El relieve del Macizo Hespérico: Génesis y cronología de los ...
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Cuaderno Lab. Xeolóxico de LaxeCoruña. 1994. Vol. 19, pp. 37-55
El relieve del Macizo Hespérico: Génesis ycronología de los principales
elementos morfológicos
The relief of the Hesperic Massif: Genesis andchronology of the main morphological elements
MARTIN-SERRANO, A.
Erosion surfaces are the main geomorphological features of the Hesperian Massif.However, three other physiographic elements define the present state of thelandscape. Such are big mountain blocks with polygonal borders building atgreat scale mountain chains, sorne more modest ridges following hercynianstructural trends, and finally the strong incision of the fluvial netoOn the other hand, paleoalterations and associated sediments are the only availableways for relief correlation and interpretation. The relief can be associated to thesedimentary record through the study ofpaleoalterations. It consists ofa triplerelationship giving good results when the regional stratigraphy is well known.Tectonicmassijs, differential reliejs and incisions are originated by geotectonic alpinedisturbances during the Tertiary. The three events are consecutive in time withoverlapping lapses with the prior and following element: differential reliefs asa mesozoic heritage occur first, afterwards morphostructural blocks respondingdirectly to the alpine deformation, and finally the fluvial incision as a delayedanswer to the preceding morphostructural changes. The relationship relief/sedimentation confirms widely this idea, since an association exists between asiderolitic Cretaceous-lower Paleogene and the differential reliefs, betweenarkoses from the upper Paleogene and the tectonic morphostructural blocks, andbetween the Neogene Series Ocres and the terraces.
Key w:ords: Regional geomorphology. correlative sediments, paleoalterations.
MARTIN-SERRANO, A. (Instituto Tecnológico GeoMinero. ciRios Rosas 23 .28003 MADRID. Spain).
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INTRODUCCION
Sobre el Macizo Hespérico se desarrollanarrasamientos generalizados. Su paisaje presenta una disposición que se aproxima en lamayoría de los casos a lo que se considera unapenillanura. Ejemplos existen en todas susregiones, especialmente en las meridionales. Además son características extensibles aaquellos lugares considerados montañosos(RIBEIRO, 1941) como puede ser el caso delas cumbres del Sistema Central o de Galiciapues están constituidas por superficies deerosión.
El estudio de los aplanamientos queafectan al Macizo Hespérico tiene su mayordificultad en su datación, siempre muy difícil de determinar debido a la falta dereferencias estratigráficas. Se sabe que losviejos arrasamientos posthercínicos(pretriásicos) sufren distintos retoques durante el Mesozoico, un período de condiciones geotectónicas especialmente distensivasque favorecerían el desarrollo de superficiesde erosión (BIROT, 1949; BRUMFERREIRA, 1978). En el Terciario, dondela si tuación geotectónica cambia acompresiva, se modifica sustancialmente elrelieve del Macizo pues queda rota la continuidad de los grandes arrasamientos antiguos (SOLE, 1952). Es entonces cuando elpaisaje adquiere la fisonomía actual.
El elemento morfológico principal delmacizo Hespérico, las superficies de erosiónoriginales, quedan interferidas por otrostipos. Son: grandes bloques montañosos delimitados por contornos poligonales que asu vez, ya escala mayor definen las cordilleras mas importantes; unos resaltes mas modestos que siguen el rumbo de las estructurashercínicas; y por último, los fuertes encajamientos lineales de la red fluvial. Todos con
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una implicación tectonlca, directa en elprimer caso e indirecta en los dos siguientes.
SEDIMENTOS ASOCIADOS Y P ALEOALTERACIONES
El Problema de la datación
Al tratar de datar las superficies de erosión que afectaron al macizo hay que referirseinevitablemente a los sedimentos posthercínicos que las fosilizan, por lo que sehace imprescindible el estudio de su coberterasedimentaria. La edad de estos depósitososcila entre el Carbonífero (Westfaliense) yel Cuaternario. Los sedimentos más antiguos(pre-terciarios) se sitúan preferentementeen una aureola periférica y casi no existen enel interior; y entre ellos, solo los depósitoscontinentales se apoyan netamente sobre elzócalo antiguo. Son materiales del Pérmico,Triásico (Facies Buntsanstein) y Cretácico(Facies Weald y Utrillas) cuya datación y/osituación cronoestratigráfica no ha sido difícil dada su peculiaridad y por el hecho deyacer bajo formaciones marinas con abundantes restos fosilíferos (fig. 1).
Por el contrario, el estudio del Terciariose hace extremadamente difícil debido a laausencia de referencias paleontológicas y asu aislamiento. Ante las dificultades de dispersión reconocimiento y datación que presenta este último grupo de depósitos lainclusión del estudio de las paleoalteracionessupone una ayuda inestimable. Por la posibilidad de usar su estudio como índicepaleoclimático y paleopaisajístico y tambiénporque existe una estrecha correlación con laevolución general del paisaje. Los perfiles dealteración son un excepcional vínculo entreel relieve y la sedimentación. En cuencas de
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MACI ZO
SUPERFICIE PRE-ALBENSE SUPERFICIE- PRE-TRIASICA
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Fig. 1. Sedimentos asociados al Macizo Hespérico. Principales facies y superficies de erosión.
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sedimentación las alteraciones son un elementode correlación estratigráfica importante, especialmente en sus sectores marginales. Asimismo, son también fundamentales en lacorrelación geomorfológica; es decir, para ladatación de superficies de erosión, ya quesuplen la falta de sedimentos de referencia(MARTIN-SERRANO, 1991a).
La incidencia de las alteraciones en el relievees especialmente importante en algunas regiones de características petrológicas ygeodinámicas determinadas. En esos lugares, el modelado llega a ser una consecuenciadirecta de la alteración. N o es el caso actualdel Macizo Hespérico pero si lo fue en elpasado y sus consecuencias han quedadoimpresas en el paisaje. Un buen ejemplopuede hacer más comprensible esta correlación:
El paisaje apalachiano del borde occidental de la Cuenca del Duero es fosilizadopor todos los sedimentos de la misma; es portanto pre-paleoceno. Además se puede afirmar que es previa a la gran etapa de fragmentación del macizo puesto que es interrumpido por dicha accidentación. Pero esepaleorelieve irregular contiene restos de unimportante manto de alteración caoliníticocorrelacionable (petrológica y mineralógicamente) con los depósitos siderolíticosde la base del Terciario que inmediatamentelo fosilizan. Una correlación queinterrelacionada con ese paleorelieve (líneade cumbres + superficie grabada) permiteargumentar su pertenencia a un mismopaisaje finimesozoico cuya destrucción dalugar a la génesis de cada uno de los elementos que lo componen (fig. 2) (GARCIAABBAD y MARTÍN-SERRANO, 1980;(MARTÍN-SERRANO, 1988).
Las alteritas se presentan pues como unelemento vinculante fundamentalmente para
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la correlación. Dan una idea también sobrela importancia que puede alcanzar el análisissistemático de los distintos afloramientos dealteritas del contexto geomorfológico regional. Pero este análisis no debe omitirnunca su entorno sedimentario próximo, yaque si alteritas existen por todos los rinconesdel Macizo, el mayor volumen de ellas formaparte de los materiales que rellenan las áreasde sedimentación cercanas, pues allí seacumulan una vez erosionadas. Por estemotivo, el estudio estratigráfico regionalcobra una dimensión distintaya que establecela posibilidad de vincular Geomorfologíacon Estratigrafía Regional (MARTÍN-SERRANO, 1991A). Una síntesis general deesta es la que describe a continuación.
LA SEDIMENTACION MESOZOICA
La elaboración de su modelado comienzacon la etapa tardihercínica con la fragmentación del Macizo. En el Triásico comienzael ciclo alpino que está marcado en su primera mitad por la distensión y por la implantación de extensas áreas de sedimentaciónhasta el Jurásico (fig. 3). La sedimentacióntriásica que se apoya sobre un sustratoarrasado y alterado o bien fosilizan importantes paleorelieves, está marcada por unaevolución coincidente con una progresivadegradación del relieve del área fuente (fig.4). En el]urásico se instala una duradera yestable plataforma continental carbonatadaprolongada al Cretácico que es cuando comienza la irrupción de facies continentales.
Con el Cretácico concluye una época, elMesozoico, peculiar e irrepetible de la historia geológica peninsular. Termina unasituación geotectónica (distensiva) particular pero también finalizan unas muy especiales características climáticas sin recu-
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bFig.2.a. Relación entre fracturación alpina y relieves diferenciales.
o Terciario y Cuaternario
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m Macizo Hespérico
Fig.2.b. Relaciones entre la superficie inicial (SI, S'I') y superficiegrabada (SG, S'G')enla transversalZamora-Benavente (AB) mediante la alteración fundamental (Ma), que afecta al MacizoHespérico (M) (MARTIN-SERRANO, 1988a).
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Fig. 3. Contexto morfoestructuraldelMacizo Hespéricodurante: a) etapa tardihercínica; b) Mesozoico.
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Fig. 4. Situación general del relieve y las áreas de sedimentación triásicas.
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rrencia en el Cenozoico pero con gran influencia geomorfológica y estratigráfica ensus albores. Conocer el significadopaleoclimático del registro sedimentariocretácico es fundamental para entender algunos de los rasgos fundamentales de relievedel Macizo.
Según RAT (1982), para entender laclimatologíacretácicaen el Macizo Hespéricoes necesario saber su inicial posicióngeotectónica situada en el cruce de dos estructuras fundamentales: la franja E-O queda lugar al Tetis mesozoico y cuya aperturacomienza en el Triásico (mediterráneo) yJurásico (atlántico) y la apertura del Atlántico, de dirección N-S, comenzada al finaldel Jurásico. Entre las grandes unidadesfragmentadas quedan trozos más pequeñostal como laplaca ibérica, contorno triangularera muy semejante al actual.
El eustatismo combinado con fenómenosgeotectónicos entre ellos la fragmentacióndel macizo, da lugar a importantes transgresiones que reduce enormemente la superficie emergida. De esta forma en este ambientemarino las condiciones climáticas marcadaspor la continentalidad no pudieron ser demasiado duras. Por otra parte, también esdeterminante su latitud, aproximadamentesobre el Trópico de Cáncer. Como factoresañadidos incl~sose especula con la presenciade una incipiente Corriente del Golfo con laconsiguientes traslación a aguas cálidas hacia el E y la incomunicación del Artico conel Atlántico y en consecuencia la falta deascensos de aguas frías costeras (upwelling)responsables de las franjas desérticas litoralesen las latitudes tropicales (RAT, 1982).Todo este planteamiento puede constarsefácilmente en el registro geológico con lapresencia de organismos típicos de aguascálidas (orbitolínidos, rudistas... ) y la propia
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acumulación de calizas de plataforma dibujael cinturón de aguas tropicales cretácico(fig. 5).
Estas condiciones climáticas cálidas yhúmedas también se pueden deducir mediante el estudio de los sedimentos procedentes del continente. Todo ellos son depósitos de carácter más o menos caoliníticoy ferruginoso y corresponden por tanto afacies siderolíticas que se interpretan consecuencia del desmantelamiento de mantos dealteración tropicales. Implican unas áreasfuentes con calor, lluvia y buen drenaje yuna cubierta continua de vetación quemantiene los suelos. En tales condicionesbiostásicas se favorece una meteorizaciónmuy activa y completa que da lugar a laeliminación de los productos solubles porlavado mientras que el regalito conserva unmaterial terrígeno residual sumamentemaduro: fragmentos de minerales resistentes fundamentalmente de cuarzo y cuarcitay arcilla muy desilicificadas, es decir,caolinita, acompañados de óxidos ehidróxidos de elementos metálicos, especialmente hierro y aluminio.
EL CENOZOICO
Los depósitos terciarios que rellenan todas las grandes cuencas de la Meseta, proliferan dispersos por todo el zócalo antiguo loque conlleva grandes dificultades de correlación. Sin embargo todos los piedemontesdel Macizo están construidos por la sucesiónde grandes unidades litoestratigráficas quepueden ser correlacionadas con distintostipos de alteritas presentes sobre el basamento; unos y otros, son indicadorespaleoclimáticos suficientes y diferenciadosentre sí como para señalar una evoluciónclimática muy diferente a la del Cretácico.
Fig.S. La Placa Ibérica en el cinturón de aguas tropicales del globo (según RAT, 1982).
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CINTURONDE AGUASCALIDAS
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Esta simplificación del registro estratigráfico cenozoico relacionado con el MacizoHespérico es especialmente completo en elSO de la Cuenca del Duero. Allí la subdivisión en unidades sintetizadas a partir desucesivos trabajos de distintos investigadoresy que son recogidos en otros artículos(MARTIN-SERRANO, 1991a;SANTISTEBAN et al., 1991) queda comosigue:
Una serie siderolítica de carácter fluvialque fosilizan un manto de alteracióncaolinítico constituida por sedimentospetrológicos y mineralógicamente maduros(cuarzo y caolinita) con cementaciones dehierro y sílice, que dan lugar a corazasespectaculares. Se atribuyen al Paleocenoaunque últimamente se recalca su relacióncon el ámbito mesozoico.
- Sedimentos fluvio-Iacustres nosiderolíticos con abundante registropaleontológico que los sitúa entre elPaleógeno medio y superior de características \preferentemente arcósicas.
- Series rojas, petrológica ymineralógicamente poco maduras, próximasal Mioceno inferior-medio.
-Series ocres del N eógeno superiorconstituidas por terrígenos de origen fluvialcon una moderada madurez petrológica ymineralógica.
- Depósitos modernos asociados a ladisección fluvial, es decir terrazas fluviales.
RELIEVES TECTONICOS
Los grandes accidentes geográficos delMacizo son el resultado de la superposiciónde deformaciones alpinas. Aunque se hanconstatado perturbaciones mesozoicas loscambios importantes se producen en el
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Terciario. Aparecen los grandesabovedamientos montañosos (Sierra Morena, Montes de Toledo, Sistema Central,Macizo Galaico-Duriense y Cantábrico) yáreas deprimidas (Depresión de Guadiana,Cuencas del Tajo, Tajo-Sado y Duero) (Fig.6). Las superficies de erosión se fragmentaron en bloques que fueron elevados o hundidos diferencialmente dando lugar a lasprincipales masas montañosas y a las depresiones cenozoicas. Los mas importantesaccidentes geográficos y/o geológicos delmacizo están relacionados con la fragmentación tectónica y es sin duda la Cordillera oSistema Central Ibérico el modelo más conocido y estudiado. De E a 0, Somosierra,Guadarrama, Gredos, Bejar, Peña de Francia-Gata, Gardunha, Estrela y Lousá conhorsts individualizados y definidos porescarpes netos y separados por estrechoscorredores tectónicos.
Sobre la génesis concreta de cada grupomontañoso se barajan distintos modelos.Los más argumentados se refieren aabovedamientos por compresiones lateralesde la corteza o de movimientos complejosoriginados en bandas de cizallamientointracontinental (ALIA, 1976; PORTEROy AZNAR, 1984; VEGAS et al., 1986;
VERGNOLLE, 1988) relacionadas con lasetapas paroxismales alpinas mas importantes, especialmente Pirineo y Béticas.
RELIEVES DIFERENCIALES
Suaves alineaciones de rumbo hercínicoperpendicular al resto de los grandes accidentes geográficos definen el paisaje de extensas regiones del Macizo. En esas zonasaparecen inselbergs lineales y relieves residuales aislados pero se llega a dar el caso deque la alternativa aparición de materiales
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Fig.6. Principales accidentes geográfico/geológicos alpinos del Macizo Hespérico.
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mas o menos resistentes a la erosión repetidapor el plegamiento puede dar lugar al desarrollo de magníficos modelados de relieveapalachiano o seudoapalachiano (Montes deToledo, Sierra Morena).
Las fallas alpinas, que modifican lasgrandes penillanuras del Macizo, elevan,hunden y desplazan asimismo estos relievealargados tan característicos de las mismas.Es un paleorelieve anterior a la formación delas grandes montañas alpinas y fosas terciariasasociadas puesto que es truncado por ellas ysepultado por los sedimentos que las rellenan. Son pues, previos a las principalesetapas paroxismales alpinas.
Para ciertos autores este tipo de relievestienen difícil explicación por erosión diferencial y por ello suponen una génesis mixtabasada también en elevación tectónica porfracturación, por lo que las barras cuarcíticasconstituirían horsts (RIBEIRO, 1941;LLOPIS, 1958). No es necesario alcanzar talextremo; la erosión diferencial favorecidapor un rejuvenecimiento es suficiente(GARCIA ABBAD y MARTIN-SERRANO, 1980,MARTIN-SERRANO, 1988a).Una erosión diferencial acumulada sería laque originaría el acentuamiento de loscontrastes orográficos (fig. 7).
LOS ENCAJAMIENTOS
Aparte de los grandes volúmenes montañosos creados durante la orogenia alpina ylos relieves diferenciales, la mayoría de losgrandes desniveles del Macizo Hespéricoestán originados por la incisión fluvial. Elencajamiento afecta sobre todo a los sectoresmas occidentales pues es a partir del bordeatlántico desde donde progresa la acciónerosiva que destruye su carácter depenillanura generalizada (fig. 8). Es la con-
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secuencia de una acción remontante queavanza en el TIEMPO hacia el interior de laMeseta. Pero aquí radica el problema, laclave de todas las controversias y discusionescronoestratigráficas: ¿cuanto tiempo? ¿hayalguna forma de cuantificar esa remontada? .
La actual organización fluvial de la Meseta se interpretacuaternaria. Básicamente sefundamenta en la utilización como referenciadel Páramo en el Macizo Antiguo. Sin embargo ninguno de los dos constituye unareferencia cronoestratigráfica. Obviamentesi se asume que la edad de los sedimentosterminales de las cuencas anteriores es«finiterciaria» s.l. hay que atribuir alCuaternario la disección fluvial posterior.Esta disección implantada recientemente enlas cuencas se suele hacer extensiva al restode laMesetaque incluye el Macizo Hespérico.Aquí se utiliza como referencia el nivelmorfoestratigráfico que proporciona la Raña.En estos últimos lugares el valor del ahondamiento de los ríos se cifra en relación a ellaaunque es una unidad litoestratigráfica sincarácter isocrono aunque se considera comotal.
A la Raña se la sitúa convencionalmenteentre el Terciario y el Cuaternario(Pliocuaternario-Villafranquiense) e incluso se la atribuye una edad cifrada entre 2-3m.d.a. (PEREZ GONZALEZ y GALLARDO, 1987). Solo son hipótesis o en el mejorde los casos determinaciones locales. Loúnico realmente cierto es que ocupa unaposición morfodinámica puente entre el relleno de las cuencas y su vaciado. El análisisde esta situación morfológica que demuestra que la Raña no puede constituir unareferencia cronológica es como sigue en lospárrafos anteriores.
Las rañas son mantos, conglomeráticosde carácter fluvial s.l. que aparecen en las
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Fig. 7. Génesis de los relieves residuales del Macizo Hespérico mediante procesos de erosión diferencial acumulada (modificado de
MARTÍN-SERRANO 1988a).
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Fig. 8. Situación de los principales encajamientos de la red fluvial de la Meseta.
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áreas marginales de las cuencas o en las zonaspenimontañosas del macizo. Sellan el relleno también fluvial de los bordes de lascuencas y son plataformas que se prolonganhacia el interior montañosos mediante pedimentos que truncan el zócalo. Rañas ypedimentos son los elementos principales delpaisaje de piedemonte del Macizo Hespérico.
A veces las rañas se han considerado elepisodio terminal del relleno y por tantoparte del mismo dado que presenta rasgossedimentológicos, litoestratigráficos, mineralógicos y geoquímicos comunes al restoyen el marco de una determinada tendencia.El último, la Raña, solo se diferencia de losprecedentes en que conserva su expresiónmorfológica original (BERTRAND YBERTRAND, 1984; HERAIL, 1984;MARTÍN-SERRANO, 1988a, VERG-
o NOLLE 1988). Otros, consideran que laRaRa está claramente diferenciada y separada de los sedimentos infrayacentes y tambiénde las terrazas fluviales (HERNÁNDEZPACHECO, 1949;PÉREZGONZÁLEZyGALLARDO, 1987). Por último, en otrasocasiones, la Raña se ha relacionado con lasterrazas fluviales puesto que no difiere apenasde las más altas de ellas.
Resumiendo a la Raña se la considera laetapa terminal de la construcción de unpiedemonte pero también el episodio inicialde su destrucción. Representa pues una etapa de articulación de dos sucesivos episodiossedimentarios con sentido opuesto ya queuno se enmarca en un relleno (sedimentogénesis)y otro lo hace en una disección (gliptogénesis).Se trata de un punto de inflexión en laevolución local que no necesita de una explicación tectónica o dinámica determinadasino de un simple cambio de nivel de base(fig. 9). De forma mas generalizada el pasode un endorreismo interior con un nivel de
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base alto a un exorreismo oceánico con nivelde base obviamente más bajo. De otra forma, la captura de la red fluvial atlántica, Y,desde luego, este proceso debe ser progresivoy relativamente antiguo por lo que tiene queser simultaneo con muchos de los rellenos delas cuencas sedimentarias (fig. 10) (MARTIN-SERRANO, 1991b).
Algunos datos y ejemplos concretos avalanlos anteriores planteamientos.
a) En la heterocronía de lospiedemontes, puesen su construcción existe siempre la mismasucesión de grandes unidades litoestratigráficas. su diferente arquitectura solodepende del momento en que finalice suedificación y esta no ocurre al mismo tiempoen cada localidad (fig. 11).
b) En la redfluvial como se de~prende dela observación de numerosos puntos de lamisma.
En muchos lugares la red fluvial actuaisigue los viejos trazados del endorreismoterciario. °siguen las estructuras hercínicasa través de surcos apalachianos o seudoapalachianos como es el caso del borde occidental de la Cuenca del Duero que hansidovía permanente de laescorrentía terciariao bien aprovechan controles de fracturaciónalpina como es el caso del río Tormes en lamisma cuenca aprovechando el accidente deAlba-Villoria como en su pasado terciario.
Por lo general la red hidrográfica seacomoda a la estructura hercínica o la cortaaprovechando fracturas transversas que danlugar a portillos o pasos estrechos, muyfrecuentes en los grandes ríos. Algunos deestos estrechamientos, hoy colgados, muestran adosados aluviones antiguos cuyalitoestratigrafía es correlacionable con algunas formaciones de edad terciaria. Es elcaos del Guadiana con los portillos de Cíjara,
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Fig.9. La Raña en el techo del piedemonte. Elemento morfográfico que articula dos tendencias opuestas. Leyenda: 1, zócalo; 2, rellenoterciario; 3, rañas y terrazas (MARTIN-SERRANO, 1991b). t':r:I
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Fig. ro. Modelo de evolución simultánea de tres cuencas interiores (A, B YC) con la mismasecuencia de relleno (E) pero con un grado de disección diferente y omitiendo lasinterferencias tectónicas. Leyenda: 1, serie arcósica; 2, series rojas; 3, series ocres; 4,sedimentos recientes (MARTIN-SERRANO, 1991b).
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Fig. 11. Columna general idealizada del relleno de las cuencas del Macizo Hespérico referidaa sus sectores marginales y cuatro ejemplos distintos de piedemontes, el último deellos (D) afectado por una interferencia tectónica, pero con la misma secuenciasedimentaria. Leyenda: 1, serie arcósica; 2, series rojas; 3, series ocres; 4, sedimentosrecientes (MARTIN-SERRANO, 1991h).
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Valdecaballeros y Puerto Peña de Tajo conlos de Vila Velha de Rodao y del Salto delGitano.
También ocurre que la distribuciónfluvial puede ser bastante independiente dela morfoestructura regional. Un buenejemplo puede ser el del río Lozoya en elSistema Central con un trazado particularbien definido desde el Terciario tal comorefleja su asociación con sedimentos de taledad. En Galicia los ejemplos son mas espectaculares (BIROT y SalE, 1954). ElMiño después de atravesar la cubeta de lugose aparta del conjunto de las cuencas lucenses y se hunde en la penillanura fundamentalde Galicia. El Sil evita la Cuenca de Monfortee incide una garganta perpendicular a lapendiente general de una superficie de erosión basculada hacia el N. Todos estosejemplos implican rasgos heredados muyantiguos conservados a través de fenómenosde antecedencia y epigénesis. En ese sentido, el encajamiento fluvial asturiano debióser simultaneo al levantamiento del bloquemontañoso durante la orogenia alpina. Explica los cañones que cortan los Picos deEuropa, solo inimaginables bajo condiciones sinorogénicas (BERTRAND, 1971).También el trazado sinuoso de ciertos ríosportugueses como el Mondego y Zézeredeben explicarse así.
Así pues la antigüedad de la red fluvial seargumenta en función de:
10) su trazadoJ con fuerte encajamiento deciertos sectores y fenómenos de epigénesisJ
antecedencia y sobreimposición2°) relictos de aluvionamientos antiguosJ
presumiblemente terciarios, en relaciónmorfológica con la red fluvial
3°) la diacronía del techo de los piedemontescon la Raña como elemento principal, que
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como se ha argumentado no supone unareferencia cronoestratigráfica fija.
las consecuencias mas importantes de eseplanteamiento tienen sobre todo caráctercronoestratigráfico. Entre ellas:
a) Diacronía de la Raña.
b) Gran parte de las terrazas fluvialesson sedimentos correlacionables con el relleno de las cuencas interiores. Por ellodeben ser eliminadas del Cuaternario. Eneste sentido la datación relativa de las mismas no puede establecerse en base a dosreferencias fijas (por arriba o por abajo) y porsupuesto menos aún en base a cotas relativas.
CONCLUSION
Se debe destacar el hecho de que a excepción hecha de las superficies de erosiónJ
omnipresentes en el Macizo, los tres tipo deelementos orográficos que hoy conformansupaisaje tienen su origen en las convulsionesgeotectónicas alpinas durante el Terciario.Su génesis coexiste a lo largo del mismo,pero su definición principal está solapada enel tiempo: primero los relieves diferencialesque constituyen una herencia mesozoica yson testigos indirectos de los primeros desequilibrios tectónicos; después, lasmorfoestructuras en bloques como resultadodirecto a la deformación alpina; por último,la disecciónfluvial en respuesta retardada a loscambios morfoestructurales alpinos en laMeseta. De forma generalizada las relaciones siderolítico / relieves residuales, arcosas /morfoestructuras tectónicas y series ocres /encajamiento (terrazas fluviales) corrobora
esta idea.
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Recibido: 26-111-94Aceptado: 15-V11-94