Diario Budapest

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Salida miércoles 22 Después de dejar a Jara en el cole y a Ana (al instituto), nos vamos a Barcelona a coger el avión vuelo FR8394 de Ryanair. Llegamos a la zona de Castelldefels para comer un bocadillo en la playa. Primer chasco, nos metemos en una zona de… encuentros… marcha atrás y a buscar otro sitio. Comienza a llover y nos quedamos en el coche a comer un bocadillo delicioso de pan con tomate y algunos con suerte con jamón… Bueno, como llueve nos vamos al aeropuerto dejando el coche en un parking vigilado, y nos llevan a la terminal 2. En el control del aeropuerto a Elo le hacen abrir la mochila por una, según dicen, navaja multiusos pequeña que lleva, Elo dice que igual el cortaúñas…si, si…¡navaja en toda regla de hoja de *** cm! El vuelo sale con un poquito de retraso a las17:20 h, siendo tranquilo. Llegamos un poco antes de la hora prevista, 19:40 h, y ya nos estaba esperando un taxista enviado por el hotel (la impresión es que tenía unos setenta años…). Llegamos al Hotel Parlament, pequeño pero muy bien decorado y acogedor. Dejamos las maletas y nos vamos a cenar al Menza, un restaurante que teníamos reservado y que nos gustó tanto que repetimos otros días. Elo comió una hamburguesa, con queso ahumado y con una altura que había que comer con cuchillo y tenedor. Jorge roast beef, buenísimo. De postre, probamos el Strudel de manzana (dos trozos hermosos), con una crema de vainilla y un pastel de chocolate (parecido al coulant) con helado. Salimos llenos y satisfechos, estaba buenísimo, y nos fuimos a tomar algo a un pub en ruinas, el Instant. Raro no, lo siguiente. Un edificio como para tirar, con sus habitaciones y pisos decorados de manera y con música diferente. Éste era con motivos de animales, con un montón de conejos por el techo, un búho con cuerpo de mujer… Nos tomamos una cerveza Kozel. Miércoles y lleno de gente. Al salir nos vamos a dar un paseo, pasamos por la Basílica de San Esteban, llegamos hasta el Danubio y admiramos el Puente de las Cadenas, y la zona de Buda, todo iluminado. De camino al hotel, también pasamos por el Parlamento, el cual lo teníamos a unos cinco minutos andando.

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Salida miércoles 22Después de dejar a Jara en el cole y a Ana (al instituto), nos vamos a Barcelona a coger el avión vuelo FR8394 de Ryanair. Llegamos a la zona de Castelldefels para comer un bocadillo en la playa. Primer chasco, nos metemos en una zona de… encuentros… marcha atrás y a buscar otro sitio. Comienza a llover y nos quedamos en el coche a comer un bocadillo delicioso de pan con tomate y algunos con suerte con jamón…Bueno, como llueve nos vamos al aeropuerto dejando el coche en un parking vigilado, y nos llevan a la terminal 2.En el control del aeropuerto a Elo le hacen abrir la mochila por una, según dicen, navaja multiusos pequeña que lleva, Elo dice que igual el cortaúñas…si, si…¡navaja en toda regla de hoja de *** cm!El vuelo sale con un poquito de retraso a las17:20 h, siendo tranquilo. Llegamos un poco antes de la hora prevista, 19:40 h, y ya nos estaba esperando un taxista enviado por el hotel (la impresión es que tenía unos setenta años…).Llegamos al Hotel Parlament, pequeño pero muy bien decorado y acogedor. Dejamos las maletas y nos vamos a cenar al Menza, un restaurante que teníamos reservado y que nos gustó tanto que repetimos otros días. Elo comió una hamburguesa, con queso ahumado y con una altura que había que comer con cuchillo y tenedor. Jorge roast beef, buenísimo. De postre, probamos el Strudel de manzana (dos trozos hermosos), con una crema de vainilla y un pastel de chocolate (parecido al coulant) con helado.Salimos llenos y satisfechos, estaba buenísimo, y nos fuimos a tomar algo a un pub en ruinas, el Instant. Raro no, lo siguiente. Un edificio como para tirar, con sus habitaciones y pisos decorados de manera y con música diferente. Éste era con motivos de animales, con un montón de conejos por el techo, un búho con cuerpo de mujer… Nos tomamos una cerveza Kozel. Miércoles y lleno de gente.Al salir nos vamos a dar un paseo, pasamos por la Basílica de San Esteban, llegamos hasta el Danubio y admiramos el Puente de las Cadenas, y la zona de Buda, todo iluminado. De camino al hotel, también pasamos por el Parlamento, el cual lo teníamos a unos cinco minutos andando.Llegamos ya al hotel y a dormir, mañana nos permitimos un poco el lujo de no madrugar mucho…cosa que se fastidia un poco, ya que Jorge con mal cuerpo desvela un poco a Elo y suponemos que a todo el hotel…

Segundo dia 23Nos levantamos a las 8 de la mañana y bajamos a desayunar, casi solos, el desayuno buenísimo, hay dulce, salado, zumos, cafés… en fin, lo necesario para coger mucha energía.Con las pilas cargadísimas salimos a nuestra ruta de hoy, Pest, el lado izquierdo del Danubio. Primero toca visita guiada al Parlamento, reservada a las 10:15h en español. Para entrar, control exhaustivo de seguridad. A Jorge se le ocurre echar una foto y al oir el disparo, se le abalanzan los dos guardias, exigiendo borrar la foto (ya se recuperará). El edificio es espectacular, todo lo contrario que la guía, que no nos gustó nada. Solo vemos un ala, o parte de ella, ya que es simétrico, y la cúpula, que es donde guardan la Corona.Después nos dirigimos a la Basílica (que no es tal) de San Esteban, de igual altura que el Parlamento, pudiendo subir a la cúpula, desde donde tenemos unas bonitas vistas 360º de Budapest. Allí es donde Elo saca los carnets de estudiante y nos lo aceptan! Que buena voluntad. La Basílica por dentro no nos impresiona tanto.

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Pues empieza a hacer un poco de hambre y teníamos localizado una heladería, Gelarto Rossa. En la misma Plaza de San Esteban, hacen unos helados en forma de rosa de dos tres y cuatro sabores distintos. Cola para pedir, pero es que pasamos por la tarde noche y seguía habiendo cola…la verdad, estaban muy buenos.Pasamos por Deak Ter y Deat Ut, hasta Ersezbeth Ter. Ahí, hay unos puestos de comida y ropa y a donde volveremos para comer algo probablemente, menuda pinta tiene todo y que bien huele! En esa Plaza está la pastelería Gerbaud, entramos a curiosear y nos vamos enseguida, ¡vaya precios!Caminamos por la famosa Vaci Utca, peatonal (como muchas) y con tiendas y restaurantes, hasta llegar al Mercado Central, a la altura del Puente de la Libertad. Es el mercado cubierto más grande de Hungría, de dos plantas, con venta de productos frescos en la parte de abajo y en primera planta de restaurantes, así como tiendas de ropa, recuerdos…Probamos el Langos, presentada como una masa de pizza, solo que hecha con la masa de hacer churros. Elo la prueba con tejföl (crema agria), queso y tomate. Jorge enrollada en un franfurk. La verdad, buenísmo, pero cuesta digerir…Nos damos una vuelta por el mercado y nos acercamos a ver la sinagoga, que nos habían recomendado hacerla con guía. Llegamos a las 16:30 y era la última visita del día. La sinagoga, no tiene la apariencia de sinagoga, tiene muchos elementos de iglesia. Al entrar, a Jorge le ponen la kipa y la devuelve al salir. La guía, esta vez muy bien, nos explica todo y por eso, de bien explicado salimos con pena, por la historia de los judíos en Budapest.Andando pasamos por la Ópera, solo entramos al hall, y de camino entramos otra vez en el Menza. Merendamos strudell y frocs (vino con soda).Hoy para cenar fruta de la que hemos comprado en el mercado. Cuesta un poco digerir la comida.Ya en el hotel, nos bajamos un rato al spa, pequeño pero como no hay gente, para nosotros solos, eso sí, el jacuzzi a 40 grados por lo menos…A las 21:00 cogemos el tranvía 2, desde el Parlamento, que recorre Pest, junto al Danubio hasta el muelle 7, donde cogemos un barco para dar un paseo nocturno por el Danubio, pasando por el Puente de la Libertad, de Elisabeth, de las cadenas y Margarita. Alli en la isla da la vuelta hasta volver al muelle. La visita merece la pena, ver todo iluminado desde allí, con copa de champán incluida.Al acabar, volvermos a coger el tranvía y al hotel, que mañana hay que madrugar para estar más tranquilos por la zona de Buda.

Viernes 24Nos levantamos a las 7… desayunamos muy bien, ya los típicos huevos con bacon de Jorge y tostada de mermelada de ciruelas Elo.Hoy vamos a visitar Buda, la parte derecha del Danubio, pero antes queremos ver el monumento de los Zapatos del Danubio, situado entre el Parlamento y el Puente de las Cadenas, al borde del río. Un triste monumento.Seguimos el margen del río y cruzamos el imponente Puente de las Cadenas, primer puente que unió las dos ciudades. Allí en Buda al lado del puente, está situado el km 0. Hay un funicular que sube directamente, un minibús, el 16 que te sube al Castillo también, pero optamos por hacer la subida andando, y merece la pena hacerla, es un paseo entre árboles, muy agradable.Llegamos hasta la entrada del Castillo y el Palacio Sandoz, con el pájaro Turul en primer término. Paseamos por el Castillo por sus distintas plazas donde se encuentran

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ahora el Museo de ******, así como la fuente de Matías (un rey muy querido en Budapest)Después, casi al lado, se encuentra la Iglesia de Matías y el Bastión de los pescadores. El Bastíón nos brinda una espectacular vista de Budapest, pero la iglesia….oh, la iglesia, nos quedamos impresionados con sus pinturas policromadas en las paredes y columnas a base de grecas color tierra, tres órganos (uno lo estaban probando y arreglando). Ahí nos quedamos más rato del previsto, aunque tampoco teníamos prisa alguna, y más que habríamos estado.

Finalmente nos marchamos a otra de las curiosidades de Budapest, el Hospital en la roca (Szikla kórház). Llegamos justo a tiempo de empezar la visita, esta vez en inglés (o eso o en húngaro). Allí nuevo descuento, a Elo por indicar que es profesora en su país, sin demostrar nada…Bien se vale que Elo iba traduciendo de vez en cuando. Impresionante las galerías y como funcionaba. Vale la pena la visita.Es la una, y ya con hambre, nos vamos al lado del puente Margarita, un buffet libre (Trofea Grill) donde puedes tomar lo que quieras y beber en 2 horas (nos sobró una). La comida estaba muy buena, y quedamos satisfechos. Ah, y probamos el gulash, el dobos torta, y carne con páprika bastante picante.Para bajarla, nos metemos en la Isla Margarita, (2,5km largo y 500m ancho) mucha gente corriendo, en bici, paseando… alquilamos unas bicis (más descuento conseguido). El paseo muy agradable, hay un carril asfaltado, tartán para correr, otros caminos, mucho césped, hasta un mini zoo.Al acabar el paseo en bici, no nos vamos al hotel, nos compramos unas cervecitas y nos vamos andando hasta el Bastión de los pescadores nuevamente para ver atardecer. Teníamos guardadas entradas de por la mañana, que hacía calor y estaba lleno de gente. Cuando llegamos, estamos solos. Vamos viendo como cambia la luz de la ciudad hasta que se iluminan los edificios. Se está muy tranquilo ahí. También vemos iluminados la Iglesia de Matías y el propio Bastión.Para bajar, un poco cansados, cogemos el autobús 16 que nos dejará en Pest. Alli, en la plaza Etervet nos compramos un dulce de canela calentito buenísimo, el ******, siendo nuestra cena. Daba para los dos (junto con el vino que nos dejaron el primer día).Hemos salido a las 8:30 y hemos vuelto a las 21:30. No está mal…Ha cundido mucho el día.Mañana … balneario y despedida.

Sabado 25Como el día anterior hemos madrugado, es el último día y hay que exprimirlo.Salimos del hotel a las 8 y poco, y andando al balneario Széchenyi. En el hotel nos dejan toallas. .vamos por una calle paralela a la Avenida Andrassy, y no tiene nada que ver con la lujosa Andrassy.Llegamos pronto y aprovechamos el balneario. En la entrada teníamos incluida cabina para cambiarnos. Probamos saunas, piscinas termales medicinales a diferentes temperaturas, baños turcos, fuente de hielo,… y en el exterior dos piscinas termales grandes a diferente temperatura y una entre ellas para nadar. Nos estamos unas dos horas, bastante tranquilo en todas las zonas y cuando salíamos de ahí empezaba a llegar mucha gente.Al lado del balneario está el parque Varosliget con el Castillo Vajdahunyad (copia de un castillo de Transilvania) y donde coincidía una fiesta de policias y bomberos, los niños montándose en los vehículos. En el parque unas casetas con comida y artesanía. Nos

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compramos un pretzel y nos hacemos foto con la estatua Anonima (Anonimus szobora), que impresiona. A su lado, un músico tocando el hang. Nos pedimos un café y lo vamos tomando mientras nos dirigimos a la Plaza de los Héroes, una plaza muy amplia con estatuas de los 7 jefes de las tribus magiares, una columna central con el Arcángel San Gabriel y varios reyes importantes en la parte posterior.Bajamos andando la Avenida Andrassy, y cansados, en parte del balneario, que se sale medio grogui, a la altura del Museo del Terror, en la Octogon Ter, cogemos el metro, línea M1, patrimonio de la humanidad, y con razón, a escasos metros bajo tierra, te transportas en el tiempo nada mas entrar.Nos bajamos en Deak Ter, compramos unos jabones y nos vamos a comer… ¿a dónde? … al Menza. De camino, Elo encuentra una una tienda de música donde compro unas partituras de Liszt op. S172.Ya en el Menza nos pedimos unas hamburguesas húngaras buenísimas (Elo pide que se la hagan un poco más y la vuelven a hacer entera, patatas incluidas).Al salir nos vamos a ver el New Cork Café. De camino, nos topamos con la Academia de Musica Liszt ¿casualidad?Llegamos al Hotel Boscolo y entramos por su puerta principal, es un hotel impresionante, todo lujo, y con acceso a la cafetería New York. Justo llegaban unos novios y estaba lleno, así que nos hicimos unas cuantas fotos, luego vimos que estaba prohibido, y salimos tan pinchos como entramos.Volvimos al hotel, y antes de recoger las maletas de consigna, como teníamos tiempo, aprovechamos el servicio que daba el hotel hasta las cinco de la tarde de café, refrescos, agua.. sin cargo. Aprovechamos para descansar un poco.A las 16:00 decidimos marcharnos al aeropuerto, el avión salía a las 20:15h pero por si acaso… y mejor, porque al ir a coger el metro línea M3 que enlazaba con el autobús 200E del aeropuerto estaba cortado en un tramo, menos mal de un conductor bonachón, que además de que no pagamos, nos dijo donde nos teníamos que bajar, esforzándose mucho en hacerse entender.Llegamos al aeropuerto Ferenc Liszt con tiempo de sobra, un poco lioso, no coincidian los datos del billete con los de las terminales de ahí. Una vez ubicados, a esperar, el avión sale puntual, y llega puntual, unas pocas turbulencias pero buen viaje. Nos recogen en el aeropuerto a los cinco minutos y en muy poco ya estábamos de vuelta a casa.Ha sido un viaje muy aprovechado, hemos visto y aprendido muchas cosas interesantes, hemos probado una comida buenísima, gulash, langos, hamburguesas húngaras, strudel, frocs, cerveza… hemos recorrido 32km a pie, 5km en bicicleta, 600km en coche, 4.000km en avión y varios en tranvía, metro y autobús.Budapest merece la pena otra visita, pero esta vez con Ana y Jara.