El Diablo Enamorado de Jacques Cazotte

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    El diablo enamorado

     Jacques Cazotte

    Lacan cita a esta obra de J. Cazotte, en cuatro oportunidades conocidas

    En el !eminario 4, "La relaci#n de ob$eto%, Clase del & de 'ebrero de 1()* + dice

    ...ace tres aos, anunciaba +o una con/erencia sobre El diablo enamorado, de

    Cazotte. Pocos testimonios 0a+ tan e$emplares de la más pro/unda adiinaci#n de la

    dinámica imaginaria que trato de desarrollar ante ustedes, especialmente 0o+. o+ lo

    0e recordado, como ilustraci#n de primer orden que acent2a el sentido de aquel ser 

    mágico más allá del ob$eto, al cual pueden ad0erirse toda una serie de /antasmas

    idealizantes....

    En el !eminario &, "El deseo + su interpretaci#n% clase del 1 de oiembre de 1()5

    donde dice ....e a06 lo que nos 0ace pasar al niel de esa segunda etapa de

    realizaci#n del esquema en el sentido de que aqu6, más allá de lo que articula la

    cadena del discurso como e7istente, más allá del su$eto imponi8ndole su /orma, lo

    quiera o no, más allá de la apre0ensi#n inocente, si as6 puede decirse, de la /orma

    ling9isteril por el su$eto. :lgo distinto a a producirse que está ligado al 0ec0o de

    que en esa e7periencia del lengua$e, se /unda su apre0ensi#n del otro como tal. ;e

    ese otro que puede darle su respuesta, la respuesta a su llamado< aquel otro al cual

     plantea /undamentalmente la pregunta que emos en El diablo enamorado de

    Cazotte, como siendo el grito de la /orma terror6/ica que representa la aparici#n del

    super+#, en respuesta a aqu8l que lo 0a eocado en una caerna napolitana C0euoi=, >qu8 quieres=....

    ? tambi8n el !eminario 1& ";e un @tro a otro%, en la clase del * de oiembre de

    1(&5 donde seala ...e dic0o de que modo, tan bien articulado, tan bien puesto en

    eidencia por el discurso anal6tico, 8l mismo, en el modo en que 0e introducido la

    lecci#n, despu8s dir8, cuando 0a+a comenzado a dibu$arla as6, 0ilanado sobre el

    gra/o simpli/icado de puntos de interrogaci#n que lo superan, + que 0e llamado por 

    re/erencia a El diablo enamorado, el C0e uoi=....

    En el !eminario & "La topolog6a + el tiempo%, clase del 5 de Aa+o de 1(*(, cita

    nueamente a Cazotte + dice ...Puede o bien encarnar la angustia por aparici#n, B 

    + obseren que la primera ez que Lacan introduce el C0e uoi= es re/iri8ndose al

    El diablo enamorado de Cazotte donde se mani/iesta como una a parici#n, comoesa bestia mugiente, + que a a /uncionar como tentadorB, la otra /unci#n del C0e

    uoi=, es aquella e/ectiamente por la cual eso ser6a, no la angustia que prealece,

    sino el anonadamiento por el signi/icante que 'reud cali/ica de signi/icante de alto

    alor ps6quico, el signi/icante de la erblu//ung...

    !e reproduce

    El diablo enamorado, de Jacques Cazotte.

    Con pr#logo e7plicatio de Jorge Luis Dorges."!elecci#n + pr#logos%

    Editado por Ediciones !iruela. Aadrid. Espaa.

    raducci#n de Luis :lberto de Cuenca. omado de la edici#n de Par6s, Le#n

    Fanier 154) Le diable enamoure7. Goman /antastique par J. Cazotte

    Pr#logo "de Jorge Luis Dorges%;iidir en siglos la 0istoria no es menos arbitrario, tal ez, que diidir en puntos el

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    espacio o en instantes el tiempo, pero esas unidades son arquetipos que nos a+udan a

    imaginar + cada siglo nos propone una imagen co0erente. El admirable siglo HII

    /ue el siglo de oltaire + de la Enciclopedia, pero /ue tambi8n el siglo de

    !edenborg + de su rebelde disc6pulo, Killiam Dlae. Muizá no 0uelgue recordar 

    que /ue el siglo de @sián, del ap#cri/o @sián + de la epope+a celta, que inaugur# el

    asto moimiento romántico. Ese ambiguo carácter se re/le$a el ;iable amoureu7 deJacques Cazotte Está redactado en razonable + clara prosa /rancesa, pero su /ábula

    es /antástica. ?a oltaire en Aicrom8gas + en Le Dlanc et le oir 0ab6a dado el

    e$emplo< +a :ntoine Calland 0ab6a reelado al @ccidente el Libro de las Ail + Nna

     oc0es. Cazotte recordar6a su t6tulo en Aille et une /adaises, Contes O dormir 

    debout< de igual moda, el ;iable amoureu7 es una oluntaria ant6tesis de Le ;iable

     boiteu7 de Le !age. El argumento de Cazotte no se reduce a un arti/icio del

    ;emonio que toma /orma de mu$er para apoderarse de :laro< el ;emonio,

    enredado en su propia $uego, se enamora de :laro, como si la /ugaz mascarada

    0ubiera trans/ormado su esencia, 0asta conertirlo en la erdadera + apasionada

    0ero6na de la obra. ada queda en Diondetta de la monstruosa aparici#n que

    responde al con$uro de :laro en las ruinas de Portici + que le dice en italiano C0euoi= La máscara es el rostro< la satánica seductora es la seducida + seguirá

    si8ndolo, ansiosa + plaidera, en el decurso de la /ábula, tan llena de episodios

    id6licos. Nna + otra ez Delceb2Diondetta agota las diersas artimaas que todas

    las mu$eres inentan para atraer a un 0ombre. El estilo, deliberadamente /r6olo,

    suele $ugar con el terror, pero, a di/erencia de at0e, que es de /ec0a ulterior, no se

     propone, nunca alarmarnos. Cazotte no pudo preer que su /ábula ser6a sometida a

    la mitolog6a patol#gica del reciente Procusto, !igmund 'reud.

    Fabriel !aud, disc6pulo de Procusto, 0a conseguido que el Delceb2Diondetta sea

    una 0ip#stasis de la madre + del padre del escritor, lo cual es más quim8rico +, sin

    duda, más terror6/ico que el libro que se propuso e7plicar. :greguemos que es

    menos encantador.

    Cazotte naci# en ;i$on 0acia 1*Q. Como ;iderot + como Jo+ce /ue educado por los

     $esuitas +, a di/erencia de ellos, no ab$ur# de la /e cristiana. !eg2n odier, Cazotte a

    los einte aos, +a instalado en Par6s, escribe R+o era un enamorado de la soledad,

    del recogimiento, de las meditaciones agas + /antasiosas... resol6 aislarme

    totalmente + de casi todos, incluso en las /ormas más comunes de la ida e7terior.

    est6a, entonces, un largo tra$e, cuidadosamente abotonado 0asta el ment#n, un

    sombrero redondo + c0ato, de anc0as alas ca6das, polainas de cuero crudo cerradas

    con broc0es de acero. : esto se agregaban cabellos sin empolar, cortados bastante

    cerca de la /rente, + ca6dos sobre el cuello + los 0ombrosS. En 1*4* obtiene el grado

    de comisario en la marina + es destinado a la Aartinica. !e casa a06 con la 0i$a del $uez de la isla, Elizabet0 Goignan. ;os aos despu8s, rec0aza una inasi#n de los

    ingleses. ?a anciano inocar6a en sus cartas la memoria de esta resistencia para que

    la Aartinica se de/endiera de un ataque de los soldados de la Gep2blica. : la par de

    la rutina o/icial, Cazotte, dedica su tiempo a traba$ar la /inca que su mu$er tra$o en la

    dote. acia 1*)5 decide regresar a su patria. La Compa6a de Jes2s 0ab6a

    organizado un asto sistema bancario, que a0ora llea el nombre de raellerTs

    c0ecs. Cazotte aproec0a el sistema + la estrec0a amistad que lo une a la @rden,

     para con/iar a su cuidado el monto de la enta total de sus bienes en la isla. En

    'rancia intentar6a, anamente, recobrar un solo centao. :l cabo de un epistolario,

    no menos paciente que in2til, al superior de la @rden, publica una memoria

    relatando la in/eliz culminaci#n de un 6nculo que data de su in/ancia. Por /in,resignado, inicia un pleito. La ruptura coincide con su acercamiento al ocultismo +

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     parece alentar su actiidad creadora. En 1*& publica un poema en 1 cantos, donde

    combina erso + prosa, titulado @lliier. Lo sigue otro olumen, cu+o inesperado

    t6tulo es Lord Impromptu. En 1** publica el ;iable amoureu7< el 87ito es tan

    grande que se le acusa de 0aber reelado misterios que los iniciados deben guardar.

    Los cr6ticos, razonablemente, atribu+en a la imaginaci#n del autor el encuentro con

    el ;emonio. !u /ama de isionario permiti# que le atribu+eran una pro/ec6a de su propia muerte, + del terror. Por lo demás, el propio Cazotte declara Riimos entre

    los esp6ritus de nuestros padres< el mundo inisible se cierne a nuestra alrededor...

    sin cesar, los amigos de nuestro pensamiento se nos acercan /amiliarmente... eo el

     bien, el mal, a los buenos + a los malos< a eces la con/usi#n de los seres es tal,

    cuando los miro, que no siempre s8 distinguir, desde el primer momento, a los que

    ien en su carne de quienes 0an de$ado las apariencias groseras...S ? agrega

    despu8s REsta maana, durante la oraci#n que nos reun6a ba$o la mirada del

    odopoderoso, el cuarto estaba tan lleno de ios + de muertos de todos los tiempos

    + de todos los pa6ses, que no pod6a distinguir entre la ida + la muerte< era una

    e7traa con/usi#n, pero tambi8n un magn6/ico espectáculo.

    Aonárquico /eriente, no oculta nunca su ad0esi#n a Luis HI. En agosto de 1*(,las autoridades secuestran unas cartas en las que, se cree er una conspiraci#n.

    Cazotte es arrestado< su 0i$a Elizabet0 lo acompaa oluntariamente a la cárcel. La

    suerte le depara un /in espl8ndido< al subir al pat6bulo, bien cumplidos los setenta

    aos, podrá decir RAuero como 0e iido, /iel a ;ios + a mi re+.S

    Jorge Luis Dorges

    EL ;I:DL@ E:A@G:;@

    : los einticinco aos +o era capitán de los guardias del re+ de ápoles.

    Lleábamos una ida de camarader6a + como $#enes que 8ramos, nos dedicábamos

    a las mu$eres + al $uego en la medida en que lo permit6a nuestra bolsa, +

    /iloso/ábamos en los cuarteles cuando no nos quedaba otro recurso.

    Nna noc0e despu8s de 0abernos agotado en razonamientos de toda 6ndole alrededor 

    de un pequeo /rasco de ino de C0ipre + algunas castaas secas, la conersaci#n

    reca+# sobre la cábala + los cabalistas.

    Nno de nosotros pretend6a que era una ciencia real + cu+as operaciones eran

    seguras< cuatro de los más $#enes sosten6an que era un mont#n de absurdos, una

    /uente, de picard6as propias para engaar a las gentes cr8dulas + diertir a los nios.

    El ma+or de todos nosotros, /lamenco de origen, /umaba una pipa con aire distra6do

    + no dec6a palabra. !u aspecto /r6o + su distracci#n me ser6an de espectáculo a

    tra8s de aqu el discordante guiriga+ que nos aturd6a + me imped6a tomar parte en

    una c0arla demasiado desordenada como para que pudiese interesarme.Estábamos en el cuarto del /umador< la noc0e aanzaba. La tertulia se disoli# + nos

    quedamos solos nuestro 0ombre + +o.

    Continu# /umando /lemáticamente< +o me qued8 apo+ado con los codos sobre la

    mesa, sin decir nada. 'inalmente, /ue 8l quien rompi# el silencio.

    RJoen me di$o, acabáis de o6r muc0o ruido. >Por qu8 os 0ab8is mantenido al

    margen de la bara02nda=

     Pre/iero callarme le respond6 antes que aprobar o censurar algo que no conozco.

     i siquiera s8 lo que, quiere decir la palabra cábala.

     iene arios signi/icados me di$o, pero no se trata de ellos, sino de la cosa en s6.

    >Cre8is que pueda e7istir una ciencia que ensee a trans/ormar los metales + a

    reducir a los esp6ritus ba$o uestra obediencia= ada conozco de los esp6ritus, comenzando por el m6o, salo que esto+ seguro de

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    su e7istencia. En cuanto a los metales, s8 el alor de, un carl6n en el $uego, en la

     posada + en otros lugares, + nada puedo a/irmar ni negar acerca de la esencia de

    unos + otros, de las modi/icaciones e impresiones de que son susceptibles.

     Ai $oen amigo, muc0o me complace uestra ignorancia< es tan aliosa como la

    doctrina de los demás al menos no i6s en el error +, si bien no estáis instruido,

    sois susceptible de estarlo. uestro natural, la /ranqueza de uestro carácter, larectitud de uestro esp6ritu, me agradan. !8 algo más que el com2n de los mortales<

     $uradme el ma+or secreto empeando uestra palabra de 0onor, prometed

    conduciros con prudencia + ser8is mi disc6pulo.

     El o/recimiento que me 0ac8is, mi querido !oberano , me resulta mu+ agradable.

    La curiosidad es mi pasi#n más /uerte. @s con/esar8 que, por naturaleza,me 0an

    despertado poco inter8s los conocimientos ordinarios< siempre me 0an parecido

    demasiado limitados, + 0e adiinado esa es/era eleada a la que quer8is a+udarme a

    subir. Pero, >cuál es la primera clae de la ciencia a que os re/er6s= !eg2n lo que

    dec6an nuestros compaeros en la discusi#n, son los propios esp6ritus quienes nos

    instru+en. >Es posible relacionarse con ellos=.

     os lo 0ab8is dic0o, :laro nada aprender6amos por nosotros mismos. En cuanto ala posibilidad de nuestras relaciones con ellos, o+ a daros una prueba que no

    admite r8plica.S

    Aientras dec6a estas palabras, daba /in a su pipa. La golpea tres eces para 0acer 

    salir un poco de ceniza que quedaba en el /ondo, la coloca sobre la mesa, bastante

    cerca de m6, + alza la oz, diciendo RCalder#n, en a buscar mi pipa, enci8ndemela

    + tráemela de nueo.S

    :penas terminaba el mandato cuando i desaparecer la pipa< +, antes de que 0ubiese

     podido razonar sobre los medios, ni preguntar qui8n era ese Calder#n encargado de

    sus #rdenes, la pipa encendida 0ab6a regresado + mi interlocutor 0ab6a reemprendido

    su ocupaci#n.

    Continu# en ella por alg2n tiempo, menos para saborear el tabaco que para dis/rutar 

    de la sorpresa que me ocasionaba. Luego, leantándose, di$o REntro de guardia al

    amanecer< debo descansar. Id a acostaros< sed prudente + oleremos a ernos.S

    Ae retir8 lleno de curiosidad + 0ambriento de las ideas nueas que mu+ pronto

    colmar6an mi esp6ritu con la a+uda del !oberano. Lo i al otro d6a, + los siguientes

    no tue otra pasi#n< me conert6 en su sombra.

    Le 0ac6a mil preguntas< 8l elud6a unas + respond6a a otras con un tono de oráculo.

    'inalmente, lo urg6 sobre el asunto de la religi#n de sus iguales. REs me respondi# 

    la religi#n natural.S

    Entramos en algunos detalles. !us decisiones cuadraban me$or con mis inclinaciones

    que con mis principios, pero quer6a llegar a mi ob$etio + no deb6a contrariarlo.RAandáis a los esp6ritus le dec6a. Muiero, como os, tener trato con ellos. Lo

    quiero. ULo quieroV

     !ois impulsio, compaero. :2n no 0ab8is superado uestro tiempo de prueba< no

    0ab8is satis/ec0o ninguna de las condiciones ba$o las cuales se puede abordar sin

    temor esa sublime categor6a.

     >? me /alta muc0o tiempo=

     Muizá dos aos.

     :bandono este pro+ecto e7clam8. Aorir6a de impaciencia en el interalo. !ois

    cruel, !oberano. o pod8is concebir la iolencia del deseo que 0ab8is creado en m6

    me quema...

     Joen, os cre6a más prudente, me 0ac8is temblar, por os + por m6. >@s e7pondr6aisacaso a eocar a los esp6ritus sin ninguna de las preparaciones...=

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     >? qu8 podr6a sucederme=

     o digo que necesariamente os suceda algo malo. !i tienen poder sobre nosotros es

     porque nuestra

    debilidad, nuestra pusilanimidad, se lo otorga< en el /ondo, 0emos nacido para

    mandarlos.

     U:0V ULos mandar8V !6, ten8is un coraz#n ardiente. Pero si perd8is la cabeza, si os asustan 0asta el punto

    de que...

     !i basta con no temerlos, no les será /ácil asustarme.

     >? si ierais al ;iablo=

     Le tirar6a de las ore$as al gran ;iablo del in/ierno.

     UDraoV !i estáis tan seguro de os, pod8is arriesgaros, + os prometo mi asistencia.

    El iernes pr#7imo os inito a cenar con dos de los nuestros. Llearemos a cabo la

    aentura.S

    II

    Estábamos toda6a a martes nunca cita galante /ue esperada con tanta impaciencia.

    El plazo se cumple por /in< encuentro en casa de mi camarada a dos 0ombres de una/isonom6a poco obsequiosa cenamos. La conersaci#n gira en torno a cosas

    indi/erentes.

    ;espu8s de cenar, proponen un paseo a pie 0asta las ruinas de Portici. os ponemos

    en marc0a. Llegamos. Esos restos de los monumentos más augustos derrumbados,

    rotos, dispersos, cubiertos de abro$os, despiertan en mi imaginaci#n ideas que no me

    eran usuales. Re aqu6 me di$e el poder del tiempo sobre las obras del orgullo +

    de la industria de los 0ombres.S :anzamos entre las minas +, /inalmente, arribamos

    casi a tientas, a tra8s de esos restos, a un lugar tan oscuro que ninguna luz e7terior 

     pod6a penetrar en 8l.

    Ai camarada me lleaba del brazo< de$a de caminar, + +o me detengo. Entonces,

    alguien de la compa6a golpea un pedernal + enciende, una ela. La estancia donde

    nos encontrábamos se ilumina, aunque d8bilmente, + descubro que estamos ba$o una

     b#eda bastante bien conserada, de einticinco pies cuadrados apro7imadamente, +

    con cuatro salidas.

    Fuardábamos el más completo silencio. Ai camarada, con una caa que 0ab6a

    utilizado como bast#n durante la marc0a, traza un c6rculo alrededor su+o sobre la

    /ina arena que cubr6a el terreno, + sale de 8l despu8s de 0aber dibu$ado en el suelo

    algunos caracteres. REntrad en este pentáculo, amigo m6o me dice, + no salgáis

    0asta 0aber recibido buenas seales.

     E7plicaos me$or >tras qu8 seales debo salir=

     Cuando todo se os 0a+a sometido< pero antes de ello, si el miedo os 0iciese dar un paso en /also, podr6ais correr los ma+ores riesgos.S

    Ae da entonces una /#rmula de eocaci#n corta, perentoria, mezclada con algunas

     palabras que nunca olidar8.

    RGecitad me dice este con$uro con /irmeza + llamad a continuaci#n claramente,

     por tres eces, a Delceb2, + sobre todo no olid8is lo que 0ab8is prometido 0acer.S

    Gecord8 que me 0ab6a $actado de que le tirar6a de las ore$as. RAantendr8 mi palabra

     le digo, esperando no erme desmentido por los 0ec0os.

     @s deseamos muc0o 87ito me dice. Cuando 0a+áis terminado, aisadnos. Estáis

    e7actamente en/rente de la puerta por la que deb8is salir para reuniros con

    nosotros.S !e retiran.

     ing2n /an/arr#n se encontr# nunca en crisis tan delicada. Estue a punto dellamarlos, pero eso me 0abr6a aergonzado demasiado< por otra parte, signi/icaba

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    renunciar a todas mis esperanzas. Ae mantue /irme en el lugar donde estaba +

    re/le7ion8 por un instante.

    Ran querido asustarme me di$e. Muieren er si so+ pusilánime. Muienes me

     ponen a prueba están a dos pasos de aqu6, + despu8s de la eocaci#n debo esperar 

    alguna tentatia de su parte para aterrorizarme. engámonos /irmes< olamos la

     burla contra los malos bromistas.SLa deliberaci#n /ue bastante corta, aunque un poco turbada por el canto de los b20os

    + los autillos que 0abitaban los alrededores e incluso el interior de la caerna.

    :lgo tranquilizado por estas re/le7iones, me siento + rela$o mis piernas. Luego,

     pronuncio la eocaci#n con oz clara + /irme, +, aumentando el sonido, llamo tres

    eces + a interalos mu+ brees RUDelceb2VS

    Nn temblor recorr6a todas mis enas + los cabellos se erizaban en mi cabeza.

    :penas 0ube terminado, una entana de dos batientes se abre /rente a m6, en lo alto

    de la b#eda un torrente de luz más deslumbrante que la del d6a prorrumpe por esa

    abertura< una cabeza de camello, 0orrible tanto por su tamao como por su /orma,

    aparece en la entana< ten6a, sobre todo, unas ore$as desmesuradas. El odioso

    /antasma abre la boca +, con un tono acorde con el resto de la aparici#n, meresponde RC0e oi=S

    odas las b#edas, todas las caernas de los alrededores resonaron a por/6a con el

    terrible C0e uoi=

     o sabr6a describir mi situaci#n< no sabr6a decir qui8n sostuo mi cora$e + me

    impidi# caer des/allecido

    ante la isi#n de seme$ante cuadro, ante el ruido más espantoso a2n que retumbaba

    en mis o6dos.

    Nn sudor /r6o iba a disipar mis /uerzas 0ice un supremo es/uerzo para recobrarlas.

    El alma 0umana debe ser mu+ asta + tener un prodigioso mecanismo una multitud

    de sentimientos, ideas + re/le7iones se agolpan en mi coraz#n, pasan a mi esp6ritu +

    me impresionan al mismo tiempo.

    E1 giro an6mico se produce logro dominar el terror. Ae encaro intr8pidamente con

    el espectro.

    R>Mu8 pretendes, temerario, al mostrarte, ba$o esa /orma repelente=S

    El /antasma acila por un momento.

    Ros me 0ab8is llamado dice con un tono de oz más ba$o.

     >El esclao le digo intenta asustar a su amo= !i ienes a recibir mis #rdenes,

    adopta una /orma coneniente + un tono sumiso.

     :mo me dice el /antasma, >ba$o qu8 /orma debo presentarme para resultaros

    agradable=S

    La primera idea que, me ino a la cabeza /ue la de un perro Ren le di$e ba$o elaspecto de un perro de aguas.S

    :penas 0ab6a /ormulado esta orden cuando el espantoso camello alarga el cuello de

    diecis8is pies de longitud, ba$a la cabeza 0asta el centro de la sala + omita un perro

    de aguas blanco, de pelo sedoso, /ino + brillante, con las ore$as colgándole, 0asta el

    suelo.

    La entana se 0a uelto a cerrar, cualquier otra isi#n 0a desaparecido + no

    quedamos ba$o la b#eda, su/icientemente iluminada, más que el perro + +o.

    Firaba alrededor del c6rculo moiendo la cola 0aci8ndome /iestas.

     :mo me dice, quisiera lameros la punta de los pies, pero el c6rculo temible que

    os rodea me rec0aza.S

    Ai con/ianza se 0ab6a trans/ormado en audacia salgo del c6rculo, estiro el pie, el perro me lo lame< 0ago un gesto para tirarle de las ore$as, se tiende 8l sobre el lomo

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    como para pedirme perd#n< i entonces que se trataba de una 0embra.

    RLeántate le digo, te perdono. es que 0e enido acompaado< los seores

    esperan a cierta distancia de aqu6< el paseo 0a debido /atigarlos + quiero darles otra

    colaci#n necesito /rutas, conseras, 0elados, inos de Frecia, >entiendes= Ilumina +

    adorna la sala sin ostentaci#n, pero con decoro. acia el /inal de la colaci#n te

     presentarás como un irtuoso de primera /ila + traerás un arpa contigo< +o te aisar8cuándo debes aparecer. Cuida de desempear bien tu papel, pon e7presi#n en tu

    canto, decencia, discreci#n en tu actitud...

     @bedecer8, amo, pero >ba$o qu8 condici#n=

     Da$o la de obedecer, esclao. @bedece sin r8plica o...

     o me conoc8is, amo< me tratar6ais con menos rigor. La 2nica condici#n que

     pondr6a ser6a, quizá, templar uestra c#lera + complaceros.S

    :penas 0ab6a dic0o el perro estas palabras cuando, girando sobre sus talones, eo

    mis #rdenes e$ecutarse con más $usteza que el cambio de un decorado en la @pera.

    Las paredes de la b#eda, 0asta entonces negras, 02medas + cubiertas de musgo,

    adquir6an un color suae, /ormas agradables< estábamos a0ora en mi sal#n de

    mármol $aspeado. La arquitectura presentaba una cintra sostenida por columnas.@c0o candelabros de cristal, cada uno con tres elas, di/und6an una luz ia,

    distribuida por igual.

    III

    Nn momento despu8s, quedan listos la mesa + el ambig2, cargados con todos los

    elementos de nuestro /est6n< las /rutas + los dulces eran de la especie más rara, más

    sabrosa + de más 0ermosa apariencia. La porcelana empleada en el sericio + en el

    ambig2 era del Jap#n. La perrita daba mil ueltas por la sala, 0aci8ndome mil

    carantoas, como para acelerar el traba$o + preguntarme si estaba satis/ec0o.

    RAu+ bien, Diondetta le di$e< ponte una librea + e a decir a esos seores que

    están cerca de aqu6 que los espero + que están seridos.S

    :penas 0ab6a uelto la mirada cuando eo salir a un pa$e con mi librea pulcramente

    estido, lleando una antorc0a encendida< poco despu8s ol6a, guiando a mi

    camarada el /lamenco + a sus dos amigos.

    Preparados a algo e7traordinario por la llegada + los cumplidos del pa$e, no lo

    estaban al cambio que se 0ab6a producido en el lugar donde me 0ab6an de$ado. !i no

    0ubiese tenido la cabeza ocupada, me 0abr6a diertido más a2n con su sorpresa, que

    estall# en sus gritos + se mani/est# en la alteraci#n de sus rasgos + en sus actitudes.

    R!eores les di$e, 0ab8is 0ec0o un largo camino por mi causa + a2n os queda un

     buen trec0o para regresar a ápoles. e pensado que este pequeo /est6n no os

    desagradar6a + que sabr6ais disculpar la escasa selecci#n + la /alta de abundancia,

    dado que se trata de una improisaci#n.Ai soltura los desconcert# más a2n que, el cambio del escenario + la ista de la

    elegante colaci#n a que se e6an initados. Ae apercib6 de ello +, resuelto a terminar 

    rápidamente una aentura de la que en mi interior descon/iaba, quise sacar todo el

     partido posible, /orzando incluso la alegr6a que /orma el /ondo de mi carácter.

    Los init8 a sentarse a la mesa< el pa$e acerc# los asientos con una prontitud

    maraillosa. Estábamos sentados< llen8 los asos, repart6 la /ruta< mi boca era la

    2nica que se abr6a para 0ablar + comer los demás permanec6an boquiabiertos< sin

    embargo, los anim8 a probar las /rutas, + mi con/ianza los decidi# a ello. Debo a la

    salud de la cortesana más bonita de ápoles< bebemos por ella. ablo de una nuea

    #pera, de una improisatrice romana recientemente llegada + cu+o talento da que

    0ablar en la corte.Insisto en los talentos agradables, la m2sica, la escultura +, de paso, obtengo su

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    El diablo enamorado- Jacques Cazotte- Página 5 de 43

    aprobaci#n sobre la belleza de algunos mármoles que adornan el sal#n. Nna botella

    se ac6a + otra me$or la sustitu+e. El pa$e se multiplica + el sericio no languidece

    un solo instante. Ae /i$o en 8l a 0urtadillas imaginaos al :mor estido de pa$e< mis

    compaeros de aentura, por su parte, lo miraban de reo$o con una cara en la que se

     pintaban la sorpresa, el placer + la inquietud. La monoton6a de esta situaci#n me

    desagrad#< i que 0ab6a llegado el momento de romperla.RDiondetto di$e al pa$e, la signora 'iorentina me 0a prometido concederme un

    instante< mira a er si 0a llegado.S Diondetto sale de la pieza.

    Ais 0u8spedes no 0ab6an tenido a2n el tiempo necesario para e7traarse ante la

    e7traagancia del mensa$e, cuando se abre una puerta del sal#n + 'iorentina entra

    con su arpa< lleaba un estido modesto, un sombrero de ia$e + un elo mu+ claro

    /rente a los o$os< coloca el arpa a su lado, saluda con soltura, con gracia R!eor don

    :laro dice, ignoraba que estuieseis acompaado< no me 0abr6a presentado

    estida de esta guisa< los seores tengan a bien disculpar a una ia$era.S

    !e sienta, + a por/6a le o/recemos los restos de nuestro pequeo /est6n, que ella

     prueba complaciente.

    RUC#mo, seoraV le digo, >no 0ac8is más que pasar por ápoles= >o ser6a posible 0aceros permanecer aqu6=

     Nn compromiso preio me obliga, seor< tuieron muc0as atenciones conmigo en

    enecia, en el carnaal pasado me 0icieron prometer que oler6a, + 0e recibido

    incluso un adelanto por mi actuaci#n< de no ser as6, no 0abr6a podido negarme a las

    enta$as que me o/rece aqu6 la corte + a la esperanza de merecer los aplausos de la

    nobleza napolitana, distinguida por su buen gusto por encima de toda la del resto de

    Italia. S

    Los dos napolitanos se inclinan para responder al elogio, estupe/actos ante la

    realidad de la escena 0asta el punto de /rotarse los o$os. Init8 a la irtuosa a

    0acernos escuc0ar una muestra de su talento. Estaba res/riada, /atigada< tem6a, con

     $usticia, disminuir en nuestra opini#n. 'inalmente, se decidi# a interpretar un

    recitatio obligado + una arieta pat8tica que clausuraban el tercer acto de la #pera en

    que iba a debutar.

    oma su arpa, preludia con una mano larga, bien torneada, a la ez blanca + p2rpura,

    de dedos insensiblemente redondeados en la punta + uas de /orma + gracia

    inconcebibles. Estábamos sorprendidos< cre6amos asistir al más delicioso de los

    conciertos. La dama canta. o 0a+ oz, ni alma, ni e7presi#n como la su+a no se

     puede dar más es/orzándose menos. ?o estaba emocionado 0asta el /ondo de mi

    coraz#n, + olid8 casi que era el creador del 0ec0izo que me encantaba.

    La cantante me dirig6a las tiernas e7presiones de su recitado + de su canto. El /uego

    de sus miradas, atraesaba el elo< ten6a una intensidad + una dulzura inconcebibles

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    coger el arpa. !e lo impido +, despu8s de 0aberla acompaado 0asta la puerta por 

    donde 0ab6a entrado, uelo $unto a mis compaeros.

    en6a que 0aber inspirado alegr6a, + e6a temor en las miradas. Gecurr6 al ino de

    C0ipre< lo 0ab6a encontrado delicioso< me 0ab6a deuelto las /uerzas, la presencia de

    esp6ritu< dobl8 la dosis. Como el tiempo pasaba, di$e a mi pa$e que 0ab6a uelto a

    ocupar su puesto detrás de mi asiento que 0iciese preparar mi carrua$e. Diondettosale inmediatamente, a a cumplir mis #rdenes. R>en8is aqu6 carrua$e=S, me dice

    !oberano.

    R!6 le respondo, me 0ice seguir e imagin8 que, si uestra partida se prolongaba,

    no os opondr6ais a un regreso c#modo. Debamos otra copa. o corremos el riesgo de

    dar pasos en /also por el camino.S

     o 0ab6a acabado la /rase cuando el pa$e regresa, seguido de dos corpulentos

    laca+os, soberbiamente estidos con mi librea. R!eor don :laro me dice

    Diondetto, no 0e podido acercar 0asta aqu6 uestro coc0e< está más allá, pero cerca

    de las ruinas que rodean estos lugares.S os leantamos< Diondetto + los laca+os

    nos preceden< nos ponemos en marc0a.

    Como no pod6amos caminar los cuatro en una misma l6nea entre basas + columnasrotas, !oberano, que se encontraba a mi lado, me estrec0# la mano. Ros 0ab8is

    dado un buen /est6n, amigo< os costará caro.

     :migo repliqu8, me satis/ace muc0o que os 0a+a gustado< cu8steme lo que deba

    costarme.S

    Llegamos al carrua$e encontramos otros dos laca+os, un coc0ero, un postill#n, un

    coc0e de campo a mis ordenes con todas las comodidades deseables. Le 0ago los

    0onores +, elozmente, tomamos el camino de ápoles.

    I

    ;urante alg2n tiempo guardamos silencio. 'inalmente, uno de los amigos de

    !oberano lo rompe. Ro os pido uestro secreto, :laro, pero me consta que 0ab8is

    tenido que llegar a tratos singulares. adie /ue serido nunca como os +, en

    cuarenta aos de traba$o, no 0e obtenido ni la cuarta parte de los /aores que os 0an

    sido concedidos a os en una sola noc0e. o 0ablo de la más celestial isi#n que,

     pueda tenerse, cuando a/ligimos nuestros o$os más a menudo que los alegramos. En

    /in, os conoc8is uestros asuntos, sois $oen a uestra edad se desea demasiado

     para dar tiempo a la re/le7i#n + se buscan con prisa los placeres.S

    Dernadillo, tal era el nombre de este 0ombre, se escuc0aba al 0ablar + me daba

    tiempo para pensar en la respuesta.

    RIgnoro le repliqu8 por qu8 causa 0e podido ganarme /aores distinguidos<

    auguro que, serán mu+ cortos, + mi consuelo consistirá en 0aberlos compartido

    todos con buenos amigos.S ieron que manten6a mis reseras, + la conersaci#ndeca+#.

    !in embargo, el silencio tra$o consigo la re/le7i#n record8 cuanto 0ab6a 0ec0o +

    isto< compar8 los discursos de !oberano + de Dernadillo, + conclu6 que acababa de

    salir del peor paso en que una ana curiosidad + la temeridad 0ubiesen puesto nunca

    a un 0ombre de mi clase. o carec6a de instrucci#n< 0ab6a sido educado 0asta los

    trece aos ba$o la mirada de don Dernardo Aaraillas , mi padre, gentil0ombre sin

    tac0a, + por doa Aenc6a, mi madre, la mu$er más religiosa, más respetable de toda

    E7tremadura. RU:0, madre m6aV me dec6a +o, >qu8 pensar6ais de uestro 0i$o si lo

    0ubieseis isto, si lo ieseis toda6a= Pero esto no durará, me lo prometo.S

    Entre tanto, el carrua$e llegaba a ápoles. ;e$8 en sus respectias casas a los amigos

    de !oberano. El + +o regresamos a nuestro acuartelamiento. El brillo del coc0edeslumbr# no poco a la guardia, a la que pasamos reista, pero las gracias de

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    Diondetto, que ocupaba la parte delantera de la carroza, impresionaron a2n más a los

    espectadores.

    El pa$e despide el carrua$e + a la seridumbre, toma una antorc0a de mano de los

    laca+os + atraiesa los cuarteles para llearme a mis 0abitaciones. Ai a+uda de

    cámara, a2n más sorprendido que los otros, quer6a 0ablar para pedirme

    e7plicaciones acerca de mi nueo tren de ida. RDasta por 0o+, Carlo le di$e,entrando en mi cuarto, no te necesito. e a descansar, te 0ablar8 maana.S

    Estamos solos en mi alcoba, + Diondetto 0a cerrado la puerta tras de nosotros< mi

    situaci#n era menos embarazosa en medio de la compa6a que acababa de abandonar 

    + del tumultuoso lugar que acababa de atraesar. Con ánimo de terminar la aentura,

    me concentr8 por un instante. ;iri$o la mirada al pa$e, que mantiene, la su+a /i$a en

    el suelo< un rubor le asoma sensiblemente por el rostro su actitud reela embarazo

    ? muc0a emoci#n< /inalmente tomo la iniciatia de 0ablarle.

    RDiondetto, me 0as serido bien, + lo 0as 0ec0o poniendo tu me$or oluntad en ello<

     pero, como te 0ab6a pagado por adelantado, imagino que estamos en paz.

     ;on :laro es demasiado noble como para creer que 0a podido pagar ese precio.  

    !i 0as 0ec0o más de lo que me deb6as, si esto+, en deuda contigo, dame tu cuenta< pero no respondo de pagarte inmediatamente 0e gastado +a mi 2ltimo sueldo, debo

    en el $uego, en la posada, al sastre...

     uestras bromas están /uera de lugar.

     !i de$o de 0ablar en broma, será para rogarte que te retires, pues es tarde + debo

    acostarme.

     >? tendr6ais la descortes6a de ec0arme a la 0ora que es= o esperaba seme$ante

    trato de parte de un caballero espaol. uestros amigos saben que 0e enido aqu6<

    uestros soldados, uestros 0ombres me 0an isto + 0an adiinado mi se7o. !i +o

    /uese una il cortesana, no de$ar6ais de tener alguna consideraci#n 0acia el decoro de

    mi estado< pero uestro proceder conmigo es in/amante, ignominioso cualquier 

    mu$er en mi situaci#n se sentir6a 0umillada.

     >:s6 que a0ora te gusta ser mu$er para ser ob$eto de atenciones= Pues bien, para

    eitar el escándalo de tu partida, ten contigo misma la de/erencia de salir por el

    agu$ero de la cerradura.

     UC#moV En serio, sin saber qui8n so+..........

     >Puedo, acaso, ignorarlo=

     Lo ignoráis, os digo, no escuc0áis más que uestras preenciones< pero,

    quienquiera que sea, esto+ a uestros pies, con las lágrimas en los o$os,

    implorándoos a t6tulo de deudor. Nna imprudencia ma+or que la uestra, e7cusable

    quizá, puesto que os sois su ob$eto, me 0a 0ec0o 0o+ desa/iarlo todo, sacri/icarlo

    todo para obedeceros, entregarme a os + seguiros. e leantado contra m6 las pasiones más crueles, más implacables< no me queda más protecci#n que la uestra,

    más asilo que uestra alcoba. >ais a cerrarme uestra puerta, :laro= >!e dirá,

    acaso, que un caballero espaol 0a+a tratado con tal rigor, con seme$ante indignidad

    a alguien que 0a sacri/icado por 8l un alma sensible, a un ser d8bil, desproisto de

    cualquier otra a+uda que no sea la su+a, en una palabra, a una persona de mi se7o=S

    Getroced6a +o tanto corno me era posible, para salir de aquella embarazosa

    situaci#n< pero ella se abrazaba a mis rodillas + me segu6a, moiendo las su+as<

    /inalmente, qued8 pegado contra la pared. RLeántate le di$e< sin pensarlo, acabas

    de recordarme un $uramento. Cuando mi madre me dio mi primera espada, me 0izo

     $urar sobre su guarda que serir6a toda mi ida a las mu$eres + que no o/ender6a a

    ninguna. Cuando pienso en qu8 0a parado 0o+ aquel $uramento... Pues bien, cruel, a cualquier t6tulo que sea, permitid que me quede en uestra

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    alcoba.

     Lo acepto por lo raro del caso + para llear al colmo lo ins#lito de mi aentura.

    :rr8glatelas de manera que ni te ea ni te oiga< a la primera palabra, al primer 

    moimiento capaces de inquietarme, aumento el sonido de mi oz para preguntarte a

    mi ez C0e uoi=S

    Le do+ la espalda + me acerco a la cama para desestirme. R>Puedo a+udaros=S, medice. Ro, so+ militar + me siro a m6 mismo.S Ae acuesto.

    : tra8s de la gasa de mi cortina, eo c#mo el supuesto pa$e e7tiende en un rinc#n

    de mi dormitorio una estera usada que 0a encontrado en un armario, se sienta

    encima, se desiste por completo, se enuele en una de mis mantas, que estaba

    sobre una silla, apaga la luz, + la escena termina all6 por el momento< pero pronto

    oli# a empezar en mi cama, donde +o no pod6a conciliar el sueo.

    Parec6a como si el retrato del pa$e estuiese pegado al tec0o de la cama + a las

    cuatro columnas< no e6a otra cosa. Ae es/orzaba en ano por incular ese ob$eto

    marailloso con la idea del 0orrible /antasma que 0ab6a isto< la primera aparici#n

    ser6a para realzar los encantos de la 2ltima.:quel canto melodioso que 0ab6a o6do ba$o la b#eda, aquel sonido encantador de

    oz, aquellas palabras que parec6an surgir del coraz#n retumbaban a2n en el m6o +

     produc6an en 8l un estremecimiento singular.RU:0, Diondetta me dec6a a m6

    mismo, si no /ueses un ser /antástico, si no /ueses aquel espantoso dromedarioV

    Pero >por qu8 impulso me de$8 llear= e encido el miedo< e7tirpemos un

    sentimiento más peligroso. >Mu8 ternura puedo esperar de ella=

    >Genunciar6a, acaso, a su origen= El /uego de sus miradas tan conmoedoras, tan

    dulces, es un cruel eneno. Esa boca tan bien /ormada, tan coloreada, tan /resca + en

    apariencia tan ingenua no se abre más que para engaos e imposturas. Ese coraz#n,

    si lo /uese, no se encender6a sino para una traici#n.S Aientras me abandonaba a las

    re/le7iones ocasionadas por los diersos impulsos que me agitaban, la luna, llegada

    a lo alto del 0emis/erio + en un cielo sin nubes, /lec0aba mi alcoba con sus ra+os a

    tra8s de tres grandes entanas.

    ?o 0ac6a moimientos prodigiosos en mi cama, que no era nuea la madera se

    separa, + las tres tablas que sosten6an mi colc0#n se desploman estrepitosamente.

    Diondetta se leanta, corre 0acia m6, aterrorizada. R;on :laro, >qu8 desgracia

    acaba de sucederos=S

    Como no la perd6a de ista, a pesar de mi accidente, la i leantarse, acudir a mi

    lado< lleaba una camisa de pa$e +, al pasar, la luz de la luna ilumin# sus muslos,

    que, a2n parecieron más 0ermosos con el re/le$o. Au+ poco a/ectado por el mal

    estado de mi cama, que, s#lo me e7pon6a a dormir con un poco más deincomodidad, me a/ect# muc0o más el encontrarme entre los brazos de Diondetta.

    Ro me 0a sucedido nada le di$e, ret6rate. Corres por las baldosas sin zapatillas,

    as a res/riarte< ret6rate...

     Pero estáis en una posici#n inc#moda.

     !6, en la que t2 a0ora me colocas< ret6rate o, puesto que quieres acostarte en mi

    cama + a mi lado, te ordenar8 ir a dormir a la tela de araa que 0a+ en ese rinc#n de

    mi dormitorio.S o esper# al /inal de la amenaza + se /ue a acostar sobre su estera,

    sollozando mu+ quedo.

    La noc0e se acaba + la /atiga se apodera de m6, proporcionándome algunos

    momentos de sueo. Cuando me despert8, +a era de d6a. :diinad la direcci#n que

    tomaron mis primeras miradas busqu8 a mi pa$e con los o$os.Estaba sentado, completamente estido a e7cepci#n de su $ub#n, en un pequeo

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    taburete< sus cabellos ca6an sueltos 0asta el suelo, cubri8ndole de bucles /lotantes +

    naturales la espalda + los 0ombros, e incluso toda la cara.

     o sabiendo qu8 0acer, se desenredaba la cabellera con los dedos. Jamás peine de

    un mar/il tan 0ermoso pase# por /loresta tan tupida de cabellos color rubio ceniza<

    su /ineza igualaba todas sus otras per/ecciones. Nn pequeo moimiento que 0ice le

    anunci# mi despertar, + entonces separ# con sus dedos los bucles que le ocultaban lacara.

    Imaginaos la aurora primaeral surgiendo de entre los apores de la maana con su

    roc6o, su /rescor + todos sus per/umes.

    RDiondetta le digo, coge un peine< 0a+ uno en el ca$#n de ese escritorio.S

    @bedece. Au+ pronto, con a+uda de una cinta, su pelo queda atado sobre la cabeza

    con tanta 0abilidad como elegancia. Coge su $ub#n, remata su aderezo + se sienta

    sobre su asiento con un aspecto, t6mido, apurado, inquieto, que inspiraba una ia

    compasi#n. !i es preciso me di$e a m6 mismo que ea a lo largo del d6a mil

    escenas a cuál más picante, seguramente no resistir8< prooquemos el desenlace, si

    es posible.

    Le diri$o la palabraR?a es de d6a, Diondetta. emos cumplido con las debidas coneniencias< puedes

    salir de la alcoba sin temor al rid6culo.

     Esto+ a0ora me responde por encima de ese temor< pero uestros intereses + los

    m6os me inspiran otro muc0o más /undado no permiten que nos separemos.

     E7pl6cate le digo.

     o+ a 0acerlo, :laro. uestra $uentud, uestra imprudencia, os cierran los o$os

    ante los peligros que 0emos congregado en torno nuestro. :penas os i ba$o la

     b#eda, cuando aquella actitud 0eroica /rente a la más 0orrible aparici#n decidi#

    mis inclinaciones. !i para lograr la /elicidad, me di$e a m6 misma, debo unirme a un

    mortal, tomemos un cuerpo 0a llegado la 0ora. Este es el 08roe digno de m6.

    Ind6gnense los despreciables riales que por 8l sacri/ico< 8ame +o e7puesta a su

    resentimiento, a su enganza< >qu8 me importa= :mada por :laro, unida a :laro,

    ellos + la naturaleza se nos someterán. Lo que sigui# os lo 0ab8is isto< 8stas son

    las consecuencias. La enidia, los celos, el desprecio, la c#lera me preparan los

    castigos más crueles a que pueda erse sometido un ser de mi especie, degradado

     por propia elecci#n< tan s#lo os pod8is protegerme. :penas 0a amanecido + +a los

    delatores se 0an puesto en camino para denunciaros como nigromante a ese tribunal

    que os conoc8is. ;entro de una 0ora...

     ;etente e7clam8< poni8ndome, los puos cerrados en los o$os, eres el más 0ábil,

    el más insigne de los /alsarios. ablas de amor, presentas su imagen, enenenas su

    idea< te pro06bo decir una palabra más. ;e$a que me calme lo su/iciente, si so+capaz para poder tomar una resoluci#n. !i debo caer en manos del tribunal, no

    acilo por el momento entre t2 + 8l< pero si me a+udas a largarme de aqu6, >a qu8 me

    comprometer8 con ello= >Puedo separarme de ti cuando quiera= e conmino a que

    me respondas con claridad + precisi#n.

     Para separaros de m6, :laro, bastará con un acto de uestra oluntad. Lamento,

    incluso, que mi sumisi#n sea /orzada. !i más tarde no agradec8is mi celo, ser8is

    imprudente, ingrato...

     ada creo, salo que debo partir. o+ a despertar a mi a+uda de cámara. engo que

    conseguir dinero, ir a la posta. Ae dirigir8 a enecia a er a Dentinelli, banquero de

    mi madre.

     >ecesitáis dinero= :/ortunadamente, 0e tomado mis precauciones< tengo a uestradisposici#n...

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     Fuárdatelo. !i /ueses una mu$er, al aceptarlo cometer6a una ba$eza.

     o es mi regalo, sino un pr8stamo, lo que os propongo. ;adme un poder para

    actuar ante uestro banquero< 0aced un balance de lo que deb8is aqu6. ;e$ad sobre

    uestro escritorio una orden a Carlo para que pague. ;isculpaos por carta a uestro

    comandante, alegando un compromiso ineludible que os obliga a partir sin licencia

     preia. Ir8 a la posta, a buscaros un carrua$e + caballos. Pero antes, :laro, obligadaa separarme de os, uelo a caer en todos mis temores. ;ecid Esp6ritu que no te

    0as unido a un cuerpo más que para m6, + s#lo para m6, acepto tu asalla$e + te

    otorgo mi protecci#n.S

    Aientras me indicaba esta /#rmula, se 0ab6a arro$ado a mis rodillas, me ten6a cogida

    la mano, me la apretaba, me la mo$aba con sus lágrimas.

    ?o estaba /uera de m6, no sabiendo qu8 partido adoptar< le de$o que me bese la mano

    + balbuceo las palabras que le parec6an tan importantes. :penas 0e terminado,

    uele a ponerse en pie R!o+ uestra e7clama arrebatada< podr8 llegar a ser la

    más /eliz de todas las criaturas.S

    En un momento, se cubre con una larga capa, se cala un gran sombrero sobre los

    o$os + sale de mi 0abitaci#n.Mued8 sumido en una especie de estupidez.

    Encuentro un balance de mis deudas< pongo al pie la orden a Carlo para que las

     pague< cuento el dinero necesario< escribo al comandante + a uno de mis amigos más

    6ntimos sendas cartas, que debieron encontrar particularmente e7traordinarias. ?a el

    coc0e + el látigo del postill#n se 0ac6an o6r en la puerta.

    Diondetta, con la nariz siempre 0undida en su capa, regresa + me llea consigo.

    Carlo, despertado por el ruido aparece en camisa. Rete le digo a mi escritorio<

    encontrarás all6 mis ordenes.S !ubo al carrua$e. Parto.

    I

    Diondetta 0ab6a entrado conmigo en el carrua$e, instalándose en la parte delantera.

    Cuando salimos de la ciudad, se quit# el sombrero que la ocultaba. en6a los

    cabellos recogidos en una redecilla carmes6< no se les e6a más que la punta eran

     perlas dentro de un coral. !u rostro, despo$ado de todo adorno, brillaba s#lo con sus

     per/ecciones. ab6a como una transparencia en el color de su cara< no pod6a

    concebirse c#mo la dulzura, el candor, la ingenuidad pod6an unirse al rasgo de

    /ineza que brillaba en sus miradas. Ae sorprend6 0aciendo, a pesar m6o, estas

    obseraciones +, $uzgándolas peligrosas para mi descanso, cerr8 los o$os para tratar 

    de dormir.

    Ai intento no /ue ano el sueo se apoder# de mis sentidos + me o/reci# las

    ensoaciones más agradables, las más apropiadas para distraer a mi alma de las

    ideas espantosas + e7traagantes que tanto la 0ab6an /atigado. Ai sueo /ue, por lodemás, mu+ largo, + mi madre, re/le7ionando más tarde sobre mis aenturas, lleg# a

    la conclusi#n de que seme$ante sopor no 0ab6a sido natural. 'inalmente, cuando me

    despert8, estaba a orillas del canal en el que se embarca para dirigirse a enecia. Era

    noc0e cerrada. !ent6 que alguien me tiraba de la manga era un mozo de cuadra<

    quer6a encargarse de mis bultos. o ten6a ni siquiera un gorro de dormir.

    Diondetta, se present# por otra portezuela para decirme que el barco que me llear6a

    estaba listo. ;esciendo maquinalmente, entro en la /al2a + uelo a caer en mi

    letargo.

    >Mu8 dir8= :l d6a siguiente por la maana me encontraba alo$ado en la plaza de !an

    Aarcos, en las 0abitaciones más 0ermosas de la me$or posada de enecia. Las

    conoc6a< las reconoc6 inmediatamente. eo ropa blanca, una bata bastante rica $untoa la cama. !ospec08 que pod6a ser una atenci#n del 0u8sped a cu+a casa 0ab6a

  • 8/19/2019 El Diablo Enamorado de Jacques Cazotte

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    llegado desproisto de todo.

    Ae leanto + miro si so+ el 2nico ser io que 0ab6a en el cuarto< buscaba a

    Diondetta. :ergonzado de ese primer impulso, di gracias a mi buena suerte. REse

    esp6ritu + +o no somos, pues, inseparables< me, 0e librado de 8l +, despu8s de mi

    imprudencia, si no pierdo más que mi empleo, en la guardia, debo considerarme

    mu+ /eliz. alor, :laro continu8< 0a+ otras cortes, otros soberanos además delde ápoles. Esto debe corregirte, si es que no eres incorregible, + as6 te portarás

    me$or. !i tus sericios son rec0azados, una madre tierna, E7tremadura + un

     patrimonio 0onesto te tienden los brazos. Pero, >qu8 querr6a de ti ese diablillo que

    no te 0a abandonado en einticuatro 0oras= Uab6a tomado una apariencia mu+

    seductoraV Ae dio dinero, quiero deol8rselo...S o 0ab6a terminado de 0ablar 

    cuando eo llegar a mi acreedor< me tra6a dos criados + dos gondoleros.

    R;eb8is ser serido 0asta que llegue Carlo dice Ae 0an respondido en la posada

    de la inteligencia + /idelidad de 8stos, + estos otros son los más audaces patrones de

    la rep2blica.

     Ae do+ por satis/ec0o con tu elecci#n, Diondetta le digo >Estás alo$ado aqu6=

     e tomado me responde el pa$e con los o$os ba$os, en las propias 0abitacionesde uestra E7celencia, la pieza más ale$ada de la que ocupáis, a /in de causaros la

    menor molestia posible.S

    Encontr8 tacto + delicadeza en esa atenci#n de poner espacio entre ella + +o. !e lo

    agradec6 por aadidura.

    REn el peor de los casos me dec6a a m6 mismo no podr6a e7pulsarla del aire, si

    decidiese quedarse all6, inisible, para obsesionarme. :l estar en un cuarto concreto,

     podr8, calcular mi distancia.S Contento, con mis razonamientos, di ligeramente mi

    aprobaci#n a todo.

    Muer6a salir para ir a er al corresponsal de mi madre. Diondetta dio las #rdenes

    oportunas para mi aseo +, cuando 0ubo terminado, me dirig6 adonde ten6a intenci#n

    de ir.

    El negociante me brind# una acogida que me sorprendi#. Estaba en su banco< de

    le$os me acaricia con la mirada, iene 0acia m6.

    R;on :laro me dice no os cre6a aqu6. Llegáis mu+ a prop#sito para impedir que

    cometa un error< iba a eniaros dos cartas + dinero.

     >El de mi pensi#n= respond6.

     !6 replic#, + algo más. :qu6 ten8is doscientos cequ6es que llegaron esta maana.

    Nn ie$o gentil0ombre a quien entregu8 el recibo me los dio de parte de doa

    Aencia. :l no recibir noticias uestras, os cre+# en/ermo + encarg# a un espaol

    conocido uestro que me los diese para 0ac8roslos llegar.

     >@s 0a dic0o su nombre=Lo escrib6 en el recibo< es don Aiguel Pimientos , quien dice 0aber sido escudero en

    uestra casa. Como ignoraba uestra llegada aqu6, no le pregunt8 su direcci#n.

    Cog6 el dinero. :br6 las cartas mi madre se que$aba de su salud + de mi negligencia,

    + ni siquiera 0ablaba de los cequ6es que eniaba, lo que me 0izo a2n más sensible a

    sus bondades.

    i8ndome con la bolsa repleta, regres8 alegremente a la posada< me cost# traba$o

    encontrar a Diondetta en la especie de 0abitáculo en que se 0ab6a re/ugiado. !e

    llegaba a 8l por un pasadizo que estaba le$os de mi puerta< me aentur8 al azar por 

    all6 + la i inclinada $unto a una entana, mu+ ocupada en reunir + pegar los restos

    de un claicordio.

    Rengo dinero le di$e + te traigo lo que me 0as prestado.S Enro$eci#, comosiempre le ocurr6a antes de 0ablar< busc# mi obligaci#n, me la entreg#, tom# la suma

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    + se limit# a decirme que era demasiado e7acto + que 0ubiese deseado gozar durante

    mas tiempo del placer de tenerme obligado.

    RPero a2n esto+ en deuda contigo le di$e, puesto que 0as pagado las postas.S

    en6a el recibo sobre la mesa. Lo pagu8. Ae retiraba con aparente sangre /r6a< me

     pregunt# cuáles eran mis #rdenes, no ten6a ninguna que darle + oli#

    tranquilamente a su tarea, dándome la espalda. La obser8 durante alg2n tiempo< parec6a mu+ ocupada + pon6a en su traba$o tanta destreza como actiidad.

    Gegres8 a mi cuarto, a soar. REste es me dec6a el igual de aquel Calder#n que

    encend6a la pipa de !oberano, +, aunque tenga un aspecto mu+ distinguido, no es de

    me$or casa. !i no se uele e7igente ni inc#modo, si no tiene pretensiones, >por qu8

    no guardarlo= Por otra parte, me asegura que para despedirlo basta con un acto de

    mi oluntad. >Por qu8 apresurarme a querer en seguida lo que puedo querer en todos

    los instantes del d6a=S Ais re/le7iones se ieron interrumpidas por el anuncio de que

    estaba serido.

    Ae sent8 a la mesa. Diandetta, con librea de gala, estaba detrás de mi asiento, atenta

    a preenir mis necesidades. o ten6a que darme la uelta para erla tres espe$os

    dispuestos en el sal#n repet6an todos sus moimientos. erminada la cena, quitan lamesa< ella se retira.

    !ube a mis 0abitaciones el posadero, a quien conoc6a de antes. Estábamos en

    carnaal< mi llegada no ten6a nada de sorprendente. Ae /elicit# por el aumento de

    mi tren de ida, que supon6a mi me$or estado de mi /ortuna, + se des0izo en

    alabanzas de mi pa$e, el $oen más guapo, más carioso, más inteligente, más dulce

    que 0ab6a isto en su ida. Ae pregunt# si pensaba tomar parte en los placeres del

    carnaal< 8sa era mi intenci#n. Ae dis/rac8 + sub6 a bordo de mi g#ndola.

    Gecorr6 la plaza< /ui al espectáculo, al ridotto. Jugu8, gan8 cuarenta cequ6es +

    regrese bastante tarde, luego de 0aber buscado disipaci#n en todos los lugares

    apropiados al caso.

    Ai pa$e, con una antorc0a en la mano, me recibe al pie de la escalera, me entrega a

    los cuidados de un a+uda de cámara + se retira, despu8s de 0aberme preguntado a

    qu8 0ora ordenaba que entrasen en mi alcoba. R: la 0ora de siempreS, respond6 sin

    saber lo que dec6a, sin pensar que nadie, estaba al corriente de mis costumbres.

    Ae despert8 tarde al d6a siguiente + me leante en seguida. ;irig6 por azar los o$os

    0acia las cartas de mi madre, que a2n permanec6an sobre la mesa. RU;igna mu$erV  

    e7clam8 >qu8 0ago +o aqu6= >Es que no o+ a colocarme, ba$o la protecci#n de

    uestros sabios conse$os= Ir8, Ua0V, ir8, es la 2nica decisi#n que puedo tomar.S

    Como 0ablaba alto, se dio cuenta de que me 0ab6a despertado< entr# en mi cuarto +

    ol6 a er el escollo de mi raz#n. en6a un aspecto desinteresado, modesto, sumiso,

     pareci8ndome por ello más peligroso. Ae anunciaba la llegada de un sastre + telas.ec0as las compras, desapareci# con 8l 0asta la 0ora del almuerzo.

    Com6 poco + corr6 a precipitarme a tra8s del torbellino de diersiones de la ciudad.

    Dusqu8 las máscaras< escuc08, 0ice /r6as bromas + remat8 la noc0e en la #pera +,

    sobre todo, en el $uego, 0asta entonces mi pasi#n /aorita. Fan8 muc0o más en esta

    segunda sesi#n que en la primera.

    II

    Pas8 diez d6as en la misma situaci#n de coraz#n + esp6ritu +, poco más o menos, en

    disipaciones similares. Encontr8 antiguos conocidos, 0ice algunos nueos. 'ui

     presentado en las tertulias más distinguidas, admitido en las partidas de los nobles

    en sus casinos.

    odo 0abr6a ido bien si mi /ortuna en el $uego no 0ubiese desaparecido< pero perd6en el ridotto, en una noc0e, mil trescientos cequ6es que 0ab6a acumulado. adie $ug#

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    nunca con tan mala suerte. : las tres de la maana me retir8 desplumado, debiendo

    cien cequ6es a unos conocidos. Ai pesadumbre estaba escrita en mis miradas + en

    toda mi apariencia e7terior. Diondetta me pareci# a/ectada, pero no abri# la boca.

    :l d6a siguiente me leant8 tarde. Ae paseaba a largas zancadas por mi cuarto,

    golpeando con los pies. Ae siren, no como. Getirado el sericio, Diondetta se

    queda, contra su costumbre. Ae mira un instante, de$a escapar algunas lágrimasRab8is perdido dinero, don :laro< quizá más del que pod8is pagar.

     ? si as6 /uera, >d#nde encontrar6a el remedio=

     Ae o/end8is< mis sericios a2n os pertenecen al mismo precio< pero no ir6an le$os

    si se limitasen a 0aceros contraer conmigo obligaciones que os creer6ais en la

    necesidad de satis/acer inmediatamente. Permitid que tome asiento< esto+ tan

    emocionada que no podr6a sostenerme de pie< además, tengo cosas importantes que,

    deciros. >Muer8is arruinaros=... >Por qu8 $ugáis con ese /uror si no sab8is $ugar=

     >o conoce todo el mundo los $uegos de azar= >Podr6a enseármelos alguien=

     !6. Prudencia aparte, pueden ensearse los $uegos de probabilidad que os llamáis

    impropiamente $uegos de azar. o e7iste el azar en el mundo< en 8l todo 0a sido +

    será siempre, una serie de combinaciones necesarias que s#lo pueden ser entendidasa tra8s de la ciencia de los n2meros, cu+os principios son al mismo tiempo tan

    abstractos + tan pro/undos que no pueden ser aprendidos si no se es guiado por un

    maestro< pero es preciso 0aber sabido proporcionárselo + unirse a 8l. o puedo

    describiros este conocimiento sublime, más que por una imagen. El encadenamiento

    de los n2meros /orma la cadencia del unierso, regala los llamados sucesos /ortuitos

    + supuestamente determinados obligándolos mediante balancines inisibles a caer 

    cada uno a su ez, desde lo que de importante ocurre en las es/eras ale$adas 0asta las

    miserables pequeas probabilidades que 0o+ os 0an despo$ado de uestro dinero.

    Esta perorata cient6/ica en una boca in/antil, esta propuesta un poco brusca de

    o/recerme un maestro, me ocasionaron un ligero temblor, un poco de aquel sudor 

    /r6o que se 0ab6a apoderado de m6 ba$o la b#eda de Portici. Airo a Diondetta, que

     ba$aba la ista. Ro quiero ning2n maestro le digo< me da miedo aprender 

    demasiado< pero trata de demostrarme que un gentil0ombre puede saber un poco

    más que el $uego + utilizarlo sin comprometer su carácter. :cept# el reto + 8ste, es,

    en sustancia, el resumen de su demostraci#n.

    RLa banca está combinada sobre la base de una ganancia e7orbitante que se renuea

    en cada lance del $uego< si no corriese riesgos, la rep2blica estar6a robando de modo

    mani/iesto a los particulares. Pero los cálculos que podemos 0acer son supuestos, +

    la banca gana siempre, teniendo en/rente a una persona instruida por cada diez mil

    incautos.S

    La conicci#n /ue lleada más le$os. Ae ense# una sola combinaci#n, mu+ simpleen apariencia no adiin8 los principios en que se /undaba, pero esa misma noc0e el

    87ito me 0izo conocer su in/alibilidad.

    En una palabra sigui8ndola, recuper8 todo lo que 0ab6a perdido, pague mis deudas

    de $uego + deol6, al regresar, el dinero que Diondetta me 0ab6a prestado para

    intentar la aentura.

    en6a /ondos, pero me encontraba más molesto que nunca. Ais recelos acerca de las

    intenciones del peligroso ser cu+os sericios 0ab6a aceptado se 0ab6an renoado. ?a

    no sabia a ciencia cierta si podr6a ale$arlo de m6< en todo caso, no ten6a /uerzas para

    desearlo. ;esiaba los o$os para no er d#nde estaba + lo e6a en todos los lugares

    donde no estaba.

    El $uego de$# de o/recerme una disipaci#n atractia. El /ara#n, que me gustabaapasionadamente, al no estar sazonado por el riesgo, 0ab6a perdido todo lo que de

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     picante ten6a para m6. Las mascaradas del carnaal me aburr6an< los espectáculos me

     parec6an ins6pidos. :unque 0ubiera tenido el coraz#n lo su/icientemente libre como

     para desear establecer relaciones con mu$eres de alto lina$e, me 0allaba desanimado

    de antemano por la languidez, el ceremonial + la obligaci#n del c0ic0isbeo. Ae

    quedaba el recurso de los casinos de los nobles, donde +a no quer6a $ugar, + el trato

    con las cortesanas.Entre las mu$eres de esta 2ltima especie, 0ab6a algunas más distinguidas por la

    elegancia de su /asto + la $oialidad de su compa6a que por sus atractios

     personales. Encontraba en sus casas una libertad real de la que me gustaba gozar,

    una alegr6a ruidosa que pod6a aturdirme si no llegaba a agradarme, un abuso

    continuo de la raz#n que me libraba por algunos momentos de las trabas de la m6a.

    Ae mostraba galante con todas las mu$eres de este g8nero en cu+as casas era

    admitido, sin abrigar pro+ectos respecto a ninguna< pero la más c8lebre de ellas ten6a

     planes respecto a mi persona que pronto se mani/estaron.

    La llamaban @limpia. enia eintis8is aos, muc0a belleza, talento + gracia. Pronto

    me de$# percibir el gusto que sent6a por m6 +, sin sentirlo +o por ella, me puse en sus

    manos para liberarme en cierto modo de m6 mismo. uestra relaci#n comenz# bruscamente +, como no 0allaba en ella muc0os encantos,

     $uzgu8 que terminar6a de la misma manera + que @limpia, aburrida de mis

    desatenciones para con ella, buscar6a pronto un amante que le 0iciese ma+or $usticia,

    tanto más cuanto que nuestro 6nculo se basaba en la pasi#n más desinteresada< pero

    mu+ otra /ue la decisi#n de nuestro planeta. Para castigar a esta mu$er soberbia e

    impulsia, + para sumirme en problemas de otra 6ndole, era necesario que ella

    concibiese un amor desen/renado 0acia mi persona.

    ?a no era dueo de regresar por la noc0e a mi posada + me agobiaban durante el d6a

    sus billetes, mensa$es + igilantes.

    !e que$aba de mi /rialdad. !us celos, que a2n no 0ab6an encontrado un ob$eto

     preciso, se olcaban en todas las mu$eres que pod6an atraer mis miradas, + me 0abr6a

    e7igido incluso descortes6as 0acia ellas si 0ubiese podido 0acer mella en mi carácter.

    Ae disgustaba aquel tormento perpetuo, pero 0ab6a que iir en 8l. ;e buena /e

     buscaba amar a @limpia por amar algo + distraerme del gusto peligroso que me

    conoc6a. Entre tanto, una escena más ia a2n se preparaba.

    En mi posada me e6a sometido a secreta igilancia por #rdenes de la cortesana.

    R>;esde cuándo me di$o un d6a tienes a ese 0ermoso pa$e que tanto te interesa, a

    quien dispensas tantas atenciones + a quien no de$as de seguir con los o$os cuando

    su sericio lo llama a tus 0abitaciones= >Por qu8 le 0aces obserar tan austero

    retiro= o se le e nunca por enecia.

     Ai pa$e respond6 es un $oen bien nacido de cu+a educaci#n me 0e 0ec0o cargo.Es...

     Es, traidor replic# ella con los o$os in/lamados de ira, Ues una mu$erV Nno de mis

    esp6as lo 0a isto mientras se aseaba por el agu$ero de la cerradura

     e do+ mi palabra de 0onor de que no es una mu$er.

     o aadas la mentira a la traici#n. Esa mu$er lloraba, la 0an isto< no es /eliz. o

    sabes más que atormentar los corazones que se te entregan. as abusado de ella,

    como abusas de m6, + la abandonas ;euele a sus padres a esa $oen< + si tus

     prodigalidades no te permiten 0acerle $usticia, la obtendrá de mi parte. Le debes un

    destino +o se lo dar8< pero quiero que desaparezca maana.

     @limpia repliqu8 lo más /r6amente posible, te 0e $urado, te lo repito + te $uro otra

    ez que no es una mu$er. @$alá lo /uera. >Mu8 quieren decir esas mentiras + ese o$alá lo /ueraW, monstruo= ;eu8lela, te

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    digo, o... Pero tengo otros recursos< te desenmascarar8 + ella s6 se aendrá a razones,

    si t2 no eres capaz de 0acerlo.S

    !uperado por tal torrente de in$urias + de amenazas, pero simulando no estar 

    a/ectado, me retir8 a mi casa, aunque +a era tarde. Ai llegada pareci# sorprender a

    mis criados +, sobre todo, a Diondetta mostr# cierta inquietud por mi salud

    respond6 que no estaba alterada en absoluto. o le 0ablaba casi nunca desde mi relaci#n con @limpia + no 0ab6a 0abido ning2n

    cambio en su conducta para conmigo, pero s6 en sus rasgos 0ab6a en el tono general

    de su /isonom6a un matiz de abatimiento + de melancol6a.

    :l d6a siguiente, apenas me 0ab6a despertado cuando Diondetta entra en mi alcoba

    con una carta abierta en la mano. Ae la entrega + leo.

    :L !NPNE!@ DI@;E@

     o s8 qui8n sois, seora, ni qu8 pod8is 0acer en casa de don :laro< pero sois

    demasiado $oen como para que no se os pueda perdonar + estáis en demasiado

    malas manos para no despertar la compasi#n. Ese caballero os 0abrá prometido lo

    que promete a todo el mando, lo que a2n me$ora todos los d6as, aunque decidido a

    traicionamos. !e dice que sois tan $uiciosa como bella< ser8is capaz de recibir un buen conse$o. Estáis en edad, seora, de reparar el per$uicio que pod8is 0aberos

    0ec0o< un alma sensible os o/rece los medios para ello. o amos a discutir acerca

    de la /uerza del sacri/icio que debe 0acerse para asegurar uestro descanso< debe ser 

     proporcional a uestro estado, a las perspectias que os 0an 0ec0o abandonar, a las

    que pod8is tener para el /uturo +, en consecuencia, os misma lo arreglar8is todo. !i

     persist6s en querer ser engaada e in/eliz r en 0acer que otras lo sean, esperad de m6

    la ma+or iolencia que la desesperaci#n puede sugerir a una rial. :guardo uestra

    respuesta.

    ;espu8s de 0aber le6do esta carta, se la deol6 a Diondetta. RGesponde le di$e a

    esa mu$er que está loca + que t2 sabes me$or que +o 0asta qu8 punto...

     >La conoc8is, don :laro= >o tem8is nada de ella=

     emo que me siga aburriendo. Por lo tanto, la de$o +, para librarme de ella con

    ma+or seguridad, o+ a alquilar esta misma maana una bonita casa que me

    o/recieron a orillas del Drenta.S Ae est6 inmediatamente + /ui a concluir la

    transacci#n. ;e camino pensaba en las amenazas de @limpia. RUPobre locaV me

    dec6a, quiere matar al... S unca pude, sin saber por qu8, pronunciar esa palabra.

    En cuanto termin8 el asunto, ol6 a casa, cen8 +, temiendo que la /uerza de la

    costumbre me condu$ese a casa de la cortesana, decid6 no salir en todo el d6a. Co$o

    un libro. Incapaz de concentrarme en la lectura, lo de$o. o+ a la entana, + la

    multitud, la ariedad de los ob$etos me disgusta en ez de distraerme. Ae paseo a

    largas zancadas por todas mis 0abitaciones, buscando la tranquilidad del esp6ritu enla agitaci#n continua del cuerpo.

    III

    ;urante este paseo inde/inido, mis pasos se dirigen 0acia un sombr6o guardarropa

    donde mi gente guardaba las cosas de mi sericio que no deb6an encontrarse al

    alcance de la mano. unca 0ab6a entrado en 8l. Ae agrada la oscuridad del lugar.

    Ae siento sobre un co/re + all6 me quedo unos minutos. :l cabo de ese corto espacio

    de tiempo, oigo ruido en una pieza contigua< un ra+o de luz que me da en los o$os

    me atrae 0acia una puerta condenada se escapaba por el agu$ero de la cerradura<

    aplico el o$o all6. eo a Diondetta sentada /rente a su claicordio con los brazos

    cruzados, en la actitud de una persona entregada a pro/undas ensoaciones. Gompi#

    el silencio.RUDiondettaV DiondettaV dice Ae llama Diondetta. Es la primera, la 2nica palabra

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    cariosa que 0a salido de su boca.S

    !e calla + parece oler a caer en su ensoaci#n. Coloca /inalmente las manos sobre

    el claicordio que +o le 0ab6a isto arreglar. en6a delante su+o un libro cerrado

    sobre el atril. Preludia + canta a media oz acompaándose.

    ;istingu6 inmediatamente que lo que cantaba no era una composici#n determinada.

    Escuc0ando con ma+or atenci#n, o6 mi nombre, el de @limpia.Improisaba en prosa sobre su supuesta situaci#n, sobre la de su rial, que

    consideraba muc0o más /eliz que la su+a +, /inalmente, sobre los rigores que +o

    empleaba con ella + las sospec0as que proocaban una descon/ianza que me ale$aba

    de la /elicidad. Ella me 0abr6a guiado por el camino de la grandeza, de la /ortuna +

    de las ciencias, + +o la 0abr6a 0ec0o dic0osa. R U:+V dec6a. Pero es imposible.

    :unque me conociese como so+, mis d8biles encantos no podr6an detenerlo< otra...S

    La pasi#n la arrebataba + las lágrimas parec6an so/ocarla. !e leanta, a a buscar un

     pauelo, se en$uga el rostro + torna a su instrumento< quiere sentarse de nueo +,

    como si la escasa altura del asiento la 0ubiese tenido 0asta entonces en una posici#n

    demasiado molesta, coge el libro que 0ab6a sobre el atril, lo pone sobre el taburete,

    se sienta + preludia otra ez. Pronto comprend6 que la segunda escena musical noser6a del mismo tipo que la primera. Geconoc6 el tono de una barcarola mu+ en boga

    entonces en enecia. La repiti# dos eces< despu8s, con una oz más clara + /irme,

    cant# la letra siguiente

    U:+V UC#mo es mi quimeraV

    i$a del cielo + los aires,

     por :laro + por la tierra

    abandono el unierso<

    sin brillo + sin poder6o,

    me 0umillo 0asta las cadenas<

    + >cuál es mi recompensa=

    Ae desprecian + obedezco.

    Corcel, la mano que os gu6a

    se apresura a acariciaros<

    os cautian, os molestan,

     pero temen lastimaros.

    ;e los es/uerzos que 0ac8is

    os recib6s los 0onores

    + el mismo /reno que os templa

    no os enilece $amás.

    :laro, otra te persigue

    + me ale$a de tu pec0o.;ime con qu8 atractios

    0a encido tu /rialdad.

    odos la $uzgan sincera,

    se remiten a su /e<

    gusta, +o no puedo 0acerlo

     para m6 s#lo 0a+ sospec0a.

    La cruel descon/ianza

    enenena el bene/icio.

    Ae temen en mi presencia,

    en mi ausencia me aborrecen.

    Ais tormentos los supongo<gimo, pelo sin raz#n

  • 8/19/2019 El Diablo Enamorado de Jacques Cazotte

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    El diablo enamorado- Jacques Cazotte- Página Q de 43

    si 0ablo, in/undo respeto<

    si me callo, es traici#n.

    :mor, creaste la impostura<

    me toman por impostor.

    Para engar esta in$uria,

    disipa por /in su error.Mue el ingrato me conozca

    +, sea cual sea el motio,

    que deteste una /laqueza

    de la que no so+ ob$eto.

    Ai rial es la que triun/a,

    ella decide mi suerte

    + me coloca a la espera

    del destierro o de la muerte.

     o rompáis uestra cadena,

    impulsos de un pec0o ansioso<

    despertar6ais el odio...?o me reprimo, UcalláosV

    El sonido de la oz, el canto, el sentido de los ersos, sus giros, me sumen en un

    desorden que no puedo e7presar. RU!er /antástico, peligrosa imposturaV e7clam8,

    saliendo rápidamente del lugar en que 0ab6a permanecido durante demasiado

    tiempo, >pueden imitarse me$or los rasgos de la erdad + de la naturaleza= UMu8

    /eliz me siento de no 0aber conocido 0asta 0o+ el agu$ero de esta cerraduraV UC#mo

    0abr6a enido a embriagarmeV UC#mo 0abr6a contribuido a engaarme a m6 mismoV

    !algamos de aqu6. Aaana iremos a orillas del Drenta. amos esta misma noc0e.S

    Llamo inmediatamente a un criado + 0ago eniar en una g#ndola todo lo necesario

     para pasar la noc0e en mi nuea casa.

    Ae 0abr6a resultado demasiado di/6cil esperar la noc0e en la posada. !al6. Camin8,

    al azar. :l doblar una esquina, cre6 er entrar en un ca/8 a aquel Dernadillo que

    acompaaba a !oberano en nuestra e7cursi#n a Portici. RU@tro /antasmaV me di$e<

    me persiguen.S Entr8 en mi g#ndola + recorr6 toda enecia de canal en canal. Eran

    las once, cuando regres8. Muise partir rumbo al Drenta +, como mis /atigados

    gondoleros se regaran a llearme, me i obligado a recurrir a otros. Llegaron + mi

    gente, adertida de mis intenciones, me precede en la g#ndola, cargada con sus

     propios e/ectos.

    Diondetta me segu6a.

    :penas 0e puesto los pies en el barco, oigo gritos que me obligan a girar el rostro.

    Nna persona enmascarada apualaba a Diondetta RUAe lo arrebatasV UAuere, muere,odiosa rialVS

    IH

    La e$ecuci#n /ue tan rápida que uno de los gondoleros que 0ab6a quedado en la orilla

    no pudo impedirla. Muiso atacar al asesino golpeándole con la antorc0a en los o$os,

     pero acudi# otro enmascarado que lo rec0az# con acci#n amenazadora + una oz de

    trueno en la que cre6 reconocer la de Dernadillo. 'uera de m6, me precipito /uera de

    la g#ndola. Los asesinos 0an desaparecido. Con a+uda de la antorc0a eo a

    Diondetta pálida, baada en su sangre, moribunda.

     o sabr6a describir mi estado. Las demás ideas se borran. o eo más que a una

    mu$er adorada, 6ctima de una preenci#n rid6cula, sacri/icada a mi ana +

    e7traagante con/ianza + abrumada por m6, 0asta entonces, con los más cruelesultra$es.

  • 8/19/2019 El Diablo Enamorado de Jacques Cazotte

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    El diablo enamorado- Jacques Cazotte- Página 1 de 43

    Corro 0acia ella, pido al mismo tiempo socorro + enganza. Nn ciru$ano, atra6do por 

    el clamor de esta aentura, se presenta. ago transportar a la 0erida a mis

    0abitaciones +, por temor a que no la cuiden lo su/iciente, me encargo +o mismo de

    la mitad del bulto.

    Cuando la desistieron, cuando i aquel 0ermoso cuerpo ensangrentado con dos

    enormes 0eridas que parec6an querer atacar ambas las /uentes de la ida, di$e e 0icemil e7traagancias.

    Diondetta, presuntamente sin conocimiento, no debi# o6rlas< pero el posadero + su

    gente, un ciru$ano + dos m8dicos que 0ab6an sido llamados consideraron que era

     peligroso para la mal0erida que me de$aran a su lado. Ae arrastraron /uera de la

    alcoba.

    Ais criados me acompaaban. Pero como uno de ellos cometiera la torpeza de

    decirme que los /acultatios 0ab6an considerado que las 0eridas eran mortales, me

     puse a gritar con todas mis /uerzas. 'inalmente, cansado por mis arrebatos, ca6 en un

    abatimiento que se conirti# más tarde en sueo. Cre6 er a mi madre en sueos< le

    contaba mi aentura +, para 0ac8rsela más patente, la lleaba a las ruinas de Portici.

    Ro a+amos all6, 0i$o m6o me dec6a< estás en un peligro eidente.S :l pasar por un estrec0o des/iladero en el que me introduc6a con seguridad, una mano me empu$a

    de repente a un precipicio< la reconozco, es la de Diondetta. En mi ca6da, otra mano

    me sostiene + me encuentro entre los brazos de mi madre. Ae despierto, $adeante

    a2n por el terror. RUierna madreV e7clam8, ni siquiera en sueos me abandonáis.

    Diondetta, quieres perderme. Pero este sueo es /ruto de la perturbaci#n de mi

    mente. U:0V, liber8monos de las ideas que me impedir6an cumplir con la gratitud +

    la 0umanidad.S

    Llamo a un criado + lo en6o en busca de noticias. ;os ciru$anos elan< 0a perdido

    muc0a sangre< temen la /iebre,.

    :l d6a siguiente, despu8s de retirarle el enda$e, decidieron que las 0eridas no eran

     peligrosas más que por su pro/undidad, pero sobreiene la /iebre que al ir en

    aumento, obliga a agotar a la paciente con nueas sangr6as.

    anto insist6 para entrar en la alcoba que /ue imposible negármelo.

    Diondetta deliraba + repet6a sin cesar mi nombre. La mir8< nunca me 0ab6a parecido

    tan 0ermosa.

    REsta es me dec6a a m6 mismo lo que +o tomaba por un /antasma coloreado, un

    mont#n de apores brillantes, reunidos 2nicamente para equiocar mis sentidos.

    en6a la misma ida que +o tengo, + la pierde porque nunca quise escuc0arla,

     porque la e7puse oluntariamente. !o+ un tigre, un monstruo. !i mueres t2, el ob$eto

    más digno de ser querido + cu+as bondades 0e reconocido tan indignamente, no

    quiero sobreiirte. Aorir8 tras 0aber sacri/icado sobre tu tumba a la bárbara@limpia. !i me eres deuelta, ser8 tu+o, reconocer8 tus bene/icios, coronar8 tus

    irtudes, tu paciencia< me ligo a ti con lazos indisolubles + cumplirá con mi deber de

    0acerte /eliz mediante el sacri/icio ciego de mis sentimientos + oluntades.S

     o describir8 los penosos es/uerzos del arte + de la naturaleza para reclamar a la

    ida un cuerpo que parec6a destinado a sucumbir ba$o los recursos puestos en

     práctica para aliiarlo.

    einti2n d6as transcurrieron sin que pudi8ramos decidirnos entre el temor + la

    esperanza. 'inalmente, la /iebre se disip# + pareci# que la en/erma recobraba el

    conocimiento.

    La llamaba mi querida Diondetta< me tom# la mano. ;esde ese instante, reconoci#

    todo lo que la rodeaba. ?o estaba a la cabecera de su cama sus o$os se olieron0acia m6< los m6os estaban baados en lágrimas.

  • 8/19/2019 El Diablo Enamorado de Jacques Cazotte

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    El diablo enamorado- Jacques Cazotte- Página de 43

     o sabr6a describir la gracia, la e7presi#n de su sonrisa cuando me mir#. RUMuerida

    DiondettaV musit#< +o so+ la querida Diondetta de :laro.S

    Muer6a decirme algo más nueamente me obligaron a ale$arme.

    ;ecid6 quedarme en su cuarto, en un lugar donde ella no pudiera erme. 'inalmente,

    me permitieron acercarme. RDiondetta le di$e, 0e ordenado perseguir a tus asesinos.

     U@0, no os molest8isV di$o< me 0an dado la /elicidad. !i muero, será por os< siio, será para amaros.S

    engo razones para abreiar estas escenas de ternura que se sucedieron entre

    nosotros 0asta el momento en que los m8dicos me aseguraron que pod6a trasladar a

    Diondetta a orillas del Drenta, donde el aire ser6a más apropiado para deolerle las

    /uerzas. :ll6 nos instalamos.

    ab6a puesto dos mu$eres a su sericio desde el primer instante en que, su se7o se

    reel# por la necesidad de endar sus 0eridas. Geun6 alrededor su+o todo lo que

     pod6a contribuir a su comodidad + no me ocup8 sino en solazarla, diertirla +

    complacerla.

     

    H!us /uerzas se restablec6an a o$os istas + su belleza parec6a adquirir cada d6a un

    nueo brillo. 'inalmente, cre+endo poder conducirla a una conersaci#n bastante

    larga sin mengua de su salud, le di$e RU@0 DiondettaV, esto+ colmado de amor,

     persuadido de que no eres un ser /antástico, conencido de que me amas pese al

    indignante proceder que 0e tenido contigo en el pasado. Pero bien sabes 0asta qu8

     punto mis inquietudes eran /undadas. Ge8lame el misterio de la e7traa aparici#n

    que a/ligi# mis miradas en la b#eda de Portici. >;e d#nde en6an, en qu8 se

    trans/ormaron aquel 0orrible monstruo, aquella perrita que precedieron tu llegada=

    >C#mo, por qu8 los reemplazaste para unirte a m6= >Mui8nes eran= >Mui8n eres t2=

    :caba de tranquilizar un coraz#n que es tu+o por entero + que quiere consagrarse a

    ti para toda la ida.

     :laro respondi# Diondetta, los nigromantes, sorprendidos por uestra audacia,

    quisieron $ugar con uestra 0umillaci#n + lograr reduciros, por la 6a del terror, al

    estado de il esclao de sus oluntades. @s preparaban de antemano al temor 

    incitándoos a la eocaci#n del más poderoso + temible de todos los esp6ritus< +, con

    el concurso de aquellos cu+a categor6a les está sometida, os presentaron un

    espectáculo que os 0abr6a 0ec0o morir de 0orror si el igor de uestra alma no

    0ubiese 0ec0o oler contra ellos su propia estratagema.

    S:nte, uestra actitud 0eroica, los sil/os, las salamandras, los gnomos, las ondinas,

    encantados con uestro cora$e, resolieron daros todas las enta$as sobre uestros

    enemigos.R!o+ s6l/ide de origen + una de las mas considerables de ellas. Ae present8 ba$o la

    /orma de la perrita< recib6 uestras #rdenes + todos a por/6a nos apresuramos a

    cumplirlas. Cuanta más altiez, resoluci#n, soltura, inteligencia pon6ais en regir 

    nuestros moimientos, ma+or admiraci#n sent6amos por os + más celo en

    obecederos.

    SAe ordenasteis seriros como pa$e, entreteneros como cantatriz. Ae somet6 con

    alegr6a + gust8, de tales encantos en mi obediencia que resol6 consagrárosla para

    siempre.

    R;ecidamos me dec6a a m6 misma mi estado + mi /elicidad. :bandonada en el

    ac6o del aire a una incertidumbre necesaria, sin sensaciones, sin goces, esclaa de

    las eocaciones de los cabalistas, $uguete de sus /antas6as, necesariamente limitadatanto en mis prerrogatias como en mis conocimientos, >acilar8 en lo sucesio ante

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    la elecci#n de los medios por los que puedo ennoblecer mi esencia=

    SAe permiten tomar un cuerpo para asociarme a un sabio 0elo aqu6. !i me reduzco

    al simple estado de mu$er, si pierdo con ese cambio oluntario el derec0o natural de

    las s6l/ides + la asistencia de mis compaeras, gozar8 de la /elicidad de amar + de ser 

    amada. !erir8 a mi encedor< lo instruir8 acerca de la sublimidad de su ser cu+as

     prerrogatias ignoro nos someterá, $unto con los elementos cu+o imperio 0abr8abandonado, los esp6ritus de todas las es/eras. Está 0ec0o para ser el re+ del mundo,

    + +o ser8, la reina, + la reina adorada por 8l.

    REstas re/le7iones, más repentinas de lo que pod8is creer en una sustancia liberada

    de #rganos, me decidieron inmediatamente. Conserando mi /igura, tomo un cuerpo

    de mu$er que no abandonar8 más que con la ida.

    RCuando tom8 un cuerpo, :laro, me di cuenta de que ten6a un coraz#n, os admir8,

    os am8< Upero en qu8 me conert6 cuando no i en os sino repugnancia + odioV o

     pod6a cambiar, ni siquiera arrepentirme< sometida a todos los in/ortunios a que están

    su$etas las criaturas de uestra especie, 0abi8ndote ganado la indignaci#n de los

    esp6ritus + el odio implacable de los nigromantes, me conert6a sin uestra

     protecci#n en el ser más desgraciado que 0ubiese ba$o el cielo >qu8 digo=, a2n loser6a sin uestro amor. S

    Ail gracias derramadas por el rostro, la acci#n, el sonido de la oz, se aad6an al

     prestigio de tan interesante relato. o conceb6a nada de lo que o6a. Pero, >0ab6a algo

    concebible en mi aentura=

     odo esto me parece un sueo me dec6a a m6 mismo Pero, >qu8, es la ida

    0umana sino un sueo= El m6o es más e7traordinario que los de los demás, eso es

    todo. La 0e isto con mis propios o$os, esperando que el arte la socorriese., llegar 

    casi a las puertas de la muerte, pasando por todos los t8rminos del agotamiento + del

    dolor. El 0ombre /ue una mezcla de un poco de barro + de agua. >Por qu8 una mu$er 

    no a a estar 0ec0a de roc6o, de apores terrestres + ra+os de luz, de los restos

    condensados de un arco iris= >;#nde está lo posible=... >;#nde lo imposible.=

    El resultado de mis re/le7iones /ue entregarme a2n más a mi debilidad cre+endo

    consultar mi raz#n. Colmaba a Diondetta de atenciones, de caricias inocentes. !e

     prestaba a ello con una /ranqueza que 0ac6a mis delicias, con ese pudor natural que

    no es producto de las re/le7iones ni del temor.

    HI

    Nn mes 0ab6a transcurrido en medio de las dulzuras que me ten6an embriagado.

    Diondetta, totalmente restablecida, pod6a seguirme a todas partes en mis paseos. Le

    0ab6a 0ec0o 0acer un tra$e de amazona con el cual, ba$o un gran sombrero cubierto

    de plumas, atra6a todas las miradas, + nunca aparec6amos sin que mi /elicidad

    despertara la enidia de todos esos /elices ciudadanos que pueblan, los d6as de buentiempo, las riberas encantadas del Drenta< incluso las mu$eres parec6an 0aber 

    renunciado a esos celos de que se las acusa, sub+ugadas por una superioridad que no

     pod6an negar o desarmados por un porte que anunciaba el olido de todos sus

    atractios.

    Conocido por todo el mundo como el amante amado de un ob$eto tan arrebatador,

    mi orgullo igualaba a mi amor, + me eleaba aun más cuando se me ocurr6a

    anagloriarme del brillo de su origen.

     o pod6a dudar que pose+ese los conocimientos más raros + supon6a con raz#n que

    su ob$etio era adornarme con ellos< pero no me 0ablaba más que de cosas

    ordinarias + parec6a 0aber perdido de ista su prop#sito. -Diondetta le di$e una

    tarde en que nos paseábamos por la terraza de mi $ard6n, cuando una inclinaci#ndemasiado 0alag9ea para m6 te decidi# a unir tu suerte a la m6a, te prometiste

  • 8/19/2019 El Diablo Enamorado de Jacques Cazotte

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    El diablo enamorado- Jacques Cazotte- Página 4 de 43

    0acerme digno de ella dándome conocimientos que no están reserados al com2n de

    los 0ombres. e parezco a0ora indigno de tus cuidados= Nn amor tan tierno, tan

    delicado como el tu+o, >puedo, no desear ennoblecer su ob$eto=

     U@0 :laroV me respondi# ella, so+ mu$er desde 0ace seis meses + me parece

    que mi pasi#n no 0a durado un d6a. Perdona si la más dulce de las sensaciones

    embriaga un coraz#n que nunca e7periment# nada. Muerr6a ensearte a amar como+o + estar6as, por ese sentimiento solo, por encima de todos tus seme$antes< pero el

    orgullo 0umano aspira a otros goces. La inquietud natural no le permite dis/rutar de

    una /elicidad si no puede preer una ma+or en perspectia. !6, te instruir8, :laro.

    @lidaba gustosamente mi inter8s< 8l lo quiere, puesto que debo recuperar mi

    grandeza en la tu+a< pero no basta que me prometas ser m6o, debes entregarte a m6

    sin reseras + para siempre.

    Estábamos sentados en un banco de c8sped, ba$o un abrigo de madresela, al /ondo

    del $ard6n. Ae arro$8 a sus rodillas. -Muerida Diondetta le di$e, te $uro una /idelidad

    a toda prueba.

    -o-me dec6a ella-, no me conoces, no me conoces. ecesito un abandono absoluto<

    s#lo 8 puede tranquilizarme + bastarme. SLe besaba la mano apasionadamente + repet6a mis $uramentos< ella me opon6a sus

    temores. En el /uego de la conersaci#n, nuestras cabezas se inclinan, nuestros

    labios se encuentran En ese momento, siento que me tiran del /ald#n de la casaca +

    que una e7traa /uerza me sacude...

    Era mi perro, un dan8s $oen que me 0ab6an regalado. odos los d6as lo 0ac6a $ugar 

    con mi pauelo. Como la 6spera se 0ab6a escapado de casa, lo 0ab6a 0ec0o atar para

     preenir una segunda easi#n. :cababa de romper su atadura< guiado por el ol/ato,

    me 0ab6a encontrado + me tiraba de la casaca para mostrarme su alegr6a e incitarme

    a $ugar con 8l. Por más que lo espant8 con la mano, con la oz, me /ue imposible

    apartarlo corr6a, ol6a a m6 ladrando< /inalmente, encido por su inoportunidad, lo

    tom8 por el collar + lo lle8 a casa de nueo. Cuando regresaba a la glorieta para

    reunirme con mi amada, un criado que me pisaba los talones nos ais# que

    estábamos seridos + /uimos a ocupar nuestros puestos en la mesa. Diondetra

     parec6a molesta. :/ortunadamente, 8ramos tres u