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Módulo VII

Diciembre de 2014

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Introducción ........................................................................................................................................................ 3

Unidad I: Aproximación a la geografía desde la perspectiva crítica ........................................ 4

Una aproximación epistemológica para el estudio no tradicional de la ciencia

geográfica ................................................................................................................................................... 6

Geografía. Pequeña historia crítica ................................................................................................... 9

La geografía radical: la producción social del espacio social ................................................ 27

La producción social del espacio urbano: tensiones y ajustes en la (re) ordenación

urbana ........................................................................................................................................................ 30

La producción del espacio .................................................................................................................. 33

Unidad II: La educación en geografía en el nivel básico ............................................................... 34

La didáctica de la Geografía............................................................................................................... 36

Metodología y procedimientos para enseña .............................................................................. 40

Otras formas para enseñar y aprender geografía en la práctica escolar .......................... 50

Exploremos la geografía en la escuela primaria ......................................................................... 57

La geografía en la escuela primaria ................................................................................................ 70

Referencias documentales........................................................................................................................... 76

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La noción que podríamos llamar en términos generales lo geográfico o de manera aún más amplia lo

espacial y su valor práctico tienen profundas raíces históricas que se remontan a los orígenes de la

humanidad. Sin embargo, su formalización como disciplina científica se logra, no sin dificultades, hasta

finales del siglo XIX.

Desde la instauración de la geografía con pretensiones científicas, la disciplina ha recorrido un proceso

histórico lleno de debates y polémicas respecto a su objeto de estudio (la región, el territorio, las

formas y el ordenamiento geográfico-geométrico, el espacio, el lugar, etc.); aspecto que se deriva del

desarrollo tardío de la geografía en relación a otras ciencias sociales –historia, economía, sociología,

entre otras– o las llamadas ciencias exactas que dieron vida a diversos conceptos para referirse a lo

geográfico o lo espacial. Es por ello que aún parece existir dificultad en definir el objeto de estudio de

la geografía y su especificidad como ciencia. En términos de la educación en geografía, a partir de

finales del siglo XIX, primero en Alemania, y después fundamentalmente en Francia, la «geografía de los

profesores» se ha desplegado como discurso pedagógico de tipo enciclopédico, como discurso científico,

enumeración de elementos de conocimiento más o menos unidos entre sí por diferentes tipos de

razonamiento… (Lacoste, 1976). Esta forma de abordar la enseñanza de la geografía aún parece estar

vigente, no sólo en los niveles superiores de educación, sino desde los niveles de Educación Básica. Es

por ello que en la actualidad aún encontramos reflexiones que advierten sobre la vigencia y lo

inadecuado de la memorización en la disciplina (Sarrailh, 1991; Santiago, 2005; Llancavil y Vega, 2004).

La relación entre lo que se entiende por geografía como ciencia y su proceso de educación o

enseñanza están íntimamente relacionados. Si fuimos formados en una educación bancaria, o bien, si

tenemos una visión fragmentada de los procesos sociales, lo más probable es que caigamos

involuntariamente en reproducir esquemas en el aula. Es por ello que a partir del presente módulo,

Hacia una perspectiva crítica de la educación en geografía, la pertinencia de adoptar el enfoque crítico

en la disciplina geográfica en lugar de un enfoque tradicional –basado sobre todo en lo que ha sido

denominado por Paulo Freire como una educación bancaria– reside en que el enfoque crítico reconoce

al espacio geográfico como un producto socialmente construido que es medio, resultado y

condicionante de la actividad humana, en el que intervienen la totalidad de los fenómenos sociales,

físicos y ambientales en el devenir histórico; a la vez que se considera la importancia de los sistemas

económicos y de las relaciones de poder en esta construcción del espacio.

El presente módulo se divide en dos unidades. En la Unidad 1 se aborda de forma sencilla y sintética

la Aproximación a la geografía desde la perspectiva crítica, que retoma las diferencias entre la visión

tradicional de la geografía y la geografía crítica, haciendo énfasis en las principales críticas hacia la

segunda y en los fundamentos de la primera. En la Unidad 2 se aborda La educación en geografía en

el nivel básico, brindando reflexiones teóricas y sugerencias metodológicas sobre la didáctica de la

disciplina para este nivel educativo, así como un ejemplo –a manera de ilustración– de cómo abordar

la enseñanza de la geografía desde esta perspectiva crítica desde el sentir de un maestro de educación

básica.

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Aproximación a la geografía desde la

perspectiva crítica

A. Aproximación tradicional de la ciencia geográfica

LECTURA 1: ROMERO MAYO, R. (2010) Una aproximación epistemológica para el estudio no tradicional de la

ciencia geográfica. En La enseñanza de la Geografía (págs. de la 23-34).

RESUMEN

El autor nos presenta las distintas corrientes de pensamiento del siglo XX en torno al estudio de lo

geográfico, explicando la persistencia del enfoque tradicional, cuyo concepto vigente en muchas latitudes

es: "Ciencia que estudia los hechos y fenómenos geográficos que se desarrollan en la superficie terrestre y

su influencia recíproca con el hombre social". Y desde este enfoque se han desarrollado dos grandes ramas:

geografía humana y geografía física–biológica con sus diversas formas de abordaje: física, humana,

ecológica, regional, espacial, paisajista, social, radical y humanista; pero sosteniendo un claro mantenimiento

en el paradigma tradicional al no correlacionar las áreas de abordaje desde una integralidad y pluralidad

científica; a la vez que no considera las relaciones sociales en su ámbito económico-productivo y político.

B. Debate actual en geografía

LECTURA 2: MORAES, C.R. (2006) Geografía. Pequeña historia crítica

RESUMEN

El planteamiento de Moraes es una visión de conjunto de los saltos metodológicos, pedagógicos, históricos

y científicos que ha dado la Geografía. Se parte del enfoque tradicional en donde el geógrafo estudia lo

físico con interactuación del humano en forma dependiente hacia lo natural con una leve interacción

disciplinar en ambas, pero siempre describiendo la realidad física en modo estático. La geografía tradicional

se ve cuestionada con multieventos históricos del fenómeno capitalista a nivel global (neoliberalismo) que

contribuyen al aparecimiento de la Geografía pragmática, que supuestamente surge como una crítica al

sistema capitalista, pero termina siendo instrumento del mismo a partir de modelos aplicados a la economía.

Por último, como una manera urgente de dar respuesta a la instrumentalización de la ciencia geográfica

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surge la Geografía crítica que pretende redirigir el espacio a un modo de abordaje multiforme científico,

histórico, social, cultural, religioso, político, entre otros.

C. Fundamentos de la geografía crítica o radical

LECTURA 3: DELGADO, O. (2003) La geografía radical: la producción social del espacio social. En Debates sobre

el espacio en la geografía contemporánea (págs. de la 79-102).

RESUMEN

La lectura trata sobre cómo desde la perspectiva crítica de la geografía, el espacio –objeto de estudio de

esta disciplina–, no es un contenedor sobre el que se desenvuelve la vida del ser humano, sino que este es

socialmente producido en las relaciones sociedad-naturaleza en el devenir histórico, razón por la geografía

se interrelaciona con otras ciencias que ayudan a comprender y explicar este proceso de producción del

espacio en el marco de las relaciones sociales de producción, en el que además de los aspectos económicos

se conjugan de manera indivisible otros procesos sociales y políticos en tanto intervienen una diversidad de

actores en la producción del espacio. A partir de ello es que surgen las diferentes formas y configuraciones

espaciales de la actividad humana, configurando diferentes tipos de paisaje, entre ellos, el paisaje

económico. En nuestro tiempo, las relaciones sociales de producción obedecen a la lógica de los procesos

de acumulación capitalista, es decir, que las configuraciones espaciales obedecen a esta lógica.

LECTURA 4: PORCEL, S. (2010). La Producción social del espacio urbano: tensiones y ajustes en la (re)

ordenación urbana de los Tres Turons de Barcelona (Doctoral dissertation).

RESUMEN

La lectura muestra de forma sintética y sencilla el concepto de producción social del espacio acuñado por

Henri Lefebvre. Aborda los tres estados del espacio –percibido, concebido y vivido– que dan cuenta del

carácter físico, mental y social por medio de los que se manifiesta el espacio de forma simultánea e

interrelacionada. Asimismo, introduce una triada de procesos que suceden en el interior del espacio –la

práctica espacial, las representaciones del espacio y el espacio de representación– vinculados al proceso de

producción del espacio, a las estructuras de poder que subyacen en esta producción; y al carácter simbólico

del mismo. Finalmente, destaca la relación dialéctica entre el espacio abstracto y el espacio social que se

articula a los estados y a los procesos espaciales.

D. Algunos teóricos referentes a la producción social del espacio y la geografía crítica o radical en la

actualidad

LECTURA 5: AUTORES VARIOS. La producción del espacio.

RESUMEN

Esta lectura muestra de forma sintética los principales postulados de tres autores clase de la renovación de

la Geografía como disciplina científica: Henri Lefebvre, Milton Santos y David Harvey.

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A. Aproximación tradicional de la ciencia geográfica

Una aproximación epistemológica para el

estudio no tradicional de la ciencia geográfica R. ROMERO MAYO

Introducción

En el transcurso de la historia, la geografía, ciencia fundamental para el análisis espacial, ha sido

vista de diversas formas y en función del interés que ha despertado entre quienes se han

adentrado en su estudio. Desde los romanos, pasando por los griegos y la contribución de la

escuela árabe de Idrisi, la geografía ha evolucionado en cuanto a su concepción y técnicas de

estudio y de aplicación. Las exploraciones y descubrimientos acaecidos entre los siglos XV y XVII,

así como los cambios suscitados a raíz de la revolución industrial del siglo XIX, contribuyeron para

que la geografía experimentara importantes cambios. Es precisamente en el siglo XIX cuando la

geografía adquiere, como disciplina, un lugar en la educación formal, al grado de

institucionalizarse en la educación superior en Europa.

El siglo XX trajo para la geografía un gran desarrollo cuantitativo y cualitativo materializado

en distintas corrientes o enfoques: física, humana, ecológica, regional, espacial, paisajística, social,

radical, humanística... No obstante, la geografía aglutina algunas subdisciplinas alrededor de su

propio objeto y las articula con una serie de ciencias auxiliares, por lo que se puede subdividir en

dos grandes bloques: geografía regional o corológica y geografía general, y esta última a su vez en

geografía física y geografía humana.

Lo esencial de la geografía

Si se parte del hecho de que la geografía es una disciplina con carácter científico, es pertinente

remitirnos entonces a su esencia etimológica, la cual está conformada por dos palabras de origen

griego: geos –Tierra– y graphos –descripción–. Con base en lo anterior, Aguilar (2001: 3) nos propone

una definición actual y vigente de la geografía: “ciencia que estudia los hechos y fenómenos

geográficos que se desarrollan en la superficie terrestre y su influencia recíproca con el hombre

social”.

En esta definición encontramos elementos importantes que dan paso a un análisis más

amplio de los alcances de la geografía, así como parte de su esencia metodológica para abordar

los fenómenos propios de la ciencia geográfica. En principio es oportuno establecer que, con

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fundamento en su alcance respecto a los hechos y fenómenos, la geografía diferencia ambos

términos. La distinción entre hechos y fenómenos geográficos reside básicamente en la

temporalidad de su desarrollo y existencia, pues mientras que los hechos geográficos –físicos,

biológicos y sociales– suceden de manera lenta y paulatina a lo largo de un periodo, en los

fenómenos geográficos –también físicos, biológicos y sociales– los cambios se desarrollan de

manera más rápida. Para entender mejor esto, se presenta el cuadro 1.

Cuadro 1. Diferencia entre hechos y fenómenos geográficos

Hechos geográficos Fenómenos geográficos

Físicos Existencia de montañas, cañones, lagos,

mesetas, etc.

Desarrollo de huracanes, erupciones

volcánicas o terremotos.

Biológicos Distribución de las especies animales o

vegetales en bosques y mares.

Desaparición de especies animales en

África o en las selvas mexicanas.

Sociales

La presencia de la población latina en

Estados Unidos de América, presencia

de guerrillas, etc.

Desarrollo y efectos del sida en México

o los procesos de urbanización en Santa

Ana.

Es importante señalar que tanto los fenómenos como los hechos geográficos no son

elementos que se manifiesten de forma aislada; por el contrario, son influenciados por diversas

actividades antrópicas, así como por los procesos biológicos y por las características del medio. La

geografía es, entonces, una ciencia natural y social, porque no sólo abarca aspectos físicos y

biológicos, sino también sociales, lo cual nos lleva a enunciar que, conforme a su esencia, el estudio

de la geografía –o, más bien, los estudios a partir de la ciencia geográfica– considera primordial

que el ser humano no puede sustraerse de su entorno natural ni tampoco el entorno natural puede

sustraerse del ser humano. Por ello cabe mencionar que la ciencia geográfica no es una ciencia

autónoma ni surge de manera automática al existir solamente el espacio o el territorio inmaculado

o virginal. Es necesario que la geografía se alimente de la sociedad, ya que ésta condiciona el

proceso geográfico. No puede haber geografía sin la acción humana, ya que ésta nace del

descubrimiento y modificación de los espacios naturales.

De forma concreta y a partir de lo establecido por Aguilar, podemos resumir que la geografía

provee un modo de descubrir y organizar la información; explora la superficie de la Tierra y los

procesos que la forman; examina a las personas como sociedad, así como sus culturas y sus

economías; y también estudia las relaciones entre las personas y sus ambientes. Asimismo, se sirve

de los avances e investigaciones de otras ciencias, pero su carácter relacional –su enfoque

espacial– le permite aportar nuevos conocimientos y alternativas de solución a los problemas

actuales.

En cuanto a su división, la geografía parte de una clasificación básica y elemental tomando

como ejes deterministas los estudios de la disciplina en función del espacio; se trata de una

concepción de la geografía como ciencia espacial –posibilismo– por: a) el estudio integral de las

características de un lugar de la Tierra, en particular basándose en métodos descriptivos –geografía

regional– y b) el estudio de un lugar específico, pero utilizando los métodos de una o varias de sus

ramas y subramas, geografía general, la cual posee un carácter sistemático.

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La geografía general estudia subsistemas espaciales, concibiendo a la región como un

espacio continuo de extensión variable caracterizado por una dispersión de elementos físicos y

humanos. De este modo, el espacio regional aparece estructurado por las relaciones que se

mantienen entre sus elementos y sus territorios; es un espacio jerarquizado, abierto y en continuo

dinamismo.

La geografía general se divide en dos grandes subramas: la geografía física y la geografía

humana, aunque algunos autores, como Aguilar (2001), incorporan una tercera: la geografía

biológica o biogeografía, a la cual separan de la geografía física.

A partir de los elementos generalmente aceptados para la división y subdivisión de la

geografía se puede establecer el esquema que muestra la figura 1.

Figura 1. Ramas de la geografía

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B. Debate actual en geografía

Geografía. Pequeña historia crítica C. R. MORAES

El objeto de la Geografía

La pregunta ¿qué es la Geografía? aparentemente es bastante simple. Sin embargo, se refiere a un

campo del conocimiento científico, donde reina una enorme polémica. A pesar de la antigüedad del

uso del rótulo Geografía, que fue también incorporado al vocabulario cotidiano (cualquier persona

podría dar una explicación de su significado), en términos científicos existe una intensa controversia

sobre la materia tratada por esta disciplina. Esto se manifiesta en la indefinición del objeto de esta

ciencia, o, mejor dicho, en las múltiples definiciones que le son atribuidas.

Algunos autores definen a la Geografía como el estudio de la superficie terrestre. Esta concepción

es la más usual, y simultáneamente la de mayor vaguedad. Debido a que la superficie de la Tierra es el

teatro privilegiado (durante mucho tiempo el único) de toda reflexión científica, es lo que desautoriza

la asignación de su estudio como especificidad de una sola disciplina. Esta definición del objeto se

apoya en el propio significado etimológico del término Geografía –descripción de la Tierra–. Así, cabría

al estudio geográfico describir todos los fenómenos manifestados en la superficie del planeta, siendo

una especie de síntesis de todas las ciencias. Esta concepción se origina en las formulaciones de Kant.

Para este autor, habría dos clases de ciencias, las especulativas, apoyadas en la razón y las empíricas

apoyadas en la observación y en las sensaciones. A nivel de las segundas, habría dos disciplinas de

síntesis, la Antropología, síntesis de los conocimientos relativos al hombre, y la Geografía, síntesis de

los conocimientos sobre la naturaleza. De esta forma, la tradición kantiana coloca a la Geografía como

una ciencia sintética (que trabaja con datos de todas las demás ciencias), descriptiva (que enumera los

fenómenos abarcados) y que trata de abordar una visión de conjunto del planeta. Las mayores

polémicas provocadas por esta perspectiva, denominada corológica (visión espacial, en oposición a la

cronológica o enfoque temporal), hablan respecto del significado preciso de la superficie terrestre.

Algunos autores van a referirse a la biosfera (esfera del planeta que presenta formas vivientes); otros,

a la costa terrestre (capa inferior de la atmósfera más la capa superior de la litósfera), encubriendo, con

la discusión terminológica la vaguedad de esta definición del objeto. En fin, la idea de descripción de

la superficie de la Tierra alimenta la corriente mayoritaria del pensamiento geográfico.

Otros autores van a definir a la geografía como el estudio del paisaje. Para estos, el análisis

geográfico estaría restringido a los aspectos visibles de lo real. El paisaje, presentado como objeto

específico de la Geografía, es visto como una asociación de múltiples fenómenos, lo que mantiene la

concepción de ciencia de síntesis, que trabaja con datos de todas las demás ciencias. Esta perspectiva

presenta dos variantes, para la aprehensión del paisaje: una, manteniendo la tónica descriptiva, se

detendría en la enumeración de los elementos presentes y en la discusión de las formas –de aquí su

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denominación de morfológica–. La otra se preocuparía más por la relación entre los elementos y la

dinámica de estos apuntando hacia un estudio de fisiología, esto es, al funcionamiento del paisaje. La

perspectiva de la morfología presenta, en su génesis, fundamentos oriundos de la Estética: el capítulo

inicial de la obra de Humboldt Cosmos se titula “Los grados de placer que la contemplación de la

naturaleza puede ofrecer” y uno de los autores más citados allí no es un filósofo o científico, sino el

literato Goethe. Cabría observar el horizonte abarcado por la visión del investigador, y de esta visión

sobrevendría la explicación. De aquí la gran valorización de la intuición en los procesos de análisis

propuestos por esta perspectiva, surgiendo así de aquí una considerable carga irracional en el

pensamiento geográfico. La perspectiva de la fisiología del paisaje se va a fundamentar en la Biología,

particularmente en la idea de organismo, con funciones vitales y con elementos que interactúan. A la

Geografía le correspondería buscar estas interrelaciones entre fenómenos de distintas características

que cohabitan en una determinada porción del espacio terrestre. Esta perspectiva introdujo a la

Ecología en el dominio geográfico.

Otra propuesta hallada, en realidad una variación sutil de la anterior, es la de aquellos autores

que proponen a la Geografía como el estudio de la individualidad de los lugares. Para ellos, el estudio

geográfico debería abarcar todos los fenómenos que están presentes en un área dada, teniendo como

meta comprender el carácter singular de cada porción del planeta. Algunos geógrafos van a buscar

cumplir con esta meta a través de la descripción exhaustiva de los elementos, otros por medio de la

visión ecológica, encontrando en la propia interrelación, un elemento de singularización. En ambas

propuestas, es la individualidad local lo que importa. Esta perspectiva tendría sus raíces en autores de

la Antigüedad clásica como Heródoto o Estrabón, que realizaron estudios mostrando los rasgos

naturales y sociales de las tierras, por donde anduvieron. Modernamente, tal perspectiva tiene su

expresión más desarrollada en la llamada Geografía Regional. Esta propone, como objeto de estudio,

una unidad espacial, la región –una determinada porción del espacio terrestre (de dimensión variable),

posible de ser individualizada, en función de un carácter propio–.

La definición de la Geografía, como el estudio de la diferenciación de áreas, es otra propuesta

existente. Tal perspectiva propone una visión comparativa para el universo del análisis geográfico.

Busca individualizar las áreas, teniendo en vista compararlas con otras; de ahí el acento en los datos

que diferencian a cada una. De esta manera, la explicación es buscada por encima (si bien que por

intermedio) de los casos singulares. De las definiciones vistas, esta es la primera más generalizadora y

explicativa. Son buscadas las regularidades de la distribución y de las interrelaciones de los fenómenos.

Tal concepción es la más restrictiva, en términos abarcativos, del pensamiento geográfico.

Existen también autores que buscan definir la Geografía como el estudio del espacio. Para estos,

el espacio sería plausible de un abordaje específico, el cual justificaría el análisis geográfico. Tal

concepción, en verdad minoritaria y poco desarrollada por los geógrafos, es bastante vaga y encierra

aspectos problemáticos. El principal de ellos tiene que ver con la necesidad que se entiende por espacio

– cuestión polémica, a nivel de la propia Filosofía–. Sin querer entrar en la polémica, se pueden

enumerar las tres posibilidades más usuales en el tratamiento de la cuestión: el espacio puede ser

considerado como una categoría del entendimiento, esto es, toda forma de conocimiento se efectiviza

a través de categorías como tiempo, grado, género, espacio, etc. En esta concepción, el espacio,

además de ser destituido de su existencia empírica, sería un dato de toda forma de conocimiento, no

pudiéndose calificarlo de específico de la Geografía. El espacio también puede ser concebido como un

atributo de los seres, en el sentido en que nada existiría sin ocupar un determinado espacio. En esta

concepción, el estudio del atributo espacial de cualquier fenómeno se daría en el análisis sistemático

de este. Así, no sería posible proponerlo como un estudio particular, luego como objeto de la

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Geografía. Finalmente, el espacio puede ser concebido como un ser específico de lo real, con

características y dinámica propias. Aquí cabría una posibilidad de pensarlo como objeto de la

Geografía, sin embargo, sólo después de demostrar la afirmación efectuada. Esta perspectiva de la

Geografía, como estudio del espacio, enfatiza la búsqueda de la lógica de la distribución y localización

de los fenómenos, lo cual sería la esencia de la dimensión espacial. Sin embargo, esta Geografía que

propone la deducción, sólo consiguió efectivizarse a costa de artificios estadísticos y de la

cuantificación. Es un campo actual de discusión geográfica.

Finalmente, algunos autores definen a la Geografía como el estudio de las relaciones entre el

hombre y el medio, dicho de otra manera, entre sociedad y naturaleza. Así, la especificidad estaría en

el hecho de la búsqueda por parte de esta disciplina de explicar o relacionar los dos dominios de la

realidad. Sería, por excelencia, una disciplina de contacto entre las ciencias naturales y las humanas, o

sociales. Dentro de esta concepción aparecen, por lo menos, tres visiones distintas del objeto. Algunos

autores van a aprehenderlo como las influencias de la naturaleza sobre el desarrollo de la humanidad.

Estos toman la acción del medio sobre los hombres y las sociedades, como una verdad incuestionable,

y le correspondería a la Geografía explicar las formas y mecanismos por los cuales esta acción se

manifiesta. De esta forma, el hombre es puesto como un elemento pasivo, cuya historia es determinada

por las condiciones naturales que lo envuelven. El peso de la explicación residiría totalmente en el

dominio de la naturaleza. Tal perspectiva puede aparecer en formulaciones de un radicalismo gradual,

sin embargo, el límite de la acción humana estaría siempre en el máximo de adaptación al medio. Los

fenómenos humanos serían siempre efectos de causas naturales; esto sería una imposición de la propia

definición del objeto, identificado con aquellas influencias. Otros autores, manteniendo la idea de la

Geografía, como estudio de la relación entre el hombre y la naturaleza, van a definir su objeto como la

acción del hombre en la transformación de este medio. Así, se invierte totalmente la concepción

anterior, colocando el peso de la explicación en los fenómenos humanos. Cabría estudiar cómo el

hombre se apropia de los recursos ofrecidos por la naturaleza y los transforma, como resultado de su

acción. Existen aún aquellos autores que conciben el objeto como la relación en sí, dando el mismo

peso a los datos humanos y a los naturales. Para estos, el estudio buscaría comprender el

establecimiento, el mantenimiento y la ruptura del equilibrio entre el hombre y la naturaleza. La

concepción ecológica informaría directamente de esta visión. La discusión, entre estas tres visiones del

objeto, expresa el más intenso debate del pensamiento geográfico. Sin embargo, en cualquiera de ellas

se encuentra la idea de que la Geografía trabaja íntimamente con los fenómenos naturales y humanos.

Esta breve presentación de definiciones de Geografía, que no pretende de modo alguno ser

exhaustiva, justifica la afirmación inicial en lo referente a las dificultades contenidas en la propuesta de

esta obra. El mosaico de definiciones presentado se restringe a formulaciones genéricas, no se

corresponde con formulaciones específicas ni con autores particulares, lo que multiplicaría

enormemente el número de posibilidades de definición. Sin embargo, en las propuestas singulares

muchas veces se encontrarán tentativas de relacionar dos o más definiciones presentadas. Además de

esto, cada autor le da un ropaje propio (aunque a veces sólo a nivel terminológico) a su concepción

del objeto geográfico. Así, la presentación se restringe a los grandes modelos “puros” de definición, y

sólo a los de mayor repercusión.

También, debe tenerse en cuenta que la presentación abarcó solamente a las perspectivas de la

Geografía Tradicional, esto es, no fueron abordadas las propuestas actuales, originadas en el movimiento

de renovación, que domina el conjunto del pensamiento geográfico contemporáneo. Esto muestra

cuanto más complejo es el problema de la definición de la Geografía. Se tuvo en cuenta sólo la Geografía

Tradicional, pues es en ella en que la cuestión del objeto aparece de modo más contundente. La

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Geografía Renovada no se queda en una visión tan estancada de división de las ciencias, no coloca

barreras tan rígidas entre las disciplinas, luego, no posee una necesidad tan apremiante de formular una

definición formal del objeto. Muy diferente es la situación de la Geografía Tradicional, apoyada en su

totalidad en fundamentos positivistas, los cuales piden, para legitimar la autoridad de una ciencia, una

definición precisa del objeto. La Geografía Renovada busca su legitimidad en la operacionalidad (para el

planeamiento), o en la relevancia social de sus estudios. Estas cuestiones serán retomadas. Aquí, cabe

apenas enfatizar que la presentación realizada se limita a las perspectivas del pensamiento geográfico

tradicional.

El movimiento de la renovación de la geografía

La Geografía actualmente experimenta un considerable movimiento de renovación, que deviene del

rompimiento de gran parte de los geógrafos con relación a la perspectiva tradicional. Hay una crisis de

hecho de la Geografía Tradicional y esto lleva a la búsqueda de nuevos caminos, de nuevo lenguaje,

de nuevas propuestas, en fin, de una libertad mayor de reflexión y creación. Las certezas se derrumban

y se desgastan. Y, nuevamente, se pregunta sobre el objeto, el método y el significado de la Geografía.

La crisis de la Geografía Tradicional, y el movimiento de renovación a ella asociado, comienza a

manifestarse ya a mediados de la década del cincuenta y se desarrolla aceleradamente en los años

posteriores. La década del sesenta encuentra las incertidumbres y los cuestionamientos difundidos por

varios puntos. A partir de 1970, la Geografía Tradicional está definitivamente enterrada; sus

manifestaciones, de esa fecha en adelante, van a ser sobrevivencias, resquicios de un pasado ya

superado. Se instala, sólidamente, un tiempo de críticas y de propuestas en el ámbito de esa disciplina.

Los geógrafos van abrirse a nuevas discusiones y buscar caminos metodológicos hasta entonces no

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trillados. Esto implica una dispersión de perspectivas, en la pérdida de la unidad contenida en la

Geografía Tradicional. Esta crisis es benéfica, pues introduce un pensamiento crítico, frente al pasado

de esa disciplina y sus horizontes futuros. Introduce la posibilidad de nuevo, de una Geografía más

generosa.

Es necesario, antes de nada, intentar explicar las razones de la crisis. En primer lugar, se había

alterado la base social, que engendrara los fundamentos y las formulaciones de la Geografía

Tradicional. La realidad había cambiado, dejando productos desfasados, aquellos que no acompañaron

el ritmo de la transformación. El desarrollo del modo de producción capitalista había superado su

estadio competitivo, entrando en la era monopolista. No se trataba más de un capitalismo asentado

en múltiples empresas, con burgueses medios concurriendo al mercado. Se vivía la época de los

grandes trusts, del monopolio y del gran capital. Una revolución tecnológica se interpone entre ambos

momentos. El liberalismo económico estaba ya enterrado; la gran crisis de 1929 había planteado la

necesidad de intervención estatal en la economía. Habían caído por tierra las tesis de la libre iniciativa,

del orden natural y de la autorregulación del mercado. Se propugnaba ahora la acción del Estado en

la ordenación y regulación de la vida económica. El planeamiento económico estaba establecido como

un arma de intervención del Estado. Y con él, el planeamiento territorial, como una propuesta de acción

deliberada en la organización del espacio. La realidad del planeamiento establecía una nueva función

para las ciencias humanas: la necesidad de generar un instrumental de intervención, en síntesis, una

función más tecnológica. La Geografía Tradicional no apuntaba en esta dirección, de allí su desfasaje y

su crisis.

En segundo lugar, el desarrollo del capitalismo había tornado la realidad más compleja. La

urbanización alcanzaba grados hasta entonces desconocidos, presentando fenómenos nuevos y

complejos, como las megalópolis. El cuadro agrario también se modificaba, con la industrialización y

mecanización de la actividad agrícola, en varias partes del mundo. Las comunidades locales tendían a

desaparecer, articulándose las intrincadas redes de relaciones, propias de la economía mundializada de

la actualidad. El lugar ya no se explicaba en sí mismo; los centros de decisión de las actividades allí

desarrolladas se localizaban, muchas veces, a miles de kilómetros. El espacio terrestre se globalizaría en

flujos y relaciones económicas. Se vivía el capitalismo de las empresas multinacionales, de los transportes

y de las comunicaciones interoceánicas. La realidad local era apenas el eslabón de una cadena, que

articulaba todo el planeta. Esto desfasó el instrumental de investigación geográfica, implicando una crisis

de las técnicas tradicionales de análisis. Estas no daban más cuenta de una descripción y representación

de los fenómenos de la superficie terrestre. Creadas para explicar situaciones simples, cuadros locales

datados, no conseguían aprehender la complejidad de la organización actual del espacio. El instrumental

elaborado para explicar comunidades locales no conseguía aprehender el espacio de la economía

mundializada. Se establece una crisis de lenguaje, de metodología de investigación. El movimiento de

renovación va a buscar nuevas técnicas para el análisis geográfico. De un instrumental elaborado en la

época del relevamiento de campo, se va a intentar pasar a los sensores remotos, a las imágenes satelitales,

a la computadora.

En tercer lugar, y en función de los datos hasta aquí expuestos, el propio fundamento filosófico, sobre

el cual se asentaba el pensamiento geográfico tradicional, se había derruido. Esta disciplina permanecía, tal

vez, como el último baluarte del positivismo clásico. Éste había sufrido críticas internas y renovaciones, de

las cuales la Geografía pasó de largo. El desarrollo de las ciencias y del pensamiento filosófico superó

notablemente los postulados positivistas que ahora aparecían como simplistas y pueriles. Así pues, a nivel

del pensamiento ocurría una renovación a la cual la Geografía permanecería alejada. La propia

complejización de la realidad y de los instrumentos de investigación habían envejecido las formulaciones

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del positivismo clásico. La crisis de éste fue también una de las razones de la crisis de la Geografía, que en

ella se fundamentaba.

Además de estas razones, la crisis del pensamiento geográfico tradicional se desarrolló a partir

de problemas internos de esta disciplina. Existían cuestiones de formulación, lagunas lógicas y dudas

que suministrarían el camino inmediato a la crítica. La renovación hace de la misma su descanso,

disimulando muchas veces el tenor de la crisis, señalándola como una discusión interna de la Geografía,

puramente técnica, o como una forma de gerenciar el nivel de la crítica, escondiendo las razones

anteriores y los compromisos sociales del discurso geográfico. En síntesis, estas cuestiones pendientes

fueron un móvil directo del proceso de renovación.

Entre los puntos más tratados de la geografía Tradicional, existen algunos que fueron señalados

en la crítica a este tipo de conocimiento. La indefinición del objeto de análisis sería uno de estos primeros

puntos. Esta indefinición, como fue visto, acompaña toda la producción de esta disciplina, abriendo

flancos, en la crítica de la autoridad de la Geografía, por otros campos del conocimiento científico. Otro

punto fue la cuestión de la generalización. Como fue observado, el análisis geográfico no consiguió llegar

a explicaciones genéricas. Las únicas generalizaciones emprendidas se hicieron a costa del simplismo y

del mecanicismo determinista, o con la pérdida de la unidad del estudio geográfico, como en Hartshorne.

Puesto que una Geografía unitaria, que buscaba aprehender un conjunto de fenómenos, en síntesis,

siempre permaneció en los estudios de singularidades. La falta de leyes, o de otra forma de

generalización, fue una de las mayores razones de la crisis de la Geografía Tradicional. Estos dos puntos

se articulan en las dualidades que permearán a toda la producción geográfica: Geografía Física y

Geografía Humana, Geografía General y Geografía Regional, Geografía Sintética y Geografía Temática.

Siempre la resolución de uno de los problemas acarreaba la no solución de otro dualismo. Vidal de La

Blache, por ejemplo, formula una propuesta que resuelve el primer y el tercer dualismo, pero a costa del

segundo; su Geografía es unitaria y sintética, mientras tanto abre una mala generalización en la

perspectiva regional. Hartshorne resuelve esta última cuestión con una idea de estudio nomotético e

idiográfico, solamente a través de una Geografía Temática. Y así ocurre en todas las propuestas. Todas

estas cuestiones suministrarán las razones formales para la crítica del pensamiento geográfico tradicional,

y así conducirán al inicio del movimiento de renovación.

Si la insatisfacción con las propuestas tradicionales es un rasgo común entre los geógrafos,

los niveles de cuestionamiento varían bastante. Algunos autores focalizarán las críticas en

cuestiones formales; otros avanzan, buscando las razones más profundas en la base social y en la

función ideológica de ese conocimiento. De acuerdo con esta variación, tenemos críticas distintas,

que ya dependen de los propósitos y del direccionamiento que se imprime al movimiento de

renovación. El fundamento positivista clásico es negado por todos, sin embargo, lo que debe

sustituirlo es materia de las más polémicas. El alejamiento de la Geografía Tradicional con relación

a la Filosofía y las demás ciencias es unánimemente criticado, sin embargo, las teorías científicas

que cada uno va a buscar para aproximarse a la nueva Geografía, serán las más variadas y

antagónicas. Así, conforme a las propuestas y perspectivas que cada autor vislumbra o defiende,

cada uno poseerá un nivel de cuestionamiento, enfocará su crítica del conocimiento tradicional en

un determinado ángulo, destacando aquellos puntos que mejor se adecuen a introducir su

propuesta.

El movimiento de renovación, contrariamente a la Geografía Tradicional, no posee una unidad;

asimismo representa una dispersión, en relación con aquélla. Tal hecho proviene de la diversidad de

métodos de interpretación y de posiciones de los autores que la componen. La búsqueda de lo nuevo

fue emprendida por varios caminos; esto generó propuestas antagónicas y perspectivas excluyentes. El

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mosaico de la Geografía Renovada es bastante diversificado abarcando un abanico muy amplio de

concepciones. Entretanto, es posible agruparlas, en función de sus propósitos y de sus posicionamientos

políticos, en dos grandes conjuntos: uno puede ser denominado Geografía Pragmática, otro Geografía

Crítica.

La división del movimiento de renovación de la Geografía en dos vertientes, la crítica y la

Pragmática, está sustentado en la polaridad ideológica de las propuestas efectuadas. El criterio

adoptado es el de la concepción del mundo de los autores, considerada como expresión de las

posiciones sociales y/o posturas políticas. Así, es por el compromiso social, contenido en las variadas

perspectivas de análisis renovadas, que se torna posible agruparlas; en otras palabras, por el proyecto

histórico que vinculan, por la perspectiva de clase que profesan, en fin por la ideología que alimentan

y a los intereses concretos a los que sirven. Dentro de ese fundamento ético, común a cada una, se

encuentran propuestas singulares y procedimientos distintos. En las dos vertientes, aparecen posturas

filosóficas, luego fundamentos metodológicos, diversificados. La unidad ético-política no implica

directamente perspectivas unitarias, con respecto a métodos. Entretanto, esto no invalida la

característica común de cada conjunto, que es transparente, por ejemplo, en los horizontes de crítica

a la Geografía tradicional.

La Geografía Pragmática

La Geografía Pragmática efectúa apenas una crítica a la insuficiencia del análisis tradicional. No va a

sus fundamentos y a su base social. Ataca, principalmente, el carácter no práctico de la Geografía

Tradicional. Argumentan sus seguidores que esta disciplina tuvo siempre una óptica retrospectiva, esto

es, hablaba del pasado, era un conocimiento de situaciones ya superadas. Así, no informaba sobre la

acción, no preveía; luego, era inoperante como instrumento de intervención en la realidad. En este

sentido, los autores pragmáticos van a proponer una óptica prospectiva, un conocimiento volcado

hacia el futuro, que instrumentalice una Geografía aplicada. De esta manera, su intención general es

de una “renovación metodológica”, o de búsqueda de nuevas técnicas y un nuevo lenguaje, que dé

cuenta de las nuevas tareas planteadas por el planeamiento. La finalidad explícita es crear una

tecnología geográfica, un móvil utilitario. De ahí su denominación de pragmática. Este objetivo es

expresado claramente por varios autores; M. Philipponeau, por ejemplo, escribe un libro titulado

Geografía y acción: introducción a la Geografía Aplicada, que demuestra bien estos propósitos.

La crítica de los autores pragmáticos a la Geografía Tradicional quedó a nivel formal. Es un

cuestionamiento de la superficie de la crisis, no de sus fundamentos. Es una crítica “académica”, que

no toma en cuenta los compromisos sociales del pensamiento tradicional. No podría ser de otra forma,

en la medida que estos compromisos son mantenidos. Como fue visto, el planeamiento es una nueva

función, adjudicada a las ciencias sociales por las clases dominantes; es un instrumento de dominación

a servicio del Estado burgués. La Geografía Pragmática es una tentativa de actualizar, en vista de esa

nueva función, este campo específico del conocimiento, sin romper su contenido de clase. Sus

propuestas permiten apenas una redefinición de las formas de conducir los intereses del capital, de ahí

su crítica superficial a la Geografía Tradicional. Un cambio de forma, sin alteración del contenido social.

Una actualización técnica y lingüística. Se pasa de un conocimiento que releva informaciones y legitima

la expansión de las relaciones capitalistas, para un saber que orienta esta expansión, fortaleciendo las

opciones y orientando las estrategias de localización del capital en el espacio terrestre. Así, dos tareas

diferentes, en dos momentos históricos distintos, sirviendo a un mismo fin. En este sentido, el

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pensamiento geográfico pragmático y el tradicional poseen una continuidad, dad por su contenido de

clase –instrumentos prácticos e ideológicos de la burguesía–.

En esta actualización del discurso burgués en relación al espacio, que podría llamarse de

renovación conservadora de la Geografía, tiene lugar en el momento en que se da el pasaje, a nivel de

la disciplina, del positivismo clásico al neopositivismo. Se troca el empirismo de la observación directa

(del “atarse a los datos” o de los “relevamientos de los aspectos visibles”) por un empirismo más

abstracto, de los datos filtrados por la estadística (de las “medias, varianzas y tendencias”). Del trato

directo con el trabajo de campo, al estudio filtrado por la parafernalia de la cibernética. En este proceso,

se sofistica el discurso geográfico, se tornan más complejos el lenguaje y las técnicas empleadas. De la

sumisión total a los procedimientos inductivos (y toda la Geografía Tradicional realiza el elogio a la

inducción) se pasa también a aceptar también el raciocinio deductivo. Del conteo y la enumeración

directa de los elementos del paisaje a las medias, los índices y los patrones. De la descripción, apoyada

en la observación de campo, a las correlaciones matemáticas expresadas en índices. En este proceso,

hay un empobrecimiento del grado en la calidad de concreto del pensamiento geográfico. A pesar de

la sofisticación técnica y lingüística, éste permanece formal (apresado a las apariencias de lo real), y

ahora más pobre, porque es más abstracto.

La Geografía Pragmática se va a substantivar a través de algunas propuestas diferenciadas. Un

primer camino de su objetivación es la Geografía Cuantitativa, defendida, por ejemplo, en la obra de

G. Dematteis, Revolución cuantitativa y Nueva Geografía. Para los autores afiliados a esta corriente, el

temario geográfico podría ser explicado totalmente por medio del uso de métodos matemáticos.

Todas las cuestiones ahí tratadas –las relaciones e interrelaciones de fenómenos de elementos, las

variaciones locales del paisaje, la acción de la naturaleza sobre los hombres, etc.– serían plausibles de

ser expresadas en término numéricos (por la medición de sus manifestaciones) y comprendidas en

forma de cálculos. Para ellos, los avances de la estadística y de la computación colaboran en la

búsqueda de una explicación geográfica. Por ejemplo, al estudiarse una determinada región, el análisis

debería comenzar contando los elementos presentes (número de establecimientos agrícolas, total de

población, extensión, número y tamaño de pueblos y ciudades. Este procedimiento suministraría tablas

numéricas de cada caso, las cuales serían trabajadas estadísticamente por la computadora (medias,

varianzas, desvío estándar, medianas, etc.) y relacionadas (correlación simple y múltiple, regresión

lineal, covarianza, análisis de agrupamiento, etc.); al final, surgirían resultados numéricos, cuya

interpretación dará la explicación de la región estudiada. Se podrían formular juicios del siguiente tipo:

la estructura fundiária es explicable por la topografía, en relación al tipo de producto, en razón de 70%;

el tamaño de las ciudades se relaciona con el sistema vial en 0,6 en una escala de 0 a 1; variando la

productividad agrícola, variará el volumen de avenidas asfaltadas, en la proporción de 7,0 en una escala

de 1 a 10; y así en adelante. La relación de varias de estas constataciones permitiría llegar a la

explicación general del área estudiada.

Otra vía de objetivación de la Geografía Pragmática proviene de la teoría de los sistemas; de aquí

que sea llamada Geografía Sistémica o Modelística. Ésta, se expresa, por ejemplo, en las posturas de

Brian Berri, propone el uso de modelos de representación y explicación, en el trato de los temas

geográficos. En verdad, se articula con la propuesta anterior, pero la sobrepasa al concebir un nivel

más genérico de análisis. Los modelos serían representaciones de las estructuras fundamentales de la

organización del espacio, así como aquellas articulaciones consideradas constantes en todos los casos

singulares. Estos modelos actúan, en la investigación, como hipótesis lógicas dadas apriorísticamente,

siendo constituidos como datos constantes, o “factores”, y elementos agregados, o “variables”. En la

pesquisa, el investigador debe ligar los ítems del modelo asumido con los datos de la realidad

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enfocada, así como introducir variables propias del lugar estudiado. La articulación entre estos datos

constantes y variables suministrará, por una elaboración en la computadora, los resultados en términos

de patrones y tendencias. Los modelos se originan básicamente en la Economía, apareciendo, por

ejemplo, en la explicación de la organización de la agricultura, de la formación de las redes de ciudades,

o de la localización industrial. En el primer caso, se puede nombrar el modelo de von Thünen, quien es

autor de una teoría de la localización agrícola en función de la distancia al mercado: construyó un

modelo de círculos concéntricos tomando por centro una ciudad; en el primer círculo y alrededor de

ésta se localizan los productos frutihortícolas y de granja (los más perecederos), en segundo lugar, la

agricultura de granos de abastecimiento; en tercer lugar, la crianza, etc. En el segundo caso, se puede

pensar en la teoría de la centralidad, de Christaller: este autor deseaba explicar la jerarquía de las

ciudades, con relación al poder de atracción ejercido por una metrópolis, en virtud del equipamiento

en ella: existente. En el tercer caso, se puede pensar un modelo, como el de Estal y Buchanan, donde

la localización de una industria es explicable por un equilibrio entre el mercado consumidor, el mercado

de mano de obra y las reservas de materias primas. Estos modelos expresarían un gran nivel de

generalidad, siendo válidos para cualquier punto de la superficie terrestre. El modelo se apoya en la

idea de que los fenómenos, en la realidad, se manifestarán como sistemas: relaciones de partes

articuladas por flujos. El modelo intentaría expresar la estructura del sistema, en Geografía el

“geosistema”, o el “ecosistema”, los “sistemas de ciudades”, o la organización regional como

“subsistema” del “sistema nacional”. Así, los modelos serían tantos como los sistemas existentes en lo

real, plausibles de un análisis geográfico. El análisis modelístico permite seleccionar los elementos de

estudio, relacionándolos de acuerdo con los intereses del investigador, y profundizar la investigación,

con la inclusión de nuevas variables, tornando al sistema más complejo.

La Geografía Cuantitativa, el uso de los modelos y de las teorías de los sistemas se articulan en

una propuesta que, en Brasil, se desarrolla bajo la denominación de Geografía Teorética, mala

traducción del término inglés “theoretical” (teórica), que denominaba esta perspectiva genérica y

explicativa del pensamiento geográfico. Tal perspectiva se constituye en la espina dorsal de la

renovación pragmática, apareciendo en innumerables propuestas específicas. Se puede relacionar con

la “teoría de los juegos”, viendo la acción de los hombres como fruto de opciones, en un rol de

posibilidades dado por la naturaleza; o, aún, la teoría de la “difusión de innovaciones”, que busca

explicar cómo la modernización penetra en un medio social dado. Estas teorías, y aquí fueron vistos

apenas dos ejemplos, se elaboran con el uso del instrumental cualitativo, sistémico y modelístico. Son

operacionalizaciones específicas de la Geografía Pragmática. De lo hasta aquí presentado, se puede

tener una idea general de esta perspectiva. El número de propuestas, por ella desarrolladas, es bastante

levado, sea por la vía de la Geografía Cuantitativa, sea por la Sistémica, sea aún por la combinación de

estas dos en teorías singulares.

Cabría todavía mencionar, dentro de la exposición de las vías de objetivación de la Geografía

Pragmática, aquella que se aproxima desde la Psicología, formulando lo que se denomina Geografía

de la Percepción o del Comportamiento. Esta trataría de entender como los hombres perciben el

espacio por ellos vivenciado, como se manifiesta su conciencia en relación al medio que los rodea,

cómo perciben y cómo reaccionan frente a las condiciones y a los elementos de la naturaleza ambiente,

y como este proceso se refleja en la acción sobre el espacio. Los seguidores de esta corriente intentan

explicar la valorización subjetiva del territorio, la conciencia del espacio vivenciado, el comportamiento

en relación al medio. Estos estudios hacen uso del instrumental desarrollado por la psicología, en

particular las teorías behavioristas. Las investigaciones efectuadas abordan temas como los siguientes:

el comportamiento del hombre urbano, en relación a los espacios de placer; la influencia de las formas,

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en la productividad del trabajo; la relación de las sociedades con la naturaleza, expresada en la

organización de los parques; la actitud frente a nuevas técnicas de siembra, en una determinada

comunidad rural; la concepción y las formas de representación del espacio, en una sociedad indígena

africana, entre otros. Ésta es una perspectiva bastante reciente, que todavía no acumuló una

producción significativa.

Finalmente, éstas son las principales vías por las cuales se intenta objetivar la Geografía Pragmática.

Todas interesan a un fin utilitario, en la medida en que informan la acción del planeamiento. Generan un

tipo de conocimiento directamente operativo, que permite la intervención deliberada sobre la

organización del espacio. La Cuantitativa permite la elaboración de “diagnósticos” sobre un determinado

espacio, presentando una descripción numérica exhaustiva sobre sus características, y aún las tendencias

de evolución de los fenómenos allí existentes. Este diagnóstico o survey permite un conocimiento del

área enfocada y la elección de estrategias de intervención, acelerando u obstaculizando las tendencias

presentes. El modelo ya informa, del modo más directo, el hecho de la elección, dirige la opción, orienta

la estrategia adoptada. La relación entre las premisas y las variables del modelo es, en sí misma, la

producción de la respuesta buscada, la solución del problema sobre el cual se desea actuar. La elección

del modelo manifiesta posiciones anteriores del investigador, y también habla respecto al problema

tratado. La adaptación de éste a la realidad estudiada se lleva a cabo mediante la inserción de nuevas

variables, propias del área enfocada. La idea de sistema está presente, pues la acción del planeamiento

se efectiviza fundamentalmente por la creación o reordenamiento de “flujos”, por la organización de

“partes”, con una visión de equilibrio del todo, finalmente, por la búsqueda de la funcionalidad del

sistema. Teorías, la de la difusión de información, orientan estrategias de intervención específicas, por

ejemplo, la anticipación de los efectos y de la viabilidad de una medida concreta a ser adoptada en una

planificación. Finalmente, la Geografía de la Percepción informa como implementar el planeamiento

formulado, principalmente en lo que se refiere a la reacción de lo humano frente a los cambios que se

pretende llevar a cabo.

La Geografía Pragmática desarrolla una tecnología de intervención en la realidad. Ésta es un arma

de dominación, para los que detentan el Estado. En sí misma, es apenas un acervo de técnicas, que se

transforma en ideología, al tratar de disimular su composición y su eficacia política, al proponerse como

proceso neutro y puramente “objetivo”. Así, al explicar que su acción se apoya en criterios técnicos,

enmascara el contenido de clase de las soluciones propuestas y de los intereses defendidos en la acción

planificadora. La posición política del planificador se manifiesta en la elección de los modelos, pues

éstos ya indican el camino a ser seguido. El “tecnicismo” es una versión moderna de la ideología de la

neutralidad científica, ya discutida al tratarse la propuesta vidaliana. En última instancia, el

planeamiento siempre sirve para el mantenimiento de la realidad existente, actuando en el sentido de

neutralizar los conflictos y facilitar la acción del Estado. En las sociedades capitalistas, auxilia el dominio

de la burguesía, orientando la localización de capital en el espacio, proponiendo reformas, atenuando

contradicciones ambientales y generando informaciones para la expansión de las relaciones capitalistas

de producción.

La Geografía Pragmática es un instrumento de la dominación burguesa. Un aparato del Estado

capitalista. Sus fundamentos, en cuanto un saber de clase, están indisolublemente ligados al desarrollo

del capitalismo monopolista. Así, son intereses claros los que ella defiende: la maximización de las

ganancias, la ampliación de la acumulación del capital, en fin, el mantenimiento de la explotación del

trabajo. En este sentido, enmascara las contradicciones sociales, legitima la acción del capital sobre el

espacio terrestre. Es un arma práctica de intervención, además de un arma ideológica en el sentido de

intentar hacer pasar como “medidas técnicas” (luego, ciertas y científicamente recomendadas) la acción

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del Estado en la defensa. Fuera de la órbita estatal, el planeamiento es directamente un elemento de

la gerencia de las empresas capitalistas. Así, el contenido de clase de la Geografía Pragmática es

incuestionable. Es, inclusive, este compromiso que da unidad a una de sus varias propuestas: una

unidad política. El hecho de mantener la base social del pensamiento geográfico tradicional hace de

ella la vía conservadora del movimiento de renovación de esta disciplina. El utilitarismo será el móvil

común de sus formulaciones.

La crítica de la Geografía Pragmática alimenta el debate ideológico actual, al nivel de esta

disciplina. Ésta es emprendida por aquélla vertiente del movimiento de renovación, que se denomina

Geografía Crítica. La polémica, entre las dos vertientes, refleja el antagonismo político existente en la

sociedad burguesa; manifiesta la contradicción de clase, en la discusión de un campo específico del

conocimiento. Es así un debate político, al nivel de la ciencia; una lucha ideológica, expresión de la

lucha de clases, en el plano del pensamiento. Cabe analizar el tenor de las críticas dirigidas a la

perspectiva pragmática.

Un cuestionamiento dirigido al conjunto de las propuestas, que constituyen la Geografía

Pragmática, toma en cuenta el empobrecimiento que ella introduce en la reflexión geográfica. La

Geografía Tradicional, en función de la práctica de la observación directa (del trabajo de campo),

concebía el espacio en su riqueza (en su complejidad). La Geografía Pragmática, al romper con estos

procedimientos, simplifica arbitrariamente el universo del análisis geográfico, lo torna más abstracto,

más distante del realmente existente. Sus autores empobrecen a la Geografía, al concebir las múltiples

relaciones entre los elementos del paisaje, como relaciones matemáticas, meramente cuantitativas.

Empobrecen a la Geografía, al concebir a la superficie de la Tierra (para el pensamiento tradicional “la

morada del hombre” o el “teatro de la Historia”), como un espacio abstracto de flujos, o una superficie

isotrópica, sobre la cual se inclina el planificador, y así lo deshistorizan y lo deshumanizan. Empobrecen

a la Geografía al concebir a la región (en el pensamiento tradicional el “fruto de un proceso histórico”)

como la región-plan, el área de intervención, cuya dinámica está dada por la acción del planificador.

Hay, también, un empobrecimiento proveniente de un anti-historicismo, común a todas las propuestas

de la Geografía Tradicional. Y, vinculado a éste, un triunfo del formalismo, de las teorías genérica y

vacías, mucho más distantes de la realidad que aquellas teorías tradicionales. De esta forma, la

concepción del espacio de la Geografía Tradicional era más rica, poseía mayor grado de concreción,

mayor correspondencia con la realidad. Es éste el sentido del empobrecimiento aludido, que va

acompañado de una sofisticación técnica y lingüística. Se presenta un discurso, en esencia más pobre,

con un lenguaje más rico y más elaborado. Por lo tanto, la sofisticación instrumental vehiculiza un

contenido más simplista. Éste es el tenor de las críticas, a nivel teórico, a las propuestas pragmáticas.

Podrían realizarse otras, como la del fraccionamiento del objeto, en que esta propuesta incurre. La

progresiva especialización de los estudios, posibilitada por la finalidad utilitaria y por las exigencias del

trabajo aplicado, lleva a la pérdida total de cualquier perspectiva, en cuanto a la unidad del universo

del análisis geográfico. Mientras tanto, esta cuestión es englobada por la anterior, siendo más una

manifestación del empobrecimiento contenido en la Geografía Pragmática.

En suma, ésta es una de las vertientes del movimiento de renovación del pensamiento

geográfico. Aquélla que se inserta en la producción de esta disciplina en el proyecto de mantenimiento

de la realidad existente, siendo así la corriente conservadora. El saldo de la Geografía Pragmática es un

desarrollo técnico, minimizado frente al empobrecimiento real del análisis por ella emprendida. Las

varias corrientes de la Geografía Pragmática representan una de las opciones para quien hace

Geografía en la actualidad. Su aceptación dependerá del posicionamiento social del geógrafo, siendo

así un hecho político, una opción de clase.

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La Geografía Crítica

La otra vertiente, del movimiento de renovación del pensamiento geográfico, agrupa aquel conjunto

de propuestas que se puede denominar Geografía Crítica. Esta denominación hace referencia a una

postura crítica radical, frente a la geografía existente (sea la Tradicional o la Pragmática), la cual será

llevada al nivel de ruptura con el pensamiento anterior. Por lo tanto, la designación de crítica dice al

respecto, principalmente, de una postura frente a la realidad, frente al orden constituido. Son los

autores que se posicionan por una transformación de la realidad social, pensando su saber cómo un

arma de ese proceso. Son, así, los que asumen el contenido político del conocimiento científico,

proponiendo una geografía militante, que luche por una sociedad más justa. Son los que piensan el

análisis geográfico como un instrumento de liberación del hombre.

La recesión económica de la

década del 30 Y 70 del s. XX

Crítica a los paradigmas del

sistema neoliberal.

Pensamiento crítico frente

al pasado: disciplinas y

horizontes disciplinarios de

futuro.

Análisis del sistema

capitalista monopólico,

refutando las leyes:

iniciativa, orden natural y

autorregulación del

mercado.

La Geografía no apuntaba a

esta nueva dirección del

mercado.

El poder capitalista es

global e implica buscar

técnicas para el análisis

geopolítico.

Características

Representación

Puntos de crítica dentro de

la Geografía Tradicional.

Explicación

Indefinición del objeto de

estudio (Hartshorne).

Falta de leyes ante la crisis

de la Geografía (Vidal de la

Blache - Geografía unitaria y

sintética).

Alejamiento de la Geografía

en la Filosofía en el

enfoque Tradicional.

Modelo de Redes - Ciudades

(Christaller)

Modelo de Localización Industrial

(Estal y Buchanan)

Instrumentalización de la Geografía Aplicada

Crear tecnología geográfica con un móvil utilitario

Redefinición del rumbo del interés del Capital

Paso del Positivismo al Neo positivismo

(G. Dematties. Revolución cuántica y Nueva Geografía )

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GEOGRAFÍA

PRAGMÁTICA

Organizados en sistemas articulados de Flujos

En Brasil aparece la Geografía teórica

Enfoque psicológico: Geografía de la Percepción o del

comportamiento

Uno de sus exponentes: M. Philipponeau

Crítica insuficiente a la Geografía Tradicional

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Paso de la

observación a

las técnicas

estadísticas y la

computación

Geografía

sistémica o

modelística

(Brian Berri)

Modelos

aplicados a la

Economía

Organización de la Agricultura

(Modelo de Thüren)

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Los autores de la Geografía Crítica van a hacer una valoración profunda de las razones de la crisis;

son los que consideran fundamental evidenciarla. Van más allá de un cuestionamiento puramente

académico del pensamiento tradicional, buscando sus raíces sociales. A nivel académico, critican al

empirismo exacerbado de la Geografía Tradicional, que mantiene sus análisis presos del mundo de las

apariencias, y todas las otras consonancias de la fundamentación positivista (la búsqueda de un objeto

autónomo, la idea absoluta de ley, la no diferenciación de las distintas cualidades de los fenómenos

humanos, etc.). Mientras tanto, también van a criticar a la estructura académica, que posibilitó la

repetición de los equívocos: el “mandarinato”, el apego a las viejas teorías, el cercenamiento de la

creatividad de los investigadores, el aislamiento de los geógrafos, la mala formación filosófica, etc. Y,

más todavía, la despolitización ideológica del discurso geográfico, que alejaba del ámbito de esa

disciplina la discusión de las cuestiones sociales. Así, a nivel de la crítica de contenido interno de la

Geografía, no dejan piedra sobre piedra.

La vanguardia de este proceso crítico renovador va todavía más lejos, apuntando al contenido

de clase de la Geografía Tradicional. Sus autores muestran las vinculaciones entre las teorías

geográficas y el imperialismo, la idea de progreso vehiculizando siempre una apología a la expansión.

Muestran el trabajo de los geógrafos, como articulado a las razones del Estado. Desmitifican la pseudo-

objetividad de ese proceso, especificando como el discurso geográfico escamoteó las contradicciones

sociales. Descubren así su carácter ideológico, que veía a la organización del espacio cono armónica;

veía a la relación hombre-naturaleza, en una óptica que ocultaba las relaciones entre los hombres; veía

a la población de un cierto territorio, como un todo homogéneo, sin tener en cuenta su división en

clases. En fin, los geógrafos críticos apuntarán a la relación entre la Geografía y la superestructura de

la dominación de clase, en la sociedad capitalista. Retirarán las máscaras sociales ahí existentes,

poniendo a la luz los compromisos sociales del discurso geográfico, su carácter clasista. Las razones de

la crisis fueron buscadas fuera de la Geografía.

El autor que formuló la crítica más radical a la Geografía Tradicional fue, sin duda, Yves Lacoste,

en su libro La Geografía sirve, antes que nada, para hacer la guerra. Lacoste argumenta que el saber

geográfico se manifiesta en dos planos: la “Geografía de los Estados Mayores” y la “Geografía de los

Profesores”. Para él, la primera siempre existió ligada a la propia práctica del poder. Todo conquistador

(Alejandro, César o Napoleón) siempre tuvo un proyecto con relación al espacio, también los Estados

y, más recientemente, la dirección de las grandes empresas monopolistas. Esa geografía sería hecha,

en la práctica, al establecerse estrategias de acción en el dominio de la superficie terrestre,

aconteciendo, mientras tanto, que difícilmente esta teorización es explicitada. Por lo tanto, siempre

existe vinculada a la gestión del poder. La “Geografía de los Profesores” sería la que aquí fue

denominada como tradicional. Ésta, para Lacoste, tiene una doble función. En primer lugar, enmascarar

la existencia de la “Geografía de los Estados Mayores”, presentando el conocimiento geográfico como

un saber inútil; así, enmascarar el valor estratégico del saber pensar el espacio, tornándolo sin interés,

para la mayoría de las personas. En segundo lugar, la “Geografía de los Profesores” sirve para relevar,

de un modo camuflado, datos para la “Geografía de los Estados Mayores”, y, así, suministrar

informaciones precisas, sobre los variados lugares de la Tierra, sin generar sospecha, pues se trataría

de un conocimiento apolítico, y, todavía más, inútil. Lacoste muestra esta relación entre los dos planos,

discutiendo el uso, por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, de las “ingenuas” tesis

francesas, en los bombardeos a Vietnam.

Se ve que la crítica de Lacoste es bastante incisiva, colocando a la Geografía como instrumento

de dominación de la burguesía, dotado de un alto potencial práctico e ideológico, poniendo al

descubierto su carácter de clase. De esta forma, el cuestionamiento de las tesis tradicionales, efectuado

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22

por la Geografía Crítica, es mucho más profundo. Incide en los compromisos sociales y en los

posicionamientos políticos en juego, y apunta hacia propuestas de renovación, que implican una

ruptura con la Geografía Tradicional, y, más que eso, en la construcción de un conocimiento que le sea

antagónico, de un discurso que la combata, de teorías que se contrapongan a las tradicionales. De ahí

que Lacoste defina su trabajo como “guerrilla epistemológica”. Esta es la vía revolucionaria de la

renovación del pensamiento geográfico, que agrupa aquellos autores imbuidos de una perspectiva

transformadora, que niegan el orden establecido, que ven su trabajo como instrumento de denuncia y

como arma de combate, que proponen a la Geografía como un elemento más en la superación del

orden capitalista. La crítica radical al pensamiento tradicional es, de esta manera, una exigencia de

todas las propuestas de renovación efectuadas.

Continuamos con el libro de Lacoste como ejemplificación. Este autor admite que los que

detentan el poder (sea el Estado o la gran empresa) siempre poseen una visión integral del espacio,

producida por la intervención articulada en varios lugares. Por otro lado, el ciudadano común tiene

una visión fraccionada del espacio, pues sólo concibe los lugares abarcados por su vivencia cotidiana,

y sólo esporádicamente posee informaciones (y así mismo truncas) de la realidad de otros lugares. Dos

personas pueden vivir en la misma ciudad, concibiéndola de forma diferente, en función de sus

intereses y su área de acción (un habitante de la zona sur de San Pablo puede desconocer totalmente

lo que pasa en la periferia de la zona este. Por otro lado, el Estado tiene una visión integrada y articulada

del espacio, pues actúa sobre todos los lugares, y esto se transforma en un arma más de dominación.

Así, argumenta Lacoste, es necesario construir una visión integrada del espacio, en una perspectiva

popular, y socializar este saber, pues él posee fundamental valor estratégico en los debates políticos.

Dice explícitamente: “es necesario saber pensar el espacio, para saber organizarse en él, para saber

combatir en él”.

El propósito expreso que Lacoste define, de forma clara, los objetivos y la postura de la geografía

Crítica. Ésta asume integralmente un contenido político explícito, que aparece en forma cabal en su

afirmación, “la Geografía es una práctica social en relación a la superficie terrestre”, o en la de D. Harvey,

“la cuestión del espacio no puede ser una respuesta filosófica para problemas filosóficos, sino una

respuesta tomada en la práctica social”; aparece, aún, en la afirmación de M. Santos, “el espacio es la

morada del hombre, pero puede ser también su prisión”. Véase que la renovación geográfica pasa a

ser pensada, en términos de teoría y práctica, como una praxis revolucionaria, en aquel sentido de que

no basta explicar el mundo, se debe transformarlo. Véase la distancia alcanzada por esta posición, en

relación a la renovación emprendida por la Geografía Pragmática.

La Geografía Crítica tiene sus raíces en el ala más progresista de la geografía Regional francesa.

La figura de Jean Dresch aparece en el seno de este movimiento, como un ejemplo único de afirmación

de un discurso político crítico; sus teorías fueron una anticipación (Dresch escribe sus obras en las

décadas de los treinta y cuarenta). Esta ala de la Geografía Regional se va interesando progresivamente

en el papel de los procesos económicos y sociales, en el direccionamiento de la organización del

espacio. Así, abre una discusión más política en el análisis geográfico. Tal apertura se basó en la

creciente importancia del elemento humano en la Geografía francesa, que aparece: en la diferenciación

entre medio y medio geográfico, en la sujeción de la Geografía Física a la Humana, y en la idea de la

región como producto histórico (y su valorización como objeto primordial). Así, la Geografía Regional

francesa se aproximó a la Historia y a la Economía. Es en el fondo de este proceso que germinan las

primeras manifestaciones de un pensamiento geográfico crítico, al introducirse en el análisis regional

nuevos elementos.

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23

La primera manifestación clara de esa renovación crítica puede ser detectada en la propuesta de

la Geografía Activa, nombre de un libro (escrito por P.George, Y. Lacoste, B. Kayser y R. Guglielmo), que

marcó a toda una generación de geógrafos. La Geografía Activa se opuso a la Geografía Aplicada. Su

propuesta era la de ejecutar un tipo de análisis, que colocase al descubierto las contradicciones del

modo de producción capitalista, en los distintos cuadros regionales. De esta manera ensayaba una

Geografía de denuncia de las realidades espaciales injustas y contradictorias. Se trataba de explicar las

regiones, mostrando no sólo apenas sus formas y su funcionalidad, sino también las contradicciones

sociales ahí contenidas: la miseria, la desnutrición, las “favelas”, en fin, las condiciones de vida de una

parte de la población, que no aparecía en los análisis tradicionales de inspiración ecológica. Esta

propuesta vehiculizaba un ideal humanista y conseguía un peso político, en función de su capacidad

de constatación y divulgación de la manifestación espacial de problemas sociales. De ahí la idea,

desarrollada por estos autores, del espacio como base de la vida social, y su organización como reflejo

de la actividad económica.

Mientras tanto, esta Geografía de denuncia no rompía, en términos metodológicos, con el

análisis regional tradicional. Se mantenía en la tónica descriptiva y empirista, apenas superaba la

situación de englobar en su estudio temas no abordados por ella. Introducía nuevos temas,

manteniendo los procedimientos generales del análisis regional. Realizaba una descripción de la vida

regional, que no encubría las contradicciones existentes en el espacio analizado. Siendo la realidad

injusta, su mera descripción ya adquiría un componente de oposición a la orden instituida.

El autor que más se destacó dentro de este movimiento fue, sin duda alguna, Pierre George. Su

gran mérito fue introducir pioneramente algunos conceptos marxistas en la discusión geográfica. Este

autor va a intentar una conciliación de la metodología del análisis regional con el instrumental

conceptual del Materialismo Histórico. Así, discute las relaciones de producción, las relaciones de

trabajo, la acción del gran capital, las fuerzas productivas, etc., en sus análisis regionales. Las

producciones de este autor todavía están a la espera de una interpretación más minuciosa.

La Geografía Crítica también se desarrolló bastante a partir de los estudios temáticos,

especialmente aquéllos dedicados al conocimiento de las ciudades (que no deben ser confundidos con

la Geografía Urbana tradicional). Aquí, fue particularmente importante la contribución realizada por

autores no geógrafos. El contacto con teorías extra geográficas fue bastante benéfico; basta pensar en

la influencia de un sociólogo, como Manuel Castells, o de un filósofo, como Henri Lefebvre. La

influencia de urbanistas, como J. Lojikne o M. Folin, también es sensible. En el rol de las influencias

extra geográficas, el nombre de M. Foucault debe ser mencionado, por sus producciones sobre la

relación entre el espacio y el poder, contenidas en Microfísica del Poder. En verdad, la Geografía Crítica

se abre para un abanico bastante grande de influencias “externas”. Finalmente, romper el aislamiento

del geógrafo es también una de sus metas.

Entre estos trabajos temáticos, que enfocan lo urbano, se debe destacar la figura de David

Harvey. Este autor estuvo en la vanguardia del neopositivismo de la reflexión geográfica; después

rompió radicalmente con la perspectiva pragmática, escribiendo una obra que traduce una profunda

autocrítica: Social Justice and the City (traducida al español con el título de Urbanismo y desigualdades

sociales). En este libro, hace la crítica de las teorías liberales sobre la ciudad, y asume una postura

socialista. Realiza entonces una lectura de las producciones marxistas, intentando traspasar la teoría de

la renta fundiaria, en el análisis de la valorización del espacio urbano. Analiza el uso del suelo, un tema

clásico de la geografía, a la luz de las categorías del valor de uso y valor de cambio. En esa reflexión,

adelanta bastante las formulaciones al respecto de una dialéctica del espacio, y llega a algunas

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concepciones interesantes, como, por ejemplo, la de “ver las formas espaciales en cuanto procesos

sociales, en el sentido de que los procesos sociales son espaciales”.

Trabajando con una concepción más amplia, esto es, en una escala más abarcativa que lo que es

el fenómeno urbano, varios autores vienen realizando una discusión crítica respecto del territorio. Así,

enfocan la expansión espacial de las relaciones capitalistas de producción, las formas espaciales y los

flujos generados, la organización del espacio implementada por este modo de producción, en fin, la

lógica del capital en la apropiación y ordenación de los lugares. Dentro de esta perspectiva, se pueden

destacar las formulaciones de A. Lipietz, (El capital y su espacio); de F. Indovina y de D. Calabi, (Sobre el

uso capitalista del territorio) y del mismo F. Indovina, (Capital y Territorio). En todos estos trabajos, se

intenta entender la esencia de la organización del espacio terrestre en el modo de producción

capitalista. Con tal finalidad, se retoma la discusión de cuestiones como la relación entre la sociedad y

el suelo, el Estado y el territorio y los recursos y la actividad económica. Estas cuestiones son integradas

en un contexto de discusión, informado por la Economía Política y orientado por el legado teórico de

Marx.

Los caminos buscados por las diversas propuestas de la Geografía Crítica son numerosos,

diferentes, y todos igualmente importantes. Cabría todavía mencionar obras significativas, que

ejemplifican este esfuerzo, algunas abordando puntos específicamente metodológicos, como

Geografía y Dialéctica de R. Guglielmo; otras explicitando la crítica a la Geografía Tradicional, como

Geografía e Ideología de J. Anderson, o a la Geografía Pragmática, como Geografía y Tecnoburocracia

de Melhem Adas. Se ha de destacar el papel de las revistas Herodote y Antípode, en el desarrollo de

esta bibliografía crítica. En fin, hay mucho que se está haciendo y más todavía por hacer.

En términos de una concepción más global de geografía, cabe una exposición más minuciosa de

la propuesta de Milton Santos, presentada en su libro Por una Geografía nueva. Esta obra expresa una

tentativa sintética de otros trabajos de este autor, representando una propuesta general para el estudio

geográfico –y por lo tanto un libro de claro contenido normativo–. En ese trabajo, después de avalar

críticamente a la Geografía Tradicional, la crisis del pensamiento geográfico y las principales propuestas

de renovación, efectivizadas por la Geografía Pragmática. M. Santos pasa a exponer su concepción del

objeto geográfico. Intenta dar una respuesta para la cuestión primordial de ese volumen: qué es la

Geografía. O, mejor, cómo debe ser el análisis del geógrafo. Cabe más detalladamente esta propuesta,

que es una de las más amplias y sustantivas emprendidas por la Geografía Crítica.

Milton Santos argumenta que es necesario discutir el espacio social, y ver la producción del

espacio como el objeto. Este espacio social o humano es histórico, obra del trabajo, morada del

hombre. Es así una realidad y una categoría de comprensión de la realidad. Toda su propuesta será

entonces una tentativa de aprehenderlo, de cómo estudiarlo. Dice que se debe ver el espacio como un

campo de fuerza, cuya energía es la dinámica social. Que él es un hecho social, un producto de la

acción humana, una naturaleza socializada, que puede ser explicable por la producción. Afirma,

mientras tanto, que el espacio es también un factor, pues es una acumulación de trabajo, una

incorporación de capital en la superficie terrestre, que crea formas durables, las que denomina

“rugosidades”. Éstas crean imposiciones sobre la acción presente de la sociedad; son una “inercia

dinámica” –tiempo incorporado en el paisaje– y duran más que el proceso que las creó. Son así, una

herencia espacial, que influye en el presente. Por esta razón, el espacio es también una instancia en el

sentido de ser una estructura fija es, como tal, una determinación que actúa en el movimiento de la

totalidad social. Las formas espaciales son resultados de procesos pasados, pero son también

condiciones para procesos futuros. Las viejas formas son continuamente revivificadas por la producción

presente, que las articula en su lógica. Cabría, antes que nada, entender cómo se da este movimiento.

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Milton Santos argumenta que toda actividad productiva de los hombres implica una acción en

la superficie terrestre, una creación de nuevas formas, de modo tal que “producir es producir espacio”.

Afirma que la organización del espacio está determinada por la tecnología, la cultura y la organización

social de la sociedad. En la sociedad capitalista, la organización espacial está impuesta por el ritmo de

acumulación. En verdad, ésta representa una dotación diferencial de instrumentos de trabajo, en la

superficie del planeta, una fijación de capital en el espacio, obedeciendo a una distribución “desigual

y combinada”. Dice que, de esta forma, los lugares manifiestan una combinación de capital, trabajo,

tecnología y trabajo muerto, expresado en la “rugosidades”.

El autor dice además que la unidad de análisis del geógrafo debe ser el Estado nacional, pues

solamente llevando en cuenta esta escala, se pueden comprender los distintos lugares contenidos en

su territorio. El Estado es el agente de transformación, de difusión y de dotación. Es el intermediario

entre las fuerzas internas y externas. Por lo tanto, no es pasivo; al contrario, orienta los estímulos y es

el gran creador de las “rugosidades”. El Estado manifiesta el modo de producción, en las diversas

porciones de la Tierra y es por éste determinado; luego, pasa a su lógica al establecer y dirigir el orden

espacial.

Teniendo establecidos estos argumentos, M. Santos avanza en su propuesta. Propone que las

diferencias de los lugares son naturales e históricas, y que la variación de la organización del espacio

es fruto de “una acumulación desigual de tiempo”. Esa organización es una combinación de variables,

residuos vivificados por el tiempo presente, unificados en un movimiento general por el Estado. Así,

una articulación de elementos naturales y procesos históricos, del pasado y presente, “variables

asincrónicas funcionando sincrónicamente”. De esta forma, hay un continuo proceso de modernización

en curso, que no alcanza todos los lugares al mismo tiempo, que es estimulado por el Estado, y que

obedece a la lógica del capital y no a los intereses del hombre (manifestándose entonces como una

“modernización maldita”). Tal proceso define los usos del suelo, la apropiación de la naturaleza, las

relaciones entre los lugares, en fin, la organización del espacio. Su característica general es la

desigualdad, pues la historia del capital es selectiva, elige áreas, establece una división territorial del

trabajo, impone una jerarquización de los lugares, por la dotación diferenciada de los equipamientos.

Es tal el proceso que debe ser objeto de preocupación de los geógrafos, que, al analizarlo, en cada

manifestación concreta, teniendo en vista una Geografía más generosa y viendo al espacio como un

lugar de lucha.

Ésta es, en términos bien resumidos, la propuesta de Milton Santos, una de las más amplias y

acabadas de la Geografía Crítica. Ha de resaltarse que este autor la substantivó, en algunos puntos más

específicos, como en el análisis de la organización interna de las ciudades, y su papel en la organización

regional. Tales estudios se encuentran expuestos en varios artículos y libros: El espacio dividido, Las

ciudades del Tercer Mundo, Pobreza urbana y Geografía y sociedad. Las formulaciones de Milton Santos

representan una de las propuestas de la Geografía Crítica, ejemplificando bien su postura política y su

posicionamiento social.

Mientras tanto, la propuesta de Milton Santos es una de las perspectivas, conviviendo, en el seno

de la geografía Crítica, con otras, que son diferentes y hasta antagónicas en algunos puntos. Esto

introduce una cuestión central, la de la dialéctica entre unidad y diversidad, en el interior del

pensamiento geográfico crítico.

Se puede decir que la Geografía Crítica es un frente, donde obedeciendo objetivos y principios

comunes, conviven propuestas dispares. Por lo tanto, no se trata de un conjunto monolítico, más aún,

al contrario, de un agrupamiento de perspectivas diferenciadas. La unidad de la Geografía Crítica se

manifiesta en la postura de oposición a una realidad social y espacial contradictoria e injusta, haciendo

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del conocimiento geográfico un arma de combate a la situación existente. Es una unidad de propósitos

dada por el posicionamiento social, por la concepción de ciencia como momento de la praxis, por una

aceptación plena y explícita del contenido político del discurso geográfico. En fin, es una unidad ética.

Entretanto, estos objetivos unitarios se objetivan a través de fundamentos metodológicos

diversificados. De ahí, deviene una gran diversidad metodológica, en el ámbito de la Geografía Crítica.

Ésta presenta un mosaico de orientaciones metodológicas, bastante variado: estructuralistas,

existencialistas, analíticos, marxistas (en sus varias corrientes), eclécticos, etc. Aquí la unidad se

desvanece, manteniéndose, como único trazo común, el discurso crítico. Son buscados, para

fundamentar las propuestas efectuadas, autores bastante dispares: Adorno, Foucault, Mao Tse-Tung,

Lefort, Godelier, Barthes, Lenin, Sartre, entre otros. Por lo tanto, hay una unidad ética, substantivada en

una diversidad epistemológica.

Esta diversidad es en cierto sentido benéfica, pues estimula el debate, genera polémicas, y hace

avanzar a las formulaciones. Donde hay discusión hay vida, donde hay debate aflora el pensamiento

crítico, donde hay polémica hay espacio para lo nuevo, para la creación. Por eso, la geografía en la

actualidad estimula la reflexión; la caída de las “verdades” fosilizadas avanza en este sentido. Se buscan

nuevos caminos, se cuestionan viejas concepciones, se intentan nuevas fórmulas. Existe un enorme

horizonte en el frente, en la elaboración de esa Geografía nueva, resta mucho trabajo por hacer. Por lo

tanto, la Geografía Crítica es un desafío, es una promesa.

Finalizando, se puede decir que el movimiento de renovación, actualmente en curso en la

Geografía, con sus dos vertientes, reproduce, al nivel de este campo específico del conocimiento, el

debate ideológico contemporáneo –reflejo, en el nivel de la ciencia, de la lucha de clases en la sociedad

capitalista–. Los geógrafos críticos, en sus diferentes orientaciones, asumen la perspectiva popular, la

de la transformación del orden social. Buscan una Geografía más generosa y un espacio más justo, que

sea organizado en función de los intereses de los hombres.

1. Manuel Castells (Sociólogo)

2. Henri Lefebvre (Filósofo)

3. J. Lojikne / M. Folin (Urbanistas)

4. M. Foucoult: "Microfísica del poder " (filósofo y teólogo)

5. M. Santos: "Geografía Nueva " (Concepción global)

6. David Harvey: "Urbanismo y desigualdades sociales "

7. A. Lipietz: "El capital y su espacio "

8. F. Indovina y de Calabi: "Sobre el uso capitalista del

territorio"

9. R. Guglielmo: "Geografía y Dialéctica "

10. J. Anderson: "Geografía e Ideología "

11. Instituciones: Revistas Heredote y Antípode ; Instuto

Gramsci

12. Nuevos aportes de las ciencias sociales a la Geografía

Crítica

Este movimiento funcionó como "Guerrilla epistemológica ", pero su ética de izquierda no

cambió el enfoque tradicional porque su visión era siempre positivista

CA

RA

CTE

RÍS

TIC

AS

Crítica radical de la Geografía Tradicional y Pragmática

Valoración profunda enla vinculación: teoría geográfica e imperialismo

Renovación crítica: obra "Geografía Activa " (P. George; Y. Lacoste; B. Kayser y R. Guglielmo)

Geo

graf

ía c

ríti

ca

Desmitificar el pseudo objetivismo de la Filosofía pragmática

Crítica entre Geografía y dominio de clase en la sociedad capitalista

Crítica de Yves Lacoste: enmascaramiento existente de la "Geografía de los profesores " y la

"Geografía de los Estados Mayores " (encubrimiento estratégico del espacio tradicional).

El espacio no es abstracción, sino una práctica social

"El espacio es la morada del hombre, pero puede ser también su prisión " (M. Santos)

Sentido progresista del direccionamiento de la organización del espacio

Rompimiento metodológico: "Geografía del Hombre " (Josué de Castro) y "Geografía del

subdesarrollo " (Y. Lacoste). Además Pierre George introduce el Materislismo Histórico en la

discusión geográfica.

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27

C. Fundamentos de la geografía crítica o radical

La geografía radical: la producción

social del espacio social O. DELGADO

En general y de forma sintética, la perspectiva crítica en geografía implica la consideración de los

siguientes aspectos:

• El espacio geográfico –objeto de estudio de la geografía– implica procesos, no es estático,

implica relación e interacción de lo físico-natural con lo social y con la historia como unidad.

La división entre geografía regional y geografía general (subdividida en física y humana) es

artificial y forma parte del enfoque de la geografía tradicional, de tal forma que la distinción

entre “estas” geografías es en primer lugar analítica; y en segundo lugar es incompleta, pues

el espacio geográfico está integrado por todos sus elementos y sus relaciones dialécticas.

• El espacio geográfico es socialmente construido. Incluso en el medio “natural” o “físico” hay

elementos de producción social y reproducción social. Por ejemplo, en un volcán o cerro hay

antenas de telefonía, se utilizan sus recursos naturales (tala o recolección de leña); hay

senderos para hacer caminatas; hay zona protegidas para la reconstitución natural; etc. Incluso

si son zonas a las que no se permite acceso, eso implica la voluntad política impuesta sobre el

territorio natural. En fin, lo físico-natural y/o lo social tienen un “valor de uso” y puede tener

también un “valor de cambio”, ser mercancía.

• El espacio geográfico no es neutral ni homogéneo en tanto es producto, medio y condición

de relaciones de poder inscritas en las relaciones históricas, económicas, sociales y culturales

que favorece a ciertos grupos y excluyen a otros de los beneficios del progreso social.

Algunas preguntas a las que responde la geografía renovada en su perspectiva crítica son,

por ejemplo:

• ¿Qué espacio se analiza? –definición del objeto de análisis–. Por ejemplo, la vivienda u el

hogar; la escuela; la alcaldía; el parque; la montaña; el lago; la atmósfera; la cuadra; la

colonia; el municipio; el país; la región centroamericana; el subcontinente latinoamericano;

el continente americano; el globo terrestre; etc.

• ¿Dónde se localiza ese espacio? Acá lo importante es el establecimiento del carácter relativo

de la localización geográfica: cerca; lejos; al norte; al sur; centro; periferia; arriba; abajo; etc.

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• ¿Por qué es importante este espacio? Responde a cuáles son las relaciones y procesos

fundamentales que se llevan a cabo en el mismo (reproducción de la familia en el caso de

la vivienda o el hogar; la educación para entender el mundo que nos rodea, en el caso de

la escuela; la administración de servicios públicos en el caso de la alcaldía; la producción

de riqueza, en el caso de la relación capital-trabajo, etc…). Identificar funciones, jerarquías

al interior del espacio y en las distintas escalas territoriales y de jerarquía en los procesos

sociales.

• ¿Quiénes hacen uso de ese espacio? Implica el reconocimiento de los diferentes agentes

que se interrelacionan socioespacialmente y hacen uso del espacio. Se parte del

reconocimiento de la desigualdad social a partir de la existencia de sociedades

estratificadas. Rompe la idea liberal, ideológica y normativa de “igualdad” ante la innegable

evidencia de una estructura social que implica notables diferencias en las condiciones

materiales de vida entre diferentes grupos sociales, así como en otros aspectos

trascendentales en la sociedad como la educación, la salud, etc.

• ¿A quién pertenece ese espacio? público-privado / individual-colectivo.

• ¿A quiénes beneficia ese espacio? A particulares/individuos, a familias, a colectivos o

instituciones públicas o privadas, etc.

• ¿Quiénes construyeron ese espacio? Identificar agentes: énfasis en la división social y técnica

del trabajo: albañiles, ingenieros, gobierno local, empresa privada, etc.

Los fundamentos del discurso radical

El espacio de interés para la geografía radical no es el espacio absoluto como contenedor de

objetos geográficos; ni una determinada porción o región de la superficie terrestre; ni el sistema

abstracto de movimientos, nodos, redes, superficies y jerarquías, sino el espacio social producido

por las relaciones sociales y las relaciones entre la sociedad y la naturaleza. Esta última incluye

tanto la naturaleza prístina, como la naturaleza transformada por el trabajo humano o segunda

naturaleza. El espacio geográfico y sus formas son productos sociales que no se explican por sí

mismos. El espacio en sí mismo no explica nada, sino que necesita ser explicado.

La geografía debe explicar los procesos de producción social del espacio geográfico, en

lugar de centrar su interés sobre el espacio mismo y sus formas. Y esas explicaciones, puesto que

no se encuentran en el espacio mismo, se deben construir apelando a las disciplinas de las ciencias

sociales que se interesan por los procesos, como la historia, la sociología, la economía política, la

antropología, o la ciencia política, entre otras. La geografía no debe hacer del espacio un fetiche,

cuyo estudio pueda reducirse a la geometría de sus formas, sin tener en cuenta las condiciones

históricas que lo generaron.

En esta perspectiva, el espacio social se define como un producto social históricamente

constituido por la dinámica de los modos de producción, lo cual trae consecuencias teóricas y

metodológicas trascendentales. Como señala Josefina Gómez et al. (1982: 150):

...si el espacio es la proyección de la sociedad, sólo podrá ser explicado -y esta es la

consecuencia metodológica fundamental de la asunción inicial- desentrañando en

primer lugar la estructura y el funcionamiento de la sociedad o formación social que

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lo ha producido. No es posible, según este razonamiento, explicar las

configuraciones espaciales permaneciendo en el nivel de lo espacial, hay que

adquirir primero las claves del sistema de relaciones sociales, hay que aproximarse

al estudio espacial "a través del análisis histórico de las bases de los modos de

producción de la formación social". De esta forma, el concepto de modo de

producción aparece como concepto central. "La utilización del concepto de modo

de producción -dice R. De Koninck- permite comprender mejor el desarrollo de las

técnicas de producción y de las sociedades clasistas y, por tanto, la naturaleza del

dominio territorial".

En el caso de la geografía económica (Healey e Ilbery, 1990), el espacio es lo que la economía

hace de él, y el paisaje económico es el producto de la estructura total del sistema económico en

el cual actúan los individuos que toman decisiones económicas. Aquí, la aproximación es holística

y plantea que la conducta o comportamiento de los actores económicos está regulada por los

procesos sociales, económicos y políticos en los que están inmersos dichos actores. Por tanto, las

explicaciones sobre la localización y el cambio espacial toman como base las condiciones

estructurales que subyacen en la sociedad capitalista en que se generan las estructuras espaciales,

y hacen más énfasis en el análisis de los procesos de producción que en la localización como

hecho particular.

En este caso, el espacio es considerado como un producto del modo de producción, y su

comprensión requiere el conocimiento de la forma como opera dicho modo de producción, como

proceso histórico-geográfico. Los cambios espaciales obedecen a los ajustes necesarios que cada

modo de producción debe hacer en la organización del espacio para garantizar su propia

reproducción. Así, por ejemplo, la expansión o ampliación de las áreas de mercado, la colonización

y el imperialismo, la globalización y la conformación de bloques económicos y zonas de mercado

libre, la relocalización de la producción y de la fuerza laboral, entre otras, son estrategias espaciales

que el capitalismo ha utilizado a lo largo de su historia para constituirse y mantenerse como

sistema hegemónico. La conquista espacial del capitalismo es clave (Lefebvre, 1991) en el

fortalecimiento y consolidación del capitalismo, pues le ha permitido, en buena medida, la solución

de sus crisis periódicas de acumulación.

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30

La producción social del espacio urbano:

tensiones y ajustes en la (re) ordenación

urbana S. PORCEL

La producción social del espacio urbano como objeto de estudio

Las formas urbanas reducen o estimulan la actividad económica a la vez que generan un entorno

más o menos agradable para sus usuarios. Condicionan las prácticas sociales al establecer la

relación de tiempo y distancia para realizar actividades, del mismo modo que construyen o

contribuyen a construir identidades. Son una fuente de riqueza para la industria inmobiliaria y un

activo o un gasto para los hogares. Todas estas funciones o utilidades que desempeña el espacio

urbano, no siempre se realizan de manera armónica, sino que más bien con relativa frecuencia, el

espacio urbano integra una serie de contradicciones respecto a su uso que generan una tensión

en su seno. Esta tensión marca el carácter del espacio urbano en un proceso en el que entran en

conflicto una multiplicidad de intereses de diferentes agentes sociales y cuyo resultado acaba

decidiendo el estado final de la morfología espacial (Fanstein, 1994).

Es decir, que detrás de los artefactos físicos que conforman esta morfología espacial

(edificios privados y públicos, fábricas, oficinas, tiendas, viviendas, parques, equipamientos,

carreteras, estaciones), reside una intensa interacción de elementos económicos, políticos y

sociales, usualmente mediados a través de algún tipo de planificación urbana o un sistema de

regulación (Simmie, 2001). Así, es como se produce el espacio urbano, mediante un proceso social

de naturaleza dialéctica en el que el poder de los actores que se lo disputan acaba definiendo su

forma (Lefebvre, 1991 [1974]; Gottdiener, 1985).

La triada espacial lefebvriana: la concepción íntegra del espacio urbano

El espacio ha sido históricamente objeto de reflexión filosófica. Jesús Leal (1997), en un esfuerzo

por sintetizar y clasificar las diversas concepciones del pensamiento moderno, señala tres tipos de

posturas respecto a esta cuestión: la sustantiva, la epistemológica y la relacional. Según la postura

sustantiva el espacio posee una dimensión absoluta y distinguible. Su existencia sería fija, estable

y sin ningún tipo de relación con el exterior. Desde la postura epistemológica el espacio no es

material, sino que es concebido como una categoría mental que hace posible el conocimiento.

Todo lo que se percibe tiene dimensiones espacio-temporales que le atribuimos en función de la

estructura mental. En este sentido, el espacio, al igual que el tiempo, sería un medio para entender,

pero no es una realidad objetiva. Por último, la postura relacional, propone que el espacio no goza

de una preexistencia vacía, sino que debe ser ocupado por un cuerpo.

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31

En el contexto de la sociología, Henri Lefebvre (1991) [1974] es el teórico que mejor ha

conceptualizado el espacio (social). El concepto de espacio de Lefebvre recoge el carácter

complejo de éste, integrando en él relaciones socioespaciales a todos los niveles. El autor enfatiza

la relación entre el poder y el espacio y permite la compresión de su inestabilidad, de su continuo

estado de transición, de cambio, de transformación (Gottdiener, 1993). Como se puede observar

en la figura 1., según Lefebvre, el espacio se manifiesta simultáneamente de tres maneras,

pudiendo ser percibido, concebido o vivido. Estos tres estados espaciales permanecen

interconectados, conformando un todo en el que el espacio adquiere un aspecto “tridimensional”.

El espacio percibido hace referencia al entorno físico, material, palpable, perceptible. El espacio

concebido es de índole abstracta, es una idea, un proyecto, algo todavía inexistente que encierra

una gran potencia. Sería un mapa mental o el espacio negociado entre los agentes económicos,

sociales, políticos y técnicos previamente a realizar una intervención urbanística. Por último, el

espacio vivido define el lugar donde se producen las relaciones sociales cotidianas. Las relaciones

sociales son también espaciales, ya que lo social no se puede disociar de lo espacial, todo ocurre

en algún lugar.

De este modo, la conceptualización del espacio de Lefebvre integra lo físico, lo mental y lo

social al mismo tiempo. Además, el autor propone una segunda tríada de procesos insertos en el

espacio que amplifica esta primera. Estos procesos, de la misma manera que los estados

espaciales, están interconectados entre sí y cada uno de ellos incluye a los otros dos, reforzando

así la unidad del concepto y su naturaleza dialéctica:

• Práctica espacial, que engloba un proceso de producción y reproducción de la forma

material del espacio. Es el proceso mediante el que se configuran los escenarios que habita

una sociedad concreta, que le infiere características propias en la medida que se apropia del

territorio. Son las formas resultantes del uso y la apropiación del espacio.

• Representaciones del espacio, está relacionado con las estructuras de poder y las relaciones

de producción, así como con el orden o el diseño que éstas imponen. Este es el espacio de

los planos, de los mapas o de los proyectos de planificación. Un espacio que representa,

regula y ordena. Para Lefebvre éste es el espacio dominante en cualquier sociedad y se

presenta como un espacio inexacto, flexible, de lucha y resistencia, un espacio de tensión.

• Espacio de representación, encarna complejos simbolismos vinculados a la vida social que se

desarrolla en el espacio y a todo lo que ella evoca. Es un espacio dominado, que recubre el

espacio físico y que se proyecta en la simbología y el sentir de sus objetos.

Por último, Lefebvre también señala un nuevo eje conceptual que atraviesa la triada anterior

y que recoge la contradicción existente entre el espacio abstracto y el espacio social. El espacio

abstracto es constituido por la intersección del saber y el poder. Es el espacio jerárquico que es

pertinente para aquellos que desean controlar la organización social como los políticos, los

agentes económicos y los planificadores. El espacio social, en cambio, se desprende de la práctica,

la experiencia de la vida cotidiana que se externaliza y se materializa a través de la acción de todos

los miembros de la sociedad, incluyendo los políticos. Este espacio está en continuo cambio y las

personas que trabajan en el modelo abstracto del espacio intentan controlar estos cambios

diseñando límites y formas reguladas.

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Figura 1. Concepción lefebvriana del espacio (social).

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D. Algunos teóricos referentes a la producción social del espacio y la geografía crítica o radical en la actualidad

La producción del espacio AUTORES VARIOS

Henri Lefebvre (Francia, 1901-1991) fue un pensador revolucionario y controvertido. Tomó el

pensamiento de Marx no como leyes o como un sistema cerrado, sino como un punto de partida al

cual era necesario dar una continuidad. Con esta perspectiva, el autor pone luz sobre los procesos que

van adquiriendo relevancia en la llamada modernidad. Cuestiones como la crítica de la vida cotidiana,

la metafilosofía, las representaciones, el lenguaje, y sobre todo la producción del espacio, marcan su

obra e influencian a autores destacados de la teoría espacial crítica, como David Harvey, Edward Soja,

Peter Marcuse.

Para Lefebvre, dado que el espacio ya no puede ser pensado como algo pasivo y vacío, es

necesario situarlo como producto de las relaciones sociales. Sin embargo, no es un producto

cualquiera, pues el mismo espacio también interviene en la producción. No es ni un sujeto ni un objeto,

el espacio es una realidad social, un conjunto de relaciones y formas. Este espacio social producido

contribuye a la reproducción ampliada ya que entra en las relaciones de producción y de las fuerzas

productivas. Interfiere en los diversos niveles de la realidad social, como en las relaciones de

dominación, en las superestructuras, en las bases, yuxtaponiendo y sobreponiendo procesos que se

diferencian a lo largo del desarrollo del modo de producción.

Milton Santos (Brasil, 1926-2001) fue uno de los responsables de la renovación de la Geografía

en la década de 1970. 1) Situó a la Geografía en el campo de las ciencias sociales, incentivando el diálogo

entre las teorías sociales y las teorías geográficas, colaborando en la construcción de ésta última. En este

sentido, los conceptos de espacio y modo técnico científico informacional han actuado de pilares en el

proceso de la conformación de una teoría geográfica de la sociedad. 2) Santos creyó en la necesidad de

producir una teoría geográfica desde la periferia. El denominado Tercer Mundo contaba con unas

características específicas cuyo pensamiento buscó dar cuenta. 3) Sus posturas críticas fueron

complementadas con el reconocimiento de categorías de base existencialista que podrían contribuir a la

construcción de un mundo mejor, basándose no sólo en la razón, sino también en la emoción.

La obra geográfica de David Harvey (1935 en Inglaterra) constituye un recorrido en la búsqueda de

las teorías y los modelos más adecuados para tratar de comprender las tendencias sociales, económicas y

culturales de la sociedad en el siglo XX y su reflejo en la dinámica espacial. El binomio relaciones sociales

versus procesos espaciales va a tomar un cariz central, ya que son las actividades producidas por la

humanidad y su percepción de los objetos, los nuevos factores útiles para que la estructura territorial de las

diferentes áreas geográficas resulte inteligible. En su obra, Harvey sigue una paradójica trayectoria teórica

que lo lleva a establecer los fundamentos epistemológicos del neopositivismo en geografía con una

novedosa aportación conceptual para, con posterioridad, cambiar la línea investigadora por otra menos

abstracta que lo sitúe en los postulados marxistas que lo llevarán a sugerir una nueva modalidad en este

método científico bajo el nombre de «materialismo histórico-geográfico».

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La educación en geografía en el nivel básico

LECTURA 1: GISPERT, CARLOS (2002) La Didáctica de la Geografía. En Manual de la Educación.

RESUMEN

La geografía vive actualmente una renovación conceptual y metodológica que hace que la enseñanza

escolar se modifique sustancialmente. Este es el cometido del artículo. Para ello, es necesario entender y

practicar lo siguiente: aprehender una conciencia formal y práctica del concepto renovado de la Geografía,

tener consciencia de su devenir histórico (corrientes regional-humanista, neopositivista y crítica), nuevos

planteamientos de la didáctica geográfica (el espacio debe ser reinterpretado como eje de estudio),

comprensión y utilización de los métodos geográficos aplicados a las unidades curriculares (una revolución

de la enseñanza de lo espacial), evaluar el papel de la memorización, dar prioridad a las actividades

procedimentales y con ello confeccionar estrategias desde una perspectiva constructivista, reconocer que

el mapa es el lenguaje específico de la geografía pero con el cuidado de no generar insumos sin sentido

pues la representación geométrica y convencional no es fácil para el alumno. Por último, se proponen

técnicas y estrategias apropiadas por edades para el estudio geográfico que pueden ser contextualizadas

en la realidad de cada aplicador.

LECTURA 2: SOUTO G., XOSÉ (1998) Didáctica de la Geografía. Problemas sociales y conocimiento del medio.

RESUMEN

La lectura genera una reflexión sobre la enseñanza de la Geografía dentro del aula, enfatizando en la relación con

las ideas que se tiene sobre metodología, técnicas y procedimiento, la incidencia de estas concepciones en el

abordaje de los contenidos. En donde, se deben romper esquemas, creando aprendizajes significativos en los

estudiantes, relacionándolos a su realidad. Lo anterior, es analizado en dos perspectivas: el estudiante que

aprende y el maestro que enseña. Para ello, se presentan los retos que supone la enseñanza de la Geografía

respetando las edades de los estudiantes. Finalmente, el autor propone una serie de fases o momentos

metodológicos para el desarrollo de los contenidos.

LECTURA 3: RIVERA, J. A. S. (2006) Otras formas para enseñar y aprender geografía en la práctica escolar.

RESUMEN

La lectura critica la enseñanza tradicional, memorística, arcaica, antiguada y obsoleta, en un contexto de

rápida difusión de información. En este sentido, se pretende dar una respuesta reivindicando lo cotidiano

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como opción para tener un acercamiento científico a la geografía para los niveles de educación básica,

enfatizando el papel de los protagonistas sociales. Por ello, en la lectura proponen los fundamentos que

justifican la innovación didáctica –acercar la escuela a la vida cotidiana; reducir la artificialidad; valorar la

interactividad social; y reivindicar el sentido común–, y plantea las formas de enseñar y aprender geografía

en el contexto actual, tales como la conversación cotidiana o la entrevista informal; el uso didáctico de la

información suministrada por los medios de comunicación; la experiencia cotidiana; y la investigación en la

calle.

LECTURA 4: GONZÁLEZ, M. (2005) Exploremos la geografía en la escuela primaria. En Aprender a enseñar

Geografía.

RESUMEN

La lectura aborda la importancia de la geografía por su potencialidad formativa, en tanto permite a los niños

y jóvenes el pensar el espacio, abstraerlo, concepturalizarlo; a la vez que desarrollan competencias

espaciales: vivir el espacio, saber moverse en él, repensarlo y transformarlo. Esto se logra en tanto niños

desarrollan las nociones espaciales del “espacio vivido” –el ambiente inmediato, cotidiano, el lugar en el que

se desenvuelve la experiencia, donde se tiene relación directa–, “espacio percibido” –que hace referencia a

lo palpable, a lo material y perceptible y a las relaciones entre los objetos – y el “espacio concebido” –de

mayor abstracción, que incluye mapas mentales incluso de espacios no conocidos– que se enmarcan en la

articulación de los factores y relaciones físicos y sociales. Todo ello, además de incorporar el aprendizaje de

conceptos, permite la conceptualización sobre el espacio de los niños; a lo que se agregaría la importancia

de las habilidades cartográficas; a las que se suman habilidades de observación, registro, búsqueda y

sistematización de información, expresión oral y escrita; así como la apropiación de valores de gran utilidad

para la convivencia respetuosa con los otros y con la naturaleza. Asimismo, se presentan de forma general

algunas alternativas que fomentan el estudio de la geografía y el logro de propósitos educativos, tales como

la lectura de textos periodísticos, crónicas de viajes, mapas conceptuales, historietas, entrevistas, recorridos

imaginarios, modelaje espacial, la localización y ordenamiento temporal de acontecimientos, crucigramas,

debates, complementación de esquemas, elaboración e interpretación de tablas y gráficas, elaboración e

interpretación de mapas, visitas y recorridos, y uso de medios electrónicos; alternativas que requieren, por

supuesto, del esfuerzo de cada uno de los maestros y profesores que buscan dar sentido a la geografía en

el proceso educativo.

LECTURA 5: MÓRTOLA, G. (1996) La geografía en la escuela primaria. "Una mirada a partir de los problemas

de la gente".

RESUMEN

La lectura presenta una reflexión crítica por parte de un profesor de quinto grado, quien sintiendo

insatisfacción por la forma tradicional en que se desarrolla la educación en geografía, motiva al desarrollo

de un proyecto de investigación para las niñas y niños que atiende, desde la perspectiva crítica para, en

tanto problematiza los problemas cotidianos entre diferentes agentes sociales, sobre todo de aquellos en

condiciones de vulnerabilidad, de tal forma que fomenta la reflexión crítica sobre la realidad y motiva a la

generación de propuestas por parte de los niños. En el proceso, los niños investigan, reflexionan y dan

sentido a su entorno socioespacial.

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La didáctica de la Geografía CARLOS GISPERT

Introducción

La geografía está viviendo una renovación conceptual y metodológica. Se está superando su el papel

marginal en las ciencias sociales y en la escuela, según el cual se limitaba a describir un lugar a registrar

pasivamente los fenómenos de la unidad político-territorial. La vieja geografía tomaba y describía datos o

elementos que condicionaban la vida de la gente que habitaba en un territorio predefinido. Por ello, no

debe extrañar que se definiera esta disciplina como "la zona deprimida de la cultura".

Actualmente, la geografía se configura sobre todo como una ciencia que estudia y desarrolla el

complejo sistema de la dinámica de las relaciones espaciales, su peculiaridad, la tendencia evolutiva y

los problemas que ésta genera. Es una disciplina que ha evolucionado gradualmente, desde las teorías

deterministas a las neodeterministas. En las primeras, los grupos humanos están condicionados por el

ambiente que los rodea y los desequilibrios regionales son vistos como fenómenos naturales. En esta

perspectiva, la explicación de los hechos se apoya en la riqueza-pobreza de los suelos y subsuelos, en

las dificultades ambientales en la distancia que existe entre el centro de producción y el mercado.

Desde mediados del siglo XX hay varias tendencias geográficas con su correlato escolar. Las principales

corrientes han sido las siguientes:

La corriente regionalista-humanista, que hunde sus raíces en el historicismo de fines del siglo XIX, ha

sido hegemónica durante muchos años. La geografía regional, muy desarrollada en Francia, se ocupa del

estudio de lo peculiar en cada zona (región), valorando la acción humana sobre el paisaje frente al

determinismo. Es una geografía posibilista que considera el ambiente como un abanico de posibilidades a

disposición del hombre, que dispone de algunas según sus necesidades, transformando ese medio.

La corriente neopositivista, que arranca del determinismo, pretende alcanzar la máxima

neutralidad e incorporar el rigor científico. Un rasgo de esta corriente es querer matematizar al máximo

el análisis geográfico.

La corriente crítica, que empezó a expandirse a mediados de la década de 1960, se centra en la

naturaleza social de la geografía e incorporó una mirada global, negando la neutralidad de la ciencia.

Se trataba de una geografía que, además de explicar, pretendía contribuir a transformar. Esta corriente

ha ido evolucionando, frente a los problemas ecológicos surgidos con fuerza en aquellos mismos años.

La geografía asumió una nueva conciencia, estudió las causas y propuso hipótesis de equilibrio entre

las fuerzas y fenómenos variados que interaccionan en la superficie de la Tierra.

De esta forma fue madurando una nueva sensibilidad partiendo de la base de que la disparidad y los

desequilibrios regionales, la destrucción de los recursos y los ataques al patrimonio histórico-arqueológico

y ecológico son fenómenos superables por la sociedad y por los poderes públicos, ya que han sido causados

precisamente por su actuación. Debido a que desde estas preocupaciones se puede caer fácilmente en

maniqueísmos o en explicaciones excesivamente lineales, es necesario, especialmente en la escuela, volver

a redefinir la geografía, concebirla de forma nueva, aunque incorporando toda su carga crítica y

transformadora. Pero debe procurarse que en ningún caso pierda sus rasgos de ciencia social.

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La geografía en la escuela

La enseñanza de la geografía se ha afirmado a lo largo de los años desde su implantación como disciplina

académica a mediados del siglo XIX. Confluían en ella diversas ciencias: la astronomía, la geología, la

física, la botánica, la zoología, la historia y la antropología, entre otras. Desde una óptica estrictamente

didáctica, la geografía ha sido siempre para la escuela una descripción de la Tierra. Sin embargo, la

descripción de la Tierra exige disponer de representaciones gráficas, es decir, de mapas. Confeccionar

mapa requieren ciertos conocimientos matemáticos y geométricos, por lo que esta disciplina se ha

movido en una dualidad de enfoques entre una descripción del mundo ligada a la antropología y a la

historia, por una parte, y basada en las matemáticas y en la astronomía, por otra. Esta división existe hoy

en el campo de la investigación geográfica y en el de la didáctica. Hay una didáctica de la geografía

basada en conceptos físicos, geológicos y geomorfológicos y otra, basada en el estudio de los conceptos

sociales antropológicos y económicos.

La geografía en el marco escolar, debe tener presente el pasado e interpretar el espacio como

síntesis visible de las relaciones entre muchas otras variables: físico-naturales (hidrografía, morfología,

clima), socioculturales (grado de desarrollo tecnológico, ideales políticos y religiosos, producción,

organización social, división del trabajo, contactos con otras sociedades, cambios culturales).

El contacto con otras materias debe efectuarse en clave interdisciplinar, tal como ocurre con las

llamadas ciencias naturales, integradas por la geología, la botánica, la ecología, etcétera. Por lo tanto,

no puede faltar la conexión con otras disciplinas, como las matemáticas, imprescindibles para la

codificación de información numérica o gráfica, con la arqueología industrial, útil para reconocer la

evolución de los usos del espacio, etcétera. La geografía que se debe introducir en la escuela no puede

permanecer al margen de los nuevos temas de investigación, tales como las formas de apropiación de

la riqueza, la urbanización del suelo, la concentración de la actividad productiva, la división del trabajo

-tanto en interior de un país como en el contexto internacional-, los movimientos migratorios o el

subdesarrollo. La continua y siempre compleja transformación social, económica y política, la

internacionalización creciente de los circuitos económicos, la progresiva diversificación de la geografía

de los conflictos, la emancipación de grupos y clases sociales deben estudiarse en relación con el

espacio sobre el que se producen estos fenómenos de cambio.

Planteamientos didácticos de la geografía

El concepto de espacio en geografía tiene muchas dimensiones. Una definición amplia lo describiría como

la condición y el resultado de la intervención del ser humano sobre el planeta, las posibilidades, los vínculos,

los problemas con los que se enfrenta, las transformaciones que se hacen; en definitiva, el conjunto de

transformaciones que sobre un territorio ha provocado la acción humana en conjunción con el medio. Se

señalarán especialmente las transformaciones causadas por los cultivos, las diversas vías de comunicación,

la ubicación de las ciudades y de las demás formas de habitar, el marco histórico evolutivo de este espacio,

las formas en que el hombre se ha organizado, la producción económica o las creencias religiosas.

En el ámbito escolar parece lógico tratar las tres dimensiones del espacio, en función del nivel

en el que se esté desarrollando la labor educadora: el espacio físico, el espacio representativo y el

espacio codificado.

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El espacio como eje del estudio geográfico

El espacio físico -su lectura e interpretación- debe basarse en una concepción dinámica, resaltando

que un mismo espacio puede ser disfrutado de formas diversas, según las relaciones que se produzcan

en el mismo, las costumbres o los programas de desarrollo, entre otras cuestiones.

Estos aspectos, que son fáciles de comprender para cualquier adulto, resultan especialmente

difíciles para los alumnos en las etapas de primaria y secundaria, ya que ellos viven una realidad

espacio-temporal “pre-confeccionada”: no están habituados a organizar el tiempo de su jornada

cotidiana, ni el espacio de su actividad diaria. Ellos hacen un horario y disponen de unos espacios que

han sido dispuestos por los adultos. Los alumnos están poco acostumbrados a inventar, a combinar, a

manipular objetos, a desmontarlos y volverlos a montar, ya que, si un objeto se rompe, se puede

sustituir por otro. Por otra parte, los patios, la calle, la propia casa no ofrecen demasiadas posibilidades

de relación espacial formalizando las observaciones, si no se trabaja con ejercicios específicos.

Para apreciar todo esto, el maestro puede partir del ambiente en el que el alumno vive la

experiencia escolar: el aula. Aprovechando una situación concreta, por ejemplo, la necesidad de

organizar una fiesta en la propia clase, se puede pedir a los alumnos que preparen el espacio. No

faltarán los elementos de perplejidad, los errores, la infinidad de pruebas y propuestas. Son aspectos

que surgen y que suponen una reflexión sobre el espacio físico cotidiano.

Es imaginable lo difícil que resultará la primera vez preparar todo esto sin ayuda del maestro. Este

simple ejercicio puede mostrar qué difícil es, entre los 6 y los 9 años, reconocer la variabilidad del espacio

físico. En edades superiores se puede complicar más esta percepción y reflexión sobre el espacio abarcando

el conjunto del centro o su contorno y procedimiento a dimensionarlo, reconocerlo o evocarlo.

El espacio representativo impone una reflexión sobre su función social, sobre el valor significativo

y sobre el polo de atracción que un espacio asume respecto a determinadas necesidades y derecho o

estatus, o sea, el espacio como expresión del sistema de valores (el lugar de encuentro, de juego, sede

de la autoridad, etc.).

En este caso es fácil reconocer, por ejemplo, el espacio de juego, lo que entre “se puede hacer allí”

y lo que “no se puede hacer”. Se debe partir de espacios representativos, conocidos en la propia escuela,

para emplearlos con posterioridad al entorno urbano o rural. En las etapas superiores, el reconocimiento

del espacio representativo puede hacerse a través del método del “cuestionario”. Los hay de muchos

tipos y, obviamente, deben adecuarse a la zona donde se halla ubicado el centro escolar.

El espacio codificado implica la comprensión del lenguaje de la geografía, esencialmente

figurativo e iconográfico, y de los mapas. Tradicionalmente, la escuela ha privilegiado el lenguaje verbal

y únicamente los mapas físicos y políticos eran aceptados en las aulas. En estos mapas estaba contenida

“toda” la información, que, además, era inamovible. Sólo se requería su memorización.

Sin embargo, actualmente, la escuela recurre a un sistema de codificación del espacio cada vez

más complejo. Se trata de introducir al alumno en el conocimiento de las convenciones de la cartografía

y de los modelos representativos que se utilizan en el lenguaje científico. Se debe aprender a descifrar

tablas gráficas, colores, signos convencionales, lo que implica conocimientos de estadística y de su

representación gráfica (pirámide demográfica, diagramas cartesianos, etcétera).

Así, mientras el alumno de entre 8 y 9 años sólo debe saber trazar las direcciones de los cuatro

puntos cardinales y orientar el papel con una brújula, trazar un plano a escala muy grande (por ejemplo,

una mesa vista desde arriba con objetos), realizar mediciones a gran escala (por ejemplo, un plano del

aula preparado por el profesor), dibujar a mano alzada un mapa que muestre una ruta simple (por

ejemplo , el trayecto del aula al patio, o de casa a la escuela), medir el comedor de la propia vivienda

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y realizar un plano a escala, elaborar un breve relato sobre un día en el que se acude a comprar con

los padres, identificar el origen de los productos u objetos de la vivienda y medir distancias en línea

recta en un mapa de carreteras, el de 10 a 12 años ya debe ser capaz de trazar los 16 de la Rosa de los

Vientos, determinar la latitud y la longitud de la localidad en la que vive, orientar un mapa topográfico

con una brújula, elaborar un plano de la planta de la escuela en la que se encuentra el aula, elaborar y

realizar una encuesta sobre los hábitos de consumo del vecindario, realizar un gráfico de evolución de

la población con los datos que ofrezca el profesor, establecer los tipos de industria que tiene la región

(por ejemplo, una clasificación por tipos y por número de trabajadores), elaborar un croquis sobre las

calles en las que viven y localizar en un Atlas información económica (por ejemplo, manejar una lista

con los países productores de petróleo, que deberán ser encontrados en mapas por continentes), debe

empezarse a trabajar sobre la propia experiencia corporal, sobre los propios puntos de vista (cerca-

lejos, derecha-izquierda, encima-bajo), para conducir al alumno hacia recorridos más complejos

siguiendo pautas fijadas de antemano.

El aprendizaje de los métodos geográficos

La enseñanza aprendizaje de la geografía implica la utilización de las técnicas y los métodos del

geógrafo, de los que se derivan las principales actividades didácticas que deben presidir la elaboración

de unidades curriculares. El aprendizaje de los métodos y las técnicas geográficas sólo es posible

mediante la práctica de los mismos, ya que las acciones sólo se aprenden ejercitándola. Si se pretende

explicar el método científico, lo mejor no es explicarlo, sino trabajar con los alumnos programando

actividades que simulen el funcionamiento de los distintos pasos que constituye ese método.

Los métodos geográficos son variados, más aún al producirse una importante especialización de la

investigación geográfica. En cualquier caso, el planteamiento didáctico tiene que relacionarse al máximo

con el método científico. Ello supone elaborar hipótesis, recopilar, elaborar y procesar información y ofrecer

una explicación racional y rigurosa de lo que se ha observado y del problema analizado.

El aprendizaje de los contenidos geográficos

La profundización a través del descubrimiento, trabajando los temas de manera activa, no debe estar

reñida, en casos concretos y específicos, con el suministro de información extensiva que, forzosamente,

tendrá en el ejercicio de memorización una de sus bases importantes.

La facilidad de memorización estará en relación directa con la cantidad de veces que los elementos

memorizados sean operativos en nuestra mente: dependerá de la frecuencia de uso. Por ello, el

conocimiento memorizado es más estático, mientras que el significativo es más dinámico; el conocimiento

memorizado es rápido y automático; mientras que el significativo es lento y reflexivo y más duradero.

En la vida diaria se utilizan conocimientos memorizados y conocimientos de tipo procedimental, y se

pasa de unos a otros en función de las operaciones: para multiplicar guarismos de una sola cifra se utiliza

la tabla; por el contrario, para multiplicar guarismos de tres o cuatro cifras se suele recurrir a una operación.

Para seleccionar una ruta se memorizarán diferentes opciones y se deciden una, pero si alguien tiene que

buscar una farmacia es probable que consulte las opciones en un plano. Éste que no se puede ni debe

basarse todo el proceso de enseñanza aprendizaje únicamente en estrategias constructivistas, sino que

deben ser combinadas convenientemente con otro tipo de adquisición de conocimientos.

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Metodología y

procedimientos para enseña XOSÉ M. SOUTO GONZÁLEZ

Una de las novedades en las que más se ha insistido en el actual proceso de reforma es en la presencia

de contenidos de procedimiento, en los cuales se debe enseñar a los alumnos a saber hacer, a trabajar

una serie de habilidades y estrategias que le convertirán en una persona autónoma y competente para

los problemas cotidianos. Como hemos indicado, desde los currículos oficiales se insiste en la

necesidad de potenciar la capacidad de los alumnos Para “saber hacer”, que no se puede confundir

con un trabajo exclusivamente técnico, sino que además debe implicar un “saber hacer teórico”; es

decir, cómo se construyen los conceptos y las explicaciones. No obstante, la misma definición curricular

de este tipo de contenidos se ha realizado de forma antigua y ha dado lugar a importantes debates en

las materias de geografía e historia. En efecto su definición como conjunto de habilidades, estrategias,

técnicas o métodos contribuye a la confusión conceptual y, además, su diferenciación respecto a las

actitudes y a los hechos y conceptos favorece la burocratización rutinas en las programaciones.

En algunos casos no se ha sabido distinguir “método” de “técnicas” y esas de “metodología “, de

tal forma que los contenidos de procedimientos se confundían con un listado de ejercicios de técnicas

cartográficas, estadísticas o de comentarios de documentos escritos (muchas veces de prensa). Unas

veces se proponía la resolución de un problema siguiendo el método inductivo y otras veces unos

simples ejercicios de comprobación conceptual, o sea, de verificar si sabían aplicar el concepto a una

situación cotidiana. En todos los casos los contenidos de procedimiento aparecían yuxtapuestos, pero

no integrados con los otros contenidos. Ello provocó en el momento del debate sobre la confección

del diseño curricular base con una importante polémica, ya que algunas personas (en especial, desde

la Comunidad Valenciana), defendía la postura de integrar los procedimientos como parte sustancial

del “saber hacer teórico”.

Todo lo anterior nos conduce a clarificar este tipo de contenidos, que a veces se ha confundido

con la metodología. Desde la perspectiva teórica que estamos manteniendo, los contenidos

procedimentales deben entenderse como actividades de aprendizaje que se basan en la propia

disciplina, en este caso en la geografía. O sea, es el saber resolver problemas cotidianos desde

habilidades y estrategias propias de la disciplina, sin descartar la utilización de otros procedentes de

diferentes materias. Los procedimientos son, de este modo contenidos que surgen de la propia esencia

teórica de la materia, pero que tienen en cuenta la dificultad de aprendizaje de los alumnos y facilitan

la explicación de problemas sociales, los cuales están presentes en la selección de los objetos de

aprendizaje.

Así si consideramos que un procedimiento explicativo típico de la geografía es la localización

espacial de fenómenos en la superficie terrestre con el correspondiente contenido procedimental será

el efectuar una actividad que nos permita confirmar los factores que influyen en la distribución desigual

de la natalidad en el planeta, de las Industrias en España o de la renta per cápita en una Comunidad

Autónoma. Los alumnos hacen unas actividades que los profesores haremos que corresponden con

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los factores de localización, con el objeto de explicar las desigualdades sociales y especiales en la tierra,

en España o en su comunidad. Para ello debe disponer de un método y dominar unas técnicas precisas

de trabajo. En concreto este ejemplo que hemos ofrecido sólo es posible realizarlo a partir de

secundaria (12-16 años de edad).

Para ello, necesitamos confeccionar unas estrategias de enseñanza que conlleven sus

correspondientes tareas de aprendizaje, que serán evaluadas una vez efectuadas. La planificación de

sus ejercicios (confeccionar un mapa, razonar sobre los factores) supone la puesta en marcha de ciertos

mecanismos mentales que son semejantes a los del método científico, en su versión deductiva o

inductiva.

Desde una perspectiva constructivista, entendemos que no es más relevante emplear uno u otro

método en las propuestas de enseñanza para que los alumnos aprendan, sino que lo decisivo es el

momento de ejecutarse en coherencia con la metodología empleada; por ejemplo, cómo será más útil

el inductivismo en actividades que favorezcan la comparación de lugares con sus características

diferentes y será más adecuado un método deductivo cuando los alumnos deban emitir una conjetura

e hipótesis sobre los factores de la distribución espacial. Por ejemplo, cuando se trata de comparar las

calles que constituyen un barrio debemos utilizar un planteamiento inductivo, de tal forma que por

contraste de aquellas puedan llegar a confeccionar una explicación de las características del barrio. Sin

embargo, cuando se trata de explicar los motivos por los cuales existen pocos lugares para jugar en el

barrio debemos utilizar un planteamiento deductivo, procurando que los alumnos puedan emitir

conjeturas que relacionen la escasez de zonas verdes y deportivas con el planteamiento urbano, las

fases de crecimiento demográfico del barrio con el papel de los agentes de la construcción urbana o

el valor del precio del suelo.

En consecuencia, los contenidos de procedimiento y las estrategias de enseñanza forman parte

de la metodología didáctica y sólo ésta adquiere su verdadero significado. Por eso no pueden

redactarse como si de un listado de actividades aisladas se tratase. Hay que saber relacionarlas con su

contexto teórico, con la trama conceptual que permite solventar un problema.

Ahora bien, los profesores sabemos que los alumnos deben dominar ciertas técnicas de trabajo

para poder conceptualizar, argumentar y llegar a conclusiones. Por eso tenemos que enseñarles los

mecanismos de funcionamiento de una técnica, sea lectura de un mapa, la confección de un cuadro

estadístico, la correcta expresión gramatical, aunque creamos -a veces ingenuamente- esas tareas ya

las han aprendido en otras materias. Y el aprendizaje de esas técnicas requiere una instrucción precisa,

lo que implica que los profesores deben conocer profundamente el sentido y utilidad de dicha técnica

para procesar datos y ofrecer resultados adecuados. Y si no las domina, se las hemos de enseñar,

aunque pensemos que el lugar adecuado para este aprendizaje resida en otra asignatura.

Diferenciar técnicas y metodología supone no confundir el trabajo de una tarea concreta (un

ejercicio con una técnica de trabajo: hacer una gráfica) con una actividad de aprendizaje integrada en

una secuencia ordenada (por ejemplo, las que hacen referencia a la verificación de hipótesis), que

forman las unidades didácticas. Además, en el caso de la geografía las técnicas constituyen una de las

características específicas de su valor instrumental, pues reportan unas satisfacciones inmediatas al

alumno, que puede comprobar que sabe hallar una tasa, hacer un mapa o elaborar un gráfico, sea

manual o mecánicamente. Al mismo tiempo nos permite a los profesores tener un elemento de

evaluación bastante seguro para conocer la madurez de aquellos respecto al dominio de ciertas

técnicas.

De ese modo, podemos equiparar las técnicas de trabajo a ejercicios o tareas puntuales, que los

alumnos hacen para poder agrupar datos, presentar resultados e interpretar un mapa. Pero todo ello

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se hace en función de una estrategia didáctica. Y éstas se encadenan, a través de actividades

secuenciadas, en coherencia con la metodología que hemos seleccionado. De esta manera, las

unidades didácticas responden a una coherencia metodológica, se apoyan de estrategias didácticas y

otras técnicas específicas.

Las técnicas hacen referencia a un conjunto de acciones que se pueden convertir en actos

mecánicos y que conducen a la obtención de un resultado. Un conjunto de técnicas, ordenado de

acuerdo con la metodología utilizada van configurando estrategias de conocimiento más específico,

que permiten la resolución de problemas. Como se ve con el aprendizaje de técnicas (o habilidades)

tiene una finalidad, que es la de resolver problemas con más y por ello, promueve una actitud positiva

en el alumnado.

Otra cosa radicalmente opuesta es el hecho de solicitar del alumno la confección de gráficos o

mapas sin contextualizarlos en un problema, pues el alumno no sabe realmente porque hacen esos

ejercicios y pierden interés. Para mayor claridad diremos que ciertas introducciones a las técnicas de

trabajo en libros de texto, o el abuso de técnicas estadísticas en la didáctica de la geografía de la

población, ha dado como resultado que los alumnos crean que el estudio de la geografía consiste en

hacer mapas y gráficos, después de hacer muchas operaciones matemáticas. E igual sucede con el

abuso de la confección de gráficas ombrotérmicas (climogramas), cuando se ha demostrado que los

alumnos no entienden el concepto “temperatura media”.

En coherencia con lo expuesto en líneas anteriores, agruparemos los procedimientos propios de

la didáctica de la geografía entre diferentes tipos. En primer lugar, analizaremos los procedimientos

que ayudan al alumnado a comprender la información exterior, recibida en la propia clase o en sus

casas a través de opiniones de los medios de comunicación. En segundo lugar, daremos cuenta de los

procedimientos que facilitan elaboración de un método de trabajo de carácter racional científico. Por

último, reseñaremos los procedimientos que se relacionan con la presentación de la información

analizada por los alumnos, procurando que su aprendizaje individual se convierta en una comunicación

pública.

Son estrategias de trabajo que reproducen el esquema de las unidades didácticas, pues, no

podemos olvidar que enseñar de una manera determinada posee una coherencia interna. Y, de este

modo las estrategias didácticas son parte fundamental de una tecnología que nos conduce a la

resolución de problemas sociales del espacio geográfico. Las unidades son los elementos materiales y

los procedimientos la manera de trabajar con éstos, mejorar el aprendizaje de los alumnos, ayudarles

a solventar los problemas que se plantean escolarmente.

La comprensión de la información recibida

Es un hecho incuestionable que los alumnos de final del siglo XX resumen una cantidad una cantidad

ingente de datos y hechos procedentes de los medios de comunicación, de los amigos, profesores,

libros de textos y familiares. También es comentario aceptado, después de las investigaciones

didácticas realizadas, que estas informaciones no son integradas por los alumnos en sus esquemas

mentales, con el objeto de explicar problemas cotidianos Y, por último, no podemos olvidar que está

masa de datos en sí misma es heterogénea, pues abarca desde hechos políticos o coyunturas

económicas hasta estímulos publicitarios y noticias sobre el ocio.

De esta manera la información que nosotros (y los alumnos) recibimos tiene un elevado grado

de dificultad. En el caso de la geografía esta complejidad se acrecienta por la variedad de códigos

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lingüísticos utilizados, dado que su conocimiento se transmite en lenguajes cartográficos, estadísticos,

icónicos y verbales.

Aunque muchos geógrafos han dicho que el mapa es el lenguaje específico de la geografía, lo

cierto es que en la didáctica de nuestra materia éste no es el medio preponderante en la recepción y

transmisión de la información. Y ello porque no se ha realizado una adecuada formación profesional

para utilizar la cartografía como comunicación.

En cualquier caso, cada día es mayor su uso en los medios de comunicación y en las escuelas

también se observa un mayor consumo de material cartográfico. No obstante, como hemos

comprobado que muchos alumnos de secundaria desconocen cómo trabajar con el Atlas, por ejemplo,

no saben usar el índice toponímico y no entienden las gradaciones cromáticas.

Para poder trabajar con la cartografía en clase es necesario que el alumno se percate de que los

mapas y planos son una representación de la realidad, pero no la realidad misma. Ello implica que

reconozcan el simbolismo que permite dibujar en dos dimensiones los volúmenes y superficies

tridimensionales. Las dificultades que poseen los alumnos para aprender este tipo de contenidos han

sido investigadas en la enseñanza, por lo cual es posible ofrecer una gradación orientativa de las

dificultades que pueden aparecer según las edades y una continuidad de las formas de enseñar.

La representación geométrica, convencional y plana de los mapas no siempre es fácil de

descubrir para los alumnos. Por eso creemos que un primer nivel de aprendizaje, independientemente

de la edad será necesario constatar que los alumnos saben asociarlo representado con su

representación. Es así útil analizar fotografías y realizar trabajo de campo, para comprobar “in situ” el

objeto representado. Lo más útil y recomendable es iniciar el trabajo cartográfico en los últimos años

de Educación Infantil en el primer ciclo de Educación Primaria (3 a 7 años). En estos momentos

podemos ayudarles a identificar los elementos de un lugar en mapas y croquis, especialmente si

podemos realizar su comparación con fotos aéreas y con la realidad y “in situ”.

Otra cuestión fundamental en el trabajo cartográfico, que se puede consultar en los manuales al

uso es la diferenciación de signos y símbolos. Es importante que el alumno se dé cuenta qué de la

combinación de sólo tres signos: punto, línea y superficie se hacen todos los mapas y planos. Claro

está que los signos adquieren un simbolismo a través del color como el tamaño o la tonalidad, que

nos permite descubrir isohipsas fronteras, ríos, fronteras o el trazado del ferrocarril en las líneas. Y,

lagos, superficies edificadas y zonas de viñedo de dinero en los casos zonales. Y, vértices geodésicos,

topónimos, aeropuertos, estaciones del ferrocarril o cualquier otro elemento localizable en el caso de

los puntos. El tercer factor explicativo, además de signos y símbolos como es la escala, pues según esta

ésta así será el significado simbólico de los puntos con líneas y zonas.

En concreto a la edad de 8 a 11 años los alumnos pueden identificar los tres signos básicos

(puntos, línea y superficie) y empezar a interpretar los símbolos más habituales: pictogramas

ideogramas, colores y tonalidades. La comparación de mapas de gran escala (un 1/5.000 a 1/25.000)

con fotos en perspectivas oblicuas y verticales les ayudará a entender la representación esquemática

de la realidad. Ellos facilitarán el posterior trabajo con mapas de menor escala y con el Atlas.

En cuanto el alumno es capaz de identificar las formas espaciales podemos pasar a analizar las

características de cada lugar. Para ello, además de individualizar este espacio concreto deberá explicar

qué cosas “posee” esa unidad, cualquiera que sea la representación temática (12 a 18 años). Este tipo

de aprendizaje necesita un tiempo escolar y no se puede acelerar su proceso, pues es condición

imprescindible para poder adquirir significativamente esa información. En concreto, nos hemos de

asegurar que entiende la técnica de la escala, pero que también entiende el proceso de delimitar el

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territorio en una escala precisa para ser estudiado un problema concreto, lo que puede derivar en la

necesidad de utilizar superpuestas varias escalas.

En los años finales de primaria (10 a 12 años) se debería dedicar un tiempo escolar superior a 12

secciones de trabajo sesiones de trabajo para explicar cómo trabajar con el Atlas utilizando la

información de las actividades del área de conocimiento del medio.

Además de la cartografía, los alumnos reciben una gran cantidad de información a través de las

imágenes de lugares, tanto sean fotografías como imágenes en movimiento para en tesis videos

(independientemente de la perspectiva: horizontal, oblicua vertical). En todos los casos es necesario

plantearse que las imágenes son unos elementos que median entre la realidad y la mente del receptor.

Por eso es muy importante saber qué piensa el alumno de las cosas fotografiadas en las imágenes que

le mostramos. Los estudios que hemos realizado con alumnos de la educación secundaria obligatoria

nos indican que éstos tienen una percepción estereotipada de la realidad. Y, así, por ejemplo, asocian

tejados nuevos a ciudades y viejos a pueblos, sin considerar que en las ciudades también existen zonas

antiguas con tejados viejos. Y son ideas que hemos visto repetidas en respuestas de alumnos de

diversas ciudades y pueblos de España.

Igualmente, en el caso de los paisajes poco urbanizados, suelen idealizar los elementos de éstos.

Así, los alumnos tienden a aplicar el concepto de paisaje de modo reduccionistas: sólo son paisajes los

“paisajes naturales “, entendiendo por tales aquéllos que no denotan ninguna acción humana. O

también, tienden a conceptualizar paisaje como aquellos espacios geográficos en los que predominan,

visiblemente con elementos abióticos del medio ecogeográfico.

Los alumnos adolescentes suelen confundir paisaje como sinónimo de ausencia de trabajo

humano y, además, identifican a este con las edificaciones de viviendas o industrias. Por eso resulta

muy oportuno reflexionar sobre qué vemos en las imágenes que se proyectan en los medios de

comunicación y valorar cómo influyen los estereotipos que no llegan sobre el medio ambiente y la

ecología.

Otra forma de recepción de la información que exige un tratamiento técnico preciso es el que

hace referencia a los datos estadísticos. Las expresiones numéricas, con sus índices y agrupaciones, nos

son cada vez más frecuentes, así como la representación gráfica de estos datos. La lectura de todos

estos documentos son complejos para el alumno, por lo que es conveniente asegurarnos de su dominio

técnico antes de facilitarles noticias periodísticas que incluyan esos datos. Aconsejamos que en la etapa

primaria no se abuse de este recurso informativo y que sólo se trabaje las estadísticas simples: por

ejemplo, sumas y medias aritméticas sencillas para conocer las temperaturas medias de un día semana

o mes o bien la comparación relativa de longitudes de ríos o tal vez el cálculo de distancias entre

lugares. Creemos que lo mejor es trabajar números que impliquen relaciones de tamaño en las primeras

ciudades y después (8 a 11 años) trabajar los números repetitivos relativos (cuadro 1).

Por último, no hemos de olvidar que la mayor parte de la información se transmite a través del

lenguaje verbal. Por ello, será muy útil conocer el dominio del léxico y estructura formal del idioma que

posean los alumnos. Es necesario averiguar con algunos documentos que madurez receptiva tiene los

alumnos ante palabras de uso ensayístico o narrativo.

Una etapa posterior a la identificación de los mensajes informativos reside en el análisis crítico

de las fuentes, ya que el alumno debe saber hasta qué punto es verosímil la información que recibe.

Pero para esta operación es necesario contar con más información adicional y disponer de un plan de

trabajo, pues las fuentes hablan si nosotros hacemos las preguntas adecuadas.

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45

Cuadro 1. Técnicas y logros que se pueden alcanzar en la comprensión de la información recibida

Edades Cartográfico Icónico Estadístico Verbal

3 a 7

años

Compara objetos

cotidianos con sus

representaciones: fotos y

mapas. Identifica

elementos de un lugar.

Distingue hechos

conocidos en fotografía

de perspectiva horizontal

oblicua (por ejemplo,

acerca de la calle).

Compara números

absolutos (noción de

“más grande que“,

“menor que“).

Entiende artículos de

prensa. Conocer

vocabulario específico.

8 a 11

años

Entiende croquis y planos

convencionales.

Distinguen y líneas,

puntos y superficies.

Conoce símbolos

habituales.

Compara fotos aéreas y

planos. Obtiene

información de fotos

aéreas. Sitúa objetos de

fotos en planos.

Elabora medias

aritméticas. Entiende

el concepto de

número relativo.

Lee y diferencia partes

de un todo en

documentos. Sabe

subrayar y hacer

esquemas. Sabe

consultar el diccionario.

12 a 16

años

Sabe trazar itinerarios.

Compara escalas.

Entiende proyecciones.

Comprende el uso de

Atlas.

Interpreta conceptos

geográficos a través de

imágenes.

Conoce índices,

porcentajes.

Entiende el uso de la

moda y mediana.

Sabe resumir un

documento. Entiende y

cuenta narraciones

acerca de lugares

imaginarios o reales.

16 a 18

años

Interpreta mapas

temáticos con más de

tres variables.

Define localizaciones

geográficas a partir de

imágenes.

Relaciona variables

de un sistema.

Analiza conceptos y

sabe relacionarlos con

otros ya estudiados.

Una buena estrategia consiste en la lectura de libros de viajes, de ensayos, de divulgación sobre

las características de lugares, aventuras de exploraciones científicas. En todos estos casos el alumno

puede recrearse en la lectura y hacer sus esquemas resúmenes y fichas de lectura. Pero, entonces,

hemos de asignar un tiempo escolar a los comentarios de los resúmenes, a poner en común los

resultados obtenidos por diferentes alumnos. Más de una vez se ha malogrado una buena estrategia

de trabajo por no prever el tiempo necesario. Recordemos que enseñar bien implica considerar la

dificultad de aprendizaje, y una de ellas consiste en controlar el tiempo adecuado. Y creemos que el

alumno debe leer y comunicarse adecuadamente, asignemos a esta tarea un tiempo. Ordenar que esas

tareas se hagan en casa supone una discriminación para ciertos alumnos, que no disponen de recursos

materiales y padres que les hagan caso. trabajar la lectura comprensiva desde las clases de geografía

es fundamental para asegurar futuros aprendizajes.

Formulación de un método de trabajo

Los alumnos para aprender más eficazmente necesitan ser conscientes de su aprendizaje, al mismo

tiempo que estructuran la nueva información recibida en su teoría explicativa del mundo. Para este

aprendizaje necesitan disponer de un plan de trabajo y conocer los principales pasos del método

científico como lo que repercute en una actitud positiva ante la conceptualización, pues saben que así

puede explicar mejor los problemas investigados.

Una de las primeras tareas, aunque sea revisada posteriormente, consiste en planificar su trabajo.

Es decir, hacer un guion de trabajo de las tareas que debe realizar. Las investigaciones que hemos

realizado nos dicen que los alumnos pueden hacer este tipo de tarea, aunque al principio es una de las

más difíciles de realizar, ya que no saben cómo organizar su propio trabajo. En cualquier caso, es

evidente el esfuerzo de los alumnos por acotar una situación de aprendizaje.

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Es importante que el guion de trabajo no sea visto como un ejercicio más, qué se hace en un

momento dado. Al contrario, el guion elaborado por el propio alumno debe ser una especie de plan

que revisaremos a lo largo de la unidad didáctica.

En consecuencia, el guion de trabajo, en un primer momento, consiste tan sólo en escribir los

problemas que se han visto al inicio de la unidad. Y, es decir, qué cosas no sabemos y qué podemos

hacer para averiguar respuestas convincentes. Ahora bien, para exponer estos problemas tenemos que

saber definirlos con precisión. Es así que una de las tareas que ayudan más al alumnado a aprender sobre

su propio aprendizaje es la puesta en común de lo trabajado anteriormente. El intercambio de opiniones

y argumentos de los alumnos, dirigidos por el profesor debe ayudar a delimitar geográficamente el

problema, sugiriendo preguntas tales como: ¿Dónde sucede signo? ¿Porque suceden? ¿Cuándo ocurre?

¿Por qué hay y no en otro lugar? De esta manera el alumnado se da cuenta que necesitará mayor

información, pero que ésta la va a buscar a partir de unas conjeturas o hipótesis de resolución del

problema planteado y contando con unos conceptos precisos. Hemos de precisar que en este momento

el problema social ambiental se ha convertido en un problema cognoscitivo, pues de lo que se trata es

de averiguar una solución para un problema de conocimiento, lo que facilitará una toma de postura social

ante la cotidianidad.

En caso de no trabajar de esta manera aprovechando sus intereses y expectativas, corremos el

riesgo de la desmotivación del alumnado.

En esta fase del proceso de trabajo los profesores tenemos una labor muy relevante. En efecto, es en

ese momento cuando hemos de consensuar con los alumnos el plan de trabajo, o sea, el desarrollo del

tema. Así hemos de indicar claramente que para estudiar unos problemas y no otros hace falta disponer de

conceptos y teorías bien organizadas. Y, por eso como profesor tenemos que negarnos a trabajar

problemas para los que no estamos preparados. También hemos de saber agrupar problemas concretos

(por ejemplo, mis padres no trabajan, muchos jóvenes no tienen empleo…) en situaciones conceptuales

que los engloben (por ejemplo, el paro). E incluso manifestar la imposibilidad de desarrollar todos los

problemas suscitados en clase, dada la ausencia de un tiempo escolar suficiente. Como vemos en la

elaboración del guion trabajamos los contenidos correspondientes a las actitudes (crear una expectativa de

trabajo concreta), a los procedimientos (planificar un método de trabajo) y a los conceptos (agrupar la

información en conceptos).

El paso siguiente es adquirir unos conceptos que sean significativos para resolver estos

problemas, para lo cual se debe disponer de pequeñas teorías con sus conceptos entrelazados, tal

como hemos expuesto en este mismo capítulo para conceptualizar en geografía también podemos

ayudar a los alumnos mediante el uso de mapas y fotografías. En el cuadro 2 ofrecemos algunas

técnicas de trabajo que ayudan a explicar mejor una situación geográfica. Como vemos, desde la

cartografía es posible ayudar a pensar los movimientos de la población en el espacio, para los cuales

podemos entrenar desde las primeras edades (3 a 7 años). Implica diseñar estrategias de trabajo que

contemplan el uso de las direcciones en un plano, utilizando como referencia sus movimientos

cotidianos. Más adelante podrán empezar a medir las distancias y trazar rutas más alejadas de su lugar

vital, utilizando el Norte como referencia de esta manera podrá estar más adecuadamente los

conceptos relativos a las migraciones.

Respecto a los lenguajes de códigos estadísticos e icónicos, podemos enseñar a los alumnos una

serie de técnicas de trabajo que aumentarán su capacidad para explicar problemas sociales. La gradación

de destrezas es simplemente orientativa, pero supone una jerarquización de tareas, de tal manera que si

los alumnos no dominan las habilidades que aparecen en los primeros años tendrán dificultades para

realizar las otras. En la práctica de aula, esa definición de tarea supone que hemos de asegurarnos de la

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47

competencia de los alumnos en cada una de estas técnicas y emplear el tiempo preciso para su aprendizaje

en caso contrario.

Con la ayuda de estas técnicas de trabajo creemos que es factible que el alumno aprenda a razonar

sobre el espacio geográfico y a formularse conjetura respecto a los problemas que encuentran en éste. La

labor del profesorado debe suponer, sobre todo, una crítica a las maneras de organizar los datos y un estímulo

para buscar relaciones entre ellos. De esta manera el alumno puede ir caminando hacia la presentación de

resultados.

Cuadro 2. Técnicas y logros para la formulación de un método de trabajo

Edades Cartográfico Icónico Estadístico Verbal

3 a 7 años

Diferencia formas en

planos. Traza

itinerarios en planos.

Realiza juegos de

dirección.

Sabe ordenar los

elementos de un

paisaje en imágenes.

Maneja números

sencillos para ordenar.

Ordena las ideas

en una narración

de una experiencia

vivida.

8 a 11 años

Entiende mapas con

escala. Identifica los

lugares en un Atlas.

Sabe trazar rutas,

identificar el Norte y

relaciona elementos.

Mide distancias.

Interpreta los

elementos de un

paisaje indicando

relaciones en un

territorio.

Sabe comparar

magnitudes diferentes

(población, longitud de

ríos) compara variables

entre sí a través de

números relativos

(medias).

Elabora esquemas

conceptuales de

los hechos

analizados. Busca

nueva información

en enciclopedias.

12 a 16 años

Interpreta de mapas

los factores que

explican la distribución

geográfica. Sabe

correlacionar las

escalas de un mismo

lugar.

Sabe plantear

problemas a partir de

imágenes. Analiza las

actuaciones humanas

en el medio. Sabe

hacer maquetas de

relieve.

Correlaciona datos

para comprobar

regularidades. Calcula

áreas aproximadas de

superficies utilizando

mallas cuadriculadas.

Planifica un guion

de trabajo sobre

las cuestiones que

va a estudiar.

16 a 18 años

Sabe relacionar

mapas temáticos

diversos para llegar a

conclusiones.

Muestra ejemplos de

situaciones diversas

para verificar hipótesis.

Verifica sus ideas con

datos elaborados

nuevos.

Revisa sus clones a

lo largo del

trabajo.

La presentación de la información

Los profesores tenemos la certeza de que un buen alumno es aquel que sabe expresar correctamente

los resultados de su proceso de aprendizaje. Al mismo tiempo, desde la metodología constructivista

se nos dice que se debe valorar el proceso de comprensión y conceptualización de la realidad por parte

del aprendiz. En ambos casos, al alumnado le estamos pidiendo un esfuerzo y unos resultados de

aprendizaje para los cuales no siempre lo entrenamos.

El alumno debe recibir nuestra ayuda en el aprendizaje de técnicas de expresión cartográfica,

estadística verbal. Es decir, debe conocer con precisión las reglas formales que permiten pasar de un

aprendizaje subjetivo a una comunicación intersubjetiva o pública. Para ello, es necesario explicar cómo

y por qué se utilizan ciertas convenciones que facilitan la comprensión lectora de otras personas.

Así a la hora de confeccionar un mapa con el alumno debe considerar la necesidad de indicar el

título, la leyenda, la escala y la orientación y situación, que pocas veces se realiza. En efecto, un mapa

recoge y representa una magnitud considerable de datos que se sintetizan en el momento de su

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confección. Por eso entenderá que un mapa, representación de sucesos sobre un lugar tiene que

localizar correctamente a éste. Y, nosotros aconsejamos el uso de superposiciones cartográficas para

dar cuenta dónde están esos eventos espacio-temporales. Además, debe colocar la leyenda para

descifrar el simbolismo que encierra, de tal forma que toda la información recogida por ellos pueda

ser transmitida. Además, debe colocar la escala para que el lector pueda comparar este sitio con otros

de semejante magnitud.

Junto a estas precauciones generales en el uso de signos y símbolos insistiremos en las reglas que

ya hemos comentado en la recepción de la información. Así debemos evitar que en los mapas

topográficos y en los temáticos utilicen arbitrariamente los colores, proponiendo nosotros una gradación

de intensidad desde colores fríos y cálidos.

Igualmente, si emplean datos estadísticos deben saber y valorar su importancia sintética en

ofrecer datos y reflexionar sobre su relevancia. Por ejemplo, si quieren comparar cifras de nacimiento

de dos lugares deben utilizar números relativos, pero si desean conocer la proyección demográfica de

un lugar deben usar números absolutos. Como hemos comentado ya en otras ocasiones creemos que

los últimos años se ha abusado de la introducción de fuentes y datos estadísticos, especialmente para

el análisis de los problemas geodemográficos, lo que puede suponer que el alumno dispersa su

conocimiento y no sea capaz de afrontar los problemas de la población en el mundo actual.

En lo concerniente al lenguaje verbal debemos ayudarles en tareas de organización del escrito.

Así vigilaremos que confeccionen un índice, tomando como referencia los guiones de trabajo que han

elaborado. Igualmente utilizarán epígrafes y subapartados allí donde sea necesario. Tampoco deben

utilizar arbitrariamente los colores, sino que éstos deben servir para resaltar aspectos fundamentales.

En segundo lugar, aconsejaremos como citar correctamente la bibliografía manejada y otras fuentes.

Así en el caso de los libros deben acostumbrarse a confeccionar fichas donde incluyan los apellidos y

nombre del autor. Título del libro, el lugar de adicción: la editorial, así como el año de edición y las páginas

totales del libro. En la revista tenemos que indicar que el título del artículo no se “entrecomilla” y el de la

revista se subraya, además de reflejar su número, lugar de edición y las páginas entre los cuales aparece el

citado artículo.

Todas estas reglas formales deben ser explicadas y precisan de un tiempo escolar. Son reglas

que configuran técnicas específicas no sólo de geografía, Pues si los alumnos han de presentar un

dossier o un informe bien organizado deben saber cómo hacerlo. En caso contrario copiaran con poco

sentido frases y páginas sueltas de libros enciclopédicos, que nadie entenderá.

En el cuadro 3 presentamos un listado de técnicas de trabajo que pueden favorecer la presentación

de los trabajos de los alumnos, lo cual no sólo es satisfactorio para el profesorado, sino que aumenta la

autoestima del alumnado. Como podemos apreciar en este cuadro, es posible enseñar a los alumnos a

presentar correctamente los resultados de sus aprendizajes. Tal como se ha realizado en cuadros

anteriores, vamos a diferenciar los códigos comunicativos que se suelen utilizar en geografía: el

cartográfico, el estadístico y el verbal. En el primer caso podemos establecer una gradación que se inicia

con la introducción de los alumnos a la confección de croquis. Para ello, es útil ir enseñándoles a

configurar un espacio cartesiano donde representar los lugares; es decir, se les instruye en la necesidad

de acotar un espacio. Una vez formalizado el espacio se les puede enseñar a marcar los contornos

geométricos básicos, lo que se denomina fase de geometrización. Por último, desarrollaremos la etapa

de figuración, que consiste en transmitir ideas a través de símbolos cartográficos que después se

interpretan con la ayuda de la leyenda.

Esta introducción al lenguaje gráfico se hace de una forma natural, Pues los niños lo utilizan

habitualmente para expresar sensaciones y hechos de su vida cotidiana. Lo importante es sistematizar la

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construcción de estos esquemas gráficos, para que constate la importancia de dibujar símbolos y colocar

las leyendas. Posteriormente insistiremos en el trazado de líneas y puntos y superficies que sean los

habituales en el lenguaje cartográfico, además de insistir en la necesidad de orientar el mapa (colocar el

Norte) y definir su escala.

Igualmente, en el caso de la utilización de fotografías e imágenes de satélite debemos mostrarle

un camino, con el objeto de evitar que las fotos se coloquen de forma arbitraria, sin relación con el

hecho que se está estudiando. Un trabajo que se puede realizar en las clases de geografía consiste en

combinar el trabajo cartográfico con el fotográfico, de tal forma que puedan localizar las fotos y

elaborar sobre estas un croquis. En edades posteriores (14 a 16 años) el alumno puede empezar a

trabajar con estereóscopos, con el objetivo de percibir mejor el relieve terrestre.

En el caso de los datos estadísticos, y numéricos en general, podemos desarrollar Igualmente las

capacidades de los alumnos. Para ello no debemos apresurarnos, pues a veces sólo se solicita de éstos

un trabajo arduo que tiene pocas compensaciones. En concreto, entendemos que la confección de

pirámides de edad se debería realizar al final de secundaria, en bachillerato (16 - 18 años), pues implica

el análisis de las cohortes de edad desde su nacimiento y no es fácil de realizar.

Por último, en el caso de lenguaje verbal, creemos que es posible trabajar desde los inicios de la

enseñanza obligatoria, pues podemos solicitar de los alumnos que cuentan historias sobre qué han

visto en sus vacaciones, dónde han estado, con quién ha ido, etc. Es muy importante que de esta

manera se acostumbren a relatar los hechos ordenadamente. Con posterioridad (8 a 11 años), ya se le

pueden solicitar redacciones sobre las actividades que ha realizado, se trataría de recopilaciones

recapitulaciones o resúmenes sobre su propio aprendizaje. y en secundaria obligatoria (12 a 16 años)

estará en capacidad de realizar síntesis de cuyo contenido nos ocupamos en el siguiente capítulo.

Cuadro 3. Presentación de resultados en los diferentes lenguajes relacionados con el estudio geográfico

Edades Cartográfico Icónico Estadístico Verbal

3 a 7 años

Hace croquis de itinerarios. Hace dibujos de lugares imaginarios y objetos.

Realiza murales con fotos de lugares visitados y vistos en medios de comunicación.

Mide espacios y los representa con manos y pies… usa símbolos para medir (mayor que…).

Cuenta oralmente y empieza a escribir ordenadamente.

8 a 11 años

Hace mapas simplificados, copia lugares de Atlas. Hace modelos de calles con usos del suelo. Dibuja símbolos y pone leyendas.

Elabora croquis sobre fotos y coloca comentarios en éstas. Localiza países que aparecen en televisión con mapas.

Hace tablas estadísticas y gráficas de barras. Localiza con ayuda de cuadrículas.

Sabe hacer resúmenes y redacciones sobre cosas estudiadas. Recapitulaciones sobre su aprendizaje.

12 a 16 años

Usa la escala, elabora leyendas, sitúa el Norte y pone título los mapas. Superpone mapas de escalas diferentes.

Hace colección de fotos en una situación geográfica para describir sus características.

Elabora diagramas circulares de barras.

Sabe hacer una síntesis integrando lo estudiado en sus esquemas personales. Sabe citar bibliografía.

16 a 18 años Elabora mapas temáticos.

Realiza croquis de usos del suelo a partir de fotos.

Gráficos y pirámides de edad.

Sabe hacer síntesis e informes. Propone soluciones.

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50

Otras formas para enseñar y aprender

geografía en la práctica escolar J. A. S. RIVERA

Introducción

En el ámbito educativo, la vigencia y permanencia de la enseñanza tradicional se encuentra

notablemente afectada por los cambios del mundo contemporáneo, en especial por la abundancia de

noticias, informaciones y conocimientos que se divulgan en forma simultánea y al instante de

producirse los hechos. Por eso, ya es un contrasentido que en la práctica escolar cotidiana nos

aferremos a la transmisión de contenidos programáticos para ser memorizados, cuando sobre ellos

hay una abundancia informativa que dificulta grabar en la mente la diversidad de datos.

Desde esta perspectiva, enseñar geografía con las bases teóricas y prácticas tradicionales es un

significativo desacierto. Implica, en efecto, la existencia de una problemática que emerge al contrastar

lo que ocurre en el contexto socio histórico y el desenvolvimiento de la práctica escolar desarrollada

bajo postulados arcaicos, anticuados y obsoletos. Esa disonancia geográfica y pedagógica amerita de

renovados principios y razonamientos para adecuarse a las impredecibles y paradójicas circunstancias

del mundo global, por considerarse que constituye un problema educativo de ineludible atención.

Para tener en cuenta esa dificultad, una respuesta ha sido la reivindicación de lo cotidiano como

opción para obtener el conocimiento científico, pues ello facilita el estudio de los temas geográficos

en sus escenarios naturales, y da crédito a la emisión de las concepciones de los actores protagonistas

de los hechos geográficos vividos. Se trata del acto de involucrarse, reflexionar y valorar los actos

naturales y espontáneos desarrollados por las personas, como protagonistas de los acontecimientos

diarios que ocurren en el espacio geográfico.

Inmersa en esos cambios paradigmáticos, la enseñanza de la geografía encuentra otras opciones

pedagógicas que permiten involucrar la cotidianidad como espacio de indiscutible importancia en lo

geográfico y pedagógico. Por tal motivo, en este trabajo se explica la problemática generada por la

permanencia de la enseñanza geográfica tradicional, se expresan los fundamentos que justifican la

innovación geodidáctica y se plantean las formas de enseñar y aprender geografía que pueden

contribuir al mejoramiento de su calidad formativa ante lo confuso e incierto del mundo global.

Los fundamentos

Afirma Durán (2004) que mientras en los espacios académicos se opina que la enseñanza geográfica

debe considerar los sucesos inmersos en el contexto sociocultural, la innovación tecnológica, el

lenguaje como medio de diálogo, la interacción social, la subjetividad de las personas y la experiencia

particular, entre otros aspectos, es decir, una práctica que rompa con la verticalidad y unidireccional

pedagógica tradicional a favor de una horizontalidad que armonice la integración escuela-comunidad

como un escenario dialéctico y transformador, poco ha cambiado en el aula. Igualmente, Ríos (2004),

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51

destaca otros aspectos que es imprescindible tomar en cuenta, entre los que se pueden señalar los

siguientes:

La necesidad de abordar estos procesos viene dada por factores como la cantidad

abrumadora de conocimientos disponibles en la actualidad, el acelerado ritmo de cambio

de las sociedades, el desarrollo vertiginoso de nuevas tecnologías para almacenar y

trasmitir información, así como las inmensas posibilidades de interconexión, entre otros.

Estos factores contribuyen a que se ponga el acento en los procesos cognitivos subyacentes

a la ejecución intelectual, más que en la memorización de datos, hechos y fenómenos; es

decir, se debe pasar de la memorización pasiva de información al procesamiento activo

que nos permita buscar, seleccionar, jerarquizar, organizar y aplicar la información

pertinente en la solución de los problemas (p. 69).

Al estudiar esta situación Reimers (2003) explica que en cualquier renovación en la actividad

escolar de la geografía se deben abordar las situaciones de la enseñanza en forma más sistemática, en

lo científico y pedagógico, en especial, reorientar la práctica escolar hacia los escenarios cotidianos.

Así, la enseñanza de la geografía mira hacia el espacio geográfico, al desenvolvimiento espacial y

valoriza las concepciones que han elaborado la comunidad, el docente y los alumnos sobre su realidad

vivida. La intención es contribuir a descifrar el espacio y su dinámica, a partir de la realidad geográfica

vivida y del bagaje experiencial de los estudiantes, con el objeto de formar la conciencia crítica,

contribuir a fortalecer la responsabilidad y el compromiso de la transformación social, desde una

participación activa, reflexiva y crítica. De allí que el propósito de la enseñanza geográfica debe incluir:

a) Acercar la escuela a la vida cotidiana

Hoy la vida cotidiana ha adquirido una importancia como objeto de la enseñanza y el aprendizaje

geográfico, pues es allí donde tanto el educador como sus estudiantes viven diariamente la realidad

geográfica y sus acontecimientos. Según Svarzman (2000) eso significa la posibilidad de develar y

explicar los temas de la vida diaria en forma directa y superar el mero estudio del qué de los hechos

por una reflexión crítica sobre el por qué y para qué, donde la intervención pedagógica genere una

dificultad que estremezca la subjetividad y transforme los saberes previos hacia una explicación más

argumentada, coherente y pertinente de los sucesos diarios. El resultado sería la elaboración de otros

puntos de vista personales sobre los temas de actualidad. Es entonces, en palabras de Cajiao (1994),

una enseñanza abierta y flexible, con una naturalidad impresionante, fundamentada en la informalidad.

Allí, las concepciones de las personas sobre su realidad geográfica son transformadas al vincularse con

una variada y actualizada información que, de una u otra forma, remoza sus puntos de vista personales

hacia nuevos puntos de vista personales.

La enseñanza de la geografía, desde esta visión, asume el sentido común como la manera en

que los habitantes interpretan los hechos cotidianos y, por el otro, como oportunidad para orientar la

racionalidad colectiva hacia el mejoramiento de la calidad de vida. Lo significativo es que el proceso

pedagógico tiene la opción de armonizar los saberes originados por el saber empírico, el enseñado

por la escuela y los derivados de la producción científica. Al integrar esos saberes, la enseñanza de la

geografía puede explicar la realidad vivida desde varias perspectivas que responden a una elaboración

social del conocimiento, ello derivado del acercamiento de la escuela a la vida cotidiana, la revisión

bibliohemerográfica y la exploración de la realidad con instrumentos científicos como la encuesta, la

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entrevista y la observación libre y estructurada. Para Boada y Escalona (2005) ello significa ir a los

escenarios habituales a conocer lo que allí ocurre con el valor del bagaje empírico, la aplicación de la

teoría con la práctica, pero también con la posibilidad cierta de, desde la práctica, elaborar un nuevo

conocimiento sobre los hechos geográficos de su entorno.

b) Reducir la artificialidad

La vigencia de una actividad escolar teórica, idealizada y desprendida de la dinámica social es una

relevante justificación para exigir la innovación geodidáctica de la actividad escolar tradicional, más

apegada al desarrollo intelectual. Es necesario superar esa práctica pedagógica abstracta, neutral y

simulada que enseña temas geográficos estructurados y normados por el ente oficial. Se impone

entonces una enseñanza más real, palpable y vivencial, con el objeto de mermar la artificialidad teórica

escolar.

De esta forma, la enseñanza de la geografía asume al entorno inmediato como su objeto de

conocimiento. Esto representa considerar como temáticas de estudio los problemas geográficos que

en forma cotidiana vive la sociedad en su ámbito comunal. En tal sentido, se hace posible que el

docente y sus alumnos y alumnas aborden al espacio geográfico en su existencia objetiva y real, como

constructo social e histórico, a partir de las experiencias diarias, las ideas previas y la condición de

habitantes del lugar. Así, la práctica pedagógica se acerca a la vida cotidiana para descifrar los

acontecimientos en su desarrollo cotidiano. Un punto de partida esencial para realizar esa acción con

fines pedagógicos es colocar en tela de juicio los saberes comunes y las ideas previas y, a continuación,

relacionar la teoría con la práctica o la practica con la teoría y, desde allí, elaborar nuevos saberes más

explicativos y razonados de los temas estudiados.

Significa entonces ir a la realidad en procura de otros razonamientos explicativos de lo que allí

ocurre, de tal manera que la gestión escolar se inserte en la realidad geográfica en procura de conocer

e interpretar los sucesos desde la vivencia misma. En consecuencia, es enseñar geografía de una forma

más abierta y flexible donde la vivencial interpretación implicará el acto de involucrarse en la realidad

y buscar, interpretar y transformar datos para elaborar un criterio personal sobre los hechos. Por eso

es recomendable iniciar la enseñanza de la geografía con la aplicación del diagnóstico de la comunidad.

Esta acción pedagógica y didáctica se apoya en la elaboración de un cuestionario que tiene como

misión esencial detectar las condiciones socioeconómicas de los alumnos y la problemática geográfica

que los afecta. Con este conocimiento, el docente podrá planificar los procesos de enseñanza y

aprendizaje más ajustados a la reivindicación de la calidad de vida de sus alumnos y el mejoramiento

de las condiciones geográficas de su realidad comunitaria.

c) Valorar la interactividad social

Es imprescindible reflexionar sobre la reivindicación de la participación activa y reflexiva de las personas

en su desenvolvimiento natural y espontáneo como habitantes de una comunidad. En primer lugar, se

reconoce la importancia de la interrelación que se establece entre la persona y sus semejantes con el

propio escenario donde viven y, en segundo lugar, es allí donde ellos elaboran sus concepciones que

sirven para explicar su realidad geográfica, porque también en el ámbito comunal se enseña y se

aprende sin diferenciar con claridad ambos procesos formativos. Según Prieto (1995), en esa

interacción social, uno de los detalles a destacar es la conversación y el diálogo informal practicado en

las rutinas habituales para comunicar ideas, concepciones y criterios sobre los eventos ocurridos en el

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espacio geográfico. Como las conversaciones se desenvuelven entre el diálogo y el debate

consuetudinario, esas formas de comunicación verbal adquieren un notable valor pedagógico al

facilitar valiosas oportunidades para ejercitar el intercambio de ideas, pensamientos y criterios

particulares sobre los temas geográficos cotidianos. Estas circunstancias dialogales, muy corrientes en

el transcurrir diario, hoy día se reivindican como acción epistemológica que, aunque vulgar, superficial

y superflua, es rica en experiencias dignificadas por el paradigma cualitativo de la ciencia social. Ya

Rodrigo (1994, 1996) explicaba que, en la vida cotidiana, tanto el hombre de la calle, el científico y el

alumno, perciben las circunstancias desde puntos de vista similares y hasta contradictorios en base a

como abordan la producción del conocimiento, tanto empírico como científico. El hombre de la calle,

al estar en permanente confrontación con sus semejantes, vive una relación de intenso intercambio

informativo que le permite construir una opinión argumentada por la sencillez y abundancia del bagaje

obtenido en su condición de ciudadano.

En cambio, el científico logra el conocimiento de una forma metodológicamente desenvuelto en un

proceso riguroso, estricto y coherente, mientras que los alumnos en la práctica escolar cotidiana, adquieren

nociones y conceptos librescos a través de actos pedagógicos que le exigen su reproducción casi fiel y

exacta.

Por tanto, es necesario integrar esos tres saberes en una labor pedagógica y didáctica, que

favorezca la interactividad personal y social. Un punto de partida debe ser la aplicación de estrategias de

enseñanza tales como el seminario y el taller, convertidos en escenarios formativos donde se aborden

críticamente las noticias, los códigos, íconos y representaciones, que en muchos casos ofrecen un punto

de vista apolítico, neutral, manipulador y alienador de la realidad geográfica. Eso implica asumir los

medios de comunicación como el libro cotidiano, además de leer, observar y escuchar, incentivar la

explicación y la reflexión sobre la información diaria, por cierto, más dinámicas que las informaciones

estáticas e inmutables de los libros donde el conocimiento parece estar detenido en el tiempo. El

propósito es agilizar el debate diario entre el pensamiento y la acción personal, sobre las circunstancias

vividas, porque allí se entrecruzan impresionantes argumentos resultantes de la convivencia colectiva y

la integración social que allí se origina.

d) Reivindicar el sentido común

Los procesos de enseñanza y aprendizaje circunscritos al aula de clase poco toman en cuenta el sentido

común, de cómo los alumnos dan explicación a los temas escolares. En la tradición pedagógica es

delicado no responder certeramente a la pregunta formulada por el docente, menos equivocarse y

vacilar. En oportunidades, a la interrogante, los alumnos responden con expresiones subjetivas

elaboradas en sus vidas cotidianas, por cierto superficiales y muy diferentes a lo planteado por los

contenidos programáticos, poco tomadas en cuenta por el docente. Esta situación pone en clara

evidencia que el educador en la práctica escolar se limita a exigir la noción y/o el concepto que ha

dictado y explicado a sus estudiantes y frecuentemente impide a los alumnos exponer su criterio

personal.

Villanueva (2002) explica que en los fundamentos teóricos y metodológicos para mejorar la

práctica de la enseñanza y el aprendizaje de la geografía se da reveladora notoriedad a las

representaciones que de su mundo poseen los educandos. El hecho de ser éstas consecuencia de la

experiencia y la interactuación sociales, las interpretaciones sobre los acontecimientos geográficos son

plurales y múltiples, al extremo de que cada quien está en capacidad de formular un punto de vista

personal sostenido con argumentos convincentes sobre un suceso de su comunidad. Se trata de una

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opinión que se puede calificar de constructo personal, donde los sentidos y la vivencia diaria

desempeñan una función esencial, porque desde esa vinculación sensual-empírica, se elabora un

bagaje empírico que luego se convierte en la base explicativa que garantiza la certeza existencial de lo

percibido. Precisamente, es habitual encontrar que las personas entienden su mundo cotidiano desde

el razonamiento elaborado en el habitual convivir. Algo más, lo defienden con testimonios, evidencias

y demostraciones indiscutibles que derivan de la lógica de lo frecuente y consuetudinario.

La enseñanza y el aprendizaje de la geografía adquieren una remozada significatividad al dar

sentido pedagógico al sentido común por el hecho de ser un constructo vulgar, resultante de la acción

dialéctica natural y habitual y, por tanto, del dominio social en su participación ciudadana. Camilloni

(2001) piensa que es, necesario en las actividades escolares, conocer cuál es el sentido común de los

alumnos sobre la temática estudiada. Esencialmente, se impone develar la opinión que ellos tienen

como base para acceder al conocimiento científico. Para la citada autora:

La educación científica se presenta como una ardua tarea, en la que no es suficiente

pensar qué es lo que el alumno debe aprender sino, también, qué y cómo debe

desaprender lo que ya sabía (por eso) …no hay conocimiento si no es en respuesta a una

interrogación de la que el sujeto se ha apropiado o ha creado (p. 14).

En la enseñanza geográfica lo señalado supone diagnosticar cuál es ese acervo adquirido

diariamente mediante el cual los estudiantes abordan su espacio geográfico. De allí que sea

recomendable el manejo de la pregunta. La formulación de la interrogante trae consigo la elaboración

de respuestas sostenidas en las apreciaciones construidas al escuchar a sus padres, amigos, vecinos y

compañeros alumnos. Tanto es así que muchos educandos, cuando el docente formula una pregunta,

primero escuchan a sus compañeros, antes de emitir la suya, pues generalmente, la respuesta la

elaboran en el mismo instante, apoyados en los conocimientos expresados por sus compañeros. Lo

trascendente desde el punto de vista pedagógico de este acto de intercambio comunicacional, es que

se valoriza ese conocimiento elemental, superficial y con limitados argumentos explicativos sencillos

que se emiten para responder, explicar y criticar un hecho geográfico. Conviene destacar su acento

valioso y relevante para gestar cambios conceptuales, pues se trata de asumir inicialmente como válida

esa información ligera y superficial, por constituir la base donde se acomodan y asimilan conocimientos

más complejos y enrevesados. Desde ese punto de vista, se considera que ese saber común es la

plataforma donde se inserta un conocimiento más complejo y coherente. Por tanto, el docente de

geografía, al formular la pregunta generadora, debe asegurar la obtención de los preconceptos que

poseen los alumnos a través de una acción sencilla, fácil y realizable, desde donde el educador asumirá

el proceso de enseñanza y de aprendizaje geográfico hacia la construcción de conocimientos cada vez

más complejos.

Otras opciones geodidácticas para enseñar y aprender geografía

El diálogo (La conversación cotidiana, la entrevista informal)

La dinámica del espacio geográfico se devela con naturalidad y espontaneidad en las conversaciones

informales que las personas realizan en sus encuentros con sus semejantes en forma cotidiana, donde

siempre es habitual la manifestación de criterios sobre los sucesos diarios, tales como el tráfico urbano,

el problema de la basura, los precios de los productos de la dieta diaria, el costo de los pasajes

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extraurbanos, el alquiler de viviendas, la delincuencia, entre otros. Lo relevante del intercambio de

ideas, es la forma como son sostenidas, pues se utilizan criterios convincentes a simple vista, los cuales

responden a la epistemología del diario confrontar, agilizado por la reflexión cuestionadora y crítica.

Es esa la naturalidad que debe ser asumida en el acto pedagógico debido a que facilita, con la

medición del docente, la participación activa y reflexiva de los alumnos. En el caso de la enseñanza de la

geografía, implica incentivar la conversación como punto de partida para promover deliberaciones

abiertas, razonables y críticas sobre los temas geográficos. Es la oportunidad valiosa para que los

educandos manifiesten sus pensamientos con suma facilidad, y la espontaneidad del caso, sobre la

realidad geográfica vivida y la emisión de argumentos que explican los acontecimientos con naturalidad.

El uso didáctico de la información suministrada por los medios de comunicación

Diariamente los medios de comunicación social transmiten noticias, informaciones y conocimientos que,

a la vez que divulgan referencias sobre los diversos tópicos, mantienen informado al colectivo social. Se

trata de manifestaciones orales que reflejan la opinión sobre los sucesos, unos a través de fotografías,

textos escritos, publicidad, diagramas, cuadros estadísticos, ojivas, símbolos e iconos, ante otros.

Otro aspecto comunicacional a destacar, además de la lectura de la prensa, al escuchar la radio

y ver la televisión, lo constituye el hecho de usar el teléfono, el celular, el fax, entre otros. En esos

medios se moviliza una intensa comunicación con datos falibles y poco certeros, pero comentarios al

fin, que sirven para generar matriz de opinión sobre la realidad geográfica. Algo más, cuando el

educador de geografía formula una interrogante sobre un evento socio-ambiental, para citar un

ejemplo, los alumnos responden rápidamente con una expresión natural y espontánea muy somera y

superficial, pero personal, en muchos de los casos, construida a partir de la información obtenida en

los medios de comunicación social. Es decir que, si los docentes de geografía se preocuparan por dar

una importancia a esos saberes, el aprendizaje sería más revelador y demostrativo, pues colocaría en

evidencia la transformación cotidiana de las ideas previas, aspecto básico en la elaboración de un saber

más riguroso y coherente con la formación que la sociedad exige a la institución educativa.

En los medios de comunicación social, los problemas geográficos son temas cotidianos. Basta

leer un periódico, escuchar la radio y ver la televisión, para obtener una información actualizada sobre

la dinámica geográfica de la comunidad. Con esos datos, el docente de geografía, al propiciar

actividades para obtener, procesar e interpretar noticias emitidas por los medios, contribuirá a

incentivar explicaciones críticas sobre la situación geográfica cotidiana, con la aplicación de estrategias

de investigación.

La experiencia cotidiana

El ritmo de vida de todos los días es otro aspecto a considerar en la renovación de los procesos de

enseñanza y aprendizaje de la geografía en el mundo contemporáneo. Punto de partida es la existencia

intensa de comunicación e interactuación donde las personas expresan, intercambian, revisan y elaboran

criterios particulares como resultado de su integración social. Ya Delval (1997) apuntaba que esta

interrelación fortalece la experiencia del hogar hasta la vivencia del barrio, urbanización, colonia y vereda

hasta la comunidad citadina, donde se enseña con las orientaciones que facilitan otras personas y se

aprende empíricamente en actividades más dinámicas y vivenciales. Se trata de los actos del

desenvolvimiento habitual pleno de interrelación con los habitantes y con el lugar, donde se desenvuelve

el ciclo rutinario de la existencia vital, constituido como el escenario rico y plural de experiencias, prácticas,

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costumbres y hábitos que vive cada persona. Lo importante de la participación en estos actos, son las

repercusiones formativas, porque diariamente sus ideas previas sufren los embates de la negociación, el

debate y el cuestionamiento que, de una u otra forma, mejoran su bagaje experiencial y echan las bases

de un acervo más argumentado con el desarrollo de los acontecimientos vividos.

Con una actividad pedagógica y geográfica asentada en la explicación reflexiva y crítica de la

realidad, los educandos como ciudadanos, comprenderán su posición de actores de los

acontecimientos de su espacio geográfico. Eso asegura un efecto indiscutiblemente formativo que

ayudará a promover los cambios de actitud que tanto reclaman los geógrafos y los pedagogos ante el

deterioro ambiental que impone el capital al usar el espacio geográfico de manera indiscriminada.

La investigación en la calle

Uno de los retos fundamentales es abordar la comunidad donde se inserta la escuela como objeto de

conocimiento. Se trata de la reivindicación de los ámbitos comunes y corrientes de la vida diaria donde

también se desarrollan otros procedimientos más sencillos y efectivos para realizar la búsqueda de

información sobre los sucesos geográficos de interés personal y social. Esas maneras se desarrollan

como procesos de investigación estructurados con actividades similares y/o parecidas a las acciones

que emprende el investigador para producir un nuevo conocimiento. Se parte de que el desarrollo de

las actividades de todos los días también es planificado, pero asimismo son ejecutadas en forma abierta

y flexible, a diferencia del sentido riguroso y estricto de la investigación científica. Allí se emplean

técnicas para la recolección de información, como observar, preguntar y entrevistar y se dan a conocer

los nuevos saberes en acciones dialógicas donde la confrontación y la crítica, dan origen a una

explicación o resultado de la misma forma como se reestructuran y transforman los saberes empíricos.

El conocimiento cotidiano se perfecciona en el mismo escenario de los acontecimientos, porque

se trata de un proceso donde no hay diferencia entre la teoría con la práctica. Al contrario, esa

interrelación implica vivenciar una experiencia donde la acción y la reflexión van de la mano en procura

de un nuevo saber, de donde resulta otra experiencia cada vez más fortalecida. Vale destacar que las

explicaciones resultantes son más coherentes con los sucesos, pues armonizan varios puntos de vista

sobre la temática estudiada.

Con la investigación de la calle, la enseñanza de la geografía no tiene dificultades para abordar

la compleja realidad geográfica vivida, porque el docente negocia la pregunta o las preguntas a

formular y los alumnos buscan las respuestas. De esta forma llegarán al aula las nuevas informaciones

que emiten los individuos sobre el tema en estudio en el aula escolar. Esto permite habilitar a los

alumnos en la aplicación de estrategias de investigación de una forma más sencilla, pedagógicamente

más eficientes y formativas.

La idea es convertir el acto escolar en un acto investigador que se desarrolla en la cotidianidad

con el propósito de obtener informaciones, ubicar un lugar, movilizarse para llegar a un sitio, averiguar

un precio, comprar un producto, entre otros y permitir al acto educante obtener datos en el

desenvolvimiento de los actos cotidianos. Estas acciones cotidianas deben ser incorporadas por los

docentes de geografía, con el objeto de mejorar la práctica de la enseñanza, centrada en la aplicación

de estrategias didácticas que ejerciten la investigación. En cuanto a los aprendizajes, éstos serán el

resultado de una memorización más activa, básica para la reflexión y la construcción de una

subjetividad más crítica y creativa.

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Exploremos la geografía en la

escuela primaria M. GONZÁLEZ

Potencialidad formativa de la geografía

El retorno de la asignatura al mapa curricular de la educación básica, constituye un reconocimiento del

valor pedagógico que tiene para una persona aprenderla.

Para la enseñanza no solamente se toma en cuenta el qué enseñar, es decir, el contenido que

proviene de la disciplina geográfica, sino también el cómo enseñar, interrogante relacionada con el

despliegue de estrategias didácticas, diversos estilos de enseñanza o variedad de formas de enseñanza

a las que se puede recurrir. Sin embargo, hay una pregunta central para los maestros: ¿para qué enseñar

geografía? y para los alumnos: ¿para qué la aprendo? Tratar de resolver estas cuestiones dirige nuestra

reflexión a encontrar razones de peso por las cuales es indispensable aprender geografía en la escuela.

Sin duda, los geógrafos y las personas interesadas en su enseñanza estamos convencidos de la

pertinencia y relevancia del conocimiento geográfico para un ciudadano; no ponemos en tela juicio su

importancia e incluso aplaudimos la inserción de la geografía nuevamente en los planes y programas,

pero ahora ¿cómo convencemos de ello a los maestros que durante su formación inicial y durante su

ejercicio docente la formación geográfica ha estado prácticamente ausente?, ¿cómo los convencemos

si la propia dinámica escolar otorga mayor prioridad al estudio del español y las matemáticas?, ¿cómo

desarrollar la convicción de que es conocimiento útil, formativo para niños y adolescentes?

Tal convencimiento, habría que construirlo sobre la base formativa que implica otorgarle y

reconocer su potencial formativo. Para Horacio Capel -uno de los geógrafos contemporáneos más

destacados-, una de las dimensiones características de la geografía como disciplina es que se le

identifica “como una empresa intelectual definida por el estudio de la interacción de fenómenos físicos

y humanos, de las relaciones hombre-naturaleza”. Si pensamos un momento en lo que Capel señala,

podemos darnos cuenta del carácter educativo de la geografía cuando se expresa como “empresa

intelectual” al favorecer que los estudiantes piensen el espacio, lo abstraigan, lo conceptualicen y a su

vez, desarrollen las competencias espaciales, es decir, vivir el espacio, saber moverse en él, pensarlo,

representarlo y transformarlo.

Para Callejo y Llopis sería favorecer en los niños el desarrollo de las nociones espaciales a través de

entender tres grandes momentos en la conceptualización espacial: el espacio vivido, el espacio percibido y

el espacio concebido. (Callejo y Llopis, 1998) en donde los factores físicos y sociales mantienen una

constante interacción.

El espacio vivido es aquel con el cual el niño tiene relación directa; es el espacio físico con el cual

tiene contacto mediante su vivencia y por su movimiento en él. En la escuela primaria, podemos ver

que para los niños de los primeros grados es el espacio más cercano y conocido como su casa, su

salón, el patio de la escuela, es el espacio del aquí, el más inmediato.

El espacio percibido es el que el niño puede observar y definir la posición de los objetos no sólo

con relación a sí mismo sino a otros niños u objetos, es el espacio del allá; además, el niño puede

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distinguir distancias y establecer cierta extensión

del espacio, así como puntos de referencia para

aprender los puntos cardinales. Esto lo podemos

observar en los niños de tercer y cuarto grados,

aproximadamente.

El espacio concebido es aquel en el cual el

niño puede pensar o recordar aun cuando no esté

en él físicamente. Requiere mayor grado de

abstracción en el que el niño es capaz de desarrollar

la habilidad de la localización, incluso de espacios

no conocidos. Esta capacidad la podemos observar

en los niños de quinto y sexto grados, ya que su

pensamiento les permite abstraer el espacio y

representarlo.

La conceptualización espacial exige

complejos procesos de abstracción, en los que los

niños van transitando de un concepto topológico,

el cual percibe y representa las formas de los

elementos del espacio hacia uno de carácter

euclidiano, donde se establecen relaciones simbólicas entre la realidad y un ícono o símbolo, cuya

representación mental y cartográfica requiere de mayor abstracción. Esto lo podemos observar en los

niños cuando les pedimos realizar un croquis del camino de su casa a la escuela.

En los primeros grados los niños dibujan el árbol, la casa, el río, es decir representan las formas de

los objetos como los observa y lo hace colocándose como referencia; a este tipo de representación se le

llama topológica.

Cuando los niños son capaces de considerar en el espacio otras referencias como su casa, la

tienda, la carretera u otro elemento que ya no es él mismo, entonces va entiendo la relatividad de las

posiciones de los objetos según el punto de vista y también va comprendiendo la necesidad de acordar

puntos en común, lo cual es la base para entender los puntos cardinales, como una convención o

acuerdo para considerar la orientación y ubicación en el espacio. En este proceso el niño va adquiriendo

la noción de escala, la perspectiva, la distancia y la orientación que le van a permitir acercarse a mapas

más formales y, cuando realice una representación, va a tener mejor coordinación en los elementos a

plasmar.

Al observar las representaciones del espacio que hacen los niños de quinto o sexto grado,

podemos ver que ya emplean símbolos, que existe une mejor proporción en la distribución, que tiene

una mayor precisión en la dirección, la orientación y la distancia.

Los niños ya son capaces de interpretar los mapas de sus libros o del atlas usando la simbología

y pueden realizar cálculos de distancia empleando la escala.

¿Se ha fijado en el tipo de mapas y representaciones del espacio que están en los libros de texto?

Analice si existe una progresión en la forma en que se presentan los mapas y cómo se propone acercar

a los niños a su manejo y lectura. ¿Tendrá relación con el proceso de conceptualización espacial? Usted

qué piensa.

Maestros, si seguimos el proceso de conceptualización de los niños de primero a sexto nos

podemos dar cuenta del avance de los niños en la forma en que se mueven y conocen el espacio, cómo

En este croquis realizado por un niño de segundo

grado, se observa el espacio vivido representando los

elementos de su entorno con íconos. Esta es una

representación de tipo topológico.

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lo representan en un plano o mapa propio y cómo son capaces de leer mapas de distinto tipo para

obtener información en mapas convencionales.

La enseñanza de la geografía no solo se refiere a conceptos como relieve, clima o población

urbana, sino a fortalecer en los niños los procesos intelectuales de conceptualización sobre el espacio.

Ahora bien, el conocimiento geográfico supone no solamente el trabajo conceptual. Por la

naturaleza de esta asignatura las habilidades cartográficas, ocupan un lugar central; la orientación, la

localización, el uso de la escala y el cálculo de distancias, el manejo del lenguaje simbólico

convencional, la interpretación de diversos tipos de mapas, el empleo y consulta de mapas temáticos

y a diferente escala, la elaboración de representaciones espaciales como croquis, planos y mapas

sencillos, han de estar presentes de manera consistente y sistemática a lo largo del trayecto escolar de

nuestros alumnos. Los niños están aprendiendo a concebir el espacio a la vez que desarrollan

capacidades para utilizar el lenguaje de los mapas a partir de aprender procedimientos para poder

trabajar con esos mapas.

También es de primera importancia darle relevancia al desarrollo de habilidades como la

observación, el registro, la búsqueda y sistematización de la información, la expresión oral y escrita.

La observación es una habilidad intelectual que desarrollamos los seres humanos. Los niños en

los primeros años de vida, basan una buena parte de lo que aprenden en la observación, ésta más de

carácter intuitivo. Corresponde al maestro, en la escuela, estimular y guiar sistemáticamente la mirada

de los niños hacia aspectos que les resulten de interés y aprovechar su curiosidad. Esto quiere decir,

que los niños aprenden a observar y además, aprenden de lo que observan, por lo que es un proceso

complejo y con distintos niveles de desarrollo que requiere promoverse de manera intencionada y con

un propósito específico. Convertirla en una capacidad para seguir aprendiendo y continuar

aprendiendo a observar, es un doble reto para el maestro de educación primaria.

Sin embargo, la observación en sí misma es poco útil para aprender. Necesitamos precisar qué

se va a observar, con qué finalidad y cómo se van a recopilar los datos. Para trabajar con la información

obtenida mediante la observación es indispensable realizar un registro, es decir, anotar o dibujar los

rasgos más significativos y poder elaborar una descripción inicial. Por ejemplo, para observar el tipo

de relieve de la localidad, el maestro habrá de

guiar a los niños a anotar o dibujar qué rasgos

identifican como un cerro, un llano o alguna

zona montañosa. Se puede buscar un punto

desde el cual los niños puedan mirar y advertir

las características del relieve. La observación de

la posición del Sol en el cielo diurno es otra

posibilidad. Esta es una observación directa.

Otro recurso puede ser observar

distintas fotografías a fin de que los niños, de

manera indirecta, puedan reconocer el relieve.

Imágenes, descripciones o narraciones

también son de utilidad. De mayor grado de

dificultad es observar mapas físicos e

identificar el relieve. De algún modo, los niños

cuentan con nociones iniciales que pueden ser

aprovechadas para formalizar progresivamente

los conceptos aprendidos por observación.

La observación del cielo diurno para identificar la posición

del Sol a diferentes horas del día.

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Para lograr esto, es necesario que los niños registren, confronten, comparen, elaboren sus propias

explicaciones y proponer, en diferentes momentos, diversas situaciones para que los niños desarrollen

gradualmente estas habilidades.

La habilidad para buscar, localizar, discriminar y organizar información es fundamental en esta

asignatura debido a la gran cantidad de nombres geográficos o topónimos. Si presentáramos esta

información a los niños, ustedes preguntarían de inmediato ¿con qué propósito?, ¿para niños de qué

grado?, ¿qué sentido tienen todos estos datos?, ¿esta es la información más relevante de la entidad

que habría que conocer?, ¿habría otros aspectos que saber del estado?, ¿dónde consultarla?, ¿se la

daríamos nosotros?, ¿dejaríamos que los niños la busquen?, ¿cómo le hacemos para que ellos se

acerquen a este tipo de información?, ¿la tiene que aprender? O ¿es mejor que sepan dónde hallarla?,

¿cómo trabarla? ¿qué es lo más importante y para qué les puede servir? Si lo vemos en términos de

formar habilidades, entonces la información es un pretexto, el contenido fundamental es aprender a

seleccionar el tipo de datos que necesitamos, tener opciones de consulta y trabajar con esa

información, analizarla y comprender su utilidad dentro de un contexto. Si sabemos dónde buscar y

seleccionar la información con base en un interés específico, es un logro importante.

La expresión oral y escrita forman parte de las habilidades intelectuales y comunicativas de los

niños, las cuales son primordiales para sus posibilidades futuras de aprendizaje y su desempeño exitoso,

tanto en lo escolar como en lo personal y laboral. Constituyen herramientas básicas para aprender, por

lo que el maestro las favorece a través de diversas estrategias con actividades donde los usos y funciones

de la lengua oral y escrita tengan sentido y sean interesantes para los niños. Habría que cuestionarnos

¿son habilidades exclusivas de una asignatura?, ¿en qué basamos nuestro punto de vista?, ¿cómo

aprovechar los contenidos de la geografía para que los niños las desarrollen?, ¿qué situaciones de clase

podemos comentar en que a través de esta asignatura hemos propiciado que los niños fortalezcan sus

habilidades de expresión oral y escrita? Tal vez sean más de una; es probable que podamos referir varios

momentos y situaciones en que los niños expresan sus sentimientos e ideas en torno a los temas

geográficos, lo cual representa una oportunidad para pensar en qué se dice, cómo se dice, en qué

contexto y qué sentido tiene lo que se dice.

Asimismo, la apropiación de valores que hemos considerado como los característicos que favorece

el aprendizaje de la geografía son la solidaridad, la identidad nacional, el arraigo al terruño, la tolerancia

y respeto a la diversidad cultural y natural, el respeto a la dignidad y derechos humanos de todas las

personas, el cuidado del entorno y sus recursos, así como la adopción de actitudes ante el conocimiento

científico y sociali. De acuerdo con el grado a su cargo, ¿en qué temas usted identifica que sea posible

desarrollar estos valores y actitudes en los niños?, ¿qué beneficio representa para los niños trabajarlos en

la escuela primaria?

Maestros, con lo expuesto hasta aquí podemos advertir que el pensamiento lógico no sólo está en

la clase de matemáticas y el desarrollo y apropiación del lenguaje, el despliegue de las habilidades

comunicativas que se plantean en la enseñanza del español, también se promueven al enseñar geografía.

Si nos damos cuenta, la geografía guarda una estrecha vinculación con los contenidos básicos expresados

anteriormente y con el conjunto de asignaturas del Plan de estudios de la educación primaria, por lo que

habría que buscar alternativas didácticas diseñadas ex profeso por los maestros para atender las

condiciones particulares de los alumnos con los cuales trabaja y darle un lugar entre lo que se enseña día

con día en el aula.

Si miramos con detenimiento el siguiente esquema podemos redondear el potencial formativo

de la geografía:

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Conocer a los niños y niñas del grupo

Para darle sentido al aprendizaje de la geografía, no basta con tener a la mano un sin fin de

recomendaciones para su enseñanza. Como maestros sabemos que una condición fundamental para

poder lograr éxito en la enseñanza se basa en el conocimiento de las características de los niños que

integran el grupo con el cual trabajamos.

El trabajo diario, la observación constante de su desempeño, la comunicación directa y estrecha

con cada uno brindan la oportunidad de conocer las cualidades de los niños, así como sus debilidades

para poder forjar expectativas sobre su desempeño.

Cada uno de los niños proviene de un entorno social, cultural y familiar que da sustento a un

conjunto de aprendizajes y de formas de ver al mundo con las cuales llegan a la escuela y se acercan a

los conocimientos que se les proponen. Sus formas de comunicación, de participación y de convivencia

están fundadas en ese contexto en el cual han crecido. Leamos el siguiente texto:

Niños de Mongolia

Mongolia es un duro país para vivir, la temperatura oscila desde-40 grados en invierno hasta 40 grados

en verano, y gran parte del país es desierto montañoso o estepa. Tradicionalmente las familias pastorean

ovejas, vacas, cabras o camellos y van de un lado a otro con los rebaños para encontrar pasto. En invierno

disponen de tiendas de campaña semipermanentes llamadas gers, pero en verano pueden desplazarse

con una pequeña gerentre cada tres y 10 días para encontrar pasto y agua. Ninguna familia puede

sobrevivir con menos de 10 animales, aunque algunas pueden tener rebaños de hasta dos mil. Nadie

posee la tierra.

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Quien sea puede ir a cualquier parte, y todas las decisiones sobre el uso de la tierra son coactivas; pero

por tradición y costumbre, las familias y los grupos de familias respetan límites invisibles o no escritos, y

esta manera de proceder hace que las disputas sobre la tierra sean inusuales.

A los niños se les enseña a ser muy respetuosos con los adultos de su alrededor, a no interrumpir las

conversaciones de éstos. Deben intentar evitar peleas o controversias con los demás, especialmente con

los hermanos y hermanas. En estas condiciones, vivir juntos en armonía es muy importante para la

supervivencia de toda la comunidad.

A todos los niños desde muy temprana edad, se les enseña a tener paciencia con los animales, a abrevar

el ganado y conducirlo a los pastos, a cuidar a los animales recién nacidos. Los chicos pastorean y las

chicas ordeñan a los animales, y con la leche elaboran productos como queso y yogurt. Los animales

significan riqueza e ingresos, por eso su cuidado debe ser paciente e ininterrumpido, los animales nunca

han de ser descuidados o tratados duramente o permitir que vaguen fuera de la vista. Los chicos han de

permanecer con los animales todo el día si es necesario y caminar o cabalgar largas distancias con ellos

y han de comer y beber frugalmente porque deben acarrear cualquier cosa que necesiten.

Los niños han de estar muy curtidos y desarrollar considerables destrezas a fin de encontrar su propio

camino en el duro y montañoso desierto o en las estepas, han de conocer los entornos y superficies de

la tierra, calcular distancia y velocidad y predecir el tiempo. Han de ser capaces de reconocer y configurar

el paisaje, se les enseña a reconocer los cambios, ligeros cambios en la coloración, en la luz.

Los caballos son el principal medio de transporte y los niños aprenden muy pronto a montar. Los caballos

son semisalvajes y muy resistentes. Son marrones, grises o blancos o cualquier combinación de estos

colores, de hecho, hay 320 nombres diferentes para los colores de los caballos, y se espera que un niño los

conozca todos hacia los ocho años, lo que a todas luces, requiere una gran sutileza de percepción.

Las expectativas sobre los niños son por consiguientes muy altas, en lo que respecta su conocimiento

sobre el medio que les rodea, sus habilidades físicas, resistencia, autosuficiencia y autocontrol y en lo que

concierne a su contribución a la vida familiar y a la sociedad en general. No se espera de los niños que

tengan preferencias, voz ni opinión, o que expresen sentimientos. Pero por otro lado casi todos los niños

son cuidados, valorados y forman parte de la vida de una comunidad familiar, y prácticamente todos

alcanzan las expectativas que su comunidad ha puesto en ellos.

Con base en el texto anterior reflexione: ¿Cuáles son algunos de los conocimientos y habilidades

que los niños de esa región del mundo aprenden? ¿Qué importancia tiene para un maestro conocer el

contexto y particularidades del entorno social, cultural y familiar de los niños?

El texto nos hace pensar en que los niños son diversos. Cada uno tiene una historia personal y

familiar durante la cual ha podido desarrollar ciertos conocimientos sobre la vida social y comunitaria,

cada quién tiene una experiencia previa y hay que saber cómo aprovecharla para que sigan

aprendiendo y se desenvuelvan con éxito en la sociedad.

Además de esta diversidad cultural de los niños, también un maestro ha de conocer en qué

momento del desarrollo físico, intelectual y afectivo están, cuáles son sus características del desarrollo

que se manifiestan en ellos en lo cognitivo y en el lenguaje, cómo piensan sus alumnos, qué formas de

socialización emplean, entre los aspectos fundamentales, ya que el desarrollo de los niños se manifiesta

de diversas maneras en las distintas regiones del país.

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63

En la medida en que el maestro conozca mejor a sus alumnos podrá decidir las acciones de

enseñanza pertinentes para apoyar su desarrollo individual y sabrá cómo emplear didácticamente el

contenido de la asignatura para estimular su desarrollo intelectual. Algunas de las actividades que

pueden contribuir se las presentamos más adelante.

Tener claridad respecto de los propósitos educativos

Uno de los elementos básicos para la enseñanza de la asignatura –y de todas asignaturas– es establecer

una meta común de aprendizaje para todos los niños. Si bien en el apartado anterior apuntamos grosso

modo la diversidad de los niños en diferentes planos de su desarrollo, podemos comentar que los

ritmos de aprendizaje también son diferentes, las formas de aprender, las capacidades logradas, por lo

que el maestro ha de tener presente y con mucha claridad qué propósitos educativos se propone que

alcancen los niños en materia de geografía y por, tanto, tendrá la posibilidad de plantear los propósitos

de aprendizaje de corto, mediano y largo alcance.

Un referente común, ya que es la orientación nacional, es el Plan y programas de estudio, las

finalidades educativas de la educación primaria, el enfoque, propósitos y contenidos de la geografía y

de ahí establecer los propósitos de aprendizaje para los niños del grupo.

Anteriormente hemos apuntado que mediante el estudio de la geografía los niños desarrollan

sus competencias espaciales, por tanto, la noción de espacio geográfico es fundamental ya que a lo

largo de los seis años de educación primaria los niños se acercan gradualmente al conocimiento de

espacios de diferente magnitud. En los primeros grados se estudia el espacio local, enseguida el

espacio del municipio y la entidad, después el espacio nacional, el espacio del continente americano y

el espacio mundial. Esta progresión permite centrarse en una de las escalas del espacio, ya sea local o

mundial, y analizar sus principales rasgos como el relieve, la hidrografía, el clima, la población, las

actividades económicas y los problemas ambientales. Por ello, los propósitos de aprendizaje se definen

tanto por las características de los niños como por la escala del espacio de estudio de acuerdo con el

grado que corresponda.

Actividades para fomentar el estudio de la geografía y lograr los propósitos educativos

A continuación, le presentamos una serie de sugerencias para trabajar con los contenidos de la

asignatura. Seguramente, muchas de ellas se realizan en las aulas de las escuelas primarias y se pueden

encontrar en los materiales de apoyo al trabajo docente. Tanto el joven maestro como el

experimentado han aprendido a poner en práctica diversas estrategias para impulsar a los niños a

alcanzar los propósitos educativos, sin duda las siguientes actividades han dado resultados de

aprendizaje diversos, el propósito es poner énfasis en la necesidad de promover prácticas de enseñanza

diversificadas para aprender geografía y evitar emplear sólo el libro de texto como único recurso para

la enseñanza.

Lectura de textos, artículos y notas periodísticas. En estas actividades, las y los alumnos, habrán

de analizar los textos propuestos para responder a los cuestionamientos que sobre el contenido del

mismo se plantean, lo cual favorece la reflexión acerca de la importancia de contar con información

para dar alternativas de solución a los problemas que puedan enfrentar o tomar decisiones. Este tipo

de actividades también proporciona información adicional y actualizada acerca de algunos

descubrimientos o situaciones del espacio geográfico. Tienen la intención de apoyar la capacidad

lectora de los alumnos, así como el propiciar comunicar sus ideas en forma oral y escrita.

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64

Los artículos de divulgación con temas de interés para los niños pueden acrecentar su natural

curiosidad, por ejemplo, en aspectos relacionados con el Sistema Solar o el Universo. Elaborar sencillos

boletines o gacetas con información elaborada por el maestro de acuerdo con las características de los

niños, con relatos y experiencias de los niños e ilustradas por ellos mismos tienen un efecto positivo

porque son temas que les intrigan y quieren saber sobre éstos.

Las notas periodísticas acercan a los niños a la comprensión de acontecimientos de actualidad.

Los niños son sensibles a lo que ocurre en su entorno, en el país y en el mundo. Son curiosos, quieren

saber; algunas situaciones no las entienden y quieren hacerlo por lo que preguntan, indagan, consultan,

observan, escuchan. Algunas noticias les preocupan o les asustan como las referentes a los atentados

terroristas o las guerras por lo que conviene que los niños estén informados y busquen explicaciones

sobre esos temas. Hoy día, los niños tienen acceso a gran cantidad de información a través de los

medios, por lo que llevar notas periodísticas al aula puede ayudar no sólo a comprender un fenómeno

o acontecimiento sino a ampliar, estudiar y analizar lo que ocurre. Es importante que los niños

contrasten diversos puntos de vista para forjarse el propio, aprendan a seleccionar las fuentes de

información y a discriminar lo que es de interés. El periódico no solo es para informarnos hay que

formarnos un criterio, por lo que es necesario guiar a los niños en el análisis de su contenido y

relacionarlo con los temas de estudio.

Las crónicas de viaje. Son textos que relatan acontecimientos en el orden en que van sucediendo.

Permiten reconstruir la experiencia del viaje, recordar el recorrido, ordenar los hechos, describir los

rasgos representativos de los lugares visitados y expresar lo más significativo del viaje para compartirlo

con los demás. En los libros de texto se sugiere que los niños narren sus experiencias de algún

recorrido, excursión o viaje que hayan realizado. Generalmente, después de vacaciones o días de

descanso los maestros aprovechamos para que los niños “nos cuenten” a dónde fueron, qué fue lo que

conocieron, qué hicieron, cómo era el lugar que visitaron, qué hacía la gente, qué les gustó más, etc.

De acuerdo con las capacidades de los niños y las características del lugar al que realizaron el viaje,

les podemos pedir que “nos cuenten” y hacer un dibujo, realizar un escrito e ilustrarlo, incluir un croquis

con el recorrido, localizar en un mapa el lugar visitado y calcular la distancia a la que se encuentra, señalar

las coordenadas aproximadas, ubicar en qué región natural se encuentra, qué tipo de clima, flora y fauna

tiene, qué actividades productivas se realizan y qué productos son propios de ese lugar, entre otros

aspectos.

Mapas conceptuales. Aquí se propone que los niños completen un gráfico con las palabras que se

encuentran en un recuadro, con la finalidad de que reconstruyan el concepto que se trabaja en este tipo

de ejercicios y establezcan relaciones entre varias nociones y conceptos, recuperando lo que han

aprendido al respecto. Asimismo, se les solicita elaborar una breve explicación sobre la información que

les proporciona el mapa conceptual con la intención de apoyar el desarrollo de la habilidad de organizar

y expresar sus ideas con claridad mediante la escritura, de emplear criterios para jerarquizar información

y relacionar conceptos. Puede iniciar en los niños este tipo de ejercicios según sus capacidades; conviene

empezar con gráficos sencillos y gradualmente hacerlos más complejos y combinar con los que ellos

mismos realicen.

Historietas. Estas actividades las puede diseñar con el propósito de que los alumnos apliquen los

conocimientos que tienen sobre el tema y pongan en juego las habilidades que han desarrollado para

ordenar textos siguiendo una línea argumental y temporal. Promueven el despliegue de su imaginación

y creatividad para acercar temas de cierta complejidad a través de la participación de personajes, en

un escenario con el tratamiento de un tema geográfico.

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Entrevistas. Además de sugerir acercarse a distintas personas de la comunidad para recoger

distintos testimonios de las características geográficas y de cómo se ha modificado el espacio por la

acción humana, aquí se propone la realización de entrevistas imaginarias con algunos científicos, las

cuales tienen la intención de que las y los alumnos sigan la línea argumental de una conversación y

fortalezcan su habilidad para plantear preguntas (pueden ser elaboradas por los niños o bien

seleccionadas de las que se les propongan).

Este tipo de actividades es importante, ya que por lo general demandamos respuestas por parte

de nuestros estudiantes, pero en contadas ocasiones promovemos el que pregunten acerca del tema

de estudio. Por otro lado, también se persigue que los alumnos se acerquen al quehacer de los

científicos como personas humanas con la capacidad de dialogar sobre lo que investigan y de este

modo, interesar a los niños en algún campo futuro y posible de estudio.

Recorridos imaginarios. En este tipo de actividades, las y los alumnos, a partir de la información

que les proporciona el texto habrán de ubicar y localizar lugares en un mapa, con lo que también se

fortalece la habilidad para elaborar mapas. Asimismo, se ofrece la posibilidad de conocer algunos

aspectos físicos y culturales del espacio geográfico que se está estudiando. La imaginación espacial

puede apoyar para que los niños consoliden sus habilidades cartográficas y pongan en juego su

inventiva y sus conocimientos geográficos al elaborar sus propios recorridos.

Elaboración de modelos. Estas actividades tienen como propósito que las y los alumnos, elaboren

sencillos modelos o instrumentos que puedan utilizar para realizar observaciones e indagaciones sobre

ciertos fenómenos naturales, registrar la información que obtienen, analizar las regularidades que

presentan y elaborar explicaciones al respecto. En este sentido, estas actividades demandan la

habilidad de relacionar distintos tipos de información.

Entre los modelos más empleados en geografía se encuentran las maquetas y los mapas. En

cuanto a las maquetas habría que considerar que los niños no solamente activan su coordinación

motriz sino su pensamiento ya que tienen que representar con cierta proporción un paisaje, una región

o algún otro espacio. Es importante acompañar a la maqueta con una explicación ya sea oral o escrita

por parte de los niños. Algunos maestros han sugerido aprovechar más la maqueta elaborada y han

propuesto a los niños colocarla en el piso, observarla “desde arriba” y hacer un mapa. También han

sugerido realizar viajes imaginarios y transformaciones “naturales”, por ejemplo, una erupción o una

inundación o provocadas por el ser humano como la tala de árboles, el exterminio de la flora y fauna,

la construcción de una presa o de un centro comercial, para comprender cómo los territorios son

modificados por diversos factores y el impacto que éstas tienen en la vida de la población.

Ubicación y ordenamiento temporal de acontecimientos. Este tipo de actividades tienen como

propósito apoyar el desarrollo de la noción temporal y espacial de los niños, al solicitarles ordenar

hechos culturales o físicos de acuerdo a la secuencia en que tuvieron lugar, recuperando lo que han

aprendido en sus clases de historia y orientando la reflexión al reconocimiento de que vivimos en un

mundo en constante cambio y transformación, por lo que algunos planteamientos que se han hecho,

por ejemplo, sobre el origen de nuestro sistema solar o de la estructura interna de la Tierra, han ido

cambiando con base en los descubrimientos que se han hecho al respecto. Asimismo, propician que

los alumnos desarrollen las nociones de cambio-permanencia, simultaneidad, espacio y tiempo.

Crucigramas. Este tipo de actividades se plantean para que las y los alumnos encuentren la(s)

respuesta(s) correcta(s) de un ejercicio, recuperando los conocimientos que tienen sobre el tema, al

poner en juego la observación y la inferencia. En quinto grado se encuentran algunos ejemplos en el

libro de texto. Los niños pueden elaborar los propios e intercambiarlos para ser resueltos por los

compañeros del grupo.

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Debates. En diferentes momentos se proponen actividades para que los niños expongan sus

puntos de vista sobre algún tema. Por lo que en su desarrollo habrá que poner especial atención en

que escuchen lo que tienen que decir sus compañeros y fundamenten sus opiniones en la información

que les proporciona el libro de texto, las actividades que se realicen en el grupo y aquella otra que

puedan obtener de fuentes diversas. Este tipo de actividades favorecen la expresión oral y la

argumentación de los puntos de vista, así como el diálogo y el respeto a las ideas de los demás, la

tolerancia ante formas de pensar divergentes y la seguridad en sí mismos.

En una experiencia con niños de segundo grado, después de observar la posición del Sol en el

cielo y hacer una representación, se dieron cuenta que el Sol ya no estaba en el mismo lugar, se

formularon la pregunta ¿es el Sol el que se mueve o la Tierra? Iniciaron un debate en el grupo. La

maestra preguntó: “¿Cómo es que el Sol cambió de lugar? Ustedes qué piensan”.

A partir de esta pregunta, los niños tomaron la palabra y el pizarrón, como se observa en las

imágenes, para participar y abrir un intenso debate que tuvo de fondo dos cuestiones fundamentales:

¿El Sol gira alrededor de la Tierra? o ¿Es la Tierra la que gira alrededor del Sol? Preguntas que en el

desarrollo de la humanidad tomaron siglos para tener respuestas.

Los niños se enfrascaron en una discusión para argumentar a favor o en contra de una u otra

posición. Argumentos que no estaban pensados para convencer a la maestra, sino al resto de los niños

que pensaban diferente. La maestra tomó el papel de orientar y plantear preguntas para que los niños

explicaran por qué pensaban así. Trató de seguir el proceso de discusión del grupo e invitarlos a que

cada cual tomara posición frente a una u otra postura que se había presentado.

Las ideas de los niños fluyeron por más de

45 minutos para argumentar a favor de una u otra

postura epistemológica que constituyen un hito en

la historia del pensamiento de la humanidad: la

teoría heliocéntrica vs la teoría geocéntrica.

Una parte del grupo, en la que estaba

Leocadio, expresó sus argumentos con base en la

percepción de lo observado, siguiendo la lógica de

que si habían dibujado en tres lugares distintos en

el cielo al Sol, era porque éste se movía alrededor

de la Tierra; mientras que otro sector del grupo, en

el que se encontraba Dayane, sostenía que el Sol

al ser mucho más grande que la Tierra tenía que

iluminar a todos los demás planetas no sólo a la

Tierra, por lo tanto, el Sol no podía girar solamente

alrededor de nuestro planeta, la Tierra tenía que

girar al igual que los otros planetas, alrededor del

Sol. Ambos niños, trazaron en el pizarrón un

esquema para explicar su postura al resto del

grupo. Hubo un tercer sector, que se mantenía a la

expectativa y estaba dubitativo de las

explicaciones presentadas.

La intervención de la maestra se concretó en

orientar la discusión e instar a los niños a que

argumentaran, a que manifestaran las razones de las ideas que exponían. Para muchos adultos, estas ideas

“Yo pienso que el Sol da vuelta alrededor de la

Tierra”, expresó Leocadio en su esquema.

Esquemas realizados por los niños en el pizarrón a

partir de la discusión. Dayane sostiene la postura

heliocéntrica.

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de los niños hubieran parecido “ilógicas”, “erróneas”, “sin sentido” y una pérdida de tiempo al dejarlos

conducir su propio debate. Para la maestra fueron un referente para buscar las estrategias de cómo trabajarlas

y lograr el cambio conceptual.

La maestra orientó a los niños a tomar una postura sin descalificar una u otra, la petición fue:

“Cada quien piense bien cuál es la explicación que le convence más. Después que decidan van a escribir

su conclusión en su cuaderno”. Los textos elaborados por los niños reflejaron la disyuntiva

epistemológica; algunos se inclinaron por escribir que la Tierra giraba alrededor del Sol, mientras que

otros aseguraron que es el Sol el que gira alrededor de nuestro planeta.

La experiencia no terminó ahí, ya que la maestra enlazó el tema con otros contenidos de las

asignaturas de Español y Matemáticas ese viernes en que ocurrió la experiencia. Notó que los niños en

general, mantuvieron una actitud de interés y realizaron las actividades con entusiasmo, lo cual

comprobó el lunes siguiente cuando los niños demandaron continuar con el debate y confrontar sus

respuestas con la información de libros y enciclopedias que llevaron al salón de clases. Buscaron,

consultaron, discutieron y aun así hubo quienes no se convencieron plenamente de que la Tierra gira

alrededor del Sol.

Aun cuando existen otros detalles que hay que valorar para el análisis de esta experiencia, lo que

se quiere resaltar aquí es que es posible llevar a la práctica el enfoque para la enseñanza de la geografía

cuando los maestros nos damos la oportunidad de seguir el proceso de los niños y encauzarlo.

Complementación de esquemas. En estas actividades los niños habrán de identificar y ubicar en

un esquema las partes que faltan, describir brevemente algunas de sus características y después ofrecer

una explicación sobre lo que se representa en dicho esquema, lo cual les permite tener una visión

integral del tema de estudio y advertir las relaciones que se establecen entre los diversos elementos

que lo integran. Desarrollan en los niños la capacidad de síntesis y de representación de información.

Elaboración e interpretación de tablas y gráficas. En diversos momentos, dada la naturaleza de los

contenidos, se sugiere la elaboración de tablas y gráficas con la información que las y los alumnos obtienen

de las actividades, con la finalidad de favorecer el desarrollo de las habilidades de sistematización e

interpretación de la información, para de ahí elaborar una conclusión o una idea sobre el tema de estudio

basada en el trabajo con estos recursos. Pueden aprovecharse las orientaciones que brinda la asignatura

de Matemáticas.

Elaboración e interpretación de mapas. Una de las actividades centrales para que los niños

desarrollen las habilidades cartográficas es que estén en constante contacto con diversos tipos de

mapas para obtener información. Por ello, este tipo de actividades propone de una manera sistemática,

la observación, la lectura e interpretación de mapas, cartas, planos y croquis. Asimismo, se impulsa a

los alumnos a construir representaciones cartográficas propias a partir del manejo del código que

implica saber interpretar mapas.

Visitas y recorridos. La geografía no puede aprenderse en el libro de texto y dentro del aula

solamente. Es necesario aprovechar el entorno donde se localiza la escuela para realizar con los niños

recorridos breves o visitas a sitios que representen interés. Se ha dicho antes que los niños llegan a la

escuela con cierta experiencia y conocimiento previo sobre su localidad y quizá, de otros lugares, que

necesita sistematizarse a través del estudio de los contenidos de la asignatura y mediante salidas breves

que tengan un propósito definido. La guía del maestro es importante para que los niños fijen su

atención y observen el paisaje, miren el color del suelo, la forma de las hojas de las plantas, el cielo, las

nubes, el material de las construcciones, las actividades de la gente.

Uso de medios electrónicos. Da manera creciente se han incorporado como recursos para el

aprendizaje las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Su uso también ha de

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tener un marco formativo, con propósitos claros y bajo la supervisión del maestro. Los niños en la

actualidad desarrollan habilidades en el manejo de la computadora, en la consulta en páginas web,

pero también hay que encauzar adecuadamente en qué momento son un apoyo, qué temas se buscan,

qué información se requiere y compartirla en el grupo para analizarla. Previamente conviene

seleccionar y valorar la aportación para el aprendizaje de estos recursos, así como tener presente las

habilidades a las que contribuye su empleo por los niños.

Es de primera importancia vincular lo que se aprende en la escuela con la vida y lo que los niños

conocen. La geografía puede ser una puerta abierta para lograrlo.

Algunas recomendaciones finales

Cualquier actividad que forma parte de una secuencia didáctica y a su vez, de una estrategia, ha de

estar bien planeada, pero sobre todo pensada para que los niños aprendan y disfruten lo que hacen

en la escuela, descubran la geografía y que se contribuya a lograr las aspiraciones que socialmente se

le han conferido a la escuela primaria. Cuando realice las actividades de aprendizaje con los niños se

recomienda:

• Orientar a las y los alumnos en la realización de las actividades. Trate de que los niños siempre

tengan su apoyo. Evite pedirles resolver su libro de texto solos o como tarea en casa. En todo

caso, las actividades han de ser revisadas y en la medida de lo posible, contrastar con otros

puntos de vista.

• En el caso de aquellas actividades donde se solicite una opinión, respetar los planteamientos de

los niños y orientar su reflexión y argumentación. Un principio importante en la comunicación es

que los niños puedan expresar libremente lo que piensan, lo confronten con otros puntos de

vista y tomen una posición propia.

• Propiciar que aprendan de sus errores, llevando a cabo la revisión de las actividades de manera

colectiva, y de ser necesario con el auxilio del libro de texto u otras fuentes, a fin de que los niños

reflexionen sobre las respuestas que dieron y reelaboren sus planteamientos.

• Favorecer la expresión de los puntos de vista, en aquellas actividades donde esto se plantea,

orientando la participación a fin de que respeten turnos al tomar la palabra, argumenten sus

puntos de vista, respeten los de sus compañeros y compañeras, escuchen lo que los otros dicen,

tengan la posibilidad y disposición de aprender de los demás.

• Fomentar la consulta de otras fuentes como atlas, libros o CD multimedia, internet, revistas y

Enciclomedia que ofrezcan información adicional sobre los temas de estudio o bien que puedan

despertar la curiosidad de los niños por algún tema.

• Favorecer la observación y recopilación de información de algunos fenómenos naturales a fin de

que las y los alumnos sistematicen e interpreten los datos obtenidos y elaboren explicaciones al

respecto.

• Propiciar que los niños formulen preguntas sobre los temas de estudio, ya que esto contribuye

a fomentar actitudes de curiosidad, indagación y generar la duda como medio para aprender, lo

cual –con la orientación de usted maestro– les habrá de favorecer las habilidades de

investigación y cuestionamiento.

Maestros, exploremos las posibilidades de la geografía como un medio para conocer el mundo,

demos a los niños y niñas esa oportunidad, aprovechemos el conocimiento sobre la enseñanza que

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han construido, tomen como reto enriquecerlo, profundizarlo y compartirlo con otros maestros. Va de

nuevo: escriban, narren y compartan con nosotros sus experiencias en la enseñanza de esta asignatura.

Finalmente, maestros, les quiero compartir un fragmento que leí en un libro que acaba de llegar

a mis manos y que nos habla de los desafíos del maestro. La introducción del libro empieza con esta

reflexión, yo termino mi texto con ella porque pienso que nos abre camino:

“No obliguen a sus alumnos a estudiar de memoria, eso no sirve. Lo que se impone por la fuerza es

rechazado y en poco tiempo se olvida…Pónganse como meta enseñarles a pensar, que duden, que se hagan

preguntas. No los valoren por sus respuestas. Las respuestas no son la verdad, buscan una verdad que

siempre será relativa. Las mejores preguntas son las que se vienen repitiendo desde los filósofos griegos.

Muchas son ya lugares comunes, pero no pierden vigencia: qué, cómo, dónde, cuándo, por qué…Hay una

misión o mandato que quiero que cumplan. Es una misión que nadie les ha encomendado, pero que yo

espero que ustedes, maestros, se la impongan a sí mismos: despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez.

Sin límites. Sin piedad. (De la película Lugares Comunes. Argentina/España, 2001. Dirección: Adolfo

Aristarain)”.

¿La geografía nos podrá ayudar? ¡Exploremos!

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70

La geografía en la escuela primaria G. MÓRTOLA

Introducción

En los últimos años, cada vez que terminaba el ciclo lectivo al hacer la evaluación personal de mi

trabajo, sentía que mi labor en el área de Geografía no me satisfacía plenamente. Esta insatisfacción

era sustentada por distintas percepciones e hipótesis:

• La mayoría de los textos escolares tienen propuestas que no abordan problemáticas del mundo

de hoy y dejan de lado al hombre (ni hablar de los sectores populares).

• Los conflictos sociales tampoco entran en las propuestas editoriales.

• La regionalización que propone el Diseño Curricular no permite visualizar un país

económicamente y socialmente afectado por la globalización.

• La Historia queda afuera de las actividades del área de Geografía.

• Lo que damos como Geografía en la escuela está muy lejos de lo que actualmente se debate e

investiga en ámbitos académicos.

• Los aprendizajes de los chicos no son realmente significativos.

Para desarrollar propuestas que pudieran dar respuesta a lo anteriormente enumerado, tuve que

interiorizarme y buscar bibliografía teórica que sustentara cualquier nueva acción. Quiero compartir

brevemente algunos elementos que aportan la Geografía como Ciencia y su Didáctica como disciplina.

Esto lo haré, pues muchas veces en la escuela hay una enorme desvalorización de los desarrollos

teóricos, y considero que sin un marco teórico toda propuesta didáctica queda sin sustento para poder

reflexionar sobre ella y evaluarla.

Marco teórico

La mayoría de los textos escolares que los docentes encontramos en la escuela pueden ubicarse dentro

de dos corrientes bastante hegemónicas en el pensamiento geográfico contemporáneo; la positivista

o la regionalista-humanista.

La corriente positivista se caracteriza por asumir una postura determinista, un determinismo

natural. Enclavada en el orden de la naturaleza, en esta corriente impera lo permanente, lo inmutable.

Le interesan los fenómenos circunscriptos al ámbito de la superficie terrestre.

La regionalista-humanista, enclavada en el historicismo, entiende que el conocimiento de lo

humano se realiza a través del estudio de casos particulares. Se dedica al estudio de lo excepcional, lo

único, lo irrepetible que tiene cada lugar sobre la superficie terrestre. La observación es el instrumento

analítico clave, y la función básica de esta escuela es describir el paisaje y la región. Se considera y se

valora la acción humana como la capacidad de adaptarse, reaccionar, elegir, actuar.

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Estas dos corrientes se desarrollaron entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, pero

penetraron profundamente en la geografía que se dicta en la escuela, que según Raquel Gurevich tiene

las siguientes características:

• Básicamente cualitativa e interesada en identificar y pormenorizar aspectos y atributos de cada

porción de la superficie terrestre.

• Sumamente erudita, pues los contenidos a aprender se convierten en largos inventarios que se

deben memorizar.

• Se pretende neutra, oculta conflictos, contradicciones y cuestiones problemáticas. El mundo es

armónico, parecido a un folleto turístico.

Lo anteriormente descrito me permitió visualizar el tipo de Geografía y las concepciones que

impregnaban mis clases. Con esto yo confirmaba las formas y los contenidos con los cuales no quería

trabajar más, pero, ¿cómo elaborar nuevas propuestas?

Nuevamente la teoría comenzó a darme respuestas...

En los ámbitos académicos, a partir de los años 60 surgen corrientes que pueden denominarse críticas

que centran su interés en el hombre y sus problemas, definiendo así la naturaleza social de la geografía.

Incorpora la historia como perspectiva ineludible para lograr explicaciones que permitan entender la

realidad y poder operar sobre ella. Proponen una mirada global, integradora, y niega la neutralidad de

la ciencia. Sus análisis incorporan conceptos de multicausalidad y de múltiples realidades. El espacio es

reinterpretado; se lo concibe como un producto social.

Para estas corrientes la naturaleza se humaniza, se culturaliza, la tecnificación de la sociedad le

impone sus formas. Estos desarrollos teóricos comenzaron a dar explicaciones a las dudas e

insatisfacciones que me producían mis prácticas, y así pude redefinir la división entre geografía física y la

geografía humana: La división entre geografía física y geografía humana es ficticia, pues ya no existe

sobre el planeta ningún lugar que pueda concebirse como natural: todos están impregnados de un modo

u otro por la acción del hombre.

En el aula

En la teoría había encontrado respuesta a muchas de mis dudas, pero, ¿cómo implementar estos

conceptos teóricos en actividades en el aula? Tengo un 5º grado con chicos de sectores populares, con

graves dificultades en lo que respecta a la comprensión lectora, así que cualquier propuesta en Ciencias

Sociales apunta a mejorar estas falencias.

En el mes de junio el conflicto suscitado en la provincia de Neuquén (Argentina) en las ciudades

de Plaza Huincul y Cutral-Có, me dieron ánimo para intentar innovaciones en mi forma de trabajo en

el área de Geografía.

Planteamiento del problema

Les pregunté a los chicos si habían leído o visto algún noticiero en donde se hubiera tocado el tema y

varios respondieron que sí, llamándoles poderosamente la atención los hechos de violencia que se

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habían desarrollado entre la policía y los pobladores en la ruta Nacional 22. Luego de que algunos

chicos relataron la parte policial del conflicto, que era a la que habían tenido acceso por los noticieros

televisivos, les pregunté si sabían por qué estaba esa gente y la policía en la ruta, pregunta que ninguno

pudo responder.

Entonces les propuse investigar las razones del conflicto en las ciudades de Cutral-Có y Plaza

Huincul. En pequeños grupos leyeron una nota de tapa del diario La Nación. Era una nota sintética con

una foto impactante de un grupo de vecinos quemando un neumático. Algunas de las razones del

conflicto fueron inferidas en seguida y las anotamos en el pizarrón:

• La gente se queja porque no tiene trabajo.

• Quieren que el gobernador de Neuquén los ayude.

• Se quejan cortando la ruta nacional 22.

• La gendarmería los quiere desalojar y no lo logra.

Uno de los chicos propuso anotar que la gente había ganado, pues la gendarmería se había

tenido que retirar, propuesta que fue apoyada por la mayoría de los varones. No tenía en mis planes

esto, pero decidí pedirles que para anotar algo así esperaran los siguientes pasos de la investigación.

Conocemos un poco más

Nuestro siguiente paso fue ubicarnos espacialmente: en un mapa de la Patagonia y en uno de la

provincia de Neuquén localizamos las ciudades en conflicto, las rutas que la comunican, ciudades

cercanas importantes, si tenían servicios de ferrocarril y aéreos, etc.

Luego de ubicados, volvimos a los diarios para analizar a las partes en conflicto. De los diarios

Clarín y La Nación extraje reportajes al gobernador, a los pobladores, a un gerente de Y.P.F. y bastante

material fotográfico. Los chicos se dividieron en cuatro grupos, a los grupos que tenían las entrevistas

a los pobladores y al gerente de Y.P.F les di la consigna de hacer mapas conceptuales con las principales

ideas vertidas por los entrevistados. Al grupo que tenía la entrevista al gobernador que extraigan del

texto partes que consideraban importantes y el grupo que tenía el material fotográfico debía hacer

una nota de carácter periodístico con la información que veían en las fotos.

Con respecto a los mapas conceptuales es una forma de trabajo que aplico habitualmente en 5º

grado, pero siempre le doy a los chicos los conceptos principales del texto para que ellos los ordenen

y si consideran que hay alguno importante que me olvidé lo pueden agregar.

Me gustaría compartir con los lectores las producciones de los grupos:

Grupo que trabajó con las declaraciones

de los pobladores

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Grupo que trabajó con las declaraciones

de un gerente de Y.P.F.

La realización de estos mapas conceptuales trajo aparejadas algunas aclaraciones. Los chicos de ambos

grupos preguntaron qué era privatizar y Facundo, un alumno de 10 años de sectores populares dio

muy seguro la siguiente explicación: "es cuando el gobierno le da las empresas los privados". Otra

duda que surgió fue qué eran los retiros voluntarios, a lo cual Facundo respondió con "es cuando le

dan a la gente plata por irse de una fábrica".

Hablamos, mientras seguían trabajando, de que las sumas que recibían estas personas en general

eran bastante altas, pero quedaron sorprendidos cuando les dije que la mayoría había instalado

kioscos, comprado remises o pagado la mudanza a ciudades más grandes. Guillermo dijo: "Pero es

tonta la gente, si todos compran remises o ponen kioscos se funden". Les aclaré que estábamos

profundizando en nuestros conocimientos del conflicto, pero que faltaban elementos y datos para

encontrar algunas respuestas.

Grupo que trabajó con las declaraciones del gobernador:

Las principales frases que extrajeron fueron las siguientes:

• "Yo no tengo la culpa".

• "No hay plata".

• "Vamos a poner la planta de fertilizantes".

• "Vamos a pedir plata al gobierno para que nos ayude".

Grupo que trabajó con el material fotográfico

El grupo estaba integrado por nenas y redactó la siguiente nota:

VIOLENCIA EN NEUQUÉN

Los pobladores de Cutral-Có y Plaza Huincul bloquearon la ruta 22 y un rato después empezaron a

quemar gomas a prender bolsas de basura y neumáticos para que el fuego crezca. En un rato llegaron

los policías con garrotes de goma y escudos de plástico duro. La gente siguió bloqueando la ruta 22.

Los policías sacaron las armas para matar a la gente. Hubo algunos heridos, pero la policía tuvo que

abandonar la ruta 22 y los pobladores sintieron que ganaron.

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Nuevamente aparece el sentimiento de victoria, que creo que fue como lo trataron muchos

medios de comunicación. Para finalizar esta parte del trabajo hicimos un gran afiche con todas las

producciones de los chicos.

Nos ubicamos geográfica e históricamente

Luego de planteado el conflicto era necesario buscar datos que permitieran explicar con mayor

profundidad el conflicto. Me interesaba que los chicos pudieran conocer la historia del lugar, la

población, el relieve de la zona y su clima y las explotaciones que se realizan. Investigamos en la

biblioteca y nos pusimos en contacto con la Casa de la Provincia del Neuquén, que, con bastantes

miedos y temores, nos facilitó muchos folletos turísticos y datos económicos.

Dividí el grupo nuevamente en cuatro y los ejes investigados fueron los siguientes:

1. Clima de la zona

2. Historia de las ciudades

3. Población

4. Producción

El día que realizamos la investigación sentí que cuando hablábamos de que la zona pertenece al clima

"árido de estepa" o de "los derivados del petróleo", los chicos podían resignificar estos conceptos que

generalmente no les producen ningún interés, desde la importancia que tenía para ellos los conflictos

de la gente.

Cada grupo presentó un informe de lo investigado con los que se armó un nuevo afiche,

comentamos las producciones de cada grupo y sacamos algunas conclusiones:

• La gente llegó a las ciudades para trabajar en la industria del petróleo y crecieron a partir de su

influencia.

• Las ciudades son nuevas.

• Muchos de los 40.000 habitantes están emigrando hacia otras regiones (peligro de convertirse

en pueblos fantasmas).

• El clima y el relieve no permiten desarrollar actividades agrícolas o ganaderas.

• La privatización dejó a mucha gente sin trabajo.

Pero el trabajo del geógrafo como científico social, no puede quedarse en lo meramente descriptivo,

el científico social no puede detenerse ante la realidad ni limitarse a ella. La crítica y la solución son

inseparables. La ciencia no es un fetiche.

Tiene estrecha relación con los problemas reales, toda crítica implica una posibilidad de solución.

Posibles soluciones

Si para un adulto es difícil plantear soluciones, para un chico de diez u once años también lo es, más

cuando es un tema con un enorme grado de conflictividad. Pero no podía dejar de plantearla como

actividad. Como había previsto, los chicos quedaron totalmente identificados con las soluciones que

habían ya peticionado los pobladores, es decir:

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1. Instalación de la planta de fertilizantes que iba a producir 2000 puestos de trabajo.

2. Que el gobernador los escuche un poco más.

3. Que no se despida más gente.

Estas posibles soluciones se adjuntaron a los afiches realizados con anterioridad que fueron

expuestos en carteleras de la escuela.

Evaluación

Quiero compartir con ustedes algunas conclusiones que pude extraer de la realización de esta

actividad:

• Que personalmente había realizado una tarea mucho más gratificante y más cercana a mis

posturas teóricas e ideológicas.

• Que los chicos siempre trabajaron con mucha motivación, reflexiva y críticamente.

• Que las problemáticas de la gente (en especial de los sectores populares) entraron a la escuela

respetando postulados científicos.

• Que así, un conflicto social, es abordado desde una ciencia social como lo es la Geografía, pero

manteniendo estrechos contactos con otras disciplinas.

• Que muchas veces los diarios traen más material de análisis que los libros de texto, pero que el

libro (no específicamente el escolar) aporta datos fundamentales para la reflexión.

• Que el trabajo en Ciencias Sociales en la escuela debe estar en íntimo contacto con la

comprensión lectora y la producción de textos.

• Que la elaboración de afiches donde se muestra la producción de todos los chicos refuerza

formas de aprendizaje grupal y que el exponerlos a la vista de otros compañeros, motiva un

mayor control sobre la ortografía, las normas de presentación de un texto etc.

Por último, la escuela debe animarse a reflexionar sobre las problemáticas actuales de la

sociedad, en especial aquellas que atienden a los sectores populares, pues sin abordajes críticos,

considero que nos transformamos en un engranaje más de esta sociedad injusta que los sectores

dominantes están construyendo.

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Página web: Educ.ar

Enlace: https://goo.gl/G9TLjS

Resumen: Es un sitio web oficial del Gobierno Argentino que dispone de un banco de recursos

educativos de diversas disciplinas y niveles educativos.

Página web: [email protected]

Enlace: https://goo.gl/zEQR6A

Resumen: Página con una sencilla pero ilustrativa explicación sobre los mapas y los puntos cardinales.

Muy adecuada para ver en el aula con los alumnos.

Página web: El World Factbook

Enlace: https://goo.gl/h5d7er

Resumen: Proporciona información sobre la historia, las personas, el gobierno, la economía, la

geografía, las comunicaciones, el transporte, las cuestiones militares y transnacionales para 267

entidades mundiales.

Página web: Eyes on the Earth-Nasa o Los ojos de la NASA en la Tierra

Enlace: https://goo.gl/DtjnS2

Resumen: Herramienta útil para que los estudiantes aprendan del universo más allá de la nave

espacial y la exploración que realizan los científicos e ingenieros de la NASA.

Página web: Eduteka

Enlace: https://goo.gl/i6nTS8

Resumen: Presenta diversos proyectos con su respectiva secuencia didáctica, para realizar en el aula

en diferentes disciplinas y acorde a las edades del alumnado.

Página web: Educapeques

Enlace: https://goo.gl/dLgge7

Resumen: Es un portal de educación infantil y primaria, que contiene diversos juegos para ubicarse

en el espacio geográfico y comprender la biodiversidad de cada país o región del planeta.

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Página web: Mapas Flash interactivos

Enlace: https://goo.gl/tJpeVV

Resumen: Contiene juegos didácticos para aprender Geografía.

Página web: Jugando y aprendiendo

Enlace: https://goo.gl/zbHOz2

Resumen: Es el blog creado por Luisa María Arias, ofrece múltiples recursos sobre diferentes materias,

propone actividades lúdicas y mapas interactivos.

Página web: National Geographic

Enlace: www.ngenespanol.com

Resumen: Sitio web sobre la organización más grande del mundo sobre educación y ciencia. Incluye

conocimientos sobre geografía, arqueología, ciencias naturales, estudio de las culturas del mundo,

historia y promoción de la conservación del medio ambiente y del patrimonio histórico.

Página web: Seterra

Enlace: www.online.seterra.com/es

Resumen: Es un sitio para aprender y poner en práctica los conocimientos de geografía, a través de

un método dinámico e interactivo.

Página web: Juegos-geográficos

Enlace: http://www.juegos-geograficos.es/

Resumen: Juegos para que el alumnado amplíe y ejercite los conocimientos sobre geografía.

Página web: Diccionario visual de geografía física

Enlace: https://goo.gl/1PjMyB

Resumen: Contiene explicaciones e ilustraciones de los elementos de la geografía física. Además,

incluye un glosario.

Página web: Worldmapper

Enlace: http://www.worldmapper.org/

Resumen: Es una colección de mapas del mundo de acuerdo con el tema de interés.

Página web: Google Maps/Google Earth

Enlace: https://goo.gl/w5koHR

Resumen: Permiten al usuario ver y utilizar contenido como datos de mapas, imágenes, fichas de

empresa, tráfico, reseñas y otros datos relacionados proporcionados por Google.

Página web: GeaCron

Enlace: https://goo.gl/ySt793

Resumen: Contiene mapas interactivos del mundo de historia desde el año 3,000 a.C.

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Página web: Educapeques

Enlace: https://goo.gl/xPu7gI

Resumen: Incluye juegos interactivos de cartografía para niños: nivel de primaria.

Página web: Tour Builder

Enlace: https://goo.gl/GWkdIk

Resumen: Permite situar sobre los mapas de Google marcadores con imágenes y explicaciones y

trazar con ellos una ruta. Útil para explicar diferentes acontecimientos históricos.

Página web: FreeMap

Enlace: www.freemaptools.com

Resumen: Es una aplicación gratuita que permite generar mapas mudos, para realizar adaptaciones,

añadiendo leyendas, colores, mostrando o quitando fronteras políticas.

Artículo: Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana

Enlace: https://goo.gl/oGMuEZ

Resumen: Enseñanza de las ciencias sociales integradas desde el estudio del espacio geográfico.

Lectura: Aprender a enseñar... en la escuela primaria

Enlace: https://goo.gl/rBJGwZ

Resumen: El documento presenta tips de cómo enseñar Geografía en cuarto grado (págs. 89)

Lectura: Itinerarios geográficos en la escuela

Enlace: https://goo.gl/FwruZh

Resumen: Ofrece reflexiones, propuestas y experiencias sobre la enseñanza de la geografía

Lectura: Revista Electrónica de Recursos en Internet sobre Geografía y Ciencias Sociales

Enlace: https://goo.gl/J6hPmL

Resumen: Presenta la herramienta Geophotopedia para la divulgación científica en Geografía.

Video: Juego Didáctico Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Para estudiantes de 1er Ciclo Básico Enlace:

https://goo.gl/aLrwzv

Resumen: Juego didáctico para apreciar las culturas, cultivos y métodos de conservación integral.

Página web: Ubicación espacial en países del mundo

Enlace: www.cyberkidz.es

Resumen: Juego interactivo: Ubicación espacial en países del mundo.

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Lectura: Enseñanza de las ciencias sociales integradas desde el estudio del espacio geográfico

Enlace: https://goo.gl/pLenLx

Resumen: Análisis del espacio geográfico en forma integrada.

Lectura: Estrategias para adaptar la enseñanza de la geografía a las transformaciones de la globalización

Enlace: https://goo.gl/bjKtOl

Resumen: Uso de metodología indagatoria para la enseñanza del espacio geográfico

Lectura: El papel educativo en la Geografía: reflexiones sobre los fines y desafíos actuales

Enlace: https://goo.gl/OWaUrO

Resumen: Ofrece ideas y reflexiones para re-examinar críticamente los fundamentos de la formación

en Geografía que se provee a los ciudadanos.

Lectura: Una mirada al pasado y un proyecto de futuro

Enlace: https://goo.gl/X9IDhL

Resumen: Los recursos en la enseñanza de geografía en la educación primaria y su relación con las

competencias básicas

Lectura: Los retos de la Geografía en Educación Básica su enseñanza y aprendizaje

Enlace: https://goo.gl/pi6MEK

Resumen: Establece un diálogo entre la producción vanguardista del conocimiento y su aplicación

sistemática en las escuelas de educación básica

Lectura: HISTODIDÁCTICA

Enlace: https://goo.gl/IeS2fI

Resumen: Sitio web que ofrece artículos, recursos y enlaces sobre Ciencias Sociales.

Lectura: La brújula del tiempo

Enlace: https://goo.gl/JTk3Nu

Resumen: Blog elaborado por Víctor Marín Navarro, profesor de Geografía e Historia compartir

recursos didácticos y trabajos sobre la materia de Geografía e Historia.

Lectura: La economía y yo

Enlace: https://goo.gl/oMP6mm

Resumen: Serie de secuencias didácticas para desarrollarlas con el alumnado.

Lectura: Blog de José Luis Redondo

Enlace: www.joseluisredondo.me

Resumen: Blog que presenta un listado de proyectos para realizar en las ciencias sociales.