Desclasificado: Pájaros Germinadores
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Desclasificados:
Los Pájaros
Germinadores
Por Tue-Tue
Escrita, diseño de portada, diagramación por:
Gonzalo Fernández (Tue-Tue)
Tipografía: ALF Font nonmetric
Este trabajo está bajo una:
licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported.
Indice
Orígenes Secretos..............................................7
La Revelación.................................................15
Pájaros Germinadores....................................22
Anexo I...........................................................27
Anexo II.........................................................29
Anexo III........................................................32
Sobre el Autor.................................................35
Orígenes Secretos
Los siguientes hechos, explican como se desa-
rrolló una de las tradiciones más fascinantes de
Chile, aunque no la más antigua. Desde su ori-
gen más siniestro, hasta lo que se a convertido
hoy, una superstición que tiene cada vez más
adeptos. Todo ésto, comenzó Enrique Guzmán,
un estudiante frustrado en pedagogía en lengua-
je. Él había ingresado a su carrera por no
alcanzar el puntaje de la PSU para ingeniería
civil informática, y como sus padres deseaban
que comenzará de inmediato a estudiar cual-
quier carrera, el joven postulo a esa pedagogía.
Ignorando a lo que se iba a meter.
Enrique era un estudiante responsable y apli-
cado, que pudo pasar los primeros ramos, pero
con mucha dificultad. Eso haría con el tiempo,
su frustración aumentara. Al darse cuenta de
que no era lo suyo enseñar. Haciendo de la vida
imposibles a sus amigos y familiares. Sin em-
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bargo, al ver el daño que estaba causando, deci-
de buscar un escape a toda esa frustración. Pro-
bando diferentes disciplina para encontrar la
paz, desde la meditación hasta entretenerse con
videojuegos en primera persona, como DOOM,
Unreal Tournament o OpenArena. Pero ninguno
lo logro calmarlo y cuando estaba apunto de
rendirse, encontró lo que estaba buscando.
Enrique pudo calmar sus demonios, al escribir
sus pensamientos y hacer artesanías a partir de
los materiales que tenía disponible, como
envases de yogurt, cartón y bolsas plastias. Es-
tas actividades que realizaba el joven, eran mos-
tradas su blog, http://cuadernillo.bligoo.com, el
cual ya fue borrado. Aunque, cualquiera en la
posición del joven, puedo evitarse el molestias y
cambiarse de carrera en los primeros años de u-
niversidad, acordé a sus habilidades y gustos.
Pero Enrique sentía que eso sería un gran gasto
para sus padres y como era un terco, sentía que
lo más adecuado era titularse. Así fue, que
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después de seis años y de repetir tres veces el
mismo ramos, pudo titularse con una
sensación amarga en su ser.
Las artesanías que creaba Enrique, iban desde
pequeño muñecos de trapos rellenos de bolsas
plásticas, hasta un “origami” de un halcón, que
según algunas personas era una gaviota y el
cuál, se hacía con papales que envuelven las
bolsas de té o boletos de micros o un pequeño
negocio. Éstos eran usados por Enrique, como
un especie de firma para regalarlo a las perso-
nas, en especial a las mujeres que cautivan a
Enrique y quienes lo rechazaban. De esta forma,
Enrique se le apodado como el “Pájaro” entre
sus compañeros y algunos conocidos de la facu-
ltad de educación. Sobrenombre que sería más
tarde conocido por la prensa, carabineros y la
PDI.
Un hombre como Enrique con su título y tener
un trabajo poco remunerado, como junior o ser
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un cartero, quien soportaba los ataques de
perros y el clima, mientras seguía con sus extra-
vagancias. Estando conforme consigo mismo.
Sin embargo, la psique humana es algo tan
misteriosa como el espacio profundo o los abis-
mos oceánicos, donde alojan horrores que espe-
ran la oportunidad de salir. Algo que precisame-
nte le ocurrió a Enrique, cuando comenzó a
trabar como vendedor en una empresa de celu-
lares y nuevamente, se sentía frustrado. Esta
vez, por asuntos amorosos y laborales.
Haciendo que pensará, que la gente lo veía como
un especie de bicho raro al que deben mantener
en un rincón apartado, aunque no se sentía
especial por ello, sólo diferente. Pero lo que más
le afectó, era justamente sus escritos y artesa-
nías, que no eran tomados con la seriedad que
se merecían. Por lo menos, eso pensaba al
encontrarse comentarios burlescos y pocas visi-
tas a su blog. Todo esto sumado, hizo que En-
rique se trastornara al punto de querer demo-
strar lo que valía. En la forma más sangrienta
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que podría imaginar.
Enrique le costo mucho intentar enterrar un
cuchillo por la espalda a una persona. Siempre
cuesta quitar una vida y fueron muchos los
intentos por hacerlo. Pero cuando lo logró asesi-
nar a una mujer con tres mes de embarazo, las
que siguieron después no le causo ni el más mí-
nimo problema y remordimiento. Pero lo peor
de todo, es que Enrique consideraba sus ase-
sinatos como un especie de “obra de arte”, al
dejar un mensaje en su más característica fir-
ma, el ave de papel cerca de sus victimas muer-
tas. Así fue, que durante un mes la ciudad de
Concepción estaba sumergido en el miedo y la
incertidumbre por los asesinatos del Pájaro. De-
jando las autoridades, sin tener menor pista de
que Enrique era el causante de las muertes.
Los carabineros y la PDI, al investigar esos pája-
ros de papel, se dieron cuenta que tenían es-
critos algunas reflexiones, sobre la vida o la so-
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ciedad en general, que irónicamente no
impactaba tanto como las muertes que causaba
Enrique, aunque con el tiempo sus escritos
tendrían el valor que merecía, a pesar de que en
Chile se tiende a lapidar a los intelectuales por
su ideología contraría al pensamiento de la so-
ciedad o estar involucrados en casos criminales,
como también tratar de brutos y poco sensibles
algunas personas, por sus orígenes humildes. Se
ha perdido esa fraternidad entre quienes
piensan distinto.
Los peritos, detectives y carabineros hacían todo
lo posible para descubrir la identidad de Enri-
que, pero éste era muy meticuloso para no dejar
muchas pistas, pero al final sus propios padres
lo delataron. Ellos al ver en un noticiero los
pájaros de papel que dejaba el asesino, eran
iguales a los que creaba su hijo, quedaron ho-
rrorizados. Aunque en un principio los padres
de Enrique se negaron en creerlo, pe-ro un día
en que fueron a visitar a su hijo en la pensión,
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descubrieron por accidente un cuchillo ensan-
grentado y envuelto en un pañuelo de seda. Aca-
bando con cualquier duda.
Los carabineros y PDI actuaron de inmediato al
haberse hecho la denuncia. Enrique no efectuó
ninguna resistencia, al ser llevado a la comisa-
ria, junto con el cuchillo que usaba para
asesinar y un diario, en el cual describía como
mataba a la gente y el disfrute que experimenta-
ba al ver sus expresiones antes y después de
morir. Sin la menor indicio de arrepentimiento.
La evidencia era irrefutable y el juez fue tajante,
Enrique fue condenado a cadena perpetua en
confinamiento solitario. A pesar de las protestas
de la gente que querían verlo muerto, pero no
tenían el valor para matarlo. Esperaban que la
ley lo hiciera por ellos. Pero ¿Cómo poder difere-
nciarse de quien consideramos un monstruo si
actuamos de la misma forma?.
Enrique se sentía satisfecho. No le importaba si
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estaría encerrado por lo que resta de su vida, en
la prisión del Manzano. Por extraña razón,
sentía que sus escritos eran ya tomados en cue-
nta y que eso le daría la paz a su alma retorcida,
algo que un juez debió tener en cuenta para ma-
ndarlo a un hospital psiquiátrico, al igual que el
piromaníaco de Concepción. Sin embargo, un e-
vento fuera de los precedentes hizo un cambio
en la mentalidad del Pájaro. Este hecho en par-
ticular no está muy claro, por no tener muchos
testigos, aunque algunos guardias dice haber es-
cuchado gritar a Enrique desde su celda pidie-
ndo hablar con su abogado, sus padres o algún
cura. Pero nadie acudió a sus llamados, antes de
quitarse la vida. Dejando atrás el que sería su ú-
ltimo pájaro de papel, donde escribió una carta
póstuma, el cual no ayudado entender los moti-
vos que llevaron a Enrique a matarse. Pero deja-
ndo un misterio, que la gente a sabido armar.
Construyéndose una leyenda.
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La Revelación
A continuación, se presenta la leyenda, que de
alguna manera, da entender que le paso a Enri-
que. Fue durante un día cualquier en que el Pá-
jaro quiso retomar la meditación en su celda,
por una extraña razón, y que lo aprendió hace
tiempo al ver un video de youtube. Al estar en
posición y controlar su respiración, “apagado”
por unos instantes su mente, viviendo el mome-
nto que llenaba en su diminuta celda. De pro-
nto, sin que él podría controlarlo, tiene un espe-
cie de experiencia espiritual o como pensarías
burdamente algunos escépticos fanáticos, una a-
lucinación provocado por el estado alterado de
la conciencia. En este punto se puede decir que
la narración se convierte en algo salido de una
novela de ficción, pero son los fragmentos reco-
gidos de diferentes guardias que pasaban por la
celda, al escuchar las palabras entre “dormido”
que decía Enrique. Además, del último escrito
que dejo el Pájaro.
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Enrique se ve así mismo flotando por su celda y
luego sale de la cárcel. Viajando por todo Chile
de una forma caótica, viendo los gigantes del
Atacama, el río Bío-Bío, el Salto del Laja, el Meli-
moyu y otras maravillas. Termina su viaje al
llegar al centro de la Antártica, donde había un
gran canelo que cubría un valle selvático y
prehistórico, rodeado de hielos y algunas con-
strucciones ciclópeas, de aspectos rectangulares
terminadas en puntas chatas y perteneciente a
una raza no humana. Cuando llega a estar más
cerca del tronco, se encuentra con hombre
moreno con hábitos de un monje budista de la
India, aunque se notaba deteriorada y andra-
josa, en la posición loto. Enrique por un extra-
ña sensación, lo reconoció como Siddharta.
–Bienvenido, hijo mío, a la conciencia de
la tierra –dijo Siddharta a su visitante
que estaba frente suyo, quien no hacía ni
el menor movimiento ni articular sus
labios–. Por tu aurora puedo ver que has
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hecho muchos “males”. Has sido una
bestialastimada por “pequeñeces”, que
sólo buscaba algo de paz en su corazón.
No puedes remediar lo que has desatado
ni menos el perdón.
Luego, Siddharta se levanta sobre la cabeza de
Enrique, con sus piernas cruzadas, y cogé un
fruto de una rama cercana del enorme árbol. Él
se lo da Enrique, quien sin poder controlar su
cuerpo, lo recibe y lo consume.
–Al comer este fruto, aceptas el daño que
has hecho y buscarás el perdón del único
que a visto tus asesinatos, tu mismo...
–dicho eso, Siddharta hace un
movimiento suave con su brazo para
expulsar del valle al joven visitante.
Durante su vuelo sin control, alcanza ver lo
últimos vestigios del valle en la Antártica. Eno-
rmes helechos, lagartos gigantes de cuellos alar-
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gados, aves monstruosas y algún que otro ten-
táculo oscuro que salia de las ruinas. Terminado
la parte fantástica del relato.
Violentamente despierta Enrique, con una res-
piración agitada y entre cortada, que iba aco-
mpañada paulatinamente por un llanto. Él co-
menzaba a ver las imágenes perturbadoras de
los rostros acusadores de sus victimas muertas,
en cada reflejo que podría asomarse en su clau-
stro. Enrique comenzaba arrepentir de lo que
había hecho y como le había dicho Siddharta, él
debería buscar el perdón de su propia persona.
Así fue, que quiso expirar sus pecados con al-
guien para comenzar el largo camino de la rede-
nción de su propia alma.
–¡Guardia!. Necesito hablar con alguien.
Quiensea. ¡Por favor, guardia! –gritaba
Enrique desde su celda sin ser respondido
por nadie, excepto por insultos, escupi-
tajos y algún golpe en los barrotes.
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Fueron un mes incasables en que Enrique se le
negaba su petición y sufría los ataques de su co-
nciencia. Hasta que al final, lo llevó por el único
camino que le quedaba. Tomó sus sabanas, les
hizo un nudo y luego desde el cuello, se colgó
para poner fin a su vida, justo a las 12:00 de la
noche del año nuevo. Le tomaron poco tiempo
en descubrir el cuerpo con su cuello roto y un
pájaro de papel, el cual estaba hecho de papel
higiénico y escrito con sangre. Los noticieros al
dar conocer la muerte Enrique, fue furor en
todo Chile y en las redes sociales. El mismo
impacto mediático que los asesinatos que realizo
en vida.
Muchos pensarían que aquí terminaría la his-
toria de un asesino que de alguna forma
buscaba redención, pero se equivocan. Como era
propio de los noticieros, durante una semana
no pararon de hablar de la vida y muerte de
Enrique, con el propósito de encubrir cosas más
grabes. Sin embargo, ello llevó a darse a conoc-
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er, el mensaje escrito en el pájaro de papel, el
cual se presenta a continuación:
“No quiero que me convierta en mártir. Sé
muy bien que no lo merezco serlo ni menos, el
perdón por parte de quienes le cause tanto
daño, al matar a sus seres amados. Cuando lo
pienso en lo que hecho, sólo fui un egoísta al
canalizar mi frustración y rabia contra gente
que no se lo merecía. Debí aceptar el rechazo
que sentía por mis escritos y obras artesanales.
Disfrutando de las cosas maravillosos que tenía
en mi vida, amigos, familia y lo que me apasio-
naba, el único alivio que tenía y guardando lo
que me molestaba en el silencio absoluto. Pero
me deje esclavizar por mi propia oscuridad y
ahora no me queda más que esta fría celda, la
muerte y mi propio perdón, éste último suge-
rido por un hindú en un gran canelo... Así que,
este papel confort y escrita con mi propia san-
gre, pongo mi único deseo, el perdón de mí
mismo. Un perdón que no podré consolidar al
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ver los rostros de mis victimas en cada
superficie en que me refleje. Acudo a fuerzas
más allá de mi propio control para que encue-
ntre el perdón. Teniendo como cobro de este
favor, mi propia muerte...”.
Luego de saturar de información con respecto a
la vida privada de Enrique, los noticieros lo
dejaron para seguir con la siguiente “gran noti-
cia”. Iniciando así, lo que sería una nueva
tradición.
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Pájaros Germinadores
Al saber sobre de su último escrito y todo lo re-
lacionado con la vida de Enrique, la gente come-
nzó a reconocerlo como un incomprendido y un
asesino que buscaba su perdón, motivado por e-
ventos de un aspecto paranormal o como algu-
nos quieren pensar, la obra de dios. Inspirando
a la creación de los pájaros germinadores, que
sean ramificado a lo largo de todo el país.
No sé sabe a ciencia cierta quien fue el de la id-
ea y como se expandió tan rápido. Lo único se-
guro, es que algunos consideraron el arrepenti-
miento de Enrique, como algo genuino y sobre-
natural, le bastaron para beatificaran como un
santo. Pero no por el papado, sino por el pueblo,
como fue en el caso Santa Petronila Neira. De e-
sa forma, la gente comenzó a pedirle deseos ca-
da fin de año, al escribirla en una hoja de papel
que lo doblaban para formar un ave, que la gen-
te aprendió, por un manual que dejo Enrique en
22
su antiguo blog y que algunos lograron salvar y
distribuir por Internet. Con el tiempo, la gente
se le hizo costumbre hacerlo, de forma que deja-
ron de pedir deseos a Enrique, el Pájaro (sin q-
ue esto significará que perdiera estatus de “san-
to del pueblo”). Más bien, comenzaron a escri-
bir sus objetivos para el año que viene, en un
papel en forma de ave llamado “pájaro germina-
dor”, y al momento de comenzar las 12:00 de la
noche del primero de enero, quemaban el ave de
papel para que se pudieran realizar esos objeti-
vos.
Esta reciente tradición popular explica que al
quemar el pájaro germinador, sus cenizas ha-
rían que esos objetivos dieran sus primeros pa-
sos para cumplirse, ya que quien lo realiza debe
poner de su parte para que se cumpla, como en
cualquier magia. Así fue, como los pájaros germ-
inadores se convirtieron en una tradición popu-
lar, que cada vez tiene más adeptos. Gracias a u-
n desequilibrado asesino que al final busco su
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perdón.
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Anexo IManual para crear Pájaros Germinadores
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Anexo IIFotografías de Diferentes Pájaros Germinadores
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Anexo IIIMensajes dejados por Enrique Guzmán
(El Pájaro) a los cuerpos sin vida de sus
victimas.
Primera carta dejada a una mujer embarazada.
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Tercera carta dejada a un ejecutivo del banco.
Novena carta dejada a un
adolescente de 16 años.
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Sobre el AutorTue-Tue, alias Gonzalo Fernández (obvio).
Titulado en informática en la U$CS y es
activista en software libre en Concepción. Fue
seleccionado para participar en la antología
Descubriendo nuevos mundos, convocando por
la Federación Española de Fantasía Heroica en
su primer certamen. Narraciones Extravagantes
fue su primer libro publicado, impreso por la
editorial Biblioteca de Chilenia. Así, comienza
su carrera “artística”, publicando junto a
Pamela González (pagomi) el primer fanzine en
conjunto, llamado Perturbaciones, como
también a trabajado en ámbito audiovisual,
sacando a la luz los cortometrajes Quemadura y
Estelquerman . Hasta la fecha se dedicado a
crear artesanías, fanzines y libros
personalizados.
35
Sitios del autor:
http://archivosnarrativos.tumblr.com/
http://blackhole.bligoo.com/