Desde que vi la

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Desde que vi la luz mi pecho anida dos amores: ¡mi patria y mi bandera! Por mi patria, el Perú, ¡doy la vida! Por mi bandera el alma, ¡el alma entera! Yo quiero que mi patria bien querida vuelva a ser en América lo que era, y que mi enseña, blanca y encendida, flote muy alto y ¡sea la primera! ¡Mi patria! ¡Mi bandera! Desde niño fueron mi encanto, fueron mi cariño. Ni la sangre que deja horribles huellas ni el lodo, que es baldón, caigan sobre ellas. Hay que evitar la afrenta sobre todo. ¿Lodo? ¡Eso nunca! ¡Sangre antes que lodo! LA BATALLA DEL CAMPO DE LA ALIANZA Efraín Choque Alanoca La batalla de Tacna fue la más grande, encarnizada, y violenta, de las que protagonizaron los ejércitos regulares beligerantes en todo el proceso de guerra. Esta memorable jornada se produjo en la mañana del miércoles 26 de mayo de 1880, en las inmediaciones del cerro Intiorco, a 6 Km de la heroica ciudad de Tacna. Luego de la trágica y agotadora expedición hacia Quebrada Honda, practicada por las fuerzas aliadas, en las primeras horas del día 26, el alto mando apenas logró restablecer las posiciones anteriores en el Campo de la Alianza. Restablecida dicha posición, inmediatamente se verificó el dispositivo de defensa. El dispositivo comprendía una extensión de 2 km, dividido en tres sectores o alas. El sector derecho, lo comandaba el almirante Lizardo Montero; el del centro, el Coronel Miguel Castro Pinto; y el de la izquierda, el Coronel Eleodoro Camacho. Todos obedecían al general en jefe Narciso Campero, Presidente de Bolivia en campaña. En todas las alas alternábanse unidades peruanas y bolivianas. Mucho se ha escrito acerca de la grandiosa acción del 26 de mayo de 1880; sin embargo, pocos historiadores, como Jorge Basadre, han logrado narrarla con admirable precisión y ecuanimidad, basados en fuentes válidas. Sobre este singular acontecimiento, el historiador tacneño citado, ha glosado lo siguiente en su Historia de la República: "Campero había dado la orden de que no se iniciaran los disparos de rifles hasta que el enemigo se pusiera a tiro. El avance chileno se orientaba hacia el ala izquierda aliada; y de allá partieron, desobedeciendo aquella orden, los primeros disparos antes de lo que era necesario. A las diez de la mañana ya estaba comprometida y generalizada la lucha en todas las líneas. "En nuestro costado derecho (la descripción de la primera etapa de esta jornada proviene de Campero) donde el combate no era todavía muy encarnizado, el ala derecha de nuestras líneas y la izquierda del enemigo presentaba el aspecto de dos inmensas fajas de fuego, como envueltas por una especie de niebla iluminada con los tintes del crepúsculo de la mañana. El centro, donde obraba con más vigor la artillería enemiga, ofrecía el espectáculo de un confuso hacinamiento de nubes bajas, unas blancas y otras cenicientas, según que las descargas eran de Krupp o de ametralladores. El costado izquierdo, donde el combate era más reciamente sostenido, no presentaba sino una densa oscuridad, impenetrable a la vista, pero iluminada de momento a momento, como cuando el rayo cruza el espacio en noche tempestuosa. El tronar era horrible y más bien, no se oía más que un trueno indefinidamente prolongado". A continuación, el historiador tacneño escribe:

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homenaje a los héroes del campo de la alianza

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Desde que vi laluzmi pecho anidados amores: mi patria y mi bandera!Por mi patria, el Per, doy la vida!Por mi bandera el alma, el alma entera!Yo quiero que mi patria bien queridavuelva a ser enAmricalo que era,y que mi ensea, blanca y encendida,flote muy alto y sea la primera!Mi patria! Mi bandera! Desde nio fueron mi encanto, fueron mi cario.Ni la sangre que deja horribles huellas ni el lodo, que es baldn, caigan sobre ellas.Hay que evitar la afrenta sobre todo.Lodo? Eso nunca! Sangre antes que lodo!

LA BATALLA DEL CAMPO DE LA ALIANZA

Efran Choque AlanocaLa batalla de Tacna fue la ms grande, encarnizada, y violenta, de las que protagonizaron los ejrcitos regulares beligerantes en todo el proceso de guerra. Esta memorable jornada se produjo en la maana del mircoles 26 de mayo de 1880, en las inmediaciones del cerro Intiorco, a 6 Km de la heroica ciudad de Tacna.Luego de la trgica y agotadora expedicin hacia Quebrada Honda, practicada por las fuerzas aliadas, en las primeras horas del da 26, el alto mando apenas logr restablecer las posiciones anteriores en el Campo de la Alianza. Restablecida dicha posicin, inmediatamente se verific el dispositivo de defensa. El dispositivo comprenda una extensin de 2 km, dividido en tres sectores o alas.El sector derecho, lo comandaba el almirante Lizardo Montero; el del centro, el Coronel Miguel Castro Pinto; y el de la izquierda, el Coronel Eleodoro Camacho. Todos obedecan al general en jefe Narciso Campero, Presidente de Bolivia en campaa. En todas las alas alternbanse unidades peruanas y bolivianas.Mucho se ha escrito acerca de la grandiosa accin del 26 de mayo de 1880; sin embargo, pocos historiadores, como Jorge Basadre, han logrado narrarla con admirable precisin y ecuanimidad, basados en fuentes vlidas. Sobre este singular acontecimiento, el historiador tacneo citado, ha glosado lo siguiente en su Historia de la Repblica:"Campero haba dado la orden de que no se iniciaran los disparos de rifles hasta que el enemigo se pusiera a tiro. El avance chileno se orientaba hacia el ala izquierda aliada; y de all partieron, desobedeciendo aquella orden, los primeros disparos antes de lo que era necesario. A las diez de la maana ya estaba comprometida ygeneralizada la lucha en todas las lneas."En nuestro costado derecho (la descripcin de la primera etapa de esta jornada proviene de Campero) donde el combate no era todava muy encarnizado, el ala derecha de nuestras lneas y la izquierda del enemigo presentaba el aspecto de dos inmensas fajas de fuego, como envueltas por una especie de niebla iluminada con los tintes del crepsculo de la maana. El centro, donde obraba con ms vigor la artillera enemiga, ofreca el espectculo de un confuso hacinamiento de nubes bajas, unas blancas y otras cenicientas, segn que las descargas eran de Krupp o de ametralladores. El costado izquierdo, donde el combate era ms reciamente sostenido, no presentaba sino una densa oscuridad, impenetrable a la vista, pero iluminada de momento a momento, como cuando el rayo cruza el espacio en noche tempestuosa. El tronar era horrible y ms bien, no se oa ms que un trueno indefinidamente prolongado".A continuacin, el historiador tacneo escribe:

"Las reservas del centro aliado pasaron a reforzar la izquierda; las siguieron dos batallones, uno peruano y otro boliviano de la derecha. El batalln peruano Victoria se repleg desordenadamente en la izquierda; pero los nuevos refuerzos lo suplieron y lograron hacer volver atrs al enemigo con cargas a la bayoneta tomando prisioneros y piezas de artillera. El ataque chileno empez a travs de las divisiones Santiago Amengual y Francisco Barcel sobre la izquierda y el centro aliado tras un duelo infructuoso de piezas de can de piezas que dur de nueve a diez de la maana. Despus hora y media de fuego intenso, ambas divisiones chilenas, ms o menos a las doce y media de la maana, se retiraron sin cesar de combatir. El ala izquierda aliada, mandada por Camacho, empez la ofensiva y se robusteci con las reservas formadas por los Colorados y el Aroma y seguida por el centro, ms no por la derecha en el propsito de devolver el ataque profundo intentando por el enemigo, una carga de caballera chilena contra la infantera aliada detuvo el ataque de sta y coincidi con el avance de la 3ra divisin Domingo Amuntegui Borgoo, cuyos soldados quedaron confundidos con los Amengual y Barcel, si bien eran cuerpos de refresco, descansados y bien municionados. Aqu lleg a producirse la matanza en algunos cuerpos peruanos y bolivianos; entre ellos los heroicos Colorados. Mientras la gran reserva chilena se aproximaba al campo de batalla, la suerte comenz a decidirse. Las ventajas del nmero, del armamento y de la artillera chilenos contribuyeron al resultado final. La victoria, titubeante durante varias horas, se inclin por ellos claramente, ya a las dos de la tarde.En una carta particular dirigida a su esposa, el Coronel Jos Velsquez, jefe del estado mayor chileno, declar: "Para qu le digo el papel brillante que desempe la artillera, hizo prodigios. Los extranjeros en Tacna estn sorprendidos de nuestra artillera y los peruanos dicen: "Que gracia, pues, por eso ganan los chilenos".En cuanto a la infantera chilena, Vicua Mackena dice que el rifle Comblain "hizo maravillas en Tacna". "Los peruanos (agrega) por el contrario, armados ms como turba que como ejrcito, lucharon con la irredimible desventaja de la variedad de sus rifles de precisin. Slo el Zepita y el Pisagua estaban armados de rifles Comblain. Los Cazadores del Cuzco y el Batalln de Morales Bermdez tenan Peabody americano de largo pero fatigoso tiro, mientras que los cuerpos organizados en el sur se batan con el ya anticuado Chassepot y los dems, especialmente los bolivianos con el Remington.Al caer herido el Coronel Camacho, se le dio por muerto y al sucumbir varios jefes, creci el desnimo en la izquierda aliada. La derecha, debilitada por el envo de refuerzos a los otros sectores de la batalla, luch menos reciamente con la divisin chilena mandada por el Coronel Orizombo Barbosa. La batalla estaba resuelta poco despus de las dos ytreinta de la tarde.El historiador chileno Bulnes confiesa que la 1ra, 2da y 3ra divisiones chilenas, que soportaron el mayor peso de la batalla, tuvieron un terrible cuadro de bajas, pues qued fuera de combate, entre muertos y heridos, casi el treinta por ciento de sus hombres. La 4ta divisin (dice) alcanz el quince por ciento de bajas.El Per perdi en el Campo de la Alianza entre los muertos: seis coroneles, siete tenientes coroneles, catorce sargentos mayores, dieciocho capitanes, veinte tenientes, diecinueve subtenientes, heridos; un coronel, ocho tenientes coroneles, nueve sargentos mayores, veinticuatro capitanes, treintidos tenientes, veintisiete subtenientes. Total de prdidas de jefes y oficiales: ciento ochenticinco. Las bajas en la tropa guardaban relacin con esta cifra. Llegara a unos dos mil muertos entre peruanos y bolivianos casi por iguales partes. (...)La divisin de reserva de Tacna tambin luch con denuedo. Su comandante Napolen Vidal result herido y falleci ms tarde; muri tambin el comandante de la fuerza de Para, Samuel Alczar. De la caballera quedaron en el campo el segundo comandante Reina y el tercero, Birme.Las inculpaciones mutuas entre los aliados fueron injustas en esta ocasin. En el comando boliviano cayeron veintitrs jefes de mayor a general incluyendo el general Prez que falleci en Tacna tres das ms tarde, el segundo jefe de los Colorados Felipe Ravelo y el coronel Agustn Lpez, edecn de Campero(...)"(1)Hasta aqu nuestra extensa pero necesaria citacin al historiador Jorge Basadre.Producida la irremediable debacle, los jefes aliados organizaron la ineludible retirada de sus fuerzas. Los combatientes peruanos lo hicieron por el camino de Palca-Tarata, los bolivianos por la antigua va hacia La Paz. Un parte oficial suscrito por Montero asegura que este jefe busc organizar la resistencia con el resto de fuerzas que le quedaban en las fuerzas de Tacna, sin embargo, al final, esta accin fue considerada inconveniente por la falta de recursos.Flvio Machicado, corresponsal del peridico "El Comercio" de la Paz, que despachaba desde la ciudad de Tacna, por esos das, narr sintticamente la toma de la heroica ciudad, por las tropas vencedoras:"A las 4 y 30 (de la tarde) las infanteras chilenas empezaban a descender del cerro Intiorco hacia la meseta inmediatamente a la estacin del ferrocarril mientras piquetes de caballera recorran toda la extensin de la hermosa fuente de bronce.(...) A las 5 P.M., poco ms o menos, la presencia de un grueso destacamento de caballera chilena, haca ostensible el triunfo de sus armas en la plaza de Tacna. La calle del Centro (hoy San Martn) no haba sufrido perjuicio de gravedad dado que en ella se instalaban los comerciantes extranjeros."La destruccin impa y funesta la sufrieron las tristes casuchas situadas en las calles adyacentes. Infelices familias que subsistan de su trabajo diario se vean obligadas a huir en una situacin lamentable, luego de observar cmo eran saqueados sus exiguas propiedades, prcticamente sus herramientas de trabajo, su nico tesoro. Estas pobres gentes no encontraran ni un vestido con qu sustituir al que llevaban en el cuerpo.""La calle de Prado, la del 2 de Mayo, la de Caramolle, las intermediarias contiguas a stas, haban sido las principales vctimas de la ocupacin"(2).Resulta evidente que la toma y ocupacin de la ciudad de Tacna tuvo un carcter de clase, ya que la orden general dada a las tropas invasoras fue la de generar el mayor de los destrozos y violencias sobre las clases populares, pero no as con la fraccin dominante local.

SIGNIFICADO HISTRICO DE LA BATALLA DE TACNA

Cul fue el real significado histrico de la grandiosa e impresionante jornada de armas del 26 de mayo de 1880 en el curso general de la guerra?, Cul es el balance e impacto en dicho proceso y en el devenir histrico de la historia local y nacional?

Se han ensayado algunas perspectivas explicativas en la historiografa peruana, a las interrogantes planteadas. Las ms unilaterales, analizan la batalla en el contexto puramente militar, estratgico; otras, en sus ribetes polticos-militares. Pero una batalla no traduce slo ello: es un fenmeno de conjunto, es un cuadro vivo dialctico, contradictorio, imbricado por fuerzas que representan determinados objetivos socio-histricos. Antes de intentar alguna respuesta, habra que resolver otras cuestiones pendientes e implicadas: Qu fuerzas sociales provocaron la guerra y la batalla? A cul de ellas beneficiaron los resultados del conflicto? Pudo tener otro desenlace? Y si las fuerzas aliadas hubiesen resultado vencedoras habra cambiado el devenir de la guerra y de nuestra historia? Repitmoslo: no podra responderse adecuadamente a estas ltimas interrogantes planteadas por ms que se siga minuciosa y rigurosamente cada uno de los movimientos e instantes iniciales y supremos de la batalla de Tacna.

Una lectura atenta de los partes de guerra de este gran acontecimiento revela que los dirigentes o jefes aliados, o un sector de ellos, estaban convencidos de un posible triunfo. Todos coinciden en que faltaron fuerzas de refresco, de reserva. Sin embargo, confiaron o se aferraron furiosamente, en la posibilidad de asestar un golpe sorpresivo, mortal, ante un enemigo muy superior en hombres y armas. A esta solitaria probabilidad de triunfo, y por tanto crucial o suicida posicin fueron conducidas nuestras fuerzas en pleno campo de batalla por accin de la mezquindad y ceguera poltico-militar de una fraccin de la clase dominante. Y sucedi que ese 26 de mayo no se produjeron sorpresas favorables al Per y Bolivia. Aprendimos, a tan alto costo que las batallas no siempre se ganan con golpes de gracia. Esta comprobacin dolorosa, no resta en absoluto el herosmo inenarrable con que combatieron las fuerzas aliadas; al contrario las elevan a un grado sumo, inaudito. Caivano fue ms crudo y radical frente a lo sucedido en las pampas del Intiorco; dijo que no fue Chile quien venci al Per; Sino que el Per cay por s mismo a los pies de un enemigo ansioso de sus despojos. Difcil es decirlo, fue una derrota solicitada, por un sector de la inepta clase dirigente, que secularmente gobern a espaldas - y contra- del Per profundo. Patticamente tal fraccin social ha renunciado, desde hace mucho tiempo, a la defensa de lo nacional, de lo nuestro.

La planificacin extranjera plutocrtica, exenta a todo extravo nacional, tena muy delineados sus designios; mientras sus fuerzas blicas eran manipuladas en la campaa militar de Tacna, y cuando las fuerzas aliadas defendan palmo a palmo los suelos del Intiorco, en esos precisos instantes, las opulentas casas inglesas, en contubernio con las de Chile, se llevaban las riquezas salitreras de Tarapac hacia Liverpool o Londres. Por eso se ha dicho hasta la saciedad: las fuerzas del capital no tienen Patria ni tica. Como se afirm estas fuerzas actuaron contra toda convencin internacional: No esperaron siquiera la firma de la paz para la reparticin de los despojos y las riquezas del vencido. En ello reside su libertad y su moral?

Basadre no pudo encontrar razones de esta derrota de la clase dominante, sino en ella misma. Es decir en el Estado emprico y precario de signo burgus, y en el inmenso abismo social que esta cre. Es decir en el divorcio entre Estado y Nacin.

Precismoslo ahora mejor: El Per y sus clases dirigentes aprendieron una vez ms que las batallas y las guerras se ganan con un programa estratgico sostenido por slidas bases de la nacionalidad.

En todo caso si esta sensacin derrotista se gener en las clases dominantes, por su responsabilidad en la conduccin blica, no sucedi totalmente as en el seno del pueblo trabajador del campo y la ciudad. La mentalidad de la defensa combativa, heroica y leal con la Patria se mantuvo inclume despus de las jornadas gloriosas del Campo de la Alianza. A pesar que los resultados fueron adversos para los intereses nacionales en el Campo de la Alianza y Arica, la resistencia guerrillera fue coronada con el hlito de la victoria en las heroicas batallas de Pacha, Mirave, Palca y tantas otras acciones combativas, como las protagonizadas en la zona andina de Tacna, las que fueron sistemticamente ignoradas por la historia oficial.

MARCHA DEL 26 DE MAYO

Veneremos este campo de la alianzaCampo santo que fue cuna de valientesLos peruanos que cayeron por su patriaRescatando su bandera para siempre.

VIVA EL ALTO DE LA ALIANZA!VIVA TACNA!

Tacna, madre del Per y su banderaHoy juraremos en tus heroicas arenasMoriremos defendiendo tus fronteras!

Respiremos en el aire el herosmoRecogiendo de sus huellas la bravuraCon sus vidas nos legaron patriotismoCon su sangre un ejemplo que perdura.Es la voz de Albarracin que aun se escuchaAvelino y Leoncio Prado que nos dice:

EL SOLDADO PERUANO NO SE RINDEDA LA VIDA POR SU PATRIAPERO LUCHA!

Centinelas de la patria idolatradaSon los hijos de Tacna la esperanzaManteniendo la bandera siempre izadaPor los hroes del campo de la alianza VIVA EL ALTO DE LA ALIANZA VIVA TACNA!

Autor: Rodrigo Tadeo Polo ZevallosMARCHA DEL 26 DE MAYO

Veneremos este campo de la alianzaCampo santo que fue cuna de valientesLos peruanos que cayeron por su patriaRescatando su bandera para siempre.

VIVA EL ALTO DE LA ALIANZA!VIVA TACNA!

Tacna, madre del Per y su banderaHoy juraremos en tus heroicas arenasMoriremos defendiendo tus fronteras!

Respiremos en el aire el herosmoRecogiendo de sus huellas la bravuraCon sus vidas nos legaron patriotismoCon su sangre un ejemplo que perdura.Es la voz de Albarracin que aun se escuchaAvelino y Leoncio Prado que nos dice:

EL SOLDADO PERUANO NO SE RINDEDA LA VIDA POR SU PATRIAPERO LUCHA!

Centinelas de la patria idolatradaSon los hijos de Tacna la esperanzaManteniendo la bandera siempre izadaPor los hroes del campo de la alianza VIVA EL ALTO DE LA ALIANZA VIVA TACNA!

Autor: Rodrigo Tadeo Polo Zevallos

MARCHA DEL 26 DE MAYO

Veneremos este campo de la alianzaCampo santo que fue cuna de valientesLos peruanos que cayeron por su patriaRescatando su bandera para siempre.

VIVA EL ALTO DE LA ALIANZA!VIVA TACNA!

Tacna, madre del Per y su banderaHoy juraremos en tus heroicas arenasMoriremos defendiendo tus fronteras!

Respiremos en el aire el herosmoRecogiendo de sus huellas la bravuraCon sus vidas nos legaron patriotismoCon su sangre un ejemplo que perdura.Es la voz de Albarracin que aun se escuchaAvelino y Leoncio Prado que nos dice:

EL SOLDADO PERUANO NO SE RINDEDA LA VIDA POR SU PATRIAPERO LUCHA!

Centinelas de la patria idolatradaSon los hijos de Tacna la esperanzaManteniendo la bandera siempre izadaPor los hroes del campo de la alianza VIVA EL ALTO DE LA ALIANZA VIVA TACNA!

Autor: Rodrigo Tadeo Polo Zevallos

MONUMENTO DEL ALTO DE LA ALIANZAEnrumbando al norte por la carretera Panamericana a 8 Km. De la ciudad de Tacna, se encuentra el Complejo Monumental de Alto de la Alianza, construido en homenaje a los cados en la batalla que se realizo en las pampas del cerro Intiorko e inaugurado el 26 de mayo de 1982.El juego de volmenes que genera el arco orientado en el eje-oeste, simboliza la alianza de los ejrcitos peruano-bolivianos y sus bloques representan los diferentes batallones. La fuerza bruta del invasor est representada por el volumen de piedras orientadas hacia el lugar del ataque. La curva formada por los volmenes opuesta al sentido de las piedras, representa la batalla, mientras que las columnas cada vez mas altas significan la resistencia siempre heroica de Tacna y Arica durante el cautiverio.Hay una leve inclinacin de las columnas mas altas hacia el sur, representando la actitud dinmica y expresa del pueblo tacneo. El diseo arquitectnico estuvo a cargo del arquitecto Julio Enrique Vargas Giles y del ingenioso Jorge Espinoza Cceres. Las ocho esculturas fueron creacin del escultor Holger Carpio Dextre.

EL DESPERTAR A LA PATRIATacna siempre esta del lado de los principios de libertad y democracia. Tacna es la primera ciudad que enarbola la bandera de la libertad en contra del yugo espaol. Nace as el sentimiento de patria que es innato en cada corazn tacneo. Es as que esta escultura simboliza la gesta emancipadora de Zela, el despertar de un pueblo por su independencia, por no verse sometida nunca ms a la opresin.

LA HERENCIA DEL HEROSMOEsta escultura personifica la continuidad del espritu patritico de los tacneos a travs de las generaciones. Ese espritu que es enseado en especial por las mujeres y que en el Cautiverio fue uno de los pilares para mantener viva la llama de la peruanidad en los corazones tacneos.

LA DECISIN DEL HONOREsta escultura encarna la alianza de dos pueblos hermanados siempre a travs de la historia, el peruano y el boliviano. Su lucha por combatir al agresor que ya ha invadido bastante territorio al sur de Tacna y Arica y que se propone tomar estas ciudades, como parte de su plan invasor.

LA INMOLACIONEsta escultura personifica la tragedia de la batalla, la inmolacin de miles de hroes de varias nacionalidades que defienden la libertad y que se opone a las intenciones del invasor. Cabe resaltar que el defensor esta mal equipado militarmente, pero su espritu patritico sobrepasa todos los lmites.

CONJUNTO FINAL DE ESTATUASHay dos esculturas que simbolizan a los PUEBLOS INDOMITOS DE TACNA Y ARICA, expresando el espritu inquebrantable y sufrimiento de ambos durante el cautiverio. La penltima escultura EL RETORNO A LA PATRIA significa la reincorporacin de Tacna a la heredad nacional despus de 49 aos, 3 meses y dos das de opresin. Y por ultimo la escultura LA PATRIA que simboliza la acogida que le da la patria a Tacna encaminndola al futuro.

VISTA INTERIOR DEL MUSEO

Cuando el turista ingresa al museo se encuentra con la triste realidad de una batalla, donde las diferencias logsticas son notorias. Existe una maqueta de las posiciones peruano-bolivianas y chilenas, uniformes de los combatientes, prendas como sombreros, morrales, etc. Tambin se observan armas, cartas y restos humanos.

EN EL CAMPO SANTO UNA GRAN CRUZ DE MRMOL, EN DONDE SE LEE UNA ELEGA ESCRITA POR LOS HISTORIADORES TACNEOS JORGE BASADRE GROHMANN Y JOS JIMNEZ BORJAEn el campo santo una gran cruz de mrmol, en donde se lee una elega escrita por los historiadores tacneos Jorge Basadre Grohmann y Jos Jimnez Borja en homenaje de los combatientes de las batallas del Alto de la Alianza (26.05.1880) y de Arica (07.06.1880), al conmemorarse el 35 aniversario de la batalla, la cual fue publicada en la revista Justicia.

La trascripcin de la misma es:A los que cayeron defendiendo la libertad de Tacna y Arica, en las batallas de mayo y junio de 1880, tributamos homenaje con esta cruz llena de pensamiento rendido a su memoria. Eran hombres fuertes, para quienes la vida no vala nada en la indignidad y la esclavitud. Habitaban la pacifica y riente extensin de los valles, amaban a todos los hombres y no ansiaban la riqueza del extrao. Pero cuando la agresin injusta amenazo la integridad de su derecho, se irguieron para formar una barrera con sus cuerpos, a la puerta de sus ciudades queridas. El enemigo avasallo esa barrera solo cuando toda su sangre, como una llama abatida, corri cubrimiento, que ellos defendieron, su recuerdo se levanta, como una estrella rtila para presidir la marcha triunfadora de los estandartes.