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  • RESUMENEl dilatado proceso de restauracin de la Acrpolis de Atenas permite reflexionar sobre la preservacin del

    valor de la autenticidad de la materia arquitectnica, una cuestin crucial en toda restauracin, y pone demanifiesto hasta qu punto este problema se hace especialmente complejo cuando se interviene en las ruinas.El plan de intervenciones que se desarrolla en la Acrpolis est relacionado con la creacin de su Nuevo Museoy con la campaa para la vuelta de los mrmoles de Fidias a suelo Griego. El Partenn es un smbolo mate-rializado en una creacin basada en la deconstruccin y la reconstruccin, en restauraciones, de-restauracio-nes y complejas labores de desmontaje y remontaje; es materia empleada para servir de vehculo de comuni-cacin de valores intangibles unidos al monumento. La recuperacin de la Acrpolis es un ejercicio complejode repristinacin de un smbolo.

    ABSTRACTThe extensive process of restoration of the Acropolis of Athens allows to think about the preservation of

    the value of the autenticity in architecture, a crucial question in any restoration, and reveals up to what pointthis problem becomes specially complex when one intervenes in the ruins. The plan of interventions develo-ped in the Acropolis is related to the creation of the New Museum and to the campaign for the return ofFidiass mrmoles to Greek soil. The Partenon is a symbol materialized in a creation based in the deconstruc-tion and the reconstruction, in restorations, des-restauraciones and complex labours of disassembly and reas-sembly; it is a matter used as vehicle of communication of intangible values joined to the monument.The recovery of the Acropolis is a complex exercise of repristinacin of a symbol.

    PALABRAS CLAVE:Acrpolis, restauracin, ruina, autenticidad, anastilosis, carta de Atenas.

    KEYWORDS: Acropolis, restoration, ruins, authenticity, anastylosis, Athens Charter.

    * * * *

    La Acrpolis de Atenas. De la ruina recreada al proyecto del nuevo museo de la Acrpolis

    como grito arquitectnico

    Mara Pilar Garca CuetosUniversidad de Oviedo

    LIO 14. Revista Anual de Historia del Arte. 2008

  • You must understand what the Parthenon Mar-bles mean to us. They are our pride. They are oursacrifices. They are our noblest symbol of excellen-ce. They are a tribute to the democratic philosophy.They are our aspirations and our name. They are theessence of Greekness.

    Melina Mercouri. Discurso ante la OxfordUnion, 1986

    El patrimonio cultural arquitectnico esuna de las formas en las que se materializa laMemoria y, por ello, la preservacin de suautenticidad se ha convertido en la piedraangular de todas las intervenciones de conser-vacin y restauracin monumental. Salvaguar-dar la autenticidad de la herencia arquitectni-ca supone legar a las generaciones futuras unaparte fundamental de nuestra Memoria. Pode-mos decir que hay un acuerdo universal res-pecto a esta idea, pero no en cuanto al con-cepto de autenticidad, que no es universal niunvoco. El debate en torno a la autenticidades, por tanto, fundamental para poder acordare implementar las polticas, los mtodos y lapraxis de la conservacin del patrimonio cul-tural1.

    El dilatado proceso de restauracin de laAcrpolis de Atenas constituye un caso para-digmtico de lo poco claro que est el debateen torno a la preservacin del valor de laautenticidad de la materia arquitectnica, unacuestin que la UNESCO considera crucial entoda restauracin, y nos permite comprobartambin hasta qu punto este problema se haceespecialmente complejo en lo tocante a las rui-nas2. Mucho se ha escrito y debatido sobre elproyecto que se desarrolla en estos momentos,y que considero que va mucho ms all de laanastilosis de los monumentos de la colinasagrada de Atenas, puesto que todo el plan deintervenciones actual no puede comprenderse,segn mi criterio, al margen de la creacin delNuevo Museo de la Acrpolis y del desarrollode la campaa para la vuelta de los mrmolesde Fidias a suelo Griego, como comentar ms

    adelante, de la misma manera que los primerostrabajos desarrollados en la colina son insepa-rables del contexto de la lucha por la indepen-dencia del pas y reivindicacin de la identidadnacional griega3. Segn Fani Mallouchou-Tufano4, fue precisamente esa intencin nacio-nalista la que determin que esa bsqueda deuna herencia cultural nacional se centrara enla Grecia clsica, cuyo patrimonio fue rescata-do y restaurado, en detrimento del medieval ymuy especialmente del relacionado con lapoca de la dominacin turca. Tampoco salimejor parada la arquitectura de poca bizanti-na, muchas de cuyas iglesias desaparecierondurante el proceso de transformacin de Ate-nas en la capital de la Grecia moderna. Sobrela colina de la Acrpolis, una serie de trabajosconcatenados supusieron la desaparicin detodos los estratos histricos no correspondien-tes con el apogeo de la Grecia clsica en elsiglo V, convirtindose el conjunto, y especial-mente el Partenn, el smbolo no solo de Gre-cia, sino en el arquetipo-smbolo de la culturaoccidental5, un proceso de fetichizacin quealcanzara su cristalizacin a escala planetariacuando la imagen del frente del Partenn seconvirti en el emblema de la UNESCO. LaAcrpolis, como ha propuesto brillantementeStefano Gizzi, es el prefecto ejemplo de ruinaanhelada y perseguida, creada de manera arti-ficial, puesto que de ninguna manera seencontraba en condicin de tal cuando dieroncomienzo las campaas de restauracin de lossiglos XVIII y XIX6, sino que el conjunto era

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    1 Sobre el valor de autenticidad en el patrimonio arqui-tectnico y sus diferentes concepciones: GARCA CUE-TOS, M Pilar. Humilde Condicin. El Patrimonio Cultu-ral y la conservacin de su autenticidad, en prensa.

    2 Y las ruinas. Se pueden rehabilitar? Hay que respe-tarlas como estn, aunque peligren y desaparezcan?cit. RIVERA BLANCO, Javier. La restauracin monu-mental en Espaa en el umbral del siglo XXI, en RIVE-RA BLANCO, Javier (coord.) Nuevas tendencias en laidentificacin y conservacin del patrimonio, Vallado-lid, 2003, p. 203.

    3 Tal relacin es admitida de forma unnime, como uncomponente ideolgico, cultural, que determin lasactuaciones llevadas a cabo sobre la Acrpolis y susmonumentos. Vid. JOHILEHTO, Jukka Ilmari. A historyof architectural conservation. The contribution ofEnglish, French, German and Italian Thought towardsan International Approach tho the Conservation of Cul-tural Property, edicin en formato PDF de ICROM,2005: http://www.iccrom.org/ , pp. 149 y ss. yMALLOUCHOU-TUFANO, Fani. Restauro dei ruderimonumentali in Grecia: un percorso particulare, en:BICELLI, Bruno; GIZZI, Stefano y SCUNDINO, Daniela.Il Rudere tra conservazione e reintegrazione, Gangemieditore, Roma, 2003, pp. 161-178, especialmente, pp.161-164.

    4 MALLOUCHOU-TUFANO, Fani. Restauro dei ruderimonumentali in Grecia, cit. p. 161.

    5 MALLOUCHOU-TUFANO, Fani.. Restauro dei ruderimonumentali in Grecia, cit. p. 162.

    6 GIZZI, Stefano. Il rudere tra conservazione e reinte-gracione, en BICELLI, Bruno; GIZZI, Stefano y SCUN-DINO, Daniela. Il Rudere tra conservazione e reintegra-zione, Gangemi editore, Roma, 2003, pp. 23-50, espe-cialmente, p.37.

  • resultado de la suma de los estratos post-clsi-cos, bizantinos, francos, carolingios y otoma-nos. Aorando esa riqueza perdida, Gizzi sea-la cunto ms grande sera el poder de evoca-cin de semejante palimpsesto7.

    El camino hasta llegar al punto en que seinici la recreacin de la ruina por excelenciaes largo y sus complejos avatares se centranfundamentalmente en el ms emblemtico detodos sus monumentos: el Partenn8. Es biensabido que ste fue edificado entre el 447 y el432 antes de Cristo y permaneci intacto unossetecientos aos. La primera catstrofe quesufri el templo fue un importante incendioacaecido en el ao 267 d.C. y que tuvo comoconsecuencia la prdida de la cubierta original,de toda la columnata interior y de los techosde mrmol del peristilo. Tambin resultaron

    daadas las columnas de los prticos y la carainterna de las paredes de la cella9. El edificiofue restaurado, un siglo ms tarde, por inicia-tiva de Juliano el Apstata. Podemos conside-rar esta intervencin como la primera restau-racin documentada del Partenn, si bien fuerealizada con medios y mtodos bien distintosa los del siglo V, y se considera que, por ello,careci de la calidad y la precisin del perodoclsico. A pesar de la gravedad del incendio,parece que la escultura no sufri alteracionesde consideracin10. En el siglo V d. C., con lallegada del cristianismo, el Partenn se convir-ti en una iglesia y fue en ese momento cuan-do experiment sus primeros cambios signifi-cativos y cuando la escultura sufri daos.Para adaptar el templo a su nueva funcin deiglesia, el edificio fue dotado de un bsidesemicircular, que se instal en el pronaos, aleste, como era preceptivo. Para hacer ese bsi-de (Fig.1) se desmont el correspondiente murode la cella, rehacindose segn su nueva fun-

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    9 HADZIASLANI, Cornelia. Parthenon Promenades, cit.,p. 45.

    10 Ibid.

    Figura 1. El Partenn. Vista del frente Este, con la iglesia bizantina en su interior, segn Manolis Korres. Fuente: HADZIASLANI, Cornelia.Parthenon Promenades, Fundacin Melina Mercouri, Atenas, 2001.

    7 Quale Maggiore suggestione, quale densit di storia setali prodotti artistici fossero giunti a noi attraverso ivari palinsesti succedutesi cclicamente, cit. GIZZI,Stefano. Il rudere tra conservazione e reintegracione,cit., p. 37.

    8 Sobre la historia del Partenn desde sus orgenes puedeverse: HADZIASLANI, Cornelia. Parthenon Promenades,Fundacin Melina Mercouri, Atenas, 2001.

  • cin. La entrada principal de la iglesia se dis-puso, como es lgico, en el lado oeste, perfo-rndose para ello el otro extremo de la cella. Elnrtex caracterstico de toda iglesia bizantinafue colocado ante esa entrada. Para completarla transformacin de templo en iglesia, se eli-minaron seis bloques del friso para abrir otrastantas ventanas. Pero si las transformacionesarquitectnicas no fueron demasiado radicales,la escultura sufri daos ms serios, puestoque, adems de los seis fragmentos de friso yamencionados, desaparecieron otras obras muyvaliosas. Dado que el cristianismo rechazabalas imgenes y representaciones de los diosespaganos, se retiraron y destruyeron las esta-tuas ms grandes situadas en el centro delfrontn Este, que como es bien sabido repre-sentaba el nacimiento de Atenea. Tambin seretallaron de forma sistemtica las metopas delfrente este, oeste y parte de las del norte, deforma que las imgenes y las escenas repre-sentadas no pudieran ser reconocidas. Se handatado estos daos entre los siglos quinto ysexto. Significativamente, la ltima metopa dellado del norte permanece hoy in situ y no fueretallada puesto que se la identific con larepresentacin de la Anunciacin. El Partennse transform en la iglesia de la PanaghiaAtheniotissa, la ms venerada de la ciudad, y apartir del ao 1000 se convirti en un impor-tante centro de peregrinacin, siendo visitadoincluso por emperadores como Basilio II, queperegrin all en el ao 1018. Posteriormente,en 1205, la Acrpolis pas a manos de losFrancos como resultado de la cuarta cruzada yel Partenn se convirti, con unas mnimastransformaciones, en una iglesia del credo lati-no. Finalmente, el templo experiment otrarehabilitacin importante en 1460, cuando losotomanos ocuparon Atenas y lo convirtieronen una mezquita, aadindole adems unalminar(Fig.2). En todos los casos, los cambiosexigidos por las nuevas liturgias no supusieronla prdida del grueso de la arquitectura y laescultura clsicas y hubiera sido posible rever-tirlos sin dao para las mismas. En el sigloXVII, el Partenn comenz a ser valoradocomo un edificio clsico y llegaron a Atenasextranjeros interesados en conocerlo. Debedestacarse especialmente la visita del embaja-dor francs en Constantinopla, Charles-Fran-ois Olier, Marqus de Nointel, que lleg a laAcrpolis en 1674, puesto que muy probable-mente con su squito viajaba Jacques Carrey,quien hizo unos dibujos de las esculturas visi-bles en ese momento que nos permiten calibrar

    el desastre que tuvo lugar trece aos despus yconocer algunas piezas hoy desaparecidas.

    El primer captulo de la verdadera destruc-cin de los monumentos de la Acrpolis tuvolugar en el transcurso de la guerra entre elImperio Otomano y Venecia. En ese momento,los mercenarios de la Armada de Venecia des-embarcaron el puerto del Pireo comandadospor Francesco Morosini y bombardearon a losturcos, sitiados en la Acrpolis, que habanalmacenado la plvora en el interior del Parte-nn. Como es bien sabido, el 26 de septiembrede 1687 tuvo lugar la que se ha definido comola ms grave destruccin en la historia de lacultura griega11, cuando una explosin dej eltemplo en ruinas, echando por tierra dosmuros de la cella y prcticamente toda lacolumnata exstila de la pronaos, seis colum-nas de la cara sur y ocho de la norte. De latechumbre no se conserv nada. La destruc-cin fue seguida de un tremendo incendio. Losvenecianos abandonaron el asedio durante laprimavera de 1688 y los turcos se volvieron ainstalar en la Acrpolis, construyendo en elPartenn una pequea mezquita.

    Segn Cornelia Hadziaslani, el caminoqued abierto para el saqueo y el robo, con loque se iniciaba el segundo captulo, y definiti-vo, de la destruccin del Partenn. Los prime-ros en saquear el monumento fueron los vene-cianos, que se llevaron como trofeos los caba-llos de los carros de Atenea y Poseidn delfrontn oeste. Los turcos emplearon las piedrasde mrmol del Partenn como material deconstruccin. Pero lo peor vino con la llegadade los coleccionistas europeos. A finales delsiglo XVIII, Count Choiseul-Goufier, embaja-dor francs ante Constantinopla, obtuvo unametopa con el tema de la centauromaquia y unfragmento del friso de las panateneas, piezasque se exponen en el Louvre y que el gobiernogriego reivindica y, finalmente, el britnicoElgin expoli lo mejor de la escultura del Par-tenn, destruyendo o deteriorando gravemen-te, adems, piezas muy valiosas. Elgin lleg aAtenas en el ao 1800 y los mrmoles expo-liados fueron recibidos por el British Museumen 1816.

    Con la llegada de la independencia griega,el joven estado vio en la Acrpolis el smbolopor excelencia de su cultura y su identidadnacional y esta conviccin explica el posterior

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    11 HADZIASLANI, Cornelia. Parthenon Promenades, cit.,p. 50.

  • proceso seguido en la Colina Sagrada de Ate-nas. Entre el XIX y el siglo XX, se transformuna fortaleza, todava en uso, compuesta ml-tiples estratificaciones y con un carcter mul-tiforme, en un conjunto de ruinas, en un espa-cio arqueolgico racionalmente organizado,abierto a los visitantes y unvoco ideograma dela contribucin de la cultura helnica de laAntigedad al mundo contemporneo, segnel certero anlisis de Mallouchou-Tufano12.Toda fase posterior al clasicismo fue borradacon un consenso general sobre lo idneo dedemoler esos estratos posteriores. Esta repristi-nacin se llev a cabo entre 1835, cuando sederrib la fortaleza medieval, y 1885-1890,momento en el que se dej a la vista toda lasuperficie de la Acrpolis, excavada hasta laroca madre, a lo que sigui la recuperacin delsupuesto nivel de la colina en el siglo V, utili-zando para ello tierra y piedras sueltas extra-das en las excavaciones (fig.3). Adems, de

    forma lenta, pero inexorable, dio comienzo laanastilosis de los edificios principales13. Lostrabajos ms importantes fueron desarrolladospor Nikolaos Balanos a partir de 1898. Balanosrecurri a dos mtodos: el empleo de unaestructura portante en el interior de los muros,que se utiliz por vez primera en Europa en elarquitrave del prtico de las Cartides, y laconfusin entre materia original y materiaintegrada en el proceso de restauracin. Fani

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    13 Sobre los trabajos en la Acrpolis vid. JOHILEHTO,Jukka Ilmari. A history of architectural conservation.French, German and Italian Thought towards an Inter-national Approach tho the Conservation of CulturalProperty, cit., pp. 149 y ss; MALLOUCHOU-TUFANO,Fani. Restauro dei ruderi monumentali in Grecia: unpercorso particulare, cit., pp. 162 y ss. y CASANAKI,Mara y MALLOUCHOU-TUFANO, Fani. Interventionson the Acropolis: 1883-1975, en: The Acropolis atAthens. Conservation, restoration and research 1975-1983, Committee for the preservation of the AcropolisMonuments, Atenas, 1983, pp. 12-20. Una revisin mscrtica de los trabajos en: GIZZI, Stefano. Il rudere traconservazione e reintegracione, cit. p. 36-37 y 40-42y BOURAS, CH. y ZAMBAS, K. The Works of the Comi-t for the preservation of the Acpopolis monuments onthe Acrpolis of Athens, Atenas, 2002.

    Figura 2. El Partenn transformado en mezquita, segn Manolis Korres. Fuente: HADZIASLANI, Cornelia. Parthenon Promenades, FundacinMelina Mercouri, Atenas, 2001.

    12 MALLOUCHOU-TUFANO, Fani. Restauro dei ruderimonumentali in Grecia: un percorso particulare, cit,pp. 162-163.

  • Mallouchou-Tufano14 ha interpretado estamanera de intervenir como una particularmanera de entender la anastilosis en el seno dela cultura Griega, ajena a la teora normalizadaen el resto del Continente. De esa manera, laanastilosis sera entendida en Grecia de unamanera propia, nacida en parte del aislamientode la nueva nacin respecto al debate tericoque marc la restauracin europea del momen-to. No se plante ninguna cuestin relativa a loslmites de la anastilosis, ni al respeto por la his-toria y la autenticidad, sino que se reflexionsobre otros aspectos, como la ptina, y se citodo el proceso de restauracin de los monu-mentos de la Acrpolis a la voluntad de recrearel conjunto clsico en su estado de ruina. En1894 se cre una comisin internacional, com-puesta por los arquitectos L. Magne, J. Durm yF. Penrose, quienes asesoraron en lo tocante alos pasos a dar en los monumentos de la Acr-polis. En 1921, Nikolaos Balanos propuso suproyecto de reconstruccin de la columnatanorte del Partenn15, planteando que sta debahacerse empleando el material antiguo unido alque deba integrarse en la restauracin, fabri-cndose nuevos tambores para las columnascon un corazn de piedra de poros y cemento,si bien algunos de los tambores, visibles duran-te el proceso de desmonte de esa zona, presen-taban un corazn de ladrillo y cemento, comopude comprobar en una visita a la Acrpolis enabril de 2003. Esa solucin planteaba, a juiciode quienes participaron en el debate establecidosobre el proyecto de Balanos, dos cuestionesimportantes: la necesidad de elaborar una docu-mentacin precisa de los materiales originales,en orden a intentar precisar su posible localiza-cin original, y el problema de la idoneidad deintroducir materiales contemporneos. Portanto, en Grecia no se puso en ningn momen-to en cuestin ni la legitimidad ni los lmites dela operacin de anastilosis, ni su base terica,puesto que el objetivo indiscutible era la repris-tinacin de la imagen clsica del monumento.As pues, entre 1923 y 1933 Balanos llev acabo su proyecto.

    Pero en el resto de Europa se habanimpuesto los criterios de Camilo Boito, relati-

    vos a la neta diferenciacin entre la materiaoriginal y la materia aportada por la restaura-cin como requisito fundamental para conser-var el valor documental y la autenticidad de laarquitectura histrica, y por ese motivo fuerade Grecia se estableci una discusin sobre lapertinencia de las intervenciones propuestaspor Balanos, si bien las autoridades griegas, yel mismo Balanos, supieron apoyarse en quie-nes aceptaban su postura: los partidarios delpintoresquismo y el culto a la ruina. Panag-hiotis Cavvadias, organizador de la estructuraarqueolgica griega en el perodo de entresi-glos, y Nikolaos Balanos mantuvieron corres-pondencia con F. Penrose, quien, imbuido delculto a la ruina propio de la cultura inglesa,propuso el envejecimiento artificial del mr-mol de las piezas nuevas, si bien se mostr mspartidario de emplear material de origen anti-guo en la restauracin, ya que tena la ventajade presentar una ptina natural. De esamanera, el modo griego de entender al anas-tilosis supona la integracin de texturas ycolor del material original y del empleado en larestauracin. Se recurri a la reintegracin demateriales antiguos, a veces no respetando nisu situacin ni su disposicin originales, des-conocidos en buena parte de los casos, y al usode materiales contemporneos como elementosde sutura y refuerzo de la estructura original ytodos esos elementos se fundieron siguiendo elcriterio de la unidad visual (fig.4). El mtodoaplicado por Balanos en la Acrpolis ejerciuna influencia decisiva sobre otros proyectos,como la repristinacin del templo de Efestos enel gora ateniense y el refrendo ms o menosexplcito a su postura lleg en 1931 de la manode la reunin de expertos en cuyo seno se ela-bor la Carta de Restauro y que dedic parte desus reflexiones a decidir sobre algunos aspec-tos fundamentales de la restauracin del Parte-nn. Nikolaos Balanos solicit las opiniones yel consejo de los tcnicos convocados sobredos temas decisivos: el lmite del proceso deanastilosis, especialmente en lo tocante a lacolumnata norte del Partenn, y la integracinde materiales contemporneos en ese proceso.No estando las ideas demasiado claras sobreese particular, las ambiguas recomendacionesque constituyen la coda de la Carta dejaron enmanos de Balanos las decisiones finales y stecontinu aplicando su mtodo.

    Es obvio que detrs de esa manera de inter-pretar el proceso de anastilosis se percibe unaconcepcin concreta sobre la materia y losvalores relacionados con ella, primandose la

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    14 MALLOUCHOU-TUFANO, Fani. Restauro dei ruderimonumentali in Grecia: un percorso particulare,cit. p.165.

    15 CASANAKIi, Mara y MALLOUCHOU-TUFANO, Fani.Interventions on the Acropolis: 1883-1975, cit., pp.18-21.

  • idea de recuperar, de reinventar la ruina, recre-ndola a partir de elementos originales situa-dos en su lugar y de elementos originalesempleados como mero material constructivo.La materia original se utiliza como un instru-mento para la creacin de la imagen de laruina, en la que el valor de la autenticidad noestara, por tanto, vinculado al de la materia,sino al de la antigedad, tal y como lo definiRiegl: el que se plasma mediante el efecto fsi-co del paso del tiempo sobre la materia y quetiene su reflejo directo en la ptina. Esa valo-racin de la ptina, esa visin romntica ypintoresquista, se imponen de la mano de lateora inglesa del culto y la fetichizacin de laruina. Una ruina, que, adems, se convierte enun autntico monumento nacional, entendido ala manera francesa: en un smbolo de identi-dad colectiva. Igualmente, el material contem-porneo se emplea como recurso necesariopara elaborar la imagen, para la recuperacinmaterial del smbolo, y el valor de la historici-dad, basado en la evidencia de las interpola-ciones contemporneas, a la manera en que loentiende la escuela italiana, tambin carece desentido en la anastilosis del Partenn. Mientras

    en Atenas se elaboraba el documento base dela teora europea que centraba la autenticidaden la conservacin de la materia original y suneta diferenciacin de la contempornea, elsmbolo por excelencia de los valores de la cul-tura occidental se creaba a partir de una mez-cla confusa y nada sutil de materias. Los valo-res emblemticos, simblicos, identitarios;inmateriales, en suma, se imponan comogarante de una autenticidad aceptada a pesarde su incoherencia con los criterios propugna-dos y ratificados en el mismo lugar que serecreaba la ruina. Un conjunto para el que creoque la definicin de Stefano Gizzi es perfecta:la ruina ansiada y purista16. Es posible quela anastilosis de Balanos deba, por tanto, serentendida como una repristinacin parcial, unprimer paso para la recuperacin total de unmonumento que nunca fue como queremosrecrearlo, pero que se sigue materializando enun proceso que, an hoy, no se da por con-cluido. Es la del Partenn, a mi entender, una

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    16 GIZZI, Stefano. Il rudere tra conservazione e reinte-gracione, cit. p.37.

    Figura 3. El Partenn a finales del siglo XIX, con la columnata norte incompleta. Fotografa de los hermanos Alinari Fuente: Photosammlung- Bildarchiv http://www.aeria.phil.uni-erlangen.de/photo_html/photographen/ebene3_alinari.html

  • repristinacin elaborada a base de anastilosisconcatenadas que busca recuperar, no la arqui-tectura, sino el emblema y el smbolo; larepristinacin de unos valores defendidos nosolo por la nacin griega, sino por el emergen-te nacionalismo paneuropesta.

    Al contrario de lo que pudiera suponerse apriori, la asimilacin en Grecia de la teora res-tauradora europea no supuso cambios sustan-ciales en los conceptos que haban sostenidolas intervenciones precedentes en la Acrpolis,a pesar de que, en teora, se asumieron lasrecomendaciones de la carta de Venecia de1964. La pervivencia de la voluntad purista yrecreadora se percibe en la imposicin a laruina de la idea de la simetra y la armona cl-sicas, de la supuesta perfeccin del siglo V, quese materializ en intervenciones correctivas delas presuntas anomalas. Esa voluntad de regu-larizacin, heredera de las concepciones die-ciochescas que Gizzi17 constata en el proyectode Schinkel para convertir el conjunto de laAcrpolis de Atenas en el palacio real, se man-tuvo, en su opinin, en las intervenciones pos-teriores a Balanos, perdindose las deforma-ciones e irregularidades, sustituidas por losacabados rectilneos que vemos, por ejemplo,en los arquitraves. A partir de 1975, vigente laCarta del restauro de 1972 y bajo la supervi-sin de la Comisin para la Conservacin delos Monumentos de la Acrpolis, parece haber-se impuesto en Grecia una concepcin moder-na de la restauracin monumental18. De hecho,los proyectos de restauracin en la Acrpolissiguen, en su aparato terico, los criteriosdifundidos por la Carta en varios aspectos,como la documentacin y la investigacin pre-vias a las intervenciones, la publicacin de losresultados de esos trabajos19, el recurso a losmtodos y tcnicas constructivas tradicionalesapoyadas por la tecnologa contempornea, laaceptacin del principio de la reversibilidad, elrespeto de la autenticidad en lo tocante al fun-cionamiento estructural y la limitacin de lasintervenciones, de manera que no tuvieran

    como resultado la alteracin de la imagen delmonumento fijada en la memoria colectiva.Pero todo ese aparato terico y metodolgicochoca con una voluntad expresa de mantenerel camino iniciado en el siglo XIX. A partir definales de los aos setenta del siglo XX, se pro-puso tambin continuar con los trabajos deanastilosis en los puntos en que no se habaactuado en el pasado y llevar a cabo una seriede intervenciones que tenan como objetivoeliminar las estructuras empleadas por Bala-nos, dados sus efectos negativos, y la correc-cin de defectos de posicionamientos de deter-minados elementos. Los trabajos comenzaronen el templo del Erecteion y se desarrollaronentre 1979 y 1987, sustituyndose las armadu-ras de Balanos por unas nuevas estructuras detitanio y corrigindose errores en lo relativoa la disposicin de algunos bloques de losmuros norte y sur. Adems, se reintegraron enel ngulo NE del monumento copias de ele-mentos arquitectnicos que se encuentran elen Museo Britnico por razones de estabili-dad, una de las razones que, segn la Cartadel Restauro, justifican ese tipo de recursos, ypara poder completar la repristinacin de lafachada principal del templo, mutilada porElgin. Igualmente, las caritides fueron trasla-dadas al edificio del Museo de la Acrpolis,inmediato a los templos, y fueron sustituidaspor rplicas. Para el Partenn, el director de lostrabajos en la Acrpolis, Manolis Korrs, pro-puso la completa anastilosis de la columnatade la pronaos, basndose en el hecho de que sehaba identificado el setenta por ciento delmaterial antiguo de la zona, si bien esa opera-cin tendra como resultado una evidentetransformacin de la imagen del monumentocristalizada fundamentalmente a raz de lasintervenciones de Nikolaos Balanos. Tras undebate en el seno de la Comisin de la Acr-polis, se opt por efectuar nicamente la anas-tilosis de las tres columnas meridionales, por-que en esa zona se concentraba la mayor can-tidad de material original recuperado. A esaoperacin deba seguir la nueva anastilosis dela columnata norte del Partenn, que se conti-na en estos momentos. En el transcurso deesas operaciones, se eliminaron los tamboresintroducidos por Balanos, sustituyndolos porotros fabricados en mrmol pentlico siguien-do las tcnicas tradicionales y se integraron enla nueva estructura capiteles dricos elabora-dos de la misma forma (fig.5). Para completaresta anastilosis repristinadora, se recuperarontambin el ntasis de las columnas y los refi-

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    17 GIZZI, Stefano. Il rudere tra conservazione e reinte-gracione, cit.,p. 41.

    18 MALLOUCHOU-TUFANO, Fani. Restauro dei ruderimonumentali in Grecia: un percorso particulare, cit., p.169.

    19 Vid. The Acropolis at Athens. Conservation, restorationand research 1975-1983, Committee for the preserva-tion of the Acropolis Monuments, Atenas, 1983, yacitado y BOURAS, CH y ZAMBAS, K. The works on theAcropolis of Athens, ya citado.

  • namientos o correcciones pticas propias dela arquitectura del siglo V. Evidentemente, elaspecto del Partenn desde ese costado noser el mismo cuando se culminen los traba-jos. Y tambin tendr un efecto muy notablesobre la imagen de la ruina la intervencin enel muro largo de la cella, proceso que exigiel desmontaje completo de los trescientosbloques que lo componan, y que deber inte-grar otros cuatrocientos, que han sido recupe-rados e identificados. Tras esa nueva anasti-losis, el muro recuperar el aspecto en el quese encontraba a principios del siglo XIX y suefecto fundamental ser perceptible en el laespacialidad interior del Partenn y en laimagen de las columnas del peristilo en esazona, que se proyectaran sobre la pared, y nosobre el vaco20. Asimismo, en los Propileos,

    se efectu otro desmontaje, al que sigui unanueva anastilosis de los sofitos y casetonesdel edificio central, en la que se reintegraronnumerosas piezas pertenecientes al conjuntooriginal localizadas in situ y otras de nuevafactura.

    As pues, a pesar de que el planteamientode partida fuera no alterar la imagen de losmonumentos fijada en la memoria colectiva,no es menos cierto que la voluntad repristina-dora sigue vigente, si bien las soluciones tc-nicas hayan sido aggiornadas con los princi-pios de la Carta de Venecia. Pero, al adoptarestos principios, tambin se han elaborado tra-tamientos de la materia que pueden incidir enel valor de la autenticidad. Se trata de conti-nuar con la repristinacin, pero estableciendouna clara diferenciacin de texturas y materia-les, en aras a respetar el valor de la historici-dad de la materia. Este aspecto es apreciabletambin en las zonas afectadas por incendios,como la cara interna de los muros longitudi-nales del Erecteion y del Partenn, en las quevuelve puede observarse una variedad de aca-bados y el problema derivado del tratamientode la superficie, que he definido como repristi-

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    La Acrpolis de Atenas. De la ruina recreadaal proyecto del nuevo museo de la Acrpolis

    como grito arquitectnico

    20 MALLOUCHOU-TUFANO, Fani. Restauro dei ruderimonumentali in Grecia: un percorso particulare, cit., p.174 y MALLOUCHOU-TUFANO, Fani. The anastylosis ofthe Acropolis Monuments 1975-2000, artculo en for-mato PDF editado por el Ministerio de Cultura delgobierno griego en la pgina:http://odysseus.culture.gr/a/1/12/ea122.html

    Figura 4. Columnata norte del Partenn, rehecha segn los criterios de Nikolaos Balanos, con sus tambores de cemento y su textura patina-da para integrarse con las piezas originales. Fuente: HADZIASLANI, Cornelia. Parthenon Promenades, Fundacin Melina Mercouri, Atenas,2001.

  • nacin epitelial21. Es evidente que el efecto delas piezas nuevas integradas en el muro estprximo a la esttica contempornea del colla-ge, y que el juego de texturas lisas y rugosas,decidido por la Comisin de la Acrpolis,unido a la diferencia de color del mrmolnuevo, altera visualmente el conjunto. Aunquepueda decirse que las exigencias de nuestrateora restauradora respecto al criterio de laautenticidad se han observado, es evidente elexceso en la actuacin. Adems, y para aa-dir una mayor complejidad al asunto, se hatomado una decisin bien distinta para el casodel Partenn, en el que las nuevas piezas de lacolumnata sern sometidas a un patinamiento,a un tratamiento superficial que matice su netadiferenciacin respecto a las originales, evi-dencindose una manera distinta de entenderno slo los edificios, sino los elementos arqui-tectnicos: el muro se trata como una superfi-cie donde se puede jugar con las texturas, elcolor, el claroscuro y los volmenes, como enuna obra contempornea, y en las columnas,identificadas con el edificio-fetiche por exce-lencia de la Acrpolis, se opta por mantener elrespecto a las ptina y se lleva la repristinacina misma piel de la ruina. Y tambin es muynotable el contraste en ciertas piezas, comoalgunos sillares, compuestos mediante materialantiguo completado con el nuevo.

    No parece posible negar la evidencia de quesobre todas estas operaciones pesa el objetivode recrear la ruina purista, la concepcin rui-nstico-emocional heredera de la romnticaque defiende el valor de lo pintoresco y de losublime y del significado de lo antiguo, tal ycomo en su momento expuso Gizzi22, perodnde est el lmite?, debe proseguirse elproceso de anastilosis?. A favor de que sea aspesan los argumentos de los expertos de laComisin de la Acrpolis y los de Paolo Mar-coni23. Tal y como ellos defienden, la mejor

    manera de conservar las piezas originales loca-lizadas es reintegrarlas a su lugar, esto es inne-gable, pero, como afirma Angela Mara Ferro-ni, esa reposicin exige la integracin sistem-tica de piezas nuevas, altera la imagen delmonumento e introduce un elemento que cali-fica de subjetivo en la operacin24. Igual-mente, se seala que la anastilosis contribuyea una mejor comunicacin entre el visitante yla ruina, facilitando su lectura, siguiendo losprincipios de la Carta del Restauro de 1972,pero, como argumenta Stefano Gizzi, estepuede ser, en realidad, un objetivo ficticio,puesto que debera haberse preferido estimularuna comprensin crtica y no un ejercicio delectura pasiva25. Otro argumento esgrimido afavor de la anastilosis completa del Partennse basa en el criterio de la autenticidad arqui-tectnica, incompatible con el mantenimientode su estado actual de ruina. Basndose en esepresupuesto, Antoni Gonzlez propuso cubrirde nuevo el templo e, incluso, recuperar supolicroma, puesto que la autenticidad, a sujuicio, no debe valorarse por la cronologa desu materia, sino por su fidelidad (formal,espacial, mecnica) a la esencia originaria,siendo los valores genuinos de la arquitecturala forma, el espacio, los sistemas constructivoso las texturas. A su entender, si estos valoresse identifican y acreditan mediante una inves-tigacin cientfica, pueden ser recuperados, ypor tanto tenidos como originales y transmiti-dos a las siguientes generaciones26. Aparte deque tales argumentos podran ponerse en cues-tin, incluso dndolos por vlidos, no puedodejar de preguntarme cules deben ser losvalores arquitectnicos a recuperar: los deltemplo del siglo V?, los del templo bizantinointegrado en el anterior?, los de la mezquitaotomana?, los del edificio, suma de estratoshistricos que se mantena en pie cuandocomenz a crearse la ruina que hoy estamos

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    21 GARCIA CUETOS, M Pilar. .Succisa Virescit, o el viejoanhelo de la resurreccin de la materia monumental,Papeles del Partal, n2, Valencia, 2002, pp. 45-82.Puede consultarse en formato PDF:http://wwwacademiadelpartal.org/revista/revista_02/n2_4pdf

    22 GIZZI, Stefano. Il rudere tra conservazione e reinte-gracione, cirt.., pp. 23-50, especialmente, p. 37.

    23 MARCONI, Paolo. Il recupero della bellezza, Skira,Roma 2005, pp. 134 y 163-166 y I propilei dell Acro-poli di Atene.Dai tempi della stoa`di Atalo ad oggi:unprogesso linearein favore del ripristino controllato,organizzato ed efficiente delle rovinearcheologiche dai

    tempi di Otto I di Babieva, In Restauro. Laltro mestie-re dellarchitetto, revista on-line:www.restauroarchitettonico.it .

    24 FERRONI, Angela Mara. Dalla parte delle aree arche-ologique: un aproccio specifico alla conservazione, en:VARAGNOLI, Claudio (ed.) Conservare il passato. Meto-di ed esperienze di protezione e restauro nei siti arche-ologici, Gangemi editore, Roma, 2003, pp. 133-153,especialmente p. 141.

    25 GIZZI, Stefano. Il rudere tra conservazione e reinte-gracione, cit., pp. 41-42.

    26 GONZLEZ MORENO-NAVARRO, Antoni. Falso hist-rico o falso arquitectnico, cuestin de identidad, Log-gia, n 1, 1996, pp. 16-23.

  • empeados en repristinar?. Porque la propues-ta de Antoni Gonzlez prima, entre todos, elsupuesto estadio original del siglo V, con loque esa recuperacin de la autenticidad arqui-tectnica supone, en definitiva, la culminacinde la ansiada repristinacin del edificio emble-ma de la arquitectura clsica y podemos con-siderarla como el hito final del caminoemprendido en el siglo XIX. Cuando hablamosde autenticidad arquitectnica al referirnos auna ruina recreada a partir de un edificio com-puesto por una suma de estratos, nos introdu-cimos en un problema de difcil resolucin, yel Partenn es un smbolo materializado enuna creacin basada en la deconstruccin y lareconstruccin, en restauraciones, desrestaura-ciones y complejas labores de desmontaje yremontaje; es materia empleada para servir devehculo de comunicacin de valores intangi-bles unidos a ella, ms que arquitectura pro-piamente dicha, a pesar de que, con toda suazarosa historia, las ruinas que hoy contem-plamos sigan impresionndonos vivamente.

    Si nos acercamos a los motivos, a los con-dicionantes culturales del proceso seguido enestos momentos en la Acrpolis, quizs poda-

    mos comprenderlo mejor. Su concepcin esinseparable, en mi opinin, de otros proyectosparalelos al de la restauracin de los monu-mentos de la Acrpolis, donde, como es biensabido, adems se est culminando la creacindel Nuevo Museo, unida, a su vez, a la reivin-dicacin del gobierno griego sobre los mrmo-les de Fidias, en poder del Museo Britnico y,en este sentido, considero muy indicativo elhecho de que sobre el templo del Erecteion seinterviniera para eliminar la huella de los actosvandlicos propiciados por Elgin, que se rein-tegren rplicas de elementos que igualmente semantienen en poder del museo ingls o que sedemuestre que algunos elementos arquitect-nicos necesarios para la anastilosis siguen enmanos del museo londinense27. La reivindica-cin de los mrmoles de Fidias es antigua, perola campaa ms importante para su recupera-

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    La Acrpolis de Atenas. De la ruina recreadaal proyecto del nuevo museo de la Acrpolis

    como grito arquitectnico

    27 ZAMBAS, K. Documentation of the column and capitaland drum from the partenonin the British Museum,artculo en formato PDF editado por el Ministerio deCultura del gobierno griego en la pgina:http://odysseus.culture.gr/a/1/12/ea122.html

    Figura 5. Columnata norte del Partenn en agosto de 2007. En el proceso de anastilosis en curso se reintegran piezas en mrmol pentlico,cuya textura y color se diferencian radicalmente de los elementos originales. Los tambores incompletos se reponen aadindoles el materialfaltante. El efecto collage ser corregido mediante el patinamiento de los elementos repuestos. Foto Pablo Herrero.

  • cin fue iniciada, como es bien sabido, porMelina Mercouri, ministra de cultura griega.Su figura emblemtica y su apasionada defen-sa de la propiedad griega sobre las piezas enpoder del Museo Britnico tuvieron una reper-cusin internacional innegable, pero no consi-guieron vencer la resistencia del Museo, empe-cinado en conservar unas piezas que, es ya unsentir mayoritario, deberan retornar al lugarque les corresponde. Pero cuestin de legitimi-dad legal y moral aparte, lo cierto es que lademanda del estado griego alcanz unmomento especialmente lgido con motivo dela celebracin de los Juegos Olmpicos Moder-nos en Atenas en 2004. Apoyndose en larepercusin internacional del evento, elgobierno heleno plante la construccin de unnuevo Museo de la Acrpolis, ideado para aco-ger a los mrmoles una vez reintegrados a supatria. El proyecto fue encargado al arquitectoBernard Tschumi, no sin que se desatara unapolmica respecto a lo idneo de tal adjudica-cin. El edificio est situado al pie mismo de laColina Sagrada y sus obras se vieron conside-

    rablemente dilatadas por diferentes circuns-tancias, entre ellas la aparicin de importantesrestos arqueolgicos en el subsuelo de la par-cela que deba ocupar, y que finalmente seintegraron en el conjunto musestico. Su costemuy elevado, el proyecto elegido y hastamismo emplazamiento, por tratarse de un edi-ficio de gran potencia localizado muy cerca delconjunto de la Acrpolis, fueron tambin obje-to de debate28, hasta el punto de que el gobier-no griego organiz una exposicin con elobjeto de explicar los objetivos del proyecto ydar a conocer el nuevo museo29 y la ReinaSofia de Espaa visit oficialmente las instala-ciones el 17 de octubre de 2007, mostrando deesa manera su apoyo a la empresa. El proyec-to del Nuevo Museo de la Acrpolis tiene,como deca, una carga ideolgica insoslayable

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    28 http://globalculturalheritage.blogspot.com/2007/05/acropolis-new-museum-greeces-colossal.html

    29 La exposicin estuvo abierta desde el 3 de julio de 2006al mes de septiembre de 2007.

    Figura 6. El nuevo Museo de la Acrpolis visto desde la Colina Sagrada de Atenas.en agosto de 2007. La Sala de los Mrmoles se disponesobre la estructura y alineada con el Partenn, lo que la descentra respecto al edificio. Cuando los mrmoles regresen a suelo griego, los visi-tantes podrn observarlos y tener asimismo la imagen de su emplazamiento original. Hasta entonces, la Sala, vaca, ejerce, como un gritoarquitectnico, la funcin de recordatorio permanente de la reivindicacin griega sobre los mrmoles en poder del Museo Britnico. FotoPablo Herrero.

  • y se ha concebido al servicio de la poltica derecuperacin de los mrmoles del Partenn porparte del Estado Heleno. Siguiendo la moda delos edificios emblemticos, se busc a un arqui-tecto cuya repercusin internacional fueraimportante, que podemos definir como unarquitecto-estrella, con el objeto de prestigiar laempresa, si bien esa decisin fue muy criticadapor los arquitectos griegos, a pesar de que,finalmente, a Bernard Tschumi, de origen suizoy nacionalidad norteamericana, lo acompa alfrente de los trabajos el arquitecto griego MijailFotiadis. El emplazamiento del nuevo museoest concebido para establecer una clara rela-cin entre el museo y la Acrpolis, en relacincon la voluntad de hacer del edificio algo msque un museo, de cargarlo de simbolismo rei-vindicativo, objetivo que determina la necesi-dad de marcar su presencia como hito en latrama urbana, en suyo seno, visto desde laAcrpolis, se destaca ntidamente. La interac-cin entre la Acrpolis y el Nuevo Museo, pues-ta de manifiesto por Paolo Marconi30, entreotros, es, por tanto, un requisito necesario de losobjetivos del proyecto. Asimismo, el Museotambin tiene como fin mostrar la capacidad delEstado griego de ubicar las piezas junto almonumento al que pertenecen, garantizando almismo tiempo su conservacin, puesto que unode los argumentos, ciertamente desafortunados,esgrimidos por los responsables del Museo Bri-tnico para defender su posesin de los mrmo-les es el de la incapacidad de Grecia para con-servarlos, una afirmacin tan falaz como hip-crita, si tenemos en cuenta que los mrmoles deFidias tampoco estuvieron exentos de proble-mas de conservacin durante su ya dilatadaestancia en suelo ingls31. El nuevo museo seconcibe, por lo tanto, como la demostracinpalpable de que s pueden instalarse los mrmo-les en suelo griego, de que sern conservados yde que estarn vinculados a su lugar original. Esmas: el proyecto arquitectnico incluye una

    galera superior (Fig.6), desviada respecto al ejedel conjunto pero orientada en relacin con elPartenn, pensada para acoger los mrmoles ypara que quienes los contemplen tengan, asi-mismo, la referencia directa de la vista del tem-plo. Esa sala, llamada de los Mrmoles, estarvaca hasta que stos ocupen su lugar. Piensoque lo ms sugerente del edificio es precisa-mente su carcter de recordatorio perpetuo, degrito arquitectnico que, en nombre de la nacingriega, reclame sin descanso la devolucin delos mrmoles y ejerza una sistemtica labor deconcienciacin de la opinin de los millones devisitantes anuales de la Acrpolis, que difcil-mente podrn sustraerse a la carga emocionalde una sala incompleta que espera a los mr-moles. Ms an, la llegada de esos visitantes sehace mayoritariamente desde la estacin demetro Acrpolis, que tambin se ha convertidoen un arma de difusin de la reivindicacin delos mrmoles, al estar presidida por una granfotografa de Melina Mercouri frente al Parte-nn. Una estacin que integra adems, musea-lizados, los restos arqueolgicos localizados insitu, acallando de esa forma otra de las grandespolmicas a las que tuvo que enfrentarse elMinisterio de Cultura griego: la construccin deun metro en un terreno de valor arqueolgicoincuestionable.

    Es, pues, la recuperacin de la Acrpolis unejercicio complejo de repristinacin de un sm-bolo, que precisa de una envoltura materialsobre la que nuestras cambiantes concepcionessobre autenticidad han generado solucionesdiversas, que se han sucedido, sustituido yconcatenado, para dar lugar a una de las rui-nas ms atormentadas del patrimonio occiden-tal. Quizs porque, como smbolo de nuestrosvalores comunes, seamos incapaces de admitirsu frgil apariencia de ruina, o porque sta seaun fiel reflejo de esos mismos valores, siemprerevisados, siempre recuperados y tantas vecestraicionados.

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    La Acrpolis de Atenas. De la ruina recreadaal proyecto del nuevo museo de la Acrpolis

    como grito arquitectnico

    30 MARCONI, Paolo. I propilei dellAcropoli di Atene.Daitempi della stoa`di Atalo ad oggi:un progesso lineareinfavore del ripristino controllato, organizzato ed effi-ciente delle rovinearcheologiche dai tempi di Otto I diBabieva, In Restauro. Laltro mestiere dellarchitetto,en: www.restauroarchitettonico.it.

    31 Sobre los avatares de los mrmoles tras su llegada aInglaterra, considero imprescindible la lectura del Dis-curso dirigido por Melina Mercouri a la Oxford Unionen junio de 1986 y que puede consultarse en MelinaMercouris speech to the Oxford Union (June 1986)http://www.inv.gr/melina_mercouri_speech.htm