El Determinismo Biologico NoEstaEnLosGenes

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Biología.

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    LA IDEOLOGA BURGUESA

    Y EL ORIGEN DEL DETERMINISMO

    Es difcil hacerse cargo hoy en da de hasta qu punto las principales relaciones sociales en la temprana sociedad feudal europea tenan lugar entre persona y persona ms que entre personas y cosas. Las relaciones entre el noble y el vasallo; entre el seor y el siervo, implicaban unas obligaciones recprocas que no se cimentaban en un intercambio equitativo, sino que eran absolutas para cada parte por separado. Las relaciones con las cosas materiales --con la riqueza, la tierra, las herramientas, los productos y toda la gama de actividades sociales de cada individuo, comprendidas sus obligaciones laborales, su libertad de desplazamiento y su libertad para comprar y vender- eran un todo indisoluble determinado para cada persona por el solo hecho de la relacin de estatus. Los siervos estaban ligados a la tierra, pero los seores no podan expulsarlos debido a que este vnculo surga de su estatus social. Si en un tiempo slo se renovaban a la muerte del seor o del vasallo, los feudos se hicieron gradualmente hereditarios y sus disposiciones, inapelables.

    Subyacente. a este sistema social, y legitimndolo, estaba la ideologa de la gracia y, ms tarde, del derecho divino. La gente adquira su posicin en la jerarqua social como resultado de la concesin o de la denegacin de la gracia de Dios. Los reyes proclamaron su derecho absoluto a gobernar por el mismo expediente. Como la gracia se heredaba a travs de la sangre, la concesin de gracia al fundador de un linaje era un primum

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    mobilum suficiente que garantizaba la gracia a los herederos biolgicos (aunque slo si eran legtimos) y aseguraba unas relaciones sociales y econmicas estables a una generacin y a las subsiguientes. Los cambios de posicin en la jerarqua social eran explicados como la consecuencia de las concesiones o prdidas de gracia, como en el caso de la no ble casa normanda de Belleme, que tuvo su origen en un ballestero de Louis d'Outre-Mer. Carlos I fue rey de Inglaterra Dei gratia, pero, como Cromwell observ irnicamente, la gracia le haba sido retirada, como lo evidenciaba su cabeza seccionada.

    Este mundo esttico de relaciones sociales legitimadas por Dios reflejaba, y era reflejado, por la visin dominante de un mundo natural tambin esttico. A diferencia de la visin ms moderna de un mundo esencialmente cambiante y en progreso, el universo feudal era concebido como algo que giraba en una constante danza diaria y estacional, con el sol, la luna y las estrellas rotando como luces brillantes adosadas a una serie de esferas de cristal en cuyo centro estaba nuestra tierra, en la que los propios seres humanos constituan la parte central de la creacin de Dios. La naturaleza y la humanidad existan para servir a Dios y a sus representantes en la tierra, los seores temporales y espirituales.

    En un mundo as, tambin se deba desaprobar el cambio social y natural. As como las esferas celestiales estaban fijas, as tambin el orden social era inamovible. La gente conoca su entorno, all haban nacido y all vivan; era natural y, como la misma naturaleza, estaba en continuo cambio en el plano mundano y cotidiano, y no obstante bsicamente inmutable en un esquema ms amplio. En este mundo precapitalista, todava no dominado por la metfora de la mquina (en la que todos los fenmenos son reducidos a sus engranajes y poleas constituyentes y enlazados en cadenas lineales de causa y efecto), era posible ser mucho ms tolerante con las explicaciones aparentemente contradictorias o parciales. Las causas de los hechos no tenan por qu ser coherentes. La enfermedad poda ser un fenmeno natural por derecho propio o una visitacin del Seor. Los objetos no eran individuales, atomsticos e independientes, sino inestables y variados, y podan ser

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    transmutados. La gente poda convertirse en lobos, el plomo transmutarse en oro, lo hermoso en feo y lo feo en hermoso. Era posible creer simultneamente que las formas vivientes haban sido creadas por separado una a una segn el mito bblico y que no haban cambiado desde esos das ednicos, y que los individuos eran mutables. Abundaban los mitos sobre animales hbridos, mitad caballo, mitad hombre; y sobre mujeres que haban parido monstruos como consecuencia de alguna impresin producida por algn acontecimiento durante el embarazo.

    La humanidad no sostena una relacin de dominio con la naturaleza -porque no exista maquinaria apropiada para tal dominacin-, sino ms bien una de coexistencia, que exiga respeto e integracin con el mundo natural en que las vidas humanas estaban insertas. Esta naturaleza era esttica a largo plazo y caprichosa a corto plazo, y ninguna interpretacin de ella poda, por lo tanto, basarse en su constante manipulacin y transformacin, que son las tcnicas activas de la experimentacin cientfica, sino que deba expresarse como una apreciacin pasiva. En consecuencia, las explicaciones eran formuladas en forma de apelaciones a la autoridad de los escritos antiguos, bblicos o griegos, y no mediante datos empricos.

    EL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD BURGUESA

    Es evidente que la sociedad feudal era bastante inadecuada para un sistema mercantil, manufacturero y eventualmente capitalista en crecimiento. En primer lugar, la vida econmica y social deba desarticularse de modo que cada individuo pudiera desempear numerosos roles diferentes, relacionndose con los otros a veces como comprador, otras como vendedor; a veces como productor, otras como consumidor; y en ocasiones como propietario y otras como usuario. El tipo de rol desempeado se hizo dependiente de una relacin momentnea con los objetos de produccin e intercambio, y no de unas relaciones sociales permanentes.

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    En segundo lugar, los individuos deban adquirir la libertad, pero slo en determinados sentidos. Deban eliminarse las ataduras a personas y lugares especficos, dando libertad a los trabajadores para abandonar el territorio y al seor a fin de que pudiesen convertirse en trabajadores manufactureros y para comerciar en un sitio y en otro. Del mismo modo, los terratenientes deban tener libertad para alienar la tierra, eliminando ]ossistemas de produccin ineficientes e improductivos. El cercamiento de las propiedades, iniciado en Gran Bretaa en fecha tan temprana como e] siglo XIII y que alcanz su apogeo a finales del siglo xvn y en el XVIII, tena por objeto concentrar grandes extensiones de tierra en propiedades dedicadas a pastos y cultivos intensivos. Una consecuencia de la expropiacin de los arrendatarios fue la creacin de un fu- . turo gran ejrcito mvil de trabajadores asalariados para una industria en desarrollo. La libertad tambin deba adquirir el carcter de propiedad sobre el propio cuerpo, a lo que Macpherson llama individualismo posesivo.l La produccin industrial a gran escala es llevada a cabo por trabajadores asalariados que venden su fuerza de trabajo a los propietarios del capital. Para que este sistema de trabajo funcione, los trabajadores deben ser propietarios de su fuerza de trabajo; deben ser propietarios de s mismos y no propiedad de otros.

    Cabe destacar, sin embargo, que estos trabajadores eran fundamentalmente varones. Para trabajar con eficiencia bajo estas nuevas condiciones, fue preciso reforzar las viejas divisiones de] trabajo entre el hombre y la mujer. Los hombres trabajaban fuera de casa como trabajadores productivos; las mujeres, en casa, como trabajadoras reproductoras. Su tarea consista en proporcionar constantemente al hombre la renovacin, la recreacin exigida por sus condiciones de trabajo, as como criar a la siguiente generacin de jvenes trabajadores. Slo en ocasiones podan las mujeres ejercer directamen

    1. C. B. Macpherson, The Political Theory of Possessive Individualism, Oxford University Press, Nueva York, 1962 (hay traduccin castellana: La teora poltica del individualismo posesivo. De Hobbes a Locke, Fontanella, Barcelona, 1970).

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    te la funcin de trabajadoras productivas asalariadas adems de su labor reproductora. A medida que avanzaba el siglo XIX, esta divisin del trabajo se fue consolidando. En contraste con la sociedad feudal, los hombres ya no eran posesin de otros; con todo, si no posean ninguna otra cosa, s posean a sus mujeres. El orden social no era slo capitalista, tambin era patriarcal.

    La tercera exigencia de las relaciones econmicas en desarrollo era la presunta igualdad para la burguesa en alza. Los empresarios necesitaban adquirir y disponer de una propiedad real y personal, lo que exiga un sistema legal que pudiera garantizarles determinadas compensaciones frente a los nobles y, sobre todo, el acceso al poder poltico. En la prctica, esto se consigui por la supremaca de un parlamento de plebeyos.

    El cambiante modo de produccin que representaba el emergente orden capitalista del siglo XVII exiga soluciones para un conjunto enteramente nuevo de problemas tcnicos. Una sociedad mercantil y de intercambio requera nuevas y ms adecuadas tcnicas de navegacin para los buques mercantes, nuevos mtodos de extraccin de materias primas y nuevos procesos de manipulacin de estos materiales una vez extrados. Las tcnicas para generar soluciones a estos problemas y el corpus de conocimientos acumulados como consecuencia de su resolucin representaron una de las transiciones ms importantes en la historia de la humanidad: la aparicin de la ciencia moderna, acontecimiento que puede ser situado, de modo sorprendentemente preciso, en la Europa noroccidental del siglo XVII.

    El nuevo conocimiento cientfico, a diferencia de las antiguas formas precapitalistas de conocimiento, no era pasivo, sino activo. Mientras que en el pasado los filsofos haban contemplado el universo, para la ciencia posnewtoniana el criterio de la teora era la prctica, un credo que recibi forma ideolgica en los escritos de Francis Bacon. La constante aprehensin de hechos sobre el mundo y su manipulacin experimental a la luz de estos hechos eran inherentes a las nuevas teoras. Limitarse a citar las viejas fuentes dej de ser per

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    tinente, y si las antiguas palabras de sabidura no concordaban con las observaciones actuales, deban ser descartadas. La nueva ciencia, como el nuevo capitalismo, formaba parte de la liberacin de la humanidad de las cadenas de la servidumbre feudal y de la ignorancia humana (los vnculos estn bellamente descritos en el Galileo de Brecht). Incluso los enunciados ms abstractos de la fsica, como las leyes del movimiento de Newton, podran ser considerados como una consecuencia de las necesidades sociales de una clase social emergente.2 La ciencia, por lo tanto, era parte de la nueva dinmica del capital, aunque la articulacin total de los lazos existentes entre ellos an tardara dos siglos en desarrollarse.3

    LA ARTICULACIN DE

    LA IDEOLOGA CIENTFICA BURGUESA

    Es relativamente fcil ver los determinantes sociales de la ciencia y mostrar las fuerzas que hacen aparecer unos problemas en particular y que retrasan la aparicin de otros como la expresin de las necesidades sociales tal como son percibidas por una clase dominante. Lo que no es tan claro, sin embargo, es el modo en que el mundo social estructura la naturaleza del conocimiento cientfico. Y, no obstante, debe existir tal correspondencia en algn grado. Para observar el universo y extraer principios explicativos e hiptesis unificadoras de la compleja confusin de fenmenos y procesos, uno debe sistematizar y usar instrumentos de sistematizacin derivados de la experiencia del mundo social y de los compaeros de estudio del mundo natural.

    2. Esta correspondencia fue sealada por vez primera, en un ensayo que iba a cambiar la forma de la ulterior historiografa de la ciencia, por Boris Hessen en Science at the Crossroads, ed. N. Bukharin et al., Kniga, Mosc, 1931.

    3. Por ejemplo, J. R. Ravetz, Scientific Knowledge and lts Social Problems, Allen Lane, Londres, 1972. Y tambin H. Rose y S. Rose, Science and Society, Penguin, Harmondsworth, Middlesex, Inglaterra, 1969.

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    Es precisamente aqu donde el concepto de ideologa adquiere una importancia fundamental para evidenciar las formas en que la comprensin humana es reflejada por el orden social en que se desarrolla tal comprensin. Para entender los intereses y mtodos explicativos de la ciencia burguesa es preciso comprender los fundamentos de la ideologa burguesa.

    La reorganizacin radical de las relaciones sociales que marc el desarrollo de la economa burguesa tuvo como fenmeno concomitante el desarrollo de una ideologa representativa de estas nuevas relaciones. Esta ideologa, hoy predominante, era una reflexin sobre el mundo natural por parte del orden social que se estaba construyendo y una filosofa poltica legitimadora mediante la que el nuevo orden poda ser considerado procedente de principios eternos. Ya mucho antes de las revoluciones y los regicidios de los siglos XVII y XVIII, que marcaron el triunfo final del orden burgus, intelectuales y polticos panfletarios elaboraban la filosofa a que estas revoluciones recurran en busca de justificacin y fundamentacin.

    Apenas sorprende, pues, que los principios filosficos enunciados por los filsofos de la Ilustracin resultasen ser precisamente aquellos que correspondan a las exigencias de las relaciones sociales burguesas. El nfasis del nuevo orden burgus en las ideas gemelas de libertad e igualdad fortaleci la retrica revolucionaria de la nueva clase en su lucha por librarse de las garras de la Iglesia y la aristocracia. Era una retrica que deba ser liberadora y que finalmente, sin embargo, una vez asegurada la victoria de la burguesa, iba a contener en s misma las contradicciones a que hoy se enfrenta el orden burgus.

    El acuerdo del siglo XVIII entre el orden burgus y su ideologa de racionalidad cientfica est representado por la Enciclopedia francesa, publicada clandestinamente. Su editor fue el fsico y matemtico D'Alembert, y en toda la obra se da nfasis al anlisis racional y secular del mundo fsico y de las instituciones humanas. El tema de la racionalidad cientfica, en oposicin a los temas religiosos de la fe, lo sobrenatural y la tradicin, era evidentemente un requisito bsico para el desarrollo de fuerzas productivas basadas en nuevos descubrimientos tecnolgicos. Tambin el trabajo deba ser reorgani

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    zado y reubicado en talleres cuyas actividades productivas es m< tuvieran basadas en clculos de eficiencia y beneficio y no en de relaciones consuetudinarias. El modelo maquinal del univer res so obtuvo la hegemona intelectual, dejando de ser una sim ret ple metfora para convertirse, en cambio, en la forma verda qw dera -evidente por s misma- de mirar el mundo. me

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    LA VISIN BURGUESA DE LA NATURALEZA nes nm

    As, la visin burguesa de la naturaleza model y fue modelada los por la ciencia que desarroll, organizada en torno a ciertos prin gua cipios reduccionistas bsicos. El desarrollo de la fsica moderna, abs primero con Galileo y despus particularmente con Newton, or actl den y atomiz el mundo natural. Bajo el mundo superficial, tod con toda su infinita variedad de colores y texturas y de objetos la te variados y pasajeros, la nueva ciencia encontr un mundo de plol masas absolutas que interactuaban entre s en funcin de leyes zas invariables tan regulares como un mecanismo de relojera. Rela plUI ciones causales vinculaban a los cuerpos en cada, el movimien lalil to de los proyectiles, las mareas, la luna y las estrellas. Dioses y por< espritus fueron abolidos o relegados simplemente a la condi equi cin de la causa definitiva que puso en movimiento todo el cion mecanismo de precisin. (De hecho, el mismo Newton continu Se siendo religioso y mstico toda su vida, pero ese es uno de los ca nes prichos menores de su historia personal; el efecto del pensa cane miento newtoniano fue el reverso de la filosofa personal de cada Newton.) El universo del mundo feudal qued as desmitificado que y, de algn modo, tambin desencantado. de rr

    Este cambio no se produjo sin un enfrentamiento contra atem aquellos intereses opuestos a la nueva concepcin del mundo. Por La amenaza a la Iglesia que supona que astrnomos como mane Coprnico y Galileo intentaran reemplazar un modelo del dura: mundo en que los cuerpos celestes se movan alrededor de la valOI Tierra por un modelo heliocntrico no era slo cosmolgica, pred< ya que la Iglesia la perciba como una amenaza al orden de un mundo temporal centrado en la Iglesia que reflejaba el orden 4. celestial. Los astrnomos, bajo el espritu del nuevo capitalis- dres, 1

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    mo, desafiaban simultneamente la comprensin del cielo y de la tierra, motivo por el que Bruno, que era ms explcito al respecto, fue quemado, mientras que a Galileo se le permiti retractarse y a Coprnico se le autoriz a publicar con la pequea condicin de sealar que el heliocentrismo era simplemente una teora que facilitaba hacer clculos pero que no deba ser confundida con la realidad.

    En el nuevo mundo que surgi despus de Newton, los rdenes terrenal y celestial estaban otra vez en aparente armona. La nueva fsica era dinmica y no esttica, como lo eran tambin los nuevos procedimientos de comercio e intercambio. La antigua visin del mundo fue reemplazada por una gama de nuevas abstracciones en las que un conjunto de fuerzas abstractas que actuaban entre unas masas atomsticas e invariables subyaca a toda interaccin entre los cuerpos. Djese caer desde lo alto de la torre de Pisa una libra de plomo y una libra de plumas y el plomo llegar antes a tierra porque la presin del aire, las fuerzas de rozamiento y otros factores retardarn la cada de las plumas. Sin embargo, en las ecuaciones de Galileo y de Newton la libra de plumas y la de plomo llegan simultneamente a tierra porque la libra abstracta de plomo y la de plumas son masas equivalentes e invariables que deben ser incluidas en las ecuaciones teorticas de las leyes del movimiento.

    Sohn-Rethel4 ha sealado el modo en que estas abstracciones eran un paralelismo del mundo del intercambio de mercancas en que el nuevo capitalismo estaba comprometido. A cada objeto le corresponden propiedades, masas o valores que son equivalentes a o pueden intercambiarse por objetos de masa o valor idnticos. El intercambio de mercancas es atemporal, no modificable por las fricciones del mundo real. Por ejemplo, una moneda no cambia de valor al pasar de mano en mano, aunque sea ligeramente daada o desgastada durante el proceso, sino que es un smbolo abstracto de un valor de intercambio particular. Esta manera de pensar no predominara plenamente hasta el siglo XIX. La demostracin

    4. A. Sohn-Rethel, Mental and Manual Labour, Macmillan, Londres,1978.

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    de Joule de que todas las formas de energa y calor, las reacciones qumicas y el electromagnetismo eran intercambiables y estaban vinculadas por una constante simple, el equivalente mecnico del calor (y la posterior demostracin de Einstein de la equivalencia de la materia y la energa), corresponda a un reduccionismo econmico por el que todas las actividades humanas podan expresarse en trminos de su equivalencia en libras, chelines y peniques.5

    Los propios seres humanos dejaron de ser individuos con almas que deban ser salvadas para convertirse en meras manos capaces de realizar tantas horas de trabajo diarias y con necesidad de ser alimentadas con una cantidad dada de comida de modo que se pudiera extraer la mxima plusvala posible de su trabajo. Dickens describi a ese compendio del capitalista emergente del siglo XIX, Thomas Gradgrind de Coketown, como un hombre

    con una regla y un par de escalas, y con la tabla de multiplicar siempre en el bolsillo, seor, dispuesto a pesar y medir cualquier fragmento de naturaleza humana ya decirle exactamente a cunto asciende. Es una simple cuestin de cifras, un asunto de simple aritmtica ... El propio tiempo se convierte, para el fabricante, en su propia maquinaria: tanto es el material elaborado, tanta comida se ha consumido, tantas fuerzas se han empleado, tanto dinero se ha ganado.6

    5. Para que no haya ninguna duda, debemos sealar nuevamente que hay dos tipos de criterios para comprender el proceso cientfico. Que podamos mostrar los determinantes sociales de una visin particular del mundo, cmo y por qu surge, no dice nada sobre las pretensiones a la verdad o de otro tipo de los enunciados cientficos. El hecho de que la equivalencia mecnica del calor postulada por Joule o la equivalencia materiaJenerga de Einstein fueran desarrolladas en un marco social con particulares facilidades no permite concluir que son por definicin verdaderas o falsas. Los criterios para juzgar la verdad de las afirmaciones de Joule o de Einstein se encuentran entre la ciencia y el mundo real, y no entre la ciencia y el orden social. No estamos cometiendo la falacia gentica.

    6. C. Dickens, Hard Times, Penguin Edition, Londres, 1969, pp. 48, 126 (hay traduccin castellana: Tiempos difciles, Bruguera, Barcelona, 1975).

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    lue todas las formas de energa y calor, las reaccas y el electromagnetismo eran intercambiables Iculadas por una constante simple, el equivalente 1 calor (y la posterior demostracin de Einstein encia de la materia y la energa), corresponda a ismo econmico por el que todas las actividades dan expresarse en trminos de su equivalencia

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    Para la sociedad burguesa, la naturaleza y la propia humanidad se han convertido en una fuente de materias primas a ser extradas, en una fuerza extraa a ser controlada, domesticada y explotada en inters de la nueva clase dominante. La transicin desde el mundo de la naturaleza precapitalista no poda ser ms completa.7

    Hasta aqu hemos hablado de la ciencia en general, o ms bien de la fsica, como si se tratase nicamente de ciencia. Pero cmo afect la nueva visin mecnica y maquinal de los fsicos al estatus de los organismos vivos? As como la fsica moderna empieza con Newton, la biologa moderna debe empezar con Descartes -filsofo, matemtico y terico de la biologa.

    En la Parte V de sus Discursos de 1637, Descartes compara el mundo, animado e inanimado, con una mquina (la bte machine). Es esta imagen cartesiana de la mquina la que ha llegado a dominar la ciencia y a funcionar como la metfora fundamental legitimadora de la visin burguesa del mundo, ya sea de los individuos o de la slida mquina en que estn inmersos. El hecho de que se tomara a la mquina como modelo para los organismos vivientes y no al revs es de decisiva importancia. La mquina es un smbolo tan caracterstico de las relaciones productivas burguesas como lo era el cuerpo social de la sociedad feudaL Los cuerpos son unidades indisolubles que pierden sus caractersticas esenciales cuando se las divide en partes.

    La vida que sigue a la vida en las criaturas que disecas, la pierdes en el momento en que la detectas.8

    Las mquinas, por el contrario, pueden desmontarse para ser estudiadas y luego ser reconstituidas. Cada parte cumple

    7. Sobre el tema de la dominacin de la naturaleza, vase W. Leiss, The Domination of Nature, Beacon, Boston, 1974. Y tambin A. Schmidt, The Concept ofNature in Marx, New Left Books, Londres, 1973 (hay traduccin castellana: El concepto de naturaleza en Marx, Siglo XXI, Madrid, 1977).

    8. A. Pope, Moral Essays, Epstola 1, dedicada a lord Cobham.

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    una funcin separada y analizable, y el todo opera de un modo regular y ordenado que puede ser descrito a travs del funcionamiento de sus partes separadas que se afectan mutuamente.

    El modelo de mquina de Descartes pronto fue ampliado de los organismos no humanos a los humanos. Estaba claro que muchas funciones humanas -de hecho la mayoraeran anlogas a las de otros animales y, por 10 tanto, eran tambin reducibles a mecanismos. Sin embargo, los humanos tenan conciencia, conciencia de s mismos, y una mente, 10 que para Descartes, un catlico, era un alma. Y, por definicin, el alma, tocada por el aliento de Dios, no poda ser un mero mecanismo. As, en la naturaleza deba haber dos clases de sustancias: la materia, sujeta a las leyes mecnicas de la fsica; y el alma, o la mente, una sustancia inmaterial que era la conciencia del individuo, su fragmento inmortal. Cmo interactuaban mente y materia? Por medio de una regin especfica del cerebro -especul Descartes-, la glndula pineal, en la que resida la mente/alma al incorporarse y a partir de la cual poda girar los botones, dar vueltas a las llaves y activar las bombas del mecanismo del cuerpo.

    As se desarroll la inevitable pero fatal dicotoma del pensamiento cientfico occidental, el dogma conocido en el caso de Descartes y sus sucesores como dualismo. Como veremos, cierta clase de dualismo es la consecuencia inevitable de cualquier tipo de materialismo reduccionista que no desee acabar aceptando que los humanos no son sino el movimiento de sus molculas. El dualismo era una solucin a la paradoja del mecanismo que permitira a la religin y a la ciencia reduccionista demorar por dos siglos ms su inevitable disputa final por la supremaca ideolgica. Era una solucin compatible con el orden capitalista del da, porque en los asuntos de los das hbiles permita que los humanos fuesen tratados como meros mecanismos fsicos, objetivados y susceptibles a la explotacin sin incurrir en contradiccin, mientras que los domingos el control ideolgico poda ser reforzado mediante la afirmacin de la inmortalidad y de la libre voluntad de un espritu libre incorpreo inmune a los traumas del mundo co

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    ,eparada y analizable, y el todo opera de un y ordenado que puede ser descrito a travs del to de sus partes separadas que se afectan mu-

    de mquina de Descartes pronto fue ampliado mos no humanos a los humanos. Estaba claro funciones humanas -de hecho la mayora; a las de otros animales y, por lo tanto, eran cibles a mecanismos. Sin embargo, los humanos ncia, conciencia de s mismos, y una mente, lo cartes, un catlico, era un alma. Y, por definitocada por el aliento de Dios, no poda ser un mo. As, en la naturaleza deba haber dos clases : la materia, sujeta a las leyes mecnicas de la f1, o la mente, una sustancia inmaterial que era la el individuo, su fragmento inmortal. Cmo 1 mente y materia? Por medio de una regin es:erebro -especul Descartes-, la glndula pie resida la mente/alma al incorporarse y a partir :la girar los botones, dar vueltas a las llaves y acIbas del mecanismo del cuerpo. molI la inevitable pero fatal dicotoma del penntfico occidental, el dogma conocido en el caso y sus sucesores como dualismo. Como verelase de dualismo es la consecuencia inevitable de lO de materialismo reduccionista que no desee :ando que los humanos no son sino el movis molculas. El dualismo era una solucin a la paecanismo que permitira a la religin y a la ciencia a demorar por dos siglos ms su inevitable dispula supremaca ideolgica. Era una solucin com

    ~l orden capitalista del da, porque en los asuntos .biles permita que los humanos fuesen tratados mecanismos fsicos, objetivados y susceptibles a ')n sin incurrir en contradiccin, mientras que los control ideolgico poda ser reforzado mediante n de la inmortalidad y de la libre voluntad de un ~ incorpreo inmune a los traumas del mundo co-

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    tidiano a que su cuerpo haba sido sometido. Tambin hoy en da, el dualismo resurge continuamente, en varias y persistentes maneras, de las cenizas del ms rido materialismo mecnico.

    EL DESARROLLO DE UNA BIOLOGA MATERIALISTA

    Para la confiada ciencia en desarrollo de los siglos XVIII y XIX, el dualismo no era ms que un paso intermedio hacia un materialismo mecanicista ms totalizador. Aunque las analogas variaron y se hicieron ms sofisticadas a medida que la ciencia fsica avanzaba -del trabajo mecnico e hidrulico al elctrico y magntico, y de all a las centrales telefnicas y a los ordenadores-, el principal impulso continu siendo reduccionista. Para los racionalistas progresistas del siglo XVIII, el cometido de la ciencia consista en catalogar los estados del mundo. Si se poda conseguir una descripcin completa de todas las partculas en un momento dado, todo se hara predecible. El universo estaba determinado y las leyes del movimiento se cumplan con precisin en una escala que abarcaba desde los tomos hasta [as estrellas. Los organismos vivos no eran inmunes a estas leyes. La demostracin de Lavoisier de que los procesos de respiracin y las fuentes de energa vital eran exactamente anlogos a los de la combustin de un fuego de carbn -la oxidacin de sustancias alimenticias en los tejidos corporales- fue quiz la reivindicacin ms notable de esta aproximacin. Era la primera vez que una afirmacin programtica de que la vida debe ser reducible a molculas poda ser puesta en prctica.

    Pero el progreso en la identificacin de los componentes qumicos del cuerpo era lento. La demostracin de que las sustancias de que se componen los organismos vivos son slo sustancias qumicas ordinarias, aunque complejas, se produjo a principios del siglo XIX. La insuficiencia de los instrumentos analticos existentes para tratar con las molculas biolgicas gigantes -protenas, lpidos, cidos nucleicossigui siendo un obstculo. Los mecanicistas podan hacer

  • p 72 No est en los genes

    afirmaciones programticas sobre el reduccionismo de la vida a la qumica, pero stas eran en su mayor parte actos de fe. No sera sino hasta un siglo despus de la primera sntesis no orgnica de las sustancias qumicas simples del cuerpo cuando se pudo empezar a clarificar la naturaleza molecular y las estructuras de las molculas gigantes (y, realmente, no fue sino hasta la dcada de los cincuenta cuando el progreso se aceler de modo importante). La ltima esperanza que quedaba de que hubiera una fuerza vital>, especial operante en estas molculas y que las distingua totalmente de las sustancias qumicas menores y carentes de vida persistira hasta la dcada de los veinte.9

    Sin embargo, las afirmaciones de muchos de los fisilogos y bioqumicos ms importantes del siglo XIX se caracterizaron por su radical programa reduccionista. En 1845, cuatro prometedores fisilogos -Helmholtz, Ludwig, Du Bois Reymond y Brucke- se comprometieron solemnemente a dar cuenta de todos los procesos corporales en trminos fisioqumicos. 10 Otros los imitaron: por ejemplo, Moleschott y Vogt, materialistas mecanicistas que sostenan que los humanos son lo que comen, que el genio es una cuestin de fsforo y que el cerebro segrega pensamiento como el rin secreta la orina; y Virchow,ll una de las figuras ms destacadas en el

    9. H. Driesch, The History and Theory or Vitalism, Macmillan, Londres, 1914. Vase tambin J. S. Fruton, Molecules and Lire, John Wiley, Nueva York, 1972.

    10. R. Virchow, The Mechanistic Concept orLire (1850), transcrito en Disease, Lire and Man, ed. J. K. Lelland, Stanford University Press, Stanford, California, 1958. Vase tambin J. Loeb, The Mechanistic Concept or Lire, reimpreso con una introduccin de D. Fleming, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1964.

    11. Los argumentos de Virchow funcionaban de ambas maneras: su nfasis en el cuerpo poltico tambin implicaba la idea de que las enfermedades de los individuos eran causadas esencialmente de modo social, ms que provocadas, por ejemplo, por grmenes. El nfasis de Virchow en la medicina social, con sus implicaciones progresistas y no reduccionistas, forma parte de la contradiccin entre el designio social radical de gran parte de este pensamiento fisiolgico del siglo XX y su ideologa definitivamente represiva.

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  • '$ genes

    . programticas sobre el reduccionismo de la mica, pero stas eran en s,u mayor l?arte ac:os ~e ,ino hasta un siglo despues de la pnmera smtesiS de las sustancias qumicas simples del cuerpo .IdO empezar a clarificar la naturaleza molecular uras de las molculas gigantes (y, realmente, no ta la dcada de los cincuenta cuando el progreso le modo importante). La ltima esperanza que que hubiera una fuerza vital especial operante lculas y que las distingua totalmente de las susnicas menores y carentes de vida persistira hasta : los veinte.9 .rgo, las afirmaciones de muchos de los fisi~logos :os ms importantes del siglo XIX se caractenzaron :al programa reduccionista. En ,1845, cuat~o profisilogos -Helmholtz, LudWig, Du BOlS Reyucke- se comprometieron solemnemente a dar Jdos los procesos corporales en trminos fisioqu:ros los imitaron: por ejemplo, Moleschott y Vogt, 1S mecanicistas que sostenan que los humanos comen, que el genio es una cuestin de fsforo y bro segrega pensamiento como el rin secreta la ,rchow,11 una de las figuras ms destacadas en el

    :iesch, The History and Theory of V/ta/ism, Ma,cmillan, 14. Vase tambin J. S. Fruton, Mo/ecules and Llfe, John ra York, 1972. ' jrchow The Mechan/stic ConceptofLife (1850), transense, Lif; and Man, ed. J. K. Lella?,d, Stanford University ord California 1958. Vase tamblen J. Loeb, The Mecha?pt ~fLife, rei~preso con una introduccin de D. Fleming, lversity Press, Cambridge, Mass., 1964. argumentos de Virchow funcionaban de ambas maneras: n el cuerpo poltico tambin implicaba, la idea de que las les de los individuos eran causadas esenCialmente de modo que provocadas, por eiemp~o, p,or ~rmenes. El ~nfasis de Ila medicina social, con sus ImplicaCIOnes progr~sl~tas y ~o tas, forma parte de la contradic~i~n :n~re el de~lgmo SOCial

    ~ran parte de este peIl:samiento flSlOloglCO del Siglo xx y su .efinitivamente represiva.

    La ideologa burguesa y el origen del determinismo 73

    desarrollo de la teora celular y que tambin formaba parte de una larga tradicin del pensamiento social que argumentaba que los procesos sociales podan ser descritos por analoga con el funcionamiento del cuerpo humano.

    Es importante comprender las intenciones revolucionarias de este grupo. Ellos consideraban su compromiso filosfico con el mecanicismo como un arma en la lucha contra la religin ortodoxa y la supersticin. Algunos de ellos fueron tambin ateos militantes, reformadores sociales o incluso socialistas. La ciencia aliviara la miseria de los pobres y fortalecera el

    pod~r del Est~do contra los capitalistas -e incluso ayudara, en CIerta medida, a democratizar la sociedad. Sus postulados for~aban parte de la gran batalla entre la ciencia y la religin del Siglo XIX por la supremaca como ideologa dominante de la sociedad burguesa, una lucha cuyo resultado era inevitable pero cuyo campo de batalla definitivo no iba a ser el reduccionismo fisiolgico sino la seleccin natural darwiniana. El fils?fo ms conocido del grupo fue Feuerbach, contra cuya verSIn del materialismo mecanicista lanzara Marx sus famosas tesis.12

    Las, tesis sobre Feuerbach constituyeron el punto de partida de los mtentos a largo plazo de Marx -yms explcitamente de los de Engels- para trascender el materialismo mecanicista al formular ~os principios de una explicacin materialista pero no redUCClolllsta del mundo y del papel de la humanidad dent:o de l: ~l materialismo dialctico. Pero dentro de la perspectIva dommante de la biologa en la tradicin occidental iba a triunfar el materialismo mecanicista de Moleschott, de~pojado de sus milenarios objetivos y que, en el siglo XX, se revelara,c~mo un~ ideologa de dominacin. Cuando hoy los bioqUlmICos defIenden que una molcula alterada produce una mente enferma,13 o cuando los psiclogos afirman que la violencia en el interior de las ciudades puede curarse eliminan

    12. K. Marx, Theses on Feuerbach (1845), en K. Marx y F. Enge1s, Selected Works, vol. 1, Progre ss Publshers, Mosc, 1969.

    13. Defendido por el bioqumico W. L. Byrne en una conferencia sobre Incapacidad de aprendizaje, Kansas City, 1979 .

  • 74 No est en

    do determinadas regiones del cerebro de los militantes de los guetos, se estn expresando precisamente en los trminos de esta tradicin iniciada por Moleschott.

    Para completar el cuadro materialista mecanicista del mundo se requera, sin embargo, dar otro paso crucial: estudiar el problema de la naturaleza y el origen de la vida en s mismo. El misterio de la relacin entre lo vivo y lo no vivo presentaba una paradoja para los primeros mecanicistas. Si los seres vivos fueran "meras sustancias qumicas, sera posible recrear la vida a partir de una mezcla fsico-qumica apropiada. Sin embargo, uno de los triunfos biolgicos del siglo fue la rigurosa demostracin de Pasteur de que la vida slo surga de la vida; la generacin espontnea no exista. La solucin de esta aparente paradoja, que haba conducido a muchas polmicas confusas entre los qumicos reduccionistas y la remanente escuela de los vitalistas biolgicos que continuaba oponindose a ellos, slo llegara con la sntesis darwiniana, que fue capaz de demostrar que, aunque la vida proceda de otros organismos vivos y no poda surgir espontneamente, cada generacin de seres vivos cambiaba, evolucionaba, como resultado de los procesos de la seleccin natural.

    Con la teora de la evolucin apareci un nuevo elemento indispensable para comprender los procesos de la vida: la dimensin del tiempo.14 Las especies no estaban configuradas desde tiempos inmemoriales, sino que se haban derivado en el pasado histrico de formas anteriores, ms simples}} o "primitivas. Si nos remontamos a los orgenes evolutivos de la vida, podramos imaginar una sopa qumica templada primordial en la que se produciran las reacciones qumicas cruciales. Las formas vivas podran integrarse a partir de esta mezcla prebitca. Darwin especul sobre tales orgenes, aunque los progresos teorticos fundamentales dependeran del bioqumico Oparin y del genetista bioqumico Haldane en los aos veinte (ambos, por cierto, intentaron conscientemente

    14. F. Jacob, The Logic of Living Systems, Allen Lane, Londres, 1974 (hay traduccin castellana: La lgica de lo viviente. Una historia de la herencia, Laia, Barcelona, 1977).

  • r ,das regiones del cerebro de los militantes de los :n expresando precisamente en los trminos de l iniciada por Moleschott. .letar el cuadro materialista mecanicista del mun, sin embargo, dar otro paso crucial: estudiar el la naturaleza y el origen de la vida en s mismo. e la relacin entre lo vivo y lo no vivo presentaba l para los primeros mecanicistas. Si los seres vivos as sustancias qumicas, sera posible recrear la de una mezcla fsico-qumica apropiada. Sin emle los triunfos biolgicos del siglo fue la rigurosa n de Pasteur de que la vida slo surga de la vida; n espontnea no exista. La solucin de esta apaoja, que haba conducido a muchas polmicas :re los qumicos reduccionistas y la remanente esvitalistas biolgicos que continuaba oponindose llegara con la sntesis darwiniana, que fue capaz lr que, aunque la vida proceda de otros organis, no poda surgir espontneamente, cada generas vivos cambiaba, evolucionaba, como resultado sos de la seleccin natural. !ora de la evolucin apareci un nuevo elemento .Ie para comprender los procesos de la vida: la dil tiempo.I4 Las especies no estaban configuradas )os inmemoriales, sino que se haban derivado en listrCo de formas anteriores, ms simples o '. Si nos remontamos a los orgenes evolutivos de iramos imaginar una sopa qumica templada prila que se produciran las reacciones qumicas cruformas vivas podran integrarse a partir de esta bitica. Darwin especul sobre tales orgenes, aun)gresos teortico s fundamentales dependeran del ) Oparin y del genetista bioqumico Haldane en los e (ambos, por cierto, intentaron conscientemente

    Icob, The Logic of Living Systems, Allen Lane, Londres, 'aduccin castellana: La lgica de lo viviente. Una historia ia, Laa, Barcelona, 1977).

    La del determinismo 75

    trabajar dentro de un marco dialctico y no mecanicista). Los experimentos slo empezaron a alcanzar la teora a partir de los aos cincuenta.

    La teora evolucionista representa, en cierto sentido la apoteosis de una visin burguesa del mundo, as como su s~bsecuente desarrollo refleja las contradicciones de esa visin del mundo. La descomposicin del antiguo orden feudal esttico y su sustitucin por un capitalismo en continuo cambio y desarrollo contribuy a introducir el concepto de mutabilidad en el campo de la biologa. Los seculares ritmos cotidianos y estacionales y el simple movimiento de la vida desde el nacimiento hacia la muerte, pasando por la madurez haban car~cterizado al feudalismo, pero ahora cada genera~in expenmentaba un mundo cualitativamente distinto al de sus predeces07es. Para la burguesa en desarrollo del siglo XVIII, este .camblO era g~adual. La flecha del tiempo apuntaba irreverSIblemente haCIa adelante; no giraba en torno a s misma. Se transform la comprensin de la tierra y de la vida sobre ella. Poco a poco, la geologa reconoci que la tierra haba evolucionado, que los ros y los mares se haban desplazado y que l~s estratos de piedra se haban ido superponiendo en secuenCIas temporales, no de acuerdo con el mito bblico de la creacin y el diluvio, sino a travs de una secuencia constante y uniforme de muchos miles de millones de aos. En manos de

    g~logos d.e prin.cipios del siglo XIX tales como Lyell, el principIO del umformlsmo destruy la datacin bblica de la creacin del mundo en el ao 4004 a. C.

    ~ en cuanto a la vida en s misma? Las semejanzas y diferenCIas entre las especies y su aparente gradacin virtual de una ~ otra, parecan indicar algo ms que una simple coincidenCIa. El descubrimiento de fsiles en formaciones rocosas

    cuy~s edades podan ser calculadas implicaba que algunas esp~cles que haban existido en un tiempo se haban extinguido, mlentras otras haban aparecido. La doctrina del evolucionismo se haba, c;:mvertido en algo inevitable. En un principio, en manos de fIlosofos zoologistas del siglo XVIII y principios del XIX como Lamarck y Erasmus Darwin, la evolucin era en s misma progresiva, aunque no estaba en desacuerdo con un

  • 76 Noesten

    designio divino ms elevado. Para Lamarck, las especies se perfeccionaban en la lucha por la supervivencia, modificando sus propiedades en respuesta a las exigencias del medio ambiente y transmitiendo estas modificaciones a su linaje, del mismo modo que los seres humanos ya no estaban fijados a una posicin determinada sino que podan ascender en la jerarqua social en virtud -segn el mito liberal- de sus propios esfuerzos. Para el mayor de los Darwin, la evolucin era un permanente cambio progresivo y ascendente que conduca hacia un futuro siempre ms perfecto y armnico.

    Iba a ser Charles Darwin, en el contexto ms severo de mediados del siglo XIX, quien estructurara los mecanismos del proceso evolutivo en trminos de seleccin natural. Apoyndose en ideas previamente expresadas por Malthus en un contexto humano, Darwin percibi que el hecho de que los individuos produjesen ms descendencia de la que sobreviva, y de que los mejor adaptados a su medio ambiente tuviesen mayores posibilidades de sobrevivir suficiente tiempo como para reproducirse a su vez, era lo que proporcionaba su fuerza motriz al cambio evolutivo. Ms an, la evolucin darwiniana por seleccin natural era aplicable no slo a las especies no humanas, sino tambin, como fue evidente de inmediato, a los seres humanos. Fue esta observacin la que prepar el escenario para el conflicto final entre la ciencia y la religin, a pesar de la reticencia de muchos integrantes de ambos bandos a verse involucrados en l. El motivo es que la teora darwiniana, en medida mucho mayor que los enunciados programticos de los mecanicistas fisiolgicos, constitua una amenaza directa contra el poder residual del cristianismo como ideologa dominante de la sociedad occidental, y era considerada como tal tanto por los amigos como por los enemigos.

    Ya en retroceso desde tiempos de Newton, el cristianismo ortodoxo se haba refugiado en la creencia en un dios que era la causa primera del mundo natural y que segua siendo el rector cotidiano de la vida, y especialmente del destino humano. El darwinismo arrebat el ltimo vestigio de control de Dios sobre los asuntos humanos de sus ahora impotentes manos y releg a la deidad, en el mejor de los casos, a un dbil

  • 10 ms elevado. Para Lamarck, las especies se n en la lucha por la supervivencia, modificando les en respuesta a las exigencias del medio ammitiendo estas modificaciones a su linaje, del que los seres humanos ya no estaban fijados n determinada sino que podan ascender en la ial en virtud -segn el mito liberal- de sus rzoS. Para el mayor de los Darwin, la evolucin nente cambio progresivo y ascendente que conn futuro siempre ms perfecto y armnico. hades Darwin, en el contexto ms severo de me710 XIX, quien estructurara los mecanismos del ~tivo en trminos de seleccin natural. Apoynpreviamente expresadas por Malthus en un ~o~o Darwin percibi que el hecho de que los mdllj;sen ms descendencia de la que sobreviva, y de r adaptados a su medio ambiente tuviesen mayoldes de sobrevivir suficiente tiempo como para a su vez, era lo que proporcionaba su fuerza molO evolutivo. Ms an, la evolucin darwiniana 1 natural era aplicable no slo a las especies no 10 tambin, como fue evidente de inmediato, a los os. Fue esta observacin la que prepar el escena:mflicto final entre la ciencia y la religin, a pesar :ia de muchos integrantes de ambos bandos a verdos en l. El motivo es que la teora darwiniana, nucho mayor que los enunciados program~icos licistas fisiolgicos, constitua una amenaza duecpoder residual del cristianismo co:n0 ideologa

    1e la sociedad occidental, y era conSiderada como r los amigos como por los enemigos. ., . :roceso desde tiempos de Newton, el cnstlaOlsmo ! haba refugiado en la creencia en un dios que era imera del mundo natural y que segua siendo el .iano de la vida, y especialmente del destino humavinismo arrebat el ltimo vestigio de control de los asuntos humanos de sus ahora impotentes ma') a la deidad, en el mejor de los casos, a un dbil

    La del determinismo 77

    principio primordial cuya voluntad ya no determinaba las acciones humanas.

    La consecuencia de esto fue que cambi definitivamente la forma de la ideologa legitimadora de la sociedad burguesa . Incapaz de seguir confiando en el mito de una deidad que haba hecho todas las cosas bellas y brillantes y que haba asignado un estado a cada uno (el gobernante rico en el castillo o el campesino pobre en la puerta), la clase dominante destron a Dios y lo reemplaz por la ciencia. El orden social deba continuar siendo considerado el resultado de la accin de fuerzas externas a la humanidad, pero ahora esas fuerzas eran naturales en vez de destas. En cualquier caso, este nuevo legitimador del orden social era ms formidable que aquel que hab~a reemplazado. Desde entonces, por supuesto, se ha estableCido entre nosotros.

    La teora de la seleccin natural y el reduccionismo fisiolgico eran manifestaciones de un programa de investigacin suficientemente explosivas y poderosas como para ocasionar la sustitucin de una ideologa -la de Dios- por otra: una ciencia mecanicista y materialista. Eran, sin embargo, a lo sumo manifestaciones programticas que indicaban una ruta que todava no eran capaces de seguir. Por ejemplo, a falta de una teora sobre el gen, el darwinismo no poda explicar la conservacin de una variacin gentica heredada, lo que era esencial para el funcionamiento de la teora. La solucin llegara con el desarrollo de la teora gentica a la vuelta del siglo xx con el redescubrimiento de los experimentos realizados por Mendel en la dcada del 1860. A su vez, este redescubrimiento produjo la sntesis neodarwiniana de los aos treinta y los reiterados intentos de dividir los fenmenos biolgicos en causas discretas y esencialmente aditivas, genticas y ambientales: la ciencia de la biometra.

    LA CUANTIFICACIN DEL COMPORTAMIENTO

    La afirmacin de Moleschott de que el cerebro segrega pensamiento como el rin secreta orina fue quiz la ms extrema de las afirmaciones materialistas del siglo XIX, pero expresa al

  • 78 No est en

    mismo tiempo el objetivo ltimo de la filosofa. No slo la vida, sino tambin la conciencia y la propia naturaleza humana, deban ser puestas al alcance de reglas, escalas y hornillos qumicos. Para conseguir tal objetivo era primero necesario , disponer de una teora del comportamiento, el cual ya no era f considerado como un flujo continuo y slo en parte predeci e ble de accin humana que surga de las exigencias del alma, n del libre albedro y de los caprichos del carcter humano, ma g teria ms apta para el novelista que para el cientfico. En le cambio, los comportamientos -ahora en plural- deban ser c; considerados como un conjunto de unidades discretas y sepa Il rables, cada una de las cuales poda ser singularizada yanali a: zada. Ya no bastaba con considerar al cuerpo slo como una h, mquina: el papel del cerebro en la organizacin y el control dl del comportamiento se convirti en el centro de atencin en d. la investigacin cientfica. gi

    Para una escuela, el cerebro era un rgano integrador cuyas m propiedades eran en cierto sentido funciones holsticas de la la totalidad de la masa de tejidos. Para otra, estas funciones esta pl ban atomizadas y localizadas en diferentes regiones. Esto lti co mo era esencialmente la pretensin de la escuela frenolgica na de Gall y Spurzheim, nacida en Alemania y Francia a fines del co siglo XVIll. Afirmaba que todas las facultades humanas -ha pa bilidades como las matemticas o propensiones como el amor eVI a la msica o a engendrar hijos (filoprogenitividad)-15 po sig dan descomponerse en unidades discretas. Adems, estas di ma ferentes habilidades y propensiones estaban localizadas en gic diferentes regiones del cerebro y su amplitud poda ser calcu pe( lada exteriormente estudiando la forma de la cabeza o del cr ta 1 neo de un individuo. A pesar de que estuvieron muy de moda ] durante un perodo, las pretensiones empricas de la frenolo ent ga fueron ridiculizadas por la ciencia ortodoxa de mediados mal del siglo XIX, aunque un conjunto crucial de sus afirmaciones nin fundamentales permaneci intacto. stas se referan a la exis- det

    15. Vase, por ejemplo, R. M. Young, Mnd, Bran and Adapta 1 tan n the Nineteenth Century, Oxford University Press, Nueva York, 198 1970. ca, 1

  • oS genes

    po el objetivo ltimo de la filosofa. No slo la mbin la conciencia y la propia naturaleza humaer puestas al alcance de reglas, escalas y hornill~s ara conseguir tal objetivo era primero necesano una teora del comportamiento, el cual ya no era , como un flujo continuo y slo en parte predeci,n humana que surga de las exigencias del alma, edro y de los caprichos del carcter humano, mapta para el novelista que para el cientfi

  • 80 No est en los genes

    el instituto se ha convertido en un gran centro de investigacin. El asunto es que no hay preguntas razonables que la neuroanatoma pueda dirigir al cerebro muerto de un no importa cun distinguido cientfico o polticoP No hay virtualmente ninguna relacin observable entre el tamao o la estructura de un cerebro medido despus de la muerte y cualquier aspecto de la actividad intelectual de su propietario medido durante su vida. Hay excepciones: en casos de daos cerebrales especficos debidos a enfermedad,lesiones o tumores, o el encogimiento del cerebro por demencia senil o alcoholismo, aunque incluso aqu hay contraejemplos. 18 Pero, en general, cuando se han considerado los efectos de la estatura, la edad, etc., el peso del cerebro est relacionado con la talla del cuerpo. La bsqueda del foco de las diferencias de rendimiento entre los individuos debe ir ms all del simple examen de las estructuras cerebrales.

    A pesar de todo, an se mantiene la suposicin generalizada de que existe una relacin entre las cabezas grandes y las frentes amplias y la inteligencia, un supuesto que fue convertido en la base de una teora criminolgica de tipos elaborada por el italiano Cesare Lombroso a fines del siglo XIX. Segn Lombroso, en un desarrollo de la teorizacin frenolgica de principios de ese siglo, se poda identificar a los criminales por ciertos rasgos fisiolgicos bsicos:

    El criminal tiene por naturaleza una dbil cjlpacidad craneal, una mandbula pesada y pronunciada, los arcos ciliares salientes, un crneo anormal y asimtrico ... orejas prominentes y, con frecuencia, una nariz torcida o chata. Los criminales padecen [daltonismo]; es comn que sean zurdos; su fuerza muscular es dbil

    17. Especialmente cuando hay ah preguntas tiles a formular respecto al esperma de un premio Nobel septuagenario, a pesar del entusiasmo del doctor William Shockley por donar estos frutos de sus testculos a un depsito de genes de California, donde pueden ser utilizados para inseminar a quienes tengan la ilusin de procrear hijos de alto Cl.

    18. B. L. Priestly y J. Lorber, Ventricular Size and Intelligence in Achondroplasia, Zeitschrift fr Kinderchirurgie, 34 (1981), pp. 320326.

  • genes

    la convertido en un gran centro de investigacin. le no hay preguntas razonables que la neuroanalirigir al cerebro muerto de un no importa cun

    ~ntfico o polticoP No hay virtualmente ninguservable entre el tamao o la estructura de un cedespus de la muerte y cualquier aspecto de la ac:tual de su propietario medido durante su vida. [les: en casos de daos cerebrales especficos de:ledad, lesiones o tumores, o el encogimiento del

    ~mencia senil o alcoholismo, aunque incluso aqu nplos.18 Pero, en general, cuando se han conside)s de la estatura, la edad, etc., el peso del cerebro do con la talla del cuerpo. La bsqueda del foco cas de rendimiento entre los individuos debe ir mple examen de las estructuras cerebrales. todo, an se mantiene la suposicin generalizaste una relacin entre las cabezas grandes y las as y la inteligencia, un supuesto que fue converede una teora criminolgica de tipos elaborada o Cesare Lombroso a fines del siglo XIX. Segn 1 un desarrollo de la teorizacin frenolgica de ese siglo, se poda identificar a los criminales sgos fisiolgicos bsicos:

    lal tiene por naturaleza una dbil clpacidad craneal, )ula pesada y pronunciada, los arcos ciliares salientes, .normal y asimtrico ... orejas prominentes y, con ffea nariz torcida o chata. Los criminales padecen [daIs comn que sean zurdos; su fuerza muscular es dbil

    tlmente cuando hay ah preguntas tiles a formular resna de un premio Nobel septuagenario, a pesar del entu:tor William Shockley por donar estos frutos de sus tes:depsito de genes de California, donde pueden ser 1inseminar a quienes tengan la ilusin de procrear hijos riestly y J. Lorber,

  • 82 No est en

    vas para el joven, aunque era un tipo que Scotland Yard ha la na

    . bra reconocido a primera vista.21 Lambroso tambin lo teor2

    habra reconocido. poda

    Tal criminologa lleva implcita la creencia de que los com bilios portamientos de los individuos pueden ser establecidos como de la las propiedades fijas de los mismos, tan caractersticas como su posibl estatura o el color de su cabello. El programa de investigacin obras que sustenta tal determinismo biolgico reduccionista tam tan 12 bin lleva implcita la pretensin de que es posible comparar tempr los comportamientos de diferentes individuos mediante algu ms a na escala apropiada. Los comportamientos no son todo-o acepta nada. Como la estatura, son variables de distribucin conti forma nua; el individuo A es ms agresivo que B o menos que C. Si es de pudisemos idear escalas apropiadas, como las reglas para resca ( medir la estatura, seramos capaces de determinar la distribu XIX in1 cin de toda la poblacin en una escala de agresividad, crimi O pin nalidad o lo que fuera. La creencia en tal distribucin consti person tuye el fundamento lgico que permite pensar que los test de del Cl" CI miden la inteligencia, cuestin que discutiremos en el cap mismo tulo 5. Cuando todos los individuos de una poblacin pueden TiemPI ser situados, en lo tocante a cualquier rasgo particular, a lo industr largo de una distribucin lineal, se produce la famosa curva cepto q normal con forma de campana, la curva de Gauss. Los indi concep viduos que caen fuera de la prcin mayoritaria de esta distri que la ~ bucin son anormales o individuos desviados.

    Porque damos el concepto de desviacin tan fcilmente por supuesto, por parecer tan natural, es importante recordar cun reciente es su aparicin en la historia de la sociedad burguesa. Los conceptos de criminalidad, locura e incluso el de enfermedad -sus tratamientos mediante reclusin en cr 23. E celes, asilos y hospitales- se desarrollaron lentamente slo a ta qu pl partir del siglo XVII y con paso cada vez ms acelerado a lo respecta largo del siglo XlX.22 No es que no hubiera ninguna teora de ricano, n

    zar a los 21. A. Christie, The Secret Adversary, Dodd, Mead, Nueva York, mal,. o,.

    1922, p. 49 (hay traduccin castellana: El adversario secreto, Molino, que en Es Barcelona, 1984). norma I

    22. Por ejemplo, A. T. Scull, Museums ofMadness: The Social Orga gamama nisation ofInsanity in 19th Century England, Allen Lane, Londres, 1979. menos de

  • genes

    ren, aunque era un tipo que Scotland Yard hado a primera vista.2I Lambroso tambin lo cido. ,loga lleva implcita la creencia de que los comde los individuos pueden ser establecidos como :s fijas de los mismos, tan caractersticas como su olor de su cabello. El programa de investigacin tal determinismo biolgico reduccionista tam)lcita la pretensin de que es posible comparar nientos de diferentes individuos mediante alguopiada. Los comportamientos no son todo-o,la estatura, son variables de distribucin contiiuo A es ms agresivo que B o menos que C. Si dear escalas apropiadas, como las reglas para ura, seramos capaces de determinar la distribua poblacin en una escala de agresividad, crimilue fuera. La creencia en tal distribucin constimento lgico que permite pensar que los test de lteligencia, cuestin que discutiremos en el caplo todos los individuos de una poblacin pueden en lo tocante a cualquier rasgo particular, a lo distribucin lineal, se produce la famosa curva n forma de campana, la curva de Gauss. Los indilen fuera de la porcin mayoritaria de esta distrinormales o individuos desviados. tmOS el concepto de desviacin tan fcilmente "por parecer tan natural, es importante recorente es su aparicin en la historia de la sociedad )s conceptos de criminalidad, locura e incluso el ad -sus tratamientos mediante reclusin en crf hospitales- se desarrollaron lentamente slo a ;10 XVII Y con paso cada vez ms acelerado a lo lo XIX.22 No es que no hubiera ninguna teora de

    ,istie, The Secret Adversary, Dodd, Mead, Nueva York,

    ay traduccin castellana: El adversario secreto, Molino,

    84).

    mplo, A. T. Scull, Museums ofMadness: The Social Orga

    ~nity in 19th Century England, AlIen Lane, Londres, 1979.

    La ideologa burguesa y el origen del determinismo 83

    la naturaleza humana antes de la revolucin burguesa. La teora tipolgica argumentaba que el temperamento humano poda valorarse a partir de los cuatro tipos bsicos: flemtico bilioso, colrico y sanguneo. Los conceptos sobre la vigenci~ de la maldad humana y del pecado original chocaban con la posibilidad de la redencin por medio de la fe o de las buenas obras. Ciertamente, existan cdigos criminales como exis, ' tIan la locura y la enfermedad. Pero la sociedad medieval y la

    temprana sociedad capitalista toleraban un campo mucho ms amplio de variacin humana que el que ms tarde sera aceptado. Buhoneros y vagabundos, pcaros y excntricos formaban parte de la escena diaria: considrense los personajes de las pinturas de Brueghel o Hogarth, o una novela picaresca del siglo XVIII. El materialismo reduccionista del siglo XIX intentaba controlar, regularizar y limitar esta variacin. O pinsese en la transicin entre la multitudinaria riqueza de personajes de una novela temprana de Dickens como Papeles del Club Pickwick y las posteriores descripciones del conformismo de la nueva burguesa retratada en Domley e hijo o en Tiempos difciles. Las instituciones sociales de una sociedad industrial cada vez podan tolerar menos desviaciones, concepto que adquiri sentido slo cuando hubo una norma, un concepto de promedio a partir del cual se poda argumentar que la gente se desviabaP

    23. En efecto, al escribir este libro nos hemos dado cuenta de hasta qu punto hay todava grandes diferencias interculturales en lo que respecta al modo de ver las normas. El sistema educacional norteamericano, nos parece a nosotros, est mucho ms interesado en categorizar a los nios que pasan por l como nios dentro de la gama normal o, alternativamente, como desviados de ella; es ms probable que en Estados Unidos se diga a los padres que su hijo cae fuera de la norma que en Inglaterra, donde quiz se da por garantizada una gama mayor de comportamientos entre los nios -o quiz se espera menos de ellos.

  • 84 No est en los genes

    EL ORIGEN DEL COMPORTAMIENTO ]1 cua:

    Segn la visin reduccionista, los comportamientos pueden tral ser entonces cuantificados y distribuidos en funcin de una otre norma o ser localizados, de algn modo, en el cerebro. era, Pero cmo surgen? sta era tambin una de las principales tudi preocupaciones de los tericos del siglo XIX. Ya hemos sea la m lado el modo en que la herencia del comportamiento y de la hum naturaleza humana constituye uno de los grandes temas de tran: los novelistas de la poca victoriana, desde Disraeli a Dickens men y Zola. La teora de que los comportamientos, incluso los tri de la viales, son heredados ms que adquiridos fue claramente ar mos ticulada por Charles Darwin en su libro La expresin de las en q emociones en el hombre y los animales. En l, por ejemplo, que j indica: espl

    M La esposa de un hombre de buena posicin descubri que ste eran

    tena el peculiar hbito, cuando yaca profundamente dormido sarro de espaldas en su cama, de levantar lentamente su brazo derecho radas ante su cara hasta llegar a su frente, dejndolo caer entonces mode bruscamente de modo que su mueca caa pesadamente sobre el toda caballete de su nariz ... Muchos aos despus de su muerte, su deten hijo se cas con una mujer que nunca haba odo hablar del inci dn, dente familiar. Ella observ, sin embargo, exactamente la misma de las peculiaridad en su marido, pero al no ser su nariz particularmen mania te prominente hasta ahora no ha sufrido ningn golpe ... Uno de prop sus hijos, una nia, ha heredado el mismo hbito.24 modo

    lazam derna24. C. Darwin, The Expression of the Emotons in Man and Ani

    mals, John Murray, Londres, 1872 (hay traduccin castellana: La expresin de las emociones en el hombre y en los animales, F. Sempere y Ca., Valencia, s. f.). Cmo podramos explicar nosotros esta anc mucho! dota? Para nosotros es semejante a algunas historias, populares hoy en el c( en da, sobre asombrosas coincidencias entre gemelos idnticos sepa tiempo,rados, o a la bsqueda de explicaciones para la PES (percepcin ex 25. trasensorial), los ovnis y las cucharas dobladas. Para empezar, somos 26. escpticos en cuanto a estos fenmenos. Y sealamos que la investiga Chase, cin cientfica est abocada ante todo a la comprensin de constantes 1980;( y de fenmenos repetibles, y no a la de excepciones y hechos fortuitos, IQand

  • ORIGEN DEL COMPORTAMIENTO

    n reduccionista, los comportamientos pueden cuantificados y distribuidos en funcin de una localizados, de algn modo, en el cerebro. surgen? sta era tambin una de las principales nes de los tericos del siglo XIX. Ya hemos sea) en que la herencia del comportamiento y de la .umana constituye uno de los grandes temas de s de la poca victoriana, desde Disraeli a Dickens ~ora de que los comportamientos, incluso los trieredados ms que adquiridos fue claramente ar. Charles Darwin en su libro La expresin de las m el hombre y los animales. En l, por ejemplo,

    ,sa de un hombre de buena posicin descubri que ste :culiar hbito, cuando yaca profundamente dormido tS en su cama, de levantar lentamente su brazo derecho Ira hasta llegar a su frente, dejndolo caer entonces [lte de modo que su mueca caa pesadamente sobre el de su nariz ... Muchos aos despus de su muerte, su ; con una mujer que nunca haba odo hablar de! ineitilar. Ella observ, sin embargo, exactamente la misma lad en su marido, pero al no ser su nariz particularmenlente hasta ahora no ha sufrido ningn golpe ... Uno de una nia, ha heredado e! mismo hbito.24

    arwin, The Expression of the Emotions in Man and AniAurray, Londres, 1872 (hay traduccin castellana: La exrs emociones en el hombre y en los animales, F. Sempere y :ia, s. f.). Cmo podramos explicar nosotros esta anclosotros es semejante a algunas historias, populares hoy e asombrosas coincidencias entre gemelos idnticos sepaa bsqueda de explicaciones para la PES (percepcin ex1, los ovnis y las cucharas dobladas. Para empez~r, so~os [l cuanto a estoS fenmenos. y sealamos que la Investlgaca est abocada ante todo a la comprensin de constantes nos repetibles, y no a la de excepciones y hechos fortuitos,

    La del determinismo 85

    Mientras Darwin coleccionaba ancdotas, Galton meda cuantificaba e intentaba definir las leyes de la herencia ances~ tral de tales comportamientos. La herencia o adquisicin por otros medios de estas manas tal como Darwin las recoge no era, por supuesto, la cuestin central. En el campo de los estudios genticos desde la poca de Darwin hasta el presente, la mayor parte de la atencin consagrada al comportamiento humano se ha concentrado en dos temas fundamentales: la transmisin gentica de la inteligencia y la de la enfermedad mental o de la criminalidad. Uno de los principales objetivos de la recoleccin de evidencias psicomtricas (que discutiremos en el captulo 5 en relacin con el el) era medir el grado en que cualquier comportamiento dado era heredado ms que conformado por el medio ambiente. La dicotomizacin

    esp~ea entre naturaleza y crianza empieza aqu. MIentras que las tcnicas utilizadas en Hereditary Genius25

    eran burdas, las interrogantes planteadas y la metodologa desarrollada poco despus permaneceran prcticamente inalteradas a lo largo del siglo, separando a Darwin y a Galton de la moderna generacin de deterministas biolgicos. La triste historia de este siglo de insistencia en la frrea naturaleza de la d.e,terminacin b~olgica de la criminalidad y de la degeneraClOn, que condUjO al desarrollo del movimiento eugensico, de las leyes de esterilizacin y de la ciencia de la raza de la Alemania nazi, ha sido narrada con frecuencia.26 No es nuestro propsito recordar aqu esa historia. Ms bien nos interesa el modo en que la filosofa del reduccionismo, y su ntimo entrelazamiento con el determinismo biolgico, condujo a la moderna sntesis de la socio-biologa y la biologa molecular.

    muchos de los cuales, como es el caso de las aparentes coincidencias e.n el co~portamiento de gemelos idnticos separados durante largo tiempo, Simplemente desaparecen al analizarlos atentamente.

    25. F. Galton, Hereditary Genius, Macmillan, Londres, 1969. 26. Por ejemplo, Gould, Mismeasure of Man. Vase tambin A.

    Chase, The Legacy of Malthus, University of Illinos Press, Urbana, 1980; Chorover, From Genesis to Genocide, y B. Evans y B. Wates, IQ and Mental Testing, Macmillan, Londres, 1981.

  • 86 No est en los genes

    EL DOGMA CENTRAL: a EL NCLEO DEL PROGRAMA MECANICISTA tI

    fe Los temas decimonnicos de la quimicalizacin de la fisiolo tI ga, de la cuantificacin del comportamiento y de la teora ge rr ntica de la evolucin se habran quedado en simples intuicio bl nes programticas a no ser por el explosivo crecimiento de la ra teora y el mtodo biolgicos de los ltimos treinta aos. Para tr fundamentarlos se precisaba algo ms que eslogan y matem nt ticas. Lo que se necesitaba eran las poderosas nuevas mqui la nas y tcnicas para la determinacin de la estructura de las m molculas gigantes, para la observacin de la microscpica es de tructura interna de las clulas y, sobre todo, para el estudio de 10i la interrelacin dinmica de las molculas individuales dentro lal de la clula. Hacia los aos cincuenta empez a ser posible m4 describir y explicar, en el sentido mecanicista, el comporta la miento de los rganos individuales del cuerpo -msculos, h de gado, riones, etc.- en trminos de las propiedades y del in toe tercambio de molculas individuales: el sueo mecanicista. prc

    La gran unificacin entre los intereses de los genetistas y los fOI de los fisilogos mecanicistas se produjo en los aos cincuenta no con el triunfo supremo de la biologa del siglo xx, la dilucidacin del cdigo gentico. Para estar seguros se requera una cm adicin terica al programa mecanicista. Hasta entonces ha cri] ba bastado con afirmar que era posible dar una explicacin 1m, total del universo biolgico y de la condicin humana me bri, diante una comprensin de la trada formada por la composi ver: cin -las molculas que contiene el organismo-, la estructu pro ra -el modo en que estas molculas estn distribuidas en el Un, espacio- y la dinmica -las interacciones qumicas entre las molculas. Ahora era necesario aadir un cuarto concepto: el 2 de informacin. prot

    El concepto de informacin tuvo una historia interesante: rar ~ surgi durante la segunda guerra mundial de los intentos por tiva

    H.Jinventar sistemas de misiles teledirigidos y estableci en las Paradcadas de los cincuenta y los sesenta la infraestructura teri thd

    ca para las industrias de ordenadores y electrnica. La com pect;prensin de que era posible considerar a los sistemas y a sus (1971

  • ,los genes

    EL DOGMA CENTRAL: CLEO DEL PROGRAMA MECANICISTA

    decimonnicos de la quimicalizacin de la fisioloJantifieacin del comportamiento y de la teora gel evolucin se habran quedado en simples intuiciomtieas a no ser por el explosivo crecimiento de la mtodo biolgicos de los ltimos treinta aos. Para :arlos se precisaba algo ms que eslogan y matemue se necesitaba eran las poderosas nuevas mquiieas para la determinacin de la estructura de las gigantes, para la observacin de la microscpica estterna de las clulas y, sobre todo, para el estudio de cin dinmica de las molculas individuales dentro la. Hacia los aos cincuenta empez a ser posible r explicar, en el sentido mecanicista, el comportalos rganos individuales del cuerpo -msculos, hInes, etc.- en trminos de las propiedades y del in,de molculas individuales: el sueo mecanicista. l unificacin entre los intereses de los genetistas y los ;logos meeanicistas se produjo en los aos cincuenta unfo supremo de la biologa del siglo xx, la diluci1 cdigo gentico. Para estar seguros se requera una

    ~riea al programa mecanicista. Hasta entonces haio con afirmar que era posible dar una explicacin universo biolgico y de la condicin humana mea comprensin de la trada formada por la composi; molculas que contiene el organismo-, la estructuodo en que estas molculas estn distribuidas en el _y la dinmica -las interacciones qumicas entre las s. Ahora era necesario aadir un cuarto concepto: el ladn. cepto de informacin tuvo una historia interesante: trante la segunda guerra mundial de los intentos por sistemas de misiles teledirigidos y estableci en las ie los cincuenta y los sesenta la infraestructura terias industrias de ordenadores y electrnica. La comde que era posible considerar a los sistemas y a sus

    del determinismo 87La

    acciones en trminos no slo de materia y de flujo de energa a travs de ella, sino tambin en trminos de intercambios de infrmacin --es decir, que las estructuras moleculares podan transmitirse mutuamente instrucciones o informacin-, removi un caleidoscopio terico y, de algn modo, hizo posible que Crick, Watson y Wilkins reconocieran que la estructura de doble hlice de la molcula del ADN tambin poda transportar instrucciones genticas a travs de las generaciones. Las molculas, los intercambios energticos entre ellas y la informacin que transportaban proporcionaron el triunfo mecanicista definitivo, expreso en la formulacin deliberada de lo que Crick denomin el dogma central de la nueva biologa molecular: ADN -'t ARN -'t protena.27 En otras palabras, hay un flujo unidireccional de informacin entre estas molculas, un flujo que da primaca histrica y ontolgica a la molcula hereditaria. Es esto lo que sustenta los argumentos de los sociobilogos sobre el gen egosta: que, despus de todo, el organismo es simplemente el modo en que el ADN produce otra molcula de ADN; que todo, en un sentido preformacionista que ha actuado como una cadena durante varios siglos de reduccionismo, est en el gen.

    Es difcil enfatizar la funcin ideolgica organizadora que cumple este tipo de formulacin del mecanismo de la transcripcin del ADN en la protena. Mucho antes de Crick la imagen de la bioqumica de la clula haba sido la de una'fbrica en la que las funciones estaban especializadas en la conversin de energa en productos especficos y que tena su propio papel en la economa del organismo como un todo. Unos diez aos antes de la formulacin de Crick, Fritz Lip

    27. Segn Crick, una vez que la informacin ha entrado en la protena, no puede volver a salir. Segn Monod, debemos considerar a la totalidad del organismo como la expresin epigentica definitiva del mensaje gentico propiamente dicho. (J. Monod, citado en H.Judson, The Eighth Day ofCreation, Cape, Londres, 1979, p. 212.) Para el "dogma central de Crick, vase F. H. C. Crck, Symposium of the Society for Experimental Biology, 12 (1957), pp. 138-163; Perspectives in Biology and Medicine, 17 (1973 l, pp. 67-70, Y Nature, 227 (1970), pp. 561-563.

  • 1

    88 No est en

    mann, el descubridor de una de las molculas clave relaciona cin das con el intercambio energtico dentro del cuerpo, el ATP, ampl formul su metfora central en trminos econmicos casi genes prekeynesianos: el ATP era la moneda energtica del cuerpQ. prese Producido en determinadas regiones de la clula, era deposi E. O. tado en un banco de energa en el que se conservaba en dos Dawl formas, en una cuenta corriente yen una cuenta de dep mace sito. Por ltimo, los balances de energa de la clula y del mISO cuerpo deben equilibrarse mediante una combinacin apro vio al piada de polticas monetarias y fiscales.28 modc

    La metfora de Crick era ms adecuada para las sofistica feridc das economas de los aos sesenta, en las que las considera lasca ciones relativas a la produccin tenan cada vez menos rela sesell1 cin con las consideraciones de su control y direccin. Era coste para este nuevo mundo para el que esa teora de la informa niera cin, con sus ciclos de control, con sus circuitos cerrados transJ de alimentacin y retroalimentacin, y con sus mecanismos de Ex regulacin, era apropiada; y es en esta nueva forma como los cepto bilogos moleculares conciben la clula: como a una lnea de caba montaje en la que los anteproyectos del ADN son interpreta mO,SI dos y las materias primas son elaboradas para producir los suced productos finales de la protena en respuesta a una serie de re teora querimientos regulados. Lase cualquier libro de texto intro lgica ductorio a la nueva biologa molecular y se encontrar estas do ar metforas como parte central de la descripcin celular. Inclu slo q so las ilustraciones de la secuencia de la sntesis de las prote CIa y nas son a menudo deliberadamente compuestas en el estilo tra]", lnea de montaje. Y la metfora no domina nicamente la adapt enseanza de la nueva biologa: tanto ella como el lenguaje tradic de ella derivado son rasgos clave del modo en que los mismos Par bilogos moleculares conciben y describen sus propios pro ciado gramas de experimentacin.

    y no slo los bilogos moleculares. La sntesis de la fisiologa y la gentica promovida por una teora de la informa- 29.

    entre l. estruct

    28. H. Rose y S. Rose, The Myth of the Neutrality of Science,>, en nod, ci The Social Impact ofModern Biology, ed. W. Fuller, Routledge & Ke 30. gan Paul, Londres, 1971, pp. 283-294. Viewpc

  • )cubridor de una de las molculas clave relaciona

    'ltercambio energtico dentro del cuerpo, el A TP,

    metfora central en trminos econmicos casi

    .nos: el A TP era la moneda energtica del cuerp~. m determinadas regiones de la clula, era deposi"banco de energa en el que se conservaba en dos Ilna cuenta corriente yen una cuenta de deplltimo, los balances de energa de la clula y del en equilibrarse mediante una combinacin apro,lticas monetarias y fiscales. 2B fora de Crick era ms adecuada para las sofistica(las de los aos sesenta, en las que las considerativas a la produccin tenan cada vez menos relalS consideraciones de su control y direccin. Era uevo mundo para el que esa teora de la informasus ciclos de control, con sus circuitos cerrados lcin y retroalimentacin, y con sus mecanismos de , era apropiada; y es en esta nueva forma como los IOleculares conciben la clula: como a una lnea de 1la que los anteproyectos del ADN son interpretanaterias primas son elaboradas para producir los finales de la protena en respuesta a una serie de retos regulados. Lase cualquier libro de texto introla nueva biologa molecular y se encontrar estas

    como parte central de la descripcin celular. Inclu:raciones de la secuencia de la sntesis de las protemenudo deliberadamente compuestas en el estilo

    montaje. y la metfora no domina nicamente la l de la nueva biologa: tanto ella como el lenguaje

    ~ivado son rasgos clave del modo en que los mismos moleculares conciben y describen sus propios pro

    ~ experimentacin.

    Slo los bilogos moleculares. La sntesis de la fisio

    gentica promovida por una teora de la informa-

    Rose y S. Rose, The Myth ofthe Neutralty ofScience, en Impact ofModern Biology, ed. W. Fuller, Routledge & Ke. ondres, 1971, pp. 283-294.

    ___________L....a...;:id....e...;:ologa burguesa y el origen del determinismo 89

    cin que contena una hlice doble fue ininterrumpidamente ampliada desde los individuos hasta las poblaciones y sus orgenes. El conjunto de las visiones reduccionistas del mundo presentadas por escritos deterministas biolgicos como los de E. O. Wilson (Sociobiology: The New Synthesis) o Richard Dawkins (The Selfish Gene) recurren explcitamente al dogma central de la biologa molecular para definir su compromiso con la afirmacin de que el gen es ontolgicamente previo al individuo y el individuo a la sociedad;29 y recurren de modo igualmente explcito a un conjunto de conceptos transferidos de la economa desarrollados en la administracin de las cada vez ms complejas sociedades capitalistas de los aos sesenta y setenta: conceptos como anlisis coste-beneficio, coste de la oportunidad de inversin, teora del juego, ingeniera de sistemas y comunicacin y otros semejantes son transferidos descaradamente al dominio natural.

    Extrados del anlisis del orden social humano, estos conceptos definen la visin sociobiolgica del mundo y, como caba esperar y como sucedi anteriormente con el darwinismo, son esgrimidos como justificantes del orden social, como sucede, por ejemplo, cuando los economistas describen las teoras monetaristas como congruentes con la condicin biolgica de la humanidad.30 Veremos este proceso, ejemplificado ampliamente, en los captulos siguientes. De momento slo queremos resaltar la forma en que la propia transparencia y claridad de la formulacin de Crick del dogma centrah>, y su eleccin casi religiosa del lenguaje para exponerlo, adapta y reafirma la preocupacin ideolgica esencial de esta tradicin mecanicista.

    Para los materialistas mecanicistas, el gran programa iniciado por Descartes ya ha sido completado en sus lneas gene

    29. Segn Jacques Monod, hay una exacta equivalencia lgica entre la familia y las clulas. Este efecto est totalmente escrito en la estructura de la protena, que a su vez est escrita en el ADN. (Monod, citado en Hudson, Eghth Day afCreatan, p. 212.)

    30. Por ejemplo, J. Hirschleifer, Economics from a Biological Viewpoint,Journal ofLaw and Eanomcs, 20, 1 (1977), pp. 1-52 .

  • 90 No est en

    rales. Todo lo que queda es aadir los detalles. Incluso en lo que se refiere al funcionamiento de un sistema tan complejo como el cerebro humano y la conciencia el final est a la vista. Se sabe enormidades acerca de la composicin qumica y de las estructuras celulares del cerebro, sobre las propiedades elctricas de sus unidades individuales y, por supuesto, sobre grandes masas de tejido cerebral que funcionan armnica LA mente. Sabemos cmo pueden establecerse las conexiones entre las clulas analizadoras del sistema visual o para producir el reflejo de retroceso de una babosa a la que se le aplica un electrochoque; y conocemos las regiones del cerebro cuyas funciones estn relacionadas con la ira, el miedo, el hambre, el apetito sexual o el sueo. Las pretensiones mecanicistas son claras en este punto. En el siglo XIX, T. H. Huxley, defen Elpm sor de Darwin, descart a la mente, equiparndola al silbato burgut en un tren de vapor, como a un producto irrelevante de la con crl funcin fisiolgica. Al descubrir el reflejo condicionado, Pav tantes lov crey tener la clave para reducir la psicologa a la fisio y feud~ loga, y una rama del reduccionismo ha seguido sus pasos. viles ce Segn esta tradicin, las molculas y la actividad celular pro partac( ducen el comportamiento y, puesto que los genes producen y Rusi2 molculas, la cadena que va desde determinados genes poco por inc comunes hasta, por ejemplo, la violencia criminal y la esqui cin de zofrenia, es continua. Breta~

    Gran parte de lo que sigue en este libro ser una explica median cin de la insuficiencia de las afirmaciones sobre estas cade dcada~ nas causales, tanto en el terreno terico como en el emprico, negros I as como un anlisis de su papel ideolgico en la defensa de ventud, las opiniones deterministas biolgicas sobre la condicin hu caso: er mana. Slo entonces podremos pasar a mostrar cmo estos seen COI modelos reduccionistas pueden ser superados por una biolo cuando ga ms plenamente congruente con la realidad y complejidad Estado. del mundo material. Sin embargo, antes de eso debemos exa dente d~ minar las contradicciones de los otros principios gemelos de lencia.l la ideologa burguesa: la necesidad de libertad e igualdad en SIempre el dominio social. Para ello, debemos remontarnos al surgi destruye miento de la sociedad burguesa a partir del feudalismo. cin y SI

    frutar le

    p1p2p3p4p5p6p7p8p9p91p92p93p94p95p96p97p98p99p991p992p993p994p995p996p997p998p999p9991p9992p9993p9994p9995