El Boom Andino (Lavallee)

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Cátedra de Prehistoria y Arqueología Traducciones 1 Lavallée, D. 2000 The First South Americans. The University of Utah Press, Salt Lake City. Capítulo 4 pp. 121-146 0. Traducción para circulación interna de la Cátedra de Prehistoria y Arqueología, FFyH, UNC.. El Boom Andino Después del 8000 AP, el desarrollo cultural de Sudamérica tomó un nuevo ritmo. Mientras la mayoría del continente estaba ocupado por cazadores recolectores o por pescadores- recolectores, aún organizados en grupos móviles relativamente pequeños, quienes perpetuaban la práctica de una economía cazadora, algunas regiones privilegiadas desarrollaron las primeras manipulaciones de especies de plantas y, menos frecuentemente, de especies animales, las cuales llevarían a una emergencia gradual de una economía productora, aunque los modos de vida basados en la caza y recolección no desaparecieron completamente. En una fecha más temprana a cualquier otro lugar (aunque en un período posterior al cubierto en este capítulo), este desarrollo resultó en el establecimiento de elaboradas organizaciones sociales, la aparición de arquitectura monumental, la construcción de centro de población que se convirtieron, poco a poco, a en un modelo urbano, y finalmente la predominancia de agricultura y/o pastoreo de animales domésticos. La colección de innovaciones incluidas en este “Neolítico” sudamericano es explicable a la vez por los cambios sufridos por el ambiente en el post- glacial, descrito en el capítulo anterior, y por la existencia en pocas regiones de biotopos particularmente favorables. La región conocida como el Área Andina Central – la costa desértica o subdesértica y su piedemonte oriental forestal-, desde el sur de ecuador al norte de Chile (desde aproximadamente el grado 2 al 20 de latitud sur)- tiene algunas características ecológicas que claramente jugaron un rol decisivo: La biomasa marina más rica del hemisferio occidental Un desierto costero que es sólo habitable en las bocas de pequeños ríos que bajan desde los Andes, cada uno de los cuales forma un oasis aislado La concentración de pocas especies animales ajustadas para la domesticación en un biotopo ubicado más allá del límite superior de la agricultura La existencia, en los valles interandinos de altitud media por una parte y en las regiones de bosque tropical por otra, de varias especies de plantas salvajes que son comestibles y que tienen gran valor nutricional. Estos elementos (y otros de menor importancia) transcurren un largo camino hacia la explicación de la originalidad y la diversidad de estrategias adaptativas que fueron empleadas por la gente andina. De aquí que desde el noveno milenio A.P. en adelante, y quizás incluso antes, la riqueza natural del océano permitió que poblaciones relativamente estables se asentaran en ciertos puntos de la costa, incluso aunque las plantas cultivadas no parecen haber jugado un rol importante en la economía de esta época. En el capítulo anterior, me enfoqué en dos de los ejemplos más tempranos, en dos lugares del litoral central andino que son ejemplos extremadamente lejanos entre sí (Las Vegas en Ecuador y Anillo en Perú). Examinaré algunos otros en Chile y en la costa central peruana que son un poco más recientes. A lo largo de este interminable desierto costero, la agricultura sólo se volvió predominante unos 2000 o 3000 años después. Contrariamente, en los amplios valles y planicies interandinos, donde se dieron sin duda las primeras experiencias hortícolas hacia el 8000 A.P., y en las mesetas altas sobre los 4000 metros donde

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Sobre la sociedad andina

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    Lavalle, D.

    2000 The First South Americans. The University of Utah Press, Salt Lake City. Captulo 4 pp. 121-146 0. Traduccin para circulacin interna de la Ctedra de Prehistoria y Arqueologa, FFyH, UNC..

    El Boom Andino

    Despus del 8000 AP, el desarrollo cultural de

    Sudamrica tom un nuevo ritmo. Mientras la mayora del continente estaba ocupado por cazadores recolectores o por pescadores-recolectores, an organizados en grupos mviles relativamente pequeos, quienes perpetuaban la prctica de una economa cazadora, algunas regiones privilegiadas desarrollaron las primeras manipulaciones de especies de plantas y, menos frecuentemente, de especies animales, las cuales llevaran a una emergencia gradual de una economa productora, aunque los modos de vida basados en la caza y recoleccin no desaparecieron completamente. En una fecha ms temprana a cualquier otro lugar (aunque en un perodo posterior al cubierto en este captulo), este desarrollo result en el establecimiento de elaboradas organizaciones sociales, la aparicin de arquitectura monumental, la construccin de centro de poblacin que se convirtieron, poco a poco, a en un modelo urbano, y finalmente la predominancia de agricultura y/o pastoreo de animales domsticos.

    La coleccin de innovaciones incluidas en este Neoltico sudamericano es explicable a la vez por los cambios sufridos por el ambiente en el post-glacial, descrito en el captulo anterior, y por la existencia en pocas regiones de biotopos particularmente favorables. La regin conocida como el rea Andina Central la costa desrtica o subdesrtica y su piedemonte oriental forestal-, desde el sur de ecuador al norte de Chile (desde aproximadamente el grado 2 al 20 de latitud sur)- tiene algunas caractersticas ecolgicas que claramente jugaron un rol decisivo: La biomasa marina ms rica del hemisferio

    occidental

    Un desierto costero que es slo habitable en las bocas de pequeos ros que bajan desde los Andes, cada uno de los cuales forma un oasis aislado

    La concentracin de pocas especies animales ajustadas para la domesticacin en un biotopo ubicado ms all del lmite superior de la agricultura

    La existencia, en los valles interandinos de altitud media por una parte y en las regiones de bosque tropical por otra, de varias especies de plantas salvajes que son comestibles y que tienen gran valor nutricional. Estos elementos (y otros de menor importancia)

    transcurren un largo camino hacia la explicacin de la originalidad y la diversidad de estrategias adaptativas que fueron empleadas por la gente andina. De aqu que desde el noveno milenio A.P. en adelante, y quizs incluso antes, la riqueza natural del ocano permiti que poblaciones relativamente estables se asentaran en ciertos puntos de la costa, incluso aunque las plantas cultivadas no parecen haber jugado un rol importante en la economa de esta poca. En el captulo anterior, me enfoqu en dos de los ejemplos ms tempranos, en dos lugares del litoral central andino que son ejemplos extremadamente lejanos entre s (Las Vegas en Ecuador y Anillo en Per). Examinar algunos otros en Chile y en la costa central peruana que son un poco ms recientes. A lo largo de este interminable desierto costero, la agricultura slo se volvi predominante unos 2000 o 3000 aos despus. Contrariamente, en los amplios valles y planicies interandinos, donde se dieron sin duda las primeras experiencias hortcolas hacia el 8000 A.P., y en las mesetas altas sobre los 4000 metros donde

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    alrededor de 6000 A.P. iban a ser domesticados los camlidos, an debera pasar largo tiempo antes de que una economa agrcola y pastoril se convirtiera en el soporte de un incremento demogrfico y una organizacin social que era equivalente a aquellas conocidas mucho ms tempranamente en el litoral.

    Aunque, como siempre, nada es simple y en este captulo debera evocar las hiptesis contradictorias, las diferencias en la interpretacin, y los desacuerdos que se vuelven a veces polmicas la arqueologa americana ciertamente no carece de

    ellas- entre dos extremos que pueden ser llamadas con los siguiente nombres, las cuales obviamente estn simplificadas: por un lado, los que proponen la teora ocenica (quienes asignan prioridad y prevalencia a la explotacin de recursos marinos) y, en la otra, los que proponen la horticultura (prioridad y prevalencia a la domesticacin de plantas y luego a la agricultura). Como ocurre usualmente, la verdad debe estar en algn lugar entre estas dos posiciones extremas.

    Fig 16. Sitios posteriores al 8000 A.P. en el rea Andina Central

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    Fig 17. Sitio ms tardos que 8000 A.P. en el rea Piau.

    UN OCANO GENEROSO Las aguas costeras del pacfico, desde el norte

    de Per, hasta el norte de Chile, baan un desierto extremadamente rido, estn entre las ms ricas del mundo. Gracias a la corriente de Humbolt, o Corriente Peruana, la cual, a travs de la accin combinada de los vientos del este y las fuerzas Coriolis, alejan las masas de aguas superficiales

    desde el sur hacia el norte y levemente las llevan hacia el mar abierto las aguas profundas suben a la superficie a lo largo de la costa, las aguas de una temperatura unos grados ms bajos de normalmente encontrado en esta latitudes. Estas aguas fras traen a la superficie grandes cantidades de fosfato, nitrato y otros elementos que proveen abundante alimento para una sobreabundancia de microflora marina, el primer eslabn de una prodigiosa cadena

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    alimenticia: billones de pequeos animales herbvoros y peces chicos son a su vez la presa de criaturas mayores. Ballenas, focas, leones marinos, peces de todos los tamaos, crustceos y moluscos que en general tienen el doble de tamao de las especies europeas y se encuentran en abundancia extrema (para ser ms preciso eran an encontrados en abundancia hace unas pocas dcadas), fuera de las costas arenosas, en las cuevas cubiertas y en la cavidad de todas las rocas; tal abundancia tambin soporta cientos de aves. La accin de esta misma corriente de Humbolt, combinada con aquella de los vientos y la presencia de una enorme barrera montaosa muy cercana a la costa (un promedio de 50km), es posiblemente la causa del muy especial clima que se encuentra sobre la mayora de la cara occidental de los Andes del norte chileno y del Per. En uno de los desiertos ms ridos del mundo, a pesar de las temperaturas promedio sorprendentemente bajas (de 18 a 22 grados Celsius), las lluvias son casi inexistentes, excepto una o dos veces por dcada cuando la corriente ecuatorial clida llamada El Nio debido a que sus efectos se sienten alrededor de la navidad- se acerca al continente, trayendo aguas clidas desde el norte a lo largo de la costa ecuatoriana y del norte de Per. Durante la mitad del ao (el verano meridional, de Diciembre a Mayo), cuando el aire del mar abierto se enfra en contacto con las aguas fras que baan las costas, la planicie litoral se mantiene cubierta por una densa niebla, una masa de humedad que procede del ocano. Empujada por el viento y bloqueada por la barrera de los Andes, la niebla se condensa en finas gotitas que se mantienen en suspensin y nunca (o casi nunca) pueden convertirse en nada ms que una fina llovizna, la gara del Per, la camanchaca de Chile. Contrariamente, durante la otra mitad del ao, cuando el viento se debilita y el movimiento de las masas de agua se apacigua, la cubierta de nubes desaparece, dando lugar a cielos soleados.

    Estas condiciones climticas tan particulares (por cuya presentacin concierto detalle los lectores me perdonarn) significan que, a pesar de los grados de humedad del aire, la presencia de agua tanto superficial, como subterrnea, tenga una importancia considerable para la vida de plantas en la costa. Por ms de 3000km el desierto costero de Per y el Norte de Chile es interrumpido por

    alrededor de 60 cursos de agua transversales, de los cuales un poco menos de la mitad tienen caudal permanente. Los valles de estos ros forman oasis, ricos en flora y fauna terrestre, alrededor de sus bocas y unos kilmetros ro arriba. Finalmente, en el norte del Per y lejos de los valles aluviales pocas zonas con vegetacin xerfila y unos pocos grupos de rboles deben su existencia a la proximidad de un espejo de agua.

    En la periferia costera tambin muestra un fenmeno muy peculiar que est directamente vinculado a la presencia deformaciones de plantas espontneas e intermitentes invernales, aquellas de las lomas, que se desarrollan durante el invierno meridional en los flancos de las colinas del desierto unos pocos kilmetros desde la costa y entre los 200 y 1000 m de altitud. La humedad se condensa en las hojas y troncos de las plantas ms altas y se concentra en su base as como en el suelo a su alrededor, el cual es luego cubierto por herbceas y gramneas. Estos oasis de niebla, que viven al lado de la nada, durante su breve perodo de esplendor cobijan un conjunto de animales y aves, desde cientos desde caracoles a crvidos, zorros y varios roedores. Entre las plantas, tambin se encuentran varios rizomas o tubrculos comestibles.

    Uno puede ver entonces que el Ocano Pacfico, tan rico en recursos, poda garantizar un suplemento alimentario variado y sobreabundante a las poblaciones prehistricas a travs del ao. Uno tambin halla que campamentos semi-permanentes se establecieron aqu muy tempranamente, tras las playas o en los promontorios rocosos que dominan el ocano, con la mayora de sus ubicaciones combinando la proximidad de la playa y aquella de la boca del ro. Los recursos de las lomas eran slo estacionales, por lo que las lomas nunca fueron elegidas por la gente prehistrica para nada ms que pequeos campamentos que eran ocupados espordicamente durante una expedicin de caza o una salida para recolectar alimentos vegetales. Sedentarismo temprano

    Siguiendo las investigaciones pioneras desarrolladas en la costa de Per en 1960 por E.P. Lanning (1963, 1965,1967), en 1975 M. Moseley public un estudio muy detallado de la ocupacin prehistrica de la regin Ancn- Chilln, en la costa central del norte de Lima, entre 5000 y 3500 A.P. Su

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    hiptesis, la cual es sintetizada en su ttulo, Los Orgenes Martimos de la Civilizacin Andina, es a la vez provocativa y seductora: el ocano fue supuestamente el principal factor en la explosin temprana de las sociedades costeras, las cuales podan volverse sedentarias tan rpidamente precisamente por la abundancia y estabilidad de los recursos que ofreca y la contribucin calorfica que representaba, todo esto mucho antes de que apareciera la agricultura propiamente dicha. La idea apareca como revolucionaria porque, en ese momento a pesar del hecho de que el arquelogo peruano R. Fung haba ya propuesto esta hiptesis tres aos antes en un artculo que desafortunadamente permaneci indito por demasiado tiempo (Fung 1982) la opinin tradicional era que no poda haber sedentarismo, incremento demogrfico o cualquier tipo de desarrollo socioeconmicamente complejo sin agricultura. El modelo del cercano Oriente, planteado por Vere Gordon Childe en 1930 y desarrollado ms profundamente y enriquecido por las hiptesis innovadoras de R.J. Braidwood sobre las reas nucleares y la aparicin de la agricultura, por los estudios comparativos de K. Flannery en el Cercano Oriente y Mxico, y por otros, an constituan el ineludible punto de referencia, incluso aunque la idea de la revolucin neoltica haba sido abandonada a favor de un concepto que estaba ciertamente ms cerca de la realidad: aquel de los conceptos altamente complejos y de una muy lenta maduracin sobre cientos de aos1. A partir de esto, en Amrica el axioma era que slo en el cultivo del maz poda haber habido una base econmica indispensable para el establecimiento de sistemas socioeconmicos elaborados.

    Desde la publicacin del trabajo de Moseley, se han multiplicado los descubrimientos arqueolgicos en la costa, desde Ecuador a Chile, y las hiptesis se han diversificado y especialmente se han llenado de sutilezas, gracias las investigaciones de R. Feldman y J. Quilter en Per (Feldman 1992; Quilter 1992), A. Llagostera en Chile (1992), y K. Stother en Ecuador (1992), entre otros. Moseley (1992b) reconoci que la hiptesis

    1 Sabemos que, incluso en el Cercano Oriente y especialmente

    en Siria y Palestina, la aparicin de aldeas permanentes fue

    ms temprana que la agricultura.

    MFCA, como el la llama, era puramente inductiva cuando el la postul. Desde ese momento ha sido discutida, criticada, rectificada, y testeada, gracias al reciente descubrimiento de sitios como Paloma, as como avances en mtodos de excavacin, recoleccin y anlisis de las evidencias, especialmente de los materiales orgnicos. Gradualmente los datos arqueolgicos mostraron que confirmaban su importancia. Uno de los hechos ms interesantes desenterrado recientemente es que, contrariamente a la proposicin de Moseley de 1975, el suplemento alimentario sustancial no provena aparentemente de los mariscos y pescados grandes, sino de los pequeos. Cardmenes de anchoas (Engraulis ringens) con millones de miembros abundan a lo largo de la costa y aseguran que Per sea an una de las principales naciones pesqueras del mundo. Siendo fciles de recolectar con redes a travs des ao, los pescados podan, en el perodo aqu tratado, ser secados, preservados enteros, o molidos como harina, constituyendo as una reserva alimenticia particularmente til para mitigar, por ejemplo, los episdicos pero catastrficos efectos de un Nio (o ms precisamente un fenmeno ENSO, Oscilacin Sur de El Nio).

    Las primeras Aldeas Pesqueras

    En 1975, la edad de los asentamientos costeros estables ms tempranos conocidos en Per y en Chile no era ms que 4500 A.P. Las pocas fechas ms tempranas conocidas en ese momento eran de asentamientos no permanentes de cazadores, pescadores y recolectores, como los campamentos en la regin de Talara y Paijn en la costa Norte y los ms recientes de la Lomas de Ancn. Desde ese entonces, otros han sido descubiertos que son incluso ms antiguos pero que revelan un modo de vida que era ms o menos anlogo como Tiliviche, La Chimba 13 (Quebrada Las Conchas) en el norte de Chile, y Quebrada de los Burros en el extremo meridional del Per. Moseley pensaba que los ocupantes tempranos del litoral, que haban sido hasta ese momento cazadores terrestres, haban descubierto repentinamente, alrededor del 4500 AP, las ventajas de un asentamiento costero ms estable y los beneficios de la pesca, siguiendo el empobrecimiento de los recursos terrestre, en s misma consecuencia de un cambio climtico que haba generado una creciente aridez. Como el

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    mismo Moseley asuma, esto no dice mucho acerca de los ocupantes tempranos de las planicies litoraleas y su capacidad de adaptacin: Esta [explicacin] proceda de la premisa no comprobada de que si los primeros habitantes del continente eran cazadores recolectores, entonces sus descendientes forzosamente proveeran su alimento alrededor de los paisajes hiperridos de las infrtiles costas por milenios antes de descubrir que haba considerablemente ms alimento en el mar(1992b: 13).

    Es sabido que la repentina aparicin de campamentos costeros alrededor de 5000 A.P. es slo debida a los efectos de las variaciones postglaciales en los niveles del ocano, los cuales crecieron gradualmente siguiendo el derretimiento de los hielos, sumergiendo as a los sitios ms tempranos. Alrededor de 5000 A.P., cuando el nivel de las aguas se haba estabilizado ms o menos a la altura actual, los sitios ms cercanos a la costa entonces se preservaran, mientras que las huellas de los anteriores los cuales probablemente existieron- desaparecieron bajo las aguas. Los asentamientos que estaban a alguna distancia de la costa no tenan obviamente nada que temer a las oscilaciones del nivel del mar, y algunos de ellos mencionados anteriormente (desconocidos hasta el momento en que Moseley desarrollaba su hiptesis) estn datados en 8000 A.P. o ms.

    En el extremo sur de Ecuador, la aldea de Las Vegas, mencionada en el captulo anterior (Stothert 1988), tuvo su ocupacin ms densa entre 8000 y 6500 A.P. (Fase Las Vegas Tardo), y los frutos del mar presentan cerca del 50 % de su alimento. Sin embargo, mientras en las primeras fases de ocupacin, la subsistencia parece haber estado basada esencialmente en la recoleccin de mariscos del mangle y caza terrestre, posteriormente se volvi ms hacia la recoleccin de plantas, principalmente especies salvajes, aunque unas pocas de ellas pueden haber sido cultivadas de ah en adelante (Cucurbitaceae y quizs un maz primitivo). La poblacin de la aldea probablemente se increment, el rea cubierta por las huellas de viviendas y los depsitos de alimentos se volvi ms extensiva. Esta fase tarda tambin muestra un gran cementerio, donde los restos de 192 individuos fueron desenterrados, la mayor coleccin de esqueletos de esta antigedad conocido Amrica. Uno de los entierros alcanz

    cierta notoriedad: es un entierro primario doble, de un hombre y una mujer, los dos entre 20 y 25 aos de edad, quienes fueron enterrados juntos. La mano derecha del hombre fue ubicada en la cintura de la mujer y la pierna derecha de l sobre la pelvis de ella. La mujer yace sobre su lado, sus piernas dobladas y su brazo izquierdo sobre su cabeza. Se dispusieron rocas sobre los cuerpos de esta pareja, la cual fue llamada los amantes de Sumpa (Storthert 1988: 133-140).

    Fig 18. Primeras casas y primeras aldeas del Per. 1

    Reconstruccin de una choza en la aldea precermica de Chilca (Per); los restos de esta estructura fueron descubiertos,

    colapsados in situ y casi intactos, cubiertos por una capa de sedimentos arenosos. 2 Reconstruccin hipottica de una choza en la aldea de Paloma (Per). 3,4 Reconstrucciones hipotticas de una vivienda del precermico final en la costa y de una de las primeras aldeas de tierras altas andinas; mientras las viviendas

    costeras siempre son construidas de materiales vegetales (madera y paja), en las tierras altas las construcciones son de piedra (para las bases y paredes bajas) y turba de tierra o fango

    (para las paredes de las casas). Un mejor ejemplo de las primeras verdaderas

    aldeas pesqueras es Paloma, alrededor de 15km al

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    norte del Valle de Chilca en la Costa Central del Per. Ubicada alrededor de 4km de la actual costa y cercana a la zona de lomas, sus huellas cubren 15ha. Tres fases de ocupacin han sido descubiertas en este sitio, excelentemente excavadas por el grupo norteamericano dirigido por R. Benfer (Benfer 1984, 1986, 1990; Quilter 1989; Reitz 1988). Durante la primera, entre 7800 y 7000 A.P., Paloma no era ms que un campamento estacional, pero despus de 7000 y hasta 4800 A.P. este lugar se convirti en un asentamiento completamente sedentario cuyos ocupantes vivan en 100 pequeas casas hemisfricas con una estructura hecha de grandes caas cubiertas por fajos de pastos o paja y las cuales tenan un piso interno levemente deprimido. Casi 1000 entierros envueltos en esteras de caas entrelazadas fueron descubiertos en hoyos cavados dentro de estas viviendas, los cuerpos yaciendo sobre sus lados, sus piernas dobladas, y sus manos cubriendo sus caras o pelvis. El estudio detallado de 200 de esto esqueletos, junto con aquel de las acumulaciones de desechos cerca de las reas habitacionales, permiti a los arquelogos determinar la naturaleza su alimentacin: comprenda principalmente pequeos peces, anchoas y sardinas, as como una menor cantidad de mamferos marinos y mariscos. Un estudio paleopatolgico muy cuidadoso ha mostrado que los hombre tenan frecuentes lesiones seas en el rea del odo, aparentemente causadas por el buceo repetido en las aguas fras. Ciertamente, los recursos de plantas, especialmente aquellos de las lomas cercanas, tambin eran explotados para usos no alimentarios (combustible). Incluso un poco tardamente, cuando la horticultura estaba siendo practicada, era slo para contribuir un complemento menor a la dieta que an se mantena de base marina, lo cual parece haber estado de acuerdo con los ocupantes de la aldea: un incremento gradual en la altura de los adultos se registr a travs del tiempo, as como la disminucin de la mortalidad infantil. Comparados con los habitantes de Las Vegas, aquellos de Paloma eran en promedio unos centmetros ms grandes, de lo que Benfer (1990: 300) dedujo que deban haber estado mejor alimentados y sus hijos en mejor estado de salud. Finalmente, algunos individuos, algunas familias (?) grupos de individuos hallados enterrados en la misma vivienda- claramente coman ms y mejor que los

    otros. Como Moseley (1992a: 103) remarc, esto prueba que en Paloma todos los habitantes no eran iguales. La aldea fue abandonada alrededor de 4800 A.P. por razones poco claras, pero que, de acuerdo a Benfer, podran estar vinculadas a un crecimiento general del nivel del mar, lo cual gener el agotamiento o la desaparicin de ciertos yacimientos de moluscos y condujo a la poblacin a trasladar su lugar de vivienda y modificar sus hbitos alimentarios dando mayor importancia a los recursos de plantas cultivadas.

    La aldea de Chilca (5500-4500 A.P.)- posterior que Paloma y en la misma regin- estaba similarmente ubicada a unos pocos km detrs de la playa. Refleja un modo de vida anlogo, aunque el cultivo de calabazas y porotos all desde el comienzo. Pero como en Paloma siempre era secundario. De Acuerdo a Engel (1966), la aldea, con chozas cnicas de paja con una estructura de postes de madera atados en la punta, podra haber abrigado a algunas docenas de familias.

    Finalmente en el extremo meridional del Per, el campamento recolector de mariscos de El Anillo, mencionado en el captulo anterior, tuvo su ocupacin ms importante entre 7000 y 5000 A.P. Entonces es cuando donde se form gradualmente el anillo de conchillas y varios tipos de desechos orgnicos. De 26m de dimetro y de 3 a 8 m de alto, constituye la parte visible del sitio, o ms bien, constitua, debido a que el sitio ha desaparecido. En el centro de la elevacin, una vasta depresin es probablemente el reflejo negativo de un espacio domstico alrededor del cual todo tipo de desecho, tirado fuera de las habitaciones, se acumulaba a travs del tiempo. An, por al menos 5 milenios (8 para Sandweiss), este sitio revela la presencia de una poblacin viviendo exclusivamente de la pesca, desarrollada sin duda con lneas y redes (Sandweiss et al. 1989).

    Sin embargo, fue de nuevo el extremo norte de Chile, el cual haba sido frecuentado por grupos de pescadores-recolectores por casi 2000 aos, que en este momento tuvo la mayor densidad de poblacin (o meramente la mejor estudiada hasta ahora?). Siguiendo los primeros asentamientos de recolectores martimos (El Anillo, Quebrada de Las Conchas), varios montculos de conchillas grandes, evidencia de campamentos pesqueros sedentarios incluyendo a Camrones 14 (Schiappacasse y Niemayer 1984). Piragua, Quiani, Chinchorro, y

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    Punta Pichalo (Bird 1943, 1946) que se dan a lo largo de la costa del sur de Arica, han llevado a la definicin del Complejo Camarones (ca.2 7800 a 5600 A.P.). El complejo es caracterizado por el uso de redes y, una innovacin, los anzuelos los ltimos eran tanto simples, cortados de de una gran concha, Choromytilus (de aqu el nombre de Cultura de Anzuelos de Valva [shell fish-hook Cultura], el cual fue dado a este complejo por Bird), como compuestos (un peso adelgazado de piedra, hueso o concha al cual se ajustaba una pa de hueso)- y finalmente aquel de los arpones con un extremo desmontables, armado con una punta ltica trabajada o con una pa de hueso. Los ocupantes de estos campamentos atrapaban peces de todos los tamaos, cazaban lobos marinos, despedazaban a las ballenas que encallaban en la playa, y recolectaban moluscos (Llagostera 1992: 91-97). En el mismo perodo los ocupantes de Tiliviche y Aragn, dos asentamientos cercanos en latitud pero ubicados 40km tierra adentro (y ya ocupados por 2000 aos), tambin comenzaron a usar arpones similares, y sus basureros reflejan la creciente importancia de los productos marinos, moluscos y especialmente peces. El Complejo Camarones parece haberse extendido tan lejos como la costa central del Per, donde un poco despus la aldea pescadora de Chilca (5500-4500 A.P.) tambin desarroll los anzuelos de concha. Un poco despus en Chile, pero en un contexto econmico que se haba mantenido ms o menos igual, el complejo Quiani (ca. 5600-3200 A.P.) difera del precedente a travs del uso de anzuelos que eran hechos principalmente de espinas curvas de cactus. Estos dos complejos, en realidad, son no ms que dos fases sucesivas de lo que es tambin llamado la tradicin Chinchorro, definida en base su extraordinario tratamiento de los muertos.

    Entonces, por al menos 8000 aos, existieron aldeas permanentes a lo largo del Pacfico, sin duda dentro de una organizacin social que ya estaba relativamente bien desarrollada gracias a la explotacin intensiva del ambiente marino, mientras que el rol de los alimentos vegetales en la dieta fue siempre de importancia secundaria, aunque creciente a travs del tiempo. En los ejemplos mencionados, el equipamiento tcnico es

    2 Ca. Contraccin de circa: aproximadamente. Nota del

    Traductor.

    en general el mismo: el conjunto de herramientas lticas es frecuentemente rudimentario, las puntas de proyectil son escasas, y los anzuelos numerosos. El anzuelo es sin duda el objeto ms significante, sino ms importante en este equipamiento tcnico. Aparece muy tempranamente, y en Per como en Chile, gracias al anzuelo, la gente del litoral obtiene una nueva dimensin tecno-econmica; ellos podan de ahora en ms capturar especies de aguas abiertas, mientras sus predecesores estaban, por la fuerza de las circunstancias, limitados a explotar la zona intersticial de las partes rocosas del litoral. Los restos de redes slo se vuelven numerosos despus de que el algodn reemplaza a las dems especies vegetales usadas hasta ese momento para su manufactura, esto es, no antes de alrededor de 5000 A.P.; sin embargo, los pesos de redes de piedra, los flotadores de calabaza, e incluso algunos fragmentos de redes hechas de fibras vegetales o de otras especies, halladas en varios sitios de Chile y Per, muestran que existieron ms tempranamente. Finalmente el uso de embarcaciones livianas , sin duda de caa o de piel de mamferos marinos, los cuales permitan a la gente moverse a cierta distancia de la costa y pescar las especies de mar abierto con caa y lnea, parece obvia, aunque esto no haya sido an comprobado arqueolgicamente.

    En este perodo los productos vegetales los cuales eran igualmente necesarios, eran esencialmente utilizados para propsitos tcnicos. Aunque el ocano poda ofrecer alimento para miles de persona, no prevea el fuego para cocinar, ni las fibras o flotadores para lneas y redes, ni los mangos para los arpones, ni las vestimentas o materiales necesarios para la construccin de viviendas. Despus de todo, era la tierra de la cual las personas demandaban la infraestructura indispensable para una pesca fructfera. Las Momias ms antiguas del mundo

    En 1917, el arquelogo alemn Max Uhle fue el primero en trabajar en la regin de Arica, en el lmite del desierto de Atacama, y en describir los restos de una antigua comunidad de pescadores que l bautiz Chinchorro, por el nombre de la playa cercana (y el cual tambin denota el tipo de red usada por los pescadores locales). Durante sus excavaciones cerca de los basureros y de los restos de viviendas, desenterr numerosas momias muy

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    curiosas (Uhle 1922). En este momento, obviamente, no era conocido ningn mtodo de datacin absoluta, y nadie poda sospechar la antigedad de estos hallazgos. La investigacin de

    Fig 19. Cultura Chinchorro (Chile). 1. Momia compleja. a. Preparacin interna, mostrando cmo las uniones eran

    amarradas con cuerdas y el cuerpo endurecido con varas de madera. b. Preparacin externa, mostrando cmo la piel era subsecuentemente reajustada y cocida despus de que un

    relleno de plantas y tierra haba sido insertada entre la piel y el esqueleto a fin de reestablecer la forma del cuerpo. 2,3. Momias

    de nios, preparadas como aquellas de los adultos. 4-6 Figurinas o sustitutos de arcilla no cocida; los rayos X de uno de ellos (4) revel que la cabeza contena un crneo de ave, mientras otro (6) fue modelado con una mandbula de delfn.

    Bird (1943) en los 40s y especialmente el reciente trabajo del paleopatlogo M. Allison (1985), quien ha estudiado ms de 1500 momias, han hecho posible especificar su edad: la ms antigua corresponde al complejo cultural Camarones (ca. 7800-5600 A.P.), el ms reciente y tambin el ms numeroso- al complejo Quiani (ca. 5600-3200 A.P.). Y el ms antiguo de ellos, recientemente datado en

    un poco ms de 7810 180 A.P., es entonces 2000 aos anterior a las momias ms antiguas conocidas en Egipto.

    En contraste con la relativa simplicidad de la vida diaria, sus prcticas funerarias eran extraordinariamente elaboradas y muy espectaculares. Obviamente, hay numerosos casos donde se limitaban a ubicar el cuerpo en un hoyo cavado en la arena, sin preparacin particular- la intensa sequedad subsecuentemente aseguraba su desecacin y preservacin. Pero en muchos casos, el cuerpo primero sufra una preparacin extremadamente complicada (Fig 19). Todos los rganos internos eran primero removidos, vsceras y cerebro, el ltimo extrado por el hoyo occipital; la piel era abierta con cortes y los principales msculos removidos por medio de herramientas lticas o de valvas o picos de pelcanos afilados (el metal aparecera en la regin slo mucho ms tardamente, alrededor de 2800 A.P.). El interior del cuerpo era luego secado por medio de brazas y cenizas calientes, con los cuales eran rellenadas las cavidades. Luego, el cuerpo era reforzado y envarado con piezas de madera alargadas3 ubicadas a lo largo de la columna vertebral a fin de quitar toda su flexibilidad. Las uniones de rodillas y codos eran raspadas y pulidas, lo que daba rigidez a los miembros; los miembros eran luego atados fuertemente con cuerdas, as como el cuello. El cuerpo preparado y seco era finalmente reconstruido: los miembros eran cubiertos con esteras de paja hilada, y las cavidades eran rellenadas con manojos de lana, plumas o tierra, pasto y conchillas. A fin de restablecer alguna apariencia de vida, el cuerpo era cubierto con una capa de arcilla, en un tipo de modelado, mientras que la cara, que era similarmente cubierta con arcilla, era esculpida con una mscara con ojos y boca indicados por agujeros. La piel (la cual sin duda ha sido preservada en agua marina durante este proceso) era luego ajustada y cocida de nuevo en todo el cuerpo, como un guante. Como toque final, el cabello era fijado de nuevo en el crneo, y el cuerpo era pintado de rojo o negro, dependiendo del

    3 eran piezas de madera similares a estas las que fueron

    interpretadas por sus descubridores como los especimenes de

    arco ms antiguos conocidos en Amrica (Bittman y Munizaga

    1979) (ver Captulo 3). Sin embargo, esta identificacin parece

    dudoso a los ojo de varios que consideran que el arco est slo

    presente definitivamente en Sudamrica alrededor de 2500 A.P.

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    perodo. Finalmente la momia era enterrada, no lejos de las viviendas, junto a momias ms viejas. Los habitantes a veces usaban esta ocasin para reparar a estas ltimas a fin de mantenerlas en una buena condicin, reforzando cualquier unin que se hubiera estropeado o roto, aplicando una capa de arcilla fresca, reemplazando cualquier pedazo de piel que hubiera desaparecido o que hubiera sido daada con piezas de piel de and o de lobo marino.

    Estas tcnicas de preparacin y conservacin extremadamente refinadas son nicas en Amrica, y sin duda en el mundo, y su significado es difcil de alcanzar.la complejidad del proceso usado y el cuidado concordante con la mayor conservacin posible de los cuerpos muertos ciertamente apuntan a elaborados rituales y una vida espiritual muy rica. De acuerdo a Llagostera, la predominancia de cuerpos de nios (frecuentemente infantes neonatos) entre las momias en relacin a los adultos y el uso de momias-estatuas substitutos modelados en arcilla o hueso- sugiere no tanto una simple veneracin a los muertos, sino un culto ms extensivo en el cual los artefactos rituales deben haber formado parte de una concepcin cltica mayor; quizs como smbolos o mensajes propiciatorios a las fuerzas naturales o sobrenaturales del medio csmico (1989: 63). Hasta alrededor de 3700 A.P. los descendientes de los Chinchorro continuaron practicando esta momificacin artificial, antes de abandonarla y contentarse, como otros pueblos litoraleos de la poca, con enterrar los cuerpos en una posicin flexionada en la hirviente arena del desierto, la cual se tomaba el cuidado de conservarlos por s misma.

    No debera terminar esta seccin sobre la vida en el litoral y la importancia econmica de los recursos provistos por el ocano sin mencionar como seal al comienzo- que muchos especialistas, incluyendo a algunos de los principales, rechazan categricamente la teora MFAC de Moseley. En su opinin, slo la agricultura puede dar cuenta de un verdadero sedentarismo y explicar la subsiguiente emergencia de la civilizacin a lo largo de la costa pacfica, especialmente en el rea andina central. Las crticas ms severas han sido realizadas por Osborn, Wilson, Raymond, y ms recientemente por Bonavia (1982, 1993-95). De hecho Osborn fue tan

    lejo al punto de llamar a la propuesta de Moseley cuentos de hadas. En su visin (1977), los recursos marinos, y especialmente los moluscos, no poda asegurar una contribucin dietaria suficiente; para Wilson (1981), eran demasiado inciertas; y para Raymond (1981), la teora desestimaba demasiado a los recursos vegetales. Es suficiente notar aqu que, cuando el primero de estos artculos fue escrito, las excavaciones en Las Vegas en Ecuador, Paloma en Per, Camarones 14 y Quebrada de Las Conchas en Chile, entre otros, no haban sido publicadas an. Los anlisis isotpicos, que permiten a uno usar un fragmento de hueso para determinar la importancia relativa de protenas animales y vegetales en la dieta y la cual mostr, por ejemplo, en Paloma (Benfer 1990), la predominancia de alimentos marinos, no estaban an en uso. Consecuentemente, una hiptesis inductiva (como era reconocida por el mismo Moseley) se encontr con crticas prematuras y decisivas pero apresuradas conclusiones. Una vez ms, una proposicin necesita ser validada o rechazada testendola contra los hechos y no en la base de argumentos de principios, los cuales son inevitablemente decididos a priori. LOS PRIMEROS HORTICULTORES

    Mientras en las costas del ocano grandes aldeas albergaban a una poblacin sedentaria creciente, bandas seminomdicas de cazadores continuaban como lo haban hecho por docenas de siglos- ocupando los refugios naturales de la Cordillera. El modo de vida, el conjunto de instrumentos, y sus presas se mantuvieron sorprendentemente estables, tanto en la altiplanicie de Colombia, en los valles y planicies Cordilleranos, o en la puna de Per y del Norte de Chile. Sin embargo, es la Cordillera y no la costa la que ha producido los restos ms antiguos de plantas cultivadas, todas descubiertas en Per. Obviamente, estos restos tienen poca semejanza a las plantas que conocemos hoy, y sus frutos o semillas son generalmente mucho menores. Por ejemplo, los primeros marlos de maz cultivados en Per (en Guitarrero) miden slo 4 a 6cm en lugar de los 15cm o ms de los marlos actuales. Porotos muy antiguos

    Ya he mencionado a Guitarrero varias veces sin ninguna duda uno de los sitios ms ricos estudiados

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    en los Andes Peruanos, notable debido a sus condiciones secas, las cuales permitieron que se preservaran los materiales orgnicos. Esto explica cmo Lynch (1980) fue tan afortunado de poder recuperar varios tipos de objetos que normalmente faltan en los sitios de cuevas de los Andes: utensilios de madera, pedazos de cestas, restos de varias cuerdas, y, especialmente, restos de plantas comestibles. En este alero que fue ocupado por los cazadores (ver captulo 3), estos restos estn presentes casi desde el comienzo, y lo que es incluso ms sorprendente, de acuerdo a los especialistas son plantas cultivadas. Los niveles que forman el Complejo II contena pimiento (Capsicum chinense) (Complejo IIa: 10600-10000 A.P.) y dos tipos de porotos, Phaseolus lunatus (Complejo IId: 8800-8200 A.P.) y P. vulgaris (Complejo IIe: 7700 A.P.), todos ellos plantas que no existen en forma salvaje en esta regin. Estas son las plantas cultivadas ms antiguas halladas en Amrica. Un poco despus, hacia 6000 A.P., aparecen zapallos (Cucurbita sp.) y calabazas (Lagenaria sp.). Finalmente, restos de marlos de maz (Zea mays), primitivos pero ya domesticados, proceden del Complejo III, datado de acuerdo a Lynch, cerca de 7700 A.P.(1980:306). Otra regin de Per donde los restos de plantas cultivadas muy tempranas fueron recuperados de cuevas y aleros es la planicie de Ayacucho, donde zapallos y calabazas fueron tambin cultivados tempranamente (Fase Pili: ca. 7700-6300 A.P.) y donde el maz es registrado un poco despus, ciertamente despus de Guitarrero (fase Chihua: ca. 6300-5000 A.P.) (MacNeish et al 1980-83). Estos elementos apuntan a una manipulacin muy precoz de ciertas especies y, desde alrededor de 7000 A.P., la existencia de prcticas hortcolas, si no de verdadera agricultura, bien desarrolladas, aunque en todos los sitios mencionados anteriormente, la mayora de la dieta continuaba siendo provista por la caza y recoleccin de plantas salvajes comestibles. Ms an, la dispersin de estas innovaciones no estaba limitada a los Andes peruanos, ya que el maz era posiblemente cultivado tambin en Ecuador, en Las Vegas, hacia el 7000 a.P. y en el Norte de Chile en Tilivicha, alrededor de 6900 A.P. Otros hallazgos de fechas incluso ms antiguas han sido presentados, pero son controvertidos y pueden venir de contextos con estratigrafas distorsionadas, an requiriendo una confirmacin.

    La domesticacin de plantas parece haber sido ms temprana en las tierras altas que en la costa del Per, donde las especies cultivadas aparecen en las aldeas pescadoras solo recin hacia 5500 A.P. por otro lado, eran mucho ms numerosas aqu, como fue enfatizado por Bonavia (1993-95:94). Desde el comienzo, varias frutas (man, Arachis hypogaea; pacay, Inga Feullei; guava, Psidium guajaba; lucuma, Pouteria lucuma) mandioca (Manihot esculenta), algodn (Gossypum barbadense) alrededor de 5000 A.P., y, desde 4000 A.P. en adelante, el poroto y pimiento recin mencionados y la batata (Hipomoea batatas), para citar slo las especies ms importantes. Uno an ve un notable hiatus entre la primera aparicin de una especie que es domesticada o en camino a serlo en la Cordillera y su reaparicin, ahora en una forma completamente domstica, en los oasis costeros. Si nuestro conocimiento actual no excluye la posibilidad de que en sitios costeros ms tempranos un da sean descubiertas plantas cultivadas, parece haber pocas posibilidades de que estas diferencias cronolgicas sean llenadas completamente o aminoradas, especialmente debido a que las excavaciones han sido mucho ms numerosas en la costa que en las tierras altas y las condiciones de preservacin de materiales orgnicos son incomparablemente mejores.

    Con respecto a las especies andinas, resta un curioso hecho. Algunas, indudablemente originadas en las montaas, eran muy probablemente cultivadas ms temprano: por ejemplo, varios tubrculos como la papa (Solanum tuberosum), la planta andina por excelencia, de la cual hay cerca de 5000 variedades hoy, algunas de ellas capaces de crecer a ms de 4100m de altitud; o quinoa (Chenopodium quinoa), ampliamente cultivada hoy a ms de 3000m. An no ha sido descubierto ningn resto arqueolgico de estas dos plantas en forma domstica en las tierras altas, y la mayora de papas antiguas cultivadas vienen de un sitio costero, Huaynuma (Bonavia 1993), donde no tienen ms de 4000 aos de antigedad, lo cual claramente implica una domesticacin incluso ms temprana que sin dudas comenz en la Cordillera. Restos cultivados de qunoa fueron registrados por MacNeish en los estratos Piki (7700-6300 A.P.) de los sitios de Ayacucho; pero su estado domstico est an lejos de comprobarse, y su forma salvaje Chenopodium es poco ms que una maleza.

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    Casualidad o Necesidad?

    Como parece estar confirmado por el momento que las prcticas agrcolas en la Cordillera son las ms tempranas, el problema a resolver es el de su origen geogrfico, y esto ha sido y contina siendo un centro de discusiones. Como Bonavia nos recuerda (1991:128), hay tres hiptesis principales respecto a este tema. De acuerdo a la primera, el origen debe encontrarse en Mxico, desde donde la agricultura fue difundida hacia el norte en el actual sur de los Estados Unidos y tambin hacia el sur donde alcanz la zona andina. La segunda hiptesis propuesta por C. Saber en 1952 y adoptada por Lathrap (1971), propona un gran centro de domesticacin en las tierras bajas tropicales. La tercera, la cual parece estar confirmada por los datos arqueolgicos hasta el presente, ve a las grandes cuencas interandinas como el centro primario de domesticacin y luego de difusin, independiente del centro mexicano. La primera hiptesis la primera en ser propuesta- es difcil de sostener hoy cuando uno considera el rango de cultgenos Norteamericanos y Sudamericanos, los cuales son muy diferentes; sin embargo an hay un debate acerca del maz (ver cap. 6). Las otras dos hiptesis se basan en argumentos slidos. En la visin de Lathrap, el origen est en la zona selvtica, especialmente el Amazonas. Basndose en el hecho de que varias de las especies ms tempranas en ser cultivadas en los Andes especialmente porotos, pimiento, maz y man- son plantas originadas en un medio tropical hmedo, el sostiene que fueron manipuladas primero en el piedemonte oriental de los Andes al comienzo del Holoceno, durante una fase climtica relativamente fra y seca en la cual la cubierta vegetal era mucho menos densa que hoy y la cual favoreca a los asentamientos humanos en lo que era entonces no ms que una sabana. Subsecuentemente, un clima ms clido, el retorno de grandes lluvias, y el concomitante incremento en la selva, supuestamente forzaron a los grupos humanos a buscar otras tierras para asentarse. Remontando los grandes ros, llegaron a la Cordillera, donde introdujeron la prctica naciente de la agricultura. Es una teora atractiva, pero se mantiene imposible de comprobar ya que ninguno de los (muy escasos) sitios arqueolgicos en la selva tropical ha arrojado an la menor evidencia en su

    apoyo. De aqu que la tercera hiptesis, que ve a las regiones de altitud media de los andes como la cuna de la agricultura sudamericana, se mantiene mejor posicionada por el momento, aunque no excluye la posibilidad de que hayan existido mltiples centros de domesticacin (Bonavia y Grobman 1978; Pickersgill 1972; Pickersgill y Heiser 1978).

    De hecho, la verdad debe estar en el rea de superposicin de las dos hiptesis. Mientras varias plantas ciertamente se originaron en un ambiente tropical hmedo, otras crecen salvajes en las tierras altas, y los valles y cuencas interandinos ofrecen condiciones de suelo y humedad favorables a una diversificacin y multiplicacin de variedades. Los movimientos humanos jugaron tambin su rol, por lo que Lynch (1973) postula que un factor determinante en la transferencia, diversificacin y mejoramiento de las especies, hacindolos ms adecuados para la agricultura, pueden haber sido la prctica de los grupos de cazadores recolectores andinos de un sistema de migraciones estacionales. Tales movimientos fueron desarrollados muy tempranamente, sacando ventaja de todo el rango de facetas ecolgicas estacionalmente complementarias ofrecidas por las montaas andinas. De aqu que las poblaciones andinas deben haber transferido ciertas plantas desde un medio ecolgico a otro, intencionalmente o no (las semillas pueden ser transportadas accidentalmente en la ropa o en los excrementos). Este sistema migratorio tambin les habra hecho posible recolectar siempre las plantas salvajes de un lugar particular en el momento ptimo, esto es, cuando las planta han florecido completamente. Por ejemplo, si lo que l llama cosechas no ptimas se realizan demasiado tarde, los hombres seleccionarn accidentalmente, pero con tremenda eficacia, variedades que no dispersan bien sus semillas. Este nico factor, el cual es virtualmente cierto de ser efectivo donde los hombre son migratorios, puede ser de gran importancia en la historia de la domesticacin (Lynch 1973: 1256). Debera tambin notar que los animales, especialmente las aves, pueden tambin ser responsables de transportes accidentales de semillas de una zona ecolgica a otra.

    Las teoras de Lathrap y de Lynch no son las nicas que has sido propuestas para explicar el origen de la agricultura, y ms an, no pretenden la agricultura sino slo las circunstancias y condiciones que favorecieron la domesticacin- esto es, el hecho

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    de que desde un determinado perodo en adelante (el cual vara de acuerdo a la regin) las especies vegetales fueran deliberadamente plantadas en anticipacin a una cosecha. Como J. Cauvin (1992: 266) ha enfatizado con respecto al Cercano Oriente, mientras que la seleccin de caractersticas que result morfolgicamente en la emergencia de una especie nueva, entonces llamada domstica puede haber sido inconsciente, el cultivo real de plantas puede slo haber sido hecho conscientemente. Aqu otra vez, la respuesta a la pregunta Por qu? Vara de autor a autor, y el problema est lejos de resolverse. Sin ir a detalles, los cuales est ms all de mi competencia, djenme slo decir que, por el momento, ninguno de los modelos que han sido propuestos- cambios climticos (Willey, Wright), crecimiento demogrfico (Binford), incluso sper poblacin (Cohen)- han provisto una explicacin satisfactoria para la aparicin de la agricultura en el rea andina. En particular es dudoso si la regin andina, incluso sus ms favorables nicho ecolgicos, experimentaron una verdadera saturacin demogrfica en esos momentos. En la visin de Cauvin (quien tambin se refiere al Cercano Oriente, pero aparece un paralelismo autoevidente aqu), despus de milenios de recolectar y cazar, fueron los humanos quienes sufrieron un cambio. Las plantas siguieron luego: A fin de que las personas comenzaran a explotar su medio, especialmente las plantas, de manera diferente, ellos primero tuvieron que percibir a ese ambiente y a ellos mismos, de manera diferente (ibid: 266).

    En el caso andino, uno puede imaginar que, mientras que unas pocas especies domsticas aparecieron ms temprano en las tierras altas como consecuencia de la manipulacin y de la seleccin no deliberada, la verdadera agricultura nacin en la costa, sacando ventaja de la evolucin preliminar del medio sociotcnico, gracias sobre todo al sedentarismo temprano que fue posibilitado por la explotacin de bienes marinos. En la costa, la aparicin de la agricultura esta vez implic una eleccin inteligente en la cual la explotacin de las especies elegidas era indisociable del desarrollo de las tcnicas que hicieron posible no slo su explotacin sino tambin la supervivencia de la poblacin basada en esa explotacin.

    Finalmente, hay una planta con la que no he tratado, aunque su domesticacin y utilizacin

    modific y enriqueci profundamente el universo material del pueblo andino: el algodn. El algodn cultivado en Sudamrica (Gossypium barbadense) es diferente del de Viejo Mundo, aunque puede ser el producto de una cruza muy temprana entre una especie salvaje que haba llegado a Amrica despus de que sus semillas cruzaran accidentalmente el Atlntico y una especie salvaje originaria de Amrica (Pickersgill y Heiser 1978: 153). Las primeras evidencias de algodn cultivado vienen de la costa del Per, donde datan entre 5000 y 4500 A.P., y su aparicin en los sitios ha sido considerada suficientemente importante para los arquelogos para distinguir un perodo pre-cermico sin algodn de un perodo con algodn. El algodn reemplazara otras fibras vegetales (cactus, pajas y caas), las cuales son ms frgiles y quebradizas, en la fabricacin de redes y lneas de pesca y reemplazara tambin a las pieles en la fabricacin de ropa. Primero usado con las mismas tcnicas que eran empleadas previamente hilado, entrelazado (fig 28)- seran pronto tejidas en telar, otra innovacin tecnolgica que, en el rea andina, que vivira luego una extraordinaria expansin (ver cap 6). Ms an, como Pickersgill y Heiser (1978) han observado, en contraste al Viejo Mundo donde las primeras plantas cultivadas en el Cercano Oriente eran exclusivamente para uso alimentario, entre los cultvenos ms tempranos de Amrica hay dos especies de uso tcnico: calabazas y algodn. Estos autores concluyen como sigue en una atrevida sntesis que nos retrotrae al comienzo de este captulo: Mientras los agricultores tempranos de Cercano Oriente pueden haber estado comiendo pan ante el deleite de sus caras, sus contrapartes del Nuevo Mundo probablemente se haban ido a pescar (ibid: 159).

    ANIMALES PROVIDENCIALES

    Mientras la gente en los valles y cuencas de altitud media estaban comprometidos conscientemente o no- con manipulaciones de varias plantas, aquellos que vivan en las altas mesetas de la puna eran an cazadores. Aparte de tubrculos, el medio austero de la estepa andina no ofrece realmente ningn recurso vegetal salvaje capaz de constituirse en un complemento importante para la dieta y las pocas plantas que la gente comenzaba a cultivar no podan aclimatarse a una altitud mayo a

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    3500 m. En esta regin, tuvo lugar un proceso diferente, uno que incluye la domesticacin de pocas especies animales, muy pocas en realidad: el cerdo de guinea (as llamado por los espaoles del siglo XVI quienes nunca haban visto uno), pero especialmente de camlidos del gnero Lama. Los ltimos jugaran pronto un papel principal en el desarrollo cultural andino, sin duda un papel ms grande que las ms numerosos especies domsticas del Viejo Mundo, precisamente debido a que ellos se originaron en tierras altas ms all del lmite superior de la agricultura y debido a que su domesticacin fue el origen de una forma de civilizacin pastoril que no tuvo equivalentes en otro lugar.

    Lo que nos cuentan los huesos

    El reconocimiento de las primeras domesticaciones est esencialmente basado en el anlisis de los restos de huesos recuperados de los sitios. El conocimiento especializado necesario para la identificacin de especies, edad, y sexo de los animales slo de sus huesos, constituye una disciplina especial: la arqueozoologa.

    En el presente hay cuatro especies de camlidos: dos domsticos (la llama, Lama glama, y la alpaca, Lama pacos) y dos silvestres (la vicua, Lama vicugna, y el guanaco, Lama guanicoe; fig 20). Djennos examinar rpidamente los criterios usados por los zooarquelogos para distinguir las formas salvajes de las domsticas (estos criterios son enumerados, con referencias, en Lavalle 1990): a) Criterios relacionados a la morfologa del animal:

    Morfologa del crneo, la cual hace posible resaltar las diferencias entre las especies, especialmente entre la vicua y el guanaco;

    Ancho del astrgalo y altura del calcneo y dimensiones de la primera falange, la cual hace posible distinguir entre individuos grandes (como la llama) y los pequeos (como la alpaca);

    El aspecto de las superficies articulares, las cuales cuando son estudiadas en cortes delgados de los huesos de las extremidades y examinados en luces polarizantes, hacen posible distinguir las

    animales domsticos de los no domsticos.; Morfologa y estructura dental, la cual hace

    posible distinguir incisivos tipo alpaca de aquellos tipo vicua, por un lado, y por otro aquellos tipo guanaco/llama, no siendo distinguibles estos dos entre ellos.

    Fig 20. La Llama y la Vicua. estos animales no se encuentran en el Viejo Mundo, sino que pertenecen slo al nuevo;... parecen

    estar insertos en la cadena montaosa que va desde Nueva Espaa a las Tierras Magallnicas; habitan las regiones ms

    altas del globo terrestre, y a fin de sobrevivir, parecen necesitar respirar aire ms liviano que aquel de nuestras montaas ms altas... Su carne es buena para comer, su pelo es una lana fina que queda extremadamente bien... Ellos escupen en la cara de

    quienes los insultan, y se dice que la saliva que escupen enojados es tan agria y custica que saca ampollas en la piel... Las vicuas recuerdan a una llama por la cara, pero son ms

    pequeas, sus piernas son ms cortas, y su hocico ms compacto... Andan en rebaos, y corren muy gilmente; son

    tmidas; tan pronto como ven a alguien, vuelan, conduciendo a sus pequeos antes que ellos (G.L. de Bufn, Oeuvres

    Compltes, D. Pillot, Paris, 1830, t.15, Mammifres, 4, pp. 405-13 y pl.83).

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    b) Criterios relativos a la composicin de un conjunto faunstico de un sitio:

    Representacin relativa de camlidos y no-camlidos (especialmente, la proporcin en relacin a los crvidos);

    La estructura etaria de los restos de huesos de camlidos (en particular, la proporcin de restos de fetos o animales neonatos, con una muy alta proporcin siendo considerada evidencia de la presencia de animales domsticos)

    Estos son los criterios ms frecuentemente usados, pero hay otros relativos a otras partes del cuerpo, como las caractersticas de las fibras de la lana o tcnicas analticas ms recientemente desarrolladas como el estudio del polimorfismo sanguneo o secuencias de ADN. La efectividad de estas nuevas vas de investigacin no ha sido an completamente demostrada, y los resultados slo recientemente ests emergiendo, o se mantienen inditos. De la caza a la Domesticacin

    Desde el inicio de la ocupacin de las altiplanicies cerca de 10000 aos atrs, las dos especies de camlidos, la vicua y el guanaco, juntos con un crvido verdaderamente grande que viva en las tierras altas (la Taruca o ciervo andino, Hippocamelus antisensis), constituan las presas favoritas de los cazadores andinos, quienes los cazaban casi en las mismas proporciones (ver cap. 3). Pero en ciertas regiones se dio claramente una rpida evolucin. De aqu que, en un alero de Telarmachay, a casi 4500 metros de altura en la puna de Junn en el Per central, los restos de camlidos rpidamente se volvieron predominantes en los desechos faunsticos. Representaban el 65% de la caza en el comienzo de la ocupacin cerca del 9000 A.P. (contra 34% de los crvidos), pero progres al 78% entre 7200 y 6800 A.P., luego al 86% alrededor de 6000 A.P., y finalmente alcanz casi 89% alrededor de 4500 A.P. El nmero de crvidos matados declin en proporcin inversa. Un fenmeno similar puede verse en sitios cercanos, tales como la cueva de Pachamachay o el pequeo alero de Uchkumachay, ambos similarmente ubicados sobre los 4000m.

    Fig 21. Pastoreo de camlidos. Entre los numerosos conjuntos de pinturas rupestres en el norte de Chile, especialmente en el valle del ro Loa, los Taira son los ms importantes y bellos. Ejecutados en un estilo muy naturalista, las pinturas cuyos bordes eran primero grabados y luego rellenados con colores rojos o amarillos- describen grupos de camlidos que a veces

    estn asociados a siluetas humanas que a veces parecen sostener una honda o un arco. En la ausencia de cualquier contexto arqueolgico, estas pinturas son imposibles de datar. Sin

    embargo, la presencia del arco sugiere una fecha relativamente tarda (no antes del 3000 A.P.), y de consecuentemente un perodo en el cual los camlidos estaban completamente

    domesticados. Por ello estas pinturas deben ser vinculadas al trfico de caravanas, bien comprobado en este momento, ms

    que a las prcticas de caza.

    Cmo pueden interpretarse figuras como stas?

    A los ojos del zooarquelogo J.Wheeler, quien realiz el anlisis arqueofaunstico de Telarmachay, esta constante y regular evolucin a travs de cinco milenios apunta a dos procesos (Wheeler 1984, Wheeler in Lavalle et al 1985). Primero, entre 9000 y 6500/6000 A.P. hay un gradual cambio desde la explotacin indiferenciada de crvidos y camlidos hacia una caza crecientemente especializada de camlidos. Este cambio no parece reflejar una creciente escasez en los primeros en relacin a los segundos, en tanto la puna no vive ningn cambio climtico notable en este momento. En realidad, este cambio puede ser explicado por el comportamiento de los camlidos, el cual ha sido estudiado en las poblaciones actuales de vicua y guanaco, sin duda muy cercanas a sus ancestros prehistricos. Las vicuas y los guanacos viven en grupos familiares pequeos un macho y 4 a 10 hembras-. Se mueven dentro de un territorio definido, el cual se mantiene

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    estable de un ao al otro y el cual defiende contra la introduccin de otros grupos. Entonces, dado que pueden moderar el nmero de vctimas de la caza y proteger los animales jvenes y las hembras, los cazadores encuentran aqu una fuente de alimentos segura y regular, en contraste a lo que representaban los crvidos, con su comportamiento menos gregario y menos estable.

    All luego sigui un perodo, entre 6500/6000 y 4000 A.P., durante el cual el predominio de los camlidos fue asegurado entre los animales sacrificados, y ellos muestran un abrupto incremento de los individuos muy jvenes, o neonatos, o an fetos. Su proporcin se incrementa desde menos del 40% al comienzo (la taza normal en una poblacin salvaje) al 57% y luego, entre 5500 y 4000 A.P. a una sorprendente figura de 73%. En la visin de Wheeler, tal eleccin, la cual era totalmente antieconmica por parte de los cazadores incluso es difcil de imaginarlos matando sistemticamente a los miembros ms jvenes de los rebaos que deban asegurar su subsistencia anual- slo puede reflejar los errores de un control ejercido por la gente sobre los camlidos, los cuales sin duda eran encerrados en corrales una parte del tiempo. La creciente mortalidad de neonatos registrada entre 6000 y 4000 A.P. fue aparentemente debida no a la matanza de individuos considerados enfermos sino a ataques de bacterias que estaban directamente relacionados a hacinamiento de individuos en corrales inevitablemente sucios y fangosos. La conclusin de Wheeler es que esto es un producto o mejor un efecto contrario- de la domesticacin. Ms an, su anlisis es confirmado por la presencia entre los huesos de incisivos tpicos de alpaca (diferentes de los de guanacos y vicuas) alrededor de 6000 A.P. y luego, un poco despus, restos de huesos de llama, la segunda especie domstica conocida. Finalmente, el pastoreo es completamente establecido despus de 4500 A.P.

    Esta transicin desde la caza a la domesticacin de camlidos es fundamental en la trayectoria cultural andina ya que las dos especies entonces creadas por la gente seran rpidamente destinadas a jugar un rol principal en la sociedad. Su contribucin econmica iba a ser mltiple y variable: primero como fuente de materias primas (carne, tendones, huesos, tendones, huesos, lana, e incluso excrementos utilizados como combustible)-

    los cazadores prehistricos ya hacan uso de la mayora de esas; luego, en las sociedades agropastoriles ms tardas, como participantes en la vida social y econmica (bestias de carga, bienes de intercambio, smbolos de estatus social y de riqueza); finalmente como elementos en los rituales (animales enteros para sacrificios y ofrendas de grasa, lana, fetos y piedras de clculos).

    La demostracin del proceso de domesticacin, el cual por momentos ha sido slo observado en el alero de Telarmachay, no ha sido aceptada por todos. Consecuentemente, en la cueva cercana de Pachamachay, el mismo apreciable incremento en el nmero de camlidos, a expensas de los crvidos, ha sido registrado pero interpretada de manera diferente. En la visin de J. Rick, estas fueron siempre vicuas salvajes, y una economas de pura depredacin era practicada an en 3500 A.P., cuando las especies domsticas aparecieron junto a una economa pastoralista, ambas importadas desde fuera (Rick 1980:265). De hecho, esto no importa demasiado, porque es muy posible, despus de todo, los experimentos ensayados exitosamente en un lugar, conscientemente o no, no fueron intentados en otro lugar, incluso en una regin vecina. Los cazadores puros y los primeros pastores pueden haber coexistido muy bien por siglos, enriqueciendo mutuamente su conocimiento d los animales.

    Todo esto lleva a la pregunta: Por qu la gente andina domestic a los camlidos? En Telarmachay aquellos que alcanzaron esta transformacin eran cazadores no sedentarios, y se mantuvieron as incluso cuando se haban convertido en pastores. Telarmachay era an ocupado estacionalmente, entre diciembre y marzo (lo cual es probado por la presencia en el sitio de animales neonatos, dado que los camlidos dan a luz en esta poca del ao). Un sistema de rotacin entre diferentes habitaciones de invierno y verano, siguiendo las migraciones estacionales de los rebaos salvajes, continu siendo practicado con los rebaos domsticos y, incluso despus, en un contexto completamente agrcola. Este es un modo de vida andino tpico, y que an se practica hoy, un ejemplo perfecto de adaptacin cultural al ecosistema de la puna.

    Otra pregunta tambin necesita ser formulada: Qu tipo de innovacin fue realmente representada por la domesticacin de estos camlidos? Ciertamente, el control de la reproduccin animal y

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    la creacin de nuevas especies constituyen cambios fundamentales a nivel biolgico. Sin embargo, el modo de vida implicado por la domesticacin naciente de camlidos se volvi tan bien integrado con el comportamiento ancestral de los cazadores que ellos surgieron como uno solo. El ritmo estacional de los campamentos se mantuvo inmutable; los pastores mataban animales, los fraccionaban, preparaban y coman usando las mismas tcnicas y los mismos instrumentos, en un alero habitado por milenios por sus ancestros cazadores. Muy probablemente, las relaciones sociales y econmicas (produccin/distribucin) de los grupos humanos haban cambiado, especialmente con el uso de la llama como bestia de carga, la cual facilit los contactos e intercambios a veces sobre distancias muy largas. Sin embargo, la arqueologa ofrece pocas pistas para todo esto.

    En vistas de esta innegable continuidad, uno puede preguntarse por qu - cuando en estos altiplanos de la puna haba un slido y estable sistema de subsistencia basado en hacer uso racional de la fauna salvaje- las personas gradualmente lo abandonaron por las restricciones de la vida pastoril. Parecera que uno puede eliminar la hiptesis de presiones del ambiente natural (fluctuacin climtica y/o escasez de fauna salvaje), al menos en una forma restrictiva. Incluso, parece que la domesticacin fue sin dudas no premeditada, y el principal inters de la gente sigui siendo el de una explotacin ptima de los stocks de animales salvajes. Pero, a medida que la caza creci, ascendentemente intensiva y selectiva, trajo un profundo conocimiento del comportamiento animal. Este conocimiento, junto al comportamiento en s mismo que favoreca mantener a los animales en lugares restringidos, fue sin dudas el origen de un tipo de comensalismo en el cual animales y humanos vivieron casi en simbiosis, sin la libertad de los primeros y siendo la disponibilidad de los ltimos puesta en dificultades. Los efectos benficos de esta asociacin y de la accin humana (incluso inconsciente) en el ciclo de vida de los animales a travs de la seleccin de animales para matar, la proteccin de hembras, la eliminacin de individuos agresivos o enfermos, el control de la reproduccin y la supervisin de nacimientos- fueron claramente notados rpidamente. Los medios de re-crearlos fueron memorizados y

    repetidos de generacin en generacin, y las personas rpidamente sacaron ventajas de los resultados.

    En los Andes del norte de Chile y noroeste de Argentina, la presencia de llamas y alpacas no est realmente confirmada antes de alrededor de 3000 A.P.4 (fig 21.). Uno de los problemas que an queda por resolver es el de determinar si la aparicin de camlidos domsticos en estas regiones fue consecuencia de movimientos migratorios o de contactos que transfirieron las prcticas rituales de la puna de los Andes Centrales, o si all existieron otros centros de domesticacin independientes. Antes que los resultados de las excavaciones en Telarmachay fueran publicadas en 1985, E. Wing (1977) ya haba sugerido que la domesticacin de camlidos deba haber comenzado en las mayores alturas, donde estos animales eran siempre abundantes. Las vastas regiones como el altiplano de Bolivia necesitan an ser exploradas.

    Como para el cerdo de guinea (Cavia porcellus), su importancia econmica era, y sigue siendo, infinitamente menor, aunque este prolfico pequeo animal, con su sabrosa carne, muy rpidamente se volvi un comestible habitual de los campesinos andinos, cuyas viviendas limpiaba glotona y eficientemente antes de terminar asado en los das de fiesta. Curiosamente, la primera evidencia de su domesticacin no fue descubierta en los Andes centrales, donde exista en estado salvaje, y an lo hace, sino en Colombia, donde se ha vuelto escaso. En varios sitio de la sbana de Bogot (Cap 2 y 3) Tequendama, Sueva, El Abra, Nemocn- este animal, el cual ha estado presente pero escaso en el registro faunstico desde 11000/10000 A.P., se volvi mucho ms comn despus de 9500/8000 A.P. y luego muy abundante despus de 2500 A.P. De acuerdo a Ijzereef (1978), fue cazado (o mejor entrampado) por largo tiempo y luego se convirti en una comida favorita de los cazadores que rpidamente lo amansaron. Pero no fue domesticado hasta despus de 2500 A.P., un momento cuando uno puede ver un incremento en el tamao de los individuos y modificaciones en la

    4 En el alero Tomayoc (puna de Jujuy, Argentina)

    recientemente hallado por una misin francesa (indita), dos

    incisivos de alpaca han sido identificados en un nivel datado

    hacia 3530 A.P. Sin embargo, hay an mucho que hacer a fin

    de demostrar que las prcticas pastoriles estaban en uso en el

    extremo noroeste de argentina en el segundo milenio a.C.

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    morfologa de su esqueleto, el cual se deba presumiblemente a que los animales eran confinados en sus corrales o dentro de las viviendas.

    Para concluir estas pginas sobre una de las

    transformaciones ms prodigiosas que conoci Amrica prehistrica, y una que caus el cambio ms radical en el comportamiento humano como tambin ocurri en unas pocas partes del mundo que experimentaron esta lenta pero decisiva evolucin que fue el Neoltico- djennos volver por un momento a su aspecto irreversible. Subsecuentemente, el rea andina y otras regiones de Sudamrica veran el nacimiento de civilizaciones brillantes, con una organizacin socioeconmica mucho ms compleja y con productos artsticos mucho ms refinados que aqullos de las primeras poblaciones neolticas. Pero todas estas civilizaciones un da desaparecieron, despus de un perodo de esplendor e influencia que a veces era largo (casi 1000 aos) pero ms frecuentemente corto (200 o 300 aos). En contraste, la neolitizacin convirti a las personas, que haban vivido hasta ese momento, como predadores en la naturaleza, en manipuladores de esta naturaleza y productores de su propio alimento. Ninguna poblacin que ha alcanzado esta etapa volvi nunca a su modo de vida previo. Y qu decir acerca de las transformaciones que se imprimieron en el ambiente natural? Como J. Giulaine dice, Qu puede decir uno sobre la metamorfosis de un espacio, del cual cada parte iba a llevar la marca del trabajo humano?(1992: 164).

    La domesticacin de plantas y animales fue seguida por la del paisaje. De aqu en ms, cada oasis de la costa peruana fue entrecruzado por redes de irrigacin de extensin y complejidad siempre crecientes. Las faldas de las montaas andinas seran gradualmente transformadas y

    mucho ms tempranamente de lo que se imagina- en gigantescas escalinatas de andenes, en hileras de terrazas que le permitan a la gente cultivar las colinas que hasta ese entonces haban sido inutilizables, sino inaccesibles. Y qu sobre el nuevo comportamiento social adoptado en este momento? La aparicin de aldeas permanentes y de una fijacin territorial de los recursos alimenticios, sean sus campos o rebaos, crearon nuevos modos de vida, una nueva percepcin del espacio diario que nunca sera olvidada, y nuevas relaciones entre los miembros de una comunidad. Aparecieron las divisiones sociales. De aqu en ms, en Ecuador y Per, haba quienes producan alimentos y quienes eran alimentados de manera de poder dedicar su tiempo a otras tareas (ver cap 6). Las sociedades cazadoras que eran aparentemente- igualitarias sobreviviran slo en las regiones alejadas del centro Andino- esto es, en la mayora de Sudamrica las cuales viviran un desarrollo ms lento. A veces eran desarrollados inusuales planes econmicos los cuales, en las tierras ms cercanas al rea andina, dependieron ampliamente en los prstamos. En los otros lugares, tom varios siglos ms antes de verse la difusin de tcnicas agrcolas y el uso de la cermica. Algunas poblaciones las encontraran o adoptaran slo despus de la siempre devastadora invasin de los europeos.