Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

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Sindicato y Comunidad Dos tipos de estructura sindical Latinoamericana Huachipato et Lota, Etude sur la conscience ouvriere dans deux entreprises chiliennes. Di Tella, Brams, Reynaud, Touraine Editorial del Instituto Buenos Aires 1967 Indice La obra y sus autores Prefacio Introducción I. El desarrollo del sindicalismo en Chile II. El complejo industrial de Concepción: Lota y Huachipato III. Estructura social y actitudes. Datos de base IV. Mentalidad obrera (I): hacia el ascenso social V. Mentalidad obrera (II): estratificación de la clase obrera VI. La selección de potenciales dirigentes obreros VII. Presiones de grupo sobre la mentalidad sindical VIII. Otras actitudes obreras IX. Influencia de la inmigración rural-urbana y la movilidad social X. Las relaciones entre supervisores y obreros XI. Conclusión Apéndices Este libro ha sido editado digitalmente el 13feb03 por el Centro Documental Blest

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Sindicato y Comunidad

Dos tipos de estructura sindical Latinoamericana

Huachipato et Lota, Etude sur la conscience ouvriere dans deux entreprises

chiliennes.

Di Tella, Brams, Reynaud, Touraine

Editorial del Instituto Buenos Aires 1967

Indice La obra y sus autores Prefacio Introducción I. El desarrollo del sindicalismo en Chile II. El complejo industrial de Concepción: Lota y Huachipato III. Estructura social y actitudes. Datos de base IV. Mentalidad obrera (I): hacia el ascenso social V. Mentalidad obrera (II): estratificación de la clase obrera VI. La selección de potenciales dirigentes obreros VII. Presiones de grupo sobre la mentalidad sindical VIII. Otras actitudes obreras IX. Influencia de la inmigración rural-urbana y la movilidad social X. Las relaciones entre supervisores y obreros XI. Conclusión Apéndices

Este libro ha sido editado digitalmente el 13feb03 por el Centro Documental Blest

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Sindicato y Comunidad

Dos tipos de estructura sindical latinoamericana

Torcuato S. Di Tella

Lucien Brams

Jean-Daniel Reynaud

Alain Touraine

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La obra y sus autores

Este trabajo se publica en dos versiones independientes, una en francés y otra en castellano. La versión francesa ha sido editada por el Centre National de la Recherche Scientifique bajo el título de Huachipato et Lota. Etude sur la conscience ouvriére dans deux entreprises chiliennes, Paris, 1966.

Primera edición en castellano: diciembre 1967.

Tapa y diseño tipográfico: Departamento de Diseño Gráfico del Instituto Torcuato Di Tella. Se han reproducido gráficos de la edición francesa.

Sobre el libro

Un grupo de investigadores del Instituto de Sociología de Santiago de Chile y del Centre d'Etudes Sociologiques de París, trabajando en equipo durante más de dos años, realizó esta investigación comparada de dos industrias chilenas: minas de carbón, en Lota, siderurgia, en Huachipato.

¿Cuál es la causa de las diferencias observadas entre los obreros de una y otra industria? ¿Estadios diferentes de evolución técnica, niveles diversos de remuneración, políticas sociales distintas? Tratando de contestar a estas preguntas, los autores describen las principales características de la expresión sindical en esas dos industrias, sacando conclusiones que son también sugerentes para otros medios sociales latinoamericanos.

Dice Georges Friedmann en el prefacio: "Este análisis de la estructura social de dos industrias chilenas puede ser comparado, por su rigor, su preocupación por el método, su voluntad de explicar la realidad social, con los mejores estudios publicados en los países donde la sociología moderna se ha implantado hace ya largo tiempo."

Este libro no es, por lo tanto, sólo una descripción de hechos: propone un método y demuestra su eficacia, dejando trazada. una línea de investigaciones que es indispensable proseguir.

Nota Biográfica

Torcuato S. Di Tella

Nació en la Argentina en 1929. Estudios: Universidad Nacional de Buenos Aires, Ingeniero industrial; Universidad de Columbia, Estados Unidos, Master of Arts en sociología; London School of Economics, sociología.

Ha sido investigador en el Instituto de Sociología de la Universidad de Chile y en el Departamento de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Dirigió un

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proyecto conjunto con el Centro de Investigaciones Sociales del Instituto Di Tella. Fue profesor visitante en la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos.

Se especializa en sociología política y modelos matemáticos en ciencias sociales. Proyecto de investigación en curso: Modelo de cambio político en América latina. Construcción de banco de datos para verificar un modelo de simulación matemática del proceso de cambio político en diversos países de América latina.

Principales publicaciones: El sistema político argentino y la clase obrera (Buenos Aires, Eudeba, 1964); Socialismo en la Argentina (Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1965); Argentina, sociedad de masas (co-editor con Gino Germani y Jorge Graciarena, Buenos Aires, Eudeba, 1965); La teoría del primer impacto del crecimiento económico (Rosario, Universidad del Litoral, 1966).

Lucien Brams

Nació en 1925. Ha sido investigador adjunto en el Centre National de la Recherche Scientifique, Francia, y profesor en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO, Chile).

Fue Secretario del coloquio sobre "La familia en la sociedad contemporánea", organizado por el Centre National de la Recherche Scientifique, Francia.

Jean-Daniel Reynaud

Nació en Suiza en 1926. Estudios: Ecole Nórmale Supérieure, Francia; Agregó de la Universidad en filosofía, Francia.

Ha sido investigador adjunto en el Centre National de la Re-cherche Scientifique, Francia; profesor titular de la Facultad de Letras de Lyon, Francia; profesor visitante en las universidades de Chile y de Columbia, Estados Unidos. Actualmente es profesor en el Conservatoire National des Arts et Métiers, París, y en el Instituí d'Études Politiquea, París.

Se especializa en sociología de las relaciones profesionales. Está realizando estudios sobre la política de los salarios en los sindicatos franceses, y sobre una nueva planta siderúrgica.

Principales publicaciones: Les ouvriers et le progres technique (en colaboración con Dofny, Durand, Touraine; París, A. Colin, 1966); Tendances et volantes de la societé francaise (editor; París, S.E. D. E. I. S., 1966); Les Syndicats en Frunce (París, A. Cofín, 2ª ed., 1967).

Alain Touraine

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Nació en Francia en 1925. Estudios: Ecole Nórmale Supérieure, Francia; Agregó de la Universidad en historia; Doctor en letras.

Ha sido investigador jefe del Centre National de la Recherche Scientifique, Francia. Ha ejercido docencia en la Ecole Nórmale Supérieure, Francia, y en las universidades de Chile, Columbia (Estados Unidos), San Pablo (Brasil), y Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO, Chile).

Actualmente es Director del Laboratoire de Sociologie Industrielle, Director de Estudios de la Ecole Pratique des Hautes Eludes, París, y profesor titular de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de París-Nanterre. Es co-fundador y miembro del Comité de Redacción de Sociologie du Travail, y miembro del Comité de Dirección de Desarrollo Económico (Buenos Aires), y de Revista Mexicana de Sociología.

Se especializa en evolución del trabajo obrero; actitudes del trabajo y conciencia obrera; clases y movilidad sociales; desarrollo económico y movimientos sociales; urbanización; decisiones administrativas. Está investigando la industrialización y los movimientos sociales en América latina; el sindicalismo en Francia; la Administración Pública; los técnicos en la industria; la planta Renault.

Principales publicaciones: L'évolution du travail ouvrier aux Usines Renault (París, C.N. R. S., 1955); Sociologie de l'action (París, Ed. du Seuil, 1965); La conscience ouvriére (París, Ed. Seuil, 1966) ; Les travailleurs et les changements techniques (O.C.D.E., 1967).

Advertencia

Esta Investigación ha sido hecha en el marco del Instituto de investigaciones sociológicas de la Universidad de Chile, dirigida en ese momento por el profesor Eduardo Hamuy, que se interesó por ella personalmente.

El rector de la Universidad, profesor Juan Gómez Millas, cuyo apoyo durante toda la investigación fue constante y decisivo, había solicitado al profesor Georges Friedmann de ayudar al Instituto a emprender investigaciones de sociología industrial. Tres investigadores del Centro de estudios sociológicos vivieron pues sucesivamente en Santiago, de agosto de 1956 a principios de 1958, y se encargaron de realizar la encuesta cuyos resultados van a leerse.

Alain Touraine formó el equipo de investigación, eligió el tema y el lugar de la investigación y dirigió las primeras etapas del trabajo de campo. Jean Daniel Reynaud se ocupó luego de la organización y la realización de la encuesta y preparó el aprovechamiento de los resultados recogidos. Lucien Brams emprendió y vigiló el análisis de estos resultados.

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Sin embargo la parte más importante de la investigación fue realizada por Torcuato Di Tella, de la Universidad de Buenos Aires. El texto que va a leerse no sólo fue escrito por él; es su obra (salvo la conclusión escrita por Alain Touraine), y sus colegas franceses desean subrayar todo lo que le deben. Si no fuera por él, su trabajo no habría llegado a ser publicado.

El Instituto de Sociología de Santiago no sólo acogió este proyecto de investigación, sino que permitió materialmente su realización. Por sobre todo, fueron sus investigadores quienes formaron el equipo de encuestadores, dirigido por Hernán Godoy, y formado por la Sra. Deborah Gabaldón y los Sres. Boris Falaha, Enzo Faletto, Héctor Gutiérrez. Federico Marull, Héctor Olea y Jorge Zúñiga. La escuela de asistencia social de la Universidad de Concepción y la Sra. Isolda Mandquilef en particular nos brindaron una ayuda decisiva para la realización de la encuesta.

Para la edición francesa, realizada contemporáneamente con la castellana. la traducción del texto de Torcuato Di Tella fue realizada por Magali Sarfatti y Daniel Pécaut.

Esta investigación recibió la acogida y el apoyo de las empresas estudiadas y de sus organizaciones sindicales. Ejecutivos, capataces, empleados y obreros respondieron siempre a nuestras preguntas con extremada buena voluntad y facilitaron constantemente nuestro trabajo.

A menudo subrayaron delante nuestro la importancia que atribuían a los estudios sociológicos, medio para ellos de definir mejor su situación, de comprender mejor sus problemas, de orientar más firmemente sus acciones.

Esperamos que esta investigación no defraudará sus esperanzas v que podrá contribuir al conocimiento de las transformaciones de las cuales los trabajadores y los sociólogos de América latina son a la vez testigos y actores.

De la edición francesa, Huachipato et Lota. Etude sur la concience ouvriere dans deux entreprises chiliennes, publicada por el Centre National de la Recherche Scientifique, París, 1966.)

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PREFACIO

Desde hace algunos años, el Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad de Chile, al igual que otros institutos científicos de América latina, se esfuerza por orientar la sociología de ese continente -tan a menudo encerrada en especulaciones alejadas de toda observación concreta y sistemática de los hechos- hacia las ambiciones y los deberes que caracterizan a la verdadera investigación: el esfuerzo metodológico y la preparación técnica, el lazo estrecho entre las hipótesis y los instrumentos que las verifican, una conciencia clara de los límites de las observaciones recogidas y de las conclusiones alcanzadas.

Este esfuerzo, inatacable en cuanto a su principio, podía suscitar ciertos temores. Una sociedad, preocupada por conocerse, pero aún poco entrenada en los métodos que le aseguren ese conocimiento, ¿no se inspirará acaso necesariamente en el ejemplo dado por otras sociedades, mejor equipadas y mejor preparadas? En esa inevitable etapa de formación, ¿no correrá el riesgo de ceder al atractivo de la imitación, de adoptar nociones, elegir problemas, o confiar en métodos ajenos a aquellas realidades que le son propias y que se ha propuesto estudiar? ¿No se arriesga a repetir, con anos de retraso y a menudo en condiciones menos satisfactorias, estudios y experiencias ya realizados en otra parte? Estos temores son legítimos, y no podemos afirmar a priorique resultarán vanos. Sólo los sociólogos mismos, por medio de su trabajo, pueden disiparlos. En este sentido, la investigación colectiva que aquí se presenta ofrece doble interés: testimonia la voluntad de participar en la evolución, sensible en muchos países latinoamericanos, hacia la verdadera investigación sociológica, pero también y sobre todo, sus autores dan prueba de una madurez científica que merece ser destacada.

Este análisis de la estructura social de dos industrias chilenas puede ser comparado, por su rigor, su preocupación por el método, su voluntad de explicar la realidad social, con los mejores estudios publicados en los países donde la sociología moderna se ha implantado hace ya largo tiempo. Me complace que sea fruto de una colaboración de más de dos años entre jóvenes sociólogos del Instituto de Sociología de Santiago y sus colegas franceses, venidos para aconsejarlos y ayudarlos en su trabajo. Unos y otros tienen en común una idea central: el objetivo principal de la sociología es explicar a los individuos y a las colectividades los mecanismos generales de sus comportamientos, pero también la naturaleza de los vínculos que relacionan a éstos con situaciones que hay que definir concretamente, y muy particularmente en su perspectiva histórica. Este interés por las diferencias sociales y por el cambio social los libra de caer en afirmaciones generales y vagas sobre los efectos del trabajo, las actitudes obreras, o el papel que desempeña el sindicalismo. Por otra parte, al comparar y organizar datos procedentes de fuentes diversas, esa preocupación los lleva a explorar líneas de evolución y modos de descripción e interpretación poco conocidos aún.

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La mejor recompensa de los investigadores del Centre d'Études Sociologiques de París que, respondiendo a mi llamado, participaron en este estudio, es constatar hoy hasta qué punto éste es auténticamente chileno y, al mismo tiempo, rico en enseñanzas para los sociólogos de otros países.

Sin embargo, esta satisfacción no carece de reservas, y los colaboradores en esta investigación tienen suficiente conciencia de sus limitaciones como para que pueda yo señalarlas sin reticencias.

Que este libro sea un informe de investigación, antes que una obra sólidamente construida, con todos sus elementos colocados estrictamente en una perspectiva de conjunto claramente definida, es cosa que no me choca. Es conveniente, en la etapa en que se encuentra actualmente la sociología en Chile y en América latina, que la estructura de la investigación sea visible en la obra publicada. El verdadero problema es otro.

He aquí dos industrias que los investigadores han estudiado, dos colectividades en las cuales han vivido y que han aprendido a conocer. Las comparan una con otra. ¿Cuál es el sentido de esta comparación? Las diferencias que aparecen entre los obreros que trabajan en la mina, en Lota, por una parte, y los de Huachipato, por la otra -entre la explotación del carbón y la siderurgia-, ¿pueden ser atribuidas a un aspecto definido de la situación de trabajo en esos dos centros industriales? ¿Son ellas producto de estadios diferentes de evolución técnica, es decir, de diferentes relaciones entre el hombre y la materia, o de niveles diversos de remuneración, o bien de maneras diferentes de manejar socialmente las empresas? Hubiéramos querido establecer relaciones formales entre los datos que han sido procesados y algunas de estas variables, sin poder, muy a pesar nuestro, hacerlo en este trabajo. Lota y Huachipato se oponen globalmente, y no sólo por una o dos de sus características técnicas, económicas, sociales o culturales.

En ese caso, podría decirse, un estudio tan limitado debe necesariamente resultar insuficiente. ¿No tendría que haberse construido un diseño experimental que permitiera aislar la acción de cada una de las principales variables consideradas?

Pero las actitudes de los obreros de Lota y de Huachipato, ¿no son acaso respuestas a una situación dada, global, histórica y concreta? Es lógico que, en lugar de pretender descomponer esa situación en sus elementos constituyentes (como si éstos pudieran, aislados unos de otros, tener el mismo sentido que relacionados entre sí), se centre el análisis en las relaciones entre las diferentes respuestas que individuos, grupos y colectividades dan a esta situación vivida. En lugar de descomponer una situación de trabajo, ¿no será preferible recomponer sistemas de actitudes?

El riesgo que aquí se corre es el de ajustarse a una tipología sumaria, que oponga el obrero de Lota al de Huachipato. Los autores de este estudio han sabido evitar ese peligro: sus conclusiones son tanto más firmes cuanto que se apoyan en la

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observación de conjuntos concretos de actitudes, de conductas o de conflictos, antes que en la distribución de sus elementos en una tipología general de actitudes y de conductas.

Sepamos discernir los límites, de esta investigación. Estos límites justifican la decisión tomada por los autores: han insistido en la descripción interna de cada una de las dos situaciones, de los dos conjuntos de actitudes y comportamientos considerados, antes de intentar una interpretación -difícil en ese plano- de las diferencias observadas.

Esta publicación, objetivo final de un largo trabajo, será, esperémoslo, aliciente para nuevos estudios. Queda aquí trazada una línea de investigaciones, y los resultados propuestos dan testimonio de su importancia; es indispensable proseguirla. Al sugerir que este estudio conduzca a un examen de conjunto de las dos colectividades obreras, de las relaciones de familia y amistad, de las normas y comportamientos morales del Alto-Lota, "company town", y del Bajo Lota, "ciudad abierta", del "campamento" de Huachipato y de la ciudad-modelo de Las Higueras, no creemos estarnos alejando de las preocupaciones esenciales de una sociología del trabajo ampliamente comprendida.

Es indispensable establecer una continuidad en los programas, que permita utilizar para nuevos estudios los resultados de investigaciones anteriores. Esperemos que se emprendan trabajos similares en otros países del continente americano. Es pro-bable que las realidades observadas aquí, los diferentes tipos de situación industrial que han sido definidos, se den también en otras partes. Sólo la comparación de estudios que adopten los mismos métodos y estén orientados por las mismas hipótesis podrá dilucidar el gran problema de las actitudes y comportamientos obreros en un continente donde la industria moderna recién se está implantando, donde la gran masa de los obreros permanece confinada en industrias antiguas, cuyas condiciones técnicas y económicas son a menudo primitivas, o bien afluye hacia los centros industriales v urbanos, huyendo de una campaña mísera, dominada por los latifundios y los grandes propietarios, más preocupados por mantener sus privilegios y sus ganancias que por modernizar la producción y vencer el subdesarrollo.

A menudo, los problemas originados por la industrialización son considerados exclusivamente del punto de vista del individuo; el investigador se interesa por las condiciones y consecuencias de su movilidad geográfica y profesional, por las dificultades de su adaptación a nuevas formas de trabajo y de vida, y por los medios de resolver dichas dificultades. No se trata de negar el interés y la gran urgencia de esos estudios. Sin embargo, la sociología moderna no puede satisfacerse enteramente con ese tipo de investigación. Aspira a conocer las formas de organización social, las actitudes, metas y modalidades de acción colectiva que crean los grupos y las colectividades obreras: su adaptación es también lucha y conflicto, voluntad de cambio y solidaridad, toma de conciencia y surgimiento de una ideología. Gracias a estudios llevados a cabo dentro de las comunidades de trabajo y de vida, considerando su acción en sus diferentes

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formas y orientaciones, se podrá conocer la vida de una clase obrera que se halla en movimiento, en progreso, y también en lucha. La misma observación se aplica a las otras categorías profesionales de la industria, a los supervisores, a los empleados, a los técnicos y a los dirigentes. Es así como se formará poco a poco la imagen de una sociedad industrial naciente.

La amplitud de las perspectivas que abre este estudio del Instituto de Investigaciones Sociológicas confirma su importancia. No constituye una monografía, una descripción de hechos. Propone un método y demuestra la fecundidad del mismo, garantizando, al mismo tiempo, el desarrollo de la investigación sociológica en Chile, ese inmenso país extendido en el espacio desde el polo hasta los trópicos, pero también en el tiempo desde las formas más tradicionales de la sociedad preindustrial hasta los aspectos más nuevos de la gran civilización técnica de nuestro "segundo siglo XX".

Georges Friedmann

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INTRODUCCIÓN

Contexto estructural y expresión de una clase social

La formación de una importante clase obrera industrial y urbana es uno de los fenómenos centrales en la actual evolución social de América latina. Si queremos comprender la problemática del cambio social en este continente, no basta con encararla desde el mero punto de vista de la industrialización y el desarrollo económico. Demasiado a menudo la temática de la industrialización y el desarrollo económico se concentra sobre la formación de élites dirigentes del proceso (empresariales o socialistas), tomando en cuenta a la mano de obra como un factor fundamentalmente pasivo, a ser moldeado y adaptado a la nueva civilización industrial. Este enfoque en general es unilateral, pero sobre todo lo es en el estudio, de algunos países latinoamericanos, donde la presencia numerosa de una clase obrera urbana ha precedido al proceso de la industrialización dinámica. Es e] conocido hecho de la "prematuridad" de la urbanización en este continente, que se ha anticipado a la industrialización, produciendo concentraciones de clase obrera que no serian previsibles en un modelo más "normal", dado el nivel de desarrollo económico alcanzado. Esas concentraciones se dan en las grandes ciudades, en el sector terciario tanto de comercio como de transportes, y a menudo también en zonas alejadas. En estas últimas se instalan las actividades de producción de materias primas exportables, frecuentemente por iniciativa del capital extranjero (petróleo, estaño, cobre, salitre, azúcar) o bien ciertos sectores básicos que cuentan con fuerte apoyo estatal (plantas de acero en medio de la selva, como Volta Redonda, obras hidroeléctricas con su correspondiente aprovechamiento industrial, ciertas nuevas líneas de minería). La combinación de la orientación hacia la exportación, con su consecuente inflación del comercio y el transporte, la macrocefalia de las capitales, y la presencia del capital extranjero y de la intervención estatal en sectores básicos, producen como resultado lo que a veces se llama la "modernización" aparentemente avanzada de ciertos aspectos de la economía y la sociedad. Una de las varias consecuencias de esta modernización adelantada, es la presencia de una clase obrera, más numerosa y organizada que lo que fue en el modelo clásico europeo en etapas semejantes de crecimiento económico. Por otra parte, también es más numerosa y organizada que en los modelos actuales asiáticos y africanos, que están en niveles de crecimiento económico mucho menores que los latinoamericanos. Esta clase obrera debe ser tenida en cuenta como un participante activo y autónomo en los procesos de cambio social actuales de América latina. Particularmente, en los países en que comienza a plantearse la transición hacia una industrialización profunda puede que se dé un fenómeno histórico relativamente nuevo: pasar por las etapas de acumulación de capital industrial con la presencia de una clase obrera relativamente formada y organizada -más que la de la Inglaterra de principios del siglo XIX, o la de la India o Egipto actuales- con cuyo consentimiento deben contar en alguna medida los dirigentes del proceso de industrialización.

Sobre la base de este enfoque, resultará conveniente tener en cuenta dos niveles de análisis en el estudio de la clase obrera en formación de América latina. Por un

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lado, la podemos considerar en su contexto estructural más amplio, analizando su estratificación interna, composición demográfica, origen rural urbano, su lugar de trabajo y en general el mundo inmediato de la ocupación y la carrera ocupacional, y las ligazones de grupos primarios en que está inmersa. Por el otro, la podemos ver en su expresión más dinámica, formando instituciones propias, o participando activamente en ellas, sea en sindicatos, entidades culturales, o partidos políticos, e involucrándose en el conflicto social en sus múltiples formas. En otras palabras, a partir del contexto o matriz estructural en que está formándose y creciendo la clase obrera, emergen una serie de instituciones propias, en donde se ejercita su praxis social, se forma su conciencia y percepción de la sociedad.

No debemos perder de vista la existencia de los dos niveles, y sus permanentes interacciones, para evitar caer en un análisis que tome a la clase desde un punto de vista demasiado pasivo (lo que ocurriría si se pusiera todo el énfasis en el nivel del contexto estructural). Una sociología de la clase obrera latinoamericana en formación, debe señalar los procesos a través de los cuales va emergiendo, a partir del contexto estructural, la serie de instituciones y grupos organizados en que se expresa esa clase. La construcción de ese sistema de expresión es lo que a veces se denomina maduración de la clase obrera, o desarrollo de su conciencia de clase. Este último término es bastante gráfico, pero puede llevar a confusiones si se supone que su contenido está determinado de antemano, o que sólo ciertos contenidos valorativos o formas de asociación y de expresión merecen el nombre de "conciencia de clase". Por eso resulta más claro y menos apriorístico, hablar del sistema institucionalizado de expresión de la clase, cualesquiera sean sus contenidos.

Se precisa tener un número suficientemente grande de estudios de casos de instituciones o asociaciones que expresan a la clase obrera, para poder extraer algunas generalizaciones sobre la dinámica de su formación. De particular importancia es enfocar los mecanismos a través de los cuales emergen esas expresiones, a partir de los datos del contexto estructural. En el presente volumen se hace una contribución a esta temática, tomándose como tema a los grupos obreros de dos importantes industrias chilenas: la planta de acero de Huachipato, y la mina de carbón de Lota, ambas ubicadas en la zona de la ciudad de Concepción, y englobando a aproximadamente 5.000 obreros cada una.

La temática principal del análisis consiste en determinar las características del contexto estructural de ambos grupos, y la dinámica interna de los respectivos sindicatos. Como parte esencial dentro de este enfoque, se incluye un estudio de las relaciones entre obreros y supervisores, y autoridades de las empresas en general. Efectivamente, es en buena medida a través de los antagonismos en la situación inmediata de trabajo, que se va creando la mentalidad obrera, a través de las definiciones y actitudes que esos antagonismos le van exigiendo.

A continuación examinaremos más en detalle el enfoque teórico . implicado en la distinción de los dos niveles de análisis mencionados: el contexto estructural, y la expresión de una determinada clase social.

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I. El contexto estructural de la clase obrera en formación

En este nivel de análisis debemos incluir los siguientes aspectos:

a) Ubicación en el sistema de estratificación social general, incluyendo datos demográficos, inmigración rural-urbana, y estratificación interna a la clase obrera.

b) Posición en la ocupación y en el trabajo, y perspectivas en lo que puede llamarse la "carrera ocupacional". Perspectivas de ascenso social a través de varios canales, y satisfacción con el actual trabajo. Tamaño de la empresa en que trabaja.

c) Vinculación a grupos primarios. Arraigo familiar y grupal, grupos de pertenencia y de referencia dominantes.

Usando estos criterios, se puede construir una gran cantidad de posibles sistemas de clasificación o taxonomías de grupos obreros. Además, los sujetos a clasificar pueden ser los grupos obreros de determinadas empresas, o industrias, o regiones, o finalmente de todo un país. No creemos que sería de gran utilidad comenzar por dedicar demasiado esfuerzo a la construcción de estos sistemas clasificatorios, mientras no existan más datos y estudios detallados de casos. Pero podemos comenzar por una primera tipología un tanto aproximativa, provisoria, que sirva para clasificar los diversos países latinoamericanos, tomados como unidades de análisis, o sea como contextos estructurales determinantes de las características de sus respectivas clases obreras. Esto nos permitirá situar los estudios realizados en este volumen, de las industrias del carbón y del acero de la zona de Concepción, en un marco de referencia más amplio. La pausidad de los datos nos obliga a ensayar esta primera clasificación a título provisional, esperando que la acumulación de información, tanto a nivel global nacional, como de estudios de casos, vaya corrigiendo y enriqueciendo el esquema. Como intentamos una clasificación concreta de países latinoamericanos, debemos comenzar por usar criterios que puedan ser medidos en el estado actual de información estadística y censal.

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Un primer criterio a tener en cuenta es lo que podríamos llamar la "forma de agregación" de la clase obrera. En un extremo, tendríamos el caso de un país fundamentalmente rural, con centros urbanos pequeños donde por lo tanto la clase obrera se encuentra fundamentalmente desagregada, dispersa. En esos pequeños centros urbanos se encuentran núcleos de obreros con oficio, o de tipo artesanal, con muy poca tradición sindical y política, sectores mayores de obreros tipo peones del sector terciario, difícilmente sindicalizables y que tienen una forma de vida intermedia entre la rural y la urbana. En una estructura de este tipo, difícilmente los conflictos sociales se expresarán en la forma de dar lugar a un movimiento obrero con expresión propia, sea sindical o política. Los conflictos principales se darán a otro nivel social, entre fracciones de las clases altas o

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medias (terratenientes versus burguesía industrial o comercial, conservadores versus liberales, etc.). En el otro extremo, tendríamos las situaciones donde la pauta está dada por las grandes concentraciones industriales urbanas, con una clase obrera agremiada en importantes sindicatos, y que típicamente trabaja en empresas de gran magnitud. En estas condiciones, la movilidad social es bastante alta, sobre todo a través de la educación, lo que tiende a producir un grado elevado de consenso social y legitimización del conflicto. Sin embargo, los conflictos entre la clase obrera organizada y la masa de la clase media y alta, toman un rol central en este tipo de sociedades. En algunos casos, como los países europeos occidentales, ese conflicto es el principal que se expresa en el área política (bipolaridad entre uno o más partidos de la burguesía y un partido o alianza de partidos de la clase obrera) . En otros casos, como Estados Unidos, la existencia de importantes divisiones regionales y la alta internalización de los valores de la movilidad social, impiden la expresión de este conflicto como principal dinámica de la lucha política. Dentro de la clase obrera de estos países, hay que distinguir entre su estrato alto, con oficio, y su sector más bajo, de obreros de la producción en serie, realizadores de trabajos repetitivos, y que son los que dan la pauta general de la condición obrera.

Una situación intermedia es la que ha sido denominada "masa aislada". (1) Se trata de las concentraciones obreras grandes, en lugares aislados de los centros principales urbanos, y donde se forma una clase obrera muy homogénea, alrededor de industrias extractivas o minería. Los grupos obreros de este tipo en general no tienen alta calificación (aunque a veces pueden poseer altos salarios comparados con el resto del país), no conviven con otras clases sociales, puesto que en esos lugares hay poca clase media. La movilidad social es baja, y existe una común identificación de los obreros de la zona contra "el resto de la sociedad", percibido como distante y amenazador. A menudo el mercado de trabajo es inestable, lo que repercute con particular fuerza debido a la ausencia de fuentes alternativas de trabajo en la zona. La solidaridad grupal, comunitaria, a menudo tipo "gemeinschaft", se fusiona con la de tipo sindical, dando una pauta de antagonismos sociales marcados. El medio en general no es culturalmente muy diversificado, por la ausencia de actividades que generalmente son dirigidas por elementos de las clases medias.

La carga emocional de los conflictos es particularmente fuerte en estos casos. La situación de "masa aislada" puede darse no sólo cuando hay aislación física, geográfica, sino también cuando ciertos aspectos del tipo de trabajo determinan una fuerte aislación social aun con cercanía geográfica; por ejemplo, los obreros de frigoríficos aún cuando estén en ciudades grandes, o los del puerto. Lo mismo puede decirse cuando la clase obrera es de una composición étnica marcadamente distinta de la de los grupos económicamente más altos.

Si intentamos ahora clasificar a los países latinoamericanos según el criterio expuesto, nos encontramos con la primer dificultad de que cada uno de ellos presenta situaciones diversas, clasificables en por lo menos dos de las categorías

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descritas. Como estamos clasificando a los países globalmente, determinaremos las categorías en la siguiente forma:

a) Países en que existen importantes centros con gran concentración urbano-industrial: acá podemos incluir solamente a la Argentina, Brasil y México, por la envergadura de sus grandes ciudades, que sin duda tienen un gran peso en determinar las relaciones sociales en todo su sector urbano. Con esto no se implica que las tensiones sociales son iguales en todas las partes de su sector urbano, ni que en las grandes concentraciones la situación es homogénea. Simplemente, se trata de una clasificación simplificadora, cuya utilidad deberá demostrarse viendo si se correlaciona con otros fenómenos sociológicos de importancia, lo cual se intenta más adelante en este capítulo.

b) Países en donde no existen las grandes concentraciones urbano-industriales del caso anterior, pero en donde se dan con marcada intensidad las situaciones de "masa aislada". En este grupo podemos incluir a Bolivia (por el estaño). Perú (minería, azúcar), Chile (cobre, salitre, en parte carbón y frigoríficos), Venezuela (petróleo), Cuba (azúcar).

c) Países con bajo grado de concentración industrial. Incluye a los demás, o sea a Colombia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, y los centroamericanos y antillanos. Esta categoría es posiblemente más heterogénea que las otras, siendo fundamentalmente residual. Ciertos países, como Colombia, tienen bastante dinamismo industrial, pero se trata de un crecimiento que está en sus primeras etapas, aun cuando rápido, y además repartido en varias ciudades medianas en vez de en una grande. Otros, como Uruguay, son muy urbanizados, pero con poco contenido industrial, y muy dependientes de la producción rural.

Esta categorización es obviamente aproximada, entre otras razones porque no se han aducido cifras y datos para sostenerla. . Pero en el estadio actual de elaboración de la tipología, puede aceptarse para propósitos heurísticos. La movilización completa de las estadísticas y datos necesarios para justificar la inclusión de cada país en una categoría, estaría por encima de los objetivos que se persiguen en el presente volumen. (2)

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Un segundo criterio a tener en cuenta, para clasificar los contextos estructurales de los países latinoamericanos que operan sobre la clase obrera, es el de las posibilidades de movilidad social. La movilidad social, como es sabido, tiene una gran influencia en formar la mentalidad de la clase obrera. Las formas exactas en que lo hace no han sido totalmente exploradas, y en el presente volumen se da particular importancia al efecto diferencial que la movilidad social tiene en una estructura social relativamente cerrada (mina de carbón) y en una abierta (acero). Pero de todos modos es indudable que una mayor movilidad social tiende a disminuir la intensidad de los conflictos sociales entre clase obrera y sectores

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medios o altos, al incrementar el grado de conformidad con el sistema social existente.

Una forma de acercarnos a medir las posibilidades de movilidad social en los países latinoamericanos consiste en usar como indicador, la importancia porcentual de la clase media, lo que a igualdad de otras condiciones da una idea de las posibilidades de ascenso social para la clase obrera.

Podemos usar datos compilados por Gino Germani (3). Tomando el porcentaje formado por los estratos medios y altos (urbanos y rurales) sobre el total, e incluyendo otras consideraciones sobre la existencia psicológica y cultural de la clase media, forma un primer grupo de países donde se incluyen a Argentina, Uruguay, Chile y Costa Rica. Estos son los típicos "países de clase media" de América latina, y por eso los mantendremos en una categoría propia. A los demás los dejaremos por el momento en una categoría residual, caracterizada por la menor vigencia de la clase media. Pero para diferenciarlos a su vez, no adoptaremos las otras agrupaciones de Germani, basadas en el porcentaje total de clase media, sino que determinaremos el porcentaje de clase media ,dentro del sector urbano, lo cual es más significativo.

Efectivamente, entre los países que, considerados globalmente, tienen poca clase media, puede haber algunos que, en una cierta región de alto desarrollo, o en el sector urbano -primera aproximación a la medición del "sector desarrollado"- tengan una estructura con fuerte clase media. Esto es efectivamente lo que ocurre, puesto que si calculamos los porcentajes (en base a cifras de Germani) da los resultados (sólo reproducimos los de los principales países) que se exponen en la Tabla 1.

Tabla 1

Porcentaje formado por la clase media urbana sobre el total urbano en diversos países latinoamericanos.

Argentina 38% Colombia 28%

Uruguay sin datos Venezuela 27%

México 37% Ecuador 21%

Cuba 36% Paraguay 27%

Brasil 35% Bolivia 28%

Costa Rica 31% Perú sin datos

Chile 30%

Como se ve, hay tres países que, al tomarse sólo los datos urbanos, han pasado a la categoría de tener una numerosa clase media: Brasil, México y Cuba. Los colocaremos, por lo tanto, en una categoría intermedia, con lo que nos quedan las siguientes tres categorías:

a) Países con fuerte clase media: Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica.

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b) Países que sólo tienen fuerte clase media en el sector urbano: Brasil, México, Cuba.

c) Países con débil clase media: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, y los centroamericanos y antillanos.

Para tener una tipología de países latinoamericanos, cruzamos el primer criterio, anteriormente analizado, de la "forma de agregación" de la clase obrera, con este segundo que indica las posibilidades de movilidad social. Resulta el siguiente cuadro:

Tabla 2

Tipología de países latinoamericanos, según el contexto estructural que proveen a la clase obrera.

Países con poca

concentración urbana e

industrial

Países que tienen "masa

aislada" pero no grandes

concentraciones urbano

industriales

Países con grandes

concentraciones

urbano-industriales

Países con débil clase media

Colombia, Ecuador, Paraguay,

centroamericanos (excepto

Costa Rica)

Venezuela, Perú, Bolivia

Países que sólo

tienen fuerte clase media en

el sector urbano

Cuba México, Brasil

Países con fuerte

clase media Uruguay, Costa Rica Chile Argentina

En este cuadro, en cierto sentido, al movernos desde el rincón de la izquierda y arriba hasta el de la derecha y abajo, vamos en la dirección de una mayor desarrollo. ¿Es posible establecer algunas correlaciones empíricas entre esta tipología de "contextos estructurales" que operan sobre la clase obrera, y las formas de acción sindical y política de esa clase? Las correlaciones que se puedan establecer solo serán de tipo muy aproximado, por varias razones: (I) los casos no son suficientes para establecer regularidades, ya que por causas idiosincrásicas o accidentales algunos países pueden presentar fenómenos anómalos; (II) el contexto estructural sólo determina un cierto campo de fuerzas que favorece determinados fenómenos, pero la realización específica de ellos depende de un proceso histórico que haga madurar las potencialidades indicadas por el contexto estructural; y (III) la acción de la clase obrera no solo depende de su propio contexto estructural, sino a menudo del de otras clases oélites, que puedan dar liderazgo o participar en movimientos donde también esté la clase obrera.

De todos modos, podemos hacer las siguientes indicaciones:

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a) Países con poca concentración urbana e industrial y con débil clase media (Colombia, Ecuador, Paraguay, los de América Central excepto Costa Rica, y Haití). En estos países el sindicalismo y el movimiento obrero en general son débiles. El conflicto político tiende a tomar la forma de dos partidos tradicionales, en general conservadores versus liberales, ambos manejando clientelas electorales a través de estructuras de caudillismo con poco revestimiento ideológico y sin presentar aspectos carismáticos muy marcados. En algunos casos, como Colombia, típicamente han fracasado varios intentos de formar amplios movimientos del tipo nacionalista popular (ver puntos b y c para este concepto).

b) Países con "masa aislada", sin grandes concentraciones urbano-industriales. y con débil clase media. (Venezuela, Perú. Bolivia, Santo Domingo, Jamaica, Guayana.) Estos países se diferencian de los anteriores en que existen centros importantes de concentración obrera, en general en lugares aislados y alejados de los centros urbanos principales. Estas concentraciones, unidas a la poca movilidad social resultante de la debilidad numérica de la clase media, constituyen centros de conflictos de clases. Sin embargo, los grupos obreros involucrados en general tienen pocas tradiciones asociacionistas, no poseen mucha capacitación técnica o educacional, y llevan un tipo de vida con muchos elementos tradicionalistas y autoritarios en lo referente a composición familiar, pautas de socialización, y relaciones entre líderes y masa. Debido a esto, tienden a una forma de acción esporádica e inestable, con poca capacidad de dirección autónoma. Por eso es que en estos países típicamente se da la expresión del movimiento obrero dentro de estructuras políticas del tipo "nacionalista popular" (4). El nacionalismo popular constituye, según la definición dada por Germani, una coalición entre masas recién movilizadas y élites de la más diversa extracción. En cualquier movimiento político la formación de una élite dirigente es de importancia, pero en este tipo de estructuras lo es particularmente, puesto que la masa obrera tiene poca capacidad asociacionista propia, y por lo tanto la élite concentra en sí gran parte del poder, generalmente a través de un liderazgo carismático. Las reivindicaciones sociales tienen un alto contenido emocional. La formación del movimiento nacionalista popular, y sus características, dependen de las tensiones sociales existentes al nivel de los estratos medio?, y por lo tanto constituye un área en parte ajena al tema principal de este volumen (5). Cumplen una cierta función catalítica, pues en su ausencia podría darse que este tipo de contexto estructural no produzca como resultado un movimiento nacionalista popular organizado, sino una simple suma de agitaciones anómicas (6).

En los países mencionados, existen movimientos nacionalistas populares (Aprismo, Movimiento Nacionalista Revolucionario, Acción Democrática), que han sido típicos sobre todo antes de llegar a ejercer o compartir el poder, y otros en gestación, como los que pueden emerger de la agitación de tipo insurreccional en Venezuela, o Santo Domingo y Guayana.

c) Países con "masa aislada", sin grandes concentraciones urbano industriales, y que. tienen, fuerte clase media sólo en el sector urbano (Cuba). En estos países

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también se dan las condiciones para la emergencia de movimientos de tipo nacionalista popular, como en el caso anterior. La mayor cantidad de clase media en el sector urbano introduce una diferencia, sin embargo, haciendo que a igualdad de otras condiciones el movimiento nacionalista popular que se geste deba centrarse más estrictamente en el sector rural. Esto puede ser causa de debilidad, o incitación a buscar nuevas formas de lucha, según los casos. Sin duda que no se pueden deducir generalizaciones sobre los efectos de este contexto estructural en base al único caso existente en América latina, Cuba. Pero el movimiento castrista entra dentro de las características generales del nacionalismo popular, y lo mismo puede decirse de la estructura política de apoyo a Batista en su momento de popularidad. Ambas son versiones muy distintas del nacionalismo popular, aun cuando ambas involucran fuertes elementos carismáticos en su estructura de poder. Igual que en el punto anterior, debe tenerse presente que para comprender el fenómeno debe analizarse también las tensiones a nivel de las clases medias, productoras de las élites que se fusionan con la clase obrera para producir el movimiento nacionalista popular. Por otra parte, el caso de Cuba se distingue de los tratados en el punto anterior por tres elementos: (I) es un país bastante más urbanizado; (II) tiene mucho más educación universitaria por comparación a su población, y (III) su "masa aislada", concentrada en los ingenios, constituye una mezcla muy particular de trabajadores urbanos y rurales, con altas fluctuaciones estacionales, lo que contribuye a difundir en el campo ciertas pautas de acción típicas del industrialismo (7).

d) Países con poca concentración urbana e industrial, pero con fuerte clase media (Uruguay, Costa Rica). En estos países, de relativamente alto ingreso per capita, las dos componentes del contexto estructural que estamos analizando se unen para disminuir la intensidad de los conflictos sociales, y dificultar su expresión clasista. Se da una pauta política de polarización en dos partidos policlasistas típicos, con pocos componentes carismáticos, y con una bastante avanzada legitimización de sus diferencias. En estos dos países se han dado alternancias relativamente pacíficas en el poder de dos partidos, caracterizables como de centro-derecha uno, y de centro-izquierda el otro. La pauta se diferencia de la de la primera categoría vista en que las distancias sociales entre líderes y masa en las estructuras políticas es menor. Por otra parte, el sindicalismo está más legitimado, y actúa como un grupo de presión más en la, sociedad, con muchas características contractualistas, y con minorías ideológicas que ejercen relativamente poca influencia.

e) Países con grandes concentraciones urbano-industriales, y que tienen fuerte clase media sólo en el sector urbano. (México, Brasil) . Estos son países típicamente dualistas, con una región central de alto desarrollo, y un hinterland muy subdesarrollado que actúa casi como colonia interna. La gran reserva de mano de obra barata que tienen en el sector rural, actúa como factor depresivo de los salarios industriales y de la capacidad combativa de los grupos obreros urbanos. Estos son justamente los dos países de América latina que se han desarrollado más rápidamente en los últimos treinta años (con la excepción de Puerto Rico, caso obviamente muy especial), según se puede ver en el siguiente

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cuadro, tomado de Bert Hoselitz, "Economic Growth in Latin América", Premíére Conférence ínternationale d'Histoire Economíque, Stockholm, 1960 (reproducido en la revista Desarrollo Económico, vol. II, nº 3, octubre-diciembre de 1962, Buenos Aires).

Tabla 3 Porcentaje de incremento, por década, del producto per capita, entre 1925-29 y 1950-54 en países seleccionados.

Argentina 9.1

Brasil 33.9

Chile 11.9

Cuba 0.2

Guatemala 19.2 (negativo)

Honduras 10.8

México 33.0

Puerto Rico 30.4

"En Brasil y México parecen darse las condiciones más favorables para un desarrollo capitalista dinámico, dada la situación de América latina, por las siguientes razones: (I) la fuerza numérica de la clase media en el sector urbano y en general en la zona central, da estabilidad al sistema en sus puntos neurálgicos, creando corrientes de movilidad social en la clase obrera de esos centros industriales; (II) la presencia de la gran reserva de mano de obra rural contribuye a crear un amplio mercado interno, y adebilitar la fuerza de los sindicatos sin hacer necesarias medidas particularmente represivas por parte del poder político -como ocurre en cambio en la Argentina, con la consecuente inestabilidad institucional y falta de clima de seguridad para las inversiones-; (III) la gran importancia numérica de la zona rural y en general periférica, permite montar en ella maquinarias electorales manejadas por los sectores altos y medios, que obtienen así aliados en sus conflictos con la clase obrera urbana, la cual en cambio no tiene acceso a ese sector rural, y finalmente (IV) en el sector rural no se acumulan muchas tensiones sociales, debido a que no existe en proporción importante "masa aislada", y a que los grupos inconformes de los estratos medios pueden fácilmente emigrar a la zona central de prosperidad, abandonando por lo tanto su rol de líderes potenciales de movimientos de protesta.

Todos estos factores contribuyen a que tanto en Brasil como en México el capitalismo esté muy fuertemente asentado, y maneje un sistema de control social relativamente moderno y seguro. Ese sistema de control social incluye la presencia de partidos integrativos como el Partido Revolucionario Institucional (partido de gobierno en México), o su equivalente brasileño, la casi permanente coalición gubernista Partido Social Democrático-Partido Trabalhista. Los sindicatos son parte importante de este sistema de control social, ya que en muchos casos han sido establecidos por acción gubernamental y no por iniciativa obrera (8). Aunque en cualquier sociedad un sindicalismo legitimizado cumple ciertas importantes funciones latentes de fomentar el consenso, en casos como los de

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Brasil y México estas funciones son particularmente amplias, y toman a menudo la forma de líderes alejados de sus bases, y sostenidos por los ministerios, o los partidos políticos de gobierno, ante una marcada indiferencia de los afiliados. Existen elementos de cambio en esta situación, pero se trata de una etapa por la que pasa el sindicalismo en esos países, comprensible en buena medida a través del análisis de su contexto estructural que se ha intentado aquí.

f) Países con "masa aislada", sin grandes concentraciones urbano-industriales, y con fuerte clase media (Chile). Este tipo de contexto estructural podría producir un fenómeno de nacionalismo popular, forma típica de expresión de la clase obrera en situación de masa aislada en América latina. Sin embargo, existe una diferencia con los dos casos anteriores de masa aislada (el tipo b en que se incluye a Venezuela, Perú y Bolivia, y el tipo c en el que se incluye a Cuba). Efectivamente, en esos casos se trataba de países de mayoría rural fundamentalmente, mientras que Chile es uno de los países de más alta urbanización en América latina (esta alta urbanización, por otra parte, es prácticamente un correlato del hecho de tener una fuerte clase media, probablemente siendo ambos indicadores de un mismo fenómeno subyacente, que podríamos denominar "alta modernización", que incluye la urbanización y la fuerte clase media, pero no necesariamente una alta industrialización).

Al haber alta urbanización, el sistema de comunicaciones funciona más intensamente, y difunde pautas y valores venidos de los centros europeos, considerados como grupos de referencia positivos. Las ciudades, evidentemente, son los lugares por excelencia donde se ejerce el "efecto de demostración", tanto en lo económico como en lo cultural. Por otra parte, la composición étnica de Chile -en esto al igual que la Argentina- hace que los modelos europeos sean asimilados más rápidamente, sobre todo en comparación con los otros dos grandes países latinoamericanos, Brasil y México, donde la tradición de semiservidumbre o esclava de sus sectores populares y de baja clase media no puede menos que disminuir marcadamente sus niveles de aspiración, y hacerlos más inmunes a los efectos de demostración que vienen de Europa o Estados Unidos. Para expresarlo gráficamente, las clases populares de México y de Brasil no "tienen parientes" en Europa, mientras que las de Chile o Argentina sí los tienen o creen tenerlos.

Por otra parte, al darse un sector rural reducido, y relativamente modernizado -explotación capitalista de la vid, y de los lanares- y darse en mucha menor medida la economía rural de mera subsistencia, la clase obrera urbana no sufre los mismos efectos depresivos sobre su nivel de vida y posibilidades de lucha que en Brasil o México.

Todos estos factores se aúnan para determinar que en este contexto estructural la expresión de la clase obrera es más autónoma que en los clásicos casos de nacionalismo popular, o en los modelos de desarrollo capitalista rápido de Brasil y México. Su orientación ideológica tiende a alguna forma de socialismo, lo cual efectivamente se da en Chile, a través de la fuerza electoral de los partidos de

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orientación marxista. Los sindicatos, por otra parte, tienen una gran tradición de autonomía y lucha, y pocas veces han sido ayudados por el Estado. La pauta de dirigentes-funcionarios que actúan como intermediarios entre sus afiliados y la estructuras del Estado o de los partidos gobernantes no se da en Chile. Por el contrario, desde principios de siglo existe una tradición de militancia que es de las más notables de América latina. En el próximo capítulo se hará una breve revisión de la historia del sindicalismo chileno, que debe ser comprendida en términos del contexto estructural en que se ha desarrollado.

g) Países con grandes concentraciones urbano-industriales, y con fuerte clase media. (Argentina). Este contexto es el típico de situaciones de alto desarrollo. La Argentina puede ser ubicada en esta categoría, por comparación con los demás países latinoamericanos. Por otra parte, se acerca bastante a las características de los países centrales de alto desarrollo, aun cuando con menor componente de industrialización, y con mayor dependencia del comercio exterior. Este último hecho es estratégico, pues determina alteraciones importantes en la situación de sus grupos económicamente dominantes cuando se dan fuertes cambios en la estructura del comercio internacional, como ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial.

En general, el contexto estructural de los países de alto desarrollo lleva a la formación de una clase obrera altamente organizada, con expresión sindical y política propia, y a la consecuente bipolarizacion del espectro político. Ésta bipolarización es compatible, por otra parte, con una legitimización y moderación del conflicto, debido a la situación de relativa prosperidad y posibilidades de ascenso social. Las formas específicas que toma esta bipolarización política pueden variar, según los contextos estructurales de las demás clases sociales.

Fundamentalmente, pueden notarse tres variante: (I) el modelo europeo, con un partido político de base y financiación obreras; (II) el modelo norteamericano, con un partido donde se concentra el apoyo obrero, pero que además tiene importantes apoyos de otros sectores de la sociedad, o sea que las líneas clasistas están menos marcadas; y (III) el modelo del peronismo en la Argentina, constituido por la masa de la clase obrera unida a ciertas élites extraídas de otros estratos sociales, dando una coalición de tipo nacionalista popular.

El análisis detallado de este modelo nos llevaría más lejos que lo que se justificaría a los propósitos de este volumen. De todos modos, la capacidad obrera de participar dinámicamente en la lucha por la repartición del ingreso nacional, es bastante alta en este modelo. Debe destacarse la diferencia con los casos tipo Brasil y México. El resultado es que resulta mucho más difícil establecer un sistema de adjudicación de conflictos y de control social, puesto que el poder social, o al menos el poder de resistencia y de "veto" está bastante repartido. Puede llegarse fácilmente a una situación de "empate social" (9). Usando otro lenguaje, podríamos quizás decir que se tienen las condiciones estructurales del pluralismo, sin haberse aún desarrollado la capacitación superestructural para hacer funcionar ese complejo sistema. Los sindicatos tienen en este país una

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larga tradición, y quizás sea éste el único país en que se pueda hablar del pasaje de un sindicalismo de élites (pre-Segunda Guerra Mundial) a un sindicalismo de masas. Efectivamente, en otros países latinoamericanos el sindicalismo o bien está aún en la etapa de sindicalismo de élites (caso de Chile) o bien entró directamente desde su creación en la etapa de masas (10), como en Brasil o México, pero entonces bajo fuerte control gubernamental. En la Argentina, aun cuando la etapa de masificación se vio favorecida por el apoyo del gobierno, se trató de un apoyo a un fenómeno que tendía a darse autónomamente, y que se dio sobre la base de sindicatos ya existentes y con fuertes tradiciones de actividad social y política, lo cual no fue el caso ni en Brasil ni en México. Esto explica la persistencia de este sindicalismo, en la Argentina, después de la desaparición del poder político que favoreció su evolución a la etapa de masas.

En los análisis del sindicalismo de los países de más desarrollo de América latina, convendrá por lo tanto recordar el siguiente esquema: (I) sindicalismo de élites "maduro" y con orientaciones socialistas: Chile; (II) sindicalismo de masas con fuertes involucraciones estatistas, orientado hacia el "reformismo legal": Brasil y México; y (III) sindicalismo de masas con independencia del Estado, y orientado hacia el "reformismo contractualista": Argentina. Por "reformismo legal" se entiende la tendencia a buscar en el Estado la principal vía de solución de los conflictos y problemas laborales, mientras que por "reformismo contractual" se entiende la actitud que se basa más en las negociaciones con los dirigentes empresariales (11).

II Las formas de expresión organizada de la clase obrera

La descripción que se ha hecho hasta ahora del contexto estructural se ha realizado tomando como unidades los países. Se podría -si se tuvieran los datos estadísticos y sociológicos necesarios- continuar afinando el análisis, tomando regiones geográficas, o grupos de industrias como unidades de análisis. Efectivamente, en un determinado país la situación social no es homogénea en todas sus partes, y presumiblemente se puede llegar a determinar dentro de él regiones o sistemas sociales de mayor homogeneidad, acerca de los cuales puedan hacerse afirmaciones sobre su contexto estructural, dentro de las mismas líneas que lo que se intentó en el anterior acápite. En última instancia, se puede llegar a tomar como unidad la empresa, o el sindicato, o el oficio en una determinada ciudad -cuando se tratara de trabajadores aislados- con lo cual el análisis del contexto estructural se acerca en la máxima medida posible a explicar el comportamiento del individuo. En buena medida, lo que se hace en el presente volumen es un análisis de este tipo para las dos situaciones industriales tomadas, la mina de carbón de Lota y la planta de acero de Huachipato. Sobre todo se tiene este enfoque en los primeros capítulos (del II al V inclusive), en que se describe la forma de estructuración de las comunidades industriales, y la influencia de los principales componentes del contexto estructural -estratificación interna, situación y perspectivas en la ocupación, y relaciones de grupos primarios- sobre la mentalidad obrera.

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Pero para encarar un estudio más completo de la clase obrera, es preciso enfocar el análisis sobre las instituciones y organizaciones que ella se da, v donde expresa dinámicamente su forma de ser, su acción, su impacto sobre la realidad circundante. Este es un punto central en la comprensión de las características de una clase social. Es a través de ese sistema de instituciones y organizaciones, que se expresa la capacidad de la clase de moldear su entorno social, constituyéndose en factor activo y no sólo pasivo del proceso histórico. En la construcción de ese sistema institucional y organizativo, tienen particular influencia los grupos dirigentes y activistas que se distinguen del resto de su clase, formando élites de los más diversos tipos (asociacionistas, burocráticas, culturales, etc.). La riqueza y variedad de este sistema de expresión de la clase obrera varía mucho de país a país, o según las regiones o áreas sociales de cada país. una sociología de la clase obrera latinoamericana en formación debe encarar el estudio de 1as condiciones que favorecen o dificultan la formación de ese sistema de expresión y de acción. No basta con analizar el contexto estructural, que sin duda marca límites a las posibilidades de que se den ciertos tipos de expresión obrera (un contexto como el de Bolivia, sin duda que hace imposible la gama de entidades y asociaciones obrera?, sindicales, políticas o culturales, que se encuentra en una ciudad como Santiago de Chile). Aparte del marco provisto por el contexto estructural, debe estudiarse la dinámica, más microsociológica de la formación de las entidades representativas. Se rata de un estudio que debe englobar muchos más elementos de psicología social que el que se concentra en el análisis del nivel de las determinaciones del contexto estructural. Claro está que no existen aquí límites muy netos. Pero este segundo enfoque es el que domina en la segunda parte del presente volumen, del cap. VI' en adelante, sobre todo al tratarse el tema de la selección de los potenciales líderes y activistas obreros, y de sus vinculaciones con el resto de los afiliados al sindicato.

La existencia de organizaciones representativas de una clase está muy lejos de ser un fenómeno que se da automáticamente como resultado de la existencia de esa clase. Para percibir la complejidad del problema, podemos categorizar los elementos que se necesitan para la existencia de organizaciones de ese tipo en la siguiente forma:

a) Una capacidad de organización burocrática: las instituciones de cierta envergadura, en cuanto a número de afiliados o importancia de los servicios ofrecidos a sus afiliados, necesitan armar una burocracia propia, que tenga los mínimos prerrequisitos de universalismo y especificidad funcional. La incapacidad de proveer este "cemento burocrático" impide, en algunos casos, la consolidación de instituciones representativas fuertes de la clase obrera.

b) Una capacidad asociacionista: para hacer funcionar una institución del tipo señalado, se necesita armar toda una serie de comisiones representativas, sistemas de asambleas y funcionarios de control, estatutos, ejercitación de responsabilidades en niveles bajos y medianos, lo que implica un cierto acostumbramiento a técnicas complejas de control social. En casos en que el sindicalismo se desarrolla muy rápidamente, entrando ya al nivel de masas, puede

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faltar este "cemento asociacionista", lo que dificulta su posterior crecimiento, o su capacidad de representar realmente a la clase obrera en vez de ser un mero órgano de intermediación entre clase obrera y gobierno.

c) Una identificación emocional: una institución representativa difícilmente puede subsistir si es solamente una forma de expresar intereses específicos. Inevitablemente tendrán sus miembros ciertas involucraciones emocionales en la institución. Estas pueden darse en diversas formas, pudiendo en algunos casos una organización quedar muy debilitada si falla su "cemento emocional". La mezcla de este cemento emocional con los anteriores, más estrictamente organizativos, constituye un importante problema, que se trata en parte en el presente volumen, ya que las situaciones de Huachipato y Lota ejemplifican dos soluciones muy distintas a este problema.

d) Una cierta identificación ideológica: tratándose de instituciones representativas de intereses de clase, el elemento ideológico inevitablemente va a aparecer, sea en forma abierta o no. Es difícil imaginar una institución de este tipo en que la distribución de orientaciones ideológicas sea al azar, o igual a la del resto de la sociedad. Un cierto "cemento ideológico" se da en general en estas instituciones, aun cuando no necesariamente tomando la forma de lo que comúnmente se denominan "ideologías".

Estos cuatro vínculos de ligazón de la organización representativa no tienen por qué existir todos al mismo tiempo, pero podemos afirmar que en el estudio de la dinámica de la formación y permanencia de esas organizaciones, el análisis de cómo funcionan estos vínculos es un tema de interés central. En cada caso, se dan esos vínculos en mezclas diversas. Un análisis a fondo del tema nos llevaría a categorizar cada uno de los vínculos, para luego cruzarlos entre sí y tener una amplia taxonomía. Luego vendría el problema más importante de determinar asociaciones empíricas o teóricas entre las casillas de esta taxonomía y los varios contextos estructurales, o las variables psicosociales que deben estar presentes para que cada distinta situación se dé. Un programa de este tipo sólo puede realizarse después de una acumulación de estudios específicos mucho mayor que la que actualmente se posee. Por el momento, sin embargo, podemos sugerir una primera clasificación de las formas de organización de la clase obrera (principalmente sindicatos) que no es exhaustiva pero que puede ayudar a orientarse en el área.

Tendríamos los siguientes casos:

a) Espontaneísmo obrero: es una primera forma de expresión obrera, que casi cae fuera de pertenecer a las "expresiones organizadas". Sin embargo, posee una cierta organización, aun cuando apenas esbozada y poco permanente. Se da típicamente en las huelgas espontáneas (no sancionadas por las directivas sindicales), las expresiones de violencia no planeadas, y en general en los diversos tipos de organizaciones de corta duración que se estructuran en momentos de agitación para conseguir fines inmediatos. Como componente

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analítico, esta forma aparece en la participación de algunos grupos obreros dentro de organizaciones más orientadas según las categorías siguientes.

b) Asociacionismo voluntarista: típico de las primeras etapas del sindicalismo en países en que éste no es promovido por el Estado. No posee estructuras burocráticas propias, y en general es un sindicalismo de élites. Se dan fuertes lealtades personales entre sus participantes y activistas, y se tiende a crear la mística de una cultura obrera propia.

c) Sindicalismo de masas para-estatal: típico de las primeras etapas de formación del sindicalismo en aquellos países en que el Estado actúa como promotor. Se da una estructura burocrática a menudo financiada desde fuera del sindicato o por leyes que obligan a los afiliados a hacer sus contribuciones financieras. En general, tiene poco componente asociacionista, y se dan relaciones carismáticas entre líderes y masas, a menudo intermediadas por el sistema político, en que gobierna un partido de ideología desarrollista o nacionalista.

d) Sindicalismo de masas autónomo: implica una mezcla de elementos burocráticos y asociacionistas. Típico de etapas avanzadas de desarrollo industrial y urbano. Enfrenta problemas en proveer un cemento emocional entre sus líderes, funcionarios, activistas y afiliados, los que a menudo se resuelven con recurso a técnicas de "relaciones humanas".

Podemos resumir y esquematizar estos cuatro tipos en función de los diversos vínculos de ligazón descritos más arriba, en la siguiente forma:

Tabla 4

Tipología de formas de expresión de la clase obrera, según los vínculos de ligazón en que se basan preferentemente.

Vínculo

burocrático Vínculo

asociacionista Vínculo emocional Vínculo

ideológico

Espontaneísmo

obrero No se da No se da Fuerte expresión de tipo

eruptivo, con fijación de

metas inmediatas

Se expresa

confusamente

Asociacionismo

voluntarista No se da Se da Se da, sobre todo a través de

lealtades personales Puede darse en

diversas formas

Sindicalismo de

masas para-estatal Se da No se da Se da en forma carismática y

con grandes distancias

sociales entre líder y masa

Puede darse en

diversas formas

Sindicalismo de

masas autónomo Se da Se da En general debe ser

promovido "artificialmente" Puede darse en

diversas formas

Como se ve, son las dos primeras columnas las que se han usado principalmente para confeccionar esta tipología. Por otra parte, debe tenerse presente que en muchos casos una determinada organización o institución obrera tiene características de varias de las formas de expresión señaladas en esta tipología.

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El estudio presentado en este volumen, sobre las comunidades obreras de Huachipato (acero) y Lota (carbón) permite interiorizarse de algunos de los mecanismos que operan en la formación de estos diversos tipos de acción sindical. Huachipato constituye una etapa intermedia entre el asociacionismo voluntarista y el sindicalismo de masas autónomo. Lota en cambio está más claramente en la etapa de asociacionismo voluntarista, con fuertes elementos de espontaneísmo obrero imbricados en su dinámica interna.

Notas:

1. C Kerr y A. Siegd, Interindustry propensity to strike, en Kornhauser, Dubin y Rosa, Industrial Conflict.

2. Ver datos en G. Germani, Política y sociedad en la época de transición, Buenos Aires, Paidós,

1962.

3. G. Germani, op. cit.

4. Ver G. Germani, Política y sociedad en la época de transición (Buenos Aires, Paidós, 1962).

5. Ver T. Di Tella, El sistema político argentino y la clase obrera (Buenos Aires, Eudeba, 1963).

6. En el sentido usado por G. Almond y J. Coleman, The politics of developing areas (Princeton,

1960).

7. Ver datos sobre países latinoamericanos en Gino Germani, Política y sociedad en la época de transición (Buenos Aires, Paidós, 1962).

8. Ver A. Touraine, "Industrialisation et conscience ouvriére á Sao Paulo", 33 Sociologie du Travail, N9 4, 1961.

9. Ver al respecto, A. Touraine, op. cit.

10. El término está tomado de la obra de Adolf Sturmthal, La tragedia del movimiento obrero.

11. A. Touraine, op. cit.

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EL DESARROLLO DEL SINDICALISMO EN CHILE

Chile es uno de los países latinoamericanos que cuentan con un movimiento sindical más antiguo, con una fuerte tradición de combatividad, tanto en lo gremial como en lo político. Esta característica puede explicarse en términos de la historia del país, y de su peculiar estructura de producción, que determina la formación de importantes centros de concentración de trabajadores (salitre, cobre, carbón, frigoríficos). Durante la primera mitad del siglo XIX Chile era prácticamente el país más desarrollado de América latina, siendo uno de los más importantes mercados británicos en el continente. Hacia la década de 1860 su población era igual a la de la Argentina, y tenía una estabilidad institucional y legal muy firme. Todo esto permitió un desarrollo temprano de la vida política según modelos europeos, y la iniciación de asociaciones de trabajadores, en un principio de tipo mutualista.

El crecimiento económico de Chile se vio frenado en el siglo XX. por comparación a lo que había sido en su primer siglo de vida independiente. La gran inyección de prosperidad que se experimentó en la década de 1880 al conquistarse los territorios del Norte donde se estableció la minería del salitre, no fue duradera, y no estimuló una diversificación industrial local. En 1891 los intereses extranjeros, especialmente británicos, suscitados por la explotación del salitre, determinaron la caída del presidente Balmaceda, que había intentado seguir una política con cierto contenido nacionalista. Desde entonces, se inaugura el período de gobierno denominado "parlamentario", caracterizado por una extrema actitud liberal en lo económico, que dura hasta 1920. En ese año llega al poder una coalición de tipo populista, con el presidente Arturo Alessandri, iniciando una serie de experimentos de gobiernos de ese tipo: el del general Ibáñez entre 1927 y 1931, que fracasó en su intento de dar origen a un movimiento a la vez popular y autoritario; el del Frente Popular (radicales, socialistas y comunistas), que promovió importantes reformas en el país entre 1938 y 1942; y el nuevo intento populista, esta vez exitoso, del general Ibáñez en 1952. Este último movimiento, muy asociado ideológicamente, en su momento, al peronismo de la Argentina, perdió casi todo su apoyo popular durante la presidencia misma de su iniciador. En todos los casos se evidencia una característica parecida: poca duración y estructuración de esos movimientos populares, que parecen responder a una gran ola de sentimiento popular durante un breve lapso, para después desaparecer o cambiar de contenido. "Puede describirse a la historia chilena de este siglo como una alternancia entre movimientos populistas de este tipo, y la básica continuidad, a pesar de breves interrupciones, de un sistema liberal democrático de "participación ampliada" (usando la terminología de Gino Germani (1)) que evidencia gran capacidad de persistencia, a pesar de no haber podido asegurar una dinámica acelerada de crecimiento económico en el país (2). El mismo movimiento obrero, como veremos en este capítulo, se caracteriza por una secuencia de períodos de gran actividad y unidad confederal, seguidos de épocas de pasividad y divisionismos. Las épocas de actividad en general han ido asociadas a las de gestación o maduración de los movimientos populistas políticos. Esta pauta puede deberse en parte al hecho de que el sindicalismo no tiene una estructura organizativa propia muy fuerte, por comparación a modelos internacionales,

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debido a que no posee una estructura burocrática propia de magnitud apreciable. La legislación vigente impide a los líderes sindicales recibir emolumentos del sindicato, de manera que las bases para la construcción de una pirámide burocrática están eliminadas. Por otra parte, este hecho es aceptado por muchos militantes obreros y políticos de izquierda como una garantía de mayor democracia interna en los sindicatos. El resultado es que se dificulta la continuidad institucional de las entidades obreras, aun cuando probablemente al mismo tiempo éstas están más libres de expresar una mayor militancia, sobre todo política.

I. Iniciación y lucha por la sobrevivencia

Las ideas socialistas y anarquistas tuvieron un temprano desarrollo en Chile (3), como correlato previsible del alto grado de evolución del país en el siglo XIX, y de su fuerte conexión comercial e intelectual con Europa. Ya en 1850 se formó, por obra de intelectuales saintsimonianos, una "Sociedad de la Igualdad", que tuvo durante menos de un año una intensa actividad educacional y de agitación política. En 1853 se funda la "Unión de Tipógrafos", de tipo fundamentalmente mutual, ejemplo que es seguido por unas cuantas otras organizaciones, siempre de ese tipo, propulsadas muchas de ellas por un líder de origen obrero, Fermín Vivaceta. Iniciado en Santiago y Valparaíso, el movimiento se extiende rápidamente al norte salitrero, después de su conquista en 1880. En 1887 se funda el partido Democrático, inspirado en movimientos obreros europeos (sobre todo el belga) y fuertemente ligado a la representación de los intereses mutualistas. En 1890, en vísperas de la revolución que derroca al presidente Balmaceda (y que tuvo su principal apoyo en los intereses nacionales y extranjeros del Norte minero), se produce una huelga en el puerto de Iquique, provincia de Tarapacá, que se extiende a las salitreras. La huelga es reprimida por la fuerza pública, quedando un saldo de muertos como resultado del enfrentamiento.

A pesar de esta represión, aplicada al movimiento huelguístico más espontáneo, el mutualismo sigue desarrollándose, constituyéndose en 1908 un Congreso Social Obrero, con sede en Santiago, que durante varios años es el principal representante de las fuerzas del trabajo.

Hacia comienzos del siglo se inicia un tipo de organización más típicamente sindical, denominado "Mancomunal". Las mancomúnales, influidas por la tradición mutualista y anarcosindicalista, constituyen sin embargo ya verdaderos sindicatos, y unen a sus tareas reivindicativas una fuerte preocupación por la educación, la provisión de servicios asistenciales, y la difusión cultural. Típicamente, editan periódicos, establecen salas de primeros auxilios, establecen imprentas, y organizan escuelas nocturnas de capacitación. Este tipo de organización, bastante parecido en sus principios a las que creaba hacia esa época el movimiento anarcosindicalista francés, se inicia en las zonas alejadas de la capital: en 1900 la Mancomunal de los trabajadores portuarios de Iquique, en 1902 la Combinación Mancomunal de Tocopilla, otro puerto salitrero del Norte, en 1903 la Federación de Trabajadores de Lota y Coronel, donde va se explotaba el carbón, y pronto se

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extiende el movimiento a toda la zona nortina. A diferencia del movimiento mutualista, muy centrado en Santiago y Valparaíso, este movimiento, más típicamente sindical, de las denominadas "mancomúnales", tuvo su fuerza en el Norte, donde tenía como caja de resonancia a las grandes concentraciones obreras del salitre. Ya en 1904 se realiza una Convención de mancomúnales, a la cual también asisten algunos gremios de Santiago y Valparaíso. Estos últimos tienen vida más oscilante y efímera, y son el resultado de la actividad de pequeños grupos anarquistas en el sector artesanal.

En 1907, ante una crisis económica sufrida por el país, se produce una ola de agitación social, que termina con una importante huelga, nuevamente en el puerto de Iquique, y que se extiende a las salitreras. Los obreros bajan de estas últimas, para concentrarse en Iquique e insistir en sus demandas, llegando prácticamente a controlar la ciudad por unos días. El gobierno ordena una intensa represión armada, ametrallándose a una concentración obrera realizada en la Escuela Santa María, de la cual según las crónicas de la época quedan más de dos mil muertos. Es ésta la represión sangrienta más fuerte que conoció el movimiento obrero chileno, y que lo paralizó durante varios años. En otros países de América latina se daban hacia esa época fenómenos semejantes, aunque no siempre de esa magnitud.

Después de la represión de 1907, el movimiento mancomunal se va reorganizando lentamente, siempre con su centro de influencia en el Norte. En 1912 se funda, en Iquique, el Partido Obrero Socialista, dirigido por Luis E. Recabarren, un antiguo tipógrafo. Este movimiento está íntimamente entrelazado con las mancomúnales, que actúan como semilleros de sus líderes. Recabarren fue director de varios diarios y periódicos publicados por las mancomúnales del Norte. Como resultado de su obra organizativa, se da la primer gran expresión organizada del sindicalismo chileno, a través de la Federación Obrera de Chile, que realiza un congreso en 1917. Esta entidad ya existía desde hacía unos años, como federación mutual. A partir de ese congreso, toma decisivo cariz sindical, iniciando una política militante, y que consigue también adhesiones en Santiago y Valparaíso, y de la zona de Concepción. En 1919, en un congreso realizado en Concepción, adopta como insignia la bandera roja, y dos años después adhiere a la Internacional Sindical con sede en Moscú.

Hacia esa época la agitación social en el país se estaba canalizando en un movimiento populista que se centró en un candidato presidencial de la Alianza Liberal, Arturo Alessandri, que llegó al gobierno en 1920, acompañado de una creciente agitación popular y estudiantil. En cierto sentido, este movimiento tiene parecidos con el que llevó al poder al radicalismo en la Argentina, al elegir presidente a Hipólito Yrigoyen en 1916, La FOCH, de todos modos, no estuvo involucrada en el movimiento de apoyo a Alessandri. En 1921, al año de la elección de este presidente, se produjo una represión armada, con muertos entre los obreros, en la empresa salitrera de San Gregorio. Ya el año anterior la Federación Obrera de Magallanes, del extremo sur del país, zona de producción de carne, había visto sus locales destruidos por grupos chauvinistas, con la

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connivencia de las autoridades (episodios en Punta Arenas y en Puerto Natales). La FOCH enfrenta estos hechos con una mayor radicalización, dada por la adhesión a la Internacional de Moscú en 1921. Pero esto aleja a los sectores moderados de la central obrera, especialmente los ferroviarios. La FOCH, ante estos acontecimientos, se va debilitando. Aun cuando todavía organiza una huelga de solidaridad con un paro carbonífero en 1922. su capacidad de representar a la clase obrera va declinando. Sufre un golpe en 1924 con el suicidio de su fundador y animador, Luis E. Recabarren. En ese año el gobierno de Alessandri es depuesto por un golpe militar, y la FOCH se suma a las protestas civilistas en defensa de las garantías democráticas. Una huelga salitrera en la provincia de Tarapacá, en 1925, termina con un bombardeo de artillería por el ejército contra los obreros en las oficinas de La Coruña y Pontevedra, lo que en las condiciones del momento implica un golpe muy fuerte a la organización, que desde entonces lleva una vida apagada.

Paralelamente a estos desarrollos, en la zona central del país, Santiago y Valparaíso, había cobrado alguna fuerza el movimiento sindical anarquista, y el que durante varios años constituyó una sección de los Trabajadores Industriales del Mundo (International Workers of the World).

Entre 1927 y 1931, en que se ejerce la dictadura del general Carlos Ibánez, el movimiento sindical queda reducido a una mínima expresión. El gobierno intenta organizar sindicatos estatales, federados en la Confederación Republicana de Acción Cívica (CRAC) pero sin éxito popular.

Podemos decir que con esto termina toda una época del sindicalismo chileno, su época heroica, en que estuvo a menudo al borde de la extinción, y en que demandó gran valentía y decisión personal en sus militantes. A diferencia de lo ocurrido en otros países con características económicas más "normales", en Chile el sindicalismo tuvo su principal foco en las zonas mineras (salitre y carbón) alejadas de la capital, que estaban a fácil acceso de los puertos (Iquique, Antofagasta, Tocopilla, Concepción). Se daba allí una mezcla de asociacionismo voluntarista, tipificado por las mancomúnales, y el espontaneísmo y tendencias a la acción eruptiva típica de la "masa aislada" de las concentraciones mineras. Esta mezcla resultaba bastante inestable, pero fuerte en sus momentos de actividad. Por otro lado, en los centros urbanos principales, Santiago y Valparaíso, que tenían pocas concentraciones industriales, se daba un sindicalismo muy minoritario, en gremios de artesanos, y a menudo con orientaciones mutualistas.

La época de florecimiento de la FOCH, entre 1917 y 1923, coincide con el período de agitación que llevó al poder al primer gobierno de tipo populista de Chile, el de Arturo Alessandri. Sin embargo, en este caso no se puede decir que la organización obrera se vio directamente favorecida por los políticos populistas, sino más bien se trató de expresiones diversas del mismo proceso básico de agitación social, que por un lado emergió en la acción de la FOCH, y por el otro en la formación de la Alianza Liberal y su apoyo popular. En episodios posteriores de

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coincidencia de movimientos populistas con los momentos de gran organización y unidad obreras, veremos que los vínculos son más estrechos.

El gobierno populista de Alessandri intentó intervenir en la vida sindical, sancionando varias leyes, entre ellas la que prohíbe que los dirigentes sindicales perciban emolumentos de sus sindicatos, y la que obliga a la formación de un sindicato industrial en cada fábrica que tenga más de un determinado número de obreros y que especifica que ese sindicato recibirá un porcentaje de las ganancias patronales. Esto podría interpretarse como un intento de formar un sindicalismo más legalizado, amparado por el Estado, como el que se dio bajo Vargas en Brasil o bajo Perón en la Argentina. Sin embargo, el intento no tuvo éxito en la medida pensada. Es cierto que la existencia de los "sindicatos industriales", por empresa, introduce un elemento potencial de divisionismo en el sindicalismo chileno, y a menudo sus dirigentes son más "manejables" por la patronal que los dirigentes de los sindicatos más autónomos de antigua formación (generalmente denominados "sindicatos profesionales").

Sin embargo, estos sindicatos industriales, obligatorios, nunca llegaron a constituir una fuerza con el andamiaje burocrático y apoyo masivo estatal de los casos argentino y brasileño. Por otra parte, el fenómeno se dio con veinte o treinta años de anticipación, y en un país que claramente aún no había entrado en la etapa de la sociedad de masas. Los sindicatos industriales en muchos casos pasaron a ser simplemente sindicatos de igual o mayor militancia que los otros, reemplazándolos a menudo, o bien tomando la única representación obrera en los casos en que no existía el otro sindicato. En la actualidad, en casi todas las empresas existe el "sindicato industrial" como entidad representativa de todo el personal, reconocido como legítimo representante de los obreros y canal de expresión de su sector militante. Por otro lado, a menudo existe el "sindicato profesional" como expresión de los obreros calificados, con oficio, y en general con un grado de militancia y radicalización menor que el sindicato industrial. Debemos recordar que en la época de principios de siglo, como en general en todo país antes de entrarse en el período del sindicalismo de masas, los sectores obreros que más se organizaban eran los de la élite obrera calificada. Luego, al entrarse en un período distinto, la tradición de mayor militancia ha pasado a los grandes sindicatos industriales, quedando los que representan a oficios como expresiones muy particularizadas de sectores obreros. En Chile los sindicatos industriales son ahora los principales fundamentos de la organización obrera, pero sin haber pasado aún a una forma de organización masiva y burocrática. Al nivel nacional se federan, pero estas federaciones tienen en la mayor parte de los casos poca fuerza propia, y tampoco pueden tener dirigentes pagos. La excesiva federalización impuesta por la ley que da origen a sindicatos locales en cada empresa, ha hecho difícil la solidez de las organizaciones obreras nacionales. Al imponer a los dirigentes obreros nacionales la necesidad de manejar un sistema federativo completo, en que se deben enfrentar con las comisiones directivas de cada uno de los sindicatos de empresa, y cada una con manejo propio de fondos, se les impone una tarea y se les exige una madurez de dirección que son difíciles de encontrar aun en los países de más

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antigua tradición sindical. El resultado es que hay relativamente pocas atribuciones conferidas al nivel del sindicato nacional y muchas al nivel local (4).

II El sindicalismo orientado hacia la reforma política y social

En 1931 un movimiento de agitación democrática terminó con el gobierno dictatorial de Ibáñez. iniciándose una etapa constitucional que dura hasta nuestros días. El sindicalismo fue reconstituyéndose lentamente, intentándose varias veces darle una organización única. Estos intentos recién fructificaron en 1936, en un Congreso de Unidad, en que se fundó la Confederación de Trabajadores de Chile. lográndose superar en ese momento los divisionismos producidos por las varias orientaciones políticas en pugna, debido al clima existente de formación de un Frente Popular entre radicales, comunistas y socialistas. En 1937, al año de formada, la Confederación de Trabajadores de Chile adhiere a ese Frente Popular, el cual al año siguiente gana las elecciones, llevando a la presidencia a Pedro Aguirre Cerda. Esto inaugura un período de reformas sociales, que introdujeron muchos elementos del Estado de Bienestar Social en Chile, estructurando una legislación social que es una de las más avanzadas del continente, aun cuando sobre la base de un país relativamente pobre. La Confederación participó en este programa de acción política, pero hacia 1946, cuando el principal entusiasmo y unidad del Frente Popular ya habían decaído, se dividió en dos como resultado de las disensiones políticas internas, inaugurándose un período de dispersión sindical. En los años siguientes el nuevo gobierno radical de Gabriel González Videla, aun cuando elegido con apoyo popular y del Partido Comunista, comenzó al poco tiempo de asumir el poder una política de persecución sindical y represión intensa a los sindicatos. En 1948 se dictó una ley de Defensa de la Democracia, usada como instrumento antisindical, sobre todo a través de acusaciones de comunismo a los dirigentes y su consecuente inhabilitación para ejercer cargos y a menudo detención o "relegación" en lugares alejados del país. La ola de agitación social que acompañó a estas medidas involucró importantes huelgas, reprimidas con relegaciones en masa de dirigentes, y despidos en gran cantidad, una de las cuales afectó especialmente a la industria del carbón, en 1947. En Lota se recuerda aún este episodio como una de las ocasiones más sentidas del antagonismo de clases y como ejemplo de persecución patronal y gubernamental.

En 1952 llegó al gobierno un nuevo movimiento populista, gestado en torno de la figura del ex dictador general Carlos Ibáñez, y que tuvo apoyo de importantes grupos sindicales y fracciones políticas de izquierda (especialmente el Partido Socialista Popular). Este movimiento fue más típicamente "nacionalista popular" que los anteriores descritos, pero no alcanzó a tener la solidez interna del varguismo o del peronismo, con los cuales tenía una serie de afinidades. Quizás pueda decirse que el país ya estaba "vacunado" contra este tipo de experiencias, dado que movimientos anteriores habían dado parecidas experiencias en dosis menores. Por otra parte, las élites asociacionistas obreras estaban más capacitadas para no dejarse flanquear por este tipo de movimiento, como ocurrió en el caso argentino. En Chile el crecimiento industrial, demográfico e inmigratorio era mucho menor que en la Argentina o Brasil, lo que hizo más fácil para el

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movimiento obrero autónomo y sus entidades del tipo "asociacionismo voluntarista" el absorber a los nuevos participantes en el mundo industrial obrero, y adaptarse a la nueva forma de actuar. Por otra parte, las diferencias culturales entre los líderes asociacionistas y la masa de nuevos inmigrantes rurales, eran mucho menores en Chile que en la Argentina, donde la élite dirigente asociacionista estaba muy ligada al proceso inmigratorio externo y sufría más de un "efecto de demostración" en lo cultural, que la hacía imitar los modelos europeos sin inventividad.

No podemos entrar acá en un análisis de las características comparativas de los movimientos nacionalistas populares de Argentina, Chile y Brasil, pero podemos intentar una sinopsis (Tabla 5).

El ímpetu dado por la victoria electoral del ibañismo, creó el ambiente que permitió la concreción de un congreso de unificación en 1953, del cual salió organizada la Central Unica de Trabajadores de Chile (CUT), entidad que sigue hasta la actualidad siendo la principal expresión confederal de la clase obrera chilena. A pesar de las influencias del gobierno, el sindicalismo mantuvo su autonomía, y sus formas tradicionales de organización. Posiblemente el mantenimiento dentro de las filas sindicales de la mayor parte de los antiguos líderes, que se habían sumado al movimiento populista (a diferencia del caso argentino), determinó que la pauta de asociacionismo voluntarista se mantuviera. Por otra parte, a los dos años de haber llegado al poder, el gobierno del general Ibánez comenzó a perder su popularidad, y a enfrentar una creciente oposición sindical, a la que hizo frente con las leyes represivas ya existentes, basadas en la Ley de Defensa de la Democracia. En los años 1956 y 1957, en que se realizó el trabajo de campo descrito en este volumen, en Huachipato y Lota, la situación era bastante tensa entre gobierno y sindicalismo, aun cuando el sindicalismo era fundamentalmente autónomo y mantenía la mayor parte de sus organizaciones independientes del gobierno. La intervención del gobierno era fuerte en la medida en que a través de la circular Yañez-Koch los candidatos a dirigentes sindicales podían ser vetados en caso de demostrárseles antecedentes "subversivos". Esto, en muchos casos, al eliminar a importantes y prestigiados dirigentes, favorecía en las elecciones a los candidatos no comunistas. Pero en muchos otros casos no era posible para el gobierno evitar la elección de dirigentes de esta orientación, dada la importante mayoría de que disponían.

Tabla 5

Características de los movimientos nacionalistas populares en Argentina, Chile y Brasil,

y su impacto diferencial sobre el movimiento obrero.

Preexistencia

de un fuerte

movimiento obrero

Forma de

agregación de

la clase obrera organizada

Distancia

social entre

líderes previos y nueva masa

Experiencia

previa de

movimientos populistas

Resultado sobre

las entidades

obreras industrial

Argentina Sí, tipo Principalmente Grande, por el Poca Pasaje forzado

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asociacionismo voluntarista

con ciertos

elementos

burocráticos

en grandes ciudades e

industrias

livianas

cambio en la inmigración,

de fuentes

europeas a

internas

a sindicalismo de masas con

cambio de

dirigentes.

Reformismo

contractualista

Chile Sí, tipo asociacionismo

voluntarista

con fuertes

elementos

emocionales

Principalmente en minería y

zonas distantes

de capital

Pequeña, por la

homogeneidad

étnico-cultural

Bastante Mantención de un

asociacionismo

voluntarista.

Clara

mentalidad

populista en

líderes

asociacionistas

Brasil Prácticamente

nula _ _ Ninguna Formación

mente nula de

un sindicalismo

de masas para

estatal. Poco

asociacionismo.

Reformismo

legal

En el último año del gobierno del general Ibáñez fue derogada la ley de Defensa de la Democracia, lo que facilitó la expresión de los movimientos de izquierda en el sindicalismo. Pero ya desde antes del levantamiento de esta legislación, la mayoría de los militantes obreros se orientaban hacia una expresión política a través de un nuevo Frente Popular, entre socialistas y comunistas, que parece ser en la actualidad la principal expresión política de la clase obrera organizada. En los órganos directivos de la CUT, sin embargo, existen representaciones de grupos democristianos y radicales, aunque minoritarias.

La politización del sindicalismo es bastante grande en Chile, y toma la forma sobre todo de la organización de grupos partidarios o ideológicos dentro de los sindicatos. El elemento "gremialista puro" tiene muy poca vigencia, en parte como correlato del hecho de que no existe una burocracia sindical. Tampoco se da en Chile la existencia de un importante estrato obrero alto, con tradiciones asociacionistas muy marcadas. Aunque las tradiciones asociacionistas son bastante antiguas en Chile, según vimos, ellas no fueron expresión pura de un estrato obrero alto, una "aristocracia obrera", sino que se basaron en una mezcla de élites obreras y de "masa aislada", o sea de obreros de bajo nivel educacional y económico, para quienes el sindicalismo pronto se convirtió en una especie de expresión comunitaria muy primaria, presumiblemente con fuertes elementos milenaristas. Por otro lado, aunque a menudo las federaciones sindicales vuelcan su peso -explícitamente o no- por ciertos movimientos políticos, en general dentro de los partidos no se da una ingerencia sindical muy marcada como la que se nota en los partidos populares de países europeos. Ese modelo parece ser más típico de una clase obrera más numerosa, y con un aparato organizativo más

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burocratizado y capaz de financiar al partido político, que lo que se da en el caso chileno.

III Diseño de la investigación sobre dos situaciones obreras y sindicales

Un estudio a fondo de la evolución de la clase obrera en Chile en la actualidad haría necesario estudiar una serie de "situaciones" distintas en las que esta clase pueda hallarse. Esas situaciones deberían elegirse en forma tal de poder maximizar la variación de los factores que determinan sus actitudes y comportamientos. En un primer análisis conceptual del problema, se pueden diferenciar algunas variables a tener en cuenta: (I) el nivel económico del grupo obrero en cuestión, (II) el grado de tecnificación de la industria en que trabaja, y (III) la política de relaciones industriales de la empresa. Estas tres variables no van necesariamente asociadas, aunque una cierta tendencia en ese sentido puede existir. Así, es probable que las industrias más tecnificadas sean al mismo tiempo la que mejores salarios pagan, y las que tienen una más moderna política de relaciones con su personal; pero puede haber muchos casos que se desvían de esta tendencia, cuyo estudio sería de interés en una estrategia general de análisis de las características de la clase obrera en un determinado país.

Un planteo de este tipo exigiría por lo menos una veintena de estudios de casos, cada uno diferenciado según su ubicación de acuerdo con las anteriores variables. Cada "caso", a su vez, podría luego estudiarse según una variedad de técnicas, desde una descripción relativamente superficial e impresionista de la situación, hasta un análisis más detallado, usando técnicas de análisis multivariado de los resultados de una encuesta, o técnicas antropológicas profundas. Se optó, por razones materiales e institucionales, por hacer el estudio en dos empresas que estaban en situaciones casi polares en la tipología arriba sugerida. Ambas, en la vecindad de la ciudad de Concepción, importante centro industrial chileno fuera de la capital. Una, la empresa carbonífera de Lota, estaba más cerca de lo que podríamos llamar el extremo subdesarrollado, y la otra, la planta de acero de Huachipato, cerca del polo desarrollado o moderno.

Se establecieron contactos con las empresas y los sindicatos de ambas plantas, los que aceptaron colaborar en la investigación. Se tomaron muestras representativas de los obreros y de los supervisores de cada empresa, según se indica en el apéndice A. Se incluyó a los supervisores por dos razones: (I) existía interés en conocer sus características como problema sociológico especial, y (II) para llegar a una mejor comprensión de la clase obrera, era conveniente tener datos sobre quienes ejercían posiciones inmediatas de autoridad sobre sus componentes. En el trabajo de campo, realizado entre diciembre de 1956 y mayo de 1957, en varias etapas, también descritas en el apéndice A, se realizó la encuesta entre los obreros (texto en el apéndice B), otra entre los supervisores (texto en el apéndice D) y una observación detallada del trabajo diario de los supervisores. Esta última parte, hecha en forma más exploratoria, no dio resultados muy seguros, por lo que no se la incluye en este volumen. Tampoco se incluye la principal parte de los análisis sobre los supervisores como grupo, y sus

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situaciones de trabajo. Sólo se ha publicado en este volumen un capítulo en el que se resumen las principales características de los supervisores, y de sus relaciones con los obreros, en la medida en que se consideran importantes para entender al propio grupo obrero. Los datos restantes quedan para una eventual publicación separada. En cuanto a ciertos problemas estadísticos referentes sobre todo al uso de los tests de significación, debe verse el apéndice E.

Aparte del trabajo de campo necesario para la realización de las encuestas, se encargó con posterioridad a uno de los ayudantes del equipo de investigación, el señor Jorge Zúñiga Ide, la observación de la vida diaria en la comunidad de Lota, en una residencia de un mes, durante el año 1958.

El diseño de la investigación y del análisis se orientó hacia comprender la forma en que el contexto estructural, según lo definiéramos en la Introducción a este volumen, contribuye a hacer posible un tipo u otro de expresión organizada de la clase obrera. Para eso es necesario tener formas de medir estos conceptos. A esos efectos, debemos tener en cuenta el análisis que se había hecho de los mismos en la Introducción. Ahí habíamos indicado que al concepto amplio de contexto estructural se lo puede dividir en los tres siguientes componentes:

1 Ubicación en el sistema de estratificación social general, incluyendo datos demográficos, inmigración rural-urbana, y estratificación interna a la clase obrera.

2 Posición en la ocupación y en el trabajo, perspectivas de ascenso social, y satisfacción con el trabajo actual.

3 Vinculación a grupos primarios.

En el apéndice C se describen los principales índices y variables empleados en el análisis. Acá haremos una breve descripción de los ligados al concepto de contexto estructural. Luego haremos lo mismo con referencia al área de la expresión organizadade la clase obrera.

Para comenzar, tomamos el componente de la ubicación en el sistema de estratificación social.

Para medirlo tenemos los siguientes indicadores:

1 a) Calificación: lo incluimos aquí, como componente de la estratificación, puesto que en el punto (II) referente a posición en la ocupación reservamos las variables más dinámicas y actitudinales, como puede verse más abajo.

1 b) Educación: es otra importante dimensión de la estratificación. (Ver apéndice C, ítem 2.)

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1 c) Ingreso: completa la terna principal de dimensiones de la estratificación usados en este trabajo. (Ver apéndice C, ítem 3.)

1 d) Edad: ha sido poco empleado en el análisis. (Ver apéndice C, ítem 4.)

1 e) Otros: otras variables incluidas en esta área son el origen rural-urbano, y el origen de clase del padre. No se los incluyó en el diseño principal del análisis, pero fueron tratados especialmente, en un capítulo especialmente dedicado a este tema. (Pueden ser medidas por las preguntas 4 y 7 del cuestionario.)

En cuanto al segundo componente del concepto de contexto estructural, o sea la posición en la ocupación y el trabajo, especialmente referido a las perspectivas de ascenso social y satisfacción con el trabajo actual, se lo puede medir con los siguientes indicadores:

2 a) Satisfacción con el propio trabajo: obtenido por respuesta a una simple pregunta, por no haberse podido formar un índice más complejo. (Ver apéndice C, ítem 5.)

2 b) Deseo de ascenso en la estructura de la empresa: mide la orientación de las aspiraciones dentro de la estructura de ascenso próvida por los puestos existentes en la empresa. (Ver apéndice C, ítem 6.)

2 c) Deseo de independizarse: constituye la otra vía importante de ascenso social, analizada en general paralelamente a la anterior variable. (Ver apéndice C, ítem 7.)

2 d) Otros: en diversos lugares del análisis se usan otros componentes de la orientación hacia el trabajo, pero en forma menos sistemática que las tres mencionadas en este lugar.

En lo referente al tercer componente del concepto de contexto estructural, o sea la vinculación a grupos primarios, lo medimos con los siguientes indicadores:

3 a) Identificación al grupo de trabajo: se refiere a la integración con los compañeros en el trabajo, en la empresa. (Ver apéndice C, ítem 8.)

3 b) adhesión al supervisor: mide otro aspecto importante de la vinculación personal y primaria del obrero. (Ver apéndice C, ítem 9.)

3 c) Vinculación de amistad a otros obreros de la empresa, a través de actividades fundamentalmente externas al trabajo. (Ver apéndice C, ítem 10.)

3 d) Otros: en varias partes del análisis, se usan otros componentes de la relación a grupos de pertenencia o referencia, pero en forma menos sistemática y central que los mencionados en este lugar.

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Podemos resumir este análisis en el siguiente cuadro:

Tabla 6

Análisis e instrumentos principales de medición para el concepto de contexto estructural.

Componentes Variables Formas de

medición

1. Ubicación en el sistema de estratificación social

a Calificación Apéndice C, ítem 1

b Educación Apéndice C,

ítem 2

c Ingreso Apéndice C,

ítem 3

d Edad Apéndice C, ítem 4

e Otros Varios

2. Posición en la ocupación y en

el trabajo a Satisfacción con el propio trabajo Apéndice C,

ítem 5

b Deseo de ascenso Apéndice C,

ítem 6

c Deseo de independizarse Apéndice C,

ítem 7

d Otros Varios

3. Vinculación a grupos primarios a Identificación al grupo de trabajo Apéndice C,

ítem 8

b Adhesión al supervisor Apéndice C,

ítem 9

c Relaciones sociales con otros

obreros de la empresa Apéndice C,

ítem 10

d Otros Varios

En cuanto al área de la expresión organizada de la clase obrera, en buena medida ella emerge del estudio completo realizado, como resultado del cual se determina una combinación muy distinta de los vínculos de ligazón organizativa en las dos situaciones de Huachipato y Lota. En el análisis se han determinado dos componentes, a medir directamente, de lo que podríamos llamar la praxis social de la clase obrera:

1 El grado de participación en entidades representativas.

2 El contenido de ideas que se vuelca en esta actividad, y que hemos descrito como grado de aceptación de los valores dominantes en la sociedad.

Cada uno de estos componentes fue medido por una serie de indicadores o índices, según se detalla a continuación.

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El grado de participación en entidades representativas, que es nuestro primer componente, fue medido por los siguientes indicadores :

1 a) Favorabilidad a partidos políticos: aunque se trata de una pregunta actitudinal, refleja el grado de involucración en una actividad muy importante como forma de expresión de un grupo social. Por no existir otra que midiera más directamente la participación política misma, se tomó esta como medida indirecta. (Ver apéndice C, ítem 13.)

1 b) Participación sindical: refleja el grado de involucración general en las actividades del sindicato, según es estimada por el participante. Dicotomiza a la población estudiada en forma de tomar un grupo amplio de "participantes". (Ver apéndice C, ítem 14.)

1 c) Actividad sindical: usando otra pregunta, se dicotomizó a la población estudiada en forma tal de seleccionar un grupo más estricto de "activos". La pregunta estaba hecha en forma tal que sólo se respondía positivamente cuando la actividad sindical tenía peculiar saliencia. (Ver apéndice C, ítem 15.)

1 d) Otros: en ciertas partes del análisis se usan, en forma menos sistemática, otras preguntas para medir esta componente del concepto de expresión organizada de la clase obrera.

En cuanto al segundo componente, o sea el grado de aceptación de los valores dominantes en la sociedad, fue medido por los siguientes indicadores:

2 a) Clase media subjetiva: consiste en la autoafiliación a clase. Implícitamente, constituye una importante forma de identificación con el sistema dominante de valores de la clase media, sobre todo cuando toda la población estudiada es, objetivamente, de clase obrera. (Ver apéndice C, ítem 11.)

2 b) Índice de no-aceptación de estructuras sociales existentes: este índice representa el grado en que el individuo rechaza las formas de acción presumiblemente más aceptadas por la sociedad. En el apéndice se explica en detalle las consideraciones tenidas en cuenta al confeccionarlo. (Ver apéndice C, ítem 12.)

2 c) Otros: en varios lugares del análisis, se usan otras preguntas para medir esta componente, pero en forma menos sistemática que las mencionadas más arriba.

En resumen, resulta la siguiente descomposición del concepto de expresión organizada de la clase obrera:

Tabla 7 Análisis e instrumentos principales de medición para el concepto de expresión

organizada de la clase obrera.

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Componentes Variables Formas de medición

1. Grado de participación en

actividades representativas a. Favorabilidad a partidos políticos Apéndice C,

ítem 13

b. Participación sindical Apéndice C,

ítem 14

c. Actividad Sindical Apéndice C, ítem 15

d. Otros Varios

a. Clase media subjetiva Apéndice C,

ítem 11

b. Indice de no-aceptación de estructuras

sociales dominantes Apéndice C,

ítem 12

c. Otros Varios

Sobre la base de esta descomposición de los dos conceptos, se comenzó el análisis de las interrelaciones existentes. Fundamentalmente, se tomó como variables independientes a las del contexto estructural, y como dependientes a las de la expresión organizada de la clase.

En la primera parte del análisis se describe en bastante detalle la forma en que las dos primeras componentes del contexto estructural (estratificación interna a la clase obrera, y situación en la ocupación y orientación al ascenso) crean el marco general dentro del cual se mueve la acción sindical (Capítulos IV y V). Después, en base a ciertas sugerencias que emergen de esa parte del análisis, se pasa a explorar la forma en que se va construyendo -analíticamente, no empíricamente- la organización obrera en base al tipo de militantes y activistas que emergen en cada caso. Se llega en esta parte del análisis a postular la existencia de un "factor ideológico" y un "factor emocional" como mecanismos de formación de potenciales líderes (Capítulo VI). Esto permite percibir en forma más dinámica el proceso sindical, y nos lleva a analizar cómo operan los líderes activistas sobre la masa de afiliados. Se plantea el problema de cuáles son los canales de acceso a esa masa, y de la competencia entre el sindicato y la empresa por obtener su apoyo. En esta parte se incluye (Capítulo VII) un estudio detallado de la operación de las presiones de grupo, en los varios contextos (especialmente, el trabajo, las relaciones sociales externas, y los clubes y asociaciones generales).

El análisis termina con una descripción de otras actitudes obreras en varias áreas (Capítulo VIII) y de la influencia del origen rural-urbano y de clase (Capítulo IX). Se incluye al final algunas de las principales influencias mutuas ejercidas entre los supervisores y obreros para completar el estudio, ya que este aspecto es importante por ser los supervisores el principal grupo humano con el cual se expresan los posibles conflictos en el área de trabajo (Capítulo X).

Notas:

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1. Gino Germani, Política y sociedad en la época de transición. Buenos Aires, Paidós, 1962.

2. Ver la tabla 3 de la Introducción para los datos más recientes de este problema.

3. Ver como referencias. Julio César Jobet, Ensayo critico del desarrollo económico-social de Chile (Santiago, Edit. Universitaria, 1955) ; Hernán Ramírez Necochea, Balmaceda y la contrarrevolución de 1891 (Santiago, Edit. Universitaria) ; Julio César Jobet, .Recabarren (Santiago, Prensa Latinoamericana, 1955); Jorge Barría, Apuntes para la historia del movimiento sindical de Chile (Cuadernos de Capacitación técnica de la escuela sindical

FECH, Santiago, 1961).

4. Ver la descripción del proceso político en los sindicatos en S. M. Lipset, Political Man (New York, 1960).

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El complejo industrial de Concepción: Lota y Huachipato *

Las dos industrias que se seleccionaron para la investigación están ubicadas en la zona de Concepción, que constituye un importante centro industrial de Chile. La ciudad de Concepción, con más de cien mil habitantes, es la cuarta ciudad del país. En ella y sus inmediaciones están ubicadas la planta siderúrgica de Huachipato, varias fábricas textiles, la fábrica de loza de Penco, una refinería de azúcar, una industria papelera, y los dos centros carboníferos de Lota y Coronel, que producen la mayor parte del carbón que se explota en Chile.

La planta de acero de Huachipato está ubicada en las afueras de la ciudad de Concepción. La mina de Lota, en cambio, está ubicada a unos quince kilómetros de esa ciudad, en una posición un tanto aislada. Ambas están en la provincia de Concepción, cuyo grado de desarrollo industrial está reflejado en el hecho de que del total de su población activa (143.890 personas, según el censo de 1952) el 61,2 por ciento corresponde a la clase obrera "urbana" (1), porcentaje que sólo es superado por las provincias de Antofagasta, Tarapacá y Atacama.

En este capítulo se da una descripción general de las comunidades industriales de Lota y Huachipato, como contexto al análisis más detallado, basado en la encuesta de actitudes, que se da en los capítulos que siguen.

La comunidad industrial de Lota

I. La mina de carbón y la ciudad de Lota

La comuna de Lota (subdivisión administrativa de la provincia) tiene una población de 29.852 habitantes según el censo de 1952, de los cuales el 89,1 por ciento vive en el área urbana (definida por residencia) y el 10,9 por ciento en el área rural.

La comuna, fundamentalmente urbana como se acaba de ver, está dividida en Lota Alto, propiedad privada de la compañía, donde están ubicadas las casas de la empresa y de los obreros, así como las bocas de mina; y Lota Bajo, que es la ciudad propiamente hablando. En la primera viven, según cálculos locales, unas 3.500 familias. En la segunda, unas 3.200 familias.

Además, en las afueras de la ciudad y de la zona de la empresa, existen unas diez poblaciones "callampas" (villas miseria) con aproximadamente 1.700 familias.

En la descripción de la comuna de Lota es importante distinguir entre la comunidad específicamente industrial, que gira en torno a Lota Alto, y lo que podríamos llamar la "ciudad abierta", de Lota Bajo, donde existen una serie de actividades no directamente ligadas a la empresa, aunque fundamentalmente sirven las necesidades económicas generadas por ésta (servicios, comercios, etc.). Las dos comunidades están contiguas una a otra, y en conjunto forman un complejo de tipo urbano, con la diferencia que se nota en Lota Alto de las casas

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construidas por la compañía, para las diversas categorías de su personal (el 43 por ciento de los obreros de la empresa viven en casas provistas por la compañía).

La comuna de Lota es un área industrial con un alto grado de desorganización social: síntomas de ello son las poblaciones "callampas", el hecho que aproximadamente de la población en edad escolar quede sin escuela y que existe una mortalidad infantil de 210 por 1.000 niños de menos de un año (según estadísticas oficiales).

II Organización económica y estructura del poder

La organización económica de la cual depende la comunidad industrial está constituida por una constelación de empresas en la cual se puede distinguir una empresa principal, la más grande, que explota los yacimientos carboníferos (2), y tres empresas vinculadas, de las cuales una explota los recursos forestales (3), otra es una fábrica de refractarios (4), y la última, más directamente vinculada a la primera, administra la flota de transporte del mineral (5). Legalmente estas empresas están separadas, pero se trata realmente de una sola organización económica, puesto que durante poco menos de un siglo y hasta recientemente no constituían sino una sola empresa (6).

III Estratificación social y grupos en la comunidad industrial

Existen cuatro grandes estratos claramente diferenciables en la comunidad industrial dependiente de la constelación de empresas: obreros, mayordomos, empleados y jefes.

Si bien es cierto que de acuerdo con el orden legal de las empresas y legislación social sólo existen dos principales estratos ocupacionales: obreros y empleados, es preciso diferenciar a los empleados socioeconómicamente en tres estratos: mayordomos, empleados propiamente dichos y jefes. Es necesario introducir esta diferenciación desde el momento que la relativa posición ocupacional de los diversos miembros del estrato legal de empleados condicionan una situación económica específica, determinada en gran medida por la política económica de las empresas, un status social definido que otorga ciertos derechos y privilegios así como pide ciertas obligaciones y lealtades, y un estilo de vida diferencial con la correspondiente mentalidad ligada a ese status socioeconómico.

Tomaremos como ejemplo la estructura ocupacional de la empresa principal, por ser la más grande y la más representativa cuantitativa y cualitativamente.

a) El estrato obrero constituye el 92 por ciento de todo el personal. Si bien es cierto que hay una jerarquía de calificación obrera, ésta no es lo suficientemente estructurada como para romper la homogeneidad de este grupo ocupacional. De este 92 por ciento, casi el 70 por ciento trabaja en el subsuelo, es decir en las labores propiamente productivas de la empresa. En la jerarquía de la calificación

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obrera sólo son claramente diferenciables los dos polos extremos, es decir los obreros calificados, que constituyen alrededor del 10 por ciento del total de obreros, pertenecientes al sindicato profesional (7), y los obreros no calificados que se pueden calcular en más del 50 por ciento del total y que están constituidos sobre todo por "apires", "apires a trato" y "jornaleros". Entre ambas categorías se encuentra un grupo intermedio, que incluye a las categorías de "barreteros" y "contratistas". Los "barreteros" son los que rompen y cargan el carbón y que tienen comparativamente altos ingresos y podremos denominarlos "calificados del carbón . Los "contratistas" son los que construyen las galerías. Gozan de una especial situación de respeto en la comunidad minera, pues su trabajo requiere experiencia y responsabilidad, pero sus ingresos son mucho menores que los de los "barreteros . Los podemos considerar como "semi-calificados".

b) El estrato legal de empleados, incluyendo a los directivos y altos empleados,

constituye el 8 por ciento de todo el personal. Están distribuidos en dos estructuras diferenciables: la burocracia administrativa, aproximadamente el 3,3 por ciento, dónde predominan los "empleados administrativos", es decir aquellos cuyo trabajo consiste en el manejo de la empresa; y la burocracia técnica, aproximadamente el 4,7 por ciento, diferenciable de la estructura anterior por sus funciones tanto de control técnico ("técnicos" y "choferes maquinistas"), como de dirección sobre el personal ("técnicos y mayordomos"), es decir es el aparato que está directamente en la línea de mando y control de la producción industrial. El estrato legal de empleados puede subdividirse en:

b1) Un sector claramente diferenciable es el de los mayordomos, por lo general ex obreros ascendidos a funciones de supervisión, y que constituyen el 17 por ciento del estrato legal de empleados, pero sólo alrededor del 1.5 por ciento del total del personal. Se caracterizan por tener funciones directas de mando sobre los obreros y por su tendencia social a distinguirse de éstos. Sin embargo, están mucho más próximos que los otros empleados a los trabajos directos de producción.

b2) El grupo de empleados propiamente tal constituye aproximadamente el 6 por ciento del personal. Está integrado especialmente por trabajadores de oficina, y por los técnicos. Estos últimos están ya muy próximos de los jefes y se diferencian en sus funciones de los demás empleados de oficina.

b3) Por último, el estrato de jefes, por su calidad de ejecutivos de la empresa, es decir por su concentración del poder y de la formulación de decisiones, es claramente diferenciable en sus status. Son una minoría, pues constituyen alrededor del 5 por ciento del estrato legal de empleados y menos del 0,5 por ciento del personal total de la empresa.

Resumen de las proporciones relativas de los grupos ocupacionales

Estrato obrero 92 por

ciento Obreros calificados 10 por

ciento

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En producción directa 70 por ciento

Obreros semi-calificados y calificados del carbón

30 por ciento

En producción

indirecta 22 por

ciento Obreros no calificados 52 por

ciento

Estrato de

empleados

8 por

ciento

Empleados 6,0 por

ciento

Jefe 0.5 por ciento

Mayordomos 1.5 por

ciento

Burocracia

administrativa 3.3 por

ciento 8.0 por

ciento

Burocracia técnica 4.7 por ciento

IV Diferenciación económica (8)

La proporción de ingresos por el precio de su trabajo en los diversos estratos ocupacionales de la empresa principal es la siguiente.

El estrato legal de empleados gana como promedio 777,05 de dos veces lo que gana un obrero por su trabajo. Dentro del estrato legal de empleados, el estrato de mayordomos gana dos veces y media lo que gana un obrero, el estrato de jefes más de cinco veces.

Mientras el estrato obrero recibe en beneficios y regalías alrededor del 20 por ciento sobre el precio de su trabajo, el estrato legal de empleados recibe el 30 por ciento. De este estrato, los más privilegiados son los mayordomos, que reciben en beneficios y regalías más del 50 por ciento sobre el precio de su trabajo, es decir más de dos veces y media lo que recibe e. estrato obrero.

Los obreros reciben indirectamente por las leyes sociales, incluyendo lo pagado por accidentes del trabajo, el 15 por ciento sobre el precio de su trabajo; en cambio, el estrato legal de empleados recibe por leyes sociales el 38 por ciento sobre el precio de su trabajo, es decir más del doble que el estrato obrero (9).

V Relaciones sociales, grupos y características psicosociales de la estratificación

El grupo de los jefes parecería tener una gran cohesión social. manifestada por la amistad y la confianza que se muestran entre sí. Sin embargo, si bien es cierto que pueden estar económica y políticamente unidos frente a los otros grupos antagónicos, hay ciertos síntomas de distanciamiento. Por ejemplo. los altos jefes chilenos, tienden a mantenerse culturalmente separados de los jefes extranjeros. Pero no es este el fenómeno más característico; donde aparece más nítidamente cierta oposición y conflicto es entre el grupo de técnicos, constituido especialmente por ingenieros, y el grupo de ejecutivos administrativos, que son los

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que tienen actualmente más poder en la empresa. El grupo técnico tiene una mentalidad que tiende al modernismo y progreso, a una superación de las condiciones tradicionales de la industria.

Algunos juegan el papel del "ingeniero puro", sin importarles los factores sociales de la industria y pensando sólo en términos técnicos. Muestran a veces actitudes despectivas hacia los obreros, reprochándoles mala educación, falta de iniciativa, desaseo y actitudes contrarias a la empresa. De éstos, el grupo de ingenieros constituye una especie de "élite tecnocrática" a la cabeza del adelanto técnico y modernización de la industria, con lo cual se sienten identificados. Están centralizados y tienen como sede una de las oficinas más modernas de la empresa carbonífera, próxima al área de trabajo. Se une a esta élite ingenieril, el grupo de los técnicos, dotados de mucho menos poder por pertenecer todavía al estrato de empleados propiamente tales. Tienden a tener la misma mentalidad y viven próximos al área de trabajo; en una pequeña comunidad residencial. Este grupo técnico de alto nivel tiene en general una actitud más bien autoritaria, comparado con los ejecutivos administrativos de semejante nivel.

También es característico de la evolución reciente de la empresa, el desarrollo de una conciencia ocupacional de ciertos grupos, especialmente entre los técnicos subordinados y los empleados en general. El grupo de técnicos llegó a constituirse en una unidad aparte de los otros grupos, formándose un Instituto de Técnicos Industriales entre los egresados de las escuelas con ciertas finalidades culturales y reivindicativas. Este grupo en la actualidad se encuentra en vías de disolución.

También se ha formado y robustecido últimamente un sindicato de empleados, el que tiene relaciones tensas con el equipo de jefes de la empresa.

Las diferencias sociales entre los varios estratos ocupacionales son en general muy marcados en Lota. Cada estrato tiene sus instituciones de recreación especiales: el club de obreros, el club de mayordomos y el club de empleados; la piscina de obreros y la piscina de empleados. La accesibilidad a las instituciones y medios recreacionales va de arriba hacia abajo, es decir los de abajo no pueden acceder a los privilegios de los de arriba, sólo lo contrario es posible, lo cual tiene poco interés para los de arriba. Hay algunas personas que tienen el status legal de empleados, pero por discriminación social, no pueden tener acceso al club de empleados, como es el caso de los chóferes y maquinistas. La existencia de lugares o espacios sociales inaccesibles para los obreros es bastante notoria. Todo esto es representativo de una tendencia muy marcada hacia la institucionalización de las diferencias sociales. Existe una escuela de la compañía, por ejemplo, sólo para los hijos de los empleados, con exclusión de los obreros.

Los clubes de los diversos estratos son los lugares donde se desarrolla la sociabilidad. Naturalmente que sólo son frecuentados por los miembros del estrato correspondiente. Los jefes frecuentan el club de empleados, pero son más adeptos a pertenecer a las instituciones de servicio de la ciudad abierta tipo Rotary Club, etc. Los ejecutivos controlan las presidencias de los tres principales clubes

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sociales de la ciudad abierta: uno de ellos un club social local y los otros dos pertenecen a la red de clubes nacionales e internacionales (Rotary y Leones). La jerarquía social es algo tan inmanente que incluso dentro del mismo club de empleados se forman grupos de acuerdo al status, lo cual ocurre especialmente por la presencia de los jefes.

VI. Política general de la empresa carbonífera

El mercado del carbón empezó a declinar hacia el segundo semestre de 1956. En 1955 se produjo 1.004.000 toneladas de carbón. En 1956 se producen sólo 960.000 toneladas. En 1957, durante los primeros 11 meses del año sólo se han producido 756.000 toneladas, en comparación con las 892.000 toneladas que se produjeron en el mismo lapso en 1956. La disminución de la producción ha sido determinada por la baja del mercado del carbón, que en parte se debe a la reducción de las actividades de la industria en general, así como la competencia del carbón norteamericano y de otros combustibles, especialmente el petróleo.

Los costos de la producción en pesos chilenos suben progresivamente debido a la inflación. En cambio, los costos absolutos en realidad van bajando. En la actualidad el rendimiento es aproximadamente una tonelada por hombre-turno. Se piensa aumentar este rendimiento, constituyendo una meta ideal, lo que se produce, por ejemplo, en Francia, es decir 1.780 ka;, por hombre-turno. Sin embargo, los costos de reparación v mantenimiento de las máquinas son elevados, pues la maquinaria en general es antigua. La política actual tiende a la mecanización total de las operaciones de producción. Para ello se cuenta, entre otros recursos, con préstamos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. Se espera que la mecanización esté fundamentalmente realizada hacia 1962.

La situación difícil del mercado del carbón determina una preocupación por la política económica nacional de la que se espera una actitud proteccionista.

Por otro lado, el programa de la mecanización de la empresa, tanto en las faenas de producción como en las operaciones de contabilidad, fundamento de su política económica, está directamente relacionada con la cesantía. El personal de la empresa viene disminuyendo desde 1942, año en que alcanzó a 10.199 personas. Sin embargo, en general la década del 40 fue relativamente estable. En 1952 la empresa contaba con sólo 9.808 personas; desde esa fecha hasta el presente el personal ha disminuido aproximadamente en una cuarta parte, y tiende a seguir disminuyendo. Las alternativas que ha sufrido el mercado del carbón también han contribuido a que la empresa reduzca el personal, especialmente obreros. Por ejemplo, de enero a septiembre de 1957 se ha reducido el personal obrero en un 10 por ciento aproximadamente. Sin embargo, también se ha reducido el personal de empleados administrativos en alrededor de un 20 por ciento de la burocracia administrativa, pero que hacen menos del 10 por ciento del personal total de empleados. La reducción del personal también ha sido determinada en parte por la reducción de algunos operaciones de la empresa entregadas a pequeñas

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empresas privadas: la sección arquitectura y el transporte y descarga de madera que se utiliza en la mina.

En cuanto a la política de salarios, la empresa ha estado siempre orientada a conceder a su personal cada vez más regalías sin aumentar los salarios básicos (10). Esta política paternalista de beneficios y regalías se manifiesta de muchas manera?. En algunas ceremonias anuales, como la Navidad, la empresa hace regalos al personal de empleados v reparte juguetes a los hijos de los obreros. Generalmente se hacen concursos de estímulo al trabajo y se reparten premios a los mejores obreros y empleados, con el propósito manifiesto de crear una "mística" del trabajo. Periódicamente se hacen rifas de toda clase. Se fomenta especialmente la política de bienestar mediante la construcción de habitaciones, ampliación de servicios de asistencia y recreación, etc. Todo esto tiende a tener como consecuencia la formación de sentimientos de lealtad en el personal hacia la compañía. Esta política de bienestar y las actividades sociales en la comunidad están grandemente centralizadas. Muchas instituciones recreativas y de expansión social son organizadas por el departamento de relaciones industriales.

Con respecto a la política de dirección propiamente tal, la empresa ha incorporado los modelos de relaciones industriales con la consecuente preocupación por el "factor humano" -recientemente introducidos en la industria nacional-. Se ha verificado últimamente un curso de entrenamiento de supervisores realizado por un experto del Servicio de Cooperación Técnica Industrial.

En cuanto a los criterios del ascenso dentro de la empresa, parece que predomina la antigüedad y la designación por el supervisor, a todos los niveles.

VII. Problemas sociales de la comunidad

Los principales "problemas sociales" que siempre se mencionan y abordan son de naturaleza educacional, habitacional, sanitaria e industrial: en general no se trata con claridad el alcoholismo. El planteamiento de estos problemas se verifica por intermedio de las autoridades locales, es decir al nivel del gobierno local de la ciudad abierta, que es el que polariza las aspiraciones del progreso de la población. También ahí se concentran ciertos sectores opositores a la empresa. Recientemente se ha hecho una asamblea pública para plantear los "problemas sociales" de la comunidad. Previamente se constituyeron diversas comisiones encargadas de estudiar y plantear cada uno de los problemas. En total diez comisiones presentaron los siguientes problemas: sobre educación, habitación, turismo, financiamiento comunal, relaciones comunales, caminos y movilización, carbón, salud, deportes y urbanización.

En general la dirección de la empresa no ha cooperado en la creación de establecimientos de educación estatales. Su política educacional se orienta más hacia las escuelas primarias de propiedad de la empresa y hacia el apoyo de las escuelas religiosas, en la ciudad abierta. Tampoco se ha apoyado a la escuela

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industrial existente en la ciudad abierta, a pesar de ser una institución de la cual la empresa podría obtener personal calificado.

En cuanto a las poblaciones "callampas", ellas constituyen un serio aspecto del problema habitacional. En general están ubicadas fuera de los límites de la propiedad de la empresa. Ésta adopta la actitud de que debe precederse al traslado de sus habitantes a otros lugares e ir a una solución integral del problema, razón por la que prefiere no colaborar en la provisión de servicios mínimos a los barrios callampas existentes.

Sin embargo, en la práctica, el programa de construcción de habitaciones, tanto de la compañía como de las autoridades públicas, se desarrolla muy lentamente.

En cuanto a las relaciones entre la empresa y el sindicato, ellas son bastante tirantes. La empresa tiene en cambio una política de atracción y apoyo hacia las sociedades mutualistas, sobre las cuales ejerce influencias indirectas.

VIII La actividad sindical y política

La organización sindical tiene prácticamente su sede de actividades en la ciudad abierta. Existen nueve organizaciones sindicales: siete de obreros y dos de empleados, derivados tanto de la constelación de empresas como de otras actividades económicas locales. Los dos sindicatos principales, en cuanto a tamaño de actividad sindical, son aquellos que organizan a los obreros de la industria carbonífera: uno industrial y otro profesional, este último integrado por obreros calificados. Los empleados de la empresa, la otra fuerza de importancia, también están organizados en un sindicato. El organismo que concentra a las organizaciones sindicales en la ciudad abierta es el comité local de la CUT (Central Unica de los Trabajadores). La existencia de una ciudad abierta les permite a los dirigentes sindicales tener una amplia área de acción fuera del control de las empresas. De tal manera que hasta llegan a participar en la gestión de la administración comunal de la ciudad abierta. Intervienen a través de contactos informales y por medio de los partidos políticos.

Así como los directores ejecutivos de la empresa están relacionados con otros directores y ejecutivos de otras empresas, los dirigentes sindicales están relacionados con los dirigentes sindicales de industrias similares y diferentes, próximas y lejanas. En estas organizaciones sindicales se notan claras tendencias hacia el confederacionismo. Además están vinculadas con el resto de las organizaciones sindicales no sólo por intermedio del consejo local de la CUT, sino también por los contactos formales e informales con otros sindicatos y con la sede central de la CUT. Sin embargo, según la opinión de algunos líderes sindicales, no se ha alcanzado aún un grado satisfactorio de solidaridad sindical. El consejo local de la CUT está controlado por líderes obreros de conciencia bastante radicalizada frente a los problemas sociales y se hace sentir su influencia sobre el resto de los cuadros sindicales.

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De la misma manera que hay tendencias hacia la unificación sindical, también hay tendencias hacia la diferenciación de actitudes. Éstas quizá se notan sobre todo en los distintos enfoques prevalentes en el sindicato profesional y el industrial. El sindicato industrial posee cuadros que tienen una actitud más radicalizada que la de los cuadros del sindicato profesional de obreros. Entre estos últimos, sin embargo, hay algunos que están entre los más activos de los cuadros sindicales de Lota, e incluso han propuesto reformas industriales de cierto alcance, como la de crear consejos de empresas representativos de los obreros, con el fin de conocer las utilidades de las compañías y ajustar a ellas sus reivindicaciones. Se nota no sólo esa intención de participar en la gestión de la empresa, sino también de hecho participan más que otros en la gestión de los asuntos comunales de la ciudad abierta. (A este respecto es significativo que dos de los principales líderes obreristas y anti-empresa de la comuna pertenecen al cuadro del sindicato profesional.) En general, sin embargo, el centro de convergencia y de autoridad sindical reside en el comité local de la CUT.

Además de las actividades reivindicativas propias del movimiento obrero, los sindicatos funcionan como verdaderas organizaciones (con reconocimiento legal, estatutos, propiedad de bienes, etc.) de seguridad social para los obreros. Cada afiliado debe pagar una cotización mensual, con la cual se financia el presupuesto sindical que permite apoyar actividades recreativas y de bienestar de sus afiliados. De todos los sindicatos de Lota el que cuenta con el presupuesto más alto es el industrial de la empresa carbonífera, del cual la mayor parte se dedica actualmente a la construcción de la sede social del sindicato de la ciudad abierta. En cuanto a la defensa de los derechos y de la representación obrera, los cuadros sindicales son muy receptivos a las quejas y reclamos de sus afiliados y las defienden frente a los representantes patronales. Los conflictos colectivos motivados por las presentaciones anuales de pliegos de peticiones generalmente se solucionan por vía estatal, mediante los organismos mediadores, pero parece que las juntas conciliadoras de primer nivel fueran aquí especialmente inoperantes, llevándose tales conflictos por lo general a instancias estatales más elevadas. Por otra parte, principalmente en lo que respecta a la empresa carbonífera, está casi descartada la posibilidad de negociaciones directas entre los representantes patronales y los representantes obreros. La tensión entre patrones y obreros es especialmente aguda.

Es significativo señalar que esta área industrial ha sido históricamente de gran actividad obrera sindical y política. Sin embargo, en los últimos diez años la actividad obrera se ha visto dificultada, especialmente después de la represión militar y policial ocurrida a raíz de la última huelga carbonífera, la más grande de los últimos tiempos: lº de octubre de 1947. Además, el año siguiente se dictaba la "Ley de Defensa de la Democracia", que ha estado influyendo pesadamente sobre la conducta política obrera.

Se puede tomar como índice significativo de la mentalidad y política sindical la conducta electoral de la población de Lota. En 1945, para la elección general del Congreso Nacional, se obtuvo, en la elección de diputados: 2.490 votos de la

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izquierda, 563 del centro y 434 de derecha. Es decir, los partidos de izquierda, donde se puede suponer que se vierten gran parte de los votos obreros (especialmente el partido Progresista Nacional (11), que obtuvo la mayoría en ambas elecciones en Lota), recibieron en estas elecciones el 71 por ciento del total de votos. En 1946, para la elección de presidente de la República, se emitieron 2.935 votos de la izquierda y 707 votos de la derecha, obteniendo la mayoría absoluta el candidato Gabriel González Videla, con el 79,6 por ciento del total de votos. En 1947, antes de la huelga, para la elección de la municipalidad, el partido Comunista obtuvo 2.432 votos (el 81,6 por ciento del total de votos), el partido Democrático 142 votos y el partido Radical 238 votos. Por lo tanto, de los cinco candidatos a regidores que se eligieron, el partido Comunista obtuvo tres.

A partir de ese momento, después de las medidas represivas a raíz de la huelga de octubre de 1947 y de la Ley de Defensa de la Democracia del año siguiente, disminuyeron los electores de izquierda hasta convertirse en una minoría en la elección de 1949 del Congreso Nacional, en la que se emitieron 804 votos de derecha, 664 de centro y 420 votos de izquierda (sólo el 22,1 por ciento del total de votos). Además, como puede notarse, disminuyó en una proporción muy grande (casi el 40 por ciento) el total de votos emitidos, consecuencia directa de las inhabilitaciones electorales de la Ley de Defensa de la Democracia.

Sin embargo, en la época actual las fuerzas electorales de izquierda se han recuperado hasta llegar a constituir nuevamente una mayoría. Según una estimación basada en parte en las elecciones de diputados de 1956, se calcula aproximadamente en 2.500 a los electores de izquierda, en 600 a los de centro y en 1.300 a los de derecha, es decir que se ha vuelto al modelo electoral de antes de 1947, excepto un ligero aumento de las fuerzas de derecha.

A pesar de este resurgimiento de las fuerzas políticas de izquierda, el grado de politización de las actividades sindicales formales -no asi las informales- es mucho menor que antes de 1947. Los principales problemas que abordan los sindicatos son de carácter inmediato y principalmente económicos: el pliego de peticiones que se presenta anualmente, la reducción de las faenas de la empresa carbonífera y el problema del mercado del carbón. También la instrucción sindical de los cuadros y de las bases se orienta preferentemente hacia esos mismos problemas, y especialmente el pliego de peticiones, principal preocupación de algunos líderes sindicales. Sin embargo, en ciertos cuadros sindicales, existe una conciencia muy marcada de la necesidad de la politización de las organizaciones sindicales como fenómeno natural en el movimiento obrero. De hecho, algunos líderes sindicales participan activamente en la política local por intermedio de los partidos políticos.

B. La comunidad industrial de Huachipato

I La formación de la empresa y la planta de acero

La planta de acero de Huachipato es una de las más grandes de Sudamérica. Fue iniciada su construcción en 1947, por una empresa mixta (Compañía de Acero del

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Pacífico), que constituyó una de las creaciones de la Corporación de Fomento de la Producción, entidad estatal establecida en 1939 con el objeto de promover el desarrollo económico del país. La inversión inicial que se calculó para la planta era de 87.000.000 US$, financiados con préstamos del Eximbank y con el capital de la empresa, de 15.000.000 US$.

La planta de Huachipato se proyectó para una capacidad inicial, expresada y diseñada de modo que pudiera ampliarse fácilmente para llegar a triplicar su cantidad inicial. La planta consumiría inicialmente 350.000 toneladas anuales de mineral de fierro procedente del yacimiento de El Tofo, en Coquimbo, teniendo asegurado un abastecimiento de minerales de fierro por un período de 25 a 30 años considerando únicamente los yacimientos de El Tofo y Romeral.

A pesar de su corta existencia Huachipato ha experimentado un desarrollo extraordinario. A los 10 años de funcionamiento ha duplicado su capital y para financiar los programas de expansión, ha contado con la cooperación del Eximbank, quien le ha concedido tres nuevos préstamos; por US$ 10.000.000 en febrero de 1951, por US$ 3.550.000 en junio de 1956 y por US$ 16.000.000 en febrero de 1957.

Los dos últimos préstamos los ha concedido el Eximbank en forma directa, sin otra garantía que la que el propio Huachipato pueda ofrecer.

En resumen, podemos afirmar que durante toda su corta existencia Huachipato ha estado en expansión constante. El número de obreros y empleados ha sido el siguiente:

1945 3 1951 3.354

1946 5 1952 3.715

1947 267 1953 3.931

1948 1.200 1954 3.986

1949 2.026 1955 4.159

1950 2.585 1956 4.218

Al igual que la cifra de obreros, la producción ha estado en aumento casi constantemente, según lo indican las cifras siguientes :

Producción (productos terminados)

1951 126.303 toneladas 1954 220.768 toneladas

1952 172.717 toneladas 1955 217.711 toneladas

1953 199.999 toneladas 1956/57 258.820 toneladas

(CAP, Memorias anuales)

En general, a la fecha de realizarse la investigación, la situación era de expansión y prosperidad. Esta afirmación también es válida para las utilidades. La alta

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financiación de la empresa le ha permitido llegar a un nivel de mecanización muy elevado.

II La estructura de control económico

La Corporación de Acero del Pacífico, que comenzó como una empresa mixta con control del Estado, ha pasado recientemente a tener una mayoría de capital privado. De todos modos, conserva su característica de constituir una organización de alto grado de burocratización -en el sentido técnico de la palabra-y con fuertes controles sociales sobre su funcionamiento. Entre su personal directivo se ha desarrollado en alto grado el tipo del moderno administrador-funcionario, característico de las economías industriales avanzadas.

Casi no hay restos de la estructura industrial familística que corresponde a los casos en que la propiedad de la empresa reside en una familia.

Por otra parte, aunque hay poblaciones obreras en la vecindad de la planta, ellas no forman una comunidad cerrada y, por el contrario, se pueden considerar que forman un suburbio de la ciudad de Concepción. Esta última cuenta con unos 100.000 habitantes y es un centro universitario, cultural y político muy importante en el país.

III. Situación económica del personal y su estratificación ocupacional

En general, los salarios que se ganan en Huachipato son los más altos del país. La distribución numérica entre obreros y empleados es la siguiente (31 dic. 1956):

empleados 1.128 (21 por ciento)

obreros 4.257 (79 por ciento )

Esta cifra de 21 por ciento de empleados puede contrastarse con la de Lota, que es del 8 por ciento.

La pirámide ocupacional es evidentemente más ancha, en su parte superior, en Huachipato que en Lota. Esto es característico, por otra parte, de las industrias metalúrgicas y mineras en casi todo el mundo.

Como datos comparativos, puede ser de interés tener en cuenta los siguientes porcentajes de "empleados" sobre el total (12):

Total de la industria del Carbón en

Inglaterra: 5%

Industria metalúrgica liviana inglesa: 10-15%

Industria química inglesa: 15-20%

Industria norteamericana metalúrgica: Hasta 25

%

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Al aumentar el porcentaje de empleados tiende a aumentar en esa comunidad el porcentaje de posiciones de clase media y a hacerse más fácil la movilidad social, con todas las consecuencias que ello trae, y a que nos referimos en particular en el capítulo IV.

Además de esta relativa "apertura social" que existe en Huachipato, se da toda una gama de gradaciones dentro de la clase obrera, debido a un complicado pero bastante racional sistema de "encasillamiento" según la función y el trabajo desempeñados. Aunque la mayor o menor justicia de la forma en que se ha hecho este encasillamiento es discutida por las partes, el hecho es que él representa un elemento de racionalidad introducido en el proceso de la calificación obrera, de las vías de ascenso, y de los ingresos correspondientes. El sindicato ha abierto un precedente importante en la historia sindical chilena al contratar los servicios del Instituto de Administración y Racionalización de Empresas, de la Universidad de Chile, para asesorarlo en sus negociaciones con la empresa sobre el reencasillamiento.

El personal obrero en general necesita una alta calificación, dado el tipo de industria de que se trata. Según los registros de la empresa, un 57,5 por ciento de los obreros entran en categorías de "calificados", siendo los demás "no-calificados". Como la empresa es nueva, la gran mayoría de los obreros proviene de otros trabajos anteriores, existiendo una marcada tendencia a reclutar entre personas con experiencia industrial o comercial previa. Sólo un 10 por ciento de los obreros proviene de tareas agrícolas, según los registros de la empresa.

IV Política de la empresa hacia el personal

La política sobre el personal, es decir el sistema de reclutamiento y de despido, la repartición de tareas, y la definición de normas de producción, tipos de remuneración, métodos de dirección, promoción y resolución de reivindicaciones ha variado notoriamente desde la iniciación de los trabajos hasta el presente. Se trata de racionalizar cada vez más la política sobre el personal, y esto en todos los aspectos de relaciones entre empleadores y trabajadores.

a) Selección del personal: Debido al gran número de postulantes, 5.000 solicitudes en una situación de estabilidad del personal (ya que la rotación anual es sólo de 3 por ciento en obreros) y a las necesidades de la propia industria, ésta ha establecido un cuidadoso sistema de selección.

b) Relaciones entre las directivas sindicales obreras y la administración de la Planta de Huachipato: Con fecha 27 de agosto de 1956 se estableció un convenio entre representantes de la compañía y los representantes de los sindicatos obreros, acerca de las relaciones entre las directivas sindicales obreras y la administración de la planta de Huachipato. En ella se establece el turno y los jornales de los directores sindicales, las funciones de las Comisiones Mixtas de Trabajo (integradas por representantes designados por la directiva del Sindicato Industrial y representantes de la administración), procedimientos a seguir en la

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solución de problemas que afecten a uno o a varios obreros, pagos especiales, etc.

c) Escala de sanciones. El 8 de noviembre de 1956 fue aceptado por los representantes de la compañía y por los representantes de los sindicatos una Escala de sanciones, Aplicación de los atenuantes y agravantes y la Escala de sanciones propiamente tal.

d) Colocación de acciones a empleados y obreros. En 1955 la junta de accionistas resolvió aumentar el capital de la sociedad de US$ 15.000.000 a US$ 30.000.000, mediante la emisión de 7.897.180 nuevas acciones de US$ 1.c/u., entre otras medidas. La primera etapa de esta emisión cubriría 4.000.000 de acciones, dándose preferencia en su suscripción a los empleados y obreros de la compañía; suscribieron a 759.796 acciones 3.243 empleados y obreros de la compañía, cifra que representa un 5 por ciento del capital al 31 de diciembre de 1955.

e) Cursos de entrenamiento. En 1956, 354 supervisores había recibido entrenamiento sobre técnicas de trabajo y 192 fueron entrenados para analizar procesos con miras de mejorar los métodos en diversas faenas.

f) Sobre evaluación del trabajo y estudios de tiempo. Por convenio colectivo suscrito el 2 de abril de 1952 con el Sindicato Industrial de Obreros, la compañía se comprometió a realizar "un estudio completo que comprenda la descripción detallada del trabajo que le corresponde ejecutar a cada obrero, la operación del encasillamiento y del incentivo que le corresponde a cada posición".

Los resultados directos de la evaluación de trabajos fueron los siguientes:

a) Aproximadamente 2.100 obreros (50 por ciento del personal) aumentaron la clasificación. b) Alrededor de 1.950 bajaron la clasificación; y c) 150 obreros mantuvieron su clasificación primitiva.

Después de varias negociaciones con el Sindicato Industrial de Obreros, y con el objeto de disminuir el número de ellos que pasaba a ganar un jornal base inferior a la escala de jornales, se revisó la evaluación, lo que hizo variar los resultados en la siguiente forma:

a) Alrededor de 3.300 obreros aumentan de jornal base. b) Alrededor de 700 obreros disminuyen de jornal base; y c) 200 obreros mantienen su jornal base.

Naturalmente, este proceso produjo fricciones y protestas por parte de grupos de obreros que se consideraban injustamente tratados. Hasta el presente se mantiene este problema, llamado del reencasillamiento, y los sindicatos obreros han contratado una institución asesora que examine el encasillamiento anterior.

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g) Habitación. En 1956 la compañía proporcionaba las siguientes habitaciones:

Campamento 646 obreros

Lorenzo Arenas Nº 2 20 obreros

Las Higueras 351 obreros

1.017 obreros

(Depto. Relac. Industriales, Inf. Mensual, noviembre de 1956).

La situación habitacional es mala, pues el "campamento" fue construido como provisorio y tiene un nivel muy deficiente de facilidades. Las Higueras, en cambio, es un barrio de muy buenas características, pero sólo ofrece habitación al 7 por ciento de los obreros.

V La evolución sindical en Huachipato

En 1947, a poco de ponerse en marcha la construcción de la planta de Huachipato se formó el primer sindicato profesional de Carpinteros y Ayudantes. A este sindicato le correspondió echar las bases para el futuro Sindicato Industrial de Huachipato. Los obreros celebran el 28 de noviembre de 1947 como fecha de la fundación del sindicato. Posteriormente a la puesta en marcha de la planta de acero el desarrollo sindical ha sido muy acelerado. Existen actualmente cuatro sindicatos obreros, cuyas fechas de constitución y número de afiliados son los siguientes:

Industrial 28/11/1947 4.200

socios

Profesional de mecánicos electricistas 5/ 2/1952 1.400

socios

Profesional de capataces y jefes de

grupos 5/ 2/1954 300 socios

Profesional de estibadores 18/ 8/1954 120 socios

La ley determina en Chile la existencia de un sindicato "industrial" en las empresas que ocupan personal por encima de un cierto mínimo. Además, existe libertad para la formación de sindicatos especializados, para grupos ocupacionales especiales. El sindicato industrial es el principal, y a él están afiliados también generalmente los miembros de los demás sindicatos.

Los sindicatos deben contar con estatutos aprobados por los Servicios del Trabajo, con lo que obtienen personería jurídica.

Los varios sindicatos de la CAP (Corporación de Aceros del Pacífico) están alojados en un mismo edificio, y coordinan sus actividades en lo referente a pedidos de pliegos de condiciones a la empresa. Todos ellos se rigen a través de asambleas de los asociados. El Sindicato Industrial edita un periódico denominado

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"Usina". Las elecciones de las comisiones directivas son controladas por la Inspección del Trabajo.

Uno de los graves problemas que han tenido los sindicatos ha sido la aplicación de la circular Yáñez-Kock, instrumento legislativo que permite a las autoridades del Ministerio eliminar a ciertos candidatos en las elecciones sindicales cuando existen presunciones de que se trata de "elementos agitadores o procomunistas". De todos modos, a pesar de estas medidas, las directivas, hasta el final de 1955, habían sido compartidas por individuos representantes de las varias orientaciones marxistas que se dan en la vida política chilena. Por otra parte, la Ley de Defensa de la Democracia permitía la "relegación" (confinamiento) de directivas cuya actuación se considerara encuadrada en esas líneas.

En virtud de esa ley, la directiva del Sindicato Industrial estuvo relegada entre enero y abril de 1956, debido a su actuación en el paro general decretado por la CUT (Central Unica de Trabajadores de Chile) el 9 de enero de 1956. A raíz de ese mismo paro la compañía pidió el desafuero de dos dirigentes, y procedió a despedir a los obreros que juzgó "extremistas enquistados en la empresa, que obedecen consignas internacionales". En un volante (16/1/56) la empresa anunció que "se procederá a poner término a los contratos de trabajo de un número muy limitado de obreros, cuyas actuaciones de todos conocidas no dejan lugar a dudas en cuanto al origen de sus verdaderos propósitos".

La directiva elegida después del desafuero y relegación de la existente en la fecha del paro general de enero de 1956. y de la inhabilitación de una serie de candidatos, encontró gran oposición entre fuertes sectores obreros. Hubo un rompimiento entre la mayoría y la minoría de esa directiva, y una situación de tensión con el sindicato profesional. Posteriormente, el presidente y el tesorero de esta directiva, integrantes de la mayoría, fueron censurados por una asamblea, y nombrado presidente accidental un dirigente de la minoría. Este dirigente fue posteriormente inhabilitado por los Servicios del Trabajo al optar a ser elegido en la nueva directiva.

Esta nueva directiva (1957-58) marcó en un cierto sentido un período de transición, y al efectuarse la renovación a mediados de 1958, una vez derogada la Ley de Defensa de la Democracia, se volvió a una situación parecida a la imperante antes del paro del año 1956, en lo referente a la composición de las directivas.

Es importante comparar estos episodios con la situación en Lota. En esa comunidad, a pesar de que se aplicaban las mismas leyes que en Huachipato, en ningún momento fue posible para el gobierno modificar la composición política de las directivas del sindicato, debido a la mucho mayor homogeneidad existente entre los obreros de esa industria.

Un importante elemento en la organización del sindicato está constituido por los delegados. Éstos se eligen por votación en cada departamento o sección de la

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empresa. Su número es aproximadamente igual a ochenta, y sus funciones son recoger los problemas de sus representados y tratarlos con los jefes inmediatos; si no consiguen solución, los pasan a las directivas sindicales para tratarlos con el jefe del departamento respectivo, o con el Departamento de Relaciones Industriales; si aquí no hay solución, pasan los problemas a la superintendencia general y a la subgerencia administrativa, de acuerdo con el Convenio de Relaciones entre la administración de la CAP y las directivas sindicales.

VI Participación sindical de los obreros

Las asambleas constituyen una importante forma de participación obrera en el sindicato. El número de socios que a ellas concurren es variable, habiendo sido durante el año 1957 el menor número de concurrentes 350, y el máximo 2.700, según estimaciones locales. La distancia a que viven muchos obreros del local del sindicato es un factor que dificulta la concurrencia a asambleas en muchos casos.

Los obreros celebraron el 10º aniversario de la fundación del sindicato en 1957. A los actos de celebración concurrieron en gran número.

En las elecciones sindicales se despliega gran actividad, realizándose proclamaciones, propaganda mural, radial, de prensa y por medio de volantes. Se forman agrupamientos entre los obreros, algunos de tipo ocasional y otros más permanentes. Se notan ciertos grupos vinculados a movimientos políticos, principalmente comunistas, trotskistas, demócrata-cristianos, socialistas, aunque la vinculación no siempre es abiertamente expresada. También hay grupos con orientación más apolítica, vinculada a puntos de vista típicos de los obreros calificados ("profesionales").

Los sindicatos de la CAP mantienen relaciones con los demás sindicatos de la provincia y del país, estando afiliados a la CUT (Confederación Unica de Trabajadores de Chile). El congreso de la CUT departamental se realizó en el local del Sindicato Industrial de Huachipato en 1957. El mismo sindicato patrocinó una reunión de todos los sindicatos de la zona para tratar el problema del pago de subsidios del Servicio Nacional de Salud a los enfermos. De la reunión surgió una comisión que fue a Santiago, integrada en su mayor parte por obreros de la CAP, y que consiguió el pago de subsidios atrasados desde hacía varios meses.

El sindicato no participa directamente en manifestaciones políticas, aunque sus miembros tienen independencia para hacerlo.

VII Conflictos entre la empresa y el sindicato

El sindicato ha participado en varias huelgas y paros de horas. Las principales huelgas han sido las siguientes:

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a) En mayo de 1950: huelga legal, por la solución del pliego anual de condiciones. Fue acompañada de choques con la policía, de los que resultó muerto un obrero que formaba parte de piquetes de huelga. El conflicto se solucionó cuando la compañía accedió a las demandas del sindicato.

b) En octubre de 1951. Fue ilegal, y duró catorce días. Se solucionó al acceder la compañía a las demandas.

c) En junio de 1955. Huelga legal, de dieciséis días, que se solucionó al intervenir el Ministro de Trabajo en forma conciliadora, obteniéndose un importante aumento de los salarios.

Aparte de estas huelgas circunscriptas a problemas de la empresa, el sindicato participó en el paro general de enero de 1956, con los resultados más arriba indicados de relegamiento de su directiva. Por otra parte, se adhirió en varias ocasiones a paros parciales de menor envergadura.

En general, el sindicato ha llegado a una situación en la que coparticipa con la empresa en un sistema de conversaciones, discusiones y arbitrajes (voluntarios) para dirimir los problemas del trabajo. Las situaciones de mayor encono y violencia (con motivo de la relegación de la directiva) tuvieron origen en un problema de orden nacional, ajeno a las relaciones inmediatas entre empresa y sindicato. En la actualidad uno de los problemas importantes del sindicato es el del reencasillamiento del personal, del que ya se ha hablado.

Notas:

* Este capítulo está basado en un informe sobre Lota redactado por Jorge Zúniga, y uno sobre Huachipato de Héctor Gutiérrez.

1. Definiendo "urbana" como la suma de los pertenecientes a la rama secundaria, terciaria, y minería dentro de la primaria.

2. Compañía Carbonífera e Industrial de Lota.

3. Sociedad Agrícola y Forestal de Colcura

4. Refractarios de "Lota-Green S. A."

5. Compañía Naviera Arauco S. A.

6. La historia empresaria de las minas de Lota, y en gran parte de las de Coronel (Schwager) está constituida por la sucesión de cinco compañías a partir de 1852, año en que fue creada la primera compañía de Lota, por Matías Cousiño, quien con Thomas B. Garland y José Antonio y Juan Alemparte fundaron la sociedad "Cousiño y Garland". Al incorporarse Luis Cousiño, posteriormente, y al comprar los derechos de Cousiño y Garland, la transformó en la Sociedad "Cousiño e Hijo". Este último compró las minas de carbón de Coronel y en 1869 se funda la

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Compañía Explotadora de Lota y Coronel. Hacia 1905 pasa a llamarse Compañía de Lota y Coronel, incorporándose a la Compañía Carbonífera e Industrial de Lota, que se mantiene como empresa única hasta 1946, año en que empieza a desintegrarse, al fundarse la Sociedad Anónima Agrícola y Forestal de Colcura.

7. La empresa usa los términos "obrero especializado" y "obrero no especializado" para designar dos tipos de ocupaciones: las que corresponden a los trabajos técnicos realizados sobre máquinas y herramientas y que requieren algunos conocimientos especiales (es decir, todas las ocupaciones que existen en la maestranza y en los talleres de reparaciones electromecánicas de la empresa y cuyo personal pertenece al Sindicato Metalúrgico) ; y las que corresponden a los trabajos propiamente mineros y los diversos trabajos complementarios de la producción, y que no requieren muchos conocimientos especiales (es decir, el resto de las ocupaciones desempeñadas por el personal obrero que no pertenece al Sindicato Metalúrgico). La línea que separa el Sindicato Metalúrgico del Sindicato Industrial (aun cuando legalmente todo el personal obrero de la empresa pertenece a este último sindicato), limita en la práctica dos sistemas principales de la calificación de los obreros.

8. Estas cifras son esencialmente estimativas, aunque basadas en datos reales, puesto que fluctúan de tiempo en tiempo y son afectadas principalmente por la tendencia a la reducción del personal.

9. No hemos dado las cifras sobre las que se basan estas proporciones de ingresos, debido a que no las tenemos para un largo período.

10. En 1958, el salario mínimo por día del obrero era de $ 687 (lo ganaba el 14 por ciento del estrato obrero). El salario de los barreteros, los obreros de mina que ganan más, era de $ 1.217 (lo ganaba el 5,6 por ciento del estrato obrero). El salario medio para el estrato obrero era de $ 827 diarios. Los obreros recibían como regalías (habitación, combustible, atención médica, asignación familias, etc.), $ 476 diarios. En general, un obrero, ganaba por término medio $ 27.500 por mes aproximadamente y recibía $ 6.000 en beneficios y regalías. Un empleado ganaba por término medio $ 63.000 y alrededor de $ 20.000 en beneficios y regalías, por mes. Los mayordomos ganaban $ 66.000 y recibían $ 36.000 en beneficios y regalías.

11. Este partido era, según opinión general, una expresión especial y local del Partido Comunista.

12. Estos datos no son estrictamente comparables, pues el término "empleado" tiene definiciones legales variantes de país a país. En general la tendencia en Chile es, dar el título de "empleados" a algunas categorías que en países europeos serían "obreros".

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Estructura social y actitudes. Datos de base

En este capítulo veremos algunos datos sobre las poblaciones estudiadas en Lota y Huachipato: sus características demográficas y ocupacionales primero, y luego las actitudes básicas hacia el trabajo y la mecanización. En esa forma podremos pasar, más adelante, al estudio detallado de las mentalidades obreras y sindicales prevalecientes en los dos lugares.

A Factores demográficos y ocupacionales

I. Edad y composición familiar

La población estudiada en Lota es más joven que la de Huachipato. La diferencia, de todos modos, no es muy grande, Pero ambas poblaciones son notoriamente más jóvenes que el total de la población urbana masculina ocupada en la provincia de Concepción.

Tabla 8

Distribución de edad Provincia

Huachipato Lota Concepción

Jóvenes (menos de 29 años) 43 % 48 % 41 %

Medios (de 30 a 39 años) 37 % 32 % 23 %

Viejos (40 años o más) 19 % 20 % 35 %

Los individuos de alta edad tienen, pues, menores posibilidades de ocupación en estas industrias que en el resto de la estructura ocupacional local. En lo referente a la población más joven, de menos de 20 años, es ahí donde más se nota la diferencia entre Huachipato y Lota: ella forma un 7 por ciento del total de la muestra de Lota, mientras que es casi inexistente en Huachipato (hay un solo caso).

En general se sabe que las estructuras sociales con menor nivel de desarrollo económico (como es Lota comparada con Huachipato), están más cargadas, en su distribución por edades, hacia los niveles interiores. Esto va unido a una mayor fertilidad. Efectivamente, esto se observa en la muestra, según el cuadro siguiente:

Tabla 9

Número de hijos de los encuestados

Huachipato Lota

Sin hijos 19% 24%

1 hijo 13% 9%

2 hijos 18% 12%

3 hijos 17% 11%

4 hijos 11% 12%

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5 hijos o mas 14% 20%

sin respuesta 13% 11%

Por otra parte, hay una mayor cantidad de solteros en la población encuestada en Lota que en Huachipato (35 por ciento contra 19 por ciento) (1).

En Lota parece darse el fenómeno, también característico de ciertas estructuras sociales de bajo nivel de ingresos, de que el individuo permanece soltero hasta una edad más avanzada. Este mayor número de obreros solteros en Lota es un factor importante, ya que ellos van a incidir en forma distinta sobre el sindicalismo, y sobre otras actividades sociales y culturales de la comunidad, debido al mayor tiempo de que en general disponen y al hecho de estar menos atados a intereses y preocupaciones familiares.

En Lota se da el fenómeno, por otra parte, de que hay más familias en las cuales trabaja más de un miembro de las mismas (ésta es una razón de más, claro está, para que la población estudiada no sea igualmente representativa, en ambos casos, del total de la población obrera ligada a la empresa). Mientras en Huachipato hay sólo un 9 por ciento de casos en que dos o más personas de la familia trabajan, ese porcentaje sube al 23 por ciento en Lota. En parte esto es un indicio de la peor situación económica en esa comunidad, que obliga a más miembros de la familia a trabajar, y en especial a sus miembros jóvenes.

En cuanto a la existencia de parientes trabajando en la misma empresa, este fenómeno se da en mucha mayor escala en Lota. como consecuencia de la naturaleza más cerrada de esta comunidad. En ella hay un 71 por ciento del personal obrero encuestado que tiene parientes en la empresa, mientras que en Huachipato es sólo un 43 por ciento el que está en esa situación.

En cuanto a la habitación, ella es en general de peores condiciones en Lota, según inspección directa. Pero la naturaleza más cerrada de la comunidad, así como el mayor período de tiempo en que ha existido la empresa (aproximadamente 100 años, contra sólo una década para Huachipato) hace que haya en Lota una cantidad mayor del personal que vive en casas de la compañía (43 por ciento contra sólo 28 por ciento en Huachipato) .

II Migración e historia ocupacional

Lota es una comunidad con mayor porcentaje de inmigrantes rurales, a pesar de ser más antigua. Huachipato, aunque es de mucho más reciente formación, ha sido integrada con personal que provenía mucho más de un medio urbano. Los datos son los siguientes:

Tabla 10

Origen rural-urbano de los encuestados

Huachipato Lota

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De origen rural 19% 31%

De origen de pueblos 34% 31%

De origen de ciudades 47% 38%

En cuanto a la permanencia en la ciudad en que están residiendo en la actualidad, el tiempo es mayor en Lota, debido a que Huachipato es una empresa nueva, y cuyo campo de reclutamiento fue nacional y no sólo local.

Tabla 11

Tiempo de residencia en la ciudad en que trabajan los encuestados

Huachipato Lota

Menos de 3 años 10% 10%

Entre 3 y 5 años 9% 3%

Entre 6 y 10 meses 40% 19%

Entre 11 y 20 años 14% 29%

Más de 20 años 26% 38%

Esto indica que la población de Huachipato tiene mayor movilidad geográfica que la de Lota. Esta última abarca un mayor porcentaje que ha venido desde el campo, pero parece ser que una vez venidos del campo, hay poca movilidad. En cambio en Huachipato se da más el fenómeno de haber tenido experiencia de vivir en otras ciudades.

Fenómeno parecido se da en lo referente a la antigüedad en la empresa, con el aditamento de que como la empresa de Huachipato es muy reciente, no hay nadie con mas de 10 años de antigüedad, mientras que en Lota casi la mitad del personal encuestado tiene más de diez años de antigüedad.

En lo referente a la historia ocupacional, se observa que en Lota hay más autorreclutamiento en la comunidad minera. Hay un 69 por ciento de los obreros para quienes su presente ocupación ha sido la primera, o que antes sólo han sido mineros (39 por ciento y 30 por ciento, respectivamente). En Huachipato, esa categoría se reduce al 53 por ciento (36 por ciento que no ha tenido otra ocupación anterior, y 17 por ciento que sólo han trabajado en industria metalúrgica antes). Los datos completos son los siguientes:

Tabla 12 Primera ocupación de los encuestados

Huachipato Lota

Reclutados del área ocupacional obrera de la industria (metalúrgica o

carbón respectivamente) 53% 69

%

a) sin ocupación anterior 36% 39%

b) obreros en otras empresas 17% 30%

Obreros de otras industrias 31 % 21%

Ocupaciones clase media 5 % 0%

Campesinos (jornaleros, medieros, etc.) 7% 10%

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Otros 2% 0%

En lo referente a la ocupación del padre, se observa que también en este aspecto hay un mayor autorreclutamiento dentro de la propia clase obrera de la industria en cuestión, en Lota que en Huachipato. Esto se da en forma muy marcada, pues en Lota el 29 por ciento de los obreros proviene de padres que eran obreros mineros a su vez; en Huachipato sólo el 5 por ciento proviene de padres que eran obreros metalúrgicos. Si ahora tomamos no sólo obreros de la misma industria, sino 99 obreros de cualquier rama de actividad (incluyendo personal del tipo mozos, etc.), resulta también que en Lota hay un mucho mayor porcentaje de esa proveniencia: 44 por ciento contra 24 por ciento en Huachipato. En Huachipato, hay un más alto porcentaje que proviene de padres con ocupaciones de clase media urbana.

Resumiendo las ocupaciones según la clase social a la que puedan ser adjudicados, tenemos:

Tabla 13

Origen de clase de los padres de la población encuestada

Huachipato Lota

Clase media urbana 30% 9%

Clase media rural 17% 18 %

Total clase media 47% 27%

Clase obrera urbana 24% 44%

Clase obrera rural 8% 12%

Total clase obrera 32% 56%

Origen desconocido 20% 17%

III Calificación. Educación. Salarios

El sistema de calificación es distinto en Huachipato y en Lota. En Huachipato la calificación está más racionalizada, y da como resultado el tipo conocido de "obrero con oficio", que fácilmente puede cambiar de industria. Existen, en la muestra, un 36 por ciento de obreros de ese tipo. El resto está formado por los semicalificados y los no-calificados a quienes no hemos podido diferenciar en nuestra muestra, englobándolos bajo el nombre general de "no-calificados".

En Lota se ha tomado, dentro de la muestra obrera, un cierto número de trabajadores que en realidad ejercen casi funciones de supervisión (que hemos denominado semi-supervisores): son los disparadores, camineros y "capataces", estos últimos en realidad jefes de grupo, y todos los cuales forman parte, legalmente, del estrato obrero. Ellos forman un 4 por ciento del total. Además, están los "obreros calificados del carbón", que incluyen a los "barreteros", que trabajan en el frente de mina directamente, y tienen los más altos ingresos y prestigio en la comunidad. Ellos forman un 10 por ciento del total. El resto se divide en semi-calificados (un 34 por ciento) y no-calificados (un 53 por ciento).

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Como vemos, la importancia numérica de los calificados es bastante menor en Lota que en Huachipato (ver apéndice A para la forma en que se seleccionó la muestra, sobre todo en Lota).

La educación es también más alta en Huachipato. Los datos son los siguientes:

Tabla 14

Educación de la población encuestada

Huachipato Lota

Sin asistencia 4% 20%

Primeros tres años de escuela primaria 18% 43%

Cuarto a sexto año de escuela primaria 35% 49%

Primeros tres años de ese. sec. o técnica 18% 2%

Cuarto año de ese. secundaria o más 12% 0 %

En capítulos subsiguientes, para facilitar las comparaciones y las tabulaciones, se ha usado en general la siguiente denominación :

Huachipato Lota

Baja educación

(relativa) Primeros tres años del ciclo

primario Sin asistencia escolar

Mediana educación

(relativa) Segundos tres años del ciclo

primario Primeros tres años del ciclo

primario

Alta educación

(relativa) Alguna educación secundaria Segundos tres años del ciclo

primario o más

El nivel de ingresos es también más alto en Huachipato que en Lota. Esta diferencia es una consecuencia de la distinta situación económica de ambas industrias, de la diferente calificación de la mano de obra, y de las condiciones sociales generales de las comunidades en cuestión. Expresados en pesos chilenos por semana (principios de 1957) se dan los siguientes porcentajes, usando la cifra declarada por los encuestados como su ingreso:

Ingresos semanales medios de los encuestados (exclusive la asignación familiar), en Huachipato y Lota

En la misma forma que para la educación, y para facilitar comparaciones y tabulaciones en capítulos subsiguientes, se introdujo la siguiente denominación:

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Huachipato Lota

Altos ingresos (relativos) Más de 12.000 pesos por

semana Más de 6.000 pesos por

semana

Medianos ingresos

(relativos) Entre 10.000 y 12.000 por

semana Entre 5.000 y 6.000 por

semana

Bajos ingresos (relativos) Menos de 1.000 pesos por

semana Menos de 5.000 pesos por

semana

El salario sufre mayores fluctuaciones en Lota, según las declaraciones de ingresos de los encuestados. Considerando el máximo como porcentaje del mínimo, tenemos las siguientes cifras:

Tabla 16

Oscilaciones porcentuales del salario (porcentaje del mínimo, constituido por el

máximo)

Huachipato Lota

De 100 a 109 % 16% 14%

De 110 a 124 % 10% 9%

De 124 a 149 % 14% 13%

De 150 a 199 % 19% 30%

Más de 200 8% 24%

Sin datos 33% 7%

El tipo de salario dominante es el diario, en ambos lugares (84 por ciento de los casos en Huachipato, y 76 por ciento en Lota).

El pago del tipo "diario con prima" abarca el 15 por ciento y 5 por ciento respectivamente, y el pago a trata sólo se da en Lota, en un 16 por ciento de los casos, o sea hay más incidencia del salario incentivo en Lota.

Como vemos, en general estos datos confirman las observaciones impresionistas de los dos capítulos anteriores. En el siguiente parágrafo comenzaremos a entrar en el área de las actitudes hacía el trabajo, para pasar en el próximo capítulo a examinar en detalle los dos tipos de mentalidad obrera y sindical prevalentes en Huachipato y Lota.

B. Actitudes hacia el trabajo

Las actitudes hacia el trabajo forman una parte central en nuestro estudio. Ellas comprenden una gama muy amplia de opiniones, sentimientos e ideas referentes a distintos aspectos, que van desde lo más concreto del trabajo profesional mismo y la mecanización, pasando por el área de los salarios y sistemas de promoción, hasta las relaciones con supervisores y otro personal directivo. En este parágrafo no hacemos más que iniciar el tratamiento del tema, dando algunos datos básicos comparativos entre Huachipato y Lota. Más adelante, en sucesivos capítulos, comenzamos a entrar en el detalle de cómo se interconectan estas actitudes hacia

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el trabajo con otras actitudes en el campo de lo sindical, lo recreacional, y la estructura de grupos primarios.

I Actitud hacia el salario y el nivel de vida

Hay una diferencia importante entre las dos comunidades en lo referente a los criterios sustentados por sus respectivas poblaciones obreras para considerar un salario como justo. Al preguntárseles qué criterios deben tenerse en cuenta para fijar un salario justo, las respuestas son las siguientes:

Tabla 17

Criterios para fijar un salario justo

Huachipato Lota

Preparación y estudios 39% 23%

Lo que se necesita para llevar una vida normal 17% 20%

Las ganancias de la empresa 7% 9%

El esfuerzo físico 28% 27%

El riesgo en el trabajo 7% 19%

Sin respuesta 2% 1%

En Huachipato, como se ve, hay un porcentaje apreciablemente mayor que considera el nivel educacional requerido para desempeñar un trabajo como criterio para fijar el salario correspondiente. Como este es el criterio típico de una organización burocrática racionalizada, resulta que en Huachipato hay una apreciable mayor aceptación obrera de los criterios que determinan la existencia de un abanico de ingresos entre los diferentes escalones en la pirámide burocrática. Esta es una de las manifestaciones de un hecho básico que iremos viendo en Huachipato: la mayor integración de la clase obrera dentro de la estructura de valores y normas correspondientes a la clase media y a la sociedad global.

Esta misma actitud se pone de manifiesto en las opiniones existentes sobre qué criterios deben usarse para ascender al personal. Aunque en ambas empresas la mayoría responde que el criterio debe ser "el desempeño en el trabajo", hay un importante sector que menciona "cursos de perfeccionamiento" en Huachipato (31 por ciento contra sólo 14 por ciento en Lota). Sólo muy pequeñas minorías consideran que se debería tomar como criterio principal la "adhesión a la compañía" (4 por ciento en Huachipato contra 8 por ciento en Lota).

En cuanto a la percepción del nivel del propio salario, por comparación con otras industrias, se nota que en Huachipato hay una clara percepción de la alta posición gozada por el personal de la empresa.

Tabla 18

Percepción relativa del propio salario respecto de otras industrias

Huachipato Lota

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Salarios más altos que en otras industrias 69% 19%

Salarios iguales término medio 22% 19%

Salarios más bajos 57% 8%

Este fenómeno será de indudable importancia para la determinación de actitudes sindicales, como lo veremos más adelante. Implica que el hecho objetivo de los más altos salarios existentes en Huachipato (que vimos en el acápite anterior) se transforma, efectivamente, en una percepción subjetiva. Esto no es una consecuencia inevitable del mayor nivel de salarios, pues los grupos de referencia podrían ser -seguramente son- distintos. En un capítulo posterior veremos que, debido a sus relaciones personales y ambiciones, los obreros de Huachipato tienen un grupo de referencia más de clase media y externo a la propia empresa y comunidad, que los de Lota. Sin embargo, este efecto no es suficientemente fuerte como para contrarrestar el hecho objetivo de la diferencia de salarios.

Esta situación se repite en forma parecida al averiguar cómo compara el obrero su salario con el de los otros obreros de la misma empresa.

Tabla 19

Percepción relativa del propio salario, respecto de otros obreros de la misma empresa

Huachipato Lota

Más alto 5% 9%

Igual al término medio 69% 44%

Más bajo 23% 46%

Lo que observamos acá es que hay un porcentaje mucho mayor en Lota, que se considera en un nivel inferior al del común de los otros trabajadores de la empresa. En cuanto al sentimiento de superioridad, él prevalece en una pequeña minoría en ambos lugares. Esta minoría es, de todos modos, mayor en Lota, según nuestros datos. Aunque esta diferencia no es muy grande, ella podría deberse al hecho de que la estratificación interna a la clase obrera, en Lota, está más marcada por diferencias evidentes en el trato recibido por la compañía, lo que es característico de una sociedad más jerarquizada. Pero el fenómeno más importante es lo que mencionábamos al principio, o sea el hecho de que casi una mitad de los obreros de Lota consideran recibir salarios inferiores en comparación a otros obreros de la empresa, fenómeno que se da en apreciablemente menor escala en Huachipato. Esta situación no puede menos que tener efectos negativos sobre la satisfacción en el trabajo en Lota, y en general, constituir una fuente de tensiones. Ella puede deberse a dos causas:

a) El hecho de que, realmente, al estar la pirámide de salarios obreros en Lota más "estirada" que en Huachipato, haya un mayor grupo de obreros que están ubicados suficientemente por debajo del término medio como para percibir la diferencia.

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b) La otra posible interpretación es que la situación de inferioridad con respecto a otras industrias, tan marcada entre los obreros en Lota, se extienda, por un fenómeno psicológico a veces denominado "de halo" a otras percepciones para las cuales no estaría objetivamente justificada. Es posible que ambos fenómenos estén operando.

Una diferencia semejante se nota en lo referente a la confianza en el futuro. En Huachipato un 57 por ciento opina que su situación económica será mejor dentro de cinco años, mientras que en Lota sólo un 31 por ciento tiene esa opinión. En cambio los que opinan que estarán peor, llegan respectivamente al 11 por ciento y al 38 por ciento del total, lo que marca un pesimismo bastante agudo en Lota.

Como apreciación general del salario, podemos constatar la opinión del obrero si puede o no "llevar una vida normal" con lo que se gana.

Tabla 20 Apreciación sobre si puede o no llevar una vida normal con el salario que se gana

Huachipato Lota

Sí, se puede 31% 12%

Más o menos 51% 22%

No se puede 14% 67%

Todo esto va configurando, pues, en Lota una situación en que al bajo nivel objetivo de salarios se une una aguda percepción obrera de encontrarse en condiciones inferiores a otras comunidades, y por debajo de lo que ellos consideran una "vida normal". La coincidencia de esta actitud con el hecho objetivo de los bajos salarios no tiene por qué darse siempre: pueden existir situaciones en que a pesar de darse bajos salarios, éstos sean percibidos como adecuados por el personal, debido a que sus grupos de referencia son de peor situación económica aún.

Evidentemente, sólo en comunidades muy aisladas del sistema de comunicaciones e informaciones de una sociedad industrial moderna existen probabilidades altas de que se dé ese fenómeno. A pesar de que en el presente trabajo se señalan en varias oportunidades las características de comunidad cerrada y un tanto aislada presentadas por Lota, ellas no alcanzan el orden de magnitud que haría posible la operación de este último fenómeno.

Como consecuencia de la diferente situación en lo referente a salarios, y ligado posiblemente también a una serie de otros aspectos de la estructura social de Huachipato y Lota, se da el hecho de que en la primera de las dos empresas hay un mucho mayor porcentaje de la clase obrera que se considera a si misma como perteneciendo a la clase media. En Huachipato más de la mitad de la población estudiada se considera a sí misma ríe clase media (51 por ciento) contra sólo una sexta parte del total en Lota (14 por ciento). Además, se nota que de los que no se consideran de clase media, lo más común en Lota es considerarse como de "clase

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baja", mientras que en Huachipato los que se consideran como de clase baja forman un grupo mucho menos prominente.

Tabla 21

Clase subjetiva de la población estudiada

Huachipato Lota

Clase obrera 14 % 15%

Clase asalariada, proletaria 6% 15%

Clase baja 23% 45%

Otras e independientes 4% 7%

Sin respuesta 2% 4%

Clase media 51% 14%

Este factor es de particular importancia en el estudio de las actitudes sindicales y políticas, pues el hecho de considerarse como miembro de la clase media hace que el obrero esté más abierto a la influencia de los valores y normas de esta clase, en particular en lo referente al sindicalismo. (En los dos capítulos siguientes se estudia en particular los tipos de mentalidad sindical que se dan en Huachipato y Lota).

II La actitud hacia el trabajo propiamente dicho

Un aspecto importante de la actitud del obrero hacia su trabajo es la importancia que él da a varios criterios para determinar lo que considera "un buen trabajo". En ambas comunidades las actitudes son bastante parecidas. Aproximadamente la mitad menciona al salario como principal factor. Las amistades en el trabajo, y las buenas relaciones con el capataz, son factores que le siguen en importancia en Lota, mientras que en Huachipato tienen una importancia menor, siendo superados por las posibilidades de ascender. En cuanto al interés en el trabajo mismo, ocupa una posición muy marginal en ambas comunidades, especialmente en Lota.

Tabla 22

Factor principal a tener en cuenta para considerar que un trabajo es "bueno"

Huachipato Lota

El sueldo 46% 42%

Amistad con compañeros 10% 12%

Buenas relaciones con capataces 5% 14%

Comodidad del lugar de trabajo 7% 6%

Duración de la jornada de trabajo 0% 2%

Estabilidad del empleo 8% 4%

Posibilidad de ascender o subir 10% 8%

Trabajo interesante 6% 4%

Beneficios sociales 4% 3%

Sin respuesta 4% 5%

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Notamos, por lo tanto, una leve mayor tendencia en Lota a preocuparse por factores personales, sobre todo en lo referente a las relaciones con el capataz. Este fenómeno de la mayor importancia dada a las relaciones personales en Lota lo volvemos a encontrar repetidas veces en este estudio, y en general se puede decir que corresponde a la situación menos industrializada y más de comunidad cerrada de Lota.

Otra actitud vinculada en alguna medida a la anterior sobre apreciación de lo que es un, buen trabajo, es la opinión que se tiene sobre las condiciones que se necesitan para llegar a ser un obrero calificado ("maestro"). Las opiniones son las siguientes (los porcentajes suman más de cien porque se podría responder con más de una categoría).

Tabla 23

Qué se necesita para ser un obrero calificado

Huachipato Lota

Estudios (en general) 26% 36%

Profesión, estudio especial 22% 17%

Cursos de perfeccionamiento 0% 3%

Experiencia 24% 20%

Cualidades personales, esfuerzo 21 % 13%

Cualidades morales 1% 1%

Buenas relaciones con jefes 9% 5 %

Buenas relaciones con compañeros 0% 1%

Buena suerte 0% 1%

Otras 3% 5%

No sabe o sin respuesta 2% 7%

Los datos obtenidos son inesperados, en cuanto marcan una mayor importancia dada a la educación en Lota que en Huachipato, como factor para obtener una situación de obrero calificado. Sabemos que; de hecho, la educación juega un rol menor en Lota en la formación de obreros calificados, mientras que la experiencia es más importante. Sin embargo, es posible que en Lota se dé un fenómeno de idealización de la educación, y que las respuestas de los obreros mineros no se refieran a cómo ellos pueden llegar a ser calificados, sino a cómo, en genera], se puede llegar en la sociedad chilena a ser obrero calificado. Es posible que tiendan a aumentar la importancia de la educación como factor en la formación de un obrero calificado, lo que puede tener una función psicológica defensiva importante. Efectivamente, si sólo los educados pueden llegar a calificados, se puede excusar la propia situación de no-calificado por la ausencia de educación, lo que no es culpa propia en la mayor parte de los casos. En cambio, en Huachipato, los calificados (que son un porcentaje apreciablemente mayor) tenderán a poner énfasis en los factores motivacionales y de esfuerzo. que serían mérito propio, y no tanto en la educación recibida, de la que no son responsables. Ésta es una hipótesis sugerida a título provisional, ya que los datos de por sí son muy pobres como para sostenerla con mayores posibilidades de certeza.

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Un fenómeno parecido se da en las respuestas a la pregunta "¿qué cualidades debe tener un individuo para ser un buen obrero?" Ahora no nos estamos refiriendo a la calificación. sino a condiciones generales para sobresalir en la situación social propia.

Tabla 24

Condiciones necesarias para ser un buen obrero

Huachipato Lota

Estudios (en general) 2% 2%

Profesión, estudio especial 3% 0%

Cursos de perfeccionamiento 0% 0%

Experiencia 13 % 16%

Cualidades personales, esfuerzo 41% 32%

Cualidades morales 24% 13%

Buenas relaciones con jefes 23% 39%

Buenas relaciones con compañeros 6 % 4%

Buena suerte 0% 0%

Otras 2% 2%

No sabe o sin respuesta 0% 0%

En este cuadro se observa que en Huachipato se da bastante más importancia a las condiciones personales y morales del individuo, mientras que en Lota se da más peso el hecho de tener buenas relaciones con los jefes. Parecería ser que algunos de los encuestados han interpretado la pregunta en un sentido y otros en otro. Pero podemos afirmar que en Lota hay un mayor porcentaje que se desliga de la responsabilidad de llegar a ser "un buen obrero", implicando que ello se obtiene por relaciones con los jefes; en Huachipato, en cambio, al asignarse más importancia a factores de cualidades personales y morales, parecería que el obrero se responsabiliza más a sí mismo por el hecho de llegar o no a ser "un buen obrero". En otras palabras, tanto en lo referente a llegar a ser un obrero calificado, como en lo que concierne a ser un "buen obrero", la tendencia es que en Huachipato el obrero percibe que se trata de un área abierta a su esfuerzo en buena medida, mientras que en Lota prevalece más la idea de que se trata de un área dominada por factores externos a su responsabilidad, o ligados al favor recibido de los jefes.

La satisfacción en el trabajo es otra variable que ocupa un lugar central en nuestro análisis. En el capítulo próximo se estudian en detalle sus efectos. Acá debemos anotar que la satisfacción con el trabajo es apreciablemente mayor en Huachipato que en Lota, según la siguiente tabla:

Tabla 25

Satisfacción en el trabajo

Huachipato Lota

Muy satisfecho 14% 5%

Satisfechos 55% 33%

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Regularmente satisfechos 25% 43%

Poco satisfechos 2% 11%

Nada satisfechos 3% 8%

Sin respuesta 1% 1%

En lo que respecta a las aspiraciones de ascenso social, ellas son más altas en general en Huachipato, sobre todo en lo referente al deseo de ascenso dentro de la estructura de la empresa misma (y sobre todo, de un nivel obrero a otro nivel obrero superior). En cambio, las aspiraciones dirigidas hacia independizarse son mayores en Lota, posiblemente debido a que en una situación de menor desarrollo industrial se considera como más fácil el independizarse y establecerse por cuenta propia. También es posible que en Lota el deseo de independizarse, en la práctica bastante difícil de realización para un obrero del carbón, juegue un rol de mito de compensación por las dificultades que encuentra en la práctica todo intento de movilidad social. En el próximo capítulo se analizan a fondo estas variables, por lo que no se incluyen acá los datos. Acá podemos añadir que, en lo referente a aspiraciones para los hijos, la situación es muy parecida en Huachipato y Lota. Parece que a ese nivel de concreción -que es un tanto vago, pues son aspiraciones a ser realizadas no por uno mismo sino por su hijo- ha penetrado mucho el concepto democrático de la sociedad nacional, que insiste en la igualdad de oportunidades y la apertura de las posiciones altas al esfuerzo individual.

Efectivamente, la gran mayoría dice que al terminar la educación primaria, es preferible que sus hijos sigan estudios en vez de dedicarse de inmediato al trabajo. Además, como profesiones deseables para sus hijos, eligen profesiones de clase media en la mitad aproximadamente de los casos (56 por ciento en Huachipato y 50 por ciento en Lota).

Tabla 26

Aspiraciones para sus hijos

Huachipato Lota

Obrero, sin especificar (misma u otra industria) 3% 6%

Obrero calificado 7% 7%

Supervisor 0% 2%

Empleado 2% 6%

Carrera técnica 13% 5%

Independiente o profesional 37% 30%

Que se eduque en general 16% 23%

Otras 4% 7%

Sin respuesta 18% 17%

Veamos que, aunque las aspiraciones son un poco más altas y más específicas en Huachipato, la diferencia es menor que la que se podría esperar si las aspiraciones estuvieran más directamente vinculadas a la propia educación o nivel de ingresos y calificación.

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III. Actitud hacia la mecanización

En Huachipato la actitud hacia la mecanización es más favorable que en Lota. Esto puede ir causalmente asociado a la diferente experiencia que ambas comunidades han tenido con la mecanización. Mientras Huachipato ha tenido un mercado en expansión casi todo el tiempo, con el resultado de que su personal ha estado en constante aumento, Lota ha visto su mercado restringido, y esto tiene el efecto de que cada introducción de nueva maquinaria compromete más las posibilidades ocupacionales de los mineros.

En Huachipato, como resultado, el 80 por ciento de los encuestados declaran ser favorables a la introducción de maquinarias en el trabajo, diciendo que ello es algo "muy bueno" o "bueno". En Lota la cifra sólo alcanza al 47 por ciento del total.

En cuanto a reconocer la necesidad de la mecanización, ella es ampliamente admitida en ambas empresas: 98 por ciento en Huachipato y 85 por ciento en Lota así lo afirman. Pero, aun en este aspecto, se observa que en Lota hay un 13 por ciento que afirma que la introducción de maquinarias "no es necesaria", mientras que en Huachipato sólo un 1 por ciento comparte esa opinión extrema.

Para conocer mejor la percepción total del problema de la mecanización se incluyó una serie de preguntas que tratan de indagar cómo percibe el encuestado los diversos efectos que la mecanización tiene sobre una cantidad de variables de importancia para el obrero.

Comenzando por el efecto sobre los salarios, notamos que en Huachipato hay una mayoría que opina que ellos son más altos como consecuencia de la introducción de maquinarias, mientras que en Lota las opiniones se hallan divididas casi por igual entre aquellos que creen en el efecto de aumento de los salarios y los que ven el efecto como una reducción de los salarios.

Tabla 27

Opiniones obreras sobre los efectos de la mecanización sobre el nivel de salarios

Huachipato Lota

Salarios son más altos 60% 22%

Son iguales 23% 48%

Son más bajos 12% 29%

También opinan los obreros de Lota en mayor proporción, que la mecanización tiene el efecto de aumentar la cesantía: así lo afirman en un 81 por ciento de los casos, mientras que en Huachipato el 70 por ciento de los encuestados da esa respuesta. Como vemos, de todos modos, la diferencia no es demasiado grande en este aspecto. Parecería ser que la actitud obrera en lo que se refiere a la influencia de la mecanización sobre la cesantía es más homogénea, y más influida quizás por estereotipos y experiencias ampliamente difundidas y comentadas, que la que existe con respecto a los efectos sobre el nivel de salarios. Además, una

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experiencia positiva personal en el área de salarios, es quizás más capaz de cambiar una actitud previa, que una experiencia positiva en el área de mantener el empleo. Efectivamente, un salario alto obtenido concomitantemente a un aumento de mecanización es una realidad innegable y de fuerte presencia psicológica. En cambio, el mero hecho de mantener el empleo durante un período de mecanización, no es considerado como experiencia positiva, sino a lo sumo como ausencia de una experiencia negativa. Además, nada asegura que no se pueda producir una cesantía en un futuro próximo. Esta diferencia de impacto psicológico de los dos tipos de experiencias contrarias a una actitud dominante, puede justificar la diferencia en la persistencia de la misma.

En otras áreas, menos cubiertas por actitudes o estereotipos populares acerca de los efectos de la mecanización, las actitudes existentes son más variables. (Y van en parte asociadas a la favorabilidad que se tenia a la mecanización, como se verá en un capítulo posterior.) Por ejemplo, el juicio sobre la influencia en el número de accidentes es más favorable a la mecanización en Lota, debido quizás a que por la peligrosidad del trabajo de minas, es más evidente el incremento de seguridad debido a las máquinas. En Lota 38 por ciento afirman que hay menos accidentes. contra 24 por ciento que sostienen que hay más; en Huachipato las cifras son 36 por ciento y 36 por ciento, o sea cantidades iguales de ambos lados.

En cuanto al cansancio, en ambas partes se coincide en señalar que con la mecanización el trabajo es menos cansador (80 por ciento de los casos en Lota y 78 por ciento en Huachipato).

En Huachipato hay un mayor número de obreros que en Lota, que piensan que la mecanización exige mayor educación (75 por ciento contra 55 por ciento que sostienen esa opinión). Esto parece ir unido al hecho de que efectivamente el tipo de mecanización más avanzada de Huachipato, exige más educación formal; más capacidad de lectura e interpretación de planos, etc. Aunque la mecanización puede significar a veces, para el obrero muy calificado de tipo artesanal, una disminución de requisitos educacionales, el hecho es que para la gran mayoría de los trabajadores la idea de operar una máquina más complicada y avanzada implica una mayor educación como condición de idoneidad. En cambio, la mecanización más primitiva de Lota, que muchas voces sólo implica introducir transportes, no necesita en forma tan evidente un incremento de educación en el obrero.

En lo referente a los efectos sobre la libertad en el trabajo, en Lota se los aprecia como más favorables, comparativamente ten Lota: 23 por ciento mayor libertad contra 34 por ciento menor libertad; en Huachipato, 12 por ciento mayor libertad, contra 65 por ciento menor libertad). Parecería ser que en este aspecto, las pesadas condiciones del trabajo minero con poca mecanización hacen que el cambio se aprecie como implicando más libertad en el trabajo. En Huachipato. en cambio, la atención que necesitan las máquinas más complicadas (excepto al llegar al nivel de la automatización) podría ser la causa del elevado número de obreros que perciben el cambio como implicando menor libertad.

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En lo que se refiere al interés propio del trabajo aquí tenemos una mayor favorabilidad en Huachipato: un 90 por ciento opina que la mecanización implica un trabajo más interesante, mientras que en Lota sólo el 68 por ciento comparte esta opinión. De todos modos, vemos que en ambas partes hay un interés del obrero por el trabajo mecanizado. Este interés por la nueva máquina es mayor en Huachipato, probablemente como consecuencia del mayor nivel educacional y técnico del operador de la máquina, que le permite entender aspectos nuevos de su funcionamiento.

Un aspecto importante de la mecanización, y que en general la acompaña, es el constituido por los estudios de tiempo. En Huachipato un alto porcentaje (73 por ciento) declara conocer qué son los estudios de tiempo, mientras que en Lota sólo una pequeña minoría está enterada (8 por ciento). En lo que se refiere a los resultados de los estudios de tiempo, esta pregunta sólo fue contestada por los que sabían de qué se trataba: por lo tanto, sólo en Huachipato tiene significación analizar las respuestas. Ellas se distribuyeron en la siguiente forma:

Tabla 28

Apreciación de los efectos de los estudios de tiempo sobre varios aspectos del

trabajo. Huachipato solo.

Sí No Sin respuesta

Mejor organización del trabajo 46% 23% 30%

Mejor rendimiento individual 58% 14% 28%

Mayor remuneración 41% 27% 33%

Reducción jornada de trabajo 28% 46% 28%

Disminución de la libertad con el trabajo 52 % 19 % 28 %

Control demasiado estricto sobre la producción del obrero 53 % 20 % 27 %

Aumento del esfuerzo 56% 17% 27%

Disminución del salario 13% 52% 35%

Estos datos en general coinciden con las opiniones que fueron expresadas acerca de la mecanización: redunda en mayores remuneraciones, pero disminuye la libertad en el trabajo, que queda más controlado. Pero, en lo concerniente al esfuerzo necesario, se considera que él es mayor, mientras que antes se opinaba que la mecanización hacía el trabajo menos cansador. Resumiendo, pues, podemos decir que la opinión más típica en Huachipato, con respecto a los estudios de tiempo, es que ellos significan un mayor esfuerzo pero que van unidos a una más alta remuneración. Este tipo de percepción es el más característico para producir la actitud ambivalente hacia el fenómeno.

Al respecto puede ser interesante mencionar algunos de los datos para Lota, aunque el pequeño número a que se refieren hace que sólo se los pueda tomar como sugerencia. En Lota, los que opinan que los estudios de tiempo implican una mayor remuneración (2,3 por ciento) son superados por los que consideran que implican una menor remuneración (4,2 por ciento) o sea se da una situación contraria a la de Huachipato. En cambio, para lo relativo al aumento del esfuerzo,

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las opiniones se distribuyen en el mismo sentido que en Huachipato, y en forma aún más neta (5,7 por ciento afirmativos contra 0,9 por ciento negativos). Insistimos en que estas cifras no son suficientemente indicativas, por la gran mayoría de individuos sin opinión, pero ellas parecen significar que en Lota hay, dentro de la población que conoce lo que son los estudios de tiempo, menos ambigüedad y más insistencia en los aspectos negativos.

Notas:

1. Estos datos no bastan, de por sí, para afirmar que hay más solteros en la población total obrera residente en Lota que en Huachipato, ya que los totales a que se refiere nuestra muestra son sólo los obreros ocupados en las empresas, y ellos abarcan a más jóvenes en Lota que en Huachipato. Sin embargo, la evidencia general parece ir en el sentido indicado en el texto.

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DOS TIPOS DE MENTALIDAD OBRERA

(I) Influencia de la orientación hacia el ascenso social

Ya hemos visto en los capítulos anteriores que Lota y Huachipato ofrecen características bastante distintas, tanto en lo que se refiere a su organización social como comunidades, cuanto en las opiniones y actitudes de los obreros que hemos podido estudiar. En este capítulo y los siguientes, deseamos profundizar el estudio de la mentalidad sindical y política que se da en ambos lugares, viendo cuáles son los diversos factores que actúan como causas de esa mentalidad o que simplemente van asociados a ella.

Podemos recordar que Huachipato se caracteriza por poseer una estructura social un tanto más "abierta", que ofrece más perspectivas de ascenso dentro de la escala social a su clase obrera. Podemos decir que allí un mayor porcentaje de la clase obrera está "orientado" hacia el ascenso social. Ahora queremos ver en qué medida esta orientación hacia el ascenso influencia las actitudes y comportamientos. Éste será el tema del presente capítulo, donde además analizamos los efectos del deseo de independizarse, y de la conformidad con el propio trabajo, característica esta última que también está más difundida en Huachipato y que puede suponerse que tiene una íntima ligazón con muchas actitudes.

En el capítulo siguiente analizamos los efectos del nivel de ingresos, de la educación y de la calificación, variables más objetivas que las anteriores. Ellas determinan la existencia de un estrato superior de la clase obrera, cuyas actitudes analizamos. En base a los datos de estos dos capítulos hemos incluido algunas consideraciones sobre el, tipo de control social en ambas comunidades. Una vez aclarado el terreno con estos datos de base, iremos a un análisis directo de los obreros más activos en su sindicato, para ayudar a concretar nuestra visión de ellos como grupos humanos. Veremos entonces en operación dos factores de reclutamiento de militantes sindicales: el factor emocional y el factor ideológico.

I. Variables principales a tener en cuenta en el análisis

El diseño del análisis en los próximos capítulos está orientado hacia obtener una explicación de la mentalidad obrera y el comportamiento sindical en las dos comunidades bajo estudio, Huachipato y Lota. Este conjunto de actitudes (en general consideradas como variables dependientes) abarca dos grupos principales :

a) Grado de aceptación de los valores de la sociedad dominante: comprende

un grupo de actitudes que mide el contenido valorativo que el individuo lleva consigo. Se incluye acá un "Índice de no-aceptación de estructuras", y la "Clase media subjetiva" (autoidentificación con clase media). En el apéndice C se describe la forma de medir estas variables (ítems 11 y 12).

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b) Participación en actividades típicas de su clase: comprende sobre todo la

participación sindical, para la que existen dos medidas ("Participación", y "Actividad", siendo ésta más intensa que la anterior) ; también se incluye aquí la "Favorabilidad a partidos políticos". Ver para su medición el apéndice C. ítems 13, 14 y 15.

La mentalidad sindical es el resultado, en buena medida, de la combinación de estos dos grupos de actitudes. El primer grupo da el contenido mental, valorativo, que se vierte en la actividad sindical, cuando ella existe.

Para explicar la forma en que se da en los varios grupos obreros esta mentalidad sindical, se usaron fundamentalmente tres grupos de factores, tratados preferentemente como variables independientes, componentes de lo que se ha llamado el "contexto estructural".

a) Factores de estratificación: incluye los datos de la estratificación interna a la

clase obrera, según la calificación, la educación, el ingreso y la edad. Ver para su medición el apéndice C, ítems 1, 2, 3 y 4.

b) Factores actitudinales ligados a la ocupación: incluye la satisfacción en el trabajo, y la orientación hacia el ascenso social. Esta última incluye, como dos medidas distintas, el deseo de ascender ocupacionalmente dentro de la empresa, y el de independizarse y establecerse por cuenta propia. Ver para su medición el apéndice C, ítems 5, 6 y 7. Estos factores actitudinales por su posición central, han sido considerados en la mayor parte de los casos como variables independientes. En el presente capítulo se analiza en profundidad su comportamiento y las influencias que tienen sobre la mentalidad sindical.

c) Factores ligados a la estructura de grupos: incluyen la identificación al propio

grupo de trabajo, la relación con el supervisor, y la amistad con otros obreros de la empresa. Estas tres variables se miden según se indica en el apéndice C, ítems 8, 9 y 10.

Aparte de estas variables principales, se toman otras cuando se precisa aclarar en mayor detalle algún aspecto. Pero la estructura principal de todo el análisis se teje en torno a las variables mencionadas.

II. Factores actitudinales ligados a la ocupación

En este capítulo se comienza por analizar la influencia de los factores actitudinales ligados a la ocupación, sobre la mentalidad sindical. Comenzamos por este grupo de factores actitudinales, porque ellos tienen una posición muy central en determinar la mentalidad sindical. La experiencia del trabajo es muy central para el individuo, debido a las horas que le lleva por día y a las involucraciones económicas y de autovaloración que lleva consigo; como consecuencia, es lógico que esté entrelazada, en una posición muy central, con las demás actitudes hacia otras áreas. Inclusive se justifica empezar el análisis por aquí en vez de por los

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"factores de estratificación", pues los dinamismos psicológicos en juego podrán apreciarse más fácilmente. Los tres factores actitudinales ligados a la ocupación, que consideramos como centrales en el análisis, son, según se vio en el acápite anterior:

1. La satisfacción con el trabajo. 2. El deseo de ascenso dentro de la empresa. 3. El deseo de independizarse y establecerse por cuenta propia.

La satisfacción con el trabajo se midió directamente con una pregunta (ver apéndice C, ítem 5), después de ver que era imposible formar un índice usando varias que parecían poder ir correlacionadas.

El deseo de ascenso en la empresa se midió combinando tres preguntas (ver apéndice C, ítem 6). Una primer pregunta nos indicaba a qué cargo dentro de la empresa deseaba llegar el individuo, y una segunda inquiría sobre las posibilidades que el individuo creía tener de alcanzar ese objetivo, en caso de que efectivamente tuviera deseos de ascenso. Una tercer pregunta nos permitía diferenciar entre aquellos que indicaban no tener deseos de ascenso: se les preguntaba qué ocupación deseaban para sus hijos, lo que permitía diferenciarlos en dos grupos con diverso nivel de aspiraciones. El detalle de la forma en que se combinaron las preguntas puede verse en el mencionado apéndice C (ítem 6). El resultado es una especie de gradación del deseo de ascenso (no necesariamente unidimensional, pero sí útil para el análisis) en los siguientes puntos:

Grupo A: Los que quieren y creen poder ascender. Grupo B: Los que quieren, pero no creen poder ascender. Grupo C: Los que no desean ascender, pero tienen altas aspiraciones para sus hijos. Grupo D: Los que no desean ascender, y tienen pocas aspiraciones para sus hijos.

La lógica de esta agrupación reside en la suposición de que en el grupo A hay una máxima gratificación del deseo de ascenso por parte del sistema social, y una mínima en el grupo D, que está casi "fuera del juego", por así decir, en lo referente al ascenso social propio o de los hijos.

En lo que se refiere al deseo de independizarse y establecerse por cuenta propia, se aplicó un criterio semejante, combinando también tres preguntas. El apéndice C (ítem 7) describe en detalle el proceso. El resultado es que se forman también cuatro categorías:

Grupo A: Los que quieren y creen poder independizarse. Grupo B: Los que quieren, pero no creen poder independizarse. Grupo C: Los que no desean independizarse, pero tienen altas aspiraciones para sus hijos.

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Grupos D: Los que no desean independizarse, y tienen pocas aspiraciones para sus hijos.

Estos cuatro grupos implican, en lo referente a deseo de movilidad social fuera de la empresa, una gradación semejante a los cuatro anteriores respecto del deseo de ascenso dentro de la empresa.

En los cuadros que figuran en las páginas que siguen, a los efectos de la brevedad, se ha denominado directamente con las letras A, B C y D a los diversos grupos según su orientación hacia el ascenso en la empresa o el independizarse.

En el resto de este capitulo se analizan los efectos de cada una de las tres variables (deseo de ascenso, deseo de independizarse, y satisfacción con el trabajo) por separado, sobre la mentalidad sindical.

III. La orientación hacia el ascenso en la empresa

Ya se había visto antes que la estructura de ascenso social está más abierta en Huachipato que en Lota. Esto lo perciben los obreros, con bastante claridad: hay un 75 por ciento de. ellos que desea ascender, en Huachipato, mientras que hay sólo un 47 por ciento con igual aspiración en Lota. Además, de entre los que desean ascender en la empresa, hay una cantidad mayor en Huachipato que en Lota, que creen tener muchas posibilidades: 25 por ciento del total, contra 16 por ciento respectivamente. Estos grupos que quieren y creen poder ascender, deberían ser los más integrados en la estructura mental e ideológica simbolizada por la empresa, puesto que sus aspiraciones están siendo satisfechas por ella en mayor medida.

Para encarar este análisis, comenzaremos por ver la asociación existente entre el deseo de ascenso y la satisfacción en el trabajo. En la tabla 29 se describe esta asociación, que es marcada para Huachipato, y también existe aunque en mucha menor medida, para Lota.

Tabla 29

Influencia de la "orientación hacia el ascenso" sobre la satisfacción

Huachipato Lota

Total de casos

est. satisf.

Total de casos

est. satisf.

Quieren y creen poder ascender (A) 53 81 % 35 43 %

Quieren pero no creen poder ascender

(B) 101 69 % 67 40 %

No quieren

ascender Altas aspiraciones

(C) 29 65 % 59 42 %

Bajas aspiraciones

(D) 27 52 % 52 25 %

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La correlación con la satisfacción en el trabajo nos indica ya que la aspiración hacia el ascenso en la empresa va a tener una posición más central en Huachipato que en Lota, puesto que afecta más a la conformidad que el individuo tiene con su trabajo.

Pasamos ahora directamente a ver los efectos del deseo de ascenso sobre la mentalidad sindical. Habíamos visto ya que ésta podía considerarse formada por dos grupos de actitudes:

a) Las que habíamos llamado "grado de aceptación de los valores de la sociedad dominante". Éstas incluían la "clase media subjetiva" (respuesta dada al preguntársele a qué clase pertenece), y un. "índice de no-aceptación de estructuras sociales existentes" (formado combinando cuatro preguntas). En el Apéndice C, ítems 11 y 12, se ve la forma de medir ambas variables.

Las que habíamos denominado "participación en actividades típicas de su clase". Éste comprende la favorabilidad a los partidos políticos, y la participación y actividad sindicales. Se describe su medición en el apéndice C, ítems 13, 14 y 15.

Habíamos ya dicho que el primer grupo describe, en cierta forma, los contenidos mentales, valorativos, que se vuelcan en la participación en las actividades sindicales (o políticas) cuando ellas existen.

Las tablas 30 y 31 indican que el primer grupo de fenómenos (la clase media subjetiva y la no-aceptación de estructuras) se ve muy influido por el deseo de ascenso social en Huachipato, mientras que en Lola el fenómeno se da en forma menos marcada(1) (casi nulo para la clase media subjetiva).

Tabla 30

Influencia del deseo de ascenso sobre la identificación con la clase media

D C B A

Huachipato 37 % 55 % 56 % 62 %

Lota 19 % 15 % 21 % 23 %

Tabla 31

Influencia del deseo de ascenso sobre la no-aceptación de estructuras

D C B A

Huachipato 48 % 31 % 34 % 28 %

Lota 48 % 47 % 27 % 37 %

O sea que a este nivel se da fundamentalmente el fenómeno que se preveía: los más integrados en la estructura de aspiraciones de la empresa (los que desean y creen poder ascender, el grupo A) tienden a sentirse más de clase media, y a rechazar menos las estructuras sociales existentes. En lo que respecta al sentirse

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como perteneciendo a la clase media, en Lota este fenómeno se nota menos, como indicamos, debido posiblemente a la gran homogeneidad de la población obrera de Lota, y a la dificultad en sentirse miembros de otra clase, ante las fuertes evidencias en contrario.

En el segundo grupo de actitudes (participación en actividades típicas de su clase) se nota en cambio una diferencia fundamental entre Huachipato y Lota. Las tablas 32 y 33 indican que mientras en Huachipato hay una tendencia a que los orientados hacia el ascenso sean más sindicalistas (2) y más favorables a los partidos, en Lota la orientación hacia el ascenso social produce una clara disminución en ambas actitudes.

Tabla 32 Influencia de la orientación hacia el ascenso sobre la participación sindical

D C B A

Huachipato 33 % 17 % 39 % 47 %

Lota 60 % 46 % 54 % 41 %

Tabla 33 Influencia de la orientación hacia el ascenso sobre la favorabilidad a los partidos

políticos

D C B A

Huachipato 18 % 24 % 30 % 23 %

Lota 46 % 36 % 42 % 17 %

En Lota se ve más una situación de antagonismo y contradicción entre la orientación hacia lo sindical-político y la orientación hacia el ascenso dentro de la empresa, contradicción que no se observa en Huachipato.

Más adelante en este capítulo volveremos sobre este tema, que tiene particular importancia en nuestro análisis y que se ve corroborado por otras observaciones. Por el momento, resumiendo lo que hemos visto con respecto a los dos grupos de actitudes obreras, podríamos decir que aun cuando la "orientación hacia el ascenso" es un factor importante tanto en Lota como en Huachipato, su efecto sobre la magnitud de la actividad sindical y la favorabilidad a los partidos políticos es sólo marcada en Lota, donde tiene el efecto de disminuirlas.

En Huachipato, en cambio, no produce una disminución de esas actividades y actitudes, pero sí las colorea en forma especial: o sea, influye en cambiar el contenido mental que se pone dentro del sindicalismo y la politización, dándole un tinte que podríamos llamar más reformista, caracterizado por una mayor aceptación de estructuras sociales existentes y una mayor tendencia a considerarse como miembros de la clase media, y participantes en mayor medida,, por lo tanto, de algunas de las formas culturales y valores de la sociedad global.

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IV. El deseo de independizarse

Si tomamos ahora el deseo de independizarse, desde ya observamos que este deseo, al revés que el de ascenso, está más difundido en Lota que en Huachipato, y lo mismo ocurre con la confianza en las posibilidades de tener éxito en este intento de establecerse por cuenta propia.

Al estudiar las relaciones entre este deseo de independizarse y las demás actitudes obreras veremos que estamos en presencia de un fenómeno bastante distinto del que correspondía al deseo de ascenso y que habíamos designado como "integración a la estructura de aspiraciones vinculadas a la empresa".

Empezamos por ver que en Huachipato la satisfacción en el trabajo casi no varía en función del deseo de independizarse, mientras que en Lota la relación es muy marcada, pero con la particularidad de que los menos satisfechos son los que más quieren independizarse.

Tabla 34 Distribución del deseo de independizarse en Huachipato y en Lota

Huachipato Lota

Nº de

casos % total

muestra Nº de

casos % total

muestra

Quieren y creen poder

independizarse 26 12 % 35 16 %

Quieren pero no creen poder

independizarse 92 43 % 117 55 %

Total que quiere independizarse 118 56 % 152 71 %

Esta relación es justamente contraria a la que se daba para el deseo de ascenso, que era más influyente sobre la satisfacción en Huachipato. Recordemos también que mientras los que estaban más orientados hacia el ascenso estaban más satisfechos(En Huachipato especialmente), ahora los orientados hacia independizarse están marcadamente menos satisfechos (en Lota).

Tabla 35

Influencia del deseo de independizarse sobre la satisfacción

Huachipato Lota

Total de

casos Porcentaje que

están satisfechos Total de

casos Porcentaje que

están satisfechos

Quieren y creen poder independizarse (A)

26 % 73 % 35 % 29 %

Quieren pero no creen poder

independizarse (B) 92 % 68 % 117 % 32 %

No quieren

ascender Altas

aspiraciones (C) 52 % 69 % 33 % 57 %

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Bajas aspiraciones (D)

41 % 68 % 28 % 53 %

Ya esto nos sugiere que el deseo de independizarse no va a tener los efectos de conformismo social que tiene el deseo de ascenso.

Parecería pues que mientras el deseo de ascenso es un fenómeno típico o central en Huachipato (no sólo por el número de gente que aspira sino por su influencia sobre la satisfacción), el deseo de independizarse en típico y central en Lota (por las mismas razones). Este deseo de independizarse, lejos de producir conformismo social, puede inclusive en algunos casos, ser indicio de una protesta contra el sistema industrial dentro del cual se trabaja. Esto a pesar de que el "independizarse" en general implica un ascenso en el sistema de estratificación social externo a la empresa.

La incidencia numérica del deseo de independizarse comparado con el deseo de ascenso, se ve en la tabla siguiente.

Si ahora pasamos a analizar los efectos del deseo de independizarse sobre los dos grupos de actitudes obreras antes mencionadas, comenzaremos por observar que ese deseo de independizarse disminuye muy marcadamente la actividad sindical en Huachipato. En Lota su efecto sobre la participación sindical es también de disminuirla, pero menos marcadamente que en Huachipato. (Tabla 37.)

Tabla 36

Incidencia del deseo de independizarse y de ascenso en Huachipato y Lota (Porcentaje sobre el total de la muestra)

Lota Quieren independizarse 71 % Creen poder independizarse 16 %

Quieren ascender 47 % Creen poder ascender 16 %

Huachipato Quieren independizarse 56 % Creen poder independizarse 12 %

Quieren ascender 73 % Creen poder ascender 25 %

Tabla 37

Influencia del deseo de independizarse sobre la participación sindical

D C B A

Huachipato 49 % 35 % 39 % 15 %

Lota 59 % 48 % 52 % 40 %

Sobre la favorabilidad a los partidos los efectos del deseo de independizarse son casi nulos, en cambio.

En lo que respecta a la influencia sobre el compartir valores y normas de clase media, los efectos son en general poco marcados en ambos lugares. La "clase

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media subjetiva" en Lota se mantiene constante (21 % para todos los casos) y en Huachipato sólo aumenta levemente para los que desean independizarse (que se consideran de clase media en un 58 % contra 50 % para el resto).

El fenómeno de la "no-aceptación de estructuras" tiene un comportamiento interesante, en cambio, para Lota. Mientras que en Huachipato se mantiene casi constante (entre 31 % y 35 %), en Lota se observa que aquellos que desean independizarse tienen una mucho mayor aversión a las estructuras sociales dominantes. Su índice de "no-aceptación de estructuras" aumenta marcadamente (45 % de "no-aceptación" para los que desean independizarse contra sólo 25 % para el resto). Este dato es el que nos lleva a decir que el deseo de independizarse, sobre todo en situaciones del tipo de Lota, puede ir acompañado de una cierta rebeldía contra el sistema industrial en que se trabaja. Esta rebeldía no se transforma necesariamente en actividad sindical, sin embargo.

La diferencia en la estructura social de Huachipato y de Lota se nota claramente si comparamos los grupos típicos de individuos orientados hacia la movilidad social en ambos lugares. En Lota lo típico es la orientación hacia el independizarse, y se acaba de ver que esta orientación va asociada a un cierto individualismo y rebeldía contra las estructuras sociales dominantes, inclusive contra el sindicato, ya que se participa menos en él.

En Huachipato, en cambio, el grupo típico es el que se orienta hacia el ascenso dentro de la empresa. Éste se caracteriza por adaptar su mentalidad a la nueva situación de integración en la estructura de ambiciones de la empresa, pero manteniendo una alta participación sindical y politización, aunque con distinto contenido, grado de combatividad, y disposición a cooperar con la dirección de la empresa. Habíamos visto que este último fenómeno no se daba en Lota, donde, debido quizá a la situación más primitiva y de antagonismo, la orientación hacia el ascenso hace disminuir las actividades sindicales y políticas de los obreros influidos por ella.

En Huachipato se puede decir que la estructura ocupacional y de ambiciones ligada a la empresa crea un "campo de fuerzas" sobre la clase obrera, que la orienta a través de una cantidad de mecanismos indirectos. En Lota hay más una "presión mecánica" (por usar una analogía un tanto simplista pero gráfica) que determina que la minoría de los "orientados hacia el ascenso" queden netamente tajados del resto de la clase obrera.

Por último, es interesante observar que mientras en Huachipato para encontrar diferencias apreciables debemos en general aislar el grupo que "quiere y cree poder independizarse", comparándolo a los demás, en Lota todo el grupo que "quiere independizarse" es el que en general se distingue del resto en forma bastante marcada, siendo poco afectado por sus posibilidades de realizar este deseo.

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Parecería como si, debido a las dificultades objetivas que el independizarse tiene en Lota, el deseo de hacerlo fuera una especie de esperanza o mito. El apreciar si se tienen realmente muchas o pocas posibilidades quizá se base en Lota en consideraciones menos seguras y realistas que en Huachipato.

La situación en Lota, pues, si tenemos ahora en cuenta tanto a los "orientados hacia el ascenso", como a los "orientados hacia el independizarse", puede resumirse en la forma siguiente. La orientación hacía el ascenso produce una presión a abandonar ciertas posiciones sindicalistas y políticas. La orientación hacia querer independizarse, en cambio, está vinculada a un individualismo y a un rechazo de la estructura de la compañía y lo que ella simboliza, y afecta sólo moderadamente a la participación sindical y nada a la politización.

En lo que sigue convendrá tener en cuenta estos aspectos, para interpretar el tipo de mentalidad obrera en Lota y en Huachipato. Particularmente importante es lo relativo al ascenso.

Resumamos, de lo dicho hasta ahora, lo siguiente: en Huachipato la integración a la estructura de aspiraciones de la empresa es mayor que en Lota, e influye altamente en la satisfacción y la aceptación de las estructuras sociales existentes. Pero no influye casi nada en la magnitud de la actividad sindical y la favorabilidad a los partidos políticos, mientras que en cambio en Lota las hace disminuir apreciablemente. Parecería, pues, que en Lota hay mucha más contradicción entre la orientación hacia la empresa y la orientación hacía lo sindical y político que en Huachipato, donde ambas orientaciones no son tan incompatibles entre sí.

Expresados estos hechos a un nivel más alto de generalización, implicarían las siguientes proposiciones teóricas, que lanzamos como hipótesis explicativas (3).

1. En una sociedad en que el ascenso social a través de promociones en la empresa o a través del sistema educacional es muy raro, la minoría obrera que está fuertemente orientada hacia ese ascenso se desvincula de las actitudes y comportamientos más típicos de su clase, especialmente los de tipo reivindicativo. (Lota, tablas 32 y 33.)

2. En cambio, en una sociedad en que el ascenso social está más generalizado, éste no tiene sobre los que aspiran a él el efecto de distanciarlos de las actividades reivindicativas de su clase. El efecto es de adecuar su mentalidad a una mayor aceptación de las estructuras sociales existentes, dentro de las cuales se tiende más a obtener mejoras y cambios graduales. (Huachipato, tablas 32-33 y 30-31.)

3. El deseo de independizarse juega en comunidades con poca movilidad social un rol de mito que no implica una tendencia a la aceptación de las estructuras sociales, sino que más bien es un síntoma de rebeldía.

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4. En cambio, en sociedades con mayor movilidad social el deseo de

independizarse, cuando va unido a fuertes posibilidades de hacerlo (o sea cuando se vuelve realidad), tiene el efecto de cortar las actividades reivindicativas de clase (Huachipato, tabla 37), y no va asociado al rechazo de las estructuras sociales existentes.

V. La conformidad con el propio trabajo

Para completar nuestra descripción de la situación en que se encuentra el individuo dentro de la estructura ocupacional vamos a analizar los efectos de la satisfacción o conformidad con el propio trabajo. Hemos visto ya los efectos del deseo de ascender dentro de la estructura ocupacional de la empresa, y del deseo de salirse de ella para establecerse por cuenta propia. Ahora veremos qué efectos tiene el estar conforme con el propio trabajo.

Desde ya, por lo visto hasta el momento, sabemos que la satisfacción está más vinculada (positivamente) al deseo de ascenso en Huachipato que en Lota. En cambio, está más vinculada (negativamente) al deseo de independizarse en Lota que en Huachipato.

Queremos ver ahora cómo influye la satisfacción en la actividad sindical y la politización en ambos lugares.

Para estudiar en más detalle el comportamiento sindical, hemos usado aparte del concepto de "participantes sindicales", el de "activos sindicales", que se refiere a aquellos que forman un núcleo más activo. (Ver Apéndice C, ítems 14 y 15.)

Tenemos (tabla 38) que tanto la participación como la actividad en el sindicato están más influidos por la satisfacción en Lota que en Huachipato. Sólo en Lota la relación es estadísticamente significativa.

Tabla 38

Influencia de la satisfacción sobre el sindicalismo

% de Participantes

Huachipato 43 % 34 % (No significativo a 0.10)

Lota 57 % 42 % (Significativo a 0.05)

% de Activos

Huachipato 20 % 14 % (No significativo a 0.10)

Lota 21 % 21 % (Significativo a 0.05)

Podemos decir, entonces, que la influencia de la satisfacción en determinar las actividades sindicales es mayor en Lota que en Huachipato. Esto parece formar parte de una configuración especial, en Lota, que marca a esta comunidad como más emocional y más determinada en sus comportamientos por situaciones inmediatas del "campo vital" y por variables psicológicas como la satisfacción o su

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contraria la frustración (ver al respecto capítulo VI para una descripción más a fondo).

Recordemos que también la orientación hacia el ascenso producía en Lota una caída directa de la actividad sindical y de la favorabilidad a los partidos políticos. En Huachipato, en cambio, la influencia del deseo de ascenso era indirecta: ella influía en el contenido mental que se ponía en el sindicalismo o la politización, pero no disminuía la actividad sindical o la favorabilidad a partidos políticos.

Parecería que el obrero de Lota, conscientemente o no, ve más la realidad en términos de blanco o negro: o se está con la empresa y todo lo que ella significa en cuanto a deseos de ascenso social y promoción, o se está con lo sindical v lo político.

En Huachipato, en cambio, aunque sigue habiendo una polaridad empresa-sindicato, ésta es menos marcada. El obrero que se interesa en la promoción y el ascenso dentro de la empresa adecúa su mentalidad -no necesariamente en forma consciente- y se identifica más con la clase media y tiende a aceptar más las estructuras sociales existentes. Pero introduce esta nueva mentalidad en su actividad sindical y su interés político, que no quedan disminuidos aunque sí un tanto transformados en cuanto a los contenidos mentales que se ponen dentro de ellos.

Vista la diferencia entre Lota y Huachipato en esta forma, no es de extrañar que en Lota el sindicalismo vaya acompañado de un mayor contenido emocional. Esta sería una aplicación de un principio general según el cual, en la medida en que la realidad se perciba como dicotomizada en sectores mutuamente incompatibles, la adhesión o identificación a uno de ellos implica una mayor tensión emocional e involucración de la personalidad (lo que se ha llamado "ego-involvement"). En cambio, como en Huachipato la realidad se percibe más como una serie de gamas no totalmente incompatibles entre sí, y en que la lealtad a una no implica total oposición a la otra, el resultado es que hay mucha menos intensidad emocional e involucración total de la personalidad en las actitudes asumidas.

A este respecto puede ser interesante observar una diferencia entre el sindicalismo y la politización. La relación que comentamos, entre sindicalismo e insatisfacción, que se da en Lola, no se produce para la politización.

Tanto el grupo de satisfechos como el de los insatisfechos tienen prácticamente el mismo porcentaje de individuos favorables a los partidos (27 por ciento contra 23 por ciento en Huachipato, y 36 por ciento contra 38 por ciento en Lota). Parecería ser. entonces, que en cuanto a la politización, la realidad de Lota es más parecida a la de Huachipato -al menos en lo referente a esta área que estamos tratando-. Más adelante se volverá a ver esta característica. Si aplicáramos el principio general recién mencionado, parecería que en Lota la realidad de los partidos políticos nacionales se percibe en forma menos dicotomizada y mutuamente incompatibles que la realidad básica empresa sindicato.

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Esto puede parecer extraño, conociendo el comportamiento poli-tico electoral de Lota. Pero es preciso observar que la conciencia política al nivel de los "favorables a partidos" es bien distinta que la que se puede dar al nivel de los dirigentes, o al de la ideología del partido por el que se vota. No queremos con esto negar que haya fuertes factores emocionales en el comportamiento político en Lota, puesto que no tenemos datos sobre más que una pequeña parte de esta importante área. Pero lo que los datos sugieren es que la involucración emocional es menor para lo político que para lo sindical, en Lota. Lo político parecería exigir un proceso de abstracción mayor, mientras que lo sindical se traduce fácilmente en personas de carne y hueso bien conocidas en la comunidad. En Huachipato, en cambio, tanto lo sindical como lo político siguen la misma norma de poca involucración emocional.

Si tomamos ahora la influencia de la satisfacción sobre las dos actitudes que en general hemos analizado juntas: la "no-aceptación de estructuras" y la "clase media subjetiva", vemos que ellas tienen características diferentes.

Tabla 39

Influencia de la satisfacción sobre la aceptación del sistema social

Insatisfechos Satisfechos

Huachipato 43% 30 % (significativo a 0.05)

Lota 46% 29 % (significativo a 0.05)

Comenzamos por el estudio de la "no-aceptación de estructuras". Se observa que la insatisfacción está altamente asociada a ella, en ambos lugares.

Esta tabla nos describe al grupo de gente caracterizada por su rechazo a las estructuras sociales existentes como más insatisfecha en su trabajo. Claro que la relación causal existente no 141 se puede deducir fácilmente, tanto en éste como en los casos anteriores. Por un lado se podría decir que la insatisfacción con el trabajo produce un estado de ánimo que predispone al rechazo de las estructuras sociales existentes. Por el otro se podría afirmar que aquellos que por varias razones tienen una mayor actitud de crítica a la sociedad existente ("no-aceptación de estructuras") tendrán más altas aspiraciones y por lo tanto será más difícil que estén satisfechos con su trabajo.

Sea como fuere, esta tabla resulta de interés porque cuadra bastante bien con el principio general que habíamos visto, según el cual a mayor tendencia a ver la sociedad dicotomizada en sectores mutuamente incompatibles, habrá mayor involucración emocional al identificarse con uno de esos sectores. Antes habíamos hecho la suposición de que los sindicalistas de Lota se caracterizaban por esa tendencia a ver la realidad dividida en sectores opuestos. Y vimos que se observaba para ellos una alta relación entre sindicalismo e insatisfacción (que es nuestra forma de medir una variable emocional). Después vimos que en Huachipato, donde la orientación hacia el sindicato no era tan incompatible con la

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orientación hacia la empresa y el ascenso, la correlación entre sindicalismo e insatisfacción era muy baja.

Ahora, al tomar los individuos caracterizados por su "no-aceptación de estructuras", tenemos la oportunidad de estudiar a grupos que, tanto en Lota como en Huachipato, tiene una mayor tendencia a percibir y dar importancia a los antagonismos sociales. El resultado, como se vio en la tabla 30, es efectivamente que en ambos casos hay una alta correlación con la insatisfacción, lo que es nuestra forma de medir la incidencia del elemento emocional. El principio general queda, pues, reforzado -aunque no se puede hablar de demostrado- tanto en su aplicación a Huachipato como a Lota.

Si tomamos ahora la otra actitud, la identificación subjetiva con la clase media, vemos que ella no está prácticamente afectada por la satisfacción. (En Huachipato pasa de 57 por ciento a 52 por ciento y en Lota de 20 por ciento a 22 por ciento.) Este hecho significaría que el considerarse o no como de clase media tiene menos implicaciones emocionales para el obrero que el hecho de tener un mayor o menor rechazo hacia las estructuras sociales existentes, lo que es bastante comprensible.

Como resumen de lo dicho para la variable "satisfacción" convendría recordar que ésta tiene más influencia sobre el comportamiento sindical en Lota que en Huachipato. Esto que hemos interpretado como una mayor característica emocional de Lota va unido a una mayor tendencia en esta comunidad a ver claramente marcados los antagonismos entre las dos estructuras rivales de la empresa y el sindicato.

Resumen de proposiciones principales y sistema de hipótesis

Proposición 1: El deseo de ascenso es típico o central en Huachipato (no sólo por el número de gente que aspira, sino por .su influencia sobre la satisfacción), mientras que el deseo de independizarse es típico y central en Lota (por las mismas razones).

Proposición 2: En Lota se observa más una situación de antagonismo y

contradicción entre la orientación del obrero hacia lo sindical y político y la orientación hacia el ascenso dentro de la empresa. Esta contradicción, en cambio, no se observa en Huachipato.

Proposición 3: La influencia de la insatisfacción en determinar las actividades

sindicales es mayor en Lota que en Huachipato.

Hipótesis interpretativa: En la medida en que la realidad se perciba como dicotomizada en sectores mutuamente incompatibles, la adhesión o identificación a uno de ellos implica una mayor tensión emocional e involucración de la personalidad. En cambio, cuando la realidad se percibe más como una serie de gamas no totalmente incompatibles entre sí y en que la lealtad a una de ellas no

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implica total oposición a la otra, el resultado es que hay menos intensidad emocional e involucración de la personalidad en las actitudes asumidas.

Corolario: En una sociedad "cerrada" la actividad reivindicativa de clase va más asociada a factores emocionales que en una sociedad más "abierta".

Proposición 4: En Lota y en Huachipato, los obreros que muestran mayor deseo de ascenso disminuyen su "no-aceptación de estructuras", pero sólo en Huachipato ellos aumentan su identificación subjetiva con la clase media (al considerarse a sí mismos como de clase media).

Hipótesis interpretativa: Un individuo que orienta sus aspiraciones de ascenso dentro de una determinada estructura social, tenderá a integrarse más con algunos de los valores o actitudes simbolizados por ella, especialmente si sus deseos se acercan a ser satisfechos.

Hipótesis interpretativa: La integración con los valores y actitudes simbolizados por una estructura social dada, a que se refiere la hipótesis anterior, será mayor si se trata de una sociedad "abierta" que si se trata de una sociedad "cerrada".

Proposición 5: Mientras que en Huachipato hay una tendencia a que los

orientados hacia el ascenso social sean más sindicalistas y politizados, en Lota la orientación hacia el ascenso social' produce una clara disminución de ambas actitudes.

Hipótesis interpretativa (sugerida a un alto nivel de generalización, en base a proposiciones 4 y 5): En una sociedad en que el ascenso social a través de promociones en la empresa o a través del sistema educacional es muy raro, "sociedad cerrada", la minoría obrera que se orienta hacia el ascenso se desvincula de las actitudes y comportamientos más típicos de su clase, de tipo reivindicativo.

Hipótesis interpretativa (sugerida igualmente por proposiciones 4 y 5): En una sociedad en que el ascenso social está más generalizado, éste no tiene sobre los que aspiran a él el efecto de distanciarlos de las actividades reivindicativas de su clase. El efecto es de adecuar su mentalidad a una mayor aceptación de las estructuras sociales existentes, dentro de las cuales se tiende más a obtener mejoras y cambios graduales.

Proposición 6: En Lota se observa que aquellos que desean independizarse

tienen un mucho mayor rechazo de las estructuras sociales dominantes; este fenómeno no se da en Huachipato.

Proposición. 7: El deseo de independizarse disminuye muy marcadamente la

actividad sindical en Huachipato. En Lota su efecto sobre la actividad sindical es también de disminuirla, pero menos marcadamente que en Huachipato.

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Hipótesis interpretativa (sugerida, a un nivel alto de generalización, por las proposiciones 6 y 7) : El deseo de independizarse juega, en comunidades con poca movilidad social, un rol de mito que no implica una tendencia a la aceptación de las estructuras sociales (como era el caso para el deseo de ascenso), sino más bien es un síntoma de rebeldía.

Hipótesis interpretativa (sugerida igualmente por las proposiciones 6 y 7): En sociedades con mayor movilidad social, el deseo de independizarse, cuando va unido a fuertes posibilidades de hacerlo (o cuando se vuelve realidad), tiene el efecto de cortar las actividades reivindicativas de clase.

Notas:

1. Con la excepción de que, en Lota, entre los que desean ascender, son los rechazados en sus deseos de ascenso (grupo b) los que más aceptan las estructuras sociales existentes, lo que quizá constituye el fenómeno de ser "más realista que el rey" que a veces demuestran ciertos grupos rechazados en sus aspiraciones de ascenso social, pero que siguen conscientemente aspirando y se ven más compelidos a conformar.

2. Debemos observar que, según una conocida formulación sociológica, los individuos rechazados en sus aspiraciones de ascenso podrían ser, como reacción, los que muestran más antagonismo a las estructuras dominantes o los más sindicalistas. (Ver R. Merton, Social Structure and Social Theory, cap. IV.) Esta formulación no se ve corroborada por nuestros datos debido, entre otras razones, a que las actitudes que hemos medido son al nivel consciente, mientras que la formulación referida posiblemente se aplica más a deseos de ascenso social que han sido reprimidos al nivel consciente. Así, por ejemplo, según esa teoría, un individuo de alto nivel de aspiraciones, que se ve frustrado por la estructura social dominante, convertiría esa aspiración de ascenso en una actitud radicalizada y sindicalista. Además, en su nueva actitud, ya no estaría consciente de su original deseo de ascenso social, e inclusive lo rechazaría al nivel consciente. Así, pues, él no entraría dentro de nuestra categoría B. ("desean pero no creen poder ascender"). Efectivamente, los individuos de la categoría B son aquellos que consciente y explícitamente están deseando el ascenso social. Nuestros datos simplemente no nos permiten delimitar al grupo que presumiblemente se radicalizaría ante la frustración de sus previas aspiraciones de ascenso social.

3. Se puede comparar estas proposiciones con la posición expresada por S. M. Lipset en su artículo "Mobility and Trade Unión Membership" del libro Class, Status, and Power, editado por S. M. Lipset y R. Bendix. (También se puede ver, Arnold Rose, Union Solidarity.) Lipset encuentra, para obreros de Oakland, California, importante centro urbano e industrial, que el deseo de ascenso no afecta la actividad sindical; pero que aquellos que consideran como bastante probables sus perspectivas de ascenso sí disminuyen la actividad sindical. (Esta última relación no se da en Huachipato, como lo indica la tabla 32.) Puede ser que para comprender el fenómeno sea necesario introducir el concepto de "situs" (conjunto de status superimpuestos pero ligados por el hecho de formar una especie de grupo de referencia natural, y proveer canales especialmente fáciles de ascenso). Cuando un grupo, como quizá sea el caso de la clase obrera norteamericana en sus estratos típicos, se considera como ocupando la parte inferior de un "situs", sus incentivos económicos lo llevarían al escalismo social dentro del "situs", y a abandonar el sindicalismo. En cambio, cuando, como sería el caso de la aristocracia obrera, particularmente en países latinoamericanos, ocupa la parte superior de un 'situs', sus incentivos económicos la llevarían más bien hacia un "sindicalismo profesional", debido a la dificultad de franquear los límites del "situs".

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DOS TIPOS DE MENTALIDAD OBRERA

(II) Influencia de la estratificación de la clase obrera

En este capítulo vamos a analizar la influencia sobre la mentalidad de la clase obrera de varios factores que determinan una estratificación dentro de ella. Ellos son:

1. El nivel de ingresos 2. La calificación 3. La educación

Veremos que en general hay una diferencia entre las actitudes del estrato alto y el estrato bajo de la clase obrera, definidos según cada una de estas variables. Pero esta diferencia no se da en la misma forma en Huachipato y en Lota. En cierto sentido, el factor estratificación actúa en forma parecida al factor orientación hacia el ascenso social.

Veremos en detalle la operación de cada una de las variables de estratificación. Luego, integrando los resultados de este y del anterior capítulo, tendremos ocasión de caracterizar dos formas de operación del sistema de control social.

I. Efectos del nivel de ingresos

Hemos tomado como medida del nivel de ingresos la cifra que el entrevistado declara ganar por semana (sin incluir ingresos de otros miembros de la familia).

Los efectos del nivel de ingresos se hacen sentir especialmente sobre la participación sindical, que es menor para los de mayor ingreso.

Tabla 40 Influencia del nivel de ingresos sobre la participación sindical

Huachipato Total Casos % Participación Sindical

Ingresos altos 50 32%

Ingresos medios 44 36%

Ingresos bajos 100 42%

(No es significativo al nivel del 10 %)

Lota Total Casos % Participación Sindical

Ingresos altos 29 41%

Ingresos medios 59 44%

Ingresos bajos 118 58%

("Alto" y "medio" contra "bajo": significativo al nivel del 5 %)

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Nota: Debido a que los salarios en Huachipato y Lota son muy diferentes, hemos tricotomizado en forma distinta:

Para Huachipato "altos" significa más de $ 12.000 por semana

"medios" entre 10.000 y 12.000 por semana

"bajos" menos de 10.000 por semana

Para Lota "altos" más de 6.000 por semana

"medios" 5.000 y 6.000 por semana

"bajos" menos de 5.000 por semana

Como se ve en este cuadro, la tendencia a disminuir la participación sindical al aumentar el ingreso es notoria en Lota, aunque en Huachipato también se da, con menor fuerza.

La influencia del nivel de ingresos sobre la autoidentificación a la clase media presenta características distintas en Huachipato y Lota. En Huachipato hay una marcada tendencia para los de altos ingresos a identificarse con la clase media (70 por ciento contra un 45 por ciento y 50 por ciento para los demás). Esta es la relación que es dable esperar. En Lota, en cambio, la asociación es menor y más bien hay tendencia a que opere en sentido contrario (los de altos ingresos se identifican con la clase-media en un 13 por ciento, contra 20 por ciento y 23 por ciento para los demás). Ya habíamos visto en el capítulo anterior que en Lota el considerarse de clase media es una característica muy 149 minoritaria, y que no está muy afectada por las demás variables,

Finalmente, en lo que respecta a la "no-aceptación de estructuras", ella no es muy afectada por el nivel de ingresos en ninguna de las dos comunidades.

En general de las tres variables componentes de la estratificación interna a la clase obrera, el nivel de ingresos es la que menos correlación muestra con las demás actitudes. Veremos que la calificación y la educación tienen, en orden creciente de importancia, mayores efectos sobre el complejo de actitudes obreras.

De todos modos, en resumen podemos decir que un mayor nivel de ingresos produce en Huachipato una mayor mentalidad de clase media, pero no disminuye apreciablemente el comportamiento de la actividad sindical (aunque sí, presumiblemente, cambia el contenido mental puesto en ella). En cambio, en Lota el tener mayor ingreso hace disminuir apreciablemente la actividad sindical. Pero no se da una mayor mentalidad de clase media: el comportamiento sindical cambia directamente, disminuyendo su intensidad, sin pasar por el fenómeno intermedio de un cambio de percepciones intelectivas (como es el considerarse o no de clase media).

II. Efectos de la calificación

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En Huachipato hemos diferenciado dos niveles de calificación, mientras que en Lota se pueden distinguir cuatro grupos. Según se había visto en el capítulo II, entre los obreros de mina en Lota se pueden distinguir dos categorías netas, extremas: los "calificados" (que realizan tareas con elementos de supervisión o responsabilidad especial, y que se denominan "capataces", "disparadores" y "camineros") y los no-calificados (denominados "apires" y "jornaleros"). Entre ellos hay un grupo intermedio, que a su vez puede subdividirse en dos sectores. Por un lado. ocupando una posición especial en la comunidad, por sus ingresos y prestigio, los "barreteros", a quienes podemos denominar "calificados del carbón", y que cumplen una función importante en el rompimiento del frente del carbón en la mina. Por otro lado, los "contratistas", que construyen y consolidan las calerías y a quienes podemos considerar como "semicalificados".

El primero de estos grupos ("calificados" según la denominación de la empresa) en realidad incluye a un personal que cumple funciones intermedias entre las de supervisión y las del trabajo manual. Sus actitudes pueden diferenciarse de las de los demás obreros por esta razón funcional, aparte de su diferencia de ingresos. Los denominaremos entonces, en los análisis que siguen, "semisupervisores", para mantener presente esta condición.

Debido a la importancia de estudiar en Lota a los semisupervisores, y a los calificados del carbón (barreteros), se tomaron muestras especiales de estos grupos, de treinta casos cada una.

Estas muestras nos sirven para estudiar más en detalle a los referidos grupos, y compararlos con los demás obreros. En los siguientes análisis se las usa para ese objetivo. En general, sin embargo, en las demás partes de este libro, se usa la muestra representativa total, en la cual se ha incluido a una parte de las muestras especiales de barreteros y de semisupervisores. (En el apéndice A se puede ver en detalle la formación de las muestras.)

La distribución numérica de los obreros según categorías, en nuestras muestras, es pues la siguiente:

Huachipato Número de

casos

1 Calificados (parte de la muestra representativa general) 76

2 No-calificados (ídem ídem) 135

Total de la muestra representativa 211

Lota 1 Semi-supervisores: capataces, camineros, disparadores (Muestra

especial) 30

2 Calificados del carbón: barreteros (Muestra especial) 30

3 Semicalificados: contratistas (Parte de la muestra representativa

general) 71

4 No-calificados: apires y jornaleros (Parte de la muestra 113

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representativa general)

Total de las tres muestras en Lota (de las cuales la muestra representativa es de 213

casos)

La calificación, definida en esta forma, está relacionada, con la educación en forma marcadamente distinta en Lota que en Huachipato. La tabla 41 describe esa relación. (Para esta y las siguientes tablas, debe recordarse que los conceptos "alta educación" "altos ingresos" se han usado refiriéndose a valores distintos en Huachipato y Lota, dada la muy distinta gama existente en ambas.) (Ver el apéndice C, ítems 2 y 3.)

Tabla 41 Relación entre calificación y educación

No-calificados

Semi-calificados

Calificados (o Barreteros)

Semi-supervisores

Huachipato 27% - 34% -

Lota 44% 34% 21% 34%

Vemos que mientras en Huachipato a mayor calificación corresponde mayor educación, en Lota los que tienen más educación son los no-calificados, y los barreteros se distinguen por ser los de menor educación.

Esta diferencia puede deberse a que la calificación obrera en Lota se hace sobré el trabajo, con la experiencia, y en parte a través de la promoción individual, lo que es típico del trabajo de minas mientras que en la industria siderúrgica de Huachipato en general la calificación se obtiene por estudios o entrenamientos previos, o al menos los requiere como fundamento.

En cambio existe una mayor correlación entre calificación e ingreso en Lota, lo que también se da en Huachipato.

Tabla 42 Relación entre calificación e ingresos

No-calificados

Semi-calificados

Calificados (o Barreteros)

Semi-supervisores

Huachipato 36% - 63% -

Lota 34% 38% 85% 85%

Notamos que en Lola el grupo de barreteros es el de más altos ingresos, superando levemente aún a los semi-supervisores y distanciándose marcadamente de los demás obreros. Esto justifica su consideración en Lota como grupo de alto status dentro de los mineros.

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Pero si recordamos que al mismo tiempo son los de menor educación comprenderemos que se trata de una "élite obrera" de tipo muy distinto a la élite obrera de Huachipato.

Podemos comenzar por ver las diferencias en el terreno de la actividad sindical. En la tabla 43 vemos que mientras en Huachipato los obreros calificados participan más activamente que los demás en el sindicato, en Lola su participación disminuye.

Tabla 43

Influencia de la calificación sobre la participación sindical

No-

calificados Semi-

calificados Calificados (o

Barreteros) Semi-

supervisores

Huachipato 34% - 42% -

Lota 53% 52% 45% 28%

Resulta interesante analizar la mentalidad de los barreteros, el grupo obrero de altos ingresos en Lota. Hemos visto que ellos se destacan por su baja educación, y disminuyen su participación sindical. Pero esta disminución parece, en su caso, deberse a un cierto individualismo antisocial, y no va ligado a una mayor aceptación de las estructuras sociales existentes, como era el caso para el grupo obrero caracterizado por sus mayores deseos de ascenso. Por el contrario, los barreteros son los que muestran una más alta "no-aceptación de estructuras", lo que resulta particularmente significativa al compararlos con los demás obreros semi-calificados.

Tabla 44

Influencia de la calificación sobre la "no-aceptación de estructuras"

No-

calificados Semi-

calificados Calificados (o

Barreteros) Semi-

supervisores

Huachipato 35% - 32% -

Lota 42% 36% 45% 24%

Esta interpretación del individualismo de los barreteros se corrobora con los siguientes datos, en los que se ve que ellos son los menos identificados a su grupo de trabajo.

Lota Porcentaje Identificados al grupo de

Trabajo

Semi-

supervisores 55%

Barreteros 45%

Semi-Calificados

53%

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No-calificados 53%

Este individualismo, sin embargo, no va unido a una insatisfacción en el trabajo. Tanto en Huachipato como en Lota la satisfacción es levemente mayor al aumentar la calificación, pero la diferencia es muy poco significativa. Sólo para los semi-supervisores es la satisfacción marcadamente superior.

Lota Porcentaje Satisfechos

Semi-supervisores 65%

Barreteros 41%

Semi-Calificados 36%

No-calificados 35%

Huachipato Calificados 72%

No-calificados 68%

Podemos hacer aquí referencia a una proposición general, según la cual el rechazo a las estructuras sociales existentes puede ir ligado a una tendencia a tratar de cambiarlas a través de una acción colectiva o bien puede ir asociado a actitudes individualistas y a un desinterés en esas actividades colectivas de cambio social.

El caso de los barreteros de Lota parece ser de este último tipo.

En el capítulo anterior habíamos construido una proposición teórica según la cual en los sistemas sociales en que el ascenso es difícil, los grupos minoritarios orientados hacia él tienden a desvincularse de las actitudes y comportamientos más típicos de su clase. Ahora podemos afirmar algo parecido para los grupos obreros de altos ingresos y calificación en esas situaciones. Actúa fuertemente sobre ellos su condición de sectores privilegiados comparativamente al resto, y también el hecho de que la selección no se realiza en general con criterios muy racionales.

En cambio cuando el sistema de calificación es algo más racionalizado, como en Huachipato, y va más unido a una alta educación, y es más obviamente parte de una gama continua, los efectos sobre el alto estrato obrero son distintos. Vuelve a darse para ellos el hecho, también observado en lo referente al deseo de ascenso, de que adecúan su mentalidad a su situación privilegiada, pero no disminuyen las actividades colectivas de tipo reivindicativo, aunque si ponen un distinto contenido mental en ellas. Esto se observa por ejemplo, en lo referente a la identificación con la clase media. Ella es mucho mayor para los calificados que para los demás en Huachipato. En cambio en Lota casi no hay diferencia entre los varios estratos obreros, y los semi-supervisores tienen ligeramente menos tendencia a considerarse como de clase media que los obreros.

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Tabla 45

Influencia de la Calificación sobre la identificación con la clase media

No-

calificados Semi-

calificados Calificados (o

Barreteros) Semi-

supervisores

Huachipato 43% - 63% -

Lota 21% 21% 24% 17%

Estos datos son de interés para corroborar una vez más cómo existe una gran homogeneidad en Lota, sobre todo en los aspectos culturales, entre los diversos estratos obreros y aún los cercanos a la clase media, como son los semi-supervisores.

Finalmente, la favorabilidad a los partidos políticos muestra características parecidas a la participación sindical: disminuye en Lota al aumentar la calificación, mientras que en Huachipato en este caso no se ve afectada (recordemos que la participación sindical aumentaba en Huachipato para los calificados).

Tabla 46 Influencia de la calificación sobre la favorabilidad a partidos políticos

No-

calificados Semi-

calificados Calificados (o

Barreteros) Semi-

supervisores

Huachipato 26% - 25% -

Lota 41% 30% 34% 24%

Otro hecho importante, y no muy fácil de explicar es el que se documento en la tabla 47. En ella se ve que en Lota los menos calificados son los que menos adhesión muestran al supervisor, lo que está dentro de lo previsible. Pero en cambio en Huachipato son los obreros calificados los que menor adhesión demuestran a sus supervisores.

Tabla 47 Influencia de la calificación sobre la adhesión al supervisor

No-

calificados Semi-

calificados Calificados (o

Barreteros) Semi-

supervisores

Huachipato 61% - 47% -

Lota 34% 44% 45% 45%

Debemos observar que la mayoría de los obreros calificados en Huachipato son de maestranza, y es posible que entre ellos exista . una mentalidad especial, una particular actitud de orgullo profesional y una actitud crítica hacia sus supervisores. También es preciso tener en cuenta que los obreros de maestranza, que trabajan diseminados en la fábrica, tienen menores vínculos con sus supervisores, y mayor autonomía en el trabajo. Tensamos en cuenta que nuestros datos no nos indican

Page 102: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

que haya un mayor antagonismo entre los obreros calificados y sus supervisores, sino simplemente que la relación positiva de aprecio y adhesión, tiene menos oportunidad de manifestarse, debido a una menor frecuencia de interacción.

Resulta también de interés ver la distribución de las aspiraciones hacia el ascenso social entre los diversos estratos. Se da un fenómeno típico: el deseo de independizarse disminuye al aumentar la calificación (en forma marcadamente rápida en Lota).

Huachipato Porcentaje que desean

independizarse

Semi-

supervisores 52%

No-calificados 58%

Lota

Semi-

supervisores 52%

Barreteros 65%

Semi-calificados 62%

No-calificados 80%

Esto corrobora la naturaleza de "fenómeno compensatorio" que habíamos atribuido al deseo de independizarse en Lota. Los obreros más calificados, en cambio, tendrían sus aspiraciones más integradas en la estructura de la empresa y pensarían menos en salir de ella y establecerse por cuenta propia. Esto sería particularmente cierto para los semi-supervisores, y los calificados del carbón, cuya capacitación sufriría mucha merma al salir de esa industria, ya que en ella es imposible instalarse por cuenta propia.

El deseo de ascenso, en cambio, en Huachipato está igualmente distribuido entre calificados y no-calificados, lo que es un indicio de su gran difusión como forma cultural entre todos los estratos obreros. En Lota también su difusión alcanza a todos los estratos, hasta los más bajos. Si exceptuamos a los semisupervisores, que en este sentido muestran un comportamiento más cercano a su condición jerárquica, tenemos que los estratos de baja calificación en Lota tienen más deseos de ascenso que los barreteros.

Esta baja orientación hacia el ascenso social de los barreteros puede deberse a las características peculiares de este grupo, que deriva sus altos ingresos de la forma en que están pagados, y que parecen bastante satisfechos de su situación actual.

Huachipato Porcentaje que desea

ascender

Semi-supervisores

79

No-calificados 78

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Lota

Semi-

supervisores 83

Barreteros 34

Semi-calificados 47

No-calificados 48

Otra importante actitud que varía en función de la calificación es la importancia dada a la educación como criterio para fijar sueldos (ver tabla 48). La difusión de este criterio en la clase obrera constituye un índice importante de su mentalidad general.

Efectivamente, en la estructura burocrática moderna el criterio más importante que va asociado a la fijación del sueldo es la educación del individuo. En la medida en que un grupo obrero acepte más este criterio como válido, aceptará más la legitimidad de la gama de ingresos en una estructura administrativa. Como es obvio, esto tiene importantes consecuencias para la teoría del control social.

Lo que se observa es que en Huachipato los obreros calificados tienen una marcada aceptación de este criterio, comparados a los no-calificados. En cambio en Lota los barreteros (los calificados del carbón) se muestran menos aceptantes de este criterio que los obreros de menor calificación. Y, lo que es aún más significativo, los semi-supervisores, a pesar de su posición Jerárquica, no se distinguen de los obreros de baja calificación en este sentido.

En el próximo acápite, al tratar de la educación, veremos más a fondo este tema del control social en ambas comunidades.

Tabla 48 Influencia de la calificación sobre la aceptación de la educación como criterio para

fijar sueldos

No-

calificados Semi-

calificados Calificados (o

Barreteros) Semi-

supervisores

Huachipato 36 - 45 -

Lota 35 22 17 24

Resumiendo lo visto hasta ahora, podemos decir que en Huachipato el estrato más calificado de la clase obrera se caracteriza por su mayor aceptación de ciertas normas y valores típicos de la clase media y de la sociedad global. En cambio en Lota los obreros de mayor calificación y status tienden a disminuir su actividad sindical, sin que ello vaya unido a una mayor aceptación de valores y normas de la clase media. Por el contrario, la reacción del obrero calificado del carbón suele ser de individualismo y rechazo de las estructuras sociales dominantes, sin por eso integrarse en mayor medida en las actividades colectivas de su clase.

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III. Efectos de la educación

Para estudiar los efectos de la educación, hemos hecho tanto en Huachipato como en Lota una tricotomía, en Alta, Mediana y Baja, pero interpretando estos términos en forma relativa. Su significado es el siguiente:

En Huachipato En Lota

Baja Educación Primeros tres años del ciclo

primario Sin asistencia escolar

Mediana

Educación Segundos tres años del ciclo

primario Primeros tres años del ciclo

primario

Alta Educación Alguna educación secundaria Segundos tres anos del ciclo

primario o más

Los efectos de la educación sobre la mentalidad obrera se hacen sentir más en Huachipato que en Lota, en general. Iremos viendo estos efectos por separado, sobre las variables que hemos estado considerando.

Comenzaremos por notar que en Huachipato a mayor educación corresponde más tendencia a considerarse como perteneciente a la clase media, mientras que en Lota este efecto no se hace sentir.

Esta característica de la mayor influenciabilidad de la actitud de "clase media subjetiva" por los diversos factores del campo de fuerza social en Huachipato que en Lota ya la habíamos visto repetidas veces hasta ahora. Parecería, pues, que en la comunidad más homogénea y más culturalmente cerrada de Lota la actitud mayoritaria de no-identificación con la clase media está profundamente enraizada en la población, constituye una actitud básica de fuerte difusión, y que no es fácilmente alterada por el juego de las variables sociológicas (fundamentalmente educacionales y económicas) que estamos analizando.

Tabla 49 Efectos de la educación sobre la identificación con la clase media

Baja Educación Mediana Educación Alta Educación

Huachipato 35% 48% 82%

Lota 21% 21% 21%

Tabla 50 Efectos de la educación sobre la no-aceptación de estructuras

Baja Educación Mediana Educación Alta Educación

Huachipato 43% 30% 32%

Lota 33% 43% 39%

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Si ahora consideramos los efectos de la educación sobre la no-aceptación de las estructuras sociales existentes, veremos que también la relación es más marcada en Huachipato que en Lota. Además, mientras en Huachipato la mayor educación (después del primer ciclo primario) disminuye la no-acepta- ción, en Lola el pasar de la ausencia de educación a la existencia de alguna educación hace que aumente la no-aceptación de las estructuras sociales existentes.

Se trata de un fenómeno distinto para Lota y Huachipato. En Huachipato al aumentar la educación aumenta lo que podríamos llamar la integración dentro del sistema de control social existente en esa comunidad. Éste es un efecto ya previsto por muchos reformadores sociales de principios del siglo XIX. Ellos sostenían que una vez destruido por la industrialización, el sistema tradicional de control social correspondiente a la pequeña comunidad rural, se hacía necesaria, para mantener el "orden social", una extensión de la educación a las masas destinada a trasmitirles los conceptos y valores dominantes de la sociedad global. La situación en Huachipato, según los datos que hemos visto, coincide con este punto de vista en cuanto a los efectos de la educación.

Pero en Lota el efecto es contrario al especificado. Al aumentar la educación -desde el nivel de casi analfabetismo al de tener alguna educación- el efecto que se tiene es un aumento de la no aceptación de estructuras sociales existentes. O sea, hay más bien una mayor rebelión contra lo existente, y en consecuencia un debilitamiento del sistema de control social.

¿A qué se debe esta diferencia de efectos? La diferencia no estriba solamente en que en Lota se trata de un nivel general más bajo de educación. Efectivamente, si en Huachipato sub-dividimos a la categoría "Baja educación" (que comprende a los niveles que en Lota hemos denominado "Baja" y "Media" educación) veremos que el efecto sigue siendo el mismo que para los demás niveles en Huachipato: los sin educación tienen un 50 por ciento de "no-aceptación", mientras los que han tenido los primeros tres años del ciclo primario muestran un 42 por ciento.

Las causas de la diferencia deben buscarse en otros aspectos de la estructura social. Uno de ellos puede ser la mayor cohesión social de Lota, que se aproxima más, sobre todo al nivel obrero, a lo que Durkheim denominara "solidaridad mecánica". Este tipo de solidaridad, que va asociado a una serie de experiencias comunes vividas por los mineros con mucha intensidad, y a una mayor homogeneidad en cuanto a los estereotipos compartidos, crea casi una subcultura específica para los mineros, que tiene entre sus valores el rechazo instintivo a lo que sea la empresa y lo patronal. Este complejo de actitudes puede estar tan arraigado y reforzado por todos los varios elementos que lo componen, que un incremento de educación, aunque sea dado por el sistema estatal o privado-religioso, sólo tiene el efecto de dar más forma intelectualizada a ese complejo de actitudes. No se trataría, pues, sólo del nivel de educación que se da, sino de la forma en que las actitudes obreras están arraigadas en su contexto cultural. Claro que una mayor dosis de educación -siempre al nivel de masas- puede quizá

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también en Lota tener el efecto de integrar a la población obrera en el sistema de control social.

Tabla 51 Relación entre Educación e Ingreso

Baja Educación Mediana Educación Alta Educación

Huachipato 37% 39% 63%

Lota 57% 41% 35%

De todos modos, puede también haber otra variable en juego. Efectivamente, es previsible que los efectos de una incrementación de la educación serán distintos según que vayan o no unidos a mejoras de la situación económica. Sólo en el caso de que vayan unidos a esa mejora económica tendrán el efecto de extender el alcance del sistema de control social. Si ahora vemos cómo se correlacionan ambas variables en Lota y en Huachipato, tendremos quizá la explicación más clara de las diferencias.

Mientras que en Huachipato se da la relación "normal", en Lota los obreros de mayor educación obtienen menores ingresos. Esto puede deberse a la prevalencia del sistema de pago a trato de los obreros del frente de mina, generalmente de menor educación que los otros. De todos modos, se comprende que esto contribuye a la situación de mayores antagonismos y tensiones sociales existente en Lota.

El problema del control social y de las formas en que se ejerce es uno de los más importantes que se presentan al estudio sociológico. Podemos ir señalando ya que en Huachipato se nota en general un tipo de control social más "moderno", más semejante al que caracteriza a las sociedades más desarrolladas e industrializadas. Este sistema opera a través de mecanismos indirectos, y fundamentalmente implica una apreciable medida de consenso y aceptación por parte de la mayoría de la población. Este sistema está en gran parte mediatizado por el aparato educacional y por el incentivo generalizado de promoción y ascenso social. Sólo se basa esporádicamente en el ejercicio directo de la fuerza o de la autoridad.

El sistema de control social en Lota, en cambio, es más tradicionalista y menos basado en el consenso general. Opera en forma más directa a través del sistema de castigos y recompensas.

El sistema que hemos denominado "moderno" tiene la característica de ser más estable y menos vulnerable a cambios y explosiones súbitas. Desde ese punto de vista implica un control social más completo. Pero por el otro lado su operación en forma indirecta, y su necesidad mayor de obtener el consenso general, lo hace más abierto a cambios sociales lentos pero continuos.

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La forma de producción minera ha ido históricamente mucho más asociada al método "inestable" de control social a que hacemos referencia. La historia de los países y regiones de América latina caracterizadas por esa forma de producción confirma las características de inestabilidad de ese tipo de control social (Bolivia, México, en parte Perú y el norte de Chile). Parecería ser que la tendencia actual es hacia el cambio del sistema "tradicional" e "inestable" de control social hacia el que denominamos "moderno", sea a través de un proceso gradual o después de alteraciones de tipo revolucionario.

Resulta interesante, entonces, estudiar los problemas de la transición de un sistema a otro. En nuestro estudio no podemos más que sugerir algunas consideraciones, por supuesto. Pero podemos indicar la siguiente dinámica de evolución:

1º) Hay un primer período -tipo Lota- en que el sistema tradicional parece tender a automantenerse. Un incremento de educación no produce un mayor control social; el deseo de promoción social sólo tiene el efecto de separar a un pequeño grupo obrero del resto, sin afectar la mentalidad general; y el deseo de ascenso social a través del independizarse va unido a un mayor antagonismo hacia los sectores dominantes de la sociedad.

Todo esto hace que al menos los sectores dominantes en la sociedad no estén interesados en introducir cambios "modernizadores" en el sistema de control social. Para expresarlo gráficamente, "aflojar un poco la tapa de la caldera puede producir una salida explosiva de vapor".

2º) De todos modos, por el proceso industrial y social, y por la presión de elementos reformadores y por las mismas demandas reivindicativas de los obreros y sus representantes puede llegarse, en forma no muy planeada y venciendo muchas resistencias, a una situación que puede ser descrita como de control social del tipo "moderno".

3º) Una vez alcanzado este nivel, comienza a estar en los intereses de los sectores dominantes el introducir más elementos de control social "moderno"; fundamentalmente educación, posibilidades de ascenso social, sistemas de supervisión "democrática", y varios métodos de consultación en el trabajo a los obreros o a los sindicatos. Esto hace que el proceso de cambio se acelere en esta etapa, comparada con la segunda, pues ya no cuenta con la misma oposición de los sectores dominantes.

Este modelo constituye una simplificación, sin duda, y puede haber etapas sucesivas con consecuencias que no son fáciles de prever. Efectivamente, no podemos afirmar que siempre mayores incrementos de educación y de movilidad social tendrán el efecto de consolidar el sistema de control social. Sólo expresamos la hipótesis para situaciones del tipo de las estudiadas en nuestro trabajo (1).

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La diferencia de acción de los dos tipos de control social en Lota y en Huachipato se puede ver y aclarar en su funcionamiento si analizamos las relaciones entre la educación y el sindicalismo y la politización.

Comenzaremos por ver (tabla 52) que en Huachipato a mayor educación corresponde una mayor participación sindical. En Lota, en cambio, ésta disminuye para los de más alta educación.

Ya hemos visto que el tipo de sindicalismo de Huachipato corresponde a una mentalidad de "integración" a la sociedad existente. Pero al mismo tiempo es una poderosa fuerza de cambio dentro de esa sociedad. La mayor educación, al aumentar la participación en este tipo de sindicalismo, contribuye, pues, a consolidar el sistema de control social que hemos denominado "moderno", y que, según ya habíamos observado, tiene implícita en sí una tendencia hacia el cambio social.

Tabla 52 Efectos de la educación sobre la participación Sindical

Baja Educación Mediana Educación Alta Educación

Huachipato 30% 39% 39%

Lota 52% 56% 46%

En cambio, en Lota la mayor educación disminuye la participación sindical. En este sentido su efecto sobre el sistema de control social es semejante al que el deseo de ascenso producía en Lota: hace disminuir un poco las actividades reivindicativas de un sector obrero, sin tener efectos sobre su mentalidad general, ni extenderse a manifestaciones colectivas. Por el contrario, al hacer que la minoría más educada (o más orientada hacia el ascenso social) se aleje de sus actividades de clase, deja que éstas sean más controladas por el resto de la clase obrera, menos afectado por esos mecanismos tradicionales de control social. En el modelo tipo Huachipato, en cambio, la minoría (más extensa) afectada por los mecanismos de control social cambia su mentalidad, y al participar aún más activamente en las manifestaciones colectivas de su clase, como ser el sindicalismo, contribuye a darles su tónica.

Tabla 53

Efectos de la educación sobre la favorabilidad a partidos políticos

Baja Educación Mediana Educación Alta Educación

Huachipato 17% 26% 31%

Lota 40% 34% 39%

Un fenómeno parecido ocurre con la favorabilidad a los partidos políticos, que en Lota no se ve afectada por la educación, pero que en Huachipato aumenta notablemente con ella.

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Tabla 54

Efectos de la educación sobre el deseo de ascenso

Baja Educación Mediana Educación Alta Educación

Huachipato 54% 78% 79%

Lota 29% 49% 56%

Otra importante correlación es la que existe entre la educación y las aspiraciones de ascenso social (deseo de ascenso, y de independizarse). Si observamos las tablas 54 y 55, veremos que existe en ambos lugares un fuerte efecto de la educación en elevar las aspiraciones. Esto confirma el importante rol que tiene la educación en fomentar la "revolución de las aspiraciones", fenómeno de peculiar importancia en los procesos de cambio social en América latina. Pero en cuanto a los efectos totales sobre el sistema de control social, debe tenerse presente, aparte de su rol de incrementar las aspiraciones, el hecho de que esas aspiraciones tienen a su vez efectos distintos según el tipo de sociedad en que se manifiestan. Si es una sociedad relativamente abierta, tienen efectos integrativos sobre el sistema de control social moderno. Si es una sociedad relativamente cerrada, tienen efectos de debilitamiento sobre ese sistema de control social tradicional.

Tabla 55

Efectos de la educación sobre el deseo de independizarse

Baja Educación Mediana Educación Alta Educación

Huachipato 48% 53% 66%

Lota 62% 75% 73%

Esta es una relación bien marcada, y que no habíamos encontrado cuando el ingreso o la calificación eran las variables independientes. Parecería, pues, que de los varios criterios de estratificación de la clase obrera, es la educación la que más fuertemente afecta e incrementa la aspiración hacia el ascenso social.

Las secuencias descritas pueden esquematizarse en la siguiente forma:

Tabla 56

Operación de la estratificación y las aspiraciones de ascenso social en el sistema de control social

a) Huachipato

Efectos sobre las siguientes variables

Deseo de

ascenso Deseo de

independ. Aceptación de los

valores de sociedad

dominante

Participación en

actividades de su

clase

Altos ingresos Nulo Aumenta Aumenta Disminuye

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Alta calificación

Nulo Disminuye Aumenta Aumenta

Alta educ. Aumenta Aumenta Aumenta Aumenta

Deseo ascenso

en empresa - - Aumenta Leve aumento

b) Lota

Efectos sobre las siguientes variables

Deseo de

ascenso Deseo de

independ. Aceptación de los

valores de sociedad

dominante

Participación en

actividades de su

clase

Altos ingresos Disminuye Disminuye Poca influencia Disminuye

Alta

calificación Disminuye Disminuye Poca influencia Disminuye

Alta educ. Aumenta Aumenta Disminuye Disminuye

Deseo ascenso

en empresa - - Disminuye

Como conclusión de este capítulo, podemos decir que en general los estratos obreros altos, en Huachipato, son más activos política y sindicalmente que los bajos, mientras que lo contrario tiende a ocurrir en Lota. Pero la mayor actividad de los estratos obreros calificados en Huachipato va unida a una mayor aceptación de normas y valores del tipo de los que caracterizan a la clase media.

Puede ser de interés comparar estas conclusiones con algunas de las formulaciones teóricas más conocidas acerca del comportamiento diferencial de los estratos obreros. Es sabido que en el pensamiento de Marx, el estrato más alto y calificado de la clase obrera es considerado en general como de poco espíritu de lucha, y con tendencias a "acomodarse" en la sociedad existente, defender sus pequeños privilegios y abandonar reivindicaciones y transformaciones sociales de mayor envergadura. De ahí el mote despectivo de "aristocracia obrera" que tanto Marx como Engels aplicaban a este estrato obrero.

De todos modos, ya Marx y Engels establecían una diferencia entre los estratos de calificados en Inglaterra (y Estados Unidos por extensión) y los de los demás países europeos (sobre todo Alemania y Francia) entre quienes veían más actitud revolucionaria. Quizá hoy podamos interpretar esto como debido a la diferencia en las posibilidades de movilidad social o emigración a zonas de colonización existentes entre ambos grupos de países. Para el obrero inglés o norteamericano disconforme con su situación era de mayor facilidad ir a establecerse por su cuenta en zonas como California, Canadá o Australia, o independizarse y transformarse en capataz, que para sus compañeros franceses o alemanes. Nosotros podríamos quizá decir que las mayores posibilidades de movilidad social que ellos tenían los inducían a una mayor aceptación de las normas y valores de la sociedad dominante. Esto no impedía que fueran ellos activos sindicalistas y aun los iniciadores del movimiento obrero. Pero sin duda la mentalidad y enfoques

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que ponían dentro de ese sindicalismo eran de un tipo distinto al que se daba en otros países europeos.

La situación que Marx veía en el sindicalismo inglés no es, pues, en lo referente a esta área, muy distinta de la que nosotros hemos encontrado en Huachipato.

En cuanto a la situación de Lota, ésta tiene una característica de "militancia" y de ideología revolucionaria más marcadas. Pero, a diferencia del esquema de Marx, su basamento no es una industria altamente desarrollada, sino una actividad minera con muchos elementos tradicionalistas, relativamente poco tecnificada. El resultado es que el tipo de organización y conciencia obrera debe ser distinto al postulado por Marx como característico de etapas avanzadas del capitalismo. La diferencia se da, presumiblemente, en el grado de capacidad para la organización autónoma, ligado en buena medida al nivel de educación y grado general de secularización y superación de las relaciones tradicionalistas, primarias y tipo "gemeinschaft".

Enfoques teóricos en los que se da primaria importancia a estas variables son los expresados por Michel Collinet y S. M. Lipset, entre otros (2). Para estos autores, un sindicalismo basado en estratos obreros altos se caracterizaría por menor difusión de actitudes autoritarias, y más tendencia a la organización autónoma, independiente de la ingerencia de partidos políticos y otras organizaciones externas al sindicato mismo. Es posible que el caso de Huachipato entre dentro de este modelo, mientras que el de Lota se acerca al correspondiente a los estratos obreros bajos. Éstos manifestarían más carga de actitudes autoritarias y mayor tendencia a que sus activistas estén muy influenciados desde afuera del sindicato, a través de estructuras cimentadas con fuertes elementos burocráticos. Nuestros datos, de todos modos, no nos permiten ir demasiado en profundidad en el análisis de las relaciones de poder entre los diversos grupos internos al sindicato (asociados, activistas, líderes) v su posible anclaje en estructuras externas al mismo. En los capítulos siguientes, sin embargo, describiremos en alguna medida el proceso de formación y selección de los activistas sindicales y las formas en que se da su relación con las bases en ambas comunidades.

Resumiendo las formulaciones expuestas en este capítulo y el anterior, podemos intentar por el momento las siguientes proposiciones:

1. En situaciones en que el estrato alto obrero forma una minoría muy marcada y no definida por criterios educacionales exigentes (Lota), es fácil que esta minoría obtenga algunos privilegios y favores por parte de la empresa, y como consecuencia se retraiga de la acción sindical.

2. En situaciones en que el estrato alto obrero no es tan minoritario, y en que él

está formado a través de requisitos educacionales y de entrenamiento más formales (Huachipato), la tendencia es que ese estrato participe activamente en lo sindical, pero con una mentalidad de mayor integración y aceptación de la estructura social existente que el resto de la clase obrera.

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3. De las variables principales que determinan una estratificación interna en la

clase obrera la educación parece ser la que más influye las actitudes (comparada a la calificación y al ingreso, con las cuales, de todos modos, tiende a ár asociada en las situaciones de mayor desarrollo técnico e industrial).

Resumen de proposiciones principales y sistema de hipótesis

Efectos de la estratificación interna a la clase obrera

Proposición 1: La élite obrera definida según la calificación en el trabajo, tiene en

Huachipato, al mismo tiempo, mayores ingresos y más educación. En cambio, en Lota, tiene más ingresos pero menor educación.

Hipótesis interpretativa: En la industria siderúrgica (y en general en la industria moderna) la calificación se obtiene por medio de estudios o entrenamiento previos, o al menos los requiere como fundamentos. En cambio, en la industria del carbón (y en general en minería y muchas industrias poco tecnificadas) la calificación se hace en mayor medida "sobre el trabajo" con la experiencia, y en parte a través de la promoción individual, y no requiere una especial educación o formación. Depende en mayor medida de decisiones arbitrarias de promoción por parte del supervisor o capataz.

Proposición 2: De los tres criterios de estratificación (calificación, ingresos,

educación), la educación parece ser la que más influencia las actitudes, tanto en Huachipato como en Lota.

Proposición 3: En Huachipato, los obreros de mayor calificación e ingresos se caracterizan por su mayor participación sindical, y al mismo tiempo por su mayor aceptación de ciertas normas y valores típicos de la clase media y la sociedad global. En cambio, en Lota los obreros de mayor calificación e ingresos tienden a disminuir su participación sindical, sin que ello vaya unido a una mayor aceptación de valores de clase media.

Proposición 4: En Huachipato, a mayor educación corresponde más participación

sindical y favorabilidad a partidos, y al mismo tiempo se da mayor aceptación de valores típicos de la clase media y la sociedad global. En cambio, en Lota los obreros de mayor educación disminuyen su participación sindical, pero no varían mucho su aceptación de valores de clase media (más bien se nota una tendencia a aumentar el rechazo a los mismos).

Hipótesis interpretativa: En Lota, comunidad más homogénea y más culturalmente cerrada que Huachipato, la actitud mayoritaria de no-identificación con ciertos valores de la clase media y la sociedad global está arraigada profundamente y forma parte de un complejo del tipo descrito por Durkheim como "solidaridad

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mecánica". Este complejo de actitudes se ve poco afectado por un aumento de educación, comparativamente a lo que ocurre en una sociedad más abierta, como Huachipato (sugerido por Proposiciones 3 y 4 de este capítulo, y Proposición 4 del capítulo anterior).

Hipótesis interpretativa: En Huachipato, según la Proposición 1, a más educación corresponden más ingresos, lo que maximizará las funciones de control social cumplidas por la educación. En Lota, a más educación corresponden menos ingresos, lo que minimizará las funciones de control social cumplidas por la educación.

Generalizaciones basadas en el anterior y el actual capítulos

Hipótesis general 1: En un sistema social en que el estrato alto obrero (definido

por calificación, ingreso, educación y deseo de ascenso social) forma una minoría muy marcada y no definida por criterios educacionales exigentes (Lota), es fácil que esta minoría obtenga algunos privilegios y favores por parte de la empresa, y como consecuencia se retraiga de la acción sindical.

Hipótesis general 2: En situaciones en que el alto estrato obrero no es tan minoritario, y en que él está formado a través de requisitos educacionales y de entrenamiento más formales (Huachipato), la tendencia es que ese estrato participe activamente en lo sindical, pero con una mentalidad de mayor integración y aceptación de la estructura social existente que el resto de la clase obrera.

Definición: Denominamos "sistema de control social tradicional" a aquel basado bastante directamente en un sistema de recompensas y castigos, y poco en el consenso general. Denominamos "sistema de control social moderno" a aquel que se basa en el consenso y la aceptación por parte de apreciamos sectores de la comunidad, y que opera en gran medida mediatizado por el sistema educacional y por el incentivo de ascenso social.

Hipótesis general 3: El sistema de control social que hemos denominado

"moderno" tiene la característica de ser más estable y menos vulnerable a cambios o explosiones súbitas. Desde ese punto de vista implica un control social más completo. Pero por el otro lado su operación en forma indirecta, y su necesidad mayor de obtener el consenso general, lo hacen más abierto a cambios sociales lentos pero continuos.

Hipótesis general 4: Hay un proceso en tres etapas por el cual se tiende a ir

desde un sistema de control social "tradicional" a uno de tipo "moderno": es preciso vencer una "barrera" para después avanzar rápidamente.

1. En un primer período el sistema tradicional parece tender a automantenerse. Un

incremento de educación no produce un mayor control social; el deseo de promoción social sólo tiene el efecto de separar un pequeño grupo obrero del resto sin afectar la mentalidad general; y el deseo de ascenso social a través del

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independizarse va unido a un mayor antagonismo a los sectores dominantes de la sociedad. (Todo esto hace que al menos los sectores dominantes de la sociedad no estén interesados en introducir cambios "modernizadores".)

2. De todos modos, por el progreso social e industrial, y por la presión de

elementos reformadores y por las demandas obreras puede llegarse, en forma lenta y no muy planeada y venciendo muchas resistencias, a una situación que puede ser descrita como "de tipo moderno".

3. Una vez alcanzado este nivel, comienza a estar en los intereses de los grupos

dominantes el introducir más elementos de control social "moderno", fundamentalmente educación, posibilidades de ascenso social, sistemas de supervisión "democrática", y varios métodos de consultación en el trabajo con obreros y sindicatos.

Notas:

1. Puede ser de interés observar que el proceso en tres etapas descrito guarda una analogía formal con el que algunos economistas describen para el crecimiento económico. Ellos hablan de que este crecimiento económico (industrialización) tiene que pasar por un período difícil, donde debe vencer resistencias y aún no posee ímpetu propio, y que denominan "período de despegue" (take-off period). Una vez pasado este período, el cambio es más veloz, pues se alimenta a sí mismo. Ver W. Rostow, "The take-off into self-sustained growth", The Economic Journal marzo 1956; y W. Rostow, Las etapas del crecimiento económico (F. C. E.).

2. Ver Michel Collinet, Espíritu, del sindicalismo (París, 1949), y S. M. 177 Lipset, Political Man, y por el mismo autor. Union Democracy.

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LA SELECCIÓN DE POTENCIALES DIRIGENTES OBREROS

Hasta ahora hemos considerado sobre todo ciertos factores externos, de campo, que operan sobre la clase obrera y contribuyen a formar su mentalidad. Particularmente nos hemos concentrado sobre el grado de "apertura" del sistema social, y sobre la estratificación interna a la misma clase obrera.

Es cierto que hemos tomado también las reacciones actitudinales del obrero ante esos factores, como, por ejemplo, su actitud hacia el ascenso social y su satisfacción con el trabajo que realiza, ambas variables de importancia central en nuestro análisis previo. Pero los hemos enfocado más bien como resultado de modelaciones y de influencias ejercidas desde afuera y que a lo sumo generan una reacción en el estrato estudiado.

Ahora es preciso completar el análisis con una consideración de los aspectos más conscientes, más voluntaristas, del sector social a estudiar, y que explican que las acciones de éste no son meras respuestas a estímulos recibidos, sino que tienen una dinámica propia. Sin entrar a discusiones sobre causalidades últimas, podemos decir que al menos al nivel sociológico, y para fines metodológicos, es conveniente hacer esta distinción (1). Se trata, más que nada, de dos formas distintas de encarar los mismos datos, dos perspectivas complementarias desde las cuales observar ciertos fenómenos sociales.

I. Los "activos sindicales" y el "público sindical"

En nuestro estudio no hemos obtenido datos sobre los dirigentes sindicales, pero tenemos en cambio las características de un sector de "activos sindicales" (ver el apéndice C, ítem 15, para la definición de este concepto de "actividad sindical" y su medición). Estos activos sindicales son los que realmente dan vida al sindicato, y es presumiblemente de entre ellos que se van seleccionando los dirigentes obreros.

El porcentaje formado por los activos sobre el total de los obreros de cada empresa es aproximadamente el mismo en Huachipato y Lota: 16 por ciento para el primer caso, 17 por ciento para el segundo.

Tiene particular importancia el tipo de vinculación que se da entre estos potenciales dirigentes y las bases. Para ello tendremos en cuenta la existencia de una categoría intermedia entre los activos y los que no se interesan en el sindicato: los "participantes" sindicales. (Ver apéndice C, ítem 14, para la definición de este concepto y su medición.) Los "participantes" incluyen en general en su número a los activos, ya que son una categoría definida más ampliamente (2).

Podemos considerar que los participantes forman una especie de "público sindical" que recibe las influencias de los activos, y que a su vez tiene cierta capacidad de reaccionar y presionar sobre ellos. Este público sindical es más

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numeroso en Lota que en Huachipato: constituye el 52 por ciento del total en Lota, y sólo el 37 por ciento en Huachipato.

Si ahora analizamos algunas características del grupo de participantes, veremos que éstos constituyen en Lota un grupo con relativamente menor ingreso y menor educación que los no-participantes, mientras que en Huachipato este fenómeno no ocurre prácticamente (o aun se invierte para lo referente a la calificación).

Tabla 57 Características de los "participantes sindicales" en Huachipato y Lota

De altos ingresos

relativos

De alta educación (secundaria en Huachipato y primaria en Lota)

Calificados y semicalificados

Huachipato

Participantes 41% 30% 41%

No

participantes 47% 28% 32%

Lota

Participantes 35% 34% 46%

No

participantes 50% 42% 48%

Estos datos nos muestran que el "público sindical" en Lota forma un estrato más bajo de la clase obrera, sobre todo en lo que respecta a ingresos y educación. Mientras que en Huachipato más bien ocurre lo contrario, sobre todo en lo referente a la calificación (3).

Esto coincide con lo que viéramos en el capítulo anterior, aunque ahora estamos tomando al grupo de participantes como sujeto de nuestro análisis.

También se nota que en Lota los "participantes" incluyen sobre todo a los más disatisfechos con su trabajo en mucha mayor proporción que lo que ocurre en Huachipato, donde el fenómeno no es estadísticamente significativo.

Tabla 58 Porcentaje de satisfechos con su trabajo entre los participantes sindicales.

Huachipato y Lota

Huachipato Total de casos Porcentaje de satisfechos

Participantes 78 64%

No participantes 133 72%

No es significativo al nivel del 10 %

Lota Total de casos Porcentaje de satisfechos

Participantes 110 31 %

No-participantes 103 45%

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Significativo al nivel del 5 %

Esto también coincide con nuestros datos anteriores acerca de la mayor influencia que la insatisfacción tiene sobre la actividad sindical en Lota, comunidad más primaria que Huachipato en su estructura social.

El hecho de que el "público sindical" de Lota, comparado al de Huachipato, se caracterice por estar más cargado hacia el lado de los estratos obreros más bajos y de mayor insatisfacción en el trabajo, deberá tener especiales consecuencias sobre el tipo de sindicalismo que se dará allí. Este hecho cobra especial importancia si tenemos en cuenta algunas de las teorías sobre la difusión de las actitudes autoritarias en los estratos más bajos de la clase obrera (4) o sobre los fenómenos de masa que pueden facilitarse por la difusión de frustraciones (insatisfechos) en un determinado grupo humano (5).

Debemos recordar acá el dato recién mencionado que indica la apreciable mayor participación sindical en Lota que en Huachipato (52 por ciento contra 37 por ciento). Los datos impresionistas de que disponemos corroboran esta mayor participación sindical en Lota. Ella puede estar vinculada a la combinación de dos fenómenos: una "comunidad cerrada" con fuertes vínculos personales entre sus miembros (que se acerca al tipo de "solidaridad mecánica" de Durkheim), unida a la existencia de un sindicato de mayor militancia, militancia debida en buena medida a la reacción contra una situación de frustración particularmente marcada (y que nosotros medimos a través de la variable "satisfacción en el trabajo", la cual está correlacionada negativamente a la participación en el público sindical).

El sindicato, en Lota, parecería ser en buena medida una de las manifestaciones de la subcultura obrera local, que aún tiene muchos elementos comunitarios y personalizados. Estas características parecen haberse "fusionado" (6) con una mentalidad de extrema izquierda, dominante entre los dirigentes, creando un fuerte vínculo entre dirigentes y miembros de base, mayor que el que existe en Huachipato. En este capítulo veremos algunas características que pueden aclarar el mecanismo de vinculación entre dirigentes (o activistas) y bases. Desde ya, podemos observar que fenómenos del tipo del que describimos, en que se "fusionan" por un lado elementos un tanto tradicionalistas, comunitarios (al nivel obrero), con elementos más modernos, ideológicamente no-conformistas o aún revolucionarios (al nivel de los dirigentes) no son raros de encontrar en las sociedades contemporáneas, sobre todo las que están en el proceso de iniciar un desarrollo industrial. Parecería que en estos casos la fusión se hace sobre todo por el lado emocional, y a través de la común oposición a las formas culturales de la sociedad urbana, "burguesa" y mercantilizada, dominada por consideraciones impersonales de utilitarismo y de preocupación por las ventajas económicas individuales. Esta oposición está compartida, aunque por diversas razones, tanto por la mentalidad preindustrial, sobre todo al nivel popular o rural, como por la mentalidad más extrema y fuertemente anticapitalista.

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Puede ser de utilidad acá introducir los conceptos de acción expresiva y acción instrumental, los que constituyen una importante clasificación de los tipos de acción social (7).

Normalmente un individuo empleará una secuencia de acciones instrumentales y expresivas. Pero podemos decir que hay individuos, o grupos humanos definidos por su ubicación social, para quienes la acción instrumental resulta más común, más fácil, y viceversa aquellos para quienes resulta más difícil, por la "aridez" implicada en un largo proceso de instrumentalización, en que se pueden dar pocas acciones "consumatorias", que impliquen gratificación directa de una necesidad psicológica y la consecuente reducción de tensión. Igualmente, hay individuos o grupos sociales para quienes la acción expresiva es más necesaria, pues necesitan en esa forma descargar una tensión acumulada mucho mayor.

No estamos acá haciendo una tipología de personalidades; sino una tipología en términos de los tipos de acción más frecuentes, inducidos tanto por el sistema social como por el de la personalidad o el de la cultura.

Ahora bien, es previsible que en situaciones sociales como la de Huachipato, en que impera un sistema de control social "moderno", que tiene implícito en sí el cambio, las acciones instrumentales pueden difundirse más en la clase obrera, sobre todo en lo que respecta a su acción reivindicativa, pues es posible conseguir, aunque fuera en cierta medida y después de complejos sistemas de acciones, una buena parte de los objetivos planteados. Se trata de una afirmación comparativa con lo que se da en situaciones del tipo de Lota, con un control social distinto, más tradicional, y con menor evolución o institucionalización de los mecanismos de cambio social y de distribución o alocación de recursos y de poder. Es previsible que en Lota las acciones instrumentales complejas, sobre todo al nivel local (que es el más fácil de acceso para los "activos sindicales") tienen menos capacidad de dar como resultado la obtención de los objetivos planteados. Además, las características del público sindical (particularmente bajo nivel de educación, ingresos y calificación, así como marcada insatisfacción en su trabajo) hacen que éste tenga más necesidad de encauzarse a través de acciones que impliquen alguna gratificación inmediata, aunque fuera simbólica: esto los llevaría con particular fuerza hacia un tipo de acción sindical que podemos denominar "emocional", que se caracterizaría por tener muchos elementos de acción expresiva, mezclados con los de tipo instrumental que sin duda no pueden descender por debajo de un cierto nivel.

Debemos aclarar que estamos haciendo esta hipótesis al nivel del público sindical y de los activos sindicales, que están directamente en contacto con ellos. Al nivel de los dirigentes-funcionarios (que operan en buena medida al nivel nacional, como sé vio en el capítulo II) la situación bien puede ser distinta. Para ellos la acción instrumental es más necesaria y más factible: a su nivel de acción que involucra el sistema de control social nacional, una acción instrumental larga y compleja puede dar como resultado la obtención, aun cuando parcial, de los objetivos planteados, en mucha mayor medida que lo que se da al nivel local de

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los activistas. De todos modos, a ese nivel no podemos hacer afirmaciones por falta de datos.

II. Los factores de selección de "activos": el factor emocional y el factor ideológico-intelectivo

Nos concentraremos, entonces, en el análisis de los grupos de "activos sindicales". Antes de seguir adelante con el proceso psico-social de selección, veamos cómo se recluían los activos sindicales de entre los diversos estratos sociales obreros. En la tabla 59, vemos que la característica es parecida a la que se daba para los "participantes" en el público sindical, aunque un poco aminorada.

Tabla 59 Composición social de los "activos sindicales" en Huachipato y Lota

no-activos activos no-activos activos no-activos activos

Huachipato 45% 45% 31% 23% 35% 35%

Lota 43% 35% 41% 19% 46% 53%

La diferencia entre activos y no-activos es particularmente importante en lo referente al nivel educacional. Aunque ahora también en Huachipato los activos son de menor nivel educacional que el resto, esto no es estadísticamente significativo, mientras que sí lo es para Lota.

Con respecto a la satisfacción, vemos que en ambos lugares los activos tienen una menor satisfacción en el trabajo (tabla 60). Pero mientras esto no es estadísticamente significativo para Huachipato, lo es para Lota. O sea, se encuentran en general las mismas características que para los "participantes": mayor tendencia en Lota a incluir individuos del estrato obrero bajo (sobre todo en educación) y con mayor insatisfacción en su trabajo.

Tabla 60

Satisfacción según la actividad sindical

No-activos Activos

Huachipato 70% 61 % No es significativo al nivel del 10%

Lota 41% 22 % Significativo al nivel del 5 %.

A estos datos se unen otros, que exponemos a continuación, y que contribuyen a completar la imagen que ya teníamos de Lota como una comunidad en que los antagonismos sociales están más marcados. Los datos que ahora exponemos nos describen este antagonismo como un sentimiento más difundido entre los activos que entre el resto de la población obrera. En Huachipato, en cambio, el fenómeno se da en sentido contrario. O sea, no sólo los antagonismos se sienten en general con menor intensidad, sino que los activos los sienten menos que el común de los obreros.

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Los datos son los siguientes:

1. En Lota los activos sienten mucha menor adhesión por su supervisor,

comparados a los demás obreros (tabla 61). En Huachipato, esta relación se da en forma mucho más amortiguada (y estadísticamente no significativa).

2. En Lota los activos tienen menos tendencia que los demás a considerar que el supervisor forma parte del mismo "grupo" que ellos, mientras que en Huachipato ocurre lo contrario: los "activos" tienen marcadamente más tendencia que el resto a considerar a los supervisores como formando parte del grupo obrero (tabla 61).

Estos primeros dos puntos pueden revelar la existencia de un mayor antagonismo hacia el supervisor, sentido por los activos de Lota, mientras que no por los de Huachipato, y que es muy posible que esté ligado a su situación de mayor tensión emocional.

Tabla 61

Actitudes de los activos hacia los supervisores

% Alta adhesión al

supervisor % Creen que supervisor forma parte grupo

obrero

Huachipato

Activos 49% 27%

No-

Activos 58% 16%

Lota

Activos 25% 11 %

No-

Activos 42% 21%

3. En Lota los activos sindicales son marcadamente menos favorables a la

introducción de maquinarías en el trabajo, mientras que en Huachipato ellos son más favorables a la mecanización que el común de los obreros (tabla 62).

Tabla 62 Actitud de los .activos sindicales ante la mecanización

% Favorables a introducción de maquinas

Huachipato

Activos 91%

No-Activos 76%

Lota

Activos 33%

No-Activos 49%

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Es posible que las condiciones objetivas del mercado de trabajo de Lota justifiquen una desconfianza a la introducción de máquinas y sus efectos sobre el nivel de empleo. Pero de todos modos es de interés notar que en Lota los activos sindicales son marcadamente más opuestos a las máquinas, y por consiguiente ante el obrero común aparecen como más "intransigentes". En cambio, en Huachipato los activos se distinguen por compartir en mayor medida un punto de vista -la conveniencia de introducir maquinarias- que está más ligado a los enfoques y perspectiva social del equipo administrativo que al de los obreros. No debemos olvidar que en casi todos los países de industrialización incipiente existe entre la clase obrera un estereotipo de desconfianza hacia los efectos de la introducción de máquinas sobre el nivel de empleo. El hecho de que los activos sindicales de Huachipato compartan menos este estereotipo debe dificultar en cierta medida sus contactos y comprensión con los obreros. Lo opuesto es cierto en Lota, donde, por el contrario, los activos dan más libre expresión a esas actitudes populares.

Todos estos datos, así como las caracterizaciones impresionistas de la comunidad de Lota, parecen ir configurando un "factor emocional" que se caracterizaría por el hecho de sentir con mayor intensidad los antagonismos sociales existentes, y particularmente por personalizarlos en los supervisores y otros símbolos inmediatos de la compañía y de su política. Este factor emocional, asociado a la insatisfacción en el trabajo, da como resultado una mayor tendencia a que la actividad sindical sea una respuesta a la frustración, y que dominen en ella las acciones expresivas sobre las instrumentales.

Se trata, como vemos, de una hipótesis, que no podemos demostrar completamente, pero que emerge de una interpretación de los datos parciales obtenidos y de su combinación con observaciones impresionistas y con elementos de teoría sociológica previa.

Queda, como un tema de importancia para futuras investigaciones, la medición más exacta del "factor emocional" y su posible subdivisión en varios elementos componentes. Es importante repetir aquí que el "factor emocional" no es sólo un componente de la personalidad, sino que es un tipo especial de comportamiento, inducido por elementos del sistema social tanto como del de la personalidad o de la cultura.

La naturaleza de este "factor emocional" puede quizá comprenderse mejor si se analizan algunos datos expuestos a continuación. De ellos deduciremos la operación de un nuevo factor, al que denominamos "ideológico-intelectivo", y que opera preferentemente en Huachipato.

Efectivamente, si caracterizáramos la situación de Lota y de sus activos sindicales como simplemente de "mayor antagonismo" contra la empresa, sin introducir la especificación de que es sobre todo en lo emocional (expresivo) donde se manifiesta ese antagonismo, deberíamos predecir que los activos de Lota seguirían mostrando las mismas características en nuevas áreas, como, por

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ejemplo, el rechazo a las estructuras sociales dominantes, la identificación con los intereses de las clases medias, la aceptación de criterios empresariales para la fijación de sueldos, y otros de este tipo.

Tabla 63

"No-Aceptación de estructuras sociales" según la actividad sindical

No-Activos Activos

Huachipato 29% 61%

Lota 38% 44%

Ahora bien, los datos justamente demuestran que esto no se da, sino que en estos aspectos son los activos de Huachipato los que más se destacan de los no-activos.

De particular importancia es lo relativo a la "no-aceptación de estructuras". (Ver apéndice C, ítem 12, para la definición de esta variable.)

Acá se observa muy marcadamente la diferencia entre los activos de Huachipato y los no-activos del mismo lugar, mientras que en Lota apenas si existe la diferencia. Notemos especialmente que, entre los no-activos, en Huachipato hay mucho menos rechazo de las estructuras sociales dominantes que en Lota (o sea, una actitud más "conformista", por darle un nombre más breve). Pero al ir al nivel de los activos, vemos que en Huachipato se da un gran salto, y éstos tienen una actitud de mayor rechazo de las estructuras sociales dominantes, no sólo con respecto a los inactivos de su propia empresa, sino aun comparados con los activos de Lota. Se trata, eso sí, de un rechazo expresado a un nivel más intelectualizado, rechazo que implica manejar un cierto sistema conceptual e intelectivo más complejo que lo que era implicado en el mero antagonismo personal al supervisor, o en el antagonismo generalizado hacia la empresa.

Podemos decir que los activos de Lota, que expresan ciertamente en la acción y en sus opiniones ese antagonismo -sobre todo al nivel que llamábamos emocional- no lo extienden, no lo convierten, en un rechazo elaborado en forma conceptualmente más compleja -o sea, a un nivel que llamaremos ideo-lógico-intelectivo, o más sencillamente ideológico. Lo que deseamos remarcar es que lo que está en discusión es la capacidad, o la costumbre, o entrenamiento, de traducir un sentimiento en lenguaje conceptual más complejo, que implica percepciones cognitivas más elaboradas. El grupo de activos de Huachipato, según esta formulación, está bajo la influencia del factor emocional sólo en pequeña escala; pero fácilmente transforma su sentimiento sindicalista en una percepción cognitiva distinta, a nivel de complejidad mayor que el de la percepción diaria. No estamos diciendo que los activistas de Huachipato son "más ideológicos" que los de Lota, en el sentido de compartir en mayor escala o con más intensidad determinadas ideologías. Porque las ideologías pueden compartirse a niveles muy variados de complejidad perceptiva, de elaboración

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intelectual. O pueden compartirse por motivaciones más fundamentalmente emocionales. Lo que ocurre es que en Huachipato los activos sindicales tienen lo que podría llamarse una mayor "sensibilización" hacia los aspectos cognitivos, intelectuales, de su ideología. Por eso es que podremos hablar, en Huachipato, de la operación de un factor ideológico-intelectivo. Por brevedad, en partes subsiguientes de este trabajo lo denominaremos en general factor ideológico, pero deberá tenerse en cuenta la advertencia recientemente formulada. También es importante tener presente que, por el hecho de que en Huachipato los activos sean reclutados en parte por un factor de "sensibilización ideológica", no podemos sacar la conclusión de que el sindicalismo de Huachipato es "más ideológico" que el de Lota. La realidad parece ser la opuesta. Esto, a nuestro juicio, se debe al hecho de que la mayoría de los obreros de Huachipato, que como habíamos visto son muy poco ideológicos (tienen muy poco rechazo de estructuras sociales existentes) son una realidad que no puede ser desconocida por los activos o por los dirigentes. Además, en Huachipato los activos, al estar menos influenciados por el factor emocional, cargan más sus acciones del lado instrumental que del expresivo. Para capacitarse en este tipo de acción se ven ayudados por la presencia de un alto factor ideológico-intelectivo, que les ayuda a percibir con más claridad ciertos aspectos complejos de lo que puede ser un largo proceso de causas y efectos. Y en general una acción fuertemente instrumentalizada puede parecer menos "ideológica" que otra muy cargada de aspectos emocionales y expresivos.

El factor ideológico se manifiesta también en las siguientes actitudes:

1. En Huachipato los activos se destacan por identificar mucho menos sus

intereses con los de la clase media, mientras que en Lota no hay diferencia entre activos e inactivos en este sentido.

Tabla 64

Identificación de intereses obreros con los de sectores de clase media, según la actividad sindical

% Identificación intereses clase media

Huachipato

Activos 13%

No-Activos 26%

Lota

Activos 17%

No-Activos 17%

Recordemos que antes, al observar las actitudes ligadas al "factor emocional", habíamos visto que era en Lota donde los activos sentían más antagonismo hacia el supervisor. Este sentimiento se puede ubicar en un nivel concreto, más o menos personal. En cambio la actitud que analizamos ahora -identificación de intereses obreros con los de la clase media- está a un nivel más alto de abstracción, y por

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eso se la puede ligar al factor "ideológico-intelectivo" y no al factor "emocional". En ella son los activos de Huachipato los que se destacan del resto.

2. En Huachipato los activos se caracterizan por su menor aceptación de la educación como criterio para fijar sueldos. En Lota la relación es casi nula.

La aceptación de la educación como criterio para fijar sueldos es una actitud importante, pues ella implica indirectamente la aceptación de la estructura burocrática moderna, con una gama de salarios más o menos basada en el nivel educacional. Se trata también, como vemos, de una percepción intelectual a un nivel de generalización bastante alto. La actitud de "sentido común" quizá sea en general de aceptar la validez y primacía de este criterio, lo que concuerda con las actitudes de los equipos administrativos. En cambio, la actitud "sindicalista", en tanto definida como representante de enfoques e intereses sectoriales de los individuos de menor educación de una estructura empresaria, tiende a rechazar la validez del criterio educacional y sustituirlo por los de esfuerzo físico, antigüedad, necesidad, etc. Más adelante volveremos sobre este tema, al analizar a los grupos "politizados" (que se distinguen, por el contrario, por su mayor aceptación de ese criterio educacional).

Tabla 65 Aceptación de la educación como criterio para fijar sueldos según la actividad

sindical

% Aceptación de la educación como criterio

Huachipato

Activos 27%

No-Activos 40%

Lota

Activos 19%

No-Activos 24%

Es preciso observar que si tomamos el conjunto de Huachipato comparado con el conjunto de Lota, la aceptación del criterio educacional para la fijación de sueldos es bastante mayor en Huachipato. Esto está de acuerdo con el concepto general, indicado en los dos capítulos anteriores, de que la clase obrera de Huachipato tiene una mayor "integración" en el sistema de valores de la sociedad global y de la clase media nacional. (Los datos de la tabla 64 también indican lo mismo.)

Sin embargo, a pesar de este mayor grado en que en Huachipato se comparten los valores de la clase media, así como ciertos valores empresarios, los activos se distinguen por su mayor rechazo a ellos. En Lota lo típico, en cambio, es que el rechazo es mayor a todos los niveles, habiendo poca diferencia entre los activos y los no-activos al respecto.

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3. En Huachipato los activos sindicales se caracterizan por creer menos en la

igualdad de intereses entre el sindicato profesional (de obreros calificados) y el industrial.

Esto nos indica que los activos de Huachipato son, por así decir, más escépticos en su creencia en la identidad de intereses de los varios estratos y grupos ocupacionales de la clase obrera. Esta actitud de desconfianza, o de mayor aceptación en el nivel consciente de la existencia de intereses distintos en el seno de la clase obrera es bien típica de la mentalidad de obrero calificado tipo Huachipato, según la hemos visto en los dos capítulos anteriores.

Tabla 66

Percepción de identidad de intereses entre el sindicato profesional y el industrial, según actividad sindical

% Intereses iguales

Huachipato

Activos 46%

No-Activos 58%

Lota

Activos 61%

No-Activos 60%

Es bastante plausible que en una situación en que los activos sindicales perciben más las diferencias de intereses entre sectores obreros será más difícil para ellos recurrir a temas con alta carga emocional del tipo "unidad de la clase obrera", y existirá en general más desconfianza de los motivos de cada uno.

III. La relación entre dirigentes y bases

Hemos visto hasta ahora la acción de dos mecanismos de selección de activos sindicales: el factor emocional, prevalente en Lota, y el factor ideológico-intelectivo, prevalente en Huachipato (8).

Estas dos situaciones dan lugar a dos tipos distintos de conexión entre los activos sindicales y el resto de la clase obrera (que pueden en general ser representativos de dos tipos de relación entre dirigentes y bases).

Para aclarar este aspecto, debemos examinar algunos datos referentes a las actitudes y percepciones de los obreros hacia el sindicato y sus autoridades.

Comenzamos por ver que en Huachipato los activos sindicales se caracterizan por su menor tendencia a afirmar que en las discusiones de pliegos de peticiones hay que delegar completamente el poder en los dirigentes. En cambio, en Lota lo opuesto se da en forma bastante marcada.

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Así, pues, el grupo activo de Huachipato es más "desconfiado" hacia los dirigentes. En cambio, entre los activos de Lota hay más tendencia a delegar responsabilidades en los dirigentes.

Tabla 67

Tendencia a delegar el poder en los dirigentes, según actividad sindical

No-Activos Activos

Huachipato 31% 24%

Lota 23% 33%

También las comunicaciones entre base y dirigentes o activos son más fuertes en Lota que en Huachipato. En Lota el total de obreros que se considera informado de las actividades de los dirigentes es mucho mayor que en Huachipato (76 por ciento contra 44 por ciento). Además, el grupo de activos, en Lola, se destaca del resto por estar aún más informados, en forma bastante marcada. En Huachipato, en cambio, aunque también están más informados que el resto, la diferencia no es estadísticamente significativa.

Si combinamos estos datos con las impresiones generales recogidas en la comunidad, descritas en parte en el capítulo II, llegamos a la conclusión de que la vinculación entre dirigentes, activos sindicales y bases obreras es mayor en Lota que en Huachipato.

Tabla 68

Información sobre actividades de dirigentes según actividad sindical

No-Activos Activos

Huachipato 43% 51%

Lota 74% 89%

Parecería ser que donde se da el tipo de mentalidad sindical y de selección de potenciales dirigentes que caracteriza a Lota, la relación dirigentes-bases se ve facilitada por varios aspectos. Efectivamente, hay, para empezar, una mayor tensión emocional en el ambiente, un mayor antagonismo contra la empresa y el personal directivo por parte de los obreros. El equipo dirigente (activos sindicales) coincide con la mayoría en lo referente a ideas y percepciones intelectuales. Hablan en ese sentido, un mismo lenguaje. Pero en lo emocional el equipo de potenciales dirigentes se destaca por su mayor tensión, por la mayor expresión, en el nivel conciente, de los antagonismos que los demás presumiblemente sienten pero que no pueden expresar en su vida diaria. Las tensiones emocionales, frustraciones y antagonismos que el obrero común siente en su vida diaria y que debe fundamentalmente reprimir, los ve manifestados con mayor libertad por el equipo dirigente y activo sindical. Y los ve expresados, por así decir, en un lenguaje que aunque emocionalmente es más intenso que el propio, intelectualmente es igual al que él comparte. Esta situación básica se ve además

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ayudada por el mayor número de canales de comunicación existentes en una comunidad cerrada, con fuertes vínculos personales.

En Huachipato, en cambio, no existe una comunidad tan claramente definida que involucra a los que trabajan en la empresa. La empresa v sus trabajadores y equipo administrativo se perciben más como parte de la sociedad nacional, o provincial. las relaciones están menos personalizadas, y es más difícil que en Lota concretizar a la "empresa", por símbolos visibles y dominantes en el espacio social en que uno vive. Los antagonismos son menos marcadas, el proceso de tecnificación y burocratización, más avanzado.

En estas circunstancias. los obreros que se van interesando en la actividad sindical no son necesariamente, como en Lota. aquellos que sienten más vivamente las pasiones, las injusticias o las frustraciones existentes. Los que se orientan a la actividad sindical -y forman, por lo tanto, los potenciales dirigentes- son aquellos que a través de un proceso ideológico o intelectual van tomando conciencia de sus derechos y responsabilidades.

En este proceso ideológico es común que lleguen a conclusiones, o a sostener puntos de vista, distintos a los corrientes entre sus compañeros. En general llegan a una mayor crítica de las estructuras sociales existentes, pero en algunos aspectos pueden aceptar más ciertos criterios sostenidos por los equipos administrativos de la empresa (como en el caso de la mecanización). De todos modos, esta diferente percepción y "lenguaje intelectual" no puede menos que dificultar su comprensión espontánea con la mayoría de los obreros.

Para obviar este inconveniente, sería necesario que ellos realizaran un especial esfuerzo intelectual, que los llevara a auto-percibirse y a adaptarse conscientemente al lenguaje conceptual de sus compañeros inactivos. Este esfuerzo es difícil de hacer. Al mismo tiempo que esto ocurre, les falta a los activos sindicales la tensión emocional que pudiera proveer puentes directos de comunicación y atracción hacia los demás miembros del sindicato. Las relaciones posibles entre equipo dirigente y bases obreras son más contractuales, no-emocionales, guiadas por consideraciones de los resultados concretos a alcanzar. Es posible que en la realidad de Huachipato un tipo de dirección más emocional, como el descrito para Lota, no tendría éxito. Por otra parte, las relaciones de tipo casi contractual a que nos referimos tampoco son las más aptas para entusiasmar a los afiliados e integrarlos a la estructura sindical.

Situaciones del tipo de la de Huachipato son bastante típicas de una sociedad que empieza a superar su primera etapa de industrialización incipiente. En ese sentido, plantean un problema al sindicalismo de los países latinoamericanos, que cada día puede ser de mayor vigencia y actualidad.

En sociedades más avanzadas en el proceso de crecimiento económico, se observa una serie de métodos usados para robustecer la estructura sindical

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cuando se entra en la etapa de "des-emocionalización" y de "contractualización". Ellos a grandes rasgos pueden dividirse en tres tipos.

1. Un primer sistema consiste en multiplicar el número de beneficios materiales obtenibles directamente a través del sindicato (servicios médicos, proveedurías, cooperativas, campos de vacaciones, pagos por desocupación, vejez, enfermedad, cursos ofrecidos para fines prácticos y profesionales, etc.). Este es el primero que se empieza a usar en general, pues es el de efectos más evidentes para cualquier observador.

2. Un segundo sistema implica ofrecer, a través del sindicato, una serie de programas de entretenimientos, fiestas, deportes, cursos de contenido cultural, y otras formas de relaciones sociales. Este sistema puede comenzar a ejercer influencia en situaciones en que el afiliado del sindicato vive en una situación de mayor aislación social, por ejemplo, en grandes ciudades, y aprecia, por lo tanto, la posibilidad de superar su situación de aislación social a través del sindicato.

3. Un tercer método, más difícil de implantar, y que inclusive donde existe casi

nunca ha sido establecido con el objetivo consciente de incrementar la participación del afiliado, consiste en aumentar el número de responsabilidades y puestos electivos a niveles locales y departamentales, multiplicar el número de comisiones y subcomisiones que se ocupen de algún aspecto de la administración del sindicato, organizar cursos de formación de dirigentes o activistas, y en general aumentar la vida democrática interna, todo lo cual va dando oportunidades de ejercer responsabilidades a un número creciente de miembros del sindicato.

Esta es la experiencia de la mayor parte de los países industrializados de Europa, y la de los EE. UU. y posiblemente también sea la de la U.R.S.S. El problema de la estructura interna del sindicato supera, en ciertos sentidos, la diferencia de regímenes económicos y sociales.

En nuestro estudio no hemos podido constatar en detalle la operación de estos sistemas. Pero tenemos datos sobre los mecanismos de presión de grupos, amistades y asociaciones recreativas. ejercidos dentro y fuera del sindicato, que quizá pueden echar alguna luz sobre una parte de esta área. Es lo que trataremos en el próximo capítulo.

Resumen de proposiciones principales y sistema de hipótesis

Definición: Existe un grupo de "participantes" en asambleas y otras actividades

sindicales, a quienes llamamos "público sindical"; y un núcleo más reducido de "activos", que forman una élite sindical. Esto, aparte de los dirigentes.

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Proposición 1: Los equipos de "participantes" sindicales, así como los "activos"

sindicales, están reclutados, en Lota, en proporción mayor entre los estratos bajos (en educación, calificación e ingreso), mientras que en Huachipato esta tendencia casi no se da, y en cambio hay una tendencia opuesta a reclutarse más entre los estratos altos (sobre todo en lo referente a educación y calificación).

Proposición. 2: En Lota opera en forma importante un factor emocional en la

selección de activos sindicales, cosa que no se da casi en Huachipato; en Huachipato actúa, en cambio, un factor ideológico en la selección de activos, lo que no se da en Lota.

Proposición 3: La participación sindical es mayor en Lota, sobre todo al nivel del

"público sindical"; en cambio, al nivel de los "activos" sindicales, es parecida en ambos lugares.

Hipótesis interpretativa: En comunidades "cerradas", con características de tipo "solidaridad mecánica", como Lota, el sindicato parece ser en buena medida una manifestación de la sub-cultura obrera local, que aún tiene muchos elementos personalizados, tradicionalistas, comunitarios. La participación en el sindicato se ve impulsada por muchas de las fuerzas que llevan a participar en la cultura y actividades comunales locales de tipo primario.

Proposición 4: En Huachipato hay más desconfianza hacia el dirigente y menos

tendencia a delegar responsabilidades en él. En Lota en cambio se le tiene más confianza y se le delega con más facilidad las responsabilidades. Además, en Lota la base obrera tiene más información sobre sus dirigentes.

Hipótesis interpretativa: La característica comunitaria y primaria de Lota, descrita en la hipótesis anterior, parece haberse "fusionado" con una mentalidad de extrema izquierda en grupos dirigentes (quienes la sienten emotivamente más que intelectivamente), lo que produce un fuerte vínculo entre dirigentes y miembros de base.

Generalizaciones basadas en este capitulo y el anterior

Hipótesis general 1: La mayor ligazón entre dirigentes y bases en Lota puede

explicarse con el siguiente mecanismo:

a) En la comunidad hay mayor antagonismo entre empresa y obreros, mayor tensión emocional, y mayor cohesión comunitaria (tipo "solidaridad mecánica"), al nivel obrero.

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b) El equipo activo y dirigente coincide con la mayoría en ideas y representaciones intelectivas, pero en lo emocional tiene mayor tensión, y da expresión a antagonismos que el obrero común siente pero debe reprimir en su vida diaria.

c) Las tensiones emocionales, frustraciones, antagonismos, etc., que el obrero tiene en su vida diaria, las ve manifestadas con mayor libertad por el equipo dirigente y activo; y expresadas en un lenguaje intelectual y conceptual parecido al suyo.

d) Esta situación se ve ayudada por la gran cantidad de canales de comunicación internos a la clase obrera que se dan en una comunidad cerrada del tipo de Lota.

Hipótesis general 2: La menor ligazón entre dirigentes y bases en el sindicato de Huachipato puede explicarse con el siguiente mecanismo:

a) Huachipato no forma una comunidad de vida claramente delimitada. Es más impersonal, contractual, la empresa es menos visible por símbolos comunitarios, y hay menos antagonismos y tensión emocional. Las relaciones sociales dentro de la fábrica se ven más como parte de las relaciones sociales generales en la sociedad global.

b) El equipo dirigente y activo se diferencia del resto en percepciones y representaciones intelectivas, o sea habla un lenguaje conceptual distinto. Pero emocionalmente son parecidos a los demás.

c) Las actitudes de los dirigentes y activos son a menudo contrarias a lo que espontáneamente piensa la mayoría de la clase obrera local, o contrarios a algunos de sus estereotipos. Esto hace difícil la comunicación y la popularidad, ya que los obreros a menudo no entienden fácilmente las razones por las cuales sus dirigentes toman tal o cual actitud.

d) Las características abiertas del sistema social de la fábrica no facilitan las comunicaciones internas a la clase obrera.

Notas:

1. Ver T. Parsons, The Structure of Social Action (especialmente capítulos I, II y XIX) y T. Parsons, The Social system. Cap. XII, para un enfoque teórico relevante en este contexto.

2. La inclusión no es completa, pues los dos conceptos han sido medidos con preguntas distintas, y no con una escala de intensidad para la misma pregunta.

3. En Lota hemos tomado a los calificados y semicalificados en su conjunto, pues si contáramos sólo a los calificados tendríamos porcentajes muy pequeños. De todos modos, si sólo tenemos en cuenta a los calificados (según nuestra definición de "calificados del carbón" que comprende sobre todo a los barreteros y a un pequeño número de semi-supervisores), tenemos que entre los

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"participantes" hay un 11 por ciento de "calificados del carbón" mientras que entre los no-participantes hay un 22 por ciento, lo que confirma la afirmación hecha en el texto de que el "público sindical" de Lota está preferentemente reclutado entre el estrato inferior obrero. El hecho de que en Lota se haya incluido en la muestra obrera a un número -aunque pequeño- de "semi-supervisores" puede producir dudas sobre si los datos obtenidos son simplemente resultado de su inclusión. Esto no es así, lo que se ve si eliminamos a los semisupervisores incluidos en la muestra. Los datos nuevos para tablas 57 y 58 son:

Altos

ingresos Alta

educación Calificados del

carbón Calificados y

semicalif Satisfechos

Lota

Participantes 35% 34% 8% 43% 30%

No-

participantes 48% 43% 13% 46% 43%

La similitud de estas cifras con las de las tablas 57 y 58 del texto nos justifican en seguir trabajando con la muestra total, incluyendo el pequeño número de semisupervisores.

4. Ver Gino Germani "Las actitudes autoritarias en las clases populares", IV Congreso Latinoamericano de Sociología (Santiago, Chile, 1957).

5. Ver Harold Lasswell, "The psychology of Hitlerism", y E. Frankel-Brunswick et al, "The antidemocratic personality", en Readings in Social Psichology, de S. Swanson, T. Newcomb, y E. Hartley, así como T. Abel, "Pattern of a Successful political movement", en Sociological Analysis de L. Witson y W. Kolb, y el conocido Miedo a la Libertad de E. Fromm.

6. Este concepto de fusión" ha sido desarrollado por Gino Germani en su trabajo "Sobre los aspectos sociales del desarrollo económico" (Instituto de Sociología, Univ. de Buenos Aires). Ver también del mismo autor -"Secularización y desarrollo económico". (Instituto de Sociología, Univ. de Buenos Aires). La "Fusión" puede darse tanto con elementos ideo-187 lógicos definidos como de izquierda cuanto como de derecha.

7. Parsons y Shils describen estos tipos de acción en su trabajo conjunto incluido en la obra de T. Parsons y E. Shils (ed.) Toward a General theory of action. Una acción expresiva es aquella en que los "intereses calectivos y los standards apreciativos tienen la primacía (o sea, la búsqueda de la gratificación directa)..." mientras que una acción instrumental es aquella en que "los intereses catécticos y los standars apreciativos tienen primacía en lo que respecta al objetivo, pero los standards cognitivos tienen primacía en lo que respecta al proceso de su obtención. Dicho en forma más sencilla, la acción instrumental se caracteriza por el uso de medios que en sí ni son gratificantes, sino sólo conducentes a un objetivo valorado. La acción expresiva, en cambio, se canaliza más hacia lo que es inmediatamente gratificante.

8. Hay un aspecto interesante, relativo a la actitud religiosa. Si medimos ésta por la pregunta de "si la religión ayuda a la acción de los trabajadores", vemos que en Huachipato los activos son menos religiosos que el resto (6 por ciento contra 16 por ciento), mientras que en Lota son más religiosos (44 por ciento contra 23 por ciento). Esto puede extrañarnos, si tenemos en cuenta que el sindicato de Lota tiene una mayoría comunista desde hace mucho tiempo, mientras en el de Huachipato este no ha sido el caso, y por el contrario ha habido ocasionalmente elementos demócrata-cristianos en la directiva. Sin embargo, debemos tener presente que en el nivel de percepción de muchos obreros posiblemente no hay incompatibilidad entre una actitud religiosa general, no necesariamente católica ni observante de ritos, y una adhesión a dirigentes sindicales o políticos comunistas.

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Por otra parte, podemos interpretar este hecho en el sentido de que en Huachipato los activos se distinguen por un mayor escepticismo en el nivel intelectual (menos religiosidad), mientras que en Lota su mayor tensión emocional puede llevarlos a una religiosidad difusa. Esto implica la hipótesis, quizá algo aventurada, de que una menor religiosidad es resultado de un proceso ideológico-intelectivo, mientras que una mayor religiosidad es un resultado de un proceso emocional (al nivel de percepción de lo religioso que se da en comunidades del tipo de Lota y Huachipato).

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INFLUENCIA DE LAS PRESIONES DE GRUPO SOBRE LA MENTALIDAD SINDICAL

Hemos visto en el capítulo anterior la operación de dos mecanismos que contribuyen al reclutamiento de los potenciales dirigentes obreros: el factor emocional, predominante en Lota, y el factor ideológico, que funciona sobre todo en Huachipato.

En este capitulo estudiaremos la acción de las presiones de grupo, amistades, y en general relaciones personales. Tenemos tres fuentes de información sobre esta realidad:

1. Las amistades con otros obreros de la misma empresa. 2. La participación en asociaciones deportivas, culturales, y de fines varios (aparte del sindicato). 3. La integración a la estructura de grupos dentro de la empresa.

Como iremos viendo en lo que sigue, estos tres aspectos nos van a ir definiendo un nuevo factor a tener en cuenta en el reclutamiento del "público sindical" y de los potenciales dirigentes obreros: el factor de presión de grupo.

I. Las amistades con otros obreros de la misma empresa

Hemos determinado esta variable con la pregunta "Piense en sus tres mejores amigos". "¿Qué ocupación tienen" (apéndice C, ítem 10).

Hemos separado por un lado aquellos que de entre sus tres mejores amigos tienen dos o más que son obreros en la misma empresa, y por el otro aquellos que tienen sólo uno o ninguno. Al primer grupo de obreros lo denominamos "altos en relaciones sociales" y al segundo "bajos en relaciones sociales", sobreentiendo que se trata de relaciones sociales con otros obreros de la misma empresa, o sea dentro de la comunidad ocupacional de la empresa.

Los datos totales son los siguientes:

Huachipato Lota

Altos en relaciones sociales 52% 65%

Bajos en relaciones sociales 48% 35%

100% 100%

Estos datos nos demuestran la mayor tendencia de los obreros de Lota a vincularse por amistad entre ellos, lo que está de acuerdo con la naturaleza "cerrada" de la comunidad de Lota, donde los obreros forman un sector muy importante de la comunidad total. Además, las mayores barreras sociales existentes en Lota hacen que sea más difícil a los obreros en esa comunidad tener amigos fuera de la clase obrera.

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Lo que corresponde ahora es preguntarnos quiénes son los obreros que se caracterizan por su alto índice de relaciones sociales con otros compañeros de la misma empresa.

Notamos (tabla 69) que en Huachipato los obreros que más amistades tienen entre otros de su misma empresa provienen en general de estratos más bajos, sobre todo en educación y en ingresos (no hay diferencia en lo que se refiere a calificación). En cambio en Lota esta relación no se da.

Tabla 69

Características de los obreros altos en relaciones sociales

Porcentaje Alta educación

(relativa) Porcentaje Altos ingresos

(relativos)

Huachipato

Altos en relaciones

sociales 23% 38%

Bajos en relaciones

sociales 37% 51%

Lota

Altos en relaciones

sociales 37% 41%

Bajos en relaciones

sociales 40% 42%

Se puede explicar esta diferencia basándose en la teoría de los grupos de referencia. Parecería ser que en Huachipato, al estar un obrero en una posición más alta en la escala de status interna a su clase, aspira a vincularse a grupos de mayor nivel económico. Al tener, por su posición, una mayor movilidad en el espacio social amplía la gama de sus amistades, para incluir a obreros de otras empresas y a individuos de clase media. En el entorno social en que se mueve y que puede percibir como accesible, los demás obreros de su empresa no constituyen un grupo especialmente atractivo sino por el contrario constituyen un grupo que se tiende a abandonar.

En Lota, en cambio, esto no ocurre pues aun para el obrero de alta educación y alto salario, el entorno social en que se mueve no cambia mucho con respecto al que tiene el obrero común. Parecería también que el obrero de Lota ha reaccionado ante su situación aislada y con fuertes barreras de clase desarrollando un cierto orgullo en su comunidad y en su condición de minero, cuyo equivalente falta en Huachipato.

Veamos ahora cómo afecta esta mayor o menor amistad con otros obreros de la misma empresa a la participación en el sindicato.

Tabla 70

Participación en el sindicato según índice de relaciones sociales

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Bajos en relaciones sociales Altos en relaciones sociales

Huachipato 33% 41%

Lota 43% 57%

En ambos lugares los obreros con más amigos en su propia empresa, o sea los más integrados en la comunidad ocupacional, tienen una más alta participación sindical.

Podríamos prever que en Huachipato este "vínculo" de las amistades obreras actúa más sobre la participación sindical entre los obreros de los estratos más altos, o sea aquellos que tienen una tendencia a un nivel de aspiraciones más vinculado a la clase media y más alejado de la realidad de la empresa. El vínculo de amistades sería influyente para decidir si sus aspiraciones van a ser canalizadas por el lado del sindicato, o por otras vías.

Esto efectivamente ocurre (tomamos a la educación como el índice más sensitivo de la estratificación interna a la clase obrera).

Tabla 71

Influencia de las relaciones sociales sobre la participación sindical, según nivel educacional, en Huachipato

Bajos en relaciones sociales Altos en relaciones sociales

Para los de Alta educación 32% 48%

Para los de Baja educación 33% 39%

En Lota en cambio ocurre un interesante fenómeno, exactamente, inverso. Son los de más baja educación aquellos que se ven atraídos a la participación sindical por el vínculo de la amistad con los otros obreros.

Tabla 72 Influencia de las relaciones sociales sobre la participación sindical, según nivel

educacional, en Lota

Bajos en relaciones sociales Altos en relaciones sociales

Para los de Alta educación 45% 47%

Para los de Baja educación 42% 63%

Para interpretar estos datos debemos recordar que el nivel educacional de Lota es mucho más bajo que el de Huachipato y que aquellos que hemos denominado de "baja educación" en Lota son de nivel muy bajo (menor que en Huachipato) e incluyen una gran cantidad que no ha recibido instrucción. Este grupo muy bajo, por lo que se sabe sobre comportamiento sindical, tiene en general una percepción poco clara de las funciones y responsabilidades de participación implicadas por la existencia de un sindicato. Son ellos un grupo que fácilmente podría "quedar de lado" y apartarse de la actividad sindical, no por antagonismo al

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sindicato, sino por falta de interés o comprensión de la necesidad de hacer el esfuerzo requerido por la participación. Es entre ellos, que el vínculo provisto por las amistades con otros obreros puede ser más eficiente en motivarlos y atraerlos al sindicato.

Tendríamos, pues, dos extremos sobre los que el vinculo de las relaciones sociales puede actuar especialmente:

1. El grupo obrero más educado, más aspirante a relacionarse con estratos de mayor status social: esto se daría sobre todo en estructuras sociales como Huachipato, en las que por lo visto ya en capítulos previos, la pertenencia a altos estratos obreros o el deseo de ascenso social no producen antagonismo hacia el sindicalismo. Cuando, como en Lota, este antagonismo o aislación social ocurren, es más difícil o imposible que el vínculo de las relaciones sociales retenga, o motive al obrero en la actividad sindical.

2. El otro grupo obrero sobre el que el vínculo de las relaciones sociales actúa para motivar hacia el sindicalismo, sería el de las de muy bajo nivel educacional, que estarían expuestos a no tener interés en el sindicato, o no comprender la necesidad de participar en sus actividades, si no fuera por las relaciones sociales que tienen con otros obreros ya más motivados.

La influencia de la integración a la comunidad ocupacional sobre la actividad sindical ha sido estudiada en forma detallada por S. M. Lipset en su obra Unión Democracy (1). En ella describe a un sindicato de alto nivel económico y de calificación, el de los obreros tipógrafos de EE. UU. y especialmente de Nueva York. Es ésa una profesión que goza de alto prestigio en la clase obrera y que se caracteriza por una actividad social entre sus miembros, en gran parte formalizada a través de clubes y asociaciones de todo tipo, que sólo tienen a tipógrafos como miembros.

En esa obra Lipset determina dos factores importantes que contribuyen a aumentar la participación en las actividades sindicales: uno es la "sensitividad ideológica" y el otro la integración a la comunidad ocupacional, medida por un "índice de relaciones sociales (2). El índice de sensitividad ideológica puede homologarse, en forma muy aproximada, al "factor ideológico" usado por nosotros. El de "relaciones sociales" puede equivaler al nuestro de igual nombre.

Las dos tendencias enunciadas por Lipset para el sindicato tipográfico se hallan confirmadas por nuestros datos en Huachipato. Efectivamente, en el capítulo anterior vimos cómo operaba ahí el "factor ideológico" en forma muy marcada en el reclutamiento de los activos sindicales. En este capítulo hemos visto cómo opera el "factor de presión de grupo" (medido por el índice de relaciones sociales) en aumentar la participación sindical (3).

En Lota en cambio no opera el "factor ideológico", pero en cambio tiene importancia el "factor emocional". Este factor no está ausente en Huachipato, pero

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actúa en forma especialmente fuerte en Lota según viéramos también en el capítulo anterior. Por otro lado, el "factor de presión de grupo" también actúa en Lota.

Tendríamos pues:

Tabla 73 Factores que contribuyen a aumentar la participación en las actividades sindicales

Huachipato Lota

Factor emocional Muy poco Sí

Factor ideológico Sí Sí

Factor de presión de grupo Sí No

El "factor emocional" no fue estudiado por Lipset en su trabajo. Es muy posible que no actúe prácticamente en la realidad sindical descrita por él, ya que inclusive en Huachipato su rol es muy modesto. Estas conclusiones coinciden con lo que se puede ver en forma impresionista. Es muy difícil ser llevado por factores emocionales al sindicalismo de tipo norteamericano moderno, particularmente en sus sectores más prósperos. Ese sindicalismo, muy burocratizado y muy cargado por preocupaciones de tipo administrativo, y por detalles de la implementación de contratos colectivos, muy rutinizado, difícilmente puede suscitar el tipo de emociones que acompañan la acción de un sindicato como el de Lota, cuya vida ha sido en varias ocasiones recientes de su historia puesta a dura prueba, y que está -y se siente- hostilizado en numerosas formas por fuertes sectores de la "opinión pública" local o nacional. Cuando es necesario luchar por la sobrevivencia, o defender conquistas mínimas, o el empleo que se considera muy inseguro, los factores emocionales pasan a jugar un rol mucho más importante que cuando se trata de defender un aumento o pérdida de conquistas marginales, estando lo básico del propio status fundamentalmente asegurado.

II. La influencia diferencial del factor "presión de grupo"

En la obra de Lipset (capítulo 5), se hace una interesante hipótesis sobre la forma en que actúa la presión de grupo sobre diversos tipos de obreros. Ella se basa en la suposición de que un individuo tiene tendencia a establecer amistad con otros de ideas semejantes a las propias. Así, pues, aquellos que tienen una baja sensitividad ideológica tendrán tendencia a tener amigos semejantes a ellos. Esas amistades de personas poco interesadas en problemas políticos e ideológicos no tendrán efecto en aumentar el interés por lo sindical de ninguno de los amigos. Por el contrario, la amistad entre ellos casi los aísla de influencias externas. En cambio, los individuos altos en sensitividad ideológica tenderán a tener amigos como ellos, y entonces la amistad contribuirá a que se toquen temas poli-ticos y sindicales, y si uno de ellos aún no es participante sindical. es muy posible que por influencia del otro él se vaya interesando en los problemas sindicales.

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La influencia del índice de relaciones sociales sobre la participación sindical debería ser, pues, alta para los "sensitivos ideológicamente" y baja o nula para los que no son sensitivos ideológicamente. Esta relación, efectivamente, se da en Huachipato si usamos como índice ideológico la "no-aceptación de estructuras". (En Lota, en cambio no se presenta el fenómeno pues la amistad influye casi tanto a los "no-aceptantes" como a los demás.)

Tabla 74 Influencia de las relaciones sociales sobre la "participación sindical", según la

sensitividad ideológica, en Huachipato

Bajos en relaciones

sociales Altos en relaciones

sociales

Para los "no-aceptantes de

estructuras" 30% 46%

Para los "aceptantes de

estructuras" 34% 39%

Igual relación tenemos para la "Actividad Sindical", o sea para lo referente al reclutamiento del grupo más pequeño de potenciales dirigentes obreros.

Tabla 75

Influencia de las relaciones sociales sobre la "actividad sindical", según la sensitividad ideológica en Huachipato

Bajos en relaciones

sociales Altos en relaciones

sociales

Para los "no-aceptantes de

estructuras" 22% 37%

Para los "aceptantes de

estructuras" 8% 11%

Esta relación (4)

se da, debido al hecho de que en el sindicato de Huachipato el factor ideológico es uno de los que contribuyen a seleccionar los activos sindicales. O sea, la atmósfera imperante entre los activos es más ideológica, que la que domina entre el resto de los obreros. Por eso es que las amistades entre individuos interesados en lo ideológico (pero entre quienes este interés aún no se ha concretado en una actividad sindical) tienen el efecto de convertir ese interés ideológico en actividad sindical.

En Lota el fenómeno no se da, como dijéramos. Ello sería porque en Lota no hay diferencia entre los activos y los demás en lo que respecta al factor ideológico (no-aceptación de estructuras). En otras palabras, las amistades entre individuos altos en el factor ideológico pueden llevar a otras cosas, y no necesariamente a la

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actividad sindical, puesto que ésta no se caracteriza por su mayor nivel ideológico. (Hay cierta evidencia de que lleva hacia lo político.)

Estas consideraciones nos sugieren una hipótesis. Sabemos que en Lota lo que diferencia a la atmósfera dominante entre los activos de la del resto es su mayor factor emocional. Entonces deberíamos llegar a la conclusión de que, entre individuos que son bajos en emocionalidad, la amistad no va a tener efectos en aumentar su participación sindical. Ninguno de los dos amigos es receptivo a la atmósfera y a la forma de ser que acompaña a los activos, y por lo tanto la amistad más bien va a aislarlos. Pero en cambio para aquellos altos en emocionalidad, y que presumiblemente eligen sus amistades entre otros igualmente emocionales, la amistad tenderá a integrarlos y hacerlos más receptivos a las influencias de los activos sindicales.

Como se ve, estamos haciendo un razonamiento paralelo al que hiciéramos para los "sensitivos ideológicamente".

Los datos de que disponemos no nos corroboran esta hipótesis, para Lota. Las relaciones sociales aumentan en forma prácticamente igual la participación sindical de los altos y de los bajos en el factor emocional (insatisfechos y satisfechos: de 36 % a 48 % para los primeros, y de 49 % a 63% para los segundos.)

En cambio en Huachipato se nota que la relación de la hipótesis se da muy marcadamente.

O sea, en Huachipato tenemos que las relaciones sociales entre obreros de la empresa aumentan la participación entre los altos en el factor emocional (los "insatisfechos"). Recordemos, para interpretar este hecho, que en Huachipato también operaba el factor emocional en el reclutamiento del público sindical, aunque menos marcadamente que en Lota.

¿Cómo se puede explicar, entonces, que en Lota la relación se dé? A nuestro juicio la respuesta puede estar en la naturaleza más "primaria", más "cerrada", de las relaciones sociales en Lota. Efectivamente, volvamos a ver la formulación de la teoría de la acción diferencial del factor de presión de grupo. Ella sostenía que ese factor operaba diferencialmente debido a que los individuos tenían una tendencia a seleccionar a sus amigos de entre personas semejantes a ellos en intereses, actitudes o emociones. Es muy posible que esa selectividad en la formación de amistades sólo se de en sociedades con un cierto grado de desarrollo, y más cercanas que Lota al extremo "abierto" del continuo. Por supuesto que la realidad social de los tipógrafos de Nueva York, estudiada por Lipset, es de ese tipo Huachipato también se acercaría mientras que Lota quedaría muy lejos de él. En comunidades más primarias, del tipo Lota, las amistades se formarían más por relaciones familiares, o entre vecinos, o entre aquellos que practican un mismo deporte o van a un mismo bar o café. Los factores situacionales y tradicionales operarían más que las afinidades intelectuales, ideológicas o emotivas. Nos

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referimos, claro está, a la mayoría de la población y no a casos especiales y excepciones que sin duda existirán. Con esa estructura de la amistad, es lógico que el factor de grupo no opere diferencialmente en Lota como lo hace en Huachipato.

Tabla 76 Influencia de las relaciones sociales sobre la participación sindical, el nivel

emocional, en Huachipato

Bajos en relaciones sociales Altos en relaciones sociales

Para los "satisfechos" 33% 35%

Para los "no-satisfechos" 32% 55%

De todos modos es posible formular una proposición general que abarque los casos descritos para la influencia de la amistad sobre aquellos individuos altos en el factor ideológico y aquellos que son altos en el factor emocional. Esta proposición, no puede inferirse con certeza de nuestra limitada experiencia pero la proponemos como hipótesis a ser trabajada y elaborada, ya que ella es capaz de explicar los fenómenos que hemos analizado en Huachipato y Lota.

Esa proposición es la siguiente:

1. "Suponiendo que en una asociación voluntaria el grupo de miembros activos y dirigentes potenciales se caracteriza por ser alto en un determinado factor X".

2. ... "y que los miembros activos se caracterizan por tener más amistades entre otros miembros de la asociación que el común de los asociados".

3. .. "y que se trata de un nivel cultural en el que las amistades están determinadas por afinidades personales y no por vecindad o relaciones familiares".

4. "Se dará que para un individuo el hecho de tener un alto número de amigos entre los miembros de la asociación le atraerá con particular fuerza a participar en las actividades responsables de ella sólo en el caso en que ese individuo sea también alto en el factor X".

"El factor X es un factor psico-social."

En otras palabras podemos decir que la amistad dentro de las asociaciones voluntarias sirve para convertir una predisposición a la acción en una realidad.

III. Influencia de las asociaciones deportivas y culturales

Hemos querido ver la influencia que tiene sobre la actividad sindical la pertenencia a asociaciones deportivas, culturales, religiosas, y de varios tipos, para completar

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el análisis de las presiones de grupos en la comunidad antes de pasar a analizar la influencia de la estructura de grupos dentro del trabajo.

En la obra mencionada de Lipset, Unión Democracy, se observa que en el premio de tipógrafos existe una gran cantidad de asociaciones, deportivas, culturales, mutuales, etc.. cuyos miembros se recluían exclusivamente de entre los miembros del sindicato. Los miembros de estas asociaciones son más activos en el sindicato que el resto, y en el análisis teórico se atribuye a estas asociaciones una buena parte de la responsabilidad por la vitalidad y democracia interna del sindicato tipográfico. Ellas contribuyen a crear la "comunidad ocupacional", proveen un campo intermedio entre el miembro individual y el poder central del sindicato. En esas asociaciones. aunque sus propósitos son extra-políticos y extra-sindicales, el ambiente fomenta el interés por los problemas del sindicato y por su política interna.

Esta influencia actúa sobre los miembros de todas las gamas de sensitividad ideológica. Pero sus efectos son máximos en los individuos de baja sensitividad ideológica y en los de orientación menos izquierdista o sea, aquellos que necesitan más ser "empujados" a la acción sindical por mecanismos de grupo, externos a sus propios sistemas de motivaciones ideológicas. (Union Democracy, capítulo 5.)

Pero se había visto antes que el "vínculo" de presión de grupo, cuando era ejercido a través de las amistades personales operaba más entre los de alta sensitividad ideológica. ¿Estamos entonces en presencia de una contradicción? Tenemos las siguientes proposiciones:

1. Por un lado, el "vinculo de grupo" ejercido a través de los amigos personales, influye más sobre los de alta sensitividad ideológica.

2. Por otro lado, el "vínculo de grupo" ejercido a través de los clubes de tipógrafos, opera preferentemente sobre los de menor sensitividad ideológica y los más conservadores.

La resolución de esta aparente contradicción está en el distinto grado de voluntariedad que caracteriza a las relaciones entre amigos y a las relaciones personales (no necesariamente transformadas en amistad) que se dan en los clubes de tipógrafos. (VerUnion Democracy, fin capitulo 9.)

Las relaciones entre amigos, altamente voluntarias, operan en forma que los que no se interesan por lo sindical, los de baja sensitividad ideológica, se relacionan sólo entre sí y se aíslan de la influencia que los activos pudieran tener entre ellos. Sólo los ideológicamente sensitivos tienen tendencia a buscar amigos entre los activos, y a exponerse por lo tanto a su influencia. (Esto explica la proposición número 1.)

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En cambio, las relaciones dentro de los clubes, no muy numerosos en miembros, no son tan voluntarias. La gente está, por así decir, "tirados unos sobre los otros" en un club de ese tipo, y están más obligados, inducidos, a establecer relaciones con individuos no muy afines a ellos. La obligación, por supuesto, no es demasiado grande (en ese caso provocaría reacciones en los miembros).

Pero hay suficiente "presión de grupo" como para que muchos de los miembros, cualquiera sea su predisposición, puedan ser expuestos a la influencia de aquellos que dominan la atmósfera del club. En el caso de los tipógrafos, éstos últimos son en general activos sindicales, y en esa forma consiguen ellos atraer al sindicalismo a un buen número de gente. Obtienen lo que los autores de Union Democracy denominan gráficamente una "audiencia cautiva". Los que se orientan al sindicalismo por esta vía serán de preferencia individuos de baja sensitividad ideológica, y de opiniones más bien conservadoras, pues los otros ge habrán orientado hacia el sindicalismo preferentemente por otras vías (así se explica la proposición número 2).

Hasta aquí, las teorías expuestas por Lipset y sus colaboradores en Union Democracy. Nosotros hemos visto que lo relativo a la influencia de las amistades se cumple para Huachipato también. Ahora bien, en cuanto a las asociaciones culturales, deportivas, etc., que encontramos en Huachipato y Lota, ellas son distintas a las de los tipógrafos, puesto que no se trata de asociaciones formadas sólo por obreros de la misma industria. Su rol será, pues, inevitablemente distinto. Pero puede ser de interés explotar ese rol, y especialmente nos encontramos con que en Lota, debido a su característica de comunidad cerrada y con fuertes barreras de clase, las asociaciones estarán en la práctica formadas por un gran número de mineros, y su papel puede quizás asemejarse más al que desempeñan para los tipógrafos en el estudio mencionado.

Podemos comenzar por ver en la tabla 77, una importante diferencia en el efecto que tiene el ser miembro de asociaciones en ambos lugares: en Huachipato hace disminuir claramente la participación en actividades sindicales, mientras que en Lota prácticamente no tiene efectos sobre esa variable. Para evitar factores extraños hemos hecho la comparación especialmente entre los miembros de asociaciones no religiosas (mutuales, deportivas, culturales, etc.,) y los que no pertenecen a ninguna asociación. Por separado hemos tomado a los que son sólo miembros de asociaciones religiosas, aunque a ellos en general no los hemos estudiado a fondo. Se observa que ellos tienen una tendencia a participar menos en las actividades sindicales.

Tabla 77

Influencia de la pertenencia a asociaciones sobre el sindicalismo

No-miembros de

asociaciones Miembros de

asociaciones

religiosas

Miembros de

asociaciones laicas

Porcentaje

Page 143: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

participantes sindicales

Huachipato 43% 32% 35%

Lota 55% 48% 52%

Porcentaje Activos

sindicales

Huachipato 38% 5% 10%

Lota 21% 10% 16%

En lo referente a otra de las actividades colectivas, la política, los miembros de asociaciones laicas muestran en Lota más favorabilidad a los partidos que los no-miembros (40 % contra 32 %) mientras que en Huachipato se da la relación contraria (24 % contra 30 %). Combinando estos resultados, vemos que en ninguno de los dos casos se da el hecho (visto para los tipógrafos) de que la pertenencia a asociaciones aumenta el sindicalismo. Por el contrario, mientras la relación es prácticamente nula para Lota, en Huachipato los miembros de las asociaciones (principalmente deportivas) son claramente menos activos en el sindicato. O sea la pertenencia a esas asociaciones, en Huachipato, compite con la actividad sindical. Esto es particularmente cierto con respecto a la élite de los "activos sindicales".

Tabla 78 "No-aceptación de estructuras" según la pertenencia a asociaciones

No-miembros de asociaciones Miembros de asociaciones laicas

Huachipato 47% 30%

Lota 45% 35%

Por otra parte la pertenencia a estas asociaciones tiene el efecto, tanto en Huachipato como en Lota, de suscitar una mentalidad de clase media, y de mayor aceptación de las estructuras sociales existentes (tablas 78 y 79).

Las asociaciones generales laicas parecen, pues, jugar un papel poco favorable al sindicato en Huachipato. Ellas sirven, en cambio, en buena medida como vías de comunicación con la empresa y con la mentalidad asociada a ella. Entre los miembros hay un 46 % que se declaraba suficientemente informado sobre la compañía, contra sólo 28 % entre los no-miembros.

Tabla 79 "clase media subjetiva", según la pertenencia a asociaciones

No-miembros de asociaciones Miembros de asociaciones laicas

Huachipato 42% 60%

Lota 19% 26%

Page 144: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

En Lota, aunque las asociaciones también forman una mentalidad "de clase media" (menos marcadamente que en Huachipato), ellas no alejan a sus miembros de la acción sindical. (5)

Esta última observación nos sugiere un fenómeno parecido al que ocurría entre los tipógrafos: si el pertenecer a una asociación forma una mentalidad "de clase media", pero no hace disminuir la participación sindical, el resultado de la operación de estas asociaciones probablemente será que un cierto número de individuos "conservadores" entrarán a la actividad sindical. Aunque no podemos afirmar con claridad que el mecanismo es el descrito, el resultado es, efectivamente, que entre los participantes en el sindicato, los que son miembros de asociaciones tienen una mentalidad más de clase media que los que no pertenecen a las asociaciones. Este fenómeno se da también en Huachipato (6). La tabla 80 comprueba este hecho.

Tabla 80

Mentalidad de los "participantes en el sindicato" según su pertenencia o no a asociaciones

Porcentaje no-aceptación

estructuras

Porcentaje clase media

subjetiva

Porcentaje "educación como

criterio de sueldos"

Huachipato

Para los

participantes

sólo

Miembros de

asociaciones

laicas

33% 56% 42%

No-miembros 44% 35% 30%

Lota

Para los

participantes

sólo

Miembros de

asociaciones

laicas

34% 30% 25%

No-miembros 45% 13% 17%

El mismo hecho se da para el grupo más seleccionado de los "activos sindicales". Aunque el total de casos no es muy grande, la magnitud de las diferencias en porcentajes justifica la reproducción de los datos. Mientras entre los no-activos, que son la mayoría, el ser o no miembro de asociaciones prácticamente no altera el índice de no-aceptación de estructuras, para los activos se nota que aquellos que son miembros de asociaciones tienen notoriamente más "mentalidad de clase media" (o sea, menor "no-aceptación de estructuras").

Tabla 81 Mentalidad de los "participantes" y los "activos sindicales" según su pertenencia o

no a asociaciones

No miembros Miembros de asociaciones laicas

Sólo para activos 75% 46%

Page 145: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

Huachipato

Lota 55% 29%

para no-activos

Huachipato 30% 29%

Lota 42% 37%

Ver tabla 80 para completar la información.

Parecería, pues, que las asociaciones contribuyen a que haya entre los activos y los participantes sindicales un mayor número de individuos de mentalidad más "conservadora". Este resultado es parecido al que Lipset y sus colaboradores habían encontrado para los tipógrafos en los Estados Unidos. Pero el proceso, el mecanismo, es distinto. En el caso que estudiamos las asociaciones, dominadas por valores de clase media y poco afines al sindicalismo, influyen sobre todo a los activos sindicales que entran a ellas por razones recreativas o de otros tipos. Se trata, pues, de un efecto de "freno" o de "conservatización" de los activos, y no de una incrementación de la participación sindical de los bajos en sensitividad ideológica (que es lo que ocurría entre los tipógrafos). Además, el efecto de disminución de la actividad sindical, que en general tienen los clubes y asociaciones en el medio estudiado, se ejerce sobre todo entre los; sensitivos ideológicamente y los que no se consideran de clase media (7).

Se trata, por lo tanto, a un nivel alto de generalización, del mismo principio que se vio para los tipógrafos, el de la "audiencia cautiva", aun cuando se ejerce en sentido contrario desde el punto de vista del sindicalismo. Efectivamente, veamos en detalle cómo era el proceso para los clubes de tipógrafos:

1. En los clubes de tipógrafos la atmósfera dominante es de interés por la política interna y los problemas del sindicato, a pesar de definirse como apolíticos.

2. Las relaciones personales en los clubes son en buena medida obligadas, inducidas, aunque no tanto como para provocar una reacción del individuo.

3. El grupo que domina y crea la atmósfera en los clubes (los activos sindicales), obtiene en esta forma una "audiencia cautiva", a la que influye por medio de la presión de grupo en el sentido de interesarse más en los asuntos sindicales.

4. Este efecto de presión de grupo se hará sentir especialmente sobre aquellos que de otro modo no hubieran desarrollado por sí mismos actitudes semejantes a las del grupo que domina la atmósfera de los clubes: o sea, sobre los de baja sensitividad ideológica y de orientación más conservadora o de clase media.

Para Lota y Huachipato el proceso es semejante, pero teniendo en cuenta que ahora los que dominan la atmósfera de los clubes son individuos de muy poco interés por lo sindical, y de mentalidad de clase media (etapa 1). Son ellos, pues, los que crean la atmósfera, y ejercen la presión de grupo (etapa 2 y 3), que será

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ahora más efectiva sobre aquellos que de por sí no hubieran llegado a compartir esos puntos de vista: o sea, los de alta sensitividad ideológica y menos identificados con actitudes de clase media (etapa 4).

El proceso es, pues, el mismo si se lo describe a este nivel de generalización, y confirma la proposición enunciada en "Unión Democracy". Ella es que "las presiones de grupo son máximamente efectivas para hacer cambiar de opinión o de actitud a un individuo cuando se ejercen a un nivel intermedio de voluntariedad: si son totalmente libres, sólo se relacionan entre sí los individuos de actitudes parecidas, y sí son demasiado obligadas, no permiten que se genere la amistad o la simpatía y producen una reacción en el individuos" (8).

IV. La influencia de la Estructura de Grupo dentro del trabajo

Analizaremos ahora la influencia que tiene la estructura de grupos dentro del trabajo sobre la mentalidad obrera.

Estos grupos formados en el trabajo no son tan libres como los grupos de amigos fuera del trabajo, que pueden seleccionarse más según las afinidades. El número de gente entre quienes se puede seleccionar los compañeros y miembros de los grupos formados en el trabajo es relativamente restringido, pues estos grupos tienen que existir dentro de un espacio físico más o menos reducido. Sin embargo, existe en el trabajo menos presión a vincularse por compañerismo o amistad a los demás miembros de un grupo, que la que hay en un club.

Se puede decir que es relativamente fácil aislarse si uno quiere, de la presión de grupo, sobre todo si se trabaja en un taller grande y donde los grupos posibles a los que uno puede pertenecer son varios.

En este sentido, quizás la presión existente sea mayor en Lola, pues ahí, dado el tipo de trabajo, el obrero está más ligado a un grupo único de compañeros y amigos, que son los que están cerca de él en el frente de la mina o en la línea de transporte. En base a esto podríamos esperar que los grupos en el trabajo tendrían más influencia en Lota que en Huachipato sobre el comportamiento obrero.

Hemos medido el grado de integración al grupo de trabajo por medio de un índice, formado por las tres preguntas siguientes :

a) Pregunta 61: ¿Piensa usted que los que trabajan con su supervisor trabajan mejor, igual o peor que los que trabajan con otro supervisor?

Respuesta: Mejor.

(N. B.: Se vio estadísticamente que esta pregunta está más ligada a las que miden más directamente la cohesión de grupo que a las que miden adhesión al

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supervisor, a pesar de su redacción que podría justificar incluirla en ambos índices.)

b) Pregunta 62: ¿Considera usted que en su grupo de trabajo hay entre los obreros más, igual o menos amistad que en los otros grupos?

Respuesta: Más.

c) Pregunta 63: En su grupo de trabajo ¿los obreros se ayudan más, menos o igual que en los otros grupos?

Respuesta: Más.

Aquellos que han respondido positivamente a una o más de estas preguntas han sido considerados como "identificados al grupo".

El resultado es que en Huachipato hay un 55 por ciento de obreros identificados al grupo, contra 39 por ciento en Lota. Esto contrasta con lo visto para la amistad fuera del trabajo, en que mientras en Huachipato sólo había un 52 por ciento de obreros con "dos amigos o más" entre otros obreros de la empresa, en Lota había un 63 por ciento en esas condiciones.

Quizá la naturaleza de ambas comunidades explica esta diferencia: en Huachipato, empresa de reciente formación y con obreros en gran parte inmigrados, el lugar de trabajo es una de las fuentes de amistades y de compañerismo. El obrero, relativamente aislado en la comunidad, tiende a dar más importancia a su vida de relaciones dentro de la empresa, dentro de la sección en que trabaja. Esta mayor dependencia, en Huachipato, de la integración al grupo de trabajo, queda en cierta forma corroborada por su alta asociación con la satisfacción en el trabajo. En Lota, en cambio, la asociación es nula.

"Por otra parte, el hecho de estar o no integrado al grupo de trabajo es absolutamente independiente del hecho de tener o no un número alto de amigos entre obreros de la misma empresa. Esto es cierto tanto para Huachipato como para Lota, e implica que se trata de dos fenómenos distintos (9).

Tabla 82 Relación entre la integración al grupo de trabajo y la satisfacción

No- integrados Integrados al grupo de trabajo

Huachipato 62% 78%

Lota 38% 37%

El problema de las "relaciones humanas" y en general de las relaciones de grupo dentro del trabajo ha sido muy estudiado por la sociología, especialmente norteamericana, no siempre con la objetividad necesaria. En general se ha

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insistido en la influencia que estos grupos tienen sobre la "moral en el trabajo", y sobre la satisfacción (esto lo acabamos de corroborar para Huachipato, pero no para Lota, lo que constituye un tipo de resultado varias veces repetido en esta investigación). También los estudios norteamericanos han puesto mucha insistencia en la importancia de que los grupos de trabajo estén integrados a su vez dentro de la estructura de la empresa, teniendo una actitud positiva hacia los supervisores y demás personal directivo. Grupos formados en el trabajo con esta perspectiva mental, y en esta atmósfera, pueden ser una fuerte arma de control social por parte de la dirección de la empresa y en detrimento de las actividades sindicales. De ahí las críticas, en general justificadas, hechas contra muchos estudios que sólo se preocupan por la "alta moral" y la productividad.

Estas consideraciones, que nos parecen necesarias antes de entrar a este tema, no implican desconocer algunas de las contribuciones serias hechas por la sociología industrial al estudio de los grupos. Justamente trataremos de explorar esta área en lo que sigue.

Veamos ahora de qué tipo de grupos se trata. ¿Se caracterizan los individuos integrados a su grupo por una alta adhesión a su supervisor? O sea, al estar integrados a sus grupos dentro de la empresa ¿tienen también tendencia a integrarse en la estructura jerárquica y administrativa?

La respuesta es que sí en Huachipato, pero no en Lota. La diferencia, sobre todo, es muy marcada. Mientras que el estar "integrados" a sus grupos, en Huachipato, hace subir ligeramente la adhesión al supervisor, en Lota la hace disminuir con mayor nitidez.

A esto se une que en Huachipato los "integrados" se consideran mucho más de clase media (63 por ciento contra 46 por ciento), mientras que en Lota no se distinguen por este criterio 239 (23 por ciento contra 20 por ciento).

Tabla 83 Características de adhesión al supervisor según la integración al grupo de trabajo.

No- integrados Integrados al grupo de trabajo

Huachipato 52% 59%

Lota 46% 33%

En general, pues, se puede decir que los grupos de trabajo en Huachipato y Lota tienen características muy distintas. En Huachipato tienden a ser grupos de obreros más satisfechos con su trabajo, y más abiertos hacia la dirección de la empresa y los valores de clase media. En Lota, en cambio, forman núcleos de oposición a las personas que representan a la dirección. De todos modos, lo más posible es que tanto en Huachipato como en Lota existan grupos de dos tipos, pero que uno prevalezca en el primer lugar y el otro en el segundo. Esto explica en parte que las relaciones encontradas no sean completamente nítidas.

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La existencia de grupos de los dos tipos ya ha sido documentada desde los primeros estudios de sociología industrial. En Management and the Worker, de F. Roethilisberger y Dickson se describen ambos tipos: aquellos cuya integración de grupo lleva a una mayor satisfacción, mejores relaciones con la dirección y más producción (Relay Assembly Room) y aquellos que sobre todo tienen el efecto de frenar el incremento de las normas de producción y aislarse del personal directivo, teniendo efectos ambiguos sobre la satisfacción (Bank Winng Observation Room).

Es importante observar acá una de las funciones que tiene la fábrica en la sociedad moderna: ella es una de las situaciones en que se dan con mucha frecuencia interacciones entre miembros de clases sociales distintas. Estas interacciones pueden, por supuesto, tener efectos muy distintos, según la atmósfera dominante y según las diferencias de nivel económico y formas de vida entre esas clases o estratos ocupacionales. En situaciones del tipo de Huachipato, habrá una tendencia a que la integración de relaciones personales de grupos dentro de la fabrica produzca una mayor solidaridad entre individuos por encima de las barreras de clase. Esto no tendrá necesariamente el resultado de disminuir la actividad sindical, puesto que en general en realidades socio-económicas de ese tipo el sindicalismo no implicará un especial antagonismo personal hacia los supervisores y el equipo directivo.

De todos modos el hecho es que (como se observa en la tabla 84) en Huachipato la integración al grupo no afecta a la participación sindical, ni a la actividad sindical. En Lota, en cambio, donde habíamos visto que los grupos en el trabajo eran particularmente antagonistas a la dirección, el efecto que tienen sobre la participación sindical es de aumentarla. Sobre la actividad sindical" de la minoría de potenciales dirigentes no tiene influencia.

Esto coincide con lo que habíamos sugerido a principios del acápite, de que las presiones de grupos en el trabajo podrían tener más influencia sobre el comportamiento obrero en Lota que en Huachipato. Además, en Lota su atmósfera parece ser muy predominantemente sindicalista, "obrerista", mientras que en Huachipato es más "interclasista".

Tabla 84

Influencia de la integración al grupo de trabajo sobre la participación y la actividad sindical

Porcentaje Participantes No- integrados Integrados al grupo de trabajo

Huachipato 37 37%

Lota 47 56%

Porcentaje Activos Huachipato 16 16%

Lota 18 16%

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En resumen, podemos decir que las presiones de grupo, ejercidas dentro del trabajo, tienen efectos menos claros que en los casos que vimos antes, cuando se ejercían a través de las amistades personales o de los clubes y asociaciones. Ello se debe a los diversos tipos de atmósferas que pueden imperar en los varios tipos de grupos existentes en una fábrica o mina. Pero podemos afirmar que, en general, en situaciones como Huachipato, el grupo dentro de la empresa juega un rol importante en las satisfacciones del hombre que trabaja, y que la atmósfera que domina en él es resultado de presiones ejercidas por un lado por los supervisores y personal directivo y por el otro por los obreros mismos. Los grupos tienden a ser "pluriclasistas" y campo de acción entre fuerzas opuestas pero no muy antagónicas. En situaciones como la de Lota, los grupos obreros en el trabajo en su mayoría tienden a ser antagónicos a la dirección de la empresa y a aumentar la participación sindical. Pero hay una minoría de grupos que tienen, en cambio, un afecto pro-empresa.

V. Conclusiones

De lo que hemos visto en este capítulo sobre la operación del "factor de presión de grupo", podemos anotar los siguientes puntos:

1. Cuando el factor de presión de grupo opera a través de las amistades personales de los obreros con otros compañeros de la empresa, pero fuera del trabajo, el resultado es aumentar la dedicación al sindicalismo. Este efecto se da sobre todo entre aquellos cuyas predisposiciones los hacen afines a las características de los activos sindicales.

2. Cuando el factor opera a través de los clubes deportivos y asociaciones varias, el resultado es que la atmósfera dominante en ellos, de poco interés por lo sindical y de compartir valores de clase media, se difunde entre los obreros. El efecto se siente especialmente entre aquellos que por sus predisposiciones y actitudes se podrían haber orientado hacia la actividad sindical y hacia un cierto rechazo de los valores de clase media. Este es el caso más marcado de verdadera "presión de grupo", puesto que altera las tendencias propias. En el punto anterior ella sólo convertía una potencialidad o predisposición en una realidad.

3. Cuando el factor opera en el lugar de trabado, sus efectos dependen de que se trate de una comunidad en que las relaciones personales entre diversos estratos sociales son relativamente fáciles o difíciles. En el primer caso (Huachipato) los grupos en el trabajo podrán ser "interclasistas" y serán objeto de presiones por fuerzas encontradas pero no muy antagonistas.

El resultado será ambiguo. En el segundo caso, los grupos serán netamente "obreristas" y antagonistas a la dirección, y contribuirán a aumentar la participación en un sindicalismo combativo.

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Resumen de proposiciones principales y sistema de hipótesis

A Presiones de grupo en la comunidad ocupacional

Proposición 1: Los obreros de Lota tienen más tendencia que en Huachipato a tener amigos entre otros obreros de la misma empresa (o sea, a tener un alto "índice de relaciones sociales"), Esto confirma la naturaleza más auto-contenida de la comunidad de Lota.

Proposición 2: Tanto en Huachipato como en Lota, los obreros con mayor "índice de relaciones sociales" (o sea, con mayores amistades entre otros obreros de la misma empresa) son también más sindicalistas, participando más en el público sindical.

Proposición 3: En Huachipato, los que tienen mayor "índice de relaciones sociales" son los obreros del estrato más bajo en educación e ingresos, mientras que en Lota esta relación no se da.

Hipótesis interpretativa: En Huachipato, sistema social más abierto, los obreros de mayor educación e ingresos aspiran a vincularse a otros sectores más altos en la escala social de clase media), valorando menos la relación social con otros obreros. Esto no ocurre en la comunidad más cerrada de Lota. Eso explica que sean los más bajos en educación e ingresos (en Huachipato) los que más relaciones con otros obreros tienen. En Lota, por la mayor homogeneidad del medio y características cerradas, no se da el fenómeno de aspirar a tener amistades fuera de la propia clase.

Primera especificación: El vínculo de las relaciones sociales opera más fuertemente, en el sentido de llevar hacia el sindicalismo, sobre el estrato alto de obreros en Huachipato, mientras que opera más fuertemente sobre el estrato bajo de obreros en Lota.

Hipótesis interpretativa (para Huachipato): En Huachipato, el estrato alto obrero tiende a las relaciones con elementos extraños a su clase, según la anterior hipótesis. Presumiblemente en esas interacciones recibe pautas de acción no-sindicales. Por lo tanto, aquellos que a pesar de pertenecer al estrato alto tienen muchos vínculos con otros obreros de la empresa, recibirán una influencia diferencial en favor del sindicalismo. En cambio, a los del estrato bajo un mayor índice de relaciones sociales con otros obreros no les influye tanto, pues la alternativa no es tener relaciones con individuos de clase media sino con otros obreros de otras empresas o rurales, y en general individuos bajos en el espacio social y en aspiraciones.

Hipótesis interpretativa (para Lota) : En Lota el estrato más bajo en educación de la clase obrera tiene un nivel muy inferior de percepción de los problemas sindicales, y fácilmente se desconectaría (por desinterés o falta de responsabilidad) de sus actividades sindicales, si no fuera por las presiones de

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grupo que recibe cuando tiene un alto índice de relaciones sociales. En cambio, sobre el alto estrato obrero de Lota. que no tiene esa tendencia a desconectarse en forma tan marcada, ni tiene la tendencia a elegir amigos en clases superiores (como era el caso en Huachipato), un alto índice de relaciones con otros obreros de su empresa no le va a afectar tanto.

Hipótesis general 1: Existen dos extremos sobre los que el vínculo de las relaciones sociales con otros obreros de la empresa puede actuar especialmente:

a) El grupo obrero más educado, más aspirante a relacionarse con estratos sociales de clase media, y a quienes el vínculo de las relaciones sociales "retiene" en el sindicalismo.

b) El grupo obrero de muy bajo nivel educacional que es "motivado" por las relaciones sociales a participar en alguna medida en el sindicalismo.

Segunda especificación: El vínculo de las relaciones sociales (o "factor de presión de grupo") opera más fuertemente sobre aquellos que son altos en el factor ideológico, en Huachipato. En Lota la relación no se da.

Hipótesis interpretativa: Como en Huachipato la atmósfera imperante entre los activos es más alta en el factor ideológico que entre los demás, el resultado es que aquellos que ya tienen en potencia el factor ideológico, y que se van ligando a la estructura de activos sindicales por la amistad en la comunidad ocupacional, recibirán un fuerte impacto por la afinidad que encuentran con los activos. La amistad entre dos individuos, ambos altos en el factor ideológico (uno activo y el otro no), terminará por convertir una predisposición en una actividad. La misma atracción no existe para el que es bajo en el factor ideológico. En Lota el fenómeno no se puede dar, pues los activos no son altos en el factor ideológico.

Tercera especificación: El vínculo de las relaciones sociales (o "factor de presión de grupo"), en Huachipato, opera con más fuerza sobre los que son altos en el factor emocional. En Lota el fenómeno no se da.

Hipótesis interpretativa (para Huachipato) : Igual que la anterior, ya que en Huachipato también se da que los activos son algo más altos que los demás en el factor emocional (aunque no tan marcadamente como en Lota).

Hipótesis interpretativa (para Lota): En Lota parece ser que la naturaleza más primaria de la comunidad, el tipo de solidaridad "mecánica", hacen que las amistades no se den tanto entre individuos parecidos en características psicológicas y actitudinales, sino entre aquellos ligados por vecindad, relaciones de familia y otros criterios ambientales. Es así, pues, como la amistad no actúa en forma selectiva para atraer tipos especiales de personalidades o de actitudes hacia la actividad sindical.

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Hipótesis general 2: Suponiendo que en una asociación voluntaria

a) el grupo de miembros activos y dirigentes potenciales se caracteriza por ser alto en determinado factor X,

b) .. .y que los miembros activos se caracterizan por tener más amistades entre otros miembros de la asociación que el común de los asociados,

c) .. .y que se trata de un nivel cultural en el que las amistades están determinadas por afinidades personales y no por vecindad o vínculos familiares,

d) se dará que para un individuo el hecho de tener un alto número de amigos entre los miembros de la asociación le atraerá con particular fuerza a participar en las actividades responsables de ella en el caso en que ese individuo sea también alto en el factor X.

B. Presiones de grupo en los clubes y asociaciones deportivas

Definición: El grado de voluntariedad de una relación depende de que la relación sea libremente seleccionada (como en la simple amistad entre dos individuos en una sociedad relativamente "abierta") o que ella sea más o menos impuesta por las circunstancias (como la que se da en clubes y asociaciones pequeñas, de donde salen relaciones que sin ser "amistades verdaderas" son relaciones de compañerismo e intimidad).

Hipótesis general (Lipset): Las presiones de grupo son máximamente efectivas para hacer cambiar de opinión cuando se ejercen a un nivel intermedio de voluntariedad: en esas condiciones las posibilidades son máximas de que un individuo ejerza influencias personales sobre otro que no es afín a él en ideas o en personalidad; en casos de amistad más libre, muy voluntaria, las posibilidades son mínimas de que individuos muy diferentes queden ligados por vínculos personales; si la relación personal fuera muy obligada (como la que se da entre dos vecinos en una oficina pequeña), la resistencia a la relación demasiado impuesta se hace muy grande.

Aplicación de la teoría (a los tipógrafos, según Lipset): En el sindicato de tipógrafos de Nueva York, los activos son más altos en "sensitividad ideológica". El "vínculo de grupo", ejercido a través de amistades personales, influye más sobre los de alta sensitividad ideológica; ejercido a través de los clubes de tipógrafos, opera más sobre los de menor sensitividad ideológica y los más conservadores (o sea, sobre los menos parecidos a los activos, produciendo por lo tanto cambios en ellos).

Proposición 1: La pertenencia a asociaciones deportivas y clubes, tiene en Huachipato el efecto de hacer disminuir la participación en el público sindical. En Lota este efecto casi no se da.

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Proposición 2: La pertenencia a asociaciones deportivas y clubes va asociada, en ambas comunidades, a una mayor mentalidad de clase media, y mayor aceptación de estructuras sociales existentes.

Hipótesis interpretativa: En los clubes y asociaciones deportivas, la atmósfera está dominada por individuos de mentalidad de clase media, no interesados por lo sindical (sobre todo en Huachipato) ; o sea, no están dominados por la comunidad ocupacional-sindical, como era el caso entre los tipógrafos. En Lota, la comunidad cerrada y altamente interconectada de la clase obrera puede llegar a tener mayores efectos sobre ellos, y contrarrestar en alguna medida los efectos de su dominación por una atmósfera de "clase media".

Especificación: La pertenencia a asociaciones prácticamente no altera la aceptación de estructuras sociales dominantes y valores de clase media entre los obreros no-participantes y no- activos en el sindicato. En cambio, tiene el efecto de aumentar la aceptación de esos valores entre los participantes y los activos.

Hipótesis general (válida sobre todo para Huachipato): En los clubes deportivos y sociales se daría el siguiente fenómeno:

a) Los clubes están dominados por individuos de bajo interés en lo sindical, y que comparten valores de clase media.

b) Estos individuos crean una atmósfera especial, que se da a través de presiones de grupo ejercidas a un nivel intermedio de voluntariedad.

c) Los efectos de esta atmósfera "antísindicalista" actúan en forma diferencial, especialmente sobre los activos y participantes sindicales, que por su actividad se hubieran orientado hacia un ambiente de rechazo de valores de clase media (o sea, alto en el factor ideológico).

d) El resultado de la acción de estos clubes es que cierto número de activos sindicales, que participan en ellos por motivos recreacionales, reciben influencias de valores de clase media, contribuyendo por lo tanto a que haya un mayor número de individuos de ideas relativamente conservadoras entre los activos sindicales.

C. Presiones de grupo en el trabajo

Proposición 1: En Huachipato hay un mayor porcentaje de obreros con alta identificación al grupo de trabajo que en Lota.

Proposición 2: En Huachipato, los obreros con alta identificación al grupo muestran más satisfacción en el trabajo. En Lota no se da el fenómeno.

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Proposición 3: Tanto en Huachipato como en Lota el fenómeno de la identificación al grupo de trabajo es independiente del de ser alto en el índice de relaciones sociales con otros obreros de la empresa.

Proposición 4: En Huachipato, los más integrados al grupo de trabajo muestran más adhesión al supervisor y más actitudes de clase media. Esto no ocurre en Lota, donde, en cambio, muestran menor adhesión al supervisor.

Hipótesis interpretativa: En Huachipato, empresa de reciente formación, y con relaciones sociales más impersonales en su entorno social, el lugar de trabajo es una importante fuente de satisfacciones y compañerismo, mientras que en Lota no lo es tanto, por comparación a las relaciones sociales establecidas en la comunidad de residencia. (Esto tendería a dar más importancia a los efectos de la integración al grupo de trabajo en Huachipato que en Lota.)

Proposición 5: En Lota, la mayor integración al grupo de trabajo aumenta considerablemente la participación sindical; en Huachipato no la afecta.

Hipótesis interpretativa: En Lota, debido al tipo de tecnología que hace que los grupos de trabajo en el frente de mina sean más fijos, puede ser mayor la influencia ejercida por ellos sobre el comportamiento obrero, sobre todo en lo que se refiere a influencias provenientes del mismo sector obrero. Esto crearía una tendencia opuesta a la establecida por la hipótesis anterior. Además, por la impermeabilidad que el complejo de actitudes obreras tiene en Lota ante influencias empresarias se daría la situación de la hipótesis siguiente:

Hipótesis general 1: Parecería ser que los grupos de trabajo más integrados en Huachipato y Lota tienen características muy distintas. En Huachipato tienden a ser grupos de obreros más satisfechos con su trabajo, y más abiertos hacia la dirección de la empresa y los valores de clase media. En Lota, en cambio, forman núcleos de oposición a las personas que representan a la dirección, y tienden a ser más participantes en el sindicato.

Hipótesis general 2: En situaciones del tipo de Huachipato, de industria moderna, habrá una tendencia a que la integración de las relaciones personales dentro de la fábrica, en grupos obreros, incluya a supervisores y produzca una mayor solidaridad cruzando las barreras de clase o de estrato.

Esto no tendría necesariamente el resultado de disminuir la actividad y participación sindical, pues en situaciones socioeconómicas de ese tipo el sindicalismo no implicará un especial antagonismo personal hacia los supervisores y el equipo directivo. En cambio en situaciones más cerradas, como la de Lota, la integración de relaciones personales dentro de la fábrica, al nivel obrero, tenderá a aumentar las actividades sindicales y los antagonismos contra el personal directivo.

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Corolario: Los grupos obreros más integrados en el trabajo, tenderán a ser, en situaciones del tipo de Huachipato, de atmósfera "interclasista", mientras que en situaciones del tipo de Lota tenderán a ser de atmósfera "obrerista" o "sindicalista".

Notas:

1. S. Lipset, M. Trow y J. Coleman, Union Democracy (Free Press, 1956).

2. En el apéndice de la obra de Lipset se puede ver la formación de estos índices. El de "sensitividad ideológica" se refiere al uso espontáneo de conceptos políticos al responder a ciertas preguntas abiertas; el de "relaciones sociales" se refiere al grado de amistad con otros tipógrafos.

3. También tiene influencia en seleccionar a los "activos sindicales", aunque poco significativa estadísticamente; entre los altos en relaciones sociales hay un 19% de activos, contra sólo un 13 % entre los bajos en relaciones sociales.

4. Para confirmar la relación, hemos usado otro criterio de "sensitividad ideológica": ante la pregunta 73 (ver apéndice) que da formas de dividir en categorías a los chilenos, los que eligen como más importante cualquiera de las dicotomías siguientes: ricos y pobres; capitalistas y proletarios; izquierdistas y derechistas. En esta forma se vuelve a confirmar la relación para Huachipato:

Porcentaje participantes sindicales Bajos en relaciones

sociales Altos en relaciones

sociales

Para los "sensitivos ideológicamente"

34% 52%

Para los "no-sensitivos

ideológicamente" 32% 33%

5. Nota vacía en el texto.(n.ed.digital)

6. Lo que ocurre es que en Huachipato, aunque la pertenencia a las asociaciones disminuye la actividad y la participación sindicales, este efecto es menos extenso que el de transformación de la mentalidad en la dirección de clase media. Queda, por lo tanto, un excedente de individuos, convertidos a una mentalidad "de clase media" que no se alejan de la actividad sindical.

7. Los siguientes datos abonan esta afirmación: a) En Huachipato, para los No-aceptantes, el ser miembro de asociaciones reduce la actividad sindical de 60 % a 15 % (para los Aceptantes solo reduce de 18 % a 7 %, lo que comparativamente es muy poco) En Lota los efectos son semejantes: para los No-aceptantes reducción en actividad de 26 % a 13 % (para los Aceptantes se mantiene de 17 % a 18 %.) b) En Huachipato, para los que no se consideran de clase media, el ser miembro de asociaciones reduce la participación sindical de 48 % a 38 % (para los que se consideran de clase media se mantiene de 36 % a 33 %). En Lota los efectos son parecidos: para los que rao se consideran de clase media la participación aumenta de 38 % a 59 %, lo que es un caso en que la pertenencia a asociaciones aumenta la participación de los más "conservadores".

8. Ver los acápites finales de los capítulos 8 y 9 de Union Democracy, donde se elabora esta teoría.

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9. En Huachipato los porcentajes de individuos con "dos o más amigos", para los integrados y los no integrados, son 51 % y 54 %. En Lota son 62 % y 65 %.

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OTRAS ACTITUDES OBRERAS

En este capítulo examinaremos otros aspectos y áreas dentro del tema general de las actitudes obreras antes de pasar al examen de la influencia ejercida por el origen social de la población estudiada.

I. La favorabilidad a los partidos políticos

La favorabilidad a los partidos políticos ha sido medida indirectamente con la pregunta cuyo objetivo manifiesto era averiguar las actitudes hacia el sindicato y el partido. (Apéndice C, ítem 13.) Resultó que hay un mayor número de respondientes que se manifiestan favorables a los partidos políticos en Lota que en Huachipato (37 por ciento contra 26 por ciento). Estas minorías "politizadas" constituyen también, como la de los activos sindicales, fuentes de reclutamiento de una élite dirigente obrera.

Nos puede interesar, primero, ver en qué medida esas élites coinciden o si se trata de grupos separados.

Tabla 85 Relación entre favorabilidad a los partidos y participación sindical

% Participantes % Activos

Huachipato

Favorables a partidos 44% 15%

No favorables a partidos 34% 15%

Lota

Favorables a partidos 48% 16%

No favorables a partidos 49% 17%

Como vemos, se trata prácticamente de dos fenómenos independientes, y sólo en Huachipato se nota una leve tendencia a la asociación. O sea, el hecho de ser participante o activo sindical no aumenta la probabilidad de ser también favorable a los partidos políticos (sólo en Huachipato se nota que los participantes son más numerosos entre los favorables a partidos políticos, pero lo mismo no ocurre en el nivel de los activos).

Veamos ahora cómo operan el factor ideológico y el factor emocional en la selección de los politizados. El factor ideológico sólo opera intensamente en Huachipato, según se ve por la siguiente tabla.

Tabla 86 Operación del factor ideológico en la selección de los "politizados"

No favorables a partidos Favorables a partidos

Huachipato 29% 46 % (significativo al 5%)

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Lota 37% 44 % (no es significativo al 10%)

Este resultado es semejante al que se había observado para la selección de los activos sindicales. En cambio, el factor emocional no parece actuar apreciablemente en la selección de los politizados, al menos nuestros instrumentos de medición no lo han podido captar, lo que de todos modos implica que si actúa sus efectos son menos fuertes que en el caso de los activos sindicales de Lota (1). Esta situación ya la habíamos mencionado en un capítulo anterior (capítulo IV) al mencionar los efectos de la satisfacción. Allí habíamos hecho la suposición de que en situaciones en que la realidad social se percibe como fuertemente dicotomizada, hay una tendencia a que la adhesión a uno de los sectores en lucha de esa realidad vaya unida a una actitud emocional. Al ver que esta actitud emocional acompañaba a la actitud sindicalista y no a la politización (en Lota), supusimos que el obrero de Lota veía la realidad empresa-sindicato como más fuertemente dicotomizada y antagónica que la realidad de los partidos políticos nacionales. Estos últimos se percibirían más como una gama, y a un nivel más lejano y más abstracto. Esto puede parecer raro conociendo el comportamiento electoral de Lota, pero debemos recordar que estamos analizando lo que ocurre al nivel de los politizados, que son un grupo de base muy numeroso (37 por ciento del total) y con un nivel de percepción posiblemente muy distinto del de los dirigentes o los activos políticos (no tenemos datos para estudiar a estos últimos).

Existe otro grupo de datos de interés para diferenciar entre la mentalidad del activo sindical y la del politizado, esta vez para Huachipato.

Vemos en las tablas precedentes que, por un lado, los sindicalistas se distinguen del resto por su menor identificación a la clase media y su menor aceptación de uno de los criterios más importantes de una organización burocrática estratificada como es la fijación de sueldos según el nivel educacional. Por el otro lado, en cambio, los politizados aceptan este criterio marcadamente más que el resto y se consideran más de clase media. Parecería que el interés peculiar de cada uno de estos grupos determina sus percepciones en esta área. Los sindicalistas, debido al conjunto de situaciones concretas en que se mueven, y a los problemas que más tienen que encarar, se ven impelidos a ver las cosas desde el punto de vista "parcial" de la clase obrera, son reticentes a aceptar criterios de "necesidad funcional" y otros basados en consideraciones que toman en cuenta el total de la sociedad. En cambio los politizados, por su interés especial, no ven las cosas tanto desde el punto de vista "parcial" de la clase obrera, sino desde el punto de vista de las "necesidades nacionales", o sea el tipo de consideraciones totalistas más típicas de aquellos que toman la responsabilidad de un gobierno.

Tabla 87 Actitudes hacia los valores típicos de la clase media de los "activos sindicales" y

de "favorables a partidos". Huachipato.

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a) Clase media subjetiva.

No- Favorables

(o no activos) Favorables a partidos

(o activos sindicales)

Para favorabilidad a partidos 52% 63%

Para actividad sindical 57% 48%

Tabla 88

Actitudes hacia los valores típicos de la clase media de los "activos sindicales" y de los "favorables a partidos". Huachipato.

b) Aceptación criterio educación para fijar sueldos.

No- Favorables

(o no activos) Favorables a partidos

(o activos sindicales)

Para favorabilidad a partidos 37% 46%

Para actividad sindical 40% 26%

"Esto los llevaría a aceptar ciertos criterios de "necesidad funcional", como la remuneración de acuerdo a la educación (y no al esfuerzo físico, o a las necesidades, o a las ganancias de la empresa). También parecerían tener una mayor perspectiva en sus aspiraciones, y considerarse más de clase media, no necesariamente implicando un abandono de la clase obrera, sino probablemente como resultado de observar sus diferencias de preocupaciones, perspectivas y estilo de vida con el resto de los obreros.

En otras palabras, para ponerlo gráficamente, mientras los "sindicalistas" se ven a sí mismos discutiendo un pliego de condiciones con los representantes patronales en frente, los "politizados" se ven gobernando un país y enfrentando los múltiples problemas y demandas de los diversos sectores de la población que ello implica (2).

II. Actitud hacia la religión

Esta actitud ha sido medida en forma muy directa, por la pregunta: "¿Ayuda la religión a la acción de los trabajadores?" El resultado, que puede parecer en algunos sentidos sorpresivo, es que en Lota hay un porcentaje mayor que en Huachipato que cree que ella ayuda (27 por ciento contra 15 por ciento).

En realidad este hecho corresponde muy bien a nuestra caracterización de Lota como una comunidad más dominada por vínculos personales, familísticos, de grupos primarios, más "gemeinschaft", y más emocional. Debemos observar que esta religiosidad puede estar también vinculada a la presencia constante del peligro de muerte en las minas, y que no tiene por qué tomar necesariamente la forma de observancia católica. Puede tomar la forma evangélica bastante difundida en Lota, o la de una religiosidad general y difusa. El carácter emocional y

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quizá compensatorio de la religiosidad en Lota, se ve confirmado por su asociación con el factor "emocional": los favorables a la religión tienen sólo un 28 por ciento de satisfechos, contra 41 por ciento para los demás (esta relación no se da en Huachipato).

Por otra parte, esta religiosidad tiene el efecto, en Lota, de aumentar notablemente la actividad en la organización sindical, como lo indica la tabla 89.

Tabla 89 Influencia de la religiosidad sobre la actividad sindical

No-favorables a la religión Favorables a la religión

Huachipato 18% 6%

Lota 13% 28%

Esta misma tabla nos indica que la situación en Huachipato es diferente. Efectivamente, allí la religiosidad disminuye la actividad (y también, y en forma aún más marcada, la "participación", que cae de 41 por ciento a 16 por ciento, mientras en Lota prácticamente se mantiene constante entre 51 por ciento y 56 por ciento). Quizá podríamos decir, simplificando un poco las cosas, que en Lota la religiosidad es una de las manifestaciones paralelas del factor emocional, o al menos que tiene resultados parecidos a los de él. En cambio, en Huachipato, sociedad más racionalizada y secularizada en su estructura social básica, la religiosidad implica un elemento de integración con formas de ser típicas de estratos superiores. Al menos podemos afirmar esto para el nivel de religiosidad común de la mayoría de aquellos que se consideran religiosos.

Por otra parte, mientras en Lota la extracción social de los "religiosos" es idéntica a la del resto, en Huachipato ellos constituyen un estrato inferior, sobre todo en educación (19 por ciento de alta educación contra 31 por ciento para el resto), y en calificación (29 por ciento contra 36 por ciento).

La situación que hemos descrito en cuanto a la extensión y a las influencias de la religiosidad en Lota parecería contradictoria con las observaciones que hemos hecho repetidas veces con respecto a la "radicalización" de la mentalidad obrera de esa comunidad. Sin embargo, debemos tener en cuenta, por un lado, que esa radicalización es en gran parte emotiva y no tiene un grado de elaboración ideológica o intelectual muy grande. Y por el otro lado, que la religiosidad que hemos podido captar no implica necesariamente la adhesión a la Iglesia católica (no hemos podido establecer en qué medida lo implica) y se manifiesta en parte a través del evangelismo.

III. Actitud ante la mecanización

Ya habíamos visto en el capítulo anterior que en Huachipato existe mayor favorabilidad hacia la mecanización que en Lota (79 por ciento favorable en

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Huachipato contra sólo 47 por ciento en Lota). Ahora veremos cómo varía esta actitud en función de las demás variables que hemos estado considerando.

Comenzaremos por ver los efectos del deseo de ascenso y del deseo de independizarse. El deseo de ascenso dentro de la estructura de la empresa produce el resultado, previsible, de aumentar el grado de favorabilidad a la mecanización (3). En cambio, el deseo de independizarse, que es en cierto sentido un deseo de escapar de la estructura industrial moderna (sobre todo en Lota), no produce prácticamente efectos sobre la favorabilidad a la mecanización.

Si tomamos el "factor emocional" (la insatisfacción) vemos que él produce en Lota una marcada aversión a la mecanización, mientras que en Huachipato los efectos son casi despreciables.

Tabla 90 Influencia del factor emocional sobre la favorabilidad a la mecanización

No-satisfechos Satisfechos

Huachipato 84% 77%

Lota 40% 59%

Parecería que el factor emocional, que se canaliza en Lota a través de un sindicalismo muy combativo contra la empresa y lo que se asocia a ella, lleva entonces a ver en forma negativa también a la mecanización.

Si tomamos ahora a los activos sindicales, resulta que ellos se diferencian del resto en formas opuestas en Huachipato y Lota. Esto ya lo habíamos visto en un capítulo anterior, cuando analizamos la operación de los factores emocional e ideológico en la selección de los activos sindicales. Resultaba allí que mientras en Huachipato los activos son más pro-maquinistas que el resto de los obreros (91 por ciento contra 76 por ciento), en Lota ellos son menos favorables a la mecanización que el común de los obreros (33 por ciento contra 49 por ciento). Esta diferencia es bien comprensible, una vez que hemos visto la influencia del factor emocional sobre la actitud hacia la mecanización. Efectivamente, en Lota los activos son individuos seleccionados principalmente según el factor emocional, y ya hemos visto que éste tiene el efecto de producir una actitud anti-maquinista, sobre todo en la situación de relaciones sociales tensas prevalentes en Lota.

En el estudio de la actitud ante la mecanización hemos tomado en cuenta no sólo la "favorabilidad", medida por una pregunta directa ("¿Cree usted que la introducción de la maquinaria en el trabajo es algo muy bueno, bueno, bueno y malo, o malo?", en la que se consideran positivas las dos primeras respuestas). Hemos tomado también otras actitudes asociadas, y que son las siguientes:

a) Creencia en la necesidad de la mecanización (pregunta 33). b) Creencia de si la mecanización produce más cesantías o no la afecta (pregunta

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35). c) Creencia de que con la mecanización se precisa más educación (pregunta 38). d) Creencia de que con la mecanización hay más libertad en el trabajo (pregunta 39).

Ya hemos visto en el capítulo III cómo se comparan Lota y Huachipato en cuanto a estas actitudes. Ahora puede ser de interés ver cómo varía cada una en función de las variables estudiadas en esta sección, y si se acompañan o no a la variación de la favorabilidad a la mecanización, que hemos descrito hasta ahora.

Sin entrar en excesivos detalles podemos decir lo siguiente:

a) La creencia en la necesidad de la mecanización prácticamente no cambia en función de la favorabilidad. Podríamos decir que la necesidad de la mecanización es un hecho que se impone con tanta fuerza, y está corroborado por tantos elementos de juicio y presiones externas, que el mecanismo psicológico de la percepción selectiva (4) no puede actuar. O sea, no se da el caso de que aquellos menos favorables a la mecanización perciben menos la necesidad de esa mecanización.

b) En lo referente a los efectos sobre la cesantía, en cambio, es donde más opera la influencia de la favorabilidad. Ambas actitudes varían en forma paralela en función de las variables estudiadas. Tenemos aquí un ejemplo bastante claro de la operación del principio de la percepción selectiva. Se dan las características necesarias para que él funcione. Efectivamente, por un lado, el hecho percibido (o sea los efectos sobre la cesantía), constituye un área en que existen opiniones encontradas, y en que no hay elementos de juicio únicos, ya que con facilidad se pueden citar y encontrar ejemplos que apoyen o que nieguen una determinada afirmación acerca de los efectos de la mecanización sobre la cesantía. Por otro lado, el problema es suficientemente importante y central psicológicamente para el individuo, y por lo tanto el proceso de la percepción selectiva entra en juego, para defender la estructura existente de percepciones y actitudes.

c) y d) En lo que respecta a la creencia de que la mecanización implique una mayor o menor libertad de trabajo, o necesite más o menos educación, no observamos cambios en función de las variables estudiadas. O sea, son actitudes que se ven poco afectadas por la favorabilidad, y por lo tanto el proceso de la percepción selectiva no opera. Es esta una operación distinta de la descrita en el punto a), para la necesidad de la mecanización. Efectivamente, de las dos condiciones que hemos mencionado como necesarias para que opere el mecanismo de la percepción selectiva, la primera se da aquí: es muy fácil construir argumentos a favor o en contra de cualquier afirmación en esta área, y es posible encontrar ejemplos contradictorios. En cambio, parecería que la segunda condición no se da: ambos problemas tienen poca importancia para el individuo. Por lo tanto, la percepción de ellos depende de factores ajenos a la favorabilidad, o sea, la percepción selectiva no opera, o al menos no opera en función de esta variable de la favorabilidad.

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Resumen de proposiciones principales y sistema de hipótesis

A Politización

Proposición 1: En Lota hay un porcentaje mayor de favorabilidad a partidos políticos que en Huachipato.

Proposición 2: La politización, tanto en Huachipato como en Lota, es un fenómeno independiente del de la participación sindical.

Proposición 3: El factor ideológico ("no-aceptación de estructuras") opera más activamente en Huachipato que en Lota en la selección de los obreros politizados.

Proposición 4: El factor emocional prácticamente no actúa ni en Lota ni en Huachipato, en la selección de obreros politizados.

Hipótesis interpretativa: En Lota la realidad política se ve en forma mucho menos dicotomizada, menos de blanco y negro, que la realidad sindical. (En Huachipato ninguna de ellas se ve en esa forma.)

B Religiosidad

Proposición 1: En Lota hay un mayor porcentaje de obreros favorables a la religión que en Huachipato.

Proposición 2: Los obreros más favorables a la religión son más altos en el factor emocional, en Lota (esto no se da en Huachipato).

Hipótesis interpretativa: En una situación de comunidad cerrada dominada por vínculos familísticos, de tipo "gemeinschaft", y donde hay un bajo nivel de vida, industrial o semi-industrial, la religiosidad puede ser fundamentalmente una manifestación del factor emocional. (No lo sería, necesariamente, en una comunidad igualmente primaria y "gemeinschaft", pero de tipo rural y más tradicionalista.)

Proposición 3: En Lota los obreros más favorables a la religión son más activos sindicalistas. En cambio, en Huachipato los más favorables a la religión son menos activos sindicalistas.

Proposición 4: Los obreros de mayor favorabilidad a la religión en Huachipato, pertenecen a un estrato inferior en cuanto a educación y calificación. En cambio, en Lota no hay diferencias.

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Hipótesis general 1: La religiosidad, en Huachipato, cumple una función latente de acercar al obrero (sobre todo del estrato bajo) a ciertas formas de influencia de las clases superiores (como es el ser menos activo sindical). En Lota, en cambio, la favorabilidad a la religión no tiene esa función, al menos en forma directa, sino que implica una expresión del factor emocional, que puede y de hecho va unida a una mayor actividad sindical.

Hipótesis general 2: La situación en Lota, de mayor religiosidad y de mayor actividad sindical de los más religiosos, no es incompatible con lo que habíamos visto de mayor radicalización política. Hay que tener en cuenta que ni la radicalización política, ni la religiosidad, tienen al nivel obrero de Lota el grado de elaboración que corresponde a quienes sustentan esas actitudes en medios más urbanos y de mayor educación. Ambas son en parte manifestaciones de un factor emocional, y se da entre ellas un fenómeno de "fusión" que ya mencionamos en un capítulo anterior.

Nota: La religiosidad a que nos referimos es de tipo general, y no implica necesariamente mayor integración en la estructura de la Iglesia católica.

C Actitudes ante la mecanización

Proposición 1: Hay más favorabilidad a la mecanización en Huachipato que en Lota.

Proposición. 2: El factor emocional produce una mayor actitud antimaquinista en Lota, mientras que en Huachipato no tiene ese efecto.

Proposición. 3: El deseo de ascenso produce una mayor aceptación de la mecanización, tanto en Huachipato como en Lota; pero el deseo de independizarse no produce ese efecto.

Proposición 4: Los activos sindicales, en Huachipato, son más favorables a la mecanización que el resto; mientras que en Lota los activos son menos favorables a la mecanización que el resto.

Hipótesis general: En Lota hay un mayor "estereotipo" contrario a la mecanización, el que está reforzado por el factor emocional, y por la actitud de los activos sindicales. En Huachipato el fenómeno no se da.

Notas:

1. Los porcentajes de satisfechos varían entre los favorables y los no favorables, de 72 % a 69 % para Huachipato y de 37 % a 38 % para Lota.

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2. Con respecto a la diferencia entre el enfoque puramente sindicalista, o del grupo de presión, y el enfoque político, en miembros de la clase obrera, ver A. Stumthal, La tragedia del movimiento obrero (Fondo de Cultura Económica, 1943).

3. En Huachipato, 84 % contra 66 % y en Lota 49 % contra 39 %.

4. Este mecanismo de la percepción selectiva afirma que existe una tendencia a percibir hechos y relaciones aparentemente objetivos en forma distorsionada, según las simpatías, valores y normas que se tienen. Ver D. Krech y R. Crutchfield, Theory and problems of social psychology.

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INFLUENCIA DE LA INMIGRACIÓN RURAL-URBANA Y LA MOVILIDAD SOCIAL

Una de las variables importantes a tener en cuenta en el análisis de un grupo social urbano es ver en qué medida se trata de una población de antiguo asentamiento urbano o si ha sido formado con el aporte de una inmigración rural relativamente reciente. Además, es de importancia ver en qué medida es el resultado de una movilidad social entre clases o estratos diversos. A estos dos temas dedicaremos la parte principal de este capítulo, viendo también hacia el final la influencia de la edad sobre las actitudes obreras.

I. Efectos del origen rural-urbano

Si consideramos primero el origen rural-urbano, veremos que Lota tiene un mayor porcentaje de obreros que se criaron en el campo, quienes constituyen casi una tercera parte de nuestra muestra, mientras que ellos son sólo un quinto de la muestra de Huachipato, la que se caracteriza por un mayor origen urbano.

Huachipato Lota

De origen rural 19% 31%

Origen en pueblos 34% 31%

Origen en ciudades 47% 38%

La adaptación de estos diversos grupos a la vida en un entorno industrial es distinta en Lota que en Huachipato.

Comenzaremos por ver las diferencias existentes en la educación y la satisfacción con el propio trabajo, para obtener una primera caracterización de los grupos a ser analizados. Luego examinaremos los datos referentes a la participación sindical, en el contexto provisto por teorías existentes sobre la inmigración rural-urbana y la actividad sindical.

La educación de los de origen rural es muy baja comparada a los demás, lo cual es de esperar dadas las pautas nacionales.

El cuadro siguiente da los datos, que indican la magnitud de la diferencia e implican que el grupo de origen rural tendrá dificultades en adaptarse al tipo de vida de los demás obreros, pues estará actuando con un nivel de percepción intelectual distinto.

Tabla 91

Nivel Educacional según el origen rural-urbano

% Alta educación (relativa)

Huachipato

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Rurales 8 %

de pueblos 24 %

de ciudades 43 %

Lota

Rurales 17 %

de pueblos 45 %

de ciudades 48 %

Es sabido que el nivel de educación es una de las variables más importantes en determinar la capacidad de un grupo social de adoptar formas de vida y de organización más complejas, y es presumible que el sindicalismo sea una de ellas.

En lo referente a la satisfacción con el propio trabajo, las diferencias más importantes se notan en Lota. En Huachipato el fenómeno se da en los diversos grupos en forma más o menos igual, aunque existe una tendencia a que los de origen de ciudad estén menos satisfechos (66 por ciento contra 72 por ciento para los otros dos grupos). Parecería que para los de origen del campo y de pueblo pequeño el haber llegado a Huachipato implica haber ascendido algo en la escala social o bien haber cumplido una aspiración, lo que contrarresta los posibles efectos negativos del choque con un medio social distinto, y deja un saldo positivo. En Lota, en cambio, se nota un contraste sobre todo entre los de origen rural y los de pueblos pequeños. Los rurales están menos satisfechos que los que provienen de los pueblos pequeños, y que parecen ser los mejores adaptados en este sentido (1). Los de origen de ciudades (que incluye a los nacidos en Lota y a los que inmigran de otras ciudades) tienen una satisfacción intermedia.

Para interpretar estos resultados y los que se presentan en el resto del presente capítulo, es importante tener en cuenta cómo se da el proceso de urbanización en general, y en particular en los países latinoamericanos.

La evidencia existente parece indicar que lo que ocurre es un proceso en dos etapas: el residente rural se dirige primero a un pequeño pueblo, y después va a la ciudad más importante e industrial. Este proceso ha sido recientemente estudiado por Gino Germani para la Argentina (2) y no hay razón para creer que en Chile sea distinto.

Este proceso en dos etapas es casi seguro que debe haber sido el predominante en Huachipato. En cambio, Lota, por sus características, corresponde al tipo de centros urbanos a los que el inmigrante rural se dirige directamente, como primera etapa. No tenemos datos para confirmar esto, pero a nuestro juicio parece haber fuertes argumentos para creer que es así.

En base a esta hipótesis, se pueden deducir dos consecuencias:

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1) El grupo de inmigrantes de origen rural en Lota debería ser más "verde" y tener más dificultades en la adaptación. Esto se ve en parte confirmado por el dato sobre su baja satisfacción en el trabajo.

2) El grupo de inmigrantes de origen rural en Huachipato sería un grupo especialmente seleccionado y con altos niveles de aspiración, pues ellos han cumplido en una generación las dos etapas del proceso inmigratorio hacia las ciudades y centros industriales de alto nivel técnico.

Tabla 92

Nivel de aspiración según origen rural-urbano

Rurales de pueblos de ciudades

Huachipato 80 % 69 % 74 %

Lota 38 % 54 % 52 %

Este segundo punto se ve confirmado en parte por la alta difusión que tiene entre los rurales de Huachipato el deseo de ascenso, que llega a superar al de los demás grupos (y que, por otra parte, debemos interpretar recordando su bajo nivel educacional y la característica más "normal" que se ve en Lota, por ejemplo).

Tabla 93

Participación sindical según origen rural-urbano

Rurales de pueblos de ciudades

Huachipato 38 % 40 % 35 %

Lota 59 % 48 % 48 %

Veamos ahora cómo se integran los inmigrantes rurales a la actividad sindical. Según nos lo indican los detalles siguientes, su integración es muy alta e inclusive puede sorprendernos como un tanto inesperada.

Comencemos por ver la participación sindical.

En Huachipato prácticamente no hay diferencias apreciables, mientras que en Lota los rurales son marcadamente más participantes. Claro que nos podemos preguntar a qué nivel de comprensión y de responsabilidad se ejerce esta participación sindical. Nuestros datos no nos permiten formarnos una idea muy completa de la situación. Desde un punto de vista cualitativo, puede parecer que se trata de una relativamente fácil adhesión emocional al sindicalismo, que se toma como una forma comunitaria y establecida de expresión de sentimientos, sobre todo en Lota. Es posible que esto ocurra para la gran mayoría de los "participantes rurales". Pero los datos siguientes no confirman este punto de vista, o al menos indican que existe una minoría que dedica un esfuerzo bastante

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grande al sindicalismo. Estos datos nos informan sobre la existencia de un porcentaje de activos mayor o igual entre los rurales que entre los demás, sobre todo en Huachipato.

Tabla 94

Actividad sindical según el origen rural-urbano

Rurales de pueblos de ciudades

Huachipato 25 % 17 % 11 %

Lota 22 % 20 % 11 %

Este resultado inesperado puede explicarse en parte, sobre todo en Huachipato, donde el fenómeno es más marcado, por nuestra hipótesis sobre el alto nivel de aspiraciones de los inmigrantes rurales de esa comunidad. Además, como veremos en el próximo acápite, en Huachipato casi todos los activos de origen rural provienen de la cíase media rural, lo que constituye una especificación a tener en cuenta.

Tabla 95

No aceptación de estructuras según el origen rural-urbano.

Rurales de pueblos de ciudades

Huachipato 43 % 24 % 38 %

Lota 50 % 37 % 32 %

También en lo que se refiere a la favorabilidad a los partidos políticos, encontramos a los rurales tan altos o más que el resto (3).

Una situación semejante se encuentra en el rechazo a las estructuras sociales dominantes. Este es particularmente alto para los rurales en Lota, quienes superan muy marcadamente a los demás grupos. En Huachipato el fenómeno se da muy aminorado y la diferencia se marca sobre todo por comparación a los de origen de pueblo, que son aparentemente los que menos rechazan las estructuras existentes.

Parecería, pues, que tuviéramos los siguientes fenómenos:

a) En Huachipato, los inmigrantes rurales constituyen un grupo altamente seleccionado por comparación a los demás de su comunidad de origen. A pesar de su baja educación, tienen un alto nivel de aspiraciones, y dedican su energía a la actividad en el sindicato en igual o mayor medida que los grupos de origen urbano.

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b) En Lota, el grupo de inmigrantes rurales no es muy seleccionado en sus comunidades de origen, y su nivel de aspiraciones de ascenso social es marcadamente bajo, así como su formación educacional. Parecen reaccionar ante el impacto urbano por un alto grado de rechazo de las estructuras sociales allí dominantes, y por una fuerte participación en los actividades sindicales, que es marcadamente mayor que la de los grupos de origen urbano.

Estas conclusiones, a las que no esperábamos llegar en base a nuestras ideas sobre las características de la población de origen rural, sugieren que las teorías sociológicas existentes al respecto deben ser reexaminadas, sobre todo en lo referente al comportamiento sindical.

La idea general que se desprende de varios trabajos (4) es que el inmigrante rural:

a) Participa menos en su sindicato, y sobre todo provee en mucha menor cantidad de miembros activos a esas organizaciones.

b) Actúa en forma menos autónoma, dejándose influenciar más fácilmente por fenómenos de masas, propaganda, etc.

Se implica en general que estas dos características, baja participación y poca autonomía, van juntas. Esta suposición es quizá ajustada para las situaciones políticas y sindicales típicas del siglo pasado o principios de éste. La situación moderna es la que ha sido descrita, entre otras formas, con el nombre de "Sociedad de masas" (5). En ella, como lo indica en forma extrema el fenómeno del totalitarismo, la alta participación en organizaciones y asociaciones no es ya sinónimo de participación autónoma en su dirección (6). Sin ir en nuestro estudio al análisis de ese extremo aberrante de la moderna "Sociedad de masas", que es el totalitarismo, debemos, sin embargo, tener en cuenta que en las condiciones modernos una alta participación del individuo en las organizaciones y asociaciones intermedias (entre ellas sindicatos) no es sinónimo de autonomía o independencia en la conducción de ellas.

II. La movilidad social

Dentro de nuestra población obrera estudiada existen individuos cuyo origen social, dado por la ocupación de los padres, es de clase media, o sea, ellos han sufrido un proceso de movilidad social descendente. Otros, en cambio, tienen una situación ocupacional igual a la de los padres, que han sido también obreros. Esto nos permite intentar un estudio de los efectos del origen social y concretamente de la movilidad social descendente, sobre las actitudes obreras.

Para que el estudio se aproxime más a la situación real, debemos tener en cuenta también la diferencia entre el medio rural y el urbano.

Tendremos entonces cuatro categorías para el origen social.

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1 Clase media urbana (pequeños comerciantes e industriales, profesionales, oficinistas, fuerzas armadas).

2 Clase media rural (medieros y pequeños propietarios).

3 Clase obrera urbana (obreros industriales, mozos de servicio).

4 Clase obrera rural (jornaleros e inquilinos).

Debemos observar que lo que podemos llamar "clase media urbana" incluye a ciertos "pequeños comerciantes o industriales" que en realidad deben haber sido poco más que artesanos o vendedores, y a algunos "oficinistas" cuya situación económica es posible que no haya sido muy superior a la de un obrero. Por otra parte, la diferencia entre la clase media rural y la clase obrera rural no es siempre muy neta. Esto determina una cierta imprecisión en los límites entre las varias categorías. Como se trata de la generación de los padres de nuestros encuestados los datos no pudieron ser especificados con más detalle.

También debemos observar, al analizar la significación del proceso de movilidad social, que la situación del obrero de Huachipato es muy alta dentro de la clase obrera, y que quizá la transición desde la posición de clase media rural a la de ser obrero en Huachipato no se siente como movilidad descendente, lo que también puede ser cierto para algunas categorías de fílase media urbana. Para Lola, en cambio, esta salvedad no se da, a nuestro parecer.

Si comenzamos por analizar la situación total en Huachipato y Lota, vemos que hay un porcentaje apreciable que dice no conocer la ocupación de su padre (20 por ciento y 17 por ciento, respectivamente). Esto puede deberse en parte al fenómeno llamado de la "ilegitimidad", y en ese caso lo más probable es que la situación social de origen corresponde a la de la clase obrera. De todos modos, en nuestro análisis no hemos tomado en cuenta a este grupo (aunque sus características son, efectivamente, en general las mismas que las de origen obrero). La importancia relativa de cada uno de los grupos de distinto origen social es el siguiente (dado un porcentaje sobre el total):

Origen social Huachipato Lota

Clase media urbana 30% 9%

Clase media rural 17% 18%

Total clase media 47% 27%

Clase obrera urbana 24% 44%

Clase obrera rural 8% 12%

Total clase obrera 32% 56%

Origen desconocido 20% 17%

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Vemos que en Huachipato casi la mitad de la población obrera proviene de la clase media y esto sobre todo de la clase media urbana, de la cual un tercio de la población obrera total desciende. En Lota, en cambio, más de la mitad proviene de la clase obrera (en su gran mayoría urbana) ; un cuarto de la población total tiene su origen en la clase media y esa preferentemente rural (a la inversa de Huachipato).

Puesto en otra forma, se puede decir que en Lota el 44 por ciento de los obreros, casi la mitad, provienen de la clase obrera urbana y por lo tanto se puede suponer que son los principales portadores de las tradiciones, actitudes típicas y formas de lucha de esa clase obrera urbana. En Huachipato, en cambio, sólo "el 24 por ciento de los obreros están en esa condición, y están superados numéricamente por los que provienen de la clase media urbana, que son un 30 por ciento. Es evidente que en Huachipato se da más un fenómeno de "mezcla social", o de amalgama de individuos provenientes de diversos estratos sociales.

Antes de pasar al análisis detallado de las influencias del origen social sobre las actitudes, debemos tener en cuenta que el concepto "rural" que acá usamos no coincide con el que empleáramos en el acápite anterior. Efectivamente, en ese lugar se definió como de origen rural a aquel individuo que pasó la mayor parte de sus primeros años de vida en el campo. Ahora son de origen rural aquellos cuyo padre tenia una ocupación rural cuando ellos (los encuestados) comenzaron a trabajar, o sea en un período posterior. Éstos serán, pues, más netamente rurales que los anteriores.

Tabla 96

Influencia del origen social sobre la satisfacción en el trabajo

Clase obrera

rural Clase obrera

urbana Clase media

rural Clase media

urbana

Huachipato 56 % 70 % 69 % 72 %

Lota 44 % 38 % 33 % 26 %

Podemos ahora comenzar por ver que la satisfacción en el trabajo es en Huachipato muy semejante para los varios grupos, excepto los de origen obrero rural. Parecería, pues, que estos últimos, inmigrantes rurales de origen pobre y que han hecho el cambio en un período relativamente maduro de su vida, son los que más difícilmente se adaptan a la situación altamente industrial de Huachipato.

Tabla 97

Influencia del origen social sobre la participación y la actividad sindical en Huachipato

Clase obrera Clase obrera Clase media Clase media

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rural urbana rural urbana

Huachipato 28 % 42 % 42 % 34 %

Lota 6 % 16 % 23 % 14 %

Notamos también que el otro grupo rural, el de clase media, tiene una satisfacción con su trabajo igual a la de los grupos urbanos. Además, y debido quizá al alto status de los obreros de Huachipato, los individuos provenientes de la clase media no muestran una mayor insatisfacción en el trabajo. En Lota, en cambio, la satisfacción va disminuyendo al aumentar la escala de status social, quizá porque el descenso que se sufre es más marcado y se lo considera más definitivo.

Si ahora analizamos la participación en las actividades sindicales, podremos llegar a ciertas conclusiones que aclararán la diferencia entre el medio urbano y el rural, en función también de los dos tipos distintos de sindicalismo que hemos visto en Huachipato y Lota.

Comenzaremos por ver la situación en Huachipato.

Notamos dos tendencias generales:

1 Por un lado, es bien clara la baja contribución al sindicalismo hecha por el sector

proveniente de la clase obrera rural. Parecería que este grupo que habíamos notado estaba muy poco satisfecho con el trabajo, no se adapta al sindicalismo tipo Huachipato. Es interesante notar que este grupo, a pesar de su baja satisfacción, no se orienta hacia el sindicalismo, a pesar de que la tendencia general, según habíamos visto, era que la insatisfacción aumentaba la orientación hacia el sindicalismo.

2 Los sectores más activos sindicalmente son los de origen obrero urbano, y de

origen de clase media rural. Parecería que estos últimos que provienen de la clase media del campo, traen un nivel de aspiraciones alto (a ellos habíamos hecho referencia especial en el acápite anterior) y en general están capacitados para integrarse a un sindicalismo bastante tecnificado. Por otra parte, no sienten que han descendido de clase, y esa es quizá su diferencia principal con los de clase media de la ciudad, quienes se retraen de las actividades sindicales.

La situación en Lota es distinta, según la describe la tabla siguiente:

Tabla 98

Influencia del origen social sobre la participación y la actividad sindical en Lota

Clase obrera

rural Clase obrera

urbana Clase media

rural Clase media

urbana

Participantes 56 % 44 % 59 % 32 %

Activos 27 % 13 % 23 % 16 %

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Acá se confirma lo que habíamos visto anteriormente: en Lota los más activos en el sindicalismo son los de origen rural, cualquiera sea su clase. Parece, pues, que el grupo de origen rural no tiene las mismas dificultades que en Huachipato en integrarse al sindicato, cuando se trata de un sindicalismo del tipo de Lota.

Por otra parte, dentro de los de origen urbano, se da el fenómeno igual a Huachipato, o sea los de proveniencia de clase media se retraen del sindicalismo. De todos modos, es importante anotar el hecho de que en Lota los de origen rural tienen una mayor participación y actividad sindical que aquellos que provienen de la misma clase urbana y que habíamos considerado como "portadores" de las tradiciones y formas de vida de la clase obrera.

Podemos esquematizar lo dicho hasta ahora en la siguiente forma:

1 En el sindicalismo del tipo de Huachipato, los obreros de origen urbano (definido por la ocupación del padre) son los más activos, mientras que en un sindicalismo del tipo de Lota los de origen rural son los más activos.

2 Dentro de los de origen urbano, los que provienen de la clase media son los que menos participación sindical tienen en ambos tipos de sindicatos.

3 Dentro de los de origen rural, la participación es independiente del origen de clase si se trata de un sindicato tipo Lota, mientras que es menor en los de origen más bajo (jornaleros rurales) si se trata de un sindicalismo tipo Huachipato.

Otro fenómeno interesante, que se da en Huachipato, es que los obreros de origen de clase media, tanto urbana como rural, tienen una mucho mayor "no-aceptación de estructuras" (43 por ciento contra 25 por ciento) que los de origen obrero. Esto lo podemos definir también, según lo que vimos en el capítulo sobre selección de potenciales líderes obreros, como que los obreros de origen de clase media son los más altos en el "factor ideológico". Como sabemos, este factor ideológico constituye en Huachipato la principal causa de reclutamiento de los miembros activos del sindicato. Al estar la actitud más difundida entre los individuos de origen de clase media, se puede decir que ellos constituyen un terreno especialmente preparado para la generación de potenciales líderes sindicales. Por otro lado, las vinculaciones familiares o las identificaciones que ellos presumiblemente pueden mantener con la clase media (7), tendrán la consecuencia opuesta de disminuir su atracción hacia el sindicalismo.

Parece ser que ambas tendencias se equilibran y contrarrestan, El resultado es que los obreros de origen de clase media, que son aproximadamente la mitad del total, proveen también la mitad del total de activos (17 de un total de 36 en la muestra).

Otra forma de expresar la situación es diciendo que a pesar de sus vinculaciones e identificaciones a la clase media, mantienen su aporte de activistas a igual nivel

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que los de origen más netamente obrero, debido a que son altos en el factor ideológico.

Sería interesante averiguar en más detalle en qué forma su alta marca en el factor ideológico está vinculada a su origen social, su eventual mayor educación y experiencias vitales. Es este un aspecto importante del área de estudios sobre la movilidad social descendente, área aún poco explorada.

En Lota las relaciones apuntadas no se dan.

Pasando a otra área, la de estructura de grupos, se notan ciertas características que también ayudan a comprender el proceso de adaptación del inmigrante rural a la comunidad industrial.

En Lota tenemos que los que provienen de estratos rurales están menos integrados a sus grupos de trabajo (8). Es como si viniendo "de afuera" a la comunidad altamente integrada y asentada de Lota tuvieran dificultad en vincularse y sentirse cómodos en sus grupos de trabajo. En cambio, de entre los rurales, el grupo de origen obrero (jornaleros, inquilinos) parece que buscara recrear las relaciones paternalistas a que estaba acostumbrado en el campo, demostrando una muy alta adhesión y aprecio hacia su supervisor, que supera muy marcadamente a la de los demás grupos sociales (9). Esta adhesión no parece ser debida sólo a la condición rural, puesto que los de origen de clase media rural no muestran esa reacción sino todo lo contrario (10). Lo importante es el tipo de relaciones de dependencia en que se ve ubicado el jornalero rural en la realidad chilena y latinoamericana en general.

En Huachipato el fenómeno es distinto, y está apenas marcado. Lo que notamos es que los grupos de origen rural están más integrados a sus grupos de trabajo (11). Parecería que en la comunidad más moderna de Huachipato, donde todos o casi todos son "nuevos", aun cuando provengan de localidades vecinas, el inmigrante rural no tiene dificultades en integrarse al grupo de trabajo. Por el contrario, ahora parece buscar en él la personalización típica del medio rural. En cuanto a sus relaciones con el supervisor, la naturaleza más racionalizada y funcional que ellas tienen en Huachipato evita posiblemente el que se transformen en núcleo de atracción para un sentimiento paternalista (12).

III. Influencia de la edad

Hemos dividido la población estudiada en tres grupos de edad: jóvenes (hasta treinta años), medios (de treinta a cuarenta años) y viejos (de más de cuarenta años). En esta forma obtendremos en el grupo más joven poco menos de la mitad de la población, en el de edad media alrededor de un tercio, y en el grupo más viejo un quinto.

Hemos comparado estos datos, que se dan en detalle en el cuadro siguiente, con la distribución de la población activa masculina, urbana, de la provincia de

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Concepción (o sea los hombres de más de 12 años residentes en zonas urbanas de la provincia en que están ubicadas Huachipato y Lota).

Tabla 99

Distribución de edad de la población estudiada en Lota y en Huachipato comparada con la población activa masculina, urbana, de la provincia de Concepción

Huachipato Lota Concepción (Censo 1952)

Jóvenes, (12 a 29 años) 43 % 48% 41%

Medios (30 a 39 años) 37 % 32% 23%

Viejos (40 años o más) 19 % 20% 35%

Como vemos, la población industrial estudiada de Lota y Huachipato tiene un porcentaje apreciablemente menor de personas de alta edad, que la población activa masculina urbana de Concepción. Huachipato y Lota son grupos humanos relativamente jóvenes en comparación al medio que los rodea. Es predominante sobre todo el sector de edad media (de 30 a 40 años). Si ahora analizamos la mentalidad de cada uno de estos grupos de edad, veremos que en general los más viejos tienen actitudes más radicalizadas.

En Huachipato los viejos tienen una marcada mayor no-aceptación de estructuras (13) y una mucho menor identificación con la clase media (14) o creencia en la semejanza de intereses entre los obreros y la clase media (15). También muestran ellos una mayor favorabilidad a los partidos políticos. Quizá esta diferencia con las generaciones más nuevas se deba a que ellos han vivido sus primeras experiencias obreras y sindicales antes de la creación de Huachipato, y posiblemente en situaciones industriales bien distintas. Las nuevas generaciones, en cambio, acostumbradas a la situación más moderna de Huachipato y a su tipo especial de relaciones industriales, han tenido menos motivos -comparativamente- para desarrollar actitudes radicalizantes. En Lota los diversos grupos de edad no tienen diferencias importantes en lo referente a no-aceptación de estructuras o favorabilidad a partidos políticos. En cuanto a la identificación con la clase media y la creencia en la semejanza de intereses con ella, encontramos la diferencia en el sentido anotado, aunque no muy marcadamente (16).

Tabla 100

Influencia de la edad sobre la participación sindical

jóvenes medios viejos

Huachipato 36 % 34 % 43 %

Lota 51 % 60 % 40 %

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Si atribuimos, pues, estas actitudes de mayor aceptación de las estructuras sociales existentes y de mayor identificación con la clase media a la influencia del sistema de relaciones industriales más modernas, parecería que ella se hace sentir sobre todo en Huachipato, entre los jóvenes y los de edad media, mientras que en Lota apenas se hace sentir, y eso sólo entre los más jóvenes.

Veamos ahora la participación sindical según la edad.

La tendencia general es que en Huachipato los más viejos sean más participantes. En cambio, en Lota se da la relación contraria: los más jóvenes participan más, sobre todo los de edad media.

Tabla 101

Influencia de la edad sobre el reclutamiento de potenciales líderes obreros.

jóvenes medios viejos

Huachipato 12 % 16 % 24 %

Lota 14 % 14 % 29 %

El tipo de sindicalismo de Huachipato parece atraer más a los obreros de mayor edad. Esto puede ser debido en parte a que estos últimos se muestran altos en el "factor ideológico" (no-aceptación de estructuras). Pero, por otra parte, podemos recordar que existe una experiencia bastante difundida de que en organismos sindicales o políticos caracterizados por el enfoque dominante en Huachipato, y que en parte puede definirse como más "reformistas", los miembros o participantes tienden a reclutarse entre individuos de edad más alta que el término medio. Por otra parte, en organizaciones caracterizadas por una mayor emotividad o por un fuerte rechazo del orden social imperante, la tendencia es a reclutar a los más jóvenes (17).

Si ahora analizamos la influencia de la edad sobre la "actividad" sindical, o sea sobre el grupo más reducido de potenciales dirigentes obreros, vemos que en ambas comunidades es entre los viejos donde se recluían más "activos".

Es muy marcado el aumento de la cantidad de "activos" entre los viejos. A nuestro juicio esto aclara un hecho no siempre muy tenido en cuenta: en las organizaciones voluntarias -sindicatos, partidos, cooperativas, clubes, etc.- la dinámica de la selección de potenciales dirigentes no es la misma que la dinámica del reclutamiento de miembros o participantes.

En este caso particular, parece ser que es necesario tener en cuenta un factor de tiempo en nuestro análisis. Efectivamente, el ser "activo" exige un esfuerzo, una dedicación y ma convicción mayores que las que se necesitan para ser simple miembro o "participante". Podemos suponer que el individuo, cuando se le despierta el interés sindical, empieza por ser "participante". Después de un tiempo,

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algunos pierden el interés, otros siguen siendo menos participantes, y un tercer grupo más convencido, se decide a transformarse en "activo". Este grupo de activos, caracterizado por una mayor convicción, seguirá en esa situación con mucha mayor tenacidad y constancia que la que se nota entre los "participantes", para mantener su condición de tales. Inevitablemente, el resultado de todos estos procesos será que la edad del conjunto de "activos" será notablemente superior a la del término medio de la población sindical (18).

Resumen de proposiciones principales y sistema de hipótesis

A. Inmigración rural-urbana

Proposición 1: Hay un mayor porcentaje de población de Origen rural en Lota que en Huachipato.

Proposición 2: En Lota hay mayor insatisfacción entre los rurales que entre los demás. Esto no se da en Huachipato.

Proposición 3: En Lota hay mayor no-aceptación de estructuras entre los rurales

que entre los demás. Esto no se da en Huachipato.

Proposición 4: En Huachipato el deseo de ascenso es más alto entre los rurales que entre los demás; en Lota, en cambio, es marcadamente más bajo.

Hipótesis previa: La inmigración del campo a la ciudad en general se hace en dos etapas: primero se va del campo a un pequeño pueblo, y después de éste a la ciudad.

Hipótesis interpretativa: Lota es un centro urbano de "primera etapa", al cual el inmigrante rural se dirige directamente; Huachipato es un centro urbano de "segunda etapa", al cual el inmigrante rural se dirige después de haber pasado por un centro de primera etapa.

Hipótesis interpretativa:

a) El grupo de inmigrantes de origen rural en Lota debería ser más "verde" y tener más dificultades en la adaptación. Esto se ve en parte confirmado por el dato sobre su baja satisfacción en el trabajo.

b) El grupo de inmigrantes de origen rural en Huachipato sería un grupo especialmente seleccionado y con altos niveles de aspiración, pues ellos han cumplido en una generación las dos etapas del proceso inmigratorio hacia las ciudades y centros industriales de alto nivel técnico. Esto se ve confirmado en parte por la alta difusión que tiene entre ellos el deseo de ascenso.

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Proposición 5: En Lota, la "participación" en el público sindical es mayor para los

rurales que para los demás. En Huachipato el fenómeno no se da. La "actividad" dentro de la élite sindical es mayor para los rurales, en ambos lugares, pero especialmente en Huachipato.

Hipótesis interpretativa:

a) En Huachipato, los inmigrantes rurales constituyen un grupo altamente seleccionado en su comunidad de origen. A pesar de su baja educación, tienen un alto nivel de aspiraciones, y dedican su energía a la actividad sindical en igual o mayor medida que los grupos de origen urbano.

b) En Lota, el grupo de inmigrantes rurales no es muy seleccionado en sus comunidades de origen, y su nivel de aspiraciones es marcadamente bajo, así como su formación educacional. Parecen reaccionar ante el impacto urbano por un alto grado de rechazo a las estructuras sociales allí dominantes, y por una fuerte participación en las actividades sindicales, que es marcadamente mayor que la de los grupos de origen urbano.

B. Movilidad social: origen de clase

Proposición 1: En Huachipato hay más obreros de origen de clase media que en Lota. Los de origen de clase obrera urbana forman una cuarta parte del total en Huachipato, mientras que en Lota forman la mitad.

Proposición 2: En Huachipato, los obreros de origen obrero-rural son los que hacen menor contribución a la actividad y participación sindicales. Los más activos son los de origen de clase media rural y de clase obrera urbana.

Proposición 3: En Lota, los obreros que son de origen rural (tanto de clase media

como de clase obrera) son los más activos y participantes en el sindicato, superando aun a los de origen de clase obrera-urbana.

Hipótesis interpretativa: En un sindicalismo del tipo de Lota, es más fácil para los obreros de origen rural el integrarse a la actividad sindical, debido a las características más emocionales y comunitarias que ésta tiene. En Huachipato, en cambio, la diferencia de medios, sobre todo para el de origen obrero-rural, es muy grande, y ello dificulta la Integración.

Hipótesis interpretativa: Los obreros que son de origen de clase media-rural, no sienten, al ir a trabajar a una industria (sea del tipo Lota o Huachipato) que han descendido socialmente, como es el caso con los de origen de clase media urbana. Por lo tanto, no se resisten tanto a las actividades típicas del nuevo estrato de la clase a que pasan a pertenecer: su grupo de referencia está menos anclado en los valores y normas de la clase media nacional.

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Proposición 4: En Huachipato los obreros más integrados a sus grupos de

trabajo son los de origen de clase rural (media u obrera), mientras que en Lota la situación es la contraria. La adhesión al supervisor es máxima, en Lota, para los de origen obrero-rural, mientras que en Huachipato no se dan diferencias.

Hipótesis interpretativa: En Lota, los de origen rural son individuos que vienen "de afuera" a una comunidad cerrada, y hallan dificultades en integrarse a ella por vínculos primarios. En Huachipato, en cambio, donde por el origen son todos "nuevos", no hay diferencias en ese sentido, y además la sociedad es más abierta.

Hipótesis interpretativa: En Lota, los de origen rural obrero, más acostumbrados a relaciones de dependencia paternalistas, buscan en cierta medida recrearlas en la adhesión a la figura paternalista del supervisor. En Huachipato, sociedad más racionalizada, la figura del supervisor es menos apta para centralizar sentimientos paternalistas.

C. Distribución de edad

Proposición 1: La población obrera en Lota tiene una distribución de edades más

inclinada hacia el sector joven que en Huachipato.

Proposición 2: Los obreros de mayor edad tienen una mayor radicalización, sobre todo en Huachipato, aunque también, menos marcadamente, en Lota.

Proposición 3: En Huachipato, los más viejos son los que más participación

tienen en el "público sindical", mientras que en Lota son los jóvenes los que más participan.

Hipótesis interpretativa: El tipo de sindicalismo de Huachipato, más aceptante de estructuras existentes y más "reformista", tiende, según una experiencia general, a reclutar más participantes entre individuos de alta edad. En sindicatos como el de Lota, de mentalidad más antagónica a la empresa y más emocional, hay más tendencia a reclutar individuos jóvenes en el área de participación.

Proposición 4: Tanto en Huachipato como en Lota, los obreros de alta edad son los que dan un mayor porcentaje de "activos" sindicales, o sea miembros de la élite sindical de donde recluían los potenciales dirigentes obreros.

Hipótesis interpretativa: El ser "activo" exige un esfuerzo, dedicación y convicción mayores que los que se necesitan para ser "participante" en el público sindical. Se puede suponer que cuando se despierta el interés sindical en un individuo, éste comienza por ser "participante". Después de un tiempo, algunos pierden el interés y otros siguen siendo participantes, y un tercer grupo, más convencido, pasa a transformarse en "activo". Este grupo entonces casi inevitablemente tenderá a estar formado por individuos de mayor edad que los demás, bajo cualquier tipo de sindicalismo.

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Notas:

1. La satisfacción sube de 33 % a 43 % al pasar de "rurales" a "pueblos" para volver a caer un poco con los de "ciudades", al 37 %.

2. Gino Germani, "El proceso de urbanización en la Argentina", Instituto de Sociología, Universidad de Buenos Aires, publicación interna.

3. Las cifras son 33 %, 31 % y 25 % para Huachipato, y 38 %, 43 % y 31 % para Lota, de individuos favorables a partidos, entre los rurales, de pueblos y de ciudades respectivamente.

4. Ver sobre todo Michel Collinet El espíritu del sindicalismo (Bs. As., 1955).

5. Ver S. M. Lipset, Union Democracy, especialmente la sección "Masa Society" del capítulo 4.

6. Dos interesantes descripciones del fenómeno nazi con enfoques un tanto distintos son: Franz Neumann, Behemoth y Ernil Lederer, The State of the Masses.

7. Efectivamente, esto se nota sobre todo entre los de origen de clase media urbana, que son notablemente altos en definirse como de clase inedia (67 % contra 55 %, 52 %, y 33 % para los demás grupos) y en considerar que hay semejanza de intereses entre clase obrera y clase media (34 % contra 14 %, 22 % y 17 % para los demás.)

8. El porcentaje de "alta integración al grupo" es de 38 % y 48 % para los rurales (clase media y obrera respectivamente) contra 68 % y 55 % para los urbanos (media y obrera).

9. El porcentaje de "alta adhesión al supervisor" es de 60 % para los de origen obrero rural contra 37 % para ambos grupos urbanos, y 28 % para los de origen de clase media rural.

10. Ver nota anterior.

11. El porcentaje de "alta integración" al grupo varía de 61 % a 67 % para los rurales (de clase media y obrera respectivamente) y de 48 % a 56 % para los urbanos (media y obrera).

12. Los porcentajes de "alta adhesión" al supervisor oscilan entre 53 % y 58%

13. Entre ellos hay un 46 % con esa característica contra 36 % y 25 % para jóvenes y medios.

14. La "clase media subjetiva" se da entre ellos en un 39 % de los casos, comparados con 65 % y 53 % para jóvenes y medios.

15. Esta creencia se da para los viejos en un 12% de los casos, contra 27 % para jóvenes y para medios.

16. La "clase media subjetiva" se da en el 27 % de los casos entre los jóvenes y baja a 15 % y 14 %, entre los medios y viejos. La creencia en la semejanza de intereses se da en el 27 % de los casos entre los jóvenes, y baja a 13 % y 19 % entre medios y viejos.

17. Ver Karl Mannheim Libertad y Planificación, para un tratamiento más extenso de este aspecto.

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18. Aunque no existen estudios detallados, tendremos una corroboración . de este hecho, para los partidos políticos, si pensamos por va momento en la edad media de los dirigentes conocidos (locales y nacionales) de cualquier partido político.

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LAS RELACIONES ENTRE SUPERVISORES Y OBREROS

Para completar el estudio de la situación obrera en Huachipato y Lota, es necesario conocer la forma en que se dan las relaciones entre el grupo obrero y los supervisores (1). Eso es lo que se intenta en este capítulo, usando datos de entrevistas realizadas a muestras representativas de supervisores en ambas industrias. Se tomaron 27 supervisores en Huachipato y 23 en Lota. (Ver Apéndice A para los criterios usados en el muestreo.) Su corto número impide que se haga para ellos un análisis detallado, como para los obreros, pero igual se pueden señalar ciertas tendencias y diferencias bastante marcadas. Por otra parte, en el cuestionario obrero se incluían varias preguntas acerca de la actitud hacia los supervisores, las que han sido relacionadas en este análisis con las actitudes del propio supervisor.

I. Origen social y educación de los supervisores.

Los supervisores de Huachipato y de Lota constituyen dos grupos humanos bastante distintos.

En la situación industrial de Huachipato se precisa, para ser supervisor, una educación notablemente mayor que en Lota. Es el resultado de un tipo distinto de organización industrial, división del trabajo y requisitos de exactitud en el cumplimiento de las tareas, uso de planos, especificaciones técnicas, etc.

Esto se nota claramente en nuestra muestra, pues mientras en Huachipato todos los supervisores han tenido alguna educación secundaria (incluyendo a seis con algunos de escuela técnica y a cuatro con algunos años de nivel universitario), en Lota no hay ninguno que haya superado el estudio primario en su educación inicial.

Esta educación inicial ha sido suplementada por cursos tomados con posterioridad, sobre todo en Lota, donde casi la totalidad dice haber seguido uno o más cursos de capacitación, preferentemente especializados y conectados a su trabajo. Se trata de cursos organizados por la compañía o por un Servicio de Cooperación Técnica, con directa asistencia de la compañía. En Huachipato, en cambio, sólo la mitad dice haber seguido cursos, y éstos casi siempre sin relación específica con su trabajo, o sea más generales. En cierto sentido, tienen ellos menos necesidad de estos cursos, pues traen en buena medida una formación técnica anterior. Por otro lado, es posible que, por su mayor nivel educacional, no hayan incluido como "estudios especiales" algunos cursos breves que puedan haber recibido, organizados por la empresa misma.

Las actitudes distintas hacia la formación técnica, contrastada con la experiencia en el trabajo, las tenemos en las opiniones expresadas sobre qué tipo de formación es más importante para un supervisor. Mientras en Huachipato es casi igual el número que opta por la formación técnica que por la experiencia, en Lota los que prefieren la experiencia son una muy fuerte mayoría.

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Por otra parte, preguntados sobre su opinión acerca de los programas de entrenamiento existentes (hechos por el Servicio de Cooperación Técnica), casi la totalidad opinó que correspondían a una necesidad, y que sus efectos sobre las relaciones con los obreros habían sido mejorarlas. Menor unanimidad se encontró, en cambio, en la apreciación de los efectos de esos programas sobre las relaciones con los jefes (el 80 por ciento en Huachipato y el 70 por ciento en Lota consideró que las mejoraban).

El proceso de selección de supervisores en Huachipato, como consecuencia de las diversas características de su situación industrial, es distinta que en Lota. En Lota lo común es que un obrero, o hijo de obrero, después de acumular experiencia en el trabajo, llega a ser promovido a la condición de supervisor cuando tiene ya una edad bastante madura.

En Lota parece ser imprescindible haber sido obrero antes de llegar a ser supervisor, pues aun aquellos cuya primera ocupación fue rural u obrera, en otras industrias, pasaron después (salvo un caso) por ser obreros mineros, lo que constituyó su ocupación de mayor duración.

Tabla 102

Edad de los supervisores en Huachipato y Lota

menos de 25 26-30 31-35 36-40 41-50 51-60 60 ó +

Huachipato 3 7 7 6 3 0 0

Lota 0 0 5 1 9 6 3

Tabla 103

Primera ocupación de los supervisores

Huachipato Lota

Obrero de la misma industria 7 14

Obrero de otra industria 7 3

Campesino mediero 0 24

Total ocupaciones obrero o rurales 14 0

Empleado administrativo, comerciante, profesional, o fuerzas armadas 8 0

Supervisores 2 0

Total ocupaciones clase media urbana 10 0

Sin respuesta 3 0

Esta no es la situación de Huachipato, donde según vemos por la tabla 103, sólo la mitad aproximadamente de los supervisores ha pasado por la condición de obrero. Los otros han tenido desde el comienzo posiciones de clase media, y de ellas han pasado a ser supervisores de Huachipato sin tener que pasar por la condición de obrero.

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Lo que ha ocurrido al pasar de la situación industrial de Lota a la de Huachipato es que una de las viejas vías de movilidad social se ha cerrado: la que llevaba al individuo, con el pasar de los años y la acumulación de experiencia, de la condición de obrero a la de supervisor o capataz.

En las situaciones industriales tradicionales, de industrialización incipiente -y aun más en las pre-industriales-, esta era una de las pocas vías de ascenso social. La tendencia del período de la gran industria y la producción en serie hace que esta vía se cierre, pero se abre otra: la provista por la educación, obtenida en los primeros años y antes de comenzar el trabajo. Ella permite a un cierto número de jóvenes de la clase obrera el capacitarse para desempeñar posiciones que corresponden a la clase media (2). Claro que esto exige una democratización del sistema educacional y su accesibilidad por los estratos populares.

Este proceso quizá comienza a ocurrir ahora en Chile, pero posiblemente no se había iniciado en medida apreciable en el período de preguerra en que nacieron los supervisores de nuestra muestra. Efectivamente, los orígenes sociales de los supervisores, dados por la ocupación de los padres, indican que mientras en Lota casi todos provienen de familias obreras o rurales, en Huachipato la mayoría proviene de la clase media urbana.

Tabla 104

Origen de clase de los supervisores (ocupación del padre)

Huachipato Lota

Obrero de la misma industria 0 9

Obrero de otra industria 2 3

Campesinos mediero 4 7

Campesinos jornaleros 1 7

Total ocupaciones obrero o rurales 7 20

Empleado administrativo, comerciante, profesional, o fuerzas armadas 18 0

Supervisores 1 3

Total ocupaciones clase media urbana 19 3

Sin respuesta 1 1

Esta situación que no se da en la actualidad en los países industrialmente más avanzados, es de particular importancia, pues implica un cierto "cuello de botella" en el proceso del cambio social. Parecería que es más rápida la clausura de la tradicional vía de movilidad social, debida al desarrollo de la industria tecnificada, que la apertura de nuevas vías de ascenso, promovidas por los varios aspectos del proceso de "democratización fundamental" (3).

Este cuello de botella puede notarse especialmente en ciertas comunidades, donde se hace sentir de golpe el efecto de la industria moderna tecnificada por la instalación de una nueva planta, mientras que los efectos de un sistema

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educacional más abierto a los estratos populares sólo se hacen sentir con el tiempo. Claro que la experiencia de los países industrializados parece indicar que, cuando el proceso está totalmente en marcha, los efectos positivos sobre la movilidad social compensan y sobrepasan a los efectos negativos (4).

De todos modos, debemos observar que en la fase más reciente y moderna de la organización industrial, vuelve a presentarse en cierta medida el fenómeno de la movilidad social interna a la empresa. Ella se da a través de un sistema de encasillamiento de las ocupaciones, hecho de acuerdo a normas más o menos racionales, y al establecimiento de métodos reglamentados de promoción interna, generalmente acompañados de cursos de formación y entrenamiento. Este sistema, que se aplica especialmente a los obreros y empleados más jóvenes, ha llegado a institucionalizarse en forma muy marcada, sobre todo en el sector estatal en países europeos, dando origen a "planes escalera" y otros sistemas, pero en la práctica se da también en el sector privado. En Chile se puede decir que apenas se comienza a pensar en estos términos, pero sin duda Huachipato es una de las empresas en que se notan más indicios de que se va a entrar en esa fase de desarrollo.

A ello nos hemos referido, en parte, al caracterizar en capítulos anteriores la estructura social de Huachipato como "más abierta". De todos modos, es de interés observar ahora que este hecho no es incompatible con un origen obrero de los supervisores de Lota por comparación a Huachipato.

El diferente origen social de los supervisores, así como su diferente situación económica, se reflejan en su identificación de clase. Mientras en Huachipato sólo cuatro supervisores dejan de identificarse como de la clase media, en Lota son diez los que así lo hacen, denominándose de "clase asalariada" (2 casos), "clase obrera" (3 casos) o "clase baja" (5 casos).

II. Conciencia de grupo de los supervisores

En Huachipato todos los supervisores entrevistados pertenecen a un sindicato profesional de supervisores. Además, casi una tercera parte pertenece al sindicato industrial obrero de la planta. En Lota, en cambio, no existe sindicato profesional de supervisores, y sólo existe una "asociación" de ese grupo ocupacional, con menores funciones. Además, una fuerte mayoría (18 casos) pertenece al sindicato industrial obrero, posiblemente como consecuencia de haber sido antes obreros en casi todos los casos.

En general se puede decir que la sindicalización es más clara y netamente expresada como actividad propia del estrato, en Huachipato. En Lota, en cambio, hay una mayor tendencia a ser atraídos hacia los dos polos del sindicato industrial, por un lado, y de las asociaciones de tipo mutualista, más ligadas al mundo de la empresa, por el otro. El grupo de supervisores de Huachipato, de origen más marcadamente de clase media, tiene más conciencia de su identidad como grupo, a pesar del hecho de que no está separado ecológicamente, como en Lota. Se

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puede observar una importante diferencia entre ambos grupos en su selección de amistades. Los supervisores de Huachipato se orientan más hacia otras personas de clase media, fuera o dentro de la empresa. En cambio, el grupo de supervisores de Lota se restringe más a relaciones dentro de la empresa, y con sus iguales o inferiores jerárquicos (incluye bastantes obreros) según se ve en la siguiente tabla.

Tabla 105

Ocupación de los mejores amigos del grupo de supervisores (porcentaje sobre el total formado por tres mejores amigos de cada encuestado)

Huachipato Lota

Otros supervisores de la misma industria 11 % 50 %

Obrero misma empresa 7 % 20 %

Empleados, técnicos y jefes, misma empresa 19 % 8 %

Total misma empresa 44 % 78 %

Obrero fuera de la empresa 6 % 1 %

Clase media fuera de la empresa 46 % 13 %

Total fuera de la empresa 52 % 14 %

Sin respuesta 4 % 8 %

En Lota hay una tendencia mucho más marcada que en Huachipato a que el supervisor tenga amigos entre los obreros de la misma empresa. Esto es claramente el resultado de su origen recial, y es un factor a tener en cuenta en la estructura social de Lota y en las relaciones que se dan entre los supervisores y los obreros bajo sus órdenes.

La situación económica de los supervisores en Huachipato parece ser más segura, por otra parte. Al pedírseles que estimaran si su situación dentro de cinco anos sería mejor o peor, en Huachipato un 63 por ciento respondió que iba a ser mejor, contra sólo un 42 por ciento que dio la misma respuesta en Lota. En cambio, mientras sólo un 4 por ciento consideró en Huachipato que iba a estar peor dentro de cinco anos, esa estimación fue expresada por un 21 por ciento en Lota. Estas diferencias podrían deberse a la diferente edad de ambos grupos, aunque más probablemente se originan en la diferente situación económica y perspectivas de expansión de las dos industrias. De todos modos, el hecho es que se tiene en Huachipato un grupo más optimista de supervisores.

Además, la percepción que tienen los supervisores del nivel de sueldos en su industria comparado con el de otras industrias es distinto en Huachipato y Lota, y corresponde a las realidades objetivas. En Huachipato casi todos (21 casos) consideran que los sueldos son más altos en su industria, mientras que nadie los percibe como más bajos.

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En cambio en Lota los dos tercios de los supervisores (16 casos) perciben los sueldos de su industria como más bajos, y sólo uno de ellos considera que son más altos.

Además, en general los supervisores de Lota tienen más tendencia a considerar que los diferenciales de ingresos entre obreros y supervisores y entre supervisores y jefes son demasiado altos.

Por supuesto, esta apreciación es particularmente marcada al considerar la relación con los jefes, pero también se da en cierta medida al apreciar la relación entre sus propios ingresos y los de los obreros. En Huachipato, en cambio, hay una menor proporción que estima que la diferencia con los jefes es demasiado alta, y casi ninguno que opina lo mismo con respecto a los obreros.

Tabla 106

Estimación por loa supervisores de sus ingresos por comparación a los de los jefes y los obreros

Consideran que la diferencia con los jefes es:

Huachipato Lota

grande 26% 63%

está bien 56% 25%

pequeña 11% 12%

Consideran que la diferencia con los obreros es:

grande 4% 29%

está bien 67% 33%

pequeña 26% 38%

Un aspecto importante a analizar para percibir la conciencia de grupo de los supervisores, es la forma en que se orientan ante los conflictos entre la empresa y los obreros. Aquí veremos que se repite la pauta ya señalada, según la cual el grupo supervisor de Lota se encuentra más "tironeado" entre lealtades contrapuestas, debidas, suponemos, en buena medida a su origen obrero, contrabalanceado por el hecho de que la situación de mayor tensión imperante en Lota los obliga a depender más de la compañía que en Huachipato. Al pedírseles que dieran ejemplos de conflictos en que hubiera tenido razón la compañía, y de otros en que hubieran tenido razón los obreros, las respuestas se distribuyeron en la siguiente forma:

Tabla 107

Estimación por los supervisores, de casos en que la compañía o los obreros tenían razón en conflictos planteados.

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Huachipato Lota

Sólo citan casos en que la compañía tenía razón 26% 21%

Citan casos de los dos tipos 30% 62%

Sólo citan casos en que los obreros tenían razón 0% 12%

Sin respuesta 41% 4%

Como vemos, sólo en Lota se da el caso de supervisores que sólo mencionan casos en que los obreros tenían razón, y además una buena proporción (62 por ciento) menciona casos de los dos tipos, mientras que en Huachipato un gran número prefiere discretamente no emitir opinión.

Claro que esto no quiere decir necesariamente que el término medio de los supervisores de Lota sea más favorable a los obreros. Lo que ocurre en general es que en Lota los supervisores se encuentran más polarizados en direcciones contrarias por las fuerzas sociales existentes y por su propio origen social y amistades contraídas en los primeros años de trabajo.

Nos podemos formar una idea de la orientación social de los supervisores con la siguiente pregunta: "¿Con cuáles de las siguientes categorías sociales cree usted que los supervisores tienen intereses materiales comunes?"

a) Obreros

b) Empleados

c) Todos los asalariados

d) Clase media

e) Empresarios

f) La empresa

A los que respondieron a) y c) los hemos denominado "pro-obreros", a los que responden e) y f), "pro-empresa", y a los demás, "resto".

Tabla 108

Favorabilidad hacia los obreros o a la empresa, expresada por los supervisores

Huachipato Lota

Supervisores pro-obreros 30% 38%

Supervisores pro-empresa 19% 39%

Resto 52% 33%

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Vemos que en Lota hay una polarización mayor de las opiniones. Hay más supervisores "pro-obreros", y al mismo tiempo más supervisores "pro-empresa" que en Huachipato.

En este último lugar domina, en cambio, el grupo que no se orienta hacia ninguno de los dos polos. En cierto sentido, tiene más conciencia de formar un grupo aparte, con intereses propios. En resumen, podemos observar que en Lota la conciencia de grupo de los supervisores es menor que en Huachipato, a pesar de que la organización social de la comunidad les asigna una posición y un status social más claramente diferenciado que en Huachipato. Esta menor conciencia de grupo está ligada al tipo especial de reclutamiento de los supervisores en Lota, y al campo de fuerzas más antagónicas en el que están ubicados.

La existencia en Lota de una organización gremial (no propiamente sindical) en la cual muchos son activos, puede ser uno de los factores que contribuyen a darle cohesión social al grupo.

Desde cierto punto de vista podría decirse que la existencia de una asociación de ese tipo, en la que muchos supervisores pasan su tiempo libre, es un factor más necesario en Lota que en Huachipato, pues de lo contrario el grupo tendría dificultad en orientar su actitud ante los demás estratos de la comunidad.

Podemos recordar acá el hecho antes mencionado de que los supervisores de Lota seleccionan a sus amigos en mucha mayor medida entre otros supervisores que lo que era el caso en Huachipato. Tanto este hecho como el recientemente citado de la existencia de una "asociación gremial" con alta participación, deben ser interpretados cuidadosamente. Ellos indican que los supervisores de Lota constituyen un grupo con fuertes inconexiones entre sus miembros. Pero su origen social de extracción obrera y su "cambio de clase" en una situación de tensión social, hacen que se caractericen por formar un grupo con menor conciencia de tener características e intereses propios que lo que se da en Huachipato. En Huachipato, en cambio, los supervisores son más abiertos en sus relaciones sociales con otros grupos, pero tienen mayor conciencia de formar un estrato específico y con intereses particulares en la sociedad. Es importante tener en cuenta este hecho para evitar la generalización de sentido común, de que un grupo, cuanto más interconectado en relaciones primarias, será más consciente de su propia identidad. Nuestros datos niegan esa afirmación, pero no en absoluto, sino sólo en un caso especial: aquel en que el grupo más interconectado por relaciones primarias tiene un origen social caracterizado por mayor movilidad y cambio de clase que el otro con quien, se compara.

III. Influencia de la actitud pro-obrera de los supervisores

Analizaremos ahora la relación existente entre la actitud pro-obrera e pro-empresa de los supervisores, y las actitudes de los obreros que trabajan con ellos. Tomaremos los dos grupos extremos de supervisores (pro-obreros y pro-empresa), dejando de lado el de los no definidos.

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Usamos, para diferenciar a los supervisores, la pregunta vista más arriba y cuyas respuestas figuran en la tabla 108.

Tabla 109

Influencia de la actitud pro-obrera del supervisor sobre la adhesión de sus obreros

Supervisores pro-empresa Supervisores pro-obreros

Huachipato 40% 62%

Lota 37% 41%

Comenzamos por ver los efectos sobre la adhesión al supervisor (5)

.

En Huachipato el efecto es el que se puede prever: los supervisores más favorables a los obreros obtienen más adhesión de éstos. Recordemos que en Huachipato los supervisores son en su mayoría de origen de clase media, y que para ellos el ser '"pro-obreros" posiblemente signifique una actitud a la que se ha llegado más por un proceso individual de selección que en el caso de Lota.

Tabla 110

Influencia de la actitud pro-obrera del supervisor sobre la cohesión de grupo de sus obreros

Supervisores pro-empresa Supervisores pro-obreros

Huachipato 40% 57%

Lota 39% 54%

En Lota, en cambio, todos los supervisores han sido obreros ellos mismos y por lo tanto el seguir siendo "pro-obreros" tendrá una significación distinta que en Huachipato, e implica menos una decisión consciente de ver la identidad de intereses con un grupo social distinto.

Por otra parte, en ambas partes los obreros que trabajan con supervisores pro-obreros tienen más cohesión de grupo.

Es como si la especial atmósfera presumiblemente creada por un supervisor pro-obrero fuera aprovechada por los obreros para crear una cohesión y espíritu de grupo mayores entre ellos. En Lota esta atmósfera no repercute en un mayor "reconocimiento" y adhesión al supervisor, mientras que en Huachipato sí se da esa relación.

IV La relación con los delegados en el trabajo

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Un área importante donde debe definirse la actitud de los supervisores es la que concierne a sus relaciones con los delegados sindicales, representantes de las secciones en que se divide la empresa. Con ellos se presentan a veces problemas relacionados con el trabajo, con el movimiento del personal, sanciones, peticiones de grupos de obreros y otros potenciales conflictos ligados a la actividad diaria.

Preguntados los supervisores acerca de sus relaciones con el sindicato o con los delegados durante el trabajo, en Huachipato la mitad aproximadamente respondió que no tenía "ninguna" (14 casos), mientras que en Lota más de las dos terceras partes dieron esa respuesta (18 casos).

Por otra parte, al preguntárseles en más detalles si es que, en caso da dificultades con los obreros, tomaban en cuenta al delegado o representante sindical, se volvió a repetir aproximadamente la situación. En Huachipato poco más de la mitad dijeron que no lo tenían en cuenta (16 casos contra 11 casos que sí lo tienen en cuenta), mientras que en Lota casi las tres cuartas partes de los supervisores afirmaron no tener en cuenta al delegado sindical para resolver los problemas creados con los obreros (18 casos contra 6).

Esto parece indicar que la costumbre de solucionar los problemas y fricciones que se producen en el trabajo, con la ayuda del delegado sindical, aún está poco arraigada entre los supervisores de ambas industrias.

Al tratar de inquirir la opinión de los supervisores sobre cuál es, de todos modos, el rol del sindicato cuando se dan problemas con obreros, en Lota un importante porcentaje (38 por ciento) considera que él es el de llevar los problemas a ser solucionados al nivel de los jefes; otro importante sector (29 por ciento) opina que el sindicato juega entonces un rol general de mediador entre la compañía y los obreros. O sea, existe una cierta tendencia a ver la función del sindicato en el sentido de "llevar los problemas más arriba", a niveles jerárquicos superiores. En Huachipato estas dos actitudes se dan mucho menos (11 por ciento y 11 por ciento de los casos).

Veremos ahora la relación entre el tener o no en cuenta al delegado y la satisfacción en el trabajo.

Tabla 111

Relación entre el tomar en cuenta el delegado y la satisfacción en el trabajo de los obreros

supervisores que no toman en

cuenta a los delegados supervisores que sí toman en

cuenta a los delegados

Huachipato

Total

supervisores 16 11

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Total Obreros 30 93

% Obreros

satisfechos 80% 64% (significativo al nivel del

10%)

Lota

Total

supervisores 18 6

Total Obreros 139 61

% Obreros

satisfechos 43% 28% (significativo al nivel del

5%)

Observamos que la satisfacción, es claramente menor para los obreros que trabajan bajo supervisores que toman en cuenta a los representantes sindicales.

¿Cómo puede explicarse el hecho de que la satisfacción en el trabajo sea menor para aquellos obreros con supervisores que tienen más en cuenta al sindicato?

Si inspeccionamos otras correlaciones, podremos acercarnos a una solución del problema.

Tomemos en cuenta los datos de la tabla siguiente.

Si observamos la tendencia general de estos datos, la evidencia es que los obreros que trabajan con supervisores más abiertos al sindicato son, ellos mismos, más activamente sindicalistas, prohuelgas y no-aceptantes de estructuras. Es difícil creer que todas estas sean consecuencias de la mayor tendencia del supervisor a tomar en cuenta a los representantes. Es más lógico, en cambio, considerar que la relación causal se da a la inversa: los supervisores que tienen obreros de mayor "militancia" se ven obligados a tomar en cuenta más al representante sindical. Esta mayor militancia, sabemos que va unida a una mayor insatisfacción en el trabajo (más en Lota que en Huachipato), lo que nos aclara esa relación encontrada en la tabla anterior entre el "tomar en cuenta al representante" y la insatisfacción.

Tabla 112

Características actitudinales de los obreros que trabajan con supervisores que toman o que no toman en cuenta a los delegados

% de obreros con

alta particip.

sindical

% de obreros

favorable a la

huelga

% de obreros con "no-

aceptación de

estructuras"

Huachipato

Superv. que "toman en

cuenta a delegados" 32% 12% 37%

Superv. que "no toman

en cuenta a delegados" 23% 10% 27%

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Lota

Superv. que "toman en cuenta a delegados"

57% 44% 43%

Superv. que "no toman

en cuenta a delegados" 50% 34% 39%

V Los métodos usados por el supervisor para mantener disciplina

Para finalizar este capítulo, analizaremos algunas de las características de las relaciones de autoridad entre supervisores y obreros. El problema de la mantención de la disciplina del trabajo constituye una de las principales funciones del supervisor. Se nota también en esta área una importante diferencia entre los dos situaciones industriales estudiadas.

Comenzamos por ver que en general en Lota los supervisores tienen más desconfianza sobre lo que ocurre en el trabajo cuando ellos no están presentes. Sólo un 13 por cierto afirma que en esos casos los obreros siguen trabajando igual, mientras que los demás implican que el ritmo decae. En Huachipato llega a haber un 40 por ciento que, al menos al nivel verbal, afirman que los obreros siguen trabajando igual cuando ellos no están presentes. Debemos tener en cuenta que el tipo de trabajo mecanizado de Huachipato es tal, que muchas veces el ritmo de trabajo está impuesto por la máquina, y no depende tanto de la vigilancia. Por otra parte, los supervisores de Huachipato consideran, en su totalidad, que para el buen funcionamiento del grupo de trabajo conviene conocer los problemas personales de los obreros. En Lota las respuestas se dividen por mitad entre los que creen que conviene conocer ese tipo de problemas personales del obrero y los que estiman que se debe limitar las relaciones a las necesarias por el trabajo.

Yendo ahora directamente al problema de la mantención de la disciplina hemos tratado de captar esta variable con la pregunta:

"¿Qué medidas son más importantes para mantener la disciplina del grupo de trabajo? ¿Sanciones? ¿Favorecer el espíritu de grupo?"

Ante esta pregunta las respuestas fueron:

Huachipato Lota

Sanciones 16 9

Espíritu de grupo 8 14

Como vemos, en Lota está menos difundida la confianza en el método de "usar sanciones", al menos al nivel verbal de las declaraciones de los supervisores. Debemos aclarar que es posible que los respondientes no hayan comprendido totalmente el significado del concepto "favorecer el espíritu de grupo", razón por la

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cual las conclusiones de este acápite deberán ser tomadas con cierto cuidado. De todos modos, la otra respuesta, "sanciones", tiene un significado bastante claro.

A nuestro parecer puede haber dos razones por las cuales se observa una mayor tendencia en Lota a expresar preferencia por métodos disciplinarios basados en el "espíritu de grupo" y no en las sanciones. Una posibilidad sería que en Lota, comunidad donde se pone más énfasis en lo personal, resulte más conforme a la norma cultural el usar las relaciones internas del grupo de trabajo como método disciplinario. Esto estaría favorecido por el hecho de que en Lota los supervisores han sido ellos mismos antes obreros. Como resultado ellos conocen mejor la psicología obrera y están más capacitados para crear relaciones personales con los trabajadores y basar la disciplina en las relaciones de grupo generadas en esa forma.

Otra posibilidad sería que en Lota el supervisor temiera más tomar sanciones contra obreros durante el trabajo, pues en un frente de mina hay poco control social por parte de las autoridades de la empresa, y un obrero que se considere agraviado puede fácilmente tratar de "desquitarse" físicamente con el supervisor en un momento de ira. Cosa semejante sería mucho más difícil en una fábrica donde la mayor facilidad de comunicación y la presencia fácil y continua de personal directivo de varios grados altera la relación de fuerzas existentes al nivel del grupo supervisor-obreros.

A nuestro juicio tiene particular interés este problema de la relación de fuerzas y el tipo de control social existente en la industria de minería, sobre todo cuando ésta se desarrolla en comunidades cerradas y apartadas de los principales centros urbanos (como es el caso general en América latina). Generalizando acerca de lo que se sabe sobre la experiencia continental, podemos decir que en la mayoría de los casos, sobre todo históricamente, en esas comunidades el grado de control social por parte de los elementos asociados a la empresa ha sido muy grande, y ha dado lugar a toda una literatura de crítica a la opresión y discriminación ejercidas. Esto parecería contradecir lo que decíamos anteriormente sobre una cierta debilidad del "control social" empresario al nivel del frente de mina.

Sin embargo, esta contradicción no es más que aparente si consideramos que pueden existir dos niveles de control social.

Uno es el ejercido en la comunidad contando con el apoyo del poder público, y se caracteriza por ser en general muy estricto. El otro sería el ejercido al nivel del trabajo mismo, dentro de la mina, y se caracterizaría por una cierta dificultad en ejercerse en lo inmediato, y estar basado más bien en la referencia al otro sistema de control social operante al nivel de la comunidad.

Se puede ver fácilmente la diferencia con la situación en la fábrica moderna ubicada en una zona de mayor desarrollo urbano. En ella el sistema de control social externo al nivel de la comunidad no es tan fuerte ni tan operado directamente por elementos asociados a la empresa, aunque está más

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internalizado y aceptado por la mayoría de la población. En cambio, el control existente por parte de la empresa sobre la situación inmediata de trabajo es allí mayor y más basado en normas burocratizadas y consideraciones de tipo impersonal.

El sistema de control que hemos descrito como típico de muchas situaciones en la minería tiene una cierta inestabilidad y ha dado lugar en la historia latinoamericana a más de una erupción de rebeldía, vinculada a ataques físicos a personal directivo en una medida no comparable a la que se da en la situación industrial urbana (6). Es este un tema cuyo estudio más intensivo puede resultar de gran utilidad para comprender ciertos aspectos de la estructura social de reglones en que la minería juega un rol importante.

El caso de Lota es un poco marginal en este sentido, pues a ella no se aplican con toda intensidad las características descritas para las zonas mineras aisladas y alejadas de los centros urbanos. Lota está más integrada a la sociedad nacional que muchos otros centros mineros. Sin embargo, creemos que comparte con ellos algunas características, especialmente la peculiar relación entre los dos niveles de control social en la comunidad y en el frente de trabajo.

En resumen, podemos decir que el método de favorecer el espíritu de grupo, comparado al de usar sanciones, se da más en Lota que en Huachipato, y se ve favorecido por la extracción obrera de los supervisores de Lota, que les permite conocer mejor la psicología de los trabajadores.

El sistema de favorecer el espíritu de grupo, con lo que implica de relaciones más personalizadas, más de grupo, dentro del trabajo, armoniza con el tipo de vida más comunitario, más personalizado, también, que se da en Lota en la vida diaria. Es de importancia observar que él es compatible con un tipo de sociedad en general más autoritaria, más rígidamente estratificada y con control social más fuerte al nivel de la comunidad.

Resumen de proposiciones principales y sistema de hipótesis

Proposición 1: En Huachipato, comparados con Lota, los supervisores tienen

menor edad y más origen social de clase media, y mayor educación.

Proposición 2: En Huachipato casi ningún supervisor ha sido antes obrero él

mismo; en Lota casi todos han sido obreros mineros antes de llegar a ser supervisores.

Teoría general previa: En sociedades de incipiente industrialización es bastante característica la movilidad del obrero calificado dentro de la empresa misma, llegando a ser supervisor basándose en su experiencia; en sociedades más modernas esta vía tradicional de ascenso se cierra, pero se abre otra a través del sistema educacional de la comunidad; en una etapa aún más avanzada, vuelve a

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abrirse una vía de ascenso interna a la empresa, a través de planes de promoción basados en un sistema educacional interno.

Hipótesis interpretativa: En Huachipato se ha cerrado la vieja vía de ascenso por promociones internas, y aún no se ha abierto la segunda en forma suficientemente amplia; en cuanto a la tercera, ella apenas comienza a esbozarse (y más en la gama de aspiraciones internas a la empresa que en la realidad de los ascensos efectivos). Esto crea un "cuello de botella" en la movilidad social.

Hipótesis general: Este "cuello de botella" puede hacerse sentir especialmente en algunas comunidades, típicas del proceso latinoamericano de desarrollo económico, donde se hace sentir de golpe el efecto de la industria moderna por la instalación de una nueva planta, mientras que los efectos de un sistema educacional más abierto a las clases populares sólo se hacen sentir a largo plazo.

Proposición 3: En general la sindicalización es más clara y más expresada como

actividad autónoma de estrato, más profesionalizada, en Huachipato que en Lota. En Huachipato los supervisores tienen más conciencia de sí mismos como grupo específico. En Lota tienden más a estar atraídos por los polos opuestos del sindicato industrial obrero (ellos mismos han sido antes obreros) y de la empresa o las actividades de tipo mutua-lista promovidas por ella.

Proposición 4: En Lota las relaciones de amistad de los supervisores están en

mucha mayor medida que en Huachipato restringidas a personal de la misma empresa, y a otros supervisores como ellos; en Huachipato, en cambio, la gama de amistades se abre más hacia individuos que no trabajan en la empresa, y hacia otros escalones administrativos y de clase media. En Lota hay una mayor proporción de amistades dentro de la clase obrera (de la misma empresa).

Hipótesis interpretativa: La mayor vinculación a los obreros de la empresa que tienen los supervisores de Lota, es un factor a tener en cuenta al analizar el sistema de control social imperante en esa comunidad, y en general al analizar las relaciones de trabajo. Su causa es el origen obrero de los supervisores.

Proposición 5: En Lota hay más polarización de opiniones entre los supervisores:

comparativamente a Huachipato, hay un mayor número de actitudes pro-obreras, y al mismo tiempo un mayor número de actitudes pro-empresa. Parecería ser que en Lota la conciencia de grupo de los supervisores es menor que en Huachipato: ello a pesar de que la comunidad lea asigna un status y una posición más netamente diferenciados en la comunidad de Lota.

Hipótesis interpretativa: Por un lado, se tiene que los supervisores de Lota constituyen un grupo con fuertes interconexiones internas entre sus miembros, en amistades y asociaciones. Pero su origen social obrero y su "cambio de clase", en una situación de tensión social, hacen que se caractericen por formar un grupo con menor conciencia de tener características e intereses propios que lo que se da en Huachipato.

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Proposición 6: Tanto en Huachipato como en Lota, los supervisores más pro-

obreros tienen grupos de trabajo con mayor cohesión social entre los obreros.

Proposición 7: En Huachipato, los supervisores más favorables a los obreros obtienen más adhesión de éstos. La relación no se da en Lota.

Hipótesis interpretativa: El hecho de que sólo en Huachipato la actitud pro-empresa o pro-obrero del supervisor esté asociada a actitudes de los obreros puede deberse a la diferente extracción social de los supervisores. Efectivamente, en Huachipato casi todos ellos son de origen de clase media, y por lo tanto para ellos el ser "pro-obreros" puede implicar una actitud a la que se ha llegado más por un proceso individual de selección, que en el caso de los supervisores de Lota, casi todos ellos antiguos obreros, y en quienes la actitud pro-obrera puede ser un residuo de actitudes anteriores, menos significativo en lo que respecta a la personalidad.

Proposición 8: Tanto en Huachipato como en Lota, hay un considerable número (más de la mitad) de supervisores que no acostumbran a tomar en cuenta al delegado sindical en problemas con el personal. El porcentaje es mayor en Lota.

Proposición 9: La satisfacción con el trabajo, en los obreros que trabajan bajo

supervisores que toman en cuenta al delegado, es menor que para los demás, que no toman en cuenta al delegado. (Huachipato y Lota.)

Proposición 10: Los obreros que trabajan con supervisores que sí toman en

cuenta al delegado sindical en problemas con el personal, tienen mayor militancia sindical que los demás. (Huachipato y Lota.)

Hipótesis interpretativa: Parecería ser que el mecanismo causal funciona preferentemente de este modo: los supervisores que tienen obreros de mayor "militancia" se ven obligados a tomar en cuenta al delegado sindical, en mayor medida que los otros supervisores. Esta mayor militancia, por proposiciones anteriores, va unida a una mayor insatisfacción en el trabajo.

Proposición 11: En Huachipato está más difundido el método de disciplina basado en tomar sanciones, mientras que en Lota se prefiere el tratar de influenciar la "atmósfera de grupo".

Hipótesis interpretativa: La mayor tendencia prevalente en Lota hacia usar métodos basados en el espíritu de grupo puede deberse a:

a) El mayor origen obrero de los supervisores de Lota, que loa capacita para usar este método por su mayor conocimiento de la psicología obrera.

b) En Lota es posible que el supervisor tema más tomar sanciones contra obreros durante el trabajo, pues en un frente de mina hay poco control social por parte de

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las autoridades de la empresa, y un obrero que se considere agraviado puede fácilmente tratar de "desquitarse" físicamente con el supervisor en un momento de ira.

Hipótesis general: En una comunidad de tipo minero existen dos niveles de control social. Uno es el ejercido en la comunidad, contando con el apoyo del poder público, y se caracteriza por ser en general muy estricto. El otro sería el ejercido al nivel del trabajo mismo, dentro de la mina, y se caracterizaría por estar basado en buena medida en relaciones personales y de grupo, y en la referencia al sistema de control operante al nivel de la comunidad.

Hipótesis general 2: En una fábrica más moderna y ubicada en un medio más urbano, el sistema de control social operante al nivel de la comunidad no es tan fuerte ni tan operado directamente por elementos asociados a la empresa, aunque está más "internalizado" y aceptado por la mayoría de la población. En cambio, el control existente por parte de la empresa sobre la situación inmediata de trabajo es mayor y más basado en normas burocráticas e impersonales.

Notas:

1. Se puede ver el trabajo de Ch. Walker, H. Guest y A, Turner, The foreman in the assembly line (Cambridge, Mass, 1956), para un estudio de la situación del supervisor en la industria

moderna.

2. Ver W. Lloyd Warner, The social system of the modern Factory, para una buena descripción de este proceso.

3. Ver sobre el significado de este término la obra de Karl Mannheim, Libertad y Planificación Social. (Fondo de Cultura Económica, México.)

4. Al respecto, conviene recordar que no hay una completa unanimidad. Ver por ejemplo Gideon Sjoberg, "Are Social Classes in America Becoming More Rigid"? American Sociological Review. (Dic. 1951) y también Natalie Rogoff, "Recent Trends in urban occupational mobility" en la obra de P. Hatt y A. J. Reiss,Reader in urban Sociology.

5. El detalle del número de supervisores y obreros involucrados en la comparación es la siguiente:

Huachipato Nº de Supervisores Nº de obreros

Supervisores pro-obreros 8 21

Supervisores pro-empresa 5 15

Lota Supervisores pro-obreros 9 63

Supervisores pro-empresa 7 49

6. Podemos tomar un ejemplo de lo ocurrido en Venezuela después de la muerte del dictador Gómez. "El 14 de Febrero de 1936 hubo una huelga general en las ciudades. En los campos... los 'saqueos' se pusieron a la orden del día... Varios policías y 'guachimanes' fueron quemados vivos

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por los obreros petroleros." Rómulo Betancourt, Venezuela: Política y Petróleo, páginas 84 y 86. (Fondo de Cultura Económica.)

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CONCLUSIÓN

1. ¿La comparación de dos colectividades obreras tan diferentes como las de

Huachipato y de Lota no puede ser sino descriptiva? Casi todo las separa: la actividad profesional, el salario, el tipo de autoridad; ¿hace falta, por lo tanto, limitarse a consignar diferencias y atenerse a enriquecer cada monografía con el mayor número de observaciones posibles sobre la conducción obrera dentro y fuera de la empresa?

Tal trabajo no sería inútil. La extensa serie de estudios descriptivos sobre la vida obrera que Europa y sobre todo Gran Bretaña han producido en el siglo XIX no existe todavía en América latina.

Sin embargo, no hemos querido hacer una obra monográfica y es esta elección la que en principio conviene justificar.

Reconozcamos en primer lugar que no todo es diferente entre una y otra empresa. Ellas pertenecen al mismo país, a la misma región y están distanciadas por algunas decenas de kilómetros. Cualesquiera que sean las diferencias que las separan, los obreros de Huachipato y de Lota no están aislados los unos de los otros por barreras étnicas o lingüísticas, y la unidad nacional es lo suficientemente fuerte en Chile como para que sus opiniones políticas se dirijan hacia las mismas instituciones.

Es la realidad de esta unidad social y cultural la que permite considerar estas dos empresas, no como casos particulares, sino como los momentos sucesivos de una evolución. Cronológicamente las explotaciones carboníferas de Lota han sido creadas mucho antes que las usinas siderúrgicas de Huachipato, pero sobre todo es imposible dejar de percibir, comparándolas, diferencias que son en realidad transformaciones del sistema de producción industrial. Lota está profundamente signada por el capitalismo familiar; Huachipato, creado por iniciativa del Estado, está dirigida por managers. Generalmente de la una a la otra progresa eso que Max Weber denominaba la burocratización, el establecimiento de una autoridad impersonal, fundada sobre reglas precisas, reemplazando a la autoridad personal de los propietarios y sus representantes.

En Huachipato la palabra clave de la empresa es la racionalización; en Lota, es el orden. Esto no significa en forma alguna que socialmente una de las dos empresas "funcione" mejor que la otra. Una afirmación tal, a la que sería difícil dar un sentido preciso, iría en contra de aquello que nosotros deseamos demostrar. Esas dos empresas no representan las dos fases de un mismo sistema social, sino dos etapas de evolución y por lo tanto dos sistemas sociales diferentes.

Así es que hablando de evolución debe tenerse mucho cuidado de caer en la tentación que se ofrece de entrada, de trazar una serie de curvas ascendentes de una empresa a la otra. Y cuanto más la oposición entre ellas parece general, más legítimo es estudiar el movimiento que conduce de la una a la otra, de una

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situación histórica a otra. Nosotros hemos a menudo comparado, de la forma más simple y más directa, las actitudes y las opiniones de esos mineros y de esos siderúrgicos. Mas todo nuestro esfuerzo ha tendido a recomponer la unidad de dos formas de conciencia obrera que ellos manifiestan. Es por eso que este estudio no se ha demorado en describir la situación de trabajo y de vida de los obreros, de colocarla sobre una serie de escalas que van desde la proporción de obreros calificados a los sueldos medios o a la cantidad de energía utilizada por cada obrero. Después de haber dado las indicaciones indispensables para el conocimiento concreto de las empresas y poblaciones consideradas, hemos abordado directamente el análisis de las respuestas al cuestionario preparado por nuestro equipo en el cuadro del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad de Chile.

2. Este análisis hace, en primer lugar, surgir un tema que puede parecer cercano a

aquel al que nosotros acabamos de oponernos. De Lota a Huachipato pasamos de una sociedad cerrada a una sociedad abierta. Profesionalmente el medio obrero de las explotaciones carboníferas es relativamente homogéneo. La proporción de obreros calificados es baja y los trabajadores que ganan los salarios más altos, los picadores -barreteros- son sobre todo aquellos que realizan el esfuerzo físico más penoso y cuya actividad se mide más directamente por un rendimiento. En la siderurgia, por el contrario, existe no solamente una proporción mayor de obreros profesionales sino sobre todo una jerarquía de funciones, una escala de calificaciones que se eleva más allá del mundo obrero hasta la categoría de capataces y de técnicos.

En la mina nada se interpone entre el trabajo productivo y las decisiones de la empresa. Como en un ejército tradicional los capataces están culturalmente cerca y socialmente lejos de los obreros. En Huachipato, por el contrario, las tareas de organización y no solamente las de mando son numerosas. Entre los obreros y la dirección los empleados de oficina forman una categoría autónoma, ella misma muy diversificada.

Socialmente la población obrera de Lota continúa fuertemente ligada a sus orígenes rurales. Muchos obreros han venido directamente del campo a la mina. En Huachipato, por el contrario, la proporción de obreros de origen agrícola es baja, la usina no es la primera etapa en la movilidad profesional.

Lota es más comunidad que Huachipato. La usina siderúrgica está relativamente aislada y la mayoría de los obreros viven en la aglomeración de Talcahuano o en los arrabales de Concepción. Es cierto que la ciudad de Lota está netamente dividida en dos partes: la ciudad alta, núcleo urbano obrero que pertenece a la compañía y donde las diversas categorías profesionales y sociales están visiblemente separadas las unas de las otras, y la ciudad baja, ciudad libre, muy desorganizada, a menudo miserable, pero sobre la cual todo el poderío de la compañía, tan perceptible sobre la ciudad alta, no se ejercita. Pero tanto en un caso como en el otro la vida se organiza dentro de un medio cerrado, tanto más

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que la aglomeración más cercana, Coronel, es análoga, dominada por otra gran sociedad minera.

En Lota las formas tradicionales de la vida cultural al mismo tiempo que el encuentro de un tipo de vida pre-industrial y del medio urbano e industrial se imponen con mucha más fuerza. Un ejemplo lo demuestra claramente: la mayor actividad de la vida religiosa en Lota, reforzada por los movimientos de contra-culturación, como los que se encuentran en muchos centros urbanos e industriales en formación: movimientos escatológicos, conducidos por predicadores -aquí, los canutos- que apelan a la reforma moral en la espera de la inminente parusía. Lota no es por lo tanto un ejemplo de "folk-society" o de "gemeinschaft", según la terminología de Redfield o de Tonnies, pero sí una colectividad obrera que dirige hacia ella misma sus reacciones al cambio, en vez de orientarlas hacia el conjunto del sistema social nacional. Lota es una comunidad centrada sobre la comunidad, Huachipato una colectividad centrada sobre la sociedad. Es por eso que los militantes obreros no provienen en Lota de las más elevadas categorías; su nivel profesional, económico y cultural es mediano, mientras que en Huachipato, son más a menudo obreros calificados los que se ponen a la cabeza de la acción reivindicativa. En Lota aquel que posee ciertas ventajas se encuentra aislado. marginalizado; en Huachipato, al contrario, se encuentra mejor ubicado para expresar las aspiraciones de un grupo que se siente en movilidad ascendente. Estas diferencias se han impuesto a nosotros desde el primer contacto. Queríamos informar a los trabajadores de las dos empresas de nuestra presencia y de nuestras intenciones. En Lota, por iniciativa del sindicato industrial, se aprovechó una reunión en masa, sobre una vasta explanada, para dar esta información. Uno de los investigadores se dirigió a través de un micrófono desde la sede de los sindicatos a la multitud congregada y le explicó los fines y los métodos de la investigación. El apoyo dado a menudo por los estudiantes y los profesores de Santiago y de Concepción al movimiento obrero facilitó una buena y rápida comprensión de nuestro trabajo.' En Huachipato, al contrario, donde, cierto es, la organización sindical atravesaba una crisis, fue necesario explicar extensamente a los responsables nuestras intenciones y la información de los trabajadores mismos fue más lenta y más imperfecta.

3. Al insistir excesivamente sobre esas oposiciones se correría el riesgo sin embargo de cometer un error. Pues la oposición de una comunidad cerrada y de una comunidad abierta puede no ser sino una forma más elaborada de la idea, cuyas insuficiencias nosotros quisiéramos subrayar, del pasaje de la marginalidad a la integración. Cierto es que la participación de los obreros de Huachipato en los patrones culturales de una sociedad industrial y urbana es mayor: autoridad más funcional, trabajo más racionalizado, salarios más elevados, posibilidades de promoción profesional más amplias. Pero esta apertura a los valores no solamente nuevos pero sobre todo modernizantes, si trae en efecto consigo una orientación hacia el porvenir, moviliza al mismo tiempo que nuevas actitudes, nuevas reivindicaciones. En forma más precisa socializa las reivindicaciones y las politiza. M. Mora (7) ha analizado muy bien en Chile la función de los partidos de izquierda y sobre todo del partido comunista en la movilización de las reivindicaciones. La

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conciencia de exclusión social no puede ser transformada en acción política a no ser que los valores de la conciencia obrera se inscriban, conflictualmente por supuesto, en el conjunto de las orientaciones de la sociedad global.

Por cierto que los mineros de Lota están politizados; los dirigentes de su sindicato a pesar de la fuerza de la ley de defensa de la democracia, están fuertemente ligados al partido comunista; no obstante, esta dependencia es más bien la expresión de una ruptura con la sociedad que un medio de transformación de esa sociedad.

Se puede aquí recurrir a una distinción expuesta en otro lugar (8). Las respuestas de los obreros de Lota ofrecen un buen ejemplo de conciencia proletaria. Si el conflicto con la dirección se percibe en forma aguda las relaciones con la sociedad se caracterizan más por el distanciamiento o por la ruptura que por el de la contradicción.

Contra el mundo patronal, todopoderoso, que no solamente impone su voluntad en el trabajo sino que modela todo el medio de vida de los trabajadores, los mineros no pueden apelar a la industrialización y a la modernización de las relaciones sociales. No pueden hacer otra cosa que refugiarse en un núcleo urbano libre, socialmente desorganizado, a la vez más acá y más allá de la organización social, más acá porque ella privilegia las relaciones primarias, de familia, de camaradería, de vecindad; más allá porque está recorrida por ímpetus mesiánicos y utopías proletarias.

En Huachipato, por el contrario, la conciencia obrera es en primer lugar reivindicadora de progreso. La imagen de la sociedad a la cual ella se refiere es menos revolucionaria que modernista. La dirección de la empresa defiende posiciones análogas, y por eso mismo directamente opuestas. No busca mantener una influencia patrimonial sobre los trabajadores; tiene conciencia de representar una nueva generación de dirigentes industriales preocupados de racionalidad, de modernización, de desarrollo de la industria y de la economía nacional. Empleadores y asalariados se encuentran por lo tanto frente a frente no como el mundo del trabajo y el del dinero, sino como el de los asalariados y el de los dirigentes. Esta nueva situación desemboca a reintroducir el conflicto industrial en la organización social, mientras que en las minas la yuxtaposición de la ciudad alta y de la ciudad baja es la de la sociedad y de los "bárbaros" que la rodean v que están excluidos de ella.

Es por eso que las reacciones obreras son más afectivas en Lota, más ideológicas en Huachipato. La reivindicación pone en movimiento en el primer caso el conjunto de la personalidad. de los roles sociales, de las pertenencias del individuo. En el segundo, al contrario, se trata en primer lugar de conflictos de intereses, en donde la violencia evoca la de las luchas sociales norteamericanas. El sistema de relaciones sociales que domina a Lota evoca la pesadez de las oposiciones sociales en las grandes colectividades industriales de la Europa tradicional: largos períodos de calma tensa, hostil, quebradas por revueltas, levantamientos. En

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Huachipato, en cambio, se impone la imagen bien diferente del enfrentamiento agresivo de fuerzas sociales presentes en una sociedad más abierta.

El pasaje de Lota a Huachipato no es el del conflicto a la negociación sino el de la ruptura a la oposición, de un conflicto de principios a un conflicto de objetivos.

4. Este análisis debe ser llevado más lejos. En Lota la experiencia obrera es fuertemente homogénea; en Huachipato no lo es. En Lota el minero se enfrenta en su puesto de trabajo, a la ruptura entre el trabajo productivo y la autoridad patronal; a nivel de la empresa divisa la misma frontera entre los obreros y la dirección; en el conjunto de la vida social él siente la misma dicotomía. Por eso todas las experiencias que vive tienen para él igual sentido. La misma insatisfacción resurge de una discusión en torno al rendimiento cotidiano y de las querellas en torno al alojamiento. Cada incidente es el signo de una condición obrera global.

En Huachipato la situación es mucho más compleja. De un lado el obrero está ubicado dentro de un sistema estratificado, jerarquizado y del otro él se enfrenta con ciertas barreras. Es a la vez subprivilegiado, ubicado en una situación profesional y económica subalterna, y excluido de la sociedad.

Nada muestra mejor esta oposición que la observación más directa de las relaciones entre la vida del trabajo y la vida fuera del trabajo. Los numerosos obreros alojados por la empresa en Lota tienen condiciones de integración dentro la comunidad relativamente buenas. Esto no es en forma alguna contradictorio a las observaciones precedentes. El orden reina en Lota Alto: el control de la comunidad por la empresa es muy severo, Pero todos los alojamientos tienen agua y electricidad, existen escuelas, lugares de esparcimiento, un lavadero etc. En Huachipato, por el contrario, dejando de lado el barrio obrero de Las Higueras, de calidad muy superior y organizado con mucho cuidado, los trabajadores viven en condiciones de vivienda muy malas. Las dificultades de adaptación, poco importantes en el trabajo, son muy grandes en la vida fuera del trabajo a causa mismo de las malas condiciones de alojamiento. Existe una distancia manifiesta entre el modernismo de la empresa y el estado de la sociedad en que ella se encuentra ubicada. El reformismo activo que sugiere el estado de la empresa entra necesariamente en conflicto con la voluntad de transformación social apoyada en la experiencia de las condiciones de vida.

Pero esta primera observación es insuficiente y no debe ser retenida como un medio de tomar conciencia de un problema al cual hay que darle una formulación más amplia.

La situación obrera en Huachipato es doble; el grupo obrero está en su mayoría en movilidad ascendente, la usina es modernista, los salarios son elevados. Otros tantos aspectos que conducen a la sociedad industrial y urbana hacia una integración conflictual.

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Al mismo tiempo la conciencia obrera, en el trabajo mismo, se encuentra en la situación que en la mayor parte de los países industrializados, corresponde al desarrollo más activo de la conciencia de clase, si se define ésta no como la representación del mundo social en dos bloques hostiles y, más aun, extraños el uno al otro, sino como conciencia del desarrollo de la sociedad industrial en torno a la contradicción del beneficio y del trabajo. En Huachipato la conciencia de las clases sociales es menos fuerte que en Lota, pero la conciencia de las relaciones de clases es más viva. Aclaremos aún más. A partir del momento en que uno se aparta de la situación que representa Lota, se ve, en un país como Chile, distinguirse y entremezclarse muchas líneas de evolución que es necesario enumerar en primer lugar, a riesgo de ser demasiado esquemáticos.

1. La creación de un medio industrial racionalizado en el que subsiste un trabajo obrero de tipo relativamente tradicional y una dirección "capitalista" o considerada como tal, favorece la formación de una conciencia de clase, expresión de la fusión por una parte entre el conflicto privado de patrones y de obreros y por otra parte la conciencia de la sociedad como sistema industrial. El conflicto toma en efecto en esas condiciones un sentido general y la sociedad es vista como dominada por el conflicto de clases.

2. Pero por una parte la dirección es más "moderna" que la de las empresas siderúrgicas europeas del gran periodo de industrialización europea a partir del fin del siglo XIX; por otra parte los obreros tienen una conciencia de movilidad ascendente o descendente, y también el sentimiento de pertenecer ya a una sociedad moderna, mientras que existe por debajo de ellos una vasta población, campesina y obrera, que está aún aislada.

3. Esta modernidad se opone al arcaísmo de la organización social de las

colectividades locales. De la misma manera esos trabajadores tienen conciencia que el poder de decisión económico y político pertenece aún en su país a fuerzas tradicionales, para quienes el desarrollo industrial y la elevación del nivel de vida de las masas obreras, no son las principales preocupaciones. Estos tres elementos de la situación obrera corresponden a niveles diferentes de la experiencia social.

La definición de los actores, la de sus relaciones, la de la sociedad en que ellos se ubican, no se corresponden. Como se percibe fácilmente, los actores se definen por referencia a una sociedad industrial orientada hacia la organización racional de la producción y por una intensa movilidad ligada a la conciencia económica. Las relaciones sociales de producción están marcadas por la gran crisis de industrialización, es decir por el encuentro de mundos "privados" tradicionales, el del trabajo v el del beneficio, con los modelos racionalizadores de la sociedad industrial. Su cuadro social, en fin, está dominado por la resistencia de la sociedad tradicional, tanto más visible en Chile, dado que ese país, uno de los primeros en América latina en incorporarse a la economía y a la sociedad urbana, ge ha resistido casi constantemente a su industrialización.

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La existencia de ese decalaje, es central para la explicación de las actitudes v de las conductas obreras. Cuanto más se observan las opiniones individuales, sobre las "probabilidades de vida", sobre las perspectivas futuras, individuales y familiares, mayor es el optimismo y sobre todo. tanto más 1a visión de la sociedad es la de una organización estratificada v favorable a la movilidad. Por el contrario, la representación del orden social está dominada por el reconocimiento de barreras tradicionales, por lo tanto de la oposición entre el mundo de los tra- bajadores y el de la burguesía. Entre los dos, la conciencia de la empresa está señalada por la conciencia de clase.

Las consecuencias de una tal heterogeneidad del campo de acción social de esos trabajadores, se perciben fácilmente. Es muy difícil, en tal situación, que las opiniones personales de los actores correspondan tan bien a la ideología política de su acción colectiva, como a sus objetivos y a sus métodos en la empresa.

Es probable que se pudieran describir contradicciones análogas si se estudiase el comportamiento de la dirección obrera. Es por lo que las relaciones entre masa obrera y responsables sindicales son mucho más difíciles que en Lota, y las luchas de tendencia en el interior del sindicato mucho más fuertes.

Estas observaciones no tienen otra finalidad que situar este informe de encuesta y por lo tanto las respuestas aportadas a este cuestionario. No debe olvidarse que nuestro equipo de investigación ha residido por mucho tiempo en las empresas estudiadas, que ha juntado elementos sobre su organización y sobre su funcionamiento, que ha realizado además un estudio sobre los capataces cuyos resultados no se presentan aquí. es cierto que los resultados de las encuestas informan mucho más sobre los juicios aportados por los trabajadores sobre su situación personal que sobre sus acciones colectivas, que los investigadores han estudiado paralelamente, a la vez sobre documentos y por entrevistas directas. Pero es necesario subrayar que esos límites ligados al principal instrumento de investigación utilizado no ocultan la complejidad que acabamos de definir. A cada instante se hace evidente la insuficiencia de un análisis hecho desde el exterior, considerando las actitudes obreras como expresión de una determinada situación en el sistema social, de un grado más o menos grande de integración o marginalidad, de participación o de exclusión.

¿No es en efecto paradójico analizar opiniones, signos visibles de orientaciones normativas de la acción, como si ellas estuvieran determinadas menos por las exigencias del sujeto, que por el estado de su medio ambiente? En la medida en que es admisible estudiar con ese enfoque tipos de conducta de consumo o hasta comportamientos políticos y más generalmente modos de consumo de bienes sociales, materiales o no, se hace imprescindible que el estudio de la acción social se ocupe de la forma en que los actores definen, organizan y animan una situación social, como un autor de teatro o de cine, eligiendo un tiempo y un espacio, un decorador y creando personajes, para manifestar a través de esta puesta en escena una intención, que puede ser una idea o un sentimiento, una espera o una duda.

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La técnica empleada no debe por lo tanto engañar, ni a los lectores ni a los autores. Se pide a un individuo juzgar lo que él constata, juzgar hechos, evaluar su situación. Pero si el investigador no está tentado por la facilidad, si desconfía de la ingenuidad que quiere que la opinión sea el reflejo, simplemente más o menos deformado, de la realidad objetiva, si reconoce que lo más objetivo no es lo dado, sino la acción, lo que da forma, no lo que está formado y deformado, puede hacer ver a los lectores que la opinión es también la expresión, las más de las veces no consciente, de orientaciones culturales.

La investigación de la que se presentan aquí los resultados, es menos una descripción de las opiniones de los obreros de dos empresas chilenas sobre su situación, que un ensayo metódico sobre algunos problemas generales de la conciencia obrera.

Notas:

7. Manuel Mora y Araujó, "El Grupo Ideológico como Agente de Socialización", Anales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, I, 1, Enero-Diciembre 1964, p. 37-61.

8. Alain Touraine, La conscience ouvriere, París, Ed. du Senil, 1966.

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Trabajo de campo y muestreo

I. El trabajo de campo en Huachipato

El trabajo realizado en la planta de Huachipato abarcó tres etapas:

En la primera, que se efectuó durante el mes de diciembre de 1956, se tomó contacto con la Gerencia y Administración de la Empresa, con los sindicatos de obreros y empleados, y se estudió el funcionamiento .de la industria y el desarrollo de sus actividades.

En la segunda, realizada durante el mes de enero de 1957, se efectuó la observación del trabajo de 29 supervisores, más algunas observaciones de ensayo. Estas observaciones tenían por objeto, junto con obtener un mejor conocimiento de las actividades de los supervisores propiamente tales, adquirir una visión del conjunto del ambiente del trabajo y tareas específicas de los obreros.

En la tercera y última etapa, durante el mes de mayo de 1957, se efectuó una encuesta que abarcó, por una parte, a los 29 supervisores cuyo trabajo había sido observado y, por otra, a una muestra de 211 obreros de los departamentos de producción de la planta (no incluyendo la planta de tubos), y del servicio de mantención mecánica central.

Además, se realizó un pequeño número de entrevistas a jefes de departamento de la planta. En la aplicación de los cuestionarios a obreros participó un grupo de estudiantes universitarios de la zona, supervisados por miembros del equipo de investigadores.

II Muestras de supervisores de Huachipato

La muestra de supervisores de Huachipato se obtuvo con anterioridad a la muestra de obreros, porque cronológicamente la observación del trabajo de los supervisores precedió a la encuesta obrera. La muestra real de obreros se obtuvo por departamentos y por supervisores estudiados.

a) Población estudiada:

La población de supervisores estudiada abarcó los siguientes departamentos de Producción: Coquería, Alto Horno, Acería, Laminador Desbastador, Laminador de Barras y Laminador de Planchas.

Todo el personal de empleados de Huachipato, menos el personal superior y los médicos, están distribuidos en categorías que van desde la 1 A, la superior, hasta la 3 C, la inferior según la siguiente escala:

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Dentro de esta escala el nivel de supervisores de primera línea corresponde aproximadamente a las categorías 2 A, 2 B y 2 C. Eliminando a los empleados de estas categorías que no tienen funciones de supervisión directa, la población de supervisores estudiada por Departamentos y Categorías es la siguiente:

Categorías Coquería Alto Horno Acería Desbastadora Barras Planchas Total

2A 7 4 14 4 7 6 42

2B 4 0 1 0 1 13 19

2C 2 8 9 0 0 6 25

Total 13 12 24 4 8 25 86

b) Muestra teórica:

Para obtener la muestra teórica se tomó un tercio del total de la población estudiada, es decir 29 supervisores aproximadamente. Para determinar el número de supervisores por Departamentos y Categorías se distribuyeron los 29 supervisores conforme a los porcentajes que por departamentos y categorías correspondía a la población total estudiada.

c) Muestra real:

La muestra teórica así obtenida se distribuyó al azar por turnos, dentro de cada departamento, resultando el siguiente cuadro final.

Categorías Coquería Alto Horno Acería Desbastadora Barras Planchas Total

ler. turno 1 1 2 0 0 3 7

2do. turno 2 3 4 1 2 3 15

3er. turno 2 0 2 0 1 2 7

Total 5 4 8 1 3 8 29

III. Muestra de obreros de Huachipato

a) Población estudiada:

1A

1B

1C

2A

2B

2C

3A

3B

3C

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La población obrera estudiada abarca los Departamentos de Producción de Coquería, Alto Horno, Acería, Laminador. Desbastador, Laminador de Barras y Laminador de Planchas.

Además se incluyó Mantención Mecánica, Zona Norte, que en Huachipato depende administrativamente de los Departamentos de Producción, y Mantención Mecánica Central, que depende de los Departamentos de Servicios.

Para la obtención de la muestra obrera se tomó como base el personal obrero contratado al 30 de noviembre de 1956, según el informe mensual, correspondiente al mes de noviembre de 1956, del Departamento de Relaciones Industriales, es decir el último informe antes de comenzar el estudio.

A la fecha de iniciarse el estudio el número de obreros correspondientes a los departamentos estudiados era el siguiente:

Departamentos Número de Obreros

Coquería 111

Alto Horno 143

Acería 348

Laminador Desbastador 138

Laminador Barras 192

Laminador Planchas 1.007

Mantención Mecánica Zona Norte 79

Mantención Mecánica Zona Central 767

Total 2.785

La población obrera estudiada fue de 2.785 obreros, de un total general de 4.261, es decir un 65%.

b) Obtención de la muestra teórica de obreros

Se desea obtener una muestra de alrededor de 200 obreros. .Se decide por una suma algo mayor y distribuida en la siguiente manera:

Departamentos Nº obreros por departamentos Muestra teórica 8,5%

1 Producción

Coquería 111 9

Alto Horno 143 12

Acería 348 29

Laminador Desbastador 138 11

Laminador Barras 192 16

Laminador Planchas 1.007 85

2 Mantención mecánica

Zona Norte 79 6

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Zona Central 767 65

Total 2.785 233

c) Para la obtención de la muestra real de obreros se tomó el número de obreros bajo las órdenes de los supervisores estudiados por Departamentos de Producción y el total de obreros de los Departamentos de Mantención. En seguida se consiguió las nóminas de estos obreros y sobre la base de estas nóminas se sacó al azar un número de obreros, aproximados al de la . muestra teórica más un 2 % para posibles reemplazos.

La muestra real por Departamentos es la siguiente;

Departamentos Nº obreros por departamentos Muestra teórica 8,5%

1 Producción

Coquería 111 7

Alto Horno 143 13

Acería 348 26

Laminador Desbastador 138 9

Laminador Barras 192 10

Laminador Planchas 1.007 82

2 Mantención mecánica

Zona Norte 79 5

Zona Central 767 59

Total 2.785 211

IV. El trabajo de campo en Lota

El trabajo de campo en Lota se realizó en la misma forma que en Huachipato, casi contemporáneamente. O sea, una primera etapa de contacto con la gerencia y los sindicatos, una segunda etapa de observación del trabajo de los supervisores, y una tercera de aplicación de la encuesta por medio de cuestionarios a supervisores y obreros.

V Muestra de supervisores de Lota

La categoría de supervisores que se tomó para el análisis fue la de los "mayordomos de interior" a cargo de labores, por ser los que tienen directamente a su cargo el trabajo inmediato. Son en total 78 mayordomos de interior a cargo de labores (se excluyeron mayordomos mayores a cargo de todo el pique), y se tomó una encuesta equivalente a 1/3 de la población, esto es, se obtuvo como muestra representativa a 26 mayordomos.

a) Muestra teórica por piques

Los mayordomos estaban distribuidos en 4 secciones:

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1º Pique Grande; 2º Chiflón Carlos; 3º Pique Alberto y 4º Pique Carlos Cousiño o Nuevo. Se calculó cuál era el porcentaje de mayordomos en cada uno de los piques con respecto al total;

los resultados obtenidos fueron los siguientes:

Piques % Con respecto al total % Aproximado

Chiflón 23 Supervisores 29,4 % 29%

Alberto 17 Supervisores 21,8 % 22%

Grande 27 Supervisores 34,5 % 35 %

Nuevo 27 Supervisores 14,2 % 14%

78 Supervisores 100 % 100 %

Se calculó a continuación la representación que debían tener en la muestra de 26 supervisores las cuatro secciones. Para el efecto se utilizó el siguiente procedimiento: Se calculó para cada una de las secciones un porcentaje con respecto a la muestra igual al porcentaje que tenía con respecto a la población total.

Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

Total de la

muestra % de las secciones con

respecto al total

(aprox.)

Representación de

las secciones Representación

aproximada

Chiflón 29% 7,54 Sup. 7 Sup.

26

Supervisores Alberto 22% 5,7 6

Grande 35% 9,1 9

Nuevo 14% 3,64 4

En esta forma la representación teórica por piques se constituía de la siguiente forma:

b)

Chiflón 7 Supervisores

Alberto 6 Supervisores

Grande 9 Supervisores

Nuevo 4 Supervisores

Muestra teórica por turnos

La muestra teórica por turnos se realizó con el mismo procedimiento que la anterior, estableciéndose una representación proporcional de la muestra de los diferentes turnos. El resultado fue el siguiente:

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Total de la muestra

% de los turnos con respecto al total (Aprox.)

Representación aproximada de los turnos en la muestra

I Turno 40% 10 Supervisores

II Turno 33% 9 Supervisores

III Turno 27

% 7 Supervisores

La representación teórica por turnos es la siguiente:

I Turno 10 Supervisores

II Turno 9 Supervisores

III Turno 7 Supervisores

En resumen la muestra de 26 supervisores se obtuvo tomando un tercio de la población total (78 supervisores).

Después se calculó la repartición teórica de los supervisores por piques y por turnos.

La muestra real que se había obtenido se ajustó de acuerdo a la representación teórica representativa por piques y por turnos. En suma, la muestra es representativa de los turnos y piques, pero no ambos conjuntamente.

c) Muestra final (utilizada)

I Turno 10 Supervisores Chiflón 3

P. Alberto 2

P. Grande 3

P. Nuevo 2

Total 10

II Turno 9 Supervisores Chiflón 3

P. Alberto 2

P. Grande 4

P. Nuevo 0

Total 9

III Turno 7 Supervisores Chiflón 1

P. Alberto 2

P. Grande 2

P. Nuevo 2

Total 7

VI Muestra obrera en Lota

La muestra se tomó considerando sólo a los obreros bajo las órdenes de aquellos supervisores observados durante la etapa anteriormente cumplida. Es decir, del

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universo total de obreros de la industria, se tomó un sub-universo del cual se extrajo la muestra.

El muestreo se realizó de acuerdo con las características de la industria. Como no hay grandes diferencias tecnológicas y de trabajo entre los cuatro piques, no importa que la muestra no sea representativa por pique. La muestra es representativa por mayordomo.

Existían listas de los obreros subordinados a cada uno de los mayordomos estudiados. Además había una lista separada de los barreteros, que constituyen un grupo de obreros con características especiales, y otro de los disparadores, camineros, y "capataces", que tienen ciertas funciones especiales, intermediarias entre supervisión y trabajo calificado. (El "capataz" es realmente un encargado de grupo.)

De la lista de obreros comunes dependientes de los mayordomos considerados se tomó uno de cada cinco. De la lista de barreteros, se tomó a aquellos que trabajan con los supervisores estudiados, y se tomó uno de cada tres, para tener un número no demasiado pequeño.

De la lista de disparadores, camineros y capataces, se separaron los que trabajaban bajo los supervisores estudiados, y se sacaron dos de cada tres.

La muestra total, por lo tanto, no es representativa. Pero puede considerarse formada por una muestra representativa (que es la que se usó en general) más un suplemento para barreteros y para camineros disparadores y "capataces".

Muestra Representativa Suplemento Total

Obreros comunes 184 - 184

Barreteros 21 9 30

Camineros, disparadores y capataces 8 22 30

213 31 244

Apéndice B

Cuestionario usado para obreros

Para los componentes de la muestra de obreros se aplicó el siguiente cuestionario *:

I. Origen social

Departamento o Pique:

1. ¿Cuál es su trabajo exacto?

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Para Huachipato: Calificado y no-calificado

Para Lota:

a. Disparadores y camineros (semi-supervisores) b. Calificados tipo maestranza c. Barreteros (calificados del carbón) d. Semi-calificados (contratistas, cabos) e. No-calificados (apires y asimilados)

2. ¿Desde cuándo trabaja en la Empresa?

3. ¿Qué ocupaciones ha desempeñado antes de la actual?

Primera ocupación Ocupación de mayor duración

a. Supervisor minero b. Supervisor metalúrgico c. Supervisor otras d. Obrero minero e. Obrero metalúrgico f. Obreros otras g. Campesino (jornalero o inquilino) h. Campesino (mediero o pequeño propietario) i. Mozo o personal bajo de administración j. Oficinistas k. Fuerzas armadas l. Pequeño comerciante m. Pequeño industrial o artesano independiente n. Profesional o. Otros.

4. ¿Cuál era la ocupación de su padre?

(Si hay varias, la ocupación del padre cuando el entrevistado empezó a trabajar.)

5. ¿Cuál es el último curso al que Ud. asistió a la escuela?

6. ¿Desde cuándo vive en esta ciudad?

7. Dónde pasó su infancia? (Lugar donde pasó más tiempo sus 10 primeros años.)

a. a) campo b. b) pueblo

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c. c) ciudad

8. ¿Tiene parientes en la Empresa? ¿Sí o no?

II. Satisfacción

9. ¿Está Ud. satisfecho con su trabajo actual?

1 Muy satisfecho 2 Satisfecho 3 Regular 4 Poco 5 Nada 0 Sin respuesta

10. Para decir un trabajo es bueno o malo ¿en qué se fijaría Ud?

1. Sueldo 2. Amistad con los compañeros 3. Buenas relaciones con los capataces 4. Comodidades del lugar del trabajo 5. Beneficios (jubilaciones, pensiones) 6. Duración de la jornada de trabajo 7. Estabilidad en el empleo 8. Posibilidad de ascender o subir 9. Trabajo interesante

III. Deseo de cambiar y oportunidad de promoción

11. ¿Desea Ud. cambiar de puesto en la fábrica, de fábrica, o de industria? ¿Por qué sí o por qué no?

12. ¿A qué cargo o nivel dentro de la empresa le gustaría a Ud. llegar?

1 Otro tipo de trabajo (igual nivel)

2 Ascender a otro nivel obrero

3 Supervisor

4 Empleado (No supervisor)

0 Sin aspiraciones

13. ¿Cree Ud. que tiene posibilidades de ascender a ese puesto?

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1 muchas

2 regulares

3 ninguna

0 sin respuesta

14. ¿Cuál cree Ud. que es el mejor criterio para seleccionar y ascender al personal?

1. Por su desempeño en el trabajo 2. Por sus cursos de perfeccionamiento 3. Por su adhesión a la compañía

15. ¿Quiere Ud. independizarse?

En su profesión En otra profesión

1 No

2 Sí, profesión

3 Sí, otra profesión

0 Sin respuesta

16. En el caso afirmativo qué posibilidades tiene.

1 Muchas

2 Regulares

3 Pocas

4 Ninguna

0 Sin respuesta

IV Educación

17. ¿Qué le gustaría que hiciera su hijo?

1. Obrero 2. Obrero de la misma industria 3. Obrero de otra industria

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4. Obrero especializado 5. Supervisor 6. Empleado 7. Ocupación independiente, profesiones sin especificar 8. Carreras técnicas

18. ¿Qué es lo mejor para los hijos de los obreros después de la escuela Primaria: prepararse para trabajar como obrero calificado o iniciar estudios secundarios?

19. La persona que intenta ascender ¿qué dificultades principalmente encuentra?

1 Mala suerte

2 Falta de plata

3 Falta de educación

4 Falta de relaciones

5 Falta de informaciones

6 Situación geográfica

7 Otras especificar

0 Sin respuesta

20. ¿Cuáles son las principales actividades en que ocupa Ud. su tiempo libre? Señale dos.

1 Se queda en casa

2 Trabajos caseros sin remuneración

3 Trabajos remunerativos dentro o fuera de la casa

4 Lecturas, radio, cine

5 Estudio

6 Deportes

7 Relaciones con amigos, asociaciones

0 Sin respuesta

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V Éxito

21 ¿En qué caso diría Ud. que una persona tiene éxito o ha triunfado en la vida?

22. ¿Qué necesita una persona para tener éxito?

VI Suerte

23. ¿Cree Ud. que la suerte tiene gran importancia en la vida?

24. Dé ejemplos de lo que es la buena, suerte.

VII Inseguridad

25. ¿Considera Ud. que su trabajo es peligroso? -

26. ¿Qué piensa Ud. que se puede hacer para evitar los accidentes?

27.¿Cree Ud. que dentro de chico años su situación económica será: mejor, peor o igual?

28. Si cree Ud que será peor o incierta ¿por que?

a. Situación general de aflicción b. Inestabilidad de su empleo c. Cesantía d. Otras e. Sin respuesta

29. Cuando existe cesantía o riesgo de cesantía, ¿a qué se debe?

30. Hay posibilidades de evitar la cesantía?

31 En caso afirmativo, ¿qué medidas sé deben tomar a su juicio para evitar la cesantía cuando hay riesgo de que se produzca?

VIII Maquinismo

32 ¿Cree Ud. que la introducción de maquinarias en el trabajo es algo?:

1. Muy bueno 2. Bueno 3. Bueno y malo 4. Malo 5. Sin respuesta

Page 222: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

33 ¿Cree Ud que la introducción de la maquinaria es algo necesario o no necesario?

34 Cree Ud. que con las máquinas los salarios son:

1 más altos 2 Iguales 3 Más bajos 0 Sin respuesta

35 Cree Ud. que con las máquinas hay:

1. Más cesantía 2. Menos cesantía 3. Igual cesantía 4. Sin respuesta

36 Cre Ud. que con las máquinas hay:

1 Más accidentes 2 Menos accidentes 3 iguales 0 sin respuesta

37 Cree Ud. que con la maquina el trabajo es:

1 Más cansador 2 Menos cansador 3 Igual cansador 0 Sin respuesta

38 Cree Ud que con las máquinas es necesario:

1 Más educación 2 Menos educación 0 Sin respuesta

39 Cree Ud. que con las máquinas hay:

1 Más libertad de trabajo 2 Menos libertad de trabajo 3 Igual libertad de trabajo 0 Sin respuesta

40 Cree Ud. que con las máquinas se trabaja con:

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1 Más comodidad 2 Menos comodidad 3 Igual comodidad 0 Sin respuesta

41 Cree Ud. que con las maquinas el trabajo es:

1 Mas interesante 2 Menos interesante 3 Igualmente interesante 0 Sin respuesta

42 ¿Qué necesita va obrero para ser un obrero calificado? (maestro)

43 ¿Qué cualidades debe tener un individuo para ser un buen obrero?

44 . ¿Conoce Ud. los Estudios de Tiempo?

45 En caso afirmativo ¿cuáles son las consecuencias de los Estudios de Tiempo en cada uno de los aspectos?

1. Mejor organización del trabajo 2. Mejor rendimiento individual 3. Mayor remuneración 4. Reducción de la jornada de trabajo 5. Disminución de la libertad 6. Control demasiado estricto sobre la producción del obrero 7. Aumento del esfuerzo 8. Disminución del salario

46 Considera Ud. que su fábrica está poco, suficiente o demasiado mecanizada.

47 ¿Qué tipo de salario recibe ud.?

1 Diario 2 Trato 3 Diario primas 0 Sin respuesta

48 Considera Ud. que el salario a trato es:

1 Más justo 2 Menos justo 3 Igual que el salario diario

49 ¿Cuánto gana Ud. generalmente a la semana?

Page 224: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

50 ¿Cuánto ha ganado ud. semanalmente?

Como mínimo Como máximo

51 ¿Cuántos trabajan en la familia? (que viven en la casa)

52 Aparte de su salario ¿cuánto saca toda la familia por mes? (incluyendo asignación familiar, ingreso de la mujer, de los hijos, etc.)

53 ¿Cuántos viven de este ingreso?

54 Para fijar lo que debe ser un salario justo qué se debe tomar más en cuenta:

1 La preparación o estudio que exige el trabajo 2 Lo que se necesita para llevar una vida normal 3 Las ganancias de la Empresa 4 El esfuerzo físico del trabajo 0 Sin respuesta

55 Con respecto a otros obreros de la Empresa considera Ud. que su salario es:

1 Ventajoso 2 Demasiado bajo 3 Normal

56 En comparación a otras industrias le parece a Ud. que los salarios son:

1 Más bajos 2 Más altos 3 Iguales al término medio 0 Sin respuesta

57 ¿Cree Ud. que con su salario puede llevar una vida normal?

IX Relaciones sociales

57 Bis

¿Cuánto tiempo hace que Ud. trabaja con su actual supervisor?

58 ¿Acostumbra a aportar ideal a su supervisor sobre el trabajo?

59 En caso negativo ¿por qué?

60 ¿Toma en cuenta su opinión el supervisor cuando le ordena una tarea ?

Page 225: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

1. Siempre 2. Generalmente 3. A veces 4. Nunca

61 ¿Piensa Ud. que los que trabajan con su supervisor trabajan mejor, igual o peor que los que trabajan con otro supervisor?

62 ¿Considera Ud. que en su grupo de trabajo hay entre los obreros más, igual, o menos amistad que en los otros grupos?

63 ¿En su grupo de trabajo los obreros se ayudan más, menos o igual que en los otros grupos?

64 ¿Piensa que su supervisor organiza el trabajo?

1. Muy bien 2. Bien 3. Regular 4. Mal

65 ¿Cómo se lleva su supervisor con la gente?

1. Muy bien 2. Bien 3. Regular 4. Mal

66 ¿Considera Ud. que dentro del trabajo los supervisores pertenecen al grupo obrero o al grupo de jefes?

67 ¿Considera Ud. que fuera del trabajo los supervisores pertenecen al grupo obrero o al grupo de jefes?

68 ¿Cuáles son las dificultades más corrientes, que tienen los obreros con el supervisor en su grupo?

1. No se presentan 2. Defectos personales de los obreros 3. Defectos personales del supervisor 4. Defectos del trabajo de los obreros 5. Defectos del trabajo de los supervisores

69 ¿Fuera del trabajo se juntan preferentemente los compañeros de su grupo de trabajo?

Page 226: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

70 ¿Considera ud. que la Compañía informa a los obreros la situación económica de la Empresa?

1. Siempre 2. Generalmente 3. A veces 4. Nunca 5. Sin respuesta

71 ¿Sobre qué materias considera Ud. que k Compañía debe informar a los obreros?

X Representación de la sociedad

72 Para formarse la idea de alguien desconocido, ¿que es lo que Ud. preguntaría primero?

73 Si uno quisiera dividir a los chilenos en dos categorías podría adoptar muchos criterios. De las siguientes divisiones, ¿cuál le parece la más significativa e importante?

1. Jóvenes-Viejos 2. Ricos-Pobres 3. Honrados-No honrados 4. Proletarios-Capitalistas 5. Gente de la ciudad-Gente de campo 6. Trabajadores-Flojos 7. Derechistas-Izquierdistas 8. Instruidos-No instruidos 9. Creyentes-Incrédulos 10. Vivos-Tontos

74 ¿Cuál le parece a Ud. que es la división menos importante?

XI Clases

75 ¿A qué clase social pertenece Ud.? (Si no entiende lo que es clase sugerir una división en alta, media y baja para plantear las preguntas siguientes.) .

1 Clase asalariada, proletaria y pobres 2 Obrera 3 Baja 4 Media 5 Otros independientes 0 Sin respuesta

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76 ¿Por qué se ubica Ud. en esa clase social?

77 ¿Cuáles son las clases sociales que existen en Chile?

78 ¿En esta región las clases sociales son las mismas o no? Si no, ¿cuáles son?

79 ¿Hay o no personas que tienen intereses semejantes a los de la clase obrera? ¿Quiénes son?

XII Clase obrera

81 ¿Cuáles son las principales diferencias entre los obreros de hoy y los de hace veinte años?

a) ¿Viven mejor, peor o igualmente que antes? b) ¿Cuáles son los cambios en la manera de vivir?

82 Todos los obreros no tienen un trabajo y una manera de vivir idéntica. ¿Qué es lo que más diferencia a los otros obreros entre sí?

1. Tipo de trabajo 2. Nivel de salario 3. Condición de habitación 4. Familia 5. Alcohol 6. Carácter individual 7. Opiniones políticas 8. Creencias religiosas

XIII Papel del sindicato

83 Si Ud. fuera dirigente sindical, ¿a qué problemas se dedicaría más?

84 ¿Cuáles son los problemas que atraen más a la gente en las reuniones del sindicato?

85 ¿En 1956 cuáles fueron las actividades más importantes del sindicato?

86 El deporte, las fiestas, las bibliotecas, ¿deben ser tareas importantes, secundarias o estar fuera del sindicato?

87¿Cuál debe ser la tarea más importante del sindicato? Señale la más importante.

1. Preocuparse de mejorar las condiciones materiales y la seguridad del trabajo

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2. Preocuparse del aumento de salarios 3. Preocuparse de que no haya favoritismo en los salarios 4. Preocuparse de los problemas de formación y promoción 5. Defender a los obreros con multas o decisiones arbitrarias 6. Problemas de empleo o cesantía 7. Problemas de habitación 8. Duración u horario de trabajo 9. Seguridad social

88 ¿Cuál cree Ud. que debe ser la actividad más importante del sindicato en el momento actual?

1 Obtener un grado de control de las empresas 2 Conseguir mejoras en la situación económica de los obreros

89 Para defender los intereses obreros ¿es más importante el sindicato o los partidos políticos?

90 ¿Cuál debe ser el papel del sindicato y cuál el de los partido» políticos?

1. Respuestas desfavorables a partidos políticos 2. El sindicato no debe participar en política 3. Respuestas neutras en cuanto a partidos políticos 4. Respuestas favorables a partidos políticos

91 ¿Recibe Ud. beneficios de su sindicato?

92 En caso afirmativo, ¿qué beneficios?

93 En su opinión ¿cuál es la finalidad esencial del movimiento obrero organizado: conseguir el mejoramiento progresivo de la situación obrera o preparar una revolución social?

94 ¿Cuáles son las posibilidades actuales de realizar esa finalidad?

1. Muchas 2. Pocas 3. Sin respuesta

95 Cuando una empresa está en mala situación ¿debe el sindicato defenderla o no? ¿Por qué sí o por qué no?

XIV Estructura externa del sindicato

96 ¿Cuáles deben ser las cualidades de un buen dirigente sindical?

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97 Para la confección de pliegos de peticiones ¿cree Ud. que hay que delegar el poder completamente en sus dirigentes o que todos los miembros deben participar en su elaboración?

96 ¿Se considera Ud. suficientemente informado de la labor de los dirigentes del sindicato industrial?

XV Conflictos

99 ¿En qué casos considera Ud. conveniente ir a la huelga?

1 Rechazo de peticiones (sin especificar)

2 Rechazo de salarios

3 Condicionalmente (cuando se precisa una condición)

4 Último recurso

5 Nunca

O Sin respuesta

100 ¿Cuáles son en general los resultados de la huelga?

1 Respuestas que implican resultados buenos

2 Respuestas que implican resultados regulares

3 Respuestas que implican resultados malos

4 Otros

XVI Participación personal

101 ¿Participa Ud. en las asambleas sindicales?

1. Ninguna participación 2. Participación sólo en elecciones 3. Asistencia a veces 4. Asistencia regular 5. Participación en discusiones 6. Puesto responsable

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102 Hay un sindicato industrial y sindicatos profesionales. ¿Piensa Ud. que los obreros que pertenecen a un sindicato profesional defienden intereses que concuerdan con los intereses generales o no?

XVII Actitud personal

103 Cuando Ud. o un pequeño grupo tiene un problema (sanciones, traslados, etc.), ¿qué considera mejor, resolverlo directamente con un capataz o un jefe o tramitarlo directamente al sindicato?

XVIII Asociación

104 ¿A qué tipo de asociación pertenece Ud.?

1. Deportivas y recreativas 2. Gremiales 3. Sociales 4. Religiosas 5. Culturales

105 ¿En cuáles participa Ud., activamente?

106 Piense en sus tres mejores amigos. ¿Qué ocupación tienen?

(Señale con precisión.)

1. Obrero en la misma empresa 2. Supervisor en la misma empresa 3. Empleado en la misma empresa 4. Obrero en otra empresa 5. Empleado en otra empresa 6. Independiente 7. Obrero sin especificar 8. Otros

XIX Religión

107 ¿Ayuda la religión a la acción de los trabajadores? ¿Por qué sí o por qué no?

108 Este último tiempo ha habido cierto desarrollo de los evangélicos. ¿Qué piensa Ud. de este movimiento?

109 ¿Es verdad que hay mucha gente que bebe bastante? ¿A qué se debe?

XX Datos personales

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110 ¿Qué edad tiene Ud.? (Años cumplidos.)

111 ¿Cuál es su estado civil?

112 ¿Tiene Ud. hijos? ¿Cuántos?

113 ¿Vive en casa de la Compañía o no de la Compañía?

114

a) Si es de la Compañía, ¿en qué población vive? b) Si no es de la Compañía, ¿a cuál de estas poblaciones de la Compañía se parece más su casa?

En En Huachipato

Lota Las Higueras

Carrera Lorenzo Arenas

Pique Grande Campamento

Irregulares

Apéndice C

Indices y variables principales usados en el análisis

En el análisis se ha dado especial importancia a las siguientes variables, entre las que se incluyen tres índices especialmente construidos.

1 Calificación. Para Huachipato sólo se pudo obtener la dicotomía calificado-no

calificado. En Lota, en cambio, se obtuvieron varias categorías (e inclusive se sacaron unas muestras especiales) :

a) Los disparadores, camineros de tráfico y "capataces", que en realidad son semi-supervisores, y forman un número reducido de la muestra principal.

b) Los calificados tipo maestranza, que casi no figuran en la muestra.

c) Los barreteros, ocupados en romper y cargar el carbón, y que son un grupo especial por sus altos ingresos. Los hemos denominado "calificados del carbón".

d) Los semi-calificados, sobre todo "contratistas", que construyen las galerías.

e) Los no-calificados: "apires" y "jornaleros".

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2 Educación. En general hemos tricotomizado, en alta, media y baja. Como los

niveles educacionales son muy distintos en Huachipato y Lota, hemos tricotomizado, con criterios distintos:

En Huachipato En Lota

Baja educación

(relativa) Primeros años del ciclo

primario Sin asistencia escolar

Mediana educación

(relativa) Segundos tres años del ciclo

primario Primeros tres años del ciclo

primario

Alta Educación

(relativa) Alguna educación secundaria Segundos tres años del ciclo

primario o más

En el análisis y en los cuadros hay que tener presente, pues, el distinto significado del término "educación" para Huachipato y Lota, y por eso casi siempre le hemos añadido, entre paréntesis, "relativa".

3. Ingreso. También han sido tricotomizados, tomando el dato dado por el encuestado en la pregunta 49. Debido al más alto nivel de Huachipato, la división se ha hecho con criterios distintos.

Huachipato Lota

Bajos ingresos (relativos) Menos de $ 10.000 Menos de $ 5.000 semana

Medianos ingresos (relativos) Entre 10 y 12.000 Entre $ 5 y 6.000

Altos ingresos (relativos) Más de $ 12.000 Más de $ 6.000

Sin embargo, esta tricotomía sólo se usó al considerar los ingresos como variable independiente. Al considerarlos como atributo de otras divisiones sociológicas, se ha usado siempre una dicotomización incluyendo en la denominación "altos ingresos" (relativos) a aquellos que aquí figuran como con "altos" y con "medianos" ingresos (de lo contrario, la categoría "alta" hubiera sido muy reducida).

4. Edad. Para esta variable hemos hecho una tricotomización en "baja" (menos de

30 años), "mediana" (de 30 a 40 años) y "alta" (más de 40 años) (o "jóvenes", "medios" y "viejos", cuando la hemos tomado como variable independiente). Pero al usarla como atributo de otras divisiones sociológicas, hemos usado una simple dicotomización, incluyendo a los de "mediana" y "alta" edad en la denominación de, "edad alta".

5. Satisfacción con el propio trabajo. Se ha usado la pregunta 9, y se la ha

dicotomizado, considerando como "satisfechos" a los que responden con los ítems (1) y (2), e insatisfechos a los demás.

6 Deseo de ascenso en la estructura de la empresa. Para la mayor parte de los

análisis hemos tomado a los que responden a la pregunta 12 con los ítems (2), (3) y (4), como siendo aquellos que "quieren ascender". Hemos incluido a aquellos

Page 233: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

que quieren ascender a otros niveles obreros, pues de lo contrario tendríamos un número muy pequeño.

Para los efectos del análisis en el capítulo IV, cuando tomamos el deseo de ascenso como variable independiente, hemos combinado las preguntas 12 con la 13 y la 17.

Aquellos que según la pregunta 12 "desean ascender" los hemos dividido según las posibilidades que creen tener, dadas por la pregunta 13. A los que "no desean ascender" los dividimos según los deseos que tienen en cuanto a la ocupación de sus hijos, lo que puede discriminar entre los que tienen mayor o menor ambición.

Así, pues, resultan las siguientes categorías:

A "Quieren y creen poder ascender" Pregunta 12, ítems (2), (3) y (4)

Pregunta 13, ítem (1)

B "Quieren pero no creen poder

ascender" Pregunta 12, ítems (2), (3) y (4)

Pregunta 13, ítems (2), (3) y (0)

C "No desean ascender - con altas aspiraciones"

Pregunta 12, ítems (1) y (0) Pregunta 17, ítems (5), (6), (7) y (8)

D "No desean ascender- con bajas

aspiraciones" Pregunta 12, ítems (1) y (0)

Pregunta 17, ítems (1), (2), (3), (4) y (0)

7 Deseo de independizarse. Fue tratado en forma parecida al anterior. Para la

mayor parte de los análisis hemos tomado a los que responden a la pregunta 15 con los ítems (2) y (3) como siendo aquellos que "quieren independizarse".

Para los efectos del análisis en el capítulo IV, cuando tomamos el deseo de independizarse como variable independiente, hemos combinado la pregunta 15 con la 16 y la 17, con un criterio idéntico al del deseo de ascenso. Así tenemos las siguientes categorías:

A "Quieren y creen poder independizarse".

Pregunta 15, ítems (2) y (3)

Pregunta 16, ítem (1)

B "Quieren pero no creen poder independizarse".

Pregunta 15, ítems (2) y (3)

Pregunta 16, ítems (2), (3), (4) y (0)

C "No desean independizarse - con altas aspiraciones".

Pregunta 15, ítems (1) y (0)

Pregunta 17, ítems (5), (6), (7) y (8)

D "No desean independizarse - con bajas aspiraciones".

Pregunta 15, ítems (1) y (0) Pregunta 17. ítems (1), (2), (3), (4) y (0)

8. Indice de identificación al grupo de trabajo. Se tomaron las preguntas 61, 62

y 63, que miden diversos aspectos de la apreciación por los demás compañeros

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del grupo de trabajo. Se las dicotomizó en forma que resultaron positivas las siguientes respuestas:

Pregunta 61

¿Piensa Ud. que los que trabajan con su supervisor trabajan mejor, igual o peor que los que trabajan con otro supervisor? Mejor (1)

Pregunta 62

¿Considera Ud. que en su grupo de trabajo hay entre los obreros más, igual o menos amistad que en los otros grupos?

Más (1)

Pregunta 63

¿En su grupo de trabajo los obreros se ayudan más, menos o igual que en los otros grupos?

Más (1)

Para formar el índice, hemos adjudicado un punto por cada respuesta positiva, lo que nos dio una graduación de 0 a 3. Dicotomizamos el índice en forma de dejar cantidades lo más iguales posibles de ambos lados, y el resultado fue que los que tenían puntaje 1, 2 y 3 fueron considerados como "integrados al grupo de trabajo" y los demás como "no integrados".

9. Indice de adhesión al supervisor. Hemos tomado las preguntas 64, 65 y 68

dicotomizadas en forma que las siguientes respuestas sean consideradas positivas:

Pregunta 64

Piensa Ud. que su supervisor organiza el trabajo 1 Muy bien. 2 Bien.

Pregunta 65

¿Cómo se lleva su supervisor con la gente?

1 Muy bien. 2 Bien.

Pregunta 68

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¿Cuáles son las dificultades más corrientes que tienen los obreros con el supervisor en su grupo?

1 No se presentan. 2 Debido a los defectos personales de los obreros. 3 Debido a defectos del trabajo de los obreros.

La pregunta 68 ha sido incluida porque se supone que los obreros que no mencionan conflictos, o que dan la culpa de ellos a otros obreros y no al supervisor, tendrán más adhesión hacia éste, comparativamente.

Se forma el índice como en el caso anterior.

10 Indice de relaciones sociales con otros obreros de la empresa. Este índice, el que por brevedad llamamos de "relaciones sociales", fue construido con las respuestas a la pregunta 106, que inquiere sobre la ocupación de los tres mejores amigos.

Hemos considerado "altos en relaciones sociales" aquellos que tienen dos o más de sus mejores amigos entre obreros de la misma empresa, y bajos al resto.

11 Clase media subjetiva. La pregunta 75, "¿A qué clase social pertenece usted?", nos ha servido para diferenciar a aquellos que no se definen como obreros, proletarios, ni pobres, ni asalariados, ni clase baja. Los llamamos "clase media subjetiva", o sea incluyendo a los ídem (4) y (5) de la pregunta 75 ("clase media" y "otras o independientes").

12 Indice de No-Aceptación de estructuras sociales existentes. Este índice

(más brevemente "No-Aceptación de estructuras") fue construido tomando aquellas respuestas a las cuatro preguntas que reproducimos abajo, que dan una idea de rechazo a las estructuras sociales dominantes o a aquellas más comúnmente aceptadas. Las respuestas que hemos incluido en este índice son en general muy minoritarias, y su correlación interna no es siempre muy alta. Hemos considerado como "No-Aceptantes" a aquellos que responden en la forma especificada al menos a una de las preguntas. Las preguntas, con sus posibles respuestas, son las siguientes (hemos incluido para claridad tanto las respuestas positivas, que son incluidas en el índice, como las negativas):

Pregunta 88

¿Cuál cree Ud. que debe ser la actividad más importante del sindicato en el momento actual?

a) Obtener un grado de control de las empresas (positiva: integra el índice). b) Conseguir mejoras en la situación económica de los obreros (negativa).

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Pregunta 89

Para defender los intereses obreros ¿es más importante el sindicato o los partidos políticos?

a) El sindicato (negativa). b) Partidos políticos (positiva: integra el índice).

Pregunta 93

En su opinión, ¿cuál es la finalidad esencial del movimiento obrero organizado: conseguir el mejoramiento de la situación obrera o preparar una revolución social?

a) Mejoramiento (negativa). b) Revolución (positiva: integra el índice).

Pregunta 95

Cuando una empresa está en mala situación ¿debe el sindicato defenderla o no? a) Sí (negativa). 367 b) No (positiva: integra el índice).

Las respuestas integrantes del índice fueron en todos los casos muy minoritarias, sea porque realmente esas actitudes están muy poco difundidas o porque había una tendencia a evitar manifestar opiniones que fueran consideradas poco deseables en términos de ciertos valores dominantes.

El índice no coincide exactamente con un eventual índice de izquierdismo, aunque puede estar asociado a él.

La razón por la que lo hemos denominado "Indice de no aceptación de estructuras sociales dominantes" es porque él nos indica una tendencia del respondiente a rechazar las estructuras sociales, vías de acción y actitudes que se le ofrecen como más fáciles y más esperables dentro de la lógica, si tal palabra puede usarse, del sistema social imperante.

Efectivamente, la lógica de este sistema implica que:

a) dada la alternativa en forma mutuamente excluyente, es más importante para el sindicato obtener mejoras económicas que un grado de control sobre las empresas (pregunta 88);

b) que para defender los intereses obreros, es más importante el sindicato que el partido político (pregunta 89);

c) que la finalidad del movimiento obrero es obtener mejoras graduales y no una revolución social (pregunta 93);

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d) que cuando la empresa atraviesa una mala situación (por ejemplo, una baja de su mercado) el sindicato la debe defender en alguna forma (por ejemplo, presionando al gobierno por una política proteccionista o disminuyendo algunas demandas).

Es quizá importante que en el nivel verbal de las entrevistas un 66 por ciento de los obreros en Huachipato y un 60 por ciento en Lota aceptaron todos estas cuatro premisas. Es bien posible, por las razones indicadas más arriba, que la realidad sea que por un porcentaje bastante menor las acepte. De todos modos, a nuestro juicio este índice da una idea más clara de la situación que cada una de las preguntas tomadas por separado. Y debemos recordar que nuestro interés principal es estudiar relaciones internas entre variables y no sus valores absolutos.

13 Favorabilidad a partidos políticos

Esta variable ha sido captada en forma indirecta a través de una pregunta abierta, la 90, "¿Cuál debe ser el papel del sindicato y cuál el de los partidos políticos?"

Ella fue codificada con atención especial a la actitud hacia los partidos políticos, en la siguiente forma:

1. Respuestas desfavorables a los partidos. 2. Respuestas del tipo "sindicato no debe participar en la política". 3. Respuestas neutras en cuanto partidos políticos. 4. Respuestas que hacen mención explícita favorable a los partidos políticos o

a algunos de ellos.

Esto establece aproximadamente una gama creciente de favorabilidad a los partidos, y hemos considerado que los que responden con el ítem (4) son los "favorables a los partidos políticos".

14 Participación sindical

Esta variable está dada por la respuesta a la pregunta 101 "¿Participa usted en las asambleas sindicales?"

Hemos dicotomizado en forma que los que responden "asistencia regular", "participación en las discusiones" y "puesto responsable" son considerados como los participantes.

15 Actividad sindical

Hemos usado la pregunta 105, "¿En qué asociaciones participa usted activamente?", para determinar un grupo más pequeño que el del punto anterior de "activos sindicales". Se trata de una apreciación muy subjetiva, hecha con un patrón de medida que puede variar de persona a persona, pero puede servirnos

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como primera aproximación a falta de otros criterios más objetivos para medir la "actividad sindical". Hemos tomado como "activos sindicales" a los que responden con el ítem (2).

Apéndice D

El cuestionario usado para los supervisores

El cuestionario usado para los supervisores, ha sido el siguiente:

I Situación profesional

Formación y capacitación técnica:

1. ¿Cuál fue el último curso a que Ud. asistió en la escuela? 2. ¿Ha seguido después estudios especiales y de qué tipo? 3. ¿Qué tipo de formación considera Ud. más importante para un supervisor?

a. formación técnica b. experiencia c. enseñanza para el mando

Oportunidades de promoción

4 ¿A qué cargo o nivel dentro de la empresa le gustaría a Ud. llegar?

5. ¿Cree Ud. que tiene posibilidades de ascender a ese puesto?

a. ninguna b. muchas c. regulares d. no sabe

6. ¿Cuál cree Ud. que es el mejor criterio para seleccionar y ascender al personal de supervisores?

a. por su desempeño en el trabajo b. por cursos de perfeccionamiento c. por su adhesión a la compañía

Grado de racionalización del trabajo

7. ¿Se le presentan a Ud. situaciones imprevistas en su trabajo?

a. muchas

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b. pocas c. ninguna

8 La iniciativa que Ud. tiene en su trabajo le parece:

a. mucha b. regular c. poca

Cambios de calificación

9 Si comparamos el trabajo que tenía el supervisor tiempo atrás, ¿considera Ud. que ha habido cambios? Si o no.

10 En caso afirmativo, qué variación ha habido respecto a:

a. grado de responsabilidad b. cualidades requeridas c. formación d. tareas asignadas e. otros.

Juicio sobre los programas de entrenamiento

11 ¿Considera Ud. que el curso de capacitación técnica para los supervisores hecho por el Servicio de Cooperación, corresponde a una necesidad? Sí o no.

12 Cuál cree Ud. que ha sido su efecto sobre:

a. el mejoramiento de las relaciones con las compañías b. el mejoramiento de las relaciones con los jefes c. la mejor realización de las tareas de supervisión d. otras

Intereses en el trabajo

13 ¿Qué aspecto de su trabajo le gusta más?

a. organizar el trabajo b. participar en el trabajo c. mandar a las obreras

Satisfacción en el trabajo

14 ¿Está Ud. satisfecho con su trabajo actual?

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15 ¿Qué es lo más importante para decir que un trabajo es bueno o es malo? Señale los tres aspectos más importantes.

a. interés en el trabajo b. condiciones materiales del lugar de trabajo c. sueldo d. beneficios sociales (seguro, jubilación, etc.) e. relaciones con el personal f. "seguridad" con los jefes o estabilidad del empleo g. mejores condiciones de vida (alojamiento, etc.) h. duración de la jornada de trabajo i. consideración social

16 ¿Qué es lo menos importante?

Relaciones con el sindicato obrero

17 ¿Qué relaciones con el sindicato obrero o con sus delegados se le presentan a Ud. en el trabajo diario?

18 En caso de dificultades con los obreros, ¿toma Ud. en cuenta a los representantes del sindicato? Sí o no.

19 En casos de dificultades con los obreros, ¿qué papel tiene el sindicato o sus delegados?

Relaciones con los supervisores del mismo nivel

20 Cuando se le presentan problemas en su trabajo, ¿los consulta Ud. con los otros supervisores del mismo nivel?

a. a menudo b. rara vez c. nunca

Situación gremial del supervisor

21 ¿A qué sindicato o asociaciones profesionales pertenece Ud.?

II. Situación social

Ocupación

22 ¿Cuál es o era la ocupación de su padre? (marcar además lo que corresponda)

a. supervisor minero

Page 241: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

b. supervisor metalúrgico c. supervisor otras d. obrero minero e. obrero metalúrgico f. obrero otras g. campesino jornalero o inquilino h. campesino mediano o pequeño propietario i. mozo, pequeño personal j. administración oficinista k. fuerzas armadas l. artesano o pequeño industrial m. pequeño comerciante n. profesional o. otros

23 ¿Qué ocupaciones ha desempeñado Ud. antes de la actual? Señale con detalle el puesto y el tipo de rubro de trabajo. Primera ocupación. Ocupación de más larga duración.

24 ¿Cuáles son las principales actividades en que ocupa su tiempo libre?

Representación de la sociedad

25 Para formarse una idea de alguien desconocido, ¿qué es lo que Ud. preguntaría primero?

26 Si uno quisiera dividir a los chilenos en dos categorías, puede adoptar muchos criterios. De las siguientes divisiones, ¿cuál le parece la más significativa e importante?

a. jóvenes-viejos b. ricos - pobres c. honrados - no honrados d. proletarios - capitalistas e. gente de la ciudad - gente del campo f. laboriosos - flojos g. derechistas - izquierdistas h. instruidos - no instruidos

27 ¿Cuál es la menos importante?

28 ¿Cuáles son las clases sociales que existen en Chile?

Pertenencia a clase

29 ¿A qué clase social pertenece Ud.?

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30 ¿Qué hace o determina que uno pertenezca a tal o cual clase social?

31 En esta zona, ¿cuáles son las principales capas sociales?

32 ¿A cuál capa pertenece Ud.?

33 ¿Cuál es la razón por la que Ud. se ubica en esa capa social?

34 Fuera del trabajo, ¿en qué se distingue un obrero de un supervisor?

35 ¿Y cómo se distingue un jefe de un supervisor?

36 ¿Con cuáles de las siguientes categorías sociales cree ud. que los supervisores tienen intereses materiales comunes?

a. obreros b. empleados c. todos los asalariados d. clase media e. empresarios f. la empresa

Estimación del salario

37 La diferencia de salarios entre supervisores y obreros le parece a Ud. desde el punto de vista de la justicia:

a. grande b. pequeña

38 La diferencia de salarios entre supervisores y jefes, le parece:

a. grande b. pequeña

39 En comparación con otras industrias, ¿le parece a Ud. que los sueldos (o salarios) son más bajos, más altos o iguales al término medio?

40 Si Ud. ganara un 50 por ciento más de su sueldo actual, ¿en qué lo gastaría?

a. alimentación b. vestido c. alojamiento d. artefactos domésticos e. educación de los hijos f. distracciones

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Barreras sociales

41 ¿Considera Ud. que todos los obreros han tenido la misma posibilidad de desempeñar un puesto como el suyo?

42 En caso negativo, ¿por qué?

43 Una persona que quiere ascender, qué dificultades encuentra principalmente (señale dos) :

a. mala suerte b. falta de dinero c. falta de educación d. falta de relaciones. e. falta de informaciones f. situación geográfica g. otras

44 ¿A qué tipo de asociación pertenece Ud.?

a. deportivas y recreativas b. gremiales c. sociales d. religiosos e. culturales

45 ¿En cuáles participa Ud. activamente? Nómbrelas.

46 Piense en sus tres mejores amigos, ¿qué ocupación tienen?

47 ¿En qué casos diría Ud. que una persona tiene éxito o ha triunfado en la vida?

48 ¿Qué necesita una persona para tener éxito?

49 ¿Cuál considera ud. que debe ser el objetivo del sindicato? Señale el más importante y el menos importante.

a. Preocuparse de mejorar las condiciones materiales y la seguridad del trabajo

b. Preocuparse del aumento de los salarios c. Preocuparse de la justicia relativa de los salarios d. Preocuparse de los problemas de formación y promoción e. Defender a los obreros contra multas o decisiones arbitrarias f. Problemas de empleo y cesantía g. Problemas de habitación h. Duración y horario de trabajo

Page 244: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

i. Seguridad social.

50 Para representar los intereses de los obreros y de los empleados existen no solamente el sindicato, sino también partidos políticos; ¿cuál es la finalidad del sindicato comparada con la de los partidos políticos?

51 En su opinión, ¿cuál es la finalidad esencial del movimiento obrero: conseguir el mejoramiento de la situación obrera o preparar una revolución social?

52 ¿Cuál cree ud. que debe ser la actividad más importante del sindicato en el momento actual?

a. obtener un grado de control de las empresas b. conseguir mejoras en la situación económica de los obreros

53 Cuando Ud. tiene un problema en el trabajo, por ejemplo, si recibe sanciones o traslados, ¿qué considera mejor, resolverlo directamente con un jefe o transmitir el asunto al sindicato?

54 ¿En qué casos considera ud. conveniente ir a la huelga?

55 ¿Cuáles son, en general, los resultados de las huelgas?

Sentimiento de seguridad

56 ¿Cree Ud. que dentro de 5 años su situación económica será: mejor, peor, igual, incierta, sin respuesta?

57 Si cree que será peor, ¿por qué?

a. situación general de inflación b. inestabilidad de su empleo c. cesantía d. otra

58 Cuando existe cesantía o riesgo de cesantía, ¿a qué se debe?

Juicio sobre el maquinismo

Qué consecuencias cree Ud. que tiene el desarrollo del maquinismo sobre:

59 Interés del trabajo

60 Condiciones materiales del trabajo

61 Empleo y cesantía

Page 245: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

62 Salario

63 Accidente

64 Fatiga

65 Libertad dentro del trabajo

66 Educación requerida

67 Función del supervisor

68 Juicio general

69 ¿Qué necesita un obrero para ser un obrero calificado (maestro) ?

70 ¿Qué hace que un individuo sea un buen obrero?

71 ¿Considera Ud. que su fábrica es poco, bastante o demasiado mecanizada?

Conflictos

72 Entre los conflictos que ha habido, ¿puede Ud. dar un ejemplo en que hayan tenido la razón los obreros y otro en que haya tenido razón la compañía?

Tipo de dirección

Diferenciación de funciones

73 ¿Cuáles son las cualidades más importantes para un supervisor? Señálelas:

a. condiciones de mando b. iniciativa c. conocimiento específico del trabajo d. lealtad a la compañía e. responsabilidad f. comprensión de los obreros g. observación estricta de los reglamentos h. cultura general o nivel de educación

74 ¿A qué actividad dedica Ud. más tiempo en su trabajo?

a. administración del personal b. organización del trabajo c. control de los obreros d. producción

Page 246: Di Tella, Touraine - Sindicato y Comunidad

e. enseñanza de método de trabajo f. relaciones con el personal g. seguridad h. adquirir conocimientos técnicos i. otros

75 ¿A cuál dedica menos tiempo?

76 ¿Cuál de estas mismas actividades es, a su juicio, más importante?

Grado de iniciativa y participación dejada a los obreros

77 Considera Ud. que las sugerencias de las obreros son: necesarias innecesarias

78 Cree Ud. que las iniciativas de los obreros son:

a. aprovechables b. no aprovechables c. poco aprovechables

79 Hay casos en que Ud. da participación a los obreros en las decisiones?

Grado de control sobre los obreros

80 Cree Ud. que loe obreros cuando no está Ud. cerca de ellos:

a. trabajan del mismo modo b. no trabajan del mismo modo

81 Para el buen funcionamiento del grupo de trabajo, ¿considera Ud. que es conveniente conocer los problemas personales de los obreros o limitarse a las relaciones de trabajo?

Disciplina

82 ¿Qué medidas son más importantes para mantener la disciplina del grupo de trabajo?

a. sanciones b. favorecer el espíritu del grupo

Conflictos

83 ¿Cuáles son los conflictos más frecuentes que se le presentan con los obreros?

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IV Relaciones con los jefes

Confianza de los jefes

84 ¿Cree Ud. que sus jefes inmediatos tienen confianza en su trabajo?

a. perfecta b. mucha c. suficiente d. poca e. nada

85 ¿Y los ingenieros? ¿Y los técnicos? Importancia dada a opiniones del supervisor.

86 ¿Estima que las opiniones que Ud. emite sobre el trabajo influyen en las decisiones finales de los jefes? En qué casos si, en cuáles no.

Grado de información del supervisor

87 ¿Considera Ud. que está informado de los antecedentes de las decisiones generales de la compañía?

a. siempre b. generalmente c. a veces d. nunca

Sentimiento de apoyo o aislamiento

88 ¿Considera Ud. que es apoyado o no por sus jefes frente a los obreros?

Conflictos

89 ¿Qué tipo de problemas se le presentan más a menudo al supervisor con sus jefes?

Apéndice E

Nota estadística

En el presente estudio se ha basado gran parte de las hipótesis en la interpretación de tablas de asociación entre variables (las que, en muchos casos, han sido representadas en forma gráfica también).

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Para validar estas tablas de asociación entre variables, en general se usa la prueba estadística denominada del X2, Esto indica cuántas posibilidades existen de que la correlación encontrada en la muestra se deba al azar y no a una verdadera correlación existente en el universo estudiado. Cuanto menores sean estas posibilidades, por supuesto, más seguros estaremos de que la situación descrita por la muestra sea reflejo fiel de la realidad. Así, una correlación que es válida al "nivel del 10 por ciento", tiene un 10 por ciento de probabilidades de que ella sea debida al azar. Una correlación válida al nivel del 5 por ciento implica una mayor confianza de que la relación encontrada en la muestra se ajusta a la realidad del universo estudiado (pues sólo hay un 5 por ciento de probabilidades de que ella sea debida al azar).

Debemos observar que estos tests solo indican en qué medida la correlación encontrada en la muestra puede ser válidamente afirmada con respecto al universo. Ellos no dan una idea de la magnitud de la asociación entre las variables en cuestión. Esta última estaría dada por índices de correlación (generalmente designados por la letra r), como, por ej., el índice tetracórico de asociación, o más sencillamente por la comparación de porcentajes, que ha sido la forma usada por nosotros.

Una asociación muy pequeña, que implique una diferencia de sólo uno o dos puntos porcentuales (1), puede resultar estadísticamente significativa si ha sido hallada en una muestra suficientemente numerosa. Esto, de todos modos, no va a hacer que sea sociológicamente significativa, pues se trata de una correlación muy pequeña.

Por otra parte, a veces se encuentran, en muestras pequeñas, diferencias porcentuales muy marcadas (2), y que pueden indicarnos o sugerirnos una importante correlación en el universo estudiado, aun cuando estadísticamente no estemos muy seguros de poder extender la relación de la muestra al universo. En estos casos aun cuando la significación estadística sea baja y no aceptable, la significación sociológica de la correlación hace que se la pueda tener en cuenta como un dato indicativo, aunque aun no totalmente seguro.

En general, en la mayoría de los estudios sociológicos que usan material empírico cuantificable y sobre todo datos de encuestas, se considera que un dato es aceptable si es significativo al nivel del 5 por ciento o, cuando se trata de estudios un poco más exploratorios, cuando lo es al nivel del 10 por ciento. Esta costumbre se ha extendido después de los últimos diez a quince años, pero ha llevado a veces a exageraciones, en que se asigna gran importancia a correlaciones que son de alta significación estadística, aun cuando sociológicamente no tengan mucha trascendencia o no correspondan a un coeficiente de correlación (o diferencia de porcentajes) suficientemente apreciable.

A estas críticas contra el uso demasiado estricto de la prueba del X2 se ha sumado recientemente un análisis más de fondo de cuáles pueden ser los criterios de validez al realizar estudios complejos e interconectados de correlaciones, sacadas

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del mismo material de encuesta, y ligadas entre sí por ciertas hipótesis interpretativas (3).

Esta crítica puede resumirse en los siguientes conceptos (remitimos al lector a la bibliografía señalada para un análisis más completo).

1) En el trabajo de ir construyendo y probando hipótesis sociológicas basadas en tablas de correlación, el investigador se encuentra casi siempre ante decenas o centenas de tablas para cada hipótesis o sistema de hipótesis que quiere comprobar. En estas condiciones, aun cuando la realidad sea que no existe correlación alguna entre las variables en el universo, muy probablemente se encontrarán unas cuantas tablas estadísticamente significativas de entre todas las que se tienen a la vista.

Efectivamente, encontrar una tabla que sea estadísticamente significativa al 5 por ciento significa que ella sólo se daría 5 veces si se tomaran cien muestras del universo, suponiendo que la realidad sea una ausencia de correlación. Pues bien, si en vez de tomar cien muestras distintas del mismo universo, se toman cien tablas distintas, pero fuertemente asociadas alrededor de una hipótesis, sobre la misma muestra, se podrá también en 5 casos encontrar una tabla estadísticamente significa. tiva al nivel del 5 por ciento. Este argumento estadístico ha sido discutido, y mucho depende de qué se entiende por el concepto de "tablas distintas pero fuertemente asociadas alrededor de una misma hipótesis". De todos modos vemos que aquí se introducen argumentaciones de tipo sociológico por encima de las meramente estadísticas.

2) El argumento anterior más bien tendería a demostrar que, a veces, aun cuando una tabla aislada sea estadísticamente significativa y aceptable, ella no sería aceptable sociológicamente si contradice toda otra serie de tablas "asociadas a ella alrededor de una misma hipótesis".

Ahora veremos el argumento en sentido contrario, y que es el básico para comprender el método usado en el presente trabajo.

El investigador tiene ante sí una serie de tablas, resultado de transcribir en correlaciones una determinada hipótesis. Además, el análisis de estas tablas le va sugiriendo nuevas hipótesis, las cuales a su vez implican que se verifiquen una serie de nuevas correlaciones en otras tantas tablas.

Es así, pues, como en general una determinada hipótesis descansa no sobre una sola tabla sino sobre una serie de varias, en general alrededor de una media docena, que indican siempre el mismo tipo de correlación. Ahora bien, el hecho de que este sistema de cinco o seis tablas esté dando correlaciones en el mismo sentido, aunque de bajo nivel de significación tomadas aisladamente, es en realidad muy significativo si se lo toma en su conjunto. O sea, si la realidad fuera que la hipótesis que se intenta es falsa, la probabilidad de que las varias tablas se den todas en un cierto sentido es igual al producto de las probabilidades

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individuales de cada una, siempre que realmente estén todas estrictamente vinculadas por una hipótesis o sistema de hipótesis, y siempre que cada tabla fuera resultado de una observación independiente (o sea sacada de una muestra propia). En ese caso ideal la validez aumenta muy notablemente. Por ejemplo, si se tiene un sistema de cuatro tablas, cada una significativa al nivel del 30 por ciento (lo que en general no es aceptable), la validez del conjunto, corroborador de la hipótesis, sería muy alta, pues sería significativo al nivel del 1 por ciento.

Claro que en los casos reales estas condiciones no se dan, pues se trata de la misma muestra, y el sistema de tablas no esta tan totalmente y unívocamente "asociado alrededor de una misma hipótesis". En esas condiciones, no podemos averiguar exactamente el nivel de significación del conjunto de tablas, pero podemos decir que el es bastante más significativo que el de cada una tomada por separado.

3) Finalmente, debemos observar que el propósito fundamental de la sociología no es el de verificar relaciones estadísticas, sino que es el de construir sistemas de hipótesis que ayuden a explicar el comportamiento social. Para esto se precisan estudios como el presente, que sirvan no sólo para confirmar o negar hipótesis pre-existentes, sino para formular otras nuevas que antes no se hubieran imaginado. La confirmación de estas hipótesis podrá venir quizá más por nuevos estudios aplicados a realidades parecidas, que por una insistencia en la validación por medio del test del X2 de todas las afirmaciones hechas.

El resultado de estas consideraciones es que en el estudio que hemos realizado no fueron usados en general los tests del X2. Éstos se reservaron para casos especiales, de importancia central en una línea de argumentos, o porque se referían a tablas "aisladas" o que contradecían algunas apreciaciones del sentido común y que era preciso validar especialmente. De todos modos, aun en esos casos, se trató en lo posible de convalidar las hipótesis con otras tablas y sistemas de tablas asociadas.

El objeto principal de la investigación, conviene recordarlo, consistió justamente en la elaboración, a veces con carácter exploratorio, de un sistema de hipótesis interconectadas y ligadas a otras hipótesis ya existentes en el campo del conocimiento sociológico.

Notas:

Se da la clasificación de las principales preguntas. En algunos casos, trata de preguntas abiertas; en otros, cerradas.

1. Por ejemplo, un caso en que se encontrara en la muestra que entre los activos en el sindicato hay un 35 % de religiosos y entre los inactivos un 36 % de religiosos.

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2. Por ejemplo, un caso en que sobre un total de 20 obreros, se encuentre que entra los 7 activos en el sindicato hay un 80 % interesado en política, mientras que entre los 13 inactivos hay un 30 % interesado en política.

3. Ver sobre todo el apéndice I, sección B, de la obra de S. M. Lipset, M. " Trow y J. Coleman, Unión democracy (Free Press, 1956) y el artículo de Hanan Selvin, "A critique of tests of significance", en American Sociological Review, Octubre 1957.