El Estado Judío y La Ideología Nacional Israelí

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Página 1 ¿Conoces a todos los muertos? ¿Y a los que nacerán...? Nacerán bajo los árboles, nacerán bajo la lluvia, nacerán de las piedras, nacerán de estallidos, nacerán de espejos, nacerán de rincones, nacerán de derrotas, nacerán de anillos, nacerán de capullos, nacerán del comienzo, nacerán de la narración, nacerán sin final. Nacerán, crecerán y los matarán. Y nacerán, nacerán, nacerán... Mahmud Darwish, Poema de Beirut, 1984. El Estado Judío y la ideología nacional israelí En el presente escrito se pretende dar cuenta de los conceptos teóricos que constituyen la justificación filosófica a la creación del Estado de Israel y a su ideología religiosa-nacional. A tales fines, se tomarán las nociones de Carl Schmitt vinculados al concepto de lo “político”, es decir en la lógica amigo-enemigo como distinción ultima de la política. Por otra parte, se considerará el desarrollo del Hannah Arendt vinculado a los conceptos de violencia y poder en tanto contrapuestos. En relación a esto se intentará responder al interrogante entorno al hecho de entender a la política como soberanía o como poder, respectivamente. Asimismo, se tendrá en cuenta el argumento filosófico de la creación del Estado de Israel, a partir del creador del movimiento sionista moderno e ideólogo de la estructura del Estado Judío, Theodor Herzl. En este sentido, se entenderá por sionismo al movimiento nacional judío que reclama para sí el establecimiento de su propio Estado, procurando por medios violentos de conquista y limpieza étnica el territorio de la Palestina histórica. 1 La cuestión que recorre este desarrollo sientas sus bases en la violencia de la ideología nacional israelí y su formación teórica. En este sentido, se intentará establecer una línea de conexión subyacente entre la justificación al accionar del Estado de Israel, sus argumentos ideológicos nacionales y sus ideas apriori coloniales y de ocupación. 1 Pappé, Ilan. (Noviembre, 2006) Llamando las cosas por su nombre: La limpieza Étnica de Palestina de 1948. En Mapamundi de Conflicto_Mundo Árabe. Jornadas Internacionales QUIEN NO TIENE MEMORIA NO TIENE FUTURO, Barcelona.

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Ensayo desde la perspectiva de Arendt y Schmitt

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    Conoces a todos los muertos?

    Y a los que nacern...?

    Nacern bajo los rboles,

    nacern bajo la lluvia,

    nacern de las piedras,

    nacern de estallidos,

    nacern de espejos,

    nacern de rincones,

    nacern de derrotas,

    nacern de anillos,

    nacern de capullos,

    nacern del comienzo,

    nacern de la narracin,

    nacern sin final.

    Nacern, crecern y los matarn.

    Y nacern, nacern, nacern...

    Mahmud Darwish, Poema de Beirut, 1984.

    El Estado Judo y la ideologa nacional israel

    En el presente escrito se pretende dar cuenta de los conceptos tericos que

    constituyen la justificacin filosfica a la creacin del Estado de Israel y a su ideologa

    religiosa-nacional. A tales fines, se tomarn las nociones de Carl Schmitt vinculados al

    concepto de lo poltico, es decir en la lgica amigo-enemigo como distincin ultima de la

    poltica. Por otra parte, se considerar el desarrollo del Hannah Arendt vinculado a los

    conceptos de violencia y poder en tanto contrapuestos. En relacin a esto se intentar

    responder al interrogante entorno al hecho de entender a la poltica como soberana o como

    poder, respectivamente.

    Asimismo, se tendr en cuenta el argumento filosfico de la creacin del Estado de

    Israel, a partir del creador del movimiento sionista moderno e idelogo de la estructura del

    Estado Judo, Theodor Herzl.

    En este sentido, se entender por sionismo al movimiento nacional judo que reclama

    para s el establecimiento de su propio Estado, procurando por medios violentos de

    conquista y limpieza tnica el territorio de la Palestina histrica.1

    La cuestin que recorre este desarrollo sientas sus bases en la violencia de la

    ideologa nacional israel y su formacin terica. En este sentido, se intentar establecer

    una lnea de conexin subyacente entre la justificacin al accionar del Estado de Israel, sus

    argumentos ideolgicos nacionales y sus ideas apriori coloniales y de ocupacin.

    1 Papp, Ilan. (Noviembre, 2006) Llamando las cosas por su nombre: La limpieza tnica de Palestina de 1948. En

    Mapamundi de Conflicto_Mundo rabe. Jornadas Internacionales QUIEN NO TIENE MEMORIA NO TIENE

    FUTURO, Barcelona.

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    1. Concepto de lo poltico2 en Carl Schmitt.

    En primer lugar, resulta menester dejar clara constancia de lo que representa la

    concepcin de lo poltico para el autor. En este sentido, se entender como tal, no slo al

    status poltico de un pueblo en un territorio dado, sino que tambin se concebir a lo

    poltico bajo la lgica amigo-enemigo.

    Ahora bien, dicha dicotonoma exime lo poltico de las aceptaciones morales,

    religiosas, econmicas o de cualquier otra forma de la cultura. Representa el mximo

    vnculo de asociacin o disociacin de la relacin entre dos o ms Estados.

    En consecuencia, el enemigo no ser ni bueno ni malo, ni bello ni feo, el enemigo es

    un soberano al cual se reconocer como igual. Entonces, el enemigo es, nada ms y nada

    menos, que lo otro, lo extrao, el extranjero. Sin embargo, este "otro" se construye como

    una negacin a la propia existencia. En este sentido, el enemigo no puede en absoluto ser

    representado por un ente abstracto, el enemigo debe ser reconocido existencialmente. Dado

    que la nocin de enemigo incluye la eventualidad, en trminos reales de lucha.

    La guerra, como tal constituye un concepto central para el vinculo de esta relacin,

    puesto que la eventualidad de que se d existencialmente es condicin de posibilidad para

    el establecimiento de la lgica amigo-enemigo. Empero, la lucha no significa competencia

    comercial, como as tampoco representa luchas simblicas o espirtales. La guerra cobra

    significado real a travs del hecho de que incluya intrnsecamente la posibilidad real de la

    eliminacin fsica del otro. En este sentido, la guerra deriva slo de la cristalizacin

    absoluta de la hostilidad, que no es ms, que la absoluta negacin de la existencia del otro

    ser, dando un comienzo a la agresin blica contra del enemigo.

    Sin embargo, la guerra no constituye por s misma una meta, un fin o un objetivo;

    tampoco es una consecuencia de la poltica ni un componente ms. Por el contrario, su

    presupuesto como posibilidad siempre real determina el pensamiento y la accin del

    hombre, induciendo as un comportamiento poltico especifico. Podra decirse, a raz de

    esto, que el hombre es hombre en tanto se agrupa y ordena en filas de amigos y enemigos.

    Ms aun, la eventualidad da la pauta de que la distincin entre amigos y enemigos no

    se halla dada de una vez y para siempre. Incluso, la nocin de neutralidad, al igual que

    todos los conceptos polticos, se encuentra dominado por la posibilidad de reagrupamiento

    de las relaciones de asociacin o disociacin.

    Por supuesto que de ser as, eliminaramos el absurdo de una guerra puramente moral

    y sobre todo religiosa. Cuando finalmente se trasciende la frontera de la agresin

    existencial al otro e implica un reagrupamiento, el conflicto se vuelve poltico. Bajo este

    presupuesto, me permito afirmar que la problemtica que conlleva la creacin del Estado de

    Israel, es decir, los 66 aos de Al Nakba3 palestina, no puede ser considerado ni por un solo

    2 Schmitt, Carl. (2009) El concepto de lo poltico. Madrid: Alianza, p171-200.

    3 La Nakba: el trmino en rabe remite, aunque no exactamente, al concepto de catstrofe o tragedia. El cual hace

    referencia al forzoso xodo palestino de 1948 como consecuencia de la creacin del Estado de Israel.

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    instante como un conflicto puramente religioso. En este sentido, hemos de resistir a

    aquellos que insisten en la insensata afirmacin de que el conflicto palestino-israel es una

    cuestin religiosa, basado en el "antisemitismo"4 y el odio irracional que sienten los rabes

    hacia los judos.

    Cualesquiera sean los conflictos que permeabilizan el reagrupamiento humano no son

    solo polticos, sino tambin, decisivos. Por lo tanto, la unidad poltica en su existencia, se

    establece como unidad decisiva y soberana. En este caso, la soberana se entiende como la

    capacidad decisiva en relacin al reagrupamiento de las relaciones de asociacin o

    disociacin.

    El Estado, por su parte, siendo el status o situacin poltica de un pueblo en un

    territorio dado se arroga para s la unidad soberana, es decir, la capacidad de resolver frente

    a casos excepcionales. Como consecuencia, es Estado en tanto pueda zanjar la relacin de

    amigo-enemigo en el mbito interno y externo.

    2. La Violencia 5y el poder en Hannah Arendt.

    En primera instancia, reviste de importancia destacar la separacin expuesta por la

    autora entorno a los conceptos de poder y de violencia. El poder, por su parte, representa la

    capacidad de actuar concertadamente. Entendiendo que el poder nunca le pertenece a un

    individuo, sino que atae a un grupo de personas, es que se puede afirmar que slo mientras

    el grupo se muestre unido persistir el poder.

    Por otro lado, la potencia es entendida como la capacidad de actuar individualmente,

    como una entidad singular. Se constituye, por lo tanto, como la propiedad inherente al

    individuo y le pertenece en su carcter de particularidad. Si bien, puede guardar relacin

    con otros es esencialmente independiente de ellos.

    Acabadamente, la violencia, se halla ms prxima a la potencia y se distingue por su

    carcter instrumental. Los instrumentos de la violencia son utilizados para aumentar la

    potencia natural. Con miras a dejar ms clarificada la cuestin, hemos de comprender que

    la violencia no es la ms flagrante manifestacin del poder, como as tampoco, el poder

    constituye una forma "mitigada" o "institucionalizada" de la violencia. Ms an, la

    violencia no dependen de las voluntades u opiniones, sino de los instrumentos de la

    violencia, estos constituyen herramientas catalizadoras de la potencia humana. En tanto,

    quienes resisten a la violencia tan solo con el poder, se vern obligados a comprender que

    se enfrentan con artilugios del hombre. Artefactos que, naturalmente, se hallan

    deshumanizados y eficazmente destructivos.

    4 Es pertinente recordar que el trmino semitismo remite al conjunto de doctrinas morales, instituciones, costumbres y

    lenguas de los pueblos semitas de Medio Oriente y del norte de frica. En este sentido, habra que diferencia el

    antisemitismo del anti judasmo, puesto que los palestinos son, tambin, semitas. 5 Arendt, Hannah. (2005) Sobre la violencia. Madrid: Alianza.

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    En este sentido, "La violencia puede siempre destruir al poder; del can de un arma

    brotan las rdenes ms eficaces que determinan la ms instantnea y perfecta obediencia.

    Lo que nunca podr brotar de ah es el poder."6

    As pues, el dominio de la violencia se aplica all donde el poder se est perdiendo o

    simplemente nunca ha existido. Consecuencia de esto, aparece la incitacin al uso de la

    violencia y su utilizacin concluye en impotencia. La violencia necesita ser avalada por el

    poder.

    Concluyentemente poder y violencia, no slo son conceptos distintos, sino que

    tambin son opuestos. En el caso de que uno se alce como dominante se denota la ausencia

    del otro. La violencia hace acto de presencia donde el poder est en peligro de desaparecer,

    empero acaba por hacer desaparecer el poder. La violencia solo puede destruir al poder, es

    incapaz de crearlo.

    Ahora bien, la violencia no es irracional ni mucho menos bestial. En este sentido, la

    violencia de la ideologa nacional israel que se desarrollar ms adelante, tampoco es

    irracional. Las acciones en pos de una ideologa, componen actos deliberados basados en

    teoras seudocientficas o religiosas. En las luchas racistas en general, y en el caso

    particular del antisemitismo7 israel, siempre son criminales y genocidas pero no por eso

    "irracionales". Actos criminales8 que constituyen la consecuencia lgica y racional del

    racismo, que exceden a simples prejuicios, sino que se constituyen como sistemas

    ideolgicos.

    A mi entender, la aparicin de un sistema ideolgico da cuenta de la imposibilidad

    del entendimiento, donde la ideologa9 se cristaliza como verdad ltima cuando en realidad,

    no puede ms que representar una simple parcialidad, las que sustituyen legitimaciones de

    dominacin tradicionales simulando justificarse a partir de las crticas a formas anteriores.

    La ideologa bien podra considerarse como la irrupcin de la violencia en el discurso y en

    las posibilidades de entendimiento, situacin podra culminar con la materializacin del

    enemigo y la guerra.

    La violencia, en trminos de Arendt, es por naturaleza un instrumento. Es racional, en

    tanto y cuanto, resulte efectiva para alcanzar el fin que la legtima y/o justifica. Por otra

    parte, ante la imposibilidad de conocer con fehacientemente las consecuencias eventuales

    de las acciones llevadas adelante, la violencia podr ser racional mientas persiga fines a

    corto plazo. Ms aun, la violencia no promueve causas, ni revoluciones ni el progreso; slo

    puede ser eficiente para atraer a la atencin pblica. Lo peligroso de la violencia, es sin

    duda alguna, que los medios superen a los fines. Tal y como ha sucedido con la cuestin del

    sionismo, donde los 66 aos de sangre constante y sonante, no fueron suficientes para la

    suturacin del conflicto.

    De la relacin entre estos autores podemos ver como la violencia y lo poltico,

    mantienen relaciones visceralmente distintas en ambos. En Schmitt, la violencia, cuya

    expresin ms cruda se refleja la guerra, no slo es necesaria sino tambin se halla

    6 Ibd. p. 73. 7 Vase referencia 4. Comprendiendo que la poblacin rabe-palestina es semita, las acciones en contra de su integridad se

    constituyen como actos de antisemitismo. 8 Se entera por actos criminales a aquellos que violan el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario. A

    saber, crmenes de guerra y de lesa humanidad. 9 Habermas, Jrgen . (1986) Ciencia y tcnica como "ideologa". Madrid: Tecnos, p.79.

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    intrnseco a lo poltico. Con esto, se hace referencia al hecho de que debe existir, aunque

    ms no sea idealmente, la posibilidad de exterminacin del enemigo. A pesar de esto, lo

    poltico en Schmitt est dirigido a la situacin de normalidad, donde lo "anormal" es el

    conflicto armado, an ms, el orden debe ser restablecido, para que pueda existir un orden

    jurdico que rija la situacin normal. Sin embargo, lo que reviste de importancia de la

    excepcionalidad es que permite vislumbrar sin ms la decisin, concepto que se vincula en

    lnea directa con la soberana. Puesto que, es soberano quien tiene la potestad y el poder de

    tomar decisiones y de hecho las toma.

    En cambio, la violencia en Arendt, es una herramienta que no tiene participacin en

    lo que entiende por poltica. Donde ambas se excluyen mutuamente, la guerra no sera

    entonces "la continuacin de la poltica por otros medios". Calificar a una accin ejecutada

    por la violencia como poltica es inicuo, puesto que la primera constituye la negacin de la

    segunda. En cuanto al concepto de poder, se puede ver an ms claramente, esta relacin de

    exclusin. El momento en el que la violencia hace acto de presencia marca el momento en

    el poder se est agotando.

    Quiz el punto donde estas visiones opuestas sobre violencia y poltica se tocan sea

    travs del poder y la soberana respectivamente. En este sentido, me permito expresar -con

    vastas posibilidades de errar- que el poder en Arendt es anterior a la soberana en Schmitt,

    concibiendo a ambos conceptos como partes integrantes de un mismo proceso. El poder es

    el cual rige en situaciones normales, el poder como accin concertadamente con los

    individuos y bajo el orden legal. Sin embargo, en situacin de caos, en la cual la situacin

    excepcional excede al orden es necesario que rija la soberana.

    A mi entender, podra decirte adems, que resulta necesario que el soberano goce de

    la legitimidad que le otorga el poder consensual para poder ejercer la soberana. En otras

    palabras, para que el soberano pueda tomar decisiones entorno a la relacin de amistad y

    enemistad con otros Estados, debe primero haber suturado esas relaciones dentro de sus

    lmites territoriales. Dicha subsanacin de decisiones a su interior le otorga al soberano el

    poder tomar decisiones respecto de la relaciones exteriores y sus vnculos de amistad y

    enemistad en nombre del status poltico de un pueblo.

    Ms an, cuando el soberano pierde poder al interior de su propio territorio, se vuelve

    un Estado nulo o fallido y pierde as su soberana10

    . Ah es donde entra en juego la

    violencia, en el intento de recuperar el poder, sin comprender que el poder no surge de esta

    y el accionar violento solo puede perseguir objetivos de restablecimiento del orden en el

    corto plazo. Al final de cuentas, para que pueda existir la soberana schmittiana debe

    primero resolverse el reagrupamiento humano sobre las relaciones de amistad y enemistad.

    Esta operacin se erguir del consenso de un grupo en pos de determinado tipo de

    relaciones con los unos y con los otros, operacin de poder consensual.

    10 La actual situacin en la Repblica rabe Siria, da cuenta de un claro ejemplo de esta cuestin. El gobierno de Al-

    Assad ha perdido el poder al interior del Estado y consecuencia inevitable ha perdido la soberana a nivel internacional.

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    Adems, poder y soberana, tienen en comn la temporalidad. El poder solo podr ser

    detentado mientras est presente el grupo al cual responde. La soberana, por su parte, solo

    podr ser detentada mientras se conserve mientras no se incurra en modificaciones frente a

    las relaciones de asociacin y disociacin.

    3. La creacin del Estado judo por Theodor Herlz11.

    Desde una reconstruccin del fundador del pensamiento sionista moderno se puede

    comprender que para el movimiento nacional judo, el establecimiento de "su" Estado, era

    no solo una necesidad, sino la consecuencia del devenir de la historia.

    Su anlisis parte del problema judo como un residuo de la Edad Media, que aparece

    en todas partes en que los judos viven en un nmero considerable. Este concepto cristaliza

    el presupuesto de que la aparicin misma de la comunidad juda provoca en antisemitismo

    (anti judasmo). Por lo tanto, la creacin de un Estado constitua una necesidad y una

    resolucin para el problema judo.

    Antes de proseguir con el desarrollo, es de vital importancia definir que a fines de

    este escrito se entender por Nacionalismo12

    : a la voluntad de determinados individuos de

    identificarse emocionalmente con "su" nacin, en tanto sentido de pertenencia, y de

    movilizarse polticamente en pos de ella.

    Ahora bien, para la construccin de ese Estado Nacional era necesario -adems de la

    identidad nacional de la cual carecan- un territorio. En relacin al objetivo territorial,

    Herzl, siempre tuvieron presente que se obtendra a travs de la colonizacin.

    El autor da cuenta de los ensayos fallidos de colonizacin realizados por los que en

    palabras de Herlz eran hombre realmente bien intencionados y sus ensayos fueron

    precursores prcticos de la idea del Estado judo. Sin embargo, estos proyectos

    colonizadores fallaron puesto comenzaba a despertar un ferviente sentimiento de

    antisemitismo en la poblacin nativa.

    "La Argentina es, por naturaleza uno de los pases ms ricos de la tierra, de inmensa

    superficie, poblacin escasa y clima templado. La Repblica Argentina tendra el mayor

    inters en cedernos una porcin de tierra. La actual infiltracin de los judos ha provocado

    disgusto: habra que explicar a la Argentina la diferencia radical de la nueva emigracin

    juda."13

    Por lo tanto, la colonizacin solo debera emprenderse en cuanto la soberana

    estuviera garantizada. La cual debe ser concedida y otorgada al pueblo judo, en forma

    adecuada a sus necesidades y ambiciones. En este sentido, para el autor no es siquiera

    necesario que el territorio a colonizar deba significar una conexin histrica.

    11 Herlz, Theodor. (2004). El Estado Judo. Buenos Aires: Erev Rash Hashan. 12Hobsbawm, Eric. (1989).Banderas al viento. Naciones y nacionalismos. En La era del capitalismo (1848-1875) Madrid:

    Labor, p. 144. 13 Herlz, Theodor. (2004). El Estado Judo. Buenos Aires: Erev Rash Hashan, p.45.

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    El autor concibe tericamente dos rganos: La Society of Jews y la Jewish Company.

    La primera se muestra como el fundamento cientfico y poltico de la segunda, lo que en

    sus palabras ser la persona "moral". Mientras que la segunda ser la persona "jurdica",

    que se desarrollar no slo como organismo financiero sino que pondr en prctica el

    poder que le otorga la representacin de la comunidad o persona moral.

    Ms an, aqu podemos ver como entra en vigencia la categora de poder de Hannah

    Arendt, puesto que la unin de la comunidad juda le da fundamento y legitimidad a la

    soberana de la Society of Jews. Poder que ser ejercido mientras el grupo que lo conforma

    permanezca unido.

    En cuanto a la Jewish Company, en palabras del autor, deber ser concebida como

    una Chartered Company juda, en lnea con las grandes compaas colonizadoras de

    Europa. La cual se encargar de la liquidacin de los bienes de los judos emigrantes y

    organizar la vida econmica en el nuevo pas. Dos cuestiones han de ser dignas de

    mencin en esta poco inofensiva definicin de Jewish Company. En primer lugar, la

    declaracin explcita de que la Chartered Company juda, diagramar la toma de posesin

    del pas en cuestin, siguiendo un modelo de colonizacin. Estos modelos a seguir, se

    basaron en general en el exterminio de los pobladores originarios, en el peor de los casos, o

    la explotacin de los mismos, en el mejor de los casos. Adems, el robo, la expropiacin y

    la explotacin de los recursos naturales de las tierras.

    "En verdad, el Estado Judo est concebido como una creacin original de un

    territorio que no ha sido determinado an. Pero no son las extensiones de tierra las que

    constituyen el Estado, sino los hombres reunidos por una soberana."14

    A partir de este supuesto, el autor redefine un concepto no slo de Estado, sino

    tambin de soberana. Para crear un Estado, entonces, alcanza con un grupo de hombres

    que profesando una misma religin decidan unilateralmente que un territorio debe

    concedrseles en desmedro de otros habitantes. Este concepto de Estado, adems, exime de

    la necesidad la territorialidad. A su vez, es el pueblo quien constituye el fundamento

    humano del Estado y su soberana. El fundamento humano es, desde luego, el ms

    importante, aunque es necesario el fundamento material en tanto territorio.

    En este sentido, se puede establecer un vinculo con el concepto de soberana de

    Schmitt, en el sentido de que no necesariamente sea un Estado el soberano, sino que es

    soberano aquel que puede tomar una decisin en nombre del fundamento humano.

    4. De la utopa del Estado Judo al Estado de Israel.

    En la utopa del Estado Judo descripta por Herzl, se puede entender a la "patria"

    como un organismo comparable a un ser vivo. Es aqu donde el nacionalismo se vuelve

    tica, en tanto conjunto de criterios de conducta que fueron oportunamente dictadas por el

    inters de todo el cuerpo. Ms an, conformara un nacionalismo que niega cualquier

    14 Ibd. p.83.

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    norma del derecho o la justicia, puesto que estas solo existen para responder a las

    necesidades de la colectividad. Lo que en palabras de Hobsbawm sera la nacin como

    nueva religin cvica15

    del Estado. De esta forma, cumpla un rol de nexo que una a los

    todos los ciudadanos con el Estado, obrando a la vez como contrapeso para quienes

    apelaban otras lealtades por encima del Estado.

    El concepto imaginario de Nacin el que le permite al movimiento sionista en

    general, y a Hertzl en particular, unificar a la masa juda bajo un smbolo comn. Para eso

    deba forjar un nuevo sistema simblico para el Estado Judo, una bandera, un orden social

    y un idioma. Las masas judas que seran activadas bajo la mitologa del nacionalismo judo

    tenan por objetivo principal convertirse en la fuerza de choque de la conquista y la

    posterior colonizacin de cualquiera sea el territorio a designar.

    La ideologa nacional israel constituye sin duda una expresin extrema del

    Nacionalismo como religin de la patria, puesto que han identificado a la nacin con el

    hebreo. Idioma que no haba sido hablado por los judos cotidianamente desde los aos de

    cautiverio en Babilonia, es decir desde el 586 a. C aproximadamente16

    . La mayora de los

    judos hablaban el yiddish, el hebreo acaba de ser reinventado a fines siglo XIX, aprendida

    ms como un smbolo de compromiso sionista que por su real utilizacin. Ms aun, en la

    exigencia territorial vuelve a conformar una posicin extrema, dado que reclaman un

    territorio habitando por otro pueblo.

    En este sentido, reviste de importancia destacar que la violencia se halla presente en

    el discurso de la ideologa nacional israel desde el fundador del sionismo moderno hasta

    nuestro das. Retomando el concepto de violencia de Hannah Arendt es posible comprender

    que la violencia israel desde la creacin del Estado de Israel en 1948, tiene su razn de ser

    en la resistencia palestina. Lo que deseo expresar con esto que nunca lograron el poder

    consensual con la poblacin palestina, ellos resisten a la anexin por la fuerza de sus tierras

    al Estado de Israel. La violencia se hace su acto de presencia aqu donde el poder nunca ha

    existido, peor an, de los procedimientos de la violencia nunca podr surgir el poder.

    Segn Arendt, lo ms peligroso de la violencia es la superacin de los medios a los

    fines, el interrogante que surge de la cuestin es acerca de los fines del Estado de Israel. En

    este sentido, pretendo dar cuenta de que quiz el objetivo nunca fue la convivencia y la

    integracin de los palestinos que quedaron bajo los lmites territoriales del Estado de Israel

    en 1948. Me permito decir que quiz, la violencia pas del discurso de Hertzl a los sucesos

    de la Nakba, casi en lnea directa. Puesto que se constituyeron fuerzas de choque que

    arrebataron de sus tierras a sus pobladores originarios. En 1948 la poblacin palestina era

    de 1.200.000, al menos 750.000 se convirtieron en refugiados, 418 aldeas fueron

    completamente destruidas y 15.000 palestinos fueron asesinados.17

    15 Hobsbawm, Eric. (1989).Banderas al viento. Naciones y nacionalismos. En La era del capitalismo (1848-1875) Madrid:

    Labor, p. 150. 16 Ibd. p. 148. 17 Estos ndices corresponden a informacin recolectada por el Departamento de Negociones del Estado de Palestina. Para

    ms informacin: www.nad-plo.org. Tambin podr contrastar la informacin con los ndices de la Oficina de las

    Naciones Unidas para los Refugiados. www.unrwa.es

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    El primer mito que se ensea respecto de la Nakba es que Palestina era una tierra

    vaca antes de que arribara el movimiento sionista, y estos le otorgaron a un pueblo sin

    tierra, una tierra sin pueblo. La ideologa nacional israel, edific a travs de su

    historiografa una serie de mitos que justifican y justificaron su accionar. Sin ir ms lejos,

    para la historia nacional de Israel en 1948 se produjo la Guerra de Independencia o Guerra

    de Liberacin contra los ejrcitos rabes para la cual los habitantes palestinos abandonaron

    sus tierras voluntariamente por pedido del mundo rabe para dar lugar a la invasin. 18

    Sin embargo, el mito ms peligroso relata que Israel siempre busca la paz, la lucha

    armada es inevitable por el anti judasmo del mundo rabe. Este mito cobra fuerza, a pesar

    de ser de pblico conocimiento que quien ha rechazado sistemtica en diversas

    oportunidades los acuerdos e iniciativas de paz fue el Estado de Israel.19

    Ahora bien, lo peligro de este mito tiene como consecuencia la abstraccin absoluta

    del enemigo. Puesto que el Estado de Israel lucha contra el terrorismo o contra el anti

    judasmo. Lo que en palabras de Schmitt constituirn como la abstraccin del enemigo, un

    enemigo que no puede ser reconocido existencialmente. Antes fue la Organizacin para la

    Liberacin de Palestina, hoy es Hamas y maana quiz sean otros, la cuestin que subyace

    a esto es que en primera instancia siempre fueron deslegitimadas por Israel como

    organizaciones terroristas. Es la clara transformacin de la otredad en un ente enajenado

    polticamente. Con esto quiero hacer referencia al hecho de que en este tipo de

    enfrentamientos "lo poltico" es sustancialmente superado, dado que descalifican al

    enemigo, incluso moralmente. Por lo tanto, no solo debe ser derrotado sino destruido

    totalmente.

    El correlato que esto posee con la realidad vigente es escalofriante, lamentablemente

    es posible contrastarlo con la ltima incursin militar israel a la Franja de Gaza,20

    denominada Margen Protector. Peor an, puede verse con total claridad la aparicin del

    concepto teolgico de Guerra Justa o Guerra Santa21

    , a travs de las fuerzas areas israeles.

    En este sentido, pretendo resaltar que la guerra del aire, imposibilita absolutamente la

    relacin entre el beligerante, el suelo y la poblacin enemiga, no es posible vislumbrar ni

    vestigios de la vinculacin entre proteccin y la obediencia. Es decir, la poblacin sometida

    por la potencia ocupante siquiera puede elegir obedecer a cambio de proteccin. En

    consecuencia, da cuenta de la ausencia de asentimiento y carcter destructivo, de limpieza

    tnica y eliminacin del otro.

    Por otra parte, tambin la colonizacin y la expulsin de los palestinos de sus tierras

    an es moneda corriente. Sin ir ms lejos, el Sr. Avigdor Lieberman, ministro de

    18 Papp, Ilan. (2012). Los demonios de la Nakba. Buenos Aires: Canaan. 19 Ibd. 20 Si bien el anlisis de la Operacin Margen Protector no forma para de este escrito, es menester recordar las terribles

    consecuencias de la misma. Durante los 53 das de ofensiva israel a la Franja de Gaza entre el 6 de julio y el 27 de agosto

    del corriente ao, fueron asesinados al menos 2143 palestinos (entre ellos 577 nios y 102 ancianos), resultaron heridos

    ms de 11.230 personas (entre ellos al menos 3374 nios y 410 ancianos). Al menos 600.000 palestinos se convirtieron en

    refugiados. Para ms informacin vase: http://www.nad-plo.org/userfiles/file/media%20brief/GazaUnderFire.pdf 21 Schmitt, Carl. (2005). El nomos de la tierra en el derecho de gentes del "Jus publicum europaeum". Buenos Aires:

    Struhart y Ca, p. 354-355.

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    Relaciones Exteriores del Estado de Israel, tiene el honor de ser el nico ministro que no

    vive en su propio pas. l es un colono ilegal residente de la colonia Noqdim, al este del

    distrito de Beln, entre la Ciudad de Beln y el Mar Muerto. Es decir, dentro de los lmites

    territoriales del ocupado Estado de Palestina.

    Entre sus dichos ms destacables de halla:

    "Los que participaron el viernes en el festival en apoyo al pueblo palestino en Gaza, en la

    aldea de Kabul en la Galilea deben celebrar por mucho tiempo en la crcel por cargos de

    traicin y de apoyo al terrorismo. Los manifestantes, entre ellos diputados rabes, no

    demostraron solidaridad humana con los palestinos en Gaza, sino que expresaron su apoyo

    a los enemigos que lucharon contra Israel durante casi dos meses. Por lo tanto, deben ser

    tratados como traidores al igual que aquellos que apoyan a cualquier organizacin

    terrorista. Deberan concederles un momento de silencio, como lo hicieron en la

    manifestacin, pero esta vez dentro de las celdas de la prisin."22

    El otro (la poblacin palestina) resulta victima de lo que se denomina un guerra

    policial contra el terrorismo, alteradores de la paz y criminales, en que el cual las armas se

    utilizan contra el enemigo de forma vertical. Por lo tanto, se lleva al extremo absoluta la

    discriminacin y abstraccin del otro. Es as como reaparece el concepto de Guerra Justa,

    contra los enemigos de la humanidad.23

    Entonces, lo que Schmitt busca con el ius bellis no es acabar con las guerras, sino

    acotarlas. Esto se logra mediante el reconocimiento del enemigo como un otro igual, no

    como un enemigo de la humanidad.

    Ms an, digno es de mencin que el partido poltico del cual forma parte el

    Sr. Liberman, el Likud, en su plataforma poltica niega la solucin de los dos Estados y

    proclama la anexin de las regiones de Samaria y Judea, parte integrante del territorio

    perteneciente Estado Palestino bajo ocupacin.24

    Por todo lo anteriormente mencionado, es que se puede dar cuenta de los intereses

    coloniales del sionismo, en teora y praxis, donde sus representantes polticos ejercen con

    xito las medidas ideas por Theodor Herzl.

    En relacin a la cuestin de entender la poltica como soberana o como poder,

    quiz la poltica sea y contenga un poco de ambas. Puesto, resulta necesaria la soberana de

    la manera que la entiende Carl Schmitt, es decir, que gozar de soberana sea la toma de

    decisiones entorno a las relaciones de asociacin o disociacin.

    Sin embargo, con miras a la posibilidad de ejercer la soberana resulta menester que

    el status poltico de un pueblo se halle unido bajo el consenso de formar parte del mismo.

    Entonces, el concepto de poder hace su acto de presencia en la poltica.

    Concluyentemente, poder y soberana formar parte del concepto de poltica y

    posibilitan el desarrollo del status poltico del pueblo. 22 Traduccin de la pgina de Facebook del Sr. Liberman. La publicacin fue realizada el 31 de agosto de 2014. Vase:

    https://www.facebook.com/AvigdorLiberman?fref=ts 23 Schmitt, Carl. (2005). El nomos de la tierra en el derecho de gentes del "Jus publicum europaeum". Buenos Aires:

    Struhart y Ca, p. 354-355. 24 Para ms informacin en relacin a la plataforma poltica del partido Likud vase: http://www.likudargentina.com.ar/

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    Finalmente, la pregunta que queda sin responder una vez terminado este desarrollo,

    se funda en la relacin entre la sociedad israel y el sionismo. Tras la operacin Margen

    Protector, la sociedad israel expres su apoyo al partido Likud, mediante una encuesta

    realizada por un canal de televisin.25

    En este sentido, quiz deba entenderse este apoyo al

    sionismo por miedo a la colectividad, a la religin del Estado, para tener apariencia de

    sionista; o es que tal vez simplemente naci de ellos. Sin embargo, la respuesta no fue la

    oposicin a la violencia.

    25Una encuesta revel que tras la operacin Margen Protector se fortaleci la derecha israel (7 de agosto de 2014).

    Agencia Juda de Noticias. Recuperado de http://www.prensajudia.com/shop/detallenot.asp?notid=38958

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    Bibliografa:

    -Schmitt, Carl. (2009) El concepto de lo poltico. Madrid: Alianza

    - Arendt, Hannah. (2005) Sobre la violencia. Madrid: Alianza.

    - Schmitt, Carl. (2005). El nomos de la tierra en el derecho de gentes del "Jus publicum

    europaeum". Buenos Aires: Struhart y Ca,

    - Papp, Ilan. (2012). Los demonios de la Nakba. Buenos Aires: Canaan.

    - Hobsbawm, Eric. (1989). Banderas al viento. Naciones y nacionalismos. En La era del

    capitalismo (1848-1875) Madrid: Labor.