Desordenando La Danza

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Desordenand o la danza o cien mil millardos de sonetos  bolivianos. - Jorge G. Estévez - Gabriel Gallardo Este trabajo surgió como respuesta a un reto del director de cine Lars von Tri er, durante la cont rovers ial rueda de pr eguntas de la con erenc ia en la !ue tamb n ue pa rt "c ipe #odr igo $bel %loomield. &nspirado en el libro '(ent )ille )illiards de *o+mes de #a mon d ue nea u la antolo g"a de poes"a '/r denando la danz a de )ónica 0e l1s! uez, estos die z sonetos boli viano s, de distintos autores 2combinables entre s"3, dan como resultado no solo cien mil millardos de sonetos bolivianos 2!ue tardar"an 455,555,555 a6os en leerse seg7n los c1lculos del propio ueneau3 sino también una e8periencia nueva e8perimental en la literatura boliviana. Escritura (reativa &

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Desordenand

o la danza o

cien milmillardos de

sonetos

 bolivianos.

- Jorge G.

Estévez

- Gabriel

Gallardo

Este trabajo surgió como respuesta a un reto del director de cine Lars

von Trier, durante la controversial rueda de preguntas de la

conerencia en la !ue también ue part"cipe #odrigo $bel

%loomield. &nspirado en el libro '(ent )ille )illiards de *o+mes

de #amond ueneau la antolog"a de poes"a '/rdenando la

danza de )ónica 0el1s!uez, estos diez sonetos bolivianos, de

distintos autores 2combinables entre s"3, dan como resultado no solo

cien mil millardos de sonetos bolivianos 2!ue tardar"an 455,555,555

a6os en leerse seg7n los c1lculos del propio ueneau3 sino también

una e8periencia nueva e8perimental en la literatura boliviana.

Escritura

(reativa &

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 Desordenand 

o la danza

o Cien mil

millardos de

sonetos

 Bolivianos.

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 9:ué es icción; 9 preguntó el ni6o a su padre.

 9$l inal 9respondió el padre9 todo es icción.

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<a tantas cosas !ue se podr"an decir acerca de éste trabajo. &nteresante es, creo, lainterrogante primera !ue salta insistentemente en mi cabeza :*odr"a =aberse dado esto en

otra ciudad del mundo; >usurro t"midamente ?*ar"s@ en mi cabeza, pero casi de inmediato,

la apuesta se me =ace in7tilmente arriesgada. <o en d"a, la ciudad de las luces e8iste eneducado orden, con la !uietud 9cómoda- seguridad de su esp"ritu intelectual. An trabajo

tal como el llevado a cabo por Jorge Estévez Gabriel Gallardo re!uiere, no solo por los

acontecimientos !ue condujeron a su concepción, sino también por su ejecución, un granaporte de caos 9sistem1tico, posiblemente- e irreverencia. El tipo de te8to !ue se =a de

desenvolver en las p1ginas siguientes re!uiere, adem1s de un pasado literario lejano a los

laureles, de una distancia total con los aberrantes c"rculos de la ama la ar1ndula.

#e!uiere, también, de una ciudad donde lo m"tico, lo ant1stico lo irracional seentremezclen a diario 2a pesar de !ue sus =abitantes ni se den cuenta si!uiera3.

Escribo estas l"neas, !ue se interponen a=ora entre el lector el te8to al !ue se

enrenta, desde los =umildes dominios de la amistad. Bo solo =e disrutado inmensamentede la interesant"sima propuesta !ue nos =acen estos dos jóvenes escritores, sino !ue

también =e notado la voluntad de creación !ue tan deudora se =a =ec=o 7ltimamente en

nuestra literatura. Esta obra abre un di1logo, en a1n polémico, entre autores, lecturas,cr"tica, realidad literatura. Es adem1s, para el lector com7n o el e8perimentado, un par!ue

de juegos, donde el placer de lo l7dico transorma la e8periencia de la lectura, con esa

manera tan particular de ver el mundo !ue sólo logran el =umor la iron"a.Lejos del puro a1n académico, este te8to est1 abierto tanto al lector !ue desea

revisitar los pasillos de la literatura boliviana, como también a a!uel lector nov"simo, !ue se

atreve a adentrarse por primera vez en los laberintos de nuestras letras. >é !ue ésta

di"cilmente ser1 la mejor de las introducciones a nuestra literatura, pero sin lugar a dudas=a de ser una de las m1s din1micas, m1s atrevidas, m1s entretenidas , por !ué no, una de

las m1s ricas.

  <acia el uturo, pues, esperando !ue ésta sea la primera de muc=as m1s obras por venir de éstos jóvenes escritores bolivianos.

 Elba Magdalena Guerra Cossío

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La idea de esta obra surgió luego de la llegada 9inesperada- de Lars von Trier a la

ciudad de La *az, la controversial conerencia !ue brindó en la a m"tico espacio

 Puraduraluvia. Badie parec"a saber nada, ni sospec=ar nada de la visita =asta esa mismama6ana, cuando 9por lo menos en nuestro caso9 vimos un papel blanco colado sobre la

 puerta de nuestra aula 2aula de la carrera de literatura3, donde se supon"a ten"amos !ue

 pasar clases. Escrito en trazo grueso negro de marcador se leiaC  Hoy pasamos clases en el 

 Puraduraluvia. En cierta medida, llegar al lugar citado ue una traves"a. )uc=os denosotros, a pesar de su ama, nunca =ab"amos tenido oportunidad 9ni ganas- de conocer 

a!uel sacrosanto recinto. Tuvimos !ue pedir reerencias, de dulceras ta8istas, de

 barrenderos baritas. inalmente, una co!ueta cebra con un mo6o morado atado a la colanos dio la dirección. Bo todos llegamos. $lgunos compa6eros perecieron en el camino ante

la tentación de una tucumana o de un rellenito de papa, pero los !ue logramos llegar nos

sentimos orgullosos de nuestra estoica resistencia ante los traicioneros avatares delestómago. Bos condujeron por a!uella e8tra6a espiral !ue da al segundo piso acabamos

en una salita, al ondo del pasillo estrec=o pulcro !ue est1 a mano iz!uierda. Tuvimos la

suerte de ser los primeros encontrar asiento adelante, por!ue al cabo de un par de minutoscomenzaron a llover los rostros, de conocidos amigos algunos, sólo algunos. La sala se

lleno a reventar, !uedando muc=os sentados en el suelo, otros tantos de pie, pero todos

igualados de la misma incertidumbre. *oco a poco, el lugar se llenaba también de rostros

conocidos por todos, alg7n otro desconocido para nosotros, pero conocido seguramente por otros, pues generaba igual cuc=ic=eo, dirigiendo con tal cual precisión los dedos

"ndices. Bos costó un poco reconocer al se6or von Trier cuando entró a la sala, creo !ue

sobre todo por el chullu  el poncho, !ue lo =ac"an ver como a un gringo cual!uiera, reciénsalidito de la Linares. >e sentó en una mesa alta larga, preparada especialmente para él al

rente con un micróono dos botellas de agua. Bi bien se acomodó, inauguró la c=arla

diciendoC

“Hola, como están. upongo !ue no me esperaban acá "no# $a verdad es !ue llegu% reci%n.

 $a ciudad es muy bonita. Me habían dicho !ue la altura me iba a &oder, pero no. upongo

!ue como vine en bus no me peg' tan (uerte el sorojc=i como si hubiera venido en avi'n el

se6or von Trier parece sentir un pe!ue6o escalor"oF. )ueron toda una travesía esos tres días!ue me tom' venir por tierra desde $a Plata, y ni !u% se diga de todo ese tiempo en bu!ue

desde Cape *o+n. Perdí la cuenta de cuánto tiempo habrá transcurrido. % !ue es verano,

 pero comieno a dudar cual verano. -o importa. provech% los camarotes y la sala de

má!uinas para (ilmar alguna !ue otra toma. Me (altan las del salar, pero !uiero descansar 

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un par de días antes, a!uí en $a Pa, "ya mencion% lo bonita !ue es esta ciudad# /ueno, si

no tienen más preguntas pues me voy.01 

Lo m1s probable 9digo o- es !ue luego de esa intervención, la cantidad de brazos

alzados con los !ue se enrentó le =aan =ec=o recuerdo de alguno !ue otro comentario

disparado en (annes. Bo transcribiremos la rueda de preguntas completa, pues nuestro

objetivo no es el de reconstruir a!uel d"a, sino e8plicar el origen de  2esordenando la danao cien mil millardos de sonetos bolivianos,  pero diremos !ue dentro de la considerable

cantidad de preguntas ormuladas =ubo de todo, tal como la palabra todoH implica,también bastante, bastante de nada.

Luego de una buena rac=a de preguntas obvias respuestas conusas, uno de los presentes

 9al !ue no alcanzamos a ver-, preguntó desde el ondo de la sala acerca del origen de  $as 3

4bstrucciones.5 El se6or von Trier respondió con un entusiasmo inusitadoC

“Es una historia curiosa. iempre me atra&eron las ideas del 46$7P4 y !uería hacer algo

 similar pero a mi manera, en mi campo, y me di&e "por !u% no# Entonces record% !ue tenía

 guardado en alg8n lugar E8cercises du >tle de 9aymond :ueneau y lo bus!u% por toda lacasa. -o lo encontr%. i mal no recuerdo era domingo. Hice algunas llamadas a librerías de

la capital, y solo tenían la versi'n en dan%s, pero me recomendaron !ue probara en eland,!ue seguramente en eland tendría me&or suerte. -aturalmente, los mand% a la mierda. *uve

!ue conducir hasta Copenhague para encontrar la maldita versi'n en (ranc%s. $uego llam% a ;orgen Let=F y le coment% de la idea !ue se me había ocurrido, y !ue pensaba utiliar su

 película T=e *erect <uman como  su&eto para el e<perimento. Hubo un largo silencio

tele('nico. =":u% pasa ;orgy#, pens% !ue te encantaría la idea> le di&e. )ue entonces !ue me

e<plic' c'mo en 1?@A, cuando había ido a presentar su corto a París, 9aymond ueneauFasisti' y luego de la (unci'n se le acerc', esta parte no la olvidar% nunca entre risasF. $e

di&oB =Me encanta tu película, pero lamento tener !ue in(ormarte !ue la proporci'n

in(initodecimal entre blancos y negros es aritm%ticamente inapropiada si consideramos !ue

los claros deben ale&arse tonalmente en progresi'n geom%trica de su centro ictobalístico,esto para evitar posibles brotes de peligrosas líricopatologías, como la osmosis o la

estalactita. migo mío, ten mucho cuidadoD>, y luego se dio la vuelta y se (ue ueneauF

de&ándolo petri(icado  a Let=F. $o recuerdo per(ectamente m1s risasF , ;orgy lo decía contanta pena !ue no pude evitar no estallar de la risa por el tel%(ono carcajadaF. Pobre ;orgy,me tom' tres semanas para !ue volviera a contestarme las llamadas.0

$bierto el tema de la literatura con ueneau, la siguiente pregunta la =izo un =ombrealto =uesudo, a m1s viejo !ue otra cosa, vestido de un vasto saco lineado gris, pantalón

 pulcro brillantes zapatos de c=arol. Llevaba una botella pl1stica de agua en una mano 9 

ital , de I, 5 si no me alla la vista todav"a- un bastón, de palo de rosa, en la otra. >uslabios, delgados azulados, pronunciaron sin apuro las siguientes palabrasC

 F supongo, seor von *rier, !ue usted conocerá algo de literatura boliviana.

K El se6or von Trier se e8presó en inglés durante toda la conerencia. $gradecemos a Tamara 0idea $ramao

 por la e8celente traducción !ue =izo de las palabras del cineasta al castellano.

4 2e )em /enspInd , en danés. $l parecer, a a!uel !ue =izo la pregunta se le =izo mu cool nombrar la pel"cula en danés ante el se6or von Trier. Lo cito 7nicamente como nota al pie,

 prescindible. (uidadito no m1s el tipo ese se reconozca !uiera sentirse triunador.

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La seguridad de su voz su tono irme, casi did1ctico, causaron un silencio

inconmensurable. >e trataba -esto lo supimos después- de don #odrigo $bel %loomield, elgran erudito potosino del !ue no se =ab"a sabido nada en a6os. $lgunos dec"an !ue =ab"a

muerto de soledad en su casa en >orata, otros, !ue se =ab"a recluido en un =oteluc=o de

cuarta, a orillas del lago, para terminar de escribir la segunda parte de su gran novela Gran

acambaya, la maor"a, !ue se =ab"a ido de viaje lejos, mu, mu lejos . De entre lamultitud estudiantil, pocos conoc"an la identidad de a!uel =ombre, sin embargo todos lo

escuc=aron con atención, todos aguardaron con impaciencia la respuesta. $un!ue se

esperaba una respuesta contundente negativa, todos parec"an esperar, con e ciega, unarespuesta imposible, del todo irreal por ello gloriosa, !uiz1s con el 7nico objeto de

e8perimentar una especie de orgullo nacional in7til, pero del todo necesario si de alimentar 

el autoestima =erido se trata. En el segundo en el !ue el se6or von Trier iba despegando suslabios, toda esta emoción s7bita se vino autom1ticamente abajo, con la misma seguridad del

 penal en contra en tiempo suplementario. >in embargo, cuando el se6or von Trier =abló, la

sorpresa ue masivaC

“-aturalmente. Me gusta mucho ;aime aen. elipe Delgado es una gran novela, pero sin

lugar a dudas mi (avorita es Los papeles de Barciso Lima $c=1. $eí ambas obras en el barcomientras venía para acá. En la oscuridad de un camarote hay pocas cosas !ue hacer. 6na es

leer, la otra, masturbarse, obviamente. l saber de mi llegada al país, mi muy buen amigo Marcelo illena me mand' por correo algunos te<tos de literatura boliviana, entre ellos las

dos novelas de ;aime aen, un anecdotario sobre ;aimes )reyre, un libro sobre 9icardo

 P%re lcalá, escrito por /lanca JiethKcter y una antología sobre poesía boliviana a cargo

de M'nica elás!ue. !uel 8ltimo se lo pedí yo, por!ue me encanta la poesía. Pre(iero sobre todo los sonetos. Pueden creerme o no, me da lo mismo, pero me encantan las buenas

 (ormas clásicas, a pesar de todo lo “rupturista0 =ace comillas con los dedosF !ue me han

llamado, es así, me gustan, !ue puedo decir. :uería deleitarme con los me&ores sonetos

bolivianos. cuando me di cuenta de !ue no había ni un solo soneto en a!uel libro me sentí muy triste, muy solo, abandonado. :uiás a la gente de /olivia no le gustan los sonetos

 pens%, y está bien, nada los obliga a !ue tengan !ue gustar de los sonetos, o !ue tengan !ue

escribir sonetos. 2e todos modos, es una (orma importada, a&ena al conte<to, a la llamita ytodo eso. Pero eso sí, hace aos tuve la oportunidad de leer un soneto de ;aimes )reyre !ue

 yo creí re(utaba esa idea. Me s% el primer cuarteto de memoria, lo puedo recitar ahora. 2ice

as" comienza a recitar en tosco atropellado -casi cantado- espa6olFC *ereggrrina paloma

imagginarrria e enarrdecess loss 7lttimos amorres, allma de luzs de m7sia de lorress

 pereggrrina paloma imagginarrriaM /ellísimo, pero no aparece en esa la antología. upongo!ue hay una buena ra'n, no lo s%, ustedes lo saben me&or !ue yo. Capa hay una segunda

 parte llena de sonetos o, me imagino, un libro lleno de sonetos. -o lo s%. upongo !ue hay

cosas !ue no podemos cambiar. $os gringos no comen llajua, y a los bolivianos no les gustan

los sonetos. sí no más es0

ue en éste punto cuando se armó el !uilombo. El cuc=ic=eo generalizado comenzó a subir 

de volumen =asta convertirse en una vocieración ensordecedora. De !uienes comenzaron con la

 protesta, nunca se supo los nombres, pero lo cierto es !ue el auditorio entero se ue contagiando

r1pidamente de los gritos, la uria la anar!u"a de a!uellos incitadores desconocidos 9se dice !ue

iniltrados del >ervicio de &mpuestos Bacionales- !ue =ab"an comenzado a insultar amenazar al

cineasta con palabras !ue no nos podemos dar el lujo de repetir, dadas las pretensiones de seriedad

de éste trabajoI. )iré a mi alrededor. *oco detr1s de nosotros, Gilmar Gonzales 2=ijo3, se tomaba

II >" podemos repetir algunos, comoC cabr'n, gringo comemierda, te vamos a calcar hi&o de puta o L>arae

culo, pero no el resto, pues traspasa la l"nea de lo !ue consideramos seriedad buen gusto.

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incrédulo la cabeza. $delante, )arcelo 0illena sonre"a la igura de Jorge >anjinés se deslizaba

entre la multitud a paso irme, en dirección a la salida. (erca de él, David )ondacca vocieraba, a

su vez, muecas cuo sonido nunca llegó =asta nosotros, don #odrigo $bel %loomield depositaba,

en un pe!ue6o cubo de basura 2al lado de la entrada3, la botella pl1stica de agua, a vac"a, sacaba

otra de dentro su saco. Ana voz desconocida imploró por el orden, pero ue tragada por el murmullo

caótico e8agerado de la turba en ormación. Justo en el momento en !ue se vieron alzadas las primeras sillas, don #odrigo $bel %loomield tomó la palabra. El tono claro irme de su voz !ue

rozaba la cabeza de a!uel micróono !uién sabe salido de donde, llamó la atención de todos, con

una total tran!uilidad, dijoC

“Estoy seguro de !ue el gusto boliviano por el soneto está bien presente en nuestra

literatura, seor von *rier. i lee la antología de poesía boliviana de olanda /edregal 

encontrará una cantidad considerable de sonetos, más de sesenta, si mal no recuerdo, !ue

 seguramente serán tan de su agrado como lo son del nuestro0.

>in oportunidad alguna para !ue reaccionemos, el cineasta a respond"aC

“"olo sesenta# eguro !ue hay mucho más !ue sesenta sonetos en la historia de la poesíaboliviana seorN %loomield, dice %loomieldF. puesto a !ue hay cientos, miles, cent mille

milliardsN de sonetos bolivianos, seguro. Pero si es cierto !ue hay tantos sonetos bolivianos,

no entiendo como nadie los compila. "Por !u% nadie se toma el traba&o, el riesgo de

compilar los sonetos de la poesía boliviana# Eso yo ya no lo puedo responder, pero me

hubiera encantado tener la oportunidad de leer sonetos, muchos sonetos bolivianos, para mi

deleite, mi “goce est%tico0 gesto de comillas con los dedosF o como usted !uiera llamarlo.

 Pero bueno, así son las cosas. o me voy ahora mismo para el salar, !ue me han dicho !ue es

muy bonito, y regreso en dos semanas s'lo para recoger mi aOau, !ue se lo encargu% a un

maestro te<tilero !ue tiene su tiendita acá por la Mar< Paredes. sí son las cosas. -adie me

lo va a hacer un compilado de sonetos bolivianos en dos semanas "no# Orisita.0

P respondió %loomiedC

“o le consigo su compilado de sonetos bolivianos, !uinientos sonetos bolivianos en dos

 semanas, seor von *rierN0

De repente, la sala estallo en una ovación pocas veces vista antes en salas de la

 Puraduraluvia. Los aplausos estallaban, los pu6os se alzaban mientras la multitud

intentaba coordinar sus voces -sin é8ito- para vitorear el apellido materno de don #odrigo

$bel. ue en ese momento, mientras la algarab"a se apoderaba de la sala, !ue Jorge Estévez

&&& 9o El -ieto, para los amigos-, se levantó de su silla, justo a mi lado, dijo a!uellas

 palabras, aun inaudibles dado el completo caos ac7stico de la sala. #epet"a con insistencia

la misma rase, una otra vez, se notaba en cada repetición un aumento en la potencia

vocal, atribuidos a una correcta impostación mandibular un incremento 9sobreapoatura-

N (ien mil millardos, en rancés. >e respetan las palabras originales !ue von Trier utilizó.

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de la presión ejercida sobre el m7sculo del diaragma. *or m1s !ue intentara, o no lograba

escuc=ar éstos primerizos intentos. Traté con la lectura de labios, con cada repetición me

sent"a m1s, m1s cerca de a!uel secreto !ue intentaba por todos los medios dejar de ser.

*or in, luego de un par de vueltas m1s, logré revelarlo me paré de inmediato para

intentar detener su diusión, pero a era demasiado tardeC

- nosotros se lo conseguimos sus cien millardos de sonetos, cara&oD3 

El silencio !ue se =izo en la sala ue brutal. >ent" la mirada de todo el auditorio

escudri6ando cada mil"metro nuestro. >ent" como sus sensaciones oscilaban, indecisamente,

entre la pena el asco. >ent" la mirada de %loomield, enterr1ndose en mis ojos !ue lo

evitaban a toda costa, sent" también la del se6or von Trier, ineluctable, !ue me comenzaba

a revolver las tripas. (uando le clavé la mirada a Jorge, él no luc"a muc=o mejor !ue o. >e

=ab"a puesto rojo tomate, una gruesa gota de sudor le bajaba por el costado derec=o de la

rente. *ermanec"amos ambos tiesos, sin decir palabra alguna, sumergidos bajo la presión

de la tonelada media de ojos !ue nos aprisionaban, mientras nos a=og1bamos con loinmenso de ese silencio mortal. Bunca antes se =ab"a vivido, en el espacio  Puraduraluvia,

un nivel de tensión tan grande 2o eso es lo !ue nos contaron luego, los !ue saben3. *ersonas

de conianza me dijeron !ue en realidad el silencio duró mu poco, !ue de =ec=o, von

Trier =abló casi de inmediato. Bo sé cuanto =abr1 pasado realmente 2siete minutos, seg7n

c1lculos de Jorge, doce segundos, para David >anzeatenea, amigo compa6ero en la

luc=a3Q, pero lo cierto es !ue von Trier volvió a coger la palabra, diciendoC

“Parece !ue tenemos un reto. Me encantan los retos. *ienen dos semanas entonces, hasta

!ue vuelva del salar para traerme, usted /loom(ield, una compilaci'n de !uinientos sonetos

bolivianosQ y ustedes dosN >ilencio incómodoFM >ilencio incómodo sin respuestaFM$larmante silencio incómodo sin respuestaFM ?Jorge Gabriel, son Jorge Estévez

Gabriel Gallardo@, responde )arcelo 0illenaFM ustedes dos, ;orge y Gabriel, para

traermeN Cien mil millardos de sonetos bolivianosD O$ars von *rier estalla en carca&adas

:ue :ueneau los ayude muchachosD Claro !ue si alguien más, de entre los presentes, se

anima a participar del reto con alguna de %stas dos porpuestas o alguna alternativa, es

bienvenido risitaF.0

Luego de sucedido esto, el se6or von Trier se retiró, siendo acompa6ado por 

un polic"a !ue poco o nada =ab"a prestado de atención a la c=arla. Bosotrosintentamos salir sin llamar muc=o la atención de los concurrentes 9tarea obviamente

destinada al racaso- nos decidimos por seguir al cineasta. Badie ven"a atr1s

nuestro, cosa rara, r1pidamente nos encontramos uera de la sala, en el estrec=o  pulcro pasillo. 0olvimos a pasar por la e8tra6a espiral, ésta vez en sentido contrario,

?R:Bosotros;S R:ué diablos !uiere decir con nosotrosH;S )e lleva la recontra marta, Rco6oS@ ue mi

inevitable primer pensamiento, claro.

Q *ara m", =oras. (ada !uien con su propia deinición de lo !ue es el inierno.

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llegamos =asta el recibidor !ue est1 antes de la puerta de calle. Lars von Trier =ab"a

desaparecido. “$o perdimos, "!u% vamos a hacer ahora# -i si!uiera nos pusimos de

acuerdo en c'mo hacer para entregarle nuestro laburoN Esperame un cacho, tengo!ue ir a mear0 dijo Jorge se dirigió rumbo al ba6o, justo al lado del botellón de

agua mineral. Po lo esperé auera, junto a la puerta. Era mi oportunidad de rajar, de

salir corriendo escaparme de semejante embrollo en el !ue nos =ab"amos metido.>in embargo, algo e8tra6o e ine8plicable 9uno de esos tantos no se !uésH de la vida-

me retuvo. >egu" esperando. “Cuántos bidones le habrá metido este ato0 pensé. )e

dio sed me serv" de la m1!uina un par de vasitos. )e agarraron ganas de mear.&ntenté entrar al ba6o, pero la puerta estaba con seguro. “aya, cuanto pudor0 me

dije me met" al cuarto contiguo. Bunca antes me =ab"a metido al ba6o de mujeres 9 

o lavabo, como dicen en las c=icas en la tele- la verd1, verd1 !ue no es nada delotro mundoC lo mismo pero sin urinarios con jabón. )e entré a uno de los

cub"culos, levanté la tapa, me relajé, me descargué, sonre", tiré de la cadena, sal", me

lavé las manos 2con jabón3, me ec=é agua en la cara, me se!ué me ui. La puerta de

al lado estaba abierta a=ora de par en par. $somé la cabeza no =ab"a nadie.“Mierda0 me repet" para m" mismo me dirig" a la salida. De repente alguien me

agarró del =ombro me dio la vuelta. $=" estaba Jorge, con la cara !ue e8plotaba de

la emoción. )e dijoC- RGaboS :Dónde andabas; %ueno, no importa, Rtenemos trabajo !ue =acerS Te

e8plico en el camino R0amosS

Jorge estaba apurad"simo. )e empezó a sacar a empujones del Puraduraluvia,

as", sin descanso, =asta el (entro >imón &. *ati6o. En el camino volv" a ver a la cebra

co!ueta, la del mo6o morado. Esta vez me puteó por cruzar en verde. $lgunas ovejas

ven"an en dirección opuesta a la nuestra. >upuse !ue a estaba viendo cosas por lonervioso 9m1s probablemente- por el =ambre. $ndamos al trote, sin decir palabra

alguna , tal como eso indica, en el camino nadie me e8plico nada. 

Gabriel Gallardo .

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I

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$ntes de continuar con las reglas, debo aclarar un par de e!u"vocos en el testimonio de

mi compa6ero. )i amigo Gabriel asegura !ue salimos calladamente de la sala de

conerencias, o recuerdo otra cosa. #ecuerdo !ue él gritaba cosas as" como “"Como

 pudiste hacerme esto#0 o algo similar, si pudimos salir de all" en paz ue 7nicamentegracias a mi determinación en seguir r1pidamente al se6or von Trier, antes de !ue éste se

 perdiera, logrando atravesar as" la puerta justo antes de la llegada de a!uel 1ngel

e8terminador. )e parece, adem1s, !ue nunca pronuncié ni palabra “mear0  ni cosasemejante. Lo !ue o necesitaba era lavarme la cara, algo totalmente entendible, a mi

 parecer, dadas las circunstancias. $dentro del ba6o, para mi sorpresa, me encontré con los

se6ores %loomield von Trier. ue %loomield !uién decidió cerrar la puerta luego de millegada. Luego de estrec=arnos las manos, =ablamos de algunos detalles log"sticos del

trabajoC cómo dónde entregar"amos el te8to, a pedido del propio Lars von Trier, cu1les

ser"an las reglas del proecto. Dado el poco tiempo !ue ten"amos para presentar el

resultado, me pareció menester comenzar con el trabajo en seguida. P s" le conté losdetalles a mi compa6ero en el camino, sólo !ue si él decide no escuc=arme para tener 

antas"as zoo"licas en la calle, ese a no es mi problema.

En in, los d"as posteriores a ese =ec=o ueron también bastante interesantes me parece son dignos de ser documentados. La presión sobre nuestros =ombros proven"a de

dos lugares, la ec=a de entrega 2junto a Lars von Trier, claro3 la idea de !ue %loomield

también estaba trabajando en un proecto similar. >i bien el autor no tiene una grancantidad de obras 2solo una propia de =ec=o3 la enorme calidad de su obra es indiscutible.

>u novela Gran acambaya es posiblemente uno de los libros m1s di"ciles de encontrar,

 pues apenas se decide presentar una nueva edición, la gente a est1 =aciendo cola en laimprenta.

Los tres primeros d"as los pasamos en la biblioteca de la carrera de literatura,

custodiada por el (entro >imón &. *ati6o. %uscabamos entre libros todo el d"a por la

noc=e nos ocult1bamos detr1s de un estante. (on este método logr1bamos dormir un poco seguir trabajando. Después del tercer d"a de trabajar casi continuamente nos dimos cuenta

!ue no =ab"an dos sonetos !ue pudieran combinarse. Est1bamos buscando diez sonetos con

el mismo sistema de rimas, !ue las terminaciones de los versos tuvieran la misma rimareerente a ese sistema, !ue tuvieran la misma métrica adem1s, tuvieran concordancia

gramatical. Bos sentimos como si estuviéramos buscando diez agujas en las calles llenas de

mistura cerveza de /ruro en carnaval. El tiempo se nos agotaba ten"amos !ue buscar una solución. P la 7nica !ue pudimos ver ser"a darle unos leves reto!ues a los sonetos.

&ntentar cambiar alguna !ue otra palabra. *ara poder =acer esto sin tener problemas legales,

intentamos contactarnos con los autores de los sonetos. Debido a !ue muc=os de ellos a

=ab"an allecido, tuvimos !ue ingeni1rnoslas para contactarlos. $lgunos de nuestrosmétodos inclueron la tabla de /uija, la canalización teosóica 2o método %lavats3, el  7 

Ching,  la proanación de tumbas 2con consentimiento del propietario3, el suministro de

alco=ol a aparapitas otros 2los resultados de este proceso est1n documentados al pié de p1gina de los sonetos originales3. Dos d"as antes de la ec=a de entrega el retorno de Lars

von Trier a La *az, logramos acabar inalmente con los sonetos. Botando !ue aun ten"amos

un par de =oras, decidimos documentar los =ec=os !ue llevaron a la producción de estete8to. $ continuación se plantean las reglas con las cuales se trabajó, algunas ideas del

se6or von Trier, otras producto nuestro, libertad !ue se nos permitió tomar.

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 ;orge G. Est%ve 777 

K. Todos los sonetos deben ser bolivianos.

4. Todos los sonetos deber1n ser endecas"labos.

I. Los sonetos deber1n tener la estructura $%%$-$%%$-

((DEED. 2>e podr1 cambiar la estructura original del soneto

siempre !ue se mantenga sentido.3

N. En lo posible solo se cambiar1 la 7ltima palabra en el soneto,

manteniendo cercan"a con la palabra original, a sea por

sinónimo, met1ora, etc.

. La rima en todos los sonetos deber1 se consonante.Q. El te8to deber1 ser terminado antes de pasadas las dos semanas

de la conerencia.

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4.

S

O

N

E

T

O

S

B

A

S

E

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$ continuación se presentan los sonetos !ue ser1n utilizados en sus versiones originales,

sobre los cuales posteriormente se trabajó.

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MEDIOEVALES

2#icardo Jaimes rere3

0illano, trovador, raile o guerrero(on =oz, breviario, bandol"n o espada,

uera =ermoso vivir en la pasada

<eroica edad de corazón de acero

uera =ermoso, en verdadS >i el raile austero

0er a Dios con e8t1tica miradaULlevar por la esperanza constelada

P la e, el alma, si ineliz pec=ero.

>i trovador, en el eudal castillo(antar guerras amor, al suave brillo

De los ojos de =ermosa castellana.

(ombatir, si guerrero, noc=e d"a,

$saltar, lanza en mano, una abad"a

/ acuc=illar la =ueste musulmanaS

El se6or Jaimes rere 2KVQV - KWII3 se mostró bastante amable con nosotros no tuvo

 problemas en ceder uno de sus sonetos. También nos regalo una copia de sus ?Lees de

0ersiicación castellana@ pudimos =ablar con él de la posibilidad de una nueva edición de

ese te8to. El se6or Jaimes rere nos pidió e8pl"citamente !ue no us1ramos ?*eregrina*aloma &maginaria@ pues, seg7n él, le =ace recuerdo a Hotel Cali(ornia  Je +ill 9ocL

 you.

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SONETOS DE LA TARDE

III

2)anuel )ar"a *intoV3

$l borde de la uente donde entalla

El volc1n del crep7sculo sangriento,

Llegó un tire mu laco mu sediento,P no pudo saciar su sed de la =ornalla.

P al abismarse en la eral batalla

De monstruos colosales !ue en el cruento(ircuito ideal del irmamento

Destacaban su enorme érrea tallaC

)iró en la uente ulgurar las =ojas

De ininitas espadas "gneos brillos

(omo las lenguas de las =ac=as rojas.

>obre torres de m1gicos castillos

P en la selva poblada de congojas

#ec=inaron vibrantes sus colmillos.

V )anuel )ar"a *into 2KV4 - KWN43 nos recibió alegremente. *udimos =ablar con él sobre

el modernismo 2nunca le avisamos !ue =ab"as visitado a Jaimes rere antes !ue a él3, del

 paisaje boliviano, de mitolog"a de utbol. &ndagamos un poco sobre iridario pero él no!uiso proundizar en el tema. Bos permitió usar su soneto, siempre !ue nos declar1ramos

enemigos de los rom1nticos.

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EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO

2Gregorio #enoldsW3

En la mirada de =idalgo austero

ulge -relejo de un dolor arcano-La e8celsitud del pensamiento =umano

ue an=ela lo venidero

$nsia de =allar el m"stico senderoDe la serenidad. R(on !ué desgano

(omo cuan lor de crea est1 la mano

*uesta en el corazón del caballeroS

Tal vez bajo esa mano enla!uecida

*or la tenacidad del surimiento,Tal vez bajo esa mano =a una =erida.

Del caballero el padecer perdura

*lasmado en su semblante macilentoP en la grave actitud de su igura.

W El se6or #enolds no nos pudo recibir, se encontraba dando una clase. *udimos =ablar

con su secretaria !uien nos dijo !ue pod"amos mandarle un correo

2 greRsamsa?1Sgmail.com3 pedirle permiso. altando pocas =oras para la entrega deltrabajo el se6or #enolds nos dio el visto bueno =abló bastante bien de las cualidades

did1cticas de este trabajo.

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SONETO I

20"ctor #uizK53

$!u" tienes, mi Dios, esta e8istencia

ue T7 me diste, sin !ue o la pida,

P !ue al venir de Ti, ue bienvenidaDesde !ue tuve luz en mi concienciaM.

 Bo te clamo poder para mi vida, Bi te ruego, mi Dios, m1s grande cienciaU

>ólo !uieroM el amor, la paciencia

ue, estoica, todo a soportar convida.

M $ soportarlo todo, sin cansancio,

ue todo, como el vino, es mejor rancio

P nos da el tiempo, m1s sabidur"a.

Toma mi vida =az lo !ue T7 !uieras,

*ues, en sus penas, ansias !uimerasR>iempre tua esta e8istencia m"aS

K5 $ 0"ctor #uiz 2KVW - KWQW3 no le agrado la idea de nuestro trabajo no !uiso darnos

 permiso de usar su soneto. Las uturas conversaciones se dar1n entre nuestros abogados.

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MAR Y CORDILLERA

2Guido 0illa-GómezKK3

)irando el mar, o te evocaba, RTierraS

P tu imagen de moza adormecida

Estaba levemente suspendida

Del cósmico columpio de la sierra.

Evocaba ese viento !ue, 1gil, erra

>obre tu piel de pampa indeinida,P esa atmosera tenue relucida

ue en alto pozo azul tu cielo encierra.

El mismo viento sobre el mar alzaba

(ordilleras. P el mar, de ponto, ue

(ual un $nde !ue el viento derrumbaba.

P comprend" !ue mar cordillera

ueron de igual esenciaCREl $nde era

KK &nicialmente =ab"amos escogido otro soneto de Guido 0illagomes 2KWK - KWQV3 pero a

 pedido del autor utilizamos Mar y cordillera. Bos pidió !ue si este te8to se llegaba a publicar, pensemos en un precio con el cual los estudiantes pudieran acceder al mismo.

También nos mandó una carta de reclamo para la ABE>(/.

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El propio )ar $tl1ntico de pieMS

JOSÉ EDUARDO GUERRA

2Polanda %edregalK43

 Boble igura, mesurado el paso

el porte se6orial lleno de rara

evanescente lumbre !ue cuajaraen dura llama an"mico aletazo.

%ajo la rente p1lida, el c=ispazode la mirada verde, =onda, clara,

alumbra la austeridad de a!uella cara

!ue parece del Greco noble trazo.

Emana del rincón de negra ausencia

K4 (uando Polanda %edregal 2KWKQ - KWWW3 escuc=ó de nuestro proecto se mostró mu

emocionada. Bos contó varias anécdotas por las !ue tuvo !ue pasar para lograr su

 ntología de la poesía boliviana  también nos dio algunos consejos para obtener los permisos de los autores. Dic=o te8to ue la base para este trabajo le agradecemos

enormemente.

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una mano de luz =asta los astros

llena con su inn7mera presencia

de atormentado esp"ritu los rastros

de su carne !ue ardió en ceniza de astros

un verso de silenciosC tal era su esencia.

LA SOMBRA PERERINA.III

2$ntonio José de >ainzKI3

Tu sed presiente la jornada larga,

P tu cansancio la !uietud invocaM

El sol, el ermo gris, la dura roca<an de agravar el peso de tu carga.

An vano a1n tu corazón embargaC

$gua !ue lua de una uente loca*or acrecer la iebre de tu boca,

*ara tu boca =a de tornarse amarga.

KI $ntonio José de >ainz 2KVWN - KWW3 nos recibió amablemente en su casa, donde estaba

llevando a cabo una reunión con otros artistas. $ceptó colaborar con nuestro trabajo nos=abló de otro artista con apellido similar !ue, seg7n el propio $ntonio José de >ainz, se

dedicaba a copiar sus ideas e imitar sus reuniones art"sticas.

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Desesperado de esperar en vano,0er1s tu vida, m1s doliente corta,

(orrer =acia la mar, =acia el arcano,

P sabr1s al inal de tu pasajeCue nada ale lo !ue tanto importa

P es siempre in7til emprender el viaje

Eur! A"#$

IV2#aael Garc"a #os!uellasKN3

$ntiC Del ande so. >obre el pe6ascoDonde la llama otea posa el 1guila,

$ll" nac". )eciéronme el c=ubasco,

Tempestuoso la =ipérbole volc1nica.

>i Espa6a una mitad, mitad $mérica

)"a es la ojota, el c=arango, el =ondo

KN (uando nos reunimos con Luis *ablo #os!uellas 2KV4I - KVVI3 no pudimos evitar sacarlas guitarras tocar algunas canciones. Bos sorprendió su conocimiento sobre m7sica

contempor1nea su interés por *he troLes  Pusci(er. El autor de Compendio de

 $iteratura  Genaro nos permitió escuc=ar sus nuevas composiciones nos sorprendió con

su sonido incre"blemente moderno. También nos oreció componer un nuevo soneto paraeste trabajo, pero por razones de tiempo tuvimos !ue negarnos, aun!ue no descartamos su

ad=esión en uturas ediciones.

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$bismo vertical, la cumbre intrépida

P el =orizonte cósmico en redondoU

)"o el picardo azul, la llanura

P el nido, el 1rbol la noc=e clara,

P el torrente locuaz, la nieve pura.

>i =ablar pudiera el puma, me buscara

*ara correr conmigo una aventuraDe caza en mancom7n, Po la aceptara.

LA AUSENCIA

2<umberto 0iscarra )onjeK3

Tras de la puerta =a un bastón de pino,

ue nadie toca desde !ue t7 te uiste,E impar ojota en actitud mu triste

uiz1 aguarda tu pie de peregrino.

$lguien, de noc=e, in!uiere tu destino$l signo astral bajo del cual naciste,

K <umberto 0iscarra )onje 2KVWV - KWQW3 nos permitió =acer uso de su soneto sin pensar

dos veces en ello. Bos invitó un par de copas nos contó varias anécdotas 2!ue no podemos

 poner en escrito3 sobre $rturo @Lucas@ %orda, Juan ?(apo@ (apriles Eduardo (alderónLugones, amigos suos. Ana pró8ima reunión entre el autor de *ierra marga  #aael

Garc"a #os!uellas parece pintarse en el uturo.

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P una mirada en la penumbra insiste

/bservando las sombras del camino.

$lguna vez el perro con sorpresa,

0a =asta medio camino regresa

$ullando bajo el viento !ue la azota.

P otros ojos alternan su emoción,

*asando largamente de la ojota$l llano, donde zumba el ventarrón.

I%

2)arcelo 0illenaKQ3

(ada vez cada vez !ue te !uiero ver P salgo a la calle sin saber !ué =acer 

 Bo encuentro micro, colectivo, ni nada

#odante, importado veloz en bajada

KQ )arcelo 0illena 2KWQ3 se puso en contacto con nosotros desde el inicio de éste proecto, en la conerencia con Lars von Trier. Bos apoó con la log"stica necesaria para

contactar a los escritores nos permitió acceder a su biblioteca personal para buscar

algunos manuscritos !ue después =icimos autograiar por sus autores. >u man"a de

catalogar numéricamente nuestros trabajos siempre nos preocupo bastante durante la producción de este te8to. Junto a )arcelo también !ueremos agradecer a )adame

/rloOsa por su apoo. RGracias /rlS

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(ada vez cada vez !ue te !uiero ver La alta de carro me obliga a ceder 

$l mini !ue rena, relinc=a me traga

Entre costales amenazas con daga.

$ll" sabr1s, =a do6a, don cansada

>e estando, car1, =asta !ue anuncia el petiso

$bajo pues, !ue =emos llegado a parada

P vos, jaila impaciente alzada

*ensando, caraspas, !ué tipo m1s liso)e llama, me mama me deja plantada

&.

C

I

E

N

M

IL

M

I

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L

A

D

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D

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S

O

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E

T

O

S

B

O

L

I

V

I

A

N

O

S

MEDIOEVALES

2#icardo Jaimes rere3

0illano, trovador, raile o guerrero

(on =oz, breviario, bandol"n o espada,uera =ermoso vivir en la pasada

<eroica edad de corazón de acero

uera =ermoso, en verdadS >i el raile austero

0er a Dios con e8t1tica miradaU

Llevar por la esperanza consteladaP la e, el alma, si ineliz pec=ero.

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>i trovador, en el eudal castillo

(antar guerras amor, al suave brilloDe los ojos de =ermosa castellana.

(ombatir, si guerrero, noc=e d"a,

$saltar, lanza en mano, una abad"a/ acuc=illar la =ueste musulmanaS

SONETOS DE LA TARDE

III

2)anuel )ar"a *into3

Donde estalla al borde del bebedero

El volc1n de la noc=e de la espada,

Llegó un tigre mu sediento sin nada,P no pudo =artar su sed el oguero.

P al caer en el eroz revolcaderoDe monstruos gigantes !ue en la malvada

#eunión ideal de la aborregada

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 Destacaban su enorme érreo ueroC

0io en la uente ulgurar el colmillo

De ininitas espadas de "gneo brillo

Tal como la lengua del =ac=a grana.

>obre torres de la oculta alcald"a

P en la selva llena de bastard"a

#ec=inó vibrante su dentivana.

CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO

2Gregorio #enolds3

En la mirada de =idalgo austeroulge 9viso de una !ueja cirada-

lo e8imio de la rele8ión pensada

!ue an=ela conocer lo venidero.

$nsia de =allar el m"stico sendero

de la serenidad. R(on !ué !uedada,como lor de cera est1 la cortada

 puesta en el corazón del caballeroS

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*uede !ue bajo ese brazo amarillo por la determinación del martillo,

tal vez bajo esa mano =a una diana.

Del caballero el padecer pod"amodelado en su apariencia bald"a

en la grave actitud de su engalana.

SONETO I

20"ctor #uiz3

$!u" tienes, mi Dios, este =eredero

ue T7 me diste, sin !ue o la viada,

P !ue al venir de Ti, ue arrulladaDesde !ue tuve luz en mi senderoM.

 Bo te clamo poder para mi uero, Bi te ruego, mi Dios, m1s grande triadaU

>ólo !uieroM el amor, la plomada

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ue, estoica, todo a soportar numero.

M $ soportarlo todo, sin corvillo,

ue todo, como el vino, es mejor cuillo

P nos da el tiempo, m1s partisana.

Toma mi vida =aced T7 abad"a,

*ues, en sus penas, ansias osad"a

R>iempre tua esta e8istencia planaS

MAR Y CORDILLERA

2Guido 0illa-Gómez3

RTierraS, te evocaba, viendo al =ilero

P tu imagen de moza adormitada

Estaba levemente levantadaDel cósmico columpio del nevero.

Llamaba ese viento, 1gil, =erradero>obre tu piel de pampa ilimitada,

P esa atmósera tenue centellada

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ue a"sla tu cielo en alto =oo garcero.

>obre el mar alzaba el mismo vientillo

)onta6as. P el ponto ue campecillo

(ual un $nde !ue el ventarrón proana.

P, !ue mar monta6a, comprend"a

ueron de igual esenciaC R(u6ad"aS

REl $nde es el $tl1ntico en uanaMS

JOSÉ EDUARDO GUERRA

2Polanda %edregal3

>ensato el paso, s"mbolo sincero

La az noble con desacostumbrada

evanescente lumbre condensadaen dura llama aletazo severo.

%ajo la rente p1lida, el lucerode la mirada verde, =onda, espejada,

alumbra lo rugal de esa !uijada

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!ue es como del Greco trazo certero.

)ana del rincón de ausente bombillo

=asta los astros la luz de un anillo

completa con su presencia arcana

de atormentada alma la collad"a

de su carne !ue en polvo de astro ard"a

de silencio un versoC tal ue su prana.

LA SOMBRA PERERINA.

III

2$ntonio José de >ainz3

Tu sed presiente el jornal agorero,

tu cansancio la !uietud invocadaMEl sol, el ermo gris, la dura nada

<an de agravar el peso de tu uero.

An vano a1n tu corazón austeroC

$gua !ue lua de una uente dada

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*or acrecer la iebre de tu triada,

*ara tu boca =a de tornarse acero.

Desesperado de esperar ladillo,

0er1s tu vida, m1s doliente brilla,

(orrer =acia la mar, =acia Toscana,

P sabr1s al inal de tu latr"aC

ue nada vale lo !ue tanto luc"a Bo importa el viaje !ue emprenda ma6ana

Eur! A"#$ IV

 2#aael Garc"a #os!uellas3

$ntiC Del ande so. >obre el es!ueroDonde la llama otea posa la =elada,

$ll" nac". )eciéronme la cascada,

Tempestuosa con =ipérbole iero.

Espa6a una mitad, mitad bullanguero

)"a es la ojota, el c=arango, la arada$bismo vertical, cumbre parada

P el =orizonte cósmico es severoU

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)"o el picardo azul, el aceitunillo Bido, el 1rbol de la noc=e el brillo,

P el torrente locuaz, la nieve vana.

>i =ablar pudiera el gran puma, me dir"a?*ara correr conmigo m1s de un d"a

De caza en mancom7n, el todo engrana.@

LA AUSENCIA

2<umberto 0iscarra )onje3

Tras de la puerta =a un bastón de cuero,

ue nadie toca desde tu callada,

E impar ojota en actitud mu dadauiz1 aguarda tu pie de pasajero.

$lguien, de noc=e, in!uiere tu esmero$l signo astral bajo del cual causada,

P una mirada en la penumbra crispada

/bservando las sombras del cerbero.

$lguna vez el perro con colmillo,

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#egresa cuando va al medio pasillo

$ullando bajo el viento !ue la uana.

P otros ojos alternan su alegr"a,

*asando largamente de la por"a

$l llano, donde zumba la ma6ana.

I%

2)arcelo 0illena3

(ada vez cada vez !ue verte !uiero Bo encuentro micro, colectivo, ni nada

#odante, importado veloz en bajada

P salgo a la calle sin saber !ué uero

(ada vez !ue te !uiero ver espero$l mini !ue rena, relinc=a me traga

Entre costales amenazas con daga.

La alta de carro me obliga envero.

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$ll" sabr1s, =a do6a, don, c=i!uillo

>e estando, car1, =asta !ue anuncia el diablillo$bajo, =emos llegado con desgana

P vos, jaila impaciente siempre r"a

*ensando, !ué tipo ese sin =ombr"a)e llama, me mama me deja malsana.