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24 25 ideas critica de la argentina Domingo 14 de septiembre de 2008 critica de la argentina Domingo 14 de septiembre de 2008 64% 20 46.000.000 1 ° 500.000 482.000 de la población mundial vive en países en los que el aborto es legal. muertes cada 100 mil abortos hay en nuestro país. de abortos se estima que ocurren anualmente en el mundo. causa de muerte de mujeres gestantes en la Argentina. abortos se practican cada año en la Argentina. abortos ocurren y 736.261.000 nacimientos por año en nuestro país, es decir, 1,5 embarazos por cada aborto. ¿Un tema de salud? “V amos a cumplir con la ley que claramente es- tablece en qué caso el aborto no es punible, que es en el caso del riesgo de vida de la madre, o en el caso de viola- ción de una mujer incapaz. En verdad, aparte, me parece que es un tema de política criminal, no es materia del ministerio, creo que es una discusión que la sociedad en su momento la dará y se dará”, declaró la ministra de Salud, Graciela Ocaña, en un reportaje concedido al diario Página/12 en diciembre del año pasado. ¿HAY QUE DESPENALIZAR EL DERECHO AL ABORTO? El no de la Presidenta “S iempre me he definido en contra del abor- to”, dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Radio Diez. Y agregó: “No creo que los que abogan por la despenalización del aborto estén a favor del aborto: eso sería una simplificación”. Iglesia vs. Gobierno “M erecería ser arrojado al mar con una piedra al cuello”, declaró monseñor Antonio Baseotto en 2005, refiriéndose al entonces ministro de Salud Ginés González García, tras el anuncio de una “campaña an- tiaborto”, que consistía en la entrega gratuita de unos 25 millones de preservativos, 7,5 millones de anticon- ceptivos y la colocación del DIU a 450 mil mujeres en hospitales públicos. E l derecho tiene una función pedagógi- ca. Tanto o más importante que lo que impone es lo que enseña. Es por eso que los bienes más importantes son protegidos a través del sistema penal. Despenalizar el aborto, cuando los otros homicidios y el in- fanticidio siguen siendo delito, transmite la idea de que la vida de todos los seres huma- nos no tiene el mismo valor, que depende de su edad, del lugar donde se encuentren (dentro o fuera del vientre de su madre), de los deseos de otras personas, incluso de quienes naturalmente están destinadas a cuidarlo. Es un grave incumplimiento del ordenamiento jurídico vigente: la Con- vención sobre los Derechos del Niño los protege tanto “antes como después del na- cimiento” y obliga a los Estados a garantizar su supervivencia “en la máxima medida posible”. En la causa Sánchez (22/5/07), la Corte Suprema obligó al Estado a pagar una doble indemnización a la familia de una mujer embarazada desparecida duran- te la dictadura militar, tanto por el asesinato de ésta como por la del niño por nacer, que desde su concepción es persona. Por ley 26.379 (12/6/08) el Estado se obligó inter- nacionalmente a no aplicar en el territorio la pena de muerte a ninguna persona. Des- penalizar el aborto sería la incoherencia ju- rídica suma. ¿Cuál es la lógica de penalizar todo homicidio de un ser humano nacido, pero no hacerlo antes de nacer? ¿Dónde quedan los principios jurídicos de igualdad y del interés superior del niño? *Abogado y profesor de Bioderecho de la maestría en Ética Biomédica del Instituto de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas de la UCA. “Las mujeres deben poder decidir cuándo quieren tener un hijo” La diferencia con la legalización Situación mundial A bortar es un hecho común en la vida de muchas mujeres. Las mismas que hoy dan a luz pueden abortar mañana, y viceversa. El aborto indica la resistencia a aceptar que todo embarazo obliga a la maternidad, aunque ésta sea imposible de asumir. Afirma que la maternidad es una decisión ética y no un destino biológico natural. Un embarazo involuntario motiva una consideración ética del propio proyecto de vida y de las posibilidades subjetivas de asumirlo o no como proyecto maternal. Y la embarazada es la única persona que puede decidir legítimamente si quiere o no continuar su gestación y hacerse cargo de sus implicancias. Ni Iglesia, ni Estado, ni médicos pueden sustituirla, ni forzarla a la maternidad. Por el contrario, deben garantizarle los medios para cumplir con su derecho a decidir sobre su vida. Su decisión debe prevalecer sobre cualquier otra consideración que merezca la existencia de un embrión, que podría llegar a ser un hijo para ella, si sus circunstancias objetivas y subjetivas fueran distintas de las que preconfiguran la situación de aborto. Sólo el deseo de hijo y la voluntad de realizarlo humanizan un embrión. La vida en riesgo, que debe ser protegida, es la de la mujer que no logró prevenir el embarazo involuntario, que padece la estigmatización y el peligro que implica la ilegalidad del aborto. El aborto debe ser legal y gratuito en los servicios públicos de salud. No hace falta estar a favor del aborto para estar a favor de su legalización. Es una cuestión de democracia: de derecho de las mujeres a decidir con autonomía cuándo quieren o no tener un hijo. Deberían ser libres de hacerlo sin estar condenadas a poner en riesgo su vida y su salud por la ilegalidad y la pobreza. *Psicoanalista y presidenta del Foro por los Derechos Reproductivos y de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal y Gratuito. L as organizacio- nes integrantes de la “Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gra- tuito” presentaron, el 28 de mayo de 2007, un proyecto de ley en el Congre- so Nacional, cuyo objetivo es lograr la despenalización del aborto y su legaliza- ción. Con la despe- nalización, se dejaría sin efecto que el aborto sea considerado un delito contra la vida y la persona, tal como lo establece hoy el Código Penal, con algunas excepciones. Pero beneficiaría sólo a las personas que pueden acceder a la práctica del aborto en clínicas y hospitales privados. En cambio, con la legalización, el Estado debería garantizar la prestación gratuita e idónea del aborto a todas las mujeres. Aborto sin restricciones: Estados Unidos, Canadá, Holanda, Austria, Noruega, Grecia, Dinamarca, Vietnam, Cuba, China, Rusia, Alemania, Austria, Francia e Italia. Aborto permitido en determinadas situaciones: Brasil, México (para salvar la vida de la mujer y en casos de violación), Guatemala, Nicaragua, Costa Rica (para salvar la vida de la mujer), España (por razones de salud mental, daño fetal y casos de violación) y Japón (por razones socioeconómicas). Prohibición total del aborto: El Salvador y Chile. “La prohibición no evita esta práctica” Andrea D’Atri* Fernanda Gil Lozano* Mariano Morelli* Mabel Bianco* Martha Rosenberg* “El Estado debe asumir la responsabilidad” “Sería la incoherencia jurídica suma” R eflexionar sobre la interrupción del embarazo es una gran responsabilidad, dado que es una práctica generalizada de las mujeres argentinas, y simultáneamente, es uno de los temas tabúes de nuestras leyes, legisladores y sistema médico. En el discurso público, muy pocas mujeres han reconocido que alguna vez en su vida se han hecho un aborto; me refiero a todos los sectores sociales. Sin embargo, las estadísticas, los cálculos de organizaciones civiles y algún que otro equipo de investigación de nuestras universidades públicas nos advierten de una situación inversa. Llegado a este punto, me parece importante dejar en claro que deberíamos dar un debate sobre el tema y fijar las diferentes posiciones. Como mujer, madre, historiadora y feminista estoy convencida de que debemos legalizar el aborto. No creo que “despenalizar” sea suficiente, ya que los efectores públicos pueden no hacerse responsables y dejar en manos privadas estas intervenciones, donde nuevamente las mujeres más vulnerables quedarían expuestas a mayores riesgos. Es hora de que como Estado asumamos la responsabilidad y deuda que tenemos con las mujeres de la patria, su autonomía y derecho a decidir. *Historiadora y diputada nacional de la Coalición Cívica. E n la Argentina, se practican medio millón de abortos cada año, período durante el cual ocurre casi la misma cantidad de nacimientos. Si esto suce- de aun cuando está penalizado, es evidente que su prohibición no evita que las mujeres aborten cuando están frente a un embarazo no deseado. Estar en contra del derecho al aborto no es estar a favor de la vida, sino a favor del aborto clandestino. Quienes hipócritamente sostienen argumentos a favor de una supuesta “defensa de la vida” –como la Iglesia, el Gobierno y el Estado– son quienes nos empujan a la clandestinidad, que se cobra la vida de más de 500 mujeres cada año. Esto demuestra que ni la penaliza- ción ni los altos riesgos que impone la clandestinidad evitan esta práctica. Lo que sí podría evitarse –con sólo establecer el derecho al aborto libre y gratuito en los hospitales públicos– es la muerte de esas mujeres, mayoritariamente jóvenes y pobres, mujeres trabaja- doras y de los sectores populares. *Psicóloga, especialista en Estudios de la Mujer e impulsora de la agrupación de mujeres Pan y Rosas. “Es una medida de justicia social” “Hay que dejar de lado la hipocresía” El Código Penal L as complicaciones por abortos insegu- ros son la principal causa de muerte materna en la Argentina. En 2006, la tasa de mortalidad materna aumentó, pasando de 3,9 por 100.000 nacimientos en 2005 a 4,8 en 2006. Este aumento es preocupan- te, porque las muertes maternas en gran medida son evitables a través de la pre- vención del aborto inseguro y la atención adecuada de las emergencias obstétricas. Por eso, despenalizar el aborto es una me- dida de salud pública. El aborto no puede ser entendido en forma aislada de todo el problema que padecen muchas mujeres y sus familias, especialmente las más pobres. Como las muertes por complicaciones de abortos inseguros ocurren en mujeres humildes, despenalizar el aborto también es una medida de justicia social. Por eso, enfrentar el aborto requiere una cadena de intervenciones por parte del Estado, que empieza con la educación sexual de niñas y niños en las escuelas, continúa con los ser- vicios de salud sexual y reproductiva que informen a mujeres y sus parejas acerca de cómo planificar su familia y les provean gratuitamente los métodos anticoncepti- vos que ellos elijan libremente, terminan- do por garantizar la atención adecuada en la interrupción de embarazos que no pudieron evitar o porque fueron violadas. *Presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer. E stoy a favor de una demanda histórica del movimiento feminista: el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, el derecho a la autonomía personal, el re- chazo a la maternidad como destino para todas. La lucha de las mujeres transformó la concepción de los derechos, incluyendo los llamados derechos sexuales y reproductivos como centrales a la concepción democrática de una vida humana equitativa, más justa y libre de las presiones fundamentalistas. Es hora de dejar de lado la hipocresía de los y las políticas, que saben muy bien que las mujeres abortan aunque no esté permitido por la ley. *Dirige la maestría de Familia de la Universidad de San Martín. El aborto no es punible cuando: 1º) “Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios.” 2º) “Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.” FIDEL SCLAVO Mónica Tarducci *

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24 25ideas critica de la argentina Domingo 14 de septiembre de 2008

critica de la argentina Domingo 14 de septiembre de 2008

64% 2046.000.000 1°500.000 482.000de la población mundial vive en países en los que el aborto es legal.

muertes cada 100 mil abortos hay en nuestro país.de abortos se estima que ocurren anualmente en el mundo.

causa de muerte de mujeres gestantes en la Argentina.abortos se practican cada año en la Argentina.

abortos ocurren y 736.261.000 nacimientos por año en nuestro país, es decir, 1,5 embarazos por cada aborto.

¿Un tema de salud? “Vamos a cumplir con la

ley que claramente es-tablece en qué caso el aborto no es punible, que es en el caso del riesgo de vida de la madre, o en el caso de viola-ción de una mujer incapaz. En verdad, aparte, me parece que es un tema de política criminal, no es materia del ministerio, creo que es una discusión que la sociedad en su momento la dará y se dará”, declaró la ministra de Salud, Graciela Ocaña, en un reportaje concedido al diario Página/12 en diciembre del año pasado.

¿HAY QUE dEspEnAlizAr El dErEcHo Al Aborto?

El no de la Presidenta

“Siempre me he definido en contra del abor-to”, dijo la presidenta Cristina Fernández

de Kirchner a Radio Diez. Y agregó: “No creo que los que abogan por la despenalización del aborto estén a favor del aborto: eso sería una simplificación”.

Iglesia vs. Gobierno

“Merecería ser arrojado al mar con una piedra al

cuello”, declaró monseñor Antonio Baseotto en 2005, refiriéndose al entonces ministro de Salud Ginés González García, tras el anuncio de una “campaña an-tiaborto”, que consistía en la entrega gratuita de unos 25 millones de preservativos, 7,5 millones de anticon-ceptivos y la colocación del DIU a 450 mil mujeres en hospitales públicos.

El derecho tiene una función pedagógi-ca. Tanto o más importante que lo que

impone es lo que enseña. Es por eso que los bienes más importantes son protegidos a través del sistema penal. Despenalizar el aborto, cuando los otros homicidios y el in-fanticidio siguen siendo delito, transmite la idea de que la vida de todos los seres huma-nos no tiene el mismo valor, que depende de su edad, del lugar donde se encuentren (dentro o fuera del vientre de su madre), de los deseos de otras personas, incluso de quienes naturalmente están destinadas a cuidarlo. Es un grave incumplimiento del ordenamiento jurídico vigente: la Con-vención sobre los Derechos del Niño los protege tanto “antes como después del na-cimiento” y obliga a los Estados a garantizar su supervivencia “en la máxima medida posible”. En la causa Sánchez (22/5/07),

la Corte Suprema obligó al Estado a pagar una doble indemnización a la familia de una mujer embarazada desparecida duran-te la dictadura militar, tanto por el asesinato de ésta como por la del niño por nacer, que desde su concepción es persona. Por ley 26.379 (12/6/08) el Estado se obligó inter-nacionalmente a no aplicar en el territorio la pena de muerte a ninguna persona. Des-penalizar el aborto sería la incoherencia ju-rídica suma. ¿Cuál es la lógica de penalizar todo homicidio de un ser humano nacido, pero no hacerlo antes de nacer? ¿Dónde quedan los principios jurídicos de igualdad y del interés superior del niño?

*Abogado y profesor de Bioderecho de la

maestría en Ética Biomédica del Instituto de Bioética de la Facultad de Ciencias

Médicas de la UCA.

“Las mujeres deben poder decidir cuándo quieren tener un hijo”

La diferencia con la legalización

Situación mundial

Abortar es un hecho común en la vida de muchas mujeres. Las mismas que hoy dan a luz pueden

abortar mañana, y viceversa. El aborto indica la resistencia a aceptar que todo embarazo obliga a la maternidad, aunque ésta sea imposible de asumir. Afirma que la maternidad es una decisión ética y no un destino biológico natural. Un embarazo involuntario motiva una consideración ética del propio proyecto de vida y de las posibilidades subjetivas de asumirlo o no como proyecto maternal. Y la embarazada es la única persona que puede decidir legítimamente si quiere o no continuar su gestación y hacerse cargo de sus implicancias. Ni Iglesia, ni Estado, ni médicos pueden sustituirla, ni forzarla a la maternidad. Por el contrario, deben garantizarle los medios para cumplir con su derecho a decidir sobre su vida. Su decisión debe prevalecer sobre cualquier otra consideración que merezca la existencia de un embrión, que podría llegar a ser

un hijo para ella, si sus circunstancias objetivas y subjetivas fueran distintas de las que preconfiguran la situación de aborto. Sólo el deseo de hijo y la voluntad de realizarlo humanizan un embrión.

La vida en riesgo, que debe ser protegida, es la de la mujer que no logró prevenir el embarazo involuntario, que padece la estigmatización y el peligro que implica la ilegalidad del aborto. El aborto debe ser legal y gratuito en los servicios públicos de salud. No hace falta estar a favor del aborto para estar a favor de su legalización. Es una cuestión de democracia: de derecho de las mujeres a decidir con autonomía cuándo quieren o no tener un hijo. Deberían ser libres de hacerlo sin estar condenadas a poner en riesgo su vida y su salud por la ilegalidad y la pobreza.

*Psicoanalista y presidenta del Foro por los Derechos

Reproductivos y de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal y Gratuito.

Las organizacio-nes integrantes

de la “Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gra-tuito” presentaron, el 28 de mayo de 2007, un proyecto de ley en el Congre-so Nacional, cuyo objetivo es lograr la despenalización del aborto y su legaliza-ción. Con la despe-nalización, se dejaría sin efecto que el aborto sea considerado un delito contra la vida y la persona, tal como lo establece hoy el Código Penal, con algunas excepciones. Pero beneficiaría sólo a las personas que pueden acceder a la práctica del aborto en clínicas y hospitales privados. En cambio, con la legalización, el Estado debería garantizar la prestación gratuita e idónea del aborto a todas las mujeres.

• Aborto sin restricciones: Estados Unidos, Canadá, Holanda, Austria, Noruega, Grecia, Dinamarca, Vietnam, Cuba, China, Rusia, Alemania, Austria, Francia e Italia. • Aborto permitido en determinadas situaciones: Brasil, México (para salvar la vida de la mujer y en

casos de violación), Guatemala, Nicaragua, Costa Rica (para salvar la vida de la mujer), España (por razones de salud mental, daño fetal y casos de violación) y Japón (por razones socioeconómicas). • Prohibición total del aborto: El Salvador y Chile.

“La prohibición no evita esta práctica”

Andrea D’Atri*

Fernanda Gil Lozano*

Mariano Morelli*

Mabel Bianco*

Martha Rosenberg*

“El Estado debe asumir la responsabilidad”

“Sería la incoherencia jurídica suma”

Reflexionar sobre la interrupción del embarazo es una gran responsabilidad, dado que es una

práctica generalizada de las mujeres argentinas, y simultáneamente, es uno de los temas tabúes de nuestras leyes, legisladores y sistema médico. En el discurso público, muy pocas mujeres han reconocido que alguna vez en su vida se han hecho un aborto; me refiero a todos los sectores sociales. Sin embargo, las estadísticas, los cálculos de organizaciones civiles y algún que otro equipo de investigación de nuestras universidades públicas nos advierten de una situación inversa. Llegado a este punto, me parece importante dejar en claro que deberíamos dar un

debate sobre el tema y fijar las diferentes posiciones. Como mujer, madre, historiadora y feminista estoy convencida de que debemos legalizar el aborto. No creo que “despenalizar” sea suficiente, ya que los efectores públicos pueden no hacerse responsables y dejar en manos privadas estas intervenciones, donde nuevamente las mujeres más vulnerables quedarían expuestas a mayores riesgos. Es hora de que como Estado asumamos la responsabilidad y deuda que tenemos con las mujeres de la patria, su autonomía y derecho a decidir.

*Historiadora y diputada nacional de la Coalición Cívica.

En la Argentina, se practican medio millón de abortos cada año, período durante el cual ocurre

casi la misma cantidad de nacimientos. Si esto suce-de aun cuando está penalizado, es evidente que su prohibición no evita que las mujeres aborten cuando están frente a un embarazo no deseado. Estar en contra del derecho al aborto no es estar a favor de la vida, sino a favor del aborto clandestino. Quienes hipócritamente sostienen argumentos a favor de una supuesta “defensa de la vida” –como la Iglesia, el Gobierno y el Estado– son quienes nos empujan a la clandestinidad, que se cobra la vida de más de 500 mujeres cada año. Esto demuestra que ni la penaliza-ción ni los altos riesgos que impone la clandestinidad evitan esta práctica. Lo que sí podría evitarse –con sólo establecer el derecho al aborto libre y gratuito en los hospitales públicos– es la muerte de esas mujeres, mayoritariamente jóvenes y pobres, mujeres trabaja-doras y de los sectores populares.

*Psicóloga, especialista en Estudios de la Mujer e

impulsora de la agrupación de mujeres Pan y Rosas. “Es una medida de justicia social”

“Hay que dejar de lado la hipocresía”

El Código Penal

Las complicaciones por abortos insegu-ros son la principal causa de muerte

materna en la Argentina. En 2006, la tasa de mortalidad materna aumentó, pasando de 3,9 por 100.000 nacimientos en 2005 a 4,8 en 2006. Este aumento es preocupan-te, porque las muertes maternas en gran medida son evitables a través de la pre-vención del aborto inseguro y la atención adecuada de las emergencias obstétricas. Por eso, despenalizar el aborto es una me-dida de salud pública. El aborto no puede ser entendido en forma aislada de todo el problema que padecen muchas mujeres y sus familias, especialmente las más pobres. Como las muertes por complicaciones de abortos inseguros ocurren en mujeres humildes, despenalizar el aborto también es una medida de justicia social. Por eso, enfrentar el aborto requiere una cadena de intervenciones por parte del Estado, que empieza con la educación sexual de niñas y niños en las escuelas, continúa con los ser-

vicios de salud sexual y reproductiva que informen a mujeres y sus parejas acerca de cómo planificar su familia y les provean gratuitamente los métodos anticoncepti-vos que ellos elijan libremente, terminan-do por garantizar la atención adecuada en la interrupción de embarazos que no pudieron evitar o porque fueron violadas.

*Presidenta de la Fundación para Estudio e

Investigación de la Mujer.

Estoy a favor de una demanda histórica del movimiento feminista: el derecho

de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, el derecho a la autonomía personal, el re-chazo a la maternidad como destino para todas. La lucha de las mujeres transformó la concepción de los derechos, incluyendo los llamados derechos sexuales y reproductivos como centrales a la concepción democrática de una vida humana equitativa, más justa y libre de las presiones fundamentalistas. Es hora de dejar de lado la hipocresía de los y las políticas, que saben muy bien que las mujeres abortan aunque no esté permitido por la ley.

*Dirige la maestría de Familia de la Universidad de San Martín.

El aborto no es punible cuando:

1º) “Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios.”

2º) “Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.”

FIDEL S

CLAV

O

Mónica Tarducci *