El trabajo decente y el desarrollo humano

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Revista Internacional del Trabajo, vol. 122 (2003), núm. 2 Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2003 El trabajo decente y el desarrollo humano Iftikhar AHMED * L os artículos de este número de la Revista versan en gran medida sobre la formulación de indicadores e índices estadísticos para medir el progreso alcanzado internacionalmente hacia el objetivo de la OIT del trabajo decente. Ahora bien, está pendiente de esclarecer a la luz de las mediciones propuestas un asunto importante: las relaciones que existen entre trabajo decente y desarrollo humano 1 . De hecho, todo el sistema de las Naciones Unidas ha adoptado los Objetivos de Desarrollo del Milenio como marco general de sus actividades, y el Pro- grama de Trabajo Decente de la OIT no es una excepción al respecto (OIT, 2003, págs. 3-8). Habida cuenta de los vínculos que hay entre el desarrollo humano y los antedichos objetivos (PNUD, 2003, pág. 28), la constatación empírica de que los propósitos de la OIT guardan relación con el desarrollo humano demostraría el valor del trabajo decente, aun- que fuese indirecto, para alcanzar los mencionados objetivos 2 . Sobre este telón de fondo político general, estudiaremos en este artículo las relaciones cuantitativas del trabajo decente con el desarro- llo humano y con el crecimiento económico. Uno de los propósitos de esta línea de investigación es refutar la tesis de que el crecimiento eco- nómico puede causar un empeoramiento de las condiciones de empleo, que — como asevera Gary Fields en este número de la Revista — es empíricamente absurda. En concreto, examinaremos si los ingresos ele- vados garantizan unos niveles altos de trabajo decente y si, a la inversa, 1 * OIT, Ginebra. El autor agradece a Sudip Ranjan Basu la asistencia que le ha prestado en la realización de los análisis econométricos. 1 Sólo uno de los artículos de este número de la Revista — el redactado por Bonnet, Figuei- redo y Standing — aborda esta cuestión, y lo hace brevísimamente, sin exponer en detalle la meto- dología empleada para valorar las relaciones entre el trabajo decente y el desarrollo humano. 2 Un hecho significativo es que dos de los indicadores propuestos para medir el trabajo decente son idénticos, respectivamente, al indicador núm. 11 del Milenio, el porcentaje femenino del trabajo asalariado no agrícola (que corresponde al objetivo núm. 3: promover la equidad de género y la autonomía de la mujer), y al indicador núm. 45 del Milenio, la tasa de desempleo de los jóvenes de 15 a 24 años de edad (correspondiente al objetivo núm. 8: fomentar una asociación mundial para el desarrollo).

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Revista Internacional del Trabajo,

vol. 122 (2003), núm. 2

Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2003

El trabajo decente y el desarrollo humano

Iftikhar AHMED

*

L

os artículos de este número de la

Revista

versan en gran medidasobre la formulación de indicadores e índices estadísticos para

medir el progreso alcanzado internacionalmente hacia el objetivo dela OIT del trabajo decente. Ahora bien, está pendiente de esclarecer ala luz de las mediciones propuestas un asunto importante: las relacionesque existen entre trabajo decente y desarrollo humano

1

. De hecho,todo el sistema de las Naciones Unidas ha adoptado los Objetivos deDesarrollo del Milenio como marco general de sus actividades, y el Pro-grama de Trabajo Decente de la OIT no es una excepción al respecto(OIT, 2003, págs. 3-8). Habida cuenta de los vínculos que hay entre eldesarrollo humano y los antedichos objetivos (PNUD, 2003, pág. 28), laconstatación empírica de que los propósitos de la OIT guardan relacióncon el desarrollo humano demostraría el valor del trabajo decente, aun-que fuese indirecto, para alcanzar los mencionados objetivos

2

.Sobre este telón de fondo político general, estudiaremos en este

artículo las relaciones cuantitativas del trabajo decente con el desarro-llo humano y con el crecimiento económico. Uno de los propósitos deesta línea de investigación es refutar la tesis de que el crecimiento eco-nómico puede causar un empeoramiento de las condiciones de empleo,que — como asevera Gary Fields en este número de la

Revista

— esempíricamente absurda. En concreto, examinaremos si los ingresos ele-vados garantizan unos niveles altos de trabajo decente y si, a la inversa,

1

* OIT, Ginebra. El autor agradece a Sudip Ranjan Basu la asistencia que le ha prestado enla realización de los análisis econométricos.

1

Sólo uno de los artículos de este número de la

Revista

— el redactado por Bonnet, Figuei-redo y Standing — aborda esta cuestión, y lo hace brevísimamente, sin exponer en detalle la meto-dología empleada para valorar las relaciones entre el trabajo decente y el desarrollo humano.

2

Un hecho significativo es que dos de los indicadores propuestos para medir el trabajodecente son idénticos, respectivamente, al indicador núm. 11 del Milenio, el porcentaje femeninodel trabajo asalariado no agrícola (que corresponde al objetivo núm. 3: promover la equidad degénero y la autonomía de la mujer), y al indicador núm. 45 del Milenio, la tasa de desempleo delos jóvenes de 15 a 24 años de edad (correspondiente al objetivo núm. 8: fomentar una asociaciónmundial para el desarrollo).

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Revista Internacional del Trabajo

se pueden alcanzar niveles superiores de trabajo decente sin queaumenten los ingresos. En la parte siguiente compararemos los nivelesde trabajo decente en el plano internacional para conocer si las puntua-ciones obtenidas por los países varían según la metodología seguidapara calcularlas. En la última parte extraeremos unas cuantas conclu-siones generales de nuestro análisis.

La metodología y los datos

En la siguiente sección se calculan las relaciones entre el trabajodecente y el desarrollo humano mediante un análisis de regresión. Elmedidor del trabajo decente empleado en el cálculo es el índice com-puesto de déficit de trabajo decente elaborado por Bescond, Châtaig-nier y Mehran con datos de mediados del decenio de 1990 (véase elcuadro 9 en la pág. 227 del presente número). Este índice está for-mado por los indicadores de remuneración por hora insuficiente, jor-nada excesiva, desempleo, niños sin escolarizar, desempleo juvenil,diferencia entre las tasas de actividad de hombres y de mujeres y, porúltimo, personas mayores sin pensión de vejez. Estos siete indicadoresconstituyen, en realidad, un subconjunto de los treinta propuestos porAnker y otros autores, también en este número de la

Revista

. Así pues,el mencionado índice sólo mide parcialmente el trabajo decente por-que, entre otros muchos, omite los indicadores — esenciales — de liber-tad de sindicación y diálogo social. Asimismo es importante tenerpresentes las advertencias de los propios autores acerca de la compara-bilidad de los datos nacionales que utilizaron para elaborar este índice.

También es parcial el indicador escogido del desarrollo humano,en concreto, el índice de desarrollo humano (IDH) del PNUD confec-cionado con los datos del año 2000. Éste combina indicadores de la edu-cación, la salud y el nivel de vida, pero omite otras facetas másgenerales y complejas del desarrollo humano que también habría quecuantificar para averiguar si las personas adquieren las capacidadesnecesarias para poder ampliar sus posibilidades de llevar una vida queconsideren satisfactoria (PNUD, 2002, págs. 34, 53 y 149-152).

En resumen, los conceptos de desarrollo humano y de trabajodecente son mucho más vastos que lo que son capaces de medir los índi-ces mencionados. Con todo, no cabe duda de que tiene gran interéspolítico examinar las relaciones entre ambos, por parciales que sean.

El trabajo decente y el desarrollo humano

Como cabe esperar razonablemente que el trabajo decente contri-buya al desarrollo humano, planteamos la hipótesis de que el IDH man-tiene una relación inversa con el índice de déficit de trabajo decente(DTD). Aplicando el método de regresión de los mínimos cuadrados

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El trabajo decente y el desarrollo humano

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Cuadro 1. Trabajo decente, desarrollo humano y crecimiento económico

Clasificación DTD

a

Clasificación ITD

b

Clasificación generalITD

c

País Déficit de trabajo decente

a

(mediados de los años noventa)

Índice de desarrollo humano

d

(año 2000)

PIB por habitante

d

(PPA en dólares,año 2000)

1 1 1 Suecia 5,1 0,941 24.2772 2 8 Dinamarca 6,2 0,926 27.6273 ... ... Islandia 7,3 0,936 29.5814 25 15 Suiza 8,0 0,928 28.7695 4 18 Francia 8,9 0,928 24.2236 28 ... Federación de Rusia 10,8 0,781 8.3777 3 2 Finlandia 11,0 0,930 24.9968 15 5 Reino Unido 11,1 0,928 23.5099 6 11 Alemania 11,4 0,925 25.10310 7 16 Bélgica 11,4 0,939 27.17811 21 4 Estados Unidos 11,9 0,939 34.14212 39 ... Corea, República de 12,0 0,882 17.38013 10 5 Canadá 12,2 0,940 27.84014 15 10 Portugal 12,6 0,880 17.29015 16 13 Japón 13,7 0,933 26.75516 ... ... Lituania 13,9 0,808 7.10617 17 8 Australia 14,5 0,939 25.69318 33 ... Estonia 14,7 0,826 10.06619 64 ... Tailandia 14,8 0,762 6.40220 42 ... Rumania 14,9 0,775 6.42321 ... ... Eslovaquia 17,6 0,831 11.24322 81 ... Nepal 17,6 0,490 1.32723 13 14 Irlanda 18,1 0,925 29.86624 ... ... Jamaica 19,4 0,742 3.63925 73 ... Indonesia 22,4 0,684 3.04326 14 19 Italia 22,8 0,913 23.62627 ... ... Polonia 23,2 0,833 9.05128 29 21 Grecia 23,6 0,885 16.50129 ... ... Yemen, República del 24,0 0,479 89330 ... ... Mauricio 24,1 0,772 10.01731 ... ... Hong Kong (China) 24,1 0,888 25.15332 49 ... México 24,2 0,796 9.02333 11 ... España 25,8 0,913 19.47234 48 ... Costa Rica 32,3 0,826 10.06635 ... ... Jordania 33,5 0,717 3.96636 58 ... Sri Lanka 33,6 0,741 3.53037 46 ... Turquía 35,4 0,742 6.97438 80 ... Bangladesh 51,4 0,478 1.602

a

Fuente: Bescond, Châtaignier y Mehran. 2003, cuadro 9.

b

Fuentes: Bonnet, Figueiredo y Standing, 2003, gráfico 1; y bases dedatos del Programa InFocus de la OIT sobre Seguridad Socioeconómica.

c

Fuente: Ghai, 2003, cuadro 15.

d

Fuente: PNUD,2002, págs. 149-155; PPA: en paridad de poder adquisitivo en dólares estadounidenses.

Notas: 1. Déficit de trabajo decente (DTD): indicador compuesto por varios índices: remuneración horaria insuficiente, jornada de tra-bajo excesiva, desempleo, niños sin escolarizar (índice indirecto del trabajo infantil), porcentaje juvenil del total de desempleados,desnivel entre las tasas de actividad de hombres y mujeres y porcentaje de personas mayores sin pensión (no abarca la libertad sindi-cal ni el diálogo social). 2. Índice de trabajo decente (ITD): combinación de nivel macro (agregado) de indicadores nacionales e inter-nacionales sobre las reglas y dispositivos destinados a proteger a los trabajadores, los procedimientos y medidas previstos para hacercumplir los principios y normas jurídicas y la eficacia real con que todas estas disposiciones garantizan la protección a lostrabajadores. 3. Índice general de trabajo decente: índice compuesto de los índices de igualdad entre los sexos, empleo, protecciónsocial y diálogo social. 4. Índice de desarrollo humano (IDH): combinación de los índices de instrucción, salud y nivel de vida.

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294

Revista Internacional del Trabajo

ordinarios a los datos expuestos en el cuadro 1, obtuvimos las siguientesestimaciones de los parámetros:

Log. IDH = 0,339

0,195 log. DTD (2,42) (

3,94)R

2

= 0,301; parámetro de grados de libertad = 37Las estimaciones del término constante y del DTD son significativas enel nivel del 1 por ciento (entre paréntesis los valores

t

).Las diferencias en cuanto a déficit de trabajo decente existentes

entre los países explican el 30 por ciento de los desniveles del IDH enlos treinta y ocho países de la muestra. El cálculo revela que una dismi-nución de un punto porcentual del déficit de trabajo decente aumentala cifra del IDH en 0,20 puntos porcentuales. En el gráfico 1 se exponeel resultado del análisis de regresión, que arroja una relación inversa ysignificativa estadísticamente entre el índice de déficit de trabajo de-cente y el IDH.

En su artículo de este número de la

Revista

, Bonnet, Figueiredo yStanding constatan que existe un coeficiente de correlación del 85 porciento entre su propio índice de trabajo decente de ámbito macro-económico (que es distinto al antes mencionado) y el IDH.

El trabajo decente y los ingresos

La finalidad del cálculo empírico de las relaciones entre el trabajodecente y los ingresos es verificar la corrección o inexactitud de la hipó-tesis de que el PIB por habitante mantiene una relación inversa con eldéficit de trabajo decente. Una vez más, al aplicar la técnica de la regre-sión de mínimos cuadrados a los datos recogidos en el cuadro 1, se obtu-vieron los siguientes cálculos de los parámetros:

Log. PIB por habitante = 12,457

112 log. DTD (17,46) (

4,41)R

2

= 0,351; parámetro de grados de libertad = 37Las estimaciones de los parámetros correspondientes al término cons-tante y al déficit de trabajo decente (DTD) son significativas en el niveldel 1 por ciento (entre paréntesis figuran los valores

t

).En este caso, las diferencias en cuanto a déficit de trabajo decente

entre los países explican el 35 por ciento de los desniveles del PIB porhabitante entre los treinta y ocho países comparados. El cálculo indica,además, que la reducción de un punto porcentual del déficit de trabajodecente puede aumentar el PIB por habitante en 1,11 puntos porcen-tuales. En el gráfico 2 se expone el resultado del análisis de regresión,que arroja una relación inversa y significativa estadísticamente entre eldéficit de trabajo decente y el PIB por habitante.

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El trabajo decente y el desarrollo humano

295G

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0,1

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0,3

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0,7

0,8

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4050

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90)

Índice de desarrollo humano (2000)

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296

Revista Internacional del TrabajoG

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o 2.

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5,5

6,5

7,5

8,5

9,5

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11,5

1,5

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Déf

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abaj

o de

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dos

del d

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io d

e 19

90)

PIB por habitante (PPA en dólares, año 2000)

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El trabajo decente y el desarrollo humano

297

El coeficiente de correlación calculado entre el PIB por habitantey el otro índice de trabajo decente elaborado por Bonnet, Figueiredo yStanding asciende al 86 por ciento. Aunque no llega a presentar uníndice compuesto, en este número de la

Revista

Gary Fields tambiénformula argumentos teóricos y empíricos a favor de la existencia de unarelación positiva entre el trabajo decente y el crecimiento económico.

Así pues, de lo anterior se desprende que, con técnicas similares alas empleadas por el PNUD para comparar el IDH y el PIB por ha-bitante (PNUD, 2003, págs. 60 y 61), se puede demostrar que cabe al-canzar niveles elevados de trabajo decente sin llegar a niveles elevadosde ingresos. Por ejemplo, Turquía y Tailandia tienen niveles pare-cidos de ingresos por habitante, pero Tailandia tiene un déficit muchomenor de trabajo decente (gráfico 3a). De modo semejante, Suiza ha al-canzado un déficit mucho menor de trabajo decente que Irlanda conaproximadamente el mismo nivel de ingresos.

A la inversa, los ingresos altos no garantizan un grado mayor detrabajo decente. Por ejemplo, la República de Corea tiene más o menos

5.000

10.000

15.000

20.000

25.000

30.000

5,0

10,0

15,0

20,0

25,0

30,0

35,0

40,0

45,0

Suiza

Tailandia

Irlanda

Turquía

Gráfico 3a. Ingresos semejantes, pero déficit de trabajo decente distinto

Fuente: Cuadro 1.

PIB real por habitante(en PPA en dólares)

Índice de déficit de trabajodecente

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298

Revista Internacional del Trabajo

el mismo déficit de trabajo decente que Bélgica, pero sólo dos terceraspartes de su nivel de ingresos (gráfico 3b). De modo semejante, HongKong (China) tiene un déficit de trabajo decente tan grande como el deMéxico, a pesar de ser casi tres veces más rico.

Sesgo de la estimación

Como se desprende claramente del cuadro 1, el tipo de índice quese emplee para medir el trabajo decente influye en los resultados de lamedición y, por consiguiente, las clasificaciones basadas en compara-ciones entre países pueden inducir a error. No obstante, varios paísesde Europa occidental se encuentran entre los diez primeros sea cualfuere el tipo de índice utilizado para clasificarlos. Ahora bien, averiguarla situación del trabajo decente aplicando tal o cual metodología resul-tará tan útil para la fijación de las políticas nacionales e internacionalescomo lo es averiguar la evolución del índice de desarrollo humanobasándose en estimaciones nacionales anuales.

5.000

10.000

15.000

20.000

25.000

30.000

Fuente: Cuadro 1.

1.000

PIB real por habitante(en PPA en dólares)

Índice de déficit de trabajodecente

Gráfico 3b. Déficit de trabajo decente semejante, pero ingresos distintos

5,0

10,0

15,0

20,0

25,0MéxicoHong Kong (China)

Corea, República deBélgica

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El trabajo decente y el desarrollo humano

299

Observaciones finales

Habida cuenta de lo que significa el trabajo para las vidas de lamayoría de las personas, el logro del trabajo decente es evidentementeun objetivo político que merece la pena perseguir por sí mismo. Ahorabien, del anterior análisis estadístico cuantitativo de los datos de unconjunto equilibrado de países en desarrollo, industrializados y en tran-sición, también se desprende con claridad que el avance hacia este obje-tivo puede favorecer simultáneamente el desarrollo humano — talcomo lo mide el índice correspondiente — y el crecimiento económico.El análisis deja asimismo claro que se pueden alcanzar niveles superio-res de trabajo decente sin ingresos elevados y que éstos no garantizanla existencia de niveles mayores de trabajo decente. Aunque los resul-tados relativos de un país varían según el tipo de índice empleado paramedir el trabajo decente, varios países europeos figuran en los primerospuestos sea cual fuere el índice que se emplee; es de suponer que larazón estriba en que aplican una política sociolaboral sólida y ecuánime(Kapstein y Milanovic, 2003).

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(Ginebra), vol. 122, núm. 2, págs. 197-231.Bonnet, Florence; Figueiredo, José B., y Standing, Guy. 2003. «Una familia de índices de tra-

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