Efesios 1:5

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“…en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” Efesios 1:5 En este versículo bíblico se encuentra una de las palabras más temidas y que más se evitan en las predicaciones modernas: la predestinación. El mundo se atreve a pensar que las estrellas y los planetas influyen en el destino de las personas y consultan astrólogos y adivinos, pensando que ellos pueden averiguar cuál será el futuro. Sin embargo, la gente parece no soportar la idea de que sea Dios Quien haya marcado el destino de nuestra vida. La palabra predestinar eso es lo que significa, que Dios determinó y fijó el destino. Pero la frase inicial de este versículo es muy importante: “en amor…El hombre dejado a su libre elección mostró que prefería el mal y ser su propio dueño y ser su propio dios. Esto lo demostró Adán al pecar y esto lo confirmamos todos los seres humanos con nuestro continuo pecado. Sin embargo, Dios, quiso manifestar su amor, cambiando el destino de muchos y decidió adoptarnos. La imagen de la adopción es importante, porque nos recuerda la bondad de aquellos que deciden tomar a un niño ajeno y hacerlo parte de su familia. La gran diferencia es que Dios no decidió adoptar, por necesidad, ni porque merecíamos la adopción. Primero que todo, Dios no necesita nada ni de nadie, Él es suficiente y completo en sí mismo, no actuó por necesidad. Pero lo más impresionante es que Él decidió adoptar hijos de entre una humanidad rebelde.

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Reflexion

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  • en amor habindonos predestinado para ser adoptados hijos suyos

    por medio de Jesucristo, segn el puro afecto de su voluntad

    Efesios 1:5

    En este versculo bblico se encuentra una de las palabras ms temidas y que

    ms se evitan en las predicaciones modernas: la predestinacin.

    El mundo se atreve a pensar que las estrellas y los planetas influyen en el

    destino de las personas y consultan astrlogos y adivinos, pensando que ellos

    pueden averiguar cul ser el futuro.

    Sin embargo, la gente parece no soportar la idea de que sea Dios Quien haya

    marcado el destino de nuestra vida.

    La palabra predestinar eso es lo que significa, que Dios determin y fij el

    destino.

    Pero la frase inicial de este versculo es muy importante: en amor

    El hombre dejado a su libre eleccin mostr que prefera el mal y ser su propio

    dueo y ser su propio dios. Esto lo demostr Adn al pecar y esto lo

    confirmamos todos los seres humanos con nuestro continuo pecado.

    Sin embargo, Dios, quiso manifestar su amor, cambiando el destino de

    muchos y decidi adoptarnos.

    La imagen de la adopcin es importante, porque nos recuerda la bondad de

    aquellos que deciden tomar a un nio ajeno y hacerlo parte de su familia.

    La gran diferencia es que Dios no decidi adoptar, por necesidad, ni porque

    merecamos la adopcin. Primero que todo, Dios no necesita nada ni de nadie,

    l es suficiente y completo en s mismo, no actu por necesidad. Pero lo ms

    impresionante es que l decidi adoptar hijos de entre una humanidad

    rebelde.

  • ramos sus enemigos y hubiramos permanecido siendo sus enemigos para

    siempre, pero l quiso intervenir para cambiar eso y adoptarnos.

    El gran e incomprensible amor de Dios no elimina ni su santidad ni su justicia.

    Por esta razn, el plan de adopcin deba incluir lo necesario para satisfacer

    su justicia y el pago de la deuda que tenamos pendiente con l.

    Es aqu donde es indispensable entender que si no fuera por Jesucristo, que

    estuvo dispuesto a pagar el precio por nuestros pecados, la adopcin no habra

    sido posible. Es decir, nadie podra haber sido salvo de la justa condenacin.

    Esto debe ser as porque Dios es puro, su amor es puro y no disculpa el

    pecado.

    En todo este captulo se repite con frecuencia el concepto de que toda

    bendicin espiritual que nosotros podamos tener, nos son otorgadas EN el

    HIJO de Dios. El versculo 6 afirma que fuimos hechos aceptos en el Amado.

    Si somos observadores, veremos que este lenguaje es opuesto al que

    prevalece dentro de las iglesias hoy en da. La gran preocupacin de los

    predicadores es que la gente acepte a Cristo y tambin, la gente se siente

    tranquila si ya acept a Cristo. Pero lo importante, segn este texto es tener

    conviccin de que Dios nos haya aceptado a nosotros, y esto, por medio de

    Su HIJO, el Amado, el nico en el cual l verdaderamente se complace.

    Fuera de Cristo no tenemos ms que condenacin, perdicin, juicio, por eso

    es tan importante cerciorarnos de que estamos en l.

    El versculo 4 de este mismo captulo nos da ms detalles del propsito de

    Dios al escoger un pueblo, al adoptar hijos por medio de Jesucristo. El

    propsito de Dios se describe as: nos escogi EN L, antes de la fundacin

    del mundo, para que fusemos santos y sin mancha

  • Si alguien profesa fe en Cristo, si alguien dice ser cristiano y su meta en la

    vida no es seguir a Cristo, apartndose del pecado y esforzndose por

    progresar en la bsqueda de la santidad, no podramos asegurar que tal

    persona se encuentre entre el nmero de los elegidos.

    No se trata de que debemos buscar la santidad para que Dios nos escoja. No

    funciona as. Lo que significa es que aquellos a los que Dios adopta como hijos

    comienzan a mostrar las evidencias de esta adopcin con un vida santa,

    porque este es el propsito de la adopcin.

    Deseas la santidad? Deseas ser como Cristo?

    Si tus intereses son las cosas de esta vida y todava vives dominado por el

    pecado, no puedes dar testimonio de haber sido adoptado.

    Podra ser que esta reflexin sea el medio por el cual Dios llame a algunos de

    los suyos, para trasladarlos del reino de las tinieblas a Su luz admirable y al

    concederles arrepentimiento y fe, los adopte en su familia, para hacerlos

    santos.

    Y si tenemos conviccin de ser salvos, nunca olvidemos que fue l quien nos

    adopt, nosotros no lo adoptamos a l, fue un acto de misericordia que debe

    llevarnos a una consagracin cada vez mayor. Amn.

    Pr. Alexander Len.