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Distintos conceptos sobre diseño de hoteles La búsqueda de la espectacularidad El futuro de los hoteles El diseño de los hoteles modernos ha estado influido en gran medida por cuatro hombres: Morris Lapidus, William Tabler, Emmanuel Gran y John Portman. Tabler realizó el diseño de los nuevos hoteles de la cadena Statler y Gran fue el arquitecto consultor de la cadena Hilton Hotel International. Portman era un diseñador-arquitecto-constructor que primeramente trabajó para los Hyatt Hotels y luego para los Western International Hotels. Lapidus, originariamente un diseñador de almacenes minoristas, imaginó el hotel -y especialmente el vestíbulo- como un lugar que debía tener connotaciones de lujo, de excitación y de algo inesperado. El tradicional Grand Hotel logró su aspecto lujoso mediante numerosos salones, mullidas alfombras, gran cantidad de personal de servicio y un diseño ornamental, junto con muebles sólidos. Los nuevos hoteles y moteles ofrecen una atmósfera de fiesta que resulta a un mismo tiempo alegre y funcional. El color resulta muy importante y la luz se usa tanto para dar efecto como para la iluminación. Lapidus mezcló lo clásico con lo moderno, contrastó texturas y construyó columnas en los vestíbulos de sus hoteles. Mientras los vestíbulos de los hoteles comerciales eran cada vez más pequeños, él construyó enormes salones para recepciones en los hoteles Eden Roc y Fontainebleau, en las playas de Miami, y en el hotel Arawac, en Jamaica. Sus obras más conocidas son el Fontainebleau y el Americana de Nueva York. Según Lapidus, nadie desea ir a un hotel de descanso. El viajero medio no está cansado ni necesita un descanso; no desea paz y tranquilidad, lo que quiere es un cambio. Lapidus aseguraba que muchas personas son demasiado inquietas como para permanecer aunque no sea más que una semana en un hotel. La permanencia media en una zona de vacaciones es de cuatro días. Lapidus sostenía que todos los hoteles son sitios de descanso; el hotel comercial se ha fusionado con el hotel turístico. Nadie desea "la paz del hogar fuera del hogar", afirmaba Lapidus, y por lo tanto nadie desea hacer fuera de su casa lo que normalmente hace en ella. Se conduce el negocio en una atmósfera de vacaciones, que difícilmente puede separarse del placer. Los altos costes de los nuevos hoteles céntricos eran para Lapidus una exageración; en muchos casos los costes declarados públicamente eran el doble de los reales. Confirmando la idea de Lapidus de que los hoteles céntricos eran un lugar de descanso, el Palmer House de Chicago construyó una especie de "refugio dentro de un hotel" que costó aproximadamente diez millones de dólares. El Statler de Los Angeles, diseñado por Tabler, introdujo palmeras y fuentes iluminadas como parte del vestíbulo de un gran hotelcéntrico. La búsqueda de la espectacularidad La década de los setenta protagonizó la creación de hoteles que se apartaban radicalmente del diseño tradicional; hoteles que correspondían mejor al carácter de su ubicación particular, ya fuera Nueva York, Denver o Los Angeles. En lugar de ser construidos por hoteleros, como ocurría en el pasado, los nuevos hoteles fueron construidos y financiados casi exclusivamente por empresas constructoras. Una de las razones fue el déficit de dinero y su alto coste. Los bancos ya no proporcionaban créditos para cubrir el sesenta por ciento de la hipoteca necesaria para construir hoteles. En los años setenta, tanto los bancos como las compañías de seguros exigían un mayor respaldo de capital por parte del dueño del hotel y en muchos casos, pedían una participación en la propiedad. En 1967 la Regency Hyatt House de Atlanta estableció una nueva tendencia en la

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Distintos conceptos sobre diseño de hoteles

La búsqueda de la espectacularidad El futuro de los hoteles

El diseño de los hoteles modernos ha estado influido en gran medida por cuatro hombres:

Morris Lapidus, William Tabler, Emmanuel Gran y John Portman. Tabler realizó el diseño de

los nuevos hoteles de la cadena Statler y Gran fue el arquitecto consultor de la cadena

Hilton Hotel International. Portman era un diseñador-arquitecto-constructor que

primeramente trabajó para los Hyatt Hotels y luego para los Western International Hotels.

Lapidus, originariamente un diseñador de almacenes minoristas, imaginó el hotel -y

especialmente el vestíbulo- como un lugar que debía tener connotaciones de lujo, de

excitación y de algo inesperado. El tradicional Grand Hotel logró su aspecto lujoso mediante

numerosos salones, mullidas alfombras, gran cantidad de personal de servicio y un diseño

ornamental, junto con muebles sólidos.

Los nuevos hoteles y moteles ofrecen una atmósfera de fiesta que resulta a un mismo tiempo

alegre y funcional. El color resulta muy importante y la luz se usa tanto para dar efecto como

para la iluminación. Lapidus mezcló lo clásico con lo moderno, contrastó texturas y construyó

columnas en los vestíbulos de sus hoteles. Mientras los vestíbulos de los hoteles comerciales

eran cada vez más pequeños, él construyó enormes salones para recepciones en

los hoteles Eden Roc y Fontainebleau, en las playas de Miami, y en el hotel Arawac, en

Jamaica. Sus obras más conocidas son el Fontainebleau y el Americana de Nueva York.

Según Lapidus, nadie desea ir a un hotel de descanso. El viajero medio no está cansado ni

necesita un descanso; no desea paz y tranquilidad, lo que quiere es un cambio. Lapidus

aseguraba que muchas personas son demasiado inquietas como para permanecer aunque no

sea más que una semana en un hotel.

La permanencia media en una zona de vacaciones es de cuatro días. Lapidus sostenía que

todos los hoteles son sitios de descanso; el hotel comercial se ha fusionado con

el hotel turístico.

Nadie desea "la paz del hogar fuera del hogar", afirmaba Lapidus, y por lo tanto nadie desea

hacer fuera de su casa lo que normalmente hace en ella. Se conduce el negocio en una

atmósfera de vacaciones, que difícilmente puede separarse del placer.

Los altos costes de los nuevos hoteles céntricos eran para Lapidus una exageración; en

muchos casos los costes declarados públicamente eran el doble de los reales.

Confirmando la idea de Lapidus de que los hoteles céntricos eran un lugar de descanso, el

Palmer House de Chicago construyó una especie de "refugio dentro de un hotel" que costó

aproximadamente diez millones de dólares.

El Statler de Los Angeles, diseñado por Tabler, introdujo palmeras y fuentes iluminadas

como parte del vestíbulo de un gran hotelcéntrico.

La búsqueda de la espectacularidad

La década de los setenta protagonizó la creación de hoteles que se apartaban radicalmente

del diseño tradicional; hoteles que correspondían mejor al carácter de su ubicación particular,

ya fuera Nueva York, Denver o Los Angeles. En lugar de ser construidos por hoteleros, como

ocurría en el pasado, los nuevos hoteles fueron construidos y financiados casi exclusivamente

por empresas constructoras. Una de las razones fue el déficit de dinero y su alto coste. Los

bancos ya no proporcionaban créditos para cubrir el sesenta por ciento de la hipoteca

necesaria para construir hoteles. En los años setenta, tanto los bancos como las compañías

de seguros exigían un mayor respaldo de capital por parte del dueño del hotel y en muchos

casos, pedían una participación en la propiedad.

En 1967 la Regency Hyatt House de Atlanta estableció una nueva tendencia en la

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arquitectura hotelera con su atrium o vestíbulo abierto de 21 plantas. Diseñado por John

Portman como parte de un proyecto de remodelación urbana de la zona céntrica de Atlanta,

comprendía una serie de hoteles similares con enormes vestíbulos, la mayoría de ellos

dirigidos por la Hyatt Company. El Atlanta Regency fue el primer hotel moderno en muchos

años que creó una atmósfera especial dentro de un hotel céntrico. Pero probablemente el

más espectacular fue el hotel Hyatt Regency de San Francisco, que, con su vestíbulo abierto

de 17 pisos, resultaba muy adecuado para una ciudad que está emplazada en las colinas.

El Century Plaza Hotel de Los Angeles, diseñado por Minoru Yamasaki, constituyó también un

hito en la construcción hotelera, ya que creó su propio entorno incluyendo un enorme jardín

al que daba el vestíbulo. Su restaurante con paredes vidriadas que daban al jardín

contribuyó a la creación del ambiente.

Desde la inauguración de Atlanta Hyatt Regency, John Portman, diseñador de este

espectacular edificio, fue el arquitecto que causó un mayor impacto en el diseño hotelero de

toda la historia. El concepto del Regency, con habitaciones alrededor del vestíbulo abierto, no

era nada nuevo. Lo que sí constituyó una innovación fue la escalera, la grandeza, los

enormes volúmenes y los ascensores de cristal que hacían su recorrido por encima del

vestíbulo proporcionando una vista espectacular.

Los vestíbulos abiertos, que se elevaban hasta la parte superior del edificio, fueron

denominados atriums por su semejanza con los patios romanos del mismo nombre. Portman

afirmaba que los vestíbulos eran una explosión de espacio, un intento de triunfar sobre los

restringidos y ajustados espacios de las ciudades. Los enormes árboles, lagos, restaurantes

al aire libre, cascadas y "espacios públicos" -ascensores y personas moviéndose en los

balcones de los diferentes pisos- daban a los atriums una "cualidad viva y dinámica".

Resultaba cálido e interesante ver pájaros, árboles y enredaderas colgando de un piso a otro

delatrium y esculturas colgantes y fijas. Los vestíbulos de estos hoteles no solamente

albergaban a los clientes sino que se convirtieron también en un atractivo turístico.

Lo que hacía que los diseños de Portman tuviesen tanta demanda en todo el mundo era que

los hoteles diseñados por él prácticamente llenaban su capacidad incluso cuando la industria

hotelera tenía un porcentaje total de ocupación inferior al sesenta por ciento.

Cuando el Atlanta Regency se estaba construyendo, Portman invitó a los gerentes de las

mayores cadenas de Atlanta para tratar sobre los posibles contratos de dirección. Ellos no se

impresionaron; Portman recuerda que Conrad Hilton, después de mirar de arriba abajo

el hotel en construcción, dijo: "Ese monstruo de cemento nunca volará". Cuando el hotel se

puso en venta, los Pritzker, gerentes de las Hyatt Houses, lo compraron. Entre 1967 y 1972

se construyeron varios hoteles Hyatt Regency diseñados por Portman en las ciudades más

importantes, una asociación que ayudó a que la compañía Hyatt se convirtiera en la cadena

de grandes hoteles de más rápida expansión de los años setenta.

Portman fue también constructor e inversor en gran parte de las obras que diseñaba, hecho

bastante inusual en un arquitecto. En 1972 cortó relaciones con la Hyatt y más tarde

comenzó a colaborar con la cadena Western International Hotels, una subsidiaria de United

Airlirles.

Portman fue el responsable de uno de los cambios más importantes en el diseño hotelero. En

las ciudades de más de medio millón de habitantes, Portman consideraba los hoteles como

parte de un complejo, un reordenamiento de la vida urbana, integrando los grandes bloques

al medio ambiente.

Introduciendo símbolos de la vida rural en la vida de las grandes ciudades, Portman

reordenaba el espacio de manera tal que rodeaba las grandes áreas, produciendo una nueva

geometría dentro de los hoteles y en su relación con las otras partes del complejo que

Portman preveía. Muchos arquitectos habían estudiado esto en el pasado; Portman lo siguió

haciendo, y al aplicarlo en la práctica, logró reunir enormes sumas de dinero para él y sus

colaboradores.

El problema de incluir espacios tan grandes supone un incremento en los costes de la energía

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necesaria para caldearlos o refrigerarlos. Los códigos de edificación requieren que, con cada

recirculación, el aire se renueve del exterior, y el coste por caldear o refrigerar el aire cada

vez que se renueva es altísimo.

El futuro de los hoteles

Los masivos superhoteles, representados por el Bonaventure de Los Angeles, están

considerados por muchas personas como loshoteles del futuro e incluso se han usado como

lugar de desarrollo de muchas películas del futuro. La gente parece reaccionar fuertemente

ante estos enormes vestíbulos, tanto a favor como en contra. Como lugar para convenciones

y grupos -principales contribuyentes del mercado de estos hoteles-, estas gigantescas

estructuras de vidrio, cemento y metal con enormes atriumsparecen ser ideales; pueden

albergar grandes convenciones, reuniones, ser el escenario de un grato fin de semana o un

lugar para que los grupos de viajeros pasen la noche. Los súper o "megahoteles" no tienen

una escala que genere calidez e intimidad y los más tradicionalistas encuentran gran

dificultad para identificarse con el ambiente. Estos superhoteles son tan diferentes de

los hoteles de lujo europeos, con amplio personal de servicio, que para muchos viajero

resultan incómodos y desconcertantes.

Fuente bibliográfica: Enciclopedia Práctica Profesional de Turismo, Hoteles y Restaurantes

© 2002 EDITORIAL OCEANO

Código documento: 42874