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El Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo por tanto, más allá de lo puramente artístico como ha querido verse.Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de América.El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuña en su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antigüedad clásica. El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX. Será a partir de este momento cuando ya cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.El Renacimiento es ante todo, un espíritu que transforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medioevo, y esto es claramente apreciable en el terreno artístico.Durante buena parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi (1377-1446) o Fra Angelico (1440?-1455) que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV.Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con fuerza a Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las características y modos propios del pasado de las naciones a través de un proceso de asimilación. El que su origen sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en Europa, precisamente porque aún estaba latente el espíritu clásico.Políticamente Italia se organizó en torno a ciudades-estado que obtuvieron un gran auge artístico y político encabezadas por Florencia. Tras la muerte de Juan Galeazzo Visconti en 1402 los intentos por hacer de Italia un reino unido bajo el mando de un solo gobernante, excedieron sus posibilidades reales. En el Renacimiento la historia de Italia es la de sus cinco estados principales: Florencia, Milán, Nápoles, Venecia y el Papado. Las constantes luchas por ampliar las fronteras hicieron posible la creación de un nuevo grupo social: los Condottierieran personajes especializados en la guerra, grandes estrategas que estaban generalmente al mando de una compañía, aunque, en última instancia, su suerte la decidían el poder, las necesidades, los objetivos y los recursos del príncipe o Estado al que servía. Las guerras entre los estados italianos se hacían mediante contratos, por tanto a través de los condottiero, durante casi dos siglos. Esta tradición pse

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Aspectos a tener en cuenta:

I. Bases de la filosofa moderna071.1 Bosquejo general de los acontecimientos071.1.1 El Renacimiento081.1.2 El Humanismo.121.2 Erasmo de Rotterdam161.3 Nicols de Cusa251.4 Giordano Bruno291.5 Toms Campanella33II. Nueva concepcin cientfica372.1 Condiciones culturales del pensamiento cientfico372.2 Nicols Coprnico382.3 Juan Kepler432.4 Galileo Galilei462.5 Nueva visin del ser humano49

1. BOSQUEJO GENERAL DE LOS ACONTECIMIENTOS.

Para la gran mayora de autores e historiadores, la poca moderna de la filosofa inicia a partir del siglo XV con el Renacimiento. Se emplea la palabra renascentia para significar la renovacin cultural producida por la vuelta a los orgenes, es decir, la cultura greco-romana. El trmino tiene, un sentido polmico (contra la cultura medieval), pero se refiere sobre todo al renacimiento de las letras. La tendencia actual es la de no sealar fechas para sus comienzos, ni acentuar la idea de ruptura, sino la continuidad y novedad.

El progreso de la ciencia desde el Renacimiento ha sido una evolucin continua. Se inicia a partir de aqu el estudio de la ciencia moderna. El desarrollo de esta poca qued trazado en el perodo que va de Coprnico a Newton, es decir, de mediados del siglo XVI a fines del siglo XVII. Esta fase recibe el nombre de revolucin cientfica. Los cientficos de los siglos XVIII y XIX se ocuparon principalmente de la realizacin del gigantesco programa esbozado en aquella poca. Con el renacer del humanismo se renov la lucha entre la autoridad y la razn. El espectacular xito de la astronoma en el siglo XVI ha sido ms decisivo que cualquier otro acontecimiento en la tarea de restaurar la confianza en el poder de la razn humana.

Lo que hoy es la cultura cientfica deriva de las bases puestas esa poca. En ella no slo se pusieron las bases de la ciencia, sino tambin las bases de la sociedad europea en general.

Ni la ciencia ni la poca misma hubieran existido sin el humanismo. ste y la ciencia son dos hechos coetneos que se influyen mutuamente.

Las transformaciones que caracterizan lo que se llama el Renacimiento no se producen en una fecha concreta sino a lo largo de un dilatado perodo que abarca al menos dos siglos, XV y XVI y hunde sus races en la Edad Media.

En este perodo, hace su aparicin la ciencia moderna, cuya base para conocer y entender la naturaleza ser la observacin y la experimentacin tomadas como nico mtodo, el mtodo hipottico - deductivo. Esto contribuir a la separacin definitiva entre ciencia y filosofa confundidas en gran parte hasta entonces.

Si durante los siglos XVI y XVII se producen un desarrollo de los conocimientos experimentales, lo que supone un gran avance en el terreno cientfico y una modificacin en la forma de hacer filosofa, ahora en el XVIII, parecen sacarse las ltimas consecuencias del nuevo espritu all nacido.

El siglo XVIII, conocido como el siglo de las luces, goza de una personalidad propia, especialmente por la peculiaridad de sus protagonistas, los ilustrados. Impera el anlisis crtico del pensamiento: se analizan todos los valores sustentados hasta entonces, tanto polticos como religiosos, morales o cientficos. Adems los ilustrados, manifiestan una clara intencin pedaggica, al creer que, por medio de la educacin, es posible transformar a los hombres y, en definitiva a la sociedad.

Dentro de este contexto aparece un nuevo tipo de filsofo: los ensayistas o intelectuales. Estos son una figura tpica de la poca, es decir, una persona que trata de analizar el mundo en el que vive y aporta modos de entenderlo, proponiendo soluciones a los problemas que detecta. Este tipo de filsofo es el que da su ambiente propio al siglo XVIII.

La conjuncin de estos dos aspectos nuevos medios de expresin y el nuevo papel de los filsofos- ser fundamental para la voluntad expresa de que las ideas lleguen al conjunto de la sociedad y sean las directoras de los cambios sociales. Las ideas de humanidad, civilizacin, igualdad entre los hombres, la consideracin de la mujer como persona nacen en este siglo.As mismo sern objeto de discusin las ideas y valores que fundamentan la teora democrtica, la divisin de poderes, la tolerancia civil y religiosa, la separacin entre la Iglesia y el Estado, etc.

Para llevar a cabo esta tarea recurren a valorar de manera extrema la razn humana, la razn individual, capaz de alcanzar la verdad por s misma y que no debe verse sometida a ningn poder exterior, ni religioso ni poltico. La proclamacin de la autonoma de la razn es una de las claves esenciales de la poca, junto con la idea de respeto y tolerancia que, nacidas en el Renacimiento, llegan a su madurez en esta poca, con lo que la Ilustracin es, a la vez, culminacin del mundo moderno y raz del mundo contemporneo.

1.1 El RENACIMIENTO.El Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia universal que marc el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenmeno muy complejo que impregn todos los mbitos yendo por tanto, ms all de lo puramente artstico como ha querido verse.

Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Segn otros es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Coprnico descubre el sistema heliocntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de Amrica.

El trmino Renacimiento deriva de la expresin italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y terico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histrico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acua en su obra Vidas de los ms ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antigedad clsica. El trmino no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no ser consagrado en sentido histrico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX.

Ser a partir de este momento cuando ya cobrar fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armona y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.

El Renacimiento es ante todo, un espritu que transforma no slo las artes, sino tambin las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reaccin al espritu teolgico de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medioevo, y esto es claramente apreciable en el terreno artstico.

Durante buena parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, inicindose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponindose a los elementos gticos en autores como Brunelleschi (1377-1446) o Fra Angelico (1440?-1455) que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenmenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quiz ms una evolucin que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV.

Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandindose con fuerza a Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las caractersticas y modos propios del pasado de las naciones a travs de un proceso de asimilacin. El que su origen sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histrico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Adems hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurri en Europa, precisamente porque an estaba latente el espritu clsico.

Polticamente Italia se organiz en torno a ciudades-estado que obtuvieron un gran auge artstico y poltico encabezadas por Florencia. Tras la muerte de Juan Galeazzo Visconti en 1402 los intentos por hacer de Italia un reino unido bajo el mando de un solo gobernante, excedieron sus posibilidades reales. En el Renacimiento la historia de Italia es la de sus cinco estados principales: Florencia, Miln, Npoles, Venecia y el Papado.

Las constantes luchas por ampliar las fronteras hicieron posible la creacin de un nuevo grupo social: los Condottierieran personajes especializados en la guerra, grandes estrategas que estaban generalmente al mando de una compaa, aunque, en ltima instancia, su suerte la decidan el poder, las necesidades, los objetivos y los recursos del prncipe o Estado al que serva. Las guerras entre los estados italianos se hacan mediante contratos, por tanto a travs de los condottiero, durante casi dos siglos. Esta tradicin pseudo-mercenaria se hizo presente en Europa desde el siglo XIII, gracias en parte al desarrollo econmico de las ciudades, el crecimiento demogrfico y la tradicin de las Cruzadas, haciendo posible que parte de la clase de terratenientes se anen para producir un gran excedente de grupos armados fuertemente cualificados.

Desde finales del siglo XV los condottieri fueron personajes para los que la guerra era una empresa espordica ms que una actividad permanente; la clave de este sistema se basaba en la condotta, contrato en el que se especificaban las condiciones de los servicios prestados por el capitn y sus soldados y su retribucin por ellos. Este tipo de contrato se utiliz en otros mbitos, gracias al nacimiento de una fuerte burguesa prspera que buscaba su propio beneficio. Nace ahora la clientela, debido a que la economa se va liberando y van tomando autonoma los pequeos comerciantes y banqueros que, con su mecenazgo, van a impulsar relaciones comerciales a nivel nacional e internacional.

Pero este movimiento de capital no estaba controlado por un Estado fuerte que promoviera dichas iniciativas, sino que generalmente funcionaban como empresas privadas, gestionadas a menudo sobre una base familiar, subordinndose a la iniciativa de un linaje o clase social acomodada.

Generalmente se trataba de aristcratas que no eran miembros de la nobleza ni pretendan serlo, y, sin embargo, eran reconocidos como personajes de alto prestigio en la sociedad renacentista. Se mantenan al margen de la corte, valindose de la situacin de que el prncipe o monarca no conocan los mecanismos financieros, abrindose para ellos un campo extraordinario de oportunidades como operadores econmicos o intermediarios entre ellos financiando algunos de los gastos extraordinarios de la corte. Pero aun sin pertenecer a la clase nobiliaria y eclesistica, gracias a su capital rivalizaron con ellos.

El nacimiento del mecenazgo impuls tambin planteamientos gremiales, siendo la propia ciudad la que generosamente propici con los fondos de sus arcas el engrandecimiento de las ciudades. As, por ejemplo, el Hospital de los Inocentes de Florencia fue costeado por el gremio del arte de la seda.

El Renacimiento surgi en Italia, pero adems, el Renacimiento del siglo XV se da solo en este pas. Se puede decir que en Francia, Espaa y Alemania hacia 1450/1500 ya se conoce este movimiento, pero no se desarrolla plenamente hasta el siglo XVI. El renacer de Italia estuvo ligado a la idea de la recuperacin de la grandeza de Roma, que tras la cada del Imperio Romano, y un periodo de anarqua y confusionismo, desde el quattrocento se trata de romper con esa etapa brbara para volver a esa idea de grandeza latina. La prdida de poder de la iglesia hizo que se propagaran las herejas, que finalmente darn a fines del siglo XVI la Reforma Protestante.

En esta poca el Imperio Bizantino se tambaleaba por los turcos; la economa Europea estaba en crisis y las revueltas se propagaban. Esta etapa de crisis afect al pensamiento: el escolasticismo de la Edad Media cae en un escepticismo radical. Los primeros pensadores cristianos concedan una primaca al espiritualismo sobre lo material, exista una visin providencialista, el poder de los Papas sobrepasaba al de los Prncipes y esto dio lugar a inicios del Renacimiento a enfrentamientos entre ambos poderes.

Teoras de inicios del Renacimiento proponen que el gobierno es una institucin terrenal pero de origen divino. Surgen entonces nuevos pensadores que renuevan la teora poltica, exigiendo la separacin de poderes: el gobierno es una institucin terrenal de invencin humana que no tiene nada que ver con la divinidad. Uno de los primeros tericos en afirmar esta otra teora fue Dante, que, en su obra De Monarquia defiende la autoridad civil sobre la eclesistica. Otros tantos pensadores proponen esta divisin como Marsilio de Padua y Guillermo de Occam entre otros.

La teora poltica de este periodo llega a su lgido con Maquiavelo, pensador que influir posteriormente en el pensamiento del Barroco. Este autor propone por primera vez la total separacin de poderes entre la Iglesia y Estado, pero incluso fue ms all: en su obra Discursos afirm que el objetivo de un buen gobernante deba ser el bienestar de su comunidad, por tanto el soberano poda saltarse cualquier cuestin moral, tica o religiosa.

La polmica estaba servida en los ncleos eclesisticos, culminando con la Reforma. Todas estas ideas fueron posibles tambin gracias a los avances cientficos de este periodo. La ciencia cobrar un fuerte desarrollo gracias al humanismo y a inquietud intelectual. El Humanismo tiene sus antecedentes en plena Edad Media, en la modernidad del pensamiento de Abelardo, filsofo francs del siglo XII, que propugno una filosofa individualista ensalzando la grandeza humana, en un momento en que domina la idea de Dios sobre lo terrenal.

Un poco ms adelante otro antecedente aislado fue la corriente humanista desarrollada en el siglo XIII en la Universidad de Chartres, donde se animaba a profundizar y conocer el mundo clsico. Este brote aislado francs se da en Italia en trminos similares en los crculos cultos de Florencia, en la Academia Neoplatnica costeada por los Mdicis. El trmino Humanismus fue acuado en 1808 por el alemn Netharmer, refirindose al valor formativo en la educacin de los clsicos grecolatinos. El humanista del Renacimiento era por definicin un erudito, un hombre culto, enamorado de la antigedad y preocupado por el estudio de todas las disciplinas en el campo del saber. Se siente atrado por la filosofa de Platn. Los dos mximos defensores de las concepciones platnicas fueron Marsilio Ficcino y Piccolo della Mirandolla, que fueron quienes fundaron la Academia Neoplatnica de Florencia.

En teora defendan el pensamiento platnico adaptndolo al concepto cristiano. En la Academia se promovi el estudio y la traduccin de la cultura latina, destacando Pietro Bracciolini que descubri el Tratado de Arquitectura de Viterbio, que ser el modelo tratadstico de los siglos XV y XVI; tambin es importante la figura de Angelo Poliziano (1454-1494) que recuper el inters por la mitologa, haciendo resurgir el paganismo en el arte cristiano.

El hombre renacentista se centra en el estudio de la cultura clsica, en el estudio del hombre como individuo y en su capacidad intelectual para el estudio de todos los campos del saber: ciencia, filosofa, arte...El ideal es un hombre completo, armnicamente desarrollado en lo fsico y en lo espiritual que no limita su saber a un campo concreto, sino abierto a lo universal. La plena confianza que se tiene en el hombre da lugar al antropocentrismo.

El prototipo de renacentista lo encontramos en Leonardo da Vinci. El intelectualismo de este periodo produjo grandes avances en el mundo de las ciencias, acrecentado por el descubrimiento de la imprenta que ayud a la difusin del saber por todas las cortes Europeas. El hombre en el terreno cientfico trata de profundizar en las aplicaciones y fundamentos de la ciencia; as hay un gran desarrollo de la oftalmologa; las ctedras de ciruga y anatoma en las Universidades sern desarrolladas por los mdicos que se van dirigiendo cada vez ms por el camino prctico como Miguel Servet, que public el Tratado de Teraputica donde manifiesta ser el descubridor de la circulacin pulmonar, dejando la puerta abierta para que posteriormente se descubra la circulacin de la sangre.

La astronoma fue uno de los campos ms importantes en el progreso cientfico, que influir en el cambio de pensamiento de los europeos gracias a la obra de Coprnico De Revolutionibus Orbium Caelestium donde tira por la borda la teora geocntrica de Ptolomeo, afirmando un sistema heliocntrico que explica de manera ms efectiva los fenmenos astronmicos observados. Se producen tambin extraordinarios inventos en el campo de la ciencia de la navegacin, impulsados por el descubrimiento de Amrica: aparece el astrolabio y el nocturlabio, la carta nutica o portulario, inventos que facilitaron la navegacin y el afn de aventura y conquista de nuevos territorios.

A partir del siglo XVI estos conocimientos comienzan a difundirse por toda Europa, sin embargo, hay que mencionar un hecho importante que marc el paso de este periodo al Barroco, y que conocemos como la crisis Manierista. En 1527 los ejrcitos del emperador Carlos V tomaron Roma y la sometieron a un brutal saqueo donde fueron hechos prisioneros el Papado y el Sacro Colegio Cardenalicio. Durante nueve meses toda la cristiandad estuvo sin gua, augurando ya el cambio con la Reforma que desde Alemania se peda con fervor. Un cambio que defraud a muchos en su esperanza por la renovacin de la iglesia porque no lleg a culminar hasta varios aos despus y sin cuajar en Roma.

Desde sta fecha ya nada fue igual: esta crisis no slo supuso un trgico ejemplo de la guerra, sino que dio lugar a la difusin de una nueva mentalidad que afect tanto a las artes como a las letras ms all de Italia. As surge el manierismo, trmino que deriva del vocablo italiano Manieray que se refiere a los distintos modos gramaticales de diverso significado. El significado ms parecido sera estilo, aunque la maniera era considerada un atributo inherente al arte. La llegada del Manierismo est relacionada con la creacin y prctica de un tipo completamente distinto en su personalidad, dotado de facultades individuales propias, esto supona una liberalizacin en parte de las reglas estticas que se promovieron desde las Academias del Renacimiento.

El Manierismo surge en un periodo de crisis como una transicin no slo debida a un anti- humanismo, sino que se suman una serie de factores que, de manera inherente, hacen que aparezca la ruptura: el saqueo de Roma, la preparacin del Concilio de Trento, la nueva orientacin de las rutas comerciales, la revolucin econmica en toda Europa y la crisis econmica en el mbito mediterrneo, que hacen realidad la crisis y tambin en parte la disolucin del humanismo en Italia, en favor de una mentalidad que es por un lado racionalista hasta el lmite, y por otro lado radicalmente anti-intelectualista.

Esta crisis comenz con la duda de si eran concordantes las necesidades espirituales y corporales con las creencias religiosas y la salvacin, dando lugar a un arte donde lo espiritual no era representado como algo que se consuma en las formas materiales, sino que poda ser sugerido ms all de los lmites de las formas. De esta manera el manierismo como anti-humanismo, como filosofa de vida y como nueva direccin por sus tendencias opuestas al Renacimiento, podra designarse como contra-renacimiento. El Manierismo es por tanto, una manifestacin de una crisis, la necesidad de nuevos horizontes para ser explorados, que se produce, sobre todo en el mbito del arte, y que augura el nacimiento de un nuevo periodo: el Barroco.

1.2 EL HUMANISMO.

Rasgos esenciales de la modernidad. La modernidad en su esencia y origen es un fenmeno europeo, pero la expansin de Europa le conferirn una dimensin mundial. En el mbito de las creencias, hay una quiebra de la unidad cristiana en Europa central y occidental. Desde una perspectiva socioeconmica la progresiva implantacin de formas proto-capitalistas y el creciente peso de la actividad mercantil y artesanal irn definiendo los rasgos de la sociedad capitalista. Desde una perspectiva poltica, el fenmeno ms relevante es la configuracin del Estado moderno, las primeras monarquas nacionales. Este nacimiento del Estado Moderno, traer como consecuencia la concentracin del poder en el monarca y la concepcin patrimonialista del Estado. Otro rasgo caracterstico de la modernidad es el hombre del Renacimiento, y es justamente en este marco, donde surge el humanista. Estos hombres renacentistas aprehendieron el mundo exterior por visiones instantneas que no analizaron, pero que se impusieron a su conciencia hasta una nueva emocin. Son violentos, repentinos, radicales, movibles, contradictorios, desconcertantes, prontos en irritarse, injuriarse y desvainar la espada. Ello se explica por qu estos hombres poseen una vida intensa.

La existencia es dura, y toda en contrastes. La vida aparece rodeada de peligros, ello obliga a estar siempre dispuesto a la defensa, a tomarse la justicia por mano propia. Pero esta vida, que desenvuelve todos los sentidos dota especialmente a los hombres para las artes.

1. Caractersticas del Humanismo.El humanismo, surge en la Edad Moderna, el cual es un perodo histrico que se enmarca entre la Edad Media y la Edad Contempornea; transcurre entre los siglos XVI y XVIII, situando sus comienzos en torno a la cada de Constantinopla en 1453, al descubrimiento de Amrica en 1492, y al fenmeno cultural del Renacimiento, en tanto que emplaza su final en el derrumbamiento de la vieja monarqua y el proceso revolucionario iniciado en 1789 (Revolucin Francesa).

El siglo XVII represent el apogeo de la mentalidad moderna, caracterizado por el absolutismo monrquico el triunfo el mercantilismo, la revolucin intelectual y las guerras de religin.

El orden y la seguridad fueron considerados ms importantes que la libertad y los monarcas reconocieron su derecho divino para gobernar, cuyo correlato era la obediencia ciega de sus sbditos.

La nueva poltica econmica: mercantilismo, apoyaba la intervencin estatal por considerarla factor propicio para aumentar la prosperidad comercial. La competencia era el fundamento de la vida econmica.

Desde el punto de vista de la vida social, la caracterstica mas importante fue la ascensin de la burguesa, favorecida por su podero econmico y su creciente alianza con la monarqua. Tambin hubo un importante crecimiento demogrfico y un debilitamiento sostenido de la aristocracia.

Influyeron varios factores en un importante proceso intelectual: las ideas renacentistas. la nueva visin del mundo aportado por los descubrimientos. hay una revalorizacin de la temtica antigua.

2. Doctrina.El Humanismo rompi con las tradiciones escolsticas medievales y exalt las cualidades humanas, por lo que comenz a dar sentido racional a la vida. Es decir, se pone nfasis en la responsabilidad del propio hombre para darle sentido a su vida, sin recurrir a la existencia de un mundo trascendental o un dios. Como consecuencia se considera al hombre como centro y medida de todas las cosas.

Desde el punto de vista literatura es el cultivo y conocimiento de las letras humanas. Fue un Movimiento Literario de estudios y erudicin del cultivo y conocimiento de las letras humanas, que culmin en el siglo XV. Este renacimiento de los estudios griegos y romanos subrayaba el valor que tiene lo clsico por s mismo, ms que por su importancia en el marco del cristianismo.

Es una Doctrina, que antepone, frente a cualquier otra instancia, la felicidad y bienestar del hombre en el transcurso de su vida. El trmino tiene su origen en las corrientes terico-pragmticas que durante el Renacimiento europeo se revelaron contra las limitaciones de tipo moral impuestas por la teologa dogmtica de la Edad Media.

Desiderio Erasmo de Rotherdam y Toms Moro, junto a John Colet se encuentran dentro de este enfoque siendo los precursores del humanismo ingls, criticando con escritos muy cautos, las perniciosas circunstancias pedaggicas y religiosas de la poca en su "Elogio de la Locura", y sentando las bases de una nueva teologa en "Enchiridion", al conjugar la fe (revelacin divina a travs de los Libros Sagrados y la tradicin de la Iglesia) con la razn, que poda y deba investigar libremente los textos.

Desde un punto de vista filosfico el humanismo es una actitud que hace hincapi en la dignidad y el valor de la persona. Uno de sus principios bsicos es que las personas son seres racionales que poseen en si mismas capacidad para hallar la verdad y practicar el bien.

La recopilacin y traduccin de manuscritos clsicos se generaliz, de modo muy significativo, entre el alto clero y la nobleza. La invencin de la imprenta de tipos mviles, a mediados del siglo XV, otorg un nuevo impulso al humanismo mediante la difusin de ediciones de los clsicos. Aunque en Italia el humanismo se desarroll sobre todo en campos como la literatura y el arte, en Europa central, donde fue introducido por los estudiosos alemanes, el movimiento penetr en mbitos como la teologa y la educacin.

Una caracterstica muy notable del humanismo es que en vez de valorar el conocimiento en funcin de la realidad, lo hace, por su utilidad o educacin: "Una proposicin es verdadera o falsa segn que sus consecuencias tengan o no un valor prctico. La verdad y la falsedad dependen del fin al que se tiende, toda vida mental supone fines, pero como estos fines no pueden ser otros que los de nuestro ser, se infiere de esto que todo conocimiento esta subordinado a la naturaleza humana y sus necesidades."

Humanistas y pragmatistas confunden la verdad con la utilidad, por esta razn, el conocimiento conserva para ellos un valor instrumental. Es innegable que no hay un momento de la vida intelectual que no obedezca a un fin, y que todo fin debe estar en relacin con la naturaleza humana, pero los fines humanos forman series complejas subordinados a un sistema cultural, que es la plena realizacin del ideal humano.

Este movimiento va a traer aparejado un cambio de actitud que llevar a los europeos a expresar su inters hacia ultramar, y estos entrarn en contacto con otros mundo y con otras civilizaciones, pero no siempre con un alma dialogante, sino con la pretensin de imponer sus formas de civilizacin.

Sacamos como conclusin que los humanistas compartan que la razn y la ciencia son suficientes para la comprensin del mundo.

3. El hombre humanista.Fueron profesionales de las letras, generalmente salidos de la burguesa, eclesisticos, profesores de universidades, mdicos, funcionarios, a veces publicistas al servicio de una empresa editorial, que expresan la tendencia de la sociedad y le proporcionan su utillaje intelectual. Pensionados y protegidos por los prncipes actuaron a menudo como propagandistas de esto.

Los humanistas fueron los apstoles de la antigedad y pretendieron revivirla. Se esforzaron por resucitar el mundo antiguo como eruditos e historiadores y, al mismo tiempo, por comprenderlo en si mismo, saborear su belleza helnica y penetrar en sus razones de vivir. Para ellos la antigedad fue un medio, queran una vida distinta de la Edad Media. Ellos tuvieron conciencia del sentido de la Historia y de los caracteres peculiares del mundo antiguo como de una realidad diferente de la del mundo moderno, como de una realidad perdida cuyos rasgos quera hacer revivir, sin saber en el fondo si esto era posible. De ello deriva, quizs, el estado de tensin interior de los que perdieron la paz de las cosas externas.

Una caracterstica muy importante de los humanistas es que deploraban los intentos de rebajar la inteligencia humana, de ofrecer explicaciones supersticiosas del mundo y de encontrar la salvacin fuera de la naturaleza. Aprecian la belleza de la misma y desean proteger y mejorar la tierra, preservarla para generaciones futuras y evitar el sufrimiento innecesario de otras especies. Con respecto a la salvacin, aspiraban a alcanzar la plenitud moral, estando convencidos de que se puede lograr una vida feliz mejorando las condiciones de la vida humana en beneficio a todos.

En referencia con la poltica, consideran que la iglesia debe actuar por separado del Estado y se oponen activamente a los que pretenden utilizar el poder poltico para imponer su dogma o ideologa.

El humanista, se encuentra comprometido con la artes y con las ciencias. La poesa, la msica, el teatro, y las bellas artes son una fuente de percepciones significativas y de enriquecimiento.

Son fundamentalmente optimistas, creen en la esperanza en lugar de la desesperacin, en la investigacin en lugar del dogma, en la verdad en lugar de la ignorancia, la alegra en lugar de la culpa o el pecado, la tolerancia en lugar del miedo, el amor en lugar del odio, la compasin en lugar del egosmo, la belleza en lugar de la fealdad y la razn en lugar de una fe ciega o irracional. Los humanistas pretenden la plena realizacin de lo mejor y lo ms noble de lo que son capaces como seres humanos.

Algunos humanistas destacados

FRANCISCO PETRARCA (1304-1374): Los historiadores consideran a Petrarca "el primero de los humanistas". Su amor a la cultura clsica y sus esfuerzos para restaurar el espritu de la Antigedad le otorgan ese ttulo. Nada le inspiraba tanto como la lectura de los hechos gloriosos de grandes hombres, lamentando no haber vivido en aquellos tiempos gloriosos. Con los aos se fue aficionando cada vez ms a las obras de los escritores de la Antigedad y citaba a menudo sus palabras y aforismos. Se dedic a la bsqueda y salvacin de manuscritos antiguos, sin l las cartas de Cicern, las poesas de Catulo y de Propercio se hubieran perdido para siempre.

El mtodo escolstico era para l objeto de repulsin, porque mecanizaba el pensamiento y se serva de trucos dialcticos. Consideraba que ningn autntico pensador poda tomar en serio la escolstica como una manifestacin de la barbarie medieval. Petrarca se revel de palabra y obra contra toda coaccin intelectual; siempre defendi los derechos del individuo; el hombre y su libertad fueron considerados como el soberano bien en este mundo. Se sinti siempre atrado por las personalidades histricas ms vigorosas, por ello aparece Petrarca como el precursor de una generacin que admirara al "hombre fuerte, libre de todo freno".

POGGIO BRACCIOLINI (1395?-1469): Habiendo participado en el concilio de Constanza, aprovech la ocasin para efectuar numerosos viajes en busca de documentos clsicos. Nada arredraba a Poggio cuando estaba posedo por el demonio de la paleografa. Si no lo autorizaban a llevarse los manuscritos descubiertos, los haca copiar por un secretario que lo acompaaba a todas partes. Ms de una vez, en momentos de debilidad, guard en alguno de sus bolsillos algn pergamino muy codiciado. l describe cunto vio y vivi en el curso de sus viajes en elegantes cartas. Hace eco del placer que lo antiguos sentan por la belleza, pero ese eco es tambin reflejo de su sensualidad. Hay otro aspecto de la antigedad romana que se expresa en la carta en que Poggio describe el proceso llevado a cabo contra Jernimo de Praga, en l siente revivir la admiracin por la firmeza y fuerza de nimo varonil de los hroes antiguos. En uno de sus viajes a Italia dio cuenta de que los humanistas de ese pas eran muy vanidosos y posedos de s mismos, a diferencia de que l afirmaba que cada cual deba considerar a su mujer y su filosofa como lo mejor del mundo.

NEBRIJA (1444-1532): Fue el ms destacado representante de la idea de que el entusiasmo por el latn entraaba una tendencia poltica, era la imitacin de los romanos en su organizacin poltica cesarista; se habl luego de la expansin de la lengua castellana como el ms slido nexo para un imperio. Se dice que fue "el primero en abrir tienda de la lengua latina en Espaa".

ERASMO DE RTTERDAM: Fue un escritor, erudito y humanista holands, tambin el principal intrprete de las corrientes intelectuales del renacimiento en el norte de Europa. Las diversas obras de Erasmo ponen de manifiesto su enorme erudicin y elegante estilo latino. Su obra ms importante fue la traduccin al griego del Nuevo Testamento. Sostena que el latn elemental y el cristianismo bsico han de ensearse en el hogar y que el latn tambin deba ensearse primero de manera coloquial y despus a travs de la gramtica. Tambin es avanzada su defensa de la educacin fsica, su crtica a la disciplina severa y su insistencia en despertar el inters de los alumnos. Aunque se lo considera el precursor de la Reforma y sus obras fueron incluidas en el ndice de Obras Prohibidas por el Concilio de Trento, su guerra contra la ignorancia y la supersticin procede ms de sus convicciones de humanista que como telogo. Erasmo fue un autntico hombre de letras y, como humanista, un precursor de la poca.

Las caractersticas de estos cuatro humanistas reflejan los aspectos generales de todos los precursores de este movimiento, tanto sus ideologas, como su amor por las artes y sobre todo, marcan ese afn por revalorizar las obras clsicas.

2. ERASMO DE ROTTERDAM.

Vida.Desiderio Erasmo, originalmente llamado Geert Geertsz, naci hacia el ao 1466 en la ciudad de Rotterdam Holanda, ingres a la orden de los Cannigos Agustinos y lleg a ser el secretario del Obispo de Cambray aproximadamente en el 1492, decidiendo continuar sus estudios en Pars y luego en la universidad, de Oxford Inglaterra.

Conoci all a John Colet y Toms Moro, ya destacados eruditos de la poca renacentista Inglesa. En el 1500 regres a Pars, despus a Italia y luego a Inglaterra, donde se desplazaba entre Londres y la Universidad en Cambridge, donde ejerca como profesor de lengua griega. Esto sucedi entre los aos 1509 al 1514, mientras escriba su obra ms conocida "Elogio de la Locura", preparaba su edicin del "Nuevo testamento griego", edicin crtica que le traera fama mundial, y su libro "Retrica" para estudiantes avanzados de la lengua latina, el que fue publicado en 1511, alcanzando las sesenta ediciones en vida del autor.

Dej Inglaterra en el 1517 y se traslad a Lovaina, famosa por su Universidad, donde vivi hasta el 1521; durante ese tiempo dirigi su edicin de los "Escritos sobre la Patrstica", conocida como Padres Cristianos. Luego se fue a Basilea, ciudad Suiza, para mantener un estrecho contacto con la famosa imprenta Froben.

El nunca aprob el fanatismo ni el dogmatismo, quizs ese fue el motivo por el que, la famosa Universidad de la Sorbona, conden sus obras, por no tener una clara postura entre el Cristianismo y el Protestantismo. Su posicin clsica fue la moderacin. Su argumentacin "Ad Hominem" (Es el argumento fundado en los hechos y opiniones del adversario) frente al mtodo ciceriano de la poca. Pero, qu fue lo que ense y que molest tanto a la Inquisicin, inspirando a los reformistas Espaoles?

Para responder a esta pregunta tenemos que leer su obra "Apologa", donde responde a las acusaciones en su contra, realizadas por la Inquisicin, con sus noventa y nueve (99) objeciones.

Entre stas, podremos apreciar su opinin: "Los ciervos que quieren recoger la cizaa antes de tiempo, son los que consideran que hay que quitar de en medio de los herejes, hirindoles y matndoles, pero el padre no quiere eliminarlos, sino tolerarlos, por si acaso se arrepienten y su cizaa se convierte en trigo; y si no se arrepienten, resrvense a su juez, a quien darn cuenta en su momento".

El trat temas candentes, tales como: la confesin auricular, el tema de la Eucarista y el de la Virgen Mara, en el coloquio llamado "Naufragio"; como tambin, las enseanzas contra el Papa Julio II, en su obra, "Anotaciones a la Epstola de los Romanos" donde todo se sintetiza en: "Un cristiano no debe a otro cristiano ms que amor mutuo".

El atac la ignorancia del clero, siempre con buenos fundamentos, poniendo en evidencia los manejos tortuosos e intrigas de la Iglesia de la poca, y hacindole perder prestigio y poder. Esto lo llev a tener peligrosos enemigos dentro de la misma.

Erasmo, recurri siempre a las Sagradas Escrituras, apelando a su autoridad, y recomend siempre el estudio crtico de la Biblia. Su ms profundo deseo fue acabar con la intolerancia y el dogmatismo, que se alejaban cada da ms de las enseanzas de Jesucristo en el Evangelio.

Para no ser destruido por la Inquisicin, abog a sus selectas amistades como el Canciller Gattinara y Alfonzo de Valdez, secretario del Emperador y hermano del reformista Juan de Valdez. Sin olvidar que el propio Emperador le envi una carta personal para su propia tranquilidad. Con esto aplac a sus enemigos y adversarios demostrndoles que estaba formal y oficialmente en las filas del catolicismo romano.

Falleci hacia el 1536, en Basilea, Suiza. Antes de morir entre la intolerancia y la persecucin, y considerando el saqueo de Roma en el verano de 1527, dijo estas palabras: "Si el fin del mundo est cercano, no merece la pena discutir; si no lo est, dejemos esta discusin, pues ya se encargar de juzgarnos la posteridad".

Entre sus citas, la ms usada es: "En el pas de los ciegos, el tuerto es el Rey". "Elogio de la locura". Habla la estulticia.

PENSAMIENTO Y OBRA.Gran estudioso y conocedor de la literatura y las lenguas grecolatinas, Erasmo fue un escritor enormemente original que puso su ingenio y la perspicacia lcida e irnica de su pluma al servicio de una reforma de la Iglesia y de la sociedad que permitiera una vuelta al autntico espritu del cristianismo, perdido en abstractos formalismos escolsticos y degenerado por las corruptas instituciones y ritualismos eclesisticos.

Una de sus primeras obras Enchiridion militis christiani (Manual del caballero cristiano) escrita en 1501, pone de manifiesto lo que ser una constante en toda su obra: el camino hacia Dios a de hacerse por va de la interiorizacin. Lo institucional de nada sirve si el hombre no examina su propia conciencia y hace uso de su libertad y de una autntica fe. Utilizando los pares platnicos, visible/invisible o carne/espritu, Erasmo identifica el ceremonial de la Iglesia con el mbito de la apariencia e irrealidad.

En 1509 Erasmo publica la que ser una de sus obras ms populares Moriae encomium (Elogio de la locura). Escrita como un juego divertido, y dedicada a su amigo Toms Moro, cuyo apellido curiosamente proviene de la palabra latina moria, esto es, locura, esta obra tiene el trasfondo serio propio de los bufones: slo a stos les estaba permitido airear con franqueza las grandes verdades y desenmascarar, con la risa, los peores defectos.

El Elogio de la locura es una acertada stira de ingeniosa crtica de la sociedad de la poca, en la que todas las clases sociales son despiadadamente analizadas por la Locura, que es la que narra el relato. Su burla mordaz no deja ttere con cabeza: ni reyes ni papas, ni campesinos ni nobles, ni mujeres ni monjes se sustraen al dominio de la locura, la stultitia, la estupidez.

La crtica se ahonda en un mordaz anlisis de la Iglesia y sus instituciones, as como de la teologa y su anticuado mtodo escolstico. Todos ellos estn bajo el gobierno de la Locura porque se han apartado de la verdadera fuente de la religin: el cristianismo primitivo. Se debe huir del mundo de las apariencias, de ese teatro de la inautenticidad y recobrar la espiritualidad primigenia a travs de una sincera vivencia individual. El pasado es considerado como un motor de renovacin porque nos permite volver sobre nuestros pasos hacia ese punto de la historia donde se pervirti el verdadero sentido del cristianismo y comenz la decadencia de la cultura.

Esta misma crtica aparecer en la obra Institutio Principis Christiani (Educacin del prncipe cristiano). Escrita en 1516 y dedicada a Carlos V, al cual sirvi de consejero, Erasmo invita a que el rey sea tambin filsofo: slo as aspirar al bien supremo y, por lo tanto, podr ser un autntico cristiano.

La corrupcin de la Iglesia es producto de su alejamiento de la verdadera esencia de las cosas y del cristianismo de los primeros padres de la Iglesia. Erasmo se propone hacer una exgesis de la Biblia que concilie la cultura con el cristianismo, las bonae litterae con las sacrae litterae. En 1516 publica una obra que tendr una amplia repercusin en los crculos reformistas: una nueva edicin de los Nuevos Testamentos que, utilizando los mtodos filolgicos propios del humanismo, descalificar la utilizada oficialmente por la Iglesia: la Vulgata.

Esta modificacin de un texto sagrado era muy molesta y peligrosa porque supona arrebatarle a la Iglesia su hegemona y su autoridad y porque adems iniciaba un proceso de renovacin de la teologa y las instituciones cristianas que sera secundado, radicalizado y llevado a la prctica por Lutero, Zuinglio y Calvino. De hecho, Lutero, aun separndose del erasmismo en muchos aspectos, utiliz la exgesis bblica de Erasmo, as como su mtodo humanstico. Remitindose al texto griego, Erasmo mostr cunto se haba devaluado el sentido original del cristianismo y de qu modo las autoridades exegticas se haban valido de su poder y autoridad para perpetuar esto de forma no demasiado lcita.

ANLISIS DE LA OBRA.La Estulticia, dirigindose al pueblo, se presenta como la nica que tiene poder para divertir a los dioses y a los hombres. Para esto se vale de una serie de metforas, por medio de las cuales les muestra que ante su presencia, todos los rostros, antes tristes y apesadumbrados, cambiaron reflejando una nueva e inesperada alegra; la cual compara con el estado de ebriedad de los dioses homricos. Realiza una clara crtica a los grandes oradores de la poca, diciendo que no consiguen con sus amplios y meditados discursos, disipar el malhumor reinante, cosa que ella logr con su sola presencia.

Excusndose por su apariencia, solicita del auditorio, la misma atencin que prestan a las cuestiones de vana importancia; hacindoles notar que, por el contrario, les resulta de poco inters, lo que pretenden transmitirles los predicadores.

Realiza una jocosa crtica a los sofistas de su poca, aduciendo que stos, se dedican a ensear a los nios tonteras, que son defendidas tercamente por los mismos, mediante discusiones sin fundamento. A la vez, manifiesta respeto y ensalza a los antiguos, que prefirieron ser llamados "sofistas", en lugar de "sabios", quienes se dedicaron a celebrar las glorias de dioses y hroes; y declara (al auditorio) que oirn, de sus propios labios, sus alabanzas a s misma.

La Estulticia, justifica las alabanzas que a s misma se dirige, sosteniendo, que nadie la conoce mejor que ella misma. Utiliza este alegato, para menoscabar a los sabios y poderosos, quienes, con falsa modestia, se valen de los servicios de poetas y retricos grandilocuentes, para ser adulados de manera tal que son equiparados a los dioses; y que reaccionan con inmerecido orgullo a las compradas loas.

En sta ocasin, el blanco de sus crticas son los oradores y los sabios, a quienes considera falsos, vulgares, hipcritas y tontos; esto, en contraposicin a ella misma, que se manifiesta como la locuaz, espontnea, verdica y benfica "Stultitia" o "Moria".

Se presenta como diosa, hija del dios Pluto, a quien considera el verdadero padre de los dioses y de los hombres, a cuya voluntad se mueve el mundo, y de la ninfa Neotete, en su opinin, la ms bella y ms alegre de todas; fruto de un amor furtivo, como dira Homero.

Da a conocer su lugar de nacimiento, como las paradisacas y utpicas islas Afortunadas, a las que caracteriza como un jardn de ensueos, donde no existe la pena ni el dolor.

Enumera una serie de pasiones humanas, tales como el amor propio, la adulacin, el olvido, la pereza, la voluptuosidad, la demencia, la molicie, la curiosidad y la modorra, a las que considera su familia; y expresa que, gracias a los fieles auxilios de stas, todas las cosas - incluyendo a los "arrogantes" filsofos, a los "que el vulgo llama" monjes, a los "purpurados" reyes, a los sacerdotes "piadosos" y a los "tres veces santsimos" pontfices - permanecen bajo su potestad.

Tambin, dirige su crtica a los estoicos, de quienes dice, se creen casi dioses, y los compara, por su barba (signo de sabidura), con los machos cabros. Sostiene, que les har dejar sus dogmas diamantinos y hasta delirar un poco, ya que solo a ella, tendrn que acudir los sabios cuando quieran ser padres, porque nadie ms que ella tiene parte en engendrar y propagar la especie humana.

Luego de identificarse con el placer, demuestra admiracin por Sfocles, citando una frase del mismo que reza: "la existencia ms placentera consiste en no reflexionar nada". Reconoce que por obra de la experiencia y del estudio, al crecer, los jvenes comienzan a actuar con prudencia, alejndose de ella. Pero, tambin sostiene, que socorre a los viejos que se encuentran cercanos al sepulcro, devolvindoles, en la medida de lo posible la niez. De aqu viene que la gente suela considerar como nios a los viejos.

Asegura que quienes se dedican a estudios de filosofa, o a otros graves y arduos asuntos, han envejecido prematuramente, por obra de las preocupaciones y la constante y agria agitacin de ideas, lo que agota el espritu y la savia vital.

No excluye de sus crticas a los dioses del olimpo, dedicndose a resaltar todos las pasiones humanas que ponen de manifiesto.

Destaca que en los palacios de los prncipes, ocupa un lugar preponderante la adulacin. Alaba a la naturaleza, madre y artfice del gnero humano, observando con que solicitud ha cuidado, que nunca falte en l, el condimento de la estulticia. En efecto, dice, "segn la definicin de los estoicos, si la sabidura no es sino guiarse por la razn y, por el contrario, la estulticia dejarse llevar por el arbitrio de las pasiones, para que la vida humana no fuese irremediablemente triste y severa, nos dio ms inclinacin a las pasiones que a la razn". Expone cuanto vale la razn, contra la ira y la concupiscencia, pues cuando la primera clama hasta enronquecer indicando el nico camino lcito y dictando normas de honestidad, las otras mandan a paseo a su soberana y gritan ms fuerte que ella, hasta que cansada, cede y se rinde.

Al hablar de las mujeres, dice lo siguiente: "se deleitan, slo en la estulticia y de ello son argumento, piense cada cual lo que quiera, las tonteras que le dice el hombre a la mujer y las ridiculeces que hace cada vez que se propone disfrutar de ella. Ya sabis, por tanto, el primero y principal placer de la vida y la fuente de que mana".

Realiza una exaltacin de la amistad y del matrimonio, considerndolos consecuencia de su intromisin en la vida del hombre. Resalta, con metforas, la ligereza, y la falta de fidelidad, que abundaban en la poca.

Asegura que sin ella "no habra ni sociedad, ni relaciones agradables y slidas, ni el pueblo soportara largo tiempo al prncipe, ni el amo al criado, ni la doncella a su seora, ni el maestro al discpulo, ni el amigo al amigo, ni la esposa al marido, ni el arrendador al arrendatario, ni el camarada al camarada, ni los comensales entre ellos, de no estar entre s engandose unas veces, adulndose otras, condescendiendo sabiamente entre ellos, o untndose recprocamente con la miel de la estulticia". Y declara, que no podran encontrar empresa ilustre alguna sin su impulso, ni nobles artes que ella no haya inventado.

Con respecto a la guerra, sostiene que hacen falta hombres vigorosos y valientes, en los que prive la audacia sobre la reflexin, y reserva a los caudillos el talento militar, no el filosfico.

Considera a los filsofos intiles para ejercer cualquier empleo de la vida, y nombra a Scrates, Platn, Teosfrato, Iscrates, Marco Tulio Cicern, los Catones, los Brutos, los Casios, los Gracos, Cicern, Demstenes y Marco Antonio, como ejemplos de esto. Sostiene que, precisamente esta especie de hombres que se da al afn de la sabidura, aun siendo desgraciadsimos en todo, lo son por modo especial en la procreacin de los hijos, lo cual parece obedecer a la providencia de la naturaleza para que el dao de la sabidura no se extienda ms entre los hombres.

Aade que, "no puede ser til en nada ni a s, ni a la patria, ni a los suyos, porque es inexperto en las cosas corrientes y discrepa largamente de la opinin pblica y de los estilos normales de vida, de lo cual, por cierto, preciso es que siga el odio contra l, por ser tanta la disparidad de conducta y sentimientos".

Compara al pueblo con una enorme bestia, que se mueve y controla con fabulosas invenciones, que en definitiva, solo son tremendas tonteras. Pero tambin aclara que, de esta misma fuente nacieron las hazaas de los vigorosos hroes, exaltadas hasta las nubes en los escritos de los varones elocuentes. De tal estulticia nacieron los Estados, merced a ella subsisten imperios, autoridades, religin, consejos y tribunales, pues la vida humana no es sino una especie de juego de despropsitos.

Al referirse a las Ciencias, sostiene, que solo la sed de gloria impulsa al ingenio de los mortales a elaborar y cultivar para la posteridad, disciplinas tenidas por tan excelsas. Tambin, esboza el pensamiento de los sofistas, al respecto, quienes estiman que: "el conocimiento de las ciencias es cualidad peculiar del hombre, quien, con el auxilio de ellas, compensa con el talento aquellas cosas en que la naturaleza le ha desfavorecido".

Adems, proclama como eximia la forma de vida de "la Edad de Oro", la cual habra sido perfecta, pero cuya pureza, poco a poco fue perdindose, ya que primeramente, fueron inventadas las ciencias por los malos genios, segn dice, pero stas eran an pocas y pocos quienes tenan acceso a ellas. Despus aadieron otras mil la supersticin de los caldeos y la ociosa frivolidad griega, que no son sino tormentos de la inteligencia, hasta el punto de que con slo una, la gramtica, basta para dar suplicio perpetuo a una vida.

Luego de haber reivindicado el mrito del valor y el ingenio, pretende hacerlo tambin, con la prudencia. Para esto, se vale de una frase de Homero, que dijo: "el necio solo conoce los hechos. A la consecucin del conocimiento de los hechos se oponen dos obstculos principales: la vergenza que ensombrece con sus nieblas al nimo, y el miedo que, una vez evidenciado el peligro, disuade de emprender las hazaas".

Sostiene, que todas las cosas de la vida del hombre, presentan dos facetas opuestas, como por ejemplo: vida-muerte, lindo-feo, etc. Y manifiesta, que todas las pasiones humanas corresponden a la Estulticia, puesto que el sabio se distingue precisamente del estulto en que aqul se gobierna por la razn y ste por las pasiones. Por tal razn, los estoicos apartan del sabio todos los desrdenes, como si fuesen enfermedades; sin embargo, las pasiones hacen las veces de orientadores de quienes se dirigen hacia el puerto de la sabidura, sino que tambin en cualquier ejercicio de la virtud suelen ayudar como espuela y acicate en exhortacin a obrar bien.

Explica el por qu de la predileccin, que los reyes y prncipes sentan por la compaa de los estultos, argumentando que los sabios no suelen acudir a los prncipes con nada que no sea triste y, engredos con su doctrina, no se recatan de herir odos delicados con verdades mordaces; en cambio, los bufones proporcionan lo nico que los prncipes buscan por doquier de mil maneras: bromas, risas, carcajadas y placeres. Fijaos de modo especial en una cualidad, nada despreciable, de los estultos, que es el ser los nicos francos y veraces. Se compadece de los prncipes, quienes, aun viviendo en el seno de tanta dicha, o de lo que pretende serlo, le parecen desgraciadsimos, porque carecen de ocasin de escuchar la verdad y porque estn obligados a tener a su lado aduladores en vez de amigos.

Realiza un parangn entre los necios (estultos) y los sabios; de esto deduce que los primeros, luego de vivir con suma alegra, enfrentan la muerte sin temor alguno, como una prolongacin de la vida; mientras que los sabios, siendo ejemplos de sabidura, han gastado toda su vida en aprender las ciencias, no habiendo degustado nada de placer, viviendo siempre sobrio, pobre, triste, malvolo y duro para consigo mismo y desagradable para los dems, al momento de morir, no les importa, porque nunca han vivido.

Distingue dos clases de locura, una que proviene del infierno, es la causa de despertar en los mortales insanas pasiones, tales como la guerra, el odio, el parricidio, etc., las que contribuyen a hacer que el alma se sienta culpable y contrita; la otra, muy diferente, es digna de ser deseada en grado sumo por todos, se manifiesta por cierto alegre extravo de la razn, que libera al alma de cuidados angustiosos y la perfuma con mltiples voluptuosidades.

Se dedica a demostrar la gran variedad de santos que han surgido, los cuales cubren todas las expectativas de los creyentes, ya que hay un santo para cada necesidad. Rescata de este desatino, slo a la Virgen Mara, aunque sugiere que el vulgo la venera ms que al mismsimo Cristo. Se mofa de los pseudos milagros, atribuidos a la gracia manifiesta, de tal o cual santo.

Declara que la vida entera de los cristianos todos, est tan llena de esta especie de delirios, que los sacerdotes las admiten y fomentan no de mal grado, puesto que no ignoran cunto suelen crecer sus gajes con ello.

Sostiene que la naturaleza dot a las naciones y ciudades de amor propio comn, tal como lo hizo con el hombre. "De aqu viene, que los britnicos recaben para s, por encima de cualquier otra prenda, la hermosura, el arte de la msica y la buena mesa. Los escoceses blasonan de nobleza y de entronque con la realeza, y de sus argucias dialcticas. Los franceses se atribuyen la cortesa en el trato. Los parisienses se arrogan de modo particular la gloria de la ciencia teolgica por encima de todos los dems. Los judos, con mucha mayor complacencia, esperan incesantemente a su Mesas y se aferran con uas y dientes a su Moiss an hoy...", etc.

Hace referencia a la "Alegora de las cavernas", de Platn, para mostrar la diferencia que existe entre la realidad y la ficcin.

Y dice: "si pudieseis contemplar desde la Luna el tumulto inmenso del gnero humano, creerais estar viendo un enjambre de moscas y mosquitos peleando entre s, luchando, tendindose asechanzas, robndose, burlndose unos de otros, y naciendo, enfermando y muriendo sin cesar. Nadie podra imaginar el bullicio y las tragedias de que es capaz un animalito de tan corta vida, pues en una batalla o en una peste se aniquilan y desaparecen en un instante millares de seres".

Se compadece de los gramticos, quienes dedican su vida a tratar de descubrir -por ejemplo, cuales son las ocho partes de la oracin, cosa que nadie entre los griegos y latinos ha logrado hacer de manera definitiva- las ms banales de las cosas.

As, sucesivamente, se embarca en la crtica de cada una de las ciencias y de las artes, como tambin de quienes las practican. Y respecto de los filsofos dice: "Entre estos se cuentan tambin los que anuncian lo porvenir tras consultar los astros y prometen prodigios ms que mgicos, y todava tienen la suerte de encontrar a quienes lo creen".

Al llegar el turno de los telogos, insina, que quizs fuera mejor no criticarlos, ya que son gente sumamente severa e iracunda, que no dudara en reclamarle una retractacin, y en caso de que ella se negara, la declararan hereje; acota que esto sucede con todos los que no se someten a su poder.

Adems, afirma que son capaces de explicar a su capricho los misterios ms profundos: cmo y por qu fue creado el mundo; por qu conducto se ha transmitido la mancha del pecado a la descendencia de Adn; cmo concibi la Virgen a Cristo, en qu medida y cunto tiempo le llev en su seno; y de qu manera en la Eucarista subsisten los accidentes sin sustancia. Tambin, cita a los llamados iluminados, los que se dedican a dilucidar cuestiones ms elevadas. Y considera que en todas estas cuestiones, es tan profunda la doctrina y tanta la dificultad, que opina que los Apstoles precisaran una nueva venida del Espritu Santo si tuvieran que habrselas con dichos telogos.

Sobre los religiosos y monjes, alega que son nombres impropios a ms no poder, pues buena parte de ellos se encuentran alejados de la religin, y cuestiona el hecho de que pretenden desvergonzadamente representarnos a los Apstoles.

Llegado el momento, discurre ahora sobre los reyes y los prncipes. Primero hace resaltar la misin de la realeza, que se debe a la cosa pblica; luego, se dedica a relatar las aberrantes prcticas de los soberanos de la poca, a los que llama sus sbditos. Adems, analiza las actitudes despreciables de los cortesanos.

Sobre los pontfices, cardenales y obispos, sucesores de los Apstoles, dice: "imitan de tiempo inmemorial la conducta de los prncipes y casi les llevan ventaja. Pero si alguno reflexionase que su vestidura de lino de nveo blancor simboliza una vida inmaculada, que la mitra bicorne, cuyas puntas estn unidas por un lazo, representa la ciencia absoluta del Antiguo y del Nuevo Testamento; que los guantes que cubren sus manos le indican que deben estar protegidas del contacto de las humanas cosas e inmaculadas para administrar los Sacramentos; que el bculo es insignia de vigilancia diligentsima para con el rebao que se le ha confiado; que el pectoral que pende de su pecho representa la victoria de las virtudes sobre las pasiones; si uno de stos, digo, meditase sobre todo ello, no vivira lleno de tristeza e inquietud? Pero nuestros prelados de hoy tienen bastante con ser pastores de s mismos y confan el cuidado de sus ovejas o a Cristo, o a los frailes y vicarios. No recuerdan que la palabra obispo quiere decir, trabajo, vigilancia y solicitud. Slo si se trata de coger dinero se sienten verdaderamente obispos y no se les embota la vista".

Refirindose a los Papas, primero describe como deberan ser: "Si los Sumos Pontfices, que hacen las veces de Cristo en la Tierra se esforzaran en imitar su vida, su pobreza, trabajos, doctrina, su cruz y desprecio del mundo ..."; luego nos muestra la realidad de la poca, a travs de prrafos como el siguiente: "Los Santsimos Padres en Cristo, vicarios suyos en la Tierra, a nadie apremian con ms vigor que a quienes, tentados por Satans, osan aminorar y menoscabar el patrimonio de San Pedro, pues aunque este Apstol dijo en el Evangelio: Todo lo hemos dejado para seguirte, se renen bajo el nombre de Patrimonio de San Pedro tierras, ciudades, tributos y seoros.

Encendidos de amor a Cristo, combaten con el fuego y con el hierro, no sin derramar sangre cristiana a mares, entendiendo que as defienden apostlicamente a la Iglesia, esposa de Cristo, cuando han exterminado sin piedad a los que llaman sus enemigos. Cmo si hubiese peores enemigos de la Iglesia que esos pontfices impos que con su silencio coadyuvan a abolir a Cristo, en tanto que alcahuetean con su ley, la adulteran con caprichosas interpretaciones y le crucifican con su conducta infame! Pero aduciendo que la Iglesia cristiana fue fundada con sangre, cimentada con sangre y con sangre engrandecida, resulvanlo todo a punta de espada, como si no estuviera Cristo para proteger a los suyos, segn es, propio de l..."

En resumen, considera que, adondequiera que vuelvas los ojos, entre pontfices, prncipes, jueces, magistrados, amigos, enemigos, mayores o menores, todos se desviven por los bienes materiales.

Posteriormente, se explaya buscando en las Sagradas Escrituras, todos los pasajes en los que, sostiene, se alude a ella. Y no pierde la oportunidad de hacer notar que cada quien las interpretaba a su conveniencia. Realiza a la vez, una comparacin con aquellos primeros fundadores de la Religin, a quienes reconoce como gente de extrema simplicidad y enemigos encarnizados de las letras.

Define a los creyentes como aquellos que deben tomar ejemplo de la muerte de Cristo, e imitarla de manera tal que se domen, se extingan y sepulten sus pasiones para resucitar con l a una nueva vida, donde se unirn a Cristo y a todos los hermanos. Y por contraposicin define al vulgo, como aquellos que creen que el sacrificio de la Misa consiste slo en plantarse ante el altar lo ms prximo posible al sacerdote, escuchar a los que cantan y contemplar las ceremonias. Sostiene de este modo que las diferencias entre devotos y vulgo es tan grande, como la que existe entre el cielo y la tierra.

Este gran discurso, termina con las siguientes palabras pronunciadas por su majestad, la estulticia: "Pero noto que me he olvidado de que estoy traspasando los lmites convenientes. Si alguien considera que he hablado con demasiada pedantera o locuacidad, pensad que lo he hecho no slo como Estulticia, sino como mujer. Recordad, adems, el proverbio griego que dice: Los locos a veces dicen la verdad, a menos que pensis que este refrn no reza con las mujeres. Veo que estis aguardando el eplogo; pero os erris si imaginis que me acuerdo de una sola palabra de todo este frrago que acabo de soltar... Vaya este adagio antiguo: No me gusta el convidado que tiene buena memoria. Y yo invento ste: Detesto al oyente que se acuerda de todo. Por todo ello, salud celebrrimos devotos de la Sandez, aplaudid, vivid y bebed!

"Me parece que al hacer el Elogio de la Locura,no estaba loco por completo".Carta a Toms Moro. Erasmo.

CONCLUSIN.Como podemos observar, el Humanismo es el ncleo ideolgico del Renacimiento y lo podemos definir como una nueva cultura, surgiendo este, en el siglo XV.

Esto fue posible, gracias a hombres con una visin muy clara, que hicieron de sus ideales ticos, la base fundamental de sus vidas.

Ellos dejan ver a travs de sus actos, su preocupacin por la familia y la sociedad misma, no importando su posicin social, ya que la historia nos muestra el triste fin que tuvieron, en manos del poder poltico y religioso que no pudo doblegar sus ideales y principios, siendo uno ajusticiado por el monarca y el otro perseguido por la Iglesia.

Como podemos ver, Tomas Moro, hombre de familia y con claras ideas polticas enfrent el poder de la Monarqua absolutista inglesa que imperaba en ese momento y no dud en poner en juego su vida, por sus principios ticos y su fe cristiana. Demostrndonos, no solo su valenta como hombre, sino la inquebrantable fe en sus principios.

As tambin, Erasmo, firmemente apoyado en sus ideales, no dud en enfrentar, abiertamente y colocando su propia vida en riesgo, a la Iglesia misma. La que corrompida por el poder y los hombres, y apoyndose en su arma ms temida, la inquisicin misma, utiliz la fuerza y la barbarie para acallar cualquier voz que se levantara en su contra.

Ambos, demostrando sus profundas convicciones ticas y religiosas, ms all de las presiones o amenazas y nunca claudicando, nos dejaron sus enseanzas. Podemos servirnos de stas, como ejemplo, para forjar una personalidad cuyos valores y principios ticos y polticos, puedan redundar en beneficio de la sociedad en la que nos toca vivir.

No debemos olvidar, que el humanismo renacentista est centrado en el hombre (antropocntrico), teniendo como finalidad al hombre, siendo los puntos ms importantes que desarrolla esta nueva cultura, el hombre y su libertad, la relacin del individuo con Dios, con el mundo y con la naturaleza.

As, el renacimiento se va a destacar por la libre interpretacin de la Biblia, ilustrando con claridad, una verdad fundamental de la tica, poltica y de la libertad de la persona frente al poder poltico.

3. NICOLS DE CUSA.

Vida.El "autntico fundador de la filosofa alemana", naci en la ciudad de Kues (razn por la que se lo llama "El Cusano"), en el ao 1401. Estudi en Heidelberg (Alemania), Padua (Italia) y Colonia (Alemania). En esta ltima ciudad fue ordenado sacerdote en 1430. Colabor en la preparacin del Concilio de Basilea. Fue diplomtico eclesistico, obispo y cardenal. Falleci en el ao 1464.

Es discutible si Nicols de Cusa fue un filsofo o un mstico. En efecto, ya no es un escolstico, aunque de alguna forma tambin podra considerrselo un medieval en el que predominan fuentes platnicas.

Es uno de los principales representantes de la filosofa de la transicin entre la Edad Media y el Renacimiento. Es un anti-aristotlico que contina la tradicin medieval de origen neoplatnico, transitando la senda de Juan Escoto Ergena y el Maestro Eckhart. Cristianismo, platonismo y Ciencia de la Naturaleza son los tres grandes componentes de su pensamiento.

Entre sus obras ms importantes se destacan La docta ignorancia, El Dios escondido, Apologa de la docta ignorancia y La caza de la sabidura.

PENSAMIENTO.La docta ignorancia consta de tres partes: la primera trata de Dios (el ser mximo considerado absolutamente); la segunda trata del Universo (el ser mximo contrado en la pluralidad de las cosas); y el tercero de Jesucristo (el ser mximo como contrado y absoluto a la vez). El ttulo, que el propio autor considera "novedoso", tiene una significacin compleja. Por un lado lo relaciona con Scrates (Slo s que no s nada), en el convencimiento de que no puede el estudioso detenerse en un cmulo de afirmaciones de escuela y que debe seguir profundizando y esforzndose en su bsqueda de la verdad:Deseamos saber verdaderamente que somos ignorantes. Si consiguisemos alcanzar esto plenamente, habramos alcanzado la docta ignorancia. Al hombre, por ms extrao que sea, no le puede suceder nada mejor en el orden del conocimiento que el saberse doctsimo en la ignorancia. Y tanto ms cuanto ms ignorante se reconozca.

Tambin es una teologa negativa, el reconocimiento de que el ser de Dios no puede ser alcanzado por nuestro entendimiento. A su vez es un modo de reconocer el camino de la Ciencia como un camino infinito, de conjeturas. Y, por ltimo, es tambin una va mstica que nos lleva a contemplar a Dios despojados de todo concepto y de toda imagen.

En su Teora del Conocimiento, Nicols de Cusa le reconoce a Aristteles que ste comienza con la experiencia y que antes de recibir las impresiones de los sentidos el alma es como una tabla rasa. Pero, agrega: el espritu es superior al sentido y con su criterio y su juicio se completa el conocimiento. Adems, incluye lo apriorstico al afirmar que el unum antecede a todo conocimiento y no se deduce de la experiencia sino que, por el contrario, todo es entendido a partir de l.

Distingue Cusa el entendimiento de la razn, inaugurando una tradicin que continuarn autores de la talla de Kant y Hegel. Las reglas de la Lgica, con su Principio de No Contradiccin, rigen slo al entendimiento. La razn, por su parte, supera estas reglas. Ellas es el Principio de la Vida Espiritual, ltima y radical unidad de la que emana lo mltiple.

Se ha visto en esta concepcin de la razn el autntico comienzo de la moderna filosofa alemana; porque estara aqu ya esbozada la Teora del Espritu como unidad sinttica, factor creativo de todo nuestro conocer, teora sobre la que se basa la crtica de la razn de Kant, y a la que apunt ya Leibniz, y que desenvolvi Fichte hasta convertirla en la Teora del Yo Puro, y con la que trataron Schelling y Schleirmacher de sintetizar el yo individual y la infinitud del Universo y de Dios.

En el primer libro de La docta ignorancia, Dios es presentado como el mximo, la plenitud a la que nada falta. En l coincide todo lo que fuera de l es pensado como distinto por nuestro entendimiento. Los contrarios se concilian en el infinito. En l no rige el Principio de No Contradiccin. l es lo mximo y lo mnimo. En l coinciden los opuestos al modo como en Geometra un crculo de radio infinito puede pensarse como una recta. l es la complicatio de todas las cosas y la coincidencia de los opuestos, ya que en su unidad contiene incluso lo que fuera de l se muestra como diverso u opuesto:"La unidad no puede ser un nmero, ya que el nmero admite siempre algo que le excede, y por ello no puede ser de ninguna manera mnimo ni mximo absolutamente. Es, por el contrario, el principio de todo nmero, en cuanto mnimo; y el fin de todo nmero, en canto mximo. La unidad absoluta, a la que nada se opone, es pues, la absoluta maximidad, la cual es Dios bendito" (De docta ignorantia).

Agregar que la unidad mxima no es posible de multiplicar y que tampoco puede convertirse en nmero. Este razonamiento, no pretende ser una demostracin sino una suerte de metfora que recurre a las matematizaciones neoplatnicas. La unidad (la mnada) no sera un nmero sino el origen de todo nmero, entonces no hay nmero mximo ni mnimo ya que siempre es posible un nmero mayor o menor. La unidad es el mximo y el mnimo nmero, sin ser nmero, y en ella coincide y se reconcilia lo aparentemente contradictorio.

En el mundo de las cosas, encontramos contrarios, es pues, el reino de la multiplicidad, no de la unidad, y en l se encuentra lo grande y lo pequeo, el ser y el no ser. Todo puede ser medido segn el ms y el menos: el reino del nmero.

La relacin que se establece entre Dios y el mundo, se expresa con los trminos complicatio-explicatio: el mundo es despliegue y diferenciacin (explicatio) de todo cuanto se encuentra comprendido y unificado (complicatio) en Dios.

De esta forma, el pensamiento de Cusa, supone una ruptura con el cosmos delimitado por el geocentrismo medieval. El universo ya no es infinito porque slo Dios lo es, pero tampoco es finito, porque carece de lmites. El cosmos no tiene centro, por lo tanto la tierra no est l. Y si el mundo no es el centro, entonces es necesario que est en movimiento...: "La mquina del mundo tendr el centro en cualquier lugar y la circunferencia en ninguno, pues la circunferencia y el centro son Dios, que est en todas partes y en ninguna" (De docta ignorantia).

El mundo es la explicatio o el despliegue de Dios. El Universo separa lo que en Dios se halla unido y por ello no es infinito, pero s es ilimitado, sin centro ni lmite externo y en continuo movimiento. La Tierra, que se encuentra en el Universo, tambin se mueve. Cada cosa refleja al todo, al Universo y a Dios (preanuncio de las mnadas de Leibniz). Su cosmologa es un anticipo de los avances del Renacimiento y la Ciencia moderna. Se lo considera precursor de Coprnico y tambin, por el mtodo matemtico de contar y medir que introduce en las Ciencias Naturales, de Kepler. Propone medir el pulso con el reloj, examinar con balanzas las secreciones de sanos y enfermos, y fijar el peso especfico de los metales.

Algunos lo han calificado de pantesta, pero esto no es exacto, ya que l no concibe al Universo como Dios sino a partir de Dios. El mundo es imagen y semejanza de Dios, pero semejanza no es identidad. La nica oposicin que no pretendi suprimir es justamente la de Creador y criatura.

El hombre debe transitar el camino hacia el absoluto, y ese camino pasa por Cristo. Cada hombre es un microcosmos de creatividad, libertad y espontaneidad, un sujeto nico e independiente. Y as como en el macrocosmos lo mltiple encuentra su unidad en la idea unitaria del todo, sobre el microcosmos que cada uno de nosotros es se eleva la idea de su "mejor yo", para que la vida no se disperse y se vace en el espacio y el tiempo, cayendo en el absurdo.

SOBRE LA TEOLOGA NEGATIVA.Puesto que el culto de Dios, que debe ser adorado en espritu y verdad, se funda por necesidad en las cosas positivas que afirman a Dios, de ah que toda religin asciende en su culto mediante la teologa afirmativa, adorando a Dios como uno y trino; como sapientsimo, piadossimo, luz inaccesible, vida, verdad y otras cosas ms, y siempre le alcanza dirigiendo el culto por la fe, el cual es alcanzado con ms verdad por la docta ignorancia; es decir, creyendo que ste, a quien adoran como uno, es todas las cosas juntamente; y al que rinden culto como luz inaccesible, no es ciertamente una luz, en cuanto cosa corporal, a la que se oponen las tinieblas, sino la ms simple e infinita, en la cual las tinieblas son luz infinita, y que esta luz infinita luce siempre en las tinieblas de nuestra ignorancia, pero las tinieblas nunca podrn abarcarle.

Y as la teologa de la negacin es tan necesaria a la de la afirmacin que sin ella no se le rendira culto a Dios en cuanto Dios infinito, sino antes, en cuanto criatura, y tal culto es idolatra, pues tributa a la imagen aquello que slo conviene a la verdad. De ah la utilidad que tendr tratar un poco acerca de la teologa negativa.

La sagrada ignorancia nos ensea que Dios es inefable, porque es infinitamente mayor que todas las cosas que pueden ser nombradas, y esto porque sobre lo ms verdadero hablamos con ms verdad por medio de la remocin y de la negacin, como hizo el gran Dionisio, el cual no pens que l fuera ni verdad, ni entendimiento, ni luz, ni cualquier otra cosa de las que pueden ser dichas, y al cual le sigui el rab Salomn y todos los sabios.

Por lo cual, segn esta teologa negativa, no es Padre, ni Hijo, ni Espritu Santo, en cuanto que es slo infinito. Y la infinidad no es, en cuanto infinidad, ni generante, ni engendrada, ni naciente. Mientras distingua las personas, sostuvo: "In aeterno infinitas species in imagine, usus in numere", queriendo decir que aunque en la eternidad no podemos ver sino la infinidad, sin embargo, la infinidad, que es la misma eternidad, siendo negativa, no puede entenderse como generadora, sino como eternidad, y que la eternidad es afirmativa de la unidad o presencia mxima, por lo que es principio sin principio. Species in imagine significa principio por un principio. Usus in numere: significa procesin de uno a otro.

Todo ello es muy evidente segn las cosas dichas anteriormente, pues aunque la eternidad sea infinita, de tal modo que la eternidad no sea ms causa del Padre que lo sea la infinidad, sin embargo, segn el modo de la consideracin la eternidad se atribuye al Padre y no al Hijo o al Espritu Santo. La infinidad, sin embargo, se atribuye tanto a una persona como a las otras, puesto que la propia infinidad, segn la consideracin de la unidad, pertenece al Padre; y segn la consideracin de la igualdad de la unidad, al Hijo; y segn la consideracin de la conexin, al Espritu Santo. Segn la simple consideracin de la infinidad ni al Padre, ni al Hijo, ni al Espritu Santo.

Y aunque la propia infinidad y eternidad sea cualquiera de las tres personas y, viceversa, cualquier persona sea la infinidad y la eternidad, no es, sin embargo, segn la consideracin anterior. Puesto que, segn la consideracin de la infinidad, Dios no es ni uno ni varios, y no se halla en Dios, segn la teologa de la negacin, otra cosa que infinidad. Y no es segn ella cognoscible en este siglo, ni en el futuro, ya que toda criatura, en cuanto que no puede comprender la luz infinita, est en las tinieblas con respecto a ella, la cual slo es conocida por s misma.

Por esto se manifiesta cmo las negaciones son verdaderas y las afirmaciones insuficientes en las cuestiones teolgicas, y por lo mismo las negaciones que remueven las cosas ms imperfectas de lo que es perfectsimo son ms verdaderas que las otras. Y porque es ms verdadero que Dios no es piedra, que no es vida o inteligencia y que no es ebriedad ms que no es virtud, pues es ms verdadera la afirmacin que dice que Dios es inteligencia y vida que tierra, piedra o cuerpo.

Todas estas cosas resultan clarsimas. De todo ello concluimos que la exactitud de la verdad luce incomprensiblemente en las tinieblas de nuestra ignorancia. Y sta es la docta ignorancia que investigamos, slo mediante la cual, podemos alcanzar el mximo Dios uno y trino, de infinita bondad, segn los grados de la propia doctrina de la ignorancia, para que con todas nuestras fuerzas podamos alabar siempre al que siempre se nos muestra como incomprensible y que sea bendecido sobre todas las cosas en los siglos. (Cap. XXVI del Libro I de La docta ignorancia).

4. GIORDANO BRUNO.

Vida.Filsofo, matemtico y astrnomo italiano, sus ideas anticiparon muchas de las tesis de la ciencia moderna. Naci con el nombre de Filippo Bruno, en Nola, Campania (cerca de Npoles) hijo del soldado Giovanni Bruno[footnoteRef:1]. [1: El estado de Npoles estaba entonces en manos de los reyes de la casa de Aragn y era, en la prctica, una colonia de Espaa. Y aunque su padre era un militar al servicio de esa nacin, es posible que el ambiente, contrario a la dominacin extranjera, influyera en el feroz espritu de rebelda que Bruno mostrara durante toda su azarosa vida.]

Hombre rebelde, pendenciero, valiente, obstinado, imprudente, viajero incansable, erudito, inteligencia superior, pensador audaz pero contradictorio, cientfico precursor, mrtir de la libertad y la verdad.

De la niez de Filippo Bruno nada se sabe. Slo tenemos noticia de que pas a vivir en el propio Npoles hacia 1562, donde estudi humanidades y se hizo fraile dominico en 1565, tomando el nombre de Giordano, con el cual sera conocido por la posteridad. Gran estudioso, durante esos aos juveniles fue muy influenciado por el neoplatonismo, en boga en esa poca, as como por comentaristas de Averroes, y, en particular, por la creencia del sabio rabe de que la religin era un instrumento de los poderosos para controlar a la masa ignorante.

Por esta poca comenz tambin sus estudios sobre la capacidad de aumentar la memoria, tema muy cultivado durante la Edad Media y el Renacimiento y que sera una de sus inquietudes intelectuales de toda la vida. Este afn por los asuntos mnemotcnicos se explica por la falta de sistemas de registros rpidos y confiables que caracterizara a esos siglos. Tenan as una utilidad prctica enorme. Pese a sus dudas en relacin a la doctrina catlica, Giordano Bruno se orden sacerdote en 1572 en la ciudad de Roma.

En esa sede papal, penetrada por la rigidez de la contrarreforma, sus ideas heterodoxas se fortalecieron, y cuando despus de doctorarse en teologa en 1575, volvi a Npoles, su fama de hombre brillante, pero peligrosamente libre en sus opiniones, ya estaba muy extendida. Por esta poca lleg incluso a defender las doctrinas que Arrio haba sostenido en el Concilio de Nicea.

Adems, como sola ser frecuente en el siglo XVI, Bruno no disimulaba su inters por la magia y lo oculto o hermtico, donde crea que exista una inagotable veta de sabidura; algo que evidentemente tampoco agradaba a la Iglesia Catlica. No tard en ser acusado ante la Inquisicin y esa situacin, en los aos que se estaban viviendo, significaba estar en peligro extremo. Comprensiblemente, Bruno dej entonces su convento en Npoles - "prisin estrecha y negra", segn sus palabras- y se escondi en Roma.

En 1576 es acusado de hereje y abandona la orden dominica. En 1579 recala en Ginebra donde se une al calvinismo pero por poco tiempo, al ser igualmente acusado. Vuelve a marchar y en 1581 se le encontrar en Pars en la corte de Enrique III de Francia. En 1583 se traslada a Inglaterra pero sus ideas copernicanas vuelven a chocar con los religiosos.

En 1592 conoce a Giovanni Mocenigo, noble veneciano que lo acoge en la ciudad, intrigado por esas nuevas ideas que pregona. Asustado, lo denuncia a la Inquisicin y, tras ocho aos en prisin, el Papa Clemente VIII lo condena por contumaz a la hoguera, ejecucin que se produce en el Campo di Fiori de Roma el 17 de febrero de 1600.

LA POCA.El Concilio de Trento haba comenzado en 1545 y, cuando concluyera en 1563, la Iglesia Catlica estaba ya en plena contraofensiva frente al mundo protestante, el que durante la primera mitad del siglo XVI se haba extendido y fortalecido asombrosamente. Con todo, la pugna catlico-protestante y las luchas religiosas -en una poca en que para los europeos la principal preocupacin continuaba siendo la religin y la fe- estaban en su apogeo y todava se extenderan, salvajemente, por un siglo ms.

De modo que el catolicismo de la Contrarreforma no estaba dispuesto a tolerar pensamientos herticos o poco ortodoxos y ese sera el otro factor que enmarc la tragedia de nuestro personaje. En definitiva, Bruno aparece como un hombre del Renacimiento en un tiempo en que se persegua la libertad y heterodoxia intelectual y tica que caracteriz aquella poca. Principales obras: Sobre el universo infinito y los mundos, Del principio, de la causa y del uno, La bestia triunfante, Erticos furores, Cena del Mircoles de Ceniza.

PENSAMIENTO.La obra de Giordano Bruno se encuentra teida de un ligero averrosmo consistente en la defensa de la superioridad de la vida terica frente a la vida prctica y la reivindicacin del carcter profesional del filsofo. A juicio de Bruno existe una separacin entre filosofa y religin y es equivocada la concepcin tomista de la filosofa como ancilla fidei, es decir, como esclava de la religin.

Bruno defender, como harn a su modo todos los copernicanos, que la religin debe ser entendida como una ley destinada al gobierno de las masas incapaces de regirse por la razn y es por ello que los buenos telogos no deben entrometerse en la vida de los filsofos, del mismo modo que los filsofos respetarn el trabajo de los telogos en su tarea de gobierno de las masas populares. La funcin de la religin es, pues, meramente civil.

Respecto a sus tesis cosmolgicas destacan la idea de la infinitud del universo entendida como expresin de la infinita potencia de Dios, as como la descripcin de las estrellas celestes como soles (sistemas solares) rodeados de planetas parecidos a la tierra. El universo es uniforme, con lo que se rompe con la distincin entre mundo sublunar y supralunar que haba sido establecida por Aristteles y que aun sobreviva en la doctrina heliocentrista de la poca.

Muy influido por el neoplatonismo y por la admisin de la teora copernicana, a la vez que acogiendo elementos del estoicismo, el monadismo y la mstica Bruno defendi la doctrina de la infinitud del universo, el cual es concebido no como un sistema de seres rgidos ordenados desde la eternidad, sino como un conjunto que se transforma continuamente, que pasa de lo inferior a lo superior y viceversa, por ser en el fondo todo una y la misma cosa, la vida infinita e inagotable. En esta vida quedan disueltas todas las diferencias, las cuales son propias slo de lo superficial, de lo finito y limitado. La infinitud espacial y temporal del universo astronmico corresponde a la infinitud de Dios, que se halla a la vez en el mundo y fuera del mundo, que es causa inmanente del mundo y que est infinitamente por encima de l, cosa que ha de entenderse desde el punto de vista de la coincidencia de los opuestos de Nicols de Cusa.

El Universo est penetrado de vida y es, l mismo, vida, esto es, organismo infinito en el cual se hallan los organismos de todos los mundos particulares, de los infinitos sistemas solares anlogos al nuestro. Lo que rige esta infinitud es la misma ley, porque es la misma vida, el mismo espritu y orden, y en ltima instancia el mismo Dios. Dios est presente en todas las cosas, con su infinito poder, sabidura y amor, porque es todas las cosas, el mximo y el mnimo o, como dice Bruno, la mnada de las mnadas.

La concepcin monadolgica es el complemento de esta visin de un universo-vida infinito: las monadas son los componentes de los organismos del mundo y no los tomos, que son disolucin y muerte. La misin del hombre es el entusiasmo ante la contemplacin de esta infinitud, la adoracin del infinito, que es Dios, en la cual puede hallarse la unidad de las creencias religiosas ms all de todo dogma positivo. Tal es el entusiasmo heroico que Bruno defenda. De ah su aspiracin a una filosofa dinmica construida con los materiales clsicos, incluidos los aristotlicos.

Esto se revelaba particularmente en la doctrina de la materia, sometida en el pensamiento de Giordano Bruno a una disolucin que la lleva al ser pleno, del mismo modo que el ser pleno es dialcticamente transformado en materia y en nada. De ah la afirmacin de que en nada se diferencian la absoluta potencia y el acto absoluto; y de ah tambin la tesis de que en definitiva, bien que haya individuos innumerables, todo es uno, y conocer esta unidad es el objeto y trmino de toda filosofa y contemplacin natural (Del principio, de la causa y del uno)

Anima mundi. La totalidad del universo concebido como un organismo. La suposicin de que todo est entrelazado representa la admisin de un alma del mundo siempre que, rechazndose el mecanicismo ciego, se admite que el todo tiene un sentido. As, el cuerpo del mundo est envuelto por su alma, pero a la vez el alma del universo se halla en cada una de las cosas, no parcial y fragmentariamente, sino de un modo total y completo. En otros trminos, el alma del mundo es aquella realidad que hace que todo microcosmos sea un macrocosmos.

El tema de si esta alma es a su vez un principio inmanente y causal es variado. Parece que es el caso de Bruno (De ah la acusacin de pantesmo)

Monadismo. Los tomos para Bruno son orgnicos y vivientes, de modo que es opuesto a todo mecanicismo.

En Sobre lo Inmenso afirma que Dios no es ni personal ni creador, sino ms bien la mens virgiliana que agita la materia, principio interno de vida, semilla eternamente productiva. Los Furores heroicos, plagados de smbolos y alegoras, parecen sin duda hacer del universo una segunda unidad en que se refleja la primera, a la manera como el sol ilumina la luna.

Bruno sostiene un nuevo atomismo y parece reducir todo cambio a movimientos locales, si bien parece conservar el hilemorfismo, sustituyendo la pluralidad de formas y de materias parcialmente determinadas, por el par inseparable de una nica materia-base, de la que nacen todas las figuras distintas, y de una forma activa, finalmente identificada con el alma del mundo no engendrada y no engendrable (sobre la causa).

Lo cual es una adaptacin estoico-platnica del vocabulario aristotlico. Bruno vacila en afirmar un movimiento infinito, que el Estagirita considera como imposible, y describe el universo como un todo inmvil, pero que rene una multitud infinita de mundos mviles, calificados a veces explcitamente de finitos. Acepta la idea de un entendimiento agente nico, comn a las almas singulares, paralelo, no obstante, a una especie de sentido agente pero que para l no excluye la variedad los entendimientos y de los sentidos pacientes, ni desde luego el escalonamiento clsico de las facultades presentado bajo formas diferentes: sentido, imaginacin, razn, entendimiento y pensamiento o mens.

Tambin es afecto a una aritmologa simblica imitada de Agripa[footnoteRef:2], y afecto a la magia, sin duda natural pero en las que sobrevive la creencia en los demonios lanzadores de piedras. Al menos Bruno, si bien acepta a ttulo secundario, especulaciones del tipo de Paracelso[footnoteRef:3], cuando son prcticas tiles en la medicina, excluye como principios de verdadera explicacin las elucubraciones alquimistas, y su cosmologa elimina definitivamente la astrologa antigua. [2: Filsofo escptico griego del siglo I, formul los cinco clebres tropos del escepticismo.] [3: Mdico y alquimista suizo (1493-1541). Defenda que las enfermedades eran causadas por agentes externos al cuerpo y podran ser contrarrestados por sustancias qumicas.]

Cita con frecuencia a los presocrticos (a los que conoce mal), como los tomos de Demcrito, el flujo de Herclito, el todo est en todo de Anaxgoras, opone al aristotelismo esquemas neoplatnicos, toma de Epicuro y Lucrecio el gran tema de la pluralidad de los mundos, de Avicebrn expresiones que rehabilitan la materia y la presentan como uno de los tres fundamentos indivisibles: hyl, nous y Dios. Muchas de sus conciliaciones aproximativas se derivan de Nicols de Cusa, que es una fuente esencial de Bruno. Como el Cusano, Bruno afirma que ningn movimiento es enteramente regular, ninguna figura absolutamente exacta, que dos individuos jams son indiscernibles. Se burla de la timidez de Coprnico, a quien es preciso sobrepasar, juega con la imagen de unos seres lunares y de unos marcianos que se creeran ambos en el centro de un universo esfrico, pero que en realidad no tiene forma.

No hay duda de que la ms ntima certeza de Bruno es que la naturaleza misma, ms que el espritu que la mide, es la verdadera potencia divina y el orden impreso en todas las cosas. Esa certeza no excluye una cierta consideracin platonizante de la materia como dispersin e incluso como prisin; aunque para l tema de la unidad es siempre central, percibe en la multiplicidad misma, tomada al nivel de todo, si no una finalidad propiamente dicha, o un eterno retorno, s al menos una serie de compensaciones mediante las cuales los contrarios se equilibran, estando los astros mismos sin duda abocados a la muerte, pero sin una catstrofe csmica, pues otros les sucedern entonces, si es verdad que a toda influencia corresponde una nueva confluencia.

No se trata tanto de una multiplicidad de formas cuanto a una omnipresencia de la forma universal, inseparable de la vida que vivifica todas las cosas, del alma nica que mueve tanto abejas y araas como los cuerpos celestes. Algunos la denominan sentido, otros entendimiento o pensamiento, pero es sin duda un solo y mismo principio, diversificado en sus funciones. De manera ciertamente esotrica, los Furores lo comparan a un emperador que lucha contra el desorden que debilita su ejrcito, y en primer trmino contra las potencias del alma inferior, los grados ms bajos de la emanacin plotiniana, all donde las tinieblas absorben la luz siempre difundida y atenan el lazo universal del amor.

Otros textos subrayan ms an la continuidad entre el alma csmica y sus participaciones singulares, pero describen a stas como espejos rotos, donde ocurre que, por ser stos demasiado pequeos o en alguna manera d