EL MUÑEQUITO DE NIEVE

Era invierno y después de mucho nevar, María salió a la calle

con sus amigos para poder jugar con la nieve que había caído

durante toda la noche.

María empezó a hacer moldear la nieve en forma de bolitas.

-Voy a hacer un muñeco de nieve como me enseñó mi papá y va a

ser el mas bonito de la ciudad-se dijo.

Empezó a por una gran bola de nieve que sería el cuerpo y una

más pequeña que sería la cabeza.

María entró en casa y cogió una bufanda vieja que ya no se ponía

y un sombrero de su padre para poder vestir al muñequito de

nieve.

También cogió una zanahoria que le le iba a servir de

nariz, un botón rojo que iba a ser la boca y dos aceitunas

que formarían los ojitos.

María estaba muy ilusionada por el muñeco de nieve que había

creado y lo convirtió en su compañero de aventuras de todos los

días de ese frío invierno. Le cantaba, le contaba sus aventuras

durante el día... Y le puso el nombre de Pipo.

Pero los día empezaron a ser un poco más largos y los rayos de

sol desprendían más calor.

María estaba muy triste porque veía que el muñequito se

iba deshaciendo por el calor y se puso a llorar...

Y de repente Pipo habló por primera vez:

-María no te preocupes, el invierno se acaba y me tengo que ir

pero te prometo que el año que viene estaré aquí otra vez.

Poco a poco Pipo se fue deshaciendo a lo largo del día,

dejando solamente un charquito de agua, una zanahoria,

dos aceitunas, un botón rojo y su ropa.

María ya no seguía triste por lo que le

había dicho Pipo. Estaba impaciente

porque llegase otra vez el invierno para

poder verlo. Pipo le había prometido que

vendría y ella sabía que no le fallaría.

Por fin llegó el invierno otra vez. María estaba

impaciente, quería que dejase de nevar lo antes

posible para poder ver a Pipo otra vez.

Por fin llegó el invierno otra vez. María estaba

impaciente, quería que dejase de nevar lo antes

posible para poder ver a Pipo otra vez.

Y al día siguiente, escuchó a los niños

jugar fuera. ¡Había parado de nevar!.

Se vistió corriendo para poder ir a ver

si Pipo estaba allí como le había

prometido.

Y cuando salió por la puerta

ALLÍ ESTABA PIPO

esperándola.

Y cuando salió por la puerta ALLÍ

ESTABA PIPO esperándola.

Y así invierno tras invierno María

y Pipo se reencontraban para

poder jugar y hablar.

Y así invierno tras invierno María y

Pipo se reencontraban para poder

jugar y hablar.

FIN