El arte del performance en el cuerpo. La experiencia de...

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E l performance 58 indicios sobre el cuerpo, dirigido por el argentino Emilio García Wehbi como parte de su residencia artís- tica con el Coletivo Teatro da Margem, 1 con la colaboración del GEAC 2 de la Universidad Fede- ral de Uberlandia-UFU en octubre de 2016, es la culminación de la disciplina Tópicos Especiales en Crítica y Cultura, impartida en la Maestría de Artes Escénicas de la UFU en tres módulos. El pri- mero de ellos fue coordinado por mí y trató de una discusión denominada “Perspectivas emer- gentes para la construcción del conocimiento de las artes de la escena: epistemologías y saberes en tránsito”. El segundo módulo gravitó en torno a la temática del cuerpo como producción de conoci- miento. Y el tercero, como síntesis de la relación pensamiento-cuerpo, culminó con la experiencia del performance en cuestión. En el núcleo de la experiencia del performance 58 indicios sobre el cuerpo (versión Brasil), bajo la rigurosa dirección teatral de García Wehbi, 3 1 Coletivo de artistas formado por Narciso Telles, Marcella Prado, Nádia Yoshi, Adriana Moreira e Luiz Leite. http:// cteatrom.blogspot.com.br/ 2 Grupo de Estudios e Investigación sobre Procesos de Creación y Formación en Artes Escénicas. http://geacufu.blogspot.com.br/ 3 Sobre la práctica modular de García Wehbi, puede verse otra aproximación en la revista: Vivian Martínez Tabares: Matadero 6. Canon y transgresión”, Conjunto n. 147, abr.- jun. 2008, pp. 46-51. El arte del performance en el cuerpo. La experiencia de la desnudez Adilson Florentino

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El performance 58 indicios sobre el cuerpo, dirigido por el argentino Emilio García Wehbi como parte de su residencia artís-

tica con el Coletivo Teatro da Margem,1 con la colaboración del GEAC2 de la Universidad Fede-ral de Uberlandia-UFU en octubre de 2016, es la culminación de la disciplina Tópicos Especiales en Crítica y Cultura, impartida en la Maestría de Artes Escénicas de la UFU en tres módulos. El pri-mero de ellos fue coordinado por mí y trató de una discusión denominada “Perspectivas emer-gentes para la construcción del conocimiento de las artes de la escena: epistemologías y saberes en tránsito”. El segundo módulo gravitó en torno a la temática del cuerpo como producción de conoci-miento. Y el tercero, como síntesis de la relación pensamiento-cuerpo, culminó con la experiencia del performance en cuestión.

En el núcleo de la experiencia del performance 58 indicios sobre el cuerpo (versión Brasil), bajo la rigurosa dirección teatral de García Wehbi,3

1 Coletivo de artistas formado por Narciso Telles, Marcella Prado, Nádia Yoshi, Adriana Moreira e Luiz Leite. http://cteatrom.blogspot.com.br/

2 Grupo de Estudios e Investigación sobre Procesos de Creación y Formación en Artes Escénicas.

http://geacufu.blogspot.com.br/3 Sobre la práctica modular de García Wehbi, puede verse

otra aproximación en la revista: Vivian Martínez Tabares: “Matadero 6. Canon y transgresión”, Conjunto n. 147, abr.-jun. 2008, pp. 46-51.

El arte del performance en el cuerpo.

La experiencia de la desnudezAdilson Florentino

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atravesada por el texto homónimo de Jean-Luc Nancy, se teje una trama acerca de la proximi-dad entre cuerpo y pensamiento. En la compli-cidad de esa relación está presente la captura de un registro que revela el instante en el cual ambos se tocan, se confunden y se interpelan. Es en la sutileza de esa relación que ha de pro-blematizarse el encuentro entre Webhi y Nancy, entre el performer y el filósofo, entre el arte del performance y la filosofía contemporánea. En ese encuentro hay un punto de intersección, de entrecruzamiento, que al mismo tiempo atrae y distrae el movimiento pendular de oscilación de los sentidos compartidos de la desconstrucción.

En las bases teóricas de Derrida,4 seguidas por Nancy, la desconstrucción funciona como una estrategia de descomposición de la metafísica occidental, a fin de constituir una difícil operación que abarca una especie de fuera/dentro del pen-samiento hegemónico. Desde ese punto de vista, el concepto de deconstrucción articula dos ejes imposibles, a saber, el de estar completamente dentro o plenamente fuera.

En calidad del sujeto espectador del perfor-mance 58 indicios sobre el cuerpo, experimenté algunos insights reflexivos y estéticos, los cuales comparto en este ensayo. Como participé desde el proceso de ensayo hasta su presentación, expe-rimenté la difícil operación de estar simultánea-mente fuera/dentro del proceso de construcción del performance, comprendido como decons-trucción/desmontaje del estatuto canónico de la escena. En la diferencia entre performance y teatro reside una interesante problemática que pone en discusión la cuestión de la estética del acontecimiento, de modo de hacer efectiva una ruptura con el concepto de subjetividad y de representación.5

En ese sentido, el performance emerge como una práctica artística enfocada hacia el des-montaje de la representación concebida como imagen, destacando al cuerpo como uno de sus principales dispositivos. El cuerpo en el perfor-mance constituye un dispositivo que rompe con la noción de espectacularidad vinculada a la idea tradicional de teatralidad. En esa ruptura, está la

4 Ver Jacques Derrida: A escritura e a diferença, Perspectiva, São Paulo, 2009, y Pensar a desconstrucción, Estación Liberdade, São Paulo, 2015.

5 Guillermo Gómez-Peña: “En defensa del arte del perfor-mance”, Horizontes Antropológicos, n. 24, 2005, pp. 199-226. (Puede encontrarse también en Conjunto n. 132, abr.-jun. 2004, pp. 16-35 [N. de la R.])

... el hombre está esencialmente desnudo, o sea, desvestido y expuesto... Y decir que está expuesto no significa solo que es frágil y vulnerable, sino que su exposición, su modo de ponerse al descubierto, exponerse al peligro, aventurarse, lanzarse a lo desconocido, arriesgarse, es constitutivo de su ser.Jean-Luc Nancy.1

1 Jean-Luc Nancy: Corpo, fora, 7 Letras, Rio de Janeiro, 2015, p. 13.

Espacio escénico de 58 indicios... Foto: Rubia Bernasci.

reinvención de un nuevo concepto de teatralidad conectado con las nociones contemporáneas del arte performativo.

Una de las tareas del performance dice con respecto a la disolución de la narrativa dramá-tica para ampliar la percepción del tiempo como experiencia de duración. En el performance, el cuerpo es expuesto como duración –la duración es la resistencia del cuerpo a su propia materia-lidad–; el cuerpo se convierte a sí mismo en una narrativa. Cuando Derrida analiza el Teatro de la Crueldad de Artaud, él también sitúa al cuerpo como escritura y a lo performativo como el ahora de la escritura del presente.6

En el performance, el cuerpo puede ser com-prendido como dispositivo estético, como lenguaje y como tema del arte contemporáneo. Todavia, el campo de las teorías sociales precede la discu-sión sobre la temática del cuerpo, al ser tomado como objeto a partir del presupuesto de que en él el ser humano se encarna y se materializa como ser social. Sin embargo, el estudio del cuerpo sigue siendo una de las grandes lagunas de la historia. La historia tradicional parece estar desprovista de cuerpo al tratar de la figura humana en una dimen-sión iconográfica y despojada de su carne.

El pensamiento contemporáneo parece estar reivindicando una nueva actitud en los modos de representación del cuerpo en el campo de las artes, más especialmente en el campo del per-formance. En consonancia con las reflexiones de Foucault,7 el cuerpo no debe ser entendido como elemento material y pasivo, sino como una plata-forma estética y una zona en la cual se inscriben comportamientos sexuales y sociales diversos.

Siendo así, el performance 58 indicios sobre el cuerpo constituye una experiencia artística en la cual lo que está en juego es la perspectiva polí-tica del cuerpo en la medida en que los gestos construídos por los performers están inscritos social e historicamente. En el performance en cuestión, cabe a cada performer desnudarse completamente delante del público, pronunciar el fragmento del texto de Nancy, colocar un poco de arcilla sobre el cuerpo y construir un movimiento corporal representativo de su historia de vida.

El performance trata de 58 indicios sobre el cuerpo, 58 artistas performers, 58 fragmentos de

6 Evando Nascimento: Derrida e a literatura, Eduff, Niterói, 2001.

7 Ver Michel Foucault: Microfísica do poder, Paz e Terra, Rio de Janeiro, 1989 y A história da sexualidade 1: a vontade de saber, Paz e Terra, Rio de Janeiro, 2014.

texto dichos individualmente y 58 movimientos corporales en acción. Todo el acontecimiento está acompañado por una música y dura ciento veinte minutos, aproximadamente. Ocurre en una gran sala de actuación del Curso de Graduación en Tea-tro de la UFU. Por tratarse de una sala cuadrada, cuatro micrófonos están dispuestos, uno en cada lado. La cuadratura de la escena me hace pensar en lo efímero de la propia performance, pues, desde el punto de vista geométrico, el cuadrado, a diferencia del círculo, se caracteriza por la igual-dad entre sus lados, puntas y aristas, y ejercita un valor finito de modo efímero.

El performance comienza con la entrada del performer número 1 que toma su posición delante de uno de los cuatro micrófonos existentes. Parado frente al micrófono y bajo el sonido de una música cuyo rítmo marca la duración de sus principales acciones, él inicia el proceso de desnudarse. Com-pletamente desnudo, el performer pronuncia el número de su indicio, dice el fragmento de texto correspondiente y enseguida, coloca su ropa y sus zapatos en la línea demarcatoria de uno de los laterales de la cuadratura escénica. En este ins-tante, entra el performer número 2 y procede a las mismas acciones realizadas por el anterior. La pri-mera foto ilustra la posición del micrófono delante del cual el performer inicia el proceso de devestirse y dice el fragmento del texto de Nancy.

Sin embargo, el conjunto de la acción perfor-mativa descrita antes aún está lejos de comple-tarse. Luego de colocar su ropa y su calzado en el lado apropiado del cuadro de la escena, el per-former coloca sobre su cuerpo cierta cantidad de arcilla, lo que altera su imagen. Posteriormente, él se posiciona en cierto punto e inicia su movi-miento corporal particular e individualizado que

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debe demostrar y reflejar una marca distintiva de su historia de vida. Cada performer diseña en el espacio su propio gesto que a veces está acom-pañado por un murmullo, un pequeño grito, una risotada, un suspiro, una palmada, entre otros efectos sonoros.

En la calidad de los artistas performers, todo el movimiento corporal realizado está configurado significativamente para expresar ciertos sentimien-tos, emociones y pensamientos, con el objetivo de encontrar la interacción dialógica con el especta-dor. Cada performer trae en sus espaldas, pintado, el número de su indicio. Cada cinco entradas de los performers, hay un disloque en el espacio creado por los que entraron antes, de modo que permita que el espectador asista a la dinámica de movi-mientos operada por cada uno de los artistas.

Paradójicamente, el movimiento constante de los performers en el interior del cuadrado finito se da de modo circular y en sentido contrario a las manecillas del reloj. Ese constante movimiento circular me remite a la problemática clásica entre

el círculo y el cuadrado. El círculo por no ser con-tiguo posee en su absoluta simetría el requisito de la perfección rumbo al infinito. Y el plano del performance 58 indicios sobre el cuerpo parece querer resolver, o por lo menos profundizar, la relación cuerpo-mundo a partir de la problemá-tica de la cuadratura del círculo.

En la imposibilidad de que el cuadrado se con-vierta en un círculo reside una compleja ecuación así como la de la angustia de la existencia del cuerpo en el mundo. El cuerpo podría ser representado por la cuadratura y el mundo por el círculo. Se puede observar como los planetas y los astros son circu-lares mientras que el cuerpo es finito y perecedero. ¿Por qué el texto hace alusión a los indicios sobre el cuerpo? Como está escrito en el indicio 43, Por-que el cuerpo escapa, nunca está bien seguro, se deja sospechar, pero no identificar... Solo dispone-mos de indicaciones, trazos, pegadas, vestigios.8

8 Jean-Luc Nancy: Ob. cit.

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Con esas palabras, como en otras de Nancy, presupongo una posición radical, a saber, el cuerpo es una ilusión; el cuerpo es creado, pero no se sus-tenta para siempre como el cuadrado. En contra-posición, la naturaleza que crea los cuerpos realiza permanentemente un movimiento elíptico, espiral, curvo y oval como el círculo.

En el proyecto filosófico de Nancy, la existen-cia del ser se teje en el movimiento de una finitud infinita; el sujeto es encarado como transitorio y siempre abierto a ser lo que es en cada instante de su existencia; él es el propio movimiento, una abertura en proceso.

El trabajo artístico de García Wehbi hace que los cuerpos diferentes de los performers protago-nicen una especie de recuperación de la natura-leza que los creó por medio de la estrategia de la desnudez. El acto de desnudarse en el perfor-mance puede representar una verdadera revo-lución de los cuerpos, una transformación en el sentido de la experiencia humana en el mundo.

Para Nancy, desnudarse constituye una expe-riencia de ser/estar con los otros en un modo de exposición en el que se comparten los sentidos. Pero también remite a la expresión de lo heterogé-neo, convirtiéndose en cuerpo de deseo, de entre-tocarse, abierto a las experiencias prohibitivas de la sociedad. El cuerpo desnudo emerge desprovisto de signos y de palabras. En este sentido, el acto de des-nudarse se distancia de aquello que se denomina mundo natural, como tentativa para demostrar que por detrás de la cultura no existe la naturaleza.

Aun con las ideas de Nancy, la desnudez no constituye un fin, sino una apertura para una sucesión indefinida de desnudos movidos por la fuerza pulsante del deseo y del placer.

Al retomar la acción performativa en cues-tión, se torna relevante subrayar la diversidad de cuerpos reunidos; está presente la inscripción de diversas sexualidades, colores, tamaños, edades e inclusive de un cuerpo grávido. Esa heteroge-neidad de cuerpos en acción reúne estudiantes de grado, maestría y doctorado, profesores uni-versitarios y artistas locales e internacionales de Argentina y Colombia.

El empleo de los términos diversidad y hete-rogeneidad acerca de los cuerpos en escena en el sentido de comprenderlos como construcción socio-histórica y están constituidos por prácticas sociales atravesadas por ciertas relaciones de fuerza, como las relaciones poder-saber. De los textos de Foucault, deduzco que las relaciones de fuerza implican per-manentemente relaciones de poder inscritas en

los cuerpos. A partir del deseo foucaultiano, parto del presupuesto de que no hay relación de poder sin la constitución relativa de un campo de saber y viceversa. Esto significa afirmar que solo existe un ejercicio de poder sobre el cuerpo por causa de la existencia de los saberes que a partir de los efectos de verdad producen los efectos de poder. El cuerpo ha de constituir la materialidad sobre la cual el poder es intervenido por el saber.

Con la apertura de un nuevo campo de estu-dios sobre la comunicación no verbal se gesta otra comprensión sobre el cuerpo, en la medida en que pasa a ser visto como una estructura lingüís-tica que habla, revelando una serie de informa-ciones que hasta entonces el sujeto guardaba en secreto. Desde el punto de vista de la lógica social del consumo, criticada por Baudrillard, el cuerpo se presenta con un leque de objetos de consumo y bajo la égida del signo de la liberación sexual. Por tratarse de una lógica de consumo de signos, Baudrillard subraya el hecho de que el cuerpo se entiende como un objeto que necesita de cuida-dos.9 Esto quiere decir que, según la perspectiva de Baudrillard, el cuerpo funciona según las nor-mas de la economía política del signo para que el sujeto pueda tomarse a sí mismo como objeto de manipulación de la sociedad de consumo.

9 Jean Baudrillard: O sistema dos objetos, Perspectiva, Sao Paulo, 2015.

El performer Fabiano Baraúna. Foto del artista.

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Si anteriormente el cuerpo estaba envuelto por el alma, en la concepción presentada por Baudri-llard, actualmente en la sociedad de producción y consumo, el cuerpo está envuelto por la piel como un signo de prestigio y de referencia.

El cuerpo pasa a ser representado como una forma de capital y de fetiche. Se amplían los regí-menes de autocuidado del cuerpo, que pasa a ser epicentro de una vasta producción en torno al ejercicio físico, de las dietas alimenticias, de las cirugías pláticas entre otras prácticas sociales. De este modo, se forma una espectacular tendencia que pasa a fijar el cuerpo como parte de un sujeto abierto a mudanzas y transformaciones.

Todavía, es a contrapelo de esas construcciones discursivas sobre el cuerpo que el trabajo de direc-ción teatral de García Whebi se sitúa. En este per-formance, la desnudez se torna un potente pretexto para la reflexión crítica sobre la escena, de modo a evadirse del exhibicionismo espectacular de la sociedad de consumo. No hay un desfile de cuerpos desnudos con la intención de vender un producto, lo que hay sobre todo es un desfile de diferentes modos de pensar el arte y la condición existencial.

La desnudez aquí está dotada de sentidos, y por eso es comunicativa y dialógica. ¿Cuál es el contenido que expresa? Por su propia dimensión polimorfa y polisémica, el performance al tomar el cuerpo, lo toma en su condición desnuda para reinventar una polifonia de sentidos que se multi-plique en el espacio-tiempo-devenir de la relación entre el arte y la vida.

En los límites de mi mirada como espectador-participante, lo que está inscrito en 58 indicios sobre el cuerpo es la desnudez performativa, la desnudez de los sentidos, la desnudez de cuerpos plurales, la exhibición de los cuerpos en estado de presencia. Nancy trae al debate la noción de corpus por el análisis de la dimensión simbólica de aquello que es corporal entendido como signo performativo. La poética de movimientos de los artistas-performers cumple el objetico de crear signos.

Sobre el tema de la desnudez, Nancy revela que: “La desnudez sería el nombre de lo que está fuera de sí en cuanto expresión de sí, ímpetu de sí para fuera de sí, allá donde ningún ser-sí mismo podría reconducir a una identidad a pulsión, a presión, el elan, ese lugar donde nada subsiste y

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95Momento final de 58 indicios... Foto Rubia Bernasci.

todo sobreviene”.10 En su osada reflexión, Nancy revela la siguiente consideración sobre el cuerpo: “Un cuerpo no es en el sentido en el que se acos-tumbra suponer que una cosa o un concepto es puesto, delimitado, estabilizado en algún lugar. Un cuerpo solo es haciendo y haciéndose siempre fuera de todo que podría contenerlo”.11

Merece destacarse la constatación de que la acción performativa produce varias transformacio-nes en el espacio. El performance 58 indicios sobre el cuerpo no posee un punto de vista único; los 58 performers lo alternan con sus diferentes movi-mientos. Las relaciones de espacio son profunda-mente alteradas por la acción de cada performer.

Aunque el espacio del performance en escena parecía estático y fijo, se revela dinámico y consti-tuido de una complejidad tejida por diferentes varia-bles. Una de ellas es la capacidad de cada performer que, con su movimiento singular y colectivo, va alte-rando el espacio al cual se circunscribe.

Cuando el performer entra en escena, está debidamente vestido, en contraste con los otros, completamente desvestidos. La foto que sigue revela esa contradicción de fuerzas entre los per-formers desnudos y aquel que aún está vestido.

10 Jean-Luc Nancy: Ob. cit, p. 7.11 Ibid, p. 8.

Como piensa Nancy, “… cuerpo... el contorno donde comienza y termina una existencia”.12

Se puede percibir que el espacio ocupado por los artistas se transforma en espacio de lo sensible, imbricado en el dominio de una interioridad que atra-viesa la porosidad de los cuerpos. En esta tesitura, el performance se convierte en tiempo y travesía para que el artista en el acto pueda espacializarse. El espa-cio se realiza en el performance como espacialidad.

En el momento en que los 58 artistas-perfor-mers finalizan el fragmento de Nancy, la música de Jordi Savall, compositor español de origen catalán, parece de manera contagiosa sustituir la palabra. Cada artista-performer recoge su ropa y la coloca en el centro de la escena; se retira lentamente y deja a la vista del espectador las vestimentas sin cuerpos.

La imagen que revela la foto enfatiza otro importante signo escénico, la iluminación. En el último instante solo hay en escena música, luz y ropas sin cuerpos. Ese deshecho parece anunciar no el final del performance, sino el nacimiento de una experiencia efímera.13 m

Traducción del portugués V.M.T.

12 Jean-Luc Nancy: Ob. cit.13 Este texto es parte de las actividades del estudio posdoc-

toral que realizo en el PPGAC-UFU, bajo la supervisión del Prof. Dr. Narciso Telles.

Foto: Rubia Bernasci