Ejercitos Y Batallas 11 - Ardenas 1944

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, LA ULTIMA APUESTA DE HITLER EN EL OESTE ediciones del p- ado BATALLAS DE LA HISTORIA 5 MILlTARY

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Edicion en castellano del libro de Edit Osprey que descibe el ultimo intento de Hitler de cambiar la guerra.

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, LA ULTIMA APUESTA

DE HITLER EN EL OESTE ediciones delp-ado BATALLAS DE LA HISTORIA • 5 1.I;1~¡JD

MILlTARY

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BATALlAS DE LA HISTORIA 5

ARDENAS 1944

LA ULTIMA APUESTA DE HITLER EN EL OESTE

JAMES R. ARNOLD

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BATALLAS DE LA HISTORIA 5

ARDENAS 1944

LA ULTIMA APUESTA DE HITLER EN EL OESTE

JAMES R. ARNOLD

~ Vista aérea de la 6ª División Acorazada americana maniobrando al noreste de Bastogne, el 13 de Enero, cuando se dirigía a tomar contacto con el Primer Ejército, cerca de Houffalicze. (Archivos Nacwnales de los EE.UU.).

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T El Ceneralfeldmarschall Cerd van Rundstedt (a la izquierda de Hitler) estuvo nominalmente al mando del frente del oeste completo. En realidad, no fue más que una figura de paja. Sin embargo, la Inteligencia aliada creyó que su estilo conservador presidiría

el planeamiento alemán, sin tener en cuenta el hecho vital de que Hitler dominaba todo. Hitler no le consultó respecto a asuntos del planeamiento para Las Ardenas. Van Rundstedt se dio cuenta de ~ue "todas las fuerzas dispombles eran con mucho demasiado pocas para

Dirección Editorial: Juan María Martínez. Dirección Técnica: Eduardo Peñalba. Coordinación Editorial: Juan Ramón Azaola. Supervisión y adaptación: Javier de Benito. Comité de Redacción: Ignacio Lucena, Bernardo Rincón , M. J. Ramírez. Edición: Esther Rodríguez, Iñigo Castro, Francisco Perales. Fotografía y Documentación Gráfica de la edición: José María Sáenz de Almeida, Marta Carranza, Nano Cañas, Joaquín Yerga. Versión castellana: M. J . Ramírez.

Título original: Ardenas 1944. Autor: James R. Amold.

Publicado originalmente por Osprey, un sello editorial de Reed Consumer Books Ltd ., Michelin House, 81 Fulham Road, London SW3 6RB.

un plan tan extremadamente ambicioso". Cuando conoció el plan de Hitler bromeo: "¿Amberes? Si podemos alcanzar el Meuse nos pondremos de rodillas y daremos gracias a Dios". (Archivos Nacionales de los EE. UU.)

© 1990 Reed International Books Ltd. © Abril 1994, Ediciones del Prado, de la presente edición.

ISBN (obra completa) : 84-7838-472-3

1 SBN: 84-7838-483-9

DL.: M. 11 559-1994

Impreso en España en Octubre de J .994

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información , en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el previo permiso por escrito de la editorial.

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INDICE Antecedente de la crisis: Nacimiento del plan 6 La Batalla de las posiciones de bloqueo 56

Las fuerzas enfrentadas 8 La Defensa de San Vith 60 Infantería Americana 8 Rendición de la Meseta de Eifel 60

Unidades Americanas Acorazadas 13 Rompeolas 61

Infantería Alemana 13 La defensa de Bastogne 67

Unidades Acorazadas Alemanas 29 Las decisiones del mando 67

Inteligencia y Decepción 25 Comienza la prueba 68

El Plan 36 "Nísperos" 68

El Terreno 32 Hacia el Meuse 76

El Asalto 33 Errores de Mando 76

El rechazo del 5.° Ejército Panzer 33 Cambio de Mando 76

Forzando el Our 36 Ultima crisis sobre el terreno 77

A través de la Brecha de Losheim 41 El contraataque 80

Reacciones de la Cúpula 44 Crisis de Mando 80

Ruptura 47 Conclusión 85

El Desmoronamiento del centro 47 Evaluación 86

La Defensa de las Ciudades Gemelas 48 El Campo de Batalla, hoy 89

Peiper 51 Cronología 90

La Carrera hacia Bastogne 55 Guía para lecturas posteriores 91

Hacia las Mueras 55 El Juego de la Guerra Ardenas 1944 92

Signos convencionales de los mapas

xxxxx Cuerpo de ~ Infantería ~ Ejército xxxx

Ejército ~ CabellerÍa ¡:;;¡¡¡¡jI xxx

Cuerpos ~ Artillería 8 xx

División ~ Fuerzas 1e>1 blindadas

x Fuerzas

Brigada ~ monorizadas ~ 111 Fuerzas aero-

Regimiento ~ trasnportadas ~ 11 Fuerzas

Batallón ~ especiales ~

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ENTORNO DE LA CRISIS: NACIMIENTO DEL PLAN

La ruptura en Normandía y la guerra relámpago que le siguió a través del noroeste de Europa terminó cuando los aliados se enfrentaron con las fortificacio­nes de hormigón del muro Oeste a lo largo de la fron­tera alemana. A partir de aquí, cada caso táctico alteró dramáticamente la confianza del Alto Mando aliado en el resultado de la guerra. El Teniente General (TG.) Omar Bradley recuerda que a principios de sep­tiembre, tras los días gloriosos de la persecución a tra­vés de Francia, la mayoría de los generales pensaban que la victoria era inminente. La increíble revitaliza­ción del ejército alemán en octubre, lo que los alema­nes llamaron "el milagro del oeste", estabilizó el frente e hizo poner a muchos los pies en el suelo. Así pues, el sangriento fracaso del intento ofensivo de noviembre para romper el muro oeste obligó a Eisenhower y a su Estado Mayor a adoptar un plan restrictivo para una detención durante el invierno. Sin embargo, cuando los oficiales de Inteligencia estudiaron detenidamente los resultados de noviembre, decidieron que la situa­ción no era tan negra. Creían que la presión aliada continua estaba causando hasta 9.000 bajas alemanas diarias, lo que suponía un desgaste en personal equiva­lente a 5 Divisiones por semana. Una nueva corriente de optimismo recorrió toda la estructura, desde el Cuartel General Supremo de las Fuerzas Expediciona­rias Aliadas (SHAEF) hacia abajo. La Sección de Inteli­gencia de Bradley escribió: "El punto de la crisis ale­mana puede presentarse repentinamente y sin aviso". La Sección de Inteligencia de Montgomery se hizo eco de esta opinión: "El enemigo está en el mal camino oo.

no podría montar una ofensiva a gran escala". Este optimismo ocultó un cisma dentro del campo

aliado que empeoraba por momentos. Montgomery continuaba sin descanso su campaña para que Eisen­hower fuera ascendido y en consecuencia reemplaza­do por uno de los generales del Mando Supremo te­rrestre, a ser posible por él mismo. El mariscal de cam­po creía que deberían detenerse todas las operaciones ofensivas al sur de Las Ardenas para permitir que la mayoría de los recursos pudieran acumularse al norte de éstas, en apoyo de un único y "masivo intento" ha-

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cia el Ruhr. Los generales americanos, dirigidos por Bradley y Patton, se resistían agriamente al plan de Montgomery. Sin tener en cuenta sus méritos milita­res, los americanos creían que Montgomery había de­mostrado repetidamente su incapacidad para dirigir movimientos ofensivos audaces. Por otra parte, ello si­tuaría a las unidades americanas en un papel subordi­nado, mientras proporcionaba a los británicos el pres­tigio de encabezar el asalto final dentro de Alemania. Teniendo en cuenta que el número de las divisiones americanas en el norte de Europa excedía en mucho el número de las británicas y de la Commonwealth (de 42 a 19 en el momento de la ofensiva de Las Arde­nas), el plan de Montgomery era políticamente impo­sible. Sin embargo, continuaba insistiendo sobre ello en todas las oportunidades, situando a Eisenhower en uno más de los muchos compromisos desafortunados en los que estaba especializado. Eisenhower ordenó que los aliados se acercaran al Rin atacando por am­bos lados de Las Ardenas, para después decidir qué hacer. El centro, Las Ardenas propiamente dichas, un área que se creía inadecuada tanto para cualquier acción ofensiva aliada como alemana, se mantendría con fuerzas ligeras a base de divisiones de veteranos y otras recién llegadas nutridas con personal bisoño.

Desde el mismo 19 de agosto, Adolfo Hitler comenzó a plantear las bases para lo que luego sería la ofensiva de Las Ardenas. Resultaba una increíble arrogancia estraté­gica el plantear una ofensiva masiva teniendo en cuenta que el ejército alemán estaba sufriendo las pérdidas más tremendas de los 5 años de la guerra: en agosto se vio có­mo perdían hasta medio millón de hombres, elevando la suma total de los 5 años a 3,3 millones de b<yas. Incluso con el frente derrumbándose y las unidades más impor­tantes, como la División Acorazada Lehr, reducida a un puñado de hombres y 5 carros, ordenó la concentración de las unidades y su mantenimiento como reserva con vistas a un contraataque decisivo. Desde el punto de vista alemán, un ataque con éxito en el este podría eliminar hasta 20 ó 30 divisiones rusas, pero incluso en este caso, la situación estratégica sólo variaría ligeramente. Resulta­dos similares, en el oeste, tendrían un impacto decisivo.

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A partir de este momento, la estrategia de Hitler se orientó a mantenerse firmemente en todos los frentes hasta que se completaran todos los preparati­vos precisos para una ofensiva. Creía que los británi­cos y los americanos se verían obligados a detenerse una vez agotados los suministros. Entonces, los de­fensores podrían reagruparse tras las formidables for­tificaciones del muro del oeste. Fue una conclusión intuitiva que se demostró ser exacta. Por otra parte, Hitler creyó que la coalición aliada era un grupo ficti­cio de intereses rivales. Un fuerte descalabro produci­ría la ruptura de la coalición. Hitler inspiraba sus convicciones en la experiencia de Federico el Grande al final de la Guerra de los 7 Años, cuando conti­nuando obstinadamente la guerra en contra de todo consejo, había conseguido mantener a la coalición planteada contra él. Hitler pensaba que podría hacer lo mismo. Desde su punto de vista, la clave era una ac­ción ofensiva. Atacando demostraría a las potencias occidentales que Alemania no podría ser conquistada.

El 16 de septiembre, Hitler interrumpió una reu­nión de su Estado Mayor para anunciarle su "gran decisión ... ¡Ianzarse al contraataque. Aquí, sobre Las Ardenas, con un objetivo: Amberes!". Este cho­que cortaría los ejércitos británicos y americanos y le llevaría a "otro Dunquerque". El ataque tendría lugar con mal tiempo para neutralizar la arrollado­ra superioridad aérea aliada. La respuesta occiden­tal sería lenta, creía Hitler, porque los aliados nece­sitaban coordinar sus planes. Así pues, los carros alemanes deberían ser capaces de alcanzar el río Meuse antes de que las reservas aliadas entraran en

~ A ffU11 de 1944, Bradley utihzaba el sector de Las Ardenas para poner a punto Unidades desgastadas. Para defender este amPlio frente la mayoría de los Batallones tenían que emplear como fusileros algunas de sus tropas especiales, como los sirvientes de morteros, de cañones y personal de Compañías contra-carro. Patton anotó en su diario a princiPios de diciembre que la falta de soldados de Infantería en un frente amPlio suponía que "estamos disemtnados y con un fondo poco profundo". Aquí, sol{Jados de Infantería hacen cola para ver una película en la tranquila ciudad de Malmédy, cinco días antes de que comenzara la contraofensiva alemana. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

ENTORNO DE LA CRISIS: NACIMIENTO DEL PLAN

combate. Además, Hitler no tenía ningún respeto por los combatientes americanos. Estaba seguro de que un asalto relámpago y por sorpresa, seguido de ataques de unidades de comandos especiales para sembrar la confusión y el terror, y una persecución sin descanso, conseguiría romper rápidamente la lí­nea americana en Las Ardenas.

T Los rusos se acercaron a las fronteras del Reich desde el Este. Sin ;Prestar atención a los consejos de Guderian y de otros, Hitler decidió enviar refuerzos al oeste. En noviembre y diciembre, 2.277 vehículos de combate acorazados nuevos fueron enviados al Oeste y solamente 919 lo fueron al Este. Esto dejó a las líneas alemanas en el Este

alargadas y sin profundidad, con su Infantería obligada a defenderse por sí misma contra los tanques rusos. Aquí, soldados en un pozo de tirador, armados con dos granadas de mano, esperan a un carro ruso T-34 que aparece en la fotografía por la izquierda. (Wood Collection, Instituto de Historia Militar de los EE.UU.).

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LAS FUERZAS ENFRENTADAS

La infantería americana

Los planificadores americanos anteriores a la gue­rra diseñaron una división de Infantería más carac­terizada por su mobilidad que por su potencia. Te­nía un personal de 14.253 hombres divididos en 3 Regimientos de 3 Batallones con 3 Compañías de Fusiles cada uno. El núcleo de la fuerza de la Divi-

,. En comparación con sus oponentes, el soldado de Infantería americano era superior, y. disparaba el mejor fustl de la guerra, el semiautomático Ml Carand. Los fusiles reglamentarios alemanes eran de cerrojo. Ambos bandos emplearon ametralladoras ligeras parecidas. Los americanos llevaban dos modelos de la Primera Cuerra Mundial: una Browning automática por pelotón y una pesada de

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calibre .50 con refrigeración por agua, arma que los alemanes habían abandonado. Aquí, Infantes de la 30 División tras el frente el16 de Diciembre. Se encontrarían en seguida luchando contra PeiPer. El soldado sentado tiene un BAR en la mano derecha y un Ml en la izquierda, y lleva sobre los hombros una cinta de ametralladora calibre .50. (Instituto de Historia Militar de los EE.UU.).

sión residía en sus 27 Compañías de Fusiles que to­talizaban, junto con su personal del Cuartel Gene­ral, hasta 5.211 Oficiales y soldados. El equilibrio de la potencia de la División estaba en sus unidades de Apoyo. La experiencia demostró que a la estruc­tura de la División le faltaban fusileros para mante­ner un combate sostenido, y de este modo, cual­quier choque importante la dejaba rápidamente al límite de su capacidad.

Como en los demás ejércitos, la potencia de fue­go mostrada durante la 1 ª Guerra Mundial cambió la doctrina de la Infantería americana, realzando la importancia tanto del fuego como de la maniobra. A nivel Sección y pelotón, esto requería una acción inteligente y agresiva. Sin embargo, el Ejército de los EE.UU. completó las filas de su Infantería de Combate con reclutas poco hábiles, poco instruidos y sin entusiasmo, reservándose los mejor calificados para las armas técnicas. Los estudios posteriores a la guerra demostraron que sólo el 15% de los fusi­leros en las unidades de tipo medio dispararon al-

~ La mayoría de los defensores de Las Ardenas tenían muy pocos bazookas y munición. Como ocurrió frecuentemente en esta batalla, el17 de diciembre una sección se enfrentó a cinco carros Tíger en un camino fundamental para alcanzar Rocherat-Krinkelt, y sólo tenían tres disparo s de munición de bazooka. Aquí, la instrucción de tiro de bazooca se desarrolla contra un carro Mark IV destruido. (Instituto de Historia Militar de los EE.UU.).

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.. Dos tercios del personal de una División de Infantería estaba encuadrado en unidades de apoyo. Según Patton: "El 92 % de nuestras bajas se producen dentro de las Compañías de fusiles de Infantería, y cuando una División de Infantería ha perdido 4.000 hombres no le queda prácticamente ni un solo fusilero". La División 28 de Infantería que mantenía el sector central de Las Ardenas había perdido 6.100 hombres en el

bosque de Huertgen. El ejército americano estaba mejor dotado de oficiales; los oficiales representaban el 7 % de su personal, mientras que el porcentaje de los alemanes era del 2.86. Aquí se ven algunos de esos pocos en un parapeto: un equiPo de carros de Infantería de la 4 ª División Acorazada cerca de Bastogne. (Colección de Charles B. MacDonald, Instituto de Historia Militar de los EE. Uu. ) .

guna vez en combate. En las unidades de élite, co­mo los paracaidistas, el porcentaje se doblaba.

Todo esto significa que a la Infantería americana le faltaba agresividad en el ataque, una característi­ca que sin embargo manifestó a lo largo de la fase de contraataque de la Batalla de Las Ardenas.

En defensiva, el infante americano era capaz de resistir más que sus entrenados oponentes de las fi-

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LAS ARDENAS 1944

las alemanas. Cuando se trataba de enfrentarse a unidades acorazadas enemigas, como fue el caso durante los críticos primeros días de esta batalla, la infantería sufrió de una total falta de armas efecti­vas contra carro. Desde 1943, en Sicilia, los infantes se percataron de que su lanzacohetes reglamenta­rio individual de 2,36, el bazooka, no era efectivo contra los carros alemanes último modelo. A pesar de ello, su departamento de recursos no desarrolló ni distribuyó ningún arma alternativa.

En teoría, cada Regimiento americano confiaba

Infante armado con carabina MI .

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en su Compañía contracarros con 6 cañones de 57 mm. Era un arma penosa y obsoleta. Del mismo modo, los infantes tenían una desventaja cualitativa respecto a su artillería de apoyo directo. Cada Regi­miento tenía una batería compuesta de 6 obuses de cañón corto, remolcados, de 105 mm. Simplemen­te para ser útil le faltaba mobilidad, particularmen­te en el embarrado y nevado terreno de Las Arde­nas. Por el contrario, los alemanes habían desarro­llado un tipo especial de armas para apoyar el ataque de infantería a través de zonas batidas: los cañones de asalto autopropulsados de 75 mm.

El arma fundamental para la infantería america­na fue sin lugar a dudas la artillería. La artillería di­visionaria tenía 3 grupos de 12 obuses de 105 mm. y un grupo de 12 piezas de 155 mm. Teniendo en cuenta que la mecánica para el manejo de una pie­za de artillería es similar en instrucción que en combate, ya que los hombres hacen lo mismo, de­positar fuego sobre sus objetivos en ambos casos, nunca hay sirvientes de artillería novatos, ya que to­dos la manejan como veteranos. Así pues, las inex­pertas divisiones que luchaban en Las Ardenas po­dían esperar un buen apoyo artillero. Desde 1942, los alemanes habían despreciado a la Infantería americana, pero elogiado a su artillería. A lo largo del frente de Las Ardenas, los defensores emplea­ron 228 piezas de artillería en 13 grupos de apoyo general, y 276 piezas de artillería orgánicas de la División. A lo largo de las líneas, los alemanes acu­mularon alrededor de 1900 piezas de artillería tubo y cohete. Cambiando su doctrina previa a la guerra, en 1944 cada División de Infantería americana te­nía agregada un Batallón de carros, 1 Compañía con 13 carros ligeros y 3 Compañías con 53 carros medios. Cuando se enfrentaban con ataques de panzers, los carros medios asignados a los batallo­nes daban la impresión de faltarles la voluntad de apoyar a su infantería en la línea de frente . Se com­prende teniendo en cuenta la tremenda superiori­dad cualitativa de los carros alemanes. El cuadro que presenta una división de Infantería americana en 1944 no puede decirse que sea feliz. Una doctri­na errónea le había llevado a una débil estructura organizativa. Peor aún, en el área vital del combate contra carro los hombres iban dotados de armas obsoletas. El Ejército americano de Las Ardenas fue llamado "la guardería y el asilo". Aquí, formaciones de veteranos absorbieron a millares de "refuerzos", ya que por razones psicológicas el mando había or­denado que el antiguo término de "reemplazos" no se volviera a usar, y estos reemplazos fueron enmar­cados en unidades de "supervivientes". A pesar de

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~ El arma contra-carro reglamentaria americana era el obsoleto cañón de 57 mm. Podía detener un Mark IV con coraza ligera, pero era casi inútil contra Panzers más pesados. Durante años, alemanes y rusos habían utilizado el cañón de 75 mm. más potente o armas de mayor alcance contra-carro. De al~na forma, el Ejército amen cano que tenía la base industrial más importante del mundo para desarrollarlos no pudo dar a su Infantería un arma contra­carro adecuada. Hombres de la División 84 manejan un cañón contra-carro de 57 mm. bajo una tormenta de nieve el 4 de Enero. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

~ Los artilleros americanos disfrutaban de la ventaja de tener un avanzado eqUlpo de dirección de fuego y buenas comunicaciones, lo que les permitía cambiar de objetivo rápidamente. Habían adoptado a la perfección el mortífero sistema "TOT " ("tiempo sobre objetivo") , táctica que les permitía disparar múltiPles baterías sobre objetivos determinados por períodos de tiempo concretos. El volumen resultante de fuego preciso, batiendo pequeñas áreas, preocupó a los alemanes. Aquí un obus autopropulsado de 105 mm. de la Batería C del Grupo de Artillería de Campaña 274 actúa en una misión el1 de enero cerca de Bastogne. (Archivo Nacional de los EE.UU.). .........-

~ Las razones por las cuales se asignaba un Batallón de Carros a la Infantería era para proporcionarle potencia de choque en ataques frontales; sin embargo, al __ incluir carros ligero s ¡¡;;;IIOi-

designados especialmente para la explotación y la persecución esto no tenía sentido. Una o dos veces durante la batalla de Las Ardenas, las Compañías de carros ligeros sorprendieron a la Infantería alemana al descubierto . De otra forma, habría sido inútil. (Archivos Nacionales de los EE. UU.).

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

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.. La División de Infantería tenía un Batallón contra-carro asignado. Los planificadores de antes de la guerra creían que los carros evitarían entrar en combate con los carro s enemigos. La experiencia demostró. que los carro s fueron las más efectivas armas contra-carro. El Mll O reglamentario llevaba un cañón de alta velocidad

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de 3 pulgadas en una torreta abierta (Para ahorrar peso y aumentar la movilidad) montado sobre un chasis de Sherman. La necesidad de una modernización se hizo palPable, así que en 1944 algunos se rediseñaron para llevar un cañón de 90 mm. Entre otros modelos utilizados en Las Ardenas se incluía el M18 con un

cañón de 76 mm. en una torreta abierta montado sobre un chasis de carro li~ero. Los intentos de los dtseñadores para mejorar movilidad y potencia de fuego a expensas del blindaje, demostraron no ser buenos. Aquí un contra­carro apoya a las posiciones de Infantería. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

~ Los cañones de los carro s alemanes tenían mayor alcance y velocidad inicial que el cañón corto de 75 mm. de los Sherman. El cañón de los Sherman no podía penetrar ni el bltndaje frontal de los Mark V Panther ni de los Mark IV 1iger, mientras que su proPia coraza frontal no aguantaba ellmpacto de los cañones contra-carro ni de los carros alemanes. La única táctica posible para los Sherman era intentar alcanzar a sus enemigos en un disparo lateral o trasero. En la campaña de Las Ardenas, el terreno embarrado obligó a efectuar combates sobre las carreteras, eliminando de esta forma la única aproximación posible americana. En todo caso, la destrucción de un Phanter o un 1iger exigía normalmente la destrucción de varios Shermans, hecho que, como indica Bradley: "No resultaba muy cómodo para las tripulaciones que tenían que entregar sus propias vidas". Dos disparos de un 1iger han penetrado este Sherman matando al conductor e incendiando el carro. (Archivos Nacionales de los EE.UU).

.... En 1942 entró en combate con el 8Q Ejército británico el carro reglamentario americano de 33 Tm. M4 General Sherman. Demostró ser un buen oponente del carro básico alemán en aquel momento, el Mark IV. Mientras que Alemania y Rusia con un soporte industrial menor consiguieron modernizar cada mio el disel'io de los carros, el diseño americano se mantuvo congelado durante todo el tiempo. Lo que funciollaba en 1942 había quedado obsoleto en 1944. Un Sherman de la 3 ª División Acorazada vigila la carretera de Manhay. (Archivos Nacionales de los E. UU. )

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• La ametralladora ligera americana tenía tal velocidad de tiro que los soldados la llamaban la "Hitler-Sage" (la sierra de

Hitler). Esta foto capturada muestra a un sirviente de ametralladora (en el centro) el17 de diciembre. (Archivos Nacionales de los EE. UU. ).

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

que Bradley y otros sabían que las divisiones biso­ñas casi invariablemente fallaban en su primera ba­talla en Europa y sufrían tremendas bajas en sus primeros encuentros, las nuevas divisiones no se ha­bían probado en combate.

Las unidades acorazadas americanas

Las divisiones acorazadas de los EE.UU. normal­mente tenían 3 batallones con 177 carros medios, 77 carros ligeros equipados con un inútil cañón de 37 mm., un batallón de armas contra carro auto­propulsado y 3 Grupos de Artillería media autopro­pulsados y 3 de los llamados Batallones de Infante­ría autopropulsados. Realmente, de hecho, una vez que estos últimos desmontaban de sus vehículos se­miorugas combatían de la misma forma que uno de infantería normal. La división se dividía en 3 mandos de combate. Las tripulaciones de carros de las divisiones acorazadas normalmente estaban de­seosas de enfrentarse a los carros enemigos. Sus Shermans eran ligeramente superiores a los Mark IV alemanes. Pero contra los Panzers, más pesados, combatían en enorme desventaja.

Teniendo en cuenta esta inferioridad técnica americana no sorprende que casi siempre que se in­formara respecto a un tanque alemán se tratara de un "Tiger" y que cada cañón contra carro fuera un "88". Lo que sí sorprende a lo largo del tiempo es la voluntad americana de luchar cuando todos com­prendían las grandes ventajas enemigas. En Nor­mandía, y durante la persecución por Francia, los Shermans para batir a las unidades Panzers se apoya­ron en su ventaja numérica yen una apabullante su­perioridad aérea. El 16 de diciembre el VIII Cuerpo de Ejército (CE) tenía 242 Shermans y 182 cañones contra-carro autopropulsados para enfrentarse apro­ximadamente a 1000 carros y cañones de asalto ale­manes en unas condiciones atmosféricas que mantu­vieron en el suelo a la mayoría de los aviones.

Teniendo en cuenta los problemas americanos, fue una suerte que sus oponentes alemanes tuvie­ran también graves deficiencias.

La infantería alemana

Las altas pérdidas obligaron a los alemanes a rees­tructurar sus divisiones de Infantería en 1944. Hitler creó la División Volksgrenadier (Granaderos del Pueblo-VGD) en una llamada a la defensa nacional de la madre patria. Pero al final, este útulo había de ganar en combate. Con las nuevas movilizaciones,jó­venes reclutas de 16 y 17 años y "voluntarios" más jó-

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venes de las SS se unieron a hombres mayores dispo­nibles para el servicio para completar las filas de las formaciones designadas para el ataque en Las Arde­nas. Muchos más soldados llegaron de las zonas de retaguardia fuera de la zona de combate y proceden­tes de personal de la Armada y de la Luftwaffe. Aun­que su moral se mantuvo alta -sólo 5 soldados de­sertaron en todo el frente del oeste durante los 12 primeros días de diciembre- habían sido mal entre­nados y sabían muy poco de las tácticas de la Infante­ría. Normalmente avanzaban en grupos conducidos

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Volksgrel/adie/" alelllál/, armado con un Panzerfaust (lanzagranadas) y un Subfusil soviético PPSh-4l.

hacia adelante por oficiales y suboficiales veteranos y sufrieron terribles pérdidas bajo las armas automáti­cas y el fuego de artillería. El potencial humano de las Divisiones bajó de los 17.000 en las previsiones de las plantillas antiguas hasta 12.769 que se dividían en 3 Regimientos de 2 Batallones cada uno. Un Bata­llón de Fusileros de élite constituía el elemento su­plementario de maniobra de la División.

Paralelamente a la disminución del potencial hu­mano, se incrementó la potencia de fuego individual. La pistola automática, ampliamente distribuida entre

• Entre las distintas pistolas automáticas se encontraba la famosa Schmeisser, cuya alta cadencia de fuego hacía un sonido como "b-r-r-r-r-p" que le hizo ganarse el nombre de "burp gun " entre los soldados de Infantería. A pesar de que una División alemana tenía 1.200 hombres menos que una americana, la profusión alemana de armas

automáticas le daba una potencia de fue o superior. Aqui_ esta f oto nos muestra un otorista llevando un 1lU!1JSIlje a la Infantería mbida en la parle trasero de Pa=er dUnDlie el avance. Obsirrese al hombre que emí de Pie en el lado izquierdo, que lleva un arma Sien captuTada_ i os

lacionale$ de los EE.Ll:. ' .

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los Volksgrenadiers, fue probada con gran éxito, par­ticularmente cuando la llevaban las Compañías Regi­mentales de Asalto Especial. Los alemanes también tenían lo que los paracaidistas americanos llamaban "la mejor arma contra carro portátil de la guerra", el lanzador de cohetes de un solo disparo Panzerfaust.

Las posibilidades de la artillería de la División de Infantería eran muy similares a las americanas. Sin embargo, la mayoría de la artillería todavía se basaba en el transporte a caballo, lo que la hacía muy lenta para avanzar en apoyo del ataque y pro-

~ Los alemanes distribuyeron profusamente su versión de lanzacohetes, el panze1aust. Se llevaba con faciltdad con un portalanzagranadas que permitía a los individuos llevar otras armas. El Comandante de la División 82 Aerotransportada observó que sus hombre s adquirían un buen arma contra carro sólo cuando habían capturado numerosos panzerfaust. Un sirviente de cañón contra­carro de la División 26 (VeD) dibujó este apunte mostrando a su Unidad avanzando cerca de Bastogne el 20 de diciembre. Los dos soldados que caminan en cabeza llevan panzerfaust. (Colección de Charles B. McDonald, Instituto de Historia Militar de los EE. Uu. ).

~ Las brigadas de cohetes alemanas podían conseguir una saturación de fuego aterradora. Los Infantes americanos les llamaban "screaming meemies" por el sonido que hacían los cohetes al llegar. Las Unidades de NebelwerJer (lanzacohetes) totalmente motorizadas permitieron a los alemanes alcanzar con su fuego los escalones más avanzados en apoyo de las acciones ofensivas. También se utilizaron para reforzar Unidades especiales de asalto. Las Divisiones Panzer de las SS llevaban agregado un Batallón de Nebelwerfer, un Batallón suplementario de carros o panzerjaeIJer, y una Batería ile Artillena pesada de 170 mm. (Archivo Mtlitar y Servicios de Investigación).

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

ducía grandes atascos de tráfico en la retaguardia alemana. Los escalones más elevados de Mando te­nían 9 Cuerpos de Volksartillerie variando su com­posición entre 50 y 100 armas. Incluían muchas capturadas al enemigo, lo que complicaba mucho el municionamiento. El Alto Mando contaba tam­bién con 7 Brigadas del nuevo Volkswerfer equipa­do con el lanzador de cohetes Nebelwerfers. En cuanto las formaciones de ruptura iban más allá del alcance de la artillería cañón a caballo, basa­ban su apoyo en las Brigadas de cohetes totalmen-

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LAS ARDENAS 1944

.. En el otoño de 1944, Adolf Hitler ejercía un control total sobre la estructura militar alemana. Von Manteuffel indica que Hitler nunca tuvo "la forma de concentración emPleada por nuestros oficiales del Estado Mayor. Simplemente carecía de las facultades mentales necesarias para estudiar cualquier tlPO de plan hasta en los más mínimos detalles ". Hitler indicaba que su liderazgo militar era: "¡un problema de capacidad intelectual,

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tenacidad y nervios de acero! ¡ Voluntad de vencer era todo! ". Hi tler se distanció de los oficiales profesionales prusianos clásicos y se hizo rodear de personas que le adulaban. De esta forma desconocía y estaba lejos de los princiPios más básicos del arte de la guerra. El fallido intento de asesinato del 20 de julio le supuso una importante crisis PSlcológica y física, y le hizo sospechar más que nunca del Cuerpo de Oficiales: "Llegaba a la sala de operaciones

inclinado y ausente. Con su mirada miope saludaba solamente a aquellos que estaban más próximos a él". Se dejaba caer en su silla "encorvado y con la cabeza hundida entre los hombros ". Al señalar el mapa le temblaban las manos. "A la menor ocasión pedía chillonamente que " "el culPable"" debería ser ejecutado". Fue el principal estratega alemán de la ofensiva de Las Ardenas. (Biblioteca de Cuadros de Personalidades) .

~ El Generalfeldmarschall (Mariscal de Campo) Walter Model fue uno de los arquitectos del "milagro en el oeste". Cuando fue informado, a final de octubre, de la inmediata ofensiva, respondió: "Este plan no tiene nin~llna condenada posibllidad de funcionar ". Presentó sin éxito una solución alternativa práctica y más limitada, la llamada "solución menor". Estaba al mando del Grnpo de Ejército B que englobaba a los ejércitos que tomaron parte en la ofensiva de Las Ardenas. La orden de ataque de Model decía: "No defraudaremos al Führer ni a la Patria que creó la espada de la justicia. ¡Adelante en el espíritu de Lellthen!". (Archivo Militar y Servicios de Investigación) .

El Generaloberst Alfred Jodl (no se le ve) fue el adulador de Hitler más importante en el planea miento de la ofensiva de Las Ardenas. Como Jefe de la Sección de Operacwnes del OKW vivió junto a Hitler durante años. Aislado y desconocedor de la situación, asumió la dirección del planea miento para la contraofensiva. La operación en Las Ardenas fue la primera ocasión en los seis años de guerra en que el OKW tomó un control directo de una ofensiva a gran escala. Jodl vio en ella su gran oportunidad. Su incapacidad para enfrentarse a Hitler unida a su inexperiencia como oficial de Estado Mayor, lo llevó a cometer muchos errores de planeamiento. Cuando von Manteuffel intentó expresar sus oPiniones respecto a cómo llevar la ofensiva el 3 de noviembre, Jodlle interrumpió gritándole: "¡Es una orden del Führer!. ¡No se cambiará nada -es irrevocable!". (Archivos

... Nacionales de los EE. UU.).

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• El general de los Panzertruppen Hasso von Manteuffel, mandó el 5º Ejército Panzer alemán. Era el tipo de líder inteligente y agresivo que se ganó el respeto mundial por su "tradición prusiana". Siendo solo un mando de Batallón en la invasión de Rusia en 1941 actuó con tal distinción que llamó la atención del proPio Hitler. En aquella época cuando pocos Oficiales se atrevían a discutir con el Führer, von Mantel~1!el intentaba persuadlrle respecto a las tácticas de asalto más importantes, preocupado

~ El Generaloberst Josef "Sepp" Dietrich fue durante mucho tiempo un camarada de Hitler, seleccionado por éste para mandar el Sexto Ejército Panzer. Se le proporcionó el mejor material y todas las fuerzas de las SS, y su misión fue

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

como estaba de que años de control operacional de Hitler habían llevado "casi a desaparecer el arte alemán del Mando flexible". Liddell Hart le llamó "el maestro del arte de la movilidad y la sorpresa". La orden de ataque de von Manteuffel decía: "¡Adelante, marchad, marchad! ¡En recuerdo de nuestros camaradas muertos, y por lo tanto bajo sus órdenes, yen honor de la tradición de nuestra Wehrmacht!". (Archivo Militar y Servicios de Investigación) .

encabezar la ruptura. De capacidad limitada, tuvo poco impacto en el desarrollo de la batalla. Su Jefe de Estado Mayor asum'ió la mayoría de las decisiones a nivel ejército. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

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LAS ARDENAS 1944

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T EUn Sturmgeschutz III Ausf G de la Brigada 150 de Skorzeny.

.... En el asalto, la infantería confiaba cada vez más en los cañones de asalto autopropulsados que la acompañaban al atravesar las zonas batidas. En los ejercicios se insistía en el uso de estas armas. Posteriormente, los mandos le culPaban cuando fallaban los asaltos de la infantería. Reunidas las 18 asignadas a una División, o artlculadas en Destacamentos de Apoyo separados, estas armas proporcionaban a la Infantería alemana una efectiva capacidad contra­carro. Había gran escasez de ellas: en todo el Séptimo Ejército sólo había 30. Aquí, infantería montada sobre un cañón de asalto en su ataque el17 de diciembre. (Archivos Nacionales de los EE. UU.).

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te motorizadas. Goering había prometido un apo­yo masivo de la Luftwaffe, pero excepto en el es­pectacular último día, cuando la Luftwaffe realizó su vuelo de muerte -el Gran Choque-, ejerció muy poca influencia en los combates terrestres.

Las divisiones de Panzergrenadier (PG) y Paracai­distas mantuvieron su estructura basada en 9 Batallo­nes de Infantería. Las divisiones PG se parecían a las divisiones americanas. Estaban totalmente motorizadas

~ Incluso al final de la guerra, las tripulaciones de los carros alemanes mantuvieron un gran nivel actuando como conductores, tiradores u operadores de radio. Según algunos expertos, el último modelo de Panther equiPado con óptica de visión nocturna infra­rojos se mantuvo como el mejor carro del mundo hasta pTlncipios de los 50. En Diciembre de 1944 resultaba muchísimo mejor que sus enemigos americanos. (Archwos Nacionales de los EE.UU.).

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

y tenían orgánicamente batallones de carros medios y contra carros. Las 2 divisiones paracaidistas mantuvie­ron su nombre honorífico, pero nunca volvieron a ser las unidades de élite de pasadas campañas.

Unidades acorazadas alemanas

Las Divisiones SS y Panzers alemanas estaban com­puestas por un Regimiento de Panzers y 2 Regi-

T Un Panzerkampfwagen VI 1iger II Ausf B de la Brigada 501 Panzer Abteilung.

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LAS ARDENAS 1944

mientos de Panzergrenadier (PG). Tenían entre 90 y 100 carros por término medio. Cada División tenía un batallón contra carro autopropulsado. En com­paración con la Infantería acorazada americana, los Panzergrenadier carecían de la movilidad de sus oponentes americanos. Sólo la cuarta parte tenían vehículos semiorugas, y la falta de material obligaba a llevar una colección variopinta de vehículos captu­rados al enemigo mostrando los altibajos de la fortu­na alemana desde el principio de la guerra. Los Re­gimientos de PG tenían 2 Batallones cada uno, los de las SS 3. De los 3 Grupos de Artillería asignados a las Divisiones de Ejército, sólo uno era autopropul­sado. En las SS, uno de cada 4 era autopropulsado. Teniendo en cuenta que el plan designado para Las Ardenas preveía que las SS llevaran el esfuerzo prin­cipal, cada División Panzer de las SS tenía asignadas unidades para incrementar su potencia de fuego.

Los dos batallones de Panzers de los Regimien­tos proporcionaban el potencial para una guerra relámpago. Normalmente, un batallón dotado del carro ''Workhorse ("caballo de carga") Mark IV de 27 toneladas y armado con cañón de 75 mm. Era vulnerable a los bazookas y a otras armas contra-ca­rro americanas. El otro batallón estaba dotado del carro Mark V ó Panther de 43 toneladas. El Pant­her tenía un largo cañón de 75 mm. -70 calibres más largo que el caíi.ón corto de 75 mm. del Sher-

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man-, siendo indudablemente superior en alcance y velocidad inicial a los carros americanos. Su blin­daje era mucho más grueso y mejor capacidad para moverse a campo a través en barro y nieve.

Aún más impresionante era el carro Mark VI ó Ti­ger. Con sus 63 toneladas de peso y armado con un mortífero cañón de 88 mm. , llevaba suficiente pro­tección para considerarse invulnerable tanto por su frente como por los lados. El modelo más moderno, el Royal, ó King, Tiger, pesaba 68 toneladas, era el tanque operacional más pesado de la guerra, y tenía un blindaje de torre de más de 7 pulgadas de espe­sor. Su cañón de 88 mm. con su alta velocidad, dispa­rando proyectiles de más de 22 libras, era capaz de destruir un Sherman a una distancia de media milla. Por suerte para los americanos, el terreno cerrado y la frecuentemente dificil visibilidad impidieron a los ca­rros alemanes aprovechar su superioridad en alcance.

Hitler ordenó que los Tigers fueran distribuidos en formaciones independientes, normalmente del tamaño de Batallón o Compañía y empleados para reforzar los ataques más importantes. En la batalla de Las Ardenas participaron aproximadamente 45 Royal Tigers y 200 Tigers. El 6º Ejército de Panzers de Tigers recibió 21 Jagdtigers experimentales, 1 Panzejaeger de 82 toneladas con un tremendo ca­ñón de 128 m., arma que había sido la base de la defensa antiaérea alemana. En conjunto, los alema-

... El tiempo marcó la época de la ofensiva. "El tiempo del Führer" pronosticaba lluvia, niebla y nieve para mantener en el suelo el poder aéreo aliado. Aquí, un vehículo portamorteros de la División Acorazada 2 ª dispara en una ventisca durante la preparación de un contraataque en la punta de la bolsa. (Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE.UU.).

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~ El T.G. Omar Bradley condecorando aquí al T.G. Courtney H odges después de la batalla, mandó el Grupo de Ejército 12º, en su mayoría americano. A pesar de su apariencia tranquila, era un líder agresivo. Su frustración al ver las preferencias de Eisenhower por el tiPo de estrategia británica alteró su Cuartel General. Bradley consideró el sector de Las Ardenas como un "riesgo calculado". La ofensiva alemana le sorprendió mucho. Respondió con estilo de soldado, pero se consternó cuando Montgomery asumió el mando de las fuerzas americanas al norte de la ruptura. Hodges mandaba el Primer Ejército americano sobre el que se concentró la ofensiva alemana. Lento para apreciar las intencwnes alemanas, su limitada habilidad pura la gran táctica se agotó durante los primeros días de la batalla. (Archivos Nacionales de los EE. UU.).

~ El General Dwight Eisenhower era el Jefe del Mando Supremo Aliado en Europa. Aunque casi todo el mundo elogiaba el Ihe amigable, ni sus subordinados británicos ni los americanos respetaban sus valores militares. La pugna angloamericana por conseguir los escasos recursos alteró su Cuartel General, obligándole a tomar muchas decisiones más sobre bases políticas que militares. La ofensiva de Las Ardenas fue testigo de su mejor momento como líder militar. Aquí visita Bastogne con Bradley (izquierda) y Patton. El T.G. George Patton mandaba el Tercer Ejército

americano al sur de la bolsa y fue el único de los Generales aliados que se preocupó respecto a un posible ataque alemán en Las Ardenas. Sin embargo, absorbido por su

inmediata ofensiva, no se percató de ello cuando llegó el momento. En cuanto se convenció envió rápidamente a su Ejército para atacar el flanco alemán. Sin duda ninguna

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

fue el Comandante de Ejército aliado más agresivo y uno de los más respetados por los alemanes. (Archivos nacionales de los EE.UU.).

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LAS ARDENAS 1944

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.. De izqu'ierda a derecha: T.G. George Patton, Comandante del Tercer Ejército de los EE. UU.; General Dwight D. Eisenhower, Comandante

Supremo de las Fuerzas Abadas en Europa; y T.G. Omar Bradley Comandante del Primer Ejército de los EE.UU.

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LAS FUERZAS ENFRENTADAS

nes pusieron en combate para el asalto inicial alre­dedor de 1000 carros o vehículos similares.

En los combates acorazados en el frente del este se habían visto tremendas concentraciones acorazadas en frentes estrechos. En el oeste, la superioridad aé­rea aliada impidió estas tácticas. Cazabombarderos ('Jabos" en el slang militar alemán) dominaron los

combates terrestres mecanizados. Al faltarle algo efec­tivo con que hacerles frente, Hitler trató de asegurar­se unas condiciones de mal tiempo que mantuvieran en tierra todas las fuerzas aéreas aliadas. Lo que se su­puso una intuición se basó realmente en un análisis cuidadoso de los informes meteorológicos a largo pla­zo hecho por el experto meteorólogo Karl Recknagel.

ORDEN DE BATALLA NORTEAMERICANO

4.° División Infantería Veterana de la Playa

Utah en posición para recuperarse de la

campaña del bosque Hurtgen

SECTOR DE LAS ARDENAS 16 DE DICIEMBRE 1994

C. Gral. Supremo Fuerzas Expedicionarias Aliadas (SHAEF)

Cap. Gral. Dwight D. Fisenhower

--------------------~--------------------

12.° Grupo de Ejércitos de los EE. uu. Tte. Gral. Omar Bradley

I

--------------------~--------------------

VII CE.

Primer ejto. de los EE. UU. Tte. Gral. Courtney Hodges

I I

y. CE

G. D. Troy Middleton I G. D. Leonard Gerow I

9.° División Acorazada La ballata de las

Ardenas fue su primer combate

28.° División de Infantería

Recuperándose de tremendas pérdidas sufridas en el bosque

Hurtgen

Agregados: Grupo de Caballería n.o 14 y siete bons de íngenieros

I 2.° División Infantería

Unidad veterana, descansada y

preparada para el ataque al río Roer

I 99 División de Infantería

Novata, su única experiencia era

mantener un sedor de las Ardenas desde

mediados de noviembre

Agregado: 102 Grupo de Caballería

106 División de Infantería

La batalla de las Ardenas fue su primer

combate

23

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LAS ARDENAS 1944

A principios de 1944, fueron transportados equi­pos meteorológicos al entorno del círculo ártico. Allí mantuvieron una lucha de ratón contra gato con las patrullas aliadas enviadas para capturar sus estaciones de radio secretas. Un equipo enviado a la zona de Spitzbergen estuvo a punto de ser descu­bierto, al desembarcar, por destructores británicos alertados por in terceptadores. Establecieron una

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estación meteorológica que continuó funcionando hasta 4 meses después de la capitulación de la Wehrmacht. Fue la última unidad alemana que se rindió en la guerra. En Berlín, Recknagel analizó estos lejanos informes y predijo que durante las dos últimas semanas de diciembre llovería, habría nie­bla y grandes nevadas. Afirmó que estas condicio­nes comenzarían el 16 de diciembre, fecha que los

.... El Mariscal de Campo Sir Bernard Montgomery mandaba el GTIlPO de Ejército 21 compuesto por todas las Unidades británicas y de la Commonwealth junto con otras americanas. Autoconsiderándose un Gran Capitán el casi total agotamiento de las reservas de personal británicas frustraron sus conceptos ofensivos. La fortuna le llegó cuando se hizo cargo del Mando de las unidades americanas del norte de la bolsa. Se cansó en seguida, y acab ó loco de las doctrinas y sensibilidades americanas. A la mayoría de los generales amerzcanos les molestaba el pomposo Monty, aunque los que trabajaban cerca de él respetaban su capacidad. Aquí, se le ve con dos de sus subordinados americanos, Collins a su izquierda y Ridgeway. (Archivos Nacwnales de los EE.UU.) .

.... El G.D. Troy Middleton (izquierda) mandaba el8Q

Cuerpo sobre el que recayó el ataque alemán. Veterano de la Primera Guerra Mundial, Marshall le describió como: "Un extraordinario Mando de Regimiento de Infantería" en el frente de batalla francés. Tanto Bradley (derecha) como Eisenhower (fondo derecha) le propusieron como Jefe de Cue'P.0 de Ejército. Patton escribió que el comportamiento de Middleton había sido "excepcionalmente bueno" durante la campaña. Sin embargo, su despreocupación previa al ataque, sus fallos en las patrullas y en la fortificación, le costaron caro. (Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE.UU.).

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planificadores alemanes escogieron para el comien­zo del ataque.

Inteligencia y depención

Hitler creía que el sistema de cifrado alemán para las comunicaciones por radio era absolutamente se­guro. Se apoyaba en una ingeniosa máquina conoci­da como Enigma, pero en 1944 los aliados decodifi­caban ya rutinariamente casi todas sus emisiones. Los alemanes comenzaron a darse cuenta que de al­guna forma los aliados occidentales habían penetra­do en sus secretos. Convencido de que la máquina Enigma era indescifrable, Hitler atribuyó estas filtra­ciones a espías y traidores. Sin embargo, para evitar cualquier riesgo para la inmediata ofensiva prohibió cualquier transmisión de los planes relacionadas con ella. En vez de ello, oficiales correo escoltados por agentes de la Gestapo llevaron en mano todas las comunicaciones. Sin que los aliados lo supieran, su más fiable fuente de Inteligencia tendría poca importancia en el ataque inmediato.

Los alemanes dieron muchos pasos para ocultar sus intenciones. En un rasgo de ingenio, Hitler asig­nó a la operación un nombre en clave con sonido de­fensivo para lograr la decepción: ''Wacht am Rhein" (Vigilancia sobre el Rhin). La mayoría de las órdenes de mO\~miento pensadas para acumular tropas para el ataque comenzaban con las palabras "como prepa­ración para la ofensiva enemiga prevista". Los planifi­cadores de la Wehrmacht (OKW) expusieron inten­cionadamente uno de los dos Ejércitos de asalto, el Sexto Panzer, al reconocimiento aéreo aliado en la zona de Colonia donde parecían desplegados para contraatacar cualquier iniciativa americana de pene­tración hacia el Rhin. Justo tres días antes del ataque se trasladó a su posición real en su zona de espera. El otro ejército de asalto, el Quinto Panzer, desplegó con disposición defensiva cerca de Aachen, ocultan­do su despliegue ofensivo. Posteriormente se replegó de sus posiciones defensivas dando la impresión de irse a abastecer. Asimismo, su mando planeó el ataque bajo el nombre de "Mando de la Policía Militar para destino especial". Este laberinto de acciones confun­dió a los Oficiales de Inteligencia aliados.

Los alemanes alcanzaron un éxito increíble al conseguir acumular sus fuerzas bajo un cielo total­mente dominado por la aviación enemiga. La clave de este éxito fue el Reichsbahn (Sistema de Ferroca­rriles alemán). Las líneas de ferrocarril dirigidas ha­cia Eifel (la prolongación alemana de Las Ardenas) habían sido construidas para la 1 ª Guerra Mundial previendo necesidades militares. Reforzadas para la

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

campaña de 1940, nuevamente demostraron en 1944 ser un modelo de eficiencia. Los trenes car­gando la vasta acumulación de abastecimientos pre­cisos para la ofensiva se movieron solamente de no­che, ocultándose durante el día en túneles o disper­sándose en almacenes de áreas de acumulación de retaguardia. Solamente en noviembre los trenes acumularon hasta 3.982 vagones de carga con abas­tecimientos en las zonas de reunión . La aviación aliada durante todo este mes no pasó de destruir 4 vagones cargados de combustible.

De esta forma, la acumulación secreta continuó trayendo divisiones desde todos los rincones del im­perio de Hitler. Las etnias alemanas de regiones fronterizas fueron enviadas a la retaguardia por si desertaban y revelaban cualquier tipo de plan. Para la acumulación final en el frente los Oficiales de Es­tado Mayor organizaron el movimiento hacia ade­lante en los tres días anteriores al ataque, ocupando sucesivamente zonas de estacionamiento prepara­das. El primer día se movieron hasta no más allá de 12 millas del frente. Dos días antes, 6 millas, y el últi­mo día, 2 millas. Se utilizaron métodos ya comproba­dos en las ofensivas alemanas de la 1 ª Guerra Mun­dial. Se movieron sólo durante la noche ocultándo­se durante el día en los bosques de Eifel, cocinando

" Alemanes haciendo funcionar una máquina Enigma en Francia en 1940. (Archivos Nacionales de los EE.UU.) .

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LAS ARDENAS 1944

RUTAS PREVISTAS DE AVANCE: PRIMER C.E. PANZER SS

A Y B Dirección Norte 12' Div. Pz. SS C Ruta principal 12' Div. Pz. SS D Grupo Peiper l ' Div. Pz. SS E l ' Div. Pz. SS (-)

con fuegos de carbón sin humo, vigilados por sus destacamentos especiales de seguridad que andaban de un lado para otro en busca de cualquier viola­ción de la disciplina del camuflaje. Las unidades no supieron nada del asalto hasta justo la noche ante­rior al ataque. La preparaciones se llevó a cabo con la brillantez inherente al Estado Mayor alemán. Los americanos que tuvieron gran cantidad de claves pa­ra detectar el ataque, no lo identificaron.

El principal problema era que todo el mundo creía que los alemanes estaban derrotados. Además, los Ofi­ciales de Inteligencia habían llegado a estar demasiado confiados en sus interceptaciones de la máquina Enig­ma. Estas interceptaciones les informaban de un rele­vo de unidades alemanas hacia el oeste y de la crea­ción de una gran reserva acorazada, pero eso era todo. Anteriormente, estas interceptaciones especificaban cuándo y dónde se produciría el ataque. Sin esta infor­mación adicional muy pocos creían que los alemanes estuvieran a punto de lanzar una ofensiva en masa. Na­die podía explicar las interceptaciones de la máquina enigma demostrando peticiones alemanas de recono­cimiento aéreo sobre los puntos de cruce del río Meu­se. Mas bien al contrario, muy pocos se habían alar­mado porque confiaban en que von Rundstedt man­daba la defensa alemana y que actuaba lógicamente pretendiendo acumular sus medios para efectuar un contraataque contra la inminente ofensiva.

26

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Los informes de que los alemanes se encontra­ban con una desesperante falta de recursos y que von Rundstedt estaba al mando, apoyaban los de las misiones de reconocimiento aéreo que señalaban importantes movimientos alrededor de la meseta de Eifel, y ruidos de tráfico en primera línea. Los ofi­ciales de Inteligencia dedujeron que von Rundstedt estaba tan presionado que había enviado fuerzas tras la meseta de Eifel para hacer frente a los ata­ques americanos. De los movimientos de ferrocarri­les en la zona en el área de Colonia se dedujo que trataban de apoyar el VI Ejército Panzer, concen­trando para asumir su misión de contraataque. Si al­guien hubiera examinado el mapa cuidadosamente, hubiera visto que entre el área de Colonia y Eifel ha­bía muchas líneas rápidas de ferrocarriles.

Como análisis final, los oficiales de Inteligencia te­nían todo un núcleo de información de la que podí­an deducir un ataque alemán. Se equivocaron y por eso los atacantes consiguieron una sorpresa total.

El plan

Cuatro Divisiones americanas se mantenían en las 85 millas del frente de Las Ardenas. Los generales ame­ricanos se concentraron en el borde izquierdo donde la 2ª División de Infantería se preparaba para atacar la zona de presas de Roer. En el resto del frente, los

Page 28: Ejercitos Y Batallas 11 - Ardenas 1944

"Wacht am Rhein" - El plan alemán

HOLANDA

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Muro oeste Frente Aliado. 15 Dic.

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LAS FUERZAS ENFRENTADAS

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• Kalserslautern

27

Page 29: Ejercitos Y Batallas 11 - Ardenas 1944

LAS ARDENAS 1944

ORDEN DE BATALLA ALEMAN QUINTO EJERCITO PANZER ALEMAN, PRIMERA OLEADA DE ASALTO

QUINTO EJTO. PANZER Gral. de Panzertruppen Hasso von Manteuffel

I

XLVII CE. Panzer LVIII Ejto. Panzer LXVI CE. Panzer Gral. de Panzertruppen Gral. de Panzertruppen Gral. de Artilleria Heinrich von Luttwitz Walter Kruger Walter Lutch

I I I I

2. o División Panzer 26.0 VGD 18.0 VGD 52 VGD

Reestructurada tras duras Destruída a menudo en Creada en septiembre Totalmente rehecha

pérdidas en Normandía. el frente del este. con personal de la con personal no alemán

Tenía más de 100 carros Reconstruída con la Armada y el E. A. hablante con reclutas

y cañones de asalto y antigua organización dos meses de

por lo que se la conoció experiencia con Eifel checos y polacos muchos veteranos en

sus filas . La mejor como La Vieja 26. La

división del ejército mejor unidad de infantería en Ardenas

División Panzer Lein Destruida en Normandía, I I

se empeñó apresuradamente contra I 16.0 División Panzer

Patton miembras se La antes orgullosa VGD 560 recontruía debilitada sus división Greyhound Compuesta por tropas

57 carros reforzados mantuvo su espíritu de de guarnición en con una BDA de cañones unidad pero completada Noruega. Mal entrenada

de asalto y contra con reclutas. 92 Mark Vs perdió un regimiento carros y 47 Marks IVs. Perdió y parte de sus

e l 40% de sus vehículos ingenieros agregados. orgánicos

americanos se conformaban con permanecer pasi­vos. Mientras la mitad sur de la línea seguía los cursos de los ríos Our y Sauer, la mitad norte no tenía esta vent<úa natural. Representaba la línea más al este al­canzada por las fuerzas aliadas en su avance del últi­mo otoño. La línea formaba una bolsa hacia adelante orientándose hacia la Schnee Eifel (Meseta de la Nie­ve), donde en septiembre la 4ª División de Infantería había alcanzado el muro oeste. Esta penetración no llevaba a ningún objetivo importante, por lo cual los planificadores americanos se volvieron hacia otra par­te, pero los comandantes de E. y c.E. mantuvieron el saliente sin darle importancia. El 10 de diciembre la bisoña 106ª División se hizo cargo de esta posición.

El mantener el frente de Las Ardenas completo con tan pocas tropas era un riesgo -Bradley y otros, más tarde, le llamaron "un riesgo calculado", pero de hecho sí era necesario teniendo en cuenta la falta de

28

densidad por la falta de fuerzas de Infantería en la lí­nea de contacto. Era una falta de ambas cosas, de Divi­siones y de personal dentro de las propias Divisiones. Los planificadores aliados se equivocaron al evaluar su desgaste al alcanzar "la detención final". Habían reem­plazado muy pocas de tropas de Infantería y sin em­bargo habían sustituido muchas unidades técnicas y de servicios. El planeamiento inadecuado a largo pla­zo se combinó con las importantes pérdidas del oto­ño. Una inesperada epidemia de "pies de trinchera", producida por la lenta distribución de calzado malo y mal diseñado para tiempo frío, aumentó las bajas. En consecuencia, Bradley tuvo que empeñar todas sus Di­visiones en la línea del frente. Solamente las 82ª y 101 ª Divisiones Aerotransportadas, que se estaban recupe­rando, se mantenían como reserva del SHAEF.

El 8 de noviembre, Bradley y Eisenhower visita­ron al G.D. Troy Middleton,]efe del VIII C.E. a car-

Page 30: Ejercitos Y Batallas 11 - Ardenas 1944

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

ORDEN DE BATALLA ALEMAN ORDEN DE BATALLA, SEPTIMO EJERCITO ALEMAN

LXXX CE Gral. de Infantería

Franz Beyer

I 212 VDG

Tras duras pérdidas en Rusia mantuvo muchos

OFS y SUB.S experimentados. Fue

completada a medias con reemplazos de Bavaria.

La mejor unidad del ejército aunque apoyado sólo por cuatro cañones

de asalto

~ Carros Panthers sobre una línea ráPida de ferrocarril hacia Eifel -una de las piezas del puzzle que los Oficiales de la Inteligencia aliada no acertaron a encajar adecuadamente. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

276 VGD

Reconstruida tras Normandía. Débil

Séptimo ejército Gral. de Panzertruppen

Erich Brandenberger

I

I 340 VDG

Mantuvo muchos veteranos. Recien retirada del frente

de Aachen muy debilitada

I LXXXV CE

Gral. de Infanteria Baptist Kneiss

I I I

5.' División Paracaidista 352 VDG

Destruida en Normandía Reconstruida con

y reconstruida hasta personal de Marina

encuadrar 16.000 Y del F. A. Mal instruida

hombres. mandos sin oficiales

divisionarios experimentados

y régimentarios sin experiencia

29

Page 31: Ejercitos Y Batallas 11 - Ardenas 1944

LAS ARDENAS 1944

30

ORDEN DE BATALLA ALEMAN SEXTO EJERCITO PANZER ALEMAN, PRIMERA OLEADA DE ASALTO

Sexto Ejto. Panzer Oberstgruppenführer der

Waffen SS Josef Dietric

I I

1" CE Panzer SS-Gruppenführer

Hermann Priess

l.' Div. Panzer SS 12.' División Panzer SS «Liebstandarte Adolf «Hitler Juliena» sufrió 277VGD

Hitlen)con 22.000 terribles pérdidas en Con sólo 1.000 hombres y unos 140 Normandía rehecha hasta veteranos. Cubierta con

CC.S o vehículos encuadrar 22.000 personal de zonas similares la división hombres pero falta de fronterizas conquistadas. más potente en las oficiales subalternos Unidad débil

Ardenas experimentados

3.' División Paracaidista Destruída en Normandía. Rehecha en con personal de tierra de la

Luftwafee. Sin experiencia. Sin aptitud

paracaidista

T Cjagdpanzer IV/70 dell º Regimiento Panzerjager de las SS.

12.0 VGD Tuvo fuertes pérdidas

en Rusia en el verano del 44 reconstruída y

empeñaza en Aachen se ganó el título honorífico

de "Volksgranadlen)

LXVII CE Generalentnant Otto Hitzfeld

I Brigada Panzer 150

Constituida rápidamente como unidad de

comandos por Otto Skorzeny. Unidad de circunstancias

32. 0 VGD Reconstruída con

reemplazados poco preparados

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go del frente de Las Ardenas. Durante su conversa­ción, todos estuvieron de acuerdo en que el frente estaba mantenido muy débilmente, lo que se asu­mía como un riesgo razonable. Ninguno creyó que las Unidades de Volksgrenadier escasamente entre­nadas que los alemanes empleaban en el frente fue­ran capaces de ninguna acción ofensiva. Más aún, ninguno pensaba que una penetración alemana a través de Las Ardenas condujera a ningún objetivo importante. Sólo Patton, que preparaba su propia ofensiva al sur de Las Ardenas, apuntó en su diario el 24 de noviembre: "El Primer Ejército está come­tiendo una terrible equivocación dejando detenido el VIII C.E., ya que es muy probable que los alema­nes estén acumulando fuerzas al este de él".

Bradley explicó más tarde que aunque creía que un ataque alemán era muy poco probable, discutió con Middleton los planes de defensa apropiados: "Si los alemanes atacan en este sector, Middleton tendría que efectuar una acción retardadora -hasta alcanzar el río Meuse si fuera necesario". El plan se basaba en la comprobada superioridad americana en movilidad y, por otra parte, las Divisiones Acorazadas de reserva de los Ejércitos adyacentes le prestarían apoyo. El planea­miento suponía un ataque alemán limitado de entre 4 y 6 Divisiones, e incluso nadie tomaba demasiado en serio este plan. Si alguien hubiera pensado en una po­sibilidad de ataque los defensores se hubieran fortifi­cado. Contestando a una pregunta después de la gue­rra de por qué no se hizo así, Middle contestó: "¿Tie­nen ustedes idea de qué cantidad de personal y esfuerzo hubiera sido preciso para cavar una trinche­ra de 88 millas de largo?". Aunque una línea continua hubiera sido absolutamente imposible teniendo en cuenta los medios del 8Q C.E., si se hubieran hecho más fortificaciones en los puntos estratégicos de las in­tersecciones de carreteras y en los puntos de paso de los ríos, se habrían salvado muchas vidas americanas. Por el contrario, los defensores ocupaban débiles po­zos de tirador y no tenían preparado ningún plan de reacción para el caso de un ataque alemán en masa.

Cuando van Rundtstedt supo el plan de Hitler se quedó "asombrado" e inmediatamente se dio cuen­ta de que era demasiado ambicioso para los recur­sos disponibles. El, Model y van Manteuffel propu­sieron una solución alternativa que fue conocida como "solución limitada", un ataque en pinza -un brazo del cual atacaría desde Eifel con el objetivo de atrapar fuerzas americanas contra el río Meuse. Incluso Dietrich se enfrentó al plan de Hitler, pero fue inútil. Ajenos al increíble esfuerzo y sacrificio que habían hecho los soldados alemanes en ambos frentes, el este y el oeste, Hitler y su entorno vivían

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

en un mundo de fantasía. El asunto del apoyo aé­reo fue una muestra típica de su forma poco profe­sional de planear. En una reunión, Hitler le pre­guntó a Goering ¿cuántos aviones podrían apoyar la ofensiva? Goering respondió: "tres mil". Hitler se volvió hacia Manteufeld haciéndole un guiño: "Ya conoces a Goering, creo que tendremos 2.000". Es­te inconsistente método de planear disminuyó se­riamente las posibilidades de éxito del ataque.

Tal y como quedó ultimado, el plan "Wacht am Rehin" preveía un ataque a las 5.30 de la madrugada con 3 ejércitos combatiendo a través de Las Ardenas, desde Monschau hasta Echternach. Después de cru­zar el Meuse, entre Lieja y Namur, sobrepasarían Bruselas y capturarían Amberes en una semana. Cor­tados en dos, las potencias aliadas nunca se recupe­rarían del desastre, provocando la disolución de la alianza y obligándoles a pedir una paz separada.

El 6Q Ejército Panzer de Dietrich llevó el esfuerzo principal por el flanco norte. Concentrado en un fren­te estrecho desde Monschau hasta la Brecha de Los­heirn, su primera oleada estaba compuesta por 4 Divi­siones de Infantería y 2 Panzer de las SS. Curiosamen­te, en este estadio de la guerra los alemanes aún no habían resuelto la disputa doctrinal respecto a si debie­ran atacar primero la Infantería o los medios acoraza­dos. En el frente de16Q Ejército Panzer los planificado­res decidieron que la Infantería atacaría primero para abrir la escasa red de comunicaciones. El Estado Ma­yor esperaba que hubiera avanzado entre 3 y 5 millas al mediodía de la primera jornada. En este momento, los Panzers la sobrepasarían comenzando una carrera hacia el Meuse, por el camino más corto y recto sobre Elsenborn Ridge. La potente 1 ª División Panzer SS ser­viría como fuerza de choque y penetración. El plan de Model preveía el paso del Meuse al cuarto día.

El 5Q Ejército Panzer de von Manteuffel, el si­guiente Ejército hacia el sur, tenía una misión de apoyo, con dos objetivos principales. Dos divisiones de Infantería tenían que rodear el área de Schnee Eifel para dejar atrapados los dos Regimientos más avanzados de la 106ª División de Infantería de EE.UU. Tras ello, este ambicioso plan preveía con­tinuar el avance hacia el oeste para tomar la ciudad de St. Vith, punto clave de comunicaciones. Más hacia el sur dos Divisiones de Infantería y tres de Panzer tenían que asegurar el paso sobre el río Our para continuar su carrera hacia el oeste en paralelo con el 6Q Ejército panzer, directamente hacia Am­beres. Para empezar, el problema sería montar los puentes sobre el Our. Consecuentemente, aquÍ también la Infantería atacaría delante para cubrir a los Ingenieros que montarían los puentes para que

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LAS ARDENAS 1944

los panzer avanzaran hacia el oeste. Ambos ejérci­tos panzer tenían que lanzarse sin descanso hacia el oeste sin prestar atención a sus flancos.

El más débil de los ejércitos del ataque, el 7º -más un CE. reforzado que un E. - tenía una misión más limitada, de acuerdo con su poca fortaleza y movili­dad. Llevaría a cabo un asalto al río en la zona de Vianden-Echternach, y entonces avanzaría hacia el oeste para proteger el flanco izquierdo de Manteuf­fel. Los planificadores, desde Jodl hacia abajo, supo­nían que los ataques más duros vendrían del Tercer E. de Patton, y por ello le asignaron al 7º Ejército un papel absolutamente defensivo. Fundamentalmente se apoyaba en su capacidad para ocupar posiciones de bloqueo, claves a lo largo del sector sur.

Hitler esperaba llevar a cabo el asalto repitiendo la fórmula ganadora en 1940-41: penetraciones acorazadas rápidas y profundas, ataques paracaidis­tas en la retaguardia e infiltraciones con tropas dis­frazadas. Paralelamente al avance de la 1 ª División SS Panzer, se desarrolló· la operación "Greif' (Cón­dor). Los "comandos Greif' con uniformes ameri­canos y con la ayuda de alemanes que hablaban in­glés trataron de coger intactos por los menos 2 puentes sobre el Meuse, sembrando la confusión en la retaguardia por medio del sabotaje. Además, el extraordinario comando Ouo Skorzeny mandó una Brigada formada rápidamente, especialmente mecanizada con equipo enemigo capturado. Su mi­sión era reforzar los comandos en el Meuse. Sin embargo, en esta ocasión la operación "Greif' iba a tener un impacto muy modesto.

De igual forma, un desembarco paracaidista planteado para efectuarse más allá de Elsenbonr Ridge, "el objetivo del 6º Ejército Panzer" fue abor­tado desde el principio cuando pilotos poco entre­nados lanzaron a paracaidistas mal equipados des­de la zona este de Bon hasta la zona de desembar­co. Sólo di ez de los Junker 105 de transporte oltaron a los paracaidistas en la zona de salto, pero

cuando llegaron al suelo no consiguieron otra cosa que alarmar a los soldados de los escalones ameri­canos má retrasados.

El terreno

En palabras de un historiador oficial, la geografia de Las Ardenas "lleva inevitablemente a una canalización de los movimientos en masa de tropas en dirección es­te-oeste". Sin un perfecto control de tráfico, las unida­des se atropellarían unas a otras. Una vez que las uni­dades han fijado su dirección de ataque, tienen muy poca libertad de maniobra, ya que existe una red muy

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escasa de caminos campo a través. La mayoría de las carreteras discurren por el fondo de valles estrechos. Esto proporciona puntos de bloqueo naturales en las entradas y salidas de los valles cuando la carretera ser­pentea por las laderas. Cuando las limitadas carrete­ras convergen en las ciudades mercado, como Bastog­ne, St. Vith y Manhay, por citar las tres más importan­tes, se puede asegurar que tendrá lugar un combate. Además de las líneas de los ríos Our y Sauer manteni­das por los defensores al principio, el río Ourthe pro­porciona una barrera intermedia muy importante en­tre la línea de partida y el Meuse, mientras que los ríos Salm y Ambleve atraviesan un terreno muy fuerte perpendicular a la línea de avance del 6º Ejército Pan­zer. Los métodos a base de operaciones a pequeña es­cala desde nivel batallón hacia abajo, se enfrentan con serios problemas de mando y control. Este terreno tan difícil cuenta con una gran cantidad de bosques y árboles. Con más frecuencia de lo normal, los comba­tes se convertían en un conjunto de pequeñas accio­nes independientes en las que los combatientes e in­cluso sus propios mandos tenían una idea limitada de lo que ocurría realmente. Tras haberlo sufrido 1914 y 1940, los alemanes comprendían las restricciones del terreno. Los obstáculos del terreno decrecían de este a oeste, por lo que si se conseguía una rápida ruptura, los panzer podrían rodar libremente. En 1940, los ele­mentos de reconocimiento alcanzaron el Meuse en 24 horas.

Para la operación ''Wacht am Rhein", Hitler dic­tó la estrategia, eligió el terreno, el despliegue de las fuerzas, y decidió la maniobra táctica. El planea­miento y análisis tradicionales prusianos jugaron un escaso papel, por lo que muchos oficiales profe­sionales no se centraron en el planteamiento de la maniobra. Jodl, planeando su primera ofensiva, co­metió un error frecuente en todo oficial de Estado Mayor sin experiencia: los rígidos planes dejan po­co espacio para las iniciativas de los subordinados y aún menos para las variaciones de la situación. So­bre todo, el plan no valoró la dificultad de que los carros pesados hubieran de maniobrar atravesando lindes de árboles por carreteras estrechas y pasan­do numerosos ríos y corrientes de agua. Estos fallos podían suponer que toda una contraofensiva que­dara bloqueada ante la circunstancia de que se vo­lara un puente o de que se mantuviera en fuerza una posición de bloqueo en un cruce de caminos, dando al traste con cuadros y horarios trazados cui­dadosamente. Era tal el prestigio del Ejército ale­mán , incluso en 1944, que cuando los Panzer avan­zaron todo parecía posible tanto para el atacante como para el defensor.

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EL ASALTO

El rechazo del sexto ejército Panzer

Con las primeras luces del amanecer del 16 de di­ciembre, las granadas y los cohetes comenzaron a caer sobre las posiciones americanas. Los defenso­res se despertaban ante la batalla americana más importante de la 2ª Guerra Mundial. Mientras los alemanes atacaban a lo largo de un frente de 85 millas, sólo los hechos en 3 sectores fueron la clave para las primeras 24 horas. Hitler esperaba que el 6º Ejército Panzer llevara a cabo la ruptura del ata­que. El esquema de maniobra completo de este Ejército se basaba en que el primer CE. Panzer SS alcanzara Elsenborn Ridge tras una rápida ruptura. El plan preveía que dos divisiones de Volksgrena­dier rompieran el frente americano, permitiendo a los medios acorazados de las SS lanzarse por la bre­cha hacia el Meuse. Los imprevistos favorecieron

~ La moral era alta entre los alemanes la víspera del asalto, y en particular entre los miembros de las SS, como los que se ven aquí. Un exuberante miembro de las SS escribió una nota a su hermana: "Te escribo durante una de las grandes horas antes del ataque oo. llenas de expectación por lo que los próximos días nos van a traer oo. atacaremos y expulsaremos al enemigo de nuestra Patria. ¡Es una santa misión!". En la parte posterior del sobre añadió: "¡Ruth! ¡Ruth! ¡Ruth! ¡MARCHEMOS!". (Archivos Nacionales de los EE. UU.).

en gran manera a los Volksgrenadier. Solamente cinco batallones de la bisoña División de Infantería 99ª cubrían el sector. Pero los atacantes tenían que apresurarse, la puesta del sol sería a las 4.35 pm.

La posición clave era el bosque de pinos negros frente a las ciudades gemelas de Rocherath-Krin­kelt, que se extendía en las laderas adelantadas de Elsenborn Ridge. El ataque inicial se efectuó con­tra la Compañía K del 3º Batallón del Regimiento de Infantería 393. Los alemanes, con gran habili­dad, se cerraron a la barrera artillera de apertura, por lo que los dos batallones aparecieron frente a las posiciones de la Compañía K antes de que los defensores tuvieran la oportunidad de recuperarse del impacto. Los atacantes rápidamente arrollaron toda la posición menos una sección. Esta sección y sus dos compañías adyacentes llevaron a cabo un repliegue ordenado hacia una línea alrededor del

..

33

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LAS ARDENAS 1944

Puesto de Mando del batallón. En él resistieron contra todos los atacantes. Su brava recuperación enfadó muchísimo al comandante del CE. 1 de las SS Panzer. Para forzar la apertura empeñó un bata­llón de Panzergrenadiers de las SS. Este consiguió rodear al 3er Batallón, pero al no poder eliminar la posición, no pudo abrir la vital carretera que se di­rigía hacia el oeste. Los americanos resistieron a un precio altísimo -el batallón defensor perdió alrede­dor de 300 hombres-o

En una posición adyacente, el 1er Batallón, del Regimiento de Infantería 393 tuvo que soportar los mismos hechos tremendos. Como su posición esta­ba en un terreno más abierto, tenía excelentes campos de tiro. El primer asalto alemán se desmo-

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ronó ante un huracán de fuego de artillería, morte­ro y ametralladoras. Presionados para conseguir una inmediata ruptura, los alemanes empeñaron en el asalto otro regimiento. Pero aquí se vio la inexperiencia de los atacantes. Atacaron en forma­ciones densas con los soldados literalmente empu­jados hacia adelante por sus oficiales y suboficiales. Finalmente, el peso de los números consiguió la brecha. La última reserva americana, 25 hombres mandados por un teniente de una compañía con­tra carros regimental, y 13 hombres más del Cuar­tel general de la compañía contraatacaron contra la punta de la penetración alemana. Con un increí­ble espíritu combativo, este grupo destrozado armó sus bayonetas, y cargó contra los alemanes matando

.... Esta rara y arrugada fotografía muestra una pieza de artillería alemana autopropulsada de 150 mm. en las primeras luces del amanecer del 16 de diciembre. (Archivos Nacionales de los EE.UU.) .

.... El bombardeo inicial cogió a los americanos por sorpresa destruyendo sus enlaces cable, medio princiPal de sus comunicaciones tácticas. Al princiPio de la ofensiva, los oficiales de Artillería de los tres Ejércitos alemanes decidieron dejar tras ellos la mitad de sus armas y Nebelwerfers, ya que no podían avanzar con ellos. Esto dejó a los ataques siguientes con un apoyo artillero muy redUCIdo. (Colección Wood, Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE.UU.).

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El asalto alemán, el 20 de diciembre

o I O

- Frente norteamericano 15 diciembre - - - Frente norteamericano 20 diciembre

5 10 15 Millas ,1 I ,

5 10 15 20 25 Kms

. .; ,

EL ASALTO

3S

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a 28 Y consiguiendo restaurar la línea defensiva del batallón. A costa de unos 400 de sus hombres, el batallón se mantuvo en su posición.

Durante los 38 minutos, entre dos luces anterio­res a la puesta de sol, los alemanes comenzaron a infiltrarse por las brechas de la posición americana. Fuertes patrullas de combate cortaron las comuni­caciones. Les llamaban en inglés esperando que los defensores se identificaran. Cuando esto no daba resultado, abrasaban las posiciones americanas con fuego de subfusil. Para cualquier unidad hubiera si­do una experiencia exasperante, pero la bisoña Di­visión 99 se mantuvo con firmeza. Hambrienta, con frío y asustada, esperó el amanécer.

Alguno de los oficiales americanos de más alto rango no superaron en valor a los hombres que mandaban. El comandante accidental del 5º Cuer­po de Ejército había previsto un contraataque ale­mán una vez comenzado su ataque sobre las presas de Roer. La dudosa información que había recibi­do inicialmente le convenció de que este ataque se estaba produciendo ya. Conforme el día fue trans­curriendo se fue alarmando más y más y se dirigió a tomar contacto con el cuartel general de la Divi­sión 99. Al llegar encontró a todo el Estado Mayor de la División en una absoluta confusión y todo el mundo gritando a la vez. Para dar ejemplo, el co­mandante de la División se entretenía tocando el

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piano en medio de su puesto de mando para inten­tar calmar sus nervios. Insistía en que todo estaba bajo control.

Forzando el our

Unas 25 mÍllas más al sur, el 5º Ejército Panzer se enfrentó a los americanos al otro lado del río Our. El comandante del Ejército, von Manteuffel, había convencido a Hitler de efectuar un bombardeo cor­to en vez de la preparación artillera prevista de 2 ó 3 horas, para así reducir el tiempo de alerta de los americanos. En vez de atacar a las 10 am., lo que le hubiera dado aproximadamente solo 6 horas de luz diurna, para ganar tiempo propuso empezar antes del amanecer, bajo la iluminación de focos gigan­tescos reflejando su luz en las nubes. Tras pasar la noche en una casamata de primera línea observan­do las posiciones americanas, fue informado de que el Regimiento de Infantería 110 de la División de Infantería 28 que defendía la zona se replegaba durante la noche. Así pues, propuso que sus tropas de asalto se infiltraran en las áreas seleccionadas sin ningún apoyo artillero. Hitler estuvo de acuerdo con todo ello.

A las 5.30 amo un centinela americano de Hosin­gen en la Skyline Drive (la carretera límite que va paralela al río Our) llamó a su Jefe de Compañía

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... El fuego de artillería americano clavó contra el terreno muchos ataques de Infantería faltos de apoyo. A9uí, artillería de 155 mm. dlspara desde posiciones cerca de Wiltz. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

~ La incapacidad de los inexpertos ingeniero s alemanes para pasar el río Our retrasó el ataque de Manteuffel. Esta foto muestra una columna de abastecimientos alemana cruzando sobre un puente capturado a los americanos. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

para darle cuenta de un extraño fenómeno: veía a lo lejos numerosos rayos parpadeantes de luz. Unos segundos más tarde las granadas comenzaron a es­tallar a lo largo de la Skyline Drive, explicando esta sorprendente observación. La antigua unidad de la Guardia Nacional de Pennsylvanya, la División 28, se había ganado una buena reputación desde su co­mienzo en Normandía; los terribles combates en el bosque Huertgen, donde perdió cerca de 6.l00 hombres, casi la habían paralizado. Los soldados la habían tomado con llamar a su hombrera en rojo con forma de cubo el "cubo sangriento". Enviada a descansar y recuperarse al tranquilo sector de Las Ardenas, la 28º estaba situada exactamente en me­dio de la dirección del5º Ejército Panzer.

Los tres Regimientos que componían la División mantenían un frente de 25 millas. El Regimiento de la izquierda defendía un buen terreno y consi­guió bloquear él solo al LVIII CE. Panzer durante 24 horas completas. El Regimiento del lado dere­cho luchó contra el débil y mal equipado 7º Ejérci­to y también consiguió realizar una maniobra de re­pliegue organizada. El Regimiento del centro, 110 de Infantería, desplegaba 15 millas más allá del río Our. Se enfrentó a tres divisiones alemanas con una relación de fuerzas superior a 10 a l. Incapaz de or­ganizar una línea defensiva continua el Regimien­to, ocupaba puntos de bloqueo de carretera de en-

tidad Compañía sobre las procedentes del Our. De particular importancia eran las ciudades de Mar­nach y Hosingen, por las que pasan las mejores ca­rreteras a Bastogne. 19 millas a través de éstas dis­tanciaban a los alemanes del crítico punto neurálgi­co de carreteras de Bastogne.

Las unidades que componían las fuerzas de asal­to incluían algunas de las mejores que le quedaban al Ejército alemán. La veterana 2ª Panzer tenía 86 carros, principalmente del último modelo de Pan­zer, y 20 cañones de asalto. La 26ª VGD contaba en sus filas con unos 17.000 hombres. De distinta for­ma que el resto de las Unidades de Volksgrenadier, había ganado su título honorífico en combate y era una de las pocas que se habían reconstruido man­teniendo la antigua organización de tres batallones de Infantería por Regimiento. Ambas Divisiones ha­bían sido reforzadas con reemplazos mejores, pero compartían la falta de transportes mecanizados co­mún a todo el Ejército. Por el contrario, la veterana División Panzer Ler, la tercera división de Asalto del Cuerpo de Ejército, había sido desplegada en posiciones defensivas para hacer frente al Tercer Ejército de Patton en el mes de noviembre. No se había recuperado de sus tremendas pérdidas y no tenía más que 57 carros Mark IV y Panther. Y lo que era más importante y mostraba la pobreza del material alemán en este momento de la guerra, era

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LAS ARDENAS 1944

16 DE DICIEMBRE

(j) Lugares clave para el telldido de puelltes precisos para que los carros pasell hacia adelallte. o PUl/tos de bloqueo de carreteras tiPo Compa/lía para evitar la salida del valle del Our.

Q) II/fal/tería alemal/a il/filtrál/dose el/tre PUl/tos fuertes a merical/os. o Asalto directo cOl/tra Mamad, y Hosil/gel/.

17 DE DICIEMBRE

Q) El cOl/traataque americal/o para retomar Mamach choca COI/ la 2ª Divisiól/ Pal/zer.

@ Hosil/gel/ rodeado al mediodía. o Clervaux se mal/tiel/e a lo largo de todo el día .

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Heinerscheid

HACIA BASTOGNE

LUXEMBURGO

Wiltz

18 DE DICIEMBRE

® Clervaux cae por la ma/Ial/a tempral/o allte la 2 ª DivisiólI Pal/zer.

® La 2" Divisiól/ Pal/zer rebasa Bastogl/e el/ su carrera hacia el río Meuse.

@ La DivisiólI Pal/zer Lehr se dirige hacia Bastoglle.

El puesto avanzado norteamericano se retira del río por la noche

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Río Our xx.

ALEMANlol2

86 panzers 20 armas de asalto

ALEMANIA

xx

ALEMAN ~ 26VG

17.000 hombres

EL ASALTO

EL COSTE EN FUERZAS AMERICANAS UII Regimiellto de IlIfalltería Cillco Compa/jías de carro s Tres Compa/jías de IlIgelliero s Tropas de Apoyo

EL EXITO DE LAS FUERZAS AMERICANAS El XLVII Cuerpo Pallzer es fatalmellte retrasado en su avallce hacia el oeste.

xx

ALEMAN I r-.....I PANZER "-...-/ LEHR

57 panzers

Hosingen Weiler

Holzthum

Río Clerf

Munshausen III

US~IIO/28 HQ

ACCIONES DE RETIRADA DE LA DIVISION 110/28 NORTEAMERICAN 16 al 18 de diciembre de 1944

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LAS ARDENAS 1944

que, aunque el 5º Ejército Panther contaba con equipo en gran cantidad y de calidad, le faltaban buenos equipos de paso de ríos para atravesar el Our. Hasta que sus pontones manejados por sus in­genieros llegaron por las estrechas y resbaladizas ca­rreteras y se colocaron en sus emplazamientos, la 26ª VCD de Infantería tuvo que luchar sola sin ningún tipo de apoyo de otras armas o carros de combate.

Algunas de las granadas y cohetes de las piezas

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de artillería y lanzacohetes del 554º C.E. Panzer im­pactaron en medio del Cuartel Ceneral de la llOº en Clervaux y despertaron al jefe del Regimiento coronel Hurley Fuller. Volviéndose hacia su ayudan­te Fuller le preguntó: "¿Qué está pasando?" El ofi­cialle contestó: "Todo este jaleo es una señal segu­ra de que vamos a volver a la pelea".

Para asegurar el progreso rápido, van Manteuf­fel instruyó a sus hombres en emular las tácticas de

• En cuanto el apoyo acorazado, como este cañón de asalto, cruzó el Our se lanzaron al ataque contra el 11 0/28. La defensa americana se derrumbó por falta de un apoyo contra­carro efectivo. (Archivos Nacionales de los EE. VV.) .

.... La dispersión de los carros americanos en peqtte1ios grupos llevó a contraataques acorazados inútiles. Esta torre de carro Sherman muestra el resultado más frecuente. En 10 minutos, una Compañía de carros ligeros americana, intentando contraatacar en apoyo del 110/28, perdió 8 carros unte los ocultos cañones alemanes de alta velocidad, y 3 más ante los panzerfausts. (Archivos Nacionales de los EE. VV.)

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infiltración de la 1 ª Guerra Mundial ("Hutier Tác­tics") rebasando la mayoría de las bolsas de resis­tencia. Sin embargo, como Marnach y Hosingen bloqueaban las dos carreteras principales hacia el oeste, von Manteuffel ordenó que fueran rápida­mente tomadas en asalto directo. La sorpresa,junto con la densa niebla, permitieron a las Compañías de Asalto alemanas avanzar hasta casi alcanzar las posiciones americanas sin ser detectadas. En algu­nos casos los atacantes aniquilaron secciones ente­ras antes de que pudieran reaccionar. Sin embargo, algunos de los defensores respondieron con aplo­mo de veteranos. Sorprendidos junto a sus piezas, la Batería C del Grupo de Artillería de Campaña 109º pusieron sus tubos a cero para disparar a boca­jarro prácticamente a la cara de sus atacantes. En las afueras de Consthum, un sirviente de ametralla­dora antiaérea vio a sus atacantes, les dijo de forma amistosa que siguieran adelante, metió el dedo en el disparador de su ametralladora cuádruple .50 y abatió cerca de 100 alemanes en pocos segundos.

En muchos lugares la artillería y los morteros americanos clavaron contra el suelo columnas de asalto a lo largo de todo el día. En otros, como Ho­singen, las primeras oleadas arrollaron una sección al sur de la ciudad, pero sin embargo los alemanes no supieron aprovechar esta ventaja. Esta ciudad cla­ve fue mantenida durante todo el día. Cerca, des­pués de equivocarse y caer en un campo de minas, los panzergrenedier de la 2ª División Panzer asalta­ron Marnach. Totalmente alerta, la Compañía B abortó el ataque. Pero conforme el día iba progre­sando, muchos defensores supervivientes comenza­ron a darse cuenta de la importante cantidad de ale­manes que les sobrepasaba y avanzaba hacia el oeste.

No como la mayoría de los oficiales de alta gra­duación, los mandos de Regimiento sí se dieron cuenta rápidamente de que había comenzado un ataque en masa. Peleando a distancias cortas desde el principio con uno de sus tres batallones de Infan­tería constituido en reserva de la División, Fuller pi­dió refuerzos tan pronto como el enlace fue resta­blecido, aproximadamente a las 9.00 de la mañana. El mando de la División, el G.D. Norman Cota, se negó a comprometer tan pronto en la batalla su única reserva de Infantería. En su lugar le envió 2 compañías de Carros con 34 Shermans. Para en­frentarse a las penetraciones que existían en el fren­te, Fuller distribuyó los carros en pequeños grupos, lo que normalmente provocaba el desdén de los ex­perimentados Mandos de los Panzer alemanes. Esta táctica, quizás necesaria, apoyó a la mayoría de las posiciones sitiadas, pero los carros no consiguieron

EL ASALTO

ejercer una influencia decisiva. Aún peor, con tanta marcha y contramarcha nadie se dio cuenta de que las 2 Secciones a las que se les había ordenado acu­dir a Manarch, no permanecerían allí.

La Infantería alemana sufrió mucho en su ataque sin apoyo contra el 1l0j 28º. Al medio día los inge­nieros alemanes habían terminado los críticos puen­tes de Dasburg y Gemund. Los elementos acoraza­dos alemanes lentamente salieron de las estrechas y embarradas carreteras del valle del Our avanzando hacia Skyline Drive. Una tras otra, las posiciones americanas comenzaron a enfrentarse con nuevos asaltos de infantería apoyados por medios acoraza­dos. U na sección en Wahlhausen pidió fuego de arti­llería sobre su propia posición para intentar detener a los blindados enemigos. Esta acción no dio resulta­do y solamente escapó con vida un americano.

Desesperadamente, Fuller organizó y armó a personal de retaguardia para establecer con ellos puntos de bloqueo sobre las carreteras para inten­tar detener el ataque. Se repartió a cocineros, ofici­nistas y policías militares carabinas o bazookas or­denándoseles resistir a toda costa. El Comandante de C.E. Middleton abandonó su plan previsto en caso de ataque alemán de llevar a cabo una retirada ordenada y combatiendo. En lugar de ello, ordenó a todo el mundo defender sus posiciones hasta que fueran "completamente insostenibles".

A pesar de la arrolladora superioridad enemiga y un empeño confuso de las reservas al terminar el 16 de diciembre, elllOº Regimiento solamente había perdido 3 de sus posiciones defensivas. En parte el éxito se debía al fracaso de la táctica de infiltración. En ocasiones, cuando los atacantes trataban de pasar entre dos puestos avanzados americanos se encontraban batidos desde ambos flancos por los elementos de vigilancia de éstos. También parcialmente el éxito se debió a la lenti­tud alemana en el establecimiento de puentes, así como a las malas condiciones de las carreteras que impidió se unieran a la batalla los elementos aco­razados que tenían que apoyar el ataque. Pero fundamentalmente, sin embargo, el éxito se debió a la valerosa lucha realizada por la infantería aisla­da, en la que puñados de veteranos reforzaron a grupos de bisoños y todos juntos rehusaron ceder un solo palmo de terreno. Por el momento, los alemanes se estaban quedando muy retrasados.

A través de la brecha de Ostheim

Sólo en un punto alcanzaron los alemanes el tipo de ruptura limpia que la operación "Wacht am

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LAS ARDENAS 1944

Rhein" exigía. La brecha de Loshein con una an­chura de 7 millas proporcionaba una ruta de inva­sión este-oeste que habían utilizado los alemanes en 1870, 1914 Y 1940. Hay que hacer notar que esta es la parte del sector del frente de Las Ardenas que los americanos mantenían más débilmente. La mi­tad del Grupo de Caballería 14º, aproximadamente 900 hombres, era responsable de las 5 millas más al sur. Nominalmente estaban agregados a la colateral División de Infantería 106ª. Pero la 106ª llevaba en línea sólo 4 días y su Comandante aún no había te­nido ni siquiera tiempo de ver al comandante del Grupo de Caballería. Además, el límite de zona de acción entre los Cuerpos de Ejército V y VIII se en­contraba en medio de la brecha, y de esta forma: "aunque dos soldados puedan darse la mano a tra­vés de un límite, su cadena de Mando los separa 100 millas". Al darle a la Caballería con medios li­geros una posición estática se sacrificaba su mayor fortaleza: su movilidad. Las 2 millas al norte de la brecha más allá del sector del 14º no estaban ocu­padas por nadie. Su seguridad solamente la propor­cionaban patrullas horarias móviles.

El límite entre el Sexto y el Quinto Ejército Pan­zer también pasaba a través de la parte sur de la brecha. El OKW (E.M.) marcó este límite para pro­porcionar a la 1 ª División Panzer SS una ruta expe­dita hacia el oeste, asignando a los hombres de

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... Las armas contra-carro remolcadas, como este modelo de 3 pulgadas fotografiado por los alemanes el 17 de diciembre, no podían moverse a la suflciente velocidad en un terreno embarrado y con nieve. El fuego directo o el asalto de la Infantería hacían difícil la tarea de salir de posición y normalmente el vehículo remolcado era destruido. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

Manteuffel un estrecho frente para penetrar por la parte norte de la meseta Eifel y así rodear los dos Regimientos americanos situados en la parte más alta. Como siempre, la Infantería alemana tuvo que abrir camino a los Panzer. De acuerdo con lo pre­visto, nada más terminar los fuegos de preparación, la 3ª División Paracaidista avanzó contra la porción norte del despliegue del 14º de Caballería.

Elementos de la 3ª División Paracaidista reforza­dos con carros se enfrentaron a dos secciones de Ca­ballería, dos secciones de Reconocimiento, una com­pañía contra carros y unidades del Cuartel General. En efecto, los atacantes se enfrentaron a pequeñas posiciones defensivas dotadas entre dos y cuatro ca­ñones contra carro remolcados con un puñado de fusileros y sirvientes de ametralladoras. Los defenso­res se recuperaron rápidamente de su sorpresa inicial y la inexperiencia alemana hizo que los ataques de la 3ª de Paracaidistas se disolvieran en una serie de in­tentos de avance confusos y descoordinados. Pero en­seguida la superioridad numérica planteó la realidad. La patrulla sobre vehículo que vigilaba las dos millas al norte del 14º de Caballería informó que el área es­taba "¡repleta de Krauts!". Más al sur, dos Regimien­tos de la División de Manteuffel apoyados por 40 ca­ñones de asalto de 75 mm. y numerosos cañones con­tra carro-autopropulsados, atacaron la Agrupación A (una Unidad tipo Compañía) y una sección del Es-

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cuadrón C del18º de Caballería. Los atacantes tuvie­ron numerosas bajas, precio de su avance, pero al fi­nal superaron a los defensores.

La mayoría de los defensores lucharon bien, pero también hubo excepciones. En un pueblecito, el úl­timo mensaje radio informaba de cañones de asalto enemigos "a 75 yardas del Puesto de Mando hacien­do fuego directo. Cambio". Tras sufrir 3 muertos, to­da una guarnición de 87 hombres se rindió. Los ele­mentos de reserva de la Caballería no consiguieron equilibrar la situación, ya que la unidad había sido debilitada por la cobardía de su Coronel. Este había huido hacia la retaguardia "en busca de munición suplementaria". Al mediodía, los alemanes habían capturado, rodeado, o estaban a punto de efectuar un asalto sobre todos los pueblos de la brecha de Losheim. A la caída de la noche la situación era aún peor, con el 14º de Caballería desperdigado y perdi­do el contacto con su Cuartel General. A pesar de que durante el día el 14º había luchado bien, al anochecer sus elementos dispersos se pusieron ner­viosos. Tenían posiciones descoordinadas y estaban a punto de derrumbarse. Largas columnas de vehí­culos con soldados de retaguardia encima comenza­ron a retroceder rápidamente. La situación estaba

EL ASALTO

al borde del pánico. La aparición, al amanecer del 17 de diciembre, de carros Tiger produjo una espe­cie de retiradas de tipo acordeón, que facilitó la ruptura de los atacantes. La incapacidad de la Caba­llería para mantenerse sobre la meseta de Eifel puso a los infantes en una situación peligrosa.

Mientras avanzaba un brazo de la penetración ale­mana a través de la brecha de Losheim, el otro lo ha­cía al sur de la meseta de Eifel. El temido enlace hubie­ra dejado rodeados a los dos Regimientos que defendí­an las tierras altas. Los defensores no comprendieron la realidad de la situación. Firmes sobre posiciones muy buenas pasaron el día repeliendo patrullas alema­nas ocasionales. Orgullosos de su capacidad para man­tener sus posiciones, en este su primer combate, no se daban cuenta de que se estaban enfrentando a una li­gerísima línea de elementos alemanes de contacto y que la penetración real se estaba produciendo profun­damente a lo largo de sus dos flancos.

En St. Vith, el jefe de la División, el G.D. Alan Jo­nes, observó la situación en el mapa y vio el peli­gro. Al mediodía llamó al Comandante de su C.E. para pedirle permiso para retirar las Unidades si­tuadas en lo alto de la Meseta de Eifel. Middleton se lo denegó (posteriormente diría que su preocu-

• Un carro americano M4A3E8 protegido por sacos terreros.

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pación era que si los dos Regimientos bisoños co­menzaban a retirarse se perderían hasta "la mitad de camino de París") y Jones, preocupado por no parecer nervioso con su comandante, no insistió.

A la caída de la noche, la situación había empeo­rado y Jones llamó otra vez. Los generales hablaron a través de una línea telefónica improvisada e inse­gura. Temiendo posibles escuchas alemanas habla­ron utilizando enigmas retóricos y palabras en cla­ve. Así pues, cuando Middleton colgó el teléfono le dijo a su Estado Mayor que le había ordenado a J 0-

nes: "sacar sus Regimientos de la Meseta de Eifel". Sin embargo, Jones, por su parte, informó a su Es­tado Mayor que Middleton había ordenado que la División se mantuviera en sus puestos. Varios de los Oficiales de la 106ª se dieron cuenta de las implica­ciones de la decisión de mantenerse en posición. El G-2 de la División de Jones escribió esa tarde: "El enemigo es capaz de aniquilar la zona de la meseta de Eifel en cualquier momento". Se había prepara­do el escenario para la rendición americana más importante de toda la 2ª Guerra Mundial.

Reacciones en la cúpula

Al encontrarse en un despliegue amplio y poco pro­fundo con sus medios de comunicación cortados

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"" .........

A La 3 9 División Paracaidista usó panzerjaegers como éste para perforar su penetración a través de la brecha de Losheim. En palabras de un historiador oficial: "En ninguna otra

parte del frente americano hubiera sobrepasado las cifras del enemigo a las de los defensores del modo como ocurrió al inicio de la contraofensiva de Las Ardenas". (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

por el bombardeo inicial alemán, la primera línea defensiva tenía poca idea de lo que ocurría más allá de su sector inmediato. Los informes que avanzaban lentamente por la cadena de mando solamente da­ban una idea fragmentaria de la situación al final del 16 de diciembre. Algunos informes de los man­dos de las Divisiones no cooperaban en nada. A las 4.15 de la tarde, la División 28º informaba que "la si­tuación de la División es buena y bajo control". Por la noche, orgulloso de la conducta a lo largo del día de sus unidades bisoñas, el comandante de la 99ª División informó al V c.E. "que la situación está ba­jo control y todo sigue tranquilo".

A las 7.00 de la mañana, el comandante del Pri­mer Ejército, T. G. Courtney Hodges, fue informa­do de los ataques alemanes. Alertó una unidad de combate tipo Regimiento. A las 10.30 ordenó que la 9ª División Acorazada (CCA) fuera extraída del ataque a las presas de Roer y enviada en apoyo de

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Middleton. Tras estas acertadas reacciones, una cu­riosa pasividad se apoderó de Hodges. Creyó que se enfrentaba a un ataque de distracción alemán y du­daba si cancelar o no el ataque sobre Roer. Se man­tuvo en esta duda a lo largo de la noche, incluso después de que los CC,s de los CE,s. 5º Y 8º hubie­ran capturado órdenes alemanas escritas anuncian­do que se estaba produciendo una gran contrao­fensiva. El comandante del V C.E. de Hodges duda­ba entre su preocupación respecto a los sucesos en su flanco derecho -su única ruta de abastecimiento y vía de retirada era a través de las ciudades geme­las de Rocherath y Krinkelt-, y su deseo de presio­nar en su ataque por Roer. Middleton, comandante del VIII C.E., no tenía este dilema. Comprendió que el ataque alemán era mucho más que un ata­que de distracción y que se enfrentaba a una crisis inminente. De acuerdo con esto, muy temprano dio órdenes "tipo Hitler" a todas sus unidades de mantenerse firmes y defender sus posiciones, con excepción de la l06ª. Hasta cierto punto, el alto mando americano estaba en una encrucijada. El asalto por sorpresa le había desorientado.

Desconociendo los sucesos del frente, ese día el comandante de C.E. se encontraba de camino ha­cia el SHAEF en Versalles. Bradley iba a presionar a Eisenhower para que le proporcionara reemplazos adicionales de Infantería. Un oficial interrumpió la reunión con noticias de Middleton. Los informes indicaban ataques alemanes en cinco puntos. La mayoría de los oficiales americanos, incluyendo Bradley, pensaron que se trataba del ataque de dis­tracción previsto lanzado en respuesta a la penetra­ción del Primer Ejército sobre las presas de Roer y a la inminente ofensiva de Patton. No estaban dis­puestos a seguir el juego alemán extrayendo tropas de estas ofensivas. Conforme la tarde fue cayendo, informes adicionales comunicaron a SHAEF que ocho divisiones no identificadas previamente en Las Ardenas estaban atacando a Middleton. Un ofi­cial c\e Estado Mayor le comentó al ahora alarmado Bradley: "Bien, Brad, estabas deseando un contraa­taque. Parece que lo has conseguido". Bradley con­testó: "Un contraataque sÍ. Pero que me condenen si deseaba uno de este tamaño" .

Con estas primeras noticias del ataque, sólo Ei­senhower percibió que se trataba de algo importan­te. Aunque sólo había cuatro divisiones americanas no empeñadas en todo el frente del oeste, el mando aupremo recomendó a Bradley enviar dos Divisio­nes Acorazadas para ayudar a Middleton, la 7ª desde el norte y la lOª desde el sur. Bradley estuvo de acuerdo. Esta rápida respuesta resultó ser una de las

EL ASALTO

claves de la campaña. De momento, la situación no parecía grave. Bradley y Eisenhower pasaron la tar­de celebrando el último ascenso de Ike, jugando 5 partidas de bridge con una botella de champagne.

En las líneas alemanas a nivel Ejército, el general de mayor confianza era el Jefe del VII Ejército. Es­peraba poco de su débil ejército, pero conforme fue viendo los alfileres en el mapa marcando su progreso, comprendió que estaba a punto de lograr la ruptura. Sus fuerzas habían conseguido cruzar el río Sauer y establecer varias posiciones dentro del despliegue americano, obligando a la 4ª División de Infantería en defensiva a pedir refuerzos al com­prometido Middleton. Sin embargo, el progreso del primer día desanimó a von Manteuffel. Espera­ba que continuando el ataque durante la noche po­dría retomar su ambicioso cuadro horario. En su vecino Sexto Ejército Panzer, el Jefe de Estado Ma­yor, Sepp Dietrich, a quien se debía la mayoría del planteamiento estratégico de su comandante, se preocupaba por evitar cualquier fallo en la ruptura que permitiera a los refuerzos americanos aparecer rápidamente por el sur. Dio orden a los paracaidis­tas alemanes poco preparados de saltar esa noche para bloquear la posible penetración. Finalmente resultó una idea acertada. Se le dejó al viejo vetera­no von Rundstedt la tarea de describir la situación real. Informó a Hitler que, aunque el ataque había alcanzado una total sorpresa, el Sexto Ejército Pan­zer había fallado en su intento de ruptura, lo que alteraba las posibilidades del ejército de alcanzar el Meuse. Hitler, como siempre, no escuchaba noti­cias pesimistas. Creyendo que sus tropas estaban al borde de la ruptura, encantado con que el tiempo seguirá siendo malo, manteniendo de esta forma en el suelo a los aviones aliados, exclamó: "¡Todo ha cambiado en el oeste! Exito -completo éxito-o Ahora están en nuestras manos".

Pero al final del primer día los alemanes no ha­bían conseguido la esperada ruptura. Incluso uni­dades bisoñas americanas se habían mantenido fir­mes frente a los sorprendidos alemanes, ralentizando su avance e infringiéndoles pérdidas irreemplaza­bles. Contrariamente a las suposiciones de Hitler, el Alto Mando aliado, personificado por Eisenhower, estaba respondiendo de una forma coordinada, moviendo inmediatamente las reservas acorazadas de los dos Ejércitos adyacentes. Sin embargo, el día siguiente sería decisivo. Los ataques del primer día habían descubierto debilidades en las posiciones americanas. Los alemanes habían tomado puentes o los habían construido, y los Panzer estaban en disposición de avanzar.

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LAS ARDENAS 1944

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A Hombres del 1 er Regimiento Panzergrenadier de las SS.

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LA RUPTURA

Desmoronamiento del centro

Mientras los oficiales americanos trabajaban según sus distintas capacidades para asumir la ofensiva alemana, a lo largo del frente del Quinto Ejército Panzer, von Manteuffel vio la posibilidad de recu­perar su programa horario continuando el ataque durante la noche. La táctica de infiltración funcio­naba mucho mejor en la obscuridad. Grupos de asalto penetraron a través de las posiciones ameri­canas expulsando de sus posiciones a la Artillería que apoyaba las guarniciones de los pueblos de pri­mera línea. Sobrepasaron alguna unidad artillera y obligaron a otras a retroceder rápidamente.

Al amanecer, carros de la 2ª División Panzer avanzaban para atacar los puntos de paso del río Clerf en Clervaux. Simultáneamente, Fuller empe­ñó sus reservas para retomar Marnach. Fue un es­pectáculo increíble: un par de compañías de Infan­tería y una compañía de carros ligeros contra ele-

mentos importantes de un Cuerpo Panzer comple­to. Sin apoyo artillero, la Infantería americana no podría abrirse paso. Dieciocho carros ligeros avan­zando desde Heinerscheid se encontraron frente a los cañones de asalto alemanes que estaban escon­didos. Lanzagranadas Panzerfaust destrozaron otros tres, abortando la penetración. Es de resaltar que un tercer ataque de una sección de Shermans llevando una sección de Infantería avanzó desde

"Aunque los defensores de primera línea capturaron rápidamente copias de la orden para el ataque alemán, hasta el 1 7 de diciembre no fuero n informados de estas órdenes m Bradley ni Eisenhower. Los informes decodificados de la mañana dieron cuenta de la orden de ataque de von Rundstedt: "La hora del

destino ha llegado. Los mayores Ejércitos ofensivos se enfrentan a los aliados. Nos jugamos todo. El sagrado deber para la Patria exige más que la proPia vida". Aquí, la fotografía alemana hecha el 17 de diciembre en Las Ardenas muestra el asalto de la Infantería. (Archivos Nacionales de los EE. VV. ).

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Munshausen y reconquistó parte de Marnach. Pero no podrían mantenerse solos contra los contraata­ques de los carros y Panzergrenadiers, por lo que Fuller les ordenó retirarse.

A las 10.30 de la mañana, una compañía de la 9ª División Acorazada (CCR) inesperadamente refor­zó a Fuller en Clervaux. El agresivo coronel dividió los 17 Shermans en 3 Secciones que usó para refor­zar sus desmoronadas posiciones. Al ser su primer combate, los carros se lanzaron por derecho contra el centro del poderío de la 2ª División Panzer y fue­ron aniquilados.

Encabezada por cañones de asalto y carros que finalmente habían conseguido sacar del valle del Our, el 5º Ejército Panzer comenzó a sobrepasar al 1l0/ 28º. Al mediodía del 17 los alemanes habían rodeado el punto fundamental de cierre de la ca­rretera en Hosingen. Frustrado por su falta de avance, el Jefe del 47º C.E. Panzer empeñó la van­guardia de la División Panzer de Lers en el comba­te. Los cinco carros que les quedaban a los defenso­res avanzaron para contrarrestar un ataque tras otro, pero por la tarde los alemanes habían compri­mido la Compañía K en un pequeño perímetro al­rededor de su puesto de mando, y a los Ingenieros Regimentales en otro pequeño reducto en la ciu­dad. Tras una defensa épica, los defensores de Ho­singen se rindieron.

También durante el día 17 los ataques cargaron esfuerzos contra el cuartel general del Regimiento en Clervaux. El resto de los Sherman de la Sección de Fuller se enfrentaron con los Mark IV alemanes en un alto e intentaron bloquear la carretera des­truyendo un carro. Pero para entonces los atacan­tes habían conseguido múltiples accesos para pene­trar en la ciudad, y la situación de Fuller se convir­tió en desesperada. Pidió permiso para retirarse; pero se mantuvo firme la orden de Middleton de "mantenerse a toda costa". La última resistencia se planteó desde un viejo castillo que dominaba la ciu­dad. Desde sus murallas almenadas, tiradores selec­tos americanos disparaban contra alemanes descui­dados en las calles de abajo. Sin embargo, cuando agotaron la munición de bazooka no pudieron evi­tar el avance acorazado enemigo hacia el oeste. Al mediodía del 18 un tanque alemán abatió las puer­tas de madera del castillo obligando a los supervi­vientes a rendirse.

La caída de Clervaux y el colapso consiguiente del resto de las posiciones de la 28º División acabó la acción retardadora hacia Bastogne. En este mo­mento de la guerra, en que las unidades america­nas no estaban acostumbradas a sufrir grandes ba-

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jas, fueron virtualmente destruidos el 1l0º Regi­miento de Infantería junto con los hombres y vehí­culos de cinco compañías de carros, el equivalente de tres compañías de Ingenieros, y unidades caza carros, Artillería y tropas de servicios. En palabras de un historiador oficial: "Sin la valerosa entrega del 1l0º Regimiento de Infantería y sus unidades de apoyo sacrificando sus hombres para ganar tiem­po, los planes alemanes para conseguir Bastogne en un golpe de mano habrían sido un hecho".

La responsabilidad se transfería ahora a otras tropas americanas que tenían que decidir si las ho­ras y minutos ganados con el tremendo espíritu de lucha mostrado por la División 28º iban a ser sufi­cientes para evitar el avance los carros alemanes so­bre Bastogne.

La defensa de las ciudades gemelas

De distinta forma al Quinto Ejército Panzer, el Sex­to no continuó presionando el ataque durante la noche. Cuando reanudó sus ataques al amanecer, su segundo día de combate alrededor de las ciuda­des gemelas Rocherath-Krinkelt iba a ser de impor­tancia extraordinaria. Era una posición americana que se tenía que mantener. Era la única ruta posi­ble de escape para las Divisiones 2ª y 99ª. Atacado frontalmente por tres Divisiones del I C.E. SS y flan­queado por la ruptura de la brecha de Losheim, el G.D. Walter Robertson tenía que extraer primero sus unidades concentradas al noreste preparadas para la ofensiva de las presas de Roer. Mortunada­mente, el día anterior había desobedecido la orden de Hodges para continuar el ataque de la 2ª Divi­sión contra las presas. Aún más, Robertson había tomado la decisión clave de enviar dos batallones para reforzar a los defensores situados frente a las ciudades gemelas.

Reforzados por los veteranos de la 2ª, la 99ª Divi­sión pudo mantener sus posiciones. Tras una panta­lla defensiva, grandes columnas de vehículos con­gestionaban las carreteras hacia el oeste. Una vez que llegó la 2ª División para proporcionar una posi­ción defensiva más retrasada, la 99ª tenía que rom­per el contacto y retirarse. Esta tremendamente di­fícil misión de romper el contacto a través del cue­llo de botella de las dos ciudades gemelas bajo un ataque enemigo es descrita por un mando de una compañía americana: "Oleada tras oleada, una In­fantería alemana chillando frenéticamente atacaba el ligero obstáculo cubierto de leños y mantenido por las tres secciones. Una continua tormenta de fuego salía de sus armas, contestada descarga tras

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descarga por los defensores. Los alemanes caían a derecha e izquierda. Tuvimos éxito en mantener a los atacantes fuera de nuestro frente y podíamos oír sus gritos de dolor cuando el fuego de las armas automáticas disminuía. ¡Pero todavía seguían lle­gando!".

Cuando cinco carros Tiger se unieron al asalto, los dos Sherman que apoyaban a la compañía se marcharon. A pesar de que un oficial americano in-

~ Una de las Unidades bloqueadas por la tenaz defensa americana de los pueb los gemelos fue la 150 ª Brigada Panzer de Skorzeny. Este carro Iíger 150 tiene oculto su distintivo y lleva falsos paneles laterales para simular un carro americano M-lO. El carro Royal Iíger proporcionaba a su tripulación de 5 hombre s una superioridad aplastante en los enfrentamientos de carros. Con 68 Tm. era el carro más pesado de la guerra, y llevaba una torre acorazada de más de 7 pulgadas de espesor. Empujado por un motor de 700 caballos tenía una velocidad punta de 26 millas por hora. Aún más importante son sus cadenas ligeras y su mejor sistema de dirección que le permitía girar rápidamente haciendo retroceder el sentido de una cadena mientras la otra continuaba empujando hacia adelante, lo que le daba una agilidad táctica impresionante. Su cañón de 88 mm. de tubo largo y alta velocidad disparaba un proyectil de 22 libras capaz de penetrar con facilidad la parte frontal de un carro Sherman (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

~ Una de las famosas fotografías de la guerra capturada a los alemanes muestra uno de los vehículos anfibios de PeiPer en su avance. Las débiles líneas de las señales se deben a la pluma del censor americano que cubría los nombres de los lugares en las fotos originales antes de distribuirlas. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

LA RUPTURA

tentó convencerlos para que se quedaran, las tripu­laciones le contestaron que era suicida enfrentarse a los Tiger. Mientras tanto, los carros alemanes co­menzaron metódicamente a machacar la línea de pozos de tirador a una distancia de 75 yardas. Con unos pocos bazookas averiados o sin municiones, los defensores no tenían con qué oponerse. Lenta­mente al principio, y después con algo de pánico, la compaii.ía cedió.

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Casualmente, el comandante del Sexto Ejército Panzer, no estando contento con su ritmo de pro­greso, eligió este momento para ordenar a la 12ª División Panzer desplegar a lo largo de la brecha de Losheim. Su decisión alivió a los presionados de­fensores. Los americanos, durante la noche del 17 de diciembre, se movieron en un desorden total frente a los dos pueblos, pero los alemanes no rom­pieron en la zona. El 19, la 2ª División volvió hacia su posición de Elsenborn Ridge. Allí, las dos Divi-

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siones se unieron a la primera para formar una de­fensa formidable apoyada por una potente Artille­ría. La defensa artillera mantuvo a los alemanes a cubierto durante el resto de la acción. Siguiendo órdenes de Hitler, los alemanes continuaron efec­tuando ataques inútiles hasta el 24 de diciembre.

El liderazgo en combate de Robertson empareja­do con el valor de los hombres de la División 99ª permitió la constitución de un firme bastión en el límite norte bloqueando los intentos del Sexto

... La suerte de los prisioneros en ambos bandos frecuentemente dependía del estado de ánimo de sus captores. Si estaban malhumorados porque acababan de ver morir a sus proPios compañeros o no se consideraba conveniente el escoltarlos hacia la retaguardia, se les fusilaba. Patton apuntó en su diario el 4 de Enero: "Ha habido también algunos incidentes desafortunados respecto a la muerte de prisionero s (espero que esto pueda ocultarse)". Sin embargo, sólo los alemanes ejecutaban a los prisionero s como norma general. Aquí yacen víctimas americanas de la ominosa masacre de Valmédy. (Archivos Nacionales de los EE.UU.) .

... El frágil cañón de 57 m. propomonaba la principal defensa contra-carro desplegada contra PeiPer. Unos 250 'Rgers, entre los que se incluían 45 Royal 'Rgers, participaron en la ofensiva. La úmca táctica americana realista era atacar a los tanques por detrás. Sin embargo, el barro >.' la nieve limitaban la mOVIlidad fuera de los caminos, lo que reducía los enfrentamientos a tremendas luchas frontales. En ellas, la inferioridad de las armas y armamentos americanos no tenían posibilidad de éxito. Conscientes de su inferioridad, muy frecuenteff!ente los carnstas amen canos se retiraban dejando a los desafortunados infantes luchando solos. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

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T Panzerkampfwagen IV Ausf J del 1 er Regimiento Panzer de las SS.

Ejército Panzer de lanzarse hacia el oeste. Tal y co­mo lo describe e! historiador de Sandhurst John Pimlott: "Fue la máxima contribución a la victoria final americana".

Peiper

Desde e! principio, algunos de los Oficiales alema­nes más celosos se dieron cuenta de la trascenden­cia de! retraso en la ruptura. Particularmente uno estaba profundamente preocupado. El Obersturm­bannführer Joachim Peiper esperaba estar avanzan­do a través de la ruptura en las líneas americanas por la mañana temprano de! día 16. Por e! contra­rio, se había pasado e! día consumiendo combusti­ble en un atasco de tráfico mientras su Regimiento esperaba que la 3ª División Paracaidista abriera ca­mino. Al final ordenó a sus carristas abrirse paso a través de las carreteras congestionadas y llegó alre­dedor de la media noche a la brecha de Losheim contactando con los paracaidistas de cabeza. Los encontró descansando esperando el amanecer para seguir avanzando, preocupados por las carreteras minadas. Peiper preguntó si el corone! había reco­nocido personalmente la ruta de avance. "No", le

LA RUPTURA

respondieron. Peiper le dijo al coronel que pusiera uno de sus batallones tras los carros de las SS. De aquí en adelante los hombres de las SS abrirían su propia brecha.

Al amanecer, en la brecha de Losheim, un vehí­culo acorazado americano de reconocimiento ob­servaba los vehículos americanos con luces de gue­rra que se dirigían hacia retaguardia. De pronto apareció un soldado caminando, llevando un pa­ñuelo blanco y guiando e! carro más grande que e! jefe de la patrulla había visto nunca. Era el vehículo de Mando de Peiper.

Peiper se había ganado reputación de valiente dirigiendo su unidad de carros en e! frente del es­te. Conocido como "Blowtorch Battalion" ("Bata­llón Soplete"), después de la destrucción de dos ciudades rusas y sus habitantes se le había culpado de haber matado a 2.000 enemigos capturando so­lamente a tres. Peiper ahora encabezaba la Unidad abriéndose camino hacia e! oeste y dirigiéndose ha­cia e! río Meuse. Su División, la 1 ª Panzer SS, estaba debilitada, con una gran cantida~ de reclutas mal entrenados procedentes de la Lliftwaffe y de la Ar­mada, pero era la más fuerte del Sexto Ejército Panzer. La falta de carreteras impidió el empeño de

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toda la División. De acuerdo con ello, el jefe de la División dividió su Unidad en 4 grupos de avance. El potente Kampfgruppe (agrupación) de Peiper estaba compuesto por 100 Panthers y Mark IV, jun­to con una unidad de Panzergrenadier totalmente motorizada. Durante su avance se le unirían algu­nos Royal Tiger pertenecientes al 501 Q Destacamen­to Panzer SS. Peiper, como cabeza de penetración acorazada, tenía instrucciones estrictas para avan­zar hacia el oeste por una ruta determinada y conti­nuar el movimiento sin preocuparse de sus flancos. La penetración, al mismo tiempo que rompía el frente, sembraría el caos en la retaguardia america­na. El alto mando alemán creía que este caos, in­crementado por una táctica de terror, produciría una caída rápida del frente guarnecido por los "flo­jos americanos".

Desde la estación de Buchholz, cerca de donde el vehículo acorazado americano le había descu­bierto, Peiper continuó tras una columna america­na que se retiraba hacia el oeste. Su elevado consu­mo de combustible en los embotellamientos de los días anteriores le obligaron a dirigirse hacia el nor­te para capturar unos depósitos de combustible en Bullingen. En este punto, Peiper tenía que elegir. Podía continuar hacia el oeste, hacia el Meuse, o volverse para aislar las divisiones de Infantería ame­ricanas 99ª y 2ª en Elsenborn Ridge. Estas divisio­nes tenían para retirarse un único camino, estre­cho y embarrado. No había nadie entre Peiper y esta ruta de escape -por lo que podría aislar aproxi-

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madamente unos 30.000 hombres. El Jefe de la 99ª se dio cuenta de la situación: Peiper "tiene la clave del éxito en sus manos, pero no lo sabe".

Reaprovisionado, el coronel de las SS dividió su columna y se volvió hacia el oeste. Los Panzergre­nadier bajo su mando procedieron a cometer la más infame atrocidad de la guerra en el frente oes­te europeo. Cumpliendo su misión de sembrar el terror, dispararon contra 85 prisioneros inmediata­mente al sur de Malmédy. El Kampfgruppe Peiper ya había disparado a prisioneros en Bullingen, y mataría más junto a civiles belgas en los días si­guientes. El descubrimiento de estos cuerpos dise­minados en un campo demostró a los defensores el tipo de soldados con los que se enfrentaban. Se co­rrió de boca en boca la noticia de la masacre, lo que endureció considerablemente la firmeza ame­ricana en los días siguientes.

La masacre de Malmédy tuvo un efecto opuesto al que Hitler había previsto.

TEntre elI6 y el 22 de diciembre los ingeniero s fueron la columna vertebral de la defensa de las áreas de retaguardia americanas. Sus actividades retrasaron una y otra vez las penetraciones de los panzer enemigos. Según un historiador oficial, "un pelotón equiPado con suficiente TNT podría, en el punto acertado, hacer más

para retrasar el avance enemigo que una Compañía armada con fusiles y ametralladoras". PeiPer lo expresó más sucintamente. Observando un trabajo de ingenieros como este puente volado en Stavelot exclamó: "i Estos condenados in~enieros!". (Instituto de Hlstoria Militar de los EE.UU.).

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La columna de Peiper operaba ahora en la reta­guardia americana. Algunos ingenieros reunidos con dificultad por su coronel era el único obstáculo que tenía en su ruta hacia el oeste. Un poco des­pués de las 4.00 de la tarde, el coronel informó al Primer Ejército en Spa que una fuerte columna ale­mana había llegado en su penetración hacia el oeste hasta Malmédy. La noticia impresionó al cuartel ge­neral de Hodges. Hasta este momento, Hodges ha­bía creído que las amenazas más graves estaban en St. Vith y Bastogne. Si los alemanes capturaban Mal­médy podían atacar el cuartel general del Ejército del norte, a lo largo de la línea de comunicaciones del Primer Ejército, o hacia el noroeste hacia Lieja, el depósito aliado más importante en el continente. Por primera vez Hodges se dio cuenta de la dimen­sión del esfuerzo alemán. Ordenó a la 30ª División de Infantería dirigirse a Malmédy, pero ésta no po­dría llegar hasta la mañana siguiente. Arañó donde pudo para reunir las únicas tropas que pudo encon­trar, incluyendo los elementos de seguridad de su propio cuartel general y los envió a cortar el avance de Peiper. Mientras tanto, todo dependía de la efec­tividad para retrasar a Peiper de la serie de obstáculos de carretera que los ingenieros habían preparado.

Hacia las 5.00 de la tarde, Peiper salió de Lig­neuville para tomar el puente de Stavelot. Las pe­nosas carreteras -Peiper posteriormente se quejó de que la carretera no era adecuada "no para carros si­no incluso para bicicletas"-limitaron su avance a un estrecho sendero a lo largo de un barranco. En la oscuridad, trece ingenieros armados con unas po­cas minas, una ametralladora de calibre .30 y un ba­zooka se enfrentaron a los elementos de vanguar­dia de Peiper. Pertenecían al 291 Q Batallón de Inge­nieros de Combate y hasta unas pocas horas antes lo único que hacían era un trabajo rutinario en una serrería local. Entonces llegó la electrizante or­den de dirigirse a Stavelot y establecer un punto de bloqueo contra un posible avance alemán. Confor­me trabajaban, el soldado Bernard Goldstein mon­taba guardia en la carretera. Oyó ruidos de moto­res y apretó en sus manos el rifle MI. Conforme los vehículos se acercaban, Goldstein oyó voces alema­nas. Eran los paracaidistas que Peiper había manda­do subirse en los carros. El soldado gritó: "¡Alto! ". El fuego con el que le contestaron lo lanzó al otro lado de la colina, pero había alertado a sus camara­das que los alemanes estaban allí. Dos ingenieros se adelantaron a investigar. Dispararon unos cuantos tiros de fusil y se retiraron . El equipo del bazooka disparó, aunque no tenía objetivo. Y entonces todo acabó. Los carros alemanes se retiraron mientras

LA RUPTURA

que los ingenieros se fueron a toda prisa en direc­ción opuesta hacia Stavelot.

Después de este rápido y profundo avance en la retaguardia del Primer Ejército, la columna de Pei­per había topado con una mínima oposición, pero inexplicablemente se detuvo para pasar la noche. El propio Peiper probablemente no iba con los prime­ros carros cuando se detuvieron. Aceptó la suposi­ción de sus subordinados de que los americanos se mantenían en fuerza en la colina .. Sin lugar a dudas, su propio cansancio oscureció su valoración. Su co­lumna se extendía a lo largo de 25 millas de carrete­ras malas, estrechas y embarradas y sus hombres es­taban cansados. Estos factores explican parcialmen­te la decisión de Peiper de detenerse. Este retraso justamente permitió a Hodges traer a la División 30ª desde el norte a bloquear la penetración de Peiper.

Peiper reinició su avance a las 8.00 de la mañana del 18. Se lanzó sobre el puente de Stavelot -los ca­bles de demolición habían sido probablemente sabo­teados por una unidad de comandos alemana Greif­y se dirigió hacia el siguiente punto de paso del río en Trois Ponts. Nuevamente habían intervenido los ingenieros, esta vez volando dos puentes, obligando a Peiper a salirse de su ruta directa. Perdiendo un tiempo precioso y consumiendo un combustible irremplazable, Peiper se dirigió hacia el norte en di­rección a La Gleize. Capturó un puente intacto, pe­ro su éxito duró poco. Un intervalo de buen tiempo permitió despegar a los cazabombarderos america­nos, obligando a la unidad a cubrirse. Simultánea­mente, elementos de la División 30ª bloquearon to­da nueva penetración hacia el oeste. A la caída de la noche del 18, Peiper se retiró hacia La Gleize y Stou­mont. Operando prácticamente en un total aisla­miento, su enlace-radio en retaguardia le falló du­rante el día, Peiper sufrió durante el día 18 de di­ciembre una cantidad de reveses suficiente cOmo para detectar una fuerte oposición. No sabía que se estaba reforzando el anillo alrededor de su Unidad.

El día 19, temprano, un batallón de la División 30ª reconquistó Stavelot, aislando a Peiper del resto de la 1 ª División SS. A lo largo de los 3 días siguien­tes los alemanes trataron de abrir desesperadamen­te una ruta de abastecimiento hacia la penetración aislada de Peiper. No lo consiguieron. Mientras tan­to los americanos, haciendo un gran esfuerzo, es­trecharon el cerco alrededor de Peiper. El 23 de di­ciembre, Peiper abandonó su misión y al frente de sus unidades regresó a pie a las líneas alemanas. El Kampfgruppe Peiper, la unidad que había estado más cerca de desarrollar el esquema planteado por Hitler, había fracasado.

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LAS ARDENAS 1944

S4

TSdkfz 251/3 Ausf D del2 º Regimiento Panzergrenadier de las SS.

TPanzerkampfwagen V Panther Ausf G del 1 er Regimiento Panzer de las SS.

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LA CARRERA HACIA BASTOGNE

Hacia los alrededores

La ciudad mercado de Bastogne era la clave de siete carreteras principales. Cuando en 1940 la guerra re­lámpago recorrió Las Ardenas, Bastogne había sido uno de los primeros objetivos alemanes. En 1944 los planificadores del OKW (E.M.) reconocieron la im­portancia de Bastogne. Creyendo que su ocupación inmediata era crítica, trataron de persuadir a Hitler para que modificara su plan y tomar la ciudad. De es­ta forma, se vio la inexperiencia operacional del OKW: los planificadores se equivocaron al asignar una fuerza adecuada a la importancia del objetivo. Aunque encontró Bastogne ligeramente defendida, el Cuerpo XLVII Panzer trató de sobrepasarla lanzándo­se hacia el oeste. La 26ª VeD recibió la orden de cap­turar el pueblo el tercer día. Esto era mucho pedir, in­cluso para una unidad tan buena como la "vieja 26ª", ya que la división primero tenía que alcanzar los pasos sobre el río Our y Clerf abriendo camino a los Panzer y después avanzar hacia Bastogne sin apoyo.

~ La confusión continuaba en el Alto Mando americano el17 de diciembre. Sin embargo, Patton comprendió la situación y puso en su diario ese día: "El ataque alemán es en un amPlio frente y se mueve ráPido ... pudtera ser un engaño ... aunque de momento parece real". Esta foto manipulada con fines propagandísticos muestra tropas alemanas pasando al lado de un vehículo acorazado americano abatido. (Archivos Nacionales de los EE. VV.).

Desde la perspectiva americana, Bastogne apare­cía como terriblemente vulnerable. 36 horas des­pués de que empezara la ofensiva, Hodges había visto ceder el centro del VIII C.E. Había compro­metido todos los refuerzos disponibles en la batalla, así que en este momento se veía obligado a pedir ayuda a la reserva del SHAEF. En la mañana del 18 de diciembre, las últimas reservas de Heisenhower, las 10 1 ª Y 82ª Divisiones aerotransportadas, comen­zaron su carrera para bloquear la penetración ale­mana. Pero les llevaría tiempo llegar, y no estaba del todo claro si los alemanes se lo iban a conceder.

La acción retardadora frente a Bastogne había comenzado la tarde anterior. Diez minutos después de que en el cuartel general del VIII C.E. se supiera que los alemanes habían cruzado el río Clerf, Middleton ordenó a su única reserva acorazada, la 9ª División Acorazada (CCR), que se moviera "in­mediatamente" para establecer dos puntos de blo­queo en la carretera asfaltada principal de Bastog­ne y mantenerlos "a toda costa". A medianoche del

ss

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LAS ARDENAS 1944

17 de diciembre, la 9ª estaba en posición entre Clervaux y Bastogne. A media mañana del 18 los Panzer habían aparecido para poner a prueba los puntos de bloqueo de las carreteras establecidos por la agrupación de Rose, compuesta por 17 ca­rros Sherman, una compañía acorazada de Infante­ría y una sección de Ingenieros. La bisoña Infante­ría americana cedió bajo el fuego de los carros ale­manes, retirándose hacia retaguardia.

A las 2.00 de la tarde, Middleton fue informado de que: "La Agrupación Rose está rodeada oo' ha contado hasta 16 carros alemanes oo. la agrupación está siendo batida desde tres frentes oo. se sugiere debiera retirarse. Se podrían usar dos secciones de la Compañía A del 52Q Batallón acorazado de In­fantería (la última reserva de la División) , todo lo demás está empeñado". Resulta indicativo de la pe­nuria de medios americanos el que un capitán fuer­temente presionado al enfrentarse con una Divi­sión de Panzer en ataque tuviera que emitir un mensaje al cuartel general de su C.E. para solicitar el empeño de las reservas, y que solamente las re­servas disponibles fueran 2 secciones acorazadas de Infantería. Middleton, tratando desesperadamente de ganar tiempo para permitir la llegada de los re­fuerzos a Bastogne, negó a la agrupación de Rose su petición de retirada. Un puñado de americanos retrocedieron por su cuenta al anochecer, para ca­er en una emboscada enemiga en su camino hacia el oeste. Sólo unos pocos vehículos y tripulaciones alcanzaron Bastogne.

La otra unidad que preparó una posición de blo­queo importante sufrió una suerte aún más negra. Los Mark IV y los Panther atacaron en la oscuridad. Con su nuevo equipo de visión nocturna de infra­rrojos, los Panther destrozaron los anticuados Sher­mano La defensa cedió cuando el domandante de la posición de bloqueo murió. En este momento, en la tarde del 18 de diciembre, no había ninguna unidad constituida ni desplegada entre la 2ª Divi­sión Panzer y Bastogne. Sin embargo, de acuerdo con el plan, el objetivo de la División se encontraba más alejado y al oeste. En un cruce de carreteras cerca de Longvilly, el coronel Lauchert giró su uni­dad hacia el norte para sobrepasar Bastogne y diri­girse hacia el Meuse.

La 2ª División Panzer, que avanzaba en paralelo, la División Panzer Lehr, también tuvo una excelen­te oportunidad de tomar el importante nudo de ca­rreteras. El G.D. Fritz Bayerlein había conseguido finalmente sacar su División del tráfico congestio­nado del valle de Clerf a mitad de la tarde del 18 de diciembre. Esa noche, los Panzer de la Lehr es-

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taban solamente a 6 millas de Bastogne. Aquí, Ba­yerlein tuvo que enfrentarse a un dilema. Podía vol­verse hacia el sur para alcanzar una carretera asfal­tada o podía usar carreteras secundarias para evitar posibles posiciones de bloqueo enemigas. Aunque él no lo sabia, en ninguna de las 2 rutas había orga­nizaciones defensivas establecidas. Confundido por un granjero, Bayerlein ordenó a sus fuerzas de van­guardia que avanzaran por una carretera lateral. Rápidamente quedaron atascados en un camino embarrado. A Bayerlein le costó 4 horas recorrer las 3 millas que le separaban de Mageret sin ningu­na oposición. Aquí, otro belga le dijo que acabada de pasar una potente unidad americana al mando de un general de División. Suponiendo que se tra­taba de una División completa, Bayerlein se volvió precavido, se detuvo, mandó colocar campos de mi­nas y esperó al amanecer. Esto no era precisamente lo que se esperaba de un agresivo líder mandando una División Acorazada en penetración.

La batalla de las posiciones de bloqueo

Esta combinación de suerte y errores alemanes salvó Bastogne, y permitió a los refuerzos americanos ga­nar la carrera por los nudos de comunicaciones con Un estrecho margen. Alrededor de las 4.00 de la tar­de del 18 de diciembre el Col. William Roberts llegó al frente de elementos de la 10ª División Acorazada (CCA). Se trataba de una de las Unidades que Ei­senhower había ordenado dirigirse en apoyo de Middleton en la tarde del 16 de diciembre. Middle­ton quería que Roberts preparara tres agrupaciones para bloquear las tres carreteras que se dirigían a la ciudad. "Esta no es la forma de usar los medios aco­razados", objetó Roberts. "Robby", replicó Middle­ton, "puede que yo no sepa tanto como Ud. del em­pleo de los medios acorazados, pero esta es la forma en que debo utilizarlos. Muévase a toda velocidad. y, Robby, mantenga esas posiciones a toda costa". De nuevo los blindados americanos se estaban em­pleando en pequeños grupos para guarecer posicio­nes de bloqueo. Dos grupos se dirigieron hacia el este; el Grupo Cherry a Longvilly y el Grupo ü'Ha­ra a Wardin, mientras que el tercero se movió hacia el noreste, a Noville. Estando Roberts todavía pre­sente, Middleton recibió otra visita, la del coman­dante interino de la 101ª División Aerotransporta­da, el G.B. Anthony McAuliffe. Sin conocer ni la si­tuación ni dónde había terminado su unidad, bajo su propia iniciativa McAuliffe se había lanzado ha­cia adelante para tomar contacto con Middleton. Atravesando el difícil tráfico que se dirigía hacia el

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~ Todavía orgullosos de su avance, los soldados alemanes prosiguen montados sobre un panzer. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

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La réPlica de una guerra relámpago era la defensa en profundidad. Mediante la iniciativa de las pequeñas unidades y su obstinada negativa a retirarse, los defensores americanos efectuaron sin saberlo una defensa en profundidad. Sin conocer lo que ocurría en ninguno de sus flancos, muchas unidades mantuvieron críticos cruces de carretera. Ello obligó a los atacantes a emplear sendas secundarias e infiltrarse a través de los bosques para intentar sobrepasar a los defensores y continuar avanzando hacia el oeste. Frecuentemente allí se encontraban con unidades de reserva, abastecimientos, tropas de servicios, artillería y personal antiaéreo, ingenieros y unidades de los Cuarteles Generales. La firmeza de estas formaciones de retaguardia al utilizar su abundante armamento y movilidad, proporcionó a los americanos una defensa profunda. Obsérvese el disparo en el parabrisas del Jeep. (Colección Charles B. MacDonald, Instituto de Historia Militar del Ejército ~ ~ ""v.l"" ·~c~ . de los EE.UU.). ~

LA CARRERA HACIA BASTOGNE

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LAS ARDENAS 1944

oeste, McAuliffe se había alarmado. Middleton, con tranquila apreciación, le afirmó: "Ha habido una importante penetración. Algunas de las Unidades, especialmente las Divisiones 106ª y 28ª, están destro­zadas". La 101 ª de McAuliffe sería orientada hacia Bastogne para mantener los cruces de carretera cla­ves frente a cualquier penetración.

El 19 de diciembre fue el último día durante el

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cual los alemanes tuvieron alguna oportunidad de tomar Bastogne mediante un golpe de mano. De haber sido así, el golpe debería haberlo realizado la División Panzer Lehr. A las 5.30 de la mañana, Ba­yerleyn ordenó a sus Panzer avanzar sobre Neffe, un pueblo inmediatamente al este de Bastogne. Sus vanguardias alcanzaron la ciudad a las 7.00 de la mañana, y entonces inexplicablemente se detuvie-

... Artilleros alemanes pasando el escobillón al tubo de su cañón contra­carro de 75 mm. en las afueras de Bastogne, mientras panzers e Infantería avanzan por las proximidades. Es otro dibujo efectuado por un sirviente de cañón contra-carro de la División 26ª VGD. (Colección Charles B. MacDonald, Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE. VV. ) .

... El grupo Cherry fue destruido por fuerzas alemanas convergiendo sobre él. Bastogne podría haber caído ante la División Panzer Lehr ó la 2 ª División Panzer. Von Manteuffel posteriormente culPó a Bayerlein de no haber conseguido actuar independientemente y de esta forma capturar Bastogne. Cometió "un fallo contra las normas aplicables a un líder de una Dwisión Panzer". Sin embargo, von Manteuffel exPlicó su decisión personal para ordenar a la 2 ª Dwisión Panzer de despreocuparse de Bastogne, justificándose en la necesidad de ajustarse al plan previsto. (Archivos Militares de los EE. VV.).

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ron durante una hora. Este retraso le costó a Bayer­leyn la última oportunidad de tomar Bastogne an­tes de que interviniera la 101 ª Aerotransportada.

Como ejemplo del tremendo valor de una supre­macía aérea sin oposición, la 101 ª Aerotransportada había recorrido la mayoría de su camino hacia Bas­togne sobre camiones con las luces encendidas, ob­jetivo que ningún avión enemigo hubiera fallado, si es que hubiera existido alguno. De nuevo, McAulif­fe se entrevistó con Middleton. El general paracai­dista tuvo que decidir qué hacer en una situación extremadamente fluida y sin tener acceso a una in­formación consistente. Con un estilo claramente pa­racaidista, agresivamente, envió la primera unidad que llegó, e! Regimiento 501 º de Infantería Paracai­dista hacia e! este. El batallón de vanguardia de! Re­gimiento se encontró con los alemanes en Neffe. Lo que en realidad era un ligero combate de encuen­tro fue mal percibido por ambos lados. Los paracai­distas pensaron que habían chocado con una posi­ción de bloqueo enemiga. Los alemanes pensaron que estaban enfrentándose a un contraataque de ar­mas combinadas. Los tanques alemanes contra los cuales no podían responder las ligeras armas para­caidistas evitaron el posterior avance americano. El 501 º desplegó para valorar e! contacto de las posi­ciones alemanas. Mientras tanto, pidió a sus obuses ligeros de fuego rápido bombardear Neffe.

No acostumbrado al sonido de estas armas, Ba­yerlein creyó que estaba oyendo fuego de tanques pesados americanos. Pensando que se enfrentaba a un contraataque en masa y preocupado respecto a los elementos acorazados americanos en su reta­guardia en la carretera de Longvilly (Grupo Cherry, una de las posiciones de bloqueo de Robert) , Bayer­lein perdió su aplomo. Hasta este momento, en su carrera hacia Bastogne, los alemanes se habían ido encontrando unidades pequeñas y desorganizadas. El choque con una Infantería agresiva y bien forma­da, les hizo romper el ritmo. Inmediatamente des­pués de la guerra, Bayerlein explicó: "El mm~mien­to de! Regimiento de Infantería que había llegado a Bastogne para atacarme, hizo cambiar totalmente mi decisión". Marshallo explicó más sucintamente. Por el avance sobre Neffe: "Unas pocas secciones americanas decidieron la suerte de los ejércitos".

A mitad de la tarde del 19 de diciembre, los genera­les alemanes del G.E. Panzer 47º cayeron en la cuenta de que Bastogne no podía ser capturada sin empeñar en el esfuerzo el G.E. completo. Durante el resto del día, los esfuerzos alemanes al este de Bastogne se con­centraron en la eliminación del Grupo Cherry.

El Grupo había estado luchando desde por la ma-

LA CARRERA HACIA BASTOGNE

ñana para abrirse paso. Sus vehículos se habían en­tremezclado con elementos de la 9ª División Acora­zada (CCR) que retrocedía hacia Bastogne. Cuando el Grupo Cherry intentó evitarlos, su Sherman de cabeza fue impactado por un contracarro alemán. Entonces, dos semiorugas antiaéreos agregados de la División 9ª abandonaron su columna en un intento de escapar. Sin escuchar los gritos para que se para­ran, salieron de una curva, se encontraron con e! tanque incendiado e intentaron evitar un choque. El grupo de vehículos atascó la estrecha carretera que se dirigía hacia Bastogne. En ese momento, tres co­lumnas alemanas convergieron sobre el Grupo Cherry bloqueado abriendo fuego sobre él.

El 19, después de destruir la posición de blo­queo de Longvilly, Luttwitz sugirió e! empleo de to­do e! C.E. para capturar Bastogne. Von Manteuffel era de la opinión de que los americanos no se arriesgarían a la total destrucción que supondría e! dejarse rodear. Calculando que podría capturar Bastogne posteriormente, se mantuvo en su misión inicial y ordenó a Luttwitz dejar Bastogne para la Infantería siguiendo el plan de continuar hacia el oeste. Fue un error fundamental.

Atrapados sin posibilidad de moverse, el Grupo Cherry fue desintegrado bajo e! intenso fuego ale­mán. Su larga columna de tanques ligeros, contraca­rros, ambulancias, y vehículos acorazados llenaron la atmósfera con el humo oscuro del aceite conforme un vehículo tras otro era destruido. El Grupo inten­tó retroceder luchando cuando pudo, y consiguió destruir ocho carros alemanes, Pero de ninguna for­ma las desesperadas tripulaciones y la Infantería que les acompañaba pudieron hacer nada más que pre­parar trincheras, aguantar y esperar a que oscurecie­ra. La acción de la carretera de Longvilly supuso la virtual destrucción de! resto de los elementos acora­zados de la 9ª incluyendo su Grupo de Artillería Aco­razado de Campaña. El Grupo Cherry perdió 175 oficiales y hombres, la cuarta parte de sus mandos junto con siete carros ligeros, diez medios y diecisie­te semi orugas. Un conjunto sustancial de elementos de otras unidades fueron igualmente destruidos en la trampa de Longvilly. Sin embargo, los americanos habían llamado la atención de un General de C.E. y dos de Divisiones junto con otros elementos de otras dos Divisiones Panzer que debían haberse preocupa­do de avanzar sobre otros objetivos.

El comentarista Pimlott, haciendo un sumario de los tres primeros días de ofensiva, escribe que al final del día 19: "El período de confusión america­na durante el cual se produjeron la mayoría de los avances alemanes llegaba a su fin".

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LA DEFENSA DE ST. VITH

Rendición de la meseta de Eifel

Como Bastogne, St. Vith era un punto básico de la red de carreteras y un cuello de botella potencial. Como en Bastogne, incluso teniendo una amplia fuerza acorazada a mano, los planificadores alema­nes habían asignado una unidad de Infantería para capturarla. Esta unidad, la 18º División (VeD), pri­mero tenía que realizar una de las penetraciones que atenazaran la meseta de Eifel y posteriormente avanzar sobre St. Vith. El 17 de diciembre, St. Vith abierta a un golpe de mano, estaba guarnecida por muy pocos defensores. Pero a la 18ª le faltaba movi­lidad para un golpe de esta categoría. Su Batallón móvil compuesto por tres secciones de cañones de Asalto, una compañía de ingenieros y otra de fusile­ros, era inadecuado para desarrollar esta misión.

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Jodl Y los planificadores de su E.M. (OKW) habían cometido de nuevo un error capital equivocándose al adaptar nivel de fuerza y misión.

El período comprendido entre el 17 y el19 de di­ciembre pasó sin ninguna presión significativa sobre St. Vith. Como contrapartida, los americanos fueron incapaces de contraatacar para liberar a los defenso­res de la meseta de Eifel. Antes del amanecer del 17 de diciembre, la 9ª División Acorazada (CCB), llegó a St. Vith. El comandante de la 106ª División de In­fantería, como general más antiguo en St. Vith la ab­sorbió bajo su mando e inmediatamente fraccionó su infantería y componentes acorazados. Envió el 27º Batallón de Infantería Acorazado hacia adelante para atacar las fuerzas alemanas que estaban atacan­do el flanco derecho de la meseta de Eifel. El contra­ataque no consiguió otra cosa que elevar la lista de bajas, hasta que la aparición por sorpresa de una sec­ción de carros americana de apoyo batió a los alema­nes. La reacción alemana es una indicación de lo que podría haber ocurrido si los generales america­nos hubieran usado sus medios acorazados en masa. Noventa infantes alemanes se rindieron en una si­tuación que el comandante de la División alemana posteriormente definió como de "crisis seria". Aun­que éste y otros contraataques americanos colabora­ron a preservar St. Vith, no mejoraron la suerte de los Regimientos aislados sobre la meseta de Eifel.

Mientras se esfumaban las esperanzas de ser libe­rados por contraataques inmediatos, los defensores de la meseta de Eifel se enfrentaban a una total falta de abastecimientos. Un reabastecimiento aéreo po­día haber resuelto el problema, pero el esfuerzo fue tristemente malogrado. Increíblemente, aunque las fuerzas aliadas terrestres habían estado en el conti­nente durante casi medio año, los únicos contene­dores de abastecimiento preparados para ser lanza­dos en paracaídas seguían en Inglaterra. El traerlos a vanguardia con un horrible mal tiempo era proba-

.... Prisioneros americanos fotografiados en un pueblo alemán en la zona de Eifel. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

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~ El equiPo de un cañón contra-carro de 3 pulgadas intenta maniobrarlo para ponerlo en posición. (Archivos Nacionales de los EE.UU.) .

blemente un esfuerzo superior a la capacidad de los aliados. Los dos regimientos aislados hicieron un úl­timo esfuerzo para intentar cortar su cerco el 19 de diciembre, pero quedó colapsado frente a un devas­tador fuego de artillería alemán. Esa tarde, la mayo­ría de los defensores supervivientes, aproximada­mente entre 7.000 y 8.000 (la cifra exacta se sigue discutiendo) , se rindieron, constituyendo la derrota americana más importante a lo largo de la guerra en Europa, y junto a Bataan, la mayor rendición en masa de la historia americana.

Después de la guerra, investigadores americanos le hicieron a van Manteuffel una pregunta funda­mental: ¿Hubieran resistido las tropas que mante­nían el sitio tan fuertemente como él lo había anti­cipado? Van Manteuffel contestó: "No".

Rompeolas

El error alemán de no avanzar sobre St. Vith durante los primeros tres días permitió a la defensa de la zona St. Vith-Vielsalm tomar forma coherente. De acuerdo con un historiador oficial del Ejército, en la noche del 19 de diciembre: "Las tropas del perímetro ocupaban una "isla" dentro de una marea alemana que la reba­saba por el norte y el sur y elevaba su nivel frente a su cara este". Las unidades alemanas más avanzadas ha­bían sobrepasado la posición y se encontraba a unas 25 millas al suroeste. Los defensores habían perdido el contacto con su cuartel general, y la situación de mando no mejoró cuando, nervioso ante la desinte­gración de su División, el comandante de la 106ª asig-

LA DEFENSA DE STo VITH

nó a un oficial de menor graduación, al general Bruce Clarke de la 7ª División Acorazada (CCA) , la responsabilidad de dirigir la defensa.

El comandante de la División, C.B. Robert Has­brouck, describía así la situación en una carta al Cuartel Ceneral del 1 º Ejército: "Ambos Regimien­tos de Infantería están en malas condiciones. Mi flanco derecho está ampliamente abierto con la ex­cepción de algunos elementos de reconocimiento, contracarros, y rezagados que hemos reunido y or­ganizado en grupos de defensa en los puntos de pa­so obligado de las carreteras ... Quizás pueda retra­sarlos (a los alemanes) durante el resto del día, pe­ro mañana estaré totalmente aislado. El 8º C.E. me ha ordenado mantenerme y así lo haré, pero nece­sito ayuda". Fue una notable demostración de de­terminación y de calma.

St. Vith fue objeto de un detallado estudio por parte de los planificadores alemanes. La tenaz de­fensa de las ciudades gemelas y de Elsenborn Ridge obligó al 6º Ejército Panzer a cambiar su dirección hacia el sur buscando el camino hacia el Meuse. Mientras que Peiper dormía entre las posiciones americanas, un ejército completo buscaba una red de carreteras para apoyar su avance. El 20 de Di­ciembre la única carretera libre que mantenían los alemanes servía como ruta principal de abasteci­miento para dos divisiones acorazadas y dos de In­fantería. El resto de las carreteras que iban hacia el oeste pasaban por St. Vith. La cadena de mando alemana percibió el inmenso atasco de tráfico que causaba la tenaz retención de St. Vith. Tanto Mod-

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LAS ARDENAS 1944

del como von Manteuffel tuvieron que dejar sus co­ches en carreteras atascadas y echarse a andar para poder llegar a una reunión de planeamiento estra­tégico. Esta reunión entre Moddel y von Manteuf­fel, jefes de Grupo de Ejército y del Ejército respec­tivamente, próxima al frente, contrasta firmemente con el estilo de operar americano. No por falta de valor, pero ni Bradley ni Hodges visitaron el frente durante los primeros críticos días.

Cuando von Manteuffel respondió confidencial­mente a la pregunta de Moddel respecto al avance del 5º Ejército Panzer, éste último manifestó algu­nas dudas: 'Tengo la impresión de que se está re­trasando, especialmente en el sector de St. Vith". "Si", reconoció von Manteuffel, "pero lo tomare­mos mañana". "Espero que así lo haga. Y si lo toma rápidamente, mañana le permitiré empeñar la Bri­gada Escolta del Fúhrer".

Los generales alemanes esperaban que el 20 de diciembre efectuarían un ataque integrando todas las fuerzas recuperadas tras la rendición americana en la meseta de Eifel, la 62ª y la 18ª (VGD) , y la fresca y poderosa brigada del Fúhrer mandada por el coronel Otto Remer. Realmente, el día pasó con una calma sorprendente. Los atacantes simplemen­te no fueron capaces de organizarse para el ataque. Particularmente, la artillería remolcada a caballo tuvo una dificultad tremenda para sacar sus baterí­as por caminos de bosque embarrados y volverlas a entrar en posición contra St. Vith.

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~ Las congestionadas carreteras que conducían a Sto Vith perjudicaron el avance alemán y obligaron a sus Altos Mandos a caminar para acudir a sus reuniones. Teniendo en cuenta de que forma el barro atascó los coches ligeros del Estado Mayor, como el que se ve en la foto, es fácil comprender las dificultades de los panzers. (Archivos Nacionales de los EE. UU.).

Impaciente, von Manteuffel ordenó a Remer ata­car con su vanguardia, pero Remer estaba más inte­resado en la gloria de avanzar hacia el oeste que en asumir la pesadilla planteada por los defensores de St. Vith. De acuerdo con ello, Remer hizo un es­fuerzo poco entusiasta. Cuando los cañones de 90 mm. de un batallón contra carro americano impac­taron sobre sus cuatro primeros carros Mark IV, de­sobedeció y detuvo el ataque.

El 21 de diciembre Remer, haciendo caso omiso de las órdenes de Manteuffel, se lanzó hacia el oeste. De esta forma, St. Vith quedó para las dos Divisiones Volksgrenadier. El ataque principal se lanzó desde el este y se dirigió contra un escabroso borde conocido como Prumerberg. La defensa era una fuerza muy bien adaptada bajo el mando del Tcol. William Fu­ller. Esta fuerza estaba compuesta de cuatro compa­ñías de Infantería Acorazada de la 7ª División Acora­zada, 400 ingenieros, 2 compañías contra carro y 11 carros Sherman. Una preparación artillera de 45 mi­nutos precedió al ataque alemán al final de la tarde. Tres explosiones hicieron llover sobre los pozos de tirador americanos una lluvia mortal. Los nebelwer­fers (lanzagranadas) añadieron su terrorífica músi­ca. Los veteranos narraron que fue el peor bombar­deo que habían sufrido jamás. En él resultó herido el Jefe de una compañía de carros dejó fuera de combate a uno de sus jefes de Sección.

Al oscurecer, la infantería alemana avanzó. La ar­tillería americana castigó duramente, destrozando

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El asalto alemán, del 20 al 24 de diciembre

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LAS ARDENAS 1944

el asalto de un regimiento completo. El coman­dante alemán comprometió en el ataque todo lo que estaba en su mano. La infantería muy hábil­mente se infiltró por las brechas de la línea america­na, arrollando por retaguardia para aislar a los de­fensores avanzados. Casi en la oscuridad, seis Tiger de las SS acometieron las laderas del frente de Pru­merberg, bloqueando su avance había cinco Sher­mano Los americanos situaron sus tanques inmedia­tos a la línea de crestas. El comandante les ordenó

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hacer fuego simultáneamente cuando los Tiger des­crestaran. Conforme alcanzaron la cresta, los Tiger, usando una táctica del frente del Este, lanzaron bengalas. Estas cegaron a las tripulaciones de los tanques americanos y marcaron las siluetas de los Sherman. En unos segundos, los grandes cañones de 88 mm. dispararon destruyendo a los cinco Sher­man sin ninguna baja propia. Entonces, comenza­ron a disparar contra la línea de pozos de tirador del frente americano. La infantería defensora, no

... La 7ª División Acorazada americana (CCA) luchó en la importante acción retardadora hacia Sto Vith. Aquí, un Sherman camuflado en blanco y su escolta de Infantería maniobra a través de los bosques. (Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE. Uu. ).

Los atascos de tráfico que perjudicaron el avance alemán alrededor de Sto Vith también retrasaron a los refuerzos americanos. Luchando contra el tráfico que se movía hacia retaguardia, en su apresuramiento para reforzar a los defensores, el carro de un General de la 7ª División Acorazada tardó 5 horas en ir de Vielsalm a Sto Vith, una distancia de aproximadamente 10 millas. Cuando la 7ª Acorazada (CCA) llegó, se estableció en defensiva retrasando el avance alemán. Aquí, una Unidad de ametralladoras maneja una Browning de calibre .30 incrustada de nieve. (Archivos Nacionales

_ . ... de los EE.UU.) .

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teniendo con qué contrarrestar el fuego, se derrum­bó retrocediendo. Algunas unidades colaterales se mantuvieron; otras, en palabras de un historiador oficial, "corrieron ciegamente en estampida hacia los bosques en busca de una salida hacia el oeste".

Descompuesto por el ataque, a Fuller le entró el pánico. Pasó el mando a un oficial de Ingenieros y se fue al cuartel general "para planear posiciones al­ternativas". Siguiéndole los talones, encabezados por los Tiger, los intrépidos Volksgrenadier entra­ron en St. Vith. En la ciudad todo era confusión en una permanente mezcla de vehículos y soldados ale­manes y americanos. Durante la noche una tormen­ta de nieve cayó sobre el pueblo. Un operador de radio artillero llamó al cuartel general en demanda de órdenes. "¡Ir hacia el oeste! ¡Ir hacia el oeste!" fue la respuesta. En una caótica situación próxima al pánico, el comandante de St. Vith, Clarke, con mucha frialdad dirigió la retirada y fue capaz de im­provisar una nueva línea defensiva a 1000 yardas fuera de la ciudad. Las unidades alemanas que avan­zaban convergiendo de varias direcciones, se encon­traron atrapadas en las calles de St. Vith. Los hom­bres rompieron la disciplina en busca de alojamientos calientes y para robar los abundantes abastecimien­tos americanos. Así pues, no se produjo la lógica persecución. Las carreteras que llevaban a St. Vith estaban tan congestionadas que otra vez Moddel tu­vo que dejar su coche y echarse a andar.

Posteriormente, los americanos fueron capaces de preparar una lista parcial de bajas. La 7ª División Acorazada y el 14º Grupo de Caballería tuvieron 3.397 bajas. Además, la División Acorazada perdió 59 Sherman, 29 carros ligeros y 25 vehículos acora­zados. Frente a estas pérdidas se deben de conside­rar los resultados obtenidos. De nuevo las palabras de un historiador oficial: "Se habían encontrado con un C.E. alemán completo confiado en una fácil victoria y le habían hecho detenerse sobre sus cade­nas. Los alemanes habían chocado con una de las principales líneas de comunicación enemigas, vién­dose obligados a detener durante varios días el mo­vimiento hacia el oeste de las tropas, cañones, ca­rros y abastecimientos de dos ejércitos alemanes".

El éxito americano en el borde de Elsenbor im­pidió el avance alemán hacia el Meuse por el cami­no más corto. El segundo camino mejor era la ca­rretera N15 que va desde Bastogne a través de Man­hay y Werbomont a Lieja. Sin la posesión de Bastogne, esta carretera es utilizable solamente con la captura de St. Vith, pero la caída de Sth. Vith, se comprobó, ocurrió demasiado tarde para los ale­manes. La defensa americana tuvo tiempo para

LA DEFENSA DE STo VITH

consolidarse con firmeza a lo largo de la dirección de avance proyectada. Cualquier avance posterior exigiría una dura lucha con tropas ya exhaustas. Al final, los conquistadores alemanes de St. Vith no pudieron explotar su victoria. Los éxitos posterio­res dependerían de la actuación de las fuerzas que inicialmente habían sobrepasado este punto de re­sistencia avanzando por la carretera 15.

Había una brecha de 13 millas entre las posiciones más avanzadas detrás de los perímetros de St. Vith y de Bastogne. Si las unidades alemanas, pasando por esta brecha, pudieran unirse a las más avanzadas, jun­tas podrían romper el flanco americano girando des­de St. Vith hacia Malmédy y Manhay. Desde allí po­drían continuar hacia el oeste. Como una parte sus­tancial de la fuerza americana estaba empeñada en controlar a Peiper, la línea americana a lo largo de es­te frente era delgada, con sus defensas todavía mal co­ordinadas. Así pues, la batalla exigía una carrera para tomar puntos claves en los cruces de carreteras y pun­tos de paso sobre los ríos que llevaban hacia el Meuse.

T Encargada finalmente de proporcionar defensa antiaérea al Cuartel General de Hitler, la Brigada Begleit del Führer se componía de un Regimiento Antiaéreo con 24 cañones de 88 mm. (aquí vemos uno en el frente del este), tres Batallones móviles de Granaderos, un Grupo de Artillería de 105 mm., un Batallón panzer con 45 Mark Iv, y 35 cañones de asalto, mas destacamentos contra-carros e ingenieros. De una forma típica en muchas for11lacwnes de élite

de los alemanes, sus comandantes desobedecieron las directivas de su Ejército y, persiguiendo su gloria personal, siguieron sus proPios planes. Von Manteuffel optó por empeñar esta formidable umdad de reserva a través de la brecha en Sto Vith en lugar de en apoyo de los elementos más avanzados, lo que fue un gran error. (Colección Wood, Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE. VV. ).

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... Las carreteras congestionadas dieron mayor importancia al control de tráfico. Ayudados por la supremacía aérea, los americanos normalmente fueron mejores que los

... Los paracaidistas de las Divisiones Aerotransportadas 82ª y 101 ª eran los mejore s soldados en el Ejército americano. Eran mucho más agresivos que la Infantería

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alemanes en esta importante función. Aquí, una víctima de la precipitación, un contra­carro M-36 ha resbalado sobre la carretera helada y ha volcado. (Archivos Nacionales de los EE. UU. ) .

de línea. Aquí, artilleros de la 101 ª manejan un cañón contra-carro de 3 pulgadas, cuyo tubo está camuflado entre los postes de una valla. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

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LA DEFENSA DE BASTOGNE

Las decisiones del mando

El Mando Supremo aliado había estado observan­do el desarrollo de la situación en Las Ardenas con alarma creciente. Convocó una reunión de emer­gencia en la tarde del 19 de diciembre para tomar decisiones que incidirían definitivamente en la suerte de Bastogne. En el mapa de situación apare­ció que Peiper había conseguido una ruptura lim­pia. Otras fuerzas enemigas estaban pasando rápi­damente a través de la brecha entre Bastogne y St. Vith. En esta ocasión, Eisenhower acertó exacta­mente en sus comentarios iniciales: "La situación presente se ha de ver como una oportunidad para nosotros y no como un desastre. No quiero ver más que caras alegres en esta mesa de conferencias".

Patton contestó desabridamente: "Diablos, ten-

.... La Artillería fue la columna vertebral del desPliegue defensivo en Bastogne. Un participante observó el ataque alemán: "Por todas partes, entre las nubes en forma de hongo del humo de artillería, las pequeñas figuras negras tropezaban y caían. Detrás de ellos, un carro pesado giró para retroceder hacia sus proPias líneas, -avanzó y se detuvo. Las pequeñas figuras de los alemanes empezaron a correr. Más y más de ellos cayeron. Durante 20 minutos la barrera continuó avanzando y persiguiéndoles. Cuando terminó, los únicos alemanes que quedaban al descubierto eran cuerpos caídos en el terreno. Aquí, vehículos alemanes destrozados y un panzergrenadier abatido en las afueras de Bastogne. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

gamos las entrañas de dejar a estos hijos de perra avanzar hacia París. Después, les aislamos realmen­te y nos los masticamos ". Patton sorprendió, pero sin embargo su sugerencia tenía mucho mérito. Era acorde con la cualidad de gran movilidad america­na. Coincidía de alguna forma con el esquema ori­ginal de Bradley, que ordenaba una acción retarda­dora. Pero Heisenhower y Bradley prefirieron una aproximación más cautelosa.

Ike respondió a Patton: "No, al enemigo nunca le permitiremos cruzar el Meuse". Su plan se apoya­ba en doctrina de "libro de texto" americano basa­da en las lecciones de la 1 ª Guerra Mundial: Mante­ner firmemente los bordes de la penetración. La penetración rápida hacia el oeste se ralentizaría bloqueando los nudos de carreteras de St. Vith y Bastogne, mientras se preparaban las defensas tras el Meuse. Después se lanzaría un contraataque ma­sivo lo más pronto posible .

Las batidas unidades de Hodges no podrían par­ticipar, así que todo dependía de Patton. Eisenho­wer le preguntó: "¿Cuando puede atacar?" Con an­terioridad a la reunión, Patton había examinado detalladamente la situación y había preparado tres planes de ataque de contingencia. Así pues, contes­tó con seguridad: "El 22 de diciembre con tres Divi­siones".

La bravuconada de Patton molestó a Eisenhower. En ningún caso le agradaba especialmente Patton, y no sabiendo que había estudiado el problema en detalle creyó que era la típica contestación frívola en respuesta a una pregunta seria. Además, dudaba de que nadie pudiera hacer girar un ejército 90 grados, efectuar una marcha de aproximación en invierno contraria al sentido de las líneas de comu­nicación y golpear el flanco alemán. Tras echar una bronca al comandante del 3º Ejército, Eisenhower autorizó un retraso de entre 24 y 48 horas más para preparar el ataque.

Sin hacer caso al desprecio de Ike, tan pronto como salió de la reunión, Patton telefonó a su cuar­tel general para hablar con su estado mayor en cla­ve. Les informó de qué opción ofensiva iban a em­plear. De acuerdo con los biógrafos de Patton, su

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respuesta a la pregunta de Heisenhower fue "el mo­mento sublime de su carrera".

Ajeno a estas decisiones, von Manteuffel infor­mó en la noche del 19 de diciembre que "por pri­mera vez tenía serias dudas" respecto a la finaliza­ción con éxito de las operaciones de su 5º Ejército.

Comienza la prueba

El 20 de diciembre, todas las unidades dispuestas defender Bastogne estaban desplegadas. La 101 ª División Aerotransportada, algo más pequeña que una División convencional de Infantería, tenía 11.840 hombres divididos en cuatro regimientos de Infantería. Esta "formación cuadrada" se adaptaba mejor que la estructura común de tres Regimientos a la defensa enfrentada en cuatro direcciones. Pro­porcionaban el apoyo artillero orgánico tres gru­pos de obuses ligeros de 75 mm. (del tipo que habí­an operado en Bayerleyn) y un Grupo reglamenta­rio de 105 mm. La otra unidad importante de defensa era la 10ª División Acorazada (CCB) de Ro­bert, ya empleada articulada en agrupaciones para constituir puntos de bloqueo en las carreteras. Al final del día, le quedaban a la división aproximada­mente 30 carros medios. El resto de la 9ª probable­mente le proporcionaría otros 10 Sherman. El bata­llón contra carro 705º dotado de su nuevo cañón de 76 mm. de alta velocidad aportó 36 cañones contra carro autopropulsados. También había cua­tro grupos de Artillería de C.E. con sus obuses de

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155 mm. proporcionando a McAuliffe (que ante to­do era formalmente el jefe de Artillería de la Divi­sión) apoyo de fuego de largo alcance. Alrededor de 130 tubos de artillería se encontraban dentro de Bastogne. Además, los defensores habían reunido a numerosos rezagados y fracciones de unidades que se habían infiltrado hacia Bastogne durante los caó­ticos primeros días. McAuliffe desplegó a sus hom­bres a lo largo de un perímetro circular con su cen­tro en Bastogne, y con su artillería agrupada y cen­tralizada para hacer fuego en cualquier dirección.

En la noche del 20 de diciembre, McAuliffe visi­tó a Middleton en Neufchateau. Le dijo que estaba seguro de que sus hombres podrían mantenerse al menos durante 24 horas si quedaban rodeados. El comandante del 8º Cuerpo le informó de los últi­mos datos del Servicio de Inteligencia que daban por cierto que la 116ª División Panzer aparente­mente estaba moviéndose en dirección al flanco de McAuliffe para unirse a las tres Divisiones que ya es­taban atacando Bastogne. McAuliffe contestó: "Creo que podemos también con ella". El eoman­dante de la División Paracaidista volvió a Bastogne. Aproximadamente 30 minutos después, los blinda­dos alemanes cortaron la carretera tras él. Bastogne estaba aislada.

"Nísperos"

El aislamiento de Bastogne se debió a un cambio en la táctica alemana. Habiendo sido detenidos en

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.... Los defensores de Bastogne pelearon con una determinación especial. Un soldado de la 10 ª Acorazada al entrar en una casa vio un mensaje grabado en la pared dejado por un soldado del VIll Cuerpo que se había marchado. Decía: "Volveremos - Los Yankis". El soldado añadió: "Volveremos -¡Demonios! Estamos aquí para quedarnos". Aquí un pozo de tirador, con una ametralladora de .50 extraída de un vehículo, y un bazooka (a la derecha de la ametralladora) , defiende el perímetro. La tierra fresca removida sobre el fondo blanco proporciona un blanco inconfundible. (Archivos Nacionales de los EE.UU.) .

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~ Un coronel, testigo sobre el terreno del vuelo por derecho y a nivel de este C-47 entre un intenso fuego antiaéreo para conseguir lanzar sus empaques de abastecimiento con exactitud, comentó: "Su valor es tremendo y creo que su ejemPlo hizo muchísimo para animar a la Infantería". (Fotografía de la Fuerzas Aéreas de los EE. UU,; tomada de los Archivos Militares y Servicios de Investigación).

Neffe, e incapaz de deslizarse en Bastogne vía Mar­vie, los alemanes llegaron a la conclusión de que les faltaban fuerzas suficientes para capturar Bastogne. En su lugar decidieron rodear la ciudad. Durante los dos días siguientes, 21 y 22 de diciembre, se efectuaron diferentes combates de valoración pero no a gran escala, mientras los alemanes maniobra­ban alrededor del perímetro de Bastogne. Este res­piro proporcionó a McAuliffe un tiempo inestima­ble para coordinar a los paracaidistas y los elemen­tos acorazados que anteriormente habían cooperado mal entre sí, ya que cada arma creía que ella sola soportaba el esfuerzo de la defensa.

A las 11.30 de la mañana del 22 de diciembre, cuatro alem¡lOeS llegaron a la línea avanzada ameri­cana llevando una gran bandera blanca. Su apari­ción originó uno de los incidentes más memorables de la batalla de Las Ardenas. Llevaban un papel pi­diendo la rendición de Bastogne, y amenazando con terribles consecuencias si la guarnición no ac­cedía a ello. Cuando la petición de rendición llegó a McAuliffe, se rió y dijo: "Ya, nísperos". Creía que sus hombres iban a dar a los atacantes "una paliza de los demonios" y que la petición era ridículamen­te inapropiada. Se sentó para hacer un borrador de una respuesta escrita, y se quedó en blanco.

Preguntó a su estado mayor cual era su opinión, y uno de sus oficiales le dijo: "Su primera observa­ción sería difícil de mejorar". Así que los alemanes

LA DEFENSA DE BASTOGNE

recibieron la famosa contestación de una sola pala­bra, "nísperos". Pero esta respuesta intraducible no fue entendida por los negociadores alemanes. Un coronel americano les explicó: "Si no entienden lo que "nísperos" significa, en inglés de la calle es lo mismo que "vete al infierno".Y les diré algo más, si continúan atacando mataremos a todos los conde­nados alemanes que intenten penetrar en esta ciu­dad".

Aunque la moral de los defensores era alta, aho­ra se enfrentaban a un problema material serio -la munición . Durante los tres primeros días la fuerte artillería de Bastogne había intervenido decisiva­mente en cuanto un objetivo lo suficientemente importante aparecía. Como en cualquier parte en Las Ardenas, la artillería americana constituía la es­pina dorsal de la defensa. A medio día del 22 de di­ciembre, McAuliffe tuvo que restringir severamente el fuego de artillería para reservar municiones. Se proporcionaba para cada cañón un total de 10 dis­paros al día. Esto permitía a los alemanes manio­brar libremente alrededor del perímetro de Bastog­neo Incluso los paracaidistas empezaron a tener problemas con las municiones de las armas ligeras. Todo el mundo se preguntaba si se quedarían sin munición antes de que llegaran refuerzos.

El día anterior al lanzamiento aéreo, McAuliffe recibió un breve pero optimista mensaje radio: "Hugh (el general Gaffey al mando de la 4ª Divi-

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sión Acorazada de Patton) viene". Esta maniobra era parte del contraataque prometido del Tercer Ejército. El Tercer Ejército avanzaba a lo largo de un amplio frente entre Echternach y Martelange. Los planificadores alemanes habían asignado al Séptimo Ejército el papel de dar seguridad al flan­co precisamente ante este tipo de ataque. Sin em­bargo, el contraataque llegó mucho antes de lo que los alemanes habían supuesto. Aun así, la dificultad del terreno y la tenaz resistencia con duros comba­tes, como se repitió a lo largo de toda la batalla, ra­lentizaron el avance de Patton a paso de tortuga.

A la condecorada 4ª División Acorazada se le ha­bía asignado la misión de socorrer a Bastogne. Du­rante la ruptura de Normandía, mandada por un magnífico comandante, la 4ª División se había ga­nado una alta reputación por sus feroces ataques, y se había convertido en la favorita de Patton. Pero al final de diciembre, uno de los antiguos oficiales de Estado Mayor de Patton, Gaffey, mandaba la uni-

~ La 4 ª División Acorazada de élite comenzó su avance hacia Bastogne sin su Comandante en Jefe, con sus filas solo parcialmente al completo, con soldados bisoños, y llevando carros proporcionados por Inglaterra con anterioridad al día D. Algunos solamente podían avanzar a mitad de su velocidad, las torres de otros no tenían fuerza para girar, y la mayoría tenían los motores y las cadenas desgastados. Un Batallón de carros perdió 33 por fallos mecánicos durante su marcha ráPida de 160 millas hacia Las Ardenas. El 24 de

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Diciembre, Patton escribió en su diario: "Ha sido una muy triste víspera de Navidad. A lo largo de nuestras líneas hemos estado recibiendo constantemente violentos ataques, uno de los cuales ha obligado a14º Acorazado a retroceder". Sin embargo Patton concluyó que los alemanes "estaban muy retrasados respecto a su horario y, yo creo, que derrotados". Esta ilustración muestra un carro de la 4 ª División camuflado en blanco. (Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE. UU.).

dad. Muchos de sus carros eran los mismos vehícu­los que habían cruzado Francia, por lo que eran poco fiables mecánicamente. La mayoría de estos vehículos eran conducidos por tripulaciones biso­ñas. En principio, uno de los mandos de combate de la División se había situado muy bien en Neufchateau para atacar en dirección Bastogne, pe­ro un error de mando le obligó a retroceder for­zando a la División a atacar en dirección a Marte­lange. A pesar de las órdenes de Patton de "condu-

La defensa de Bastogne

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cir como en el infierno", la 4ª avanzaba lentamen~ te. Dentro de Bastogne los defensores empezaron a decaer. "Hugh" simplemente no llegaba lo suficien­temente rápido. Pequeños grupos carros-infantería estaban continuamente atacando el perímetro y los defensores comenzaban a desfallecer. El 23 de di­ciembre amaneció claro y soleado. Los bombarde­ros B-26 y P-38 de la Novena Fuerza Aérea y los ca­zabombarderos P-47 fueron los señores del día. Un observador los vio "como bancos de pececillos de

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LA DEFENSA DE BASTOGNE

plata bajo el brillante sol del invierno". Los 'Jabas", siguiendo las huellas de los vehículos de cadenas de la 9ª, llegaron al objetivo. Normalmente, los vehícu­los alemanes se protegían en los numerosos bos­quecillos. Los 'Jabas" usaron cohetes, bombas y na­palm para destrozarlos. Durante el día, la 9ª Fuerza Aérea, efectuó 1.300 salidas.

Mejor aún que los aviones de combate, fue la lle­gada de los aviones de transporte. Con gran habili­dad, fueron lanzadas en Bastogne patrullas de señala-

Lehr

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LAS ARDENAS 1944

dores y en la mañana del 23 de diciembre instalaron un radar para dirigir a los C-47 hacia el pueblo. Du­rante este día, 241 aviones lanzaron sus fardos de abastecimiento con gran precisión. Las fuerzas terres­tres recuperaron hasta el 95% de ellos. Al día siguien­te volvieron, pero para entonces los alemanes ya esta­ban preparados para recibirles. Mientras la potente defensa antiaérea de los alemanes abatía un gran nú­mero de C-47, los pilotos rehusaron efectuar manio­bras evasivas para poder así lanzar con precisión sus preciados abastecimientos. Su valor salvó a Bastogne de lo que posiblemente iba a ser una terrible crisis.

A las 3 de la mañana del día de Navidad los alema­nes lanzaron un ataque con todos los medios contra Bastogne. Se suponía que en el ataque participaría una división completa de refresco, la 15ª Panzergre­nadier. En lugar de ello, sólo dos batallones de Pan­zergrenadier, dos grupos de Artillería autopropulsa­dos y 18 carros llegaron a tiempo. El coronel de la 15ª División (peD) que mandaba la fuerza de asalto se quejó de que no había tenido tiempo para recono­cimientos y que había sido imposible el coordinar con sus carros de apoyo. El ataque a Bastogne empe­zaba a ser de una urgencia desesperada. Moddel ha­bía ordenado al 5º Ejército Panzer tomar Bastogne de una vez "para limpiar este furúnculo". En conse­cuencia, los superiores del coronel le contestaron que debía de atacar y que contaba con la tremenda ventaja de la sorpresa que supondría hacerlo mien­tras los americanos celebraban el día de Navidad.

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.. Las tripulaciones veteranas americanas temían más los cañones contra-carro alemanes que a los proPios carros. Pensaban que normalmente oirían o verían a los carro s enemigos. Sin embargo, raramente veían a los cañones contra-carro hasta que abrían fuego. Este dibujo realizado por un artillero de la 26 ª VeD muestra el porqué. Este cañón de 75 mm. está enfilando perfectamente el paso de un semioruga americano el 24 de diciembre. Falló al destruirlo. (Colección Charles B. MacDonald, Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE.UU.).

Elementos de la 15ª División (peD) se unieron a otros de la 26ª (VeD) para atacar al oeste de Bas­togne en Champs. El plan de asalto ordenaba que los atacantes tenían que entrar en Bastogne entre las 8.00 y las 9.00 de la mañana, y antes de que apa­recieran los cazabombarderos. Tras un asalto ini­cial, sobre las 10.00 de la mañana Kokott compren­dió que su plan estaba sentenciado. Pidió permiso para retirarse, pero el comandante del C.E. se lo denegó, diciendo que era vital la captura de Bastog­neo Sin estar convencido, Kokott insistió. Sabía que cualquier esfuerzo posterior lo único que haría se­ría incrementar la "factura del carnicero". Así pues, el día de Navidad el ataque contra Bastogne no dio resultado. Como en Neffe el 19 de diciembre, los alemanes consiguieron llegar a una milla de Bas­togne. Nunca llegarían a acercarse más.

Mientras tanto, al suroeste de Bastogne, la 4ª Di­visión Acorazada americana (CCR) se enfrentaba a puentes destruidos, obstáculos en las carreteras y una resistencia tenaz alemana mientras se dirigía hacia el pueblo. Al caer la tarde, el comandante de la unidad de cabeza dudaba si debería insistir en pasar a través de la carretera de avance que se le había ordenado. Pidió permiso para intentar tomar un atajo. La división pasó la petición a Patton, pre­guntándole si autorizaría una aventura incierta que pondría en peligro el flanco de los alemanes. Pat­ton contestó: "Por todos los diablos, ¡claro que si! ".

En el puesto de mando de la División se encon-

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traba un teniente coronel destinado a ganarse un nombre por sí solo. Veintiocho años después , Creighton Abrams llegaría a ser el comandante su­premo de las Fuerzas Terrestres americanas en Vietnam. Fuera de Bastogne mandaba un Batallón disminuido dotado con 20 Sherman, pero estaba decidido a sacar el máximo partido de él. Con un cigarrillo colgando de sus labios le dijo a su Jefe: ''Vamos allá. ¡Los vamos a aplastar!".

Abriendo marcha, iban un puñado de los mo­dernizados Sherman de 40 Tm. llamados Cobra Kings. Pegado a los talones de un bombardeo de artillería, corto pero intenso, Abrams cargó contra Assenois. Saltando de encima de los carros, la in­fantería limpió el pueblo en una cruel lucha casa por casa. Nadie superó a un soldado de 19 años,Ja­mes Hendrix. Armado solamente con su fusil , Hen­drix atacó contra dos cañones de 88 mm. "¡Salid de ahí! " gritó. Un soldado alemán levantó su cabeza del pozo de tirador en que se encontraba y Hen­drix le disparó. Corriendo hacia el siguiente pozo de tirador, Hendriz golpeó a sus ocupantes con la culata de su fusil. Entonces volvió a cargar por de­recho contra los dos grandes cañones. Asustados por esta especie de guerrero escandinavo invenci­ble, los sirvientes se rindieron. Fue el asalto de un solo hombre que le valió ganar la medalla al honor.

Empujados por actos de valor como este, los Co­bra Kings aceleraron su marcha. Perforaron hasta las líneas de la 10 1 ª donde McAuliffe les saludó: "Eh, estoy muy contento de veros". El sitio de Bas­togne se había terminado.

• Los americanos tenían algunos Shermans modernizados llamados "Cobra Kings " armados con cañones de 76 mm. con frenos de boca y un blindaje frontal más grueso. Patton ordenó que encabezaran la fuerza de ruptura hacia Bastogne. (Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE. UU. ) .

LA DEFENSA DE BASTOGNE

• Infantería Acorazada de la 4 ª División Acorazada ataca para ensanchar el corredor hacia Bastogne el 27 de diciembre. Los hombres estaban ampliamente separados para evitar bajas en caso de bombardeo. (Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE.UU.) .

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LAS ARDENAS 1944

Compañía "A" CHAMPS 502. o Regimiento paracaidista

o El ataque alemán comienza con la infiltración de Infantería camuflada a través de los bosques. o El primer Batallón del Regimiento de , Granaderos 77 asalta Champs.

Q) El 2º Batallón del 77º que i/lfentaba como reserva explotar la captura de Champs es obligado a empe/iarse en combate casa por casa Cl/ando la Compmlía A le opone una resistencia tenaz.

(]) El ataque principal alemán con 18 panzers arrolla los pozos de tirador, eVIta los caza­carros americanos y avanza sobre BastiJgne.

74

Compañía "A" 327 infantería de planeadores .

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CI> El a taq u e alemán se divide: la mitad de las fuerzas se dirigen a Roller, y la otra mitad a Hemroulle.

® Los panzers destruyen dos caza-carros que salían de Champs.

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Platton hace recuento de los infiltrados alemanes

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Longchamps

(J) Siete pallzers obligall a la CompUliía Ca retirarse a la líll ea de busque, después giran expoll ielldo su flallco a las armas cOlltra­carros americallas.

® Mielltras tallto, el jeJe de los panzer cOIIJullde Helllroulle por Bastogne y cO lI/unica por radio a su Cuartel Gel/eral que ha alcalizado el objetivo.

Compañía "B"

LA DEFENSA DE BASTOGNE

(j) Los pallzers atacall Hemroulle. La combillación de Juego de los obuses ligeros, 2 carros Shermall, armas contra·carros y bazoollUs des truye todos los pall zer. Los artilleros de campalla paracaidistas salell de sus posiciones para capturar a las tripulaciolles . El resto de los carros SOIl

capturados en UII cruce de Juegos de las CompO/lías By C y el pelotón del Cuartel General.

Compañía "C"

HACIA

BASTOGNE

® Dos contra-carros americanos destruidos. ® Contra-carros americanos. © Plana Mayor del 5020 Regimiento

Paracaidista. @ Posición de bloqueo de la Compañía B ® El Pelotón del Cuartel General improvisa

una defensa al aparecer los carros. Dos contra-carros americanos

® escondidos en el bosque esperan el momento de disparar.

© Fuerza mixta de elementos de Infantería, Carros y Artillería.

LA BATALLA POR CHAMPS 25 de diciembre de 1944

75

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HACIA EL MEUSE

Errores en la dirección

Cuando las vanguardias de la 2ª División Panzer to­maron el puente sobre el Ourthe en Ortheuville el 21 de diciembre, se encontraban a menos de 40 mi­llas de carretera de Dinant y el Meuse . Antes de embarcarse en el sprint final hacia el Meuse, von Manteuffel tenía que resolver varios problemas. La penetración de la 2ª División era extremadamente estrecha, no consiguiendo más allá del alcance de los cañones de 75 mm. de sus carros. Parte del cuerpo acorazado de su izquierda se había queda­do pegado en Bastogne; los elementos de su dere­cha estaban llevando a cabo una serie de contra­marchas, con la consiguiente pérdida de tiempo, debido a la oposición americana. Cuando las divi­siones Panzer 116ª y Lehr aparecieran a su izquier­da y derecha respectivamente, von Manteuffel ten­dría suficiente fuerza para un avance amplio hacia el Meuse. Incluso entonces tendría que dejar fuer­zas tras el para proteger su flanco norte milla a milla en su avance hacia el oeste. Sus unidades estaban cansadas después de haber luchado sin descanso du­rante seis días completos. Las consecuencias de la fa­tiga se verían al día siguiente, cuando el grueso de la 2ª columna de Panzer se detuvo al tener noticias de carros americanos. El jefe del Cuerpo de Ejército, se dirigió al frente , relevó al coronel al mando, envió tropas de refresco y prosiguió el avance. Pero se ha­bían perdido una serie de horas irrecuperables. Fi­nalmente, y lo que resultó ser más importante: el abastecimiento de combustible a los elementos avan­zados no pasaba. Algunos elementos de maniobra ya estaban inmovilizados por falta del mismo.

La dirección de von Manteuffel hacia el Meuse era consecuencia de decisiones que habían sido to­madas en lo más alto de la cadena de mando. Ya el 18 de diciembre Moddel había telefoneado a von Rundstedt y Jodl para decirles que la ofensiva había fracasado. El 24 de diciembre esperaba que las po­siciones de la 2ª de Panzer pudieran ser utilizadas para atrapar y destruir fuerzas americanas contra el Meuse, una variante de la "solución menor". Van Rundstedt era incluso más pesimista. El día de Na-

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vidad pidió que se detuviera el ataque teniendo en cuenta que incluso la "solución menor" resultaría imposible . De acuerdo con un oficial del cuartel general de Hitler: "A pesar de todo esto, Hitler no solamente se mantuvo en el plan principal, sino que incluso empezó a barajar ideas más ambicio-

" sas . A pesar de los planes de von Manteuffel de am­

pliar la penetración de la 2ª División Panzer y de abrir una red de carreteras de apoyo más ancha, durante los días 22 al 24 de diciembre, los elemen­tos más al oeste del 5º Ejército Panzer consiguieron muy poco. Principalmente, el problema era debido a la incapacidad del 6º Ejército Panzer adyacente de crear una línea de bloqueo al este de Lieja. Ha­bía intentado rebasar la posición de Elsenborn, pe­ro la artillería americana impedía el empleo de las carreteras este-oeste próximas, lo que hacía que el resto estuviera atascadas. Fue típica la experiencia de la 9ª División Panzer SS, empeñada el 18 de di­ciembre como parte de la segunda oleada, no al­canzó la línea del frente hasta cuatro días después. Consecuentemente, el 6º Ejército Panzer fue inca­paz de mantener su ritmo y conseguir .espacio sufi­ciente para la maniobra, necesario para desarrollar su misión de bloqueo. Abandonado a sus propios recursos, el 5º Ejército avanzaba lentamente, a paso de caracol. Era tal su triste situación real -sus pene­traciones desparramadas aquí y allá en su camino hacia Bastogne, las Unidades más avanzadas sin combustible- que el 24 de diciembre Model ordenó a sus vanguardias "continuar a pie" hacia el Meuse. El sueño de una guerra relámpago había muerto.

Cambio de mando

El 20 de diciembre, Eisenhower tomó una decisión que sorprendió a los generales americanos de más alta graduación. Dividió las fuerzas americanas en dos componentes, norte y sur. Los del norte queda­rían bajo el mando del mariscal de campo Montgo­mery. Esta controvertida decisión de Ike se apoyaba en la sugerencia del propio Montgomery de dividir el campo de batalla. La obstinada negativa de Brad-

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ley para reinstalar su cuartel general más atrás una vez que los alemanes habían penetrado entre su 1er y 3er Ejército, jugó un papel fundamental en manos de Monty. Los planificadores del estado ma­yor de SHAEF estaban preocupados de que el avan­ce alemán pusiera en peligro las comunicaciones de Bradley con el 1er Ejército. Haciendo ver que su cuartel general no se había retirado jamás, Bradley se quejaba de la falta de prestigio resultante asocia­da con su primera retirada que además podría pro­ducir pánico en sus hombres. Estos pensamientos mostraban una ridícula falta de confianza en ellos y una preocupación exagerada respecto a un hecho poco importante. Si Bradley hubiera sido menos obstinado se podía haber evitado muchos proble­mas, ya que Montgomery planeaba utilizar el apoyo americano para reactivar su campaña para conse­guir alcanzar el empleo de general de las Fuerzas Terrestres de las Fuerzas Aliadas. En sus memorias, Bradley reconoce que el consentir el cambio de mando fue "uno de mis más graves errores en esta guerra".

Los americanos creían que una segunda razón importante para colocar a Monty al mando era que de esta forma él comprometería refuerzos británi­cos en el frente . De acuerdo con ello, rápidamente Montgomery aportó su excelente 30º Cuerpo de Ejército y lo llevó al río Meuse, pero una vez allí so­lamen te proporcionó seguridad de retaguardia y excepcionalmente llegó a comprometerse en com­bate. Las bajas británicas, en toda la batalla, no lle­garon a sobrepasar la cifra de 200 muertos. Además de la crisis de mando que resultó de la decisión de Ike del 20 de diciembre, una segunda consecuencia fue que Montgomery planteó su argumento de au­tojustificación para un mando único terrestre, de­jando ver su propia opinión respecto a la oportuni­dad estratégica de un contraataque americano.

Según un observador británico, Montgomery lle­gó al cuartel general de Hodges "como Cristo a lim­piar el templo". Ordenó a los americanos retirarse para reforzar sus líneas. El ceder terreno era algo fuera de la experiencia americana. Hodges discutió contra la decisión de ceder una sola pulgada. De momento, Monty se lo consintió, pero en seguida se convenció de que debía relevar a Hodges. Por supuesto, SHAEF había perdido confianza en Hod­ges, que se suponía estaba agotado tras cuatro días de combates increíblemente duros. Ike mantuvo su confianza en Hodges, opinión que se apoya en el hecho de que, incluso en este momento, Hodges planeó un contraataque contra la base de la pene­tración alemana. Emparejado con el ataque de Pat-

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ton, las dos pinzas tendrían la oportunidad de cor­tar el grueso de las fuerzas alemanas todavía com­prometidas en su pelea para alcanzar el Meuse. Montgomery prefería la aproximación más precavi­da de reforzar todo el campo de batalla antes de contraatacar.

Ultima crisis sobre el terreno

Mientras los americanos se retiraban de St. Vith en la noche del 23 de diciembre, la 82ª Aerotranspor­tada defendía un sector de 15 millas de largo blo­queando el avance alemán en dirección a Lieja. Era una posición poco fuerte en sí misma que la 82ª ha­bía preparado más bien circunstancialmente que tras un serio planeamiento. El 24 de diciembre, Montgomery llegó al cuartel general del 18º Cuer­po de Ejército Aerotransportado para hacer un re­ordenamiento del frente. Los americanos, con su vehemencia típica, explicaron que la 82ª no se ha­bía retirado jamás en su historia, y que no iban a empezar a hacerlo ahora.

En una de las más importantes contribuciones de Montgomery a esta batalla, Montgomery pidió la retirada hacia el norte para buscar una mejor po­sición. Fue una exhibición de ciencia militar por un gran instructor táctico por encima de la tenaci­dad de buldog, no muy pensada, que caracterizaba la mayoría de las decisiones de combate america­nas. Cuando un feroz ataque alemán se enfrentó a la 82ª dos días más tardes, fue rechazado tras dura lucha. El resultado habría sido diferente si Monty no hubiera insistido en esta retirada.

Bloqueado decisivamente en Elsenborn Ridge y con la penetración de Peiper perdida, el 20 de di­ciembre Moddel había cambiado la misión del 6º Ejército Panzer. De aquí en adelante el 5º Ejército Panzer llevaría el esfuerzo principal, y el 6º queda­ría relegado solamente a la protección del flanco . Moddel lanzó adelante el 2º Cuerpo Panzer de las SS aún no comprometido en apoyo de esta misión. La noche del 22 de diciembre patrullas americanas habían capturado a un oficial de las SS y por él su­pieron que se estaba preparando un ataque sobre Baraque de Fraiture en la carretera principal entre Houffalize y Manhay.

Al general James Gabin, comandante de la 82ª, le preocupaba el hecho de que si los alemanes to­maban los cruces de carreteras podrían alcanzar la autopista y atrapar, tanto a la 82ª como a las fuerzas que evacuaban St. Vith, contra el ángulo formado por los ríos Ambleve y Salmo Gabin visitó los cruces de carreteras, se dio cuenta de la debilidad de las

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posiciones, y empeñó su única reserva, el 2º Batallón del Regimiento de Infantería 325º (planeadores).

Tras una noche de una gran nevada, al amane­cer del día 23 de diciembre, Panzergrenadier de las SS atacaron Baraque de Fraiture. El ataque cogió a los defensores dentro de los edificios desayunando. El jefe de planeadores dirigió el contraataque para recuperar la posición. Durante las horas siguientes, los alemanes bombardearon con morteros y artille­ría los cruces de carreteras. El comandante, alar­mado, pidió ayuda. Llegó de Manhay una Sección de Infantería Acorazada perteneciente a la 3ª Divi­sión Acorazada y una compañía de Paracaidistas procedente de un Batallón Paracaidista indepen­diente. Se encontraron casualmente frente a una posición de bloqueo alemana que obligó a la Infan­tería a desmontar. Los cinco Sherman se destaca-

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ron y sobrepasaron la posición de bloqueo para lle­gar al cruce de carreteras a la 1.00. Tres horas más tarde, después de 20 minutos de preparación arti­llera, la 2ª División Panzer se lanzó a un potente ataque.

Tras la caída de Baraque de Fraiture, la carretera hacia Lieja, objetivo formal del 6º Ejército Panzer, quedaba abierta. Gabin, arañando, reunió lo que pudo para cerrar la carretera. Principalmente se trataba de los supervivientes batidos y exhaustos de Sto Vith. Si hubiera podido o no aguantar es algo que nunca se sabrá, ya que los alemanes no aprove­charon su ventaja. Al día siguiente, un claro en el tiempo permitió a los 'Jabos" dominar la situación. Los vencedores en alcanzar los cruces de carretera, la 2ª División Panzer de las SS, tuvo que ocultarse en los bosques. Fue el primer día que los alemanes

~ En la noche de Navidad, de madrugada, Hitler mantuvo una discusión de Estado Mayor de largo alcance. Después de revisar el informe de Model,jodl hizo una pausa y dijo: "Mi Führer, tenemos que hacer frente a los hechos clara y abiertamente. No podemos forzar el River Meuse". La fotografía muestra un Phanter G destruido en el contraataque de la 2· Acorazada cerca de Celles. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

~ Un Sherman "Big Red One" de la 1· División de Infantería que fue parte de la fuerza que aguantó en Elsenborn Ridge obligando a Model a cambiar la misión del Sexto Ejército Panzer. (Archivos Nacionales de los EE. UU. ).

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~ La 82ª Aerotransportada mantuvo un sector de 15 millas entre los alemanes y Lieja. Excesivamente extendida, los elementos de su Regimiento que transportaban planeadores fueron barridos en Baraque de Fraiture. Aquí, hombre s del Regimiento 325Q de Planeadores tiran de un trineo con municiones a través de los bosques cubiertos de nieve. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

T Arma antiaérea autopropulsada americana M16MGMC.

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usaban la red de carreteras de St. Vith. Modde! or­denó avanzar a sus unidades en apoyo de la 2ª de SS, pero hasta que llegaron, dudó que la División fuera capaz de continuar.

El contraataq~e

Cuando Montgomery se hizo cargo de! sector norte de la bolsa, pidió un comandante específico para ayudarle: El G.D.,]oseph "Lightning ]oe" Collins. Collins era comandante de C.E. más agresivo y ca­paz en Europa. Inicialmente, Mohtgomery quería que el 7º Cuerpo de Collins se mantuviera fuera del combate hasta que estuvieran preparados para lan­zar un contraataque masivo. Pero e! ataque alemán a Baraque de Fraiture había absorbido gran parte del Cuerpo de Ejército en combate defensivo. Du­rante la tarde del 24 de diciembre, el comandante de la 2ª División Acorazada, G.D. Ernest Harmon, llamó al cuarte! general de! VII C.E. de Collins pi­diendo permiso para atacar la penetración de la 2ª División Panzer al este de Dinant. Harmon se había enterado de que los alemanes se habían quedado sin combustible y por lo tanto resultaban vulnera­bles. Collins estaba fuera, lo que dio lugar a una confllsión fortuita entre ambos cuarteles generales. El resultado fue que Harmon entendió haber recibi­do permiso para prepararse para el ataque, y así lo hizo. Cuando Collins volvió y supo los planes de Harmon, decidió interpretar ampliamente las res-

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trictivas órdenes de Montgomery.AY Hodges. Autori­zó e! ataque. El día de Navidad, la 2ª División Acora­zada avanzó en dirección suroeste desde Ciney. Con la tremenda ayuda de los cazabombarderos aliados, con el apoyo insistente de la artillería americana y la falta de movilidad de los Panzer que habían agotado sus reservas de combustible, la División consiguió re­sultados espectaculares. Destruyó e! batallón de Re­conocimien to de la 2ª Panzer y rodeó el grueso de las fuerzas alemanas en los alrededores de Celles. La División destruyó o capturó 82 carros, 83 piezas de artillería y contracarros, y 500 vehículos de distintas clases, capturando 1213 hombres y matando cerca de otros l.000. Como había ocurrido con Peiper, la División alemana sucumbió al final de su más pro­funda penetración . La derrota de la 2ª División Panzer obligó al alto mando alemán a reconsiderar todas las operaciones. Los alemanes había perdido la iniciativa, aunque Hitler rehusara aceptarlo.

Crisis de mando

El éxito de la 2ª División Acorazada puso de relieve las diferencias entre los métodos de combate ame­ricanos y el de Montgomery. Dos días antes, Mont­gomery había decidido absorber otra penetración antes de contraatacar. Estudió el mapa y vio que los. alemanes tenían cinco Divisiones Panzer alineadas en los límites oeste y norte de la bolsa, con algunas unidades importantes adicionales presionando ha-

... Tras la caída de Baraque de Fraiture, la carretera de Lieja se mantuvo abierta muy poco. Los alemanes fueron incapaces de capitalizar esta ventaja y en seguida los carros de la 3" DIVisión Acorazada la bloquearon. Aquí, Shermans de la 3" Acorazada prueban sus armas en los bosques próximos a Manhay. Las carreteras estrechas como ésta imPidieron todo tiPo de maniobras. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

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~ Cuando Harmoll supo que el 2º Pallzer se había quedado sin combustible, Pidió permiso para atacar. Aquí, un Panther G que se había quedado sin combustible es capturado por el avance americano. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

~ De los dieciséis días de la ofellsiva ell diciembre, sólo cinco estuvieron lo suficielltemente claros para permitir a los aliados volar con todo su arsenal. El día de Navidad fue un día claro. Los temidos cazabombarderos "Jabos", algunos como este P-47N armado con ocho ametralladoras de calibre .50 y dos bombas de 1000 libras o 10 cohetes de 5 pulgadas se unieron a los P-38 Lightllings y P-51 Mustangs para domillar el combate terrestre. Según un historiador oficial, fue "una de las más grandes demostraciones de apoyo táctico al suelo nunca visto por tropas americanas". (Museo Nacional del Aire y Museo del Espacio de los EE.UU.) .

~ La 2ª División Acorazada de Harmoll capturó un gran botín durante su ataque contra la 2 ª División Panzer, alemana como por ejemPlo estas piezas de artillería. (Archivos Nacionales de los EE.U.).

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(j) MUliana del 20 de diciembre. VI/a patrulla de 80 hombres alemal/a es batida por semiorugas al/tiaéreos americal/os. EI/tre los prisiolleros se il/e/uyel/ oficiales del Grupo de Reconocimiel/to de Carreteras de la 2" Divisiól/ de las SS.

HACIA SAMREE --

o El/ la tarde del 20 de diciembre: El Grupo "D " del 87" Escuadról/ de Caballería americal/o se ul/e a la defel/sa; se ordel/a a la guarniciól/ "mal/tenerse tal/to tiempo como puedal/ " o La presiól/ alemal/a aumel/ta alrededor de los cruces de carreteras, pero la falta de combustible retrasa el ataque. Al amanecer del 22 de diciembre , el 2º Batallól/ del 525" Regimiel/to de Infal/tería de plal/eadores guarnece Fraiture y el/vía a su CompUliía "F" al cruce de carreteras.

@) El/ la I/oche del 22 de diciembre: ul/a secciól/ de cOl/tra-carros americal/a el/viada para reforzar el cruce de carreteras se Pierde el/ la oscuridad, se detiel/e y es capturada por la b!fal/tería alemal/a . La posiciól/ americana se el/cuel/tra aislada.

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DISTANCIA DEL CRUCE A FRAITURE: 914 METROS

HACIA MANHAY

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(¿) Alltes de amallecer del 23 de diciembre: por fill llega el combl/stible alemáll. El 2" Batallóll del4 " de Pallzergrenadiers lallza 1111 ataql/e Iloctl/mo,

Fraiture

pero es rechazado ell un violellto combate.

@) Mielltras el 2/4 de Pal/zergrelladiers ataca, el 3er Batallón se muev~ hacia la posiciól/ amencalla.

(2) 13.00 horas del 23 de diciembre: ulla columlla de socorro americana choca contra el perímetro alemál/. La Illfalltería se clava al suelo)' la Sección de

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Carros Sherman cOlltilllÍa sola para ullirse a la guamición.

® 16.00 horas del 23 de diciembre: Ull illtellso bombardeo artillero de 20111. bate Baraqlle de Fraitllre.

® Ocho Pallzer IV)' 1II1

Batallóll de ' pallzergrelladiers ataca desde el sllreste mielltras oo .

® Más pallzergrelladiers avallzal/ ell semiorllgas desde el oeste.

@ A las 5 de la tarde, los defellsores pidell permiso para retirarse, pero se les ordena "mal/tellerse a toda costa ". Dos carros Pallther aparecell por el este)' golpeal/ los Shermalls expuestos .

@ VII Shermall mal/iobra tras lIlla taPia de piedras para destrllir los Pallthers, pero 110 tielle éxito. EI/tre las 5)' las 6 de la tarde, los alemanes rebasall el crllce de carreteras, apoderálldose de hombres, semiorllgas, vehículos acorazados y tres obllses.

COMBATE EN BARAQUE DE FRAITURE Del 20 al 23 de diciembre de 1944

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cia el oeste. Esto convenció a Montgomery de que los alemanes estaban a punto de lanzar su más po­deroso golpe desde el comienzo del ataque. Los co­mandantes americanos veían las cosas de forma di­ferente.

El mismo día que Harmon aplastaba la 2ª Divi­sión Panzer, Bradley visitó a Montgomery. El maris­cal de Campo le dio una lección y le regúió como a un alumno de escuela. Exageró la importancia de la detención americana explicando que el Primer Ejército de Hodges tardaría tres meses en estar pre­parado para un ataque. Posteriormente, en una carta a sus superiores británicos, explicó: "Es inútil aparentar que vamos a convertir rápidamente todo esto en una gran victoria; ha sido realmente una derrota, y sería mejor que lo admitiéramos". Conti­nuaba dicirndo que si hubieran seguido exacta­mente sus puntos de vista, esto no hubiera ocurri­do.

De hecho, había sido una gran victoria. El poder ofensivo del Ejército alemán había sido aplastado. El 26 de diciembre, dos días después de la confe­rencia y carta de Monty, se pudo considerar que fue el día en que la marea de la invasión alemana al­canzó su nivel más alto. Mientras los infantes en sus pozos de tirador no podían darse cuen ta de este hecho, Bradley y Patton realmente si que lo apre­ciaron. La barrera de Hodges al norte entre Dinant y Elsenborn se mantuvo firme. En el sur, Bastogne había sido liberada. Los americanos apreciaron que la sobreextendida posición alemana tentaba a lan­zar un ataque decisivo desde los bordes de la bolsa. En apoyo de sus puntos de vista, resaltaron el éxito de la División Acorazada. Sin embargo, Montgo­mery se mantenía firme en su desacuerdo. Esa no­che, Bradley telefoneó al Jefe de Estado Mayor de Ike : "Co nd e nado, Bedell, ¿podrías hacer que Monty fuera hacia el norte? Todo lo que te puedo decir es que nuestros oponentes han alcanzado hoy su nivel más alto".

Este desacuerdo aumentó degenerando en un serio enfrentamiento que estuvo a punto de rom­per la alianza angloamericana. Se ha de tener en cuenta que era esta ruptura el objetivo de Hitler cuando inicialmente planeó su "golpe maestro". Montgomery aprovechó la ocasión para continuar con su planteamiento estratégico de preferir un avance dentro de Alemania en frente estrecho me­jor que en uno amplio. Empleó su designación temporal como comandante de las fuerzas ameri­canas del norte de la bolsa como un paso interme­dio hacia su objetivo fundamental. El 30 de Di­ciembre expuso sus peticiones crudamente en una

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carta a Hisenhower. Escribió que los aliados acaba­ban de sufrir una tremenda derrota. Y que ocurri­rían más, a menos que Ike accediera a su petición de "un comandante oo. para dirigir y controlar" to­das las operaciones terrestres en el noroeste de Eu­ropa. Insistió que tal comandante debería ser él mIsmo.

Para Heisenhower esto fue demasiado. Preparó el borrador de una carta a la Junta de Jefes de Es­tado Mayor Conjunto planteando la disyuntiva: Ike o Monty. Teniendo en cuenta la disparidad de potencial empleado, sabía que Montgomery ten­dría que marcharse. La retirada de Montgomery hubiera tenido unas consecuencias enormes. Apo­yado por una prensa irresponsable, un virulento sentimiento antiamericano estaba barriendo toda Inglaterra. El quitar a Monty podía significar el fin de la cooperación angloamericana. Afortunada­mente, en medio de esta ruptura estaba el Jefe de Estado Mayor de Montgomery, el G.D. Francis de Guingand. Después de ser informado de lo que es­taba ocurriendo, de Guingand se apresuró a ir al cuartel general de Heisenhower. Aquí, el propio Jefe de Estado Mayor del Comandante Supremo le dijo que era demasiado tarde: la decisión ya había sido tomada. Sin dudarlo , de Guingand trató de persuadir a Heisenhower para retrasar 24 horas cualquier tipo de acción. Volvió a Montgomery, y en una de las escenas más dramáticas de la guerra le dijo a su comandante que estaba a punto de ser destituido . El fatuo y confiado Montgomery no podía creer que ello fuera posible. Casi se desma­yó y preguntó con un hilo de voz: ¿Qué puedo ha­cer, Freddie?

De Guingand había preparado ya una prolija carta de disculpas. Monty la firmó y se envió. La carta terminaba: "Aunque le haya molestado mu­cho mi carta, le ruego la rompa. Su devoto subordi­nado, Monty". Esto aplacó a Eisenhower y la guerra continuó.

~ Cuando el Primer y Tercer Ejércitos americanos atacaron precavidamente el extremo de la bolsa, von Rundstedt apuntó irónicamente en el diario de guerra del OB occidental, "la solución menor". Aquí, tripulaciones de carros del Tercer Ejército fuman un cigarro en un descanso. Patton, orgulloso de sus hombres, elIde enero pub licó en su orden general: "En resumen, no

encuentro una expresión más adecuada para manifestar mis sentimientos que las inmortales palabras del gral. Scoot en Chapultapec cuando dijo: "Valientes soldados, veteranos, habéis sido bautizados con sangre y fuego y os habéis convertido en acero". (Colección Charles B. MacDonald, Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE.UU.).

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CONCLUSION

La mayoría de los generales de ambos bandos re­conocieron que el 26 de diciembre fue el día cru­cial. A partir de ese día, los americanos tomaron la iniciativa. Aún quedaban combates importantes. El esfuerzo alemán para aislar de nuevo a Bastogne exigió una serie de acciones acorazadas de gran es­cala. Sin embargo, su fracaso convenció a von Man­teuffel de que era el momento de retirarse. Como era costumbre, Hitler se mostró lento en adaptarse

a la realidad. Hasta el 8 de enero no aceptó que el 6º Ejército Panzer se moviera hacia el este. Para en­tonces, en el frente del este, la tremenda ofensiva de invierno rusa explotó cuatro días más tarde y la falta de carros de los defensores hizo que el frente cayera como un "castillo de naipes".

El 16 de enero, al mes del asalto alemán, el Ter­cer Ejército de Patton y el Primer Ejército de Hod­ges tomaron contacto al noreste de Bastogne. Era

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demasiado tarde para atrapar alemanes en masa. Habían realizado una hábil acción de repliegue en las circunstancias más dificiles. Bradley propuso una "ofensiva rápida" para perseguir a los alemanes en caliente a lo largo de Eifel y después hasta el Rhine. Era demasiado cambio con respecto a los planes ini­ciales: para Montgomery resultaba inaceptable; Ei­senhower lo consideró poco estudiado. Sin embar­go, finalmente el cruce del Rhine en Remagen tuvo lugar precisamente en este sector, y con la participa­ción de la, ahora veterana, 9ª División Acorazada.

La batalla de Las Ardenas le costó al ejército americano 10.276 muertos, 47.493 heridos y 23.218 desaparecidos. Las pérdidas alemanas son imposi­bles de cuantificar con exactitud. Lo que síes cierto es que sus bajas fueron superiores al total de las americanas. Los alemanes perdieron cientos de ca­rros. Los americanos rápidamente repusieron sus pérdidas. Los alemanes no podían.

Evaluación

Los ejércitos alemanes en la campaña de Las Arde­nas nunca estuvieron próximos a alcanzar sus objeti- . vos. Sin embargo, de acuerdo con Bradley, la ofensiva alemana originó luchas de alto nivel político y estra­tégico que "sacudieron violentamente y estuvieron a

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punto de romper la estructura del alto mando aliado. Esta ruptura era precisamente lo que Hitler intenta­ba. Desde esta perspectiva, 'Wacht am Rhein", estuvo peligrosamente a punto de tener éxito.

En la guerra moderna, el único medio con que el alto mando puede participar en la batalla cuan­do estaba comenzado es empleando sus reservas. De acuerdo con ello, la evaluación de los generales de la cúpula muestra a Eisenhower y hasta cierto punto algo menos a Bradley, decidiendo maravillo­samen te bien respecto al uso de sus reservas para parar las penetraciones alemanes hacia el oeste. Después de la guerra, los generales alemanes co­mentaban que las reservas americanas reacciona­ron más rápidamente de lo que habían supuesto. Dicho esto, Ike vaciló parcialmente en seguir las re­comendaciones de sus subordinados -Bradley, Pat­ton y Hodges- de cortar por su base la bolsa alema­na. En lugar de ello siguió el más cauteloso criterio de Montgomery, de enfrentarse a la punta de la pe­netración. Sobre si Montgomery hubiera querido empeñar activamente su XXX C.E. británico, ocu­pando el Meuse para debilitar el avance alemán y así permitir que Collins presionara a los alemanes hacia el este, Bradley escribe: "Podríamos haber producido en los alemanes una carnicería absoluta, ahorrando así muchas vidas americanas".

... El cuerpo congelado de un oficial alemán, uno de los miles de alemanes muertos en esta campaña. (Archivos Nacionales de los EE.UU.).

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Hitler y asimismo Jodl erraron en el empleo acerta­do de sus reservas. En vez de explotar el inesperado éxito del Quinto Ejército Panzer, reforzaron el fracaso del Sexto. El 20 de diciembre, los generales alemanes habían perdido el control del ataque. ¿Por qué falla­ron los Panzer en avanzar como estaba planeado?

La capacidad de la mayoría de los americanos de aguantar firmemente frente a un asalto por sorpresa influenció fundamentalmente el desarrollo de los he­chos. La obstinada defensa inicial deshizo los planes cuidadosamente preparados por el Estado Mayor (OKW). Proporcionó a la resistencia americana tiem­po suficiente para ocupar líneas defensivas más fuer­tes y mejor organizadas. Cada día que pasaba, una re­sistencia coordinada en una región con una limitada red de carreteras hizo que la tarea alemana de alcan­zar el Meuse resultara cada vez menos posible. Es preciso resaltar que el alcance del Meuse era sólo el primer objetivo en el plan de capturar Amberes. El apoyo táctico y logístico de los alemanes falló para mantener el ritmo de avance. Ya el 19 de diciembre, el Quinto Ejército Panzer informó de la "penosamen­te llevada" distribución de combustible. Al día si­guiente, la Sexta División del12º Panzer SS, supuesta­mente una unidad de penetración, tuvo que pegarse al terreno por falta de combustible. El OKW falló es­trepitosamente en asegurar que la distribución de

CONCLUSION

combustible mantuviera el ritmo del avance, errando los consumos de combustible debido al mal tiempo y a un terreno que reduce en un 50% la supuesta dis­tancia a recorrer con un carro lleno de combustible y al apoyar su plan en la optimista estimación de que las penetraciones alcanzarían y tomarían los depósi­tos de combustible enemigos.

El Ejército de EE.UU. en la campaña de Las Ar­denas no apoyó bien a sus soldados. Equipó a sus infantes con deficientes armas, entrenamiento y or­ganización y con una doctrina ineficaz. Ello permi­tió al enemigo lanzar una ofensiva masiva y por sor­presa contra sus puntos más débiles y en muchos casos dotados de sus peores líderes a nivel Ejército, Cuerpo de Ejército y División. Como contrapartida, los soldados americanos ofrecieron todo su valor. Algunos huyeron al primer asalto, pero la mayoría se mantuvo firme y luchó con aquello que tenía.

En su interrogatorio posterior a la guerra, van Manteuffel reconoció el éxito de las acciones retar­dadoras americanas. Sin embargo, hizo notar orgu­llosamente que la penetración de la 2ª División Panzer llegó a estar a 4 Km del Meuse sin haber su­frido enfrentamientos importantes. Siendo esto ver­dad, la División desarrolló esta misión solamente a base de sobrepasar todas las posiciones defensivas, dejándoselas a unidades de apoyo posterior encar-

~ Dos soldados muy jóvenes de las Waffen SS capturados durante el avance americano para absorber la bolsa. (Colección Charles B. MacDonald, Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE. UU.).

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gadas de abrir la ruta de abastecimiento. Van Man­teuffel creía que el fracaso de los segundos escalo­nes fue inherente al planteamiento inicial del plan. Los alemanes carecían de la potencia suficiente pa­ra alimentar una ofensiva y para tomar las posicio­nes sobrepasadas por la primera oleada de asalto.

Van Manteuffel también hizo ver el error del alto mando alemán para derivar hacia "la solución me­nor" cuando se apreció claramente que la penetra­ción principal hacia Amberes era impracticable. Esta observación plantea un interesante ¿qué si? Las po­siciones del C.E. Aerotransportado XVII de Ridge­way orientadas hacia el sur estuvieron excesivamente extendidas durante los días que se emplearon de cu­brir la retirada de St. Vith. Hasta la caída de Manhay el 24 de diciembre, las unidades acorazadas alema­nas tuvieron la oportunidad de cortar y sobrepasar las fuerzas concentradas alrededor de St. Vith y en Elsenborn Ridge. Ello hubiera supuesto el atrapar a estas fuerzas y embalsarlas usando el Meuse como obstáculo e infringiendo una seria derrota. El impac­to que tal derrota hubiera tenido en el enfrenta­miento de Eisenhower y Montgomery es difícil de evaluar, pero es interesante percatarse de que Eisen­hower retó a Montgomery sabiendo que su apoyo por parte del Gobierno americano estaba asegura­do. Además, la victoria parcial resultante de la "solu­ción menor" no era compatible con los objetivos de Hitler. El anhelaba una victoria indudable y era inca-

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paz de darse cuenta de que sus medios no eran acor­des con sus esperanzas. Como último análisis , la ofensiva de Las Ardenas, desde su concepción, no te­nía una posibilidad razonable de victoria.

Antes de ser ejecutados, los mariscales de Campo Jodl y Keitel respondieron a una pregunta sobre la oportunidad de la ofensiva de las Ardenas: "Las crí­ticas respecto a si hubiera sido mejor emplear todas nuestras reservas disponibles en el frente del Este mejor que en el Oeste, las sometemos al juicio de la Historia". Teniendo en cuenta que el ataque tenía muy pocas posibilidades de éxito, pero que limitó la penetración americana hacia el Este al final de la guerra, se puede decir que uno de los efectos de la ofensiva fue el poner, al acabar las hostilidades, a más alemanes y otros europeos bajo Rusia, que so­bre la ocupación occidental.

Winston Churchill rindió un elocuente tributo a las fuerzas americanas en un discurso efectuado an­te la Cámara de los Comunes el 18 de enero de 1945. Su conclusión fue que la batalla de Las Arde­nas fue "sin lugar a dudas la mayor batalla america­na en la guerra y será vista, creo yo, como su más importante victoria".

La inscripción bajo la estatua de un Infante en la ciudad de Clervaux, el lugar donde el 110 de la 28ª Di­visión resistió hasta el final a los canos de Manteuffel, recuerda a los turistas modernos lo que significó el sa­crificio americano. Se lee: "A nuestros liberadores".

... Vigilados por un soldado de Infantería de la 4 ª División Acorazada, prisioneros alemanes ayudan en su camino hacia retaguardia a uno de sus camaradas que ha sufrido una congelación. (Instituto de la Historia Militar del Ejército de los EE. UU.).

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EL CAMPO DE BATALLA, HOY

El área es amplia y las acciones fueron múltiples. Así pues, recomiendo que se elija un alojamiento base y centrado, tal como Clervaux. Las ahora sere­nas casas del castillo del Museo de la batalla de Las Ardenas merecen la pena ser visitadas. Los america­nos son muy bien recibidos en este pueblo, espe­cialmente cuando aparecen en el Memorial de los soldados americanos.

El Hotel del Parque con vistas a Clervaux, y el Molino Viejo de Asselborn, cerca del pueblo de Asselborn, a pocos kilómetros de distancia, ofre­cen alojamientos tranquilos con un precio razo­nable y una comida excelente. En el libro de visi­tantes de este último podemos ver los nombres de los veteranos de la 101 ª División Aerotransporta­da.

Desde cualquiera de estos puntos se puede visi­tar cómodamente Bastogne hacia el suroeste y su museo de la batalla de Las Ardenas o dedicarse a la busca de los pozos de tirador y otros recuerdos en-

tre los bosques y pueblos desde el Norte hacia el Es­te. Pozos de tirador con reliquias tanto americanas como alemanas se pueden encontrar en un bosque de pinos en las afueras de Rocherath-Krinkelt. En los pueblos a lo largo del frente, como Echternach Houffalize y Stavelot, han conservado carros ameri­canos y alemanes. Aliado de una tranquila carrete­ra que cruza el bosque inmediato a Meyerode, hay un monumento al teniente Eric Fisher Wood, un americano del que se dice dirigió una serie de ac­ciones de guerrillas en el área antes de que lo mata­ran. Aquí mucha gente lo recuerda; en un día llu­vioso a finales de septiembre encontré un ramillete de flores frescas al pie del monumento.

~ La 7ª División Acorazada rebasa tres carros alemanes el 23 de Enero avanzando para

volver a entrar en Sto Vith. (Instituto de Historia Militar del Ejército de los EE.UU.)

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CRONOLOGIA

1944 6 de Junio, día D, la invasión aliada de Francia. 25 de Julio, comienza la ruptura aliada desde las ca­bezas de playa. 19 de Agosto, Hitler comienza a planear la reunión de reservas para una contraofensiva en el oeste. Primeros de Septiembre, la persecución aliada a través de Europa obliga a detenerse debido a la fal­ta de abastecimientos. 10 de Septiembre, el Ejército de los EE.UU. libera Luxemburgo. 16 de Septiembre, Hitler anuncia su intención dé lanzar una contraofensiva a través de Las Ardenas. Objetivo: Amberes 20 de Septiembre, las fuerzas soviéticas atraviesan el río Danubio. 25 de Septiembre, la operación de Montgomery "Mercado de las Flores" termina en fracaso. 1 de Octubre, el 1 º Ejército inicia el sitio de AA­chen; Montgomery comienza la campaña de Scheldt para facilitar la aproximación a Amberes. Finales de Octubre, los rusos atacan Prusia oriental. 8 de Noviembre, el Tercer Ejército americano co­mienza la ruptura de la línea defensiva del muro oeste alemán. 16 de Noviembre, el Primer Ejército americano co­mienza la campaña del bosque de Huertgen. 28 de Noviembre, los primeros navíos aliados lle­gan a Amberes; termina el largo período de falta de abastecimientos aliado. 13 de Diciembre, el Primer Ejército americano lan­za un ataque para capturar las presas del río Roer; los alemanes acumulan medios en áreas de estacio­namiento a vanguardia. 16 de Diciembre, 5.30 amo los alemanes lanzan una contraofensiva general en Las Ardenas. Durante el día, las defensas de la brecha de Los­heim comienzan a romperse. El asalto del 6º Ejérci­to Panzer se enfrenta contra la 2ª y 9ª División ame­ricanas. El 5º Ejército Panzer tiene progresos limita­dos frente a la División 28ª. Por la noche, las posiciones de la brecha de Los­heim se derrumban; La 106ª División a punto de rendirse. Las posiciones del 110/ 28 caen bajo el

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ataque de blindados alemanes. Heisenhower da la orden de empleo de sus 7ª y 12ª Divisiones Acoraza­das en reserva. 17 de Diciembre Por la mañana, Peiper captura Bullingen; la 18º Di­visión VGD captura el puente de Schoenberg, ais­lando a la 106ª División. Por la tarde, las SS de Peiper asesinan americanos desarmados cerca de Valmedy; atascos de tráfico re­trasan el avance alemán sobre St. Vith. Por la noche, Peiper se detiene antes de Stavelot; Eisenhower libera las Divisiones Aerotransportadas de su reserva. 18 de Diciembre, Peiper es rechazado en Trois Ponts; elementos acorazados americanos retrasan el avance alemán hacia Bastogne. 19 de Diciembre Por la mañana, la 101 ª identifica a la División Pan­zer de Lehr en las afueras de Bastogne. Peiper aisla­do al ser retomado Stavelot. Por la tarde, entre 7.000 y 8.000 americanos se rin­den en la meseta de Eiffel; se refuerza la defensa de St. Vith, Por la noche, cita de Eisenhower para una reunión de emergencia. 20 de Diciembre, Montgomery se hace cargo del Primer Ejército americano. 21 de Diciembre, cae St. Vith. 22 de Diciembre, McAuliffe se niega a rendirse; Bastogne sufre escasez de municiones. Por la noche, los defensores de St. Vith se retiran del saliente. 23 de Diciembre, Peiper se retira a pie con el resto de sus hombres; los defensores de Bastogne son re­abastecidos por aire; la 2ª División SS toma Baraque de Fraiture. 25 de Diciembre, el ataque en masa sobre Bastogne es rechazado. La penetración de la 2ª División Pan­zer se detiene 4 Km antes de llegar al Meuse; von Rundstedt pide se abandone el plan "Wacht am Rheim" y se sustituya por la "solución menor". 26 de Diciembre, la 4ª División Acorazada america­na refuerza Bastogne; la iniciativa pasa a manos aliadas.

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29 de Diciembre, comienza "la crisis de mando alia­do" con la carta de Montgomery a Eisenhower pi­diéndole una nueva estructura de mando. 30 de Diciembre, fracasa el último esfuerzo alemán para cerrar el corredor de Bastogne; von Manteuf­fel abandona toda esperanza de acción ofensiva. 1945 1 de Enero, la Luftwffe lanza su "gran ataque" en el oeste, y sufre pérdidas irremplazables que alcanzan los 300 aviones. 8 de Enero, Hitler autoriza la retirada de las SS de Las Ardenas. 12 de Enero, los soviéticos comienzan su masiva ofensiva de invierno a lo largo del río Vistula en Po­lonia. 16 de Enero, el Primer y Tercer Ejércitos america­nos toman contacto en Houffalize.

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CRONOLOGíA/GuíA PARA LECTURAS POSTERIORES

23 de Enero, la 7ª División Acorazada americana (CCB) retoma St. Vith. 28 de Enero, la batalla de Las Ardenas termina ofi­cialmente. 7 de Marzo, el Primer Ejército americano toma el puente de Remagen sobre el río Rhine. 23 de Marzo, las fuerzas aliadas bajo el mando de Montgomery atraviesan el Rhine al norte del Ruhr. 1 de Abril, los Ejércitos 1 º Y 9º americanos rodean el Ruhr. 23 de Abril, las fuerzas soviéticas toman Berlín. 25 de Abril, patrullas soviéticas y americanas toman contacto a ambos lados del río Elba. 30 de Abril, Hitler se suicida en Berlín. 7 de Mayo, el Alto Mando alemán rinde incondicio­nalmente todas sus fuerzas.

GUIA PARA LECTURAS POSTERIORES

BLUMENSON, M. "The Patton Papers 1940-1945 ", (vol. 2) Boston, 1974. Diario de Patton revelando sus pensamientos en aquella época. BRADLEY, O. and BLAIR, "C.A. General's Life", New York, 1983. Mucho respecto a la estrategia general y al enfrentamiento de Montgomery. COLE, H. "The Ardennes: Battle of the Bulge", Washing­ton, 1965. La indispensable historia oficial, pero es­crita antes de su desclasificación. EUROPEAN THEATER HISTORICAL INTERROGATION, Se­ries A Manuscritos 1945; Series B 1946-1948, Archi­vos Nacionales, Washington. De particular interés son A872 para información OB, B151 respecto al planearrüento y la preparación y B151A para la des­cripción y crítica detallada de Manteuffel. GILES,]. "The Damned Engineers", Washington, 1985. Una expresión detallada del papel de los ingenie­ros retrasando la ofensiva alemana. Con especial es­tudio del avance dePeiper. GOOLRICK, W. and T ANNER, O. "The hattle of the Bul­ge", Alejandria, VA, 1979. Ilustrada por Lavishly, buena narración general.

MAcDoNALD, C.A "Time for Trumpets: The Untold Story of the Battle of the Bulge", New York, 1985. Una reciente, detallada y exhaustiva narración. Examina en detalle lo que sabían los aliados antes del ata­que. - Company Commander, Washington, 1947. Lo que pa­recía el fin del frente en las ciudades gemelas el 17 de Diciembre. MARSHALL, S. "Bastogne; The Story of the First Eight Days", Washington, 1946. Basado en entrevistas de combate inmediatamente después de la batalla. PIMLoTT, J. "Batlle of the Bulge", New York, 1981. Una visión general con agudo análisis. WARLIMONT, W. "Inside Hitler's Headquarters 1939-45", New York, 1964. Punto de vista desde dentro por un profesional Oficial de Estado Mayor que es-taba allí. . WEIGLEY, R. ''Einsenhower's Lieutenants: The Campaign of France and Germany 1944-1945", Bloomington, IN, 1981. Concentrado en las decisiones de mando y li­derazgo. Un excelente análisis de las debilidades del Ejército de los EE.UU.

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EL JUEGO DE LA GUERRA ARDENAS 1944

La contraofensiva alemana en Las Ardenas fue una operación masiva que finalmente comprometió un gran número de Divisiones luchando por un salien­te de aproximadamente 60 millas de profundidad. Con un conflicto de esta escala (desgraciadamente común en el siglo XX), los jugadores que esperen recrear acciones militares necesitan considerar qué aspecto o aspectos de la batalla les interesan más y así seleccionar el nivel y la forma del juego de la guerra más apropiados para sus intenciones. Para colaborar en su elección, las proposiciones siguien­tes para el juego de la guerra Operación "Wacht am Rhein" y sus batallas resultantes se han dividido en dos categorías: primera, el nivel operacional o "Alto Mando"; y segunda, la aproximación táctica, "El Final Agudo".

Alto mando

Si descansan sobre sus hombros las responsabilida­des de un general de cinco estrellas o generalfed­marschall, la aproximación obvia a la "Batalla de las Ardenas" es tratar de tomar el asunto al completo,­aunque en menor escala. Si asume la púrpura de un comandante de Grupo de Ejército le espera un triste futuro, teniendo en cuenta las complejidades logísticas de la guerra de los mecanizados, pero es­tas preocupaciones pueden facilitarse mediante la compra de un juego comercial, del tipo de caja de juegos lanzada inicialmente por fabricantes como Avalon Hill y que se encuentran en los mostradores de la mayoría de las tiendas de hobby y modelismo. Estos juegos tienen lo suficiente en sí mismos y es­tán profusamente presentados con sus tableros principales con una complejidad que exige libros de instrucciones (aunque después de obtenida al­guna experiencia con juegos más sencillos, el pro­blema resulta menor) y su disponibilidad. Los jue­gos que son más relevantes en nuestra búsqueda para el punto de vista del "Alto Mando" en la con­traofensiva de Las Ardenas incluirían: Battle of the Bulge, Hitler's Last Gamble, Bastogne y Battles for the Ardennes. El primero de los mencionados ha si­do el juego standar respecto a Las Ardenas durante

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muchos años, y debido a su antigüedad es relativa­mente barato. Sin embargo, sigue apareciendo re­gularmente en las listas de los juegos de guerra -se­ñal segura de que se sigue utilizando. El último de los mencionados es un tablero (un conjunto de 4 juegos sobre un tema único) que incluye 3 juegos importantes relativos al conflicto de 1944-45; pero ¡ay!, el fabricante ha fallecido y no se sabe si podrá encontrarse. La mejor opción en el caso de que en su tienda más próxima no consiga obtener lo que busca, es ponerse en contacto directamente con los fabricantes. La mayoría de las revistas de juegos de la guerra llevan anuncios de estas Compañías u ho­jas para pedidos por correo a las Compañías que los fabrican, aunque algunas de ellas están especia­lizadas en juegos de la guerra, pero actualmente no continúan fabricándolos.

Aunque estos juegos dan una perspectiva relati­vamente exacta y detallada de los problemas a los que se enfrentaron los comandantes de ambos la­dos, mi opinión personal es que tienden a faltarles algo de "alma". Si lo que pretende es un juego di­recto, entonces es perfecto. Sin embargo, el asunto del Alto Mando (como claramente se muestra en este libro) va más allá de las preocupaciones logísti­cas y estratégicas, y frecuentemente se introduce en los confines de los deseos personales, rivalidades militares y diplomacia política. Por supuesto que es posible adaptar alguno de estos juegos a estos facto­res. Jugando con varios jugadores por cada bando, por ejemplo, no solamente comenzamos a introdu­cir el sentido de una cadena de mando, sino que también se puede mostrar la personalidad de los ju­gadores ante las decisiones de los árbitros de con­trol. Muchas de las cajas de juegos de los descritos más arriba están creados para uso de varios jugado­res, y con suficientes jugadores envueltos en la je­rarquía militar se puede conseguir representar las distancias existentes entre los oficiales de alto ran­go y los detalles minuciosos de los mandos de una Brigada o de una División.

El siguiente paso es mover físicamente a los juga­dores desde el tablero de juegos y preparar Cuarte­les Generales de Mando ocultos por pantallas o en

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habitaciones diferentes. Con uno (o varios) jueces, a los cuales se les da la tarea de controlar el movi­miento de las piezas sobre el mapa, los jugadores americanos y alemanes comienzan a experimentar más vívidamente los problemas y frustraciones del Mando. Sus decisiones se tienen que basar en una inteligencia a veces incompleta o contradictoria proporcionada por los árbitros o por subordinados suyos, a los cuales se les permite realizar cortas mi­radas de su sector en el mapa de batalla principal. Con una presión suplementaria por un tiempo fijo para cada movimiento del juego, el "Alto Mando" en seguida puede encontrarse preocupado por dónde enviar las vitales reservas americanas o cómo acelerar mejor el dubitativo ataque de las Panzer SS en el norte.

Si el número de jugadores es suficiente y la "ca­dena de Mandos" suficientemente prolongada, puede ser ésta la mejor manera de simular algunos problemas tácticos esenciales que sin embargo in­fluenciaron las repuestas estratégicas de todas las unidades americanas: las operaciones de comando alemanas con unidades disfrazadas de tropas ameri­canas. Para recrear los efectos de estos subterfugios militares a pequeña escala pero altamente efectivos, los árbitros tienen que tener suficiente espacio para simular retenciones de fuerzas americanas inespe­radas o incluso algunos actos limitados de sabotaje. Si esto se hace con habilidad, teniendo presente la ventaja de la percepción histórica que los distintos jugadores aportarán a su papel, los comandantes americanos se pueden ver forzados a reacciones ca­si paranoicas respecto a la amenaza de "quin taco­lumnistas" que en diciembre de 1944 prodl~eron los temores de que Eisenhower fuera secuestrado o de que cualquier individuo no aficionado al base­ball fuera un espía alemán.

Pudiera ser que, inspirados por este juego, el ju­gador o jugadores decidan desarrollar su propia si­mulación estratégica, investigando temas deducidos de libros como éste y de paso aprendiendo mucho más respecto a lo que hicieron en su momento hombres como el e.B. Anthony ("Nísperos") McAu­liffe y el general Hasso von Manteuffel. La gran ven­taja de un juego "casero" es que puede ser ajustado a sus intereses personales subrayando los aspectos de la batalla que encuentre más fascinantes. Ade­más, las normas pueden ser escritas tan simples o complejas como prefiera, aunque ciertamente no deberían exigir la jerga semilegal que se encuentra en algunas normas de juegos hechas por profesio­nales (a menos, por supuesto, que no pueda confiar en sus oponentes normales). Los mecanismos de los

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juegos son normalmente tediosos, e incluso los pro­fesionales toman "prestadas" las ideas de otros con regularidad, por eso los diseñadores del juego no deben de preocuparse por alcanzar la síntesis que los ajuste a las distintas y particulares visiones del conflicto de Las Ardenas. También hay una satisfac­ción adicional al preparar su propio mapa (o com­prar una transparencia para adaptar su propia guía turística de la zona) y sus acciones contrarias cuyas versiones profesionales con mucha frecuencia resul­tan demasiado prácticas pero poco inspiradas.

Otra posibilidad respecto a todo este tema del "Alto Mando" es el despreciar completamente cual­quier libro de normas y embarcarse directamente en lo que llamaríamos un 'Juego de comité" -espe­cialmente jugando una simulación de las reuniones de planeamiento o encuentros cruciales de Altos Mandos para adoptar respuestas estratégicas. Sin lugar a duda éste es el mejor camino para jugar es­tos aspectos de la batalla de Las Ardenas, sobre to­do la parte preliminar del planeamiento del ataque alemán. Los jugadores que asuman los papeles de von Rundstedt y Model pueden asignarse la tarea de discutir objetivos más modestos que la recupera­ción de Amberes, mientras que Hitler y sus adula­dores defienden el más ambicioso plan del Füher para dividir las fuerzas aliadas, cortar sus fuentes de abastecimientos y enviarlos a todos otra vez al otro lado del canal. Un juego de esta naturaleza no re­quiere aprendices histriónicos de actores de teatro, pero debería de dar a los jugadores una clara indi­cación de los objetivos personales y un comporta­miento general de los representados. Las investiga­ciones nuevamente beneficiarán el realismo respec­to a los hechos y cifras que se presenten en apoyo de los correspondientes argumentos.

Para conclusiones obvias y aplastantes como la reacción de los comandante aliados a los informes de la acumulación alemana en la zona de Eiffel (asumiendo que acaben de leer este libro) , pudiera ser apropiado adoptar un "escenario oculto", una técnica planteada por el fabricante británico de juegos de la guerra Arthur Harman. En este caso, Las Ardenas podrían convertirse en un sector bos­coso y ficticio del frente ruso al final de 1941 , mien­tras que los "aliados" victoriosos estarían represen­tados por las fuerzas alemanas y del Eje y la acumu­lación consistiría en Infantería rusa y reservas de T-34 y KV-l. Manteniendo a los jugadores ajenos respecto a la verdadera naturaleza del escenario, sus reacciones respecto a informaciones similares procedentes de sectores "tranquilos" e "impasables" serían instructivas.

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Finalmente, tal vez no haya forma que la del jue­go de comité para plantear adecuadamente las ra­mificaciones políticas de esta batalla en particular, principalmente la firme resistencia de De Gaulle a la transferencia de Eisenhower de las fuerzas de Patton desde la fuerte y vulnerable región de Alsa­cia a la zona amenazada del norte. Una vez más, la investigación es la clave. Emparejado con una clara percepción de los distintos objetivos personales de los distintos individuos (manteniendo en secreto con respecto a los demás jugadores el último infor­me sobre determinados puntos), un juego de esta naturaleza puede proporcionar la apreciación más directa del mundo de los comandantes de alto ran­go.

Juegos estratégicos como el que acabamos de describir se podrían correlacionar con una aproxi­mación más tradicional usando vehículos y figuras a escala representando las fuerzas oponentes. Aun­que-el empleo de miniaturas es inapropiado para acciones de combate de gran escala en el siglo XX, pueden ser usadas para jugar enfrentamientos más pequeños resultantes de los movimientos estratégi­cos sobre el mapa, práctica común cuando se están planteando campañas en otros períodos históricos. Las normas y escenarios del juego americano "Deci­sión de Mando" para la 2ª Guerra Mundial combi­na elementos de los dos métodos, utilizando mode­los de fuerzas a escalas reducidas a proporciones manejables (1:5 para vehículos y una presentación de 2 cifras para representar una sección), permi­tiendo así a formaciones mayores la lucha sobre la mesa después de maniobras preliminares sobre el mapa y poniendo mayor énfasis en las decisiones de los Mandos de Compañía y superiores. Más es­pecíficamente existe un escenario de la "Decisión de Mando" en formato de librito que trata con de­talle de la batalla de Bastogne. Llamado simple­mente Bastogne, da tablas de organización a escala reducida de las fuerzas comprometidas y todos los materiales relevantes para jugar esta épica defensa americana utilizando modelos a escala 1/76 ó 1/300 de los soldados y de los vehículos, respectiva­mente. Este juego se desarrolla hasta el nivel de las acciones de las pequeñas unidades y da un enlace lógico para la segunda parte de esta guía de los jue­gos de la guerra de "la Batalla de las Ardenas" en su aproximación táctica.

"El [mal agudo"

Uno de los desarrollos más interesantes de juegos de la guerra de los últimos años ha sido el resurgi-

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miento de juegos y sistemas de juegos que tratan de las experiencias de las pequeñas unidades -peloto­nes, secciones y carros sólo relacionadas con las de­sesperadas luchas por la supremacía en Las Arde­nas. Para los jugadores que tengan esta preferencia existen varias cajas de juegos de la guerra que (a un precio) ofrecen escenarios con mucho detalle en paquetes bien presentados y bien investigados. En­tre ellos se incluyen Squad Leader, Advanced Squad Leader, Soldier y Ambush. El último es un juego para un solo jugador. Para comprender la lu­cha individual de los carros, el Patton's Best se basa en las tribulaciones diarias de un vehículo de la 4ª División Acorazada americana. En la mayoría de es­tos juegos el énfasis se pone en el liderazgo y la mo­tivación, basados en las investigaciones realizadas de la 2ª Guerra Mundial por el historiador del cam­po de batalla de los EE.UU. S.L.A. Marshall, quien descubrió que la mayoría de los soldados de Infan­tería no son luchadores naturales y que precisan mucho ánimo para arriesgar la piel en un avance o en un combate bajo el fuego. La desventaja de este tipo de juegos es que la naturaleza de muchos de sus escenarios no están específicamente "orienta­dos hacia Las Ardenas", lo que supondría un alto costo si se hubieran de comprar todos los módulos necesarios. Por ejemplo, el tremendamente popu­lar juego Advanced Squad Leader comprendido en un módulo americano llamado ''Yanks'' proporcio­na maquetas representando todos los tipos de tro­pas americanas, sus armas, sus carros de apoyo, sus cañones y vehículos. Entre los ocho escenarios ofre­cidos en este módulo hay dos relativos a los ataques alemanes de Panzergrenadier en Las Ardenas. Para jugar sobre estos escenarios, el jugador precisa ha­ber comprado el Advanced Squad Leader y otro módulo, Beyond Valor.

Lo más popular y mejor presentado de estos jue­gos y que probablemente produce la mayor satisfac­ción (y son más baratos) es la investigación y la pre­paración a escala de pequeñas unidades que pue­den ser empleadas para volver a desarrollar algunas de las muchas acciones menores de las que se com­pusieron las penetraciones alemanas que intenta­ban abrirse paso hacia el oeste. Con miniaturas, el jugador tiene una gran variedad de escalas sobre las que elegir: la diminuta 1:300 (6 mm.) ofrece la mayor cantidad de campo de batalla por pulgadas de tablero; la 1 :200 permite añadir mayor énfasis en los elementos acorazados y en las imágenes; y la cada día más utilizada escala 1:76 que sacrifica es­pacio de batalla para conseguir una apariencia más detallada y estética. Existen muchos conjuntos de

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reglas para los combates de la 2ª Guerra Mundial en cualquiera de las tres escalas, y podrían adaptar­se para Las Ardenas si se toman las medidas apro­piadas para presentar las estrechas y embarradas ca­rreteras; las terribles condiciones atmosféricas; y la resultante falta de apoyo aéreo a lo largo de la ma­yoría del desarrollo de la batalla.

Existen muchos aspectos de la batalla de Las Ar­denas que se prestan a la representación en minia­tura, siendo uno de los más usuales el de la Opera­ción "Greif' y las acciones de la Brigada 150 de Ot­to Skorzeny. El enfrentamiento cerca de Valmédy entre los cinco Panther de Skorzeny simulando ca­zacarros M-lO americanos y un puñado de unida­des tipo Compañía de Infantería enzarzados en una pelea desesperada por un punto crucial de pa­so de un río, y la pelea pivotando alrededor de una casa aislada mantenida por el puesto de Mando de una sección de cazacarros, algunos ingenieros y unos pocos hombres de Infantería (30 hombres en total) .

Fue una acción en la que se experimentó por los aliados por primera vez el tiro de artillería con la nueva espoleta de proximidad, un arma preparada para ser usada inicialmente por unidades antia­éreas y posteriormente reservada como medida de emergencia para el caso de un contraataque ale­mán a gran escala. Los efectos inesperados de las granadas que explosionan en el aire en vez de ha­cerlo en el suelo ha de tenerse en cuenta cuando se calcule su influencia en la moral de los alemanes si­tuados bajo el fuego de artillería americano. Otro aspecto más que puede ser considerado en estos combates fue la concesión de la Medalla de Honor en el Congreso ganada por el soldado Francis Cu­rrey atacando carros. Llevó a cabo una serie de he­chos heroicos, incluyendo el apoderarse de tres Panzer estando herido en una mano. Es un ele­mento del conflicto que puede ser revivido usando una cifra que represente la norma para el combate de un solo hombre. Ello puede facilitar los detalles de actividades tales como la carga de armas, el rep­tar, heridas en diferentes partes del cuerpo, y dife­rentes grados de entrenamiento.

Aunque parece existir un cierto grado de un ma­lentendido "glamour" emparejado con las Unida­des de las SS (bien sea debido a su status de élite o a la posesión por éstas de elementos acorazados más singulares, sería dificil de aclarar; los sucesos de Valmédy debieran producir en los jugadores cierto grado de malestar), las acciones de las Divi­siones de von Manteuffel, las que alcanzaron más exitos de toda la Wehrmacht, y las unidades de

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Volksgrenadier ofrecen más oportunidades para re­vivir escenarios variados.

La base de juegos en los que el objetivo america­no sea el retardo más que la derrota del enemigo, se puede deducir de casos como el citado de Bas­togne u otras acciones en las que los defensores se mantuvieron firmes, como las que se desarrollaron en los accesos de dicho pueblo por la IOª División Acorazada o en St. Vith por la7ª.

Para los que están cansados de confrontamientos interminables de carros, son adecuados los ataques del Séptimo Ejército de Brandenberger y las Divisio­nes Volksgrenadier con equipo ligero y bajo nivel de fuerza, contra las sorprendidas tropas americanas que mantenían líneas demasiado prolongadas para sus medios. Para conseguir la "percepción" adecua­da de estas acciones, se tienen que introducir tam­bién normas para el movimiento en nieve y respecto al comportamiento de los islotes aislados> de resis­tencia americana.

Finalmente, las actividades de la "brigada de fue­go" alemana y de las Divisiones Paracaidistas pro­porcionarán numerosas oportunidades para juegos interesantes. El lanzamiento paracaidista abortado al norte de la bolsa podría ser rehecho, o las accio­nes de los pequeños grupos "independientes" de paracaidistas que apoyaron a los Panzer SS actuan­do en su apoyo directo cuando se encontraban con una resistencia.

Como guía del jugador de juegos de guerra para una batalla importante de la 2ª Guerra Mundial, es­te capítulo es necesariamente breve y relativamente general. Uno solamente puede esperar que anime al jugador de juegos de guerra novato y que inspire a unos pocos de los antiguos a comprender clara­mente lo que podría haberse interpretado como una "melé" de carros. A este nivel se pueden suge­rir pocos puntos básicos y precisos para percibir el "sabor" del conflicto de Las Ardenas.

El terreno es a menudo desgraciadamente olvi­dado en los juegos de guerra de miniatura, y en la batalla de Las Ardenas es un tipo de acción en la cual no puede ignorarse. La creación de un escena­rio parecido a una maqueta de una estación no tie­ne por qué ser necesariamente la respuesta, pero ciertamente es vital algún intento de relieve. De la misma forma que obstaculizó y canalizó el avance alemán, la frecuente mención de los obstáculos de los bosques y de los profundos arroyos en las des­cripciones contemporáneas indican que los ele­men tos naturales de Las Ardenas causaron una fuerte impresión en los soldados de ambos lados.

Normalmente el tiempo es también olvidado en

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la mayoría de los juegos, pero para la recreación de este juego se tiene que tener en consideración la niebla, la nieve, las nubes bajas que afectaron a la visibilidad, a los niveles de movimiento y a la cober­tura aérea, respectivamente. Esta última fue por su­puesto esencial en el plan alemán, y las mejoras cir­cunstanciales de las condiciones atmosféricas pre­vistas, decidirán cuándo los cazabombarderos americanos pueden sembrar la confusión en las co­lumnas acorazadas y cuándo los defensores de Bas­togne pueden ser reabastecidos desde el aire.

La naturaleza de las carreteras de Las Ardenas, los pocos puentes utilizables y los caminos siem­pre embarrados supusieron unos atascos de tráfi­co enormes durante el avance alemán, particular­mente en el norte. Estas confusiones de vehículos se ven demasiado frecuentemente en los enfrenta­mientos carro contra carro tipo "partido de fút­bol", cuando ambos jugadores intentan usar de­masiado sus elementos acorazados más pesados. Un juego que plantee este problema, haciendo avanzar o retroceder columnas motorizadas por carreteras estrechas, especialmen te bajo el fuego o ante un inminente ataque aéreo , pueden dar pie al empleo de elementos de la policía militar

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que se pueden encontrar actualmente en todo ti­po de miniaturas.

Finalmente, algo sobre los carros -el ingrediente vital del asalto alemán. El carro pesado del período final de la guerra puede suponer al mismo tiempo una atracción y una desventaja para jugar esta bata­lla. Es interesante resaltar que las penetraciones alemanes eran frecuentemente encabezadas por la Infantería o por carros en una sola columna, y que Joachim Peiper dejó sus King Tigers -el carro más pesado con que contaban cualquiera de los dos bandos- al final de su columna, para evitar que le ralentizaran su avance.

Cajas de juegos de guerra, vehículos de miniatura, aviones, figuras y terrenos (incluyendo secciones del terreno escenificado) se encuentran en asombrosa variedad de escalas y materiales. Una visita a su tien­da de hobbys local o una ojeada a las páginas de las revistas de juegos de guerra como la Wargames Illus­trated, le proporcionará todos los elementos que ne­cesita para replantear la "Batalla de Las Ardenas". Es­tas últimas también le informarán sobre las nuevas corrientes respecto a juegos de guerra y le proporcio­narán algunas soberbias fotografías en color, que ser­virán de inspiración a muchos aspirantes a pintores.

Page 98: Ejercitos Y Batallas 11 - Ardenas 1944

BATALLAS DE lA HISTORIA presenta, de una forma precisa y rigurosamente documentada, los confiictos que, por la originalidad de sus estrategias, por su interés histórico o por la singularidad del desarrollo de la contienda, son fundamentales en la historia de la guerra. A través de 90 ilustraciones, gráficos y mapas de la batalla en tres dimensiones, cada uno de estos libros contiene una descripción detallada de las tácticas utilizadas por los estrategas y de las circunstancias y evolución de la lucha.

TROPAS DE ÉlITE repasa la composición, las características, los uniformes, el equipamiento y la evolución de las intervenciones armadas de los cuerpos militares más famosos del pasado y del presente. Los hombres mejor preparados de los ejércitos de todos los tiempos vistos a la luz de sus espectaculares acciones, de sus dirigentes más célebres y de las contiendas en las que hicieron historia.

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