Editorial

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E l presente número de la revista recoge un conjunto de artículos alrededor de una misma temática: el aprendizaje de la lectura. Muchos son los as- pectos que revisten interés para el logopeda, tanto en el terreno propia- mente educativo como en el de la patología. Desde el punto de vista educativo in- teresa profundicar en los temas relativos a métodos de enseñanza y variables in- dividuales, prerrequisitos lectores, etapas en el proceso de adquisición lectora y contextos específicos en los que tiene lugar este aprendizaje dentro del marco de la enseñanza ordinaria. Por lo que respecta a la patología, las cuestiones relati- vas a la interrelación entre aspectos del lenguaje oral y el aprendizaje de la lec- toescritura siguen estando en un primer plano, así como aquellos temas de direc- ta incidencia en el tipo de práctica empleada en la intervención sobre los tras- tornos del aprendizaje lector. Dada la amplitud de la temática hemos seleccionado algunos trabajos que tie- nen como denominador común un tema básico en el ámbito de la lectura. Nos re- ferimos a la comprensión lectora. Pocos autores en la actualidad no incluirán en una definición del término lectura la noción de comprensión o interpretación del texto escrito. Saber leer no consiste meramente en saber decodificar sino en ser capaz de extraer una significación a partir de unos símbolos gráficos. La com- prensión lectora supone un tipo de tarea no exactamente lineal acumulatriva a partir de las sucesivas unidades del texto, sino una integración del significado ex- presado en unidades de significación menores ubicadas dentro de unidades más amplias. La metodología específica de la enseñanza de la lectura debe recoger es- tas ideas y reajustar el tipo de actividades propuestas de cara a favorecer un de- sarrollo adecuado del nivel de comprensión lectora. Por todo ello se hace imprescindible en la enseñanza adoptar una perspectiva lingüística amplia que facilite el reconocimiento y el aprendizaje de factores tales como las formas específicas mediante las cuales el lenguaje escrito transmite la significación (distintas de las del lenguaje oral), así como factores claramente re- lacionados con la denominada conciencia metalingüística. Parece evidente en la actualidad que muchos de estos factores, si bien dependen del nivel madurativo del niño, difícilmente se desarrollarán sin una intervención directa y explícita, inter- vención que, con toda seguridad, deberá tener lugar dentro del marco escolar, pre- via o paralelamente al proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectura. El abordaje individualizado de las dificultades en el terreno de la lectoescri- tura también deberá incorporar los factores antes mencionados, partiendo de un análisis minucioso de los procesos y estrategias de aprendizaje que utiliza el niño y de la evaluación de sus habilidades lingüísticas y metalingüísticas previas, ne- cesarias para un buen desarrollo de la capacidad lectora. Este conocimiento per- mitirá adecuar el tipo de intervención a las necesidades concretas del niño y a la etapa real en la que aparece sus dificultades. Pensamos que los distintos trabajos recogidos en este número aportan infor- mación de gran utilidad tanto para el logopeda en su trabajo de carácter más in- dividualizado, como para el profesional de la enseñanza que desarrolla su labor en el marco más amplio de la escuela. EDITORIAL 189

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E l presente número de la revista recoge un conjunto de artículos alrededorde una misma temática: el aprendizaje de la lectura. Muchos son los as-pectos que revisten interés para el logopeda, tanto en el terreno propia-

mente educativo como en el de la patología. Desde el punto de vista educativo in-teresa profundicar en los temas relativos a métodos de enseñanza y variables in-dividuales, prerrequisitos lectores, etapas en el proceso de adquisición lectora ycontextos específicos en los que tiene lugar este aprendizaje dentro del marco dela enseñanza ordinaria. Por lo que respecta a la patología, las cuestiones relati-vas a la interrelación entre aspectos del lenguaje oral y el aprendizaje de la lec-toescritura siguen estando en un primer plano, así como aquellos temas de direc-ta incidencia en el tipo de práctica empleada en la intervención sobre los tras-tornos del aprendizaje lector.

Dada la amplitud de la temática hemos seleccionado algunos trabajos que tie-nen como denominador común un tema básico en el ámbito de la lectura. Nos re-ferimos a la comprensión lectora. Pocos autores en la actualidad no incluirán enuna definición del término lectura la noción de comprensión o interpretación deltexto escrito. Saber leer no consiste meramente en saber decodificar sino en sercapaz de extraer una significación a partir de unos símbolos gráficos. La com-prensión lectora supone un tipo de tarea no exactamente lineal acumulatriva apartir de las sucesivas unidades del texto, sino una integración del significado ex-presado en unidades de significación menores ubicadas dentro de unidades másamplias. La metodología específica de la enseñanza de la lectura debe recoger es-tas ideas y reajustar el tipo de actividades propuestas de cara a favorecer un de-sarrollo adecuado del nivel de comprensión lectora.

Por todo ello se hace imprescindible en la enseñanza adoptar una perspectivalingüística amplia que facilite el reconocimiento y el aprendizaje de factores talescomo las formas específicas mediante las cuales el lenguaje escrito transmite lasignificación (distintas de las del lenguaje oral), así como factores claramente re-lacionados con la denominada conciencia metalingüística. Parece evidente en laactualidad que muchos de estos factores, si bien dependen del nivel madurativo delniño, difícilmente se desarrollarán sin una intervención directa y explícita, inter-vención que, con toda seguridad, deberá tener lugar dentro del marco escolar, pre-via o paralelamente al proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectura.

El abordaje individualizado de las dificultades en el terreno de la lectoescri-tura también deberá incorporar los factores antes mencionados, partiendo de unanálisis minucioso de los procesos y estrategias de aprendizaje que utiliza el niñoy de la evaluación de sus habilidades lingüísticas y metalingüísticas previas, ne-cesarias para un buen desarrollo de la capacidad lectora. Este conocimiento per-mitirá adecuar el tipo de intervención a las necesidades concretas del niño y a laetapa real en la que aparece sus dificultades.

Pensamos que los distintos trabajos recogidos en este número aportan infor-mación de gran utilidad tanto para el logopeda en su trabajo de carácter más in-dividualizado, como para el profesional de la enseñanza que desarrolla su laboren el marco más amplio de la escuela.

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