El Tiempo Todo Lo Olvida Andrea Noria 2015

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55 “El tiempo todo lo olvida”. El desastre de El Limón del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio 1 El 6 de septiembre de 1987 en Venezuela, la región de El Limón y una parte de Ocumare de la Costa se vieron intervenidas por lluvias extraordinarias que ocasionaron el desbordamiento del río El Limón y detonaron una tragedia en las zonas afectadas, según se calificó para el momento. A partir de la presente investigación se buscó reconstruir lo que sucedió ese 6 de septiembre de 1987 utilizando algunos testimonios y las narraciones de la prensa para ese momento; con la intención de generar espacios de discusión para el análisis del papel de la memoria colectiva y la memoria histórica en los desastres y en la reproducción de contextos vulnerables. Con este desastre quedó en evidencia que la reproducción de la vulnerabilidad se desplazó hacia una postura más institucional, donde la conciencia histórica de eventos similares se correspondió con un olvido sistemático y permeó en la opinión pública y en las evocaciones de las víctimas, a pesar de recordar algunos eventos anteriores a aquellas lluvias. Palabras clave: Venezuela; Lluvias Extraordinarias; Tragedia; Testimonios; Prensa; Memoria Colectiva; Memoria Histórica; Vulnerabilidad. On September 6th, 1987 in Venezuela, the region of El Limon and part of Ocular de la Costa were effected by extraordinarily heavy rains that caused the overflow of the el Limón river and triggered the subsequent tragedy in the regions affected as was described at the time. The purpose of this investigation is to reconstruct the events of September 6th, 1987 using testimonies and press reports from that time with the intention of generating discussion to analyze the role played by collective and historical memory in relation to disasters and the reproduction of vulnerable contexts. This disaster made evident that the reproduction of vulnerability moved towards a more institutional position, where historical consciousness about similar events corresponded with a systematic forgetting and permeated public opinion as well as the way victims recalled what occurred, despite remembering other events previous to the rains. Key words: Venezuela; Heavy Rains; Tragedy; Testimonies; Press; Collective Memory; Historical Memory; Vulnerability. “Everything is Forgotten with Time”. Venezuela’s El Limón Disaster of September 6th, 1987: Notes for its Study “O tempo esquece tudo”. O desastre de El Limón em 6 de Setembro de 1987 na Venezuela: anotações para seu estudo DOI 10.3232/RHI.2015. V8.N1.03 AUTORA Andrea Noria Universidad Autónoma de Chile, Santiago, Chile a.noria@uautonoma. cl RECEPCIÓN 9 agosto 2014 APROBACIÓN 21 abril 2015

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El Desastre de El Limón, Aragua, Venezuela, siglo XX

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55Eltiempotodoloolvida.EldesastredeElLimn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio1 El 6 de septiembre de 1987 en Venezuela, la regin de El Limn y una parte de Ocumare de la Costa se vieron intervenidas por lluvias extraordinarias que ocasionaron el desbordamiento del ro El Limn y detonaron una tragedia enlaszonasafectadas,segnsecalificparaelmomento.Apartirdela presente investigacin se busc reconstruir lo que sucedi ese 6 de septiembre de 1987 utilizando algunos testimonios y las narraciones de la prensa para ese momento; con la intencin de generar espacios de discusin para el anlisis del papel de la memoria colectiva y la memoria histrica en los desastres y en la reproduccin de contextos vulnerables. Con este desastre qued en evidencia quelareproduccindelavulnerabilidadsedesplazhaciaunaposturams institucional, donde la conciencia histrica de eventos similares se correspondi con un olvido sistemtico y perme en la opinin pblica y en las evocaciones de las vctimas, a pesar de recordar algunos eventos anteriores a aquellas lluvias. Palabras clave: Venezuela; Lluvias Extraordinarias; Tragedia; Testimonios; Prensa; Memoria Colectiva; Memoria Histrica; Vulnerabilidad.On September 6th, 1987 in Venezuela, the region of El Limon and part of Ocular de la Costa were effected by extraordinarily heavy rains that caused the overflow of the el Limn river and triggered the subsequent tragedy in the regions affected as was described at the time. The purpose of this investigation is to reconstruct the events ofSeptember 6th, 1987 using testimonies and press reportsfromthattimewiththeintentionofgeneratingdiscussiontoanalyze the role played by collective and historical memory in relation to disasters and thereproductionofvulnerablecontexts.Thisdisastermadeevidentthatthe reproduction of vulnerability moved towards a more institutional position, where historicalconsciousnessaboutsimilareventscorrespondedwithasystematic forgetting and permeated public opinion as well as the way victims recalled what occurred, despite remembering other events previous to the rains.Keywords:Venezuela;HeavyRains;Tragedy;Testimonies;Press;Collective Memory; Historical Memory; Vulnerability.Everything is Forgotten with Time. Venezuelas El Limn Disaster of September 6th, 1987: Notes for its Study O tempo esquece tudo. O desastre de El Limn em 6 de Setembro de 1987 na Venezuela: anotaes para seu estudo DOI10.3232/RHI.2015.V8.N1.03AUTORAAndrea Noria Universidad Autnoma de Chile, Santiago, Chile [email protected] RECEPCIN 9 agosto 2014APROBACIN 21 abril 2015 http://revistahistoria.universia.net56El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea NoriaEm 6 de setembro de 1987, em Venezuela, a regio de El Limon e uma parte de Ocumare de la Costa foram apreendidos pelas chuvas extraordinrias que causaram o transbordamento do rio El Limn e detonaram uma tragdia nas reas afetadas, como se informou nesse tempo. A partir desta pesquisa que procurou reconstruir o que aconteceu naquele 06 de setembro de 1987 utilizando alguns testemunhos e histrias na imprensa daquela poca; com a inteno de gerar espaos de discusso para a anlise do papel da memria coletiva e da memria histrica nosdesastresenareproduodecontextosvulnerveis.Comestedesastretornou-seclaro queareproduodavulnerabilidadesedeslocouparaumaposiomaisinstitucional,onde aconscinciahistricadeeventossimilarescorrespondeucomumesquecimentosistemtico epermeounaopiniopblicaenasevocaesdasvtimas,apesardelembrar-sedealguns eventos anteriores a aquelas chuvas.Palavras-chave:Venezuela;ChuvasExtraordinrias;Tragdia;Testemunhos;Imprensa;Memria Coletiva; Memria Histrica; VulnerabilidadeIntroduccinEs un ro modesto, apacible, que en otras ocasiones regaba obediente las plantaciones de caa de azcar de la frtil planicie maracayera. Despus de los caaverales fueron suplantados por viviendas, y el ro tambin aprendi a convivir con el hombre, con el medio urbano que lo agreda contaminndolo y desplazndolo de su hoya hidrogrfica. Surgieron los barrios El Limn, El Progreso, Mata Seca y otros que fueron poblando las riveras.2 Ocurri un domingo, descrito por muchos como nublado y oscuro. La regin de El Limn y la carretera que conduce a Ocumare de la Costa se vieron estremecidas por un alud torrencial y un descomunal desbordamiento del ro El Limn aquel domingo. Miles de vecinos y muchos temporadistassevieronenvueltosenunodelosdesastresmssignificativosdelsigloXXen VenezuelaeinclusoenLatinoamrica.Palodeaguayelrosemetipalascasas,cont Elas Arvelo,vecino,cronistayunodelosinformantesdeestainvestigacin;Peroyahaca cierto tiempo que las casas se haban metido pal ro3, continu aquel testigo. Pues, segn el testimonio de Edmundo Abreu, el ro siempre creca, pero no tanto as, y en otra poca se haba desbordado4. O como se indic en el peridico El Universal: La tragedia ocurrida el domingo pasadoenMaracay,fuecausadaporunalluviaquetieneunafrecuenciadecada400aos, dijeron los tcnicos de la Direccin de Hidrologa del Ministerio de Ambiente5. De esta manera, entre discursos que no siempre se cruzan aunque siempre se complementan, se descubren la vulnerabilidad, la memoria y el olvido ante fenmenos naturales recurrentes, representando entre ambos, imaginario colectivo y esfera institucional, a los procesos dialcticos que se construyen en la relacin con la naturaleza.57HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1Este tipo de eventos catastrficos muestran mltiples variables que pueden ser abordadas tanto desde una perspectiva histrica como desde una perspectiva antropolgica, a partir de lo cual es posible observar su condicin procesual, multidimensional y multifactorial. El estudio de los desastres, apoyado en ambas perspectivas, ofrece al mismo tiempo un enfoque alternativo alacomprensindeestetipodeprocesos,puesloqueciertamenteimporta,enestecaso, no es solo el impacto de las lluvias en la zona montaosa de la Cordillera de la Costa ni en la cuenca del ro El Limn, sino tambin la sociedad que se vio afectada a travs de la construccin histrica de los contextos vulnerables en los cuales se asienta. Y en este sentido, vale destacar que las ciencias sociales y humanas presentan una deuda con lo acontecido hace ya 27 aos en la zona sealada, a pesar de su gran importancia a nivel histrico y social para Venezuela. El estudio histrico y social de los desastres, perspectiva adoptada en esta investigacin, permiti cruzar en el tiempo y el espacio estos dos intereses, desde la historia y la antropologa, y darle otroestatutoaestoseventosqueeventualmentealcanzanelperfildeundatocuriosoenla historiografa tradicional y en las ciencias sociales en general6.El abordaje de la problemtica expuesta precisa de un acercamiento desde la Antropologa ylahistoriaambiental.Estasreasdelconocimientopermitenacercarse;porunlado,alas prcticas sociales, culturales, ideolgicas y simblicas que se movilizan en torno a la produccin designificadosconrelacinalmedioambientenaturalyque,porende,tieneincidenciaenla produccin y reproduccin de contextos vulnerables; por el otro, a la interaccin del ser humano con la naturaleza, donde esta ltima juega un papel activo. En tanto se comprendan analticamente estas prcticas que estn vinculadas con las estrategias adaptativas, se entiende el hecho de que un fenmeno natural, como las lluvias, se posicione progresivamente como una amenaza potencialmente destructora7.El objetivo de la investigacin est centrado en reconstruir analticamente lo que sucedi ese 6 de septiembre de 1987 a partir, principalmente, de algunos testimonios como referentes del mbito privado y el discurso de la opinin pblica a travs de la prensa escrita. Estas dos esferas permiten generar espacios para analizar el papel de la memoria colectiva y de la memoria histrica en procesos de desastres y, en especial, en la produccin y reproduccin de contextos vulnerables. Historia, desastre y memoriaEl enfoque alternativo de la vulnerabilidad y el estudio de los desastresPara mediados del siglo XVIII, el ao siguiente al impacto del famoso terremoto de Lisboa del1denoviembrede1755,Jean-JacquesRousseauescribiunamisiva,fechadael18de agosto, a Franois-Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire, en la cual reflexion sobre aquel sismo y su impacto en la sociedad. El entonces polmico Rousseau atendi el hecho de que los resultados catastrficos a raz de fenmenos destructores tienen que ver con la vulnerabilidad delosespaciosdondeirrumpen,yqueLagranmayoradenuestrosmalesfsicossonobra El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net58nuestra8. Colosal primicia de aquel filsofo que fue retomada casi dos siglos despus, cuando se incorpor dentro de un corpus terico de anlisis9.Diversosaportescontribuyeronaqueseretomara,despusdelamitaddelsigloXX (especficamente despus de la Segunda Guerra Mundial), lo que nos deca Rousseau un par desiglosantes.Sefuerondecantandomuchasobservacionesalrespectohastaalcanzaren las investigaciones un modelo alternativo10, apelativo acuado por el gegrafo Kenneth Hewitt para la dcada de los 80 que se consolid a partir de la dcada de los 90 y la declaracin de la misma por parte de las Naciones Unidas como el Decenio Internacional para la Reduccin de los Desastres Naturales11.DeacuerdoaOmarDaroCardona12,lainiciativa(elDIRDN)estuvoampliamente influenciada por investigadores de las ciencias naturales y la ya en crisis visin dominante13. Fue el resultado de una serie de eventos naturales con desenlaces catastrficos que para la segunda mitad del siglo XX situaron en la palestra el tema de los mal llamados desastres naturales. La tragedia de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela forma parte de este conjunto.SibienlaintencionalidaddelDIRDN,enprimerainstancia,noestuvoasociadaaese enfoque alternativo, s se generaron las condiciones para una serie de actividades que condujeron a posicionar el tema de la vulnerabilidad en el discurso institucional y en las iniciativas acadmicas. Laconferenciade Yokohamaen1994genermayornfasisenesetema.Lascontribuciones desde las ciencias sociales y humanas en los riesgos y en los desastres permitieron introducir el debate cultural y haciendo posible que a principios de la dcada de 1990 se creara La Red de Estudios Sociales en Prevencin de Desastres en Amrica Latina (LA RED), que comenz adisertarentornoalasinclinacionestericasconstructivistaycontextual,porunlado,yala perspectiva histrica de los riesgos, por el otro14. De cualquier manera, esta conformacin afianz la perspectiva social, conocida como el enfoque de la vulnerabilidad.Este nuevo enfoque, apoyado en la investigacin histrica, sostuvo y sostiene que los desastressonelresultadodeprocesosmultifactorialesymultidimensionales,comoresultado delainterseccinentreamenazasycontextosvulnerablesqueseconstruyenyreproducen atravsdeltiempo15.Elenfoqueenlavulnerabilidadapartirdeloscontextossocialesy materiales garantiza el entendimiento sobre una vulnerabilidad desigual y acumulativa, por tanto histricamente determinada.Este proceso condujo a la premisa de que los desastres no son naturales. Y partiendo delamismaseadvirtilaredefinicindelosconceptosbsicosdelestudiodelosdesastres, as como la prctica activa en esos procesos del riesgo, la vulnerabilidad y la amenaza o bien lamitigacin,prevencin,recuperacinyestrategiasadaptativasporpartedelassociedades. Eldesastrecorrespondeaprocesosresultantesdecondicionescrticaspreexistentes enlascualeslavulnerabilidadacumuladaylaconstruccinsocialdelriesgoocupanlugares determinantes en su asociacin con una amenaza natural16. El reconocimiento del papel activo de la sociedad en el desenlace catastrfico a partir El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria59HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1delairrupcindefenmenosdestructoresobiendedaosacumulativosquepuedenono conducir, en muchos casos, a eventos disruptivos en la misma sociedad, resulta crucial a la hora delaconsolidacindeestrategiasquepermitanincidirendichosresultados;partiendodela aseveracin de que, por un lado, son los contextos vulnerables, producto de la experiencia de los seres humanos, los que determinan la detonacin de procesos de desastres y por ende en ellos se debe enfocar la mitigacin del riesgo construido material y socialmente; y por el otro, que la convivencia con el medioambiente es resultado de las estrategias de adaptacin o desadaptacin que han desplegado y consolidado las sociedades en el largo proceso de articulacin cultural y material con los espacios construidos. Porestoseconsidera,paralosefectosdeestainvestigacin,quelosprocesos dememoriaylaconstruccindeunamemoriacolectivaehistrica,entantoqueconciencia socialmente construida y compartida, son el punto de anclaje tanto de la vulnerabilidad (con su riesgo socialmente construido y las amenazas para sus contextos) y las estrategias adaptativas odedesadaptacin(lascualescontribuyenaelevaranivelesparoxsticosladetonacinde desastres en contextos vulnerables).La inclusin de la memoria, como categora de anlisis en el estudio de los desastres, partedesdelapsicologaarazdelaatencinalasexperienciastraumticas,yaseanpor desastres detonados por amenazas naturales o bien desastres antrpicos como las guerras, que afectaron a lo largo del siglo XX17. Estos eventos traumticos compartidos socialmente, tienden a ser posteriormente reproducidos por medio de los vehculos de la memoria18, los cuales permiten expresar, a travs de diversas manifestaciones materiales y/o simblicas (esculturas, pinturas, fotografas, publicaciones, conmemoraciones, museos, por ejemplo), lo vivido y reconstruirlo a partir del presente19.Los desastres y la memoria histricaSequas, inundaciones, epidemias, plagas y terremotos son algunos de los fenmenos naturales que han compartido escena en los territorios hoy venezolanos, y de los que se tiene referenciahistricadocumentada20.Paraelcasoquenosocupa,laslluviascomofenmeno regular y beneficioso (en tanto que riego para la siembra), o bien como manifestacin cotidiana de la naturaleza sin consecuencias adversas, apenas puede ser advertido como un elemento que convive con todos los contextos, catalogndole como ms o menos peridico, de acuerdo con las condiciones de ciertas zonas. Sin embargo, la manifestacin irregular del mismo fenmeno, ya en ausencia (sequas prolongadas) o en exceso (lluvias torrenciales), puede conducir a resultados catastrficos, dependiendo de la relacin que con esas variaciones climticas posea la sociedad que les padezca. Laslluviastorrenciales,adems,combinadasconciertosfactorestopogrficoscomo lasladerasinestables(enelcasoqueaquseatiende),ensearesultadosindefectiblemente asociados: aludes, movimientos de masa, inundaciones, deslaves. Una sociedad que convive con estas condiciones en situacin de riesgo, sin duda ensear una recurrente cadena de desastres El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net60en el tiempo, demostrando con ello una carencia de respuestas ante tales circunstancias.Pero esa no capacidad de respuesta termina convirtindose en un tipo de respuesta frenteaestascondiciones,queevidencia,necesariamente,laformaenlacuallosseres humanos se han relacionado con el ambiente y la manera en la que se han construido diversos mecanismos de adaptacin o desadaptacin ante estas eventualidades, por dems cotidianas en ciertas regiones.Es justamente en este punto donde la historia, la memoria y los desastres se interceptan. La construccin de la vulnerabilidad y la reproduccin en el tiempo de esas mismas condiciones, tienenqueverconloselementosquepresentanlassociedadesparahacerfrenteaestos factores, entendidos generalmente como externos. Por lo que, y sin adentrarse en la discusin sobre memoria e historia o sobre los diversos significados de aquella en las investigaciones al respecto, se tomar como memoria a la forma en que se lee, crea y recrea el pasado en cada tiempo presente21.Aspectos tcnico-metodolgicosPara el abordaje de la llamada Tragedia de El Limn del 6 de septiembre de 1987, se utilizaron como fuentes de informacin primarias, las fuentes orales y fuentes hemerogrficas, conjugadas con fuentes histricas de procesos de desastres en los territorios venezolanos. El uso de las fuentes orales se condujo a partir de los criterios de anlisis de cualquier fuente de informacin, y especficamente para dar cuenta de un contexto en particular, como el de accin de los testimonios (es decir, su ubicacin significativa), en este caso, abocadas a la mirada de quienes vivieron un proceso de desastre que an se mantiene en sus recuerdos y que recrean desde su presente. Fueron siete los testimonios recopilados, de los cuales tres son de mujeres (familia: madre, hija y abuela) y cuatro de hombres, cuyas edades estn comprendidas entre los 30 y los 90 aos. Los entrevistados fueron Edmundo Abreu, Escolstico Arana, Mara Mendoza, Joselin Labrador, Mara de Mendoza, Manuel Tami y Elas Arvelo. Latcnicaderecoleccindelosdatosdelasfuentesoralesfueelusodeentrevistas individualesyunaentrevistagrupal.Elobjetivofuedarcuentadelolvidosistemtico22de amenazas recurrentes en los trminos de una ausencia de memoria histrica al respecto. En este sentido, y por la misma caracterstica de estos tipos de entrevistas, los esquemas de preguntas fueronabiertos.Latranscripcindelasmismasserealizntegramente;tomandoencuenta que mucho antes de las grabaciones se mantuvieron conversaciones (anotadas en un diario de campo) con los entrevistados. La entrevista grupal se dio con una familia, madre e hija, junto con un amigo cercano a la misma, mi informante principal y mi contacto en las comunidades. A pesar de ser grupal, la dinmica de la entrevista condujo a que el testimonio ms extenso fuera el de la madre, Mara Mendoza (a quien le dicen Gloria). Luego se le hizo una entrevista a la mam de la seora Mendoza, quien se llama Mara de Mendoza.El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria61HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1El otro tipo de fuentes utilizadas proviene de la Hemerografa, a travs de la prensa de todo el mes de septiembre del ao de estudio. Se consultaron principalmente El Universal, ltimas Noticias,ElDiariodeCaracas,ElUniversal,LaReliginyEl Arageo.Deallseextrajeron informacionesinstitucionales,opinionescientficas,polticasytestimonialesrecogidasensu momento por los comisionados especiales de cada peridico. Junto con este tipo de discurso, tambin se revisaron algunos informes tcnicos que se realizaron al poco tiempo de la tragedia, ms all de los daos y enfocados en dar cuentas de las condiciones naturales de los espacios del desastre.El desastre de El Limn de 1987El domingo negro de Maracay: crnicas entre inundacionesLa Cordillera de la Costa en Venezuela origina una topografa abrupta que pocos espacios deja al desarrollo de la urbanizacin. Escasos valles intramontanos y laderas inestables surcadas por cornisas que hacen las veces de carreteras y vas de comunicacin, son los escenarios de muchas zonas en riesgo ante fenmenos hidrometeorlgicos y geolgicos. El lugar de inters en estas lneas corresponde a esta regin, especficamente a las zonas que abarcan la carretera de Ocumare de la Costa-Maracay y la zona de El Limn, las localidades de El Progreso y Mata Seca. Esta regin, por sus condiciones, resulta un rea con gran potencial para el impacto de fenmenos destructores. Y de ello da cuenta el pasado reciente y no tan reciente. Para el caso de las lluvias en ese sistema montaoso, especficamente en la regin de estudio, se tienen los primeros reportes documentados en los inicios de la poca colonial.Del siglo XVIII, mejor documentado que los anteriores, existen varios reportes de lluvias extraordinarias en toda el rea de la Cordillera de la Costa. Para el caso de la zona de inters hayinformacinpara1780,arazdelhuracnqueafectestaszonasentreel12y14de octubre, produciendo fuertes lluvias que tambin golpearon a La Guaira y Puerto Cabello. Del mismo modo, entre el 11 y 13 de febrero de 1798 se produjeron lluvias extraordinarias y aludes torrenciales que afectaron gran parte de la Cordillera de la Costa. Del siglo XIX no se han encontrado eventos documentados para la regin de estudio; sin embargo, se infiere que las lluvias del 7 de octubre 1892, cuyos daos se observan en los reportes para el rea de La Guaira fundamentalmente, tambin pudieron haber ocasionado daos en el resto de la Regin Central de la cordillera. Y ya en el siglo XX s se tienen registros documentales y orales de lluvias extraordinarias, desbordamientos e inundaciones con notables daos en las edificaciones, y muchas con saldos de damnificados en el rea de inters. Para la segunda mitad de esta centuria, entre el 15 y l7 de febrero de 1951, se produjeron gran cantidad de inundaciones y deslizamientos detierraqueocasionarondaosapropiedadesyalgunasprdidasdevidas,luegode7horas prolongadas de fuertes lluvias producidas por tipo de una tormenta conocida como frente norte23.El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net62Otrasinformacionesmsprecisasindicanqueel12denoviembrede1916ocurrieron inundacionesenOcumaredelaCosta;queen1961sedesbordelroLasDelicias;el20de septiembre de 1975 toc en turno al ro El Limn; esto mismo volvi a ocurrir el 14 de octubre de 1976; el 19 de agosto y el 6 de septiembre de 1979 hubo daos por lluvias en la carretera de Maracay-Choron; y para el 19 de septiembre de 1980 se produce un estado de emergencia en la zona metropolitana y otros estados por las fuertes lluvias de cinco horas aproximadamente. De este ltimo caso se sabe que en Maracay hubo daos en las edificaciones y desplazamiento de personas, con un nmero estimado de 1.500 damnificados. Para 1984 la presencia de un aluvin afect el sector La Candelaria, tambin en Maracay y prximo al ro El Limn24.Esterecuentodeeventoshistricamentedocumentadosyasociadosafenmenos hidrometeorolgicos, forma parte del reconocimiento de la recurrencia en la regin de sucesos de este tipo, lo cual garantiza una convivencia cotidiana con los mismos. La falta de informacin de otros casos, especialmenteparalosprimerosdossiglosdelapocacolonial,einclusoduranteelsigloXIX,da cuenta de la poca atencin que se ha prestado a este tipo de coyunturas en la historiografa tradicional, pues las condiciones de la regin en particular han sido siempre las mismas y presentaban, presentan y presentarn probabilidades de lluvias extraordinarias con consecuencias similares en todo momento. Ladesatencinaltema,sinduda,sloensealascarenciascaractersticasenlas perspectivas de abordaje de los procesos histricos (tanto en las diferentes reas de la historia como en el resto de las ciencias sociales), y de ninguna manera representa la ausencia del hecho dentro de esos procesos. Dentro de estos escenarios de lluvias recurrentes, entra en el caso de los eventos de la llamada Tragedia El Limn.Eldomingo6deseptiembrede1987,comocualquierfindesemanaenlascostas venezolanas,muchosturistas,caraqueosensumayora,queseencontrabanenlasplayas delLitoralCentralde Aragua,sedestinaronaregresarasusciudades,pasadayalas12del medioda. Envueltos en el trfico caracterstico de esos momentos, entre vehculos particulares, autobuses de pasajeros, una estrecha carretera y en medio de un bosque nublado, transitaron por pendientes y laderas, entre Rancho Grande y El Limn, para acceder a Maracay y de all bien a Caracas, Valencia o zonas cercanas. Mientras tanto, en medio de un domingo cualquiera, los habitantes de El Limn estaban en sus quehaceres cotidianos; reunidos en familia. El tiempo de aquel da, nublado y oscuro, avizoraba fuertes lluvias y sealaba que en las montaas del Parque Nacional Henri Pittier posiblemente ya estaba lloviendo.Sin equivocarse, aquellas nubes mostraron que en las densas montaas del parque nacional, especficamenteenlascuencasdelosrosElLimnyDelicias(verFigura1),ascomoensus subcuencas, reas que se comprenden entre Rancho Grande y El Limn, las precipitaciones haban tomado el escenario. Y no slo se presenci la habitual llovizna de aquellas regiones, sino que durante seis horas cayeron gotas de agua de manera extraordinaria, tanto as que la medida pluviomtrica fue de 183mm,es decir que durante ese corto tiempo, llovi lo equivalente a dos meses de precipitaciones.a eso de las 3 y 30 pm se inici un aguacero en la zona norte de esta capital aragea yquedelosrosElLimn,LasDelicias,peroqueademsderrumbcerrosenGuamita, El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria63HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1destruy el parque Henry (sic) Pittier, zonas El Progreso, El Limn, La Candelaria, Caa de Azcar, y en fin, un sector amplio que comprende el Municipio Iragorry25.FIGURA1:CUENCADELROELLIMN,VERTIENTESURDELACORDILLERADELACOSTADEVENEZUELA, DENTRO DE LOS LINDEROS PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER .Desbordamientos,deslavesytragediasonlosindicadoresdeesedomingonegrode Maracay, como lo llam en su momento el informante Enrique Gutirrez a los periodistas que fueron comisionados a la zona por el peridico ltimas Noticias. Ese domingo se nombr con persistencia en la prensa nacional durante un mes, y aunque todava al da siguiente la magnitud de los eventos an no era percibida, ya a partir del 8 de ese mismo septiembre, las autoridades iban dando cuenta, de manera dramtica, de lo acaecido. Las sirenas de las ambulancias, los vehculosoficiales,laspatrullas,laGuardiaNacional,DefensaCivil,ministros,gobernadores, todos condimentaron el ruido en las calles, las incertidumbres y las zozobras entre los pobladores afectados y los residentes de Venezuela en general.Son varias las historias que se cruzaron en esta marejada de troncos, barros, piedras y casas, seccionadas en dos espacios geohistricos particulares. Ciertamente las lluvias fueron las mismas. Pero sus incidencias no, y no solamente en trminos sociales, simblicos, psicolgicos, sinotambinpaisajsticosehistricos.Enconsecuencia,aquelloseventospuedenagruparse endosgrandesmomentos(coexistentes,ciertamente)ydosespaciosgeogrficosysociales distintos.Porunlado,losdaospercibidosenlacarreteraOcumaredelaCosta-Maracay,un no-lugar en trminos de Marc Aug27, es decir, zonas de transitoriedad donde no se construyen relaciones sociales, ni se dan procesos identitarios, de identificacin y reconocimiento histrico. Y por otro lado, lo sucedido en las faldas de la montaa, especficamente en el sector El Limn en los vecindarios de El Progreso y Mata Seca como mayores exponentes, ciertamente lugares antropolgicos e histricos de relaciones sociales y urbanas que construyen arraigos espaciales. Cada uno con sus mltiples historias de ruina y desolacin, entre los llantos y la confusin.En el primer caso se dio un proceso de inestabilidad de laderas entre Rancho Grande El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net64yElLimn,ocasionadaporprecipitacionesprolongadasypersistentes,locualcondujoaque elterrenomontaosocediera,yenmediodetodoello,sellevaratramosdelacarretera.Esa importante va de comunicacin, que conectaba a uno de los centros econmicos ms importantes de la zona con el litoral, se encontr, de pronto, dividida en sectores:Y de pronto fue el agua, bajando a torrentes desde las faldas de los cerros, abriendo brechas entre la tupida vegetacin, poniendo a navegar corriente abajo enormes troncos secos, catapultando rocas descomunales, desprendiendo, alevosa, toneladas de un lodo oscuro y pegajoso que comenz a avanzar rpidamente sobre la serpiente metlica y multicolor que bordeaba la montaa28.En estas circunstancias, el alud torrencial se llev y tapi todo cuanto se encontr en el camino, y esto signific una alta densidad de personas y vehculos que transitaban por la zona, en busca del camino de retorno a sus casas. Ellos fueron tapiados por ese alud que a eso de las cinco de la tarde rugi como un len furioso en la cspide de la montaa29.Unos30kilmetros30decarreterafueronafectadosconsiderablemente,interrumpiendola comunicacin por lo que muchos de los temporadistas perecieron por las avalanchas, entraron en la categora de desaparecidos, caminaron cuesta arriba de la montaa, o bien se quedaron atrapados entre Ocumare y Choron. A partir de ello, y en los das posteriores, las actividades se abocaron no slo, en un principio, a la bsqueda de cadveres, sino tambin al rescate, por medio de helicpteros o va martima, de las personas que se quedaron atrapadas en las playas; tambin proporcionarles alimentacin a esas zonas aisladas, pues con el pasar de los das, e interrumpida la carretera, el suministro de servicios bsicos (agua, comida, ropa) se estaba agotando (ver Figura 2).FIGURA 2: DAOS EN LA VA OCUMARE DE LA COSTA-EL LIMN31 De esa manera, la histrica carretera de Ocumare-Maracay, antigua zona cacaotera32 devenida en va de paso hacia una regin balnearia que, como casi todas, adquiri ese perfil desde comienzos de siglo XX bajo la esperanza del crecimiento turstico y recreacional, ahora enseaba su desgaste como acceso a la modernidad prometida, y enseaba con su colapso el proceso que ya haba hecho El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria65HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1delareginenterauncontextovulnerable. All,enesascostas,comolasdeCatayTuriamo,se quedaron atrapados temporadistas que an no haban decidido irse, as como sus pobladores natales; lo cual condujo a que la situacin del postdesastre cobrara especial inters en los desenvolvimientos histricamenteconstruidosporlasrelacionesdepoder:clientelismosydesigualdadesafloraron enelpeordelosmomentos.Buenapartedelainformacinquehizoprosecucinaltema,tiempo despus de la catstrofe, da cuenta de ciertos grupos beneficiados con viviendas mejor ubicadas y en mejores condiciones que las entregadas a otros grupos de damnificados, situacin que recuerdan los testimonios de Manuel Tami, Mara Mendoza, Edmundo Abreu y Elas Arvelo.Porotrolado,enmediodelascircunstanciasmscrticas,recuerdanigualmentelos entrevistados que la actuacin de la polica y la Guardia Nacional contribuy con el desconcierto y la desestructuracin del momento, dedicndose ambos cuerpos de seguridad al saqueo y el irrespeto por el orden que, antes bien, deban garantizar con su presencia. No fue sino hasta la llegada del ejrcito que la situacin pudo estabilizarse.Ya en las localidades de El Limn, las urbanizaciones que se encontraban en las riberas del ro se vieron altamente afectadas. Casas destruidas, otras desaparecidas, llantos, desesperacin y corte en los suministros elctricos y comunicacionales; obras destinadas a los servicios sociales, como la Escuela Municipal, un colegio preescolar, el dispensario, el mercado y otros espacios del mismo inters, fueron arrasadas y tapiadas junto a muchas personas por la gran cantidad de lodo, piedra y vegetacin que bajaba con el caudaloso ro (ver Figura 3).El aguacero comenz a las 3 de la tarde y la emergencia fue declarada una hora despus por el desbordamiento del ro El Limn, que afect los sectores de Mata Seca, Circunvalacin, La Candelaria, donde el agua rebas el puente, Caa de Azcar y sus alrededores.LasprdidashumanassonincalculablesmientrasqueDefensaCivilsolicitabatodaslas ambulancias disponibles para atender las emergencias33.Todo el sector de El Limn se encuentra sin energa y las prdidas son calculadas en varios millones de bolvares. Gran cantidad de comercios resultaron inundados y por consiguiente con la prdida de todas las mercancas34.FIGURA 3: ZONA AFECTADA DE LA POBLACIN EL LIMN35El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net66A partir de entonces, se decret a Aragua en estado de emergencia. Se desplegaron las medidas de contingencia para solventar y contrarrestar los daos ocurridos. Y no slo las autoridades se abocaron al tema, como correspondi. Las personas afectadas y la comunidad en general se dispusieronacolaborarconjuntasdesocorrosyayudashumanitarias,alevantarescombros,y a participar en los procesos de reconstruccin de las zonas. Muchas instituciones ofrecieron sus espacios, tal es el caso del ncleo de la Universidad Central de Venezuela en Maracay, as como sus reas deportivas sirvieron de helipuerto y centro de recepcin de cadveres. De esta manera, y desde las instituciones y el Estado, de acuerdo a datos proporcionados en un suplemento especial del 13 de septiembre de 1987 de El Diario de Caracas:se hicieron uso de equipos y recursos humanos en: 5.000 efectivos del ejrcito, 3 batallones de paracaidistas y dos de infantera, 200 hombres de la DISIP, 9 expertos del ejrcito de USA y 3 de AID, mdicos y paramdicos y un gran nmero de voluntarios. Para el transporte se emplearon: 8 helicpteros, 2 buques, 2 guardacostas, 8 ambulancias, aviones, lanchas y seis gras. Se habilitaron tres helipuertos y tres centros de atencin36.El resultado de aquel domingo fue un saldo de 600 vctimas, segn algunas aproximaciones37; la cifra oficial, ms de un centenar; segn los informes de la Organizacin de Estados Americanos, elmontoascendia96muertos38;laprensa,proporcionunacantidaddemsdeunmillar.El impactosocioeconmicoquedmarcadoenunapartedelacarreteraElLimn-Ocumaredela Costa y en la poblacin de El Limn, dispuesta al pie de la vertiente meridional de la Cordillera de la Costa y a ambos mrgenes del ro que le da el nombre al poblado. Las prdidas econmicas se calcularon en alrededor de 800 mil dlares estadounidenses. La ayuda internacional que se ofreci acumul un total de 30 mil dlares, adems de los aportes para la etapa de la reconstruccin39.La cara oculta del desastre: el recuerdo de los testigosEsahuelladeldesastre,elnmerodevctimas,muestraotracaradelahistoria:laque cuentanlosprotagonistas;oporlomenosunmbitodeellos,comolofueronlosafectados directamente. Las vctimas, en este caso seis habitantes de la zona de El Limn, vecinos de El Progreso y Mata Seca, siendo stas las zonas que fueron ms afectadas por la crecida de los ros.Los testigos de aquel fatdico domingo an recuerdan, con tristeza, dolor y desesperacin, la manera en que el equilibrio de sus condiciones materiales y simblicas de existencia fue bruscamente alterado. Esta es la parte en la que todos los testimonios coinciden. El cuadro desgarrador de aquella tardesellevconsigonoslounasbellascasas,tambinsusafectividades,susseguridades, certezasyrecuerdos:nadacomoesohabaocurridonuncaenlahistoriadelpas,tiendena argumentar las vctimas de un desastre. Ya luego, con el tiempo, los recuerdos se asientan; la historia se recrea, se reconstruye, se interpreta y se actualiza a la luz de sus actuales condiciones.Almomentodelosdesenlacescatastrficos,yenesedespusdeldesastre(llamado metodolgicamentecomoelpostdesastre),lasvivenciasbuscanserexplicadasyentendidas: racionalizadas en los propios trminos de quien se las representa.El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria67HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1Asesqueesanecesidaddetransformaralosprocesostraumticosenundesenlace distinto(inclusoenmomentospremonitorios),hurgaeventualmenteentrelosfundamentos religiosos (como la misericordia de la Providencia, por ejemplo), para hallar un apoyo en tiempos de desestructuracin generalizada. O bien intenta asirse a la divinidad por la necesidad urgente de dominar a la naturaleza. Se buscaron seales, en los bales de sus recuerdos, sobre la tragedia queselesavecinaba;antesbien,estassealesresultanestrategiasdeprevencin(aunqueno se lleven a la prctica), y ms an en localidades que conviven cotidianamente con determinadas condiciones ambientales y fenmenos naturales potencialmente destructores:puedo decir y recordar que por ejemplo a las 9 de la maana ms o menos, se empez a mirar como un humo en el cerro, eso es una neblinaespesa pero en el cerro, como a eso de las 9 de la maana, 9, 10, 11 de la maana eso empez, a las 12, a la 1 ms o menos empez una gara como una lloviznaaqu en el barrio pero ya se le ha visto como le digo desde la maana eso oscuro40.en la maana a las 9 de la maana ya empez por lo menos a nublarse y a ponerse oscuro el tiempo arriba y como a las 3 de la tarde empez a lloviznar pero una llovizna muy suave suavesuavesuaveperoyaparauncuartoparalas4empezmsfuerteyempezcon nubosidades y truenos y todo eso41.Eso empez como a la 1 de la tarde, realmente para ac no estaba lloviendo pero estaba el tiempo nublado, y exista trueno, haba trueno, y una lloviznita pues, como le dice mi mam, una garuita42.Esos sistemas predictivos y entendimientos de circunstancias atenuantes para la posibilidad (en trminos probabilsticos) de la ocurrencia de una tragedia, se articularon con indicadores pasados, recreadosenelpresente,sobrecondicionessimilaresdeotrosmomentos.As,laincidenciade eventos extremos como fuertes lluvias, desbordamientos e inundaciones con las cuales convivieron, se mantuvo como referente de este tipo de situaciones, pero tendenciosa a una memoria contingente, a un olvido sistemtico, y con ello a la alimentacin de sus mismas condiciones de vulnerabilidad:no igual pero casi igual, en esos meses desde que yo estoy aqu, que yo me vine del oriente, este en el ao 70 me vine yo del oriente, y siempre en el mes de agosto y septiembre, siempre aqu haba sido la lluvia ms fuerte y el ro siempre creca, pero no tanto as, y en otra poca se haba desbordado all donde llaman El Pial y haba cogido por ah por la avenida Caracas y bueno eso se haba inundado todo aquello; eso fue una creciente de por all, que se llev una iglesia que estaba por all arriba y todo eso: Bueno, despus en otra oportunidad se desbord otro ro por ac, otra quebrada, es decir que siempre entre el mes de agosto y septiembre, y el ro siempre creca y se meta por El Progreso; siempre se meta pero no con tanta magnitud as. No, no, todos los aos en el mes de agosto y septiembre siempre ocurra algo pues; el ro creca y amenazaba y se meta por El Progreso y se meta por ac pero no, no haba esa gran tragedia, pero ese ao, oye fue esa gran tragedia43.Laprimerasedesbordelro,nomerecuerdoqufechafue,ysetrancallycogila El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net68avenida universidad, hubieron daos pal all, pal ac no, porque estoy aqu era el mdulo deElProgresoyhabaelhueco,ynosotrosnosmetamosaquysalamosall,yhaban casitas y ranchitos. Esa fue la primera. Despus vino la segunda, la segunda tragedia que tambincrecielroysevinoypasporElProgresoparaallytapelhuecoquetena ms o menos casi 20 metros de hondo, un hueco, una cosa de sacar arena. Despus vino la tercera, fue ms suave que creci el ro y entonces se sali para la Avenida Universidad y se sali para El Progreso pero no hubo tragedia. Y entonces ahora en septiembre que hubo esta que hablamos. Y todava hay gente, gente que tienen temor cuando llueve y truena, que se pone oscuro ya la gente est nerviosa, ya quiere dejar la casa y apartarse y irse pal el cerro44.Antesdelatragediayaelrohabahechocomodosanuncios.Habacrecido,sehaba desbordado,peronunca,este,eh,sehabadesbordadolaprimeracalledelro.Enuna oportunidad, atrs de la casa era, yo estaba pequea, me acuerdo de que eso era un hueco dondesacabanarenaymuchagenteinvadieronesehuecoyhicieroncasasadentrode esehueco,perounhuecograndsimossabes,eraalgograndequeabarcaba300metros cuadrados, grande, este, y all hicieron casas; el ro creci y se desbord y qued pasando por aqu pero apenita por la acera y ese ro lleg hasta el hueco, se llen de agua, entonces esa gente fueron damnificadas, y despus los sacaron del hueco y los reubicaron; eso fue la segunda vez. Y la tercera vez fue esta que fue enorme45.Estosltimosfragmentoscorrespondenalpinculodelainvestigacin.Seatiende, precisamente, el problema de la reproduccin de contextos vulnerables a partir de la ausencia de memoria histrica por medio de un olvido sistemtico y un recuerdo contingente. Hubo escasas manifestaciones materiales de aquel evento, una de ellas, que forma parte de los vehculos de la memoria, en este caso de la memoria histrica, fue la placa conmemorativa (vase Figura 4) que dispuso la Alcalda y Consejo del municipio Mario Briceo Iragorry, en memoria de las vctimas del Desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987, justo al cumplirse tres aos de aquel fatdico domingo. FIGURA 4: PLACA CONMEMORATIVA EN MEMORIA DE LAS VCTIMAS DEL DESASTRE DE EL LIMN DEL 6 DE SEPTIEMBRE DE 1987, DISPUESTA POR LA ALCALDA Y CONSEJO DEL MUNICIPIO MARIO BRICEO IRAGORRY46El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria69HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1Construccin histrica de la vulnerabilidad: ausencia de memoria histricaHasta los momentos se dej en evidencia la crudeza de los eventos de aquel domingo 6 de septiembre de 1987. No slo a partir de un discurso hemerogrfico desplegado por la prensa de entonces, los discursos institucionales y las relaciones de poder histricamente consolidadas; sino tambin a travs de los ojos de sus protagonistas, quienes son el fiel reflejo de la reproduccin de contextos vulnerables y quienes adems detentan los distintos tipos de estrategias de adaptacin almedioenelcualseencuentranasentadosyconelcualconviven.Todoellodacuentade relacionessocialesqueseforjanendeterminadosespaciosyquesearticulancondiferentes referentes(sociales,culturales,econmicosypolticos)paralaproduccinyreproduccinde ciertas condiciones materiales y simblicas de existencia.El inters de la investigacin se centr, precisamente, en la manera en que se construyeron los contextos vulnerables a travs de la puesta en escena de un desastre como el de El Limn. En tanto que la vulnerabilidad es un proceso en el cual se evidencian las estrategias de adaptacin o desadaptacin, en este caso, frente al medioambiente y a fenmenos naturales potencialmente destructoresqueenciertasregionesresultancotidianosyrecurrentes,supertinenciahistrica esincuestionable.Unodelosfactoresqueinfluyenenlamaterializacindeciertascondiciones devulnerabilidadeslaausenciadememoriahistricaarazdelemplazamientodeunolvido sistemtico en la relacin cultural que construye la sociedad frente a la naturaleza. Frente a procesos de desastres sera un error metodolgico hablar de una falta de respuesta ante ciertos factores externos. Si bien para que se d un desastre, la capacidad de respuesta debe verse superada, producto del mismo contexto vulnerable, no significa una ausencia de respuestas, sino una falta de respuestas eficaces y efectivas ante esas mismas condiciones. Y esa efectividad nosejuzga,necesariamente,desdeundiscursohegemnico,sinoenelimpactonegativoque pueda advertirse ante la presencia de algunos fenmenos naturales.Enestoscasos,unpuntointeresantecorrespondealaconvergenciasemnticaentre naturalizacin y olvido. Como bien lo seala la antroploga venezolana Emma Klein47, la naturalizacin tiendeaignorarlospeligrosmscotidianos,comoporejemplolasconsecuenciasqueconlleva laconstruccinhabitacionalenzonasconaltoriesgo,puessecomienzanaconceptualizarcomo normales las amenazas naturales permanentes. An cuando este emplazamiento en zonas de alto riesgo est vinculado a las estrategias institucionales del Estado en la ocupacin del territorio. As,lareproduccindeuncontextovulnerablefundamentadoenlamemoriahistrica, presenta como condicin ese olvido sistemtico, el cual encuentra su piedra angular en los diversos discursos al respecto, de acuerdo a las diferentes experiencias, que son apropiadas de una manera distintaporelimaginariocolectivoydistorsionadosenelmismoprocesocomunicacionalyde transmisindesaberes.Enelcasoquenosinteresa,lapresenciadelluviasextraordinariasse atiende como eventos que se repiten cada 1.000 aos48.Para el caso de El Limn, se tiene que aquella tragedia fue causada por una lluvia que tiene una frecuencia de cada 400 aos49. La dicotoma naturaleza-sociedad no muestra una real El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net70separacinentantoseencuentrecondicionadaporfactoressocialesyculturales,delamisma manera en que la sociedad se encuentra legitimada a partir de la asimilacin de los procesos de la realidad natural. El establecimiento de la relacin entre los seres humanos y el medio ambiente natural se encuentra atendido por la manera en que los grupos sociales idealizan el funcionamiento de la naturaleza50. Eldilogoqueseestableceentrelossereshumanosyelmedioambientenaturalse advierte mediante los mecanismos de la adaptacin. sta supone que los elementos (as como los fenmenos) que forman parte de la naturaleza son asumidos por la cultura, en tanto que se insertan en un determinado orden, se institucionalizan, se humanizan, y con ello se organiza la misma relacin, a travs de la capitalizacin de los espacios naturales que se da por medio de las condiciones simblicas y sociales del contexto.Esto se corresponde con lo que argumenta Claude Lvi-Strauss51 sobre el pensamiento analgico,haciendoreferenciaalaoperacinmentalatravsdelacuallossereshumanos transformanlodesconocidoylohaceninteligible.Enestesentido,enestasoperacionesse representan aquellos factores de la naturaleza que el ser humano no puede controlar, por medio deanalogasconlaculturay/olasociedad.Conello,lanaturaleza,enelpensamiento,se humaniza, se convierte en una figura metahumana, porque, precisamente, trasciende a ste, el cual no tiene la posibilidad de controlarle sino a nivel ideal52.Esecontenidoyaseveaenlasdiscusionesentornoalatragediadeaquelfatdico domingo,puescomosedijoensumomentoseintentaengaaralaopininpblica anuncindolocomounhechosobrenatural,incontrolable,imprevisible,accidental,locuales absolutamente falso ya que es una zona intensamente tropical, de una pluviosidad altsima53.Dentro de esta relacin culturalmente construida de los seres humanos con la naturaleza, son muchas las aristas a tomar en cuenta. El inters se fija con respecto al tema de la produccin yreproduccindecontextosvulnerables;paralocualseproyectalaconvivenciadelosseres humanos en espacios construidos social e histricamente a partir de la apropiacin simblica y material de la tierra, lo que ha conducido a que la dinmica de la urbanizacin violente de manera sostenida el equilibrio de los diferentes ecosistemas. Conlaentradadelosvaloresdelamodernidadysusmodelosdemodernizaciny desarrollo,particularmenteeconmicos,seedificaroncondicionesquefueronpaulatinamente vulnerandolosespaciosambientales.Estasgestacionesurbanascobransignificadosdistintos enprocesosdedesastres,especialmenteaquellosvinculadosconlluviasextraordinarias, inundaciones y aludes torrenciales. ComocasoejemploenelsigloXX,seutilizeldesbordamientodelroElLimnel6 deseptiembrede1987,yyadesdeunprincipiosesealque:seviolanimpunementelas disposicionessobreloslmitesdelaurbanizacinrespectoalosros54,talcomoloacotel botnico Leandro Aristeguieta, quien, adems y contradicindose, seala que resulta evidente que se trat de un fenmeno natural cuya accin slo es atribuible a la naturaleza.El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria71HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1En este sentido, se entiende que:No solamente son efectos naturales los que ocasionan estas tragedias como la de Aragua, dijo AezBaptista,sinotambinlaausenciadeunapolticadetierrasurbanas,lafaltade planificacin y control por parte del Ministerio del Ambiente y la carencia de una adecuada ordenacin territorial55.Perolasposicionespolticas,enprocesosdedesastres,siempreseelevananiveles paroxsticos y ciertamente las dependencias sociales y la vulnerabilidad socioeconmica de los desprotegidos del siglo XX, son explotadas, indefectiblemente:Porsuparte,elDoctorNievesGmezPatio,mdicoydiputado,dijoqueelMovimiento Electoral del Pueblo observa esta situacin con preocupacin y atribuye parte de esta tragedia al hecho de que millares de venezolanos imposibilitados de adquirir viviendas no les queda otra alternativa que alojarse a la orilla de los ros y quebradas y en empinados farallones56.Deallqueloocurridoenaquelmesdeseptiembre,segnlaeditorialdelperidico 2001del1deoctubrede1987,tienequeverconladesatencindelosorganismospblicos encargados de las gestiones integrales en las diversas obras del pas; sealan que al igual que lo que ocurra con el Viaducto 1 de la autopista a La Guaira para entonces, se ha implantado la poltica de sordos odos oficiales, al no prestarle atencin al riesgo que ciertas zonas presentan y que se van acumulando. Por eso:Los treinta o ms kilmetros de la va a Ocumare de la Costa desde Maracay, que sufrieron elimpactodelastorrencialeslluvias,ylostramosdemontaaderrumbados;losmltiples trozosdelpavimentodelacarreteradestruidos,todohapodidoseroevitadooreducido menoresdaos,sisehubiesetomadoencuentalaimportanciadeunavaquesoportael incesante trnsito y trfico hacia hermosas ensenadas y bahas tursticas, y si la exuberante fronda de la Cordillera de la Costa que tiene tambin igual atractivo para los vacacionistas (el Henri Pittier o el Rancho Grande), se vieran como joyas naturales a las que debera de guarecrseles de toda amenaza57.Y al final, ciertamente: Esunromodesto,apacible,queenotrasocasionesregabaobedientelasplantaciones decaadeazcardelafrtilplaniciemaracayera.Despusdeloscaaveralesfueron suplantados por viviendas, y el ro tambin aprendi a convivir con el hombre, con el medio urbano que lo agreda contaminndolo y desplazndolo de su hoya hidrogrfica. Surgieron los barrios El Limn, El Progreso, Mata Seca y otros que fueron poblando las riberas58.La relacin histrica que se fue consolidando con el pasar de los aos y en especial a partir de la modernidad, con respecto a la naturaleza, construy una barrera infranqueable, casi imperceptibledondelaexplotacindelmedioambiente(representadacomounadominacin alucinatoria) result la forma hegemnica de hacerlo; y eso incluy que los sistemas urbansticos El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net72

seolvidaran,precisamente,delaconvivenciaconesascondiciones,msalldeldespliegue de mecanismos para poder controlarla, a pesar de que el olvido no implic un desprendimiento total de eventos similares en el pasado inmediato, las condiciones desplegadas implicaron una desadaptacin a las caractersticas del espacio:Heledoconfrecuenciaenlaprensaexpresionescomoesta:losembates,laira,el ensaamientodelanaturaleza,cuandosetratadefenmenosnaturalesquesonbien conocidos por el hombre, por lo tanto sabe cmo controlar, dominar, encausar; pero muchas vecespornegligenciayotrasporfaltaderecursosnolohaceyenseguidavienenlas consecuencias que generalmente son fatales59.Y con ello, un proceso de olvido sistemtico que se asoci ms con la idea de regularidad (caracterstica del mundo natural: los fenmenos suceden una vez y volvern a hacerlo) que fue sustituida por la de periodicidad (calendario humano)60, en la cual se planteanfechas estimadas de acuerdo a la concepcin occidental del tiempo. Y esos retornos, en eventos extraordinarios, sonamplios,yenalgunoscasosimperceptiblesgeneracionalmente;porloquelaspersonas, tiendenaolvidarlasconsecuenciascatastrficasdeciertasacciones,enunatransgresin, precisamente, de los cdigos con los cuales se construye una relacin con el ecosistema. Si resulta comn que llueva de manera prolongada en tiempos de invierno, y en un ao, o dos, o tres, no lo haga, pues se decide apropiarse de ms segmentos de tierra cercanos con mayorfrecuenciaalosmrgenesdelro,porejemplo,ydandopasoalaconstruccindeun urbanismo sin memoria61. A pesar de que en el recuerdo (y no en la memoria histrica de esas condiciones), algunos eventos cercanos se mantienen en sus acervos, continan solapndose con la naturalizacin de esas mismas condiciones: pues es que aqu siempre llueve. &RQVLGHUDFLRQHVQDOHVAlgo jams visto en nuestro pas, en lo concerniente a inundaciones, a derrumbes62La relacin establecida entre la necesidad moderna de conocer a la naturaleza (y con ellodominarla,domesticarla),ylaimplementacinderecursosparallevaralaprcticaese conocimiento, permiti, a su vez, la construccin de una retroalimentacin sostenida y permanente entre las instituciones pblicas (brazos ejecutores de los intereses y las decisiones polticas), el conocimiento cientfico (productores de herramientas para esos intereses y esas decisiones) y la sociedad como ejecutores de esos recursos en espacios determinados.En este sentido, la nueva forma de pensar sobre la naturaleza garantiz la conformacin terica y prctica de mecanismos que permitiesen atender las vicisitudes propias de la irrupcin defenmenosnaturalespotencialmentedestructores,establecindosedesdeentoncesuna corresponsabilidad (aunque limitada) entre el conocimiento tcnico-cientfico, las institucionesEl tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria73HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1pblicas,ylasdecisionespolticassobrelaconstruccinmaterialdelriesgoadesastres.La produccinyreproduccindelavulnerabilidadsedesplaz,yaenelsigloXX,haciauna postura ms institucional que social; y ms regional que nacional. Eso qued en evidencia, con dramatismo y crudeza, en los eventos de El Limn en 1987. Laconcienciahistricadeeventossimilaresenlasinstitucionescorrespondieronaun olvidosistemtico,selectivoypoltico,ylapruebairrefutabledeellofueladetonacinmisma deldesastre.Puesenelcasodeestembito,delEstado,lamemoriahistricasuponeuna correlacin oficial con ese tipo de discurso, a partir del cual se busca un ajuste en el imaginario social de ciertas estrategias frente a la presencia de fenmenos naturales con los cuales se ha convivido histricamente. Y en la sociedad moderna y urbana particularmente, esos mecanismos se interconectan conlosdiscursosoficiales,esdecir,seapropiansimblicamentedeellosylosasumencomo partcipesdesucotidianidadymaneradeentenderelmundo.Esporesoque,porejemplo, muchas personas, tienden a permanecer en zonas de riesgo a desastre bajo el argumento que sostienequeesossucesosextraordinariosyanovolvernasucederobiensucedernpero dentro de mucho tiempo, un tiempo en el cual ellos no estarn, en una confusin semntica entre periodicidad y regularidad en los fenmenos naturales; lo que quiere decir, que es una memoria contingente.Esteprocesoseobserveneldiscursoquedespleglaprensadespusdel desbordamiento del ro El Limn. En el mismo se articulan diversas formas de afrontar los embates de la naturaleza, desde un papel de resignacin, de expiacin y las formas de comprenderlas y las actitudes beligerantes y tambin los testimonios de las vctimas quienes an preservan entre susrecuerdos,eldesbordamientodelroLasDelicias,en1961;ylasinundacionesdelroEl Limn por las lluvias de 1975 y 1976. Estediscursohemerogrficosemostrcrtico.Todoscoincidieronenlasituacin catastrfica, en mayor o menor medida. Y entre los artculos y reportajes que presentaron cada uno de ellos, la diferencia sustancial recay en la culpa. Para unos, como parte de los males de la nacin, la culpa fue de la naturaleza; para otros, dependi ms de las instituciones pblicas y las acciones del Estado, un discurso que coincide sustancialmente con las simpatas polticas de su lnea editorial. La conciencia histrica en la reproduccin de contextos vulnerables y la produccin de desastrespartendelamemoriaynodelrecuerdo,yaquelaprimeraesunprocesohistrico, culturalycolectivo,mientrasqueelrecuerdocorrespondealasexperienciasindividuales.Por esolamemoriasealimentadelrecuerdoy,enciertamedida,locodificabajodeterminadas circunstancias para la toma, precisamente, de conciencia histrica al respecto. Es esa conciencia la que condiciona las estrategias que adoptamos y adaptamos frentes a fenmenos naturales recurrentes. Cuando se hace referencia al trmino adoptar se indica con ello una correlacin en los distintos tipos de relaciones sociales de produccina travs de las El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net74cuales la sociedad moderna y el pensamiento occidental se relacionan con el medioambiente. Y en este sentido, se condicionan las maneras de entender esos espacios, en trminos de procesos de homogeneizacin.FuentesPrensa2001, Caracas, 1987.El Universal, Caracas, 1987.La Religin, Caracas, 1987.ltimas Noticias, Caracas, 1987.Entrevistas Abreu, Edmundo, 5 de enero de 2013. Arana Utrera, Escolstico, 5 de enero de 2013.Arvelo, Elas, 5 de enero de 2013.Labrador, Yosalin, 6 de enero de 2013.Mendoza, Mara, 6 de enero de 2013.Mendoza, Mara de, 6 de enero de 2013.Tami, Manuel, 6 de enero de 2013.BibliografaAltez, Rogelio. Urbanismo sin memoria: evidencias morfolgicas olvidadas de aludes torrenciales en el estado Vargas. Boletn de Historia de las Geociencias. N 94, 2004, pp. 17-19.----------------.Historiasinmemoria:lacotidianarecurrenciadeeventosdesastrososenelestadoVargas-Venezuela, Revista Geogrfica Venezolana, Nmero especial, 2005, pp. 313-324.----------------. Si la naturaleza se opone Terremotos, historia y sociedad en Venezuela. 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Andrea Noria75HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 1Godelier, Maurice. Economa, fetichismo y religin en las sociedades primitivas. Madrid, Siglo Veintiuno Editores, 1974.Jelin, Elizabeth. Los trabajos de la memoria. Espaa, Siglo XXI Editores, 2002.Klein, Emma. Percepcin distorsionada y vulnerabilidad estructural en la construccin social del riesgo: el caso general de las comunidades del estado Vargas venezolano. Trabajo Final presentado para optar al ttulo de Antropologa, Caracas, Escuela de Antropologa, Universidad Central de Venezuela, 2007.Lavell, Allan. Conclusiones: Estructuras Gubernamentales para la Gestin de Desastres en Amrica Latina: Una Visin de Conjunto. Lavell, Allan y Franco, Eduardo (eds.). Estado, Sociedad y Gestin de los Desastres en Amrica Latina: en Busca del Paradigma Perdido. 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La muerte surgi del infierno y ensangrent al estado Aragua, 2001, N 4.993, Caracas, 1 de octubre de 1987, p. 6. 3 Entrevista a Elas Arvelo, Maracay, 5 de enero de 2013.4 Entrevista a Edmundo Abreu, Maracay, 5 de enero de 2013.El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net765 Cada 400 aos cae una lluvia como la del domingo en Maracay, El Universal, N 28.098, Caracas, 10 de septiembre de 1987, pp. 1-21.6 En Venezuela se ha ido generando el espacio para este tipo de estudios, de la mano de Rogelio Altez, antroplogo que se ha encargado de impartir en la Universidad Central de Venezuela los elementos de la lnea del Estudio Histrico y Social de los Desastres, creando el seminario Antropologa de los Desastres (Escuela de Antropologa), del cual se han desprendido ya 6 tesis sobre eventos catastrficos asociados a fenmenos naturales, estudiados desde una perspectiva histrica. Tambin en la Universidad del Zulia, con el trabajo de las historiadoras Ileana Parra y Arlene Urdaneta, el tema ha alcanzado perfil de Lnea de Investigacin en el rea de la enseanza de la Historia.7 AnthonyOliver-Smith,TheorizingDisasters:Nature,Culture,Power,SusannahM.Hoffmany AnthonyOliver-Smith (editores), Catastrophe and Culture. The Anthropology of Disaster, Estados Unidos, School of American Research, 2002, pp. 23-47.8 Jean-Jacques Rousseau citado en Virginia Garca Acosta, El riesgo como construccin social y la construccin social de riesgos, Desacatos, N 19, Mxico, D. F., septiembre-octubre 2005, p. 19. 9 Ya desde la dcada de 1920 se encuentran trabajos aislados sobre el estudio social de los desastres, especficamente eltrabajodeSamuelHenryPrincesobrelaexplosindeunbarcodemunicionesenNuevaEscocia.Conocidoenel mbito especializado como el primer estudioso en el rea de los desastres, Prince forma parte de los primeros aportes del elemento social en este tipo de estudio. Tambin se dieron a la tarea de problematizar lo social en este tipo de eventos desde la geografa ecolgica de los aos 30 y su perspectiva socio-ambiental o bien algunos de los planteamiento de L.T.Carres en la misma dcada. Marisol Barrios Yllan, Reubicacin de Comunidades por Inundacin y la Vulnerabilidad Social. El caso de Arroyo del Maz, Poza Rica, Veracruz, Mxico D.F., Centro de Investigaciones y Estudios Superiores enAntropologaSocial(CIESAS),2009,p.11.Enlneaenhttp://www.ciesas.edu.mx/,consultadoel15dejuniode 2014; Omar Daro Cardona, La Necesidad de Repensar de Manera Holstica los Conceptos de Vulnerabilidad y Riesgo: unaCrticayunaRevisinNecesariaparalaGestin,PonenciayartculoparaInternationalWork-Conferenceon Vulnerability in Disaster Theory and Practice, Holanda, Disaster Studies of Wageningen University and Research Centre, del 29 al 30 de junio de 2001. En Lnea en http://www.desenredando.org/, consultado el 1 de junio de 2014. 10Enladcadade1950delamanodeinvestigadoresbritnicoscomoBelshaw(1951),Keesing(1952),Schneider (1957) y Spillius (1957) comenzaron los primeros aportes de la antropologa, aunque fue para despus de la dcada de los 70 que se realizaron contribuciones ms contundentes desde esta disciplina. Entre los 60 y mediados de los 70, el paradigma dominante dentro de las ciencias sociales estuvo vinculado con el estudio de las estructuras y organizaciones sociales de la conducta colectiva a partir de las bases de la teora estructural-funcionalista de la sociologa anglosajona, delimitando el campo de estudio de la llamada Sociologa de los desastres. Desde la literatura anglosajona ms radical, los estudios de Phil OKeefe, Kenneth Westgate y Ben Wisner (1976) y, Kenneth N. Westgate y Philip OKeefe (1976), por ejemplo, son algunas de las investigaciones pioneras en el campo de anlisis. Ya para la dcada de los 80 surgen nuevosesquemasdeinterpretacinfundamentadosmsenlosdesastrescomofenmenosinternosynoexternos, comohastaeseentoncessepercibi,arguyendoquelassociedadeshumanasnopuedenatendersecomoentes integrados funcionalmente que pueden ser perturbados por agentes externos, por el contrario, la problemtica parte de la observacin de los factores internos antes y despus de un desastre, es decir, del contexto. Para el caso Latinoamericano las perspectivas dirigidas hacia la amenaza ya no permitan explicar la cantidad de desastres que afectaron la regin a partir de la dcada de los 60. Esa coyuntura desastrosa que se gener en aquellas regiones permiti la instauracin y la puesta en prctica de instituciones pblicas abocadas al estudio de los desastres, de la mano de los procesos de modernizacinqueadvinieronluegodelaSegundaGuerraMundialylaGuerraFra.Seinstituyelasistencialismo hacia este tipo de eventos intercedido por organismos supranacionales como la OPS, la OEA y la UNDRO. Al respecto pueden consultarse las investigaciones de Allan Lavell, Conclusiones: Estructuras Gubernamentales para la Gestin de Desastres en Amrica Latina: Una Visin de Conjunto, Allan Lavell y Eduardo Franco (eds.), Estado, Sociedad y Gestin de los Desastres en Amrica Latina: en Busca del Paradigma Perdido, Lima, Red de Estudios Sociales en Prevencin deDesastresenAmricaLatina(LARED),FacultadLatinoamericanadeCienciasSociales(FLACSO),Intermediate Tecnology Development Group (ITDG-Per), 1996, pp. 443-502. Andrew Maskrey, Comunidad y Desastres en Amrica Latina: Estrategias de Intervencin, Allan Lavell (comp.) Viviendo en Riesgo: Comunidades vulnerables y prevencin de desastres en Amrica Latina, LA RED, 1997, pp. 14-38. [En lnea: www.desenredando.org].11 A/Res/42/169; A/Res/44/236.12 Cardona, op. cit., s/p. 13 Esta visin corresponde a lo que se ha dado a conocer como mirada fisicalista o naturalista, la cual estaba gobernada por los planteamientos de las ciencias naturales y aplicadas e impulsadas posteriormente por las compaas aseguradoras a partir de un nuevo impulso a las nociones de vulnerabilidad y riesgo. Sus lineamientos se apoyaban en los anlisis del fenmenos natural, por lo que el impacto negativo de estos fenmenos fueron, y an lo son, apellidados como naturales Vanse los trabajos de Lavell, op. cit., p. 454;Andrew Maskrey, El Riesgo, Andrew Maskrey (ed.), Navegando entre Brumas.Laaplicacindelossistemasdeinformacingeogrficaalanlisisderiesgosen AmricaLatina,Colombia, ITDG-Per, LA RED, 1998, pp. 9-13; y Cardona, op. cit., s/p.14JulienRebotier,LadimensinterritorialdelriesgourbanoenCaracas:caractersticasyalcances.Unapropuesta integradora para pensar el riesgo en una realidad socio-espacial compleja, Trace, N 56, Mxico, 2009, p. 14.El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria77HIb. REVISTA DE HISTORIA IBEROAMERICANA |ISSN: 1989-2616 |Semestral |Ao 2015|Vol. 8 |Nm. 115 Oliver-Smith, op. cit., pp. 26-29.16VirginiaGarcaAcosta,Laperspectivahistricaenlaantropologadelriesgoydeldesastre,acercamientos metodolgicos, Relaciones, Vol. XXV, N 97, Michoacn, Mxico, 2004, p. 129.17WernerBohleber,Recuerdo,traumaymemoriacolectiva:labatallaporlamemoriaenpsicoanlisis,Psicoanlisis APdeBA,Vol.XXIX,N1,Buenos Aires,2007,pp.43-75.Vaseparticularmentelapgina44(traducidoalespaol por Leandro Wolfson). Desde la antropologa se puede consultar Peter Jan Margry y Cristina Sanchez Carretero (eds.) Grassroots Memorials: The Politics of Memorializing Traumatic Death, Oxford-New York, Berghahn Books, 2011.18 Terminologa utilizada por Elizabeth Jelin, en su obra intitulada Los trabajos de la memoria, Espaa, Siglo XXI Editores, 2002, p. 37. La autora reflexiona en torno a los conflictos sobre las memorias y el papel que ejercen en las identidades individualesycolectivasenaquellassociedadesquehanpasadoporeventostraumticos,particularmentedesde procesos polticos.19 Para mayores detalles sobre los conceptos, discusiones y debates historiogrficos sobre la memoria pueden revisarse los trabajos de Jacques Le Goff, El orden de la memoria. El tiempo como imaginario social, Barcelona, Espaa, Paids Ibrica,1991;AlonConfino,CollectiveMemoryandCulturalHistory:ProblemsofMethod,TheAmericanHistorical Review9RO1GLFLHPEUHSS-RO&DQGDXAntropologa de la memoria, Buenos Aires, Nueva Visin, 2002; Mauricio Menjvar Ochoa, Ricardo Antonio Argueta y Edgar Solano Muoz, Historia y memoria: perspectivas tericas y metodolgicas, Costa Rica, FLACSO, 2005.20 El conocimiento de los efectos de estos y otros fenmenos en tiempos prehispnicos forma parte de objetos de estudio arqueolgicos, paleogeolgicos y paleoclimticos. En el caso de las dos ltimas especialidades, se conocen adelantos al respecto con destino tcnico y de aplicacin.21 Mauricio Menjvar Ochoa, Los estudios sobre la memoria y los usos del pasado: perspectivas tericas y metodolgicas, Historia y memoria: perspectivas tericas y metodolgicas, Costa Rica, FLACSO, 2005, p. 9. 22 Cuando se hace referencia a un olvido sistemtico dentro del estudio de los contextos vulnerables se busca sealar; por un lado, la ausencia de respuestas eficaces y eficientes frente a determinados fenmenos naturales; y por otro lado, como consecuencia, precisamente, de la presencia del olvido durante el proceso histrico de las regiones, la ausencia de memoria histrica frente a las condiciones materiales de existencia, lo cual conduce a un desconocimiento grave del entorno en el cual sobrevive y un olvido sistemticode las propias condiciones que construyeron la realidad en la que se desenvuelve. Rogelio Altez, Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de eventos desastrosos en el estado Vargas-Venezuela, Revista Geogrfica Venezolana, Nmero especial, Mrida, Venezuela, 2005, p. 315. 23 Vase R. Wiese, Consulting Hydrologic Engineer: Hydrology for canalization of Rio Guaire, Caracas, National Institute of Sanitary Works, Technical Department, 1959.24SobreestosdatospuedeverselaobradeGermnPacheco Troconis,Lasirasdelaserrana.Lluviastorrenciales, avenidas y deslaves en la Cordillera de la Costa, Venezuela: un enfoque histrico, Caracas, Fondo Editorial Tropykos, 2002. 25 AntonioNarvez,Msdel70%delosdesaparecidosjamspodrnserrescatados,ltimasNoticias,N18.791, Caracas, 11 de septiembre de 1987, p. 41. 26 Tomado de Franck Audemard y Andr Singer, El alud torrencialdel 6 de septiembre de 1987 en la cuenca del Ro El Limn, al norte de Maracay, Venezuela Septentrional, Jos Lugo Hubp y Moshe Inbar (comp.), Desastres Naturales en Amrica Latina, Mxico D. F., Fondo de Cultura Econmica, 2002, p. 387. 27 Marc Aug, Los no lugares Espacios del anonimato. Una antropologa de la sobremodernidad, Barcelona, Espaa, Gedisa Editorial, 2000, p. 83.28 La tragedia de Maracay-Ocumare de la Costa. La muerte surgi del infierno y ensangrent al estado Aragua, op. cit., p. 2. 29 Tulio Leyton, Un cementerio de ms de 15 kilmetros entre Maracay y Ocumare de la Costa, ltimas Noticias, N 18.791, Caracas, 11 de septiembre de 1987, p. 35. 30 Pacheco Troconis, op. cit., p. 122.31 Tomado de Audemard y Singer, op. cit., p. 399.32 Para la historia de esta regin, vase Magnus Morner, Historia de Ocumare de la Costa en Venezuela entre 1870 y 1960, Suecia, Instituto de Estudios Latinoamericanos, Universidad de Estocolmo, 2004. 33 El Nacional, 8 de septiembre de 1987. Tomado de Pacheco Troconis, op. cit., p. 118. 34 Idem.35 Tomado de Audemard y Singer, op. cit., p. 401.36 Ibid., p. 12237 Audemard y Singer, op. cit., p. 402. 38OrganizacindeEstados Americanos(OEA),Desastres,planificacinydesarrollo:manejodeamenazasnaturales parareducirlosdaos.UnacontribucinalDecenioInternacionalparalaReduccindelosDesastresNaturales, DepartamentodeDesarrolloRegionalyMedioAmbiente,SecretaraEjecutivaparaAsuntosEconmicosySociales Organizacin de los Estados Americanos, 1991. 39 Office Foreign Disaster Assistance (OFDA), Reporte Anual de la OFDA, Washington, D.C., United States Agency for Internacional Development, 1989. El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noriahttp://revistahistoria.universia.net7840 Entrevista a Edmundo Abreu, Maracay, 5 de enero de 2013. 41 Entrevista a Escolstico Arana Utrera, Maracay, 5 de enero de 2013.42 Entrevista a Mara Mendoza, Maracay,6 de enero de 2013.43 Entrevista a Edmundo Abreu, Maracay, 5 de enero de 2013.44 Entrevista a Escolstico Arana Utrera, Maracay, 5 de enero de 2013.45 Entrevista a Mara Mendoza, Maracay,6 de enero de 2013.46 Fotografa tomada por la autora.47 Emma Klein, Percepcin distorsionada y vulnerabilidad estructural en la construccin social del riesgo: el caso general delascomunidadesdelestadoVargasvenezolano,elcualfuesuTrabajoFinalparaoptaralttulodeantroplogo, Caracas,Escuelade Antropologa,FacultaddeCienciasEconmicasySociales,UniversidadCentraldeVenezuela, 2007.48 Franco Urbani, De la geologa global a la cordillera de la costa: implicaciones sobre flujos torrenciales generados por lluvias extremas en el norte de Venezuela, Rogelio Altez y Yolanda Barrientos (coords.), Perspectivas venezolanas de riesgo,reflexiones y experiencias, Volumen 1, Caracas, Unidad Pedaggica Experimental Libertador, 2008, pp. 189-223.49 Cada 400 aos cae una lluvia como la del domingo en Maracay, op. cit., p. 1-21.50 Mara Eugenia Petit-Brevilh Seplveda, Naturaleza y desastres en Hispanoamrica. La visin de los indgenas, Madrid, Espaa,Slez Ediciones, 2006.51 Claude Lvi-Strauss, El Pensamiento Salvaje, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2006.52 Vase Maurice Godelier, Economa, fetichismo y religin en las sociedades primitivas, Espaa, Siglo Veintiuno Editores, 1974.53 Prevencin y rescate de zonas de alta peligrosidad propone al Gobierno rector de la UCV, ltimas Noticias, N18.791, Caracas, 11 de septiembre de 1987, p. 2. 54AlfredoSchael,Lanaturalezaestlistaparaactuaraunqueelhombrecreahaberladominado,ElUniversal,N 28.097, Caracas, 9 de septiembre de 1987, pp. 1-20.55 Ernesto Rodrguez, Diputados interpelar al responsable de construcciones en sitio proclive a inundaciones, ltimas Noticias, N18.791, Caracas, 11 de septiembre de 1987, p. 38.56ErnestoRodrguez,CasodedamnificadosportragediadeMaracayplanteCopeianivelparlamentario,ltimas Noticias, N 18.791, Caracas, 11 de septiembre de 1987, p. 42.57 Editorial, 2001, 1 de octubre de 1987, p. 3.58 La tragedia de Maracay-Ocumare de la Costa. La muerte surgi del infierno y ensangrent al estado Aragua, op. cit., p. 6. 59 Christian Cazabonne, Inundaciones, 2001, Caracas, N 4.980, Caracas, 18 de septiembre de 1987, p. 7.60 Esta precisin aparece en el trabajo de Rogelio Altez, Si la naturaleza se opone Terremotos, historia y sociedad en Venezuela, Caracas, Editorial Alfa, 2010, p. 15.61 Rogelio Altez, Urbanismo sin memoria: evidencias morfolgicas olvidadas de aludes torrenciales en el estado Vargas, Boletn de Historia de las Geociencias, N 94, 2004, pp. 17-19.62 Narvez, op. cit., p. 41.El tiempo todo lo olvida. El desastre de El Limn del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Andrea Noria