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    38 DISCU TIR ALFONSN Lorenc Valcarce, Federico (2003), L inscurit au plurieL La

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    6. Las corporaciones o los votos?'Mara Vutoria MuriUo

    Con la democracia se come, co n la democracia seeduca, con la democracia se cura, no necesitamos nadams, que nos dejen de mandonear, que nos deje de

    m n ~ r la patria financiera, que nos dejen de manejarminoras agresivas, totalitarias, inescrupulosas que porfalta de votos buscan las botas para manejar al puebloargentino.Ral Alfonsn, campaa electoial, 1983Debemos ayudar a nacer al nuevo sindicato, que tendrpodero material y econmico pero deber tener,fundamentalmente, conterudo humano. El nuevosindicato debe orgatzarse de abajo hacia arriba,afirmando sus races en las bases y en el interior de laRepblica.Ral Alfonsn, mellS< ie del Sr. Presidente de la Nacina la Asamblea Legislativa, 10 de diciembre de 1983

    La eleccin de Ral Alfonsfu como preside nte en 1983un punto de inflexin en la historia poltica argentina. La,.,,primera derrota del peronismo en elecciones competitivas indi-

    ,> ,,.,

    1 Agradezco las charlas conjuan Carlos Torre, Aldo Neri y LeopoldoMoreau sobre los procesos polti cos aqu analizados, as como loscomentarios de Sebastin Etchemendy, Roberto. Gargareiia, MarioPecheny, Andrs Sclllpani yJuan Carlos Torre a ver.siones anteriores.

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    140 DISCUTIR ALFONSNcaba que este perodo democrtico sera diferente a los anteriores, aun antes de los cambios internacionale s que reforzaran lasustentabi idad de Jos gobiernos democrticos en la regin. Esteprimer gobierno democrtico se vio tironea do entre la presin delos intereses productivos organizados y las demandas de los votantes .en lo que respec ta a las polticas pblicas. El presidente Alfonsn contrapuso la voluntad electoral (y la legitimidad que ella leotorgaba) a las presiones corporativas, pero finalmente sucumbifrente a estas ltimas con concesiones tanto para el sindicalismocomo para el empresariado, cuyas consecuencias macroeconmicas erosionar on el apoyo popular. Este proceso explica la continuidad de las estrategias del sindicalismo y de la normativa labor l durante Jos subsiguientes gobiernos democrticos. Dichacontinuidad es especialmente llamativa porque en ese perodo laArgentina continu sufriendo cont inuos cambios institucionalesque resultaron en polticas pblicas sumamente voltiles.'La transicin democrtica de 1983 marc una nueva etapadonde la legitimidad de los votos se tranSform en un instrUmento para enfrentar las presiones de Jos intereses organizados,cuyo juego de poder haba caracterizado la dinmica poltica argentina desde mediados del siglo XX. Sin embargo, la incertidumbre sobre la consolidacin democrtica llevara a la administracin de Alfonsn a hacer concesiones a las corporacioneseconmicas, lo que afectara su popula ridad (f undamentalmente,a causa de Jos efectos macroeconmicos de esas medidas). La relacin entre el sindicalismo y el gobie rno ejemplica este proceso.Dicha rela cin estuvo signadapor la falta de lazos partidarios paracanalizar la interaccin entre ambas partes, por lo que la interaccin estuvo marcada por los vaivenes del gobierno, que intenttanto la confrontaci n como la negociacin y la concesin.

    MientraS tanto, el sindicalismo se dividi entre un sector com-bativo" que buscaba la recuper acin salarial frente a l inflacin

    2 Levitsky y Murillo (2007) discuten la debilidad institucionalargentina,y Spiller y Tommasi 2007),la volatilidad de las polticaspblicas en el perodo democrtico iniciado en 1983.

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    por medio de huelgas generales recurrentes, y otro sector que'mantuvo una estrategia centrad a en la bsqueda de recursos organizativos basados en concesiones institucionales. Estos recursos lepermitirn luego, cuando enfrenten condiciones negativas en elmercado laboral-agudizadas por cambios en la normativa de contratacin individual del trabajo-- bajo el gobiern o peronista deCarlos Menem, desarrollar una estrategia de "supervivencia organizativa" basada no slo en concesiones institucionales, sino tambin en mecanismos de mercado, que he analizado en otros trabajos (Murillo, 1997; 2005).Como la relacin del sindicalismo con Alfonsn ha sido ampliamente analizada,' este ensayo no pretende ser exhaustivo en loque respecta a aqulla, sino que busca resaltar dos fenmenos.Primero, los vaivenesde l poltica oficial respecto al sindicalismoy en especial su culminacin en concesiones que terminan erosionando el apoyo electoral que haba servido como fuente de legitimidad frente a las mismas demandas sindicales. Segundo, elmodo en que algunos hitos de dicha interaccin anuncian l ori'gen de la estrategia sindical de acumulacin de recursos organiza'tivos que se desarrolla en esta etapa y contina en perodos subsiguientes.

    Por un lado, la estrategia guberna mental comienza con la confrontacin apoyada en la legitimidad de los votos; luego, empujada por la conflictividad laboral, se mueve hacia concesiones queerosionan la poltica macroeconmica y por ende afectan el'apoyo electoral al gobierno. Por el otro lado, en el sindicalismo laconfrontacin convive con una estrategia de bsqu eda de conce,:siones institucionales para obtener recursos organizativos que le','permitieran capear situaciones econmicas desfavorables que deibilitaban sus recursos industriales y compensar la falta de recursospQlticos cuando pierden acceso al Estado. Las concesiones n s t ~

    ;tu cionales obtenidas durante el gobierno de Alfonsn facilitaron

    3 Merecen destacarse los anlisis de Gaudio yThompson (1990).Aruguete (2006),Fraga ( 99 ) ySenn GonzlezyBosoer (1993),entre otros.

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    142 DISCUTIR ALFONSNla estrategia sindical de acumulacin de recursos organizativosque se profundizara durante la presidencia de Carlos Menem(Murillo, 1997) y que, segn Etchemendy y Collier (2007), explicaran el resurgimiento del sindicalismo argentino durante la administracin del presidente Kirchner, cuando las mejores condiciones del mercado laboral le permiten maximizar el uso de losrecursos acumulados en gobiernos anteriores.

    EL FRACASO DE LA ESTRATEGIA RADICAL DE CONFRONTACIN:.LA LEY DE REORDENAMIENTO SINDICALSi la denuncia que hab a hecho Alfonsn del pacto sindical-militardurante la campaa electoral haba generado desconfianza en elsindicalismo, la poltica oficial de confrontacin que inauguraraa poco de asumir la presidencia confirmara las peores sospechassindicales. La estrategia. de enfrentamiento con el sindicalismoque caracteriz la primer a parte del gobier no radical sealara lavoluntad de Alfonsn de inlponer el peso de la legitimidad de susvotos a l s corporaciones que tradicionalmente haba n sido clavesen la poltica argentina. La fuerza con la que establece esa voluntad se expresa en sus primeras decisiones. Los decretos que llevana juicio a las cpulas de l ERP y Monton eros y a las tres Junt aslitares se expiden a slo cinco das de su asuncin (con elyecto de ley que declara nula la autoamnista de los militares);da siguiente se presenta el proyecto de Ley de ReordenamientoSindical, ms conoci da como Ley Mued porque su autorministro de Trab' jo Anton io Mucci Este proyecto formabade una estrategia de confrontacin definida por polticos radicacles, co mo Germ n Lpez, que haba n sido marcados por larienda de conflictividad sindical que debilit al gobierno.deturo Il ia y aceler su fin.

    La Ley Mued buscaba la democratizacin de los sindicatos,pero impona que el Ministerio de Trabajo controlase el procesoeleccionario, en lugar de que lo hici esen las comisiones directiva:existentes en ese moment o. Adems, limitaba la discrecionalidac

    LAs CORPORACIONES O LOS VOTOS? 143del fi nanciamiento sindical. l mens' je presidencial que acompa al proyecto era claro en sealar la tensin entre la lgicaelectoral y la corporativa, mientra s que pretenda imponer el pesode la democracia a los sindicatos. Alfonsn deca

    La Repblica se democratiz; en lo sindical, no. Es,sta, una situacin que requiere urgente solucin: lossindicatos deben ser normalizados democrticamentecon la mayor rapidez, pues para que un Estado moderno, un Estado de derecho sea plenamente democrtico, sus trabl jadores deben contar con un aparatosindical igualmente democrtico, fuerte, de represen-tacin indscutib e. (Mensaje del Poder Ejecutivo Nacional acompaando el proyecto de Ley de Reordenamiento Sindical, Buenos Aires, 16 de diciembre de1983)

    Aunque el sindicalismo peronista estaba dividido en funcin de laposicin de sus dirigentes f rente a la di ctadura militar, inici inmediatamente un proceso de reunificacin ante lo que percibicomo una agresin por parte del radicalismo.' Segn el dirigenteradica Juan Manuel Casella, quien reemplaz a Mucci como ministro de Trab' jo, es la amenaza de la Ley Muci lo que aglutina aldividido sindicalismo peron ista. Dice en una entrevista:

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    4 El proyecto de ley fijaba la representacin e minoas queobtuviesen el 25 de los votos; obligaba al voto directo, obligatorio ysecreto; suspenda el requisito de antigedad para s r candidato paralas primeras elecciones y determinaba mandatos con un duracinmxima e tr s aos y una sola posibilidad de reeleccin inmediataSenn Gonzlezy Bosoer, 1993).

    5 En una entrevista, el dirigente de Luz y Fuerza CariosAiderete s/f),quien sera ms tarde ministro de Trab go de Alfonsfn, seala lapercepcin negativa que gener la ey Mucci en el movimientosindical para el cual esta ley era parte de un proyecto que buscabafortalecer la presencia del radicalismo en el movimiento obrero aexpensas de los dirigentes de origen peronista.

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    44 DISCUTIR ALFONSNMe parece que los errores que cometimos en la aprecia-cin de la capacidad de maniobra que an tena el sindi- ,calismo hicieron que provocramos indirectamehte elfortalecimiento del polo sindical, porque encontraronun factor de aglutinamiento, definieron un enemigo ytuvieron muy claro cul era el objetivo. Antes de eso estaban dispersos, peleados entre ellos, no tenan objetivosclaros .. (En Senn Gonzlez y Bosoer, 1993: 40)

    Al unificarse, la dirigencia sindical prioriz su supervivencia alfrente de los sindicatos, aun en un contexto de crisis econmicadonde el gobierno regulaba los salarios por decreto. La Central General de Trablljadores (CGT) unificada organiz una movilizacinque convocara entre 6000 y 15.000 personas ellO de febrero de1984, cuando la Cmara de Diputados comenz el tratamiento dela ley (Gaudio y Thompson, 1990). Si bien su convocatoria tuvo unxito limitado, fueron ms influyentes sus lazos con l Comisin deTrablljo, al defini r una estrategia legislativa que continuara du ranteel gobierno de Menem, como han descripto Etchemendy y Palermo (1998). Si bien el radicalismo impuso cmodamente suma-yora en la Cmara Baja, en la Cmara Alta el Senador Oraldo Britos logr que el tra tamiento del proyecto se limitara a la Comisinde Trablljo que l presida. El oficialismo daba por descontados losvotos de los partidos provinciales. Tal vez por ello, los funcionariosdel Ministerio de Trabajo se resistieron a hacer concesiones frentea dos infructuosos intentos de los senadores de dichos partidos pornegociar posiciones entre el peronismo y el gobierno. En conse-cuencia y ante la sorpresa del radicalismo, el senador Britos supoobtener el voto clave del senador Elas Sapag del Movimiento Popular Neuqnino. Fue ste e l voto que liquid al proyecto.

    6 sta es l versin de Gaudio yThompson 1990) y confirmadaenentrevista personal con Leopoldo Moreau Buenos Aires, 20 de juliode 2009). Segn este ltimo, esta derrota legislativa debilitinternamente al grupo del gobierno que fue culpado por ella y leotorg mayor influencia a laJunta Coordinadora, como parececonfirmar l designacin de uno de sus dirigentes, Juan ManuelCasella, como sucesor de Mucci en el Ministerio de Trab.yo.

    LAs CORPORACIONES O LOS VOTOS? 145Esta experiencia ense al oficialismo la necesidad de nego

    ciar en el Congreso y los partidos provinciales se beneficiaronconsecuentemente . Tanto Alfonsn como sus sucesores se apoya-ron en la negociacin o recurrieron a los d e c r e t o s ~ pero no vol-vieron a tratar de imponer un proyecto al legislativo hasta elao 2008, cuando el proyecto que converta en ley la Resolucin125 se encontrara con una similar sorp resa legislativa en el Senado-.7

    La victoria legislativa del sindicalismo peronst a pese al pocointer s de sus bases .en el proyecto de ley le ayudara a sobrellevar el desprestigio generado por la derrota electoral de 1983 y aestablecer una estrategia de defensa y acumuiacin de beneficiosinstitucionales, como el monopolio de la representacin y la negociacin de cuotas sindicales por representacin para los nomiembros, que dependen de la legislacin y no del mercado de

    t r a b ~ o A esta victoria inicial se sumarian sub secuentes conce sio-nes radicales en la legislacin labora l y de ob ras sociales. El radicalismo accedi a estas concesiones a fm de garantizar la paz social frente a una gran conflictividad laboral azuzada por a falta delazos partidarios entre el sindicalismo y el gobierno. Al sindicalismo, dichas concesiones le servirn para mostrar su capacidadde obtener recursos organizativos que compensaran su dificultadpara mantener el poder adquisitivo del salario en un contexto inflacionario.

    7 a Resolucin 125 del de marzo e 2008 estableca para el agro unsistema de retenciones mviles atado a la evolucin de los precios delos granos. Los productores respondieron con un paro agropecuariode 129 das que llev al gobierno a enviar un proyecto e leypidiendo su .sancin por el Congreso. En el Senado, la votacin fuedesempatada por el voto negativo del vicepresidente de la Nacin ypresidente del Senado Julio Cebos.

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    146 DISCUTIR bl.JiONSNEL CAMJIIO DE ESTRATEGlA cUBERNAJoi.ENTAL: DE LA coNJ:RON-TACIN A LA CONCERTACINTras el fracaso de la estrategia de confrontacin con el sindica-lismo peronista y dado que la poltica econmica exiga que el Es-tado contrOlara salariOS y preciOS, el gobierno de Alfonsn evolu-cion paulatinamente hacia una estrategia concertacionista en surelacin con )os sindicatos.' Esta estrategia intent primero salvarlos restos de la pol ti ca e::cpansiva del ministrO de Economa Ber-

    nardo Grinspun y tras su reemplazo a principios de 1985 por JuanV. Sourrouille, de perfil ms tecnocrtico, busc consensuar elnuevo programa econmico denominado Plan Austral El PlanAustral demostraba el reconocinento de Alfonsn de )os lmitesexternos -conenzasiiDultneaiDente el proceso de renegociacinde la deuda externa- tanto como de los iiDpuestos por las corporaciones econmicas que no compartian su premisa de que la poltica subordinaba a la econona en funcin del objetivo estratgicode consolidar la transicin democrtica. Por ende, el grupo tcnico que llev adelante el Plan Austral experimentarla tensionescon el partido al incluir en su razonanento estratgico no solamente las preferencias partidarias, sino tambin las de actores ex'ternos e internos que lintaban su accionar (J:leredia, 2006).

    El Plan Austral-presentado en Plaza de Mayo por Alfonsn conuna invocacin a "postergar justaS reivindicaciones" y asuroir lasexigencias de una economa de guerra'- era un programa econnco heterodoxo que creaba una nueva moneda, establecacontroles de precios (incluido el del dlar) y salarios, as como un,'novedoso sistema destinado a romper las expectativas inflaciona-"'rias. Este programa, cuyo financianento estaba fuert=enteyado en las retenciones agrarias, tambin aceptaba la necesidad .

    8 Segn el ex secretario de Trab,Yo AnJ.1.ondo Caro Figueroagobierno negoci a nivel individuo con lo' ,;ndicatO' de

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    148 DISCUTIR ALFONSN -a la diferencia de intereses entre ambos sectores. En 1984 (el aode la primera huelga general), y a instancias de la CGT, se inauguran las conversaciones entre la central sindicaly algunas corporaciones empresarias como la UIA (Unin Industrial Argentina) y laSRA (Sociedad Rural Argentina). EstaS organizaciones se unificaban en su oposicin a la poltica econmica, pero tenan interesescontrapuestos: las corporaciones agrarias atacaban las retencionesa las exportaciones; las industriales, los controles de precios; y laCGT, los techos salariales, mientras que reclamaba el control delas obras sociales, que era la principal fuente de financiamientosindical.El intento de Alfonsn por convocar a una concertacin socialpara controlar las variables macroeconmicas facilitaba la construccin de estos espacios de oposicin y llevarla a la organizacin delGrupo de los 11 en 1985. El Grupo de los 11 reunia a la CGT laUnin Industrial Argentina (UIA), la Sociedad Rural Argentina(SRA), la Confederacin Argentina de la Mediana Empresa(CAME), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Asociacin de Bancos Argentinos (ADEBA), la Confederacin Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), la Cmara Argentina de Comercio (CAC), la Unin de Entidades Comerciales de Argentina(UDECA), la Cmara de la Construcciny la Confederacin delComercio, la Industriay la Construccin. Sus demandas se cristalizaronen la "Propuesta de los 20 puntos" que reclamaba la reduccin deldficit fiscal, un tipo de cambio alto, la eliminacin de las retencio- nes, el derecho sindical a administrar las obras sociales y crecimiento econmico acompaado de mayor empleo y salario real,Esta coalicin dispar mostraba la capacidad de estas organizacionesde unificarse contra la poltica econmica del gobierno radicalque un ol:?jetivo comn, y por ello su estrategia coxyunta tenninanidisolvindose por el peso de sus propias contradicciones."

    10 Especialmente conflictivas eran l s demandas del sindicalismo poraumentos del salario real y las de los empresarios de aceptar sloumentos que pudieran ser trasladados a precios o sujetos a subas

    productividad s como la dem nd sindical por el controlobras sociales y el apoyo de l UIA a pasar las obras sociales

    LAs COR >ORACIO:NEs 0 LOS VOTOS? 149Un sector sindical ms dialoguista, conformado por grandessindicatos y vinculado a la ortodoxia peronista ya empresas pblicas o sectores dependientes de contratos del Estado, se ira se

    parando de la estrategia de COnfrontacin de la CGT y conformana el Grupo de los 15, que buscana canales independientesde negociacin con el gobierno. Este sector intent un dilogoque inclua a los sectores empresarios ms concentrados, encabezados por los denominados "Capitanes de la Industria", y l

    gobierno. u oportunidad se present a principios de 1987frente una conjuncin de circunstancias: Alfonsn responda aun rebrote inflacionario con ms congelamientos y una minideValUacin, apareca l fantasma de una intentona golpista, y sectores del radicalismo buscaban constituir un tercer movimiento. histrico que incluyera al sindicalismo peronista y perntitiera la

    del Presidente. El pacto con los sindicatos del Grupo15, que por su vinculacin con el peronismo ortodoxo ha-.Qran perdido poder en el Partido ante el auge de la renovacinperonista, fue gestado por el ministro del Interior, Enrique No-El acuerdo fue presentado como un pacto sociaJ para coni'an-estardemandas sectoriales y restar poder a la estrategia de~ j n f r o n t c i n ubaldinista. Al mismo tiempo, el gobierno u -

    debilitar al Movimiento Renovador .Peronista liderado porCa.fiero -de creciente popularidad electoral- y espe-encontrar aliados sindicales frente a potenciales conflictosI n ~ militares.l 1

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    Privado y permitira los trab< jadores escoger su afiliacin s que Gaudio y Thompson (1990) enhtizan loscondicionamientos econmicos, Leopoldo Moreau (entrevistapersonal, ulio 2009) hace hincapi en los riesgos de nna rebelinmilitar y sn alianza con el sindicai,o para explicar la convoarte Armando Caro Figueroa (2005)

    enfutiza los objetivos electorales en la explicacin del pacto p que, alque GaudioyThompson (199o, 176), nota que la CGTno irmel Acta de Compromiso DetnoCJ"tico celebrada en Puesta alcilevantam;entode Semana Santa de 1987 hasta el ltimo dla de laebelin.

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    150 DlSCU l lR AL fONSiNEl GI11po de los 15 respondi a la convocatoria y acept el ofreciJlliento gubernamen tal del Ministerio del Trabajo a Carlos p,J.de-rete, en un pacto donde no se le pedla a b i o ;ns que participacin. De acuerdo a caro Figueroa (2005), el acuerdo con el

    G:r11po de los 15 tuvo tres puntos: 1) no cantaran la ;narcba peronista en el Saln Blanco durante la asuncin de p,j.derete, 2) apoyaran al gobierno en caso de golpe ;niJ.itar, y ) defenderan elPlanAustral Sin. e;nbargo, Caro Figueroa seala luego que cantaron la marcha, que ante la rebelin Inilitar de seroana Santa Carlos p,j.derete no pudo ser encontrado para la reunin de gabinetede emergencia, y que como IninistrO de Trabajo declar que el;ninistro de Econoxna era el eneinigo estrUctural de la clase

    Para Carlos p,j.derete, los objetivos de sUillarse al gob iern o radi'brera.c l estaban vinculados a la acumulacin de recursos orgarozativospara el sindicalismo y a la recuperacin del poder de compra ' salariO (s/f, en Red de ArchivOS orales de la Argentina o n t e ~pornea). Si bien Alfonsn logr dividir al sindicalisiDO peronista.iesta jugada generara un frente de batalla dentro del Jllsmo.go,,bierno, ya que el nuevo Ministerio de Trabajo sirvi como o [lOsi,cin al progr econinicO con polticas coxno lade auxnentos salariales en los sectores ;nejor posicionadoseconoxna, xns all de las bandas salariales establecidas por

    Para el gobierno, los aUillentos salariales en los sectores mSoroa.l2nJllCOS y en el sector pblico tuvieron un costo inflacionario,yas consecuencias contribuyeron a la erosin del apoyo e l e c ~del radicalismo. Este itnpacto puede haber estado magnificadoel efecto sitnblico de darles el Ministerio de Trabajo (yconcesiones en la legislacin de salud y trabajo, como se

    12 }Mete ' aval6 xns de 70 acuerdos que sobrepasaron el\Inpuesto por Econo lla (Gaudioy'Thoropson,l990o llrell

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    152 DISCUTIR ALFONSNcin entre actividades que se contrapona a la lgica de redistribucin al interior de la industria que prevaleca entre los sindicatos(Mera, 1988).13 El sindicalismo fu e la principal fuente de oposicin al proyecto y su resistencia lo fren paulatinamente hastaque, durante la gestin de Alderete como ministrO, l gobiernoconcede una ley para volver al control sindical de las obras sociales establecido por la Ley 18 610 del gobierno del general Ongana, aunque aumentaba el porcentaje de aportes al sistema. Esteproyecto sera aprobado en la Cmara Alta durante la gestin deAlderete y como ley, poco despus) y obligara a sacar otra ley diferente de seguro de salud que exclua a las obras sociales.Asimismo, el ministro de Trabajo Carlos Alderete fue clave'

    para impulsar la sancin de las leyes laborales que el sindicalisxn.ovena reclamando desde el comienzo del gobierno radical yla terminacin del proyecto de reforma laboral iniciado poranterior ministrO de Trabajo.H Las leyes laborales queAlderete incluyeron la Ley de Asociaciones Profesionales 23y la Ley 23 545 de Conv enciones Colectivas. Estas leyes definl,llla organizacin sindical nacional, por rama de actividad,fuertes prerrogativas para la dirigencia nacional sobre lasducciones locales y comisiones internas, as como .representacin que incluan el derecho a negociar con lospleado res cuotas ext raordinar ias aplicables a todos los trabajres de la actividad beneficiados por la nego ciac in colectiva,,:)recoleccin de cuotas sindicales retenidas de los salarios.'

    13 El proyecto de la CGT solo asignaba ellO de los recursos al.Solidario de Redistribucin y parte de la negociacin del proyect9entre sindicato' y gobierno fue sobre el porcentaje que se asidicho fondo (Mera, 1988).14 En agosto de 1986, el entonces ministro de Trabajo HugoBamonuevo enva al Congreso cuatro proyectos de reforma a ~ lel del fondo de garanta de crditos laborales, el de particip.:cde los trabajadores en las empresas del Estado. el de la narticipainfonnativay de consulta. y el de negociacin colectiwrechazadospor socialdemcratas por el secretario geCGT Sal Ubaldini (Senn Gonzlez y Bosoer, 1993 . osson retirados por el ministro de Trabajo Carlos AJderete.

    LAS CORPORACIONES O LOS VOTOS? 153mismo, Alderete impuls la Ley 23 544 que extendi el derechode la negociacin colectiva a los trab' ,jadores del Estado (que sereglamentara recin durante la presidencia de Menem) y la leypatrimonial de la CGT, por la que el Estado se haca cargo de susdeudas. Tambin en 1988 asumieron directores sindicales en empresas del Estado, como YPF, ELMA, SEGBA e YCF, en funcinde un decreto de 1987 firmado por el ministro Alderete. Si bienestas leyes fueron presentadas por el Ejecutivo durante la gestinde Alderete, encontraron resistencia en el bloque radical de Diputados (apoyado en esta oportunidad por las organizacionesempresarias), ante el pedido de los diputados sindicales peronistas Diego Ibez yJorge Triaca de que se tratar an sobre tablas. Suaprobacin legislativa, sin embargo, ocurri despus de la deelectoral del radicalismo en las elecciones legislativas de1,987, que llev a la renuncia de Alderete y a su reemplazo porTonelli.: El xito de esta estrategia de acumulacin de recursos organizase explica porque los beneficios ganados se concentr an en elsindicalismo (por ejemplo, financiamiento a travs de obras socia

    en la negociacin colectiva), mientras que los costos nopercibidos fcilmente por la opinin pblica Es decir, estostrsos eran caros l sindicalismo porque concentraban su

    en dichas organizaciones y sus miembros, pero constituanconcesin sencilla de otorgar para el gobierno en funcin demenor visibilidad pblica y, por tanto, su menor costo electoralel objetivo estratgico de consolidar la transicin democrEsta combinaci n permi te a los sindicatos con centra r sus roa

    esfuerzos en esta rea, ya que en ella es ms posible obtenerP.cesiones, y sus beneficios no son compartidos con otros s e c t ~i)(Murillo y Schrank, 2005; 2008).priorizacin de los objetivos organizativos por parte d el sinexplican no solamente la unificacin peronista frente allllenaza de la Ley Mued, sino t ambin su posterio r unificacinfrente al proyecto para abrir la competenci a a las obras(la CGT se haba dividido nuevamente en funcin de sufrente a las polticas econmicas del presidente Me-

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    156 DISCUTIR. ALFONSN-la clebre Banelco 15 cuyas co nsecuenc ias llevaran a la renun-cia del vicepresidente y, eventualmente, al denumbe del gobierno. Segn Etchemendy y Collier (2007), la acumulacin derecursos organizativos fue clave para explicar el renacer del podersindical duran te el gobierno de Kirchner. Sin embargo, esta estrategia sindical que facilit la supervivencia de sus organizacionesno impidi que la base sindical se redujese a un sector formal querepresenta menos de la mitad de la fuerza de trabajo. Los dirigentes sindicales son los mismos, sus estrategias se mantienen perc;>los asalariados formales han disminuido. s decir, l continuidadde las estrategias sindicales y la normatividad de las relaciones colectivas del trabajo. esconden importantes modificaciones encuanto a su capacidad de represen tacin social y econmica. En lo que se refiere al segu ndo de estos legados, Alfonsintrapuso la legitimidad electoral a la corpor acin sindical, peronalroente sucumbi frente a las presiones de sta porque noreconocer que la Argentina que l haba inaugurado era i f e r e n ~de la Argentina en la que haba aprendido el juego poltico. L' ,poltica argentina ya no era principalmente un juego dede poder peleando por el Estado, como en el clsico artcu lo .qGuillermo O'Donnell "Estado y alianzas en la Argentina",que se transform en un inestable juego poltico signadoincertidumbre del apoyo popular. Los votos, sin embargo;,&\);ms voltiles que las presiones corporativas. La volatilidad l e c ~ral (acentuada desde 2001) puede explicarse por percepciones;