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    SOCIALISMO Y SOCIEDAD INDUSTRIAL:

    SAINT-SIMON

    Por ANTONIO PORRAS NADALES

    Considerado como gran padre espiritual de todo el impulso industrial

    y tecnocrtico que posibilit el triunfo de la Revolucin industrial en Francia

    durante la poca de Napolen III, la personalidad y el pensamiento de

    Saint-Simn presentan un poderoso atractivo ante el pensamiento social

    contemporneo en cuanto precedente terico de las estructuras histricas

    que han predominado en las sociedades industriales avanzadas: Saint-Simn

    fue el primero en analizar el proceso histrico de las sociedades occidentales

    desde el prisma de la produccin industrial; destac la decisiva impor-

    tancia de la nueva clase de los tecncratas e intuy las transformaciones

    en el poder poltico del Estado contemporneo hacia nuevas formas de po-

    der econmico y burocrtico. Su pensamiento nos enfrenta al autntico

    hecho nuevo que ha caracterizado el desarrollo histrico de las sociedades

    contemporneas: la capacidad de produccin industrial y las transformacio-

    nes subsiguientes en el sistema social en su conjunto.

    Su categora de maestro pensador de las nuevas formas de dependencia

    y dinamismo social caractersticas de las sociedades industriales avanzadas

    no ha sido, sin embargo, suficientemente destacada. Razones no faltan:

    Saint-Simn muri demasiado pronto, en 1825, mucho antes de que el capi-

    talismo industrial francs pudiera acceder en forma madura a los sectores

    claves del dominio social; sus numerosos discpulos, enfrentados tras 1830

    a las contradicciones que en la obra del maestro apenas estaban implcita-

    mente esbozadas, se vieron inmersos en un cisma centrfugo, aproximndose

    unos a un cierto romanticismo utpico, cayendo otros en el ms prosaico

    tecnocratismo al servicio de sectores especficos del capital industrial fran-

    cs.

    La gran revisin del pensamiento socialista llevada a cabo a partir de

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    ANTONIO PORRAS NADALES

    mediados de siglo por Carlos Marx contribuy a dejar en el olvido una obra

    genial, intuitiva y fecunda, escondida en la confusa categora engeliana de

    socialismo utpico.

    En la actualidad los problemas del desarrollo econmico, tras casi dos

    siglos de expansin industrial, siguen revistiendo una gran importancia en el

    anlisis de las crisis de los sistemas sociales, con un inters que se reactualiza

    constantemente al agudizarse los conflictos a largo plazo desencadenados

    por la civilizacin occidental: la cuestin del desigual intercambio interna-

    cional y el crculo vicioso del subdesarrollo, la crisis energtica y ambien-

    tal, el malestar cultural y la crisis de las instituciones dem ocrticas, consti-

    tuyen elementos aparentemente dispersos que se ordenan unitariamente en

    la perspectiva del modelo occidental de desarrollo industrial.

    Histricamente, la nueva dinmica tiene su origen en ese fenmeno de

    extraordinario y acelerado crecimiento econmico que conocemos con el

    nombre de

    Revolucin industrial.

    Antes de la Revolucin industrial ese

    espritu de progreso hoy triunfante en todo el mundo civilizado apareca

    restringido a una minora social, selecta e ilustrada, prxima a los sectores

    progresistas del capital industrial y a las nacientes capas de cientficos y tc-

    nicos, hijos del racionalismo y el cientifismo del siglo xvm.

    El pensamiento social popular permaneca de alguna manera al margen

    de este espritu de los tiempos modernos. Sus planteamientos tericos se

    movan entre los ideales de la igualdad, de la liquidacin de la miseria,

    en un contexto de reparto de la escasez donde el desarrollo tecnolgico se

    aceptaba como una mejora para el trabajo de los hombres y no como una

    fuente inacabable de riquezas y progreso. Todava en 1828 Bounarroti, el

    nexo de unin entre el radicalismo revolucionario sans-culotte y el primer

    socialismo de los aos treinta, enfrentaba en su

    Conspiration pour l ga-

    lit (1) ese espritu de opulencia, comn a la aristocracia ilustrada y a la

    triunfante burguesa (y al que denominaba

    systme d goisme),

    frente al

    sisteme d galitdefendido por las clases populares. Para el sistema de egos-

    mo, promovido por las clases dominantes, la prosperidad de las naciones

    se basara en el desarrollo de una inmensa industria y un comercio ilimi-

    tado,

    la diversidad creciente de disfrutes materiales, la aceleracin en la

    circulacin de la moneda y la multiplicidad de necesidades. Constitua cla-

    ramente una ideologa de las clases dominantes hijas de la Ilustracin, para

    quienes el triunfo industrial supona el fruto maduro de todo el avance

    tecnolgico del siglo xvm y de la capacidad innovadora de los capitalistas

    (1) M.

    BOUNARROTI: Conspiration p our l Egalit dte de

    Babeuf, Ed. Sociales, Pa-

    ris,

    1957, pg s. 25 y sigs.

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    SOCIALISMO Y SOCIEDAD INDUSTRIAL

    industriales; era claramente el nuevo hecho histrico que renovara los pre-

    supuestos para el anlisis de la sociedad, permitiendo entrever las caracte-

    rsticas mnimas de una futura sociedad industrial. Por el contrario, para

    Bounarroti, como en general para el pensamiento social popular, las nuevas

    posibilidades histricas deberan basarse en el triunfo inmediato de la igual-

    dad, la garanta de la subsistencia para todos y la reduccin de la esclavitud

    del trabajo mediante el perfeccionamiento

    des instruments et d es machines.

    El impacto de la Revolucin industrial inglesa a comienzos del siglo xix

    y la creacin de unas condiciones ms favorables al desarrollo francs (una

    vez liquidadas las trabas feudales del Anden Rgime) vinculaban as el

    pensamiento de Qaude Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simn y arist-

    crata ilustrado, a aquel espritu de progreso del siglo de las luces, hecho

    milagrosamente realidad por la esplendorosa ofensiva de los sectores ms

    avanzados del capital industrial.

    Saint-Simn podr ya aspirar a revolucionar radicalmente el pensamiento

    social de su poca al intuir las posibilidades productivas que el nuevo domi-

    nio del hombre y la tcnica sobre la naturaleza permitan emprender. Iniciar

    el anlisis de las formaciones sociales a partir del estudio de los distintos

    sistemas de organizacin de las fuerzas produ ctivas constituye efectivamente

    una autntica novedad en todo el pensamiento occidental. Para Saint-

    Simon la sociedad es l'ensemble et l'union des hommes livrs des travaux

    tiles, y la historia puede ser periodificada de acuerdo con las relaciones

    existentes entre la clase industrial y la clase militar a travs de los

    tiempos. La liquidacin del viejo rgimen ha supuesto precisamente el paso

    de la dominacin de las fuerzas militares en la

    sociedad feudal

    a un nuevo

    proceso en gestacin en el que se va consagrando el dominio de las fuerzas

    productivas en la futura sociedad industrial.Tal proceso, para Saint-

    Simon, marca igualmente el paso de la dispersin de la organizacin pro-

    ductiva feudal hacia la unificacin de los procesos productivos y la consti-

    tucin de autnticas

    fuerzas colectivas:

    la sociedad en su conjunto tiende

    a convertirse en una gran fbrica.

    1. PROPIEDAD , PRODUCCIN Y PODER POLTICO

    Esta interpretacin tiene la importancia de concebir el proceso histrico

    contemporneo como una superacin progresiva de unos sistemas de poder

    esencialmente ajenos a la naturaleza intrnsecamente productiva del todo so-

    cial: la liquidacin de ese poder militar caracterstico de las formaciones

    preindustriales habra de dar lugar a una paulatina integracin de las con-

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    NTONIO PORR S N D LES

    tradicciones sociales en un sistema de produccin esencialmente ms racional.

    Esto supona de algn modo la desaparicin de los poderes polticos

    o, al menos, el surgimiento de un nuevo concepto de poder. En Saint-Simn,

    este punto, el estudio de la poltica, parece tener ciertamente una importan-

    cia secundaria: Nous attachons trop d'importance la forme des gouver-

    nements (2). Segn l, el elemento determinante en ltima instancia de todo

    el sistema social no puede residir en la esfera poltica: a partir de la deduc-

    cin de la primordialidad de la capacidad productiva y de la organizacin

    de la produccin, el anlisis de Saint-Simn pasa a concebir a la propiedad

    como el elemento estructural determinante de la totalidad social. El pro-

    blema, en su planteamiento, se reduce a investigar cmo debe estar consti-

    tuida la sociedad pour le plus grand bien de la socit entire, sous le

    xfouble rapport de la libert et de la richesse. Cuestin que Saint-Simn

    plantea pero no resuelve claramente: el saintsimonismo no llega jams a ha-

    cer una crtica de la propiedad en vida del propio Saint-Simn; sern sus

    discpulos los encargados de plantear objetivamente la posibilidad de un

    rechazo de la propiedad privada. Sin embargo, como ha indicado Henri

    Michel, el fundador de la escuela se limitar a hacer dos observaciones que

    evidentemente dejan una va abierta a este posible anlisis crtico:

    Primera.

    Que el derecho de propiedad individual se basa en Futilit

    commune et genrale de l'exercice de ce droit, utilit que peut varier selon

    Jes temps.

    Segunda.

    Que existe la posibilidad de que el rgimen de propiedad sea

    modificado conforme el progreso general de las ideas y de las costumbres;

    dando por sentado que es indispensable al buen orden y a la propia exis-

    tencia de las sociedades que haya un derecho de propiedad sancionado por

    la ley, no es necesario, sin embargo, que ce soit toujours invariablement

    telle forme de ce droit (3).

    Saint-Simn introduce, pues, en el anlisis de la propiedad, una concep-

    cin basada en su papel de infraestructura dentro del organismo social: en

    su perspectiva se trata de conseguir una ordenacin racional de esa propie-

    dad

    como fuerza productiva, y

    para ello urge eliminar ante todo las limita-

    (2) Nous attachons trop d'importance la forme des gouvernements. II semble

    que toute la politique soit concentre-l, et que, une fois la divisin des pouvoirs

    tablie, tout soit organis le mieux de monde. La loi qui constitue les pouvoirs et

    la forme de gouvernement n'est pas aussi importante, elle n'a pas autant d'influence

    sur le bonheur des nations que celle qui constitue les proprits et qui en regle

    l'exercice. Vase

    Vues sur la Proprit et la Lgislatkm,

    Ed. Rodrigues, pgs. 255

    y 258.

    (3) Vase HENRI MICHEL: L ide de VEtat, Hachette, Pars, 1899, pgs. 182-83.

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    SOCIALISMO

    Y SOCIEDAD INDUSTRIAL

    ciones supervivientes del Anden Rgime, en el cual la propiedad funda-

    mentalmente la propiedad de la tierra se basaba precisamente en la

    detentacin de ese poder militar y no en su adecuacin a las necesidades

    productivas de la sociedad.

    2

    LA CRISIS DEL ESTADO FEUDAL

    As, pues, el desarrollo de la capacidad industrial ha liquidado progresi-

    vamente la ordenacin social y productiva del feudalismo primitivo: la se-

    paracin de los procesos productivos ha dado lugar a una progresiva

    integracin de las fuerzas colectivas y a la quiebra de la ideologa divina

    y metafsica a lo largo del siglo xvm debido al desarrollo del espritu

    cientfico y al auge del estudio de la naturaleza.

    A medida que se ha ido extendiendo la produccin, los miembros de la

    clase industrial se han ido haciendo ms numerosos, multiplicando progre-

    sivamente sus relaciones recprocas. Esta extensin de las actividades pro-

    ductivas engendra un doble fenmeno de adquisicin de

    poder social

    por parte

    de les industriis y simultnea prdida de poder poltico de las clases feu-

    dales. La dialctica histrica empieza a ser concebida a partir de ahora

    como un fenmeno de lucha de clases.

    Sin embargo, la contraposicin de estas dos clases con intereses antag-

    nicos pasa por un mltiple juego de intereses y alianzas; y en ltimo trmino*

    viene determinada por la intervencin de un tercer poder que predomina

    por encima de ambas: el del monarca absoluto.

    El poder real es concebido en su origen como una institucin tpicamen-

    te feudal. Pero al no aparecer directamente vinculado a un determinado

    rgimen de propiedad, dispone libremente, segn Saint-Simn, de la posibi-

    lidad de adecuarse a la dinmica dominante del proceso histrico: La mo-

    narqua ha sido en su origen una institucin puramente feudal. Pero tras la

    emancipacin de las ciudades ha ido modificndose constantemente; se ha

    transformado parcialmente en industrial. El carcter industrial de la monar-

    qua ha ido adquiriendo cada vez mayor extensin e importancia; por e

    contrario, el carcter feudal la ha ido perdiendo progresivamente a medida

    que los progresos de la civilizacin han aumentado la industria y disminuido

    el feudalismo; de tal manera que el destino final de la monarqua es, por su

    propia naturaleza, perder todo vestigio de feudalismo para reconstituirse

    y florecer para siempre como institucin puramente industrial (4).

    (4) Vase SAINT-SIMN: Du systme industriel, 2, Ed. Anthropos, tomo III , pg. 4.

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    ANTONIO PORRAS NADALES

    En su fase primitiva, la organizacin poltica del sistema feudal se basaba

    en una situacin histrica caracterizada por el escaso nivel de desarrollo

    econmico y por la pobreza de conocimientos cientficos: Un sistema mejor

    no poda establecerse en esta poca, pues siendo todos los conocimientos

    que poseamos entonces vagos y superficiales, slo la metafsica general con-

    tena los nicos principios que pudieran servir de gua a nuestros antepa-

    sados en la edad media (5).

    En esta situacin el poder poltico feudal se ejerce en su mayor pureza

    como autntica fuerza de opresin, de violencia contra los gobernados; la

    extraccin de un excedente econmico tiene que llevarse a cabo a travs

    de medios extraeconmicos. La organizacin poltica feudal se corresponda,

    pues, con una situacin de dbil desarrollo econmico en la que era impo-

    sible constituir una fuerza productora suficiente para organizar racional-

    mente la lucha contra la naturaleza. El poder se ejerca en su forma ms

    pura como dominio de las personas sobre las personas, y la clase detenta-

    dora de la autoridad era lgicamente la clase feudal que dispona de un

    poder militar.

    En consecuencia, el estado feudal aparece como la manifestacin ms

    pura del poder poltico, en cuanto prevalece por encima de todo su ca-

    rcter represivo y arbitrario, y en cuanto se desvincula por completo de la

    ordenacin de la actividad social de produccin: es un instrumento de do-

    minacin de clase.

    Esta concepcin del estado feudal vincula el pensamiento de Saint-Simn

    a la interpretacin general que la ideologa burguesa realiza del orden pol-

    tico del Anden Rgime: la idea de un poder arbitrario, violento, represivo,

    respaldado por una fuerza militar y no por una preponderancia econ-

    mica. La interpretacin saintsimoniana enlaza el fenmeno de la muerte

    de las clases feudales con la liquidacin definitiva del poder poltico:

    ambos procesos son estudiados conjuntamente y demostrados histricamen-

    te por la represin de las funciones militares y el desarrollo de las relaciones

    sociales del sistema industrial.

    Sin embargo, entre uno y otro orden histrico, el caso concreto de Fran-

    cia viene presidido por el gran acontecimiento de la

    Revolucin.

    Terica-

    mente, conforme a su dinmica, el proceso revolucionario se operaba en

    faveur de l'industrie; sin embargo, en la prctica, los resultados fueron

    distintos porque ne furent pas les industrieux qui agitrent la question (6);

    es decir, se produjo una interposicin de elementos no industriales, de esos

    (5) SAINT-SIMN: L Organisateurs, Ed. Anthropos, pgs. 37-

    (6) SAINT-SIMN: L industrie, Ed. Anthropos, pg. 198.

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    SOCIALISMO Y SOCIEDAD INDUSTRIAL

    hombres

    polticos

    qui font mtier de traiter les affaires des autres et qui

    passionnent beaucoup moins pour des realits et pour des choses que pour

    des idees et des abstractions.

    En la historia del pensamiento social occidental esta interpretacin ad-

    quiere una importancia trascendental en cuanto supone el efectivo aparta-

    miento de Saint-Simn de la lnea revolucionaria radical que predomina

    en el socialismo anterior. El socialismo saintsimoniano permanece mucho

    ms cercano del enciclopedismo del siglo de las luces que del igualitarismo

    radical del movimiento revolucionario popular. La interpretacin de la his-

    toria en favor de la industria y del desarrollo productivo es evidentemente

    la interpretacin en favor de la burguesa propietaria y no de las masas

    hambrientas de la Revolucin.

    Precisamente este impacto del proceso revolucionario obligar a Saint-

    Simon en

    L industrie

    a transigir ante la necesidad de un poder

    poltico qaz

    ponga una barrera ante la violacin indiscriminada de la propiedad privada.

    Segn l, en el perodo lgido de la Revolucin apenas se tard en or

    predicar sobre el derecho imprescriptible de la libertad, lo que condujo

    por su propia dinmica a esta conclusin fecunda en desorden: por qu

    deliberar sobre el precio de lo que nos pertenece? Por qu pagar lo que

    es nuestro? Por qu pedir lo que se puede tomar?. As, aunque hasta cier-

    to punto la lgica histrica de las fuerzas industriales impulsaba a la desapa-

    ricin del poder poltico, habr que claudicar aceptndolo como un mal

    menor: tre gouvern c'est une chose gnante..., pero ... L'absence de

    tout gouvernement est un mal encor pire, et l'experience dispense ici

    de toute raison. La conclusin, en 1817-18, cuando se escribe

    L industrie,

    es bien sencilla: /ra gouvernement est un besoin, c est--dire un mal n-

    cessaire(7).

    Sin embargo, la superposicin de un poder poltico tras la liquidacin del

    rgimen feudal, el de la Monarqua restaurada, implicaba un obstculo a la

    ordenacin del todo social conforme a los verdaderos intereses de la produc-

    cin. En tal fase de transicin Saint-Simn se ve obligado a invocar la alian-

    za del poder del monarca con las clases industriales: Le caractre indus-

    triel de la royaut a pris de plus en plus d'extension et d'importance... Es

    evidente que esta frmula de compromiso llevara al monarca a desempear

    un papel secundario en la totalidad de los asuntos pblicos; funciones subal-

    ternas o de polica, puesto que en un sistema industrial plenamente maduro

    la ejecucin de los proyectos racionalmente acordados tan slo exigira una

    dbil autoridad social entre sus miembros. La administracin de las cosas,

    (7) Ib id., pg. 199.

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    al sustituir al gobierno sobre las personas, dara lugar a una actividad colec-

    tiva integrada, a un orden social determinado por el grado de desarrollo

    de las capacidades y los conocimientos y por el grado de ordenacin de las

    fuerzas colectivas, y en el cual los hombres tendran una relacin de asocia-

    cin y no de obediencia.

    3 . HACIA UN NUEVO TIPO DE PODER

    Sin embargo, la liquidacin del poder poltico feudal no ha supuesto

    en ningn momento la supresin definitiva de todo tipo de autoridad,sino en

    todo caso la sustitucin del entorno, los medios y los objetivos a travs

    de los cuales tal autoridad se ejerce.

    El nacimiento del nuevo

    sistema industrial

    no implica una radical trans-

    formacin de las estructuras productivas, sino precisamente la realizacin

    y generalizacin de toda la potencialidad industrial que se ha ido desarro-

    llando desde la misma Edad Media. Tal generalizacin exige un encauza-

    miento de las actividades colectivas en un sentido muy determinado: la lucha

    contra la naturaleza con fines esencialmente productivos. El objetivo de la

    nueva fase industrial ser el aumento de la produccin y el consumo, la ex-

    tensin a todas las actividades parciales de las exigencias generales de la or-

    ganizacin y de la racionalidad econmica, la maximizacin de la produccin

    y la disminucin de los costos: El principio fundamental de una gestin

    administrativa es que los intereses de los administrados deben estar encami-

    nados de tal modo que hagan prosperar lo ms posible el capital de la

    sociedad y obtengan el apoyo de la mayora de los miembros de la socie-

    dad (8). Y en tal sistema industrial, la direccin y administracin de la

    actividad productiva general requerir la ordenacin de toda la actividad

    social (con la instrumentacin coactiva que sea necesaria) en un objetivo

    especfico: la administracin racional de las cosas.

    Esta ordenacin de la produccin social supone claramente un con-

    flicto con el mantenimiento de la libre iniciativa de los individuos. El tema

    de la

    libertad,

    radicalmente mantenido por el pensamiento revolucionario

    ms caracterstico, resultara difcilmente encuadrable en una estructura so-

    cial caracterizada por el dominio exclusivo de la produccin racionalmente

    planificada. Saint-Simn traslada entonces el problema de la lucha por la

    libertad a una fase histrica anterior,en la que el mantenimiento de la misma

    (8) SAINT-SIMN: De IOrganisation Sociale, en Oeuvres, Ed. Rodrigues, tomo V,

    pg. 143.

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    SOCI LISMO Y SOCIED D INDUSTRI L

    surga ante la necesidad de oponerse a los poderes arbitrarios estableci-

    dos:

    El mantenimiento de la libertad tuvo que ser un tema de primordial

    importancia mientras el sistema feudal y teolgico conservaba cierta fuerza,

    porque entonces la libertad estaba expuesta a ataques graves y continuos (9).

    Esta justificacin histrica del rechazo de la libertad es bien distinta de

    la justificacin terica (mediante su reduccin a una categora meramente

    formal, enfrentada al Estado) a travs de la famosa duplicacin de las ca-

    tegoras burguesas caracterstica de la corriente kantiana y hegeliana, que

    constituir la base de crtica a la ideologa capitalista del joven Marx.

    Obsrvese cmo en este sentido Saint-Simn representa un desarrollo y

    un gran paso adelante en el proceso terico de justificacin por parte del

    pensamiento social occidental del predominio de la sociedad (y el Estado.)

    sobre la libertad del individuo, ya sea por tratarse de una categora formal-

    que se ejerce frente al Estado, ya sea por considerarla un fenmeno caracte-

    rstico de la lucha contra los poderes arbitrarios del

    Anden Rgime.

    Este

    segundo supuesto, que es el que nos ocupa, representa adems un traslado

    de la justificacin del predominio del poder frente a la libertad individual,

    de la instancia poltica o ideolgica a la instancia puramente econmica:

    en su interpretacin es la esencialidad productiva la que exige la constitucin

    de ese nuevo centro de control y direccin frente al cual la lucha por la li-

    bertad carece ya de un contenido histrico y social. Saint-Simn da un paso

    adelante en el proceso de rectificacin y rechazo de los famosos ideales de

    la revolucin, libertad e igualdad: el desarrollo racional de las posibilidades

    de.progreso que la nueva clase industrial traa consigo impedira lgicamente

    la consecucin de los viejos

    slogans

    revolucionarios. El proceso revolucionario

    haba cumplido ya su misin liquidando definitivamente el Antiguo Rgimen,.

    y ahora las nuevas potencialidades industriales eran las que marcaban el

    ritmo de la historia. Adems, en su anlisis el desarrollo de esa capacidad

    industrial est necesariamente ligado a la aplicacin de la razn y la ciencia

    al sistema de produccin. Productividad y racionalidad constituyen los

    dos requisitos del nuevo momento histrico y a la vez sus dos condiciona-

    mientos: slo el desencadenamiento de las primeras crisis estrictamente ca-

    pitalistas permitir a Proudhon y a Marx enfrentarse crticamente contra el

    sistema de produccin capitalista.

    En el sistema industrial de Saint-Simn el concepto de libertad sufre,,

    pues,

    un proceso de socializacin, lo cual supondr, en definitiva, su ms

    radical transformacin: la verdadera libertad habr de ser entendida en re-

    lacin con un mayor desarrollo de las posibilidades materiales e intelectuales^

    (9) Vase Du systme industriel, cit., pg. 15, nota.

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    y este desarrollo exigir por su propia lgica el sometimiento del individuo

    a las necesidades productivas y consumistas del sistema en su conjunto.

    Sin embargo, en el anlisis saintsimoniano esta dinmica histrica de ex-

    pansin de las fuerzas productivas no reposa, como suceder en Marx, en

    la existencia de unas relaciones antagnicas de produccin en virtud de las

    cuales el desarrollo de esa nueva riqueza surge precisamente de la explota-

    cin de la mayora trabajadora; para Saint-Simn los enfrentamientos entre

    clases son tambin un elemento caracterstico de los sistemas sociales

    ante-

    riores en los que la capacidad industrial y cientfica no estaban suficiente-

    mente desarrolladas, ni las fuerzas colectivas suficientemente integradas: la

    extraccin de un excedente econmico en estos sistemas se basaba, pues, en

    la existencia de un poder extraeconmico. Estas relaciones antagnicas des-

    aparecern, segn Saint-Simn, con el desarrollo de la industria, extinguin-

    dose los poderes polticos y consagrndose el predominio social de la

    clase industrial.

    Ahora bien, esto no significa que en el mismo seno de la clase indus-

    trial no se produzcan potenciales enfrentamientos o al menos relaciones de

    poder y dependencia econmica. Dentro de la clase industrial, segn la

    doble interpretacin del Catecismo de los industriales y de La industria,

    habran de integrarse los propietarios, los tcnicos y cientficos, y los obre-

    ros. La dimensin de

    propietario,

    en su perspectiva, hace referencia directa

    al capital productivo y no a la propiedad muerta de nobles y burgueses,

    capital industrial y financiero, es decir, aquel sector especfico de la burguesa

    que gestiona y promueve los sectores clave del desarrollo industrial. Junto

    a ella, en segundo lugar, los detentadores de los co nocimientos cientficos y

    tcnicos,

    clase social que aparece particularmente idealizada en la obra de

    Saint-Simn como corresponde, en definitiva, a sus antecedentes ilustra-

    dos y a la hipervaloracin de la funcin revolucionaria de los intelectuales

    que se atribuye a todo el movimiento cientfico del siglo xvm. Los sabios e

    intelectuales, a pesar de la especial misin que desempean dentro del pro-

    ceso social de produccin, constituyen, sin embargo, una clase carente de

    capacidad productiva autnoma, actuando siempre en situacin de depen-

    dencia frente al Gobierno o frente a la clase de los propietarios; su funcin

    revolucionaria depende siempre de su grado de vinculacin o control sobre

    los medios de produccin. Por ltimo, los obreros son considerados siempre

    en una situacin claramente subordinada porque su funcin productiva est

    sometida a la direccin de los industriales y tcnicos, de la que son simples

    ejecutores.

    En su conjunto, la organizacin comunitaria de la futura sociedad in-

    dustrial estar marcada, segn la concepcin saintsimoniana, por la prepon-

    138

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    S O C I L I S MO Y SO C I E D D I N D U S T R I L

    derancia de una determinada clase: la que posee el control efectivo de los

    medios de produccin y decide sobre la ordenacin de los mismos en el

    proceso social de produccin. A nuevas formas de organizacin social de

    la produccin corresponderan nuevas formas de poder y dependencia social.

    4

    LA DINMICA DEL PROGRESO

    En cualquiera de los casos, el autntico motor de esta situacin de

    cambio hacia una nueva sociedad industrial radica en el propio desarrollo

    histrico que consagra un progreso constante en el proceso de expansin de

    las fuerzas productivas y en el dominio del hombre sobre la naturaleza. La

    dinmica imparable del progreso es la que aporta su verdadero sentido a la

    nueva etapa histrica y no, por el contrario, las simples transformaciones en

    las relaciones de produccin. Esta idea subyace con toda nitidez cuando

    Saint-Simn insiste en la necesidad de expansin de las fuerzas industriales

    como condicin para la liquidacin definitiva de las pervivencias seoriales

    de la Restauracin. Si a partir de 1789 se han generalizado en Francia unas

    relaciones capital-trabajo asalariado, el desarrollo de la productividad espe-

    cficamente industrialha sido, sin em bargo, especialmente lento ante el man-

    tenimiento de estructuras primordialmente artesanales o campesinas, predo-

    minantes durante el Antiguo Rgimen. El desarrollo de la industria apenas si

    ha comenzado en Francia, y los circuitos de produccin siguen siendo sus-

    tancialmente los mismos que durante la anterior etapa. Histricamente, la

    gnesis de este insuficiente desarrollo se explicara por la intervencin de los

    dos factores econmico e ideolgico que determinan la marcha del pro-

    greso: el desarrollo de la industria y el desarrollo de las luces caminan pa-

    ralelos en una constante interrelacin dentro del proceso histrico; por ello,

    si las capacidades de la industria francesa estaban ya maduras para el paso

    a la sociedad industrial, se tratara de expandir el espritu cientfico entre

    intelectuales, sabios y artistas y el espritu productivo dentro del propio

    seno de la clase de los propietarios industriales. Precisamente la adquisicin

    de ese poder social que ha de conquistar la clase industrial con el adve-

    nimiento del nuevo sistema hay que verlo en relacin con el desarrollo de la

    capacidad industrial; lo contrario supondra que las clases industriales siguen

    comportndose conforme a su antigua pasividad caracterstica de la etapa

    anterior, o bien utilizando el poder militar propio del viejo sistema. El

    desarrollo de ese espritu industrial en la clase de los propietarios ira vincu-

    lado a la utilizacin productiva y social de sus capitales, a su inversin en

    los sectores ms dinmicos de la produccin; en definitiva, a la movilizacin

    139

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    ANTONIO PORRAS NADALES

    de capitales escasamente productivos y a la reinversin racional y productiva,

    de los beneficios frente al anterior derroche consumista y suntuario. Puesto

    que Saint-Simn no rechaza la

    distribucin

    general de la riqueza social en

    la estructura histrica contempornea, sino la

    forma como esa riqueza es

    invertida en la actividad de produccin,

    se supone que est caracterizado

    como un elemento esencial del sistema industrial la

    reproduccin a escala

    ampliada de la riqueza social. No se trata de aceptar o no la propiedad

    privada, sino la potencialidad productiva de esa propiedad en el conjunto de

    las distintas fuerzas sociales: en consecuencia, la consolidacin de la libre

    propiedad privada a partir de 1789 no es suficiente para el advenimiento del

    nuevo sistema industrial sino a condicin de que esa propiedad sea utilizada,

    como un recurso productivo integrado racionalmente en el seno de las dis-

    tintas fuerzas productoras de la sociedad, lo cual, si no sucede en la poca de

    Saint-Simn, ser debido a la persistencia de una mentalidad ajena al es-

    pritu del progreso, colgada de su anterior postura pasiva, carente de un

    espritu de organizacin cientfica y de maximizacin de la produccin.

    Con Saint-Simn el concepto de progreso en su .doble contenido eco-

    nmico e ideolgico se polariza por fin hacia el autntico hecho nuevo

    de los nuevos tiempos: el desarrollo de la produccin industrial. Tal con-

    cepcin perfila claramente al sistema capitalista maduro como un proceso

    de reproduccin a escala ampliada de la riqueza social, estableciendo los

    condicionamientos bsicos de todos los problemas histricos y conflictos

    sociales que puedan aparecer en adelante.

    Si tenemos en cuenta que en su concepcin no aparecen problemas es-

    pecficos sobre el tema de la

    distribucin

    de la riqueza social y que el prin-

    cipio de igualdad ha sido admitido como mera relacin de proporcionalidad

    en las capacidades y los recursos (a cada uno segn su capacidad), est

    perfectamente clara la identificacin de Saint-Simn con una corriente de

    pensamiento defendida por los sectores ms progresistas del nuevo gran,

    capital: frente a Ja idea popular del reparto de lo existente, que implica

    una concepcin del proceso productivo como reproduccin a escala simple

    de la riqueza social, la idea del progreso y de la reproduccin a escala am-

    pliada como autntica fuente de bienestar coincide con las aspiraciones so-

    ciales de las capas ms progresistas del naciente capitalismo industrial.

    Ser, pues, Saint-Simn el primer socialista que adopte la idea del

    progreso industrial como el elemento determinante y fundamental en el di-

    namismo histrico de las sociedades occidentales y ser tambin el primero

    en sacrificar los ideales revolucionarios libertad, igualdad en pro de una

    organizacin racional de la actividad productiva.

    140

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    SOCI L ISMO Y SOCIED D INDUSTRI L

    5 REVOLUCIN BURGUESA Y REVOLUCIN INDUSTRIAL

    El anlisis saintsimoniano adquiere as una gran importancia para el

    estudio de uno de los problemas ms caractersticos de la historiografa con-

    tempornea: el de la revolucin burguesa y el paso del feudalismo al ca-

    pitalismo. En apretada sntesis, la polmica ms actual sobre el tema es la

    que marca la diferencia entre las teoras desarrollistas que ven el trnsito

    de un sistema a otro como un proceso de crecimiento econmico cuyo eje

    de inflexin es precisamente lo que hoy denominamos revolucin indus-

    trial, frente a las teoras que acentan la esencialidad en el cambio de las

    relaciones de produccin (revolucin burguesa) como autntico punto de

    ruptura entre uno y otro modo de produccin.

    La primera de tales corrientes est influida lgicamente por la preemi-

    nencia que actualmente ocupa el estudio de los problemas del crecimiento

    econmico en las preocupaciones y el trabajo de los historiadores. Segn

    Josep Fontana, el avance en este terreno del conocimiento histrico se ha

    producido por un doble proceso de acumulacin factual y de clarificacin

    terica. El primer paso de esta clarificacin se realiz al identificar y definir

    la 'revolucin industrial', esto es, el proceso de crecimiento acelerado que

    caracteriz el paso de las sociedades subdesarrolladas del antiguo rgimen,

    de base esencialmente agraria, a una nueva etapa de crecimiento autososte-

    nido, esencialmente asentado sobre la produccin industrial: un proceso

    caracterizado por elevados ndices de crecimiento que han permitido superar

    las limitaciones catastrficas que frenaban el proceso de las sociedades del

    antiguo rgimen y han hecho posible la enorme expansin de la poblacin

    y de los niveles de vida que caracterizan la edad contempornea.

    Hemos llegado as a diferenciar el simple crecimiento, entendido como

    un proceso ms o menos continuo, aunque fluctuante, que se ha dado en todas

    las pocas, del fenmeno discontinuo y revolucionario del desarrollo moder-

    no, que ha permitido el paso de un estadio histrico a o tro cualitativamente

    distinto (10).

    Por el contrario, la historiografa que parte del presupuesto terico de

    que son las relaciones de produccin las que definen la anatoma de una

    sociedad, caracteriza el problema de la liquidacin del llamado antiguo r-

    gimen en los trminos siguientes: trnsito (revolucionario) desde una so-

    ciedad feudal, caracterizada por el hecho fundamental de que la apropiacin

    del trabajo ajeno por parte de la clase dominante se cumple de manera in-

    (10) Vase JOSEP FONTANA: La quiebra de la monarqua absoluta, Ariel, Bar-

    celona, 1971, pgs. 19-20.

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    ANTONIO PORRAS NADALES

    mediata a travs de la dependencia jurdico-poltica del productor directo,,

    el cual no se halla separado de los medios de produccin-sociedad, en la

    que al ser el poder poltico inmediatamente constitutivo de relaciones de

    produccin, dicho poder se halla fragmentado, de manera que cada 'unidad

    de produccin' o, mejor, cada unidad de apropiacin de trabajo ajeno, es

    al mismo tiempo un centro de poder poltico; a una sociedad, la capitalista,

    caracterizada por el hecho de que la apropiacin de trabajo ajeno se realiza

    a travs de mecanismos puramente 'econmicos' mediante el intercambio

    entre la fuerza de trabajo y el capital, lo que supone la previa creacin de

    los supuestos de esta relacin, o sea, la separacin del productor directo de

    los medios de produccin y la abolicin de los lazos de dependencia, con

    la consiguiente monopolizacin del poder poltico por el Estado, el cual no

    se presenta de manera inmediata como forma de dominacin clasista, sino

    como arbitro neutral de las relaciones entre individuos libres e iguales (11).

    Aparte otras grandes cuestiones implcitas (como la del paso

    revolucio-

    nario, y no simplemente evolutivo, de un sistema de produccin a otro), la

    trascendencia de esta polmica toca directamente al tema de la conceptua-

    cin misma del sistema capitalista, en el sentido de sintetizar el elemento

    definitorio que cualifica a la sociedad capitalista en contraposicin a los

    sistemas sociales anteriores: en la segunda corriente el elemento esencial

    lo constitua el cambio en las relaciones que enfrentan a los sujetos econ-

    micos con la aparicin generalizada de la relacin tpica capital-trabajo

    asalariado; por el contrario, desde el primer punto de vista el elemento

    diferencial reposaba en ese proceso de crecimiento acelerado que podemos

    denominar como revolucin industrial.

    Por supuesto, los conceptos de revolucin burguesa y revolucin indus-

    trial no pueden en ningn caso ser considerados, ni histrica ni tericamen-

    te, como equivalentes. Ahora bien, en el caso especfico de la sociedad fran-

    cesa durante la poca de Saint-Simn, y desde 1789 hasta mediado el si-

    glo xix, an dentro de una relacin genrica capital-trabajo asalariado, pue-

    de hablarse en conjunto de una predominancia marcadamente artesanal y

    campesina frente a la originalidad especficamente industrial y obrera que

    tiene lugar a partir de la segunda mitad de siglo. Es evidente que la

    ultima

    ratio de esta divisin cronolgica no proviene de la transformacin en las

    relaciones productivas,que en cualquier caso persisten generalizadamente en

    la misma forma, sino ms bien de las transformaciones en la

    dinmica

    pro-

    ductiva, con todas sus implicaciones sociales, tericas y metodolgicas, que

    (11) Vase F . PREZ ROYO: Crtica a Josep Fontana, en Revista de Derecho

    Financiero,

    nm. 5, Ed. Cvitas.

    142

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    SOCIALISMO Y SOCIEDAD INDUSTRIAL

    definirn la

    jase industrial

    del capitalismo. Es en este encuadre donde d es-

    taca la aportacin especfica de Saint-Simn y su escuela en cuanto fuerza

    ideolgica de apoyo a las nuevas perspectivas esencialmente productivas del

    capitalismo, basadas en la potenciacin del capital industrial.

    Sobre la base de este entorno parece lgico que el socialismo preindustrial,

    que analiza el sistema capitalista en las etapas previas a la revolucin in-

    dustrial, deduzca del anlisis crtico de su medio histrico no slo un re-

    chazo de la propiedad privada capitalista, sino tambin una cierta opo-

    sicin a ese nuevo dinamismo histrico que se va consagrando a partir del

    predominio absoluto de la burguesa y cuya gnesis se intuye generalizada-

    mente en base al mantenimiento de unas relaciones de desigualdad entre los

    hombres: la igualdad popular sera opuesta al progreso capitalista. As,.

    Blanqui, por ejemplo, enfocar la crtica al incremento de la produccin

    capitalista a travs de la teora de las crisis (que a partir de ahora ser una

    de las lneas constantes de crtica al capitalismo) en cuanto stas surgen por

    el desfase creciente entre los intereses de la produccin y los de los consu-

    midores. Bounarroti, como hemos visto en su

    Conspiraran pour l galit,

    oponiendo la opcin progreso-opulencia-explotacin frente al orden igualita-

    rio de las clases trabajadoras. Y, por supuesto, con mayor intensidad, Fourier,.

    que subraya expresamente la violacin de las verdaderas leyes de la natu-

    raleza que la civilizacin burguesa ha llevado a cabo; y as otros utopistas.

    La excepcin conocida es claramente Saint-Simn: su socialismo tecnocr-

    tico incide sobre las irracionalidades del sistema productivo de la Restaura-

    cin con el objetivo de adecuar las capacidades de la produccin al autn-

    tico hecho nuevo que ha suscitado la aparicin de la industria; Saint-Simn

    es el profeta de las nuevas perspectivas productivas con que se ha de en-

    frentar el sistema capitalista, aunque en su obra no exista una crtica ade-

    cuada de la propiedad privada.

    Queda claro, pues, que los puntos de partida del anlisis saintsimoniano

    frente a los adoptados por la historiografa contempornea son absolutamen-

    te distintos; recordemos que Saint-Simn es un hijo de la Ilustracin apenas

    recin llegado a los nuevos tiempos y cuyo objetivo terico no era otro

    que el de analizar el desarrollo lgico, conforme a sus capacidades produc-

    tivas, de la sociedad de su poca. De su interpretacin podemos deducir,

    sin embargo, que aunque la gnesis de todo cambio histrico radique en l-

    timo extremo en el desarrollo de las fuerzas productivas, la complejidad del

    fenmeno revolucionario, del paso de un sistema social a otro, no puede ser

    explicada exclusivamente por una causalidad econmica: precisamente por-

    que la sociedad de la Restauracin no se adapta a ese terico desarrollo

    lgico de las capacidades productivas es por lo que Saint-Simn deber-

    143

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    ANTONIO PORRAS NADALES

    'diseccionar el anlisis de la sociedad en varios estratos, con lo cual la inter-

    vercin del poder poltico o de los sistemas ideolgicos en el paso de un

    sistema social a otro puede ser absolutamente decisiva.

    Es ms, Saint-Simn destaca y su ltima etapa terica lo demuestra

    a ese tercer elemento ideolgico, al sistema de las ideas, como una pieza

    absolutamente esencial en la maduracin histrica de un nuevo sistema so-

    cial. Ya hemos visto cmo el contenido ltimo de su crtica ideolgica se

    concretaba en la ausencia de un espritu productivo entre los sectores ms

    dinmicos de la sociedad de la Restauracin: esta

    ausencia de un espritu

    de progresoestara lgicamente generalizada entre las distintas capas socia-

    les y, por supuesto, entre la propia clase obrera no propietaria (asalariados,

    artesanos, obreros). Sin embargo, cuando Saint-Simn hace or su llamada

    a las distintas clases sociales pidiendo su integracin dentro de una organi-

    zacin socioeconmica autnticamente industrial, acenta su atencin sobre

    los sectores clave de su futura sociedad industrial, entre aquellos que

    controlan los medios de produccin (tcnicos y capitalistas) y se encuentran

    ms prximos al sentido de progreso del orden social contemporneo.

    Saint-Simn da por descontada la sumisin de los obreros a las directrices

    productivas de sus nuevos dirigentes, y en todo caso cuenta con la existencia

    de otro tipo de poder, econmico, que garantizara el funcionamiento ra-

    cional de la produccin social.

    El proceso Anden /g/wje-Revolucin-Restauracin supondra el paso

    de una fase histrica caracterizada por el control de la instancia jurdico-

    poltica por los feudales y el desarrollo inexorable pero an no domi-

    nante del podero econmico de las clases industriales a una nueva fase

    en la que el predominio generalizado de la nueva forma de propiedad (ca-

    pitalista) no logra impedir la supervivencia feudal en el funcionamiento

    de los poderes polticos y de los sistemas de pensamiento.

    Podremos entonces concluir con la hiptesis de que aunque las relacio-

    nes de produccin basadas en un enfrentamiento capital-trabajo asalariado

    se establecen con carcter general a partir de la liquidacin del rgimen se-

    orial, hasta que no ha tenido lugar el desarrollo de la revolucin industrial

    no cuaja generalizadamente la originalidad productiva del capitalismo mo-

    derno con la consagracin definitiva del principio de apropiacin de la na-

    turaleza por el hombre en base a la productividad industrial.El mbito his-

    trico del socialismo preindustrial aparece as claramente diferenciado del

    pensamiento social posterior (o contemporneo) a la revolucin industrial,

    no ya como una etapa en la gnesis del socialismo cientfico marxista, sino

    como una fase histrica con plena entidad interpretada mediante una res-

    puesta terica coherente.

    144

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    SOCI LISMO SOCIED D INDUSTRI L

    CONCLUSIONES

    La insistencia

    en el

    desarrollo lgico

    de las

    potencialidades productivas

    quese hallan inmersasen ladinmicadel todo socialy lamarginacindel

    estudio de las relaciones socialesdeproduccin con la posible existencia

    de unas relacionesdeexplotaciny desigualdad, apartedeconstituiruna

    clara insuficiencia tericaalolvidaruno de los aspectos esenciales sobreel

    quese monta precisamente eldesarrollode la produccin industrial, apro-

    xima poderosamente el pensamiento deSaint-Simn a ciertos anlisismo

    dernos sobrelassociedades industriales avanzadasen los que de unamanera

    ms

    o

    menos explcita

    se

    deja

    de

    lado

    la

    diferenciacin especfica

    en las re

    laciones

    de

    produccin entre pases

    capitalistas

    industrialmente avanzados

    y

    pases socialistasindustrialmente avanzados, para deducir comoundenomi-

    nador comnlasconsecuencias extremasde esaexacerbacinde lacapacidad

    de produccin industrial: sometimiento de lapoblacin a dictmenescon

    sumistas, sumisina las rdenes productivas de los rganos directores-con-

    troladoresde la produccin social, desaparicinde la igualdad material como

    objetivo conscientedelsistema social, consolidacindeestructuras jerrquico-

    autoritariasy consiguiente adulteracin de lasgarantas y libertades demo-

    crticas

    con

    toda

    su

    cohorte

    de

    Gulags,

    entidades

    de

    manipulacin, organis-

    mos fantasmas de control-represin, servicios secretos nofiscalizadospor

    entes representativos,etc.

    Salvandolasdistancias histricas, ambos tiposdeanlisis representanlos

    polos opuestosde la contemplacin delfenmeno del desarrollo industrial

    como elemento especfico

    de la

    historia contempornea occidental:

    del

    opti-

    mismosinbarreras saintsimonianoquecontemplael avance industrial como

    el accesodelhombrea sumayoradeedad demostradapor eldominio sobre

    la naturaleza a travsde la tecnologa, hastaelpesimismoy elnegativismo

    dela ms joven filosofaque contempla horrorizada la liquidacin de las

    libertades,eltriunfode labarbariey el desastre ecolgico comolasautn-

    ticas consecuenciasde la civilizacin industrial occidental.

    Ciertamente, la constatacin delfenmeno de la uniformizacin de los

    sistemas sociales bajo lapremisadel desarrollo econmico eindustrialy de

    la burocratizacin de las estructuras de poder constituye una derivacin

    lgica

    de

    toda

    la

    corriente maxweberiana.

    La

    ausencia

    de una

    preocupacin

    porlasrelacionesdeproduccin,por latitularidadde losmedios productivos,

    est explcita,

    por

    ejemplo,

    en

    Talcott Parsons, cuando afirma

    que en Es

    tados Unidos,ascomo en la Unin Sovitica, la propiedad ha dejadode

    tenerun significado primordial, pues tales empresas se refierea laempresa

    145

    10

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    ANTONIO PORRAS NADALES

    tpica de gran escala han de emplear personal tcnico y directivo altamen-

    te especializado sobre una base de ocupacin y no de propiedad. Evidente-

    mente, en los dospases, el 'trabajador' medio est 'expropiado' de los medios

    de produccin, simplemente porque la empresa es una organizacin de gran

    escala bajo una direccin unitaria y no una federacin libre de trabajadores

    independientes. Y contina: Quisiera apuntar que, en las sociedades 'so-

    cialistas', el hincapi en la importancia de los controles polticos en los ni-

    veles altos de la oiganizacin econmica es al presente... mucho ms un

    efecto de su proceso y de su

    celer cin

    en el desarrollo econm ico que de

    la creencia de que tales controles polticos son los mejores, en principio, para

    la marcha de una economa industrial altamente desarrollada. La justificacin

    de la socializacin est principalmente en las condiciones de lograr un des-

    arrollo nuevo, rpido y efectivo, no de hacer operar de una manera efectiva,

    incluso en 'inters pblico', una economa industrial relativamente 'madura'

    del tipo de la de Amrica. Esto explica principalmente la atraccin del

    'socialismo' en los pases econmicamente 'subdesarrollados' (12).

    As, pues, en uno y otro caso el elemento cualificador esencial residira

    en el avance espectacular de la produccin industrial y el desarrollo tecnol-

    gico,

    cualquiera que sea la forma en que se organicen las relaciones pro-

    ductivas. Sobre esta perspectiva est claro que el autntico punto de dife-

    renciacin de las sociedades industriales avanzadas frente a cualquier otro

    tipo de formaciones sociales radica precisamente en esa exacerbacin de la

    capacidad productiva y en las consiguientes tensiones ocasionadas en el

    cuerpo social en su conjunto.

    Antes de esa fase de desarrollo industrial la doctrina socialista se debata,

    pues, en dos direcciones hasta cierto punto alternativas: 1.

    a

    La satisfaccin

    real de las aspiraciones revolucionarias radicales igualdad, libertad, liqui-

    dacin del poder de clase subordinando el desarrollo industrial a la sa-

    tisfaccin de los ideales revolucionarios; o 2.

    a

    Su realizacin-sumisin ante

    las inconcebibles posibilidades del progreso tcnico en gestin.

    As, pues, considerando las grandes fases histricas del mundo contempo-

    rneo como supuestos determinantes de unas variables tomas de postura del

    pensamiento social occidental, podramos deducir una triple gradacin de

    matices y/o problemas dominantes que giran sobre el eje-motor de la so-

    ciedad industrial: la diferenciacin entre socialismo

    preindustrial

    y socialismo

    industrial

    se centrara, en primer lugar, en los presupuestos metodolgicos:

    (12) Vase

    TALCOTT PARSONS:

    Estructura social y desarrollo econmico, en

    Es-

    tructura y proceso en las sociedades modernas, Instituto de Estudios Polticos, Ma-

    drid, 1966, pgs. 106-7.

    146

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    S O C I L I S MO Y S O C IE D D I N D U S T R I L

    supondra el paso del anlisis cientfico-natural de la sociedad (con su creen-

    cia en unas leyes sociales perennes y en criterios ideales de organizacin

    social) al triunfo de la dialctica histrica que contempla los fenmenos so-

    ciales como elementos sometidos a un constante proceso de transformacin

    que consagra una inexorable expansin de las fuerzas sociales productivas:

    Saint-Simn representara ciertamente el punto de ruptura entre ambas eta-

    pas, aunque en este punto se encuentre an inmerso en el racionalismo del

    siglo de las luces (13). En segundo lugar, el triunfo del socialismo industrial

    parece consagrar la realizacin-sumisin de los ideales populares revolu-

    cionarios (libertad, igualdad, liquidacin del poder de clase) ante el fen-

    meno de la revolucin industrial y la realidad del progreso considerado como

    objetivo social absolutamente prioritario; de ah el rechazo, por su carcter

    burgus, del tema de las libertades individuales y derechos ciudadanos,

    el sacrificio de la igualdad en pro de una racionalizacin de los incentivos

    a la produccin y la consolidacin de las estructuras burocrticas del poder

    central que parecen cuajar histricamente en la concepcin stalinista de la

    dictadura del proletariado.

    Por ello, resulta de un gran inters resaltar cmo el surgimiento de un

    socialismoposindustrial parece hasta cierto punto retornar a ciertos pun tos

    de partida implcitos en la fase presaintsimoniana: as, la defensa ecolgica

    y ambiental que moviliza en Europa y Amrica a todos los grupsculos

    nacidos de las agitaciones estudiantiles de los aos sesenta cuestiona de una

    manera inmediata el carcter del desarrollo industrial y sus excesos, susti-

    tuyendo los aspectos cuantitativos del desarrollo por un mayor inters en el

    tema de la calidad de vida. Toma forma paralelamente un profundo an-

    lisis de las consecuencias desigualitarias de la expansin industrial: el crcu-

    lo vicioso del subdesarrollo, la existencia de un intercambio desigual entre-

    pases industrializados y subdesarrollados y todas las derivaciones del desa-

    fo tercermundista. Resurge igualmente la preocupacin constante por la.

    (13) Po r supuesto, la ruptura metodolgica slo es comprensible en su verda-

    dero sentido en relacin con el entorno histrico en que tiene lugar: el nacimiento,

    de una nueva dinmica histrica y la aceleracin del proceso tcnico industrial, con,

    su larga secuela de conflictos sociales y enfrentamientos interclasistas. La mejor fuente

    metodolgica para el anlisis de la interconexin dialctica de los acontecimientos,

    histricos estaba claramente en la linea hegeliana, absolutamente predominante en

    Alemania. Sin embargo, aproximaciones a una metodologa dialctica de origen leibnit-

    ziano pueden encontrarse en Francia en el prerrevolucionario Dom Deschamps, y

    maduran de un modo ms rotundo en P.-J. Proudhon. Vase su

    De la creation de

    l Ordre

    y el

    Systme des contradictions conomiques ou Philosophie de la Misre.

    Tambin sobre el tema el captulo IV, 2., de mi tesis doctoral

    El pensamiento pol-

    tico de P.-J. Proudhon, Facultad de Derecho, Sevilla.

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  • 7/25/2019 Dialnet-SocialismoYSociedadIndustrial-1273669

    20/20

    NTONIO PORR S N D LES

    garanta de las libertades individuales (ya no libertades burguesas) desde

    mbitos extraordinariamente diversos: eurocomunismos, doctrina Crter de

    los derechos humanos, movimientos de disidentes soviticos, organismos in-

    ternacionales de defensa de los derechos humanos, etc.

    La presencia de ciertas constantes preindustriales parece as reducir la

    etapa del socialismo industrial a una fase histrica perfectamente delimita-

    da; una fase impregnada por la fe y el optimismo en el progreso, la con-

    fianza en el carcter infinito e imperecedero de los recursos naturales, la

    esperanza sin lmites en el dominio del hombre sobre la naturaleza. La

    constatacin de las consecuencias finales de esta nueva dinmica en las so-

    ciedades posindustriales avanzadas explicar el retorno a ciertos problemas

    presaintsimonianos: as, todo el tema de la polmica sobre los lmites del

    crecimiento y la idea de un mejor reparto de los recursos escasos destruye

    el mito decimonnico del progreso cuantitativo, despertando nuevas perspec-

    tivas que se refieren a una mejor calidad de vida y no al aumento desen-

    frenado del consumo, o el ideal marcusiano de la liberacin del ocio, con

    todas sus resonancias fourieristas y posfeudrianas, que supone un rechazo

    explcito de la esclavitud del trabajo ensalzada por la vieja moral puritana

    reinante en las pocas del optimismo industrial y el desarrollo de nuevas

    actitudes ldicas y erticas.

    La reduccin del fenmeno del progreso industrial de las sociedades

    occidentales permite, pues, al pensamiento social contemporneo clarificar

    el nuevo marco histrico al que deber encararse la sociedad posindustrial

    y los nuevos conflictos que las fuerzas sociales debern resolver para reor-

    denar la actividad de produccin y el entorno jurdico, poltico, social y ur-

    banstico en el sentido que marquen los nuevos criterios dominantes.

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