El Obrar Humano - Completo

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1 El Obrar Humano Acción: Actividad de toda persona en cuanto tal, al desplegarse dinámico y unitario del hombre <<Yo actúo>> Yo como persona, despliego mis potencialidades y entro en contacto con el mundo y con mí mismo a través del misterio de la acción humana. Lo que distingue radicalmente la acción humana de cualquier otro dinamismo que puede tener lugar en el interior del hombre es que el sujeto es la causa libre de la acción<<YO actúo>>. Que yo sujeto, pongo libremente una acción en el mundo. Sin mí esa acción no existiría mientras que por el contrario, mi determinación de voluntaria supone una modificación del ser del mundo que sigue a su <<puesta la existencia >> Ya establecida la esencia de la acción nos preguntaremos por las razones de nuestra actividad. Las respuestas son muy sencillas a veces lo hacemos por necesidad. No podemos no actuar porque la estructura de nuestro ser es dinámica. Somos movimiento y estamos obligados actuar Grupo Nº 5 | Universidad Católica de El Salvador

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1El Obrar Humano

Acción: Actividad de toda persona en cuanto tal, al desplegarse dinámico y unitario del hombre

<<Yo actúo>> Yo como persona, despliego mis potencialidades y entro en contacto con el

mundo y con mí mismo a través del misterio de la acción humana.

Lo que distingue radicalmente la acción humana de cualquier otro dinamismo que puede tener

lugar en el interior del hombre es que el sujeto es la causa libre de la acción<<YO actúo>>. Que

yo sujeto, pongo libremente una acción en el mundo. Sin mí esa acción no existiría mientras

que por el contrario, mi determinación de voluntaria supone una modificación del ser del

mundo que sigue a su <<puesta la existencia >>

Ya establecida la esencia de la acción nos preguntaremos por las razones de nuestra actividad.

Las respuestas son muy sencillas a veces lo hacemos por necesidad. No podemos no actuar

porque la estructura de nuestro ser es dinámica. Somos movimiento y estamos obligados

actuar hasta el punto de que, como sabemos, las omisiones son también un modo específico

de actuar que consiste en la decisión de no hacer nada. Pero la actividad humana no es,

evidente, un mecanismo necio y fin para sí mismo, si no el que nos permite lograr nuestra

plenitud, nuestra autorrealización.

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LA ESTRUCTURA DE LA ACCIÓN

LA ACCIÓN

¿Por qué actuamos?¿Por qué nos sumergimos en un dinamismo a veces incluso desenfrenado?

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2El Obrar Humano

El ser humano actúa para alcanzar aquello que no es y que creo que debe ser, para probarme

a sí mismo, para crear para destruir, para poseer o para regalar, para transformar el mundo o

la sociedad en cualquier caso busca una plenitud, un objetivo, un anhelo, algo que antes no

poseía y que considero que me conviene desde algún punto de vista. Esto es lo que despierta

el fascinante mecanismo de la acción humana.

Surge al contemplar la trascendencia de la persona sobre su acción y se corresponde,

fundamentalmente, con la dimensión intencional de la libertad al actuar buscamos nuestra

propia plenitud

Un ejemplo de ello seria el siguiente: un obrero que construye un edificio, esta actuando pero

su acción se distingue de él. En el momento en el que construye transforma el mundo que lo

rodea pero puede dejar de hacerlo; entonces, él sigue siendo el mismo y la acción queda

objetiva en la tarea que ha realizado. Es por ello que también se dice que la acción es

fundamentalmente transitiva y no permanece en el sujeto, sino que se transfiere al mundo

El « yo actúo la», la acción nunca se separa del ser humano. No existe «el construir», sino

«alguien que construye», ni el «correr», sino «alguien que corre » y que al construir y al correr

se cansa, se fatiga, se fortalece o se perfecciona. Esto quiere decir, desde otra perspectiva, la

acción como fácilmente puede intuirse, nunca sale completamente del interior de la persona

porque es la misma persona modificándose activándose y desarrollándose. Y significa también

que modifica el mundo pero modifica, sobretodo, a la persona porque revierte sobre su

interior cambiándola en uno u otro sentido. Esta cualidad de la acción por la que revierte sobre

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La estructura de la acción humana es altamente compleja

La estructura de la acción posee dos dimensiones estas son: objetiva, subjetiva

La acción como dimensión objetiva:

La acción como dimensión subjetiva:

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la persona que realiza se denomina dimensión subjetiva y se corresponde con la dimensión

autodeterminativa de la voluntad

Cabe mencionar que ese dinamismo que modifica la materia como en el ejemplo anterior de la

construcción de un edificio es el resultado de una subjetividad. Desde otro punto la persona

que construye se cansa, se realiza o se frustra, consigue sus objetivos disfruta o se deprime.

Por ultimo hay que añadir que la acción completa y real no es ni subjetiva, ni objetiva, ni

transitiva ni intransitiva sino que posee simultáneamente las dos cualidades al igual que

sucedía con la libertad. El «yo actúo» implica un sujeto que realiza una acción que cambia al

mundo pero que también cambia al propio sujeto. En palabras de Wojtyla: «los actos, que son

el efecto de la operatividad de la persona, unen en sí la exterioridad y la interioridad, la

transitividad y la intransitividad. Cada acto contiene en sí cierta orientación intencional, se

dirige asía determinados objetos, se dirige más allá de la persona.

Es decir se corresponde con la globalidad de la persona y es una acción de la persona en

cuanto tal. No actúa la voluntad, la inteligencia o los sentidos, sino el hombre o la mujer como

seres unitarios e individuales pero este mismo hecho pone de relieve otra cualidad: la

complejidad, el hombre es un ser complejo al igual que la acción. Para que el hombre realice

una acción tiene que activar mecanismos de una manera ordenada para ello requiere de la

integración acá es donde la persona aplica los diversos aspectos de la estructura de la persona:

cuerpo, psique, y la voluntad y esta tarea tiene su vez dos dimensiones estas son: la psicológica

y la otra moral.

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Características de la acción

1) La acción es intransitiva porque permanece en el sujeto

2) La acción: es unitaria

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4El Obrar Humano

La integración psicológica: es una coordinación interna que permite al sujeto hacer lo que

realmente desea y del modo que lo desea. Ejemplo si desea a prender a conducir automóviles,

una buena integración psicológica y adecuada será un buen aprendizaje para toda una vida

La integración Moral: esta es para que la persona se estructure internamente de modo que le

resulte fácil realizar buenas acciones. Pero hay que aclarar que al tener un cierto grado de

autonomía puede bloquear las decisiones del YO, por ejemplo: aunque sepa que una acción es

incorrecta, un impulso pasional me puede llevar a realizarla también hay algunos mecanismos

internos que me pueden impedir a que realice acciones positivas como lo son: la soberbia, la

fatiga, el cansancio y el orgullo.

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Nos podemos preguntar ahora si es posible clasificar u ordenar de alguna manera los ámbitos

de acción. Si así fuera, estaríamos ante un instrumento utilísimo para comprender al hombre

ya que nos diría muchísimo sobre lo que es y sobre lo que aspira. La tradición clásica lo hizo y

dividió la acción humana en tres grandes tipos hacer, obrar y contemplar.

Lo constituyen las acciones en las que el sujeto realiza algo como fabricar objetos,

instrumentos, utensilios, etc. Son acciones fundamentales transitivas porque la persona esta

centrada en el objeto externo en el que empieza y finaliza la acción.

La constituyen las acciones en las que el sujeto se implica personalmente en la acción y

corresponde, por tanto, a las acciones virtuosas o viciosas, es decir, a las acciones de tipo ético.

Lo que diferencia a las anteriores no son completamente transitivas, sino que tiene también

dimensión intransitiva que afecta de un modo u otro al sujeto:

Al hacer una obra buena, en efecto, no solo realizo una acción externa, sino que hago bueno

en algún modo.

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Los ámbitos del obrar.

La tripartición clásica y sus límites:

El hacer o producir:

El obrar moral:

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6El Obrar Humano

Es la actividad propia del intelecto y es la acción más bella y más perfecta por que no busca

nada fuera de si. Mientras que las demás acciones se realizan por algo distinto de ellas.

(Trabajo para construir una casa, construyo una casa para vivir, etc.), la contemplación. Por

eso, es completamente intransitiva ya que permanece totalmente en el interior del sujeto.

¿Qué valoración se puede dar de esta división?

Que tiene algunos elementos realmente valiosos pero también que presenta problemas

importantes. Por lo que respecta a los aspectos positivos parece claro que capta de manera

lucida tres áreas o ámbitos del obrar que realmente se distinguen y de los que podemos llegar

a tener una cierta experiencia personal:

Trabajar dura mente en algo material, realizar una buena acción, contemplar una puesta de sol

o rezar con devoción.

En realidad no existen acciones solamente transitivas ni solamente intransitivas sino que, en

toda acción (se trate de poner ladrillos o de contemplar) hay una dimensión transitiva u

objetiva y otra intransitivas o subjetiva.

Todo lo cual significa, como indica Rodríguez Leños, que aunque la distinción entre obrar y

hacer contiene elementos validos solo puede aceptarse si se entiende no como una distinción

entre dos géneros de acciones completamente independiente, sino como una distinción de

aspectos formales que pueden ser poseídos por una misma acción.

Los problemas que acabamos de indicar imponen inevitablemente un abandono de la

tripartición clásica (aunque sin renunciar a sus elementos merecedores) y nos obliga a

preguntarnos si es posible hoy en día una clasificación. 

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La contemplación:

Las mil caras de la acción humana:

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7El Obrar Humano

Ya desde Aristóteles se le ha considerado como una de las características esenciales del ser

humano pero, en el siglo xx, el denominado <<giro lingüístico>> de la filosofía ha realizado de

una manera espectacular esta dimensión del ser y de la actividad del hombre. La filosofía

analítica ha elaborado penetrantes análisis de la estructura lingüística del acto del habla y de

la conversación. Y así la filosofía continental también se ha revalorizado para analizar la

importancia del lenguaje en filosofar.

Appel, ha indicad que <<El cambio fundamental de la relación entre el lenguaje y filosofía,

consiste en que el lenguaje deja de ser tratado como un objeto de la filosofía y por primeras

vez se tiene en cuenta como condición de posibilidad de la filosofía>> También la

hermenéutica quiere transformar la filosofía del lenguaje prácticamente en una ontología. Dice

Heidegger <<El lenguaje es la casa del ser>> y de modo aun más radical afirma Gadamer <<El

ser que puede ser comprendido, es lenguaje>>

La radical importancia del lenguaje en la vida humana y nos hacen comprender que no

estamos ante un mero instrumento que el hombre pueda tomar y dejar, sino ante una realidad

que se identifica con nuestro propio ser, que nos modifica en la actualidad que vivimos.

El lenguaje es uno de los rasgos específicos del hombre pero. Ante esta afirmación, cabe

oponer un hecho: la existencia de un cierto grado de comunicación entre los animales

(chimpancés, delfines) puede llegar a ser relativamente compleja hasta adquirir rasgos

similares a un lenguaje. Pero ¿el sistema de comunicación animal es realmente un lenguaje?

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El Lenguaje

Lenguaje animal y lenguaje humano.

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8El Obrar Humano

a) Los experimentos con chimpancés.

Algunos investigadores han hecho experimentos muy espectaculares con chimpancés para

intentar determinar si mediante adiestramiento, un animal podía aprender un lenguaje

humano. Si estos experimentos hubieran tenido éxito, es decir, si los chimpancés hubieran

sido capaces de comunicarse como los hombres hubiera caído la barrera infranqueable que

distingue el lenguaje humano del de los animales.

En uno de los primeros experimentos que realizaron, los Kellog criaron a su hijo Donald

juntamente con n chimpancé llamado Gua tratándolos de manera exactamente igual. Donald

aprendió a hablar inglés con el tiempo mientras que Gua nunca produjo sonidos humanos y,

aunque podía responder adecuadamente a unas 20 palabras, su comportamiento nunca

superó el de un perro bien adiestrado.

Así probaron con otros experimentos como el de la chimpancés hembra llamada Washoe para

que aprendiera el lenguaje de los sordomudo.

El resultado de estos y otros experimentos, en definitiva, fue negativo respecto a la posibilidad

de identificar lenguaje animal y lenguaje humano. Y esto confirmaba, en otras palabras, que la

separación radical entre lenguaje humano y comunicación animal seguía intacta.

b) Características del lenguaje humano.

1. Productividad y creatividad.

El lenguaje humano es un sistema abierto que puede producir potencialmente un número

infinito de palabras y construcciones, algunas de ellas totalmente originales. Los lenguajes

animales, por el contrario, tienden a formar un sistema cerrado con un repertorio de

elementos fijo y limitado.

2. Estructura dual.

Todos los lenguajes humanos están organizados al menos en dos niveles: por las palabras y por

las letras. Por ejemplo, si yo digo mañana hará frío, podemos observar que esa frase está

formada por tres palabras cada una de las cuales tiene un significado, peo también podemos

decir que esta formado por 14 letras. Pues es precisamente esta doble estructura, que no seda

en los lenguajes animales y que evidentemente, está ligada con la capacidad intelectual

humana.

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3. Referencia simbólica convencional.

La mayor parte de las palabras tienen una relación convencional con lo que significa.

Por ejemplo al objeto puerta en vez de denominarlo puerta lo podríamos llamar de cualquier

otro modo y así sucede de hecho en otros idiomas.

4. Desplazamiento.

Los hombres podemos hablar de sucesos u objetos remotos en el tiempo y en el espacio.

5. Formación y transmisión cultural.

El lenguaje humano, a diferencia del animal, se forma y se transmite de generación en

generación. Ninguna lengua es producto de una sola persona ni de una sola generación.

En cierto sentido el lenguaje se configura como una realidad externa al hombre individual que

le procede y en la cual se introduce cuando nace y adquiere poco a poco a lo largo de los años

mediante un complejo proceso aprendizaje.

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10El Obrar Humano

 a) ¿Hacer cosas con palabras?

El lenguaje como acción no es algo obvio y de hecho se trata de una perspectiva muy reciente

incluso para a filosofía del lenguaje que, se ha centrado en otras cuestiones como el significado

(la relación de las palabras con las cosas) o la relación entre pensamiento y lenguaje. Pero el

lenguaje es, fundamentalmente, un modo de relación interpersonal, las lenguas son sistemas

de comunicación, modos de interrelación lingüísticos que permiten a los sujetos intercambiar

sus experiencias, sus afectos y sus conocimientos.

La consideración filosófica del lenguaje como acción gracias, sobre todo, a un profundo cambio

de mentalidad de la filosofía analítica que nos ha llegado a calificar de «revolución». Este

cambio de mentalidad tiene un antecedente en el segundo Wittgenstein. El primer

Wittgenstein, un lenguaje preciso y en donde todo fuera riguroso y preciso y cada palabra un

solo significado. Sin embargo, en su segunda época, rompió con lo que se había demostrado

decididamente falso.

El lenguaje es conversacional, el lenguaje es un hecho, no privado, de que funciona median

sistema de reglas compartidas. Lo que le importa a la pragmática es cómo se emplean las

palabras. Lo que se afirma, en otros términos, es que no existe una separación estricta entre

pragmática y semántica ya que el significado de las palabras depende en buena medida de su

uso.

Esta afirmación puede parecer en principio sorprendente e incluso antirracista pero no lo es y

un ejemplo bastará para indicar lo que queremos decir. La frase: «Qué tonto eres» intercalada

en el flujo de una conversación no tiene en ningún modo un significado único. Si, por ejemplo,

se dice con enojo puede suponer una grave ofensa pero, si se la dice una chica a un chico que

le ha hecho una broma, lo más probable es que sea, por el contrario, una muestra de agrado y

diversión. ¿Quiere esto decir que la palabra «tonto» no tiene ningún significado preciso?

Ciertamente, no, lo tiene; pero solo adquiere su determinación última en el contexto

conversacional o dialógico que es donde el lenguaje realmente vive y tiene sentido

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El lenguaje como acción

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11El Obrar Humano

b) Principales representantes del pragmatismo lingüístico:

Austin.

Searle.

Grice.

Austin:

J. L. Austin ha sido el primer filósofo del lenguaje que se la enfrentado seriamente con la

cuestión de la acción. Su principal intuición ha sido que el lenguaje no es meramente

descriptivo sino también realizativo, es decir, que, al hablar, no solamente describimos cosas,

sino que también las hacemos. Por ejemplo, en frases como «te pido disculpas» o «yo te

bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» no se está describiendo una

situación real, lo que se está haciendo es modificarla.

Austin elaboró su clasificación de los elementos del acto lingüístico:

1. El acto locutivo:

Es el que realizamos por el hecho de decir algo (emitimos sonidos y secuencias de palabras

con un significado).

2. El acto ilocutivo:

Es lo que hablemos por el hecho de decir algo; con una determinada secuencia de palabras,

por ejemplo, puedo perdonar, aconsejar, sugerir, ordenar, etc.

3. El acto perlocutivo:

Es el que se realiza por haber dicho algo y se refiere, fundamentalmente, a las consecuencias.

Ordenar, por ejemplo, sería un acto ilocutivo mientras que persuadir sería perlocutivo porque

se refiere los efectos sobre el sujeto.

4. searle

John Searle, discípulo de Austin, siguió el camino marcado por su maestro desarrollando la

teoría de los actos de habla. «Hablar un lenguaje, explica, consiste en realizar actos de habla,

actos tales como hacer enunciados, dar órdenes, plantear preguntas, hacer promesas, etc.

Una de las principales aportaciones de Searle ha sido su clasificación de los actos de habla que

supone una aportación importante a la cuestión de las funciones del lenguaje. Su clasificación

es la siguiente:

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12El Obrar Humano

5. Actos representativos:

convencer al hablante de que algo es de un determinado modo,

6. actos directivos:

intentar que el oyente haga algo: ordenar, sugerir,

7. actos compromisorios:

comprometer al hablante en una conducta futura,

8. actos expresivos:

expresar el estado psicológico del hablante: agradecer, disculpar, felicitar,

9. actos declarativos:

modificar una situación creando una nueva: cesar, dimitir, casar, etc.

10. Grite

ha estudiado con detalle la influencia de la intención del hablante en el contenido y significado

del lenguaje y, además, ha profundizado de manera especialmente novedosa en el análisis de

las reglas que los hablantes mantienen de manera implícita o explícita en cualquier

conversación y que resultan esenciales para que el lenguaje pueda funcionar como tal y tenga

sentido.

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13El Obrar Humano

El trabajo es, una realidad tan obvia por esencial que nos puede resultar difícil profundizar en

su contenido y desentrañar las resonancias antropológicas que posee.

a) El Mundo Antiguo

El mundo antiguo (Mesopotamia, India, Egipto, Grecia, Roma) tenía una visión del trabajo

radicalmente distinta de la que poseemos actualmente. En primer lugar, el concepto de

trabajo en cuanto tal no existía y el concepto más cercano, el de actividad manual, era

infravalorado y despreciado. Se consideraba fundamentalmente una carga oprobiosa, una

necesidad que imponía la naturaleza y, por eso, propia de las clases sociales inferiores, cuando

no de los esclavos.

Trabajar era propio de los esclavos hasta el punto de que se ha podido afirmar que, en la

antigüedad, << el gran núcleo de las relaciones laborales se verificó a través de la institución

jurídica de la esclavitud>>. La formalización teórica de este planteamiento se encuentra

principalmente en los griegos: Hesíodo, Platón y, sobretodo, Aristóteles. Fue este último, quien

elaboró la tripartición clásica del obrar humano: contemplación, obrar y hacer o producción. El

trabajo forma parte de la tercera categoría, lo que significa que es una actividad transitiva e

imperfecta, es decir, que tiene su fin fuera de ella misma y, por tanto, un valor instrumental.

El esclavo es un mero instrumento del amo por lo que resulta lógico que realice las tareas

instrumentales dejando libre al amo (el hombre libre) para las actividades específicamente

humanas: la contemplación intelectual y política, fundamentalmente.

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El Trabajo

Aproximación histórica a la idea de trabajo

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14El Obrar Humano

b) El Medievo y los primeros siglos del cristianismo

El cristianismo supuso una revolución en este planteamiento por muchos motivos. En primer

lugar y, ante todo, porque Jesucristo fue un trabajador manual, lo cual añadía una

contradicción más a las muchas que suponía el cristianismo para la mentalidad antigua. El que

se presentaba como Salvador del mundo se había dedicado precisamente a los trabajos que los

grandes de ese mundo despreciaban. Y, lógicamente, a medida que el cristianismo se fue

imponiendo, comenzó a surgir una concepción muy diversa del trabajo. En primer lugar dejo

de ser considerado como algo inferior o despreciable convirtiéndose, por el contrario en algo

que todos debían realizar. Pero es inevitable observar que el cristianismo de la Edad Media no

logro valorar el trabajo de modo pleno. La principal limitación consistió en no percatarse <<del

valor del trabajo como obrar>>, es decir, en no advertir el valor del trabajo por sí mismo, sino

solamente como medio para lograr otros objetivos. La postura de santo Tomás es

paradigmática en este sentido. Cuando se plantea si la actividad manual tiene valor, Tomás

responde muy positivamente y da estas cuatro razones. Sirve para: 1) Eliminar los vicios; 2)

Adquirir Virtudes; 3) Evitar el ocio y 4) dar limosna. Se trata, evidentemente, de elementos

positivos para brilla por su ausencia cualquier mención al valor del trabajo en sí mismo.

En la Edad Media, los trabajos ligados a lo que hoy denominamos clase media eran

prácticamente inexistentes y solo se podían encontrar algunos artesanos y comerciantes

(aparte de los campesinos y labradores) con una actividad muy limitada y socialmente poco

reconocida frente, por ejemplo, a la de los nobles y los guerreros.

c) La <<invención>> moderna del trabajo

Este planteamiento cambia con la llegada de la Modernidad y lo hace con tal radicalidad que

se ha llegado a hablar de la <<invención>> del trabajo o, de un modo más moderado, de la

aparición de la moderna idea de trabajo. Las razones profundas de este cambio se encuadran

en la transformación general que se produce en occidente durante esos siglos, pero, si nos

centramos específicamente en el trabajo, podemos indicar al menos las siguientes: las nuevas

invenciones y los grandes descubrimientos, en especial el de América, la formación de la

ciencia moderna, la aparición del individuo y la reforma protestante.

Se estableció una nueva relación hombre cosmos no cerrada, de modo que en adelante la

naturaleza se mostrara como esfera de estudio y dominio, exploración y explotación. Este

cambio de mentalidad impulso notablemente los descubrimientos e inventos científicos-

tecnológicos, así como un concepto de trabajo sustentado en esa idea de dominio, control y

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15El Obrar Humano

victoria sobre la naturaleza. El hombre es cada vez más consciente de su poder, de su fuerza y

de su creatividad y está decidido a explorar esas capacidades y llevarlas hasta sus últimas

consecuencias. El hombre mediante su trabajo y gracia a la técnica y a la ciencia, cada vez más

poderosas y eficaces, comienza a ser capaz de transformar el mundo, crear riqueza y modificar

la realidad. El trabajo comienza a ser así algo más importante y valioso, un elemento básico de

la estructura social, un valor que las sociedades deben cuidar, fomentar y preservar.

d) La sociedad del trabajo

La nueva visión del trabajo, sin embargo, tardo en imponerse hasta el punto de que todavía en

la Encyclopédie de diderot y D’Alambert, el trabajo se define como << la ocupación cotidiana a

la que el hombre por necesidad está condenado y a la que debe su salud, su subsistencia, su

serenidad, su buen juicio y, quizá, su virtud>>. De hecho, solo en el siglo XIX se llegara a

elaborar una concepción del trabajo similar a la actual. Esta visión moderna definitiva surge,

por un lado, del imparable desarrollo de la ciencia y de la técnica que, si en los siglos XVII y

XVIII, mostraba atisbos de los que podría suponer en la actividad humana y en la

transformación del mundo, en el siglo XIX se presenta ya como una realidad palpable, evidente

y asombrosa. Los nuevos y numerosos inventos permiten realizar acciones impensables hasta

ese momento, la capacidad humana de transformar la realidad se eleva hasta cotas

insospechadas, se multiplican los niveles de producción de bienes y de riqueza, etc.

El trabajo se convierte en una actividad personal creadora, en un medio para el desarrollo de

la libertad individual y en la actividad clave para la autorrealización de la persona.

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16El Obrar Humano

Desde esta perspectiva, el trabajo aparece fundamentalmente como un tipo de acción que no

puede catalogarse según la tripartición clásica por que quedaría automáticamente incluido

en la categoría del hacer y reducido por tanto a una mera actividad transitiva e instrumental

Pero, como la historia del concepto del trabajo nos a mostrado con claridad, ese

planteamiento es insuficiente y erróneo. Es necesario, pues, optar por un análisis personalista

de la acción que permita contemplarlo en toda su riqueza y profundidad y sin reduccionismos.

Esto significa, en primer lugar, que debemos considerarlo una actividad que realiza toda la

persona y que afecta a toda la persona, no solo a alguna de sus facultades o dimisiones: En el

trabajo, el hombre se involucra de manera plena; no solo mira al exterior, hacia la obra o el

producto, si no que también mira hacia el interior, hacia si mismo. El trabajo - cada día lo

contemplamos de manera mas palmaria- deja una marca profundísima en el mundo pero

también deja una marca profunda en el hombre . Y la manera adecuada para poder

analizar este hecho es distinguir una dimensión subjetiva y otra objetiva, o, en otros términos,

aplicar la distinción entre el aspecto subjetivo y objetivo de la acción al hecho concreto de

trabajar.

La dimensión objetiva de l trabajo refleja básicamente su carácter productivo y transitivo, lo

que incluye no solo los posibles resultados materiales (productos, bienes) si no también los

culturales. La dimensión objetiva también incluye, en definitiva todo aquello que el trabajo

crea y objetiva fuera del interior de la persona.

El trabajo en primer lugar transforma el mundo gracias especialmente a la técnica y, más

recienta mente, a su forma más moderna; la tecnología: El hombre despliega cada vez más

fascinante y poderosa una capacidad inmensa de humanización, transformación y dominio del

mundo que conlleva, como contra partida una capacidad de aniquilación y destrucción. Una

segunda dimensión objetiva del trabajo es su capacidad de producción de riqueza y bienestar

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EL TRABAJO COMO ACCION

LA DIMENSIÓN OBJETIVA

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17El Obrar Humano

que se ha ido multiplicando (también gracias a la técnica) con el paso de los siglos y que

actualmente alcanza limites antiguamente insospechados. Y, por ultimo, esta su capacidad de

configuración social. El trabajo no solo es importante para la sociedad por los bienes que

produce, si no que es el elemento principal en torno al cual se constituye la sociedad y las

personas que se posicionan en relación a otras.

La dimensión subjetiva del trabajo surge del carácter autorreferencial que tienen todas las

acciones. Como sabemos, toda acción, por el hecho de ser libre, revierte necesaria mente

sobre el sujeto que la realiza, y, por tanto también ocurre esto en el trabajo. Al trabajar el

hombre no solo modifica la naturaleza o la sociedad, si no que se modifica así mismo – El

trabajo es un bien del hombre – es un bien de su humanidad, por que mediante el trabajo el

hombre no transforma solo la naturaleza adaptándola a las propias necesidades si no que se

realiza así mismo como hombre y en cierto sentido se hace mas hombre.

¿De que modos específicos el hombre se realiza mediante su trabajo? El análisis histórico nos

da también alguna información al respecto. Por un lado esta el descubrimiento de los siglos xix

y xx, El trabajo como ejercicio de libertad y de creatividad, como medio de autorrealización. Al

producir y al crear, el hombre se autorrealiza por que despliega y ejecuta sus posibilidades y

sus capacidades, es decir, lleva a término de modo satisfactorio lo que hemos dominado

autorrealización existencial. Además el trabajo presenta dimensiones morales y de forja de la

personalidad. En los complejos dinamismos que presupone e implica, el hombre forma su

carácter, desarrolla virtudes y aptitudes especificas, aprende a convivir y a cooperar con los

demás, contribuye al bienestar de la sociedad, etc. Un trabajo bien realizado contribuye, por

tanto, a la segunda dimensión por la que la persona se autorrealiza a través de la libertad; la

ética.

José María Escrivá ha sintetizado de manera brillante los aspectos subjetivos y objetivos del

trabajo en un importante texto en el que se incluyen, además, otras dimensiones que se

pueden activar desde una perspectiva religiosa. El trabajo, indica este autor, es testimonio de

la dignidad del hombre, de su dominio de la creación. Es ocasión de desarrollo de la propia

personalidad, es vinculo de unión con los demás seres, fuente de recursos para mantener a la

propia familia; medio de contribuir a la mejora de la sociedad en la que se vive, y al progreso

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LA DIMENSIÓN SUBJETIVA

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18El Obrar Humano

de toda la humanidad. Para un cristiano estas perspectivas se alargan y se amplían. Por que el

trabajo aparece como participación en la obra creadora de Dios y, al haber sido asumido por

Cristo, el trabajo se nos presenta como realidad y redentora, no solo es el ámbito en el que el

hombre vive, sino medio y camino de santidad, realidad santificable y santificadora.

Por ultimo, y para concluir, daremos dos indicaciones sobre la relación entre la dimensión

subjetiva y objetiva del trabajo. La primera consiste consiste en afirmar la primacía de la

dimensión subjetiva sobre la objetiva que, fundamentalmente, es un correlato de la primacía

del hombre sobre sus obras. Por muy importantes y asombrosas que puedan ser las

objetivaciones que adopta el trabajo, el sujeto del que surge y que las a llevado a cabo es

siempre el mas importante. Karol Wojtyla ha reflejado bellamente esta prioridad en una poesía

titulada antera de Piedra.

“Escucha el ritmo constante de de los martillos, tan conocido, yo lo proyecto en los hombres,

para probar la fuerza de cada golpe.

Escucha, una descarga eléctrica corta el rio de piedra, y en mi crece un pensamiento de día en

día. Que toda la grandeza del trabajo esta en el hombre.”

Pero eso no significa, y es la segunda cuestión, que la dimensión objetiva no sea importante ni

que sea meramente material. En la obra realizada, en el fruto del trabajo esta el hombre; el

esfuerzo de su mente y de sus brazos, sus ilusiones, sus creencias y sus esperanzas. Por eso es

importante establecer una relación adecuada y armónica entre el hombre y los aspectos

objetivos de su trabajo, ya que de no lograrse, las consecuencias para la persona serian

desastrosas. Marx capto con lucidez la existencia de este problema en la terrible situación del

proletariado de la época de la revolución industrial y lo domino alienación. Por este mismo

problema bajo diferentes perspectivas, como las que señala Sennett en su estudio sobre el

capitalismo moderno, esta siempre al acecho y debe ser resuelto adecuadamente.

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