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Universidad Pedagógica Nacional – Lic. Artes Visuales Jose Manuel Valero Mendieta – 20101 Epistemología de la educación artística – Lectura literal Educar la visión artística de Elliot Eisner capítulo 8 Eisner plantea que uno de los problemas más difíciles a los cuales se enfrenta un educador es al acto de evaluar, se consideran tres conceptos a la hora de valorar los resultados educativos, tales conceptos son, la evaluación, el examen y la puntuación. muchas veces se tiende a pensar que estas palabras significan lo mismo pero surcando un poco en ellas descubrimos que son bien distintas, por un lado la evaluación consiste en otorgar juicios de valor sobre fenómenos importantes desde el punto de vista de la educación, el examen vendría a ser un mecanismo por medio del cual se recogen datos que son necesarios para los múltiples aspectos de la enseñanza y por último la puntuación es el acto de sintetizar un juicio de valor a la mera utilización de un símbolo que representa un criterio o un conjunto de criterios. Stuffelbeam propone en su modelo cuatro rúbricas que son neurálgicas desde el punto de vista de la educación y que se conjugan en el diseño de un currículo, tales rúbricas son: el contexto, aportación, proceso y producto. En el contexto se observan aspectos tales como espacios educativos, antecedentes educativos de los estudiantes, contexto social y la pertinencia de los objetivos presentes en el currículo a implementar, de esta manera se puede dar marcha a un proyecto. La aportación trata de las posibles actividades y metodologías que contribuyen a alcanzar los objetivos planteados en el currículo. La tercera rúbrica es el proceso de evaluación de los aspectos del currículo mientras esté en marcha, de esta manera se consigue corregir falencias en una fase primaria o intermedia del proyecto curricular mediante procesos de autoevaluación del estudiante. La cuarta y última rúbrica hace referencia al producto, lo que se entiende como la valoración final de la unidad escolar. En materias como las matemáticas o lenguaje es relativamente fácil determinar aspectos evaluables, contrario a lo que sucede en el campo de la educación artística, si bien existen tres contextos en los que se puede evaluar al estudiante que son el estudiante respecto a el mismo en una etapa anterior del proceso, el estudiante con respecto al resto de la clase y el estudiante respecto a los criterios que califican el cumplimiento de los objetivos del currículo , no es fácil plantear las rúbricas para evaluar al estudiante. La pregunta entonces es ¿de qué aspectos del trabajo del estudiante puede valerse el docente para extraer juicios de valor?, teniendo en cuenta que el docente debe sustentar el proceso ante la comunidad académica, ante los estudiante y ante los padres de familia. Entonces debemos proceder a profundizar en los dominios que supedita la actividad artística, estos dominios son, el dominio productivo, dominio crítico, el dominio interpretativo y dominio cultural. En el dominio productivo se halla la capacidad técnica del estudiante, es decir la capacidad para crear una forma visual con aspectos valiosos desde el punto de vista artístico, el manejo apropiado de los materiales enfocados a dar vida a una idea del estudiante, como el estudiante ha apropiado una técnica y que tan intencional ha sido su resultado. Otro aspecto evaluable que se resuelve desde el dominio productivo tiene que ver con los aspectos estéticos y expresivos de la obra que se fundamentan en las

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Universidad Pedagógica Nacional – Lic. Artes Visuales Jose Manuel Valero Mendieta – 20101 Epistemología de la educación artística – Lectura literal Educar la visión artística de Elliot Eisner capítulo 8

Eisner plantea que uno de los problemas más difíciles a los cuales se enfrenta un educador es al acto de evaluar, se consideran tres conceptos a la hora de valorar los resultados educativos, tales conceptos son, la evaluación, el examen y la puntuación. muchas veces se tiende a pensar que estas palabras significan lo mismo pero surcando un poco en ellas descubrimos que son bien distintas, por un lado la evaluación consiste en otorgar juicios de valor sobre fenómenos importantes desde el punto de vista de la educación, el examen vendría a ser un mecanismo por medio del cual se recogen datos que son necesarios para los múltiples aspectos de la enseñanza y por último la puntuación es el acto de sintetizar un juicio de valor a la mera utilización de un símbolo que representa un criterio o un conjunto de criterios.

Stuffelbeam propone en su modelo cuatro rúbricas que son neurálgicas desde el punto de vista de la educación y que se conjugan en el diseño de un currículo, tales rúbricas son: el contexto, aportación, proceso y producto. En el contexto se observan aspectos tales como espacios educativos, antecedentes educativos de los estudiantes, contexto social y la pertinencia de los objetivos presentes en el currículo a implementar, de esta manera se puede dar marcha a un proyecto. La aportación trata de las posibles actividades y metodologías que contribuyen a alcanzar los objetivos planteados en el currículo. La tercera rúbrica es el proceso de evaluación de los aspectos del currículo mientras esté en marcha, de esta manera se consigue corregir falencias en una fase primaria o intermedia del proyecto curricular mediante procesos de autoevaluación del estudiante. La cuarta y última rúbrica hace referencia al producto, lo que se entiende como la valoración final de la unidad escolar.

En materias como las matemáticas o lenguaje es relativamente fácil determinar aspectos evaluables, contrario a lo que sucede en el campo de la educación artística, si bien existen tres contextos en los que se puede evaluar al estudiante que son el estudiante respecto a el mismo en una etapa anterior del proceso, el estudiante con respecto al resto de la clase y el estudiante respecto a los criterios que califican el cumplimiento de los objetivos del currículo , no es fácil plantear las rúbricas para evaluar al estudiante.

La pregunta entonces es ¿de qué aspectos del trabajo del estudiante puede valerse el docente para extraer juicios de valor?, teniendo en cuenta que el docente debe sustentar el proceso ante la comunidad académica, ante los estudiante y ante los padres de familia. Entonces debemos proceder a profundizar en los dominios que supedita la actividad artística, estos dominios son, el dominio productivo, dominio crítico, el dominio interpretativo y dominio cultural. En el dominio productivo se halla la capacidad técnica del estudiante, es decir la capacidad para crear una forma visual con aspectos valiosos desde el punto de vista artístico, el manejo apropiado de los materiales enfocados a dar vida a una idea del estudiante, como el estudiante ha apropiado una técnica y que tan intencional ha sido su resultado. Otro aspecto evaluable que se resuelve desde el dominio productivo tiene que ver con los aspectos estéticos y expresivos de la obra que se fundamentan en las características formales y el carácter expresivo de la misma, la evaluación de este aspecto se determina mediante el análisis perceptivo y la discusión de la misma, recordando al estudiante los aspectos desde donde se evalúa. Otro de los aspectos evaluables del dominio productivo es la creatividad, ¿pero cómo evaluar la creatividad? Eisner plantea cuatro niveles de creatividad del estudiante que son la ampliación de límites, invención, la ruptura de límites y la organización estética. Así el dominio productivo se divide en aspectos técnicos, aspectos estético expresivos y aspecto creativo.

En el dominio crítico se evalúa desde e contenido y las manifestaciones de los estudiantes que s la manifestación descriptiva, la manifestación interpretativa y la manifestación evaluativa. En la manifestación descriptiva el estudiante el estudiante reconoce y señala los aspectos facticos de la obra, como trazos, intensidad de colores, formas y composiciones y las describe por medio del lenguaje verbal. En la manifestación interpretativa se hace uso de la metáfora para describir un sentimiento, se trata de hallar una analogía poética entre los aspectos mismos de la obra, ir más allá de la forma articulando los aspectos que la configuran buscando su significado expresivo, desde este punto el profesor puede observar que tanto los estudiantes se han llegado a adentrar en la obra. Las manifestaciones evaluativas se presentan cuando el estudiante califica de algún modo una obra, el maestro no debe pasar por alto este tipo de manifestaciones sin antes pedir al estudiante de manera sutil una explicación de cómo ha llegado a esa conclusión. Desde el dominio interpretativo se tienen en cuenta los aspectos experienciales, formales, materiales, temáticos y contextuales que puedan o no presentarse en la producción del estudiante y su grado de apropiación. En el dominio cultural se evalúa la capacidad discursiva del estudiante a la hora de hablar de una obra desde su lugar y tiempo de origen, de la concepción de arte en el contexto de la obra y el conocimiento del periodo.

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Eisner menciona que el proceso tradicional de la evaluación en el caso de la educación artística pone al estudiante en una situación artificial. existen diferentes maneras de aplicar exámenes y llegar a juicios de valor mediante métodos discretos de evaluación que consisten en la observación y la atención flotante del maestro, en el caso de evaluación de saberes se deben hacer actividades en las cuales el estudiante tenga disposición y gusto, evitando la evaluación formal, se puede aplicar también la crítica de grupo y las múltiples herramientas evaluadoras que el profesor tenga a bien crear. Finalmente Eisner plantea que los lenguajes que proponen las artes deben ser implementados en las escuelas para brindar a los estudiantes alternativas de respuesta.