Des sociales no 9

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No creas en todo lo que dicen

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Editorial

Carlos Manuel Rodríguez GascaDirector Editorial

César Javier Falcón Sosa, José de Jesús Lechuga QuirozDiseñadores

BAFS, Cintli, Ivy, UlisesRedactores

Mireya Pablo RodríguezCoordinadora Editorial

Hada Nocturna, Montserrat Mendieta Castillo, Sandra HernándezColaboradores

Yo no sé, no sé…

Es difícil encontrar algo que sea completamente blanco o negro, y más que difícil, simplista. Por lo general, se vive en tintes grisáceos, una muy variada escala de matices. Analizando a profundidad, podríamos hallar que todo tiene un aspecto favorable y otro que no lo es tanto.

El secreto es mantener una postura flexible, estar dispues-to a aceptar ambas partes, aunque se opte por alguna. Y para hac-erlo, debes estar informado. Quien sólo ama u odia, sin razo-nar por qué, se está perdiendo todo lo que hay entre esos polos.

Este número va dedicado a los matices en temas como Venezuela. Y es que muchos hablan sobre eso, pero pocos saben lo que realmente está pasando.

Equipo DES-sociales

Mención honorífica a Cintli, por realizar la portada. Todos apostamos que no podrías, te debemos un pulque porque te quedó muy bien

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Editorial 1

Tinta Joven No sé a quién creerle 3 El chico de pasta roja 6

Ah! rythmic Ni tan bueno, ni tan malo 9

Peer-Reviewed De otros mundos 12

Portapholio Bifrontismo 14 Mérida sobre ruedas 15

Ombligos de todo Hablando se entiende la gente 18

Hojas comestibles Lisbeth Salander 21

K.O.taku Mirai Nikki 23

Política pelona La libertad de expresión 24

Índice

Imagen en portada: www.gangistudio.com

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Tengo entendido que empezó con una manifestación (al principio única-mente estudiantil) que fue reprimida de manera violenta, dejando un sal-do de 3 muertos y decenas de heridos.

Unos aseguran que esos estudiantes apoy-aban los intereses de un sector dañino para Venezuela, denominado La Oposición (opuestos al gobierno del presidente Ma-duro). Otros dicen que el nocivo es el gobierno, incluso lo llaman “dictadura”.

La Oposición es guiada por la burguesía mercantil (empresas nacionales y extran-jeras), aquí los llamarían Slim, Azcárraga, Salinas. Le declararon guerra al gobierno

Tinta joven

acaparando sus productos, lo que provocó que la demanda fuera mayor a la oferta (ejemplo simple, demanda de pan. Mu-chos quieren pan, pero las empresas no lo venden), esto trajo “escasez” y, obvio, inflación (aumento de precios). Lo que ellos no quieren es que Nicolás Maduro sea presidente, porque no los deja tranzar a su gusto. Quieren sacarlo a toda costa.

La gente que apoya a la oposición, argu-menta que Maduro se robó la presidencia en unas elecciones fraudulentas. Incluso fue anticonstitucional su candidatura porque ocupaba un puesto que, de acu-erdo a las leyes venezolanas, no le per-mitía postularse. Ya que era muy cercano

No te enojes si encuentras algún parecido con lo que sucede en México. O diferencias.

No sé a quién creerle

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a Hugo Chávez, su popularidad le valió el apoyo de las mayorías. Como el go-bierno de Maduro no supo reaccionar al ataque de los burgueses, muchos se pasa-ron al bando de la oposición, sin entend-er que son los culpables de las broncas económicas que sufre el país. (Junto con el gobierno, que también tiene lo suyo.)Podría decirse que la agresión y demás hechos, son culpa tanto del gobierno como de la burguesía (ya saben, nunca faltan los pagados que se infiltran en las manifesta-ciones para provocar madrazos, quizás en ambos bandos: policías-manifestantes).

Esto beneficia a la oligarquía, pues lo que buscan es generar más caos y que venga la intervención extranjera, di-cho de otra manera, que el gobierno gringo haga sus desmanes en Ven-ezuela, quite a Maduro, se apropie del país y reparta ganancias con los ricos.

La política de medios en ese país es más “cerrada”. No se permitió que se hablara de eso en televisión (y de nuevo salió el con-cepto de dictadura). Como suele pasar,

Hay un ejemplo muy práctico. Marco Antonio Regil, en su cuenta de Facebook escribió “Amor y Luz para nuestros her-manos de Venezuela en este momento tan difícil en donde se violan sus dere-chos humanos y están reprimiendo la libertad de expresión. Ayudemos através de redes sociales para que el mundo vea lo que el gobierno quiere ocultar.”

¿No les parece curioso que Televisa hace lo mismo, pero él no dijo nada respec-to a eso? Las televisoras (y otros medi-os) cubren lo que hace el gobierno, sólo pasan las cosas más bonitas que hacen nuestro guapo presidente y su pandilla de malhechores. Yo tengo muy presente lo que sucedió en septiembre del año pasado, cuando a punta de chingada-zos sacaron a los maestros del zócalo. El operativo no sólo contó con muchísi-

los medios trabajan a favor de los ricos, así que empezaron a tergiversar el asunto.

somosnoticiascolorado.com

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mos policías, como eran tan peligrosos los maestros, les llegaron con vehículos ac-orazados, llamados tanquetas, que disparan agua a presión. El objetivo era ador-nar el zócalo para que Peña pudiera dar su grito sin que los maestros le hicieran el feo. Las noticias sólo dijeron “Los maestros de la CNTE se retiraron del zócalo”.

No sabría decir quiénes son los malos y quiénes los buenos. O si todos son malos. Por eso mejor voy a prender mi telenovela o esperar los partidos de fut, para no pensar en cosas feas.

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Carlos Manuel Rodríguez Gasca

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Empecé a escribir y no me pude detener, la pluma se deslizaba sobre el papel. Mi mano sólo le servía de apoyo, no podía comprenderlo; pero esa noche con pensar una palabra podía armar una frase, de la frase un párrafo y así se escribía todo un texto, por si solo…

El chico de pasta roja

Hada nocturna

Lo conocí un día en el parque, estaba sentado junto a la fuente. Leía un libro de pasta roja, parecía perdido en un mundo distante. Lo ob-servé de lejos por algunos minutos antes de que me notara, los nervios brotaron como gotas de agua en un día soleado; sonreí y me marché.

Regresé en un par de ocasiones pero no volví a verlo. Me pregunté quién era. Podía recordar su dulce mirada. Al llegar a ese parque, me sen-taba junto a la fuente y observaba el cielo, no notaba si alguien pasaba frente a mí. Me sentaba a esperar, no sabía a quién.

En algún momento, y con una voz que no reconocí, dijo “hola”. No pude responder. Pre-guntó qué hacía y dije “esperándolo”. Pude es-

cuchar las pisadas alejándose en ese momento, quise ver de quién era la voz, pero era tarde, ya no había nadie junto a mí, sólo su silueta aleján-dose. Reconocí la silueta pero no dije nada, me marché y no regresé más a ese parque. A quien había esperado lo volví a perder sin conocerlo aún.

Por largo tiempo pensaba en ir, pero me de-tenía el miedo a no verlo y perderme en el cielo. Así que me quedaba en casa. Todas las tarde pa-saba lo mismo, leer me tranquilizaba, no sé si porque cuando lo conocí leía un libro de pasta roja.

Un día, sin darme cuenta, caminé hasta el parque al ir leyendo. Me encontré frente a la

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Tinta joven

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fuente donde siempre me sentaba, giré para mar-charme pero tropecé con un chico muy alto. Me disculpé y me fui. No vi su rostro, estaba segura de que era él, pero no podría mirarlo después de que yo desperdicié la oportunidad de hablarle y renuncié a encontrarlo.

Mientras pasa el tiempo, no dejo de pensar en él. Por más que lo intento, en los últimos años dejé de hablar con todos y aún recuerdo cuando me despedí de Aile. Esa noche solo tome el telé-fono.

Yo.- Me marcharé. Es tiempo de irme lejos de aquí.

Aile.- ¿Cómo? ¿Por qué es que te vas?

Yo.- No sé, sólo siento que debo de alejarme. Necesito irme de aquí.

Aile.- ¿¡Te estás dando cuenta de lo que dices!?

Yo.- Sí, por eso tengo todo preparado: maletas, boletos, destino… Antes de marcharme, debo despedirme de lo que es más importante para mí.

Aile.- ¿Y piensas ir al parque a despedirte?

Yo.- No, no podría irme si lo hago. Y nunca le he hablado, sólo nos conocemos de vista. Aile.- ¿Sólo te iras?

Yo.- Sí. Aile, gracias por todo. Te avisaré cuando llegue a mi nueva casa. Adiós.

Como era de esperarse, no llame a Aile sino hasta 3 meses después.

Yo.- ¿Hola, Aile? Aile.- Sí, ella habla.

Yo.- Hola, soy Dorli. Disculpa por no llamar en

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Tinta joven

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todo este tiempo.

Aile.- No te preocupes, supuse que llamarías hasta que estuvieras lista. Y dime, ¿cómo has es-tado?

Yo.- Gracias, eres la misma de siempre. Me sien-to triste, un poco sola, extraño a todos, pero fue la mejor decisión.

Aile.- ¿No quieres regresar?

Yo.- No, todo lo que no me dejaba descansar, se ha ido desde que me alejé.

Aile.- Tu voz me dice otra cosa, pero sabes que te apoyaré siempre.

Yo.- Gracias. Por favor, no le digas a nadie que te llamé, eres la única persona con la que he habla-do desde que me fui. Sólo quería sentirme cerca de ustedes. Por cierto, no llamaré ni escribiré por algún tiempo.

Aile.- ¿Por qué tomaste esa decisión? ¿Tu familia lo sabe?

Yo.- Se los dije. No quiero preguntar por él, últi-mamente no dejo de pensarlo; sigue apareciendo en mis sueños, mi corazón aún lo llama, pero no quiero saber nada.

Aile.- ¿Piensas regresar algún día?

Yo.- Sí, será en el momento adecuado.

Desde entonces no he hablado con nadie. Es-cribí una vez, pero eso fue todo. Seguiré con mi vida lejos de todo. He empezado a caminar en estas últimas semanas, encontré un parque cerca de donde vivo. Voy una vez por semana, me sien-to por la fuente a escribir. Es tan sencillo dejar fluir las ideas sobre el papel, que se me hizo una costumbre.

Hoy a lo lejos vi una silueta conocida junto a la fuente y preferí marcharme. Llegando a casa no pude evitar empezar a escribir.

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Portapholio

BifrontismoDe la serie

Majestuosa y omnipresente sagacidad del tiempoSiempre envuelta en tentáculos de ironía

Montserrat Mendieta Castillo

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Portapholio

Mérida

Mireya Pablo Rodríguez

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sobre

ruedas

Mireya Pablo Rodríguez

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Portapholio

Mireya Pablo Rodríguez

Mérida sobre

ruedas

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Política pelona

La libertad de expresión y los movimientos sociales

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La libertad de expresión es un derecho humano el cual está constituido en la Declaración Universal de 1948 y protegido en las leyes de los Estados democráticos. Todos tenemos derecho a expresar nuestra opinión de manera libre y sin represión alguna; para ello, debemos tener libre acceso a la información y de igual modo poder difundirla con el carácter legal de no generar violencia y delitos con-tra la misma sociedad.

Por: Sandra Hernández

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sejo Estudiantil Universitario (CEU), el cual tuvo un impacto importante du-rante esa época, la cual estaba bajo el régimen de un partido que no mantenía muy en alto el derecho a cualquier tipo de libertad. La represión que se vivió en esos momentos contra la libre expresión fue contundente para demostrar que era una ilusión que la sociedad expresara la inconformidad que sentía.

En la actualidad, siguen existiendo la violación de uno de los derechos más importantes, la libertad de expresión. La oposición al gobierno de Venezuela, al mando de Hugo Chávez, hace ya más de 6 años, al cual se le unió el movimiento estudiantil, logrando la primera derrota del presidente en base a la reforma con-stitucional. Ahora en oposición al actual presidente de ese país, Nicolás Maduro, el cual ha generado polémica al no com-

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Analizando los actuales hechos de la co-munidad venezolana y en comparativa con los sucesos en México en el año de 1968, nos preguntamos si realmente la libertad de expresión y la libre prensa existen o si alguna vez ha sido factible para una sociedad democrática.

Los movimientos sociales son resul-tados de la libre expresión, están en-caminados al cambio social y tratan de expresar ideales socio-políticos. Estos movimientos son parte importante de la identidad de un Estado democrático, re-alizan la presión social hacia los gober-nantes. Esto pone entredicho la capaci-dad del gobierno para lidiar y negociar con estos movimientos.

México se encontró en un hecho cru-cial para su historia en 1968 con el mov-imiento social encabezado por el Con-

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De tal forma que surgen preguntas como ¿por qué se encamina a la violen-cia terminando en desgracias y represión misma de la propia libertad de expresión y de prensa que está para informarnos? La violencia se genera en el instante en que el respeto de ambas partes se pierde, junto con la tolerancia que debería exis-tir hablando de la libertad misma como tal, la falta de capacidad de generar ne-gociaciones que beneficien a ambos la-dos y a la violación de nuestro derecho, que nos afecta de manera contundente ya que perdemos parte de nuestra pro-pia identidad.

Nosotros, como ciudadanos que vivi-mos en un sistema democrático que acepta la libre expresión, tenemos la ob-ligación de hacer valer ese derecho que nos permite expresarnos libremente con respeto y pacíficamente, utilizando la prensa y la tecnología como un medio de información y educación para gen-erar una concordancia entre los gober-nantes y los gobernados.

partir los ideales de libertad, tanto de expresión como de prensa.

Determinando la comparación de es-tos dos sucesos en materia de libertad de expresión, encontramos similitudes, las cuales nos llevan a preguntarnos si podemos actuar libremente contra lo que no nos satisface como ciudadanos, poniendo énfasis en el respeto de las ideas y actuando de una manera pací-fica.

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Y atento al próximo número

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