Ediciones Especiales, 31 de Julio de 2014

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FOTO ERLAN VARGAS S. Trinidad, jueves 31 de julio de 2014 san lgnacio de moxos, patrimonio de la humanidad

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San Ignacio de Moxos

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GERENTE GENERAL: Cynthia Vargas Melgar

DIRECTORA DE INFORMACION: Ana María Tineo Fernández

EDICIÓN:Milton Tapia Gonzales

REDACCIÓN:Erlan Vargas Semo

ENCARGADOS DE PUBLICIDAD: Fernando Tipuni Melgar

DIAGRAMACIÓN:Iver Hurtado Hurtado

Impreso en: EDITORIAL TIEMPOS DEL BENI S.R.L.

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Decano de la prensa beniana

Trinidad • jueves 31 de julio de 2014LA PALABRA DEL BENIEdición Especial

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Álvarez se desempeña como Presidente y Socio Fundador de la Asociación Beniana de Artistas (ABAIEM), desde 1985 hasta la fecha. Es también Jefe de la Unidad de Planificación, Ordenamiento, Promoción y Comunicación Cultural, dependiente de la Dirección Cultural del Municipio de Trinidad.

CARGOS CULTURALES

Celin Álvarez Chappy: un gran artista ignaciano

El reconocido integrante del afamado conjunto folclórico Cantoral Mojeño, del cual es su director y arreglista desde hace ya veinte años, nació Santa Cruz de la Sierra el 27 de marzo de 1962, aunque cómo él mismo lo dice, es cruceño de nacimiento pero es más ignaciano que la chicha de camote.

San Ignacio de Moxos ha dado al Beni grandes músicos y cantantes de

renombre. Si otros pueblos han sido cuna de poetas, como Santa Rosa y Santa Ana, San Ignacio ha dado al Beni excelentes músicos, intérpretes y compositores. Uno de esos grandes y reconocidos artistas de la música es sin lugar a dudas Jorge Celin Álvarez Chappy, reconocido integrante del afamado conjunto folclórico Cantoral Mojeño, del cual es su director y arreglista desde hace ya veinte años.

Álvarez Chappy, nació Santa Cruz de la Sierra el 27 de marzo de 1962, aunque cómo él mismo lo dice, es cruceño de nacimiento pero es más ignaciano que la chicha de camote.

Sus estudios de Primaria y Secundaria los realizó en los colegios “My. Pedro Vaca Díez” y “Sócrates Parada Egüez”, de San Ignacio de Moxos.

CONOCIENDO A CELINA los dos años llegó desde

la ciudad de Santa Cruz a San Ignacio de Mojos, tras la muerte de su señora madre Mercedes Chappy Justiniano, puesto que su padre Celin Álvarez Cruz, lo

dejó al cuidado de sus abuelos Salvador Chappy y la Sra. Simona Justiniano Saavedra. A los 8 años empezó a pulsar la guitarra, algo que heredó de su familia, puesto que su abuelo fue maestro de música y sus tíos músicos y cantores reconocidos en la capital mojeña.

De esta forma se fue descubriendo el talento innato de amor por la música y muy especial por el género folklórico, ya que con su hermano Juan Carlos Álvarez, empezaron a interpretar desde muy temprana edad música de todos los compositores folklóricos, presentándose en actos cívicos, veladas, programas radiales y serenatas de barrios. De su largo recorrido artístico en muchos grupos musicales ahora es uno de los mejores arreglistas del Beni en el género folklórico. Teniendo en su haber artístico como arreglista 93 temas folklóricos, además es miembro actual del Comité de Defensa de la Cultura Mojeña.

FORMACIÓN Además de ganarse la

vida en grupos musicales de Trinidad, Celin se daba modo para estudiar en la Universidad Técnica del Beni (ahora UAB), de la cual se graduó como Médico Veterinario Zootecnista.

Posteriormente y para desempeñar mejor su trabajo en el municipio de Trinidad, hizo el Diplomado en “Gestión Ambiental y Elaboración de Proyectos”.

DESEMPEÑO DOCENTECelin también se desempeñó

como docente de la Carrera de Veterinaria y Zootecnia, en la asignatura Inspección Sanitaria, en las gestiones 1990-1996.

CARRERA ARTÍSTICAEn el género folklórico,

Álvarez fue integrante de los Grupos: “Los Cuatro del Beni”, “Los Cambas del Beni y “Trío Tradición”. Gracias

a su dedicación, lograron el 1er. lugar en la ciudad de Sucre, el año 1986, en el Festival de la Canción Popular y Revolucionaria. También integró el grupo folklórico “Los del huirico”, ganadores del Tercer Festival “Sombrero de Saó”, en el año 1986; el Trío Latino durante 8 años, y es fundador, director, arreglista, primera guitarra y tercera voz del afamado conjunto “Cantoral Mojeño”, desde hace 20 años, con 5 producciones discográficas.

Pero la carrera artística de Celin no queda ahí, conformó el Grupo “Sacrificio” y “Salvaje” de San Ignacio de Moxos como segunda guitarra, es fundador del Grupo Electrónico “Cristral” con la primera guitarra, el año 1984; primera guitarra del Conjunto Electrónico “Los Ktedráticos”, entre los años 1987 - 1989. Así también se desempeñó como director del grupo “Santa Esmeralda” (1994 -1998).

Álvarez se desempeña como

Presidente y Socio Fundador de la Asociación Beniana de Artistas (ABAIEM), desde 1985 hasta la fecha. Es también Jefe de la Unidad de Planificación, Ordenamiento, Promoción y Comunicación Cultural, dependiente de la Dirección Cultural del Municipio de Trinidad.

Anteriormente, desde el año 2000 hasta el 2012, fungió como Coordinador Artístico Cultural de la Federación Artistas del Beni y la Alcaldía Municipal para organizar “Serenata a Trinidad” y “Día del Taquirari”.

Es técnico de Gestión Cultural en el Consejo Departamental de Cultura del Beni desde julio de 12.

Esta es una breve semblanza de este gran ignaciano de corazón, que aún sigue -con mucho entusiasmo- produciendo artísticamente y ampliando los horizontes de la cultura musical del Beni, quien ha sido reconocido por el pueblo mojeño como uno de sus hijos predilectos.

Por: Erlan Vargas Semo

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ÁLVAREZ AÚN SIGUE PRODUCIENDO ARTÍSTICAMENTE Y AMPLIANDO LOS HORIZONTES DE LA CULTURA MUSICAL DEL BENI.

CELIN ES FUNDADOR Y DIRECTOR DEL AFAMADO CONJUNTO “CANTORAL MOJEÑO”.

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Piama, dame en idioma mojeño-ignaciano, es una de las melodías de profundo arraigo en el pueblo

autóctono y carayana de San Ignacio de Mojos.

Como otras melodías tradicionales, tal parecería que su origen se pierde en los rincones del tiempo mojeño. Sin embargo, siempre me llamó la atención que los versos llegados hasta nosotros, todos ellos conformando una sola estrofa, no guardaban la necesaria coherencia conceptual entre sí.

En efecto, los dos primeros versos en español: “dame, dame la tutuma/ pa´ medir el chocolate”, no tienen relación lógica con los dos últimos versos de la única estrofa conocida hasta hoy: “como yo soy pobre/ nadie me quiere a mí”.

Así fueron recopilados por quienes se han interesado en esta manifestación artístico-musical del pueblo ignaciano, entre ellos el Prof. Rógers Becerra Casanovas, quien los llevó a la partitura para interpretación pianística y coral, con mucho éxito en todos los públicos donde fue presentada la canción a cuatro voces.

En una de mis primeras incursiones de investigación social a la región de San Ignacio de Mojos, en noviembre de 1987, como integrante de CIDDEBENI, conocí al Sr. Horacio Semani, veterano soldado de la Guerra del Chaco y músico del Cabildo Indigenal, quien me hizo el siguiente relato, que conservo grabado, sobre el origen de esta bella melodía indígena.

Su abuela-tía doña Rafaela Pariqui, recién llegada de los gomales del río Beni, a principios del siglo XX, fue visitada por una comadre, y con el fin de invitarle algo, mandó a su nieto-sobrino para que cambie chocolate por resacado, bebida que por entonces se fabricaba de caña y se consumía en la región. La medida de un producto no era el kilogramo ni la libra, sino la tutuma y la compra consistía prácticamente en el

trueque de especies.La buena señora doña Rafaela

comienza entonces a cantar su historia en los gomales norteamazónicos y así nace ‘Piama’, con estos versos completos, que se repiten cada uno al cantarlos, y que estaban guardados en la memoria de esta reliquia humana de la cultura ignaciana, que es don Horacio Semani.

TRADUCCIÓNLa transcripción y traducción fueron

hechas por don Pablo Bazán Yaca, escultor ignaciano residente en Trinidad, tanto en su versión vernácula como en español. Es posible que existan errores en la grafía del idioma ignaciano pues no se tomaron en cuenta las normas lingüísticas.

Al conocerse esta versión completa de ‘Piama’, sin mayor sutileza, se llega al convencimiento de que ésta bien puede ser su letra original. Aquellos únicos cuatro versos sin lógica, aparecen ahora sí con toda su coherencia conceptual, y se devuelve al tema su dramático contexto socio-histórico y cultural.

No soy especialista en etnomusicología, pero como todo fenómeno cultural librado a la tradición oral y que no ha dejado de sufrir un proceso de discriminación social en sus primeras épocas, cuando lo indígena era rechazado por la sociedad regional, se entiende que los versos completos de PIAMA se hubiesen encogido, hasta el extremo en que fueron recopilados y cantados posteriormente en los ambientes artísticos.

Dejamos el dato para los especialistas. Nosotros solamente deseamos contribuir con esta especie de hallazgo “arqueológico” de una de las melodías musicales más gustadas de nuestra fecunda tradición mojeño-ignaciana.

* Este trabajo se publicó por primera vez en Presencia Literaria, a fines de 1987. Don Horacio Semani se hallaba en silla de ruedas, en junio del 2001, cuando se publicó por segunda en la prensa nacional.

Como otras melodías tradicionales, tal parecería que su origen se pierde en los rincones del tiempo mojeño. Sin embargo, siempre me llamó la atención que los versos llegados hasta nosotros, todos ellos conformando una sola estrofa, no guardaban la necesaria coherencia conceptual entre sí.

Por: Arnaldo Lijerón Casanovas (*)

‘PIAMA’ ES BAILADA EN TODAS LAS ENTRADAS FOLKLÓRICAS DEL DEPARTAMENTO. FORMA PARTE DE LA RIQUEZA CULTURAL DE MOJOS.

Tras la huella del

‘Piama’

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PIAMA (Mojeño-ignaciano)

Piama, piama, eta neridanicutichayare chuculate

nuguáchareka eta resacaonesichayare su nucumare.

Nuti samira paure saminajina samira temurakanusucárichu esu nucúmare

titeka íra tejiranu.

Nasíha samira te kajácure Beninamapahí eta cuenta uro

nayéhe eta namarianaeta nuguacha nukaematanera.

Nukaematanera eta sirinkanamapahíra eta tichelana

apa esa ná inati nupárapeanavikaemateneira eta sirinka.

Que traducidos al castellano quieren decir:

DAME

Dame, dame la tutumapa´ medir el chocolate,

y cambiar resacaopa´ invitarle a mi comadre.

Yo soy una pobreque nadie me quiere a mí

sólo mi comadre aha venido a visitarme.

Yo vengo del río Beniy traigo cuenta de oro,

es para mis nietos,es el pago de mi trabajo.

Yo vengo del siringaltraigo tichelas,

para mostrarla a mis parientesque con eso se trabaja la goma.

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‘Meme Chicha’, la mamita del pueblo

Aunque a veces la realidad parece verídicamente un cuento, el que les relataré a continuación es verídicamente una invención. Cualquier parecido o semejanza con hechos o personajes de la vida real es mera coincidencia. Conste.

Cuando el auge de la goma ya llegaba a su fin en la regiones

Norte y Noreste de Bolivia, las migraciones hispano cruceñas de la ciudad capital que fundaron por separado Ñuflo de Chávez y Suárez de Figueroa, comenzaron a asentarse en las ex misiones jesuíticas del Gran Mojos o Paitití, dedicando sus actividades al rescate de pepitas de cacao, cuero silvestre y sebo de vacuno; también ganado en pie del que dejaron los misioneros de la cruz y el breviario en las ubérrimas praderas naturales del indígena muijiono.

Posteriormente al principio del siglo que fenece, se fueron estableciendo paulatinamente grandes estancias de ganando vacuno y caballar y también importantes establecimientos agroindustriales que elaboraban el azúcar de caña moja y beneficiaban el café y el cacao en pepita o en past.

Uno de aquellos intrépidos pioneros grigotanos a ultranza llegó a una de las legendarias aldeas misionales, pobladas por nativos descendientes de los misionarios jesuíticos del siglo XVII, sentando sus reales, primero como comerciante o cambalachero que efectuaba el trueque de ‘chaquiras’, anzuelos, herramientas, espejos y otros abalorios, por cacao, café, etc. que luego eran transportados a la comarca cruceña para su comercialización.

El valiente como bien parecido descendiente de

la estirpe ñuflence, fue rebautizado por los nativos de la lengua Arawac con el apelativo de ‘Tata Cráyana’, haciendo referencia a su condición de forastero o advenedizo en la región paititiana.

Nuestro ‘Tata Cráyana’, de espeso bigote, alto rubio y de ceño altanero, mostraba en sus fracciones varoniles una fuerza de carácter y una tenacidad propia de los primeros conquistadores del Oriente y Norte de Bolivia. Llegó a acumular una inmensa fortuna en ganado vacuno y caballar, establecimientos agroindustriales, etc. Compro casas en la parte céntrica del pueblo indígena no sin antes

sufrir el embate de todas las enfermedades endémicas de estas regiones tropicales, una de las cuales era de tal gravedad y resistencia a los remedios indígenas, que tuvo que viajar a la ex capital del Virreinato de Buenos Aires para someterse a un tratamiento intensivo.

Regresó curado pero con una protesis en la región nasal que le ocasionaba una respiración casi musical. La lehismaniasis ya había hecho estragos en su tabique nasal.

El ‘Tata Cráyana’, una vez curado de sus dolencias, pensó seriamente en tomar estado y buscar a la compañera que le dejara descendencia aristocrática, acorde con su gran fortuna amasada con

mucho esfuerzo y sacrificios a lo largo de un cuarto de siglo de laboriosidad y persistencia.

Retorno a la ciudad capital, donde contrajo nupcias con una descendiente del fundador de San Lorenzo de la Barranca, una señorita ya madura, atractiva y virtuosa que sacrificó tal vez algún afecto mantenido en secreto para salvar su numerosa familia de una quiebra económica ocasionada por los gastos emergentes de varios viajes a la capital argentina y el pago de atención médica a una de sus hermanas menores. La distinguida desposada contaba ya con treinta abriles contra cincuenta inviernos de nuestro ‘Tata Cráyana’.

Poco tiempo después de su llegada al pueblo Arawac, los nativos rebautizaron a la noble dama con el apelativo de ‘Meme Chicha’, que significa ‘mamita del pueblo’, en atención a su indiscutibles atenciones de bondad, generosidad y acendrada fe cristiana.

Desde entonces la ‘mamita del pueblo’ fue como una bendición para los humildes aldeanos, pues la honorable dama era toda una matrona, que se granjeó la simpatía y el cariño de no solo el numeroso personal de servicio de la enorme empresa del ‘Tata Cráyana’, sino que de toda la población indígena de la señera exmisión loyolense.

Por: Luis Rivero Parada

“Desde entonces la ‘mamita del pueblo’ fue como una bendición para los humildes aldeanos, pues la honorable dama era toda una matrona, que se granjeó la simpatía y el cariño de no solo el numeroso personal de servicio de la enorme empresa del ‘Tata Cráyana’, sino que de toda la población indígena de la señera exmisión loyolense”.

LA MAMITA DEL PUEBLO

‘MEME CHICHA’, EN LENGUA ARAWAC SIGNIFICA ‘MAMITA DEL PUEBLO’.

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Trinidad • jueves 31 de julio de 2014 LA PALABRA DEL BENI Edición EspecialAceptó y acogió a los hijos

naturales de su esposo, tenidos en mujeres del pueblo antes del matrimonio, amadrinó en el bautismo y confirmación a casi todos los niños de la aldea mojeña, que luego dieron en otorgarle, como ya lo dijimos el título honorario de ‘Meme Chicha’.

Con la saludable influencia de la ‘Meme Chicha’, la ruinosa Iglesia Misional fue parcialmente reparada, hubo harina para las hostias, sotana nueva para el anciano cura de la Parroquia y hasta los ‘santos’ de bulto en el altar tuvieron ropa nueva, adornos e iluminación; hubo también vino para las celebraciones del Santo Sacrificio de la Misa. Antes se usaba ‘Jarubichi’ o alcohol casero de guarapo de caña.

La ‘Meme Chicha’ era una autentica cristiana practicante de aquellas de mantón, escapulario, medallas sagradas y rosario. Las limosnas para la Santa Iglesia crecieron notablemente con la llegada de la buena esposa del ‘Tata Cráyana’, que resultó providencial para la triste y abandonada exmisión de los Regulares de la Compañía de Jesús.

La casa de la ‘Meme Chicha’ fue, desde su llegada, la ‘casa grande’ del pueblo. Allí llegaban los visitantes ilustres, desde el Prefecto del Departamento hasta el señor Obispo de la Diócesis cruceña de donde dependía la nuestra.

Tras la creación del Vicariato Apostólico del Beni, fue la mamita del pueblo la que cargó con los gastos de la reparación del templo y construyó la capilla en el cementerio del pueblo. Mandó traer una imagen del Santo Patrón correspondiente, en reemplazo de los que se habían llevado a las sedes episcopales de Santa Cruz y Trinidad. Durante toda su vida se dedicó a una desinteresada e intensa labor social en beneficio de los humildes indígenas, esto le valió una medalla de agradecimiento otorgada nada menos que por el Sumo Pontífice, Papa Pío XII.

Todo marchó bien en el pueblo bajo la protección de la ‘Meme Chicha’ hasta que, por “curiosos designios del destino o de la providencia”, entró la mala suerte en la casa grande del pueblo.

La piadosa señora al quedar en cinta, llegó a dar a luz un par de mellizos y dos años

después tuvo una preciosa niña, de cejas pobladas, largas pestañas arqueadas y cabellos de oro. La dicha hasta aquí estaba conseguida a cabalidad, pero…luego los duros golpes de la adversidad: en una epidemia de meningitis, mueren dos de los niños, incluida la hermosa niña heredera del nombre de su madre. Quedó solo un hijo heredero, no solo del nombre, sino de la inmensa fortuna de su padre.

El joven y rico heredero, que había sido enviado a

estudiar a Europa, retornó del viejo continente, haciendo uso de una vacación a la edad de 21 años. Había heredado el carácter bondadoso y la generosidad de su distinguida madre y llegó a ser tan querido como ella por los vecinos el poblado, nativos y residentes.

Cuando ya la mamita del pueblo había logrado consolarse de la terrible pérdida de dos de sus hijos, ocurre lo ineluctable: muere el ‘Tata Cráyana’ a consecuencia de una dolencia cardiovascular y a los pocos años su único hijo, el cariño de su vida, su apoyo y su esperanza muere en un accidente fortuito, cuando la escopeta automática de factura inglesa, se le dispara por debajo del mentón, estando en la cacería de caimanes en uno de los ríos que atravesaban la extensa propiedad ganadera heredada de su padre. Un movimiento reflejo ante la acometida de los mosquitos provocó el accidente fatal.

La ‘mamita del pueblo’, tal cual una Virgen de los Mil Dolores, recibió bañada en lágrimas al difunto, transportado en carretón desde una considerable distancia. La pérdida de sangre en el trayecto había precipitado la tragedia.

Duelo y llanto, oraciones y limosna, fueron el único consuelo de la mamita del

pueblo, que afirmaba que hay que acatar la voluntad de Dios.

Fueron años y más años de pesadumbre para la ‘Meme Chicha’. Estalló finalmente la guerra del Chaco. La mamita del pueblo tuvo que amadrinar a gran parte del contingente que marchó para amojonar con su sangre la última frontera indefinida de la Patria. La mamita del pueblo no mandó a sus hijos al campo de batalla, porque no le quedaba ninguno, pero mandó a muchos ahijados, de

los cuales, un buen número no regresó nunca a la comarca natal.

Alguna buena persona, tal vez el virtuoso Párroco Franciscano, aconsejó a la ‘Meme Chicha’ que tomara en adopción a uno de los sobrinos carnales que tenía. Así lo hizo y el beneficiado, médico de profesión y de un gran prestigio, vino a acompañar a la madre adoptiva y a mitigar su dolor y soledad.

Pero las desgracias no llegan solas; sino acompañadas; dicen por acá.

Y fue esa que en domicilio de una de las distinguidas familias criollas avecindadas en la localidad, tratándose de la celebración del onomástico de una linda joven, en la cena o comilona preparada para el efecto, se produjo un equívoco en la preparación de las ensaladas o de la torta de cumpleaños de la hermosa muchacha, involuntariamente por supuesto.

Una gran desgracia que conmovió al vecindario y afecto distinguidas familias orientales; como consecuencia de una grave intoxicación fallecieron, entre otras personas, la propia gasajada, a la edad de 16 primaveras, su señor padre y también el buen doctor, hijo adoptivo de la mamita del pueblo, entre otros.

Fatal destino el de la pobre

‘Meme Chicha’, increíbles designios de lo inescrutable. La ‘mamita del pueblo’, se quedaba nuevamente sola y despiadadamente castigada por la adversidad. Mares de lágrimas, cúmulos de oraciones, misas, novenas, rogativas.

La ‘mamita del pueblo’ envejecía en su soledad. Había tomado como pupilas a dos niñas. Una llamada Antonia, la otra Luisa, esta última una parienta lejana. La primera había elegido el claustro, influida por la religiosidad de la madre adoptiva. La segunda contrajo matrimonio con un hermano menor del ‘Tata Cráyana’, al influjo de la misma ‘Meme Chicha’; pero ésta quedó viuda a muy temprana edad y a cargo de hijos menores por esa época.

Otros sobrinos de la ‘Meme Chicha’ asumieron la administración de los bienes de la virtuosa señora, ante la edad avanzada, creciente ‘insensatez’ de la misma y en calidad de ‘apoderados’ o ‘herederos universales’.

La ‘Meme Chicha’ ya pasaba de los ochenta años y aún proseguía distribuyendo sus dádivas a manos llenas entre compadres, comadres, ahijados, parientes y también entre la servidumbre, que recibió lotes urbanos, para su residencia familiar. Pasó un tiempo más y las flores del invierno cayeron definitivamente sobre la ‘casa grande’.

La ‘mamita del pueblo’ ya estaba anciana y pobre, nunca se supo que se hizo de su enorme fortuna. Disque comía sebo en la sopa, en vez de aceite de majo o de oliva que acostumbro siempre. La única sobrina pupila que le quedaba cerca de ella y de su corazón estaba también muy pobre y con la responsabilidad de sus hijos menores. Estaba también viuda, sin amparo y trabajando como maestra indigenal.

Algún pariente cruceño influyó para que a la mamita del pueblo se la traslade a su ciudad natal, Santa Cruz, tal vez a un asilo de ancianos, se pagó el pasaje en el vuelo de la empresa LAB para llevarse del pueblo a la gran benefactora, a la ‘Meme Chicha’, para no retornar jamás…

Y un día nublado, vimos con el corazón oprimido, como se la llevaban a la ‘Madre’ de nuestro pueblo casi a la fuerza, con su pequeña silueta vestida dolorosamente

de negro: saco, pollera y mantón. Marchaba a desgano sollozando amargamente por la calle enyerbada del pueblo, hacia el viejo camión que la llevaría al aeropuerto, a una legua de distancia. Entre sus escasos acompañantes estaba la pupila de nombre Luisa, que también lloraba de impotencia y de dolor.

Cuando la subieron al camión, la pobre señora, la mamita del pueblo, prorrumpió con un grito desgarrador: ¡Luisa, no me dejes llevar! ¡Luisa, no me dejes tan sola en este mundo! ¡vení, Luisa, por el amor de Dios!

Las últimas palabras fueron ahogadas por el ruido del destartalado camión que arrancaba hacia el camino barroso de la pista.

La ‘mamita el pueblo’, la ‘Meme Chicha’, se había ido de este pueblo que tanto amó, pese a sus infortunios. Dejó la aldea donde tal vez fue feliz a su manera, distribuyendo regalos y dádivas a diestra y siniestra; pero que también fue testigo de su tragedia, había transcurrido medio siglo desde su llegada.

Muchos hubiesen preferido que se quedara para siempre en ese pueblo, pero no había de ser, debido a que la buena señora, la mamita del pueblo, nunca tomó desgraciadamente agua de la laguna, sirviéndose más bien, agua de goteras, tal vez a la usanza de su pueblo de origen, para lo que tenia repletas y tapadas varias filas de tinas o tinajas gigantescas de factura mojeña, en el interior de su solar, donde se guardaba el agua de lluvia para todo el año.

El ‘Abuso’ o creencia indígena asegura que solo aquel que bebe agua de la laguna del pueblo (Máwasa) se queda para siempre en cuerpo y alma, en la comarca arawaca que fundaron siglos atrás los intrépidos hijos de Iñigo de Loyola.

En cambio la muy querida mamita del pueblo, la ‘Meme Chicha’, se fue llorando amargamente su infortunio y su soledad senil, dejando tras sus recuerdos más tristes pero también los más queridos y curiosamente o digamos mas bien, paradójicamente, el pueblo adoptivo, la aldea de nuestro cuento, no guarda el mas insignificante recuerdo de la Gran Benefactora. Sus calles, sus avenidas, instituciones o plazas brillan aun por la ausencia de un pequeño recuerdo de gratitud para la ‘mamita del Pueblo’ ¡Cosas de la vida o de los cuentos…!

“Y un día nublado, vimos con el corazón oprimido, como se la llevaban a la ‘Madre’ de nuestro pueblo casi a la fuerza, con su pequeña silueta vestida dolorosamente de negro: saco, pollera y mantón. Marchaba a desgano sollozando amargamente por la calle enyerbada del pueblo, hacia el viejo camión que la llevaría al aeropuerto, a una legua de distancia. Entre sus escasos acompañantes estaba la pupila de nombre Luisa, que también lloraba de impotencia y de dolor”.

LA ‘MEME ChIChA’

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Los orígenes del Archivo Musical de Moxos

Los indios de esta extensa región, se apropiaron de el nuevo estilo de música traído por los jesuitas, la cultivaron y la trasmitieron de generación en generación, sin dejar de lado sus instrumentos autóctonos, más bien, por el contrario, añadiendo éstos a los europeos, que con el paso del tiempo, la cultura reduccional se encargaría de fusionar.

Por: Erlan Vargas Semo (*)

Desde el ingreso de los primeros misioneros de la Compañía de Jesús a tierras del

Gran Moxos en la primera mitad del siglo XVII, la música ha jugado un papel importante en la conquista de los nativos. Los jesuitas adquirieron profundos conocimientos del modo de vivir de los aborígenes, lo que llevó a comenzar su tarea evangelizadora tomando como partida el gusto exquisito de los nativos por la música.

Los indios de Moxos al escuchar el nuevo estilo de música traído por los jesuitas, se apropiaron de la misma, la cultivaron y la trasmitieron de generación en generación, sin dejar de lado sus instrumentos autóctonos, más bien, por el contrario, añadiendo éstos a los europeos, que con el paso del tiempo, la cultura reduccional se encargaría de fusionar y crear su propio estilo, dando origen a las orquestas.

Después de la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, la música quedó íntimamente ligada al hombre mojeño. Ya a principios de los siglos XIX y XX, por serios problemas ocasionados por las malas administraciones y abusos de los emisarios españoles (Gobernadores) sobre los nativos, éstos emprendieron largas caminatas en busca de un mejor lugar para vivir, Loma Santa, (la tierra prometida), llevando a los indios a introducirse en las selvas del Gran Moxos, lejos de los abusos. Trasladaron consigo su música, la misma que se diseminaría gracias a manuscritos: “partituras, doctrinarios o libros de cantos”,

por todo el extenso territorio, aunque la base del archivo musical de Moxos, fue siempre la colección San Ignacio que estuvo guardada durante casi 300 años en el coro musical del templo misional y protegida por los ‘taitas’.

En 1973 Samuel Claros, de origen chileno, solicitó permiso al Coro Musical de San Ignacio de Moxos para poder estudiar las partituras guardadas celosamente por los ‘taitas’ o abuelos del Cabildo Indigenal; el permiso fue concedido y Claros realizó el primer estudio sobre la música barroca misional guardada por casi tres siglos. El extranjero fue el primero en publicar un estudio sobre el patrimonio musical y el primero en decir al mundo…¡en San Ignacio de Moxos hay un Archivo Musical!

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El retorno de la Compañía de Jesús a Moxos en 1983, fue fundamental para concluir algunas de las obras que quedaron pendientes después de la expulsión en 1767.

El jesuita Enrique Jordá de Arias, a su llegada el año 1983, visitó gran parte de las comunidades del extenso

territorio mojeño, en este contacto con algunas comunidades pudo percatarse que la música misional aun permanecía intacta, hecho que sorprendió a Jordá, pero lo más importante es que pudo evidenciar, que la mayoría de los músicos de las comunidades aun conservaban documentos manuscritos de música misional, que las habían obtenido de sus padres o abuelos de manera hereditaria.

En este largo viaje, el P. Jordá llegó a la comunidad de Natividad del Sécure, donde vio y escuchó interpretar música misional a una pequeña orquesta compuesta por 12 personas.

El recorrido del P. Jordá despertó mucho interés por las autoridades religiosas entre otras, para la salvaguarda del patrimonio documental y musical, es así que el mismo sacerdote tomó nota de todas las comunidades y los poseedores de manuscritos de música para después en el año 1994 realizar, en la ciudad de Trinidad, el primer encuentro de músicos, rezadores y doctrineros del Beni, al que asistieron de todos los rincones del Departamento, aunque la base

SAN IGNACIO DE MOXOS CONSERVA UN ANTIQUÍSIMO Y VALIOSO ARCHIVO MUSICAL.

EL CORO Y ORQUESTA DE SAN IGNACIO MOXOS ES EL MAYOR EXPONENTE BENIANO DE MÚSICA BARROCA Y AUTÓCTONA.

fundamental para la consolidación del archivo misional, fueron los casi 2.000 manuscritos guardados por los taitas músicos del coro musical de la iglesia de San Ignacio.

El año 2003, con la entrega del templo misional restaurado, marcaría el inicio de toda una secuencia de actividades. El archivo Musical de Moxos es fruto de un esfuerzo conjunto del pueblo de San Ignacio y sus comunidades.

CONSERVACIÓNPara el año 2005 el Archivo Musical ya

contaba con un técnico, que daría inicio a los trabajos de conservación preventiva, la inauguración del año 2003 solo sirvió para entregar los mobiliarios, espacios y los documentos iniciales y emprender una incesante búsqueda por todo el Beni de más documentación.

El año 2006, con los datos exactos de

En 1973 Samuel Claros, de origen chileno, solicitó permiso al Coro Musical de San Ignacio de Moxos para poder estudiar las partituras guardadas celosamente por los ‘taitas’ o abuelos del Cabildo Indigenal; el permiso fue concedido y Claros realizó el primer estudio sobre la música barroca misional guardada por casi tres siglos. El extranjero fue el primero en publicar un estudio sobre el patrimonio musical y el primero en decir al mundo…¡en San Ignacio de Moxos hay un Archivo Musical!

PRIMER ESTUDIO

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Los orígenes del Archivo Musical de Moxos

Los indios de esta extensa región, se apropiaron de el nuevo estilo de música traído por los jesuitas, la cultivaron y la trasmitieron de generación en generación, sin dejar de lado sus instrumentos autóctonos, más bien, por el contrario, añadiendo éstos a los europeos, que con el paso del tiempo, la cultura reduccional se encargaría de fusionar.

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EL CORO Y ORQUESTA DE SAN IGNACIO MOXOS ES EL MAYOR EXPONENTE BENIANO DE MÚSICA BARROCA Y AUTÓCTONA.

lugares y personas poseedoras de manuscritos de música y con el financiamiento aprobado, se organizó una expedición dirigida por Juan Antonio Puerta y Raquel Maldonado, la misma que fue autorizada por los obispos del Vicariato del Beni. Lograron ingresar a una de las zonas selváticas más alejadas, pero poseedora del más grande reservorio de manuscritos musicales, el TIPNIS, de donde se logró captar una considerable cantidad de reliquias. Estas colecciones entregadas por los músicos del TIPNIS enriquecerían aún más el gran contenido ya existente en el Archivo.

Para el siguiente año, 2007, ya se contaba con 3 técnicos conservadores pagados por la Parroquia de Moxos y un lote de materiales, no exactamente los adecuados, pero que sí funcionaron correctamente, pero no por mucho tiempo. El mismo año con el apoyo de la ONG TAUPADAK se logró digitalizar todos los manuscritos del Archivo Musical y la recopilación de los últimos pertenecientes a comunidades del TIM y TIMI, mientras los trabajos de conservación preventiva hicieron notar un gran avance.

El Archivo Musical de Moxos no es simplemente un lugar donde se conservan

colecciones de papeles antiguos, sino más bien, es una fuente de consulta en el campo de la investigación musical. Es una valiosa fuente de información para

investigadores y estudiantes, un centro de fortalecimiento, valoración, conservación y difusión de la cultura mojeña para transmitirla a generaciones futuras.

(*) Con información proporcionada por Juan Francisco Limaica basada en el proyecto: Plan de Intervención y Salvaguarda del Patrimonio Cultural Material e Inmaterial Archivo de Música Barroca Misional de Moxos.

ESTOS MANUSCRITOS FUERON CONSERVADOS POR LOS ‘TAITAS’ POR CASI TRESCIENTOS AÑOS.

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Rivero ha recibido innumerables distinciones locales, departamentales y nacionales, traducidas en diplomas y reconocimientos a su incansable labor. En mérito a lo dicho y otros valiosos aportes, fue designado por unanimidad en el Concejo Municipal de 1996 como Primer Consejero Departamental por la provincia Moxos, cargo que ejerció por dos gestiones consecutivas y en donde, logró la Declaratoria Oficial en el Consejo Departamental para San Ignacio de “Capital Folclórica del Beni”.

CONSEJERO POR MOXOS

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Luis Rivero Parada, amante y defensor del folklore mojeño

A continuación le presentamos la vida y obra de este insigne beniano. Los datos fueron extraídos (la primera parte) del libro Benianos con alma musical, del profesor Arnaldo Mejía Méndez. Los datos biográficos fueron publicados por el Concejo Municipal de San Ignacio de Moxos el año 2000, en el libro Viuri Samuré-Folklore Mojeño, del propio Prof. Luis Rivero Parada.

El mayor tributo que alguien pueda hacer a su pueblo, es el del trabajar toda la vida por el progreso y el bienestar de

la gente. En el caso del Beni, no queda duda alguna, que desde siempre esta región ha sido un fecundo semillero de hombres y mujeres grandes, de honda vocación de servicio, que a su paso dejan huellas imborrables y se convierten en figuras cereñas de la historia.

Por naturaleza, Don Luis Rivero Parada es uno de esos personajes valerosos que tiene nuestra tierra como una reserva moral y un buen ejemplo para la juventud. Es un ciudadano notable, distinguido y respetado por propios y extraños. Nació para ser un meritorio educador, investigador acucioso de las verdades históricas relativas a nuestra eterna heredad territorial mojeño – beniana. Es también un amante y propulsor orgulloso de su folklore, luchador intransigente por los intereses de su terruño y un defensor incansable del Beni.

Mayormente sus libros publicados son un valioso aporte a esa noble causa. Ha escrito “La frontera Sur del Beni”, “Bajo el verde listón”, “La beniana provincia Yuracaré”.

Preocupado por rescate del folklore, escribió “ Mojitania” y “ViuriSamure”. Así mismo, por encargo de la Prefectura del Departamento, (hoy Gobernación)

en ocasión de nuestro sesquicentenario, escribió también, “Una breve monografía de la provincia Moxos”.

Sin embargo, en la veta que le interesa al libro, que es la artística musical, Don Luis Rivero Parada tiene el mérito de ser un reconocido compositor de letra y música de hermosas piezas con sabor a tierra nuestra; ellas son sugerentes y alegres, ricas en expresiones, tonos y matices, que han sabido calar hondo en los corazones querendones de las gentes que las bailan y las cantan.

En el mensaje de sus canciones aflora musicalmente la fuerza de su sangre vitalizada por el inmenso amor a su tierra. De manera muy especial, vale resaltar que Don Luis Rivero es el autor de la canción más representativa que tiene San Ignacio de Moxos, nos referimos

a “Ignacianita”, preciosa composición rebosante en una pasión exaltada que poéticamente pinta y ensalza a la mujer de este histórico y bonito pueblo.

En este campo artístico, toda su fecunda obra (no conocemos cuántas canciones en total tiene pero sabemos que son muchas), se confunde con su propia existencia y encarna musicalmente a su pueblo. Es que hay hombres que sencillamente nacen con espíritu definido, firme y claro, y con la capacidad de saber valorarse al máximo, conscientes de ese importante rol que deben cumplir ante su tierra y los demás.

Cuando uno tiene la suerte de conocer personalmente a este gran señor, lo primero que llama la atención es la sencillez y la modestia de su trato. Luego se lo encuentra provechoso y positivo por las riquezas de sus conocimientos, de sus vivencias y por esa innegable sabiduría que posee como hombre maduro. Como

ciudadano, es un hombre de profundos sentimientos cívicos y patrióticos que vive todavía lleno de buenas inquietudes, pero también, de grandes preocupaciones por un mejor destino para el Beni y la patria entera.

La gratitud es un sentimiento muy humano y hermoso, que siempre debe expresarse en favor de toda persona buena y meritoria. Don Luis Rivero Parada es un beniano de gran valía, que nos insufla un alto orgullo y respeto, por todo lo que es y hace, en bien de la noble causa del Beni.

DATOS BIOGRÁFICOSNació en San Ignacio de Moxos el 17

de noviembre de 1927. Sus padres fueron el industrial ganadero don José Rivero Bazán y la Sra. Prof. María Luisa Parada Ribera. Desde sus años de juventud le gustó la poesía y compuso letra y música de varias canciones que eran magníficamente interpretadas por don Aníbal Paniagua Vargas, don Francisco Velasco Radez y el propio autor.

Contrajo nupcias con la señorita Anita Rivero Monasterio, con quien engendraron tres hijos. Luego de fallecer su primera esposa, se casó con su cónyuge actual, la Sra. Dolores Rivero Balcázar, de cuya unión nacieron dos hijos. Desde muy joven se dedicó a la docencia, siguiendo los pasos de su madre y parientes cruceños, llegando a ser Director del colegio secundario “Sócrates Parada Egüez”; luego por méritos propios fue trasladado a la capital del Departamento donde se desempeñó

LUIS RIVERO PARADA, EN 1996, FUE DESIGNADO COMO PRIMER CONSEJERO DEPARTAMENTAL POR LA PROVINCIA MOXOS.

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En San Ignacio jardín de MoxosMi pueblo camba te conocí

Me hipnotizaron tus lindos ojosY ansié tus ojos con frenesí.

La flor silvestre de tus hechizosVertió un guacanqui de la pasiónY desde entonces tanto te quisoQue se ha partido mi corazón.

Ignacianita, IgnacianitaTenes matices de patujúY en tus tipoyes sol en la sangre, En tus pupilas y en tus pupilas marayaú.

Ignacianita, IgnacianitaDame tu boca panal de mielQue en la colmena de tus encantosSeré el melero, seré el melero de tu querer.

Cuando tu boca sirari rojoMe dé la dicha que ambicioneColgare el nido como los tojos En lo más alto de un sumuqué.

Bajo la sombra de tus pestañasHare el Pahuichi para los dosToma mi embrujo con miel de cañaDame el siyeye que sabes vosIgnacianita, Ignaianita… (Bis)

como Director del colegio secundario más prestigioso existente en esos tiempos, el Colegio Nacional 6 de Agosto.

Su obra poética ha sido muy rica, cantándole a la tierra, a su gente y sus costumbres. Ha compuesto más de cien canciones con letra y música de su autoría, las cuales han sido interpretadas por importantes conjuntos musicales del país, inclusive, una de ellas, “Sonsera de amor” fue seleccionada para integrar el disco “Canto de América” interpretado por el Dr. Yusy Farah Aquim. Una de sus mejores composiciones, “Ignacianita” es el segundo himno de los ignacianos dentro y fuera de su tierra.

Don Luis Rivero Parada fue el primer componente de la Comisión Departamental de Límites, junto al Dr. Guillermo Caballero Saucedo y otros miembros adscritos, donde, con responsabilidad y capacidad se dedicó a rescatar todo lo escrito hasta esa fecha sobre nuestro legítimo derecho al territorio que injustificadamente nos disputa Cochabamba, enriqueciendo con su propia investigación gran parte de lo que hoy es el planteamiento beniano, fundamentando su derecho soberano. Hizo, con la maestría de sus conocimientos, excelente memoria y pasión por el tema, que este asunto de interés nacional sea motivo de preocupación a nivel departamental y, algo así como una especialidad entre las personas dedicadas al estudio.

Gracias a Dios aún tenemos entre nosotros, a este insigne beniano que sigue contribuyendo y enseñando con la misma pasión con la que comenzó.

DESDE SU JUVENTUD, DON LUIS RIVERO, FUE UN FIRME DEFENSOR DE LA ABUNDANTE CULTURA MOJEÑA.

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(LETRA Y MUSICA: LUIS RIVERO PARADA)

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SAN IGNACIO DE MOXOS

Por: Erlan Vargas Semo

Son los soñadores quienes jalan el progreso de los pueblos, allí donde

nadie cree que se puede hacer algo, allí hay un soñador o una soñadora que tiene un proyecto en el que nadie cree pero que gracias a ese ímpetu que tienen los que viven de utopías salen adelante.

Eso empezó a suceder hace casi diez años cuando aparece en San Ignacio de Moxos una española llamada María Luisa Tejera Torroja y sueña con fundar un centro cultural y una biblioteca para este pueblo ubicado en un rincón de la geografía boliviana. En los primeros años encuentra en la Iglesia Católica una excelente aliada, quien cede a la Fundación creada por María Luisa un inmueble donde empieza a funcionar la biblioteca pública y un centro de Internet.

Pasan los años y esa soñadora no cesa de buscar soluciones para hacer realidad su sueño del gran Centro Cultural y lo encuentra en el pequeño estado europeo de Luxemburgo, de donde consigue el financiamiento para lo que hoy es el mayor Centro Cultural del Beni, inaugurado hace apenas un año y ya hace sentir su fuerza expansiva hacia los niños, niñas y jóvenes del pueblo de San Ignacio.

El Centro Cultural cuenta con un hermoso edificio con instalaciones de primera y donde trabaja un personal preparado para atender las necesidades culturales del pueblo de San Ignacio, a cuya cabeza está el dinámico profesional Danny Mansilla a quien acompaña un excelente equipo de trabajo.

UN POCO DE HISTORIAEl año 2005 se crea la

Fundación Cultural San Ignacio de Moxos, con un grupo de personas a la cabeza de María Luisa Tejera Torroja de nacionalidad

EL CENTRO CULTURAL CUENTA CON UN HERMOSO EDIFICIO CON INSTALACIONES DE PRIMERA.

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UNO DE LOS SERVICIOS QUE OFRECE EL CENTRO ES LA SALA DE COMPUTACIÓN.

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PERSONAL ADMINISTRATIVO DEL CENTRO CULTURALPersonal de la biblioteca central

Lic. Danny Mansilla Justiniano Director AdministrativoLic. Mercedes Ramírez S. Coordinadora PedagógicaJuan Pablo Muiba Sucubono Encargado de InternetDavid Callisaya Encargado sala de ComputaciónLidia Muñuni Medrano Encargada de BibliotecaInes Masapaija Caballero Aux. Bibliotecaria Carlos Tamo Zabala SerenoMilton Nuni Sereno Roxana Noza Viri Limpieza

C.E.A. VIKARAWA´U VIMUTUSariela Arancibia. CapacitadoraDemetria Tico Vela CapacitadoraRosendo Justiniano Capacitador

BIBLIOTECAS ZONALESYudith Ibañez Shimokawa Bibliotecaria Zona Santa FéMartha Chivaco Nolvani Bibliotecaria Zona Villa NiñaElia Nolvani Congo Bibliotecaria Zona San LuisTeresa Matereco C. Bibliotecaria Zona Villa el CarmenM. Teresa Congo. Bibliotecaria Zona Marchena

UNA BIBLIOTECA COMPLETA Y MODERNA ESTÁ A DISPOSICIÓN DE LOS EDUCANDOS DE SAN IGNACIO.

UNA SALA ADICIONAL DEL CENTRO ESTÁ CONECTADO AL MUNDO A TRAVÉS DE INTERNET.

Española, con el objetivo de apoyar la educación formal. Se crea la biblioteca pública con el apoyo de la Alcaldía y la Parroquia de San Ignacio de Moxos. La relación que se estableció a partir de entonces, dio como resultado la apertura de la Biblioteca Pública en el año 2006.

El 2008, como consecuencia de las actividades que se realizaban, el Ministerio de Educación reconoce a la Biblioteca Pública como Centro de Educación Alternativa (CEA) en la modalidad de Educación Permanente.

El 2013, por las múltiples actividades y cursos que se realizan es denominado Centro Cultural y Biblioteca Pública San Ignacio de Moxos.

Este Centro Cultural

presta los servicios de biblioteca general e infantil y también cuenta con una hemeroteca, sala de internet, de computación y una sala de juegos didácticos.

B I B L I O T E C A S ZONALES

Sin lugar a dudas, una de los logros más interesantes que presta el Centro Cultural ha sido la creación de cinco bibliotecas zonales, nacidas en acuerdo con los dirigentes de las respectivas zonas y atendidas por personal de la propia zona, capacitados por el Centro Cultural. Existen cinco bibliotecas zonales muy activas, pues son visitadas por niños y jóvenes de los barrios donde se encuentran ubicadas, ellas son las siguientes: Santa Fe, Marchena, Villa Niña, Villa del Carmen y San Luis.

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El nombre de la danza es onomatopéyico y deriva de los dos tambores, panderos o sancutis de diverso tono que toca alternativamente el Heraldo que cabalga un caballo. El texto fue extraido del libro “Viuri Samuré”, de Luis Rivero Parada.

Por: Erlan Vargas Semo

El Tintiririnti es el heraldo que anuncia la entrada de la fiesta patronal. El nombre de la danza es onomatopéyico

y deriva de los dos tambores, panderos o sancutis de diverso tono que toca alternativamente el heraldo que cabalga un caballo adornado con la capa de Santiago, Apóstol de España, cuya fiesta se celebra entre el 25 y 28 de julio (El Heraldo sale el 30 del mismo mes).

Lleva corona de flores y espejitos, banda tricolor y terno negro. Siempre es escogido un mocetón bien parecido, para esta representación, quien cabalga

muy orgulloso de rango, precedido por los achus o abuelos bufones que efectúan una parodia de Heraldo con uno de ellos montado en un oso bandera disecado, a manera de cabalgadura (tal vez por el parecido con la cola del caballo) que tiran varios achus, serpenteando graciosamente en torno de la plaza, al son de la orquesta propia de estos achus o ichasianana.

Esto ocurre el día 30 de julio, víspera de la fiesta, al medio día. A las dos de la tarde sale la procesión completa de bailadores que componen la imponente entrada folclórica ignaciana.

El Tintiririnti da inicio a la gran entrada folclórica

EL TINTIRIRINTI ES EL HERALDO QUE ANUNCIA LA ENTRADA DE LA FIESTA PATRONAL DE SAN IGNACIO.

OTRA SINGULAR REPRESENTACIÓN DEL PERSONAJE QUE DESTACA EN LA CULTURA IGNACIANA.

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