El Expositor · Cristiano y tener éxito en el campo del entreteni-miento”. Todos los que...

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Olvidando y Prosiguiendo a la Meta Bill Hall Enero-Febrero 2020 Vol. 20, Número 1 El Expositor “Predica la Palabra, insiste a tiempo y fuera de tiem- po” (2 Tim. 4:2 — LBLA) Olvidando y Prosiguiendo a la Meta Bill Hall 1 Cultivando la Masculinidad en Nuestros Hijos Robert Harkrider 3 ¿Existen las Iglesias del Nuevo Testa- mento Hoy? Wendell Winkler 5 ¿Quién es el Héroe de Tú Historia? Eric Reynolds 8 y él regresó a esa vida ten- tadora que finalmente destruyó su alma. Como un joven, Pablo había mostrado ser de gran promesa para la fama mundial. Pocos varones se había mostrado más pro- metedores. Entrenado ba- jo los pies de Gamaliel, él “en el judaísmo aventaja- ba a muchos de mis con- temporáneos” (Gál.1:14). Sin embargo, él había re- nunciado a su pretensión de fama y fortuna para ser un Cristiano. “Pero cuan- tas cosas eran para mí ga- nancia, las he estimado como perdida por amor de Cristo” (Fil.3:7). Cuán fácil habría sido para Pablo, encarcelado en Roma, oli- vado de sus compañeros, comenzar a llenarse de lástima de sí mismo por lo “que pudo haber sido”. Si lo hubiera hecho, su efec- tividad como siervo del Señor habría terminado y muy probablemente ha- bría perdido su alma. E l hombre nunca llega a un punto de su vida en el que puede relajarse de su lucha contra el maligno. Nadie estuvo más consiente de este hecho que el apóstol Pablo. Mientras estaba en su tercer viaje de predica- ción, el maduro y experi- mentado apóstol escribió a los santos en Corinto: “sino que golpeo mi cuer- po, y lo pongo en servi- dumbre, no que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser elimi- nado” (1 Cor.9:27). Más tarde, mientras estaba en prisión en Roma, escribien- do a sus amados hermanos en Filipos, él reconoció que no había ya alcanzado su meta ni que era ya per- fecto; sino una batalla considerable estaba toda- vía por delante. Crucial en esta batalla fue la capaci- dad de Pablo para olvidar algunas cosas. 1. Pablo Tuvo que Olvidar lo que Él pudo Haberse Convertido. Este escritor una vez escuchó a un jo- ven animador “Voy a en- tregarlo todo. Uno simple- mente no puede ser un Cristiano y tener éxito en el campo del entreteni- miento”. Todos los que escucharon la declaración aplaudieron la fe del joven y se maravillaron de su fortaleza cuando regresó a casa para llevar a cabo su resolución. Pero el joven nunca pudo olvidar en lo que pudo haberse conver- tido. Sueños de fama y fortuna seguían entrando en su mente. Finalmente, el atractivo de "lo que pu- do haber sido" lo venció,

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Olvidando y Prosiguiendo a la Meta — Bill Hall

Enero-Febrero 2020 Vol. 20, Número 1

El Expositor

“Predica la Palabra,

insiste a tiempo y

fuera de tiem-

po” (2 Tim. 4:2 —

LBLA)

Olvidando y

Prosiguiendo a

la Meta

Bill Hall

1

Cultivando la

Masculinidad

en Nuestros

Hijos

Robert Harkrider

3

¿Existen las

Iglesias del

Nuevo Testa-

mento Hoy?

Wendell Winkler

5

¿Quién es el

Héroe de Tú

Historia?

Eric Reynolds

8

y él regresó a esa vida ten-

tadora que finalmente

destruyó su alma.

Como un joven, Pablo

había mostrado ser de

gran promesa para la fama

mundial. Pocos varones se

había mostrado más pro-

metedores. Entrenado ba-

jo los pies de Gamaliel, él

“en el judaísmo aventaja-

ba a muchos de mis con-

temporáneos” (Gál.1:14).

Sin embargo, él había re-

nunciado a su pretensión

de fama y fortuna para ser

un Cristiano. “Pero cuan-

tas cosas eran para mí ga-

nancia, las he estimado

como perdida por amor de

Cristo” (Fil.3:7). Cuán fácil

habría sido para Pablo,

encarcelado en Roma, oli-

vado de sus compañeros,

comenzar a llenarse de

lástima de sí mismo por lo

“que pudo haber sido”. Si

lo hubiera hecho, su efec-

tividad como siervo del

Señor habría terminado y

muy probablemente ha-

bría perdido su alma.

E l hombre nunca

llega a un punto de

su vida en el que

puede relajarse de su lucha

contra el maligno. Nadie

estuvo más consiente de

este hecho que el apóstol

Pablo. Mientras estaba en

su tercer viaje de predica-

ción, el maduro y experi-

mentado apóstol escribió

a los santos en Corinto:

“sino que golpeo mi cuer-

po, y lo pongo en servi-

dumbre, no que habiendo

sido heraldo para otros, yo

mismo venga a ser elimi-

nado” (1 Cor.9:27). Más

tarde, mientras estaba en

prisión en Roma, escribien-

do a sus amados hermanos

en Filipos, él reconoció

que no había ya alcanzado

su meta ni que era ya per-

fecto; sino una batalla

considerable estaba toda-

vía por delante. Crucial en

esta batalla fue la capaci-

dad de Pablo para olvidar

algunas cosas.

1. Pablo Tuvo que Olvidar lo que Él pudo Haberse Convertido. Este escritor

una vez escuchó a un jo-

ven animador “Voy a en-

tregarlo todo. Uno simple-

mente no puede ser un

Cristiano y tener éxito en

el campo del entreteni-

miento”. Todos los que

escucharon la declaración

aplaudieron la fe del joven

y se maravillaron de su

fortaleza cuando regresó a

casa para llevar a cabo su

resolución. Pero el joven

nunca pudo olvidar en lo

que pudo haberse conver-

tido. Sueños de fama y

fortuna seguían entrando

en su mente. Finalmente,

el atractivo de "lo que pu-

do haber sido" lo venció,

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Página 2 Vol. 20, Número 1

“Pero Pablo había olvida-

do el éxito del pasado.

Escribiendo a los Filipen-

ses él dijo, “Hermanos, yo

mismo no pretendo ha-

berlo ya alcanzado pero

una cosa hago: olvidando

ciertamente lo que queda

atrás, y extendiéndome a

lo que está delante, prosi-

go a la meta, al premio

del supremo llamamiento

de Dios en Cristo Jesús”·

(Fil.3:12.13).

Olvidado y Prosiguien-do la Meta. Pablo sirve

como un ejemplo maravi-

lloso. Él pudo olvidar lo

que tenía que olvidar, y

llegar a un mayor servicio

en la Viña del Señor, a la

pureza continua de la vi-

da, a logros cada vez ma-

yores para el Señor, al

premio y supremo llama-

miento de Dios en Cristo

Jesús.

Una recompensa ma-

ravillosa espera a todos

los que pueden olvidar y

proseguir su camino. Pa-

blo pudo decir cerca de

su muerte, “Por lo demás,

me está guardada la coro-

na de justicia, la cual me

dará el Señor, juez justo,

en aquel día” (2 Tim.4:8).

Y a todos el Señor dice,

“Sé fiel hasta la muerte, y

yo te daré la corona de la

vida” (Apoc.2:10) Debe-

mos perseverar. No debe-

mos volver atrás.

― Fuente: Two Man ― Articles on Practical Chris-

tian Living, Págs. 82-85

2. Pablo Había Olvidado los Pecados del Pasado. Es verdad que Pablo nun-

ca olvido que él era un

pecador salvado por la

gracia. Él frecuentemente

habló de sus tiempos co-

mo perseguidor y una vez

se refirió a sí mismo co-

mo el principal de los pe-

cadores (1 Tim.1:15). Pero

sus pecados habían sido

perdonados y lavados por

lo sangre de Cristo

(Hech.22:16). Desde el

tiempo que él fue bauti-

zado dejó de preocuparse

de sus pecados y se con-

virtió en un Cristiano que

se regocijaba, confiando

en la seguridad de la Pa-

labra de Dios que sus pe-

cados estaban perdona-

dos. Satanás obtiene ven-

taja del hombre que no

puede olvidar los pecados

del pasado (2 Cor.2:6-11).

La capacidad para olvidar,

fue consecuentemente

vital para su continua fi-

delidad al Señor.

3. Pablo Había Olvidado los Fracasos del Pasado.

Los fracasos suelen ser

desalentadores, y la per-

sona que se conduele de

sus fracasos logrará poco

en la vida. Pablo sabía lo

que era el fracaso. Hubo

poco para enumerar en

sus esfuerzos de predica-

c i ó n e n A t e n a s

(Hech.17:32-33). Los Gá-

latas habían seguido un

evangelio pervertido po-

co después que él los ha-

bía enseñado (Gál.1:6.7).

Él lo dijo abiertamente

“Me temo de vosotros

que haya trabajado en

vano con vosotros” (4:11).

Muchos a quienes él ha-

bía convertido se habían

apartado (5:4). Los Judai-

zantes habían destruido

su enseñanza y repu-

tación en muchas cuida-

das donde él había traba-

jado (Hech.15:1; Fil.3:2).

Los hombres con me-

nos valor habrían levanta-

do las manos con deses-

peración, habrían lamen-

tado su maltrato y caído

víctimas de su propia au-

tocompasión, una de las

herramientas más efecti-

vas del diablo. Pablo tuvo

que olvidar todo esto.

4. Pablo Tuvo que Olvidar el Éxito del Pasado. Él

ciertamente había tenido

muchos éxitos. Iglesias

fuertes en Éfeso, Filipos,

Tesalónica, y muchos

otras ciudades permane-

cían como una prueba

concreta de la efectividad

de la obra de Pablo. Varo-

nes como Tito, Timoteo,

Epafras habían sido con-

vertidos por él.

Él pudo haber dicho

fácilmente, “Mira lo que

he hecho; ahora es el mo-

mento de entregar el tra-

bajo a los hombres más

jóvenes" Si lo hubiera he-

cho, habría dejado de co-

rrer antes de haber

"terminado la carrera” y

seguramente se había

perdido.

― Viene de la Página 8

en marcha medida de

acuerdo a los hombres de

su tiempo. Pero cuando él

descubrió a Jesucristo, él

lanzó su vieja historia a la

basura (Fil.3:4-8). Su única

jactancia desde ese mo-

mento en adelante estuvo

en la cruz de Cristo

(Gál.6:14).

Sí yo soy el héroe de

mi propia historia, buscaré

la aprobación y reconoci-

miento de mis compañe-

ros. Protegeré mi legado

ocultando cualquier falla y

fracasos mientras magnifi-

co mis supuestos logros. Y

estaré condenado al fra-

caso. Sin embargo, si des-

cubro que el verdadero

Héroe de mí historia es

Dios. Dejaré que me use

como Él crea conveniente.

Si otros pueden ver su

fuerza en mi debilidad, si

pueden ver la gloria de Su

gracia en el perdón de mis

pecados, entonces no

debería preocuparme por

cómo me perciben, mien-

tras Dios sea glorificado.

“al Rey de los siglos, in-

mortal, invisible, al único

y sabio Dios, sea honor y

gloria por los siglos de los

siglos. Amén” (1 Tim.1:17).

— Fuente: Biblical In-sights, Vol. 15, Num.8,

Agosto 2015, Pág. 21

EL EXPOSITOR es una

publicación de artículos sanos, edificantes y relevantes al

desempeño del fiel Expositor de la Palabra de Dios. Cual-

quier comentario diríjalo a su editor responsable: Armando

Ramírez 1 de Mayo

# 214 Valle Hermoso, Tamps.

87501 México. E-Mail: Armandokat-

[email protected]

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C uando David

amonestó a su

hijo Salomón,

“esfuérzate y sé

hombre” (1 Rey.2:1-3) él

no tenía en mente usar

la colonia adecuada o

ser un atleta estrella, ni

siquiera ser un “hombre

atractivo para las

mujeres”. Muchos

varones han sido

convencidos por los

c o m e r c i a l e s d e

propaganda de la

televisión o por los

medios impresos a creer

que estas son las

normas por las cuales se

mide la masculinidad.

Por cont ras te ,

cuando Samuel fue

enviado a la casa de Isaí

para ungir al rey sobre

Israel, él pensó que él

p r i m e r o , E l i a b ,

seguramente sería el

ungido del Señor. Sin

embargo, Dios dijo a

Samuel, “No mires a su

parecer, ni a lo grande

de su estatura, porque

yo lo desecho; porque

Jehová no mira lo que

mira el hombre; pues el

hombre mira lo que

está delante de sus ojos,

pero Jehová mira el

corazón” (1 Sam.16:7).

Muchos ejemplos en la

Biblia ilustran porque

Página 3 Vol. 20, Número 1

por ellos. Absalón reunió

un ejército y persiguió a

David para matarlo. Fue

durante este encuentro

que Absalón fue asesina-

do. ¿De qué valor eran su

buena apariencia o su

riqueza cuando su cora-

zón se llenó de ambición?

Posición de Poder

Cuando Saúl fue ungi-

do como el primer rey de

Israel, él era tan humilde

y tímido que se perdió

entre el matorral (1

Sam.10:22-23). Cuando el

tiempo pasó y el Señor

bendijo sus esfuerzos,

Saúl se volvió orgulloso

de su posición, y esto le

condujo a creer que sus

decisiones serían siempre

lo que Dios aprobaría.

Esta actitud causó su caí-

da y rechazo de parte de

Dios para no ser más rey.

El orgullo cambio la acti-

tud de Saúl desde ese

tiempo “Aunque eres pe-

queño en tus propios

ojos” (1 Sam.15:17). El

Señor le envió para des-

truir a los Amalecitas,

pero él perdonó al rey y a

lo mejor de sus ovejas y

vacas. Él intentó justificar

su acción porque pensó

que estos animales servi-

rían en sacrificios a Dios,

pero Samuel le recordó:

los rasgos que los hom-

bres creen son los más

importantes no son las

cualidades que Dios mira.

Fracasos en la Masculinidad

Fuerza Física

Sansón es recordado

como el hombre más

fuerte. A los niños les fas-

cina leer sobre sus pode-

rosas obras cuando mató

a un león con sus propias

manos y derrotó a los

Filisteos. Sin embargo, el

atractivo de la inmorali-

dad sexual atrajo a San-

són a Dalila, una mujer

Filistea con la que no te-

nía derecho a cohabitar.

Cuando ella aprendió su

secreto, si cabello fue

cortado, y él perdió su

fuerza, porque el Señor se

separó de él (Jue.14:16).

¿Podría alguien querer

ser como Sansón cuyo

deseo inmoral le condujo

a la vergüenza y a la

muerte?

Guapo y Rico

La Biblia dice de Absa-

lón, el hijo de David, “Y

no había en todo Israel

ninguno tan alabado por

su hermosura como Ab-

salón; desde la planta de

su pie hasta la coronilla

no había en él defec-

to” (2 Sam.14:25). No

solamente Absalón era

guapo, ¡él era el hijo del

rey! Sin embargo, una

ambición egoísta hizo

que se volviera contra su

padre y buscara la posi-

ción de rey en su lugar.

Se robó los corazones

de los hombres de Israel

al dar a entender que su

padre no se preocupaba

Cultivando la Masculinidad en Nuestros Hijos

Robert Harkrider

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E stá edición marca la segunda década

de esta publicación. Las convicciones y la necesidad de tales escritos para contribuir con muchos lectores hispanos nos mantienen todavía de pie. El artículo Olvidando y Prosiguiendo a la Meta fue tomado del libro Two Men por el hermano Bill Hall. El autor me lo regaló en el año 2001 junto al permiso de publicar los artículos que viera convenientes. El hermano Bill tomando el modelo de Pablo destaca las cosas que el apóstol tuvo que olvidar y las actitudes de las que tuvo que despojarse para agradar a Su Señor y seguir corriendo hacia la Meta. En el artículo, Cultivando la M a s c u l i n i d a d e n Nuestros Hijos, el h e r m a n o R o b e r t Harkrider contrasta los rasgos físicos versus los rasgos espirituales que forman el carácter de un hombre según la voluntad de Dios. En el Material ¿Existen las Iglesias del Nuevo Testamento Hoy? El autor Wendell Winkler desarrolla puntos lógicos y v á l id o s pa r a argumentar a favor de la posibilidad de duplicar la Iglesia primitiva siguiendo el mismo patrón y sembrando la misma semilla. En ¿Quién es el Héroe de tú Historia? Eric Reynolds presenta un enfoque instructivo de la historia de Jonás con una excelente aplicación.

El Expositor Enero-Febrero 2020 COLUMNA EDITORIAL

Página 4

superior a estos sátrapas y

gobernadores, porque había

en él un espíritu superior; y el

rey pensó en ponerlo sobre

todo el reino” (Dan.6:3).

Virtud Moral

A la edad de diecisiete

años José fue vendido a la

esclavitud por sus hermanos.

Él debió seguramente haber

pensado que su padre le res-

cataría. Sin embargo, esto no

sucedió porque sus hermanos

hicieron creer a Jacob que su

hijo estaba muerto. José po-

dría haber sentido lástima de

sí mismo y haberse vuelto

contra Dios por permitir que

lo maltrataran. No obstante,

José permaneció fiel a Dios.

Aun cuando fue tentado día

tras día para cometer adulte-

rio con la esposa de Potifar,

José la rechazó. Su carácter

moral construido por la fe en

Dios le dio la fortaleza para

resistir. Su fortaleza no con-

sistía en miedo a Potifar que

lo encontrará culpable, sino

temor hacia Dios incluso en

los lugares secretos. Su pro-

testa a la esposa de Potifar

fue: “¿cómo, pues, haría yo

este grande mal, y pecaría

contra Dios?” (Gén.39:9).

Visión para el Futuro

Moisés fue criado como el

hijo de la hija de Faraón y fue

“enseñado en toda la sabidu-

r í a d e l o s e g i p -

cios” (Hech.7:22). Como nieto

del rey, él podría haber tenido

las mejores ruedas, la última

moda de ropa o la chica de su

elección, en cambio, “Por la fe

Moisés, hecho ya grande,

rehusó llamarse hijo de la hija

de Faraón, escogiendo antes

ser maltratado con el pueblo

de Dios, que gozar de los de-

“Ciertamente el obedecer es

mejor que los sacrificios, y el

prestar atención que la grosu-

ra de los carneros” (1

Sam.15:22). “Antes del que-

brantamiento es la soberbia,

Y antes de la caída la altivez

de espíritu” (Prov.16:18).

En contraste a estas cosas,

¿Cuáles son los rasgos que

Dios busca?

Éxito en la Masculi-nidad

Espiritual

Como un joven Judío en

el cautiverio Babilónico, a

Daniel le fue dada la singular

oportunidad para servir al rey

del Imperio más fuerte sobre

la tierra en ese tiempo. Por

tres años, a él le fue dada la

mejor educación y comer los

mejores platillos. Sin embar-

go, esta “oportunidad” le

provocó enfrentar lo que al-

gunos podrían pensar era una

difícil elección: seguir la ley

de Dios y morir o seguir la ley

del rey y vivir (Dan.1:4-5, 10).

Podría haberse comprometi-

do razonando que era sólo

por un breve período, o que

esto podría haberle conferido

la oportunidad para prestar

un mayor servicio a los Judíos

si él obedecía al rey. Pero el

pensamiento de la elección

nunca parece haber entrado a

su mente. ¡Obedecer a Dios

siempre estuvo primero en él!

Daniel propuso en su corazón

no contaminarse con la por-

ción de la comida del

rey” (Dan.1:8). ¿No es de ex-

trañar que cuando leemos

sobre Daniel aproximada-

mente setenta años más tar-

de, el Rey Darío le dio una

posición de mayor importan-

cia? “Pero Daniel mismo era

leites temporales del peca-

do teniendo, por mayores

riquezas el vituperio de

Cristo que los tesoros de

los egipcios; porque tenía

puesta la mirada en el ga-

lardón” (Heb.11:24-26).

Una Sombra para Nuestros Hijos

Usted puede preguntar,

“¿Cómo podemos cultivar

estos rasgos en nuestros

hijos? Un antiguo proverbio

Chino dice, “Una genera-

ción planta los árboles y la

otra obtiene la sombra” La

vida que usted vive afecta-

rá a sus hijos y más tarde a

sus nietos. ¿Ven sus hijos

estos rasgos en usted? Los

niños suelen caminar en

nuestros zapatos cuando

son pequeños, y nos reí-

mos, pero ellos seguirán en

sus pasos literalmente

cuando crezcan.

Usted no puede condu-

cir a sus hijos más cerca de

Dios de lo que usted mis-

mo esta de Él ahora. Desa-

rrolle una vida bien defini-

da de fe y sígala. Resuelva

en poner a Dios primero

siempre. Guarde su vida de

la hipocresía. Mantenga

una relación respetuosa

con su esposa. Debemos

plantar esta clase de árbo-

les para ser capaces de cul-

tivar la masculinidad en

nuestros hijos y de esta

forma, proveerles de la

sombra del sol abrazador

de los valores anti-Dios tan

prevalecientes en nuestra

sociedad hoy.

―Fuente: Truth Maga-zine, Vol. 63; No.6, Junio

2019; Págs. 14-15.

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El Expositor Enero-Febrero Pág. 5

la Iglesia primitiva, en los

tiempos de los apóstoles.

Siendo este el caso, la

Iglesia de la que habla-

mos y escribimos ahora,

antecedió al Catolicismo

Romano y al Protestan-

tismo denominacional y

a los cultos modernos de

ésta época.

(2) ¿Qué Queremos

decir por “Iglesias”? Pri-

mero, observamos, que

la Iglesia del Señor es

singular en número. (a)

Él prometió edificar sola-

mente una (Mat.16:18,

19). Así como la palabra

“roca” en este pasaje es

singular, así la palabra

Iglesia. Afirmar lo contra-

rio a la singularidad de la

Iglesia sería afirmar lo

mismo de la roca, el fun-

damento de la Iglesia.

Pero 1 Corintios 3:11 afirma

que no hay otro fundamen-

to. (b) Los apóstoles siem-

pre hablaron de la Iglesia

en la singularidad

(Hech.20:18; Juan 10:16;

Efe.1:22, 23; Col.1:18, 24;

Rom.12:4, 5; 1 Cor.12:13,

20; Efe.2:16; Col.3:15). Se-

gundo. Observamos que la

Iglesia del Señor esta arre-

glada en capacidades de

congregaciones locales,

siendo cada Iglesia autóno-

ma (Fil.1:1; 1 Ped.5:1, 2;

Hech.14:23). En consecuen-

cia, cuando usamos la pala-

bra “Iglesias”, estamos

usando en ese sentido. Pa-

blo lo hizo así cuando escri-

bió, “Os saludan todas las

i g l e s i a s d e C r i s -

to” (Rom.16:16). Lo mismo

hizo Juan cuando escribió

“Juan a las siete iglesias

N ecesitamos re-

gresar y estu-

diar la Iglesia

del Nuevo Testamento, la

Iglesia del primer siglo, y

luego, buscar duplicar o

restaurarla en nuestro

propio tiempo. Al hacer-

lo, estamos dando un

paso adelante dando un

paso atrás. Al regresar a

Jerusalén es donde en-

contraremos al Señor y a

Su Iglesia (Luc.2:41-52).

Definamos primero

algunos términos.

(1) ¿Qué Queremos

decir por “Nuevo Testa-

mento? La Biblia esta

dividida (2 Tim.2:15) en

dos principales divisio-

nes: Un Antiguo Testa-

mento (2 Cor.3:14) y un

Nuevo Testamento (2

Cor.3:6). El Antiguo Tes-

tamento ha sido abolido

(2 Cor.3:6-16; Efe.2:13-

16;Col.2:14-17). El Nuevo

Testamento esta vigente

hoy (2 Cor.3:6), habién-

dose convertido en tal

desde Hechos 2 en ade-

lante (Luc.24:46-49;

Heb.9:15-17). En conse-

cuencia, las Iglesias del

Nuevo Testamento son

Iglesias que existen se-

gún de la instrucción del

modelo del Nuevo Testa-

mento, siguiendo el pa-

trón del mismo. Las Igle-

sias del Nuevo Testa-

mento en los tiempos de

que están en Asia” (Apoc.1:4).

Ellas fueron diferentes única-

mente en localización geográ-

fica. Ellas no fueron diferentes

denominaciones. ¿Estaba Pa-

blo escribiendo a dos diferen-

tes denominaciones cuando

escribió Colosenses 4:16?.

(3) ¿Qué Queremos decir

por la palabra “Existen”?

¿Están las Iglesias del Nuevo

Testamento presentes?

¿Tienen existencia verdadera?

¿Viven ellas? ¿Puedo identifi-

carlas? ¿Puedo yo entrar a las

mismas? ¿Puedo instar a mis

familiares y amigos a conver-

tirse en miembros de la mis-

ma?

(4) ¿Qué Queremos decir

por la palabra “Hoy”? Esto es,

en nuestro determinado tiem-

po y época. En este siglo, y en

los siglos venideros si el Señor

demora en venir.

(5) Deducción. Por lo tanto,

nuestro estudio se dirigirá a Si

la Iglesia (a) existe o no en

nuestro propio tiempo, (b) la

Iglesia/Congregación del Se-

ñor, (c ) según el orden, plan

o patrón del Nuevo Testa-

mento, es la misma Iglesia de

la que los apóstoles fueron

miembros, y (d) está presente

o tiene su existencia hoy.

Nuestro estudio tomará la

forma de tres afirmaciones.

¿Existen las Iglesias del

Nuevo Testamento? Respon-

demos con confianza y agra-

decimiento:

¿Existen las Iglesias del Nuevo Testamento Hoy? Wendell Winkler

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Página 6 El Expositor Enero-Febrero 2020

I. Sí, Porque el Señor Lo Aseguró

Sea notado, primero

que el reino es la iglesia

del Señor (Mat.16:18, 19;

Heb.12:23, 28). Con esto

en mente, ahora observe:

(1) Los Profetas lo ase-

guraron. Daniel afirmó

que el reino del Señor

“permanecerá para siem-

pre”, y que “su reino no

será destruido” (Dan.2:44;

7:14).

(2) Los Ángeles lo ase-

guraron. Gabriel dijo a

María con respecto a Je-

sús, “y su reino no tendrá

fin” (Luc.1:33).

(3) Los Profetas del

Nuevo Testamento lo ase-

guraron. El escritor a los

Hebreos escribió, “Así

que, recibiendo nosotros

un reino inconmovible,

tengamos gratitud, y me-

diante ella sirvamos a

Dios agradándole con te-

m o r y r e v e r e n -

cia” (Heb.12:28).

(4) El Señor lo aseguró.

Él prometió “... Y sobre

esta roca edificaré mi igle-

sia; y las puertas del Ha-

des no prevalecerán con-

tra ella” (Mat.16:18). Si

Satanás y todos sus de-

monios no pudieron rete-

ner a Jesús en la tumba,

¿Cómo podría algún po-

der erradicar a Su Iglesia

de la tierra? Ciertamente,

la promesa del Señor nos

asegura que la Iglesia

existe actualmente.

(5) Nota: Cada elemen-

to constitutivo del reino

o Iglesia es eterno: el rey

(Hech.17:7; Apoc.1:18), la

ley (Gál.6:2; 1 Ped.1:25) y

la ciudadanía (Efe.2:19; 1

Tim.1:16).

II. Sí, Debido a La Ley de Reproducción del

Señor

(1) La Existencia de la

Iglesia del Señor no de-

pende de la sucesión de

la Iglesia. Algunos de

nuestros amigos han

pensado que podrían

"sacudir la cadena" todo

el camino hasta el pre-

cursor del Señor. Esto ha

resultado ser vergonzo-

so, ya que aquellos a tra-

vés de quienes trazan su

herencia espiritual, ense-

ñaron y practicaron lo

opuesto de su doctrina y

práctica actuales. Por

ejemplo, los Waldaneses

bautizaron bebés, los

Novacianos permitieron

a las mujeres predicar y

bautizaron para la remi-

sión de los pecados, y los

Montañistas enseñaron

la posibilidad de la apos-

tasía. Pero, ¿Es necesario

tal enfoque? De hecho

no. Si un agricultor quie-

re cultivar papas dulces,

¡no tiene que cultivar una

vid hasta la planta origi-

nal! Plantar la semilla es

todo lo que se necesita.

Así de simple.

(2) La Palabra de Dios

es la semilla del Reino.

(a) Primero, debe ser ob-

servado que esto es afir-

mado por el Señor, “Esta

es, pues, la parábola: La

semilla es la palabra de

Dios” (Luc.8:11). También

esto es afirmado por Pe-

dro, “siendo renacidos,

no de simiente corrupti-

ble, sino de incorruptible,

por la palabra de Dios

que vive y permanece

para siempre” (1

Ped.1:23). (b) Segundo.

Debe ser observado que

la semilla lleva fruto se-

gún su clase. Esto es ver-

dadero en el campo ve-

getal. “Después dijo Dios:

Produzca la tierra hierba

verde, hierba quedé se-

milla; árbol de fruto que

dé fruto según su géne-

ro, que su semilla esté en

él, sobre la tie-

rra” (Gén.1:11), 12).

Esto es verdad en el

campo marino y las aves,

“Y creó Dios los grandes

monstruos marinos, y

todo ser viviente que se

mueve, que las aguas

produjeron según su gé-

nero, y toda ave alada

según su espe-

cie” (Gén.1:21). Esto es

verdadero en el reino

animal, “Luego dijo Dios:

Produzca la tierra seres

vivientes según su géne-

ro, bestias y serpientes y

animales de la tierra se-

g ú n s u e s p e -

cie” (Gén.1:24).

De hecho, la frase

“según su especie” apa-

rece diez veces en el pri-

mer capítulo de la Biblia.

(c). Tercero. Debe ser

observado que si planta-

mos la misma semilla

hoy (hacemos esto al

predicar y enseñar la Pa-

labra de Dios) como fue

plantada en el primer

siglo, en los tiempos del

Nuevo Testamento, ob-

tendremos el mismo pro-

ducto. En ese entonces,

las Iglesias de Cristo re-

sultaron (Hech.2:47; 1

Cor.1:2; Rom.16:16). De

modo, que si tenemos la

semilla, si plantamos la

semilla, y se permite que

la semilla se vuelva pro-

ductiva, tendremos Igle-

sias de Cristo hoy, nada

más y nada menos. Tal

es la belleza del Cristia-

nismo del Nuevo Testa-

mento.

Consecuentemente, la

Iglesia del Señor en este

siglo no es solo otra de-

nominación, o una parte

de todas. (d) Cuarto. De-

be ser observado que

para obtener algo dife-

rente, se debe plantar

alguna otra semilla. Para

obtener Mormones,

plante el Libro de Mor-

món; para obtener Cató-

licos; plante el Catecis-

mo; para obtener Testi-

gos de Jehová, plante los

escritos de Carlos T. Rus-

sell; para obtener Adven-

tistas, plante los escritos

de Elena G. de White;

Page 7: El Expositor · Cristiano y tener éxito en el campo del entreteni-miento”. Todos los que escucharon la declaración aplaudieron la fe del joven y se maravillaron de su casa para

para obtener Bautistas,

plante el Manual Bautis-

ta; para obtener Meto-

distas, plante la Discipli-

na Metodista; para obte-

ner Musulmanes, plante

el libro de Corán; para

obtener Budistas, plante

el libro Tripitaka.

(e) Quinto. Si quere-

mos más Iglesias de

Cristo, debemos plantar

más semilla de la Pala-

bra de Dios. La cosecha

del agricultor es propor-

cional a la semilla que

planta. En consecuencia,

tengamos más series de

predicaciones, más pro-

gramas de televisión y

radio, más campañas,

más cursos por corres-

pondencia, más trata-

dos, Escuela Bíblicas de

Verano, más estudios en

el hogar, y más invita-

ciones a los servicios.

¡Más siembra de semi-

llas!

II. Sí, Debido a La Ley de Racionalidad del

Señor

(1) ¿Cuál es la ley a la

que hacemos referencia?

Una cosa es igual a la

suma de sus partes. Da-

vid dijo, “La suma de tu

palabra es ver-

dad” (Sal.119:160). Un

automóvil no es un mo-

tor, ni una puerta, ni un

radiador, ni una batería,

ni un cárter de aceite.

Pero, la suma de todos

estos constituye un au-

tomóvil.

Vol. 20, Número 1

(2) Una Ilustración

para ayudar y su aplica-

ción. Supongamos que

un amigo solicita su

ayuda para encontrar su

auto perdido, un auto

que nunca has visto.

¿Cómo sabrá cuando

encuentra el automóvil

adecuado? Usted le da-

ría una lista de caracte-

rísticas de identificación.

Un auto Ford, Gris exte-

rior, marrón interior, año

1995, etc. Usted conoce-

rá cuando ha encontra-

do el auto correcto con

todas estas característi-

cas esenciales de identi-

ficación.

La Aplicación. Usted

conocerá cuando en-

cuentra la Iglesia del

Nuevo Testamento, la

Iglesia del primer siglo,

la Iglesia de Cristo,

cuando usted la encuen-

tra en nuestro tiempo

que tiene todas las ca-

racterísticas esenciales

de identidad. Pero

¿Cuáles son esas carac-

terísticas? (a) La Iglesia

del Nuevo Testamento

fue guiada únicamente

por la doctrina de los

apóstoles (Hech.2:42;

Gál.1:6-9). No tenía ca-

tecismos, manuales, dis-

ciplinas, confesiones de

fe o credos (2 Tim.3:16,

17; Jn.16:13; 14:26; 2

Ped.1:3). (b) La Iglesia

del Nuevo Testamento

adoró en el primer día

de la semana (1

Cor.16:2), cantaban a

Página 7

terísticas de identifica-

ción: (a) No tenemos

credos, manuales, disci-

plinas, catecismos o

confesiones de fe he-

chos por los hombres.

Somos gobernados sola-

mente por la doctrina de

los apóstoles, por el

Nuevo Testamento. (b)

Adoramos en el primer

día de la semana y can-

tamos a capella, oramos,

estudiamos la Palabra de

Dios, ofrendamos de

nuestros recursos y ob-

servamos la Cena del

Señor semanalmente. (c)

Cada congregación es

local, autónoma e inde-

pendiente, teniendo an-

cianos, diáconos, evan-

gelistas y miembros. (d).

Somos designados como

la Iglesia de Cristo o por

un equivalente.

(e) Si usted pregunta-

rá, ¿Cómo me puedo

convertir en un miembro

de la Iglesia de Cristo

hoy?” le responderíamos

amablemente al ser ins-

truido a ser un creyente

arrepentido y bautizarse

para el perdón de sus

pecados.

(3) Una Deducción.

Siendo este el caso, la

Iglesia del Nuevo Testa-

mento existe hoy. Usted

puede ver una cosa (La

Iglesia del Nuevo Testa-

mento) es igual a la su-

ma de sus partes (Todas

las características esen-

ciales de identificación).

capella (Efe.5:19), ofren-

daban de sus recursos (1

Cor.16:1), observaban la

Cena del Señor semanal-

mente (Hech.10:7), ora-

ban (Hech.2:42; 1

Cor.14:15) y estudiaban

la Palabra de Dios

(Hech.2:42; 20:7). (c) La

Iglesia del Nuevo Testa-

mento fue organizada

en capacidades locales,

autónomas y congrega-

cionales (Hech.14:23),

teniendo ancianos, diá-

conos, evangelistas y

miembros (Fil.1:1), (d).

La Iglesia del Nuevo Tes-

tamento fue designada

la Iglesia (Efe.1:22, 23),

la Iglesia de Dios (1

Cor.1:2), la Iglesia del

Señor (Hech.20:28), la

Iglesia de Cristo

(Rom.16:16). (e) A la

Iglesia del Nuevo Testa-

mento fue ingresada

como resultado de per-

sonas bautizadas y cre-

yentes penitentes

(Hech.2:36-47).

Si, ésta es la Iglesia

que existió en el primer

siglo. Si, está fue la Igle-

sia de la que Pedro, San-

tiago, Juan y Pablo fue-

ron miembros, la Iglesia

que todos creen era la

correcta. Ahora, sin la

intención de ser jactan-

cioso, sino ser amable-

mente claro, afirmamos

que la Iglesia de Cristo

en su comunidad es la

misma Iglesia. La iglesia

de Cristo en este siglo

tiene las mismas carac-

Page 8: El Expositor · Cristiano y tener éxito en el campo del entreteni-miento”. Todos los que escucharon la declaración aplaudieron la fe del joven y se maravillaron de su casa para

Conclusión

(1) Si Jesús estuviere sobre la tierra, ¿A que Iglesia asistiría? Cuando el autor se movió a Forth Worth, Texas en 1964, el hermano Leroy Brownlow sostuvo nuestra primera Serie de predicaciones, con dos servicios cada día ( ¡ Q u e d í a s t a n maravillosos! ¡Como creció la Iglesia en ese tiempo!). Uno de los sermones del hermano Brownlow fue titulado, “¿A qué Iglesia Cristo Asistiría?” Él señaló que Cristo asistiría a la Iglesia que lleva su nombre, etc. (b) Existe ciertamente tal Iglesia en el mundo, en nuestro tiempo y época. Ciertamente, la Iglesia del Nuevo Testamento existe. (2) Un R ueg o . ¿Investigará y visitará la Iglesia de Cristo en su comunidad? Encontrará a un grupo de personas cálidas de corazón, serviciales en la naturaleza, felices en su comportamiento, amables en espíritu, comprensivas en actitud y comprometidas sin reservas a predicar y practicar el evangelio del p r im e r s ig lo s in compromiso ni cambio. La Iglesia del Nuevo Testamento en el siglo Veinte. La Iglesia “ahora” como “entonces”.

―Fuente: The Spiritual Sword, Vol. 33; No.2;

Enero 2002. Págs. 45-48.

E l libro de Jonás termina

abruptamente con la

pregunta retórica de Dios a

Jonás, “Y no tendré yo piedad

y Nínive?” (Jonás 4:11). Nin-

guna respuesta del profeta es

registrada. El libro lo deja

malhumorado sobre una la-

dera caliente — ¡una imagen

decididamente poco halaga-

dora de un profeta!.

¿Pero de quién es esta his-

toria? Jonás es obviamente el

autor y principal personaje

del libro, pero el héroe de la

historia no es nadie más que

Dios. Es Dios quien determina

enviar al profeta a una impía

ciudad de Nínive, quien lleno

de misericordia responde la

oración de Jonás desde el

vientre del pez, quien perdo-

na a los arrepentidos Ninivi-

tas, y quien continúa pacien-

temente enseñando a Jonás

aun cuando el libro termina.

El carácter definitorio de

Dios, revelado por primera

vez a Moisés en Éxodo 34:6 y

citado con exasperación por

Jonás, (4:2) está en plena

exhibición, “...tú eres un Dios

clemente y piadoso, tardo en

enojarte, y de grande miseri-

cordia, y que te arrepientes

del mal”. A pesar de que

Jonás arremete contra él,

Dios es quien es glorificado

en todo momento.

Parece probable que Jo-

nás ciertamente aprendió la

lección; ¿De qué otra forma

habría surgido el libro? Si,

toda la Escritura es alentada

por Dios por medio del Espí-

ritu (2 Tim.3:16, 2 Ped.1:21),

El Expositor Enero-Febrero 2020 Página 8

pero asumimos que Él tra-

bajó a través de autores

dispuestos, y Jonás no es la

excepción. Si eso es así,

podemos suponer que Jo-

nás estaba dispuesto a es-

cribir la historia tal como es,

registrando sus acciones y

actitudes pecaminosas para

que todos las pudieran ver,

dando así la gloria a Dios.

De esta forma, Jonás no se

convierte en el héroe de su

propia historia.

La aparente moderación

de Jonás de sí mismo va en

contra del comportamiento

humano normal. La tenden-

cia natural, por así decirlo,

es enfatizar los éxitos y lo-

gros de uno mientras se

pasan por alto las propias

debilidades y fracasos. Glo-

rificarse a uno mismo está

en el corazón del "orgullo

de la vida".

Dios tiene un diferente

plan para nuestras vidas. Él

es el verdadero y único Hé-

roe, y nuestro mayor propó-

sito es encontrar nuestro

lugar en Su historia. Lo ve-

mos más claramente en Su

Hijo. Jesús se dejó humillar

porque puso la gloria del

Padre por encima de su

propio interés. “Porque he

descendido del cielo, no

para hacer mi voluntad, sino

la voluntad del que me en-

vió” (Jn.6:38; cf. Fil.2:5-8).

Cuando Jesús fue injuria-

do, Él respondió, “Yo no

tengo demonio, antes hon-

ro a mi Padre; y vosotros

me deshonráis. Pero yo no

busco mi gloria; hay quien

la busca, y juzga” (Jn.8:49-

50). Jesús despreció la ver-

güenza de la cruz

(Heb.12:2), sin embargo,

permitió que su propia his-

toria le condujera a esa te-

rrible muerte porque creía

en un propósito más eleva-

do que buscar su propia

gloria. Al humillarse así mis-

mo, Jesús nos mostró la

única verdadera senda a la

gloria: “Si yo me glorifico a

mí mismo, mi gloria nada

es; mi Padre es el que me

glorifica” (Jn.8:54). “Por lo

cual Dios también le exaltó

hasta la sumo, y le dio un

nombre que es sobre todo

nombre, para que en el

nombre de Jesús se doble

toda rodilla de los que están

en los cielos, y en la tierra, y

debajo de la tierra; y toda

lengua confiese que Jesu-

cristo es el Señor, para glo-

ria de Dios Padre” (Fil.2:9-

11). Esta es la historia de

Dios; Él es el Héroe a quien

pertenece toda gloria, y Él

glorificará a todos los que

buscan Su gloria en lugar de

la suya propia.

Debemos buscar tener la

misma mentalidad que ve-

mos en Cristo, poniendo la

gloria de Dios y los intere-

ses de los demás por enci-

ma de los nuestros (Fil.2:3-

5). Pablo mismo nos da esta

clase de ejemplos. Antes de

encontrar su verdadero pro-

pósito en Cristo, Pablo tenía

una historia impresionante

— Continúa en la Página 2

¿Quién es el Héroe de tu Historia? Eric Reynolds

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