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EL HABLAR QUE SANA, LEVANTA Y TRANSFORMA ¡El poder de una palabra! El pequeño freno que domina el cuerpo pesado y fuerte del caballo. El pequeño timón que hace girar una gran nave en alta mar, aún contra los vientos de una tempestad. La pequeña chispa que enciende un gran bosque. Son las figuras que Santiago usa para impresionarnos con el poder de la lengua y la responsabilidad que tiene la persona que abre la boca para hablar--hasta el punto de decirnos que no muchos deben ser maestros porque es tan fácil traicionar el llamamiento de educar y edificar. Estas figuras nos hacen recordar que las palabras de un pintor de casas, Adolfo Hitler, encendieron una guerra mundial y libró una maldad que todavía marca nuestra sociedad. Pero, también recordamos las palabras de un Winston Churchill que fortaleció un país para soportar los bombardeos día y noche y al final, movilizaron muchos países para resistir y vencer el poder militar más fuerte y ambicioso que jamás se había conocido. Santiago 3:1-12 enfatiza los peligros de la palabra y sus efectos negativos cuando nos recuerda que “todos ofendemos muchas veces” y “Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto”. Usa expresiones como “la lengua es un fuego, un mundo de maldad”, “contamina todo el cuerpo”, “inflama la rueda de la creación” y “ella misma es inflamada por el infierno”. Nos desanima escuchar las palabras, “ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, lleno de veneno mortal”. Pablo también estuvo consciente del impacto negativo de la lengua cuando escribió que el cristiano debe evitar "la palabra corrompida" (Ef. 4:29). El vocablo que usó describe una fruta podrida, fea y hedionda. Pablo no habló sólo de expresiones huecas, sino de todo lo que no edifica, expresiones que atacan, humillan, critican, culpan, burlan, desaniman, amenazan, lastiman, engañan; el sarcasmo que hiere, el humor que humilla, lo que causa disenciones o la información que rompe amistades y arruina reputaciones. Nos hace recordar a todos en nuestro pasado, una expresión de un amigo, de un maestro o de nuestros padres que nos lastimó y que nunca hemos olvidado porque marcó hasta el momento nuestra manera de vernos a nosotros mismos. Si la lengua puede hacer tanto mal, nos da ganas de no abrir la boca jamás. No obstante, Santiago también dice que “con ella bendecimos al Dios y Padre....De una misma boca proceden bendición y maldición”. Sí, la maldad sale de la boca, pero también la bondad, el amor y la edificación pueden salir de la boca. Pablo dice que es posible que el cristiano diga palabras que sean “buenas para la necesaria edificación a fin de dar gracia a los oyentes” (Ef. 4:29): palabras de ánimo, estímulo, afirmación, afecto, admiración, agradecimiento, humildad, compromiso, apoyo, entusiasmo; palabras que piden o dan apoyo y consejo, que enseñan, que piden perdón y perdonan, que sanan heridas, que reconocen que cada uno es frágil, que comparten alegrías, sueños y metas. Toda la Biblia testifica del poder positivo de las palabras, llegando a su clímax con las bellas enseñanzas de Cristo que han

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  • EL HABLAR QUE SANA, LEVANTA Y TRANSFORMA

    El poder de una palabra! El pequeo freno que domina el cuerpo pesado y fuerte delcaballo. El pequeo timn que hace girar una gran nave en alta mar, an contra los vientos deuna tempestad. La pequea chispa que enciende un gran bosque. Son las figuras queSantiago usa para impresionarnos con el poder de la lengua y la responsabilidad que tiene lapersona que abre la boca para hablar--hasta el punto de decirnos que no muchos deben sermaestros porque es tan fcil traicionar el llamamiento de educar y edificar. Estas figuras noshacen recordar que las palabras de un pintor de casas, Adolfo Hitler, encendieron una guerramundial y libr una maldad que todava marca nuestra sociedad. Pero, tambin recordamoslas palabras de un Winston Churchill que fortaleci un pas para soportar los bombardeos day noche y al final, movilizaron muchos pases para resistir y vencer el poder militar msfuerte y ambicioso que jams se haba conocido.

    Santiago 3:1-12 enfatiza los peligros de la palabra y sus efectos negativos cuando nosrecuerda que todos ofendemos muchas veces y Si alguno no ofende en palabra, ste esvarn perfecto. Usa expresiones como la lengua es un fuego, un mundo de maldad,contamina todo el cuerpo, inflama la rueda de la creacin y ella misma es inflamada porel infierno. Nos desanima escuchar las palabras, ningn hombre puede domar la lengua,que es un mal que no puede ser refrenado, lleno de veneno mortal.

    Pablo tambin estuvo consciente del impacto negativo de la lengua cuando escribique el cristiano debe evitar "la palabra corrompida" (Ef. 4:29). El vocablo que us describeuna fruta podrida, fea y hedionda. Pablo no habl slo de expresiones huecas, sino de todo loque no edifica, expresiones que atacan, humillan, critican, culpan, burlan, desaniman,amenazan, lastiman, engaan; el sarcasmo que hiere, el humor que humilla, lo que causadisenciones o la informacin que rompe amistades y arruina reputaciones. Nos hace recordara todos en nuestro pasado, una expresin de un amigo, de un maestro o de nuestros padresque nos lastim y que nunca hemos olvidado porque marc hasta el momento nuestra manerade vernos a nosotros mismos. Si la lengua puede hacer tanto mal, nos da ganas de no abrir laboca jams.

    No obstante, Santiago tambin dice que con ella bendecimos al Dios y Padre....Deuna misma boca proceden bendicin y maldicin. S, la maldad sale de la boca, perotambin la bondad, el amor y la edificacin pueden salir de la boca. Pablo dice que es posibleque el cristiano diga palabras que sean buenas para la necesaria edificacin a fin de dargracia a los oyentes (Ef. 4:29): palabras de nimo, estmulo, afirmacin, afecto, admiracin,agradecimiento, humildad, compromiso, apoyo, entusiasmo; palabras que piden o dan apoyoy consejo, que ensean, que piden perdn y perdonan, que sanan heridas, que reconocen quecada uno es frgil, que comparten alegras, sueos y metas. Toda la Biblia testifica del poderpositivo de las palabras, llegando a su clmax con las bellas enseanzas de Cristo que han

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    marcado para bien la civilizacin humana. Despus omos el testimonio y las predicacionesde los seguidores de Jess y las enseanzas de los apstoles que han impactado y orientado latransformacin de millones de vidas por ms de veinte siglos.

    A. POR QU DIJE TAL COSA?

    Todos recordamos algo que dijimos y que tarde o temprano reconocimos como ungran error. Por qu habamos dicho tal cosa? Jess contesta esta pregunta: Cmo podishablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazn habla la boca. El hombrebueno, del buen tesoro del corazn saca buenas cosas; el hombre malo, del mal tesoro sacamalas cosas (Mateo 12:34-35). La parfasis en Ingls que llamamos The Message (ElMensaje) dice as, Es tu corazn, no el diccionario, que da significado a tus palabras. Unapersona buena produce actos y palabras buenas ao tras ao. Una persona mala es una plagaen el huerto de frutales.

    Por qu critico a las personas en la iglesia? Por qu murmuro sobre pequeasofensas y molestias? Por qu disparo palabras con intencin de lastimar a los que estn mscerca de m? Por qu informo a varias personas del error o pecado de otro para que pierdanrespeto por l? Por qu exagero un poco para ganar el argumento o para que me vean mejor?Por qu cuento lo que alguien me comparti en confianza? La Biblia dice que es porquedentro del corazn del hombre estn los deseos de herir, de defenderse a toda costa, deimponer nuestra opinin, de mostrar que somos importantes porque tenemos las noticias.Jess habl de estos temas en varias ocasiones: No es buen rbol el que da malos frutos, nirbol malo el que da buen fruto. Porque cada rbol se conoce por su fruto....porque de laabundancia del corazn habla la boca (Lucas 6:43-45). Culpar la lengua es slo una figuraque nos evita discernir las races del problema que son nuestros mviles de egocentrismo,ambiciones, malicia, venganza y soberbia. Intentar apagar la comunicacin que daa escomo matar algunas pocas cucarachas que salgan a la luz. A menos que fumiguemos la casa,seguirn prosperando y propagndose en los rincones oscuros.

    Despus del discurso clsico de Santiago sobre la lengua, l habla de la sabiduraporque es la sabidura interna que influye en el hablar de la persona. Hay dos tipos desabidura dice l. Una que produce celos amargos y contencin, la jactancia y la mentira,perturbacin y toda obra perversa. En el vocabulario dramtico del hermano de Jess, ldescribe esta sabidura como terrenal, animal, diablica.

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    Por otro lado, la sabidura de lo alto es primeramente pura [sincera en susintenciones], despus pacfica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sinincertidumbre ni hipocresa. Esta sabidura viene del cielo, de Dios y de su Palabra, yproduce el hablar que motiva, sana las relaciones, levanta las personas, las edifica y lastransforma. Lo que est en el corazn hace la diferencia.

    Queremos saber cmo tener un corazn as, pero antes, pensemos un momento en lospecados que comete la sabidura humana.

    B. CULES SON ALGUNOS PECADOS DEL HABLAR?

    Seremos ms sensibles para reconocer nuestros errores si recordamos los errores quecometemos al hablar. Posiblemente llegaremos a entender cules son las motivacionescarnales que promueven estos tipos de comunicacin.

    El chisme. Tal vez el chisme es el comportamiento de la lengua que parece el msinocente porque es slo un medio de comunicacin. Pero, por aparentar tal inocencia, es muycomn y peligroso. Existe un mercado muy grande para cierto tipo de informacin,generalmente negativa. Si sabemos que la noticia no es toda la verdad, entonces, no esinocente--en vez de llamarlo chisme se debe llamar difamacin o calumnia.

    Pero, generalmente pensamos que es la verdad. Si es la verdad, entonces, muchosasumen que todos deben saberlo y tienen derecho de saberlo. El primer problema es quemuchas veces no hay manera de constar la verdad o no tomamos inters en averiguar laverdad antes de comunicar la informacin. Despus cuando nos damos cuenta que nosucedi como habamos pensado u odo, ya es demasiado tarde para recoger, aclarar ocorregir lo que se ha regado por todos lados y daa la reputacin de otros.

    El segundo problema es que, aunque sabemos de primera mano que la informacin esverdadera, es necesario hacer algunas preguntas. Tengo el derecho de contarlo? Seredificante para la persona que la escucha? El ser una persona mejor por haber aprendidosto? Es necesario que l sepa? Y qu efecto tendr en la vida de la persona que es elobjeto del relato o los comentarios? Le ayuda que otros sepan? Le respetan ms? Leconfan ms? Compartir la informacin contribuye a resolver el problema? o Posiblemente,hace ms grande y complicado el problema?

    Otra consideracin es por qu quiero contarlo? Qu me motiva? Quiero que mevean como persona enterada, que sabe las cosas? O ser que realmente deseo manchar lareputacin o el testimonio de la persona? Quiero crear pugna entre la persona que es el temadel relato y la que escucha el informe? No digamos que todo es para que otros oren por elproblema. Si la informacin no debe regarse, la oracin no es suficiente razn por daar aotra persona. Podemos pedir oracin sin dar los nombres y los detalles.

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    Posiblemente la primera pregunta que debo hacer es si estoy violando una confianza.Me contaron en confianza? Aprend la informacin en una sesin? O, me cont alguienque lo supo en una sesin? Los temas de las sesiones, especialmente asuntos delicados quetratan de individuos, son confidenciales. Si es necesario que otros sean informados, esto sehar en el momento apropiado, por el medio ms apropiado, por la persona designada, con lasexplicaciones apropiadas y sin los detalles que no sean necesarios. No somos los dueos deesta informacin con derecho de divulgarla a otros. An, contarlo a una persona muy cercanaarriesga que llegue a otros y haga mucho dao.

    Un principio bblico que debe guiarnos y frenarnos es que somos celosos por lareputacin de Jesucristo y de su Cuerpo. El hablar que daa el testimonio de un hermano enCristo, daa a todo el Cuerpo. Somos perjudicados nosotros mismos porque somosmiembros los unos de los otros. Lo ms importante es que daa el nombre de Dios. Hacealgunos aos surgi un problema en una congregacin cristiana a la que asistimosunproblema que amenazaba dividir la iglesia. Fue una poca muy triste en la vida de loscristianos. Gracias a Dios, se super. Sin embargo, el momento ms triste fue cuando supeque miembros de la iglesia lo haban contado a no cristianos en la comunidad y ahora ellostenan otra excusa para no escuchar el mensaje del amor y sacrificio de Jess.

    Cuando Santiago 4:11 exhorta, Hermanos, no murmuris los unos de los otrospodra traducirse, no hablis mal los unos de los otros. La regla general debe ser, si es unainformacin negativa, no debemos hablar nada del asunto. Pero, uno dir, En algunos casos,es mi responsabilidad informar lo que pas. Bajo el tema de la crtica, comentaremos lasituacin cuando creemos que alguien debe saberlo. Veremos que es muy importante escogercuidadosamente a quin lo contamos.

    La indirecta. Se cuenta del primer piloto de un barco, de quien, despus de unaparranda de tragos, el capitn anot en el diario de navegacin: Piloto borracho hoy. Sabecul fue la venganza del piloto? Pocos meses despus escribi a hurtadillas en el diario denavegacin: Capitn sobrio hoy. Kent Hughes dice: Lo mismo ocurre con la palabracontenida, con el silencio embarazoso, con las cejas arqueadas, con la mirada burlona....

    Nos damos cuenta que no tenemos que decir las cosas en la cara para que lacomunicacin sea clara y dura. La respuesta sarcstica, la broma o la burla que llegademasiado cerca de la realidad y el apodo que lastima. A menudo se hace en un grupofamiliar o de amigos porque no lo haramos en privado. Sera demasiado directo. La personalo entiende y otros se dan cuenta y el ambiente se carga con pena y resentimiento. Es posiblehacerlo desde el plpito, en una sesin, en un estudio bblico. Tal vez, la intencin fue ladiversin inocente pero una persona queda lastimada.

    De nuevo, tenemos que preguntarnos por qu lo hacemos? Ser que realmenteestamos molestos con la persona? No hemos aprendido el procedimiento bblico de tenerpaciencia y perdonarle? Debemos acercarnos y hablar directamente con el fin de

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    reconciliarnos? Ser que queremos llamar la atencin a nosotros mismos? Ser el payaso?Aparentar ser divertido? Mostrar una forma de valenta? Queremos lastimar a la persona oque le d pena delante de otros? o Es una forma de venganza? Ser que es slo una falta deconsideracin y amor?

    La adulacin. Si el chisme es decir a espaldas de una persona lo que uno no le diratenindola de frente, Hughes sugiere que la adulacin significa decirle de frente lo que nodiramos a sus espaldas. Le expresamos un cumplido, le elogiamos, pero insinceramente.Proverbios nos orienta sobre esta prctica: El hombre que lisonjea a su prjimo, red tiendedelante de sus pasos (29:5). La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, y la bocalisonjera hace resbalar (26:28). El Salmo 12:3-4 amenaza a todos los que usan la lengua paraganar ventaja: Jehov destruir todos los labios lisonjeros, y la lengua que hablajactanciosamente; a los que han dicho : Por nuestra lengua prevaleceremos.

    Cul es la motivacin de la adulacin? Puede ser un hbito con algunos, tal vez unaforma de manipulacin que aprendieron temprano en la vida y que les ha servido para quedarbien o salirse con la suya con padres, familiares, maestros, jefes o amigos. Posiblemente nireconocen que no es sincero y que lo hacen con inters. Puede ser el comportamiento de unapersona insegura de s misma y que busca la aceptacin de otros.

    Por otro lado, no debemos callarnos cuando sinceramente reconocemos los valores,las habilidades o la fidelidad de otros. Dios quiere usarnos para agradecerles, estimularlos yanimarlos.

    La crtica. Al expresar una crtica nuestra naturaleza tal vez nos dice que estamoshaciendo un bien. Decimos que nuestros altos ideales, nuestro afn por la rectitud o el deseoque otros superen es lo que la motiva. No hacen falta las ocasiones para criticar. Vivimos enuna sociedad de imperfeccin y pecaminosidad. Las leyes del pas, las costumbres queaprendimos en la familia, las preferencias personales, las normas de la Palabra de Dios y lascostumbres de nuestra iglesia proveen muchas oportunidades para que las personas nolleguen a llenar nuestras expectativas.

    Tambin es un comportamiento aprendido en muchos crculos cristianos o familiares,grupos de amigos, compaeros de estudio o de trabajo o reuniones sociales. Una vez unamigo coment que la crtica es la diversin nacional de cierto lugar. Parece que la manerade mostrarnos sabios, personas con criterio, hbiles o superiores es rebajar a otros con lacrtica. O la manera de ventilar el descontento en la oficina, el taller o la iglesia es enfocar elcomportamiento, las normas u otros procedimientos en ese contexto. Puede ser un mecanismode autodefensa, de ataque, de revancha, de celos, de envidia o de mltiples otros motivos.

    Posiblemente, la llamamos crtica constructiva. Creo que la crtica constructiva es laque se da despus de mucha consideracin, se hace con el nico propsito de mejorar lascondiciones o la conducta, se ofrece selectivamente segn la importancia del asunto y se

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    comunica prudentemente a personas que estn en posiciones dnde pueden usar lainformacin para tomar decisiones, cambiar los procedimientos o la conducta y mejorar lascondiciones. Hablar del asunto con todo el mundo crea descontento y un ambiente deoposicin y rencor que no mejora la situacin.

    Jesucristo, al sentar las normas para los miembros de su reino deca:

    No juzguis, para que no seis juzgados. Porque con el juicio con que juzgis, serisjuzgados, y con la medida con que meds, os ser medido. Y por qu miras la pajaque est en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que est en tu propio ojo?O cmo dirs a tu hermano: Djame sacar la paja de tu ojo, y he aqu la viga en elojo tuyo? Hipcrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces vers bien parasacar la paja del ojo de tu hermano (Mateo 7:1-5).

    Pablo exhort: Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seisirreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generacin maligna yperversa, en medio de la cual resplandecis como luminares en el mundo (Filipenses 2:14-15). Pablo estaba en prisin en Roma, acusado injustamente por personas que ni tomaron lamolestia de viajar a Roma a testificar y llevar el juicio a una conclusin. Habra mucha raznde criticar y juzgar pero la carta reportaba los frutos del ministerio en la prisin y agradeci laofrenda de los cristianos en Filipos. En esta circunstancia, el apstol testific:

    No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera quesea mi situacin. S vivir humildemente, y s tener abundancia; en todo y por todoestoy enseado, as para estar saciado como para tener hambre, as para tenerabundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece(4:11-13).

    Ahora, es cierto que en la vida humana tiene que haber criterios, crtica y juicio. Losjueces y autoridades civiles tienen un papel que han de cumplir bajo la autoridad de Dios. Lasautoridades de cualquier institucin tienen que evaluar, nombrar y mover personal. Tienenque evaluar, criticar y decidir entre varios procedimientos, planes y proyectos. Los lderes deuna iglesia o denominacin estn obligados a evaluar y escoger a personas para cumplir conministerios y distintas tareas. Dios puede llamar a un cristiano a ministrar a otro que estfallando para que enderezca su camino. Fijmonos en quines han de hacerlo y la manera y elespritu en el cual han de cumplir este ministerio:

    Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,restauradle con espritu de mansedumbre, considerndote a ti mismo, no sea que t

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    tambin seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid as la leyde Cristo. (Glatas 6:1-2)

    Jess y Pablo estn hablando del espritu de juicio y crtica que no es motivado pordeber, crecimiento, madurez y amor, que no busca el bienestar de la persona o la institucin.Es un juicio y crtica motivados por el poder, la soberbia, la ambicin, la malicia, eldescontento, el sentir de superioridad o de inferioridad, que alimenta el orgullo de la personaque lo hace.

    Podemos mencionar algunos procedimientos que por lo general pueden guiar alcristiano cuando ha observado algo negativo y tal vez debe decirlo a otro o recomendar algo.

    1) Evitar decir cosas negativas tocante a otra persona o grupo.2) En lo posible, no escuchar este tipo de comunicacin.3) Siempre recurrir a Dios con peticiones por las personas y accin de gracias a Diosantes de tomar alguna accin. (Filipenses 4:6-7)4) Como normal general, antes de comentar el error o la ofensa, hablar primero con lapersona que ha fallado, con la intencin de restaurarle espiritualmente y reconciliarleen su relacin con otros. Mat. 18:15-17, Gl. 6:15) Si decide que es necesario informar a alguien de la falta de otro, hable nicamentecon una autoridad de la institucin, un lder de la iglesia u otro cristiano con muchamadurez espiritual que es capaz de contribuir a resolver el problema. Mateo 18:15-176) Por lo general, no actuar en base a lo que se ha odo pero que no est confirmado.7) Contribuir a mantener cualquier informacin negativa dentro del crculo msreducido posible.

    Tal vez, ocasionalmente habr excepciones a estas guas pero slo cuando el creyenteno tiene motivos egostas y est procurando el bienestar de todas las personas, la unidad, lamejora de la institucin y la gloria de Dios.

    Antes de dejar estas posibilidades del mal uso del hablar, debemos mencionar que lamentira y la manifestacin egocntrica de la ira son otras ofensas muy serias y que tienenconsecuencias muy grandes en nosotros y en otras personas. Tocaremos estos temas en otrosartculos aparte.

    D. CUL ES EL CORAZN QUE HABLA BIEN?

    Jesucristo nos ense que, si vamos a cambiar nuestro hablar, hemos de buscar queDios cambie el corazn. Si el corazn est bien, habr muchos buenos frutos. No llevaremosel sentido de culpa por muchas cosas que pensamos o decimos. Disfrutaremos la bella

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    comunin y caminar con nuestro Seor. Encontraremos que estamos creciendo y madurandoemocionalmente y espiritualmente. Adems, veremos cmo nuestro hablar levanta, edifica,motiva y transforma otras personas. An observaremos que algunos que no conocen a Cristosern atrados a nosotros, querrn ser amigos, tendrn el deseo de conocernos ms porque elEspritu Santo ha puesto la sed de Dios en sus corazones y estn encontrando a Dios ennosotros.

    Cul es el corazn que buscamos tener? Cmo llegaremos a tenerlo?

    Un corazn arrepentido. Cada vez que pecamos con la lengua necesitamos darnoscuenta de lo que hemos hecho, examinar los mviles del corazn y confesar esas actitudes alSeor. Si no vemos el egocentrismo y orgullo como una necia ofensa a Dios, seguiremos enlo mismo y no cambiaremos.

    Un corazn agradecido. Cuando estamos convencidos y agradecidos por todo lo queDios ha hecho, est haciendo y har por nosotros rebosaremos con satisfaccin ycontentamiento. Crtica y quejas desaparecern cuando enfocamos las cualidades positivas delas personas y los propsitos de Dios en las circunstancias.

    Un corazn que conoce el amor de Dios. Cuando seamos capaces de comprendercuan ancho, cuan largo, que profundo y que alto es el amor de Cristo y conocer este amor quepasa todo entendimiento nos sentiremos seguros en el deleite de Dios en nosotros. Lanecesidad de la aprobacin de otros disminuir. Perderemos la tentacin de exhibir nuestroslogros y exagerar una historia para impresionar a otros. No exaltaremos el ego tratando de serel centro de la atencin. Nos consumir el deseo de que otros conozcan y experimenten eseamor, en vez de buscar que nos amen.

    Un corazn que ama a Dios. Al responder al amor de Dios el corazn se llena deadoracin y alabanza. Mi lengua hablar de tu justicia y de tu alabanza todo el da (Salmo35:28). Al amarle ms nuestros pensamientos y conversaciones se ocupan ms de Dios.Contaremos con el apoyo, direccin, provisin y poder de Dios en nuestras experiencias.Nuestra palabras edificarn y animarn a otros.

    Un corazn que ama a la gente. Obviamente, los pecados de la lengua muestran unafalta de amor a otras personas. Si de verdad buscamos el bienestar de los dems, la mayorade estas faltas desaparecern. Nunca quisiera daar la reputacin de otro. Perdonar. Elamor es sufrido, es benigno...el amor no es jactancioso, no se envanece...no busca lo suyo, nose irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo losufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Corintios 13:4-7).

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    Un corazn humilde. En Salmo 8:13, Dios aborrece la soberbia, la arrogancia y laboca perversa. Salmo 73:8-9 describe la soberbia de los que hablan mal: Se mofan y hablancon maldad de hacer violencia; hablan con altanera. Ponen su boca contra el cielo, y sulengua pasea la tierra. En cambio, el cristiano humilde atribuye sus xitos a Dios, es honestoen cuanto a sus debilidades y fallas. Evita la crtica porque reconoce que es capaz de pecartambin. Rinde el control de su corazn y su lengua al control de Dios para que l use alcristiano como instrumento de bendicin.

    Cul es la misin de la lengua? Hablar temas que dan gracia a los oyentes, porejemplo: edificar, llenar necesidades, conocer y dar a conocer, pedir perdn y perdonar,contar lo que Dios ha hecho y comunicar buenos conocimientos. Las palabras han deexpresar afecto, nimo, estmulo, agradecimiento, compromiso, apoyo, sabidura, entusiasmo,alegras, sueos y metas. Qu gozo, alegra y apoyo podemos compartir! Qu bendicinpodemos ser!

    E. CULES PRINCIPIOS AYUDAN A HABLAR BIEN?

    Finalmente, veamos algunas guas para ayudarnos a cultivar la comunicacin quebendice a los dems, nos da satisfaccin y agrada a Dios.

    Aprendamos a escuchar. Tenemos que quedar en silencio para escuchar. Tenemosque escuchar con cuidado, atencin y con el corazn para entender la necesidad, la duda, elproblema y el estado de nimo de la persona. A menudo estamos pensando ms en lasabidura que vamos a compartir y todava no entendemos la necesidad que la otra personatiene. Podra ser que Dios quiere ensearme algo que yo necesito aprender en lo que la otrapersona est diciendo. Una traduccin de Proverbios 18:2 dice: No toma placer el necio enla inteligencia, sino se deleita en ventilar sus propias opiniones. Oremos al Seor en esemomento para que nos ayude a entender.

    Busquemos la ayuda del Maestro. Dependamos de Dios para que nos ensee cundohablar y qu decir. David or: Pon guarda a mi boca, oh Jehov; guarda la puerta de mislabios. No dejes que se incline mi corazn a cosa mala.... (Salmo 141:3-4). En variasocasiones Jess no habl, como cuando le trajeron a la mujer adltera y, despus, en su juiciodelante de los gobernantes. En otras ocasiones habl las palabras que el Padre le haba dado.Pidamos que Dios nos d las palabras adecuadas.

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    Pensemos antes de hablar. El corazn del justo piensa para responder; mas la bocade los impos derrama malas cosas (Proverbios 15:28). Pensar antes de hablar incluyereflexionar sobre cmo mis palabras afectarn a otras personas. Tendremos tiempo para queel Espritu gue nuestros pensamientos. Habr espacio para darnos cuenta de mvilesegocntricos. Si no lo pensamos antes, probablemente pensaremos despus y podemoslamentar las palabras cuando sea demasiado tarde.

    Discernamos la necesidad del momento. Pablo caracteriz el hablar del creyente:la que sea buena para la necesaria edificacin (Efesios 4:29). Esta frase puede traducirsela que sea buena segn la necesidad del momento. A veces la necesidad del momento es dedecir muy poco o nada porque es su presencia y apoyo que cuenta ms que las palabras, oporque la persona que hace una pregunta realmente no busca informacin o ayuda. Haypersonas con enfermedad seria, con problemas econmicos, desempleo o sintiendo soledad,desnimo o enojo. Andar con Dios y alimentarnos con su Palabra nos da la sensibilidad y lasabidura para decir lo que anima y edifica a estas personas.

    Cuando hablamos o contestamos preguntas en un grupo, hemos de discernir qurespuesta ser de ayuda para todos. A veces lo mejor es hacer cita para hablar con una de laspersonas en privado. Necesitamos la sabidura de Dios para saber cundo guardar silencio,cundo ser breve, cundo pedir la ayuda de otro, cundo hablar individualmente o cundodejar el tema para otra oportunidad.

    Valoremos el silencio. La persona que puede sentirse cmoda con el silencio es elcristiano que tiene un corazn tranquilo porque disfruta tiempos de silencio con Dios y demeditacin en la Palabra de Dios. No siempre tiene que decir algo en toda situacin. El librode sabidura observa: El que carece de entendimiento menosprecia [habla mal] a su prjimo;mas el hombre prudente calla (Proverbios 11:12). Salomn escribi: Todo tiene sutiempo....tiempo de callar, y tiempo de hablar (Eclesiasts 3:1, 7).

    Susan Maycinik anota algunas oportunidades cuando es mejor no decir nada. Enmuchas ocasiones, el silencio es la mayor bendicin que existe. Debo practicar el silenciocuando:

    1) Tengo una crtica del culto en la iglesia o un lder cristiano.2) Estoy tentado a decir, Te lo dije!3) Quiero quejarme del tiempo, el trnsito, el presidente, el maestro, elcnyuge, los hijos, o cualquier cosa.4) Otro me ha criticado. Por lo menos, esperemos un tiempo para decidir.5) Tengo informacin que hace que otro se vea mal.6) Otro est molesto o triste por un problema y quiero contarle una experienciasimilar. Hgalo slo si es para transmitir una leccin que aprendi.7) Estoy tentado a juzgar o criticar a alguin.

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    8) La situacion de un amigo cabra muy bien en el tema de la conversacin perono tengo su permiso para contarla.9) Estoy tentado a corregir a alguin en un detalle no importante de lo querelatan.10) Pienso que alguien hizo una decisin mala pero es tarde para cambiar.11) Estoy tentado a contar algo sobre m mismo para impresionar.12) Tengo informacin que podra desanimar a otros.

    Sobre todo, oremos por el corazn que produce buenas palabras en el momentoadecuado. La meditacin en la Palabra, el arrepentimiento y la sumisin a Dios obrarn por elEspritu Santo los cambios necesarios. Dios desea controlar el corazn y usar nuestro hablarpara lograr sus propsitos eternos.

    Stanford Orth, 2000

    BibliografaDiscipleship Journal , Issue 94, 1996.

    Susan Maycinik, Por qu lo dije?Carol Mayhall, Words of the wise.Cynthia Heald, A time to be silent.

    Kent Hughes, Las disciplinas de un hombre piadoso, Editorial Vida, 1994.Carol Mayhall, Words That Hurt, Words that Heal, NavPress.Tim Stafford, Thats Not What I Meant, Zondervan.James Stowell, Tongue en Check, Moody Press.

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