El caracter sacerdotal

13
El “Carácter" Sacerdotal II Encuentro

Transcript of El caracter sacerdotal

Page 1: El caracter sacerdotal

El “Carácter" SacerdotalII Encuentro

Page 2: El caracter sacerdotal

El carácter significa que toda la persona es consagrada de manera definitiva y que el sacerdote jamás volverá a ser un laico. Por medio de la ordenación sacerdotal, Cristo se ha apropiado de todo el ser del sacerdote. Ha hecho de ese ser su propiedad orientando toda su actividad hacia el crecimiento de su reino, con un vínculo perpetuo de amor recíproco. En el carácter sacramental no sólo es un signo de consagración, que implica la pertenencia más íntima a Cristo, sino también un signo de configuración, que imprime la figura de Cristo en la realidad más profunda del alma. La persona humana es plasmada según un modelo divino; más exactamente, el sacerdote es configurado según Cristo pastor. La imagen del buen pastor se imprime en el alma del que es ordenado, como principio y proyecto esencial del ministerio que ha de cumplir. Si el sacerdote es llamado, específicamente, "otro Cristo", no lo es gracias una simple delegación jurídica, sino por la figura de Cristo sacerdote y pastor impresa en su alma, figura llamada a iluminar toda la actividad sacerdotal.

Page 3: El caracter sacerdotal
Page 4: El caracter sacerdotal

El ministerio sacerdotal es un servicio, pero no es un servicio como los demás. Quien se dedica a este servicio lo hace porque está consagrado. El sacerdocio de Cristo significa consagración y misión; en el sacerdocio de cada sacerdote se dan siempre una consagración y una misión, vividas en la participación en la consagración y la misión de Cristo .

La consagración personal del sacerdote es distinguida por la doctrina del "carácter". Dicha doctrina ha sido definida como doctrina de fe por el concilio de Trento, que sostiene que en los sacramentos del bautismo, la confirmación y el orden "se imprime en el alma un carácter, es decir cierto signo espiritual e indeleble, y por lo mismo no pueden ser reiterados" (DS 1609). La impresión del carácter es subrayada de manera más especial con referencia al sacramento del orden (DS 1767:1774).

Page 5: El caracter sacerdotal

El carácter sacerdotal, signo de consagración y configuración con Cristo, exige al sacerdote un estado de vida especial. Dicho estado de vida ha sido inaugurado por el mismo Jesús en su existencia sacerdotal terrenal; él ha querido compartirlo con sus discípulos.

Entre las exigencias para que una vida que sea total propiedad de Cristo, dedicada al desarrollo de su Reino, hay algunas muy importantes que han sido objeto de numerosas objeciones: la renuncia a la familia y al matrimonio, la renuncia al trabajo o a la profesión profana, la abstención de todo compromiso activo en la política.

Page 6: El caracter sacerdotal
Page 7: El caracter sacerdotal

En las recientes controversias, el ejercicio de una profesión profana, el compromiso activo en la política y la elección del matrimonio, han sido defendidos como derechos inalienables del hombre que el ministerio sacerdotal no puede abolir. Pero quizás un derecho no se una necesidad: el hombre tiene derecho a comprometerse en una profesión o una actividad que excluya otras; tiene derecho a renunciar a una actividad política o sindical; tiene derecho a escoger el celibato de preferencia al matrimonio. Quien se compromete en el ministerio sacerdotal ejerce derechos propios de su persona y no es privado de manera alguna de su dignidad ni de la responsabilidad por su mismo destino.

Page 8: El caracter sacerdotal

El llamado a una vida consagrada, dedicada Cristo y a su reino, respeta la libertad de quienes han sido llamados. El episodio evangélico del rico, a quien se le propone personalmente renunciar a sus bienes para seguir a Cristo, demuestra dicha libertad. Jesús le dirigió una mirada de profundo amor (Mc 10,21), ofreciéndole la posibilidad de vivir con él y de unirse a su misión, pero, al mismo tiempo salvaguardó su libertad de tal manera que la invitación, aun siendo seductora, es rechazada con un gesto sombrío.

Ante las vacilaciones de ese hombre en el momento del llamado, Jesús no retrocede para obtener con mayor facilidad su consentimiento; no disminuye en nada sus exigencias, demostrando así que el llamado está inspirado sólo por las exigencias de un amor más elevado.

Page 9: El caracter sacerdotal
Page 10: El caracter sacerdotal

En oposición a un rico demasiado apegado a sus riquezas, Pedro aparece como el modelo de quienes han acogido por entero todas las exigencias del llamado. Le pregunta a Jesús: "Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos pues?". El Maestro responde haciendo uso de la autoridad, que luego confiaría a los apóstoles sobre el nuevo pueblo de Dios, y subrayando la amplitud de la renuncia: "Todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o campos por mi nombre, recibirá ciento por uno y heredará la vida eterna" (Mt 19,27-29).

Page 11: El caracter sacerdotal

Este texto se completa con el de Lucas (18,29; 14,26), que menciona la renuncia a la esposa. La renuncia a la madre y al padre, a los hermanos y a las hermanas, son paralelas a la renuncia a la esposa y a los hijos, confirmada por el elogio del celibato voluntario (Mt 19,12).

Discernimos, en las palabras de Jesús, una triple renuncia fundamental: renuncia a la familia y al matrimonio, renuncia a los bienes, renuncia a la profesión. Dichas renuncias abarcan las dimensiones esenciales de la existencia humana: el ser relacional del hombre que, con la familia y el matrimonio, se inserta en la sociedad; la posesión del hombre, pues, al poseer bienes, extiende su poder sobre el mundo y asegura su porvenir material; el quehacer del hombre que, por medio de la actividad profesional, abastece su existencia y colabora en el desarrollo del bienestar social. De esta manera, con su llamado, Cristo reivindica la posesión de la persona con todas su facultades.

Page 12: El caracter sacerdotal

Dejarlo todo para seguir a Cristo: la fórmula utilizada por Pedro muestra que ha comprendido la exigencia de una renuncia universal, ínsita en el llamado, y que la ha aceptado plenamente. El amplio horizonte de la renuncia ayuda a comprender el sentido del celibato, que no es sólo una renuncia a las cosas de la carne, sino que quiere establecer una adhesión más profunda a Cristo, reconociéndolo como la finalidad absoluta de la vida humana y el amigo siempre presente que da un valor superior a cada momento de la existencia. Ese "dejarlo todo" es inseparable del "seguir a Cristo"; y debe ser vivido en su totalidad para que la unión con Cristo, esencial para toda la actividad sacerdotal de la predicación, el culto, el testimonio de vida y de solicitud pastoral, pueda dar sus frutos.

Page 13: El caracter sacerdotal

Referencia: