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EL INCONSCIENTE DE MOCTEZUMA FREDO ARIAS DE LA CANAL La comprensión del incons- ciente es una de las tareas pri- mordiales de la psicología. Carl J ung CARL JUNG (1875-1962),> en su libro Psicología y Reli. gión, Este y Oeste, bajo el título Comentario psicológico sobre "El libro tibetano de la gran liberación", nos habla de la percepción o imagen psíquica del inconsciente huma- no que tienen tanto los orientales como los occidentales: u.a propósito, todo lo pensado, sentido o percibido es una imagen psíquica, y el mundo existe sólo en tanto que podemos producir una imagen de él. Estamos tan profundamente impresionados con la realidad de nuestra prisión y limitación por la psique que estamos prestos a admitir la existencia, dentro de ella, de cosas que no conocemos: Las llamamos "el inconsciente". (u. ) En el Oriente, la mente es un factor cósmico, la mis- ma esencia de la existencia, mientras que en Occiden- te apenas hemos empezado a comprender de que es una condición esencial del conocimiento, y por lo tanto de la existencia cognitiva del mundo. No existe conflicto entre la religión y la ciencia en Oriente por- que no hay ciencia allí que esté basada en la pasión por los hechos ni religión sobre la fe; existe un cono- cimiento religioso y una religión cognitiva. Entre no- 109

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EL INCONSCIENTEDE MOCTEZUMA

FREDO ARIAS DE LA CANAL

La comprensión del incons-ciente es una de las tareas pri-mordiales de la psicología.

Carl J ung

CARL JUNG (1875-1962),> en su libro Psicología y Reli.gión, Este y Oeste, bajo el título Comentario psicológicosobre "El libro tibetano de la gran liberación", nos hablade la percepción o imagen psíquica del inconsciente huma-no que tienen tanto los orientales como los occidentales:

u.a propósito, todo lo pensado, sentido o percibido esuna imagen psíquica, y el mundo existe sólo en tantoque podemos producir una imagen de él. Estamos tanprofundamente impresionados con la realidad denuestra prisión y limitación por la psique que estamosprestos a admitir la existencia, dentro de ella, de cosasque no conocemos: Las llamamos "el inconsciente".(u. )En el Oriente, la mente es un factor cósmico, la mis-ma esencia de la existencia, mientras que en Occiden-te apenas hemos empezado a comprender de que esuna condición esencial del conocimiento, y por lotanto de la existencia cognitiva del mundo. No existeconflicto entre la religión y la ciencia en Oriente por-que no hay ciencia allí que esté basada en la pasiónpor los hechos ni religión sobre la fe; existe un cono-cimiento religioso y una religión cognitiva. Entre no-

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sotros, el hombre es exageradamente pequeño y lagracia de Dios lo es todo, pero en el Oriente, el hom-bre es Dios y se redime a sí mismo.(... )Debemos alcanzar los valores de Oriente desde dentroy no desde fuera, buscándolos dentro de nosotros, enel inconsciente. Entonces descubriremos cuán grandees el temor del inconsciente y cuán formidable sonnuestras resistencias. Debido a estas resistencias duda-mos de lo que parece tan obvio al Oriente, principal-mente, el poder autoliberador de la mente introver-tida.(... )El inconsciente, sin embargo, es una condición mentalde la cual ningún yo se percata. Es sólo por medios in-directos que eventualmente nos volvemos conscientesde la existencia del inconsciente. Podemos observar lamanifestación de fragmentos inconscientes de la per-sonalidad, separados de la conciencia del paciente enla locura.(... )La psique y su estructura son bastante reales. Hastatransforman objetos materiales en imagenes psíquicas,como lo hemos dicho, no perciben ondas sino soni-dos, tampoco ondas largas sino colores. La existen-cia es como la vemos y entendemos. Hay inumerablescosas que puedan ser vistas, sentidas y entendidas enuna gran variedad de formas. Apartándose meramentede los prejuicios personales, la psique asimila factoresexternos a su manera, los cuales están basados, enúltima instancia, sobre las leyes y normas de la per-cepción. Estas leyes no cambian aunque diferentesedades y partes del mundo les den diferentes nom bres.

En un nivel primitivo la gente tiene temor a las brujas;en un nivel moderno tenemos miedo a los microbios.Antes todos creían en fantasmas, ahora en vitaminas.En una época los hombres estaban poseídos por losdemonios, ahora están obsesionados por ideas y de-mas.(oo.)La esquizofrenia rinde los más sorprendentes ejem-plos de tales intrusiones de contenidos netmnente ex-traños e inaceptables. En la esquizofrenia se trata dedistorsiones y exageraciones patológicas, pero cual-quiera con el más ligero conocimiento del materialnormal reconocerá fácilmente la semejanza de las nor-mas subyacentes. Se trata, de hecho, de la misma ima-ginería que uno encuentra en la mitología y en otrasformas de pensamiento arcaicas.

En el libro VI del Códice Florentino, conocido tam-bién como Historia General de las Cosas de Nueva España,compilación y traducción hecha del náhuatl por Fray Ber-nardino de Sahagún (1577), éste consignó los rezos a Tez-catlipoca, uno de los dioses más importantes del panteónmexica:

¡Oh valeroso señor nuestro, debajo de cuyas alas nosamparamos, y defendemos, y hallamos abrigo: tú eresinvisible, y no palpable, bien así como la noche y elaire! ¡Oh, que yo, bajo y de poco valor, me atrevo aparecer delan te de V. M.!(... )y pues esto es así, mira que vivas con mucho tiento ycon mucho aviso de aquí adelante, todo el tiempoque en este mundo vivieres debajo de la potestad y

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señorío de nuestro señor dios, humanísimo, benefi-centísimo, manificentísimo; y llora, y ten tristeza, yanda con humildad y con encogimiento y con cervizbaja y corcovada, orando a nuestro señor.

Mira que no te ensoberbezcas dentro de ti, porque siesto hicieres desagradarás a nuestro señor, el cual velos corazones y pensamientos de todos los mortales.(u. )Toma nuevo corazón y nueva manera de vivir, y guár-date mucho a no tornar a los pecados pasados; miraque no puedes ver con tus ojos a nuestro señor dios,el cual es invisible e impalpable, y es Tezcatlipoca, yes Titlacáuan, y es mancebo de perfecta perfección ysin tacha.

No se os puede ahora esconder, señor, las obras y ma-neras de vivir de fulano; veis y sabéis sus cosas, y lascausas de su altivez y ambición, que tiene un cora-zón cruel y duro, y usa de la dignidad que le habéisdado así como el borracho usa del vino, y como elloco de los beleños, esto es, que la riqueza y dignidady abundancia que por breve tiempo le habéis dado,que se pasa como el sueño, del señorío y trono vues-tro que posee esto le desatina y altivece y desasosiega,y se vuelve en locura, como el que come beleñosque le aloquecen.

En el capítulo VI de dicho libro hay una oración a Tez-catlipoca, "demandándole tuviese por bien de quitar delseñorío, por muerte o por otra vía, al señor que no hacíabien su oficio: es la oración o maldición del mayor sátra-pa":

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En el capítulo X, se observan las advertencias de unapersona principal al señor recién electo, que al igual que enel capítulo VI, parece como si lo hubieran hecho exprofesopara el uei tlatoani Moctezumatzin 11:

¡Oh señor nuestro humanísimo, que hacéis sombra atodos los que a vos se allegan, como el árbol de muygran altura y anchura! Sois invisible e impalpable, ytenemos entendido que penetráis con vuestra vista laspiedras y árboles, viendo lo que dentro está escondi-do, y por la misma razón veis y entendéis lo que estádentro de nuestros corazones, y veis nuestros pensa-mientos: nuestras ánimas en vuestra presencia son co-mo un poco de humo y de niebla, que se levanta de latierra.

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Mirad que no seáis desagradecido, teniendo en pocoen vuestro pecho el beneficio de nuestro señor dios,porque él ve todas las cosas secretas y enviará sobrevos algún castigo, como le pareciere, porque en suquerer y voluntad está que os anieble y desvanezca, uos enviará a las montañas, y a las sabanas, u os echaráen el estiércol y entre las suciedades, o (que) os acon-tezca alguna cosa fea o torpe.

Por ventura seréis infamado de alguna cosa fea y ver-gonzosa, o por ventura permitirá dios, que haya dis-cordias y alborotos en el reino, para que seáis menos-preciado y abatido, o por ventura os darán guerraotros reyes que os aborrecen y seréis vencido y abo-rrecido, o por ventura permitirá dios que venga sobrevuestro reino hambre y necesidad.

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¿Qué haréis si en vuestro tiempo se destruye vuestroreino, o nuestro señor dios enviase sobre vos su ira,enviando pestilencia? ¡,Qué haréis si en vuestro tiem-po se destruye el reino, y vuestro resplandor se vol-viese en tiniebla?

tales fallas bien podían ser las causas de serios disgus-tos, o de accidentes fatales, de desastres profesionaleso de un colapso moral. Antiguamente los hombres loatribuían al enojo de los dioses, ahora preferimos lla-marlo neurosis y buscamos la causa en la falta de vita-minas, perturbaciones endócrinas, exceso de trabajo osexualidad. La cooperación del inconsciente que esalgo de lo que nunca pensamos y que siempre lo cree-mos propio, cuando falla de repente, es un asunto ver-daderamente serio.

¿Qué haréis si se desolare en vuestro tiempo vuestroreino, o si por ventura viniere sobre vos la muertean-tes de tiempo y en el principio de vuestro reino, yantes que os apoderéis de él os destruyere y matare,os pusiere debajo de sus pies nuestro señor todopo-deroso?

Esta falta de cooperación del inconsciente es lo queNietzsche (1844-1900) en Genealogía de la Moral, denomi-nó "Mala Conciencia":

o por ventura súbitamente enviare sobre vos ejércitosde enemigos de hacia los yermos, o de hacia la mar,o de hacia las sabanas y despoblados, donde se suelenejercitar las guerras donde se suele derramar la sangre,que es beber del sol y de la tierra, porque muchas einfinitas maneras tiene dios de castigar a los que ledesobedecen.

y ahora no nos libramos del aspecto de ese nuevo en-fermo, "el pecador", durante algunos milenios - ¿noslibraremos alguna vez?-, mírese adonde se mire, entodas partes aparece la mirada hipnótica del pecador,que se mueve siempre en una sola dirección (en direc-ción a la "culpa", considerada como causalidad únicadel sufrimiento); en todas partes, la mala conciencia,esa bestia horrible ("grewliche thier"), para decirlocon palabras de Lutero; en todas partes, el pasado ru-miado de nuevo, la acción tergiversada, los "malosojos" para cualquier obrar; en todas partes, el querer-mal-entender el sufrimiento, convertido en contenidode la vida, el reinterpretar el sufrimiento como senti-miento de culpa, de temor, de castigo; en todas partes,las disciplinas, el cilicio, el cuerpo dejado morir dehambre, la contrición; en todas partes el pecador quese impone a sí mismo el suplicio de la rueda, la ruedacruel de una conciencia inquieta, enfermizamente libi-

En el libro antes mencionado nos habla Jung sobre elinconsciente adverso al que Nietszche le llamaba MalaConciencia y Bergler Masoquismo Psíquico:

Tal parece como si la mentalidad de Occidente tuvierauna intuición más penetrante de la dependencia fatalde un poder obscuro que debe cooperar con el hom-bre si todo ha de salir bien. En verdad, en el momentoque el incosciente deja de cooperar, el hombre estáperdido al instante, hasta en sus actividades ordina-rias. Puede ocurrirle una pérdida de memoria, deacción coordinada o de interés y concentración; y

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dinosa; en todas partes, el tormento mudo, el temorextremo, la agonía del corazón martirizado, los espas-mos de una felicidad desconocida, el grito que pide"redención".

matzin, lo que nos señala su predisposición a la ruina, debi-do posiblemente a la inobediencia de alguno de los precep-tos éticos o de las advertencias de la tribu, en los cualesaparecen varios arquetipos orales muy conocidos por nues-tra escuela: el pájaro, el espejo, las estrellas y los seres bicé-falos. Veamos la traducción de Sahagún:

El séptimo agüero fue que los pescadores o cazadoresdel agua tomaron en sus redes un ave del tamaño ycolor de un águila, la cual tenía en medio de la cabezaun espejo. Esta fue cosa nunca hasta entonces vista, yasí lo tuvieron por milagro, y luego la llevaron aMo-teccuzoma, que estaba en su palacio en una sala quellaman tlillancalmécac; esto era después de mediodía.

En Nuevas lecciones de introducción al psicoanálisis(1932), al revisar la relación que existe entre el yo y el in-consciente, observó Freud que el paciente no sólo descono-ce sus resistencias sino las causas de las mismas:

Fue necesario que estudiáramos estos motivos o estemotivo, y encontramos, para nuestra sorpresa, que es-tribaba en una poderosa necesidad de castigo, el queno pudimos dejar de asociar con los deseos masoquis-tas. El valor práctico de este descubrimiento no esmenor que el de su importancia teórica, puesto queeste deseo de castigo es el peor enemigo de nuestroesfuerzo terapéutico. Se satisface mediante el sufri.miento inherente a la neurosis y, por lo tanto, seaferra a la enfermedad. Tal parece como si este factor,la necesidad inconsciente de castigo, interpretase unpapel en toda enfermedad neurótica (...) Si sólo laspalabras fueran menos incongruentes, nos justificaría-mos, con propósitos prácticos, en llamarle un senti.miento de culpabilidad inconsciente. (u.) Los proble-mas suscitados por este sentimiento de culpabilidadinconsciente y su relación con la moralidad, educa-ción, criminalidad y delincuencia, es en el momentopresente el campo de investigación favorito para elpsicoanálisis.

y Moteccuzoma miró al ave, y miró al espejo que te-nía en la cabeza, el cual era redondo y muy pulido, ymirando en él vio las estrellas del cielo, los mastelejosque ellos llaman mamalhuaztli; . .*. .

y Moteccuzoma espantóse de esto y apartó la vista,haciendo s~mblante de espantado, y tomando a mirarel espejo que estaba en la cabeza del ave, vio en élgente de a caballo, que venían todos juntos, en grantropel y todos armados; y viendo esto se espantó más,y luego envió a llamar a los adivinos y astrólogos y alos sabios en cosas de agüeros, y preguntólos: ¿qué esesto que aquí me ha aparecido? ¿Qué quiere decir?y estando así todos espantados desapareció el ave, ytodos quedaron espantados, y no supieron decir nada.

En el capítulo VI del VIII libro de Sahagún hay dosejemplos de sueños o alucinaciones visuales de Moctezu-

* Según Cervantes de Salazar (1514-75), en Crónica de Nueva España,Tezcatlipoca quería decir "espejo humeador". Llamábanle por otronombre: Titlacaua, que quiere decir "De quien somos esclavos".

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El octavo agüero fue que aparecieron en muchos lu-gares hombres con dos cabezas; tenían no más de uncuerpo, y dos cabezas: llevábanlos a que los vieseMote-ccuzoma en su palacio, y en viéndolos luego desapa-recían sin decir nada.

Grulla: pezón punzante.

Espejo: ojo materno (asociado a Tezcatlipoca)

Estrella: seno alucinado.

Seres bicéfalos: (dia-bolos) pechos matemos.

Ahora comparemos la traducción del libro VI con ladel XII:

La séptima señal fue que los cazadores de las aves delagua cazaron una ave parda del tamaño de una grulla,y luego la fueron a mostrar a Mocthecuzoma, que es-taba en una sala que llamaban TlitIancalmecatl.

Veamos la traducción que hace Angel María Garibaydel azteca (t. 4 de la edición de Porrúa, 1969):

La conclusión psicológica a que llegamos es que Moc-tezumatzin fue destruido por su superyó-Tezcatlipoca de-bido a un estado de culpabilidad causado por una transgre-sión del yo-ideal. ¿Qué hizo el rey para quedar inerme anteel superyó?

Los narradores tIatelolcas que tradujo Sahagún lo acu-san de haber sido muy cruel. Veamos el capítulo XIII dellibro XII:

Séptimo presagio funesto: Muchas veces se atrapaba,se cogía algo en redes. Los que trabajan en el agua co-gieron cierto pájaro. Ceniciento, corno si fuera grulla.Luego lo llevaron a mostrar a Mocthecuzoma, en laCasa de lo Negro ("casa de estudio mágico").

A seventh evil omen: once [when] the water folk we-re hunting or snaring garne they caught an ashen birdlike a brown crane.

[Un indio borracho]Traía ceñido a los pechos ocho cabestros, o sogas he-chas de heno corno de esparto, y venía de ácia donde.estaban los españoles, y llegando cerca (~eellos co-menzó con grande enojo a reñir los y díjoles: ¿Paraqué porfíais vosotros otra vez de venir acá? ¿Qué eslo que queréis? ¿Qué piensa Mocthecuzoma de hacer?¿Ahora acuerda a despertar? ¿Ahora comienza a te-mer? ya ha errado, ya no tiene remedio porque hahecho muchas muertes injustas, ha destruído a mu-chos, ha hecho muchos agravios y engaños, y burlas.(... )Corno vieron aquello los encantadores desmayarongrandemente, y no pudieron hablar, palabra hízoselesun nudo en la garganta; esto aconteció en la cuestaque sube acia Tlalmanalco; hecho esto desapareció

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La traducción del azteca al inglés que hicieron ArturoAnderson y Carlos Dibble se asemeja más a la del XII libroque a la del VI:

Los arquetipos que percibió Moctezumatzin en susalucinaciones visuales son todos de carácter oral-traumáti-co:

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Moctezuma, aunque era tan gran señor, como era in-dio, deseaba la venganza, porque los de esta nación ladesean más que otros. Holgóse mucho con la respues-ta de Cortés, recibió gran descanso, y en pago dello ledijo así: "Capitán muy valiente y muy sabio, a quienyo hasta este punto donde se conocen los amigos he

amado tanto: No puedes creer el contento que tu visi-ta me ha dado y el alegría que tus palabras han, engen-drado en mi triste corazón, en pago de lo cual, porquebarrunto y entiendo que según eres valeroso, que hasde señorear y mandar toda esta tierra, honrando mishijos y vengando mi muerte, te quiero avisar cómo yohe gobernado y mandado, para que sepas cómo deaquí adelante tú has de gobernar y mandar todos losindios desta gran tierra, según la experiencia me lo haenseñado. Estos no hacen cosa buena sino es por mie-do; destrúyelos el regalo y humanidad en los Prínci-pes; son amigos de holgar, dados a todo género de vi-cios, y si yo no los ocupara hasta hacerles dar tributode los piojos, no me pudiera valer con ellos; los peque-ños delitos es menester castigarlos como los grandes,porque no vengan a desvergonzarse y a ser peores, yasí los hacía yo esclavos o los ahorcaba por una ma-zorca de maíz que hubiesen tomado. Son mentirosos,livianos, deseosos de cosas nuevas; aborrecen mucho,aman poco, olvidan fácilmente los beneficios recibi-dos, por grandes y muchos que sean. Es menester quevivas con ellos recatado, no les confíes secreto de im-portancia, ténles siempre el pie sobre el pescuezo, note vean el rostro alegre, enójate por pocas cosas parano darles lugar a otras mayores; hazles buenas obrassin conversar con ellos ni mostrarte afable, porque teperderán el respeto y tendrán en poco. Finalmente,no les perdones cosa ,mal hecha y sepan que si la pen-saren te la han de pagar."

aquel que les hablaba, y volviendo en sí dijeron, estoque hemos visto convenía que lo viera Mocthecuzomay no nosotros: este que nos ha hablado no es personahumana, es el dios Tezcatlipoca. Estos mensajeros nocuraron de ir más adelante, sino volvieron a dar rela-ción a Mocthecuzoma de lo que había pasado.

Venidos los mensajeros a la presencia de Mocthecuzo-ma, y oído lo que dijeron entristecióse mucho, estabacabizbajo, no hablaba, estaba enmudecido casi fuerade sí; a cabo de rato díjoles: ¿Pues qué hemos de ha-cer varones nobles? Ya estamos para perdemos, yatenemos tragada la muerte, no hemos de subimos aalguna sierra, ni hemos de huir, mexicanos somos, po-nemos hemos a lo que viniese por la honra de la gene-ración mexicana; pésame de los viejos y viejas, y delos niños y niñas que no tienen posibilidad ni discre-ción para valerse; ¿dónde los escaparán sus padres?¿Pues qué hemos de hacer? Nacidos somos, venga loque viniere.

Francisco Cervantes de Salazar (1514-75), en Crónicade Nueva España en el Libro IV, bajo el capítulo CXInCómo Moctezuma un día antes que muriese envió a llamara Cortés y de las palabras que le dixo y de lo que Cortésle respondió informa del don premonitorio del Uei Tla-toani y del odio que sentía para con su pueblo:

Ahora veamos las apariciones visuales que acaecieronen el campo de los conquistadores, según las relata el con-quistador Alonso de Aguilar que con el nom bre de FrayFrancisco de Aguilar escribió hacia 1590 su libro Historia

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de la Nueva España (Ediciones Botas, México 1938). DiceAguilar que después de la derrota de Pánfilo de Narvaez:

Estando nosotros en aqueste placer y regocijo, Bote-110,de Puerto de Plata, montañés e hijodalgo, llamó yse llegó al Capitán Cortés y le dijo estas palabras: Se-ñor no os detengáis mucho, porque sabed que donPedro de Alvarado, vuestro Capitán que dejasteis en laCiudad de México está en muy grandes peligros por-que le han dado gran guerra y le han muerto un hom-bre, y le entran con escalas; por manera que os con-viene dar prisa. Todos se aprestaron, como aqueste losabía y decíase que tenía familiar.

Don Pedro de Alvarado y a otros caballeros capitanes,los cuales todos juntos se fueron al aposento dondeestaba el Capitán Hernando Cortés, y se lo dijeron,de los cuales el Capitán hizo muy poco caso: perojuntándose todos ellos y habiendo llamado a otrostuvieron consejo sobre ello, y se determinaron de saliraquella noche.

Sucedió un día que Alonso Dávila, Capitán de la Guar-dia del Capitán Hernando Cortés, se fue a su aposen-to, cansado y triste, y tenía por compañero a BotelloPuerto de Plata, el cual fue aquel que dijo al Marquésen Zempual: Señor, daos prisa, porque Don Pedro deAlvarado está cercado y le han muerto un hombre; yasí como entró le halló llorando fuertemente, y le di-jo estas palabras: Oh, señor, ahora es tiempo para llo-rar? Respondióle: y no os parece que tengo razón?Sabed que esta noche no quedará hombre de nosotrosvivo, si no se tiene algún medio para poder salir. Locual oído por Alonso de Avila se fue a Hernando Cor-tés y le contó lo que pasaba; pero como era magnáni-mo le dijo que no le creyese, que debía de ser un he-chicero. Y así Alonso Dávila dio parte del negocio a.

Dos días antes que éste (Botello) dijese ésto acontecióque un soldado estaba retraído en la Iglesia que tenía-mos por una travesura que había hecho, el cua~ allá ala media noche, salió huyendo de la Iglesia y dandovoces que había visto andar saltando por la Iglesiahombres muertos: y cabezas de hombres, y entre ellasla suya: lo mesmo las velas que velaban habían veni-do huyendo, a decir que habían visto caer en el ace-quia piernas y cabezas de hombres muertos; todo locual salió después verdad, porque así el Botello, quedijo que había de morir aquella noche, como el solda-do que había visto su cabeza y como muchas de lasvelas que aquesto dijeron, murieron todos la nocheque salimos, cosa de espantar. Digo, que los que vela-ban en las azoteas a la vez que vianlo vian patonas, ydejarse caer en la acequia del agua. y esto y lo dearriba dicho, pudo Poris (sic) días antes que saliese-mos dando a entender lo que nos acaeció, de tantosmuertos como en la salida murieron.

Cuando Cuatemoctzin tenía cercado a Cortés en susaposentos de TenochtitIan, el Palacio de Axayácatl (hoyMonte de Piedad), nos cuenta Aguilar:

Francisco Cervantes de Salazar (1514-75), en Crónica deNueva España, en el Libro IV, bajo el capítulo CXIX Có.mo determinó Cortés de salir aquella noche de la ciudad yde lo que Botello le dixo y lo demás que Cortés hizo, ofre-ce más información sobre el don premonitorio de Botello:

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Los Capitanes respondieron diferentemente, por-que a los unos les paresció bien lo que Cortés decía, acausa de que todos ellos estaban cansados y los indiosno acostumbraban a pelear de noche. A los otros lespareció mejor lo contrario, y aun después acá parecióasí a muchos de los conquistadores, a causa de que laspuentes estaban abiertas, los maderos quitados, la no-che obscura y que lloviznaba, y que de noche, desper-tando y acometiendo a los indios, ni los de a pie ni losde a caballo podían ver lo que hacían.

Estando en esta diferencia, Botello, que de antes enlo que decía tenía más crédito con todos y había di-cho cómo acometiendo Cortés a Narváez de noche le

vencería y sería señor del campo, les dijo: "Señores:No hay que altercar. Conviene que salgamos esta no-che, y sabed que yo moriré o mi hermano y que mori-rán muchos de los nuestros, pero salvarse ha el señorCapitán y muchos de los principales. Volverá sobre es-ta ciudad y tomada ha por fuerza de armas, haciendogrande estrago; y de día, en buena razón, parece queno conviene salir, porque la noche tanto y más ayudaa nosotros que a los indios. Las puentes están abiertas;para cerrarlas y pasarlas es menester gran trabajo; fal-ta la pólvora y munición para los tiros y escopetas, quees nuestra principal fuerza; de las azoteas es todo eldaño, y éste cesará saliendo de noche, y si vamos ca-llando, podría ser que cuando los enemigos diesen enello, estén los más de nosotros en tierra firme, aunquetodavía me afirmo en que moriremos muchos; pero sisalimos de día, sería posible morir todos y que no tu-viese efecto lo que después sucederá. Este es mi pa-recer; resúmanse vuestras Mercedes en lo que más lesconviene y no lo dilaten, porque si el mío siguen, esnescesario no dejar pasar la hora."

Venida que fue la noche, considerando Cortés el peli-gro tan magnifiesto en que los suyos estaban, la ham-bre que de cada día más los afligía, las enfermedadesde algunos, las muertes y heridas de otros, el cansan-cio y extrema necesidad de todos, la multitud de losenemigos, su rabia y porfía, y que por ninguna vía, asíde halagos como de amenazas, los podía atraer a suvoluntad y que de cada día estaban más emperrados yque ya no tenía pólvora ni aun pelotas, tanto que afalta dellas echaban en las escopetas chalchuites, queson piedras finas a manera de esmeraldas, muy precia-das entre los indios y aun entre los españoles, llaman-do a los principales Capitanes y a un soldado que sellamaba Botello, que decían tener familiar y que ha-bía dicho a Cortés muchas cosas de las que despuéssucedieron, les dijo: "Señores: Ya veis que no pode-mos ir atrás ni adelante; en todo hay riesgo y peligro,pero paréceme que el mayor es quedar y el menoraventurarnos a salir. Los indios pelean mal de noche;salgamos con el menor bullicio que pudiéremos, y Bo-tello nos diga sobre esto lo que le parece."

En la confrontación que a su libro primero hace FrayBernardino de Sahagún en su Historia general de las cosasde Nueva España, se observa que no menciona para nadaa Tezcatlipoca:

Síguese de aquí claramente que Huitzilopochtli, no esdios, ni tampoco Tláloc, ni tampoco Quetzalcóatl;Cihuacóatl no es diosa, Chicomecóatl no es diosa, Te-

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Los Capitanes respondieron diferentemente, por-que a los unos les paresció bien lo que Cortés decía, acausa de que todos ellos estaban cansados y los indiosno acostumbraban a pelear de noche. A los otros lespareció mejor lo contrario, y aun después acá parecióasí a muchos de los conquistadores, a causa de que laspuentes estaban abiertas, los maderos quitados, la no-che obscura y que lloviznaba, y que de noche, desper-tando y acometiendo a los indios, ni los de a pie ni losde a caballo podían ver lo que hacían.

Estando en esta diferencia, Botello, que de antes enlo que decía tenía más crédito con todos y había di-cho cómo acometiendo Cortés a Narváez de noche levencería y sería señor del campo, les dijo: "Señores:No hay que altercar. Conviene que salgamos esta no-che, y sabed que yo moriré o mi hermano y que mori-rán muchos de los nuestros, pero salvarse ha el señorCapitán y muchos de los principales. Volverá sobre es-ta ciudad y tomada ha por fuerza de armas, haciendogrande estrago; y de día, en buena razón, parece queno conviene salir, porque la noche tanto y más ayudaa nosotros que a los indios. Las puentes están abiertas;para cerradas y pasadas es menester gran trabajo; fal-ta la pólvora y munición para los tiros y escopetas, quees nuestra principal fuerza; de las azoteas es todo eldaño, y éste cesará saliendo de noche, y si vamos ca-llando, podría ser que cuando los enemigos diesen enello, estén los más de nosotros en tierra firme, aunquetodavía me afirmo en que moriremos muchos; pero sisalimos de día, sería posible morir todos y que no tu-viese efecto lo que después sucederá. Este es mi pa-recer; resúmanse vuestras Mercedes en lo que más lesconviene y no lo dilaten, porque si el mío siguen, esnescesario no dejar pasar la hora."

Venida que fue la noche, considerando Cortés el peli-gro tan magnifiesto en que los suyos estaban, la ham-bre que de cada día más los afligía, las enfermedadesde algunos, las muertes y heridas de otros, el cansan-cio y extrema necesidad de todos, la multitud de losenemigos, su rabia y porfía, y que por ninguna vía, asíde halagos como de amenazas, los podía atraer a suvoluntad y que de cada día estaban más emperrados yque ya no tenía pólvora ni aun pelotas, tanto que afalta dellas echaban en las escopetas chalchuites, queson piedras finas a manera de esmeraldas, muy precia-das entre los indios y aun entre los españoles, llaman-do a los principales Capitanes y a un soldado que sellamaba Botello, que decían tener familiar y que ha-bía dicho a Cortés muchas cosas de las que después

sucedieron, les dijo: "Señores: Ya veis que no pode-mos ir atrás ni adelante; en todo hay riesgo y peligro,pero paréceme que el mayor es quedar y el menoraventuramos a salir. Los indios pelean mal de noche;salgamos con el menor bullicio que pudiéremos, y Bo-tello nos diga sobre esto lo que le parece."

En la confrontación que a su libro primero hace FrayBemardino de Sahagún en su Historia general de las cosasde Nueva España, se observa que no menciona para nadaa Tezcatlipoca:

Síguese de aquí claramente que Huitzilopochtli, no esdios, ni tampoco Tláloc, ni tampoco Quetzalcóatl;Cihuacóatl no es diosa, Chicomecóatl no es diosa, Te-

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teuínnan no es diosa, Tzapotlatena no es diosa, Ci-huateteo no son diosas, Chalchiuhtlícue no es diosa,Uixtocihuatl no es diosa, Tlazoltéotl no es diosa, Xiu-htecutli no es diosa; Macuilxóchitl o Xochipilli no esdios, Omácatl no es dios, IxtWton no es dios, Opoch-tli no es dios, Xipe Tótec no es dios, Yiacatecutli noes dios, Chiconquiáhuitl no es dios, Chalmecacíhuatlno es diosa, Acxomucuil no es dios, Nacxitl no esdios, Cochímetl no es dios, Iacapitzaoac no es dios,Nappatecutli no es dios, Tepictóton no son dio-ses, el Sol, ni la Luna, ni la Tierra, ni la Mar, ni nin-guno de todos los otros que adorabais, ni son dioses,todos son demonios: Así lo testifica la Sagrada Escri-tura diciendo, omnes diigentium demonia, que quieredecir todos los dioses de los gentiles son demonios.

Sin embargo en la traducción de Anderson y Dibblesí se menciona.' Fue el mismo Sahagún quien sufrio ellap-sus inconscius al traducir el texto naua, puesto que incons-cientemente presintió que Tezcatlipoca era Dios.

Otro ejemplo que nos informa de la dinámica incons-ciente es un lapsus mentis de Garibay. En su prólogo altomo IV de la obra de Sahagún nos dice:

Dos mentalidades, dos conceptos de la vida, dos cul-turas diferentemente centradas y organizadas que seven frente a frente y luchan, para defenderse una, pa-ra aniquilar la otra. Venció la más fuerte, pero la vozdel vencedor [vencido] sigue vibrando en estas páginasdoloridas y emocionadas.

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