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    Desacatos

    Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa [email protected]: 1405-9274MXICO

    2000Johannes Neurath

    EL DON DE VER.EL PROCESO DE INICIACIN Y SUS IMPLICACIONES PARA LACOSMOVISIN HUICHOLA

    Desacatos, Invierno, nmero 005Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social

    Distrito Federal, Mxicopp. 57-77

    mailto:[email protected]://www.redalyc.com/mailto:[email protected]
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    I. PENSAMIENTO MTICO Y

    REPRESENTACIONES COLECTIVAS

    D URANTE LAS LTIMAS dos dcadas la cosmo-visin se ha convertido en un tema predilec-to de la antropologa mesoamericana, hastaconvertirse en un lugar comn. Persisten, sin embargo,una serie de problemas que dificultan la comprensinde estas representaciones colectivas sobre el mundo. Es

    la cosmovisin ciencia o mito? Es propiedad intelectualdel informante excepcional, de algunos especialistaso de toda una comunidad? O ser producto de la imagi-nacin del investigador, quien extrapola y sintetiza cosassobre las cuales los aborgenes no suelen reflexionar? (Ga-linier, 1990:25).

    Con el fin de avanzar en este gnero de estudios noshemos propuesto profundizar sobre un aspecto que tal

    vez no parezca tan problemtico: la constatacin de quelas cosmovisiones indgenas no suelen conocer una se-paracin tajante entre los mbitos de la naturaleza, lasociedad y lo sobrenatural o sagrado. Entre los huicho-les y coras, ambos grupos uto-nahuas de la Sierra del Na-

    yar en el Occidente de Mxico,1 las fuerzas o elementos

    de la naturaleza son considerados deidades, al tiempo queantepasados y parientes de los seres humanos. En estaconcepcin todo el mundo es una gran casa, una co-munidad. Pero no creemos que nuestros informantessean tan nafcomo para no distinguir entre el fuego y unabuelo o entre su patio de danza y el mundo. 2 Dos pro-

    blemas se plantean: qu quiere decir lo mismo en tr-minos mitolgicos?, y sobre todo, en qu contexto sur-gen estas identificaciones?

    En un nivel diferente de anlisis encontramos la con-cepcin de que en los orgenes mticos todas las cosas,especies de plantas, animales y seres humanos, forma-

    ban una unidad indiferenciada, conviviendo en ausenciade reglas y sin problemas de comunicacin,ya que todosse hablaban y entendan. Luego se estableci el orden,

    basado en diferenciaciones categricas, reglas de inter-cambio (ergo, el tab del incesto) y una alternancia rt-mica de segmentos temporales (da-noche, temporadade sequa-temporada de lluvias). Por diferentes circuns-tancias un antepasado se transform enxcosa y otroen y. Pero todos los seres animados del universo una

    El don de ver

    El proceso de iniciacin y sus implicacionespara la cosmovisin huichola

    Johannes Neurath

    : Museo Nacional de Antropologa, Institu-to Nacional de Antropologa e Historia.1 Este trabajo trata, en primer lugar,de los huicholes, grupo con quie-nes realic numerosas temporadas de trabajo de campo entre 1992 y

    1998. En algunos casos se analiza material comparativo de los coras,grupo vecino de los huicholes, que actualmente estoy investigando.Para hablar de los indgenas de la regin del Gran Nayar en trmi-nos generales utilizo los trminos nayaritas o nayares.2 Sobre todo, la identificacin que los huicholes establecen entre el ve-nado y el peyote ha causado mucho ruido entre los estudiosos delpensamiento mtico.

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    categora bastante amplia descienden del mismo grupode ancestros deificados. Esto implica que los seres huma-nos, los animales, las plantas y los elementos naturalespueden comunicarse entre s,pero con mucha dificultadaprender a comunicarse significa someterse a una ini-ciacin chamnica.As, la no separacin entre naturaleza

    y sociedad se refiere al tiempo mtico,no a la actualidad.Siguiendo los planteamientos de M. Bloch y J. Parry

    (Bloch,1977, 1989;Parry y Bloch,1989), postulamos queuna cosmovisin se origina y reproduce en la confluen-cia de dos campos cognitivos,bastante diferentes entre s,pero no totalmente separados el uno del otro. Mientras

    que los conocimientos prcticos y empricos se aprendenen el curso de la vida cotidiana, los aspectos netamentemitolgicos se reproducen,principalmente, en las fiestas

    y rituales,es decir, durante la experiencia liminal colecti-va. La reproduccin de una cultura a largo plazo requierede este segundo campo donde,necesariamente, se mane-

    jan nociones de carcter ideolgico. Los conocimientosexactos sobre el mundo fsico son un ingrediente impor-tante, pero las cosmovisiones combinan estos saberesprcticos y empricos con complejas construcciones mi-tolgicas que no representan realidades objetivas, sino lamistificacin de las mismas.3

    Tal vez lo ms caracterstico del cosmos indgena es quea travs de ste, el pequeo crculo de la etnia se expandeimaginariamente para adquirir dimensiones universa-les. Desde las piedras hasta los astros, todo forma partedel propio sistema de parentesco. No deja de sorprenderque pueblos minsculos, ubicados en remotas serranas,se atribuyan ser el centro del mundo y estn convencidosde ser los productores de la lluvia del mundo.

    La cosmovisin se entiende al analizar cmo el mito,ritualmente escenificado, se sobrepone a la cotidianidad.Aunque se vive en una poca posterior al caos original,

    el tiempo del mito no es una cosa del pasado.Sobre tododurante los procesos rituales existe una extraa sincronaentre una temporalidad mtica no diferenciada y el pre-sente diferenciado (que es resultado del acontecimientomtico). En este contexto,la comunidad regresa a sus or-genes, lo que significa que los eventos narrados en losmitos de creacin vuelven a suceder.Es as como duran-te ciertas fases del ritual los lmites categricos vuelven ahacerse franqueables. Gracias al efecto hipntico de lasdanzas, el consumo de alucingenos y la experiencia ri-tual, la nocin del tiempo se pierde. En las escenificacio-nes rituales, el Abuelo Fuego es un abuelo y el anciano

    cantador es el fuego;Nuestra Madre, la Lluvia del Orien-te es una serpiente y el grupo de danzantes es la lluvia.

    En el ritual no hay representacin (en sentido tea-tral), sino identificacin entre significante y significado.Como explica Cassirer (1925: 64), con fundamento enlas obras de Preuss (1912, 1921-1923) sobre los corasvecinos de los huicholes y los witoto, lo que ocurreen estos ritos, como en la mayora de los cultos de mis-terios, no es ninguna representacin meramente imita-tiva de un suceso, sino el suceso mismo y su acontecerinmediato; es un drmenon, esto es, un acontecimientoreal y efectivo. Sin ceremonias, los procesos naturales

    simplemente no tendran lugar y el cosmos no se repro-ducira. No obstante,cabe sealar que, aun cuando fueradel contexto ritual las identificaciones de esta ndole nodejan de operar,su importancia s es bastante atenuada.El mundo mgico de los huicholes existe, principal-mente, durante las grandes fiestas y rituales.

    II. RECIPROCIDAD Y JERARQUA

    Para continuar con las distinciones necesarias en la com-prensin de la cosmovisin huichola, pensamos queson dos los principios que estructuran la interaccin delos seres y los elementos en el universo: la reciproci-dad y la jerarqua. Estos rdenes no necesariamente soncompatibles el uno con el otro, aun cuando intervienensimultneamente en muchos contextos culturales. Poresta razn no debe buscarse una explicacin de toda larealidad social fundada en uno solo de ellos.

    3 As, las cosmovisiones suelen encontrarse, al menos parcialmente,en contradiccin con las condiciones reales de la existencia.El mismoparentesco entre la gente y las fuerzas de la naturaleza, que se conside-ran sus antepasados divinizados, implica que existe una ideologa, defi-nida como representacin imaginaria de la relacin entre el individuoy las condiciones reales de su existencia. Las ideologas no son pro-ducto de falsas conciencias ni irracionales. Como lo explica Zizek,siguiendo a Althusser,lo ms ideolgicoes la idea de que pueda exis-tir una sociedad sin ideologa (Althusser, 1970; Zizek, 1992).

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    En su reciente libro,El enigma del don (1996), Gode-lier argumenta,con mucha razn, que el intercambio re-cproco de dones no debe considerarse el nico hechosocial total. Las indagaciones etnolgicas en el Gran Na-

    yar demuestran que hay, al menos, un subciclo ritualdonde el predominio del principio de jerarqua es mani-fiesto. En particular,el anlisis de los rituales iniciatorioshuicholes revelan su preeminencia sobre el principio dereciprocidad.

    Desde luego, no cuestionamos la vigencia de la ley dela circulacin de dones(Mauss,1971 [1923-1924]) en eluniverso nayarita, en el mbito de la naturalezay en el de

    la sociedad. Los intercambios rituales expresan y repro-ducen la solidaridad entre todos los miembros de la

    comunidad, pero estos ritos tambin vinculan a la co-munidad con las fuerzas del ms all: muertos, ances-tros, fuerzas de la naturaleza y dioses que moran en loslugares de la geografa ritual. Con todos estos seres tam-

    bin se comparten relaciones recprocas de cooperaciny convivencia.

    En las fiestas se realiza una serie de intercambios ritua-les de alimentos (tamales,pinole, caldo, atole, buuelos,trago), que unen a los grupos domsticos entre s y conla comunidad.La comida es aportada por diferentes casas

    y concentrada en un fondo comn. Este fondo comnse vuelve a distribuir entre todos,de manera tal que todos

    comen la comida de todos. Por otra parte, se preparanofrendas de flechas, jcaras,velas y otros objetos,mismos

    FOTOGRAFA

    DE

    ARTURO

    GUTIRREZ

    DEL

    A.

    Tuki huichol, San Sebastin (Waut+a)

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    que son untados con la sangre de los animales ritualmen-te sacrificados. Despus de las fiestas se realizan peregri-naciones para entregar estas ofrendas a los lugares sagra-dos donde moran los antepasados deificados. stos sealimentan con la sangre y utilizan los objetos ofrenda-dos como instrumentos mgicos para sus quehaceresdivinos. En contraparte (contradon), los dioses se sacri-fican en beneficio de la humanidad, transformndose enaquello que los seres vivos requieren. Ofrecen como suregalo ms precioso el agua bendita de la lluvia.

    Pero la vida social no slo se rige por el principio de lareciprocidad. Si bien es cierto que ste es muy importante,

    lo mismo vale para la jerarqua. La cosmovisin planteaguerras y conflictos entre las fuerzas luminosas de arriba

    y los poderes oscuros de abajo (Preuss,1912). En estas lu-chas no hay victoria definitiva, pero tampoco empate. Elamanecer, que es la victoria de los dioses de mayor ran-go, siempre importa ms que su inversin en el atarde-cer, cuando vencen las deidades del inframundo. La je-rarqua social encuentra fundamentos en esta asimetra.

    Si la lucha csmica no se resuelve, tampoco la contra-diccin entre un aparente equilibrio de fuerzas opuestas

    y su negacin, la asimetra jerarquizada.El igualitarismocomunitario tiende a desenfatizar las asimetras simb-

    licas y sociales, pero no las puede desaparecer. A su vez,la jerarqua siempre es precaria y cuestionada. Puede de-cirse que en esta sociedad, bsicamente igualitaria y sinclases sociales, no hay una democracia perfecta, perotampoco poderes absolutos. Como ya hemos sealado,es una cuestin de niveles y contextos lo que decide culde los principios deber prevalecer. Por lo dems, el ri-tual es un mecanismo de repeticin que perpeta las in-definiciones y contradicciones estructurales que al finalde cuentas permiten la estabilidad relativa del sistema ysu reproduccin (Lvi-Strauss, 1958).4

    En los ritos agrcolas simples sobre todo en los que serealizan en los patios familiares se intercambian ofren-das por lluvia y salud. Casi cualquiera puede realizar es-tas ofrendas y asegurar as el bienestar de su gente, de suganado o de sus coamiles (campos de cultivo). En la rela-cin entre los seres humanos y las deidades prevalece unespritu de reciprocidad, aunque en las mismas ofrendashuicholas tambin se observa cmo las relaciones recpro-cas se convierten en asimtricas: la ofrenda dirigida a unadeidad tambin tiene carcter de oracin. Las plegariasse inscriben en la decoracin de las ofrendas: pinturassencillas,figuras de cera y objetos en miniatura.Y aunque

    en muchos rituales no se enfatiza este aspecto, quedaclaro que las deidades receptoras de los objetos donadosno estn obligadas a conceder todo lo que se les pide.

    Tambin se advierte que en el contexto de la iniciacinchamnica la importancia del intercambio recproco que-da eclipsada. El iniciante que practica el autosacrificio atravs de duros ejercicios (ayunos, vigilias, caminatas) lo-gra convertirse en la deidad que l mismo representa. Lano-separacin entre significante y significado es vivida entodas sus consecuencias. El bienestar de los dems de-pende de la experiencia y el cumplimiento del ritual dequienes pasan por la iniciacin. stos no intercambian

    con los dioses,puesto que no se puede intercambiar nadacon uno mismo.Al trmino de este proceso, el iniciantese encuentra transformado en autoridad. Su trato conlos no iniciados ya no ser igual.

    La posicin que alguien ocupa en la sociedad huicholadepende,en primer lugar, del grado de iniciacin.Los cha-manes experimentados se mueven con cierta libertad en-tre el mbito mtico de los ancestros y la cotidianidad mssencilla que comparten con los dems; controlan el mun-do de los no iniciados porque tienen acceso al otro nivel.

    Hablar de la cosmovisin de una sociedad se compli-ca cuando la relacionamos con la estructura poltica, quees una estructura contradictoria por naturaleza. Para losno iniciados el cosmos es menos complejo.Las pautas deinteraccin con el mundo responden,ms que nada,a ra-zones y vivencias prcticas, pero no se reflexiona mucho.Su participacin en el ritual es pasiva y se limita al cum-plimiento de la costumbre. Naturalmente, las cosmovi-siones de los ancianos y chamanes son ms interesantes

    4 El concepto del dualismo jerarquizado o concntrico propues-to por Dumont (1980), explica cmo todos los pares de oposicionesbinarias que componen un sistema de clasificacin suelen expresarrelaciones de jerarqua. La parte que es positivamente valorada re-presenta la totalidad e incluye o engloba su opuesto inferior, quesolamente es una parte. As, el Padre Sol es la deidad suprema, lasmadres de la fertilidad nicamente controlan ciertos elementos delcosmos.

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    para el etnlogo. Pero la acentuada elaboracin de estasversiones, que no carecen de ingredientes muy perso-

    nales de carcter especulativo,tiene que compararse conlas cosmovisiones ms simples de la gente no iniciada,5

    de igual manera que el mundo mgico del ritual deberelacionarse con la vivencia cotidiana en los contextosno-rituales (Bloch, 1977).

    III. LA CASA GRANDE

    No es difcil reconocer que el universo nayarita tieneuna estructura de quincunce (la divisin espacial delcosmos en cuatro partes y un centro). Segn la mito-loga cora, el mundo y el mitote se originaron cuandola diosa madre teji una cruz romboide (chaanaka uojo de dios) con sus propios cabellos,utilizando como

    soporte dos flechas entrecruzadas proporcionadas porsus hijos. Al terminar este artefacto, lo coloc en el sue-lo y orden a todos los antepasados que se dispusieran a

    bailar mitote, danzando en sentido levgiro encima del. De este modo el mundo se extendi en el espacio.Desde entonces, tejer un chaanakay danzar mitote sig-nifican recrear el mundo, con su estructura de quincun-ce (Preuss, 1908).

    La estructura de quincunce es la cuadratura de la dua-lidad: arriba y abajo, combinado con izquierda (utata,tambin norte) y derecha (tserieta, tambin sur) un parcomplementario de dos pares complementarios de opues-

    tos. Utatay tserieta tambin refieren a los puntos solsticia-les. El Sol teje el quincunce con sus desplazamientos,que van del oriente al poniente y del norte hacia el sur.

    Es este quincunce una expresin de la cosmovisinhuichola? Seguramente s, pero la jcara de la comunidadun importante objeto ritual tambin es un microcos-mos y, especficamente, una rplica del patio de danza(Preuss, 1911, 1912; Kindl, 1997). A diferencia del quin-cunce, que explica cmo se cre el mundo, la jcara aludea la fertilidad de la Madre Tierra. Sin embargo, descifrarla cosmovisin no es encontrar la representacin quecorresponde a cada cosa del mundo. Sera mejor com-

    prender cmo cada representacin sirve a los aborgenespara pensar diferentes aspectos del mismo mundo.

    En los grandes templos (tuki,callihuey), en los centrosceremoniales tukipay en los patios de mitote encontra-mos modelos ms complejos del mundo. Estas casasgrandes son representaciones del cosmos entero y, a la

    vez, las aldeas donde habitan los ancestros fundadores odioses. Tambin el trmino huichol kiekari ilustra estaidentificacin, ya que significa ranchera,comunidad

    y mundo.Arquitectnicamente, los tukipa de las comunidades

    huicholas orientales Tuapurie (Santa Catarina Cuexco-matitn) y Waut+a* (San Sebastin Teponahuastn) sonlos centros ceremoniales ms complejos del Gran Nayar,

    vestigios de una tradicin que se remonta al menos hasta

    La jcara de la comunidad, representacin de todo el universo; cora deJess Mara, Nayarit (coleccin Preuss, Museo de Etnologa, Berln)

    5 Entre los baruya, M. Godelier estudi las diferencias entre las con-cepciones cosmolgicas de los iniciados y de los no-iniciados (Go-delier, 1982).

    FOTOGRAFA

    DE

    THOMASLOECKNER

    * La grafa + (i herida) corresponde en el idioma huichol a unavocal abierta que se pronuncia como una combinacin de la iy dela u. (N. de E.)

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    el periodo Clsico de Mesoamrica.6 La complejidad dela jerarqua de los encargados del tukipa es considerable.Entre los huicholes occidentales de la comunidad deTateikie (San Andrs Cohamiata) la arquitectura esms sencilla, pero tambin encontramos complejas so-ciedades jerarquizadas de jicareros (xukurikate) o pe-

    yoteros(hikuritamete). Los patios de mitote de los coras,tepehuanes y mexicaneros son extremadamente simplesen trminos constructivos. Solamente encontramos unafogata,un crculo de piedras y un altar sencillo (tapeixtle).Tambin la jerarqua de encargados del mitote es muysencilla, sin embargo, al igual que entre los huicholes, elpatio representa el universo y en las fiestas se repite lacreacin del mundo (Preuss, 1911, 1912) (vase el mapapara la ubicacin de las comunidades y grupos tnicos).

    Los tukipa de los huicholes orientales son los nicoslugares del antiguo territorio mesoamericano donde anse construyen pirmides con fines ceremoniales. Porejemplo, en el centro ceremonial de Keuruwit+a (LasLatas), comunidad de Tuapurie, existen dos pequeostemplos elevados (xirikite) que estn construidos sobre

    basamentos de aproximadamente un metro y medio dealtura. El acceso a estos templos es por medio de empi-nadas escaleras. Mientras que los troncos piramidalesson considerados rplicas del Cerro del Amanecer (Pari-tek+a o Reuunari), ubicado en el extremo oriental deluniverso huichol, las escaleras representan el senderoque el Sol sube durante su viaje desde el inframundo ha-cia el cenit. De acuerdo con su orientacin hacia el Ce-rro del Amanecer, estos templos se ubican al extremooriental de una gran plaza central de danza.

    Al otro extremo de este espacio se ubica el temploprincipal del centro ceremonial, que es una estructura

    La sierra del Nayar

    Tepehuanos 1. San Francisco Ocotn

    2. Santa Mara Ocotn3. Canoas4. Azqueltn

    Mexicaneros 1. Santa Cruz Acaponeta2. San Agustn Buenaventura3. San Pedro Jcoras

    Coras 1. Santa Teresa2. Dolores3. Rosarito4. San Juan Corapan5. La Mesa del Nayar6. Jess Mara7. San Francisco

    Huicholes 1.San Andrs Cohamiata2. San Miguel Huaistita3. Zoquipan

    4. Guadalupe Ocotn5. El Colorado de la Mora6. Sitacua7. El Roble8. Santa Catarina Cuexcomatitn9. San Sebastin Teponahuastn10. Tuxpan de Bolaos11. Keuruwit+a

    Mestizos 1. Huazamota2. San Juan Peyotn3. San Pedro Ixcatn4. Santa Luca de la Sierra5. Tenzompan6. Huaynamota7. Huajimic8. Mezquitic9. San Martn de Bolaos

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    6 Segn el arquelogo Weigand (1992), los centros ceremoniales tu-kipa son derivaciones de la tradicin de Teuchitln.

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    hundida y circular, con un techo alto de zacate sostenidopor dos postes.Este edificio el tuki o callihuey est ubi-cado en y orientado hacia el poniente. As, mientras quela plaza con los xirikiteelevados representan el mundosuperior, el cielo y el desierto ubicado arribaen el orien-te,el tuki es una rplica del inframundo y del mar,la partems antigua del universo. Siendo eltukipa el rancho delos dioses, el tuki es la cocina y, de hecho, la fogata centraldel gran templo representa el lugar del horno (Teaka-ta), sitio donde naci y habita el Dios del Fuego,Tatewar.

    Los dems templos se agrupan alrededor del patio cen-tral e igualmente representan importantes lugares sagra-

    dos y destinos de peregrinacin. Los encargados deltukipa los jicareros son representantes de los ante-pasados deificados. Durante el lapso de cinco aos quedura su cargo, habitan el templo que corresponde a ladeidad que personifican. Se llaman jicareros porquecuidan las jcaras sagradas que tambin se identifican conlas deidades. Como nombre personal, cada uno de elloslleva el de la deidad que representa, cuya jcara cuida ycuyo adoratorio habita.

    En resumen, cada tukipa ocupa el centro de un am-plio sistema de correspondencias simblicas que conec-ta cargos, templos, dioses y lugares de culto, los cuatro

    rumbos y el centro. El conjunto arquitectnico del tu-kipa representa los puntos ms importantes de la geo-grafa ritual: forma un modelo en miniatura del cosmos.El quincunce (ts+kuri), la jcara, la casa grande y elmundo real convergen para convertirse en una serie deamplificaciones o reducciones pticas de un mismomodelo. Los mltiples significados del trmino kiekarino son una coincidencia.

    Sin embargo, las relaciones de oposicin binaria queencontramos en el tukipa son asimtricas e implican unarelacin jerrquica entre lo de arriba y lo de abajo.Esto queda todava ms claro al analizar el panten delos dioses, representado por la fila de los jicareros.

    IV. LA FILA DE LOS INICIANTES

    Los dioses son ancestros fundadores, los miembros ori-ginales de la comunidad. Forman parte de la sociedad,pero no como cualquier miembro, sino como gente

    mayor, autoridades e iniciados (marakate). La costum-bre de llamar a casi todos los dioses con trminos deparentesco como tamatsi (nuestro hermano mayor),tatei (nuestra madre), tatata o tayau (nuestro pa-dre),takutsi (nuestra abuela),teukari (abuelo oabuela),tatewari (nuestro abuelo) o tatutsi (nues-tro bisabuelo), ilustra el tipo de relaciones que preva-lece entre hombres y dioses: parentesco que implica untrato de respeto, de cercana y a la vez de distancia.

    Los dioses son iniciados o maraakate(hombres-dio-seso chamanes) y han obtenido nierika, el don de ver.Este concepto clave de la religin huichola es polivalente;

    se relaciona con la mejilla, la cara y el espejo. Comoofrenda,nierika se refiere a una serie de objetos redon-dos o poligonales (tejidos, tablas de estambre), que seusan ritualmente como instrumentos para ver (Lum-holtz, 1986). Muchas veces, en el centro del nierika seencuentra un agujero que sirve para ver al otro lado, elmundo secreto, genuino y mtico-atemporal de los ante-pasados.Nierika, en el sentido de don de ver, solamen-te se obtiene mediante la prctica del (auto)sacrificio y dela austeridad, participando en peregrinaciones, velacio-nes nocturnas, ayunos y dems formas de bsqueda de

    visiones (Negrn, 1986, Negrn y Neurath, 1996). La no-

    cin de nierika tambin se relaciona con la estructura delquincunce,del paisaje ritual y del centro ceremonial, don-de cada elemento corresponde a uno de los cinco rum-

    bos cardinales. Esta cualidad geomtrica del mundo sedescubre participando en los rituales y peregrinaciones.

    En el sentido estricto de la palabra sacrificio, los car-gueros tienen la obligacin de matar reses durante de-terminadas ceremonias. Otros sacrificios consisten enrenunciar a la migracin estacional durante el tiempoque dure el cargo de peyotero, lo que puede significar per-der un buen empleo u otras oportunidades de ganardinero. Para muchos, lo ms difcil son las reglas de aus-teridad: abstenerse de comer sal y, sobre todo, de tenerrelaciones sexuales con mujeres que no son sus esposas.Vale la pena recordar que todas las transgresiones sexua-les tienen que confesarse pblicamente durante ciertas fa-ses de los ritos y peregrinaciones. Los que tienen cargosde peyotero tambin tienen que aguantar las desvela-das que duran hasta tres noches y, por supuesto, los

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    interminables bailes, los largos viajes y caminatas de lasperegrinaciones, as como las caceras, que cada vez sonms difciles porque se estn acabando los venados cola

    blanca. Durante las peregrinaciones al desierto de Wi-rikuta, los huicholes tienen que enfrentar la sed, el pol-

    vo, el calor y el fro de las noches.7

    Como iniciantes, los jicareros representan a los ante-pasados que todava no son deidades. La experiencia co-lectiva del grupo de peregrinos durante el viaje a Wiriku-ta, la mortificacin que padecen y la alegra compartida,es lo que les permite adquirir el don de ver, convertirseen representantes de los antepasados deificados.

    No todos alcanzan una experiencia suficiente comopara obtener el rango de iniciado o maraakame. Los que

    logran obtener el rango de nierika llegan a ser ms cer-canos a los ancestros deificados muertos que a los jve-nes no-iniciados vivos. As, son ellos quienes dirigen lasceremonias y ocupan posiciones de autoridad dentro delgobierno tradicional. No hay duda de la funcin legitima-dora de la prctica religiosa: las autoridades son seme-

    jantes a los dioses. Vale mencionar que el ritual no sloenfatiza la importancia de los ya iniciados; en ciertos mo-mentos tambin expresa desprecio por los que no lo sono no la lograron. La separacin entre iniciados y no-ini-ciados se equipara con los conflictos csmicos entre lasfuerzas de la luz y las de la oscuridad, entre las deidadesdel desierto y las deidades del inframundo, o entre ven-cedores y vencidos. As, mientras hay entidades queson ritualmente exaltadas, otras son simblicamentedevaluadas.8

    Vista del conjunto del tukipa huichol de Ratontita, perteneciente a la comunidad de San Sebastin, municipio de Mezquitic, Jalisco

    7 Muchas peregrinaciones, hoy en da, se realizan en camin. Estoimplica que ya no se sufre tanto sacrificio como en los tiemposcuando los peyoteros realizaban todo su v iaje caminando.

    DIBUJO

    DE

    ALFONSO

    SOTO

    SORIA

    8 Cfr. los planteamientos de M. Bloch (1986, 1992)

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    La prctica religiosa fortalece la creencia en que el xi-to en la subsistencia y en la reproduccin es decir,el de-senvolvimiento exitoso de los ciclos naturales dependede los dioses y sus representantes, los jicareros. Ellos sue-an la lluvia durante su rito de iniciacin. Las serpientesde lluvia que nacen de los polvos del rido semide-sierto de Wirikuta son el producto de su sacrificio. Tam-

    bin lo es la salida del sol,el astro que vence a las tinieblasgracias al esfuerzo de sus tropas auxiliares, los peyoteros.En el estado liminal, las fronteras entre categoras sonfranqueables. Los peyoteros experimentan vvidamentecmo se transforman en lluvia y cmo la traen de regreso

    a su comunidad y al mundo. Con el don de ver obtie-nen la fuerza divina de crear y recrear el mundo.Y puestoque ellos mismos son dioses, no piden ni intercambian;sus ritos implican la desaparicin de la reciprocidad.

    En cada distritotukipa la ltima autoridad descansaen un consejo de hasta cinco ancianos, los kawiterutsixi.Por lo general, se trata de los hombres ms experimen-tados y sabios de la comunidad, tanto en los asuntos po-lticos como en las esferas de la religin y la medicina tra-dicional. Durante su vida han pasado por los ms altoscargos de la comunidad y generalmente son curanderoso cantadores reconocidos.

    A diferencia del resto de los cargos,el puesto de kawi-teru es vitalicio. Generalmente, los ancianos principalesno participan tan activamente en la vida poltica comu-nitaria cotidiana, sin embargo, son ellos quienes tienenla ltima palabra en los asuntos importantes. Adems,son sus propuestas, basadas en revelaciones onricas, lasque ms peso tienen cuando se discute la nueva distri-

    bucin de los cargos. Aunque los consejos de ancianospertenecen a los distritostukipa que son subdivisiones dela comunidad,ejercen autoridad sobre los miembros de la

    jerarqua de la cabecera. Su papel ms importante con-siste en preservar el conocimiento profundo de los mitos

    y las ceremonias. Debido a lo extensa que es la literaturaoral huichola, loskawiterutsixi tienen que ser personasposeedoras de una memoria amplia y bien entrenada.

    El significado del trmino kawiteru es ilustrativo de lacosmovisin huichola. Etimolgicamente deriva dela palabra espaola cabildo, pero aparentemente se haasimilado a un trmino huichol, kawitu, que significa

    historia o mito. Esta palabra, a su vez, se relacionacon kawi, que es el nombre de una oruga o gusano quevive abajo de la tierra y de quien se dice que traza loscaminos de los peregrinos (Negrn, 1977: 16). Las prin-cipales rutas huicholas de peregrinacin, dirigidas a lossantuarios de los cinco rumbos, tienen un sinnmero deestaciones y a cada una de ellas corresponde un episodiomitolgico. As,al recorrer los caminos se leen y se apren-den los mitos que, prcticamente, estn escritos en elpaisaje. Loskawiterutsixi se llaman as porque son ellosquienes mejor conocen los mitos y el nierika (quincun-ce) de las rutas de peregrinacin.

    De acuerdo con esta jerarqua, despus de los kawite-rutsixi siguen todos los cargos de jicarero (xukurikame)o peyotero (hikulitame), que tienen una duracin tem-poral fija.

    La palabra hikuritame se deriva de hikuli, peyote.Como es sabido, una de las tareas principales de los ji-careros/ peyoteros9 es precisamente la recoleccin delpeyote (Lophophora williamsi), cactus psicotrpico y sinespinas que crece en el desierto sagrado de Wirikuta, enel norte del estado de San Luis Potos. Pero sta sola-mente es una de sus actividades. Los jicareros tambinson los protagonistas de las fiestas agrcolas que se cele-

    bran en el tukipa. Simultneamente son un grupo decazadores de venado, as como un grupo de peregrinosque tiene la obligacin de viajar hacia una serie de luga-res sagrados del paisaje que corresponden a los cincorumbos cardinales. Adems, como encargados del tu-kipa, conforman un grupo de cooperacin que realizanumerosas jornadas de trabajo tanto para el centro cere-monial como para comuneros particulares que tienenuna participacin importante en algn asunto del tuki-

    pa. Todas estas actividades las desarrollan los jicareros/peyoteros durante la poca seca del ao. En la poca delluvias descansan de su cargo para atender sus coamiles.Ms adelante analizaremos las razones mitolgicas porlas cuales la temporada de lluvias tiene que ser un tiem-po sin gobierno y sin peyoteros.

    9 La diferencia entrexukuritametey hikuritamete es que los jicare-ros son los que tienen un cargo en el tukipa, mientras que los pe-yoterosson los que efectivamente participan en la peregrinacin aWirikuta.

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    La composicin de la jerarqua no esexactamente la misma en todos los tu-kipas. Aunque la mayora de losxukuri-kateson hombres, algunos de los cargosde deidades femeninas son ocupados pormujeres. Las esposas de los xukurikatetambin tienen cargos e importantesobligaciones rituales. Para poder con-

    vertirse en curandero y/o cantador(maraakame), un individuo tiene querealizar al menos cinco peregrinacionesa Wirikuta, lo que implica participar co-

    mo hikuritame durante un mnimo dedos ciclos.Esto debido a que las peregri-naciones solamente se realizan el prime-ro, tercero y quinto ao de cada ciclo.Independientemente del xito en el pro-ceso iniciatorio, cada cinco aos un ji-carero puede ascender en la jerarqua.Solamente los tres cargos ms elevadosde esta jerarqua estn reservados paramaraakate.10

    Los miembros del grupo de peyoterosse distinguen por tres atributos de su

    adorno personal: un espejo circular (nie-rika), un pequeo bule con tabaco (yak-wai) y, durante la poca seca, por lasplumas blancas de guajolote que llevanalrededor del ala del sombrero. Segn lamitologa huichola, el guajolote (aru) esel animal que bautiz al sol (tau) (Lum-holtz, 1986: 36-37; Negrn, 1977: 142-143). Las plumasde guajolote son as un importante emblema solar(Preuss, 1998: 192). Conforme a la lgica del complejomitote y los mitos de las batallas astrales, los peyoterosfungen como ayudantes o tropas auxiliares del sol en susluchas contra las fuerzas de la oscuridad.11

    Cuando los peyoteros se desplazan como grupo suelencaminar en fila india, respetando su jerarqua interna.Lo ms peculiar de ellos es su humor ritual, que consisteen chistes irreverentes y obscenos, en juegos de palabras

    10 Al parecer, la participacin en los grupos de jicareros no es la ni-ca va para lograr la iniciacin chamnica. Una alternativa al com-promiso ritual con el peyote es la manda con el alucingeno kieri,cuyo culto tiene otras caractersticas y no implica una organizacincomunitaria (Juregui com. pers.).11 En el pasado,los cargos de jicarero tambin eran de guerreros. Ba-

    El tukipa de Keuruwit+a. Relaciones entre puntos del paisaje y estructuras del centroceremonial

    1. Tatewar / Teakata2. Tatutsa / Tatuts Maxakwax3. Tatei Haramara / Tatei Haramaratsie4. Takutsi / Takuts5. Tatei Niariwame / Kwixuxure6. Tamatsiek Teiwari / Tamatsi Yuikwamuta7. Tamatsi Kauyumarie / Paritekia /Reuunari8. Tayu / Paritekia / Reuunaxi9. Santa Catarina10. Tatei Xapawiyeme / Tatei Xapawiyemeta11. Tatei Kiewimuka / Tsakaimuta12. Tatei Yirameka / Tamatsi Teiwari Yuawi /(El Bernalejo)

    Tukipa deKeuruwit+a

    sndose en los informes de Lumholtz (1986 [1900]), Seler demostrque algunas insignias de los peyoteros huicholes corresponden a ob-jetos rituales usados por los sacerdotes del Mxico antiguo. El espejode los peyoteros corresponde al tlachieloni oitlachiaya (instrumen-to para ver), insignia del dios mexica del fuego y de Tezcatlipoca. Lossacerdotes mexicas tambin usaron bules de tabaco (yetecomatl)similares a los yakwai de los peyoteros huicholes (Seler 1902-23,3:366,371).

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    por ejemplo, hablar en contrarios o al re-vs, as como en hacer burla de las autori-dades y de otros grupos tnicos como lostepehuanos, los mestizos o los gringos. Enlas fiestas, varios miembros del grupo dehikuritametesuelen actuar como payasos ri-tuales o tsikwakitsixi. Los peyoteros tambintienen una danza particular, el denominadozapateado huichol, que bailan en muchasocasiones y que es acompaada por sones de

    xaweriy kanari.12 Cada grupo de peyoterostiene sus propios msicos para tocar estas

    piezas.Adems, los peyoteros tienen trompe-tas de cuerno de res (awate) que usan parahacer llamadas acsticas; solamente el en-cargado del dios del viento tiene una conchade caracol marino (k+xa).

    Con sus bromas permanentes, la msicaque los acompaa y el zapateado que bailanen todas las ocasiones posibles, los peyo-teros forman una pequea comunidad defiesta perpetua. Dentro de la comunidad lospeyoteros tienen todas las caractersticas deuna sociedad especial(Van Gennep, 1909:

    1). Divierten a la gente pero tambin inspi-ran miedo y respeto. Como participantes deun rito de iniciacin, llevan la doble vida delos seres liminales. En un estado permanentede intoxicacin de peyote, ofrecen una vivaimagen del grupo original de los antepasa-dos que fundaron la comunidad y crearontodas las cosas del mundo,transformndoseen ellas.

    Los dirigentes de los grupos de jicareros son el+r+kwakame(nombre que deriva de +r+, flecha) yel nauxatame. Los dos son curanderos-cantadores (ma-raakate) que anteriormente tuvieron varios cargos de ji-careros. El +r+kwakamees un representante del dios delfuego Tatewari (Nuestro Abuelo); durante la poca se-ca canta en la mayora de las ceremonias que se llevan acabo (o donde participan) los hikuritamete, adems de

    que dirige las peregrinaciones. En la poca de lluvias supuesto es ocupado por el t+karimahana, el cantador dela medianoche (t+kari). El nauxatamees el confesoryrepresenta a Tatutsi Maxakwaxi (Nuestro Bisabuelo Co-la de Venado). Durante la peregrinacin a Wirikuta, elnauxatamees el encargado de quemar las cuerdas connudos que representan los pecados (transgresiones se-

    xuales) confesados por los peregrinos.Los gastos que implica el cargo de +r+kwakameson

    muy altos, entre otras cosas incluye un nmero elevadode sacrificios de reses. Tal parece que este cargo slo es12 Variantes organolgicos del violn y de la guitarra.

    Sacrificio de toro, Tateikie

    FOTOGRAFA

    DE

    ARTURO

    GUTIRRE

    Z

    DEL

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    asequible para una persona econmicamente acomo-dada. Como representantes de los distritos tukipa, el+r+kwakamey el nauxatame tambin participan activa-mente en las asambleas comunales y forman parte dedelegaciones enviadas a tratar con instituciones federa-les o estatales. Por otra parte, sus actuaciones son objetode permanentes crticas. Casi cualquier desgracia puedeatribuirse a una falta del cantador deltukipa.

    En la lista de los peyoteros de Keuruwit+a aparecen lamayora de las deidades importantes del panten hui-chol, entre ellas se encuentran:

    Tatewari (Nuestro Abuelo, el dios del fuego asociadocon el centro),

    Tayau (Nuestro Padre, el dios solar),Tatutsi Maxakwaxi (Nuestro Bisabuelo Cola de Ve-

    nado),Tamatsi Parietsika (Nuestro Hermano Mayor, el que

    Camina en el Amanecer),Tamatsi Eaka Teiwari (Nuestro Hermano Mayor, el

    Vecino [= mestizo] Viento),Tamatsi Teiwari Yuawi (Nuestro Hermano Mayor, el

    Vecino [Mestizo] de Color Azul Oscuro),Tamatsi +r+ye (Nuestro Hermano Mayor con la Fle-

    cha),Tamatsi Wak+r+ (Nuestro Hermano Mayor, el Tepe-

    huano),Tamatsi Kauyumari (El que no sabe su nombre; un

    personaje trickster),Kam+kime (el lobo),Xurawe Tamai (El Joven Estrella, el lucero del alba),Na+r+ (el dios de los torrenciales),Tsakaimuta (el dios venado de la Mesa del Nayar, Na-yarit),

    Takutsi (Nuestra Abuela o Nuestra Semilla Germi-nada, la vieja diosa de la fertilidad),

    Tatei Kiewimuka (Nuestra Madrede la Mesa del Na-yar, la diosa de la lluvia del poniente),

    Tatei Niaariwame (la diosa madre o serpiente de lluviadel oriente),

    Tatei Y+rameka (Nuestra Madre del Retoo, la diosade la lluvia del norte que vive en una cueva cerca de ElBernalejo, Durango),

    Tatei Xapawiyeme (Nuestra Madre,el Chalate [higue-ra mexicana] de Lluvia, la diosa que vive en la Lagunade Chapala y corresponde al sur),

    Tatei Ut+anaka (la diosa madre del pescado),Tatei Wierika Wimari (Nuestra Madre, la Virgen gui-

    la, la diosa del cielo), yKuixuxure (el aguililla de cola roja).

    Cinco peyoteros que, adems de ocupar uno de los pues-tos mencionados, representan al grupo de los cincocazadores mticos, los awatamete, son tambin los en-cargados de los rumbos cardinales:

    Wawatsari/ el encargado del sur:tuwe / jaguar (tigre),Ututawi/ norte:maye / puma (len),Tsipurawi/ oeste:+xawe / lobo,Tutu Hauki/ este:kap+wi / lince,Tututaka-Pitsiteka/ centro y eje central:mitsu / gato

    monts.

    A diferencia de los restantes peyoteros,estos cinco se com-prometen a realizar cinco peregrinaciones a Wirikuta, loque significa que tienen que participar en la jerarqua deltukipa durante dos ciclos consecutivos.

    V. EL MITO DEL TUKIPAY EL DUALISMO

    JERARQUIZADO

    En la geografa ritual de los huicholes, la gran mayorade los lugares de culto cerros, rocas,piedras,cuevas,ojosde agua, lagunas y el mar son considerados moradas deantepasados divinizados. En tiempos mticos, a travsde sus sacrificios y autosacrificios, los antepasados pudie-ron lograr la calidad de hombres-dioses o iniciados. A la

    vez, se transformaron en cosas que sus descendientes ne-cesitaban para vivir: agua (en sus diferentes formas),maz

    y otras plantas alimenticias, sol,venados y otros animales,tabaco y peyote. As se entiende que estos elementos dela naturaleza, aunque tengan una apariencia diferente a lade los seres humanos,en realidadson gente. Las for-maciones naturales que existen en los lugares de culto dantestimonio de las transformaciones de los antepasados.

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    Determinadas rocas, rboles u ojos de agua surgieron oadquirieron la forma peculiar que tienen durante episo-dios decisivos de la narracin mtica. Lo ms importantees que estos momentos de creacin e iniciacin a travs

    del sacrificio deben ser reactualizados por los encargadosactuales de la comunidad. Los patios de mitote existendesde los inicios del mundo. Las fiestas,como insisten loshuicholes, siguen realizndose sin modificacin alguna

    desde los tiempos de los ancestros deificados hasta lafecha. Para los indgenas, la eficacia de su tradicin ra-dica, ms que nada, en su carcter (supuestamente) in-interrumpido.

    Una versin extensa del mito del tukipahuichol forma parte del canto de la fiestadel peyote (Hikuli Neixa). Este canto se eje-cuta durante tres noches consecutivas, asque no es posible presentar el texto comple-to de este largo kawitu. Ciertos mitemasresultan ser especialmente importantes ymerecen que se les d un trato privilegia-

    do.En particular, se trata de episodios quemarcan el principio y el fin del kawitu deltukipa. La salida de los antepasados del in-framundo se vincula con el gran templocircular ubicado en el poniente del patiofestivo.En el otro extremo concluye el tiem-po mtico con la llegada de los primerospeyoteros al Cerro del Amanecer en eloriente. Aqu me limitar a exponer la es-tructura mtica de la Gran Casa, el marconarrativo dentro del cul se desarrollanlos episodios y aventuras de los dioses.

    Por cierto, debe decirse que casi resultaimposible escuchar el texto del kawitu. Elcantador est sentado en medio de un grantumulto, donde todos danzan frentica-mente en crculo, representando remolinosde agua, serpientes atacantes y combatesentre venados, imitando tambin la lluviacon las pisadas de los huaraches.

    Como todos los mitos de origen, el ka-witu del tukipa comienza en un tiempomuy remoto. Entonces, los dioses salierondel mar, es decir, del inframundo que seubica abajo en el poniente. Al mismotiempo se form el primer grupo de caza-

    dores y peregrinos.La equiparacin del mar conel inframundo es una constante en la cosmovisin hui-chola. Cuando hablan del mar, se refieren principalmen-te al ocano Pacfico, lo que es lgico, ya que la costa deNayarit se encuentra relativamente cerca de su territorio

    Ofrenda en WirikutaF

    OTOGRAFA

    DE

    ARTURO

    GUTIRREZ

    DEL

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    tradicional, ubicado en la parte sur de la Sierra MadreOccidental. Sin embargo, hay que tomar en cuenta quelos mismos huicholes sostienen que el mar se extiendepor debajo de la tierra conectndose con el mar de Vera-cruz (el Golfo de Mxico), ubicado en el oriente.

    Una gran roca blanca solitaria que se encuentra en elmar,a una cierta distancia del Estero del Rey,en el puer-to de San Blas, es el punto de partida del kawitu del tu-kipa, o sea, del camino de la oruga que lleva hasta elotro extremo del tiempo-espacio. Siendo el principal

    lugar de culto de Tatei Haramara, la diosa madre del mar,el monolito marca el punto occidental de la cruz rom-

    boide ts+kuri, ojo de dios o quincunce que, para loshuicholes, es el mundo.

    Reiteradamente me han explicado que el poniente(tat+ata), el mar y la costa de Nayarit se ubican abajo

    y en una zona oscura. Esto tiene una serie de implica-ciones importantes. Por una parte,es ah donde habitanlos muertos o, al menos, una gran parte de ellos. Segnalgunos informantes, los muertos que viven en la costason aquellos que cometieron muchas transgresiones se-

    xuales durante su vida. La existencia de estos pecadoresirremediables no necesariamente es triste, ya que pasanel tiempo bailando mitote y emborrachndose. Seraerrneo pensar que el inframundo es un mbito negati-

    vo o siniestro. Una concepcin as no cabra en el pensa-miento huichol.

    La zona oscura el inframundo, el mar y la costa esla regin ms frtil del universo huichol y la ms rica en

    recursos acuticos. Toda el agua que circula en el mundoproviene del mar o,mitolgicamente hablando,de la dio-sa madre Haramara, que se (auto)sacrifica aventndosepermanentemente contra las rocas de la costa (la roca

    blanca de San Blas) para revivir como el roco y las nubesque se elevan hacia el cielo.A travs de canales subterr-neos, las venas de la tierra, todos los manantiales y ojosde agua estn conectados con el mar.

    El mar, con su agua salada, es la fuente ltima de lafertilidad. Equiparada con el inframundo y conceptuali-

    zada como el mbito de la oscuridad, la costa se denomi-na t+karita (lugar de la medianoche) oy+wita (dondeest oscuro [negro]). La misma metfora del da y lanoche se aplica a las estaciones del ao.As, la poca de laslluvias (witarita) se llama t+kari(pa),cuando es media-noche(Preuss,1907:185).La temporada de las aguasseequipara simblicamente con la costa y el mar. Comome han explicado diferentes informantes, en el principiodel universo la poca de las lluvias era permanente,todoel tiempo llova, todo el mundo fue oscuro y la tierraan era blanda. La marisma es un ecosistema que, efec-tivamente,corresponde a esta visin de un mundo acu-tico que no es mar, pero tampoco tierra. Para los hui-choles, se trata de la parte del universo que conserv suaspecto original. Los moscos, tan abundantes en la zonade San Blas y en la marisma, son los muertos.

    En el mar y en la costa viven toda clase de monstruospeligrosos, sobrevivientes de los tiempos primordialesballenas, serpientes aladas, vampiros y chupacabras.

    El tukipa, corte transversal poniente-oriente. 1) Tatewari; 2) Maxakwaxi; 3) Tatei Haramara; 7) Tamatsi Parietsika; 13) fogata central del patio;

    14) tapeiste; 15) lugar de Tatewari en el techo del tuki

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    Varios de estos seres liminales y macabros se me han des-crito con todo detalle y, frecuentemente, me llam laatencin que los dibujos que hacen los huicholes de talesseres se parezcan a vacas o toros.

    La regin oscura tambin es zona de peligros morales.Repetidamente se me ha contado que en la costa existensirenasseductoras que tienen colas de culebra y tratande atrapara los hombres que visitan la zona. Ellas es-tn al servicio de los hechiceros y de los dioses de la muer-te, llamados seores de la medianoche (T+kakate) oatrapadores de la vida (tukari nawakate). Tambin seme ha comentado que los monstruos marinos son los

    enemigos de las estrellas. Cuando los monstruos se dis-ponen a salir, Xurawe, el lucero, u otros astros los matancon tiros de estrellas fugaces.

    Una clase distinta de seres mticos, que anteriormentevivieron en la costa, son los hewiixi, una raza primitiva degigantes torpes y canbales indisciplinados. Los gigantes

    se consideran extintos,as que se les atribuyen toda cla-se de objetos antiguos, entre otras cosas artefactos ar-queolgicos,como monos(figuras de barro), puntas deproyectil y antiguos metates, pero tambin los grandeshuesos de mamuts que ocasionalmente se encuentran en

    Juan Ros,La visin del venado en Wirikuta

    Los dioses del tukipa

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    la sierra. A veces los hewiixi se consideran los antepasa-dos de los huicholes, pero es ms frecuente que se men-cione una gran batalla primordial en la que los gigantesterminaron vencidos por los antepasados de los hui-choles conceptualizados como seres de arriba (Preuss,1998: 198). Esta ambivalencia no es una casualidad ypuede encontrarse en casi todos los personajes mti-cos que se asocian con el mundo de abajo. Ambos con-flictos la lucha de las estrellas contra los monstruosmarinos y la exterminacin de los gigantes son expre-siones de la misma lucha csmica. Los personajes querepresentan a la fertilidad salvaje tienden a sufrir una

    devaluacin simblica.

    Algunos informantes no se refirieron a los gigantes,sino que afirmaron que la gente ms antigua eran lobos.Por esta razn, el poniente y la costa tambin se llamanKam+kita, el lugar de la gente lobo. De este modo, elinframundo, asociado as con los acompaantes anima-les o naguales de los maraakate, adquiere un aspecto sa-grado y positivo. Segn lo que me cont un informantede Las Latas, los lobos son la gente ms sabia, los mejo-res cazadores y, sobre todo, sus compaeros ms leales.

    En el contexto de la estructura arquitectnica del tu-kipa, Kam+kita,tat+atay T+karipael pas de los lobos,abajo en el poniente y la regin de la medianochese ubican en el interior del templo principal o tuki. Losantagonistas de los lobos, los Tamatsime o hermanosmayoresse asocian con el desierto de Wirikuta, el patiodel tukipa y las estructuras elevadas de los adoratorios

    xirikite.El mito huichol no pregunta por qu hay algo en vez

    de nada?, sino explica el origen de la existencia estructu-rada. No supone la creacin ex nihilo. El caos, aparente-mente,es preexistente.El tema de los mitos es el origen de

    la dualidad, de la reciprocidad,de la jerarqua, de la muer-te, de las categoras y de los cinco puntos cardinales.

    Cmo fue que los dioses salieron de la oscuridad?Cmo se cre la luz? Por qu tenemos que celebrar lasfiestas? Existen mltiples variantes de los mitos huicho-les de origen pero, respecto al kawitu de Hikuli Neixa,mis informantes coincidieron en una serie de detallesimportantes: cuando las personas salieron del mar, elmundo an era oscuro, solamente la Luna y las estrellasalumbraban la noche eterna. Como no se poda ver

    bien, los dioses formaron el primer grupo de hikurita-metee iniciaron un largo viaje en bsqueda del Cerro

    del Amanecer (Paritek+a), el lugar donde saldra el Sol.Como ya hemos aclarado,el primer grupo de peregri-

    nos fue una gran familia: bisabuelo (Tatutsi Maxakwa-xi),abuelo (Tatewari),abuela (Takutsi),un padre (Tayau)con sus cinco esposas (las Tateiteime) y cinco hijos, to-dos (menos el conejo) hermanos mayores (Tamatsime).Por ser caminantes y peregrinos, a los dioses en su con-

    junto se les denomina los kakauyarite, palabra que deri-va dekakai,huarache.13 El destino de los peregrinos seencontraba en el otro extremo del cosmos, o sea,arribaen el oriente, en el rido semi-desierto de lo que hoy enda es la parte norte del estado de San Luis Potos.Encon-trar el otro extremo significaba establecer un orden geo-grfico,diferenciar los rumbos y terminar con el amorfis-mo del caos original. Al terminar la noche permanente,

    Guadalupe Gonzlez Ros,El nacimiento del sol

    13 En un sentido menos amplio, los kakauyariteson aquellos diosesde cerros, rocas y piedras que quedaron petrificados cuando sali elSol por primera vez.

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    tambin termina la poca mticay comienza el tiempoque conocemos.Los mismos antepasados que partieron en busca del

    amanecer fueron tambin los primeros cazadores de ve-nado. El venado fue el primero en salir del mar y en diri-girse hacia el este; despus salieron los awatamete, losque [ob]tienen cuernos, los cinco hermanos mayores quefueron los cazadores originales (tigre [jaguar], len[puma], lobo, lince y gato monts), y/o el grupo de lagente lobo, los Kam+kite.

    El resultado de esta primera y mtica cacera de vena-do a la vez peregrinacin de peyote es la existencia de

    los importantes lugares de culto que se encuentran enlas cercanas de Real de Catorce. El kawitu plantea quellegando a una parte del desierto del este, el venado seentrega voluntariamente a los cazadores; por eso su cora-zn (iyari), se transforma en peyote (hikuli), cuyo efec-to los cazadores al probar la carne de la presa son losprimeros en experimentar.

    Wirikuta fue creado mediante el autosacrificio. El diosTamatsi (Nuestro Hermano Mayor), hroe cultural delos huicholes, es una figura dual en todos los sentidos:aparece como la presa (el venado) y como el lder de lacacera (el lobo). Con esta aparente paradoja se ejempli-

    fica el ideal tico del maraakamehuichol, quien siempreest dispuesto al (auto)sacrificio.

    Un aspecto importante del kawitu es que el Cerro Re-uunari (Quemado) o Paritek+a (del Amanecer) tambinaparece como el lugar donde Tayau, Nuestro Padre elSol, sali por primera vez. Los dos acontecimientosel origen del peyote y el primer amanecer no solamen-te sucedieron en el mismo lugar, sino tambin en el mis-mo momento, precisamente al final del camino de laoruga. Al igual que la creacin del peyote, el nacimientodel Sol fue resultado de un sacrificio voluntario: un niociego, cojo y chueco (pero muy buen cazador) se arro-

    j a una fogata y, pasando por el agua del inframundo,sali de la cueva en la punta del Cerro del Amanecer.

    La iluminacin que experimentaron los primerospeyoteros despus de que probaron hikuli coincide conla primera salida del Sol. Al terminar el tiempo mtico(el kawitu) las cosas quedaron establecidas como son.Luego el mundo comenz a secarse. Los antepasados que

    no haban llegado a Paritek+a quedaron donde se encon-traban en ese momento. Los hombres se convirtieron enpiedras, rocas y montaas los llamados kakauyarite(vase nota 13). Las madres (Tateteime) no se secaron

    completamente y se transformaron en ojos de agua, la-gunas y manantiales.

    Para que el Sol pudiera subir al cielo los dioses levan-taron los cinco pinos (haurite) que sostienen la cpulaceleste. As, con la primera salida del Sol, el tiempo-espaciocomienza a funcionar como lo conocemos,consu alternancia rtmica entre arriba y abajo, da y noche,poca de secas y poca de lluvias. El inicio de una dualidadespacial y temporal implica tambin el establecimientode un orden social basado en el intercambio recproco.El dios Sol es el patrn de todas las autoridades.De sucorazn nacen las varas de mando y los seres humanoscontrajeron el compromiso de entregarle sangre de ani-males sacrificados como alimento. Mitolgicamente ha-

    blando, el tiempo, las reglas de la cultura, la dualidad yla reciprocidad tienen el mismo origen.

    Llama la atencin que los peregrinos fracasados ycastigados sean deidades de la fertilidad: los dioses ka-kauyaritede los cerros y las madres de los ojos de agua y

    A. Vara del Alcalde (Akrite)B. Vara del gobernador (Tatohuani)C. Vara del Alguacil (Arkuatsine)

    C

    A

    B

    ILUSTRACIN

    TOMADAD

    E

    RAMN

    MATA

    TORRES,

    VIDA

    Y

    ARTE

    DE

    LOS

    HUICHOLES

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    lagunas. A pesar de que se trata de deidades importan-tes y de lugares sagrados respetados, en el contexto delos mitos del tukipa quedan simblicamente devalua-das. Vemos que el dualismo de la cosmologa huicholano supone que los contrarios deben complementarse.Este proceso es ms complejo y tiene una naturaleza

    jerarquizada.Haramaratsie (el mar) y Paritek+a (el Cerro del Ama-

    necer en el desierto de San Luis Potos) son los extremosdel universo huichol en el eje poniente-oriente que tam-

    bin es abajo-arriba.Geogrficamente,los dos lugares nopodran ser ms contrastantes; por un lado el mar y la

    tierra caliente de la costa de Nayarit con su clima hme-do y la vegetacin tropical; por el otro lado, las ridasestepas del Altiplano. El territorio de los huicholes, ubi-cado en la Sierra Madre Occidental, se encuentra a me-dio camino entre los dos tipos de paisaje. Al oriente loslmites de las comunidades tradicionales prcticamentecoinciden con la frontera ecolgica de las estepas y de-siertos. Al poniente, la parte de la sierra que es habitadapor los coras, baja directamente a la zona de las planicies

    y marismas costeas.En la Sierra del Nayar, adems,se experimenta un con-

    traste climtico similar durante el transcurso del ao:

    por una parte las intensas lluvias y el exuberante creci-miento de la vegetacin en verano (entre junio y septiem-

    bre), por otra parte, la aridez de la poca seca. La tradi-cional agricultura de coamil basada en roza, tumba yquema que se practica en la sierra, aprovecha muy bienel contraste estacional caracterstico del clima monzonal.En el contexto geogrfico de los huicholes, es lgico quesu tiempo-espacio,combineo sinteticede cierta ma-nera el poniente con las lluvias y el oriente con las secas.

    La costa, el mar y la temporada de las lluvias son el lu-gar y el tiempo donde se liberan las fuerzas de una vitali-dad catica y de una fertilidad desenfrenada.A pesar dela alegra que las lluvias inspiran a los huicholes, en mu-chos contextos rituales se expresa un menosprecio a loselementos asociados con t+kari, la oscuridad: la energasexual y los impulsos espontneos, el principio femeni-no y catico que nunca fue creado. Estos aspectos noc-turnosde la vida se oponen a tukari, el (medio)da, quees la vida que nos da el Padre Sol.

    Al analizar los rituales de iniciacin advertimos quedesvelarse, abstenerse del consumo de sal, renunciar alplacer sexual adltero y sacrificar reses casi significan lamisma cosa. No solamente se trata de alejarse del marmetonmicamente: de la sal y de la mujer, sino de vol-

    ver a establecer el dominio solar de los (hombres) ini-ciados sobre el mbito oscuro de abajo. Cada ritual esun regreso a t+kari, la noche del tiempo mtico.Al finalse vuelve a establecer el orden, y son los iniciados quie-nes lo imponen.

    Seguramente no es una casualidad que los trminostukariy t+kari sean tan similares. Diferencindose sola-

    mente por un fonema, se refieren a aspectos del tiempoy de la vida que son antagnicos y,de cierta forma,com-plementarios.Tukari es el equivalente del tonalli nhuatl,designa al Sol en el cenit, la luz y la energa solar;mien-tras que la oscuridad(t+kari) tiene un carcter ambiva-lente, ya que tambin se asocia con la enfermedad,con elmundo teiwari-mestizo, con toda una serie de seres mons-truosos y peligrosos, en una palabra, con los aspectosreprimidos de la cultura (Galinier, 1995: 253). Son los

    vientos del poniente los que traen las enfermedades. En lacosta, adems, se ubican los campos de tabaco a dondelos huicholes emigran estacionalmente para trabajar y pa-

    ra gastar su dinero en las cantinas y bules(prostbulos).Mientras que Nuestro Padre, el Sol (tau),es tukari por

    excelencia, la mejor personificacin de t+kari es la diosaTakutsi Nakawe. Esta deidad, por una parte, es la abuelacreadora, la semilla germinada, que teje el mundo y ha-ce crecer a las plantas con su bastn milagroso. Sin em-

    bargo, cuando Takutsi se transforma en su aspecto demonstruo Nakawe, es un ser destructivo y bastante per-

    verso. Su nombre se menciona para asustar a los niosque no se comportan bien. Como gobernante y canta-dora de los gigantes hewiixi fue bastante dspota, abusi-

    va y no muy cumplida, as que sus topiles dos estrellashermanos mayores se rebelaron en su contra. Su vio-lenta muerte mtica fue un importante acto creador, yaque de sus cabellos y/o de las diferentes partes de su cuer-po se originaron toda una serie de especies animales y

    vegetales. Sin embargo, la muerte de Takutsi tambin sir-vi para acabar con el anrquico matriarcado mticoyestablecer el orden en el mundo.

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    Takutsi puede considerarse la diosa del tejuino(nawa) bebida fermentada que se elabora con granosgerminados de maz y se identifica con el chalate, elotate,ciertos caracoles,la iguana y el jabal, y con la gigan-tesca serpiente que vive en el mar rodeando la tierra yque devora al sol en el atardecer. Al amanecer se invierteesta situacin y el astro diurno, apoyado por el lucero,emerge triunfante, aniquilando a las estrellas y a losmonstruos acuticos del inframundo.

    Otro importante smbolo de t+kari es el toro. Preuss(1908) menciona un toro mtico llamado Hakuyaka quepersonifica a los aguaceros. La posesin de grandes reba-os es el mejor ndice de riqueza material en la culturaganadera de la sierra.La importancia del toro (o de la va-ca) como animal para el sacrificio radica en su identi-ficacin con los aspectos oscuros de la persona y deluniverso.

    El desierto y las secas son el tiempo-espacio dondeuno busca adquirir revelaciones del orden y de la sabidu-ra ancestral. El peyote facilita la bsqueda de visiones,pero no se considera la nica fuente de inspiracin. Dehecho, el mito explica que el cactus psicotrpico nacicuando el venado adquiri nierika. Como inicianteideal, el venado mtico no come peyote, sino que setransforma en l.

    Los grupos de peregrinos que existen en los centrosceremoniales tukipa tratan de revivir la experiencia delos ancestros y recuperar su comunidad original. El re-quisito principal para lograr esta meta es el autosacrifi-cio en el sentido de austeridad y penitencia. Nadiepuede esperar grandes revelaciones msticas si no se so-mete a la disciplina y el esfuerzo que implican tener uncargo de peyotero y estar dispuesto a aguantar hasta loslmites del agotamiento fsico. Cuando la privacin del

    Tutukila Carrillo,La muerte de Takutsi Nakawe

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    descanso se combina con el consumo de grandes can-tidades de peyote, el efecto es que llegan a mezclarse lossueos con las alucinaciones.14

    Lo que se busca con estas prcticas de sacrificio son doscosas inseparables: conocimiento y fertilidad. Por unaparte, la bsqueda de visiones que practican los hikuri-tametees necesaria para la reproduccin de los conoci-mientos mitolgicos y la iniciacin chamnica. Sinembargo, como hemos mencionado,tener visiones o sue-os con las serpientes de la lluvia tambin es un requisi-to para obtener lluvias y fertilidad.

    VI. ESPEJO ENTRE DOS MUNDOS

    Los dos polos que estructuran el tiempo-espacio hui-chol t+kariy tukari son indispensables e inseparablesuno del otro. Se trata siempre de una relacin jerarqui-zada,donde tukari resulta ser el principio ms prestigio-so. Es decir, tukari se refiere al da y a la vidaen general,mientras que t+kari es la noche y un aspecto de la fertili-dad. La ideologa huichola de sacrificio plantea que slorechazando lo que es t+kari, o sea, negando la vida, seobtiene la verdaderavida.

    El tukipa expresa con claridad esta contradiccin es-tructural de la cosmovisin. Vimos que el tuki se oponeal patio con los xirikitepero, simultneamente, formaparte del conjunto de templos agrupados alrededor delpatio y la fogata central. Segn los planteamientos deldualismo concntricoo jerarquizado(Dumont 1980),podemos concluir que el tukipa representa la totalidaddel universo. El patio, con losxirikite, por s solo repre-senta la parte luminosa de arriba; pero en el contextode todo el tukipa, se convierte en una imagen de la totali-dad e incluye su parte opuesta, es decir, el tuki con suinterior oscuro. El gran templo, por s solo, es tambin

    un modelo del universo, pero en el contexto de todo elcentro ceremonial nicamente representa una parte.Anlogamente, las autoridades del tukipa representan latotalidad, el mundo entero,mientras que quienes no de-sempean ningn cargo son simplemente personas,particulares.

    La visin de los iniciados contradice el planteamientomitolgico sobre la importancia de un orden fundado enla reciprocidad. Por esta razn, podra decirse que la cos-movisin huichola no es homognea.Nierika,el don de

    ver conocer la estructura verdadera del mundo enforma de quincunce (ts+kuri) se considera un privile-

    gio de los iniciados, pero stos manejan una visin queno parte de la complementariedad de los opuestos y queclaramente privilegia la luz sobre la oscuridad. Una acti-tud bastante contradictoria si entendemos el quincuncecomo la cuadratura de la dualidad.

    De quin es entonces la cosmovisin? Los que se re-lacionan con los antepasados deificados en trminos deun intercambio recproco de dones,no pretenden cono-cer a los dioses. Para ellos, stos son simplemente los re-ceptores de la sangre sacrificial untada en ofrendas, y seespera que sean tambin los donadores de la lluvia.Aque-llos que han obtenido nierikavan ms all del dualismo

    y la reciprocidad. Para ellos, conocer a los dioses signifi-ca ser ellos. El grupo de jicareros es el cosmos. Los suje-tos de la cosmovisin se convierten en sus objetos.

    De modo que lo que denominamos la cosmovisinhuicholaresulta ser como una cortina invisible que sepa-ra a los no iniciados de los iniciados: es inaccesible paralos primeros, y es una realidad ya adquirida o superadapara los otros. Los objetos rituales conocidos como nie-rika, espejos, son tablas con agujeros para ver el mun-do de los dioses. O se perciben los reflejos, o se pasa alotro lado.

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    14 Quienes buscan visiones tienen que abstenerse de mucho de loque se asocia con la oscuridad (t+kari), del sueo, de baarse y, sobretodo, de la sal y del sexo. Sin embargo, la austeridad nunca es un finen s mismo, toda prctica de abstinencia lleva a un momento dondese practican y se disfrutan las cosas prohibidas precisamente durantela temporada de austeridad y castigo.

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