El viaje turístico de la violencia sudcaliforniana,
 no se imprime en el tono claro y neutro de las estadísticas,
 ni en el tono amarillento de la publicidad en papel periódico,
 sino en sangre de lo mas sacro de los pueblos; en la sangre de
sus infantes.
Dunas Rotas
En la gloria de lo asqueroso: la barca de aronte! aquí, un simple pesero que se
acerca "ig"agueando.
  #na camioneta destartalada con una e$tra%a tendencia o$idada y bicolor, se apro$i
desde el polvoriento &ori"onte.
Dios cierra los ojos un instante!
 ' la mas com(n de las desventuras locales tomaría lugar, a&í a ) minutos de su casa, dos personas cubiertas por una pesade" de penumbra subieron a la barca colectiva, nadie se dio cuenta que el rostro lo escondían detr*s de
unas mascaras rasgadas cubiertas por un curioso rojo carmesí.
Dos &istorias de la pa"
 
on una vo" temblorosa de barrio nuncio las ya comunes palabras:
+este es un asalto mierdas-
con sus pu%os &aría e$plotar el rostro de   aquel gordo personaje que era el conductor.
on lero y con los &uevos en la ma el m*s inquieto y cabi"bajo
va saqueando a los pasajeros ntras una sombra de paso rme   tomaba fuer"a y velocidad!
En seco y bofo cual res en el rastro, callo todo el peso del conductor en un
c&arco de sangre.
volvió su mirada al nal del corredor innito
que son los ) metros del pesero,
 ', all* encontró una salida! un escape del abismo
Escabull0ndose cual r*faga
 como si no e$istir* un ma%ana
como si los pies le emaran en el fuego de 1ermes
!2ientras!
 
Ese ultimo segundo en el que corre lejos de la violencia, lejos de su casa, de su ciudad; el escapa de su cultura pero no
avan"a, una moc&ila cargada de conocimiento insípido y est(pido lo &a de
frenar
3adie quiere recordar pero todos escuc&aron el grito, el crujir de sus
&uesos.  4odos sintieron cuando sus pómulos sonrientes
se rompieron en un llanto tan fuerte y tan
estridente cual 5ra6atoa.
acercaban!
lo perseguían
8a desguración total, un momento de desesperación en el desierto!
 ' en un momento la agonía se desvanece, se la lleva el aire cual duna, y se entierra!
!/ntes de partir, el tata le dice a su nieto: 9abes que es lo divertido de las dunas<
que nunca mueren solo cambian9
rujido tras crujido,
diente tras diente
se fulmina en brotes de sangre.
 
  ,en el orgasmo el viejo se pierde ya no sabe donde acaba su ser y
lo único que no siente es lo que lo complementa, su éxtasis perpetuo
en mi cuerpo, su orgasmo encarnado en mi cerebro y en mi corazón,
cual vomito escupió esas palabras, cual eyaculación orgásmica
se desprendió de su cuerpo ese mensaje, quizás se encontraba
atrapado en su mente, quizás era un recuerdo de furia.
l viejo gru!e y violentiza las gárgaras
que produce su salivar, gime gravemente.
y su mente intenta fugarse
pero cada gota de baba
que se escurre en su espalda
  lo regresa a su infinito sufrimient
n la "abitación "ay todo menos silencio,
pero de sus labios no se pronuncian palabras,
y con la palabra conoces y aprendes pero con el cuerpo
te elevas a un mundo donde el verbo es ef#mero.
l ni!o no realiza el viaje a ese mundo,
se quiebra,
su mente se pierde
y simplemente no entiende.
 
prende un cigarro, le da una c&upada y lo apaga en el semen que &a dejado en aquella
espalda.
omo ultima esperan"a el joven escribió con sangre, +el cigarro de mi dolor se volvió espuma en el
viento=, despu0s el se borro.
 4odo se
aleja.
portador inconsciente de &istorias disecadas que no &an de sobrevivir. /&ora,
in&ala cual cocainómano!
El polvo de los ajetreos al llegar el momento de
calma &a de asentarse, nuca en el suelo, en el puerto de ilusión
lo in&alas!
rmina, como se%al de que ya se detendr* todo;
te llevas su tierra encarnada en los pulmones,
 así cuando olfateas lo que acarreas
>n&*late estas dunas