 2:00 2:00 – 6:30 6:30 – 11:00

De Tránsito A A A A

De Espera A A A A

De Apropiación D D C C

A: Muy Frecuente B: Frecuente C: Poco Frecuente D: Nada Frecuente

Siguiendo con nuestra distinción, la sociabilidad reducida, ocupa el segundo

renglón en cuanto a la asiduidad de los tipos de interacción que se efectúan en

el Metro de Caracas. Este nivel de sociabilidad es un tanto más elevado y

minucioso que la sociabilidad mínima, y al igual que ésta su característica

principal es la evitación y el resguardo del espacio personal; sin embargo, los

intercambios tienden a ser mucho más elaborados en este nivel de sociabilidad,

generalmente causados por los tropiezos que se originan en el casi siempre

lugar reducido de los espacios de tránsito. El bloqueo de un zona por donde el

usuario tiene planeado pasar es también una situación en la que puede

presentarse este nivel: en la sociabilidad mínima el individuo haría uso de un

empujón aunque fuera leve, pero en este nivel se recurre a habilidades más

elaboradas como solicitar el espacio deseado mediante los recursos seguros

disponibles, como los ejemplos siguientes, obtenidos del trabajo etnográfico:

- Un permiso por acá, por favor.

- Si como no.

- Gracias.

Page 113: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

120

- ¿Me da un permiso?

- Okey.

- Dame una cancha ahí you.

- Vaya pana.∗

Inclusive, ante los enunciados ritualizados del emisor que solicita un espacio por

el cual atravesar, el receptor puede simplemente brindar con su movilidad dicho

espacio sin cruzar palabra alguna.

Un tropiezo azaroso podría ser resuelto obviando lo sucedido dentro del nivel de

sociabilidad mínimo, pero aquí, una disculpa serviría para resguardar el espacio

personal al tiempo que se cumple con la ritualización social correspondiente. La

cuestión con la sociabilidad reducida es el resguardo del espacio personal a

través de estrategias que presentan un grado mayor de apertura, y que originan

la producción de intercambios correctivos o recursos seguros en situaciones

imprevistas. Estamos en presencia del cierre del universo social a partir de

interacciones sociales ritualizadas. Las zonas del Metro de Caracas más

propensas a la figura de la sociabilidad reducida son los espacios de tránsito y

los espacios de espera, mientras que su preponderancia disminuye de forma

considerable en los espacios de apropiación.

El nivel de sociabilidad reducida, se observa dentro del sistema de transporte

subterráneo, en la medida en que los controles y delimitaciones del espacio

personal utilizados por los usuarios son violentados, lo que los hace recurrir a

ritualizaciones que pueden presentarse, como hemos enunciado, en forma de

glosas corporales o recursos seguros, que les permitan salir de la situación no

planificada.

∗ Los tres casos se captaron en el trabajo etnográfico a través del registro fonográfico en vagones de trenes del Metro; el primero y el tercero de los ejemplos se realizaron en la línea 1 y el segundo en la línea 2.

Page 114: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

121

Queda así conformada la tabla de frecuencia con que se presenta la sociabilidad

reducida dentro del sistema de transporte masivo Metro de Caracas, tomando en

cuanta los espacios y tiempos del mismo.

Sociabilidad Reducida:

Espacios/Horarios 5:00 - 9:30 9:30 – 2:00 2:00 – 6:30 6:30 – 11:00

De Tránsito A C A C

De Espera A C B C

De Apropiación D C C D

A: Muy Frecuente B: Frecuente C: Poco Frecuente D: Nada Frecuente

En cuanto a la sociabilidad intermedia, está identificada por interacciones

sociales que realizan una apertura moderada del espacio personal, y en donde

el universo social es mucho más abierto. Este nivel es difícil de percibir en el

Metro de Caracas de forma espontánea entre desconocidos, sino más bien entre

usuarios que circulan por el sistema acompañados por otros individuos con los

cuales poseen relaciones sociales distintas al anonimato. La situación más

común en la que se presenta este tipo de sociabilidad es en los espacios de

tránsito y en los espacios de espera, donde en su mayoría compañeros de

trabajo o de estudio abordan el sistema juntos, se los observa en unión grupal

casi siempre después al volver de las labores diarias; se debe recordar que del

total de usuarios diarios del Metro de Caracas, más del 75 por ciento son

estudiantes o trabajadores198.

Los intercambios entre usuarios que poseen este tipo de relación lejana al

anonimato, reside en su totalidad en conversaciones acerca de diversos temas,

198 www.metrodecaracas.com.ve

Page 115: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

122

los cuales pululan entre las dinámicas propias de sus actividades diarias, la

política o el deporte. Estos intercambios de apoyo que conforman la sociabilidad

intermedia se gestan entre individuos que poseen relaciones generadas en otros

espacios ajenos al Metro (escuelas, universidades, trabajos, entre otros), y que

ingresan a éste sólo en calidad de medio de transporte, transitan a lo largo del

sistema produciendo este nivel de sociabilidad, pero su producción no depende

tanto de los espacios y tiempos del sistema como la sociabilidad mínima o la

sociabilidad reducida.

-¿Tu crees que Chávez pierde el referéndum?

- No sé, yo creo que no.

- Si yo tampoco sé, pero ese bicho tiene su gente también.

- Sí vale, claro que la tiene.∗

La sociabilidad intermedia se genera en el Metro de Caracas a partir del paso de

los individuos por el sistema, pero no por la elección de éstos a interactuar en

estos espacios. Una muestra de ello lo conforman los horarios en que son

originadas estas relaciones, sobre todo en el rango de las 2:00PM a las 6:30PM,

períodos temporales caracterizados por ser las horas de salida de una

abundante cantidad de lugares laborales y de instituciones educativas; parte de

este rango de tiempo experimenta (el que va desde las 4:00 hasta las 6:30) la

tasa más alta de circulación de usuarios a través del sistema. No obstante, la

congestión del Metro no evita la presencia de la sociabilidad intermedia entre

sus usuarios. En los espacios de espera es bastante común observar esta

sociabilidad, incluso hay grupos que aguardan la llegada de varios trenes para

abordar el menos congestionado; los espacios de tránsito también muestran

esta condición aunque la interacción puede tender a reducirse en algunos

horarios. Podemos, en este punto realizar el cuadro que nos muestre la

frecuencia en la que se presenta la sociabilidad intermedia.

∗ Esta conversación que ejemplifica la presencia de sociabilidad intermedia la obtuvimos en la práctica etnográfica, en la estación Capitolio, gracias al registro fonográfico.

Page 116: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

123

Sociabilidad Intermedia:

Espacios/Horarios 5:00 - 9:30 9:30 – 2:00 2:00 – 6:30 6:30 – 11:00

De Tránsito D C B B

De Espera B B A A

De Apropiación D C B D

A: Muy Frecuente B: Frecuente C: Poco Frecuente D: Nada Frecuente

La siguiente en distinguir es la sociabilidad amplia, que se define por la

presencia de relaciones sociales de arraigo y solidaridad, que conllevan a

interacciones de cooperativismo y afecto. Es posible percibir esta sociabilidad en

el Metro de Caracas en diferentes espacios, es bastante habitual observarla en

los espacios de apropiación, que son normalmente utilizados como lugares de

encuentro entre individuos que colocan como punto alguna zona especifica de

las estaciones del Metro; se puede percibir este uso espacial mayoritariamente

en las galerías de las estaciones pero también los torniquetes, los andenes, los

teléfonos públicos, salidas particulares de las estaciones, entre otras pueden ser

usadas como sitios de encuentro, comúnmente utilizados por parejas o amigos.

- Mira y como siguió tu papa de la vaina esa que le dio.

- Bueno mejor, pero todavía le da el dolor a veces.

- porque ya es como la tercera vez que le da esa vaina.

- Si, tú te acuerdas que el año pasado le dio también lo mismo.∗

La finalidad de estos encuentros, salvo casos muy raros, no reside en la

pretensión de interactuar en los espacios del sistema, sino más bien, en

trasladarse a otros lugares. Es viable también el encuentro casual dentro del

∗ Platica obtenida en la etapa etnográfica de la investigación por medio del registro fonográfico, en un vagón de uno de los trenes de la línea 3.

Page 117: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

124

Metro de Caracas entre individuos que poseen relaciones de arraigo, como las

que hemos enunciado, y de forma azarosa se realicen entre ellos intercambios

no planificados, que dan muestra de una sociabilidad amplia, sin embargo este

caso no es fácil de observar.

Una de las prácticas más generalizadas que se realizan entre la sociabilidad

amplia la conforman la circulación por el Metro de Caracas de niños en edad

escolar acompañados por sus representantes, casi siempre en horarios

escolares, lo que representa para nuestra división temporal los dos primeros

períodos, dirigiéndose hacia el centro de estudios o viniendo de él.

Nuestro cuadro de frecuencia queda conformado de esta forma en el nivel de la

sociabilidad amplia.

Sociabilidad Amplia:

Espacios/Horarios 5:00 - 9:30 9:30 – 2:00 2:00 – 6:30 6:30 – 11:00

De Tránsito B B C D

De Espera B B D D

De Apropiación B A A B

A: Muy Frecuente B: Frecuente C: Poco Frecuente D: Nada Frecuente

Habiendo desarrollado la frecuencia con que se presentan los diferentes tipos de

sociabilidades en el Metro de Caracas, y como éstas se manifiestan más

comúnmente dentro del sistema, podemos brindar algunos datos que

ejemplifiquen mejor el fenómeno de la sociabilidad. Si tomamos en cuenta la

repetición de A (muy frecuente) en la medida en que aparece en cada una de las

tablas de sociabilidad, obtendremos que la cantidad de apariciones es de 15,

mientas que B (frecuente) se obtiene 12 veces, C (poco frecuente) se genera en

11 oportunidades y D (nada frecuente) en 10 ocasiones (Anexo 3). Nos interesa

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125

aquí percibir cuál es la sociabilidad que presentó una mayor cantidad de A.

Veamos, la sociabilidad amplia 2; la sociabilidad intermedia 2; la sociabilidad

reducida 3, y la sociabilidad mínima 8. Esto genera que en términos de

frecuencia, el tipo de sociabilidad preponderante en el Metro de Caracas es la

sociabilidad mínima, luego se encuentra la sociabilidad reducida y la sociabilidad

intermedia y amplia.

Lejos de pretender cuantificar entramados sociales como lo es la sociabilidad, la

producción de estas frecuencias demuestran de manera diluida y simple cómo y

qué niveles de sociabilidad se presentan en el Metro de Caracas, si bien

observamos en los distintos tiempos y espacios una buena variedad de

sociabilidades e incluso su coexistencia, también percibimos las relaciones de

desigualdad entre ellas. Debemos, empero realizar algunas precisiones. Lo

primero que hay que apuntar es que las sociabilidades varían, como hemos

visto, en cuanto al periodo de funcionamiento diario del servicio comercial, pero

semanalmente tal variación no se genera. Es decir, si bien puede haber un

incremento en la sociabilidad amplia los fines de semana por ser días asumidos

por la sociedad venezolana como de descanso, en las cuales algunas familias

acostumbran a trasladarse en conjunto a lo largo de la ciudad utilizando el Metro

de Caracas, ese hecho no representa un rasgo significativo en cuanto a la

variación semanal de las sociabilidades, que es bastante constante a lo largo de

la semana.

Los niveles de sociabilidad como vimos en capítulos anteriores, no están

representados necesariamente por las interacciones sociales de las cuales se

acompañan, es preciso detenerse en este punto pues el Metro de Caracas

constituye un espacio de la ciudad muy particular en el cual se tienden a

transformar y redimensionar, como veremos más adelante, las relaciones

sociales, lo cual suele solapar las formas en que se presenta la sociabilidad

formando un tejido difícil de percibir, por lo que se recalca la importancia de un

acucioso trabajo etnográfico.

Page 119: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

126

Quizás un ejemplo sirva para revelar nuestro enunciado; una pareja de novios

que transita por un centro comercial cualquiera, tiene manifestaciones de

cooperativismo y afecto propias de ese tipo de relaciones en condiciones

normales (nuestro ejemplo no incluye los cataclismos amorosos), y cualquier

individuo que dirija su mirada a la pareja se dará cuenta de su condición o al

menos la sospechará; en el Metro esa condición no es tan evidente y la mirada

del individuo debe ser mucho más acuciosa para darse cuenta de qué tipo de

relación guardan esos sujetos. Es indudable que el espacio del centro comercial,

como cualquier espacio, configura sus manifestaciones y determina en cierto

grado sus formas de interacción, tampoco estamos negando que haya a diario

en el Metro de Caracas manifestaciones afectuosas abiertas de parejas, pero lo

que sí sostenemos es que la condición de noviazgo como un tipo de relación

social específica (por ejemplo) es más difícil descubrirla dentro del sistema199,

por la capacidad de éste a configurar el tejido social.

La configuración del tejido social dentro del Metro de Caracas, es una

consecuencia directa del diseño del sistema que responde a una arquitectura

utilitaria. Como acabamos de ver, los espacios del sistema pueden ser divididos

según el uso que los usuarios le otorguen, sin embargo todos los espacios están

delineados en el proyecto Metro para llevar a cabo la tarea de transportar

individuos por toda la ciudad. Aunque existen espacios utilizados por lo usuarios

con fines diferentes al sentido principal del sistema, que hemos denominado

espacios de apropiación, estos han sido generados por el proyecto a partir de un

sentido de lógica funcional.

De esta manera, el primer efecto que genera este diseño es la determinación

del espacio total del sistema como única y exclusivamente un medio de 199 Durante el trabajo etnográfico nos fijamos en un grupo de cinco jóvenes, tres mujeres y dos hombres de edades entre 18 y 20 años que se encontraban en la estación de Plaza Venezuela; mientras estaban en el anden, subían las escaleras mecánicas, pasaban los torniquetes, y dejaban la galería hasta antes de estar fuera del Metro sus interacciones daban cuenta de un tipo de sociabilidad intermedia, pero al salir del sistema descubrimos sorpresivamente que había dos parejas entre el grupo: una se tomó de las manos y la otra se besó justo en los instantes en que dejaban atrás la salida del Metro para aventurarse en el boulevard de Sabana Grande.

Page 120: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

127

transporte masivo, cuya tarea es distribuir personas a lo largo de la capital. Este

efecto no tiene nada de extraordinario, todos los espacios son socialmente

construidos y esa construcción configura sus usos así como sus posibilidades

sociales. Está claro, que la codificación social de los espacios puede producirse

desde el espectro del totalitarismo y la imposición hasta formas ampliamente

democráticas. La determinación social de los espacios, desde donde sea

producida, limita las posibilidades de acción así como las interacciones sociales

en dichos espacios, puesto que ningún espacio moderno es completamente

libertario, todos restringen sus usos. El Metro de Caracas, al igual que todo

espacio construido socialmente circunscribe su utilización.

Como hemos enunciado, la planificación de su construcción delimita cada sector

del sistema para un uso específico: nada sobra, nada está demás, todo tiene un

uso debidamente programado. Los espacios de tránsito, espera y hasta de

apropiación no son el resultado del azar. Veamos el recorrido común de los

usuarios del sistema.

Entrada Venta

de Boletos

Tren

Anden

Salida

Anden

Page 121: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

128

Dentro del esquema también existen espacios de tránsito menores que ayudan

en la circulación de los usuarios, como las escaleras. Como vemos la definición

del sistema es lineal en el sentido de su direccionalidad y de su uso. Esta

linealidad no genera muchas opciones al usuario en cuanto a la usanza del

Metro. Está claro que el diseño del sistema restringe las posibilidades de

usanza. Sin embargo, no es únicamente el esquema de construcción lo que

adecúa la conducta de los usuarios, o más precisamente su sociabilidad.

III.1.2. Encauzamiento y Control de la Sociabilidad de los Usuarios del

Metro de Caracas: Un Discurso Institucional Autodefinido

El encauzamiento y control de la sociabilidad de los usuarios del Metro de

Caracas, se articula a partir de un discurso institucional autodefinido por el

proyecto-sistema, el cual se organiza a través de tres claves conceptuales

principales, que dan cuenta de su cometido: Limpieza, Seguridad y Orden. Las

denominamos claves conceptuales porque estos términos representan mucho

más que simples palabras, ya que configuran todo el sistema de símbolos que

reproduce al Metro dentro y fuera de él. Las claves conceptuales constituyen el

núcleo central desde donde el Metro de Caracas, toma las decisiones y organiza

las estrategias institucionales desde sus inicios como proyecto hasta la

actualidad.

Estos conceptos que configuran el sistema simbólico del Metro, son los

productores y reproductores de las tácticas y estrategias de control social: son

los términos que definen a la institución, es lo que hay que cuidar, es lo que

debe mantenerse por siempre, son los eslóganes que configuran al sistema200.

Aunque, la producción simbólica, y todo lo que ella conlleva está articulada por

estas categorías, no debemos caer en el error de pensar que ellas (las

200 Entrevista a supervisor de estaciones del Metro de Caracas 15/8/04 (Anexo 4).

Page 122: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

129

categorías: limpieza, seguridad y orden) se generaron solas, como una

estrategia sin estrategas, fueron ideadas por un conjunto de individuos, no por

una masa antropomórfica que se mueve por si misma, sino que es producida y

reproducida por personas.

A partir de las claves conceptuales, se articulan los mecanismos de control

social que se encargan de mantenerlas, adecuando la sociabilidad de los

usuarios y determinando cuales son sus posibilidades de acción; en el sistema

todas las conductas son permitidas siempre y cuando no atenten en contra de

las claves conceptuales. La presentación principal de la manutención de las

claves se encuentra en el texto normativo conformado por 27 reglas de

conducta.

1. No ingrese a las áreas cuyo acceso esté prohibido.

2. Obedezca instrucciones o pídalas al personal uniformado en caso de accidente

o situación imprevista.

3. Use el dispositivo de alarma del vagón en caso de emergencia dentro del tren.

4. No abordar o bajar del tren después de oír la señal del cierre de puertas.

5. Sujetarse al pasamano en las escaleras mecánicas.

6. No fumar.

7. No tomar fotografías con flash.

8. No utilizar aparatos de sonido.

9. Prohibido el ingreso de niños menores de 8 años sin sus acompañantes.

10. Prohibido el ingreso de personas ebrias o con trastornos mentales.

11. No ingerir alimentos o bebidas dentro del Metro.

12. Bote la basura en los recipientes disponibles para ello.

13. No raye las paredes o instalaciones del sistema.

14. No porte bultos de gran volumen.

15. Deje salir para poder entrar.

16. circule siempre por la derecha.

17. No ingrese a las estaciones con animales.

18. No corra dentro del Metro.

19. Respete las colas.

20. Abstenerse de dar alarmas injustificadas.

21. Mantenga a los niños tomados de la mano.

Page 123: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

130

22. Conserve su boleto en buen estado.

23. No atraviese la raya amarilla hasta que el tren se detenga y abra sus puertas.

24. No coloque los pies en las paredes.

25. No dañe ni ensucie las paredes del sistema.

26. No escupa.

27. No impida el desempeño de los empleados dentro del sistema.201

Las reglas expresadas aquí, buscan el funcionamiento óptimo del sistema que

descansa en este código normativo, y a partir de él entran en funcionamiento los

mecanismos de control social que ha generado el Metro de Caracas para

encauzar la sociabilidad de los usuarios, y así cumplir con el mayor rendimiento

posible del sistema de transporte. La razón de que se generen con esa

frecuencia los niveles de sociabilidad que observamos, es la existencia de los

dispositivos de control que regulan la conducta de los usuarios, sin la presencia

de ellos la frecuencia de sociabilidades sería indudablemente distinta. Ahora

bien, ¿Cuáles son estos mecanismos? La observación etnográfica nos permitió

distinguir dos mecanismos principales que ahora podemos enunciar y que son

los encargados de restringir la sociabilidad de los usuarios dentro del Metro de

Caracas.

Existe primeramente, un mecanismo de información-formación, de orden

discursivo, que posee la doble función de transmitir e instruir las reglas y normas

que rigen al sistema. En primer lugar, comunica, avisa, advierte y prohíbe

acciones a los usuarios al mismo tiempo que los instruye con un código del

deber ser ciudadano. Todo el sistema Metro está rodeado de signos y señales,

que abarcan un gran universo de sentidos: flechas que guían a los usuarios el

rumbo a seguir, que indican salidas, transferencias, direcciones; signos que

muestran prohibiciones o advertencias específicas.

201 www.metrodecaracas.com.ve

Page 124: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

131

Todos diseñados con la finalidad de adecuar la conducta, de indicar cuál es la

ruta que deben seguir los usuarios, de evitar la congestión y conseguir la rápida

circulación de los individuos202. Los avisos de información comunican cuáles son

las reglas y normas que deben cumplirse en el sistema, enunciando también los

indicativos que ayudan a los usuarios a encontrar su destino. Pero además de

estos signos y señales, existen un conjunto de mensajes que educan, forman,

urbanizan a los usuarios acerca del sistema, estos mensajes se presentan casi

en su totalidad mediante publicidades institucionales, que crean componentes

ético/morales entre los individuos y el sistema, generando formas complejas de

estados anímicos y motivaciones que obligan superestructuralmente a los

individuos a acatar las normas del Metro. Estos componentes ético/morales se

basan en la inclusión y responsabilización del cuidado del sistema a los

usuarios.

-Se les recuerda a los señores usuarios que deben mantener a sus niños tomados

de la mano.

-Se les recuerda a los señores usuarios que no deben ingerir alimentos dentro de

las estaciones o vagones del Metro, recuerde que la limpieza es tarea de todos

-Se les recuerda a los señores usuarios que deben estar atentos a sus

pertenencias, recuerde que la seguridad es tarea de todos.∗

La publicidad institucional, observada en las estaciones escogidas por este

estudio, la cual conforma un cuerpo ciudadano, se estructura como hemos

dicho, en las nociones de limpieza, seguridad y orden; estos dispositivos no

dependen sólo de la estructura interna del sistema sino también de los usuarios.

202 “A nosotros no nos importa como se desplacen, sino que se monten y se vayan”. Entrevista a supervisor de estaciones del Metro de Caracas 15/8/04 (Anexo 4). ∗ Anuncios hechos por la caseta de información de la estación Silencio, y comunicados a los usuarios a través de los altavoces del sistema interno de sonido de la estación. Estos anuncios fueron recogidos en el trabajo etnográfico por el registro fonográfico.

Page 125: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

132

Lo que se presenta en este punto es la creación de un contrato social, entendido

como un acuerdo entre miembros de un grupo con el fin de establecer reglas,

privilegios, obligaciones y derechos; es evidente que la creación de este acuerdo

ha dependido más de una dirección institucional que de una actividad

democrática de la sociedad venezolana.

El mecanismo de control social de información-formación es transmitido a los

usuarios de dos formas distintas, auditivas o visuales; por una parte, de manera

auditiva a través de los altavoces que se encuentran distribuidos a lo largo de

todas las estaciones y vagones del Metro, son auditivos porque se reproducen

en sonidos que los usuarios captan con el sentido de la audición, esta

comunicación auditiva puede presentarse en diferentes contenidos: recordatorio

Page 126: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

133

de normas o mensajes de publicidad institucional, y puede estar articulado a

través del lenguaje hablado (“Se les recuerda a los señores usuarios que deben

circular por su derecha”) o de sonidos específicos (como la señal sonora que se

emite en los vagones antes del cierre de sus puertas).

La otra forma en que se presenta este mecanismo es de manera visual,

expresándose de tres formas distintas; en señales, que identifican las rutas a

seguir por los usuarios (como nombres de direcciones, flechas, etc.); signos, que

indican prohibiciones de conductas o de acciones (no comer, no fumar, etc.); y

mensajes más complejos presentados en lenguaje escrito que contienen

recordatorio de normas y reglas así como una amplia gama de publicidad

institucional (anexo 5).

Page 127: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

134

La existencia de este mecanismo actúa sobre los usuarios reforzando

constantemente su conocimiento de las normas y reglas, al mismo tiempo que

los instruye en la conformación del cuerpo ciudadano del Metro de Caracas. De

esta manera los usuarios conocen cuáles son las normas a seguir, no sólo por la

forma en que éstas son comunicadas sino por su transmisión constante a lo

largo de los veinte años de existencia del sistema, a la par que desarrollan y

reproducen conductas aceptadas y generadas por el sistema para su propio

mantenimiento.

(…) a nivel del inconsciente tanto repetirte algo, algo te queda, eso pasa desde en

la crianza de un hijo hasta con los anuncios al público, los anuncios al público

refuerzan conductas que el usuario debe mantener dentro del Metro, por ejemplo no

acercarse a la raya amarilla (…) se da el anuncio de que no deben ingerir alimentos

tu ves que algunas personas entran y comen escondiditos porque saben que están

haciendo algo que inconscientemente ya se les ha internalizado que no lo pueden

hacer; o sea son un poco de normas que de tanto repetírselas a los usuarios ellos

las internalizan, las respetan y velan por que los demás las cumplan.203

203 Entrevista a supervisor de estaciones del Metro de Caracas 15/8/04 (Anexo 4).

Page 128: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

135

La sociabilidad genera mecanismos de control social que la regulan, destacando

cuáles son las conductas aceptadas y cuáles las reprobadas que pueden seguir

los individuos de un grupo. Para un individuo la reproducción de

comportamientos permitidos arrojará interacciones en su grupo social que

pueden abarcar desde el anonimato hasta la aceptación, mientras que la

consecución de conductas reprobadas o no aceptadas generarán reprobaciones

e incluso castigos y sanciones por parte del grupo social.

Un sistema cultural cualquiera, que únicamente posea mecanismos de

información no será un sistema muy efectivo. Si bien la creación de un código

ético/moral produce estados anímicos y motivaciones en los individuos, que los

estimulan a comportarse de una manera determinada, la inexistencia de

dispositivos punitivos pone en riesgo la cohesión social. El otro mecanismo de

control social que el Metro de Caracas utiliza para encauzar la sociabilidad de

los usuarios es el mecanismo de vigilancia-sanción, que tiene la tarea de suplir

al primer mecanismo, si no es suficiente la comunicación instruida de las normas

y reglas que deben seguir los usuarios en el sistema, este segundo mecanismo

aparece en escena. El mecanismo de Vigilancia-sanción representa una serie de

prácticas punitivas articuladas a través del modelo del panóptico, que se

modulan a partir de los discursos producidos por el mecanismo de información-

formación.

Este patrón consiste en el diseño, construcción y mantenimiento de un aparato

complejo de vigilancia que permite la visibilidad constante de los individuos que

se controlan, para Michel Foucault es el aparato disciplinario perfecto que le

permite a una sola mirada verlo todo permanentemente204, mientras esa mirada

no es observada, el juego de visibilidades del que se compone el panóptismo

consiste en esta unilateralidad de la vigilancia, los organismos encargados de

controlar a los individuos pueden observarlos, escudriñarlos a todos al mismo

204 Michel Foucault: Vigilar y Castigar... op. cit., Pág., 178.

Page 129: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

136

tiempo, mientras que los individuos observados no sólo pueden ver el

instrumento que los observa mas no a los observadores, incluso aquí reside una

de las capacidades de este modelo, la incertidumbre que genera en los

vigilados, la impermeabilidad de la observación panóptica hace imposible saber

con precisión si el vigilante los observa o no.

El Modelo del panóptico actúa en el Metro de Caracas a partir de la ubicación

metódica de cámaras en un circuito cerrado de seguridad que recorre todo el

sistema∗, permitiendo la vigilancia constante de todas las áreas del Metro, este

mecanismo se conduce en conjunto con el sistema de audio de las estaciones

que modula la dimensión del castigo y la sanción.

∗ Con la única excepción de los vagones del tren, todo el resto de sistema del Metro de Caracas esta cubierto por cámaras de seguridad que los vigilan constantemente. En el trabajo etnográfico tratamos en diferentes estaciones de descubrir algún espacio que no estuviera vigilado por el sistema de cámaras, pero no llegamos a descubrir ningún intersticio o abertura espacial que pudiera escapar del sistema de seguridad. Para más imágenes del sistema de cámaras ver Anexo 6.

Page 130: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

137

La eficacia del mecanismo de vigilancia-sanción reside en la capacidad misma

del panóptismo para adecuar la sociabilidad. En el Metro de Caracas, cualquier

individuo con el que haya fallado el mecanismo de información-formación, y que

presente por esto una conducta no permitida en el sistema o que atente contra

su cometido básico de transportar personas será rápidamente encauzado hacia

el buen comportamiento, primero, el individuo en cuestión es captado por las

cámaras y reflejada su imagen en el juego de pantallas que posee cada una de

las estaciones en la caseta de información, con un funcionario del Metro

dispuesto para la tarea de observar el sistema; luego el funcionario enuncia a

través del sistema de audio un recordatorio general de las normas, o de la

norma que el individuo captado está incumpliendo, si este llamado no tiene

efecto el empleado del Metro hará un anuncio que involucre y señale

únicamente al usuario transgresor, y si este emplazamiento personal no funciona

entonces se recurrirá a la utilización del personal de vigilancia que de forma

coercitiva resolverá el asunto. Las soluciones más comunes son el desalojo del

usuario o usuarios transgresores de las instalaciones, si la falta amerita una

mayor severidad los usuarios serán registrados en un libro de novedades donde

se lleva el reporte de los hechos atípicos, los estatutos legales poseen castigos

determinados para los individuos que violen normas del sistema Metro, estas

violaciones se consideran como alteraciones del orden y la vía publica∗.

∗ Durante una de las jornadas del trabajo etnográfico violentamos sistemáticamente varias prohibiciones del Metro, estando en un vagón de la línea 2 accionamos el botón de seguridad que se encuentra al lado de las puertas del vagón, mientras el tren estaba en movimiento hacia la próxima estación, el conductor dijo por las bocinas del tren que se había detectado una señal de alarma y que si la emergencia continuaba se presionara de nuevo el botón, lo cual hicimos, al llegar a la estación dos funcionarios del Metro de Caracas, esperaban justo en las puertas donde habíamos accionado la alarma, preguntaron cual era la emergencia, y les explicamos que queríamos accionar el dispositivo para ver que ocurría, acto seguido nos trasladaron a un cuarto en la galería de la estación de Las Adjuntas, tomaron nuestros datos personales luego de una reprimenda verbal, decomisaron nuestra grabadora y nuestra cámara fotográfica (que recuperamos a los dos días sin el casete ni el rollo llenos de valiosa información) y nos dejaron marchar con la amenaza de sanciones legales, luego de una amplia explicación a la supervisora N. C. a quien realizamos a partir de este incidente la entrevista ya mencionada.

Page 131: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

138

Veamos un ejemplo, que se registró durante el trabajo etnográfico (en la

estación de Petare), cuando un muchacho de aproximadamente 14 años quiso

impresionar a sus dos acompañantes femeninas, traspasando la raya amarilla:

1. Usuario Transgresor traspasa la raya amarilla.

2. Grabación reproducida a través del sistema de sonido de la estación:

-“Se les recuerda a los señores usuarios que deben mantenerse alejados de la raya

amarilla y sólo atravesar ésta cuando el tren se detenga y abra sus puertas”.

3. Usuario Transgresor retrocede un paso, pero aun continúa parado encima de la

señalización.

4. Funcionario de la estación se dirige al usuario por medio del sistema de sonido:

-“Se le agradece al joven de franela amarilla que quiere llamar la atención que se

retire de la raya amarilla por su propia seguridad”.

5. Usuario Transgresor se voltea y ríe con sus acompañantes sin retirarse de la raya

amarilla.

6. Funcionario de la estación hace un llamado interno a través del sistema de

sonido:

-“Personal de la V. favor dirigirse a andén uno, personal de la V. favor dirigirse al

andén uno”.

7. Dos funcionarios de la estación identificados con el logotipo de “atención al

usuario”, interceptan en el andén al joven, uno de ellos lo toma por el brazo y lo

llevan a la salida de la estación.

8. Usuario Trasgresor sigue sin chistar a los funcionarios del Metro y ve cómo sus

acompañantes de desentienden de la situación por medio del lenguaje corporal.

El ejemplo en conjunto refleja la actuación del Mecanismo de Vigilancia-sanción,

pero también de información-formación, el usuario trasgresor trata de hacer

alarde de su “valentía” violentando una norma del Metro, prueba su “coraje”

traspasando la raya amarilla porque conoce de antemano su significado, y

Page 132: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

139

conoce también que existe un aparato que lo está observando, por su parte el

sistema se reorganiza en torno al segundo dispositivo, al captar la violación de

una norma de seguridad, llama la atención en general y luego con precisión al

usuario en busca de que la vergüenza pública lo afecte y deponga su aspiración

transgresora, cuando esto tampoco funciona entonces entra en uso la coacción

por medio de la fuerza física, que termina echando fuera del sistema al

alborotador.

El caso anterior, mostrado en el ejemplo es un caso sumamente raro de

presentarse dentro del Metro de Caracas, lo más común es que este segundo

mecanismo de control social no se presente de manera explícita aunque los

usuarios saben constantemente que está presente. La transmisión de este

mecanismo, se efectúa visualmente a través de la captación por parte de los

órganos visuales de usuarios de las cámaras que los vigilan que por demás no

fueron colocadas en el sistema de manera oculta sino por lo contrario muy a la

vista de los individuos. Este juego de visibilidades genera el efecto propio del

panóptico que ya hemos mencionado, los usuarios nunca saben con certeza si

los funcionarios del sistema lo están observando o si su atención está

concentrada en otro lugar, y por lo tanto debe actuar en todo momento como si

lo estuvieran observando, como si estuviera bajo vigilancia; es aquí donde radica

la principal diferencia real (percibida en el estudio sistemático del Metro) y ficticia

(elaborada a partir de la publicidad institucional que autodefine el Metro) entre

los usuarios y los empleados del Metro de Caracas, los dos son residentes

temporales del mismo espacio pero se encuentran en posiciones diametralmente

opuestas, nada obstruye las líneas visuales del segundo grupo, mientras que el

primero se ve forzado a actuar en un territorio completamente vigilado.

Page 133: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

140

La transmisión de este mecanismo, de orden práctico, también se realiza, como

vimos, por medio de los altavoces que se encuentran a la largo del sistema, es

decir se comunican de manera auditiva, en este caso a través de advertencias o

llamados de atención concretos, así como de indicativos precisos que buscan la

intervención de la coacción física.

Entonces, obtenemos que los dispositivos o mecanismos de control social que

regulan la sociabilidad de los usuarios del Metro de Caracas, se presentan en

las formas de discursos y de prácticas articuladas dentro del sistema. En primer

lugar, el mecanismo de información-formación se encarga de la comunicación de

las reglas y normas así como de la instrucción y educación de los usuarios, a

través de la conformación de un cuerpo ciudadano que descansa en principios

ético-morales de comportamiento dentro del sistema que se rigen a partir de las

conductas permitidas en el Metro, estas son todas aquellas que no atenten

Page 134: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

141

contra la finalidad primigenia del sistema que reside en transportar individuos

masivamente a lo largo de la ciudad de Caracas. La conformación de una

entidad social que defina privilegios, normas, reglas, sanciones, es decir la

construcción de un contrato social configura en su totalidad un sistema simbólico

que aunque configurado por una minoría, se expandió englobando a todos los

individuos que ingresan al sistema, el reconocimiento de su existencia como

ciudadanos y la posibilidad de ingresar al Metro de Caracas se da sólo si

cumplen con las normas, es decir únicamente si aceptan y reproducen el orden

general de existencia (relaciones sociales y representaciones simbólicas)

regulado por un campo de vigilancia y control social.

El establecimiento de de un cuerpo ciudadano, y la aceptación y reproducción

del orden general de existencia que se configura en el Metro de Caracas, posee

la capacidad de generar tanto estados anímicos como motivaciones en los

sujetos sociales, a partir del cumplimiento o violación de las reglas establecidas.

Una motivación es una tendencia persistente o una inclinación permanente a

realizar cierto tipo de actos10, en situaciones determinadas y con una buena

gama de opciones: el sujeto elige cómo comportarse dentro de sus

posibilidades, en el Metro cualquier usuario que esté en el andén puede bien

comportarse como lo hacen todos los demás y como el sistema se lo pide, o

puede obrar de una manera completamente diferente y transgredir

constantemente las normas, por supuesto respondiendo a las consecuencias

que estas conductas acarreen. La efectividad para el sistema de configurar un

orden de existencia, de un sistema simbólico regulado por un cuerpo ciudadano

que los individuos aceptan y reproducen es la estructuración inconsciente de un

universo cultural que define y delimita la sociabilidad humana en su totalidad

dentro del Metro de Caracas, es el establecimiento de un orden que se

naturaliza haciéndose percibir como la disposición más coherente y lógica

10 Clifford Geertz: La interpretación de las Culturas… op. cit., Pág., 93.

Page 135: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

142

posible, por ello las personas crean y recrean ese orden, como enuncia Erving

Goffman:

Las reglas tienen eficacia (en la medida en que la tienen) porque las personas a las

que son aplicables creen que son correctas y porque esas personas llegan a

concebirse a si mismas tanto en términos de quien y que es lo que el cumplimiento

de ellas les permite ser como en términos de lo que la desviación implica que han

llegado a ser. El sistema de sanción conexo a una regla es eficaz (en la medida en

que lo es) porque proclama la medida en que un individuo ha llegado o no a realizar

lo que él y los otros creen que debería ser y, en términos más abstractos proclama

el cumplimiento o la desviación por el individuo respecto de las reglas en general.206

El cumplimiento de las reglas y normas, es decir, el mantenimiento del orden

general de existencia, basa su eficacia también en la idea de responsabilidad, en

su aspecto moral, que encierra la idea de cómo se debería actuar, del deber ser,

del desempeño de su obligación ciudadana. El mecanismo de información-

formación construye este sentido mediante su acción comunicativa. Pero

también es posible percibir la transmisión del código de conducta en el Metro de

Caracas a través de otras formas; en el trabajo etnográfico descubrimos cómo

una señora de mediana edad le enseñaba a su hijo las normas de Metro así

como su utilización∗, en este caso es una transmisión por lazos de parentesco,

es decir, un traspaso simbólico-cultural que asienta las bases de código de

conducta del sistema Metro.

206 Erving Goffman, ibidem., Págs., 110-111. ∗ Al escuchar la conversación que mantenía la madre con su hijo, de aproximadamente nieve años, en la estación Plaza Venezuela (de aproximadamente unos nueve años), pudimos notar que el motivo de su visita instructiva al Metro de Caracas se debía a que en el nuevo año escolar el niño comenzaría a recorrer por si sólo el trecho de su casa al colegio y para esto su madre quería enseñarle todo lo necesario: “cuidado con pegarte a la raya amarilla, mira que hay gente que se atora en entrar al vagón y entonces empujan a las demás, no vaya a ser que te caigas”, “siempre con los ojos bien abiertos y pendiente de los carteles”, “no es que te vas a poner a bochinchear con los otros del colegio que se vayan en el Metro, el Metro no es para eso”.

Page 136: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

143

Veamos en el siguiente cuadro la presentación resumida de los mecanismos de

control social utilizados por el Metro de Caracas para encauzar la sociabilidad de

los usuarios:

Mecanismo Información-Formación Vigilancia-Sanción

Axioma

Transmite e instruye las

reglas y normas que

rigen al sistema,

conformando un cuerpo

ético/moral de

ciudadanía. Es

de orden discursivo.

A partir del modelo

panóptico, vela, custodia

y protege

constantemente al

sistema de cualquier

intento de trasgresión. Es

de orden Práctico.

Transmisión - Visual

- Auditiva

- Visual

- Auditiva

Contenidos

Recordatorio de normas

y reglas; señales

(salidas, rutas); signos

(prohibiciones); Mensajes

complejos (publicidad

institucional).

Visualización de las

cámaras de vigilancia;

advertencias concretas y

específicas; indicativos al

personal del Metro;

coacción física.

Dispositivos

- Sistema de audio

interno

(estaciones y

trenes).

- Carteles, anuncios

y avisos

(estaciones y

trenes).

- Sistema de audio

interno

(estaciones y

trenes).

- Sistema de

Cámaras

(estaciones).

Page 137: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

144

Si la operación del primer mecanismo, falla de alguna manera en cuanto a la

transmisión o en lo que se refiera a la instrucción de las normas, el segundo

dispositivo, el mecanismo de vigilancia-sanción entra en acción, coartando y

coaccionando de manera más firme la sociabilidad de los usuarios, a partir de su

organización en un modelo panóptico, que tiene como efecto principal inducir al

observado, en este caso los usuarios, un estado consciente y permanente de

visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del encauce social. Este

modelo aligera la violencia física porque tiende a lo incorpóreo, permite la

evitación de la acción punitiva corporal, al tiempo que garantiza su economía (en

material y tiempo) y su eficacia (por su carácter preventivo y su constante

funcionamiento), “su excelencia consiste en la gran fuerza que es capaz de

imprimir a toda institución a que se lo aplica”207.

De esta manera, y por medio de estos mecanismos la sociabilidad de los

usuarios del Metro de Caracas es regulada, delimitada y finalmente encauzada;

como hemos visto la sociabilidad, como capacidad connatural al hombre,

posibilita la existencia de las relaciones sociales al tiempo que las prefigura a

través de la producción de mecanismos de control social, lo que estos

mecanismos regulan y determinan son las posibilidades conductuales de los

individuos, definiendo cuáles son adecuadas y cuáles no, en los diversos lugares

y tiempos sociales. Por ello, en el caso preciso del Metro de Caracas los

mecanismos de control social encauzan la sociabilidad de los usuarios a través

de la regulación de sus interacciones, como hemos visto las relaciones sociales

humanas se componen de una amplia gama de comportamientos y conductas

que abarcan desde la solidaridad hasta el anonimato, estas relaciones

configuran tipos o niveles de sociabilidad que componen las posibilidades de

acción de los individuos en un espacio determinado.

207 Michel Foucault, Vigilar y Castigar, op. cit., Pág., 209.

Page 138: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

145

Todos los seres humanos poseen la capacidad de relacionarse con sus

semejantes, y en principio esta posibilidad que está compuesta por una amplia

gama de formas (níveles de sociabilidad) se efectúa en cualquier espacio social,

no obstante, los espacios están cargados de significaciones y de intenciones

sociales208, y la construcción social de los espacios determina las formas de

interacción permitidas en dichos lugares, es así, como en el Metro de Caracas

se encauza la sociabilidad de los usuarios, primeramente por su autodefinición

como espacio social determinado única y exclusivamente para el transporte de

individuos, y en segundo lugar por la creación de mecanismos de control que

actúan sobre los usuarios si estos transgreden las fronteras y los límites

establecidos para la realización de interacciones. Todas las conductas y

sociabilidades están permitidas en el sistema menos las que violenten el orden

que el Metro ha delimitado minuciosamente, por ello las sociabilidades que más

se presentan son la sociabilidad mínima y la sociabilidad reducida porque ellas

no representan infracciones contra el sistema, de hecho engendran la

sociabilidad que requiere el sistema para mantenerse recreando socialmente los

espacios autodefinidos del Metro, mientras que las otras sociabilidades (amplia e

intermedia) sí representan infracciones, porque implican relaciones sociales más

elaboradas, relaciones de arraigo y solidaridad que han sido y son diariamente

negadas por el Metro de Caracas, pues separarse del otro humano es la gran

estrategia de supervivencia del sistema Metro.

III.1.3. Resultados Socioculturales del Metro de Caracas:

Entre la Ciudadanía y la Alineación

El Metro de Caracas es un espacio prefigurado socialmente en la sociedad

venezolana como un medio de transporte estatal que goza de una fama y

208 Teresa Ontiveros: “Densificación, Memoria Espacial e Identidad en los Territorios Populares Contemporáneos”… op. cit., Pág., 31.

Page 139: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

146

prestigio sin igual dentro de una nación que considera a las instituciones

públicas como inservibles y caducas. El sistema piensa al usuario del Metro, por

medio de sus mecanismos de control, y parece haber seguido la premisa de

Maquiavelo, “es mejor ser temido que ser amado”209, lo fundamental es

transportar a los individuos por la ciudad de Caracas de la manera más rápida

posible, y para alcanzar este objetivo es imperante regular su sociabilidad,

restringirla, primero formando un cuerpo social que les produzca motivaciones y

estados anímicos, que en definitiva los haga respetar las normas, y los

responsabilice a ellos tanto como a los empleados o el mismo sistema de las

fallas que pueda haber, y luego construyendo y manteniendo mecanismos de

control que aseguren su cumplimiento y actúen en el caso de que algunos

usuarios no cumplan bien su rol en el sistema.

Por su parte, los usuarios piensan al Metro como el lugar de la seriedad y el

orden210, han sido incluidos en un diseño social que reproduce este pensamiento,

que los hace respetar al sistema, más no apreciarlo; todos los días algún usuario

trata de violentar el sistema o de incumplir alguna regla, en todos los casos

tratando de recrear niveles de sociabilidad amplios, en un ente que sólo permite

en poco grado estos tipos de interacción y que aboga por el mantenimiento de

una sociabilidad mínima. Así comentaba casualmente un señor bastante mayor

que venía a la capital desde el estado Trujillo y que nunca antes había estado en

el sistema: “en esta vaina no hay ni una silla, y no se puede uno sentar, todo

prohibido y la gente como boba, como si fuera un lugar sagrado”∗. Es una

muestra de la otra Venezuela que algunos creen que no es moderna o que lo es

menos que la capital, la Venezuela profunda que pareciera aún no comprender a

las máquinas del progreso, y que no ha sido todavía seducida por la

209 Nicolás Maquiavelo: El Príncipe… op. cit., Pág., 79. 210 Como escuchamos manifestar a una señora dentro de la estación El Valle, mientras realizábamos el trabajo etnográfico: “esto es lo único serio y ordenado que queda”. ∗ Conversación espontánea durante nuestro trabajo de observación en la estación El Silencio, que tomamos como titulo del trabajo.

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147

construcción ciudadana del orden, esa Venezuela profunda no sólo es posible

encontrarla en los territorios alejados a Caracas, porque ella se muestra con

cada intento de trasgresión al orden diametralmente opuesto que representa el

Metro de Caracas con respecto al resto de la ciudad, caracterizada por el caos y

el desorden.

Todo lo que sucede en la ciudad de Caracas, no ocurre en el Metro y el sistema

está diseñado para mantener esa oposición. Mientras que en otras ciudades del

mundo, como Paris por ejemplo211, los sistemas de transporte subterráneo

encarnan también una disposición en extremo opuesta al del resto de la ciudad,

siendo la última el reino del respeto a la ley y el orden, el subterráneo representa

la anarquía y el desconcierto. Algún entusiasta estructuralista podría tratar de

buscar en estos órdenes opuestos pruebas de la predeterminación genética del

hombre relacionando pares de oposiciones binarias como arriba/abajo o

dentro/fuera, sin embargo estos órdenes inversos no son una constante

universal, en el sistema subterráneo de transporte de Londres212 (para citar otro

ejemplo europeo, que además se conecta con Francia por un túnel que atraviesa

el canal de La Mancha) el comportamiento social, los niveles sociabilidad y los

imaginarios de orden son sumamente similares.

Podría pensarse que al hablar de una Venezuela profunda estamos queriendo

refrendar alguna causa de romanticismo feudal, dentro de una disciplina como la

antropología que se ha prohibido así misma el romanticismo o incluso la toma de

partidos; no obstante nuestra perspectiva no es tal, deseamos como objetivo

final explorar los resultados antropológicos que ha tenido la instauración de un

sistema preestablecido como el Metro en nuestra sociedad. A partir de este

punto podrían generarse dos conjeturas principales, una, creería que la

211 Todo lo que sabemos del sistema de transporte subterráneo de Paris se lo debemos a Teresa Ontiveros, y a la lectura de Marc Augé: El Viajero Subterráneo. Un Etnólogo en el Metro. Editorial Gedisa, Buenos Aires, 1987. 212 Debemos todo lo que conocemos acerca del sistema subterráneo de transporte de Londres, de Inglaterra en general a Adriana Gregson.

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148

consecuencia de la llegada del sistema es el alcance de una verdadera

ciudadanía a través de una señal de progreso; la otra profesaría que el resultado

del establecimiento del sistema es la abolición de la libertad humana por medio

de la anulación tecnológica. Nosotros no estaremos en consonancia con

ninguna.

La primera hipótesis, defendida por la tendencia del liberalismo, vería al Metro

de Caracas, como un modelo de desarrollo inevitable y como un artefacto

tecnológico que muestra un avance en las relaciones de Venezuela con el resto

del planeta. Sería un buen paso a la modernidad de la cual no formamos parte, y

respondería a la instauración de pautas de comportamiento y de regulación de la

sociabilidad creyendo que es un paso absolutamente necesario para alcanzar el

bienestar. Deberíamos comenzar por preguntarnos cuál es el bienestar del que

hablamos, esta primera noción es utilitarista e ingenua, al pretender en primer

término que la era moderna depende exclusivamente de artefactos tecnológicos

y no de procesos sociales, económicos y políticos mundiales, con lo que

bastaría hacer un censo universal que cuantificara cuántos aparatos

tecnológicos poseen sus habitantes para determinar cuál es el país más

moderno del mundo. Por otra parte pensar que sólo bajo la instauración de

modelos prefabricados podemos alcanzar y construir una idea de ciudadanía, es

practicar un modelo de calco, es decir, imitar y reproducir los contenidos

civilizartorios que establecen los centros mundiales de enunciación. Bajo esta

perspectiva el único modelo válido de ciudadanía es el que impone el

globocentrismo213.

Este pensamiento quizás el más popular y eficaz, es en realidad un

diseño/construcción que organiza, como hemos visto, a la sociabilidad, a la vida

social en su totalidad, prefabrica una trama, organiza la vida y como si se tratase

de una obra de teatro distribuye los papeles: los usuarios, los empleados y el

213 Fernando Coronil: “Del Eurocentrismo al Globocentrismo: La naturaleza del poscolonialismo”… op. cit., Págs., 89-90.

Page 142: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

149

sistema, reinventan el mundo y las formas de vida sociales y se erige como el

centro de control de éstos (por esto es sagrado como decía el señor trujillano), y

los protagonistas del drama siguen el papel que les ha tocado a la perfección.

La otra conjetura que pudiera generar el debate de las consecuencias de la

instauración del sistema Metro en la sociedad venezolana sostiene la abolición

de la libertad humana por medio de la anulación tecnológica. Es cierto que una

de las imágenes que el sistema Metro produce es la de una gran máquina que

dirige a los individuos cual animales de corral, que fiscaliza y examina hasta su

pensamiento como una especie de “hermano mayor” Orwelliano que roba su

libertad. Es cierto, como hemos visto, que el sistema se naturaliza, que

coerciona a los usuarios, que los controla, que encauza su sociabilidad, que

diseña un cuerpo ciudadano; pero una interpretación que tome como punto de

partida el concepto de libertad, como esencia humana (y en esto pueden

coincidir diversas doctrinas como el marxismo, el anarquismo, y algunas

ramificaciones del cristianismo), no puede brindarnos un balance preciso de los

resultados del Metro.

Aunque esta hipótesis representa una contribución crítica, pensar en el hombre

como ser libertario por naturaleza y en los entes culturales-tecnológicos como

los guardias que imposibilitan esta libertad es incurrir en varios errores,

primeramente al asegurar la naturaleza humana bondadosa sin haber

establecido criterios que vayan más allá de la metafísica para afirmar esto, y

segundo lugar, la idea de que la cultura es una camisa de fuerza, no representa

ni encarna en su totalidad un concepto tan complejo como el de cultura.

Así, el Metro de Caracas no es ni una maravilla que demuestra el acercamiento

de la sociedad venezolana al inexorable camino del desarrollo de la humanidad,

ni tampoco el artefacto tecnológico responsable de las desgracias del hombre

contemporáneo. Más allá de las conjeturas, la cuestión de descubrir las

consecuencias y resultados reales que ha generado la construcción del Metro de

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150

Caracas y su manutención a lo largo de veinte años en la sociedad venezolana,

está en preguntarse con cierta rigurosidad por qué el Metro y no otra cosa, por

qué se construye este modelo y no otro, por qué se acepta, por qué se

mantiene, son esas precisamente las cuestiones que hemos tratado de despejar

a lo largo de la investigación a la vez que cumplimos con los objetivos

planteados, y sin los cuales no hubiéramos podido acceder a esta última.

Marc Augé, piensa en la instauración mundial de los sistemas de transporte

masivos como una consecuencia de la condición sobremoderna del planeta

caracterizada por el exceso de tiempo y de espacio214, y la conformación de no

lugares. Es cierto que el mundo contemporáneo vive transformaciones

aceleradas y que el estado actual de las comunicaciones (en el aspecto más

amplio del término) definidas por el rápido avance tecnológico es inédito; sin

embargo, la cuestión reside, más bien, en la estructuración y dirección del

sistema mundo-moderno, la conformación de ese complejo entramado social

que engloba a la totalidad del planeta es el que ha configurado en último término

al mundo contemporáneo. La existencia de lugares privilegiados de enunciación

y producción de discursos, que elaboran concepciones del mundo, que dividen

los componentes del mundo en unidades aisladas, que desagregan sus historias

de relaciones, convierten la diferencia en jerarquía, naturalizan esas

representaciones e intervienen en la confección de relaciones asimétricas de

poder, configura un orden mundial que procura la imposición de un modelo de

vida determinado (el globocentrismo), al resto del planeta.

Y en esta configuración, en la aplicación de un modelo único de vida, a través de

discursos que aunque han variado en los últimos 500 años conservan todos, la

misma esencia, en primer lugar la cristianización (de los salvajes), luego la

civilización (de los bárbaros) y finalmente en nuestros días el desarrollo y el

progreso (de los subdesarrollados); son las categorías que ha producido el

214 Marc Augé: Los No Lugares. Espacios del Anonimato… op. cit., Pág., 36-41.

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151

occidentalismo para diferenciarse del otro (del resto del mundo), mientras que

esos otros (nosotros) buscan desesperadamente los modos de alcanzar ese

peldaño, y luego de algunos años, décadas, siglos la meta se transforma en

otra, pero mantiene el mismo orden diametralmente opuesto, cual maldición de

Sísifo.

Por ello la construcción y manutención del Metro de Caracas, responde a una

razón más antigua de la que cree Marc Augé: las necesidades del sistema

mundo moderno. Los problemas de tránsito en Caracas, que eran ocasionados

por su sobrepoblación originada por las migraciones campesinas que dejaban el

campo, no importa si lo hacían por una verdadera condición de miseria o por el

espejismo de la ciudad, el asunto aquí son los intereses de la modernidad: tanto

las miserias en el campo como el sueño de la capital son sus creaciones. Por

ello la incapacidad de pensar formas diferentes de soluciones al problema de

transporte capitalino, y más allá la imposibilidad de generar formas distintas de

vida, que no dependan de una movilidad acelerada, y preguntarse por las

cuestiones que parecen más elementales porque se han naturalizado, como por

ejemplo ¿Por qué debemos llegar rápido al trabajo?, ¿Por qué el tiempo vale

oro?, ¿Por qué hay que desarrollarse? Son todas nociones simbólico-culturales

particulares, que en este caso se han universalizado, pero que no responden a

una intrínseca naturaleza humana, sino a un modelo cultural especifico.

Entonces, el Metro de Caracas se construye y mantiene por esta pujanza

modernizadora, que lo impulsa también a ser eficiente cumpliendo con su

cometido que no es otro que transportar individuos por toda la capital, para esto

debe crear mecanismos que controlen a dichos individuos encauzando su

sociabilidad y manteniendo la “armonía” dentro del sistema, llevando el orden, la

seguridad, la limpieza y el progreso a Caracas, la urbe de ensueño.

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152

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153

IV. CONCLUSIONES

“Por sobre todas las cosas, él imponía a los muñecos

el principio de autoridad y el respeto supersticioso

al orden y las costumbres establecidas desde antaño

en la tienda. Juzgaba que era conveniente inspirarles

temor y tratarlos con dureza a fin de evitar la confusión,

el desorden, la anarquía, portadores de ruina así en los

humildes tenduchos como en los grandes imperios.

Hallábase imbuido de aquellos erróneos principios en

que se había educado y que procuró inculcarme

por todos los medios”.

Julio Garmendia

Emprendimos este trabajo con la pretensión de realizar una investigación

cualitativa de tipo exploratoria, que se enmarcara dentro de los esfuerzos de la

antropología de la modernidad, es decir, un estudio de la contemporaneidad

que, en nuestro caso, diera cuenta de uno de los artefactos tecnológicos más

arraigados en la sociedad mundial actual como lo son los medios de transporte

masivo, en concreto nuestra investigación se centró en el Metro de Caracas,

transporte subterráneo encargado de trasladar a miles de individuos a lo largo

de la capital venezolana. Los fines que nos guiaban eran diversos; en primer

término descubrir cómo se presentaba la sociabilidad entre los usuarios del

Metro de Caracas, en segundo lugar nos interesaba identificar cómo se

articulaban los mecanismos de control social dentro del sistema, determinar

cómo se transmitían dichos mecanismos a los usuarios y explorar qué

resultados tenían en el comportamiento de los usuarios, para, en último lugar

considerar las implicaciones que tenía el establecimiento del sistema Metro para

la sociedad venezolana.

Para cometer nuestros fines u objetivos, construimos un marco teórico-

conceptual que sirviera como cimiento para edificar la investigación. Analizamos

varias concepciones de la noción de sociabilidad, remontándonos a las teorías

del contrato social más difundidas, y a tendencias clásicas de la antropología

Page 147: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

154

para finalmente, y valiéndonos de estos aportes, plantear una concepción propia

de sociabilidad, la cual definimos como una capacidad natural y un medio

cultural propios de las sociedades humanas que le otorgan al hombre la

posibilidad de relacionarse con sus semejantes, constituyendo un orden general

de existencia.

De esta forma, enunciamos una definición de control social la cual

puntualizamos como un sistema complejo de procedimientos (prácticas y

discursos) empleados por una sociedad o un grupo social para conseguir que

sus miembros se adecúen a una serie de pautas de comportamiento

generalmente aceptadas. Mitos, símbolos, ideologías, leyes, castigos y

disciplinas conforman algunos de los medios que de manera consciente o

inconsciente se utilizan para mantener dicho orden. Cubrimos también las

relaciones que se establecían entre la sociabilidad y el control social, y cómo la

primera creaba los mecanismos que la regularían a ella misma; a través de la

configuración del entramado social explicamos cómo estos dos elementos se

articulaban y reproducían entre sí dentro del seno de una sociedad.

Distinguimos, también, cómo la sociedad prefigura las dimensiones de tiempo y

espacio, regulando a la sociabilidad en ellas mediante mecanismos de control

social, lo que nos llevó a clasificar y exponer los distintos niveles en que podía

presentarse la sociabilidad, de acuerdo a las interacciones sociales que en ellas

se presentan (valiéndonos de los estudios microsociológicos de Erving

Goffman215), obteniendo así cuatro niveles diferentes de sociabilidad: la

sociabilidad amplia que está conformada por relaciones sociales caracterizadas

por el arraigo y la solidaridad, la sociabilidad intermedia constituida por

interacciones sociales que efectúan una apertura moderada del espacio

personal, la sociabilidad reducida caracterizada por la presencia normada de

rituales sociales que moderan y resguardan el espacio personal, y finalmente la

215 Erving Goffman, Relaciones en Público (microestudios del orden público)… op. cit.

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155

sociabilidad mínima generada por la única condición de la interacción más

simple de individuos o grupos que se relacionan entre sí sólo por el hecho de

ocupar espacios comunes.

Reparamos, también, en las causas de la construcción del Metro de Caracas,

que respondió a los problemas de vialidad en el área metropolitana de Caracas

que ya existían para la década de 1960, al mismo tiempo el proyecto de un

medio de transporte subterráneo para la capital manifestaba el arraigo del

imaginario del progreso en Venezuela, que profesaba la modernización

estructural de la nación. En ese repaso diacrónico del sistema Metro conocimos

a su vez, el proceso de su diseño y construcción desde sus inicios como idea

hasta la actualidad, además de estudiar su prevalecencia simbólica en la

sociedad venezolana, y cómo los supuestos de la teoría del desarrollo han

plantado los cimientos de la edificación y mantenimiento del sistema subterráneo

de transporte.

Desarrollamos, un argumento metodológico que nos permitió desplegar en su

totalidad las herramientas más convenientes para el impulso de la investigación,

planteando primeramente la necesidad y pertinencia de los estudios

antropológicos de la contemporaneidad, y desplegando la valía de la práctica

etnográfica como el método apropiado para el estudio del Metro de Caracas;

retomamos instrumentos de recolección de datos utilizados por Marcel Mauss216,

permitiéndonos la realización sistemática del trabajo de campo a través de la

observación participante que sopesamos con la propuesta de Manuel Delgado

de observación flotante217. Así, fraccionamos los espacios y los tiempos del

sistema: los espacios, a partir de la focalización del estudio en cinco estaciones

del sistema (Capitolio, Silencio, Petare, El Valle, Plaza Venezuela) y en los

vagones del tren que recorren las tres líneas. Por otra parte, fragmentamos las

horas de operación comercial del sistema que funcionan desde las 5:00 AM

216 Marcel Mauss, Manual de Etnografía… op. cit. 217 Manuel Delgado: El Animal Público: Hacia una antropología de los espacios urbanos… op. cit.

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156

hasta las 11:00 PM en cuatro grupos de cuatro horas y media cada uno, a fin de

confeccionar el procesamiento de los datos etnográficos.

Sumándonos a la propuesta etnográfica de Clifford Geertz218, que él ha definido

como descripción densa, tratando de descifrar los discursos y prácticas sociales,

transcribirlos y hacerlos susceptibles de consulta, realizamos una representación

del Metro de Caracas, es decir, generamos una imagen del sistema que puede

ser descifrada tanto por los usuarios diarios del transporte como por los que

nunca han estado en su interior, siempre procurando la rigurosidad descriptiva

de los itinerarios que siguen los usuarios a la vez que se representa al Metro.

Luego de este amplio recorrido teórico-metodológico, nos concentramos en la

solución de nuestros problemas antropológicos, después de sopesar nuestros

presupuestos conceptuales con nuestra tarea etnográfica. Lo primero que

debíamos analizar era de qué forma se efectúa la sociabilidad de los usuarios

dentro del Metro de Caracas; mediante la observación etnográfica llegamos a

determinar que aunque el Metro es un todo complejo que cumple con una

función especifica es posible separar sus espacios en distintos lugares que den

cuenta de la utilización que los usuarios le dan a esos zonas. Así, obtuvimos tres

terrenos distintos dentro del sistema: unos espacios de tránsito, conformado por

todos los lugares activos del sistema que esté definida y confeccionada para la

circulación de los usuarios representa uno de estas zonas; unos espacios de

espera constituido por lugares estáticos usados por los usuarios para aguardar

su traslado por la ciudad; y unos espacios de apropiación que son distritos

originalmente diseñados para cometidos diferentes a los que los usuarios le dan,

y que estos utilizan para aguardar a otros individuos. La importancia de esta

clasificación de los distintos espacios del Metro reside en que los niveles de

sociabilidad expresados en ellos varían de acuerdo al espacio en que los

individuos se encuentren, puesto que la sociabilidad depende en gran medida

218 Clifford Geertz, La interpretación de las Culturas… op. cit.

Page 150: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

157

de, como hemos dicho, las dimensiones de tiempo y espacio, o mejor dicho del

contexto, término que tomamos de Isaac Joseph219.

De esta manera, exploramos por medio de la observación participante, cuáles

eran las sociabilidades que predominaban en cada uno de los espacios y los

tiempos del Metro de Caracas, obteniendo de manera frecuencial que la

sociabilidad mínima representaba el nivel de sociabilidad más propenso a

presentarse en el sistema, seguida por la sociabilidad reducida y finalmente la

sociabilidades intermedia y amplia (anexo 3); representamos de qué forma

solían presentarse cada una con ejemplos de interacciones observados en el

trabajo etnográfico. Estos resultados denotan, la eficacia simbólica del Metro de

Caracas para encauzar la sociabilidad de los usuarios, siendo pues que el nivel

más bajo y simple de interacciones sociales fuera el más común entre los

usuarios.

Después de haber analizado el primer objetivo tocaba examinar cómo se

articulaban los mecanismos de control social que encauzaban la sociabilidad de

los usuarios del sistema. Obtuvimos inicialmente que los mecanismos de control

social creados por el sistema Metro consistían principalmente en dos, un

mecanismo de información-formación, de orden discursivo, encargado de

transmitir e instruir las normas y reglas que deben cumplir los usuarios, los

símbolos, señales y signos que se encuentran a lo largo del sistema constituyen

este dispositivo, al igual que la publicidad institucional que prefigura un código

ético/moral de ciudadanía que prefigura el deber ser de los usuarios. El otro

mecanismo que se encarga de encauzar la sociabilidad de los usuarios del

sistema es el de vigilancia-sanción, de orden práctico, que tiene la tarea de

suplir al primer mecanismo si éste falla, y está representado por una serie de

prácticas punitivas articuladas a través del modelo del panóptico, es el

mantenimiento de un aparato de vigilancia, que se presenta de manera punitiva

a través de llamados específicos de atención y de prácticas de coacción física.

219 Isaac Joseph: Erving Goffman y la Microsociología… op. cit.

Page 151: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

158

Ambos mecanismos se encarnan a partir de un código discursivo conceptual

autodefinido por el sistema que engloba principalmente a tres nociones:

seguridad, orden y limpieza.

El siguiente fin, que se debía analizar era determinar cómo se transmitían estos

mecanismos de control social a los usuarios del sistema. Se rebeló, que los

dispositivos de control social que encauzaban la sociabilidad de los usuarios

dentro del Metro de Caracas se transmitían, a través de diversas formas. El

mecanismo de información-formación, se comunica de manera visual y auditiva,

conformando una serie de contenidos que abarcan desde el recordatorio de

normas y reglas hasta los mensajes institucionales. De la misma forma, visual y

auditiva, es transmitido o comunicado el segundo mecanismo de control social

de vigilancia-sanción, en este caso a partir de la visualización de las cámaras de

vigilancia, las advertencias concretas e indicativos al personal del Metro que

pueden devenir en la coacción física.

Para finalizar los objetivos que responden al espectro teórico del control social

nos propusimos explorar los resultados que tienen en el comportamiento de los

usuarios los mecanismos de control social. Este objetivo se disipa en parte con

la solución de los anteriores; el principal resultado o consecuencia que tiene

sobre los usuarios la utilización de los mecanismos de control social, es la

conformación de una entidad social que defina privilegios, normas, reglas,

sanciones, es decir la construcción de un contrato social que configura en su

totalidad un sistema simbólico, que genera, permite y restringe a los usuarios el

reconocimiento de su existencia como ciudadanos y la posibilidad de ingresar al

sistema del Metro de Caracas, todas las secuelas que le siguen a esta

disposición del cuerpo ciudadano son producto de ella: el seguimiento de las

reglas y normas, la moderación de su sociabilidad, la custodia del sistema, etc.

Es aquí donde reside la eficacia de los mecanismos de control social en

convencer a los usuarios de que ellos también forman parte del Metro de

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159

Caracas, y que por lo tanto son garantes de la seguridad, el orden y la limpieza

dentro del sistema.

Ahondar sobre cuáles son los efectos de la construcción del sistema Metro de

Caracas es penetrar también en las consecuencias que ha tenido la creación de

ese marco ético/moral de resolución ciudadana; en este sentido, los resultados

de la construcción y mantenimiento a lo largo de veinte años del sistema de

transporte subterráneo podría generar, como hemos dicho, dos hipótesis o

conjeturas principales, una creería que la consecuencia de la llegada del sistema

es el alcance de la ciudadanía mientras que la otra profesaría que el resultado

del establecimiento del sistema es la abolición de la libertad humana por medio

de la anulación tecnológica.

Nuestra interpretación difiere de ambas, no consideramos el alcance de una

condición de ciudadanía a partir de la edificación de un modelo técnico-científico

externo a la sociedad venezolana fabricado de acuerdo a la estructura y

necesidades de la modernidad y del globocentrismo, que como otros modelos

(no sólo de tipo tecnológico) va acompañado a la producción de manuales y

gramáticas que disciplinarán el comportamiento de las sociedades

latinoamericanas y que comenzaron a inculcar la adecuación a formas de vidas

distintas e incluso opuestas al sistema cultural venezolano, si estaríamos en

consonancia con esta hipótesis estaríamos celebrando la época de la

producción de culturas enajenadas en el sistema mundo. Así mismo, la

aceptación de la segunda conjetura nos llevaría a pensar en una imagen de la

bondad humana al mejor estilo de Jean-Jacques Rousseau, cayendo en el error

que algunas veces comete el paradigma cognitivo moderno de oponer a la

naturaleza de la cultura y darles valores positivos y negativos a ambos, en este

caso valorando los artefactos de cultura material humana como los muros de

contención que restringen la intrínseca capacidad libertaria del hombre.

Page 153: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

160

La interpretación antropológica que propugnamos habita en la conformación

desigual del sistema mundial y en las también disímiles relaciones interétnicas o

internacionales (como se prefiera), que han configurado un orden

diametralmente opuesto entre unas sociedades superiores y otras subalternas,

en estos convulsionados tiempos de principios de siglo buscan las subalternas

desesperadamente igualarse a las superiores que dictaminan los discursos y

prácticas que deben consumar las primeras para conseguir ese reconocimiento

aunque esa desesperación pareciera ser una carrera maniática sobre todo

después de cincuenta años de planes de desarrollo aplicados a la perfección por

ambos competidores. Es, cierto que la construcción y mantenimiento del Metro

de Caracas funda una ciudadanía en el sentido de la creación de un contrato

social en este caso impuesto, como también es cierto que el sistema restringe

los comportamientos y acciones de los individuos y en esos términos limita su

libertad; pero el asunto está, como hemos enunciado, en la búsqueda de las

razones de su instauración y manutención, no importa si estos orígenes nos son

desagradables, la finalidad de la antropología, entre otras, es ampliar el universo

del discurso humano, por ello una interpretación antropológica debe ser “capaz

de trazar la curva de un discurso social y fijarlo en una forma susceptible de ser

examinado”220.

Es lo que hemos procurado hacer en esta investigación exploratoria y cualitativa

elaborando un sistema teórico y unas herramientas metodológicas, una

interpretación de lo que sobreviene a los individuos, a la vida humana dentro del

Metro de Caracas, por lo menos en lo que tiene que ver con las ideas

antropológicas de la sociabilidad, el control social y la modernidad, arrojando

estos resultados: la sociabilidad de los usuarios del Metro de Caracas se basa

en interacciones sumamente simples caracterizadas por la evitación y el

anonimato por lo que podemos rotularlas como sociabilidades mínimas y en un

porcentaje menor reducidas, ya que las sociabilidad amplia e intermedia se

presenta en cantidades ínfimas y siempre representadas por relaciones

220 Clifford Geertz, La interpretación de las Culturas, op. cit., Pág., 31.

Page 154: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

161

ancladas fuera del sistema, las causas que originan la presencia de estas

sociabilidades son los mecanismos de control social diseñados por el Metro de

Caracas para encauzar la conducta de los usuarios, los cuales son, el

mecanismo de información-formación presentado de modo discursivo y el

mecanismo de vigilancia-sanción de carácter práctico, ambos se transmiten a los

usuarios del sistema de forma auditiva y visual, el primero conforma un código

ciudadano del deber ser mientras que el segundo engendra los castigos

punitivos y actúa cuando falla el primero, esta sustentación del control social en

el Metro de Caracas que regula la capacidad con natural al hombre de

relacionarse con sus semejantes, es decir, la sociabilidad es construida y

mantenida por los veinte años de operación comercial del sistema como

consecuencia de la instauración misma de un modelo preexistente encarnado en

los fines de la modernidad basados en la necesidad de trasladar individuos a

grandes distancias de espacio de manera veloz y eficaz, al mismo tiempo

responde a las tendencias arraigadas en el “tercer mundo” y más precisamente

en Venezuela del imaginario del desarrollo y el progreso que es representado y

producido tanto por ideas como por artefactos, generados en el “primer mundo”,

es decir, en los lugares privilegiados de enunciación del sistema mundo

moderno.

Intentamos en esta investigación, tal como hemos dicho, cubrir tres aspectos de

la vida social contemporánea: la sociabilidad, el control social y la modernidad,

en la medida en que estas estructuras se hallaban presentes en el Metro de

Caracas, nuestro objeto de estudio lejos de ser una clásica muestra de los

intereses de la antropología, presentó la particularidad de ser una de las

instituciones modernas que la disciplina se ha negado a objetivizar (con precisas

excepciones). La importancia que depara para la antropología intentos como el

nuestro, de abordar el mundo social y cultural de la convulsionada modernidad

de principios de siglo y de las estructuras que la fundamentan, reside en la

necesidad y responsabilidad trascendental que tienen hoy en día las ciencias

sociales de brindar nuevas alternativas a los rumbos que sigue el mundo

Page 155: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

162

contemporáneo, de dirigir su mirada hacia nuevas perspectivas de análisis,

hacia nuevos saberes, hacia nuevos objetos, hacia nuevas prácticas, de

desanclarse de la noción de salvaje y de las clasificaciones en “mundos”.

En la medida en que la antropología nuevamente intente realizar lo que se

propuso en sus inicios (y que pareciera haber olvidado), desentrañar las

estructuras de la vida social y comprender el accionar de las culturas, podrá

entonces producir un conocimiento verdaderamente crítico y significativo, como

hemos procurado nosotros en esta investigación de uno de los productos

icnográficos más reveladores del mundo social y cultural de la modernidad

contemporánea.

Page 156: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

163

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ANEXOS

Anexo 1

Mapa de las líneas del Metro en la ciudad de Caracas

Page 167: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

174

Anexo 2

Muestras de campañas publicitarias que toman al Metro como modelo

Estación El Silencio (línea 2)

Estación Plaza Venezuela (línea 1)

Page 168: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

175

Anexo 3

Tablas frecuenciales de los niveles de sociabilidad

Sociabilidad Mínima:

A: Muy Frecuente B: Frecuente C: Poco Frecuente D: Nada Frecuente

Sociabilidad Reducida:

Espacios/Horarios 5:00 - 9:30 9:30 – 2:00 2:00 – 6:30 6:30 – 11:00

De Transito A C A C

De Espera A C B C

De Apropiación D C C D

A: Muy Frecuente B: Frecuente C: Poco Frecuente D: Nada Frecuente

Sociabilidad Intermedia:

Espacios/Horarios 5:00 - 9:30 9:30 – 2:00 2:00 – 6:30 6:30 – 11:00

De Transito D C B B

De Espera B B A A

De Apropiación D C B D

A: Muy Frecuente B: Frecuente C: Poco Frecuente D: Nada Frecuente

Espacios/Horarios 5:00 - 9:30 9:30 – 2:00 2:00 – 6:30 6:30 – 11:00

De Transito A A A A

De Espera A A A A

De Apropiación D D C C

Page 169: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

176

Sociabilidad Amplia:

Espacios/Horarios 5:00 - 9:30 9:30 – 2:00 2:00 – 6:30 6:30 – 11:00

De Transito B B C D

De Espera B B D D

De Apropiación B A A B

A: Muy Frecuente B: Frecuente C: Poco Frecuente D: Nada Frecuente

Apariciones de las variables en las tablas:

A: 15 B: 12

C: 11 D: 10

Apariciones de la variable A en las tablas:

Sociabilidad Mínima: 8

Sociabilidad Reducida: 3

Sociabilidad Intermedia: 2

Sociabilidad Amplia: 2

Page 170: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

177

Anexo 4

Entrevista a supervisor de estaciones del Metro de Caracas Realizada en la

Estación Las Adjuntas el 15/ 8/ 2004.

¿Podría decirme su nombre, el cargo que posee como trabajador del Metro y

desde cuantos años trabaja aquí?

Bueno mi nombre preferiría no decirlo, soy actualmente supervisor de estaciones

del Metro, estoy ahorita en la estación Las Adjuntas, y tengo veinte años

trabajando aquí en el Metro desde que tengo veintiún años.

¿A qué responde para usted la construcción del Metro de Caracas?

El Metro se construyó como un proyecto de solución para el tránsito en Caracas,

fue un proyecto porque se hizo un estudio en base a la cantidad de gente y el

tiempo que esto empleaba en el transporte de los usuarios. En ese tiempo el

ministerio de obras públicas hizo un estudio y se aprobó, y se puso en

funcionamiento digamos como una medida de solución para el tráfico en la

ciudad, es realmente eso.

¿Por qué no se construyó otro sistema de transporte y se escogió al Metro?

Por qué no se creó otro sistema de transporte, yo me imagino que sería porque

aquí se podía aprovechar lo que es el subsuelo de la ciudad mientras que el

tranvía que era otro proyecto era a nivel superficial, es más, el proyecto del

Metro está atrasado porque si te pones a ver todo lo que se pudo haber

aprovechado si se seguía con el plan de proyectos de ampliación. Fíjate que

ahorita a pesar de que está el Metro, tu ves que las colas hacia el este son

espantosas, porque Caracas está sobre poblada y fíjate que el Metro no da

abasto todavía y aquí la hora pico es fuerte, hay estaciones donde no puede

haber fallas ni en un solo tren porque se colapsa el servicio. Fíjate tu, que no sé

Page 171: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

178

si te has dado cuenta que los nuevos trenes ya les han quitado asientos y les

han hecho modificaciones porque ya no estamos hablando de confort sino de

transporte, antes el Metro era un transporte del que se hablaba que era eficiente,

seguro y confortable ahora se habla de que el transporte es seguro y

confortable, mas sin embargo con la situación del país, este, con el problema de

la policía metropolitana ya dentro del Metro la seguridad se ha desplazado

también.

¿Por qué no se eligió otra solución para el problema de tránsito en Caracas

distinta a la construcción de un medio de transporte masivo?

Bueno imagínate eso ya es una falta de proyecto a nivel de nación.

¿Como cree usted, desde su perspectiva de supervisora de estación, que es el

comportamiento de los usuarios dentro del Metro de Caracas?

El Metro fue creado para transporte y la actitud que tiene el usuario en la calle es

diferente a la que tiene una vez que ingresa al sistema, antes se veía más que

los usuarios se comportaban igual arriba que aquí hasta se cambiaban la ropa

inclusive desde que yo entré, yo entré en el ochenta y cuatro, cuando el usuario

se trasladaba al Metro de Caracas era algo tan diferente a una camioneta que él

asumía otra conducta y a nosotros nos empezaron a ver como un símbolo de

respeto, mas sin embargo la necesidad de construir otras estaciones hubo un

incremento muy rápido del personal del Metro y fue bajando la calidad de ética

del trabajo. Pero el usuario sí se transforma, el usuario que está afuera todavía

conserva las instalaciones, pero no solamente el usuario, es también que el

sistema todavía le da importancia a lo que es la limpieza y el orden. Ese sistema

de cambio lo refuerzan las normas, lo refuerzan la vigilancia, también los

mismos usuarios informan cuando hay alteraciones, los mismos usuarios lo

hacen parte de su vida porque imagínate tu que se paraliza el Metro, no todo el

Page 172: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

179

mundo tiene un carro para trasladarse, forma parte también del lucro y del

ingreso del dinero de las personas que no tienen otra sino usar el Metro.

¿Cuáles son para usted las razones que hacen que los usuarios se comporten

de esa manera cuando están en el Metro?

Son niveles de conciencia, mira si yo tomo una camioneta y mi camioneta me

lleva todos los días a mi sitio de trabajo y el señor de la camioneta no me dice a

mí, ni me busca a mí para yo conservar la camioneta, ese señor el dinero que

recibe lo agarra para él y la camioneta se va deteriorando. En cambio el Metro

todo el dinero que recibe de parte del usuario es para embellecerlo. Ahorita

mismo hay un plan de mejoramiento de las áreas del sistema, acuérdate que por

donde el Metro pasa va mejorando las áreas. A mi me pagan bien y yo se que mi

trabajo le hace bien para la sociedad a si que yo como empleada debo hacer

bien mi trabajo, nosotros tenemos técnicas y procedimientos que nos dan en el

entrenamiento para que nosotros defendamos nuestro sitio de trabajo.

¿Cuáles son esas técnicas y procedimientos utilizados para defender su sitio de

trabajo?

Mira no te las puedo decir así como tal, pero te puedo decir que el usuario tiene

un reforzamiento psicológico, tu sabes que a nivel del inconsciente tanto

repetirte algo, algo te queda, eso pasa desde en la crianza de un hijo hasta con

los anuncios al público, los anuncios al público refuerzan conductas que el

usuario debe mantener dentro del Metro, por ejemplo no acercarse a la raya

amarilla, este abstenerse de correr, aunque bueno ese anuncio lo han

minimizado porque por la cantidad de usuarios a nosotros no nos importa como

se desplacen, sino que se monten y se vayan, aunque también por medidas de

seguridad no deben correr, se da el anuncio de que no deben ingerir alimentos

tu ves que algunas personas entran y comen escondiditos porque saben que

Page 173: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

180

están haciendo algo que inconscientemente ya se les ha internalizado que no lo

pueden hacer.

¿Por qué ahora el sistema le da importancia a las palabras de limpieza,

seguridad y orden?

El Metro antes tenía tres lemas seguridad, eficiencia y confort. Seguridad porque

todos los equipos que tiene el Metro de Caracas tienen medidas de seguridad si

falla el primero actúa el otro si el segundo falla es ya una contra segura en todo

lo que es implemento de seguridad tiene falla contra segura, o sea que si llega a

fallar el sistema ya es una falla de fabricación. Ahora fíjate bien, si al usuario le

pasa algo es porque viola las normas existentes dentro del sistema, cualquier

imprevisto que suceda es un imprevisto del sistema. Entonces, seguridad,

eficiencia y confort, eficiencia por el personal cada uno de nosotros tiene cursos

especializados para cubrir su determinado rol en la empresa. Y confort, porque

tienes comodidades, y le dan al usuario las expectativas que tienen, esto es

como una línea aérea. Pero ya no son los mismos eslogan porque llegó un

tiempo donde ya no es confortable los equipos se están envejeciendo al igual

que la nomina de nosotros, esto bueno el confort va a disminuir mientras el

servicio no se siga ampliando.

¿Cuáles son para usted las consecuencias de la construcción y mantenimiento

durante veinte años del Metro de Caracas?

Mira de repente hay algunas consecuencias malas como no sé los terrenos que

fueron expropiados de repente también los lugares así por donde pasa el Metro

como Caricuao que tal vez el ruido moleste a la gente que vive ahí. Pero así, en

general creo que todas las consecuencias son positivas, no sé como sería

Caracas hoy en día sin el Metro, o sea sería un caos total, porque la ciudad cada

vez está más sobrepoblada, entonces yo creo que es una consecuencia positiva

la construcción y todo el mantenimiento del Metro.

Page 174: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

181

Anexo 5

Muestras de señales, símbolos y mensajes que se presentan en el Metro de Caracas

Estación El Silencio (línea 2)

Estación El Valle (línea 3)

Page 175: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

182

Estación Petare (línea 1)

Estación Capitolio (línea 1)

Page 176: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

183

Anexo 6

Muestras de las cámaras instaladas en el Metro de Caracas

Estación Capitolio (línea 1)

Estación Plaza Venezuela (línea 1)

Page 177: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

184

INDICE DE FOTOGRAFÍAS

Escaleras de acceso al Metro de Caracas (estación Plaza Venezuela) _________ 98

Caseta de operaciones de la estación (estación El Silencio) __________________ 99

Máquinas automáticas de venta de boletos (estación El Silencio) _____________ 100

Andenes de espera del tren (estación Las Adjuntas) ______________________ 102

Torniquetes de acceso al Metro de Caracas (estación El Silencio) ___________ 104

Obra artística “el Kaleidoscopio” (estación Chacaito) ______________________ 106

Vagón de Tren (línea 2) _____________________________________________ 112

Anden de espera del tren (estación Capitolio) ___________________________ 113

Galería de acceso a los andenes (estación Plaza Venezuela) _______________ 114

Cartel publicitario “el orden no depende sólo de él” (estación Petare) ________ 130

Altoparlantes del sistema de audio interno de la estación (estación Petare) ____ 131

Signos de prohibiciones (estación El Silencio) __________________________ 132

Sistema de cámaras (estación Plaza Venezuela) _______________________ 134

Sistema de cámaras (transferencia estaciones Capitolio - El Silencio) ________ 138

Page 178: El Transporte Sagrado. Sociabilidad, Control Social y Modernidad en El Metro de Caracas

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INDICE

Introducción __________________________________________________________ 7

I. Cultura, Sociedad y Modernidad. Hacia una Propuesta Teórica ________________ 17

I.1. Naturaleza, Cultura y Sociabilidad ______________________________________ 18

I.2. Las Fronteras de la Sociabilidad: Límite, Orden y Control Social _______________39

I.3. Construyendo la Sociedad: La Percepción de los Componentes Sociales ______ 52

I.4. El Metro de Caracas como Proyecto de Modernidad:

El Mito del Desarrollo y la Esperanza del Progreso ______________________ 65

II. El Metro de Caracas como Objeto Antropológico __________________________ 81

II.1. La Cuestión del Método y la Antropología de la Modernidad _______________ 82

II.2. Hacia una Descripción “Densa” del Metro de Caracas ____________________ 98

III. La Vida Humana en el Metro de Caracas:

Acción Simbólica, Utilidad Espacial y Órdenes Sociales ____________________ 109

III.1.Sociabilidad, Control Social y Modernidad en el Metro de Caracas ___________ 110

III.1.1. Niveles y Frecuencias de Sociabilidad en el Metro de Caracas.

La Determinación Social de los Espacios ____________________________ 115

III.1.2. Encauzamiento y Control de la Sociabilidad de los Usuarios del Metro

de Caracas: Un Discurso Institucional Autodefinido _____________________ 126

III.1.3. Resultados Socioculturales del Metro de Caracas:

Entre la Ciudadanía y la Alienación _________________________________ 143

IV. Conclusiones _____________________________________________________ 151

V. Bibliografía _______________________________________________________ 161

VI. Anexos ___________________________________________________________171