El Curioso Efecto de la Cerveza y la Chicha

ANDREA MALDONADOMARIA JULIANA HOLGUÍN

ISABEL PULIDOMARIA ISABEL YUGUEROS

EL CURIOSO EFECTODE LA

CERVEZA Y LA CHICHA

Primera edición, febrero de 2016CONTENIDO, ANDRE MALDONADOMARIA JULIANA HOLGUÍNISABEL PULIDOMARIA ISABEL YUGUEROS

DISEÑO y diagramación,ISABEL PULIDOMARIA ISABEL YUGUEROS

Prohibida su reproducción total o parcial Por cualquier medio sin permiso del editor.

Impreso por Incolors, Servicios profesionalesCarrera 3 No. 22-24, Tel.: (57 1) 2842317Bogotá D. C., ColombiaImpreso en Colombia. Printed in Colombia

EL CURIOSO EFECTODE LA

CERVEZA Y LA CHICHA

Hace muchos años, las personas adineradas en Colombia quisieron seguir el estilo de vida europeo, apropiándose de nuevas costumbres y preferencias que empezaron a considerar

“civilizadas”. Todo esto, se sumó al anhelo del país por progresar en su cultura y en las nuevas tecnologías que comenzaron a progresar entre otras cosas con la llegada de la industria que se

fue fortaleciendo muy rápidamente.

Una de estas industrias fue la cervecera, que trajo consigo grandes avances y cambios en el país y en su progreso. Esta industria introdujo avances tecnológicos, cambios en el compor-tamiento de la sociedad y la aparición de un nuevo hábito de consumo, tanto en las personas

adineradas, como en aquellas que no lo eran y que antes consumían productos mal vistos como la Chicha.

Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, el libro para colorear “El Curioso Sabor de la Cerveza y la Chicha”, busca enseñarle a los niños por medio de la lectura de sus padres, la diferencia entre el consumo y los efectos de la cerveza que consumía la sociedad adinerada,

y la chicha consumida por el pueblo; permitiéndoles además poder interactuar pintando.

El Curioso Efecto de la Cerveza y la Chicha

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Había una vez un perro llamado Bruno al que le encantaba jugar y aprender. Bruno vivía en la ciudad de Bogotá con sus amos a quienes lamaban “Los Rico”, por todas las riquezas que poseían y por su hermosa mansión, en la que celebraban grandes fiestas a las que acudían las personas más adineradas de toda la ciudad.

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Un día, Los Rico decidieron celebrar la visita del primo Juan, quien vivía en Alemania y llegaba a conocer la ciudad y sus costumbres.


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Para ello, Los Rico invitaron a los miembros de la alta sociedad a su mansión, y realizaron una fiesta con el más delicioso banquete, con las mejores bebidas traídas de sus viajes a Europa, y la mejor atención de ma-yordomos y meseros; mostrando así tradiciones no eran tan distintas de lo que el primo Juan había pensado.

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La celebración iba increíble, los invitados gozaban comiendo, bailando y cantando.


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Después de un rato, Bruno vió a sus amos comportarse de una manera muy extraña y decidió averiguar por qué.

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Al acercarse a ellos, notó que tenían en sus manos una bebida dorada con un olor tan dulce que daban ganas de probarlo. Sin embargo, lo que más llamó su atención fue que después de varios tragos de aquella bebida llamativa, sus amos se veían más alegres.


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Mientras observaba los misteriosos efectos, uno de sus amos empezo a reir tanto, que sin darse cuenta, de-rramó un poco de aquella bebida y su exquisito aroma en la alfombra.

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- !Esta es mi oportunidad para averiguar qué está pasando! - Pensó Bruno - Voy a probarla.

Y de esa forma, Bruno empezó a lamer la bebida dorada y se dió cuenta de que el olor no era nada compa-rado con el sabor amargo que ahora sentía en su hocico.


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El sabor era tan intenso, que Bruno decidió buscar más de aquella bebida y encontró mucha más en las bote-llas que se encontraban en la cocina y sin pensarlo dos veces con su pata empujó una de estas, la cual al caer al piso se desarmó lo que permitió que bruno pudiera beber.

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Mientras tomaba aquella bebida, Bruno comenzó a sentir poco a poco, como se dormían y relajaban sus pa-tas; dándole una tranquilidad y confort que lo llevaba a soñar despierto y a ver estrellitas que le daban vueltas a la habitación.


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Como no entendía lo que pasaba, Bruno decidió volver con sus amos, pero al llegar a ellos, notó que uno de ellos se encontraba dormido y que el primo Juan decía que no era nada de qué preocuparse, pues solo estaba dormido a causa de la “Cerveza”

-Solo está ebrio- Decía el primo Juan.

Pero al cabo de un rato todo estaba más claro. Bruno comenzó a sentirse mareado y con ganas de dormir a causa de aquella bebida dorada.

¿Cerveza? ¿Ebrio? ¿Qué es eso? - Se preguntaba Bruno.

.¡Eso es!- Pensó Bruno - Esa bebida dorada tiene que ser la Cerveza. Y yo debo estar un poco “ebrio”.

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Todo empezó a dar vueltas y las estrellitas eran cada vez más en la habitación, así que Bruno decidió salir al patio en el cual se encontró con Pepe, el caballo ayudante del mayordomo.


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- No me siento muy bien Pepe- Dijo Bruno

- No me creerás querido Bruno, pero yo me siento peor - Dijo Pepe

- ¿Qué te ha pasado?- Dijo Bruno.

Pepe sin responder, decidió guiar a Bruno a la pequeña casa en la que dormía su amo, el mayordomo, en la cual se encontraban varios meseros disfrutando y descansando después de haber servido el banquete en la mansión, y tomando una bebida que los hacía actuar extraño.

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Sin embargo, esta bebida era distinta. Tenía un aspecto un poco más espeso y amarillento que la Cerveza.

- ¿Qué es eso? - Preguntó Bruno a Pepe.

- Le dicen Chicha. Tomé un poco por curiosidad pero me empecé a sentir diferente, por un momento fui grosero y mal humorado, mi amo me regañó, así que tuve que salir al patio, en donde caí dormido.- Res-pondió Pepe


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- ¿No te ha puesto feliz como la Cerveza?- Preguntó Bruno.

- No. Mi amo y sus amigos hablaban muy grosero, ellos dijeron que la Chicha los vuelve Borrachos y eso no me pareció bueno.- Respondió Pepe.

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-Con la cerveza es muy diferente, yo he escuchado que sirve como remedio para el dolor de estomago y las nauseas.- Dijo Bruno

-Yo tambien escuhé que es una bebida más limpia que la chicha- Dijo Pepe

- Sí- Respondió bruno - por eso, mis dueños no toman chicha, si no cerveza cuando tienen algún malestar, además es una bebida que la leyes dejan comprar y tomar.

- ¡Ya entiendo todo!- dijo Pepe- Mi amo queria esconder la chica de tus dueños, porque ellos se la podían tomar, creo que la chicha no es una buena bebida.


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Después de aquella charla, Bruno y Pepe fueron a dormir en sus respectivas casas; Bruno en la mansión y Pepe en el patio al lado de la casita del mayordomo. Cada uno sintiendose diferente, Bruno un poco ebrio y Pepe algo borracho, pero los dos conociendo mucho más de las diferencias de las bebidas que sus amos compraban.


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Como se pudo observar en el cuento anterior, en el siglo XIX la cerveza y la chicha fueron dos bebidas que permitieron que las personas que vivían en Colombia fueran diferenciadas

según sus hábitos y costumbres.

Estas diferencias, se podían percibir en la forma en que las personas con mucho dinero bus-caban beber cerveza, ya que la consideraban higiénica y capaz de curar malestares como do-lores de estómago, nauseas, entre otros. Además, esta bebida era conocida por embriagar a las personas, lo que en otras palabras, significaba ser amigable, hablador y alegre, lo cual era

socialmente bien visto.

Por otro lado, la chicha por ser sucia gracias a su forma de elaboración y por tener bajo pre-cio, lo cual permitía que más personas pudieran tener acceso a ella a pesar de su poca higiene.

Sin embargo, los efectos de la chicha eran mal vistos por la sociedad, ya que al tomarla las personas se emborrachaban, lo cual significaba volverse agresivos y hacer escándalos en las

calles, por lo que las personas con más dinero trataron de erradicarla y así tener un país más feliz y tranquilo.

Sin embargo, aunque se consideraba que la cerveza era mucho mejor, beber mucho de ésta generaba también consecuencias negativas en la salud, lo que ocasionó que se realizaran cam-pañas con información sobre tales implicaciones, y aunque en un comienzo fueron ignoradas, más adelante se crearon leyes para controlar su consumo y mostrar a las personas las conse-

cuencias de su toma en exceso.

Referencias bibliográficas

Ogliástri, Enrique (2001). Cien años de la cerveza Bavaria. Bo-gotá: Facultad de Administración Universidad de los Andes; Si-

glo XXI.

Guarín Martínez, Óscar (2001) “Alcohol y drogas bajo la He-gemonía Conservadora”. En Borja Gómez, Jaime y Rodríguez Jiménez, Pablo (2011). Historia de la vida privada en Colombia.

Tomo II. Los signos de laintimidad. El largo siglo XX. Bogotá: Taurus.

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