El soldadito de plomo - Chronicle In...

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Exciting Reading with Fun Activities Copyright 2011 Houston Chronicle Hans Christian Andersen Hans Christian Andersen Hans Christian Andersen Hans Christian Andersen El soldadito de plomo El soldadito de plomo El soldadito de plomo El soldadito de plomo Illustrada por Gary Tuttle Capítulo 1 Érase una vez, hace muchos años, un niño que recibió un regalo de cumpleaños de diez soldaditos de plomo. Cuando abrió el paquete, puso los soldados en hilera en el piso y se dio cuenta de que uno de ellos solamente tenía una pierna. Le pidieron si quería que se lo cambiasen, pero extrañamente, el que más le gustaba era este soldadito con una sola pierna. El niño creía que este soldadito era más valiente y tenía más valor que cualquiera de los otros. El niño llegó a depender del soldadito de plomo herido para encabezar a los otros en las batallas imaginarias que se luchaban en su cuarto todos los días. Lo colocaba en las líneas frontales y le urgía a que animase a los otros soldados cuando iban a enfrentarse a un enemigo difícil. El niño no sabía que cada noche, los juguetes se estiraban, se movían un poco y conversaban entre sí. Una noche, el niño dejó al soldadito de plomo herido junto a la bonita bailarina de plomo que su hermana mayor había dejado en el cuarto del niño hacía años. El soldadito comenzó a hablar con la bailarina y se hicieron muy amigos. Poco a poco, el soldadito de plomo se enamoró de la bailarina, pero nunca encontró el valor para decírselo. La bailarina también era tímida. Aunque a menudo le preguntaba al soldadito de plomo qué sentía al entrar en combate, y le decía lo valiente que parecía, nunca mencionaba que estaba enamorada de él. Un día, el soldadito de plomo y la bailarina estuvieron separados. El niño colocó al soldadito en el alféizar de la ventana y dijo: “El enemigo puede atacarnos por sorpresa. Tú podrás verlo desde aquí. Vigila y envía un mensaje si ves algo sospechoso.” Aunque hacía frío y nevaba fuera, el niño dejó la ventana ligeramente abierta. Durante la noche, una ráfaga de viento movió las cortinas alrededor del soldadito de plomo y lo derribó del alféizar de la ventana. El soldadito cayó a la acera con la bayoneta enterrada en la tierra. A la mañana siguiente, la nieve se hizo lluvia, una lluvia fuerte, que derritió la nieve y creó enormes charcos en las calles y en las alcantarillas. Unos niños de la escuela calle abajo salieron a jugar cuando la lluvia se calmó. Algunos de ellos salpicaban en los charcos, riéndose y bromeando. Dos de ellos se acercaron a la casa en la que vivía el niño y uno notó el soldadito de plomo en la acera mojada. “¡Mira lo que he encontrado!” dijo, parándose a sacar el soldadito del suelo. Lo examinó y se desilusionó al ver que le faltaba una pierna. “Oh, está roto; no vale para nada.” Y arrojó el soldado al aire.

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El soldadito de plomoEl soldadito de plomoEl soldadito de plomoEl soldadito de plomo Illustrada por Gary Tuttle

Capítulo 1 Érase una vez, hace muchos años, un niño que recibió un regalo de cumpleaños de diez soldaditos de plomo. Cuando abrió el paquete, puso los soldados en hilera en el piso y se dio cuenta de que uno de ellos solamente tenía una pierna. Le pidieron si quería que se lo cambiasen, pero extrañamente, el que más le gustaba era este soldadito con una sola pierna. El niño creía que este soldadito era más valiente y tenía más valor que cualquiera de los otros. El niño llegó a depender del soldadito de plomo herido para encabezar a los otros en las batallas imaginarias que se luchaban en su cuarto todos los días. Lo colocaba en las líneas frontales y le urgía a que animase a los otros soldados cuando iban a enfrentarse a un enemigo difícil. El niño no sabía que cada noche, los juguetes se estiraban, se movían un poco y conversaban entre sí. Una noche, el niño dejó al soldadito de plomo herido junto a la bonita bailarina de plomo que su hermana mayor había dejado en el cuarto del niño hacía años. El soldadito comenzó a hablar con la bailarina y se hicieron muy amigos. Poco a poco, el soldadito de plomo se enamoró de la bailarina, pero nunca encontró el valor para decírselo. La bailarina también era tímida. Aunque a menudo le preguntaba al soldadito de plomo qué sentía al entrar en combate, y le decía lo valiente que parecía, nunca mencionaba que estaba enamorada de él. Un día, el soldadito de plomo y la bailarina estuvieron separados. El niño colocó al soldadito en el alféizar de la ventana y dijo: “El enemigo puede atacarnos por sorpresa. Tú podrás verlo desde aquí. Vigila y envía un mensaje si ves algo sospechoso.” Aunque hacía frío y nevaba fuera, el niño dejó la ventana ligeramente abierta. Durante la noche, una ráfaga de viento movió las cortinas alrededor del soldadito de plomo y lo derribó del alféizar de la ventana. El soldadito cayó a la acera con la bayoneta enterrada en la tierra. A la mañana siguiente, la nieve se hizo lluvia, una lluvia fuerte, que derritió la nieve y creó enormes charcos en las calles y en las alcantarillas. Unos niños de la escuela calle abajo salieron a jugar cuando la lluvia se calmó. Algunos de ellos salpicaban en los charcos, riéndose y bromeando. Dos de ellos se acercaron a la casa en la que vivía el niño y uno notó el soldadito de plomo en la acera mojada. “¡Mira lo que he encontrado!” dijo, parándose a sacar el soldadito del suelo. Lo examinó y se desilusionó al ver que le faltaba una pierna. “Oh, está roto; no vale para nada.” Y arrojó el soldado al aire.

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“¡Espera!” dijo su amigo. “Tengo una idea. ¿Ves ese barco de papel en el agua cerca de la alcantarilla? Pongámoslo en el barco y veamos adónde va.” Los niños pusieron al soldadito de plomo en el barco de papel y la corriente de agua se lo llevó suavemente a la alcantarilla. Ninguno de los niños se dio cuenta de la mirada de terror y angustia en la cara del soldadito. El barco desapareció en la alcantarilla y el soldadito decidió enfrentarse a su fin con valor. El agua del desagüe acabó en el río, y el pequeño barco se volteó en las olas altas, haciendo que el soldadito de plomo se hundiese en el agua. Actividades

1. El niño creía que el soldadito de plomo con una sola pierna “era más valiente y tenía más valor que

cualquiera de los otros soldados.” ¿Es posible que un soldado con una sola pierna sea más valiente que los soldados que no están heridos? ¿Tiene que ser una persona físicamente fuerte para ser valiente? ¿Cómo definirías el valor? Mira en el Houston Chronicle artículos o historias sobre alguien que haya hecho algo que en tu opinión sea valiente. Explica lo que hizo esa persona.

2. “El soldadito de plomo” describe juguetes que hablan y se mueven. Encuentra uno o dos anuncios en

el Houston Chronicle que describan cosas que se muevan, hablen o hagan otras cosas que puede hacer la gente real o los animales. Recorta los anuncios y pégalos en una cartulina. Luego, escribe una lista de las semejanzas y diferencias entre estos cosas y el soldadito de plomo.

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Capítulo 2 Mientras el soldadito se hundía en el agua profunda, pensó en los amigos que dejaba en el hogar del niño. Y sobre todo, pensó en la bailarina a quien quería tanto. “Nunca volveré a ver a mi dulce y bella amiga,” pensó. “Ahora nunca sabrá lo que sentía por ella.” De repente, el soldadito de plomo sintió como lo jalaban hacia atrás. Lo había tragado un pez grande ¡y ahora estaba en su enorme estómago oscuro! En sólo momentos, el pez estaba moviéndose de un lado a otro, y luego, rápidamente hacia adelante. El soldadito de plomo no sabía que un pescador había pescado al pez menos de un minuto después de que el pez lo hubiese tragado. Al día siguiente, el pez grande fue llevado al mercado, y la cocinera, que vivía en la misma casa que el niño, lo miraba muy detenidamente. “Este pescado será perfecto para los invitados que tendremos esta noche,” dijo. “Voy a llevármelo a casa ahora y lo limpiaré esta tarde.” La cocinera se llevó el pescado a la cocina y comenzó a abrirlo, cuando vio que caía el soldadito de plomo de dentro. “Dios mío,” dijo ella, “se parece exactamente al soldadito de plomo que el niño ha estado buscando.” Lo lavó y lo llevó al cuarto del niño. Cuando el niño vio que su soldadito había vuelto, comenzó a saltar de alegría. “¡Sabía que volverías! ¿Dónde has estado? ¿Cómo fuiste a parar al estómago de un pez?” El niño le hizo docenas de preguntas, pero el soldadito de plomo no contestó ninguna de ellas. No obstante, el niño estaba seguro de que el soldadito de plomo tenía una sonrisa que nunca había tenido antes. El niño lo puso en la repisa de la chimenea, junto a la bailarina, que estaba encantada de ver a su querido amigo otra vez. El soldadito de plomo y la bailarina hablaron hasta altas horas de la madrugada sobre lo que había ocurrido desde que se habían visto por última vez. Los otros soldaditos de plomo, aliviados al ver a su líder de nuevo con ellos, estaban deseosos de hablar con él, pero sabían que él quería pasar su primera noche en casa hablando con la bailarina. Justo cuando todos los juguetes hablaban del final feliz a sus preocupaciones de los últimos días, les ocurrió otro desastre al soldadito y a la bailarina. Una ráfaga de viento barrió a la bailarina de la repisa haciendo que cayese en la chimenea. Era el peor lugar posible para una figura de plomo porque el calor

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de la chimenea derretiría a la bailarina, que también estaba hecha de plomo. El soldadito se balanceó en su pierna, intentando rescatarla. “Quizás no pueda salvarla, pero al menos estaremos juntos,” pensó. El soldadito de plomo pudo impulsarse fuera de la repisa, hacia la chimenea, cayendo al lado de la bailarina que empezaba a derretirse. Permaneció allí, también derritiéndose, incapaz de ayudarla a ella o a sí mismo a escapar de las llamas. En ese momento, el niño vio las dos figuritas de plomo en las llamas de la chimenea. Corrió a salvarlas, usando tenazas para alejarlas de las llamas. Cuando las figuras se habían enfriado, el niño las cogió y se asombró ante lo que vio. El soldadito de plomo y la bailarina estaban ahora juntos para siempre, con sus bases derretidas juntas en forma de corazón.

Actividades 1. Al final del cuento, el soldadito de plomo y la bailarina se derriten juntos, y sus bases están

"derretidas juntas en forma de corazón." ¿Qué simboliza (significa) el corazón? ¿Crees que este cuento tiene un final feliz? ¿Por qué? o ¿Por qué no?

2. Palabras revueltas Organiza las letras para formar una palabra que tenga sentido en cada línea.

A. El niño recibió los soldaditos de plomo como regalo de _________________. ACELMÑOPSU. B. El soldadito de plomo no podía encontrar el ___________ para decirle a la bailarina que la quería.

ALORV C. Los niños de la escuela vieron al soldadito de plomo en la _____________. AACER D. Cuando el agua del desagüe entró en el río, el barco se________________. ELOÓTV E. La cocinera pensó que el pescado era perfecto para sus ________________. ADIINOSTV

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